De murcia a marmolejo

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CAPITULO PAGINA

r - . . . . . . . E 1. Murcia y Granada. : 1

! . . . . . . . . . . k 11. Sierra Nevada 5 . . . . L 111. Cultura y Cultivos Granadinos. 11

P c IV. De Granada a Algeciras. . . . . . . 15 L . . . . . . . . . . . ! V. Gibraltar. 19

. . . . . . . . . . . 1 VI. A Tánger. 23 VII. De Tánger . . . . . . . . . . . 31 1 . . . . . . . VIII. De Algeciras a Chdiz. 37

I . . . . . . . h IX. Chdiz y San Fernando. 43 . . . . . . . . X. De Cádiz a Sevilla. 49

& 8 . . . . . . . . . XI. S@villa Moderna 55

. . . . . . . . . 3 XII. Sevilla Antigua. 61 & . . . . . . . . . . . r XIII. Marmolejo 67

XIV. Aguas de Marmolejo 73 * . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XV. Córboba. 79 L XVI. Andujar y su Patrona. . 87

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Muy cerca de cinco horas tardamos en recorrer el trayecto de Sevilla a Marinolejo.

El viaje en el rápido resulta cómodo, porque su material ea bueno, y la vista se recrea en la contemplación de los alegres campos de las provincias de Sevilla, Córdoba y Jaen, cubiertos de verdura que sube desde los va- les hasta las colinas y sierras destacándose loa cortijos siempre blancos. como si todos los acabasen de construir.

Aun cuando llegabamos a R¡armolejo a buena hora para comer, prefe- rimos hacerlo en el vagón restaurant, que el rápído lleva, porque es un sitio muy animado y tiene gran atractivo sustitiliir las paredes de un co- medor siempre iguales, por bien decoradas que se encuentren, por bellos paisajes constantemente renovados. .

Era la una y media de la carde cuando el tren se detuvo un solo, minu- to en nuestra estación de destino. Apenas descendimos al andén con nues- tros bultos de mano, el largo y lujoso convoy reanudó la marcha en di- rección a Sierra Morena.

El cochero del Hotel de Los Leones cos esperaba con una jardinera tirada por tres buenas mulas y en menos de quince minutos recorrimos tos tres kilómetros que dista la estación del pueblo, entre campos ondula, dos de tierra fertil plantados en una mitsd de olivos y el resto de cereales-

El Hotel de Los Leones está situado al priiicipio del pueblo llegando por ferro-carril. Nuestro veh íc~ lo penetró en el espacioso parque del Hotel7 bajo árboles de buena sombra y junto a bancales cuajados de flores, dete- niendose ante su gran puerta de cristales.

A recibirnos sclieron el simpático Claudio Rostanig, hijo del Hotelero, de buena estatura, cara rasurada, cabello abundante y algo cano y edzd que lo mismo puede ser la de treinta que la de cuarenta años; el portera

Bartolo, zlegre y servicial embutido en su uniforme de dril; Serafin, listí- 1 simo inozo do comedor; el viejo e inteligente jardinero y las graciosas ca- mareras. Siendo todo este personal andaluz y dedicado al servicio de 10s huGspedes, no necesito decir que nos saludó con gran afabilidad.

Nos instulamos eii habitaciones de la plan$a baja con veiitonas al her- inoso j a r d i ~ ~ , pero corno el tiempo seguia lluvioso, las cambiamos al si- guiente día por otras del piso alto sobre las mismas sustituidas.

Despues de iiistalarilos y leer la abundante correspondencia y pe~-ió' dicos llegados de Murcia, marchamos al despacho del Médico-Director que lo tiene en el Hotel Balneario, situado en el extremo opuesto del pueblo, en dirección a los iiinnantiales ppro distando de estos cerca de dos kilóme- tros, pues como tlicepi en sus anuncios los dueríos de los principales Ho- teles que combaten al antes nombrado, eii el 3alaeario no hay Hotel.

