DDDeemmmooocccrraaaccciiiaaa eeennn z lllooosss vvveee ...bdigital.ula.ve/storage/pdf/42530.pdf ·...

UUUnnniiivvveeerrrsssiiidddaaaddd dddeee lllooosss AAAnnndddeeesss

FFFaaacccuuullltttaaaddd dddeee HHHuuummmaaannniiidddaaadddeeesss yyy EEEddduuucccaaaccciiióóónnn

EEEssscccuuueeelllaaa dddeee HHHiiissstttooorrriiiaaa

¿¿¿DDDeeemmmooocccrrraaaccciiiaaa eeennn lllooosss vvveeennneeezzzooolllaaannnooosss

dddeeelll sssiiiggglllooo XXXXXX???

IIImmmaaagggiiinnnaaarrriiiooo sssoooccciiiooo---pppooolllííítttiiicccooo eeennn

eeelll pppeeerrríííooodddooo 111999333555---111999666444

BBBrrr... MMMooorrreeennnooo PPPuuueeennnttteeesss,,, JJJooossseee LLLuuuiiisss...

TTTuuutttooorrr... QQQuuuiiinnnttteeerrrooo... LLL... GGGiiilllbbbeeerrrtttooo...

Memoria de grado

Mérida- Venezuela 2011

¿Democracia en los venezolanos del siglo XX? Imaginario socio-político en el período 1935-

1964 Memoria de Grado —Jose Luis Moreno Puentes (Jolumopu)—

2

RRReeesssuuummmeeennn

El propósito que sostiene esta Memoria de Grado, consiste en hacer un

llamado a la reflexión acerca del uso y desuso que se le ha dado a la democracia en

Venezuela.

Como bien es sabido, transcurrida buena parte la primera mitad del siglo XX,

la doctrina democrática ya había transitado desde la antigüedad clásica por buena

parte del mundo occidental, en el que Venezuela no vendría a estar exenta. Por ello en

esa tónica la pensamos en cuanto: Estado-Nación, además de pensarla en cuanto

nación en proceso de fragua y al valorar algunas otras doctrinas socio políticas que

acogía en su seno previo y al unísono a la llegada de esta doctrina; tomando en cuenta

antagonismos, afinidades, debilitamientos y fortificaciones presentes entre ellas,

manifiestas ineludiblemente en el ser venezolano. De ahí que se escudriñe la

satisfacción o no de las necesidades de la época en torno a los años 1935-1964, en los

que se ve accionada gradualmente la diseminación libre de datos o información

acerca de la doctrina democrática a través de los partidos modernos y sindicatos

obreros, efectuada un poco antes de haberse cumplido el decenio del deceso del

general Juan Vicente Gómez, quien falleciera siendo presidente de Venezuela para el

año de 1935.

El epicentro o planteamiento central del que parte esta investigación se halla

en la siguiente interrogante: ¿cuál es el grado de asimilación del venezolano, en

cuanto democracia, desde el punto de vista mental?. En este particular, nuestro

trabajo se centra en evaluar, no en términos cuantitativos sino cualitativos, una

pequeña parte de este fenómeno histórico que da cabida a la configuración de la

nacionalidad venezolana en el campo sociopolítico. Nos es necesario, en suerte de



3

barómetro figurativo, establecer comparaciones entre un antes y un después del año

1935 hasta 1964. Ello arroja como resultado la nulidad de la asunción de la

democracia como modo de vida en el ámbito colectivo, no obstante, originándose y

prevaleciendo la democracia como elemento pragmático: es decir, se consigue la

libertad de expresión manifiesta en radio, televisión, prensa, entre otros, empero

carente del contenido democrático, prevaleciendo el acervo tradicional hispánico

cargado de sus prácticas respectivas en cuanto a poder se refiere. Es decir, continúa el

imaginario monárquico con ornamentas de república democrática.

Ahora bien, no dejamos pasar por alto, sin que ello en el contenido acaree

algún anacronismo, la audaz critica dinámica y ceñida a la introspectiva, direccionada

al gentilicio venezolano de la actualidad, contenida en continuas reflexiones, con lo

que consideramos que se ve expresada parte la pertinencia de la disciplina histórica

en pos de la identificación de identidad venezolana, develando así realidades al

apartar a un lado los disfraces para ofrecer ante los problemas existentes, soluciones

con carácter gradual y efectivas en la medida de lo posible, al mismo tiempo que se

vea fomentada la acción intelectual y, por qué no, la intuitiva en nosotros y con los

otros; es decir, quienes constituyen a la sociedad venezolana, además de los que están

más allá de ella. Esta tarea, cargada de responsabilidad y satisfacción, nos

corresponde como humanistas en el campo del conocimiento histórico funcional:

datos-dialéctica-praxis-individuo-colectivo-realidad. Vivir bien lo mejor que se

pueda, porque de eso se trata la vida y, en ello, la academia cumple un papel

fundamental como una de tantas herramientas de las que puede hacer uso el ser

humano.



4

AAAgggrrraaadddeeeccciiimmmiiieeennntttooo

No es posible el crecimiento, sin el debate de las ideas. No es posible el

entendimiento, sin la autocrítica. No es posible, el deber ser, sin una sociedad para

ponerlo en practica. La labor cotidiana, en que he ocupado gran parte de mi vida,

siendo, un comerciante de calle al unísono a la formación básica de historiador en

estos últimos seis años, me conduce a agradecerle al apreciado gentilicio emeritense,

del cual forma gran parte mi querida familia y amigos. Por nombrar algunos de los

más cercanos, agradezco a: la energía omnipresente y a José Eduvijes Moreno Dávila

y María Eugenia Puentes de Moreno; mis queridos padres. Además de Keila Moreno,

Digna Moreno, Adriana Valentina Oropeza Rondón, Julio César Moreno, Guido

Moreno, Martín Felipe Moreno, Margarita Puentes y Carmen Rondón. Agradezco,

empero, nombro algunos de mis amigos más cercanos, entre ellos algunos colegas:

Francisco Lobo, Víctor Escalona, Giovanna Márquez, Alexandra Monsalve, Javier

Gutiérrez, Freddy Carrero, Sergio Saldivia, Adolfo Oropeza, Ramón Dugarte, Simón

Andrade, Américo Becerra, Arturo Dugarte, Daniel Ibarra, Miguel Angel Rodríguez

L., José Manuel Briceño Guerrero, Gilberto Quintero, Leo Calderón, Jesús Bravo,

todas y todos, quienes de una u otra forma han contribuido con la formación de este

servidor José Luis Moreno Puentes, quien hoy en esta Memoria de Grado, da una

pequeña muestra de ello, pues la labor apenas comienza, el ser humano nunca deja de

ser estudiante.



5

AAA lllaaa mmmeeemmmooorrriiiaaa dddeee mmmiii aaammmaaadddooo

JJJooossseee EEEddduuuvvviiigggeeesss MMMooorrreeennnooo DDDááávvviiilllaaa

IIInnnmmmeeerrrsssooosss eeennn lllooosss lllaaabbbeeerrriiinnntttooosss eeessstttaaammmooosss

rrrooommmpppiiieeennndddooo rrreeedddeeesss yyy dddiiilllaaatttaaannndddooo eeelll vvveeennneeennnooo,,,

eeennn lllooo iiinnnttteeerrrnnnooo vvviiivvveeesss EEEddduuuvvviiigggeeesss;;;

nnnaaavvveeegggaaannndddooo eeennn uuunnn mmmaaarrr,,,

eeennn uuunnn mmmuuunnndddooo iiimmmpppuuutttaaadddooo lllllleeennnooo dddeee nnnooossstttaaalllgggiiiaaasss...

AAAúúúnnn aaasssííí rrreeetttuuummmbbbaaa eeennn eeelll ssseeerrr cccóóódddiiigggooosss

aaannnuuunnnccciiiaaannndddooo qqquuueee tttuuu yyy yyyooo fffuuuiiimmmooosss,,, sssooommmooosss yyy ssseeerrreeemmmooosss

uuunnnooo sssooolllooo qqquuueeerrriiidddooo pppaaadddrrreee...

JJJooollluuummmooopppuuu



6

ÍÍÍnnndddiiiccceee

Páginas

Introducción............................................................................

.

9

Capítulo I

Nociones de Historia y sus

usos.............................................

1

3

A.1.- La Historia como fenómeno...................................................

1

3

A.2.- La historia como estudio........................................................ 1

4

A.3.- La mentalidad; motor de la historia....................................... 1

6

A.3.1.-

Modernidad.................................................................................................

1

6

A.3.2.-

Democracia..................................................................................................

1

8

A.3.3.- 1



7

Pueblo........................................................................................................... 9

Preliminar de

periodización...................................................................

Período de Cobertura Hispanofrancés.

Período de Cobertura Multinacional.

B.1.- Justificación introductoria al

Período de Cobertura Hispanofrancés.......................................... 2

3

Capítulo II

Período de Cobertura Hispanofrancés...................................

2

6

B.2.1.- Cuatro siglos de disputa y consolidación

—XVI-XIX—.................................................................................. 2

6

B.2.2- Apertura del siglo XX.......................................................... 4

5

Capítulo III



8

Período de Cobertura

Multinacional....................................

5

0

C.1.- Tradicionalismo Vs. Democracia........................................ 5

0

C.1.1- Paisaje socio-político venezolano

en la década de los treinta.............................................................. 5

5

C.2.- Consideraciones

acerca de la noción de poder en el venezolano.............................. 5

6

C.3.- Tres decenios en la mira........................................................ 6

0

D.1.- Reflexiones en contexto:

¿Logros democráticos en qué aspecto: cómo modo de vida

o en simple realización pragmática? Conclusión.........................

6

7

Bibliografía.............................................................................

.

7

7



9

IIInnntttrrroooddduuucccccciiióóónnn

Ahondar en la concepción de un grupo humano en relación con su modo de

gobernarse es ir tras un cuerpo vivo, sólido, maleable y contenedor de cuantiosas

expresiones cimentadas en estructuras de larga duración, viéndose sometidas estas

últimas a la sombra de los matices coyunturales, por lo cual, con frecuencia logra

verse distraída su atención. Menuda tarea en pro de interpretar e inmiscuirse en el

entendimiento de un ente social, por naturaleza, complejo, para con ello atender a las

posibilidades prestas al discernimiento de sus problemáticas y al fomento del



10

bienestar colectivo desde el campo de los estudios históricos, a su vez, manifiestos

también en sus diferentes contextos que obedecen a la cotidianeidad.

En la valoración histórico-historiográfica que se efectuará líneas abajo,

estaremos al pendiente de tomar en cuenta la posibilidad de cambios o no en la

mentalidad sociopolítica del venezolano (1935-1964), es decir, el grado de

asimilación del venezolano desde el punto de vista mental1 en relación con la

Democracia; que aún a pesar de ser una idea occidental sobre un modo de gobierno,

resulta ajena a la idiosincrasia venezolana de comienzos del siglo XX. Sin embargo,

esta situación se verá tentativamente trastocada a partir de que se busque instaurar

gradualmente ésta idea en Venezuela a través de estrategias informativas emanadas

del seno de los partidos políticos modernos, a la vez que desde las políticas de Estado

direccionadas por algunos de los gobiernos de turno (orientación vertical con orden

descendente)2 a partir de 1935, luego de la muerte del presidente de los Estados

Unidos de Venezuela, el general Juan Vicente Gómez; punto de partida del tema-

problema central a tratar en esta investigación, y que tendrá como punto de

finalización al cumplirse el segundo mandato presidencial de Rómulo Betancourt

para el año 1964.

En concreto, el plan se orienta en hacerle un sondeo a la sociedad venezolana

de la época, a estudiarla en su comportamiento socio-cultural y mental para así

valorar un posible impacto democrático. Decimos posible impacto, a sabiendas que

durante generaciones, desde inicios del siglo XIX con la independencia política de las

1 Como la mentalidad no se encuentra disociada de la cotidianeidad, es factible entonces el realizar una

valoración utilizando en suerte de filtro los patrones que condicionan la concepción que se tiene de la

vida en determinado lugar, los que vendrían a ser uno de los entes constitutivos de la cultura (la moral:

contenedora de la tradición o perdurabilidad de determinadas conductas). 2 Se ideologiza desde las cúspides de los partidos políticos y del gobierno en pro de direccionar al

pueblo acorde con doctrinas democráticas, interesante punto a tomar en cuenta, ya que se evidencia lo

carente de la iniciativa popular en aras de ser democráticos, lo que no niega ni afirma la asimilación

democrática en cuanto a la mentalidad sociopolítica que pudieron haber llegado a tener los

venezolanos de la época a estudiar.



11

provincias gestoras de Venezuela como país, vino tejiéndose la idea estabilidad de

gobierno en la naciente Venezuela, orientada por muchos hombres en afanes de hacer

buenas políticas; no obstante fallida debido en parte al fenómeno, bastante particular

por cierto, denominado caudillismo, el cual dio cabida a confluencias de fuerzas

propias de anhelos personalistas en el grueso de la población, representado por los

grandes hacendados y militares poseedores de renombre y recursos, prestos para la

manipulación de contingentes humanos y armamento, quienes materializan aquella

frase: ―gendarme necesario‖, utilizada por el historiador Laureano Vallenilla Lanz, al

referirse al respecto a principios del siglo XX. Situación de peso y diferenciada en

contraposición a los ideales de la doctrina democrática.

Al estar esta investigación orientada dentro del campo del conocimiento

histórico, pertinente es que se indique la apreciación que tenemos acerca de la

H(h)istoria como fenómeno y estudio, el proceder del historiador y el factor que

dinamiza a la historia, ofreciendo de antemano, si se quiere, herramientas teórico-

metodológicas en sentido genérico, aunado a las ideas de Democracia, Modernidad y

Pueblo; concerniente a la Venezuela de los siglos XIX y XX. Esto en primera

instancia como punto ( AAA). Además, para hacer un acercamiento al punto central de

este trabajo, se ofrecerá como punto ( BBB), las ideas grosso modo que se manejan

acerca de gobernabilidad, previo a 1935, con la intención de introducirnos en el

periodo de estudio 1935-1964, como punto ( CCC), conociendo ya el contexto histórico

en el que se inicia. Para luego discriminar aspectos mentales socio-políticos entre el

antes y durante la época a estudiar, de modo tal que puedan valorarse cambios o no en

ese sentido, lo que ocupará al punto ( DDD).

Necesidad y Objetivo:

Es de tomar en consideración la dinámica cotidiana en la que fluctúa un

conjunto de fuerzas sociales que de una forma u otra conducen a la investigación a



12

formularse preguntas fundamentales originadas de la necesidad que ella misma

acarrea. Investigación que en el campo de los estudios fácticos no se deslinda, por

más que se intensifique la agudeza crítica, de la subjetividad que caracteriza al

investigador en calidad de humano. Ello nos conduce, por tanto, a la indagación en

aras del descubrimiento de las cimientes socioculturales, de cuyo seno derivan

cuantiosas ramificaciones entretejidas en un solo cuerpo que viene a conformar al

fenómeno histórico.

En esta tónica se manifiesta una urgente necesidad de nuestra parte, y no es más que

el anhelar entender, en pos de limar asperezas internas y colectivas: la situación

venezolana del ayer y del hoy, inmiscuida en el asunto democrático, responsabilidad

que bien nos acompaña en la orientación de una investigación que cumpla con su

cometido, crear acto de conciencia en el investigador primariamente, en lo cual

inmiscuirá, de seguido, directa o indirectamente a sus congéneres, desplazándose de

este modo, con pie firme y, no sólo incorporándose en una situación de vida

sustentada por la erudición, sino más que eso. Es decir, la asunción del intelecto como

conductor y activador de un cuerpo de ideas en movimiento y productividad, cuyo

desenlace en la sociedad venezolana resulta de gran manera escurridizo. No obstante,

cabe la posibilidad de la exégesis como uno de los nutrientes fundamentales para el

acto deliberativo, objetivo fundamental que nos hemos trazado en este ejercicio

académico- intelectual —Memoria de Grado—.



13

“““TTTeeeooorrríííaaa yyy mmmééétttooodddooo nnnooo sssooonnn lllooosss ooobbbjjjeeetttiiivvvooosss dddeee

nnnuuueeessstttrrrooo ooofffiiiccciiiooo,,, sssiiinnnooo tttaaannn sssóóólllooo lllaaasss hhheeerrrrrraaammmiiieeennntttaaasss

qqquuueee eeemmmpppllleeeaaammmooosss eeennn eeelll iiinnnttteeennntttooo dddeee cccooommmppprrreeennndddeeerrr

mmmeeejjjooorrr eeelll mmmuuunnndddooo eeennn qqquuueee vvviiivvviiimmmooosss yyy dddeee aaayyyuuudddaaarrr aaa

oootttrrrooosss aaa eeennnttteeennndddeeerrrlllooo,,, cccooonnn eeelll fffiiinnn dddeee qqquuueee eeennntttrrreee tttooodddooosss

hhhaaagggaaammmooosss aaalllgggooo pppaaarrraaa mmmeeejjjooorrraaarrrlllooo...”””

JJJooossseeeppp FFFooonnntttaaannnaaa

III

AAA...--- NNNoooccciiiooonnneeesss dddeee HHHiiissstttooorrriiiaaa yyy sssuuusss uuusssooosss...



14

AAA...111...--- LLLaaa HHHiiissstttooorrriiiaaa cccooommmooo fffeeennnóóómmmeeennnooo:::

A la Historia como fenómeno la entendemos a partir del conjunto de

elementos que hacen acto de presencia, ―al mismo tiempo‖, en las sociedades,

interactuando y retroalimentándose para simplemente dar origen al cúmulo de

situaciones en que se ve envuelto ―el estar ahí‖ de los entes no animados, además de

la existencia consciente e inconsciente de los animados. Dentro de estos últimos

tenemos al ser humano, quien ―concientiza‖ su devenir; él piensa a la historia pues,

sin él, ella no es. Ahora bien, parece no tocarla directamente, puesto que aunque

tenga ―conciencia‖ de sus actos, hay simplemente muchos elementos constitutivos de

ella que a él se le escapan de su percepción. Por ello, busca estudiarla valiéndose de

construcciones y reconstrucciones, concebidas en el plano teórico (cambiante),

consideradas apreciaciones válidas o no, acorde al mayor o menor grado de

aprobación que contengan, convenido por los estudiosos en la materia: historiadores,

antropólogos, sociólogos, entre otros más. Todos estudiosos del conjunto de

fenómenos que se suscitan en la Historia-historia3 y así lograr el historiador concebir

una posible verdad inherente a ella, con la ayuda de las ciencias auxiliares,

originándose, por ende, las historias como estudio.

