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INTRODUCCIN RESUMEN EJECUTIVO I.1.1 1.2 1.3 1.4

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PRESENTACINFundamentos de la sistematizacin Los ejes claves de la sistematizacin Objetivos de la sistematizacin Metodologa de trabajo

II. LAS DEFENSORAS COMUNALES2.1 2.2 2.3 2.4 Antecedentes Qu son las Defensoras Comunales? Funciones que desempean las Defensoras Comunales Organizacin interna de las Defensoras Comunales

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III. EL PROCESO DE INTERVENCIN PARA LA FORMACIN DE LAS DEFENSORIAS COMUNALES3.1 Antecedentes 3.2 El proceso de formacin de las Defensoras Comunales 3.3 Caractersticas de los integrantes de la defensora y permanencia en la misma

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IV. LAS DINMICAS DE LAS DEFENSORAS DE ACUERDO A LOS EJES DE LA SISTEMATIZACIN4.1 4.2 4.3 4.4 4.5 4.6 Mecanismos de concertacin social La Participacin voluntaria La defensora como espacio efectivo de justicia El sistema de gestin y calidad del servicio Promocin social Participacin de la mujer bajo un enfoque de equidad

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V. LAS ESTRATEGIAS Y MEDIDAS DE MEJORAMIENTO DEL SERVICIO DE LAS DEFENSORAS COMUNALES VI. CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES DE LA EXPERIENCIA6.1 Conclusiones 6.2 Recomendaciones

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VII. BIBLIOGRAFA VIII. ANEXOS

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En reiteradas ocasiones la experiencia de las Defensoras Comunales de Apurmac ha sidopuesta como modelo para la promocin, defensa y vigilancia de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres. Estas Defensoras Comunales vienen trabajando desde hace cinco aos con el apoyo tcnico del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y del Instituto de Defensa Legal (IDL). Ambas instituciones se unieron para sistematizar las diferentes experiencias de los equipos de Defensoras Comunitaria de los 17 distritos de la provincia de Aymaraes y para compartir las reflexiones de los diferentes actores sociales involucrados en la promocin, capacitacin, organizacin y monitoreo de las Defensoras Comunales, actualmente vigentes. La sistematizacin tuvo como finalidad destacar las lecciones aprendidas por estas defensoras con relacin a su sostenibilidad en el medio rural y a su enlazamiento con organizaciones sociales de base, que constituyen su fundamento organizativo. Asimismo, se propuso identificar buenas prcticas, que se pondrn a disposicin de instituciones que operan en distintos escenarios, en el marco de la defensa de los derechos humanos. La metodologa empleada ha sido variada y rica, en el sentido de abrir canales para la mejor expresin de las observaciones, aportes, crticas y reflexiones. Tanto el uso de cuestionarios estructurados como la dinmica de los grupos focales, las reuniones de anlisis tcnicos del equipo, y la lectura de documentacin referencial, han permitido desarrollar una sistematizacin con seis ejes de anlisis, en torno a los cuales gira el tema de la sostenibilidad y el posicionamiento de las Defensoras Comunitaria en su entorno. Las principales conclusiones de esta sistematizacin son que las defensoras han logrado sensibilizar en su medio acerca de la necesidad de la promocin y defensa de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres, as como acercar la justicia a aquellos que no la tienen, convirtindose en un medio de denuncia ante la vulneracin de derechos de la niez, adolescencia y mujer. El modelo de defensora es viable en tanto se encuentre orgnicamente vinculado a la comunidad, y que sta acepte su rol de auditora social. La presentacin de los resultados de la sistematizacin ha sido ordenada de tal forma que se pueda tener una gua de consulta que permita comprender tanto el contexto en que se desarrollan las defensoras, como el sentido de los ejes de anlisis. As, en la primera parte del

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documento se hace una presentacin de los fundamentos de la sistematizacin y de la metodologa empleada en su ejecucin. La segunda parte proporciona la conceptualizacin de las defensoras desde el enfoque de defensa de los derechos humanos y, ms especficamente, en el marco de los tratados internacionales de derechos humanos, esto es, la Convencin sobre los Derechos del Nio y la Convencin sobre la eliminacin de todas las formas de discriminacin contra la mujer. En la tercera parte se analiza con detenimiento el proceso de formacin de la Defensora Comunal y se establecen las distintas fases por las que atraviesa, hasta su insercin en el tejido social de la comunidad. La cuarta parte se ocupa en extenso de la dinmica de las defensoras, de acuerdo a los ejes de sistematizacin propuestos. De esta forma se podr acceder a las principales reflexiones que los actores sociales ponen en prctica cuando se analizan aspectos como: (i) la participacin voluntaria; (ii) la defensora como un mecanismo efectivo de justicia; (iii) el sistema de gestin y calidad del servicio; (iv) promocin social; y (v) participacin de la mujer bajo un enfoque de equidad. En la parte quinta, y en funcin de los resultados de la reflexin obtenida, la sistematizacin propone un conjunto de estrategias validadas y por validar, que se han desprendido para cada uno de los ejes analizados. Finalmente, en la parte sexta, se ofrece un conjunto de conclusiones y recomendaciones del estudio.

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El objetivo principal de este estudio es sistematizar las experiencias de las DefensorasComunales de la provincia de Aymaraes, con la finalidad de extraer lecciones que hagan posible su rplica y contribuyan a mejorar el modelo implementado. La sistematizacin apunta tambin a explicitar los procedimientos de concertacin de los actores sociales implicados y sus efectos en la sostenibilidad del modelo de intervencin. Desde el punto de vista metodolgico, la sistematizacin se propuso reflexionar con los diversos actores involucrados en torno a un eje clave de anlisis, formulado como el posicionamiento de la Defensora Comunitaria en su comunidad, como articuladora de las necesidades de proteccin de los derechos de las nias, nios adolescentes, y mujeres. Para lograr procedimientos viables de recoleccin de datos, este eje ha sido expresado en las siguientes categoras de anlisis: Mecanismos de concertacin social La participacin voluntaria La defensora como un mecanismo efectivo de justicia El sistema de gestin y calidad del servicio Promocin social Participacin de la mujer bajo el enfoque de equidad

La metodologa de la sistematizacin se bas en el recojo de informacin concerniente a 18 Defensoras Comunales de la provincia de Aymaraes. Se utilizaron diversos procedimientos para la obtencin de datos y de opiniones, entre ellos, sistemas de entrevistas estructuradas, observaciones no participantes, grupos focales y anlisis de fuentes secundarias.

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Los sujetos de investigacin fueron los equipos de las Defensoras Comunales (responsables, defensoras, personal de apoyo), la poblacin demandante del servicio (mujeres, nios, nias y adolescentes) y las autoridades locales (alcaldes, gobernadores, fiscales, prefectos, subprefecto, jueces de paz). Todos ellos sostuvieron reuniones de intercambio de experiencias con los equipos tcnicos de UNICEF y del IDL. Con un periodo mximo de cinco aos de antigedad en el caso de las primeras las defensoras de la zona de Aymaraes han demostrado una buena capacidad de organizacin y de consolidacin. Como en todo proceso, en los inicios se tuvo que enfrentar dificultades, especialmente en cuanto a la vinculacin con las organizaciones promotoras y a la conformacin de los equipos de defensoras. Paulatinamente, los espacios de reflexin llevaron a nuevas fases de desarrollo que permitieron el afianzamiento de la organizacin como espacio de referencia comunal en la promocin, defensa y vigilancia para el cumplimiento de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres. Las Defensoras Comunales fueron formadas bajo el patrn del comportamiento cultural rural; sus estructuras organizativas reposan en la participacin de diversas organizaciones sociales de base (clubes de madres, organizaciones campesinas, el Vaso de Leche, etc.), como instituciones promotoras, es decir, como instancia que promueven, garantizan y fiscalizan el accionar de la defensora. Sin embargo, la propia dinmica de las defensoras ha generado la necesidad de un cambio en la estrategia, y la bsqueda de alternativas de mayor incidencia en la poltica comunal. As, muchas defensoras han transitado desde un club de madres hacia la organizacin comunal, en procura de una opcin que garantice mayor soporte, capacidad organizativa y de convocatoria, entre otros aspectos. Este es, entre otros, uno de los mecanismos que comienzan a afianzar la perdurabilidad del servicio en su medio. Complementariamente, las propias comunidades se convierten en el referente necesario y obligado para fiscalizar el desempeo de las defensoras, proponer y seleccionar a sus integrantes, y ejercer presin social para el logro de elementos bsicos que garanticen su funcionamiento, como la habilitacin de un local o en algunos casos, la provisin de recursos mnimos para materiales. Al momento de realizarse la sistematizacin, las defensoras estaban organizadas en base a la participacin de personas que voluntariamente prestan su tiempo y recursos para su funcionamiento. Algunas de estas personas se ocupan de las labores domsticas, adems del trabajo en la chacra, y otras se desempean en una variedad de oficios. Sin embargo, todas complementan sus obligaciones laborales con las responsabilidades de la defensora. El equipo de defensoras tiene un promedio porcentual de 44.0 aos de edad. Sin embargo, existe una franja (36%) de defensoras jvenes, que se ubica en el tramo de 25 a 29 aos de edad. La frecuencia modal representa el 20,5% y corresponde al tramo de 50-54 aos. El 78,4% de los miembros de la defensora son mujeres, quienes tienen un promedio ponderado de 2.3 aos de trabajo en la misma. Asimismo, el 41% de los miembros tiene de 3 a ms de 4 aos de antigedad, lo que refleja un buen nivel de mantenimiento de los equipos originales, considerando que las primeras defensoras no llevan ms de cinco aos de funcionamiento.

