Cuerpo Propio Husserl Continuacion

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    Problemas Especiales de Gnoseologa 2014

    Horacio Banega

    Clase sobre Cuerpo Propio en Husserl (continuacin)

    Esta clase es una gua sobre el texto obligatorio de Serrano de Haro que figura

    en la primera nota a pie. A efectos del examen final, se les exigir que

    puedan reponer exhaustivamente los temas y conceptos que aparecen

    en el archivo Cuadro Serrano de Haro.

    En otro orden de cosas: el Profesor a cargo de la materia firma adhesin al

    paro, y dicta clases.

    1.-Corriente de conciencia e identidad del cuerpo1

    Husserl en Hua. XIV [Zur Phnomenologie der Intersubjektivitt, Zweiter Teil: 1921-1928,

    Hrgs Kern, Iso]:

    El cuerpo que digo mo se seala entre todas las realidades

    circundantes o remotas por una cualidad inconfundible y sin embargo

    imprecisa, que es justamente su referencia a m mismo. Mi cuerpo admite

    comparacin objetiva con las realidades externas cual si fuera una de ellas, y se

    diferencia por tanto de los actos, vivencias y experiencias que yo haya tenido o

    pueda tener, todos los cuales se integran al flujo ntimo de conciencia que

    carece por su sentido de un trmino extrao de cotejo. El cuerpo propio es `lo

    ms originariamente mo, lo originariamente propio mo y propio de manera

    permanente, `tan mo como nada distinto de l puede ser mo (58-59). Este

    cuerpo presenta un tipo de objetividad que es heterognea de la subjetividad,

    como si el hecho de ser mo exigiera que no se identifique completamente con

    el yo.

    El cuerpo propio parece estar en el lmite de diversos dominios

    ontolgicos: realidad fsica y realidad anmica; tipo de cosa que no detenta

    propiedades distintivas, pero que funciona como un todo orgnico e

    instrumental al yo que lo mueve y anima. Esta ubicacin particular, este

    insertarse [encajonarse, eingeschaltet] entre lo material y lo subjetivo (Id. II,

    161) coincide con el saber previo de orden prctico con el que contamos en la

    1 Serrano de Haro, Agustn, Fundamentos del anlisis fenomenolgico del cuerpo, en Serrano de Haro, Agustn, (ed.), La posibilidad de la fenomenologa, Editorial Complutense, Madrid, 1997, ps. 185-216

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    vida cotidiana. Por esto es un buen punto de partida para llevar a cabo su

    anlisis fenomenolgico.

    Se precisan cuatro direcciones para el anlisis, estipuladas por la manera

    en que la experiencia mencionada en el prrafo anterior se concretiza.

    1.-El cuerpo es y aparece como rgano de percepcin de la realidad. Es

    sede de los rganos de los sentidos que, al ser estimulados por factores

    externos, nos sirven para conocer el medio ambiente que nos rodea. Al mismo

    tiempo es centro de referencia de las regiones del espacio exterior que se

    orientan en torno al cuerpo propio. La cita obligada en este punto es Kant.

    2.-El cuerpo es y aparece a cada uno como una realidad que necesita

    atencin y cuidado. Sensaciones, afectos y pulsiones sensibles muestran la

    necesidad del cuerpo y el carcter provisorio de toda satisfaccin.

    3.-En conexin con el punto anterior, el cuerpo es el rgano de la

    voluntad del yo. Es el nico ente al que la voluntad mueve espontneamente y

    por el que acta sobre otros objetos.

    4.-El cuerpo es y aparece como expresin y manifestacin del yo

    para los otros sujetos. La coexistencia de los sujetos es posible por la co-

    presencia de los cuerpos, del cuerpo del otro para m, y de mi cuerpo para los

    otros. Finalmente, la intimidad inaccesible toma cuerpo visible en los gestos,

    posturas y movimientos corporales. [Id. II, # 18, 21, 30, 38]

    Lo que se denomina la `sabidura del cuerpo se basa en este estatuto

    objetivo y subjetivo simultneo del cuerpo propio. En lo que sigue Serrano de

    Haro se dirigir a describir cmo me aparece mi cuerpo propio y cules son las

    condiciones de posibilidad de tal aparecer.

    1.-2 Las cuatro dimensiones arriba descriptas suponen la existencia de

    vivencias intencionales. La percepcin del espacio externo y de los afectos y

    pulsiones, las voliciones que se sirven del cuerpo y la comprensin de gestos y

    expresiones ajenas, comparten las caractersticas de las vivencias de

    conciencia. Sabemos que las vivencias intencionales son acontecimientos

    temporales, cuya identidad consiste en pertenecer al flujo de la conciencia y en

    ser notadas, vivenciadas. Todas las vivencias se organizan en el tiempo

    inmanente como partes inseparables del mismo, lo que implica que las

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    vivencias se unen con otras vivencias, no con el cuerpo, y limitan entre s, no

    con el cuerpo. Pero: las vivencias intencionales no son slo vivencias,

    modificaciones de la conciencia absoluta del tiempo en tanto acontecimientos

    inmanentes, sino que, fundamentalmente, son vivencias intencionales. Esto

    significa que la inmanencia de la vida de la conciencia se abre a lo que no es ni

    puede ser tiempo interno autoconsciente.

    Tal situacin es la que lleva a Serrano de Haro a afirmar que no se

    necesita un nexo real que conecte la vida interna de la conciencia con el mundo

    real. No la necesita porque la funcin de tender ese puente que cierra la brecha

    entre la conciencia y el mundo es de la vivencia intencional. De esta manera no

    surge el arduo problema de la comunicacin de sustancias radicalmente

    heterogneas. Las vivencias y sus objetos se encuentran, en consecuencia, en

    una relacin de dependencia bilateral, ms estricta que ninguna causalidad

    (188).

    Los dos principios fundamentales recin sealados, a saber, 1) las

    vivencias forman parte de una corriente de conciencia son de ella, y 2) las

    vivencias tienen una conexin necesaria con el polo objetivo que intencionan

    cada vivencia es de su objeto- nos conducen a una tesis preliminar y

    unilateral pero importante. La tesis afirma que el lugar del cuerpo es el de un

    particular polo objetivo noemtico de intenciones determinadas, una unidad de

    sentido que aparece a mltiples actos representativos, afectivos y volitivos y

    que se constituye en tales actos (188).

    Segn SH la particular identidad de mi cuerpo propio, su aprehensin

    como un cuerpo humano, el hecho de que aparezca como una concentracin de

    relaciones causales en la que se asienta mi identidad, todo esto ha tenido su

    gnesis de sentido en la experiencia perceptiva a travs de un proceso de

    surgimiento y determinacin intencional que llega consolidada, asegurada y

    olvidada hasta el presente. Este punto de partida de la investigacin

    fenomenolgica sobre el cuerpo Husserl la establece en Ideas I y II. SH

    presentar sus desarrollos elementales.

    En toda percepcin externa tambin aparece mi cuerpo como formando

    parte del campo perceptivo: toda cosa de mi experiencia pertenece a mi

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    `entornoy esto significa ante todo que mi cuerpo tambin est ah y

    en cuanto cuerpo . (113) [Jedes Ding meiner Erfahrung gehrt zu meiner

    Umgebung, und das sagt zunchst, mein Leib ist auch dabei und als Leib. 81, Hua. IV]. En

    situaciones normales mi cuerpo tambin es objeto de atencin en forma de una

    atencin paralela a la atencin primaria que se dirige a la cosa o sector de

    cosas de mi inters perceptivo. Se me ofrece no temticamente el eje vertical

    de la pesadez que acompaa a los brazos cados, el eje horizontal que pueden

    dibujar los brazos en cruz, y el plano o eje central que configuran los anteriores

    al cruzarse, segn la descripcin renacentista que nos da Husserl (cfr. Hua.

    XIII, 284). Pero, es verdad que slo puedo ver una seccin de mi imagen

    corporal, por motivos estrictamente fenomenolgicos y por motivos netamente

    especficos de este objeto. Pero este objeto le es visible en su integridad a otro

    sujeto, en tanto no es su cuerpo.

    SH nombra a esta percatacin marginal como coatencin del propio

    cuerpo en la experiencia de los objetos externos. En esta percatacin marginal

    el cuerpo no se percibe uniformemente, sino que ciertas zonas o reas la

    cabeza, el plano ventral, las manos- son privilegiadas; mientras que las

    restantes el dorso, las extremidades inferiores, el interior del cuerpo- forman

    parte del horizonte de percepcin posible. SH usa la frase `latencia inadvertida

    para esta situacin fenomenolgica. En ciertas circunstancias el cuerpo entero

    parece deslizarse hacia una zona de no-atencin en la concentracin densa de

    la lectura, o al participar en una conversacin o al mirar una pelcula en el cine-

    pero incluso en tales situaciones se tiene una percatacin marginal, una

    `noticia intencional del cuerpo; al menos como la silueta que indica los lmites

    del dolor y el rea de proximidad de cualquier otro objeto, amenazante o no:

    sin interrupcin est ah dado a la percepcin el mundo de las cosas y en l

    nuestro cuerpo (Hua. III/1, 81, # 39).

    El cuerpo tambin aparece mentado o comentado latentemente o

    explcitamente en el acto de rememoracin. Las `imgenes rememoradas

    contienen como determinante de su aparecer una cierta perspectiva de las

    escena rememoradas. Tal perspectiva es determinada, a su vez, por la posicin

    espacial de mi cuerpo en la escena rememorada. Reconozco mi propia silueta y

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    postura corporales como en un lmite del campo visual del suceso reproducido.

    Pero tambin: mi rememoracin puede extraer al cuerpo del anonimato

    perceptivo en que estuvo en el momento en que aconteci la escena

    rememorada. [Cfr. Hua. X, apndice III]. La rememoracin puede prestar

    atencin a lo que la percepcin no lleg a destacar y el rol esencial de la

    rememoracin en la constitucin de la experiencia se muestra en que a travs

    de ella constituyo los cambios objetivos que mi cuerpo propio ha

    experimentado.

    Esta tendencia del cuerpo propio a permanecer en una esfera de co-

    atencin o percatacin marginal pero sin llegar a pasar al horizonte vaco ni al

    horizonte temtico se contrapone a la manera brusca en que toma el centro

    atencional de la intencionalidad cuando surgen vivencias de dolor sensible. La

    vivencia de dolor, independientemente de su intensidad, tiene un particular

    modo de instalarse en la vida consciente capturando al yo y su inters. La

    atencin suspende su ejecucin actual y localiza en miembros o partes

    definidas del cuerpo la vivencia-dolor como tal. Estas partes o miembros

    padecen, entonces, una objetivacin, como si el contenido de la vivencia

    afectiva fuera un dato captable en la superficie de la piel o en la disposicin de

    algn miembro. Pero esta distincin entre dolor consciente y su aprehensin

    objetiva slo se realiza en la descripcin terica. SH define a la vivencia-dolor

    con las siguientes propiedades: a.-temporal y cualitativa; b.-certeza indubitable

    e ntima; c.-incide en la atencin de modo particular; d.-no es visible; e.-no es

    palpable; f.-carece de aparecer fenomnico: no se ve, no se toca.

