CULTURA A7 Robert Doisneau en Chile · afortunados. Primero, Robert Doisneau (1912-1994) disparaba...

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MARTES 8 DE OCTUBRE DE 2019 A7 CULTURA S e había formado como grabador, pero prefirió el camino de la fotografía. Era enjuto, discreto, algo tímido, y sus inicios no fueron afortunados. Primero, Robert Doisneau (1912-1994) disparaba su cámara frente a objetos de su entorno, sin recibir señales de aprobación. Después trabajó en Renault, sin muchas libertades. Y luego debió suspender su fas- cinación para colaborar con la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. No le fue fácil, pero tuvo buena cosecha. Ya en 1949, su reconocimiento público se había disparado. Hacía imá- genes como freelance para Vo- gue, había publicado un libro con Blaise Cendrars (“Las afue- ras de París”), y era reconocido como un eximio y sensible retra- tista de la capital francesa. Entonces recibió una invita- ción de la revista Fortune: reali- zar un reportaje sobre cómo se construían los campos de golf en Palm Springs (California). Debía ser a color. Doisneau aceptó, aunque no le gustaba salir de Pa- rís. “Regresó con un trabajo que se escapaba del tema impuesto: hizo un retrato divertido de una sociedad de multimillonarios americanos, en un estilo innova- dor, que hoy nos lleva a pensar en lo que años más tarde hizo Martin Parr. Era una sátira so- cial, saturada de colores y en una estética algo kitsch. Fortune no se lo esperaba”, cuenta a “El Mer- curio” la hija del fotógrafo, Fran- cine Deroudille. Ella, junto a su hermana, Ar- nnette Doisneau, definieron que la serie de Palm Springs —recu- perada hace una década— for- mara parte de “La belleza de lo cotidiano”, exposición que hoy abre en el Centro Cultural Las Condes, y que fue gestionada por Verónica Besnier, con apoyo del Instituto Francés de Chile y de la Cámara Franco Chilena. Junto con esas imágenes nun- ca antes vistas en Chile, la expo- sición contempla 80 fotografías en blanco y negro —la faceta icó- nica de Doisneau—. Escenas de niños solitarios, de paseos al campo, de fiestas, de fábricas o de la guerra. Y, por supuesto, se presentará su obra más famosa: “El beso del Hotel de Ville”. “Para esta exposición, quisi- mos buscar en los archivos más preciosos del Atelier Doisneau”, afirma Francine Deroudille. Y continúa: “Deseábamos hallar fotografías, la mayoría reveladas por él o bajo su control, que rela- taran su recorrido, siempre po- niendo en valor el lado poético de su universo. Juntamos dos se- ries realizadas en la misma épo- ca, que demuestran que su estilo estaba libre de convenciones”. —La mirada de Doisneau se in- clinaba hacia las escenas cotidia- nas y simples. ¿Sabe por qué? “Le gustaba construir su pro- pia ficción a partir de la vida real. Pensaba que frecuentemente va- mos a buscar lejos lo que tene- mos en nuestra puerta, y que la belleza de lo cotidiano está siem- pre en los instantes más comu- nes, en las cosas minúsculas. El cotidiano de las personas que fo- tografiaba a veces era rudo, pero él ofrecía una mirada cómplice, un estado de gracia. Por supues- to, existía un compromiso social y político con los que no eran fa- vorecidos por la vida”. —¿Qué características actúan como pilares de su mirada? “Cuando uno trabaja con sus archivos, como lo hacemos en el Atelier —que conserva unos 450 mil negativos—, muy rápida- mente se siente el hecho de que su mirada reconforta. Personal- mente, intento encontrar el hilo de su espíritu, uno constituido en la soledad y la independencia, pero también marcado por la simpatía y la fraternidad. Si el mundo fuera un pequeño teatro, mi padre se consideraría un ac- tor. No solo simple espectador”. Robert Doisneau en Chile: El fotógrafo