Marlnoiejo es uii bello pueblc de la proviricia de Jaen en las estriba- cienes de Sierra Morena corriendo por sus cainpcs el caudaloso Guadal- quivir. Se atribuye s u fundación, a los Cartagii~enc,es, llamándole Útica en meinorin y hoiior de otro que poseían en Africa; en tiempo de Neróii ya era gr.<iiide y hasta tenia silla episcopal, ine~icionácdose un camino que se dirigia a la Sierra coíi puente sobre el rio que debieron formarlo los ar- 4 cos ceiitrales del que todavía existe indi;cutii>len~eiite de construcción ro- maiia, e iriinedizto ;I él, una fuente mineral cuya agua es TGtriólica o 2Var- I

cial, que bebidii er,i rvuy útil para diversas enfermedades. De modo que la fama de sus aguas es ant iquis i i~a.

Las casas de esta villa son en su inayoria de u n piso, yero en las calles céritricas hay alguiius de dos y hacta de tres. Las de un piso invariab1í:- inente son bliiiirtas y siguieiido las buenas costumbres andaluzas las enca- la11 frecuenteineiite por dentro y por fuera Todas tienen rejas rectangula- res colocadas a unos seterita y cinco centimetros de las aceras sobre base de a1i)añilvriu dile en el iii terior sir-ve de asiento a las mujeres que allí se co'ocaa para iilirar a uuo y otro lado de la calle; y estan cubiertas dichas

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rejas por tejadillos eillosados o dados de blanco. Los patios que se ven I

en el fondo de las c:isns, por modestos que sean estan llenos de plantas y -1

flores. Tiene seis inil habitantes pero como alberga mucha gente durante las

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temporadas de Liguas, su edificación corresponde a un pueblo de mas im- portancia.

Baste saber que en Marmolejo ex i~ ten nueve Hoteles: Balnearío, Suizo, Leones, Centra', Ciiatro Naciones, Castilla, Madrid, Espaiíol y del Comer- cio y nada menos que cincuenta y tres Casas de Huéspedes.

En el Hotel Balneario Ea pensión diaria oscila entre quince y veinticin- co pesetas; c-ii 1.3s resttiiltes entre diez y quiiice. Eii los Hospedajes lo mas corrieiite es de dos peseta. por cuarto y cama, haciéndose la comida por cuenta del viajero, lo que resulta bastante económico; si se satisface pen- sión completa importa seis o siete pesetas. Unos y otros establecimientos permanecen abiertos desde 1 .O de Abril a fin de Junio y de 1.' Septiem- bre a fin de Noviembre, que scn las temporadas de tomar aguas. Fuera de ellas solo contínúa prestando servicio e; Hotel Central.

Tiene iglesia bastante grande situada en 'a plaza de la Constitución, centrSo de la vi la y buenas calles, varías de ellas y por cierto de las n ~ á s largas adcquinadas, sin que :i las demds que están empedradas c con piso de tierra, falten aceras.

Su c:ille principal que es una de ias adoquinadaa, arranca de la p aza de la Constitución hacia los manantiales y se liarna del Duque de 1~ Torre; y de la misma glaza, pudiéildose colisiderar prolongación de la anterior y por tanto dirigiéndose hacia la linea férrea, parte la que ostenta el noin- bre de At.rnziodo Palacio Va'dés, figurando en e ' azulejo que lo expresa un 'ibro abierto coii e' título de la Herniana Fan Sulpicio, preciosa novela del genial literato en que describe ti Narmo!ejo y habla de sus salutíferas aguas. En este pueblo sienten mucha gratitud hacia Palacio Valdés. Nin- guna persona cu'ta que vaya a Marmolejo debe desconocer esa novela. En díclia calle está situado el Hote! de Los Leones en que nos hospedamos.

Otras calles priricipales están dedicadas a Cuiialejas, Juan Monti- lla, Leóii y L;erena, Orti Lara (D. Juan Manuel, y Garliia Alix (D. Anto- nio), escritos estos últímos nombres como yo lo hago, diciendome que Or- ti Lara era de Mamolc.jo y nuestro paisano Garcia A'ix prestó a este pze- blo u i i buen servicio admini5trativo. Es decir que por todas partes me encusritro gen te agradecída.

Tiene Escueltis bien instaladas, Telégraf 3 con servicio completo, Ad- n~inistración de correos, giro postal y telégráfico, puesto de la guardia civil, matadero, mercado y alumbrado eléctríco.

