¿De qué lado estás?: El papel de la Antropología en las ... · época, que hasta el día de hoy...
-
Upload
vuongduong -
Category
Documents
-
view
215 -
download
0
Transcript of ¿De qué lado estás?: El papel de la Antropología en las ... · época, que hasta el día de hoy...
1
¿De qué lado estás?: El papel de la Antropología en las disputas territoriales
por la construcción de presas en México
Mónica Montalvo Méndez. UAM-X
Anahí Copitzy Gómez Fuentes. CUSUR-UDG
Resumen:
El objetivo de esta ponencia es reflexionar acerca quehacer académico, ético y
político de las y los antropólogos, tomando como catalizador de la discusión, las
investigaciones que se han realizado en la Antropología desde hace más de 50 en
México, en torno a la construcción de presas, y situar las tensiones a partir de los
trabajos que provienen de investigaciones ligadas a los promotores de los
proyectos y las investigaciones vinculada a las luchas por el territorio. Además de
preguntarnos ¿Cuáles son los retos y dificultades que nos enfrentamos en esta
discusión como mujeres investigadoras?
Abstract:
The objective of this paper is to reflect on the academic, ethical and political work
of the anthropologists, taking as a catalyst the discussion, the research that has
been done in Anthropology for more than 50 in Mexico, around the construction of
dams, and place the tensions from the work that comes from research linked to the
promoters of projects and research linked to the struggles for the territory. In
addition to asking ourselves, what are the challenges and difficulties that we face in
this discussion as women researchers?
Introducción
Realizar un análisis histórico de la práctica antropológica en la construcción de las
presas en México, nos permite tejer diversas discusiones. Por una lado, al
cuestionar el papel de la Antropología en un contexto tan adverso y debatir entre
las diversas apuestas epistémicas, éticas y políticas, para lograr un debate mayor
como sector académico.
En las discusiones sobre el desarrollo que tocan la construcción de los
megaproyectos y específicamente, las presas, sigue siendo fundamental. Sin
perder de vista los debates que se han incorporado desde la década de 1970
hasta la fecha, pero también la incorporación de nuevas miradas con los aportes
del feminismo.
Los antropólogos no sólo han sido los cronistas de la construcción de presas en
México, sino también actores. La participación de los antropólogos en la
construcción de estas obras, se centra muchas veces en las primeras etapas de la
obra (identificación, preconstrucción y construcción), en donde su trabajo se ubica
2
en las relaciones con las poblaciones que resultan afectadas por la construcción
de la cortina o del embalse, que en las grandes presas se traducía en
desplazamiento forzado. En contraparte, también han jugado el papel de
acompañantes de las comunidades afectadas por las obras.
La antropología y las presas en México
La política del Instituto Nacional Indigenista (INI) empleada particularmente para el
caso de la construcción de presas en México, fue el paradigma del indigenismo
integrativo, centrado en la comunidad. Se consideraba que los indígenas que
resultarían afectados por la construcción de las presas vivían en un gran atraso
cultural y económico, el cual les impedía tener acceso al desarrollo nacional,
además que los mantenía como población vulnerable ante los abusos de los
caciques y los grupos de poder. Esta misma forma de pensar era compartida por
los funcionarios y trabajadores de las instancias gubernamentales encargadas de
desarrollar los proyectos (Luna, 2010:409). En estos procesos, los funcionarios del
INI, a través de los centros coordinadores, fungieron como intermediarios o
interlocutores entre los indígenas y las instituciones de gobierno, con un carácter
asistencialista en sus acciones.
La construcción de presas también ha tenido diversos momentos siendo de los
años cuarenta a los ochenta, la etapa de mayor construcción de grandes presas
promovida en su mayoría por la Comisión Federal de Electricidad y posteriormente
por la Secretaria de Recursos Hidráulicos, que después se transformaría en la
Comisión Nacional del Agua.
En los años noventa se gestó un importante debate internacional sobre los
beneficios y afectaciones de estas obras, discusión reflejada en el documento
Represas y Desarrollo: Un Nuevo Marco para la Toma de la Comisión Mundial de
Represas que implica modificación en la política de préstamos del Banco
Mundial.1
A partir del año 2000 en el sexenio del panista Vicente Fox (2000-2006), se vuelve
a poner la discusión de las hidroeléctricas en nuestro país, después de un periodo
de poca inversión en infraestructura, así la CFE anuncia la construir de seis
grandes presas en los estados de Nayarit, Oaxaca, Guerrero y Chiapas y el inicio
de la industria privada nacional e internacional con mini hidroeléctricas en el
estado de Veracruz, Puebla y Chiapas.
