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URUGUAY CRONOLOGIA HISTORICA DOCUMENTADA 5Parte II

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WALTER RELA

5Parte II

1931-1967

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Sumario1931-1947 6. 7. 8. 1931-1938 1938-1942 1942-1947 Presidencia de Terra Presidencia de Baldomir Presidencia de Amzaga 1947-1967 9. 1947-1952 Presidencia de Berreta Presidencia de Batlle Berres Presidencia de Martnez Trueba Consejo Nacional de Gobierno Mayora del Partido Colorado Consejo Nacional de Gobierno Mayora del Partido Nacional

10. 11.

1952-1959 1959-1967

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6.

1931 - 1938. Presidencia de Gabriel Terra

1931.en. Reunin del Congreso Elector del P.N. Eligen como Presidente del Directorio a Ismael Cortinas. Triunfo del grupo ant-herrerista. feb. Luis A. de Herrera funda el Comit Nacional Herrerista cuyas metas son: lucha contra el colegiado y campaa pro-reforma constitucional.1 mar. Asume la Presidencia de la Repblica Gabriel Terra. 2 La Presidencia del Consejo Nacional de Administracin, Juan P. Fabini (bienio 1931-32). Surgen discrepancias entre el Presidencia de la Repblica y los Consejeros lo que lleva al primero a emprender una gira poltica por el interior para propiciar una reforma constitucional.3 Se concreta un acuerdo entre dirigentes nacionalistas (no herreristas) con los colorados para impulsar la creacin de Entes Autnomos. Los cargos de cada directorio se llenaran en forma proporcional a los votos de la ltima eleccin.4 Herrera critic duramente el acuerdo que llam despectivamente Pacto del Chinchuln (en clara alusin a las achuras de vacunos y ovinos). 5 abr. Para evitar o reducir el contrabando fronterizo con el Brasil el P.E. destaca tropas cerca de la lnea divisoria. ag. En un acto poltico programado por el P. Comunista se producen incidentes callejeros.

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sbre. Discurso del Presidente Terra en el interior sobre la situacin poltica actual.6 oct. 15. Se crea la Administracin Nacional de Combustibles Alcohol y Portland (ANCAP) como Ente Autnomo lndustrial.7 Se fusiona el Consejo Nacional de Higiene con la Asistencia Pblica Nacional y se crea el Consejo de Salud Pblica. oct. En Carmelo (Departamento de Colonia) se realiza un acto poltico de los partidarios de Herrera que se interrumpi por incidentes provocados por militares de izquierda cuando el lder nacionalista se diriga al pblico. oct. 29. Se cumplen las elecciones para la Cmara de Diputados y los Gobiernos Departamentales. Resultados: 309.048 sufragios. P.C. 151.791, P.N. 133.625, Blancos Radicales 3.367, P. Comunista 6.235, P. Socialista 5.630. Dentro del P.N. la distribucin fue la siguiente: Herrera 83.000, Blancos independientes 50.000 votos. nov. Se crea la compaa area nacional denominada Primeras Lneas Uruguayas de Navegacin Area (PLUNA) sociedad de economa mixta. dbre. 17. Eduardo Acevedo Alvarez es designado Ministro de Hacienda.

1932.feb. Se menciona un complot de los comunistas contra la seguridad del Estado. Detienen por unas horas al diputado del P. Comunista Lizzarraga y se procede por va policial a la clausura del diario Justicia. jun. El Presidente Terra se rene con los principales lderes polticos para encarar una accin comn en pro de la reforma constitucional (con vuelta al rgimen presidencialista). Se abstienen de concurrir los batllistas netos y los nacionalistas principistas.8 jul. Ruptura de relaciones diplomticas con la Argentina (hasta sbre). ag. Alberto Demicheli titular del Ministerio del Interior.9 sbre. Entra a funcionar la Central termoelctrica Batlle y Ordez dependiente de UTE en Montevideo (zona del arroyo Seco).

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oct. Prdica del Presidente de la Repblica por la reforma de la Constitucin mediante el plebiscito directo.10 nov. Se realiza el acto electoral de carcter nacional para la renovacin parcial del Consejo Nacional de Administracin. Herreristas y colorados riveristas se abstienen lo que llev al 50% el nmero de votantes (160.625) sobre los habilitados (317.980 en las elecciones de 1930). Triunf el batllismo con su candidato Antonio Rubio. Los nacionalistas independientes llevaron a Gustavo Gallinal. La escisin en el P.N. es profunda y los principistas (blancos independientes optan por abandonar el Directorio). dbre. 16. Se sanciona la Ley que otorga derechos civiles a la mujer como el voto en las elecciones nacionales y departamentales (Recin los ejercer en 1938). dbre. En la ciudad de Minas el Presidente Terra pronuncia un discurso criticando la Constitucin de 1919.11

1933en. 13. Importante reunin del Presidente Terra con Herrera para unir esfuerzos en la campaa para la reforma de la Constitucin. El cambio radical se impone, hay que hacerlo ahora era la consigna.12 La crisis econmica que vive el Uruguay se refleja en la vida poltica y se rompe el equilibrio entre el P.E. y el Consejo Nacional de Administracin. Desde el diario herrerista El Debate se emprende contra el colegiado al que tipifican como recuerdo de una poca de miseria moral y de corrupcin poltica. Movimientos revolucionarios en la frontera N. con el Brasil provocados por los adeptos a Neponucemo Saravia, llegando a hablar de una marcha sobre Montevideo. La Federacin Rural y el Comit de Vigilancia Econmica (creado por Campisteguy en 1929) se manifestaron a favor de la reforma. Serie de entrevistas entre el Presidente Terra, Manini Ros y Herrera que anuncian inmediatos cambios polticos. feb. 3. Terminante discurso del Presidente Terra en Rocha sobra la actualidad.13

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mar. 1. Asumen sus cargos los 3 Consejeros electos en noviembre pasado ante la indiferencia de la ciudadana. mar. 14. Se realiza un acto poltico en el Teatro La Lira en la que el Presidente de la Gran Comisin Nacional Pro-Reforma, Alfredo Navarro, en nombre de todos pide que el Presidente de la Repblica ejerza el poder con prescindencia del Consejo Nacional. Herrera que se encuentra de viaje en Ro de Janeiro enva su total adhesin al acto y a sus resoluciones. mar. 15. Mensaje del Presidente Terra al Parlamento sobre la crisis poltica.14 mar. 29. Decreto del P.E. sobre la manifestacin poltica de los antireformistas colorados (batllistas).15 mar. 30. El P.E. prohibe el acto de la Convencin del Batllismo que intentaba considerar un proyecto de reforma constitucional autora de Domnguez Cmpora. Desde las pginas del diario El Da se acusa al Pres. Terra de querer convertirse en dictador.16 En la fecha el Presidente resuelve adoptar una serie de medidas consideradas extraordinarias como intervencin de UTE, aguas corrientes, telfonos, telgrafos y censura a la prensa peridica.17 Para manejar mejor la situacin el Presidente Terra constituye su despacho en la sede del Cuartel de Bomberos en la capital. Con las horas se anuncia la concrecin de un Golpe de Estado y tanto la Asamblea General como el Consejo Nacional mantienen reuniones extraordinarias en forma permanente. La Asamblea se pronuncia por 64 votos contra 42 en contra de las medidas del P.E. pidiendo su anulacin.18 El Consejo las rechaza tambin y remite un mensaje a la Asamblea General dando cuenta de su resolucin. mar. 31. La situacin llega a un punto crtico por el que el Presidente resuelve la disolucin del Consejo Nacional de Administracin y del Poder Legislativo. Se nombra una Junta de Gobierno con funciones asesoras del P.E.19 Se decreta la prisin de dirigentes polticos opositores al Presidente Terra. Baltasar Brum dispuesto a enfrentar las contingencias decide suicidarse.20

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abr. 1. Comienza la etapa poltica llamada Revolucin de Marzo que recibi apoyo de los riveristas, colorados radicales, herreristas, ex-Pres. de la Repblica como Williman, Campisteguy, Serrato, ex Consejeros Nacionales como Jos Espalter, Andrs Puyol y Federico Fleurquin, la banca (nacional), la Federacin Rural, las Cmaras de Industria, de Comercio y otras instituciones gravitantes en la economa nacional.21 Hubo una reaccin contra el golpe de estado.22 Pero tambin un importante sector de la ciudadana manifest su adhesin al Golpe de Estado del Presidente Terra.23 abr. 2. La Direccin de Comunicaciones asumir desde la fecha el contralor de la prensa oral y escrita y de todas las noticias que entren o salgan del pas. abr. 5. Se crea el Consejo Honorario de Salud Pblica. Se firma un Convenio Comercial con Espaa. abr. Se firman Tratados de Amistad y Comercio con Turqua y con Egipto. abr. 6. Se procede a la disolucin de todos los Concejos Departamentales y de las Asambleas Representativas las que sern sustituidas por Juntas Deliberantes. Los gobiernos municipales estarn a cargo de Intendentes (uno por departamento).24 abr. 7. Se crea el Consejo Superior del Trabajo que entender en los problemas laborales. abr. 11. Se dicta un decreto por el que no se llenarn las vacantes producidas por bajas en la Administracin Pblica. abr. 19. Se regulan las censuras a la prensa (oral y escrita) local aumentando su rigurosidad. abr. 22. Por decreto se disuelve la Corte Electoral que estaba integrada por representantes de los Partidos Polticos. abr. 26. Se dicta un decreto prohibiendo las huelgas obreras y se procede a la represin sindical que puede alcanzar hasta la deportacin de dirigentes que a juicio del P.E. provoquen conflictos.

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abr. 28. El P.E. nombra una comisin honoraria para estudiar la legislacin vigente sobre minoridad, la integran: Luis Morquio, Melitn Romero, Julin Alvarez Corts, Jos Martiren, Sofa Alvarez Vignoli de Demicheli, Julio A. Bauz y el profesor Emilio Fourni. La preside: Roberto Berro.25 may. 3. Siguiendo con la poltica pro-reforma constitucional se convoca a una Asamblea Nacional Deliberante que a su vez tenga facultades para convocar una Convencin Nacional Constituyente. La ciudadana deber ratificar o no el plebiscito que conduzca a la reforma de la Carta de 1919. 26 may. 12. En el conflicto blico entre Paraguay y Bolivia el P.E. xecreta su neutralidad. may. 16. El P.E. aprueba la Ley que pondr en marcha el plebiscito. jun. 12. Se aprueba la Ley de elecciones que har posible los prximos comicios. jun. 25. Se realizan las elecciones para los miembros de la Convencin Nacional Constituyente cuyo cometido ser redactar la nueva Constitucin. Resultados: 246.885 votantes (se abstuvieron los batllistas, los nacionalistas independientes y los socialistas) hubo un 42% de abstenciones. P.C. total 129.859 divididos en (terristas) 80.563, (riveristas) 24.088, Por la Tradicin 13.713, Radicales 11.595. P.N. (herreristas) 101.469, P. Comunista 4.950, Cvicos 9.707. Con este resultado fueron electos 152 convencionales colorados, 117 herreristas, 11 cvicos y 5 comunistas.27 ag. 18. El P.E. adjudica a la Armada Nacional el servicio aeronutico.28 ag. 25. La Convencin Nacional Constituyente se instala para iniciar sus trabajos.29 ag. Se cambia la denominacin del Ministerio de Guerra por el de Defensa Nacional. Se completa el gabinete ministerial con: Pedro Cosio en Hacienda, Andrs Puyol en Justicia e Instruccin Pblica, Aniceto Patrn en Obras Pblicas, Alberto Demichelli en Interior (sustituido por Francisco Ghigliani a partir del 24 de nov. hasta abr. de 1934), Augusto Csar Bado en Industrias, Alberto Ma en Relaciones Exteriores y Gral. Domingo Mendivil en Defensa Nacio-