que realzó lo cotidiano El trabajo del francés, autor del archiconocido beso frente al Hotel de Ville, se vio por primera vez en el Bellas Artes hace 17 años. Ahora, el Centro Cultural Las Condes exhibirá más de cien imágenes, entre las que figura una desconocida serie a color tomada en Palm Springs. Aquí habla su hija, Francine Deroudille. DANIELA SILVA ASTORGA “El dial de la escuela” (1956), retrato de lo cotidiano hecho por Doisneau. ©ROBERT DOISNEAU “El coche azul” (1960), fotografía de la serie “Palm Springs”. ©ROBERT DOISNEAU “El último vals del 14 de julio” (1949) también se exhibe en “La belleza de lo cotidiano”. La muestra perma- necerá abierta hasta el 8 de diciembre, de martes a domin- go (entrada liberada). ©ROBERT DOISNEAU E n forma paralela a su de- fensa de la música del siglo XX y a su carrera solista de fama mundial, el violinista letón Gideon Kremer (1947) también apoya a los nuevos talentos. Así, en 1997 fundó la Kremerata Balti- ca, con jóvenes músicos de Esto- nia, Letonia y Lituania, conjunto que ya ha grabado 27 discos y que ha ganado un Grammy y dos Echo Klassik. A tres años de su exitoso de- but en Chile, esta orquesta de cuerdas vuelve a la temporada “Fernando Rosas” de la Funda- ción Beethoven. Ayer ofreció un concierto gratuito para estu- diantes, y a las 19:30 horas de hoy se presentará en el Teatro Municipal de Las Condes (Fun- dacionbeethoven.org). Esta vez, la Kremerata Baltica será conducida por el chelista Mario Brunello (1960), quien hi- zo historia en 1986 cuando se convirtió en el primer —y úni- co— italiano en ganar el primer premio del Concurso Tchai- kovsky de Moscú. Además de trabajar como so- lista con estrellas como Claudio Abbado y Valery Gergiev, Bru- nello tiene larga experiencia conduciendo orquestas de cuer- das. Con la Kremerata Baltica lleva diez años de colaboración artística. “Desde el primer ensa- yo tienen un nivel muy alto en cuanto a lenguaje y estilo, y en el concierto el resultado siempre es fantástico”, comenta, y ase- gura que la clave es que Gideon Kremer “introdujo en la sangre de esta orquesta la curiosidad por el sentido de la música. Les enseñó a estos jóvenes a no ser complacientes, y por eso son tan aventureros como él”. El chelista explica que diseña- ron para su gira sudamericana un programa centrado en Lud- wig van Beethoven, para honrar desde ya a este genio cuyo 250 o natalicio se celebrará en todo el mundo el próximo año. “Beethoven hizo algo que ningún otro compositor podría haber hecho; es el primero que le pide a la audiencia que escu- che su música con atención”, di- ce. De Beethoven tocarán una suerte de “ampliación” del Cuarteto de cuerdas N° 16, Op. 135. “La oportunidad de condu- cir esta obra maestra con el soni- do de 25 músicos es muy espe- cial”, reconoce Brunello. Brunello, además, actuará co- mo solista en el Concierto en Do Mayor de Franz Joseph Haydn, y en el Concierto para chelo N° 6 de Jean-Louis Duport. “Haydn es el padre de Beetho- ven, y Duport fue un chelista muy importante en su vida. Este era el sonido que tenía Beetho- ven a su alrededor: la sofistica- ción de Haydn y la música de Duport, que es estándar y lige- ra, pero con una técnica intere- sante para el instrumento”, apunta. También introducirán en nuestro país al ecléctico com- positor italiano Giovanni Solli- ma (1960) que, a su juicio, “re- presenta la cultura musical me- diterránea. Tocaremos una obra moderna suya, y otra en estilo de Beethoven”, cuenta. Adicionalmente, incorpora- rán una pieza de Giya Kancheli, como homenaje al famoso com- positor georgiano que murió la semana pasada. Fundación Beethoven apuesta por la Kremerata Baltica y un chelista de excepción La orquesta de cuerdas ya conquistó al público en su debut en Chile, hace