Los valientes de David

D E V O C I O N A L

La adoración a Dios.

La decisión

Quienes hemos considerado que tomar a Dios en cuenta en nuestras vidas es importante,

nos hemos encontrado con la disyuntiva de tomar en cuenta varios aspectos que de

manera indirecta, al principio podría implicar cambiar ciertos aspectos cosas que en su

momento consideramos difíciles de cambiar o de dejar de hacer, es ahí donde las

decisiones comienzas a ser como un abanico en la amplitud de ligereza o de rigor, de

acuerdo al momento por el que estemos pasando.

En ése sentido, algunos consideran que pueden tomar en cuenta a Dios en sus vidas

porque “necesitan de su bendición” y quizás, dentro de la naturaleza humana, es

justificable que así sea, pues desde que nacemos, siempre esperamos recibir de los demás

y en el caso de Dios pues con mucha más razón ya que él es el dueño de todo, por

supuesto que en un principio nuestro acercamiento a Dios es justificable porque nuestra

expectativa de Dios es recibir de Él y que nos vaya mejor de lo que nos ha ido.

Otro segmento del abanico de decisiones se encuentra en quienes su decisión de

acercarse a Dios tiene que ver con alguna aflicción por la que pasa y bueno, consideran

que necesitan alguna ayudadita para salir del atolladero y deciden acercarse a Dios para

ver si se encuentran gracia ante Dios y se les resuelve el problema, de modo que deciden

comenzar a ir a las iglesias “en busca de Dios” y en su visita de cada ocho días a la iglesia

esperan una especie de milagro por el sólo hecho de asistir a la iglesia y cuando

escucharon que un modo de servir a Dios es mediante las ofrendas y diezmos, entonces

ahora con más ganas no pueden dejar de ir a la iglesia porque consideran que ya están

invirtiendo en el reino y si el líder de la iglesia necesita coche nuevo entonces hay que

hacer la coperacha porque eso, según les enseñaron es un “servicio a Dios”, de modo que

éstas personas están seguras de que están dando un servicio a Dios y pudiera ser que

mucha gente tenga éste tipo de decisiones con un corazón puro de verdad, sin embargo

aún permanecen en la obscuridad y en la ignorancia de la verdadera voluntad de Dios

acerca del servicio que espera el Eterno departe de su pueblo.

Otro segmento de la toma de decisiones lo ocupa el grupo de personas que su

acercamiento a Dios tuvo que ver con una situación demasiado drástica que incluye en

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ocasiones circunstancias de vida o muerte, cárcel, divorcios, la muerte de un hijo,

enfermedad. Muchas veces las personas de éste grupo no necesariamente son personas

que nunca han tenido que ver con las iglesias o movimientos cristianos, sino que la

aflicción y el quebranto ha llegado a un nivel tal que la conciencia de la ligereza con la que

han tomado las cosas de Dios, hace que las personas comprendan que en realidad no han

conocido al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, ¿Por qué? Porque en los tiempos de soledad y

en su intimidad ellos saben que la escritura tiene razón, ¡No hay quien busque a Dios!

(Rom. 3:11)

Romanos 3.- 11 No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. El contexto en el que Pablo cita esto tiene que ver con el contraste de la injusticia del hombre sea gentil o judío, respecto del la justicia de Dios a través del juicio mismo de su ley. Efectivamente, es entonces cuando la jactancia se desvanece junto con el orgullo y la idea de que siempre habíamos buscado a Dios y de decir que teníamos una relación “perfecta” con Él; es en éstos momentos de quebranto cuando en nuestras propias vidas se cumple la voluntad de Dios desde que Moisés anunció y advirtió a Israel acerca de su desobediencia (Deuteronomio 28:15);

Deuteronomio 28.- 15 Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán.