    Lo que es fenomnico es su ubicacin en una parte y estado del cuerpo,

    y esta objetivacin es susceptible de decepcin. Este sentido objetivo es

    construdo por la propia vida intencional y se revela frecuentemente como

    aproximado (identificacin vaga o `errnea), e incluso como ilusoria

    (miembros fantasmas que duelen, miembros reales que `deberan doler).

    Hasta ac contamos con ciertas legalidades fenomnicas del aparecer de

    mi cuerpo como correlato intencional: variaciones de la atencin, modos de la

    experiencia, formas de objetivacin. Sabemos que la investigacin

    fenomenolgica distingue entre las vivencias intencionales y lo intencionado en

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    tales vivencias. Sabemos, tambin, que la comprensin de la actitud natural del

    cuerpo fusiona la distincin anterior, conectndolos por identidad real o

    causalidad. En esa situacin la indagacin descriptiva sostiene la

    correspondencia irreductible entre los actos intencionales de tipos precisos con

    sus sntesis propias y lo que constituyen como sentido invariante del cuerpo, del

    `intracuerpo. Pero hay que matizar esta distincin porque si no se lo hace, nos

    quedamos con el resultado de que el cuerpo tiene un estatuto meramente

    objetivo, no avanzando la fenomenologa ms all del mecanicismo clsico. Lo

    que se tiene que matizar es la condicin exclusiva de correlato intencional que

    estos primeros anlisis atribuyen al cuerpo.

    1.3. La comprensin natural del cuerpo como rgano receptor de estmulos

    perceptivos y productor de sensaciones admite, en principio, una reduccin

    anloga a la vivencia-dolor. La sensibilidad y la multiplicidad de los datos

    hilticos forman parte de la vida consciente en primera persona y de su

    funcionamiento intencional (y no del entramado de miembros y nervios

    activado por una causalidad annima). Asimismo de esta sensibilidad y

    multiplicidad derivan la constitucin en que los contenidos de sensacin se

    objetivan en el cuerpo ya constitudo nuevos actos los objetivan.

    Esto sucede porque en la explicitacin fenomenolgica los contenidos de

    sensacin no se conciben como el punto de contacto entre la conciencia y el

    mundo externo a ella o como el lmite que bordea las superficies de la

    autoconciencia y lo corporal corpreo. En fenomenologa la multiplicidad de

    las sensaciones forman parte del penltimo estrato de la vida notica. Estos

    estratos, conectados recprocamente, convergen en cualquier percepcin

    externa en el mundo de la vida. La cosa singular o la configuracin de cosas

    que es objeto de atencin temtica aparece en mi percepcin visual de

    mltiples maneras, variables casi a cada momento, pero en rdenes de

    variacin fijos. SH los especificar brevemente para mostrar cul es el que

    sugiere la presencia del cuerpo.

    Se prescindir de la caracterstica bsica que nos indica que la captacin

    singular ya implica un modo particular de aparecer el objeto: destacado del

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    entorno, sacado del fondo intencional en que se encontraba. Esto significa

    que la cosa idntica aparece con ciertas determinaciones objetivas de entre un

    conjunto infinito de ellas que la tiene como referencia individual. El mismo

    objeto es percibido visualmente bajo una u otra descripcin genrica o interna

    (nota interna) o relacional. Sea cual sea el sentido idntico que el acto d al

    objeto, hay presente un segundo orden de variacin ya que no percibo al

    objeto en su totalidad y con precisin anlogas a la aprehensin del sentido

    ideal de una proposicin. Lo que de hecho aparece es una cara del objeto que

    prefigura el resto del objeto que no se me da a la intuicin. Se sabe que el

    objeto percibido es, en algn sentido, la sntesis final de las posibilidades

    infinitas de completar la intuicin. Esto significa que la percepcin distingue su

    objeto conducida por un sentido idntico que se descompone en diversos y

    mltiples escorzos. Escorzo y sentido idntico se exigen y se distinguen: por un

    lado no es que lo que percibo es una cara o seccin, sino que lo que percibo es

    la cosa desde este o aquel lado; por otra parte, casi a la inversa, los escorzos

    cambiantes y parciales son los que hacen posible y sostienen la intuicin de la

    cosa unitaria, en tanto que la supresin de las intuiciones incompletas e

    insuficientes slo daran por resultado el fin de toda intuicin, no la completitud

    simple del objeto. Se transformara en una mera mencin vaca.

    Hasta aqu, entonces, SH nos present las siguientes caractersticas de

    los rdenes de variacin de la percepcin: multiplicidad del fondo y unidad del

    objeto destacado; unidad del objeto sobre la multiplicidad de sentidos; unidad

    del sentido entre la multiplicidad de los escorzos. Husserl introduce una

    reflexin ulterior sobre la intuicin sensible para determinar el complejo de los

    datos de sensacin sensaciones visuales en este caso. En este nivel del

    anlisis, cada corte del objeto que cumple el rol de escorzo de la cosa unitaria

    se exhibe como unidad que hace posible y sostiene nuevas multiplicidades

    subyacentes. El lado que expone la cosa es una unidad de sentido que se

    exhibe por las perspectivas y orientaciones variables que la mirada toma sobre

    l a cada instante. Segn me acerque o me aleje, segn mi orientacin sea

    frontal o la incline lateralmente, segn deslice la mirada de arriba abajo,

    oblicuamente, etc., tienen lugar modificaciones fenomnicas relativamente

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    notables de la figura del lado que, por su parte, contina exhibiendo,

    figurando la cosa entera. Esto significa que el escorzo mismo se transforma

    en el correlato unitario de los componentes plurales perspectiva-

    orientacin-distancia que lo modulan e informan. La situacin

    fenomenolgica es tal que, ante cada nueva reconfiguracin de este complejo

    de componentes se produce una nueva composicin de las cualidades

    cromticas de la vivencia: los datos visuales oscilan por su cualidad, intensidad,

    contraste, destello, y esta oscilacin no altera la aprehensin objetivante, ya

    que slo determina la nitidez, claridad, distincin con que se muestra el color

    unitario del lado del objeto unitario. Este material cromtico vivenciado, estas

    mnimas facetillas de color que no veo en el objeto sino que a travs de ellas

    veo el color (del lado) del objeto son las que merecen el nombre de

    sensaciones visuales, datos hilticos visuales, de acuerdo con Husserl. Estas

    ltimas multiplicidades estn en la base de la doble condicin, intuitiva y

    expositiva, de la percepcin sensible muestra el objeto `en persona, pero al

    mostrarlo lo `escorza:

    Aqu se ve que la expresin `escorzo es polismica. De cada aspecto puede decirse que en l se escorza la cosa, pero en ltimo trmino se denominan escorzos a los mltiples datos de sensacin. Son los materiales nfimos en que se `escorzan las determinaciones de cosas.2 (Z 169, SH 192)

    Segn SH, es posible resumir en un orden de los sentidos de `percepcin

    visual esta complejidad mnima de toda percepcin sensible (y por extensin

    de toda intuicin sensible):

    1.-Ver: contar con un horizonte intencional dado, abierto, de contrastes y

    similitudes.

    2.-Captar un objeto: destacar del horizonte una cosa o configuracin de cosas.

    3.-Mirar el objeto en un cierto sentido, mentarlo como tal y tal objeto.

    4.-La cosa se exhibe parcialmente a la mirada, se muestra en un modo variable

    de aparecer. Escorzo de primer orden. 2 Man sieht hierbei, daB der Ausdruck Abschattung ein vieldeutig ist. Von jedem Aspekt kann gesagt werden, daB sich in ihm das Ding abschattet; zu unterst heiBen aber die mannigfaltigen Empfindungsdaten Abschattungen, sie sind die untersten Materialien, in denen sich dingliche Bestimmtheiten abschatten, 130 # 32, Id. II. Hua. IV.

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    5.-Tener o tomar una determinada perspectiva-distancia-orientacin que hace

    variar el escorzo de la cosa. Escorzo de segundo orden.

    6.-Ver: significa experimentar un complejo variable de sensaciones visuales, de

    datos cromticos fugaces.

    SH nos advierte que es posible considerar un sentido sptimo que se

    refiere a la temporalidad de la percepcin visual (en tanto objeto inmanente de

    la conciencia). En este sentido, percibir es notar el pasaje de la sensacin por y

    en el tiempo inmanente de la conciencia, en donde notamos su aparicin actual

    y su posterior deslizarse hacia el pasado y su sumergirse en l. En este sentido

    ver se dice del pasaje de las vivencias como datos inmanentes de la

    conciencia en su propia temporalidad a la que contribuyen a constituir. El lmite

    ltimo de las multiplicidades noticas e hilticas resulta, segn SH, conciencia,

    no cuerpo, intenciones que funcionan operativamente y no temticamente en la

    percepcin del mundo y que otorgan unidad a la propia vida intencional que

    fluye en el tiempo inmanente.

    Hasta ac no ha aparecido el cuerpo propio ni sus rganos ni su

    funcionamiento. El anlisis de las vivencias perceptivas parece no necesitar

    desplegar ninguna unidad objetiva u orgnica ni conexiones autnticas de la

    objetividad ni conexiones causales de estmulos. El cuerpo como correlato

    noemtico sigue cayendo bajo los sentidos indicados arriba: se encuentra en un

    horizonte de objetos percibidos, se destaca con un sentido propio, se

    perspectiviza para la mirada, su aparecer es continuo en relacin a la

    continuidad del tiempo inmanente. PERO, si entendemos tales sentidos

    noticamente, ninguno se predica del cuerpo propio: el cuerpo no abre el

    horizonte de sentido, el cuerpo no dirige la atencin, no proyecta los escorzos

    sobre la cosa unitaria, no retiene la sensacin recin pasada ni protenciona las

    sensaciones por venir, etc.

