Cristina era una niña muy feliz y bastante revoltosa, entre sus aficiones se encontraban bailar como Chiquetete y cantar como la Pantoja…

Lo que más ilusión le hacia en la vida era jugar con: ¡¡¡ UN PALOOOOOOOOO!!!

¡¡¡ UN PALOOOOOOO!!! ¡¡¡ UN PALOOOOOOO!!!

Por amor y por cosas del destino, Cristina se fue a vivir a Yepes, pueblo que le brindó la oportunidad de presentarse a un casting que anualmente realizaban sobre mises. Allí nuestra protagonista se encontró con verdaderas rivales pero… ninguna pudo hacerle sombra ni tan si quiera competencia, pues nuestra “Espi” consiguió coronarse como Miss Yepes.

Cristina un día se convirtió en mamá

pero…

Este nuevo estado no significó que dejara de ser joven, al contrario…

La experiencia le sirvió para ser más joven aún, pues siempre se mantuvo como una madre joven (para envidia de muchas otras que no lo eran tanto…)

Tan grande era su ansia por mantenerse joven que… el poder de su mente consiguió algo asombroso: ¡¡ Consiguió parar el tiempo!!

Tic

TAc

Tic TAc

Y así fue como Cristina, nuestra pequeña revoltosa, jamás volvió a ver nada, absolutamente nada más allá del 25, edad con la que siempre anheló quedarse.

Y con todo el subidón corriendo por sus venas,

Cristina llamó a todos

los chicos que tenía escondidos en el armario de caso, advirtiéndoles

previamente que Carlos no estaba.

Así fue como eternamente joven, guapa, marchosa, con pasta y con chicos guapos, Cristina se montaba día sí y día también una FIESTA para el recuerdo.

Eso sí, sin parar de hacer tontuzadas…

Pero… como en la vida no se puede tener de todo: A pesar de no querer ser mayor…. En alguna ocasión le hubiera gustado ser como las viejecitas de su trabajo para ennoviarse con su querido Juan Linares, que tenía… UN PALOOOOOOOOO!!!

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En la vida no se puede tener de todo, dicho queda anteriormente, pero Cristina contaba con la amistad de Las Tontuzas: