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_, .i na— ; ,,ii L•'fl fin ingiggia2 De colaboración La Cuestión Social (Conclusión) J . M . BLAZQUEZ DE PEDRO He tenido la paciencia necesaria para leer despacio toda la conferencia del Director de la Normal de Institutoras ; y he sido tam - bién lo bastante pacienzudo para . medirla, co_ lumna por columna, con el propósito de que quienes no la conozcan puedan formarse idea de su extensión . Las columnas tienen cinco centímetros y medio de anchura, y suman una longitud de cuatro metros y catorce cen- tímetros ; su prosa es muy amazacotada y ha sido compuesta en letras del tipo diez pun- tos. En la conferencia se intercalan citas de los seres y libros siguientes, por el orden mismo en que los enumero : Bastiat, IIesiodo (dos veces), un distinguido economista, Plinio el joven, Jesucristo, los Apóstoles, el Conde de Montalembert, Guizot, Le Play, El Evange- lio, León XIII, 1Vlalthus, Stuart Mill, Danta, Plinio el naturalista, Lasalle, Bakounine, Su_ premo Ordenador, Proudhon, Carlos Marx, Lasalle (otra vez), otro socialista de nota, un economista inglés, la Divina Providencia, Al_ fredo Jourdan, un economista francés, Bau - drillart, el ilustre catedrático jubilado de Eco_ nomía Política de la Universidad de Lovaina, Jesucristo (otra vez), el elocuente orador P. Monsabre, el Decálogo y el eminente economis- ta Carlos Perita Todas estas citas sirven sólo para embro - llar más y más la cuestión, y demostrarnos que don Nicolás posee una erudición por de- más libresca, cuantiosa pero nada profunda, que concluye por resultar inútil y hasta per- judicial, para el atinado y cabal conocimien- to de las causas y efectos de las luchas entre trabajo y capital. De semejante fárrago de citas, que produ- ce un laberinto de divagaciones y contradic- ciones y sofismas, muy poco se puede sacar en limpio . Tamaño montón de paja queda re- ducido a los diminutos granos que continúan: i ..---Considerar el trabajo como una virtud. 2 .-Abominar furiosamente del Paganis- mo. 3 .-Pretensión de definir el capital. 4 .-Afirmación rotunda de la posibilidad de concordia entre trabajo y capital, y reco- mendación reiterada de la práctica de dicha concordia. 5 . Condenación resuelta de las doctrinas socialistas, y enaltecimiento caluroso y tenaz del ahorro y de la moralidad en las costum - bres. 6 .-Solución del problema social por me- dio del Decálogo. Cama me gusta mucho discutir con clari- dad y orden, procurando desenmarañar lo que se halla enmarañado, voy a rebatir uno por uno los seis erróneos e insustanciales gra_ vos referidos. No estaría mal que se considerara el tra- bajo como una virtud, si esa tan encomiada virtud fuese realizada por todos en Propor- ción equitativa ; si todo el Inundo trabajara NO MAS que lo que permitiesen normalmen- te las capacidades productoras de cada cual. Pero mientras unos trabajen hasta el agota- miento para ganar unos centavos, y otros tra- bajen muy poco o no trabajen nada para reu- nir y guardar miles y millones de pesos; mientras el trabajo, que es la causa, sea es- clavo del capital, que es el efecto ; mientras el trabajo resulte, como resulta en los hechos

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,,iiL•'flfin ingiggia2

De colaboración

La Cuestión Social(Conclusión)

J . M . BLAZQUEZ DE PEDRO

He tenido la paciencia necesaria para leerdespacio toda la conferencia del Director dela Normal de Institutoras ; y he sido tam-bién lo bastante pacienzudo para . medirla, co_lumna por columna, con el propósito de quequienes no la conozcan puedan formarse ideade su extensión. Las columnas tienen cincocentímetros y medio de anchura, y sumanuna longitud de cuatro metros y catorce cen-tímetros ; su prosa es muy amazacotada y hasido compuesta en letras del tipo diez pun-tos.

En la conferencia se intercalan citas de losseres y libros siguientes, por el orden mismoen que los enumero : Bastiat, IIesiodo (dosveces), un distinguido economista, Plinio eljoven, Jesucristo, los Apóstoles, el Conde deMontalembert, Guizot, Le Play, El Evange-lio, León XIII, 1Vlalthus, Stuart Mill, Danta,Plinio el naturalista, Lasalle, Bakounine, Su_premo Ordenador, Proudhon, Carlos Marx,Lasalle (otra vez), otro socialista de nota, uneconomista inglés, la Divina Providencia, Al_fredo Jourdan, un economista francés, Bau-drillart, el ilustre catedrático jubilado de Eco_nomía Política de la Universidad de Lovaina,Jesucristo (otra vez), el elocuente orador P.Monsabre, el Decálogo y el eminente economis-ta Carlos Perita

Todas estas citas sirven sólo para embro -llar más y más la cuestión, y demostrarnosque don Nicolás posee una erudición por de-más libresca, cuantiosa pero nada profunda,que concluye por resultar inútil y hasta per-judicial, para el atinado y cabal conocimien-to de las causas y efectos de las luchas entretrabajo y capital.

De semejante fárrago de citas, que produ-

ce un laberinto de divagaciones y contradic-ciones y sofismas, muy poco se puede sacaren limpio . Tamaño montón de paja queda re-ducido a los diminutos granos que continúan:

i..---Considerar el trabajo como una virtud.2 .-Abominar furiosamente del Paganis-

mo.3 .-Pretensión de definir el capital.4.-Afirmación rotunda de la posibilidad

de concordia entre trabajo y capital, y reco-mendación reiterada de la práctica de dichaconcordia.

5 . Condenación resuelta de las doctrinassocialistas, y enaltecimiento caluroso y tenazdel ahorro y de la moralidad en las costum-bres.

6 .-Solución del problema social por me-dio del Decálogo.

Cama me gusta mucho discutir con clari-dad y orden, procurando desenmarañar loque se halla enmarañado, voy a rebatir unopor uno los seis erróneos e insustanciales gra_vos referidos.

No estaría mal que se considerara el tra-bajo como una virtud, si esa tan encomiadavirtud fuese realizada por todos en Propor-ción equitativa ; si todo el Inundo trabajaraNO MAS que lo que permitiesen normalmen-te las capacidades productoras de cada cual.Pero mientras unos trabajen hasta el agota-miento para ganar unos centavos, y otros tra-bajen muy poco o no trabajen nada para reu-nir y guardar miles y millones de pesos;mientras el trabajo, que es la causa, sea es-clavo del capital, que es el efecto ; mientrasel trabajo resulte, como resulta en los hechos

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y en la mayoría de los casos, una especie demaldición que sólo gravita sobre determina-das clases, no puede menos de ser despiada-do y sarcástico el pretender exornar con elropaje de la virtud a ese trabajo, tan maldistribuido y tan pésimamente remunerado.Si el trabajo es una virtud, ¿por qué huyende él cuanto pueden los VIRTUOSOS teóri-cos, que se lo recetan a los demás como unapanacea? ; ¿por qué no nos dan el ejemploirrebatible de trabajar afanosos, con las ma-nos y con el cerebro, tantas horas diarias co-mo el que más trabaje aquí en nuestro Pla_neta, para que ningún trabajador de ningu-na categoría pueda con razón lanzarles elmenor reproche y acusarles de meros teorruntes?

Por donde quiera que fuí, duran te toda mivida, puede observar que quienes no traba-jan o trabajan poco y en cosas fáciles y agra-dables, viviendo además rodeados de comodi -dades y honores ; que quienes pasan su vidaviendo a distancia el desfile de los seres hu-manos, semejantes suyos, que van a reven-tarse en faenas durísimas y miserablementepagadas ; que quienes conocen el trabajo só-lo por su lado florido, por sus frutos más quepor los sudores y Fatigas a él inherentes,siempre son los que repiten con terquedadque el trabajo es una virtud, para que locrean los que trabajan con exceso, y se re-signen así con su triste y esclavizada suerte,y todo siga como está . Es muy estabilizador,muy conservador y hasta muy bonito paralos privilegiados el discurrir de tal manera,pero es también muy falso. Yo creería queel trabajo es tina virtud, si me lo aseguraseuna sola vez uno solo de los numerosísimostrabajadores que se ocupan en labores muypenosas, durante doce y catorce horas dia-rias, para recibir un salario mezquino . Eseúnico voto sí sería un voto de calidad, decisi-vo y convincente. Todos los demás votos nosirven para nada, como no sea para demos -trar precisamente lo contrario de lo que sepretende.

Quien haya estudiado sin prejuicios el tra-bajo, quien haya profundizado su naturalezay quien haya comprendido su funcionamimrto, no podrá menos de rematar en la ~chi_sión de que el trabajo no es otra cosa queuna NECESIDAD fisiológica, sentimental.intelectual y social . En el hecho preciso de noser esta necesidad satisfecha por todos ar -mónica y oportunamente, radican las enfer-medades, las amarguras, los dolores, las men-tiras, los errores, las guerras, los crímenes,las . miserias, las indignidades, los rencores,todo el monstruoso desbarajusto de la socie-dad presente, cuyas salpicaduras a todos nos

alcanzan, queramos o no, en mayor o en me-nor grado.

Hace algún tiempo tengo pensado escribirun estudio amplio y meditado, en defensadel Paganismo. Los improper,ios que le dedi-ca el actual Director de la Normal de Insti-tutoras me servirán de acicate, para efectuarlo antes posible mi pensamiento . Entre tan -to, quiero consignar aquí esta sencilla pre_gunta : ¿Qué artista, de veras cristiano, haproducido nada comparable a la paganíshnaVenus de Afilo, admiración perenne de lashumanidades de todos los siglos y de todoslos países?

Pretendiendo definir el capital, don Nico-lás dice:

"Fijemos con precisión el concepto delcapital . Entendemos por capital, siguiendoel parecer general de los economistas, aquelproducto o suma de productos, que reserva-do oportunamente se aplica a una nueva pro-ducción . Nace por consiguiente el capital deltrabajo ; porque sin este no hay producto al-guno. Pero reconoce también otra causa, lavirtud del ahorro ; porque si el productor envez de conservar el producto para usos pos-teriores, prefiere consumirlo halagando suspresentes apetitos, el fruto del trabajo nollegaría a capital . Este recibe su estado pro -pio cuando el productor lo aplica a dar viday aumento a una nueva producción ."

