De la Eneida a la Araucana

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De la Eneida a la Araucana Vicente CRISTÓBAL RESUMEN Se muestra la gran importancia que, como modelo, ha tenido la Eneida en el origen de la epopeya culta española, y en concreto, en el origen de la Arau- cana de Alonso de Ercilla. Tras explicar cómo varias de las singularidades li- terarias de este poema (argumento histórico, ausencia de héroe individual, cierta visión imparcial de los dos bandos en conflicto...) se explican mejor a la luz de los modelos antiguos (Eneida y Farsalia), a continuación se enume- ran y analizan una serie de tópicos y convenciones presentes en él y deriva- dos de Virgilio (declaración inicial del argumento, écfrasis descriptivo, tem- pestad, comparaciones naturalistas, Dido, juegos deportivos, etc.), poniendo de relieve así el virgilianismo esencial de la Araucana, aspecto que no había sido destacado en su justa medida por la crítica precedente. SUMMARY This paper shows the great importance that, as a model, Aeneid has had in the origiñs of the Spanish cultivated epic poetry, and concretely in the origins of Alonso de Ercilla’s Araucan& An initial explanation about how a number of the literary singularities of this poem (historical plot, lack of individual he- ro, a certain equanimous vision of the two sides in conflict...) are better ac- counted for in the light of the ancient models (Aeneid and Pharsalia), will be Cuadernos de Filología Clásica Estudios latinos, 9-1995. Servicio de Publicaciones UCM. Madrid

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De la Eneida a la Araucana

Vicente CRISTÓBAL

RESUMEN

Se muestrala granimportanciaque,como modelo,hatenidola Eneida enel origendela epopeyaculta española,y enconcreto,enel origendela Arau-cana deAlonso de Ercilla. Trasexplicarcómo variasdelas singularidadesli-terariasde estepoema(argumentohistórico, ausenciade héroe individual,cierta visión imparcialde los dosbandosen conflicto...) seexplicanmejor ala luz delos modelosantiguos(Eneida y Farsalia), a continuaciónseenume-rany analizanunaseriedetópicosy convencionespresentesen él y deriva-dosde Virgilio (declaracióninicial del argumento,écfrasisdescriptivo,tem-pestad,comparacionesnaturalistas,Dido, juegosdeportivos,etc.), poniendode relieve así el virgilianismo esencialde la Araucana, aspectoqueno habíasidodestacadoen sujustamedidapor la críticaprecedente.

SUMMARY

This papershowsthegreatimportancethat, asa model,Aeneid hashadinthe origiñs of the Spanishcultivatedepicpoetry,andconcretelyin the originsof Alonsode Ercilla’s Araucan& An initial explanationabouthow a numberof the literary singularitiesof this poem(historicalplot, lack of individual he-ro, a certain equanimousvision of the two sides in conflict...) arebetterac-countedfor in thelight of the ancientmodels(Aeneid and Pharsalia), will be

CuadernosdeFilología ClásicaEstudioslatinos,9-1995.Serviciode PublicacionesUCM. Madrid

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followed by an enumerationandanalysisof a seriesof topicsandconventionspresentin the poem and derivedfrom Virgil (initial declarationof the argu-ment,descriptiveecphrasis,tempest,naturalisticcomparisons,Dido, sportga-mes,etc.),thuslaying emphasison the essentialVirgilianism of Araucana,anaspectthathadnotbeenforegroundedby previouscriticism as it deserved.

1. La Eneidacomomodelodela poesíaépicaespañola.LaAraucana

La Eneidade Virgilio es el ingredientecapital,entreotrosvarios(precep-tivas literariasantiguasy modernas,epopeyasitalianasrenacentistasde Bo-yardo, Ariosto y Tasso,Farsalia de Lucano),para la formación y origen denuestraépicacultarenacentista:así ha sido casiunánimementereconocido1

y asílo hemosbrevementeexplicadoe ilustradoen otro lugar 2

En principio, pareceríalógico quela presenciade lo virgiliano fuerarela-tiva y proporcionalal tipo épicoen quela obrase incluye (epopeyahistórica,religiosa,novelesca,mitológica,etc.),siendode esperarqueesapresenciace-dieramásen las epopeyashistóricasy religiosas,y abundaramásenlas nove-lescasy mitológicas.Sin embargo,puestoqueno sonestrictamentelos temasstnolos «esquemastemáticos»los queprimordialmenteperviven,no importatanto quese tratede un temau otro: a todosellos les proporcionaVirgilio elmolde.

Ya paraempezar,es muyfrecuenteentrenuestrospoemasépicosla divi-sion como la Eneidaen docelibros (compitiendocon la división en veinti-cuatro,queesla delos poemashoméricos,y en diez, quees la dela Farsalia);así, por ejemplo,tienendoce:la Cristíadade Fray Diego de Hojeda,la Mos-qucade Villaviciosa, el Ignacio de Cantabria de Pedrode Oñay la PsiquedeJuandeMal-lara.

Sí quehallamos,especialmenteenlospoemasdetemareligioso, unasus-titución o transposiciónde determinadoselementosmitológicos queconsta-ban en Virgilio; por ejemplo, la invocación a la Musa al comienzode laobra 3 aparecegeneralmentesustituiday cristianizada:asíenel MonserratedeCristóbaldeVirués(1, estr.2), obrade1587,leemoslo siguiente:

Tú, santamusa,queporpremioofrecesdivina laureolade tu mano......tú levantami vozahoratanto...

1 (fi F. Pierce,La poesíaépica delsiglo da oro, Madrid 1968,pp. 12 ss. Léaseel ilustrativocapítulo «El Renacimiento.La epopeya»del famosolibro deG. I-lighet, La tradición clásica,Méjico 1978,trad.deA. Alatorre(Oxford 1949),1, pp. 228-257.

2 En nuestraintroducciónalaEneida,Madrid 1992,pp. 113-118.Cf E. R. Curtius, Literatura europeayEdadMediaLatino,trad.deM. F. Alatorrey A. Ala-

torre,México 1976 (= 1955= 12< cd. alemana1948),1, «LasMusas,pp. 324-348.

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o en la Cristíada de FrayDiego de Hojeda(1, estr. 1), de 1611, en términossemejantes:

Musadivina,ensucostadoabiertobañami lenguay muévelaensunombre...,

peroinclusoenunaepopeyahistóricacomo es la Austríada deJuanRufo,de1584,seadoptacon respectoa esteclichéde la épicapaganaun tonopolé-mico quetieneresabiosde JorgeManrique4 y queasíseexpresa(1, estr. 1 y2):

...No invocarélas musas,ni sonparteparadarmesocorroental historia...

...Dejandopueslabárbaradoctrina,invocodelas causaslaprimera,EternaMajestad,queesunay trina,en quienlavida vive quese espera,porqueinfundaenmi voz graciadivina,sonvivo y eficaciaverdadera...

En obras,sin embargo,como el Bernardo deBernardodeBalbuena,de1624,de argumentoajenoa lo religioso y que concedemásespacioa lo imaginati-vo, no hay obstáculoparaseguir el tópico antiguode los comienzos(1, estr.1):

Cuéntame,ohMusa,tú, el varónquepudoa laenemigaFranciaecharportierra...

En cualquiercaso,lo que sí que se mantienesiemprees la inicial declara-ción de canto,quepor lo generalacusaunaextraordinariacercaníacon res-pectoal Arma uiramque cano de la Eneida; de unamaneraespqcialla acusala primeraestrofadel Isidro de LopedeVega ~:

Cantoel varóncelebrado,sinarmas,letras,ni amor,quehade serun labradordemanodeDioslabrado,sujetodemi labor,

Recuérdenselos famososversosdesus Coplas,estr. 4: «Dexolas invocaciones/delosfa-mosospoetas!y oradores;!non curo desus fictiones...Aquélsólo m’encomiendo/Aquél sóloInvocoyo! deverdad,!queenestemundoviviendo,! elmundonon conoció/sudeydad.»

Cf nuestroestudio«Unareminiscenciadel Moretunzenel Isidro deLope deVega>,Esta-dios Clásicos89(1985)379-390,especialmente383y 389-390.

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asícomola primeradela Jerusalénconquistada:

Yo cantoel celoy las hazañascantodeaquelvarón,soldadoy peregrino,quea serdel Asia universalespantodesdela selvaCalidoniavino,

la primeratambiéndela Dra gontea:

Cantolas armasy el leónfamosoqueal atrevidoinglésdetuvoel paso,aquelnuevoargonautaprodigiosoqueespantélas estrellasdel ocaso,

y sigue Lope siendovirgiliano al máximo en la oberturade su Gatomaquia,dondeno sólo evocael Arma airumque, sino incluso aquellosotros versosquealgunosmanuscritosanteponenal comienzode la fineida 6 y quehoy seconsideranyadefinitivamenteespurios(1/le egoqui qaondann..):

Yo aquelqueenlos pasadostiemposcantélasselvasy los prados,estosvestidosdeárbolesmayores,y aquellasdeganadosy de flores,las armasy las leyes,queconservanlos reinosy los reyes,agoraen instrumentomenosgravecantode amorsúavelas iras y desdenes,los malesy los bienes,no deltodoolvidadoel fiero Taratántaratempladoconel silbo del pífanosonoro,

proemioésteen el que,aliadoconla materiavirgiliana, adoraun curiosoen-nianismoenla palabra«Taratántara»(cf Ennio, fr. 140 Vahíen:At tuba terri-bili sonita taratantara dixit), quees el sonidoonomatopéyicode la trompadeguerra,reproducidopor el poetade los Analesen uno de sus versos,y em-pleadoaquísineedóquicamentepor «guerra».

El uiramy cl canodel primer versode la Eneidareaparecenen la estrofa

6 TambiénMilton enEl Paraisoperdidoy Spenseren La reina de lashadasimitan estosver-sosatribuidosal mantuano.

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pionerade otra epopeyareligiosa,la deJosédeValdivieso, Viday muertedelpatriarcaSanJos4de 1640:

El varónjusto,el padrevirgencanto,

así comoel cano y arma virgilianosconstanen elcomienzodel Arauco doma-do dePedrode Olla,de 1596:

Cantoel valor, las armas,el gobierno,

y asípodríamosseguirponiendocadenasdeejemplos.Una paradojade cierta curiosidad, queno tienemásrazónde serquela

imitatio a ultranzay la concienciapor partede los poetasde quegranpartedel complejomitológico antiguono es sino puraalegoríae inofensivaperso-nificación de la naturaleza,es el hechode que en los poemasépicosreligio-sosno se rehuyala imagenmitológicaparala expresióndel tiempo,demodoque en la ya citada Vida de SanJosépodamosleercosastalescomo que laVirgen

Deseaquesalgael padredeFaetontey que,esparciendosubenignalumbre,vuelvadeplatael río, de oro el monte,y queel desiertoy el pobladoalumbre.