AAA...222...--- LLLaaa hhhiiissstttooorrriiiaaa cccooommmooo eeessstttuuudddiiiooo:::

La historia como estudio trabaja en conjunto (entendida en un plano macro)

en pro de dilatar la gama de conocimientos del ente humano y así obtener como

resultados (inagotables) el entendimiento de fenómenos concernientes a las

mentalidades, la política, la economía, el carácter social y cultural, etc.; todo esto en

el plano más amplio de las sociedades humanas, ubicadas en espacios físicos y

3 Nombramos a la Historia con H mayúscula fijándola como fenómeno y la historia con h minúscula

fijándola como estudio. Se están colocando juntas las dos historias debido a que son inseparables,

entendiendo que quien estudia a la historia es un producto innegable de la misma.



15

temporales (tiempo ceñido a Occidente4). Siendo la tarea del historiador evaluar estos

fenómenos humanos con la mayor responsabilidad (supresión o por lo menos

atenuación de los prejuicios) y eficacia posible (uso de la ―objetividad‖), entendiendo

que él es un sujeto al igual que los hacedores, en parte, de los fenómenos que estudia,

a los cuales él también constituye directa e indirectamente.5 Él, en su condición de

ser humano, hace uso de las emociones, el razonamiento y la imaginación,

procurando interacción con las tres para darle al estudio histórico vida. Las

emociones le permiten percatarse del grado de sensibilidad que expresa con relación

a uno o múltiples temas; el razonamiento le permite proceder mediante la aplicación

de un método6 con la intención de ordenar las ideas planteadas; y la imaginación, no

por última menos importante, le permite trasladarse al contexto que está abordando:

las imágenes en movimiento del ahora las traslada en su esencia7 para ver en ese

pasado que recrea, cuyo movimiento a su vez le permite descubrir diferencias (en

cuanto a su presente), y si estas están en pugna o no, aunado al factor o factores que

entiende como dinamizadores de la Historia. Esto último para descubrir cambios o

permanencias en un proceso por él llamado histórico.

Una vez que se origina en el historiador un grado de conciencia resultado de la

acción del descubrir, es cuando se ve conducido al manejo apropiado de herramientas

teóricas conceptuales y a la ejecución del observar con mayor minucia el plano de la

dinámica social (objeto de estudio); por tanto, permitiéndose construir ideas

coherentes y aplicables, aproximadas a la verdad histórica, con las que logra dilucidar

4 Dicho esto, puesto que la historia como estudio es una creación del Mundo Occidental,

particularmente de la Grecia antigua (o Hélade). 5 Las condiciones geográficas influyen en gran manera, en las actitudes y aptitudes del ser humano,

aunque es pertinente hacer la salvedad que esto no debe dar pie al determinismo geográfico. 6 El historiador puede contar con diversos métodos en cuanto comienza a apreciar el dilatado campo

del estudio histórico, ya él verá por cual regirse o si plantea uno nuevo al dar comienzo a su

investigación. 7 Ideas trascendentales inherentes a la naturaleza humana (valores). He ahí todo un reto para el

historiador por ser un sujeto afecto a una moral determinada, por tanto lo pertinente de la ética

histórica o reflexión histórica.



16

la identidad presente y su grado de ajuste o desajuste al tema-problema que plantea

con relación al espacio temporal previo al ahora mismo8 de él. De ahí que nazca la

producción histórica que da vida al cúmulo de diversos pensamientos documentados,

orientados en corrientes constitutivas de diversas historiografías: prestas para las

futuras indagaciones en pro del enriquecimiento del campo de los estudios históricos;

todo un proceso de retroalimentación.

En nuestro caso procederemos, en cuanto a herramientas teóricas conceptuales

se refiere, acudiendo en parte a la historiografía que consideramos ecléctica, la cual se

desprende de la tercera generación de la Escuela de los Annales —Escuela creada en

Francia, por los historiadores Marc Bloch y Lucien Febvre para el mes de enero del

año 1929; primera publicación de la revista ―Annales‖—, ya que plantea la

transdisciplinariedad y la interdisciplinariedad como modo de ampliar los campos del

estudio o estudios históricos, interesándonos particularmente por el estudio de la

Historia de las Mentalidades y de los imaginarios colectivos como se le ha nombrado

a partir de la cuarta generación de ―Annales‖, representada por Roger Chartier;

además también acudiremos al campo de la psicohistoria.

AAA...333...---LLLaaa MMMeeennntttaaallliiidddaaaddd;;; mmmoootttooorrr dddeee lllaaa hhhiiissstttooorrriiiaaa:::

A nuestro juicio, la ―Mentalidad‖ es el factor que dinamiza a las sociedades

(Motor de la Historia), ya que a través suyo los seres humanos expresan sus

concepciones del mundo, desde luego existiendo en ello un acto continuo de

reciprocidad entre sus congéneres culturales, sociales y la realidad, siendo esta última

la concreción tangible de la amalgama de abstracciones (ideas). En el papel de

historiadores acudiremos a estudiar en buena parte la idea de Democracia y lo que

8 El ahora mismo puede pasar desapercibido para el historiador, empero, nunca deja de estar, ya que el

ser humano siempre está atado indisolublemente a una época: entendida en nuestro caso como

dilatación temporal de existencia.



17

implicó respecto de su introducción y asimilación en el contexto mental venezolano

de los años 1935-1964. Período que llama la atención nuestra, pues según algunos

estudiosos, se mantiene como la génesis de la inserción de la idea de Democracia en

el venezolano. Por ello, se considera pertinente dejar ver alguna apreciación de lo que

es la modernidad, ya que al hablar de Democracia bajo la concepción del siglo XX,

ésta está enmarcada en ella.

AAA...333...111...--- MMMooodddeeerrrnnniiidddaaaddd:::

En torno a Modernidad, Francois Xavier Guerra, afirma:

La Modernidad es ante todo la “invención” del individuo. El individuo

concreto, ‗agente empírico, presente en toda sociedad‘ va a convertirse

ahora en el sujeto normativo de las instituciones” y de los valores. El proceso

viene de lejos pero llega a su culminación a finales del XVIII. A través de toda

una serie de mutaciones que afectan progresivamente a los diferentes campos

de la actividad humana, el individuo y los valores individualistas se fueron

imponiendo. Progresivamente el individuo va ocupando el centro de todo

sistema de referencias, remodelando a pesar de la inercia social y de

múltiples resistencias, los valores, el imaginario, las instituciones... El avance

del individualismo no es separable del triunfo de una imagen de sociedad

concebida como una yuxtaposición de individuos iguales, homogéneos y de

hecho intercambiables.9

Al final de la cita ofrecida por Guerra, cabe añadir, que se está tomando la

conceptualización de una concepción (Modernidad), en pro del orden del estudio en

curso, concepción que indiscutiblemente es resultado de un proceso histórico naciente

9 Tomado de: Francois Xavier Guerra. Modernidad e Independencias, Ensayos sobre las

revoluciones hispánicas, p. 85.



18

en las Europas, cuyas extensiones, por así llamarle, nos han tocado a los

hispanoamericanos10

en algunas formas11

, resultado del fenómeno de la Globalización

(expansión de Occidente), cuyos filtros de entrada son en gran medida las políticas

ejecutadas a través del Estado republicano que, a su vez, también es un resultado de la

concepción europea moderna, y adoptado inicialmente a partir de la ruptura político

formal o ―Independencia‖ entre las provincias arropadas por la Capitanía General de

Venezuela y la metrópoli España.

AAA...333...222...---DDDeeemmmooocccrrraaaccciiiaaa:::

En el mismo orden se usa la idea de Democracia. No obstante, antes de ser

planteada, vale dejar ver su significado etimológico. Democracia: ―del griego demos

equivalente a ‗pueblo‘, y Kratos equivalente a ‗autoridad‘ ‖12

La Democracia es una idea que se concibe concreta en cuanto el individuo le

da ejecución (que sumado en masa constituye al pueblo), a las cuotas de poder

inherentes en sí, descansando este poder en el ente jurídico llamado Estado, que en su

vez tiene la función de ejercerlo en nombre del pueblo soberano, estableciéndose una

acción recíproca entre el Estado y el pueblo (idea de soberanía).

10

Hispanoamérica como espacio físico temporal posee elementos particulares debido a su respectivo

devenir histórico: empezando por el entender la invención: categoría de análisis histórico;

―Hispanoamérica‖. 11

Procuraremos ver estas formas de influencia en el período que ocupa a nuestro estudio histórico-

historiográfico. 12

Véase: Diccionario Anaya de la Lengua. Segunda edición corregida y ampliada, noviembre 1980,

p. 229.



19

El devenir de la Historia occidental muestra a la idea de Democracia con

distintas connotaciones: tal es el caso de la antigüedad clásica, ocupada en parte por

los griegos. Sus filósofos nos dejan saber, en particular Platón y Aristóteles, que la

democracia era ejercida por el pueblo, siendo concebido este último como el grupo de

personas13

nacidas allí, existiendo la excepción de las mujeres, niños, esclavos y

extranjeros. Caso totalmente distinto (aunque continúe la idea de Democracia, o dicho

en otras palabras, la consolidación de la idea de Democracia en la Modernidad), es el

que se vive en el siglo XX occidental-Venezuela, en el orden político, pues acá se

concibe la idea de Democracia, de similar modo en contenido: es decir, la idea

perdura, pero la dinámica es otra, puesto que la concepción de pueblo ha cambiado

abismalmente, resultado en gran medida de los cambios estructurales en Occidente

que trajo consigo la Revolución Francesa14

en principio. Ahora bien, Venezuela en la

transición del siglo XIX al XX experimentó cambios socioeconómicos y políticos que

dan pie a la reconfiguración de lo que se entendía por pueblo. Sobre las ideas

concernientes a pueblo (entendido en equivalencia a categoría de análisis histórico)

materializadas en Venezuela, previo y durante el punto central de este estudio, se

expondrá seguidamente.

La idea de Democracia, dentro del contenedor Modernidad, se materializa

valiéndose de herramientas tales como la división de los poderes del Estado

(básicamente poder ejecutivo, poder legislativo y el poder judicial), y el derecho al

voto, independientemente de ser consciente o no, permitiendo la elección de

13

Aprovechamos la ocasión para dejar por sentado que los términos: persona, gente, individuos,

vasallo y ciudadanía, entre muchos otros, son construcciones teóricas resultado de diversos contextos

históricos, los cuales son empleados por consenso en la sociedad, estén enterados en ella o no de sus

etimologías y contenidos; de ahí que se le dé un uso apropiado o inapropiado al utilizárseles. De

acuerdo al entendimiento que se tenga al respecto, es posible una contribución a una mayor o menor

comprensión de los procesos históricos enmarcados en el devenir humano. 14

La Revolución Francesa tuvo lugar como punto de ebullición a finales del siglo XVIII, año 1789

específicamente. Fruto de ella es la existencia de los derechos del hombre; por ello, el pueblo no va a

ser más que la sumatoria de todos los nacidos y los extranjeros nacionalizados en un Estado-Nación sin

exclusión de ningún tipo, siendo todos llamados ciudadanos, con igualdad de derechos y deberes ante

la ley del Estado republicano, el cual desplaza al Estado monárquico absolutista.



20

gobernantes de cualquier nivel o cargo; elección hecha por el pueblo, ejerciéndose el

voto directo e indirecto, lo que da pie a que existan diferentes Democracias, por

ejemplo: democracia representativa, democracia participativa, etc.15

Manifiestas

acorde al grado de democrático que tenga el hombre o mujer en sí, en tanto

conformante de una cultura y una mentalidad política.

AAA...333...333...--- PPPuuueeebbblllooo:::

El Pueblo es un haber constituido por la humanidad, impregnado por un

conjunto de expresiones culturales que le conforma como nación, que está a su vez

delimitada en un marco geopolítico como Estado-Nación, constituyendo un país. Sin

embargo, en un Estado bien pueden existir varias naciones como es el caso de

España, con por ejemplo: los castellanos, los catalanes, los gallegos, los vascos, etc.

Ahora bien, al hacer referencia en relación con pueblo en el caso concreto

Venezolano, tenemos que para el siglo XIX muchos de sus habitantes conservaban

costumbres acérrimas, propias de la España medieval, a pesar de la presencia de las

culturas aborígenes, africanas y de ser otro el contexto: el americano. Privaba una

organización social colonial dividida en estratos, encabezada por el grupo en suerte

de estamento constituido por los blancos criollos o españoles americanos,

―mantuanos‖ o ―grandes cacaos‖, como también se les suele llamar. Este sector era el

agente dominante desde los puntos de vista cultural y económico, empero carente del

poder político en su totalidad, pues en gran manera lo concentraba la Corona

española, situación que permitía la presencia recurrente de pugnas por el poder

político entre ellos y la península. Este grupo o élite encabezaba la dinámica

cotidiana, desplazando de esta manera a los grupos considerados de menor categoría

social constituidos por los mestizos, negros africanos y afrodescendientes esclavos y

cimarrones, además de los indígenas.

15

Para mayor entendimiento consulte el texto: Platón, La República. En: Diálogos. Tomo I. Libro

octavo, pp.285-292.



21

La condición solapada en que se veían estos grupos no les permitía el acceso a

la toma de decisiones políticas, pues los entes de gobierno provincianos estaban

sujetos a las demandas propias de los blancos criollos, situación que les garantizaba a

este grupo dominante mantenerse como pueblo, ser el pueblo.16

Producida la ruptura entre la Metrópoli y las provincias americanas arropadas

por la Capitanía General de Venezuela en el año de 1811, la Venezuela (como país)

decimonónica se va ha ver envuelta en guerras que van a ocupar casi toda su

extensión. Todo esto va a traer consigo un conjunto de modificaciones sociales, al

mismo tiempo que los pardos17

tienen acceso y ascenso gradual al poder político, bien

sea por poseer alguna riqueza y/o jerarquías en la milicia. Por tanto, gradualmente la

condición de pueblo se irá volcando sobre todo el entramado social para

consolidarse,18

si se quiere, ya bien entrado el siglo XX, centuria que dejará ver en

buena parte de sí la participación del conglomerado social sin distinción de genero ni

de estatus en cuanto a toma de decisiones. Ahora, al menos desde el punto de vista

normativo, todos los venezolanos constituyen el pueblo. No está de más decir que el

conjunto de transformaciones ha estado sujeto a cuantiosas penurias, vividas por los

venezolanos en todas sus dimensiones sociales.

Queda por advertir que los logros obtenidos, para bien o para mal, por el

pueblo venezolano durante el siglo XIX van a ser adjudicados al pueblo del siglo XX

y XXI en cuanto a independencia. Es decir, se pasan por alto las concepciones de

pueblo en el devenir venezolano al punto de imponerse la anacronía histórica, asunto

16

El pueblo, en el antiguo régimen, viene a ser el grupo dominante: los mantuanos; estaba sujeto a las

restricciones monopólicas de la Corona española. 17

En la quinta acepción del término pardo hallada en el diccionario Larousse, p. 540, tenemos: “Hist.

Denominación dada a los indios y negros que se enfrentaron a la aristocracia criolla durante la lucha

por la emancipación venezolana (1810-1823).” 18

En parte, esto se valora al observar la evolución del derecho al voto; en principio voto censitario

para luego llegar a ser universal, directo y secreto.



22

conducente a la confusión, ya que desvirtúa el posible esclarecimiento necesario para

entender la historia de Venezuela (como país) desde sus inicios (año 1811). Esto lo

notamos al revisar la letra del Himno Nacional de la República Bolivariana de

Venezuela en cuanto nos dice: “Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó.‖ Sin

embargo, se entiende que esto forma parte del proyecto de consolidación de la nación

venezolana, de la creación de una identidad, no obstante sobre bases difusas.

Habido hecho la exposición previa de nuestras impresiones sobre la Historia-

historia, Modernidad, Democracia y Pueblo, se da entrada al período a estudiar. No

obstante, antes se ofrecerá, grosso modo, una caracterización del imaginario de

gobierno del venezolano precedente al año de mil novecientos treinta y cinco. Ahora

bien, en principio, es considerable y de carácter obligatorio explicar el por qué de este

examen preliminar, no sin previamente hablar del uso que se le dará a la

periodización a aplicar en el grueso del conjunto de la investigación, ya que puede dar

pie, el no explicarlo, a una interpretación errada: es decir, puede llegar a considerarse

una predisposición llena de tendenciosidad y prejuicio, por nuestra parte, en manos

del lector.

BBB...--- PPPrrreeellliiimmmiiinnnaaarrr dddeee pppeeerrriiiooodddiiizzzaaaccciiióóónnn::: Período de Cobertura

Hispanofrancés; Período de Cobertura Multinacional.

En tal caso, la periodización concerniente a un antes y un después al año de

1935, no da fe de la existencia de ningún cambio ni todo lo contrario en la mentalidad

venezolana en materia de concepción política, por lo pronto, ni mucho menos el que

se quiera plantear una ruptura implícita o explícita en la Historia de Venezuela (como

proceso), ni de cualesquiera temas o problemas de investigación de sus campos

respectivos de estudio, pues se emplea tan sólo con fines de delimitar en tiempo y

localizar doctrinas ceñidas al pensamiento político venezolano, lo cual es una



23

exigencia que tiene como objetivo el trabajo del historiador, impreso ahora mismo y

en el período en concreto a estudiar.

Ésta periodización comienza por etiquetar a los años anteriores a 1935 como

el Período de Cobertura Hispanofrancés; y el que concierne a los años 1935-1964

como Período de Cobertura Multinacional. El primer espacio-temporal, Período de

Cobertura Hispanofrancés, lleva este nombre porque desde principios del siglo XVI

el grupo humano ibéro-hispano insufla toda una concepción del mundo que

reconducirá la dinámica social en estos territorios19: es decir, que da origen al proceso

histórico de la Venezuela de hoy; que consigue su fragua gradualmente, sustentado en

el acervo cultural español como agente dominante, legitimado por el poder político

que ejerce la Corona española; poder que es suprimido a partir de 1811, más no la

carga cultural, debido a la creación del Estado Republicano inspirado básicamente20

en la república francesa. De ahí que el poder político en Venezuela presuntamente se

vea sacudido por doctrinas o corrientes de pensamiento político de origen externo al

país: liberalismo, conservadurismo, republicanismo, etc., lo que trae consigo

transformaciones desde entonces hasta nuestros días.

Y el segundo, que ni suprime el libre camino ni frena el tránsito del primero,

es el espacio-temporal que denominamos Período de Cobertura Multinacional, y lo

nombramos de este modo debido a que, al crearse los partidos políticos modernos en

Venezuela, se propaga a través de ellos distintas doctrinas políticas (originadas en

distintas naciones occidentales) entre algunas de ellas, tenemos: a la Democracia

Social Cristiana, la Socialdemocracia, el Comunismo, etc., lo que da como resultado

19

No debemos dejar pasar por alto la existencia de toda dinámica social ajustada a las culturas

aborígenes, previo al siglo XVI, en estos territorios ulteriormente nombrados América, en la que se

ubica a Venezuela. 20

Dicho esto ya que no podemos obviar las ideas emanadas por la Revolución Inglesa (1688), así

mismo como la Constitución de los Estados Unidos de Norte América, pues esta última aplica como

modelo en pro de la redacción de la constitución de la naciente Venezuela como país libre del dominio

hispano para el año de 1811.