En esta definición, sin duda incompleta yfalaz y oscura, reside la clave de la cuestión,de toda la cuestión social . El capital SI ES"aquel producto o suma de productos quese reserva oportunamente . " Pero es indis-pensable añadir que los productos NO SONreservados por quienes los produjeron, sinopor un parásito, ajeno a la producción ; porun señor ocioso, respaldado por los °ódigosy por todas las fuerzas arrasadas, que va ex-trayendo y usurpando a cada uno de los pro-ductores que tiene a sus órdenes, una canti-dad determinada de productos, hora por ho -ra y día por día, dándoles en cambio un sa-lario INFERIOR al valor positivo de lo queprodujeron . Más claro, cada trabajador creaproductos que valen veinte unidades, porejemplo ; el capitalista toma esas veinte uni-dades INTEGRAS, y retribuye al productorcon un salario que vale sólo diez unidades;las otras diez unidades que hay de diferen-cia son las que se reserva tranquilamente yLEGALMENTE el capitalista, y con ellas vaformando lo que después llama SU CAPI-TAL.

Desde luego que "la virtud del ahorro"funciona en la reunión de ese capital ; pero

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los ahorros han sido acumulados por un ex-trabo habilidoso, NO POR LOS I 'RODU(1-TO'RES, quienes resultan despojados cadadía por aquel de una buena porción del fru-to de su trabajo.

Así y sólo así se amasaron, se amasan yse amasarán todos los capitales del Orbe,a base de propiedad privada . Ni dudado esposible, a poco que se quiera razonar . La másrudimentaria inteligencia puede comprenderque constituye un supremo disparate la solasuposición de que una persona, sin trabajar,llegue a PRODUCIR. cantidades enormes;mientras que otras personas, trabajando endemasía, no logren producir más que lo ine -ludible para sostenerse con estrechez y po -breza sumas.

Aunque pusiéramos al hombre m :ti fuerte y laborioso frente al hombre más raquíti-co y negligente, si trabajaban igual númerode horas, siempre resultaría que la diíeren.ola entre la producción del primero y la delsegundo no podría ser jamás de millones nisiquiera de miles.

No existen personas que tengan kilóme-tros y leguas de estatura, ni otras personascuya talla sea. sólo de milímetros v de cen -tímetros ; no existen personas tan forzudasque puedan levantar con sus manos los edi_ficios y las montabas, ni oras personas tandébiles que no puedan alzar del suelo unpedazo de papel ; no existen personara cuyoestómago les petunia ingerir de una vez to-neladas de alimentos, ni otras personas a lasque sea posible sostenerse con unos miligra -mos de comestibles cada día . Idénticamente,no existen personas que, POI . SU INDIVI-1)UAL ESFUERZO Y SIN EXPLOTAR ALOS DEyIAS, puedan producir capitales fa-bulosos, ni otras personas que produzcan uun_cho menos de lo que producirían un niño dedos años o un diminuto insecto, en unos se-gundos de actividad . Entre seres humanosla desproporción productiva no es, na puedeser tanta, en ningún sentido . El hombre quemás produzca, no podrá producir jamás tan-to como cien, mil, diez mil, cien mil o qui-nientos mil hombres reunidos ; y el hombreque menos produzca, (le seguro producirá lobastante para vivir humanamente, no cenolas bestias o peor que las bestias, que es co-mo viven hoy m uellos, muchísimos de los quetodo lo producen.

En indeclinable consecuencia, todos, todoslos capitales habidos y por haber son y seránresultado de una explotación más o menos ex_tremosa y descarada ; o dicho con la fraseo-logía usada por don Nicolás, el fruto logradopor la ejercitación cle "la virtud del aho-rro," pero del ahorro efectuado por un I61-

PRODUCTIVO, que se APROPIA cada díaciertas porciones de lo que PRODUJERONlos asalariados que tomó a su servicio, y a loscuales despacha con una. paga menguadasiempre MENOR que la valía real de losproductos. Sin brazos ajenos, sin asalaria-dos a. quienes se asignan cantidades INCOM-PLETAS en relación aun la labor prestada,nadie pudiese amontonar un capital dignode tal nombre, un capital como suelen serlos capitales ordinarios de la época presente.

Si hubiera un capital, uno solo, producidopor el trabajo y el ahorro personales de unindividuo aislado, que no pagó nunca sala-rios irrisorios a ninguno de sus semejantes,ese sería Eh ÚNICO CAPITAL PASABLE_MENTE LEGITIMO de nuestra Esfera Te-rráquea ; y yo anhelaría que alguien inc di-jera el lugar sacrosanto en que se guardatan exeepeionalísimo capital, y quien ha sidoel Ilércules centuplicado, el Superhombre nl_1maciclópeo, que legró consumar una tan por-tentosa y descomunal hazaña.

En el caso de que alguna persona reeono-eiese que un capital, producido con la refe-rida legitimidad, no ha existido ni existe, pe-ro creyendo sin embargo que PUDIERA lle-gar a existir, yo deseo y espero que la per-sona que tal crea . se determine a realizar porsi misma. la prueba . Que trabaje ,1' ahorrecuanto quiera, si bien con la condición esen-cial de NO EXPLOTAR al prójimo en pocoal en 'ancho ; y veremos el capital que con-sigue fabricar, aunque se afane más que na-die y alcance una. vida de cien afros, en plenovigor muscular y en completa lucidez mental.A mi me parece, y a la realidad matemáticao incontestable le parece también, que muchoantes de llegar al término de la prueba, sehabría persuadido el más robusto y el másterco (le que no hay capital alguno, que nose funde sobre la explotación de las diversaspotencias productoras ajenas . El capital, ade_más (le ilegítimo, es innecesario . Sin capita-les, la. producción no se interrumpiría ; sintrabajo, todos los capitales del Mundo nadaproducirían por si . Que desaparezcan todoslos capitalistas, y la Fhnmanida.d no padece-rá en lo más mínimo ; que desaparezcan to-dos los trabajadores, y el desorden más caó-tico surgirá sin tardanza, El trabajo es locimentativo, lo vital, lo dinámico, lo abscluta-mnente necesario ; el capital es lo accesorio, loparasitario, lo estático, lo que puede supri-mirse sin el menor riesgo para la existenciay el avance de la. colectividad humana. Eltrabajo es un germen inagotable, un creadoreterno ; el capital es una excrecencia, un morbosismo.

Todo trabajo es anterior y superior a tu-

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do capital . El mismo don Nicolás no puedepor menos de reconocerlo así, cuando confie-sa : "Nace por consiguiente el capital del tra_bajo ; porque sin ésto no hay producto algu-no . " Y sin embargo, en la sociedad reinante,con toda evidencia . injusta, el capital, aunsiendo cual es lo secundario y lo inferior ylo suprinuble, se proclama director y regula -dor y dueño y opresor del trabajo qne le pro_(lujo . He aquí un trastrueque de valores y detérminos, con el chal se patentiza que el ca-pital es DAÑOSO, además de ilegítimo e in_necesario, conforme ya demostré.

En la. supuesta definición del capital quedejo transcrita, se cae también en error, alagregar algunas palabras acerca. de su aplica-ción . Es conceptuado el capital como " aquelproducto o suma de productos, que reserva-do oportunamente se aplica a una nueva pro-ducción ." Se aplique o no se aplique a unanueva producción, el capital no pierde su cua_lidad característica . En todas partes hay ca-pitales que no se aplican a ninguna nuevaproducción, y por eso no dejan de ser talescapitales . Al contrario, el capital más genui -no, el capital más capital os aquel que nadaproduce, que tiene miedo a. todas las empre -sas, que vive precisamente de su inactividad,que sólo sabe aspirar a conservarse cobran-do los intereses usurarios más crecidos quesea. posible, con la más perezosa calina y sinriesgos ni zozobras de ninguna clase . Tantosi se aplica como si no se aplica a nuevasproducciones, el capital no es ni más ni me-nos que EL CONTENTO DE PRODITCTOS,0 DE SUS EQlJIVALhNTPS MONP'l'A-11I0S, ACIJN(JLADOS 1'O11 LOS IMPRO -DUCTIVOS QUE VAN DEFRAUDANDOA LOS PRODUCTORES, AL AMPARO DELAS LEYES, DE LAS VIOLENCIAS YDE LAS TRADICIONES.

Pregunta después den Nicolás : " ¿Se pon-drá en duda el derecho de propiedad del capi-talista sobre su capital? . " No sólo se pone enduda, sino que se niega. categóricamente, quelo niegan los clarísimos e irrefutables razo-namientos que preceden, y las manifiestasrealidades sobre las cuales se apoyan los in-dicados razonamientos.

Con intención deliberada, lic llevado a ex-tenderme bastante en la discusión de estepunto, por ser el principal, el más fraseen-denle, la médula de todos los otros. Diluci-dado y solucionado este, muy fácil es dar alos demás una solución meseta e incontes_Cable.

Acerca del punto cuarto, exprésase clonNicolás así:

" Para nuestra desdicha son demasiado cier•

tas las penas y dolores que sufren casi todaslas clases de la sociedad, y especialmente lasobreras ; pero ¿será preciso atribuir la causade los males que éstas últimas a la tiraníadel capital, a la opresión que el capitalistaejerce sobre el indefenso obrero? ¿No pudie-ra ser, por el contrario, que entre el trabajoy el capital no mediase hostilidad alguna, queel uno llamase al otro a una alianza. 'para en-trambos fecunda, a una unión ínfima, plenay comunicativa que tradujese los beneficiosdel primero en ventajas del segundo, y des-terrado todo germen de antagonismo reina-se entre los dos grandes factores de la pro-ducción una perfecta inteligencia y una ar-monía, vigorosa. y recunda? Así lo entende -mos, y parécenos bastante fácil su demostra_ción . "

Habiendo comprobado la ilegitimidad y la.i.nnecesidad y la dañosidad del capital, cla -ro es que trabajo y capital no podrán aliarsenunca, por más capciosidadcs que se inven-ten y por más devaneos trastornadores quese prodiguen . Víctima y victimario, explota-do y explotador, serán siempre rivales, adespecho de todos los engaños c imposicio-nes, a pesar de todas las apariencias.

