Cultura Maya

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CULTURA MAYA La civilización maya habitó una gran parte de la región denominada Mesoamérica, en los territorios actuales de Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador y en el comprendido por cinco estados del sureste de México: Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, con una historia de aproximadamente 3000 años. Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron decenas de dialectos que dieron lugar a las 44 lenguas mayas modernas. Hablar de los "antiguos mayas" es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a una creencia muy generalizada, la civilización maya nunca "desapareció". Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense. La literatura maya ilustra la vida de esta cultura. Obras como el Rabinal Achí, el Popol Vuh, los diversos libros del Chilam Balam, son muestra de ello. Lo que sí fue destruido con la conquista es el modelo de civilización que hasta la llegada de los primeros españoles, había generado tres milenios de historia. La conquista española de los pueblos mayas no se consumó hasta 1697, con la toma de Tayasal, capital de los mayas Itzá, y Zacpetén, capital de los mayas Ko'woj, en el Petén (actual Guatemala). El último estado maya desapareció cuando el gobierno mexicano de Porfirio Díaz ocupó en 1901 su capital, Chan Santa Cruz, dando así fin a la denominada Guerra de Castas. Los mayas hicieron grandes e impresionantes construcciones desde el Preclásico medio y grandes ciudades como Nakbé, El Mirador, San Bartolo, Cival, localizadas en la Cuenca del Mirador, en el norte del Petén, y durante el preclásico, las conocidas ciudades de Tikal, Quiriguá (ambas las primeras en ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1979 y 1981 respectivamente), Palenque, Copán, Río Azul, Calakmul, Comalcalco (construida de ladrillo cocido), así como Ceibal, Cancuén, Machaquilá, Dos Pilas, Uaxactún, Altún Ha, Piedras Negras y muchos otros sitios en el área. Se puede clasificar como un imperio, pero no se sabe si al momento de colonizar impusieron su cultura o si fue un fruto de su organización en ciudades-estado independientes cuya base eran la

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CULTURA MAYA

La civilización maya habitó una gran parte de la región denominada Mesoamérica, en los territorios actuales de Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador y en el comprendido por cinco estados del sureste de México: Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Tabasco y Yucatán, con una historia de aproximadamente 3000 años.

Durante ese largo tiempo, en ese territorio se hablaron decenas de dialectos que dieron lugar a las 44 lenguas mayas modernas. Hablar de los "antiguos mayas" es referirse a la historia de una de las culturas mesoamericanas precolombinas más importantes, pues su legado científico y astronómico es mundial. Contrariamente a una creencia muy generalizada, la civilización maya nunca "desapareció". Por lo menos, no por completo, pues sus descendientes aún viven en la región y muchos de ellos hablan alguno de los idiomas de la familia mayense.

La literatura maya ilustra la vida de esta cultura. Obras como el Rabinal Achí, el Popol Vuh, los diversos libros del Chilam Balam, son muestra de ello. Lo que sí fue destruido con la conquista es el modelo de civilización que hasta la llegada de los primeros españoles, había generado tres milenios de historia.

La conquista española de los pueblos mayas no se consumó hasta 1697, con la toma de Tayasal, capital de los mayas Itzá, y Zacpetén, capital de los mayas Ko'woj, en el Petén (actual Guatemala). El último estado maya desapareció cuando el gobierno mexicano de Porfirio Díaz ocupó en 1901 su capital, Chan Santa Cruz, dando así fin a la denominada Guerra de Castas.

Los mayas hicieron grandes e impresionantes construcciones desde el Preclásico medio y grandes ciudades como Nakbé, El Mirador, San Bartolo, Cival, localizadas en la Cuenca del Mirador, en el norte del Petén, y durante el preclásico, las conocidas ciudades de Tikal, Quiriguá (ambas las primeras en ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1979 y 1981 respectivamente), Palenque, Copán, Río Azul, Calakmul, Comalcalco (construida de ladrillo cocido), así como Ceibal, Cancuén, Machaquilá, Dos Pilas, Uaxactún, Altún Ha, Piedras Negras y muchos otros sitios en el área. Se puede clasificar como un imperio, pero no se sabe si al momento de colonizar impusieron su cultura o si fue un fruto de su organización en ciudades-estado independientes cuya base eran la agricultura y el comercio. Los monumentos más notables son las pirámides que construyeron en sus centros religiosos, junto a los palacios de sus gobernantes (lugares de gobierno y residencia de los nobles), siendo el mayor encontrado hasta ahora el de Cancuén, en el sur del Petén, muchas de cuyas estructuras estaban decoradas con pinturas murales y adornos de estuco. Otros restos arqueológicos importantes incluyen las losas de piedra tallada usualmente llamadas estelas (los mayas las llamaban tetún, ‘tres piedras’), que muestran efigies de los gobernantes junto a textos logográficos que describen sus genealogías, entronizaciones, victorias militares, y otros logros. La cerámica maya está catalogada como una de las más variadas, finas y elaboradas del mundo antiguo.

Los mayas participaban en el comercio a larga distancia en Mesoamérica, y posiblemente más allá. Entre los bienes de comercio estaban el jade, el cacao, el maíz, la sal y la obsidiana.

PERIODOSPreclásico maya

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También llamado Período Agrícola, existe un debate sobre los años de inicio y fin de este intervalo de tiempo, el más aceptado en este caso, para el área maya, inicia aproximadamente en el año 1000 a. C. y terminaría alrededor del 320[cita requerida]. Durante este periodo se desarrolla el idioma maya y el pueblo maya adquiere experiencia y construye algunas grandes ciudades.

Una teoría, basada en estudios de cerámica, motiva a deducir que en el periodo Preclásico la costa del Océano Pacífico, desde el este de Oaxaca hasta El Salvador estuvo poblada por los ancestros de los mixe y popolucas actuales, de uno de estos es el grupo de los mayas que, hacia el 1200 a. C., emigraron hacia el Golfo de México y desarrollaron la civilización olmeca arqueológica. De hecho, la cerámica más antigua de esta región es de un estilo inconfundible llamado Ocós, originaria del Pacífico de Guatemala, pero unos 600 años más antigua que la olmeca[cita requerida].

Según otra teoría, complementaria a la anterior, los descendientes de los olmecas emigraron a la zona del Petén guatemalteco, donde posteriormente se mezclaron con la gente del lugar originando a los "protomayas". Existen algunos fragmentos donde se afirma que estos provenían de una migración que se produjo en el núcleo original maya, que ciertos arqueólogos han encontrado en la zona maya de Guatemala conocida como El Petén, cuando en el Preclásico medio se comenzaron a desarrollar ciudades monumentales en la Cuenca del Mirador como Nakbé, El Mirador y Cival, con sus ahora famosos murales del Preclásico, los más finos y antiguos del área maya. Estas grandes ciudades ya contaban con todas las características que hicieron famosos a los mayas del periodo Clásico, y dando lugar a la duda de que si los olmecas y mayas fueron, efectivamente, culturas que se desarrollaron independientemente.

Posteriormente, en el Posclásico, algunos grupos emigraron del Petén rumbo al norte (Península de Yucatán) y otros se quedaron ahí; de esta manera se explica el origen de las diferentes tribus mayas (itzáes, xiús, cocomes,, tzeltales, lacandones, entre otras), ya que cada una de ellas conservaba rasgos comunes, solo variaban los distintos dialectos. Cuando se realizó la conquista española, cada uno de estos grupos se fue adaptando al mestizaje cultural y se fue haciendo único y autónomo en sus tradiciones. Al paso del tiempo la gran civilización maya floreció y alcanzó auge en la zona norte del Petén, en la Cuenca del Mirador, en el corazón de la selva tropical; ahí fue su núcleo original. Algunos especulan que el pueblo maya tomó como ejemplo muchos estilos de vida de la cultura olmeca, aunque los recientes hallazgos en las ciudades del Petén, como El Mirador, Cival, etc., contradicen ésta teoría. De esta época datan el urbanismo y el que se fueron desarrollando en un ambiente estable y prolongado; se adaptaron al medio ambiente en que vivían y sabían convivir con la naturaleza. Por todo ello se distingue el gran respeto que tenían como seres humanos hacia su entorno.

Se estima que la selva del Petén se encontraba deshabitada al inicio del tercer milenio antes de Cristo, cuando los primeros agricultores construyeron sus chozas a orillas del río La Pasión y la Cuenca del Mirador, demostrado por muestras de polen de maíz, que datan ca 2750 a. C. en lagos de la Cuenca del Mirador. Estos se empezaron a relacionar con la población de los Altos y la costa del Pacífico de Guatemala en sitios como Takalik Abaj, ca 1000 a. C., Kaminaljuyú, ca 800 a. C., y El Salvador, ca 900 a. C., así como con la de la costa del golfo de México. Hacia el año 1000 a. C. la población en expansión se extendió por toda esta zona central iniciándose el proceso de urbanización, el empleo de sistemas agrícolas más complejos y una organización política más avanzada, capaz de controlar la creciente población y con una jerarquización interna, en la que nobles y sacerdotes iban ocupando los puestos de autoridad. Se inicia una división del trabajo con

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la diversificación de ocupaciones: agricultura, caza, pesca, recolección, alfarería, industria lítica, industria textil, comercio y culto religioso.

El trabajo de la tierra dio prioridad al cultivo del maíz, el frijol, el cacao y la calabaza, en tanto la caza, la pesca y la recolección quedaron como actividades complementarias; por eso a este periodo se le conoce también como agrícola. En él se va desarrollando una religión sencilla con la creencia en una vida ultra terrena y el culto a los muertos.

La evidencia arqueológica muestra que los mayas comenzaron a edificar una arquitectura ceremonial hace unos 3000 años. Hay un desacuerdo entre los límites y la diferencia entre los mayas antiguos y una civilización mesoamericana preclásica vecina, la cultura olmeca. Los olmecas y los mayas antiguos parecen haberse influenciado entre sí. Los monumentos más antiguos consisten en simples montículos de tumbas, los precursores de las pirámides se erigieron más tarde.

De modo gradual, la influencia de la cultura olmeca dejó de ser tan grande como había sido durante el período preclásico medio. Hacia el siglo III a. C. había cesado definitivamente. Sin embargo, muchos pueblos de toda el área mesoamericana habían absorbido algunos de sus rasgos principales (culto a los muertos, arquitectura y escultura monumentales, el culto a las divinidades del agua y el fuego, etc.). Para el Preclásico tardío, en toda Mesoamérica surgieron tradiciones culturales regionales, que fueron construidas sobre la base del legado olmeca. Los mayas tomaron de ese pueblo la escritura, el sistema de numeración y la cuenta larga, y muchas otras cosas. La cultura maya, propiamente dicha, no surgió sino hasta el primer siglo de la era cristiana, más o menos contemporánea al desarrollo de Teotihuacan.

Del período Preclásico tardío se han detectado numerosos asentamientos humanos, entre los cuales se encuentran Santa Marta (Chiapas), donde se constata una temprana ocupación en labores de cerámica y cultivo de maíz, fechada con el año años 1320 a. C.; Chiapa de Corzo, Tonalá, Padre Piedra, e Izapa, con influencia olmeca; Edzná, Xicalango, Tixchel y Santa Rosa Xtampak (Campeche); Yaxuná, Acanceh, Dzibilchaltún (Yucatán); El Trapiche, Casa Blanca, Laguna Cuzcachapa, Las Victorias y Bolinas (Chalchuapa); y Kaminaljuyú en el sur de Guatemala. Los pobladores de este último asentamiento controlaron las relaciones comerciales de la zona con el resto de Mesoamérica hasta que fueron invadidos hacia el año 400 d. C., por guerreros provenientes del centro de México, de la poderosa ciudad de Teotihuacan, cuya influencia militar y cultural se dejó sentir desde entonces en todo el ámbito maya.

Periodo ClásicoTambién llamado Periodo Teocrático, abarca desde los años 320 a 987 d. C., aproximadamente. Recibe este nombre porque en un principio se creyó que fue el grupo sacerdotal el que ejerció el poder político y que toda la vida económica, social y cultural se desarrolló en torno a la religión.

Los grupos sacerdotales, tuvieron gran importancia en el gobierno de los Estados mayas del Clásico; a pesar de eso, nunca fueron dirigentes. Existía una clase noble y, en todo caso, eran los guerreros quienes concentraban el poder. La imagen de los mayas como una sociedad gobernada por sacerdotes fue derribada cuando se descubrió que las ciudades estaban en permanente guerra unas con otras.

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Se incrementó notablemente la agricultura como actividad económica básica, la cual era practicada por grandes contingentes de labradores, propiciando una compleja división del trabajo y en consecuencia una fuerte estratificación social.

Las zonas arqueológicas más conocidas de este periodo son: Tikal, Uaxactún, Piedras Negras, Cancuén, Caracol, Yaxhá, Naranjo, Xultún, Río Azul, Naachtún, Dos Pilas, Machaquilá, Aguateca, Comalcalco, Pomoná, Moral Reforma, Palenque, Yaxchilán, Kankí, Bonampak, Quiriguá, Tulum, Edzná, Oxkintok, Ceibal, Xamantún, Copán, San Andrés, Yaaxcanah, Cobá, El Cedral, Ichpaatún, Kantunilkín, Kuc (Chancah), Kucican, Tazumal, Las Moras, Mario Ancona, Muyil, Oxlakmul, Oxtancah, Oxhindzonot, Pasión de Cristo, Río Indio, San Antonio III, Nohkuo Punta Pájaros, San Manuel, San Miguel, San Claudio, Tortuguero, Punta Molas, Tamalcab, Templo de las Higueras, Tupack, Xlahpak, Tzibanché y Kohunlich.