El primer antropólogo que intervino en un proyecto de construcción de presas en
México, fue Alfonso Villa Rojas. En 1949 elaboró una monografía sobre el río
Papaloapan en donde se presentaba la situación de la cuenca y las razones
1 Tiempo después el estadunidense Patrick McCully director de Internacional River publicó Ríos Silenciados (2001). Internacional River es una organización clave para la articulación del movimientos anti presas en el mundo, teniendo presencia en todos los continentes y siendo parte de las luchas más emblemáticas que se han dado en relación a estos conflictos.
3
gubernamentales que durante el sexenio del presidente Miguel Alemán (1947-
1952), llevaron a la creación de la Comisión del Papaloapan, así como los
proyectos de presas y de desarrollo que se realizaron en la cuenca (Villa Rojas,
1949).
La Comisión trató de emular el modelo del Tennessee Valley Authority (TVA) en
Estados Unidos de Norte América, en cuanto a la construcción de infraestructura
hidráulica, tanto para la creación de nuevo regadío y generación de
hidroelectricidad, así como para el control de avenidas. Además de la Comisión de
la Cuenca del Papaloapan, se fundaron la Comisión de la Cuenca del
Tepalcatepec, también en 1947, la del Lerma-Chapala-Santiago en 1950 y la del
Grijalva-Usumacinta en 1951 (Bartolomé y Barabas, 1990: 26).
Una segunda publicación de Villa Rojas propiamente antropológica, es la
etnografía intitulada Los mazatecos y el problema indígena de la cuenca del
Papaloapan publicada en 1955 por el INI. Este documento puede considerarse
como uno de los primeros sobre antropología y presas en México. Fue producto
de un trabajo de campo realizado en 1949 por un equipo de antropólogos liderado
por Villa Rojas. La preocupación principal era que al tratarse de poblaciones
indígenas las cuales se verían impactadas, era necesario atender los impactos
socioculturales y conocer los problemas adyacentes en los grupos indígenas (Villa
Rojas, 1955).
A la par del trabajo de Villa Rojas, podemos encontrar lo que se puede considerar
el primer artículo publicado de Rodolfo Stavenhagen sobre la participación del INI
en la reubicación de indígenas en la cuenca del Papaloapan por la construcción de
la presa Presidente Alemán. Desde su posición de estudiante, su trabajo presenta
un análisis crítico y hace notar la falta de criterios institucionales para proteger los
derechos humanos individuales y sociales de los mazatecos (Nahmad, 2013:183).
A pesar de su postura crítica, después de ser estudiante asistente se convirtió en
antropólogo residente del INI en un pueblo indígena de la cuenca del Papaloapan.
Desde su nueva posición “‘mandaba la vida y la suerte de todos’, pues decidía
sobre la escuela, la salud, los créditos agrícolas, las obras, las viviendas, la justicia
y la política” (Amador, 2016).
En 1958, Gonzalo Aguirre Beltrán publicó “Viejo y Nuevo Ixcatlán”, documento
producto del trabajo de campo desarrollado un año antes en dos pueblos de la
cuenca del Papaloapan por un grupo de antropólogos bajo su dirección (Aguirre
Beltrán, 1958:241). Básicamente lo que relata el informe es la situación de los
habitantes del viejo Ixcatlán, el cual tuvo que ser desalojado y reubicado. Por otra
parte, también se estudiaron las dificultades que se presentaron con la
movilización de la población hacia lo que se denominó el Nuevo Ixcatlán. Llama la
atención que en el informe que presenta Aguirre Beltrán al relatar algunas
circunstancias de los dos poblados producto del reacomodo, simplemente se
4
indica que no sólo hubo un cambio físico, sino también un cambio social y cultural
(Aguirre Beltrán, 1958).
Para 1968, David McMahon comenzó un trabajo de campo por cuatro meses en
Ixcatlán. Aguirre Beltrán, quien en ese momento era el director del INI, sugirió
dicho lugar, tal vez pensando en la continuidad del trabajo anteriormente realizado
(McMahon, 1971:11). La investigación de McMahon, de acuerdo con lo que él
mismo relata, era un intento de generar conocimientos sobre los efectos del
desarrollo bajo una serie de acciones implementadas por el Estado, como fue la
construcción de la presa Miguel Alemán. Para McMahon los efectos a estudiar
eran los cambios en las formas de vida y en la organización social de los pueblos
indígenas relocalizados (McMahon, 1971:15). El trabajo de McMahon tampoco
asume una postura crítica y en su monografía aporta nueva información sobre la
situación de los desplazados por la presa Miguel Alemán.
