I n t r o d u c c i ó n a S a n P a b l o

1 2 . – L A C A R TA A L O S H E B R E O S

D I Ó C E S I S D E J A É N

Jaén. Octubre 2008

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Lectura Bíblica Hebreos 9,11-23

9,11 En cambio, Cristo se presentó como Sumo Sacerdote de los bienes futuros, a través de una Tienda mayor y más perfecta, no fabri-cada por mano de hombre, es decir, no de este mundo. 12 Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una redención eterna. 13 Pues si la sangre de machos cabríos y de toros y la ceniza de vaca santifica con su aspersión a los contaminados, en orden a la purifi-cación de la carne, 14 ¡cuánto más la sangre de Cristo, que por el Espí-ritu Eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, purificará de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios vivo! 15 Por eso es mediador de una nueva Alianza; para que, interviniendo su muerte para remisión de las transgresiones de la primera Alianza, los que han sido llamados reciban la herencia eterna prometida. 16 Pues donde hay testamento se requiere que conste la muerte del testador, 17 ya que el testamento es válido en caso de defunción, no teniendo valor en vida del testador. 18 Así tampoco la primera Alianza se inauguró sin sangre. 19 Pues Moisés, después de haber leído a todo el pueblo todos los preceptos según la Ley, tomó la sangre de los novillos y machos cabríos con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el libro mismo y a todo el pueblo 20 diciendo: Esta es la sangre de la Alianza que Dios ha ordenado para vosotros. 21 Igualmente roció con sangre la Tienda y todos los objetos del culto; 22 pues según la Ley, casi todas las cosas han de ser purificadas con sangre, y sin efusión de sangre no hay remi-sión. 23 En consecuencia, es necesario, por una parte, que las figuras de las realidades celestiales sean purificadas de esa manera; por otra parte, que también lo sean las realidades celestiales, pero con víctimas más excelentes que aquéllas.

Sería deseable, en principio, cambiar el nombre de “Carta a los hebreos” ya que el título actual no hace sino mantener la confu-sión. Como señalabaun profesor con cierto buen humor, se puede proponer de “la carta de san Pablo a los hebreos” una presentación en tres puntos: 1) no es una carta; 2) no es de san Pablo; 3) no se dirige a los hebreos. Por consiguiente sería preferible llamarla “predicación sobre el sacerdocio de Cristo”o, más brevemente “Sermón sacerdotal” (Vanhoye CB19 pág 9)

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La carta a los Hebreos

El escrito que conocemos como “Carta a los Hebreos” no es una carta sino un sermón u homilía. Es verdad que al final hay una despedida,(Heb 13,19.22-25) , pero es billete redacta-do para enviar el texto a una comuni-dad lejana. El estilo rápido y sencillo de esta nota, en contraste con el estilo oratorio del resto la muestra como un añadido.

Este escrito pertenece por lo demás claramente al género literario de la predicación.

El autor conoce muy bien las técni-cas de la oratoria. Emplea: • Anuncios de los temas que va a tra-

tar. • Inclusiones (repeticiones de palabras

o frases al principio y final de una sección) que señalan los límites de cada desarrollo.

• Combinación de la exposición con la exhortación.

• Palabras clave que caracterizan un desarrollo.

• Transición de un tema a otro me-diante “palabras gancho”

• Disposición simétrica de los temas. Aunque parece una técnica compli-

cada, es más natural de lo que podría creerse.

El autor es un artista que sabe mantener la atención del lector y lle-varlo suavemente al conocimiento de lo que quiere enseñar.

¿Carta? ¿A los hebreos? El título de este escrito no pertenece a la obra se le añadió más tarde. No sabe-mos por qué se pensó que iba dirigida a los hebreos. En realidad el título no encuentra con-firmación en el texto. No se dice ni de pasada que se dirija a los hebreos, ni siquiera se nombra tampoco a los judí-os, ni a los israelitas, ni hay ninguna designación precisa de los destinata-rios. El escrito va dirigido ciertamente a unos cristianos (Heb 3,14), pero no se dice donde viven ni de que pueblo o religión proceden. No evoca en ninguna ocasión la dife-rencia entre judíos y paganos. La única realidad que llama su atención es su vocación cristiana, intentando favore-cer su desarrollo con todas sus fuerzas (2,3-4; 3,1; 4,14; 10,19-25; 12,22-25;13,7-8). Con esta ocasión se ve se-guramente llevado a considerar el pro-blema de las relaciones entre el A. T y el N. T. y, por otra parte tiene que to-mar posición contra ciertas tendencias judaizantes que se hacían sentir en su época. Por todo esto más que “A los hebreos” debería llamarse: “A unos cristia-nos”

