cromañon

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Universidad del Salvador Facultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación Social Ciclo de Licenciatura en Periodismo Tesina ¿Hubo un culpable político de la tragedia de Cromañón? El tratamiento de la responsabilidad de Aníbal Ibarra por parte de Clarín, Página/12 e Infobae. Realizado por: Martín Javier Hermida Directora de la Carrera de Periodismo: Prof. Ana Laura García Luna Tutor de la Tesina: Prof. Elisa Crowe Asesor metodológico: Prof. Leonardo Cozza Asignatura: Tesina 1

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Universidad del SalvadorFacultad de Ciencias de la Educación y de la Comunicación SocialCiclo de Licenciatura en Periodismo

Tesina

¿Hubo un culpable político de la tragedia de Cromañón?El tratamiento de la responsabilidad de Aníbal Ibarra por parte de Clarín,

Página/12 e Infobae.

Realizado por: Martín Javier Hermida

Directora de la Carrera de Periodismo: Prof. Ana Laura García Luna Tutor de la Tesina: Prof. Elisa CroweAsesor metodológico: Prof. Leonardo CozzaAsignatura: Tesina

Buenos Aires, 6 de noviembre de [email protected]

15-3601-7812

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“Si no estáis prevenidos ante los medios de comunicación, os harán amar al opresor y

odiar al oprimido”- Malcolm X

ABSTRACT

El trabajo aborda el tratamiento de la responsabilidad del entonces jefe de Gobierno

porteño, Aníbal Ibarra, según Clarín, Página/12 e Infobae, durante la tragedia de

Cromañón. A partir del análisis de contenido y de discurso, hallamos ciertas inferencias

textuales y contextuales en las notas periodísticas que llevan a una presentación

tendenciosa de la información en beneficio de intereses políticos y económicos.

Cromañón – Ibarra – Medios

ÍndiceIntroducción 3

Problema 7

Hipótesis 10

Objetivos 11

Marco teórico 11

Metodología propuesta 15

Manipulación de la información y desinformación17

Los medios, parte central de la superestructura del capitalismo…………………….……………………..19

Cronología de los hechos 21

La responsabilidad de Ibarra………………………………………………………….……………...…….23

La cobertura informativa 33

Cronología……………………………………………………………………………….……………….34

¿En qué otras cuestiones se favoreció a Ibarra?.........................................................................................53

La línea editorial de Clarín y Página/12………...………………………………………………….……79

Leyes a favor de los medios…………………………………………………………………………...…...95

Algunas conclusiones preliminares ……………...……………………………………….…….................96

Conclusiones 99

Bibliografía………………………………………………………………………………....................…..106

Apéndice….……………………………………………………………………..………………....…..….109

Anexo……….………………………………………………………………………………………..……116

2

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A) I NTRODUCCIÓN

República de Cromañón era una discoteca ubicada en el barrio de Once, en Capital

Federal, que ofrecía recitales de bandas de rock under que soñaban con masificarse.

El 30 de Diciembre del 2004, a menos de un año de su inauguración, más de 2.800

jóvenes se dispusieron a ver el show en vivo de la banda de rock Callejeros. Lo que iba a

ser una fiesta concluyó con la muerte de 194 chicos y más de 1000 heridos. Se convirtió así

en la mayor tragedia no natural del país.

Aquel show comenzó cerca de las 22:30. Las primeras bengalas ya se hacían sentir

desde un primer momento. El empresario a cargo del boliche, Omar Chabán, alertaba

desde los altoparlantes sobre este peligro, ya que dos veces antes ya se había producido un

principio de incendio. El llamado fue desoído y a sólo tres temas del inicio, una candela

incendió la media sombra del techo y las planchas de poliuretano sobre ella, provocando la

emisión de un compuesto tóxico y letal.

En plena oscuridad, la gente intentaba escapar desesperadamente mientras algunos

valientes volvían para buscar a sus acompañantes. Muchos se asfixiaron y no pudieron

salir. Las ambulancias no daban abasto para contener la tragedia y los autos particulares

que casualmente llegaban al lugar ofrecían su ayuda.

Algunos culparon al chico que tiró la bengala que desencadenaría el fuego, otros a

la corrupción, otros al poder político, otros a la sociedad en su conjunto, otros a Chabán,

otros a Callejeros y así se extendía la cadena de responsables.

En los hechos, el local estaba habilitado para 1.031 personas, pero ese día había

más del triple. La falta de controles había permitido que el lugar fuese categorizado como

local de baile “clase C" en los registros del Gobierno de la Ciudad. Por su parte, Callejeros

arengaba desde su web “la noche de las bengalas" y Chabán cerraba con candado la salida

de emergencia. Además, la certificación de Bomberos estaba vencida y 10 de los 15

matafuegos estaban despresurizados.1

Esta riqueza de circunstancias repercutió en la prensa gráfica, que se vio ante una

tragedia que ofrecía varias aristas de análisis. El incendio causó un impacto político

1 Esta información puede obtenerse en: E. Ratti y F. Tosato, Cromañon, La tragedia contada por 19 sobrevivientes,

Buenos Aires, Editorial Planeta, 2005, Introducción y Sanz Cerbino, G , Culpable. República Cromañón 30 de diciembre

de 2004, Buenos Aires, Edic. Ryr, 2009, Introducción.3

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importante que algunos medios gráficos renegaron, minimizaron o contrabalancearon en

relación a su caracterización como medios oficialistas.

El caso de Aníbal Ibarra, por entonces jefe de Gobierno porteño, ofrece un tipo de

tratamiento particular de los medios, porque permite mostrar cómo se posicionaron ante su

responsabilidad. Ibarra se desempeñó como Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos

Aires al ser electo por los períodos del 7 de agosto de 2000 al 10 de

diciembre de 2003 hasta su destitución mediante un juicio político, el 7 de marzo de 2006,

habiendo estado suspendido en su cargo desde noviembre de 2005.