24

el hablar de sectores socio-políticos de derecha, centro izquierda, centro derecha e

izquierda, en la Venezuela ubicada en las inmediaciones de la primera mitad y toda la

segunda del siglo XX.

BBB...111...--- JJJuuussstttiiifffiiicccaaaccciiióóónnn iiinnntttrrroooddduuuccctttooorrriiiaaa aaalll Período de Cobertura

Hispanofrancés.

Por lo dicho previamente, entonces cabe que el carácter obligatorio de

desarrollo de esta sección en pro de explicar el por qué de un antes al año de mil

novecientos treinta y cinco. Consiste, como hemos dicho en principio, en sentar las

bases para la posterior discriminación que haremos en cuanto a los aspectos mentales

socio-políticos entre el antes y durante la época a estudiar, de modo tal que puedan

valorarse diferencias o no en este sentido. Y ya que las valoraciones se hacen en

relación con algo, en este caso nos preguntamos ¿La concepción del venezolano en

términos de Democracia es efectiva en alguna medida con la creación de los partidos

políticos modernos en Venezuela? ¡Ya sé verá! Si es efectiva, notar en qué medida y

si no lo es, intentar esclarecer por qué. Esto se puede determinar gracias al

conocimiento histórico de lo que hubo antes de 1935. He ahí la importancia de lo que

se ofrece a continuación: una Venezuela ajena a los partidos políticos modernos,

enmarcada en el Período de Cobertura Hispanofrancés.

Cabe rescatar de antemano que no nos interesa hablar de los partidos políticos

en sí, sino el efecto que ¿surten? en el imaginario colectivo venezolano. Para ello se

evaluará más adelante el material que se tome de algunos de los promotores y

seguidores de los partidos políticos modernos (partidos que en su seno teórico se ven

motorizados por la idea de Democracia: COPEI, AD, URD, etc.). Los partidarios, a

través del discurso oral y escrito, además de sus modos de vida, sustentados en la

dinámica social que ofrece la cotidianeidad del entonces, suministrarán información



25

¿Quiénes y cuál información en concreto? Esto se ofrecerá con minucia

posteriormente.

Ahora bien, la tarea que ocupará a esta investigación consiste en analizar los

discursos y valorar la coherencia que existía entre lo que se decía y lo que se

demostraba referente a Democracia. Para ello, se revisa con detenimiento conductas,

actitudes y aptitudes; resultado del observar acciones tangibles e intangibles

expresadas en los documentos o fuentes directas e indirectas para su estudio,

empleando en suerte de filtros los conocimientos a priori y empíricos que poseemos,

porque, como el historiador no escribe la historia jamás por anticipado, aunque

intente abstraerse de su contexto histórico, ya que se debe indisolublemente a una

carga cultural con particularidades acordes al segmento de tiempo en que esté

enmarcado. Tampoco lo hace, en este caso, estando presente en los acontecimientos.

Acá resulta oportuno hacer la salvedad que concierne y corresponde a los

historiadores que escriben Historia Inmediata, quienes sí están inmersos directa o

indirectamente21 en el presente que ocupa a los temas de sus investigaciones.

21

Indirectamente, debido a que el historiador hacedor de la historia inmediata bien puede trabajar una

cultura distinta a la suya, por ende, ajena a sus raíces históricas –socioculturales.



26

“““LLLaaa aaasssuuunnnccciiióóónnn dddeee lllaaa rrreeeaaallliiidddaaaddd cccooommmppprrrooommmeeettteee

iiinnndddiiisssooollluuubbbllleeemmmeeennnttteee aaalll sssuuujjjeeetttooo cccooonnn sssuuu aaaccceeerrrvvvooo

hhhiiissstttóóórrriiicccooo...”””

JJJooossseee LLLuuuiiisss MMMooorrreeennnooo PPPuuueeennnttteeesss

IIIIII

PPPeeerrríííooodddooo dddeee CCCooobbbeeerrrtttuuurrraaa HHHiiissspppaaannnooofffrrraaannncccééésss

BBB...222...111...--- CCCuuuaaatttrrrooo sssiiiggglllooosss dddeee dddiiissspppuuutttaaa yyy cccooonnnsssooollliiidddaaaccciiióóónnn ———XXXVVVIII---XXXIIIXXX———

En Venezuela, llegado el año de mil novecientos treinta y cinco, han

transcurrido poco más de cuatro siglos de presencia del pensamiento tradicional



27

español, siglos que permitieron la implantación22

de todo un modo de vida poseedor

de una dinámica, en principio impulsada principalmente por el Reino de Castilla23

, en

los territorios hoy venezolano (para el entonces, territorios constituyentes de Las

Indias), que al crear raíces gradualmente, solapa tanto a los originarios de estos

territorios —distintas culturas indígenas— como al ente africano esclavo (diverso).

Por ello fue un proceso en el que no se desgastó el núcleo del pensamiento español,

sino que por el contrario, se vió alimentada su fragua, pues muchos de los distintos

grupos y culturas no españoles vieron en él un modelo ideal de vida a seguir, lo que

no niega las múltiples resistencias y diferimientos entre ellos durante siglos, aunque

solapados por el pensamiento ibérico.

Visible es la existencia de los mismos anhelos de vida entre Venezuela y

España, formas de expresión de toda una concepción del mundo, bajo la dirección

suprema de Dios, representada por la Iglesia Católica con su máximo exponente el

Papa, y la Corona, representante del Estado monárquico, encabezada por el Rey. Sin

embargo, es evidente que la presencia de un resultado del pensamiento moderno ha

encontrado cabida, con fuerte ímpetu, desde hace casi un siglo y medio (para el año

de 1935) a partir de la existencia jurídica de Venezuela como país: es decir, la

creación de la República de Venezuela a principios del siglo XIX. Pensamiento en

parte materializado en el cambio del máximo representante del Estado, que ahora no

va a ser el Rey sino el Presidente constitucional, sea este último moderno o no en su

mentalidad; lo que no le hace ni mala ni buena persona, sino acoplado o desacoplado

al nuevo modelo de Estado que representa.

La creación del Estado republicano da pie a que el siglo XIX venezolano se

vea sacudido por muchos acontecimientos, particularmente de origen socio-político,

22

Al respecto nos habla el historiador Germán Carrera Damas, véase en el texto. Una nación llamada

Venezuela; su primera conferencia titulada: La crisis de la sociedad implantada colonial, pp 31-61. 23

Decimos Castilla y no España, sabiendo que España unificada no existía como tal para comienzos

del siglo XV, pues tal cosa ocurriría tiempos más tarde.



28

debido en parte a las pretensiones de algunos sectores sociales con la intención de

mantener, reorganizar, o cambiar el ―statu quo‖; 24

circunstancias que permiten la

producción de ajustes y desajustes en la sociedad. Las circunstancias y vicisitudes

concretas de este devenir han sido examinadas por la historiografía venezolana desde

distintas ópticas.25

Los ajustes y desajustes se ven expresados en la utilidad que se le dio a la

República, sí como una suerte de máscara (la utilización de elementos modernos para

satisfacer necesidades enmarcadas en el pensamiento tradicional) o como modo de

vida (puesta en práctica la idea de República moderna). Asunto curioso, por ello las

interrogantes ¿La sociedad venezolana26

decimonónica estaba preparada para recibir

en su seno a la República?, ¿El hecho de ser Venezuela república a partir de 1811 dio

pie a que tuviese vida aceptable entre los nuevos venezolanos, quienes venían

alentando el corpus del Estado monárquico en sus mentes durante tres centurias? El

grado de independencia de Venezuela en proceso de configuración como nación se

logra ver de acuerdo con la asimilación que ella muestra con respecto a la idea de

República, bien sea centralista, centro-federal o federalista; sin embargo, esto resulta

24

A partir de nuestra hipótesis, de que la mentalidad dinamiza a la Historia, nombraremos algunas

posibilidades para evitar tendenciosidad: sectores aferrados a la monarquía; sectores con anhelos de

república para lograr independencia política; sectores que luego de la ruptura política formal entre

Venezuela y España, lo que trae consigo la creación de la república de Venezuela, trabajando todo el

aparataje que trajo consigo la república en aras de defender sus intereses enmarcados dentro del

pensamiento tradicional; sectores pretendiendo una Independencia de España global al hacer hincapié

de lo pertinente de la república como elemento del pensamiento moderno y por qué no, asumiendo

realmente ese papel de grupo con pensamiento moderno, etc. 25

Algunos textos para su estudio son los siguientes: Conservadores y Liberales, intervenciones

parlamentarias en la Convención Nacional de Valencia; José Gil Fortoul, Historia Constitucional de

Venezuela. Tomo II.; La Doctrina Positivista. Tomo I.; Pensamiento Conservador (1815-1898);

Laureano Vallenilla Lanz, Cesarismo Democrático.; Germán Carrera Damas, Una nación llamada

Venezuela.; Miguel Angel Rodríguez Lorenzo, La Mudanza del Tiempo a la Palabra.; Daniel

Ibarra, Las articulaciones Políticas de una Revolución Conservadora.; Mario Briceño Iragorry,

Introducción y Defensa de Nuestra Historia.; Elías Pino Iturrieta, Nueva Lectura de la Carta de

Jamaica.; Carmen L. Bohórquez, Francisco de Miranda precursor de las independencias de

América Latina.; Edgar Esteves González, Las guerras de los Caudillos.; Mariano Picón Salas, De

la Conquista a la Independencia.; Elías Pino Iturrieta, La Mentalidad Venezolana de la

Emancipación (1810-1812).; Carlos Irazábal, Hacia la Democracia.; Augusto Mijares, Lo

afirmativo venezolano.; Rafael Arraíz Lucca, Venezuela: 1830 a nuestros días. 26

Entre comillas puesto que, para ese entonces, estaba bastante marcado el regionalismo.



29

engañoso. Oportunamente nos dirá el filósofo José Manuel Briceño Guerrero “Al

rechazar y condenar las manifestaciones negativas de nuestra idiosincrasia —oscura

y pertinaz defensa en que fulgura la sangre fecunda de dioses mestizos degollados—,

no hacemos sino enajenarnos más y más”27

Por lo visto, las élites provincianas consiguieron independizarse de la tutela

político formal española para luego buscar la dependencia modernizadora,

visualizada tal cual arquetipo. Por ello, el modelo anhelado a alcanzar era portador de

las consignas propias de civilización, progreso, desarrollo, etc.), que en muchos casos

se observa en calidad de patina ornamentaría (sin negar su validez apta para juzgar),

la cual es legitimada por el convencionalismo, resultado de actuar no deliberadamente

al punto de ignorar que se es nación y lo que ello implica. He ahí parte del problema

de desencaje en relación con el entendimiento de sí en el ser venezolano, ya que la

mayoría juzga al unísono, mediante el discurso, la carga cultural (desconocida como

tal) expresada por sus congéneres. A su vez, obviando la suya28

, y para dicha acción

se vale de algunos elementos que corresponden al pensamiento moderno, quizá más

apropiado resulte decir nuestro discurso moderno29

.

Por ello es pertinente afirmar que el no ahondar en los problemas en nombre

del respeto, en tal caso conduce por el contrario a una falta de respeto, ya que es

desatender el problema. Por cierto, caso visible en la sociedad venezolana, pues

pretende soluciones manteniendo al mismo tiempo la cultura acorazada ¡Y por qué

no!, disfrazada también, lo cual esteriliza dicha pretensión.

27

Véase el texto: La casa del verbo. Antología de textos. Libro XVI. ¿Qué es la Filosofía? p. 219.

Para mayor amplitud acerca del tema, del mismo autor tenemos los textos: El discurso salvaje, pp. 37-

49; Europa y América en el pensar mantuano, pp. 85- 119; La identificación americana con la

Europa segunda, pp. 13- 45. 28

Ésta mayormente obviada por escasez o ausencia de autocrítica, introspección debilitada. 29

Discurso contenedor de categorías modernas, en estos casos, poseedoras de contenidos opacos, es

decir, un discurso carente de inteligibilidad en sus contenidos en consonancia con la acción, evidencia

concreta del desacople que hay entre él y la cotidianeidad. ¡Y así cómo se solventan los problemas que

decimos nos aquejan!



30

Bien se puede aprender y aprehender diversos asuntos sobre Venezuela y su

contenido problemático. Sin embargo, si no nos visualizamos como parte de estos

problemas y, a su vez, como solucionadores modificándonos nosotros mismos,

continuaremos ajenos a la realidad; por ende, tan sólo memorizando y, a su vez,

repitiendo excusas trilladas tales como: ―todos pensamos diferente‖30

, ―errar es de

humanos‖,31

etc. Por estas razones y otras que se escapan ahora, seguimos

confundiendo la acción que implica el discutir32

con la acción que implica el pelear33

.

El dinamismo que se presentaba en Venezuela para inicios del siglo XIX

estaba motorizado por estratos sociales34

encabezados, a su vez, por el grupo

dominante denominado Blancos Criollos, siendo estos últimos vulnerados

aparentemente por la guerra independentista, pues esta permite el acceso al poder y

al ascenso social de algunos pardos pudientes económica y militarmente destacados.

Es decir, la concepción hispánica acerca del orden de las cosas cobra mayor fuerza en

vez de desvirtuarce. Caso muy distinto a la existencia de divisiones sociales, que se

gestan por una suerte de pugna encabezada por dos visiones distintas del mundo.

Ejemplo de ello es la Revolución Francesa, en la que los burgueses en representación

30

En muchos casos al hacer esta afirmación, ―todos pensamos diferente‖, nos desentendemos del

modelo cultural condicionante del cual somos portadores, quizá por desconocernos y/o por pereza de

pensarnos realmente. 31

Por cierto, excusa perfecta para evadir responsabilidades e implícitamente subestimarnos, puesto

que, bien podemos gestar un mejor funcionamiento de las relaciones sociales como resultado de la

ética o reflexión, en relación con los problemas que no nombramos los venezolanos en gran medida,

pero que están presentes en la cotidianeidad nuestra. Por otro lado, bien tenemos la capacidad de

pensar sólo hay que desarrollarla, por ello, la pregunta que nos hacemos es ¿Pensamos nuestras

respuestas o respondemos por memorización y mecánica? 32

El discutir, a nuestro juicio, tiene como propósito el intercambio de ideas, invitando a la racionalidad

en función de entender y proponer soluciones factibles al problema que se trata. 33

El pelear, en nuestro criterio, implica cerrarse ante la posibilidad de solución. Aquí encontramos a la

racionalización, que no es más que darle pinceladas de coherencia a lo incoherente; por ello se

descuida el problema en si, que pudiera discutirse, y se acude a la creación de nuevos problemas de

por sí, fuera de lugar e innecesarios. 34

Véase., pp. 14-15 de este texto.



31

del capitalismo se enfrentaban a la monarquía, representante del sistema feudal,

originando esto, como punto de ebullición, la creación de la república francesa,

producto de una necesidad social más no sectaria, ya que las condiciones estaban

dadas para ello debido al desgaste del sistema feudal.

Pues bien, partiendo de ésta diferenciación, al margen de los procesos

históricos de Francia y Venezuela, se ofrece la pregunta para la tarea reflexiva:

¿Realmente se les puede nombrar proceso de independencia a los ajustes y desajustes

del siglo XIX venezolano (en la línea de esta investigación) o más bien proceso de

separación política, ya que son dos cosas distintas?; ¿la República es producto de una

necesidad social en Venezuela o simple imposición?

Al parecer, el grueso de la sociedad (no pueblo) no urgía por un nuevo modo

de organización social a partir de la ruptura con España,35

ya que no existía una

necesidad en ellos de este tipo, sino que más bien el capricho de ruptura política era

de la élite dominante en su mayoría:

bien fuera por anhelos de apertura a las ideas modernas adoptando la República o por

zafarce del monopolio político–económico en manos de la Corona española y, ¡por

qué no!, al ver la posibilidad de crear una corona local y no como nos ha querido

vender la tesis la historiografía tradicional de que las ideas ilustradas, para entonces,

estaban por todos lados fomentando con efectividad la emancipación en la sociedad

colonial. Cosa incierta debido a los escasos medios de información36

, el alto índice de

35

En tal caso cabe añadir que si existían anhelos de libertad en estos estratos (no pueblo), pero era con

relación al grupo dominante, en ese contexto en concreto: los blancos criollos o mantuanos quienes

tenían lo que se vería como todos unos atributos: poder y riqueza; inmerso en estos últimos (como

arquetipo) la mano de obra esclava. Esto no se ha dejado ver a profundidad y en detalle a través de la

enseñanza oficial impartida por el Estado venezolano, pues contrariaría a la formación que ha recibido

el venezolano e injustificaría el proyecto de independencia representado y encaminado por grupos

oligárquicos existentes hasta nuestros días. 36

Para entonces el grupo mayoritario de la sociedad vive en aislamiento con respecto a las

situaciones que están moviendo al mundo, pues hay que tener en cuenta la inexistencia de televisión,

de radio, de internet, etc; los medios de información estaban reducidos al correo, los libros y el

periódico. Sin embargo, estos no surtían una influencia de relevancia debido a que la mayor parte de la



32

analfabetismo, aunado al alto grado de aceptación hacia la Corona, que prevaleció

durante buena parte de la centuria debido en gran manera al peso de divinidad que se

le asignaba al rey.

Continuado el orden de ideas, cabe afirmar que a pesar de verse jurídicamente

separada Venezuela de España y convertida en una república, en la mentalidad del

pueblo fue tan sólo una suerte de ropaje. Ropaje que con el paso del tiempo iría

asimilando el resto de la sociedad venezolana al verse gradualmente insertada en una

versión holística de pueblo, en lo que juega un papel fundamental la idea de

Democracia luego de 1935, aplicada como política de Estado. Para acompañar esta

reflexión, a modo de analogía cabe rescatar las palabras de Manuel Ugarte:

Cada vez que se debilita una preeminencia política no se derrumba una

civilización. Si cae Inglaterra, caerá una fuerza preeminente, pero la cultura,

el conjunto de conocimientos o de conquistas espirituales que el hombre ha

acumulado a lo largo de los siglos seguirá siendo, con ella o sin ella, el haber

común de la humanidad.‖37

Por supuesto, esta idea no debe ir en función de opacar la posibilidad de hallar

algún tipo de influencia real de la Democracia, como concepto e ideal, en la

mentalidad venezolana a estudiar, por asumirse como cómplice de la formación de un

ropaje tejido con Modernidad, sino que por el contrario permitirá dar pasos firmes a

sabiendas de las situaciones a que está expuesta una cultura y los fenómenos sociales,

por naturaleza complejos, manifiestos en ella, presentes en los contextos históricos

que transita.

población era analfabeta; los pocos que sabían leer y escribir eran con mayor frecuencia de la élite,

situación que cambiará gradualmente entrado el siglo XX. 37

Véase en el texto: La Nación Latinoamericana, p. 171.



