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Ilustraciones: Barbara Granja Corts

Wolfi no era un lobo como los que salen en los cuentos. De hecho no se pareca nada a un lobode verdad. Esto era as porque siendo tan solo un cachorrito, un Rey lo encontr mientrascazaba por el bosque.Este Rey tena tres hijas trillizas que no paraban de hacer trastadas. Al ver al pequeo lobito, elRey tuvo una idea: Mis hijas estarn ms entretenidas si cuidan una mascota pens ydejarn de darme la lata.As fue como sucedi. Wolfi fue criado en el castillo por las tres princesitas. Cada da, las niasjugaban sin parar con Wolfi, se montaban a caballito sobre su lomo, lo llenaban de lacitos y legastaban un montn de bromas que Wolfi soportaba sin un solo gruido. Despus, por la tarde,salan a pasear por el bosque hasta que se haca de noche. Entonces volvan al castillo ybaaban a Wolfi en la baera real, y para ello gastaban un bote de champ, uno de suavizante,un peine, siete toallas y tres secadores, uno por cada princesa, hasta que Wolfi quedaba suavey bien peinadito. Por ltimo, las trillizas iban a su cuarto y all lean con Wolfi un montn decuentos de princesas antes de irse a dormir ( es que a estas princesas slo les gustan loscuentos de princesas).

Pero un da sucedi algo inesperado. Entre los cuentos apareci uno que nunca antes habanledo. Este cuento trataba de una niita vestida de rojo a la que persegua un lobo muy feroz ymalo.Vaya rollo de cuento! deca una nia. No sale ninguna princesa!Ni hadas madrinas! deca la otra.Ni zapatitos de cristal! deca la tercera.As que, aburridas, tiraron el cuento a la papelera.Pero s hubo alguien a quien le gust el cuento.Wolfi nunca haba escuchado una historia en la que saliera un lobo, as que cogi el cuentoentre los dientes y se lo llev a su rincn de dormir. All lo ley una y otra vez, y cuanto ms lolea, ms le gustaba. En el cuento, haba tambin un dibujo en el que el lobo feroz aparecaaterrador, todo dientes y garras, y el pelo de punta.

Wolfi se preguntaba si los lobos de los cuentos tenan ese aspecto, y decidi investigar.As que fue a la biblioteca de palacio, y all encontr otros cuentos en los que aparecan lobosferoces. Algunos perseguan cerditos, otros cabritillas, y todos eran terribles y asustabanmuchsimo.

Wolfi nunca haba asustado a nadie, ni siquiera un susto pequeito, y pens que eraporque no tena aspecto de lobo feroz. Entonces tuvo una idea:Me disfrazar pens entusiasmado, as parecer un lobo como los que salen en loscuentosy se puso manos a la obra.

Primero fue a la pocilga real, donde viven los cerditos del Rey, y sin pensrselo dosveces, se revolc en un gran charco de lodo, hasta que qued todo embadurnado y apestoso.Despus, en el bao de palacio, gast tres botes de laca, dos de gomina, uno de fijador y unsecador de las princesas, hasta que todo su pelo qued de punta.

Por ltimo, con la lima del herrero real, se afil los dientes y las uas.Por fin, Wolfi se mir en un espejo.Ya no se pareca nada al manso lobito que siempre era, en cambio, era idntico al malvado loboferoz del cuento.Satisfecho con su disfraz, decidi gastarles una broma a las tres princesitas.Con lo que les gustan las bromas! se dijo. Se van a rer muchsimo!Y fue a esperar a las princesas al camino del bosque.Las trillizas se preguntaban dnde se haba metido Wolfi.Qu raro!, siempre viene a pasear con nosotras. dijo una princesa.Seguro que se quiere librar del bao! dijo la otra.Ya veris cuando aparezca! dijo la tercera.An estaban diciendo esto mismo, cuando de detrs de un rbol apareci Wolfi, que enseandolas garras y abriendo la boca todo lo que pudo, solt el rugido ms grande que haba dado entoda su vida:

RRROOOOOOAAAAAARRR!!!!

Del susto que se llevaron, a las princesas se les borraron las pecas de la nariz, y lascoronas salieron volando cuando se les pusieron los pelos de punta.Wolfi se cruz de brazos sonriendo y esperando a que las princesas dijeran algo as como:

Joln Wolfi, qu susto!, esta broma s que ha sido buena Pero las princesas no decan nada y miraban a Wolfi con los ojos como platos.

Entonces primero empez una, despus la otra y por ltimo la tercera. Las tres princesasse pusieron a llorar y a gritar a la vez.

Suceda que cuando las tres princesas lloraban y gritaban a la vez, ms le vala a unotaparse las orejas, cosa que Wolfi saba muy bien, as que corri a consolarlas antes de que ledejaran sordo.Lo que las princesas vieron fue a un lobo feo que corra hacia ellas para comrselas, as quean lloraron ms fuerte. Menos mal que al acercarse, las princesas reconocieron enseguida aWolfi, y dejaron de gritar.Pero Wolfi!, vaya pinta tienes! dijo una princesa an entre sollozos.Y menudo tufo echas! dijo la otra princesa sorbiendo los mocos.A la baera! dijo la tercera.

