DE VERSOS DE FRAY LUIS DE LEÓN MAL LEÍDOS

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1 i™ San Jerónimo penitente Cosme Tura, 1474 Yo había nacido para ser tribuno de la plebe y me acanallé perpetrando traducciones y haciendo versos. Hieronymus

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San Jerónimo penitente

Cosme Tura, 1474

Yo había nacido para ser tribunode la plebe y me acanallé perpetrando

traducciones y haciendo versos.

Hieronymus

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DE VERSOS DE FRAY LUIS DE LEÓN MAL LEÍDOSAGUSTÍN GARCÍA CALVO

Universidad Complutense de Madrid

Las anomalías ortográficas de mitesto se deben al juramento que hicepúblico hace años de nunca más em-plear ortografías que pudieran llegar aengañar a los locutores.

Siglas de edicionesy manuscritos que uso:

Q, edición de Quevedo 1631 (prólogo1629)

Ml, ed. de Milán 1631, copiada de lamisma o de su original

MSS q, los más cercanos al usado porQuevedo

MSS J, el de Jovellanos y emparentadosMSS A, el de Alcalá y emparentadosMS SF, el de San FelipeMS H, el de la Hispanic Society of AmericaV, edición de Valencia 1761Me, edición de Merino 1816Ll, ed. de Llobera 1931-33Ma, ed. de Macrí 1950 y 1982G, ed. de F. García 1944 (3a 1959)Ve, ed. de Vega 1955 y 1970B, ed. de Blecua "Gredos" Madrid 1990EG, ed. de E. Gutiérrez "Castalia"; Ma-

drid, 1995JA, ed. de J. Alcina "Cátedra" Madrid 1997

Para títulos y descripción completos,remito a las tres últimas

Como es sabido, los poemas de Fr.Luis, sus imitaciones y algunas delas versiones, como las de Horacio yVirgilio, nos han llegado por Q (de laque MI depende) y por una serie deMSS, con copia de más o menos pie-zas, ya en parte utilizados en V y

más abundantemente en Me y en Lly las posteriores; de los cuales esclaro que algunos son independien-tes del que Quevedo usara, encuanto que no participan en ciertosyerros y faltas de su edición, no coin-ciden en el número o la ordenaciónde las incluidas, introducen yerros yfaltas propios de cada uno o cadagrupo de ellos. Que algunos de ellossean o directamente más viejos quela edición príncipe o al menos copiasde otros que sí lo eran, puede tam-bién asegurarse, ya por el hechomismo de que, a lo largo de los cercade 50 años trascurridos desde queFr. Luis escribió la Presentación aPortocarrero para una edición de lospoemas por él recopilados y corregi-dos que no llegó nunca a ver la luz,sabemos que algunos de ellos eranconocidos y gustados de lectores, yello había de ser por multiplicaciónde copias manuscritas, ya de la mis-ma colección de q, ya de otra, o ya depiezas sueltas, y luego porque unoscuantos de los MSS J y A, así comoel SF y el H, se reconocen por la letracomo "de fines del XVI o comienzosdel XVII". Que alguno de esos MSS,es decir, el exemplar u original deque se copiara, sea incluso anterior ala recopilación preparada por Fr.Luis allá por 1580 y pueda, por tan-to, ofrecer alguna lectura indepen-diente de la línea de copia contempo-ránea o posterior a Q y hasta va-riantes de versos luego rechazadaspor el autor, me parece mucho me-

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nos probable para la colección engeneral (pues apenas hallo variacio-nes del testo que no puedan enten-derse como introducidas, o por des-cuido o por intención, a lo largo de lacopia sucesiva, y demasiado pocasque inviten a considerarlas variantesde autor, de lo que es tal vez muestraeximia el peligroso / no durable deQué descansada vida 79; las cualestampoco serían prueba, ya que cabeque un mismo MS tenga escritas,tachada o no una de ellas, las dosvariantes), pero reservo abierta esaposibilidad para alguna de las piezasque se haya trasmitido por copia in-dependiente.

Ahora bien, es principio elementaldel arte crítica intentar determinar sitodas las copias que de una obra seconservan proceden o no de un ar-quetipo o único ejemplar como origencomún, más o menos directo, de to-das ellas. No encuentro, en mi con-sulta a las ediciones, pese a la mu-cha meritoria investigación, ni aunen las recientes y más doctas B, EG oJA, que la cuestión se haya respon-dido, al menos para la colecciónprincipal de los poemas originales, yaun tengo dudas de que se hayaplanteado debidamente.

Es también elemental que el crite-rio regio por el que esa cuestión pue-de responderse es el de los erroresevidentes comunes a todas las copiasconservadas, regio criterio que llevaen sí el veneno de que, si ha de tra-tarse de un error común a todas, ellotiene que consistir en que un testo sereconozca de todo punto inaceptableo imposible de leer con verdaderoentendimiento, y eso siempre estáespuesto a que los malpensantes,que desconfían de tal cosa como el

sentido común, piensen que dependede la limitación de las entendederasdel crítico que lo declara, y que siem-pre puede venir un hermeneuta máslisto que entienda el testo tal comotrasmitido; cosa que, efectivamente,sucede a veces. No es fácil declarar"Non liquef; lo cual, por cierto, no esninguna disculpa para que el editor,que no quiere afear su testo con unacrux, pretenda que se puede leer loque él en verdad no puede.

Por lo demás, cuando el criterio serefiere a un par de malas lecturas deque todas las copias participen, nopuede aspirar a una certidumbre ycabe desecharlo suponiendo coinci-dencias fortuitas en el error; pero,con una multiplicación bastante delos casos, puede acercarse a ello,dentro de lo que el arte crítica puedaalcanzar de certidumbre.

Pues bien, a lo largo de mi repeti-do trato con los poemas de Fr. Luis,primero como simple lector y al finfijando atención de crítico en elasunto, eran bastantes los lugares enque la lección trasmitida y reeditadauna y otra vez se me aparecía impo-sible de leer y, en honesta confesión,ininteligible. De esos lugares, las co-pias de que me ha llegado noticia ylos editores se han apercibido a vecesdel embrollo y han tratado más omenos hábilmente de remediarlo, yapor enmiendas, generalmente inefi-caces, cuando no perjudiciales, yapor ímprobas labores hermenéuticas,que en los más de los casos re-sultaban insatisfactorias; en otros deellos, el testo se ha seguido reeditan-do como si pudiera de verdad leerse yentenderse y, en medio de profusasanotaciones de realibus, de curiosi-dades literarias y hasta de rollos ju-

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dicantes o encomiásticos, ni siquierahaciendo notar a los lectores, conunas penosas cruces, los tropiezossin sentido de lo que se le da a leer;si bien hay que decir que, tras lo fa-rragoso y confuso de las edicionesanteriores, por no hablar de la incu-ria, en testo, puntuación y todo, delas muchas para gran público (y aveces destinadas a la educación lite-raria de los pobres escolares) que heleído sin que me aporten nada, lasúltimas ediciones, las de EG y, consu copiosa aportación de lugares la-tinos o romances paralelos y noticiade múltiples estudios desperdigados,de JA, han sido un respiro de inteli-gencia y de piedad y hasta, en algu-nos casos, de más escrupulosa con-ciencia de los tropiezos testuales.