Cobá.Los dos principales centros de la zona del Petén son Uaxactún y Tikal. Uaxactún (600 a. C. al 889 d. C.), localizado a 25 kilómetros al norte de Tikal (Guatemala), tiene el templo maya más antiguo que se conoce en la región, y es el primer lugar en donde se observó la existencia del arco falso maya. Tikal (800 a. C. al 869 d. C.), enclavado en el corazón de la selva muestra una gran influencia teotihuacana y llegó a poseer 100 mil habitantes en su momento culminante, siendo la ciudad más grande de América en el Clásico tardío. Este centro dependía de una complicada red comercial y se encontraba enclavado en un lugar estratégico, entre dos sistemas fluviales que iban al Golfo de México y al mar Caribe.

Copán, en Honduras, cuyo esplendor se dio hacia el año 736 d. C., fue el centro científico del mundo maya, en donde la astronomía se perfeccionó al punto de determinar la duración del año tropical, de crear las tablas de eclipses y de idear una fórmula para ajustar el calendario, más exacta que la usada en la actualidad.

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La civilización maya, tuvo centros como Palenque, enclavado en la selva de Chiapas, que llegó a su máximo esplendor entre los años 695 y 799, al igual que los centros de Yaxchilán, Bonampak y Piedras Negras. Es en esta región donde encontramos los primeros indicios de la existencia de la guerra entre los mayas: hay representaciones que hablan de guerreros, batallas e incursiones para capturar prisioneros. Becán, situada en Campeche, es un ejemplo de ciudad maya fortificada y rodeada por un foso seco.

Antes de finalizar con el periodo teocrático es importante resaltar la relación tan estrecha y duradera que había entre la región maya y el centro de México, especialmente con Teotihuacan, del siglo V al VII. Teotihuacan controló los centros mayas de este periodo a través de la guerra y del dominio político, pero sobre todo mediante las influencias culturales y el acceso a una serie de recursos naturales, como el cacao, que eran mercancías básicas dentro de las redes comerciales. Inicialmente se dedujo que la cultura maya absorbió la influencia teotihuacana y continuó su propio desarrollo. Posteriormente se analizaron las evidencias encontradas en Tikal y en Kaminaljuyú, donde algunos edificios y estelas sugieren actividad bélica entre teotihuacanos y mayas, demostrando el poder que los guerreros sustentaban en este periodo.

Podemos afirmar que la desintegración tan dramática como incomprensible de estos poderosos centros ceremoniales podría estar íntimamente ligada a la caída de la propia Tehotihuacan.

Se han manejado muchas hipótesis acerca del "colapso maya", es decir la decadencia y desaparición de los centros mayas teocráticos, cuyo orden se resquebrajó entre los años 750 y 900. Una teoría nos habla del colapso ecológico que sufrió la región a raíz de la destrucción de la selva por los sistemas agrícolas que los mayas empleaban (tumba, roza y quema), mientras que otra pone el acento en un crecimiento desmedido de la población, que empezó a ejercer demasiada presión sobre la tierra y la producción de alimentos. Estas hipótesis son probablemente ciertas, aunque no bastan para explicar la decadencia de los centros teocráticos.

A ellas quizá se aunaron las contradicciones internas de la sociedad teocrática. En ella el poder y la autoridad estaban en manos de un grupo de nobles y sacerdotes que imponían al pueblo fuertes cargas tributarias en trabajo y especie. Así, ese pueblo pudo haberse levantado en una sangrienta rebelión, o bien emigrar en masa hacia otras tierras. A todo esto se une el hecho de que Teotihuacan, saqueada y reducida a cenizas por fuerzas desconocidas entre 700 y 750 dejó de mostrar su influencia en el área maya. Su prosperidad económica y cultural se detuvo bruscamente para dar paso a Xochicalco, y posteriormente a los toltecas, en el dominio del Valle de México. Cien años después de la destrucción de Teotihuacan, los centros mayas entraron en crisis, se despoblaron, y sus ciudades fueron invadidas por la selva.

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Periodo PosclásicoAbarca los años 1000-1687. Una vez abandonados los centros ceremoniales mayas del periodo clásico, la fuerza generadora de esta época va a ser una corriente migratoria identificada étnicamente con los mayas arraigados en la región, que traía consigo una cultura mestizada de fuerte contenido náhuatl.

Esta corriente, llamada putún o maya-chontal, habitaba en el sur de Tabasco y tenía estrechas relaciones comerciales con los pueblos del centro de México y con los grupos nahuas establecidos en la periferia de la región maya, por ejemplo en Xicalango. Su presencia habría de romper con el precario equilibrio en el que trataba de mantenerse el mundo teocrático, y fueron los putunes los que aprovecharon la caída de este orden para introducir una nueva forma de vida y de dominio sobre la región.

El territorio del que provenían los putunes era el delta de los ríos Usumacinta y Grijalva, una región de ríos, riachuelos, lagunas y pantanos en donde predominaba el transporte acuático. Esto hizo de los putunes unos excelentes navegantes y mercaderes, que controlaban las rutas marítimas comerciales alrededor de la península de Yucatán, desde la Laguna de Términos en Campeche hasta el centro de Sula en Honduras.

Los putunes se establecieron al sur del río de la Pasión y llamaron a su tierra Acalán (‘lugar de canoas’). Fundaron dos poblaciones principales: Potonchan (Putunchan), situada en la desembocadura del río Grijalva, e Itzamkanac, junto al actual río Candelaria que desemboca en la laguna de Términos. Itzamkanac era la capital de Acalán, pero tal vez fuera Potonchán la primera población. En efecto, esta dominaba el comercio relacionándose con los zoques y con los habitantes de las tierras altas de Chiapas. En cambio, Itzamkanac estaba ubicada demasiado río arriba para llegar a ser un importante puerto de intercambio. De ahí que Xicalango, el gran centro comercial situado en la laguna de Términos y controlado por Itzamkanac, supliera esta función.

Establecieron numerosos puertos en esas rutas, entre los que destacan Cozumel, Xel-Há, Bahía de la Ascensión y Polé (la actual Xcaret), en Quintana Roo, que fueron dominados por una rama de los putunes, a quienes se conoce como itzaes (‘aquellos que hablan la lengua entrecortadamente’).

Desde Polé los itzáes penetraron tierra adentro para conquistar Chichén en 918, y desde entonces tomo el nombre de Chichén-Itzá. Hacia el 950, dominaban toda la región oriental hasta Bakhalal (Bacalar) y Chactemal (Chetumal). Una vez controlada la zona, esta rama itzá de los putunes estableció comunicación con sus vecinos mexicanos del sur de Campeche. Se supone que los itzaes

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—quienes hablaban tanto el chontal como el náhuatl y habían absorbido profundas influencias del centro de México—, recibieron a Quetzalcóatl, llamado en maya Kukulkán. Este había huido de Tula y se alió con los chontales para conquistar Chichén Itzá en 987. De esta época datan las influencias toltecas en el arte y la arquitectura mayas.

Es conveniente recalcar que autores como Enrique Florescano, Leonardo López Luján y Alfredo López Austin, ponen en duda que el Quetzalcóatl histórico haya llegado a Yucatán. En primer lugar, porque las fechas no coinciden. En segundo, porque similares argumentos presentaban los nobles mixtecos, tarascos y más tarde los mexicas para legitimar su posición en la estructura social. Tanto el mito de Tollan y el de la huida de Quetzalcóatl, como las expresiones artísticas y la vocación eminentemente guerrera de las sociedades mesoamericanas del período Posclásico temprano, forman parte de un complejo muy extendido por toda la región en ese tiempo.

Hacia el año 1000, Chichén Itzá formó una alianza con los cocomes de Mayapán y los xiu de Uxmal. Dicha alianza es conocida con el nombre de Confederación o Liga de Mayapán, rota en 1194 por Hunac Ceel, líder de los cocomes. Las hostilidades desembocaron en la derrota tanto de los itzáes como de los tutul xiúes. El auge de Chichén-Itzá y de sus gobernantes maya-toltecas terminó en caos hacia fines del siglo XIII. Los itzáes abandonaron su ciudad y se dirigieron a las selvas desiertas del Petén. Allí, en el lago Petén Itzá, fundaron una nueva población localizada en la isla de Tayasal.

La supremacía de Mayapán llegó a su fin hacia 1441, cuando el líder xiu de Uxmal, Ah Xupan Xiu, la destruyó masacrando a la familia real cocom. Durante su apogeo, Mayapán llegó a tener hasta 12 mil habitantes. Era una ciudad fortificada, rodeada de una muralla de piedra. Se pueden ver en su arquitectura claras influencias toltecas.

Las crónicas mayas establecen claramente que los putunes conservaron su poder sobre la región de Bakhalal y Chactemal durante el periodo de la dominación de Mayapán (1200-1480) pero ni por eso abandonaron el dominio de su antiguo territorio al sur de Tabasco, sino que hicieron constantes viajes de ida y vuelta a Potonchán.

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A la caída de Mayapán, la península de Yucatán se dividió en 16 pequeños estados, cacicazgos o provincias, cada uno con su propio gobernante. Entre estos cacicazgos existían rivalidades y guerras constantes, herencia de las luchas sin tregua entre los xiu y los cocomes. Esa era la situación reinante a la llegada de los primeros españoles.

En el Petén, Tayasal de los itzaes, Zacpetén de los ko'woj y Queixil de los yalnain, fueron las últimas ciudades mayas y mesoamericanas en ser conquistadas, en el 1697, después de varios intentos fallidos, incluyendo unos de Hernán Cortés en 1542.

En el altiplano sur surgieron otros estados mayas, entre ellos el reino k'iche' basado en Q'umarkaj (Utatlán), que produjo el Popol Vuh, la obra histórica y mitológica más conocida de los mayas. Otros estados en las tierras altas de Guatemala incluyen los reinos mam en Huehuetenango (Saculew), kaqchikel en Iximché, chuj en San Mateo Ixtatán y poqomam, probablemente en Mixco Viejo.

ESTRATIFICACIÓN SOCIAL:Aldeas "vivienda"Existían casas unifamiliares donde vivían los padres y los hijos quienes adoptaban a miembros viejos o jóvenes de la familia o fuera de ella (ejemplo: Tulum). También había edificios multifamiliares habitados por personas de lazos sanguíneos comunes de elevada posición social (ejemplo: los complejos residenciales de Kohunlich). Los materiales de las casas varían de muros y techos de madera y palma a materiales resistentes como piedra y estuco. También la vivienda podía estar formada por tres estructuras principales separadas, (dormitorios, la cocina, la bodega) y podían construir otras estructuras separadas (talleres, baños, saunas) (ejemplo: Joya de Cerén).

Dormían sobre unas plataformas bajas adosadas a los muros donde colocaban colchones rellenos de algodón (las hamacas fueron una adaptación de las redes de pesca, invento de los indígenas caribes de Haití llegado a Yucatán con el arribo de los españoles). También se dormía sobre petates en el suelo.

Este tipo de habitaciones tenían poca ventilación y luz porque carecían de ventanas. Las habitaciones fueron usadas para dormir y guardar pertenencias; sus ocupantes trabajaban en las afueras y poseían huertos para consumo familiar.

La gente común vivía en palapas alrededor de las ciudades, los materiales que usaban eran renovables como la palma chiit (para los techos), la madera, el bajareque y el estuco (para las paredes). En el centro de la ciudad habitaban los sacerdotes y la nobleza en los castillos, pirámides y templos ceremoniales.

VestimentaGran parte de la población estaba dedicada a las jornadas agrícolas, por ello usaron ropa adecuada a las condiciones necesarias, además la indumentaria dependía del nivel social. La mayoría de la gente vestía sencillamente: las mujeres con el sovon o hipil o una falda y su manto; y los hombres con una especie de calzón llamado patí. Sin embargo, la nobleza utilizaba ricos y complicados atuendos bordados con plumas y gemas, calzaba sandalias de mixa y lucía grandes tocados de plumas, además de collares, pectorales y pesados cinturones con incrustaciones de nácar y piedras grabadas. Otras prendas comunes entre los nobles fueron las faldas, capas cortas o largas, chaquetas (generalmente de piel de jaguar o algodón), adornos de conchas, caracoles y diseños

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geométricos. Aparte del tocado, algunos nobles y sacerdotes llevaban enormes orejeras, narigueras, brazaletes y anillos de jade, cuarzo y oro, y se perforaban la barbilla, bajo el labio inferior, para incrustarse un bezote.

Entre los accesorios había sombreros, turbantes, penachos, diademas y gorros cónicos. Por lo general el jade era muy utilizado hasta el 900 a. C. (aunque no desaparece) y posteriormente llega la joyería de oro.

Podemos imaginar, por las pinturas murales de Bonampak, la riqueza y suntuosidad que irradiaban estos atavíos en las ceremonias y también en las batallas, en donde los guerreros añadían al vestuario sus armas, escudos y cotas o chalecos protectores también profusa y bellamente adornados.

Para teñir sus artículos indumentarios utilizaron diversos colorantes. Los más importantes fueron:

De origen mineralArcilla atapulgita (paligorskita)

De origen vegetalAñil (Indigofera sufruticosa e Indigrofera guatemalensis), de estas dos (atapulgita y añil) se piensa que los mayas sacaron el azul maya (su color característico).

De origen animalEl color rojo, obtenido de la grana cochinilla (insecto parásito que ataca al nopal, del que hay varias especies de los géneros Opuntia y Nopalea).El color violeta proviene de un caracol llamado Plicopurpura pansa.Estos colorantes fueron obtenidos a través de cultivos o por el comercio.

La mujer y su posición socialLa mujer tuvo posiciones elevadas en la sociedad y algunas fueron gobernantes. Las mujeres eran muy importantes para la economía familiar, pues elaboraban utensilios de cerámica, diseñaban piezas en barro o esculpidas o talladas a modo de escultura, y tejían el algodón para confeccionar vestidos. También criaban animales para comer o como mascotas y se encargaban de elaborar comidas y bebidas para las fiestas religiosas. No participaban en ceremonias religiosas donde se efectuaban sacrificios humanos, excepto en ciertas fiestas donde acudían las ancianas.

En el Posclásico las mujeres no participaban en el autosacrificio, pero en el Clásico sí, al menos las de alto rango.

