Cuadernillo de Lengua

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1 LA NARRACIÓN La necesidad de expresar sus sentimientos y el mundo que lo rodea nace con el ser humano y los caminos elegidos para hacerlo son múltiples. El lenguaje se fue enriqueciendo paulatinamente; el hombre pudo expresarse entonces ya sea por medio de la prosa o de la poesía. El hombre intenta explicar su mundo, su propio origen, el origen del suelo que habita; para eso recurre a la narración que, transmitida oralmente de generación en generación, va transformándose en conocimiento. Así nacen el mito y la mitología, que intentan develar el misterio del universo. Existe en el hombre, además, el deseo innato de contar. Ya en la antigüedad clásica se creía que había hombres poseedores de dones especiales para relatar las hazañas de los dioses y los héroes. La forma narrativa que ha tenido mayor relevancia y permanencia es el cuento. Nace como relato oral transmitido por tradición y manifiesta la captación de un trozo de vida expresivo e intenso. Otros especialistas, con criterio temático, han distinguido entre cuentos maravillosos, humorísticos, policiales, de ciencia ficción y realistas. Considerando aspectos formales obtendremos la siguiente catalogación de la narrativa breve en general: Cuento propiamente dicho. Narraciones didácticas (apólogo, parábola, ejemplo, fábula). Mitos y Leyendas LA POESÍA Cuando el hombre quiere, fundamentalmente, expresar sus sentimientos utiliza la poesía lírica; a través de ella nos comunica un estado de ánimo: dolor, alegría, nostalgia. Para eso transforma la realidad y cualquier elemento le sirve para expresar su interioridad: la naturaleza, el hombre, Dios... Al hacernos partícipes de sus sentimientos, el autor lírico quiere que sintamos y vivamos lo que él ha sentido y vivido en esa fusión del mundo exterior con su vivencia personal, En el momento de la creación artística el poeta recuerda y evoca, es decir, vuelve al corazón experiencias y circunstancias atesoradas en su interior. Además busca intencionalmente la belleza como un camino para lograr esa participación. Para ello se vale de recursos muy diversos y de un lenguaje rítmico y rimado. El poeta es capaz de descubrir en la naturaleza, en el hombre, en Dios, relaciones misteriosas que los demás hombres no perciben; consigue expresarlas de un modo tal, que en un poema no puede modificarse ni una sola palabra sin destruir su significación y belleza. Cada palabra resulta así insustituible y a veces intraducibie. En conclusión, podemos decir que la lírica es expresión de sentimientos, es evocación y recuerdo, es belleza, es misterio, es ritmo y musicalidad. INTRODUCCIÓN GENERAL - LAS FORMAS DE EXPRESIÓN LITERARIA

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LA NARRACIÓN La necesidad de expresar sus sentimientos y el mundo que lo rodea nace con el ser humano y los caminos elegidos para hacerlo son múltiples. El lenguaje se fue enriqueciendo paulatinamente; el hombre pudo expresarse entonces ya sea por medio de la prosa o de la poesía. El hombre intenta explicar su mundo, su propio origen, el origen del suelo que habita; para eso recurre a la narración que, transmitida oralmente de generación en generación, va transformándose en conocimiento. Así nacen el mito y la mitología, que intentan develar el misterio del universo. Existe en el hombre, además, el deseo innato de contar. Ya en la antigüedad clásica se creía que había hombres poseedores de dones especiales para relatar las hazañas de los dioses y los héroes. La forma narrativa que ha tenido mayor relevancia y permanencia es el cuento. Nace como relato oral transmitido por tradición y manifiesta la captación de un trozo de vida expresivo e intenso. Otros especialistas, con criterio temático, han distinguido entre cuentos maravillosos, humorísticos, policiales, de ciencia ficción y realistas. Considerando aspectos formales obtendremos la siguiente catalogación de la narrativa breve en general:

Cuento propiamente dicho.

Narraciones didácticas (apólogo, parábola, ejemplo, fábula).

Mitos y Leyendas

LA POESÍA Cuando el hombre quiere, fundamentalmente, expresar sus sentimientos utiliza la poesía lírica; a través de ella nos comunica un estado de ánimo: dolor, alegría, nostalgia. Para eso transforma la realidad y cualquier elemento le sirve para expresar su interioridad: la naturaleza, el hombre, Dios... Al hacernos partícipes de sus sentimientos, el autor lírico quiere que sintamos y vivamos lo que él ha sentido y vivido en esa fusión del mundo exterior con su vivencia personal, En el momento de la creación artística el poeta recuerda y evoca, es decir, vuelve al corazón experiencias y circunstancias atesoradas en su interior. Además busca intencionalmente la belleza como un camino para lograr esa participación. Para ello se vale de recursos muy diversos y de un lenguaje rítmico y rimado. El poeta es capaz de descubrir en la naturaleza, en el hombre, en Dios, relaciones misteriosas que los demás hombres no perciben; consigue expresarlas de un modo tal, que en un poema no puede modificarse ni una sola palabra sin destruir su significación y belleza. Cada palabra resulta así insustituible y a veces intraducibie. En conclusión, podemos decir que la lírica es expresión de sentimientos, es evocación y recuerdo, es belleza, es misterio, es ritmo y musicalidad.

INTRODUCCIÓN GENERAL - LAS FORMAS DE EXPRESIÓN

LITERARIA

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NARRACIÓN Cuando nos referimos en forma clara y ordenada a sucesos reales o fantásticos estamos narrando. En toda narración alguien refiere o cuenta algo a otro alguien.

La narración de un hecho atraviesa tres momentos: introducción, desarrollo o nudo y desenlace. Pero, además, puede adoptar distintas formas, de acuerdo a si se narra un hecho real o ficticio. Un hecho real puede contarse, por ejemplo, con forma de noticia periodística, de relato histórico de narración oral. En cambio, los hechos ficticios adoptan otras formas el siguiente esquema aparecen las más frecuentes:

Fábula Narración breve cuyos protagonistas suelen ser personas o animales o cosas personificadas. Tiene como finalidad una enseñanza. Leyenda Explicación fantasiosa de un hecho de la naturaleza o del origen de una planta, de un animal o de un pueblo, generalmente anónima y transmitida en forma oral, de padres a hijos. Novela Obra extensa en la cual se narran hechos ficticios (inventados).

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Cuento Narración no muy extensa de un hecho único y con pocos personajes. En la actualidad el cuento posee caracteres que nos permite identificarlo y diferenciarlo de las otras formas narrativas. Podemos delimitarlo del siguiente modo: • Es una narración breve, cuyo tiempo de lectura no debe exceder de una hora. • Está escrito en prosa. • No admite una lectura interrumpida porque exige concentración. • Tiene autor conocido, salvo los que pertenecen al folklore. • Presenta una trama concentrada, en tensión y peripecia, para lograr un efecto único. • No permite digresiones de espacio ni de tiempo ni de multiplicidad de personajes. Se han intentado distintas clasificaciones del cuento. Una de ellas, ateniéndose a la transmisión oral o escrita, señala dos grupos: Tradición oral (cuento maravilloso o tradicional, cuento fantástico y cuento realista) Tradición escrita (cuento literario). ¿Conocés cuentos o novelas que se hayan adaptado para el cine? Cuento de horror [Texto completo] de Marco Denevi. La señora Smithson, de Londres (estas historias siempre ocurren entre ingleses) resolvió matar a su marido, no por nada sino porque estaba harta de él después de cincuenta años de matrimonio. Se lo dijo: -Thaddeus, voy a matarte. -Bromeas, Euphemia -se rió el infeliz. -¿Cuándo he bromeado yo? -Nunca, es verdad. -¿Por qué habría de bromear ahora y justamente en un asunto tan serio? -¿Y cómo me matarás? -siguió riendo Thaddeus Smithson. -Todavía no lo sé. Quizá poniéndote todos los días una pequeña dosis de arsénico en la comida. Quizás aflojando una pieza en el motor del automóvil. O te haré rodar por la escalera, aprovecharé cuando estés dormido para aplastarte el cráneo con un candelabro de plata, conectaré a la bañera un cable de electricidad. Ya veremos. El señor Smithson comprendió que su mujer no bromeaba. Perdió el sueño y el apetito. Enfermó del corazón, del sisema nervioso y de la cabeza. Seis meses después falleció. Euphemia Smithson, que era una mujer piadosa, le agradeció a Dios haberla librado de ser una asesina.

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Cuento policial [Texto completo] de Marco Denevi. Rumbo a la tienda donde trabajaba como vendedor, un joven pasaba todos los días por delante de una casa en cuyo balcón una mujer bellísima leía un libro. La mujer jamás le dedicó una mirada. Cierta vez el joven oyó en la tienda a dos clientes que hablaban de aquella mujer. Decían que vivía sola, que era muy rica y que guardaba grandes sumas de dinero en su casa, aparte de las joyas y de la platería. Una noche el joven, armado de ganzúa y de una linterna sorda, se introdujo sigilosamente en la casa de la mujer. La mujer despertó, empezó a gritar y el joven se vio en la penosa necesidad de matarla. Huyó sin haber podido robar ni un alfiler, pero con el consuelo de que la policía no descubriría al autor del crimen. A la mañana siguiente, al entrar en la tienda, la policía lo detuvo. Azorado por la increíble sagacidad policial, confesó todo. Después se enteraría de que la mujer llevaba un diario íntimo en el que había escirto que el joven vendedor de la tienda de la esquina, buen mozo y de ojos verdes, era su amante y que esa noche la visitaría. Ladrón de sábado [Texto completo] de Gabriel García Márquez. Hugo, un ladrón que sólo roba los fines de semana, entra en una casa un sábado por la noche. Ana, la dueña, una treintañera guapa e insomne empedernida, lo descubre in fraganti. Amenazada con la pistola, la mujer le entrega todas las joyas y cosas de valor, y le pide que no se acerque a Pauli, su niña de tres años. Sin embargo, la niña lo ve, y él la conquista con algunos trucos de magia. Hugo piensa: « ¿Por qué irse tan pronto, si se está tan bien aquí?» Podría quedarse todo el fin de semana y gozar plenamente la situación, pues el marido -lo sabe porque los ha espiado- no regresa de su viaje de negocios hasta el domingo en la noche. El ladrón no lo piensa mucho: se pone los pantalones del señor de la casa y le pide a Ana que cocine para él, que saque el vino de la cava y que ponga algo de música para cenar, porque sin música no puede vivir. A Ana, preocupada por Pauli, mientras prepara la cena se le ocurre algo para sacar al tipo de su casa. Pero no puede hacer gran cosa porque Hugo cortó los cables del teléfono, la casa está muy alejada, es de noche y nadie va a llegar. Ana decide poner una pastilla para dormir en la copa de Hugo. Durante la cena, el ladrón, que entre semana es sereno de un banco, descubre que Ana es la conductora de su programa favorito de radio, el programa de música popular que oye todas las noches, sin falta. Hugo es su gran admirador y. mientras escuchan al gran Benny cantando Cómo fue en un casete, hablan sobre música y músicos. Ana se arrepiente de dormirlo pues Hugo se comporta tranquilamente y no tiene intenciones de lastimarla ni violentarla, pero ya es tarde porque el somnífero ya está en la copa y el ladrón la bebe toda muy contento. Sin embargo, ha habido una equivocación, y quien ha tomado la copa con la pastilla es ella. Ana se queda dormida en un dos por tres. A la mañana siguiente Ana despierta completamente vestida y muy bien tapada con una cobija, en su recámara. En el jardín, Hugo y Pauli juegan, ya que han terminado de hacer el desayuno. Ana se sorprende de lo bien que se llevan. Además, le encanta cómo cocina ese ladrón que, a fin de cuentas, es bastante atractivo. Ana empieza a sentir una extraña felicidad. En esos momentos una amiga pasa para invitarla a comer. Hugo se pone nervioso pero Ana inventa que la niña está enferma y la despide de inmediato. Así los tres se quedan juntitos en casa a disfrutar del domingo. Hugo repara las ventanas y el teléfono que descompuso la noche anterior, mientras silba. Ana se entera de que él baila muy bien el danzón, baile que a ella le encanta pero que nunca puede practicar con nadie. Él le propone que bailen una pieza y se acoplan de tal manera que bailan hasta ya entrada la tarde. Pauli los observa, aplaude y, finalmente se queda dormida. Rendidos, terminan tirados en un sillón de la sala. Para entonces ya se les fue el santo al cielo, pues es hora de que el marido regrese. Aunque Ana se resiste, Hugo le devuelve casi todo lo que había robado, le da algunos consejos para que no se metan en su casa los ladrones, y se despide de las dos mujeres con

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no poca tristeza. Ana lo mira alejarse. Hugo está por desaparecer y ella lo llama a voces. Cuando regresa le dice, mirándole muy fijo a los ojos, que el próximo fin de semana su esposo va a volver a salir de viaje. El ladrón de sábado se va feliz, bailando por las calles del barrio, mientras anochece. Cinta verde en el cabello [Texto completo] de João Guimarães Rosa. Había una vez una aldea en algún lugar, ni mayor ni menor, con viejos y viejas que viejaban, hombres y mujeres que esperaban, y chicos y chicas que nacían y crecían. Todos con juicio suficiente, menos -por el momento- una nenita. Un día, ella salió de la aldea con una cinta verde imaginada en el cabello. Su madre la mandaba con una cesta y un frasco, a ver a la abuela -que la amaba- a otra aldea vecina casi igualita. Cinta-Verde partió, enseguida, ella la linda, todo “érase una vez”. El frasco contenía un dulce en almíbar y la cesta estaba vacía, para llenarla con frambuesas. De ahí que, yendo, al atravesar el bosque, vio sólo los leñadores, que por allá leñaban; pero ningún lobo, desconocido ni peludo. Pues los leñadores habían exterminado al lobo. Entonces, ella misma se decía: -Voy a ver a abuelita, con cesta y frasco, y cinta verde en el cabello, como mandó mamita. La aldea y la casa esperándola allá, después de aquel molino, que la gente piensa que ve, y de las horas, que la gente no ve que no son. Y ella misma resolvió escoger tomar ese camino de acá, loco y largo, y no el otro, corto. Salió, detrás de sus alas ligeras, su sombra también la venía corriendo detrás. Se divertía con ver que las avellanas del piso no volaran, con no alcanzar esas rosas nunca, ni en buquet ni en pimpollo y con ignorar si las flores - estaban cada una en su lugar al pasar a su lado. Venía soberanamente. Tardó, para dar con la abuela en casa, que así le respondió, cuando ella, toc, toc, golpeó: -¿Quién es? -Soy yo…-y Cinta Verde descansó la voz-. Soy su linda nietita, con cesta y frasco, con la cinta verde en el cabello, que la mamita me mandó. Ahí, con dificultad, la abuela dijo: -Empuja el cerrojo de madera de la puerta, entra y abre. Dios te bendiga. Cinta Verde así lo hizo y entró y miró. La abuela estaba en la cama, triste y sola. Por su modo de hablar tartamudo y débil y ronco, debía haber agarrado una mala enfermedad. Diciendo: -Deja el frasco y la cesta en el arcón y ven cerca de mí, mientras hay tiempo. Pero ahora Cinta Verde se espantaba, más allá de entristecerse al ver que había perdido en el camino su gran cinta verde atada en el cabello; y estaba sudada, con mucha hambre de almuerzo. Ella preguntó: -Abuelita, ¡qué brazos tan flacos los suyos, y qué manos temblorosas! -Es porque no voy a poder nunca más abrazarte, mi nieta…. -la abuela murmuró. -Abuelita, pero qué labios tan violáceos. -Es porque nunca más voy a poderte besar, mi nieta…. -la abuela suspiró. -Abuelita, y qué ojos tan profundos y quietos en este rostro ahuecado y pálido. -Es porque ya no te estoy viendo, nunca más, mi nietita… -la abuela aún gimió. Cinta Verde más se asustó, como si fuese a tener juicio por primera vez. Gritó: -¡Abuelita, tengo miedo del Lobo! Pero la abuela no estaba más allá, estaba demasiado ausente, a no ser por su frío, triste y tan repentino cuerpo.

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El Diablo y el Relojero. de Daniel Defoe.

Vivía en la parroquia de St. Bennet Funk, cerca del Royal Exchange, una honesta y pobre viuda quien, después de morir su marido, tomó huéspedes en su casa. Es decir, dejó libres algunas de sus habitaciones para aliviar su renta. Entre otros, cedió su buhardilla a un artesano que hacía engranajes para relojes y que trabajaba para aquellos comerciantes que vendían dichos instrumentos, según es costumbre en esta actividad. Sucedió que un hombre y una mujer fueron a hablar con este fabricante de engranajes por algún asunto relacionado con su trabajo. Y cuando estaban cerca de los últimos escalones, por la puerta completamente abierta del altillo donde trabajaba, vieron que el hombre (relojero o artesano de engranajes) se había colgado de una viga que sobresalía más baja que el techo o cielo-raso. Atónita por lo que veía, la mujer se detuvo y gritó al hombre, que estaba detrás de ella en la escalera, que corriera arriba y bajara al pobre desdichado. En ese mismo momento, desde otra parte de la habitación, que no podía verse desde las escaleras, corrió velozmente otro hombre que llevaba un banquito en sus manos. Éste, con cara de estar en un grandísimo apuro, lo colocó debajo del desventurado que estaba colgado y, subiéndose rápidamente, sacó un cuchillo del bolsillo y sosteniendo el cuerpo del ahorcado con una mano, hizo señas con la cabeza a la mujer y al hombre que venía detrás, como queriendo detenerlos para que no entraran; al mismo tiempo mostraba el cuchillo en la otra, como si estuviera por cortar la soga para soltarlo. Ante esto la mujer se detuvo un momento, pero el hombre que estaba parado en el

banquillo continuaba con la mano y el cuchillo tocando el nudo, pero no lo cortaba. Por esta razón la mujer gritó de nuevo a su acompañante y le dijo: — ¡Sube y ayuda al hombre! Suponía que algo impedía su acción. Pero el que estaba subido al banquillo nuevamente les hizo señas de que se quedaran quietos y no entraran, como diciendo: «Lo haré inmediatamente». Entonces dio dos golpes con el cuchillo, como si cortara la cuerda, y después se detuvo nuevamente. El

desconocido seguía colgado y muriéndose en consecuencia. Ante la repetición del hecho, la mujer de la escalera le gritó: — ¿Qué pasa? ¿Por qué no bajás al pobre hombre? Y el acompañante que la seguía, habiéndosele acabado la paciencia, la empujó y le dijo: —Déjame pasar. Te aseguro que yo lo haré —y con estas palabras llegó arriba y a la habitación donde estaban los extraños. Pero cuando llegó allí ¡cielos! el pobre relojero estaba colgado, pero no el hombre con el cuchillo, ni el banquito, ni ninguna otra cosa o ser que pudiera ser vista a oída. Todo había sido un engaño, urdido por criaturas espectrales enviadas sin duda para dejar que el pobre desventurado se ahorcara y expirara. El visitante estaba tan aterrorizado y sorprendido que, a pesar de todo el coraje que antes había demostrado, cayó redondo en el suelo como muerto. Y la mujer, al fin, para bajar al hombre, tuvo que cortar la soga con unas tijeras, lo cual le dio gran trabajo. Como no me cabe duda de la verdad de esta historia que me fue contada por personas de cuya honestidad me fío, creo que no me dará trabajo convenceros de quién debía de ser el hombre del banquito: fue el diablo, que se situó allí con el objeto de terminar el asesinato del hombre a quien, según su costumbre, había tentado antes y convencido para que fuera su propio verdugo. Además, este crimen corresponde tan bien con la naturaleza del demonio y sus ocupaciones, que yo no lo puedo cuestionar. Ni puedo creer que estemos equivocados al cargar al diablo con tal acción.