En fin, los lugares imposibles hanvenido a ser tantos que me invitan areunirlos y usarlos como criterio delorigen común de todas nuestras co-pias de los más de los poemas. Voy aenumerar algunos de esos lugares y,al paso, propondré algunas posibili-dades de deducir por conjetura cuálpodía ser el testo sano originario;pero eso es, como toda labor deemendatio, algo entregado a juiciosde más o menos probabilidad, y nodebe el lector distraerse con ello de-masiado: lo importante es lo negati-vo: el reconocimiento de que tal pa-saje o testo es ininteligible y no pue-de de verdad leerse como se edita.

Hay, en la actitud conservadora delos testos tales como MSS o edicionesviejas los trasmiten, y que fácilmentese convierten, pese a su evidente in-curia, en sagrados para el estudiosode literatura, algo como una piedaddesviada de su destino, que, en vezde dirigirse a la repristinación de la

poesía, se vuelve respeto devoto deescrituras que para nada lo merecen.La adoración, ya de por sí un tantofarisaica, de por ejemplo Fray Luis setrasmuta en veneración de escritosque seguramente lo traicionan, a él yal sentido común también.

De todos modos, advierto previa-mente que, cuando descubro corrup-ciones de los testos, no pienso engeneral en intromisiones mayormenteintencionadas, sino más en equivo-caciones de letras, con sus espacia-dos o sus rabos y ligaduras, en losvarios tipos de minúscula de las co-pias; de lo que apunto sólo un par decasos, en que sí ha corregido el yerroalgún MS o la edición moderna: enNo te engañe el dorado 36, Q , M1 y Vimprimían junta, lo que después seha reconocido como imita, dándonosun buen ejemplo de cómo la solamala discriminación de palotes de laescritura podía llevar al perseverantedesatino; o la costumbre, de que Fr.Luis mismo participaba, de escribirpor apóstrofo la -e final de palabra,en elisión o sinalefa sobre todo, comod' o q' o qu\ ha dado lugar a casos:en Virtud hija del cielo último verso,todos escribían de ume, hasta que Lladvirtió que no había en Galicia otrorío sino el Eume, y procedió a rectifi-car la fácil haplografía del que pareceahí único MS originario; y lo mismosin duda en Oh ya seguro puerto 56,donde lo trasmitido (y aun conserva-do por muchos editores) es opon el uo pon el, en vez de opon' el, o seaopone el.

En cosas como ésas o en si puede,en cierto tipo de minúscula, más omenos cursiva, haberse confundido acon u o, por el contrario, a con e, o ccon t o ui con m, aunque dejando a

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otros con más ojo y vagar el examinarmaterialmente el caso sobre los MSS,es en las que ante todo pienso al tro-pezar con una lectura desesperada.

Me limito por ahora casi sólo aunos cuantos lugares de poemas re-conocidos por todos como de manode Fr. Luis, aunque tengo apuntadosotros de las versiones, cuya esperien-cia me apoya también en lo que deéstos digo.

No habiendo consenso en la nume-ración de los poemas, ni menos enlos titulillos, los cito por el primerverso.

La cana y alta cimbre 49-50: mastu que solamente / temes del caroalfonso. En este caso sí que han re-conocido los editores lo imposible deltesto y han tratado de remediarlo.

En 50 Q, V y otros escriben al, pe-ro esto no quiero contarlo como errorheredado en común, ya que es hartofácil que, no entendido el verso ante-rior, con temes se escriba al maqui-nalmente; y es conmovedor el empe-ño con que JA trata de justificar estalectura (en lo que EG le sigue) acu-diendo a que en latín timére con Da-tivo significa "temer por", y que esoes lo que ahí Fr. Luis pretendía quese entendiera: un caso desesperado,pero ilustrativo.

El punto está en el que solamente.Ll corregía (porque, si no, pese a May los que le siguen, la sintaxis quedairreparable) el que en aquí, que paraerror gráfico satisface poco, Me enahí, peor aún, y ni lo uno ni lo otroproporcionando un buen sentido, y aArjona (noticia en G) se le ocurríaleer "Mas tú ¿qué?: solamente", que

era un valiente intento de dar al me-nos sintaxis a lo trasmitido.

De todos modos, el absurdo de lafrase no se cura con nada de eso:después de maldecir de la revuelta delos moriscos que retiene en las Al-pujarras al dedicatario Pedro Porto-carrero, pasando luego a comentar"tal es la Fortuna" y añadir una ses-tina con ejemplos de sus mudanzas,¿cómo a continuación va el poeta adecir del don Pedro que él, de toda lasarracina, solamente teme de (¿por?)su querido hermano Alfonso (ni me-nos "a su"), de cuyo heroico arrojo enla pelea pasan a seguido a referirsemuestras?

Tal vez la insensatez y descon-cierto pueda remediarse, a costo es-criturario muy modesto, reescribien-do en 49 mas tu qu' eso la tiente(donde pudo el propio Fr. Luis escri-bir eso en vez de esso, punto orto-gráfico sobre el que vuelvo en 5, o, sino, el autor de la copia originaria):con la estrofa intercalada, el copistaha perdido la noción de que la se re-fiera a Fortuna de seis versos másarriba, y eso ha favorecido el yerro:de que que se escribiera qu' ya anteshe dicho, y que en qu'esolatiente el tise mal-leyera m es fácil en algún tipode minúscula. Con lo cual quedaríaasí el pasaje, debidamente puntuado:

para que el nombre amigo(ay, piedad cruel) desconociesseel ánimo enemigo

40 y assí más ofendiesse.Mas tal es la Fortuna,que no sabe durar en cosa alguna:

ansi, la luz, que agoraserena reluzía, con nublados

45 veréis negra a deshoray los vientos aladosamontonando luegonuves, lluvias, horrores, trueno y fuego.

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Mas tú qu' esso la tiente50 temes del caro Alfonso, que, inducido

de la virtud ardientedel pecho no vencido,por lo más peligrosose lança discurriendo victorioso:

55 como en la ardiente arenael líbico león las cabras sigue,las azes desordenay rompe, y las persiguearmado relumbrando,

60 la vida por la gloria aventurado.

De más contento aún para el sen-tido (por cuanto respondería al "re-luzía" y demás de 43-48 y a lo de 73"Él, pues, relumbre claro") sería mastu qu' el sol la tiente (o hasta que alsol atiente, con un verbo "atentar"que no creo que esté en Fr. Luisatestiguado), sólo que el costo escri-turario parece prohibitivo.

Pero, sea de conjeturas y remedioslo que sea, el caso es que el testotrasmitido es ilegible, y que el yerroera común a la edición primera y atodos los manuscritos.