tres años. Ahora viene con el virtuoso Mario Brunello; juntos presentan esta tarde un programa centrado en Beethoven, con obras además de Haydn y Duport. HOY ES EL CONCIERTO EN EL TEATRO MUNICIPAL DE LAS CONDES: ROMINA DE LA SOTTA DONOSO La Kremerata Baltica ya actuó en Medellín y luego de Santiago se presentará en Córdoba y Buenos Aires. ®PAOLO PELLEGRIN El chelista Mario Brunello. GIULIO FAVOTTO H ace tiempo que no se publi- caba nada nuevo del escri- tor francés Marcel Proust (1871- 1922), y lo último recurría a sus cartas. Pero la próxima semana saldrá una completa novedad: cuentos escritos hacia 1897, iné- ditos. Se trata de “Le mystérieux correspondant et autres nouve- lles inédites” (El misterioso co- rresponsal y otros relatos inédi- tos), de Editions de Fallois, a 18,50 euros, editado por Luc Fraisse. Son nueve cuentos, ocho inéditos, que muestran los ini- cios del escri- t o r d e “ E n busca del tiempo perdi- do”. Son his- torias de la misma época de “Los place- res y los días”, publicado en 1896, con es- caso eco. Según la editorial, “son histo- rias cortas que obedecen a las le- yes del género: escenificación de una situación, vicisitudes, caída final. En algunos casos es una meditación estética y filosófica gratuita... Vemos al joven escri- tor multiplicar los experimentos narrativos sugeridos, a veces, por sus lecturas, pero que ya es- tán decididamente involucrados en el proceso de creación que anuncia el trabajo futuro”. Publican cuentos inéditos de Proust FRANCIA: En su última temporada, después de 16 años al frente de la Orquesta Sinfónica de Montreal, el director estadounidense de origen japonés Kent Nagano y ese conjunto están realizando una gira latinoamericana que incluye México, Brasil, Argen- tina y Chile. En su presentación en Santiago, el sábado, en el Teatro CorpArtes, ofrecieron un concierto con obras de Brahms y Bartók. Lo primero que llama la atención de la Sinfónica de Montreal en manos de su director titular es su legendario sonido brillante, en el que cada contor- no parece pulido con cuidado, siempre guardando el equilibrio entre la potencia y la expresividad. La violinista holandesa Simone Lamsma fue la magnífica solista en el Concierto para violín y orquesta (1878) de Brahms: su interpretación, muy inspirada, encantó a un público entusiasta que siguió concentrado, entre muchos pasajes destaca- bles, la cadenza del primer movimiento y su delicado reencuentro con la orquesta; el conmove- dor Adagio, con el solo de oboe a cargo de Theo- dore Baskin; y el brioso último movimiento. Como encore, Lamsma ofreció el Finale de la Sonata para violín solo Op.11 Nº6 (1917) de Paul Hindemith. Excelente. Siguió el Concierto para orquesta (1943, revisa- do en 1945) de Bartók. Escrito durante los últimos años de vida en su exilio norteamericano, esta obra muestra a un compositor determinado a encontrar audiencias más amplias que las que podía tener su más interesante producción orques- tal anterior: se trata de una pieza menos vanguar- dista, pero no exenta de su característico estilo. El extraordinario Kent Nagano resaltó bien la pasión que hay en esta partitura, pero también la nostal- gia por la música magiar que la transita. Pensada para el lucimiento virtuosístico de cada sección, la orquesta pudo mostrar sus extraordinarios dones, especialmente las maderas y unos prístinos, per- fectos bronces. Los encore fueron el muy bienvenido Molto vivace, último movimiento del “Concierto rumano” (1951) de György Ligeti, con los notables solos del primer violín Andrew Wan, y la Rapsodia húngara Nº 5 (1869) de Brahms. El público ovacionó este concierto, que estará entre lo mejor del año. Crítica de música El pulido brillo GONZALO SAAVEDRA KENT NAGANO Y LA SINFÓNICA DE MONTREAL:

