CURSO ACRILICO

1. INTRODUCCIÓN 2. AGLUTINANTES 3. PALETAS 4. LOS PINCELES 5. SOPORTES Y SUPERFICIES 6. EL ESTUDIO 7. CABALLETES 8. ELEMENTOS DE LIMPIEZA 9. LOS COLORES 10. LAS MEZCLAS 1 11. LAS MEZCLAS 2

12. EJERCICIO 1 13. EJERCICIO 2 14. EJERCICIO 3 15. EJERCICIO 4 16. EJERCICIO 5

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ACRILICO

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Seguro que usted ha visto y hasta ha utilizado pintura acrílica para pintar paredes o madera, pe-ro tal vez no sabía que esta se utiliza también en pintura artística y con unas cualidades excep-cionales y además es muy versátil, más que la mayoría de los demás tipos de pintura, se limpia con agua y apenas huele. Con respecto al óleo, una de sus ventajas es que nos permite trabajar con agilidad, pues seca rápidamente y de forma permanente. Podemos prolongar el secado, si nos conviene y seca por completo en todo tipo de superficies. Incluso podemos barnizar casi inmediatamente de terminar la pintura con acabado mate o brillante. Es resistente, incluso al agua a pesar de ser esta su dilu-yente y también es flexible. Podemos limpiar y restaurar sin problemas y posee una buena ad-herencia, pues podemos aplicarla sobre cualquier tipo de superficie sin necesidad de imprima-ción, y no tendremos problemas de que se cuartee o desprenda. Aunque se adhiere bien a tela, papel, cartón, chapa, madera, plástico, etc. siempre es más seguro cubrir la superficie previa-mente con una imprimación acrílica. El acrílico puede usarse como un líquido, gelatina o como una pasta y aunque se puede manejar fácilmente esto solo es posible cuando sabemos la forma en que reacciona. Con práctica y expe-rimentación aprenderemos a aprovechar al máximo sus cualidades y conseguiremos gratifican-tes resultados. La pintura acrílica se elabora mezclando un pigmento en polvo y un adhesivo o aglutinante acríli-co. El aglutinante es húmedo y tiene apariencia lechosa, el cual se hace transparente al secar, apareciendo así el verdadero color del pigmento.

Pintura al Acrílico 1. Introducción

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Como se sabe, una pintura cualquiera se compone de pigmento y aglutinante o medio. El pigmen-to es el color en forma de polvo muy fino que al mezclarse con el aglutinante da la pintura. Si el aglutinante es goma obtenemos la acuarela y la témpera. Si es una emulsión con contenido de aceites será el temple. Usando aceite de linaza para aglutinar el pig-mento tenemos el óleo. Los aglutinantes acrílicos están fabricados expresamente para la función que se desea y química-mente están basados en resinas de polímeros y formados por una emulsión. Realmente son un plástico transparente con grandes propiedades adherentes y resistentes al agua, aunque su dilu-yente sea el agua. Estos aglutinantes o medios se pueden adquirir independientemente para mezclarlos con la pintu-ra y obtener diferentes efectos. El medio acrílico brillante aumenta la transparencia y el brillo de los colores, reduciendo la con-sistencia de la pintura y resolviendo de una forma parecida a la acuarela. El medio acrílico mate se comporta igual que el brillante solo que el acabado es mate y lógica-mente la luz no afecta de la misma manera. El medio acrílico en gel es más espeso que los anteriores y por tanto permite empastes densos muy texturados, aumentando la transparencia y el tiempo de secado.

Estos medios pueden servir de barniz en el acabado de la pintura. Existen también decapantes para eliminar el barniz, disolventes para limpiar o eliminar el color una vez seco en materiales porosos, retardadores para alargar el tiempo de secado.

Pintura al Acrílico 2. Aglutinantes


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No existen grandes diferencias entre los utensilios utilizados en óleo, acuarela y aguada respecto a los utilizados en la pintura acrílica. Podemos utilizar un plato blanco grande de porcelana o loza pa-ra esta función. Este se lava fácilmente aunque se seque la pintura si lo sometemos a agua calien-te. Pueden también servirnos las paletas de plástico que se venden en establecimientos de material de Bellas Artes, especialmente si la usamos para apuntes en el campo, pero debemos cerciorarnos de que algunos plásticos se quedan tintados de color, pues son difíciles de limpiar. Si no se usa la pintura muy líquida, nos vale una plancha de plástico o un rectángulo de cristal (con un papel blanco por debajo) que pondremos sobre una pequeña mesa y así tendremos una paleta grande, muy cómoda de manejar en el estudio.

La elección de la paleta depende de cada artista y del tipo de trabajo que realice: pintura líquida o pastosa, superficies grandes o pequeñas. Pueden usarse pequeñas tazas para mantener los colo-res muy líquidos… No deben usarse materiales porosos como madera, papel, etc. ni metálicas que puedan corroerse. Podemos utilizar las consistentes en un bloc de papel para usar y tirar. La disposición de los colores en la paleta en realidad es indiferente, pues lo importante es que siempre lo hagamos igual para aprenderlo de memoria y así poder coger el color con el pincel sin tener que mirar prácticamente, de forma automática. No obstante, hay dos formas generalizadas de distribuirlos: 1. Visto de derecha a izquierda: amarillos, tierras, rojos, verdes, azules, violetas y negros. 2. Visto desde el centro: hacia la derecha los cálidos (amarillos, tierras, rojos) y hacia la izquierda los fríos (verdes, azules, violetas y negro).

Pintura al Acrílico 3. Paletas


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Las mezclas las haremos con los pinceles para pequeñas mezclas o con espátulas si la cantidad es grande, de esta forma haremos que los pinceles nos duren. Las espátulas son eternas a poco que se las cuide y las podemos utilizar para raspar la paleta e incluso para pintar en sustitución de pincel. Para evitar que se oxiden conviene cubrirlas con algún aceite después de lavarlas con agua. En caso de que se hayan oxidado se pueden lijar con una lija fina o estropajo metálico. Los pinceles usados en la pintura acrílica son los mismos que los utilizados en la pintura al óleo y por tanto pueden ser redondos, planos y ovales. En cuanto al pelo será de marta, cerda o sintéti-co, aunque este último no lo recomiendo pues suele deformarse y no mantiene bien unidos los pelos con el tiempo.

Los pinceles de pelo de marta, ardilla y meloncillo son más blandos que los de pelo de cerdo y conviene tener de los dos para usar según los casos. Los primeros se usarán especialmente para hacer trazos finos. Deben cuidarse bien para que duren, por ello, al terminar la sesión deben lavarse con agua tibia y jabón, no detergente, y después se mojan para darle la forma y se les deja secar en un vaso alto o frasco de boca ancha con los pelos hacia arriba.

Pintura al Acrílico 4. Los Pinceles


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Pintura al Acrílico 5. Soportes y Superficies


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Toda superficie sobre la que se pinte recibe el nombre de soporte y nos sirve cualquier material. En las tiendas de Bellas Artes podemos encontrar diversos tipos de cartones con imprimación y sin ella, telas sobre cartón y sobre bastidores, papeles especiales, maderas y contrachapados, etc. Lo importante es que las superficies estén limpias especialmente de aceites y grasas para que la adherencia de la pintura sea la adecuada.

Las superficies muy pulidas como cristal, porcelana, metales muy pulidos y plásticos, no son muy adecuados pues aunque agarre bien la pintura, luego se puede rayar fácilmente e incluso levan-tarse, por ello conviene que tenga cierta textura aunque sea raspándola con algún abrasivo. Lue-go podemos dar una imprimación blanca para asegurarnos la adherencia. Es evidente que podemos habilitar todo tipo de papeles y cartones de que dispongamos como so-portes. Será conveniente darle una imprimación acrílica para asegurarnos de una buena adheren-cia.

Pintura al Acrílico 6. El Estudio

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Si no tiene una habitación específica para realizar sus prácticas, siempre podrá habilitar una mesa y una silla para ponerse a pintar en cualquier habitación.

