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Dafío Euraque San Pedro Sula, actual capital industrial de Honduras: su trayectoria entre villorrio colonial y emporio bananero, 1536-1936 Si se estudia, pues, detenidamente, el progreso de San Pedro Sula, todo ei mundo convendrá que data apenas de unos sesenta y seis años hasta nuestros dias. Durante el resto del tiempo apenas se sostuvo como pueblo de escasa importancia. - Perfecto H. L?obadilla1 Hoy en día, San Pedro Sula, con una población urbana de 314,996 habi- tantes es, sin lugar a dudas, la capital industrial de ~ o n d u r a s . ~ En el departa- mento de Cortés, del cual San Pedro Sula sirve como capital administrativa, se encuentran, entre otras muestras de su importancia, las empresas industriales más grandes del país; el puerto de embarque y desembarque más importante de la nación, Puerto Cortés; al igual que muchos de los complejos agrícolas de mayor envergadura para la exportación y por ende para la producción de divisas (Figura I).~ En el departamento de Cortés, y principalmente en el valle de Sula, residen muchas de las familias capitalistas y grupos económicos más importantes del país.4 San Pedro Sula y el departamento de Cortés asumieron laimportancia que hoy ocupan dentro de la economía nacional como consecuencia de un profundo proceso de modernización e industrialización que arrancó, como en muchas otras regiones de América Latina, hacia fines de la década de 1940, pero especialmente durante las de 1950 y 1960.~ En 1950, la población urbana de De nacionalidad hondureña, Dario A. Euraque obtuvo un doctorado en historia en la University of Wisconsin-Madison en 1990 y es profesor asistente en el departamento de historia del Trinity College, en Hartford, Connecticut (EE.UU.). Monografia geográfica e histórica de San Pedro Sula: IV centenario de su fundación, 1536-1936 (San Pedro Sula: Talleres "Compañia Editora de Honduras", 1936). Unidad de Investigación y Estadistica Social, Municipalidad de San Pedro Sula, Conociendo San Pedro Sula, 1992 (San Pedro Sula: Centro Editorial, 1992), pág. 10. Sobre la posición de San Pedro Sala dentro de la economía industrial, véase A. Murga Frassinetti y María E. Caballero, "Nuevas observaciones sobre la concentración industrial en Honduras", en Honduras: panorama y perspectivas, Leticia Salomón, compiladora (Tegucigalpa: Centro de Documentación de Honduras, 1989), pp. 65-67. Mario F. Flores G., "E1 capital financiero en Honduras" (tesis de maestría, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, 1990), pp. 43-77. Dos importantes trabajos por demógrafos han ubicado a San Pedro Sula dentro de @ Mesoamérica 26 (diciembre de 1993)

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Dafío Euraque

San Pedro Sula, actual capital industrial de Honduras: su trayectoria entre villorrio colonial

y emporio bananero, 1536-1936

Si se estudia, pues, detenidamente, el progreso de San Pedro Sula, todo ei mundo convendrá que data apenas de unos sesenta y seis años hasta nuestros dias. Durante el resto del tiempo apenas se sostuvo como pueblo de escasa importancia.

- Perfecto H. L?obadilla1

Hoy en día, San Pedro Sula, con una población urbana de 314,996 habi- tantes es, sin lugar a dudas, la capital industrial de ~ o n d u r a s . ~ En el departa- mento de Cortés, del cual San Pedro Sula sirve como capital administrativa, se encuentran, entre otras muestras de su importancia, las empresas industriales más grandes del país; el puerto de embarque y desembarque más importante de la nación, Puerto Cortés; al igual que muchos de los complejos agrícolas de mayor envergadura para la exportación y por ende para la producción de divisas (Figura I ) . ~ En el departamento de Cortés, y principalmente en el valle de Sula, residen muchas de las familias capitalistas y grupos económicos más importantes del país.4

San Pedro Sula y el departamento de Cortés asumieron laimportancia que hoy ocupan dentro de la economía nacional como consecuencia de un profundo proceso de modernización e industrialización que arrancó, como en muchas otras regiones de América Latina, hacia fines de la década de 1940, pero especialmente durante las de 1950 y 1 9 6 0 . ~ En 1950, la población urbana de

De nacionalidad hondureña, Dario A. Euraque obtuvo un doctorado en historia en la University of Wisconsin-Madison en 1990 y es profesor asistente en el departamento de historia del Trinity College, en Hartford, Connecticut (EE.UU.).

Monografia geográfica e histórica de San Pedro Sula: IV centenario de su fundación, 1536-1936 (San Pedro Sula: Talleres "Compañia Editora de Honduras", 1936).

Unidad de Investigación y Estadistica Social, Municipalidad de San Pedro Sula, Conociendo San Pedro Sula, 1992 (San Pedro Sula: Centro Editorial, 1992), pág. 10.

Sobre la posición de San Pedro Sala dentro de la economía industrial, véase A. Murga Frassinetti y María E. Caballero, "Nuevas observaciones sobre la concentración industrial en Honduras", en Honduras: panorama y perspectivas, Leticia Salomón, compiladora (Tegucigalpa: Centro de Documentación de Honduras, 1989), pp. 65-67.

Mario F. Flores G., "E1 capital financiero en Honduras" (tesis de maestría, Universidad Nacional Autónoma de Honduras, 1990), pp. 43-77.

Dos importantes trabajos por demógrafos han ubicado a San Pedro Sula dentro de

@ Mesoamérica 26 (diciembre de 1993)

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DEPTO. DE

DEPTO. DE COMAYAGUA

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Honduras, representando aquellos asentamientos humanos con más de dos mil habitantes, abarcaba solamente el 22 por ciento de la población, ocupando así el penúltimo lugar dentro de los niveles de urbanización de América Latina?

Ahora bien, durante el período comprendido entre 1950 y 1960, con San Pedro Sula asumiendo el papel más dinámico entre todas las ciudades del pais, Honduras ocupaba el tercer lugar en niveles de crecimiento urbano en América Latina. Durante este período, San Pedro Sula y la costa norte en general superaron la tasa de crecimiento poblacional de Tegucigalpa, la capital del En fin, solamente Venezuela y Brasil registraban mayores índices de urbanización durante aquellos años? Según un informe más reciente, hoy en día el valle de Snla produce "más del sesenta por ciento del Producto Nacional Bruton del Este dato debe compararse con un informe del Banco Central de 1964 que señaló que la costa norte representaba en aquel entonces entre el 35 y el 40 por ciento del Producto Nacional ~ruto."

La historia global de tan importante ciudad como San Pedro Sula aún permanece inédita. Lo mismo, debemos señalar, ocurre con Tegucigalpa, la capital del país desde 1880. La reciente obra de Rodolfo Pastor Fasquelle, Biogmfáa de San Pedro Sula, 1536-1954, representa la contribución más importante a una historia que está todavía por escribirse." El presente ensayo representa una introducción global a la historia económica de San Pedro Sula desde la época de su fundación en 1536, hasta la crisis comercial y fiscal acaecida a partir del decenio de 1930.

No marginamos por entero los importantes aspectos sociales y políticos del desarrollo de San Pedro Sula, ni tampoco las relaciones de la ciudad con el poder político en la capital de Tegucigalpa. En varias ocasiones caracterizamos escenarios dramáticos en la política vernácula del interior para de esa manera comprender mejor los eventos y procesos económicos en San Pedro Sula y sus alrededores. No obstante, aquí buscamos simplemente caracterizar, a largos

véanse Jeffrey R. Gibson, "A Demographic Analysis of Urbanization: Evolution of A System of Cities in Honduras, E1 Salvador, and Costa Rica" (tesis doctoral, CorueiI University, 1970); y Rafael del Cid, "Populating A Green Desert: Population Policy and Development: Their Effect on Population Redistribution: Honduras, 1876-1980" (tesis doctoral, University of Texas, 1988).

Walter D. Harris, Jr., The Growth o j Larin American Cities (Atlrens: Ohio University Press, 1971), pág. 47.

Leticia Salomón y Betenia Galo, "Expansión y estructuración urbana de Tegucigalpa", en La estructuración de las capitales centroamericanas, Rodrigo Fernández V. y Mario Lungo Uclés, compiladores (San José: EDUCA, 1988), pág. 97.

Harris, The Growth of Latin American Citiee, pág. 49.

Julio Gom, "Sistema de ciudades", aparecido en Diorio Tiempo, San Pedro Sula, 9 de febrero de 1993.

I0 "Fastest Growing City Sparks Coastal Development", Lotin Americon Report 5 (December, 1964): 8: 13.

l1 Rodolfo Pastor Fasquelle, Biograj<a de San Pedro Sula, 1536-1954 (San Pedro Sula: Central Impresora, 1990).

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rasgos, la historia macroeconómica de San Pedro Sula y lo hacemos con base en una amplia documentación y utilizando fuentes históricas pocas veces vistas en la historiografía hondureña. A manera de conclusión ofrecemos también apuntamientos sobre la evolución histórica comparada entre San Pedro Sula y Tegucigalpa desde la colonia hasta la depresión económica de la década de 1930.

Crecimiento y agotamiento colonial y postcolonial: 1530-1860

En 1536, el adelantado Pedro de Alvarado, fundador formal de San Pedro Sula, se entregó a una guerra brutal con varios cacicazgos que ocupaban el valle de Sula, hoy en el departamento de Cortés. Los primeros contactos entre españoles y los cacicazgos y tribus indígenas en Honduras se dieron en otros valles hondureños durante la década de 1520, especialmente en los departamentos del noroeste del país, es decir, en Olancho, Colón y Yoro.12 En el valíe de Sula, las luchas de la década de 1530 mostraron que los residentes locales estaban más que dispuestos a defender los terruños que les habían dado vida a sus antepasados durante miles de años. Entre San Pedro Sula y el mar Caribe, el valle de Sula se extiende unos cien kilómetros. Partiendo de San Pedro Sula hacia el sur, el valle se extiende unos cincuenta kilómetros. Luego se encuentra con las montañas que dividen este valle tropical y el rico valle del altiplano del departamento de Comayagua, sede de la antigua capital colonial y postcolonial del país.

Los indígenas que ocupaban el valle de Sula, aproximadamente cincuenta mil cuando se impuso el terror español, igual que sus contrapartes en el valle del Guayape en el departamento de Olancho, gozaban de tierras fértiles, producto de uno de los tres grandes sistemas fluviales del cual dispone el país -un sistema que aún recibe aguas de los ríos Chamelecón y Ulúa.I3 El río Ulúa corre hacia el norte y recibe aguas de varios ríos menores, pero especialmente del río Numuya que al mismo tiempo riega las mejores tierras de Comayagua. Por otro lado, el río Chamelecón nace en las montañas que separan a Honduras y Guatemala. De allí, el Chamelecón corre hacia el oriente, traspasa el valle de Sula y luego, con casi la misma ruta del Ulúa, toma dirección norte y desemboca en el mar Caribe." En la década de 1520, estas cuencas fluviales permanecían repletas de agentes comerciales cuyos orígenes se encontraban en las tierras mayas y aztecas del occidente de Centroamérica y el sur de México. De hecho. en 1502, durante su Último viaje, e1 propio Cristóbal Colón se encontró en las Islas de la Bahía con canoas indígenas que transportaban comercio de la zona.

l2 José A. Sarmiento, Historia de Olancho (Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, 1990), pp. 7 3 5 .

l3 Koé Pineda Portillo, Geografía de Ifonduro~, 2.8 edición (Tegucigalpa: Editorial E.S.P., 1984), pp. 59-70.

l4 Pineda Portillo, Geogrufiu de Honduras, pp. 59-70.

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Colón no pisó el interior del país. Empero, de haber10 hecho se hubiese encontrado con una inmensa variedad de tribus y cacicazgos que en su totalidad sumaban unas ochocientas mil per~onas. '~ Como consecuencia de la colonización, la resistencia indígena y otros acontecimientos ocurridos durante el siglo pasado, es hoy posible dividir al país en tres zonas demográficas y geográficas que se aproximan a un estatus territorial detectable ya en el siglo XV1. El vaile de Sula se encuentra en la parte central-norte de una zona occidental compuesta por los departamentos de Cortés, Santa Bárbara, Copán, Ocotepeque, Intibucá y Lempira. La zona oriental está compuesta por los departamentos de Colón, Gracias a Dios, Olancho y las regiones orientales de los departamentos de Atlántida y Yoro. Por último, la zona central, compuesta de altiplanos frescos y acaparando alrededor del sesenta y cinco por ciento del territorio nacional, la componen los departamentos de Comayagua, La Paz, Francisco Morazán, El Paraíso y las tierras bajas de los departamentos de Valle y Choluteca.16

Igual que otras tierras bajas caribeñas, durante la época colonial (entre las décadas de 1520 y 1820), el valle de Sula mantuvo frágiles conexiones con las áreas del interior del país; en su mayoría las sostuvo con regiones de la zona occidental descrita anteriormente. Las relaciones entre San Pedro Sula y el interior persistieron principalmente como consecuencia de los vínculos con los puertos de importación y exportación que se establecieron en la zona costera caribeña en sí. Efectivamente, San Pedro Sula funcionaba como sede de intercambio entre los puertos costeños y el comercio oficial y de contrabando. El nombramiento formal al fundarse el pueblo por parte de Pedro Alvarado -Villa de San Pedro del Puerto de Caballos- muestra claramente la relación inicial del pueblo con Puerto Caballos (Puerto Cortés a partir de 1869 y en lo que sigue del presente ensayo), el puerto oficial de la costa establecido en la década de 1520. Por otra parte, el puerto de Trujillo, establecido en 1525 en el departamento de Colón, también funcionó con la misma dinámica entre sí y varios pueblos del interior en las zonas centrales y orientales del país.