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EstructurExordio : Intervenciones de Dios en la historia Z1,4 El Hijo es superior a los ángeles por

haber heredado un nombre muy distinto

I.– SITUACIÓN DE CRISTO (1,5-2,8) 1,5-14 (Exposición) Hijo de Dios superior a los ángeles 2,1-4 (Exhortación) Tomar en serio el mensaje 2,5-18 (Exposición) Hermano de los hombres Z2,17 hecho semejante a sus hermanos para convertirse

en un sumo sacerdote misericordioso y digno de fe ante Dios para borrar los pecados del pueblo

II.– SUMO SACERDOTE DIGNO DE FE Y MISERICORDIOSO (3,1-5,10) A.– DIGNO DE FE (3,1-4,14) 3,1-6 (Exposición) Jesús digno de fe superior a Moisés 3,7-4,14 (Exhortación) Prestarle nuestra fe B.– MISERICORDIOSO (4,15 – 5,10) (4,15-16) (Exhortación) Vayamos a obtener misericordia (5,1-10) (Exposición) Compartió nuestra miseria Z 5,9-10 Llegado a la perfección (B) Fue causa de salvación eterna (C) Proclamado sumo sacerdote por Dios (A)

III. VALOR INCOMPARABLE DEL SAC

5,11-6,20 (exhortación) La explicación es difícil; ¡atención!

A.– SUMO SACERDOTE a semejanza de MELQUISEDEC (7,1-28) La figura bíblica de Melquisedec anuncia un sacerdocio su-perior al sacerdocio levítico (Sal 110)

B.– LLEGADO A LA PERFECCIÓN PO

(8,1-6) Culto antiguo: terreno e imagen (8,7-13) Primera alianza imperfecta y provisional (9,1-10) Antiguas instituciones impotentes

CRISTO convertido en SUMO SACER

El signo Z y las frases en negrita indican

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ra literaria Despedida ¿De Pablo? (13,22-25) Conclusión y doxología (13,20-21)

V.- ¡ENDEREZAD EL CAMINO! (12,14-13,18) (12,14-29) Santificación (relación con Dios) (13,1-6) Actitudes cristianas (13,7-19) La verdadera comunidad

IV.– FE Y PACIENCIA (11,1-12,13) A.– LA FE DE LOS ANTEPASADOS (11,1-40) (exposición) Realizaciones y pruebas de la fe en el AT B.– NECESIDAD DE LA PACIENCIA (12,1-13) (exhortación) Acoger la prueba necesaria para la educación

de los hijos de Dios Z 12,13 ¡Enderezad el camino!

ERDOCIO Y DEL SACRIFICIO DE CRISTO

(10, 19-39 ) Exhortación a una vida cristiana generosa Z (10,36-39) Necesitáis tener paciencia “Mi justo vivirá por la fe”

OR SU SACRIFICIO (8,1-9,28)

RDOTE de los bienes venideros

(9,24-28) Acceso al cielo: verdadera relación con Dios (9,15-23) La nueva alianza válidamente establecida (9,11-14) Nuevas instituciones eficaces

C.– CAUSA DE SALVACIÓN ETERNA (10,1-18) Al contrario que los impotentes sacrificios antiguos, la ofrenda

personal de Cristo elimina el pecado y nos santifica

n que se anuncia un desarrollo posterior

Cfr. Cuadernos Bíblicos nº 19

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Esta carta ciertamente no es de san Pablo porque su estilo y doctrina mani-fiestan una personalidad muy diferente de la de Pablo. Sin embargo, es posible que la nota final de envío sí provenga del mismo Pablo, que al enviar este escrito lo recomendaría y lo avalaría con su autoridad..

En algunos escritos antiguos se atri-buye la autoría de la Carta a los hebreos a san Lucas, o a san Bernabé, o incluso a Clemente Romano.

Cada una de estas candidaturas ha tenido apoyos en los autores actuales, sobre todo la de Bernabé, pero ninguna ha logrado ser aceptada.

Ahora se han propuesto otros mu-chos nombres: Silas o Silvano, el com-pañero de Pablo que aparece también como secretario de la 1 Pedro. También se le ha atribuido a Pedro, a Judas, el hermano de santiago, a Felipe, el diáco-no; a Priscila, a Apolo, a Aristión, un cristiano del que nos habla Papías; y finalmente se ha propuesto reciente-mente que la doctrina de este escrito proviene de la Virgen María.