Lo único que puede suceder, y lo (mico queha sucedido en el transcurso de los siglos,es que los trabajadores de tal o cual país,de tal o cual población, de tal o cuál oficio,sean demasiado pacientes por ser demasiadoignorantes ; pero en el momento que vislum-tiren siquiera un poco de la verdad, todas lasalianzas aparentes quedarán rotas y trabajoy capital serán adversarios irreconciliables.La reconciliación sólo puede venir con la to -tal eliminación del capital privado, con laconversión del capitalista infecundo en traba-jador productivo . En todas partes y siem-pre, los obreros cultos han sido y son y se-rán rebeldes, y han luchado y luchan y lucha-rán contra el capital, su esquilmados . Estofenómeno universal y constante, confirmadosin una sola excepción por la Historia delProletariado, debiera decir mucho, aunquepor las señales hada dice, a los misoneistasobcecados, que pretenden lo impretendible,que se empeñan en amañar con cuatro corcu-sidos un problema tan hondo como la secularbatalla entre trabajo y capital.

Los mismos obreros incultos y mansos po -seen una intuición inicial, poco desarrolladapero innegable, de su verdadera situación.Hablando con ellos, se ve que no ignoran porcompleto la mecánica del capitalismo, que tie_nen un vago conocimiento de que las ripie-zas se conglomeran a costa suya..

Dedúcese, por tanto, que recomendar anua_

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za, unión, inteligencia y armonía entre tra-bajo y capital, es idéntico a recomendar con_ciliación entre corderos y lobos . Resulta inú-til ir contra la Naturaleza, -en lo que atesorade permanente . Por eso se pierde el tiempo,queriendo anular o atemperar el antagonis -mo separador de trabajo y capital, HECHOtan naturalísimo y dé tanta permanenciacual la repugnancia del estómago en presen-cia de un cadáver putrefacto, como la repul-sión provocada por lo : sucio y por lo `feo entodo espíritu de artista, como la incompati-bilidad perenne del agua y del fuego.

Quiero que consten aquí algunas de las lin -dezas que don Nicolás estampa, cuando con-dena las doctrinas socialistas:

" Ese encono en los organizadores de laguerra al capital nace principalmente de quelos que poseen, aunque módico algún ahorro,algo de capital, ya dejan de favorecer los pla-nes siniestras del socialismo ateo para cuyobuen éxito es necesaria en sus asociados lamiseria en su último grado de desesperación ."

Sería conveniente que don Nicolás decla-rase sin ambigüedades ni rodeos, con todaprecisión, cuáles son esos " planes siniestrosdel socialismo ateo."

Yo, hasta la fecha, sólo he podido averi-guar que el Socialismo, incluyendo sus dosramas colectivista y comunista, pretende re-vertir en bien general lo que ahora es bienexclusivo de una minoría estéril y sin ningu-na razón privilegiada ; mediante la muy fra -ternal y la muy equitativa y la muy comprenahíle fórmula de SOCIALIZAR la tierra, losinstrumentos del trabajo, la producción y elconsumo. Para que ni el más torpe pueda en-tender mal, lo diré también con- los vocablosmás usuales, por nadie desconocidos : el So-cialismo aspira sencillamente a suprimir lamiseria extremadísima e irritante de unos yla opulencia exorbitante y ofensiva de otros,acabando con los pobres y con los ricos, pa-ra que todos seamos trabajadores y ricos;porque rico es quien puede colmar todas susnecesidades fisiológicas y sensitivas y menta-les, en todo lugar y momento.

Yo no acierto a ver lo "siniestro" de tandiáfanos planes, sin duda superiores a todoslos demás, en humanismo y en belleza por lomenos. Más siniestro me parece, y de seguroha de parecerle a todo espíritu liberal y jus-to, querer obstaculizar el normal desenvolvi -miento adelantatriz de las actividades socia-les ; tratar de contener o desviar, con todo li -naje de añagazas y enredos verbalistas, lasincuestionables reivindicaciones proletarias,para que los creadores de cuanto existe sigan

aviniéndose a ser tan inconscientes y sumisoscomo siervos y miserables.

Pero, por fortuna, manotean en el vacíoquienes así discurren y obran . Condenar elSocialismo vale tanto como condenar la llu-via, el rayo, el oleaje del mar, la rotación ytraslación de la Tierra, la luz y el calor delSol . El Socialismo es una etapa natural y de-bida de la marcha progresiva e inconteniblede la Humanidad, hacia su perfección ilimi-tada..

No ver esto, no quererlo ver, o aferrarseal vano empeño de interceptar su curso, espadecer una lamentable anquilosis del juicioy de la comprensión . Guste o no guste a lassensibilidades y a las inteligencias rezagadas,el Socialismo avanza y avanzará sin cesar,según evidencian los sucesos cotidianos ; y notardará mucho en triunfar en el Mundo en-tero, para brindar felicidad a todas, sin ex -cluir a los que le combaten.

Tampoco sé de donde ha sacado don Nico-Es, refiriéndose, a "los planes siniestros delsocialismo ateo," la disparatada falsedad deque " para cuyo buen éxito es necesaria. ensus asociados la miseria en su último gradode desesperación . "

En ninguno de los miles de periódicos, re-vistas, folletos y libros socialistas de todas lasescuelas que circulan por doquier, he trope-zado nunca con semejante aseveración . Yoinvito a mis lectores a que lean algunas pu-blicaciones de diversos escritores socialistas,para que se convenzan de que don Nicolássuoña o falta por capricho a la verdad, pues-to. que no ha sabido ni leer siquiera . Lo con-trario de lo que él se permite afirmar es pre -cisamente lo cierto . El Socialismo se afanapara concluir con todas las miserias ; y paraello comienza por obtener constantes mejoraseconómicas y culturales y sociales para susasociados, con lo cual los va distanciando ca-da día más de todas las situaciones misera -bles, hasta lograr conducirles al pleno gocede los bienes comunes, AL LADO, no PORCIMA NI POR BAJO del resto de sus se-mejantes . Esto es lo que vemos a diario, es-to es lo que constatan los hechos más reitera-dos y por nadie desconocidos ya, esto es loque más descuella en los escritos y en las ac-ciones de todos los socialistas del Universo.Don Nicolás se atreve a discursear sobre So -cialismo, y no sabe lo más sabido, lo máscontinuado, lo más elemental de su Historia.

De no ser así, don Nicolás se complaceatribuyendo al Socialismo lo que el Socialis-mo no ha dicho, no ha podido decir . Es eseun sistema muy añejo, pero muy desacredi-

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tado ; un arma poco leal que hiere de recha-zo a quien la esgrime.

Considero adecuado el hacer constar aquítambién algo de lo mucho que don Nicolásdeja sentado, respecto al ahorro y demás vir-tudes de su predilección más acendrada:

"Este es el camino, el único camino pordonde el obrero podrá llegar a la cousecu-ción de un bienestar relativo : moralidad ensus costumbres, ahorro en sus gastos, orden,previsión y regularidad en las relaciones defamilia."

Todo eso se predica muy reposada y san-tamente, con especialidad cuando se ha dis -frutado durante una larga vida de los suel-des más espléndidos de una nación . Lo difi-cultoso, lo que cuesta ya bastante más traba-jo es practicarlo, si se ganan salarios ruines,que no alcanzan ni para lo más necesario . Re-comendar cualquier virtud a las pobres gen-tes, que se ven obligadas a ser virtuosas porfuerza y a perpetuidad, es burlarse de ellascon crueldad reconcentrada.

Los desheredados son siempre virtuosos.Comen poco y malo, visten con pobreza exa -gerada, moran en cuchitriles infectos, pasanal lado de las riquezas que produjeron y con.sienten que las posean otros, trabajan duran-te toda su vida más que no pocas bestias:¿Se quiere mayor virtud?

Si alguien duda, que haga la prueba . Nadatan persuasivo y tan exento de artificios es-camoteadores . ¿Sería capaz don Nicolás desometerse a ganar tres o cuatro Pesos platadiarios, para poder decirnos al cabo de al-gún tiempo los ahorres que había conseguidocapitalizar?

Sin ningún inconveniente puede aceptar-se, coincidiendo una vez al menos con donNicolás, que la cuestión social sea resueltapor medio del Decálogo . Ni todo él haría fal -ta . Bastase con que los capitalistas se resol-viesen a practicar el séptimo mandamiento,con toda pureza y con toda certidumbre. Pe-ro resulta que tan decisivo y cristalino pre-cepto, como los demás, se queda siempre enlos labios, sin llegar al corazón ni a la ca-beza.

Por eso ha venido el Socialismo a ser elejecutor de la grandiosa obra, que el Decá-lego no ha podido consumar en tantísimascenturias.

Para corroborar cuanto dejo controvertidoy para terminar, frente a la ensalada de ci -tas que don Nicolás nos endilga, mc placeoponer una sola, de un panameño por cierto.Don Benjamín Quintero A., jefe actual del

Registro Público, en su tesis " Prescripción,"presentada a la Facultad Nacional corres-pondiente, para optar al título de doctor enDerecho y Ciencias Políticas, principia ma-nifestando, con una contundencia y sinceri-dad no superadas por los socialistas más exal-tados:

" Las opiniones acerca del Tundamentoracional de la propiedad son diversas, todoslos filósofos juristas con palabras más o me-nos disfrazadas están de acuerdo ; que la pro-piedad, «res nullius», en su origen la cons-tituyó el robo, con el derecho del más fuer-te o el más avisado . En apoyo de nuestraafirmación oigamos como se expresa Spencer:

`El derecho de propiedad de la tierra seha establecido en el curso de esta transfor -mación, y su génesis cuenta crímenes infini-tos, cometidos no sólo por los antepasados deuna clase dada de nuestros contemporáneos,sino por los antepasados de cuantos hombresexisten hoy . Los bisabuelos de los inglesascontemporáneos eran bandidos, que robaronla tierra ocupada por otros bandidos, los cua-les habían despojado a los bandidos prece-dentes . La usurpación, aquí parcial, allí com-pleta, de los normandos, ha englobado las tic_Tras que en el pasado fueron confiscadas enparte por los piratas daneses o noruegos, yen parte, pero en época aún más remota, perlas hordas de invasores anglos o frisones . Encuanto a los propietarios celtas expulsados oreducidos a esclavitud por estos últimos, co -menzaron a su vez por expropiar las pobla-ciones trogloditas, de que de cuando en cuan-do encontramos rastros . ¿A dónde llegaría-mos si intentásemos restituir las tierras to -madas en otros tiempos contra toda equidad,si los normandos debieran devolvérselas a losdaneses y noruegos y frisones, estos a losceltas, y estos a los hombres de las cavernasde la edad de piedra? No habría más queuna salida : restituir todo el territorio de laGran Bretaña a los del País de Gales y mon-tañeses de Escocia, que no podrían sustraer-se a una restitución análoga sino invocandocomo . excusa que, no contentos con confiscar .las ferras a los aborígenes, los habían exter-minado, legitimando así sus titulos de propie-dad .'

