10

GENTE

Escribe: CARLOS PEÑALOZAEl General

http://elgeneralpenaloza.blogspot.com

¿QUIEN PROMUEVE ESTOS DESMANES Y CUAL ES LA CONSIGNA?

Señor Presidente:

Levanto mi voz, ante los macabros hechos en contra de nuestros hermanos, los jóvenes Policías que han sido cruelmente abatidos por una horda

de delincuentes, que de ninguna manera, pueden ser considerados como campesinos, ¡Qué dolor por Dios! Como puede ser posible que hayan hecho algo tan miserable estos nefastos serviles y traidores asesinos, han matado según ellos para defender sus derechos y a nombre de la democracia a Policías inocentes.

Señor Presidente, es muy sospechoso que justa-mente los peruanos del sector indígena de nuestro país se levanten y actúen como azuzados y respaldados por alguna voz maligna que debe de tener un plan de des-estabilización programado para golpear la estabilidad gubernamental y a la democracia. Este hecho tiene el perfil semejante al de un Andahuaylazo.

¿Casualidad? No lo creo, aquí tiene que estar la mano negra del único Presidente Indígena de la Re-gión, quien desde un buen tiempo atrás ya perfilaba una serie de ataques e insultos hacia su investidura Presidencial que los peruanos no podemos permitir, basta ya, no debemos tolerar más ingerencias, hay que poner los puntos sobre la íes.

Ante ésta andanada de ataques y sospechosas movidas, que han conducidos a nuestros hermanos indígenas a morder el anzuelo, que seguramente debe haberse maquinado desde afuera, tiene que diseñarse una estrategia de deslinde diplomático y así mismo de un supremo despliegue de las fuerzas de inteligencia y demostración de cabal autoridad en la zona de conflic-to, aquí ya no pueden haber contemplaciones, hay que separar categóricamente, la paja del trigo.

Señor Presidente, recuerde que hay muchos com-patriotas en riesgo en la ciudad del Alto, aquí no hay sanas intenciones, yo le recomendaría repatriarlos urgentemente, este pésimo precedente obliga a tomar medidas extremas en el cuidado de los nuestros.

Señor Presidente le escribo con lagrimas en los ojos, me siento inmensamente dolido, no puede ser que nos hayan penetrado con tanto veneno y no seamos contundentes. Le doy mi vida para combatir a esos de-lincuentes, póngame mi uniforme y envíeme al frente al lado de mis hermanos policías, tiene mi palabra de honor que de determinarlo usted así, ahí estaré, sin dudas ni murmuraciones.

El General

SEÑOR PRESIDENTE

¡QUE DOLOR!

La sangre llegó al río en Bagua con tal violencia que arrasó la vida de 23 policías y 9 civiles. La reacción de los manifestantes fue tan desproporcionada que llegó hasta los límites del salvajismo. Luego de los luctuosos hechos, por un lado, quedaron serias evidencias de manipulación de los nativos y, por otro lado, gruesos errores del gobierno en el tratamiento de tan delicado tema complicaron más las cosas.

Ningún reclamo, por más justo que sea, justifica la manera cómo ciertos grupos de manifestantes se ensañaron en Bagua contra los policías, llegando hasta la barbarie. Los

testimonios de los efectivos liberados son escalofriantes. Sin miramiento alguno, varios de ellos fueron ultimados a machetazos, pese a sus ruegos. En el colmo de la insania, varios nativos llegaron, incluso, a vestir las prendas de las víctimas, luciéndolo como un trofeo de guerra.

Mientras tanto, en Lima, Alberto Pizango, presidente de la

Crónica anunciada del “baguazo”

Por: Víctor Tipe Sánchez

ACTUALIDAD

GENTE

11

nada de amazónicos.La extremada violencia de la asonada,

que no solo se registró en la región Amazo-nas sino en otras zonas selváticas, da fuerza a la hipótesis gubernamental (ver nota

aparte) de que existe una mano negra que manipula a los nativos y complota contra el Perú.

