Daniel Calmels-el Fin Del Cuerpo en El Principio Del Milenio

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1 Enseñar para incluir..., incluir para enseñar EL FIN DEL CUERPO EN EL PRINCIPIO DEL MILENIO Por Daniel Calmels Fragmentos del libro inédito EL FIN DEL CUERPO EN EL PRINCIPIO DEL MILENIO. “El problema no es negar los hallazgos de la técnica, sino superarlos por medio de la crítica. Sostener el derecho y la necesidad de discrepar” 1 . Me voy a referir a algunos cambios en los hábitos y en las costumbres acaecidos en las últimas décadas, que comprometen la vida del niño. La temática central se concentrará en los fenómenos que afectan la construcción de cuerpo y la evolución del organismo. Las reflexiones se realizarán desde una perspectiva que contemple al cuerpo y sus producciones: gestualidad, mirada, actitud postural, así como también algunos giros que toma al lenguaje en la publicidad y en la vida cotidiana, lenguaje referido al cuerpo y al organismo. El título de este texto El fin del cuerpo en el comienzo del milenio, quiere señalar con el término fin dos sentidos posibles: fin como culminación y fin como objetivo o finalidad. Para analizar los cambios ocurridos en la vida corporal voy a utilizar la idea de pasaje de una conducta a otra, de una forma a otra, estos pasajes pueden nombrarse como: * Del cuerpo al organismo. * De la metáfora alimenticia a la metáfora mecánica. * De la escucha o la lectura intensiva al espectador receptor intensivo. * De la invención del objeto a la sujeción al objeto. * Del pecho a la espalda. * Del ojo pequeño al ojo agrandado. * De lo viso palmar a lo viso digital. * Del cuerpo resistente al cuerpo esparcido. 1 Giunta Andrea, de la introducción del libro de Virilio Paúl, El procedimiento silencio, Buenos Aires, Paidós, 2001. * De Frankestein a Robocop. * Del churrasco a la hamburguesa. * De la discontinuidad a la continuidad. * De la eficacia a la eficiencia. Tomaré a modo de síntesis algunos de estos ítem. METÁFORAS ENERGÉTICAS ¿Con qué objetos se compara al cuerpo humano?, ¿cuales son los referentes metafóricos de lo corporal y de lo orgánico? Tomaré como ejemplo las expresiones corrientes referidas a la vitalidad de una persona, clasificando las que responden a una misma fuente energética. Un referente clásico para evaluar la vitalidad de un cuerpo era la alimentación. Esta modelo digestivo, cuando una persona era muy vital, nos llevaba decir que tenía polenta" 2 , adjudicándole a este término la comida realizada con harina de maíz, cuando el origen de polenta o pulenta se refería a los objetos de oro o a toda cosa de valor. En esta línea alimenticia, si el ánimo estaba afectado era por algo que no se pudo "digerir", a las personas indeseables no se las "podía tragar" 3 , ocasionando “disgustos” y “malos tragos”. Seguido a la combustión digestiva, se ubica como modelo generador de energía a la máquina a cuerda. Así lo expresa el dicho "tiene cuerda para rato". La falta de vitalidad se expresaba en "está parado”, o al decir "se le acabó la cuerda", o le “falta un tornillo” en los casos de conductas extrañas. 2 Polenta o pulenta se aplicaba a “los objetos de oro ....y en general a toda cosa de valor” Gobello Jose, La vieja Lunfardía, Freeland, Buenos Aires, 1963. 3 Popeye representa el modelo energético ligado a la alimentación. Sus clásicas espinacas lo proveían de un plus de fuerza necesaria para vencer a sus poderosos enemigos.

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Enseñar para incluir..., incluir para enseñar

EL FIN DEL CUERPO EN EL PRINCIPIO DEL MILENIO Por Daniel Calmels Fragmentos del libro inédito EL FIN DEL CUERPO EN EL PRINCIPIO DEL MILENIO.

“El problema no es negar los hallazgos de la técnica, sino superarlos por medio de la crítica. Sostener el derecho y la necesidad de discrepar”1.

Me voy a referir a algunos cambios en los hábitos y en las costumbres acaecidos en las últimas décadas, que comprometen la vida del niño. La temática central se concentrará en los fenómenos que afectan la construcción de cuerpo y la evolución del organismo. Las reflexiones se realizarán desde una perspectiva que contemple al cuerpo y sus producciones: gestualidad, mirada, actitud postural, así como también algunos giros que toma al lenguaje en la publicidad y en la vida cotidiana, lenguaje referido al cuerpo y al organismo. El título de este texto El fin del cuerpo en el comienzo del milenio, quiere señalar con el término fin dos sentidos posibles: fin como culminación y fin como objetivo o finalidad. Para analizar los cambios ocurridos en la vida corporal voy a utilizar la idea de pasaje de una conducta a otra, de una forma a otra, estos pasajes pueden nombrarse como: * Del cuerpo al organismo. * De la metáfora alimenticia a la metáfora mecánica. * De la escucha o la lectura intensiva al espectador receptor intensivo. * De la invención del objeto a la sujeción al objeto. * Del pecho a la espalda. * Del ojo pequeño al ojo agrandado. * De lo viso palmar a lo viso digital. * Del cuerpo resistente al cuerpo esparcido.

1 Giunta Andrea, de la introducción del libro de Virilio Paúl, El procedimiento silencio, Buenos Aires, Paidós, 2001.

* De Frankestein a Robocop. * Del churrasco a la hamburguesa. * De la discontinuidad a la continuidad. * De la eficacia a la eficiencia.