    Lo que es cierto es que sobre la base de la presencia permanente del

    cuerpo a la intuicin y en funcin de regularidades captadas entre, por una

    parte, circunstancias objetivas del entorno espacial iluminacin, distancia de la

    fuente luminosa, etc.- y, por otra parte, posibilidades subjetivas de la intuicin,

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    el cuerpo adquiere el sentido de una cosa sealada, `mi cuerpo, y siempre

    por necesidad esencial, como lugar en que un sistema de condiciones

    subjetivas se entrelaza con el sistema de causalidad (96 Z) [ein ausgezeichnetes

    Ding, mein Leib, als die Stelle, wo sich, und immer wesensnotwendig, ein System subjektiver

    Konditionalitt verflich mit diesem System der Kausalitt.. Hua. IV 64]. En virtud de tal

    entrelazamiento las vivencias en conjunto reciben una localizacin derivada y

    difusa en relacin con el cuerpo y la misma percepcin se interpreta como

    `estado de un ser animado que depende de circunstancias causales externas y

    de rganos internos: de esta manera se constituye el ver como estado

    psicosomtico y como funcin orgnica. Pero este sentido as logrado no se

    aade a la serie notica o a alguno de sus elementos. Lo que se quiere decir

    ac es que en las condiciones reales y causales de la percepcin sensible no se

    reconoce ninguna vivencia inmanente: estas condiciones no se dan a la

    conciencia del tiempo inmanente como estados de un ser animado de cierta

    especie biolgica y que se verifican en `tercera persona, sino que son los

    sucesos del estar vivo `en primera persona. El sentido psicosomtico tampoco

    refiere, en el dominio de las vivencias, a un nuevo orden de partes o

    multiplicidades abstractas, en tanto las condiciones mentadas no son

    propiedades objetivas o disposicionales, sino los momentos noticos que

    articulan la `conciencia de, el `de que no se puede objetivar y que est en el

    origen del sentido y, por lo tanto, de la posibilidad de poder tener a la vista

    objetos.

    La descripcin del escorzo intuitivo esencial para el anlisis inmanente-

    tiene que asumir que los aspectos de perspectiva-orientacin-distancia parecen

    requerir, adems de los elementos noticos del acto, algo que se pueda mover

    intencionadamente, a partir del cual dependa el cambio consciente y coherente

    de los escorzos sucesivos. Tal `algo no es mera sucesin o pura secuencia

    temporal inmanente constituyente- pero tampoco mera produccin de sentido,

    pura unidad objetiva transcendencia constitutiva.

    2.-[K]Cinestesias

    2.-1.- Los objetos que percibo y mi cuerpo propio comparten la incompletitud

    esencial de no exhibirse nunca en su totalidad. La identidad del objeto slo se

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    logra a travs de una serie infinita de intenciones vacas e intuiciones

    cumplimentadoras que van confirmando que se trata del mismo objeto en cada

    caso. Sabemos que en las intuiciones cumplimentadoras me son dadas,

    esencialmente, otras partes del objeto. Esas partes son escorzos del objeto. SH

    introduce una distincin de grado entre los objetos que hemos experimentado

    en sntesis infinitas de cumplimiento y los objetos que slo han llegado a

    sugerir, en un golpe de vista, su horizonte interno. Entre ambos tipos de

    experiencia no slo encontramos una diferencia en la explicitacin del sentido

    del objeto respectivo, sino que tal diferencia indica una diferente validacin del

    objeto o de certeza ttica con la que se asume la existencia del objeto. La

    identidad recorrida en una serie de intenciones vacas y cumplimientos

    intuitivos respectivos est acreditada por tal recorrido.

    SH afirma que el proceso de cumplimiento y verificacin intencional

    supone la actividad de un yo que forma parte necesariamente de la corriente de

    vivencias y que hasta ahora no haba sido tematizado explcitamente. El yo es el

    sujeto activo de la atencin que capta con inters el objeto y quien responde a

    la tendencia pasiva con que los objetos urgen a una captacin particular desde

    el entorno. Es el yo quien adquiere un hbito intencional sobre tales objetos.

    Estos hbitos no requieren actos discretos que los re-actualicen a cada instante,

    y, sin embargo, persisten en el yo. Pero tales hbitos, de modo latente, influyen

    en el conocimiento concreto del mundo de la experiencia que el sujeto tiene y

    conduce los actos futuros. SH enfatiza que es relevante para nuestros objetivos

    tener en cuenta que el proceso de cumplimiento no podra suceder sin la

    participacin del cuerpo propio ni sera comprensible si se hace abstraccin de

    tal participacin. El yo y el cuerpo ganan juntos el protagonismo que el anlisis

    exclusivo y unilateral de las vivencias y los correlatos poda aplazar y acaso

    encubrir. (SH 195)

    El yo elige las distintas perspectivas que hacen correr el curso de la

    experiencia perceptiva en congruencia con cambios intencionados en la

    orientacin y posicin de mi cuerpo propio. Si no contramos con la posibilidad

    de hacer movimientos a voluntad para inspeccionar intuitivamente la cosa

    inmvil recorriendo sus lados diferentes, sintetizando los escorzos y

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    seleccionando las ms adecuados, entonces esta situacin no llegara a

    diferenciarse de una sucesin confusa de escorzos que una cosa en movimiento

    produce en un espectador inmvil y externo. Este es de hecho el argumento

    con el que Husserl introduce el concepto de kinestesias en la fenomenologa:

    podemos distinguir sin inferencias ni dudas los modos cambiantes de aparecer

    una cosa en reposo de escorzos que pertenecen a objetos que vemos cambiar

    de lugar (incluso en ocasiones de contenido muy similar) [Cfr. Hua. XVI, # 50].

    De acuerdo a SH, en este movimiento terico Husserl desvinculaba al

    trmino `kinestesia del sentido atribuido en la psicologa del S. XIX en el que

    designaba las sensaciones musculares [Alexander Bain]. El cambio semntico

    implica que Husserl pretenda denotar por tal trmino el orden de cambios

    procedentes del yo (que no es vivencia), que forma parte del cumplimiento

    perceptivo (vivencia inmanente), y que se dan en el cuerpo o encarnados en l

    (que no por esto se identifica con el yo ni se transforma en vivencia). SH se

    pregunta cmo es posible en verdad semejante complicacin de elementos

    dispares sin romper el estricto marco terico de la correlacin intencional?

    (195) Tal es el problema terico de la concepcin fenomenolgica de las

    kinestesias. SH comenzar citando al Husserl de Experiencia y Juicio:

    Yo tengo libertad a la hora de recorrer los modos de aparecer el objeto: moviendo los ojos, girando la cabeza, cambiando de postura, rodeando el objeto mientras la mirada sigue puesta en l, etc. Llamamos kinestesias a estos movimientos que pertenecen a la esencia de la percepcin y que se dirigen a que el objeto llegue a darse por todos sus lados, si es posible.3 (SH 196)

    El acceso al problema lo brinda la afirmacin de que los fenmenos plurales y

    parciales en que se dan todas las cosas responden a una doble y heterognea

    motivacin. La primera motivacin: escorzos de la cosa que exponen el sentido

    del objeto y que motivan la posicin del mismo en la conexin de existencias. El

    despliegue del horizonte interno de la cosa se da por otros escorzos en relacin

    de coherencia y complementacin con el escorzo que inicia la serie. Estas

    conexiones se rigen por la sintaxis del sentido `cosa fsica y posteriormente

    3 Da gibt es also eine Freiheit des Durchlaufens derart, daB ich die Augen bewege, den Kopf bewege, meine Krperhaltung ndere, herumgehe, den Blick auf das Objekt gerichtet usw. Wir nennen diese Bewegungen, die zum Wesen der Wahrnehmung gehren und dazu dienen, den Wahrnehmungsgegenstand mglichst allseitig zur Gegebenheit zu bringen, Kinsthesen. EU, 89, # 19.

  • 13

    por la forma tpica de una clase emprica de cosas. La segunda motivacin:

    estos escorzos son acontecimientos individuales que muestran y cumplen el

    sentido individualmente. El escorzo presente, en esta segunda motivacin, no

    surge de una anticipacin tpica del horizonte interno del objeto ni surge por el

    cambio de la atencin, sino que l tambin es dependiente funcionalmente de

    `circunstancias que son conscientes, pero no mentadas. Las circunstancias

    individuales de la aprehensin indican las orientaciones sucesivas que el sujeto

    ha tomado y se describen, en consecuencia, con un lenguaje cintico o

    dinmico (y no en un lenguaje notico): este modo lingstico pretende

    referirse a la iniciativa del yo que mueve su cuerpo y aprovecha sus

    movimientos, esto es, al gobierno del yo no sobre los actos, sino sobre el

    cuerpo propio y sus posibilidades.

    Las diversas posibilidades kinestsicas determinan series de variacin

    concomitantes de los escorzos individuales. Estas series se expresan en

    proposiciones condicionales: el antecedente denota el movimiento del cuerpo

    que da lugar a cierta perspectiva si giro la cabeza, si la muevo para la

    derecha, si me desplazo para adelante, hacia la izquierda, etc. -; el

    consecuente denota la variacin del escorzo correspondiente del objeto, o en

    ltimo trmino, de la serie de datos hilticos de la intuicin entonces la

    figura de este lado del objeto se perfila, su color se afirma, se difumina su cara

    limtrofe, se pierde de vista su extremo, etc..

    En una primera tematizacin del concepto de kinestesia se utilizaba la

    clusula si entonces en tanto pareca remitir a una afinidad de estas

    conexiones con relaciones causales. Las investigaciones husserlianas

    posteriores abandonaron esta interpretacin, sosteniendo ahora que la clusula

    condicional expresa, por una parte, la conexin de covariacin; por otra parte,

    el involucramiento necesario del yo que ocasiona los movimientos y

    orientaciones corporales. Todos los movimientos kinestsicos remiten a un yo

    puedo en que poder debe entenderse como una potencia del yo, un ndice de

    poder efectivo del yo (y no como posibilidad entre otras de la conciencia del

    yo). La potencia del yo en relacin con su cuerpo es una capacidad siempre

    activada por ms que se pueda encontrar en suspenso:

  • 14

    El sujeto cuenta con la `capacidad de mover libremente este cuerpo -

    `yo puedo- o los rganos en que se articula, y de percibir por medio del

    cuerpo un mundo externo [Das Subjekt es hat das Vermgen (ich kann)

    diesen Leib, bzw. die Organe, in die er sich gliedert, frei zu bewegen, und mittels ihrer

    eine AuBenwelt wahrzunehmen, Hua. IV, 152, # 38]

    La capacidad no es un poder vaco sino una potencialidad positiva que

    en ocasiones viene a actualizarse y que siempre est en disposicin de

    pasar a la accin, a una accin que, en tanto que es vivencial , remite al poder subjetivo inherente, a la

    capacidad. (Z. 302, # 59) [Vermgen ist kein leeres Knnen, sondern eine

    positive Potentialitt, die jeweils zur Aktualisierung kommt, immerfort in Bereitschaft ist

    in Ttigkeit berzugehen, in eine Ttigkeit die, wie sie erlebnismBig ist, auf das

    zugehrige subjektive Knnen, das Vermgen, zurckweist. Hua. IV, 255]

    Pero ahora hay que considerar la versin complementaria, que encuadra las

    kinestesias en y con las vivencias y en y con el cuerpo propio como tal. Ese `yo

    puedo estable, esa potencia siempre en acto, no puede afirmarse como un

    motor inmvil que acta sobre un objeto, que sera su primer mvil, el cuerpo

    movido, y del que sera dependiente, en una variacin segunda, el escorzo

    resultante. Si tal fuera el caso, entonces la expresin de la conexin kinestsica

    sera un condicional compuesto: si yo ordeno al cuerpo, entonces si el cuerpo

    se desplaza a x, entonces resulta el escorzo y. La kinestesia es presencia del yo

    y comprueba su libertad y potencia, pero no hay kinestesias libres, sino siempre

    `ligadas. El complemento de la equivalencia yo puedo = yo muevo se

    encuentra en el hecho de que las kinestesias del yo se integran en sistemas

    fijos determinados, sistemas corporales que sostienen conexiones invariables

    entre ellos y se conectan en el flujo sinttico de actos e intenciones.

