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  • Cuaderno deTrabajo N 27Octubre de 2003

    Departamento de Cooperativismo

    Autogestinobrera en el siglo XXI:Cambios en la subjetividad de los trabajadores deempresas recuperadas, el camino hacia una nueva sociedad

    Anala CafardoPaula Domnguez Font

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  • Autogestinobrera en el siglo XXI:Cambios en la subjetividad de los trabajadores de

    empresas recuperadas, el camino hacia una nueva sociedad

    Anala CafardoPaula Domnguez Font

  • CENTRO CULTURAL DE LA COOPERACINEDICIONES DEL INSTITUTO MOVILIZADOR DE FONDOS COOPERATIVOSAv. Corrientes 1543C1042AAB Ciudad de Buenos AiresArgentinaTel. (5411) 5077-8000http://www.centrocultural.coope-mail: [email protected]

    Director: Floreal GoriniEditor: Jos Luis BournasellCoordinador de Publicaciones: Daniel Campione - Unidad de Informacin

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  • 5ndice general

    Introduccin.............................................................................................................71 Apuntes sobre Argentina y su clase popular (1976-2001). Un contexto histrico ysocial ......................................................................................................................102. Nueva dcada infame: el trabajo alienado y la desocupacin...........................16

    2-1 El trabajo alienado ......................................................................................182-2 La desocupacin .........................................................................................20

    3 Las empresas recuperadas ..................................................................................233.1 Acercndonos al conflicto ...........................................................................253.2 El trabajador recuperado .............................................................................343.3 Relaciones familiares ..................................................................................403-4 Mujeres en lucha.........................................................................................45

    4 Cooperativa o Control Obrero ............................................................................505 Cultura y Hegemona ..........................................................................................57Conclusiones y Reflexiones Finales ......................................................................65Bibliografa ............................................................................................................67

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  • 7INTRODUCCIN Durante las ltimas dcadas del siglo XX, un profundo cam-bio estructural del modelo de acumulacin capitalista im-puso la fragmentacin social de los sectores populares delmundo. En Amrica Latina, el ciclo de reestructuracin delas relaciones capitalistas comenz con las dictaduras mili-tares en Chile y en Argentina en los aos 73 y 76 respec-tivamente. En nuestro pas, la implementacin de polticaseconmicas neoliberales en los aos 90 llev a una cadavez mayor fragmentacin social, poltica y organizativa. Yaen el siglo XXI, los efectos de estas polticas son incuestio-nables: mientras las clases subordinadas acrecientan losndices de explotacin, marginacin y pobreza, las clasesdominantes acumulan poder, riqueza y ganancias.Desde la explosin de la crisis de diciembre de 2001,opuestos a esta situacin de fragmentacin social reinan-te, proliferaron diversos emprendimientos solidarios decarcter popular. Entre estos fenmenos se destacan lasempresas tomadas, puestas en produccin por sus trabaja-dores. Pero, de qu tratan realmente? Las empresas sonrecuperadas por sus obreros, decididos a proteger los me-dios de produccin y mantener la fuente de trabajo en uncontexto de crisis econmica. Desde la toma de la empre-sa, los trabajadores pasan a decidir sobre el proceso deproduccin. Pero, al tomar esta responsabilidad, tambinse asume el riesgo de reproducir la lgica capitalista de laexplotacin y, por lo tanto, de reproducir una dinmicavertical de organizacin. Bajo estas circunstancias, cree-mos que el problema principal radica en los aspectos sub-jetivos.Entendemos que esta nueva experiencia de ejercicio depoder popular abre el camino hacia nuevas relaciones so-ciales que ya comienzan a tejerse al interior de cada fbri-ca y al exterior con el resto de la sociedad. Y con esto, esnecesaria la conviccin personal de cada trabajador por-que el inters social, es decir, compartido se realiza sola-mente a travs de la actividad de los seres humanos con-cretos. Por esta razn intentaremos demostrar que existeun cambio en la subjetividad de los obreros que asumenel control y la gestin de una empresa. Un cambio quecomienza casi accidentalmente pero que, a medida quelos trabajadores se involucran, comienza a echar races y

  • 8se producen profundas modificaciones en la subjetividadde los involucrados.Las empresas que estn transitando este camino hacia larealizacin de nuevas relaciones sociales son, entre otras,Brukman, Zann, Supermercado Tigre, Grfica Chilavert,y Cooperativa El Aguante. Y sobre estas basamos nuestroanlisis, pues pensamos que son ejemplos claros de esteproceso de transformacin. Sus trabajadores hoy instau-ran una nueva visin del mundo en el movimiento obreroy en el conjunto de las clases subalternas. Juan de Zannnos comenta:

    Siento mucha satisfaccin de haber demostrado, o de estardemostrando que hay un cambio, que hay un cambio posibledentro de la clase trabajadora. Que por ah, si vos lo escuchs enboca de otra persona que esta trabajando bajo un rgimen patro-nal, vos decs que es chamuyo. Ahora, que vos lo vivas en carnepropia y que lo ests demostrando al resto de la sociedad o de laclase trabajadora, es algo que te llena de orgullo.

    Y esta nueva visin no puede tener otro origen ms que laexperiencia autnoma de los trabajadores respaldada ni-camente por otros movimientos populares que represen-ten la historia concreta de la clase obrera, y no por unprograma minucioso adoptado por un conjunto de bur-cratas u oportunistas polticos que creen tener la respuestaa todas las preguntas.De este modo el propsito del trabajo es indagar sobre losprocesos de cambio de identidad y subjetividad de los sec-tores obreros que emprenden la produccin en forma au-tnoma, es decir, sin la direccin y la disciplina del pa-trn. Para poder dar un aporte para este camino de eman-cipacin desde una visin socialista.Nuestra investigacin es de carcter exploratorio porquenuestro objeto de estudio es un hecho todava en proceso.Por lo tanto, trabajaremos con datos primarios cualitativosconstruidos a partir de entrevistas en profundidad a lossujetos que estn protagonizando este proceso, incluyen-do datos secundarios, extrados de la bibliografa existen-te sobre el tema.En el trabajo, presentamos primero una breve resea his-trica argentina desde mediados de los 70 hasta el ao2001 inclusive. Exponemos, en el primer captulo, las con-

  • 9secuencias de la profundizacin del modelo neoliberaldurante los aos 90, a saber, el trabajo alienado y la des-ocupacin como fenmeno estructural. Luego, presenta-mos una breve introduccin a la tesis elegida para luegoreforzarla con las historias de recuperacin de cada em-presa. Ms adelante, presentamos cmo se manifiestan loscambios en la subjetividad de los involucrados en los di-versos ambientes en que participan: en el interior de lasfbricas, con los compaeros y al exterior, con la familia,adems de subrayar el papel de la mujer al interior de estemovimiento. Nos ocupamos de dos puntos fundamentalespara el movimiento de empresas recuperadas: el debatesobre cooperativa o control obrero y la relacin de lostrabajadores con otros grupos sociales. Y, finalmente, pre-sentamos unas reflexiones finales.

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    1APUNTES

    SOBREARGENTINA Y

    SU CLASEPOPULAR (1976-

    2001). UNCONTEXTO

    HISTRICO YSOCIAL

    1 Bauman,Zygmunt. La

    globalizacin.Consecuencias

    humanas. BuenosAires, Fondo de

    Cultura Econmi-ca, 1999. Pg. 92.

    2Basualdo,Eduardo; Arceo,

    Enrique. Elproceso de

    privatizacin enArgentina. La

    renegociacin conlas empresasprivatizadas.

    Buenos Aires,Editorial La

    Pgina, Pg. 47.

    3 La industria porsustitucin deimportaciones

    comenz alrededorde la dcada del

    40 en la Argenti-na. Se comenz

    con una incipienteindustrializacinen productos de

    consumo interno,buscando la

    extensin delpoder adquisitivo

    de la poblacin,adems de

    diversificar yaumentar ciertos

    Desde mediados de los 70, Argentina se vincula al proce-so de reorganizacin de las relaciones capitalistas de al-cance mundial. Este proceso promueve cambios en la rela-cin capital- trabajo, as como una nueva funcin del Esta-do a favor del capital ms concentrado y la insercin inter-nacional subordinada a capitales financierostransnacionales. Esto es as porque

    los estados dbiles son justamente lo que necesita el NuevoOrden Mundial, que con frecuencia se parece a un nuevo des-orden mundial para sustentarse y reproducirse. Es fcil reducira un cuasi estado dbil a la funcin (til) de una estacin depolica local, capaz de asegurar el mnimo de orden necesariopara los negocios, pero sin despertar temores de que puedalimitar la libertad de las compaas locales.1

    La ltima dictadura militar (1976-1983) impone una rees-tructuracin social y econmica profunda. La fragmenta-cin y la desarticulacin de los sectores populares y susorganizaciones dieron lugar al

    desarrollo de un nuevo rgimen de acumulacin que no slosupuso una redefinicin radical () de la relacin entre el ca-pital y el trabajo, sino tambin una considerable reestructura-cin dentro de la propia esfera del capital.2

    La poltica econmica adoptada por Martnez de Hoz pro-voca la desarticulacin de la Industria por Sustitucin deImportaciones3 (ISI) que tiene como eje central el cierre denumerosas empresas medianas y pequeas. Al mismo tiem-po, una parte importante de empresas oligoplicas fortale-ce su participacin y control tanto en mercados en los queya participaban como en nuevas reas, debido al resguardodel Estado. Es as como surge una nueva elite dominanteen Argentina, a saber, el nuevo bloque de poder econmicoest integrado por los propietarios de las empresas de ma-yor tamao. Junto con este reducido nmero de grupos eco-nmicos, emergen tambin empresas extranjeras y bancosacreedores, que van concentrando una porcin crecientedel ingreso nacional.El retorno de la democracia en 1983 no modific el papeldel Estado como garante de los intereses del pequeo grupode empresas oligoplicas. La estatizacin de la deuda exter-na, la reforma financiera y la licuacin de la deuda internaconsolidaron su poder. Adems, los sobreprecios pagadospor el Estado y las empresas pblicas a sus proveedores re-sultaron una constante a partir de la ltima dictadura militar.

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    rubros de laproduccin

    agroindustrial ypoco a poco

    extendindose ainsumos y bienes

    industriales.Apoyada por unapoltica guberna-

    mentalintervencionista.

    4 Basualdo,Eduardo; Arceo,

    Enrique. Op. Cit.Pg. 49.

    5 Gambina yCampione. Los

    aos de Menem.Ciruga mayor..