Tomaré a modo de síntesis algunos de estos ítem. METÁFORAS ENERGÉTICAS ¿Con qué objetos se compara al cuerpo humano?, ¿cuales son los referentes metafóricos de lo corporal y de lo orgánico? Tomaré como ejemplo las expresiones corrientes referidas a la vitalidad de una persona, clasificando las que responden a una misma fuente energética. Un referente clásico para evaluar la vitalidad de un cuerpo era la alimentación. Esta modelo digestivo, cuando una persona era muy vital, nos llevaba decir que tenía “polenta"2, adjudicándole a este término la comida realizada con harina de maíz, cuando el origen de polenta o pulenta se refería a los objetos de oro o a toda cosa de valor. En esta línea alimenticia, si el ánimo estaba afectado era por algo que no se pudo "digerir", a las personas indeseables no se las "podía tragar"3, ocasionando “disgustos” y “malos tragos”. Seguido a la combustión digestiva, se ubica como modelo generador de energía a la máquina a cuerda. Así lo expresa el dicho "tiene cuerda para rato". La falta de vitalidad se expresaba en "está parado”, o al decir "se le acabó la cuerda", o le “falta un tornillo” en los casos de conductas extrañas.

2 Polenta o pulenta se aplicaba a “los objetos de oro ....y en general a toda cosa de valor” Gobello Jose, La vieja Lunfardía, Freeland, Buenos Aires, 1963. 3 Popeye representa el modelo energético ligado a la alimentación. Sus clásicas espinacas lo proveían de un plus de fuerza necesaria para vencer a sus poderosos enemigos.

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Luego, el modelo de energía eléctrica pasó a ser el dominante, se evidencia en la frase: "está enchufado". La desarmonía de este modelo era "estar en cortocircuito". La compensación del exceso, el descanso es "desenchufarse". Expresiones lógicas para entender a una persona “eléctrica”. En la actualidad pareciera que el modelo preponderante se encuentra en la energía envasada: "ponerse las pilas" remite a la vitalidad energética de las baterías cuyo sentido negativo se encuentra en la expresión "me agoté". Tanto el modelo de la red de corriente eléctrica como el de la batería suscitan una cantidad de expresiones, entre otras las referidas a la Atención y a la Inteligencia. Estar atento es estar “conectado", estar disperso es estar desconectado. Percibir la realidad es tener un "cable a tierra", distraerse es "estar volando". La inteligencia se expresa en el dicho "un tipo de muchas luces”, al cual se le "prende la lamparita" y por lo tanto "se ilumina". Al pasar del alimento como fuente de energía, al circuito eléctrico alimentado por la batería, se produce una toma de distancia con los procesos orgánicos de alimentación, al mismo tiempo que se evidencia una incorporación de la máquina al cuerpo y una adaptación del cuerpo a la máquina. Al decir que "el cuerpo es una máquina perfecta", no se jerarquiza el cuerpo sino la máquina. Expresiones tales como "estar acelerado", "pará la máquina" o "le falta un tornillo" están referidos a esta comparación. Por otro lado, si el modelo de la máquina sirvió para pensar el organismo humano, hasta hace una década atrás pensar en un "robot" era representarse a una maquinaria con forma humana. Había una negociación equilibrada, cierto acuerdo de no supremacía entre el cuerpo y la máquina. El cuerpo prestaba la forma externa a la máquina y ésta le daba un modelo para pensar el organismo. En aquella época los robots tenían forma humana cuyos antecesores fueron los muñecos articulables. Estos últimos, cuerpos de madera y metal, intentaban copiar lo más fielmente la forma humana despertando en ocasiones, alguna sensación siniestra. Metáforas del cuerpo El referente metafórico más usual para referirse al cuerpo es el de compararlo con una máquina, específicamente con un motor. La expresión popular que dice “el cuerpo es

una máquina perfecta” representa esta idea, acentuando el carácter de perfección de su diseño y funcionamiento. Esta concepción del cuerpo máquina se remonta a las ideas filosóficas de Descartes. Dice Le Breton4 que “Descartes le otorga a Dios el privilegio medido de ser un artesano más hábil que los demás: ’Todo cuerpo es una máquina y las máquinas fabricadas por el artesano divino son las que están mejor hechas sin que por eso dejen de ser máquinas’ (Discurso del método)”. La metáfora mecánica aleja al cuerpo del devenir de la carne.

En la maquina las piezas son reemplazables, procedimiento por el cual se renueva parcial y reiteradamente la vida del motor. El profesional que se ocupa del cuerpo entonces operaría al modo de un técnico en reparaciones.

En el caso de una intervención quirúrgica, la utilización de la metáfora mecánica nos orientará a pensar la operación como un cambio de conductos, destapación de cañerías, ajustes de piezas que deben estar ensambladas para su normal funcionamiento.

El modelo de la máquina requiere de herramientas y repuestos específicos. El cuerpo como la máquina se “descompone”, una falla en el “aparato” requiere de la intervención profesional, ser re-visado. El motor y el cuerpo “fallan”, se le “aflojan tornillos”, se le “tapan cañerías”, se está “fuera de punto” Otra metáfora de apelación reiterada es la de comparar al cuerpo con una planta, la que llamaremos “metáfora botánica”. La expresión de “estado vegetativo”, “trasplante”, “injerto”, “poda neuronal”, “cultivos”, nos sugieren que el modelo con lo cual se piensa al cuerpo está tomado del libro de la botánica. Desde este modelo, la operación consistirá en un injerto, un transplante, o curar de “raíz”. La metáfora botánica ha sido más usada en las operaciones que implican la sustitución de un órgano por otro (trasplante). En cambio, el modelo preponderante para otro tipo de intervenciones es el modelo mecánico.

***

Cada sistema orgánico, cada “aparato” tiene un modelo de comparación. Los músculos, huesos y articulaciones son comparados con un sistema de palancas, con una maquinaria simple; el sistema nervioso y principalmente el cerebro tiene su referente en 4 Le Breton David, Antropología del cuerpo y modernidad, Buenos Aires, Nueva Visión, 1995.