Esto,quecausaunacierta sorpresaenpoemasde argumentocristiano,no lacausatanto enepopeyasde argumentomásprofano,enlas que,por obedien-ciaa los modelosantiguos,el tiempo(la aurora,el crepúsculo)sehacecons-tar siempreconprosopopeyasmíticasy no con descripcionesnaturalistas;esquizáel empleofijo y reiteradode tales estampasunade las notasmás evi-dentesdel carácterculto de estasepopeyasmodernas,tan diferentesen ellodel Cantar demio Cid4 cuyo autorapuntabael pasode losdías deformatanescuetay realistacomo enel verso1.540:

Fassadaeslanoche,venidaesla manana.

Y así leemos,por ejemplo en la Austríada, amanecerescomo éste(II, estr.49):

Ya lacándidaAuroracristalinanuestroricohorizonteregalaba,y, aunquebañadaalzóla faz divina,las rosasenbellezaatrásdejaba,

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pasajecuyadeudacon la tradiciónépicaantiguaquedamanifiestaen la per-sonificacióncoloristade la horadel día,y cuyo virgilianismo,concretamente,radicasobretodoen la inclusióndel adverbio«ya»,queestabapresenteen mu-chosamaneceresdel mantuano(III 521,589,1V584, V 105,etc.) ~.

Un tópico característicode la poesíaépica como es el de la tempestad,que arrancade la Odisea,pasarásegúnel modelo de la Eneida (1 8 1-156),anumerosasepopeyasde nuestraliteratura ~, despuésde haberpasadode laL7neidaa los poemasépicoslatinos de la Antiguedad<>. Como evidenciamáspatentede la proyecciónvirgiliana citaréunosversosdela MosqucadeVilla-víciosa,de 1615,que desvíahacialo burlescoel materialde la Eneida:unavezprovocadala tempestadmarinapor los vientosenviadospor Éolo, Nep-tunoasomala cabezapor encimadelasolas(y, estr.67):

Fuetantoel grito dela pobregenteo fueseel golpedel timón caídoo lasblasfemiasconqueel insolenteTártaroalterael marconsuréido,quehastaensualcobael diosNeptunosientequesu hermosocristales ofendido,y saliendoa mirar susclaraslinfas,oyó el lamentodesusbellasninfas...,

y reaccionadel mismomodo y casicon igualespalabras(y con igual aposio-pesis:(Jaosego...sed)queenel libro 1 del poemalatino; así enestr.75:

<t..Y queotravezdeverasni burlandoa darlessueltapor el marseatreva,si no quierequeyo...Masbastaesto:el tritón sedespache,y vuelvapfestO».

Una convenciónpropiadel génerocomoes la écfrasiso excursodescrip-tivo de paisajes,armas,obrasde arte,etc. lO (de la queen la Eneidaencontra-mosmuestrastan vistosascomo la descripcióndel escudode Eneasa fines

1 Muchosmásejemplosy consideracionesagudassobreellos puedenverseenel artículodeM.< Rosa Lida de Matkicl «El amanecermitológico en la poesíanarrativaespañola»Ravisíade Filología HispánicaS(1946)77-110 (=La tradición clásicaen España,Barcelona1975. Pp.119-164).

Así enAraucana,XV 457 55.; Austríada,VIII estr. 16-41;Las lágrimasdeAngélica, 1 estr.84-89;Montserrate.VII estr.9-66;AraucoDomado,III estr.78-1V estr. 19; Jerusalénconquista-da, VII estr. 93-149;Mosquea,V;Bernardo,XIII-XIV; La invencióndala cruz,Iíestr.15-40). Cfnuestroestudio «Tempestadesépicas,Cuadernosde Investigación Filológica 14 (1988) 125-148.

Cf Tempestadesépicas,art. cit., pp. 125-134.1~< ~f A. Zapata,La écfrasisen la poesíaépica latina hasta el siglo r cl U inclusive,Madrid

1986.

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del libro VIII) sigueestandoprolijamenterepresentadaen las nuevasepope-yas en un afándefidelidada los modelosclásicosy señaladamenteaVirgilio.Así a fines del libro 1 del Bernardo se describeprofusamenteel palaciodelhadaMorgana;enel II dela mismaobra,el castillode la Fama;y en esemis-mo libro, seguidamente,unatela tejidapor el hadaAlema, queestababorda-da con sucesosfuturos relativosa las hazañasde loscapitanesespañoles,pa-sajedescriptivoquecumple,pues,la mismafunción queaquelotro virgilianoen el que sedetallanlos relievesproféticosdel escudode Eneas;enel cantoIX de la Mosqueahayunaécfrasisquetienepor objeto la descripcióndel pa-lacio de Júpiter;enel VI del Montserrateseexplicael contenidodelas pintu-ras quedecorabanla celdade un monje; en el cantoVIII de Las lágrimasdeAngé/icase cuentacómo en los platosy tazasde unamesadispuestaparaunbanqueteestánplasmadashazañasdel pasadoy del futuro. El ejemplo,sinembargo,que me parecemás significativo y logrado es la descripciónen laCristíada (1, apartir de estr.89) dela túnicavestidapor Cristo en la oracióndel huerto,que constaba de sietefajasen las queestabanrepresentadoslossietepecadoscapitales,y dela quereproduzcolosversosiniciales:

Poreso,cualsifueramiserableinjustopecador,sepostraentierra,y barreconsurostrovenerableelpolvo, quea Dios hizo tantaguerra.Lavestidura,pues,abominablede sietefajasconsta,y sieteencierra,tejidasdepecados,tetasvarias,si bien unidas,entresícontrarias.

En laprimeraestála majestosalibre Soberbia,gravey empinada,enunasillademarfil preciosaconanchapompadeambiciónsentada:coronadeoro ciñesuenojosadescomedidafrente...

Hemosomitido voluntariamenteen estamuestrade ejemplospasajesdela Araucana deAlonso deErcilla, queseráa continuaciónobjeto monográfi-co denuestraatenciónpor lo quese refiere a su relaciónde dependenciaconla Eneida deVirgilio.

Porserla Araucana el másconocidoy laureadode nuestrospoemasépi-cos renacentistas~ constituyeuna muestra inmejorableparacalibrary medirla influencia de Virgilio en el género.Tiene como argumentola rebelióndelos indígenasaraucanosy su sometimientopor las tropasespañolas,aunque

Cf lapresentaciónquehacedel poemaF.Pierce,op. nt, pp. 267-271.

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tambiénsehacenimportantesexcursossobrela batalladeLepantoy sobrelaguerrade Españacon Portugal. Las tres partesde que secomponela obrafueron publicadassucesivamentecon intervalosde diez añospocomáso me-nos:1569,í578y 1589.

La materiaargumentales en buenaparte,como el autorse esfuerzaenhacerver, fruto de la experienciadirectay de la autopsia,ya queErcilla fuesoldadode la guerraquecelebra.Peroesamateriahistóricay real la encauzaen unanormativagenéricaaprendidade la lectura de susprecedentesen elgéneroépico, esdecir, enlos poetasitalianos inmediatamenteanteríores,es-pecialmenteAriosto 12, y en los dos poetasromanosantiguosque eran losmasseñerosmodelosépicosparala épica renacentista:Lucano 13 y Virgilio.(Pocaes,en todo caso,la huella deHomero, aspectoque ha estudiadoPallíBonetcon la debidaprudencia14). A pesarde quese ha hechomáshincapiéen la relaciónquemedia entreLucanoy Ercilla, a causadel carácterhistóri-co de sus respectivosargumentos,la relacióncon Virgilio es extraordinaria-mentefructífera y no seha destacadodebidamentepor los críticos del poe-ma. A esta relación se refirieron en parte Menéndez Pelayo tS y d.Ducamin 16, perosin apenasconcretardatos.Si quelosofreceen mayor me-didaM. Socrateen su recientearticulo sobreErcilla en la Encic/opediaVirgi-/iana U, queeshastael momentoel máscompletoestudio,a pesardesu bre-vedad,sobreVirgilio como fuentede Ercilla. De aquípartimospara darunavisión de conjuntoañadiendonuevosdatossobrela cuestión.Pero antesdecomenzarla confrontaciónde pasajesendeudados,queremosreferirnosaciertosaspectosliterariosdela Araucana,de índole más general,quehansi-do objeto de debate,un tantoal margende la tradiciónclásica,y que consi-deradosenvinculacióncon dichatradiciónpodríanexplicarsemejor.

2 Cf M. Chevatier,LA rioste enEspagne(1530-165(4Recherchessurl>influencedu«Rolandfuricus», Burdeos1966. Chevaliermenguala influenciade la Farsalia y no daimportanciaa lade la Eneidapararesaltarla del Orlando. Del Orlando, enefecto,provienenmuchasescenasdeguerra,los proemiosmoralizantescon que comienzacadacanto, la acumulaciónexpresivadeverbos,la intromisión det «yo», atgunasfiguras individuales como Rengo,que está modetadosobreRodomonte,etc.

‘~ Sobrela deudacon Lucano, cf C. Schtayer,SpurenLukans in dar SpanischenDichtung,Heidetberg1927, y la brevísinae insignificantenota de G. l-lighet, «ClassicatEchoesin ‘LaAraucana’>,ModeenLanguageNotes62 (1947)229-231.

“ Romeroen España,Barcelona 1953,pp. 106-108.ReconocePallí Bonet que Ercilla esdeudorprincipatmentedelos italianosy de Virgilio. «No obstante—dice— puedeconsiderarsecomo unareminiscenciahoméricala figura del viejo araucanoCotocoto,especiede Néstorin-dio. Como éste,sedistinguepor su prudenciay sabiduríay por concertarlas pacesentrelosirritadosjefes»>y aventuratímidamentealgunosparalelismosmás,muypocoexplícitos.

5 Historiadala poesíahispanoamericana,Madrid 1893-1895,11,pp. 220 ss.16 L>Araucana,poémeépiquepar Don AlonsodeErcilla yZúñiga. Morceauxchoisi& Précédés

duneéíudebiographique,bibliographiqueel liuérari re.,., París 1900, pp. LXXXIt ss., aunquedesu examendc modelosdeducequeesLucanoelmásseguido.

“ EnciclopediaVirgiliana II, Roma 1 985, 359-361.

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II. Las singularidades I¡terarias delaAraucanaalaluzdesusmodelosantiguos

En efecto, muchasde las singularidadesliterarias que los críticos handescubiertoen la epopeyadeErcilla seexplicanbien a la luz de susmodelosantiguos.