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Comportamiento de los ejes de la sistematizacinMECANISMOS DE CONCERTACIN SOCIALLas defensoras potencian su capacidad de promocin y defensa de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres en la medida en que actan en sistemas de redes, o mediante sistemas de coordinacin institucionales o de naturaleza organizacional. La experiencia en la provincia de Aymaraes es que las defensoras se logran articular y desarrollar mediante mecanismos de cooperacin que generan efectos de diversa intensidad en la toma de conciencia y de accin. As, los vnculos que establecen las defensoras para su accionar dependen de su ubicacin. Las defensoras ubicadas en la capital de la provincia tienen ms posibilidades de coordinar con la Fiscala, o la Polica Nacional; las que se ubican en la capital de un distrito tienen una mayor aproximacin con el Juzgado de Paz, el Gobernador, el Centro Educativo y el Centro de Salud; y las defensoras ubicada en un anexo tienen mayor coordinacin con el Teniente Gobernador, el Establecimiento de Salud y el Centro Educativo. Estas instancias son aquellas que se encuentran ms directamente relacionadas con el quehacer cotidiano de las defensoras. Llama la atencin que en todos los casos, el menor nivel de coordinacin se ha dado con las municipalidades. La mayora de instituciones de la provincia reconocen haber coordinado frecuentemente con las defensoras. Es una buena prctica de estas ltimas el haber establecido sistemas de coordinacin que las proyectan ante las autoridades, y hacen sentir su presencia. Segn las instituciones entrevistadas, las defensoras an deben mejorar sus procesos de consolidacin institucional para lograr un cabal cumplimiento de sus objetivos. Actualmente se encontraran en una etapa intermedia de su crecimiento, lo que requiere de procesos de apoyo y de mejora en sus capacidades de negociacin y de gestin. De las entrevistas con gobernadores y tenientes gobernadores, as como con jueces de paz se desprende que es una buena prctica realizar planes o programas conjuntos con estas instituciones, puesto que permite identificar puntos de convergencia y generar una posicin de cooperacin en la comunidad, lo cual fortalece el principio de la concertacin social.

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LA PARTICIPACIN VOLUNTARIALa participacin voluntaria constituye un aspecto central en la sostenibilidad del modelo y tambin es una fuente de satisfaccin para las personas que ejercen responsabilidades y compromisos mediante el ajuste de sus tiempos y limitados recursos. As, la vertiente crecimiento personal se identifica con la disposicin de las defensoras para ayudar a los dems, a lo que se suma la propia satisfaccin personal (sentirme bien conmigo misma). De esta forma, la defensora se revela como un importante espacio para esta particular dimensin, que va mas all de la bsqueda de reconocimientos (espacio para relacionarme y reconocimiento por la comunidad) y que representa el compromiso permanente de la organizacin social que representa con los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres de su comunidad. Los integrantes de las Defensoras Comunales muestran, en algunos casos, cansancio, lo que denota la necesidad de renovar los equipos. Despus de un promedio de un poco ms de dos aos en el cargo, tanto las responsables como las defensoras y en menor medida el personal de apoyo reflexionan sobre el imperativo de promover la rotacin en los cargos. Para ello es recomendable avanzar en programas de motivacin y de capacitacin a las vecinas y vecinos, con la finalidad de incentivarlos a formar parte de las defensoras. Las responsables de las defensoras son las personas que menos han rotado en sus cargos, o las que demuestran mayor nivel de permanencia en l. Esto afecta su disposicin de seguir colaborando, lo que demanda la bsqueda de reemplazos. Sin embargo, ante la ausencia de estrategias de formacin de nuevos integrantes, no es posible atender a esta necesidad, por la poca disponibilidad de voluntarias y voluntarios. Por su parte, las defensoras muestran una predisposicin mayor a la rotacin, en tanto que el personal de apoyo (por la naturaleza puntual de su cooperacin) exhibe una tendencia a permanecer, lo que no significa necesariamente disponer plenamente de su participacin. Finalmente, si bien la participacin voluntaria es un punto central para la perdurabilidad del servicio, desde nuestra experiencia, ste slo funcionar si las defensoras encuentran facilidades y condiciones que hagan posible su trabajo: capacitaciones permanentes que permitan desarrollar sistemas de rotacin, recursos bsicos para cubrir los gastos de la gestin y del equipo permanente (responsable y defensoras), adems de otros apoyos, como el Seguro Integral de Salud (SIS) para todas y todos los integrantes de las Defensoras Comunales.

LAS DEFENSORAS COMO UN ESPACIO EFECTIVO DE JUSTICIALa defensora se constituye en un adecuado espacio de proteccin de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres en la medida en que acta como un efectivo medio de resolucin de conflictos, canaliza los casos hacia los medios judiciales y establece los conductos idneos para que puedan acceder a stos servicios. La reflexin sobre el particular seala que para que ello se produzca, deben existir por lo menos cuatro condiciones: Rapidez en la atencin de casos Capacidad de conocer de forma directa los hechos que suceden en la comunidad Trabajo articulado en torno a la promocin y proteccin de derechos, que tiene como consecuencia un mayor nivel de denuncias Poder de convocatoria para las acciones de promocin de derechos con las cuales se llega a las comunidades ms alejadas. Estas condiciones definen a la defensora como una organizacin que coadyuva a promover una cultura de denuncia rompiendo as la impunidad, propicia arreglos entre las partes en

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conflicto y descongestiona el sistema local de justicia. Por el contrario, si la resolucin del caso no se produce, las partes en disputa tratan de evitar la derivacin del caso, ya sea por razones de costo, tiempo o perjuicio a sus relaciones interpersonales. La demanda proveniente de las y los adolescentes tiene su propia vertiente. Al respecto se plantean exigencias diversas. Por ejemplo, que la defensora cuente con equipos mixtos, dado que por razones culturales, los hombres tienden a inhibirse frente a una mujer, especialmente para descubrir sus flaquezas en un medio esencialmente dominado por los varones. Asimismo, se seala que la defensora debe fortalecer sus mecanismos de gestin, especialmente en lo que atae a una buena sincrona entre los miembros del equipo, para enfrentar las necesidades especficas crecientes de este grupo poblacional. Las inquietudes frente a aspectos relacionados con los temas de sexualidad, drogas y alcoholismo, configuran un nuevo campo de accin, que requiere encontrar respuesta por parte de las Defensoras Comunales, que deben actuar cuando exista vulneracin de derechos, y coordinar acciones de prevencin con las instituciones locales. Una de las lecciones importantes en este punto es que el reconocimiento social de las Defensoras Comunales depende de la efectiva atencin y resolucin que reciban los casos derivados. De no ser as, el costo puede ser la prdida de credibilidad y legitimidad de las defensoras frente a la comunidad. Las defensoras son consideradas como un engranaje dentro del sistema de proteccin de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres de la comunidad. Dentro de este sistema de proteccin, conformado por el juez de paz, el gobernador y diferentes autoridades locales, las defensoras cumplen funciones diferenciadas y complementarias. Durante el periodo 2001-2004, las defensoras han atendido un total de 1801 casos en una poblacin bsicamente comprendida entre nios, nias y adolescentes y mujeres. Es pertinente recordar que en las zonas rurales, las defensoras operan en comunidades pequeas, por lo que el nmero de atenciones puede parecer bajo. De los casos que llegaron ante las Defensoras Comunales, entre el 2001 2004, tenemos que el segmento poblacional de mayor atencin ha sido el comprendido en el tramo 18 aos a ms (32% de las atenciones totales); de este segmento, la mayor proporcin ha correspondido a mujeres (42%), en tanto los hombres fueron un 15%. El segundo segmento ha estado constituido por los nios y nias comprendidos entre 6 a 11 aos de edad y que constituyeron el 31% del total de atenciones de casos. Para dicho tramo la mayor proporcin estuvo orientada hacia los hombres (43%), en tanto las mujeres representaron el 24%. Como resultado total se puede apreciar que la mayor carga de atenciones ha estado concentrada en los menores de 17 aos de edad que, en conjunto, han acumulado el 67,3% de las intervenciones durante los cuatro aos de vigencia del programa. En este periodo, la curva de crecimiento ha sido constante. Se ha pasado de 61 casos atendidos durante el ao de inicio (2001), a 790 el 2004, es decir se est generando una cultura de la denuncia. Gran parte de los casos fueron resueltos mediante derivacin hacia otra instancia, en razn a que la complejidad de la situacin no corresponda al mbito de accin y a la responsabilidad de la defensora. En todo caso, la actuacin de sta implic deteccin de situaciones problemticas, orientacin y finalmente la derivacin hacia la instancia competente. La mayor parte de casos atendidos por las defensoras (32,1%) se resolvieron a travs de los mecanismos de negociacin y dilogo convirtindose as en un mecanismo efectivo de resolucin de conflictos. Para el 30,4% se apel a la derivacin. Aproximadamente el 90% de los casos que llegan a la defensora tienen una alternativa de solucin; el 10% restante se encuentra en situacin de espera, o de desistimiento por parte de las personas denunciantes.

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CAPACIDAD DE GESTIN Y CALIDAD DEL SERVICIOEn su mayora, las defensoras, las responsables y el personal de apoyo, califican su capacidad de gestin como regular; un porcentaje menor (33%) seala que sta es buena. Esta percepcin crtica se basa en el argumento de que la defensora se encuentra en un proceso de consolidacin, por lo que sus actividades van mejorando de manera paulatina. Optimizar la gestin va de la mano con la necesidad de contar con organizaciones promotoras que supervisen el desempeo de la defensora y establezcan mecanismos bsicos de supervisin y control. Asimismo, el mejoramiento de la gestin de la defensora y, por ende, el perfeccionamiento de la calidad del servicio y de su nivel de posicionamiento en la comunidad, involucra el dominio de determinadas capacidades que no siempre estn presentes en las defensoras. Sobre el particular, las conclusiones de esta sistematizacin apuntan a la necesidad de afianzar algunos aspectos indispensables para lograr mejores resultados, por ejemplo, una mejor administracin y fortalecimiento organizacional. Desde el punto de vista operativo, se requiere mejorar la atencin de casos, lo que implica profundizar el conocimiento del Cdigo de los Derechos de los Nios, Nias y Adolescentes, as como el de aspectos judiciales bsicos. Pero la respuesta a estas deficiencias no solamente implica capacitar a los miembros del equipo de la defensora. Es necesario involucrar a todos los que se encuentran vinculados a la defensa de los derechos en el esfuerzo conjunto de asegurar el acceso a los mismos. La realizacin de exitosas campaas de promocin de derechos de nios, nias, adolescentes y mujeres ha demostrado la capacidad de gestin y concertacin que muchas veces tienen las defensoras. En tal sentido, se sugiere que las responsables de las defensoras contribuyan a hacer ms visible y reconocida su labor, informando en asambleas comunales sobre el trabajo realizado, los planes futuros, o las relaciones establecidas con otras instituciones. Tambin hay demandas sobre la necesidad de capacitar a las autoridades locales en temas como los derechos del nio, la nia y el adolescente, as como en violencia familiar, como un mecanismo efectivo para comprometer una mayor participacin de la comunidad en el esquema de una accin de gestin concertada con la defensora. Finalmente, las exigencias en cuanto al desempeo de la defensora van desde la necesidad de contar con un cartel donde se indique el horario de atencin, hasta que el local permanezca abierto todo el da, o que haya mayor rapidez en la atencin de los casos. Desde el lado de la oferta, las propias restricciones (por razones familiares, personales y laborales) ejercen presiones hacia una atencin flexible bajo la premisa que la gente necesita ser atendida en el momento en que ocurre una situacin que lo amerite. La carencia de locales1 adecuados afecta la eficiencia en la gestin de las defensoras. Iniciativas como la donacin de terrenos, o concesin de locales municipales y comunitarios constituyen una buena prctica que debe ser evaluada. Complementariamente a ello se identifican las carencias de recursos materiales bsicos para poder operar.