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Nota: No puedo tener certeza sobre el final de la historia; es decir, si bajaron al relojero lo suficientemente rápido como para recobrarse o si el diablo ejecutó sus propósitos y mantuvo aparte al hombre y a la mujer hasta que fue demasiado tarde. Pero sea lo que fuera, es seguro que él se esforzó demoníacamente y permaneció hasta que fue obligado a marcharse.

Los tres hermanos. de J. K. Rowling.

Había una vez tres hermanos que viajaban al atardecer por un camino solitario y sinuoso. Con el tiempo, los hermanos alcanzaron un río demasiado profundo para esquivarlo y demasiado peligroso para cruzarlo a nado. Sin embargo, estos hermanos habían aprendido las artes mágicas, y con el sencillo ondear de sus varitas hicieron aparecer un puente sobre el agua traicionera. Iban ya por la mitad del puente cuando encontraron el paso bloqueado por una figura encapuchada. Y la Muerte les habló. Estaba enojada por que le habían sido negadas tres nuevas víctimas, ya que los viajeros normalmente se ahogaban en el río. Pero La Muerte era astuta. Fingió felicitar a los tres hermanos por su magia, y dijo que cada uno de ellos había ganado un premio por haber sido lo suficientemente listos como para engañarla. Así el hermano mayor, que era un hombre combativo, pidió la varita más poderosa que existiera, una varita que ganara siempre en los duelos para su dueño, ¡una varita digna de un mago que había vencido a la Muerte! Así que La Muerte cruzó hasta un viejo árbol de Sauco en la ribera del río, dando forma a una varita de una rama que colgaba, y se la entregó al hermano mayor. Entonces el segundo hermano, que era un hombre arrogante, decidió que quería humillar a La Muerte todavía más, y pidió el poder de resucitar a los muertos. Así que la Muerte recogió una piedra de la orilla del río y se la dio al segundo hermano, y le dijo que la piedra tenía el poder de traer de vuelta a los muertos. Entonces la Muerte preguntó al tercer y más joven de los hermanos lo que quería. El hermano más joven era el más humilde y también el más sabio de los hermanos, y no confiaba en La Muerte. Así que pidió algo que le permitiera marcharse de aquel lugar sin que la Muerte pudiera seguirle. Y la Muerte, de mala gana, le entregó su propia Capa de Invisibilidad. La Muerte se apartó y permitió a los tres hermanos continuar su camino, y así lo hicieron, charlando asombrados sobre la aventura que habían vivido, y admirando los regalos de La Muerte. En su debido momento los hermanos se separaron, cada uno hacia su propio destino. El primer hermano viajó durante una semana más, y alcanzó un pueblo lejano, acompañando a un camarada mago con el que tuvo una riña. Naturalmente con la Varita de Saúco como arma, no podía perder en el duelo que seguiría. Dejando al enemigo en el suelo el hermano mayor avanzó hacia la posada, donde alardeó en voz alta de la poderosa varita que le había arrebatado a la Muerte, y de cómo ésta lo hacía invencible. Esa misma noche, otro mago se acercó sigilosamente al hermano mayor que yacía, empapado en vino, sobre la cama. El ladrón tomó la varita y para más seguridad, le cortó la garganta al hermano mayor. Y así la Muerte tomó al primer hermano para sí. Entretanto, el segundo hermano viajaba hacia su casa, donde vivía solo. Allí sacó la piedra que tenía el poder de resucitar a los muertos, y la volteó tres veces en su mano. Para su

asombro y su deleite, la figura de la chica con la que una vez había esperado casarse, antes de su muerte prematura, apareció ante él. Pero ella estaba triste y fría, separada de él por un velo. Sin embargo había vuelto al mundo, pero ese no era su sitio y sufría. Finalmente el segundo hermano, impulsado por un loco anhelo desesperado, se mató para reunirse finalmente con ella.

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Así fue como La Muerte tomó al segundo hermano para sí. Sin embargo La Muerte buscó al tercer hermano durante muchos años, y nunca pudo encontrarlo. Fue sólo cuando tenía ya una edad avanzada que el hermano más joven finalmente se quitó la Capa de Invisibilidad y se la dio a su hijo. Y entonces saludó a la Muerte como a una vieja amiga y fue con ella gustosamente, e igualmente, pasó a mejor vida.

Jack y la muerte. Cuento tradicional, recopilado por Tim Bowley.

Cuenta una leyenda inglesa que estando la madre de Jack debatiéndose entre la vida y la muerte, su hijo bajó a la playa cercana a aliviar su tristeza. De repente, una silueta alta y delgada, se acercó a él, vestida con una capa negra y el rostro tapado, y le preguntó por la Granja Beanstalk, que era donde él vivía. —¿Quién quiere saberlo?, —preguntó Jack. —La muerte, —respondió la dama. Jack le pidió que lo demostrara metiéndose en una pequeña botella. La muerte se encogió hasta meterse allí dentro. Jack había atrapado a la muerte y volvió a casa feliz, donde encontró a su madre totalmente recuperada y con mucha hambre. Cuando Jack empezó a buscar comida se encontró con que los animales no se morían y las verduras no podían salir del huerto. Los días pasaban y nada moría, todos tenían cada vez más hambre. Y, además, cada vez había más de todo, más moscas, más pulgas. —Todo esto es muy raro, —dijo la madre—, ¿Qué has hecho? Jack le contó lo sucedido. —Vas a tener que sacar la muerte de la botella, —siguió la madre. Cuando así lo hizo. La muerte le dijo: —Quizás ahora entiendas que no soy enemiga de la vida, pues sin mí, no existiría. Somos dos caras de la misma moneda, no podemos existir la una sin la otra —Y se despidió. Jack volvió a la playa a mirar las olas ir y venir, al regresar a casa, encontró a su madre sentada en su mecedora favorita, con cara de serenidad, muerta.

Vudú . de Enrique Anderson Imbert.

Creyéndose abandonada por su hombre, Diansola mandó llamar al Brujo. Sólo ella, que con su fama tenía embrujada a toda la isla Barbuda, pudo haber conseguido que el Brujo dejara el bosque y caminara una legua para visitarla. Lo hizo pasar a la habitación y le explicó: —Hace meses que no veo a Bondó. El canalla ha de andar por otras islas, con otra mujer. Quiero que muera. — ¿Estás segura que anda lejos? —Sí. — ¿Y lo que quieres es matarlo desde aquí, por lejos que esté? —Sí. Sacó el brujo un pedazo de cera, modeló un muñeco que representaba a Bondó y por el ojo le clavó un alfiler. Se oyó, en la habitación, un rugido de dolor. Era Bondó, a quien esa tarde habían soltado de la cárcel y acababa de entrar. Dio un paso, con las manos sobre el ojo reventando, y cayó muerto a los pies de Diansola. — ¡Me dijiste que estaba lejos! -Protestó el Brujo; y mascullando un insulto amargo como semilla, y huyó del rancho. El camino, que a la ida se había estirado, ahora se acortaba; la luz, que a la ida había sido del sol, ahora era de la luna; los tambores, que a la ida habían murmurado a su espalda, ahora le hablaban de frente; y la semilla de insulto que al salir del rancho se había puesto en la boca, ahora, en el bosque, era un árbol sonoro. – ¡Estúpida, más que estúpida! Me aseguraste que Bondó estaba lejos y ahí no más estaba. Para matarlo de tan cerca no se necesitaba de mi

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Poder. Cualquier negro te hubiese ayudado. ¡Estúpida!, me has hecho invocar al Poder en vano. A lo mejor, por tu culpa, el Poder se me ha estropeado y ya no me sirve más. Para probar si todavía le servía, apenas llegó a su choza miró hacia atrás —una legua de noche—, encendió la vela, modeló con cera una muñeca que representaba a Diansola y le clavó un alfiler en el ojo. El suicida. [Texto completo] de Enrique Anderson Imbert. Al pie de la Biblia abierta -donde estaba señalado en rojo el versículo que lo explicaría todo- alineó las cartas: a su mujer, al juez, a los amigos. Después bebió el veneno y se acostó. Nada. A la hora se levantó y miró el frasco. Sí, era el veneno. ¡Estaba tan seguro! Recargó la dosis y bebió otro vaso. Se acostó de nuevo. Otra hora. No moría. Entonces disparó su revólver contra la sien. ¿Qué broma era ésa? Alguien -¿pero quién, cuándo?- alguien le había cambiado el veneno por agua, las balas por cartuchos de fogueo. Disparó contra la sien las otras cuatro balas. Inútil. Cerró la Biblia, recogió las cartas y salió del cuarto en momentos en que el dueño del hotel, mucamos y curiosos acudían alarmados por el estruendo de los cinco estampidos. Al llegar a su casa se encontró con su mujer envenenada y con sus cinco hijos en el suelo, cada uno con un balazo en la sien. Tomó el cuchillo de la cocina, se desnudó el vientre y se fue dando cuchilladas. La hoja se hundía en las carnes blandas y luego salía limpia como del agua. Las carnes recobraban su lisitud como el agua después que le pescan el pez. Se derramó nafta en la ropa y los fósforos se apagaban chirriando. Corrió hacia el balcón y antes de tirarse pudo ver en la calle el tendal de hombres y mujeres desangrándose por los vientres acuchillados, entre las llamas de la ciudad incendiada.

Uso del diccionario

Los diccionarios son textos que recopilan las palabras de un idioma. Resultan de gran ayuda; a veces, son imprescindibles para la comprensión de los significados y la ortografía de las palabras, por eso, son materiales de consulta permanente. Hay distintos tipos de diccionarios, por ejemplo: los generales y los enciclopédicos, que abarcan distintos temas como geografía, historia, biología, ecología, etc. En las grandes bibliotecas, tienen un lugar visible para que el público los consulte. Además, existen los diccionarios de sinónimos y antónimos que son útiles para hablar y escribir sin repetir siempre los mismos términos. En la actualidad, hay diccionarios en CDRom que pueden consultarse mediante la computadora. Cuando se busca una palabra en el diccionario, hay que tener en cuenta que están ordenadas alfabéticamente. Cada palabra tendrá distintas acepciones, es decir, varias definiciones o sentidos. Cuando termina una acepción y empieza otra, se coloca el símbolo #. Además, en los diccionarios generales, hay abreviaturas que indican de qué clase de palabra se trata (si es un sustantivo, un adjetivo, un verbo, etc.), si corresponde al ámbito de la biología,

NOCIONES BÁSICAS

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de la química, de la física, etcétera. La lista de estas abreviaturas está al principio del diccionario.

Los paratextos El paratexto, como su nombre lo indica (en griego, para significa "junto a", "al lado de"), es una serie de elementos que acompañan al texto principal. Una de sus funciones es colaborar con el lector para facilitarle la tarea de comprender lo que lee en el texto. En el caso de los libros, el paratexto está compuesto por elementos verbales (interviene la palabra) y elementos no verbales (no interviene la palabra). Algunos elementos verbales se ubican en el exterior del libro, es decir, en la tapa, en la contratapa y, cuando las hay, en las solapas. Entre estos elementos, están el título del libro, el subtítulo, el nombre del autor o autora, el nombre de la editorial, el nombre de la colección, los datos del autor o autora y el resumen o comentario de la obra. Otros elementos verbales son los índices, el prólogo, la dedicatoria, los epígrafes, las notas al pie y los textos de las páginas iniciales y finales del libro que no pertenecen al texto principal; todos ellos aparecen en el interior del libro. Los elementos no verbales del paratexto pueden ser, entre otros, ilustraciones, gráficos y fotos. Se ubican tanto en el exterior del libro como en su interior. El título se destaca por el lugar donde está situado, que lo separa del resto del texto. Permite identificar la obra y orientar al lector sobre su contenido. El subtítulo se diferencia del título por el tipo y/o el tamaño de letra y porque, en general, lo aclara o complementa. La solapa y la contratapa tienen fines publicitarios: brindan datos sobre el autor, sobre sus obras anteriores y puede aparecer allí un resumen del argumento o del contenido de la obra. El prólogo o nota preliminar está escrito por el mismo autor o por otra persona. Cumple la función de informar y de convencer al lector sobre la importancia de lo que va a leer. El índice es el listado de los títulos de las distintas partes o capítulos del libro, con indicación del número de página en la que comienzan. Se encuentra al principio o al final del libro. Además, el libro puede contar con otros índices, por ejemplo, temático, alfabético, de ilustraciones, etcétera.

Cómo se realiza una consulta en una biblioteca.

Una biblioteca es un lugar donde se guardan libros, y es también adonde se dirigen los lectores para buscar información sobre un tema específico o para leer por placer. Además de los paratextos, que ayudan a ubicar los temas que se necesita consultar, el bibliotecario o bibliotecaria podrá indicar al usuario cómo encontrar la información en diccionarios, enciclopedias u otras publicaciones (revistas, diarios, documentos). A esta bús-queda se la llama consulto, bibliográfica. En principio, el bibliotecario o bibliotecaria conduce al usuario al catálogo o fichero, mueble de metal o de madera que contiene fichas de todos los materiales que se encuentran en esa biblioteca. Las fichas están ordenadas alfabéticamente por autor, por título y por tema. La ficha es una tarjeta de cartulina blanca.

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Hay datos que no deben faltar en una ficha bibliográfica:

-el apellido y el nombre del autor (siempre en ese orden y poniendo una coma entre ambos)

-el título del libro

-el lugar de edición

-la editorial

-el año de publicación

En fichas más completas, puede aparecer la ubicación del libro en la biblioteca (se señala mediante una combinación de números y letras), la cantidad de páginas, el tamaño, la colección a la que pertenece y una referencia al contenido temático. Existen formas de consulta a partir de la computadora mediante programas especiales muy útiles, sobre todo, si la biblioteca cuenta con una gran cantidad de libros.

Los textos.

Las personas nos comunicamos verbalmente por medio de textos, que están formados por una o por muchas palabras. Ahora bien, no todo conjunto de palabras forma un texto: para eso, debe cumplir ciertos requisitos.

Lean los escritos que siguen. Marquen con una cruz el único que resulta comprensible.

a) Estimada Srta. López: Por la presente le comunico que, a partir de mañana, los perros son mamíferos. La Secretaría de Cultura planificó muchas actividades para festejar el Día del Libro. El próximo parte médico brindará más información. b) Llegué tarde porque me sucedió lo siguiente. c) Ayer, investigadores estadounidenses anunciaron el hallazgo de un tesoro increíble: diecisiete toneladas de oro y plata en un barco hundido en el Atlántico, informó la empresa Odyssey Marine Exploration, con sede en Tampa, Florida. El tesoro está compuesto por miles de monedas de plata, cientos de monedas de oro y objetos de arte. Por la cantidad de piezas halladas, se considera que es el más grande "botín" encontrado jamás entre los restos de un navío hundido. d) Una alimentación sana Algunos de esos nutrientes son: De esos nutrientes, el cuerpo obtiene la materia y la energía necesarias para un desarrollo sano y armónico. Los alimentos proporcionan nutrientes indispensables para el cuerpo humano. Proteínas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales, lípidos y agua.

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Lean las características que debe tener un conjunto de palabras para ser un texto. Completen el cuadro indicando cuál de los ejemplos anteriores no cumple cada característica mencionada.

Condiciones No la cumple el ejemplo…

• El tema de un texto debe ser fácilmente reconocible.

• El texto debe estar completo, es decir que no debe faltar información.

• La información que brinda debe estar bien distribuida, organizada en oraciones y párrafos ordenados y bien relacionados.

¿Cuál es el tema del único ejemplo de la actividad 1 que es un texto? Las oraciones en los textos Lean el texto que sigue y respondan a las preguntas. ¡Cuidado! Viene un perro. ¿No lo ves? a) ¿Cuántas oraciones lo forman? b) ¿Cómo reconocen las oraciones? Subrayen con colores diferentes las oraciones del texto anterior. Indiquen debajo de cada una el número de palabras que la forman. Los textos pueden estar formados por una o más oraciones que se relacionan entre sí. Los textos tienen una intencionalidad y un tema, es decir, expresan o desarrollan una idea completa. Por ejemplo, el texto de arriba es una advertencia, cuyo tema es la posible peligrosidad del perro. Las oraciones pueden estar formadas por una o más palabras y tienen sentido completo. Gráficamente, es decir, cuando se las escribe, comienzan con mayúscula y finalizan con un punto. Marquen con una cruz los conjuntos de palabras que forman una oración. a) Mi amiga sabe que, en las malas, siempre cuenta con. b) Cuando yo era chica tenía muchísimos amigos. c) Ella se parece a una actriz.

d) Finalmente, resultó que. e) Ayer soñé con mi tío, quien.