San Pedro Sula apenas sobrevivió la época colonial. Igual que el territorio en general, durante la conquista los pueblos del valle de Sula sufrieron una catástrofe demográfica. De hecho, para la víspera de la Independencia, la población precolombina de 800,000 habitantes había sucumbido de tal manera que solamente se contaban aproximadamente 62,000 indígenas, residentes en su mayoría en los departamentos sureños de la zona occidental del país.17 La población indígena del valle de Sula nunca se recuperó. Durante las últimas

l5 Linda A. Newson, The C o ~ t of Conquest: Indran Decline rn Honduras under Spontsh Rule, Dellplain Latin American Studies Pubiication 20 (Boulder: Westview Press, 1986), pág. 330. Esta importante obra ha sido ya traducida como El costo de la conqursta (Tegucigaipa: Editorial Guaymuras, 1992).

l6 Mary W. Helms, "The Society and Its Environment", en Honduras: A Country Study, James D. Rudolph, editor (Washington, D.C.: U.S. Government Printing Offire, 1984), pp. 55-62.

l7 Newson, The Cost of Conguest, pág. 330

décadas del siglo XVII, las regiones occidentales y centrales del país registraron una población de apenas 16,000 habitantes, cifra que no llega a la mitad de la población que se encontraba en el valle de Sula al llegar los españoles.'s Los datos históricos sobre la población de San Pedro Sula son difíciles de constatar, pero los documentos disponibles también muestran el patrón catastrófico característico del resto del país. En 1582, la población indígena sampedrana se sumaba a 415 "indios tributario^".'^ En 1757, tal número se redujo a 135, y para 1811 descendió a 120.20 En 1860, las autoridades de San Pedro Sula reportaron la presencia de solamente 38 "indi~s".~'

Por ende, no nos debe sorprender el hecho de que la población española y mestiza de San Pedro Sula, durante la época colonial, nunca resultó ser una estructura social bien consolidada. Considérese la siguiente numeración para la población no indígena durante la época colonial: 1582 (20); 1609 (5); 1629 (4); 1646 (30); 1683 (24); 1714 (70); 1789 (357); y 500 "almas" en 1 8 0 1 . ~ ~

Esta historia demográfica de pobladores no indígenas debe vincularse a varios procesos, empezando, por supuesto, con la escasez de indígenas a fines del siglo XVI, producto de la catástrofe demográfica que sufrieron éstos al enfrentarse a los españoles. Igual importancia merece el hecho de que durante los siglos XVI y XVII, Puerto Cortés prácticamente desapareció como puerto de importación y exportación para Honduras y las más ricas y pobladas provincias del interior de Centroamérica, es decir, Guatemala y El Salvador. Sabemos que en 1601 el gobierno español designó al puerto de Santo Tomás, a unos 120 kilómetros al occidente de Honduras, en la costa guatemalteca, como el puerto oficial para Centroaméri~a.~~ Durante los siglos XVI y XVII, esta situación expuso a San Pedro Sula a un sinnúmero de ataques por parte de piratas y mercenarios franceses, ingleses y holandeses, lo cual estimuló a los pobladores del pueblo a abandonarlo en busca de seguridad en el interior.

No obstante, el decaimiento de Puerto Cortés a fines del siglo XVI no se dio simplemente por el poderío e intereses de las fuerzas económicas en Guatemala, en aquel tiempo la capital de Centroamérica. En primer lugar, Puerto Cortés pudo sobrevivir hastafines del siglo XVI porque se vinculó con la producción minera que se estableció en Comayagua y en Francisco Morazán. (De hecho, la fundación de Tegucigalpa en 1578 surgió como producto de

la Pastor Fasqueiie, Biografía de San Pedro Sula, pp. 40 y 103.

l9 "Relación hecha a su majestad por el gobernador de Honduras de todos los pueblos de dicha gobernación: año 158Z9', en Documentos coloniales de Hondums, Héctor M . Leyva, compilador (Choluteca: Centro de Publicaciones Obispado de Choluteca-CEHDES, 1991), pág. 69.

Newson, The Cost of Conquest, pp. 204-205.

21 Pastor Fasqueile, Biografía de San Pedro Sula, pág. 177.

22 Leyva, Documentos coloniales de Honduras, pág. 68; Newson, The Cost of Conquest, pp. 172 y 323; y Pastor FasqueUe, Biografía de San Pedro Sula, pp. 111, 119, 140, 142 y 177.

23 Pastor FasqueUe, Biografía de San Pedro Sula, pp. 106-109.

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ese mismo proceso.) Sin embargo, como es bien sabido, el gran auge minero experimentado por regiones de la zona central hondureña se vino abajo a fines del siglo XVI, y no fue hasta las décadas de 1720 y 1730 cuando la producción minera se recuperó.24 Hacia 1743, Tegucigalpa tenía solamente 890 "personas

n 25 de confesión . El decaimiento minero fue suficiente razón para que los intereses guate-

malteco~ y salvadoreños, especialmente los exportadores de añil, abogaran por los méritos de Santo Tomás como el puerto oficial de la región.26 Por último, el decaimiento de la exportación de añil a principios del siglo XVII también le restó importancia a Santo Tomás como puerto que estimulase la supervivencia de pueblos del interior inmediato de la costa g~atemalteca.~?

En 1633, el gobierno español simplemente suspendió la vieja fiotilla mercante.28 Esta política llegó a consolidar otro proceso económico que por mucho tiempo había acompañado el decaimiento de las exportaciories de añil y plata: el comercio iiícito y las operaciones de contrabando iievadas a cabo por pobladores y aventureros ingleses residentes en Belice, las Islas de la Bahía y las costas noroccidentales de Honduras y Nicaragua. Es bien sabido que desde los inicios del siglo XVII, pero especialmente durante el siglo XVIII, Trujillo sufrió incontables ataques por los ingleses que en muchas ocasiones realizaban sus hazañas mediante alianzas con los indígenas miskitos y pobladores sambos que habitaban el noroccidente de Nicaragua y los departamentos hondureños de Colón y Gracias a Dios.29 Trujillo sufrió muchos ataques y asaltos a manos de tropas y piratas ingleses, incluyendo aquellos registrados en 1643, 1645, 1688 y 1772.30 Fue solamente después del último ataque que los españoles pudieron rescatar enteramente sus intereses en Tr~jillo.~' Además, durante

** Murdo J. MacLeod, Spanish Central America: A Socioeconomic History, 1520- 1720 (Berkeley: Cniversity of California Press, 1973), pp. 148-149; y Miles L. Wortman, Government and Society in Central America, 1680-1840 (New York: Columbia University Press, 1982), pp. 113-116.

25 Newson, The Cost of Conquest, pág. 170. 26 Durante la época colonial, Honduras se transformó en la más importante exportadora

de metales preciosos en la región centroamericana, especialmente plata; pero el hecho es que la plata proveniente de Honduras no resultó ser más que el cinco por ciento de la producción minera que se registró en el imperio espaíiol en su totalidad; Linda A. Newson, "Silver Mining in Colonial Honduras", Revista de Historia de América 97 (enero-junio, 1984): 45.

27 Wortman, Government and Saciety, pág. 11.

28 Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pág. 112.

29 Robert A. Naylor, Penny Ante Kmperialism: The Mosquito Shore and the Bay of Honduras, 1600-1914: A Case Study in British Informal Empire (London: Associated University Presses, 1989), pág. 33; para más detalles, véase Troy S. Floyd, La Mosquitia: un conflicto de imperios, 2.a edición, Gypsy J. Silverthorne Turcios, traductora (San Pedro Sula: Centro Editorial, 1990).

30 Nancy L. González, Sojourners of the Caribbean: Ethnogenesis and Ethnohistory of the Garifuna (Urbana: University of Iilinois Press, 1988), pág. 51.

31 Naylor, Penny Ante Imperialism, pág. 70.

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esta época, aventureros ingleses y sus aliados miskitos y sambos solían atacar a otros pueblos costeños, incluyendo el entonces casi despoblado San Pedro Sula en 1704 y 1743.~'

A mediados del siglo XVIII, el gobierno español, asumiendo la iniciativa para enfrentar el imperialismo inglés, decidió construir varias fortalezas en las costas caribeñas. En Honduras. esta decisión se transformó en la construcción del fuerte de Omoa en el extremo noroccidental del departamento de Cortés, a aproximadamente treinta y dos kilómetros al occidente de Puerto Cortés. Esta fortaleza se terminó de construir en 1775, y de allí en adelante Omoa se convirtió en un importante puerto para el transporte comercial entre la zona occidental del país y los mercados e~ropeos.3~ Para 1780, los esfuerzos españoles se volcaron a la reconstrucción de Trujillo, y no solamente para la protección de sus intereses en Colón y Gracias a Dios, sino también para que Trujiilo le prestase refuerzos a Omoa, puerto que aun en 1777 los ingleses atacaron de nuev0.3~

El ascenso de Omoa impulsó la recuperación de San Pedro Sula como un pueblo que podía servir de sede de descanso y traspaso comercial para las ex- portaciones con origen en los departamentos de Santa Bárbara y Comayagua, y también las importaciones provenientes de Inglaterra vía Jamaíca, Belice y las Islas de la Bahía. La intensidad del comercio por medio de Omoa durante las últimas décadas del siglo XVIII, tanto legal como ilegal, aparentemente estimuló una mayor, si bien pequeña repoblación en San Pedro Sula y sus alrededores: de 70 habitantes en 1714 a 357 en 1789. De hecho, para 1789 se registró en San Pedro Sula hasta la permanencia de un circulante monetario, un cambio claro cuando se compara con informes de 1730 que lamentaban la ausencia de diner0.3~ No obstante, estos cambios solamente registraban pequeñas alteraciones dentro del contexto del estancamiento histórico de los últimos ciento cincuenta años.

M hecho es que después de la Independencia, San Pedro Sula siguió siendo una empobrecida aldea o pueblo que sobrevivía simplemente como consecuencia de sus funciones como traspatio comercial para varias redes comerciales entre Omoa y el interior del país. Un trayecto comercial tenía su origen en Omoa, pasaba por San Pedro Sula y otras aldeas del valle de Sula, y continuaba hacia el suroeste del país, a las regiones más prósperas de la zona occidental. Otro trayecto comercial que también incluía a San Pedro Sula en su camino tenía su origen en Comayagua y las regiones nortenas de los departamentos de Intibucá jr Lempira, e igual que el sector

32 Naylor, Penny .Ante Imperiatism, pp. 39-40; y Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pp. 122 y 137.

33 Pastor Fasquelie, BiografÍa de San Pedro Sula, pp. 137-139; Floyd, Lo Mosquitia, pp. 101-115; y Newson, The Cost of Conquest, pp. 186-187 y 320.

34 González, Sojourners of the Caribbean. pág. 51; y Newson. The Cost of Conquest, pp. 186-187.

35 Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Suia, pp. 135-136 y 140.

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sur del departamento de Santa Bárbara. Juntas, ambas redes comerciales representaban el mercado económico de la zona occidental del país, situación que estimuló el auge postcolonial de Omoa y San Pedro ~ u l a . ~ ~ Hacia la veintena de años que va de 1840 a 1860, la población de Omoa alcanzó su número máximo en todo el siglo pasado, registrando para ese entonces una población de 2,000 habitante^.^^

Durante los años comprendidos entre las décadas de 1830 y 1850, Omoa se estableció como el puerto más importante del país. Funcionó no solamente como el puerto de importación y exportación para los departamentos de Santa Bárbara y Comayagua, sino que también funcionó como el puerto de entrada y salida para las ferias comerciales de El Sal~ador.~ ' Ya por las décadas de 1840 y 1850, navíos mercantes recogían productos del interior en Omoa. El comercio regional por medio de Belice también estimulaba las economías costeñas, especialmente los cortes y exportaciones de maderas en las cercanías de los ríos Ulúa y Chamele~ón .~~ El cónsul norteamericano responsable por Trujillo y Omoa, Augustus Follin, igual que el cónsul inglés, Frederic Debrot, mantuvieron un monopolio sobre las concesiones madereras durante las décadas de 1840 y 1850.~' Estos diplomáticos se vincularon a una creciente presencia europea que compraba y exportaba ganado, añil, cueros, pieles y zarzaparilla cultivada y recogida por hondureños en el interior, incluso en las cercanías de San Pedro S ~ l a . ~ '

¿Qué efecto tuvieron estos cambios en el desarrollo de San Pedro Sula? A pesar de que en aquella época el país registró un crecimiento demográfico importante, amplio y especialmente visible en la zona occidental, en 1860 San Pedro Sula solamente contaba con una población de 600 personas, una tasa de crecimiento poblacionai anual entre 1801 y 1860, de apenas 0.4 por ciento.42 En Trujillo ocurrió lo opuesto, puesto que en 1842 este puerto registró una población de 2,500 habitantes. San Pedro Sula no alcanzó el desarrollo demográfico de Trujillo hasta los primeros años del presente siglo. Por otra parte, durante la mayoría de las décadas del siglo XX el crecimiento poblacional de San Pedro Sula dejó atrás la ventaja inicial registrada por

36 Francisco Guevara-Escudero, "Niuetefnth-Century Honduras: A Regional Approach to the Economic Nistory of Central America, 1839-1914" (tesis doctoral, New York University, 1983), pp. 59-61.

37 Guevara-Escudero, "Nineteenth-Century Honduras", pág. 317.

38 Guevara-Escudero, "Nineteenth-Century Honduras", pp. 302-303.

39 Robert A. Naylor, "British Commercial Relations with Central America, 1821-1851" (tesis doctoral, ?ulane University, 1958), pág. 153; véase también su publicación en español, lnftuencsa brrtánica en el comercio centrwmerrcano durante las primeras décadas de la Independencia (1821-í851/, Serie Monográfica 3 (Antigua Guatemala: Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica, 1988).

