Cuando Despertó

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Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí. Sin importar cuantas veces tratara de deshacerse de él, la figura regresaba al lugar exacto donde por primera vez lo había colocado aquél día en el que decidió comprarlo, hace ya diez años. Él, como niño de ocho años, había estado obsesionado con esas bestias extintas, casi irreales, y completamente maravillosas que eran los dinosaurios. Había tenido una colección enorme: teranodones, velociraptors, sauropodos… y el rey de todos ellos, su favorito, el figurín que había logrado rescatar de entre cientos de juguetes en una caja de plástico destartalada en medio de un puesto pequeño en el bullicio de un mercado ambulante. Su “yo” de ocho apreciaba aquel encuentro, el “yo” de dieciocho lo encontraba embarazoso. Las sabanas que lo abrazaban a su cama, le imploraban que comenzara su día más tarde. En un domingo, nadie se lo recriminaría y las suaves caricias del algodón le estaban haciendo flaquear su resolución. Mas, no, algo había de hacerse. En primer lugar: ¿cómo regresaba todo el tiempo? El río no había sido lo bastante hondo como para alejarlo, la basura tal vez hasta se hubiera espantado de tener entre sus pilas a un fenómeno evanescente. Se le agotaban las ideas para deshacerse de él, tanto así que había empezado a sospechar que su preciado amigo de la infancia provenía de lugares más oscuros. ¿Brujería? ¿Posesión? ¿Sería que cobraba vida durante la noche? Le echó un vistazo a su cómoda, y lo miró fijamente, desde su posición… no podía imaginarse tal cosa. Aunque quizá sí necesitaría una limpia antes de continuar con el plan de eliminación de dinosaurios obstinados. --¿Qué es lo que quieres de mí?

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Texto creativo. Expansión apartir de la minificción "El dinosaurio"

Transcript of Cuando Despertó

Cuando despert, el dinosaurio todava estaba ah. Sin importar cuantas veces tratara de deshacerse de l, la figura regresaba al lugar exacto donde por primera vez lo haba colocado aqul da en el que decidi comprarlo, hace ya diez aos. l, como nio de ocho aos, haba estado obsesionado con esas bestias extintas, casi irreales, y completamente maravillosas que eran los dinosaurios. Haba tenido una coleccin enorme: teranodones, velociraptors, sauropodos y el rey de todos ellos, su favorito, el figurn que haba logrado rescatar de entre cientos de juguetes en una caja de plstico destartalada en medio de un puesto pequeo en el bullicio de un mercado ambulante. Su yo de ocho apreciaba aquel encuentro, el yo de dieciocho lo encontraba embarazoso. Las sabanas que lo abrazaban a su cama, le imploraban que comenzara su da ms tarde. En un domingo, nadie se lo recriminara y las suaves caricias del algodn le estaban haciendo flaquear su resolucin. Mas, no, algo haba de hacerse. En primer lugar: cmo regresaba todo el tiempo? El ro no haba sido lo bastante hondo como para alejarlo, la basura tal vez hasta se hubiera espantado de tener entre sus pilas a un fenmeno evanescente. Se le agotaban las ideas para deshacerse de l, tanto as que haba empezado a sospechar que su preciado amigo de la infancia provena de lugares ms oscuros. Brujera? Posesin? Sera que cobraba vida durante la noche? Le ech un vistazo a su cmoda, y lo mir fijamente, desde su posicin no poda imaginarse tal cosa. Aunque quiz s necesitara una limpia antes de continuar con el plan de eliminacin de dinosaurios obstinados. --Qu es lo que quieres de m? Sinti los resortes de la cama chirriar con el cambio de peso y se levant, ganando la batalla con su flojera. Otro da sera. Hoy era el da en que se deshara de l. Eso, no l se rega, nuevamente. --Ests hecho de plstico- le dijo al tomarlo desde donde todas las maanas se burlaba de l.El mueco pareci guiarle un ojo, entonces, como queriendo decirle eso no impide que hables conmigo. Se pas una mano por el rostro. Era demasiado temprano para estar alucinando de esta forma. Suspir. Pensndolo mejor, sera mejor cederle esta victoria al cansancio. No estaba preparado para lidiar con dinosaurios socarrones Maana, decidi, maana sera el da. Colocando el juguete en la cmoda de nuevo, regres a su cama. Era domingo despus de todo Desde su posicin, el dinosaurio bostez y vio al muchacho sumirse en un sueo profundo. Era reconfortante saber que, sin importar lo que ocurriera en el da, cuando l despertaba, el muchacho todava estaba ah.

Su cumpleaos ms felizDesgraciadamente, esta importante operacin no inclua el apoyo de su familia. Si bien, al principio slo pens en apelar a la locura para explicar este fenmeno, pronto descubri que una solucin tan simple como que lo internaran en el manicomio careca de sentido. Hubo una etapa de experimentacin, tambin, antes de decidirse a exponer su caso pero ninguno haba respondido apropiadamente ante las evidencias: su madre pensaba que sufra una etapa de aferracin a la niez, su novia le haba comenzado a enumerar todas las razones por las cuales le resultaba tierno que an lo conservara de recuerdo , su abuelo ahora le miraba con curiosidad y su hermanita haba adoptado la costumbre de decirle en susurros --No te preocupes mi mueca y yo estamos aqu siempre que t y el seor dinosaurio quieran jugarSuspir. No, definitivamente tena que hacer esto solo. Sali de la cama, imaginando lo bien que se sentira olvidar al seor dinosaurio en un tren rumbo al otro lado de la ciudad, y tom al juguete con una sola mano; no pudo evitar sonrer. En aquel cumpleaos, le haban hecho falta las dos manos para sujetarlo --Qu es lo que quieres de m? El eco de unos pasos le lleg a sus odos justo antes de que su hermana entrara corriendo, cual caballo desbocado, por la puerta de su habitacin.--Hermano, hermano! Hoy es el da en que el que la seorita Anabelita escapar del ejercito de zombis. Y necesita la ayuda del capitn T. Rex! La emocin con la que su hermana se mova por la habitacin era tanta que l nicamente poda concentrarse en el subir y bajar de sus coletas a la hora que daba pequeos saltitos de alegraPap, pap! Ya lo viste? Es enorme! Con l, nadie volvera a acercarse a la montaa de los herbvoros. Sera el salvador de los dinosaurios; lo nombraran rey!--Sara Sara Luz! La pequea dej de moverse en todas direcciones y le mir expectante. l le dedic una ltima sonrisa al rey y lo puso en las pequeas manos de Sara. --Prometes que vas a cuidarlo?Lo cuidars, hijo?Sara asinti enrgicamente. No poda dejar de ver al dinosaurio.--Entonces es tuyoSu hermana sali tan inesperadamente como haba entrado y no supo de ella hasta la hora de la comida. Esta vez se fue a dormir con la certeza de que el da de maana el dinosaurio ya no estara ah.FIN