Cuerpo, deporte, dopaje. Elementos para la reflexión

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Cuerpo, deporte, dopaje. Elementos para la reflexión Experiencias: La imagen corporal y el rendimiento. ¿Desencadenantes del consumo de ciertas drogas? Actualidad: Observatorio Ocupacional del Centro de Orientación Sociolaboral (COS) cuadernos de reflexión y pensamiento Athenai Nº 52. Cuarto trimestre 2010 25 años de compromiso con el Cambio Social

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El dopaje siempre resulta un tema de actualidad e interés no sólo en el ámbito deportivo sino también para la opinión pública en general. El hecho de ver cómo grandes deportistas son descubiertos por la utilización fraudulenta de sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento no deja indiferente. Este paso de héroe a villano muestra la doble moral existente en el ámbito deportivo.

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Cuerpo, deporte, dopaje.Elementos para la reflexiónExperiencias: La imagen corporal y el rendimiento. ¿Desencadenantes del consumo de ciertas drogas?

Actualidad: Observatorio Ocupacional del Centro de Orientación Sociolaboral (COS)

cuadernos de reflexión

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25 años de compromiso con el Cambio Social

Análisis:

06 Cuerpo, deporte, dopaje. Elementos para la reflexión

09 La imagen corporal y el rendimiento. ¿Desencadenantes del consumo de ciertas

drogas?

nOTiCiAs: 11 Prevención de

drogodependencias en la población inmigrante en España

13 Buenas prácticas para la reinserción sociolaboral de la población de mujeres ex Consumidoras

15 reseñAs CulTurAles

Edita:Fundación Atenea Glorieta de Bilbao 1. Madrid. http://fundacionatenea.org

Coordina: Departamento de Comunicación

Colaboradores: Domingo Comas, Carlos López, Noemi García Arjona, Teresa González Aja, Rodrigo Pardo, Yolanda Manjón, Henar L. Senovilla

Fotografías e imágenes: Archivo Fundación Atenea y Bancos de ImágenesDiseño y maquetación: Reyes Muñoz de la SierraImprenta: ÁGATA COMUNICACIÓN

Depósito legal: M-18100-2007

SUMARIOoctubre-noviembre-diciembre 2010

en pOrTAdA:Cuerpo, deporte, dopaje. Elementos para la reflexión

La Fundación Atenea es una organización profesional del Tercer Sector, comprometida con los derechos sociales y de ciudadanía, que promueve el cambio social y los valores de igualdad y fomenta oportunidades para las personas en riesgo o en exclusión social. La entidad nació en 1985 como asociación Grupo GID y se constituyó en Fundación Atenea en 2005.

Desde 1985 trabaja en programas de prevención y atención de personas drogodependientes y/o seropositivas, integración y participación de personas inmigrantes e inserción sociolaboral de personas en situación o riesgo de exclusión. Asimismo, realiza investigaciones sobre cuestiones sociales.

La Fundación Atenea busca, a través de su trabajo, promover el cambio social y los valores de igualdad y fomentar las oportunidades para las personas en situación de vulnerabilidad. Los valores que rigen su desempeño son el enfoque integral e interdisciplinar de sus proyectos, el compromiso con la calidad, la coherencia, la adaptación a una realidad cambiante, la independencia en la toma de decisiones, el respeto y fomento de la autonomía personal de los usuarios de sus proyectos y la transparencia.

En 2009, la Fundación Atenea obtuvo el Sello de Calidad del Club Excelencia en Gestión EFQM + 200 (European Foundation for Quality Management, Fundación Europea para la Administración de la Calidad) y el Certificado Europeo de Calidad.

ACTuAlidAd:

04 Observatorio Ocupacional del Centro de Orientación Sociolaboral (COS)

25 años de compromiso con el Cambio Social

EDITORIAL

25 años de compromiso con el Cambio Social Fundación Atenea w 3

Dopaje: la otra cara de las drogas

Hasta no hace mucho tiempo se estableció, de una manera harto primaria, una identificación entre los términos "deporte" y "salud"

e incluso los contenidos relacionados con esta temática parecían figurar en la primera andanada de las iniciativas preventivas en el campo de las dependencias. Sin embargo, esa identificación merece ser contextualizada de manera adecuada. Sin una perspectiva de identificación con modelos de salud -entendida en su concepción clásica como equilibrio entre lo físico, lo psíquico y lo social-, el referente puede quedar perfectamente hueco y aislado de la realidad. Y, por lo tanto, ser absolutamente ineficaz.

Dentro de los territorios de ese estilo de vida asociado con lo deportivo aparecen, además, fenómenos como el del dopaje, ya no tanto en la alta competición sino también en la base, relacionados directamente con una confusión de valores en los que el triunfo es asociado imperiosamente al éxito y la necesidad de alcanzar resultados rápidos con el mínimo esfuerzo, dentro de una cultura consumista, están a la orden del día. Se trata de la traslación de un modelo que se hace presente en el universo social, donde el triunfo aparece como una exigencia, pero "triunfo" entendido en un sentido unilateral, nunca como búsqueda de nuestro propio espacio personal dentro del mundo y por lo tanto de conocimiento y reto ante nuestras propias actitudes personales. Esa construcción social

se hace especialmente presente entre algunos jóvenes, con una proyección de unos modelos basados únicamente en la apariencia, en la identificación con unas estéticas y unas modas impuestas a través de los medios de comunicación, fuera de las cuales se sienten socialmente excluidos por el grupo de referencia o frustrados personalmente. Todo ello, además, cuando existe un cierto paralelismo entre el uso de drogas como elemento de diversión o de identificación con un grupo de referencia social, y el consumo de sustancias ilegales para obtener una mejor apariencia física

o la consecución de mejores resultados de una manera fraudulenta.

Se trata, en todos los casos, de un asunto, que entronca directamente con el tema de los valores sociales y de los estilos de vida. Que pone de relieve la gran importancia de las prácticas deportivas como elemento de salud o de socialización y los elementos positivos que se hacen presentes en su propia proyección social, pero a la vez la necesidad de que se incentiven y promocionen aquellos modelos que respondan a nuevas escalas de valores, en temas de tanta importancia en nuestro tiempo como la salud, la lucha contra la violencia y la difusión del "juego limpio". O el de la igualdad y la integración social, dentro de un capítulo de tanta repercusión como el que hoy ocupa el juego y la actividad deportiva.

Banco de imágenes del ITE

Desde que en Fundación Atenea nos planteamos dedicar un monográfico al dopaje, a principios de 2010, no han cesado de salir a la luz pública escándalos, muy mediáticos, que han implicado e implican en la más reciente actualidad a conocidos/as deportistas españoles/as.

ACTUALIDAD

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Uno de los derechos fundamentales de las personas, para su realización personal y social, es la formación y la incorporación a un puesto de trabajo. Esto cobra más sentido con grupos de personas en exclusión, como es el colectivo de drogodependientes, considerado como uno de los núcleos sociales con problemas de inserción en el mercado laboral.

A la hora de afrontar el problema de las drogodependencias, es indudable la con-sideración del empleo como un escalón necesario para el logro de los objetivos de inserción social. Sin embargo, este planteamiento choca a menudo con las

dificultades que manifiesta este colectivo, la percepción de este problema social y la realidad del empleo.