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MARTES 8 DE OCTUBRE DE 2019 A 7CULTURA

Se había formado comograbador, pero prefirió elcamino de la fotografía.Era enjuto, discreto, algo

tímido, y sus inicios no fueronafortunados. Primero, RobertDoisneau (1912-1994) disparabasu cámara frente a objetos de suentorno, sin recibir señales deaprobación. Después trabajó enRenault, sin muchas libertades.Y luego debió suspender su fas-cinación para colaborar con laResistencia durante la SegundaGuerra Mundial. No le fue fácil,pero tuvo buena cosecha. Ya en1949, su reconocimiento públicose había disparado. Hacía imá-genes como freelance para Vo-gue, había publicado un librocon Blaise Cendrars (“Las afue-ras de París”), y era reconocidocomo un eximio y sensible retra-tista de la capital francesa.

Entonces recibió una invita-ción de la revista Fortune: reali-zar un reportaje sobre cómo seconstruían los campos de golf enPalm Springs (California). Debíaser a color. Doisneau aceptó,aunque no le gustaba salir de Pa-rís. “Regresó con un trabajo quese escapaba del tema impuesto:hizo un retrato divertido de unasociedad de multimillonariosamericanos, en un estilo innova-dor, que hoy nos lleva a pensaren lo que años más tarde hizoMartin Parr. Era una sátira so-cial, saturada de colores y en unaestética algo kitsch. Fortune no selo esperaba”, cuenta a “El Mer-

curio” la hija del fotógrafo, Fran-cine Deroudille.

Ella, junto a su hermana, Ar-nnette Doisneau, definieron quela serie de Palm Springs —recu-perada hace una década— for-mara parte de “La belleza de locotidiano”, exposición que hoyabre en el Centro Cultural LasCondes, y que fue gestionadapor Verónica Besnier, con apoyo

del Instituto Francés de Chile yde la Cámara Franco Chilena.

Junto con esas imágenes nun-ca antes vistas en Chile, la expo-sición contempla 80 fotografíasen blanco y negro —la faceta icó-nica de Doisneau—. Escenas deniños solitarios, de paseos alcampo, de fiestas, de fábricas ode la guerra. Y, por supuesto, sepresentará su obra más famosa:

“El beso del Hotel de Ville”. “Para esta exposición, quisi-

mos buscar en los archivos máspreciosos del Atelier Doisneau”,afirma Francine Deroudille. Ycontinúa: “Deseábamos hallarfotografías, la mayoría reveladaspor él o bajo su control, que rela-taran su recorrido, siempre po-niendo en valor el lado poéticode su universo. Juntamos dos se-ries realizadas en la misma épo-ca, que demuestran que su estiloestaba libre de convenciones”.

—La mirada de Doisneau se in-clinaba hacia las escenas cotidia-nas y simples. ¿Sabe por qué?

“Le gustaba construir su pro-pia ficción a partir de la vida real.Pensaba que frecuentemente va-mos a buscar lejos lo que tene-mos en nuestra puerta, y que labelleza de lo cotidiano está siem-pre en los instantes más comu-nes, en las cosas minúsculas. Elcotidiano de las personas que fo-tografiaba a veces era rudo, peroél ofrecía una mirada cómplice,un estado de gracia. Por supues-to, existía un compromiso socialy político con los que no eran fa-vorecidos por la vida”.

—¿Qué características actúancomo pilares de su mirada?

“Cuando uno trabaja con susarchivos, como lo hacemos en elAtelier —que conserva unos 450mil negativos—, muy rápida-mente se siente el hecho de quesu mirada reconforta. Personal-mente, intento encontrar el hilode su espíritu, uno constituidoen la soledad y la independencia,pero también marcado por lasimpatía y la fraternidad. Si elmundo fuera un pequeño teatro,mi padre se consideraría un ac-tor. No solo simple espectador”.