En vano el mar fatiga 18-19: secansa a(n)si y endura / el oro es loque dan los MSS y suelen imprimirlos editores, salvo que algunos, aper-cibiéndose en parte del tropiezo, seapoyan en el asi de varios MSS paraentender a sí "a sí mismo"; todavíadifieren en esto EG y JA. En todocaso, ni un "cansarse" en el sentidode "darse fatiga a sí mismo" parecedel lenguaje de Fr. Luis (es de caste-llano viejo que uno canse, con el"cansa" intransitivo, o, lo más, secanse, con igual valor, pero no quealguien canse a alguien o a un caba-llo, cuanto menos que se canse a sí

mismo, salvo lo que otros más en-tendidos puedan decir de la semánti-ca y sintaxis de ese verbo) ni se sabe,tras citarse el caso de Tántalo paraañadir "y más dura / la suerte es delmeçquino que sin tassa / se cansaansi" a qué puede referirse "ansí", o,si no, cómo puede el mezquino can-sarse a sí sin tasa.

Lo que debía de decir ahí es claroque era algo equivalente a lo que diceen el pasaje paralelo de ¿Qué valecuanto vee 9-10 "y perdona al dinero/ y contra sí se muestra crudo y fie-ro", esto es, que, mientras endura eloro o lo escatima (como ahí "perdonaal dinero"), se hace el mezquino oavaro a sí mismo otra cosa, que po-drá ser "gastarse" o, en todo caso,"maltratarse", con la antítesis queaún se despliega en lo que sigue ("y lamar passa / osado, y no osa abrir lamano escassa"), pero no ciertamentecansarse, y menos así, que no se sabecómo es, y menos aún sin tasa.

Por desgracia, no encuentro, trasmuchas vueltas, una conjetura pro-bable de lo que ahí debajo hubiera:espéndese o s'espende a sí está grá-ficamente harto lejos, ni acaba desatisfacer se lança a sí ("se arroja a símismo sin mesura"?), que sería másfácil para el error gráfico.

Tal vez lo mejor, sequexa os'aquexa "se mete prisa" o "se aje-trea", como la nube en Y dexas 22, sialguien esperto en esas escriturasentiende cómo pudo qu trasformarseen ca y ex en ás.

En todo caso, debe tratarse delmismo verbo que en la versión deVirgilio Egl. 1, 91 ha venido a dar enun no causará ("el vezino grey mal-sano / con males pegadizos tu reba-ño"; en Virgilio, nec mala vïcïnï peco-

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ris contagia laedent), que es igual-mente ilegible. G corregía dañará.

Pero lo cierto es que el testo tras-mitido, si se lee honestamente, no selee, y que el error que sea es común atoda la tradición impresa y manuscrita.

Otro enredo en la tradición, dis-tinto, pero no menos ilustrativo, es elque nos presenta en el mismo poemael v. 7: no da reposo al pecho / felipeni la india [mina] ni la rara / esmeral-da provecho, donde Q y muchos danindia y los MSS J mina. Como ni lamina ni la India me convencen, nidebían convencer a nadie (algunosMSS para intentar, en vano, reme-diarlo, suprimen a Felipe y escriben"el oro de la mina"), tenemos aquí elcaso de que la lección de la copia ori-ginaria la han leído los siguientesmal de dos maneras. Cuál fueraaquélla, que a tal ha dado lugar, conla coincidencia, siempre pronta alerror, de 5 palotes seguidos de "n","m", "i", o "u", acaso hasta de "I" o Vo "í" , de los que quizá los dos últi-mos pudo alguno leerlos como "u" ="y" y escribir, por ende, "b", que otroconfundió con "d", ya para leer india,no se me logra averiguarlo, aunque lomás propio, como se ve, al sentido yla sintaxis sería que se tratase deuna tela preciosa y de importaciónlejana, o sencillamente de armiño,que a veces se escribía arminio, yhasta arminia por "(piel) arminia oarmenia", lo que daría sin muchocosto un testo originario como nil'arminia o ni 'larminio. En este caso,pues, no es al arquetipo al que atri-buiríamos el error, justamente por-que son dos.

Oh ya seguro puerto 49-50: el otrocalma el viento / otro en las baxassirtes haze assiento: así algunosMSS, aunque desde Q y general-mente se ha escrito al otro. Los queasí lo editan se creen tal vez que enel v. 49 puede decir algo como "se lecalma el viento", esto es, "le sobre-viene una calma chicha" (en ese sen-tido aún tratan de esplicarlo EG yJA), pero es una ilusión bastanteinane; y ni siquiera creo que "calma"en el sentido de "cae en calma" (ymucho menos chicha) sea castellano.

En la enumeración de las variasdesgracias que a los navegantes pue-den ocurrirles, debe en esos dos ver-sos, para ser una desgracia completay clara, presentarse una sola, a sa-ber, la de quedar uno engolfado yquieto bajo el sol en las Sirtes de laLibia (harto famosas ya entre los an-tiguos por desventuras semejantes)por culpa de una calma de los vientos.

Propongo, pues, leer el pasaje, conla puntuación y las leves enmiendasque razono luego, del siguiente modo:

el otro en la encubiertapeña ronpe la nave, que al momentoel hondo pide abierta;el otro, calmo el viento,

50 dentro en las baxas Sirtes haze assiento;

a otros si roba el clarodía y el coracón el aguacero,ofrecen al avaroNeptuno su dinero;

55 otro nadando huye el morir fiero,

esfuerça, opon' el pecho;

La restauración en 49 tiene el in-conveniente de que el Adj. "calmo" no

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parece atestiguado, según la cuentadel Dice. Corominas, más que desde1583, de manera que éste sería untestimonio un poco adelantado; unaalternativa es en calma el viento, peromás costosa. En cambio, que en 50un dentro en minúscula, y más siescrito dêtro, lo leyera el copista, en-tre los otros otro(s) del pasaje, comouna vez más otro, me parece suma-mente fácil y "dentro en" o "dentro a"son giros preposicionales propios enFr. Luis.

En 51-54 tampoco es probable eltesto trasmitido, especialmente por elasíndeto entre 52 y 53, que contraríala marcha de la enumeración, y cabesospechar en 51 aotrossiroba confácil haplografia (o bien siaotros,donde sia se hubiera leído como unaA mayúscula inicial de estrofa), mejorque sospechar en el ofrecen de 53 uno y tantear algo como o freían.

Pero, en todo caso, lo que está cla-ro y aquí nos toca es que el(a)elotrocalmaeluiento de 49 es ilegi-ble y es la única lectura trasmitida.

Aunque en ricos montones 18-22:ni la Megera / con llamas infernales /con serpentino acote la alta y fiera //y diestra mano armada / saldrá de tuaposento solo un hora es lo trasmitidoy que así suele editarse, con tran-quila conciencia, al parecer, de quese está leyendo algo sensato. Pero yael hecho de que a la mano de estaFuria (a la que Fr. Luis había tomadogusto, sin duda a partir de Virg. En.XII, 846 ss., sin que pueda yo decidirsi él escribía más bien Megera queMeguera; cf. Las selvas conmoviera96-100: " Y la infernal Meg(u)era, / la

frente de poncoña rodeada, / guía ladelantera / de la morisca armada, /de fuego, de furor, de muerte arma-da") se la llame, con epítetos coordi-nados, alta y fiera, resulta de por síun tanto sospechoso; mas, cuandoluego hay que hacer encabalgamientode estrofa para añadir un tercer epí-teto, que tendría entonces que signi-ficar "hábil" (aunque otra cosa finjancreerse EG y JA, con su cita, no muya propósito, de unos versos de Séne-ca), la cosa se vuelve del todo increí-ble, y el que tamaña torpeza se atri-buya al estilo del poeta.