Las dificultades que estas personas en-cuentran cuando buscan un trabajo son de

distinta índole: escasa formación, falta de especialización, experiencia laboral previa irregular, escaso desarrollo de habilidades y hábitos de trabajo, en ocasiones imagen personal deteriorada, falta de conexión con la realidad, etc.

En esta tarea de acercar el mundo laboral al colectivo de personas en tratamiento por drogodependencias trabaja, en el ámbito geográfico de la Comunidad de Madrid, el Centro de Orientación Sociolaboral (COS). Es una actuación cofinanciada por el Fondo Social Europeo, en el marco del Programa Operativo Competitividad Regional y Em-pleo, 2007-2013, que depende del Área de Reinserción de la Agencia Antidroga (Consejería de Sanidad). La Fundación At-enea lo gestiona, en régimen de concesión, desde el mes de enero de 2010.

El trabajo que desarrolla el COS se apoya en cuatro líneas de actuación complemen-tarias: Orientación sociolaboral, Servicio de Intermediación, Asesoría Jurídico-Laboral y Observatorio Ocupacional.

El Observatorio OcupacionalEl Observatorio Ocupacional lleva a cabo una labor de investigación constante y análisis continuo de la realidad, con un objetivo eminentemente práctico: tener un conocimiento cercano y verídico de todo lo referido al mercado de trabajo en nuestra región, y así poder llevar a cabo una in-tervención más concreta y adecuada de las necesidades reales de los colectivos de nuestro interés, como son las personas dro-godependientes en tratamiento y las em-

presas y empresarios/as de la Comunidad de Madrid.

El mercado de trabajo en la Comunidad de Madrid dibuja una realidad compleja que requiere de un conocimiento cercano para el desarrollo de acciones de incorporación social y laboral, puesto que abarca un vol-umen amplio de empresas y trabajadores-as y es el resultado de una configuración heterogénea en cuanto a los sectores de actividad que lo componen, su distribución geográfica y su comportamiento a lo largo del tiempo.

De igual modo, el mapa de necesidades que arroja el conjunto de personas atendi-das en la red asistencial de la Agencia An-tidroga es complejo y dinámico y requiere respuestas ajustadas a las dos realidades a las que se pretende poner en común: perso-nas desempleadas y empleo.

Nuestros objetivos de trabajo son:

aObtener información cuantitativa y cuali-tativa de las tendencias y perspectivas del Mercado de Trabajo de la Comunidad de Madrid

aConocer las demandas empresariales so-bre las ocupaciones y puestos de trabajo específicos: requisitos sociodemográfi-cos, competencias técnicas, competen-cias personales, etc.

aConocer la imagen social que tienen los/as empresarios/as del colectivo de dro-godependientes en tratamiento de cara a su inserción laboral

aConocer, cuantitativa y cualitativamente, las características del colectivo de dro-godependientes en tratamiento, con el propósito de conocer sobre qué aspectos hay que trabajar más: personales, social-es y de formación

Para llegar a la consecución de estos obje-tivos, el Observatorio Ocupacional desar-rolla diferentes acciones:

a Recopilación y análisis de información estadística sobre la situación del em-pleo en España y en la Comunidad de Madrid, recogiendo las cifras de paro y

contratos registrados con una periodici-dad trimestral.

a Seguimiento y registro estadístico de las ofertas de empleo de la CAM, de los medios de búsqueda de empleo que utilizan nuestros/as usuarios/as: prensa, Internet, Bolsas de Empleo, etc.

aConocimiento cualitativo del mercado de trabajo de la Comunidad de Madrid, para poder llevar a cabo una interven-ción más concreta y adecuada en base a las necesidades reales que las empre-sas y empresarios/as de esta comunidad tienen, pudiendo dar mejor respuesta a sus demandas y necesidades, cubriendo posibles huecos en el mercado o de-tectando nuevos yacimientos y fuentes de empleo, etc.

aDesarrollo de estudios sobre el mercado de trabajo y ocupaciones profesionales específicas, analizando las condiciones de los puestos de trabajo, requisitos de-mandados, etc.

aAnalizar y profundizar en la imagen social que el colectivo de personas en tratamiento por drogodependencias tiene, como posible factor de dificultad añadida a su proceso de reinserción so-ciolaboral.

aDescripción del perfil de los/as usuarios/as desempleados/as que son atendidos/as en el centro, con una periodicidad trimestral, con el propósito de conocer el colectivo con el que trabajamos y per-feccionar los procesos de orientación, formación e intermediación laboral.

Observatorio Ocupacional del Centro de Orientación Sociolaboral (COS) de la Fundación Atenea

En el desarrollo de las tareas propias de este servicio buscamos fundamentalmente:

<LA FLEXIBILIDAD, es decir, ser sensible a los cambios que se produzcan en nuestros focos de atención: los/as trabajadores/as y las empresas.

<LA EFICACIA, empleando herramientas de investigación (técnicas cuantitativas, cuali-tativas, mixtas, etc.) adaptadas a las características y que profundicen en el objeto de estudio.

<LA INTEGRACIÓN, tratando de abordar la realidad del mercado de trabajo de forma multidimensional y en conjunto con el resto de los servicios del centro.

Alicia BallanoSocióloga y responsable del Observatorio del Centro de Orientación Sociolaboral (COS)

ANÁLISIS

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Cuerpo, deporte, dopaje.Elementos para la reflexión

El dopaje siempre resulta un tema de actualidad e interés no sólo en el ámbito deportivo sino también para la opinión pública en general. El hecho de ver cómo grandes deportistas son descubiertos por la utilización fraudulenta de sustancias prohibidas para mejorar su rendimiento no deja indiferente. Este paso de héroe a villano muestra la doble moral existente en el ámbito deportivo. Queremos ver a deportistas que cumplan el lema olímpico de "citius, altius, fortius" (más rápido, más alto, más fuerte); el espectáculo deportivo radica no sólo en vencer al rival sino en llevar al límite al propio organismo para lograr marcas antes nunca alcanzadas por otro ser humano. Sin embargo, queremos que todo esto se produzca de una manera "limpia". Queremos que se batan todos los récords pero ¿dónde están los límites? Porque queramos o no, el ser humano los tiene. ¿Cómo es posible que campeonato tras campeonato y olimpiada tras olimpiada se sigan batiendo récords del mundo?

En este sentido, parece que el tema del do-paje concierne exclusivamente a los depor-tistas de alto rendimiento, a una élite inal-canzable y que por lo tanto observamos con curiosidad pero con distancia. Sin embargo, este tipo de sustancias están tanto al alcance de deportistas amateurs como de los socios de un gimnasio. Este aspecto es quizás el más desconocido pero el más alarmante pues muchas de las sustancias dopantes conllevan graves efectos secundarios que si bien a corto plazo pueden producir, por ejemplo, un aumento sustancial de la mus-culatura, posteriormente conllevan, entre otros, graves trastornos cardiacos.

En una sociedad en la que se impone el culto al cuerpo y en donde estamos más preocupa-dos por el "aquí" y el "ahora" parece que el pre-guntarnos por el "¿qué pasará luego?" no tie-ne lugar. No sólo queremos ser más rápidos, más altos, más fuertes sino además, más gua-pos y cuanto antes mejor, sin tener en cuenta el precio que tendremos que pagar por ello.

De esta forma, el verdadero camino para afrontar el tema del dopaje no debería ir sólo en base a la publicación de listas de sustan-cias prohibidas y persecución de los infracto-res, sino a una verdadera educación integral del individuo que nos permitiera integrar tan-

to el afán de superación como la aceptación de las propias limitaciones que la realidad y nuestro cuerpo nos imponen.

El culto al cuerpo como "producto" de consumo actualLa fijación –y en el extremo, la obsesión– por la imagen corporal es un valor netamente postmoderno. Si bien el canon clásico del at-leta griego nos podría hacer pensar que se ha buscado una vuelta a dichos orígenes, lo cierto es que las causas y consecuencias de ambas concepciones son en realidad bien diferentes. Básicamente, la idea del cuidado estético y corporal por los griegos formaba parte de un equilibrio junto con un cuidado intelectual y espiritual; el uno no funcionaba sin el otro: es el ideal del mens sana in cor-pore sano del que hablaba el poeta romano Juvenal (60-128 d.C.). Sin embargo, este equilibrio está lejos de ser una realidad hoy en día. Cabe preguntarse qué consecuencias acarrea esta preocupación por el cuerpo, por la apariencia estética y la necesidad de parecer más joven y bello, y que tan legiti-mizada y valorada está en nuestra sociedad actual. Algunos autores ven en estas prácti-cas la búsqueda de la "eterna juventud": la línea entre lo joven y lo viejo se hace cada vez

más borrosa, y somos juzgados por lo bellos y atractivos que podamos aparentar1.

En la búsqueda de este objetivo, la práctica de la actividad físico-deportiva ha experimentado un significativo aumento; pero la forma "na-tural" de un ejercicio regular y continuado es costoso temporal y anímicamente; es por eso que se están dando casos de deportistas afi-cionados que acaban siguiendo la vía "rápida" o ilegal. Estos casos están dejando de ser ane-cdóticos para convertirse en el establecimiento de un auténtico mercado negro en centros de-portivos, y más concretamente en gimnasios y centros de fitness. El ejemplo más conocido es el uso de hormonas, esteroides y hasta pro-ductos veterinarios para la ganancia de masa muscular, pero también se han detectado de-manda de diuréticos o antidepresivos. Institu-ciones internacionales como la AMA (Agencia Mundial Antidopaje)2 y en España la AEA (Agencia Estatal Antidopaje)3 sientan las bases jurídicas y normativas contra su uso, pero aún así los casos siguen apareciendo sin que se atisbe un fin, a menos a corto o medio plazo.

Por un lado, los médicos son firmes a una prohibición de dichas sustancias, si bien su limitación legal se complica ya que todavía se están investigando las verdaderas conse-cuencias del consumo a dosis mucho más elevadas que las normales en términos te-rapéuticos. Por otro lado, los seguidores del culturismo, deportes de combate y otras actividades afines practicadas en estos cen-tros luchan por evitar este "estigma" social, argumentando la idea de que la hipocresía entre la línea de lo legal y lo ilegal se da tam-bién en otros deportes y sin embargo no es criticado, y prefieren asumir los riesgos del consumo a renunciar a las ventajas que les aportan4. Las consecuencias, a menudo dra-máticas, del uso y abuso de sustancias do-

Estrategias para combatir el dopaje

Resulta fundamental establecer estrategias que combatan el dopaje en deportistas aficio-nados; la casuística del fenómeno es muy diversa, pero aún así pueden formularse algunas medidas preventivas y paliativas que en todo caso impliquen a los diferentes sectores de la sociedad, de las que destacamos las principales:

1) Emprender acciones legales no sólo contra los consumidores de las sustancias dopantes, sino también contra aquellos que se lucran por su compra-venta.

2) Fomentar la divulgación e información de las prácticas ilegales en estos centros deporti-vos, alertando de los riesgos y perjuicios para la salud física y mental, ya sea en las mismas instalaciones deportivas, en centros sanitarios y/o formativos, y en el núcleo familiar y de relaciones sociales. Los programas de prevención y orientación resultan fundamentales, sobre todo en adolescentes.

3) Crear dispositivos institucionales de atención y orientación deportiva, psicológica y médica para personas adictas o en riesgo de adicción a las sustancias dopantes.

4) En definitiva, crear una cultura de "tolerancia cero" al dopaje, retomando el modelo de de-porte como transmisor de valores y concienciando a la sociedad de la urgencia de ejercer un papel activo y determinante en la erradicación de prácticas ilegales y nocivas.

pantes son bien conocidas, y pese a lo que podría pensarse, afectan a ambos sexos, y a cada vez más jóvenes: anorexia, bulimia, vigorexia, trastornos alimenticios y de con-ducta, depresión, impotencia, etc.

Esta preocupante situación clama una res-puesta a todos los niveles –educativo, social, político– para gestionar una situación que, de no encontrar medidas o estrategias para

lograrlo, puede acabar convirtiéndose en lo que se está llamando, sobre todo en el ám-bito sanitario, la "nueva epidemia del culto al cuerpo"5. Lejos de querer provocar alarma social, lo que sí es cierto es que el problema existe y no es un hecho marginal, aunque se hable o se informe poco de él, salvo en con-tadas ocasiones6.

Conclusión

A modo de conclusión, podemos decir que la mercantilización y uso de sustancias y pro-ductos ilegales que ayuden a conseguir los objetivos deportivos y estéticos deseados es, lamentablemente todavía, un tema tabú; sin duda debe hacerse cada vez más visible esta realidad al conjunto de la sociedad en pro de una mejora de la calidad de vida personal, física y mental, y de una responsabilidad so-cial y política inmediatas.

Notas: 1. Featherstone, M. (1993) "The body in consume culture". En: M. Featherstone et al., (eds.) The body: social process and cultural theory, London, Sage publications.2. http://www.wada-ama.org/3. http://www.agenciaestatalantidopaje.es/ 4. Wiefferink, C. H., Detmar, S., Coumans, B., Vogels, T. y Paulussen, T. (2008). Social psychological determinants of the use of performance-enhancing drugs by gym users. Health Education Research, 23(1), 70-80. 5. Fernández Casas, I. (1999). La nueva epidemia del culto al cuerpo: Anorexia, Vigorexia, Bulimia y otros trastornos. Prevención desde la familia y la escuela. Ciencia y sociedad. Disponble en http://www.madrimasd.org. 5. Méndez, R. (2002) "Dopaje en el gimnasio", El País, 16/09/2002. Disponible en http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Dopaje/gimnasio/elpepisoc/20020916elpepisoc_5/Tes.

Noemi García-ArjonaInvestigadora de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte-INEF

Teresa González AjaInvestigadora y profesora de Historia y Política del Deporte de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte-INEF, Universidad Politécnica de Madrid

Rodrigo PardoProfesor e investigador de la Universidad Camilo José Cela (Madrid)

ANÁLISIS

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ANÁLISIS

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La imagen corporal y el rendimiento. ¿Desencadenantes del consumo de ciertas drogas?