"Comenzó el derecho de propiedad siendocolectivo y después se ha hecho individual yegoísta y de allí que andando los tiemposaquellos actos fueran sancionados llamandolos primero ocupación, después posesión yluego propiedad . "

Me permito creer que esta cita única valemás que todas las del actual Director de laNormal de Institutoras .

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In]LasÍc —4i a

Noticias del mundo científico

Nuevos y sorprendentes resultados de la implanta-ción de glándulas intersticiales de cabros contra

la esterilidad y las insaniasFEDERICO CALVO

AS prometedoras investigaciones sobreAla implantación de glándulas intersti-ciales y sobre el admirable efecto de

las vitaminas en los fenómenos nutritivoscada día cobran mayor interés y prometenmucho para un futuro inmediato, en pro delos intereses humanos.

Con toda la constancia de quienes anhelantodos los mejoramientos de la especie en elorden físico y moral—que son lo mismo enesencia—, vivimos con el oído atento y el ojolisto, tornando ligera nota de cuanto ocurreen este campo de las investigaciones, paracomunicarlo honradamente a nuestros nume -rosos lectores.

En días pasados dimos a. conocer las opi_niones sobre este particular del gran eleetró-pata americano, doctor Nascher, quien semuestra . un tanto desconfiado de las experi -mentaciones de Voronoff, alegando para ellomuy atendibles razones y haciendo notar quelas corrientes eléctricas de alta frecuenciasurten mejores resultados de rejuvenecimien-to genésico que la implantación de glándulasde monos jóvenes sobre hombres gastados.

Ahora se nos presenta el gran cirujanoamericano, doctor J . li . Bringley, Directordel Hospital 13rinkiey-Dones de Milford, Kan_sas, con un acopio de muy curiosas experien-cias obtenidas con la implantación de glán_dulas de ganado cabrío sobre individuos ta-rados de esterilidad genésica y también deinsanias .

La primera operación la practicó el doctorBrinkley sobre un hombre de 46 años y queno había gozado jamás de las satisfacciones(le la paternidad . La. señora frisaba, en los 42r sus anhelos maternales, después d .e 16 añosde matrimonio, ya se habían resuel o en com -pleta resignación . Este marido fue implanta-do con una glándula de cabro joven e inme-diatamente la energía del paciente comenzóa manifestarse de un modo visible . Un añodespués ya era padre de un hermoso baby.muy rollizo y bien conformado y que llevael nombre de .13illy en honor del cabrito quecon su glándula . le (lió poder generador alpadre.

La. segunda implantación la practicó enuna señora joven, cuyas glándulas tuvo queextirpar por hallarse enfermas ; en seguidapracticó la implantación con las de un cabro,notando en la paciente una . rápida mejoría,la cual culminó en un feliz alumbramiento (leun muchacho que hoy cuenta cuatro meses(Marzo 14).

Otra dama, empeñada en concebir una ni_ña, fue implantada con glándulas de cabra,obteniendo el resultado esperado en el térmi -no de una normal gestación . Esta operacióny las veinticinco que lleva practicadas el doc-tor Brinlcley sobre implantaciones glandula-res, han resultado muy halagadoras y muysencillas.

Lo que más ha sorprendido en estas expe -rimentaciones es la circunstancia de poderdeterminar el sexo del prospectivo infante, ya

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NOTICIAS DEL MUNDO CIENTIFICO

implantando glándulas de cabro, si se quiereniño, o de cabra, si se desea mujercita.

Este hecho, en concepto del doetor Brin-kley, puede ser fuente de muy graves perple -jidades si no se encuentra el medio de darlea la facultad reproductora la variedad en elsexo, pues sucede que las personas implanta-das con glándulas de cabro sigilen reprodrrsiéndose en varonei,os y las implantadas conglándulas de cabra en hembritas.

Espera el doctor Brinkley que nuevas ex-periencias le permitan contrarrestar tan gra .-ve inconveniente y, para ello, espera trope -zar en su clínica con un matrimonio en queambos cónyuges estén tarados de esterilidad,implantándoles, respectivamen e, glándulas decabro y cabra, para ver si de ese modo lareproducción se realiza indistintamente enindividuos de uno y otro sexo.

Pueda ser, agregamos nosotros, que de lalal experiencia no vayan a resultar tipos bi-sexuales, porque entonces el problema se corra_plisaría hasta el punto de ofrecer todos loscaracteres de un fenómeno regresivo hacialas especies más rudimentarias.

El amor que es la florescencia de la fecun_dudad ya no tendría razón de ser, porque losanimales bisexuales, creemos fundadamente,no pueden experimentar los atractivos amo -rosos ni disfrutar del proceso deleitable delgalanteo.

En cuanto al inconveniente de reprodrr_ciase los individuos implantados en sólo hi-jas o en sólo hijos, sin poder variar más elmolde, no deja de tener muy graves conse -eueneias, pero que en ningún caso son compa-rables al desastre teratológico del bisexua-lismo en el hombre.

En fin, dañando es como se aprende y na_da importa con que el doctor Brinkley sacri-fique a unos tantos mortales, con tal de quesalga avante en sus sorprendentes experimen_taeiones, y que urna, vez corregidas y bien es-tudiadas, la estirilidad desaparezca de latierra, en donde faltan todavía millones depobladores.

Entre las razones que indujeron al dostor Brinkley a escoger la. especie cabría pa-ra sus experiencias . están la de ser estosmamíferos animales muy limpios y muy sa-nos, la de tener muy buena índole, la de serrefractarios a la tubereenlosis y la de produ-cir una leche riquísima en vitaminas.

Entre la especie cabría, además, y la espe -cie humana bay muchas afinidades interesan_tes, tales como la de reaccionar casi del mis-mo modo contra determinados venenos . Estopudo comprobarse suficientemente en la gue -rra pasada con los gases asfixiantes . que obra-

han por igual sobre los cabros que sobre lossuldades . Mil quinientos cahritillos fueron sa-crificado en estas experiencias.

También se ha comprobado sufieientemen_le que la implantación (le glándulas de cabrosen el organismo humano se realiza con granfacilidad, siendo así que en pocos días se ad-hieren íntimamente con los tejidos y signenfuncionando con normalidad. La implanta-ción puede hacerse no en el puesto correspon-diente sino en cualquiera . parte del cuerpo adonde no resulten incómodas.

Las experiencias del doctor Brinkley nosolamente se han dirigido a combatir la es -terilidad sino que ha probado también las fin-plantaciones sobre individuos atacados de in-sania.

A este propósito refiere el doctor Brin-Me), el caso de un individuo ac tualmente hos-pitalizado bajo su cuidado . Procede do Nue-va York, en donde los tratamientos de espe-cialistas no le han mejorado nada . Tan pron -to corno llegó se le implantaron dos glándu-las de cabro ; treinta y seis lloras después sutemperatura subió hasta 103 .o Fahrenheitpara luegr, normalizarse definitiavmente . Lasmanías .y las fobias han ido cediendo pro-gresivamente, el insomnio y las violencias yano son tan frecuentes ; come con muy buenapetito y piensa en casarse lo unás pronto po-sible.

Otro individuo tarado de demencia precozy de arranques epileptoides furibundos aquien ha sido necesario amarrar de piernasy brazos sobre la cama, fue implantado condes glándulas de cabro sobre la región car-nosa de la cadera ; dos días después pedíamuy humildemente que le desamarraran, ma_nifestando que se sentía muy tranquilo y lle-no de bienestar. Al tercer día se le complacióe inmediatamente pidió libros para leer . Laeonvaleseencia ha sido progresiva y satisfac-toria . Actualmente vive en su casa . rodeadode su señora y de sus niños y manejando susnegocios con todo el aplomo de un hombreno r mal y educado.

El 90 por ciento de las insanias y el 75por Diento de los divorcios, en concepto deldeetor Brinkley, se deben a . la enfermedadde las glándulas y conceptúa que más de tresmillones de americanos padecen de tal dolen-cia .

Y si por allá llueve por aquí no escampa.La tremenda bellaquería que de mil modosso manifiesta entre los pueblos de la Am'rica tropical en las formas más antisociales,tales como fanatismos pendencieros, megalo_manías ridículas, lirismos estrafalarios, con-

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"CUASIMODO», MAGAZINE INTERAMERICANO

cnpiseeneias desenfrenadas y salvajismos ca-ballerescos, nos inducen a creer que las im-plantaciones glandulares reclaman de muynumerosos rebaños de ganado cabrío.

Sea de ello lo que Fuere, lo cierto del casoes que el mundo científico ha comenzadouna era de formidable revolución y la cualreclama de una revisión eomplea en mate -

ria zoológica, fisiológica, anatómica, quirúrgi -ea y psicológica . Los resultados obtenidos conlas implantaciones glandulares y los estudiosreveladores de las vitaminas, como elementospreciosos e indispensables para los fenóme-nos nutritivos, están levantando poco a pocoel velo de la ignorancia y dejándonos entre-ver un horizonte de brillantes amplitudes .

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Trabajos Notables[Traducciones y Reproducciones selectas]

La crisis del HumanismoLUIS ARAQUISTAIN

(De la revisfa "España")

ESPERABAMOS de Ramiro de Maez

tu un libro en que condensara su vi-sión del mundo . Casi todos sus com-

pañeros del sonado «98 » han realizado suobra ; esto es, nos han dado lo más íntimo desu espíritu en una serie de trabajos escritos:Palle Inclán, el culto de la forma pura ; Ba_roja, el culto del ego arbitrario ; Azorín, elculto del hombre fuerte : Maura, Cierva, aho-ra acaso Lenin . He aquí el libro de Maeztu:(La crisis del humanismo», que es la glo-rificación del culto de las cosas.

Sería curioso un ensayo psicológico de es-tos escritores . Tal vez se vería entonces qnesu obra no es lo que ellos no son, sino loque quisieran ser ; no realidades íntimas, si-no aspiraciones del alma . Acaso se vería quecl culto de la forma de Valle Inclán, la se-renidad externa de su obra, es la máscaraque se pone uno de los espíritus más inquie -tos, turbulentos y apasionados de nuestraépoca ; y el culto del yo arbitrario, anárqui-co, de Baroja, la máscara de un temperamen_to metódico, rutinario, ordenado, superlativamente burgués ; y el culto de lo fuerte enAzorín, la máscara de un espíritu ambiguo,delicado, suave, negación de la fuerza, lainacción personificada ; y el culto de las co-sas, de los valores objetivos, en Maeztu, lamáscara de uno de los hombres más subje-tivos, más dominadores por su personalidad,a su vez una de las más sugestivas y ama-bles. Pero se diría que no teníamos derechoa esta disección . Tal vez . Juzguémoslos, pues,por sus frutos, no en sus raíces . Cojamos «La

crisis del humanismo» y veamos hasta quépunto discrepamos de su autor y el auto]consigo mismo.

Ante todo, una declaración admirativa :Maeztu, " periodista atareado," como dice enel prólogo, ha realizado un esfuerzo ejemplar.Mientras los universitarios, los profesiona-les del pensamiento—con dos o tres notoriasexcepciones—sustraen avaramente al públicola cosecha de sus actividades especulativas.he aquí a un hombre de la calle que, a fuer-za de voluntad y amor al trabajo, logra so-breponerse a una de las profesiones más di-solventes y agotadoras y, sorteando lo anec-dótico y episódico de la actualidad, elevarsea. los principios de las sociedades humanascon un libro que es una revisión radical ysugerente de los fundamentes del derechoEsta (cosa» que es su libro merece, comolección de esfuerzo y curiosidad intelectual,todos nuestros acatamientos.

El fracaso de la autoridad irresponsable

He aquí ahora la tesis de «La crisis delhumanismo» . El mundo es injusto y el hom-bre es malo (" Este mundo es un valle delágrimas" y " Yo, pecador") . ¿Cómo hacer-lo justo? Como el hombre es fundamental-mente malo, no pueda confiarse en el principio de la autoridad, que lleva al despotis-mo—opresión en el interior y guerras de con-quista en el exterior--, ni en el principio delibertad, que conduce al egoísmo—desorga

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«CUASIMODO », MAGAZINE INTERAMERICANO

niaeión dentro, indefensión . fuera—. Han fra-casado ambos principios y, con ellos, los me-mentos históricos en que mejor se definen, clRenacimiento con su Humanismo y la Re'velución Francesa con su Declaración de losDerechos del Hombre . Hay que superar esosprincipios, pero juzgando los tales momentoshistóricos no como realizaciones imperfectasy ,perfectibles, sino cono realizaciones extemporáneas que deben reetifica.rse i.etrotra-yéndolas a una. época anterior : la Edad Me-dia, con sus gremios y su eristianisnio, consu principio funcional y su renuncia a lapersonalidad. Esta es la sustancia de estelibro «reaccionario», reaccionario en el sen-tido de que no propone un «progreso 1» , sinoun «retroceso».

Dejemos a un lado la premisa de la . mal .;dad del hombre, con su suiiuéstáconeupis'concia y orgullo, como fuentes del pecadocuyo examen nos llevaría demasiado lejospara los límites de un artículo. Aceptamos,cotoo verdad evidente, lo del mundo injusta,«valle de lágrimas» . También aceptamos lodel fracaso de la autoridad. ¿Pero qué au-toridad? No la idea, sino su loma históri-ca, absolutista . Lo que ha fracasado es la aa -lapidad «arbitraria» ; Maeztu se ha olvidado(le este adjetivo . Pero el concepto de autori-dad, «auctoritas » , etimológicamente, no im_plica necesariamente el concepto de arbitra .p iedad : antes bien, significa crédi to, estima-ción, fe, aprecio, reputación, excelencia, re-presentación. Maeztu rechaza, justamente,el Estado como idea tramsindividual, e injus -tamente, en su menosprecio del hombre, co-mo idea de voluntad general . 'Pero acepta. lademocracia como la más segura forma de go -bierno y le dedica una de las más bellas pá-ginas de su libro, con esta conclusión : «Lademocracia es buena porque enseña a los másde los hombres las dificultades del gobiernoy aumenta con ello su valor . " Acepta tararbién, por lo tanto, toda autoridad fundada,en la democracia, esto es, toda . autoridad«responsable». Lo dice él mismo : " En nombredel orden, se establece una autoridad cen-tral, y en tanto que la autoridad se sometea. esta función, como se puede someter a ellala fuerza de policía en países medianamenteregidos, la autoridad es tan útil como uno'fensiva . " Solo que en el siglo XIII no habíaautoridad responsable—no había más que au_toridad arbitraria—, y Maeztu ha . preferidosostener el fracaso del principio de autori -dad, para salvar una época legendaria y mix-tificada, a declarar fracasada únicamente laforma histórica, todas las formas históricasconocidas hasta ahora. Pero su sindicalismohabrá de fundarlo en el principio de la au-

toridad democrática, responsable, que bastaahora no ha existido, y así su idea deja, deser pasado para convertirse en futuro,

El fracaso de la libertad histórica

Luego nos afirma cl fracaso de la liben'ad. ¿Pero qué libertad? También aquí seolvida, de calificarla . IIa fracasado, en efec-to, el concepto del humanismo de "que elhombre es el centro espiritual del mundo, "y el concepto de la Revolución Francesa y delidealismo filosófico de que el hombre es unfin en sí y no un mero instrumento . Ha fra-casada la. realización ele esta, idea, pero nola idea misma . Cuando el hombre tuvo la ideade volar y fracasó en sus primeros vuelos, anadie se le ocurrió declarar fracasada la ideani proponer que so renunciase a ella y a lalocomoción !a. vapor, sustituyéndola por ladiligencia . Confundirnos idea y realización.Fracasó el Renacimiento como realización : elhombre, lejos de pasar al centro espiritualdel mundo, siguió siendo siervo como en laEdad Media, a pesar del cristianismo—otrarealización fracasada—, como antes había si-do esclavo, a pesar del helenismo. Fracaséla Revolución Francesa en el sentido de queel hombre no logró ser fin en sí, sino medioeconómico, instrumento mecánico, carne decañón de la industria . Pero' estos fracasosno nos autorizan arepudiar la idea que palpitaba en ellos, ni a retroceder en- el timo.pos-la Historia, como los ríos no puede re-montarse a sus fuentes— ; nuestro deber escompletarlos, ,perfeccionarlos en una accióninfinita. Este es el sentido de la libertadun ensayo incesante y eterno para realizarla.Fracasa la libertad histórica, fracasan las for-mas históricas de la libertad : la de la eivili-ración antigua, que se funda en la eselavi'l:ud ; la de la Edad Media, que se funda enla servidumbre y la arbitrar iedad ; la de laedad moderna, la forma capitalista de la libertad, que crea un poder ilimitado, anár_quico para . una minoría, los más audaces yaventureros y los menos escrupulosos, y unaexplotación criminal para, la inmensa mayo'ría .

Poro el principio de libertad no puede fra-casa r , es imperecedero . Lo dice el propioMaeztu : " Como el hombre no es un autó-mata, privarle en circunstancias normales desu libertad para buscarse su vocación entrelas profesiones consideradas necesarias seríadestruirlo, y también se lograría su destruc-ción si se le obligase a . desempeñar su fun-ción de un modo automático . En estos dossentidos, la libertad personal no es tan sólolegítima, sino necesaria, porque ninguna. so_

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TRABAJOS NOTABLES

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cied.ad puede subsistir largo tiempo si no seajusta a la naturaleza del hombre, que eaincompatible con el automatismo . Con estonp decirnos sino que todas las leyes deberántener en cuenta el hecho de que el hombreno es una máquina, sino un agente libre . "¿Dónde está, pues, el fracaso del principiode la libertad? Ha fracasado la falsa libentad, como ha . fracasado la falsa democracia .;pero no los principios, que son inmortales einagotables.

Socialismo y sindicalismo

Viene, en fin el principio de la función,la organización de la sociedad por gremios oprofesiones, y el «honrar » a cada uno segúnsus «méritos», pero «pagarle » según sufunción » , esto es, su trabajo, como en el ejér-cito : Y a quien no quiera trabajar, desem-peñar función alguña, la exclusión, el traba-jo obligatorio o el castigo . De acuerdo. Loextraño es que í\Iacztu no vea enlace entreeste tipo de sindicalismo y el socialismo, parajuzgar al cual toma prestado de Hilarlo Bellocel concepto vulgar de Estado Servil . "Esposible, todo depende de las circunstancias,---dice Maeztu—que en ese régimen (socialis_ta) alcancen los trabajadores, por de pron-lo, mayor seguridad y bienestar que los quetienen ahora. Pero no habrán hecho más quecambiar de amos y de forma de gobiernoIras burócratas y los agitadores reemplazarána. los capitalistas ; el poder político al podereconómico ; el actual Estado se verá sustituí-do por el Estado Servil ." Y, por qué todoesto? El socialismo presupone la democra-cia, y ésta podrá elegir a quienquiera, buró -cratas, agitadores o técnicos, y revocar, emm-do quiera, los cargos . El socialismo no pre_supone necesariamente un Estado del tipovigente ; la idea del socialismo no viene delEstado, sino de la. sociedad, y lo que el so-cialismo quiere no es que el Estado sea om-nipotente, sino que lo sea la sociedad y, siestá organizada en gremios, la sociedad o fe-deración de gremios . El socialismo no exclu -ye el sindicalismo, antes bien le supera, en e¡sentido de que es partidario de que los ins-trumentos de producción y cambio no seanpropiedad de cada sindicato, sino de todosen común, de la sociedad entera . Esta socia_lizaeión de la propiedad constituirá el socia-lismo sindical.

¿El hombre o las cosas

Pero la parte más grave de «La crisis delhumanismo» es la fundamentación del prin-cipio funcional . Los hombres se asocian enlas cosas . IIay que afirmar "la primacía de

las cosas . " " Ha de sacrificarse la persona-lidad ." IIe aquí unas afirmaciones peligrosas y, para nosotros, inaceptables . La aso-ciación no es para el hombre ni el hombrepara la asociación ; ambos son para los «uni-versales», que según Maeztu se llaman Ver-dad, Justicia, Poder, Amor . Decimos que es-ta - subordinación del hombre es en extremopeligrosa . Pues ¿cómo sabremos descubriresos valores en cada caso°? En una ocasión,Maeztu pretende que esos valores tienen exis -tencia propia : " Así como en el mundo dela lógica la verdad es verdadera, indepen-dientemente de nuestros juicios, así las co-sas son buenas con independencia de que nomejoren . " (Pág. 173) . En otra ocasión ha-ce depender su existencia de nosotras : " Es-tos problemas (de valoración) no pueden re -solverse sino con mediciones y ponderacionesde infinita delicadeza, `porque no contamoscon otro instrumento de medida que nuestropropio juicio, falible per esencia y empañado,además, por las pasiones ." (Pág. 345).

Precisamente porque es falible nuestro jui -cio y no tenemos otro instrumento de valo-ración, es inaceptable la primacía de cosas ovalores de determinación difícil ; cuando noimposible, sobre el hombre . Nos asociamospara el Amor ; pero hay amores que matan.Nos asociamos para el Poder, la Verdad y laJusticia ; pero en nombre de alguna de esaspalabras se da la cicuta a Sócrates, se cru-cifica al Cristo, se quema a Giordano Bruno,se persigue a Galileo y a tantos otros hom-brse cuyas ideas sufrieron conflicto con losdogmas e intereses de la sociedad circundan-te y actual . ¿Y no fué una herejía científieala expedición de Colón? ¡Cuidado con elhombre! Está por encima de todo, es centroespiritual del mundo, fin absoluto en sí . Esehombre que padece conflicto con su asocia-ción, con su sociedad, con su patria—con laVerdad, la Justicia, el I'oder y el Amor talcomo la mayoría los entiende—puede ser de-positario ele verdades insospechadas y de in-sospechadas visiones del poder, el amor y lajusticia . ¿Le aniquilaremos, le esclavizare-mos?

La exaltación del hombre

Hay que afirmar exaltadamente el valordel hombre, el lumia ni sino . Si es presuntuo -so porque tiene conciencia de un mérito po-sitivo, ¿qué importa? Si lo es sin fundamen-to, en su tontería lleva el merecido castigo.Justamente, lo que ha faltado hasta ahoraal hombre ha sido sentimiento de su digni-dad . Siempre ha sido esclavo de algo, de una

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«CUASIMODO », MAGAZINE INTERAMERICANO

religión, de un látigo, de un Estado injusto.Y todo lo ha sobrellevado con paciencia . Elhombre se debe a una serie de asociaciones:su familia, su profesión, su sociedad de arteo ciencia, su nación ; pero todo esto no consu -me sino una parte mínima de su personali-dad. El resto pertenece al universo, al infi-nito, a la eternidad, a lo ilimitado . t Quiénpodrá privarle de esta libertad de ciudadanodel cosmos? Persígaselo como parásito, porsu dignidad y por la ajena . Pero no se re-baje su valor. Sólo acrecentando indefinida_mente el valor del hombre—el valor de los

valores, Dios humanizado u hombre divini-zado—, sólo suscitando en cada hombre laconciencia de su divinidad y de la divini-dad del prójimo, será respetuoso el poderrespetable la verdad, abnegado el amor y ver-dadera la justicia, y desaparecerán la tiranía, la injusticia, la arbitrariedad y todas lasmaldades basadas en el menosprecio del hom -bre. La teoría de Maeztu, con su 'renunciaa la personalidad, podría 'llevarnos a una ci-vilización como la china, o a una sociedadhumana tan estéril y terrible corno algunascongregaciones religiosas.

Lo que opina Azorín

La derrota de Clemenceau

[Do "El Tiempo" de Colombia]

Clemenceau había además echado sobre sígraves compromisos para lo porvenir. Aludi-rlos a la cuestión de l .tusia . Días antes de laelección presidencial, Clemenceau había de-clarado en un acto público que Francia notrataría jamás con Rusia . Elegido Presidentede la República Clemenceau, de qué maneraiba a resolver el problema ruso? El proble-ma ruso preocupa hoy a toda Europa . Fran -cia tendrá que tratar con la República delos Soviets, y Clemenceau se había negadoterminantemente a ello . A la hora en que es-cribimos estas líneas, la República socialis-ta se va consolidando en Rusia . El ininistroruso de Relaciones Exteriores acaba de pu-blicar un manifiesto dirigido a los obreros detoda Europa, llamándoles la atención sobre elhecho de que los países aliados no quierentratar con Rusia . Entre todas las nacionesaliadas, Francia es la que procede con másfalta de lógica en este asunto . Es preciso re-cordar que todas las naciones europeas trata-ron con la Francia revolucionaria a fines delsiglo XVIII . En España, la prensa de la de-recha y aun gran parte de la prensa libe-ral (por no decir toda) se alborota y escan-daliza ante la posibilidad de 'que nuestropaís tuviera que reconocer la República ru-sa. Escritores que presumen de muy avan-zados hay aquí, que escarnecen y ponen enridículo el esfuerzo del pueblo ruso por li -brarse de la ominosa servidumbre anti-gua y crearse una vida nueva . Los tales lite-ratos y publicistas, que presumen de libera-les olvidan la historia de su propio país . Conla Francia que acababa de decapitar a sus

reyes, celebró nada menos que una alianzaofensivo- defensiva la monárquica España .;hablamos de la alianza del 19 de Agosto de1 .796 . El artículo 3o. de ese tratado de agos-to dice así : "En el término de tres mesescontados desde el momento de la requisición,la potencia requerida tendrá prontos y a dis -posición de la potencia demandante, quincenavíos de línea, tres de elles de tres puentesy <le ochenta cañones y doce de sesenta asetenta y dos ; seis fragatas de una fuerzacorrespondiente, y cuatro corbetas o buquesligeros, todos equipados, armados, pros istosde víveres para seis meses y de aparejas pa-ra un año. La potencia requerida reuniráestas fuerzas navales en el puerto de sus do_minios que hubiere señalado la potencia de-mandante." El artículo 5o . de esa alianza,concluida entre el Rey de España y el Di-rectorio ejecutivo francés, añade también losiguiente . " La Potencia requerida aprontará igualmente, en virtud de la requisición dela potencia demandada, en el mismo término(le tres meses, contados desde el mementode dicha requisición, 18,000 hombres de ip-fantería y 6,000 de caballería, con un trende artillería proporcionado, cuyas fuerzasse emplearán únicamente en Europa o en de-fensa de las colonias que poseen las partescontratantes en el Golfo de México ."

De todo esto se deduce una lección elocuen-tísima ; ténganlo presente los aludidos lite-ratos y publicistas . Se deduce que en 1796el rey de España, el jefe del Estado máscatólico y monárquico che Europa, se obliga-ba a defender con sus barcos y sus ejércitosal pueblo que acababa de realizar una de lasrevoluciones más grandes de la historia . NiFrancia ni España pueden negarse a tratar

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FIGURAS DEL PROSCENIO

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con Rusia ; todos los gobiernos de Europatendrán que tratar con Rusia. Ya ha comen-zado a tratarse, en el terreno económico, conlas sociedades cooperativas rusas, cooperati-vas que se iniciaron en 1865 y que cuentanhoy con veinticinco millones de adheridos.Pero el pueblo ruso protesta de esta limita-ción y pide que los tratos se extiendan 'leal-ynoblemente a la nación entera . Se dirá quela revolución rusa no es lo que fue la revo-lución francesa . Naturalmente! En eso esta-mos ; de la misma manera que el siglo XVIIIno es el siglo XX. La revolución francesa fueel triunfo de la burguesía y la revoluciónrusa el triunfo del proletariado ; en eso es-triba la diferencia . Un fenómeno social quese repite en la historia, se repite siempre conel matiz peculiar que le da el progreso hu-mano. Poca enseñanza podría proporcionar-nos la historia si en la repetición de los fe-nómenos sociales quisiéramos ver una iden -tidad absoluta y no añadiéramos las varian -tes que los tiempos imponen.

La segunda gran revolución[De "Le Prense" de Buenos Aires]

Vivimos en España en un período de re-vueltas y de turbulencias. Las huelgas se su-ceden unas a otras ; los patronos se confede-ran y despiden en masa a los obreros ; cadadía surgen nuevos conflictos ; se encarecenpor momentos las subsistencias ; las grandescompañías ferroviarias (que cuentan con mi-nistros y ex-ministros en sus consejos de ad-ministración) piden periódicamente aumentosen sus tarifas ; protestan ruidosamente lasCámaras de Comercio, los industriales y la-bradores de toda España, y la prensa (soli-citada por asuntos de mayor interés) apenasprotesta de las demandas de esas grandes em-presas ferroviarias . Los gobiernos son efíme-ros ytransitorios ; dura, el que más, cuatro ocinco meses ; viven de transacciones con larebeldía, sin fuerza para imponer el orden . ..Perdonen mis compatriotas, los españolesque residan en la Argentina, el que yo hayatrazado este cuadre un poco sombrío ; perome he detenido a tiempo. Si en medio de es_ta anormalidad sucediera algo de excepcio-nal, ya el telégrafo lo comunicaría a los lec-tores de «La Prensa».

Yo no quiero entristecer a mis buenos ylejanos compatriotas . Necesitaba hacer estasindicaciones, corno punto de apoyo para loque voy a decir . Los tiempos son de conmo-ción profunda en España y en toda Europa ..En Francia, en Inglaterra, en Italia, sucede

lo que está sucediendo en España . Los sínto -mas revolucionarios son todavía más gravesen esos países que en España . El proletaria-do de Europa entera se halla en vivísima efer -vescencia de rebeldía . Se preocupan publi-cistas y políticos del fenómeno socia] que seofrece a sus ojos ; se imaginan soluciones par-ciales ; se arbitran reformas y mejoras pasa-jeras ; se intenta reconciliar antagonismosirreducibles ; se apela a la represión y a laviolencia . No discutimos todos estos procedi -mientos, unes pacíficos y otros de concordia.Lo que a nosotros nos parece, sencillamente,es que a la llora presente, por políticos y porpublicistas, no se considera el problema des-de un punto de vista alto y desapasionado.El observador debe guardar una perfectaecuanimidad ante el espectáculo que ofrecenobreros y propietarios.