Conclusión: no sabemos quién escri-bió esta obra, aunque el candidato con más votos sea Apolo, judío alejandrino, misionero y predicador de fama entre los primeros cristianos.

Tampoco sabemos cuando se escri-bió pero como describe la liturgia del templo como todavía actual, aunque destinada a perecer, debió escribirse antes de la caída de Jerusalén y de la destrucción del Templo, o sea antes del año 70

Autor El tema sacerdotal Lo más original de este sermón es

que presenta a Cristo como Sacerdote. Pablo nunca toca este tema en sus

cartas. Los evangelios no conocen más sacerdotes que los que oficiaban en el templo. En los Hechos de los Apósto-les se habla una vez de un sacerdote pagano y varias veces de los sacerdo-tes judíos, pero nunca de Jesús como sacerdote.

Por el contrario, el autor de Hebreos no vacila en designar a Jesús como sumo sacerdote, y afirma que: Este es el punto capital de cuanto ve-nimos diciendo, que tenemos un Sumo Sacerdote tal, que se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos (8,1)

El autor de esta obra sometió el culto antiguo a un análisis riguroso, dejándose guiar por la misma Biblia. Ese análisis le llevó a distinguir en el culto antiguo entre el proyecto funda-mental y la actuación concreta. El proyecto era válido, sin duda alguna, pero la actuación revelaba su insufi-ciencia por la incapacidad humana.

Dirigió además su mirada al miste-rio de Cristo y descubrió que Cristo había asumido el proyecto fundamen-tal del sacerdocio y lo había llevado a buen fin gracias a su capacidad supe-rior a la de los sacerdotes del A. T.

La interpretación sacerdotal del misterio de Cristo nos hace compren-der de una forma nueva lo que es ser sacerdote y ciertos aspectos de ese misterio quedan iluminados y realza-dos de una forma nueva

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Albert Vanhoye El cardenal Vanhoye es el gran

conocedor de la carta a los hebreos en nuestro tiempo.

Nació el 24 de julio de 1923 en Hazebrouck Nord, Francia, y fue ordenado sacerdote en 1954. Es jesuita y desde 1963 ha sido primero Profesor, y luego Decano y Rector del Pontificio Instituto Bíblico.

El 24 de marzo de 2006 ha sido nombrado cardenal como reconoci-miento a su labor en la investigación bíblica, pero por su edad avanzada, ha obtenido dispensa de la ordena-ción episcopal.

Su obra más importante se titula “La estructura de la carta a los hebreos”

En español se ha publicado en el nº 19 de la colección Cuadernos bíblicos un trabajo suyo que utilizo como base de esta charla

Estamos hablando de Cristo como sacerdote, y podemos hablar también del sacerdocio de los cristianos que participamos del sacerdocio de Cristo, pero no vemos que relación hay con los curas?.

Dejemos claro • Sólo hay un sacerdote: Jesús. Él es el

único mediador, el único “sumo sa-cerdote”

• Todos los cristianos participan del sacerdocio de Jesús. En Jesús todos somos sacerdotes porque podemos ofrecer con él nuestra vida día a día para la salvación del mundo.

• Están además los curas a los que llamamos sacerdotes. Para que los cristianos puedan participar del úni-co sacrificio de Cristo, realizado de una vez para siempre, Cristo ha insti-tuido a unos hombres, a los que lla-

mamos curas o sacerdotes, para que sean el sa-cramento de su mediación sacer-dotal única. Pero el sacra-mento del orden sólo está al ser-vicio del sacer-docio fundamen-tal, el único que durará eterna-mente, el de Cristo, del que participan para siempre todos los bautizados

Sacerdotes y curas

Para la Oración El salmo 109(110) es un salmo para la consagración del Rey. El Rey es adopta-

do por Dios como hijo y queda constituido sacerdote al margen de la Ley de Moisés que constituía sacerdotes solo a los descendientes de Leví y de Aarón. Jesús es el rey definitivo constituido Señor en la Cruz donde se manifiesta como Rey y sacerdo-te definitivo. Por eso este salmo es uno de los más queridos por la tradición cristiana

SALMO 109 (110) Oráculo del Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha, y haré de mis enemigos estrado de tus pies". Desde Sion extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. "Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora". El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: "Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec". El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes; dará sentencia contra los pueblos, (…) En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.

Jaén

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