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nal. Como Ministros sin cartera se designaron a Eduardo Blanco Acevedo en Salud Pblica, Csar Charlone en Trabajo y Previsin Social, Roberto Berro en Proteccin a la Infancia. La conduccin econmica nacional le corresponder al P.E. oct. Se firma un Convenio Comercial con el Brasil. oct. 5. De acuerdo a las disposiciones sobre censura de prensa escrita se suspende al diario El Pas por 5 ediciones (hasta el 10). oct. 23. El dirigente batllista Julio Csar Grauert lder del grupo Avanzar al regreso de un acto poltico realizado en el departamento de Lavalleja es detenido en la carretera Pando-Montevideo y es baleado por la polica. Lo acompaaban otros dirigentes batllistas como Pablo Minelli y Juan Francisco Guichn.30 oct. 26. A consecuencia de las heridas recibidas Grauert fallece. El sepelio dio lugar a una imponente manifestacin ciudadana reprimida por la polica.31 nov. 17. Se firma un Convenio Comercial con Alemania. nov. 24. Francisco Ghigliani asume el Ministerio del Interior. dbre. 4. Se aprueba el texto del Cdigo Penal elaborado por el jurista Irureta Goyena que entrar en vigencia en julo de 1934. dbre. Reunin de la VIII Conferencia Internacional Americana en Montevideo con la asistencia de representantes de 20 Repblicas. Se discuti un amplio temario pero lo principal fue la guerra del Chaco y la bsqueda de soluciones pacficas que integraran el problema territorial del Chaco motivo del conflicto armado. Tambin se trataron los derechos civiles y polticos de las mujeres en Amrica. dbre. 14. El P. Socialista fija su posicin frente a la propuesta de los comunistas para formar un Frente Unico de Izquierda para enfrentar la dictadura. dbre. 31. Se da por terminada la funcin de los Concejos Autnomos Departamentales de Administracin y se nombran Intendentes Municipales. Tambin se concluye con la Asamblea Representativa. Alberto Dagnino Intendente Municipal de Montevideo.

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1934.feb. 19. Se convoca a plebiscitar el Proyecto de Reforma Constitucional. mar. 2. El P.E. aprueba la Ley Orgnica de la Universidad. Rector de la Universidad Andrs Pacheco (1931-34). mar. 9. Se aprueba el decreto que ordena sobre la eleccin de decanos de facultades dependientes de la Universidad. mar. 16. Se promulga el Decreto-Ley por el que se convoca a la ciudadana a plebiscitar el 19 de abril prximo el Proyecto de Reforma Constitucional elaborado por la Convencin. En el mismo acto se procedera a aprobar o rechazar la frmula nica presidencial (disposicin transitoria del Proyecto) para el perodo 1934-38. Tambin se elegiran los miembros de las Cmara de Diputados y de Senadores. Los Intendentes y Juntas Departamentales lo seran por decisin del Presidente de la Repblica (disposicin transitoria).32 mar. 21. La Asamblea General Constituyente proclama la frmula Gabriel Terra (Pres.) y Alfredo Navarro (Vice). mar. Se aprueba el tratado de Extradicin firmado con el Brasil en noviembre de 1933. Se promulga la Ley Orgnica para las Fuerzas Armadas Nacionales. abr. 3. Se aprueba por la Comisin de la Cmara el Cdigo del Nio, y se crea el Consejo del Nio que es la entidad dirigente de todo lo relativo a la vida y al bienestar de los menores desde su gestacin hasta la mayora de edad. Se establecen distintos servicios. abr. 6. Discurso del Presidente Terra a la ciudadana. abr. 14. Por decreto del P.E. se aplican ms restricciones a la informacin de prensa en todas sus formas. abr. 19. Se realiza el plebiscito con una asistencia mayor al 50% de los habilitados (422.865) lo que representa su aprobacin por la ciudadana. Votaron por SI 222.145 (95,64%) y por NO 10.124 (4,36%). Eleccin para representantes Nacionales: P.C. 129.832, P.N. 91.608, Unin Cvica 6.878, P. Socialista 5.849, P. Comunista 3.634.

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Dentro del P.C. los batllistas-terristas obtuvieron 104.087, los riveristas 21.853, se abstuvieron los batllistas netos. En el P.N. votaron 91.585 herreristas y 1.295 saravistas, se abstuvieron los nacionalistas independientes. Distribucin de bancas del Senado: P.C. (terristas) 15, P.N. (herreristas) 15 (Senado del medio y medio por texto Constitucional). Cmara de Diputados P.C. (terristas) 43, (riveristas) 10, P.N. (herreristas) 39, P. Socialista 2, Unin Cvica 2, P. Comunista 1. Queda aprobado el nuevo texto Constitucional de 1934.33 abr. 26. Rgimen para el uso de lemas partidarios.34 may. Se procede a amnistiar a los procesados, desterrados y emigrados por razones polticas. may. 3. Se promulga la Ley Orgnica de la Marina. may. 6. Se aprueba la Ley de Lemas por la que la propiedad del lema poltico ser para la lista mayoritaria de cada partido, excluyendo a la minora.35 may. 18. Se designa a Juan Jos Arteaga como titular del Ministerio de Relaciones Exteriores (hasta el 19 de marzo de 1935) y Jos A. Otamendi asume la cartera de Justicia e Instruccin Pblica. jun. 19. Gabriel Terra asume la Presidencia de la Repblica por el perodo Constitucional 1934-38.36 jun. 20. Se aprueban las modificaciones a la Carta Orgnica del Banco Hipotecario. ag. 11. Los opositores al Pres. Terra (batllistas netos y blancos independientes) planean un mitin ciudadano Mitin de la Libertad en el centro de la capital que no cuenta con respaldo popular.37 ag. El Presidente Terra viaja a Brasil en visita oficial. ag. 12. Csar Charlone designado Ministro de Hacienda (sigue hasta dic. de 1937). sbre. 14. En el diario comunista Justicia se da cuenta del rechazo del P. Socialista a integrar con los comunistas el Frente Unico, as como un paro solidario con los obreros grficos en huelga.

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sbre. 29. Renuncia del Ministro del Interior Demichelli ante las intrigas de los grupos herrero-riveristas. oct. 28. Se conoce por parte de la iglesia Catlica la Carta Pastoral Colectiva que declara a la Accin Catlica oficialmente implantada en el Uruguay.38 nov. 28. Se decretan nuevas disposiciones que restringen la libertad de prensa.39

1935.en. 28. Por la frontera N. con el Brasil se produce una irrupcin de fuerzas revolucionarias opositoras al gobierno comandadas por el caudillo nacionalista Basilio Muoz.40 Se producen acciones de escasa entidad en algunos departamentos y la intentona fracasa. en. 28. El P.E. decreta la clausura por 7 meses (hasta agosto) del diario El Pas por su prdica anti-Terra. En la fecha el P.E. resuelve por decreto la intervencin de telfonos, oficinas postales, control telegrfico y autoriza al Ministerio del Interior a la detencin de ciudadanos. en. 31. El P.E. autoriza al Ministerio de Defensa Nacional a que proceda a la convocatoria de ciudadanos aptos (con entrenamiento) para aumentar los efectivos militares en actividad. feb. 4. En Paso de Morln (Depto. de Colonia) se produce un enfrentamiento entre fuerzas del gobierno y los revolucionarios. Por primera vez la aviacin militar procede a bombardear el campamento de los subersivos. feb. 6. A consecuencia de la accin de Morln el Gral. Basilio Muoz se interna en el sur del Brasil poniendo fin a la revuelta.41 feb. El P.E. ordena la reclusin de algunos ciudadanos opositores los que son conducidos para su internacin a la isla de Flores. feb. 7. El P.E. decreta la desmovilizacin de los civiles convocados para apoyar el ejrcito segn orden de enero 31.

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feb. 19. El Presidente Terra se dirige a la ciudadana sobre los sucesos actuales.42 mar. 19. El Pres. de la Repblica procede a una nueva ordenacin de su gabinete dando denominacin definitiva a 9 carteras: Interior, Hacienda, Defensa Nacional, Salud Pblica, Instruccin Pblica y Previsin Social, Obras Pblicas, Ganadera y Agricultura, lndustrias y Trabajo, Relaciones Exteriores. Como Ministro de Instruccin Pblica asume el herrerista Martn R. Etchegoyen (hasta sbre. de 1936). may. 22. Se aprueban los Convenios suscritos con el Brasil en diciembre de 1953. may. 26. Se firma un Convenio con Gran Bretaa. may. Llega en visita oficial a Montevideo el Presidente del Brasil Getulio D. Vargas (1882-1954) en retribucin a la que hiciera en Ro de Janeiro el Pres. Terra. may. 28. Se dicta una Ley que regula las actividades de las imprentas en cuanto a las publicaciones peridicas. jun. 2. El Presidente Terra asisti a la reunin hpica que en honor del Presidente Vargas (que era husped oficial del gobierno uruguayo) se realiz en el Hipdromo Nacional de Maroas. En la misma el Pres. Terra fue vctima de un atentado que no tuvo consecuencias para su integridad fsica. jun. 13. El P.E. decreta la clausura de tres diarios: El Da, Crnicas y El Uruguay. jun. 28. Se aprueba la reglamentacin de la Ley sobre delitos de imprenta y de publicaciones. jul. 25. Se crea el Frente Patritico cuyo cometido ser la lucha contra las ideas disolventes que pretenden minar la estabilidad del pas. ag. 14. Por el Ministerio de Hacienda se procede a cumplir con la resolucin del P.E. sobre revaluacin de la moneda nacional. ag. 15. Reunida la Asamblea General resuelve cesar con la clausura de los diarios El Da, El Uruguay y Crnicas.

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ag. El P. Comunista uruguayo intenta la formacin de un frente opositor al terrismo (Frente Unico) que no consigui el apoyo ni de batllista ni de nacionalistas independientes, slo lo apoyaron el grupo Avanzar (que se retirar en sbre. por discrepancias con la conducta de los comunistas) y del Demcrata Social (de Quijano).43 sbre. 6. Se derogan todas las disposiciones que limiten la libertad de pensamiento. oct. 30. Se aprueban varios convenios sobre comunicaciones con Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Chile. nov. 13. Se deja sin efecto el decreto de neutralidad en el conflicto paraguayo-boliviano. dbre. 11. Se promulga la Ley que concede personera jurdica a los partidos polticos que disponen de Lema segn la Ley de 1934. dbre. 12. Se aprueban los convenios suscritos por el Uruguay en la Conferencia Comercial Panamericana llevada a cabo en Buenos Aires en junio de este ao. Se refieren a pasaportes de turistas, trfico areo, contrabando, entrada y salida de vehculos automotores. dbre. 1 8. Se aprueba el Tratado Comercial y de Pagos firmado el 26 de mayo con Gran Bretaa. dbre. 27. El P.E. resuelve la ruptura de relaciones diplomticas con la URSS.