Lo que ocurre en la actualidad en todaEuropa es un fenómeno perfectamente lógi-co y natural . Abramos la historia ; veamoscuál era la vida y cuáles eran las condicio-nes del trabajo en el siglo XVII, por ejem -plo . Hace tres siglos un taller era como unhogar familiar ; las artes mecánicas no po -dían ser ejercitas libremente por todos losciudadanos ; cada oficio tenía su gremio, yen cada gremio no se admitía. al artesanosino después de repetidas pruebas de perita-je. El maestro consideraba a sus oficiales yaprendices como una familia . El lector segu-ramente recuerda todos estos detalles . Unnovelista, Jerónimo de Alcalá, nos pinta en«El Denado hablador», la vida de taller delos célebres pelaires de Segovia.

Pero todas estas trabas y restricciones altrabajo tenían que desaparecer y desapare-cieron. La transformación la realizó el des-cubrimiento del vapor. Hemos de advertir.sin embargo, que paralela o casi paralela-mente a la revolución industrial . se estabarealizando la revolución política . El trabajofue declarado libre en 1879 . La Revoluciónfrancesa había sido preparada por los peersadores del siglo XVIII ; estaba cargada laatmósfera de Francia (y, en general, de todaEuropa .) de las ideas de Rousseau, de Vol_taire, de Diderot, etc . Ya los ánimos en estadisposición, muertas en las conciencias las vie-jas ideas, las viejas instituciones, Franciacomenzó a tocar el resultado de una políticaeconómica desastrosa . No podía decirse quehabía presupuestos generales del Estado;el Estado era el Rey y eran los tres. o cuatromil nobles que con él vivían ociosamente enVersalles . El más terrible desorden reinabaen la recaudación y en el empleo de los tri-

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«CUASIMODO » , MAGAZINE INTERAMERICANO

botos. Labradores, indústriales y comercian- La Revolución francesa cerró en Europates (es decir, el Tercer Estado), trabajaban una era vieja y abrió otra nueva, El obréropara el rey, para la nobleza y para el clero. estaba ya libré (le lis antiguas trabas y lasPoco a poco fué acumulándose un enorme condiciones del trabajo eran otras ; pero quiendéficit en el presupuesto ; los mantenimientos había vencido en la Revolución era la bur-más indispensables para la vida subieron ex- gue.sía, no el proletariado . Ya el 6 de juniohorbitantemente de precio . El malestar pú de 1791, en el Campo de Marte, la burgue-blieo fué agravándose de día en día .

sía ametrallaba al pueblo, a los obreros, queCuando el 5 de Mayo de 1789 Luis XVI realizaban una manifestación . El trabajo era

reunió los Estados generales puede decirse libre ; las antiguas barreras de los gremiosque en la conciencia de todo el país había aca_ habían caído . La aplicación del vapor a labada un régimen caduco, para dar paso a una industria y a la locomoción habían (le coas-nueva vida nacional . Los hechos lo demos- plementar en breve la revolución política . Lastraron en unas semanas de una manera con- máquinas y las locomotoras significaban lacluyente . Poco es el tiempo que va del 5 de posibilidad de la producción y del transpgrtemayo al 4 de Agosto ; y, sin embargo, ya en en cantidades gigantescas . Con las máquinasla noche de este último día la nueva Eran- .Y con los caminos de hierro surgían las gran

-Oh se reveló a todos: la nueva Francia que des muchedumbres obreras ; el obrero ya nosignificaba nua nueva Europa. Tenía el rey era el ciudadano, el convencido, que vivía enconciencia del ambiente espiritual de su país constante comunicación afectiva con el dueñoal convocar al Parlamento? Luis XVI canta- del pequeño obrador o del pequello taller.ha entonces treinta y cinco años ; era de un El obrero era ya como una pieza de la má_carácter inconsciente, veleidoso ; no sentía in- quina complicada que " él ponía en movi-terés verdadero por nada ; fluctuaba entre miento ." La separación entre los grandes in-las más opuestas tendencias ; oía a Necker, dustriales y las grandes masas obreras erasu gran ministro, y era un hombre liberal . completa. Para que laseparación fuera mástolerante y humano ; oía a su mujer, María efectiva, el obrero ya no sabía casi ni deAntonieta, la austriaca, y se volvía de pron . quien era la fábrica ; el dueño estaba en _de

partidario de la política conservadora y filas partes y no estaba en ninguna . No teníade. la resistencia . Uno de los diputados del realidad tangible . El dueño era una porciónparlamento que se acaba de reunir, represen .- - de seres invisibles, una porción de pedazostanta del Estado Llano, pintaba al rey en de papel que se llamaban "acciones ." Con eluna. frase, diciendo : "El rey es un hombre vapor, y más tarde con la electricidad, la fin-que se pasa la vida afirmando por la. noche dustria. entera del mudo se unificó y se con-10 que se ha. equivocado por la mañana ." federó. De articulaciones y de nexos paraContra el parlamento que se acababa de rail- esta confederación universal servía la altanir, existió desde el primer momento una banca . La alta banca. cubría el mundo ente.-abierta hostilidad por parte del rey y de la ro de una red utilísima y formidable. Paramuchedumbre de sus cortesanos . Puestas las el capital, no había patrias, ni lenguas, nicosas en este tono, no se podía llegar a ningu- religiones.na solución satisfactoria . El rey caminó de Su dominio era universal ; por encima deresistencia en resistencia (y los parlamenta- las fronteras los capitalistas de todo el pla-nos de rebeldía en rebeldía), hasta la catás- neta se entendían cordialmente . Grandes com-trofe final . Surge la duda de si la revolu- pollas o tal vez un solo hombre (como losción se hubiera evitado con una política sa- llamados reyes del petróleo, del hierro o delbia y discreta por parte de Luis XVI . No trigo) podían hacer en u n momento Tu;sabemos lo que hubiera ocurrido ; pero nos los precios de las cosas cambiasen, encare-inclinamos a creer que más tarde o más ten)- ciando la vida, o que en un instante sufriesen.prano, al fin se hubiera llegado a donde se alteraciones los valores bursátiles, llevandollegó . El rey carecía en absoluto de sentido la . ruina a millares de familias.político, y acabó por entregarse canpletamen- La internacionalización de la industria, delte a María Antonieta. Es interesante ver có capital, era cosa evidente . Antes de que seu« o en la historia de la . Revolución van su crease la. primera Internacionnal Obrera, ya elcediéndose los hechos cada vez con un ma- capitalismo se había internacionalizado . ¿Quéyor carácter de hostilidad hacia el rey, Tris hacía entretanto el obrero?mero, por parte de los parlamentarios en los Las muchedumbres obreras estaban entre-Estados generales, en la asamblea nacional gadas a sí mismas ; fueron viendo que sicen el juego de pelota, y luego por parte del tenían más salvación que en sí mismas ; enpueblo .

sus manos estaban las mágina .s y estaban los

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TRABAJOS NOTABLES

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transportes del mundo entero . Esas máqui -nas de un tan complicado mecanismo, tandelicadas, tan precisas, productoras de todaslas maravillas modernas, ellos las regían ygobernaban . . . Surgió en Europa una de lasguerras más terribles que ha padecido la hu_inanidad : quizá la más asoladora de todas.El proletariado fué a las trincheras y allípeleó heroicamente . Han peleado todos, aris-tócratas, burgueses y pueblo ; pero es nece-sario decir que el proletariado ha sido quienmás sangre ha derramado en la lucha . Ha he-cho algo más el proletariado . La guerra hasido en parte, en gran parte, una guerra deproducción industrial . Las fábricas han juga-do tanto papel en la lucha como los ejércitos.Se puede decir que la victoria la ha dadotoda esa multitud de fábricas que por todoel ámbito de los países aliados, trabajaban(lía y noche en producir municiones y per-trechos para la guerra . Y era el proletariadoquien trabajaba en esas fábricas y llenabaesos talleres.

La guerra ha venido a ser, pues, para elinundo obrero, como una revelación de todasu fuerza y toda su inteligencia. Ha sido co-mo esos ingredientes que, echados en un lí-quido, producen un cierto precipitado quími-co . Añádase a esto (como sucedió en los añosque precedieron a la Revolución francesa) elmalestar y el trastorno económicos. La pari-dad entre los tiempos actuales y aquellos aque nos estamos refiriendo, es verdadera .mente prodigiosa . Y las mismas causas, mo-rales y materiales, amenazan producir idén_t.ices efectos . El mismo año de la eonvoeato ..rid del parlamento por Luis XV1, en 1789.uno de los diputados, Sieyes, resumía de es-te modo, en un opúsculo famoso, las aspira-ciones de la burguesía : " ¿Qué es el tercerEstado? Todo . ¿Qué ha sido hasta el presen-te en el orden político? Nada. ¿Qué es loque pide? Ser algo ." Si esto se decía en elmismo año en que comenzó la Revolución fran -cesa, como resumen de las aspiraciones dela burguesía, esto mismo puede decirse hoy,como resumen de las aspiraciones del prole-tariado.

El problema es este y no otro . Todas lasreformas, mejoras y soluciones que imaginenlos gobiernos y los jefes de Estado, seráninútiles, si ese problema no se aborda en sus

términos exactos y claros . El proletariadoes hoy un poder político ; pero un poderpolítico no reconocido, un poder político queno alterna con los demás poderes del Esta-d ; y mientras ese poder no sea recooncido,y tenga su efectividad en la vida nacional,las luchas y las violencias no terminarán.Hace poco, una personalidad española de-cía, hablando del problema social en España,problema reflejado con más gravedad que enninguna otra parte en Barcelona:

" Barcelona ha llegado al límite del mal,y es de creer que la reacción de aquel pue-blo sea la mejor garantía de que ha de lle-var el remedio al imposible estado presente.Sólo la observación de cuanto está ocurrien-do de algún tiempo a esta parte, obliga aconsiderar que ya no hay partidos políticosen una ciudad o en una nación donde lascosas llegan a tal extremo. No hay más quedos grupos : uno, que desea lo ajeno, inten-tando su obtención por cualquier medio, yotro, que defiende lo que es suyo porque loconquistó con su propio esfuerzo."