    Buenos Aires,Ediciones IMFC,

    2002. Pg. 10

    A comienzos de 1988, el gobierno radical suspendi elpago de la deuda externa pblica:

    Lo que se expresa en dicha moratoria es la imposibilidad delEstado argentino de seguir cumpliendo con el pago de los ser-vicios de la deuda externa y, al mismo tiempo, continuarsubsidiando al capital concentrado interno () mediante unaconsiderable exaccin de ingresos a los sectores populares.4

    As se inici el proceso que llevara a la explosinhiperinflacionaria de la primera mitad de 1989.Las contradicciones de intereses entre los grupos locales ylos conglomerados extranjeros por un lado, y los acreedo-res externos por el otro, originaron la crisishiperinflacionaria. Los bancos extranjeros radicados en elpas desencadenaron la corrida cambiaria, es decir, unataque especulativo contra la moneda local.Las ideas dominantes en cualquier poca no han sido nun-ca ms que las ideas de la clase dominante: el tipo delectura que se impuso sobre las causas de la crisis es loque determin la manera en que se busc la salida de lamisma. Es decir, el Estado fue visto como problemtico,como responsable de la inflacin elevada, del dficit fis-cal, de la deficiente prestacin de servicios, etc. Era nece-saria, entonces, una reforma del Estado que trajera apare-jados profundos cambios en la economa y la sociedad enla ltima dcada del siglo XX.As, de manera clara y concisa, se puede decir que la ltimadictadura militar marca el comienzo, el gobierno radicalafianza el camino, y el gobierno menemista lo define y pro-fundiza.

    La dcada de 1990 es aquella que consolida las reformasnecesarias para aplicar a rajatabla el nuevo capitalismo, lo quese ha llamado el modelo neoliberal.5

    Si bien la discusin sobre la capitalizacin ya estaba insta-lada en la sociedad argentina, es durante la administracinmenemista cuando las privatizaciones se llevan a cabo. Esas como en agosto de 1989 se sanciona la Ley de Refor-ma del Estado, a partir de la cual las principales empresasestatales quedaron sujetas a la privatizacin. El programade privatizaciones permiti que los dos grupos dominan-tes (interno y externo) llegaran a un acuerdo. Y, como con-secuencia de lo anterior, permiti a la nueva administra-cin contar con un slido apoyo poltico, sobre el cual con-

  • 12

    6 Nochteff, Hugo.Los Senderos

    Perdidos DelDesarrollo

    Ausente. EliteEconmica Y

    Restricciones AlDesarrollo En La

    Argentina. EnNochteff y

    Aspiazu, Eldesarrollo ausente.

    Buenos Aires,Editorial Norma.

    solidara su poder. Adems, el peronismo estaba muchoms capacitado para realizar las profundas reformas que ladebilitada Unin Cvica Radical: la opinin pblica, elapoyo sindical estaban con Menem. Todo esto result lacondicin de posibilidad del programa de reformas es-tructurales orquestado por la administracin gubernamen-tal de Menem y Cavallo.Las medidas econmicas implementadas por el gobiernomenemista son parte de las recetas recomendadas por elllamado Consenso de Washington (WC). Esto consiste enla aplicacin de los instrumentos de poltica econmicaneoliberal, recomendadas por el Fondo Monetario Inter-nacional, para llevar adelante un sistema capitalista mun-dial basado en la libertad del mercado para operarautnomamente, donde la vida social se concibe goberna-da por las leyes de la competencia y del conflicto, llevan-do a una seleccin natural de la supervivencia del msapto y a la eliminacin del ms dbil. El proceso deprivatizacin y desregulacin

    fue una de las piezas claves de la aplicacin de las polticasdel WC y fue el que permiti a la cpula empresaria, despusde pactar con los acreedores externos, la obtencin de cuasirentas de privilegio no transitorias del Estado6.

    Como seala el economista brasileo Bresser Pereira, elenfoque del Consenso de Washington se basa en tres ejesprincipales: disciplina fiscal, liberalizacin econmica yprivatizaciones de los activos pblicos. El WC recomien-da estas medidas a los gobiernos latinoamericanos basn-dose en el diagnstico de que el excesivo crecimiento delEstado de Bienestar y el populismo econmico fueron in-capaces de controlar el dficit pblico y de mantener bajocontrol las demandas salariales tanto del sector privadocomo del pblico. Segn este diagnstico, estos son losmales endmicos que impiden el desarrollo de las econo-mas latinoamericanas. Por lo tanto, las reformas que re-comienda, tendientes a revertir estos males, son fomen-tar el papel del mercado como nico regulador de la eco-noma y reducir el rol del Estado.Este fue el camino que emprendi el gobierno de Menem apartir de la implementacin del Plan de Convertibilidad.Pero, como bien seala Bresser Pereira, estas recetas no

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    7 Bresser Pereira,Luis. La crisis de

    Amrica Latina:Consenso de

    Washington o crisisfiscal?. Madrid,

    Revista Pensamien-to Iberoamericano,N 19, 1997. Pg.

    69.

    8 Si bien el fuertedesempleo

    estructural semanifest en 1995

    con la crisis delTequila, en realidad

    el mercado detrabajo argentino

    comenz atransformarse

    lentamente desdemediados de losaos 70 cuando

    empez adesmantelarse laISI. Las grandes

    industrias comenza-ron a expulsar

    mano de obra y aeliminar puestos de

    trabajo pero duranteel perodo 1976-

    1989 esta mano deobra expulsada se

    pas al sectorinformal de la

    economa. Seregistra un impor-tante aumento de

    los cuenta propia,desempleados quese autoemplean en

    actividadesprecarias. GiosaZuazua, Noem.

    Desempleo yprecariedad laboralen la Argentina delos 90. Buenos

    Aires, Revistapoca, N 1, 1999.

    tienen en cuenta el endeudamiento externo como factorfundamental que origina el dficit fiscal.

    El hecho histrico nuevo que llev a las economas de AmricaLatina a una crisis fiscal sin precedentes fue la decisin tomadaen los aos 70 por gobiernos no populistas, generalmente mili-tares y autoritarios, con el apoyo de los bancos acreedores, decontraer una enorme deuda externa y a continuacin estatizarla.7

    Entonces, si el consenso de Washington basa sus recomen-daciones en un diagnstico que no tiene en cuenta el deci-sivo papel que juega el endeudamiento externo de los pa-ses como el nuestro, difcilmente pueda lograr, con sus re-cetas, fomentar un genuino desarrollo econmico nacio-nal. Por el contrario, este tipo de recetas slo sirvieron, enlos 90, para que el bloque de poder dominante siguieraconcentrando la produccin y el ingreso y centralizandocapitales y conduciendo el nuevo ciclo de endeudamientoexterno. La combinacin del endeudamiento externo conlas privatizaciones, la desregulacin y la liberalizacin co-mercial, contribuy a que pudieran obtenerse cuasi rentasno tecnolgicas. Por cuasi rentas entendemos a las rentasque no son generadas por la accin de los agentes produc-tivos (capital, trabajo, tecnologa), sino que es realizada enel mercado financiero. El excedente, llamado cuasi renta,genera incentivos para que nuevas firmas ingresen al pas,las que no encuentran barreras de entrada. De esta forma,la existencia de cuasi rentas, siempre es un fenmeno decorto plazo, que beneficia generalmente a las grandes em-presas que una vez que logran ganancias se retiran del pas,despus de haber de alterado el mercado interno.El nuevo bloque dominante aprovech la situacin sin in-vertir capital para generar un genuino proceso de creci-miento econmico basado en el aumento de la producciny la productividad.Ahora bien, no slo no se resolvieron los viejos proble-mas endmicos, que haba generado la estrategia de in-dustrializacin por sustitucin de importaciones, sino quelas reformas econmicas inspiradas en el Consenso de Was-hington trajeron aparejadas regresivas transformaciones so-ciales y polticas para la sociedad argentina. La principales la gran masa de trabajadores desocupados.Durante la dcada del 90 8 se registran altsimos nivelescrecientes de desempleo, subempleo y un profundo proceso

  • 14

    9 Giosa Zuazua,Noem. Op. Cit.

    Pg. 185.

    de precarizacin laboral. Como lo explica la sociloga NoemGiosa Zauzua, dichos fenmenos son producto de la

    transformacin de las caractersticas bajo las cuales se desen-vuelve el proceso de valorizacin del capital.9

    Una nueva dinmica econmica define nuevos mecanis-mos de funcionamiento del mercado de trabajo. As el mer-cado de trabajo en 1990 responde a las especialidades pro-pias del nuevo patrn de acumulacin, donde la valoriza-cin financiera es el eje central y la inversin productivase restringe a unos pocos sectores de bienes intermediosintensivos en capital y de baja demanda de empleo.Los conglomerados extranjeros mantienen un proceso deproduccin flexible (horarios y ritmos diferentes en fun-cin de una demanda especfica). Por lo tanto, no son gran-des generadores de empleos masivos y homogneos, comola gran industria durante la ISI, porque no producen paraun gran mercado interno de origen asalariado. Por el con-trario, desestructuran el mercado de trabajo, lo vuelven cadavez ms heterogneo y segmentado.La gran industria, que ya no lidera el motor del desarrolloeconmico, se transforma en la gran expulsora de mano deobra y generadora de precariedad laboral (flexibilidad enlas condiciones laborales, cada de ingresos, expansin dela pobreza). A su vez, las pequeas y medianas industrias -que eran las grandes generadoras de empleo-, con la aper-tura econmica indiscriminada, entraron en crisis y, por lotanto, tambin eliminaron puestos de trabajo.Los economistas neoliberales afirman que el aumento deldesempleo se debe a las grandes transformaciones que tra-jo el desarrollo tecnolgico de los pases centrales y a lasnuevas formas de funcionamiento del sistema capitalistamundial en el contexto de la globalizacin. Pero, comobien seala el socilogo Alfredo Pucciarelli, en nuestro pasla hiperdesocupacin y las modificaciones en el mercadode trabajo se relacionan con los procedimientos utilizadospor el poder poltico para realizar la desarticulacin de laISI; con la lgica de funcionamiento del nuevo patrn deacumulacin que no se apoya en el mercado interno sinoque considera al salario como un costo y no como un fac-tor de demanda, que no incluye inversin ni riesgo porparte del capital ni desarrollo tecnolgico sino que se basa

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    10 Gambina yCampione. Op. Cit.

    Pg. 14

    en la obtencin de cuasi rentas no tecnolgicas, posicio-nes monoplicas y ventajas extraeconmicas provenien-tes de los vnculos con el poder poltico.Decamos anteriormente que los cambios estructurales pro-ducidos en el modo de funcionamiento de la economaargentina, que se comenzaron a gestar en los 70 con eldesmantelamiento de la ISI y que se profundizaron en los90 con las medidas polticas y econmicas que tom elgobierno menemista inspirado en las recetas del Consensode Washington, produjeron profundas transformacionessociales y polticas en la sociedad argentina. A mediadosdel segundo mandato de Carlos Menem, comienza a exis-tir una conciencia popular de la necesidad de cambio,

    siendo un dato relevante la ausencia de contencin polticade ese descontento.

    Dentro de este contexto, aparece la Alianza UCR-FREPASO, que se perfila como la opcin electoral viablepara el cambio de administracin gubernamental. Pero elnuevo gobierno mantiene

    los ejes de la poltica, es decir, del modelo de transforma-cin regresivo del capitalismo local.10

    Las transformaciones colisionan en diciembre del 2001,junto con el gobierno de De la Ra.A modo de resumen, podemos decir, entonces, que el mo-delo de acumulacin impuesto en Argentina tiene comodenominadores comunes a la desindustrializacin ligada ala crisis de las pequeas y medianas empresas, la desocu-pacin y la precarizacin de las condiciones laborales delos trabajadores, y la exclusin de un nmero creciente deindividuos durante esta etapa. Como resultado de su apli-cacin y, luego, de su profundizacin hoy ms de la mitadde la poblacin total est por debajo de la lnea de pobre-za, un tercio de ella vive por debajo de la lnea de indigen-cia y hay ms de 20% de desocupacin.