Otro antropólogo que también participó en un proyecto de grandes presas, fue
Ángel Palerm, quien entre 1969 y 1970, dirigió la primera fase de una
investigación aplicada encaminada a realizar propuestas y el seguimiento del
traslado de la población afectada por la presa de La Angostura en Chiapas, obra
que construía la CFE sobre el río Grijalva (Molina, 2000: 183). Bajo el impulso de
Palerm y de otros antropólogos contemporáneos, se desarrollaron investigaciones
regionales asociadas a la construcción de infraestructura hidráulica y a los polos
de desarrollo generados con el riego (Melville, 1999: 27). En dicho informe Palerm
indica algunas recomendaciones para la CFE. Es necesario indicar que dicho
informe no fue previo al inicio de obras, sino que las sugerencias de Palerm
llegaron cuando la construcción de la presa se estaba realizando y que dentro de
la población afectada no había surgido un proceso abierto de resistencia por parte
de los afectados. Sólo se logró completar la etapa de diagnóstico y la emisión de
las primeras recomendaciones, de lo cual se da cuenta en la síntesis antes
mencionada (Molina, 2000: 193 y 194).
Sin duda, una de las posturas más críticas desde la antropología en aquella
época, que hasta el día de hoy es vigente, fue la de los antropólogos Miguel
Bartolomé y Alicia Barabas, quienes dentro de sus trabajos más importantes
podemos encontrar el libro de La presa Cerro de Oro y el ingeniero el gran Dios.
Esta investigación fue producto de su trabajo desarrollado entre los indígenas
chinantecas y su relocalización por la construcción de la presa Cerro de Oro sobre
el río Santo Domingo en el estado de Oaxaca. De acuerdo con lo que relatan
Bartolomé y Barabas, su trabajo aborda la crónica y el análisis del proceso de
construcción de la presa en cuanto a sus características y consecuencias sociales
y culturales (Bartolomé y Barabas, 1990).
El trabajo de Bartolomé y Barabas comenzó en 1972, cuando arribaron por
primera vez a la región chinanteca en Oaxaca, contratados por la Comisión del
Papaloapan. Desde un inicio su papel como científicos sociales no fue claro. La
5
función para la cual fueron contratados era la de cumplir con algunos
requerimientos previos exigidos por las fuentes financiadoras internacionales, es
decir, por el Banco Mundial (BM), que para ese tiempo incluían la realización de
estudios de factibilidad social. Posteriormente, entre 1983 y 1988, ambos
antropólogos regresaron consecutivamente a la zona, con el objetivo de realizar
trabajo de campo para conocer la situación de los más de 26 mil indígenas que
habían sido relocalizados a consecuencia de la construcción de la presa
(Bartolomé y Barabas, 1990: 12 y 13). Su trabajo fue desarrollado durante gran
parte del proceso del proyecto y edificación de la obra, con lo cual se pudo tener
una visión más amplia de todos aquellos impactos hacia los afectados directos
antes, durante y después de la construcción de la presa.
Los argumentos de Bartolomé y Barabas estaban cuestionando el proceso a
través del cual se llevó a cabo la construcción de la represa. Dicho proceso
transcurrió ante el desconocimiento y la indiferencia generalizada de la comunidad
de antropólogos y con el aval del INI, bajo la perspectiva integracionista y de
aculturación de los indígenas. Para Bartolomé “muchos confundieron, y algunos
siguen confundiendo, el etnocidio con el genocidio, y suponen o suponían que
pronosticábamos la desaparición total de los indígenas y no un proceso que
conducía a su desestructuración cultural” (Bartolomé, 2013:277 y 278).
Veinte años después de la construcción de la presa Cerro de Oro, Bartolomé y
Barabas, escribieron un artículo actualizando la situación de los afectados en
cuanto al impacto cultural y al impacto sanitario-ambiental. Se encontraron con
que prácticamente ningún programa económico promovido por las agencias
gubernamentales había funcionado, los problemas de sanidad se habían
acrecentado, la tradición política había sido reconfigurada, pues ninguna localidad
conservó su sistema de cargos, el nuevo territorio no fue resignificado en términos
étnicos, la cultura local fue desplazada y reemplazada por una configuración
regional criolla y hubo un desplazamiento progresivo del idioma (Bartolomé y
Barabas, 1997). A partir de las evidencias Bartolomé y Barabas concluyeron que
“el etnocidio no [fue] el resultado de las transformaciones culturales sino su causa”
(Bartolomé y Barabas, 1997:96).
Después de 40 años de construida la presa, Bartolomé ratifica su posición
respecto a las acciones del Estado y menciona que:
“[…] desde la óptica antropológica, se le puede abordar como un caso
exponencial de relaciones interétnicas asimétricas, en el que se exhibe con
toda su intensidad el colonialismo interno que caracteriza al Estado frente a
las minorías étnicas. Desde otra perspectiva, se le puede analizar como una
crítica a la experiencia de desarrollo regional, como un fallido experimento
de colonización del trópico húmedo, como una desafortunada expresión de
la incompetencia de las instituciones gubernamentales encargadas de
6
poner el prácticas políticas públicas, como un caso extremo de la masiva
violación de derechos humanos […]” (Bartolomé, 2013: 256).