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f) Pedro me dijo toda la verdad sobre ese asunto. g) Día el jugamos todo. Piensen por qué algunos ejemplos de la actividad 3 no son oraciones. Transfórmenlos en oraciones siguiendo el ejemplo. a) Mi amiga sabe que en las malas siempre cuenta con mi ayuda y mi comprensión. b) c) d) e) f) g) El conjunto de palabras que sigue no es un texto porque las oraciones que lo forman no están delimitadas. Coloquen puntos y mayúsculas donde corresponda para distinguir cuatro oraciones: así quedará formado un texto. los romanos llamaban feriae a las fiestas la asistencia a las ceremonias festivas era pública, pero no obligatoria se interrumpía el comercio, el trabajo y los procesamientos, además de que se debían evitar las pendencias y las peleas de particulares los esclavos efectuaban sus labores y también algunos animales, con excepción de los equinos (Adaptado de www.es.wikipedia.org) Escriban una oración que indique cuál es el tema del texto anterior. Interrogaciones y exclamaciones. Al hablar, pronunciamos las oraciones con distintas entonaciones si preguntamos, exclamamos, afirmamos, ordenamos, expresamos un deseo, etcétera.

En los textos escritos, la entonación interrogativa se marca colocando signos de interrogación. En otros casos, cuando se enfatiza lo que se expresa, se utilizan signos de exclamación.

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Lean en voz alta las siguientes oraciones con la entonación adecuada. • ¡No lo puedo creer: me quedé dormido otra vez! • Mi hijo suele quedarse dormido. • ¿Otra vez te quedaste dormido? • No vuelvas a quedarte dormido, ¿entendiste? • ¡Ojalá mañana escuche el despertador...! LOS PÁRRAFOS. Los textos se organizan en párrafos, formados por una o más oraciones. Cada párrafo desarrolla un subtema o aspecto particular del tema general del texto. Gráficamente, el párrafo comienza con un espacio en blanco llamado sangría y termina con punto y aparte, es decir que la oración que inicia el párrafo siguiente comienza en el otro renglón. Lean la siguiente nota de enciclopedia referida al término bandera. Presten atención a la información de la izquierda.

Mayúscula al iniciar la oración.

Las banderas son tan antiguas que no se sabe quién las inventó. Ya se mencionan en la Biblia y todos los pueblos antiguos las usaron. Posiblemente, comenzaron siendo un adorno. Muchas de ellas fueron usadas como signos de poder por reyes y otros gobernantes.

Párrafo 1

Punto y seguido: indica el final de una oración dentro de un párrafo.

Antiguamente, en la confusión de, las batallas, la bandera del comandante daba coraje a sus soldados indicándoles que él aún estaba allí. Pero si la bandera caía, ellos temían que su líder se hubiera rendido o hubiera sido apresado o muerto, entonces se retiraban de la lucha.

Párrafo 2

Sangría: espacio al inicio de un párrafo. Punto y aparte: indica el final de un párrafo.

-----Las legiones romanas, unidades militares formadas por infantería y jinetes, portaban las Águilas romanas. Estas imágenes eran sus emblemas y eran sagradas. Por eso, los soldados debían enfrentar cualquier peligro antes que permitir que fuesen capturadas.

Párrafo 3

Punto final: al terminar el texto.

Durante la Edad Media hubo varios tipos de banderas. Entre ellas, el gallardete se caracterizaba por colgar hacia abajo desde una barra transversal. El estandarte era cuadrado o rectangular y su tamaño indicaba el rango de su dueño.

Párrafo 4

El primer párrafo de un texto informativo presenta el tema de manera más general. Los párrafos que le siguen se dedican a los diferentes aspectos particulares o subtemas del tema presentado.

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Ordenen los párrafos que componen la nota de enciclopedia que sigue, colocando un número a la izquierda de cada uno.

La forma del cuerpo de los peces es casi tan variada como las aletas, y esto se debe a que la forma se adapta, usualmente, a los hábitos del pez. Los peces de movimientos rápidos poseen una forma aerodinámica; mientras que los que viven en el fondo de las aguas son aplanados.

Los peces son animales de sangre fría y respiración branquial, con espina dorsal y mandíbula. Tienen aletas en lugar de miembros y, con algunas excepciones,pasan toda su vida en el agua.

Las aletas de los peces varían en tamaño, forma y uso. Son de dos tipos: pares e impares. Las pares son las pectorales y las pelvianas. Las impares son las dorsales, las ventrales y la caudal o cola.

Escriban un título adecuado para el texto anterior. Trasformen el siguiente grupo de palabras en un texto de dos párrafos. Para hacerlo, copíenlo reponiendo los puntos y seguido y las mayúsculas de cada oración; también, el punto y aparte que separa los párrafos y el punto final. Recuerden utilizar sangría. en la zona de influencia del Imperio incaico, la quinua, vegetal de alto valor proteico, fue la base del consumo por mucho tiempo era cosechada a fines del verano los nativos del noroeste argentino la conservaban en trojas o vasijas así la resguardaban, previsores, del clima frío y la utilizaban madura durante los meses siguientes Numeren las oraciones referidas a la vida del cantante de tangos Carlos Cardel, siguiendo un orden cronológico, o sea, el orden en que sucedieron en el tiempo. • Estudió el oficio de artesano aprendiz en el colegio San Carlos y terminó la escuela primaria en el colegio San Estanislao, en el barrio del Abasto. • Su madre se llamaba Berthe Cardes. • En 1905, a los quince años, el joven se inició como cantante en los boliches del Abasto. • En 1893, Carlos llegó a Buenos Aires con su madre, a bordo del barco San Pedro. » Su padre, Paul Laserre, no lo reconoció. • Carlos Cardel nació en Toulouse, Francia, el 11 de diciembre de 1890. • Escriban un texto sobre Gardel reuniendo las oraciones anteriores en párrafos.

Las oraciones No solo hay oraciones en el interior de un texto. Los títulos de las noticias, de los cuentos, de las revistas y de las novelas también son oraciones; por ejemplo:

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[El empate dejó conforme a Chacarita.] [Historia de un niño malo.] [El gobierno investiga a los funcionarios.] [Diccionario de sinónimos.] . En la oración bimembre (OB), se distinguen dos miembros: un sustantivo o una serie de palabras que se agrupan alrededor de un sustantivo que funciona como sujeto, y un verbo o una serie de palabras que se agrupan alrededor de un verbo y que funcionan como predicado; por ejemplo: [Las personas hablan.] OB s P En esta oración, el núcleo de sujeto, personas, concuerda con el verbo, hablan. El número de ambos es plural. [La gente habla.] OB En esta oración, el núcleo del sujeto, gente, concuerda con el verbo, habla. El número de ambos es singular. Se llama oración unimembre (OU) a la oración en la que no se puede separar el sujeto y el predicado, ya que tiene un solo miembro; por ejemplo: [La comunicación.] OU [La invención de la imprenta.] OU

EL CUENTO

El cuento y la novela son los textos narrativos literarios más conocidos. El cuento se caracteriza por ser más breve que la novela: narra un hecho único, tiene menos personajes, menos descripciones y pocos conflictos. En él se cuenta una historia creíble, es decir, no importa que lo narrado no sea real, pero sí que las acciones que los personajes realizan en un lugar y en un tiempo determinados parezcan naturales dentro de ese mundo de ficción. Así, resulta creíble que un dragón hable en un cuento de princesas, castillos y héroes; del mismo modo, la aparición de un vampiro en un cuento de terror. Hay cuentos largos y cuentos breves. Los temas y el tipo de personajes que aparecen pueden ser muchos y de características muy variadas, según se trate de cuentos policiales, fantásticos, maravillosos, de terror, etcétera. En el caso de "El remolino verde", se trata de un cuento realista porque comunica hechos que podrían suceder en la realidad. “El remolino verde” Cuento de Olga Drennen

CAPÍTULO 1: EL CUENTO

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Felipe desenfundó el flautín y comenzó a tocar la canción que su abuelo le tarareaba, allá en Cádiz, donde vivían antes. Sentía una gran tristeza..., hacía un rato su padre le había dicho que sus Serinus1 tenían que dejar el huerto. Desde que llegaron a La Gran Canaria, solo esos pájaros lo habían entretenido. Al principio, adaptarse le había resultado difícil; extrañaba, sobre todo, a su abuelo. Pero llegó la mañana aquella. Esa, en que encontró el raro pájaro posado en la rama de uno de los plátanos. Nunca había visto otro igual. De plumas verdes, chico. Lo miró con admiración y, al hacerlo, dos ojos inteligentes le devolvieron la mirada. Pronto, el pájaro se perdió en el ramaje y, enseguida, se oyó la hermosura de un canto. Unos días más tarde, volvió a verlo, esta vez, en el filo del corredor. De miedo a que volviera a escapar, se quedó quieto. Entonces, el pájaro revoloteó sobre su cabeza y trinó. Cuando la chispa verde era toda música, como de la nada, apareció otro pajarito que se sumó al concierto. Durante el resto del día, pensó en los pájaros. Serinus, los bautizó. Serinus, sus mejores amigos; y ahora, tenía que decirles adiós. No. No, imposible, no podía separarse de ellos, dejarlos a la buena de Dios como había dicho su padre. ¿Quién los cuidaría? Muchos de esos pájaros no conocían otro lugar más que el huerto. Recordó que los primeros Serinus se habían convertido en sus fieles amigos. Junto a ellos, poco a poco, había recuperado la sonrisa. A toda hora, era común escuchar el canto de los pájaros acompañado por su flautín. Los padres no se opusieron cuando les pidió asilo para ellos en el cuarto que tenían en el fondo del huerto. Al principio, no fueron muchos, pero luego, la habitación terminó convirtiéndose en una bulliciosa pajarera a la que Felipe dedicaba casi todo su tiempo. Hasta que el padre dijo basta. -Ya no es posible tenerlos acá. ¡Hay que verlos! Parecen un remolino verde. Esto es demasiado. Quiero que se vayan a la buena de Dios. Felipe contestó con un sí finito y triste. Tan finito y más triste que el más dolorido de los ecos de su flautín. Pero no movió un dedo. No podía abandonarlos. Por fin, el padre se enojó y amenazó con espantarlos él mismo. -Ya vas a ver si se van o no -protestó. Y, así, siguieron las cosas hasta que, una tarde, un barco echó anclas en la isla y una figura familiar bajó de él. -¡Abuelo! -gritó Felipe, loco de contento. Esa misma noche, fue con el hombre al cuartucho. No bien entraron, un trinar interminable les endulzó el oído. -¡Canarios! -dijo el viejo con admiración. Cuando el chico se dio cuenta de que a su abuelo también le gustaban los Serinus, le contó el problema que tenía. Pasaron largo tiempo hablando. Hasta que los ojos del hombre brillaron de entusiasmo. -No los ahuyentes. ¿Y si cuando vuelvo, me los llevo conmigo? Al mes, habían inventado una enorme caja enrejada para transportar los canarios. -¡Vamos!, el remolino verde se viene conmigo! -decía el hombre, cargándolos con sus propias manos. Y cuando, al fin, abandonó la isla, una alegre bandada se posó en la cubierta del barco dispuesta a acompañarlo. -Tranquilo, Felipito, -dijo el hombre al ver la sombra de pena en los ojos del nieto- que te los voy a cuidar. En cuanto llegue, llamaré a los chicos de Cádiz para que se ocupen de tus Serinus, y después, a los de Andalucía y a los de toda España. Europa se alegrará con estos pájaros. ¡Qué digo Europa! El mundo entero va a conocerlos. Y los van a querer - Te lo prometo. Tranquilo muchacho, tranquilo. Cuando la nave comenzó a perderse en el Mediterráneo con el remolino verde trinando en la cubierta, Felipe achicó los ojos para mirarla. Sabía que sus viejos amigos iban en buenas manos, las mejores del mundo. Sabía, también, que quedaban otros canarios en la isla. Por eso, agitó el pañuelo para despedir a su abuelo y, con un pájaro apoyado en su hombro, se alejó del puerto tocando en su flautín aquella vieja canción que tanto, tanto, unía a todos. A todos.

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*Serinus: pajarito cantor, de color verdoso. Puede ser también amarillento o anaranjado. Originario de las Islas Canarias y, de ahí, su nombre: canario. • Relean "El remolino verde" y respondan las siguientes preguntas: a. ¿Quiénes ayudan a Felipe a no sentirse solo en la isla? b. ¿Cuál es el problema que le plantea su padre? c. ¿Quién lo ayuda y cómo a encontrar una solución? d. ¿Cómo describirían el carácter de Felipe? ¿Y el de su abuelo? e, ¿Qué quiere decir la expresión del padre "a la buena de Dios"? f. ¿Cuál es el tema de este cuento? Marquen la respuesta correcta.

El enojo del padre y la tristeza del hijo.

La importancia de viajar por el mundo.

El valor de música para mantener unida a la familia. Resuelvan el siguiente crucigrama. 1. Nombre que le da Felipe a sus amigos pájaros. 2. Lo que agita Felipe al despedir a su abuelo. 3. Conjunto de ramas entre las que se perdió el pájaro. 4. Canto del pájaro. 5. Instrumento que toca Felipe. 6. Ciudad de la que es el abuelo de Felipe. 7. Nombre que le da el abuelo al pájaro de Felipe. 8. Árbol sobre el que descubrió al extraño pájaro. 9. Color de las plumas del pájaro. 10. País al que vuelve el abuelo. 11. Apellido de la autora del cuento. 12. Mar por el que se aleja el barco. 13. Continente al que pertenece España. 1. _ _ R _ _ _ _ 2. _ _ _ _ E _ _ 3. _ _ M _ _ _ 4. _ _ _ _O 5. _ L _ _ _ _ _ 6. _ _ _ I _ 7. _ _ N _ _ _ _ 8. _ _ _ _ _ _O 9. V _ _ _ _ _ 10. E _ _ _ _ _ 11. _ R _ _ _ _ _ 12. _ _ D _ _ _ _ _ _ _ _ _ 13. E _ _ _ _ _ Estructura narrativa

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Los cuentos tienen una estructura que se relaciona con el desarrollo de la narración. Generalmente, comienzan con una descripción del espacio, el tiempo y la presentación de los personajes más importantes; este primer momento se denomina situación inicial. Luego, es habitual que suceda algo que introduzca cambios en esa situación del comienzo: es la complicación o nudo. En el final de la historia, esa complicación se soluciona, positiva o negativamente: es el momento llamado resolución o desenlace. Dentro de cada uno de estos momentos aparecen muchas acciones, algunas más importantes o principales y otras menores o secundarias. Si se unen las acciones principales de un cuento, una detrás de otra, se obtiene la secuencia narrativa del mismo.

Orden de los hechos y orden del relato Las acciones de la historia narrada transcurren en un orden temporal que tiene un presente, un pasado y un futuro, pero no siempre este orden de los hechos coincide con la aparición de ellos en el texto, es decir, con el orden del relato. Por ejemplo en el cuento primero, Felipe vivió en Cádiz y, un tiempo después, estaba en otro lugar tocando su flauta, pero en el orden del relato se presenta al revés: aparece en primer lugar la acción de tocar la flauta y luego se lo relaciona con el pasado en Cádiz.

ESTRUCTURA

CITAS DEL TEXTO

SECUENCIA NARRATIVA

Situación inicial Desde que llegaron a La Gran Canaria, sólo esos pájaros lo ha-bían entretenido. Al principio, adaptarse le había resultado difícil, extrañaba, sobre todo a su abuelo. Los padres no se opusieron cuando les pidió asilo para ellos en el cuarto que tenían en el fondo del huerto.

- Llegada de la familia a la isla. - Crianza de los pájaros.

Acontecimiento perturbador, complicación o nudo

Sentía una gran tristeza..., un rato su padre le había dicho que sus Serinus tenían que dejar el huerto. Por fin, el padre se enojó y ame-nazó con espantarlos él misino.

- El padre se opone a la presen-cia de los pájaros en el huerto.

Desenlace / Resolución Cuando el chico se dio cuenta de que a su abuelo también le gustaban los Serinus, le contó el problema que tenía. Al mes, habían inventado una enorme caja enrejada para trans-portar los canarios. Cuando la nave comenzó a perderse en el Mediterráneo con el remolino verde trinando en la cubierta, Felipe achicó los ojos para mirarla.

- Llegada del abuelo. - Construcción de la caja enrejada. - El abuelo se lleva a los Serinus. - Felipe se queda con algunos pájaros.

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Numeren los hechos en el orden en que sucedieron.

Felipe despidió con el pañuelo a su abuelo.

Felipe se alejó del puerto tocando su flautín.

Felipe comenzó a tocar la canción de Cádiz.

Una mañana encontró al raro pájaro sobre el plátano.

El padre amenazó con espantarlos.

El abuelo llega a la isla.

Felipe dio asilo a los pájaros en el cuarto del fondo.