Comprenderá el lector que el problema nopuede ser planteado en estos términos, entérrninas de posesores por un lado y de usur-ladores por otro. Puestas las cosas en eseterreno, habría, que remontarse hasta inves -tigar los orígenes de los estados actuales dedesecho ; y de lo que sea un «hecho jurídico»,ya hablan con bastante claridad los más mo-dernos tratadistas y filósofos.

El autor del párrafo que acabamos de ci-tar es nada menos que el jefe del partidoliteral-conservador. Son significativas esaspalabras, porque representan toda una mo-dalidad en la manera de apreciar el granproblema actual . No ; ese problema no pue-de ser planteado de ese modo. Como en 1789faé reconocido el poder político de la bur-guesía, ahora toda la cuestión estriba en quesea reconocido el poder político del prole-taria do . Si los gobiernes del mundo entero.si los jefes de Estado del inundo entero, notienen capacidad y corazón bastante para aco -meter esa maga obra, iremos fatalmente.arrastrados por las fuerzas más profundasde la historia, a la segunda de las grandesrevoluciones modernas

AZORIN

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El problema social .—Coloquio de sobremesaRAMON PEREZ DE AYALA

(De "La Nación- de Buenos Aires)

En un lindo y apacible hotel campestre,un domingo por la tarde, después de unaexcursión en automóvil, llegando cada cualpor su lado, hemos venido por ventura a reu-nirnos varios conocidos y amigos . Todos sonnorteamericanos, menos yo . Hay algunas se-ñoras. Estamos en una región en donde abun_dan fábricas de acero . Actualmente, cientosde miles de obreros de la industria de acerose hallan en huelga. Uno de los amigos pre-sentes es accionista y alto empleado de unade las fábricas.

Después de comer hemos salido al atrio.Fumamos, zarandeándonos en mecedoras . Lamecedora es una institución nacional en losEstados Unidos . Ha brotado la conversaciónde la cuestión social.

Uno me ha preguntado cómo iban las co -sas en España . Le respondo que como en to-das partes, nada bien ; pero desde luego me-jor que aquí, pues en España se puede vi-vir y aquí no se puede vivir, los presentesse muestran conformes ; pero noquieren creerque en España no estén peor las cosas . Siem-pre que hablo con un norteamericano recibola misma sorpresa . Si hablan de los EstadosUnidos, confiesan que no se puede estar yapeor de lo que se está. Pero si se mientanlas naciones extranjeras, salen con que to-das se han echado a perder y la única quese conserva incólume y paradisíaca son losEstados Unidos . Me preguntan qué jornalesganan los obreros en España, y cuando selo digo, sonríen con desdén, como indicando:qué jornales indecentes y qué país míseraole! Pero cuando hablan de los jornales queganan aquí los obreros, se ponen iracundos ydicen que a los obreros debe tratárseles apalos, como hacen en otros países.

Hablan ahora, con rabicunda pasión, delproblema social . Qué quieren los obreros? Lamayoría de los presentes declara ingenua•mente que no se sabe lo que quieren los obre-ros . Uno indica que piden imposibles, comoun niño que se antoja por la luna„

—No le parece a, usted?-me interrogan.—De un niño que pide la luna—respondo-

no se puede decir precisamente que no - sesabe lo que pide. Lo que hay que averiguares si los obreros piden el imposible de laluna, o, por el contrario, tienen los ojos pues_

tos en bienes de la tierra . Si los obreros pi_dieran, en efecto, la luna., se me figura quea ustedes no les preocuparía gran cosa.

—Mire usted--me advierte uno—la situa-ción en los Estados Unidos es muy clara.El obrero norteamericano es razonable y pa -cífico . Toda la complicación se origina deunos cuantos agitadoras y secuaces extranjeros a los cuales se debía inmediatamenteencerrar en un , calabozo, expulsar o pegarcuatro tiros.

A primera vista parece que yo sólo soyel extranjero ; pero . ..

Uno ele los presentes lleva apellido inglés,otro francés, uno italiano, cinco alemanes_dos holandeses, uno polaco . uno judío. To-dos, menos uno, son norteamcrieanos de lasegunda o tercera generación, tan norteame-ricanos como puede ser podenco un perrobuldog, hijo de perro y perra buldogs in-gleses, que ha nacido en España.

—Ello es—dice uno—que los cien milobreros del acero en huelga son casi todosextranjeros no nacionalizados.

-Lo cual demuestra—observo—que sin elconcurso del trabajo extranjero la . industrianorteamericana del acero no hubiera alean .vado tan extraordinario desarrollo y pros'r-eridad. Por qué hay tanto obrero extranjaro en la industria del acero y en las demásindustrias norteamericanas? Sin duda por-que no hay bastantes obreros norteamerica-nos.

—No es eso—me corrige uno—sino que elobrero extranjero está acostumbrado a vivirmiserablemente y se conforma con jornalesmás bajos que el obrero norteamericano.

—Pues entonces—digo—es de alabar queel obrero extranjero se haya cansado de vi-vir miserablemente y aspire a ganar jornalesparejos a los de su camarada el norteameri•cano.

Una señora muy «chic» metió la cucha-rada:

—Los obreros ganan más de lo que nece-sitan. Ya no se puede ir al teatro, porquesucede que en la butaca de al lado está acasoun obrero sucio y ordinario . Esto es horri-ble.

El individuo que lleva apellido inglés, has-ta ahora callado, contesta a la dama ;

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TRABAJOS NOTABLES

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—Señora mía : lo que desean los obreroses justamente dejar de ser sucios y ordinaríos, para que no tenga usted ocasión de la-mentarse de su vecindad. Aparte de que suqueja es muy peligrosa .. Vea usted como la hanatendido en Rusia : allí ahora, los obreros seacomodan en las butacas y las señoritas enla cazuela, para que no se quejen de promis-cuidades.

—Pero, en resolución, qué pretenden lesobreros?

—Pretenden, supongo—dijo el individuode apellido inglés—vivir mejor, ascender encategoría . social, para lo cual, claro está, ne-cesitan trabajar menos horas y ganar másjornal . Es lógico y justo que, puesto queellos crean la riqueza, participen en los be-neficias.

—Elles sóle-s—ataja uno—no crean riqueza. Tanto corno el trabajo mecánico, crean lariqueza el genio científico, el talento financiero, el capital . ..

—Ruano : si todo eso es «tanto» como eltrabajo, quiere decir que al trabajo le co-rresponde el cincuenta por ciento de los be-neficios de la riqueza . industrial—respondeel individuo de apellido inglés.

--Y cómo se calcula ese 'cincuenta porciento?—inquiere el accionista.

--hln mi fábrica el costo de la primeramateria y de los jornales representan elochenta por ciento del precio del artículoelaborado.

—Pues el cálculo es bien claro—respondeel otro—al obrero le corresponde el cincuen-ta por ciento de ese veinte por ciento queresulta entre el costo y el precio del artí -culo, o sea en la utilidad . Y esta es unaproposición muy conservadora , porque . ..

-1r el capital—interrumpe el otro—no hade recibir sino el diez por ciento? Nadie soPodría hacer rico . ..

—Porque—prosigue el primero—la. pro-posición más radical de algunos obreros esque el capital no debe existir, porque no esnecesario ni lícito . La diferencia entre el cos-te y el precio se llama : «plusvalía» . El capi-tal se amasa con «plusvalías» . Si se suprimela «plusvalía» automáticamente so suprimi-ría el capital, el precio de los artículos des-cendería y los obreros serían los dueños delos instrumentos de producción.

—Eso es absurdo—claman varias voces.—Y dice una señora:---Es injusto y odioso que los obreros par-

ticipen en los beneficios. La responsabilidad

es del capital y al capital corresponden losbeneficios . Si el negocio va mal, el obrerocontinúa cobrando sus jornales . Los obrerosno tienen preocupaciones . El capitalista viveconstantemente preocupado, sin un instantede reposo u olvido.

—Las cosas no son exactamente como us -ted dice . Que los obreros carecen de respon -sabilidad financiera? No se les puede presen-tar esta objeción puesto que lo que ellos pi-den ea adquirir esa responsabilidad. Que siva mal el negocio, el obrero no sufre, no escierto, pues si un fabricante se arruina searruinan así mismo los obreros . Que el ca-pitalista vive preocupado? Jios obreros leresponderán que también vive preocupado eljugador ; que el capital y las finanzas sonni más ni menos que un juego de azar y queno hay por qué respetar, ni mucho menosvalorizar, esas preocupaciones e inquietudes.Los obreros desean caritativamente quitarpreocupaciones a los capitalistas.

---Pero usted es bolsheviki,—insinúan al-gunos.

—Nada de eso. No he estado expresandoopiniones propias sino ajenas, de los obre-ros, a fin de demostrar que el problema noes tan llano como ustedes se figuran . Pode-mos discrepar sobre si los obreros tienen ono razón, pero se nos impone admitir unhecho : que tos obreros poseen la fuerza y losaben.

—Pues a la fuerza se responde con lafuerza—replican varios.

—Mal sistema . El empleo de la fuerza enlos conflictos obreros es viejo y está desa-creditado . Los obreros han respondido inven_tundo el «sahotage». Si el problema sociales una guerra civil de clases, como queríarlara, entonces a mi no se me alcanza la so-lución . Tan nocivo es el abuso de fuerza, -osea, violencia, por parte del capital como porparre del trabajo . Los bolsheviquis han em-pleado la violencia, y la consecuencia ha sidoque los industriales han apelado al sabotajeburgués . El problema social es un problemade justicia y su solución ha de consistir en, ennililmio apacible de fuerzas contrarias.Nuestro deber es reconocer la entera porciónde ;justicia que asiste a los obreros.

Efe reproducido esta conversación porqueen ella se enunciaron a manera de coloquiosles diversos tópicos políticos y normas de;juicio con que el común de los americanosafrontan el problema social .