1936.en. 29. Dependiente del Ministerio del Interior se crea en Montevideo la Guardia Metropolitana. abr. Asume como Ministro de Instruccin Pblica Eduardo Vctor Haedo representante del grupo herrerista y ocupar el cargo hasta julio de 1938. ag. 8 Se aprueba el Tratado Anti-blico (de no agresin) suscrito en Ro de Janeiro en octubre de 1933. sbre. 22. El P.E. resuelve la ruptura de relaciones diplomticas con la Repblica Espaola.

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oct. La Direccin Nacional de Correos empieza con la etapa de envo y recepcin de piezas postales por va area con el resto del mundo. nov. Manifiesto de la Concentracin Democrtica.44 dbre. 30. De acuerdo a la Constitucin vigente las listas de senadores se harn por partidos comprendidos en la Ley de Lemas.

1937.en. 15. Entra en vigencia la Ley Electoral que permite a los partidos (amparados en la Ley de Lemas) la acumulacin de votos por sub-lemas. feb. Discurso de Baldomir, candidato a la Presidencia de la Repblica en las elecciones del 27 de marzo.45 mar. 31. Se firma el Tratado de Navegacin y Comercio con Noruega. jun. Entra en vigor el Tratado de Navegacin y Comercio firmado con Suecia en agosto de 1936. ag. 11. Se aprueba el Convenio firmado con el Brasil (firmado en diciembre de 1933) en lo que respecta al intercambio comercial, de turismo y cultural.

1938.en. 7. Por Ley ANCAP se obliga al monopolio del refinado de combustibles, quedando en manos privadas la distribucin en todo el territorio nacional. en. 20. Por Ley de reavalo la moneda se ajusta a nuevos valores y se dictan normas para la regulacin de la actividad bancaria privada. mar. 27. Se realizan las elecciones nacionales donde por primera vez votan las mujeres (art. 65 y ss. de la Constitucin de 1934) inscriptas en el registro Cvico Nacional. Por el art. 149 de la Constitucin el Presidente y el Vice de la Repblica son electos directamente por los ciudadanos que participan del comicio. Resultados: 375.205 votos emitidos, P.C. 219.311, P. Nacional (herreristas) 114.506, Unin Cvica 14.802, Partido por las Libertades Pblicas P. Socia-

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lista 13.175 , P. Comunista 5.736 ), P. Concentracin Patritica Cndida Daz de Saravia 6.487. Dentro del P. Colorado: Alfredo Baldomir 121.259, Eduardo Blanco Acevedo 97.998. Hubo abstencin de batllistas y de blancos independientes. Result electa la frmula presidencial Baldomir-Charlone. mar. 29. Intento de levantamiento militar fracasado.46 En los Partidos Colorado y Nacional se producen escisiones: Demichelli abandona el terrismo, los dirigentes Patrn y Ottamendi dejan de pertenecer al herrerismo.

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1. Herrera tiene principal intervencin en los sucesos que a partir de estas bases se trenzan. Al fundarse en 1931 el Comit Nacional Herrerista que consagra el nacimiento oficial de la corriente que le sigue, el manifiesto que delimita la actuacin futura concreta en una frase: Con Herrera, por el plebiscito, contra el Colegiado. Viene de dejar el Consejo de Administracin, en el que ha sentido el embretamiento de sus impulsos y lo frustrante de sus competencias recortadas. Con mpetu se lanza a la campaa reformista, a crear nuevos hechos polticos, nuevas alternativas. La conduccin poltica tiene como uno de sus atributos esenciales la condicin de captador de las corrientes de opinin, de anticipacin a los sucesos. Consiste ello en un sexto sentido apto para la captacin de la oportunidad en que la opinin es receptiva al cambio. Sin duda lo poseyeron en distinta medida muchos de los conductores de nuestra historia. Pero otra ms rara cualidad consiste en la facultad de crear hechos previendo, hasta un margen aceptable, sus consecuencias. Es, hasta donde las facultades humanas lo permiten, la capacidad de dominar el futuro. El lder que pone en marcha la cadena de la causalidad, que acta sobre el medio provocando la reaccin de ste, debe conocer la materia prima que tiene entre sus manos, las posibilidades de respuesta y las consecuencias previsibles de sta. Tambin es necesaria una no pequea dosis de conocimiento del alma humana, de los resortes que motivan al hombre. Herrera posey sin duda en alto grado esta cualidad. Conoca el pas, conoca el Partido, conoca los hombres. Sobre esos tres datos, lanzando su poder de conviccin en una direccin, era capaz de construir a partir de un hecho o una actitud toda una trama de reacciones polticas. Para el lder opositor es fundamental esta prctica. Sin ella su funcin se reduce a actuar a la cola de las actitudes del gobierno como reflejo de la conduccin oficial. Es la forma compensatoria de ejercicio del poder. El gobernante lo ejerce desde las posiciones; el lder opositor cuando tiene suficiente desplazamiento, se convierte en parte del poder. En la oportunidad del ao 1931 Herrera levanta la bandera reformista como punto de partida de una singladura nueva. Intuy el agotamiento del impulso que haba llevado a la constitucin del 17, comprendi que los das del Colegiado estaban contados en la realidad, que era pues preciso apostarse en un nuevo ngulo de sta. Idntica actitud presidir su accionar en la sorpresiva maniobra de la reforma colegialista de 1951. En un tono menor, pero demostrando la capacidad de hacer de cualquier posicin una trinchera, en 1952 ante un aumento del boleto del mnibus en un vintn decretado por la Intendencia -de $ 0,08 a $ 0,10- levanta la bandera del plebiscito municipal, lanza sus fuerzas a una intensa campaa y vence. Detrs de lo aparentemente nimio de esa victoria hay un jaln: por vez primera se vence al batllismo en Montevideo. Una puntada ms en la larga urdimbre

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Vista a la distancia, la solucin plebiscitaria que tanto Herrera como Terra proponan para salir de la encrucijada de 1933 parece razonable. La apelacin a la soberana siempre es legtima, plantea las disyuntivas ante el supremo tribunal democrtico. Fue resistida en demostracin de que no era un enfrentamiento entre fuerzas democrticas y no democrticas, sino que las reales diferencias corran por otro andarivel. El sistema de reforma de la Constitucin del 17 exiga el voto de dos legislaturas conformes -la doble llave- y provoc el callejn sin salida que fue la crisis del 33. Herrera, lanzado a la campaa reformista, pide plebiscito en todos los rincones del pas. Vimos que preconiza la abstencin en la eleccin parcial del 32 buscando catalizar la situacin y desligar al Partido Nacional de la trampa del Consejo de Administracin. Como Consejeros de la minora ingresan los representantes del otro sector nacionalista. Hay en esos meses en la frontera, trabajos revolucionarios encabezados por jefes nacionalistas. La vinculacin de Herrera con stos no ha podido ser sondada en su totalidad. Creemos que cumpli a su respecto un doble papel. Aprovech la movilizacin y la inquietud creadas en la medida que coadyuvaban al fin de forzar la situacin, pero paralelamente, vinculndose y aun liderando la corriente, fue eficaz en desbaratarla alejando las posibles complicaciones de un conflicto fronterizo.En: Lacalle, o.c.

2. Gabriel Terra, naci en Montevideo el 1 de Agosto de 1873, siendo sus padres el Dr. Jos Ladislao, prestigioso economista y Da. Mara Joaquina Leivas. El origen es lusitano y obtiene su ttulo de abogado a los 22 aos. Comenz siendo Juez de Paz, Diputado, Constituyente miembro de comisiones y delegado uruguayo a reuniones internacionales siendo Ministro en la poca del Presidente Williman, en la de Brum e integrante del Colegiado del 25 al 30. En los comicios del 30 de noviembre del Ao del Centenario, su Partido obtiene 165.827 votos, frente a los nacionalistas que teniendo 150.642, daba al Partido Colorado 15.185 sufragios de mayora. El Dr. Gabriel Terra fue entonces el 23 Presidente que pasaba a ocupar la 26 Presidencia de nuestra historia. En un conflicto de poderes Colegiado-Presidencia, en la noche del 31 de Marzo de 1933 el Dr. Terra, al serle rechazadas medidas extraordinarias, disolvi las Cmaras, pasando, desde ese momento, a ejercer un gobierno de facto. Convocada una Convencin Nacional Constituyente se reforma la Carta Magna y, por va de excepcin, el prximo Presidente lo elega ese organismo. El 21 de Marzo de 1934, el Dr. Terra fue designado para la 27 Presidencia hasta 1938 y Vice-presidente el Dr. Alfredo Navarro.

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Presidiendo el Dr. Juan B. Morelli, se inviste a los Dres. Terra y Navarro el 18 de Mayo. Se registra entonces aquel violento episodio, cuando el Dr. Frugoni interrumpi con la frase ese juramento no tiene valor, porque el Dr. Terra no cumple lo que jura! siguiendo un tumulto, siendo sacado violentamente de sala el legislador. Terminado su perodo de gobierno, el Dr. Terra vivi hasta el 15 de Setiembre de 1942, en que falleci en Montevideo a los 69 aos de edad. REGIMEN TERRISTA La personalidad del Dr. Gabriel Terra Al asumir la Presidencia Gabriel Terra tena cincuenta y ocho aos de edad. Abogado de profesin, era el hijo mayor del Dr. Jos Ladislao Terra -graduado en Brasil, hombre de confianza del Barn de Mau y Ministro de Gobierno del Gral. Santos-. Su personalidad era contradictoria y controvertida: en 1910 neg su voto a la segunda candidatura presidencial de Batlle, en 1923 haba cuestionado al Colegiado. Batlle le haba increpado pblicamente su asistencia a la ceremonia religiosa de la boda de su hija; Terra nunca le perdon su intransigencia. Haba presidido la Unin Industrial Uruguaya y tena intereses en empresas industriales (bebidas y oxgeno). Familiarmente estaba vinculado al sector rural y exportador: era nieto de un propietario rural; su esposa Mara Ilarraz era hija de un hacendado; una hija suya se haba casado con el barraquero Alberto Puig. Dos de sus primeros actos -como presidente- fueron polmicos y de signo modernizador: prohibir el uso de grillos pesados para asegurar a los presos; recomendar a los jefes de Polica tomar indistintamente a ciudadanos blancos o de color. Sin embargo, adoptara otras actitudes aun mucho ms polmicas: no asistir a las sesiones de la Agrupacin Colorada de Gobierno; desechar la candidatura del General Julio Csar Martnez a la Jefatura de Polica de Montevideo -desoyendo el parecer de la Agrupacin- y darle el cargo a su hermano poltico, el coronel Baldomir; nombrar en su primer ministerio al vierista Espalter, el terrista Ma y el neutral Juan C. Blanco. [Tomado de Ral Jacob, El Uruguay de Terra, 1931-1938, Montevideo, EBO, 1983, pp. 19/20]. El autoritarismo presidencial Informe confidencial del ministro ingls, Mitchel, en el Uruguay al Foreign Office en 1931: El futuro se relaciona con el presidente, quien ha plenamente justificado la impresin de que de ninguna manera se resigna a ser una mera figura decorativa. Para un hombre de la dinmica personalidad del Dr. Terra las limitaciones que la Constitucin procura imponer sobre la principal magistratura no se adaptan a su tempera-