PROMOCIN SOCIALLas actividades de promocin se perfilan como unas de las acciones ms importantes de la defensora, en la medida que capacitan, sensibilizan y estimulan la participacin e involucramiento de la comunidad en las actividades de defensa de los derechos. Mediante este tipo de actividades se afirma el rol de vigilancia y de denuncia hace mucho ms efectiva la labor de la defensora. Por otra parte, el nmero de actividades de promocin se ha ido incrementando en los ltimos tiempos, como producto del crecimiento de la demanda por stas.1 Se entiende por local adecuado aquel que cuente con un ambiente independiente, mobiliario mnimo: sillas, mesa y/o escritorio, y seguridad para la informacin.

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En cuanto a las acciones de promocin de los derechos, las temticas relacionadas a nios, nias y adolescentes han ocupado el 43% de las actividades (buen trato, derechos de los nios y adolescentes, matrcula oportuna y maltrato infantil). Por su parte, el tema Defensora ha significado el 13,8%; en tanto violencia familiar y derechos de las mujeres han significado el 17% del total. Finalmente el alcoholismo, uno de los problemas ms graves en las comunidades y un factor clave de la violencia familiar y maltrato infantil, represent el 4,8%. En el perodo considerado (2001-2004), un total de 6,198 personas participaron y se beneficiaron con las actividades de promocin llevadas a cabo. De ese total, el 59% son mujeres y el 41% hombres. Por su parte, la distribucin de los participantes segn sexo y edad muestra que un 32% es menor de 17 aos (tramo de 6 a 17 aos), en tanto los mayores de 18 constituyen el 25,4%. No se observan diferencias significativas entre sexos con relacin a los participantes. El sector que ms contribuy en las actividades de promocin fue Educacin (instituciones educativas, con un 30%). Los clubes de madres facilitaron el 16,4% de las acciones, a travs de su colaboracin y capacidad organizativa. Por su parte, tanto la comunidad como el Municipio y el sector Salud participaron en porcentajes similares (12%). La intervencin de estas instituciones y organizaciones ha experimentado una curva creciente, en la medida en que se tornaban ms maduros y calaban con mayor fuerza la reflexin y los procesos acerca de la importancia de las actividades de promocin. Los medios de comunicacin juegan un papel importante en la motivacin y preparacin de las campaas de promocin. El uso de la radio (como en el caso de Chalhuanca) ofrece una especial ventaja cuando se trata de llegar a comunidades alejadas. En el mbito de la comunidad, el empleo de pancartas, altoparlantes, la comunicacin boca a boca y las visitas a los hogares han demostrado plena validez. Sin embargo, es digna de destacar y tomar como una buena iniciativa la participacin de los adolescentes brigadistas de las instituciones educativas, quienes asumieron con mucha responsabilidad y seriedad su rol de promotores de los derechos. Este tipo de involucramiento no solamente dota a la defensora de nuevas opciones y canales de comunicacin y apoyo efectivo, sino que se convierte tambin en un contingente de reserva para las polticas de reemplazo en la gestin de la Defensora Comunitaria.

PARTICIPACIN DE LA MUJER BAJO UN ENFOQUE DE EQUIDADLos resultados muestran que, en general, las mujeres se han reconocido en posesin de nuevas dimensiones en su condicin de gnero. Sus reflexiones muestran significativos avances, que se expresan en el mejoramiento de sus capacidad para la toma de decisiones, en sus relaciones dentro del hogar y con su pareja, en su estatus frente a la comunidad (el sentirse autoridad le confiere una dimensin especial; forma parte, tambin, del manejo del poder) y en el compromiso adquirido, por conviccin personal, de actuar bajo parmetros que constituyen una referencia obligada hacia la comunidad. El fortalecimiento de la autonoma, es decir, de la capacidad de tomar decisiones solas o en acuerdo con su pareja, es otro de los factores que se reconocen como un logro en la esfera personal. Ellas sealan que adoptan individualmente las decisiones que afectan a su propia persona, pero en casos que competen a la pareja, la decisin es compartida. En el mbito familiar, la mujer se siente bien, porque trasmite sus reflexiones hacia la familia, buscando con ello superar sus propias vivencias infantiles, por lo comn impregnadas de recuerdos ingratos de violencia familiar.

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La presente sistematizacin responde al inters de plantear una serie de interrogantes respectode los principales actores sociales que intervienen en la dinmica de las Defensoras Comunales y del nivel de posicionamiento que han logrado estas iniciativas en sus mbitos de referencia. Al ser la sistematizacin una metodologa bsicamente reflexiva, que interroga a la prctica acerca de cmo se hizo y de qu forma se pudo hacer mejor, entre otras cuestiones claves, el dilogo con los actores sociales resulta insustituible. Por tal razn, para la realizacin de este trabajo se ha priorizado instrumentos como grupos focales (con enfoque de gnero, para visibilizar la participacin de la mujer en estas dinmicas), el sistema de entrevistas estructuradas, la observacin no participante y las historias de vida. En esta primera parte del informe se hace una sumaria presentacin de la propuesta metodolgica que se ha utilizado en la sistematizacin, como referencia para el desarrollo de futuras lecturas ordenadas de la realidad, cuyos resultados apuntarn a convalidar, crear o reformular proposiciones conceptuales y enfoques metodolgicos para una mejor comprensin de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres, y para una efectiva intervencin en la defensa de los mismos.

1.1 Fundamentos de la sistematizacinLa metodologa de sistematizacin apunta al logro de dos importantes resultados: una reflexin conceptual originada en la prctica de procesos promocionales y educativos, y una recuperacin de los procesos metodolgicos ejecutados. Ello debe generar condiciones para experiencias de mayor calidad y eficiencia, en este caso, referidas al modelo de intervencin mediante las Defensoras Comunales. En tal sentido, se concibe a la sistematizacin como un proceso de reconstruccin y reflexin analtica sobre una experiencia de promocin vivida personalmente (o sobre determinados aspectos de sta), mediante el cual interpretamos lo sucedido, para comprenderlo. Ello permite obtener un producto consistente y sustentado, a partir del cual es posible transmitir la experiencia, confrontarla con otras y con el conocimiento terico existente, contribuyendo de esta forma a una acumulacin de conocimientos generados desde y para la prctica.

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En otras palabras, significa entender por qu un proceso se est desarrollando de esa manera, e interpretar lo que est aconteciendo a partir de un ordenamiento y reconstruccin de lo que ha sucedido en dicho proceso. Una prctica de sistematizacin supone que los proyectos de intervencin, del tipo que fueren, producen cambios en las prcticas sociales, mediante una modificacin en las interacciones y representaciones del o los problemas. Ello plantea la necesidad de que el objetivo de la sistematizacin se enfoque en la descripcin de la accin y de sus resultados, lo que obliga a poner la mirada sobre el momento de las interacciones que, en este caso, la defensora ha generado. As, todo proceso de intervencin propicia cambios en la realidad por efecto de las dinmicas y sinergias generadas. Ello plantea de por s la exigencia permanente de seguir conociendo, ya que se trata de una realidad en constante cambio y sobre la cual continuamos interviniendo. La sistematizacin procura dar cuenta de estas dinmicas, generando un nuevo tipo de conocimiento de la realidad, diferente al que se obtendra mediante la investigacin, y que slo puede ser adquirido en y gracias a la intervencin. Todo proceso de sistematizacin se facilita mediante la identificacin de los denominados ejes claves de intervencin, factores que han orientado el trabajo en materia de Defensoras Comunales y que han dado por resultado procesos en donde se articula intencionadamente la necesidad de la defensa de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres, el mantenimiento de la sostenibilidad organizacional, la capacidad y persistencia de las defensoras comunales bajo el modelo de participacin voluntaria, los mecanismos de vinculacin a redes, el sistema de capacitacin, y el enfoque de gnero, entre otros. En la prctica, esta definicin operativa ha involucrado la participacin de varios actores sociales que han concurrido con diversas capacidades y niveles de involucramiento y que, en conjunto, han descubierto modalidades y mecanismos de articulacin con su entorno. El desarrollo de estas modalidades y mecanismos de articulacin constituye el objeto de la presente sistematizacin, que busca ordenar esta informacin para propiciar una lectura coherente, que contribuya a mejores prcticas en el contexto de la defensa de los derechos de las nias, nios, adolescentes y mujeres, as como en el marco de la ciudadana y los derechos humanos.

1.2 Los ejes claves de la sistematizacinUNICEF e IDL han apoyado el modelo de Defensoras Comunales durante cuatro aos en la provincia de Aymaraes, regin de Apurmac. Se trata de una experiencia de trabajo con hombres y mujeres de comunidades campesinas, vinculados a organizaciones sociales de base como clubes de madres, comedores populares, el Programa del Vaso de Leche, comunidades campesinas, entre otros. La Defensora Comunitaria es un servicio reconocido por el Cdigo del Nio y el Adolescente y se encuentra articulado en el Sistema Nacional de Atencin Integral al Nio y al Adolescente del Ministerio de la Mujer y del Desarrollo Social (MIMDES). Estas defensoras han incorporado tambin a su quehacer la proteccin de los derechos de las mujeres, lo que constituye una extensin de los servicios que brindan. Durante las reuniones de trabajo, se lleg al consenso de que el Eje de la Sistematizacin estaba constituido por el nivel de posicionamiento de la Defensora Comunitaria en su comunidad, como articuladora de las necesidades de proteccin de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres.