En primer lugar, el carácterfuertementehistoriográficode la obrale hamerecidoduros reprochesdesdeSaavedraFajardoen el siglo <vn —con lasalvedadde quela críticadecimonónicaencontrabaenesamismacaracterís-tica la razónparaunavaloraciónpositivadel poema—l8• La Araucana sufreasílos mismosreproches—y la mismaocasionaldefensa—quese hanhechoala Farsa/ia de Lucano,y es, sin duda,teniendoen cuentacomo modelo elpoemade Lucanocomo Ercilla quisojustificar el carácterfuertementehistó-rico de suepopeya.No obstante,suobra—como la del poetacordobés—noesmerahistoriografía,sino antetodopoesía,que,como tal —segúnla precep-tiva de Aristóteles—,seatienea lo verosímil,no a lo cierto. Morinigo, editordel poema,insisteoportunamenteen esteaspecto:«El autor,pues,no sepro-poníacontar [...], sino cantar [...] De la historia seleccionapor lo tanto lo queestimapoetizable,lo que es capazde adquirir categoríaestética»j~. Y a lohistórico añadeunacierta dosis de elementospoético-fantasiosos(tambiénlo hacíaasíLucano),quehabíanllegado a sertópicoscaracterísticosdel gé-nero(comoel conocimientodel futuro por un medio sobrenatural)y consti-tuíanun vínculo reconocibleconla tradicióny losmodelos.«Sepodríancitarotros muchosepisodios,apartepor supuestode los obviamentefantásticos,como el de la apariciónde Belonao el del magoFitón, enlos que la afirma-ción de Ercilla de sertodo “relación sin corrompersacadade la verdad”nopodríasustentarse’>,siguediciendoMorínigo 20 La crónicahistoriográficadeGóngoraMarmolejo, aunqueescrita con posterioridada Ercilla y posible-menteinfluida por él en másdeun pasaje,orientabien en cuantoa la distin-ción entrelo querealmenteacaecióy lo quees ficción imitadorade fuentespoéticas,del mismomodoquelos Comentarios sobre la guerra civil de Césaro la Historia de Tito Livio puedenorientar en cuantoa la mismadistinciónenlasepopeyasdeLucanoy Silio Itálico respectivamente.

Un segundopuntodebatidopor la crítica, y que puedealumbrarse con laepopeyaantigua,es la desigualdadobservadaenel tratamientode los perso-najesespañolesy araucanos:máshistóricosy realeslosespañoles,másideali-zadosy mitificados los araucanos.Estaconstataciónes yaunapruebadequeno todoen la Araucana eshistoriográfico,y que,al menosenlo tocantea losindígenas,hay un escapede las fronteras del rea]ismo histórico. Sostiene

18 Cf A. Morínigo, ensu introd. a su cd. (en colaboracióncon 1. Lerner),de la Araucana,Madrid 1991(~1979),pp. 25-36.

19 Op.cit.,p.35.20

0p cit.,p. 36.

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Prietoen su análisisde laAraucana21 queen la mitificación de losaraucanosErcilla teníano sólo el precedentede Camoens(encuantoquemitifica unosespacioslejanos),sino tambiény muyespecialmenteel de lascrónicasameri-canas.Muy oportunamente,por ejemplo,recuerdaesteautorcómo

«En su PrimeraDécada,P. Mártir de Angleríacomparaa los indios conlos italianoshalladospor Eneasenel Lacio y los mitifica desdesu realidad:‘Es cosa averiguadaque aquellosindígenasposeenen común la tierra,comola luz del Sol y comoel agua,y quedesconocenlaspalabras«tuyo>’ y«mío», semillerode todos los males(...) Viven en plenaedadde oro, y norodean sus propiedadescon fosos, muros ni setos. Habitan en huertosabiertos,sin leyes,sin libros y sin jueces,y observanlo justopor instinto na-rural...’ Existeunainherentemitificación en estaspáginasde Anglería,comoestadoprevioa la épicadeErcilla» 22

De modo quelos araucanospor suexotismoy por el asombrocon quese losdescubreson elevadosa unacategoríamítica,mientrasque los españolessemantienenen el terrenodelo conocido,de lo real,de lo histórico 23 Peronoes sólo que al hablarde los indios haya—por mayor falta denoticias acercade sus costumbres—unamayordosisde suposiciónverosímily hastadefan-tasía,sino que también los críticos han reparadoen el tratamientolleno deconsideracióny humanidaddado a los indígenas,y se explica como conse-cuenciade un hacerseeco Ercilla del lascasismo,o incluso —como explicaMario Socrate24 como unamuestrade queel poetaespañolponíaen juegoparacon el bandoenemigounapietassemejantea la deVirgilio en la EneidctAmbasexplicacionespueden,en efecto, ser acertadas,pero, en realidad,laque pareceser simpatíade Ercilla por el bandovencidopuedeno ser sinounamuestradeciertaimparcialidaddel autorantesuspersonajes,unaimpar-cialidad comparablea la de Homero y, en partetambién,a la de Virgilio.Pueses comounaespeciede ley del poemaépicomás auténtico—como se-ñalaGarcíaCalvo 25 estadedejarel autora suspersonajesdefinirse,inde-

21 Lapoesíaespañoladel siglo xv;, JI, Madrid 1987,cap.17: «Lapoesíaépicarenacentista»,pp. 781 Ss.

22 Op. cii., p. 823.21< Lo ponederelieve M. A. Morínigo, «Españolese indiosen La Araucana,>,Filología XV

(1971),p. 209, a quiencita Prieto.24 Art cia, p. 359.25 <Los títeresde la epopeya»EstudiosClásicosVII (1963)95-106(ahoratambién en H.

Bauzáledí, Virgilio enel bimilenariodesu muerte,Buenos Aires 1982, pp. 39.46).Leemosenestetrabajomanifestacionescomo lassiguientes:«La aretéde los héroes,ensus diferentesgra-dos,senospresentacontodala indiferenciay friatdaddequienhaceconstarun fenómenona-tural objetivamenteverificado>,con referenciaa los poemashoméricos,Sólo posteriormente,enopinión de GarcíaCatvo, ta epopeyafue mat entendidacomo glorificadoray panegírica,yasl surgieronlas [ranciadas y lasAuto-indas. queen su pecadollevan su penitencia:puesnaci-dasenverdadparaserviciode losseñores,denadapuedenya servirlesa los hombres;y porna-

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fensos,lejosde todo laudeo vituperio por partede quienloscrea,permitien-do queseanlas propiasaccioneslas quelos caractericenanteel oyenteo lec-tor de la epopeya.Quizá,pues,en la Araucana no hayaen esteaspectosinoun afánpor seguiresanormativa,observadaen Homeroy Virgilio, de impar-cialidaddel poetaépicoantesuspersonajes.

Un terceraspecto,blanco de discusionesy motivo de reprochesparalaAraucana, es la señaladaausenciadeun héroeindividual enel poemacomopresuntamenterequeriríanlas leyesdel género.Sedice queel héroeescolec-tivo, como en Os Lusiadas26, peroaquíademásel héroecolectivoseríado-ble: españolesy araucanossimultáneamente,«espaiiolesesforzados»y «gentequea ningún rey obedecen»,segúnsedice ya en la primeraestrofadel poe-ma.Mas sobreesteaspectotambiénpuedeproyectarsela luz de los hechosrelativos a las epopeyasantiguas.La cercaníahistórica de la materia argu-mental de un poemaépico es un obstáculoparala heroización(sin adula-ción) de los caudillospor estaraúndemasiadofrescossuscomportamientosno siemprepositivos.Sin dudapor obedecera la ley homéricadci protago-nistaheroicoespor lo queVirgilio decidió remontarsea la esferadel mito,centrándoseen Eneas,y rehuir los inconvenientesde unaepopeyahistórica—como enprincipio parecequeplaneaba—quetuvieracomo protagonistaaOctavio.Sin embargoLucano,que acometióla empresade escribirun poe-ma épico sobreun asuntorelativamentepróximo como era la guerra civil,hubo de forzarlas leyesdel género,y resultadode su intentofue que,tenien-do queserfiel a lo queseconocíabiende laguerracivil, no pudo magnificara ningún caudillo bastadarleestatutode héroeépico, de modo que,comobienapuntaMariner 27, la Farsalia esun poemasinhéroes~ Porno distintasrazonespuedepensarsequela Araucana carecede héroe individual, e inclu-sodeprotagonistaprincipal.

die leídasni gustadas,nuncapodráncumpliral veneradopatronola promesade inmortalidadconqueasu honorsededicaban,,.Con referenciaala Eneida,seexpresaasí: <Y ay de laEne¿-do si deverdadfuera esencialmenteesoque deella dicen los textosdeLiteratura,exaltaciónodirectao simbólicadeAugusto~Porqueerstoucesresultaríatodadía tan inaguantablecomo losonaquellospasajesenque tal intenciónglorificadoraapareceverdaderamente.PeroVirgiliosesabiademasiadobien su Homeroparacaereneso.Vsi bien sudisgustoconelpoema,queleincitaba acondenarloa las llamas por últimavoluntad, tienesin dudaque ver con eseparcialfallo másque concualquierconsideracióndesu falta depulimento(Icomosi la formay el fon-do pudieransepararsey Jaingenuidadu objetividad no pertenecieratambiéna la formal) (.1nospudo dejarcon todo> en medio de épocacan impropia paraello, algún buenejemplodeimitación literariade laingenuidadhomérica».

2~ Cf II. Montes, «El héroede la Araucana»,CuadernosHispanoarnerlcanos60 (1964)258-268.

“ «La Farsalia~ poemasin dioses>¿tambiénsin héroes~»,EstudiosClásicas62 (1971>133-139.

-‘ Un error inverso tal vezhabríaqueimputaraSilio Itálico, quien, al revésqueLtscacto,n,itifica lohistórico (auntratándosede lo histórico no reciente)contratodaverosimilitud,pro-duciendosu obrael efectodeunagigantescapantomima.

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Y por ello tambiénel propio autor,personajey partícipede aquelloshe-chos quecuenta(como el Eneasnarradorde sus aventurasen los libros II yIII de la epopeyavirgiliana: quaequeipsemiserrimauidi/ el quorumparsmag-na fui, 115-6),asumea vecesel protagonismode determinadasaccionesque,por obedienciaa la tópicadel género,seincluyenen la obra,talescomo la vi-sita al mago Fitón y el conocimientodel futuro mediantevisiones.La rele-vanciaautobiográficaen el poemade Ercilla —otro puntoatacadopor la crí-tica— creo quese relacionade estemodocon el problemade la ausenciadeun héroe individual: esarelevanciano es sino un modode suplir la carenciadeun héroequecentreentornodesilosacontecimientosnarrados.