Pedro Urdemales y el caballero avaro. Cuento anónimo tradicional. Pedro Urdemales nunca podía quedarse en un mismo lugar por mucho tiempo. Su carácter aventurero lo llevaba a viajar constantemente por diversos pueblos. Le encantaba subir montañas, recorrer praderas y atravesar ríos y mares. Muchas veces debía dormir a cielo abierto, mirando las estrellas, y comer lo que encontrara o lo que le dieran. En una de esas ocasiones, estaba en lo alto de una montaña, cerca de un camino, a la sombra de un tupido árbol, cocinando su comida en una olla a fuego vivo. La comida hervía que era un primor y Pedro se relamía pensando en que la comería en poco tiempo. De pronto, divisó que por un sendero venía un caballero montado en una muía. Y como Pedro vivía haciendo bromas pesadas a los demás, sobre todo si se trataba de desconocidos y si de ellas sacaba algún provecho, se le ocurrió, como de costumbre, jugarle una treta al viajero, que por su ropa y los adornos de su cabalgadura parecía ser un hombre de dinero. Urdemales sacó rápidamente la olla de encima del ruego y, alejándose del lugar donde lo había encendido, la llevó a otro sitio distante, cerca de la senda por donde pasaría el caballero. Tomó dos ramitas del suelo y se puso a golpear rítmicamente con ellas, como si fueran palitos de tambor, sobre la tapa, repitiendo al compás: —Hierve, hierve, ollita hervidero, que no es para mañana, sino para ahora. El caballero, cuando vio lo que estaba sucediendo, se quedó con la boca abierta y los ojos enormes como platos. Con una voz llena de intriga, le preguntó qué hacía, y Pedro Urdemales le contestó que estaba haciendo su comidita. — ¿Y cómo la haces sin fuego? —interrogó el caballero. Pedro, levantando la tapa de la olla, repuso con acento firme y con mucha seguridad: —Ya ve, su mercé, cómo hierve la comidita. Para que hierva no hay más que tamborilear en la tapadera y decirle: —Hierve, hierve, ollita hervidora, que no es para mañana, sino para ahora. En un primer momento, el caballero se mostró algo desconfiado; sin embargo, era innegable que la comida se estaba haciendo, sin fuego pero como si lo hubiera: se agitaba, burbujeaba y despedía un olor sabroso. Por unos segundos pensó: "¡Esto es imposible!". Como era muy avaro, de inmediato quiso comprar la ollita que podía hacerle economizar tanto combustible. Riendo para sus adentros, Pedro Urdemales se hizo rogar un buen rato: ningún precio le venía bien. Hasta que, harto, el hombre le ofreció mil pesos por ella y Pedro aceptó. Le entregó la

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olla, recibió el dinero y, creyendo que había hecho un gran negocio, vio cómo el comprador se iba por el camino, muy contento. Pero esa noche, en cuanto el caballero quiso poner a prueba la olla, vio castigada su avaricia: pese al tamborileo y las palabras mágicas, la ollita siguió como si tal cosa. El viejo avaro no perdonó a Pedro y en su interior prometió vengarse. ¡Tenía que haber una oportunidad para demostrarle a ese pillo quién era él! Pocas semanas después, un día Pedro y uno de sus companeros de correrías robaron un cordero de una chacra vecina porque tenían mucha hambre. Mientras lo estaban condimentando, divisaron que por el camino venía, a lo lejos, el referido caballero. Y dado que Pedro sabía, de solo escuchar rumores, que este señor era hombre vengativo, pensó que seguramente venía a castigarlo. ¡Y qué mejor castigo que denunciarlo como ladrón de corderos! Antes de que el caballero llegara, Pedro ya había tramado un nuevo plan. Primero, se aseguró de que el cordero quedara fuera de la vista de quienes pasaban por el camino y luego le pidió a su camarada que se tendiera sobre el pastito y se fingiera muerto. Su amigo aceptó: conocía bien a Pedro, que siempre estaba burlándose de alguien para salirse con la suya. Después, con la sangre del cordero que terminaban de matar, el mentiroso le untó la camisa al supuesto muerto, y hasta lo cubrió con una sábana que llevaba en la mochila. Por último, guardó en los bolsillos de su pantalón una flauta de caña que había estado modelando esa misma mañana y esperó al caballero al lado del cuerpo inerte, blandiendo el cuchillo ensangrentado con el que acababa de matar al animal. Su rostro aparentaba seriedad y tranquilidad. Unos segundos más tarde, apareció el avaro, que se detuvo y dijo, espantado por el espectáculo: — ¿Qué has hecho, desgraciado? ¡Has asesinado a este pobre hombre! ¡Por eso voy a denunciarte a la justicia! ¡Ya te van a dar el castigo que mereces! —Y agregó en voz más baja. — Así purgarás tu crimen y me vengaré. Pedro, soltando una carcajada, le contestó: — ¿No sabe, señor, que yo no soy un criminal? Lo que he hecho ha sido para probar esta flauta de virtud, que hace poco me han regalado y que, con su musiquita, resucita a los muertos. Fíjese y verá cómo mi amigo, a medida que la toque, poco a poco se levanta sano y salvo. Y así fue, en efecto, porque, al poco rato de que Pedro se puso a hacer sonar la flauta, el otro bellaco comenzó a mover primero una pierna, después la otra, en seguida un brazo, más tarde el otro, la cabeza, el tronco, y por fin se levantó restregándose los ojos y estirando los brazos, desperezándose, como quien despierta del sueño. — ¿No ve, señor? ¿Qué le dije? —Pedro, véndeme la flauta; te doy quinientos pesos por ella. Que sí, que no, Pedro no se la entregó hasta que el otro no le dio a cambio dos mil pesos. Olvidado de la venganza y muy contento, el hombre se fue para su casa. Al entrar, le dijeron que su joven esposa, a la que adoraba, dormía la siesta en su habitación, recostada en un diván tapizado en finísimo raso. Las cortinas de seda y brocato de la ventana apenas dejaban pasar hilitos de luz que formaban dibujos en el piso. —¡Qué buena ocasión! —se dijo, y muy convencido de la magia de la flauta, invitó a la servidumbre para que lo acompañara y presenciara el prodigio; entró de puntillas al dormitorio y acuchilló a su esposa. Los criados se quedaron horrorizados; pero él, con la mayor tranquilidad, les explicó sonriéndose: —¡No hay de qué asustarse! Ya verán cómo mi amada mujercita se levanta en cuanto me oiga tocar esta flauta. —Y se puso a tocarla. Pero por más que hizo e hizo, la señora no movió un pelo... Pronto llegó la nueva a oídos de la justicia. De nada le valieron al desesperado caballero las explicaciones que dio ni su relato de cómo lo había engañado Pedro Urdemales: lo condenaron a prisión perpetua.

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"Pedro Urdemaies y el caballero avaro" es un cuento tradicional. En este cuento, como en todas las narraciones, hay personajes que realizan acciones. Esas acciones están motivadas por algún deseo de los personajes o por alguna situación particular, y suceden en un espacio determinado y en un cierto tiempo. Por ejemplo, en el cuento que leyeron, la acción comienza en una montaña (lugar) cuando Urdemaies ve que se acerca el caballero (tiempo) y siente el deseo de hacerle una broma. En los cuentos tradicionales, tanto el lugar como el tiempo en los que transcurre la historia suelen ser imprecisos, pues no presentan gran relevancia, a diferencia de otras narraciones, por ejemplo las realistas, en las que esos aspectos suelen ser determinantes para comprender la historia. 1. ¿Cuáles son las dos historias o los dos episodios que cuenta el narrador de "Pedro Urdemaies y el caballero avaro"? 2. Elijan el título más adecuado para cada una de las burlas y anoten al lado si corresponde a la Primera burla o a la Segunda burla. La ollita engañadora ¡Sin fuego no hay comida! El vengativo avaro La música no resucita a los muertos. 3. Relean el cuento y completen. La historia de la primera burla comienza con el deseo de Urdemaies de__ _________________________al caballero que se acerca. En la segunda de las bromas, Urdemaies desea_________________________ _____ y el caballero desea vengarse.

El narrador del cuento.

El narrador es una voz imaginaria que el autor crea para que relate la historia. Existen tres tipos de narradores, según la relación que tengan con los hechos narrados. Narrador protagonista: aparece cuando el que narra la historia es el personaje principal, que sabe lo que él siente, piensa y vive pero no sabe lo que le ocurre a los demás personajes, a menos que se lo informen. Se utiliza la 1ra persona gramatical. Narrador testigo: el que narra la historia es un personaje distinto del protagonista; narra hechos que le han contado o que ha presenciado sin intervenir en ellos. Se utilizan la 1ra y la 3ra personas gramaticales. Narrador omnisciente: no es un personaje, pero sabe todo acerca de los personajes y de la historia, lo que sienten, lo que experimentan, lo que piensan, lo que hicieron y lo que van a hacer. Siempre aparece en 3ra persona singular. Los acontecimientos referidos en un texto de Historia, en un diario, en un informe científico, entre otros textos, se pueden verificar; pertenecen al orden de las cosas reales, se manejan con datos comprobables.

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Pero cuando el propósito del autor es crear un mundo posible, alternativo, una "realidad ficticia", el texto pertenece a la ficción. La intención del texto es despertar el placer por la lectura. El oficio del escritor consiste en "fabricar" sentimientos, emociones o simplemente hechos humanos (imaginarios o reales) y construir otra realidad, imaginada por él, que imita la vida; en descubrir significados ocultos en las vivencias humanas y construir sus ficciones .a partir de ellas. O también enlazar datos obtenidos en diferentes fuentes de información (textos, pinturas, conversaciones escuchadas, información periodística) con las explicaciones provisorias que imagina, y, de este modo, crear un relato desprendido de la fuente original. La historia resultante no debe ser "verdadera"; sino verosímil, es decir, estar contada "como si" fuese verdadera. Como en un juego, el lector -o el oyente- sabe que se trata de una obra de ficción, y, por lo tanto, "se mete" dentro del relato y acepta sus reglas. El Autor es el escritor, persona de carne y hueso que escribe la historia. Cuento realista Cuento con hechos, personajes y ambientes que, sin ser reales, podrían existir en el mundo real. Cuento fantástico Cuento en el que dentro de un mundo aparentemente real, aparecen elementos (hechos, per-sonajes, objetos) extraños, sobrenaturales. Cuento maravilloso

Tiempo y espacio indeterminados:"Había una vez, en un país muy lejano..."

Aparición de objetos, hechos y personajes maravillosos, mágicos, que no se encuentran en el mundo real.

Pruebas o dificultades que debe superar el protagonista (personaje principal del cuento).

Repetición de personajes y situaciones similares (tres hijos, tres pruebas, tres encuen-tros, etcétera), porque es fácil de recordar.

EL CUENTO REALISTA Cuando el escritor elige trabajar su material dentro de un cuento realista, procura mostrar el mundo en todos sus aspectos: material, moral, económico, político y religioso. Como ese contexto es la base de la secuencia narrativa y la esencia de sus personajes, los cuentos y las novelas realistas describen el escenario en que vive el hombre, sus costumbres, su vestimenta, su forma de expresarse, sus valores, sus sentimientos, con el objetivo de crear un clima de realidad. Liñando Fragmento de Luis Gudiño Kramer (de El Bagualón de Las Palmas. Buenos Aires, 1973) "—Anoche —contaba Zapata—, después que se fue la balsa, andaba cazando un surubí frente a lo de Moncho Camacho. Zambullía juerte el animal, y salimoj a liñarlo. La noche estaba clarita y el río corría manso. Anduvimos hasta media noche y no lo pudimos prender. "Por ahí, el muchacho que iba a la popa del bote, ensartó algo pesau, empezó a tirar de la liña y me gritó... “Tata, algo grande se ha prendido...”

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Quedamos como varaus, plantaus en medio de la cancha. Largué los remos y lo ayudé a tironear. Tironiamo, tironiamo, y el bicho apenas si se movía un jeme. “Surubí no es”, dije. “No hace juerza.”. Y seguimo recogiendo, despacio... "¿Saben lo qué sacamo, al fin...? Venía a los borbollones, y cuando sacó la cabeza nos comenzó a tratar y a destratar como quiso. Lo sacamos al Hilario Banegas, que se había caido al agua, chupau, y con la tranca se había quedau dormido..." Nos reímos todos, y concluyó Zapata: —Apenas sacó la cabeza y se prendió de la canúa, me dijo Banegas...: "Pero che, Zapata, ¿En qué pais vivimos? Ya no se puede estar tranquilo ni abajo “el agua..." Liñando: pescar con liña, regionalismo por línea. Jeme: distancia que hay entre el dedo pulgar y el índice cuando se separan todo lo posible. A los borbollones: atropelladamente Otro recurso que da verosimilitud al relato es la reproducción del lenguaje de los personajes: el habla local, los modismos. También suelen incluirse los diálogos como una forma de caracterizar o dar a conocer a los personajes de un modo más objetivo, es decir, sin que el narrador lo diga directamente. En síntesis, el cuento realista es una presentación, a veces seria y a veces cómica, de la reali-dad. Generalmente el autor parte de la observación directa de su entorno y lo refleja en sus obras con verosimilitud. Para lograr el efecto realista, el autor de este cuento recurrió a diferentes procedimientos: • encuadró su cuento "dentro de otro cuento", que sirve de marco para la anécdota; en este caso, el relato que hace Zapata ante la rueda de oyentes, • el narrador integra la rueda de oyentes: nos cuenta algo que ha oído, lo que contribuye a que el lector le crea, • el lenguaje de los personajes reproduce modismos y giros propios de la zona, • los hechos se ubican en un lugar con existencia real y en un tiempo que los oyentes de la rueda reconocen: Anoche -contaba Zapata-, después que se fue la balsa, andaba cazando un surubí frente a lo de Moncho Camacho. "Pescando" - la narración

1. Relee el fragmento de "Liñando" y luego responde las siguientes preguntas:

2. En este cuento hay dos narradores y dos escuchas. ¿Quiénes son los que cuentan y quiénes los destinatarios del relato?

3. ¿Qué pistas ofrece el texto para reconocer a ambos narradores y a sus receptores? ¿En qué lugar crees que está Zapata mientras cuenta lo sucedido?

4. ¿Qué relación une a los personajes que navegan por el rio en el chinchorro? 5. Según Zapata, ¿qué sucedió en el rio? Establece la secuencia narrativa, es decir, el

orden de los acontecimientos. 6. Después de haber contestado las preguntas, ¿consideras que los hechos narrados

podrían haber sucedido verdaderamente? ¿Por qué?

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La descripción A fin de plasmar la realidad, el narrador realista se ocupa de describir lugares y personajes como un recurso más para hacer creíbles sus relatos. Es por ello que la descripción juega un papel muy importante en la literatura realista. Ahora bien, ¿qué es describir? Cuando te pedimos que digas cómo es tu lugar ideal, tenés que explicar cuáles son sus características: los detalles, qué colores tiene, qué sonidos, qué perfumes, etc. Lo que hacés es describirlo. Describir es, entonces, representar a una persona, un objeto, un paisaje, una escena, mediante el lenguaje. La descripción de una persona se denomina retrato. Llamamos observador a la persona que describe y objeto a la cosa descripta. El observador específica y caracteriza objetos, personas o procesos, enumerando sus diferencias y seleccionando sus rasgos distintivos. Usa distintos recursos, tales como adjetivación, comparaciones, personificaciones, metáforas, imágenes sensoriales, etc., tratando de provocar en el receptor una imagen mental del objeto descripto, para que "vea" con la imaginación lo mismo que él contempla. Por ello, en las descripciones tienen gran importancia los sustantivos y los adjetivos, porque: • los sustantivos mencionan y clasifican los objetos de la realidad: el muchacho que iba a la popa del bote, ensartó algo pesau, empezó a tirar de la liña. * los adjetivos completan la información del sustantivo añadiéndole características o matices que lo diferencian: La noche estaba clarita y el río corría manso. Tipos de descripciones

Descripción literaria Descripción científica

Posee una finalidad puramente estética, es decir, apunta a la sensibilidad y a la imaginación del que lo escucha.

Informa sobre la realidad tal como es, enu-merando todos los rasgos esenciales y característicos de lo descripto.

Puede darse en prosa o poesía.

Utiliza un lenguaje expresivo.

Se apoya en imágenes sensoriales.

Es subjetiva: transmite sentimientos, estados de ánimo del autor, etcétera.

Apunta a la emotividad y a la imaginación.

Tiene finalidad estética.

Se da siempre en prosa.

Utiliza vocabulario específico, técnico.

No utiliza imágenes sensoriales.

Es objetiva: describe la realidad tal como es.

Exige exactitud y precisión.

Tiene finalidad informativa

“Tenía un corral completamente cercado de empalizada, con una zanja seca por fuera, en el cual había un gallo, sin par en toda tierra donde cantan gallos. Su voz era más agradable que el alegre órgano que en la iglesia resuena los días de Misa; su canto, mucho más seguro en su refugio que campana o reloj de abadía. Su cresta era más roja que fino coral, y almenada cual muralla de castillo. Su pico era negro, y brillaba como el azabache, lo mismo que lapislázuli eran sus piernas y sus dedos; sus uñas más blancas que la flor de lirio, y su color, de oro bruñido.”

“La cabeza es pequeña y en su conjunto se asemeja a la de las aves de rapiña. Su pico es fuerte y ligeramente curvo. Tiene una cresta simple o en roseta con tendencia a proporciones reducidas; además de barbilla y orejitas pequeñas. Su cuello es largo, fuerte y cubierto con una gola larga y descendida que cubre los hombros por completo. El pecho es ancho y desarrollado. Las alas son largas y fuertes, recubren los muslos y pueden cruzarse por detrás. Tiene cuatro dedos largos y finos; apoya en el suelo el posterior.”

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En la mayoría de las narraciones, los fragmentos descriptivos desempeñan diferentes funciones. Por ejemplo, ofrecen una imagen de cómo son los personajes, los lugares donde transcurre la acción; dan una idea de la época o del momento, es decir, del tiempo en el que transcurre la historia que se cuenta. Las descripciones pueden ser estáticas o dinámicas, según muestren el lugar u objeto que caracterizan en estado de reposo o en movimiento. * La descripción estática presenta a las personas y objetos en estado de quietud. Predominan los verbos de reposo: estar, parecer, ver, pensar, entre muchos otros, * La descripción dinámica, en cambio, presenta a las personas y objetos en movimiento. También pueden presentar situaciones en proceso de cambio. Predominan los verbos de acción, que dan idea de movimiento: correr, bailar, subir, volverse, transfomarse. ¿Qué tipo de descripción es? ¿Por qué? “Su rostro perdió toda expresión. Sus manos comenzaron a agitarse como si tocaran un instrumento imaginario... Sus ojos no paraban de llorar y los cabellos se le erizaron como una planta fantástica. Su razón se extraviaba... Juró... reunirse con su amado... Al borde del delirio, huyó corriendo fuera de la sala, salió dando saltos a las galerías y desde allí se precipitó al vacío...” La descripción de personas se denomina retrato. El retrato debe contemplar el aspecto físico del personaje (cómo es su rostro, su cuerpo, su manera de moverse) y también su personalidad y su comportamiento en distintas circunstancias. No hay un único modo de describir a una persona. Alguien puede tener ojos verdes, pero el modo de describirlos está vinculado a quien observa, a lo que le sugieren esos ojos verdes, es decir tiene tanta importancia el modelo como el retratista. Porque siempre al describir a alguien funciona la perspectiva de quien observa. Para describir hay que considerar tanto los rasgos físicos como los de la personalidad: actitudes, modos de pensar, hábitos, reacciones, gestos, movimientos. No hay un orden establecido: se puede comenzar por el rostro, por la manera de hablar, por la vestimenta. Eso lo decide el retratista. Para expresar de modo más fiel aquello que se quiere transmitir hay que elegir muy bien el vocabulario. Las palabras deben pintar al sujeto que se quiere retratar. A la deriva Cuento de Horacio Quiroga El hombre pisó algo blanduzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yararacusú que arrollada sobre sí misma esperaba otro ataque. El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras. El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho. El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que como relámpagos habían irradiado desde la

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herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento. Llegó por fin al rancho, y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba. —¡Dorotea! —alcanzó a lanzar en un estertor—. ¡Dame caña! Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. Pero no había sentido gusto alguno. —¡Te pedí caña, no agua! —rugió de nuevo. ¡Dame caña! —¡Pero es caña, Paulino! —protestó la mujer espantada. —¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo! La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta. —Bueno; esto se pone feo —murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla. Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos, y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo. Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentóse en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú. El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito —de sangre esta vez—dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte. La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados. La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho. —¡Alves! —gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano. —¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! —clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo. En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva. El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única. El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración. El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pucú.