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mento y resiste someterse a ellas. Como l clamorosamente lo admite en conversaciones privadas, sus acciones son frecuentemente inconstitucionales; l avanza donde el Consejo Nacional de Administracin y sus ministros temen o no se atreven a actuar. [] A despecho de las reprimendas de la otra rama del Poder Ejecutivo, l contina invadiendo el territorio del Consejo, con el resultado de que el presidente de la Repblica despus de un lapso de varios aos, ha asumido una vez ms una preponderancia fundamental en los asuntos pblicos, mucho mayor que la que quienes reformaron la Constitucin le atribuan. Tal conducta de parte del hombre que acept la presidencia en el entendimiento de que l deba cooperar con los batllistas para abolir la presidencia e implantar un definitivo colegiado, no es un pequeo detalle. [Tomando de Juan Oddone, Uruguay en los aos 30, Montevideo, Fundacin de Cultura Universitaria, 1989, p. 49].En: Trochn-Vidal, El Rgimen Terrista

3. LA PRIMERA PRESIDENCIA DEL DR. GABRIEL TERRA (1931-1933). Con el marco de esta preocupante situacin econmica, social y poltica, llegamos a las elecciones de 1930. El Partido Colorado estaba profundamente dividido y luego de trabajosas negociaciones resolvi presentar tres candidaturas. La del Dr. Gabriel Terra por el sector batllista, a pesar de su personalidad contradictoria y su identificacin moderada, tantas veces cuestionada dentro de filas, incluso por los hijos de Batlle; la del Dr. Federico Fleurquin, considerado neutral, aunque cercano al batllismo y muy vinculado a los crculos empresariales, apoyado por El Da; y la del Dr. Pedro Manini Ros, representante del riverismo conservador. Adems, y esto fue piedra de escndalo, se estipul el compromiso, refrendado por la Convencin Colorada Batllista, de que si el sector riverista aportaba al lema partido el 17.5% o ms de los sufragios, el candidato electo renunciara a favor de Manini Ros, entregndole la presidencia de la Repblica. Este mecanismo fue denominado en la poca handicap (o ventaja). El acuerdo colorado fue considerado anticonstitucional e incluso inmoral por los dirigentes del Partido Nacional, como lo hicieron saber a la opinin pblica el Directorio, los senadores y la prensa partidaria. Aun en una cultura de negociadores y votantes, como algn observador caracteriz a nuestra sociedad, el asunto del handicap result algo muy difcil de aceptar. Tambin los nacionalistas estuvieron divididos. El Dr. Luis Alberto de Herrera perdi su carcter de candidato nico y enfrent ya no slo la disidencia del radicalismo blanco, sino tambin la del sector doctoral que postul al Dr. Eduardo Lamas.

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Por su parte, el Comit de Vigilancia Econmica, promovi en vsperas de los comicios un paro patronal de 48 horas contra la iniciativa batllista de salario mnimo, repudi las candidaturas de ese sector e hizo saber de sus simpatas hacia las candidaturas de Herrera y Manini Ros. Por su parte, los grupos medios y populares de la sociedad volcaron su apoyo al batllismo, rechazando las propuestas conservadoras y exigiendo enfrentar a la crisis con medidas ms radicales. El escrutinio arroj una victoria colorada de 165.827 votos contra 150.642 nacionalistas. Como el riverismo obtuvo 28.882 y slo logr un 17.3% de los sufragios, no fue necesario hacer uso del handicap. El resultado electoral arroj una inslita -por lo amplia- diferencia de 15.000 votos (en las elecciones presidenciales de 1926, la diferencia haba sido de 1.524 votos del Partido Colorado sobre el Partido Nacional) entre ambos partidos, lo que hizo decir al Dr. Gustavo Gallinal que despus de ms de una dcada de tensin electoral, se haba roto el equilibrio de fuerzas entre los dos grandes partidos. Esta realidad fue muy difcil de aceptar dentro del Partido Nacional, Herrera critic muchas actitudes internas, se opuso a la permanencia de nacionalistas en los Entes Autnomos, denunci duramente la intransigencia posible de Terra y previno contra la idea de que se volviera a querer implantar el colegiado integral, al cual haba dado su aprobacin Ismael Cortinas, del ala doctoral. Cuando en enero de 1931 se reuni el Congreso Nacionalista para elegir el nuevo Directorio, el sector doctoral quiso imponerle determinadas condiciones para elegirlo Presidente del mismo, que Herrera rechaz. Pero qued en minora y renunci a su puesto. La escisin estuvo planteada y cuando se consum, el herrerismo tom un camino, y el denominado nacionalismo independiente otro diferente. Recin en 1958 esos caminos se volveran a encontrar. Si las dificultades de la oposicin no permitieron esperar de ella una accin poltica coherente, las primeras medidas del presidente Terra mostraron la independencia con que se manejara respecto a los apoyos polticos que lo llevaron a la primera magistratura. Se neg a asistir a las sesiones de la Agrupacin Colorada de Gobierno, organismo donde las diferentes fracciones del partido concertaban la accin gubernativa, estableciendo acuerdos, etc. , y no dio mayor importancia a sus decisiones. Los nombramientos en las diferentes Secretaras de Estado, (Espalter, vierista; Mae, terrista; Juan Carlos Blanco, neutral; y la de su propio hermano poltico, el Cnel. Alfredo Baldomir, como Jefe de Polica de Montevideo), entre otras medidas, determinaron que el gran desencantado de la situacin, como consign la prensa del sector, fuera el batllismo. Este, por su parte, tena una clara mayora en el Consejo Nacional de Administracin y no era difcil presagiar el enfrentamiento entre las dos ramas del Poder Ejecutivo.

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Por su parte, la crisis econmica y sus secuelas de polarizacin social se agravaron: desocupacin, caresta, depreciacin de la moneda, constantes incidentes polticos, incluso con muertos y heridos. Los ndices con que cerr 1930 no pudieron ser ms preocupantes; por ejemplo, haba 30.000 desocupados, lo que equivala aun tercio de los asalariados en la industria manufacturera. Tampoco 1931 mostr mejores auspicios: entre abril y octubre, el valor del peso cay en un 60% y el volumen anual de las exportaciones fue 18% ms bajo que en 1930. En este contexto, el Consejo Nacional de Administracin quiso aplicar su plan para enfrentar la crisis, lo que es desarrollado en otra parte de este volumen. Interesa destacar aqu en esta poltica fue implementada, especialmente por el batllismo y el nacionalismo independiente, procurando el contralor de la banca, el cambio de moneda y el comercio exterior, suspensin de la amortizacin de la deuda externa, proteccin a la industria y la actividad productiva nacional, reduccin del dficit fiscal, ampliacin del dominio industrial y comercial del Estado, etc. Esta poltica quiso hacer pagar el costo de las soluciones a todos los sectores sociales, no viendo que, en realidad, cada uno busc que fueran los otros los que asumieran las cargas mayores. Como consigna Ral Jacob, cada sector socio-econmico tuvo algn motivo para estar en contra del Consejo Nacional de Administracin. El capital extranjero y el comercio importador reclamaron por los controles financieros y comerciales del Estado. El sector agropecuario y exportador protest porque recibi por sus productos cotizaciones en una moneda devaluada. Los industriales se quejaron de los avances del estatismo y de la legislacin social. Los propietarios de bienes races, por las rebajas de los arrendamientos y el aumento de los impuestos. Los empleados pblicos, por la disminucin o congelamiento de sus sueldos. Los pasivos, por las dificultades para percibir sus ya menguados haberes. Los obreros y asalariados, por la escasez de trabajo, la prdida del poder adquisitivo de su salario y la suba de precios. Esta situacin explicara la relativa orfandad en que se encontraron las instituciones el da en que fueron derribadas, ponindose de relieve que todos los sectores, incluso los populares que ms haban sufrido la crisis, carecieron de la voluntad de salir a defenderlas. La obra de los poderes constitucionales, ms all de sus relativos xitos econmicos, fue un fracaso socio-poltico y careci de apoyos firmes y decisivos. Pero, adems, el Gobierno dio otro motivo para el descontento generalizado y la crtica poltica. El batllismo (con cuatro votos en el Consejo Nacional de Administracin y el nacionalismo independiente (con importante representacin en el Senado) hicieron un pacto en octubre de 1931 que abarc diversas medidas para enfrentar la crisis econmica. Algunas (aumento de la Contribucin Inmobiliaria) acen-

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tuaron el descontento de las clases altas y la prdica golpista del Comit Nacional de Vigilancia Econmica; otra (impuestos a los sueldos de los funcionarios pblicos) crearon el disgusto de vastos sectores populares, ya sacudidos en su capacidad adquisitiva, enajenndole as al Gobierno importantes apoyos sociales. Como si fuera poco, el pacto entre el batllismo y el nacionalismo independiente reorganiz los Directorios de los Entes Autnomos mediante una cuotificacin poltica (dos tercios a la mayora colorada y un tercio a la minora nacionalista) y el reparto de los puestos administrativos y de servicio, lo que llev a Herrera a tildarlo de pacto del chinchuln y abrir una violenta campaa antigubernamental con la consigna de repudio a la poltica de empleo. Para completar el amplio espectro de enemigos creados por el Pacto, las empresas multinacionales del petrleo demostraron profunda inquietud -que debi traducirse en apoyo al golpe de Terra- ante la creacin de un ente estatal que monopolizara los combustibles, la Administracin Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (ANCAP), tambin prevista en el acuerdo. Todas estas medidas, que provocaron otras tantas discrepancias en el seno de la sociedad uruguaya, escindieron a la opinin pblica, y la virulencia con que se atac o defendi el Pacto fue, sin duda, otra de las razones de la creciente desestabilizacin institucional. A ello se agreg el permanente tema de la reforma de la Constitucin, especialmente el mantenimiento o no del Consejo Nacional de Administracin. Una profunda lnea de desacuerdo dividi al pas: de un lado, herreristas y sectores no batllistas del Partido Colorado, enemigos de la creciente intervencin estatal en la economa y partidarios de una rpida reforma constitucional; del otro, batllistas, nacionalistas independientes, radicales blancos y socialista, buscando soluciones a la crisis a travs del aumento del estatismo, el enfrentamiento a las propuestas conservadoras, y contrarios, los primeros, a un cambio de la Constitucin que podra alejarlos del Poder. Faltaba saber para qu lado se volcara el Presidente, pues su peso resultara decisivo para inclinar la balanza en este empate de intereses socio-econmicos y perspectivas polticas.En: Nahum, o.c.