III. Tópicosy convenciones de herencia virgiliana

Perovayamosya al texto del poemay al detalleconcreto.En realidad,esposibleseguirel argumentode la Eneidaviendo la proyecciónprolongadadesusmás importantesepisodiosenla epopeyadeErcilla. Y esoes lo quehare-mosa continuaciónal ponerderelieveunaseriede temasgenuinamentevir-gilianos y tópicosdel géneroépico antiguo,segúnconstanen la Enrié/a, quese hallanpresentes,a suvez, en la Araucana.

1. Declarac¡ón inicial de canto.—Con esta estrofa comienza la Araucana:

No las damas,amor,no gentilezasdecaballeroscantoenamorados;ni las muestras,regalosy ternezasdeamorososefectosy cuidados;masel valor, los hechos,las proezasdeaquellosespañolesesforzados,que a la cerviz de Araucono domadapusieronduroyugo porla espada.

Aunquecon aciertola críticaha vistoen estecomienzounaréplica a la temá-ticadel OrlandofuriosodeAriosto (queensu comienzodeclara:«Ledonne,cavalier,l’arma,gli amori, ¡ Le cortesie,l’audaci impreseio canto»),en cual-quier casoahíconstaya el tópico de la declaraciónde cantoen la estrofaini-cial del poema,con unaexpresión,«canto»,en primerapersonade singular,yunaoraciónde relativo referidaal complementodirectode «canto»,igual queen losdosversosprimerosdela epopeyavirgiliana:

Armauirumquecano,Troiaequi primusaborisItaliamjatoprofugusLauiniaqueuen,t.

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2. Écfrasisinicial.— Trasla declaracióninicial del argumentoy antesdepasara la narraciónde los hechospropiamentedicha, encontramosla des-cripcióndel lugarenquehanocurrido,Chile (1, estr.6):

Chile, fértil provinciay señaladaenla regiónAntárticafamosa,deremotasnacionesrespetadapor fuerte,principaly poderosa;la gentequeproduceestangranada,tansoberbia,gallarday belicosa,quenohasidoporreyjamásregidani a extranjerodominiosometida...,

del mismomodoqueenla Eneida,despuésdela exposicióndel argumentoydela invocacióna la Musasehacedescripciónde Cartago,dondecomienzanlasaccionesquesedesarrollanalo largo del poema(Aen.112-20):

Urbsanriquafrit (Tyrii tenuerecoloni)Kartfzaga,Italiamcontra Tiberinaquetangeostia,diuesopumstudiisqueaspbrimabelli..

El paralelismo,no obstante,esaquímásbien de estructuraquede materia,aunquevéasetambiéncómo sedescribea la nación chilenapor susituacióngeográfica(«enla región Antártica famosa»),por suabundancia(«fértil pro-vincia») y por la belicosidadde sushabitantes(«gente...belicosa»),tres ele-mentoséstosen los que se fijabatambiénVirgilio al informar sobreCartago(1: ftaliam conra Tiherina que longe / ostia; 2: diues opum; 3: studiis que asperri-mabel! ,).

3. Tempestad..—Sobrela tempestadquetienelugarenel cantoXV y XVIdela Araucana(XV, estr.56-XVI, estr.19) diceMorínigo ensuintroduccióna la obra29 lo siguiente:

«El 28 dejunio llegana Concepcióndespuésdehabersufrido, segúnErci-lía, unaterribletempestad.¿Huborealmentetal tempestad?Esdenotarqueel fidedigno historiadory soldadode estascampañasGóngoraMarmolejono lamenciona,ni semencionatampocopor el interesadodonGarcíaHur-tadodeMendozaen la Probanzadesusméritosy servicios,aunquesienlasdealgunossupuestostestigosy enla del piloto dela naveDiegoGallego.Lahuellano se disipacon estostardíos testimonios,ya que el poemaejercióhondahuellaentodocuantosetaescritosobrelabistoriaprimitiva deChi-le, tantopor los contemporáneosde Ercilla como por historiadoresposte-riores».

29 Op.ca, p. lo.

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Y unaspáginasmásadelante30 estodavíamásclaroal decir:

<Serios historiadoresdel pasado y algunos casi del presenteacep-taron sin discusióncorno auténticospersonajeshistóricosa los héroesin-dios ercilianoscomo Caupolicán,Rengo,Tucapely aun las heroínascomoTegualday Glaura,o se esforzaronen comprobarquela tormentaenel mar(c. 15 y 16,queponeen peligro la vida del jefe de la expedicióny la suertcdela misma),tópico infaltablede la literaturaépica,fue un hechorealmenteverídico. En este casoparticular la credulidades tanto más sorprendentecuantoque el propio don GarcíaHurtadode Mendoza,interesadocomonadie en magnificarsus hazañasy peligros, rio la menciona, ni de ella seacuerdael ecuánimehistoriadorde suscampañasguerrerasy soldadoa suservicioGóngoraMarmolejo. Ercilla realizó el milagro de transmutaren elcrisol de su fantasíala tenuemateriahistórica,de la quefue testigo y parte,en unanueva,más fuerte materiade convincentey duraderarealidad: lamateriapoética».

Fuerareal o no, podemosconstatar,en efecto,queestatempestadla vioErcilla a travésde Virgilio y no sólo con los propios ojos. Es probablemásbien —nosinclinamosa pensarcon Morínigo— queel poetaespañolengran-decieraun sucesorealpresionadopor sumodelopoético latino; esprobablequetomaracomo puntodcpartidaalgún contratiempoen la navegaciónparacrearunashiperbólicasestampasde tempestad,más ficticias ya que reales,paralelasa las que Virgilio ofrecíaen su libro 1. Y así,conscientede la dobleposibilidadargumentaldela épicaantigua,conscientedequesusdosgrandesmateriaseranla guerray la expediciónmarítima(segúnaparecíanaunadasenla Eneida,en unavoluntariasíntesisde la ilíada y la Odisea),quiereserfiel aesaduplicidadcuandonosdiceenla estrofa56 del cantoXV:

Ceseel furordel fieroMarteairadoy descansenun pocolasespadas,entretantoquevuelvoal comenzadocaminodelasnavesderramadas,quecontrael recioNoto porfiado,deNeptunolas olaslevantadasproejandoporfuerzaibanrompiendo,del viento y aguael impetuvenciendo.

Y no tieneningúnempachoentrasladarel imperio y la grutade Éolo, si-tuadaenVirgilio en algúnlugardel marTirreno,a las costasdelos maresdelsur,como seveen estosversos(XV, estr.58):

30 Op. cia, p. 26.

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Allí conlibertadsoplanlosvientos,desuscavernascóncavassaliendo,y furiosos,indómitos,violentos,todoaquelanchomarvandiscurriendo,rompiendola prisióny mandamientosdeEolo, surey, el cualtemiendoqueel mundono arréinen,losencierraechándolesencimauna gran sierra,

versosen los quepuedendestacarsevariosecossemánticos(y hastaléxicos)provenientesdeAen. 1 52-63,y quehemosmarcadoen negrita:

1-lic uastoreyAeolu.santroluctantisuentostempestatesquesonorasimperiopremit ac uinclis etcarcerefrenat.liii indignantes magno cummurmure montiscírcum claustra fremunt; ce/sa sed etAeo/usarcesceptra tenens mollitqueanímosettemperatiras.Nifacia4 maria ac terras caetumqueprofundumquippeferant rapidi secumuerrantqueperauras;sed pater omnipotensspeluncisabdiditatrisbac meluens mo/emque etnwntL~ insuper altosimposuil, regem que dedit quifoedere cartaetpremere et laxas sciret dare iussu.s habenas.

Ercilla, siguiendola pautadel modeloantiguo,llamaa losvientosconsusnombresmíticose informade cómo los españoles,acosadospor el agua,stn-tieron nostalgiade tierra —la misma nostalgia de tierra que sentía Eneascuandopronuncióaquellasconocidaspalabrasde Aen.1 94-96: o terquequa-terque beati/ quis ante ora patrum Traiae sub moenibus altis/ contigit oppete-re!—, segúnsedesprendedeestaestrofa(XV, estr.68):

Bóreasfurioso aquítomólamanoconpresurosossopíosesforzados,y súbitoenel martranquiloy llanosealzarongrandesmontesy collados;losespañoles,queel furorinsanovieron delaguay viento atribulados,tomaronporpartido estaren tierra,aunquedel todohubierafin la guerra.

Y el clamor.. uirumdeAen. 1 87 parecerecogerseenla expresión«lasvo-cesdepilotos»queapareceen estaestrofa71 delcantoXV:

Labravezadel mar,el recioviento,el clamor,alboroto,laspromesas,

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el cerrarsela nocheenun momentode negrasnubes,lóbregasy espesas;los truenos,los relámpagossin cuento,las vocesdepilotos y laspriesashacenun sontantriste y armonía,queparecequeel mundo perecía,

y el siridor... rudentum del mismo versovirgiliano lo tenemosdesarrolladoenestosversosinicialesdela estrofa82:

Lasgúmenasyjarc¡asrechinabandelturbulentoCéfiroestiradas.

El aquaemonsde Aen. 1 105 quedareflejado en la igual expresiónqueapareceenla estrofa 73 delcantoXV:

Abreseel cielo,el marbramaalterado,gime el soberbiovientoembravecido;enestoun montedeagualevantadosobrelasnubesconun granruidoembistióel galeónporun costadollevándoloun granratosumergido,y la gentetragódeltemorfuerteavueltasdeagua,la esperadamuerte,

y la acometidadelasaguascontraun costadodela nave,quetambiénconsta-ba en Aen. 1 104-105 (tum prora avertit el undis!dat ¡anis), ahí la tenemostambiénconstatada.

Por último, a fines del relato sobrela tormenta (XVI, estr.10) aflora elrecuerdoexplícito de la tempestadde la Eneida,aludida en perífrasis,enalianzacon otras dosfamosastempestadesde la epopeyaantigua:la de Uli-sesen la Odisea(V 291-425)y la de Césary Amidas en la Farsaliade Luca-no (V 560-676), las tres como segundostérminos de comparacióncon latempestadsufridapor los españoles,de modoquelos versosde Ercilla pue-den serdefinidos como «metatexto»~ de los correspondientespasajesde laFarsalia, Odiseay Eneida(el resto de los pasajesde la Araucanaseñaladoshastaahoracomo dependientesde la Eneidaserían,en cambio,segúnla ter-minologíaintertextual,definiblescomo«hipertextos»):

No labarcadeAmidasasaltadafue delvientoy delmarcontal porfía,queaunquedeleñosfrágilesarmada

S> Sobrela terminologíaintertextual y. Ci. Gcnette,Palimpsestos.La literatura en segundogrado, Madrid 1989 («ed.francesade 1982).

