Vivimos en un cambio de época. Una encrucijada marcada por la amenaza de sobrepasar los límites del planeta y el retroceso democrático, en la que la riqueza se concentra cada vez en menos manos y aumenta la desigualdad. En un momento así, es más necesario que nunca construir y a� anzar alternativas que reconozcan que el valor de las cosas no está solo en su bene� cio económico.

Así nace Quorum: como un diálogo a partir del que construir una nueva narrativa de lo posible. Un intercambio que nos permita conectar luchas, sumar fuerzas y aunar legitimidades para una respuesta democrática y ciudadana a la crisis ecosocial.

De dónde venimos: luchas y resistencias en busca de un cambio global

Más de dos décadas de luchas ciudadanas han supuesto algunas victorias, pero sobre todo han puesto sobre la mesa la existencia de grandes desafíos a nivel global: los límites del planeta, la lucha contra el patriarcado, la defensa de los derechos sociales y laborales frente a la creciente precariedad, el aumento de la desigualdad y la pobreza y, en los últimos tiempos, la crisis de representación política.

Desafíos que afectan a todas las zonas del planeta: en mundo globalizado, la división Norte-Sur no sirve como única explicación. Ha cambiado la geografía política de la pobreza: hay sures en el Norte y nortes en el Sur. Las dinámicas y políticas que generan exclusión, pobreza y desigualdad se dan en todas las latitudes y sus causas están cada vez más interconectadas. La concentración de la riqueza en pocas manos -la mayoría ajenas a la idea de soberanía democrática- es ya un fenómeno global, que amenaza con romper los pactos sociales en lugares tan aparentemente boyantes como la Europa del Bienestar.

Y sin embargo, el relato o� cial sigue intacto: el capitalismo como único sistema posible,

¿POR QUÉ UN QUORUM GLOBAL? PROPUESTA TEMÁTICA 1

el crecimiento ilimitado como la única solución, el individualismo como ideal social. Y ello a pesar de que sus límites sistémicos y estructurales son cada vez más evidentes, por los límites naturales del planeta y por la incapacidad política de regular los repartos por parte de unos Estados y organismos internacionales que han dejado, además, de asumir responsabilidades en cuestiones tan cruciales como el cambio climático o las migraciones. Estados que se muestran incapaces de frenar los avances de la ultraderecha, los totalitarismos, los nacionalismos excluyentes y los discursos basados en el machismo, la xenofobia o la homofobia.

Estos desafíos también tienen su re� ejo en nuestro país. En los últimos años, estudiantes, sindicatos, trabajadores, mareas ciudadanas, asociaciones y plataformas han tomado la calle en señal de protesta. Han parado privatizaciones en sanidad, frenado la reforma del aborto, impedido desahucios y plantado cara a la banca en casos como las preferentes o las cláusulas suelo, entre otras muchas cosas.

Estos avances innegables de los movimientos sociales son la resistencia, pero defenderse no es su� ciente para conseguir que el presente se vaya pareciendo a un futuro más justo, basado en reconocimiento de derechos y no en la capacidad de consumo, en el que la economía vuelva a hablar de relaciones humanas, que reconozca y respete los límites del planeta y decididamente feminista.

A dónde queremos ir: nuevos tiempos, nuevos paradigmas

Son tiempos de emergencia. De cambio. De desafíos vitales que muestran una dimensión global pero que se expresan en con� ictos y políticas locales. Desafíos a las que el mundo de la política no ha conseguido dar una respuesta global.

Frente a ello, los procesos puestos en marcha por organizaciones y movimientos sociales intentan construir alternativas que reconozcan que el valor de las cosas no está solo en su bene� cio económico y que prioricen los derechos humanos frente a la capacidad de consumo y que reconozcan y respeten los límites del planeta.

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Los nuevos paradigmas no se construyen solo desde principios, sino desde la práctica diaria. Por eso, es preciso conocer las experiencias en marcha desde distintos ámbitos y espacios comunes. Prácticas y espacios que son la base desde la que queremos trabajar y que constituyen los campos de acción de Quorum Global:

Regeneración y profundización democrática, que abra y fortalezca los cauces de participación política, en especial a los grupos tradicionalmente excluidos de la misma.

Territorios y ciudades como espacios de cambio. Especialmente las segundas, cuyo peso político y socioeconómico, y su gran impacto ecológico las llama a liderar esa transformación. Asimismo, es necesario resolver la aparente contradicción entre mundo urbano y rural, particularmente respecto a la producción de alimentos.