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una computadora; el aparato circulatorio, principalmente el corazón, es comparado con una bomba que distribuye sangre en todo el cuerpo. El concepto de aparato (visto por separado) favorece una concepción fragmentada del organismo y la mecanización de sus cuidados. La didáctica divergente que plantea un estudio disgregado del organismo debería poner hincapié en una didáctica de convergencias, en la cual tanto los órganos, como la función, funcionamiento y funcionalidad del cuerpo pudieran comprenderse y vivenciarse en unidad.5 DEL PECHO A LA ESPALDA La proliferación de las imágenes fílmicas, la cotidiana filmación de los cuerpos, el asedio del ojo de la cámara sobre el cuerpo humano, ha creado un acostumbramiento a la percepción de la parte posterior del cuerpo que gozaba de cierta ignorancia.

La fotografía, imagen instantánea del cuerpo, se destacaba por las tomas de frente y de perfil, rara vez se tomaba una foto de espalda. Si la identidad de una persona recaía en el frente del cuerpo, básicamente en la captación del rostro, la fotografía, instante único de la captura de una imagen, se posaba sin excepción sobre el frente y fundamentalmente sobre el rostro de la persona. En cambio, la nueva tecnología, ya no instantánea, sino en continuidad, goza de la libertad infinita de recorrer el cuerpo en sus cuatro caras.

Si primero la imagen privilegió el frente y luego el perfil, su nuevo espacio es la espalda, y al decir espalda sintetizo en este término la zona posterior del cuerpo humano. Hasta ahora las imágenes que nos formábamos sobre la parte posterior del cuerpo eran sumamente efímeras y fragmentarias. Esto se debía a una excepcionalidad de la mirada, pues la mayoría de los niños de las ciudades pasan y pasaron años de su vida frente a un cuerpo de espaldas que ocupa el asiento anterior en las aulas de las escuelas. Esta visualización de las nucas, esta familiaridad de la espalda del compañero de grado no implicaba una percepción que pudiera guardarse fácilmente en el recuerdo, quedaba diluida y sumergida en el olvido, ante la turbulencia de la imagen del rostro y principalmente de los ojos y la boca que predominan en forma avasalladora.

5 Junto con la concepción espacial del organismo sería de utilidad pensar la convergencia y relación continua de los fluidos (gaseoso, líquido, eléctrico) que participan y hacen la vida orgánica. De esta manera una afección cardiaca produce una falta de oxigenación y una alteración del registro electroencefalográfico, etc.

Recordamos un rostro y un nombre, y en casos excepcionales otras partes del cuerpo que la íntima percepción resguarda en el olvido o el secreto.

La nueva imagen del cuerpo humano, imagen fílmica, nos proporciona un monto de imágenes de la parte posterior del cuerpo que era impensables en décadas pasadas. Este nuevo volumen que cobra la imagen, intercambiando los frentes que clásicamente llamaríamos figura y fondo, relativizan la despótica predominancia de solo un frente, poniendo en competencia a la espalda en todo su carnoso y voluminoso recorrido.

Otra de las nuevas formas de estar

durante el trabajo o el esparcimiento ubica al cuerpo frente a una pantalla, sea esta la televisión o la computadora. En la medida que se mira un espacio fijo como es la pantalla, se da la espalda a las personas que lo rodean. La percepción que se tiene de la persona frente a la pantalla es una percepción de espalda.

Esta forma de encarar la imagen, este

punto de vista, nos involucra de manera directa sin mediaciones, nos crea una correspondencia de posiciones entre el observador y lo observado. La imagen no nos mira, nos da la espalda, nos permite mirarnos ahí donde nuestra mirada no llega en forma directa.

LA ESTÉTICA DEL PARPADEO "Cierra el ojo y mira; lo que viste antes ya no existe; y lo que verás luego no existe todavía”

Leonardo De Vinci Escuché nombrar como "estética del parpadeo"6, la imposición actual de las nuevas formas de filmación: video clip, publicidades, y programas televisivos.

Parpadear es una defensa orgánica, un movimiento del ojo frente al fulgor o la luminosidad excesiva. El parpadeo es una forma de renovar la humedad, de volver a ver, de continuar contemplando. Ahora bien, si el ojo parpadea es por que el objeto visible no es fugaz, da tiempo a que el ojo corra sus párpados por un instante. Cuando las cosas se invierten, cuando la imagen parpadea, el ojo se fija, se queda tieso, quieto, atrapado en el cambio continuo de la imagen, sin posibilidad de cerrarse para renovar sus líquidos. “Si el 6 Exposición realizada por Elina Matoso, ateneo del MOTRIC (Movimiento de trabajadores e investigadores corporales para la salud).

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hombre no cerrara a veces soberanamente los ojos terminaría por no ver ya lo que merece verse”. René Char7

La “estética del parpadeo” seca el ojo. Parpadear nos permite re-poner la mirada. El parpadeo es una forma de la temporalidad. El cambio continuo de imágenes exige que el ojo se esfuerce en ver y no logre mirar. Forzar la mirada es quedarse con los ojos abiertos, para poder atrapar el instante que sucede en un abrir y cerrar de ojos. Dice Héctor Freire: "¿Como es el sueño de quien tiene los ojos sin párpados?". Parpadear nos ayuda a soñar. Por otro lado la lectura de un libro nos invita a parpadear, los fragmentos marcados por la insistencia de la lectura son producto del propio parpadear. Los buenos libros tienen algo para mostrar, se "dan a ver" en la lectura, y para eso hay que abrirlos, correrles la tapa y bajar la cabeza. Esta es la ventaja que tiene el libro en relación a otros objetos: una cosa es darse a ver y otra ponerse frente a los ojos. Habría que diferenciar entre lo visible y lo evidente, lo evidente hace escaso lo visible.