En el actual régimen no se han acometido mejoras, pero el Ayunta miento refuerza sus ingresos y es de creer las acometa en años sucesivos-

A l mercado llegan bien temprano grandes mulos cargados de hortali- zas cle huectas situadas eii los alrededores. Frutas soii la que no se val1 y los viajeros las echan mucho de menos.

Se ven algunos comercios bas~ante buenos a los que dzn vida los agüistas,

Las principales producciones de este pueblo son el aceite, la cria de

ccrdos y la fabricación del acreditado Aiiis Marinolejo. Hay varias fábri- cas o inoiílios de aceite y alguiias chacinerias.

Los cerdos que crian los vecinos, s d e n todas las ii~añanas al campo cciiducidos por uiio o varios porqueros. Estos vari recogieiido los anima- les al pasar por las callas y al regreso se ve a los c rdos dirigirse corrieri- (!o a C;?IE eas?ts, sic eqni~ocarse de puerta y llamaiido con iiisi5tencia cuati- do las encue ritran cerradas.

!ilambiéli crian algunos bueyes, ovejas y cabras. Ei Municipio tiene de aiitiguu uti buen abrevadero poco de salir del pueblo en direccióri al rio.

El vec i~dar io eii cambio se abastece coi: agca coinprada a unos ca- rrcros que la traeii en cubas de hierro desde uiia fuente situada al otro la do del Guadalquivir. Segurameiite figurará entre las refminas que se pro- ongan realizar cl :~ctu¿il Ayuntamieiito conducir esas aguas u otras por- medio de tuberia hasta el pueblo.

El Teatro tiene poco que ver, pero en las temporadas de aguas, suele11 ir reguliires cornpafiias. Eti la preseiite telie:iios a la célebre Matilde Mo- reiio, que iios hace sufrir mucho, pues no9 giista ir a verla y conlo 110s acostainos tnrdtt i l l din siguieiite cuesta trabajo levantarse temprano para marcliar a los mn~iari tiales.

!<1 transporte de viajeros a la Estacióii y a las aguas se hace por medio de coches automóviles y de mulas. Trlnibiei~ hay cii truiivia de sdirgre de la empresa propietaría de las aguas que va desde la plaza hasta los ma- riaritiales. Eii los autos cuesta ciiicuenta ckntimos cada viaje de ida. o vuel ha a las aguas; eii el tranvia treinta céntimos la ida y cuarenta la vuelto. A los huespedcs - de los Leones míeiitras hemos sido en número suficieiite iios llaii llevado eii auto desde y hasta el Hotel sin recargo de precio, ser- v i c i ~ inuy estimable por ser liuescro Hote; el mas alejado del rio y habcr- nos cogi4o muclios dias de l iuvia.

No hity ~ g ü i s t a que se marche de Marmolejo siii visitar a don Fran- cisco Vallejo que tieiie una notable alfareria artistica y que obliga a fir- mar en su voluininoso libro donde fipuraii preciosos versos de los Her- inanos Quintero., de ttodriguez Marin y otras glorias espaiiolas. Sus ja- rras de fiiiisimo biirro hacen el aguu fresquisima y coiistituyen un bonito regalo. Los domingos se poce un flainantc trzije y en la solapa de la ame- ricana s ~ b e r b i o clavel que todas las muchachas miran con envidia pero él no se enterricce y vuelve a sil casa sin desprenderse de la hermosa flor. Tambien es ob igado ccmprar fiiiisirnas cestas de costura, para servir el pan o c ~ l o c a r horquil'as hechas de mimbre por u n habil iiidustrial estable

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! - 71 - D E 3 p cido en el número 18 de la calle del Duque de lii Torre, que ignoro como r se llania.

Asi inismo hay que dejarse fotog-afiwi. por el popularicimo Frasquitc que ademas de la inaquina, maneja el bcmbardino en la banda de música y las tijeras y ri;ivajlis en sil peluqueria. Es dificil encontrar hombre coii aptitud para mas cosas. Sus fotogr:ifins soii buenas, rrípidas y baratas.

