De La Voluntad de Poder a Nietzsche y La Filosofía

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Filosofía. Nietzsche. Comentarios.

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Primeras Jornadas del Pensamiento de Deleuze y Guattari.

"Micropolticas del pensamiento y de la clnica"

Buenos Aires, 8 de septiembre de 2001.

De La Voluntad de Poder a Nietzsche y la filosofa.

Fernando M. Gallego

Introduccin.

Entre la dcada de 1920 y la de 1970, las condiciones de la recepcin del pensamiento nietzscheano en Francia experimentaron una profunda transformacin. Mientras que a lo largo de la dcada de 1920, el pensamiento de F. Nietzsche era sistemticamente concebido como un pensamiento de derechas, ya desde mediados de la dcada del 60, una buena parte de los intelectuales franceses comenz a visualizarlo como un revolucionario pensador de izquierdas. Dicho en pocas palabras, entre los aos 20 y 70, la obra de F. Nietzsche se desplaza, en Francia, desde el radicalismo de derechas hacia la izquierda revolucionaria.

Tomando como base este desplazamiento, nuestra intencin es ahora: a) analizar las condiciones I) institucionales y II) textuales de esta transformacin; b) analizar la relevancia de estas dos condiciones en el encuentro de la produccin deleuziana con la obra de F. Nietzsche y c) pensar a partir de esto la relacin existente entre Nietzsche y la filosofa y el proyecto nietzscheano de La Voluntad de Poder.

El Coloquio de Rouyemont.

Entre el 4 y el 8 de julio de 1964 se realiz en Francia un encuentro de especialistas en F. Nietzsche: el Coloquio de Rauyemont. Fue all donde Giorgio Colli y Mazzimo Montinari presentaron su proyecto de realizar una edicin completa en lengua alemana con traduccin al italiano- de la obra de F. Nietzsche. La idea central del proyecto era simple: realizar una edicin histrica y crtica de la obra nietzscheana que permitiera: I) poner en evidencia las manipulaciones que haba sufrido y, correlativamente, II) brindar a la nueva generacin de investigadores pos-nietzscheanos una herramienta de trabajo apta para el desarrollo de sus estudios.

A partir de la edicin crtica de G. Colli y M. Montinari, la obra de F. Nietzsche adquiri una nueva dimensin textual que trajo aparejada una transformacin radical en la representacin que los intelectuales continentales tenan del autor alemn. En primer lugar, la produccin filosfica nietzscheana se vio aumentada con la publicacin de los fragmentos inditos o pstumos y, de esta manera, F. Nietzsche alcanz la gloria de los autores bifrontes, esto es, la gloria de ser uno de aquellos autores que han dejado, por una parte, una produccin exotrica editada y, por otra, una produccin esotrica editable. En segundo lugar, y ante la impresionante cantidad de fragmentos pstumos o inditos encontrados, la figura de F. Nietzsche, en tanto que modelo de un determinado tipo de intelectual, dej de ser considerada como la imagen por excelencia de los pensadores de la espontaneidad, para pasar a constituirse en la efigie del pensador de largo aliento. De esta manera, F. Nietzsche abandonaba, por la gracia de su larga produccin pstuma, el mausoleo de los productores genialmente intuitivos e indiferentes, esto es, el cementerio de los filsofos de las estpidas obviedades que cualquiera de nosotros podra decir si tan slo estuviera un poco ms loco o si fuera tan slo un poco ms rebelde. En tercer lugar y en virtud de la evidencia de las manipulaciones, las adaptaciones y los silencios a los que la obra nietzschena se haba visto sometida, la imagen de F. Nietzsche tomaba distancia de aquella creencia que lo conceba como un pensador irracional altamente funcional al nazismo. Progresiva y estratgica liberacin: en primer lugar, liberacin de la obra pstuma nietzschena de las garras de los Archivos de Weimar; en segundo lugar, liberacin del pensamiento nietzscheano de la falsa cadena que lo ataba al fenmeno nazi; y en tercero, liberacin del proyecto filosfico nietzscheano de la representacin instituida por el academicismo continental que lo conjuraba, o bien, al espacio de la irracionalidad funcional a la mquina de muerte del nazismo, o bien, al espacio de la irracionalidad entretenida propia de los espacios de ocio.

Los neo-nietzscheanos.