4f> Naylor, Penny Ante Imperialisrn. pp. 177, 191, 280 y nota 37; y Guevara-Escudero, "Nineteenth-Ceutury Honduras", pág. 364, nota 96.

*' Guevara-Escudero, "Nineteenth-Century Honduras", pp. 236-277.

42 Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pág. 13.

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Trujillo. En fin, para 1916 la población de Trujillo decayó a un nivel aún menor de la población máxima que registrase durante su auge en el siglo XIX, específicamente la cantidad de 6,186 habitantes reportada en el censo de 1 8 8 7 . ~ ~

Por lo tanto, el hecho es que el auge comercial de Omoa durante las primeras décadas postcoloniales no contribuyó a que San Pedro Sula experimentara un fuerte crecimiento demográfico, ni a que la economía de subsistencia que regía la vida cotidiana casi comunal de sus residentes cambiase ~ignificativamente.4~ En 1801, San Pedro Sula contaba entre sus pobladores solamente 3 familias españolas, 53 ladinas y sin duda menos de 50 "indios", puesto que de esta población en 1860 sólo contaban 38.45 Al contrario, la población de Tegucigalpa aumentaba rápidamente dentro de la recuperación minera auspiciada por las políticas de reforma impulsadas desde España. Para 1801, 86 familias españolas residían en Tegucigalpa, junto con 507 familias ladinas. Mientras tanto, en Comayagua, la capital de la provincia, residían 76 familias españolas y 498 familias ladinas?6

A principios del siglo pasado, algunos residentes de San Pedro Sula se dedicaban a recoger y vender sarsaparilla y también a la caza de venados para luego vender sus pieles, pero éstos simplemente servían a la oligarquía comercial establecida en Omoa. Creemos significativo mencionar que aun en las décadas de 1850 y 1860, solamente una hacienda en San Pedro Sula mostraba delimitaciones claras de propiedad privada y, además, la hacienda de que hablamos pertenecía a Frederic Debrot.4' Este y otros factores, como señalaremos a manera de conclusión, es un elemento clave para diferenciar la vida social y política entre la historia de San Pedro Sula y Tegucigalpa.

En fin, podemos señalar que en aquella época las áreas rurales alrededor de San Pedro Sula aún seguían prácticamente deshabitadas. Por ende, después de la década de 1860 el territorio comunal de San Pedro Sula siguió siendo atractivo para los inmigrantes y rnigrariles Iiacia la región.4R La situación fue tal que el auge bananero que se inició a partir de la década de 1870 se dio en cultivos en tierras comunales controladas por la municipalidad sampedrana. La mayoría de las familias criollas residentes en San Pedro Sula a principios de este siglo llegaron al pueblo procedentes de Copán, Comayagua y Santa

43 González, Sojourners of the Caribbean, pág. 139.

44 Pastor Fasqueile, Biografía de San Pedro Sulo, pp. 154-160

45 "Población de las provincias de Honduras: matriciila del año de 1801: gobernador de Honduras Ramón de Anguiano, 1 de mayo de 1804", en Leyva, Documentos coloniales de Honduras, pág. 285; y Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pág. 177.

46 "Población de las provincias de Honduras", pp. 276-278.

47 Pastor FasqueUe, Biografía de San Pedro Sufo, pág. 175.

48 Abordamos el tema de la evolución comparativa entre regiones de Honduras en Darío A. Enraque. "Zonas regiondes en la formación del Estado hondureño, 1830s-1930s: el caso de f a costa norte", ponencia presentada en la conferencia anual de la Latin American Stndies Association, Los Angeles, California, 25 de septiembre de 1992.

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Bárbara, y sin duda que muchas lo hicieron para aprovechar la relativamente flexible tenencia de tierras en el valle de S ~ l a . ~ '

De todas maneras, debemos recalcar que el crecimiento demogáfico que el país experimentó a partir de la década de 1840 se concentró en las regiones suroestes de la zona occidental, zona geográfica que en aquellos años registraba casi el cuarenta y nueve por ciento de la población nacional de aproximadamente 128,000 habitantes. Entre 1801 y 1855, la población de la zona occidental creció un 35 por ciento, es decir, de 63,002 habitantes en 1801, a 157,000 en 1855. No obstante, estos procesos demográficos tuvieron poco impacto en San Pedro Sula. y sólo fue a partir de los años de la década de 1870 que el pueblo registró un incremento claro con respecto a sus pobladores provenientes del interior.

Al mismo tiempo, es importante enfatizar que la población de San Pedro Sula en la década de 1860 no se diferenciaba mucho de la estructura demográfica general del país. En la de 1880, cuando la población del país sumaba aproximadamente 330,000 habitantes, sólo seis ciudades hondureñas reportaron poblaciones con más de dos mil habitantes, y cinco de éstas se encontraban en los altiplanos de las zonas centrales y occidentales del país.50 En fin, entre 1883 y 1910, el 83 por ciento la población hondureña residía en pueblos con 1,000 habitantes o menos.51 En Tegucigalpa, al contrario, en 1887 habitaban 12,585 personas, y para 1910 residían alü 22,137 habitante^.^^

EI auge bananero y e1 complejo capitalista extranjero

En 1875, Frank E. Frye, el cónsul estadounidense en las Islas de la Bahía, reportó que San Pedro Sula contaba ron una población de aproximadamente 1,200 personas.53 Tres años más tarde, John C. Jack. el agente consular en San Pedro Sula redactó un memorándum directamente al Departamento de Estado, intentando entonces evadir las oficinas de las máximas autoridades en las Islas de la Bahía.54 Mediante el mencionado memorándum, Jack acusó a Fkye de negarle atención consular al comercio del interior del país mientras se

49 Gonzalo R. Luque, Memorias de un sampedrano (San Pedro Sula: Impresora Hon- dureña, 1979), pág. 5.

Gnevara-Escudero, "Nineteenth-Century Honduras", pág. 89.

Guevara-Escudero, "Nineteenth-Century Honduras", pp. 194-195.

52 Dirección General de Estadística y Censos, Honduras: histórica-geográfica (Teguci- galpa: Tipografía Nacional, 1980), pág. 115.

53 Archivos Nacionales de EE.UU., despacho consular número 24, Omoa (30 de s e g tiembre de 1875), en Despachos de los cónsules de Estados Unidos en Omoa, Trujillo y Roatan, 1818-1893, record group 59, registros generales del Departamento de Estado, copia de microfiche número T-477, rollo número 4.

Aspectos de esta sección se encuentran resumidos en Darío A. Euraque, "Estructura económica, formación de capital industrial, relaciones familiares y poder político en San Pedro Sula: 1870s-1958", Revista Polémica 18 (septiembre-diciembre, 1992): 35-37.

esforzaba por promover las exportaciones bananeras con origen en las Islas de la Bahía.55

Este memorándum nos indica que nuevas fuerzas impulsaban el auge demográfico en San Pedro Sula durante la década de 1870. Las exportaciones de frutas comerciales primero tuvieron importancia en las Islas de la Bahía y no en las tierras de las costas norteñas, especialmente a partir de la década de 18.50. Sin embargo, en 1877 un fuerte huracán destruyó las plantaciones bananeras de las Islas de la Bahía, y fue así como luego surgieron fuertes cultivos en la costa norte. ya en tierra

En 1878, las autoridades municipales de San Pedro Sula redactaron un informe destinado al gobernador de la región. Mediante el informe, el alcalde y sus regidores caracterizaron al pueblo como "apremiado por las necesidades de su naciente ~ r o p r e s o " . ~ ~ Estas mismas autoridades vincularon el reciente * - "progreso'? de San Pedro Sula con "su posición central en los trabajos del ferrocarril, su proximidad a los puertos, la excelencia de sus terrenos y la belleza incomparable de su localidad". Además, lcas mismas autoridades reconocieron la existencia de una "floreciente agricultura". En estos años, una "agricultura floreciente" no indicaba un auge en la producción de cultivos para la subsistencia. Más bien, el auge agrícola estaba vinculado a los frecuentes viajes de navíos fruteros norteamericanos que solían llegar a las costas caribeñas. El hecho es que las autoridades se referían al cultivo "en

» 58 gran escala" del "plátano, la banana y el cacao . Ahora bien, es igualmente importante reconocer otras implicaciones del

crecimiento agrícola en las cercanías de San Pedro Sula para aquellos años. Por ejemplo, las autoridades también señalaron que "el desarrollo de La industria platanera, que es la más fácil y productiva, relativamente, se haila contenida por dos circunstancias, la primera a falta de medios de exportación". De igual importancia era "la permisión de la cría de ganado libremente". ¿Cuál era la razón? Porque "esta cría es en una proporción que no constituye ni un patrimonio, ni un modo de vivir de sus dueños; que sirve sólo para contener el desarrollo de la agricultura y para fomentar la pereza y la indolencia de los

13 59 que poseen por la facilidad con que llenan las puras necesidades materiales . Esta evaluación del auge agrícola para 1878 nos dice mucho de lo que

ocurría en San Pedro Sula. Las autoridades municipales reconocían las incipientes contradicciones entre la vida comunal de antaño y las fuerzas económicas y sociales vinculadas a la "floreciente agricultura" de exportación. La "permisión a la cría de ganado libremente" se refiere a la vieja tradición, de

55 "John C. Jack al secretario de Estado", 1 (Omoa, 30 de septiembre de 1878), T-477.4.

56 Wüliam V. Davidson, Historifal Geography of the Bay Islandsof Honduras (Birming- ham: Southern Gniversity Press, 1979), pp. 93-97.

57 "San Pedro Suia en 1 8 7 8 , Boletin del Consejo Departamental del Distrito de San Pedro Sula 64 (31 de agosto de 1954): 8-9.

" "San Pedro Sula en 1878"

'' "San Pedro Sula en 1878''

hecho ley moral y aceptada por la mayoría de los habitantes de la región, que obligaba a las autoridades a mantener una "zona ganadera" en donde "todo vecino tenía derecho a tener y mantener sus vacas en esa zona, obligándose al mantenimiento del cerco y limpia de los caminos para el tránsito de los animale~".6~ En fin, en 1878 las autoridades ya empezaban a cuestionar la necesidad, por supuesto, para "el bien común" de las viejas tradiciones comunales.

Entre 1878 y los primeros años del presente siglo, las contradicciones quizás apenas visibles durante las décadas anteriores se fueron intensificando; e s decir, las luchas entre aquellos pobladores interesados en fomentar la agricultura para la exportación y aquellos interesados en salvaguardar las zonas ganaderas comunales. No obstante, al correr de los aiios los intereses vinculados a la agricultura de exportación se tornaron más importantes y para 1900 las autoridades municipales empezaron a discutir seriamente la conveniencia de abolir por completo las viejas zonas ganaderas.61 Al mismo tiempo es importante reconocer que los documentos municipales y otras fuentes también demuestran que el bien común mantuvo cierta influencia sobre los alcaldes, sus consejeros y la "política agraria" local. Un informe de 1915 muestra que casi el sesenta por ciento de los cultivadores bananeros cerca de San Pedro Sula realizaban sus plantaciones en tierras comunales en base a contratos de alquiler con la m~nicipal idad.~~

Este proceso es interesante, especialmente cuando tomamos en cuenta que a partir de la década de 1880, los "empresarios de agricultura" llegaron a dominar el poder político en la municipalidad sampedrana. Los cambios económicos que acompañaron el auge de la exportación bananera también produjeron cambios en la estructura del poder municipal. Treinta y cuatro alcaldes gobernaron la alcaldía municipal de San Pedro Sula entre 1884 y 1918, y veinte y siete de ellos fueron importantes dueños de plantaciones bananeras. Ello se traduce en un porcentaje del 80 por cient0.6~ También es significativo señalar que toda administración municipal de la época funcionaba con asesoría concejal y regidores que también gozaban de las rentas de plantaciones bananeras. Esta élite bananera era entonces la responsable de evaluar las

60 Pastor FasqueUe, Biografía de San Pedro Sula, pág. 192.

" Libro de actas de las sesiones de la Corporación iwunicipal de San Pedro Suta, tomo 9 (3 de enero de 1900), pág. 154.

62 L'Fincas existentes en el departamento de Cortés", Memoria de Fomento, Obras Públicas y Agricultura, 1914-15 (Tegucigalpa: Tipografía Nacional, 1916), pp. 59-72.

63 Estos datos fueron compilados en base a varias fuentes. Las administraciones mu- nicipales fueron revisadas en los tomos de las actas municipales, proceso que produjo una lista global que luego fue comparada con varias listas de bananeros muy numerosas para identificarlas todas aquí. Ejemplos de estas listas se encuentran en Luque, Memorias de un sampedrano, pp. 111-112; en Libro de actas de las sesiones de la Corporación .Municipal de San Pedro Sula, tomo 11 (15 de enero de 1904): 220-229; y en "Asociación Frutera de Sula", Registro Mercantil de Cortés 3 (18 de enero de 1914): 426-452.