4. La polarizacin poltica A fines de 1931 las amenazas ms directas a la estabilidad institucional llegaron por tres vas diferentes: a) los movimientos revolucionarios de Nepomuceno y Villanueva Saravia, caudillos nacionalistas de la frontera noreste del pas, que fueron magnificados por la prensa; b) la denuncia de un presunto golpe comunista en Montevideo, lo que motiv el cierre del diario Justicia y de varios locales partida-

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rios y la prisin de dirigentes. Sirvi adems para reclamar una reforma dura del Cdigo Penal, promulgar la ley de restriccin a la inmigracin, etc.; y finalmente, c) el rumor constante de una marcha sobre Montevideo, especialmente de las fuerzas vivas del agro, promovida oficiosamente por el herrerismo, que haca recordar a la famosa de Mussolini sobre Roma. El Presidente Terra, ya convencido de que no tena espacio poltico para actuar, haba comenzado sus giras por el interior promoviendo una reforma constitucional que consider indispensable por la deficiente gestin del Consejo Nacional de Administracin ante la gravedad de la crisis econmica nacional. Por ejemplo, en setiembre de 1931 afirm: Hemos dejado llegar a los ltimos extremos la crisis actual sin que un plan de defensa concertado en el seno del Poder Ejecutivo y prestigiado en el Parlamento nos librara de la desvalorizacin de nuestra moneda, de la desocupacin de nuestros trabajadores y del empobrecimiento del comercio y de las industrias nacionales. Durante 1932, los discursos del Presidente en el interior pasaron de la crtica poltica a la prdica de una reforma de la Constitucin mediante plebiscito directo, propuesta no prevista en ella, e incluso cuestion la propia labor parlamentaria. Su Ministro de Gobierno, Dr. Alberto Demichelli, fue mucho ms all: en la presidencia de la Repblica el Dr. Terra y sus ministros; en el Consejo Nacional una mayora colorada que discrepa, a menudo, con el Dr. Terra; en el Senado una fuerte mayora nacionalista; en la Cmara Baja una nfima minora del Partido Nacionalista decidiendo con su voto los pleitos de los grandes partidos. Por tal motivo bien se puede decir que nadie gobierna, ni nadie orienta, que nadie dirige nada en este pas. El Estado carece de timn y marcha a la deriva, porque tiene cuatro voluntades distintas, tirando cada una por distinto lado. De esta forma, para la prdica presidencial la necesidad de reforma constitucional no fue un mero problema de cambio institucional, sino de salvacin nacional. El principal vocero terrista, El Pueblo y El Debate, portavoz herrerista, agregaron nuevas crticas hacia los batllistas y nacionalistas independientes y hacia el Gobierno: ineficiencia, despilfarro, primaca de una minora irresponsable y corrupta que aprovecha de una constitucin totalmente inadecuada para satisfacer mezquinos intereses personales y de grupo, etc. En noviembre de 1932 se efectuaron las elecciones nacionales para renovacin parcial de miembros del Consejo Nacional de Administracin. Los herreristas y riveristas proclamaron la abstencin y el total de votantes descendi en un 50% (317.980 en 1930, 160.625 en 1932). Para el presidente estos comicios fueron algo as como la muerte democrtica del rgimen constitucional en vigencia. Pero ni Herrera, ni Manini ni el propio

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Terra estaban en condiciones de hacer efectiva una reforma constitucional por va legal, pues carecan de mayora en las cmaras. Tampoco estuvieron dispuestos a esperar la resolucin del tema a travs de los caminos previstos en la carta vigente para su reforma. Teniendo el Presidente de la Repblica a su disposicin la fuerza coactiva del Estado (ejrcito y polica), el respaldo de los poderosos intereses econmico-sociales conservadores y el apoyo de un sector considerable de la opinin pblica, las discrepancias entre las dos ramas del Ejecutivo y con las Cmaras, bien podan zanjarse a travs de una quiebra institucional.En: Ibdem

5. En 1931 se sanciona por parte de la mayora formada por el batllismo y el nacionalismo independiente la ley llamada Pacto del Chinchuln, que estableca el reparto proporcional de los cargos pblicos entre las fracciones que integraban el Consejo de Administracin. La iniciativa primaria haba sido del Diputado Bernardo Rospide, fiel amigo de Herrera, y representaba, con otro alcance y contenido un intento de equilibrar las posibilidades de acceso a la administracin, pretendiendo hacer efectiva la igualdad de los ciudadanos. Lo del chinchuln, descarnado reparto, mucho influy en la lucha interna que se planteaba en ese momento en el Partido Nacional. Si el proyecto herrerista era un intento de detener el exclusivismo, el de la fraccin anti herrerista fue usado como arma proselitista en la lucha interna. La eleccin de 1930 marc una nueva instancia de la lucha pero mostr al Partido Colorado alargando la ventaja sobre el Partido Nacional. Dentro del Partido vencedor funcion el increble pacto electoral que se denomin del handicap. Consista este en un arreglo entre el batllismo y el riverismo mediante el cual aquel se comprometa a entregar a ste la Presidencia de la Repblica si aportaba al lema comn una cifra de votos que representara al 171/2 por ciento del total. Tal acuerdo, violatorio de la Constitucin, del principio de igualdad del voto y del sufragio universal y directo, fue sin lugar a dudas un tremendo dinamizador del fervor electoral del coloradismo, exigiendo al mximo a ambas agrupaciones pactistas. Con la eleccin del ao 30 se cierra una etapa de la vida del pas. Al renovarse el tercio del Consejo de Administracin en 1932, se proclama la abstencin por parte de Herrera y del sector riverista que vena coincidiendo con el lder nacionalista y su grupo en la crtica al sistema de organizacin del Ejecutivo. Para Herrera, campen del sufragio, cuya personalidad de conductor se haba formado en la permanente incitacin a participar en el comicio, fue una decisin difcil. Adverta que el rgimen, tal como se haba ido deformando en la prctica, empantanaba al Partido Nacional material y espiritualmente, en la inoperancia de la deliberacin, alejndo-

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lo de la lucha frontal. Ms de la mitad del electorado total que concurri a votar en las elecciones de diputados en 1931, se abstuvo en el 32. El nacionalismo independiente, que concurre a las urnas, obtiene los cargos de la minora del Consejo de Administracin y cree llegado el momento de enfrentar y vencer a Herrera. Pero por encima de la crisis, dos hombres comienzan a coincidir en las grandes lneas. Herrera y Terra sern los actores principales del tiempo difcil que se avecina.En: Lacalle, o.c.

6. LA CAMPAA REFORMISTA DE 1931 Consecuentemente con mis viejas ideas y fiel al deber que me imponan las circunstancias del momento, eleg as el tema de la reforma constitucional en las diversas conferencias que pronunci durante el ao 1931 en Flores, Tacuaremb, Salto, Paysand, Fray Bentos, Florida, etc. Eran los mos discursos de crtica y de anlisis, encaminados a penetrar en el pensamiento colectivo, buscando su ordenada orientacin. La viva repercusin y el eco tumultuario que provocaron mis palabras me convencieron plenamente de que el problema planteado tena la entidad de un verdadero problema social. Lo que fue evidencia para mi espritu, lo era tambin para el espritu sagaz de la muchedumbre. La cuestin de la reforma constitucional estaba ya profundamente enraizada en el alma misma de la Nacin, que la comprenda y la senta en carne propia de igual manera que el gobernante que avizorando el porvenir, planteaba el problema con indiscutido acierto. Los defectos del rgimen constitucional haban llegado a todos los espritus. Frente al espectculo desolador de la economa nacional, pude afirmar en la ciudad del Salto, como la crtica ms certera dirigida al rgimen imperante, que careca el Gobierno de un plan integral para combatir la crisis. Y esta grave acusacin formulada en Setiembre de 1931, era abonada todava por los siguientes hechos incontrovertibles: Las medidas tomadas hasta ahora son insuficientes para resolver la situacin financiera, porque los recursos votados no alcanzan a hacer el equilibrio del presupuesto y fatalmente tendremos que pasar por la penitencia de nuevos gravmenes, segn la expresin de un estadista francs en los momentos en que su pas atravesaba una crisis monetaria.En: 31 de Marzo, o.c.

7. GABRIEL TERRA Terminar de cualquier modo este estado de cosas. El proyecto batllista remontaba a diez aos atrs. Lo fundament Batlle y Ordez con estas palabras: La Repblica enva al exterior en pago del alcohol, kerosene y

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bencina que consume, ms de seis millones de pesos por ao. Una buena parte, pues, del oro que entra en ella a cambio de sus productos, vuelve a salir inmediatamente a cambio de esos artculos. Y esa masa de oro que se va, al par que aminora nuestra riqueza, contribuye poderosamente en estos momentos a inclinar en contra de nosotros la balanza del comercio internacional y a forzarnos, por tanto, a pagar diferencias de cambio como las bases que agobian a nuestra importacin. La Repblica puede, no obstante, empezar casi de inmediato a librarse de ese enorme tributo, produciendo ella misma el combustible que necesita y puede ahorrar anualmente, mediante su propia industria, lo que ahora paga a la industria extranjera sin necesidad(552) (1921). Tuvo que transcurrir una dcada entera culminada dramticamente con la crisis del capitalismo para que lo aprobaran, en el marco de medidas defensivas que vimos adoptar. La creacin de ANCAP, en octubre del ao 31, otorga el cometido de explotar y administrar el monopolio de alcohol y carburante nacional, importar, rectificar y vender petrleo y derivados y establecer fbricas de portland (553) al ente del Estado. Le reserva al Estado el derecho exclusivo de importar y exportar carburantes lquidos, semilquidos y gaseosos cuando las refineras del ente produzcan, por lo menos, el 50% de la nafta que aqu se consuma. Agrega que el Estado se guarda el derecho de controlar o adquirir los transportes que juzgue necesarios para los fines de la industria de la refinera (en caso de adquirir barcos, slo se utilizarn, en su tripulacin, marinos uruguayos) (554). Luis Batlle Berres y Gonzlez Vidart, los miembros informantes, aconsejaron (en acuerdo con Eduardo Acevedo, que ser presidente del ente) desarrollar la flota petrolera y asegurar los abastecimientos mediante la compra de crudo en la URSS. ANCAP afectaba intereses: los de Pedro Meillet y Compaa (que monopolizaban la destilacin), los de las petroleras (Atlantic, ESSO y Shell; las dos ltimas representadas en el Uruguay por la West India y la Anglo Mexican Petroleum respectivamente) y los de la Compaa Uruguaya de Cemento Portland (filial de Lone Star Cement). Paralelamente se deben anotar: - el descubrimiento de pozos petrolferos en Baba Curgur (en el Irak), cuyas inagotables reservas de crudo amenazaban hacer descender los precios internacionales, en perjuicio de las petroleras; Deterding, Cadman y Teagle (el ltimo por Rockefeller), celebran un acuerdo, a nombre de Shell y la ESSO: un cartel trustifica las operaciones y termina con la competencia entre los dos gigantes; - la aparicin en los mercados internacionales de un nuevo vendedor, la Unin Sovitica, una vez superadas sus dificultades mayores con la ejecucin de su Plan Quinquenal y abiertas las barreras del cerco imperialista; ANCAP encarg combustibles a la URSS (demor en arribar y pudo prosperar una maniobra de las petrole-

