Cuentos creativos
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AUTOR: NUBIA NAVAS
Había una vez un hada muy especial, ella era la más inteligente de las aprendices de hadas, era fuerte, astuta,
bondadosa, en fin era muy diferente a las demás, desafortunadamente lo que en ese momento resaltaba en ella
no era todo lo que ella poseía en su interior, sino su aspecto físico; todas las demás hadas eran muy bellas, vanidosas y
engreídas, todo el tiempo estaban molestándola, cada vez que ella deseaba ir a prestar ayuda a algún niño, ellas las
hermosas hadas, empezaban a gritarle:
Largo feucha ¡vete lejos que eres un desprestigio para nosotras!, fuera no vuelvas! ¡Fuchiii!
Ella aunque pequeña era mágicamente muy poderosa y en ocasiones deseo hacerles un hechizo y dejarlas muy feas, pero
su corazón era tan grande y su bondad tan especial, que siempre las perdono e ignoraba lo que continuamente le
gritaban.
En una ocasión, empezó a preparar un elixir de belleza, pensaba tomarlo y volverse igual o más bella que las demás hadas, duro mucho tiempo preparando aquella bebida y cuando ya lo tenía lista, recordó las palabras de su mamita:“Hija mía, recuerda que lo mas importante no es lo que se ve sino lo que se es, tu eres así por algún motivo especial y tu camino será diferente y mucho mas especial que el de las demás, amate como eres para que los demás te puedan amar de la misma manera” Un día el mundo de la hadas fue atacado por las brujas y todas fueron tomadas como prisioneras, menos el hada fea, quien astutamente se había disfrazado de bruja y paso inadvertida, preparo una gran cena para todas las malvadas brujas y agrego a esta unas góticas de la bebida “sueño profundo” y así las brujas durmieron tanto tiempo que el hada fea pudo liberar a sus compañeras y además alcanzo a llamar a los grandes jefes de toda las artes mágicas y ellos con sus poderes encerraron eternamente a las brujas y premiaron al hada por sus buena acciones. De esta forma en el mundo de la hadas jamás se volvió a molestar al hada fea, por el contrario era tratada como una gran diosa y así cada vez que llegaba alguien feo a su reino, era tratado con mucho respeto puesto que se sabia que este traería buenas coas al reino de las hadas.
AUTOR: NUBIA NAVAS
Había una vez un niño que era muy feliz, aunque no tenía muchos juguetes ni dinero. Él decía que lo que le hacía feliz era hacer cosas por buenas por los demás, y que eso le daba una
sensación de tranquilidad en su interior. Pero nadie le creía, y pensaban que no andaba muy bien de la cabeza. Dedicaba todo
el día a ayudar a los demás, a dar limosna y ayuda a los más necesitados, a cuidar de los animales, y raras veces hacía algo
para sí mismo. Un día conoció a un famoso médico al que extrañó tanto su caso, que decidió investigarlo, y con un
complejo sistema de cámaras y tubos, pudo grabar lo que ocurría en su interior. Lo que descubrieron fue sorprendente:
cada vez que hacía algo bueno, un millar de angelitos diminutos aparecían para hacerle cosquillas justo en el corazón.
Aquello explicó la felicidad del niño, pero el médico siguió estudiando hasta descubrir que todos tenemos ese millar de
angelitos en nuestro interior. La pena es que como hacemos tan pocas cosas buenas, andan todos aburridos haciendo pereza y vagando todo el tiempo. Y así se descubrió en qué consiste la
felicidad, y gracias a ese niño todos sabemos qué hay que hacer para llegar a sentir cosquillitas en el corazón, lo difícil está en
que no queremos hacer el bien sino que hemos dejado crecer en nuestro interior semillas de maldad que en cualquier momento pueden llegar a exterminar a aquellos hermosos angelitos, solo
si buscamos la ayuda de Dios podremos fortalecer nuestros angelitos y eliminar esa mala hierba que nos esta contaminando.
AUTOR: LUZ CARIME CARDENAS
Muchos años atrás, en la isla Monster, vivían seres diferentes… se creía que eran “extraterrestres”.
Los antecesores cuentan que al llegar la civilización, tomaron estas criaturas y las esclavizaron: decían
que tenía cuerpo humano con algo de animal, muy grande, que se comunicaban con señas y Vivian en
colonias. Ese fue el inicio de la raza Monstermon, heredando la tecnología de su especie.
Cuando el maestro Coylli, nos dijo, que íbamos a realizar un campamento, nunca nombró la isla de
Monstermon.
Estábamos muy contentos porque iba a ser unas maravillosas vacaciones. Con mis amigos Shipo y
Dargo estuvimos toda la semana hablando del campamento.
Era una mañana muy fría, cuando nos recogió el autobús en la escuela. Mamá gritaba... Kira, Kira, no
olvides tu kit para acampar.
Llegamos a una población donde las personas eran muy ancianas, nos llamo la atención que no había
un solo niño, una persona joven. Fuimos bien atendidos esa noche. Al día siguiente nos levantamos
temprano, desayunamos y seguimos el camino. Para llegar a la isla, tuvimos que caminar por un
sendero destapado y muy angosto; esa noche levantamos el campamento, ya que deberíamos esperar
a la persona que nos llevaría a la isla, hasta el día siguiente.
Llegamos muy temprano y ubicamos el sitio donde levantamos el campamento y esa noche reunidos
alrededor de una gran fogata, el maestro Coylli, hizo una breve historia de la isla… ya me habían
contado algo de ella mis abuelos.
Una noche el grupo realizó una salida al bosque, disfrutando la luminosidad que ofrecía la luna, al
firmamento no le cabía ni una estrella más, corría una briza suave y solo se escuchaba el sonido de
uno que otro búho. Yo me encontraba con el grupo de niñas, visualice de lejos que mis amigos se
estaban alejando del grupo y decide ir de tras de ellos.
Los alcance…nos adentramos en el bosque; después de un rato descubrimos una cueva, al entrar
vimos unos extraños aparatos que al tocarlos apareció una luz que nos absorbió a otra dimensión.
Nos vimos en el punto más lejano de un desierto, un punto tan insignificante de un inmenso océano de
arena…cuando vimos salir de ella misma un gigantesco topo que nos quería atacar, pero aparecieron
estos pequeñísimos humanos que nos salvan.
De pronto nos vimos rodeados de una gran luz que al desaparecer nos dejo en su colonia;
ellos nos dijeron que se llamaban Monstermon y de cómo llegaron algunos a nuestra
dimensión, también nos comentaron que esos aparatos que nos transportaron allá, eran
puertas para ir a otras dimensiones.
Nos comentaron su gran preocupación por los portales ya que si cayera en manos indebidas,
podría llegar a los humanos, acabar con sus mundos y robarles sus invenciones e
inteligencias. Les pregunté ¿por qué, los humanos? Y me contestaron: hemos visto durante
muchas lunas (años) como los humanos, tan inteligentes puedan crear máquinas tan
maravillosas para ser utilizados en contra de su propio planeta…imagínense si tuvieran
nuestro inventos?
Nosotros, Kira, Shipo y Dargo, compartimos varios días en la colonia y observamos lo
maravillosos, organizados, y ese ambiente de hermandad que se vivía allí, dándonos cuenta lo
valioso que sería ayudar a estas personitas y lo importante que seriamos nosotros en el
mundo astral, ya que en nuestro planeta-Tierra somos ignorados por la sociedad en que
vivimos y por nuestras familias.
