Danilo R. Roldán

Todavía hay discrepancias con el nombre del libro, y hasta con la orientación de las composiciones. Quizás de un matiz fantástico a la realidad que me circunda, la de La Villa, El Asentamiento, El Arrabal. Hay composiciones que liberan dicha intención y hay también textos que nada recuerdan de este mundo. Sin dudas es algo a tener en cuenta, pues todo a la larga debe de terminar como una sinfonía, una melodía que no debe pasar de un ritmo al otro sin una intención claramente justificable.

Por otra parte confío en que este trabajo pueda solventar las graves falencias del primer intento: aquel apresurado y erróneo. Aunque no por eso menos importante en el aprendizaje.

AUN NO HAY NOMBRE PARA ESTE LIBRO Adelanto: Cuatro composiciones libres

Sobre una fila de hormigas negras Hay espaldas rotas más rotas que otras espaldas. También hay barrios rotos, aunque no tan rotos como mi barrio. Las espaldas rotas son las de mi comuna, la comuna es el barrio roto donde comulgan las espaldas rotas. Y estas espaldas rotas se rompen todos los días sobre los lomos negros de gente negra: Una fila de hormigas en precarias bicicletas. ¡Hay que ganarse el pan! grita una hormiga. ¡Hay que trabajar compadre! Grita otra, enfiladas todas a las fabricas cada amanecer. Concluyen todas así, que el trabajo es pan, Y con mucha alegría; Las espaldas rotas, que suelen ser tristes, Se contentan de viajar hacia el pan y no al trabajo, Sobre los lomos negros de una fila de hormigas negras.

Ronda de los Sarnosos Con sarna no se puede jugar con los perros. Los poros huecos de la dermis arden hasta hacerles revolcar en el suelo. En el suelo hay tierra y en la tierra, solo en la del arrabal, la sarna se cultiva como una legumbre. Terminan entonces los ensarnados, por ensarnarse más. No pueden jugar con los perros, así, sarnosos como están. Las cabecitas negras, los pies delcazos y curtidos hacen una ronda, alrededor de los cientos de Bobys que deambulan los escombros, para no contagiarlos. La ronda encierra a los cachorros hambrientos, A las madres desprotegidas, a los inválidos de afecto; las risas de los niños son hermosas… Los pies descalzos soportan los vidrios las rocas en punta sobre el suelo, y dan vueltas, y vueltas y vueltas, hasta que alguno se detiene y rompe la ronda, para rascarse la piel sarnosa. Y se aleja del grupo que ya comienza nuevamente a dar vueltas alrededor de los perritos. No vaya a ser cosa que los contagie también a ellos.

Los Humos Amanecí viendo mil riachuelos, mil jardines de la dejadìa humana pudriéndose, emanando licores rancios hasta el pesado cielo. Concluí ver mil riachuelos estancados mientras corría en mi aliento el humo podrido de las curtiembres; suele corromper el espacio. Así no queda mucho para respirar. O flora fauna del arrabal condenado Para retener en los ojos.

Hija Qué puedo hacer contigo, hecha de mis propias raíces, que no dejas de quedarte quieta, que todo quieres entender, que el mundo baila debajo de tus piernas, Italia!, que los mares nacen de tus ojos cuando algún mal te aqueja,,, ¡!Dime Macarena que hago contigo!! Hija de mi corteza vieja. El amanecer te ha premiado floreciendo los dedos de tus pies, con más antojo ahora, otra nación de insectos perdura debajo de tus tiernas raíces. No!, ¡qué haré con tu pelo! Por ellos cuelgan las generaciones, por ellos corre una sabia dulce que alimenta la tierra. Donde quiera que tus pasos anden Perdura una senda verde.

Danilo R. Roldán Agosto de 2009. Los respectivos textos de la obra pertenecen a su autor y esta prohibida la publicación y la reproducción parcial o completa de dichos escritos sin consentimiento del mismo.