Lo que "se encuentra o se pone delante de los ojos" es precisamente lo obvio, término recurrente en el lenguaje del adolescente, como respuesta a algo sabido y que no genera la menor sorpresa. Para la escucha de quien escribe, el término “obvio”, se presenta como una respuesta que cierra el diálogo, limita la comunicación, reduce la posibilidad de pensar. El espectador del video clip y el activo espectador del zaaping, ha aprendido a fragmentar los relatos, a capturar mini-secuencias y a recomponerlas en su archivo de imágenes.

Esta nueva forma de acceder a las imágenes fílmicas en micro secuencias relativamente arbitrarias, este nuevo espectador de múltiples relatos se conforma con saber un poco de cada cosa en la ilusión de percibir todo, de comer con los ojos una gran picada de imágenes. Este nuevo espectador de historias paralelas ha comenzado el zaaping en la búsqueda de la elección de un programa y ha terminado haciendo del zapping una forma de programar su mirada. La intensidad puede estar en la demora, en la discontinuidad que crea el parpadear, como una forma de saborear el alimento visual, aunque cada vez más la intensidad es tramitada por la rapidez y la continuidad, generadores de la inmediatez, la

7 Char René, Papeles de Hipnos, citado por Régis Debray en Vida y muerte de la imagen, historia de la mirada en occidente, Buenos Aires, Paidós, 1992.

cual anula la percepción de múltiples registros en función del vértigo. Podemos diferenciar lo intensivo de lo excesivo. La intensidad puede prescindir del exceso. Frente a la pantalla, cuando la imagen es fugaz, la única forma de incorporarla es someterse a la repetición. Frente a la fugacidad, no se trata de contemplar, sino de atrapar, retener, para poder comprender la escena que trascurre a velocidad. También se apela a la exhibición de varias secuencias, que se intercalan para renovar continuamente el interés, que decaería si se tratara de una sola historia. La mente del observador en primera instancia va a intentar recomponer en una secuencia lógica tradicional, lo que el video clip muestra fragmentariamente. Luego, viendo que es imposible pues no responde a un orden de secuencias, se va a entregar a un cóctel de imágenes sucesivas, no secuenciales, que no se articulan en un orden de con-secuencias. EL CUERPO DEL HÉROE Ante la imagen visual que se renueva incansablemente hay que estar con los ojos bien abiertos. Estos ojos del control y la atención continua deben expresarse gráficamente en un aumento de su tamaño.

El párpado descendido hasta cubrir una parte de los ojos que caracterizaba a algunos rostros de personajes infantiles es reemplazado por un ojo sin párpados, extremadamente abierto. Los dibujos animados de creación japonesa se caracterizan por tener ojos grandes. Esto se atribuye a la necesidad de darle un formato occidental para la circulación en los mercados del mundo. Esta argumentación sostiene que los ojos de los dibujitos japoneses representan la mirada que tiene un oriental de los ojos occidentales.

Tarzán, "el hombre mono", se caracterizaba por un uso del cuerpo particular. Tarzán era "el cuerpo en el espacio": correr, trepar, lanzar, suspenderse, pelear, gritar. Su cuerpo entero era una herramienta de supervivencia y comunicación. El tono muscular era el "telón de fondo" de sus movimientos. La mayoría de sus acciones implicaban un manejo de lo "oculo-manual", trabajo de palma y dedos en comunión con los ojos. Un modelo opuesto es Schwarzenegger. En él ya no se trata del "cuerpo en el espacio" sino del "espacio del cuerpo". Exhibe su musculatura como una propiedad en sí, el tono muscular no es aquí

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telón de fondo sino primer actor, el cuerpo configura un escenario y una escena al mismo tiempo. Se ha producido un pasaje de lo "oculo manual" a lo "viso-digital"; del cuerpo (global) en movimiento, al movimiento (parcial) del cuerpo. EL ESPECTADOR INTENSIVO

El modelo dominante de la "lectura intensiva", en la cual un adulto lee un libro para otro en forma reiterada, modelo aún vigente en las relaciones de crianza, se ve reemplazado en parte por la insistente recurrencia a ver una misma película. El libro deja su lugar de privilegio en cuanto soporte y portador de narraciones ante la presencia de las historias que ofrece el video. El cuerpo del adulto que oficiaba de lector entra en competencia con la maquinaria de reproducción de videos. Con un mecanismo de funcionamiento fácilmente aprendible por el niño, cada ves más familiarizado con la electrónica, el video le posibilita el acceso a diversas historias. El lector intensivo y la lectura intensiva decaen. El video no presenta variaciones, está para ser visto "todo el tiempo" de la misma manera.

El lector intensivo tenía frente a sí imágenes gráficas, repertorios de actitudes que el lector activaba en su imaginación, siguiendo la letra y recurriendo a su memoria kinésica. El lector intensivo nació del lugar de la escucha intensiva. En cuanto a la escucha del niño la oralidad se presenta en dos formas: la "narración oral" y la lectura. La "narración oral" prescinde del libro, estimula un modelo de escucha centralizada en el narrador, éste se preocupa por corporizar el relato, si no lo hiciera la atención decaería. Es el cuerpo del otro quien nos introduce en los relatos, en la ficción, en las secuencias, en la temporalidad. El primer acercamiento a la lectura de un libro fue mediatizada por la voz de otro, prosodia familiar, modelo desde donde encontrar la propia voz. Dice Raúl Dorra: "El proceso de formación de la voz es anterior al de la adquisición de la palabra". "Un individuo, una comunidad, necesitan de una voz y de una escucha porque es sólo en la escucha donde se realiza la voz".