Evidencia del complotExisten razones para pensar así. Un primer indicio de la injerencia política está vincu-lado al humalismo. Las congresistas del Partido Nacionalista, Yaneth Cajahuanca y Juana Huancahuari Páucar, facilitaron la fuga del dirigente selvático para evadir su responsabilidad por los enfrentamientos, y luego pedir asilo político en Nicaragua.

Un vídeo que se difundió días después de la masacre, muestra a la misma Cajahuan-ca llevando un mensaje tergiversado del contenido de los decretos legislativos a las comunidades nativas. “Quieren privatizar el agua”, dice en una parte. Esa frase fue repe-tida decenas de veces en los días posterio-res por los dirigentes nativos aunque nadie pudo explicar con precisión cuáles eran los artículos que tienen esa intencionalidad.

La segunda evidencia apunta al país altiplánico. Apenas ocurrieron los hechos de Bagua, la ministra boliviana de Justicia, Celima Torrico, salió a culpar al gobierno peruano de la violencia generada en esa región, en clara intromisión en los asuntos internos peruanos.

Mirando unas semanas más atrás, se puede constatar, además, que el gobierno de La Paz alentó sutilmente la revuelta so-cial en el Perú. Un emisario de Evo Morales, el diputado suplente del oficialismo, Isaac Ávalos, llevó a Puno una carta de su man-datario al Congreso Indígena Continental donde precisamente se acordó la cerrada oposición contra los decretos legislativos sobre la Amazonía peruana.

Las declaraciones posteriores de Ávalos constituyen una evidencia. De regreso a la capital boliviana anunció una serie de movilizaciones en Bolivia, Perú, Ecuador y Guatemala contra esas normas.

La hipótesis de la injerencia boliviana se refuerza aún más con las continuas de-claraciones inamistosas del presidente Evo Morales y varios de los políticos allegados a su partido. Lo último ha sido afirmar el ab-surdo que la demanda peruana en La Haya tiene por objeto bloquear las aspiraciones bolivianas de una salida al mar. ¿Son solo casualidades?

Un tercer indicio va más allá del Altipla-no. Uno de los agentes de inteligencia infil-trados entre los nativos los días previos al 6 de junio, ha revelado que pudo identificar a varios sujetos que “hablaban con acento colombiano, venezolano o ecuatoriano” en las carreteras tomadas en la Amazonía y la Estación Nro. 6 de Petroperu.

El senador opositor boliviano, Luis Vásquez Villamar, vino al Perú luego de la masacre y acusó al gobierno de Hugo

Crónica anunciada del “baguazo”

Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) aquel trágico vier-nes 5 de junio, concluyó un doble juego de varias semanas que, según los testigos, era dirigido por algunos asesores que no tenían

ACTUALIDAD

Los luctuosos hechos de Bagua, causaron el dolor en los hogares de 23 policías y 9 civiles.

12

GENTE

Chávez de alentar las revueltas de los na-tivos peruanos a través de los operadores al mando de Morales. Como prueba dijo que en Bolivia ya ocurrió algo similar el año pasado.

El doble juegoLa actuación de Alberto Pizango es digna también de análisis. Mientras, por un lado, pedía diálogo, por otro alentaba la “insu-rrección amazónica” contra el Estado perua-no e incluso pidió la vacancia presidencial. Lo irónico es que cuando se sentaba a la mesa de conversaciones o era entrevistado por los medios de comunicación, no sabía explicar cuáles eran los aspectos puntuales de los decretos legislativos que atentaban contra los nativos amazónicos e insistía en la derogatoria total de la Ley Forestal y de Fauna Silvestre y la Ley de Recursos Hídri-cos, sin mayor razonamiento.

Pizango está cuestionado por algunos dirigentes de su propia agrupación por el manejo irregular de los fondos de su asocia-ción. La ex tesorera de la Aidesep, Soledad Fasabi, lo denunció ante el Ministerio Públi-co por el mal uso del dinero proveniente de la cooperación extranjera. “El dinero venía destinado para el trabajo de los pueblos pero Alberto Pizango no cumplió con este trabajo. El pueblo no ha recibido los fondos”, afirma.