Siguiendo una línea cronológica del trabajo de los antropólogos mexicanos, en
años siguientes, en 1986, un pequeño equipo conformado por Leonor Domínguez,
Antonia Gallart y Roberto Melville, todos ellos egresados de la Universidad
Iberoamericana, emprendieron la tarea de realizar una investigación, bajo el
método del trabajo de campo, sobre el funcionamiento y resultados del proyecto
del TVA, creado en 1933 en Estados Unidos de Norte América (Melville, 1994:102)
(Melville, 1999:27). El objetivo específico era analizar el proyecto desde un
enfoque crítico, debido a que en el momento de su ejecución lo concerniente a los
problemas sociales y políticos, fue puesto en manos de personal técnico, tanto de
ingenieros civiles, como de agrónomos, pero no de expertos sociales que vieron
restringida su participación (Melville, 1999:33). La estrategia de crear importantes
instituciones regionales dedicadas a la construcción de grandes infraestructuras
hidráulicas, desarrollada en el Valle del Tennessee, sirvió de modelo en un gran
número de países, los cuales lo reprodujeron en mayor o menor medida
(Bartolomé y Barabas, 1990: 26). El estudio del proyecto del Tennessee tenía una
importancia estratégica, debido a que el modelo fue replicado en México. La
aplicación del modelo del Tennessee, como se sabe, socialmente no tuvo el éxito
esperado, y favoreció una gran desigualdad entre los beneficiarios de los
proyectos (Melville, 1999: 25 y 29).
Tras la desaparición de la Comisión del Papaloapan en 1986, el gobierno
mexicano en lo particular a la construcción de presas hidroeléctricas bajo
responsabilidad de la CFE y financiadas por el BM, adoptó las políticas y las
directrices dictadas por dicho organismo internacional. Bajo estas directrices, el
gobierno mexicano, a través de la CFE, por primera vez y como condicionante a
un préstamo del BM, pretendió aplicar dicha política en los casos de las presas de
Aguamilpa, en Nayarit, y Zimapán, entre los estados de Hidalgo y Querétaro. La
CFE, como principal instancia responsable de la construcción de las presas, y por
tanto de las reubicaciones, en diciembre de 1989 reorganizó una parte de su
estructura y creó la Gerencia de Desarrollo Social, la cual se encargaría de
atender los compromisos, problemas y conflictos de orden político y social
derivados de la construcción de las obras. Dentro de sus funciones también
estaban las de desarrollar estudios sociales, económicos y ecológicos; dar
asesoría a los directivos de las obras sobre los objetivos, estrategias y metas de
carácter social; así como atender quejas de la población que resulte afectada por
las obras (Gallart y Greaves, 1992: 80).
Como parte de las políticas dictadas por el BM, se instituye como uno de los
requisitos, establecer un monitoreo externo e independiente a la obra para dar
seguimiento y evaluación al proceso de reasentamiento. Para ello en octubre de
1989 se firma un convenio entre el INI y la CFE, y se establecen las bases de
7
colaboración entre ambas instituciones. En junio de 1990, comienzan a trabajar
simultáneamente en las presas, dos equipos del INI en calidad de monitores
independientes, con cuatro o cinco investigadores de diferentes disciplinas. En
este equipo participaron las antropólogas Antonieta Gallart y Patricia Greaves. El
propósito de la evaluación fue conocer el grado de cumplimiento de las metas y
objetivos programados, así como el impacto social de la obra (Gallart y Greaves,
1992: 80 y 81).
La participación entre el INI y la CFE presentó varias dificultades, en primer lugar,
porque los procesos de reasentamiento en ambas presas se habían iniciado entre
septiembre y octubre de 1988, y por ende ya se habían tomado las decisiones
más importantes, como definir los sitios de reacomodo, los tipos de vivienda, los
criterios de indemnización y las formas de restitución productiva. El equipo de
monitoreo de parte del INI llegó en junio de 1990, y comenzó a trabajar con
dificultades, tanto de acceso al terreno de estudio, como de disponibilidad de
fuentes de información. Surgieron también discrepancias de los acuerdos sobre lo
que se entendía y lo que se esperaba acerca del monitoreo por parte del INI y la
CFE (Gallart y Greaves, 1992: 82).
Para 1992, y bajo el contexto en que fueron implementadas las nuevas políticas, el
antropólogo y documentalista Scott Robinson, fue contratado por el BM para
realizar un documental “Hay unos más vivos que otros…” sobre el proceso de
implementación de la nueva directriz operativa durante las obras de planeación e
implementación en campo de los desalojos involuntarios en las presas de
Aguamilpa y Zimapán. Este video, originalmente de 60 minutos de duración, fue
censurado por presión de la CFE y el BM obligó a Robinson a cortar algunas
secuencias. Robinson también coordinó proyectos de investigación con
estudiantes sobre las relocalizaciones involuntarias, tratando de tomar en cuenta
los distintos grupos involucrados: agencias federales, gobiernos estatales y
dirigentes de comunidades afectadas. Estudiantes egresados de la carrera de
antropología social de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) han
participado como personal de campo de la CFE y de los equipos del INI para dar
seguimiento a los proyectos de reacomodo (Robinson, 1993:43 y 44) así como
desde otras instancias. Entre esas investigaciones podemos encontrar como “La
migración como estrategia reproductiva de las unidades domesticas campesinas
en Nuevo Balsas, Guerrero”, Lourdes Escalante García (1987) “Conflicto político
en un reacomodo de población. El caso del Balsas, Guerrero y la hidroeléctrica”,
Ing. Carlos Ramírez Ulloa (El Caracol) 1978-1986.