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ras: adujeron que no les convena seguir importando por las restricciones del cambio recin aprobadas y que no les alcanzaban sus reservas, conteniendo la entrega y aumentando los precios al consumidor, el gobierno argentino ofreci abastecernos transitoriamente, pero Terra silenci la oferta, permitiendo extender concesiones especiales a las compaas, gravosas para el Uruguay); El ente del Estado, al ao de existir, dejaba utilidades cercanas al milln, habiendo ya instalado sus plantas de Capurro y de La Teja. Proyectaba -en un plan que abarcaba los seis aos siguientes- instalar una refinera sobre el Pantanoso, instalar otras seis afuera de Montevideo (para facilitarse la distribucin) y comprar tres barcos petroleros(*). Y el Poder Ejecutivo? Maduraba otros planes y caminaba en otra direccin. La Federacin Rural, la Federacin de Industrias, la Cmara de Comercio y el Comit de Vigilancia Econmica, que las representaba (Comit de Vintn, como se le llam con irona), defendan de modo celoso privilegios de clases. Por eso aconsejaban: suspender el estudio de nuevas leyes sociales y aplazar los efectos de algunas de las existentes. (228) El modelo fascista, que los inspiraba, les daba la receta: el autoritarismo. Dirigi su ofensiva el gobierno (entendmonos bien: la presidencia) contra el sistema constitucional porque le cercenaba poderes y mando, y encontr argumentos valederos en esos ataques al denunciar el pacto de batllistas y posibilistas (blancos independientes de la jefatura herrerista) que se repartan las designaciones en los colegiados administrativos; pacto del chinchuln (525) lo bautiz El Debate. (**) (*) En la dramtica sesin parlamentaria del 30 de marzo, algunas horas antes de la dictadura, Batlle Berres rese esos logros: las utilidades de la ANCAP, desde que la ANCAP est ah (totalizan) 1:400.000 pesos; 1:400.000 pesos, habiendo rebajado la nafta en dos centsimos, habiendo rebajado en otros tantos centsimos el querosene y habiendo rebajado en ocho centsimos la tonelada de fuel oil. Al cabo de catorce meses de gestin. En cuanto a previsiones, apunt: Lo que se va a gastar con las utilidades solas en el primer quinquenio, son 10:000.000 de pesos en obras a realizar, sin pedirle un centsimo al Estado, sin crearle un solo impuesto, solo con una parte de las ganancias que hasta ahora las compaas particulares han venido ganando. (557) En la misma intervencin, de paso, anot los aciertos y los beneficios de diversas empresas estatales: necesario es, seor presidente, que se diga que las Usinas Elctricas del Estado, en el ao 1912, fueron compradas por dos millones y medio de pesos y en la actualidad, su valor, por el monopolio y otras cuantas cosas ms, puede ser de unos 115 millones de pesos []; el Banco de Segu-

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ros se inicia en el ao 13 con 50.000 pesos; se le da un capital de 3 millones de pesos que nunca llega a usar, y en la actualidad sus carteras tienen 380 millones de pesos y ha realizado ms de 17 millones de pesos de ganancia. (557). (**) Fusco pudo acusar: Fue el doctor Ghigliani junto con el doctor Terra y junto con otros elementos del partido, pero primordialmente el doctor Ghigiani el que gest el pacto de 1931. El fue el autor de la frmula del reparto de los puestos, que es lo que merece por parte de los denigrantes de ese pacto, el calificativo del chinchuln. Fue el doctor Ghigliani, quien lo propuso, fue el doctor Ghigliani el autor; fue el doctor Ghigliani quien lo defendi; fue el doctor Ghigliani quien lo llev a la Agrupacin de Gobierno, y fue el doctor Demicheli el que a nombre de la bancada batllista defendi esa obra, no solo en el Senado sino oiga la Asambleaen la convencin del partido, porque en la convencin del partido hubo algunos miembros que pidieron explicaciones y otros miembros atacaron esa labor realizada por la Agrupacin Colorada de Gobierno. (557) Nadie lo refut.En: Machado, o.c.

8. HACIA EL GOLPE DE ESTADO. En junio de ese mismo ao, 1932, el Presidente Terra convoc a los dirigentes polticos para encontrar una va de reforma de la Constitucin e inici, desde un nuevo rgano periodstico, El Pueblo, una intensa campaa en favor de la misma. Pero al fracasar su tentativa de acercamiento con los batllistas netos y los nacionalistas civilistas, Terra consider -como expresara- que la lucha qued desde entonces francamente entablada. La existencia de un gobierno de verdad -deca entre otros conceptos- se puede conseguir con un gabinete parlamentario que a su vez tendra la misin de dirigir al Parlamento que hoy acta en forma irregular sin conexin alguna con el Poder Ejecutivo y sin obedecer a ningn plan de trabajo. Consideraba tambin que el Ejecutivo deba manejar la poltica financiera. Pero, para sorpresa de herreristas y riveristas, y de otros sectores -como el Comit de Vigilancia Econmica- que vea con buenos ojos su prdica, se mostr partidario de una frmula identificada con el batllismo: el Poder Ejecutivo colegiado. Esta actitud responda al hecho de que los reformistas estaban lejos de contar con las mayoras legislativas necesarias para aprobar con rapidez la reforma y esa propuesta podra atraer el apoyo de los batllistas netos.En: Reyes Abadie, Melogno, o.c.

9. El doctor Demichelli, ministro del Interior (y jerarca, por eso, de la polica) multiplicaba claras amenazas en todas sus intervenciones denunciando la imposibilidad de seguir gobernando en el marco legal y reclamaba la inmediata reforma

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constitucional por un procedimiento -el plebiscito- que no estaba previsto en la Constitucin. En la Presidencia de la Repblica, el doctor Terra y los ministros; en el Consejo Nacional, una mayora colorada que discrepa a menudo con el doctor Terra; en el Senado, una fuerte mayora nacionalista; en la Cmara baja, una nfima minora del partido nacionalista decidiendo con sus votos los pleitos de los grandes partidos. Por tal motivo bien se puede decir que nadie gobierna, ni nadie orienta, que nadie dirige nada en este pas. El Estado carece de timn y marcha a la deriva porque tiene cuatro voluntades distintas, tirando cada una por distinto lado. (228) Y agregaba en El Pueblo, vocero gubernista: No hay que temer el fetichismo del respeto a los textos constitucionales. Si ese fetichismo fuese la ley moral de la democracia, las monarquas seguiran dominado porque ellas eran el fruto de la ley en vigor y fue la reparadora violencia la que dio al pueblo el rgimen democrtico republicano. Cuando esa ley en vigor contrara a la mayora del pas y la minora no se entrega, todas las puertas se cierran y se abren las ventanas como nica salida posible. (560) Semejantes palabras motivaron una interpelacin, en enero del ao 33, mientras se entrevista Terra con Herrera y El Debate editorializaba con esta sentencia: Al pas le har bien terminar de cualquier modo este estado de cosas []. Revolucin urgente, inevitable, tres veces santa! Y con letras de imprenta: TODO EL MUNDO ES REVOLUCIONARIO. (561) Demichelli se quiso refugiar en el texto constitucional derogado para cuestionar el derecho a la interpelacin. Llen con amenazas su discurso y lo cerr con estas expresiones: Fundada la actitud, y expuestos los puntos de vista del Poder Ejecutivo, me retiro de sala, porque no permito que se me interpele por mis asuntos personales. El Senado, en ausencia de los legisladores herreristas, censur al ministro: El Senado declara que la propaganda oral y escrita sobre la reforma constitucional, que ha motivado la interpelacin del Ministro del Interior, es contraria a la tranquilidad pblica y violatoria de la Constitucin por ofrecer estmulos a la propaganda subversiva. (228) El gobierno ignor la advertencia, censur al Senado su pronunciamiento y sigui repitiendo amenazas.En: Machado, o.c.

10. LA COMISION DE REFORMA CONSTITUCIONAL Compulsado ya el pensamiento del pas, la poltica presidencial de 1932 debi ser distinta a la seguida en 1931. Esta pudo ser de crtica y de anlisis; aquella, en cambio, por la fuerza misma de los acontecimientos, deba ser de fecunda elaboracin constructiva. -El pensamiento negativo que destruye, exige la complementacin

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natural del pensamiento y de la accin positiva que edifique y construya. -El gobernante no puede imitar jams la actitud esttica del filsofo que gusta quedarse en la mitad del camino aturdido por su propia dialctica. -En las funciones pblicas, la negacin debe ser siempre el paso previo de la accin, y la crtica de la elaboracin fecunda. Si la colectividad poltica haba sentido en lo vivo la incapacidad orgnica de su rgimen constitucional, justo era que sus gobernantes y legisladores se preocuparan en buscar la solucin del problema, poniendo en manos del pueblo el instrumental poltico adecuado para poder vencer las dificultades de la hora, combatiendo el malestar econmico que abata sus fuerzas. Consecuente con estas ideas en Junio de 1932 resolv convocar buenamente a los dirigentes ms caracterizados de los diversos partidos polticos, dejando librado al entendimiento recproco, a la transaccin honorable y al espritu patritico de todos ellos, la justa solucin del problema constitucional. Conviene historiar hechos y actitudes, para deslindar responsabilidades frente a los acontecimientos futuros. El socialismo, el radicalismo blanco y el batllismo neto, se negaron terminantemente a colaborar en la Comisin de Reforma, rehusando todo entendimiento con los dems sectores de opinin, al punto de negarse a conversar con sus delegados. La labor reformista qued librada as a la fraccin batllista que colaboraba en mi gestin, representada por los Dres. Ghigliani y Demicheli; al herrerismo, representado por el Dr. Berro y el Sr. Patrn; al riverismo, al tradicionalismo y al radicalismo colorados, representados por sus jefes respectivos, los Dres. Manini y Rios, Puyol y Espalter. En cuanto al nacionalismo independiente, si bien hizo acto de presencia en la sesin inaugural de la Comisin, manifest por intermedio del Dr. Juan Andrs Ramrez que slo aceptara la reforma constitucional siempre que los dems partidos pudieran encontrar una frmula poltica que superase en bondades a la de 1917. -Mientras no apareciese esa frmula ideal, se negaron a integrar las sub-comisiones, reservndose el derecho de rechazar in limine las soluciones que se arbitrasen. Estas diversas actitudes decretaron el fracaso de la Comisin de Reforma. Los partidos y las tendencias que permanecieron en colaboracin buscando un recproco y patritico entendimiento, vean permanentemente dificultada su labor por la intensa propaganda proselitista realizada desde afuera por los sectores polticos que se mantuvieron ajenos a esos trabajos. Estos sectores hostilizaban desde su prensa la gestin reformista explotando los postulados partidarios en materia constitucional, y presentando poco menos que

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como traidores a los correligionarios que buscaban una transaccin honorable con el adversario. Los principios del partido fueron situados as, exprofeso, en el primer plano de la accin poltica, haciendo imposible la adecuada solucin del problema nacional que exiga ante todo una armoniosa conciliacin de los sistemas ms dispares. El fracaso de la Comisin de Reforma Constitucional fue impuesto, pues, por los de afuera, vale decir, por los mismos que negaron su colaboracin y que hasta rehusaron conversar sobre problemas vitales del pas. Con su infecunda explotacin proselitista, frustraron la buena voluntad de los que buscaban en ese instante una solucin patritica que contemplase por igual las diversas posiciones doctrinarias de las distintas tendencias. Fracas la Comisin de Reforma. Pero, pese a ello, qued siempre un salto francamente favorable para los intereses superiores del pas. Entre las diversas fuerzas reformistas se fue acentuando una evidente afinidad poltica, llamada a provocar ms tarde la estrecha solidaridad con que actuaron en los acontecimientos del 31 de Marzo. Lo propio ocurri con los sectores antirreformistas. Por encima de las ideologas y del tradicionalismo poltico, junto al batllismo neto, tomaron posicin los nacionalistas independientes, los socialistas y los blancos radicales, transformados todos en fuerzas conservadoras contrarias a la revisin constitucional. En campo opuesto, junto las fracciones mayoritarias del batllismo y del nacionalismo, se situaron los tres grupos menores del Partido Colorado -riverismo, tradicionalismo y radicalismo- con totalidad de sus contingentes polticos. La lucha qued desde entonces francamente entablada.En: El 31 de marzo, o.c.