  • 16

    2NUEVA DCADA

    INFAME: ELTRABAJO

    ALIENADO Y LADESOCUPACIN

    1 Thwaites Rey,Mabel. La

    NocinGramsciana De

    Hegemona En ElConvulsionado Fin

    De Siglo. Acercade las bases

    materiales delconsenso. En

    Ferreyra,Logiudice,

    Thwaites Rey.Gramsci mirando

    al sur. Sobre lahegemona en los90. Buenos Aires,

    K&ai Editor,Coleccin Teora

    Crtica, 1994. Pg.9.2 Segn sostieneBasualdo (1987):

    la sociedadargentina transit

    del agotamiento deun patrn de

    industrializacin auna crisis estructu-

    ral basada en lacentralizacin delcapital, la concen-

    tracin de losingresos y los

    mercados, y ladesestructuracin

    industrial (...).[Crisis que]replantea el

    modelo deacumulacin

    anterior y desenca-dena un profundo

    cambio en laestructura produc-

    tiva y social (...)

    Los profundos cambios impuestos por el modelo de acumu-lacin capitalista actual han producido la reestructuracinde las relaciones sociales y, como consecuencia, la casi des-truccin de los marcos de regulacin colectiva desarrolla-dos en la poca anterior. El Estado Benefactor impuls lacreacin de protecciones colectivas, asegurando la cohesinsocial. Un ejemplo de esto fue la apertura de un espacio departicipacin a los sindicatos. Las clases dominantes dieronrespuestas a los intereses econmicos burgueses de las otrasclases sociales (el pleno empleo) debido a que

    la supremaca de la burguesa en el capitalismo desarrollado nose debe nicamente a la existencia de un aparato de coercin(Es-tado en sen-tido restringido), sino que logra mantener supoder mediante una compleja red de instituciones y or-ganismosque en el seno de la sociedad civil, adems de organizar/expresarsu propia unidad como clase, organizan el consenso de las clasessubal-ternas, para la reproduccin del sistema de dominacin.1

    El Estado Benefactor era sentido, entonces, como garantedel bien comn.Desde los inicios de la dictadura militar y hasta fines de losaos 80, la sociedad argentina transit por una profundacrisis caracterizada por un proceso de heterogeneizacinde la estructura econmica y social. Esta crisis fue la ex-presin de la desarticulacin del modelo econmico ante-rior unido a la inexistencia de un modelo de acumulacinalternativo2. Desde los inicios de la dcada de los `90, estose profundiza. El gobierno argentino implement un nue-vo modelo econmico cuyas bases se encuentran en lasrecomendaciones establecidas por el llamado Consenso deWashington. La redefinicin de las funciones del Estadocomo asignador de recursos y la apertura de la economason los ejes sobre los cuales se estructuraron un conjuntode polticas econmicas que segn sus idelogos tenancomo objetivo explcito modernizar la economa, inser-tando al pas en un mundo globalizado. Las principalespolticas que orientan el proceso de reestructuracin eco-nmica incluyen la apertura comercial y financiera, laprivatizacin de las empresas pblicas, la desregulacinde los mercados, la desregulacin y promocin de la inver-sin extranjera y la fijacin del tipo de cambio nominal apartir de la sancin de la Ley de convertibilidad.

  • 17

    donde emergennuevos bloques de

    poder que (...) nopudieron imponer

    un patrn deacumulacin

    alternativo (...). Ladictadura, alproducir una

    acentuada centrali-zacin del capital

    as como unadrstica concentra-cin del ingreso y

    de los mercados enfavor del nuevo

    bloque de poder yno haber generadoun nuevo modelo

    de acumulacinque impulse el

    desarrollo de lasfuerzas productivas

    as como nuevoscontenidos

    sociales, instal ala sociedad

    argentina en unaprolongada crisis

    estructural sinalternativas de

    superacin.3 Svampa,Maristella (edito-ra). Desde abajo.

    La transformacinde las identidadessociales. BuenosAires, Editorial

    Biblos, 2000. Pg.17.

    4 Svampa,Maristella. Op. Cit.

    Pg. 10.

    5 Giosa Zuazua.Op. Cit. Pg. 205.

    6 Marx, Karl. ElCapital, Libro 1.

    Mxico, SigloXXI, 1986.

    En Argentina, como resultado de este proceso dereconversin estructural, se producen

    una alta concentracin de la riqueza y de las oportunidadesde vida en los sectores altos; una fractura cada vez mayor en elinterior de las clases medias; un notorio empobreciendo y re-duccin cuantitativa de las clases trabajadoras y, por ltimo,un superlativo incremento de los excluidos3. Se hace eviden-te, entonces, una creciente polarizacin entre los ganadoresy los perdedores. En estos momentos, los sujetos se venobligados a producir su accin en un contexto donde los mr-genes de imprevisibilidad, contingencia e incertidumbre se am-plan considerablemente.4

    En la ltima dcada del siglo XX, aparecen el aumento deldesempleo y la precariedad o informalidad laboral comofenmenos estructurales y, por lo tanto, funcionales a estaforma de valorizacin del capital. En otros trminos,

    desempleo y precariedad hacen (e hicieron) a la lgica dereproduccin del gran capital libre de trabas.5

    Asimismo, aparece la exclusin social, es decir, el procesode marginacin definitiva de un amplio sector de lasociedad que no tiene ni tendr posibilidad alguna deobtener algn tipo de empleo en ningn sector de laeconoma.Pero el capitalismo no slo consiste en un sistema econ-mico sujeto a leyes objetivas y reguladas por la manoinvisible del mercado sino que posee un discurso que lo-gr asentarse muy fuertemente en nuestro sentido comn.El capitalismo es la hegemona burguesa, como lo explicGramsci, que se construye y se recrea en la vida cotidiana.A travs de ella se interiorizan los valores de la culturadominante y se construye un sujeto domesticado. Un suje-to que acta dando justificaciones a sus acciones, acep-tando explcita o implcitamente su adhesin a la formade vida en la que participa. As, el discurso neoliberal con-sagra la desigualdad generando consenso rutinario a tra-vs de discursos que valoran el xito o el fracaso a partirde la calidad y cantidad de los bienes acumulados. La masaaspira a tener xito y dinero, las claves de la dominacingiran en torno a ello. Cualquiera puede triunfar, solo hayque esperar la oportunidad.Como lo explica Marx en El fetichismo de la mercancay su secreto, 6 el fetichismo de la mercanca no es otra

  • 18

    2-1EL TRABAJO

    ALIENADO

    cosa que la creencia de que el valor de las mercancas estdado por las propiedades fsicas que posee (utilidad-valorde uso), y no porque encierran trabajo humano abstracto,que es lo que va a hacer posible objetivar y mensular exac-tamente las proporciones a intercambiar. La forma de pro-duccin de mercancas constituye el velo ms eficaz posi-ble para ocultar el verdadero carcter de clases de la socie-dad capitalista. Como propietarios de mercancas, los indi-viduos aparecen en un plano de igualdad perfecta, relacio-nndose como seres humanos libres e iguales. El trabaja-dor no advierte que su falta de acceso a los medios de pro-duccin lo obliga a trabajar en condiciones dictadas poraquellos que tienen el monopolio de los medios de produc-cin y que, por consiguiente, est siendo explotado parabeneficio de otros. Esto se acenta en la poca de la aldeaglobal que debilita ms que nunca las identidades colecti-vas e individuales. Este es el poder del sistema capitalista,expropiar al sujeto de sus deseos reales para que termineobedeciendo, aislado de su clase social. Es decir , la bur-guesa neoliberal hegemoniza el Bloque Histrico porquesus relaciones materiales de produccin y sus ideas se hanvuelto dominantes; y estas ltimas se han transformado ensentido comn.

    Ac me desconocieron como trabajadora. () si yo veo quepaso dos meses y llegara a ver situaciones parecidas a las quehaba ac cuando estaban ellos, no dejara que pasen onceaos como los dej ac.Gladis, trabajadora de Brukman.

    Las crisis llevan al ser humano a replantear, a quebrar laforma de ver su mundo hasta ese momento, a cuestionar lono cuestionado, y a dar los primeros pasos hacia la trans-formacin personal y social. Pero descorrer el velo efi-caz de la burguesa es complicado. Si el productor no sereconoce en el producto de su trabajo sino que este se leopone como capital, como trabajo enajenado,7 tampocopodr entender el importante rol que desempea en el cam-bio del sistema econmico.

    El fetichismo no es algo dado de una vez y para siempre, sinoque es un proceso que debe repetirse permanentemente; porello es indispensable el desarrollo constante de las condicionesque posibilitan la reproduccin ampliada del esquema de domi-nacin.8

    7 (...) el objetoque el trabajo

    produce, suproducto, lo

    enfrenta como unser extrao, comoun poder indepen-diente del produc-

    tor. El producto deltrabajo, es el

    trabajo fijado,concretado en un

    objeto; es laobjetivacin del

    trabajo. Laactualizacin del

    trabajo es suobjetivacin. En el

    estadio de laeconoma, la

    actualizacin del

  • 19

    En tanto este proceso de fetichizacin no sea interrumpi-do, los sujetos afectados por l vern limitada su capaci-dad de reflexin ms all de los lmites del sentido comn;es ms, no estarn en condiciones de apreciar las contra-dicciones e incoherencias presentes en todo discurso desentido comn, sentido comn que preserva la hegemonareinante. Es as como, travs de los mecanismos de poderque manipula la clase dirigente, se logr imponer sin ma-yores dificultades una ley que burla la esencia de la leymisma, la llamada flexibilizacin laboral.La institucionalizacin del desempleo promueve la resig-nacin, el conformismo y la aceptacin de condiciones detrabajo y de vida no dignas. Las reformas laborales no crea-ron nuevos puestos, sino que trajeron aparejados signifi-cativos problemas, a saber, empeoraron las condiciones devida, disminuyeron el piso de las condiciones mnimas desalario, aumentaron los ndices de desempleo y subempleo,el desempleo no aparece como transitorio sino como es-tructural.A su vez, la amenaza de quedar sin empleo, mantenida a lolargo del tiempo, genera tensiones equivalentes a las deperderlo. Tanto es as que, ya en el ao 1986, un informeproducido por la Organizacin Mundial de la Salud (OMS)seala el desempleo como una de las principales catstro-fes epidemiolgicas de la sociedad contempornea.9

    La alienacin generada por este devenir dominante de lasideas neoliberales exalta los atributos individuales, altiempo que coloca las responsabilidades sociales de las si-tuaciones en trminos personales. Pero llega un momentoen el que el espejismo ya no puede mantenerse, causadopor las contradicciones mismas del sistema, en el que pro-liferan fenmenos que escapan al control del capitalismo.Nos comenta Sergio de Cooperativa El Aguante:

    Pero, es decir, si vos te queds sin trabajo en este momento,sabs que si sals a la calle y no consegus. Entonces el ltimorecurso que tenamos era o aceptar un plan trabajar o tomar laempresa en la que habamos trabajado. Que en s, haba genteque se la ech y trabaj treinta o cuarenta aos, que era msduea de la fbrica que el propio dueo.