Planeamos el regreso con 4 de los Monstermon, caímos en el bosque y fuimos a buscar la
cueva. Había pasado mucho tiempo y el maestro como los demás nos estaban ya buscando…
escuchábamos nuestros nombres desde lejos, lo que hizo que nos apresuramos, entramos a
la cueva y los Monstermon tomaron los aparatos y con uno ellos abrieron el portal para
trasladarse a su mundo. Nos dieron las gracias y que todos sus descendientes iban a saber de
nosotros cómo salvamos su mundo y el de nosotros. De pronto sentí que caí en un profundo
sueño, al despertar me encontré con mis amigos tirados en el bosque y me di cuenta que lo
que había vivido en esa cueva, era un sueño y sí… si había escuchado nuestros nombres de
lejos, porque nos estaban buscando, fuimos hacia las voces, y cuando el maestro Coylli nos
vio, en vez de regañarnos, nos dio un gran abrazo por habernos encontrado.
AUTOR: LUZ CARIME CARDENAS
En un bosque muy lejano, con abundantes lagos, grandes árboles, lleno de
sonidos multicolores, habitaban muchos animales… allí se encontraba Pecas, la
tortuguita y Tito, el sapito. Les gustaba estar juntos, jugando y hablando cerca del
lago.
Al pasar el tiempo, aparece en el bosque un gran Oso. Se acercó a ellos y les
preguntó: ¿cómo se llaman?, los dos amigos dieron sus nombres, luego les pidió
que si sabían de un sitio para resguardarse… era una tarde muy lluviosa, el viento
silbaba y los árboles se mecían.
Pequitas, como le llamaban de cariño, fue muy amable con el Oso diciéndole el
camino que lo llevaría a una gran cueva. Su amigo Tito el Sapito, se molestó
muchísimo al ver que su amiga estaba fascinada con la charla que tenía con ese
Oso feo y grandulón, decidió marcharse.
Al día siguiente volvió al lago y ¡Oh! Que sorpresa… su amiga Pecas
Jugando con el Oso en el lago… se acerca y le dice:
¿Cómo puedes estar con un animal que no conoces, darle tanta confianza y no
pensar que puede hacerle daño?, Pecas le contestó:
Tito, mi sapito preferido… Cuando te vi por primera vez tampoco te conocía, te
acepté como eres, chiquito, barrigón y verdoso, te brindé mi amistad. ¿Por qué no
hacerlo con el Oso?
Tito, cayó en cuenta lo mal que se estaba comportando y pidió disculpas a
Pequitas y a su nuevo amigo el Oso grandulón, como le llamó.
Compartieron por mucho tiempo el lago, con sus días, tardes y noches, viviendo
felices.
AUTOR: FRANCY LOPEZ
Camila era una niña tan buena como bonita, estudiosa, obediente y siempre
dispuesta a ayudar a todos; si su mami requería de su cooperación para
realizar las labores del hogar, llámese asear la casa o preparar los alimentos,
allí estaba Camila siempre dispuesta a colaborar. Todos sus compañeros sabían
que podían contar con ella para que les explicara alguna lección no
comprendida; y su profesora la ponía siempre como ejemplo de buen
comportamiento.
Un día, al pasear por una calle, vio una niña muy pequeña, con el sufrimiento
pintado en su pequeño rostro y sus ojos negros brillando, delirando de la fiebre
que en ese momento la oprimía.
Se acercó presurosa a la niña y se interesó por saber que le pasaba, al
enterarse que el padre de la niña estaba en la cárcel, su madre muy enferma y
ella misma con mucha hambre y fiebre; la llevó con su profesora, persona
ilustrada, quien se interesó por la familia y los ayudó; pero antes de despedirse
de la niña le obsequió su más preciado tesoro el osito panda de ojos verdes que
le regalaron en su último cumpleaños, pues hacía poco había cumplido diez
años, y que nunca se separaba de ella.
Es necesario aclarar que los padres de Camila eran muy pobres
y no podían comprarle juguetes, habiendo ella regalado el único que poseía.