Algunos aos despus del Coloquio de Rouyemont, el 15 de septiembre de 1966, Michael Foucault, retomando la iniciativa de G. Colli y M. Montinari, anunci la publicacin de las obras completas de F. Nietzsche en traduccin francesa. M. Foucault que haba participado del Coloquio presentado en l su famoso Nietzsche, Freud, Marx, recuperaba de esta manera la iniciativa de los investigadores italianos reorientndola hacia el mercado de la cultura francesa. Las obras de S. Freud y de K. Marx no slo se encontraban totalmente traducidas al francs sino que tenan en las figuras de dos de los ms fuertes representantes del estructuralismo (Jacques Lacan y Louis Althusser) una poderosa y continuada produccin que tornaba inoperante ese artificio de la depreciacin con que toda academia rechaza a quienes se atreven a poner en cuestin sus pretensiones. Era necesario, por tanto, para M. Foucault, subsanar esa limitacin que traa aparejada la ausencia de una traduccin completa de la obra nietzscheana a la lengua francesa y cerrar, de esta manera, un nuevo crculo contra la trada del pensamiento acadmico francs de las tres H (G. W. F. Hegel, E. Husserl y M. Heidegger). De esta manera, la estrategia foucaultiana contra la hegemona de las tres H, implicaba principalmente la construccin de una nueva trada: la trada de los Maestros de la Sospecha (F. Nietzsche, K. Marx y S. Freud) pero tambin la puesta en circulacin de la totalidad de la obra de F. Nietzsche en un formato accesible y acadmicamente reconocido al conjunto del campo intelectual francs. Desde esta persepectiva, el texto de M. Foucault presentado en el Coloquio de Rouyemont se presenta no slo como la primer marca institucional de un cierto recambio operado en el campo intelectual francs sino tambin como todo un programa poltico y, por tanto, estratgico orientado a garantizar la supervivencia al interior del campo intelectual de un nuevo grupo de pensadores franceses: los neo-nietzscheanos.

Los avatares de esta alianza entre Nietzsche, Marx y Freud son largos y complejos: en primer lugar, por el problema de la relacin jerrquica que debe establecerse al interior de la trada, problema del que G. Deluze y F. Guattari darn una solucin radical en El Antiedipo al colocar al pensamiento nietzscheano como pensamiento dominante; en segundo lugar, por el problema de la inestable alianza entre los neo-nietzscheanos y el estructuralismo que, nuevamente, G. Deleuze y F. Guattari radicalizarn en Mil Mesetas, principalmente a travs de los conceptos de rizoma y devenir-intenso, devenir-animal, devenir-imperceptible; en tercer lugar, por una cierta alternancia presente al interior de los mismos neo-nietzscheanos, la alternancia entre las teoras del deseo y las teoras del placer, entre el esquizoanlisis y la ontologa del presente y, en definitiva, entre la voluntad de poder y la voluntad de saber nietzscheanas que conducirn, sobre finales de la dcada del 70, al distanciamiento entre G. Deleuze y M. Foucault. Pero no podemos ahora extendernos sobre este problema. Lo que aqu importa es poner en evidencia que el proyecto foucaultiano de traduccin de las obras completas de F. Nietzsche es, cuanto menos, correlativo de una cierta disputa al interior del campo filosfico francs en la cual una nueva generacin de pensadores intentan desesperadamente construir las condiciones aptas para el ejercicio autnomo de su propio pensamiento. De esta manera, si bien el Coloquio de Rouyemont fue condicin de la liberacin de la produccin filosfica nietzscheana de su encierro en los Archivos de Weimar, la edicin de G. Colli y M. Montinari y su subsiguiente traduccin a la lengua francesa fue una de las condiciones fundamentales de la liberacin del pensamiento de la nueva generacin de pensadores franceses, esto es, de los neo-nietzscheanos.

De esta manera, de las nuevas condiciones establecidas para la recepcin del pensamiento de F. Nietzsche en Francia y, correlativamente, de la lucha generacional al interior del campo intelectual francs, naci una de las dos lneas filosficas ms fuertes del pensamiento francs de la dcada del 70: los neo-nietzscheanos (M. Foucault, Franois Lyotard, Pierre Klossowski, G. Deleuze), que tuvo en G. Deleuze a su terico ms radical.