La sociedad actual, con su enfermiza promulgación de la cultura de la imagen, ha generado y genera muchas patologías de variado orden y difícil solución. Los modelos corporales son un claro ejemplo y seguramente uno de los mayores reclamos para personas de todos los estratos sociales. Pero naturalmente nuestras posibilidades de desarrollo anatómico y fisiológico están claramente marcadas por los límites biológicos. Es entonces cuando entra en juego la utilización de sustancias tóxicas, como los anabolizantes, por ejemplo, cuyo consumo se ha disparado no sólo entre los deportistas de élite sino entre los más jóvenes, chicos y chicas simplemente aficionados y aficionadas al deporte. No sin consecuencias.

Ruben BarakatVicedecano de Postgrado, Investigación e Innovación de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (INEF)

La sociedad actual, con su enfermiza pro-mulgación de la cultura de la imagen, ha generado y genera actualmente muchas patologías de variado orden y difícil solu-ción. Los modelos corporales son un claro ejemplo y seguramente uno de los mayo-res reclamos para personas de todos los estratos sociales. Se potencian y premian biotipos casi perfectos, generalmente “ofer-tados” por los medios de comunicación, en los que el ser humano admira y desea un cuerpo “ideal”, muy poco real y a todas lu-ces inalcanzable.

No son pocos los conflictos surgidos cuan-do de forma cotidiana lo real se aleja

de lo teóricamente ideal, especialmen-te cuando el ser humano no alcanza sus metas a través de los recursos naturales a su alcance, así vemos como hombres y mujeres recurren a prácticas y alternativas patológicas con el objeto de conseguir ese cuerpo deseado.

Aparecen ante nuestra vista, en todo tipo de publicidades de los más variados produc-tos, hombres y mujeres portadores de unos cuerpos casi perfectos, a los que el ciuda-dano “común” (es decir la inmensa mayo-ría) jamás tendrá alcance, entre otras cosas por esa citada irrealidad, incluso a veces fa-vorecida por los retoques que la tecnología de la imagen actualmente permite.

De esta forma vemos como el cuerpo ha pasado a ser utilizado como mercancía y elemento primordial de consumo, no sólo en lo referido a la moda o la vestimenta; a través de un cuerpo bonito (según los cá-nones actuales) se consiguen altas cotas de éxito social e incluso profesional

La falta de protagonismo de otros valores en las relaciones interpersonales y, a veces laborales, ha potenciado en los ciudadanos actuales la necesidad de obtener ciertos ni-veles de belleza corporal que se acercan a lo patológico.

Pero naturalmente, nuestras posibilidades de desarrollo anatómico y fisiológico están claramente marcadas por los límites bioló-gicos que cada persona tiene y que, como es sabido, están “inscriptos” en nuestro DNI genético (ADN).

Cuando esos límites se manifiestan y nos alejan de aquél modelo ofertado como ideal, surgen como decíamos anteriormen-te, ciertos caminos para alcanzar el modelo deseado que no son siempre los mejores, además de patologías conocidas como la anorexia o bulimia, surgen actualmente con fuerza otras como las cirugías de todo

tipo, la vigorexia y el usos desmedido de las llamadas sustancias anabolizantes.

En algunos países de Suramérica, los pa-dres premian el buen rendimiento acadé-mico de sus hijas con cirugías estéticas que han favorecido un impresionante aumento del consumo de esta práctica en la región.

Pero seguramente la utilización de los ana-bolizantes, unas sustancias utilizadas para favorecer el crecimiento de los tejidos (au-mento de la masa muscular), se lleve la pal-ma entre estas prácticas. Los anabolizantes se usan a menudo con fines médicos.

Ahora bien, el consumo de éstos se ha disparado entre los más jóvenes, todo ello por la “urgente” necesidad de hipertro-fia muscular (para que nos entendamos, ponerse “cachas” rápidamente), todo ello sin ningún tipo de asesoramiento profe-sional, generalmente por consejo de “per-sonajes” que despiertan admiración (por estar aun más cachas) o por indicaciones seudo-profesionales de la actividad física sin la más mínima base científica sobre lí-mites y riesgos.

Es así como, especialmente los jóvenes, re-curren al consumo desmedido de unas sus-tancias que en condiciones normales son producidos por el cuerpo humano, (eso sí, en cantidades pequeñas), y por supuesto también a interminables sesiones de sobre-cargas musculares con ejercicio de dudoso beneficio a nivel articular y fisiológico.

Como es de esperar, el cuerpo reacciona ante el consumo excesivo de estas sustan-cias, en especial si ésta es a largo plazo y sin un adecuado control médico, pudien-do conllevar importantes consecuencias para la salud, tales como: tumores hepáti-cos, ictericia (pigmentación amarillenta de la piel, los tejidos y fluidos corporales), re-

tención de líquidos e hipertensión arterial, acné, temblor.

Otros efectos adversos son los siguientes: para los hombres: reducción del tamaño de los testículos, menor recuento de esper-matozoides, infertilidad, calvicie y desarro-llo de los senos. Para las mujeres: creci-miento del vello facial, cambios o cese del ciclo menstrual, aumento en el tamaño del clítoris y cambio de la voz. Para los ado-lescentes: cese precoz del crecimiento por madurez esquelética prematura y cambios acelerados en la pubertad.

Podemos incluir importantes trastornos psi-quiátricos, causando extrañas alteraciones del estado de ánimo, que incluyen sínto-mas similares a los maníacos y que llevan a episodios violentos, incluso homicidas. A veces se observa depresión cuando se de-jan de tomar los esteroides, lo cual puede contribuir a la dependencia.

El deporte profesional no sólo no ha con-tribuido a atenuar este consumo sino todo lo contrario. Observamos cómo, día a día, en beneficio del récord o la mejor marca, además de las conocidas ganancias econó-micas, los deportistas profesionales recurren a la utilización de sustancias exógenas que mejoran el rendimiento de forma artificial. Es como si la gloria del éxito (cualquiera sea) justificase la utilización de los más variados, insanos y antirreglamentarios métodos.

La juventud es el colectivo con mayor gra-do de riesgo ante esta situación, la pre-sión social y cultural ejercida en este tema sobre este grupo poblacional, hace que cada día aumente la cantidad de perso-nas entre 20 y 30 años que hacen un uso abusivo de estas sustancias. Aunque pare-ce ser que ningún colectivo está a salvo de las llamadas sustancias “dopantes”, se ha

detectado esta práctica en las competicio-nes de ¡¡veteranos!!

Ante esta situación, es inherente la pregun-ta qué hacer. Entre las variadas soluciones y alternativas existentes, la mejor sin lugar a dudas es la educación de todos los ciuda-danos sobre este problema.

En este sentido la tarea no es sencilla pues debe incluir a la totalidad de la población y claro a la Administración. Se debe informar claramente acerca de las características de este tipo de sustancias, sus posibles usos y so-bre todo cuáles son los riesgos de su abuso.

Al mismo tiempo, se deben eliminar los mitos de esos “cuerpos perfectos e idea-les” como un modelo a alcanzar, especial-mente entre los estratos poblacionales más jóvenes y menos formados (los niños/as). En este caso la labor de los docentes re-sulta fundamental en la orientación hacia la aceptación del propio cuerpo, con sus limitaciones naturales.