Robert Doisneau en Chile: El fotógrafo que realzó lo cotidiano

El trabajo del francés, autor del archiconocido beso frente al Hotel de Ville, se vio por primera vez en el BellasArtes hace 17 años. Ahora, el Centro Cultural Las Condes exhibirá más de cien imágenes, entre las que figurauna desconocida serie a color tomada en Palm Springs. Aquí habla su hija, Francine Deroudille. DANIELA SILVA ASTORGA

“El dial de la escuela” (1956), retrato de lo cotidiano hecho por Doisneau.

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“El coche azul” (1960), fotografía de la serie “Palm Springs”.

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“El último valsdel 14 de julio”(1949) tambiénse exhibe en “Labelleza de locotidiano”. Lamuestra perma-necerá abiertahasta el 8 dediciembre, demartes a domin-go (entradaliberada).

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En forma paralela a su de-fensa de la música del sigloXX y a su carrera solista de

fama mundial, el violinista letónGideon Kremer (1947) tambiénapoya a los nuevos talentos. Así,en 1997 fundó la Kremerata Balti-ca, con jóvenes músicos de Esto-nia, Letonia y Lituania, conjuntoque ya ha grabado 27 discos yque ha ganado un Grammy y dosEcho Klassik.

A tres años de su exitoso de-but en Chile, esta orquesta decuerdas vuelve a la temporada“Fernando Rosas” de la Funda-ción Beethoven. Ayer ofreció unconcierto gratuito para estu-diantes, y a las 19:30 horas dehoy se presentará en el TeatroMunicipal de Las Condes (Fun-dacionbeethoven.org).

Esta vez, la Kremerata Balticaserá conducida por el chelistaMario Brunello (1960), quien hi-zo historia en 1986 cuando seconvirtió en el primer —y úni-co— italiano en ganar el primerpremio del Concurso Tchai-kovsky de Moscú.

Además de trabajar como so-lista con estrellas como ClaudioAbbado y Valery Gergiev, Bru-nello tiene larga experienciaconduciendo orquestas de cuer-das. Con la Kremerata Baltica

lleva diez años de colaboraciónartística. “Desde el primer ensa-yo tienen un nivel muy alto encuanto a lenguaje y estilo, y en elconcierto el resultado siemprees fantástico”, comenta, y ase-gura que la clave es que GideonKremer “introdujo en la sangrede esta orquesta la curiosidadpor el sentido de la música. Lesenseñó a estos jóvenes a no sercomplacientes, y por eso son tan

aventureros como él”.El chelista explica que diseña-

ron para su gira sudamericanaun programa centrado en Lud-wig van Beethoven, para honrardesde ya a este genio cuyo 250o

natalicio se celebrará en todo elmundo el próximo año.

“Beethoven hizo algo queningún otro compositor podríahaber hecho; es el primero quele pide a la audiencia que escu-

che su música con atención”, di-ce. De Beethoven tocarán unasuerte de “ampliación” delCuarteto de cuerdas N° 16, Op.135. “La oportunidad de condu-cir esta obra maestra con el soni-do de 25 músicos es muy espe-cial”, reconoce Brunello.

Brunello, además, actuará co-mo solista en el Concierto en DoMayor de Franz Joseph Haydn,y en el Concierto para chelo N°

6 d e J e a n - L o u i s D u p o r t .“Haydn es el padre de Beetho-ven, y Duport fue un chelistamuy importante en su vida. Esteera el sonido que tenía Beetho-ven a su alrededor: la sofistica-ción de Haydn y la música deDuport, que es estándar y lige-ra, pero con una técnica intere-sante para el instrumento”,apunta. También introduciránen nuestro país al ecléctico com-positor italiano Giovanni Solli-ma (1960) que, a su juicio, “re-presenta la cultura musical me-diterránea. Tocaremos una obramoderna suya, y otra en estilode Beethoven”, cuenta.

Adicionalmente, incorpora-rán una pieza de Giya Kancheli,como homenaje al famoso com-positor georgiano que murió lasemana pasada.

Fundación Beethoven apuesta por laKremerata Baltica y un chelista de excepciónLa orquesta de cuerdas ya conquistó al público en su debut en Chile, hace tres años. Ahora viene con el virtuoso MarioBrunello; juntos presentan esta tarde un programa centrado en Beethoven, con obras además de Haydn y Duport.

