Érase una vez, una princesa que se llamaba Pilar.

Pilar se unió con un caballero y se casó con él.

Vivían en un castillo muy grande. El castillo estaba rodeado de osos y el caballero le compró a Pilar un dragón.

La princesa Pilar y el caballero Daniel, tuvieron tres hijos: Lucía, Sergio y Alba.

El dragón “Escupefuego”, tenía un bebé que era corretón, bailarín, echa agua y se llamaba…

“¡Escupeagua!”

La princesa Pilar, miró al cielo y vio un arcoíris y de pronto empezó a llover.

El dragón “Escupefuego”, lanzó fuego muy fuerte y las nubes desaparecieron.

Las nubes llegaron a China, donde hay muchos dragones y cuando vieron a tantos dragones, decidieron no volver más.

Cuando ya dejó de llover, Lucía, Sergio y Alba, pudieron salir al patio del castillo a jugar con los osos y con “Escupeagua”.

“Escupeagua” les enseñó a bailar y un juego muy divertido: el “Pillaaguas”; era como el “Pilla-pilla” pero al que pillaban… ¡le echaban agua!

Acabaron todos chorreando, parecía que les había caído un chaparrón.

Cuando la princesa Pilar los vio así, se hartó de reír, encendió la chimenea y arrimaron tanto el “culete” para secarse, que se les puso rojo como un tomate.

Esa noche se acostaron y se quedaron “frititos”.

Al día siguiente, la princesa Pilar y el caballero Daniel, decidieron darles una sorpresa a sus hijos; irían de visita al castillo de Almodóvar, que es medieval.

¡Qué divertido! Irían montados en los dragones: los padres en “Escupefuego” y los niños en “Escupeagua”, para repartir el peso. Pasaron un día “chupiguay”.

En el castillo había un mago, que hizo una poción de cucarachas, pipí de gatos, agua de río y ojos de burro. Se la bebieron los niños y ¡les sabía a piruleta!

Al atardecer volvieron a su castillo, pero en el camino de vuelta, se les hizo de noche, se despistaron los dragones y no sabían llegar. Tuvieron que pasar la noche en medio del campo.

Tenían miedo porque estaba todo oscuro y se tranquilizaron contando historias divertidas y estando todos juntos.

Cuando se hizo de día, volvieron a su castillo, se tomaron un buen desayuno y aprendieron que no tenían que tener miedo de la oscuridad, porque si estaban todos juntos, el miedo desaparecería y si se pensaba en cosas divertidas también.

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

Y colorín, colorete, sale un cohete.

Coordinado por

Carmen Remedios Román Martín

Realizado por

Laura Delgado 1º D

Paula Menéndez 1º D

Adriana Bellido 2º C

Pilar Moyano 1º D

Alba Arregui 1º C

Lucía Aguilar 1ºC

Elena Ledesma 1º C

Esther Morales 1º C

Paola Ligero 1º C

Carmen Carrillo 1º B

Alexandre Martín 1º D

Prólogo

Por fortuna aterricé en el CEIP Rodríguez Marín de Osuna, como sustituta de educadora.

En los recreos acompaño a una de las protagonistas de este cuento, que hay que mimar en su trato y a la vez integrarla y verla sonreír cuanto más, mejor.

Fue ahí, donde empezamos a jugar con las palabras, incitando a los niños a entrar con libertar al mundo de la imaginación, y así, jugando y jugando, es como nace este cuento.

Cuento cargado de imaginación y fantasía y con un trasfondo en su elaboración, digno de admirar, por los adultos.

A todos los niños que sueñan con dragones, castillos y princesas... porque existen.

Gracias por su colaboración a la seño Elena de 1ºD.

Carmen Remedios Román Martín