Esto es relevante en la medida en que el periodismo es, siguiendo al periodista

chileno Camilo Taufic, autor del indispensable "Periodismo y lucha de clases" (1973), “no

sólo la forma de comunicación dominante entre las destinadas a las grandes multitudes,

sino la forma determinante —por sus contenidos— dentro de todo el sistema de

comunicación social”.2 En este sentido, hablaremos de sistema de comunicación de masas

para definir a aquel sector de la prensa cuyo objetivo es “no sólo llegar al mayor número

de individuos posible, con el máximo efecto, sino también, al mismo tiempo, recoger todas

las manifestaciones de la vida social y de la naturaleza cuya divulgación sea útil para la

sociedad”.3 Este tipo de prensa no apareció misteriosamente de la nada; fue una necesidad

de la burguesía, entendida como aquella clase social preeminente en el capitalismo, que se

vio obligada a masificar la “cultura” para llevar adelante su modo de producción, o sea, la

forma en que se organiza la actividad económica en una sociedad. La comunicación

masiva es un producto típico de la sociedad industrial; surge en la primera mitad del siglo

XIX en los países capitalistas más desarrollados, y su importancia crece a medida que

aumentan la concentración urbana y la movilidad social. Favoreció de esta manera el

surgimiento del movimiento obrero y sus partidos revolucionarios, pero invirtió el proceso

al recuperar para sus fines el uso de los medios de comunicación más desarrollados para

convertirlos en masivos.

Este señalamiento no es inocente: el trabajo se propone analizar los medios desde

un punto de vista marxista. En este sentido, el concepto de “sociedad de clases” (según la

cual una clase minoritaria, que se conoce como burguesía, se enfrenta con otra mayoritaria, 2 Camilo Taufic, Periodismo y lucha de clases, Chile, Quimantú, 1973, cap. IV. Disponible en

http://www.academia.edu/8871147/Taufic_Camilo_-_Periodismo_Y_Lucha_De_Clases_PDF. Consultado el 10 de mayo

de 2015.3 Ibídem

4

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constituida por los trabajadores, que son los creadores de la riqueza social), será, en última

instancia, el trasfondo de nuestro trabajo, ya que usualmente se ocultan aquellas fuerzas e

intereses que manipulan los factores de la comunicación.

Desde nuestra perspectiva, las personas no están alienadas por determinado tipo de

medio, como la televisión, sino que lo están por el capitalismo, que impone qué es lo que

debemos ver y qué no. De ahí derivamos la idea de que la prensa no es “el cuarto poder del

Estado”, como nos quieren hacer ver algunas teorías comunicacionales, sino que está al

servicio de los poderes de turno y es una de las formas concretas que asume su poderío una

clase. Por ello, como instrumentos que hacen posible la comunicación y, por tanto, el

conjunto de las relaciones sociales, los medios son objeto de un extendido “fetichismo”: se

les atribuye cualidades positivas y negativas innatas, y no se observa que son reflejo de las

condiciones sociales en que operan.

Continuando con nuestro análisis, el lenguaje de los medios no es transparente:

implica una toma de postura ante los hechos. De este modo, la realidad -concreta y

tangible- fue estudiada desde una perspectiva particular, que tiene tras de sí una teoría

sobre la naturaleza de un acontecimiento determinado. Por ende, el mensaje mediático es

ideológico, ya que se ampara en una manera específica de ver al mundo. En otras palabras,

los medios fragmentan la realidad y la reconstruyen ideológicamente. Como señala el

sociólogo Juan Luis Pintos, “hoy son los ´medios´, las empresas de construcción de

realidad que están produciendo de diferentes modos las posibilidades de percibir algo

´como real´”.4 Los medios otorgan percepciones del mundo, del entorno vivido por los

demás y, al mismo tiempo, reconstruyen un contexto inteligible. Según la profesora de

Educación Mediática Verónica Marín Díaz, “presentan una imagen en la que han obtenido

un espacio específico en nuestras vidas, determinando el desarrollo de las mismas”.5

Así se forman los contextos referenciales de la persona; los acontecimientos son

codificados en distintas formas para darle a la información un sentido particular. En este

sentido, los intereses políticos de la prensa, a través de alianzas coyunturales con el

Gobierno de turno o la oposición, ordenan, clasifican y manipulan la realidad. La cobertura

de la prensa, entonces, no es fruto del azar, y esto adquiere importancia pues los medios 4 Juan Luis Pintos, “Apuntes para una teoría: los "medios", la "realidad" y la alternativa local”, Revista Latina de

Comunicación Social, n° 36, noviembre, 2007. Disponible en Internet en: http://www.ull.es/publicaciones/latina/

aa2000kjl/u36di/05pintos.htm. Consultado el 26 de julio de 2010.5 V. Marín Díaz, Medios de comunicación, educación y realidad, España, Universidad de Huelva, 2006, p.194

5

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son los verdaderos creadores de la opinión pública, que es tanto como decir que son los

verdaderos creadores de la verdad (si es que existe tal concepto en la realidad).

Ahora bien, ¿cómo operó la burguesía como clase en relación al tratamiento

informativo sobre Cromañón? El Profesor y Licenciado en Historia e investigador del

CONICET, Gonzalo Sanz Cerbino, estudió los hechos ocurridos en Cromañón en su libro

Culpables y en varios artículos divulgados en diversos periódicos locales e internacionales.

En una entrevista que puede verse en el apéndice de este trabajo, aclara:

“Vivimos en una sociedad que está regida por una serie de relaciones sociales capitalistas y que prácticamente nada escapa a esa lógica social. Los medios son entonces un negocio privado, salvo los públicos, pero la mayoría esta manejado por empresarios. ¿Qué se desprende del caso Cromañón? Que hay una responsabilidad de los empresarios como clase, que hay una forma en que administran sus negocios que genera hechos como Cromañón, y esto se ve en el caso de los trenes, con Cirigliano, viejo grupo concesionario del Sarmiento, en el caso de las aerolíneas de los accidentes aéreos, y de los boliches, que reproducían el mismo funcionamiento que termina llevando a que la obtención de ganancias aparezca por encima del resguardo de los asistentes. Y en ese sentido es lógico que los medios de comunicación en manos de empresarios se manejen con la misma lógica de Chabán, tengan una misma lectura donde la responsabilidad empresaria se diluye. Porque ese empresario también vive de la ganancia”.6

Siguiendo a Taufic, al estar enclavada de semejante manera en el proceso

productivo, la comunicación no puede sino reflejar las contradicciones que se dan allí,

donde hay explotados y explotadores, países imperialistas y países subdesarrollados, un

sistema socialista y un sistema capitalista. La comunicación de masas contemporánea,

además, es en sí misma una forma de producción, para cuya realización hay que disponer

de empresas de grandes dimensiones, que combinen los recursos financieros, intelectuales,

mecánicos, electrónicos, laborales, gerenciales, necesarios para emitir mensajes

simultáneos a millones de personas. Los grandes medios de comunicación en el

capitalismo no sólo son exponentes y voceros de los negocios en grande, sino que ellos

mismos son un negocio en grande, trátese de los diarios, las agencias de publicidad, el cine

o la televisión.7

Por eso, para comprender el modelo democrático actual resulta imprescindible

entender la relación entre la prensa y el poder político. En ese sentido, los medios han

6 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015.