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De este eje de sistematizacin se desprenden otros, que constituyen los referentes para plantear la reflexin en el trabajo de campo. Mecanismos de concertacin social La Participacin Voluntaria La defensora como un mecanismo efectivo de justicia El sistema de gestin y calidad del servicio Promocin social La participacin de la mujer bajo un enfoque de equidad

El siguiente cuadro da cuenta de la forma en que se oper para realizar el trabajo de sistematizacin en base a las categoras de anlisis sealadas.

EJES DE SISTEMATIZACIN El nivel de posicionamiento de la Defensora Comunal en su comunidad, como articuladora de las necesidades de proteccin de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres.

CATEGORAS DE ANLISIS Coordinacin entre la Defensora Comunal y los operadores de justicia local Nivel de compromiso de las instituciones y redes de apoyo local Coordinacin y apoyo de la Oficina de Defensoras del MIMDES Motivaciones del servicio Combinacin de roles y conflictos intrafamiliares y personales El sistema de rotaciones de los equipos Accesibilidad de la defensora Espacio institucional de la defensora Procedimiento de atencin de casos La calidad del sistema de gestin de las defensoras La participacin de la comunidad en el fortalecimiento del servicio de la defensora Disponibilidad de atencin y recursos de infraestructura de la defensora Actividades de promocin de las defensoras Dinmica participativa de las actividades de promocin Sistema de promocin de la defensora Significacin del espacio de la defensora para la mujer Cambios en las oportunidades de vida Cambios en las dimensiones personales, familiares, organizacionales y comunales.

Mecanismos de concertacin social

La Participacin voluntaria

La defensora como mecanismo efectivo de justicia

El sistema de gestin y calidad del servicio

Promocin social

La participacin de la mujer bajo un enfoque de equidad

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1.3 Objetivos de la sistematizacin1.3.1 DE CARCTER GENERALValidar estrategias de intervencin de las Defensoras Comunales como modelos que hagan posible su rplica en el mbito nacional.

1.3.2 DE CARCTER ESPECFICOa) Mejorar la calidad del modelo de intervencin de las Defensoras Comunales mediante la formulacin de propuestas metodolgicas basadas en la identificacin de las mejores prcticas; b) Explicitar los procedimientos de concertacin de los actores sociales involucrados y sus efectos en la sostenibilidad del modelo de intervencin, como alternativa para su rplica. c) Analizar los procesos de gestin administrativa y de transmisin de capacidades destinados a lograr eficiencia, eficacia y control de calidad de procesos y servicios, como base para la formulacin de una propuesta de poltica.

1.4 Metodologa de trabajoLa metodologa de sistematizacin es esencialmente reflexiva. Busca responder a las preguntas cmo se hizo? y qu cambios son posibles de observar en los distintos actores sociales con relacin al problema? Esto determina que el proceso metodolgico se asiente sobre el anlisis de los procesos desarrollados y la participacin de los actores sociales involucrados. Los productos esperados son de tipo metodolgico (recuperacin de los mtodos de promocin, participacin, organizacin y gestin y reflexin sobre los mismos) y reflexivo (elaboracin, aportes de marcos tericos que permitan una mejor comprensin de la presencia de la defensora en la comunidad). La metodologa empleada para alcanzar los objetivos sealados plante una serie de interrogantes que fueron resueltas en diversas jornadas de reflexin con los equipos de Defensoras Comunales y los dems actores sociales participantes en su dinmica (alcaldes, gobernadores, policas, etc.). Cules fueron los puntos resaltantes, que constituyen lo esencial en la experiencia de las Defensoras Comunales? Cules fueron los principales problemas en la ejecucin del modelo de defensora implementado? Qu se debera hacer de manera diferente? Cules fueron los impedimentos u obstculos generados en el entorno? Qu estrategias se han implementado o es posible implementar para superarlos? En cuanto a la sostenibilidad: Es posible mantener el modelo sin el aporte de subsidios? Qu rol han jugado los procesos de concertacin en el mantenimiento y sostenibilidad del modelo? Constituyen estas defensoras una alternativa real para el acceso a la justicia? De qu forma esta experiencia puede ser replicada en contextos similares y convertirse en poltica? Cules son los aportes metodolgicos y conceptuales de esta experiencia, que puedan servir de marco referencial para la implementacin de una poltica de defensoras?

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1.4.1 PROCEDIMIENTO METODOLGICOEl procedimiento metodolgico se desarroll en seis fases:

a) Fase de trabajo con los equipos tcnicos de UNICEF e IDLDiscusin de la propuesta inicial de la sistematizacin con el equipo. Incluy la identificacin del eje de anlisis y de las categoras correspondientes.

b)Recopilacin y ordenamiento de la informacin del proyectoImplic la recopilacin y ordenamiento de la informacin desarrollada durante la vigencia del proyecto. La informacin se orden de acuerdo a los ejes claves de sistematizacin.

c) Entrevistas y recuperacin de experienciasEn esta fase se identific, mediante muestreo aleatorio y seleccin intencionada, la informacin primaria relacionada con los efectos y/ o procesos desencadenados y los roles asumidos por los diversos actores sociales.

d)Anlisis de la informacinEl anlisis de la informacin obtenida sigui el patrn matricial de cruzar los ejes claves de sistematizacin y los actores sociales principales.

e) Discusin de Informe PreliminarEl anlisis de la informacin y la construccin de una primera aproximacin de la sistematizacin condujo a la formulacin de un Informe Preliminar para discutirse con los miembros del equipo de UNICEF y del IDL. Las observaciones y sugerencias fueron evaluadas e incorporadas al Informe Final de la sistematizacin.

f) Difusin de la sistematizacinLos resultados de la sistematizacin permitirn a las instituciones y personas interesadas en el tema contar con informacin sobre una experiencia que facilitara su intervencin.

1.4.2 INSTRUMENTOS APLICADOSINSTRUMENTOS POBLACIN Alcaldes, jueces, fiscal, subprefecto, gobernadores, personal de salud, policas, profesores, integrantes de organizaciones sociales de base Responsables, defensoras y personal de apoyo Responsables, defensoras N 7 Usuarios del servicio: nias, nios, adolescentes, adultos Defensoras, responsables y personal de apoyo Defensoras Comunales ANEXOS

Entrevistas a autoridades

N 5

Entrevistas a defensoras Grupos focales con enfoque de gnero

N 6

Grupos focales con usuarios de la defensoras Historias de vida

N 8

N 9

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2.1 AntecedentesLas Defensoras Comunales del Nio y el Adolescente surgen en 1993, enmarcadas en elaccionar de las organizaciones de base femeninas del Cono Norte. Las Defensoras Comunales son, conjuntamente con las Defensoras Municipales del Nio y el Adolescente (DEMUNAS), las que han desarrollado un mayor nivel de experiencia. Existen tambin defensoras parroquiales, escolares, comunales y las que son promovidas por ONGs. Todas ellas tienen un objetivo comn: promover y resguardar los derechos del nio, la nia y el adolescente, desde un enfoque integral. A partir de dicho enfoque, el servicio incluye tambin la atencin a la madre y a la familia. De los modelos de defensoras existentes, los de tipo comunal son los nicos que abren un espacio para la participacin de la comunidad, a travs de sus organizaciones. Por este motivo, y con el impulso de diversos organismos, se ha apoyado la creacin de estas organizaciones, especialmente en el interior del pas y en zonas rurales de difcil acceso. La estrategia apunta a que sea la propia comunidad la que tome a su cargo la creacin de este servicio y que sean sus lideresas y lderes quienes lo impulsen. Para asumir este nuevo papel, ellas y ellos participan de un escalonado proceso de capacitacin que combina la participacin en talleres y el acompaamiento de su prctica cotidiana como defensoras y defensores. El resultado es un equipo de trabajo de unas cinco personas, que funciona como un ncleo de activistas por los derechos de la niez, la adolescencia y de la mujer en cada comunidad.

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2.2 Qu son las Defensoras Comunales?Se les conceptualiza como un servicio de la comunidad dirigido a promover y defender los derechos de los nios, nias y adolescentes, en el marco del cumplimiento de los Derechos Humanos. Asimismo, por las condiciones de exclusin de las comunidades, las Defensoras Comunales se han convertido en un referente para la promocin de los derechos de la mujer y la proteccin frente a los frecuentes casos de violencia familiar. Una ampliacin de esta primera definicin permite sealar que las Defensoras Comunales son un espacio de accin para las personas, en el cual descubren sus capacidades para hacer valer los derechos de los nios, nias, adolescente y los suyos propios, pues les permite abordar problemas en los que tienen un poder real para decidir y obtener respuestas en un lapso de tiempo corto.

2.3 Funciones que desempean las Defensoras ComunalesLas Defensoras Comunales planifican, organizan y ejecutan tres tipos de actividades: de promocin (difusin de los derechos de la niez, de la adolescencia y de la mujer), de proteccin (atencin de casos), y de vigilancia social a las instituciones que protegen los derechos de la infancia y la mujer. La promocin es una actividad de tipo educativo orientada a la toma de conciencia, que busca sensibilizar y dar a conocer los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres, y los mecanismos para exigirlos. A travs de una combinacin de estrategias que articulan el empleo de medios directos de comunicacin y de medios masivos, las defensoras buscan llegar al pblico ms amplio. Se apoyan en las radios locales, en las ferias comunales, en las asambleas y en cuanto espacio tengan para comunicar sus mensajes. Por su parte, los casos que se presentan a la defensora son variados y pueden suponer desde vulneracin del derecho a alimentos hasta tenencia de los menores, inscripcin de nacimientos, matrcula oportuna, situaciones de maltrato infantil y violencia familiar, entre otros. Las defensoras actan con el objetivo de resolver el caso, brindando informacin oportuna al solicitante, orientndolo, realizando acuerdos entre las partes en conflicto, derivndolas hacia las autoridades competentes y realizando seguimientos para verificar o constatar el cumplimiento de las obligaciones y compromisos asumidos. Esto se traduce en que la Defensora se ha constituido en un medio de denuncia importante y muchas veces nico en sus comunidades. La labor educativa de la defensora no slo tiene valor por los aprendizajes que genera, sino tambin porque permite alimentar una red de compromiso cada vez ms amplia en la comunidad, lo que en algunos casos se traduce en la incorporacin de nuevos miembros, que permite ampliar la cobertura y asegurar la permanencia del servicio. Los procesos de maduracin de la defensora le permiten ir estableciendo nuevos espacios de negociaciones y de alianzas estratgicas que refuerzan su rol en la comunidad, hasta llegar a constituirse en un referente necesario en la promocin y defensa de los derechos de la nia, del nio, el adolescente y la mujer. Entre las funciones y competencias establecidas por el Cdigo del Nio y el Adolescente para las defensoras encontramos las siguientes: a) Conocer la situacin de los nios y adolescentes que se encuentran en instituciones pblicas o privadas;

