De Ayac Oquiyocux y Moyocoyatzin a Ipalnemohuani y …porlatradicion.com/Intrascendencia panteon...
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De Ayac Oquiyocux y Moyocoyatzin a Ipalnemohuani y Tloque Nahuaque.
La idea de la intrascendencia divina y de la totalidad en la tradicin nhuatl
prehispnica.
Un primer acercamiento
Homero Moreno Arredondo
Los indicios de frente al arcabuco breoso
Hemos ubicado en distintas fuentes como se ver un poco ms adelante una serie de
trminos en textos nahuas prehispnicos que podran considerarse como conceptos o que
expresan de algn modo la idea de intrascendencia divina y de totalidad. El corpus de
dichos textos es diverso: recopilaciones, cantares, proverbios, mitos, relatos histricos y
anales, as como el discurso pictrico de ciertas imgenes en cdices que bien podran tener
cierto indicio.1
Nos recuerda Len-Portilla que Mendieta, en su Historia Eclesistica Indiana, (t. I,
p. 95), le refiere como Moyucoyatzin. Agrega Len-Portilla, Seor que a s mismo se
piensa o se inventa. Y en el texto de Mendieta, seguida de la traduccin de Len-Portilla:
Ayac oquiyocux: nadie lo hizo o invent a l; Ayac oquipic: nadie le dio ser o forma.2
Estos dos ltimos conceptos nos parecen de gran relevancia para la idea de trascendencia,
1 Cfr. Bibliografa, como un ejemplo mencionamos muy someramente, en los antecedentes, slo dos
referencias: fray Bernardino de Sahagn y Fernando Alvarado Tezozmoc, sin agotar dichas fuentes. 2 Cfr. Len-Portilla, La filosofa nhuatl..., pp. 169-170. Y ello, evidentemente, tiene mucha semejanza con
Eyeh Asher Eyeh, que bien puede traducirse como Yo devengo lo que yo devengo o menos exacto Yo soy
lo que yo soy, Divinidad judeo-cristiana que implica (junto con otros nombres) precisamente los alcances
verdaderamente metafsicos en dicha doctrina, perdidos u olvidados al menos en la actual iglesia Apostlica y
Romana. Puede parecer inslito comparar dos religiones tan distintas como lo son la religin indgena
prehispnica y la religin cristiana, sin embargo existen esquemas arquetpicos que trascienden
frecuentemente las particularidades culturales para constituir modelos cosmognicos universales. Patrick
Johansson, Das de muertos en el mundo nhuatl prehispnico, en Estudios de Cultura Nhuatl, Mxico,
UNAM-IIH, vol. 34, 2003, p. 197.
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pues al ser inseparable de su esencia, y ya-siendo-siempre in illo tempore, conforman un
valor de la divinidad siendo la totalidad en s misma pues nada le est excluido.
Moyocoya o Moyocoyani El que se inventa a s mismo, o bien Moyocoyatzin o
Moyucoyatzin, Seor que a s mismo se piensa o se inventa; ratifican dichos preceptos y
engloban ya sea la intrascendencia ya la totalidad, o hay acaso alguna diferenciacin entre
ellos?
Tenemos adems a Huehuetotl, Dios antiguo o viejo tambin llamado Xiuhtecutli
Seor del ao o de la hierba; que por ser un dios antiguo y por su longeva edad, antecede
a buena parte del panten mesoamericano, es ciertamente un testigo fiel del
desenvolvimiento del devenir divino en Mesoamrica. Y por supuesto est Ometotl, el
Dios dual, conformado por un lado femenino y otro masculino: Ome ciuatl Dos veces
mujer, Ome tecutli o teuctli Dos veces seor. Dual no como una escisin sino como un
factor de reintegracin. Si nos concentramos en la pareja masculina y femenina observamos
la dualidad pero si nos enfocamos en el principio que los contiene este es no diferenciado.
No obstante simultneamente este principio y sus dos elementos dan vida a un ternario.3
Mencionemos tambin a Yohualli-Ehcatl, Noche, viento-invisible e impalpable.
Es esta una idea o concepto de la intrascendencia? Y de frente a los espaoles, es acaso
Tloque Nahuaque el dios que implica cierta idea de la Unidad? As es posteriormente
cronolgicamente hablando encontramos otras referencias meramente del pensamiento
postcortesiano? Tloque Nahuaque, Aquel que tiene todo en s, tambin in Tloque in
3 Es el Ternario y no el Binario quien es inmediatamente producido por la primera diferenciacin de la
Unidad. Es por tanto la fatal ilusin del Dualismo la que sustituye a la Unidad por la Multiplicidad, siendo la
dualidad una manifestacin propia del devenir, en todo caso una figura de trnsito.