Entrevista personal7 Camilo Taufic, op.cit., Capítulo IV

6

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pasado desde situaciones incómodas durante las dictaduras, cuando la libertad de prensa se

vio seriamente amenazada, y también han jugado un papel clave en la crítica a los abusos

del poder político.

En fin, el caso Cromañón muestra que pocos medios realizaron una investigación

minuciosa de lo que sucedió mediante una sistematización de la información que fue

apareciendo en forma fragmentaria. Como veremos, la desinformación se puede observar

en el manejo de titulares, los sesgos en la presentación de los hechos y omisiones y

tendencias editoriales, a través de estrategias discusivas textuales y no textuales. Las

principales cuestiones en las que analizaremos el tratamiento de la responsabilidad del

entonces jefe de Gobierno porteño será en la cobertura de las marchas a favor y en contra

de Ibarra, en las responsabilidades del siniestro, el juicio a Ibarra, el concepto de tragedia,

la demonización de Chabán y las teorías conspirativas sobre el entonces candidato a jefe de

Gobierno porteño, Mauricio Macri, puntos que luego trataremos en profundidad.

Esta “crisis” en los medios nacionales va en paulatino crecimiento y repercute en la

opinión pública, que descree cada vez más de ellos como instrumentos confiables. En

1998, el periodismo se ubicaba en la cima de la credibilidad (55,1 por ciento), por encima

de instituciones como la Iglesia (11,5 por ciento) y los empresarios (5,8 por ciento). En

2004, en cambio, los resultados ubicaron al periodismo con un 35,5 por ciento de

credibilidad, debajo de un 54, 3 por ciento de ciudadanos que no le cree a "ninguno". La

iglesia, en cambio, se elevó a un 24,9 por ciento, mientras que el empresariado bajó a un

4,1 por ciento.8 Estos datos deben recordarnos que la democracia y la comunicación son

conceptos que van unidos, por lo que la caída en desgracia de una afecta a la otra.

A.1) PROBLEMA

República de Cromañón es uno de los tantos casos que permiten mostrar la

edificación de la culpabilidad de distintos agentes que son considerados responsables de la

tragedia. La reconstrucción de la responsabilidad por el hecho fue en el sentido de

adjudicar las causas a distintos agentes, como los participantes del recital, los músicos, los

empresarios, la sociedad o el poder de turno.

8 G. Postolski et al, La credibilidad periodística en crisis, Argenprensa, octubre, 2005. Disponible en Internet en: http://a-

ipi.net/article133324.html#auteur124020. Consultado el 26 de julio de 2010.7

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En este sentido, la constitución de la agenda setting establece que los medios

influirán a la audiencia al dar relevancia a ciertos aspectos del problema. El caso

Cromañón no fue ajeno a la lógica de jerarquizar los temas, seleccionando lo que es

importante y relegando otros acontecimientos. En el marco de la información, nuestro

hecho a investigar puede también otorgar un análisis cabal de la agenda setting de los

medios. En este sentido, la política, más que nunca, es un proceso comunicacional, lo que

puede verse en la elección de los distintos costados políticos de la tragedia. Al respecto, el

espacio dado a Aníbal Ibarra en los medios fue distinto en cada medio, lo mismo que los

análisis, hechos desde diferentes puntos de vista. Recalcamos también que la insistencia en

un tema por parte de los medios genera la percepción de que un determinado asunto es

importante. En este sentido, según Sanz Cerbino: “Hay una lectura general de los medios

que tiene que ver no sólo con Cromañón, sino con otros hechos sociales, que es la

tendencia a analizar estos “crímenes sociales” como cosas aisladas. Entonces, en lugar de

ver las regularidades de un tema, se ve el hecho solitario. En cada caso hay una tendencia

muy marcada por cortar el hilo por lo más fino”.9 Taufic habla de una tendencia al

“sincretismo”; a la homogeneización de sus contenidos, es decir, a reducir a su orientación

ideológica los diversos temas que abordan.

Aquí debemos tener en cuenta también que la intelección del fenómeno no se

corresponde con un crecimiento cuantitativo de la información. En otras palabras, el qué se

dice queda en un segundo plano con respecto a la avidez de contenidos. En este sentido, los

intereses políticos detrás de algunos medios pueden ser un vínculo directo con la

información que transmiten. Esto significa que el actor político en disputa opera dentro de

la órbita del discurso y es nuestro trabajo analizarlo.

Nuestra investigación se desarrollará en torno a Clarín, Página/12 e Infobae

desde el 31 de diciembre de 2004 hasta el 31 de marzo de 2006, mes en el que Ibarra

es destituido. Se tomará específicamente la relación establecida entre los medios de

comunicación y la política, a través de la postura de sentidos y los espacios de poder. La

decisión de optar por estos tres periódicos se debe a que compartieron en el período la

misma línea de interpretación en torno a la tragedia.10

9 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de 2015.

Entrevista personal10 G. Sanz Cerbino, op.cit.