Robinson como antropólogo ofrece una postura conciliadora respecto a la
construcción de las grandes presas. A pesar de que reconoce los resultados
negativos en las poblaciones relocalizadas en las diferentes experiencias,
8
considera que existen muchas víctimas del progreso en México “hay motivos de
cierta satisfacción por las iniciativas para reformar y precisar el marco jurídico con
una retórica participativa”, aunque no deja de reconocer que “las contradicciones
entre las estructuras y las culturas políticas pueden llevar al inmaduro e incipiente
paradigma normativo de participación al fracaso por carencia de una normatividad
vigente”(Robinson, 1993:44 y 45). Razón por la cual, una de sus apuestas es
sobre la necesidad de ampliar el concepto tradicional de lo que se denomina
derecho público internacional y reconocer a nuevos protagonistas en los conflictos,
tales como organismos y miembros informados de la sociedad civil y aliados de
universidades interesados en la creación de una normatividad orientada hacia los
afectados y en el cumplimiento de la reglamentación existente (Robinson,
1995:314). De alguna manera, Robinson insiste en que es mejor que las acciones
encaminadas a los afectados por los grandes proyectos de desarrollo se
reglamente, a que no existan leyes que normen los procedimientos.
Robinson (1992) también fue coordinador del número cuatro de la revista
Alteridades, con el tema de los “Reacomodos y construcción de presas”, que
además de hablar de casos mexicanos tiene un texto del brasileño Silvio Coelho
dos Santos, quien es uno de los autores de ese país que ha manejado más esta
problemática. Este número permite observar cómo se estaban planteando las
investigaciones sobre presas, además que conjunta diversos casos, algo que es
una ausencia en las investigaciones sobre presas, que se ha centrado más en
casos particulares.
A partir de las dos grandes represas que se construyeron en Nayarit y Querétaro,
se elaboraron diversas investigaciones como la de Alberto Espejel (2003) Las
contrataciones del desarrollo. El impacto social de los reacomodos involuntarios
por proyectos de desarrollo de la Universidad Autónoma de Querétaro, Edith
Calderón (1996) La dimensión de la pérdida: un análisis antropológico de la -
población reubicada por la construcción de la presa Zimapán, UAM-I, México,
Héctor Robles (1994) titulada Los huicholes y su relocalización involuntaria por el
proyecto hidroeléctrico Aguamilpa, como el Mario Maltos (1995) La CFE y el
desplazamiento involuntario de población ¿Una nueva política? Relación de lo
acontecido en la PH Aguamilpa, como tesis de la UAM-I.
En este contexto está la investigación del antropólogo Salomón Nahmad como
consultor del BM para asesorar a la CFE sobre el reacomodo de la población
afectada por los proyectos hidroeléctricos de Zimapán y Aguamilpa, de 1989 a
1994. La relación de Nahmad con el BM continuó durante varios años más, ya que
de 1996 a 1998 fue analista de asuntos sociales de dicho organismo (CIESAS,
2017). Años más tarde, casi una década después, siendo investigador del Centro
de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS),
9
Unidad Pacífico–Sur en Oaxaca, dirigió la investigación "Estudios
socioeconómicos en el área de estudio del aprovechamiento hidráulico de usos
múltiples Paso de la Reina, Oaxaca", que tendría como objetivo la realización de
etnografías y de estudios socioeconómicos en las comunidades que resultarían
afectadas por la construcción de la presa Paso de la Reina, sobre el río Verde.
Dichos estudios se realizaron bajo un convenio de colaboración entre la CFE y el
CIESAS (Hernández, 2011:246).