Está claro que diestra quiere ahídecir "la derecha", y que, por tanto,en lo de laaltaifiera se esconde algoque mencionaba la otra mano, la si-niestra; lo cual se confirma aten-diendo a los versos anteriores y a queiba a ser harto difícil para la Furiablandir en la misma mano las llamasinfernales y el azote de serpientes; ymás aún si recordamos figuras deFurias o genios similares en las ar-tes, que seguramente pudo ver Fr.Luis también, donde aparecen arma-das de sus implementos aterradoresen ambas manos.

Por desgracia, no puedo con segu-ridad adivinar lo que debajo de esasletras se escondía: siguiendo su trazoen minúscula cursiva, con la mayoreconomía descubro laaljavera, estoes, "la de la aljaba", que en efectopodría muy apropiadamente designarla "mano izquierda". Lástima que taladjetivo no aparezca atestiguado enparte alguna (en el Dice. Corominassólo un aljauera, aragonés y de 1350,que parece ser sustantivo y con elmismo significado de "carcaj" o "alja-ba"), de manera que habría de ser unhapaxlegómeno que debiéramos a Fr.

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Luis. Con lo cual el testo nos deja endudas, pese a lo adecuado al sentidoy a lo económico de la alteración delaaljauera o laaljabera en laaltayfierapara un copista que, desconociendola palabra rara, la trasformara en esepar de epítetos inoportunos.

Pero, otra vez, el arreglo es lo demenos: lo que importa es reconocerlo honestamente ilegible del testotrasmitido por MSS y primeras edi-ciones, y en este caso conservadotambién, sin mucho de alarma o no-tas, en las nuevas.

Me detengo aún un momento enotro punto del poema, v. 14, que noes propiamente caso de error comúna todos, pero puede ser ilustrativo delos avatares del testo de estas poe-sías: ni escucharas la cuita es lo queofrecen las ediciones viejas, Q y toda-vía V, con varios manuscritos. Comoeso era claramente imposible, Mecorrigió huirás (a leer con h- viva ydiéresis) bastante ingeniosamente,fundado en que en algunos MSS seleía oirás, y en ello suelen seguirle loseditores. Pero parece claro que eseoirás no era más que una traduccióndel escucharas trasmitido (quizá elcopista se armó lío con el juego denegaciones de negación a que Fr.Luis ahí se dedica: "ni el espanto /no velará en tu lecho / ni oirás", esdecir, "ni no oirás") y que es otra co-sa lo que bajo ese escucharas se es-conde: a saber, con muy pocas du-das, escusarás, como seguramentecorrigió en su MS el P. Méndez; don-de todavía una falta de ortografía deloriginal, escussaras, tal vez escritocon el signo alto de la doble s, podríahaber facilitado la alteración escucha-ras, única propiamente trasmitida.

Dicha falta podría ser del copista ode Fr. Luis mismo, que se permite ya,aunque raramente, rimar ossas conmedrosas o casa con passa (no veopor ahora casos de confusión en rimade ç con z ni de x con j), por no ha-blar de la frecuente confusión de bcon u (= u), incluso entre vocales yel vacilante tratamiento de h- comofonema o como "espíritu" que permitela sinalefa, debido tal vez en algunoscasos a alteraciones de los copistas.Eran tiempos en que estaba acaban-do de establecerse, en los dialectosdominantes, la mutación del sistemafonémico del castellano hacia el delespañol.

Con todo, la escelente ortografíaalfonsí del castellano, que no corres-pondía ya a la fonémica de la lenguade Fr. Luis mismo, era seguramentela que él, sin embargo, usaba, y másaún que en sus cartas, copiando susversos con el debido esmero. Por eso,como se ve, en los ejemplos que aquísaco prefiero devolver los versos a lavieja ortografía: menos malo, en todocaso, que la incostancia y anarquíaortográfica (no iba a volverse a in-ventar para el español una ortografíabuena) con que desde Quevedo paraacá se vienen imprimiendo.

No te engañe el dorado 1-7: es talvez el más hermoso galimatías que delas poesías de Fr. Luis se nos hatrasmitido y conservado en las suce-sivas ediciones, no sin, esta vez, in-tentos en varias de ellas o de arreglarel testo o de hacer como si se enten-diera lo ininteligible. El poema, comose sabe, está dirigido a un tal Che-rinto o Querinto (pseudónimo segu-

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ramente inventado por el poeta con elChair- de numerosos prosopóninosgriegos y el -inthos, frecuente asi-mismo en la onomástica, pero que estambién, en un como Diminutivo, elde apsinthion, el nombre de la plantade que nos hemos de ocupar ahora),y a nuestro asunto importa que, adiferencia de casi todos los dedicata-rios de sus odas (quitando la de Eli-sa, ya el preciado, donde los motivospueden ser algo semejantes) a ésteno lo apele Fr. Luis por su nombrereal, sino por un pseudónimo. Puesparece que el tal era harto aficionadoa los brebajes halucinógenos y espe-cialmente, como muy adelantadopredecesor de Baudelaire y sus ami-gos, al de absinthium o ajenjo o, co-mo el poeta lo llama, asensio.

¿De dónde, si no, se creen misantecesores que vienen "essa azuce-na, essa purpúrea rosa que el senti-do enajena" de w. 7-8? Cierto que losusos del ajenjo son múltiples y diver-sos, y ha hecho bien JA en sacar acolación el pasaje del PanegyricusDiuo Augustino en que la gran corte-sana del Apocalipsis se presenta conuna gran copa de oro en la que hayamarissima absinthia que sirven paraveneno y perdición. Y en cuanto alotro uso, que hace a los comentaris-tas acordarse del pasaje de Lucreciode los médicos endulzándoles conmiel a los niños el borde del vaso pa-ra hacerles tomar la amarga pócima,parecen ni siquiera darse cuenta deque ahí el ajenjo se usa como medi-cina, y nada tiene que ver con su usoen estos versos. Algo más cercano aése es otro uso, a saber, el del ajenjocomo amargo para fabricar wermut,que es el término alemán para"ajenjo".

Y llega el tal Querinto en esas afi-ciones a una ya madura juventud,que debía invitarle, como hace elpoeta, a dejar esas ensoñaciones por"el fruto / de gloria verdadera" y ahuir de las drogas o filtros, semejan-tes a los de Circe, y de los cantoshalagadores de las Serenas o Sire-nas, que tan ejemplarmente supoburlar Ulises. Refiero todo esto por-que ni siquiera estoy muy seguro deque se haya venido entendiendo bienel sentido del poema todo.