33

El siglo XIX venezolano se ve inmerso en la lucha de posturas encontradas en

cuanto se discuten diferente maneras de consolidar la República, al igual que se

manifiesta la continua ola caudillezca. Al respecto, dejaremos ver unos cuantos

comentarios de políticos e historiadores de la época y de las posteriores.

Francisco Mejía, llevando a cabo su disertación ante la Convención Nacional

de Valencia38, sesión del 30 de julio de 1858, dice:

Cuando hemos tenido un rayo de esperanza para cimentar en esta tierra las

instituciones democráticas, no lo hemos visto sino como ráfaga que pasa

inadvertida. En lugar de la luz y el progreso, las tinieblas y la estagnación...

Lejos de obtener el resultado de tan cruentos sacrificios sólo hemos cambiado

el ropaje... Venezuela ha luchado por conseguir su libertad, su

independencia, esta es la verdad, pero qué consiguió, tan solo lo segundo39

Cabe mencionar que Mejía ofrece estas palabras cuarentisiete años después de

la firma, con fecha 5 de julio de 1811, del Acta de Independencia: deja ver la

incompatibilidad hasta el entonces entre un elemento de la República en el Estado

naciente venezolano —las instituciones democráticas— y el quehacer político;

además plantea la existencia de independencia. En nuestro parecer es tan sólo una

autonomía política meramente formal, ya que al afirmar que no se ha conseguido

libertad se entiende que continúa la cultura política que alberga al pensamiento

monárquico hispánico, propia del antiguo régimen: todo un pensamiento repelente a

lo que trae consigo como pensamiento la República, por consiguiente fundado en una

mentalidad e imaginarios premodernos.

38

En esta sesión se discutían las bases de la Constitución de 1858. Por la toma de los conservadores

del poder a partir de 1859 comienza la Guerra Federal, encabezada por José Crisostomo Falcón y

Antonio Guzmán Blanco en el bando de los liberales. 39

Véase en el texto: Conservadores y Liberales. Intervenciones Parlamentarias en la Convención

Nacional de Valencia, pp. 539 y 601.



34

Francisco González Guinán, cuando se refiere a la constitución de 1864, dice:

... tan libre y democrática, que tocó los extremos de la exageración en cuanto

a los derechos individuales. La Federación fue establecida en lo referente a

las limitaciones territoriales; pero en lo político y administrativo apenas

quedó enunciada... En lo administrativo fue deficiente el primer gobierno

federal, probablemente por la indiferencia que el General Falcón mostraba al

ejercicio del poder público... Los Estados que compusieron la unión nacional

se llamaron soberanos e independientes, pero en realidad no lo fueron,

porque en su mayor parte quedaron prevaleciendo las prácticas unitarias” 40

González Guinán nos muestra la continuidad de una mentalidad, de un

imaginario o representación social de las practicas del poder político, pues puede

verse que aunque no está interviniendo el poder político español en los intereses de

estos territorios, bien está la mentalidad de ―españoles americanos‖, ya que la política

que se aplica no es republicana sino monárquica: por ello, resulta entonces, como dice

Carrera Damas “cambiar para seguir igual”.

Se puede apreciar que la llamada independencia venía a ser sólo el nacimiento

de un país porque no suprimía en los venezolanos el ejercicio de la política sobre la

base de ideas monárquicas, a pesar de ya no estar como dirigente el Rey sino un

presidente que, en términos de república, habría de jugar un papel totalmente distinto.

Por ello: ¿Los presidentes encarnaron realmente su rol o más bien fueron el

―gendarme necesario‖? Aún así, la cultura política tradicional tiende a confundirse

con el ejercicio de la política republicana, posiblemente por el uso de un discurso

40

Francisco González Guinán Historia Contemporánea de Venezuela, Tomo I, p. XVI.



35

republicano, presente en los dirigentes venezolanos del ―nuevo Estado‖41. Y es que la

existencia (imaginario o representación social) de un nuevo Estado no cambia

necesariamente el pensamiento, es decir, la concepción del mundo que se tiene;

cambio que es requisito fundamental para que exista una independencia acorde con

los términos totalizadores empleados en muchos casos por la historia patria.

A lo largo del tiempo el tema de la independencia de Venezuela ha sido

estudiado por muchos historiadores y estudiosos de otros campos del conocimiento,

todos procurando cooperar con la construcción de una idea fundamentada de lo que

ha sido ese proceso en aras de contribuir con el enriquecimiento cognoscitivo del

devenir de la sociedad venezolana; por ende, de la gestación y fraguado gradual de la

memoria histórica venezolana que, para bien o para mal, se ha nutrido por el campo

de las contradicciones. Asunto nada extraño, debido a las múltiples posturas

historiográficas existentes al respecto, además de las interpretaciones tergiversadas en

favor de anhelos sectarios. Sin embargo, esta no debe ser una excusa para

desentendernos del tema.

¿Si hay República, esto acaso no obliga a pensar, hablar y proceder en sus

términos, en alguna medida, a los venezolanos? Por lo visto les obligó a hablar en sus

términos, pero no necesariamente a pensar y proceder como tal, posiblemente porque

la república no surgió de modo natural. Por tal razón, ella no obedece al contexto

histórico del naciente país venezolano; más bien es una suerte de tijera y engrudo.

Respecto de la idea de República, Rousseau nos dice:

...persona pública que se constituye mediante la unión de todas las restantes,

se llamaba en otro tiempo ciudad- estado y toma ahora el nombre de

república o de cuerpo político, que sus miembros denominan estado, cuando

41

La existencia de un nuevo Estado como ente organizador no da fe de independencia necesariamente

en el pensamiento, a menos que éste se acople al mismo.



36

es pasivo, soberano, cuando es activo y poder, al compararlo a sus

semejantes. En cuanto a los asociados, toman colectivamente el nombre de

pueblo, y se llaman más en concreto ciudadanos, en tanto son partícipes de la

autoridad soberana, y súbditos en cuanto están sometidos a leyes del estado42

Tomada la idea de República ofrecida por Rousseau, se ve que en Venezuela

esta idea no funcionaba, ya que en la Constitución Federal de 1864 decía que todos

(el pueblo) eran iguales ante la ley, pero el pueblo no eran todos: continuaba siéndolo

la élite. Lo que se alcanza ver es una suerte de rescate del concepto aristotélico ―unos

hombres nacen para dominar, otros para ser dominados‖. Por ello, como dice

Francisco Guinán: ―prevalecían las prácticas unitarias‖.

Como hemos de ver, la mayoría de los venezolanos durante buena parte del

siglo XIX estaban renuentes a asimilar la República. Y siendo ella parte del

contenedor de la Modernidad es que surgen estas preguntas: ¿Qué papel juega la

Modernidad en este proceso de independencia, en el que los ―republicanos‖ toman

como opción convertir a Venezuela en República? ; ¿El papel que juega la

Modernidad en el Estado naciente venezolano para el siglo XIX se verá expresado

acaso en el cambio del discurso? Al no ser ya este territorio parte de la monarquía,

sino un ente jurídico independiente de España, ahora constituido en República,

permitía que se hablase en sus términos. No obstante, ello no significó que se

procediera según los mismos. Al respecto, Laureano Vallenilla Lanz nos dice:

...“cambiando las primitivas banderas y disfrazándose con ropajes constitucionales,

se extremaban en la tarea funesta de transplantar de Europa y de los Estados Unidos

las más avanzadas doctrinas políticas sin pensar nunca en las posibilidades de

aplicarlas”.43

Vallenilla Lanz se refiere a los grupos de la élite con poder político, no

42

Jean Jacques Rousseau: El contrato social, p.16. 43

Laureano Vallenilla. Lanz: La doctrina positivista. Tomo I, pp. 439-441.



37

a la totalidad, desde luego, del pueblo venezolano y, ni que hablar del resto

mayoritario de la población que se hallaba marginada.

Un ejemplo del cambio de discurso se ve en Elías Acosta, quien hace mención

ante la Convención de Valencia, el día 19 de octubre de 1858, de los derechos

individuales, diciendo: ...“ debemos marcar como un hecho notable la época de la

regeneración. Existió la esclavitud, fue abolida por una ley. ¿En virtud de qué? En

virtud del conocimiento de ese gran principio, de ese derecho individual: la igualdad

por nacimiento”.44 Esta afirmación de Acosta puede ser discutible, ya que él da a

entender que la abolición de la esclavitud en Venezuela para 1854 fue producto de

una ley creada debido al entendimiento del derecho de igualdad por nacimiento, por

parte de los legisladores, tal vez obviando mencionar que esta decisión fue tomada en

el gobierno de José Gregorio Monagas como respuesta a la poca rentabilidad que

tenía el poseer esclavos. Por ello, se entiende esta afirmación de Acosta más bien

como una estrategia política que como la ejecución de una idea moderna, siendo ese

discurso moderno el disfraz del motivo principal (continuista). De modo que no se ve

vulnerado el pensamiento tradicional, aunque a simple vista lo parece.

Las instituciones de la República eran aparentemente modernas, ahora bien,

¿era moderno el uso que se les daba? A este respecto, Francisco Machado ante La

Convención Nacional de Valencia,45 en 1858, expresa:

...es preciso tener presente que cada una de estas condiciones que exigen

para ser diputado es una restricción o limitación de soberanía del pueblo;

que al mismo tiempo que se le asegura la libertad para elegir, se le concreta a

44

Véase en el texto, Conservadores y Liberales, intervenciones parlamentarias en la Convención

Nacional de 1858 en Valencia, p.554. 45

Esta intervención Machado la lleva a cabo en la sesión de intervenciones parlamentarias ante el

Congreso Nacional de Valencia en 1858; en este caso Francisco Machado se dirige a sus colegas

parlamentarios, con una inquietud que trae entre manos respecto de la situación electoral. Véase

Conservadores y Liberales... Ibíd.



38

elegir en determinadas personas, no siendo, por tanto, verdaderamente libre

para nombrar sus representantes, como debe serlo. Esta es una contradicción

manifiesta 46

Justamente la contradicción que hace ver Machado consiste en que a pesar de

la existencia de mecanismos republicanos, al mismo tiempo prevalecían las trabas

(voto censitario) que no permitían materializar la acción republicana en cuanto al

funcionariado estatal. Una vez más vemos que perduraba el dominio de ideas

antirrepublicanas.

Por lo dicho hasta ahora, Venezuela como república47 nace debido a que el

Estado debía sustentarse en algún marco jurídico distinto al del antiguo régimen

colonial, y el referente más próximo era la república.48

Venezuela, como Estado ―independiente‖ en su condición de república,

congregaba un conjunto de elementos (la constitución como ente republicano, con

todo lo que a ella se ciñe) modernos, amen de los cuales sería regida desde 1811 en

adelante, trayendo esta situación consigo (como se ha dicho más arriba) ajustes y

desajuste durante el siglo XIX, que desde el punto de vista mental no dan fe de

independencia plena de Venezuela. Esto se ve expresado en la ausencia de

asimilación con relación a la idea de república, por ende, la escasa ejecución de los

conceptos contenidos por ella, en buena parte porque es adoptada tomando como

referente la república estadounidense. Aún así, permaneció como ordenamiento

constitucional de gobierno. En este punto, al indicar la presencia —abierta o

solapada— del pensamiento tradicional español, es porque tomamos como referente

un conjunto de elementos que le constituyen, como es la creencia que se tiene de la

46

Ibídem, p. 545. 47

Afirmamos tajantemente, debido a que no se ven pruebas de que estuviesen dadas las condiciones

históricas para que naciera la república con naturalidad. 48

Los casos de Francia y Estados Unidos.



39

existencia de Dios y todos los dogmas que mantienen los representantes de él en el

Estado: por un lado, en el plano religioso la organización católica y, por el otro, el

plano político encarnado en la monarquía, teniendo en cuenta que su máximo

representante, el Rey, tiene un carácter divino emanado por Dios; carácter que se ve

heredado, de manera implícita, por la figura del presidente en Venezuela en alguna

medida.

Al valorarse el siglo XIX se aprecia, a través de las reformas de las

constituciones en los años 1830, 1858, 1864, 1881 que el reordenamiento de las

instituciones se llevó a cabo gradualmente. Empero, en tal caso nos interesa la

operatividad de los funcionarios públicos, siendo estos ―republicanos‖, veremos si era

acorde a la funcionalidad apropiada de las instituciones republicanas o no. Al

respecto, Miguel Angel Rodríguez Lorenzo49, plantea que hubo una suerte de

inserción de elementos del pensamiento moderno, de la Europa Segunda, en el

pensamiento tradicional español, de la Europa Primera, lo que creemos no dio pie al

debilitamiento del pensamiento tradicional de la sociedad venezolana, sino que más

bien lo tergiversó, para desembocar de esa manera en una simbiosis como afirma

Rodríguez, pues la —Europa Segunda— no acopla de manera efectiva en la dinámica

de la sociedad del entonces, sustentada en la —Europa primera—.

Acá podemos apreciar una explicación que orienta acerca del desencaje entre

estas dos visiones del mundo (producto de dos contextos históricos distintos), en

pugna dentro de una misma sociedad. La Europa segunda no obedecía a la

idiosincrasia venezolana, por eso no se aclamaba como acervo cultural propio. Sin

embargo, constantemente se pretendía su asunción, por un grupo reducido, el llamado

49

Profesor, adscrito en la actualidad a la Escuela de Historia de la Facultad de Humanidades y

Educación de la Universidad de los Andes, autor del texto, La Mudanza del Tiempo a la Palabra. El

planteamiento de Rodríguez Lorenzo se funda en las reflexiones del filósofo José Manuel Briceño

Guerrero contenidas en las obras: El discurso salvaje, pp. 47- 95; Europa y América en el

pensamiento mantuano, pp. 85- 220; La identificación americana con la Europa segunda, pp. 51-

101.



40

―Ilustrado‖ (¡Con buenas ó malas intenciones! no viene al caso). Él si buscaba su

aplicación mediante políticas de Estado. Una imposición a la población, que en su

mayoría era desconocedora50 de lo que acarreaba realmente todo el aparataje que

transportaba consigo la República; situación que en vez de conducir a algo

provechoso para la comunidad venezolana, por el contrario, lo que dio fue lugar a

todo un desbarajuste que con el tiempo se fue sumando al imaginario cultural y socio-

político venezolano de trasfondo monárquico51; una razón fundamental para la

manutención de una identidad nacional en franca debilidad. Con relación a esta

negación del propio ser, Rodríguez explica:

Lograda la emancipación, las regiones administrativas coloniales se

asumieron como países sin serlo y empezaron a ser dotados de ideales

proyectos, constituciones y funcionarios europeos segundos; pero para

materializar la Europa segunda, solo se contaba con caudillos provenientes

de la europeización primera de Latinoamérica y pardos sin identificación

europea definida y recién ascendidos socialmente, en la guerra. A ellos se

plegaron los que pugnaban por la paideia europea segunda. De esa simbiosis

salieron tiranos con asesores cultos (como Juan Vicente Gómez en Venezuela)

y autócratas civilizadores (como Antonio Guzmán Blanco, también en

Venezuela), sin que los primeros ni los segundos hayan “civilizado”, sino

50

Para el entonces, el grupo mayoritario de la sociedad vive en aislamiento con respecto a las

situaciones que están moviendo al mundo, recordando la inexistencia de televisión, de radio, de

Internet. Los medios de información estaban reducidos al correo, libros y el periódico, sin embargo

estos no surtían una influencia de relevancia debido a que la mayor parte de la población era

analfabeta. 51

En tal caso lo monárquico obedecía netamente a la idiosincrasia, el problema es que empezó a

encubrirse esa realidad a fuerza de elementos modernos (funcionales en la mayoría de los casos como

matices), entre algunos de ellos tenemos la retórica en múltiples vertientes y la infraestructura.

Mientras tanto, la expresión en el gran grueso social continuaba manteniendo la herencia hispánica

muy activa, en cuanto a contenidos especialmente se refiere. En lo que Briceño Guerrero llama el

pensar mantuano, al menos al menos como aspiración. Véase José Manuel Briceño Guerrero: Europa

y América en el... Op. cit. pp. 121- 174. Sobre este mismo punto véase también: Germán Carrera

Damas: De la dificultad de ser criollo, pp. 69- 137.



41

que, por el contrario, siguen siendo amenazas latentes para los logros en

democratización y modernización”.52

Las figuras políticas que fungían de gobernantes en monarquía, en la república

dan paso al fenómeno del caudillismo, lo cual permitió más bien la continuación del

fraguado del pensamiento tradicional pero con otro rostro, como los casos que señala

Rodríguez, siendo de nuestro interés por el momento el de Guzmán Blanco, por estar

en el siglo XIX. Guzmán concentró el poder político en sus manos como una suerte

de ―Rey‖ en la República y, a su vez pretendió ―modernizar‖ al país, con obras de

infraestructura. A este respecto, afirma Edgar Esteves González que:

Desde la toma del poder por José Antonio Páez en 1830 hasta la muerte de

Juan Vicente Gómez en 1935, en Venezuela transcurren 105 años de vasta y

áspera lucha por sobrevivir como Estado y como pueblo. Se busca una

identidad y una igualación social, que cada venezolano adquiera un puesto en

el concierto del país para poder ser considerado ciudadano con derechos y

deberes53

González nos habla de un intento por la igualación social54 en términos de

Modernidad. Intento que por lo visto casi siempre se vió fallido debido a los

52

M.A. Rodríguez. L. La Mudanza... Op. cit., p. 97. 53

Edgar Esteves González, Las guerras de los caudillos. p 6. 54

Es de mera importancia establecer ahora mismo que al hablar de igualdad, surgen distintas

interpretaciones. Las que queremos explicar en este párrafo son dos: 1.- la igualdad imparcial de los

individuos ante la ley que establece el Estado moderno (República), en el que figuran derechos y

deberes para las ciudadanas y ciudadanos; y 2.- la igualdad parcial socio-cultural, es decir, el anhelo

que sostiene un grupo social en ser como otro grupo, que figura como modelo a seguir (arquetipo) por

su condición dominante en cuanto a poder económico, estatus social, religión, poder político, etc. En

nuestro caso en concreto, el grupo dominante viene a ser la naciente oligarquía, hereditaria en potencia

del pensamiento tradicional español, quien absorbe, a la vez que atenúa o suprime, las demás

concepciones o culturas de los grupos marginados, quienes se desarraigan de sus acervos culturales

para formar parte, de una u otra forma, del grupo que anhelan igualar. Proceso que presenta acciones

conscientes e inconscientes en las que se presentan fuerte resistencias al mismo tiempo que existe el



42

prejuicios sociales, es decir, prevalece la idea de estratos sociales en que figura lo

nobiliario propio del pensamiento español, además del racismo. No obstante, cabe la

posibilidad que en algunas ocasiones funcionara. Así vemos que el sistema

republicano de gobierno se prestó como herramienta o canal de acceso a una

igualación con la élite (que deja a un lado los derechos del hombre), visto por los

demás sectores de la sociedad como punto álgido a alcanzar y al ser alcanzado este

status, por algunos (el caso de los pardos acomodados, soldados de las guerras

principales y secundarias), llegaban a asumirlo del mismo modo que previamente

ellos mismos repudiaban, a la vez que lo aupaban, permitiéndose continuar cada vez

con mayor fuerza una suerte de endorracismo, es decir, el blanqueamiento hispánico

en el ámbito mental. Por eso insistimos en afirmar que perduró el círculo vicioso

monárquico, empero ahora con cara de República, en la que se hallaba la posibilidad

de ascender. Para ello hubo de justificarse la pertinencia de la República, de lo cual se

encargó la historia patria enalteciendo a los ―independentistas‖. Al respecto, Mario

Briceño Iragorry nos dice:

Hubo entre nosotros un grupo muy distinguido de historiadores que, guiados

por un erróneo aunque honesto concepto de la venezolanidad, desdijeron la

obra de la colonización española e intentaron presentar el período hispánico

de nuestra vida social como un proceso de extorsión, de salvajismo, de

esclavitud y de ignorancia. Creyeron que con tal método agrandaban el

contorno creador de los padres de la Independencia, considerados como

centro de gravedad y focos generadores de la vida histórica de la nación.