230 Darío Euraque

- Ferrocarriles: .-.-.-. Limites de Departamento n Ferrocarril Nacional 5 Capital de Departamento c FerfocarrB de C u y m i u Ferrocarril de is United Fruit Pueblo importante

S Ferocarrii de la Standard Fruit

---+e++ Ferrocarriles prwestos I(liOME7ROS

Figura 2. La costa norte de Honduras, 1925

necesidades comunales. Por ende, no debe sorprendernos que eventualmente la zona ganadera fuera abolida como innecesaria para "el bien común".64

Recordemos de nuevo que el informe municipal de 1878 señaló que el crecimiento de San Pedro Sula también se debía a 'la importancia que le da su posición central en los trabajos del ferrocarril" (de ahora en delante nos referiremos a éste como "Ferrocarril Nacional"). Es bien sabido que el ferrocarril al que se refiere el informe citado es el que en aquellos años representaba la esperanza para el desarroUo de todo el país y no solamente los alrededores del valle de Sula. Según las negociaciones entre varios gobiernos hondureños y contratistas europeos, el mal llamado "Ferrocarril Interocéanico" se construiría desde Puerto Cortés. y por ende marginando a Omoa. cruzaría el valle de Sula por medio de un punto en e1 Golfo de Fonseca, cerca de la isla de Amapala. Como consecuencia de la corrupción y mala administración por parte de los hondureños y los europeos. el ferrocarril nunca Uegó más allá de la aldea de Pimienta en el departamento de Cortés,

64 Pastor FasqueUe, Biografía de San Pedro Sula, pp. 260-266

San Pedro Sula, 1536-1936 231

es decir, unas 56 millas al sur de Puerto Cortés (Figura 2).65 No obstante, la construcción de las 56 millas, muchas de las cuales se

construyeron entre 1869 y 1874, sirvieron para establecer a San Pedro Sula en una posición clave dentro de una nueva economía mundial. A partir de ese momento, San Pedro Sula no dependería solamente de sus nexos con puertos en las costas caribeñas, fuesen Omoa, Puerto Cortés o cuales otros surgieran. El ferrocarril y sus vínculos con la nueva exportación frutera cambió a San Pedro Sula como nunca se esperó, aun para sus pocos habitantes. Asimismo, este proceso significó el derrumbe de la vieja Omoa. El auge que Omoa experimentó entre las décadas de 1840 y 1860 se derrumbó. Ya para 1875 el cónsul norteamericano residente en Omoa caracterizó al viejo puerto como "un sitio de poca imp0rtancia".6~ Fue en este nuevo contexto que se inició la inmigración del interior hacia San Pedro Sula y que duplicó su población entre 1860 y 1875. En 1878, las autoridades municipales simplemente confirmaron el proceso. El banano lo cambió todo.

Hacia las décadas de 1880 y 1890, la exportación bananera con origen en el departamento de Cortés se estableció como una fuente importante para la exportación global de la fruta procedente de Honduras, primordialmente mediante el mercadeo realizado por varias empresas norteamericanas, espe- cialmente la United Fruit Company (Cuadro 1).

CUADRO 1 Volumen de la exportación bananera en Centroamérica,

1900-1 935 (en miles de racimos)

Fuentes: Francisco Cruz Cáceres, En las selvas hondunñas, pp. 93-96; Afemoria de Hacienda, Crédito Público y Comercio, 1946-47, pp. 121-122; y Ellis, Las transnacionales, pp. 53-55.

Delrner 6. Ross, "The Construction of the Railroads of Central America" (tesis doctoral, University of California, 1970), pp. 27-42.

"Cónsul Frank E. Frey", 10 (Omoa, 3 de octubre de 1875), T-477.4.

23.2 Darío Euraque

Simultáneamente, la exportación bananera comenzaba a competir con la exportación de plata que había surgido de nuevo como la más importante dentro de la estructura del comercio exterior. y con origen en los alrededores de Tegucigalpa. Hacia 1920 las exportaciones bananeras representaban el 20 por ciento del total de las exportaciones del país. Este auge se consolidó a fines de la década de 1920 y los primeros años de la de 1930. Para estos últimos años, las exportaciones bananeras representaban entre el 75 y el 85 por ciento de la totalidad de las exportaciones, medida mucho mayor que la de alrededor del diez por ciento que tendía a representar la exportación de plata dentro de la estructura de exportaciones en aquella

El capital extranjero llegó a controlar la mayoría de las inversiones en las economías niineras y bananeras. A1 llegar las décadas de 1920 y 1930, este proceso produjo la pérdida del control de las plantaciones por los bananeros independientes, hondureños e igualmente los extranjeros que se habían radicado en las cercanías de San Pedro Sula. Para febrero de 1911, un grupo de norteamericanos residentes en Choloma, a pocas millas al norte de San Pedro Sula y sobre la trayectoria del Ferrocarril Nacional, redactaron un documento dirigido al secretario de Est~ado, Philander C. Knox, en el cud denunciaban las maniobras de la United Fruit Company por dominar el cultivo del banano, para poder así integrar su producción al dominio del mercado que la empresa ya monopolizaba. "Durante la última década hemos visto", señalaron los bananeros norteamericanos, "distritos enteros de prósperas plantaciones independientes caer bajo el dominio de esta poderosa corporación". Entre otras cosas. los norteamericanos acusaban a la United Fkuit Company de querer dominar el transporte del banano por el Ferrocarril Nacional y de esta manera determinar los precios del banan0.6~

Aparentemente, los norteamericanos temían que ellos también sucumbie- sen ante el poder de la United Fruit Company. Según la denuncia, "sin la ayuda de nuestro gobierno estamos perdidos; carecemos del poder necesario para proteger no^".^^ Para 1911, las quejas de los norteamericanos simplemente expresaban una opinión bastante generalizada en el departamento de Cortés. Por ejemplo, en el año de 1900, solamente un año después que la United Fruit Company se convirtiera en una empresa poderosa que absorbiera a muchas otras, las autoridades municipales de San Pedro Sula, apoyadas por el gobernador del departamento de Cortés, también habían denunciado a la United Fruit Company por intentar manipular los precios que le ofrecían

67 "De los productos del país que más se exportan ... [1925-1926 a 1935-19361"; en Memorla de Hacienda, Crédito Público y Comercio, 1932-33 (Tegucigalpa: Tipografía Nacional, 1934), pp. 25-28; y en ~Wemoria de Hacienda, Crédito Público y Comercio, 1935- 36 (Tegucigalpa: Tipografia Nacional, 1937), pp. 80-83.

68 Archivos Nacionales de EE.UU., Despachos de los cónsules, "Carta de, entre otros: E. Dox y W. A. Coleman a Philander C. Knox" (18 de febrero), record group 59, registros generales de1 Departamento de Estado 815.00/1115.

69 Archivos Nacionales de EE.UU., "Carta de, entre otros, E . Dox y W. A. Coiernan a Philander C. Knox" (18 de diciembre de 1911).

San Pedro Sula, 1536-1936 233

a los bananeros independiente^.^' Parece que posteriormente los bananeros independientes buscaron ayuda con las autoridades del ejecutivo y el congreso en Tegucigalpa, puesto que existen documentos redactados entre 1908 y 1910 que demuestran las mismas preocupaciones por parte del Ministerio de F~men to .~ '

Las inversiones norteamericanas en la industria bananera no se volcaron hacia la cultivación y el transporte de la fruta hasta las primeras décadas del presente siglo. El hecho de que aún durante la década de 1910 solamente se vislumbrara el monopolio de las bananeras indica, como lo plantearon Charles D. Kepner y Jay H. Soothill hace muchos años, que el dominio exterior de la industria recorrió varias fases.72 Veamos. En el decenio de 1890 las inversiones directas del capital extranjero en Honduras, cuya mayoría procedía de los EE.UU., solamente sumaban dos millones de dólares, o por lo menos esa cantidad se registró para 1897. Aún en 1908 tal cantidad de inversiones extranjeras estadounidenses permanecía igual que en 1897. Fue después de los inicios de la década de 1910 que se registraron cambios radicales en las sumas de las inversiones extranjeras en Honduras. Por ejemplo, para 1914 la inversión extranjera con origen en los EE.UU. registraba 9.5 niillones de dólares y para 1919 la misma medida había ascendido a 18.4 millones de dólares.73

La época del gran auge de las inversiones estadounidenses en Honduras, es decir, entre 1908 y 1919, fue apoyada por otro proceso: la miiltiplicxión de concesiones ferroviarias para las empresas bananeras a cambio de tierras para el cultivo del banano. Hemos podido calcular que de las 57 concesiones generales otorgadas a las empresas bananeras entre 1900 y 1930, 37 fueron decretadas entre 1910 y 1920, es decir, casi el sesenta y cinco por ciento. La mitad de las concesiones restantes fueron otorgadas después de 1920 y la otra mitad fue otorgada previo al año de 1 9 1 0 . ~ ~ En pocas palabras, la escalada de inversiones estadounidenses descrita anteriormente se hizo en base a los privilegios que les ofrecían a las empresas bananeras los gobiernos hondureños.

Es ya de conocimiento general que las concesiones, usualmente detalladas en contratos eutre el poder ejecutivo y las empresas, y autorizadas por diferentes congresos, otorgaron una variedad de privilegios a varias empresas bananeras. Mediante las concesiones, las empresas gozaban de la importxíón

70 Libro de actas de las sesiones de la Corpomcidn .Municipal de San Pedro Sula, tomo 9 (23 de mayo de 1900): 245.

"Bananos", Memoria de Fomento, Obras Públicas y Agricultura, 1908-09, pp. 63-64; y "Revista Comercial y financiera", Revista Económica 9 (agosto, 1910): 88.

i2 Charles D. Kepner, Jr. y Jay H. Soothill, The Banana Ernpire: A Case Study of Economic Imperiafism (New York: Russefl & Russefl, 1967), pág. 95.

73 Thomas y Ebba Schoonover, 'Statistics for an U~derstanding of Foreign Intrnsions into Central America from the 1820s to 1930", Anuario de Estudios Centroamericanos 15 (1989): 1: 101.

74 Honduras, Indice general de concesiones en Honduras (Tegucigalpa: Tipografia Nacional, 1930), pp. 7-12.

234 Darío Euraque

gratis de los materiales necesarios para construir y controlar ferrocarriles, muelles, facilidades sanitarias, plantas eléctricas y hasta los comestibles para sus empleados y los obreros que trabajarían en las plantaciones conectadas por los rieles ferroviarios. En Cortés, este proceso transformó el departamento en general, y también transformó al valle de Sula en formas que las autoridades de 1878 quizás nunca pronosticaron.

Por ejemplo, ya para 1900 el Ministerio de Fomento informaba que cerca de 21,000 acres del departamento de Cortés se cultivaban con b a n a n o ~ . ~ ~ Este proceso se agudizó tremendamente durante la primera década del presente siglo. Para 1911, el gobernador de Cortés informó al hlinisterio de Fomento que en el departamento entonces se cultivaban 56,000 acres en plantaciones bananeras, casi tres veces el número registrado para el año de 1900.'~ La Primera Guerra Mundial causó problemas de transporte hacia los mercados del exterior, y por ello en 1916 solamente se registraron unos 26,000 acres en plantaciones b a n a n e r a ~ . ~ ~ No obstante, para 1926 el Ministerio de Fomento registró la recuperación del monto de acres cultivados en bananos en los años previos a la guerra. Según un informe de aquel año, en Cortés se cultivaban alrededor de 43,000 acres de b a n a n ~ s . ~ ' Ahora bien, es importante reconocer que el auge en acres cultivados no solamente se debía a los bananeros independientes. El capital extranjero también llegó a cultivar el banano. y lo hizo, como señalamos anteriormente, mediante concesiones para la construcción de nuevos ferrocarriles.

En el departamento de Cortés, el primer esfuerzo extranjero serio por construir un ferrocarril al margen del Ferrocarril Nacional construido entre 1869 y 1874, se inició en 1902. Entre este año y 1905, un norteamericano llamado William F. Streich, apoyado en privilegios concesionarios, financió la construcción de aproximadamente cinco millas del ferrocarril al oeste del casi abandonado puerto de Omoa, contiguo a la costa caribeña. Streich recibió el derecho a importar maquinaria sin impuestos arancelarios y también gozaba del derecho de alquilar 12,350 acres (5,000 hectáreas) de tierras a ambos lados del mismo ferrocarril por construirse. La concesión obligaba a Streich a pagarle al Estado una renta diferencial entre las tierras cultivadas y las tierras ociosas. Luego, Samuel Zemurray, apoyado por la Gnited Fruit Company y quien posteriormente se transformaría en el personaje más importante en el valle de Sula, consiguió comprarle la concesión a Streirh. En 1907, la U n i t ~ d

-r I J "htemoria del Ministerio de Fomento, 1901-02". Boletín Legislativo 1 ( ' l e g ~ c i g a l ~ a :

Tipografía Nacional, 1903), pp. 49-71, 76 U Departamento de Cortés, sus t,errenos, industrias, prodiicciones, etcétera, etcétera",

Boletín de la Secretaría de Fomento, Obras Públicas y Agricultura 1 (11 d e agosto de 1911): 133-145.

" .'Agricultura", Memorro dc !-'omento, Obras Públrcas y ,'igrrcriltura, 1915 16, pp. 105-106.

78 "Cuadro general de agricultores y la clase de cultivos con especificación de manzanas aproximado", Memorra de Fomerrto, Obras Públicas y Agrrcriltura. 192.5-26, pág. 80a.

San Pedro Sula, 1536-1936 235

Fruit Company le vendió a Zemurray sus derechos sobre la vieja concesión, y éste prosiguió construyendo el viejo ferrocarril hacia la frontera con Guatemala bajo una empresa que se llegó a llamar la Cuyarnel Fruit Company.