    El inicio va a ser la toma de la empresa. Luego se irnconstituyendo procesos de transformacin en la subjetivi-dad de los trabajadores que poco a poco irn disipando el

    8 Brodsky, Patricio.Discurso Econ-

    mico, Fetichismo yAlienacin. En ElDiscurso Econmi-co como expresindel scurso Poltico

    hegemnico.Internet:

    www.gratisweb.com/patriciobrodsky/PaginaPersonal/01.htm. Pg. 2.

    trabajo aparece,respecto del obrero,como la prdida dela realidad de este;

    la objetivacin,como la prdida del

    objeto o laservidumbre al

    objeto; y laapropiacin, comodesapropiamiento(...). Marx, Karl.

    Manuscritos de1844. Buenos

    Aires, EditorialCartago, 1984. pg.

    101.

    9 Aguiar, Elina.La desocupacin:algunas reflexionessobre sus repercu-

    sionespsicosociales.Buenos Aires,

    Revista de Psicolo-ga y Psicoterapiade Grupo. T. XX,

    No 1, 1997. Pg. 2.

  • 20

    2-2LA DESOCUPACIN

    carcter del trabajo alienado, comenzando a percibir queson seres que crean.

    Mi padre es un hombre de 55 aos y quedaba desocupado sinjubilacin, sin nada. () pensando en l que se iba a quedarsin trabajo, me la jugu.Sergio, trabajador de Cooperativa El Aguante.

    En estos tiempos, los ndices de desocupacin son alar-mantes y nunca vistos en Argentina. En la actualidad esimposible negar que la mitad de la poblacin vive debajodel nivel de pobreza, el 30% es indigente y ms del 20%no puede encontrar trabajo.Segn datos del INDEC, en octubre 2002, el 57,5% de losargentinos, alrededor de 20,8 millones de personas, vivaen condiciones de pobreza. De ellas, casi 10 millones eranindigentes, es decir, no tenan ingresos suficientes comopara cubrir sus necesidades alimentarias bsicas. Desdeoctubre de 2001, la indigencia se duplic y la pobreza au-ment 50%. El norte del pas y el segundo cordn delConurbano bonaerense son las zonas donde la situacinsocial es ms crtica. Pero, detrs de la objetividad delos porcentajes, aparecen los dramas del desocupado: laprdida de derechos que brinda la condicin de asalariado,es decir, la prdida de la pertenencia a un sindicato, mu-tual u obra social genera, adems de una carencia, incerti-dumbre. Incertidumbre de no saber qu va a pasar.Adems, la pauperizacin es experimentada como una dis-locacin personal y como una desorganizacin del mundosocial que rodea al individuo. El empobrecimiento afectaintensamente la vida cotidiana: la adaptacin a un nuevocontexto trastorna su universo de sentido. El individuo in-merso en esta situacin queda aislado, sintiendo que laculpa es de l. Siente la vergenza de haber quedado sintrabajo, la vergenza de no encontrar otro, la vergenza deno poder llevar alimento a la familia. Por algo ser, qui-zs porque no se capacit a tiempo. Pero, la situacinva a cambiar, es una mala racha.No se ve la realidad social porque una de las capacidadeshumanas es la de racionalizar una creencia frente a unarealidad que la desmiente. Deseamos creer que podemosrevertir la situacin gracias al esfuerzo y voluntad propios.Asumir la imposibilidad de conseguir un nuevo trabajo en

  • 21

    un contexto de flexibilizacin laboral (ms todo lo queesto trae aparejado) es asumir que la desocupacin vinopara quedarse. Y eso no lo podemos tolerar.As, el desocupado asume su culpa de manera individual,deteriorndose los lazos solidarios, ya que la sociedad sedesentiende del problema. Uno de los efectos de la des-ocupacin es la paulatina inmovilizacin de los estratossociales, que tienden a volver a una condicin de derrotis-mo, fatalismo y pasividad. As, el poder regula la vida so-cial, produciendo una subjetividad controlada y discipli-nada que evita la unidad, la protesta, los conflictos. Por-que cuando uno siente culpa, obedece:

    La cuestin de la culpa no solamente serva para eldisciplinamiento social sino que en la bsqueda de trabajo y amedida que aumentaba el esfuerzo, la expectativa se debilita-ba. A esto le segua una prdida completa de toda esperanzaque poco a poco se converta en inactividad o apata, con locual los que an hoy tienen el poder y dominan el mundo,conseguan su objetivo, empujando a esta amplia capa de po-blacin a la desaparicin social o como comnmente se dice amuerte en vida de los desocupados.10

    Debido a inactividad o apata, el desocupado desaparecede la red laboral porque luego de un tiempo de bsquedade trabajo cesa en la pesquisa, con lo cual ni siquiera entraen las estadsticas de gente que est a la bsqueda de tra-bajo; desaparece de la red econmica porque ha dejado deser un consumidor y la falta de un seguro de desempleo leimpide todo gasto. El desocupado queda marginado de lasrelaciones sociales de produccin pero, al mismo tiempo,se mantiene controlado, disciplinado.De esta manera, se deterioran

    las relaciones laborales y las relaciones sociales de la comu-nidad, exaltndose el individualismo en detrimento de la soli-daridad. Slvese quien pueda es la consigna desde el poder.Como deca el torturador en el Sr.Galndez, de Pavlovsky:Por cada uno que tocamos, mil paralizados de miedo. Noso-tros actuamos por irradiacin. Por cada desocupado... cun-to terreno frtil para aterrorizar?, segn esta lgica. La amena-za de desocupacin funciona como chantaje social que hacepresin para aceptar cualquier tipo de condiciones laborales yporque hay muchos esperando su puesto y por menos dinero.Adems, la ausencia de seguro de desempleo que garanticecondiciones mnimas de vida, coacciona al desempleado y dis-ciplina a los ocupados. La desocupacin es una amenaza co-

    11 Aguiar, Elina.Op. Cit. Pg. 1.

    10 Flores, Toty(Comp.). De la

    culpa a laautogestin: un

    recorrido delMovimiento de

    TrabajadoresDesocupados de La

    Matanza. Argenti-na, Editorial MTD,

    2002. Pg. 18

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    lectiva, estructural y desocializada. El desempleo es un fen-meno social pero es vivido como crisis individual, despojadode su dimensin social.11

    Es as como se vive la desocupacin, de manera obedientedebido a la culpa y el miedo. El mecanismo de dominacinfunciona, impidiendo la organizacin y la unin porquerodea al trabajador de una soledad permanente.Pero los que an hoy tienen el poder y dominan el mundono cuentan con que el cansancio, la injusticia y lainmoralidad son disparadores de la accin colectiva. Losque se encuentran en condiciones similares advierten lanecesidad de agruparse para hacer valer sus reclamos.Comienzan as a desarrollarse y organizarse movimientossociales, que expresan alianzas de clases, intereses comunesy unidad.

  • 23

    3LAS EMPRESASRECUPERADAS

    Muchas veces se nos pregunt por qu no hicimos esto antesde abril del 2002. Pero claro, esto despus de un 19 y 20 comohubo, cambi todo. Si lo hubiramos hecho antes, a los dosdas hubiramos estado sacados por la gendarmera de aden-tro de la fbrica.Sergio, trabajador de Cooperativa El Aguante.

    Los problemas que existan a finales del ao 2001, comoconsecuencias del rgimen convertible, llevaron al colapsoeconmico y financiero argentino. El estallido de laconvertibilidad se caracteriz por un cuadro recesivo eco-nmico creciente, una gran crisis fiscal del Estado y unacrisis del sistema bancario provocada por la fuga de capita-les. El 19 y 20 de diciembre, el malestar y la conflictividadsociales latentes explotaron. Se manifestaron en saqueos yen espontneos cacerolazos y movilizaciones a Plaza deMayo. La represin desatada demostr la imposibilidad dela democracia burguesa para sostenerse legtimamente. Lostrabajadores, los desocupados, los ahorristas, los vecinos,los estudiantes se expresaron en contra de los bancos, de losgrupos econmicos y sus empresas, del FMI, del gobierno,de la corte suprema de justicia, de los polticos en general.Desde ese momento, ha cambiado el sentido comn gene-ral, hay un nuevo clima social. Un ejemplo: se multiplica-ron diversos emprendimientos econmicos de carcter po-pular basados en prcticas que generan lazos solidarios.As se quebr el imaginario del slvese quien pueda ali-mentado por los medios de comunicacin, por el miedo ala represin desatada desde 1976. Es as como, opuestos ala situacin de fragmentacin social reinante, surgen nue-vos modos de identificacin donde se unen el deseo y elacto en un espacio de cooperacin. Entre estos fenmenosse destacan las empresas administradas por los obreros.Las empresas son recuperadas por sus trabajadores paraproteger los medios de produccin y mantener su fuentede trabajo. En un contexto de crisis capitalista que impactaen las empresas y las relaciones sociales all desarrolladas,algunos empresarios abandonaron la actividad econmicacerrando la empresa o fbrica, an con los activos fijos ensu interior. Otros realizaron un verdadero vaciamiento em-presario al momento del cierre o incluso progresivamente.As, frente a la decisin del empresario, los trabajadoresresponden con la toma de la empresa. Esta surge por una

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    necesidad primordial, a saber, la de asegurar la continui-dad del trabajo en un contexto de precariedad yflexibilizacin laboral, desempleo, subempleo, pobreza ymarginacin.Lo interesante es que al no encontrar una respuesta dentrode la lgica capitalista de explotacin, los trabajadores asu-men el papel de sujetos productivos emancipndose delcapitalista en la toma de decisiones. En estas fbricas sedesarrollan dinmicas organizaciones internas de altahorizontalidad, participacin y democratizacin gracias aun aprendizaje inmediato, que llega de la mano de la prc-tica antes que de toda teora. De manera concreta los tra-bajadores empiezan a tomar la asamblea como un rganopara tomar decisiones sobre cuestiones estratgicas. Asqueda al descubierto lo innecesario que resulta el papeldel capitalista como organizador del proceso de trabajo ysu valorizacin. Se pone en evidencia que la riqueza pro-viene del trabajo y, sobre todo, que la nica salida es co-lectiva.Sin embargo, en un futuro

    la cultura dominante puede imponerse hacia el interior de lasempresas recuperadas y por lo tanto los trabajadores puedenretomar el proceso productivo all donde ya fracas el capita-lista propietario o el administrador gerencial. Los primerosactos definen una tendencia al igualitarismo en la distribucindel ingreso que en la complejidad del desarrollo posterior pue-de reproducir una diferenciacin no adecuada de los ingresosde los operarios y los administradores y ms an de los princi-pales decididores. () Si los trabajadores son subordinadospor la lgica empresaria capitalista su destino se define en unmercado monopolizado por el capital transnacional.1

    Entonces, las empresas recuperadas pueden convertirse endispositivos para afirmar la disociacin.Para que esto no ocurra, el sentido comn alternativo tieneque ser desarrollado junto con un estilo de gestinparticipativo en un mbito de trabajo conciente y delibera-do. Es decir , en el interior de cada empresa, tienen queconstruirse lazos de solidaridad y confianza entre los tra-bajadores y tiene que funcionarse segn una lgica de ac-cin colectiva para que la experiencia no se reduzca aliderazgo paternalista, ni a burocratizacin. Creemos queel cambio radica en la actividad compartida, ya que la sub-jetividad se construye en la intersubjetividad. El desafo,

    1 Gambina, Julio.Empresas

    Recuperadas enArgentina.