Según ellos, en realidad la Patria no vendría a ser sino el proceso

republicano que arranca en 1810 55

anhelo de igualación, lo que deja ver una ambivalencia marcada que consideramos se apega a lo que

entendemos por Historia como fenómeno (véase página 13 de este texto). 55

Mario Briceño Iragorry. Introducción y Defensa de Nuestra Historia, p.62



43

Sí que les funcionó a estos historiadores y a otros intelectuales el ―culto al

héroe‖, la constante mención de los derramamientos de sangre por conseguir la

República y el reniego constante de la vida de estas provincias antes de constituirse

en Estado republicano (Leyenda Negra), puesto que ello permitió que la República

tuviese una razón de existir para los venezolanos, naciendo así el sentimiento de

arraigo hacia ella con independencia, al menos en su imaginario en tanto y cuanto

representación social, de que se entendiera el significado de ésta o no. Por ello, no

sólo la ruptura política entre Venezuela y España fue formal sino también en cuanto al

régimen político: por tanto, esta es una razón por la cual pudo convivir el

pensamiento tradicional durante el siglo XIX con la República, olvidándose

gradualmente la idea de instauración de una monarquía, pues hablar de ello, según se

ve, era ya dar pasos retrógrados. Sin embargo, el hecho de existir la República sólo

permitió que continuara algún tipo de orden jurídico, pues lo más probable es que se

viera a este orden como una monarquía en el subconsciente socio-político, ya que los

gobernantes y demás funcionarios del Estado constantemente procuraban concentrar

el poder en sus manos. Entonces, aunque en la práctica política cotidiana

(presuntamente) dieran vida a los títulos y cargos republicanos, que conllevaban toda

una carga de corresponsabilidad, en realidad estos funcionarios se veían enajenados

de su cumplimiento pleno y coherente viviendo en república.

Igualmente la constitución era un libreto que escasamente sé ponía en

práctica, ya que no encajaba con las necesidades.56 Ejemplo de ello lo tenemos a

partir de la constitución de 1864, de la que no se puso en práctica la normativa federal

porque como se ve, la población desconocía la República Federal, ya que el

analfabetismo no le permitió tener un conocimiento de ella, aunque fuese en el orden

teórico.

56

Excepto por el cumplimiento al pie de la letra de los artículos que mantenían a la Religión Católica

como la oficial y las exigencias de las rentas anuales que debía tener todo aquel aspirante a cargo

público, lo que favorecía a la élite dominante. Esto se cumplía porque sí era propio del pensamiento

tradicional. La libertad de culto en la realidad era incumplida, de hecho hasta muy entrado el siglo XX.



44

Unos cuantos de los que llegaron a obtener el poder político, ocupando el

cargo que fuere en la dirección de la República, lo hicieron porque poseían rentas

anuales exigidas por las constituciones, o por prestigio militar (el caso de José

Antonio Páez), o por rebelión (el caso de Julián castro). Ninguno de ellos era francés,

holandés, etc., o por lo menos criado en aquellos contextos en donde se vivía el

pensamiento moderno. Aún así gobernaron en el país, fueran algunos intelectuales o

no, es lo de menos para nuestro interés, pues para tener una concepción del mundo

moderna no es por las vías de la academia o la intelectualidad que se obtiene (aunque

existirían casos aislados), ya que es un modo de ver la vida que responde a un

contexto socio-político e histórico determinado (―Europa occidental‖). Sin embargo,

cabe rescatar que muchos de los intelectuales abrazaron a la República como una

solución, tal vez, de la situación de guerra constante, aunado al interés de estos por la

igualación con otros países (―según ellos‖57

) avanzados; y viendo que en aquellos

funcionaba el orden republicano, pensaron seguramente obtener esas mismas

bondades para Venezuela. Por eso, el país como ―sala de laboratorio‖ haría perdurar

a la idea republicana.

Los gobernantes en ocasiones se anclaron en el poder o pretendían hacerlo

como una suerte de ―Rey‖: ejemplo de ello fueron las presidencias de José Tadeo

Monagas y de Antonio Guzmán Blanco. Aún así prevalecía, por decirlo de algún

modo, la perseverancia del lograr consolidar la ―idea‖ de república, posiblemente por

la valoración que se hacía de ella respecto a su funcionalidad en países europeos y en

los Estados Unidos, quienes lograban el progreso, que como hemos dicho

previamente, muchos intelectuales soñaron para el país: tal es el caso de Pedro José

Rojas, quien apostaba por construir una mejor Venezuela en un contexto socio-

político de carácter republicano.

57

Criterio occidental: configurador del arquetipo progreso.



45

La República, durante el siglo XIX, se mantuvo con fuerte formalidad

respecto del imaginario socio-político venezolano; lo curioso es que éste empezó

gradualmente a despojarse de su identidad histórica.58

Empero, no necesariamente

(llegamos a entender) hacia los senderos de la Modernidad. El Pensamiento de la

época en cuanto a la dirección identitaria lo asumimos hasta el momento, en parte,

como una incógnita. Al final perdura la idea de República por convenir a los

intereses de los poderosos dentro de la cultura dominante, que siempre persistieron.

Por eso, se ve a la República usada por ellos como un arma de doble filo en

detrimento de la vida psico-socio-cultural en Venezuela. Por un lado, se

profundizaron y fortificaron los vicios de la cultura dominante: el clientelismo y

compadrazgo, pilares de la corrupción que hemos heredado en la actualidad; y, por el

otro, la nueva nación no termina de engranar debidamente con el modelo de país

importado e impuesto, aunque éste subsista. Por ende, ha venido desconociéndose a sí

misma; problemas de identidad tan fuertes que arrojan mucho de su legado al siglo

XXI.

Sin embargo, no debemos negarnos a la posibilidad que en el siglo XIX,

aunque el concepto de ―república‖ no termina de engranar en el imaginario socio-

político y cultural de la mayor parte de la gente, exista todo un proceso gradual multi

complejo con dirección a la Modernidad durante el siglo XX, que permita el

escudriñar si surten algún tipo de efecto en la mentalidad del venezolano las ideas

democráticas conexas a los partidos políticos modernos surgidos entre los años 1935-

1964.

58

Satisfacer una necesidad socio-cultural a través de canales ajenos a la idiosincrasia, conlleva a lo

que nos dice el filósofo José Manuel Briceño Guerrero “no hacemos sino enajenarnos más y más”. A

este respecto, véase las obras de este filósofo citadas en las notas 49 y 51.



46

BBB...222...222--- AAApppeeerrrtttuuurrraaa dddeeelll sssiiiggglllooo XXXXXX:::

En Venezuela, entrado el siglo XX, habrá de tener cabida en principio un

conjunto de transformaciones, entre ellas la del orden económico, asumido por

nosotros en primera instancia en el campo tangible, lo que no desvirtúa la idea central

que conducimos en esta investigación, orientada en el campo intangible (Mentalidad),

ya que esta transformación permitirá innegablemente que se produzcan cambios

graduales en y, de las políticas a aplicar, por el Estado venezolano. Políticas que

independientemente59 de su procedencia, serán conducidas directa e indirectamente

por el intergiversable60 acervo cultural hispánico, del que goza en plenitud el

gentilicio venezolano de principios del siglo. Por ello, lo fundamental de tocar el

cambio en lo económico, en pos de dejar por sentado un mayor entendimiento en

cuanto al contexto histórico.

El orden económico se ve transformado por la creación de la industria

petrolera que en Venezuela vendría a satisfacer, no sólo el mercado nacional, sino

también el internacional. El petróleo, mene, colombio, etc., como también ha sido

llamado, es un recurso natural emanado del subsuelo, conocido por los colonos

españoles desde el siglo XVI. Empero vendrá a tener una inicial importancia para la

industria a partir de la segunda mitad de la centuria decimonónica: en principio por

las características en cuanto a él que ofrecen, al hablar de Venezuela, los viajeros

naturalistas, lo que conllevó a constantes exploraciones; al mismo tiempo, una vez

que en condición de pioneros, los asociados de la Compañía Hullera del Táchira,

59

Dejamos por sentado que es de relevancia para nosotros el peso que trae consigo sus procedencias;

de ahí que podamos poner en la balanza cuan nivel arquetípico hubo de haber en los venezolanos con

relación a los países en que nacieron las doctrinas políticas puestas en practica en Venezuela (1935-

1964). 60

Asumimos este término como parte primordial a la apertura que habremos de dar al epicentro de esta

investigación. Está señalado en cursiva con la intención de dejar ver que estaremos prestos a la

valoración de cualquier cambio (de fondo) que llegare a descubrirse en el imaginario socio político,

que como parte de un grupo humano está sujeto a cambios; ya veremos si los hay.



47

nombrada posteriormente Petrolia del Táchira, dieran los primeros pasos en materia

de explotación petrolera61 y consiguieran buenos resultados, dando pie al inicio de la

mirada hacia Venezuela vista a partir de entonces como punto clave en materia de

producción petrolera, por parte de otros países duchos en la materia, en primera

instancia Inglaterra y Estados Unidos. Esta situación vendrá a dar apertura

propiamente, a comienzos del siglo XX, a la industria de los hidrocarburos.

La configuración de la economía petrolera permitió que Venezuela continuara

manteniéndose hasta la actualidad como país mono-productor. El inicio de la

economía petrolera logró conducir al franco debilitamiento a la economía agraria,

fuente de producción que le caracterizó como exportadora en potencia,

aproximadamente hasta mediados de la primera mitad del siglo pasado (XX),

exportando fundamentalmente el rubro del café y otros artículos para el siglo XIX y

durante buena parte de la primera mitad del siglo XX.

Venezuela, durante las primeras casi cuatro décadas del siglo XX, estará

sujeta al gobierno autoritario del general Juan Vicente Gómez, quien dirige el país

entre 1908 y 1935, año en que fallece. ―El pacificador‖, como le bautizará el

presidente Cipriano Castro, se debe justamente al continuo combate que desarrolla

Gómez en pos de contrarrestar los constantes alzamientos que se presentan en

diferentes partes del país a principios de siglo, en lo que podemos apreciar a una

Venezuela heredera del siglo decimonónico en cuanto a caudillismo se refiere. Una

lucha desaforada por el poder central se mantiene viva; sin embargo, se irá aplacando

en el transcurso de los veintisiete años que Gómez ocupa el poder presidencial.

Es interesante destacar la creación de la Academia Militar durante su

mandato, lo que encausó en un nuevo orden al Estado venezolano, quedando

61

La Compañía Petrolia del Táchira descubrió el primer campo petrolífero de Venezuela, en marzo de

1883, al que le denomino ―La Alquitrana‖. La Compañía, básicamente, producía querosén.



48

oficialmente62 suprimido el caudillismo. Este reordenamiento, aunado a un numeroso

conjunto de aplicaciones presidenciales, conduciría a que se sentaran las bases para

los partidos modernos a partir de su muerte. Entre aciertos y discrepancias se va

configurando toda una escena histórica que dejará su legado hasta el presente.

Además, otro punto a tomar en cuenta es la forma en que se vio rodeado Gómez de

un conjunto de intelectuales, en su mayoría de tendencia positivista. Sin embargo,

queda por sentenciar que la intelectualidad de algunos con relación al resto de la

nación no es prueba fehaciente de cambios referentes a la concepción del mundo, ni

de los pocos ni de los muchos. Acá cabe detenernos para redundar en la explicación:

la concepción de Modernidad es un modo de vida en el que el ser humano se asume

como centro, jugando un papel de relevancia la razón, y esto debe verse expresado a

través de los entes público y privado.

Hasta el momento hemos hablado de la República en Venezuela, en tanto

elemento de la Modernidad, pero en la que notamos una gran ausencia de

republicanos, al mismo tiempo que hallamos la fortificación del acervo tradicional

español. Es decir, un gran auge (no total) de incorporación de grupos humanos no

hispánicos como los indígenas y afro descendientes a la dinámica hispano-occidental

en lo que se refiere a economía, política, religión, estética, arquitectura, entre otros63.

Este proceso de unificación cultural hispánica, en el transcurso de los años treinta del

siglo XX en adelante, es el que vendrá a tener un encuentro con la idea de

Democracia, convertida en opción política de Estado, lo que complejizará aún más el

62

Al decir oficialmente, nos referimos al carácter formal que consideramos tienen inicialmente las

políticas que adopta jurídicamente un Estado en cuanto no se deban al derecho consuetudinario, cuyas

repercusiones bien pueden trascender hasta la cultura política de una nación o simplemente mantenerse

con el paso de los años, como parte de un modelo de vida virtual; es decir, que aunque se afirme su

existencia en diferentes aspectos de la vida, en realidad sólo llega a pertenecer a un discurso socio-

político, verbal o escrito, permaneciendo la nulidad de cambios a fondo aunque los matices expresen lo

contrario. 63

Es importante tomar en cuenta que aunque muchos de estos grupos humanos mantuviesen fiestas

alegóricas, gastronomía, entre otros. A sus culturas, la dinámica que ofrecía la cultura dominante

—la hispánica— empezando por ser oficial, les absorbía cada vez más con mayor fuerza,

fundamentalmente en el ámbito subconsciente.



49

campo socio-político venezolano. La complejización del campo socio-político

venezolano se verá afectada también por la irrupción del petróleo como principal

motor de la modernización económica de Venezuela. Por ello, vendrá a jugar un

papel muy importante, debido a que atrae gradualmente un conjunto de empresas

extranjeras a partir del primer decenio del siglo XX. Empresas portadoras de la

concepción de Modernidad y que a pesar de ser bajos los dividendos que generaban al

Estado en comparación con lo que extraían, fomentaban que éste invirtiera parte de

ello en la construcción del modelo arquetípico moderno: primariamente en

infraestructura y, luego de 1935, la apertura a la creación de los partidos políticos

modernos, promotores de un conjunto de ideologías modernizadoras de la sociedad.

Al respecto se indagará seguidamente, a partir del Período de Cobertura

Multinacional, en el que valoraremos la efectividad de este proceso de ideologización

modernizadora que llevó como punta de lanza la idea de Democracia, fomentada

hacia la masa social venezolana por un grueso del pilar político partidista venezolano.



50

“““UUUnnnaaa fffooorrrmmmaaa pppaaarrraaa qqquuueee lllaaa hhhiiissstttooorrriiiaaa qqquuueee hhhaaaccceeemmmooosss

ssseeeaaa fffuuunnnccciiiooonnnaaalll eee iiinnnttteeellliiigggiiibbbllleee eeessstttááá eeennn dddeeessscccuuubbbrrriiirrr qqquuuééé

hhhaaayyy eeennn cccooommmúúúnnn eeennntttrrreee eeelll ttteeemmmaaa---ppprrrooobbbllleeemmmaaa eeennn

tttrrraaatttaaammmiiieeennntttooo yyy nnnuuueeessstttrrraaa cccoootttiiidddiiiaaannneeeiiidddaaaddd---ppprrrooobbbllleeemmmaaa...”””

JJJooossseee LLLuuuiiisss MMMooorrreeennnooo PPPuuueeennnttteeesss

IIIIIIIII

PPPeeerrríííooodddooo dddeee CCCooobbbeeerrrtttuuurrraaa MMMuuullltttiiinnnaaaccciiiooonnnaaalll

CCC...111...--- TTTrrraaadddiiiccciiiooonnnaaallliiisssmmmooo VVVsss... DDDeeemmmooocccrrraaaccciiiaaa:::

Pasado los gobiernos venezolanos del siglo XIX y el de Juan Vicente Gómez,

de los que, grosso modo hemos hecho más arriba referencia, nos encontramos con

una Venezuela que va forzadamente en busca de la consolidación de un nuevo

modelo de producción económica, no siendo la ganadería ni la agricultura sus bases

como bien lo fue en las décadas anteriores, sino el petróleo como el nuevo agente

motorizador de éste; situación que trae consigo la creación de toda una red urbana,

producto en parte de las exigencias de las empresas extranjeras poseedoras de

tecnologías apropiadas para la explotación del petróleo, presentes en el país; y porque

los venezolanos se vieron atraídos por las oportunidades que ofrecía la naciente

industria petrolera ante la precariedad que, curiosamente, el manejo de ésta y, por

ende, la dinámica socioeconómica, les había sometido originariamente el gobierno de

Gómez; convertido este en suerte de títere protegido de emporios extranjeros. Ello



51

provocó su traslado en masa del campo a los lugares de extracción petrolera y las

ciudades en crecimiento, con el anhelo64 de adherirse al modelo de vida propio de los

países paradigmáticos. O como nos dice Héctor Malavé Mata: ―el campesino no

emigraba voluntariamente a los centros urbanos, sino impelido hacia ellos por

degradación de su miseria.‖65

Junto a este proceso de configuración de la economía venezolana se presenta

la discusión de cómo regir al país sin que existan los contratiempos del pasado: bien

fueran gobiernos derrocados con facilidad o gobiernos adheridos a autoritarismos

envueltos en prácticas vitalicias, ya que dichos problemas no permitieron dar apertura

a la gobernabilidad, en su momento, en aras del desarrollo político del país, dando

como resultado la inexistencia de un modelo acorde no sólo con la unificación de la

sociedad venezolana en el ámbito de gobierno, sino también con el modelo de Estado

republicano adoptado hace casi siglo y medio, consecuencia del proceso de la

independencia política de Venezuela. En el panorama político, ahora subsidiado cada

vez más el Estado por la renta petrolera, destacarían algunos de los exiliados durante

el gobierno de Juan Vicente Gómez, pertenecientes a la llamada ―generación del

veintiocho‖, con un nuevo modelo político o proyecto de país, conforme a necesidad

de las sociedades altamente industrializadas del Norte; papel fundamental que debían

asumir para la fortificación de las bases económicas en pos de la continuidad con

mayor ímpetu de Venezuela en el mercado mundial. Toda un arma de doble filo.