En el Teatro un listisirno nifio miido vende caramelos de Almendralejo ofreciendo dos por una perra pequeña que seríala coti el dedo poniendo10 en -irculo. Cuando empieza la representación se su be a l a embocadura del escenario y atentamente sigue Iws escenas pareciendo adivinar cuanto su- cede. Nos produci~ gran comprisión este desgraciado, que a jiizgnr por la alegria qiie desmuestra se considera f ~ l i z . Si Dios no le ha permitido gozar del oido y de la palabra no se hace cargo de lo mucho que vale lo que le falta y se ahorra grandes sentimieritos.

Los dias festivos oiinos mis:i de once y el templo se Ileiia de forasteros, fa'taiido bancos apesar de haber muchos. Aunque he intentado cumplir el precepto religioso antes de to:iar 1:is aguas no lo he coriseguido porqne iio hay misas temprano.

Ayer festividad del Corpuc; hubo solemne proc~sión y no pudimos oir misa hasta despuss de regresar a la Iglesia. Ibaii bastaiites estandartes co. rrespoiidien tes :i c~fradias sobresalicnd o el de los Jueves Eucaristicos que tiene miichas mujeres asocitidas y el de la Virge:i de lu Ctibeza Pntro- na de Sierra Morena.

Ha l lov id~ casi todos los dias y a veces ccii gran aparato de reltímpa- gos y truenos.

Solo salimos del hotnl par:] tornar IRS aguas y alguna noche ir al teatro En el Salón de Los Leoiies lo pasamos muy bien chtirlando con simpáti- cas familias a.~daluzas. Formaiido parte de ellas hay una cordobesa muy morena, con ojos muy negros, dientes blanquísimos siempre risueña, qile canta todo lo andaluz con voz preciosu y toda la gracia y sontiiniento que e! buen estilo rsquiere, a la que casi todas las noches animamos a qiie nos deleite el oido y pasamos la velada admirablemente. Se llama Pilar y la hemoa tomado todos gran afecto. Ni uiio solo de los compañeros de Hotel es retraido ni atitipático por lo que estamos generalmeiite rexnidos y 110s enteramos de lac costunlbrcs y gustos andaluces que tienen mucho encanto.

Marmolejo 12 de Junio de 1925.

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:-: XIV.-AGUAS DE MARMOLEJO :-:

Distingo entre el pueblo y las aguas hasta el extremo de dedicarles, cróiiicas separadas, porque se eiivuei~traii tan lejos el uno de las ctrns, que podrían existir con independencia.

Aiites dije que e11 la misma tarde de nuestra llegada a Marniolejo nos dirijimos al despacho del Médico Director, que lo tiene a 12 salida del pue- blo, en el Hotel Balnedrio. Para ello tornamos en la plaza de ia Constitu- ción, el traiivia de mulas, uiio de los pocos de esta ciast? que quedan en

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España. Subidos en el coche estavimos esperaqdo ;i que se Ilena- ra. El conductor soplaba cada iníriuto en su silbato llamando a los viaje.ros. Por fin salimos y después da recorrer la adoqui:iiida calle del Duqiie de la Sorre y otra mas larga todavia pero con piso de tierra a la que aquella desemboca, partunos a la puerta del Kotel Balnerario. Nuestra visita al MSdico, doii Rninón Llord y Gsirnboa, hombre culto y afa fab!e, foé corta. Como me coiiocía tiel año anterior solo tuvo que reprodu- cir lo que entoiices me prescribier:~: de tres a cuatro vasos de la Fuente agria por la mañaiia y de cuatro i i ciiico de Bueiia Esperaiiza por la tarde. Pagué sus lionornrios, adquirí cn la administracion la papeleta para to- rnar !as aguas durante un mes, siii que la faciliten por meiios tiempo y por le tanto igual paga el que las utiliza una vez como el que las disfruta aquel largo periodb, y voJvimos ;t la puerta del Hotel a esperar el paso de otro traiivía. Mieiitras llegaba cayó uiio de los chaparrories que empeza- mos a sufrir eri Sqvi!la y nos haii perseguido casi a diario en Marmolejo.

I i is t i lado~ de nilevG ec ei tr:iiiviii recorrimos lo qut- quedaba de la Iíriaa, doble próxirnamen te de la que 1i:ibi.l mos u tilizsdo, estar:do tendida e n terrenos paralelos a la ccirretera, saliendo después a esta y ocupándo- la hac tz las ininediac'ones del griiri pueiite de piedra sobce el rio donde la deja, describiendo rina proriuriciada curva eii la que chirrean desagra-

dahlemente ias ruectii~ para entrar en el Parque del Baliiearid en que ter- mina.

Descendimos del coche y por un paseo de gran pendiente, cubierto Cdn lac ramas de elíívados árboles, llegamos a la ribera izquierda del Gua- dalquivir.,eiitratido en galería construida aguas arriba y paralela al puente, qne se eiicuelitra muy pr6ximo. a la que ciibreii loiias impermeables sobre armadurti de hierro. E~ t i i galería conduce a los inaiiaiitiales, situados en el misino lecho del río, casi debajo de los arcos centra!es del puente de coiistrucci6ri romana. Antes de llegar a las fueii:es liiiy ulia división con '

puertas R u110 y otro lado, y en su freiltt: sobre cristai obsciiro se lee el análísis qiiiiiiico de las aguas. Eii esa divisió:~ se ci)cuei~tt-a un enlpleado de 111 Einpresa propiet,;iria que pide el priiner día prescripcióri del me- dico y en todos la t,:irjeta que autoriza a tornar las aguas, picando cstos documentos cori u11 saciibocados. Desde allí iio puearli pasar quieiies iio lleveii tarjeta, separáiidosc: los iiiatrimonios, los padres de l a s hij;,;, el hermaiio clc I ; i !i~rinnii;l y el I I O P ~ O de ;L novia. El reprsssnttliite de la So- ciedad e s crucl y se comprende. lo sea pues en otro caso coi1 una sola tar- jeta podrían tomar el agua variris personas, coi1 grave perjuicio pira los intereses de sus duefios.

Tambiáii está tcriiiiiiaiiteinei~te proliibidu sacar vasos d.: agua para beberlos fuera del reciiito donde ertií,ii los innn;iiit,i;iles o darlos :i otras pcrsonas.

De iriodo, que el agua de esr;as fbentes, es persoiial, intransferible e i i i trai~spurtable.

Por excopsióii, e' ciuyleado, que cuinple SUS deberes coi1 graii ainabi- lidud, pcrinite el priiner día, que la familia o acompañantes de los agüis- ttis entren a ver los manan tiales.

Estos se eiicuciitraii pr0xiinos eiitre sí. Al primero que t e llega desde la griler.í;i, por medio de 1111 ramiiiito de la misma que se dirige ri la iz- quierda, es al d e Bueii:i Esperaiiza; al foiido y coino tGrrniiio de la galería esta el de I R Agria, situado casi en el centro de una gran rotonda con pa- redes revescidas de azulejos; y de e>a rotoiicia sale uii pasillo que coriduci-? al de Sail Luis. Es necesario bajar. varios escalo~ies pürd aproxiliiarse i~

las fuei)tes, Ia,c que broiaii eii rocas situadns eii e! foiido del río, que haii sido aisladas de la col-riente por fuertes murallas. Las cubiertas de los recintos en que se eilcueiitran dichas fuentes sor1 de clia as dc cinc colo- cadas sobre armaduras de hierro.

La fuen tc: iiiás importan te es la Agria, que utiliza11 el i~c~venta y cinco por ciento de los agüistvs, desobedecicfido iil medico que prescribe el uso

alteriio coii ~ilguria de las otras dos. Corno Bueria Esperaiiza y S.tti Luis, se eiicuoiitr;iii ;tguns abajo de la Agria, os d e supoiier se aliilienteii siquellas con fi1tr;icioiics de la última.

Nace el agua de la Agria ,en una pocita s oquedud de lii roca, metro y medio iiiás b ~ j a que el piso d e la rotoiida destiiiadu al público. Sobre dicha roca se apo ja u i i rectirigulo de pul-edes que terniina en marco de iiiiidera cubierto con cliapas rnóviles de hierro, u i i u de ellas descubierta, que per- mite a 1ii muchacha que sirve el a p a , coloccirse dentro d e ese rrctáiigulo- -

descarisarido sus pies eil una regilla de listones, iiistalada sobre la parte más altu de la roca. El marco de madera llega a la muctlacha hasta la mil tad del peciio, d e modo que desde la rotoiida parece co:no si cst,iiviese inetida en ui i pozo.