HOY ES EL CONCIERTO EN EL TEATRO MUNICIPAL DE LAS CONDES:

ROMINA DE LA SOTTA DONOSO

La Kremerata Baltica ya actuó en Medellín y luego de Santiago se presentará en Córdoba y Buenos Aires.

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El chelista Mario Brunello.

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Hace tiempo que no se publi-caba nada nuevo del escri-

tor francés Marcel Proust (1871-1922), y lo último recurría a suscartas. Pero la próxima semanasaldrá una completa novedad:cuentos escritos hacia 1897, iné-ditos. Se trata de “Le mystérieuxcorrespondant et autres nouve-lles inédites” (El misterioso co-rresponsal y otros relatos inédi-tos), de Editions de Fallois, a18,50 euros, editado por LucFraisse. Son nueve cuentos, ochoinéditos, que muestran los ini-cios del escri-t o r d e “ E nb u s c a d e ltiempo perdi-do”. Son his-tor ias de l amisma épocade “Los place-res y los días”,publicado en1896, con es-caso eco.

Según la editorial, “son histo-rias cortas que obedecen a las le-yes del género: escenificación deuna situación, vicisitudes, caídafinal. En algunos casos es unameditación estética y filosóficagratuita... Vemos al joven escri-tor multiplicar los experimentosnarrativos sugeridos, a veces,por sus lecturas, pero que ya es-tán decididamente involucradosen el proceso de creación queanuncia el trabajo futuro”.

Publicancuentosinéditosde Proust

FRANCIA:

En su última temporada, después de 16 años alfrente de la Orquesta Sinfónica de Montreal, eldirector estadounidense de origen japonés KentNagano y ese conjunto están realizando una giralatinoamericana que incluye México, Brasil, Argen-tina y Chile. En su presentación en Santiago, elsábado, en el Teatro CorpArtes, ofrecieron unconcierto con obras de Brahms y Bartók. Loprimero que llama la atención de la Sinfónica deMontreal en manos de su director titular es sulegendario sonido brillante, en el que cada contor-no parece pulido con cuidado, siempre guardandoel equilibrio entre la potencia y la expresividad.

La violinista holandesa Simone Lamsma fue la

magnífica solista en el Concierto para violín yorquesta (1878) de Brahms: su interpretación, muyinspirada, encantó a un público entusiasta quesiguió concentrado, entre muchos pasajes destaca-bles, la cadenza del primer movimiento y sudelicado reencuentro con la orquesta; el conmove-dor Adagio, con el solo de oboe a cargo de Theo-dore Baskin; y el brioso último movimiento. Comoencore, Lamsma ofreció el Finale de la Sonatapara violín solo Op.11 Nº6 (1917) de Paul Hindemith.Excelente.

Siguió el Concierto para orquesta (1943, revisa-do en 1945) de Bartók. Escrito durante los últimosaños de vida en su exilio norteamericano, estaobra muestra a un compositor determinado aencontrar audiencias más amplias que las que

podía tener su más interesante producción orques-tal anterior: se trata de una pieza menos vanguar-dista, pero no exenta de su característico estilo. Elextraordinario Kent Nagano resaltó bien la pasiónque hay en esta partitura, pero también la nostal-gia por la música magiar que la transita. Pensadapara el lucimiento virtuosístico de cada sección, laorquesta pudo mostrar sus extraordinarios dones,especialmente las maderas y unos prístinos, per-fectos bronces.

Los encore fueron el muy bienvenido Moltovivace, último movimiento del “Concierto rumano”(1951) de György Ligeti, con los notables solos delprimer violín Andrew Wan, y la Rapsodia húngaraNº 5 (1869) de Brahms. El público ovacionó esteconcierto, que estará entre lo mejor del año.

Crítica de música

El pulido brilloGONZALO SAAVEDRA

KENT NAGANO Y LA SINFÓNICA DE MONTREAL: