Dedicado a dios

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Devocional: Dedicado a Dios Historia Un día (en los tiempos antiguos de la esclavitud), un esclavo llamado Joe estaba parado en el mercado esperando la subasta. Él era grande, fuerte y saludable, era seguro que sería vendido por a alto precio. Pero en ese momento, sólo se podían ver en su cara expresiones de ira y terquedad. ¡Cómo odiaba Joe esta escena! Era demasiado cruel y humillante. Mientras estaba ahí parado, determinó en su corazón que no sería comprado. ¡Y si lo compraban, él no trabajaría para su nuevo amo! Pronto, se mencionó el nombre de Joe. Inmediatamente el gritó: “¡No voy a trabajar!”. Pero el subastador lo ignoró y continuó. “¿Qué me ofrecen por este buen esclavo?” De nuevo, Joe gritó con toda la fuerza de su voz: “¡Yo no voy a trabajar!”. Pero nadie se molestó en escucharlo. El último precio fue mencionado y se realizó la venta. El nuevo amo de Joe se acercó a él y Joe rápidamente le dijo que se rehusaba a trabajar. Pero su nuevo amo no dijo nada. Simplemente guió a Joe hacia el coche. Cuando llegaron a casa, el amo hizo algo muy extraño. En lugar de llevar a Joe a los sucios cuartos de los esclavos, lo guió hacia una linda y pequeña cabaña. "Esta será tu casa mientras vivas aquí", le explicó el amo. "¿Esto es para mí?", preguntó Joe. "Gracias, ¡pero no voy a trabajar!"

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Devocional: Dedicado a Dios

Historia

Un día (en los tiempos antiguos de la esclavitud), un esclavo llamado Joe estaba parado en el mercado esperando la subasta. Él era grande, fuerte y saludable, era seguro que sería vendido por a alto precio. Pero en ese momento, sólo se podían ver en su cara expresiones de ira y terquedad. ¡Cómo odiaba Joe esta escena! Era demasiado cruel y humillante. Mientras estaba ahí parado, determinó en su corazón que no sería comprado. ¡Y si lo compraban, él no trabajaría para su nuevo amo! Pronto, se mencionó el nombre de Joe. Inmediatamente el gritó: “¡No voy a trabajar!”. Pero el subastador lo ignoró y continuó. “¿Qué me ofrecen por este buen esclavo?” De nuevo, Joe gritó con toda la fuerza de su voz: “¡Yo no voy a trabajar!”. Pero nadie se molestó en escucharlo. El último precio fue mencionado y se realizó la venta. El nuevo amo de Joe se acercó a él y Joe rápidamente le dijo que se rehusaba a trabajar. Pero su nuevo amo no dijo nada. Simplemente guió a Joe hacia el coche. Cuando llegaron a casa, el amo hizo algo muy extraño. En lugar de llevar a Joe a los sucios cuartos de los esclavos, lo guió hacia una linda y pequeña cabaña. "Esta será tu casa mientras vivas aquí", le explicó el amo. "¿Esto es para mí?", preguntó Joe. "Gracias, ¡pero no voy a trabajar!"

El amo replicó: “No tienes que trabajar, sólo vive aquí por el tiempo que lo desees"."Pero, amo", gritó Joe, "¿No piensa usted hacerme trabajar?" "No", le dijo el amo. "¡Te compré para liberarte!" "¿Para liberarme?", gritó Joe, cayendo a los pies de su amo. "Entonces le serviré por el resto de mi vida y haré gustoso todo lo que sea por usted". Y desde ese momento, Joe se convirtió en el sirviente más fiel y leal que tuvo el amo. Lo que Jesús hizo por tí y por mí es algo parecido a lo que hizo el amo de Joe por él. Jesús nos vio encadenados como esclavos al pecado. Su amor lo hizo ir a la cruz del Calvario sólo para liberarnos de nuestros pecados. Él hizo posible que se rompieran las cadenas del pecado, liberándonos del castigo por el pecado. ¡Jesucristo pagó el precio para liberarnos!

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BASE: romanos 12

Durante las dos últimas semanas, hemos estado aprendiendo acerca del pecado, cuya paga es la muerte, y acerca de cómo podemos convertirnos en cristianos. Ahora, Dios desea que nosotros le sirvamos. Dios no sólo nos dio la libertad, sino que también nos dio talentos y dádivas especiales que debemos ofrecerle a Él para que Él los use. Luchemos por ser los mejores sirvientes que podamos ser para Cristo, por estar deseosos de hacer y decir lo que él nos pida.