    Buenos Aires,Mimeo, diciembre

    2002. Pg. 7

  • 25

    3.1ACERCNDONOS AL

    CONFLICTO

    entonces, para los sujetos que emprenden este camino esorganizar un nosotros que enfrente a un poder que tam-bin est en la propia corporeidad. Y con esto, es necesa-ria la conviccin personal.Nuestro propsito es indagar sobre los procesos de trans-formacin de identidad y subjetividad de los trabajadoresque asumen el control y la gestin de una empresa, en lu-cha para romper con el imaginario de la cultura capitalis-ta, con las bases ideolgicas del sistema. Porque sin unatransformacin de conciencia, sin una ruptura con la he-gemona dominante, todo permanece en un planoeconomicista, es decir, trabajadores que luchan por pues-tos de trabajo. Creemos que esta experiencia abarca mu-chos aspectos que van desde el manejo de la fbrica hastala vinculacin con la comunidad, de la participacin entodo el proceso de produccin a la recomposicin de loslazos solidarios.Entonces, para que la clase trabajadora llegue a modificarsustancialmente su con-ciencia, es preciso que se modifi-quen en un sentido radical las con-diciones sociales que ledan sustento

    pues la conciencia de clase como tal no se modifica comple-tamente ms que cuando ha sido modificado el modo de vidade la misma clase, lo que implica que el proletariado ha llega-do a ser la clase dominante y tiene a su disposicin el aparatoeconmico y el poder es-tatal,2

    segn indica Antonio Gramsci.Por tal razn debemos recordar que estamos hablando deuna fraccin de clase. Esta nueva fraccin inicia un cami-no de mutacin porque es producto de la experiencia pol-tica, que combina la praxis (o accin) y la ideologa. Ycomo un hecho significativo debemos destacar que lograla atraccin de otras fracciones que se van sumando a lalucha y a la cual ellos tambin auxilian. Comenzando agenerar una experiencia histrica comn.

    Fue muy fuerte. El hecho de tomar esta decisin implica quehubo una necesidad imperiosa. Por eso pas esto, sino nohubiese surgido. La necesidad que tenamos ac internamen-te, tanto econmica, fsico, como lo llames a todo, se junto asy produjo esto.Gladis de Brukman.

    2 Gramsci,Antonio. Los

    intelectuales y laorganizacin de la

    cultura. Mxico,Juan Pablo Editor,

    1975. Pg.117.

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    Haciendo hincapi en el momento en que comienzan losconflictos, relataremos la historia de cada una de las em-presas recuperadas a las que pertenecen los trabajadoresentrevistados, considerando sus testimonios. El propsitode este punto es demostrar la profundidad y la riqueza dela experiencia en la que participan. Queremos subrayar quela necesidad imperiosa de los obreros, a saber, mantenerla fuente de trabajo, es un objetivo compartido por todoslos compaeros. Por lo tanto, cambia el fin de la empresa,es decir , el objetivo ya no es lucrar, ya no es generarplusvala. La fbrica se recupera para que todos puedantrabajar. Y esta es la esencia propia del cooperativismo, laeconoma solidaria, la cooperacin basada en la solidari-dad. La cooperativa es una empresa social para satisfacerun servicio necesitado. Esta nueva lgica abre el camino ala construccin de una subjetividad en perspectiva de alien-to al poder popular. Entonces, queremos insistir en que, apartir del momento inicial, se inicia una va para la des-composicin de la ilusin fetichista. Y con ello, se iniciaun quiebre con la cosmovisin capitalista haciendo dispa-rar un espritu combativo en cada trabajador.Cermica Zann, ubicada en las afueras de la ciudad deNeuqun, era una de las empresas ms importantes en surubro. Segn Juan,

    antes de la toma de la fbrica, la relacin con los patrones erauna relacin bastante complicada. Muy divisionista por partede la fbrica, de los empresarios en relacin con la gente msantigua, la gente ms nueva y los contratados. La divisin delos sueldos, la divisin en jerarquas, sectores.

    Un lento vaciamiento de la empresa se estaba llevando acabo por parte de sus dueos en connivencia con ladirigencia sindical. Debido a esta razn, cobra relevancia,en la lucha de los trabajadores, el hecho de ganar la comi-sin interna (CI) y, posteriormente, la dirigencia delSOECN.

    Una vez que se recuper la comisin interna de adentro de lafbrica, cada compaero que hablaba con algn delegado, bue-no, era marcado, se lo llamaba a reuniones. Se los persegua alos compaeros. Se les cuestionaba cada cosa que ellos hacan,el trabajo, el horario, todo,

    prosigue en su relato Juan. Reynaldo comenta:

  • 27

    yo nunca fui afiliado al sindicato () cuando empez a fun-cionar la comisin interna que fue la que empez a moverse,los empec a apoyar. Colabor y todo para sacar a la burocra-cia sindical. A estos si les doy mi total apoyo. Incluso puedodecir con orgullo que no son dirigentes, son dirigidos porqueellos se basan mucho en lo que nosotros les marcamos porqueen este momento ya somos como 300 personas.

    En julio del 2000, a la indignacin provocada por la muer-te de un compaero y el reclamo por el cumplimiento delas mnimas medidas de higiene y seguridad en el trabajo,se sumaron reclamos por el pago de aguinaldos adeuda-dos. En ese momento la empresa responde con el pedidode apertura de concurso de acreedores, el ofrecimiento deretiros voluntarios y amenazas de despidos. Comienza aquuna lucha que los trabajadores iban a tener que librar conla empresa, con el Estado y con la burocracia sindical queaun conduca el SOECN.

    Y bueno, hasta que el patrn tir la primera piedra, todo an-daba sobre rieles. De hecho, yo llevo 12 aos en la fbrica,jams me hubiera imaginado que ellos me iban a hacer unacosa as. O sea que, como te digo, cuando ellos tiraron la pri-mera piedra, yo cambi totalmente la relacin. De hecho, queenseguida nos empezamos a llevar muy mal. Y bueno, terminen lo que termin.

    Distintas maniobras se intentaron para que la CI no parti-cipara de las negociaciones, frente a lo cual, como sealde protesta y en contra de las amenazas de despidos, seinicia la huelga de los 34 das en mayo-abril 2001. Elconflicto haba que sacarlo puertas afuera de la fbrica,para lo cual el corte de ruta ser una herramienta funda-mental.En octubre del ao del ao 2001, se toma la fbrica. Juannos relata con mucho orgullo:

    Fuimos con unos compaeros los impulsores de la toma de lafabrica en s. De hecho, para m era algo necesario que vena-mos planteando con un par de compaeros desde hacia un tiem-po que por ah inconscientemente, porque no lo analizbamostan a fondo. Ahora, en el momento en el que hicimos la tomade la fbrica, fue algo que lo analizamos, que sabamos cualeseran los objetivos y dijimos bueno, de ac, hasta que nos sa-quen de adentro pero con los pies para adelante. Y bueno,cuando se decidi eso, la mayora de los compaeros lo voto afavor, que fue el 99% que s. Y yo me sent totalmente satisfe-cho.

  • 28

    Luego agrega:y yo te digo, los primeros cuatro meses fueron terribles. Aho-ra, ninguno de los compaeros depuso su actitud, ninguno delos compaeros dio un paso atrs, entends? Ninguno flaqueen esos momentos.Nosotros tomamos la fbrica en octubre, estuvimos casi 3 me-ses afuera, despus entramos pero no producamos. En marzodel ao pasado, yo le haba comentado a Ral que es el Secreta-rio General, le dije: mir, si en esto no hay una definicin, yovoy a tener que empezar a buscarme un laburo. Al otro da mellama y me dice yo soy gasista de oficio, pero ese trabajo yo nolo haca para Zann. Vos me vas a tener que dar una mano con elgas porque estamos viendo la posibilidad de largar el gas y em-pezar a producir. Bueno, me parece bien, lo vamos a hacer , yah me aboqu y la tarea ma fue largar el gas y reparar todoporque al estar tanto tiempo cortado el suministro, cuando seactiva nuevamente no es mucha la presin que circula por lacaeras. Montones de cosas y montones de falencias que tena,porque el 50% de la empresa no tena planos aprobados. Hubomucho trabajo y me olvid de todo. Empec a pensar que tenaque producir, que tenamos que ir mejorando da a da.

    Confecciones Brukman es una fbrica textil especializadaen la realizacin de prendas de vestir. Los problemas co-menzaron cuando, afectados por la crisis recesiva, los patro-nes

    ms o menos para el ao 1992, nos pidieron acercarnos alMinisterio de Trabajo para firmar un papel donde contactabanque nos bajaban el sueldo, o sea de lo que nosotros tenamos deproduccin el 40% nos bajaron al 25%. Desde ah empezarona surgir los problemas, empezar a darnos vales. Haba vecesque tenamos que esperar ms de la fecha de pago para que nospaguen, y bueno haba muchas cosas entre los patrones que laestaban haciendo por izquierda sin que nosotros nos diramoscuenta de nada,

    comenta Gustavo.Brukman es ocupada por los trabajadores el 18 de diciem-bre del ao 2001, tras el abandono por parte de la patronalpor no poder cumplir los requerimientos de los trabajado-res:

    Un grupo de personas de ac, pedimos el ultimo da que estu-vimos con los dueos de que nos paguen lo que nos deban.Ellos nos dijeron que no tenan plata que no nos iban a pagar,entonces le dijimos que le bamos a tomar la fbrica. El mismodueo nos dijo que si quieren tomar la fbrica, yo le ofrezcolas llaves y hagan lo que quieran.

  • 29

    Despus de varias asambleas decidieron, en principio ocu-par la empresa a la espera de algo.

    Ac ramos 120 compaeros y al surgir esto quedamos unos20 o 22 personas haciendo la toma, mientras que el resto pormiedo de que suceda algo de represin y cosas as, se fueronretirando. Igualmente mucha gente de la que estaba tampocovolvi, volvieron unos pocos. El resto estn todos dispersos enotros trabajos o gente que esta desocupada pero cobra ANSESpor medio de los dueos.

    Ahora son 56 compaeros, en su mayora mujeres, quedeciden enfrentar un nuevo desafo para sus vidas.En las primeras audiencias, convocadas por el Ministeriode Trabajo (21 y 26 de diciembre), la patronal no se hizopresente, sino que recin apareci a los 2 meses, con pro-puestas inaceptables e inviables. En el medio declaran a laempresa en concurso de acreedores incumpliendo con laley de quiebras vigente en ese momento que impone comoclusula el funcionamiento de la fbrica mientras dure elconcurso.Ante la decisin de trabajar la fbrica bajo control obrero,vender el stock y poner en funcionamiento el sistema pro-ductivo de la misma, la patronal reaccion iniciando unaaccin penal que propiciaba como la primera medida eldesalojo (16 marzo de 2002), enmarcando la situacin bajola figura de usurpacin ilegal y robo. El violento intentofue frenado gracias al apoyo y a la movilizacin de distin-tos sectores. Gladis relata:

    s, pas etapas de crisis porque ha habido momentos fuertes.Las etapas de crisis fueron el primer desalojo, que nosdesvincul un poco porque ya nos habamos organizado paratrabajar, cmo trabajar y eso fue como que nos shocke unpoco. Despus volver a organizarnos buscar salidas, fue unaetapa fea. () Despus del primer desalojo hubo muchsimasmarchas al Ministerio, muchas cosas duras, las guardias dapor medio, dormir mal, no te recuperabas, no haba buenaventilacin, comas sobras. No dorms con tranquilidad, acsuena la puerta y te da miedo. Despus, el ltimo desalojo quefue el 24 de noviembre, yo estaba con una de mis compaerasy la nena de 9 aos ah abajo, a las 6 de la maana entraron yencontrarte con toda esa situacin.