F. Nietzsche y G. Deleuze.

En sus ltimos aos de vida G. Deleuze recordaba tan slo a dos de sus maestros de la universidad: por un lado a Alqui, el cartesiano de los dualismos y el Cogito y, por otro, a Hyppolite, el hegeliano de las tradas y el trabajo de lo negativo. Por lo dems, su descripcin del perodo formativo en La Sorbone (1944-1948) es, cuanto menos, oscura: un ejercicio filosfico del pensamiento sometido a la hegemona de las tres H, en el que tan slo J. P. Sartre se presentaba como lnea de fuga. Pero, el existencialismo no lo atraa. Era la poca de la liberacin y la historia de la filosofa se le presentaba como un agente de poder que, por un lado, bloqueaba el ejercicio del pensamiento a travs de su postergacin indefinida y, por otro, mediante la construccin de una imagen deformada de este ejercicio.

Algunos aos ms tarde, la situacin no ha mejorado mucho ya que, si bien mediante las nuevas condiciones para la recepcin del pensamiento nietzscheano en Francia establecidas por el Coloquio de Rouyemont y la traduccin programada por M. Foucault esta hegemona de las tres H comienza a tambalearse, el Estado Ideal que hace imposible el pensamiento ha renacido de sus cenizas bajo la forma de una nueva trada que parodia la foucaultiana: la trada de K. Marx, S. Freud y F. de Saussure. Este fue, en parte, ya lo hemos dicho, el sentido estratgico de la repeticin diferente del segundo volumen de Capitalismo y Esquizofrenia: si el primer volumen se orientaba crticamente contra el Estado Ideal de las tres H, el segundo se erige, como ejercicio real del pensamiento, contra la nueva burocracia del pensamiento: contra K. Marx, L. Althuser y el transformar que nunca es verdadera produccin; contra S. Freud, J. Lacan y el interpretar que no cesa de frustrar el deseo; y contra F. de Saussure y el enunciar que slo presta atencin a las posibilidades mayoritarias de produccin de conceptos.

Poco a poco, la estrategia deleuziana se presenta cada vez ms claramente: centrar la atencin sobre aquellos pensadores que haban, en parte, escapado a la historia hegemnica de la filosofa, esto es, sobre aquellos pensadores que actuaban a travs de una fuerza positiva y rendan una especie de culto a la vida, en definitiva, sobre todo aquel grupo de pensadores que tendan a articular una crtica de lo negativo, a promover una cultura de la alegra, a manifestar un odio hacia la interioridad, a pensar las fuerzas y las relaciones en su exterioridad y a denunciar el poder. Un grupo polimorfo sin duda, pero el nico a fin de cuentas capaz de contribuir al ejercicio de la filosofa como prctica productiva. Es el momento de la descripcin del ejercicio de otro pensamiento.

Dos pensadores resaltan en estos primeros ejercicios monogrficos de G. Deleuze orientados, supuestamente, a describir el ejercicio de otro pensamiento: B. Spinoza y F. Nietzsche. Pero F. Nietzsche toma desprevenido a G. Deleuze y lo arrastra en una empresa radical: el ejercicio, y no ya la descripcin, de otro tipo de pensamiento. De esta manera y ante los ojos de G. Deleuze, el pensamiento de F. Nietzsche se libera de M. Heidegger y de E. Husserl y se alza contra G. W. F. Hegel en pos de la liberacin de B. de Spinoza y, paralelamente, es G. Deleuze mismo se ve arrastrado ms all de sus maestros. La afirmacin nietzscheana se alza contra la dialctica hegeliana. El pluralismo radical, contra el monismo metafsico y contra toda forma de dualismo. De esta manera, el trabajo con F. Nietzsche termina empujando a G. Deleuze ms all del juego artificial y propiamente escolar de forzar las lecturas y lo educa en el perverso placer de escribir en nombre propio.

Nietzsche y la filosofa: fbrica de conceptos.

Ubicar a Nietzsche y la filosofa dentro de los lineamientos generales de la historia de la filosofa es, cuanto menos, un error. En primer lugar, porque una buena parte de las citas con que G. Deleuze ha elaborado su texto es una materia potencialmente espuria que proviene de una Voluntad de Poder inventada por los Archivos de Weimar. En segundo lugar, porque ya desde el tono general de la composicin se torna evidente que el texto no tiene ni la mnima intencin de articularse como una interpretacin de la obra nietzscheana que diga con mayor claridad aquello que ya fue dicho por F. Nietzsche.