    2.-2.- En primer lugar el `sistema kinestsico de distancia o `kinestesias de

    orientacin o `de andar [Cfr. Hua. XIII, 14-17, 550-554, Hua. XIV 75-78, 534-

    548] La seal que se pierde en el horizonte, un punto de luz, es una cosa que

  • 15

    puede aparecer si activo kinestesias de locomocin. Este primer sistema

    kinestsico disea el continuo de movimientos por el que la cosa visible en el

    lmite del campo visual mantiene su identidad inalterada en relacin a las

    perspectivas sucesivas que pueden otorgar un perfil y forma precisos a su

    aspecto, hasta lograr su aparecer relativamente ptimo en lo que Husserl

    denomina `punto cero - perspectiva de cercana apropiada, correlativa al

    descanso de las kinestesias de distancia y orientacin. En este sentido

    restringido es que Husserl afirma que perspectiva es el trmino para la

    exhibicin de un `cuerpo fsico uno y nico cuerpo fsico visible- en

    sucesivas vistas del mismo, como cosa distante y cosa prxima en que lo

    exhibido se da l mismo en cercana ptima (Hua. XIV, 535) [Perspektive ist der

    Terminus fr die Darstellung des einen Krpers, Sehkrpers, durch seine fernen und nahen

    Sehdinge, wobei das Dargestellte selbstgegeben ist in der optimalen Nhe]

    Acercamiento y distanciamiento como funciones kinestsicas no refieren

    primeramente a la percepcin del desplazamiento de mi cuerpo en relacin con

    un punto fijo en el espacio. Husserl aclara el modo en que mi movimiento

    produce la apariencia del movimiento del entorno en su conjunto y de mi

    estado de reposo. Siempre que camino, siempre que soy transportado en un

    vehculo, veo venir hacia m los campos visuales sucesivos como si me fueran

    traspasando. Dice Husserl:

    Por las kinestesias locomotoras, kinestesias de andar, en absoluto se

    tiene experiencia de mi cuerpo como estando en reposo o en

    movimiento. Movimiento y reposo no tienen originariamente ningn

    sentido para el cuerpo, ningn sentido como el que tienen para las cosas

    externas en su campo espacial (que en todo caso no es todava el

    espacio efectivo). Las kinestesias de andar tienen, pues, slo un sentido

    funcional interno, pero no un sentido de cambio local efectivo del cuerpo

    en el espacio. (Hua. XV, 280) [Andererseits mein Leib, in dieser letzteren

    Hinsicht wie Aussendinge erfahren, wird durch die gehende, die lokomotive Kinsthese

    keineswegs als bewegt oder ruhend erfahren. Fr ihn hat also ursrprnglich Bewegung

    und Ruhe keinen Sinn, nmlich keinen Sinn derart wie bei Aussendingen als Bewegung

    und Ruhe in ihrem Raumfeld (das allerdings zunchst nocht nicht wirklicher Raum ist.)

  • 16

    Die gehende Kinsthese hat also nur inneren Funktionssinn, aber keinen Sinn einer

    wirklichen Ortsverndureng des Leibes im Raume.]

    Ntese, por otra parte, que la sucesin de escorzos de la misma cosa, y en su

    base perspectivas visuales, y en su base, datos hilticos visuales, no detentan

    un ncleo propio de identidad, de modo tal que la mancha luminosa

    inicialmente vista y el posterior diseo de una unidad objetiva de color

    homogneo y en el fin de esta jerarquizacin el plano lateral de la cosa de tal

    color definido, con sus matices intermedios, pudieran asumir por s, por su

    semejanza, que todo el tiempo exhiban lo mismo, el mismo objeto. Si nos

    quisiermos sujetar a los datos expositivos, habra que decir lo inverso: la

    identidad mentada no tiene base ni apoyo en los fenmenos. Pero, dado que

    los diversos `diseos de la cosa mentada como idntica estn cargados de un

    `significado funcional, correlativo a la funcin kinestsica de orientacin del

    yo, es que se trata de las perspectivas del mismo objeto producto de modificar

    yo, progresivamente, la distancia a l.

    Este significado funcional, implcito, producto de las kinestesias, otorga

    un tipo de evaluacin de los modos cambiantes de aparecer (achicado, sin

    perfil, confuso, etc.) en su conexin con el sentido idntico de aprehensin (el

    mismo tamao y forma de la cosa que se va percibiendo mas definidamente).

    Slo esta conexin o correlacin, esta motivacin a travs de las kinestesias

    salva la relacin entre el escorzo y el sentido objetivo. Persiste el problema de

    que la serie de variaciones de situacin `cerca lejos que expresa la relacin

    entre el objeto intuido y el sujeto corporal en un medio que los conecta slo se

    transforma en un complejo de sentido objetivo de modo derivado. En la base

    de esta relacin de variacin se encuentra una funcin motriz originaria que

    indica el cambio de posiciones del yo antes que la situacin relativa o la

    posicin subjetiva. El `acercamiento alejamiento del yo o la activacin de

    movimiento antes que movimiento percibido, precede y subyace a la situacin

    de distancia y sostiene su sentido. Segn SH este es el fundamento descriptivo

    de que las expresiones que indican posicin sean esencialmente ocasionales

    [indexicales] y, sin embargo, por su referencia al yo corporal, no sean

  • 17

    equvocas. En consecuencia no es una intencin objetivante, sino una funcin

    operativa, una ejecucin llevada a cabo, que colabora en la inmanencia

    intencional para lograr la constitucin perceptiva del modo que estamos

    intentando describir.

    Las funciones kinestsicas de orientacin o distancia llevan a cabo un rol

    preponderante en la percepcin de desplazamientos objetivos. El anlisis

    comenzar por cuestiones del orden: que un mvil se desplaze es que se me

    acerca, se me aleja o cambia de posicin en referencia a mi centro visual; y se

    aleja el cuerpo cuya exposicin intuitiva se difumina mientras yo sigo en

    reposo; o mi acercamiento no contribuye a la exhibicin y mantiene su modo de

    aparecer mientras cambia el modo de aparecer del entorno de objetos, etc.

    Finalmente, la apertura del horizonte perceptivo, la categora de horizonte del

    mundo, est conectada a los sistemas kinestsicos de cercana distancia, en

    tanto el espacio intuitivo del mundo de la vida es el sistema de lugares en el

    que me puedo mover/trasladar (Hua. XIV, 507), en una definicin esencial,

    pero puramente kinestsica.

    Este sistema de locomocin o distancia opera en conjuncin coordinada

    con las `kinestesias oculares, que regulan el dominio de la presencia intuitiva

    de cercana. En el mismo sentido activo, no objetivante y previo a su

    objetivacin orgnica (como formando parte de la esencia `cuerpo animal

    animado), las kinestesias oculares operan segn ejes de percepcin `arriba

    abajo y `derecha izquierda que se cruzan en la zona central del aparecer

    visual ptimo. Pero es ms bien a la inversa: es la motricidad kinestsica la que

    determina el sentido de los ejes visuales y lo logra `desplazndose, lo logra

    por el movimiento. En relacin con este tema hay que especificar que hay

    kinestesias visuales de orden superior, como las que buscan preservar la

    claridad de cierta zona del campo visual, evitando reflejos, destellos, sombras,

    etc. entornando para eso los ojos, moviendo la cabeza, etc. Pero, en el campo

    ms originario de percepcin visual las kinestesias oculares son

    `oculomotoras, `de locomocin en el mismo lugar, que estn en relacin con

    la posibilidad de giro sobre el eje de mi cuerpo, que determina el orden de

    variacin `adelante atrs. De esta manera todas las direcciones de

  • 18

    orientacin en el espacio hacen referencia intencional a un sistema kinestsico

    del yo, antes que a una serie de nesis con actos objetivantes: se constituyen

    en el movimiento y por el movimiento y no consiste en un desplazamiento

    objetivo que supone lo que quiere demostrar- sino de una potencia

    actualizada de moverme que se conecta con la variacin de los escorzos.

    Husserl incluso discrimina, en las kinestesias oculares, las virtualidades

    que incluye la visin dual en relacin a la escisin o dislocacin de `dibujos

    hilticos (cada ojo desplaza en direccin opuesta un punto visual o puntos

    lmites, cuando el yo lo quiere, como quien observa a la vez por los lentes y por

    encima de ellos), o a fusionarlos para ajustar su claridad. Todo ello son

    primeros diseos puramente visuales de la tercera dimensin espacial,

    insinuaciones de la visin en relieve. [Cfr. Hua. XVI, 171-175, # 49]

    SH discute la metfora husserliana que menciona una `palpacin visual

    (Hua. XIV, 536) para los sistemas kinestsicos oculares en que la mirada se

    pasea por el entorno visual, lo recorre y juega con l. Porque el dominio del

    tacto, que nos da a la exhibicin la consistencia, la `cara interna de los

    objetos, no tiene escorzos en el sentido de perspectivas. El contacto no es un

    sistema ltimo de perspectivas de cercana, por ms que las cualidades tctiles

    tambin se exhiban en correlacin con las kinestesias tctiles que el yo pone en

    juego, en particular con las kinestesias radicadas en la mano. La anticipacin de

    la homogeneidad del mundo de la experiencia se basa en la posibilidad de

    captacin tctil de cualquier regin del espacio, y las kinestesias tctiles

    constituyen tambin el movimiento. Sin embargo, el tacto no es en primer lugar

    ni fundamentalmente, un sistema complejo de virtualidades kinestsicas.

    2.-3.- El concepto se ampla hasta incluir cualquier movimiento corporal como

    la respiracin, por ejemplo. Sin embargo, el problema sigue siendo el encaje o

    integracin de las kinestesias en la correlacin intencional. Ulrich Claesges

    [editor del volumen Ding und Raum. Vorlesung 1907, Hua. XVI] lo establece como apora:

    las kinestesias no pueden sino presuponer lo que constituyen, el cuerpo como

    rgano del yo y sistema de rganos (Claesges 1964, 99-101). No es la previa

    realidad objetiva del cuerpo condicin necesaria de que el yo pueda hacerlo

  • 19

    mover intencionadamente? Aceptando incluso que los movimientos se integren

    en la trama intencional movimientos consentidos y con sentido- no implica el

    dominio del cuerpo un ncleo psicofsico de causalidad eficiente?