En el año 1911, el ferrocarril de la Cuyamel Fruit Company se extendía ya diez millas al oeste de Omoa. Para 1914, el mismo ferrocarril cubría quince En 1918, el ferrocarril de la Cuyamel Fruit Conipany se extendía 45 Este desarrollo ferroviario fue acompañado por otros procesos: más y más plantaciones de banano bajo el dominio de la Cuyamel Fruit Company, y por ende el aumento de acres de tierra bajo su control, así como el surgimiento de una clase obrera en dichas plantaciones y relaciones obrero-patronales diferentes a aquellas que existían alrededor de los bananeros independientes. Por ejemplo, hemos podido documentar que para 1914 la Cuyamel Fruit Company poseía 24,700 acres de tierra sembradas con el cultivo bananero, el doble de la cantidad que asumió cuando obtuvo la concesión de Strei~h.8~ Además, para 1922 La Cuyamel Fruit Company empleaba, como promedio, casi cuatro mil obreros en sus planta~iones .~~ Ello representaba el 23 por ciento de la población que San Pedro Sula reportara en 1926.

La presencia de la Cuyamel Fruit Company en el departamento de Cortés significó, inicialmente, y quizás hasta mediados de la década de 1920, un poder económico internacional con quien se aliaron la mayoría de los bananeros independientes del valie de Sula que se oponían al monopolio del mercado que mantenía la United Fruit Company, oposición, hemos dicho ya, que surgió desde los primeros años del presente siglo. Esta alianza no solamente incluyó a los bananeros norteamericanos que denunciaron a la United Fruit Company ante Philander C. Knox en febrero de 1911, sino también a los bananeros hondureños que gozaban del firme apoyo político de la alcaldía municipal de San Pedro Sula. En fin, ya para 1916, la Cuyamel Fruit Company se había transformado en la empresa que transportaba la mayoría del banano del departamento de Cortés, no solamente al muelle de Puerto Cortés, sino también a los mercados de los EE.UU.83 Este hecho en realidad representaba la culminación y fruto de la alianza que Zemurray forjase con los bananeros independientes en los primeros años de la década de 1910. ;Cómo se efectuó tal alianza?

79 Kepiier y Soothill, The Banana Empire. pp. 100-101; Pan American Union, "Hon- duras", Monthly Bulletin 33 (1911): 315; y "Ferrocarril de la Cuyamel Fruit Co.", Memoria de Fomento, Obras Públicas y Agricttltura, 1913-14, pp. 11-15.

'??errocarriles", Memoria de Fomento, Obras Públicas y Agricultura, 1917-18, pp. 14-20.

81 Kepner y Soothil, ?Ke Banana Empire, pág. 112

"Cuyarnel Fruit Company", Memoria de Fomento, Obras Públicas y Agricultura, 1922-23, pág. 5 .

a3 "Agricultura", Memoria de Fomento, Obras Públicas y itgricultura, 1915-26, pp. 105-106.

236 Darío Euraque

A fines de 1911, a pesar de los disgustos entre los bananeros de Cortés y la United Fruit Company, y quizás porque la Cuyamel Fruit Company posiblemente aún no poseía la fuerza suficiente para competir con la vieja empresa, los finqueros firmaron otro contrato de compra y venta con la United Fruit C ~ m p a n ~ . ~ ~ Este y otros contratos se continuaron firmando y aparentemente las relaciones económicas entre ambas partes permanecieron fijas y sin conflictos hasta fines de 1913." Hacia principios de enero de 1914, las autoridades municipales, por primera vez en la historia de la alcaldía, asumieron un papel directo en enfrentar los problemas de compra y venta que habían surgido de nuevo. El 15 de enero de 1914, el alcalde de San Pedro Sula, don Juan Reynaud, presidió una reunión extraordinaria "con el importantísimo objeto de tratar acerca del negocio del guineo con las compañías extranjeras y como único que constituye el patrimonio de la gran .> 86 mavoría de los habitantes de esta sección del litoral de la costa norte, . "

En esta reunión se trataron varios problemas que abrumaban a los ba- naneros, pero el más importante, según ellos, era "la falta de organización ... entre nosotros productores, para poder ... entendernos con dichas com- pañías".87 Luego se comisionó a varios importantes bananeros para fomentar la formación de una "asociación legal" que representase a la "colectividad" de los bananeros. Esta se fundó a fines del mes de enero de 1913 y se le llamó la Asociación Frutera de Sula." Nuestras investigaciones no nos permitieron especificar todas las dificultades que enfrentaban los bananeros de Cortés en aquel instante, pero el asiento de incorporación de la asociación, el cual se encuentra en el Registro Mercantil de Cortés en San Pedro Sula, señaló las malas condiciones del negocio en general y el comportamiento irregular de las empresas fruteras en cumplir con los contratos de compra.89 Quizás los bananeros seguían temerosos de acusar directamente a la United Fruit Com- pany, pero el Ministerio de Fomento sí lo hizo. Según las autoridades de este ministerio, la Asociación se había establecido como producto de una lucha contra la United Fruit Company?'

Fue en este contexto que Samuel Zemurray se involucró en la lucha y consiguió ganarse el apoyo y el negocio de los bananeros del valle de Sula. La presencia de Samuel Zemurray en Honduras, como lo señalamos anteriormente,

84 Catarino Rivas Chacón, Bananas: bosquejo histórico de su desarrollo industrial (San Pedro Sula: Editorial Antúnez, 1951), pp. 23-28.

Rivas Chacón, Bananas, pp. 23-28.

"Acta sobre el negocio de fruta", Libro de actas de las sesiones de la Corpornción Municipal de San Pedro Sula, tomo 14 (15 de enero de 1914), pp. 299-302.

87 "Acta sobre el negocio de fruta".

"Segunda acta de la Asociación Fruteran, Libro de actas de las sesiones de la Corporación Municipal de San Pedro Sula, tomo 14 (18 de enero de 1914), pp. 309-312.

Registro iWercantil de Cortés 3 (24 de enero de 1914), pp. 426-452.

"Asociación Frutera de Snla", Memoria de Fomento, Obras Públicas y Agricultura, 1913-14, pp. 132-133.

San Pedro Snla, 1536-1936 237

se inició en un principio por sus esfuerzos de comprar la concesión de Streich y el establecimiento de la Cuyamel Fruit Company para explotar el ferrocarril en el noroeste del departamento de Cortés, al occidente del viejo puerto de Omoa. La historiografía hondureña, igual que la norteamericana, ofrece ya bastantes detalles sobre los procedimientos políticos mediante los cuales Zemurray consiguió las concesiones posteriores a aquella que le perteneció a Streich?' Estos "procedimientos" incluyeron maniobras imperialistas que poco a poco sirvieron uara establecer a Honduras como una "reuública bananera". Años más tarde, un ejecutivo de la United Fruit Company caracterizó al proceso

n 92 como "una conquista . Parece que la maniobra más oprobia fue el financiamiento que Zemurray

le brindó a Manuel Bonilla para derrocar al presidente Miguel R. Dávila entre 1910 y 1911. Esta "revolución" no sólo produjo la presidencia de Manuel Bonilla a partir de 1912, sino que también produjo la alianza política entre Zemurray y Boniila que luego le facilitó a Zemurray asegurarse una concesión de arrendamiento sobre el viejo ferrocarril entre Puerto Cortés y San Pedro Sula. De esta manera Zemurray controlaba no sólo el transporte frutero doméstico en las regiones del noroeste del departamento: también se establecía como el poder del transporte de la fruta en el corazón del departamento, es decir, en el valle de Sula. Es por eilo que ya para 1916 el Ministerio de Fomento ínformaba que Ia Cuyamel Fruit Company transportaba y comerciaba la mayoría del cultivo bananero en el departamento de Cortés. Para ese entonces ya existía una cruenta lucha entre Zemurray y la United Fruit Company, y tanto los bananeros hondureños como los extranjeros entonces formaron una alianza de mutua ayuda, y el hecho que la Cuyamel Fruit Company también representase un monopolio inicialmente pasó desapercibido.

Parece que el distanciamiento entre la United Fruit Company y Samuel Zemnrray tuvo su origen en un conflicto sobre tierras que ambas empresas peleaban cerca de la frontera entre Guatemala y Honduras. El complicado asunto fue producto de varios problemas. Con el respaldo del gobierno dic- tatorial del general Manuel Estrada Cabrera, la United Fruit Company había construido un ferrocarril en Guatemala que se extendía casi hasta las tie- rras que la Cuyamel Frnit Company dominaba en el lado de Honduras, en una frontera que seguía disputada entre los gobiernos guatemaltecos y hon- dureños. Por otro lado, la Cuyamel Fruit Company también buscaba construir su ferrocarril hacia el oeste, y además, el gobierno de Honduras apoyaba el proyecto de igual manera que 10 hacía Estrada Cabrera en alianza con la United Fruit Company. Entre 1913 y 1917, ambas partes buscaron maneras

91 Mario R. Argueta, Banano8 y políttca: Samuel Zemurmy y la Cuyamel Frurt Company en Honduras (Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, 1989); Marvin Barahoua, La hegemonía de los Estados LInrdos en Honduras (1907-1992) ('regucigalpa: CEDOH, 1989); y Stephen J . Whitfield, "Strange Fruit: The Career of Samuel Zemurray", Amertcan Jewrsh Htstory 82 (March, 1984): 3: 309.

92 Thomas McCaun, On the Inside (Boston: Quinlan Press, 1987), pág. 19.

238 Darío Euraque

de salvaguardar sus posiciones. En 1917 las fuerzas militares hondureñas y guatemaltecas chocaron en esa región, y como consecuencia los gobiernos deci- dieron llevar la disputa fronteriza a Washington. en donde el Departamento de Estado funcionaría como mediador y árbitro. Las negociaciones continuaron durante la siguiente década y el problema sólo se resolvió en 1933.~'

Los eventos ocurridos entre 1913 y 1917 sirvieron para que Samuel Zemurray encontrara en el valle de Sula bananeros opuestos a la United Fmit Company por razones económicas y emociones sociopolíticas a veces adornadas con cierto nacionalismo. Rafael López Padilla, quien en aquella época era un importante b m m e r o en las cercanías de San Pedro Sula y asimismo asesor político de Zemurray, años más tarde le recordaba a éste, en una carta escrita en octubre de 1934:

que con usted a la cabeza, los directores de la Cuyamel Fruit Company en este país y unos pocos hondureños nos constituimos en falange defensora de los derechos de Honduras, y que con un ahinco digno de nuestra causa nos oponíamos al avance lento y continuo de la United Fruit, por considerar a esta compañía como el enemi o común de los hondureños y de la corporación que usted representaba. 99

Además, le señalaba López Padilla a Zemurray,

usted recordara cómo al hablarnos del Pulpo nos decía que era una entidad sin conciencia, que no respetaba los derechos de ninguno y que el único objeto que perseguía era su propio [enlgrandecimiento, sin importarle un comino si los medios de ue se servía eran ilícitos o no, con tal de que la llevaran a esa finalidad. 99

Empero, Rafael López Padilla fue más claro aún con respecto al poder político de que gozaba la United Fruit Company. Según él, l a United Fruit Company buscaba en IIonduras un poder igual al que gozaba en Guatemala. De acuerdo a López Padilla, la Cuyamel Fruit Company y los hondureños también se oponían a la llegada al poder del general nacionalista Tiburcio Carías Andino. En la carta redactada en octubre de 1934, López Padilla señaló lo siguiente: "¿no éramos nosotros que le hacíamos una oposición despiadada al actual presidente de la república, general Carías, porque creíamos que si él llegaba a la primera magistratura del Estado, el predominio de la United Fruit Company sería un hecho inevitable?". "En fin", contestó López Padilla, "si; yo siempre estuve al lado de ustedes en toda esta contienda, que ... terminó

93 Kepner y Soothilt, The Banana Emprre, pp. 117-121. Véase también James Dalton Bradley, "The Guatemalan-Hondnran Boundary Dispnte'' (tesis de maestría, Cdifornia State College-Fuiierton, 1970).

Rafael López Padilla, "Correspondencia y escritos", documento número 27 en "Do- cumentos privados del ingeniero Rafael López Padilla (1923-1962)"; estos documentos, en conjunto, serán abreviados DPRLP, seguidos del número de documento. El autor posee la colección entera de dicha documentación. Agradece a don Pompeyo hlelara por haberle donado sus expedientes sobre el señor López Padilia.

95 DPRLP, 27

San Pedro Sida, 1536-1936 239

de la manera más prosaica en la negociación que se llevó a efecto entre la Cuyamel y la United Fruit en 1929".96 ¿Cual negociación? ¿Negociación entre dos empresas enemigas?

Las palabras de Rafael López Padilla cobran más importancia si hacemos un esbozo de algunos rasgos de su trayectoria social, económica y política. Según su hijo, López Padilla nació en Intibucá en 1875, y realizó estudios primarios y secundarios en Comayagua. Posteriormente realizó estudios de ingeniería civil en Inglaterra, y retornó al país a fines del siglo pasado. Luego se involucró en la política local, pues en 1907, en medio de una guerra civil, fungió como gobernador de Cortés por aproximadamente dos semanas. Entre 1903 y 1906, López Padilla fue gerente del Ferrocarril Nacional, y sin duda que fue así que conoció e hizo amistad con Samuel Zem~rray?~ Además, en 1914 Rafael López Padilla fue fundador de ¡a Asociación Frutera de Sula, y para 1919 aparece como dueño de varias acciones en una empresa de Zemurray llamada Compañía Bananera de Santiago. Esta empresa en 1923 fue traspasada a la Empresa del Ulúa, compañía que a su vez fue traspasada a la Cortés Development Company en 1925. La Cortés Development Company era la empresa más poderosa de Zemurray, puesto que era una subsidiaria de una segunda Cuyamel Fruit Company establecida en Delaware en 1 ~ 2 3 . ~ ' Este fue el complejo capitalista, "la falange defensora", como la llamara López Padilla en 1934, que Zemurray negoció con la United Fruit Company en 1929.

Según un periodista que gozó de una amistad duradera con Samuel Ze- murray, la negociación entre este personaje y sus enemigos en la United Fruit Company en diciembre de 1929 tuvo los siguientes resultados: a cambio de 300,000 acciones de la United Fruit Company, valoradas en aproximadamente veinte millones de dólares, Zemurray le traspasó a la United Fkuit Company 35,000 acres de plantaciones bananeras en Honduras, Nicaragua y México, lo cual incluyó 15 barcos bananeros; ferrocarriles; tierras ociosas; ganado y equipo capaz de producir y exportar más de seis millones de racimos de ba- nanos anuales. Por su parte, Zemurray se comprometió, ya como el mayor accionista de la United Fruit Company, no adueñarse de la empresa en su totalidad y tampoco podía establecer una empresa que funcionara como rival de la United Fruit C ~ m ~ a n ~ ? ~ Sin embargo, la historia cambió.

96 DPRLP, 27.

97 "Datos biográficos de Rafael López PadillaJ', proporcionados a Pompeyo Meiara por Roberto López Cabús, hijo de Rafael, 2 de octubre de 1987.

" Véanse los siguientes documentos contenidos en el Regietro Mereontd de Cortés: 6 (1.0 de mayo de 1918), pp. 6-22; 9 (12 de febrero de 1923) pp. 239-250, (13 de abril de 1919) pp. 109-114, (17 de abril de 1919) pp. 114-120, (19 de abril de 1919)pp. 124-126; 16 (18 de junio de 1935), pp. 235-249; 13 (12 de julio de 1930), pp. 381-386; 6 (22 de abril de 1919), pp. 126-133; 10 (8 de diciembre de 1923), pp. 35-38; 15 (octubre, 1933), pp. 205-249; y DPRLP, 10, "Correspondencia y escritos, 1943-1953".

99 Charles M. Wilson, Empire in Green and Gold (New York: Henry Holt y Company, 1947), pp. 245-247.

240 Darío Euraque

Aquellas negociaciones se dieron a raíz de presiones por parte del De- partamento de Estado.loO El Departamento de Estado buscaba limitar las rivalidades capitalistas que antaño casi habían causado una guerra entre Hon- duras y Guatemala. Ahora bien, el derrumbe de la bolsa de valores en Nueva York a partir de octubre de 1929 creó todo un nuevo contexto para el papel que Zemurray antes había previsto como director e importante accionista de la United Fruit Company. Entre 1930 y enero de 1933, Zemurray se man- tuvo al margen de los problemas que ya se vislumbraban si la United Fruit Company no evaluaba el imperio que ahora dominaba, puesto que a fines de la década de 1920, sin controlar la Cuyamel Fruit Company, la Vnited controlaba más del sesenta por ciento del banano exportado a los mercados mundiale~.'~' Además, la producción centroamericana representaba aproxi- madamente el 47 por ciento de la producción de la United Fruit Company, y sus plantaciones en Honduras representaban el 30 por ciento de la producción centroamericana, con la producción guatemalteca sin duda acaparando otro fuerte porcentaje.102

En enero de 1933, Zemurray, intrépido como siempre (abusivo, dirían otros), tomó las riendas de la United Fruit Company y pronto inició toda una reorganización del complejo global de la empresa. Dentro de este contexto, los bananeros independientes del valle de Sula serían apreciados o despreciados según evaluaciones hechas en las oficinas de la United Fruit Company en Boston. En agosto del año de 1934, don Rafael López Padilla redactó una carta para el National City Bank de Nueva York en la cual autorizaba le comercializaran 166 acciones de la United Fruit Company que el banco mantenía "bien guardadas"."3 La venta se realizó y luego, en octubre de 1934, López Padilla redactó la ya citada carta dirigida a Zemurray en donde le recordaba a Zemurray la vieja alianza entre los ba~ianeros del valle de Sula y la Cuyamel en contra de la United Fruit Company.

Ambas cartas, la de agosto y la de octubre de 1934, representaban las consecuencias del final de la Cuyamel Fruit Company, de la Cortés Development Company y de las otras subsidiarias del complejo capitalista estructurado por Zemurray a principios de la década de 1920. Peor aún, según López Padilla -y ello era el trasfondo de la realidad de la correspondencia de 1934- el general Carías llegó al poder y consolidó su presidencia con el fuerte apoyo de una United Fruit Company ahora comandada por Samuel Zemurray. Más importante aún, Carías llegó al poder en el contexto de los efectos de la depresión mundial sobre la economía hondureña. A pocos meses de asumir el poder en enero de 1933, Carías bregó con la crisis económica

lo' Thomas L. Karnes, Tropical Enterprise: The Standard Fruit and Stearnship Cornpony in Latin America (Baton Rouge: Louisiana State University Press, 1978), pp. 178-179.

'O1 Frank Eliis, Las transnacionales del banano en Centroamérica (San José: EDUCA, 1983), pág. 51.

'O2 Ellis, Las transnactonales, pág. 51.

lo3 DPRLP, 24, '.Correspondencia y escritos".

San Pedro Sula, 1536-1936 241

mediante un préstamo de 300,000 dólares ofrecido por las dos importantes empresas bananeras que sobrevivieron las contiendas de los años anteriores, la Standard Ruit Company y la United Fruit Company.lo4 En 1933, Carías estaba más que familiarizado con la relación entre préstamos de las bananeras y la crisis fiscal que surgió después de 1929.

Recordemos que Carías fue electo al congreso en 1930, y que fungió como presidente de esa institución en 1931 y 1932. Tal posición lo obligó a enfrentarse a los problemas de la depresión directamente, especialmente los problemas presupuestales y fiscales. Carías vio los déficits fiscales de los años 1931 g 1932 cancelados con préstamos de emergencia, y también presidió los esfuerzos por estabilizar la crisis monetaria cuando el congreso estableció controles sobre el flujo de divisas internxionales.lo5 No obstante, la crisis se empeoró. Documentos del Departamento de Estado estadounidense muestran que entre 1936 y 1938, la United Fruit Company dio a Carías en calidad de préstamos la cantidad de 875,000 dólares.lo6 En fin, fue dentro del contexto de la consolidación del poder cariísta y la United Fruit Company que López Padilla redactó la correspondencia de octubre de 1934.

Estructura industrial y comercial y la crisis de la década de 1930

En 1935, la alcaldía sampedrana descubrió que entre 1927 y 1932 la United Fruit Company solamente pagó la mitad de sus impuestos por ex- portación de bananos. Después que la aludida compañía debatió el hecho, las autoridades decidieron no proseguir con el caso porque el tesoro local no gozaba de los recursos necesarios para enfrentarse a la lucha judiciai que sin duda surgiría, lucha que quizás la municipalidad también perdería.107 Además, las autoridades municipales también sabían que entre 1933 y 1935 la United Fruit Company había asumido muchos de los gastos públicos a cargo de la municipalidad, incluyendo los salarios de profesores escolares y empleados municipales y también gastos invertidos en obras públicas iniciadas a partir de 1929.1°s ¿Cómo se llegó aesta situación? Una respuesta a esta interrogante

'O4 La United Fruit Company cooperó con los arreglos de apoyo tras el préstamo con el Canal Bank & Trust Gompany de Nueva Orleáns; Kepner y Soothill, The Eanana Emprre, pp. 149-150. La Standard Fruit Company también desempeñó un papel clave en los arreglos de otro préstamo; Karnes, Dopica1 Enterprrse, pág. 184.

'O5 "Depresión financiera", Memoria de Hacienda, Crtdito Público y Comercio, 1930- 31, pp. 11-12; "Producción de las rentas del año de 1932-1933 comparadas con el año de 1931-1932", en la misma fuente, 1932-33, pág. 7; e "Informe de la Comisión de Control de Cambios Internacionales y estabifización del sistema monetario", en la misma fuente, 1935-36, pp. 295-307; y Karnes, Tropical Enterprise, pág. 183.

*O6 Argueta, Bananos y politica, pág. 146

'O7 Libro de actas de las sesiones de la Corporación Municipal de San Pedro Sula, tomo 26 (15 de julio de 1935), pág. 424, y tomo 27 (11 de octuhre de 1935), pp. 85-109.

'O8 Libro de actas de las sesiones de la Corpornción Municipal de San Pedro Sula, tomo 25 (15 de octuhre de 1933), pág. 119; (12 de febrero de 1933), pág. 158; (21 de mayo de

242 Darío Euraque

requiere que caractericemos la estructura económica sampedrana de la época y su relación con la estructura presupuestaria y fiscal entre los años de 1880 y la víspera de la crisis económica mundial desatada a partir de 1929.

Entre 1891 y 1893, las autoridades municipales de San Pedro Sula consideraron construir aceras de madera a ambos lados de la calle del comercio del ya pujante pueblo, villorrio que entonces ostentaba una población de aproximadamente cinco mil habitantes. Este L'modernismo'' complementaría la iluminación vespertina a base de lámparas de gas importadas desde los EE. UU. a fines de los años 1880. De hecho, ya para aquellos años el progreso urbano había requerido que el ganado fuese oficialmente excluido de ambular por la calle del comercio.'0g

La imoortancia de la calle del comercio también se refleiaba en la "

estructura presupuesta1 y fiscal de la m~nici~al idad."~ Los presupuestos de finales de la década de 1880 muestran que las autoridades proyectaban que la mayoría de los ingresos fiscales tendrían su origen en impuestos sobre mercancías importadas a fa municipalidad, fuesen para el comercio de mayoreo o menoreo en la calle del comercio, o en tránsito al interior. Los viejos impuestos sobre el destajo vacuno y las tarifas de tránsito comercial poco a poco perdían importancia dentro de la jerarquía de los ingresos globales de la municipalidad. Más importante aún, el presupuesto de 1889 introdujo dos innovaciones fiscales: ingresos provenientes de impuestos sobre "establecimientos industriales" y la exportación de bananos."' En realidad, durante esta época fueron los impuestos sobre el comercio y la industria los que aportaron consistentemente los recursos para la administración municipal y las obras públicas que emprendieran las a~toridades."~ Parece que a partir de la década de 1890 la élite bananera sampedrana no aceptó impuestos sobre la venta de bananos a las empresas extranjeras. En 1906, el gobernador de Cortés le sugirió a la municipalidad que cubriera los gastos de la reparación de caminos mediante un impuesto sobre la exportación bananemn3 Además,

1934), pp. 381-387; 26 (21 de enero de 1935), pág. 173; (1.0de marzo de 1935), pp. 223-225; (8 de julio de 19351, pp. 459-464; y 27 (23 de octubre de 1935), pág. 118.

'Og Libro de actas de las sesiones de la Corporación Municipal de San Pedro Sula, tomo 5 (5 de enero de 1889), pág. 154; 6 (2 de febrero de 1891), pág. 59; y 7 (9 de noviembre de 1893), pág. 84.

Abordamos a fondo este asunto en otro trabaje, y nuestros comentarios aquí tienen su origen en aquel más especializado ensayo; Darío A. Euraque, "Modernity, Economic Power and the Foreign Banana Companies in Honduras: San Pedro Sula as a Case Stndy: 1880s- 1945", Essays in Economic and Business Hrstory, Edwin J. Perkins, editor generai (Los Angeles: University of Southern California, 1993), XI: 49-65.

'li Libro de actas de las sesrones de la Corporación Municrpat de San Pedro Sula, tomo 5 (1.0 de septiembre de 1889), pp. 103-104.

'12 Los detalles se encuentran en Enraqne, "Modernity, Economic Power and the Foreign Banana Companies in Honduras".

'13 Libro de actas de las sesiones de la Corporación Municipal de San Pedro Suta, tomo .. 11 (25 de agosto de 1906), pp. 572-573. . .~

San Pedro Sula, 1536-1936 243

los presupuestos de la época no detallan los recursos proyectados en base a una política fiscal vinculada a la exportación bananera. En 1913, la &te bananera autorizó un impuesto de esta naturaleza, pero solamente para financiar la construcción de un mercado municipal, y no para que el impuesto continuara como elemento íntegro de futuros presupuestos.114 Los recursos fiscales provenientes de la producción bananera solamente asumieron importancia durante la década de 1920, pero entonces fueron las empresas extranjeras las obligadas a pagar dichos impuesto^.^'^

Durante las primeras dos décadas del presente siglo, la estructura econó- mica de San Pedro Sula experimentó una importante alteración, alteración que se consolidó a fines de la segunda década e inicios de los primeros años de la tercera. No obstante, es difícil documentar estos cambios. Durante esta época (1880-1940), ni el gobierno nacional ni el local produjeron estadísticas sistemáticas y formales sobre las economías internas. El siguiente análisis uti- liza documentos de incorporaciones empresariales, encontrados en el Registro Mercantil de Cortés de San Pedro Sula. Hemos reestructurado los datos de manera que ahora podemos ofrecer un recuento de "patrones de inversión" en varios sectores económicos y en muchas empresas.'16

Un análisis de los patrones de inversión en San Pedro Sula entre 1905 y 1918 muestra que la mayoría de las inversiones fueron dirigidas al gran comercio de importación y exportación, fuente que, como indicamos antes, sirvi6 para financiar los recursos fiscales de la municipalidad. Los otros rubros importantes de la economía local eran, en orden descendente, la agricultura, la fabricación (en general artesanal), farmacias, servicios (restaurantes, cantinas y hoteles) y otras empresas como imprentas, transporte, bancos y destajo (Cuadro z ) . "~ Además, un análisis sectoral muestra que las inversiones en las empresas agrícolas eran dominadas por las plantaciones bananeras g

li4 Libro de actas de las sesiones de la Corporación Municipal de San Pedro Suta, tomo 14 (24 de junio de 1913), pp. 199-200 y (19 de septiembre de 1913), pág. 236.