Esto no contradice en ningún sentido la la-bor de los docentes de Educación Física cuyo objeto debe ser, entre otros, la enseñanza de una actividad física adecuada a las po-sibilidades de cada uno y en beneficio de un mejor estado de salud, siempre que enten-damos la salud como un estado de bienestar general de todos los ámbitos de la persona, no sólo un cuerpo bonito como símil de sano.

Efectos secundarios del consumo de sustancias anabolizantes

HombresReducción del tamaño de los testículos, menor recuento de esper-matozoides, infertilidad, calvicie y desarrollo de los senos

MujeresCrecimiento del vello facial, cambios o cese del ciclo menstrual, au-mento en el tamaño del clítoris y cambio de la voz

AdolescentesCese precoz del crecimiento por madurez esquelética prematura y cambios acelerados en la pubertad

Comunes a todosFísicos

Tumores hepáticos, ictericia, retención de líquidos e hipertensión arterial, acné, temblor

PsiquiátricosSíntomas similares a los maníacos: episodios vio-lentos, incluso homicidas. Depresión.

La juventud es el colectivo con mayor grado de riesgo ante esta situación, la presión social y cultural ejercida en este tema sobre este grupo poblacional, hace que cada día aumente la cantidad de personas entre 20 y 30 años que hacen un uso abusivo de estas sustancias.

Se deben eliminar los mitos de esos “cuerpos perfectos e ideales” como un modelo a alcanzar, especialmente entre los estratos poblacionales más jóvenes y menos formados (los niños/as). En este caso la labor de los docentes resulta fundamental en la orientación hacia la aceptación del propio cuerpo, con sus limitaciones naturales.

NOTICIAS

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NOTICIAS

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La hipótesis principal que se plantea en este estudio, subvencionado por la Delegación del Gobierno del Plan Nacional Sobre Drogas, es si existe una necesidad de adaptación de las políticas públicas y/o planes de prevención de consumo de sustancias adictivas a las distintas pautas culturales de la población inmigrante que reside en España, para a su vez incrementar la eficacia de dichas estrategias entre esta población.

Prevención de drogodependencias en la

PObLACión inmigrAntE En ESPAñA

El objetivo general de la investigación es rea-lizar un diagnóstico de la situación con la in-tención de conocer y mejorar las pautas para la prevención del consumo de sustancias en el colectivo de personas inmigrantes residen-tes en las tres CC.AA. tenidas en cuenta para el estudio, teniendo en cuenta las caracterís-ticas propias de cada cultura en cuanto al concepto de dependencia del consumo de sustancias. En este estudio se parte de que la perspectiva de la interculturalidad es una ne-cesidad en el diseño de las políticas públicas en general y en las de prevención del consu-mo de sustancias en particular.

El estudio se centra en los colectivos de pobla-ción inmigrante residente en tres de las cua-tro CC.AA. que cuentan con más población inmigrante en España: Cataluña, Madrid, y Andalucía, según datos del Instituto Nacio-nal de Estadística (INE) a fecha del estudio. A su vez, se han tenido en cuenta las cinco principales comunidades de inmigrantes con más presencia en dichas CC.AA. En Catalu-ña: Marruecos, Rumania, Bolivia, Colombia y Ecuador (por este orden). En Madrid: Ruma-nia, Ecuador, Marruecos, Colombia y Bolivia (por este orden). Y en Andalucía: Reino Uni-do, Marruecos, Rumania, Argentina y Alema-nia (por este orden). También según datos del INE a fecha de realización del estudio.

La metodología de la investigación ha sido básicamente cualitativa, centrada en la revi-sión de planes y políticas públicas de las tres CCAA elegidas para el estudio, y de las políti-

cas estatales, relacionadas con los contextos de inmigración y drogodependencias, con el fin de indagar en un tratamiento especí-fico de la relación inmigración-consumo de drogas. También se procedió a realizar gru-pos de discusión con personas inmigrantes drogodependientes y grupos con personas inmigrantes no drogodependientes, grupos de discusión con asociaciones de personas inmigrantes y entrevistas con personas exper-tas en inmigración y/o drogodependencia.

En cuanto a la revisión de las políticas públi-cas y de los planes, en las políticas públicas relacionadas con el contexto de la inmigra-ción, a veces se hace alusión directa al tema de consumo, pero normalmente esta proble-mática se insinúa en el apartado destinado a la salud y en ocasiones se relaciona con enfermedades como la salud mental o la tu-berculosis. Se hace bastante referencia a la mujer inmigrante. Se señala que debe facili-tarse el acceso a los servicios de salud y que la información sobre dichos recursos llegue a la población inmigrante.

En cuanto al análisis de las pautas de consu-mo en los países analizados, hemos obtenido los siguientes resultados principales. Hemos observado que existen una serie de factores que pueden incidir en el inicio del consumo, otros factores que podemos denominar de protección frente al consumo, y otros elemen-tos que pueden influir en el modelo de consu-mo de sustancias adictivas.

Los elementos comunes que se han identifi-cado que pueden influir en el inicio en el con-sumo son:<Que el país sea productor de una sustancia<Que esa sustancia se considere natural

En el caso de los países latinoamericanos y Ru-mania se añaden otros elementos comunes:

<Que el consumo de una sustancia se con-sidere un elemento cultural

<Una situación política y/o económica inestable en el país

<La multiplicidad de momentos de consumo

En cuanto a los elementos comunes de pro-tección frente al consumo, no se ha localiza-do ninguno. Sí existen elementos de protec-ción particulares de cada país. En el caso de los países latinoamericanos, el elemento que se ha identificado y que puede considerarse como protector frente al consumo de drogas y alcohol es la presencia de redes familiares y sociales. En el caso de Marruecos, se ha comprobado que si la pérdida de influencia de la religión islámica se considera por par-te de los/as informantes como elemento de vulnerabilidad, la presencia –y no pérdida de influencia– de la religión pensamos que pue-de definirse como factor de protección. En el caso de la población de Rumania la situación política (el bloqueo hacia el exterior del país en momentos políticos concretos) pudo influir en la dificultad de entrada de estas sustan-cias, y por lo tanto en el complicado acceso a ellas por parte de la población.

En cuanto a otros factores que pueden tener peso en el modelo de consumo, se han de-tectado como comunes: el sexo, la edad, el nivel formativo, la clase social, el poder ad-quisitivo y situación laboral (es decir, variables socioeconómicas).

Además, otros elementos que pueden influir en el modelo de consumo en los países ana-lizados son la existencia de "licorerías" u otro tipo de espacios donde únicamente se pue-den consumir bebidas alcohólicas, y también la localización de estos países.

Finalmente, en el caso de la población latinoamericana, y en concreto Colom-bia, otro elemento que puede influir en el modelo de consumo (especialmente en re-lación a la sustancia) es el hecho de que este país soporta la imagen de productor de sustancias que se exportan al exterior (narcotráfico). También en Latinoamérica puede influir que el salario se perciba de manera semanal.

Como consecuencias del consumo abusi-vo, entre los/as informantes clave latinos y rumanos se señalan los accidentes de tráfi-co, la violencia de género y los problemas con el vecindario.

En cuanto a las políticas de prevención de consumo en sus respectivos países de origen, las y los informantes clave señalan que la prevención en sus países es bastante escasa o que no tiene resultados positivos. En algu-nos casos está más enfocada a "esconder" el problema que a tratarlo desde un punto de vista efectivo.