8

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Este poder concentrado influyó no sólo en la percepción del tema, sino que actuó

en la realidad misma. Según Sanz Cerbino, “quienes defendieron a Ibarra no terminaron

imponiéndose sólo porque del otro lado también se los combatió”. Los medios serían un

factor determinante en las fuerzas intervinientes en el juicio político a Ibarra. “En el

juicio”, prosigue Sanz Cerbino, ”había un frente de batalla en la Legislatura y otra por

fuera. De un lado tenemos al gobierno nacional, que hizo marchas a favor de Ibarra, que lo

apoyó con gestos de funcionarios, y los medios de prensa, que construyeron la visión del

enfrentamiento, y del otro lado los padres de Cromañón, las victimas, un sector de la

sociedad, la izquierda, luchando contra esas ideas. (…) Si esa presión no hubiese estado, el

resultado del juicio habría sido otro”.11

Para finalizar, la investigación se propone, junto a una serie de trabajos, estudiar el

desempeño de los medios desde un ámbito académico que no ha tomado profusamente el

caso Cromañón. El tema ha sido abordado en muchas ocasiones; a veces sin la carga

cuantitativa y cualitativa que un trabajo científico se propone, y otras centrándose

demasiado en el juicio político a Ibarra. De este modo, el trabajo quiere contribuir a

mostrar el discurso de un medio en particular, a través de un análisis concreto y profundo a

la vez.

Por otro lado, buscaremos mostrar la verdadera cara de la prensa y que no existe la

“verdad”, sino que esta se construye a través de múltiples condicionamientos que reflejan

la postura editorial de cada periódico. Examinar los modos de lectura de los medios es una

forma de estudiar la conformación y el rol de tales multimedios y comprender cómo

inciden en la vida cotidiana. Lo que queremos mostrar es la idea de Tony Cuadrado: “En

las multi-articuladas sociedades modernas, las posibilidades de obtener información

realmente independiente y objetiva (pese a lo que se autoatribuyen algunas publicaciones)

son muy reducidas”.12

Observar los límites de los medios en el sentido político es explicar por qué son un

instrumento más de poder de la sociedad. En este sentido, como aparatos ideológicos del

Estado, los grandes medios coartan la libertad de expresión de los periodistas y son 11 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de

2015. Entrevista personal12 Tony Cuadrado, “La realidad de los medios de comunicación”, Artículos universitarios, España, UNED, s.f..

Disponible en http://www.uned.es/ntedu/espanol/master/primero/modulos/teoria-de-la-representacion/

realidad_medios.pdf. Consultado el 10 de junio de 2015.9

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grandes trabas para la comunicación social en el sentido estricto del término. Por eso este

trabajo es un intento de sanear a las personas que están detrás de todo ese andamiaje. En un

aspecto personal, esa será la misión de mi investigación.

Algunos de las cuestiones que me movieron a adentrarme en el caso Cromañón y

que sirvieron como disparadores de la investigación son:

1. ¿Qué estrategias discursivas emplearon los medios para tratar las responsabilidades

políticas de la tragedia?

2. ¿Cuál fueron los posicionamientos en el juicio a Aníbal Ibarra?

3. ¿Qué espacio tuvo cada responsable mencionado de la tragedia (chico de la

bengala, Chabán, inspectores, etc.) en estos medios?

4. ¿Qué imagen elaboraron sobre Ibarra y los otros responsables políticos en su

gestión?

5. ¿De qué otros instrumentos, además de los textuales, se valieron para establecer su

posición?

6. ¿Qué papel jugó la publicidad oficial en el tratamiento de la tragedia?

7. ¿Qué conceptos en abstracto desarrollaron los medios a través de sus notas para

contrarrestar el peso de la culpabilidad de Ibarra?

A.2) HIPÓTESIS Los diarios Clarín, Página/12 e Infobae consignaron dudas de carácter diverso

en el tratamiento de la información acerca de la responsabilidad política del entonces

jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, en relación a la tragedia de Cromañón.

A.3) OBJETIVOS

Comparar la cobertura y el tratamiento del caso Cromañón en Clarín, Infobae y

Página/12.

Recopilar y reseñar los principales hechos noticiosos desde la tragedia de

Cromañón hasta la destitución del entonces jefe de Gobierno porteño, en cuanto a

nuestro objeto de estudio se refiere.

10

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Relevar la información judicial acerca de la culpabilidad de Aníbal Ibarra.

Analizar cuál fue la representación que se realizó de los presuntos culpables de la

tragedia en las notas periodísticas.

Observar cuál fue el rol de la prensa frente al caso Cromañón.

Indagar los mecanismos de manipulación y desinformación que se usaron en las

unidades de información estudiadas.

A.4) MARCO TEÓRICO: ¿Cómo estudiar los hechos?

Los medios de comunicación generan en las personas una opinión favorable a su

ideología. El semiólogo, sociólogo y antropólogo argentino Eliseo Verón construyó la

teoría de los discursos sociales, por la cual aquello que llamamos realidad social es una

construcción discursiva de los medios de comunicación en relación al imaginario social, es

decir, el conjunto de creencias, mitos, deseos y frustraciones que constituyen a una

sociedad.13 De este modo, debemos abandonar la falacia de que los medios reflejan la

realidad.

Hay tantas realidades como discursos. El carácter de acontecimiento lo construye el

medio a través de la noticia, lo que influye y determina, en muchos casos, la forma de

pensar. En este sentido, las investigadoras Lila Luchessi y María Graciela Rodríguez

afirman que los medios dan o quitan visibilidad a los problemas, construyen los sentidos de

las representaciones y dan nombre a los hechos, en orden de reproducir los pensamientos

de la hegemonía.14

Sin embargo, rastrear aquellos elementos que vinculan a los medios con la

burguesía no es sencillo. Según Sanz Cerbino, “lo que hay que saber es qué pregunta

hacerse, qué tenemos que preguntarles a los medios, cómo hago para ver ciertas ideas

comunes generales afines a la clase dominante, independientemente de qué fracción de la

clase estemos hablando y su relación con el gobierno”. Una idea que comparte la prensa

comercial es la defensa de la propiedad privada de los medios de producción. “Esa idea va

a aparecer en un momento de formas, en una huelga, frente al delito, frente a los crímenes.