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El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera también a su ex patrón mister Dougald, y al recibidor del obraje. ¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay. Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente. De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho. ¿Qué sería? Y la respiración también... Al recibidor de maderas de mister Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves. . . El hombre estiró lentamente los dedos de la mano. —Un jueves... Y cesó de respirar.

1. ¿Encontrás alguna descripción en el texto? ¿Cuál? 2. ¿Qué personajes encontrás en la narración? 3. ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? 4. ¿En qué lugar o espacio acontecen los hechos? 5. ¿Qué datos de tiempo podés encontrar en el texto? 6. ¿Cómo harías una secuencia de hechos? 7. ¿Te parece que el cuento es realista? ¿Por qué? 8. Escribí el argumento de la narración (contá de qué se trata).

El corazón delator de Edgar Allan Poe ¡Es cierto! Siempre he sido nervioso, muy nervioso, terriblemente nervioso. ¿Pero por qué afirman ustedes que estoy loco? La enfermedad había agudizado mis sentidos, en vez de destruirlos o embotarlos. Y mi oído era el más agudo de todos. Oía todo lo que puede oírse en la tierra y en el cielo. Muchas cosas oí en el infierno. ¿Cómo puedo estar loco, entonces? Escuchen... y observen con cuánta cordura, con cuánta tranquilidad les cuento mi historia. Me es imposible decir cómo aquella idea me entró en la cabeza por primera vez; pero, una vez concebida, me acosó noche y día. Yo no perseguía ningún propósito. Ni tampoco estaba colérico. Quería mucho al viejo. Jamás me había hecho nada malo. Jamás me insultó. Su dinero no me interesaba. Me parece que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía un ojo semejante al de un buitre... Un ojo celeste, y velado por una tela. Cada vez que lo clavaba en mí se me helaba la sangre. Y así, poco a poco, muy gradualmente, me fui decidiendo a matar al viejo y librarme de aquel ojo para siempre. Presten atención ahora. Ustedes me toman por loco. Pero los locos no saben nada. En cambio... ¡si hubieran podido verme! ¡Si hubieran podido ver con qué habilidad procedí! ¡Con qué cuidado... con qué previsión... con qué disimulo me puse a la obra! Jamás fui más amable con el viejo que la semana antes de matarlo. Todas las noches, hacia las doce, hacía yo girar el picaporte de su puerta y la abría... ¡oh, tan suavemente! Y entonces, cuando la abertura era lo bastante grande para pasar la cabeza, levantaba una linterna sorda, cerrada, completamente cerrada, de manera que no se viera ninguna luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Oh, ustedes se hubieran reído al ver cuan astutamente pasaba la cabeza! La movía lentamente... muy, muy

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lentamente, a fin de no perturbar el sueño del viejo. Me llevaba una hora entera introducir completamente la cabeza por la abertura de la puerta, hasta verlo tendido en su cama. ¿Eh? ¿Es que un loco hubiera sido tan prudente como yo? Y entonces, cuando tenía la cabeza completamente dentro del cuarto, abría la linterna cautelosamente... ¡oh, tan cautelosamente! Sí, cautelosamente iba abriendo la linterna (pues crujían las bisagras), la iba abriendo lo suficiente para que un solo rayo de luz cayera sobre el ojo de buitre. Y esto lo hice durante siete largas noches... cada noche, a las doce... pero siempre encontré el ojo cerrado, y por eso me era imposible cumplir mi obra, porque no era el viejo quien me irritaba, sino el mal de ojo. Y por la mañana, apenas iniciado el día, entraba sin miedo en su habitación y le hablaba resueltamente, llamándole por su nombre con voz cordial y preguntándole cómo había pasado la noche. Ya ven ustedes que tendría que haber sido un viejo muy astuto para sospechar que todas las noches, justamente a las doce, iba yo a mirarle mientras dormía. Al llegar la octava noche, procedí con mayor cautela que de costumbre al abrir la puerta. El minutero de un reloj se mueve con más rapidez de lo que se movía mi mano. Jamás, antes de aquella noche, había sentido el alcance de mis facultades, de mi sagacidad. Apenas lograba contener mi impresión de triunfo. ¡Pensar que estaba ahí, abriendo poco a poco la puerta, y que él ni siquiera soñaba con mis secretas intenciones o pensamientos! Me reí entre dientes ante esta idea, y quizá me oyó, porque le sentí moverse repentinamente en la cama, como si se sobresaltara. Ustedes pensarán que me eché hacia atrás... pero no. Su cuarto estaba tan negro como un pez, ya que el viejo cerraba completamente las persianas por miedo a los ladrones; yo sabía que le era imposible distinguir la abertura de la puerta, y seguí empujando suavemente, suavemente. Había ya pasado la cabeza y me disponía a abrir la linterna, cuando mi pulgar resbaló en el cierre metálico y el viejo se enderezó en el lecho gritando: — ¿Quién está ahí? Permanecí inmóvil, sin decir palabra. Durante una hora entera no moví un solo músculo, y en todo ese tiempo no oí que volviera a tenderse en la cama. Seguía sentado,-escuchando... tal como yo lo había hecho, noche tras noche, mientras escuchaba en la pared los taladros cuyo sonido anuncia la muerte. Oí de pronto un leve quejido, y supe que era el quejido que nace del terror. No expresaba dolor o pena... ¡oh, no! Era el ahogado sonido que brota del fondo del alma cuando el espanto la sobrecoge. Bien conocía yo ese sonido. Muchas noches, justamente a las doce, cuando el mundo entero dormía, surgió de mi pecho, ahondando con su espantoso eco los terrores que me enloquecían. Repito que lo conocía bien. Comprendí lo que estaba sintiendo el viejo y le tuve lástima, aunque me reía en el fondo de mi corazón. Comprendí que había estado despierto desde el primer leve ruido, cuando se movió en la cama. Había tratado de decirse que aquel ruido no era nada, pero sin conseguirlo. Pensaba: "No es más que el viento en la chimenea... o un grillo que chirrió una sola vez". Sí, había tratado de darse ánimo con esas suposiciones, pero todo era en vano. Todo era en vano, porque la Muerte se había aproximado a él, deslizándose furtiva, y envolvía a su víctima. Y la fúnebre influencia de aque-lla sombra imperceptible era la que lo movía a sentir —aunque no podía verla ni oírla—, a sentir la presencia de mi cabeza dentro de la habitación. Después de haber esperado largo tiempo, con toda paciencia, sin oír que volviera a acostarse, resolví abrir una pequeña, una pequeñísima ranura en la linterna. Así lo hice —no pueden imaginarse ustedes con qué cuidado, con qué inmenso cuidado—, hasta que un fino rayo de luz, semejante al hilo de la araña, brotó de la ranura y cayó de lleno sobre el ojo de buitre. Estaba abierto, abierto de par en par... y yo empecé a enfurecerme mientras lo miraba. Lo vi con toda claridad, de un azul apagado y con aquella horrible tela que me helaba hasta el tuétano. Pero no podía ver nada de la cara o del cuerpo del viejo, pues, como movido por un instinto, había orientado el haz de luz exactamente hacia el punto maldito. ¿No les he dicho ya que lo que toman erradamente por locura es sólo una excesiva agudeza de los sentidos? En aquel momento llegó a mis oídos un resonar apagado y presuroso, como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Aquel sonido también me era familiar. Era el

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latir del corazón del viejo. Aumentó aún más mi furia, tal como el redoblar de un tambor estimula el coraje de un soldado. Pero, incluso entonces, me contuve y seguí callado. Apenas si respiraba. Sostenía la linterna de modo que no se moviera, tratando de mantener con toda la firmeza posible el haz de luz sobre el ojo. Entretanto, el infernal latir del corazón iba en aumento. Se hacía cada vez más rápido, cada vez más fuerte, momento a momento. El espanto del viejo tenía que ser terrible. ¡Cada vez más fuerte, más fuerte! ¿Me siguen ustedes con atención? Les he dicho que soy nervioso. Sí, lo soy. Y ahora, a medianoche, en el terrible silencio de aquella antigua casa, un resonar tan extraño como aquél me llenó de un horror incontrolable. Sin embargo, me contuve todavía algunos minutos y permanecí inmóvil. ¡Pero el latido crecía cada vez más fuerte, más fuerte! Me pareció que aquel corazón iba a estallar. Y una nueva ansiedad se apoderó de mí... ¡Algún vecino podía escuchar aquel sonido! ¡La hora del viejo había sonado! Lanzando un alarido, abrí del todo la linterna y me precipité en la habitación. El viejo clamó una vez... nada más que una vez. Me bastó un segundo para arrojarle al suelo y echarle encima el pesado colchón. Sonreí alegremente al ver lo fácil que me había resultado todo. Pero, durante varios minutos, el corazón siguió latiendo con un sonido ahogado. Claro que no me preocupaba, pues nadie podría escucharlo a través de las paredes. Cesó, por fin, de latir. El viejo había muerto. Levanté el colchón y examiné el cadáver. Sí, estaba muerto, completamente muerto. Apoyé la mano sobre el corazón y la mantuve así largo tiempo. No se sentía el menor latido. El viejo estaba bien muerto. Su ojo no volvería a molestarme. Si ustedes continúan tomándome por loco dejarán de hacerlo cuando les describa las astutas precauciones que adopté para esconder el cadáver. La noche avanzaba, mientras yo cumplía mi trabajo con rapidez, pero en silencio. Ante todo descuarticé el cadáver. Le corté la cabeza, brazos y piernas. Levanté luego tres planchas del piso de la habitación y escondí los restos en el hueco. Volví a colocar los tablones con tanta habilidad que ningún ojo humano —ni siquiera el suyo— hubiera podido advertir la menor diferencia. No había nada que lavar... ninguna mancha... ningún rastro de sangre. Yo era demasiado precavido para eso. Una cuba había recogido todo... ¡ja, ja! Cuando hube terminado mi tarea eran las cuatro de la madrugada, pero seguía tan oscuro como a medianoche. En momentos en que se oían las campanadas de la hora, golpearon a la puerta de la calle. Acudí a abrir con toda tranquilidad, pues ¿qué podía temer ahora? Hallé a tres caballeros, que se presentaron muy civilmente como oficiales de policía. Durante la noche, un vecino había escuchado un alarido, por lo cual se sospechaba la posibilidad de algún atentado. Al recibir este informe en el puesto de policía, habían comisionado a los tres agentes para que registraran el lugar. Sonreí, pues... ¿qué tenía que temer? Di la bienvenida a los oficiales y les expliqué que yo había lanzado aquel grito durante una pesadilla. Les hice saber que el viejo se había ausentado a la campaña. Llevé a los visitantes a recorrer la casa y los invité a que revisaran, a que revisaran bien. Finalmente, acabé conduciéndolos a la habitación del muerto. Les mostré sus caudales intactos y cómo cada cosa se hallaba en su lugar. En el entusiasmo de mis confidencias traje sillas a la habitación y pedí a los tres caballeros que descansaran allí de su fatiga, mientras yo mismo, con la audacia de mi perfecto triunfo, colocaba mi silla en el exacto punto bajo el cual reposaba el cadáver de mi víctima. Los oficiales se sentían satisfechos. Mis modales los habían convencido. Por mi parte, me hallaba perfectamente cómodo. Sentáronse y hablaron de cosas comunes, mientras yo les contestaba con animación. Mas, al cabo de un rato, empecé a notar que me ponía pálido y deseé que se marcharan. Me dolía la cabeza y creía percibir un zumbido en los oídos; pero

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los policías continuaban sentados y charlando. El zumbido se hizo más intenso; seguía resonando y era cada vez más intenso. Hablé en voz muy alta para librarme de esa sensación, pero continuaba lo mismo y se iba haciendo cada vez más clara... hasta que, al fin, me di cuenta de que aquel sonido no se producía dentro de mis oídos. Sin duda, debía de ponerme muy pálido, pero seguí hablando con creciente soltura y levantando mucho la voz. Empero, el sonido aumentaba... ¿y qué podía yo? Era un resonar apagado y presuroso..., un sonido como el que podría hacer un reloj envuelto en algodón. Yo jadeaba, tratando de recobrar el aliento, y, sin embargo, los policías no habían oído nada. Hablé con mayor rapidez, con vehemencia, pero el sonido crecía continuamente. Me puse de pie y discutí sobre insignificancias en voz muy alta y con violentas gesticulaciones; pero el sonido crecía continuamente. ¿Por qué no se iban? Anduve de un lado a otro, a grandes pasos, como si las observaciones de aquellos hombres me enfurecieran; pero el sonido crecía continuamente. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Lancé espumarajos de rabia... maldije... juré... Balanceando la silla sobre la cual me había sentado, raspé con ella las tablas del piso, pero el sonido sobrepujaba todos los otros y crecía sin cesar. ¡Más alto... más alto... más alto! Y entretanto los hombres seguían charlando plácidamente y sonriendo. ¿Era posible que no oyeran? ¡Santo Dios! ¡No, no! ¡Claro que oían y que sospechaban! ¡Sabían... y se estaban burlando de mi horror! ¡Sí, así lo pensé y así lo pienso hoy! ¡Pero cualquier cosa era preferible a aquella agonía! ¡Cualquier cosa sería más tolerable que aquel escarnio! ¡No podía soportar más tiempo sus sonrisas hipócritas! ¡Sentí que tenía que gritar o morir, y entonces... otra vez... escuchen... más fuerte... más fuerte... más fuerte... más fuerte! — ¡Basta ya de fingir, malvados! —aullé—. ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esos tablones! ¡Ahí... ahí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón!

1. ¿Encontrás alguna descripción en el texto? ¿Cuál? 2. ¿Qué personajes encontrás en la narración? 3. ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? 4. ¿En qué lugar o espacio acontecen los hechos? 5. ¿Qué datos de tiempo podés encontrar en el texto? 6. ¿Cómo harías una secuencia de hechos? 7. ¿Te parece que el cuento es realista? ¿Por qué? 8. Escribí el argumento de la narración (contá de qué se trata).

La intrusa

Cuento de Pedro Orgambide. Ella tuvo la culpa, señor juez. Hasta entonces, hasta el día que llegó, nadie se quejó de mi conducta. Puedo decirlo con la frente bien alta. Yo era el primero en llegar a la oficina y el último en irme. Mi escritorio era el más limpio de todos. Jamás me olvidé de cubrir la máquina de calcular, por ejemplo, o de planchar con mis propias manos el papel carbónico. El año pasado, sin ir más lejos, recibí una medalla del mismo gerente. En cuanto a ésa, me pareció sospechosa desde el primer momento. Vino con tantas ínfulas a la oficina. Además, ¡qué exageración!, recibirla con un discurso, como si fuera una princesa. Yo seguí trabajando como si nada pasara. Los otros se deshacían en elogios. Alguno, deslumbrado, se atrevía a rozarla con la mano. ¿Cree usted que yo me inmuté por eso, señor juez? No. Tengo mis principios y no los voy a cambiar de un día para el otro. Pero hay cosas que colman la medida. La intrusa, poco a poco me fue invadiendo. Comencé a perder el apetito. Mi mujer me compró un tónico, pero sin resultado. ¡Si hasta se me caía el pelo, señor, y soñaba con ella! Todo lo soporté, todo. Menos lo de ayer. "González —me dijo el gerente— lamento decirle que la empresa ha decidido prescindir de sus servicios." Veinte años, señor juez, veinte años tirados a la basura. Supe que ella fue con la alcahuetería. Y yo, que nunca dije una mala palabra, la insulté. Sí,

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confieso que la insulté, señor juez, y que le pegué, con todas mis fuerzas. Fui yo quien le dio con el fierro. Le gritaba y estaba como loco. Ella tuvo la culpa. Arruinó mi carrera, la vida de un hombre honrado, señor. Me perdí por una extranjera, por una miserable computadora, por un pedazo de lata, como quien dice.

EL ACENTO El acento es la mayor intensidad con la que se pronuncia una sílaba. Las palabras tienen una sílaba acentuada, es decir, que se pronuncia con mayor fuerza o intensidad que las demás: es la sílaba tónica. Por ejemplo, en escribir, bir es la sílaba tónica; en cocina, ci es la sílaba tónica. Si bien todas las palabras tienen una sílaba acentuada, sólo algunas llevan el acento representado por una marca gráfica: la tilde. Por ejemplo: preguntó, cálido, lápiz. El acento puede ser prosódico, cuando se pronuncia, pero no se escribe; u ortográfico o tilde, cuando se pronuncia y se indica en forma gráfica. De acuerdo con el lugar que ocupa la sílaba tónica, las palabras se clasifican en:

Sobresdrújulas El acento está en una sílaba anterior a la antepenúltima (dígaselo, cómpremelas).

Esdrújulas El acento está en la antepenúltima sílaba (séptimo, jóvenes).

Graves Tienen el acento en la penúltima sílaba (soldado, difícil).

Agudas Tienen el acento en la última sílaba (olor, regañó).

Las reglas generales de tildación. Para acentuar ortográficamente las palabras debemos seguir ciertas normas. Las reglas generales de tildación se llaman así porque son las que se aplican a la mayor cantidad de términos. Y son las siguientes:

Las sobresdrújulas siempre llevan tilde. Por ejemplo: respóndaselo, explíquemelo.