Sobre la importancia del proyecto migratorio en la vida de las personas emigradas, descu-brimos que lograr una mejora de la calidad de vida a través del empleo suele ser la causa de la mayoría de los proyectos migratorios, y además es una variable que puede condicio-nar su evolución y su resultado.

La literatura referida a procesos de exclusión social considera la ausencia o pérdida de em-pleo como un factor de vulnerabilidad social que puede repercutir en una posible situación de exclusión social, algo que también hemos comprobado a lo largo de nuestro estudio. Aunque también hemos descubierto que no poder optar a un empleo de calidad según la cualificación y la formación que se posea, o el empleo en sectores cercanos a sustancias, también incluye factores de vulnerabilidad de la persona en el país de acogida. Aho-ra, hemos comprobado que otros elementos presentes en el proyecto migratorio: el des-

conocimiento del idioma, la ruptura de las redes familiares y sociales, y el choque cultu-ral, también son elementos que pueden aña-dir dificultades, determinar la evolución y el resultado del plan migratorio, y que pueden desencadenar situaciones de exclusión social para la persona que experimenta el asila-miento, la soledad y la pérdida de identidad que pueden conllevar sentir estos elementos.

De esta manera, hemos comprobado que el fracaso del proyecto migratorio puede producirse por unas circunstancias que en sí pueden pertenecer al hecho migratorio, y que en cualquier caso se trata de dificultades que se producen en proceso de emigrar. Se ha examinado que estos indicadores pueden ser causantes de exclusión social, por lo que pueden convertir al proyecto migratorio en sí mismo en un instrumento generador de vul-nerabilidad social para quien lo lleva a cabo.

Pero no podemos generalizar ni establecer una relación causal entre estos indicadores y la exclusión social, ni entre estos indicado-res y el fracaso del proyecto migratorio, ni entre exclusión social y fracaso de proyecto migratorio, ya que caeríamos en una simpli-ficación injustificada.

Tras analizar una posible relación entre dificultades del proyecto migratorio y/o fracaso del proyecto migratorio y exclusión social a partir de la identificación de una serie de indicadores: la ausencia de em-pleo, el desconocimiento del idioma, la ruptura de redes familiares y sociales y el choque cultural (que son las dificultades que pueden añadirse al proyecto migrato-rio), en este punto tratamos de ver de qué forma puede estar presente el consumo de sustancias adictivas una vez se da el esce-nario estudiado.

Estos indicadores que pueden provocar procesos de exclusión social en los/as inmi-grantes también pueden conducir al consu-mo de drogas y alcohol por parte de esta población, según el análisis del discurso de las personas informantes clave. Aún así, queremos matizar que tampoco se puede establecer una relación causal entre estos indicadores y el consumo de sustancias

La investigación puede descargarse en la web de la Fundacion http://fundacionatenea.org

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adictivas, ni entre procesos de exclusión social y consumo de sustancias adictivas.

La ausencia de empleo genera situaciones de exclusión social que pueden conducir al consumo de drogas y alcohol. En este sentido también, ante la imposibilidad de acceder a un empleo o la pérdida de este, puede op-tarse por traficar con estas sustancias, y ya hemos visto que el narcotráfico puede ser el inicio del consumo. En el caso de que se tenga empleo, éste puede introducir variables que pueden facilitar el acceso a estas sustan-cias: en concreto, hay determinados sectores de actividad en los que las sustancias son más fáciles de conseguir y el consumo está más "normalizado". Además, el empleo puede ser también una variable que determina el mo-delo de consumo (horarios, etc) en el caso de que la persona ya sea consumidora. Aún así, el empleo aporta más elementos de carácter integrador que elementos des-estructurantes.

Además, se ha visto cómo los elementos que se han descubierto como dificultades en el proyecto migratorio y que pueden llegar a causar su fracaso (desconocimiento del idio-ma, ruptura de relaciones familiares y sociales y choque cultural) son también elementos de riesgo que pueden conllevar el consumo de sustancias adictivas (porque suelen desembo-car en procesos de exclusión social donde el consumo de estas sustancias es habitual).

Al margen de estos factores relacionados con el proyecto migratorio, se ha tenido en cuenta otra variable, que es la relación que puedan establecer con personas consumidoras en nuestro país.

En definitiva, la relación entre exclusión social, fracaso del proyecto migratorio y consumo de drogas y alcohol no puede delimitarse única-mente por la existencia de unos factores, aun-que estos sí pueden servirnos como posibles indicadores causales y en cualquier caso son elementos de dificultad que pueden añadirse al proyecto migratorio.

En cualquier caso, pensamos que estos tres elementos sí están interrelacionados. Y que

de hecho, el elemento clave que puede re-lacionar el fracaso del proyecto migratorio con el consumo de sustancias adictivas es la situación de exclusión social que puede darse como consecuencia de dicho fraca-so, ya que una situación de exclusión pue-de desembocar en el consumo de alcohol y drogas. De hecho, y visto desde otra pers-pectiva, el consumo de sustancias adictivas es en sí mismo uno de los escenarios de la exclusión social.

Hemos comprobado, por otra parte, que si ya se era consumidor/a o se mantenía un posible contacto más o menos amplio con sustancias en el país de origen lo que se produce es un incremento del consumo o una variación del modelo de consumo por las dificultades generadas por el proyecto migratorio o directamente por el fracaso de este proyecto. Además, si el consumo de esta persona en su país era muy problemá-tico, probablemente no se encontrara en si-tuación de plantearse una migración. Es de-cir, las personas con una situación crítica de consumo pensamos que no emigran porque este plan no se encuentra entre sus priorida-des y porque posiblemente no estén en con-diciones para ello. De todas formas, si esta persona con cierto contacto con sustancias adictivas realiza un proyecto migratorio, es posible que a las dificultades habituales que suelen vivirse, se sumen las condiciones desestructurantes que implican estar en un contacto más o menos habitual con sustan-cias adictivas, por lo que esto puede llegar a afectar al desarrollo y al éxito de la estabili-zación de la persona en el país de acogida.

Si la persona no era consumidora en su país, hemos visto que las dificultades del proyecto migratorio pueden llevar al consumo, y ese consumo puede conducir al fracaso del pro-yecto migratorio. Por lo tanto, este fracaso vie-ne dado más por las dificultades previas que

conducen al consumo. También puede suce-der que se generen unas dificultades –pero no se inicia el consumo- que desembocan en el fracaso del proyecto y es por el fracaso del proyecto por lo que se comienza a consumir. En este caso, es el fracaso del proyecto el ori-gen del consumo. Si no comienza a consu-mirse ante las dificultades probablemente se evite este posible elemento de incidencia en el fracaso del plan migratorio, aunque puede suceder que aunque no comience a consu-mirse a pesar de las dificultades el proyecto acabe fracasando. Evidentemente, puede ocurrir que ni ante las dificultades ni ante el fracaso comience el consumo.

Igualmente, si la persona no era consumido-ra en su país, aún teniendo éxito en su pro-yecto migratorio, puede comenzar a consu-mir sustancias por otras circunstancias ajenas al proyecto migratorio lo que, evidentemente, puede influir en su fracaso.