Esto va a aparecer más allá de las cosas de coyuntura. (…) Ciertas ideologías compartidas

13 Eliseo Verón, La semiosis social. Fragmentos de una teoría de la discursividad, Buenos Aires, Gedisa, 1987, p. 125.14 Lila Luchessi y María Graciela Rodríguez, Fronteras globales. Cultura, políticas y medios de comunicación, Buenos

Aires, La Crujía, 2007, p.10.11

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por la ideología dominante, como la exaltación del trabajo y una serie de ideas cristianas

también están presentes”, explica el autor.15

La cuestión acerca de la ideología dominante es trascendental, pues permite

comprender que las ideas deben ser contextualizadas en un momento histórico

determinado. “Las ideas de la clase dominante —dice Marx— son también las ideas

dominantes en cada época, o, dicho de otro modo, la clase que es la fuerza material

dominante en la sociedad es también la fuerza dominante espiritual. La clase que dispone

de los medios de producción material, dispone, a la vez, de los medios de producción

intelectual; tanto así, que lo uno en lo otro, las ideas de aquellos a quienes les son negados

los medios de producción intelectual están sometidas, por eso mismo, a las ideas de la

clase dominante”.16

Los fenómenos serán estudiados a partir de diferentes teorías:

En primer lugar, la Teoría de la Agenda Setting, de Maxwell McCombs. La agenda

setting es la tematización, es decir, la imposición desde la prensa de los factores que

inciden en sobre qué pensar, es decir, delimitan los asuntos en los que se piensa. Los

medios, de este modo, dirigen la atención de la opinión pública a ciertos temas particulares

que ellos presentan como los más sobresalientes en un momento dado. Los medios fuerzan

la opinión hacia determinadas cuestiones, construyen imágenes del mundo político y

proponen objetos acerca de los cuales el público debe pensar.

Mediante un proceso denominado “priming” los medios definen criterios de

enjuiciamiento y ayuda con la interpretación y recuperación de cierta información, es decir,

dan relevancia a determinados temas que la audiencia tiende a seguir, respetando el

esquema de comprensión de cada uno. En nuestro caso particular, la prensa puede

proporcionar estándares para evaluar las cuestiones políticas. El consultor en

Comunicación Política, Orlando D’Adamo, señala además el concepto de “framing” en

referencia a los esquemas de interpretación que permiten ubicar, percibir, identificar y

clasificar la información que las personas reciben del entorno, es decir, la capacidad de los

15 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de

2015. Entrevista personal16 C. Marx y F. Engels, La Ideología Alemana, Montevideo, Ed. Pueblos Unidos, 1959, p. 49.

12

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medios de provocar diferentes conclusiones en la audiencia según la forma en que le

presenta la información.17

La presentación y los contenidos de las noticias pueden generar diversas

conclusiones en la audiencia. De esta manera, la forma en que se titulan y relatan los

hechos actúan cómo parámetros de evolución y, a su vez, proponen conclusiones a sus

lectores. En nuestro caso en particular, la audiencia tiene distintas acepciones hacia la

persona de Aníbal Ibarra según lo que los medios publican.

En relación a esto, el intelectual estadounidense Walter Lippman afirma que los

individuos conocen el mundo de una forma indirecta a través de imágenes mentales sobre

las situaciones o personas que se hacen en nuestro pseudoambiente, formulado por los

medios de comunicación. De esta forma, nuestras decisiones en el mundo real son acordes

a nuestras percepciones en el pseudoambiente. Las imágenes mentales que la gente se hace

de las noticias o informaciones, son fundamentos de la opinión pública.18

Por otra parte, la teoría conductista se basa en el modelo de Estímulo-Respuesta.

Los medios son los emisores de un mensaje cuyo estímulo provoca una reacción en las

personas. Bajo esta teoría, el emisor del mensaje, en nuestro caso los medios, intentan

articular los mensajes para provocar unos efectos determinados en la masa. El conductismo

habla de que determinados estímulos darán determinadas reacciones, es decir, a A le

corresponde B. Al ser básicamente empirista, esta teoría analiza un modo de conseguir

determinada conducta en los individuos.

Sin embargo, la interpretación transforma y modela el significado del mensaje

recibido, marcándolo con las actitudes y los valores del destinatario, a veces hasta el

extremo de cambiar radicalmente el sentido del propio mensaje. La teoría crítica se

propone estudiar los fenómenos en referencia a los hechos históricos y sociales que lo

determinan, y comprendiendo a la sociedad como totalidad. En este sentido, estaríamos

frente a productos de la actividad humana. En cuanto a los medios, podemos sostener que

para esta teoría son instrumentos de reproducción de masas que le proponen al individuo

una libertad aparente, cuando en realidad reproponen las relaciones de fuerza del aparato

económico-social.

17 Orlando D`Adamo et al.. Medios de comunicación, efectos políticos y opinión pública. Una imagen, ¿vale más que mil

palabras?, Buenos Aires, Editorial de Belgrano, 2000, cap. IV18 Walter Lippmann, La opinión pública, España, Langre, 2003, p.120

13

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Puede afirmarse también que el trabajo busca alejarse de algunas posturas teóricas

de la comunicación. Primero, de aquella presente en el periodismo norteamericano, que

considera a los medios como el cuarto poder, o sea, como contralor del Gobierno en la

democracia. En cambio, la investigación ubica a los medios como portavoces no sólo del

Gobierno de turno sino principalmente de intereses ideológicos, políticos y económicos de

la burguesía. Por otra parte, se aleja también del modelo de Laswell, que ve a la

comunicación como un proceso lineal de transmisión de un mensaje del emisor al receptor.

El conductismo parte de un mensaje fabricado por un emisor activo hacia una masa pasiva

que reacciona según este estímulo linealmente. Tampoco se ubica del lado de la teoría de

los efectos limitados, que empieza a ver al receptor como receptor activo, sino que se

abstiene de cualquier sistema teórico cerrado y le da relevancia, en cambio, al contexto

social, evitando la separación entre el sujeto y el mensaje. En este sentido, el conocimiento

estaría mediado por la experiencia y la época en que vivimos. Se acercaría así a la

denominada Teoría Crítica, de la que fueron impulsores Adorno y Horkheimer. La cuestión

acerca de la ideología dominante es trascendental, pues permite comprender que las ideas

deben ser contextualizadas en un momento histórico determinado. Al estar

inseparablemente unida a la existencia material de la sociedad, la comunicación reproduce

en el terreno de la ideología las características de la base productiva y de las relaciones de

base que se dan en ella.