Pues bien, en su comienzo se lee,sin apenas variantes literales (en v. 2el, que Me corrigió en a el y sueleeditarse al), esto: no te engañe el do-rado / vaso ni de la puesta <a> elbevedero / sabrosa miel çevado /dentro al pecho ligero / Cherinto notraspasses el postrero // asensio tendudosa / la mano liberal qu' essaaçuçena... No voy a recorrer los in-tentos (ya seguramente desde la edi-ción de Quevedo misma) de pun-tuarlo y entenderlo, pero creo que engeneral se entiende a) que "no tras-passes el postrero / / asensio" formafrase, de modo que hasta a veces sepone punto ante "Ten", y b) que, portanto, todo lo anterior a "Querinto"queda junto en una maraña sintácti-ca, que, dejando aparte que "dentroal pecho ligero" se ligue con "no teengañe el dorado vaso" o prefiera li-garse con "no trapasses el asensio"creo que las más veces trata de re-solverse haciendo como si "el doradovaso ni de la puesta al bebedero sa-brosa miel cebado" quisiera para Fr.Luis decir "el vaso dorado, ni aunsiquiera estando cebado con la sa-brosa miel puesta en el bebedero",pretendiendo incluso para ello c) que"bebedero" quiera decir el pico sa-

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líente de la vasija por donde se bebe,que es por donde de ordinario no sebebe nunca, con importuna presiónseguramente de la miel en el rebordedel vaso de medicina de Lucrecio.

Pero todas esas halucinaciones sedesvanecen fácilmente, y, en cuantose deja uno leer, está claro que b) el"çevado" o envizcado eres tú, Que-rinto, a quien se compara con unpajarillo al que se le ha puesto, evi-dentemente en una tacilla o "bevede-ro" c), un cebo para él dulce y sa-broso a fin de que se meta en latrampa o liga que el cazador le tienearmada, que es lo que le ha pasado alque se cita en Huid, contentos 41-42"cuando desenlaçarse más pretende /el páxaro cautivo, más se enliga"; que,por tanto, es ahí, a esa trampa, adon-de no debes traspasar o sobrepasarte,y el juego de negaciones "ni / . . . / notraspasses" es tan trivial para Fr. Luisque ni hace falta buscar ejemplos, y a)que, por consiguiente, a lo que tienesque tener "dudosa la mano liberal" esal postrer o último vaso de ajenjo(wermut o absinthe) de modo que, siése lo tomas ya con dudas, no se teocurra pasar a otro.

Ahí seria la única alteración literal deltesto (salvo lo que luego diré sobre el v.4), que me obliga a corregir en v. 5 el enal, tan fácilmente como lo hemos vistohecho en el v. 2. De manera que enten-deríamos y puntuaríamos así:

No te engañe el doradovaso ni, de la puesta al bevederosabrosa miel çevado,dentro al pecho ligero,

5 Cherinto, no traspasses: al postrero

asensio ten dudosala mano liberal, qu' essa açuçena

Sólo, que me ha tentado muchopensar que en v. 4 pecho ligero espoco satisfactorio, ya sea que se liguesintácticamente con "no te engañe",ya sea que con "no traspasses"; y,siendo evidente la imagen del paja-rillo con el cebo en bebedero paraatraerlo a una trampa en la que que-de enligado, como he recordado deHuid, contentos 42, me resultabaatrayente imaginar algo como unpercho liguero, entendiendo que "per-cho" sea una alternativa de "percha",que significa bien el armadijo de ca-zar pájaros (y "perchar" para "cazarpájaros" está desde el s. XIV atesti-guado), y que un armadijo de aucu-pio en el que además se utiliza liga ouiscum debería llamarse así, paraque dijera "dentro al percho liguero,Querinto, no traspases". Por desgra-cia, ni encuentro "percho" o formacercana en parte alguna, ni siquieraun Adj. "liguero" puedo atribuírselo aFr. Luis; y mi peor enemigo es que séde su uso casi maniático de "pecho"en mil vagas acepciones, que ya lla-maron la atención de R. Lida de Mal-kiel en un conocido artículo, y aúnpara peor, en la versión de Horacio CII 8, 20-22 me encuentro con el "lige-ro / pecho de las hermosas / ninfas".

Así que debo resignarme a enten-der (aunque ligue con él "dentro alpecho ligero" sueltamente) el "no tras-passes" como absoluto, de lo cual, so-bre todo en el sentido de "pasar lalinde", "cometer infracción", no faltanprecedentes: sería "no te escedas, entus frivolas veleidades, del términoprudente".

Aquí, a la verdad, la alteración queen el testo primario habría (si no lahay en pecho ligero) es mínima. Pero

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el error de puntuación y entendi-miento que ella revela es sin dudaviejo, común y perseverante.

Por lo demás, no tengo vagar niganas de averiguar si el uso de bre-bajes de ajenjo, potente vermut o li-cor de absenta, era conocido y fre-cuente en los tiempos y círculos delas mocedades de Fr. Luis: que otrosmás doctos y curiosos me informende que no. Yo leo.

Voy a pasar ahora a errores queconsisten en o que implican una alte-ración del orden de las estrofas queparece igualmente común a toda latradición del testo y siguen mostran-do así que, al menos para la co-lección de la mayoría de las piezas,todas nuestras copias proceden deuna misma fuente.

Pero quiero antes desviarme unmomento, a tal propósito, a las ver-siones, que ahora no voy a examinardetenidamente, aunque también enellas he anotado de probables errorescomunes múltiples indicios: ahora,solamente traer a colación el caso delas versiones de las Églogas III y VIIde Virgilio, que, como se ha adverti-do, dejan sin traducir un poco de losfinales, de la III el verso Claudite iamriuös, puerî: sat präta bibërunt, enque Palemón, tras dejar en empate ladisputa amebea de los dos vaqueros,se vuelve a los criados que veníancon él al riego; de la VII, los 2 versoscon que Melibeo cierra el recuerdo dela contienda de Coridón y Tirsis queacaba de referir, Haec meminï, et uic-tum frustra contendere Thyrsim. / Exülö Corydön Corydön est tempore nôbïs.

Como es imposible atribuir a Fr.Luis descuido semejante (verso nin-guno falta en el resto de las versio-nes, y no hay en esos dos pasajesmotivo especial ninguno para supri-mirlos, sino mucho motivo para ce-rrar con ellos el curso de las églogas),se impone pensar que de hecho tra-dujo esos finales, a saber, el de la III,que virtió en tercetos, con un añadi-do de 3 versos, y el de la VII, en octa-vas reales, con una octava más.

No ha dejado de intentarse a vecesreparar la evidente falta: en algunosMSS J, el final de la III con 3 versos,que interpretan el sentido mal; tam-bién Ve, al final de la VII, echó suoctava. La amplificación que se re-quiere parece algo escesiva, pero devez en cuando Fr. Luis se deja en lasversiones llevar a desarrollos seme-jantes del original. Siguiendo en loposible su paso acostumbrado, ten-dría que ser algo como esto: final dela III, "Ea, atajad ya, mozos, la salida/ de los regatos: ya toda la tierra / delos prados bastante está embebida";y de la VII, "Éstos los versos son queen la memoria / me han quedado, yde cómo todavía / el Tirsis, infeliz,por la victoria / seguía compitiendoen su porfía, / bien en vano, porcuanto que notoria / su derrota eraya. Desde aquel día, / para mí Cori-dón, sin más razones, / es Coridón yno hay más Condones."