Las esdrújulas siempre llevan tilde. Por ejemplo: lágrima, simpático.

Las graves se tildan cuando terminan en cualquier consonante que no sea “n” o “s”. Por ejemplo: mármol, ámbar.

Las agudas llevan tilde cuando terminan en n, s o vocal. Por ejemplo: corazón, después, marchó.

CAPÍTULO 2 : ACENTUACIÓN DE PALABRAS

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Subrayen la sílaba tónica en cada palabra y colóquenlas en el casillero que corresponda, según su acentuación: muéstreselas - revés – local – persiana – tórax – justicia – sábana – tambor – reloj – dulcísimo – amarillo – déjemelo – lapicera – contaron – lección – color – arregló – cariño – ruido –

Sobresdrújulas Esdrújulas Graves Agudas

Las reglas especiales de tildación: Las reglas especiales de tildación son excepciones de las reglas generales. El hiato El diptongo es la unión de dos vocales contiguas en una misma sílaba (Ce-ni-cien-ta). Por el contrario, el hiato es la separación de dos vocales contiguas. Los casos en los que esto puede ocurrir son los siguientes: • Cuando las dos vocales son abiertas (de-se-o). • Cuando las vocales contiguas son una abierta y la otra cerrada, y el acento recae sobre esta última (ha-bí-a). En este caso, la regla especial de tildación establece que el hiato debe llevar siempre tilde sobre la vocal cerrada. La tilde diacrítica Los monosílabos, por regla general, no llevan tilde. Por ejemplo: sal, vio, fue. Sin embargo, hay muchas excepciones. La tilde o acento diacrítico se usa para diferenciar palabras que se escriben de la misma manera, pero tienen otro significado. El acento diacrítico se aplica, por lo general, a los monosílabos:

El (artículo) El padre regresó. El arco nos quedó muy chico.

Él (pronombre personal)

Él pidió un deseo Él trajo la pelota y yo los guantes.

Mi (adjetivo) Es mi libro. Mí (pronombre)

A mí me gustó el cuento.

Se (pronombre)

Se marchó de su casa. Sé (verbo)

Ya sé la verdad.

Mas (conjunción)

Lo supo, mas lo perdonó. Logró su objetivo, mas no sin esfuerzo.

Más (adverbio) Esto es más interesante. Quiero saber más, contame todo.

Tú ( pronombre personal)

No sé si tú eres la persona indicada para esta misión.

Tu (pronombre que indica posesión)

Tu decisión será aceptada por mí.

También otras palabras se diferencian mediante la tilde, por ejemplo:

Si estás ocupado, vuelvo después... Le dijo que sí para sacársela de encima.

Me parece que ya viene el tren.

¡Qué tormenta la de anoche!

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Ejercicios: 1- Separá en sílabas las palabras y tildá si corresponde. Buho: Atuendo: Alegria:

Duende: Silencio: Baul:

2- Tachá la opción incorrecta en cada caso. (Él/ El) pez que (él/ el) pescó era un rey encantado. Le concedió tres deseos, (más/ mas) no los supo aprovechar. Volvió (más/ mas) de una vez a la orilla del mar. No (sé/ se) si encontró al pez. A (mí/ mi) me encantaba ese cuento. Clasifiquen las palabras por su acento en agudas, graves, esdrújulas y sobresdrújulas. Reescríbanlas en el cuadro y justifiquen el uso de la tilde en cada caso. Sigan el ejemplo. quiero - rápida - deslizó - habitación - subir - tendrá - rígidos - también –reprodúzcasela - conocer - imágenes - preguntaron - varón - piano - volvieron - imagen – resumen- escríbamelo.

AGUDA GRAVE ESDRÚJULA SOBREE. Lleva tilde porque…

No lleva tilde porque…

Quiero

No lleva tilde porque termina en vocal

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Busquen en la sopa de letras: tres palabras agudas, tres palabras graves y tres palabras esdrújulas.

AGUDAS

GRAVES ESDRÚJULAS

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EL CUENTO FANTÁSTICO Un cuento fantástico es un relato con hechos cotidianos en el que en determinado momento aparece un hecho sobrenatural.

Las características que definen a un cuento Fantástico como tal son las siguientes:

Se desarrollan en un marco realista. Suceden acontecimientos inverosímiles. La actitud de los personajes es de asombro, miedo, duda, sorpresa y encanto. Un relato fantástico se basa en lo irreal y causa un efecto de realidad.

El leve Pedro (Texto completo) de Enrique Anderson Imbert Durante dos meses se asomó a la muerte. El médico refunfuñaba que la enfermedad de Pedro era nueva, que no había modo de tratarse y que él no sabía qué hacer... Por suerte el enfermo, solito, se fue curando. No había perdido su buen humor, su oronda calma provinciana. Demasiado flaco y eso era todo. Pero al levantarse después de varias semanas de convalecencia se sintió sin peso. -Oye -dijo a su mujer- me siento bien pero ¡no sé!, el cuerpo me parece... ausente. Estoy como si mis envolturas fueran a desprenderse dejándome el alma desnuda -Languideces -le respondió su mujer. -Tal vez. Siguió recobrándose. Ya paseaba por el caserón, atendía el hambre de las gallinas y de los cerdos, dio una mano de pintura verde a la pajarera bulliciosa y aun se animó a hachar la leña y llevarla en carretilla hasta el galpón. Según pasaban los días las carnes de Pedro perdían densidad. Algo muy raro le iba minando, socavando, vaciando el cuerpo. Se sentía con una ingravidez portentosa. Era la ingravidez de la chispa, de la burbuja y del globo. Le costaba muy poco saltar limpiamente la verja, trepar las escaleras de cinco en cinco, coger de un brinco la manzana alta. -Te has mejorado tanto -observaba su mujer- que pareces un chiquillo acróbata. Una mañana Pedro se asustó. Hasta entonces su agilidad le había preocupado, pero todo ocurría como Dios manda. Era extraordinario que, sin proponérselo, convirtiera la marcha de los humanos en una triunfal carrera en volandas sobre la quinta. Era extraordinario pero no milagroso. Lo milagroso apareció esa mañana. Muy temprano fue al potrero. Caminaba con pasos contenidos porque ya sabía que en cuanto taconeara iría dando botes por el corral. Arremangó la camisa, acomodó un tronco, tomó el hacha y asestó el primer golpe. Entonces, rechazado por el impulso de su propio hachazo, Pedro levantó vuelo. Prendido todavía del hacha, quedó un instante en suspensión levitando allá, a la altura de los techos; y luego bajó lentamente, bajó como un tenue vilano de cardo. Acudió su mujer cuando Pedro ya había descendido y, con una palidez de muerte, temblaba agarrado a un rollizo tronco. -¡Hebe! ¡Casi me caigo al cielo! -Tonterías. No puedes caerte al cielo. Nadie se cae al cielo. ¿Qué te ha pasado? Pedro explicó la cosa a su mujer y ésta, sin asombro, le convino: -Te sucede por hacerte el acróbata. Ya te lo he prevenido. El día menos pensado te desnucarás en una de tus piruetas. -¡No, no! -insistió Pedro-. Ahora es diferente. Me resbalé. El cielo es un precipicio, Hebe.

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Pedro soltó el tronco que lo anclaba pero se asió fuertemente a su mujer. Así abrazados volvieron a la casa. -¡Hombre! -le dijo Hebe, que sentía el cuerpo de su marido pegado al suyo como el de un animal extrañamente joven y salvaje, con ansias de huir-. ¡Hombre, déjate de hacer fuerza, que me arrastras! Das unas zancadas como si quisieras echarte a volar. -¿Has visto, has visto? Algo horrible me está amenazando, Hebe. Un esguince, y ya comienza la ascensión. Esa tarde, Pedro, que estaba apoltronado en el patio leyendo las historietas del periódico, se rió convulsivamente, y con la propulsión de ese motor alegre fue elevándose como un ludión, como un buzo que se quita las suelas. La risa se trocó en terror y Hebe acudió otra vez a las voces de su marido. Alcanzó a agarrarle los pantalones y lo atrajo a la tierra. Ya no había duda. Hebe le llenó los bolsillos con grandes tuercas, caños de plomo y piedras; y estos pesos por el momento dieron a su cuerpo la solidez necesaria para tranquear por la galería y empinarse por la escalera de su cuarto. Lo difícil fue desvestirlo. Cuando Hebe le quitó los hierros y el plomo, Pedro, fluctuante sobre las sábanas, se entrelazó con los barrotes de la cama y le advirtió: -¡Cuidado, Hebe! Vamos a hacerlo despacio porque no quiero dormir en el techo. -Mañana mismo llamaremos al médico. -Si consigo estarme quieto no me ocurrirá nada. Solamente cuando me agito me hago aeronauta. Con mil precauciones pudo acostarse y se sintió seguro. -¿Tienes ganas de subir? -No. Estoy bien. Se dieron las buenas noches y Hebe apagó la luz. Al otro día cuando Hebe despegó los ojos vio a Pedro durmiendo como un bendito, con la cara pegada al techo. Parecía un globo escapado de las manos de un niño. -¡Pedro, Pedro! -gritó aterrorizada. Al fin Pedro despertó, dolorido por el estrujón de varias horas contra el cielo raso. ¡Qué espanto! Trató de saltar al revés, de caer para arriba, de subir para abajo. Pero el techo lo succionaba como succionaba el suelo a Hebe. -Tendrás que atarme de una pierna y amarrarme al ropero hasta que llames al doctor y vea qué pasa. Hebe buscó una cuerda y una escalera, ató un pie a su marido y se puso a tirar con todo el ánimo. El cuerpo adosado al techo se removió como un lento dirigible. Aterrizaba. En eso se coló por la puerta un correntón de aire que ladeó la leve corporeidad de Pedro y, como a una pluma, la sopló por la ventana abierta. Ocurrió en un segundo. Hebe lanzó un grito y la cuerda se le desvaneció, subía por el aire inocente de la mañana, subía en suave contoneo como un globo de color fugitivo en un día de fiesta, perdido para siempre, en viaje al infinito. Se hizo un punto y luego nada. El cuento fantástico utiliza como punto de partida los misterios que plantean el hombre y su mundo y que no han tenido una explicación clara y certera: el tiempo, el espacio, los sueños, las dimensiones, la muerte... El escritor busca que el lector se pregunte acerca de la factibilidad de los sucesos; por eso elabora un relato verosímil, al que añade elementos extraños. Éste es el medio de producir la perplejidad y el suspenso, fuente de curiosidad, desazón y, a veces, miedo para el lector.

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La alucinación de Staley Fleming [Texto completo] de Ambrose Bierce. De los dos hombres que estaban hablando, uno era médico. -Le pedí que viniera, doctor, aunque no creo que pueda hacer nada. Quizás pueda recomendarme un especialista en psicopatía, porque creo que estoy un poco loco. -Pues parece usted perfectamente -contestó el médico. -Juzgue usted mismo: tengo alucinaciones. Todas las noches me despierto y veo en la habitación, mirándome fijamente, un enorme perro negro de Terranova con una pata delantera de color blanco. -Dice usted que despierta; ¿pero está seguro de eso? A veces, las alucinaciones tan sólo son sueños. -Oh, despierto, de eso estoy seguro. A veces me quedo acostado mucho tiempo mirando al perro tan fijamente como él a mí... siempre dejo la luz encendida. Cuando no puedo soportarlo más, me siento en la cama: ¡y no hay nada en la habitación! -Mmmm... ¿qué expresión tiene el animal? -A mí me parece siniestra. Evidentemente sé que, salvo en el arte, el rostro de un animal en reposo tiene siempre la misma expresión. Pero este animal no es real. Los perros de Terranova tienen un aspecto muy amable, como usted sabrá; ¿qué le pasará a éste? -Realmente mi diagnosis no tendría valor alguno: no voy a tratar al perro. El médico se rió de su propia broma, pero sin dejar de observar al paciente con el rabillo del ojo. Después, dijo: -Fleming, la descripción que me ha dado del animal concuerda con la del perro del fallecido Atwell Barton. Fleming se incorporó a medias en su asiento, pero volvió a sentarse e hizo un visible intento de mostrarse indiferente. -Me acuerdo de Barton -dijo-. Creo que era... se informó que... ¿no hubo algo sospechoso en su muerte? Mirando ahora directamente a los ojos de su paciente, el médico respondió: -Hace tres años, el cuerpo de su viejo enemigo, Atwell Barton, se encontró en el bosque, cerca de su casa y también de la de usted. Había muerto acuchillado. No hubo detenciones porque no se encontró ninguna pista. Algunos teníamos nuestra «teoría». Yo tenía la mía. ¿Pensó usted algo? -¿Yo? Por su alma bendita, ¿qué podía saber yo al respecto? Recordará que marché a Europa casi inmediatamente después, y volví mucho más tarde. No puede pensar que en las escasas semanas que han transcurrido desde mi regreso pudiera construir una «teoría». En realidad, ni siquiera había pensado en el asunto. ¿Pero qué pasa con su perro? -Fue el primero en encontrar el cuerpo. Murió de hambre sobre su tumba. Desconocemos la ley inexorable que subyace bajo las coincidencias. Staley Fleming no, o quizás no se habría puesto en pie de un salto cuando el viento de la noche trajo por la ventana abierta el aullido prolongado y lastimero de un perro distante. Recorrió varias veces la habitación bajo la mirada fija del médico, hasta que, parándose abruptamente delante de él, casi le gritó: -¿Qué tiene que ver todo esto con mi problema, doctor Halderman? Se ha olvidado del motivo de que le hiciera venir. El médico se levantó, puso una mano sobre el brazo del paciente y le dijo con amabilidad: -Perdóneme. Así, de improviso, no puedo diagnosticar su trastorno... quizás mañana. Hágame el favor de acostarse dejando la puerta sin cerrar; yo pasaré la noche aquí, con sus libros. ¿Podrá llamarme sin levantarse de la cama? -Sí, hay un timbre eléctrico. -Perfectamente. Si algo le inquieta, pulse el botón, pero sin erguirse. Buenas noches. Instalado cómodamente en un sillón, el médico se quedó mirando fijamente los carbones ardientes de la chimenea y meditando en profundidad, aunque aparentemente sin

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propósito, pues frecuentemente se levantaba y abría la puerta que daba a la escalera, escuchaba atentamente y después volvía a sentarse. Sin embargo, acabó por quedarse dormido y al despertar había pasado ya la medianoche. Removió el fuego, cogió un libro de la mesa que tenía a su lado y miró el título. Eran las Meditaciones de Denneker. Lo abrió al azar y empezó a leer. «Lo mismo que ha sido ordenado por Dios que toda carne tenga espíritu y adopte por tanto las facultades espirituales, también el espíritu tiene los poderes de la carne, aunque se salga de ésta y viva como algo aparte, como atestiguan muchas violencias realizadas por fantasmas y espíritus de los muertos. Y hay quien dice que el hombre no es el único en esto, pues también los animales tienen la misma inducción maligna, y...» Interrumpió su lectura una conmoción en la casa, como si hubiera caído un objeto pesado. El lector soltó el libro, salió corriendo de la habitación y subió velozmente las escaleras que conducían al dormitorio de Fleming. Intentó abrir la puerta pero, contrariando sus instrucciones, estaba cerrada. Empujó con el hombro con tal fuerza que ésta cedió. En el suelo, junto a la cama en desorden, vestido con su camisón, yacía Fleming moribundo. El médico levantó la cabeza de éste del suelo y observó una herida en la garganta. -Debería haber pensado en esto -dijo, suponiendo que se había suicidado. Cuando el hombre murió, el examen detallado reveló las señales inequívocas de unos colmillos de animal profundamente hundidos en la vena yugular. Pero allí no había habido animal alguno. El cuento fantástico es el relato que entrelaza hechos reales con elementos extraños ante los cuales se vacila entre una explicación natural o sobrenatural. Existe entonces en la base de todo cuento fantástico un elemento primordial que es la vacilación entre una explicación natural o una explicación sobrenatural de los acontecimientos. La incertidumbre entre los personajes y en el lector mismo respecto a la factibilidad de los hechos, situados súbitamente frente a lo inexplicable, es lo que otorga al cuento fantástico su carácter de tal.

9. ¿Encontrás alguna situación inexplicable en el texto? ¿Cuál? 10. ¿Qué personajes encontrás en la narración? 11. ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? 12. ¿En qué lugar o espacio acontecen los hechos? 13. ¿Qué datos de tiempo podés encontrar en el texto? 14. ¿Cómo harías una secuencia de hechos? 15. ¿Te parece que el cuento es fantástico? ¿Por qué? 16. Escribí el argumento de la narración (contá de qué se trata).

“La muerte”, de Enrique Anderson Imbert

La automovilista (negro el vestido, negro el pelo, negros los ojos pero con la cara tan pálida que a pesar del mediodía parecía que en su tez se hubiese detenido un relámpago), la automovilista vio en el camino a una muchacha que hacía señas para que parara. Paró. –¿Me llevas? Hasta el pueblo no más –dijo la muchacha–. –Sube –dijo la automovilista. Y el auto arrancó a toda velocidad por el camino que bordeaba la montaña. –Muchas gracias –dijo la muchacha con un gracioso mohín– pero ¿no tienes miedo de levantar por el camino a personas desconocidas? Podrían hacerte daño. ¡Esto está tan desierto!

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–No, no tengo miedo. –¿Y si levantaras a alguien que te atraca? –No tengo miedo. –¿Y si te matan? –No tengo miedo. –¿No? Permíteme presentarme –dijo entonces la muchacha, que tenía los ojos grandes, límpidos, imaginativos y enseguida, conteniendo la risa, fingió una voz cavernosa–. Soy la Muerte, la M-u-e-r-t-e. La automovilista sonrió misteriosamente. En la próxima curva el auto se desbarrancó. La muchacha quedó muerta entre las piedras. La automovilista siguió a pie y al llegar a un cactus desapareció. El lector se convierte muchas veces en un personaje más que, poseído por los sentimientos de temor o terror, asiste junto a los demás personajes a la ruptura del orden establecido. Esta irrupción de lo inexplicable en su mundo cotidiano sólo se justifica por las características específicas de este tipo de cuento.