Son el quebranto y la humillación instrumentos de purificación para nuestras almas a fin de celebrar que fue Él y no nosotros los que le buscamos, porque fue Dios quién nos quebrantó, por cuanto no le buscamos según su ordenanza y por cuanto escogimos el camino de mal y no del bien ya sea porque no lo conocimos o porque no quisimos conocerlo. Las circunstancias De modo que el momento y las circunstancias en que decidimos tomar en cuenta a Dios en nuestras vidas definitivamente va a determinar el grado de intensidad con la que le conozcamos, independientemente de que seamos consientes de que lo que pasa en nuestra vida es producto de lo que consideremos voluntad de Dios e independientemente de si conocemos aún o no cuál es su voluntad conforme a su Palabra para nuestras vidas.

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Bajo ésta hipótesis, es Dios quien nos alcanza de un modo o de otro, pero las circunstancias bajo las cuales somos convertidos, tienen que ver con dos cosas, la primera que es la más importante tiene que ver con el Espíritu de Dios, ya que éste representa su Voluntad de que seamos transformados en nuevas personas con un propósito definido y que seguramente nada tendrá que ver con nuestras expectativas de buena vida y prosperidad material como la habíamos pensado y el segundo aspecto sin duda tiene que ver con haber entendido que en todos los años que vivimos leyendo su Palabra sin discernimiento, finalmente nos coloca en un plano de ignorancia total y como consecuencia de lamentable vergüenza al comprender que en realidad nunca lo conocimos y que lo único que teníamos que hacer era obedecer su ley, ésa ley que siempre despreciamos por considerarla obsoleta e inservible y que sin embargo ahora comprendemos que es, la verdadera vida; y en un ámbito de ignorancia y desapego al Padre del que venimos y en otro ámbito de suma religiosidad en el que se encuentran millones de personas, se conforma el antagonismo de separación entre Dios y el hombre, es por esa razón justamente que Yeshúa le dijo a aquel líder Nicodemo, que el hombre que no nace de nuevo, no puede ver el reino de los cielos (Juan 3:3);

Juan 3.- 1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. 2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. 3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. 7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?

A éste hombre Yeshúa tuvo que decirle y explicarle lo que representa el agua y el Espíritu de Dios y que el Espíritu es como el viento que sopla pero que no sabes de donde viene ni a donde va, Nicodemo quedó tan maravillado de ésta enseñanza que en su pregunta humilde, expuso su vergüenza, pues siendo líder de Israel no sabía lo que los antiguos entendieron y aprendieron, lo que los profetas vieron y enseñaron pues la sensibilidad jamás les abandonó, sí, vergüenza como la que sintió Nicodemo es lo que siente quien al humillarse comprende la realidad en la que ha vivido pero con la dicha de que al haber sido humillado ante él, es exaltado al tiempo que recibe la instrucción del Rey de Israel,

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porque aunque fuimos avergonzados, vivimos agradecidos por tener entendimiento de éstas cosas. Hoy a muchos hombres, la religiosidad como a Nicodemo los ha alejado de la esencia de Dios, la religiosidad los ha mantenido separados de la comunión verdadera con su Creador, ésa intimidad para la que fuimos creados, aquel líder de Israel no lo entendía y sin embargo se acercó y se humilló y amó a Yeshúa y eso, eso es adoración pura, eso es lo que Dios quiere ver en todo aquel que dice amarle, que viendo que está en tinieblas, en humildad se acerque a la luz a fin de que su pecado sea expuesto y reprendido y para que a partir de entonces sus obras sean manifiestas como hechas en Dios y para Dios. Adoración. Conforme el Señor nos ha permitido comprender su Palabra, hemos aprendido que la adoración no solo se limita a los tiempos en que le cantamos y expresamos alabanza de nuestros labios, el Señor le dijo a Moisés cómo es que Él quería ser adorado, exaltado y alabado por su pueblo;

Éxodo 4.- 22 Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito. 23 Ya te he dicho que dejes ir a mi hijo, para que me sirva, mas no has querido dejarlo ir; he aquí yo voy a matar a tu hijo, tu primogénito.

Maravilloso, simplemente maravilloso, Dios emitió una sentencia, Él dijo que mataría al hijo de Faraón por cuanto que el corazón de Faraón había sido afirmado, endurecido a fin de no dejar en libertad al primogénito del Creador de los cielos y la tierra, a su Israel amado, pero lo que reviste de majestad ésta acción del Señor es que la sentencia que decretó fue con un propósito muy claro: para que Israel le sirva; La palabra servir en el hebreo es la palabra abád, que significa trabajar en el sentido de adorar, de presentar culto, honra; H5647 Diccionario Strong

עבד

abád raíz primaria; trabajar (en todo sentido); por impl. servir, arar, cultivar, (caus.) esclavizar, etc.: adorar, arar, culto, desempeñar, ejercer, esclava, honrar, librador, labrar, ministrar, prestar, servidumbre, servir, siervo, sujetar, trabajador, trabajar.

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Pues bien, entonces vemos que el Señor dijo que el propósito de la liberación de Israel de los egipcios fue específicamente para que su pueblo le adorara ¿Cómo?

Éxodo 19.- 3 Y Moisés subió a Dios; y El Señor lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la casa de Jacob, y anunciarás a los hijos de Israel: 4 Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí. 5 Ahora, pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. 6 Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.

El propósito de que Dios nos haya librado de nuestro quebranto como lo fue en nuestros antepasados en el Sinaí, fue, justamente constituirnos como sacerdotes, consagrados a nuestro libertador escuchándole y guardando su pacto, es decir, que la única manera de adorarle conforme al propósito de lo que fue su voluntad al liberarnos es constituyéndonos como un reino de sacerdotes y gente consagrada y la única manera de lograrlo es, guardando sus mandamientos, que es lo que representa el pacto. Y sin embargo, podemos ver a una persona que sin tener la revelación de que la verdadera adoración a Dios es ésta forma de vida, le podemos ver arrodillado, cantándole a Dios derramándole su corazón de la manera más sincera y por otro lado podemos ver a personas que habiendo tenido la dicha de ésta revelación, jamás en su vida han doblado rodilla, ni han levantado sus brazos en alto, ni tampoco en su vida ha gritado desgarrándose todo su ser, clamando por el perdón de Dios aún, sin conocer sus mandamientos, pues tengan por seguro de que Dios escuchará el clamor de aquel que gime en su adoración de canto y alabanza y créanlo que Dios le hará conocer su ley y éste le amará. Es por eso que podemos entender que el vínculo del Pacto entre Dios y el hombre es justamente el eslabón del amor y la gratitud, porque es imposible concebir la gratitud si en el hombre no hay gratitud. A lo largo de toda la biblia podemos ver que los grandes hombres de fe en su gratitud a Dios, tuvieron la expresión más sublime de amor y gratitud a Dios, doblando sus rodillas, levantando sus manos en lo alto, poniendo su rostro hacia el suelo, en señal manifiesta de glorificar y de dar honra a la majestad del Santo de Israel tal como lo hizo Israel;

Éxodo 4.- 31 Y el pueblo creyó; y oyendo que Jehová había visitado a los hijos de Israel, y que había visto su aflicción, se inclinaron y adoraron.

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Como vemos, la adoración a Dios en quienes han sido verdaderamente convertidos, no tiene que ver solo con momentos determinados, sino que quien adora a Dios experimenta en su vida una adoración continua en cada minuto de su vida, porque desde que amanece, los hijos de Dios consagran sus días a fin de que todo lo que hagan sea bueno a los ojos del Padre y consientes de su consagración, cada instante es una oportunidad de meditar en las enseñanzas de su Toráh bendita y es así como el trato con nuestras esposa y nuestros hijos en primera instancia constituye una oportunidad de poner en práctica lo aprendido y conforme el día avanza, el trato con la gente, los vecinos, los compañeros de trabajo, al conducir tu auto, etc. etc. Lo que hacemos es servirle a Dios cumpliendo sus mandamientos y sin embargo cuando nos damos cuenta de que al pensar que le estamos sirviendo, es Dios quien nos ha servido al establecer sus mandamientos porque en el momento en que amamos a nuestro prójimo nos va bien y somos bendecidos, entonces ¿Somos nosotros los que le servimos o es Él quien desde el principio de los tiempos nos sirvió de antemano mediante sus maravillosos mandamientos? Cuando nos damos cuenta de esto, entonces en nuestro corazón hay un gozo tan grande, que solo quien lo ha vivido lo puede entender porque quien no lo ha vivido, simplemente lo considera locura, fanatismo, es así como le adoras al cumplir sus mandamientos porque los cumples sabiendo que solo beneficios te puede traer el cumplimiento de su instrucción divina, es decir, vives agradecido con Él y entiendes cuando la escritura refiere que su ley es delicia…

Salmo 119 97 ¡Oh, cuánto amo yo tu ley!

Todo el día es ella mi meditación. 98 Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos,

Porque siempre están conmigo. 99 Más que todos mis enseñadores he entendido,

Porque tus testimonios son mi meditación. 100 Más que los viejos he entendido,

Porque he guardado tus mandamientos; 101 De todo mal camino contuve mis pies,

Para guardar tu palabra. 102 No me aparté de tus juicios,

Porque tú me enseñaste. 103 ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras!

Más que la miel a mi boca. 104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia;

Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.

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Y es así que cuando comprendes la verdadera adoración, una vez que tu vida comienza a tomar el curso correcto, entonces buscas una esquina en donde puedas ponerte de rodillas, poner alguna alabanza y le cantas a Dios derramándole tu corazón, tus lágrimas, y es entonces cuando entiendes la importancia de la música, David lo entendió y desbordó recursos con ése propósito, rendirle alabanza a Dios a través de la música y de tu expresión corporal representa el clímax de toda una vida de adoración, cuando te encuentras en la intimidad con Él, le cantas a Dios con el sentido de revelación de su majestad, cuando yo lo hago, cierro mis ojos porque no permito que nada ni nadie me distraiga de ése que es el momento en donde físicamente mi cuerpo vibra desde mis entrañas en cada nota en la que exalto con voz en cuello al amado de mi alma. Hay muchos que a la expresión corporal de adoración no le dan tanta importancia debido a que simplemente no sienten la necesidad hacerlo, porque expresar la majestad de Dios a través de tu expresión corporal solo tiene que ver con una necesidad y no con una rutina; esto es el clímax de tu adoración, el momento en que toda la intensidad de tu ser es expresado de rodillas y con tu voz en donde se funden todas las emociones, pensamientos, oraciones, anhelos y clamor en alabanza pura y sublime. Pero ¿Por qué de rodillas hace una diferencia? Si casi todos le cantan de pié, bueno, yo no tenía conciencia real del motivo por el cual yo podía estar tres o cuatro horas literalmente de rodillas adorando a Dios con cantos y alabanzas en la iglesia cristiana a donde yo asistía, algunos otros también lo hacían y mucha gente simplemente lo consideraban una locura y no entendían lo que sucedía con nosotros. Fue hasta cuando comencé a estudiar en “Descubre la biblia” cuando muchas cosas comenzaron a encajar y comprendí que Dios de alguna manera había escuchado mi clamor y tubo misericordia de mi y de mi familia. Pues resulta que la palabra rodilla en el hebreo es la palabra “berek” y que su raíz deriva de la palabra “barak” que significa “arrodillarse” con la implicación de bendecir a Dios como acto de adoración. H1288 Diccionario Strong

ברך

barak raíz primaria; arrodillarse; por implicación bendecir a Dios (como acto de adoración), y arrodillarse, bendecir con abundancia, dar bendición, bienaventurado… De modo que mi consejo es que cuando sientas la necesidad de cantarle a Dios con todo tu corazón, considera hacerlo de rodillas, pero hazlo con todas tus fuerzas desde el fondo

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de tu corazón, que tu amor a Dios, sea cada vez que le adoras, una declaración de amor para siempre… Bendito sea nuestro Dios por siempre y Bendito sea su Hijo Yeshúa, el vínculo de amor entre Dios y los hombres de la tierra… Amén

Humberto Rengón