Los versos, pues, que Fr. Luis es-cribiera en ambos sitios han tenidoque perderse de una vez y por todas,en la copia primaria de que derivantodas las que tenemos, y por algúnmotivo que sin duda tiene que vercon el hecho de ser los finales de laspiezas. Por ejemplo, podían esos ver-sos, 3 y 8 respectivamente, ser esce

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dentés de una plana completa delcopista, que además, para peor coin-cidencia, terminaba en punto; demanera que, si pensamos que el es-cribiente hacía descanso al terminarpágina o varias (de las suyas), es ra-zonable que, al volver a la labor, olvi-dado de que le faltaba de copiar algode la pieza del exemplar (acaso el es-crito por mano de Fr. Luis mismo),pasara sin más, en cabeza de su pá-gina, al título de la égloga siguiente.

Y por cierto que, como la versiónde la III conservada tiene 157 versosy la de la VII 128, si el accidente hasido el mismo en ambos casos, ladiferencia, 29, nos daría el númerode versos por página que en aquellacopia primera se contenía. Lo cual,sin embargo, no compromete el cál-culo del formato y versos por planade la colección de poemas originales,que bien puede haberse hecho enotro cuaderno diferente.

Sea de ello lo que sea, el caso esque tenemos también aquí un buentestimonio para reconocer el origenúnico del testo que llegó a la primeraimpresión y a los más de los manus-critos. Con lo que vuelvo a algunosaccidentes de las poesías de Fr. Luismismo.

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No siempre es poderosa, 22-42: yade entrada, hay en 31-33 y ciegos a"ira apuren / lo propio y lo diverso algode inquietante, porque no se ve, casoque "apurar" signifique, como sueleen Fr. Luis, "purificar", pero tampocosi significa "apurar" o "averiguar",cómo es eso de que nunca harán da-ño "el odio y el poder y el falso enga-ño", por más que "ciegos de ira apu-

ren lo propio y lo diverso": tal vez,con mucha benevolencia, "por másque agoten en su investigación, per-turbada por la ira, los recursos pro-pios al caso y los que no vienen acuento".

En éste, como en otros lugares delos poemas, se han dedicado los es-tudiosos, partiendo de la identifica-ción de las cosas que los versos di-cen con los accidentes reales delpoeta, especialmente su proceso in-quisitorial, y la del YO (en este caso,LE) de la poesía con Fray Luis enpersona, a tratar de resolver este líopor aplicación de sus conocimientoshistóricos de hechos o personajes;vanamente: porque, aparte del peca-do mismo de caer en esa identifica-ción, tampoco esos recursos ayudande veras a entender lo que aquí sedice.

Más sospechoso hace aún el testo,a continuación, la acumulación deAdjetivos, lo diverso ajeno estraño,que no se ve siquiera intención retó-rica que la justifique; o ¿iba Fr. Luisa ponerse, en una poesía, e esplicarescolarmente el significado de "diver-so" con un par de sinónimos su-puestos? Pero, más aún, en jamas leharán daño el le nos deja sin saber aquién hace anáfora: ¿va a ser a "ni lallaneza / ni la inocente vida / ni la fesin error ni la pureza" de 8 y 10 ver-sos más arriba?, y ¿es de ellas de lasque se añade "antes, cual fino oro,recobra del crisol nuevo tesoro",igualmente reduciéndolas al Singu-lar?

Ahora bien, cuando en la estrofasiguiente se encuentra uno con, v.36, "el ánimo constante", se le des-cubre la manera en que, con unainversión del orden de estrofas, yendo

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la 36-42 detrás de la 22-28, se reme-dia en gran parte el desaguisado.

Ya JA ha reconocido que es ahí, a"ánimo", adonde ha de referirse el"le"; sólo que, antes que faltar al res-peto a la tradición del testo, prefierecreer que el "le" puede hacer unacatáfora al "ánimo" siguiente, faltán-dole al respeto al lenguaje mismo.

Así restituiríamos, pues, el discur-so, con la puntuación consiguiente, yun par de cruces todavía:

No puede ser vencida,ni lo será jamás, ni la llanezani la inocente vidani la fe sin error la pureza.Por más que la fierezadel tigre ciña un ladoy el otro el basilisco enponcoñado,

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3637 303839404142 35

2930313233 403435

el ánimo constantearmado de verdad, mil azeradas,mil puntas de diamanteenbota y enflaquece y, desplegadaslas fuerças encerradas,sobre el opuesto bandocon poderoso pie se ensalça hollando;

por más que se conjurenel odio y el poder y el falso engañoy, ciegos d' ira apurenlo propio y lo diverso *ajeno* estraño,jamás le harán daño:antes, cual fino oro,recobra del crisol nuevo +tesoro+

y sigue, tan congruentemente comoen el otro orden, la última estrofa "ycon cien vozes suena...".

Queda, con todo, la ya señaladaimpertinencia del v. 32->39. Veamossi, con la nueva disposición, puedelibrarse a Fr. Luis de ella: fijada laanáfora del "le" que sigue en el ánimocostante, una solución que casi notoca a las letras es descubrir bajo elajeno un ayerro o aierro o ajerro ydejar que estraño se refiera, en sub-

predicación, a "le", al ánimo: "estrañoél a yerro, jamás le harán daño".

Tampoco el tesoro del v. 35 (y creoque varios lo han advertido) parecedigno del arte de Fr. Luis; no doy conun término de escritura lo bastanteparecida al que en la copia hubieraremplazado: acaso un deverbativoatesoro de atesorar.

Mas, sea de las posibles repara-ciones lo que sea, lo que aquí nosatañe es que lo insano del testotrasmitido, y lo común a MSS y edi-ción impresa, quede bien al descu-bierto.

Virtud, hija del cielo 16-30: aquí estan sólo la congruencia y esmero enlas conexiones a que la poesía de Fr.Luis nos tiene acostumbrados lo quedescubre una muy probable altera-ción del orden de las estrofas: la 26-30, intercalando la comparación conla flecha y la bala de bombarda, de-bía venir tras la exaltación de lo rá-pido de la carrera de Portocarrero, yno después de la de su ascenso a lacumbre de la virtud, mientras que esdespués de esto cuando viene justala mención de su benéfico gobiernosobre los gallegos. No me detengo enrazonar más sobre estas conexiones,que, para un poeta sensato y esme-rado como Fr. Luis, me parecen decasi tan rígida probatura como lasgramaticales. Dejo sencillamente allector que lea de una y otra manera lasucesión de las estrofas y que juzgue:

Y por tu senda agoratraspassa luengo espacio con ligeropie y ala voladorael gran Portocarrero,

20 osado de ocupar el bien primero:

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26 ni mueve más ligera27 ni más igual divide por derecha28 el aire y fiel carrera29 o la traciana flecha30 25 o la bola tudesca un fuego hecha;

21 del vulgo se descuesta.22 hollando sobre el oro; firme aspira23 a lo alto de la cuesta;24 ni violencia ni ira25 30 ni dulce y blando engaño lo retira.

De donde procede consecuente-mente (y no como iba detrás del v.30->25) a lo de "En pueblo inculto yduro / induce poderoso igual cos-tunbre" y lo que sigue.