Si "la voz representa el aspecto subjetivo de la comunicación verbal", la escucha está en un lugar subjetivante. Este vinculo entre la voz de los padres y la escucha del niño, enriquecido en la narración oral y en las lecturas es diferente a la escucha y visualización de videos, fenómeno de escasa

presencia en décadas pasadas. El niño de los años 60 o 70, accedía a ver una película un número limitado de veces, no se llegaba a aprender de memoria los textos y las acciones. El niño actual, "espectador intensivo de video", puede llegar a ver 20 o 30 veces un mismo video en el término de un año. El video le ofrece al niño un modelo kinético: formas de desplegar el movimiento en el espacio; gesticulaciones y mímicas faciales, aunadas en modelos posturales, actitudinales y gestuales. A su vez el modelo verbal está compuesto por giros, expresiones y dichos que le dan identidad a cada personaje.

Esa voz que sale de la TV configura un modelo de verbalización formado por una prosodia extraña al modelo familiar, que a su vez oficia de modelo unificador para todos los niños, cuya escucha repetida les provee de expresiones de uso frecuente en sus juegos. Por ser un fenómeno de reciente aparición, las consecuencias que podría traer la posición del espectador intensivo son aún desconocidas. Podríamos pensar en la aparición de un fenómeno que llamaré "implante argumental"8. Niños que incorporan un argumento, que pueden reproducirlo a imagen y semejanza del original. Este original se diferencia de otros porque deja muy pocas cosas para reponer, a diferencia de la historias narradas oralmente, la lectura y la escucha de radio. Este material audiovisual argumenta sus juegos de tal forma que los gestos, actitudes y verbalizaciones reproducen el original. LA GESTA ALIMENTICIA9 “Cuchara inmóvil, llena de líquido, suspendida frente a tu boca: palabra detenida esperando el sorbo”. Roberto Aguirre Molina10 Es posible observar a lo largo de las distintas civilizaciones una paulatina toma de distancia entre el cuerpo del hombre y los objetos, entre el cuerpo propio y los demás cuerpos. Al mismo tiempo que en el plano espacial se toma distancia, en el plano temporal se hace presente la demora. Entre el

8 Argumento: “razonamiento que se emplea para demostrar una proposición”, “asunto o materia de una obra” 9 Una parte fundamental de este texto fue escrito en 1992, y publicado en Topía revista. Las condiciones actuales no han variado, sino que han afirmado las características que aquí se describen. 10 Aguirre Molina Roberto Diario de la conquista, Santa Fe. Argentina, Delanada 1992.

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cuerpo y el objeto de necesidad se impone la mediación de un objeto, y la contención de los impulsos que llevan a satisfacer la necesidad en forma inmediata. Podemos tomar como ejemplo el acto de la alimentación, sabiendo que no siempre se comió de la misma manera. El invento y la utilización del cuchillo de caza para cortar el alimento, implicó una toma de distancia entre la boca y la comida, así como también en el siglo XI la aparición del tenedor, posibilitó alejar la mano de la presa de carne, al mismo tiempo que el cuchillo dejó de llevarse a la boca. Cada niño pequeño que se encuentra con un plato de comida, rehace la experiencia del hombre de los comienzos de la civilización: la toma y la lleva a la boca sin objetos intermediarios. Elimina mediaciones y achica el tiempo entre la necesidad y la satisfacción, Más que masticar, traga; más que morder, desgarra; más que beber, succiona. No es tanto el alimento que va a la boca, sino es la boca que se acerca al alimento. La "civilización" ordenó los cuerpos alrededor de la mesa familiar e hizo del acto de la alimentación un ritual con reglas más o menos comunes a millones de comensales. Cubrió la tabla en la cual se ponían los alimentos con un género limpio que llamó mantel, separó la comida en pequeñas fuentes individuales, desterrando el plato común (que causaba incomodidades y disputas por el alimento más codiciado) y distribuyó cubiertos para que la mano no se ensuciara, al mismo tiempo que inventó envases para tener los líquidos sobre la mesa. El aprendizaje de los gestos necesarios para el dominio de los cubiertos fue ocupando una parte de tiempo de la infancia de todo niño bien educado. En el niño pequeño, el pasaje de la mamadera al vaso con bombilla y de este al vaso para beber -y no chupar- se fue gestando junto al fino entrenamiento de las manos implicadas en el manejo de los cubiertos. El adulto, que ya ha aprendido, obtiene un placer adicional cuando se da el gusto de "picar" con las manos. O sea hacer de la mano un pico, una boca. Las características del alimento condicionan la aceptación o rechazo por parte del niño pequeño. El pasaje de lo líquido a lo blando (de la leche a la papilla), de lo blando a lo sólido y duro (de la papilla a la carne), está presente en la evolución del ser humano, al mismo tiempo que partiendo de una alimentación realizada con un solo alimento, se introducen paulatinamente una variedad infinita de alimentos combinados y condimentados de múltiples maneras.

El recién nacido está equipado de un reflejo llamado gusto-facial, el cual tiene la función de detectar los sabores no deseados y expulsarlos con un movimiento conjunto de la boca y el rostro. Las sensaciones gustativas son relativamente pobres11, nacemos con cuatro sensaciones básicas a nivel gustativo: salada, dulce, ácida y amarga. A excepción de la dulce, los demás gustos ponen en funcionamiento este reflejo. En nuestra memoria genética está incorporada esta repulsa a toda sustancia que no tenga el gusto considerado como bueno y por lo tanto aceptable. El organismo se preserva de toda invasión no deseada que pueda dañarlo12.