Los agüistas se inclinan para dar los vasos a la muchacha qiie los I letiti rápida me11 te,vertieiido en el los lo que l lun~an la cacharra y consiste eii uliti inedici¿i como d e riiedio litro, doruda por los ácidos del agua, suje t~i por un doble iiiaiigo uiiido al cogedcr, síeiido todo el uteiisilio de cinc. Para .

cada vaso que la in iichachil sirve, toma siempre agua nueva do la fiiente introdiiciendo en ella la cacharra.

Eii las otras fuentes el aguil se oiicüeucra eli balsitas revestidas de azu lejos y las sirviei)tas la tom,iii desde fuera.

Esistcii en el Balneario otros servicios e~comendat los a mucliachas, que son el de limpieza d e los vasos que se manchair muchu con el agua, llevar esta a la Galeria o a los coches donde quedan las personas que no piiedeii bajar a los manaritiales v el embotellado.

Los agüistas Ilevaii sus vtiso< gericrulmente de doscieiitos graiiios, en s u mayoriii redoiidos y los inpiiosilplastadoa, que encierran en fii.as fuii- (las de mimbre y estas pendientes de unos cordoncitos q u e cuelg;in de la muííeca. Parecen limosneros o cestas de primores feineiiiiios.

El a;ua se suele tomar mediando uri cuarto d e hora, eiitre vzso y vaso que se destina a pasear por la Gtileria, e Parque o los alrededores, sieiido bastantes los que se suben al puente para co~lternplar el paiioramn del BaI-

El Pdrque está situado a lo argo del rio desde la carretera hasta las proximidades d e tina flíbrica de iuz eléctrico. Tiene hermosos paseos, cori f r o n d o s ~ s naranjos, palmeras, gr;iiiatl~s, eucaliptos, pinos y muchiis c.lases d e árboles de sombra y flores. Estas úl timas no puedeii cogerse segúii or - densrl grandes letreros colocados eri sitio visible.

A poco de entrar PU el Parque se vé una I~oiiita glorieta coi1 baiicos revestidos de azulejos, teniendo si su derecha el líiosco coi1 cubierta d e

zinc para esperar el tranvia y resguardarse de la Iiuvia y a su izquierda el chalet donde pueden tomarse baños y en las temporadas de mayor con currencia establecen repostería. Desde el principio de los paseos hasta la carretera se encuentra la plaza donde para el tranvia y se colocan los co- ches particulares. Estos coches son cada ano eii mayor número pues aho- rran las inolestias de tenerse que trasladar al Balneario eri vehículos de

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alquiler que muchas veces van llenos y además permiten hacer excursio- nes; paro el Ayuntamianto de Marmolejo lo ha tomado con ellos exigién- d o l e ~ veinticinco pesetas en cuanto residen eii el térmíiio municipal más de ocho días, lo que equivale d imponérsela3 a todos.

El efecto de las aguas sobre las vías evacuatorias es inmediato, cuando se toman algunob vasos. La Empresa ha instalado frente a la Galería, en e! Piirque y a la mitad del trayecto qce recorre el traiivia, higiénicos kios- cos que los agiiis~;as agradece11 mucho.

Otro de los sorpreiidentes resultados de estas aguas es el que jocosa- mente Ilaiuan algunos rlestripe, sier do positivo que tomái~dolas eii regular can tidad el volúmen del vientre disminuye.

Dichas aguas son acidulas-bicarbonatadas--s6dicas-mslg~lésícas- ciílcicas-litinicas y inuy radioactivas. La Fueiite agria tiene gran canti- d:id de ácido carbijirico, sobre todo cuando se toinil el agua como yo lo ha- go casi todas mstfianas, antes de las seis, al empezar a servirla.