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b) Intervenir cuando se encuentren amenazados o vulnerados sus derechos para hacer prevalecer el principio del inters superior; c) Promover el fortalecimiento de los lazos familiares. Para ello puede efectuar conciliaciones extrajudiciales entre cnyuges, padres y familiares, sobre alimentos, tenencia y rgimen de visitas, siempre que no existan procesos judiciales sobre estas materias; d) Conocer de la colocacin familiar; e) Fomentar el reconocimiento voluntario de la filiacin; f) Coordinar programas de atencin en beneficio de los nios y adolescentes que trabajan; g) Brindar orientacin multidisciplinaria a la familia para prevenir situaciones crticas, siempre que no existan procesos judiciales previos; y h) Denunciar ante las autoridades competentes las faltas y delitos cometidos en agravio de los nios y adolescentes. Estas funciones, establecidas para las Defensoras del Nio y el Adolescente en general, no se ajustan necesariamente a las posibilidades del mbito de acccin de las Defensoras Comunales, ubicadas mayormente en zonas urbanas marginales y rurales del pas. Por ejemplo, en las comunidades de Aymaraes no existen servicios como delegacin policial, albergues, juzgados y fiscalas, ni especialistas como psiclogos, trabajadores sociales, mdicos legales, abogados de oficio, entre otros. De esta forma, apreciamos que el Cdigo del Nio y el Adolescente concibe a la defensora ms como espacio de atencin de casos, y no tanto de promocin de derechos. Sin embargo esta actividad es de suma importancia en las comunidades rurales, donde la exclusin social y las secuelas de la violencia poltica hacen que el conocimiento de los derechos, especialmente los de los nios, nias, adolescentes y mujeres, sea bastante limitado.

2.4 Organizacin Interna de las Defensoras ComunalesEl Reglamento Interno del servicio de las Defensoras del Nio y el Adolescente establece que toda defensora debe estar conformada por un responsable, los defensores, promotores defensores y personal de apoyo, a los cuales se asigna funciones especficas para el ejercicio de su cargo. Este equipo debe estar regido por un cdigo de conducta que garantice la asuncin de una actitud de compromiso con la defensa de los derechos del nio, la nia, el adolescente y la mujer, y la observancia de un comportamiento personal y familiar acorde con los postulados de este compromiso. En el caso de las Defensoras Comunales que se encuentran en la provincia de Aymaraes mayormente se identifica a la persona que asume el cargo de responsable o representante de la defensora, a las defensoras y al personal de apoyo.

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El perfil bsico de los integrantes del equipo de la defensora plantea la necesidad de que estas personas sean (i) mayores de edad; (ii) que sepan leer y escribir; y (iii) que dominen el castellano y el quechua. De manera complementaria, es deseable que los miembros del equipo de la defensora (en especial las responsables y las defensoras) hayan participado activamente en espacios pblicos y que hayan tenido experiencia en actividades de promocin, coordinacin y concertacin con autoridades polticas y/ o lderes y lideresas comunales. En el caso de las Defensoras Comunales de Aymaraes, el equipo de defensoras est promoviendo un acercamiento de los nios, nias y adolescentes para la ejecucin de diversas actividades de promocin. La formacin de las Defensoras Comunales conlleva la necesidad de preparar a sus equipos de trabajo. Para ello, el MIMDES y las instituciones de apoyo tcnico deben brindar programas de capacitacin sobre las materias pertinentes a la funcin que desempearn; ofrecer soporte organizacional, y facilitar la coordinacin para incorporar a la defensora al circuito de las redes locales de proteccin jurdica, policial y social. Desde el punto de vista administrativo, la Defensora Comunitaria depende de una organizacin promotora, que debe cumplir la funcin de impulsar esta iniciativa. sta puede ser una organizacin social de base, como los clubes de madres, el vaso de leche, los comedores populares, las organizaciones comunales, la federacin campesina, etc. Asimismo, en la provincia de Aymaraes se est planteando la posibilidad de conformar instituciones promotoras mixtas, donde puedan intervenir dos o ms organizaciones sociales, o instituciones locales, para garantizar la sostenibilidad del servicio. La institucin promotora tiene, adems, la responsabilidad de garantizar que la Defensora Comunitaria cuente con una adecuada infraestructura y con los recursos humanos y econmicos bsicos para su funcionamiento. En el caso particular de las organizaciones sociales, este asunto resulta muy difcil de cumplir, por lo que la Defensora debe asumir sus propios mecanismos de funcionamiento y sostenibilidad. Al respecto, la evaluacin del entonces PROMUDEH2 sealaba que (...) como perspectiva nacional, las DNAs Comunales representan una estrategia vlida, manifestndose como una fortaleza su capacidad de autogestin, aun cuando sta resulte insuficiente para enfrentar los retos de la sostenibilidad, correspondindole al Estado el replanteamiento de su visin en torno a esta alternativa. Las Defensoras Comunales mantienen una relacin funcional con el MIMDES. Si bien no pertenecen orgnicamente a ese sector, son reconocidas como autoridades pblicas. Como ente rector del Sistema Nacional de Atencin Integral al Nio y al Adolescente, el MIMDES es la autoridad central para el servicio de Defensoras del Nio y el Adolescente. A travs de la Sub Direccin de Defensoras, es responsable de llevar el registro de las defensoras del nio, nia y adolescente a nivel nacional, de capacitar a sus integrantes en los temas relacionados a su desempeo, de comunicar a la institucin promotora de la Defensora el incumplimiento de sus funciones, entre otros aspectos.

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Estudio de evaluacin de las defensoras del nio y el adolescente. Informe Final. Derechos Reservados. Ministerio de Promocin de la Mujer y el Desarrollo Humano - PROMUDEH. Lima, 2001.

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3.1 AntecedentesLas defensoras en la provincia de Aymaraes han estado sujetas a un proceso de mejoramientocontinuo que busca lograr organizaciones con un mayor nivel de consolidacin, posicionamiento y un servicio de calidad. El proceso de formacin de la primera Defensora Comunitaria en Chalhuanca fue precedido por un conjunto de coordinaciones entre las diferentes instituciones y organizaciones de la provincia, que condujeron finalmente a una organizacin capaz de cumplir con el rol esperado de promocin y defensa de los derechos del nio, nia y el adolescente y la mujer.

En sus inicios las Defensoras Comunales han enfrentado dificultades, especialmente en la vinculacin con las instituciones promotoras y en la conformacin de sus equipos. A pesar de ello, paulatinamente, el servicio de la Defensora Comunitaria se ha ido afianzando como un espacio de referencia comunal en la promocin y proteccin de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres. En lo que sigue se procurar dar cuenta del proceso seguido en su etapa de promocin, formacin, capacitacin, organizacin y funcionamiento, establecindose las fases que comprende cada una de estas etapas, as como las reflexiones que se hacen necesarias para comprender el proceso como un todo dinmico y en permanente ajuste.

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3.2 El proceso de formacin de las Defensoras ComunalesLos procesos de reflexin del equipo y del conjunto de actores sociales que participaron del trabajo, han permitido identificar los procedimientos que caracterizan el proceso de formacin de la defensora, desde los criterios tcnicos de seleccin del rea de intervencin hasta la puesta en marcha y la disponibilidad de capacidades para llevar a cabo el desarrollo de programas de promocin y la atencin de casos: a) b) c) d) e) f) g) h) Seleccin de la zona de intervencin. Seleccin de la institucin promotora. Sensibilizacin a la institucin promotora y a las autoridades. Acuerdo de la institucin promotora para la aceptacin de la defensora. Capacitacin a los miembros de la defensora. Organizacin de la defensora. Inauguracin de la defensora. Establecimiento de redes de promocin y proteccin. GRAFICO N 1. Flujograma del proceso de formacin de las Defensoras ComunalesSeleccin de la zona Comunidades rurales alejadas Nivel de organizacin Institucin Promotora Sensibilizacin autoridades Situacin de los DDHH en la zona Por qu una defensoria Acuerdo de la comunidad

Aceptacin Rechazo

Seleccin de integrantes Participacin de la comunidad

Capacitacin

Organizacin de la defensoria Seleccin responsable Seleccin defensores Seleccin pers. apoyo

Establecimiento de redes de promocin y proteccin inst. pblicas inst. privadas

Der. humanos Promocin Atenc. casos Vig. ciudadana Derechos de los nios, nias y adolescentes

Participacin de clubes de madres Juramentacin

3.2.1 EXPLICACIN DEL PROCEDIMIENTO a) Seleccin de la zona de intervencinLa zona de ubicacin se eligi teniendo en cuenta algunos criterios que se utilizaron para la formacin de la primera Defensora Comunitaria en Aymaraes, Llacta Runa Sayapcucc Wasi, situada en Chalhuanca. El resto de defensoras, ubicadas en los 16 distritos de la provincia, fueron crendose cada una de distinta manera, y a iniciativa de diversas organizaciones, contagiadas del entusiasmo de la defensora de Chalhuanca. De esta forma se logr irradiar la experiencia a toda la provincia.