Las princesas metieron a Wolfi en la baera real, y para baarlo utilizaron tres botes de champ,cuatro de suavizante, seis peines, catorce toallas y tres secadores, uno por cada princesa, hastaque Wolfi qued de nuevo suave y bien peinadito.Luego leyeron un montn de cuentos (de princesas) antes de irse a dormir, no sin antes hacerprometer a Wolfi que nunca ms intentara asustarlas ni se disfrazara de lobo feroz.Y todo volvi a ser como siempreBueno, no exactamente como siempreAquella misma noche, Wolfi so que cocinaba en una gran olla ricos guisos hechos concerditos, abuelitas y niitas vestidas de rojo.Despus de todoUn lobo es un lobo No os parece?

AUUUUUUUUUUUUUUUUU..!

FIN

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Nunca ms volvieron a saber de l, pero ellos quedaron contentos de haber hecho algobueno de haber pasado una Feliz Navidad.

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Cuando hubieron atravesado la distancia que los separaba de la colina, que eraconsiderable, lo que para el nio era un juego, para l era un suplicio. A su avanzada edad yachacoso cuerpo, se poda considerar una proeza el camino recorrido. Cualquier persona hubiese desistido de seguir adelante, pero l no era de los que se daban por vencido. Arriba leesperaba el ansiado tesoro de la eterna juventud, el sueo dorado que buscan todos losmayores. El de saberse todava con vitalidad para alcanzar cualquier meta. Animaba al chico, yse animaba as mismo:

Ya estamos, Juanito que nos queda poco!

Cuando apenas haban alcanzado un tercio de la ascensin Andrs tuvo que sentarse,jadeante, para recuperar el aliento, mientras el chiquillo disfrutaba de lo lindo con esta aventura.Un dolor atroz consuma las pocas fuerzas que le quedaban y le obligaba a descansar en mediode los peascos que le servan de asiento. En su delirio vea las aves volar, ligeras, y pensabaque si fuera una de ellas, emprendera el vuelo para ir a donde quisiera sin que se lo impidierasu pobre cuerpo deforme, que actuaba como un contrapeso que le obligaba a postrarse sobre latierra.

Continuaron ascendiendo por el camino. Caminaban en silencio. El sendero se haca msinclinado a medida que avanzaban. Volvindose, Andrs mir hacia abajo: el pueblo seempequeeca como si fuera de juguete. La travesa haba sido penosa, pero se sentarecompensado por las vistas tan esplndidas que se le ofrecan.

Qu paisaje tan formidable, verdad? Ves ese edificio blanco, junto al pueblo, Juanito?S respondi el nio. Es mi colegio. Qu pequeo se ve desde aqu.S, todo parece muy chico corrobor el anciano.

Como un poseso emprendi de nuevo junto a su nieto la subida, que al igual que unperrillo correteaba a un lado y a otro, observando todo con su curiosidad infantil. El sendero eraangosto y, a ello, se una la dificultad de ser un camino sembrado de maleza punzante, quearaaba la piel y las vestiduras. Con una tenacidad enfermiza se enfrent a los elementos,desafiando a las corrientes de aire, que cuando ms alto, ms fuertes; al fro que se haca msintenso cada vez; y lo peor, a la gravedad que ejerca su masa corporal, pugnando porarrastrarle pendiente abajo. Despus de desfallecer varias veces se recost en el suelo, ante elasombro del chiquillo que vea a su abuelo con inquietud.

Te pasa algo, abuelo?Espera, hijo que descanse un poquito susurr el viejo agotadsimo.

Poco despus se pusieron de nuevo en marcha. Con la fuerza de una voluntad de hierro,que no del cuerpo, pues estaba extenuado, y un esfuerzo sobrehumano, consigui al fin, msmuerto que vivo, su objetivo. Haba vencido a las debilidades terrenales gracias a superseverancia.

Qu viejo ms tenaz! Su osada haba dado resultado. Por fin llegaron a la cima, Andrs,agotado y exhausto; Juanito, sonriente como unas pascuas, vio que era plano donde podacorretear a sus anchas. Ya en la cumbre se dispuso a saborear las mieles del triunfo, cuyopremio era contemplar la tan majestuosa montaa que le haba llevado hasta aquel lugar, pero elmonte fantasma haba desaparecido. Igual que vino se fue. A lo lejos el cmulo de nubes deaspecto jabonoso que antes haba formado una gran mole se haba deshecho al capricho de lascorrientes de aire, y ahora estaban dispersas y estrelladas por un cielo radiante y luminoso, peropese a ello, despus de haber perseguido una utopa, el anciano no se contrari, al revs habacolmado sus expectativas al vencer a las dificultades.

All, estaba el hombre y el nio, en aquel solitario pramo que se ofreca como la conquistade un nuevo territorio, y bajo el techo de la bveda celeste tenan el mundo a sus pies.