    Al preguntarle a Gladis cmo se senta con todo lo quehaba pasado, nos responde:

  • 30

    Recin este ao como que lo estoy evaluando y lo estoy valo-rando. De hecho yo en un momento, no hace mucho, pens enirme, porque yo estoy estudiando y el ao pasado he ganadocosas y he descuidado otras. Pero como que este ao queraperder por otro lado pero ganar el otro terreno que haba des-cuidado, que me parece para ms adelante tenerlo ms comolisto, no. (...) Pero me cuesta muchsimo [tomar la decisin]porque el ao de lucha, cuando no lo pienso no me parece nada,pero cuando lo evalu me parece muy fuerte y hacerme comoa un lado -no definitivamente- pero irme sera como dejar unlugar abandonado sin haber concluido por ah la ultima parte.

    Grfica Chilavert est situada en el barrio de Pompeya,funciona como imprenta. A principios del ao 2002, el pa-trn decide cambiar de rumbo y abandona el negocio. Sepresenta en convocatoria de acreedores (que antes habarechazado, pagando en negro a algunos de los acreedores)y quiere vaciar el taller. Los trabajadores impiden que selleven las mquinas y hoy estn produciendo, imprimien-do un libro sobre las asambleas populares. La planta hacetrabajos de excelentsima calidad, como catlogos de artey est equipada para imprimir en grandes cantidades.Nos cuenta uno de sus trabajadores:

    con el verso de que hiciramos un esfuerzo, ya que la empresaiba a innovar maquinaria y con una deuda salarial promedio deun ao, lleg el momento en que el patrn, [el 4 de abril del2002], vino a retirar las mquinas con la excusa de que lasreemplazaran por otras ms modernas. Por suerte abrimos losojos a tiempo y les dijimos que no se las podan llevar estandola empresa en convocatoria de acreedores y contest que fue-ron vendidas antes de la convocatoria. Ah decidimos tomar laempresa en forma pacfica e hicimos la denuncia por intento devaciamiento. Entonces nos enteramos que las mquinas no fi-guraban en el inventario; sin embargo, luego de hacer la de-nuncia, aparecen las mquinas y su venta inventariadas, de-mostrando una clara complicidad de la sindicatura. () Noso-tros no tuvimos otra alternativa ms que hacer esto. S, tena-mos otra: la de irnos y morirnos de hambre en la calle. Notenamos mucho que perder.

    El 22 de mayo del 2002, la patronal se present con dospatrulleros. Inmediatamente, los trabajadores se comuni-caron con la Asamblea Popular de Pompeya, que a su vezhizo una cadena telefnica, hacindose presentes en formainmediata los vecinos y el IMPA (fbrica cooperativa re-cuperada) impidiendo el cambio de cerradura. A los 2 das,interviene la Infantera con 8 carros de asalto. Pero, lo que

  • 31

    no tuvieron en cuenta fue que para defender la ocupacinvinieron ms asambleas y ms vecinos, con lo cual se lo-gra frenar el intento de desalojo. Desde el primer momen-to, comenzaron a trabajar:

    viste ah que hay cuatro ladrillos?.Ernesto seala un agujero alto en una pared, tapado concuatro ladrillos, y agrega:

    bueno, por ah, cuando llegaba la polica que vena a tratar dedesalojarnos, haba guardias que nos controlaban, no se podasacar nada. Y entonces, entraban y salan las cosas por ah.Imaginate.

    Al preguntarle que senta al respecto en ese momento, noscontesta:

    yo, personalmente, no tena ningn problema. No tena nece-sidad de justificarlo. Tenamos todo el derecho del mundo atrabajar.

    Luego de que se agotaran los infinitos recursos legales quepeda la Sindicatura para empezar a trabajar, llegaron a unacuerdo con el juez. Este se comprometi, previo segurode caucin, a darles la continuidad para trabajar.

    Ahora nos cuentan estamos peleando por la expropiacin.Pero advertimos que esto sirve slo en caso de que no se hayaconsumado el vaciamiento; para prevenirlo, los trabajadoresdeben controlar el inventario que va a la Sindicatura, si en steno figuran las maquinarias, son candidatos seguros a encontrarla fbrica desmantelada despus de un fin de semana; nosotrostuvimos la suerte de que el patrn lo quiso hacer delante nues-tro creyendo que no bamos a reaccionar.

    Cooperativa El Aguante (ex Panificacin 5) es una em-presa de panificados ubicada en Carapachay, provincia deBuenos Aires. Sergio, uno de los trabajadores, comenta:

    En el ao 2001, en octubre del 2001, haba aproximadamente80 empleados. A partir de ah el dueo empieza a despedir alpersonal hasta que quedamos los ltimos 10 o 15. A esa fechaya se nos deba 6 meses de sueldo, aguinaldo, vacaciones. Ybueno, de ah, de octubre hasta el mes de marzo nos hace ir ala fbrica a retirar 10 o 20 pesos por semana, un vale.Y justamente en abril con la asamblea de Carapachay que es-taba organizando un festival la asamblea vecinal deCarapachay- nos vienen a...Se contactan con una compaeraque hoy es la presidenta de la cooperativa, que vive a 2 cuadrasde la fbrica y hacemos una asamblea con los trabajadores ycon la asamblea y se decide ingresar a la fbrica. A partir de

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    ah, la lucha dura 45 das, la toma de la fbrica. Viviendo aden-tro de la fbrica con una carpa afuera, haciendo el aguante lospartidos de izquierda y las asambleas vecinales. Y se logra laexpropiacin por 2 aos de la mquina, el inmueble y la marca.A partir de junio que empezamos a producir, hasta el da de lafecha.

    A las semanas, hubo un apriete muy fuerte por parte de lapolica de la provincia que se acerca a la fbrica para sacarfotos.

    Y bueno, ah se asustaron mucho algunos compaeros y sefueron, digamos. Cuando entramos ramos 35 y quedamos 17personas nada ms.

    Al preguntarle por el momento en que decidieron tomar laempresa, nos responde:

    creo que a veces si uno piensa las cosas dos veces, no las hace.Fue un impulso en ese momento que la oportunidad estaba, detomarla. Bueno, se entr a la fabrica y a partir de ah hubomucho apoyo de los vecinos, de las asambleas. Se nos acerca-ban alimentos para que podamos mantener la toma de la fbri-ca. No fue fcil porque imaginemos, uno en 45 das no vio a sufamilia y vivi adentro de la fbrica con la gendarmera, con larepresin de la polica. () Es muy fuerte todo lo que pas, esmuy fuerte que tu familia te venga a visitar adentro de la fbri-ca, que tengan que pasar por encima de la polica para poderentrar... son cosas fuertes.

    En este momento, ya lograda la expropiacin, los compa-eros estn produciendo:

    Se est produciendo bien. El mercado estamos tratando deampliar. La deficiencia que tenemos es, bueno, la movilidadporque haba once camionetas en la fbrica y quedaron dosnada ms. Y una que no est en condiciones, pero bueno, va-mos a ver si juntamos algn capital para solucionar ese proble-ma.

    Al preguntarle a Sergio cmo se siente ahora, despus detodo lo ocurrido, responde:

    a veces uno se debilita mucho o se desgasta en la lucha porqueve que no se consiguen muchas cosas, no? Pero siempre haycosas nuevas, fbricas que se recuperan o cooperativas que seabren otra vez, o los encuentros que se hacen. Desgasta mucho,y bueno, a veces decs bueno, basta, no sigo ms. Pero vossabes que si no segus se cae todo.

    Supermercado Tigre es una cadena que lleg a tener 14supermercados en la ciudad de Rosario, 700 trabajadores.En el ao 1998, las cadenas de supermercados locales, ante

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    la llegada de los supermercados con capitales extranjeros,optaron por hacer grandes vaciamientos de sus empresasy retirarse. El 28 de diciembre de 1998, el SupermercadoTigre se presenta en concurso preventivo de acreedores,generando un pasivo de ms de 50 millones de dlaresque los dueos nunca pagaron y que durante el concurso,que dur 3 aos, se agrand a casi 50 millones ms dedeuda post concursante. Un compaero nos cuenta que

    esto fue denunciado, porque yo soy de la comisin de luchadel supermercado, pero tambin soy de la comisin directivadel sindicato, trat de que se investigara porque era una manio-bra irregular. Lamentablemente la justicia nunca se hizo ecode las 16 denuncias de robo de maquinaria, de robos de merca-dera que venamos presentando.

    Los 700 trabajadores sufren un proceso de desgaste atroz,de desmoralizacin. Muchos comienzan a repudiar al sin-dicato:

    Nosotros organizamos varias marchas y protestas pero hubogrupos de trabajadores muy numerosos que nos repudiabanporque crean que en esa manera se poda hundir la empresa.As llegamos a una situacin horrible durante todo el ao 2000,porque a los compaeros se les dejan de pagar los sueldos, seles roban los aportes. A lo largo de fines del 2000 y principiodel 2001 se dan en concesin y se liquidan varias de las sucur-sales pasndolas a otras empresas, muchas de ellas de algunostestaferros, obligando a los empleados a renunciar a la anti-gedad laboral. El desgaste es de tal dimensin que en unmomento quedan nada ms que 300 empleados diseminadosen 2 o 3 sucursales.

    En julio del 2001, una de estas sucursales con 80 trabaja-dores cansados de no cobrar nada, se organizan junto conel gremio y se toma el supermercado.

    Primero lo tomamos y la decisin mayoritaria de los compa-eros era pelear por las indemnizaciones, nosotros planteamosque era un vaciamiento y que no haba ninguna posibilidad decobrar indemnizaciones. Porque la empresa, lo habamos des-cubierto en los expedientes, no tena ninguna propiedad ennombre de la empresa, era todo alquilado, no existan en nin-gn lado, eran insolventes, y lo nico que tenan era ese super-mercado que era propiedad del Hogar Obrero que lo habacomprado pero nunca pagado y que estaba embargado por 5veces el valor de tasacin oficial. O sea que no haba ningunaposibilidad de cobrar. As fuimos organizando un grupo conlos que quedaban y que peleen por el puesto de trabajo, peroquedo un grupo de 80, el resto se fue a hacer juicio.