Por lo demás, es bien sabido que elsalto de versos, y tanto o más fácil-mente de estrofillas como éstas, espor doquiera uno de los accidentesque más a menudo se producen en lacopia (la manuscrita, la mecano-gráfica y cualquiera), a poco que ladistracción del escribiente se vea fa-vorecida por alguna coincidencia,como en el caso de No sienpre es po-derosa la repetición del "por másque" en 26 y 36->29, o en este casola multiplicación de los "ni" en 26-27-» 21-22 y 24-25 -> 29-30, y siempre,desde luego, favorecida por la prisade terminar la plana cuanto antes; yque asimismo es frecuente que elcopista luego se percate del salto yque, para remediarlo, al suplir losversos o estrofa saltada fuera de susitio, señale, con marcas o con rayasal margen por ejemplo, el intento derestitución al lugar debido, señal queen la copia posterior los nuevos es-cribas las más veces o la dejan per-der sin entenderla o no lo atienden asu tiempo.

Lo que aquí nos toca es que eltrastrueque de esa estrofa se ha te-nido que producir en la copia única

de que sospechamos que procedentodas, las de estas poesías por lomenos, y se ha perpetuado en unatras otra hasta el presente.

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¿Qué santo o qué gloriosa 35-40 y91-95: más graves aún se me apare-cen los motivos para sospechar aquíel salto de una lira, que, como mu-chas veces suele hacerse, se ha co-piado, remediando el olvido, al finaldel poema todo.

Iniciada la lista de los espíritusgloriosos a que invocar, empezandopor Cristo y siguiendo luego por laVirgen, se pasa enseguida, en w. 36ss., a esta otra invocación espíritudivino / no callare tu voz, tu pechoopuesto / contra el dragon malino,que claramente se dirige a San Mi-guel Arcángel, (apenas apuntaré laduda de que, no siendo el Arcángelconocido cono voceador ni siquieracomo orador o votante en el ConsejoSumo, se esperaría más bien "no ca-llará mi voz tu pecho opuesto", etc.,cono dice en v. 43 "a tí mi voz profe-sa"; pero ello no basta a asegurar unerror en el primer copista), y sigue,en la misma lira, ni tu en olvido pues-to / que a defender mi vida estas dis-puesto, donde los comentaristas hanreconocido bien que se trata del Án-gel Custodio o de la Guarda (pasandode la más elevada jerarquía angélicaa la más humilde), aunque la verdades que no sé cómo se han enterado(como no sea que les ha llegado noti-cia indirecta de un testo no desba-ratado), porque ello es que en ese parde versos ni hay cabal sentido nisintaxis (y a continuación viene ya,en 41 ss., San Pedro, sin dar lugar a

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más), de manera que supongo que secree que eso puede querer decir "nitú en olvido serás puesto, tú, queestás dispuesto para defender mi vi-da", lo cual ni reconozco del lenguajede Fr. Luis ni del castellano.

En ésas nos quedamos; pero al fi-nal, después de estar el poeta ha-blando a Dios en varias liras y termi-nando en ésta, 86-90, "Da paz aaqueste pecho, / que hierve con do-lor en noche oscura; / que, fuera d'este estrecho, / diré con más dulçura/ tu nonbre, tu grandeza y hermosu-ra", que es lo que a uno le sonaríapropio para cierre de la altisonanteoda, nuestras ediciones nos añadenésta otra: no niego dulce anparo / delal alma que mis males son mayores /que aqueste desanparo / mas cuantoson peores / tanto resonaran mas tusloores. ¿Qué hacer con esto? ¿Hanoído ustedes alguna vez que a DiosPadre se le llame dulce amparo delalma? En cambio, sí les suena bien aquién puede decírsele propiamente.Así que, atando cabos, si reconoce-mos en esa estrofa un apéndicepuesto para reparación de un salto enla copia y la trasladamos a su sitio,tras el v. 40, quizá, a la vez que resol-vemos el asunto del Ángel de la Guar-da, dejemos que la oda concluya con elv. 90 "tu nonbre, tu grandeza y her-mosura", que a ello parece destinado.

Para el giro de frase que liga el v.40 con esos 91-95 que tras él trasla-do, es útil comparar el mismo giroretórico ("Ahora mi desgracia me haapartado de tí, pero, cuanto mayormi mal, más lucirá tu gracia"), sóloque dirigido a la Virgen, en Virgenque el sol más pura 92-99: "Bien sa-bes que en tí espero / desde mi tier-na edad; y, si malvada / fuerça que

me venció ha hecho indina / de tuguarda divina / mi vida pecadora, tuclemencia / tanto mostrará más subien crecido / cuanto es más la do-lencia / y yo mereçco menos ser vali-do". Nótese el "guarda".

En cuanto a la sintaxis, me que-daba alguna duda de que pudieraentenderse de otro modo, si pensá-ramos que ya Fr. Luis usaba "puestoque" como Conjunción a nuestro mo-do (en la versión de Píndaro 01. I150-153 tenemos la misma ambi-güedad, que admitiría como una dedos lecturas "y dame la victoria enElis, puesto / que a dilatar las bodasy concierto / el padre está dispuesto,/ dado que son ya trece los que hanmuerto", y ciertamente el originaldice, v. 79, epei, que más literal-mente corresponde a "puesto que"que a "que"'), pero, visto que de esemodo el tú de v. 39 iba a quedar col-gado, y considerando que el en olvidopuesto anuncia bien el aqueste de-sanparo (mutuo sin duda) que va aseguir, prefiero entender y puntuar eltramo recompuesto (entrando el túcomo Sujeto de que a defender mi vidaestás, aunque esta Oración quede su-bordinada a la de no niego, y a nadie leestraña ya la Negación redundante de"ni /.../ no niego", a que por otros gi-ros de Fr. Luis estamos acostumbra-dos) del siguiente modo:

Espíritu divino,no callaré tu voz, tu pecho opuestocontra el dragón malino.Ni tú, en olvido puesto,

40 que a defender mi vida estás dispuesto

91 no niego, dulce anparo92 del alma; que mis males son mayores93 que aqueste desanparo,94 mas, cuanto son peores,95 45 tanto resonarán más tus loores.

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Que, en todo caso, las incon-gruencias de 39-40 y de la estrofapuesta como última han de procederde yerro común a toda la tradición dela oda, confío en que también en estecaso resulte un tanto paladino.

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Y no me detengo ya en otros pun-tos que al propósito he registrado:entre ellos, el caso del oye que pordos veces ofrecen MSS y edicionesdesplazando en error común a unoyó, normal para Fr. Luis, pero noseguramente para copistas que de-cían oigo, una vez en Folgava el reyRodrigo 31, pese al veo que en 40continúa, otra en Las selvas conmo-viera 87: oye que <ya> la voz, lecciónvulgata, en vez de lo que debió seroyó ya que la voz u oyó, oyó que lavoz, asegurado otra vez en v. 89 porel veo; o el caso del último verso deInspira nuevo canto, donde el inopor-tuno dio ya debe de venir, en errorcomún y gráficamente esplicable, deun "viera" escrito biera, del que, en laotra redacción del poema que estavez nos ha llegado, buelva podría serotra fácil desviación; o como el tristecaso de El aire se serena 43, dondelos editores (pese a la advertencia yaanotada en V) se han ostinado enpreferir, con toda la tradición escrita,un amigos, arrastrado sin duda en laprimera copia por el os precedente, ysumamente detestable, no ya por elquien, que efectivamente podía ir conAntecedente Plural, sino porque es aSalinas a quien se está hablando y aquien aún se vuelve a hablar, el soloal que sensatamente en este trancese le puede llamar "gloria del apolí-neo sacro coro".