    El tema padeci variaciones en la consideracin husserliana. En Cosa y

    Espacio de 1907 Husserl utiliz los datos hilticos para `traducir las kinestesias

    al plano inmanente de la conciencia. De acuerdo con este intento, habra un

    orden de sensaciones no expositivas [nicht darstellende] que no configuran un

    campo hiltico, sino que son `cinticas, cinestsicas, `sensaciones de

    movimiento en series de variacin, que posteriormente una aprehensin

    objetivante las reside en el cuerpo y las liga a movimientos de miembros del

    cuerpo [Hua. XVI, # 45-48]

    Esta propuesta tiene los siguientes problemas. Las llamadas

    `sensaciones de movimiento no se pueden entender exclusivamente como

    movimiento o variacin de sensaciones en algn campo sensible porque se

    puede tornar indiscernible la kinestesia que motiva (activa y activada) de la

    inquietud pasiva de los datos de sensacin. La segunda interpretacin nos dice

    que se trata de un dominio particular de datos hilticos `mviles, pero

    entonces surge la cuestin de determinar esta especificidad (no tenemos

    ningn contenido inmanente que slo sea en s movimiento) y establecer la

    conexin interna que detentan con los datos hilticos expositivos (tampoco

    disponemos de enlaces internos entre campos hilticos como tales). La

    conclusin es, en consecuencia, que `no hay similitud genrica entre las

    kinestesias y las sensaciones que median la percepcin. (Cairns 1976, 6).

    De esta solucin que hay que revisar se tiene que aislar la asociacin de

    los movimientos kinestsicos con el dominio del tacto, en tanto complemento

    relevante de ellos. Para evitar la reduccin completa de la motricidad perceptiva

    a datos inmanentes o sensaciones se cuenta, entonces, con tres alternativas

    tericas, todas igualmente problemticas.

    La primera opcin, de la que Husserl dud siempre, consiste en pensar el

    yo como origen y sede de las kinestesias intencionales antes de que `se

    localicen fcticamente en el cuerpo y con independencia de su modo de

    lograrlo:

  • 20

    De una manera fctica encuentran localizacin las kinestesias en mi cuerpo [] Pero es pensable que yo careciese de cuerpo y que por medio de kinestesias, kinestesias de cercana y distancia, se constituyese una naturaleza sin cuerpo. No alcanzo a ver por qu esto no ha de ser posible4 (Hua. XIV, 547)

    La segunda alternativa reconoce que el polo subjetivo es una potencia o

    principio dinmico, pero niega que la kinestesias se asocien a l como una

    regularidad contingente (y esto es lo que afirma la primera alternativa). La

    tercera posibilidad (segn SH en el lmite externo? de la fenomenologa

    trascendental) afirma que el cuerpo propio es el origen y trmino del

    movimiento, cuerpo y conciencia sin distincin ltima, sin permitir un polo

    subjetivo distinto y distinguido del cuerpo propio. Cuerpo constituyente y

    constitudo a la vez, segn Claesges (137-144) que da cuenta de que el

    concepto de kinestesia no se adapte sin violencia a la correlacin intencional

    estricta.

    Serrano de Haro prefiere la segunda alternativa. Segn esta

    interpretacin, la implicacin efectiva del yo es el rasgo primordial de las

    kinestesias, operando sin objetivarse en la sntesis de cumplimiento. No es una

    propiedad autnoma o una potencia separable. La ejecutividad del yo y su

    iniciativa se insertan y se encarnan en movimiento, movimiento del cuerpo, de

    sus miembros. SH afirma que ni la experiencia ni su anlisis fenomenolgico

    distinguen la iniciativa como lo originario y el movimiento como su derivado.

    Pero segn SH subsiste una distincin analtica que indica una diferencia en la

    dependencia:

    Las kinestesias son distintas de los movimientos corporales que se exponen al modo de los cuerpos fsicos, pero son de manera peculiar una sola cosa con ellos. Pertenecen al cuerpo propio con esta duplicidad: kinestesias internas / movimientos externos corporales, reales. (Hua. VI, # 47, 164) [Die Kinsthesen sind unterschieden von den sich krperlich darstellenden Leibbewegungen und sind doch eigenthmlich mit ihnen eins, gehren dem eigenen Leib in dieser Doppelseitigkeit (innerer Kinsthesen uBerer krperlich-realer Bewegungen) zu.]

    4 Faktisch sind die Kinsthesen in meinem Leibkrper lokalisiert (und ist mein Leib notwendig and Null gebunden.) Aber denkbar ist es, dass ich gar keinen Leib habe, dass eine Natur ohne einen Leib sich durch Kinsthesen, Nah- und Fernkinsthesen, konstituiert. Ich kann nicht einsehen, warum das nicht mglich sein soll. Circa Febrero 1927

  • 21

    Y mas claro (segn SH):

    En el ojo, en la mano, y localizado en la posicin del reposo espacial o de movimiento, hay algo que es especfico del yo, un yo-hago, y ambos factores se funden en uno en la forma, por ejemplo, yo-muevo-los-ojos. Es ms, el ojo tiene que recorrer - `en l `reside la `capacidad para ello una precisa multiplicidad de posiciones espaciales, una precisa sistemtica de movimientos, y justamente en la `funcin de ver (Hua. XV, 290) [Ein spezifisch Ichliches, ein Ich-tue ist also im Auge, in der Hand, und zwar in dessen rumlicher Ruhelage und Bewegung lokalisiert, beides in eins verschmolzen in der Form Ich-bewege-die-Augen. Noch mehr, das Auge hat, in ihm liegt das Vermgen, eine gewisse Mannigfaltigkeit von Raumlagen, eine gewisse Systematik von Bewegungen zu durchlaufen, und zwar in der Funktion des Sehens] (Cfr. tambin Hua. XV, 280 y 326).

    La segunda alternativa, entonces, implica lo siguiente. El aspecto, localizacin,

    disposicin y capacitacin kinestsicas tiene una gnesis de sentido en la

    experiencia y una legitimacin y consolidacin por la experiencia. Al mismo

    tiempo esta familiaridad que tengo con mi cuerpo nunca alcanzar la certeza

    apodctica. En el lxico de la fenomenologa trascendental esto significa que el

    cuerpo nunca termina de constituirse. SH reconoce, sin embargo, que esto no

    resuelve el problema planteado por la correlacin intencional en relacin con las

    kinestesias, ya que la iniciativa del yo pertenece a la misma constitucin

    intencional de la motricidad corporal de derecho. O: el proceso de constitucin

    del cuerpo no se desarrolla sin formas ni funciones kinestsicas que se

    adquiriran posteriormente:

    La experiencia actual de estos miembros corporales cuyo funcionamiento presupongo, presupone a su vez, de nuevo, una corporalidad que existe en nexos experienciales. El cuerpo presenta as la dificultad de que su experiencia siempre lo presupone. (Hua. XV, 326-327) [Die aktuelle Erfahrung von diesen als fungierend vorausgesetzten Leibesgliedern setzt aber dann wieder schon erfahrungsmssig daseiende Leiblichkeit voraus. So bietet der Leib die Schwierigkeit, dass seine Erfahrung ihn immer schon voraussetz.]

    Segn la fenomenologa trascendental, el propio yo se `autoconstituye en

    virtud del curso de afecciones, actos y vivencias que producen sus funciones,

    convicciones y hbitos, tericos y prcticos. La gnesis experiencial del cuerpo

    propio (que lo presupone) es, a la vez, la gnesis trascendental del propio yo y

    de su dominio del cuerpo que siempre presupone una latencia previa del yo. SH

  • 22

    considera que el retroceso desde el dominio del yo sobre su cuerpo configurado

    hacia su constitucin experiencial y kinestsica, y posteriormente hacia los

    niveles pre-perceptivos y en ellos hacia las kinestesias originarias casi pasivas

    del agitarse contra el dolor propio, confirma su eleccin terica por una

    separacin entre el yo de la conciencia y el cuerpo propio, separacin que

    identifica un yo- hago con un yo-puedo al mismo tiempo que afirma que el

    cuerpo es el punto de partida de toda praxis y, antes an, la sede originaria de

    una praxis que siempre lo funda. [der es als Ausgangspunkt aller Praxis und zunchst

    als Ursttte einer stets fundierenden Praxis charakterisiert, Hua. XV, 328]

    3.-Tactilidad

    3.1.-La reduplicacin de las sensaciones que tiene lugar en todos los

    movimientos y kinestesias en que un miembro del cuerpo se contacta con otro

    miembro del mismo cuerpo recibe el nombre de sensaciones dobles. Estas

    sensaciones estn motivadas por otras del mismo gnero y se combinan de

    acuerdo a una ley especial. El cerrar los ojos, apoyar la cara en la palma de la

    mano, al cruzar o juntar las piernas, al desplazar por cualquier zona del cuerpo

    las manos, o al estrecharlas entre s, dan lugar a la aparicin de la serie de

    sensaciones dobles. Esta caracterstica es nica de la tactilidad.

    Toda percepcin tctil, sin importar su correlato, nos da una multiplicidad

    de cualidades objetivas que se confunden y compenetran en una misma

    localizacin espacial. La percepcin del tacto no se rige por una cualidad

    uniforme tpica, como el color en la percepcin visual. En la misma captacin

    tctil, noto la suavidad y tibieza de la mano tocada, la distribucin irregular de

    su relieve, de su dureza, el peso, la sequedad, etc. Al mismo tiempo, en tanto

    caracterstica del contacto con mi propio cuerpo, sucece que las cualidades

    objetivas notadas suscitan `en y desde ellas mismas, nuevas series de

    sensaciones homogneas, no reductibles a los matices de placer o molestia, de

    esfuerzo y tensin implicados. Los contenidos hilticos que funcionan como

    base de aprehensin de la captacin actual y del aparecer intuitivo de la mano

    tocada, que estn en correlacin con las kinestesias de la mano que se

    desplaz, se combinan y se cruzan con nuevos datos tctiles que localizo en el

  • 23

    trmino intencional que tiene relacin en l con una `contrakinestesia, con

    un estar siendo movida, presionada la mano que yo puedo mover, presionar-.

    [Hua. XV, 295, nico texto donde Husserl introduce el concepto de `contrakinestesia]. Es

    decir, lo que toco del cuerpo es en s mismo tctil y esto marca una diferencia

    esencial con los otros tipos de percepcin. La mirada intuye figuras y conjuntos

    cromticos sin hacer concurrir a su trmino intencional nuevos contenidos

    hilticos; lo visto nunca es visual ya sean cosas lejanas o mi cuerpo

    `colindante. El nunca tambin incluye el supuesto de que pudiese mirar mi

    propio ojo en persona, no en imagen: lo vera entonces en un rayo visual o en

    varios rayos convergentes, pero no en cmulos de sensaciones que se

    superponen, yendo hacia su trmino objetivo y que a la vez vuelven de l

    ampliados, diversificados. [Cfr. Hua. IV, # 37].

