LOS NIÑOS PERDIDOS

Erase una vez unos niños llamados Juan y María, que iban de fiesta con su familia. Cuando se fueron, el padre les dijo:

- No os alejéis.

Los niños no le hicieron caso y se alejaron. Cuando los padres se dieron cuenta los niños no estaban. Fueron preguntando a todo el mundo si habían visto a sus hijos.

Los niños no aparecían por ningún sitio, hasta que los padres fueron a un parque donde había un columpio que les gustaba mucho y allí estaban.

Al final los niños aprendieron que nunca se deben de retirar de sus padres porque se pueden perder.

Al día siguiente los dos hermanos fueron otra vez de fiesta con su familia, pero ya no se retiraron nunca más de sus padres.

FIN Juan Antonio

EL PASTOR Y SU PERRO CHISPA

Lidia fue de excursión a la montaña con sus compañeros de clase. Llegaron a un merendero en el bosque y su profesora les dijo:

- Jugad, pero no os alejéis mucho, os podíais perder.

Mientras jugaban, Lucía vio una ardilla y echó a correr detrás de ella. Cuando se dio cuenta se vio perdida en medio del bosque. Empezó a buscar el camino de vuelta, tropezó y cayó en un hoyo del que no podía salir.

La profesora y sus compañeros la echaron de menos y durante horas la buscaron gritando un nombre, pero nadie respondió.

Todos estaban ya agotados cuando apareció un pastor con su perro Chispa. El pastor se había enterado de la noticia y quería ayudarles. Pidió la mochila de Lidia y se la acercó a su perro. Chispa la olió y empezó a seguir el rastro.

Mientras tanto Lidia seguía atrapada. Estaba muy asustada, esperando que alguien fuera a salvarla. De pronto oyó un ruido de pisadas que se iban acercando. Lidia miró hacia arriba y vio un perro ladrando. Ella se asustó todavía más. Pero entonces apareció el pastor y la tranquilizó diciéndole:

-No tengas miedo Lidia, es mi perro Chispa. Te estábamos buscando.

Los tres volvieron al merendero muy contentos. Cuando llegaron todos dieron un gran aplauso al pastor y a su perro. Lidia le dio un abazo a chispa.

FIN Adrián Ramírez (3º)