Ni tampoco me paro a aportar da-tos de las versiones (como aquel temíde la de Hor. CI 13, 19, que ya algúnMS de los q corregía, de acuerdo conHoracio, en teme), que apenas heestudiado a fondo todavía.

Demos por bastante, con los casosanalizados de las poesías de Fr. Luismismo y por todos recibidas comotales, para quedar razonablementepersuadidos de que al menos para lacolección principal de los poemas, laedición Q y los MSS proceden todosen último término de una sola ymisma copia, según lo aseguran losmúltiples errores comunes a todosellos y, los más, no reconocidos enlas ediciones sucesivas.

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El dar esto por cierto nos permiteel más venturoso hallazgo que a laspoesías de Fr. Luis podía acontecer-Íes, puesto que se refiere a la másusada de ellas, la de ¡Qué descansa-da vida, y que además podemos ase-gurar, por costante testimonio detodas las copias de colección (y aunla curiosa nota con que el MS H laaplazaba para otro sitio), que figura-ba la primera en el arquetipo o copiaoriginaria, como ha seguido figuran-do en todas las ediciones.

La cual se ha venido leyendo, des-de Q y seguramente en copias ma-nuscritas desde 50 años antes, en unorden disparatado, ya de por sí y másaún para las costumbres de compo-sición de Fr. Luis mismo, a saber:después de las 4 primeras liras, ter-minando en la pregunta del "¿Quépresta" y lamento de las "ansias vivasy mortal cuidado", se lanza, en exabrupto a la esclamación "¡Oh monte,

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oh fuente, oh río!" (que algunos co-pistas y editores, no sé si perturba-dos por la estrañeza, alteraban en"¡Oh campo, oh monte!" o en "¡Ohcampo, oh fuente!") y a esplicar losbeneficios de ese "secreto seguro",para 4 liras más tarde pasar, con el"Del monte en la ladera", a darcuenta de qué monte, fuente o ríoeran aquéllos, con la consecuenciade que, una vez que lo ha descrito en4 liras, se lance, en 61, con "Téngan-se su tesoro" a seguir rechazando eldinero y poder del mundo, que era loque en 27-40 estaba rechazando.¿Puede darse más nítido desconcierto?

Pero esa ordenación disparatadase cura de un golpe, sólo con imagi-nar, un poco materialmente, de lacolección de poemas preparada yprologada por Fr. Luis mismo, cómopodía ser la copia única de la quetodas las posteriores han salido:basta con que, hecha en cuaderno deformato pequeño o con letra grande,contenga 4 liras por carilla: entonces,si estaba escrita sólo por el anverso,la 2a y 3 a hojas del poema habrían,desencuadernándose, trastocado suorden, o, mucho más probablemente,escrita la copia por ambas caras, las4 primeras liras tras el prólogo aPortocarrero o, mejor, tras una cari-lla de portada, habrían caído en re-verso o página par, y la hoja si-guiente, descosida, se habría recom-puesto colocándose del revés, reversopor anverso, un accidente que esta-mos acostumbrados a encontrar es-pecialmente en las hojas primeras oúltimas de los códices. Con lo cual,todo el poema recobra sin más suordenación sensata, tan seductoracomo apacible.

Puede que a algunos les asombreque durante 4 siglos se haya venidoleyendo esta poesía, cargando sobreella montañas de comentarios escola-res o eruditos y de retórica de enco-mios, descuidando en tanto la ele-mental empresa de leerla, sin queapenas en tanto tiempo (salvo quizáalguna observación que otra de unestudioso más honesto, de que eraesta poesía más descosida o peor ar-ticulada que las otras que de Fr. Luisnos han llegado) se haya nadie aper-cibido de la perversión de orden queestorbaba la lectura.

A quien haya padecido y sentidolargamente lo que es Literatura y Li-teratura de la Literatura no le asom-brará tanto.

Sin ponernos por ello demasiadomelancólicos, en tanto y no que seme dan acaso tiempo y ánimos paravolver la atención a estas obrecillasdel fraile y preparar una edición crí-tica de sus poemas y versiones, quie-ro ofrecerles a los lectores en primi-cia éste devuelto al orden en que élsin duda lo escribiera:

¡Qué descansada vidala del que huye el mundanal ruidoy sigue la escondidasenda por donde han ido

5 los pocos sabios que en el mundo han sido!,

que no le enturbia el pechode los soberbios grandes el estado,ni del dorado techose admira, fabricadodel sabio moro, en jaspes sustentado;10

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no cura si la famacanta con voz su nombre pregonera,ni cura si encaramala lengua lisonjeralo que condena la verdad sincera:

¿qué presta a mi contentosi soy del vano dedo señalado,

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si en busca d' esse (este) vientoando desalentado

20 con ansias vivas, con mortal cuidado?

Del monte en la laderapor mi mano plantado tengo un huerto,que, con la primaverade bella flor cubierto,

25 ya muestra en esperança el fruto cierto;

y, como codiciosapor ver y acrecentar su hermosura,desde la cunbre airosauna fontana pura

30 hasta llegar corriendo se apressura,

y luego, sossegadael passo entre los árboles torciendo,el suelo de passadade verdura vistiendo

35 y con diversas flores va esparciendo.

El aire el huerto oreay ofrece mil olores al sentido;los árboles meneacon un manso ruido

40 que del oro y el cetro pone olvido.

¡Oh monte!, ¡oh fuente!, ¡oh río!¡oh secreto seguro deleitoso!,roto casi el navio,a vuestro almo reposo

45 huyo d' aqueste mar tenpestuoso.

Un no rompido sueño,un día puro, alegre, libre quiero;no quiero ver el ceñovanamente severo

50 d'a quien la sangre ensalça o el dinero.

Despiértenme las avescon su cantar sabroso no aprendido,no lo cuidados gravesde qu' es siempre seguidoel qu' al ajeno arbitrio está atenido.55

60

65 cuando el çierço y el ábrego porfían,

la conbatida antena [entena]cruxe, y en ciega noche el claro díase trueca, al cielo suenaconfusa vozería,

70 y la mar enriquecen a porfía:

a mí una pobrecillamesa, d' amable paz bien abastada,me basta [baste], y la baxillade fino oro labradasea de quien la mar no teme airada.75

80

85

Y, mientras miserable-mente s' están los otros abrasandocon sed insaciabledel no durable [peligroso] mando,tendido yo a la sonbra esté cantando,

a la sonbra tendido,de yedra y lauro eterno coronado,puesto el atento oídoal son dulce acordadodel plectro sabiamente meneado.

Agosto, 1999

Vivir quiero conmigo,gozar quiero del bien que devo al cielo,a solas, sin testigo,libre d' amor, de zelo,de odio, d' esperança, de recelo.

Ténganse su tesorolos que d' un falso [flaco] leño se confían:no es mío ver el llorode los que desconfían

26beronymus