El Consejo de Pueblos Unidos por la Defensa del Río Verde (COPUDEVER),
escribieron al CIESAS, para mostrar su inconformidad frente a dicho proceso,
puesto que había un importante desacuerdo a que se construya la presa y a que
el estudio de Nahmad sea pagado por la CFE, quien promueve la presa y
representa para ellos un estudio que ayuda a imponer el proyecto
La postura que ha mantenido Nahmad respecto a la participación de los
antropólogos en los proyectos de construcción de presas, puede verse en algunos
documentos escritos que ha realizado. Nahmad en diferentes momentos reflexiona
sobre el quehacer de los antropólogos en este tipo de escenarios y menciona que
“nuestro papel es de ofrecer análisis detallados de la organización social que
circunscribe los proyectos y que subyace en las actuaciones de la población local
[…] los antropólogos nos hemos convertido en actores centrales en el proceso del
desarrollo (Nahmad, 2014:143). La postura de Nahmad concuerda con la idea de
que los grandes proyectos de desarrollo como las presas, deben ser tomando en
cuenta y consideración de la gente pero no se puede cancelar. Desde esa
perspectiva, el trabajo de los antropólogos es aportar elementos que ayuden a
evitar o a generar menos conflictos. Nahmad cuestiona tímidamente el modelo de
desarrollo a través del cual se construyen las presas en México y revalora el papel
de los antropólogos en tales proyectos, considerando que su intervención es más
bien positiva en un contexto de toma de decisiones autoritaria.
Podemos decir que en las primeras décadas del siglo veinte, los antropólogos en
los casos de construcción de presas, estará participando centralmente en las
diversas áreas responsables de coordinar el dialogo con las comunidades, ya sea
en la CFE o el INI o contratados por las financiadoras como el BM.
De este periodo podríamos centrar algunos puntos:
a) A pesar de toda la experiencia, internación y producción teórica y
metodológica acerca de las presas y sus impactos sociales, no es utilizada por los
responsables de los proyectos.
c) El confuso y mal planeado proceso determinó la explosión de una serie de
movimientos sociales de protesta, que llegaron a paralizar las obras en donde se
10
destacan los mecanismos de mediación utilizados, que inhibieron el desarrollo de
una organización autónoma.
d) Hubo impacto ecológico y ambiental por la construcción de la presa, pero
también el producido por el reacomodo masivo de los pueblos, conceptualizado en
términos de ecocidio.
e) Las relocalizaciones compulsivas alteraron la naturaleza social propia del ser
indígena.
f) Solo se retoma en todas estas décadas a una investigadora mujer, Alicia
Barabas, todos los demás son hombres. Aunque también se reconoce el trabajo
de Patricia Greaves y Antonia Gallart como antropólogas en campo.
Los expertos sociales no fueron tomados en cuenta en igualdad de condiciones
que los que ingeniaron la obra, y su papel se vio relegado a emisión de
sugerencias que no fueron determinantes en la toma de decisión, y el equipo de
monitoreo, asumió el papel de receptor de inconformidades y demandas de la
población sin tener poder de decisión y de gestión.
En los 90 se cancelan dos presas una en Chiapas Presa itzantún2 y en Guerrero
una presa en el alto balsas que provoco la conformación de Consejo de Pueblo
Nahuas de Alto Balsas3. A partir del año 2000 se volvió a promover como política
pública la construcción de presas y se anunciaron tres grandes proyectos: La
Parota en Guerrero, El Cajón en Nayarit y La Yesca en frontera con Nayarit y
Jalisco, y años después, la entrada de las mini hidroeléctricas, en esta época
vemos la conformación de diversos movimientos que se opone a las presas
exigiendo su cancelación.
Los antropólogos se incorporan en los diversos equipos multidisciplinarios con
abogados, biólogas, arqueólogos y a partir de la aprobación de la reforma
energética y el requerimiento obligatorio de la Manifestación de Impacto Social
(EVIS), además de los Manifiestos de Impacto Ambiental (MIA), para la
construcción de cualquier proyecto de energía. Este documento será aprobado por
la Secretaría de Energía. Bajo este nuevo contexto, los antropólogos también se
empezaron a incorporar desde las consultoras, quienes son contratadas por los
promotores de las represas. Además de esto, también encontramos antropólogos
siendo parte de los equipos de acompañamiento desde la sociedad civil con las
2 Gustavo Castro Soto Presa Itzantún la resistencia en Chiapas - 07-Apr-2004 - num.403, Boletines de CIEPAC san Cristóbal de las casas. 3 Diaz de Jesus Marcelino, Alvarez Guillermo, De Jesus Pedro, Morales Hipolito, Remigio Gilberto, Estrada Sabino, Pineda Gerardo 1996 Alto Balsas Pueblos Nahuas en lucha por autonomía, desarrollo y defensa de nuestra cultura y territorio. Historiatestimonial de un pueblo en lucha. Consejo de Pueblo Nahuas de Alto Balsas, Guerrero, A. C
11
comunidades que se oponen a la construcción de las obras. También como parte
de colectivos de investigación o realizando peritajes antropológicos.
Así vemos que las primeras investigaciones tienen un enfoque más etnográfico y
después encontramos trabajos que apuntan más a buscar que los reacomodos se
hagan de otra manera, y aunque algunos son críticos frente a los procesos que se
dan, por lo que están proponiendo otros, no cuestionaban en si a la presa ¿quién
la impulsa?, ¿quién gana con ella? Así se encuentran más concentrados en incidir
únicamente en el cambio de procedimiento de reacomodo, pero no preguntase
¿Por qué deben ser reubicadas las comunidades? y ¿dónde queda su derecho a
decidir?