11. Crtica a la Constitucin de 1919. Discurso del Presidente Terra en Minas, Diciembre de 1932. El Colegio actual es el producto de una gran campaa dirigida por el seor Batlle que tuvo que vencer enormes resistencias opuestas por sus adversarios y por sus propios amigos, transando al fin, con perjuicio del ideal que persegua y surgiendo de esa transaccin un sistema emprico, hbrido, defectuoso; un Gobierno dbil, carente de energa y de accin, que pudo subsistir en pocas de bonanza, de riqueza, por la considerable valorizacin de los productos nacionales durante la gran guerra y continuar despus usando del crdito por sumas muchas veces millonarias cuando la balanza de nuestro comercio exterior empez a hacerse desfavorable, cubriendo con creces el desequilibrio con esas corrientes de oro extranjero que nos permitieron construir puentes, sanear ciudades, extender carreteras, vas f-

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rreas, construir ramblas y puertos y abrir avenidas y otras obras pblicas que dieron trabajo a millares de obreros, provocando el bienestar general. Pero inmediatamente que sobrevino la gran crisis, quedaron de relieve todos los defectos de la forma gubernativa del Consejo Nacional, porque sobreviene el derrumbe rpido de nuestra organizacin econmica y financiera, que se consideraba slida e inconmovible, sin que se adoptaran a tiempo las medidas para atenuar el mal. 12. EL GOLPE DE ESTADO DEL 31 DE MARZO DE 1933. Ms all de las controversias histogrficas, parecera que los tres grandes soportes polticos del golpe unieron sus destinos durante el verano de 1933. El 13 de enero Herrera habra presionado a Terra para el golpe: El cambio radical se impone: hay que hacerlo. Lo haces t o lo hacemos nosotros habran sido las palabras del caudillo nacionalista, a las que el Presidente no dio respuesta categrica. A mediados de marzo se habra producido otro encuentro, esta vez entre el Dr. Terra y el lder del riverismo, Pedro Manini Rios, quien dio su visto bueno al programa de accin presidencial. Estas reuniones no pasaron desapercibidas para la oposicin a Terra. Un grupo de 50 prominentes figuras de filiacin batllista public un manifiesto en El Da, donde expres: Incorporarse a las filas de los que pretenden imponer la reforma por el plebiscito inconstitucional, mientras se intenta montar en la sombra la mquina de la dictadura, es renegar de la democracia y la dignidad ciudadana, traicionar el espritu luminoso de Batlle, que es la esencia misma del batllismo y ponerse al servicio de los gestores del infortunio de la Repblica. La agrupacin parlamentaria nacionalista resolvi tambin realizar una campaa contra la incitacin al desconocimiento de la Constitucin y la caducidad inmediata de los Poderes Pblicos, excluida la Presidencia.En: Nahum, o.c.

13. En este rgimen de desgobierno -agreg- se dilua a tal punto la responsabilidad que la cosa pblica resultaba tomada al asalto por los partidos polticos, asistindose en poca de prosperidad al aumento creciente de los gastos pblicos para poder satisfacer todos los intereses predominantes en el gobierno, y dando lugar en horas de pobreza y restriccin, a la poltica funesta del empleo pblico, por obra de esos pactos concupiscentes a que se haban entregado las minoras que gobernaban en el Senado y en el Consejo Nacional. Estos conceptos descarnados, pero ciertos y efectivos, perfectamente ajustados a nuestra realidad del momento, fueron los que provocaron al mes siguiente de haber sido expuestos, la mencionada interpelacin del Senado.

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Esta interpelacin sirvi para acentuar ms an -s cabe- la opinin reformista del pas. El Ministro compareci al Senado negndose a dar explicaciones amparado en sus fueros de conciencia y en su inalienable y sagrado derecho de opinin, citando en su apoyo una abundante jurisprudencia parlamentaria nacional y extranjera. Su actitud provoc el aplauso resonante y hasta la ovacin frentica de las barras colmadas de pblico y de una inmensa muchedumbre ciudadana agolpada esa tarde en las puertas del Senado. El reformismo acababa de ganar una grande y decisiva batalla. La nueva conferencia pronunciada en Rocha pocos das despus, constituy algo as como la piedra de toque definitiva sobre el estado de conciencia del pas. En la noche del 3 de Febrero de 1933 se congreg simultneamente en el teatro y en la plaza pblica toda la poblacin de Rocha, sin distincin de partidos ni tendencias, vibrante de entusiasmo ante el verbo reformista y aclamando con delirio a los hombres de la nueva causa. El xito extraordinario de Minas y de Durazno haba sido superado en Rocha, no necesitndose avanzar ms.En: El 31 de Marzo, o.c.

14. La reforma constitucional cay as en un punto muerto, teniendo ahora sus opositores el pretexto de la amenaza para negarse a tratarla. El herrerismo, por su parte -al quemar las naves-, clausur de improvisto todas las soluciones pacficas, siendo desde entonces el de la violencia el nico desenlace posible del pleito revisionista. La situacin era por dems difcil. Las funciones de mi cargo me imponan la obligacin de reprimir la tentativa revolucionaria, estando dispuesto a proceder as como claramente lo manifest entonces. Y sin embargo la revolucin se organizara bajo nuestra bandera reformista, agitando como divisas mis propias ideas de renovacin institucional y de reafirmacin democrtica y plebiscitaria! En el Mensaje dirigido al Parlamento el 15 de Marzo de 1933, explicaba as estos episodios: Se reagrav la situacin en el mes de Febrero del corriente ao, ante el propsito claramente manifestado por el Partido Herrerista de proteger y apoyar la revolucin, prestndole su concurso popular y econmico. El Poder Ejecutivo se percat fcilmente de la gravedad de la nueva situacin. La gran desocupacin militar producida en el vecino Estado de Ro Grande al licenciar ltimamente la mitad de su poderoso ejrcito de 30.000 plazas; la certeza de que Nepomuceno Saravia posee armas, municiones y pertrechos blicos provenientes de las ltimas revoluciones brasileas; la proteccin franca y la cordial amistad que le dispensan a dicho seor, no ya el Gobierno amigo del vecino Estado, sino algunos de sus fuertes caudillos y jefes del

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Ejrcito licenciado, le daban ahora incuestionable entidad a la proyectada intentona. En el mes de Febrero, el Gobierno adquiri la certeza de que los hermanos y parientes del Seor Saravia -de indudable arraigo en la masa rural nacionalista-, estaban dispuestos a colaborar activamente en sus planes invasores. LAS ULTIMAS TENTATIVAS DE CONCILIACION: EL PLEBISCITO DE CONSULTA Y EL PARTIDARIO La intransigencia de los sectores antirreformistas era lo que provocaba las vas de hecho, dada su escasa entidad representativa, frente a la inmensa opinin popular de los partidos reformistas, y al dique insalvable que aqullos oponan a la mayora, primando los menos sobre los ms al amparo de trabas y requisitos absurdos, inconcebibles en un rgimen de verdadera democracia. Y era esta restriccin que comprima la voluntad mayoritaria del pas, lo que transformaba al plebiscito en una verdadera ley de tranquilidad pblica. As lo expres en el Mensaje enviado al Parlamento el 15 de Marzo de 1933: En este estado, la Repblica necesita con urgencia diversas leyes de tranquilidad pblica en el orden poltico, social y econmico, llamadas a tonificar el ambiente suprimiendo o atemperando las principales causas de malestar. La primera de todas es el plebiscito de consulta en materia constitucional, que brindara al pueblo la sensacin reconfortante de sentirse dueo de su porvenir y rbitro de su propio destino. Radicando en el pueblo la soberana nacional, el plebiscito es, por esencia y definicin, eminentemente constitucional, desde que la Constitucin no ha podido depositar ninguna competencia por encima de la competencia primaria e inalienable del soberano. Las trabas constitucionales para la reforma, obligan al legislador, no al pueblo, cuya voluntad no puede ser encadenada por ningn requisito de forma, como no sea la ratificacin posterior de sus propias decisiones. Si triunfaba la tendencia antireformista, nosotros abandonaramos de inmediato nuestros propsitos plebiscitarios y de revisin. Si por el contrario, triunfaba en el Partido la tendencia opuesta, eran aqullos los que deberan someterse a la voluntad partidaria. Tratbase, sin duda, de una solucin hbil desde que sorteaba todos los argumentos constitucionales que se formulaban contra el plebiscito nacional. Si la mayora del batllismo se pronunciaba por la reforma, sus legisladores tendran la obligacin de votarla, y entre stos y los dems legisladores reformistas se cubrira fcilmente en la Cmara de Representantes el quorum constitucional de dos tercios de votos.

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Este plebiscito partidario podra tambin tener por objeto el conocer igualmente la opinin del batllismo sobre la realizacin o no del plebiscito nacional, sea imperativo, sea de consulta. Todo fue desechado.En: El 31 de Marzo, o.c.

15. El 29 de Marzo en acuerdo con el Ministro del Interior,, se dict un Decreto por el que se desviaba el curso de la anunciada manifestacin, prohibiendo que pasara frente al edificio del El Da y El Ideal y que pudiera llegar a la sede del Consejo Nacional de Administracin, organismo ste que, conjuntamente con el Senado, polarizaba la protesta de los manifestantes. El efecto de esta juiciosa medida result en absoluto contraproducente, desde que contribuy a envalentonar hasta la insolencia al sector antirreformista del batllismo. 16. Al da siguiente -30 de Marzo- apareci en las columnas de El Da aquel extraordinario documento firmado por los Consejeros batllistas Brum, Berreta, Rubio y Fabini, conjuntamente con los Senadores y Diputados que respondan a su poltica, en que se me acusaba -entre otros graves cargos- de estar mostrando en la sombra la mquina de la dictadura. En las mismas columnas de El Da en ttulos de gruesos caracteres que abarcaban todo el ancho de una pgina, esos mismos consejeros en su calidad de miembros del Comit Ejecutivo del Partido, citaban a la Convencin para combatir al strapa que desempeaba la Presidencia de la Repblica. Strapa, en la particular terminologa poltica de dicho diario, sirve para designar al tirano ladrn, que detenta el poder por predominio de mando y por afn de lucro. Strapa es el gobernante de hecho que toma por asalto el tesoro pblico y dispone de l como de cosa propia. Ante este ataque inverosmil, -profundamente herido en mi dignidad- tuve forzosamente que pensar en que mis adversarios del Consejo Nacional, del Senado y de la Cmara de Representantes, estaban en posesin de los medios necesarios para hacerme caer. Tom, pues, las medidas indispensables para defenderme, defendiendo de paso la causa popular, y reaccionando connatural energa frente al agravio injustificado y sin atenuantes. En las propias columnas de El Da apareca tambin el 30 de Marzo un manifiesto estudiantil redactado por el Doctor Eduardo Acevedo, donde se me acusaba igualmente de estar preparando el motn ms vergonzoso de nuestra historia.