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elpesoy serdelmundosostenía,ni lanavedeUlises,ni la armadaquedeTroyaescapóel último díavieroncontal furorelviento airado,ni el removidomartanlevantado32•

3. Dido—AlonsodeErcilla esenla literaturaespañola,segúnMA R. Li-

da, «el máximo paladínde la defensade Dido» ~, pues,en efecto, narralahistoria dela reinade Cartagoenun largoexcursoqueva desdela estrofa43del cantoXXXII hastala 54 del cantoXXXIII. Estadefensade Dido lo escontralas presuntasmentirasde Virgilio, siguiendoprecisamentela versióncontrariaa la Eneida, la avaladapor Justinoen su resumende lasHistorias Fi-l4vicas de Pompeyo Trogo. La versión antivirgiliana que Ercilla pregona—pueses él mismo,como partícipedela contienday personajedesupropiaobra,el quela cuentaaun soldadocuandoiban decamino—es la quesostie-ne quenuncaDido seencontrócon Eneas,sino quese suicidópor no cedera las pretensionesque tenía el vecino rey Yarbasde casarsecon ella. Asíconstacontodaexplicitudenlas estrofas44-46:

Masun soldadojoven,queveníaescuchandolapláticamovida,diciendomeatajóqueno teníaa Dido por tancastay recogida,puesenlaEneidadeMarónveríaquedel amorlibídinoencendida,siguiendoel torpefin desudeseorompióla fe y promesaasu Siqueo.

Visto, pues,el agraviotannotabley laobjeciónsiniestradelsoldado,por el grantestimonioincompensable,a la famosareinalevantado,pareciéndomecosarazonablemostrarlequeenaquelloandabaerradoél y todoslosmásquemeescuchabanqueenlamismaopinióntambiénestaban,

les dije quequeriendoel MantuanohermosearsuEneasflorecienteporqueCésarAugustoOctaviano

32 Sobrela deudadeErcilla conVirgilio enestepasaje,cf nuestrotrabajocitado«Tempes-tadesépicas»,pp. 136-138.El comentarioque hacemosaquídel pasajeañadenuevasprecisio-nesa lo queallí dec,amos.

33 Dido en/aliteratura española.Suretrato ydefensaLondres1974,p. 127.

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sepreciabadesersudecendiente,con Dido usódetérminoinhumanoinfamándolainjustay falsamente,puesvemosporlos tiemposhabersidoEneascienañosantesquefue Dido.

El episodiode Dido en la Araucanaseconsiderageneralmente—y en esavaloracíonreíncideMA R. Lida— como unamuestramásdel afán de Ercillapor aunarla verdadhistórica con la poesía.«La ardientey repetidaprotestade verdad—dice la eruditaargentina~ no tieneen Ercilla nadade retórico:esposiciónpersonal,si bien enlazadacon la raízcolectiva de supueblo,conlas expresionessecularesen Españadela superioridadde LucanosobreVir-gilio». Peroya vamosviendo y seguíremosvíendo quemuchasvecesel poetaespañol,a pesarde susproclamas,no tiene ínconveníenteen acomodarlaverdadhistórica,sin dudadistorsionándola,a los moldesépicosvirgilianos.En unatal tesituraya sevio Lucano,y optó también—dígaselo que se diga—por unavía intermedia,esdecir, por contarunaverdadhistórica moldeadaen losesquemasdela épicay alternadacon episodiosficticios o mitológicos,puramentepoéticos.De modoqueErcilla seoponeverbalmenteal presuntodesvirtuamientovirgiliano de la historia auténticade Dido, pero, de hecho,procededel mismo modoqueVirgilio —no por casualidad,sino convoluntadde imitarlo— al injertar, con función análogaal episodiode Dido enla Enei-da, relatosde amor y mujeres,como la dc Tegualda (cantosXIX y XX) yGlaura(cantosXXVII y XXVIII), en sunarraciónpreponderantementebéli-cay viril; sólo quede Dido habíaya unatradición historiográficaantesde laEneida,a la queVirgilio dio la espalda,mientrasqueTegualday Glaurasoncreacionescompletamenteficcionalesde Ercilla, segúnparece.Y estáclaroque,aunquesiguiendounaversioncontrariaa Virgilio, el hechode incluir unexcursosobreDido en un poemaépico es unamuestrapalpablede virgilia-nismo,quees aúnmás patenteen múltiples detallesdel relatotomadosdelaepopeyalatina,como señalaMt R. Lida ~

«DemásestádecirqueparaErcilla [•~lla fuerzapoéticaqueanimatodala historia de Dido es el vilipendiado Virgilio, y esapresenciainterior estájalonadapor mil pormenoresfáciles de asir,como, porejemplo,el hechoderetenerel nombrevirgiliano de Siqueo...la reelaboraciónpor dosvecesdelas bellísimaspalabrascon que Eneas(1198ss.),imitación dc Ulises(Odi-seaXII 208 ss.),animaalos suyos.»,

puesefectivamentelas palabrasdel caudillotroyanoa lossuyosdespuésdelatempestad:Osocii (neque enim ignari sumus ante malorum,4/ o passi graulora,dabitdeushis quoquefinem, aparecencon pocavariación en bocade Dido

“ Op. cit, pp. 127-128.~ Op. cii., p. 132.

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dos vecesen el poemaépicoespañol(enXXXIII, estr. 28 y XXXIII, estr.45), y tambiéncomo Eneasen 1 208-209 (Tatia uoce refere, curisque ingenti-bus aeger/ spem uoltu simulat, premit altum coré/e é/olorem), Dido dice suspa-labrassimulandoesperanza,a pesarde quela angustiadomina ensu interior(XXXIII, estr.27):

conalegrerostroy graverisa,aunquesentíaen el ánimootracosa.

Así que,no deja de ser Ercilla virgiliano a pesarde seguir una versíoncontrariaa la de Virgilio. Es esteepisodio,pues,como hemosvisto, «mcta-texto» e «hipertexto»simultáneamente,comentarioy parcial recreación,de lahistoriadeDido segúnla Eneida

El excursolo concluyeErcilla, conestaoctava(XXXIII 54),queesprác-ticamenteun epigrama,en quesereincideen el presuntopropósitoveristadela narracióny se juegacon las palabrasde SanPablo«Más vale casarsequeabrasarse»(Cor. 17,9):

Esteesel ciertoy verdaderocuentodela famosaDido disfamada,queVirgilio Marónsin miramientofalsó suhistoriay castidadpreciadapor dara susficionesornamento;puesvemosqueestareinaimportunada,pudiéndosecasary no quemarse,antesquemarsequisoquecasarse.

4. Comparacionesnaturalistas.—EIrecursoa la comparaciónnaturalistaes, como bien se sabe,nota distintiva del géneroépico. Ercilla las usa conenormeprofusión36, ampliandola gamade las queVirgilio ofrecíae inspi-rándoseavecesenelementosextrañosa las obrasantiguas.Y esque,imitan-do a los modelosépicosclásicosen aquellasu mimesisdela realidadsiemprequea forjar comparacionesseaprestaban(abandonandoasíla temáticamito-lógicaparailustraríacon estampasmásfamiliaresa supúblico,paravariar suexposicióny paraatraerla atencióncon eseapoyo),Ercilla, cuandogestasussímiles,imita tambiénla realidaddesuentornoy desutiempo,de modoquede las comparacionestradicionalesqueversabansobreescenasde caza,so-breabejasy hormigas,pasaa las detoros en lidia, gallinasy caimanes,inspi-radasen su entornocontemporáneo,ya español,ya americano.Aprendeel

36 SobrelascomparacionesenErcilta existeun breveperolúcido estudio:0. 1. Dale,»TheHomeric simile in the ‘Araucana’ of Ercilla», WashingtonUniversiiy Studies9, 1 (1921)233-244.Valora especialmenteaquellossímilesquesonfruto de la experienciadel poetay reflejanlavidaespañolacontemporánea.

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procedimiento,el esquema,el marco,perolo llenaa vecescon materianue-va, más inteligible para su público. Y así, entreaquellasque sonmás próxi-masy fieles a las virgilianaspuedecitarseéstade las abejas(AraucanaVII,estr.50):

No encolmenasdeabejasla frecuencia,priesay solicitud cuandofabricanenel panalla miel conprovidencia,quea los hombresjamáslo comunican,ni aquelsalir,entrary diligenciaconquelas tiernasfloresmelifican,sepuedencomparar,ni serfigurade lo queaquellagentese apresura,

que recuerda,aun sin demasiadafidelidad y sólo de forma aproximada,laqueilustra el laboralajetreodelos súbditosde Dido (Aen.1430-436>:

qualisapesaesíatenouaperfloreoruraexercetsubso/elabor, cumgentisadultoseducuntíetus,aulcumliquentiame//astipantet dulci distendunínecIare ce/las,aul oneraacc¡~iuntuenientum,autagíninefactoignauumfucospecusa proesepibusarcentferuetopusredolentqueihymofraglantiainc/la.

O bienestaotra delashormigas(VII 417 ss.):

Comopara el inviernoscprevienenlas guardosashormigasavisadas,quea la abundante troje vany vieneny andan en acarreos ocupadas,no seimpiden,estorban,ni detienen,danlasvacíasel pasoalascargadas:así los araucanoscodiciososentran,saleny vuelvenpresurosos,

mucho más fiel al texto virgiliano, modeladasobreel símil de Aen. IV 402-407 que ponderala actividadde los compañerosde Eneas,prestosya parapartir (los paralelismossemánticoso léxicos entreambospasajeshansidose-ñaladosen negrita):

ac uclul ingentemformicaefarrisaeeruumcumpopulaníhiemismemores£ectoquereponuní,it nigrum campisagínenpraedamqueperharbasconueetantcalle angusto;pars grandia truduníobntxaefrumentaumeris,parsagminacogunícastigantquemoras,opereomnissemitaferuet.

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Son tambiéngrosso moda virgilianos en cuantoa la materialos frecuentisi-mossímilesde contextocinegético(cf Aen. XII 749-755)quehallamosen laAraucana, como los deIII, estr.62 (jabalíeshuyendode los monteros:«Cualsuelenescaparde los monteros..»),IV, estr. 13 (cazadory liebre: «En caza-dor no entrótanta alegría...»)y VI, estr. 13 (cazadoresy cabrasmonteses:«Cualdecabrasmontesasla manada..jl,por ponersóloalgunosejemplos.