En el Nietzsche de 1964, G. Deleuze cierra definitivamente la cuestin abierta en torno al problema de las fuentes de Nietzsche y la filosofa al decir: Se sabe [yo s] que La Voluntad de Poder no es un libro de Nietzsche. Pasa a continuacin a poner de manifiesto que la obra fue construida por Elizabeth Frster-Nietzsche sobre la base de un plan proyectado en 1887 por F. Nietzsche, en torno del cual fueron compuestos una serie de fragmentos pstumos, y culmina exclamando: sera muy importante que todos los planes fueran publicados. Malentendemos su pedido al pensar este grito como el llamado de un investigador que anhela saber ms sobre su autor preferido, aquel que le da de comer y le hace posible continuar escribiendo. Este llamamiento deleuziano, que resuena en las inmediaciones del Coloquio de Rouyemont, no es sino el grito de una fbrica que reclama una mayor cantidad de insumos para seguir desarrollando su produccin filosfica. De esta manera, G. Deleuze no slo reanuda la obra de F. Nietzsche sino que ofrece en Nietzsche y la filosofa una de las posibles culminaciones del proyecto nietzscheano de la Voluntad de Poder.

De esta manera, el objetivo del texto deleuziano no es sino el marcar una diferencia al interior de un gnero literario menor de la produccin filosfica: el monogrfico. Pero calificar simplemente a Nietzsche y la filosofa de obra monogrfica no es sino un mero eufemismo ya que poco tiene que ver este texto con esa historia de la filosofa orientada a hacer imposible el ejercicio del pensamiento. En las manos de G. Deleuze, la monografa como ejercicio propiamente escolar del pensamiento descubre una nueva potencia: devenir su ejercicio ms primario, aquel en el cual la filosofa como pura fbrica de conceptos determina a un pensador como insumo privilegiado.

Alumno avanzado de la carrera de Filosofa, Fac. de Filosofa y Letras de la UBA; Profesor interino de Introduccin al Pensamiento Cientfico, CBC, UBA.

Cf. LE RIDER, Jacques: Nietzsche en France de la fin du XIXe sicle au temps prsent, Paris, PUF, 1999, p. 181.

DELEUZE, Gilles: Nietzsche y la Filosofa, trad. Carmen Artal, Barcelona, Editorial Anagrama, 19944.

Cf. LE RIDER, Jacques: op. cit., p. 206.

El ttulo del libro de Mazzino Montinari con relacin a este problema es, cuanto menos, contundente: La voluntad de poder no existe. El libro de M. Montinari fue editado, pstumamente, en 1996. Ibid., p. 205, n. 1.

Cf. Ibid., p. 207.

Cf. Ibid., p. 208-209.

Cf. Ibid., p. 210, n. 1.

Cf. Ibid., p. 211.

DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Flix: El Antiedipo. Capitalismo y Esquizofrenia, trad. Francisco Monge, Barcelona, Barral Editores, 1974.

DELEUZE, Gilles y GUATTARI, Flix: Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia, trad. Jos Vzquz Prez con la colaboracin de Umbelina Larraceleta, Valencia, Pre-Textos, 1988.

Cf. LASH, Scott: Sociologa del posmodernismo, trad. Martha Egua, Buenos Aires, Amorrortu Editores, 1997, p. 112. La otra lnea del pensamiento francs arriba mencionada es la de los denominados, por S. Lash, neo-saussureanos: R. Barthes, J. Lacan y J. Derrida.

Cf. Ibid., p. 89.

Cf. DELEUZE, Gilles y PARNET, Claire: Dilogos, trad. Jos Vzquez Prez, Valencia, Pre-Textos, 1997, pp. 16-17.

Anticipadamente tambin, contra J. Derrida?

Cf. DELEUZE, Gilles y PARNET, Claire: op. cit., pp. 18-20. Sobre la necesidad de una alianza entre el pensamiento de F. Nietzsche y B. De Spinoza, vase DELEUZE, Gilles: Conversaciones, trad. Jos Luis Pardo Toro, Valencia, Pre-Textos, 1996, pp. 216-217.

Cf. LE RIDER, Jacques: op. cit., p. 213.

Cf. DELEUZE, Gilles: op. cit., pp. 13-15.

DELEUZE, Gilles: Nietzsche, Pars, PUF, 1965, p. 50.

Ibid. Nietzsche y la filosofa es un libro de 1962. La denuncia realizada por M. Montinari, al regreso de su visita a los Archivos de Weimar, acerca de la farsa de La Voluntad de Poder, es de 1961. Puede acaso un investigador en sus cabales que se apresta a editar su segundo libro, incinerarse al montarlo sobre un material totalmente espurio?

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