    No se trata slo de que el trmino localizado de la intencin tenga un

    contenido en parte homogneo al contenido de la vivencia intencional, sino que

    la serie de sensaciones suscitada y localizada adopta una funcin intencional

    refleja, un segundo carcter de aprehensin que se vuelve hacia el primero,

    como si se borrara la diferencia entre el contenido del acto y su trmino

    objetual. En el caso de la mano que cubre a la otra mano, las sensaciones que

    surgen en la que es tocada motivan la aprehensin de la calidez y la postura

    propias de la mano que toca, de la suavidad extrema que tiene en las yemas de

    los dedos, menor en la palma, etc. Lo tocado del propio cuerpo es tctil, pero lo

    es en relacin con la propia funcin perceptiva de tocar que portaba la

    intencin primaria objetivante y que experimenta por ello una identificacin

    interna.

    nicamente queda objetivado un miembro del cuerpo digamos una mano- si a la vez, como de comn acuerdo, hay otros miembros como objetivantes de l, y estos ltimos, por su parte, se objetivan por medio de los que ellos mismos objetivan. [Also objektiviert ist ein Glied, etwa Hand, nur so, dass in eins damit andere Glieder als objektivierende sozusagen mit da sind, die ihrerseits objektiviert sind mittels der durch sie objektivierten. 295-296 Hua. XV].

    Hay que dar un paso ms. Sensaciones dobles y aprehensiones dobles

    forman la estructura permanente de la tactilidad, mostrando su especificidad

    peculiar. Esto se prueba en que la experiencia perceptiva de cosas inmviles

  • 24

    despliega la pluralidad de propiedades objetivas tctiles slo en la medida en

    que, simultneamente, muestra la consistencia interna del campo tctil. Si

    levanto el diccionario de mi escritorio, capto su peso y dureza al sentir la

    presin sobre la superficie de la mano, que se transmite a la tensin muscular

    del brazo, junto con un atisbo de dolor; la compactibilidad del objeto se revela

    en la homogeneidad de la afeccin sobre las puntas de los dedos y en la

    resistencia que opone a ellos; la temperatura objetiva, al contraste con la

    calidez sentida, etc. Esto es

    con cada objeto percibido de manera inmediata a travs del tacto se apresenta, eo ipso, en virtud del contacto mismo, el cuerpo que toca. [Mit jedem unmittelbar haptisch wahrgenommenen Objekt ist eo ipso von der Berhrung her apprsentiert der berhrende Leib, Hua. XV, 306]

    Cmo sucede esto? En el acto de percepcin tctil hay, por una parte, los

    datos tctiles que despliegan las cualidades unitarias del objeto meta de la

    intencin; por otra parte, hay los complejos de datos paralelos, diferentes,

    entremezclados de sensaciones de esfuerzo, tensin, molestia, que no exponen

    en escorzo la identidad de ciertas propiedades, sino que prestan su concrecin

    y demarcacin actuales a la superficie interna del campo tctil, en el que alguna

    parte del mismo se destaca sobre el resto latente (el calor o fro que padezco,

    no el que percibo; la suavidad o dureza que se sienten internas al contraste con

    las que se captan, etc.). La percepcin externa por el tacto resulta percepcin

    en el tacto. Esta situacin no significa que el sentir tctil sea resultado de las

    propiedades captadas en el objeto; a la inversa, tampoco que los rasgos

    intencionados sean proyeccin del sentir interno. Ambas series no discurren sin

    conexin entre s, pero su relacin no es una copia de alguna conexin

    objetivable y determinable en segunda instancia ya que el nexo sera, de

    nuevo, puramente inmanente e intencional. Lo que sucede es que la conciencia

    tctil trae la cosa a la intuicin y la expone al hacerse sentir, sin exposicin, a s

    misma. La captacin perceptiva se apoya en este `repliegue del tacto sobre s

    mismo, que se siente y se muestra a s mismo, que se vive y a la vez, como

    vivencia, se da a notar. Tal repliegue o afeccin interna no es una reflexin

    inmanente, sino que es la que define la inmanencia de conciencia en la forma

    esencial de `corporalidad originaria [Urleibes], del `contacto con mi

  • 25

    corporalidad originaria en el campo tctil [das Berhren meines Urleibes im Tastfeld,

    Hua. XIII, 327].

    En este sentido descriptivo (no causal) las sensaciones tctiles en tanto

    `sensaciones de contacto dividen la categora de los datos hilticos. Por una

    parte, quedan las sensaciones expositivas: visuales, acsticas, etc. encajadas

    completamente en actos objetivantes, en su estructura notica y en su

    dinmica kinestsica. Husserl las denomina Empfindungen. Por otra parte,

    tenemos las sensaciones como `datos sensitivos o `sensibilidad de la

    conciencia que las vive y que tiene su `campo originario de afeccin en ellas.

    Husserl las denomina Empfindnisse y Empfindlichkeit. El campo tctil de los

    datos sensitivos es conciencia, relacin consigo mismo y con la dimensin de la

    conciencia intencional y de la conciencia del tiempo; en consecuencia no es

    insertable directamente en el sistema de relaciones externas del espacio

    intuitivo. [Cfr. Stroker, 1965, 158-168]. Pero, la `esfera hptica o sensibilidad tctil

    no es reducible a la pura secuencia inextensa de caracteres intencionales y

    datos de sensacin que surgen y pasan con el fluir de los actos, que son puro

    tiempo. Los datos tctiles se dan a sentir y en tal afeccin se muestran

    distribuidos, espaciados, casi extendidos, de modo que `presentan de modo

    inmediatamente intuitivo la forma constitutiva de la localizacin en la medida en

    que poseen la primera y fundamental localizacin (Hua. V, 5, # 2 a.) y as

    forman el `estrato nuclear del cuerpo como corporalidad interna [Es gruppiert

    sich um eine Kernschicht, die ich als Innenleiblichkeit] (Hua. XIV, 330). En el tacto la

    conciencia ya es corporalidad originaria vivida, en la que se expone una

    consistencia akinestsica, no desplazable ni exhibible en fenmeno externo,

    pero que al mismo tiempo disea una cuasi extensin interna. El cuerpo es el

    lugar de la(s) sensibilidad(es) tctiles, o, como tambin digo, de los datos

    sensitivos, que aparecen ms o menos diferenciados sobre l o en l,

    distribuidos, distribuidos localmente, localizados, en parte quasi extendidos

    [Der Leib ist der Ort der Empfindlichkeiten oder, wie ich auch sage, der Empfindnisse, auf ihm

    und in ihm erscheinen, sie mehr oder minder differenziert verteilt, rtlich verteilt, lokalisiert, z.T.

    quasi extendiert.] (Hua. XV, 324) SH aclara que Husserl no siempre sigue su

    propia distincin entre `extensin espacial [Ausdehnung] que corresponde al

  • 26

    espacio intuitivo, `la localizacin[Lokalisation] propia del campo tctil y `el

    dilatarse de los otros campos de sensacin [Ausbreitung].

    Los `datos hpticos (su combinacin unitaria que es condicin formal

    de su diversidad) integra una red de referencias sentidas y afeccin consciente

    permanente sobre la que opera la aprehensin objetivante del cuerpo, la

    constitucin de la figura corporal. Esta red de referencias sentidas y afeccin

    consciente permanente puede tener los siguiente estados: sensaciones dobles

    activas o no, percepciones externas por el tacto o no, algn punto de la

    superficie sensitiva puede adquirir un relieve particular, o toda la red puede

    permanecer latente. La objetivacin intencional de la superficie tctil coincide

    en su estructura con el contorno del cuerpo que es mo.

    3.2.-Es concebible una cancelacin total de los sistemas kinestsicos bsicos.

    Puede tratarse de una anomala del yo o de una comunidad de sujeto. Sin

    embargo no puede perderse totalmente la sensibilidad tctil. Tampoco es

    concebible que los movimientos perceptivos del sujeto se separen de la

    tactilidad y que el cuerpo sea reducido al instrumento del yo en su relacin con

    el mundo y con el que incrementa la intuicin externa. La descripcin de

    Husserl sobre esta imposibilidad hace que le corresponda el privilegio a la

    esfera tctil sobre la activacin kinestsica en la constitucin intuitiva del

    cuerpo propio:

    Un sujeto dotado nicamente de ojos no podra tener en absoluto un

    cuerpo fenomnico. En el juego de las motivaciones kinestsicas que l

    no podra aprehender corporalmente- contara con apareceres de cosas y

    vera cosas reales. Lo que no cabe es decir `quien slo ve, ve su

    cuerpo, pues le falta la cualificacin especfica de la corporalidad, y ni

    siquiera el libre movimiento de este `cuerpo en paralelo a la libertad de

    los cursos kinestsicos hace de l un cuerpo vivido. Sera como si el yo, a

    la par que la libertad cinestsica, pudiese mover de manera inmediata y

    libre la cosa material cuerpo. El cuerpo slo puede constituirse

  • 27

    originariamente como tal en la tactilidad y en todo lo que se localiza con

    las sensaciones tctiles, como calor, fro, dolor, etc.5

    Se establece, entonces, la originariedad del tacto en la constitucin del cuerpo.

    De esta manera la consideracin conjunta de los sistemas kinestsicos y del

    sistema tctil proporcionan `leyes eidticas fenomenolgicas:

    1-La unidad del campo tctil implica la unicidad del cuerpo del yo: un solo

    campo tctil, un solo cuerpo.

    2.-La organizacin en miembros que se logran articular tiene su origen en la

    diversidad e integracin de los sistemas kinestsicos.

    3.-Es impensable una kinestesia que me d primero a vivenciar mi cuerpo

    [Eine Kinsthese ist undenkbar, die meinen Leib mir erst erfahrbar machen msste. Hua. XV,

    304, SH alterada] Es una versin de la tesis de la preminencia de la tactilidad

    sealada.

    4.-Es inconcebible una sntesis actual de kinestesias tctiles que exponga

    completamente el campo-superficie tctil o que lo haga presente a la intuicin

    sin residuo de afeccin no captada. No es posible una reflexin absoluta del

    tacto sobre s mismo. El cuerpo ntegro nunca puede operar por medio del

    tacto de modo tal que la esfera completa de sensacin hptica opere a la vez

    como la que contacta y la que toca en relacin consigo misma. [der totale Leib

    niemals tastend fungieren kann so, dass seine gesamte haptische Empfindungssphre in eins

    fungieren knnte als berhrendbetastend in bezug auf ihn selbst, Hua. XV, 302]

    5.-En cambio ningn rgano cae afuera del alcance de otro rgano de un

    sistema kinestsico diferente con lo cual el rgano operativo se torna por

    fuerza objeto, y el objeto rgano operativo (Hua. I, 128, # 44) Ejemplos: la

    mano se ve, el ojo se toca, la mano y el ojo se mueven con el cuerpo, etc.