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Nahuaque, El dueo del cerca y del junto, El dueo del cerca y lo que est en el anillo o
circuito o bien Tloque Nauaque el que est cerca de las cosas.4
Pero ciertamente, siguiendo a Sahagn, el arcabuco es breoso. Ubicamos como
un continuo entre el mundo prehispnico y el virreinal a Ipalnemohuani, Aquel por quien
se vive o Ipalyolihuani, Dios creador, aquel por el cual vivimos y a Ipalnemoani, Dios
creador, aquel que nos dio vida, referentes que tambin estudiaremos en el presente tema
de investigacin, pues de otra forma bien podramos extendernos con atributos ms o
menos secundarios: Titlacaoan o Titlacauan, Somos servidores; Yutl o Necoc Yaotl,
enemigo de ambos bandos, quizs Neaoalpilli o Yaotzin.5
En todo caso anotar que en este vericueto6 de dioses, encontramos al numen
civilizador mesoamericano por excelencia, al dios-hroe que se confunde a veces con el
hombre y otras con su gemelo nos referimos a Quetzalcatl, Serpiente de plumas de
Quetzal; y a su contraparte o contrabalanza, Tezcatlipoca-Tezcatlanextia, Espejo que
brilla o que humea, espejo que hace aparecer las cosas. Estas deidades quizs guarden una
cierta relacin en la cosmogona que refuerza la idea de la intrascendencia, pues de otra
manera el esquema no quedara claro al menos para el que escribe si no reflexionamos
en los alcances de frente a la idea de intrascendencia y de la totalidad respecto al ser de
todas las delicias y perdiciones de los dioses, nos referimos al hombre quien, en
Mesoamrica como bien sabemos y en otras latitudes o lares, se plante y cuestion sobre
4 Cfr. Ixtlilxchitl, Fernando de Alva. Obras histricas. 2 vols., Mxico, D.F., 1982. En este mismo autor
vamos a ubicar el concepto de Icelteotl. Fue el Dios nico realmente aludido o mencionado por
Nezahualcyotl o ms bien Ixtlilxchitl fue influenciado por la visin cristiana de los espaoles? 5 Todas las acepciones aqu enumeradas y otras ms sern parte central de un futuro trabajo, ests son las
primeras lneas indicativas de los propsitos posteriores de investigacin. Agregaremos al trabajo un
vocabulario con tales acepciones ubicadas en varios diccionarios reconocidos y autorizados, vase la
bibliografa. 6 1. m. Lugar o sitio spero, alto y quebrado, por donde no se puede andar sino con dificultad. Real
Academia Espaola (RAE).
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su estada aqu en la tierra y de lo perecedero de la existencia, plasm en flores y cantos ese
deseo tan ntimo que tiene casi todo ser de frente a la posible idea de trascender su propia
existencia.
Otros antecedentes muy dignos de tomarse en cuenta
Fray Bernardino de Sahagn comenta,
Y el dicho Titlacaoan tambin se llamava Tezcatlipuca y Moyocoyatzin y
Yaotzin y Ncoc Yutl y Neaoalpilli. Llamvanle Moyocoyatzin por razn
que hazia todo cuanto quera y pensava, y que ninguno le poda impedir y
contradezir a lo que hazia ni en el cielo ni en este mundo, y enriqueza a
quien quera, y tambin dava pobreza y miseria a quien quera. Y ms
dezan, que el da que fuere servido destruir y derribar el cielo, que lo hara
y los bivos se acabaran. Y al dicho Titlacaoan todos le adoravan y rogavan,
y en todos los caminos y divisiones de calles le ponan un asiento hecho de
piedras para di, que se llamava momuztli; y le ponan ciertos ramos en el
dicho asiento por su honra y servicio cada cinco das, allende de los veinte
das de fiesta que le hazan; y ans tenan la costumbre y orden de lo hazer
siempre.7
Es muy probable que una cierta Unidad teolgica, a menudo, haya pasado
desapercibida para los cronistas en la inmensidad del panten mesoamericano y que incluso
quizs haya permanecido oculta intencionalmente por parte de los informantes. Como en la
7 Sahagn, fray Bernardino de. Historia general de las cosas de Nueva Espaa. Edicin a cargo de Juan
Carlos Temprano, coordinacin de la coleccin Raquel Gmez. Editorial Dastin S.L., Madrid, 2003, pp. 280-
281. Todas las referencias de este libro han sido cotejadas con este otro: Sahagn, Fray Bernardino de.
Historia general de las cosas de Nueva Espaa. Con la Edicin a cargo de ngel Mara Garibay K.,
(numeracin, anotaciones y apndices). Editorial Porra (dcima edicin), Mxico, 1999.