Al ir un día al mercado con su madre, pasó por una juguetería, en cuyo escaparate
vio la muñeca más linda que ella había visto nunca: pelo rubio, ojos azul añil y boca
color fresa de nombre Nenuco. Llevaba un precioso vestido de azul celeste y
zapatitos azules a tono con su coqueto sombrerito que realzaba su elegancia.
Ver a la muñeca y quedarse prendada fue uno solo, más ella no dijo nada para no
apenar a su madre. Es Nochebuena, llegó la Navidad... dormida apaciblemente en su
camita, Camila sueña que el Niño Jesús viene a verla y le habla dulcemente
diciéndole que por ser una niña tan buena pronto iba a recibir un premio, dejándole
en la mano una pequeña flor para que ella siempre recuerde que EL ha venido a
verla.
Al despertar al día siguiente, la niña siente que tiene algo en la mano; al abrirla ve la
pequeña florcita que Jesús depositó en ella y sonríe muy feliz; más, al mirar a los
pies de la cama, descubrió allí, en una gran caja, la muñeca de sus amores y loca de
contenta corrió buscando a sus padres a quienes les mostró su muñeca y les contóla visita de JESÚS por lo cual todos oraron para agradecer al Señor.
¿Qué había sucedido? El padre había recibido un dinerito extra por un trabajo
realizado y la madre al recordar el fulgor ansioso en los ojos glaucos de
su hija al mirar a la muñeca; lo decidió, con su comentario, a comprarla.
Macarena fue muy feliz esa Navidad, siempre recordaba la visita de Jesús y teníapresente que una buena acción tiene su premio…….
AUTOR: FRANCY LOPEZ
Hace mucho tiempo vivía un Príncipe en un enorme castillo, que buscaba princesa con
quien casarse y tener muchos hijitos.
Su padre el rey hizo el anuncio que todo el reino esperaba.
- El día del cumpleaños del Príncipe, que será dentro de catorce días y catorce noches, la
muchacha que le haga a mi hijo el mejor regalo y por tanto el que más le guste a él, la eligirá
como esposa para acabar siendo la reina de este castillo.
La sorpresa fue mayúscula y creó una gran expectación y alegría allá donde la noticia se
escuchaba.
Todas las muchachas del reino, de algunas ciudades del alrededor e incluso de algunos
países extranjeros, se dieron cita el gran día del cumpleaños del Príncipe.
Los regalos eran espectaculares, joyas, cofres repletos de oro y diamantes, caballos traídos
de Arabia, Toneles del mejor vino español y otros muchos y de los más variados de todo el
continente.
Pero el Príncipe se fijó en un regalo que era una simple caja, a decir verdad era una caja
muy bonita de madera, pero lo que más le llamó la atención al Príncipe fue que la caja
estaba abierta y dentro no había nada, estaba completamente vacía y por supuesto el
Príncipe no entendió nada. Hizo llamar a su mayordomo y le pidió que localizara a la
muchacha que se estaba burlando de él y que su regalo había sido nada.
Pocos minutos después el mayordomo se presentó anunciando a la muchacha que no le
había hecho ningún regalo y por supuesto el Príncipe le preguntó:
- Me puedes explicar porque te has querido burlar de mí no regalándome nada. Dijo el
Príncipe dándole la espalda a la muchacha.
Con voz temblorosa la muchacha pudo decir:
- Lo siento Príncipe, pero por el camino me encontré con tanta gente que lo necesitaba más
que usted, que lo repartí todo.
El Príncipe solo escuchando la voz dulce de la muchacha y su grandiosa generosidad, se
dio media vuelta, se arrodilló y sin mirarle el rostro dijo:
- No me importa como seas por fuera, porque por dentro he visto que quiero que seas la
madre de mis hijos y la reina de mi castillo y mi corazón. ¿Te quieres casar conmigo?.
- Ella se arrodilló junto a él y por primera vez se miraron a la cara y descubrieron lo bellos
que eran y lo mucho que se amaban.