Muchos de esta generación vuelven del exilio luego de la muerte de Gómez,

durante el periodo presidencial transitorio del general Eleazar López Contreras, y

traen consigo la idea de insuflar la Democracia en Venezuela por resultar fructífera en 64

No es ajena a la historia, la manipulación del ser humano sediento de poder, quien emplea diferentes

argucias en momentos críticos para así tergiversar sus verdaderas intenciones, ante la mirada pública,

quedando como el benefactor de los oprimidos; en muchos casos alienados. Sin embargo, no absuelto

por el ojo crítico que en su momento a de develarle. ¿Al respecto qué harán las generaciones del

presente y las venideras, se habrán de activar los barómetros para medir la alienación? 65

Formación Histórica del Antidesarrollo de Venezuela, p. 229.



52

otros contextos: los casos de Europa occidental y Estados Unidos de América. En este

sentido, un cómplice innegable era el petróleo, pues la industria petrolera conducía a

Venezuela, junto al mercado mundial, cada vez con mayor fuerza. Sin embargo, para

dirimir asperezas y evitar contratiempos debían operarse un conjunto de cambios a

escala institucional: como la desmilitarización de la política, ya que al tomar ésta un

carácter civil el país se presentaba mucho más atractivo, paradójicamente,66

a la

mirada de las transnacionales, aunque con la idea de mantener medidas de protección

de la soberanía nacional.

Efectivamente, cada vez llegaron más transnacionales y trajeron consigo todo

un conjunto de elementos creadores y remodeladores del paisaje rural, urbanístico y

socio-político, al mismo tiempo que la clase pudiente nacional consideraba pertinente

su compactación en función de proyectos modernizadores de la mano con el Estado y

el inversionista extranjero.67

El paisaje rural se ve modificado especialmente en

cuanto a su dinámica, pues el atractivo que ofrecían los campos de explotación

petrolera en principio y luego la minería, provocó grandes desplazamientos

poblacionales del campo a las ciudades (fenómeno que continúa en la actualidad),

situación que fue debilitando consecutivamente a la producción agrícola para dar

cuerpo de máximo exponente a la producción petrolera en la economía venezolana. El

paisaje urbanístico viene a ser dotado por la infraestructura: punto de fuerza o base

para la unificación territorial y la asunción de un modelo de vida acorde a los

intereses de la productividad, el progreso, el desarrollo, propios de la dinámica

capitalista, sujeta al pensamiento moderno.

66

Decimos paradójicamente, porque las transnacionales venían funcionando muy bien en Venezuela

desde el gobierno del general Juan Vicente Gómez. 67

Para una mayor información, revisar: Formación Histórico Social de Venezuela. Fase III el

proceso de estructuración capitalista de la formación social venezolana. Pp 153-205; Luis Ricardo

Dávila, Venezuela: la formación de las identidades políticas. El caso del discurso nacionalista

(1920- 1945), pp. 53- 102. Véase también: Luis Ricardo Dávila, La democracia venezolana... Op,

cit., pp.105- 383.



53

El paisaje socio-político venezolano desde la década de los treinta a la de los

sesenta presenta toda una escena de organizaciones políticas. Para la década de los

treinta tenemos, especialmente a partir de su segundo lustro, el resurgimiento y

nacimiento de cuantiosas organizaciones políticas, algunas de ellas sujetas a viejas

―mañas‖ caudillescas y las otras sujetas a planteamientos democráticos y marxistas,

que ofrecían vías alternativas para la solución de problemas que aquejaban al ente

venezolano. 68

Entre un conjunto de organizaciones políticas, se abrieron paso en cuanto a su

consolidación las agrupaciones Acción Democrática (AD), Comité Político Electoral

Independiente (COPEI) y Unión Republicana Democrática (URD). La diseminación

de sus contenidos ideológicos, mucho antes de sus fundaciones formales, configura a

la época en que, se dice, se cimentaron las bases de la Democracia venezolana (1935-

1964). En este sentido John V. Lombardi,69

agrega: “la ortodoxia económica, la

controversia política y las aspiraciones sociales llegaron junto con las plantas

hidroeléctricas y las industrias del automóvil y el acero, los supermercados y las

autopistas, los proyectos de construcción de vivienda y barrios residenciales”. 70

Lo afirmado por Lombardi concuerda con la gradual ejecución del dilatado

proyecto de vías que vendrían a comunicar parte del territorio venezolano,

comenzadas a partir del gobierno de Juan Vicente Gómez y continuada por las

siguientes administraciones, incluyendo el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, en este

último destacan cuantiosas y monumentales obras de infraestructura: ejemplo de ello

es la continuación de las vías transandina y panamericana, la construcción del

teleférico de Mérida, entre otros.

68

Véase Diccionario Historia de Venezuela. CD. Digital, Fundación Polar. Organizaciones políticas. 69

Venezuela la búsqueda del orden el sueño del progreso. Pp. 225-269. 70

Ibíd., p. 260



54

En nuestro parecer, el proceso de cambio en la cultura material anula en

primera instancia la posibilidad de que sea visto como algo natural en el devenir

histórico venezolano, ya que se suscita a partir de la adopción de elementos foráneos

como modelo de desarrollo económico y política pública de modernización material y

social. No obstante, cabe recordar que a expensas del modelo tradicional lo nuevo fue

tomando cuerpo al punto de asumirse esta virtualidad, en gran manera, como toda

una realidad autónoma. Obvio es que en principio se estaba queriendo proceder en el

país bajo esquemas foráneos en función de los intereses de los poderosos empresarios

petroleros, quienes cimientan su fortaleza justamente en los parámetros establecidos

por el contenedor del pensamiento moderno. Ahora bien: ¿aquellos venezolanos

(políticos y clase pudiente) que querían actuar en complacencia con sus intereses y

por qué no, los intereses de la nación e intereses externos, procedían impregnados del

pensamiento moderno, como modelo de vida, o sólo se proponían adoptar únicamente

lo tangible como son, por mencionar alguno, las infraestructuras, y lo que hay de la

Democracia como componente pragmático de la política?

A esto Lombardi responde que nada mejor para dar ejecución a los proyectos

foráneos que estando ubicados en el poder gubernamental, del que emanarían sus

acciones con base en el modelo democrático, además de contar con la dirección de los

representantes extranjeros.71

En tal caso, si eran modernos o comenzaban a serlo los

nuevos personajes de la escena política venezolana y sus seguidores, lo iremos

descubriendo a partir de la dialéctica que ofrecían.

El proceso de democratización venezolano comienza formalmente con la

conformación de partidos políticos, como lo fueron AD (1941) representado por

Rómulo Betancourt, COPEI (1948) por Rafael Caldera y URD (1958) por Jóvito

Villalva, quienes se encargaron de ideológizar a sus seguidores dentro del marco de la

71

Ídem.



55

democracia liberal, con unos cuantos matices. Sobre ello, Luis Ricardo Dávila nos

comenta refiriéndose al año de 1936: “A partir de este año, los sindicatos han estado

íntimamente vinculados a los partidos políticos, nunca tuvieron una organización

independiente de la organización partidista y sus acciones siempre fueron dirigidas

por los lideres de los partidos.” 72

CCC...111...111...--- PPPaaaiiisssaaajjjeee sssoooccciiiooo---pppooolllííítttiiicccooo vvveeennneeezzzooolllaaannnooo dddeee lllaaa dddééécccaaadddaaa dddeee lllooosss tttrrreeeiiinnntttaaa:::

El paisaje socio-político venezolano del segundo lustro de la década de los

treinta trae una carga en sí, que como bien hemos hecho referencia en el Período de

Cobertura Hispanofrancés, contradice en su esencia, y se ve inmerso como punto de

choque, con las doctrinas políticas democráticas que auspiciaran de ahí en adelante

las organizaciones políticas modernas. Es decir, tenemos como punto fundamental

que éstas doctrinas no obedecían a la idiosincrasia venezolana del entonces. Sin

embargo, es un hecho histórico el tránsito, dentro del devenir venezolano, de los

partidos políticos modernos y sus doctrinas. En torno a ello es que se contempla la

posibilidad de que haya existido, además de todo un entramado político en el ámbito

formal, también una posible asimilación de la democracia desde el punto de vista

mental, como cultura política y no sólo como práctica social.

Por el curso y la distancia que hemos recorrido hasta ahora, en el que nos

hemos dedicado a temas periféricos, más no inconexos con la temática que nos

corresponde; y, distancia, desde luego, no desgastada, ya que ha permitido sentar

unas bases en sentido teórico-metodológico-reflexivo y de contextualización

histórica, es que consideramos a éste el punto del trayecto suficiente y propicio para

proceder directamente a examinar el tema-problema en extenso.

72

Véase el texto de: Luis Ricardo Dávila. La Democracia Venezolana... Op cit., p.14; Venezuela: la

formación de las... Op. cit., pp. 390- 475.



56

CCC...222...--- CCCooonnnsssiiidddeeerrraaaccciiiooonnneeesss aaaccceeerrrcccaaa dddeee lllaaa nnnoooccciiióóónnn dddeee pppooodddeeerrr eeennn eeelll vvveeennneeezzzooolllaaannnooo:::

Pues bien, de entrada nos preguntaremos si en las acciones del gentilicio

venezolano se manifestaba con ímpetu el acto consciente, o sí, por el contrario

predominaba lo inconsciente. Esto nos conduce a asumir que toda sociedad por más

que conscientice su devenir histórico y su acervo cultural para así reconfigurarse, no

está exenta de conducirse por el acto inconsciente: es decir, ese conjunto de

manifestaciones en las que subyacen códigos expresados implícitamente en el

quehacer cotidiano que caracterizan no solo a la cultura, sino también a la mentalidad

colectiva que lleva consigo una sociedad en cualesquiera contextos físicos y

temporales determinados.

Y por lo que hemos observado en este estudio, nos es lícito atrevemos a

afirmar que la sociedad venezolana, prácticamente en todo su conjunto, a comienzo

de la década de los treinta del siglo XX, no estaba sujeta con ímpetu a la

concientizacion de sus actos en el ámbito antropocentrico- Modernidad, debido a

la influencia de la concepción teocéntrica del mundo que traía consigo, pues, como

hemos valorado hasta ahora, a pesar de contar con un aparataje laico, refiriéndonos en

concreto al Estado republicano, no obstante prevalecía el elemento cristiano

expresado en lo católico ortodoxo que es apreciable en las diferentes constituciones73;

expresión explícita del derecho consuetudinario, en este caso, del legado hispánico en

proceso avanzado de fraguado.

73

No es necesario hacer un estudio exhaustivo de las constituciones de la época para apreciar el

elemento religioso católico, exaltado, a la vez que se ve vetada la libertad de culto.



57

Para apreciar la idea de poder que manifiesta un grupo humano es pertinente

indagar en la concepción que tiene de la vida. Es decir, la explicación que viene a dar

de sus orígenes y/o configuración y quien es el encargado o representante de la

existencia, asunto que mayormente se expresa en las religiones. Consideramos que el

practicante católico en Venezuela al asumir a su deidad y sus santos fuera de sí

(imágenes), expresa como resultado la desorganización y desunificación —Vacío de

Poder—. Caso distinto al del practicante protestante que a pesar de percibir su deidad

también fuera de sí, no obstante, obedece a la idea de que su deidad se pueda

manifestar en su interior —Poder—. ¿Acaso no se centrará en esto parte del

fundamento imperial de Estados Unidos?. Por otro lado, mientras el ser humano se

auto examina, se conduce por la comunión que tiene consigo mismo hacia la

unificación y ordenamiento social —Idea de Poder Colectivo—, a la vez que

manifiesta la individualidad autónoma. ¿Acaso la Modernidad, en tanto resultado del

hombre asumirce como centro de referencia, no le ha permitido de una forma u otra la

unificación de los pueblos mediante el proceso o fenómeno de la globalización, vista

la idea de poder colectivo en macro?. Por esto aseveramos tal acto de inconsciencia

en el venezolano del tercer decenio de la centuria duodécima, apegándonos o

partiendo del asumir la idea de república y de modernidad en el plano de la

introspectiva (responsabilidad, carácter endógeno) como una situación ajena al

acto de confesión ante un sacerdote (culpa, carácter exógeno). ¿Acaso no es

necesaria la introspección en un grupo humano para que el conocerse le conduzca a

su emancipación, permitiéndole, por ende, apreciar sus necesidades reales y así

indudablemente cambiar en su seno valiéndose de ideas tales como la democracia, lo

que se vería reflejado en el ámbito de la nación, del país, no sólo en el aspecto

pragmático de las políticas de Estado, sino también en el aspecto intelectual que debe



58

nacer de las fuerzas74 que impulsan a la dinámica cotidiana expresadas en las

diferentes estructuras75 de la sociedad?

Es preciso mencionar, como nos advierte Saúl Friedlander, que en las

estructuras sociales podemos hallar acorde a sus niveles de diversidad, grupos tanto

homogéneos como heterogéneos76. Es decir, grupos que presentan una línea cultural

tradicional cuasi-uniforme demarcada en su conjunto por las instituciones primarias,

referentes en lo básico a la puericultura y, por otro lado, los grupos que presentan

diversidad en su seno, que vendrían a ser los grupos heterogéneos o inestables,

presentes estos últimos fundamentalmente en las sociedades modernas sujetas al

solapado fenómeno de globalización, que ofrece todo un entramaje diversificado en

cuanto a costumbres y concepciones del mundo se refiere. No obstante, la

complejización viene a tomar mayor cuerpo en cuanto coexisten ambos grupos en una

misma sociedad.

Sin embargo, consideramos que esto último no es el caso de la sociedad

venezolana para el tercer decenio del siglo XX, puesto que como lo hemos venido

estudiando desde el capitulo anterior, tenemos que a pesar de contar Venezuela con el

elemento multi- étnico, se aprecia que éste con la configuración y fraguado cultural

en una sociedad que obedece cerradamente a la línea tradicional hispánica, viene a

cobrar fundamentalmente un carácter fenotípico (exceptuando los grupos étnicos

aislados qué, en tal caso, a pesar de encontrarse en el marco geopolítico venezolano,

no vienen a constituir o a formar parte de la nación venezolana) y, de este modo,

asumiéndose los venezolanos de la época como un grupo homogéneo. Tal

generalización, propuesta como hipótesis, dará pie para realizar un análisis

comparativo a escala estructural en cuanto a mentalidad se refiere, entre lo ya

74

El deber ser: valores; moral y ética o reflexión. 75

Estructuras: cosmogónicas, laborales, académicas, políticas; Estado- funcionario- pueblo, entre

otras. 76

Historia y Psicoanálisis, pp 123-149.



59

evaluado previo a 1935 y lo que llevamos en proceso de evaluación de 1935 a 1964, y

con ello valorar los cambios que posiblemente pudo traer consigo la presencia de la

democracia en las tres décadas en proceso de estudio.

Si nos abocamos al estudio de la diseminación territorial de la doctrina

política democrática, ¿se descubriría posiblemente, como resultado, que hubo más

demócratas, por decir algo, en Caracas qué en Mérida o en Maracaibo qué en

Margarita, o viceversa? La idea de democracia, por más que sea en su expresión

básicamente discursiva (en un caso extremo) se haya dispersado a través de los

partidos y sus seguidores,77 ¿acaso no exige en sí misma, para ser identificada, en

cuanto a contenido se refiere, que vayamos un poco más a fondo, es decir, develarla

si así es posible, a partir la concepción de poder que tienen los venezolanos,

manifiesta en ella, a través de las conductas y actitudes en el orden de la sociedad en

conjunto? En concreto, nuestra reflexión y sus conclusiones permite justificar en

alguna medida nuestra hipótesis generalizadora, por consiguiente lo que contribuye a

la apertura de un portal investigativo en la materia, jugando en tal caso nuestra

investigación, quizá, un papel introductorio.

Entonces tenemos que evaluar y valorar si hay o no hay una formación

democrática más allá de partidos políticos, gobiernos de turno, la situación económica

y social. Visualizamos y tenemos enfrente justamente el acervo histórico y, de igual

manera, como ha llevado a cabo siglos para direccionar su configuración. Como

resultado inmediato no viene a cambiar de un momento a otro, sino que para cambiar

necesita de un largo proceso, siempre y cuando las condiciones mentales estén a su

favor para impulsarlo. Asunto que se valora a partir de las necesidades reales que

presenta un pueblo, en torno a ello se dirige nuestro propósito investigativo: ¿estaría

el pueblo venezolano visualizando satisfacción a sus necesidades al conseguir un

77

Debemos agregar que para la época ya se contaba, aunque todavía escasamente, con la radio y la

televisión.



60

cambio hacia lo democrático en la Venezuela de la época, por ende, apuntando a un

cambio en ese sentido?

CCC...333...--- TTTrrreeesss dddeeeccceeennniiiooosss eeennn lllaaa mmmiiirrraaa:::

Bien, en el orden de ideas, en cuanto a indagación se refiere, Battaglini nos

ofrece una cita que tomó de un documento del año 1936:

...Mientras nuestra riqueza petrolera esté controlada por el capital

internacional, mientras persista en Venezuela una política de puerta abierta

que permita al imperialismo reglamentar y controlar a la política económica

del país, el establecimiento de nuestra democracia es cosa lejana78

En esta nota documental se aprecia que las cimientes de aspiración

democrática se emplean en sentido pragmático, al respecto, Battaglini nos dice:

―Reforma agraria. La realización de la reforma agraria, constituye la reivindicación

democrática por excelencia del periodo 36-41‖79. Y nos invita directamente de esta

afirmación a un comentario en pie de página ―Un rasgo significativo de la posición

del movimiento popular sobre esta cuestión, es que su planteamiento no se pierde en

disquisiciones teóricas o técnicas acerca de lo que entendía o debía entenderse por

Reforma Agraria‖80. Battaglini, a la vez que nos reafirma el sentido pragmático de la

democracia en esta situación, también nos deja ver, quizá un fallo de su inconsciente,

78

Véase: Oscar Battaglini, Venezuela 1936-1941: Dos proyectos democráticos, p.111. vean también:

―El Partido Único de las Izquierdas es ya una realidad‖, El Debate Político en 1936..., N° 15, T. VII,

Vol. II, Doc. N° 199, Caracas, Congreso de la República, 1983, p. 326, citada por Battaglini en la nota

n° 101. 79

Ibídem., p 105. 80

Idem., nota n° 89.



61

cuando dice: no se pierde en disquisiciones, llama nuestra atención ya que esta forma

de redacción puede tomarse en sentido peyorativo de su parte, insinuándola como

pérdida de tiempo un posible estudio a fondo, con lo que presumimos un

pragmatismo de su parte. Más adelante él nos señala:

Unificado81 y convencido el poder popular organizado de que su influencia

sobre las masas se había hecho decisiva... traza una acertada política

dirigida a imponer el sufragio popular directo e irrestricto como medio para

resolver el conflicto político planteado. En ese sentido desarrolla una acción

orientada no sólo a provocar la disolución inmediata del congreso gómecista,

sino también a desenmascarar la supuesta incapacidad o „preparación‟ del

pueblo venezolano para el ejercicio del sufragio82

Luego de este señalamiento nos invita nuevamente a un pie de página:

La descalificación constituye un elemento ideológico de suma importancia

utilizado de manera recurrente por el gobierno para desconocer las

aspiraciones democráticas reales e impedir el ejercicio del sufragio por parte

de las clases y sectores populares, atribuyéndole a éstos incapacidad e

ignorancia política; lo cual se entrelaza con una concepción de claro

contenido positivista (reaccionario) que sobre la democracia define el bloque

de poder83

81

[Nota al pie de Battaglini] ―En el desarrollo de esta lucha, las fuerzas populares le presentan al

gobierno de López Contreras un frente político-organizativo común que tiene como base el „Pacto

Nacional Pro-Elecciones‟, suscrito por las siguientes organizaciones: Frente Obrero, Frente Nacional

de Trabajadores, Federación de Estudiantes de Venezuela (FEV), Bloque Nacional Democrático de

Maracaibo, Junta Patriótica de la Guaira, Movimiento de Organización Venezuela (ORVE) y el

Partido Republicano Progresista (PRP). Ver a este respecto: „Pacto Nacional Pro-Elecciones‟,

Periódico El Obrero Criollo, 8 de junio de 1936, p. 2.‖ 82

Ibíd., p. 119. 83

Ibídem, nota n° 120.



62

En esta nota al pie de página no nos queda muy claro a quien Battaglini hace

referencia realmente: si al movimiento popular o al gobierno. Sin embargo, lo que sí

cabe rescatar es que si el movimiento popular se proponía preparar al pueblo para

votar informándole acerca de los procedimientos, cabe la posibilidad de que tuviese

una intención de democracia en el ámbito teórico o intelectual, lo que conduciría al

pueblo a deliberar, voto consciente, al momento de emplear la democracia

pragmática. Es decir, a la hora de votar. Entonces, en vez de asumir nosotros la

postura de Battaglini, por el contrario en lugar de ser una descalificación, nos parece

más bien una iniciativa loable en el sentido crítico de la palabra.

Lo que nos sigue llamando la atención es que al respecto de esta intención de

querer el movimiento popular preparar al pueblo para votar, Luis Beltrán Prieto

Figueroa, en una cita documental del mismo texto de Battaglini, señale, ―El pueblo

está preparado para votar y quien afirme lo contrario es enemigo del pueblo‖.84 O

esto formaba parte de una desesperación debido al innegable trauma que pudo dejar el

gobierno de Gómez, lo que le condujera a hacer una afirmación de tal naturaleza, o

simplemente se refería a la acción de votar y punto, lo que nos dejaría ver en Prieto

Figueroa su calidad de político pragmático.

Mas adelante, Battaglini sigue comentándonos:

Es importante que en estas elecciones se abstiene, no sólo la mayoría del

electorado —predominantemente de izquierda— sino que „inclusive buena

parte de la llamada derecha se abstuvo de concurrir a los comicios‟, en

protesta por los procedimientos gubernamentales‖85. Acá nos invita

nuevamente a pie de pagina (N°132) ― „... las elecciones en el Zulia fueron un

84

Ibídem. p., 120. Nota al pie 121. Luis Beltrán Prieto Figueroa, ‗hay una colisión entre la mayoría

que es el pueblo y la minoría que es el congreso‘, Diario Panorama, Maracaibo, 6 de julio de 1936,

p.1. 85

Ibídem. p,. 124.



63

fracaso, un completo fracaso democrático porque la mayoría de los electores

aptos se negó a asistir a las urnas‟ („los sucesos electorales del Zulia‟, Diario

El Heraldo, Caracas, 29 de septiembre de 1938, p. 6).

Quizá este haya sido el acto más democrático hasta el momento en la historia

venezolana, porque el pueblo hacia de su poder el muro de la abstención, y lo curioso

es que al parecer nadie lo notó. Esto reafirma, una vez más, que la visión que tenían

sobre democracia se apegaba a lo pragmático fundamentalmente. Hablaban de

democracia, empero, no la sentían en su interior, si no esta abstención se hubiese

asumido como un rotundo éxito democrático, ya que el pueblo como fuerza legítima

decidía no votar en ese momento.

Posteriormente, Battaglini en otro texto nos comunica:

...los sectores populares no participan o no tienen una participación real,

directa o autónoma en el nuevo poder que se constituye tras el derrocamiento

de Medina Angarita, tal y como se las ofrece demagógicamente desde el

Estado el betancourismo. En cambio sí la tienen Acción Democrática, la FAN

y FEDECÁMARAS. Por lo tanto, el pueblo [parte del pueblo a nuestro juicio]

(obreros, trabajadores y campesinos en general) no dispone, bajo el régimen

populista del trienio, de ninguna capacidad político-administrativa dentro de

la estructura del poder y el Estado. Su „participación‟ es, consecuencia,

ideológica; es decir, fundada en la ficción de que Acción Democrática y el

gobierno por este partido representado habían pasado a ser la encarnación

de los intereses populares en el poder. Como se ha podido evidenciar a todo

lo largo de esta investigación, no existen registros empíricos, realmente



64

válidos que permitan hacer la confirmación de esa percepción política. Lo

verdaderamente cierto es todo lo contrario.86

Y continúa refiriéndose a la misma situación:

...el arribo de Rómulo Betancourt y de Acción Democrática a la dirección de

Estado y del poder, durante ese periodo, no contribuyó al surgimiento de

condiciones políticas, económicas institucionales, culturales, etc., que no

sólo le abrieran nuevos cauces al desarrollo nacional, sino que hubiesen

permitido arraigar, de manera orgánica, la democracia en nuestra realidad

como acción y uso social cotidiano; como educación; como el ámbito de la

política, que es el lugar para el ejercicio de la ciudadanía y de la realización

consciente del interés político, del interés individual y colectivo, etc. Nada de

eso se hizo.87

En el mismo orden de ideas, tenemos que seguidamente durante el gobierno

del general Marcos Pérez Jiménez (1948-1958) la dinámica ha de cambiar en el curso

del intento de inserción democrática, asi fuese en el orden pragmático, ya que las

políticas del dictador se conducían ajenas al planteamiento de los Partidos Modernos.

Por ende, apegadas a un orden estrictamente antidemocrático, fortalecido por los

seguimientos de La Seguridad Nacional, dirigida por Pedro Estrada. Estas políticas se

hallaban sujetas a la base de lo que se denominaría ―El Nuevo Ideal Nacional‖, que

se congraciaba con un gran cúmulo de costumbres venezolanas por un lado y, por el

otro, sustentaba en suerte de filosofía perejimenista la conducción de Venezuela hacia

la modernización, hecho constatable con las grandes obras de infraestructura que se

ejecutaron durante su gobierno, pero quedando en segundo plano lo social, pues el

argumento del general era que cambiando el espacio físico cambiaba de igual manera

86

Véase: Oscar, Battaglini. El Betancourismo 1945-1948... Op cit., pp. 362-363. 87

Op. cit., p. 366.Se imprime en negrita, lo que el autor señala en cursiva.



65

para mejor la sociedad. No es hasta el 23 de enero que es derrocado finalmente,

debido a los constantes alzamientos tanto de la sociedad política como de gran parte

del alto mando militar. Curiosamente, para 1973, se postula su candidatura para la

presidencia, siendo en ese momento respaldado por un grueso de la población

venezolana. ¿Esta respuesta populosa nos querrá decir algo?

Quedará para la reflexión fantástica el imaginar qué hubiese sido del curso de

la Historia de Venezuela si no le hubieren vetado su anhelo a la candidatura

presidencial. Al respecto, Manuel Sierra nos cuenta:

El 14 de abril de 1973, la Cruzada Cívica Nacionalista [CCN] proclamó la

candidatura presidencial de Pérez Jiménez. El 9 de mayo, en cesión conjunta

en el Congreso Nacional, se hizo el escrutinio de los votos emitidos por las

asambleas legislativas. La propuesta recibió la aprobación de 16 estados.

Sucre, Nueva Esparta y Aragua votaron en contra. Por defectos de forma no

se tomó en cuenta el voto a favor de Cojedes. URD salvó por escrito su voto.

El MEP, PCV y FND se abstuvieron y la CCN no fue a la sesión. La reforma

fue aprobada con los votos de AD y COPEI. El 14 de junio el Consejo

Supremo Electoral rechazó la candidatura presidencial „en razón de las

disposiciones contenidas en la Enmienda Constitucional Número Uno‟. Pérez

Jiménez había sido derrocado nuevamente.88

Es de recordar que Pérez Jiménez sostuvo su gobierno a inicios de la

denominada ―Guerra Fría‖, en el período de la segunda posguerra, etapa en que

muchos de los países devastados emprendían su proceso de reconstrucción,

fundamentalmente muchos del continente europeo y Japón. Situación que permitió la

entrada de cuantiosos recursos financieros a Venezuela debido a la exportación del

88

Citado en el texto biográfico: Marcos Pérez Jiménez, p. 108.



66

petróleo como materia prima, fundamental en desplazamiento del carbón, todavía

utilizado en cuantía para ese entonces, asegurando con ello el capital necesario para la

construcción de las grandes edificaciones a escala nacional.

Derrocado Pérez Jiménez, queda el camino libre para la ejecución del

proyecto titulado ―Pacto de Punto Fijo‖ o de ―New York‖, que inicialmente fue

sostenido por URD, AD y COPEI y, posteriormente, se redujo al bipartidismo de AD

y COPEI —popularmente llamada la guanábana—, quienes se alternarían en la

presidencia nacional desde 1959 hasta 1992, cuando el gobierno del presidente Carlos

Andrés Pérez se ve desestabilizado por la enérgica sublevación de gran parte de las

Fuerzas Armadas, siendo uno de sus representantes el actual presidente de la

República Bolivariana de Venezuela, el comandante Hugo Rafael Chavez Frías.

El proyecto bipartidista da comienzo con la presidencia de Rómulo Betancourt

como fundador y fiel representante de AD, y como bien tuvo a decir en el acto de

participación de la instalación del Congreso Nacional, el 2 de marzo de 1963:

HE REPETIDO siempre que estos actos, pautados por el reglamento del

Congreso, de participación al Poder Ejecutivo de instalación de sus sesiones

son rutinarios en países donde la normalidad democrática es un hecho

alcanzado. En Venezuela, país de la vida pública tan turbulenta en el siglo

XIX y en buena parte del siglo XX, estos hechos tienen siempre una

significación subrayable. Indican que ya en Venezuela hemos tramontado las

primeras etapas difíciles y que ya se sabe que no sólo en el momento fijado

por la Constitución terminara mi mandato de Presidente de la República y el

mandato de los actuales miembros del Congreso, sino que en el próximo y en



67

los próximos períodos habrá Presidente, congresantes, Asambleas

Legislativas y concejos municipales electos por el pueblo.‖89

¡Efectivamente!, se consiguió sentar las bases del orden democrático en

cuanto al establecimiento del voto universal y secreto, además de la validación de las

Instituciones del Estado, producto de cuantiosas luchas en las que perecieron un gran

número de vidas venezolanas y unas cuantas extranjeras. Para el período de su

segundo mandato, Rómulo Betancourt se daba por servido de lo que era fielmente

merecedor, por sus diversas luchas desde la década de los años veinte. Estos logros se

traducen en beneficios con los que viene contando Venezuela desde el entonces.

Innegablemente, en la actualidad, la Nación venezolana en el orden político local y

nacional los sostiene como valores culturales, sociales y políticos.

Creemos que hasta ahora han sido suficiente algunos ejemplos, pues no es

necesario continuar ejemplificando ya que tocaríamos la vastedad, y lo que debe

privar en tal caso no es lo cuantitativo sino lo cualitativo; por ello, lo previamente

expuesto en el curso de este capitulo a raíz de un sondeo en alguna que otra situación,

nos conlleva a afirmar la presencia de democracia. Ahora bien, ¿será acaso aquella

democracia que, como bien hemos venido señalando, es de nuestro particular interés?

D.1.- RRReeefffllleeexxxiiiooonnneeesss eeennn cccooonnnttteeexxxtttooo:::

¿Logros democráticos en qué aspecto: cómo modo de vida o en

simple realización pragmática?

Conclusión 89

Versión taquigráfica de las palabras pronunciadas en el acto de participación de la instalación del

Congreso Nacional, 2 de marzo de 1963, en: La Revolución Democrática en Venezuela, p. 402.



68

Desde el tiempo en que comenzó a gobernar Eleazar López Contreras hasta

los inicios del gobierno de Raúl Leoni (1935-1964) es notorio que existe una

intención consumada, que consiste en la aplicación del orden democrático en el

ámbito pragmático más que en el intelectual o teórico. Por ello, se aúpa la practica

política sustentada fundamentalmente la libertad de prensa, el voto universal y

secreto, entre otros, pero carentes de contenidos del hombre y mujer democrático, es

decir, en el orden idiosincrásico. No debemos dejar pasar por alto la ocasión para

agregar que la asunción de la democracia no es sólo entera obligación de los

gobernantes y demás funcionarios del Estado sino del colectivo en general, quien

desde luego activa cualquier cambio partiendo de la necesidad y expectativas en

cuanto a transformación social. Apreciamos que unos buenos motivos de la

inoperancia democrática como modelo de vida en la sociedad venezolana, además de

que ésta, como bien hemos mencionado anteriormente, no obedezca a un acervo

histórico anterior al siglo XX venezolano, es en parte, el deslumbre que ocasionó la

inserción abrupta de elementos especialmente de orden material —se refuerza en el

espíritu, la corrupción— iniciada a comienzos de siglo.

Como ya lo hemos señalado con las palabras de Lombardi líneas arriba, la

inicial modificación de la cultura material en cuanto a la inserción del automóvil,

autopistas, centros comerciales se refiere, además de la monetización de la economía

y el progresivo incremento y movilización de un lugar a otro de la población, arrojó a

un lado lo que debe ajustarse en el interior del ser humano, una doctrina convertida en

hábito, en practica social cotidiana de ciudadanía, para que exista un funcionamiento

armonioso entre lo interno y lo externo. Todo ello trae consigo un cambio forzado en

una buena parte de las relaciones sociales; la cercanía social de los individuos se iría



69

conduciendo al distanciamiento, como bien nos lo puede mostrar en la gráfica

siguiente, Raúl González Fabre:90

Gráfica N° 1 Gráfica N° 2

Es decir, las relaciones sociales se vieron sujetas a la intervención de nuevos

intermediarios que vinieron a ser las diversas instituciones: en el orden vial el

semáforo, en el campo de la salud la medicina científica, entre otros, manifiesta toda

esta situación en el fenómeno de movilización humana en Venezuela o éxodo

campesino; del campo a las ciudades, en construcción y remodelación. Lo que nos da

a entender que por no ser esta amplitud de las relaciones sociales el resultado de un

orden natural de las cosas, es decir, un cambio como resultado de necesidades

históricas venezolanas, simplemente viene a ser un modelo operante en niveles

escuálidos y mediocres, porque en el orden de la realidad cotidiana del venezolano de

la época en vez de inducirle a la democracia, entendida en nuestros términos, por el

contrario le aleja de esa posibilidad, sacándole de lugar, paradójicamente

enajenándolo más aún de la posibilidad de convertirse en un ser verdaderamente

90

Véase Raúl González Fabre, La Cultura Publica en Venezuela, p. 9.



70

ciudadano y, por consiguiente, realmente democrático. En pocas palabras, es como si

quisiéramos que una niña de cinco años diera a luz. Los traumas e imposibilidades

serian a gran escala.

Esto conduce a afirmar que así como no basta con vivir en el campo para ser

campesino ni en la ciudad para ser citadino, tampoco basta encontrarse en el marco de

un Estado moderno para ser —el deber ser— ciudadano. Por ello, todo este fenómeno

nos ha venido trayendo en condición de desarraigo. No ha habido cabida para que lo

asumamos conscientemente y ser los pioneros de cambios reales en materia

substancial. Claro, esto contiene una razón de ser: en primera instancia, sí un pueblo

en su mayoría se encuentra sin idea de Patria, de Estado, de País, de Nación, lo que

despide entonces es un pastiche de ideas inconexas. Si no, veamos a las universidades

venezolanas como el claro ejemplo: abunda medianamente la erudición mientras se

mantiene en un estado de letargo, casi generalizado, la posibilidad de que abunde la

intelectualidad. Y como hemos venido diciendo, apuntaremos también, que no basta

ser un individuo inscrito en la universidad o egresado de ella para ser universitario, ya

que el serlo obedece a la asunción de la condición holistica de la vida en el marco de

los campos del conocimiento que jamás están disociados de la realidad humana, y

para llegar a ello es fundamental ineludiblemente la autocrítica; algo que en muchos

produce, tan sólo el imaginarlo nada más, una serie espasmos.

Por eso en la gráfica N°1 podemos ver un circuito cerrado de relaciones

interpersonales o relaciones cortas —vida privada—, mientras en la gráfica N°2

tenemos un circuito abierto de relaciones impersonales o relaciones largas —vida

publica—91

; mostrándonos esta ultima, en su leyenda, que basta conocer las reglas

institucionales, algo que diríamos, lleva tiempo prolongado para lograrse y, desde

luego, al unísono a la intervención del Estado. ¿Y quienes dirigen al Estado? sino un

91

Op. cit. Pp 7-14. El autor de este texto proporciona una explicación más amplia sobre el tema de las

relaciones privadas y publicas.