A.5) METODOLOGÍA PROPUESTA

Se denomina “análisis de contenido” al “conjunto de procedimientos interpretativos

de productos comunicativos (mensajes, textos o discursos) que proceden de procesos

singulares de comunicación previamente registrados, y que, basados en técnicas de medida,

a veces cuantitativas (estadísticas basadas en el recuento de unidades), a veces cualitativas

(lógicas basadas en la combinación de categorías) tienen por objeto elaborar y procesar

datos relevantes sobre las condiciones mismas en que se han producido aquellos textos, o

sobre las condiciones que puedan darse para su empleo posterior”19.

19 José Luis Piñuel Raigada, Estudios de sociolingüística: Linguas, sociedades e culturas, Madrid, Universidad

Complutense de Madrid, 2002, p. 214

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El análisis de contenido permite no sólo comprender el significado del producto

comunicativo, sino obtener información acerca del contexto en que se produjo ese material.

A partir del análisis minucioso de la información que se encuentra dentro de los

continentes materiales, es posible extraer conclusiones acerca de “los procesos singulares

de comunicación en los que se han producido los documentos analizados”.20

Durante la investigación que dará forma a la tesina también utilizaremos un método

cualitativo basado en el Análisis Crítico del Discurso (ACD). El mismo se centra en

problemas sociales y fundamentalmente se ocupa de analizar las relaciones de dominación,

discriminación, poder y control manifestadas a través del lenguaje.

La metodología consiste en analizar de forma concreta los discursos institucionales,

políticos, de géneros, y mediáticos, que dan testimonio de la existencia de abiertas

relaciones de lucha y conflicto. Según Cristián Gallegos Díaz, el discurso es una “práctica

social compleja, heterogénea, no caótica, como (inter)acción entre personas que usan

formas lingüísticas variadas (repertorio comunicativo) y contextualizadas en lo lingüístico,

lo local, lo cognitivo y representación del mundo, reales o imaginadas, con intenciones y

finalidades concretas y situadas”.21

El análisis crítico del discurso no se trata sólo de un análisis descriptivo y analítico,

sino que es también social y político. El ACD intenta descubrir, revelar, divulgar aquello

que está implícito. Se centra así en las estrategias de manipulación, legitimización,

creación de consenso y otros mecanismos discursivos que influyen en el pensamiento a

beneficio de los más poderosos.22

Con el ACD consideraremos el contexto discursivo de manera no restringida o el

significado que existe más allá de las estructuras gramaticales. Esto incluye la

consideración de los contextos políticos del uso de la lengua. En este sentido, sostenemos

que es importante aprender a analizar los discursos y sus estructuras, y relacionarlos con

estructuras sociales y políticas. Es decir, existe una relación sistemática entre el texto

noticioso y el contexto.

20 Ibídem, p. 321 Cristian Gallegos Díaz, Análisis crítico del discurso etnicista: las ideologías como justificadoras de las asimetrías de

poder, Chile, Universidad de La Serena, 2001, Pág. 3.22 Teun A. Van Dijk, Racismo y análisis crítico de los medios, Barcelona, Paidós, 1997, página 16 y 17.

15

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En Cromañón, el discurso se construye en base al sujeto que representa. Los padres,

por ejemplo, lo construyen a partir del dolor, y es a través de las pasiones de sujetos que

perdieron a hijos, hermanos y amigos que se comunican. Del mismo modo, los discursos

del oficialismo y la oposición se fundan en una dirección política, según sus intereses

mediatos o inmediatos como actores en pugna. El discurso estaría ligado entonces a la

construcción de la identidad y las representaciones que los participantes se hacen el uno del

otro.23 Por ejemplo, la identidad discursiva que transmiten el grupo de padres y amigos

representa la lucha contra la injusticia social, la impunidad de los corruptos, la ineficiencia

de los gobernantes.

Relacionando la formación discursiva con la ideológica, los investigadores sociales

Pecheux y Fuchs afirman:

“Debemos concebir lo discursivo como uno de los aspectos materiales de lo que hemos llamado la materialidad ideológica. Dicho de otra manera, la especie discursiva pertenece al género ideológico, lo que equivale a decir que las formaciones ideológicas incluyen necesariamente como uno de sus componentes una o varias formaciones discursivas interrelacionadas que determinan lo que puede y debe ser dicho (articulado bajo la forma de una arenga, de un sermón, de un panfleto, de una exposición, de un programa, etc.) a partir de una posición dada en una coyuntura”.24

Para entender el rol de los medios noticiosos y sus mensajes, debemos prestar

atención a las estructuras y estrategias de estos discursos. Por ejemplo, el contenido y

forma de un título y el cuerpo de una noticia puede influir en la interpretación y persuadir

al lector de tomar determinada idea. En conclusión, como afirma el lingüista holandés  Van

Dijk, debemos estudiar críticamente las relaciones entre discurso mediático y prácticas e

ideologías dominantes.25

A.6) MANIPULACIÓN DE LA INFORMACIÓN Y DESINFORMACIÓN

23 María Belén Román, La construcción del ethos en el discurso inaugural de Cristina F. de Kirchner”, Artículos

universitarios, Tucumán, Universidad Nacional de Tucumán, 2011. Disponible en

http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/formayfuncion/article/view/23856. Consultado el 5 de mayo de 2015.24 M. Pêcheux et al, “Mises au point et perspectives à propos de l'analyse automatique du discours”, Langages, 9e année,

n° 37, pp. 7-80. Disponible en http://www.magarinos.com.ar/courtine.htm. Consultado el 20 de mayo de 2015.25 Teun A. Van Dijk, “Ideología y análisis del discurso”, Utopìa y Praxis Latinoamericana de la Universitat Pompeu

Fabra, 2005. Disponible en http://www.discursos.org/oldarticles/Ideolog%EDa%20y%20an%E1lisis%20del

%20discurso.pdf. Consultado el 20 de mayo de 201516

Page 17: cromañon

El filósofo y sociólogo Hebert Marcuse en “El hombre unidimensional” advierte en

su obra que los medios alienan al hombre y son utilizados por el poder para afianzarse en

la cima, con el fin de desviar la atención de las personas a los problemas que realmente

afectan a sus vidas. Por su parte, en relación a la dimensión social que la desinformación y

la manipulación implica, Teun van Dijk la considera “un abuso de poder por las élites

simbólicas que tienen acceso preferencial al discurso público y manipulan el pensar

colectivo a favor de sus propios intereses”.26 En este sentido, los medios crean la ilusión de

abarcar todas las voces en el tratamiento de la información, olvidándonos que el discurso

siempre es pensado y los medios pertenecen a grupos con un interés político y económico.