'15 Después de examinar ocho presupuestos entre 1901 y 1935, solamente el presupuesto de 1905 proyecta ingresos con origen en impuestos sobre La exportación de bananos; véanse, en Libro de actas de las sesiones de la Corporación Municipal de San Pedro Sula, tomo 10 (24 de enero de 1901), pp. 213-215; 11 (23 de enero de 1905)' pp. 356-358; 12 (21 de enero de 1911), pp. 144-148; 15 (15 de enero de 1915), pp. 127-130; 18 (13 de enero de 1921), pp. 394-399; 20 (12 de enero de 19251, pp. 261-263; 23 (19 de enero de 1931), pp. 357-361; y 26 (21 de enero de 1935), pp. 151-171. Otro historiador ofrece una interpretación diferente de los ingresos provenientes de la exportación de bananos en la comarca de San Pedro Suia, aunque su documentación para ello no es adecuadamente detallada; Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sufa, pág. 348.

Una discusión minuciosa de la documentación y su metodología se encuentra en Darío A. Euraque, "Merchants and Industrialists in Northern Honduras: The Making of a Nationai Bourgeoisie in Peripherai Capitalim, 1880s-1972'' (tesis doctoral, University of Wisconsin- Idadison, 1990), pp. 763-770.

Resumimos aquí datos publicados en Euraque, "Estructura económica, formación de capital", pp. 37-38.

CUADRO 2 Porcentaje del valor total de las inversiones registradas

en San Pedro Sula por sector económico, 1905-1918

Fuentes: Registro Mercantil de Cortés, 1905-1918; y Euraque, "Merchants and Industrial- ists", pp. 763-770.

Sector económico

Comercio de importación /exportación Agricultura Fábricas Farmacias Servicios Otros

CUADRO 3 Las inversiones registradas en San Pedro Sula como parte de empresas agrícolas, 1905-1918

Porcentaje

67.0 16.0 8.0 2.0 3.0

23.0

Fuentes: Registro Mercantil de Cortés, 1905-1918; y Euraque, "Merchants and Industrialists in Northern Honduras", pp. 763-770.

azucareras, seguidas, en último lugar, por la industria maderera (Cuadro 3). El capital estadounidense controlaba todas estas inversiones.

Desafortunadamente, este tipo de análisis enfatiza el proceso de inversión en sí, y mientras suele confirmar una situación general durante una época, el analisis no confirma si en realidad los patrones de inversión representaban fielmente la estructura comercial e industrial establecida. Para resolver el problema. analizamos datos provenientes de "clasificaciones de establecimien- tos comerciales e industriales para propósitos de impuestos" realizadas por las autoridades municipales de la época para estimar los ingresos fiscales anuales. Las autoridades detallaron esta información por primera vez en 1918."~ Es- tos datos demuestran que las tiendas del comercio al por mayor, en general

11* Euraque. "Merchants and Industrialists in Northern Honduras", pp. 794-799

San Pedro Sula, 1536-1936 245

vinculadas con casas de importación y exportación, pero no necesariamente, servían como la base de recufsos fiscales dentro de la economía local (Cuadro

4).

CUADRO 4 Porcentaje del total de la clasificación fiscai del comercio y la industria de San Pedro Sula, 1918

Fuente: "Cla.sificación de establecimientos comerciales e industriales", Libros de las actas de las sesiones de la Alcaldía Municipal de San Pedro Sula 17 ( 2 2 de marzo de 1918), pp. 79-81.

Tapo de empresa

Tienda comercial de mayoreo Agencias comerciales Servicios y diversiones Fábricas Bancos Tiendas de menudeo Farmacias

Esta información confirma el proceso esbozado sobre los patrones de inversión y la estructura económica de San Pedro Sula existente ya para fines de la segunda década del presente siglo. Entonces, incluso previa a la década de 1930, cualquier crisis que afectara la estructura de importación y

Porcentaje

32.2 22.9 19.2 8.1 7.0 6.4 4.5

exportación, íntimamente vinculada a las exportaciones banaueras, produciría consecuencias graves para los presupuestos municipales, sus políticas fiscales y el financiamiento de obras públicas. Por ejemplo, la obstaculización del comercio exterior durante la Primera Guerra Mundial creó graves problemas fiscales en San Pedro Sula, problemas también vinculados, por supuesto, al decaimiento de la exportación bananera. Ya para 1916 las autoridades municipales suspendieron toda la planificación de obras públicas, situación que se prolongó en 1917.'"

En julio de 1918, la municipalidad se declaró en bancarrota; pero, a diferencia de lo ocurrido a partir de los años 1930, en 1918 las empresas extranjeras no dominaban la producción bananera y todavía no disponían del poder que Rafael López Padilla denunciara en la ya citada correspondencia de 1934.l" Durante aquellos alias, l a estructura económica de San Pedro

li9 Libro de actas de las sesiones de la Corporación Municipal de San Pedro Sula, tomo 15 (15 de marzo de 1915), pp. 241-2431 tomo 16 ( 1 5 de enero de 1916), pp. 17: 18-22; g tomo 16 (20 de septiembre de 1916), pág. 179.

120 Libro de actas de las sesiones de la Corporación hfunicipal de San Pedro Sula, tomo 17 (15 de julio de 1918), pág. 114.

246 Darío Euraque

Sula, seguía siendo muy similar a aquella establecida entre los primeros años del presente siglo y 1918. Los datos que documentan los patrones de inversión entre 1919 y 1936, tomados también del Registro Mercantil de Cortés, muestran que casi la mitad de las inversiones fueron dirigidas al comercio de importación y exportación (Cuadro 5).

CUADRO 5 Porcentaje del valor total de ias inversiones registradas

en San Pedro Sula, por sector económico, 1919-1936

Fuentes: Registm Me6cantil de Cortés, 1919-1936; y Enraqiie, "Merchants and Industrialists in Northern Honduras", pp. 763-770.

Sector económico

Comercio de importación/exportación Agricultura Fábricas Farmacias Servicios Otros

Ahora bien, si tomamos en cuenta que la inmensa mayoría de las inversiones agrícolas capitalistas se encontraban en manos de las subsidiarias de Samuel Zemurray, y que unas pocas empresas dominaban las inversiones en la industria (especialmente en refinerías azucareras y de aguardiente, así como la producción de energía eléctrica), es obvio que en 1936 el sector del comercio de importación y exportación seguía siendo la base más importante de acumulación local dentro de la estructura económica del valle de Sula. Sin embargo, más importante aún es que, mientras San Pedro Sula seguía siendo un emporio bananero, su producción fundamental había pasado a manos del capital extranjero. La angustia de Rafael López Padilla, documentada en la misiva de 1934, nos confirma la misma situación. Fue por eIio que durante !a crisis de la década de 1930 las autoridades municipales sobrevivieron sin declararse en bancarrota. El presupuesto lo sostuvo, al contrario de lo ocurrido en 1918, la C'níted Fruit Company -y no solarriente en San Pedro Sula sino también en Tegucigalpa.

Porcentaje

44.0 44.0 22.0

3.0 6.0 1 .O

Conclusión: San Pedro Sula versus Tegucigalpa

A fines de 1968, las autoridades encargadas de planificar el desarrollo económico de Honduras concluían que el valie de Sula y San Pedro Sula en

San Pedro Sula, 1536-1 936 24 7

particular eran las zonas más desarrolladas del país.121 Durante aquellos años, San Pedro Sula empezaba a ser identificada como "la capital industrial" de la nación, y según nuestras propias investigaciones, fue durante aquella época que San Pedro Sula comenzó a proyectar aspiraciones sociales y políticas que cuestionaban el imperio político y burocrático de Tegucigalpa. Igualmente, la reciente obra del historiador sampedrano Rodolfo Pastor Fasquelle esboza muchos elementos de ese proceso.'22

Xosotros también continuamos elaborando un manuscrito sobre la evolu- ción de San Pedro Sula, l a costa norte y la historia política de ~ o n d u r a s . " ~ Aquí, a manera de conclusión ofrecemos elementos de juicio que buscan com- parar la manera en que San Pedro Sula y la región de la costa norte se dife- rencian del interior del país, especialmente de Tegucigalpa y sus alrededores y en particular entre 1870 y 1940. Igualmente buscamos ampliar y dialogar con el siguiente planteamiento de Pastor Fasquelle:

Hay diferentes castas de ciudades, señalada cada una por su origen y su función dentro de las sociedades a las que pertenecen: ciudades imperiales y capitales a secas o capitales de provincia, hay puertos y ciudades fronterizas, centros de cultura y de comercio. San Pedro Sula es de estos últimos, como Florencia, toda proporción guardada.124

Según este planteamiento, Tegucigalpa pudiese identificarse como "capital a secas", por lo menos a partir de 1880, y por ende muy diferente a San Pedro Sula, cuyos rasgos aun a fines del siglo pasado Pastor Fasquelle caracteriza como "ciudad de frontera", pero que al mismo tiempo mantenía "casi intacta

2~ 125 s i una cultura criolla tradicional, no muy distinta de la del interior . ello fuese así, ¿por qué le atribuye Pastor Fasquelle a San Pedro Sula "una cultura sui generis"? Su respuesta es interesante, aunque en cierta manera contradice al planteamiento previo: según Pastor Fasquelle, la "cultura sui gerseris" sampedrana de hoy en día está "marcada por las tradiciones del conquistado y de su amo, del pirata y del filibustero, [y] de los inrnigrantes después. No hay aquí nobleza de espada o de la pluma. No hay burocracia colonial, ni corporaciones celosas de sus privilegios y derechos especiales, ni

?t 126 casta blanca .

"' Consejo Superior de Planificación Económica, "Región de San Pedro Sula", Regiona- lización (Tegucigalpa: Consejo Superior de Planificación Económica, 1968), pág. 4.

12' Biografía de San Pedro Sula, pp. 410-415 y 434-461.

123 Este manuscrito se titulará La oligarquía hondureña ausente y la crisis centroarneri- cana: una interprrtación histórica.

124 Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pp. 14-15. La visión de Pastor Fasquelle es secundada en un ensayo amplio sobre la urbanización latinoamericana; Richard M. Morse, "Cities as People", en Rethinking the Latin American City, Richard M . Morse y Jorge E. Hardoy, editores (Washington y Baltimore: The Woodrow Wilson Center Press y Johns Hopkins University Press, 1992), pp. 3-19.

125 Pastor FasqueLie, Biografía de San Pedro Sulo, pág. 237

Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pág. 15. La ausencia de la Iglesia

248 Darío Euraque

Sin duda alguna que de esta manera Pastor Fasquelle busca diferenciar la evolución histórica entre no sólo San Pedro Sula y Tegucigalpa, sino también entre San Pedro Sula y Comayagua, la capital de la provincia colonial después de la Independencia en 1821 hasta 1880. Durante esta época, en el período que va de 1820 hasta 1890, a pesar de mantener "casi intacta una cultura criolla tradicional, no muy distinta de la del interior", Pastor Fasquelle le atribuye a San Pedro Sula una vocación liberal con orígenes en el abandono colonial, y que a partir de los años 1820 se caracterizó por ser una ciudad "partidaria de liberar a los ciudadanos de la tutela de las corporaciones y de sujetar al >. 127 gobierno y al Estado a una ley .

De hecho, si comparamos la historia colonial de San Pedro Sula, con las de Tegucigalpa y Comayagua, debemos darle la razón al esquema analítico general de Pastor Fasquelie, aunque él mismo reconoce, como buen historiador, que su obra en el futuro deberá ser objeto de crítica his tor iográf i~a.~~~ Ahora bien, detallemos, en base a la historiografía actual y a la obra de Pastor Fasquelle, un esquema de diferenciación entre el desarrollo urbano sampedrano y el desarrollo urbano de Comayagua y Tegucigalpa, en el lapso de tiempo entre 1870 y 1940 . '~~ Dejamos para otros la necesidad de esbozar un esquema analítico que abarque los &os comprendidos entre la década de 1930 y los tiempos actuales.

El punto de partida para nuestro esquema recurre, como lo indica Pastor Fasquelle, a ubicar a las tres ciudades dentro del desarrollo de las regiones o zonas que han configurado el territorio hondureño desde la conquista, y a su vez el papel que han desempeñado estas zonas dentro de las diferentes fases de la economía atlántica y la economía mundial.130 No creemos que el factor más

colonial como elemento de integración cultural en el litoral atlántico es también un factor clave para diferenciar aquella región del interior. Al respecto, es interesante el siguiente planteamiento por una historiadora hondureña: "El caso de la indefinición de los límites de esta zona es sumamente interesante pues en él confluyen problemas de jurisdicción religiosa, con asuntos de orden militar y comercial, unido a las indeterminaciones del momento de la conquista"; María de los Angeles Chaverri, La formación histórica de Honduras (Tegucigalpa: CEHDES, 19931, pág. 40. Sobre el papel desempeñado por la Iglesia en el interior, véase Marvin Barahona, Evolución histórica de la identidad nacional (Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, 1991), pp. 140-166.

127 Pastor Fasquelie. Biografía de San Pedro Sula, pág. 143.

12' Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pág. iv

12' Véanse: Mario F. Martínez Castillo. Apuntarnientos para la historia colonial de Tegucigalpa y su alcaldía mayor (Tegucigalpa: Editorial Universitaria, 1982); Leticia de Oyuela, Historia miníma de Tegucigalpa visto a través de los fiestas del patrono San Miguel a partir de 1680 hasta Jines del siglo X I X (Tegucigalpa: Editorial Guaymuras, 1989); Annarella Vélez O. e Iván Herrera, "Historia de la municipalidad de Tegucigalpa, año 1870-1903" (tesis de licenciatura, UNAH, 1982); y Perla Mosssi Sorto y Sidatia Batres Galeano, «Antecedentes históricos acerca del dominio territorial urbano en Tegucigalpa" (tesis de licenciatura. GXAH, 1982).