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cita anterior al parecer las representaciones estn entremezcladas mencionando a muy
diversos nmenes, dioses y tal vez a una cierta idea de la Divinidad. Tal mezcla de cargos
y nombres se presentan varias veces,
Tambin sabemos por vuestra relacin que en todas estas tierras de esta
Nueva Espaa vuestros antepassados adoravan a un dios llamado
Tezcatlipuca o Titlacaoan, y por otro nombre llamado Yutl o Ncuc Yutl,
y por otro nombre Moyocoya o Neaoalpilli. Este dios dezan ser espritu,
aire y tiniebla; a ste atribuan el regimiento del cielo y de la tierra, y le
adoravan, reverenciavan y ofrecan como a hazedor y dador de todas las
cosas y de todos los bienes, y le rogavan por todas sus necesidades8
En el excelente estudio que realiza don Miguel Len-Portilla de la primordial obra
trabajada y rescatada por Sahagn, y siguiendo las anotaciones que realiza Alfredo Chavero
ubica referentes del puo y letra del franciscano, me permito anotar la siguiente,
Este mismo ao de 1579 se puso por apendiz de este Postilla, en lo vltimo,
vn tratado que contiene siete Collationes en lengua mexicana: en las quales
se contienen muchos secretos, de las costumbres destos naturales: y tambin
muchos secretos y primores desta lengua mexicana: y pues que este volumen
no a de andar sino entre los sacerdotes, y predicadores, no ay porque tener
recelo de las antiguallas, que en l se contienen, antes darn mucha lumbre
y contento a las predicadores del sancto Euangelio. 9
8 Op. cit., p. 99.
9 Coloquios y doctrina cristiana. Los dilogos de 1524 segn el texto de fray Bernardino de Sahagn y sus
colaboradores indgenas. Edicin facsimilar del manuscrito original, paleografa, versin nhuatl, estudio y
notas de Miguel Len-Portilla. Mxico, UNAM-Fundacin de investigaciones sociales, a. c. 1986, p. 35,
subrayado nuestro.
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Estos Coloquios son fundamentales pues es uno de los primeros testimonios del
contacto entre dos milenarias tradiciones, la cristiana y la mesoamericana. Gracias a la
paleografa del texto en castellano realizada por Len-Portilla podemos ubicar
innumerables conceptos y vocablos de la divinidad. Es cierto, la gran mayora de ellos son
de la tradicin cristiana llevados a una traduccin del saber nhuatl, y otros tantos son
conceptos de la lengua prehispnica trasladados al entendimiento de la lengua castellana,
pero en dichas traducciones e intercambio de ideas, vocablos y conceptos, no exista
previamente una cognicin de aquello que se deseaba comprehender y aprehender? Incluso
debemos de considerar la posibilidad de que aquellos hombres de la tradicin nhuatl que
se toparon con los espaoles no contaran ya con un conocimiento cabal de las cosas
divinas, pues efectivamente se nos advierte, De lo que agora tenemos pena es que los
sabios y prudentes y diestros en el hablar segn nuestra manera, que tuvieron cargo del
principado, son ya muertos; [] oyrades de su boca salutacin y respuesta muy
agradable; pero nosotros que somos baxos y de poco saber, qu podemos decir, [] no
tenemos su saber ni prudencia10
Ms adelante comentan estos prudentes hombres, a
pesar de su propia opinin, que mandarn llamar o los sacerdotes para que puedan ellos
responder convenientemente a los doce frailes sobre todo lo dicho acerca de su religin,
pues nosotros no tenemos cargo sino de cosas de la guerra y de los tributos y de la
justicia.11
Traen entonces a los totlamaceuhcahuan los que tienen a su cargo nuestro
merecimiento, y as continuarn estos dilogos. No obstante tales personajes, se
encuentran incluidos en la grave sentencia tenemos pena es que los sabios y prudentes y
diestros en el hablar segn nuestra manera, que tuvieron cargo del principado, son ya
10
Op. cit. p. 86, Captulo sexto, de cmo los Seores principales respondieron a los doze cerca da arriba lo
dicho. Subrayado nuestro. 11
bidem.
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muertos. Esos ya no estn cundo murieron estos hombres sabios y prudentes?,
constituyeron una tradicin?, dejaron a una lite al cargo de dichos conocimientos? De
ser as, tal lite pertenecera al cuerpo principal del gobierno mexica o se apartaron por la
influencia ejercida del imperio a travs del numen de Huitzilopochtli? Como sea, los
totlamaceuhcahuan afirman, haze tiempo sin cuenta quien tiene memoria de qundo ni
cmo comenaron aquellos celebres y sagrados lugares12
Uno de los primeros nombres
que utilizan en estos coloquios para referirse a la divinidad es el de Ipalnemohuani aquel
por quien se vive, .13
Dicho nombre se utiliza numerosas veces a
lo largo del dilogo que sostuvieron los doce frailes franciscanos y los totlamaceuhcahuan.