Los manaiitiaies se limpian diariamente, empezando esta operación an- tes de las oinco de la mañana. Las inuchachas tiran al rio toda el agua acu mulada duriliite la iioche y friegan esmeradainente las rocas con parícs y cepillos. El iiguil vcielve a brotar y cii cuanto hay cantidad pilra llenar la cacharr;~, empimin a servirla. Entonces la beben trtinbién las sirvíentns, demostrando con cllo que es la inejor

Para disfrutar las primicias de las Fuentes Iiay que prescindir del tranvía y de los autos de alquiler que 110 salen del pueblo liasta después d e las seis. Me 'evaiito ;L las cinco y a pie recorro los tres kilbmetros de distancia qilo hay eiitre Los Leones y el Balneario. Casi i;ocios los dias tengo que esperar R que terminen la liinpieza de 12s fueiites. Eiitre vaso y vaso tne doy aigúri paseo y a las siete o siete y cuarto vuelvo al Hotel. Respoiido coi1 ini e j~ inplo de que a ~ í sieiitiln mucho mejor las aguas, se ayuda ;il destripe y se comen con mayor gusto los ricos picatostes espe- cialidad de Marmolejo.

Por la tarde, coii-io voy con las señoras y familias amigas de Los Leo- nes, tonio asiento en los au'os de aiqiiíler. Despues de beber el agua, se compraii los bitrquillo~ que vende uila lindísima muchacha iiistal~ida a la

entrada del Parque. Le perdonarnos que casi siempre nos salgaii el uno o o1 dos, pues a cara tan bonita todo le está permitido.

-4lgunasveces la concurrencia corre presurosa ;I tornar el tranvía y los aritos porque el cielo se obscurece y envia gr;~iides masm de agua.

En la galería sirven de eiitreteniniieiito las apareiitcs ingeiiuidades de Satnrnino, joven de Narniolejo, con cara redolida y fiiccioiies finas, dedicado a vender barn tijas, chocol:~ te, caramelos y d6cimos de lotería. Cuando se prosorle colocar u i i artículo L-e da tal maña que no hay nicdio cle rechazarlo. Todos le propoilemos que se case coii la barquillera, pero a esta no le gusta y nuestro plari no puede realizarse.

A Saturriino le gustan, como a todo el qiie las ve, :ir mayoria de las much~ichas que sirven el agua. Son ocho y no durarán eii el Balneario más de dos afios, pues en ese t i e m ~ o ya habrán reunido propiiias en cnn- tidad bastante para ir al inatrimonio con ajuar y algún diiierillo, siendo excelentes partidos para los moios del pueblo que se propoiieii constituir familia. Es raro el agiiista que al marcharse no les deja unas pesetas, ge- nemlmente u n duro, que van colocando sobre las cliapas de hierro que cubren la fueiite para recoger juntas todas las del dia y formar un foiido repfirtible con entera igualdad.

Los agüistas deben ser generosos eon esas muchachas que salen del pueblo hacia los manantiales a las cuatro de la niniiana y están ocupadas en el Balneario hi~sta que se hace de iioche, faltaiido en ocasiones de sus casas diecisiete horas. Resisten y están de buc;ti color porque sori jóvenes, vigorosas, el trabajo no es duro y lo realizan durante un corto número de años.

Las curaciones de estas aguas son maravillosas. Uii médico malagae- fio mny acreditado y sirnplítico, D. Rafael Aranda Gomez, me señalaba alguiias personas que por su consejs concurrían al Balneario, que cuando llegaron estaban para morirse y ahora están bueiias.

Se ven caras amarillas o exagerada = iite verdosas que a los pocos dias de tomar el agua, mejoran sensible&rb_ite de coloraci0n.

Los enfermos que iiotan mejor los buenos efectos de estas aguas son los del hígado y riñones. . Eri estos sitios es donde hay que resignarse con lo que padecemos viendo existen m uchos que todavía están peor.

Todo esto se explica que a Marmolejo vengan todos los sños sobre - cirico mil bañistas de pago, sin coiitar a los pobres y soldados. Entre to- dos S U S aconipañantes (yo llevo dos) pueden calcularse se hospedan unas

diez mil person:is por periodos d e diez a veinte dias y algunos de un mes.

Ln concurrencia co decae aunque con la molestia del traslado por ma i'inna y tarde desde el pucblo hasta los manantiales. Y aun sería mayor si la Empresa propidtaria de las aguas como el Ayuntamiento se dedicasen :I perfccrionar los servicios que de ellos dependen,

Mxrmolrjo 16 de Junio de 19d5. i

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