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Se tenan programado iniciar la experiencia en Abancay, capital del departamento de Apurmac. Sin embargo, al iniciarse el trabajo se descubri que otras provincias reunan mejores condiciones para implementar una Defensora Comunitaria. Ese era el caso de Chalhuanca, capital de la provincia de Aymaraes, que entre otros aspectos contaba con 12 clubes de madres, representados por una presidenta; asimismo, dispona de autoridades que trabajaban coordinadamente y que adems recibieron con muy buen nimo las diversas propuestas relacionadas a las Defensoras Comunales. Presentamos a continuacin la lista de criterios de seleccin que se aplicaron para la primera defensora en Aymaraes, que constituyen orientaciones generales que sern de mucha utilidad para las instituciones que quieran implementar la experiencia de defensoras en cualquier otra zona. i) Organizaciones sociales fuertes. Hacen posible el funcionamiento sostenido de la Defensora Comunitaria. Estas organizaciones pueden ser un club de madres, una comunidad campesina, una federacin, etc. ii) Autoridades e instituciones locales comprometidas con el tema de derechos. Es importante tambin que las autoridades e instituciones se comprometan con el trabajo que iniciar la Defensora Comunal en la zona, es decir, la promocin, defensa y vigilancia de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres. iii) Comunidad campesina organizada. Se puede considerar en ese rango a aquellas que convocan a reuniones en perodos cortos (cada mes); que tienen una junta directiva que funciona adecuadamente, con un presidente(a) o jefe(a) con autoridad reconocida por la poblacin, entre otros aspectos. Este tipo de organizacin demuestra que rene condiciones para promover una Defensora Comunitaria e incorporarla a su dinmica social. iv) Ubicacin geogrfica adecuada. Al inicio de toda intervencin, es necesario hacer un seguimiento permanente a la Defensora Comunitaria. Para que ello sea factible, se requiere que la comunidad se encuentre ubicada a pie de carretera. Asimismo, la experiencia realizada indica que el modelo se incorpora ms fcilmente a la dinmica social cuando la intervencin se inicia en la capital de una provincia, o en la capital de un distrito. De esta manera, la experiencia se podr irradiar al resto de la zona, y ser posible contar a futuro con una red de Defensoras Comunales, hecho que favorecer la sostenibilidad de las mismas y permitir una efectiva canalizacin de los casos. Otra ventaja de la accesibilidad en la ubicacin fsica de las Defensoras Comunales es la facilidad para el intercambio y comunicacin entre estas instancias. v) Relacin entre organizaciones y autoridades polticas locales. Es de mucha ayuda la existencia de buenas relaciones entre las autoridades y las organizaciones sociales. En el caso de no cumplirse esta condicin, el punto de partida para la creacin de una Defensora Comunitaria debe ser la reconstruccin de estas relaciones. vi) Los servicios de atencin frente a casos de violacin de derechos. La ausencia de estos servicios en una determinada localidad, justifica la necesidad de instalar una Defensora Comunal. En caso los haya, se puede disear una estrategia para articular la Defensora a esas instancias. vii) Inters de la poblacin frente al tema de la infancia, la adolescencia y la mujer. Este aspecto indica el grado de receptividad que tendr la Defensora Comunitaria, y por otro lado, la posible participacin de los pobladores en la experiencia, ya sea como defensores o defensoras, como responsables, o como personal de apoyo. viii)Posibilidad de contar con equipos de 5 y 10 integrantes por Defensora Comunitaria. En una comunidad muy pequea, a veces es complicado encontrar personas que cumplan con el perfil3 que se requiere para integrar una Defensora Comunitaria. Adems, hay que tener en cuenta que a futuro se tendr que pensar en la rotacin de los y las integrantes del equipo.3 El perfil de la defensora o defensor es ser mayor de edad, vivir en el barrio o comunidad, gozar de la confianza de la gente, ser elegido por la comunidad en asamblea, y tener vocacin de servicio.

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ix) Posibilidad de establecer alianzas por lo menos con un operador de justicia. Esto permitir un adecuado sistema de derivacin de casos, y garantizar el circuito de atencin.4 Sin embargo, es importante resaltar que muchas veces las Defensoras Comunales han encontrado otros canales para la derivacin5.

b)Seleccin de la institucin promotoraLa institucin promotora de la Defensora Comunitaria es aquella institucin pblica o privada, u organizacin de la sociedad civil, que impulsa el mismo, de la cual ste depende administrativamente. La prctica ha demostrado la conveniencia de que la Defensora Comunitaria tenga como institucin promotora a una entidad que represente ventajas comparativas en cuanto a su capacidad de insertar y posicionar el servicio en la comunidad, y de disponer de los recursos necesarios para su sostenimiento. En la provincia de Aymaraes, la institucin promotora fue inicialmente el Club de Madres, pero la Defensora Comunitaria creci tanto, que en muchos casos fue necesario adscribirla a una entidad con estructura ms slida, en este caso la organizacin comunitaria, con mayor incidencia en la poltica local y mayor capacidad de vigilancia del desempeo de la defensora. Esto se fundamenta en que la organizacin comunitaria ya posee una estructura organizativa y constituye una instancia innata a la comunidad, que no desaparecer en el tiempo. As, muchas defensoras han transitado del Club de Madres hacia la organizacin comunal, que representa una mejor opcin en la medida que garantiza mayor soporte y capacidad organizativa y de convocatoria.

c) Sensibilizacin a la institucin promotora y autoridadesLas actividades de sensibilizacin consisten en discutir con la comunidad, las autoridades, y la institucin promotora ya identificada, la problemtica de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres en la zona de intervencin, y el rol de las Defensoras Comunales como respuesta organizada a esos problemas. Es importante incorporar en esta etapa a las autoridades locales (presidente de la comunidad, juez de paz, etc.) para que comprendan y apoyen la labor de la defensora. Desde esa perspectiva, las Defensoras Comunales constituyen una estrategia para impulsar una amplia movilizacin comunal en favor de la proteccin de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres, y para ello es fundamental conjugar los esfuerzos de las instituciones pblicas locales, las organizaciones sociales y la comunidad en general. De esa forma se incentiva la promocin de mecanismos de participacin ciudadana que potencien la labor de los servicios ya existentes y creen una demanda educada para el mayor y mejor acceso de la poblacin a los mismos.

d)Acuerdo de la institucin promotora para la aceptacin de la DefensoraEn la experiencia que motiva esta sistematizacin, la institucin promotora, a travs de su instancia de representacin (junta directiva, presidenta, coordinador, etc.) convocaba a una asamblea general para informar acerca de las caractersticas, importancia y estructura organizativa de la defensora, y sobre el rol de la institucin promotora en la promocin y fortalecimiento de sta. La asamblea era tambin el espacio donde se escoga a las y los integrantes de las defensoras, que finalmente eran elegidos a travs de una votacin.4 5 El circuito de atencin que estipula la Ley 26260 est constituido por la PNP, la Fiscala y finalmente el juzgado. Hay experiencias de Defensoras Comunales en las que los gobernadores ayudan al proceso de derivacin. Estas autoridades acuden mensualmente a las capitales de las provincias, ya sea para cobrar sus cheques, o para las reuniones convocadas por la subprefectura provincial.

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Asimismo, la seleccin de las y los integrantes de las Defensoras Comunales se realiz de acuerdo al perfil del defensor (a) entregado por las instituciones de apoyo tcnico en los talleres de sensibilizacin. Fue el equipo de defensoras el que eligi al responsable de la Defensora Comunitaria, luego del primer taller de capacitacin, a travs de un proceso, autnomo, en el que no participaron las instituciones de apoyo tcnico, ni la institucin promotora. CUADRO N 1. PERFIL DE LOS INTEGRANTES DE LAS DEFENSORIAS COMUNALESAtributos 1. Vocacin de servicio 2. Compartir 3. Velar por los dems 4. Comportamiento democrtico 5. Brindar confianza 6. Tener buena conducta 7. Ser discreto 8. Tener carcter/ personalidad 9. Ser paciente 10. Ser responsable 11. Ser comprensivo 12. Tener aceptacin en la comunidad 13. Ser solidario 14. Saber escuchar 15. Ser amable 16. Su hogar debe ser un modelo Dominios 1. Poseer conocimiento de derechos 2. Ser bilinge 3. Tener cierto grado de educacin

Como se puede observar en el Cuadro N 1, los atributos exigidos son aquellos que las mujeres y hombres integrantes de las defensoras han extrado de su propia prctica.

e) Capacitacin a los miembros de la defensoraSobre este particular, las reflexiones han apuntado a que la capacitacin no solamente debe comprender a los miembros de la defensora, sino que debe involucrar tambin a todos los que conforman el sistema de proteccin de derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres en el nivel comunal, distrital o provincial, dependiendo de la ubicacin de la Defensora Comunitaria. As tambin, debe incorporar a las instituciones promotoras correspondientes. La experiencia indica que gran parte del desinters que muestran los representantes de la comunidad hacia la defensora se debe al desconocimiento de su rol y de sus funciones. Los talleres de capacitacin en la provincia de Aymaraes han tenido dos caractersticas: son participativos y utilizan conceptos en idioma castellano, que luego son traducidos al quechua por los asistentes. Este tipo de ejercicios ayudan a consolidar el conocimiento adquirido. El primer taller del Programa de Capacitacin se denomina Curso Bsico. Es dictado por las organizaciones de apoyo tcnico sobre la base de un currculo establecida por el MIMDES. Sin embargo, para un adecuado proceso de formacin de los integrantes de los equipos de defensoras, se requiere tambin la preparacin en otros temas. Estos otros talleres son asumidos actualmente por las instituciones de apoyo tcnico. En lneas generales, se trata de un proceso escalonado de capacitacin, que combina la participacin en talleres y el acompaamiento de la prctica cotidiana de las defensoras y defensores.

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f) Organizacin de la defensoraEn la fase de organizacin de la defensora, los integrantes se articulan y definen roles o responsabilidades de naturaleza compartida. El desempeo ha tendido, sin embargo, a reducir los equipos y concentrarlos en lideresas y lderes que finalmente asumen la representatividad de la defensora. De acuerdo a las reflexiones de los grupos focales, y al material rescatado por las entrevistas, las defensoras operan con una media de 6 personas (1 responsable, 2.3 defensoras y 3.1 a personal de apoyo). No todos despliegan similar esfuerzo en tiempo y en aportes. Por lo comn, el liderazgo es ejercido por una o dos personas, que al cabo de un promedio de 2.3 aos de antigedad en las defensoras muestran cansancio y necesidad de relevo. Se estima que el 60% de las responsables y defensoras no ha rotado desde la conformacin de la defensora; ello significa que en el tramo de mayor antigedad (ms de cuatro aos) se concentra el mayor nivel de agotamiento. El 43% de los equipos entrevistados han manifestado que es necesario un cambio o rotacin de los miembros de la defensora. Como se coment anteriormente, en la provincia de Aymaraes los y las defensoras han asumido las funciones que asigna el Reglamento del Servicio de Defensora del Nio y el Adolescente. Asimismo, la responsable ejerce y comparte tambin las funciones propias de los defensores y promotores. Un tema que es importante subrayar en esta etapa es la elaboracin del plan de trabajo del equipo. ste se realiz con la participacin activa de todas las defensoras y se articul y adecu a los problemas ms saltantes de la zona, vinculados siempre a la temtica de derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres. En esta etapa, el equipo de defensores y defensoras disea y aprueba tambin su reglamento interno. Tanto el plan de trabajo como el reglamento interno son requisitos indispensables para la inscripcin de la defensora en el registro del Ministerio de la Mujer y del Desarrollo Humano (MIMDES).