130 Véase Atlantic Port Cities: Economy, Culture, ond Society in the Atlantic World, 1650-1850, Franklin W. Knight y Peggy K. Liss. editores (Knoxville: The University of Tennessee Press, 1991).

San Pedro Sufa, 1536-1936 249

importante que suele diferenciar a San Pedro Sula y el interior de Honduras durante los años 1320 y la recuperación económica registrada a fines del siglo XWII sea simplemente el aislamiento entre la costa caribeña y Comayagua. Si así fuese, la vocación liberal que Pastor Fasquelle atribuye a San Pedro Sula y sus alrededores debe entonces atribuírsele también a Olancho. José A. Sarmiento atribuye a Olancho características de rebeldía, pero no vocación liberal.

Por lo tanto, nosotros creemos que el factor más importante para dife- renciar el período colonial sampedrano y el interior reside en los patrones de asentamientos poblacionales y estructuras de tenencia de tierras que marcaron los alrededores de San Pedro Sula, Comayagua y Tegucigalpa. En primer lugar, como reconoce Pastor Fasquelle, el agotamiento de la exportación minera a fines del siglo XVI estimuló un movimiento hacia el interior que despobló a San Pedro Sula y sus alrededores, y concentró poblaciones en el interior. Por ende, la titulación de tierras entre ejidal y privada que se efectuó en Honduras entre 1600 y 1799, prácticamente marginó por entero no solamente a Cortés, sino de igual manera a los departamentos de Atlhtida, Colón y Yoro, aunque allí en menor escala.131

En efecto, la titulación de tierras se dio en el interior, en los alrededores de Tegucigalpa y en el occidente, donde se estructuraron haciendas y relaciones sociales tradicionales de patrón y campesinado, similares quizá con el centro y sur de M é x i ~ 0 . l ~ ~ Aunque carecemos de estudios minuciosos sobre el tema, la historiografía existente tiende a secundar nuestra hipótesis.133 Lo mismo ocurrió en Olancho, aunque en menor escala que en Choluteca, y por ende produciendo allí un mestizaje hondureño muy diferente a la sociedad heterogénea del litoral at1ántic0.l~~

Lo interesante de este proceso es que parece ser que fueron las relaciones concretas y específicas de la producción agrícola a fines del siglo XVII las que impulsaron una vocación liberal por parte de hacendados como Francisco ~ 0 r a z á n . l ~ ~ Al ser así, aquí entonces tenemos una región muy cercana al poder, sin gozo de autonomía, que produjo liberalismo y rebeldía, por lo menos entre ciertos sectores de la élite terrateniente, y aun entre importantes

131 Héctor Pérez Brignoli, "Economía y sociedad en Honduras durante el siglo XIX", Estudios Sociales Centroamericanos 6 (septiembre-diciembre, 1973): 69.

13' Pastor Fasqueiie reconoce la ausencia de la propiedad privada en San Pedro Sula aun a mediados del siglo XIX; Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pág. 158.

133 Leticia Oyuela, Cuatro hacendadas del siglo XIX (Tegucigalpa: Editorial Universi- taria, 1989); y Mario R. Argueta, Historia labra1 de Honduras: de la conquista al siglo XIX (Tegucigalpa: Secretaría de Turismo, 1986), pp. 110-136.

13* Argueta, Historia laboral de Hondums, pág. 116; y Barahona, Evolución histórica de la identidad nacional, pp. 166-193.

135 Gene A. Muller, ['The Church in Poverty: Bishops, Bourbons, and Tithes in Spanish Honduras, 1700-1821" (tesis doctoral, University of Kansas, 1982), pág. 184, nota 32.

250 D,zrio Euraque

sectores del ~ 1 e r o . l ~ ~ Por ende, creemos que es un error atribuirle vocación liberal a San

Pedro Sula durante la época colonial.'37 Incluso podemos señalar que la historia rural del territorio. en general, no ofrece muchos casos de agudas contradicciones rurales que llevaran a tumultos, revueltas o rebeliones rurales, como en otras regiones de América Latina.138 De hecho, la historiografía hondureña contemporánea solamente nos ofrece detalles de revueltas por campesinos en el siglo XIX en O l a n ~ h o . ' ~ ~ Además. durante casi todo el siglo XIX, al contrario de lo ocurrido en muchas regiones de América Latina, los gobiernos republicanos hondureños otorgaron títulos para ejidos casi en semejanza al número de títulos de propiedad privada, incluso en Cortés.140 Como lo señalara William S. Stokes años atrás, las leyes agrarias hondureñas solían proteger la herencia c01onial.l~~

Por otro lado, coincidimos con Pastor Fasquelle cuando identifica a la Reforma Liberal como una especie de "resurrección para la costa de Honduras y para San Pedro en pa r t i~u la r ' ' . ' ~~ También coincidimos con él cuando señala que a partir de la década de 1880 San Pedro Sula se transformó en una región con una cultura particular a la región de las costas caribefias y muy diferente del interior del país. Si bien creemos que la época colonial merece vincularse con lo específico de la época de la exportación bananera, creemos que fue la estructuración de una zona económica entre los años de 1870 y 1940 lo que ofreció la base de la "cultura sui generis' de San Pedro Sula y sus alrededores, y lo que realmente ilegó a diferenciar a aquella región de la de Tegucigalpa y sus alrededores.

13' Rolando Sierra Fonseca, Iglesia y liberalismo en Honduras en el siglo XIX (Choluteca: Centro de Publicaciones, Obispado de Choiuteca, 1993), pp. 13-38.

137 Veamos este tipo de argumento con otro tema. Partor Fasquelle señala que los sampedranos no son "muy religiosos" y que la religiosidad "carece de vitalidad". Según Pastor Fasquelle, ello se explica por la falta de institucionalidad católica que se dio desde la colonia; Pastor Fasquelle, Biografía de San Pedro Sula, pág. 17. Debemos cederle a Pastor Fasquelle cierta razón, pero creemos que quizá seria mejor buscar el tipo de religiosidad ocurrida en la costa norte, y deducirla en base a la ausencia de la Iglesia católica. Al caso, creemos que deben explorarse casos similares al litoral atlántico en otras regiones del Caribe, como, por ejemplo, en Puerto Rico; véase Fernando Picó, lfistoria general de Puerto Rico (Río Piedras: Ediciones Huracán, 1986), pp. 111-113 y 161-165. El autor agradece al profesor Luis A. Figueroa por mostrarle esta fuente y además los paralelos entre la costa norte de Honduras y el Caribe.

13' John H. Coatsworth, "Patterns of Rural Rebeilion in Latin America: Mexico in Comparative Perspective", en Riot, Rebellion and Reaolution: Rurat Social Confiict in Mexico, Friednch Katz, editor (Princeton: Princeton University Press, 19881, pp. 21-62.

Sarmiento, Historia de Ofancho, pp. 199-321. 140 Pérez Brignoli, "Economia y sociedad en Honduras durante el siglo ?<lXn, pág. 69; y

Guevara-Escudero, "'Nineteenth-Century Honduras", pp. 203-235.

141 William S. Stokes, "The Land Laws of Honduras", Agricultura1 History 3 (1947): 148-154.

14' Pastor FasqueUe, Biografía de San Pedro Sula, pág. 13.

San Pedro Sula, 1536-1936 251

Nuestra visión incluye los siguientes planteamientos. Durante el período que va de 1870 a 1940 surgió toda una nueva zona económica no sólo en San Pedro Sula sino a través de prácticamente todo el territorio del litoral atlántico. Esta nueva zona económica representaba una nueva y radical configuración territorial jamás vista en la evolución histórica de Honduras. Varios procesos contribuyeron a crear esta zona económica. En primer lugar, por primera vez en la historia del país se establecían relaciones comerciales, por medio de la exportación bananera, que contribuyeran a reestructurar radicalmente las viejas formas de tenencia de tierras. La exportación minera en los alrededores de Tegucigalpa no produjo una reestructuración ~ i m i 1 a r . l ~ ~

Ahora bien, las formas de tenencia de tierras que se dieron no produjeron la destrucción de un campesinado con precaria dependencia de las haciendas, como hubiese sido en el interior. En fin, la nueva tenencia de tierras en la costa norte se danzó sobre el asentamiento de corrientes migratorias que gozaban de acceso a tierras comunales, para el abastecimiento y para el cultivo del banano. Además, esas corrientes migratorias también encontraban empleo asalariado en las plantaciones bananeras, y así vivían situaciones laborales muy diferentes al interior. Quizás hasta podríamos identificar a los pobladores humildes de la costa norte como constituyendo una especie de "campesinado caribeño" similar a aqueiIos que ha analizado Sidney hfintz en aquellas regiones?44

Por otro lado, es importante también reconorer las inmigraciones que ~rinieron a asociarse con las élites locales en las diferentes regiones o zonas del territorio hondureño. Mientras el interior y la costa norte recibieron nuevas fuentes migratorias desde Europa y el Medio Oriente entre los años de 1870 a 1940, creemos que las relaciones sociales y hasta políticas entre éstas y las élites locales marcaron comunidades muy diferentes, especialmente si comparamos a las inmigraciones árabes-palestinas con la presencia alemana.

La mayoría de los árabes-palestinos que arribaron a Honduras desde fines del siglo pasado se localizaron en la costa norte y en San Pedro Sula en particular. Allí, aunque acumularon ganancias, fueron objeto de prejuicios y marginados de la vida social de los acaudalados sampedranos, por lo menos hasta la Segunda Guerra M ~ n d i a l . ' ~ ~ Por otro lado, entre las décadas de 1880 y 1930, la "colonia palestina" tampoco consideró a Honduras como su último destino, y con frecuencia denigraba el territorio que los aceptó.146 En pocas ocasiones invirtieron en fa tierra con propósitos de cultivar. Mientras tanto,

143 Kenneth V. Finney, i n Quest of El Dorado: Precious Metal Mining and the Modern- ization of Honduras: 1880-1900 (New York: Garland Publishing, 1987), pp. 253-325.

'44 cindey Mintz, "The Peasantry a s a Sociohistoricai Category", en Agraria* Society in History: Easays in Honour of Magnus hlorner, Mats Lundahl y Thommy Svensson, editora (London: Routledge, 1990), pág. 32.

14' Pastor FasqueUe, Biografía de San Pedro Sula, pág. 444; y Euraque, "Estructura económica, formación de capital"* pp. 47-50.

14' Nancie L. González, Dollars, Doue, and Eagle: One Hundred Years of PakstÍnian Migration to Honduras (Ann Arbor: University of Michigan Press, 1992), pág. 170.

252 Darío Euraque

los alemanes se localizaron primordialmente en el interior, en Tegucigalpa y Choluteca. sí invirtieron en la tierra con cultivos, y gozaron de amplias relaciones sociales con la élite terrateniente y c0mercia1.l~~ En fin, fue Carlos Hartling. un emigrado alemán, quien redactó la música del himno nacional de ~onduras . '*~

Además, la configuración de la costa norte como una nueva zona eco- nómica conllevó una urbanización de ciudades fronterizas en toda la región costeña. incluyendo a Puerto Cortés, Tela, La Ceiba, Trujillo, El Progreso, La Lima y muchos otros pueblos de menor importancia. Todas estas ciu- dades fronterizas concentraban a pobladores con aspiraciones de mobilidad social que se distanciaban radicalmente de la vida que se vivía en el interior. Aunque no se le ha dado la importancia que se merece, es importante señalar aquí el importante papel cultural desempeñado por la redes ferroviarias que vinculaban no sólo las plantaciones bananeras, sino también las conceutra- ciones urbanas en esta nueva zona económica. Vivir en pueblos urbanos en la costa norte, con más de dos mil habitantes, era muy diferente que vivir en Choluteca, El Paraíso y otros pueblos del interior, aun en J ~ t i c a l p a . ' ~ ~ De esta manera, el conjunto de ciudades fronterizas de la costa norte debe compararse, sin marginar lo específico del caso hondureño, con otras regiones de América Latina.150 Una comparación interesante debe hacerse quizá con Costa Rica.'''

147 Segisiredo Infante, et al., Los alemanes en el sur (Tegucigalpa: Editorial Universi- taria, 1993); y Mario R. Argueta, Los alemanes en Hondums (Tegucigalpa: Centro de Documentación de Honduras, 1992).

14' Honduras histórica, Francisco Marthez, compilador (Tegucigalpa: Imprenta Calderón, 1974), pp. 263-264.

14' La literatura hondureña ha captado la diferenciación regional; véase Manuel Salinas Paguada, "La temática del banano en el cuento hondureño", en Cultura hondtireña contemporánea: drálogoa y notas, Manuel Salinas Paguada. editor (Tegucigalpa: Editorial Universitaria, 1991), pp. 203-220.

'jO Un punto de partida aquí es la obra de Alistair Hennessy, The Frontier in Latin Americon History (Albuquerque: University of Pjew Mexico Press, 1978).

15' Un libro clave aquí es el de Mario Samper, Gencrations of Settlers: Rural Households and Markets un the Costa Ricon Frontter, 1850-f935 (Boulder: Vvestview Press, 1990); consúltese también Richard W. Slatta, "Historical Frontier Imagery in the Americas", en Changrng Boundarrcs in the Americas, Lawrence A. Herzog, editor (San Diego: Center for U.S.-Mexican Studies, University of Caüfornia, 1992), pp. 25-46.