Ahora bien, ¿qué significan estos conceptos del subtítulo? Según el doctor en

Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra Gabriel Galdón, la

desinformación es “la ausencia de verdadera información o de información verdadera”.27

“Una persona desinformada es una persona que no sabe lo verdadero y esencial de algo;

que está en el error o que tiene una confusión mental y vital sobre los temas que necesita o

le son útiles saber para actuar libre y solidariamente”, prosigue. Pero cuando hay una

intención clara de engañar por parte de los medios, entonces la llama “manipulación”. De

este modo, el autor concluye que “la manipulación es, por tanto, la desinformación

intencionada que, a través de las diversas técnicas de ocultación o tergiversación de la

realidad, se elabora con verosimilitud al servicio de los diversos intereses del poder

dominante y que, por falta de resistencia crítica, impregna a parte de los ciudadanos”.28

De este modo, como afirma el coordinador de Comunicaciones e investigador Luis

Miguel Romero Rodríguez, la manipulación “conlleva consigo una planificación,

premeditada y alevosa, un diseño semiológico y discursivo encaminado a trasponer el

mensaje diseñado al comportamiento del receptor, luego del proceso de decodificación del

mensaje”; además de “prever el impacto que dicho mensaje tendrá en el receptor, tomando

en cuenta su campo de experiencia y referencia compartida, así como su escala de valores,

26 Teun A. Van Dijk, “Discurso y manipulación: Discusión teórica y algunas aplicaciones”, Revista Signos 39,

Universidad Pompeu Fabra, España, 2006. Disponible en www.redalyc.org/articulo.oa?id=157013768003. Consultado el

9 de junio de 2015.27 Gabriel Galdón, Información, desinformación y manipulación, España, CEU Ediciones, 2014. Disponible en

http://www.ceuediciones.es/blog/informacion-desinformacion-y-manipulacion-por-gabriel-galdon/. Consultado el 9 de

mayo de 2015.28 ibídem

17

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necesidades, creencias”.29 Para ello, el emisor se valdría de “trucos”, “ya sean semánticos,

técnicos o psicológicos; para engañar, malinformar, influir, persuadir o controlar un

objeto, generalmente con el objetivo de obtener beneficios propios o ajenos”.30 Por ello,

“bajo la apariencia de estar informando de manera detallada sobre gran cantidad de hechos

de actualidad, los medios establecen en realidad una jerarquización interesada de los

mismos, según su localización y extensión, que privilegia pues ciertas noticias y margina y

casi oculta otras”.31

Debemos también explicar someramente un tipo de manipulación: la

sobreinformación. En cuanto al primero, estamos tan sobreexpuestos a una

sobreabundancia de información a través de diversos canales que nuestra capacidad de

discernimiento acerca de qué cuestiones creer por ciertas o darles importancia, se dispersa

y se debilita. En este sentido, se marginan ciertos aspectos a favor de otros menos

esclarecedores para la cuestión. Por ello, la sobreinformación se basa más en informar

sobre el cómo y en apenas hacerlo sobre el por qué.

A.7) Los medios, parte central de la superestructura del capitalismo

Resta darle la última y más importante relación causal al guionado ibarrista que

imperó en estos medios analizados: la relación de los medios con la clase dominante, es

decir, como parte del entramado superestructural de un sistema económico. Rechazamos

las nociones vertidas por la sociología norteamericana, que siempre situó los medios

masivos de comunicación fuera de las relaciones de poder y de los antagonismos de clase

imperantes en el modo de producción capitalista. La autonomización de los medios lleva a

una concepción que postula que los medios producen efectos sui generis sobre una

sociedad ideal, por fuera de las condiciones materiales que la sostienen.

29 Luis Miguel Romero Rodríguez, La manipulación informativa y la desinformación: La anomia de los receptores y el

fomento de víctimas propiciatorias, España, Facultad de Humanidades de la Universidad de Almería, 201130 idem31  La división se basó en AA.VV., “Técnicas de Desinformación. Manual para una Lectura Crítica de la Prensa”, G.A.C.

(Grupo de Aprendizaje Colectivo) de Comunicación Popular, s.l., s.f.. Disponible en

http://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/tecnicas-de-desinformacion.pdf. Consultado el 25 de julio de 201418

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Según el sociólogo belga Armand Mattelart, “el modo en que funcionan los

aparatos de comunicación, que determina el modo en que se elaboran e intercambian los

mensajes, se corresponde con los mecanismos generales de producción e intercambio que

condicionan toda actividad humana en la sociedad capitalista”.32 El modo de producción

capitalista incluye la superestructura político jurídica (Estados, leyes) y la superestructura

ideológica (el sistema de ideas, imágenes y sensibilidades que naturalizan una práctica

particular o una forma de la comunicación como única posibilidad). En este sentido, “las

ideas y las prácticas sociales relacionadas con la libertad de prensa y expresión, y con la

ética profesional del comunicador constituyen formas ideológicas especificas que, dentro

de la esfera de la comunicación y la información, confinan el proceso de comunicación a

un marco particular, y así legitiman su función de reproducción de las relaciones sociales

dentro del modo de producción capitalista”.33 A esto Mattelart lo llama “ideología burguesa

de la comunicación”, como aquellas formas ideológicas que, juntas, actúan como un

“cemento” para el modo de comunicación.34

Mattelart considera que las noticias, tal y como están representadas en un medio,

nos hablan de una ideología en particular:

“La ideología no es meramente un sistema de ideas o representaciones; es también, y sobre todo, un conjunto de prácticas sociales. Por lo tanto, la ideología del periodismo incluye no solo las ideas sobre la objetividad, la libertad de prensa, la opinión pública, o la ciencia de la comunicación, etc. Sino también las múltiples practicas que establece como el único modo de entender y practicar el periodismo, que pueden incluir por ejemplo desde los modos de recolección de información, los modos de escribir y de editar, las operaciones fotográficas y el montaje, como así también los modos de observación científica del fenómeno periodístico”.35