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    3.2EL TRABAJADOR

    RECUPERADO

    Cuando se organiza la toma, algunos trabajadores presen-tan un proyecto de un supermercado comunitario:

    Fue un proyecto que elaboramos en varias asambleas, en lascuales planteamos que visto y considerando que estaban todaslas maquinarias e instalaciones en posibilidades de ponerse enfuncionamiento inmediatamente, que a estos 80 empleados quequedaban el Estado pagarle el subsidio de desempleo que porley le corresponda, le costaba 300.000 pesos, nosotros haba-mos hecho un proyecto por el cual se pona en pie un super-mercado administrado entre trabajadores y el Estado, que po-da servir para contrarrestar una de las grandes contradiccio-nes que se daban en Rosario que es que todos los productosque se venden son de origen extranjero, llegando incluso aencontrar que no se vende en Rosario ni un gramo de carneSantafecina. Entonces basndonos en esto dijimos que se creensupermercados comunitarios administrados entre Estado y tra-bajadores, para que la produccin de origen regional, para laproduccin de origen cooperativo o comunitario, o de empren-dimientos que el Estado mismo estaba impulsando pudiera teneruna gndola donde vender su produccin.

    Hasta ac hemos tratado de contar cada conflicto a travsde la palabra de los representantes, del conflicto.

    El proceso de produccin, antes de que los trabajadores re-cuperaran las empresas, era diferente. Cada obrero entrabay sala siempre a la misma hora, cumpla con un horario fijode trabajo y una vez fuera de la fbrica el tiempo lo utiliza-ba para realizar otras actividades. Durante la jornada labo-ral, cada uno desarrollaba el trabajo asignado, especfico:

    Antes ramos todos empleados que debamos cumplir el ho-rario, tener el rol de siempre, el trabajo: venir a las seis de lamaana hasta las tres de la tarde e irse a su casa. () Con lapatronal, al tener 200 y pico de mquinas, cada uno tena sutrabajo, tena para planchar un bolsillito. Y se era tu trabajo detoda la vida.

    Para Mara, de Supermercado Tigre:Era como la poca de los esclavos, vamos a decir. Nada msque un poco ms moderno. Nosotros ramos esclavos moder-nos.

    As, esta divisin del trabajo impeda a los trabajadoresrelacionarse entre s porque, simplemente, no era necesa-rio. Reynaldo comenta:

    Para la poca en la que trabajbamos normal con Zann, yotrabajaba en la parte de la entrada porque a m me llegaba elmaterial ya trabajado. Entonces, qu pasaba? Yo estaba ah,siempre puntual, y vea entrar gente, entrar gente. Y ya despus

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    no vea ms a nadie. Yo conoca a los de mi sector, que ramosalrededor de 20 personas. A las otras personas las conoca por-que las ves. Pero, si a m me decan quin es aqul?, no saba;quin es se?, no saba. Los conoca de vista.

    La forma de produccin capitalista implementa la indivi-dualidad, las redes sociales se diluyen, haciendo difcil elacercamiento entre iguales, cada cual se cuida la espalda.Por otra parte, durante toda la jornada laboral, el controlque los acosaba todos los das era tolerado, sobre todo,por el temor a quedar desocupado:

    Y en s, la situacin era muy tensa. No trabajabas nunca tran-quilo, te vivan presionando. () A la gente vieja, que era lams perjudicada cada vez que la empresa tomaba represaliasen contra de los trabajadores, () eran los primeros a los quese apuntaba para despedir porque, bueno, ellos tenan sueldosaltos, gente de mucha edad, difciles de manejar. Entonceseran los primeros en ser apuntados para ser despedidos.

    Por lo tanto, esta lgica de produccin capitalista provocauna

    crisis de la cultura del trabajo, manifiesta en la imposibilidadde asegurar pleno empleo a los sujetos sociales, pero tambinresquebrajamiento progresivo de la cultura o la civilizacindel trabajo, que estaba en la base de las formas de sociabilidaddel modelo anterior [el salarial]. () De esta manera, el traba-jo como actividad se separa de su dimensin ms culturalidentitaria.3

    Resulta entonces un trabajador que no se identifica comotal, pero que no posee otra cosa que su fuerza de trabajo.Queda alienado en su relacin con el producto de su traba-jo y en el acto mismo de producir: es slo un empleado,en relacin de dependencia con el empleador.Pero, cuando el pacto entre patrones y trabajadores (deter-minado sueldo por un horario fijo de trabajo) se rompe,falla, se genera una situacin de tensin permanente. Si elmecanismo de ida y vuelta, de trabajar y ser retribuido nofunciona

    llega un momento en que te pregunts por qu sigo traba-jando si estoy trabajando gratis desde hace 6 meses que no mepagan, que no me dan plata ni para viajar?. Entonces, tecuestions un montn de cosas.

    As se genera una situacin de conflicto continuo. Mara,compaera de Supermercado Tigre comenta:

    Cuando vi todo esto que vena pasando, toda esta maniobraque vos ests viendo que te estn jorobanbo a espalda tuya

    3 Svampa,Marestella. Op.

    Cit. Pg. 17.

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    entonces vos ya vens sin ganas a trabajar. () A tal punto queyo me sent muy mal. Llegu a tener una angina de pecho,estuve internada en Rosario. Y despus me recuper de a pocoporque no quera caerme, no quera desmejorarme.

    La situacin conflictiva explota con la toma de la fbricay, con sta, todo cambia. La experiencia empresaria de lostrabajadores que recuperan sus fuentes de trabajo da cuentadel carcter parasitario de los patrones en el proceso pro-ductivo, su prescindencia en la planificacin de la pro-duccin. El trabajar sin patrn

    digamos que no es esclavizante. Los horarios de trabajo lospods manejar vos, los horarios de descanso los pods mane-jar vos. Tampoco es una joda porque hay que cumplir, con elcliente hay que cumplir, pero bueno, es distinto. No tens ahel ltigo esclavizante o al dueo que te dice que sos un negroo que gracias a l, comes. Es otra cosa.

    Aqu hay una ruptura cultural. El capitalista, como orien-tador del proceso productivo, es innecesario. Los trabaja-dores slo ven en l una figura opresora, sin otra funcinms que la de vigilar y castigar:

    Cuando llegaba [el patrn], de abajo nos gritaban [al primerpiso] Ah viene el Pancho, ah viene el Pancho!. Y era comosi hubiera venido el cuco. Tena una presencia como de ma-tn, viste,

    comenta Mara. En cambio, ahora son ellos los que fijanlos horarios, pautan los ritmos de trabajo y se reparten lasdiversas responsabilidades.Ante la eliminacin de la mediacin del capitalista, se pro-duce una transformacin del proceso productivo y, conello, una manera diferente de percibir el trabajo, depercibirse a s mismos, a los otros, y de organizarse en suvida en general. Su relacin con el trabajo cambia, ahoratrabajan para s.

    Yo antes vea pasar una placa por la lnea hecho un cermico,y era un cermico y punto, lo tomaba como tal. Ahora cadacermico que pasa por la lnea es como algo nuestro que va ah,es algo que te pertenece. O sea, es el esfuerzo de cada uno de loscompaeros al haber soportado cuatro meses en la calle vivien-do de monedas, de haber comido de una olla, en una carpa dasenteros porque no tenamos ms nada. O sea, cada cosa que sehace adentro de la fbrica es tomada con una satisfaccin enor-me.

    Ahora Juan, trabajador de Zann, se reconoce en el frutode su labor. Y esto no es un dato menor.

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    La realidad los obliga a repartirse las tareas de forma dife-rente a como lo hacan hasta el momento. Generalmente,son muy pocos para cubrir todos los lugares necesarios ydeciden aprender tareas que realizaban otros compaeros.

    Tenemos que tomar un montn de cosas que antes no haca-mos. Y a veces tenemos que dedicar tiempo para aprender.Mir, lo que esta haciendo l [seala a un compaero trabajan-do], ese trabajo que est haciendo l antes se mandaba a hacera otro lado. Se llama montaje. Y tenemos que aprender, sinono tenemos otro remedio ms que aprender. () Ahora tene-mos que hacer de todo. Todos tratamos de aprender todo,

    describe Ernesto de Grfica Chilavert.Esto produce una toma de conciencia de la organizacindel trabajo, una desalienacin:

    Ahora no, es planchado y dems cosas. Ahora, vindolo deotra forma, ya te das la maa vos mismo para hacer una cosau otra que no sabas. Bueno, ahora tens la explicacin de otrapersona, un compaero mismo que lo hizo y te explica. As seva aprendiendo en cada sector. Puedo seguir desde donde co-mienza hasta donde termina. Cada uno es directamente inde-pendiente,

    nos manifiesta Gustavo de Brukman.As estos trabajadores que toman el control de su fbricavuelven a apreciarse, a reconocerse en su trabajo. La rup-tura que se produca bajo la produccin del patrn, esci-sin del trabajo manual y del trabajo intelectual, vuelve aunirse para dar lugar a la aparicin de conciencia.Nuevo rgano para la toma de decisiones: la asambleaUna novedad fundamental del nuevo proceso de produc-cin es la forma en la que se toman las decisiones. La asam-blea es una forma de organizacin propia del cooperati-vismo. As como en las cooperativas, en todas las empre-sas, las asambleas son el espacio para decidir de manerademocrtica. Todos los compaeros participan.

    En cada Asamblea es pelea, discusiones, malos tratos. Haycosas buenas y cosas malas, malas decisiones y buenas. Sehabla mucho de trabajo, donde se deciden cosas que se puedenhacer, lo que no hay que hacer

    (Gladis de Brukman).Pero en la asamblea no slo se discute sobre el proceso deproduccin:

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    ha llegado un instancia donde se ha tenido como que elrespeto se ha dejado de lado y se han formado muchos conflic-tos fuertes. Tambin puede ser por una cuestin de cansancio,de cosas as, que por ah algunos compaeros recibieron cosasnuevas, como atender un cliente. () En este momento, des-pus de los duros conflictos internos, se tuvo que hablar enasamblea muy estrictamente. Se calm un poco pero, para esto,se tuvo que pasar bueno, nadie se mat pero por ah andabacerca. Como que se par un poco. Cada uno en su lugar, tratarde respetarnos. Se hizo demasiado hincapi durante cuatro ocinco horas del tema del respeto mutuo. Como que eso no sereconoca. Y ahora estamos ms tranquilos,

    contina explicndonos Gladis.Juan nos comenta las experiencias en Zann:

    ahora, que cada una de las asambleas es discutida era infer-nal las discusiones que tenamos, era lgico. Ahora, cada uno delos compaeros supo, desde el primer da que se hizo una asam-blea, que las asambleas eran para discutir hasta el ms mnimodetalle y sacar en limpio y dejar en claro un montn de cosas.

    En Cooperativa El Aguante,nosotros hacemos asambleas todas las semanas donde se de-cide todo, sea tema de produccin, de venta, sobre la poltica aseguir. Todas las personalidades son distintas, as que siemprehay roces. Es convivir mucho tiempo junto y somos muchaspersonas. Pero igualmente, todo se decide por votacin y sellega a un acuerdo siempre sobre las votaciones. Y las ganan-cias se reparten por partes iguales para todos, sea el cargo queocupe cada uno.

    Es un proceso de aprendizaje.Al entrar en el conflicto, las relaciones entre compaeroscambian radicalmente. Y los rostros que antes no tenannombre se van tornando familiares, se produce una sensa-cin de comunidad y hermandad donde se encuentra elapoyo necesario para seguir adelante, Reynaldo de Zann:

    ahora, te puedo decir que conozco al 95% de las personas connombre y apellido y s en qu lugar trabaja. Y eso hizo que teconocieras mucho ms y que te unieras mucho ms. Y de pasonos conocemos las aas (risas).