De las comparacionestaurinasque encontrábamosen Virgilio (Aen. II224-225,XII 7 15-722)ha partidoErcilla paraexhibir en el libro XI, estr.58la comparacióncon unostoros a punto de serlidiados(y esésteal parecer—como apuntaJoséMA de Cossío—el primer texto literario quemencionalas corridasde toros),saltandoasí del modeloclásicoa la realidadcontem-poránea;tambiénen III, estr.24, arrancandode las comparacionesvirgilia-nascon animalessalvajes,sacaa la luz el poetahispanola comparaciónconun caimán, animal exclusivamenteamericanoque él sin duda habríavistocon suspropiosojos en el cursode susandanzaspor el nuevocontinente(yMorígino informaen su edición, en unanotaal pasajeque esErcilla quienincorporala palabraa la literaturaespañola,siendoun americanismo).Y porestecamino de mimesisde la realidaden el marcodel símil naturalista, te-niendosiemprecomo patrónla epopeyaantigua,no queremosdejarde citarel ejemploque seencuentraen la estrofa47 del libro XXXV, unacompara-ción que esverdaderamenteunafotografíatomadaen el corraly enla eradeunacasade campo:

Comoel montóndelasgallinas,cuandosalenal campodelcorralcerrado,aquíy allí solícitasbuscandoel trigo dela troj desperdiciado,queconlos piesy picos escarbando,hallaalgunael regojosepultadoy alzándoseconél, puestaenhuida,esde lasotrasluegoperseguida...

Bienescierto queVirgilio haciaalgunasvecesa las avesprotagonistasdesussímiles,pero,dadoqueaúnen el marcodela comparaciónla realidadapare-cia ímitada con unacierta dosis de estilización,eran avesmás nobles,digá-mosloasí, las queaparecían:águilas,cisnes,milanos,palomasy hastael galloincluso, pero nuncala gallina, y no desdeluego porqueel avefuerararaenItalia ~‘, sino tal vez porqueera, al revés,demasiadocotidiana.Ercilla, en

37 Varrón,Columelay Pliniohablanprofusamenteensusobrasdelacrianzadegallinasenel mundoromano,animal por ciertoque, provenientedela India, llegó a Grecia, a travésdePersia,enépocadelasguerrasmédicasy deahí pasórápidamenteaItalia, segúnnos explicaJ.Andréensulibro Lesnomsd>oiseauxen loán, Paris1967,p.82.

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cambio,ha ampliado la materiavirgiliana con estabien pintadaestampadecotidianidadrural ~

5. La Famapersonificada.—Virgilio haceintervenir en la Eneida a laFamacomo monstruodivino encargadode transmitir las noticias,dotadadealasy de múltiplesojos, velozy vocinglera.El momentoprimero y másdesta-cadode su intervenciónesa propósitodel amorde Dido y Eneas,justamentecuandoel poetahacesudetalladapresentación(Aen. IV 173-190), de la quedestacamoslos siguientesversospor el interésquetienenparanuestropro-pósito (187-190):

cí magnasterritat urbes,tamflctiprauiquetenaxquamnuntiaueri.Haecíum snultiplici populossermonereplebaígaudens,cíparilerfaetaatqueinfectacanebaí.

Otros pasajesvirgilianos relativos a la Fama,que subrayansu facultad devuelo y sucarácterdepregonera,sonAenVII 104-105:

sedcircum lateuolitansiam Famaper urbes

Ausoniastu/eraL..,

Aen.IX 473-475:

Intc’rea pauidamuclitanspennataper urbemautillo Fama ruit matrisqueadíabitur aurisEuryali,

yAen.XI139:

El iam Fama tioloas, tantipraenunfia luctus..

A estosprecedentesrespondela frecuenteapariciónde la mismadiosa en laAraucanade Ercilla y la caracterizacióncon idénticascualidadesy acciones(hemosmarcadonuevamentecon negritalos paralelossemánticosy léxicos);asíenIV, estr.80:

Ya la fama,ligeraembajadoradetristesnuevasy degrandesmales,a Pencoatormentabadehoraenhora...

~ MatfeoVegio, ensu Suplementoa la Eneida,lleva a cabola mismaampliaciónde la ma-tenavirgiliana y presentatambiénun símil quehabladeunactuecay suspolluelos. Cf nuestroestudio«Maffeo Vegio y su libro XIII de la Eneidcp>, Cuadernosde Filología Clásica-EstudiosLa-tinoín. s.5(1993)189-210.

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Así enVII, estr. 10:

Yala parlerafamapregonandotorpesy rudaslenguasdesataba;las cosasdeLautaroacrecentando,los enemigosánimosmenguaba:queya cadaespañolcasitemblando,dandofuerzaa la fama,levantabaal másflacoaraucanohastael cielo,derramandoenlosánimosun hielo.

Y asítambiénenXVII, estr.29:

La pregonerafama,yavolandopor el distrito y términoaraucano,ibade lenguaenlenguaacrecentandoel abreviadoejércitocristiano,la gentepopularamedrentandoconun huecorumory estruendovano,quelo inciertoa lasvecescertifica,y lo cierto,si esmal, lo multiplica.

6. Juegosdepoflivos—Unafiestaorganizadapor Caupolicánparacele-brar la victoria inicial sobrelos españoles9<, estr. 1 1-XI, estr. 31) compren-de entresusactividadesuna seriede competicionesdeportivasque tienencomo modelolos juegosdel libro V de la Eneida celebradosen memoriadeldifunto Anquises.Caupolicánestablecepremiosparalos ganadores(X, estr.15-18)exactamenteigual quelo habíahechoEneas,y enesaenumeracióndelos premioshay unatendenciadescriptivaque no llega a constituirsecomoécfrasis,peroquetomapie del arteépicoclásico,tendentea la digresión:

Fueconsolenepompareferidoel ordendelos precios,y elprimeroeraun lustrosoalfanjeguarnecidopormanoartificiosadeplatero:estepremiofueallí constituidoparaaquelqueconbrazomásenterotiraseunaforniday gruesalanza,sobrandoa losdemásenlapujanza.

Y decendradaplataunaceladacubiertadealtasplumasdecolores,deun cercodeoro puro rodeada,esmaltadasenél variaslabores,fue lapreciadajoya señaladaparaaquelqueentrediestrosluchadoresen la difícil pruebase extremasey por señordelcampoenpie quedase.

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Un lebrelanimoso,remendado,queel collar rematabaunavenerade agudaspuntasenmetal herrado,erael preciodeaquelqueenla carrera,detodasarmasy prestezaarmado,arribasemás prestoa la banderaqueunagranmilla lejos tremolabay el trechoseñaladolimitaba.

Y deniervosun arcohechoporarteconsudoradaaljaba,quependíadeun anchoy bien labradotalabartecondosgruesashebillasdetaujía,éstese señalóy sepusoaparteparaaquelqueconla flechaa puntería,ganandopor destrezael preciorico,llevaseal papagayoel corvopico.

Un caballomorcillo, rabicano,tascandoel freno estabadecabestro,preciodel queconsueltay prestamanoesgrimieseel bastónmáscomodiestro.Porjuezseseñalóa Caupolicano,detodosejerciciosgranmaestro.Ya la trompetacon sonadanuevallamabaopositoresa laprueba.

El texto paralelodela Eneidaes el de V 109-113:

MuneraprincipioanteoculoscircoquelocanturIn medio,sacri tripodesuiridesquecoronaeetpa/maepretium uictoribus,armaqueet ostroperji¡saeuestes,argentiaunquetalentu;el tuba eommissosmediocanil aggereludos.

Hay unaseriedecomprensiblessustituciones:laspruebasno sonexacta-mentelas mismas,aunquecoincidenla lucha, la carrerapedestrey el tiro conarco.Y en estaúltima escuriosoy bien traído —dadala nuevageografía—elcambio de la palomapor el papagayoy el hechode que no se trate sólo deacertaren el cuerpodel ave,másgrandeya quela paloma,sino precisamentedearrancarleel pico deun flechazo.

En el transcursode la carrerapedestrehay un pormenorcuriosodevirgi-liana ascendencia:al igual que el Niso de la Eneidaresbalaen la sangredelossacrificios(Aen.V 327-330):

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Iamqueferespalio extremofessiquesubipsamfinemaduentaban4leui cumsanguineNisuslabitur infelix, caesisvI forteiuuencisfusas humumuiridisquesupermadefeceratherbas,

rememorando,por cierto, una semejantecaídade Ayax en el transcursodelos juegosde la Ilíada (XXIII 771 Ss.),debidaa quese escurreen un excre-mento de vaca,así tambiénen la Araucana sehacenotarcómo uno de losparticipantesen las pruebas,Rengo,sufreun accidentesimilar al de Niso (yremotamente,al deAyax), peroel poetaespañolvaríanuevamenteen cuantoa la causade la caída,ya queel campeónaraucanotropieza,no al escurrirseenexcrementoo ensangre,sinoal meterel pie en el agujeroqueocupabaunguijarrodesencajado(estr.54):

Habíaenla plazaunhoyo hacia el unlado,engastedeun guijarro,y nuevamenteestabadesuencajelevantadoporel concursoy huelladelagente;destoel cansadoRengonoavisado,metióel pie dentro,y desgraciadamente,cualcaede lasegurheridoel pino,conno menosestruendoa tierravino.

Esa comparacióncon la que secierrala escenaes, a su vez, de inspiraciónvirgiliana y suenacomo proyeccióndeotra, precisamentedel mismo libro V447-449:

ipsegrauisgrauñerque ml terram pondere vastocancidit, vIquandamcauacandé/itaulErimanthaaut Ida in magnaradicibuserutapinu&

7. La palomamuertapor Euritión.—Un «metatexto»más de la Enejé/apresenteen la Araucana es la cita, sacadatambiéndel libro V, el libro delosjuegos,concernienteal concursode tiro con arco —pasajeque revela,otravez, la familiaridaddel poetahispanocon dicho episodiode la obradeVirgi-ho—. Cuandoya Hipocoontehabíadisparadosu flechaa la paloma,sin acer-tarla, y éstasehabíaclavadoen el mástil; cuandoya tambiénMnesteohabíadisparadola suya que acertóa cortar la cuerdaque sujetabala palomaalmástil, entoncesle correspondióel turno al troyano Euritión, hermanodePándaro,y éste,invocandoel favor de suhermano,logró asaeteary abatiralavecuandoyavolabalibre por el cielo (AeivV 514-518):

Tumrapidus iamdudumarcu contentaparatatela tenens,fratremEurytion in uotauocauit,

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mmuaúuolaeranl cae/ospeculatusci alispíaudentemnigrafigk subnubeco/am/mm.Decidirexanhuisu.itamquereliquir ¡uastris<¿eí/mr/lsfixamquerefendé/aprasagilia tu.

A este episodio(que antes,como hemosvisto, ya habíasido utilizado en laAraucana como modelo para la pruebacon ateoen la fiesta organizadaporCaupolicán,sustituyendola palomapor el papagayo:en estecasoel texto deErcilla seríaun «hipertexto»)aludeErcilla enel senode unacomparación,aun-que transcribiendoconciertalibertadelnombredcl arquero(XIX, estr. 13):

Cornoel troyanoEuricio que,volandola tímidapalomapor el cielo,congranprestezael corvoarcoflechandola atravesóenla furiadesuvuelo,que,retorciendoel cuerpoy revolando,comoredondoovillo vino al suelo,asíel heridomozoen descubiertodentrodel hondotosocavémuerto.