Pasamos muy rpidamente con otro autor principal, Fernando Alvarado Tezozmoc,
que nos indica, Que gobierne adems a los siervos y vasallos de los Tloque Nahuaque,
de Yaolli, Ehecatl, Yaotzin, Tezcatlipoca, y guarde al sacerdote, a Huitzilopochtli14
Resalta nuevamente el listado de nombres divinos y ciertamente el uso del plural que
antecede al concepto de Tloque Nahuaque. Siguiendo con este autor, Despus, durante la
noche, le habl Yoalli, el diablo, en sueos a Huitzilihuitl, [] Cuando Yoalli le habl
nuevamente en sueos, le dijo15
Por lo pronto todo parece indicar que Yoalli
corresponde a un mbito nocturno, al mundo de las visiones y de los ensueos.
No hemos agotado, ni lejanamente, las referencias de estas valiosas fuentes, las
hemos apuntado muy brevemente como un par de ejemplos del delicado tratamiento que
tenemos por delante. Igualmente la revisin de algunos autores del periodo virreinal as
12
dem, p. 89. 13
Op. cit. p. 91, nota al pie de pgina 46 de Len-Portilla, subrayado nuestro. 14
Tezozmoc, Fernando Alvarado. Crnica Mexicyotl. Traduccin directa del nhuatl por Adrin Len.
Mxico, UNAM-IIH, tercera edicin, 1998, p. 83. 15
Op. cit., pp. 92 y 94. Es claro que la referencia a el diablo es un recurso discursivo del autor para
justificar su fe cristiana ante los espaoles.
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como otros contemporneos. Aunque hemos de afirmar que no existe ningn trabajo
ntegro hasta donde hemos investigado que trate directamente el tema que nos incumbe,
ya sea en un libro publicado o a nivel de tesis. Lo que encontramos son referencias
colaterales, mismas que citaremos en nuestro escrito.16
---o0o---
Pasando con otro autor apoyado a su vez en varios mitos prehispnicos resaltamos que
los dioses surgidos de la mitad superior del cuerpo de Cipactli son calientes, secos y
luminosos; los que pertenecen a la mitad inferior son fros, hmedos y oscuros.17
No
obstante todos los dioses en realidad contienen una mezcla en diferentes proporciones de
esta agua ardiente o fuego lquido, siendo unos dioses un tanto ms calientes y otros
ms bien fros. La sustancia compleja de los dioses est conformada por cuatro
caractersticas: a. puede dividirse, b. puede reintegrarse a su fuente, c. puede separar sus
componentes y d. puede agruparse para formar un nuevo ser divino.18
De manera tal que podemos afirmar que todos los dioses estn integrados, por un
lado, de lo activo, lo celeste y lo masculino; y por el otro, de lo pasivo, lo subterrneo y lo
femenino; pasando a ser opuestos-complementarios, (a saber, es un proceso de
anagnrisis). De ah que en el panten mesoamericano dos dioses (o ms) sean nombrados
o reunidos en una sola esencia o materia sutil, por ende, de ah tambin el nfasis por la
dualidad mesoamericana, cuando sera ms conveniente verlos provenir a todos de una
16 Cfr. Algunas obras de Len-Portilla, Lpez Austin y J. Broda. Adems a Castelln Huerta, Blas Romn. Mitos cosmognicos de los nahuas antiguos en Jess Monjars-Ruz. Mitos cosmognicos del Mxico
indgena. Mxico, INAH, 1987. Ibarra, Laura. El origen de algunos dioses prehispnicos. Una Explicacin
desde la teora histrico-gentica, en Estudios de cultura nhuatl, IIH-UNAM, 1999, n 30 y Florescano,
Enrique. Sobre la naturaleza de los dioses de Mesoamrica, en Estudios de cultura nhuatl, IIH-UNAM,
1997, n 27; entre otros. 17
Lpez Austin, Alfredo. Tamoanchan y Tlalocan. Mxico, Fondo de Cultura Econmica, 1994, p. 25. 18
bidem.
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misma y nica esencia. Ya que es una clara imposibilidad hablar de dos esencias, pues ello
es tan absurdo como hablar de dos posibles principios o de dos unidades.19
Si ello no es
posible de entenderse en trminos, no digamos ya ontolgicos o metafsicos, sino
meramente lgicos, es intil la verdadera comprensin de cualquier panten antiguo y no
slo del mesoamericano.