Se besaron dulcemente y anunciaron el compromiso. Juntos repartieron todos los regalos
del Príncipe y todo el reino lo agradeció.
Fueron muy felices y reinaron con sabiduría y justicia, hasta el final de sus días
AUTOR: AMANDA TRIVIÑO
Desde que tengo memoria, siempre he tenido un amigo muy especial, nunca
se separa de mí y me ayuda cuando estoy solo. Él es grande, peludo y es de
mi color favorito: anaranjado, también es muy gracioso e inteligente, tiene
los mejores planes cuando estoy aburrido, vamos al espacio y gracias a él
conozco el planeta Marte, allí compartimos momentos muy divertidos:
volamos, corremos, comemos cosas que en este planeta no conocen,
jugamos a las escondidas en medio de gigantes montañas rocosas y por
supuesto luchamos contra los marcianos más espeluznantes que nadie ha
podido ver.
Me alegra con fantásticos historias, mi solitario cuarto siempre se
transforma con cada palabra que dice, un día se convirtió en una increíble
selva, donde nos tuvimos que esconder de gigantes leones, hienas,
elefantes y hambrientos cocodrilos. Ese día aprendí a nadar, nos
sumergimos en profundas aguas oscuras, en lo más penetrante
encontramos ciudades de especies muy extrañas que hablaban entre ellos,
no los pude entender porque solo producían sonidos muy agudos que
hacían burbujas en el agua.
Con él todo es mejor, no he conocido a nadie así, pero tengo un problema,
nadie lo puede ver y mi mamá siempre me regaña cuando estamos jugando,
dice que si sigo así no aprenderé nada de la realidad y que se convertirá en
un problema para mi desarrollo. Yo solo espero el momento de volverlo a
ver, ya que casi siempre estoy solo, porque nadie en mi casa tiene tiempo
para mí y mucho menos para jugar.
AUTOR: AMANDA TRIVIÑO
Hace muchos años, tantos que ya ni recuerdo, me regalaron una hermosa
muñeca, le puse como nombre Clarita. Hera muy linda, tanto que brillaba en
la luz, su pelo es purpura, de labios y mejillas rosa, con ojos muy grandes y
azules, tiene muchos vestidos de fiesta, los utiliza cuando salimos al parque.
Ella siempre me acompaña y le cuento todo lo que me pasa en la escuela.
Un día estábamos en el parque jugando como acostumbrábamos hacerlo,
corríamos de rodadero en rodadero, nos subíamos en los caballitos de acero,
nos columpiábamos hasta tocar el cielo y nos reíamos tanto que nos dolía el
estómago. Ese día la solté de mis manos y cayo tan lejos que casi no la
encuentro, pobrecita quedo tan lastimada que mi mamita la tuvo que llevar al
hospital de muñecos, duro muchos días allí, creí que la iba a perder, pero
cuando regreso estaba como nueva y lo mejor de todo me perdono y siguiósiendo mi amiga, hablamos por largas horas y nos contamos todas las
historias que sabíamos o escuchábamos. Esto sucedió hace unos años,
ahora tengo doce años de edad y me encuentro en séptimo grado, todavía me
gusta hablar con ella, pero lo hago a escondidas porque la gente se ríe de míy me da pena.
Hoy conocí un niño muy especial, cuando me hablo me dolió el estómago, asícomo cuando rio con Clarita, el tiene unos ojos muy bonitos, creo que azules
y sus mejillas y labios son rosa, me contaron que es de otro país y aunque no
le entiendo muy bien lo que dice, me guasta oírlo hablar, cuando regrese del
colegio busque a Clarita para contarle del niño nuevo, ella solo me escucho,
pero cuando le pregunte qué opinaba… ella no me quiso hablar, le hice
cosquillas y no quiso reír… No sé qué hacer, ¿será que esta brava?