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Ilustracin: Lola Fernndez Lentisco

En un lugar donde reinaba la magia hace mucho tiempo, exista un misterioso bosqueencantado que por el da luca colores vivos y llamativos, pero por la noche, se converta en unlugar triste y apenado de colores grises. El bosque permaneca bajo el hechizo de lunalanzado por la malvada bruja, al saber que haban nacido siete mariposas mgicas. Unencantamiento que haca que los colores se borrasen cada vez que sala la luna.

Las siete mariposas vivan en el rbol ms alto. Eran grandes y hermosas, con unas alasde terciopelo pintadas con purpurinas y colores llamativos y con adornos bordados en oro yplata. Todas tenan una sonrisa dulce y transparente como las aguas cristalinas. Pero cada unade las siete mariposas era de un color diferente.

Por la maana el mismsimo sol gris, iluminaba un bosque triste y ceniciento.

Entonces las siete mariposas empezaban a despertarse, moviendo sus alitas poco apoco. Tenan que repintar todo el misterioso bosque, pero con rapidez y cautela, para que no senterara la malvada bruja.

La mariposa verde era la mayor, por eso era tambin, la ms responsable y ordenada.Ella le daba color a la copa de los arboles, a las hojas y al csped. Segn iba acabando depintarlos los animalillos del bosque sonrean de felicidad, al ver que las cosas volvan arecuperar su color durante unas horas.

La mariposa naranja tena unos mofletes muy redondos, se dedicaba a pintar muchas delas frutas y las verduras: las zanahorias, las calabazas, las naranja, le gustaba tanto pintar,que incluso haba das que pintaba el atardecer.

La mariposa amarilla era la ms perezosa, le encantaba dormir, y siempre protestabacuando se tena que levantar tan pronto, porque ella, era la que tena que pintar el sol antes deque empezara a calentar demasiado y derritiera sus alas.

La mariposa violeta era muy glotona, a todas horas estaba comiendo, por eso empezabasiempre la ltima. Se dedicaba a pintar todos los animales del bosque, le daba igual, animal quevea, animal que pintaba: las ardillas, los ratones, los lobos, los ciervos Todos eran de colorvioleta.

A la mariposa azul le gustaba vestirse como las princesas, era presumida y coqueta, y sededicaba a darle color al cielo, a las nubes esponjosas como los algodones de azcar y a lasaguas de los mares.

La mariposa roja estaba enamorada de la vida y le gustaba mucho la Navidad, le gustabatanto, que lo nico que haca era colorear las rosas, las amapolas y la flor de pascua.

La mariposa de color ail era la ms rara, ella repasaba todo lo que las dems pintaban,dndole luces y reflejos y era tambin la que se encargaba de vigilar por si se acercaba la brujamalvada.

Las siete mariposas trabajaban duramente todo el da para que todo estuviera relucientey lleno de vida, pero cuando el sol se iba a dormir y la luna asomaba la nariz, las mariposascaan rendidas de cansancio. Entonces el bosque encantado, poco a poco, iba perdiendo loscolores, volviendo a su tono triste y ceniciento.

As estuvieron mucho tiempo, hasta que un da la bruja decidi darse un paseo con suescoba mgica, a ver como marchaban las cosas en su bosque encantado. Cuando suspequeos y feos ojos divisaron el bosque, no dio crdito a lo que estaba viendo, incluso se frotlos ojos, por si contemplaba un espejismo. El bosque encantado estaba lleno de luz y coloresvivos. La bruja se enfad tanto que se fue a su guarida para hacer un hechizo contra lasmariposas.

A la maana siguiente, cuando las 7 mariposas de colores, se preparaban para pintar elbosque, la bruja malvada de la verruga en la nariz, haba preparado una terrible trampa. Sin quese dieran cuenta, les ech unos polvos mgicos para que no pudieran volar y as las pudocapturar una a una, encerrndolas en una jaula de hierro viejo.

Al da siguiente, cuando los animalillos y las plantas; el cielo y las nubes; los mares y elsol se dieron cuenta de que su mundo segua gris, se pusieron muy tristes. Los das pasabancon la misma pena y el mismo color gris. Las plantas no tenan ganas de florecer, los animalillosapenas coman, los nios de la aldea ya no jugaban a la pelota y el sol no calentaba.

Tan tristes se pusieron, que las nubes lloraban de pena y las 7 mariposas, al notar que semojaban, sacudieron las alas, lanzando al viento miles y miles de gotas de agua, impregnadascon sus colores. Todos los habitantes del misterioso bosque miraron el espectculo, incluso elsol se hizo un hueco entre las nubes, y entonces ocurri algo mgico: sus rayos tocaron lasgotas de agua y desde un horizonte a otro, cmo un espectro de luz, surgi el arco iris,cubriendo todo el bosque encantado. Magia! Magia! gritaban todos, locos de alegra, Porfin vuelven los colores! Desde entonces, cada vez que llueve y sale el sol, las 7 mariposasmgicas aletean con alegra, indiferentes a su triste destino, lanzando al viento los colores que elarco iris dibuja en el cielo, mientras la bruja malvada de la verruga en la nariz se muere de rabiaal verlo.