71

grupo de personas que obedecen a la idiosincrasia venezolana, que en la dialéctica

entre teoría-realidad prefieren declinar sus posiciones modernas (si alguno había

llegado a tenerla realmente a nivel de imaginario y representaciones) y sucumbir a la

corruptela antidemocrática, por ser lo más aceptable a nivel cultural. Ahí apreciamos

lo proveniente de las relaciones cortas: el amiguismo y el compadrazgo, aunque se

diga lo contrario en muchas ocasiones, a escala social.92

De ahí que asumamos lo pragmático como un mecanismo que va

paralelamente de la mano siempre con lo intelectual, para que así se conciba un

equilibrio. Por lo menos, si en Venezuela ha habido mucho pragmatismo democrático

es porque ha habido también eco intelectual democrático. Ahora bien, ¿por qué

cuando indagamos en búsqueda del hecho intelectual, en la cotidianeidad de la época

en estudio, lo encontramos casi nulo, siendo que abundaba el pragmatismo, aunque

fuera en principio intermitente? Será que el hecho intelectual viene a ser las doctrinas

que importamos, en concreto democracia, entonces: ¿por qué si hay hecho intelectual

presente al igual que hecho pragmático, no es notorio un equilibrio? Bien, porque al

final —por mas que no lo parezca—, también el hecho pragmático es importado y,

por decirlo de alguna manera, lo que hacemos es ensamblarlo en Venezuela. Esto lo

demostramos partiendo de la observación de las costumbres en cuanto a política se

refiere, que no se corresponden con el hecho pragmático de la doctrina democrática.

Prueba de ello es el mal funcionamiento de las instituciones y el querer achacar esta

situación solamente a los gobiernos de turno, asumiendo así una posición

irresponsable, sectaria y anti ciudadana.

Entonces, si ni lo intelectual o teoría democrática nos pertenece ni tampoco lo

pragmático, resulta como diría Carlos Andrés Pérez ―ni lo uno ni lo otro sino todo lo

92

En este punto se recalca la cita de Manuel Ugarte (p. 32 de este texto) que hace referencia a la

continuidad de las tradiciones en una cultura por mas que existan rupturas independentistas o, como le

denominamos en esta investigación, ruptura formal.



72

contrario‖. Esto nos conduce a preguntarnos qué hechos en estos dos planos nos

pertenecían o pertenecen en realidad. ¡Cómo que hemos llegado al meollo del asunto!

Ahora bien, cómo identificar lo nuestro, porque en realidad el ser humano no puede

existir, sino es a través de estos dos planos.

Las relaciones públicas, de diferente índole, en Venezuela se sustentaban y,

así continúan, fundamentalmente sobre las bases del amiguismo y el compadrazgo, lo

que conduce a la corruptela o tergiversación de la idea Estado- Nación. El venezolano

hacía un presunto uso de lo intelectual y pragmático para así, consciente o

inconscientemente, ser tramposo. Acá se puede valorar un gran acto de inteligencia,

¿o acaso quien ha visto a un tonto ser corrupto? Desde luego, ser tonto es una cosa y

ser honesto es otra, lo curioso es que la idiosincrasia venezolana ha tendido a

confundir los términos y su carga correspondiente. Por ello, diciéndole tonto al

honesto y con esto cerrar un circulo vicioso de deshonestidad, y sobre la base de esta

racionalización justificante, gozar de sentirse a gusto afirmando que es vivaz o ―pila‖.

Y si se sentía a gusto en estas condiciones, en las que se asumía como víctima

en unos casos y como el que tenía el poder en otros para resolver los problemas,

aunque dijese lo contrario en una concordancia discursiva con la democracia,

entonces ¿qué necesidad tenia de cambiar? y asumir que podía tener una cuota de

poder y responsabilidad en sí como ciudadano constantemente, es decir derechos y

deberes. Porque si a estas vamos, el venezolano exigía, pero qué aportaba al respecto.

Curiosamente hoy día ¿habrá cambiado tal esquema de vida o sólo se haya

disfrazado?

La corruptela en el grueso social venezolano se consuma encubierta por la

palabra democracia, para así engendrar un alivio. Empero, no con la mayoría de sus

congéneres, porque al final son extremadamente pocos los críticos a los que se tiene

que explicar algo con carácter responsable, sino con su ego fundamentalmente,



73

asumiéndose de este modo el corrupto93, en quien priva generalmente la apariencia, a

la altura de los tabuladores occidentales: es decir, a la par con el gentilicio de las

potencias vanguardistas en tanto representantes de arquetipos de vida, a seguir en el

contexto de la globalización. ¿No será esto acaso una acción que corresponde a

nuestra herencia nobiliaria? Por ello, lo nocivo no viene a ser el no asumir la doctrina

democrática sino mentirse, al punto de creer que se está encaminado en ella como

modelo de vida ideal y, lo más curioso del asunto, es que no necesariamente es así.

Por lo visto, a pesar de los problemas existentes, priva la resistencia al cambio, acá

vendría a ser entonces como diría Tolstói94 ―cada familia infeliz es feliz a su manera‖.

¡Entonces, no vaya a ser que el remedio o disfraz resulte peor que la enfermedad! Al

continuar el fomento corrupto, es decir, el pseudo uso que se le ha dado a la doctrina

democrática, se ha desplegado es una plena y duradera demagogia, común en los

discursos apologéticos detentores de inteligencias, por ende, en proceso de

alienación; por eso ¡sálvese quien quiera! Recordando lo que nos canta el canta autor

cubano Silvio Rodríguez: ―está al alcance de todo los bolsillos, lo que no cuesta

nada, mirarse para dentro‖.

En razón de la anterior reflexión, prestemos atención a lo afirmado por José

Manuel Briceño Guerrero:

Para entender este acontecer no hace falta utilizar categorías específicamente

humanas; bastan las mismas que se utilizan para entender teológicamente la

conducta de poblaciones de peces o de insectos. Y quizás es demasiado, tal

vez bastarían también las leyes de la hidráulica.

93

Quien pseudo vive debido al estado de abyección en el que se encuentra —escasamente puede

llegar a notarlo, aunque es posible y mucho, sí se lo propone—. 94

Tolstói, León: escritor ruso, siglos XIX- XX. Ana Karenina.



74

Un hombre se hace cuando construye dentro de sí mismo un nivel de reflexión

que le permite volverse consciente del destino, es decir, de lo que en él es

acondicionamiento biológico y cultural para elevarse al ejercicio de la

libertad y de su creatividad. Un país se hace patria cuando construye dentro

de sí centros autónomos de autoconocimiento y autocomprensión que

iluminen sus centros de acción para integrarse asumiéndose en plenitud,

orientarse en el universo y dirigir deliberadamente su conducta; así ésta será

no la resultante mecánica de una combinatoria subhumana de fuerzas

históricas, sino el producto de decisiones enraizadas en un ámbito de valores

espirituales, es decir propiamente humanos.95

Por eso, en vez de hablar de democracia, si nos sinceramos, tendríamos que

fundar partidos políticos que respondieran a los nombres de populismo tricolor o

compadrazgo en acción. Pero, al parecer, es algo tarde. Sin embargo, mucho96 de esto

queda de la mano de las jóvenes generaciones que en este acentuado proceso de

desprendimiento de una moral puedan encontrar nuevas formulaciones a través de la

ética para así dar cuerpo y vida a otra conducente al posible equilibrio socio-político

del mañana, tarea nada fácil, aunque merecedora de toda la dedicación posible. En

este aspecto, pertinente es continuar manteniendo como copartícipe de nuestras

reflexiones al pensador José Manuel Briceño Guerrero:

¿Qué hay de los centros de conocimiento y reflexión? ¿Qué pasa con las

ciencias y las humanidades? Se les rinde un culto verbal rigurosamente

farisaico. Los pocos que se dedican a esas actividades exóticas, extravagantes

y ridículas quedan ipso facto al margen de todo lo que cuenta como

importante, expuestos a cualquier desmán en cualquier momento a menos que

95

Recuerdo y Respeto para el Héroe Nacional. P. 14. 96

Mucho mas no todo, porque en personas de edad madura es posible un cambio, siempre y cuando se

lo propongan y para ello es indispensable la introspección continua.



75

se acostumbren a hacer ejercicios de humillación ante pequeños déspotas

engreídos, se hundan en la clandestinidad o libren una continua guerra

defensiva que los desgasta y los amarga disminuyendo su capacidad

creadora‖97

Así que la tarea es continua, para conducirnos en el camino de la inteligencia

colectiva, gestora del bienestar colectivo en equidad, como bien lo profesa la doctrina

democrática98. Y como bien lo plantea Friedrich Nietzsche, la lucha en contra de lo

dañoso que se presenta en: ―El eterno retorno de lo idéntico‖.99

Y a todas estas, ¿en qué lugar de nuestra idiosincrasia está nuestro aclamado

Padre de la Patria, Simón Bolívar, quien censuró enfáticamente estos tipos de

comportamiento referentes a la corruptela?. ¡Por cierto! Acaso un hijo por más que no

quiera a su padre, no llevará siempre consigo parte de sus enseñanzas, aunque sea a

escala inconsciente, pues si no es posible rastrear el pensamiento de Bolívar, entonces

¿quien es nuestro padre o madre de la patria, realmente? Será acaso la oligarquía o

clase pudiente venezolana, esa que condujo100 a Venezuela a estrechar lazos con las

ideas o más que ideas, con la dinámica coherente, no obstante, destructora de la

agudización de un posible intelecto venezolano, como lo es el capitalismo y sus

múltiples vertientes. Una oligarquía encargada de manipular la historia venezolana a

su antojo manteniéndose camuflada al resaltar la memoria de Bolívar, empero al

final, siendo ella la hacedora de hombres y mujeres manipulados a su antojo,

sedientos de anhelos con apariencia incólume, pero en cuanto a contenido vienen a

estar desarticulados o divorciados de su realidad, justificados con una ornamenta

flácida, democracia, que arropa a una alienación que se conduce cada vez más por los

97

Ibíd., pp. 16-17. 98

Hay bondades en la doctrina democrática, en nuestro parecer. Lo que no deja de lado las

apreciaciones que se oponen a ella, empero, tampoco la asumimos como la solución pertinente a todos

los problemas socio-políticos del venezolano. 99

Véase: Así habló Zaratustra. 100

Pasado, presente y si continuamos descuidados también en el futuro.



76

senderos de su crecimiento y vigorización, presente casi en todos los espacios del

quehacer venezolano desde el entonces hasta la actualidad.

No obstante, nuestra labor histórica continúa en todos los espacios posibles, a

favor del discernimiento, punta de lanza de la autonomía individual y colectiva.

BBBiiibbbllliiiooogggrrraaafffíííaaa:::



77

FFFuuueeennnttteeesss EEEllleeeccctttrrróóónnniiicccaaasss:::

1. Diccionario de Historia de Venezuela, 2da

Edición. Caracas, Fundación Polar,

1997. Versión en CD-ROM; entrada/ Constituciones de Venezuela.

2. Tolstói León. Ana Karenina., en: www.infotematica.com.ar

FFFuuueeennnttteeesss HHHeeemmmeeerrrooogggrrráááfffiiicccaaasss:::

1. González Fabre, Raúl. La Cultura Política en Venezuela. Caracas. Fundación

Centro Gumilla-Universidad Católica Andrés Bello, 2005. (Col. Temas de Formación

Sociopolítica, N° 43).

FFFuuueeennnttteeesss BBBiiibbbllliiiooogggrrráááfffiiicccaaasss:::

1. Arráiz Lucca, Rafael. Venezuela: 1830 a nuestros días. Caracas, Editorial Alfa,

2007.

2. Battaglini, Oscar. El betancourismo 1945-1948: rentismo petrolero, populismo

y golpe de estado. Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2008.

3. Battaglini, Oscar. Venezuela 1936-1941: Dos proyectos democráticos. Caracas,

Monte Ávila Editores Latinoamericana, 2006.



78

4. Bohórquez Morán, Carmen L. Francisco de Miranda Precursor de las

Independencias de América Latina. Tercera edición en español, ampliada y

revisada. Caracas, El Perro y la Rana Ediciones, 2006.

5. Briceño Guerrero, José Manuel. La casa del verbo. Antología de textos. Caracas,

Ministerio del Poder Popular para la Cultura, 2009.

6. Briceño Guerrero, José Manuel. El discurso salvaje. Caracas, Editorial Ate, 1980

(Colección Delta, N° 4).

7. Briceño Guerrero, José Manuel. Europa y América en el pensar mantuano.

Caracas, Monte Avila Editores, 1981.

8. Briceño Guerrero, José Manuel. La identificación americana con la Europa

segunda. Mérida (Venezuela), Universidad de los Andes —Consejo de

Publicaciones— Talleres Gráficos Universitarios, 1983 (Colección Textos de la ULA

—Textos de Consulta— Serie Humanidades y Educación, N° 1).

9. Briceño Guerrero, José Manuel. Recuerdo y Respeto para el Héroe Nacional.

Caracas, Ediciones de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad

Central de Venezuela, 1984.

10. Capriles Ayala, Carlos. Vida y Muerte de la Democracia. Caracas, Consorcio de

Ediciones Capriles, 1999.

11. Carrera Damas, Germán. De la dificultad de ser criollo. Caracas, Grijalbo, 1993.

12. Carrera Damas, Germán. Una nación llamada Venezuela. Caracas, Monte Ávila

Editores Latinoamericana- Dirección de cultura U.C.V, 1980.



79

13. Congreso de la República, Pensamiento político venezolano del siglo XIX, textos

para su estudio. Volumen 12. Conservadores y Liberales. Los grandes temas

políticos. Caracas, Congreso de la República, 1979- 1984.

14. Congreso de la República. Pensamiento político venezolano del siglo XIX, textos

para su estudio. Volumen 13. La Doctrina Positivista. Tomo I. Los grandes temas

políticos. Caracas, Congreso de la República, 1979- 1984.

15. Constitución de los Estados Unidos de Venezuela. 1864.

16. Dávila, Luis Ricardo. La Democracia Venezolana Orígenes Ideológicos y

Sociales. Mérida (Venezuela), ULA, 1991.

17. Dávila, Luis Ricardo. Venezuela: la formación de las identidades políticas. El

caso del discurso nacionalista (1920-1945). Mérida (Venezuela), Universidad de

los Andes- Consejo de Publicaciones- Campos de Estudios de Postgrado, 1996

(Colección Ciencias Sociales. Serie: Ciencias Políticas).

18. Diccionario Anaya de la Lengua. 2da

edición corregida y ampliada, noviembre

1980.

19. Diccionario Larousse. México, Editorial Ultra, 2004.

20. Esteves González, Edgar. Las Guerras de los Caudillos. Caracas, Editorial Arte,

2006 (Los libros de El Nacional, N° 91).



80

21. Friedlander, Saúl. Historia y Psicoanálisis. Traducción, Margarita González y

María V. Gussoni, Primera Edición en Español, Bogotá Universidad Nacional de

Colombia, 1989.

22. Beroes Pérez, Manuel; Carrera Damas, Germán (Coordinador); Carvallo, Gastón;

Ferrigni, Yoston; Fierro, Lourdes; Ríos de Hernández Josefina. Formación Histórico

Social de Venezuela. Caracas, Grupo Sociohistórico del Centro de Estudios del

Desarrollo (CENDES) de la U.C.V. Ediciones de la Biblioteca de la Universidad

Central de Venezuela, 2002.

23. Gil Fortoul, José. Historia Constitucional de Venezuela. Tomo II. Caracas,

Editorial Las Novedades, 1958.

24. González Guinan, Francisco. Historia Contemporánea de Venezuela. Tomo I.

Caracas, Ediciones de la Presidencia de la República, 1954.

25. Guerra François-Xavier. Modernidad e Independencias, Ensayos sobre las

revoluciones hispánicas. Segunda edición. México, Fondo de la Cultura Económica,

1993.

26. Ibarra D, Daniel E. Las Articulaciones Políticas de una Revolución

Conservadora. Caracas, Fondo Editorial Fundarte, 1999.

27. Iragorry Briceño, Mario. Introducción y Defensa de Nuestra Historia. Caracas,

Monte Ávila Editores, 1972 (Col. Biblioteca Popular El Dorado, N° 27).

28. Irazábal, Carlos. Hacia la Democracia. Tercera Edición. Caracas, José Agustín

Catalá Editor, 1974.



81

29. Lombardi. V. John. Venezuela la Búsqueda del Orden el Sueño del Progreso.

Barcelona (España), Editorial Critica, 1985.

30. Malavé Mata, Héctor. Formación Histórica del Antidesarrollo de Venezuela.

Bogotá, Liceduka Libros, 1980.

31. Mijares, Augusto. “Lo afirmativo venezolano”, en: Obras Completas, Tomo IV.

Caracas, Monte Ávila Editores Latinoamericana- Comisión Centenario Augusto

Mijares, 1998.

32. Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. (Traducción Jose Luis Patcha).

Madrid, Jorge A Mestas, Ediciones Escolares, 2005 (Col. Clásicos Universales, N°

36).

33. Picón Salas, Mariano. De la Conquista a la Independencia. Cuarta edición.

México, Editorial Fondo de la Cultura Económica, 1965. (Colección Popular, N° 65).

34. Pino Iturrieta. Elías A. La Mentalidad Venezolana de la Emancipación (1810-

1812). Caracas, Instituto de Estudios Hispanoamericanos- Facultad de Humanidades

y Educación, Universidad Central de Venezuela, 1972.

35. Pino Iturrieta, Elías A. Nueva Lectura de la Carta de Jamaica. Caracas, Monte

Ávila Editores Latinoamericana, 1999.

36. PLATÓN. La República. Diálogos Tomo I. Bogotá, Ediciones Universales,

2005.



82

37. Rodríguez Lorenzo, Miguel Angel. La Mudanza del Tiempo a la Palabra;

Latinoamérica en el pensamiento de J.M. Briceño Guerrero. Mérida (Venezuela),

Centro de Investigaciones Etnológicas//Departamento de Historia Universal de la

Universidad de los Andes- Editorial Venezolana, 1996.

38. Romero José Luis y Romero Luis Alberto, compilación y cronología.

Pensamiento Conservador (1815-1898), 2da edición. Caracas, Fundación Biblioteca

Ayacucho, 1986. (Col. Biblioteca Ayacucho, N° 31).

39. Rousseau, Jean Jacques. El contrato social. (Traducción María José Villaverde),

Barcelona-España, Ediciones Altaya, 1993 (Col. Grandes Obras del Pensamiento, N°

2).

40. Sierra, Manuel Felipe. Marcos Pérez Jiménez. Caracas, Editora El Nacional-

Biblioteca Biográfica Venezolana, 2009.

41. Sosa A. y Lengrand, Eloi. Del Garibaldismo Estudiantil a la Izquierda Criolla.

Caracas, Ediciones Centauro, 1981.

42. Ugarte, Manuel. La Nación Latinoamericana. Caracas, Fundación Biblioteca

Ayacucho, 1987 (Col. Biblioteca Ayacucho, N° 45).

43. Vallenilla Lanz, Laureano. Cesarismo Democrático. Estudio sobre las bases

sociológicas de la constitución efectiva de Venezuela. Tercera edición. Caracas,

Tipografía Garrido, 1952.

DDDeemmmooocccrraaaccciiiaaa eeennn z lllooosss vvveee ...bdigital.ula.ve/storage/pdf/42530.pdf ·...

Documents

Transcript of DDDeemmmooocccrraaaccciiiaaa eeennn z lllooosss vvveee ...bdigital.ula.ve/storage/pdf/42530.pdf ·...