Cuando La Divinidad Se Esconde (Música)

8/18/2019 Cuando La Divinidad Se Esconde (Música)

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Texto: Tony Catalá

Pinturas: Sieger Köder


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Sólo así podremos adentrarnos en la cruz de Cristo como lugar

de salvación, como lugar en el que las imágenes interesadas de

Dios se rompen y la mentira sobre nosotros mismos queda en

evidencia. Entonces aparece el “ecce omo! en toda su verdad ycrudeza.

Sólo cuando se percibe que el Cristo

roto, el cristo pobre y umilde, llega

a lo que llega porque a sido y es elCompasivo para con los pobres y

pecadores, para con nuestros

pecados y nuestras pobrezas, con

los que a eco comunidad de vida

y mesa, con los que a compartidolas entra"as compasivas del Dios de

#srael, entonces y sólo entonces se

puede pedir dolor, lágrimas y

quebranto.


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En una cultura post$anest%sica

como la nuestra, el dolor y el

su&rimiento no se pueden mirarde cara, o lo más que puede

pasar es que la mirada se diluya

en una emotividad pasa'era pero

que no quebranta ni duele.

(a cruz me abla del su&rimiento

del Santo #nocente

indisolublemente unido al de los

santos inocentes, de unsu&rimiento que es un agui'ón

que siempre nos estará

molestando y que ning)n

analg%sico podrá calmar.


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(a cruz no legitima la opresión y

la in'usticia ni bendice el que

aumente el umbral de dolor y de

muerte ante dioses insaciables, la

cruz pone en evidencia a este

mundo mostrando sus eridas.

Cólera, pecado, 'uicio y cruz son

palabras desterradas de mucosvocabularios.

*ero la cólera de Dios es el +mor

desgarrado que dice basta ya-, la

cólera epresa absolutamente locontrario que la complacencia en

el dolor, el +mor dolido pone en

crisis /'uicio0, sacude y ace

temblar la mentira de este mundo

roto /pecado0.


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(a cruz nos invita a acercarnos

al 1es)s Compasivo que revelaal Dios Comunidad de +mor.

2antener la Cruz en el seno de

una comunidad de memoria de

las victimas, lo que debe ser lacomunidad cristiana, no es

legitimar el dolor sino abrir las

eridas que la desmemoria de

este mundo cierra en &also, y

como estamos viviendo aorasupuran de modos orribles.


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3enemos que estar atentas a la

uida y al repliegue ante la

realidad adversa y dolorida. 4o

tenemos dereco a convertirnosen espectadoras de este mundo

roto, sino que tenemos que estar

en %l para seguir curando,

aliviando y soportando los

“5por qu%6!.

7ace &alta muca &ortaleza para

convivir con el dolor del mundo.

El su&rimiento de la mayoría de

las criaturas es un su&rimientoin)til, absolutamente in)til, no

repara nada. El )nico su&rimiento

“)til! es mi su&rimiento por aliviar

el dolor del otro.


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*ara el seguidor y seguidora del

Compasivo el )nico modo de no

caer en el resentimiento portanto dolor, es aber

eperimentado el ser criaturas

movidas a compasión.

El Cruci&icado a provocado elque podamos vislumbrar “un

cielo nuevo y una tierra nueva

en donde no abrá llanto ni

dolor! /+p. 89,9$:0, pero ese

vislumbrar lo nuevo no es una“visión beatí&ica! es

reconciliarse con un mundo que

sigue gimiendo en dolores de

parto.


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(a pasión de 1es)s nos abre ala posibilidad de adentrnos en

el su&rimiento de la especie

umana sin resentimientos,

pero es un adentrarse que

duele y quebranta, que apenay sabe de lágrimas porque la

mayoría de las criaturas siguen

apenadas, quebrantadas y

llorosas, no es un viernes

santo meta&ísico, sino unviernes santo real, demasiado

real.


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(a Cruz es posibilidad de vivir en

la verdad que es el )nico camino

de libertad.

(a libertad cristiana no es un bello

sentimiento interior apacible, la

libertad es un don al que nos

abrimos en la Cruz de Cristoporque nos adentramos en la

“comunidad compasiva del llanto!,

y nos ponemos en disposición de

quebrantar nuestras convicciones

ideológicas y antropológicas queimpiden que a&lore nuestra verdad

de criaturas eridas y vulnerables,

para con&igurarnos con el

Compasivo.


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E ; t í t d l b d l C i


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+dentrarse en nuestro propio

;etsemaní es abordar nuestra radical

soledad aunque nos produzca v%rtigo

y nos llene de angustia, al acerlo se

cortan amarras y cordonesumbilicales, se eperimenta el orror

al vacío, entonces se invoca al que te

puede sustentar y sales con una

soledad abitada, con el sentimiento

de una presencia, con la vidaarraigada en el )nico que es &uente

de vida y libertad, se empieza a ver

todo con o'os nuevos, el su&rimiento y

la angustia an revertido en


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*ero en ese de'arse 'irones de vida se vapercibiendo que estamos llamados a

aceptar que “somos invitadas a la vida! y

que cuando se acepta esa invitación, en

gratuidad, la misma vida se convierte en

la casa en que uno puede abitar sinagresividades, sin cargarnos con la losa

pesada de creer que el sentido lo damos

nosotras, que el =eino lo &abricamos

nosotras.

En ;etsemaní 1es)s eperimenta 'unto al abandono el &racaso, todo

se diluye, se le cae su mundo encima.

+dentrarse en nuestro propio &racaso es percibir cómo a lo largo de

la vida se nos diluyen tantos proyectos que emos eco desdenuestros me'ores y más nobles deseos, cómo se rompen a trozos

situaciones en las que emos eperimentado el sentido, esto de'a

muy mal “sabor de boca!, de'a eridas.


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+l & i i t i l iti


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(a primera responsabilidad es aliviar el

su&rimiento del otro, lucar contra el

su&rimiento generado por la in'usticia

en los )ltimos y ninguneados, perotenemos que asumir la vulnerabilidad

que supone el su&rimiento propio, el

de'arse ayudar y aliviar es más di&ícil

que aliviar a los otros.

2ientras me siento aliviando a otros

me siento )til, estoy dando, estoy

activo, pero de'arse ayudar asumiendo

las propias pasividades nos ace

sumergirnos en unos niveles de

umanidad que nos abren a ver la vida

desde otro ángulo, desde otra

perspectiva. 1es)s en el ;ólgota

epreso una pro&unda vulnerabilidad >“3engo sed!.

+l su&rimiento propio ay que acerle sitio.


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1es)s va a la muerte como

consecuencia de su modo de

vivir, pero 1es)s tambi%n muereporque a asumido la &initud de

la condición umana. 4o

podemos conmovernos ante el

dolor del Compasivo sino

de'amos que a&loren nuestrospropios dolores y quebrantos,

nuestros miedos y nuestras

vulnerabilidades.

En el ;ólgota dando un &uerte

grito 1es)s epiró.


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C d l t l


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Cuando en la tercera semana al

pie de cruz se considera en el

silencio compasivo la

posibilidad de desaparecer, se

empieza a percibir “un no sequ% que queda balbuciendo! y

que nos va llevando a intuir que

en el &ondo de la pena está la

gracia, que la vida empieza a

emerger allá donde el mundosolo ve &racaso y muerte, y ese

“no se qu%! que balbucea va

preparandonos para

eperimentar los santísimos

e&ectos de la *ascua.

*ascua que no es un “&inal &eliz!

que anula la pasión, sino la

posibilidad de vivir la vidadesde la


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