1. ¿Qué pensaste cuando la muchacha dijo que era la muerte? 2. ¿Qué personajes encontrás en la narración? 3. ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? 4. ¿En qué lugar o espacio acontecen los hechos? 5. ¿Qué datos de tiempo podés encontrar en el texto? 6. ¿Cómo harías una secuencia de hechos? 7. ¿Te parece que el cuento es fantástico? ¿Por qué? 8. Escribí el argumento de la narración (contá de qué se trata).

TWICE-TOLD TALE de Enrique Anderson Imbert

Perseguido por la banda de terroristas Malcolm corrió y corrió por las calles de esa ciudad extraña. Eran casi las doce de la noche. Ya sin aliento se metió en una casa abandonada. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad vio, en un rincón, a un muchacho todo asustado. —¿A usted también lo persiguen? —Sí —dijo el muchacho. —Venga. Están cerca. Vamos a escondernos. En esta maldita casa tiene que haber un desván... Venga. Ambos avanzaron, subieron unas escaleras y entraron en un altillo. —Espeluznante, ¿no? —murmuró el muchacho, y con un pie empujó la puerta. El cerrojo, al cerrarse sonó con un clic exacto, limpio y vibrante. —¡Ay, no debió cerrarla! Ábrala otra vez. ¿Cómo vamos a oírlos, si vienen? El muchacho no se movió. Malcolm, entonces, quiso abrir la puerta, pero no tenía picaporte. El cierre, por dentro, era hermético. —¡Dios mío! Nos hemos quedado encerrados. —¿Nos? -dijo el muchacho—. Los dos, no; solamente uno. Y Malcolm vio cómo el muchacho atravesaba la pared y desaparecía. Algunos temas muy frecuentados por la literatura fantástica son, entre otros, el hombre lobo; el vampiro; el pacto con el demonio; el alma en pena que exige para su reposo el cumplimiento de determinada acción; la muerte personificada que aparece en medio de los vivos, la detención y repetición del tiempo...

1. ¿Encontrás algún hecho que sorprenda al lector? ¿Cuál?

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2. ¿Qué personajes encontrás en la narración? 3. ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? 4. ¿En qué lugar o espacio acontecen los hechos? 5. ¿Qué datos de tiempo podés encontrar en el texto? 6. ¿Cómo harías una secuencia de hechos? 7. ¿Te parece que el cuento es fantástico? ¿Por qué? 8. Escribí el argumento de la narración (contá de qué se trata).

Espiral [Texto completo] de Enrique Anderson Imbert Regresé a casa en la madrugada, cayéndome de sueño. Al entrar, todo obscuro. Para no despertar a nadie avancé de puntillas y llegué a la escalera de caracol que conducía a mi cuarto. Apenas puse el pie en el primer escalón dudé de si ésa era mi casa o una casa idéntica a la mía. Y mientras subía temí que otro muchacho, igual a mí, estuviera durmiendo en mi cuarto y acaso soñándome en el acto mismo de subir por la escalera de caracol. Di la última vuelta, abrí la puerta y allí estaba él, o yo, todo iluminado de Luna, sentado en la cama, con los ojos bien abiertos. Nos quedamos un instante mirándonos de hito en hito. Nos sonreímos. Sentí que la sonrisa de él era la que también me pesaba en la boca: como en un espejo, uno de los dos era falaz. «¿Quién sueña con quién?», exclamó uno de nosotros, o quizá ambos simultáneamente. En ese momento oímos ruidos de pasos en la escalera de caracol: de un salto nos metimos uno en otro y así fundidos nos pusimos a soñar al que venía subiendo, que era yo otra vez. Otro tema predilecto de los autores de cuentos fantásticos es la interrelación entre el sueño y la realidad: sueño dentro de otro sueño, conciencia de que se está soñando, sueños comunes a varias personas; en todos los casos, con un elemento que, luego en la vigilia, deja un rastro: por ejemplo, un objeto material presente en el sueño y presente en la vigilia.

1. ¿Encontrás alguna interrelación entre el sueño y la realidad en el texto? ¿Cuál? 2. ¿Qué personajes encontrás en la narración? 3. ¿Qué tipo de narrador tiene el cuento? 4. ¿En qué lugar o espacio acontecen los hechos? 5. ¿Qué datos de tiempo podés encontrar en el texto? 6. ¿Cómo harías una secuencia de hechos? 7. ¿Te parece que el cuento es realista? ¿Por qué? 8. Escribí el argumento de la narración (contá de qué se trata).

Las unidades menores en que puede dividirse una palabra son las letras: r-a-t-a, l-a-t-a, p-a-t-a. Las letras son representaciones gráficas de los sonidos de la lengua, también llamados fonemas.

CAPÍTULO 3: LA FORMACIÓN DE LAS PALABRAS

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Los fonemas no tienen significado en sí mismos ("r", "l", "p" no significan nada), pero pueden diferenciar significados. Observen las palabras anteriores: el cambio de un solo fonema (r, l, p) determina otras palabras, con distinto significado. Otras unidades, aunque no mínimas, en que puede dividirse una palabra son las sílabas: ra-ta, la-ta, pa-ta. Al igual que los fonemas, tampoco las sílabas tienen significado propio, excepto que sean, a la vez, una palabra: sol, y, él, por ejemplo. Las sílabas Para separar una palabra en sílabas, siempre resulta útil "decirla en voz alta". Esto se debe a que la sílaba es la emisión de un sonido o de un grupo de sonidos que se pronuncian con un solo impulso de aire. Las vocales solas pueden constituir una sílaba (a-ni-mal) pero las consonantes tienen que estar unidas a una vocal para formar una sílaba (ma-de-ra). 1. Formen una lista de palabras cambiando un solo fonema (o letra) por vez. Sigan el ejemplo. 2. Separen en sílabas las palabras que escribieron en la actividad 1.

rata rato reto

ra-ta ra-to

La raíz y las familias de palabras Las palabras también están formadas por otras unidades que tienen significado: son los morfemas.

Planta perenne, de tronco leñoso y elevado, que se ramifica a cierta altura del suelo (significado básico).

ARBOL- ITO De tamaño pequeño.

El morfema que otorga el significado básico a una palabra se denomina raíz. Por ejemplo, en la palabra guitarrista, guitarr- es la raíz. Con la misma raíz se forman guitarrita, guitarreada, guitarrero, guitarrazo y guitarrería. Las palabras que comparten una misma raíz forman una familia de palabras. ¿Es de la familia o no? Algunas palabras se parecen porque tienen las mismas letras, pero no forman parte de la misma familia porque esas letras no corresponden a la misma raíz. Por ejemplo, libra y libro. Estas palabras no forman parte de la misma familia, ya que sus raíces tienen significados diferentes. 3. Escriban palabras de cada familia a partir de las siguientes raíces.

profes- profesor profesión

person-

niñ-

4. Tachen las palabras intrusas que no pertenecen a las familias.

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a) internacional - nación - nasal - nacional - multinacional – nacionalismo b) pan - empanar - panecillo - panadero - panal - panadear - panadería Los prefijos y los sufijos Existen otros morfemas que se ubican antes o después de una raíz y le agregan distintos significados.

in feliz mente

Prefijo

Raíz

Sufijo

• Los morfemas que van antes de la raíz se llaman prefijos: ilegal, descoser, extraordinario, releer, subrayar, supermercado. • Los morfemas que se ubican después de una raíz se denominan sufijos: armable, trabajador, cajita, autoritarismo, verdulero, peatonal, lentísimo. 7. Marcar las raíces de las siguientes palabras.

esclavizar fácilmente Hombrecillo incansable recargable

repasador ultrafácil Hojita relojero Semifinal

desalentador cochazo desmalezador previsible imprevisible

8. Formen palabras que incluyan los siguientes morfemas. Prefijos: anti-, sub-, des-, ¡n-

Sufijos: -ble, -dor, -miento, -ucho, -azo

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9. ¿Cómo están formadas las siguientes palabras? Separen la raíz, los prefijos y los sufijos de cada una.

perrazo

despintable

inevitablemente

anticonstitucionalmente

10. Agreguen distintos prefijos y sufijos a las palabras de la lista para formar otras nuevas. Tengan en cuenta que algunas raíces pueden sufrir algún cambio cuando se les agrega un sufijo. Por ejemplo: barco, barcaza, barquero, barquito.

Palabras Prefijos Sufijos

capaz, inteligente, realizar, hacer, estrenar, suelo, alérgico, correcto, superar, rápido, acelerar, coche, verdura,economía, pelota

in-, des-, pre-, re-, sub-, super-, anti-

-ble, -mente, -ísimo, -ito, -dor, -azo, -ería, -ista

Palabras simples, derivadas y compuestas • Algunas palabras están formadas solo por una raíz, es decir, no tienen ni prefijos ni sufijos. Se llaman palabras simples. Por ejemplo: sol, pan, ayer, razón, gota. • En cambio, las palabras que se forman con una raíz más un prefijo, un sufijo o ambos son palabras derivadas (es decir, derivan de una palabra simple). Por ejemplo: triciclo (que deriva de ciclo), manotazo (de mano), antigripal (de gripe). • Otras palabras se forman a partir de dos o más palabras: caradura (cara + dura), pelapapas (pelar + papas), sacacorchos (sacar + corcho), correveidile (correr + ver + ir + decir). Estas palabras se llaman compuestas. Las comunidades primitivas preparaban a cada uno de sus miembros para enfrentar las etapas nuevas que se dan en la vida. Sus enseñanzas se dirigían principalmente a la juventud, en vísperas de su alejamiento del hogar y en su enfrentamiento con problemas como el amor, la fidelidad, la justicia, las fuerzas desconocidas. Uno de esos recursos, junto a la magia y la hechicería, eran los relatos que les señalaban las posibles soluciones. Luego, estas

CAPÍTULO 4 : EL CUENTO

MARAVILLOSO

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narraciones perdieron su condición de rito secreto y comenzaron a transmitirse oralmente a modo de enseñanza práctica. El cuento maravilloso es un relato construido sobre la base de un conjunto reiterado de situaciones humanas para explicar aspectos de la vida, Incluye además hechos extraordinarios que causan nuestra maravilla o admiración. Nació en tiempos remotos y se conserva en la cojriunidadi sobre todo en las tradiciones campesinas. Por eso es fácil encontrar variantes, hasta de los cuentos más conocidos, en regiones diferentes. El ogro con plumas de Ítalo Calvino Había una vez, en un reino muy lejano, un rey que enfermó gravemente. El mago de la corte le advirtió que sólo podría curarse con una pluma del ogro de la montaña. Era algo muy difícil de conseguir, puesto que el ogro devoraba a todos los que se le acercaban. Pero un joven soldado, valiente y leal, sintió pena por el monarca. Se puso en camino y, cuando llegó la noche, entró en una posada. —El ogro vive en una de las siete cavernas de la cima —le dijo el posadero—. Si te atreves, pregúntale por mi hija, quien desapareció hace muchos años. ¿Y no me traerías también a mí una de sus plumas? —Lo que pides tendrás —dijo el joven. Por la mañana, el joven partió y llegó hasta la orilla de un caudaloso río. El barquero lo cruzó en su barca. —El ogro vive en la séptima caverna. Tráeme una pluma para mí y pregúntale por qué extraño encantamiento no puedo bajar de esta barca... —Lo que pides tendrás —prometió el soldado. Luego descansó junto a una fuente que estaba seca. Su dueño le dijo: —Al mediodía, el ogro no está y la muchacha que lo sirve podrá ayudarte. Averigua por qué mi fuente, que antes daba un agua de oro, ahora está seca. —Lo que pides tendrás —le aseguró el joven. El decidido muchacho llegó a la cima, buscó la séptima cueva y descubrió la puerta del ogro. Una bella muchacha lo recibió. —Te ayudaré, pero debes prometerme que me llevarás contigo. Escóndete debajo de la cama y no hagas ningún ruido, porque te comerá de un bocado si te descubre. La joven preparó una suculenta cena y le puso especias perfumadas para condimentarla. De esta manera, el ogro no pudo descubrir con su olfato al intruso. Luego de la cena, se durmió sobre su gran cama y la joven se acostó en el piso. A medianoche, le arrancó una pluma. Él protestó. —Es que tuve un mal sueño —le dijo la joven—. Soñé con una fuente que daba un agua de oro y ahora está seca... ¿Qué le habrá pasado? —Tu sueño es real. Dentro de la fuente hay una serpiente de oro enroscada; si la matan, el agua brotará nuevamente —le explicó el ogro y se durmió. Al rato, la joven le arrebató otra pluma. Él se quejó. —¡Tuve otro sueño! Había un barquero que no podía bajar de su barca... —Otro sueño verdadero. Es porque está encantado: cuando alguien suba a su barca, tendrá que bajarse a tierra primero y el otro quedará atrapado. El ogro volvió a roncar y la muchacha le arrancó la tercera pluma. —¡Qué noche de pesadillas! Ahora he soñado con un posadero que no sabe dónde está su hija. —Esa hija eres tú. ¡Y ya no sueñes, si no quieres que te coma! Al amanecer, los jóvenes se escaparon. Corrieron hasta la fuente y le explicaron a su dueño el misterio. Cruzaron el río en la barca, le revelaron al pobre hombre cómo podría escapar de ella y le dieron una pluma. Al llegar a la posada, el padre de la joven recibió la segunda pluma y lloró de alegría al ver a su hija. Quiso que se casara de inmediato con el

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valiente soldado. Él aceptó encantado. Sin embargo, fue primero a ver al rey. Con la tercera pluma lo curó de su enfermedad. El monarca le dio una cuantiosa recompensa y el soldado se fue corriendo a su boda. ¿Y el ogro? Al parecer, los había perseguido para devorarlos, pero luego de cruzar el río, el barquero había saltado a tierra antes que él. El ogro nunca más pudo bajarse, porque todos conocían el truco y no volvieron a subir a la barca. Los cuentos maravillosos, como "El ogro con plumas", son narraciones que incluyen hechos y seres sobrenaturales. Los sucesos que ocurren en estos cuentos no pueden explicarse a partir de la lógica de la razón, pero el lector los acepta porque sabe que suceden en el mundo de la fantasía. Además del carácter sobrenatural de los hechos que se narran, los cuentos maravillosos tienen otras características muy definidas. Se destaca la presencia de personajes sobrenaturales, como los ogros, y de seres con poderes mágicos, como las brujas. El protagonista obtiene de estos seres un objeto mágico que le da poder o la ayuda necesaria para triunfar en una aventura. Además, los personajes poseen cualidades opuestas y exageradas: son muy bondadosos o excesivamente malos, muy ricos o sumamente pobres. Es común, también, que los nombres aludan a la condición social o a una característica del personaje. Por ejemplo, a Cenicienta la llamaban así porque siempre estaba sucia con las cenizas de la cocina. Estos cuentos utilizan fórmulas de apertura (Había una vez...) y de cierre (Fueron felices y comieron perdices), las cuales suelen aparecer en versos con rima. Muchos cuentos maravillosos, como "El ogro con plumas", reservan un final feliz a los personajes principales. Pero en los cuentos de Hans Christian Andersen, en cambio, esto muchas veces no se cumple. En "El soldadito de plomo", por ejemplo, ambos protagonistas mueren. 1. ¿Qué cualidades tiene el soldado? ¿Por qué decide emprender la aventura? 2. ¿Por qué nadie quiere ir a buscar las plumas? 3. ¿Qué características tenía el ogro? 4. Mencioná los datos que aportan el posadero, el barquero y el caballero para ayudar al joven. 5. Explica qué le solicitan a cambio. 6. ¿Qué le pide la muchacha al soldado? ¿Cómo consigue las plumas y las respuestas? 7. ¿Por qué el ogro no puede atraparlos? 8. ¿Cuáles son los aspectos del cuento que podrían calificarse como maravillosos? 9 . ¿Cuál es la fórmula de apertura de "El ogro con plumas"? 10. Además del ogro, ¿qué otros elementos sobrenaturales se mencionan? 11. Hace una lista de los personajes. ¿Se los nombra por su condición o tienen apodos relativos a alguna característica particular? Justifica tu respuesta. 12. ¿Qué número se repite en el relato? ¿Cuál es la frase que se reitera? En la actualidad entendemos por cuento maravilloso el relato que reúne a la magia y a la hechicería para explicar hechos de la vida que son de difícil comprensión. A veces se llega inclusive a personificar fuerzas de la naturaleza. Tam Lin ;„, . .... Una vez, hace muchísimos años, vivía en el reino de Escocia una hermosa joven. Se llamaba Janet y era hija de un conde muy querido en la comarca. Janet había heredado de su padre la bondad y el deseo de ayudar a quienes lo necesitaran. Habitualmente, salía de su enorme castillo de piedra gris y daba largos paseos por las praderas que lo rodeaban. Cerca de