Finalmente, hemos introducido la varia-ble género en cuanto a las diferencias que existen entre mujeres y hombres emigrados en un consumo de sustancias adictivas pro-piciado por las dificultades o por el fracaso del proyecto migratorio. Creemos que, más en el caso de las mujeres emigradas que en el caso de los hombres, existe una relación directa del consumo de alcohol y drogas en el país de acogida producto del fracaso de las expectativas puestas en su proyecto migrato-rio, ya que no olvidemos que en el estudio se ha observado que muchos varones llegan al país de acogida con una relación más o me-nos estrecha con las sustancias adictivas, al contrario que la población femenina que, por cuestiones culturales, no suele tener contacto alguno con este tipo de sustancias en sus paí-ses de procedencia.

Queremos hacer otras aportaciones finales en cuanto a cómo pensamos que debe ser la prevención en el consumo de drogas y alcohol para la población inmigrante. He-mos identificado tres cuestiones clave en cuanto a la prevención del consumo de alcohol y drogas para esta población: la transversalidad, la interculturalidad de las acciones y la importancia de las asociacio-nes de personas emigradas.

Si se acude a las cifras o, simplemente, realizando una labor de observación en los recursos de atención a personas drogodependientes, ya sean de urgencia, de atención para la minimización del daño producido por el consumo, de desintoxicación o de reinserción sociolaboral, se comprueba que son pocas las mujeres que acuden a estos espacios o que mantienen una asistencia de continuidad en ellos. Por estas razones, en la Fundación Atenea nos planteamos esta nueva investigación sobre Buenas Prácticas para la resinserción sociolaboral de la población de mujeres ex consumidoras.

buenas prácticas para la reinserción sociolaboral de la población de

mujErES Ex COnSumiDOrAS

Estas buenas prácticas están enfocadas al úl-timo de los escalones a los que una persona ex consumidora debería acceder para su in-tegración normalizada: la reinserción socio-laboral. Para ello, debemos centrarnos en los espacios donde se trabaja este paso. Es nece-sario que hagamos referencia al resto de las esferas de la atención a este colectivo y ubicar a estas mujeres en un mundo, que como tan-tos otros, es eminentemente masculino. Que-remos que se entienda lo que queremos decir: no es que el colectivo de drogodependientes sea eminentemente de varones, sino que las personas que acuden a algún tipo de recurso de atención, incluídos los de orientación la-boral, sí son en su mayoría hombres. Debe-mos saber que esto sucede y por qué sucede, y no es válida la actitud de pasividad ante la ausencia de mujeres. Tampoco es apropiado justificar la inexistencia de unos protocolos de intervención específicos sin reflexionar más allá de una primera y superficial constatación. Que no acudan no significa que no existan.

A partir de las entrevistas realizadas a las mu-jeres en el contexto de estas buenas prácticas, hemos encontrado posibles motivos por los que las mujeres no acuden a estos recursos.

<En ocasiones, puede ser porque descono-cen estos recursos

<Porque las usuarias tienen otras necesida-des básicas más acuciantes que resolver o que ellas valoran como más urgentes.

Hemos advertido cómo, de una forma relati-vamente generalizada, los recursos de la red de drogodependencias, también los dedica-dos a la reinserción laboral, están incluyendo en su rango de atención a perfiles de perso-nas, en este caso de mujeres, cuyas necesida-des básicas por cubrir (vivienda, alimento, etc) además de otras problemáticas, no se corres-ponden con el servicio que pueden atender estos recursos, tanto por el objetivo con el que están planteados como por los medios con los que cuentan para plantearse su resolución.

De esta misma forma, y si hacemos referencia a los recursos de reinserción laboral, que son a su vez los substanciales para la obtención de estas Buenas Prácticas, terminan por con-vertirse en espacios donde no se solucionan los trámites para la reinserción de personas ex drogodependientes que en teoría se encuen-tran en el momento óptimo de dar este paso. A veces, no existe la posibilidad de plantea-miento de esta fase dada la prevalencia de otro tipo de necesidades y problemáticas. Los recursos de orientación laboral hacen frente a unas realidades más desde la buena volun-tad de los equipos profesionales, que desde la normativa. Esta exige que en estos espa-cios exista una implicación con otras cuestio-

nes que, al margen de competencias, medios apropiados y del propio perfil de las y los pro-fesionales, están obligados a tratar.

Si no se van cumpliendo –externa e interna-mente– esas fases y, en concreto, superando necesidades acuciantes –por el perfil alcan-zado como consecuencia del consumo, o existente antes de este consumo y/o tal vez cronificado por este– esto repercutirá en la efectividad real de la ayuda que reciban en los recursos de atención, en cada paso del proce-so, incluido el de la reinserción sociolaboral.

En este sentido, vemos la obligación de que se lleve a cabo una profunda reflexión sobre la calidad de la atención que se está ofreciendo, en este caso, a las mujeres usuarias en función de su situación vital en el momento que acce-den al recurso. Se requiere realizar un análisis previo de su perfil para poder resolver qué aspecto es necesario tratar prioritariamente al margen del motivo por el que, en principio, han sido derivadas o han llegado al recurso.

Ser una persona consumidora de drogas su-pone oscilar en los márgenes de la exclusión social . El hecho de la drogodependencia así

Creemos que, más en el caso de las mujeres emigradas que en el de los hombres, existe una relación directa del consumo de alcohol y drogas en el país de acogida producto del fracaso de las expectativas puestas en su proyecto migratorio. Se ha observado que muchos varones llegan al país de acogida con una relación más o menos estrecha con las sustancias adictivas, al contrario que la población femenina que, por cuestiones culturales, no suele tener contacto alguno con este tipo de sustancias en sus países de procedencia.

La investigación puede descargarse en la web de la Fundacion http://fundacionatenea.org

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Los presupuestos participativos y las políticas de juventudun estudio de caso sobre la cultura de la participación social en España. Comas, D. injuve 2010. El documento íntegro se puede descargar de la página del Injuve

http://www.injuve.es/injuve/contenidos.downloadatt.action?id=1905924912

como otras características, ya sean estructura-les o coyunturales, que difieren de lo social-mente establecido como "aceptable" o "válido" convierten a las personas por el mero hecho de poseerlas o de practicarlas en objeto sus-ceptible de esta exclusión social. Personas inmigrantes, personas con algún tipo de dis-capacidad, personas drogodependientes, en-tre otras, rompen los esquemas de lo que la sociedad decide que es "lo normal". Y cuanta más distancia exista de lo establecido como "normal" y más parte de decisión personal se considere que hay en ese establecimiento de una distancia de lo considerado como "válido", mayores serán las cotas de exclusión social. Por eso, quedan al margen de los derechos que cualquier persona tiene por estar en una sociedad con normas y estándares; así, ya no son personas ciudadanas, no pertenecen a las ciudades en las que, al fin y al cabo, la socie-dad "normalizada" organiza su esquema de vida. Las personas que no se contextualizan dentro de este esquema, no sólo son margi-nadas, sino que las propias personas asumen esa marginación como justificada o, en cual-quier caso, se genera un ellas un sentimiento de personas no válidas para la sociedad.