Ahora bien, el trabajo maternal en la crianza logra que el niño acepte algunos de estos gustos, convirtiéndolos en las primeras experiencias de sabores. ¿Cómo lo logra? Veamos una escena de la cotidianeidad: una madre prueba el alimento frente a la mirada de su niño, prueba y gesticula con aprobación, exagera, muestra el deleite que le produce saborear la naranja, previamente camuflada con azúcar. El rostro de la madre invita a compensar el "dis-gusto", ayuda a tragar, a que el nuevo alimento no se convierta en un mal trago. Por otro lado el niño imita el gesto que la madre le propone, toma del espejo primordial la síntesis del rostro que saborea con placer, “imita” a su madre y en esa re-producción mímica gestual logra atemperar el disgusto, a tolerar el nuevo alimento, a contrarrestar el impulso del reflejo gusto-facial, que si actuara en toda su potencia podría expulsar el alimento de la boca. Gracias al rostro de la madre el niño acepta la naranja y enriquece su capacidad gustativa, incorporando sabores no dulces. Enriqueciendo su boca hace cuerpo con la naranja. En esta zona de litigio entre la expulsa refleja al sabor ácido y la aceptación, podemos presenciar cómo se construye el cuerpo del niño, cómo se enriquece su boca.

La expresión facial que dispara este reflejo, ya no en carácter de respuesta automática (señal orgánica de prevención), va a ser tomada como un gesto, una mímica que expresa los disgustos que provocan las cosas o hechos que se reprueban. Así como su cara contraria, cara de sabor agradable, de buen gusto, actuará como signo de lo probo. Lo de buen gusto es aceptado, a-probado, pasa a ser probo, lo que genera un dis-gusto, se re-

11 Chiva May, “Como se forma la persona al comer”, Infancia y aprendizaje, España. 12 “Las substancias dulces son ingeridas; las muy ácidas, amargas o saladas son rechazadas, y, además, se puede observar la mímica característica de lo dulce, ácido y amargo”12. Koffka K.

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prueba, pasa a ser considerado in-probo. En este pasaje de la señal orgánica a un signo corporal inserto en el campo de la comunicación se construye el rostro, se hace cuerpo. Si le otorgamos al término "sabor" su antiguo significado: "saber" podemos decir que ejercer el sentido del gusto, haber probado, es un acto de aprendizaje. La alimentación que se funda "con y desde" un otro que alimenta, tiene la particularidad de ser uno de los primeros actos de aprendizaje basado en el intercambio y la comunicación. La humanidad lo ha ritualizado porque sabe de las ceremonias que recuerdan las gestas, los principios, los nacimientos. La ingesta nutricia requiere de un tiempo y un espacio para que el cuerpo aprenda. En la alimentación como en el juego corporal se hallan dos instancias generadoras de conocimiento y de saber de el propio cuerpo, así como también de los objetos y de los otros. Para que el gusto, propiedad del organismo, se expanda en múltiples sabores se requiere de la mesa compartida.

Los diferentes aprendizajes cada vez más jerarquizados que realiza el niño marcan un proceso evolutivo caracterizado por el pasaje de una conducta más primaria y menos elaborada a otra de mayor complejidad. Estos pasajes podemos enunciarlos de la siguiente manera: Del pedido gestual al verbal: El dicho “a pedir de boca”, nos remonta a una de las formas más antiguas de pedir, el niño de pecho llora de hambre. Nos recuerda la boca abierta de lo pichones que esperan el alimento del pico de la madre. El beso según algunas teorías es el heredero de la alimentación boca a boca, en la cual la madre le trasmitía al niño el alimento previamente masticado en su boca. Del alimento líquido a lo blando y de lo blando a lo sólido Esto permite la diferenciación entre el acto de comer y el de beber, encontrándose ambos primeramente en una misma acción. A su vez posibilita reconocer como diferente las sensaciones de sed y hambre. Y también introduce una demora del alimento en la boca que debe ser masticado, a diferencia del tránsito con mínima o sin demora de los alimentos líquidos. Del uso de la mano y los dientes que toman y desgarran el alimento, al uso de los cubiertos guiados por las manos

Se produce un pasaje de la mano como instrumento al instrumento en la mano. por lo tanto ya no es la mano que apresa el alimento, ni la boca que desgarra, sino el tenedor que pincha y el cuchillo que corta. El acto de sujetar el alimento con un cubierto y cortar con el otro, pone en juego un mecanismo de movimientos disociados. A su vez la acción de llevar el alimento a la boca, principalmente con la cuchara, implica un sutil movimiento de supinación de la mano que dirige el gesto hacia la boca. De succionar (o chupar) a beber Del alimento único a la multiplicidad de alimentos De la aceptación sin elección a la elección y rechazo de los alimentos, en algunos casos este aprendizaje modifica la conducta del adulto, que pasa de dar en forma anticipada a ofrecer y por lo tanto estar atento a la aceptación y el rechazo. Rechazar el alimento único era rechazar todos los alimentos. En cambio, la oferta de diversas opciones implica probar antes de aceptar. Este acto introduce una pausa, una espera que cualifica el valor del alimento. De la mano como soporte del alimento al plato Los alimentos se separan del cuerpo del adulto, no están en contacto con su cuerpo sino contenidos en un plato. Este objeto le resulta al niño atractivo, es común que lo tire o se lo ponga de sombrero y esto en parte se debe a que después de asirlo, el único movimiento que logra hacer con los brazos con cierta soltura es un movimiento de flexión. El alimento en el plato permite una visibilidad de las texturas, matices y una expansión distinta de los aromas. De comer del otro a comer con el otro Desde el inicio la alimentación tuvo una asistencia del otro, como elemento nutriente. La mesa compartida reparte nuevos papeles y roles, ubica al niño y al adulto en un lugar diferente. Son compañeros de mesa, se comparte el pan, ceremonia diaria de nutrirse colectivamente De la inmediatez a la espera

Ahora bien, estas reglas generales nacidas en un "proceso de civilización", comienzan a tener un cambio gradual. La importación de modelos de alimentación que apelan al niño y al adolescente como punta de lanza, acompañan cambios ocurridos en los sistemas de producción y de comunicación. Esta alimentación diferente, basada en la llamada comida chatarra, implica un proceso

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de ruptura y cambio de hábitos alimenticios tradicionales, en concordancia con algunas formas de mecanización. En las últimas décadas, con cierto auge y aceptación masiva, se instalaron diferentes cadenas de casas de comidas —Pumper, Mc. Donald's— que dirigen su propaganda hacia niños y adolescentes con una propuesta de alimentación claramente regresiva, además de simplificada y económica. Pinocho, al cual todos conocemos como poseedor de unos cuantos vicios, no podría resistir la entrada a algunos negocios de comida dedicados con preferencia a los jóvenes. ¿Qué se ofrece aquí a los menores?: "Chupar de un vaso de gaseosa lleno de hielo, comer papas fritas con la mano, poner mucha mayonesa o mostaza a una hamburguesa, usar todas las servilletas que se quiera e irse rápidamente al terminar de comer sin esperar la cuenta ni la molesta sobremesa que hacen los grandes".