Para los mayas, el kamnicté (matrimonio) era constituido por arreglo de los padres y tenía fines económicos o de alianza. Un claro ejemplo de esto fue la relación sanguínea que unía a los gobernantes de Tortuguero y Palenque, ya que Pakal II se habría casado con la Reina Roja de Tortuguero,3 lo que sin duda, motivó el sentimiento expansionista de Pakal II, y consolidó a Tortuguero como una barrera de defensa y contradefensa de Palenque.

Además, entre otras costumbres, el hombre recién casado vivía bajo las órdenes del suegro en un período variable, pero que, en ocasiones, podía llegar a ser de cinco años.

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ORGANIZACIÓN SOCIALLa sociedad maya estaba organizada sobre la base de una marcada estratificación social, a la cabeza de la cual se encontraba la nobleza, los almenehoob (‘los que tienen padres y madres’). Este grupo privilegiado monopolizaba el poder y la autoridad al ostentar los puestos políticos y religiosos. El gobernante supremo de la provincia era, como ya vimos, el halach uinik (o halach wíinik) en quien residía el poder absoluto sobre los asuntos terrenales y espirituales. Se le llamaba también ahau; sus emblemas eran el escudo redondo y el cetro con figura antropomorfa y cabeza de serpiente. El cargo de halach uinik era hereditario dentro de una sola familia, y pasaba del padre al hijo mayor.

El halach uinik era, al mismo tiempo, el batab o jefe local de la ciudad en la que vivía, y tenía bajo su mando al resto de los bataboob o jefes locales de las poblaciones que conformaban la provincia. Como jefe supremo, recibía tributo, convocaba a los guerreros y formulaba la política.

En la guerra cada batab comandaba a sus soldados, pero existía un comandante militar supremo llamado nacom, que desempeñaba el cargo durante tres años y respondía directamente ante el halach uinik.

Después de los bataboob estaban los ah cuch caboob, quienes administraban los barrios en los que se encontraba dividida la ciudad. Un cargo similar era el de los ah kuleloob, delegados que acompañaban al batab, sirviéndole de ayudantes, portavoces y mensajeros. Encontramos también a los funcionarios encargados de las cuestiones sociales y ceremoniales, llamados popolna y ah holpop. Finalmente, la categoría más baja de funcionarios era la de los tupiles, que hacían las veces de alguaciles o policías, manteniendo el orden y vigilando el cumplimiento de la ley.

El grupo de los sacerdotes, llamados genéricamente ahkincob (singular: ahkin), tenía la misma categoría que los jefes o bataboob. El sacerdocio también era hereditario y privativo de unas cuantas familias de la nobleza. El supremo sacerdote recibía el nombre de ahuacán, que significa ‘señor serpiente’. Sus actividades se relacionaban con el ritual, los sacrificios, la adivinación, la astronomía, los cálculos cronológicos, la escritura jeroglífica, la educación religiosa y la administración de los templos.

Debajo del ahuacán estaban los sacerdotes llamados chilames o adivinos, destinados a interpretar los designios que los dioses enviaban a los hombres a través de los oráculos. El encargado de llevar a cabo los sacrificios rituales y abrir el pecho de la víctima para sacarle el corazón era el nacom, que no debe confundirse con el jefe militar a quien también se le llamaba así. Le ayudaban cuatro asistentes llamados chacoob, quienes, además de sostener a la víctima, tenían otras funciones, como la de encender el fuego nuevo en el mes de pop, ayunar y untar de sangre a los ídolos que recién se habían esculpido en el mes de mol.

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Por su condición de nobles, los mercaderes fueron aliados poderosos de los jefes militares, ya que les informaban sobre las rutas y las posibilidades económicas y defensivas de otros pueblos.

Aunque, en general, toda la tierra era propiedad comunal y pertenecía a los pueblos, los nobles tenían mayor acceso al producto de la tierra (los frutales, las plantaciones de cacao y las salinas), no la poseían ni la trabajaban: lucraban con el trabajo de los agricultores. Estos recibían también el pago de tributos, consistentes generalmente en productos de la caza y la pesca, cultivos de la milpa, miel, mantas de algodón y servicio personal.

Debajo de este complejo estrato que era la nobleza, estaba el pueblo, la gente común llamada yalba uinikoob (‘hombres pequeños’), chemal uinicoob, memba uinicoob o pizilcan, todos ellos plebeyos. Estos nombres significan lo mismo que el término náhuatl macehual, frecuentemente utilizado en la época colonial.

La gente común era la más numerosa y comprendía a los campesinos, pescadores, leñadores, aguadores, albañiles, artesanos, canteros, tejedores, cargadores, etcétera. El pueblo era el que cultivaba el maíz y producía los alimentos para sí mismo y para la clase noble. También era el que cortaba, cargaba, labraba y esculpía las piedras que conformarían los grandes edificios, el que construía las calzadas y los templos, el que decoraba sus fachadas con pinturas y mosaicos, y el que con su tributo en especie y en trabajo sostenía a la clase privilegiada.

Por debajo del pueblo se encontraba el último peldaño en la escala social: los esclavos, (ppentoc, masculino y munach, femenino). Eran, en su mayor parte, individuos capturados en la guerra o bien esclavizados por algún delito. También se podía nacer esclavo o convertirse en tal al ser vendido en el comercio o al quedar huérfano.

En forma esquemática se puede decir que la sociedad maya se dividía en cuatro grandes grupos sociales:

La nobleza, formada por sacerdotes, guerreros, burócratas y comerciantes, ejercía el poder y se pertenecía a este grupo sólo por nacimiento.Los artesanos, especializados, que elaboraban los objetos utilizados por la nobleza para vestirse, adornar sus viviendas y demostrar su rango.Los campesinos, que vivían dispersos en torno a las ciudades y tributaban un tercio de lo que producían a la nobleza.Los esclavos, prisioneros de guerra que eran vendidos para hacer trabajos o para ser sacrificados en determinados rituales a la lluvia, la tierra o el sol.

Organización políticaEn el período Clásico (290 al 909 d. C.), los gobernantes supremos recibían el título de k’inich (‘rostro solar’), ahaw te‘ (‘señor árbol’), ch’ul ahaw (‘señor sagrado’) o bakab (‘sostenedor del mundo’). Otros nobles emparentados con él se llamaban ahaw (‘señor’).

También había gobernantes de centros o ciudades secundarios, quienes eran llamados sahl (sahalo’ob, en plural) y le rendían fidelidad al ahaw te‘.

Durante el Clásico terminal (800 al 1000 d. C.) y Posclásico temprano (909 al 1451 d. C.) hubo otra forma de gobierno en la península de Yucatán: el multepal o gobierno confederado, cuyas

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ciudades hegemónicas fueron primero Chichén Itzá y después Mayapán. En el multepal no hubo un solo gobernante, sino que el gobierno se ejecutaba por medio de varias personas a la vez, quienes se consideraban “hermanos”. Cada uno de los integrantes del consejo de gobierno (multepal) recibía el título de ah tepal.

División de cacicazgos mayas en el siglo XVI según Ralph Roys.Después de la destrucción de Mayapán (1451) la península de Yucatán se fragmentó en 16 o 17 provincias independientes llamadas kuchkabal. Cada kuchkabal tenía su capital, donde residía el halach uinik (hombre verdadero), quien tenía autoridad militar, judicial y política. Cada kuchkabal se dividía en batabilo ‘ob (batabil, en singular) que estaban regidas por funcionarios de alto rango, llamados batabo ‘ob (batab, en singular). Los batab le rendían fidelidad al halach uinik y a veces eran sus familiares. A su vez, el batabil estaba dividido en varias kuchkteel o unidades residenciales. Esta unidad organizativa residía en un pueblo y estaba dividido en familias extensas. Sus líderes se reunían en un consejo para solucionar los asuntos de gobierno y, según parece, el batab también formaba parte de ese consejo. Los consejos de cada batabil estaban integrados por los representantes de los intereses de las familias: ah k’ ulo ‘ub (ah k’ ul, en singular) y los representantes nombrados por el batab: ah kuch cabo ‘ob (ah kuch kob, en singular). Los kuchtabal de Hocabá-Homún y Calotmul no tenían batabes, sino que el segundo nivel de gobierno era ejercido por los holpop, funcionarios nombrados por las cabezas familiares de las kuchteelo ‘ob.

El halach uinik era el sumo sacerdote de cada kuchkabal. Le seguía en categoría el ahaw kan may o ah k’in may. Los sacerdotes regulares se llamaban: ah k’in, los sacrificadores: ah nakom, los que profetizaban: chilan, otros sacerdotes de menor grado: chako’ob y en el Yucatán moderno son los hmen. Los líderes o capitanes guerreros se llamaban nakom, aunque el batab también tenía alto rango militar.

En las tierras altas de Guatemala, el gobierno quiché estaba a cargo de los ah pop y el gobierno de los cakchiqueles a cargo de cuatro funcionarios llamados ago, aunque dos de ellos ejercían el poder verdadero: el ahpotsots’il y el ahpoxahil.

ECONOMIA:

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Siendo la agricultura una actividad central en la vida de los mayas, se ha especulado mucho sobre las técnicas agrícolas que utilizaban con más frecuencia en la época prehispánica; si las de tipo extensivo, como el sistema de roza-tumba-quema, o las de tipo intensivo, como el riego y las terrazas. Hay evidencias de que combinaban ambas técnicas con otras alternativas, como la recolección, las huertas domésticas, los camellones o campos levantados, la arboricultura, la caza y la pesca. Es importante recordar que fue principalmente la selva tropical el tipo de ecosistema en el que los mayas vivieron y del cual obtuvieron su alimento. Sin embargo, las características del trópico varían mucho y es posible que las diferencias en clima, suelo y vegetación determinaran la explotación de los recursos naturales y el tipo de sistema agrícola utilizado. Las técnicas debieron, pues, adaptarse a la cantidad y calidad de la tierra disponible, al tipo de cultivos y a diversos factores socioeconómicos.

ComercioEl comercio fue indispensable para la economía de los mayas, ya que el área geográfica maya proveía gran cantidad de productos, pero tenían escasez o ausencia de otros. Durante el Clásico se desarrollaron grandes mercados en las urbes, que se llamaban p'polom. Tras la reorganización social de finales del Posclásico se desarrollaron los tianguis. Entre los mayas, los comerciantes hacían largos y exhaustivos recorridos para poder abastecer a pequeños comerciantes quienes distribuían de casa en casa los artículos exclusivos de ciertas zonas como el jade, del Valle del Motagua en Guatemala, la indispensable obsidiana de las fuentes del altiplano de Guatemala como El Chayal e Ixtepeque, las prestigiosas plumas del quetzal, de los bosques nubosos de Guatemala, el algodón del noreste, las conchas y el pescado de las costas. También la sal del norte, y de fuentes del río Chixoy en Alta Verapaz, el cacao de Tabasco, Guatemala y Honduras, y el pedernal de la zona puuc. El arte también se convirtió en un objeto apreciado entre los nobles, y las cerámicas policromas de lugares como Chamá y Nebaj en el altiplano de Guatemala se distinguieron por sus finas obras que se han encontrado en muchos sitios distantes. Los grandes comerciantes adquirían gran prestigio y fama entre la nobleza maya y en algunas ocasiones eran reclutados como espías del rey.

MonedaNo existían monedas para el comercio, solamente el trueque y en ocasiones se utilizó el cacao como tal. Aunque no había un valor exacto, un conejo valía 10 semillas. El cacao conservó sus usos económicos durante un breve periodo del dominio español: el 17 de junio de 1555, por orden del virreinato de la Nueva España, el cacao pudo ser intercambiado con monedas europeas al equivaler un real español por 140 semillas de cacao, en 1575 bastaban 100 semillas de cacao por un real y al final de ese siglo eran 80 por un real.

Sistema de escritura

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El sistema de escritura maya (a menudo llamada jeroglífica por un vago parecido superficial con la escritura del Antiguo Egipto, con la que no se relaciona) era una combinación de símbolos básicamente fonéticos e ideogramas, frecuentemente basados en el principo pro rebus. El desciframiento de la escritura maya ha sido un largo y laborioso proceso. Algunas partes de ésta fueron descifradas a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX (en su mayoría partes relacionadas con números, el calendario, y astronomía), pero los mayores avances se hicieron en las décadas de 1960 y 1970, y se aceleraron de allí en adelante, de manera que ahora la mayoría de textos mayas pueden ser leídos casi completamente en sus idiomas originales. Los misioneros españoles, en su afán por imponer y arraigar la religión cristiana entre los indígenas, para acelerar el proceso de catequización, ordenaron la quema de todos los libros mayas poco después de la conquista.6 El hecho fue un gran golpe a la conservación del conocimiento de la antigua escritura maya. Aunque muchas inscripciones en piedra aún sobreviven (la mayoría de ciudades que ya estaban abandonadas cuando llegaron los españoles), sólo tres libros y algunas páginas de un cuarto sobreviven de las antiguas bibliotecas. Terrones rectangulares de yeso son un descubrimiento frecuente en la arqueología maya; parecen ser restos de lo que una vez fueron libros, después de que todo el material orgánico se pudrió.

Por la primera versión tenemos a los epigrafistas. Entre estos comenzamos con Constantin Rafines, que en 1832 fue el primero que descifró los glifos numerales. Ya en el siglo tenemos al ruso Yuri Knórozov, quien realizó un estudio para descifrar la escritura maya publicado en 1952, el cual fue bloqueado por varios arqueólogos. Sin embargo sus esfuerzos son ahora reconocidos por los estudiosos de la civilización maya. Actualmente existen cerca de 30 epigrafistas en el mundo.

Por la segunda versión tenemos al doctor Ramón Arzápalo Marín, filólogo y mayista (no epigrafista aunque conoce bien su lengua) quien declara que hasta el momento ha habido varios fracasos por descifrar la escritura maya, pues no es alfabética (como Diego de Landa propuso) ni silábica sino logoideográfica. En este tipo de escritura se dificulta la lectura al tener, como otras lenguas, expresiones populares y religiosas, frases idiomáticas, etc.

Los progresos de los epigrafistas hacen que se puedan leer, entre otros documentos, las estelas y ahora han salido a la luz informaciones reveladoras, como las fechas, los acontecimientos, los nombres y cargos de los personajes, los lazos familiares y en ocasiones aparece la frase “se lo comió”, haciendo referencia al canibalismo ritual. El trabajo de los epigrafistas es muy interesante y son ellos quienes se encargan de descifrar la escritura maya. Varias universidades preparan actualmente más generaciones de epigrafistas.

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Hay que tener en cuenta la complejidad de este sistema de escritura ya que estudios recientes demuestran que los mayas usaban en sus textos el sistema alfabético y el sistema ideográfico incluso en la misma palabra.

NumeraciónAl igual que otras civilizaciones mesoamericanas, los mayas utilizaban un sistema de numeración de base veinte (vigesimal) y de base cinco. También los mayas preclásicos (o sus predecesores olmecas) desarrollaron independientemente el concepto de cero alrededor del año 36 a. C.7 (Este es el primer uso documentado de un cero como lo conocemos hoy en día, aunque los babilonios mucho antes habían desarrollado un parámetro de sustitución-0 que sólo se utilizaba entre otros dígitos), vale decir que parecen haber estado usando el concepto de cero siglos antes que en el viejo mundo, y las inscripciones los muestran en ocasiones trabajando con sumas de hasta cientos de millones y fechas tan extensas que tomaba varias líneas el poder representarlas. Produjeron observaciones astronómicas extremadamente precisas, sus diagramas de los movimientos de la Luna y los planetas son iguales o superiores a los de cualquier otra civilización trabajando a simple vista.

Asimismo, como otras civilizaciones mesoamericanas, los mayas descubrieron una medida exacta de la duración del año solar, mucho más exacta que la usada en Europa con el calendario gregoriano.[cita requerida] Sin embargo, no usaron este modelo de duración en su calendario. En cambio, el calendario maya se basó en un año de duración exacta de 365 días, lo cual significa que el calendario tiene un error de un día cada cuatro años. En comparación, el calendario juliano usado en Europa desde tiempos de los romanos, hasta el siglo XVI, acumuló un error de un día cada 128 años. El calendario gregoriano moderno acumula un error de un día cada 3257 años, aproximadamente.

Calendario MayaEl sistema de calendario tzolkin consta de 260 días (kines) y tiene 20 meses combinados con trece numerales (guarismos). El tzolkín se combinaba con el calendario haab de 365 días de 18 meses (uinales) de 20 días (kines) cada uno y cinco días adicionales denominados uayeb, para formar un ciclo sincronizado que dura 52 tunes o haabs o 18.980 kines (días).

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La cuenta larga era utilizada para distinguir cuándo ocurrió un evento con respecto a otro evento del tzolkín y haab. El sistema es básicamente vigesimal (base 20), y cada unidad representa un múltiplo de 20, dependiendo de su posición de derecha a izquierda en el número, con la importante excepción de la segunda posición, que representa 18 × 20, o 360 días.

Algunas inscripciones mayas de la cuenta larga están suplementadas por lo que se llama serie lunar, otra forma del calendario que provee información de la fase lunar.

Otra forma de medir los tiempos era medir ciclos solares como equinoccios y solsticios, ciclos venusianos que dan seguimiento a las apariciones y conjunciones de Venus al inicio de la mañana y la noche. Muchos eventos en este ciclo eran considerados adversos y malignos, y ocasionalmente se coordinaban las guerras para que coincidieran con fases de este ciclo.

Los ciclos se relacionan con diferentes dioses y eventos cósmicos. Es así como el quinto sol representa el final del ciclo estelar asociado a la luna y el inicio del periodo conocido como el sexto sol asociado al regreso de Kukulkan.

TzolkinEl tzolkin ("la cuenta de los días") contempla 260 días. Si bien se ha sugerido que está relacionado con la duración de la gestación humana, otros lo relacionan con el planeta Venus. Se usaba para celebrar ceremonias religiosas, pronosticar la llegada y duración del período de lluvias, además de períodos de cacería y pesca, y también para pronosticar el destino de las personas.

260 días es el 71,2% del año terrestre, lo cual en términos espaciales quiere decir que durante 1 tzolkin/260 días el planeta Tierra recorre el 71,2% de su órbita. Esto significa que recorriendo 7 tramos de 260 días (1820 días = 4,98 años) la Tierra llega al mismo punto de su órbita aunque unos 6 días antes. Y recorriendo 100 tramos de 260 días realiza 71,2 órbitas al Sol, lo cual son 71,2 años o 26 000 días o 100 tzolkines.

En relación con Venus, este planeta tarda 224,7 días en dar su órbita al Sol, lo cual es el periodo de su año real, pero el periodo de su año aparente medido desde la Tierra (ciclo sinódico) es de 584 días, que son 2,247 tzolkines porque en 584 días Venus da 2,6 órbitas (múltiplo de 260) a 224,7 días por órbita. El ciclo sinódico del planeta Marte es de 780 días, que es justamente 3 periodos de 260 días, es decir 3 tzolkines.

En relación con los ciclos mayas, la Cuenta Larga (de 5.126,36 años o 260 katunes) está formada por 7200 tzolkines. Y cinco cuentas largas (25.626,8 o 100 ahau o 1300 katunes) son 36.000 tzolkines.

Cuenta el tiempo en ciclos de 13 meses de veinte días cada uno. Llamaban a sus días y meses con los nombres de varias deidades.

El sistema Haab'El Haab' mide el año solar dividiéndolo en 18 meses de 20 días cada uno, pero los últimos 5 días del año, llamados "Uayeb", se consideraban nefastos, vacacionales y excluidos de los registros cronológicos, aunque eran fechados. El primer día de cada mes se representaba con el signo cero, debido a que era el momento inicial en que comenzaba a regir ese mes. Este calendario era la base del calendario religioso colectivo, marcaba los ritmos comunitarios y muchas veces señalaba las

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ceremonias en las que participaban los diferentes especialistas. Se habla de exactitud en el calendario maya pero realmente no tiene que ver nada con el calendario gregoriano y no hay evidencias de correcciones o ajustes; además, debe entenderse la palabra "meses" únicamente como divisiones del año solar y no como el concepto que se tiene en el calendario gregoriano actual.

Los ciclos mayas no se basan en el año natural de la Tierra porque éste no tiene un número entero de días (365,2422), así que se basan en periodos de números enteros o racionales, lo cual facilita la cuenta de los periodos de los ciclos y sus sincronicidades. Uno de tales ciclos es el Haab, año maya de 365 días enteros. Esto no supone ningún desfase con la cuenta en años terrestres, pues cualquier cifra en años Haab contiene el resto de 0,2422 de día de cada uno de los años de su equivalente en años terrestres. Es decir que, por ejemplo, la cifra de 52 años Haab (18.980 días) acumula la 0,2422ª parte del 366º día de cada año de 51,69 años de 365,2422 días de modo que 52 años Haab y 51,69 años terrestres expresan el mismo tiempo. Así, el Haab sincroniza con el tzolkin en 18.980 días como 52 haabs y 73 tzolkines, o sincroniza con el ciclo tun (360 días) en 26.280 días como 72 haabs y 73 tunes.

En relación con los planetas como Venus, 104 haabs cuadran con 65 ciclos sinódicos de Venus y con 146 tzolkines. O en relación con Marte, 156 haabs cuadran con 76 ciclos sinódicos y 219 tzolkines.

La rueda calendáricaNi el tzolkin, ni el haab numeraban los años. La combinación de fechas mediante los dos sistemas era suficiente en la vida práctica ya que una coincidencia de fechas se produce cada 52 años, lo cual rebasaba la expectativa de vida de la época prehispánica. Los mayas fusionaron estos dos sistemas, en un ciclo superior llamado "rueda calendárica". La conformación de esta rueda, que se compone de tres círculos, da por resultado ciclos de 18.980 días (mínimo común múltiplo de 260 y 365), en cada uno de los cuales uno de los 260 días del tzolkin coincide con otro de los 365 días del Haab.

El círculo más pequeño está conformado por 13 números; el círculo mediano por los 20 signos de los veinte días mayas del calendario tzolkin, y el círculo más grande por el calendario haab con sus 365 días (dieciocho meses de veinte días y el mes corto de cinco días). En este conteo, los mayas consideraban que el día de la creación fue el 4 ahau 8 cumkú.

Cada cíclo de 18.980 días equivale a 52 vueltas del haab (calendario solar de 365 kines) y a 73 vueltas del tzolkin (calendario sagrado de 260 kines), y al término ambos vuelven al mismo punto. Cada 52 vueltas del haab se celebraba la ceremonia del fuego nuevo, analógicamente era un "siglo maya".

Festividades religiosas mayas de cada “uinal” o mes mayaFray Diego de Landa en sus manuscritos conocidos como Relación de las cosas de Yucatán, describe las festividades religiosas que celebraban los mayas correspondientes a cada uinal o mes maya, ceremonias que realizaban de acuerdo a sus creencias para honrar y complacer a sus dioses:

Para los mayas el uinal pop, era una especie de año nuevo, era una fiesta muy celebrada, renovaban todas las cosas de utensilios de casa, como platos, vasos, banquillos, ropa, mantillas, barrían su casa y la basura la echaban fuera del pueblo, pero antes de la fiesta al menos trece días

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ayunaban y se abstenían de tener sexo, no comían sal, ni chile, algunas personas ampliaban este período de abstinencia hasta tres uinales. Después todos los hombres se reunían con el sacerdote en el patio del templo y ponían una porción de copal en el brasero para quemarlo.4

En el mes uinal uo se realizaban festividades para sacerdotes, adivinadores, la ceremonia era llamada pocam, y oraban quemando copal a Kinich Ahau Itzamná, a quien consideraban el primer sacerdote. Con “agua virgen traída del monte, donde no llegase mujer” untaban las tablas de los libros y el sacerdote realizaba los pronósticos del año, realizaban un baile llamado okotuil.

En el mes uinal zip, se juntaban los sacerdotes con sus mujeres, y usaban idolillos de la diosa Ixchel, y la fiesta se llamaba Ibcil Ixchel, invocaban a los dioses de la medicina que eran Itzamná, Citbolontun y Ahau Chamahez, realizaban un baile llamado Chantunyab. El día siete del uinal zip día invocaban a los dioses de la caza Ah Cancum, Zuhuyzib Zipitabai, y otros, cada cazador sacaba una flecha y una cabeza de venado las cuales eran untadas de betún azul, y bailaban con las flechas en las manos, se horadaban las orejas, otros la lengua y pasaban por los agujeros siete hojas de una hierba llamada Ac.. Al día siguiente era el turno de los pescadores, pero ellos untaban de betún azul sus aparejos de pesca y no se horadaban las orejas, sino que se ponían arpones, y bailaban el Chohom, y después de realizada la ceremonia iban a la costa a pescar, los dioses eran Abkaknexoi, Abpua, y Ahcitzamalcun.

En el mes zotz los apicultores comenzaban los preparativos pero celebraban su fiesta en el uinal siguiente tzec, los sacerdotes y oficiales ayunaban, así como algunos voluntarios.

En el mes zec, no derramaban sangre, los dioses venerados eran los cuatro bacabs, especialmente Hobnil. Ofrecían a los bacabs platos con figuras de miel, y los mayas bebían un vino llamado balche, el cual se procesaba de la corteza del árbol de ese nombre (Lonchucarpus violaceus), los apicultores regalaban miel en abundancia.5

En el mes yaxkin, la ceremonia se llamaba Olob-Zab-Kamyax, se untaban todos los instrumentos de todos los oficios con betún azul, se juntaban los niños y las niñas del pueblo y les daban unos golpecillos en los nudillos, con la idea que los niños fueran expertos en los oficios de sus padres. Desde este uinal comenzaban a aparejarse para la ceremonia del uinal Mol

En el mes xul, era dedicado a Kukulcán, los mayas iban por el jefe supremo de los guerreros llamado Nacom, al cual sentaban en el templo quemando copal, realizaban un baile de guerreros llamado Holkanakot, sacrificando un perro y quebrando ollas llenas de bebida para terminar su fiesta, y regresar con honores al Nacom a su casa. Esta ceremonia se celebraba en todos lados hasta la destrucción de Mayapán, después solo se celebraba en Maní en la jurisdicción de los Tutul xiúes, todos los señores se juntaban presentaban cinco banderas de pluma, y se iban al templo de Kukulcán, donde oraban durante cinco días, después de los cuales bajaba Kukulcán del cielo y recibía las ofrendas, la fiesta se llamaba Chikabán.

En el mes uinal mol, los apicultores oraban a los dioses para que hubiese buenas flores y de esta manera tener una buena producción de las abejas,.en este mes era cuando fabricaban las efigies o ídolos de madera, los cuales eran de alguna forma bendecidos por los sacerdotes. Se practicaba un ritual en el cual se sangraban las orejas.

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En cualquiera de los uinales chen o yax, hacían una fiesta llamaba ocná, que quiere decir “renovación del templo”, la hacían en honor de los dioses de los maizales; los mayas acostumbraban tener ídolos de los dioses con pequeños braseros en donde quemaban copal, en esta fiesta cada año se renovaban los ídolos de barro y sus braseros.

En el mes zac, el sacerdote y los cazadores hacían una ceremonia para aplacar a los dioses de la ira, y como una forma de penitencia por la sangre derramada durante la cazas, (los mayas tenían como “cosa horrenda” cualquier derramamiento de sangre si dicho derramamiento no era en sus sacrificios), por eso cuando iban a la caza invocaban al dios de la caza, le quemaban copal y si podían le untaban al rostro del ídolo de la caza, la sangre del corazón de la presa.

En las proximidades del inicio delmes uinal ceh, existía una fiesta muy grande y de fecha movible que duraba tres días, con quema de copal, a la cual Landa llamaba “sahumerías”, ofrendas y borrachera. Los sacerdotes tenían cuidado de avisar con tiempo para realizar un ayuno previo.

En el mes mac, la gente anciana realizaba una ceremonia llamada “tupp kak” (matar el fuego), era dirigida a los dioses de los panes y a Itzamná, en una fogata quemaban corazones de aves y animales, una vez incinerados los corazones apagaban el fuego con cántaros de agua. Se juntaba el pueblo y los sacerdotes y untaban con lodo y betún azul los primeros escalones de las escaleras de sus templos. En esta fiesta no realizaban ayuno, a excepción del sacerdote.

Diego de Landa no describe ceremonias correspondientes al uinal Kankin, hasta la fecha se desconocen los dioses que se honraban en este período del año maya.

En el mes muán correspondía a los cultivadores de cacao realizar una ceremonia a los dioses Chac Ek chuah, y Hobnil, sacrificaban un perro manchado con el color de cacao, y quemaban incienso y ofrecían iguanas de las azules (probablemente untadas de betún azul) y ciertas plumas de pájaros, terminada la ceremonia los mayas se comían las ofrendas.

En el mes pax, la ceremonia se llamaba 'pacum chac, y por un período de cinco noches se juntaban los señores (batab) y los sacerdotes (ah kin) de los pueblos menores (batabil), en las capitales y veneraban a Cit chac cob. Se homenajeaba con copal al jefe de los guerreros (nacom) durante cinco días, realizaban un baile de los guerreros llamado HOLKANAKOT. El sentido de esta ceremonia era para pedir a sus dioses alcanzar la victoria frente a sus enemigos. Se sacrificaba un perro, al cual se le extraía el corazón, se rompían ollas grandes que contenían bebida, y daban por finalizada la ceremonia, regresando a sus pueblos.

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Durante los meses kayab y cumku en cada población hacían fiestas a las cuales llamaban zabacilthan, se reunían para presentar ofrendas, comer y beber preparándose para el uayeb, el mes corto de los cinco días nefastos. Cuando llegaban los cinco días sin nombre conocidos como uayeb, los mayas no se bañaban, no hacían obras serviles o de trabajo, porque temían que al realizar alguna actividad, les iría mal.

RitosLas pirámides son sus templos y los fieles asistían a las ceremonias al aire libre, abajo y al frente, de la pirámide-templo. Solicitaban de sus dioses los dones de la vida, la salud y el sustento, a cambio de los cuales realizaban una serie de ofrendas y de ceremonias purificadoras inmersas en un complejo ritual. Practicaban los flechamientos y arrojaban a los niños, doncellas y piezas de oro al Cenote Sagrado de Chichén Itzá, como ofrenda al dios Chaac. El autosacrificio tenía muchas variantes, como por ejemplo cuando ellos se sacaban sangre de diversas partes del cuerpo con punzones de hueso o espinas de maguey y ofreciéndolas en tiras de papel.

La danza era también una parte importante del ritual. Tanto hombres como mujeres tenían sus bailes particulares y rara vez bailaban juntos. El baile de Holcan Okot, por ejemplo, era realizado por 800 guerreros que se movían con precisión absoluta mientras invocaban la ayuda y protección de Kakupakat.

Las fiestas dedicadas a los dioses se celebraban en las fechas fijas establecidas por el tzolkin o calendario ritual. Los sacerdotes organizaban las ceremonias, la ornamentación de los templos y la presentación de las ofrendas. Había también juegos de pelota (pot-a tok), dramatizaciones, procesiones y otros festejos.

Familia mayaEl matrimonio, monogámico, se celebraba alrededor de los veinte años d edad de los novios, y era arreglado por los padres o por casamenteros profesionales, rara vez por interés de ellos mismos.

El divorcio era fácil y común, bastando repudio unilateral de cualquiera de las partes, hombres o mujer.

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Los mayas mostraban especial amor y preocupación por los niños.

Dentro de la familia la división del trabajo era estricta. Las labores agrícolas estaban reservadas para al hombre, las hogareñas a la mujer. De estas la fundamental (como hasta hoy día mismo en Yucatán) fue preparar el maíz para las tortillas y confeccionarlas. La tortilla, especie de pan delgado y circular era y es el alimento básico de os mayas.

El día empezaba a las tres de la mañana levantándose las mujeres para hacer el desayuno. Una hora después salían los hombres al trabajo del campo. Regresaban cuando caía la tarde, y tomaba la principal comida de la jornada. A las ocho de la tarde, estaban durmiendo, tras una cena liviana. Hombre y mujeres se alimentaban separados, ellos antes que ellas.

Entre comida y cena los hombres se daban un baño caliente. Los mayas eran y son los mas limpios del mundo.

Como sucede con la mayoría americanos, los ritos de iniciación de la pubertad eran para los mayas de particular importancia.

LA MEDICINALos mayas vivían de manera armónica con el medio ambiente, lo que les permitió conocer las propiedades curativas de plantas y animales, elaborar numerosos medicamentos y aplicar tratamientos a diversos males. El proceso de curación constituía todo un ritual que podía incluir infusiones, cataplasmas, sangrías, oraciones, ofrendas, baños purificatorios de vapor a base de hierbas, sacrificios e, incluso, el uso de psicotrópicos.

Las enfermedades y los males provenían, según las creencias mayas, de los malos vientos, de los hechizos y brujerías, de la conjunción de los astros, o por el enfado del alguno de sus dioses. De ahí que las enfermedades debían ser curadas bajo un signo y oración de los sacerdotes.

En la medicina maya las enfermedades podían tener diversos orígenes. Por una parte la etiología divina, donde la enfermedad se producía como un castigo por haber ofendido directamente a los dioses o a sus leyes, ya sea por violación de diversos tabúes, por desobedecer a los padres, por cometer abusos sexuales con parientes consanguíneos o por practicar la sodomía, aunque era algo infrecuente.

En la etiología humana destacaba la producida por efecto de la magia, que era practicada por hechiceros o chamanes cuya acción recaía sobre quien había ofendido directamente, o al que recurría otra persona para que lanzara una enfermedad sobre alguien.

La etiología natural incluía el frío y el calor, especialmente los alimentos fríos y calientes, como las causas más comunes de la enfermedad, El viento también era una causa habitual, especialmente si este adoptaba formas de animales. Las plantas también eran origen de enfermedades, no sólo las tóxicas, venenosas o urticantes, sino también aquellas que habían sido utilizadas por los hechiceros en sus ceremonias de curación a un enfermo y que, posteriormente, al ser abandonadas en cualquier rincón o sendero, podían ser pisadas accidentalmente.

El curandero, ah men, era un profeta y adivino que curaba los males espirituales de sus pacientes por medio de la inspiración divina que recibía en sus prolongados estados de trance con los

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espíritus y dioses a los que invocaba. Utilizaba el zantín, o piedra taumaturga y conocía el secreto de muchas hierbas curativas. El hechicero, pul yahop, curaba las enfermedades practicando ritos con plantas y animales, o utilizando figurillas de barro para ahuyentar a los malos vientos y a los malos espíritus. Los curanderos (dzac yahes), dominaban el conocimiento químico de la herbolaria; de hecho su sistema curativo fue reconocido por los primeros europeos como altamente eficaz.

En el caso de determinadas fracturas de huesos, o cuando se astillaban, utilizaban un pequeño bisturí de pedernal macizo para evitar el derrame interno que ocasionaban las astillas. Estas eran extraídas con sumo cuidado y, después de lavar las heridas con hierbas, el brazo o la pierna era entablillada rústicamente, pero con ciencia y habilidad de auténticos ortopedistas. El mismo bisturí era utilizado en las heridas infectadas o crónicas para extraer el pus, y sobre algunas heridas también practicaban la sangría.

Al igual que la escritura y lectura de códices, también los conocimientos médicos estaban en manos de la clase sacerdotal, que tenía diversas jerarquías. Prácticamente usaban plantas diversas para cada enfermedad conocida, aplicando los remedios “con mucho esmero y una gran dedicación hacia en enfermo”, según relatos de los primeros frailes llegados al Mayab.

LA RELIGIÓNLa vida de los primeros habitantes del área maya giraba alrededor de los elementos naturales y del cultivo y recolección de sus cosechas. Con la vida sedentaria y la práctica continua de una agricultura primitiva, surgió un sencillo culto de la naturaleza y de los elementos ligados a la siembra: el sol, la lluvia, el viento, el agua, etc.

Habría que imaginar que las sencillas ceremonias eran oficiadas y dirigidas por el jefe de la familia. Posteriormente, con la tecnificación incipiente de la agricultura, la práctica religiosa fue organizada en forma más compleja y surgieron los primeros sacerdotes profesionales. Los sacerdotes se convirtieron los depositarios de la ciencia y adquirieron un poder político creciente que los transformó en una casta dominante. A ellos se debió el perfeccionamiento del calendario, la cronología y la escritura jeroglífica.

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Según los mitos mayas, la creación del cosmos no fue un sólo acto que ocurrió en un tiempo remoto, sino un proceso continuo como los ciclos de la naturaleza. Siempre creyeron que el universo se estaba construyendo y destruyendo constantemente por la acción de energías sagradas o deidades, por lo que se creó una cadena de ciclos o eras cósmicas, en las cuales han existido distintos tipos de hombres.

La idea central de estos mitos fue concebir al mundo con la finalidad de servir de habitación a un ser consciente, capaz de reconocer, venerar y alimentar a sus creadores, para que ellos pudieran seguir infundiendo vida al cosmos; el ser del hombre, que ocupa el puesto central del cosmos.

En el tiempo primordial, cuando sólo existían el cielo y el mar, los dioses creadores, Padre y Madre, decidieron la aparición del hombre y el mundo, y por medio de la palabra, hicieron emerger la tierra y los seres que la habitaban: árboles, plantas y animales. Los animales fueron interrogados por los dioses para saber si podían reconocerlos y venerarlos, pero no fueron conscientes ni supieron hablar. Entonces los dioses formaron, en sucesivas etapas o edades cósmicas, hombres de barro y de madera, que no respondieron a sus deseos. Los de barro fueron destruidos por un diluvio de agua y los de madera se transformaron en monos, que vivieron en su mundo hasta la llegada de un diluvio de resina ardiente que los desapareció. Finalmente, los creadores encontraron la materia sagrada: el maíz, que mezclado con sangre dieron como resultado al hombre requerido. Un hombre consciente de los dioses y de sí mismo, como sustentador de ellos. Cualitativamente distinto de los anteriores y mantenedor de los dioses por llevar en su propia constitución física los elementos sagrados: maíz y sangre de los dioses, que le dieron la conciencia. En este mito cosmogónico tan estructurado se expresó claramente la idea del hombre que mantuvieron los mayas y en el cual se basó toda su cultura.

Así, pues, el hombre es el ser creado con la misión de sustentar y venerar a los dioses, y el mundo es su habitación. Sin el hombre los dioses perecen y sin los dioses, el universo entero muere. Entonces el hombre deberá alimentar a los dioses con diversas sustancias sutiles: humo de copal,

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aroma de flores, olores de frutos y alimentos cocinados, pero principalmente, con la energía sagrada que los dioses emplearon para crearlo, su propia sangre, donde reside el espíritu o energía vital. Así, en este mito cosmogónico, se explica y se da una justificación del sacrificio humano.

Según el mito del Popol Vuh, en épocas cósmicas anteriores aparecieron soles que, como los hombres, eran falsos; el de la segunda edad fue destruido por dos héroes que se transformaron en el Sol y la Luna de la última edad: Hunahpú (Sol diurno) e Ixbalanqué (Sol nocturno o Luna). Con la aparición del Sol y la Luna culminó la creación del mundo. El movimiento del Sol, dio lugar al tiempo "histórico", se inició cuando los hombres ofrecieron a los dioses sacrificios humanos para alimentarlos.

Estas creencias cosmogónicas, recogidas en los textos indígenas, escritos después de la Conquista, ya existían en el periodo Clásico, como lo revelan las lecturas interpretativas de los textos jeroglíficos conservados en varias ciudades mayas, como Cobá y Palenque. En ellos se asentó que el mundo fue creado por el Primer Padre y la Primera Madre en el día 4 Ahau 8 Cumk’ú, fecha que en el calendario gregoriano corresponde al 13 de agosto de 3114 a.C., y que funcionó como "fecha era", o punto de partida, en los cómputos calendáricos.

En cuanto a la estructura del cosmos, no puede entenderse en el mundo mesoamericano la idea de tiempo separado del espacio, porque espacio y tiempo no son dos aspectos distintos: el tiempo no es otra cosa que el movimiento del espacio. El mejor ejemplo de la concepción cíclica del tiempo de los pueblos mesoamericanos son los mitos del origen del cosmos, en los que el mundo se ordena y se desordena cíclicamente. Los mayas destacaron por una excepcional conciencia de la temporalidad. Concibieron el tiempo como el cambio cósmico producido, en esencia, por el movimiento del Sol.

El tránsito del Sol fue captado como un movimiento circular alrededor de la tierra, que determinó los cambios que en ella ocurren; razón por la cuál, el tiempo se pensó como un movimiento cíclico. Este movimiento siguió leyes estables, como se manifestó en la regularidad de los ciclos naturales, de modo que el tiempo es el orden, la racionalidad y la permanencia del cosmos.

Para los mayas, el universo estaba conformado por tres grandes ámbitos en sentido vertical: el cielo, dividido en trece niveles; la tierra, imaginada como una plancha cuadrangular; y el inframundo, formado por nueve niveles.

El cielo, dividido en trece niveles horizontales, se imaginaba como una pirámide escalonada, que se asentaba en el nivel terrestre. También es considerada la montaña sagrada. Entre los mayas yucatecos el cielo era regido por Oxlahuntikú, "trece dios", una deidad que era una y trece simultáneamente. Había otros dioses en los distintos estratos y en el nivel más alto reside el dios supremo, principio vital del cosmos, Itzamná, que se denomina también Hunab Ku, "Dios Uno".

Los basamentos piramidales escalonados que se construyeron en la mayoría de las ciudades, y que tienen una escalinata que conduce a la parte superior, donde se encuentra el templo son símbolos del cielo y la montaña sagrada. Varios de estos basamentos tienen precisamente trece niveles, como el del Templo de la Cruz de Palenque, dedicado precisamente al dios celeste creador.

Los mayas imaginaron la tierra como un enorme cocodrilo sobre el que los hombres de la cuarta creación se desplazaban sin saberlo y en cuyo dorso nacía toda la vegetación conocida: los

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bosques, las selvas, los desiertos y las tundras. Encima de este cocodrilo habitaron los antiguos mayas y construyeron palacios y templos para sus dioses de acuerdo con los movimientos celestes que el Primer Padre imprimió al cielo el día de la creación.

Bajo este cocodrilo se hallaba el inframundo, dividido en nueve pisos, y en cuya parte inferior se encontraba el reino de Xibalbá. En el inframundo vivían los muertos en compañía de los animales nocturnos o peligrosos, como los murciélagos, los búhos y los jaguares, y ciertas deidades conocidas como Bolontikú.

El mismo día que el Primer Padre alzó el Árbol del Mundo, estableció también las ocho direcciones del cosmos, que se desplegaron sobre la tierra: cuatro divisiones, cuatro esquinas. Al hablar de estas direcciones, los mayas se referían a los puntos cardinales y las cuatro esquinas del universo. A pesar de ello, los mayas reconocían cinco direcciones básicas: el centro y los puntos cardinales, a cada uno de los cuales le correspondía un color: al norte, el blanco; al sur, el amarillo; al oeste, el negro; y al este, el rojo.

En cada uno de ellos había un Bacab - seres celestes que cargaba sobre sus espaldas una porción de cielo para sostenerlo durante toda la eternidad. Y el centro, donde estaban ubicados el Árbol del Mundo y las tres piedras de la creación, se consideraba el ombligo del mundo, el cordón umbilical con el que la humanidad se conectaba con los dioses y la fuente de la vida.

Otros dos puntos esenciales en la cosmología maya son: el más alto en el centro del cielo (cénit) y el más bajo en el centro del inframundo (nadir). Estos dos puntos eran los dos extremos del eje vertical del mundo, por lo que el centro de la tierra, por donde pasa el eje, era el centro del universo, la quinta dirección, el punto de unión entre el cielo, la tierra y el inframundo.

En el estrato más bajo o Xibalbá, "lugar de los que se desvanecen, residía el dios de la muerte, Ah Puch, el descarnado". A está región era donde iban los espíritus de los muertos, para integrarse a la energía de muerte. Como en el caso del cielo, algunos basamentos piramidales también representaron el inframundo, como el Templo de las Inscripciones de Palenque, que tiene nueve niveles, y bajo el cual se halló la sepultura de Señor K’inich Janaab’ Pacal (615-683 d.C); representando que los espíritus de los muertos debían recorrer los nueve estratos para llegar al Xibalbá.

El Ritual

Debido a la idea maya de que sin la acción ritual del hombre los dioses morirían y, con ellos, el universo entero, la vida humana estaba dedicada principalmente al servicio de los dioses.

Cada ciudad maya tenía en el centro su ámbito ceremonial, donde se llevaban a cabo los grandes ritos comunitarios. Todos los ritos tenían en común ceremonias propiciatorias, como la abstinencia sexual, el insomnio, el ayuno, los baños y las sangrías, entre otros. Asimismo, se sacralizaban el lugar y los objetos que se usarían para el rito, y se buscaba un día propicio en el calendario adivinatorio. Después de la purificación se hacían los ritos principales en donde se pronunciaban oraciones, se hacían sahumerios con resina de copal, danzas, cantos, representaciones dramáticas de los mitos y la historia de los antepasados ilustres, que eran venerados. Se ingerían comidas especiales de maíz, cacao y carne de perro o de pavo, principalmente, así como bebidas

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alcohólicas sagradas y, como parte central, se hacían ofrendas y sacrificios de animales y de seres humanos para alimentar a los dioses.

Los ritos centrales eran grandes, además de las complejas ceremonias públicas relacionadas con los periodos calendáricos, como los de Año Nuevo, presididas por los sacerdotes principales. Se llevaban a cabo ritos de fertilidad, gremiales, iniciáticos, de adivinación y curación, y ritos del ciclo de vida, como embarazo, nacimiento, infancia, pubertad, matrimonio y muerte.

Estos últimos señalaban los cambios del individuo y de su función social. Las ceremonias mortuorias en particular eran muy importantes, porque ayudaban al individuo en el último gran cambio de su vida. Los mayas creían en la inmortalidad del espíritu. El lugar de destino en el más allá dependía de la forma de muerte y no de la conducta moral en la existencia corpórea. La mayoría de los espíritus iba al Xibalbá, donde se integraban a la energía de muerte.

Pero mientras descendían a través de los nueve niveles permanecían "vivos", por lo que debían ser alimentados y protegidos con agua, comida, amuletos y los objetos que habían usado en vida. Los cuerpos de los grandes señores portaban sus joyas, una máscara de jade para conservar la identidad y una cuenta de jade dentro de la boca, que recogía y preservaba el espíritu. En sus suntuosas sepulturas también iban "acompañantes": esclavos y mujeres a los que sacrificaban en el funeral.

EL PANTEÓN MAYAEn el Códice Dresde se dice que los mayas creían que el mundo había sido creado por un dios llamado Hunab Ku (que significa un solo dios); sin embargo este dios, que a pesar de haber creado la humanidad con granos de la planta sagrada del maíz, era considerado como un ser muy remoto por lo que figuró poco en la vida religiosa de los mayas. En cambio su hijo, Itzamná, era tenido como la principal deidad y dios universal que poseía casi todo los atributos de los demás dioses.

· Hunab Ku

Fue el dios creador del mundo y del hombre. Creían que su corazón y su mente estaban en el centro del universo y sólo a través del sol podían comunicarse con él. Sin embargo no parece haber desempeñado un papel importante en la vida de la genta del pueblo.

· Itzamná

Era hijo de Hunab Ku. Era el dios del Cielo, de la Noche y del Día. Itzamná es un caso de dios-hombre. Según la tradición maya fue un personaje prodigioso, sacerdote y jefe de una tribu que llegó a Yucatán y fundó la ciudad de Izamal desde donde inventó la escritura y los libros, y dio a los lugares de Yucatán el nombre por el que eran conocidos, además de dividir las tierras en esa región. Era un dios bondadoso y estaba representado como a un anciano sin dientes. Se le atribuía la creación de los libros y de la escritura. Y creen que fue el primer sacerdote.

Estaba asociado con Kinich Ahau, dios del Sol y con Ixchel, diosa de la Luna.

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· Chaac

Era el dios de la lluvia y de la fertilidad. Era un dios universal de gran importancia. Estaba representado con una nariz larga y dos colmillos enrollados que le salen de la boca hacia abajo y en su cabeza llevaba un trozo de tela como turbante. El dios de la lluvia era una deidad benévola, asociado con la creación y la vida. Era a la vez cada uno de los cuatro dioses de los puntos cardinales que a su vez tenían un color particular, que los diferenciaba:

El dios del Este, se llamaba Chac Xib Chaac (Hombre de Rojo).

El dios del Norte, se llamaba Sac Xib Chaac (Hombre de Blanco).

El dios del Oeste se llamaba Ek Xib Chacc (Hombre de Negro).

El dios del Sur se llamaba Kan Xib Chaac (Hombre de Amarillo).

Durante el período Posclásico sparece a partir de la influencia tolteca en Yucatán el dios tolteca Quetzalcoatl, una trasposición de Chaac. Esta identificación entre Kukulcán y Chaac era parecida a la que tuvieron en la mitología mexica Quetzalcóatl y Ehécatl, también dios del viento, que barre el camino del dios de la lluvia.

· Yum Kax

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Era un dios benévolo; asociado a la vida, la prosperidad y la abundancia. Era el dios del maíz y por lo tanto también de la agricultura. Se le representaba como a un joven con una mazorca de maíz, cubierta de hojas sobre la cabeza muy deformada. Como deidad patrona de la agricultura estaba siempre ocupado en gran variedad de tareas y tenía muchos enemigos, ya que su destino estaba sujeto a los dioses de la lluvia, del viento, de la sequía, del hambre y de la muerte.

· Ah Puch

Deidad malévola; dios de la muerte violenta y los sacrificios humanos. Su imagen tenía con una calavera en la cabeza. En su torso podían verse las costillas y la columna vertebral. Si el cuerpo tenía carne, se representaba cubierta de círculos negros que indicaban putrefacción. Sus ornamentos eran cascabeles prendidos sobre el cabello o en forma de collar, en sus antebrazos y piernas, y en algunas representaciones aparece incendiando casas con una antorcha y derribándolas con una lanza. Reinaba sobre el más bajo de los nueve mundos subterráneos del inframundo maya.

· Ek Chuah

Era el dios de la guerra. Su figura estaba representada con el labio inferior grueso y colgando y su cuerpo pintado de color negro. Como dios de la guerra, tenía atributos malévolos y aparece en varias representaciones con una lanza, en combate o vencido por otro dios. Sin embargo tenía también otro aspecto, en este caso benévolo ya que se lo consideraba también dios de los mercaderes ambulantes y se le representaba con un hatillo de mercaderías sobre sus espaldas. Era también el dios patrono del cacao y los que se dedicaban al cultivo de este fruto le celebraban una ceremonia especial en su honor para ganarse sus favores.

· Ixchel

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Era la esposa de Itzamná, el señor del cielo mientras que ella era la diosa de la luna. Era un personaje importante en el panteón maya, aunque aparentemente poco amiga del hombre. Se la representaba como a una vieja enojada, rodeada por símbolos de destrucción y muerte: una serpiente en la cabeza y huesos cruzados en su falda. Personificaba al agua como elemento destructivo que era la causa de inundaciones y otros desastres. Era también la deidad protectora de las parturientas y la inventora del arte de tejer.

· Ixtab

Los mayas creían que los suicidas se iban directamente al paraíso y por esa razón les asignaron una diosa protectora. Se la representaba colgada del cuello por medio de una soga que llegaba hasta el cielo. Con los ojos cerrados y un círculo negro en las mejillas.

· Xaman Ek

Dios de la estrella Polar; era considerada una deidad benévola. Se le representaba con una nariz encorvada y con manchas negras en la cabeza. Era considerado el dios de los comerciantes y mercaderes, ya que en sus viajes se guiaban por la estrella Polar; de hecho la única estrella fija que se puede observar en Yucatán y El Petén; de ahí que le levantaran altares a lo largo de los caminos donde le hacían ofrendas para contar con su ayuda en el recorrido. Estaba asociado al dios de la lluvia, Chaac.

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Además de estos dioses principales, designaban también como dioses a los Bacab, los cuatro dioses (rojo, blanco, negro y amarillo) encargados de sostener las cuatro esquinas del mundo, que surgieron –según la mitologia maya-, después de la destrucción por el agua de la era anterior.

En el Posclásico se incluyeron en el panteón maya los dioses encargados del cosmos; es decir, los 13 dioses de la región superior (Oklahutikú) y los 9 de la región inferior (Bolontikú), los relacionados con el calendario, los patronos de los19 meses del año y los dioses de los 20 días de cada mes.

EL SACRIFICIO HUMANO

El sacrificio humano entre los mayas fue una manera extraordinaria de utilizar todos los posibles sentidos de la muerte ritual, para mantener la vida más allá de la muerte, y para tener la impresión de que se controlaba un universo que se percibía como excesivamente inestable.

El sacrificio humano era un medio para alimentar a los dioses. Se explica porqué los dioses eran seres imperfectos que nacían y morían y que, por tanto, debían de alimentarse para sobrevivir. Así, al igual que los dioses habían dado su sangre para crear a los hombres, éstos debían sacrificarse para ofrecer su energía vital a los dioses. La sangre se convertía así en el lazo esencial entre hombres y dioses que hacía posible la vida de todo el cosmos.

El sacrificio reforzaba la consanguinidad de hombres y dioses; la sangre como energía esencial provenía de las deidades y retornaba a ellas a través de sacrificio de los hombres. Sin sangre los dioses perecerían y la habría acabado. Paradójicamente, dado el valor que los mayas atribuían a la vida, mataban para evitar la muerte. Por eso creían que las personas sacrificadas ritualmente y todas cuantas habían ofrecido su vida para dar vida gozarían de una vida eterna en el más allá.

El banquete antropófago era un evento religioso y social muy importante. Se comía al muerto divinizado, se unía con él, pero también se trataba de una ocasión para invitar y honrar a familiares, para hacer relaciones con personajes importantes, para ganar prestigio. De todas formas hay que tener en cuenta que los sacrificios masivos se daban sólo en algunas grandes ciudades, y que se comían sólo pequeños pedazos de los cuerpos.

La extracción del corazón expresa claramente el elemento básico del sacrificio humano: la noción de deuda; las criaturas debían la vida a sus creadores y debían pagarla con su propia sangre.

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El sacrificio humano era un rito que se había practicado durante centenares de años; pero, ¿cómo se justifica? Los mitos y ritos de los mayas permiten comprender la ideología del sacrificio humano y desentrañar sus múltiples niveles de significación. En la base de todo está la noción de deuda. Una criatura debe la vida, y todo lo que hace posible vivir, a sus creadores. Debe reconocerlo y pagar su deuda mediante el ofrecimiento de incienso, tabaco, alimentos, o incluso su propia sangre, lo que representaba una obligación mayor.

En lo esencial, el sacrificio humano era expiación y un medio de destruir el cuerpo-materia para sobrevivir después de la muerte; morir para ir a la casa del Sol. Se trataba también de un medio para alimentar a los dioses y vitalizarlos, aunque esto también se hacía con animales u otras comidas, como incienso, hierbas, flores, papel...

La mayor parte de las inmolaciones se realizaba a lo largo de los ciclos festivos de los meses del calendario solar y del calendario de 260 días, muchos de los cuales eran “aniversarios” de dioses. Las fiestas del año solar eran especialmente importantes porque en ellas se recreaban –de diferentes maneras, según la ciudad que las celebraba–, diversos aspectos de la cosmogonía mesoamericana: la expulsión del paraíso, la creación de la tierra y el nacimiento de Venus y del maíz, las migraciones de los pueblos en las tinieblas, el sacrificio del Sol y la Luna, su victoria en el inframundo. Después se recreaban la salida del Sol y la primera guerra efectuada para alimentarlo, fiesta que era al mismo tiempo la de la cosecha del maíz para los hombres y la cosecha de guerreros para el Sol y la Tierra. Posteriormente venían las recreaciones del paraíso perdido y la de la transgresión que coincidía con la puesta del Sol, el cual penetraba a la tierra y la fecundaba. En esas celebraciones morían y nacían de nuevo casi todos los dioses –con excepción de la pareja creadora, que no recibía culto por parte de los hombres y únicamente se ocupaba en crear chispas de vida–, los de la tierra, del agua, del maíz, de los cerros, del pulque, de la caza, los de la muerte y del fuego, de las flores, del amor, del agua, de la sal, de la pimienta, etc. Había otras muchas ocasiones que requerían de sacrificios humanos: guerras y batallas; desajustes del orden cósmico, como eclipses, sequías, hambres, inundaciones; la expiación por ofensas en el culto a los dioses, como robo de objetos sagrados, dejar escapar víctimas, etc.; motivos personales, como cuando un padre que escapaba de la muerte ofrecía a su hijo en pago; y, finalmente, la inmolación de acompañantes para los difuntos.

Una misma víctima podía morir para expiar y sobrevivir en el más allá; para hacer morir y renacer a una deidad y a lo que encarnaba, así como a su propio Señor, su sacrificante; para alimentar y vivificar a una deidad; para sostener la bóveda celeste; para fecundar la tierra; para aplacar a los dioses, darles las gracias, reconocer su superioridad y poner de manifiesto la dependencia del hombre.

Los principales actores del sacrificio eran los sacrificantes, los sacrificadores y los sacrificados. Entre los primeros había guerreros; mercaderes, artesanos ricos y otros particulares; representantes de corporaciones, nobles y Señores. El Estado, que se hacía cargo del costo de las guerras, también ofrecía en ocasiones víctimas, las cuales eran parte del tributo de otras ciudades. Sin embargo, generalmente las víctimas eran capturadas durante las guerras de conquista o bien eran compradas por individuos que recibían apoyo de su familia y del grupo al que pertenecían.

Los sacrificantes se hacían notar; por ejemplo, el guerrero lo hacía desde el campo de batalla, luego en su entrada triunfal a la ciudad con sus cautivos, en la presentación pública de éstos, en las danzas, en la velación con las víctimas en su última noche, en la marcha al templo con el

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vencido, en el banquete posterior, todo lo cual conllevaba prestigio y honores. Lo mismo ocurría cuando se trataba de un esclavo purificado. Debía anunciarse la intención de inmolar, comprar y presentar a una víctima, la cual iba vestida por la ciudad, durante semanas, meses o todo el año, como una deidad y, además, debía desempeñar el papel de esa deidad y ser tratada como tal. También había que velar a la víctima en su última noche, llevarla al templo e incluso subir por la pirámide hasta la piedra de sacrificio y ver al dios (en su templo), cara a cara, es decir, morir simbólicamente.

Los sacrificadores eran por lo general sacerdotes especializados; por cierto, muy poco estimados por los mayas. Hay que distinguir entre los grupos de ayudantes, que se encargaban de sujetar a la víctima, y quienes extraían algo del cuerpo de la víctima (el corazón, la sangre, las entrañas), los cuales manejaban un cuchillo que podía simbolizar la mano del dios o el rayo celestial. A veces algunos guerreros (en el sacrificio gladiatorio) o gran parte de los que asistían al ritual participaban en la muerte del sacrificado. Cabe agregar que los sacrificadores, los sacrificantes, el público y, en menor grado, las víctimas, se preparaban y asociaban al sacrificio mediante diversas penitencias, auto-sacrificios, ayunos, continencia y danzas.

La cantidad de víctimas variaba mucho de acuerdo con la importancia de la ciudad o el pueblo. El registro de las distintas maneras de sacrificar era variado y sujeto a rituales y mitos: las más comunes eran la extracción del corazón y la decapitación; también el flechamiento, el sacrificio gladiatorio, por fuego, enterrar viva a la víctima, por despeñamiento, estrujamiento en una red, derrumbamiento de un techo sobre las víctimas, descuartizamiento, lapidación, etc. En ocasiones se podían combinar dos, tres y hasta cuatro métodos de muerte ritual; por ejemplo, en honor del Sol y de la tierra, se hacía extracción del corazón y luego decapitación, o a la inversa; también podía arrojarse a la víctima al fuego y luego realizar estos dos últimos métodos. El uso de anestésicos y alucinógenos era común en los sacrificios.

Ciudades-estado de los mayasLos mayas, esparcidos por el norte de Centroamérica, la Península de Yucatán y el sureste de México, tuvieron un sistema de ciudades-Estado similar al de los griegos, siendo de las más importantes Chichén-Itzá, Uxmal, Palenque y Calakmul en México, Copán en Honduras, así como Tikal y El Mirador en Guatemala.

División de las ciudades-Estado mayas en el siglo XVI, según Ralph Roys.Después de la destrucción de Mayapán (1451), la península de Yucatán se fragmentó en 16 o 17 provincias independientes llamadas kuchkabal. Cada kuchkabal tenía su capital, donde residía el halach uinik (hombre verdadero), quien tenía autoridad militar, judicial y política. Cada kuchkabal se dividía en batabilo ‘ob (batabil, en singular) que estaban regidas por funcionarios de alto rango, llamados batabo ‘ob (batab, en singular). Los batab le rendían fidelidad al halach uinik y a veces eran sus familiares. A su vez, el batabil estaba dividido en varias kuchkteel o unidades residenciales. Esta unidad organizativa residía en un pueblo y estaba dividido en familias extensas. Sus líderes se reunían en un consejo para solucionar los asuntos de gobierno y, según parece, el batab también formaba parte de ese consejo. Los consejos de cada batabil estaban integrados por los representantes de los intereses de las familias: ah k’ ulo ‘ub (ah k’ ul, en singular) y los representantes nombrados por el batab: ah kuch cabo ‘ob (ah kuch kob, en singular). Los kuchtabal de Hocabá-Homún y Calotmul no tenían batabes, sino que el segundo nivel de gobierno

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era ejercido por los holpop, funcionarios nombrados por las cabezas familiares de las kuchteelo ‘ob.

El halach uinik era el sumo sacerdote de cada kuchkabal. Le seguía en categoría el ahaw kan may o ah k’in may. Los sacerdotes regulares se llamaban: ah k’in, los sacrificadores: ah nakom, los que profetizaban: chilan, otros sacerdotes de menor grado: chako’ob y en el Yucatán moderno son los hmen. Los líderes o capitanes guerreros se llamaban nakom, aunque el batab también tenía alto rango militar.

En las tierras altas de Guatemala, el gobierno quiché estaba a cargo de los ah pop y el gobierno de los cakchiqueles a cargo de cuatro funcionarios llamados ago, aunque dos de ellos ejercían el poder verdadero: el ahpotsots’il y el ahpoxahil.

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LiteraturaHay pocos ejemplos de la literatura maya, pues muchos códices mayas (libros) fueron destruidos por el tiempo, la humedad o los misioneros españoles, y sólo se salvaron cuatro: El Códice de Dresde; el Códice Tro-Cortesiano, el Códice Peresiano y el Códice Grolier que se encuentran respectivamente en Dresde, Alemania; Madrid, España; París, Francia; y Ciudad de México, México. Los Libros de Chilam Balam, El Popol Vuh y Los Anales de los Cakchiqueles fueron escritos respectivamente en maya yucateco, quiché y cakchiquel utilizando el alfabeto latino traído por los españoles. Así, la “pureza” de estos libros está bajo sospecha pues los españoles pudieron haber influido de forma directa o indirecta, pero de cualquier forma, son libros mayas, es decir de los mayas que vivieron en tiempos de la colonia española. En el caso del Popol Vuh, el descubrimiento de un bajorrelieve de 1.500 años de antigüedad en la Acrópolis, (una pirámide de cerca de 75 m de altura) en Toniná, Chiapas, podría confirmar la autenticidad del Popol Vuh. La decoración muestra 4 dignatarios mayas, representando los señores del mundo subterráneo y a la guerra, la agricultura, el comercio y el respeto a la divinidad. Juan Yadeun, director de las excavaciones en Toniná, sostiene que, en el Popol Vuh y en otros antiguos textos, se encuentran muy a menudo descripciones de los cuatro dignatarios, llamados a representar la estructura y la iconografía misma del poder en el mundo maya clásico. Existen algunos otros libros mayas de la época de la conquista, como el Códice de Calkiní.

LA ARQUITECTURA

La arquitectura estaba presente de manera constante en la vida maya; afirmaba tanto la diversidad de las formas como la continuidad de los temas: todas las ciudades poseían templos, pirámides, palacios y juegos de pelota. Los edificios se alzaban sobre basamentos artificiales jalonados por estelas o altares. A estas construcciones se añadieron observatorios, plataformas

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para el culto y los sacrificios, fortificaciones, tumbas y criptas. El arte de la construcción incluía, además, un vasto repertorio de bajorrelieves, esculturas y pinturas. Sin embargo este tipo de construcciones eran solo para la elite dominante, ya que las viviendas donde habitaba el pueblo era la choza tradicional hecha con adobe y hojas de palma.

Sin lugar a dudas el elemento más característico de la arquitectura maya es la bóveda, o arco falso, que techó tumbas, cámaras y otros recintos. Se hacía con hiladas sucesivas de piedras en saledizo, sobreponiendo en el vértice otra piedra como tapa. Se la llama arco falso porque no trabaja como cuña; dado que la piedra clave no confiere rigidez a la estructura.

A lo largo de más de mil años los arquitectos mayas dieron forma a diferentes estilos arquitectónicos, muy localizados geográficamente, que representaron la cosmogonía, el pensamiento y la religión que impregnaba por completo sus vidas.

· Sudoriental

Con gran cantidad y calidad de monumentos labrados e inscripciones jeroglíficas. Los edificios son de muros muy anchos, cuartos estrechos con falsos arcos mayas escalonados y fachadas cubiertas en parte por esculturas en piedra y estuco. Ejemplos: Copán, en Honduras; Tazumal y San Andrés, en El Salvador.

· Petén central

De pirámides muy inclinadas, templos con cresterías huecas y altas sobre cuartos traseros, palacios de dos plantas con anchos muros, cuartos angostos y falsos arcos mayas bajos. Ejemplo: Tikal, en Guatemala.

· Usumacinta

Edificios tipo templos en elevaciones naturales (no plataformas piramidales) anchos muros, cuartos angostos, altos falsos arcos mayas y cresterías de doble muro con nichos. Ejemplo: Yaxchilán, en Chiapas, México.

· Noroccidental

Edificios con elegantes esculturas en estuco y piedra labrada. Edificios pequeños con grandes cuartos y altos falsos arcos mayas. Los vanos (espacios huecos en los muros) son anchos, dando a los interiores luz y ventilación. Ejemplo: Palenque, en Chiapas, México.

· Puuc

El estilo temprano muestra puertas múltiples formadas por columnas, vanos estrechos y acabados burdos. Ejemplo: Kabah, en Yucatán, México. En el estilo tardío los acabados son mejores y muy refinados, la decoración en la parte superior del edificio incluye diseños geométricos, máscaras de Chaac en esquinas y puertas Se caracteriza por preferir la construcción de edificios alargados a los altos y por la construcción de palacios de muchos cuartos. Ejemplos: Sayil y Uxmal, en Yucatán, México.

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· Chenes

Aquí se encuentran elementos semejantes en los estilos Río Bec y Puuc. Sus edificios tienen fachadas en tres partes y la decoración representa a máscaras de animales en las puertas. También utilizaban piedras salientes sobre las molduras para colocar estatuas, cresterías de un muro y máscaras de Chaac. Ejemplos: Hochob y El Tabasqueño, en Yucatán, México.

· Río Bec

Edificios de torres paralelas, esquinas redondeadas y escaleras simbólicas casi verticales e imposibles de subir. El templo tiene como puerta una simple hendidura. La decoración incluye máscaras de forma animal y diseños geométricos. Ejemplos: Becán, Xpuhil y Chicanná, en Campeche y Yucatán, México.

· Planicies noroccidentales

Con dos estilos arquitectónicos: el estilo maya-chichén, que mantiene semejanzas con el estilo Puuc. El maya-tolteca, que incluye pirámides-templo, patios con columnas, patios-galerías y observatorios. La decoración utiliza serpientes, águilas, la figura del chac-mool, jaguares y diseños florales. Ejemplo: Chichén Itzá, en Yucatán, México.

· Costa oriental

Se dio en sitios arqueológicos pequeños, con figuras del dios descendente, nichos y perfiles humanos entre las cornisas de las esquinas de los edificios con muros inclinados hacia fuera. Ejemplo: Tulum, en Yucatán, México.

Para intentar explicar lo mejor posible la arquitectura maya se detallan a continuación. Con todo los más extendidos y los que presentan particularidades esenciales en la concepción del modelo arquitectónico maya son los estilos Rio Bec, Chenes y Puuc,

El estilo Río Bec (cedro, en lengua maya) se identifica por las torres sólidas de mampostería que decoran los palacios de una sola planta, cuya entrada principal es enmarcada por mascarones serpentinos; recuerda los templos piramidales del Petén, pero a diferencia de éstos, los cuartos de la cima sólo tienen carácter ornamental. Las poblaciones de Becan, Xpuhil, Chicanná, Río Bec y Hormiguero guardan construcciones de este estilo.

El estilo Chenes (de chen, pozo en lengua maya), predominante en la región del mismo nombre en Campeche, México, se caracteriza por edificios bajos cuya entrada principal tiene toda la fachada decorada con mascarones serpentinos, y las esquinas con medios mascarones superpuestos además de motivos ornamentales como grecas y cresterías al frente de los edificios. Un rasgo distintivo son las estructuras palacio-pirámide que constan de una sola planta con una o más estructuras piramidales sobrepuestas. Hochob y Santa Rosa Xtampak son algunas de las ciudades cuya arquitectura forma parte de este estilo.

Y el estilo Puuc (serranía, en lengua maya), se distingue por el cuidadoso labrado de mosaico de piedra que cubre las fachadas, delgado y cortado con gran precisión. Al igual que en los estilos Río Bec y Chenes, los motivos serpentinos abundan pero no decoran toda la fachada sino solamente

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los frisos; también aparecen escalonados en los perfiles de los edificios. Se observa la presencia de una decoración geométrica, grecas escalonadas, en forma de “X”, tamborcillos, junquillos, columnas con capiteles y esculturas empotradas en el decorado. La presencia del estilo arquitectónico Puuc, en los estados mexicanos de Yucatán y Campeche, se encuentra en ciudades como Edzná, Xcalumkin, Kankí, Xculoc, Uxmal, Sayil, Labná, Kabah, X-lapak., Chacmultún, Chichén Itzá, Bacalar y EkBalam, entre otras.

Materiales de Construcción

Un aspecto sorprendente de las grandes estructuras mayas es su carencia de muchas tecnologías avanzadas que podrían parecer necesarias para tales construcciones. Careciendo de herramientas de metal, poleas, y quizá incluso la rueda, la arquitectura maya requería esencialmente de fuerza humana. Los materiales parecen haber sido fácilmente disponibles. Toda la piedra para las estructuras mayas salía de canteras locales; con frecuencia era piedra caliza que, después de extraída era lo suficientemente blanda como para ser trabajada con herramientas de piedra, y sólo se endurecía pasado un tiempo, al perder su humedad natural.

Además del uso estructural de la piedra caliza, utilizaban piedra caliza aplastada, quemada y batida que poseía propiedades similares al cemento, y era usado ampliamente tanto para acabados, como para unir piedras; sin embargo, futuras mejoras en sus técnicas de extracción de piedra redujeron la necesidad de este acabado, ya que sus piedras comenzaron a encajar casi perfectamente, aún así, permaneció como un elemento crucial en algunos techos con dinteles.

En el caso de las casas comunes, los materiales más utilizados eran los postes de madera, caña, adobes, y paja; sin embargo, también se han descubierto lo que parecen ser casas comunes de piedra caliza y en la ciudad de Comalcalco (Tabasco), se ha encontrado ladrillos de barro cocido.

La cosmovisión maya quedó expresada en el lenguaje arquitectónico. Los edificios eran a la vez utilitarios como simbólicos; una máquina para mantener y perfeccionar la energía divina. Así, las pirámides fueron hechas como modelos del universo; la mayoría cuenta con nueve basamentos escalonados que representan los nueve planos de la existencia celeste, elevando a la cúspide el hábitat de la deidad y su lugar ceremonial.

Tipos de Construcción

1. PLATAFORMAS CEREMONIALES. De poca altura con un máximo de cuatro metros; en los lados tenían figuras labradas. En la parte superior había altares, banderas, incensarios y, a veces, un tzompantli con sus hileras de varas con cráneos ensartados. Servían como escenarios ceremoniales.

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2. TEMPLOS. Lugares donde tenían lugar los rituales para los dioses. Están sobre pirámides y abundan en decoración exterior. Tenían cámaras interiores y un santuario como altar. En algunos casos, hay murales y tableros labrados en piedra.

3. PALACIOS. Solos o en grupo, se ubican sobre plataformas en el interior de centros ceremoniales. Tienen muros lisos, con los frisos decorados. Las muchas cámaras interiores sirvieron de habitación para la clase gobernante.

4. PIRÁMIDES. Los mayas solían ampliar sus edificios cada determinado tiempo. Así, estas estructuras fueron hechas sobre construcciones anteriores. Se componen de basamentos escalonados (en muchos casos nueve) y una escalinata central que comunica con un templo en la plataforma superior.

5. JUEGOS DE PELOTA. Juego de significado cósmico. La cancha ocupa el centro, con taludes laterales que rematan en un muro con dos anillos por donde debía pasar la pelota. Arriba hay plataformas para el público y templos ceremoniales.

6. OBSERVATORIOS. Estas construcciones eran utilizadas como plataformas de observación astral. A veces, también cumplían funciones de marcadores astronómicos, en cuyo caso estaban alineadas con otro marcador.

Los mayas también construyeron depósitos subterráneos para guardar el agua de lluvia (chultunes), así como baños de vapor de uso ritual purificador y medicinal. Se hicieron, igualmente, sistemas de desagüe y son notorias las calzadas bien trazadas y compactadas (sacbé). Durante el Posclásico (900-1521 d.C.) se levantaron murallas y fosas defensivas, y también vallas que delimitaban los recintos habitacionales.

En construcciones funerarias, hubo desde sencillos enterramientos hasta tumbas para la clase gobernante.

Dada la vinculación existente entre la religión y la astronomía con la arquitectura, sus ciudades y templos constituían diagramas astronómicos para unir al hombre con el espacio-tiempo. De ahí que sus construcciones fueran cuidadosamente orientadas según el paso de los astros, por eso marcaban con exactitud asombrosa un gigantesco calendario pétreo a la vez civil, religioso y agrícola.

DATOS CURIOSOS DE LOS MAYAS1.-Inventaron el chicle. Extraían la resina de un árbol conocido como zapote, de la que sale el chicle.

2.- Hacían bizcos a los niños nobles. Les colocaban en la cabeza un cordón con una figurita en el extremo que les caía delante de los ojos, muy cerca, para que al mirarla forzaran la vista. Esa deformación era un símbolo de estatus social.

3.- Su calendario es, en cierto modo, más preciso que nuestro gregoriano. Sin ayuda de la tecnología, los mayas precisaron la duración del año solar en 365,2420 días. En el gregoriano el

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año dura 365,2425. En realida son 365,2422, de modo que el cálculo maya está más cerca del correcto.

4.- Deformaban las cabezas como decoración corporal atándose tablas. No era una técnica dolorosa y estaba más generalizada entre las élites.

5.- Enterraban a los muertos en casa o en casa de los vecinos.

6.- Tras un partido de pelota mataban al equipo perdedor. Se cree que también podía jugarse de forma lúdica, pero el partido era sobre todo una lucha de poder entre los grupos dominantes.

7.- La escritura maya era lacónica y metafórica. Por ejemplo, a los chicos y chicas en edad de casarse se les llamaba «tallo florido de maíz», al que se mete en algo que no le incumbe se le dice «¿por qué llevas un taparrabos que no te pertenece?».

8.- La mayor parte de sus pirámides las pintaban de azul y rojo sangre.

9.- Cuando moría un noble se sacrificaba también a sus criados para ser enterrados con él.

10.- Usaban la misma palabra para referirse al amor y al dolor.

Entretenimiento de los MayasCerbataneros El uso de la cerbatana se remonta desde época prehispánica, lo cual ha quedado evidenciado en registros cerámicos, en textos y en comunidades indígenas que aún hacen uso de las mismas para cacería. En el Popol Vuh se menciona el uso de la cerbatana por parte de Hunahpu e Xbalanque, quienes la utilizan varias veces como mecanismo de defensa y para cacería. En algunas vasijas se observan escenas de éstos personajes haciendo uso de sus cerbatanas.

La cerbatana es un instrumento de cacería que se ha utilizado por varios grupos étnicos a través del tiempo. En algunas regiones de las Tierras Altas, en los Cuchumatanes, Guatemala y en Chiapas, México. Existen registros etnográficos sobre el uso y comercio de las cerbatanas hasta hace algunos años, y es posible que en algunas regiones de Mesoamérica aún se utilicen (Navarrete y Ruiz, 1997). Las cerbatanas se han elaborado de diferentes materiales, algunas han sido elaboradas con huesos tallados de animales y también han sido modeladas en barro.

Voladores

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No se conoce cuál es el origen de los voladores en Mesoamérica y cual fue su proceso histórico. Ésta actividad ritual se práctica alrededor de hace 2500 años, ya que se tienen evidencias de su práctica desde el año 600 a.C. en Mesoamérica.

Actualmente se práctica en el Altiplano Central de México y en las Tierras Altas de Guatemala. Su simbolismo y el número de participantes es muy variado, pero está relacionado con el tiempo y el espacio sagrado.

Los participantes de ésta actividad ritual deben realizar ciertos preparativos para poder participar. Entre algunas están la abstinencia sexual, ayuno, ofrendas para los antepasados, danzas, entre otras actividades que incluyen la selección y obtención del mástil que utilizarán los voladores.

Zancos El uso de zancos aparece en el Popol Vuh, por Hunahpu e Xbalanque en uno de los juegos que enfrentan contra los señores de Xibalbá. En la página 36 del Códice Madrid, aparece un personaje usando zancos.

Actualmente en ciertas partes de Mesoamérica, principalmente en México y Guatemala, existen regiones en las que se realizan danzas en donde los bailarines utilizan zancos. Estas danzas están relacionadas con el sincretismo religioso, y han sido adoptadas recientemente para conformar la identidad cultural.

Rabinal AchíEl Rabinal Achí es una obra literaria que data desde época prehispánica asociada a la danza, drama y teatro tradicional. Esta obra ha sido declarada recientemente Obra Maestra de la Tradición Oral Intangible de la Humanidad por la UNESCO.

El nombre original en idioma maya es Xajooj Tun que traducido significa Danza del Tun (o del tambor). La obra consiste en una danza teatral que actualmente se realiza en las calles del pueblo de Rabinal, Alta Verapaz, Guatemala, durante las celebraciones del día de San Pablo.

En ésta obra se representan los hechos sucedidos en un pasado histórico además de las relaciones sociopolíticas del pueblo de Rabinal, Baja Verapaz, Guatemala. El Rabinal Achí se divide en cuatro actos, los cuales se resumen en la manifestación de los rabinalenses ante los quichés, negándose a pagarles tributo, por lo que éstos enviaron un emisario para someterlos de nuevo.

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Como muchas otras tradiciones, en 1635 el Rabinal Achí fue prohibido por un fraile español. El manuscrito de la obra permaneció en la clandestinidad hasta 1856, cuando Brasseur de Bourbourg hizo una publicación del texto en idioma K’iche’, y posteriormente en francés (García et.al, 1996:150).

Algunas versiones del juego de pelota maya fueron teatrales, o actuaciones programadas por decirlo de alguna manera. Por ejemplo, si un guerrero fue capturado, participaba como un jugador de pelota y participaba en un juego en donde estaba previsto que iba a perder para ser sacrificado al final del mismo.

El juego de pelota se practicó ampliamente en toda el área maya y en otras regiones culturales. El juego formó parte de una actividad ritual que se practicó desde el periodo Preclásico hasta el Posclásico, siendo reportado por algunos cronistas españoles.

La práctica del juego de pelota ha sido ampliamente evidenciada en todos los ámbitos expresivos de la cultura maya, figurillas, en vasijas cerámicas, esculturas, murales, grafitos, escritura y arquitectura prehispánica. La concepción del juego de pelota como una actividad sagrada en la que intervienen varias deidades del panteón maya. Está registrado también el mito de la creación del mundo maya en el Popol Vuh, texto quiche posterior a la conquista. En el Popol Vuh el juego de pelota aparece asociado a Xibalbá, el inframundo Maya en donde intervienen varios personajes, principalmente Hunahpu e Xbalanque que mediante varias pruebas incluyendo un juego de pelota, logran derrotar a los Señores de Xibalbá.

Los diferentes significados asociados al juego son muy variados, entre ellos aparece el concepto de la muerte, y se ha considerado como un portal al inframundo, un escenario de recreación de batallas cósmicas entre los cuerpos celestiales, rituales de fertilidad, ceremonias de guerra, afirmación política de gobernantes, escenario para sacrificios humanos, decapitación, entre otros (Schele y Millar 1986).

En muchas representaciones sobre juego de pelota aparecen asociados varios elementos iconográficos como sapos, tortugas, cocodrilos, serpientes, jaguares, mariposas, lirios de agua y volutas que representan sangre o agua de la superficie del inframundo, entre otros (Hellmuth, 1975).

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Indudablemente uno de los elementos que aun se conservan como evidencia del juego de pelota son las estructuras arquitectónicas que aun se conservan, ya que en varios sitios aun están presentes las plataformas que fueron utilizadas como escenarios para ésta actividad.

Las formas de las canchas del juego de pelota son muy variables de acuerdo a las regiones y los períodos, siendo algunos patios abiertos, cerrados y en forma de “I”.

En distintas representaciones escultóricas y cerámicas del periodo Clásico se han observado personajes con la indumentaria que los identifica como jugadores de pelota. El traje de los jugadores incluye rodilleras, yugos y en ocasiones protección en los brazos, además de tocados y adornos. Cuando se representan varios jugadores generalmente se encuentran uno frente al otro separados por una pelota (Barrois y Tokovinive, 2005).

BIOGRAFIAhttp://www.arqueologia-maya.org/etnohistoria-estudios-mayas-prehispanicos-etnografia-danzas-juegos-rituales-popol-vuh-mesoamerica-guatemala-mexico-hondur/juegos-prehispanicos-aztecas-mixtecas-toltecas-patolli-codices-dados-palo-volador-zancos-caceria-danza-teatro-rabi.php

http://www.egesnet.com/webmaya/mayas.php

http://es.wikipedia.org/wiki/Cultura_maya#Literatura