    6.-Toda activacin de kinestesias se asocia a variaciones tctiles en la zona

    donde radica el rgano correspondiente. Tales variaciones son las que Cosa y

    5 Ein bloB augenhaftes Subjekt knnte gar keinen erscheinenden Leib haben; es htte im Spiel kinaesthetischer Motivationen (die es nicht leiblich auffassen knnte) seine Dingerscheinungen, es she reale Dinge. Man wird nicht sagen, der nur Sehende sieht seinen Leib, denn es fehlte ihm die spezifische Auszeichnung als Leib, und selbst die mit der Freiheit der kinaesthetischen Ablufe Hand in Hand gehende freie Bewegung dieses Leibes machte ihn nicht zum Leib. Es wre dann nur so wie, wie wenn das Ich in eins mit dieser Freiheit im Kinaesthetischen das materielle Ding Leib unmittelbar frei bewegen knnte. Der Leib kann sich als solcher ursprnglich nur konstituieren in der Taktualitt und allem, was sich mit den Tastempfindungen lokalisiert wie Wrme, Klte, Schmerz, u.dgl. Hua. IV, 150, # 37

  • 28

    Espacio intentaba establecer como la nocin inmanente de kinestesia,

    indebidamente. Toda molestia, dolor, bienestar, placer corporales son tctiles

    independientemente de su origen objetivo y la esfera de sensacin implicada (el

    estruendo no provoca un dolor `acstico, etc.).

    7.-Con la constitucin del yo corporal, todo lo que la actitud fenomenolgica

    alcanza a descubrir adquiere de manera mediata su referencia de localizacin al

    cuerpo [was durch phnomenologische Enthllung vorfindlich ist, hat mit der Konstitution

    des leiblichen Ich mittelbar seine Lokalisationsbeziehung auf den Leib gewonnen. Hua. XV, 294,

    SH alterada] La mediacin tiene niveles que se determinan por su proximidad o

    lejana del tacto: localizacin primaria de las restantes sensaciones, secundaria

    de las percepciones sensibles, terciaria de las intuiciones no presentativas y

    actos de sentimiento y voluntad, cuaternaria del yo centro de los actos

    8.-Es inconcebible que las kinestesias lleguen a ponerse rgidas totalmente

    (Hua. XV, 652); que la prdida de disposicin motriz de un yo consciente sea

    completa y absoluta; que se anule el potencial o diferencial de motricidad del

    yo que encuentra mociones elementales del tacto (contraccin, distensin,

    presin en alguna zona del campo tctil).

    9.-La vivencia del esfuerzo no tiene primaca absoluta en la captacin interna

    del cuerpo. La conciencia no experimenta la tactilidad ante todo como una

    resistencia que le haga frente o fuerza.

    4.-Aparecer Cero

    4.1.-El cuerpo es el aqu absoluto de la experiencia. Ese `aqu del cuerpo es

    su propiedad distintiva en relacin a cualquier otro punto del universo. Al

    apropiarse del aqu, varan en su funcin el all y el all, la cercana y la lejana,

    y lo porta consiga en toda su traslacin. La `sede del aqu es fija porque el

    que porta el aqu es mi cuerpo.

    En el aqu absoluto convergen los aspectos que el cuerpo tiene de

    correlato noemtico, de productividad surgida en la experiencia consciente y

    consolidada en ella y el aspecto inseparable de vinculacin interna con la

    experiencia, en tanto instancia de operacin en la percepcin y cuya actividad

    siempre acompaa a su constitucin. Adems, las expresiones esencialmente

    ocasionales slo se pueden absolutizar en relacin con el cuerpo,

  • 29

    pretericamente, como exigencia de las otras expresiones ocasionales

    espaciales. Segn SH esto refleja la ambivalencia de la productividad

    intencional de la experiencia que en un nivel ms profundo se muestra como

    condicin de posibilidad de la experiencia, incluida la de s mismo.

    Segn SH la misma interpretacin se aplica a la tesis de que mi cuerpo

    total no se puede perspectivizar [Mein Gesamtleib aber kann sich nicht perspektivieren,

    Hua. XV, 269, SH alterada]: la intuicin que lo capta no puede exhibirlo central y

    lateralmente, de cara y de perfil, de acuerdo a los sistemas expositivos de

    cercana y lejana intuitivos, con sus correlativos subsistemas de orientacin,

    ptimos relativos, etc. Esta situacin no obedece a circunstancias contingentes

    como no tener un cuello de jirafa o brazos cubiertos de ojos [(als htte ich

    einen Giraffenhals, aber einen ganz beliebig denkbaren (Augen an Augenarmen), Hua. XV,

    245], porque el cuerpo no podra ser llevado al primer plano de la cercana del

    campo visual ni podra ser recorrido, inmvil, por la mirada `mvil. El cuerpo

    no se exhibe en la disposicin kinestsica del entorno intuitivo ni en la

    determinacin de sus direcciones, ni se deja producir intencionalmente por

    stas: est ms ac de las direcciones orientadas, en la orientacin cero, que

    como cero es lo contrario de la orientacin, presupuesto en toda orientacin

    [der Nullorientierung ist, (die als Null das Gegenteil von Orientierung ist, aber in aller

    Orientierung vorausgesetzt ist), Hua. XV, 274]

    Sin embargo, de esta tesis genrica de la ausencia de perspectiva del

    cuerpo las manos se excluyen de alguna manera: las puedo mirar a izquierda y

    derecha, arriba o abajo, delante o atrs, de acuerdo al escorzamiento propio de

    la percepcin sensible. Esta exclusin o excepcin es relativa, tiene limitaciones,

    pero tiene el inters de que la percepcin del desplazamiento objetivo de mi

    cuerpo se circunscribe casi completamente a los cambios de posicin de las

    manos. Ver moverse es ver venir en el campo visual un fenmeno unitario, pero

    variable en sus escorzos, en conexin con el reposo de mis kinestesias motrices

    que motivan un campo visual esttico-. O bien es verlo partir de mi campo

    visual, desplazarse por l, abandonarlo. Fenomenolgicamente, acercarse,

    alejarse, desplazarse, se dicen en relacin con mi cuerpo que orienta, no se

    dicen de l que en calidad de aqu absoluto queda `des-orientado. Y la

  • 30

    activacin de kinestesias motoras no modifica este estado de cosas. Se da la

    paradoja de que para que mi desplazamiento sea intuido tendra que entrar en

    el campo visual, pero `antes de que pueda ingresar en l, a cada paso que

    doy, el campo perceptivo se mueve conmigo por la legalidad kinestsica. El em-

    plazamiento del yo motor en el cuerpo no se compatibiliza con la percepcin del

    des-plazamiento del cuerpo, y slo queda un sustituto en tanto rastro del

    movimiento de mi cuerpo: la apariencia de que el movimiento no es mo, sino

    del entorno hacia m:

    En lo que hace al cuerpo en su totalidad, su modo de aparecer se

    asemeja al del reposo sin perjuicio del movimiento de sus miembros, de

    modo parecido a como el rbol en su totalidad reposa aunque sus ramas

    se muevan. Claro que la experiencia del reposo de cosas cualesquiera se

    acompaa de la posibilidad de que los fenmenos se transformen y

    constituyan en movimiento de cosas. Ello no es, justamente, el caso del

    cuerpo.6

    Aqu absoluto, cosa intuida fuera de perspectiva, mvil originario cuyo

    movimiento nunca se logra percibir. Estos conceptos, segn SH, son inteligibles

    en el marco del anlisis intencional, en la experiencia trascendental que

    produce sentido y se produce a s misma al producir sentido (211). Por ello no

    se acepta que estos conceptos lmite obliguen al reconocimiento de una

    novedad ontolgica radical en el fenmeno del cuerpo, como fusin de nesis y

    nema y como matriz originaria de ambos: `trastorno de toda distancia de lo

    constituyente y lo constitudo, `textura carnal ni res ni ni cogitatio,

    compartida por el mundo y la conciencia. En contraposicin a las metforas de

    Merleau Ponty y a la tesis de que la conciencia y el cuerpo propio son uno, las

    descripciones husserlianas tampoco pueden resumirse en una frmula

    conceptual que restituya al yo y la conciencia la primaca fenomenolgica sobre

    el cuerpo. Tampoco sera justo afirmar que en Husserl subsiste la tradicin

    6 Was aber den ganzen Leib anbelangt, so gleicht seine Erscheinungsweise unerachtet aller Gliederbewegungen der Ruhe, hnlich wie ein Baum im Ganzen ruht, auch wenn seine Zweige bewegt sind. Und doch, jede dingliche Ruhe ist ihrem Sinne nach nur als Ruhe erfahren mit der Mglichkeit derjenigen Erscheinungswandlung, in der sich dingliche Bewegung konstituiert. Eben das aber ist fr den Leib nicht der Fall. Hua. XV, 263-264, traduccin SH alterada.

  • 31

    dualista, en la que el yo consciente se limita a `tener un cuerpo, sin por lo

    menos aadir `el yo tiene un cuerpo que pertenece a su ser. Menos sera

    correcto afirmar que la corriente de conciencia existe cartesianamente separada

    del cuerpo, sin corregir inmediatamente que en la conciencia reside la

    estructura necesaria de la corporalidad originaria, la que comienza la

    objetivacin del cuerpo y con l de la propia conciencia.

    Es el caso de que las nociones de esta tematizacin trascendental del

    cuerpo se identifican slo dentro de los anlisis descriptivos intencionales

    realizados hasta aqu. Se debe a la pretencin fenomenolgica de abordar

    cuestiones ontolgicas desde nuevos puntos de vista. Analizar la consistencia

    de la concrecin intencional involucra observar dependencias mltiples y

    diversas. Husserl nombra a esta nica concrecin de textura intencional

    mnada. Los anlisis anteriores forman la parte inicial de una teora

    monadolgica del cuerpo propio. [Cfr. la crtica a Merleau Ponty en Zaner 1971, 198-

    238]

    4.2. En la dcada del 20, los anlisis de Husserl utilizarn un giro que combina

    los distintos sentidos de la excepcionalidad descriptiva del cuerpo: al cuerpo

    pertenece el `aparecer cero [Nullerscheinung]. Esta expresin, que Husserl

    alterna con `aparecer interno, empieza a ser preponderante y equivalente a

    otras del mismo contenido: `orientacin cero, `esfera cero y `lugar cero,

    `posicin cero y `punto cero, `cosa cero, `objeto cero, etc. [Cfr. Hua. XV,

    265].

    Aparecer interno, aparecer cero, es la intuicin que tengo en exclusiva

    de mi propio cuerpo. No designa una plenitud de la percepcin en su punto de

    partida corporal el privilegio de experimentar una cosa desde dentro o la

    definitiva cercana de las kinestesias intuitivas- sino que los trminos denotan la

    imposibilidad de realizacin de los diversos apareceres fenomnicos que la

    percepcin actual de mi cuerpo seala, motiva y reclama. El aparecer cero no

    es un aparecer que inaugura una serie de exposiciones perceptivas en que se

    da lo que no aparece del objeto y a presentarse en mejores perspectivas lo que

    ya aparece. El aparecer cero es el aparecer que, por el contrario, no tiene

  • 32

    cumplimiento del que depende incluso la visin actual restringida de mi cuerpo;

    es el ndice de una intuicin bloqueada, de modo esencial, ya que se

    interconetan en tal aparicin pretensiones que no se pueden conciliar.