g) Inauguracin de la defensoraEste es un acto pblico de mucha importancia, puesto que constituye el inicio de las actividades de la defensora. Se realiza en presencia de las autoridades de la localidad y la comunidad, a quienes se informa acerca del rol que cumplir la defensora y del apoyo que se espera de su parte. Finalmente, se procede a tomar juramento a los miembros del equipo de la defensora. La nueva defensora se identificar con un nombre previamente seleccionado por sus integrantes y por representantes de la comunidad. Iniciar sus acciones en un local cedido por la comunidad o la municipalidad, al cual debe dotarse de equipamiento mnimo.

h)Establecimiento de redes de promocin y proteccinLuego de inaugurar la defensora, el equipo de defensoras disea un plan de accin, con el objetivo de promover la creacin de redes locales con las autoridades y convertirse en interlocutoras vlidas frente a las instituciones pblicas y privadas en lo concerniente a la promocin y proteccin de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres. La creacin de espacios de negociacin y la bsqueda de alianzas estratgicas es fundamental para procurar la sostenibilidad institucional de la defensora. La experiencia en Apurmac exhibe como producto la puesta en marcha de la Coordinadora Provincial de Defensoras Comunales de Aymaraes. Pese a que no logr

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establecer los estatutos de gobierno de las defensoras, esta instancia tuvo grandes logros: integr la Mesa de Concertacin de la provincia de Aymaraes, en representacin de las 19 Defensoras Comunales de esa jurisdiccin, y cont con un programa radial que informaba sobre las diversas acciones de las Defensoras Comunales de la provincia, el cual ha sido asumido actualmente por la Defensora Comunitaria de Chalhuanca. Sin embargo, la asuncin de relaciones verticales por parte de la Coordinadora, respecto de los equipos de la provincia, oblig a tomar la decisin de fortalecer la independencia de las defensoras y trabajar directa y descentralizadamente con cada una de ellas. La leccin aprendida fue que, si bien es importante contar con una instancia que represente y articule a las Defensoras Comunales, es necesario tambin vigilar el tipo de relaciones que se comienzan a generar en esa dinmica, y seguir apostando por el crecimiento y fortalecimiento de cada equipo.

3.3 Caractersticas de los integrantes de la defensora y permanencia en la mismaLas defensoras trabajan con un equipo de personas relativamente estable. Se estima que cada defensora cuenta en promedio adems del responsable con dos defensoras y tres personas de apoyo. Estas ltimas, por el carcter voluntario de su participacin, no disponen de tiempos fijos para destinar a las defensoras, pues necesitan seguir ocupndose de sus actividades habituales. Por esta razn, la programacin de un horario de atencin prefijado no es comn en las defensoras. En muchas ocasiones se opta por un rgimen de atencin que migra de la oficina a la calle. CUADRO N 2. OCUPACIN DEL PERSONAL DE LAS DEFENSORAS COMUNALESOcupacin equipo de defensoras Responsables f Labores de casa / Agricultura Comerciante Agricultor Enfermera / Prom. Salud Profesor Asistente Social Empleado Pblico Total 0 1 6 0 1 0 0.00 16.67 0.00 0.00 0.00 16.57 100.00 14 2 2 0.00 14.29 14.29 0.00 0.00 0.00 100.00 19 2 6 3 1 1 10.53 31.58 15.79 5.263 5.263 0 100.00 2 9 5 1 1 1 39 5.13 23.08 12.82 2.56 2.56 2.56 100.00 4 % 66.67 Defensores(as) f 10 % 71.43 Pers.de apoyo f 6 % 31.58 f 20 Total % 51.28

Conforme se aprecia en el Cuadro N 2, existe un balance bastante notorio entre personas que tienen como ocupacin principal las labores domsticas (cabe aclarar, que estos quehaceres vienen siempre acompaadas por las tareas agrcolas) y aquellas que se desempean en una variedad de oficios pero que, en resumen, deben balancear sus obligaciones laborales con las responsabilidades de la defensora.

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Las actividades del hogar, conjuntamente con la agricultura, son las predominantes entre las defensoras y defensores (51% y 23% respectivamente). Entre el personal de apoyo, el personal de salud y promotores de salud tienden a destacar como el segundo grupo en importancia. CUADRO N 3. ESTRUCTURA DE EDADES DEL EQUIPO DE DEFENSORASTramos de edad 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-65 Ms de 65 Total Responsable f 0 0 0 1 1 1 1 1 1 0 6 % 0.00 0.00 16.67 16.67 16.67 16.67 16.67 16.67 16.67 16.67 100.00 Defensoras f 1 5 1 1 2 2 1 1 14 % 7.14 35.71 7.14 7.14 14.29 0.00 14.29 7.14 0.00 7.14 100.00 Pers. de apoyo f 3 1 1 2 1 5 1 3 2 19 % 15.79 5.26 5.26 10.53 5.26 0.00 26.32 5.26 15.79 10.53 100.00 f 4 6 2 4 4 1 8 3 4 3 39 Total % 10.26 15.38 5.13 10.26 10.26 2.56 20.51 7.69 10.26 7.69 100.00 pp 2.256 4.154 1.641 3.795 4.308 1.205 10.67 4.385 6.359 5 43.77

De acuerdo a la estructura de edades, el equipo de defensoras tiene un promedio porcentual de 44.0 aos de edad. Sin embargo existe una franja de defensoras jvenes (36%) que se ubica en el tramo 25-29 aos de edad. CUADRO N 4. ANTIGEDAD DE LOS MIEMBROS DE LA DEFENSORATiempo en la defensora Menos de 1 ao De 1 a 2 aos De 3 a 4 aos Ms de 4 aos Total Responsable f 0 3 3 0 6 % 0.0 50.0 50.0 0.0 100.0 Defensora f 0 7 5 2 14 % 0.0 50.0 35.7 14.3 100.0 Pers.de apoyo f 1 12 6 19 % 5.3 63.2 31.6 0.0 100.0 f 1 22 14 2 39 Total % 2.6 56.4 35.9 5.1 100.0 pp 0.026 0.846 1.256 0.205 2.333

Con respecto al tiempo de desempeo en la defensora, se debe sealar que el 78,4% de los miembros de estas instancias son mujeres, quienes reportan un promedio ponderado de 2.3 aos de trabajo. Por su parte, el 41.0 % de los miembros tienen entre 3 a ms de 4 aos de antigedad, lo que refleja un buen nivel de mantenimiento de los equipos originales, considerando que las primeras defensoras no tienen ms de cinco aos de funcionamiento.

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En funcin de los procedimientos descritos en los prrafos anteriores, la sistematizacin seaboc a reflexionar, conjuntamente con los diversos actores sociales que participan de tales dinmicas, en torno al eje de anlisis expuesto en la parte primera de este trabajo. En lo que sigue, el informe de sistematizacin se desplegar en funcin de los componentes del eje de sistematizacin: (i) mecanismos de concertacin social; (ii) participacin voluntaria; (iii) la defensora como un mecanismo efectivo de justicia; (iv) sistema de gestin y calidad del servicio; (v) promocin social; y, (vi) participacin de la mujer bajo un enfoque de equidad. Para cada uno de ellos, la sistematizacin ha identificado buenas prcticas, las cuales definen un conjunto ordenado de estrategias que deben posibilitar mecanismos de fortalecimiento del modelo de Defensoras Comunales. Sin embargo, se ha considerado pertinente levantar un estado de situacin de las defensoras, a fin de tener claro el tipo y naturaleza a la que responden y cul es su composicin y estructura. Con esta finalidad, se aplic entrevistas estructuradas al 40% del total de defensoras de Aymaraes, y grupos focales e historias de vida al 60%. De tal forma, el resultado que se ofrece contiene una variedad de enfoques, que han enriquecido el trabajo de sistematizacin.

4.1 Mecanismos de concertacin social4.1.1 COORDINACIN ENTRE LA DEFENSORA COMUNITARIA Y LOS OPERADORES DE JUSTICIA LOCALLas defensoras potencian su capacidad de promocin y defensa de los derechos de los nios, nias, adolescentes y mujeres en la medida en que actan en sistemas de redes o mediante sistemas de coordinacin institucionales y de naturaleza organizacional. La experiencia en la provincia de Aymaraes demuestra que efectivamente, las defensoras logran articularse y desarrollar mecanismos de cooperacin que generan efectos de diversa intensidad en la toma de conciencia y en la accin.

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El posicionamiento logrado depende de varios factores. Uno de ellos se vincula al medio donde la defensora desarrolla sus actividades. As, en un distrito con limitada competencia (con presencia de jueces de paz, gobernadores, etc.), su presencia es ms notoria y su nivel de identificacin, mayor. En un medio de mayor competencia, por ejemplo en Chalhuanca, la defensora necesariamente debe recurrir al fortalecimiento de los valores agregados que la tornan ms competitiva, como el sistema de acompaamiento de vctimas, vigilancia para el cumplimiento de los acuerdos, el enfoque de gnero, la rapidez del servicio y la incidencia con autoridades locales. En esa lnea se inscribe la participacin de las defensoras en los espacios de concertacin, que ha permitido en muchas ocasiones, el acercamiento de las autoridades de la capital de la provincia a la realidad de las comunidades y a los problemas relacionados a la infancia, la adolescencia y la mujer que se producen en stas. Si bien es cierto que en la provincia de Aymaraes la red de defensoras comunitarias dej de funcionar como una instancia organizada y con representacin provincial, actualmente se ha reinstalado y se espera que funcione como un sistema eficiente para la derivacin de casos a jueces y fiscales ubicados en la capital de la provincia, lo que contribuir al fortalecimiento de la demanda de sus servicios. En la medida que la participacin poltica supone un reconocimiento al liderazgo ejercido por las defensoras, es necesario que cuenten con las herramientas necesarias (reglamento interno, vigilancia de la institucin promotora, etc.) para que puedan participar, sin que ello vaya en desmedro del servicio. A continuacin procuraremos extraer las lecciones que ataen a este importante aspecto de la defensora, comenzando por la red de referencia desarrollada en el plano institucional. Las reflexiones son de naturaleza general y no se vinculan con una defensora en especfico, salvo casos en que se requiera recurrir a ejemplos. Un primer aspecto se refiere a las instituciones con las cuales se vinculan con mayor frecuencia las defensoras. Como se ha sealado, el entorno de cada una de ellas, as como la propia naturaleza del caso, determinan mayores o menores alternativas de vinculacin. CUADRO N 5. NIVEL DE RELACIN DE LAS DEFENSORAS COMUNALES CON LAS INSTITUCIONESInstituciones 1 Opcin f Polica Nacional Juzgado Fiscala Juez de Paz Gobernador Teniente Gobernador Centro de Salud Centro Educativo Municipalidad Pres. de la Comunidad Total % 2 Opcin f 1 1 1 1 1 1 20.0 20.0 0.0 20.0 20.0 20.0 0.0 0.0 % 20.0 0.0 0.0 20.0 0.0 0.0 20.0 20.0 0.0 20.0 3 Opcin f 1 1 1 1 1 5 % 20.0 0.0 20.0 0.0 20.0 0.0 20.0 20.0 0.0 f 1 1 1 3 0 2 2 3 1 1 15 Total % 6.67 6.67 6.67 20.00 0.00 13.33 13.33 20.00 6.67 6.67 100.00