En los años siguientes se empezarán a escribir de nuevo textos y tesis, pero ya
enfocados en la resistencia que las comunidades están teniendo frente al
desplazamiento involuntario y desde una mirada interdisciplinada. Un ejemplo es
el número especial del suplemento de La Jornada Ecológica, de marzo 2006, que
aborda el caso de presas en específico de La Parota, en Guerrero. Desde la
sociedad civil se elaboraron materiales e informes para sustentar la inviabilidad de
estos proyectos por la violación de los derechos humanos de las poblaciones
como “El agua y los ríos amenazados en México. Los retos para el Movimiento
Social Anti-Represas” (2007), manuales "No seas presa de las represas"(2005),
En el 2012 se publicó de nuevo un número sobre presas en el suplemento en La
Jornada ahora en La Jornada del Campo, titulado “Agua Va”, este suplemento nos
da un panorama sobre cómo las comunidades están viendo la problemática y
enfrentándose a ella.
En la actualidad nos encontramos investigaciones desde diversas disciplinas como
la sociología o la geografía que están abordando algunos de los casos en los
cuales existe una negativa como la presa La Parota, Paso de la Reina y La
Cruces. En el occidente tenemos estudios sobre presa El Cajón, Arcediano y El
Zapotillo por estudiantes de la UAM, Universidad de Guadalajara, El Colegio de
México, la Universidad Veracruzana, CIESAS.
Las investigaciones podemos considerar que en los últimos diez años se
construyen desde dos lugares de enunciación diferentes: dentro del proceso y
fuera del proceso. Cuando nos referimos a dentro del proceso, esas
investigaciones son resultado de un acompañamiento y de llevar acabo ciertas
tareas dentro de la construcciones de la presa y hay de dos tipos, investigaciones
ligadas a los promotores de los proyectos y las investigaciones vinculada a las
luchas por el territorio. Las investigaciones desde afuera, las cuales son realizadas
por personas que no están involucradas y se enfoca a la reconstrucción de la
probetica siendo su aporte la teoría donde están leyendo las disputas. La
discusión nosotros la hacemos afirmando nuestro lugar de enunciación, y eso
12
implica explicitar también lo que implica nuestro quehacer desde antropólogas
mujeres.
¿Cuáles son las diferencia al hacer una tesis como mujer sobre represas?, es
diversos pero uno es que el nivel de riesgo es mucho mayor para nosotras, por
otra parte es el cuestionamiento de nuestras formas de ser mujer que a veces se
contraponen con el imaginario hegemónico en las comunidades, la pregunta sobre
si estamos casadas o no, y si lo estamos si nuestro marido nos da permiso de
estar sola y si no se menciona una preocupación. Pero esto no se exenta en los
espacios universitarios o en los ambientes laborales tanto de gobierno como de la
sociedad civil. Por otro lado a pesar de que existen muchísimas investigaciones a
nivel de licenciatura o diversos niveles de posgrado sigue siendo muchas veces
más del 80% de las referencias teóricas hombres.
Conclusiones
Analizar y debatir las disputas generadas por la construcción de las hidroeléctricas
nos permite hacer una discusión también sobre el modelo energético e hídrico que
se está impulsando, y las preguntas que siempre debemos hacernos frente a una
obra: ¿Para quién y para qué es esa energía y agua?
En otras palabras, debatir sobre la producción, distribución y el consumo de
energía, pero la construcción de represas no solo implica una elección de un
modelo energético/matriz energética, además nos permite adentrarnos la
discusión sobre de quienes y como están decidiendo la reconfiguración de los
territorios.
La construcción de represas implica en la actualidad en casi todos los casos
disputas territoriales donde los antropólogos nos situamos, ya sea para promover
el proyecto o para exigir su cancelación.
Las promesas realizadas en el marco de las negociaciones de las presas con las
comunidades, han sido mínimamente respetadas por las autoridades
correspondientes, esto es una de las causas de la desconfianza de los pueblos
campesinos e indígenas. Pero hoy mucho campesino e indígenas también luchan
para poder decidir sobre su vida y territorio. Pero esa lucha implica también
represión.
Bibliografía
Aguirre Beltrán, G. (1958). Viejo y nuevo Ixcatlán. Acción Indigenista, 57, 241-266.
Amador, J. (2016). Stavenhagen y su utopía para México. Proceso.com.mx.
Recuperado de: http://www.proceso.com.mx/461547/stavenhagen-utopia-mexico,
[14 de diciembre de 2016].
13
Andrade, J. & González, M. (2003). La ex Comisión del Papaloapan y la
recuperación de su memoria histórica. Boletín del Archivo Histórico del Agua, 8,
42-49.