Por su parte, el buen anciano, nos recuerda Patrick Johansson, es aquel que
Extiende para la gente el espejo agujereado por ambos lados20
y como veremos ms
adelante, esta imagen simblica del espejo agujereado guarda interesantes relaciones quizs
incluso metafsicas y que nos retorna a la idea de centralidad ya establecida. Ms all del
referente fsico anoto esta reflexin,
La lengua nhuatl permite una epifana de sentido sensible: con un impulso
afectivo el hablante encuentra el camino verbal de su expresin sin que el
lastre semntico de lo que se dice llegue a oscurecer la luz fontica de sus
componentes silbicos. El carcter polisinttico de la lengua gener
asimismo muchos parnimos. Espejos o espejismos sonoros, los parnimos
permiten al sentido fluir, huir o perderse en la dimensin sensible del
lenguaje.21
Este mismo autor nos dice, Tezcatlipoca humo del espejo, es [] la noche y el
viento (in yohualli in Ehecatl) lo impalpable, lo invisible, la difusin del ser en la noche
primordial; es segn lo indica Torquemada "el nima del mundo", la vida suprema (yoliztli)
19
Cabe hacer la distincin, aunque lgica y ya mencionada en este escrito, y que es omitida frecuentemente,
que es la Dualidad (del lat. dualtas, -tis), la existencia de dos caracteres o fenmenos distintos en una misma
persona o en un mismo estado de cosas y dualismo es un concepto que trata de justificar la paradoja anotada. 20
Johansson K., Patrick. Dilogas, metforas y albures en cantos erticos nahuas del siglo XVI, en
Literaturas Populares, Mxico, UNAM-IIFL, Ao VI, Nmero 1, enero-junio de 2006, p. 76. 21
dem, p. 79.
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del ser.22
Retomaremos este aejo confrontamiento entre Tezcatlipoca y Quetzalcatl en el
futuro captulo dedicado a la deificacin, donde veremos que el Mictlan, y los otros sitios
existentes para el ms all de la vida, indicaran que no eran una simple meta, sino en
ciertos casos, un traspasar, salir e ir allende sus fronteras, pues en realidad todo viaje
inicitico, incluido el de Quetzalcatl, se refiera a lo eidtico23
del alma. Tenemos entonces
que en los lugares de la muerte,
El movimiento espacio-temporal del astro rey, a la vez que estructura
cardinalmente el mundo, define asimismo los cuatro lugares donde van a
morar los difuntos: Mictlan o "lugar de los muertos" donde impera
Mictlantecuhtli, "el seor de la muerte", Tlalocan "lugar del Tlaloc",
Tonatiuh ichan "la casa del sol" morada de Huitzilopochtli, y Cincalco "la
casa del maz", regido por Huemac.24
Siguiendo al mismo autor anotamos, la unidad del ciclo solar en nhuatl o ao es
xihuitl, es decir xiuh-ilhuitl "luz de turquesa" (o del fuego). Por otra parte el dios del fuego
es Xiuhtecuhtli.25
Y en su nota de pie de pgina nmero ocho profundiza, El hecho de que
Xihuitl designe tambin la hierba es notable y proporciona al fuego, la luz y la hierba, el
denominador comn de "manifestacin" (generacin manifiesta).26
As es, para nuestro
anlisis identificamos a este dios, si bien primordial, por su aeja estada mesoamericana,
como parte inherente del quehacer manifestable y por ello quizs secundario. Pero tenemos
22 Johansson K., Patrick. Tezcatlipoca o Quetzalcatl: una disyuntiva mtico-existencial precolombina, en Estudios de Cultura Nhuatl, Mxico, UNAM-IIH, vol. 23, 1993, pp. 186-187. 23
(Del gr. , relativo al conocimiento). 1. adj. Fil. Que se refiere a la esencia. RAE. 24
Johansson K., Patrick. Das de muertos en el mundo nhuatl prehispnico, en Estudios de Cultura
Nhuatl, Mxico, UNAM-IIH, vol. 34, 2003, p. 168. 25
Anlisis estructural del mito de la creacin del sol y de la luna en la variante del Cdice Florentino, en
Estudios de Cultura Nhuatl, Mxico, UNAM-IIH, vol. 24, 1994, p. 98. 26
bidem.
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el hecho tambin de las bandas helicoidales entrelazadas, el tnalinalli, enlazadas
precisamente con el concepto hierba y por alguna relacin con Xihuitl?