De. modoqueel pasaje.dela Eneida haservidocomo «hipotexto»paraun «tu—pertexto»y ademásparaun «metatexto»en el poemaespañol>

8. Visionesdel futuro.—Virgilio habíaencontradoel mediodealudir alarealidad histórica contemporáneadesdeel mareodel mito remoto a travésdel relato prospectivo,«que sc presentaen La Enrié/a, en sus dos ejemplosmás representativos,en forma de profecía(en el libro VI: revelacionesdeAnquisesa Eneassobresu destinoy posteridad),o en formade ¿cfrasis odescripción(enel libro VIII 626-728: descripcióndel escudodeEneas,en elqueaparecefiguradaunasinopsisdela historia de Roma)»~».Ercilla apten-de el procedimientoy lo poneen juegoen la Araucanaparaaludir, desdeelescenarioaraucano,a sucesosmáso menoscorrternporáneosa los hechos,opoco posteriores,que ocurríanen las lejanastierrasde Europa. Medianteunavtsíonen sueños—tópico tambiénde la épicaantigua:reenérdesela apa-rición ensueñosde Patrocloa Aquiles (It XXIII 62-101),de HéctoraEneas(Aen. II 268-297),del Tíber a Eneas(Am. VIII 26-67), deJuliaa Pompeyo(P/zars.VII 1-44)— en que la diosa Belona se le apareceal propio Ercilla,cornopersonajede su obraqueera,puederernontarsea cantarla batalladeSanQuintín(1557),segúnconstaen XVII, estr.56:

«AquéllaessanQuintín,quevesdelantequeenvanocontravienea sutuina,

3” De nuestraintrod.a la Eneldo,yacitada,p. 69.

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presidioprincipal,plazaimportante,y del furordelgranFelipedina:hállasedentrodellael almirante,debajocuyomandoy diciplinaestágrangentepláticadeguerraa ladefensay guardadela tierra...

En esesueñosele anunciaademásque,si quieretenernoticia deotra im-portantebatalladel futuro (la deLepanto,1571),debeseguiraunacorzaquese encontraráen el monte,pues ella le conduciráhastael hechiceroFitón,quienle revelarálo concernientea esabatalla. Así ocurreen el cantoXXIII,a partir de la estrofa27: yendo Ercilla acaballopor el monte, se encontrócon la predichacorza,a la quesiguió (comoEneasa las palomasde sumadreVenus que lo llevaron hastala ramade oro, Aen. VI 191-204)y llegó así aencontrarsecon Guaticolo,sobrinode Fitón, quien lo condujo asuvezhastala moradadel mago,sutío; allí vieron primeramenteunasalarepletadepro-ductosempleadospor el viejo parasushechicerías,y despuésseencontraroncon el propio Pitón (personajequeasumelas funciones,no sólo de la magaEricto queapareceenel libro VI dela Farsalia sino tambiénde la Sibila y, enparte,del rey Evandrode la Eneida), quien les muestralas maravillasde unacámara,en cuyo centrohabía,suspendidaen el aire, unahola mágica,en laque podíaverseel futuro; y al conjuro del mago (conuna invocacióna losdiosesclásicosdel infierno, imitada del citadolibro VI de Lucano,vv. 730-749),comenzóaverseenla bolala navalbatalladeLepanto,del mismomo-do queenel libro VIII de la Eneida, con ocasiónde la écfrasisdel escudodeEneas,presentaVirgilio unas imágenesde la batalla de Accio; y Ercilla senos muestracomo conscientede la conexiónentreambasbatallas(y cons-cientetambién,sin duda,de ambasrepresentacionesliterarias) cuandoen laestrofa77 ambosescenariosaparecenrelacionados:

Y por aquellugarse descubríael turbadoy revueltomar Ausonio,dondesedefinió lagranporfíaentreCésarAugustoy MarcoAntonio;asíenla mismaformaparecíapor labandadeLepantoy Favonio,junto a las Curchulares,haciaelpuerto,degalerasel anchomar cubierto.

En la descripciónpropiamentedichadela representacióndelabatalladeLe-panto(quesehaceya enel libro XXIV y vaencabezadapor unainvocaciónalas Musasen estostérminos:«Abridme, ¡oh sacrasMusas!,vuestrafuente/ ydadmenuevoespírituy aliento>’, quesuenacomo proyecciónde las palabras

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vírgilianas de Aen. VII 641: Pané/itenuneHelicona, deae,canwsquemaucte),sepone de especialrelieve,destacándolocomocaudillo,a don Juande Aus-tria (estr.7-8):

Pornuestraarmadaal unoy otro ladounaprestafragatadiscurría,dondeveníaun mancebolevantadodegallardaaparenciay bizarría,un riquísimoy fuerte petoarmado,contantaautoridadqueparecíaensudisposición,figuray arte,hijo dejafortunay del diosMarte.

Yo, codiciosodesaberquiénera,aficionadoal talle y apostura,mirandoatentamentela manera.el aire, el ademány compostura,en la fuertecelada,en la testeravi escritoenel relievey grabadura(deletrasdeoro,el campoen sangretinto):DONJUAN, HIJODE CESARCARLOSQUINTO,

y esteenaltecimientose nosevidenciacomo réplicadela gloriosarepresenta-ción virgiliana deOctavioen labatalladeAccio (Aen.VI 675-681):

Iii medio classis aeratas,Actia bella,cernereera4 totumquems/rucioMarte uideresJéruereLeucatenauroquecifulgerefluctus-.HincAugustusagensIta/osiii proelia Caesarcumpatribuspopuloque,penatibusetmagnisdis,stanscetaiii puppLgeminascui temporaflammaslacia uomuntpatriumqueaperituruerticesidus.

EstosexcursossobreSan Quintín y Lepantoamplíanconsiderablementeelmarcode referenciasde la obra (como las profecíassobreRomaen el libroVI y los relievesproféticos,tambiénsobrehistoria de Roma, del escudodeEneasen el libro VIII ensanchanel marcodereferenciasde la Eneida)y con-tribuyen a crearun tono deexaltacióndel Imperioespañolque esparejo,tó-pica y funcionalmente,al tono de exaltaciónde Romaque se respiraen laepopeyade Virgilio. Se trata,a mi juicio, de unaconscientey voluntaria mo-delaciónsobreel texto latino.

10. Catálogo de guerreros—Siguiendola herenciade la epopeyaclásicayteniendocomo modelo básico el recuentode tropasen el libro VII de laEneida, no falta en la Araucana tampoco un catálogode los combatientes

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(apanede quehaytambiénun catálogodecaciquesaraucanosenel libro II),quesedesarrollaalo largodel libro XXI, apartir dela estrofa27:

Caupolicántambiénpor otraparteconno menorcuidadoy providenciala gentede suejércitorepartepor los hombresdesuertey suficienciaque enel duroejercicioy bélicaarteerandemayorpruebay experiencia;y todopuestoa punto,quisoundíaver lagentey las armasquetenía.

Y a continuaciónseenumeranloscapitanes,dandonoticia decómo iba cadauno vestidoy armado,de cuántasy cómo eran sus tropas,o de cuál erasuprocedencia.Así, enla estrofasiguiente,sepresentaa Pillilco:

Eraelprimeroqueempezóla muestrael caciqueFillilco, el cualarmadoibadefuertesarmas,enladiestraun granbastóndeacerobarreado,delantedesuescuadra,granmaestradearrojarel certerodardousado,procediendoenbuenordeny manerade treceentreceigualespor hilera,

y sussoldados,alineados«detreceentreceigualesporhilera»,nosrecuerdana los soldadosde Mesapo, segúnnos los describeVirgilio (Aen VII 698:ibant aequati numero). Y sigue la enumeración:

Luegopasódetrásdelos postrerosel fuerteEcueatón, aquien siguiendoiba unaespesabandadeflecheros,grannúmerodetirosesparciendo.VeníaRengotrasél consusmacerosenpasoigual y graveprocediendo,arrogante,fantástico,lozano,conunenterolibano en la mano.

Trasél confiero términoseguíael ásperoy robustoTulcomara,que vestida,enlugardearnés,traíalapiel deun fiero tigre quematara,cuyaespantosabocale ceñía,por la frente y quijadas la anchacara,condos espesasórdenesde dientesblancos,agudos,lisos y lucientes,

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96 Vicenie Cristóbal

y a propósitode estesingulararmamentode Tulcomaranosdetenemosparaseñalarcómo más que detalleobservadode la realidadaraucanano parecesino una imitación dela Enejé/a, concretamentedel atavío bélico de Aventi-no, hijo de Hércules,cubiertocon los despojosde un león y con susblancosdientesrodeándolela cabeza(VII 666-668):

tegimentorquensimmaneleonis,íerribili impexumsae/acian dentibusalbisindinas capid..

o bien,del armamentodeÓrnito (XI 677-681):

...proculOrnylusarmisignoris et equouenalorIapygefertur,cuipellis latos umerosereptainueneopugnatorí operil, copal ingens-orishiatnsel malae Itere lupi cum dentibus albk..

Y el desfileprosiguea lo largo de muchasestrofashastaquefinalmenteenXXI, estr.50 secierracon estacomparación:

Segúnel maríasolastiendey crece,asicrecela tieragentearmada;tiemblaentorno la tierra y seestremece,detantospiesbatiday golpeada...,

que es de patenteorigenvirgiliano (¡len. 718-722: quammu/ti Libyco uo/uun-tur marmorej/uctus/[..] scutasonanípu/suquepedumconterrita te/tus).

10. Nisoy Eurialo.—Nohay en laAraucana,como sí quela hayenel Ber-nardo de Balbuena‘i~<, recreación de la completaaventuranocturnade losdosamigosmemorablesNisoy Euríalo (Aen IX 176-449).No obstante,al-gunasestrofasdeErcilla síparecenhaberrecibidola improntade aquelpasa-je virgiliano, como III, estr.9, en quelas cabezasdeunosemisariosaparecenclavadasen lo alto de las picasenemigasy reconocidaspor lossuyos:

no dosleguasandadasdel camino,las amigascabezasconocierondelos sangrientoscuerposapartadas,y enempinadostroncoslevantadas,

~» A lo largodcl libro VIII: setratadela expediciónnocturnadeSerpitoy Celedón.Cf so-bre ellanuestraintr. a ta Eneldoya citada,p. 117, y últimamenteunacomunicaciónde 1>. Barre-da Edo,«Reminiscenciasde Virgilio y Estaciocn la cxpcdiciónnocturnadeSerpilo y Celedónde] Bernardodc Balbuena»ene] II Simposio InternacionalsobrcHumanismoy pervivenciadelmundo clásico(Homenajeal profesorLuis Gil), Alcafliz (2-6demayode 1995),queapareceráen lasactasdedichosimposio.