Cuáles son las propuestas que tienen tanto éxito entre los niños y los jóvenes, qué es lo que se ofrece tan tentador. Veamos algunos elementos que las caracterizan: . A diferencia de otras casas de comidas, la atención del cliente la realizan adolescentes. . Reducida posibilidad de elección, todo consiste en decidirse por alguna combinación entre carne molida y rebanadas ficticias de papas fritas (las combinaciones están ya pensadas para usted). . Achicamiento del tiempo de demora entre el pedido del alimento y la entrega (con solo decir un nombre o un número le darán rápidamente un vaso descartable con mucho hielo y una hamburguesa empaquetada, que podrá abrir en la intimidad de la mesa). . No venta de bebidas alcohólicas, con lo cual separa la consumición de bebidas alcohólicas de las comidas. . La mesa no puede ser ocupada si no se tiene la comida en la bandeja. Se invierte el recorrido habitual. . Alimentos blandos, carne picada y vuelta a agrupar en forma de hamburguesas, también bocados de pollo confeccionados con igual método. Papas fritas elaboradas con una pasta que les otorga a todas un tamaño similar (todo debe tener cierta perfección). Panes blandos. Helados cremosos. . Condimentos para utilizar a gusto: mostaza, mayonesa, salsa de tomate, etc...

. Ausencia de cubiertos, de mantel, de vajilla en general. . Utilización de la mano para tomar los alimentos, de pajitas (sorbetes) para beber, de la boca para cortar la comida. . Particular atención en la limpieza de piso, mesas y sillas, la cual se realiza continuamente sobre los cerámicos y fórmicas de colores llamativos (Asepsia en el ambiente, comida envuelta y vajilla descartable). . Cierta invitación a comer e irse (se paga antes de recibir el alimento), previa pasada por un cesto donde se arrojan los desperdicios. El "Mc. Donald's" vende un programa de alimentación apoyado en las siguientes premisas: comer rápido, reducir el margen de dudas en la elección de la comida, volver a las papillas y cremas, desterrar los incómodos cuchillo y tenedor, anular las molestas sobremesas. Tentaciones para cualquier niño: desgarrar, chupar, tragar. O sea, saciar la necesidad sin objetos intermediarios y en forma rápida, sintiendo un sabor intenso que surge con el mínimo esfuerzo de la boca. Transformar el "acto" en una "acción trivial". La estimulación e indiscriminación del uso de salsas cumple una función encubridora. Dice Octavio Paz: "...aderezos que exaltan a los ojos y confunden el gusto". A su vez la reducción del menú, y su combinación previa, más que dar muestra de simpleza, exhibe una mecanización. Dice O. Paz: "...la comida yanqui impregnada de puritanismo, está hecha de exclusiones. La preocupación maniática por la pureza y el origen de los alimentos corresponde al racismo y al exclusivismo". La pérdida de la forma original del alimento es una constante en la posmodernidad. Se trata de descomponer para volver a armar. Uniformar. A esto se debe el éxito de las multiprocesadoras. En esta nueva forma del alimento se imponen modelos geométricas, cuyos bordes y consistencia sean idénticos en cada uno de los productos, la circularidad de la hamburguesa, el débil prisma de las papas fritas, son una prueba de ello, en discordancia con los bordes irregulares del churrasco, y las papas al natural cortadas a cuchillo.

Detrás, siguiendo a los niños y adolescentes, una nueva clientela de adultos jóvenes comienzan a caminar con la bandeja rumbo a la mesa. Comen las papas fritas con

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las manos y se chorrean de salsas sin que nadie les diga ¡eso no se hace!

DE LA DISCONTINUIDAD A LA CONTINUIDAD Un texto de Franz Kafka13 nos servirá para introducirnos en los conceptos de continuidad y discontinuidad. Se trata de un escrito que analiza la forma particular en que fue realizada la construcción de la Muralla China. Kafka escribe:

“Se procedía de este modo: se formaban grupos de unos veinte trabajadores, que tenían a su cargo una extensión de unos quinientos metros, mientras otros grupos edificaban un trozo de muralla de longitud igual que se encontraba con el primero. Una vez hecha la juntura, no se seguía trabajando a partir de los mil metros edificados: los dos grupos de obreros eran destinados a otras regiones donde se repetía la operación. Naturalmente, quedaron con ese procedimiento grandes espacios abiertos que tardaron muchísimo en cerrarse: algunos, años después de proclamarse oficialmente que la muralla estaba concluida.” Continúa Kafka escribiendo: “Uno pensaría de antemano que hubiera sido más ventajoso en todo sentido construir la muralla seguidamente...”, o sea darle continuidad al trabajo y a la muralla, programar un trabajo que tenga un comienzo y un final, sin ninguna interrupción. Se pregunta: “¿Qué defensa puede ofrecer una muralla discontinua?”, pregunta que responde a una lógica, pues el sentido de la muralla reside en su entereza, en la unificación de sus partes, en la continuidad de su materia.