Se dice que la Aidesep recibió más de 4 millones de dólares de cooperación in-ternacional provenientes de países como Dinamarca y Noruega entre el 2006 y el 2008, pero no se sabe el destino de ese dinero. Así se explicaría el alto poder de movilización que tuvieron los nativos que permanecieron en la toma de carreteras por cerca de dos meses. Movilizar a cien-tos de personas, pagarles el transporte

y la alimentación durante tanto tiempo requiere de mucho dinero.

Pizango es dirigente de la Aidesep que no agrupa a todos los pueblos nativos de la selva. Existe también la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (Conap), que representa a 40 federaciones de poblaciones de esta parte del país, presidido por Oseas Barbarán Sánchez. Eso revela, además, que Pizango se arrogaba un nivel de representatividad que no tenía.

La actuación del gobierno apristaUno de los errores del gobierno radica en haber aceptado a Pizango como el único interlocutor válido en este delicado tema accediendo a sus exigencias de no querer sentarse a la mesa con otros dirigentes nativos. Es cierto que la agrupación de Bar-barán compartía varios de los reclamos con la Aidesep, pero estaba en contra de todo acto de violencia.

Sin embargo, el primer desliz impor-tante radica en el hecho de haber dado los decretos legislativos sin consultar previa-mente a las comunidades amazónicas en cumplimiento del convenio 169 de la Or-ganización Internacional del Trabajo (OIT), que establece una deliberación previa para estos casos y tiene mandato de ley. La Mesa de Diálogo establecida en la Presidencia del Consejo de Ministros pretendía solucionar la omisión.

El pecado original de los dispositivos permitió la manipulación interesada de los partidos vinculados al chavismo que enarbolaron el argumento de la inconstitu-cionalidad sin permitir analizar a fondo el contenido real.

La maniobra no cesó pese a que, el 4 de junio, la Defensoría del Pueblo interpuso una acción de inconstitucionalidad contra los decretos legislativos y la propia Comi-sión de Constitución del Congreso había aprobado un dictamen en ese mismo sen-tido, el cual debía ser debatido en el Pleno.

En esos días, se incurrió en otro error que alimentó aún más las llamas de la ya candente selva. El jueves 4 de junio, el Parlamento decidió por mayoría aplazar la discusión pese a que ya se había com-prometido a tratarlo. Toda la bancada hu-malista no estuvo en el momento preciso

ACTUALIDAD

Ni en las más violentas épocas de la subversión murieron tantos policías en un solo ataque. Puro salvajismo.

Varios efectivos murieron a machetazos y lanzazos.

GENTE

13

Escribe: Gral. PNP (r) Juan Gonzáles Sandoval

chacalsicumple@hotmail.com

de la votación por razones inexplicables. Mientras la amazonía entera esperaba que el tema se debata ese día, los congresistas soplaron la pluma, generando un elemento adicional que provocó la violenta reacción del día siguiente.

Falta de comunicaciónComo ya ha ocurrido en otros casos an-teriores, el gobierno incurrió en el grave error de no haber diseñado una estrategia de comunicación adecuada para dar a co-nocer el contenido, alcances y beneficios de los decretos legislativos. Se dejó ganar por el aparato comunicacional de las ONGs y los políticos de oposición que manejaron los mensajes a su antojo sin que ninguna autoridad del gobierno salga al frente. El propio Primer Ministro, Yehude Simon, y varios miembros del gabinete lo admitie-ron después.

Aquí cabe una atingencia. Hace algunas semanas, los nativos de la cuenca occidental de la Cordillera del Cóndor perteneciente al Ecuador, también pretendieron oponerse a la explotación de las riquezas auríferas que existen en esa zona. El presidente Rafael Correa les salió al frente y convocó una sesión de su gabinete itinerante en Loja y sentó a todos los líderes locales y nativos en una misma mesa para explicarles que la explotación del oro no colisiona con los intereses de la comunidad. Es decir, se adelantó a cualquier revuelta y bajó las tensiones. En el Perú, las autoridades se dejaron estar y pecaron de desidia.