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allí se extendía un tupido bosque sobre el que los habitantes de la zona contaban historias que llenaban de espanto. A pesar de los terribles relatos de los lugareños, o quizá por causa de ellos, un día de sol Janet se puso un vestido nuevo, trenzó su pelo rubio y salió sola a caminar por el bosque que tenía tan mala fama. Apenas entró, quedó maravillada por las matas de rosas que crecían por todas partes. Eran tan hermosas y perfumadas que no pudo evitar la tentación y cortó una rosa blanca para prenderla en su cabello. No bien lo hizo, apareció un joven caballero que le dijo firmemente: —No se puede pasear por este bosque ni cortar las rosas sin mi permiso. —No quise hacer nada malo, te pido que me perdones —se disculpó ella. Él sonrió al escucharla y la miró con cariño. —Sería muy feliz si pudiera darte todas las rosas que crecen aquí, pero no son mías. —¿Cuál es tu nombre? —preguntó Janet. —Me llamo Tam Lin —respondió el joven. —¡Tam Lin, el caballero elfo! —exclamó Janet y arrojó la rosa con temor. —No tengas miedo. Aunque me digan caballero elfo, soy un ser humano. Mis padres murieron cuando era muy pequeño y mi abuelo me llevó a vivir con él. Un día, mientras cazábamos en estos mismos bosques, comenzó a soplar un viento extraño. Sentí mucho sueño y me quedé dormido profundamente. Al despertar, estaba en la tierra de la Reina de los Elfos, que me había raptado mientras dormía. Desde entonces le pertenezco, y durante el día cuido sus bosques. ¡Cómo quisiera ser nuevamente un ser humano! ¡Deseo con todo mi cora-zón verme libre del encantamiento! Tam Lin habló con tanta tristeza que Janet le preguntó conmovida: —¿Cómo puedo ayudarte? —Esta noche es el primer día de noviembre. Es el único momento en el que hay una posibilidad de devolverme a la vida humana. Los seres mágicos viajan a otra comarca y yo voy con ellos. —¿Qué puedo hacer? —Al llegar la medianoche, tendrás que ir a la entrada del bosque y esperar allí hasta que pase la caravana de los seres mágicos. Vas a ver pasar tres grupos. Yo voy en el tercero, montado en un corcel blanco. Cuando me veas, correrás hasta mí; sin miedo, me tirarás del caballo y me abrazarás muy fuerte. ¡No me sueltes, pase lo que pase! Esa es la única manera en que podré volver a tu mundo. ¿Lo harás? Sin palabras, Janet asintió con su mirada. Esa noche, poco antes de las doce, Janet corrió hacia el lugar indicado por Tam Lin y se escondió en las sombras, detrás de un enorme árbol oscuro, hasta que escuchó que se acercaban los lúgubres seres mágicos. Luego, apareció ante su vista el primer grupo fantasmal de elfos, encabezado por la Reina que montaba un corcel de color azabache. Janet se quedó inmóvil y los dejó pasar, como le había pedido Tam Lin. Tampoco se movió cuando pasó el segundo grupo. En el tercero distinguió el caballo blanco de Tam Lin que llevaba una corona de oro sobre su cabeza. Entonces, Janet salió de la oscuridad, corrió hacia el caballo, derribó a Tam Lin y lo rodeó con sus brazos. En ese momento se escuchó una voz espectral: —¡Tam Lin se escapa! El caballo negro de la Reina de los Elfos se detuvo y ella se volvió para mirar con odio inhumano a Janet que abrazaba con todas sus fuerzas a Tam Lin. Entonces les lanzó un hechizo: Tam Lin se convirtió en una lagartija; a pesar de eso, Janet la mantuvo apretada contra su pecho. Luego, la lagartija se transformó en una serpiente fría y escurridiza que se enroscó al cuello de Janet, mientras ella la sujetaba firmemente. Después, la fría serpiente se transformó en una barra de hierro al rojo, pero fanet no claudicó. Por fin, la Reina comprendió que había perdido para siempre a su elfo más querido. Entonces, dijo con un tono fúnebre:

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—¡Adiós, Tam Lin! ¡Nunca creí que el amor de una mortal fuera tan fuerte! ¡La odiaré siempre! Mientras la Reina hablaba, la pálida luz del amanecer comenzó a iluminar la Tierra. Los jinetes se alejaron velozmente y solo quedó de ellos el recuerdo de sus sombras. Tam Lin besó las doloridas manos llenas de quemaduras de Janet y juntos regresaron al castillo de piedra gris, donde se casaron y vivieron felices el resto de sus días. Comarca: división de territorio que comprende varias poblaciones. Elfo: en la mitología del norte de Europa, genio, espíritu del aire. Lúgubre: sombrío y triste. Hierro al rojo: el hierro calentado al fuego se pone de color rojo. Claudicar: ceder ante una presión o tentación. "Tam Lin" es un cuento maravilloso de la Escocia medieval. En los cuentos maravillosos, generalmente, un héroe ayuda y salva a una dama que se encuentra bajo el poder de algún encantamiento. En "Tam Lin", por el contrario, la joven Janet es la heroína que supera pruebas dolorosas para rescatar a Tam Lin del mundo mágico de la Reina de los Elfos. E! final feliz Muchos cuentos maravillosos presentan conflictos que se resuelven con un final feliz, para satisfacción de los lectores, que esperan que los problemas se resuelvan de la mejor manera y que los protagonistas se casen. En cambio, otros cuentos tienen un final triste o melancólico en el que el amor entre un ser humano y otro sobrenatural resulta imposible. • ¿Qué significa la frase "...y comieron perdices" con que cierran muchos relatos maravillosos? ¿Con qué sentimiento se asocia?

1. ¿Quiénes son los personajes principales del cuento? 2. ¿Dónde conoce Janet a Tam Lin? 3. ¿Qué hace Janet para rescatar al elfo del reino mágico? 4. Tachen lo que no corresponda.

• Tam Lin se salva porque la Reina de los Elfos se distrae.

• Tam Lin se salva gracias al amor de Janet.

• Tam Lin se salva porque Janet tiene poderes mágicos. Los cuentos maravillosos, o cuentos de hadas, narran hechos que nunca pueden suceder en el mundo real, "Tam Lin" es un cuento maravilloso porque los elfos conviven con los seres humanos. Esos personajes sobrenaturales, como por ejemplo la Reina de los Elfos, se desplazan entre el mundo de las personas y un mundo mágico. Además, existen hechizos que provocan transformaciones en los personajes. Los lectores aceptan que en ese mundo representado aparezcan seres y objetos mágicos y que ocurran cosas sobrenaturales, porque así son las cosas en ese mundo creado por el cuento. 5. Los dos lugares donde se desarrollan las acciones son el castillo y el bosque, y se describen por oposición. Completen las oraciones del cuadro.

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Castillo

Bosque

Las paredes están hechas de …………………… Alrededor hay……………………… Es un lugar tranquilo y………………….. Allí viven……………………..

Es un lugar ………………… Crecen……………………. Allí viven los………………….. La dueña es……………………………

6. Relean los dos primeros párrafos del cuento y expliquen por qué creen que Janet decide entrar en el bosque de "mala fama". En "Tam Lin", entrar al bosque implica dejar el mundo conocido, cruzar un umbral e ingresar en un mundo maravilloso. A través de oposiciones entre los dos espacios, el narrador pone de relieve el carácter sobrenatural de los hechos que ocurren del lado del mundo mágico. Tengan en cuenta los contrastes que se dan, por ejemplo, entre los momentos del día (la luz y la claridad del mundo humano contrastan con la noche del mundo mágico). Lo maravilíoso en el cine Películas como Crónicas de Narnia,El Señor de los anillos, Harry Potter y el cáliz de fuego, Harry Potter y la piedra filosofal comparten varias características con los cuentos maravillosos: en ellas conviven seres sobrenaturales con humanos, hay objetos mágicos, algunos personajes tienen el poder de hechizar o encantar. • ¿Vieron alguna de estas películas u otras que tengan elementos maravillosos? • ¿Qué elementos sobrenaturales pueden identificar en esas películas? Los elementos maravillosos Algunos personajes, situaciones y escenarios aparecen en muchos cuentos maravillosos de diferentes orígenes, combinados de diferentes formas. Por ejemplo: 1- El encantamiento. Un ser mágico y poderoso (hada, bruja, ogro) hechiza a un ser humano por amor o por venganza. 2- Las pruebas. Un héroe o una heroína pasan por pruebas peligrosas para romper el hechizo. 3- La medianoche. Generalmente, la medianoche es e! momento cuando se rompen los encantamientos.

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4- Los lugares mágicos. Las acciones suelen desarrollarse en lugares mágicos como bosques, montañas, castillos. 5- La presencia del número tres. Los protagonistas pueden ser tres hermanos, las pruebas que debe cumplir el héroe para romper un hechizo suelen ser tres, etcétera. 6- Las fórmulas de inicio y final. La mayoría de tos cuentos maravillosos comienzan y terminan con algunas fórmulas fijas: "Había una vez...", "Érase que se era...", "Colorín colorado, este cuento ha terminado", "Y fueron felices por siempre", etcétera. 7. Completen las oraciones que resumen el relato del encantamiento que Tam Lin le cuenta a Janet. Los padres de Tam Lin………………………………………………………………………………………… cuando él………………………………………………………………………… Entonces, su abuelo lo llevó ……………..…………………………………………………………………………… Un día, mientras Tam Lin cazaba…………………………………………….., sopló……………………………..y…………………………………………..………………….quedó dormido. Cuando despertó, estaba………………………………………………………………………... La reina lo había raptado y, a partir de ese instante, Tam Lin se convirtió en……………………………………………………………………………………………………… 8. Completen las siguientes oraciones. En "Tam Lin", el ser mágico y poderoso es……………………………………………………….., porque es capaz de…………………………………………………………………………………………………………… El……………………………………………..sufre un hechizo………………………………………..que lo convierte en………………………………………………. La heroína del cuento es ……………………………………………………………. , ya que ……………………………………………………………………………………………………………… 9. ¿Cuáles son las pruebas por las que pasa Janet para salvar a Tam Lin del mundo de los elfos? 10. Justifiquen por qué "Tam Lin" es un cuento maravilloso. Deben ofrecer cuatro razones o argumentos. Pueden comenzar la respuesta así: "Tam Un" es un cuento maravilloso porque, en primer lugar,... 11. Imaginen, por ejemplo, que Janet no resiste abrazar a la serpiente. ¿Qué hubiera sucedido en ese caso?

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La palabra Juan nombra a una persona, mientras que taza nombra un objeto y elefante, un animal. Salta y Australia nombran lugares. Amor, por su parte, nombra un sentimiento, como odio. Descenso nombra una acción (descender) y belleza, una cualidad (bello). Las palabras que asignan un nombre a las personas, los objetos, los animales, los lugares, los sentimientos, las acciones y las cualidades son los sustantivos.

1. Subrayen los sustantivos del siguiente fragmento de la novela Jane Eyre, de Charlotte Bronte. Pasó una semana y no venían noticias del señor Rochester. La señora Fairfax decía que a ella no le extrañaría que él se hubiese ido a Londres, y de allí al continente, sin aparecer por nuestra casa, en Thornfield, durante un año; pues todo eso estaba en sus costumbres y en su carácter. Cuando yo oía eso, un extraño frío me entraba en el corazón... Clasificación semántica de los sustantivos Teniendo en cuenta su significado, es decir, el aspecto semántico del estudio de la lengua, los sustantivos se clasifican de la siguiente manera:

SUSTANTIVOS PROPIOS

SUSTANTIVOS COMUNES

Como todos los sustantivos, los propios también nombran personas, lugares geográficos, instituciones... pero no lo hacen de un modo general, sino específico, es decir, individualizándolos dentro de su clase. Con el sustantivo común río se designa a todos los cursos de agua dulce. En cambio, Pilcomayo designa uno en particular. Los sustantivos propios se escriben con inicial mayúscula.

Nombran objetos, seres, lugares, sentimientos, acciones, etcétera, señalando su pertenencia a una clase. Por ejemplo: con el sustantivo común perro se designa a todos los individuos de esa clase (mamífero cuadrúpedo, con pelo, que ladra), aunque sean tan diferentes entre sí como un perro dálmata y un perro chihuahua. Los sustantivos comunes se escriben con minúscula, excepto cuando encabezan una oración.

Sustantivos concretos Sustantivos abstractos

Son los sustantivos comunes que pueden percibirse con los sentidos (la vista, el oído, el gusto, el olfato o el tacto) en un mundo real o imaginario. Por ejemplo, son sustantivos concretos caso, voso, mago, sirena, aroma, aire.

Son los sustantivos comunes que se refieren a sentimientos, acciones, cualidades, que no pueden percibirse con los sentidos. Por ejemplo, fluidez, admiración, tristeza, temor, solidaridad.

Sustantivos individuales Sustantivos colectivos

Designan un solo ser u objeto: como oso y libro. Estos sustantivos tienen una forma singular (abeja) y una forma plural (abejas).

Nombran, en singular, a un conjunto de seres, objetos, luga-res. Por ejemplo, un enjambre es un conjunto de abejas; un ejército, de soldados; un archipiélago, de islas.

Atención: no debe confundirse la noción de colectivo con la noción de plural. Un sustantivo colectivo también admite plural (ejército - ejércitos).

CAPÍTULO 5: EL SUSTANTIVO

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Formación de sustantivos Los sustantivos pueden ser palabras simples, derivadas o compuestas.

Sustantivos simples

Sustantivos derivados

Sustantivos compuestos

Son aquellos en cuya formación no intervienen prefijos ni sufijos (mar, sol, amor, odio, miedo, engaño).

Sustantivos derivados de adjetivos Son aquellos que se forman agregando uno o más sufijos a la raíz de un adjetivo. Por ejemplo, falsedad (sustantivo) deriva de falso (adjetivo), altura deriva de alto, belleza deriva de bello. La mayoría de estos sustantivos derivados son abstractos.

Sustantivos derivados de verbos También por sufijación, algunos sustantivos derivan de verbos. Desesperación deriva de desesperar, cantante deriva de cantar, trabajador deriva de trabajar.

Son los sustantivos en cuya formación intervienen dos raíces o dos palabras (casaquinta, sacacorchos).

2. Unan cada sustantivo con aquello que designa. Coloquen P si el sustantivo es propio y C, si es común.

¿P o C? Sustantivo Aquello que designa

Ignacio Una provincia argentina.

río La perra de mi amiga.

nena Corriente de agua que desemboca en otra, en un lago o en el mar.

Chaco Cada una de las grandes divisiones de un territorio o Estado.

Lenka Niña de corta edad.

provincia Mi compañero de banco.

3, Escriban otros dos sustantivos propios para cada sustantivo común.

Río Pilcomayo Amazonas

Ciudad

Isla

Océano

País

Escritor

4. Completen el siguiente cuadro con los adjetivos o los sustantivos derivados.

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Adjetivo Sufijo Sustantivo abstracto derivado

Elegante -cia elegancia

-ía alegría

Tranquilo -dad

-eza tristeza

5. Completen el siguiente cuadro con los verbos o los sustantivos que derivan de los verbos.

Verbo Sufijo Sustantivo derivado

Cantar -nte cantante

Extraer -tor

-miento florecimiento

Proteger -ción

-dor trabajador

6. Formen palabras compuestas uniendo de a dos las de la siguiente lista: sacar - araña - girar - discos - soles - corchos - contar - tocar - cuentos – tela

7. Formen sustantivos compuestos combinando verbos con sustantivos.

Verbos Sustantivos sustantivos compuestos

lavar - cascar - limpiar - parar -quitar - sacar - tocar

botas - bocado – corchos- ropas - discos - esmalte - nueces

8. Escriban sustantivos abstractos que incluyan los siguientes sufijos:

-don -eza

-dad -idad

-ez -ura

9. Formen pares uniendo los sustantivos comunes con sus correspondientes sustantivos propios.

Sustantivos comunes Sustantivos propios Pares

río - mar -ciudad - isla - océano - país – volcán

Cuba - Paraná -Chile - Lanín - Mendoza - índico - Rojo

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10. Unan una raíz con un sufijo y formen en la carpeta sustantivos abstractos.

Raíces sufijos sustantivos

honrad-, gord-, igual-, honest-, celebra-, trist-

-ez, -idad, -ción, -eza, -dad

Sufijos que forman sustantivos Los siguientes sufijos forman sustantivos abstractos.

-ada (llegada) -anza (añoranza) -dad (maldad) -era (sordera)

-eza (pobreza) -icia (codicia) -itud (altitud) -sión (diversión)

-xión (reflexión) -ancia (vigilancia) -ción (afectación) -encía (violencia)

-ez (pequeñez) -ia (falacia) -ida (salida) -or (cantor) -ura (añadidura)

El género y el número de los sustantivos Los sustantivos varían en género (masculino o femenino) y número (singular o plural).

El perro La perra Los perros Las perras

Masculino singular Femenino singular Masculino plural Femenino plural

El género

Hay sustantivos de género variable, es decir, que presentan formas para el masculino y el femenino:

• generalmente, la forma del masculino termina en consonante o en -o (lobo / doctor) y la forma del femenino, en -a (loba / doctora)

• algunos sustantivos forman el femenino con otros sufijos: -ina (rey / reina), -esa (duque / duquesa), -isa (poeta / poetisa), ¡z (emperador / emperatriz)

• Otros sustantivos indican el femenino con una palabra diferente del sustantivo masculino; por ejemplo, para el masculino caballo, el femenino es yegua.

Hay sustantivos de género fijo, es decir que no admiten el género con-trario. En estos casos, el género se reconoce por medio de las palabras que acompañan al sustantivo. Árbol, por ejemplo, es un sustantivo de género fijo (es masculino; no admite femenino), al igual que noche; nube... El género se reconoce a través de artículos y adjetivos: el árbol florido (masculino), la nube oscura (femenino).

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El número El número indica sí un sustantivo nombra a uno solo: singular (una cartuchera, una vaca, un bosque) o si nombra a más de uno: plural (cinco cartucheras, las vacas, muchos bosques). Para formar el plural de los sustantivos, puede agregarse el sufijo -s, como en auto / autos o el sufijo -es, como en pincel/pinceles. También existen sustantivos que no varían al pasarlos al plural como: la crisis / las crisis o el jueves / los jueves. Sustantivos que solo se usan en plural Algunos sustantivos sólo se usan en plural: las vacaciones, los víveres, las tinieblas, los alrededores, los celos, las ganas, las cosquillas. ¿Por qué creen ustedes que estos sustantivos solo se usan en plural? • Escriban oraciones en las que usen esos sustantivos y otros del mismo tipo que propongan ustedes. 1. Determinen a qué conjunto de sustantivos individuales corresponden los siguientes sustantivos colectivos:

sustantivos colectivos sustantivos individuales

Dentadura

Ejército

Olivar

Pelaje

Rebaño

Rosedal

Trigal

2. Escriban la forma del femenino de:

Actor- Duque- Socio-

Conde- Gallo- Varón-

Escritor- Juez- Zar-

3. Subrayen los sustantivos masculinos de las siguientes oraciones. Luego, reescríbanlas pasando los sustantivos a su forma femenina en plural. No se olviden de hacer los cambios necesarios para que la oración resulte correcta.

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Ejemplo: El marqués paseaba con su gato siamés.

Las marquesas paseaban con sus gatas siamesas.

Un caballito trota feliz, lo sigue un toro de color gris.

El actor no representará más obras trágicas.

El yerno de mi tío es un conocido dentista.

Un rey dejó su corona sobré la mesa; llegó su nieto y la usó para jugar. El padre lo descubrió y lo dejó sin la cena.