Retomemos el concepto de Mictlan, pues es de ah que Quetzalcoatl numen
civilizador por excelencia arrebata, nos dice Patrick Johansson,
los huesos-jade (chalchiuhomitl) que atesora Mictlantecuhtli. Este
descenso al mundo de los muertos constituye por s solo una hierogamia
entre las fuerzas urneas y telricas del mundo. Las cuatro vueltas a la
"piedra redonda de jade" (chalchiuhteyahualco), es decir la unin
hierogmica de lo cuadrado (tierra) con lo redondo (cielo), crea no slo al
hombre sino tambin probablemente a lo que ser su espacio-tiempo en la
existencia: tlalticpac literalmente "sobre la tierra"27
La piedra redonda de jade (chalchiuhteyahualco), se ubica como central y como un
smbolo de pasaje, precisamente ah, en la regin por excelencia de las transmutaciones y
del quehacer sagrado (sacro facere o sacrificio). Que nos recuerda a tantas doctrinas que
establecen un altar central para la ejecucin de sus rituales; y al hombre, efectivamente,
como el intermediario entre lo celeste y lo terrestre. Es en definitiva una imagen que otorga
no slo una fuerza hierogmica, como bien lo apunta el autor, sino adems todo un ritual
creacional y cosmognico que ubica una centralidad como objeto de los pasos a ejecutar,
donde el redondo y verde jade ocupa un fundamental sitio.
En esta yuxtaposicin, [el autor viene comentando acerca de su traduccin
de chalchiuhteyahualco] el hueso se enlaza de un cierto modo con el jade y
esta asociacin tiene un alto valor simblico puesto que el jade representa,
27
La fecundacin del hombre en el Mictlan y el origen de la vida breve, en Estudios de Cultura Nhuatl,
Mxico, UNAM-IIH, vol. 27, 1997, p. 74.
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de manera universal, pero ms especficamente en el mundo precolombino,
un principio generativo y regenerativo. La costumbre de poner en la boca
del cadver una piedra de jade en los entierros de gente noble corresponde a
esta propiedad regeneradora.28
Tal idea la llevaremos en paralelo, como ya algunos se habrn podido imaginar, con
el concepto de chalchiuhtlicue, el jade ser un arquetipo de lo que puede ser el nacimiento
a su nivel ms profundo. En este contexto, el agua arquetpicamente femenina se vuelve
sangre masculina, (o agua de lluvia). La metfora chalchiuhatl "agua jade" connota adems
la sangre frtil del sacrificio.29
Debemos de suponer que en una idea de un binomio supremo se detena el
complejo panten mesoamericano? En trminos lingsticos pudiera ser que esta figura de
pensamiento hyase en otra figura de lenguaje como puede ser la concepcin de los
difrasismos en lengua nahua, siendo dos trminos que dan vida a uno tercero y por ende
metafrico. Tal figura del lenguaje conlleva la idea de una dualidad que encierra la esencia
de un tercer aplicativo y que, metafricamente hablando, bien puede encerrar la idea de un
concepto preclaro que contiene a ambos desde un principio, es decir, insistimos, la idea de
una figura de pensamiento que por mucho es jerrquicamente superior a cualquier figura de
lenguaje.
Las vicisitudes que se llegan a presentar
Ser suficiente argumento slido el decir que la Unidad divina no exista entre la
cosmogona nhuatl, afirmando categricamente que dicha concepcin y nombramiento en
28
Op. cit., p. 75. Tambin del mismo autor cfr. Das de muertos en el mundo nhuatl prehispnico, en
Estudios de Cultura Nhuatl, Mxico, UNAM-IIH, vol. 34, 2003, apartado, La mortaja. 29
bidem.
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diversas fuentes fuera una mera influencia del pensamiento occidental por estar plasmada
en cdices o manuscritos exclusivamente virreinales y no prehispnicos? Ante tal supuesto
bien podramos contra argumentar que la idea de los trece cielos y de un paraso, como el
Tamoanchan por slo mencionar un par de relatos mitolgicos, bien podran ser
supuestos lineamientos occidentales al encontrarse exclusivamente en fuentes posteriores a
la llegada de los espaoles, situacin hipottica que por supuesto no abalamos ni
sostenemos.
Los acontecimientos mticos que tendrn lugar en este paraso
[Tamoanchan] guardan una clara semejanza con los temas bblicos
correspondientes; sin embargo, es preciso aclarar que estos mitos formaban
parte integral de la ideologa del Mxico antiguo, y estaban siempre
presentes en todos los actos de la vida cotidiana y religiosa de los pueblos
nahuas, por lo que pueden ser considerados como parte de su
idiosincrasia.30
Tal premisa podra aplicarse por igual a otros conceptos hallados en, p. e., los
cdices Florentino, el Vaticano A y B, el Telleriano-Remensis, entre otros; o de lo contrario
cmo o quin estipula los criterios de seleccin de lo que es y no es propiamente
idiosincrasia antigua de los pueblos nahuas?
Definir si existieron o no entre las culturas mesoamericanas, ms concretamente la
nhuatl, tal heredad implica, entre otros trminos, ubicar la heredad de las mecateidades
humanas y de los lazos vivos, Tlacamecayomatl, es decir, los papeles de linaje o
mecateidades humanas, los papeles con el conjunto de cordeles que unen a los hombres.