Bartolomé, M. & Barabas, A. (1990). La presa Cerro de Oro y el ingeniero el gran
Dios. México: Instituto Nacional Indigenista y Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes.
Bartolomé M. & Barabas, A. (1997). La presa Cerro de Oro. Veinte años después.
Cuadernos del Sur, 4, (11), 70-101.
Bartolomé, M. (2013). Víctimas de las aguas del Estado. Los chinantecos
desplazados por la represa Cerro de Oro, 40 años después. En Sánchez, C.
(Coord.). El desplazamiento interno forzado en México. Un acercamiento para su
reflexión y análisis. México: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social, Colegio de Sonora, Senado de la República, LXII Legislatura.
Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS)
(2017). Dr. Salomón Nahmad Sitton. Recuperado de:
http://pacificosur.ciesas.edu.mx/dr-salomon-nahmad-sitton/ [28 de agosto de
2017].
García, A. (2003). Las contradicciones del desarrollo El impacto social de los
reacomodos involuntarios por proyectos de desarrollo, Universidad Autónoma de
Querétaro, México,
Gallart, A. & Greaves, P. (1992). Una experiencia de monitoreo del reasentamiento
de población por la construcción de los proyectos hidroeléctricos Aguamilpa y
Zimapán. Alteridades, 4, (2), Universidad Autónoma Metropolitana, 79-84.
Greaves, P. (2001). Aspectos teórico-metodológicos de los reasentamientos. En
Macías, J. M. (Comp.). Reubicación de comunidades humanas. Entre la
producción y la reducción de desastres. Colima: Universidad de Colima.
Hernández, M. (2011). La construcción social de acuerdos: proyectos de
desarrollo, actores sociales y negociación. El caso de la posible construcción de
una hidroeléctrica en Paso de la Reina, Oaxaca. 2006-2010. Tesis de maestría
(inédita), Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Ciudad de México.
Luna, X. (2010). Una Babel tropical. Indigenismo y reubicación en el predio
Zihualtepec. En Nahmad, S, Dalton, M. & Nahón, A. (Coords.). Aproximaciones a
la región istmo. Diversidad multiétnica y socioeconómica en una región estratégica
para el país. Oaxaca: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social, Secretaria de las Culturas y Artes de Oaxaca, Gobierno del
Estado de Oaxaca, Culturas Populares, Comisión Nacional para la Cultura y las
Artes.
14
McMahon, D. (1971). Antropología de una presa: los mazatecos y el proyecto del
Papaloapan. México: Instituto Nacional Indigenista.
Melville, R. (1994). La participación ciudadana en la construcción de presas en el
valle del Tennessee. En Romero, J. & Giménez, C. (Ed.). Regadíos y estructuras
de poder. Alicante: Instituto de Cultura Juan Gil-Albert.
Melville, R. (1999). Antropólogos mexicanos en el Valle del Tennessee. En
Vargas, G. (Coord.). Mirando… ¿hacia afuera?: Experiencias de investigación.
México: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Malto, M. (1995). La CFE y el desplazamiento involuntario de población ¿Una
nueva política? Relación de lo acontecido en el P.H. Aguamilpa, UAM-1, México.
Molina, V. (2000). Ángel Palerm y la antropología aplicada. En García, V. (Coord.).
La diversidad intelectual. Ángel Palerm in memoriam. México: Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Nahmad, S. (2011). Los retos de la Antropología Social y de la etnología para su
aplicación. Nueva Época, 1, (1), 30-60.
Nahmad, S. (2013). La antropología social en los contextos mexicano,
latinoamericano y universal en la vida y obra de Rodolfo Stavenhagen. Desacatos,
43, septiembre-diciembre, 181-186.
Nahmad, S. (2014). La antropología aplicada en México. Ensayos y reflexiones.
México: Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social.
Risdell, N. (2008). Antropología de las presas. Bricolage, Recuperado de:
htpps://revistabricolage.wordpress.com/2008/12/01/antropologia-de-las-presas [02
de septiembre de 2016].
Robinson, S. (1993). Participación y responsabilidad: hacia una comprensión de la
cultura política de los reacomodos involuntarios en México. Relaciones. Estudios
de historia y sociedad, 14, (54), 43-58.
Robinson, S. (1995). La convergencia del derecho público internacional:
legislación mexicana y normas jurídicas en el contexto norteamericano de la
reglamentación del impacto de presas entre comunidades indígenas. En Chenaut,
V. & Sierra, M. T. (Coords.). Pueblos indígenas ante el derecho. México: Centro de
Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social, Centro Francés de
Estudios Mexicanos y Centroamericanos.
Villa Rojas, A. (1949). El Papaloapan obra del presidente Alemán (1947-1952).
México: Secretaría de Recursos Hidráulicos. Comisión del Papaloapan.
Villa Rojas, A. (1955). Los mazatecos y el problema indígena de la cuenca del
Papaloapan. México: Instituto Nacional Indigenistas.