    Juan de Zann comenta:Y con mis compaeros de trabajo es como la sociedad. Es unapoyo incondicional, tanto de ellos conmigo, como yo con ellosmismos.

    Sergio del El Aguante nos explica que los lazos se estrechan:Se afianzan ms. Es como que tanta convivencia que hubo,tanta lucha, tanta marcha, es como que uno conoce ms a la

    4 Svampa,Maristella. Op. Cit.

    Pg. 18.

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    persona que esta al lado y se interesa ms por si esta bien o siesta mal.

    As, la identidad personal y la identidad social (clase traba-jadora) son recuperadas al retomar al trabajo como un ejecentral de referencia. Porque el trabajo es ms que trabajo,es

    un principio de integracin social a partir del cual se definensoportes colectivos del sujeto.4

    Como lo explica Freud,ninguna otra tcnica de conduccin de la vida liga al indivi-duo tan firmemente a la realidad como la insistencia en el tra-bajo, que al menos lo inserta en forma segura en un fragmentode la realidad, a saber, la comunidad humana. La posibilidadde desplazar sobre el trabajo profesional y sobre los vnculoshumanos que en l se enlazan una considerable medida de com-ponentes libidinosos, narcisistas, agresivos y hasta erticos leconfieren un valor que no le va a la zaga a su carcter indispen-sable para afianzar y justificar la vida en sociedad5.

    Es decir, que el hombre constituye su subjetividad e identi-dad en la relacin con su trabajo. Igualmente as lo ve Marx,el hombre se define como un ser productor, transformadorde su realidad, creador; y es mediante su trabajo que crea unmundo a su medida, es decir a la medida de su naturalezahumana. La visin fetichista hace que el hombre se dividaen trabajo manual e intelectual, esta fractura dar lugar a laaparicin de una conciencia que se piensa independiente delas relaciones materiales. Pues el obrero al no poder recono-cerse en el producto de su trabajo facilita el proceso de alie-nacin, logrando encubrir el conflicto de la sociedad. Al re-cuperar el trabajo bajo ningn patrn, el fetichismo tiende adisolverse y el trabajador empieza a verse como creador.Al respecto Ernesto de Grfica Chilavert nos comenta:

    y, ahora, esto ya es parte de nuestras vidas.Es decir, la vida ya no comienza cuando termina el trabajo.Ahora el deseo y el acto estn unidos:

    Mir, yo ahora estoy mucho ms involucrado porque yo aho-ra estoy lo que se denomina full time porque si hay algnproblema con el agua o con el gas, yo estoy enseguida. Estoymetido hasta las manos.

    Mara explica:Yo no me siento disminuida y no quiero, no quiero dar elbrazo a torcer. Esto tiene, para m, un valor enorme. Y entoncesyo lo voy a seguir hasta las ltimas consecuencias.

    5 Freud, Sigmund.El malestar en lacultura. Buenos

    Aires, Amorrortu,O.C., tomo XXI,

    1976.

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    As, esta experiencia abre el camino hacia una transforma-cin en la que los trabajadores demuestran la innecesariedaddel capitalista en el proceso de produccin; en la que eltrabajador es un sujeto activo que se reconoce en el pro-ducto de su esfuerzo sintindolo propio; en la que el traba-jador es conciente de sus diversas responsabilidades y laselige sobre lo anterior; en la que el trabajador establecerelaciones de igualdad entre compaeros y el mbito detrabajo les pertenece a todos por igual. Este es el caminopor el cual el trabajador va a crear una nueva subjetividad

    A travs de los testimonios obtenidos de los compaerosentrevistados notamos lo importante que era para ellos elapoyo familiar y de amigos. Que a la hora de tomar deci-siones siempre estaba presente en sus cabezas el peso deestas relaciones, y que en muchos casos la decisin finalpasaba por el apoyo o no de los familiares. Como el gradode reestructuracin es total, la familia y los amigos no es-capan a la modificacin, en algunos casos hubo apoyo to-tal y en otros casos rupturas totales con el entorno familiar.Precisamente es en los vnculos ms estables, como la pa-reja y la familia donde, cuando falla el marco estable yreasegurador que proporcionaba el trabajo, donde resultamuy difcil suplir esta carencia y no sucumbir en la desor-ganizacin. Las personas que han sido despojadas de sutrabajo o estn bajo la amenaza de perderlo, suelen afe-rrarse al marco estable, ilusoriamente seguro y continentede la pareja.

    Pero su marco de sostn no puede reemplazar al sostn labo-ral perdido: es una demanda imposible de cumplir. Ante esaimposibilidad se puede instalar el reproche entre los miembrosde la pareja. Reproche que est en la estructura de la pareja yque se reactualiza: desilusionados del contexto socio-laboral,se quejan, reprochan a su pareja6.

    Ante la situacin de desempleo o amenaza de l, la parejapuede hacer una regresin y retroceder a un estado de re-proche. Se le exige al otro que sea como uno quiere, qued lo que no puede dar, que supla lo que no puede suplir.Tiene una cualidad rgida, repetitiva y estereotipada. Estereproche y disconformidad se puede instalar en al pareja oen el vnculo con los hijos. Ante la desocupacin, uno olos dos de la pareja se sienten defraudados, derrotados yexigen al otro resarcimiento de su prdida, reparacin de

    3.3R ELACIONES

    FAMILIARES

    6 Aguiar, Elina.Op. Cit. Pg. 5

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    la autoestima, en suma ser revalorizado en su valajaqueada:

    Mostrame que valgo, que no sobro, que no estoy de ms; soyalguien?, quin soy ahora para vos?; qu sos vos para m?,a vos te importo aunque est sin trabajo? Si no traigo dinero,qu le doy a mi familia?.

    En el caso de la toma de la fbrica donde tambin se podraperder la vida, porque estn expuestos fsicamente, el re-proche es ms violento y los miedos se intensifica,erosionando ms las relaciones. As la desocupacin desen-cadena una situacin que ataca los proyectos vitales de laspersonas desocupadas o amenazadas por la desocupacin.Ante la inseguridad y el no reconocimiento en el rea la-boral, la pareja y la familia se ven re-cargados en su fun-cin de reconocer y valorar al otro. El vaciado de los luga-res que ocuparon como trabajadores hace que emerja unavivencia de vaco. Esta vivencia de vaco se liga a ansie-dades primitivas de desamparo y abandono que sereactualizan y se transforman en factor de desequilibrioen la pareja conyugal y en la estructura familiar.

    La familia tiene as un equilibrio precario. Pasan por momen-tos de renovada cohesin ente la adversidad y otros en los quese puede ir instalando una apata, resignacin y restriccincercenantes. Al ser marginados se automarginan y adems elentorno les huye, quedan aislados. Los amigos se sienten im-potentes y temerosos a la vez de sufrir la misma suerte7.

    El cambio que el trabajador hace en al mbito del trabajodebe ser llevado a cabo por su entorno familiar tambin,sino sus relaciones se rompen y el trabajador inicia unabsqueda de apoyo en otros lugares. Es preciso remarcarque generalmente el apoyo se encuentra en compaerosde trabajo que estn pasando por el mismo momento ynivel de crecimiento, notamos a travs de los testimoniosque nuevas parejas se han formado dentro de las luchas ytomas de fbricas. Un buen ejemplo es el testimonio deGustavo, trabajador de Brukman:

    Yo estoy separado, y ahora me junt con una compaera. Laseparacin fue por todo el tema de la fbrica, ella no quera queyo este ac, no quera, pero yo le dije que iba a seguir en lalucha porque no poda dejar un trabajo donde si dejaba esto noiba a tener otra cosa.

    Las personas y sus familias, ante la desocupacin, necesi-tan emprender una lucha contra la enajenacin un proce-

    7 Aguiar, Elina.Op. Cit. Pg.6

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    so de desalienacin-, dado que el desempleo es entre otrascosas, una tctica de alienacin y control social. Por elloes necesario interrogarse sobre la articulacin de las re-presentaciones sociales e intersubjetivas que se ponen enjuego con la desocupacin. Descubrir los puntos deanudamiento por los que las personas desocupadas entranen relacin con su entorno y detectar as las incidenciasintra e intersubjetivas.El desempleo amenaza los cuerpos, las mentes, las relacio-nes sociales y las instituciones. Para no convertirnos enpoblacin en riesgo, al estar expuestos a una sobrecargaadicional, creemos que es necesario agruparnos, re-pensarjuntos nuevas propuestas y buscar los focos resistenciales ala alienacin que operan en los intersticios ms inesperadosde cada uno, de cada pareja, de cada familia y del entrama-do social. Notamos que no slo se tiene en cuenta lo impor-tante que es sentirse apoyado por los lazos familiares, sinoque los mismos trabajadores estn en la bsqueda siemprede contactarse con otros trabajadores en su mima situaciny que creen en la importancia de buscar apoyo en la comu-nidad y la sociedad. Familia y comunidad son las principa-les instituciones que deben ser reestructuradas para que sir -van de punto de apoyo para el cambio emprendido por lostrabajadores. El cambio en la estructura familiar es arduo,se obtiene el apoyo inmediato en algunos casos y en otrosse debe lidiar con la incomprensin.Tambin el miedo es uno de los principales enemigos queenfrentan los movimientos populares, y es lo que dificultala unin tanto al interior de la familia, como con los com-paeros en los trabajos. As nos dice Gladis, trabajadorade Brukman:

    mi familia me apoyo muchsimo, en el principio. Pero iguala m me cost adaptarme a muchas cosas como el cdigo deconvivencia, de compartir, de entender porque yo con mis com-paeros nunca haba tenido problemas, pero al estar sentadostodos juntos y escuchar las posiciones de cada uno surgen lasdiferencias. Eso a veces result dificultoso y llev a proble-mas, pero se fueron solucionando. Adems, el hecho de unodarse cuenta del otro y buscar la forma de adaptarse.

    Juan, compaero de Zann, nos comentaba su percepcinen los cambios sufridos en su familia y con relacin a suscompaeros:

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    S, s, cambi muchsimo. Por ah, hubo un sector de mi fami-lia que me apoyaba, no incondicionalmente, pero me apoyabay una mayor parte de mi familia que, bueno, estaba en totaldesacuerdo. No es simplemente a m al que le pas, yo calculoque a la mayora de los compaeros, excepto a alguno que porah militaba en alguna organizacin. Pero el 90% de los com-paeros, al principio de la toma de la fbrica, todos tuvimos undeclive dentro de la familia por esta situacin. Y bueno hoy,qu s yo, mi familia por ah sigue habiendo un sector que nolo apoya, pero entienden la realidad que hay. Yo no les discutoo no les planteo que lo que hago yo, les hago ver la realidadque hay afuera que ve todo el mundo, que tiene que ver todo elmundo. Que si hoy yo pierdo mi trabajo o pierdo la posibilidadde pelear por mi trabajo en la fbrica en la que estoy, afuera nohay nada.

    Mara explica lo les que pasaba a sus compaeros hombres:hay compaeros mos que, por ah, las mujeres les decan uy,otra vez te vas y no