Un último motivo crucial al estigma de la dro-godependencia se da en el caso de la pobla-ción femenina consumidora. Existen coyun-turas relacionadas con elementos de género que muchas veces se desconocen, otras tantas no se identifican y además tampoco se sabe cómo solucionarlas y desde qué recurso. Ser mujer, es decir, pertenecer al 50% de la po-blación mundial también es, sorpresivamente, motivo de riesgo de exclusión social. Todo par-te de un complejo esquema de pensamiento que sitúa a las mujeres en una escala menor de ciudadanía. Para realizar este análisis es fundamental partir de la perspectiva de géne-ro. Es una teoría del análisis social que surge a partir del sistema sexo-género y la división de las esferas según género, que también afectan al contexto laboral en lo que se viene a deno-minar "división sexual del trabajo".

Esta última idea relacionada con la estructura de género, unida con aquella sobre las pautas que definen la exclusión social, son el punto de partida básico para entender la situación de las mujeres consumidoras o ex consumi-

doras. Las mujeres drogodependientes, según estas dos teorías, son un ejemplo de ruptura con dos sistemas normativos inamovibles y jerárquicos. Las mujeres por ser drogodepen-dientes quiebran lo que la sociedad impone como normalizado pero además, por ser mu-jeres infringen lo que el sistema de géneros atribuye a su rol y ocupan un espacio defini-do para lo masculino, un espacio alejado del contexto privado con todas las consecuencias que implica habitar este espacio.

Cuando las mujeres acuden a estos recursos –si es que llegan a acudir– la intervención que se puede plantear con ellas es muy limitada y muy centrada en aspectos concretos, porque ya están en una situación de deterioro o sim-plemente por no poder compaginar los hora-rios de los recursos con las responsabilidades familiares, que ellas asumen en su práctica totalidad. Y eso si los equipos profesionales logran que las mujeres usuarias no abando-nen el recurso, precisamente, por estos facto-res. En este punto volvemos a lo anteriormen-te considerado: tal vez si se acertara con la atención para estas necesidades que hemos descubierto, y si se facilitara la asistencia de las mujeres a los recursos con una adaptación a sus posibilidades (horarios, etc) se incremen-taría el grado de presencia y de permanencia de las mujeres usuarias.

Como hemos visto, antes de iniciar cualquier proceso de reinserción laboral se deben tratar otras posibles problemáticas que pueden difi-cultar la incorporación y/o el mantenimiento en el empleo de las mujeres, especialmente cuando muchas de las problemáticas son la causa del consumo, una causa en la que no se ha profundizado en el tratamiento.Una vez solventadas estas posibles proble-

máticas previas llega el momento de plan-tearse el proceso de reinserción sociolaboral. Los propios recursos de la red de atención a personas drogodependientes y en concreto los dedicados a la reinserción laboral de este colectivo, ponen la atención sobre un punto determinante, y es que equivocadamente el mercado laboral se utiliza como parte del tra-tamiento, como una herramienta de reinser-ción social y recuperación personal. Realmen-te la inserción laboral no forma parte de ese tratamiento, sino que incluso a veces se puede considerar otro obstáculo más a superar para alcanzar esa recuperación completa. En todo proceso de reinserción laboral es fundamental trazar en el caso de cada perso-na, un proyecto individualizado de inserción laboral. Tras la planificación del objetivo final del proceso de reinserción sería necesaria la elaboración del curriculum de las usuarias del recurso en función a esa estrategia planteada.

Además del momento en el que los equipos profesionales estimen que las usuarias están preparadas para su reinserción es interesante tener en cuenta las consideraciones que, en este caso mujeres usuarias, realizan sobre el momento oportuno de su reinserción. Debe lograse un equilibro y estimar los momentos en los que las usuarias sienten la motivación de buscar empleo, porque precisamente y como veremos más adelante, uno de los pro-blemas que existen en la reinserción laboral es la falta de motivación. Esta motivación tiene detrás toda una serie de obstáculos conver-tidos en prejuicios externos que las propias mujeres interiorizan, sobre los que los propios recursos de atención pueden y deben trabajar para ir habilitando ese camino hacia la rein-corporación sociolaboral.

Factores que determinan la empleabilidad de las personas.

Vamos a introducir lo que nos parece una buena fórmula, definida por un profesional participante en el trabajo de campo, para tratar de romper esa estigmatización con la que parte este colectivo, y es precisamente dejando de usar el concepto de “colectivo” y haciendo referencia a factores que determinan la empleabilidad de las personas.

1. La formación previa y la experiencia laboral previa al consumo2. La trayectoria de consumo y su influencia en las posibilidades de empleabilidad:

2.1. El consumo puede influir en la “deshabituación de cierta normativa social”2.2. El consumo puede influir en la empleabilidad de una persona en cuanto a formación y expe-

riencia laboral previas2.3. Otras posibles experiencias exitosas o de fracaso en cuanto a la reinserción laboral tras el

proceso de deshabituación del consumo

2.4. El contexto socioeconómico tras el consumoEl artículo 48 de la Constitución española especifica que “los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural”. Sin embargo, al analizar el desarrollo de los presupuestos participativos en algunos municipios españoles, se observa cómo, después de trascurridos más de treinta años desde la aprobación de la Constitución, y a pesar de los esfuerzos y la acumulación de experiencias positivas, tanto por parte de las administraciones específicas de juventud, en los niveles central, autonómico y local, como por parte de las organizaciones juveniles el desarrollo normativo de este artículo es escaso permaneciendo los/as jóvenes españoles/as ajenos/as a esta experiencia.

A través de este estudio, el autor analiza la cultura de la participación social de los/as jóvenes en España. Se trata de adqui-rir los conocimientos necesarios sobre los presupuestos participativos para poder re-lacionarlos con la cuestión de las políticas de juventud y proponer así algunos cam-bios que acerquen ambas interpretaciones de “compromiso social” facilitando así la participación de las personas jóvenes tan-to en los presupuestos participativos como adoptando esta metodología en los pro-

gramas de participación desarrollados desde los ámbitos de juventud.

Estos cambios tienen su fundamenta-ción en lo que el autor denomina es-tándares para la acción. El primero de estos estándares consiste en propiciar la presencia de las personas jóvenes en los presupuestos participativos, para lo que será necesario construir una alter-nativa tanto frente al rechazo de los/as jóvenes por parte de la cultura vecinal que sostiene los presupuestos partici-pativos como frente al rechazo de esta misma cultura cívica vecinal produce en las personas jóvenes.

El segundo estándar consiste en aplicar la metodología de los presupuestos par-ticipativos en las políticas de juventud, para lo cual será necesario la revisión de las políticas, los programas y las ac-ciones de promoción de la participación juvenil, tal y como aparecen, en la ac-tualidad, desarrolladas por parte de las administraciones de juventud y las orga-nizaciones juveniles.

Por último, el tercer estándar consiste en conseguir que las personas jóvenes reali-cen un aprendizaje suficiente y adecuado de los valores democráticos y los derechos de ciudadanía.

Comparación del grado de interés por lo colectivo (y la política)por parte de la juventud (1972-2005)

1972 2005

Apolíticos/rechazan 48 11

Escépticas/desinteresados 30 21

Indiferentes/desinteresado 30 28

Pro-activos/interesados 15 18

De partido/comprometidos 4 21

Fuentes: Torregrosa, 1973 / Megías, 2005.

Tabla 4 del estudio (página 50)

Yolanda Manjón