    Un vnculo de motivacin surge al serme dado interna y actualmente mi

    cuerpo, vnculo que se dirige a correlativos modos no actuales de darse su

    figura completa y sus desplazamientos objetivos. Este vnculo est prefigurado

    por la sensibilidad tctil, que delimita mi figura corporal completa la

    `apresenta- La sntesis infinita de experiencia que constituye todo correlato de

    la percepcin tambin rige en el caso de mi cuerpo: contribuye a determinar el

    sentido de mi cuerpo como cuerpo fsico, como cosa percibida y perceptible,

    por otros, que puede constituir un aqu de la experiencia y un centro de accin

    en el mundo y entre los hombres. Sin embargo, sin implicar una excepcin,

    este cuerpo fsico es mi cuerpo y ese aqu es absoluto en la precisa medida de

    la imposibilidad de proseguir la exposicin cero en vistas externas y concordes

    que desplacen el supuesto `aqu y lo muestren por todos lados (213). Esta

    imposibilidad esencial completa la determinacin del sentido del cuerpo propio.

    El concepto de aparecer cero denota la unicidad necesaria del cuerpo del

    yo como la contingencia relativa de su composicin y figura ya constitudas.

    Toda parte concreta del cuerpo se puede separar o separarse del sistema de

    apareceres internos y reinsertarse en el medio ambiente explorable: algo deja

    de ser parte de mi cuerpo en el momento en que pasa a admitir cumplimiento

    intuitivo efectivo: algo pasa a ser parte del cuerpo en el momento en que, junto

    con sensaciones tctiles que lo delimiten y apresenten, dejar de admitir

    cumplimiento efectivo. Nada habra que oponer, en consecuencia, a la

    posibilidad de un cuerpo fsico dotado de un aparecer externo que coincida por

    completo con el que el aparecer cero me insina, y cuya visin suplen

    intuiciones derivativas en forma de conciencia de imagen. (213). Esta cuestin

    emprica del `doble es la posibilidad inversa de la que tiene cualquier aparecer

    externo de acercarse al aparecer visual cero, de adherirse a l o modificarlo

    causalmente, incluso de restituirlo o recomponerlo. El cuerpo comunica a su

    ropa y a los instrumentos que usa la cualidad nica de su darse sin perspectiva,

    y a los vehculos que lo transportan la apariencia inevitable del reposo intuitivo.

  • 33

    Slo el modo de darse determina originariamente la realidad del cuerpo como

    mi cuerpo, nunca al revs (SH enfatiza que por ello slo fenomenolgicamente

    podemos aceptar su sentido originario):

    Cuerpo propio puede ser un nico cuerpo fsico, que entre todos se indica por sus modos de aparecer, no ya slo por sus caractersticas objetivas que se dan en modos de aparicin mltiples. Una orientacin indicada destaca entre los modos de aparecer el cuerpo un grupo nico de ellos, y a estos conecta la apercepcin que constituye el cuerpo sensual y mvil, y que luego ordena al cuerpo en general las vivencias actuales y las pone en relaciones de motivacin con l. Dado un segundo cuerpo fsico que fuese igual o parecido (objetivamente) a mi cuerpo, l ser distinto claro est- por su modo de darse: no cabe un segundo cuerpo fsico que tenga los grupos de modos de aparecer que tiene mi cuerpo; como, a la inversa, mi cuerpo (en tanto siga siendo mi cuerpo) nunca puede tomar los modos de aparecer de cosas distintas de l. Tenemos aqu una ley notable que es, en verdad, ley en el mundo, una ley de la constitucin fenomenolgica del mundo objetivo.7

    Husserl puso a prueba muchas veces la doctrina de la intuicin excepcional del

    cuerpo. Durante aos intent lograr una clarificacin que lograse salvar la grave

    anomala de la nica cosa que no cae bajo la forma esencial de la constitucin

    de las cosas fsicas forma arquetpica de la constitucin intencional-. La

    hiptesis que Husserl sostena una y otra vez bajo diferentes formas era que en

    la experiencia del cuerpo se pudiera encontrar su complemente sinttico,

    necesario pero imposible, en intuiciones no presentativas, sino presentificativas

    del objeto, al modo de la rememoracin o de la memoracin de presente

    conciencia de cosas existentes pero distantes en el espacio, ausentes. Puedo

    fingirme desplazado desde mi posicin actual a otra adecuada, podra

    presentificarme los aspectos nunca vistos de mi cuerpo o la trayectoria nunca

    observada de sus movimientos. [Cfr. Hua. XIII, 254-269, 272-277, 220-320, Hua. XIV,

    236-243, 498-508, 520-534].

    7 Halten wir fest: Nur Ein Krper kann Leib sein, ausgezeichnet durch seine Erscheinungsweise, und nicht bloss durch seine objektiven, in mannigfaltigen Erscheinungsweisen zu gebenden Merkmale. Eine ausgezeichnete Orientierung hebt aus den Erscheinungsweisen des Leibes eine einzige Gruppe heraus, und an diese ist die Apperzeption geknpft, welche den sensuellen und beweglichen Leib konstituiert, dann berhaupt die aktuellen Erlebnisse dem Leib zuordnet und zu ihm in Motivationsbeziehungen bringt. Nun sei ein zweiter Krper gegeben, der meinem Leib gleich oder hnlich sei (objektiv), aber dann natrlich verschieden in der Erscheinungsweise: Kein zweiter Krper kann die Gruppe von Erscheinungsweisen haben, die mein Leib hat, so wie umgekehrt mein Leib (solange er mein Leib ist) niemals die Erscheinungsweisen fremder Dinge haben kann. Wir haben hier ein merkwrdiges Gesetz (das in Wahrheit ein Weltgesetz ist, ein Gesetz der phnome/ nologischen Konstitution der objektiven Welt). Hua. XIII, 328-329.

  • 34

    El problema de la hiptesis es que debo imaginarme cmo aparecera mi

    cuerpo desde esa otra posicin -`desde all- y al mismo tiempo evitar que ese

    all se convierta en en el aqu absoluto que he ocupado kinestsica y

    sensitivamente. Si no lo evitara, la imaginacin no presentificara el objeto que

    quiero presentificar, sino un simple doble de mi apariencia externa. De otro

    modo: la ficcin (dice SH) sera irrealizable, impensable y seguira anclado en el

    aqu que no puedo inspeccionar. El complemento de la percepcin ttica sera,

    por su sentido, inconciliable con tal presentificacin, y la sntesis de ambas

    intenciones, simultnea o sucesiva, sera contradictoria. Lo sorprendente del

    caso es que Husserl se mostraba dispuesto a asumir la contradiccin que

    envolva su hiptesis y a encontrarle todava un buen sentido : (214)

    : sta es una representacin contradictoria y, sin embargo, tiene un buen

    sentido, igual que representaciones similares contradictorias, en geometra por

    ejemplo. El buen sentido de que es posible una `duplicacin del yo, igual que

    lo es una duplicacin de cualquier otro ser real. A saber: precisamente al llevar

    a cabo esta representacin contradictoria se clarifica la posibilidad de dos

    sujetos con dos cuerpos fsicos.8

    Ni que decir que este recurso a lo imposible provoca oscuridades tan graves al

    menos como las que pretende solventar. (SH, 214).

    La plausibilidad de la hiptesis de la `duplicacin del yo, que para

    cumplir su objetivo no debe duplicar la realidad inconfundible `desde adentro

    que es mi cuerpo, slo surge si se aade una de las siguientes hiptesis

    adicionales: a.-porque es posible realmente mi existencia consciente sin cuerpo,

    que aprehende desde el all y el aqu, porque podra constituir espacio intuitivo

    sin que el cuerpo participe pero esto negara toda la indagacin

    fenomenolgica del cuerpo; b.-ese segundo yo que ve mi cuerpo desde all no

    soy yo y ese segundo cuerpo no es el mo, sino otro yo emplazado en su cuerpo

    8 Das ist eine widersprechende Vorstellung, und doch hat sie wie hnlich widersprechende Vorstellungen einen guten Sinn (z.B. in der Geometrie), nmlich sie hat den guten Sinn, dass eine `Verdoppelung des Ich mglich ist, so wie eine Verdoppelung eines sonstigen Realen. Nmlich: Es wird nmlich bei Vollzug dieser widersprchlichen Vorstellung klar die Mglichkeit zweier Subjekte mit zwei Krpern. Hua. XIII, 263.

  • 35

    propio: es el otro quien me ve la cara y es el otro quien me ve de frente y la

    presentificacin de la empata sera lo que Husserl pone en juego, quizs

    inadvertidamente lo que provoca que la reduccin trascendental tiene que

    contar desde el inicio con la intersubjetividad: no hay duplicado posible del yo

    ni del cuerpo; hay el otro que me ve.

    Referencias dispersas a cada una de estas hiptesis se encuentran en los

    dos primeros volmenes de textos sobre la intersubjetividad (1905-1920, 1921-

    1928). [En relacin a la primera hiptesis, Hua. XIII, 256: el cuerpo no slo no es

    necesario para la constitucin del espacio, ms bien es un obstculo] SH se

    pregunta si el anlisis fenomenolgico trascendental del cuerpo no se ve

    amenazado por aporas internas. El tercer volumen (1929-1935) muestra un

    distanciamiento del supuesto de una necesaria co-constitucin intencional del

    cuerpo ab extra [desde afuera] [Cfr. Hua. XV 286-287 como crtica de la primera

    hiptesis adicional, 272-273, como crtica de la segunda]

    Si el cuerpo, sin ser trmino estricto de percepcin interna, se revela en

    la intimidad tctil de la propia conciencia como lo ms afn a una unidad en la

    inmanencia corporalidad originaria que pertenece a la corriente de conciencia-

    ; y si el yo activo en la vida perceptiva de conciencia, el yo que es originaria e

    irreductible `trascendencia en la inmanencia, revela una vinculacin interna e

    inmediata al cuerpo mvil, que viene a ser la originaria `inmanencia en la

    trascendencia; y si ambas direcciones capitales del anlisis se exigen, cabra

    conjeturar que es esta condicin del cuerpo: ms ntimo que ningn objeto

    intencional y ligado al yo como ninguna vivencia particular llega a estarlo, la

    que estara en la raz del modo de aparecer exclusivo suyo y la que dara razn

    suficiente de la anomala en que desemboca su constitucin intencional

    originaria. Sin tal peculiaridad la referencia al cuerpo como `lo ms

    originariamente mo, tan mo como nada distinto de l puede ser mo, acaso

    careciese de suficiente justificacin terica y se asemejase a una declaracin

    retrica (215).