La iluminación vendrá de arriba y de la izquierda, si es usted diestro, bien sea natural o artificial, pues así no proyectará sombras de su mano sobre el papel en la zona que esté trabajando. La mesa auxiliar nos permitirá tener los demás utensilios: colores, papeles de prueba y de limpieza, así como el modelo que estemos pintando si se trata de un bodegón o florero. El lienzo estará situado de forma que la zona en la que usted esté trabajando permanezca situada justo a la altura de sus ojos, de manera que su línea de visión sea perpendicular al soporte en esa zona.

Sirven todos los utilizados para cualquier otra técnica o podemos colgar el cuadro en la pared o sujetarlo en una silla.

Podemos encontrar caballetes de estudio que tienen ruedas y podemos trasladarlos fácilmente, son muy estables y permiten una gran variedad de tamaños de soportes.

Los caballetes de campo, para pintar al aire libre, hay fundamentalmente dos tipos: uno de alumi-nio que al plegarse ocupa muy poco espacio y su peso es mínimo. El otro modelo es de madera y aunque se pliega, como lleva incorporada la maleta de colores y utensilios ocupa más espacio y pesa más, su ventaja es que ahí va todo lo que necesitamos.

Pintura al Acrílico 7. Los Caballetes


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Pintura al Acrílico 8. Elementos de Limpieza


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Antes se usaban los trapos, pero el elemento más fácil de encontrar y más utilizado es el papel de cocina y el papel higiénico. Necesitaremos unos recipientes para contener el agua que utilizaremos como diluyente para evitar que se seque la pintura en los pinceles. A este efecto nos sirven vasos, botes no metálicos, tazas, etc. Y debemos mantener el agua limpia para que todo esté limpio.

Para tener los pinceles nos servirán frascos de boca ancha, pucheros de barro, etc. los cuales se pondrán con las cerdas hacia arriba. Necesitamos al menos dos recipientes de agua: uno para aclarar la pintura cuando nos interese y otro para limpiar los pinceles. Para evitar que seque la pintura de la paleta debemos de vez en cuando verter unas gotas sobre los colores o bien mojar con un pulverizador de agua. Al final de la sesión los pinceles los lavaremos con agua y jabón, restregando el pelo sobre la pal-ma de la mano y después aclarando con agua. Se secan con papel y los ponemos en el bote o puchero preparado al efecto. Al terminar cada sesión hemos de lavarlo todo, incluidos los recipientes.

Ahora lo que hemos de hacer, será adquirir las cosas necesarias para poder pintar: Lo primero de todo serán los colores, sin ellos nada podemos hacer. Actualmente todo es muy sencillo, no tenemos que fabricarlos nosotros como hacían los antiguos, bastará con comprarlos. Tampoco necesitamos un montón de colores. En realidad nos basta con tres colores: rojo, amari-llo y azul. Estos son los llamados primarios, pues de la mezcla de ellos salen los demás.

Claro que cuando le enseñen la carta de colores, usted se va a volver loco con tantos como hay, pero nosotros se lo vamos a poner muy sencillo. Estos son los colores que usted debe adquirir: Rojo: Carmín de garanza Amarillo: Cadmio claro Azul: Ultramar claro Cuando tenga práctica, podrá experimentar con otros rojos, azules o amarillos diferentes hasta que encuentre los que realmente le gustan. El Blanco de Titanio es el blanco habitualmente utilizado y es mejor que sea un tubo grande de 200 cc. pues usaremos más cantidad de blanco que de los colores. Si quieren pueden utilizar un negro para oscurecer aunque resulta más vistoso oscurecer con la mezcla de azul y rojo, o rojo y verde, pero si quieren pueden probarlo.

Pintura al Acrílico


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9. Los Colores

Bueno, el movimiento se demuestra andando y la pintura se demuestra pintando: Comenzaremos por experimentar con las mezclas, para lo cual, dibujaremos un círculo en el so-porte y trazaremos 3 diámetros. Tomaremos un poco de rojo con el pincel del nº 4 y rellenaremos uno de los triángulos.

Limpiaremos el pincel con papel higiénico y tomaremos un poco de amarillo, para cubrir otro triángulo, el siguiente al contiguo del ya pintado en rojo. De igual manera haremos con el color azul. Así nos quedarán tres triángulos formando una estrella, pintados cada uno con un color pri-mario. Entre cada dos hay uno en blanco que ahora iremos pintando. Cojamos la espátula y con ella un poco de color rojo y soltémoslo en una zona libre de la paleta. Limpiémosla y tomemos la misma cantidad de color amarillo, pongámoslo sobre el rojo y mezcle-mos bien. Veremos que se transforma en color naranja. Tomemos de ese color con el pincel y pintemos el triángulo existente entre el color rojo y el amarillo. Siguiendo los mismos pasos, tomemos un poco de rojo y un poco de azul. Después de mezclar bien, pintemos el hueco entre rojo y azul, con el violeta obtenido. Repitamos la misma operación con amarillo y azul y, pintemos de verde el último hueco.



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10. Las Mezclas I



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11. Las Mezclas II

Estos colores obtenidos de la mezcla de dos primarios reciben el nombre de colores secunda-rios. Evidentemente si a uno de estos colore secundarios, añadimos más cantidad de uno de sus componentes, el color derivará más hacia él, obteniendo diferentes matices del mismo color. Si añadimos “blanco” lo aclararemos. No aconsejo el uso del negro para oscurecer, sino en todo caso, usaremos azul ultramar oscuro. Podemos obtener efecto igual al negro, mezclando azul ultramar con el rojo de garanza, ponien-do más azul que rojo. Esta mezcla nos puede servir para oscurecer y será más rica en matices que el negro. Bueno, si mezclando dos colores primarios, obtenemos los colores secundarios, mezclando los tres primarios obtendremos los colores terciarios. Si hacemos predominar el rojo, tendremos el rojo terciario, si hacemos predominar el amarillo, obtendremos el amarillo terciario y si hacemos predominar al azul pues... obtendremos el azul terciario.

En resumen, hemos visto que solo con tres colores más el blanco, podemos obtener todos los colores y todos los tonos, desde muy claros a muy oscuros, incluso negro. Luego pintando, nos daremos cuenta de la dificultad de obtener ciertos colores de forma idéntica a como los vemos, pero eso no es importante. Es más importante que el conjunto de colores de la obra resulte armónico que obtener el color exacto que vemos. Dedique el tiempo que considere oportuno a practicar estas mezclas. Observe como cambia el color según va añadiendo de un primario u otro. Esta es la clave de todo.

Para empezar a comprender el comportamiento de los colores es necesario practicar las mezclas para lo cual comenzaremos con los colores primarios para obtener los secundarios, variando las proporciones aparecerán los diversos matices que se pueden obtener. Mezclando rojo y amarillo obtendremos diferentes matices actuando de la siguiente forma:

Coja una tacita, paleta o cristal y eche un pegote de rojo, luego ponga un poquito de amarillo y mezcle. Con el color obtenido pinte un pequeño rectángulo. Vuelve a echar otro poco de amarillo, mezcle y pinte otro cuadrado al lado. Repita esta operación tres o más veces. Así verá como va-rían los tonos y matices del color naranja obtenido. En el último rectángulo añada blanco. Repita esta operación mezclando ahora el azul con el rojo.

Y por último haga lo propio con amarillo y azul.

Con las mezclas obtenidas podemos practicar añadiendo blanco y pintando más rectángulos y veremos como se degrada el color hasta obtener una tintura. Es necesario cuidar las tapas de los tubos o frascos de color. Deben estar siempre limpias, sin pintura seca para evitar que al no cerrar bien se evapore el agua y seque la pintura. Lo evitare-mos si también añadimos unas gotas de agua en el interior del tubo o frasco antes de cerrar.



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12. Ejercicio 1

Igual que para el dibujo defendemos tomar directamente del natural para desarrollar la capacidad de tomando un volumen sintetizándolo en dos dimensiones hacer que parezcan tres, en pintura sucede algo semejante: tomando los colores del natural desarrollamos la visión de tal manera que si damos a las luces y sombras los colores y tonos adecuados lograremos perfectamente el efecto de la forma y volumen. Por ello aconsejamos tomar del natural a la hora de pintar. Aplicaremos las pautas indicadas anteriormente respecto a jugar con la pintura opaca o transpa-rente si la diluimos con agua y usando los pinceles de nuestro gusto, aunque aconsejamos que en principio se tomen pinceles más bien grandes para no entrar en detalles y simplificar al máxi-mo la representación de los objetos con el mínimo de pinceladas. Podemos tomar objetos monocromos, es decir, que su superficie sea de un único color y así nos daremos cuenta de los cambios del color según que veamos las zonas de sombra, medios tonos y luces. Jugaremos en principio con los colores primarios y después podremos trabajar con los secundarios. También habremos de tener en cuenta la forma del objeto (cilíndrico, cónico, cúbi-co, convexo, cóncavo, etc.), la textura de la superficie (suave, áspera, mate, brillante, etc.) Si so-mos capaces de poner los colores adecuados y con la forma adecuada a cada zona, lograremos dar la sensación exacta de forma, color y textura, es decir, del material de que esté hecho el ob-jeto.

En este ejercicio nos preocuparemos exclusivamente de identificar los colores que vemos e in-tentar plasmarlos mediante las mezclas necesarias. No hemos de intentar ahora pintar un hermo-so cuadro. Debemos comenzar por pintar la superficie de mayor extensión, que normalmente es el fondo pero no necesariamente. Así iremos manchando todas las superficies por extensión de mayor a menor. Una vez que todo



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13. Ejercicio 2 Tomando del Natural

esté cubierto de color iremos matizando cada zona para acercarnos al color y tonos más pareci-dos a los que vemos.

El proceso a seguir es por etapas o capas de color de forma que primero cubrimos cada zona con un color plano para luego superponer pinceladas que introduzcan las variaciones que obser-vamos en las superficies.

Supongo que no es necesario indicar como usar el pincel pero no obstante daré algunas indica-ciones: 1 El pincel debe cogerse largo (los dedos deben sujetarlo como a mitad del mango) y se debe pintar con el brazo estirado, flexionando ligeramente en el codo, pero el movimiento del brazo debe ser desde el hombro, al trazar o soltar el color con el pincel; no deben, por tanto, flexionar codo, muñeca o dedos. De esta forma vamos viendo lo que hacemos a la distancia adecuada y tendremos un control total del trazo. 2 Debemos cargar el pincel con pintura suficiente pero no excesiva. La experiencia nos dirá la cantidad conveniente. Nunca debemos restregar con el pincel seco pues estropearemos el pin-cel, en este caso debemos cargarlo de nuevo con pintura fresca.



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Una vez que hayamos experimentado con los primarios podemos pasar a los secundarios. Ob-sérvese que diferencias hay entre el color local del objeto, el color de las sombras y el de los me-dios tonos. Las diferencias que se aprecian en la perspectiva de las cajas es por el objetivo de la cámara fotográfica, pues la foto está tomada desde muy cerca. La diferencia de color azul se debe a haber utilizado un azul ultramar en vez del azul turquesa que es el de la caja. Variaciones posibles:

El fondo podemos cambiarlo por un color diferente del objeto Introducir otro objeto de color diferente y pintar los dos El soporte darle una imprimación de color diferente al del fondo Pintar el fondo de color negro o blanco



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Complementarios son los colores opuestos en el círculo y la proximidad entre dos colores com-plementarios produce una especial luminosidad y viveza, de manera que es muy importante ex-perimentar con ellos para así utilizarlos cuando convenga. Así tendremos rojo-verde, amarillo-violeta, azul-naranja. Como es natural, el secundario será el resultado de la mezcla de los primarios utilizados para la armonía de ellos sea perfecta. En las fotos podemos ver como ganan los colores luminosidad al estar el objeto rodeado de su complementario. Las sombras también se ven afectadas y por ello la sombra propia del objeto será una mezcla del color local del objeto, azul y el complementario del color local. La sombra proyectada será por tanto, una mezcla del color de la superficie donde se proyecta la sombra, azul más el comple-mentario de dicha superficie. Las sombras deben ser transparentes.

Podemos conseguir una gran variedad de grises con casi infinitos matices si mezclamos dos co-lores complementarios, variando la proporción entre ellos y añadimos blanco según necesitemos.



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13. Ejercicio 3 Los Complementarios

Los empastes son trazos de pintura espesa y densa resueltos con espátula o pincel. La forma de conseguirlo es mezclando con el color, según sale del tubo, algunos de los medios o geles acríli-cos. No cabe duda de que los empastes tienen un efecto visual diferente al de la pintura diluida y que puede resultar impactante. Conviene experimentar estos efectos para utilizarlos cuando nos con-venga y podemos practicar con la espátula y el pincel para comprobar las diferentes sensaciones texturales que producen.

Aquí hemos puesto sobre la paleta tres pegotes de gel y cada uno de ellos, de forma indepen-diente, lo hemos mezclado con un color (azul, amarillo y rojo). Después hemos jugado con la es-pátula para mezclar ciertas cantidades de color según se puede ver. Sobre una base azul casi plana, hemos puesto la mancha amarilla y después con la punta de la espátula hemos hecho un trazo en forma de culebra con lo que sacamos el color amarillo y aparece el azul que estaba de-bajo. Luego hemos puesto un pegote rojo sobre el azul en la parte superior derecha. En la parte inferior izquierda, al poner el rojo hemos dejado una mancha como la de la parte superior y luego apretando con la punta de la espátula hemos arrastrado el color. El arrastre del color azul debajo del pegote de rojo de la parte superior está hecho con pincel, por eso los surcos que se ven. El Arte es creación y la creación se consigue experimentando, así pues ya sabe lo que tiene que hacer: experimentar. Cuando usted ve un cuadro y comprueba como están resueltas ciertas par-tes con solo tres pinceladas para conseguir un efecto determinado, recuerde que ese efecto no es producto de la improvisación sino del dominio de la técnica y este se consigue a base de prác-tica.



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14. Ejercicio 4 Los Empastes I

Lo mismo que hemos hecho antes con la espátula podemos resolverlo con el pincel muy cargado de color.

En este caso primero hemos puesto el color amarillo de una pincelada, después hemos aplicado el color rojo con el pincel sin apretar mucho para no arrancar el color de abajo. En el borde de la mezcla hemos aplicado el color azul de la misma manera.

Aquí el color lo hemos restregado con la espátula dejando una capa transparente y rota.



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15. Ejercicio 4 Los Empastes II

PROCEDIMIENTO GENERAL Primero realizaremos el dibujo del modelo sobre el soporte, después de haber decidido el encua-dre que más nos gusta. El procedimiento más sencillo para ir avanzando paulatinamente en la elaboración del cuadro es manchando en principio las grandes masas yendo de mayor a menor sin entrar en detalle algu-no, solo manchas planas con un color general aproximado. Una vez que tenemos manchado todo el soporte (papel, tela o madera), superpondremos pinceladas con los colores pertinentes para ir concretando la obra y terminaremos con los pequeños detalles.



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16. Ejercicio 5 El Bodegón

A la hora de hacer las mezclas de colores conviene que no nos quedemos cortos en la cantidad, pues luego es muy difícil conseguir exactamente el mismo color. Es decir debemos preparar más cantidad de la que creemos vamos a necesitar. Las primeras capas conviene que la pintura esté adelgazada con agua al estilo de la acuarela pues así conseguimos manchar todo más rápidamente y las capas siguientes pueden ir teniendo más cuerpo. Entre capa y capa conviene que dejemos secar para que los colores no se mez-clen sino que se entrevean por los intersticios de la pincelada o bien se transparenten por las veladuras si las capas que superponemos son delgadas. Para que los contrastes sean los adecuados, resulta más sencillo de obtener pintando primero las zonas oscuras y después las claras. Es evidente que dependiendo de los colores que usemos así será el resultado. Aquí hemos utili-zado rojo Carmín Garanza, azul Ultramar Claro y amarillo Cadmio claro. Para obtener los mis-mos colores que el modelo deberíamos haber usado azul Celeste y rojo Cadmio, pero como se

puede observar no resultaría tan luminoso si cambiamos el azul. Lo importante no es plasmar los colores exactos que vemos, sino que resulten armoniosos y consigamos los efectos que busca-mos. Como puede observarse, el azul del fondo tiene rojos, el blanco del plato tiene rojos y azu-les y el naranja de la naranja tiene zonas que resaltan más los rojos o los amarillos.



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