Dichos linajes, perpetuaran precisamente el relato de los antepasados en el flor y canto
30
Castelln Huerta, Blas Romn. Mitos cosmognicos de los nahuas antiguos, subrayado nuestro.
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in xchitl in cuicatl Entonces, podramos entender el profundo concepto de Flor y canto
como un ejercicio incluso ritualstico de tal transmisin de saberes? Si es as, aqu estara
un sustento de lo que entenderamos en el presente trabajo como una tradicin.
Particularmente nos concentraremos en la tlamatiliztli, sabidura activa que al igual que
la machiliztli, saber pasivo slo se podrn adquirir mediante la tradicin o heredad.
El verbo nhuatl tlalnamiqui "pensar" as como el sustantivo que le corresponde
tlalnamiquiliztli "pensamiento" expresan claramente el estrecho vnculo eidtico que existe
entre el hecho de pensar y el recuerdo. En efecto, tlalnamiqui es, literalmente, "recordar
algo (tla-ilnamiqui).
Ilnamiqui parece constituir una variante de elnamiqui, expresin que se
compone del sustantivo elli "higado" y del verbo (tla-)namiqui "encontrar".
Recordar sera entonces literalmente "encontrar (su) "hgado", o (su) pecho
ya que elli refiere tambin ms generalmente el pecho. Esta expresin
podra parecer algo inslita para la cultura occidental en que el recuerdo est
vinculado etimolgicamente con el corazn, sin embargo no debemos de
olvidar que el hgado, al constituir el sitio orgnico de muchas
manifestaciones afectivas, est entraablemente implicado en los procesos
cognitivo-sensibles.31
Por nuestra parte slo agregaramos que es bastante comn encontrar, en
civilizaciones antiguas, el vinculamiento entre el corazn como fuente de conocimiento
supraracional. Es nicamente para el hombre contemporneo que el corazn se ha
desvirtuado como un mero centro sensible o sentimental, pero no as para varias doctrinas
31
Johansson K., Patrick. Ie ixiloiocan yn imiyaoayocan oacico tlatolli? Ya lleg a jilote, ya lleg a
mazorca el discurso? Consideraciones epistemolgicas indgenas en el libro IV de la Historia General, en
Estudios de Cultura Nhuatl, Mxico, UNAM-IIH, vol. 35, 2004, p. 211.
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antiguas y suponemos que debe de aplicarse tal principio de conocimiento con el corazn
para con la antigua doctrina o religin mesoamericana. E incluso la necesidad inherente de
no separar tales preceptos, pues es una constante en el pensamiento nhuatl, incluso
contemporneo, no divorciar ciertos conceptos que nos podran parecer a primera vista
como irreconciliables, para ellos no se trataba de escoger entre uno y otro, sino de
fusionarlos en uno tercero como ya mencionamos que ocurre con los famosos difrasismos.
por muy lgico y racional que fuera el cuestionamiento reflexivo, el
pensamiento indgena lo conceba como un dilogo entre el intelecto y la
sensibilidad, entre la mente y el corazn. Reflexionar era dialogar con su
corazn neyolnonotza, [] Tanto la competencia lingstica como el uso
discursivo de las palabras que aluden el raciocinio indican que los antiguos
nahuas consideraban el corazn como un lugar privilegiado de la reflexin.
Las expresiones "conversar con su corazn" (ne)yolnonotza, "llegarle
(respecto de algo) al corazn" (yolmaxilta) o ms sencillamente "hacer uso
del corazn"(yolloa) sugieren que el corazn, ms que la mente, funga
como un "procesador" o un espejo de las ideas.32
Retomemos entonces la idea de trascender, pues segn el mito conocido como Huda
de Quetzalcatl a Tlillan, Tlapallan es central el tema del recuerdo. Recuerdo de morir o
de trascender a la muerte?
Este mismo mito establece tambin, como lo hemos visto, el carcter
especular (ms no especulativo) del recuerdo ya que la primera
manifestacin de la cognicin humana: la finitud inexorable de la existencia
encarnada por Quetzalcatl-Ehcatl, se refleja en el espejo de obsidiana en
32
Op. cit., p. 214.