1

1 1 1 5

5

En el Cuadro N 5 se puede observar que las instituciones de mayor aproximacin (lo que se ha denominado Primera Opcin) son la Fiscala, el Juzgado de Paz, la Gobernatura, el Centro Educativo y el Centro de Salud. Como se puede deducir, son aquellas instituciones las que se encuentran ms directamente relacionadas con el quehacer cotidiano de la defensora. En cambio, la alcalda no constituye un factor de referencia comn para las defensoras, que se han ido adecuando a niveles de relacin que responden ms directa y prontamente a sus requerimientos.

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En cuanto a la coordinacin con los municipios, es pertinente mencionar que las Defensoras Comunales surgieron en Aymaraes en el 2001. En este perodo, la relacin entre las Defensoras Comunales de Aymaraes y sus autoridades fue sumamente buena y cercana. Entre las personas que impulsaron y promovieron la implementacin de las defensoras en los distritos estuvieron el alcalde provincial y el subprefecto de la provincia. Ellos, al lado del equipo de defensoras de Chalhuanca, visitaron muchos distritos, motivando a las organizaciones sociales a poner en marcha estas defensoras. En las elecciones municipales de 2002 no slo cambian todos los alcaldes de la provincia, sino tambin las autoridades polticas como subprefectos, gobernadores, etc. Es en este momento cuando la relacin entre los gobiernos locales y las defensoras comunitarias se quiebra. Las nuevas autoridades relacionan a estas instancias con el gobierno anterior y las rechazan. Cost mucho trabajo recuperar la credibilidad y la imagen de independencia de las Defensoras Comunales. Pero gracias a su trabajo y esfuerzo, hoy nuevamente coordinan con sus gobiernos locales y con las diversas autoridades de la comunidad. Otro factor a tener en cuenta en cuanto a la relacin entre las autoridades y las Defensoras Comunitarias tiene que ver con la participacin poltica de las defensoras y su postulacin y eventual eleccin para el desempeo de algn cargo. En las elecciones municipales de 2002, varias defensoras y defensores ingresaron a la carrera poltica como candidatos, o aliados de candidatos. Por su falta de experiencia, muchos se enfrentaron de manera abierta y pblica a sus contrincantes, algunos de los cuales son actualmente alcaldes o autoridades. La situacin descrita demanda que se trabaje con las juntas directivas, o con los equipos de Defensoras Comunales, la necesidad de su independencia poltica y la implicancia de este aspecto en la relacin con las autoridades y los gobiernos locales. Asimismo, se requiere incorporar a sus estatutos algunas medidas necesarias, como el otorgamiento de licencias a los integrantes que deseen postular a algn cargo. Desde el punto de vista de las instituciones, el nivel de coordinacin con las defensoras es reconocido como frecuente en un 42%. Un porcentaje similar indica que las coordinaciones se llevan a cabo slo algunas veces, en tanto un 15,8% de las instituciones seala que casi nunca, o nunca se coordina. GRFICO N 2. Nivel de coordinacin con las instituciones locales10.5 5.26 42.1

42.1 Si coordina frecuentemente Si, pero slo algunas veces Casi nunca coordina Nunca coordina

Para las autoridades y representantes de instituciones entrevistados (Juez, Fiscal, PNP. Juez de Paz, Gobernador, Teniente Gobernador, Presidente de la Comunidad, centros educativos y establecimientos de Salud de Aymaraes) el relativamente bajo nivel de coordinacin parece explicarse en razn del grado de madurez que han alcanzado las defensoras; y est referido tanto a la capacidad desarrollada para operar en redes locales de proteccin a la niez, adolescencia y mujer, como al comportamiento institucional.

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Actualmente, los distritos de Aymaraes cuentan con redes locales impulsadas por las propias defensoras y conformadas principalmente por los gobernadores, jueces de paz y presidentes de comunidad. Estas redes constituyen un importante soporte para las Defensoras Comunales, potencian el rol jugado por las mismas, constituyen su marco de referencia y permiten que las acciones se lleven a cabo de manera concertada. Cambios frecuentes, especialmente al nivel de gobernadores y tenientes gobernadores, dificultan los logros alcanzados y los esfuerzos de coordinacin deben volver a remontar.

Se ha hecho algunas coordinaciones, pero con la Polica. Lo que ocurre es que tambin hay muchos cambios de autoridades; habamos realizado coordinaciones con la subprefectura, con autoridades polticas, pero los cambian permanentemente. Los gobernadores son cambiados, stos cambian a los tenientes gobernadores, y como hay un resentimiento de ese teniente gobernador, que conoca ya los procedimientos, conoca los casos, el mecanismo para proceder, no les informa a los otros, se guardan sus actuados anteriores. Estos casos ocurren y eso dificulta el trabajo. Entrevista al Fiscal de Chalhuanca Desde el punto de la vista de los representantes de las instituciones entrevistadas (Juez, Fiscal, PNP, Juez de Paz, Gobernador, teniente Gobernador, Presidente de la Comunidad, centros educativos y establecimientos de Salud de Aymaraes), las defensoras an deben mejorar sus procesos de consolidacin institucional para lograr un cabal cumplimiento de sus objetivos. Las defensoras se encontraran en una etapa intermedia de su crecimiento, lo que requiere de procesos de apoyo y de mejora en sus capacidades de negociacin y de gestin. Este reto tiende a complicarse por el peso de la responsabilidad que recae en un sistema de participacin voluntaria cuyo compromiso personal tiende a agotarse, lo que derivar en cambios en los equipos y, eventualmente, si no se toman las medidas acertadas, en la prdida del conocimiento y de la experiencia acumulados. GRFICO N 3. Nivel de cumplimiento de la defensora5.3 0 15.8

78.9

Si est cumpliendo Si cumple, pero le falta an madurar No creo que est cumpliendo Definitivamente no cumple con sus objetivos

Como se puede observar en el Grfico N 3, la percepcin de las instituciones es que las defensoras estn en una fase de maduracin institucional que limita un mejor desempeo organizacional. Esto se comprende en el marco de un proceso de crecimiento, de all que el grfico muestre en un extremo a un 15,8% que atraviesa una fase de mayor eficiencia, y por otro lado, a un grueso sector (78,9%) que, dada su reciente creacin o relativo menor desarrollo, se encuentra en la fase inicial, que se caracteriza por un menor rendimiento.

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GRFICO N 4. Nivel de consolidacin de la defensora21.1 21.1

58 Ha venido perdiendo fuerza en la comunidad Se ha ido consolidando Se nota que se ha estancado

Una percepcin de las instituciones similar a la anterior se da en cuanto al funcionamiento (relativo o absoluto) de las redes locales de promocin y proteccin. Si bien sta no es una responsabilidad plena de la defensora, s lo es en lo referido a promover, incentivar y eventualmente liderar estos procesos. Para el 42.0 % de las instituciones, el sistema de red local no funciona, en tanto que el 21% no sabe de qu trata. Para el 26% de las instituciones esta red s se encuentra en funcionamiento, en tanto que un 10% considera que est en preparacin. Lo anterior es concordante con la lectura que tienen las instituciones entrevistadas con respecto al nivel de posicionamiento que han ido adquiriendo las defensoras en la comunidad, lo cual va de la mano con su propia capacidad de influir, por ejemplo, en el fortalecimiento de acuerdos bsicos para operar coordinadamente a favor de los derechos del nio, la nia, los adolescente y las mujeres. As, segn indica el Grfico N 4, para el 58% de las instituciones la defensora ha venido consolidando su presencia en la comunidad. Para el 42% de las instituciones las defensoras se han estancado, o han venido perdiendo fuerza. Fortalecer el sistema de redes locales significa, en buena cuenta, contar con instituciones y organizaciones que: (i) ejerzan vigilancia e informen a las autoridades sobre los problemas existentes; (ii) velen por los derechos del nio, la nia, los adolescentes y mujeres, en especial respecto de situaciones de maltrato; (iii) expongan sus opiniones en el contexto de la red; y (iv) soliciten apoyo a las dems instituciones en caso de vulneracin de los derechos de los del nio, la nia, los adolescentes y las mujeres. Los referidos datos revelan una debilidad en el sistema o en los mecanismos de conformacin de la red local de proteccin a la niez, la adolescencia y la mujer, y dan cuenta de una demanda que debe ser satisfecha por el conjunto de las defensoras, por las instituciones locales y de apoyo externo, y por las instituciones promotoras. Entre las fortalezas que deben ser potenciadas se encuentra la percepcin positiva que tienen los equipos sobre la importancia que asignaran las instituciones al rol de las defensoras. El 83% de las defensoras asume que las instituciones las consideraran como muy importantes, mientras que para el 17% esta importancia sera menor. Al respecto, se han identificado algunos aportes de las defensoras que se consideran positivos en su articulacin con las instituciones. Para aquellas defensoras que consideran que su nivel de significacin para las instituciones es importante o muy importante, el fundamento de esta percepcin est dado por: (i) el apoyo de dichas instituciones a la resolucin de los problemas enfrentados por la defensora; (ii) la estrecha relacin que se ha logrado establecer con algunas instituciones (como los

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establecimientos de Salud) y su involucramiento en la deteccin y resolucin de casos; (iii) el trabajo en equipo que