“Entonces, en plena exaltación de las fiestas que celebraban los mil metros ejecutados, los expedían muy lejos. En la travesía divisaban aquí y allá trozos de muralla concluidos, pasaban por altas jefaturas donde les repartían premios honoríficos, escuchaban el júbilo de los nuevos ejércitos laboriosos que surgían del fondo del país... y escuchaban los signos de los fieles en los santuarios rogando por la feliz terminación de la muralla”.

13 Kafka, Franz “El albañil chino” La edificación de la muralla: una parábola del poder. Turismo 12, suplemento del periódico Página 12, 4 de junio de 2000.

La terminación de cada fragmento iniciado por un grupo coincidía con la del otro, se culminaba en un encuentro y esto era motivo de festejo. Luego de la terminación de ese fragmento de muralla se viajaba a otro lugar, lejos, y al ir cubriendo esa distancia se recibían “premios honoríficos”. El trabajo recibía su premio y su reconocimiento en la culminación de un fragmento con identidad propia y a su vez identidad compartida en la “juntura”, en la coincidente unificación de recorridos, festejo del trabajo realizado, pero también y a un mismo tiempo del encuentro y de la partida.

La fiesta es un ritual propio de la discontinuidad, para festejar hay que hacer de lo continuo (trabajo) un hecho discontinuo y de la contigüidad un salto a la discontiguidad (viaje a un lugar lejano). El festejo como corte, pausa, intervalo del esfuerzo, le da no solo un sentido a la fiesta sino al esfuerzo.

En la actualidad, en vastos sectores de la población, se ha producido una pérdida de los espacios para la fiesta colectiva, los festejos públicos, los rituales compartidos, las ceremonias masivas. Pero sin ir más lejos, sin llegar a los grandes “intervalos” que representa toda ceremonia, las interrupciones menores, las pausas cotidianas, la llegada y la despedida, en fin, las presencias y las ausencias se ven por lo menos reducidas. Algunos fenómenos cotidianos que abarcan la alimentación, comunicación, esparcimiento, información, publicidad, modificaron su condición de oferta o acceso discontinuo para convertirse en una oferta continua. Basta como ejemplos la mención ordenada, que a continuación desarrollo, del pasaje de lo discontinuo a lo continuo. Los rubros analizados serán los siguientes:

A) Comunicación telefónica: Llamar y ser llamado

B) Televisión C) Programas de información D) Oferta de alimentos E) Compras F) Pagos G) Publicidad: televisión, calle. H) Trabajo I) Actividades extraescolares:

Actividades no institucionalizadas - Actividades institucionalizadas. Transporte escolar. Festejo de cumpleaños. Vacaciones - Tiempo libre - Juego corporal - Deportes.

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Discontinuo Continuo Comunicación telefónica

Llamar y ser llamado - La comunicación se realiza desde un ámbito privado o público, el teléfono está fijo en ese ámbito. Sólo se reciben llamadas en el ámbito privado.

- El teléfono se acopla al cuerpo. - La posibilidad de comunicación es continua.

Televisión

- Oferta limitada de canales y tiempo reducido de transmisión. - Horario de inconveniencia para menores anunciada en el momento de su comienzo. - Ritual de apertura y cierre, representado comúnmente por una misa.

- Oferta de por lo menos medio centenar de canales con transmisión ininterrumpida. - A veces, sin aviso de inconveniencias. - Ausencia o reducción de rituales de comienzo y cierre.

Programas de información

- Distribuidos en distintos horarios del día con el nombre de “noticieros”, “informativos”, que se emitían aproximadamente cada hora.

- Programas de información que se caracterizan por informar “Las 24 horas, los 365 días del año”. “Crónica T.V.”

Oferta de alimentos

- Predominio de alimentos de estación cuyo valor de mercado estaba condicionado por la escasez o la abundancia de la producción.

- Oferta continua de alimentos conservados en frío durante períodos largos.

Compras

- Acceso limitado por días y horas de atención. - Previsión de la compra en forma anticipada. - Presencia en el local para acceder a la compra y traslado personal al domicilio.

- Las 24 horas. - No es necesario prever la compra anticipadamente. - Compra telefónica, entrega a domicilio.

Pagos

- El pago de una compra o la cancelación de una deuda debía coincidir con la presencia del dinero en mano.

- Pago a través de tarjetas de crédito. Pago virtual.

Publicidad Televisión

Distribuida en los intervalos de la transmisión. - Dentro del espacio escénico, formando parte del guión.

Calle En un espacio y tiempo exclusivo para publicidad, reducido y legislado.

- Uso alternativo de múltiples espacios: pasacalles, afiches, puestos de diario, T.V. en estaciones de subtes, micros. - Apelación continua a la atención.

Trabajo

Seguridad en la continuidad del trabajo. Ante la pérdida está la posibilidad de un nuevo empleo.

- Inseguridad de la continuidad del trabajo. - La pérdida del trabajo implica quedar afuera del mercado laboral, la ausencia de trabajo pasa a ser una continuidad

DANIEL CALMELS: Escritor, psicomotricista. Jefe del área de Psicomotricidad: Servicio de Psicopatología Infanto Juvenil del Hospital de Clínicas. Libros publicados: EL CRISTO ROJO, Cuerpo y escritura en la obra de Jacobo Fijman, Faja de Honor de la Sociedad Argentina De Escritores. ESTRELLAMAR prosa poética, primer premio Rodolfo Walsh-derechos humanos. ESPACIO HABITADO. CUERPO Y SABER. EL CUERPO EN LA ESCRITURA. DEL SOSTÉN A LA TRANSGRESIÓN El cuerpo en la crianza. EL LIBRO DE LOS PIES Primer premio del Fondo Nacional de las Artes. EL CUERPO CUENTA, La presencia del cuerpo en las versificaciones, narrativas y lecturas de crianza.