“Los milagros de San Nicolás”

Leyendas de Cuenca

L a iglesia de San Nicolás de Bari localizada en Cuenca

(España) parece que ya estaba construida en el siglo XV, aunque arquitectónicamente hablando, su estructura no se asemeja a las edificaciones típicamente renacentistas propias de este siglo. Su estructura original consistía en una planta rectangular con ábside de piedra en su cabecera (ábside que en la actualidad ha quedado sepultado bajo las viviendas que se han construido adosadas a la iglesia), estructura que esta más cerca de los planteamientos de la arquitectura románica que de la renacentista. Así como la orientación hacia el sur de su fachada principal típico también de las iglesias románicas.

La iglesia es de una sola nave, dividida en tres cuerpos. Separando cada uno de los tramos se encuentran pilastras adosadas, rematadas por entablamento, sobre las que descansan arcos de medio punto. La bóveda del templo es de medio cañón con lunetos.

En el primer cuerpo se encuentra el Altar Mayor, en el que hallamos una imagen del santo italiano, y unos nichos de mármol rojo a ambos lados del mismo. En el lado derecho del Altar hay una puerta, por la que se llega a unas escaleras, de bella factura, realizadas en piedra y con forma helicoidal, que dan acceso a la campana de la torre.

Abre los lunes cuando se celebran dos misas en el templo, una por la mañana y otra por la tarde.

Leyenda de San Nicolás

Noble y discreto auditorio suplico no me hagan falta que a contar voy una historia que ha sucedido en España. En lo alto del rio Huecar, en la aldea de Palomera comenzó su triste vida, una vida

desdichada.Sin madre ni parentela, criado en una covacha, por belleza una chepa, por riqueza

una cebolla

El nunca tuvo la culpa de lo que acá aconteciera

Pues fue hombre simple y honrado, por siempre Juan

Marcial

Aun hoy en día existe la creencia de que la imagen del santo concede un milagro a aquel que dirija sus pasos a

rezarle en peregrinación y en absoluto silencio durante tres viernes seguidos… antiguamente esta tradición se realizaba los domingos.

Triste la vida del pobre Juan Marcial.

Su única riqueza: la sonrisa de su corazón. Su única belleza: esconderse

en la noche oscura.Su único amigo: Dios

Enterado de los milagros que concedía la imagen de San Nicolás decidió

encomendarse a él como único remedio a su

mísera vida

Como en toda historia que se preste de serlo, en esta también había un malo, frente a

ustedes: Don Juan José, que trabajaba de rico

Don Juan José era rico, culto, esbelto, ateo y guapo.

Las mujeres le rodeaban, los amigos le sobraban, los banqueros se arrodillaban y los políticos le consultaban.

Juan Marcial era pobre, simple, contrahecho, devoto

y feo. Los perros le mordían, los gatos le arañaban, la gente le

repudiaba y la comida le evitaba.

La trama se va complicando, pues en juego entra el villano.Enterado del milagro

que Juan Marcial espera, quedará con el

todos los días de peregrinación para evitar que la lleve a

cabo.La solución sencilla era, bastaba con que una palabra hablara

para que de nada sirviera tanto camino

andado.

“la ocasión la pintan calva, vamos a reírnos un

rato de este pobre desdichado”

20 veces lo he intentado y en todas he fracasado. ¡¿Por qué me acompañará Don

Juan José?!Llego un día y dijo “hola” y

“hola” yo contesté y ya no valía el asunto.

Otro día Dijo “¡atchissss!” , “ Jesús” contesté yo, la

pata había metido.Y así un viernes tras otro,

en todos yo hablo y él se ríe..

..¡Vaya cruz!, Dios mío, ¡Vaya cruz que llevo

encima!

Mas como todo tiene un final, este también va llegando. Don

Juan José está cansado de tanta risa y escarnio y a Juan Marcial deja tranquilo con un

merecido descanso

Aprovechando el momento, tres viernes en silencio, Juan sube rezando hasta el Santo

Durmió tranquilo esa noche sobre su lecho de paja, soñando con tan buen santo.

“Las peregrinaciones he hecho, haz tu ahora tus milagros”

A la mañana siguiente se vio la mano del Santo. San Nicolás de

nuevo había obrado el milagro.De esta guisa que aquí ven acabo el

bueno de Juan Marcial.

Las penurias han pasado y el sol brilla allá en lo

alto

Mas han de saber, señores, que los santos a veces

actúan de forma caprichosa.

Si Juan Marcial despertó dichoso, por la intervención

divina,Don Juan José recibió su castigo por ser tan ruin

ladino

Y si no quieren creerme, miren la imagen de al lado

L a moraleja de esta historia bien a la vista

está

¡Ay! Don Juan José

¿Quién te ha visto?

¡Y quien te ve!

Más te valdría haber sido buen amigo y no haberte reído de lo

divino¡Ay! Don Juan José

¿Quién te ha visto?

¡Y quien te ve!

FIN¿Cómo llegar?

Plaza Mayor

Tomando come referencia la Plaza Mayor de la ciudad ascenderemos por la calle de San Pedro, donde enseguida nos encontraremos con un pasadizo a mano izquierda que nos llevará directamente a la “Plaza de San Nicolás”.