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al igual quelas deNisoy Eurialo (¡len. IX 465-467):

quin ipsa arredfis (uisu miserabile) in hastispraefigunt capita et multo clamare sequunturEutyali et Nisi.

También,enIII 105-112,la peticióndeunosmozosasu capitán:

La pocaedady menosexperienciadelos mozoslivianosqueallí habíadescubrióconla usadainadvertenciaa tal tiemposu neciavalentía,diciendo:«~Ohcapitán!,danoslicenciaquesolosdiez,sin otracompañía,el bandoasolaremosaraucano,y haremosel caminoy pasollano,

esparalelaa la queNiso y Eurialo,muyjóvenesambos,hacenanteel consejodejefes,cuandoEneasestabaausente(AenIX 230-245).

E incluso,en estamuertede un soldado,cayendoa la veradel compañe-ro queanteshabíamuerto(III, estr.56):

Andrésde Villarroel, ya enflaquecidoporlafaltade sangrederramada,andabaentrelosbárbarosmetido,procurandolamuertemáshonrada.TambiénJuandelasPeñas,mal herido,rompiendoporlaespesagentearmada,sepusojuntodél; y asíla suertelos hizo a un tiempoigualesenla muerte,

esprobablequehayaactuadocomo<‘hipotexto»la muertedeNiso y sucaídasobreel cadáverdeFuríalo (¡len IX 444-445):

tum super exanimum seseproiecit anuieumconfossus, placida que ibi clemum morte quieuit.

11. Mujeres guerreras, como Camila.—Con respectoal personajetópicode la mujer guerrera,a cuyapervivenciadedicacierta atenciónO. Highet41,

hay en Ercilla un pasajeque lo recrea;el autorde la Araucana; en recuerdode las míticasamazonasque auxiliarona los troyanosy, másen especial,dela Camilade la Eneida —y acasoacomodandoal tópico un sucesoquereal-menteocurrió—, cuentaen las primeras estrofas de su cantoiX cómo unas

~‘ La tradición clásica,cit., 1, p. 247.

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mujeresindígenasatacaronal ejército de los españoles.Todo ello lo hemosexplicadoenun trabajoprevioa cuyaspáginasremitimos42~

12. Amaneceresmitológicos.—MYR. Lida haestudiadoconaciertoy de-talle la extensiónde estetópico en nuestrasepopeyascultas a partir de losmodelosantiguosy especialmentedel virgiliano ~. Vamos a destacaraquínosotrossóloel pasajedeII, estr.50:

Ya larosadaAurora comenzabalasnubesabordardemil labores,y ala usadalabranzadespertabala miserable gente y labradores,y a los marchitoscamposrestauraba]afrescuraperdiday suscolores,aclarandoaquelvalle la luznueva,cuandoCaupolicánvienea la prueba,

porqueahí detectamosno sólo el virgilianismo consistenteen comenzarlapresentaciónde la hora del día por el adverbio«ya», que se encuentraenmúltiples muestrasdel mantuano(¡len. III 521, IV 584,VI 536,VII 25, IX459),sino la expresión«miserablegente»,paralelaa mi.serismortalibusdel si-guienteejemplovirgiliano (¡len. XI 182-183):

Aurorainierea miseris,nortalibusalmamextulerallucemreferensoperaatquelabores.

13. Las Furias en medio de la guerra.—EI hechode queErcilla hagaquelas míticas Furias (Alecto, Tisífone o Meguera)intervenganen la batalla,como seve enIV, estr.40:

Lagenteunaconotraseembravece,creceel hervor,corajey la revuelta,y el río dela corrientesangrecrece,bárbaray españolatodaenvuelta;delgruesoalientorl aire seescurece:algunainfernalfuria andabasuelta,quepor llevaratantosenun día,diabólicofurorlesinfundía,

y enXXIV, estr.53:

42 «Camila: génesis,ffinción y tradición de un personajevirgiliano>, Estudiosclásicos94(1988)43-61.

~ <El amanecermitológico en la poesíanarrativaespañola»,art. cit. Precisadeestemodo,por ejempI(~.- «Los cultoresde la epopeyahistórica,deestilo forzosamentemenos florido, re-montangustosamenteel tono paraanunciarel amaneceroel anochecer»(p. 150).

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De la Eneidaa la Araucana 99

Acáy alláconpechoy rostro irado,sobreel rodantecarropresuroso,deTesifóny Aletoacompañado,discurreel fiero Martesanguinoso:orasacudeel fuertebrazoarmado,orabateel escudofulminoso,infundiendoenlafieray bravagenteira, saña,furory rabiaardiente,

es un patentevirgilianismo,que tienecomo precedentepasajesde la Eneié/atalescomoX 761:

pallida Tisiphone media intermilia saeuít

14. Horrormarcial.—DicePiercelo siguienteaesterespecto:

«La fascinación,dolorosamenteexacta,que ejercía en Ercilla el detalle

horrendo,se advierte bien en la alabanzafinal del terrible Caupolicán

PeroesoquePiercellama «fascinación»era,en realidadun recursotópico dela epopeya,de granrendimientoen las escenasde batalla, que constabaenLucano(III 609-626; 635-646; 652-669; 676-679...),antesen Virgilio (IX329-334; 347-350;576-580; 696-701; X 414-416; XII 298-301...),y antestambién,en Homero (It V 65-83; 537-540; XVII 47-51; 293-297; 312-315...).Véansecomo muestrasde la Araucana estepasajedel libro VI, estr.36:

Ya las tristesmujeresdelicadasel debidorespetono guardaban,antesconmásrigor porlas espadas,sinescucharsusruegos,las pasaban:no tienenmiramientoa las preñadas;maslosgolpesal vientreencaminaban,y aconteciósalir por lasheridaslastiernaspernezuelasnonacidas

o esteotro deXIV, estr.47:

De un tiro aGuaticolporla cinturale divide endostrozosenla arena,y deotro al desdichadoQuilacuralimpio el derechomuslo lecercena...

“ Op. cii., p. 269.

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100 VicenteCristóbal

o en la estrofasiguiente:

A Colcadelos hombrosarrebatala cabezade untajo, y luegotiendela espadahaciaMaulén,señordeItata,y dealto abajo deun revésle hiende...~

15. Tiradas de nombres propios—Desde Homeroson tradicionales,es-pecialmenteen contextosguerreros,los versoscompuestosúnicamentepornombrespropios,versosen los quela libertaddel poetaparainventarsegúnlo verosímilesabsoluta,versospor lo generaldegranriquezasonoray enlosque la semánticaseausentacasi por completo.Así éstosde IX, estr.42, enlos quedestellanlos sonidosexóticosy aliterantesde la lenguaaraucana:

SuénasequePurénallí venía,Tomé,Pillolco,Angály Cayeguano,Tucapel,queenorgullo y bizarríano le igualababárbaroaraucano;Ongolmo,Lemolemoy Lebopía,Caniomangue,Elicura , Mareguano,Cayocupil,Lincoya, Lepomande,Chilcano,Leucotóny Mareande.

O estosdeXXII, estr.25, con nombreshispanosestavez:

Don Miguel y don PedrodeAvendaño,Escobar,JuanJufré,Cortésy Aranda,sinmiraral peligroy riesgoextraño,sustentantodoel pesodesubanda;tambiénhacenefetoy muchodañoLosada,Peña,Córdobay Miranda,Bernal,Lasarte,Castañeda,Ulloa,Martín Ruizy JuanLópezdeGamboa.

UnatiradasimilarenXXV, estr.58:

Santillány donPedrodeNavarra,Ávalos,Biezma,Cáceres,Bastida,Galdámez,don FranciscoPonce,Ibarra,dandomuerte,defiendenbien suvida;el factorVegay contadorSegarrahabíanechadoaparteunapartida,siguiéndolosVelásquezy Cabrera,Verdugo,Ruiz, Riberosy Ribera.

4~ Muchosotrospasajespodríancitarse:XV, estr.35; XXII, estr.36; XXV, estr.48...

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De la Eneidaa la Araucana 101

Comolugaresparalelosen la Eneldo, podemoscitar los versosIX 574(Turnus Ityn Cloniumque, Dioxippum Promolumque), o IX 767 (Alcandrum-que Halium que Noenionaque Prytanim que), o Xl 675 (Terea que Harpalycum-que et Demophoonta Chromim que).

* * *

En fin, éstassonyasuficientesevidencias(podríanseñalarseaúnmás)decómo nuestromáximopoetaépicodel XVI tuvo a bien seguirla huellaanti-guay amasarcon un temaala sazónde actualidady degraninterésparasuscompatriotasel siempreperdurablemodelovirgiliano. Estamosacostumbra-dosa que la Eneida seaun ingredientebásicoen muchasde las obrasmaes-tras de nuestraliteratura.Y aquí lo es unavez más.Si es verdadquemuchapartede la Araucana fue compuestain situ, como el propio autor nostesti-monia en el prólogo desuobra46, aprovechandolas horasnocturnasy escri-biendo susoctavasincluso en trozosde cuero,y si esverdadasimismoquemuchosde suspasajes(ya como«hipertextos»,yacomo«metatextos»)obede-cena unalecturapróximade la epopeyade Virgilio, se colige de ahí,y escu-riosoconstatarlo,quela Eneldo (fueraenlatín o en la traducciónde Hernán-dezdeVelasco)viajó, acompañadasinduday por lo menosdeunaFarsalia yde un Orlané/o, en la mochilade aquelsoldado-poetapor las remotassierrasamericanasdel hemisferioaustral.Sin Virgilio, en suma,no esposibleenten-derpor completola Araucana; la mejor de nuestrasepopeyascultas,obradeaquelque—enpalabrasdeLope ~ fue«Colónenlas Indiasdel Parnaso».

“ «...y por el mal aparejoy poco tiempoqueparaescribirhayconla ocupaciónde la gue-rra, queno dalugara ello; y así,el quepudehurtar,le gastéenestelibro, el cual,porquefuesemásciertoy verdadero,sehizo enla mismaguerray enJosmismospasosy sitios, escribiendomuchasvecesencueroporfaltadepapel,y enpedazosdecartas,dealgunostanpequeñosqueapenascabíanseisversos,queno mecostódespuéspocotrabajojuntarlos...»Léase,no obstan-te,al respectoelcapítuloqueMorínigo ensu introduccióna la obradedicaala composicióndelaAraucana,Pp.41-61.

~ El laureldeApolo,silva V.