-
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el cual se mira. Ximiximati "concete a ti mismo", le dice el espejo, alias
Tezcatlipoca, es decir piensa, o recuerda, que eres mortal.33
---o0o---
Existe al menos una representacin de los conceptos que venimos tratando a lo largo de
este proyecto en por lo menos un cdice prehispnico? Y si no se le logra ubicar, ello
tendra alguna explicacin? Cuntas menciones se podran ubicar de este complejo de
ideas que pretendemos abordar en los manuscritos virreinales? Son exclusivamente
referencias posteriores a la llegada de los espaoles y por ende meras influencias de la
cosmogona cristiana que los acompaaron? Y sera sumamente interesante un estudio
integral de este punto sobre la base de las fuentes para ver si hay o no elementos
suficientes para universalizar como lo hace Beyer y decir que la multitud innumerable de
dioses nahuas eran para los sabios e iniciados tan slo otras tantas manifestaciones de lo
Uno.34
Para ir cerrando este primer acercamiento, nueva ampliacin del problema
Otro punto que tambin nos parece delicado en el acercamiento a las culturas
mesoamericanas es que siempre se deben de tener presentes al menos estos referentes: a)
invariablemente las fuentes provienen de un relato oral ms antiguo donde las ms de las
veces ya no se cuenta con l, b) es muy probable que aquellos indgenas que informaron a
los espaoles sobre sus tradiciones hayan encubierto variados aspectos por considerarlos
sagrados, secretos o bien por qu ellos mismos los desconocan por no pertenecer a un
33
Op. cit., p. 212. 34
Len-Portilla, La filosofa nhuatl, estudiada en sus fuentes p. 161.
-
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cierto grupo o lite, c) el paso de la heredad tolteca a la mexica fue un trnsito difcil no sin
arduas batallas, sabemos que muchos cdices se perdieron o quemaron frente al nuevo
podero de Tenochtitln en gran medida por las acciones de Tlacalel y posteriormente,
d) otra importante quema de los cdices de frente a la llegada de los espaoles. Como bien
lo expresa Patrick Johansson,
Las notas no son siempre del todo confiables ya que el arcabuco es breoso
a veces no slo para los espaoles sino tambin para los indgenas y que el
informante no siempre dice lo que sabe para encubrir contenidos que podan
desagradar a los frailes, o ms sencillamente porque no quiere revelar
sentidos crpticos que pertenecen a su religin [] debe sin embargo
considerar[se] siempre la posibilidad de una falta de conocimiento o de un
deseo de encubrir el sentido real del texto por parte del informante.35
Con todo y eso, es notorio como medianamente se conserva la tradicin por los
tlamatinime no slo al interior de la nueva urbe sino en los alrededores dnde se
mantuvieron centros dedicados a lo que Len-Portilla ha denominado como toltequidad.36
Por ende, si pretendemos deletrear o acercarnos a lo ms sagrado del universo
mesoamericano, hemos de saber que sern con todas las anteriores limitaciones, y que no
obstante an as quizs sea posible generar una descripcin.
Existe tal Principio o Causa primera, el contenedor de todas las cosas en potencia y
que las ha producido todas, dentro del panten mesoamericano? Cmo se le llam a tal
Principio? Qu hay de todas las oposiciones que normalmente se consideran en las
35
Johansson K., Patrick. Totochtin incuic tezcatzoncatl: un canto para las primicias del pulque nuevo en
Estudios de Cultura Nhuatl, Mxico, UNAM-IIH, vol. 26, 1996, pp. 75-76. Corchetes nuestros. 36
Len-Portilla, La filosofa nhuatl, estudiada en sus fuentes, cfr., captulo III: Ideas metafsicas y
teolgicas de los nahuas, as como su obra Toltecyotl, aspectos de la cultura nhuatl. FCE, Mxico, 1980.
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concepciones cosmognicas? Qu hay respecto a esas figuras aparentemente
contradictorias como Yohualli-Ehcatl, son representaciones o figuras del pensamiento del
Espritu y la Materia, o es algo ms?
Qu se debe hacer de frente a expresiones innegables al menos por su mera
existencia fontica (sic) como Ayac Oquiyocux y Moyocoyatzin o como Ipalnemohuani y
Tloque Nahuaque, as como otros nombres ms p. e. Yohualli-Ehcatl? Son estos posibles
referentes nahuas indgenas prehispnicos (o de su pensamiento en el virreinato) que
contienen una idea de intrascendencia y de la totalidad?
Las narraciones a los diversos dioses o nmenes mesoamericanos conlleva una
filosofa y lgica en la estructura jerrquica, tales como: Ometotl, Huehuetotl,
Xiuhtecutli, Titlacaoan o Titlacauan, Yutl o Ncuc Yutl o Necoc Yaotl, Neaoalpilli o
Yaotzin; en donde la Divinidad se desenvuelve sin alterarse dando nacimiento a la
cosmogona y a las tareas que realizaban los muy diversos dioses. En el panten
mesoamericano se ubica una concepcin de la intrascendencia y de la unidad divina? o de
lo contrario, hemos de aceptar la hiptesis de un supuesto dualismo o incluso de una mera
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