Los políticos Renglón aparte se merecen los políticos peruanos en estos momentos en que la violencia y el desentendimiento amenazan al país. Lejos de actuar con ponderación, seriedad y responsabilidad, entablaron un enfrentamiento casi irracional que llegó a su punto más álgido en el Congreso cuan-do, en un hecho inédito, siete parlamen-tarios de la bancada nacionalista fueron suspendidos por 120 días debido a que irrumpieron en el hemiciclo con pancartas y gritos.

En las sesiones precedentes, el deba-te llegó a un deplorable nivel que lejos de solucionar el problema de la Selva solo alimentó el enfrentamiento y la discordia. (Ver editorial).

Los congresistas parecen no com-prender que, en casos tan delicados como éste, debe actuar con responsa-bilidad, reflexión y prudencia. Solo así dejarán de dispararse a los pies y evita-rán otros “moqueguazos”, “tacnazos” y “baguazos” tan funestos para el Perú y todos los peruanos.

Hay un nuevo personaje en la política peruana: Alberto Pizango. Pizango es el primer dirigente

indígena peruano que adhiere a la ideología autonomista y antisistema de los indígenas bolivianos, encabezados por el Mallku Felipe Quispe. Quispe es un reconocido caudillo indígena aymara, connotado dirigente de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores Campesinos de Bolivia, (CSUTCB) y diputado del Movimiento Indígena Pachakuti (MIP), que fundara.

A Quispe hay que tomarlo en serio por dos poderosas razones: porque mi-llones de aymaras y quechuas lo toman en serio y luego, porque tuvo un papel protagónico en la organización de las protestas que derivaron en la guerra del gas y la renuncia de Sánchez de Lozada, sí como en el posterior derribamiento del sucesor de éste: Carlos Mesa.

“No queremos refundar el país, sino la reconstitución del Qullasuyo, la nación aymara” ha señalado Quispe como el gran objetivo tras el derrocamiento de dos suce-sivos gobiernos por una suerte de golpes populares, perfectamente orquestados y dirigidos por él y Evo Morales.

Pues bien, el Gobierno al representar un discurso arcaico y pro grandes monopolios privados ha construido a Pizango que hoy representa un discurso ambientalista, eco-logista, pro respeto y defensa de minorías étnicas. Obviamente el discurso que cala en la opinión pública internacional.

Y esto se veía venir. Ya en setiembre del 2008 Alberto Pizango anunciaba de-safiante: “Ya no vamos a tomar carreteras para que nos escuchen, lo que vamos a hacer es replegarnos a nuestras tierras, desconocer al presidente de la República y expulsar a los representantes del Estado. Vamos a rechazar su sistema de educación,

de salud. Nuestros hijos no asistirán a los colegios del Estado. No vamos a permitir que se hagan las explotaciones petrole-ras en nuestras tierras. Si las compañías quieren ingresar será la muerte para ambos lados. No nos están dejando otra alternativa.”

Esta es la conocida plataforma políti-ca que impulsó Evo Morales para llegar al poder y que fue advertida por la CIA hace casi veinte años. Se trata de una corriente de reivindicación indígena en la que se infiltra la extrema izquierda. Es entonces cuando la izquierda replantea su estrate-gia sobre la base de las reivindicaciones indígenas que son más viejas que nues-tras repúblicas. Si antes se promovía la ocupación de tierras, ahora había que ocupar territorios, si antes de hablaba el lenguaje marxista, hoy se habla de nacio-nalismo y poblaciones originales.

Lo que se viene es serio.

PIZANGO

ACTUALIDAD

La embajada de Nicaragua fue escenario de diversas protestas por haber dado el asilo a Alberto Pizango.