Construcción de nuevos imaginarios y relatos culturales que, frente al discurso neoliberal, adquieran la fuerza su� ciente para hacerse oír y constituirse en convicciones sociales mayoritarias, que sirvan de caldo de cultivo para el cambio.

Repolitizar en clave de ciudadanía globalEs necesario renovar el “actúa localmente y piensa globalmente” para recuperar espacios de soberanía ciudadana en los asuntos de interés público. La participación y deliberación ciudadanas son la única garantía para que las transformaciones que están por venir avancen por la senda de la inclusión, la sostenibilidad y el cambio de las actuales relaciones de poder.

Respetar los límites que marca el planetaDebemos abandonar el viejo paradigma del desarrollo y su modelo ilimitado para formular uno nuevo que incorpore los límites ambientales y los vincule con los derechos humanos, con� gurando un nuevo espacio para la vida y la convivencia en el que el acceso a los recursos sea igual para todas las personas.

Derechos humanos, el suelo que queremos pisarSi tratamos de construir un cambio global, los derechos humanos deben ser la base para el resto de propuestas. El derecho a una renta básica y una vivienda digna, a una vida libre de violencias y discriminaciones, la libre circulación de las personas y la transparencia y la justicia � scal -tanto a nivel nacional como internacional- son claves para la recuperación del control democrático sobre nuestras vidas.

Perspectivas feministas y equidad de género para una nueva sociedadLa ética de los cuidados es clave para una sociedad que tenga a las personas y el planeta en el centro. Para ello es necesario renunciar a nuestros privilegios, reconocernos interdependientes y vulnerables y reconocer y redistribuir saberes y trabajos de cuidados. Además, el enfoque feminista, como análisis desde la diversidad y la teoría crítica, es fundamental para poner en tela de juicio nuestras propias formas de organizarnos y relacionarnos.

Economía centrada en las personasEl nuevo paradigma económico ha de reconocer las limitaciones de un planeta � nito, en el que los límites ambientales sean el marco de la actividad económica. Es imprescindible recuperar el sentido territorial y de proximidad de las actividades económicas, democratizando el poder económico y favoreciendo la cooperación y las iniciativas de carácter social y solidario. Además, esta nueva economía ha de estar fuertemente atravesada por la ética de los cuidados.

CINCO ENFOQUES FUNDAMENTALES

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Reconocimiento constitucional y efectivo de los derechos humanos en su sentido más amplio, que contemple derechos políticos, sociales, económicos, culturales y ambientales e incorpore la lucha contra las desigualdades de renta y riqueza, así como contra el patriarcado y las discriminaciones de todo tipo. Un marco legal que re� eje los valores fundamentales por los que queremos regirnos como sociedad.

Reconocimiento constitucional y acciones concretas contra el colapso ecológico, con un programa de reducción del consumo energético, de transición a modelos renovables con emisiones casi nulas antes de mediados de siglo. Recuperar ecosistemas para combatir la desertización y la pérdida de biodiversidad y apostar por formas de vida adaptadas al medio en los ámbitos locales y de litoral.

Democratizar el sistema socioeconómico, reorientándolo hacia un modelo en que el valor se otorgue no solo en función del bene� cio económico, sino en base al impacto ambiental, el respeto a los derechos humanos, la equidad social y la transparencia democrática. Solo así es posible valorar la apuesta por la reducción del consumo y las energías renovables, el impulso de la agricultura ecológica, las políticas de transporte, industria o empleo, las políticas de cuidados o el papel de las instituciones públicas.

Reformular las políticas fi scales, de modo que tanto los presupuestos públicos y la � nanciación privada se destinen a garantizar los derechos sociales y los cambios en el modelo económico y territorial.

Impulso a las iniciativas y formas de convivencia alternativas, especialmente a las que proponen la disminución de los niveles de consumo y están fuertemente ligadas a las relaciones comunitarias, los recursos de proximidad y el cuidado del entorno.

Reorientar el conocimiento científi co y técnico, apostando por la interdisciplinaridad y cuestionando la primacía de la tecnociencia respecto a otros saberes tanto en las universidades como en las políticas públicas de ciencia, tecnología e innovación.

Construir una Europa más democrática, justa y sostenible, más próxima a los intereses de las personas y más comprometida con la sostenibilidad ecológica y la equidad social, especialmente con las personas migrantes a causa de las persecución, las guerras o los desastres naturales.

Si quieres profundizar más, puedes consultar la versión extensa de la propuesta temática en este enlace.

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