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Tuve que pensar, una vez ms, que tamao ultraje slo poda responder al propsito de enardecer al pueblo partidario y a las masas estudiantiles lanzndolas contra mi autoridad, para ponerme en la obligacin de reprimirlas violentamente, sembrando de vctimas las trgicas jornadas. Lleg as el instante de la defensa. Mi dignidad funcional y personal, las exigencias del orden pblico, la tranquilidad de la poblacin y hasta la paz del Estado, me obligaron a cortar con energa la grave situacin poltica tan temerariamente provocada.En: Ibdem

EL GOLPE DE ESTADO DEL 31 DE MARZO DE 1933. Manifiesto de la Agrupacin de Gobierno Batllista publicada en el diario El Da el 30 de marzo de 1933 y donde se lanza la acusacin de montar a la sombra la mquina de la dictadura: A los ciudadanos de la Repblica: La gravedad de la situacin poltica impone a todos los ciudadanos de la Repblica a definir claramente su posicin y asumir con serena pero indeclinable energa, la responsabilidad que corresponde ante la historia y ante los sucesos que se precipitan. Nadie puede a llamarse a engao. Dos tendencias, diametralmente opuestas y netamente definidas, se organizan para la lucha. De un lado, los que pretenden trasplantar a nuestro medio las soluciones de violencia que llenan de dolor, de sangre y de vergenza a casi todos los pases de Amrica, negndole al pueblo el derecho de gobernarse a s mismo, poniendo los destinos de la sociedad en manos del ms audaz y menos escrupuloso, hasta que otro todava ms audaz y con menos escrpulos, los sepulte, con poderes igualmente discrecionales, sin frenos de ninguna naturaleza en el manejo de los intereses morales y materiales de la nacin. De otro lado, los que exigimos que se respete estrictamente la Constitucin de la Repblica para que el pueblo, en el libre ejercicio de sus derechos esenciales, decida sus destinos [] el problema de la reforma constitucional pasa a segundo plano cuando estn en juego la democracia y las libertades pblicas. Con el plebiscito inconstitucional o la dictadura, se destruir el nico instrumento que el pueblo puede esgrimir para labrar su felicidad por la implantacin de la justicia social que vamos conquistando gradualmente []. Todas las fuerzas oscuras de la reaccin y del despotismo se coaligan para destruir la obra de paz, de libertad y de justicia que hemos realizado a precio de tanto esfuerzo, de tanta sangre y de tanto dolor.

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Incorporarse a las filas de los que pretenden imponer la reforma por el plebiscito inconstitucional, mientras se intenta montar en la sombra la mquina de la dictadura, es renegar de la democracia y la dignidad ciudadana, traicionar el espritu luminoso de Batlle, que es la esencia misma del batllismo, y ponerse al servicio de los gestores del infortunio de la Repblica. Nadie puede llamarse a engao. En esta hora solemne para los destinos del pas. El deber es claro, lo honorable es estar en la democracia. Firman: Domingo Arena, Antonio Rubio, Juan P. Fabini, Baltasar Brum, Toms Berreta, Carlos Mara Sorn, Edmundo Castillo, Federico Capurro, Eduardo Acevedo Alvarez, Mateo Legnani, Alfredo Brum, Manuel I. Vzquez, Lorenzo Batlle Pacheco, Rogelio Sosa, Andrs Martnez Trueba, Santn Carlos Rossi, Juan Francisco Guichn, Clemente Ruggia, Carlos T. Gamba, Modesto Echepare, Ricardo Cosio, Rogelio Dufour, Luis A. Brause, Hctor Astorga, Roberto Ferreira Feria, Jorge Carbonell, Csar I. Rossi, Orlando Pedragosa Sierra, Ral Lapetra, Alberto Macci, Hermenegildo Meko, Agustn Minelli, Alberto Zubira, Enrique Rodrguez Fabregat, Orestes Lanza, Carlos Masiet Silveira, Pablo Mara Minelli, Mximo Halty y otros.En: Trochn et al, o.c.

17. MENSAJE DE GABRIEL TERRA A LA ASAMBLEA GENERAL DEL 30/3/ 1933 (*) A la Asamblea General: El Presidente de la Repblica no quiere, no desea, no busca la dictadura. Por el contrario la repudia como procedimiento para fundar sobre su base el predominio personal de un hombre o de un crculo. Lo nico que el Poder Ejecutivo desea patritica y ardientemente es la consulta popular, para que el pueblo soberano pueda decidir sus propios destinos, resolviendo la tremenda crisis poltica que se ha desatado sobre la repblica. [] Esto no obstante algunos miembros de los Poderes Pblicos (legisladores e integrantes del Consejo Nacional) le atribuyen a la Presidencia de la Repblica propsitos subversivos como se comprueba en el manifiesto que dirigen a los ciudadanos en el diario El Da del 30 de marzo del corriente ao. Esta actitud inconsulta que no puede fundamentarse en hechos de ninguna naturaleza, obliga al Poder Ejecutivo a usar de las facultades extraordinarias que [] le confiere al presidente de la repblica el artculo 79, nmero 19 de la constitucin, para evitar que el pas pueda caer en estado de convulsin. La actitud de los legisladores e integrantes del Consejo Nacional que se viene comentando, es, adems francamente delictuosa al acusar al Poder Ejecutivo de montar en la sombra la mquina de la dictadura.

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Una de dos: o la Presidencia de la Repblica ha delinquido, en cuyo caso no se justificara ni explicara su permanencia en el cargo, teniendo como tienen los firmantes del manifiesto la facultad de mover el juicio poltico de responsabilidad, o por el contrario, han delinquido los legisladores y miembros del Consejo Nacional que atribuyen a la Presidencia los propsitos subversivos []. En concepto del Poder Ejecutivo la referida actitud no puede tener otra explicacin lgica que el deliberado propsito de impedir por cualquier medio, la proyectada manifestacin del 8 de abril, con el objeto de evitar que el pueblo de Montevideo, y de los departamentos vecinos, pueda exteriorizar sus vehementes deseos plebiscitarios. Las medidas de seguridad adoptadas por ahora consisten: 1 En censurar la propaganda de aquellos rganos de publicidad que atribuyan propsitos dictatoriales a la Presidencia de la Repblica. 2 En intervenir en las crceles, frente a los rumores circulantes de posible libertad de delincuentes. 3 En medidas de seguridad en las usinas elctricas, aguas corrientes, telgrafos y telfonos, por tratarse de servicios pblicos indispensables. Reitero a la Asamblea General las seguridades de mi consideracin distinguida. G. TERRA - A. DEMICHELI - GENERAL DOMINGO MENDIVIL. [Tomado de 31 de Marzo de 1933, Montevideo, Cuadernos de Marcha, N 76, 1973, pp. 2/4] 18. LA ULTIMA SESION DE LA ASAMBLEA GENERAL. Algunas intervenciones Ricardo Paseyro (radicalismo blanco): Que terrible paradoja la de un presidente de la Repblica que hace una declaracin pblica diciendo que no pretende la dictadura, que l no tiene alma de dictador, y en ese mismo da, seor presidente, manda a la tropa de lnea a clausurar un ente autnomo, y sella los labios jams sellados en esta tierra libre, de la prensa independiente. Es con inmenso dolor con que contemplo este espectculo. Veinticinco o treinta aos de paz nos haban dado el derecho de ser, no slo en el concierto de las naciones americanas, sino de las naciones del mundo, un pas de excepcin, en medio de esta terrible crisis que conmueve al mundo entero. [] [Ibdem, p. 7] Eugenio Gmez (comunismo): El Partido Comunista ha denunciado, desde hace mucho tiempo, la gravsima situacin porque atravesaba el pas y los propsitos reaccionarios de los jefes motineros []

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En febrero de 1932, podemos decir que pasamos por un verdadero golpe de estado; reagrupamiento de fuerzas, reuniones en palacio de los jefes de los diversos partidos de la burguesa y de los feudales, que concluy con una ofensiva tenaz de hambre y de opresin contra la masa trabajadora. Seiscientos trabajadores fueron encarcelados; clausurado fue el diario del Partido Comunista; asaltados fueron los locales de nuestro partido y los sindicatos obreros []. Despus del golpe de febrero contra el Partido Comunista y contra los sindicatos, vino un ataque ms brutal contra la masa campesina a la que se ha impuesto desalojos, embargos de cosechas []. Hoy podemos decir que estamos dentro del golpe de estado mismo. El mensaje de la Presidencia de la Repblica lo dice con toda claridad [] Los trabajadores, los obreros, los campesinos y los estudiantes deben organizar el frente nico y desencadenar la lucha desde maana mismo para que no se cumplan los propsitos de la burguesa y de los feudales [] [Ibdem, p. 9] Eduardo Rodrguez Larreta (nacionalismo independiente) La subversin desde arriba: [] Tengo la sensacin de que por mucho tiempo no se volver a escuchar en este recinto la voz de legisladores independientes [] Es en nombre del artculo 79 de la constitucin, que prev la conmocin interna o externa, que el presidente de la repblica ha adoptado las medidas que da cuenta el mensaje que se acaba de leer. Conmocin interna! Esa conmocin interna ha surgido, ha crecido, se ha desarrollado y ha cristalizado por la obra directa del presidente de la Repblica. Naci en sus discursos, cuando recorra el pas anunciando que la poblacin tendra que optar entre la revolucin y el golpe de estado [] [] Requiem por la democracia uruguaya Somos un pas pequeo, un pas no rico, de escasos recursos materiales que, entre los colosos de Amrica que nos rodean, contbamos con una sola virtud: tenamos el orgullo, si se quiere la vanidad de ser superiores a ellos en cultura poltica y en civilizacin [] Y bien: ese nico orgullo, esa nica satisfaccin que nos permita mediar en el concierto de las grandes potencias con alguna vanidad y con alguna satisfaccin, ha sido enterrado en el da de hoy. Nuestro nombre ir a aumentarse al de otras tantas pobres republiquetas de Sudamrica manejadas a golpes de sables y a bocinazos de cuartel [] [Ibdem, pp. 11/17]

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Sr. Luis Batlle Berres [] Se dijo que no se saba lo que los militares podan hacer. Yo tengo fe en los militares, porque tengo fe en la educacin cvica de mi pueblo, sin distincin de militares y civiles; tengo fe en que pueblo y militares estarn al servicio de la legalidad [] si tiene que salir la Asamblea en defensa de la legalidad, que est segura la Asamblea de que los ciudadanos honrados estarn al servicio de la Asamblea. [Ibdem p. 27] Sr. Andrian Troitio (socialismo) [] Tenemos actualmente la amenaza de la dictadura, no por lo que el Dr. Terra nos diga en su mensaje, sino porque existe en ciertos crculos perfectamente definidos, el ambiente propicio para esa dictadura, en los crculos del Comit Nacional de Vigilancia Econmica, principalmente, tal vez en algunos crculos militares, en algunos crculos de grandes industriales y de grandes terratenientes. [] [Ibdem, p. 28]En: Ibdem

19. EL DECRETO DE GABRIEL TERRA DISOLVIENDO LAS CAMARAS La Presidencia de la Repblica, en uso de sus facultades extraordinarias, Vistos: el precitado pronunciamiento de la Asamblea General, [] que manda levantar las medias de seguridad decretadas por el Poder Ejecutivo, lo que provocar de inmediato una conmocin pblica, cuyas consecuencias es imposible prever; Considerando: que la funcin esencial del Poder Ejecutivo es la de asegurar el orden y la tranquilidad del pas; Que la situacin de la Repblica est formada por un complejo de factores financieros, econmicos y polticos, que es de urgencia enfrentar con decisin, mediante reformas inmediatas que hagan menos pesada la carga de los impuestos, restableciendo la perdida confianza del pas en su sistema institucional; Que previendo los acontecimientos actuales, la Presidencia de la Repblica viene luchando desde hace tiempo por la reforma constitucional, la que no se ha hecho efectiva por la intransigencia doctrinaria de los sectores minoritarios [] Considerando: que el Poder Ejecutivo, repetidas veces ha solicitado al Parlamento la sancin de diversas leyes de tranquilidad pblica impuesta por las circunstancias del momento, principalmente la consulta al pueblo en forma plebiscitaria, para que ste, en ejercicio de su soberana, decida de su propio destino; Que es propsito firme del Poder Ejecutivo convocar a la brevedad posible a una Asamblea Constituyente, desde que no lo mueve ningn fin de predomin