Sin embargo, la ideología no podría estar exenta de una teoría de clase. La noción

de clase “contradice la sagrada verdad que reza que cada uno es libre de recibir

información que cada uno es libre de expresar y de transmitir libremente su propia

información a otros”. Haciendo un paréntesis, esto está relacionado con otro concepto: la

libertad de expresión en el periodismo. Como señala el mismo autor en otro texto, la

32 Armando Mattelart, Para un análisis de clase de la comunicación. Introducción a Comunicación y lucha de Clases.

Vol.1., Buenos Aires, El Río Suena, 2010, p. 4933 ibídem34 Ibídem35 Armando Mattelart, “El medio de comunicación de masas en la lucha de clases”, en Pensamiento crítico, Instituto

Cubano del Libro, La Habana, junio de 1971, nº 53, páginas 4, Disponible en 19

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libertad de prensa es la libertad de la propiedad. Es funcional a los intereses de los

propietarios de los medios de producción. Y agrega:

“El concepto de libertad de prensa que permite que el poder de la información pertenezca a una minoría propietaria, va a la par con una concepción de la organización del medio de comunicación de masas. La que encuentra su expresión en la verticalidad del mensaje. Según el esquema burgués el medio de comunicación masiva obedece a una dirección unilineal, desde arriba hacia abajo, es decir desde un emisor que trasmite la superestructura del modo de producción capitalista hacia un receptor que constituye una base cuya mayoría no ve reflejadas sus preocupaciones y formas de vida sino más bien aspiraciones, valores y normas que la dominación burguesa estima las más convenientes para su propia sobrevivencia”.36

La importancia de un análisis de clase es que enfatiza el siguiente hecho: “Porque la

clase dueña de los medios de producción económicos e ideológicos se apropia de la

producción de fuerzas sociales antagónicas, tiene que imponer su realidad y su orden como

los únicos posibles”.37 La clase también interviene cuando los hechos son interpretados por

el profesional de la noticia. “Coartado él mismo por el propietario del medio y en general

por la institucionalidad burguesa, el suceso en que participa, el pueblo suele transitar a

través del crisol de los intereses de una clase: se asiste entonces a un proceso de

apropiación de un suceso o noticia cuyo actor es el pueblo en provecho de la legitimación

del sistema de dominación. Razón por la cual podemos decir que en la sociedad burguesa

la burguesía tiene la dinámica de la información. Cualquiera fuera el actor del hecho, les

abona a su cuenta”, concluye el autor.38

Volviendo al comienzo de esta argumentación, la hegemonía activa que la clase

dominante ejerce sobre el conjunto de la sociedad a través de estado toma múltiples

formas. Como nos recuerda Mattelart:

“El estado no puede circunscribirse al uso de la represión, pues debe asumir una

función de mediación, para usar el término adoptado por Gramsci. Este rol es asegurado

por las instituciones que Althusser designó como aparatos ideológicos del Estado y a las

que Gramsci agrupo dentro del concepto de sociedad civil. Dentro de este concreto

podríamos agrupar a los medios. Tomada como una totalidad, la maquinaria estatal

garantiza las condiciones políticas necesarias para la reproducción de las relaciones de

36http://www.filosofia.org/hem/dep/pch/n53p004.htm. Consultado el 25 de julio de 2014.37 Armando Mattelart, Para un análisis de clase de la comunicación…, op.cit., p. 5338 Armando Mattelart, “El medio de comunicación de masas en la lucha de clases”, op.cit.

20

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producción. Por lo tanto, un punto de vista marxista sobre los aparatos de comunicación

debería en primer lugar situarse dentro del marco de una teoría del Estado-clase”. 39

En coincidencia con Mattelart, y poniendo como ejemplo el rol que jugar los

medios en el caso Cromañón: “Los momentos de crisis (…) pueden revelar las apuestas

políticas de los medios y acelerar la implementación de análisis y teorías que, en otros

contextos, son estimulados principalmente por las necesidades de reproducción de la

sociedad existente”.40

B.1) CRONOLOGÍA: LOS HECHOS HASTA LA DESTITUCIÓN

30/12/04. Incendio en el boliche República Cromañón, en Once. Mueren 194

personas, en su mayoría jóvenes de alrededor de 20 años.

7/01/05: Por tres votos la Legislatura porteña no consigue que Ibarra sea

interpelado.

28/01/05: Ibarra, en la Legislatura porteña, escucha preguntas de los diputados.

Reconoce que el local debió haber sido clausurado, porque desde el 25 de

noviembre de 2004 estaba vencido el certificado entregado por los bomberos.

30/01/05: Familiares, sobrevivientes y amigos de las víctimas de Cromañón

realizan otra multitudinaria marcha que es reprimida por la policía.

31/01/05: Ibarra convoca a una consulta popular vinculante para la revocatoria

de su mandato. El plebiscito nunca se hizo, pero Ibarra se quedó en el sillón.

01/02/05: Ibarra concurre por segunda vez al recinto del Legislativo para

continuar respondiendo a los diputados, ante el reclamo de los familiares de las

víctimas, que se quejan porque el jefe Comunal elude algunas preguntas.

Mariana Márquez, mamá de Liz, ante la continua evasión en las respuestas, le

grita: “Mi hija es un cadáver, pero vos sos un cadáver político”.

15/04/05. Comienza a trabajar la Comisión Investigadora de la Legislatura, que

debe emitir un dictamen sobre la conveniencia o no de someter a Ibarra a juicio

político.

39 Armando Mattelart, Para un análisis de clase de la comunicación..., op.cit., p.5940 Ibídem

21

Page 22: cromañon

29/07/05: los nueve diputados de la Comisión Cromañón de la Legislatura

porteña presentan un dictamen de 947 fojas, en el que recomiendan promover el

juicio político a Ibarra.

04/08/05: Se deja el curso del juicio político en manos de los 45 diputados de la

Sala Acusadora del Legislativo, cuya función es analizar la validez formal,

jurídica y política de la recomendación.

10/08/05: Se reúnen por primera vez los 13 miembros de la Comisión

Investigadora de la Sala Acusadora.

17/08/05: La Comisión cita a Ibarra para el 26 de agosto, ante varios pedidos de

prórroga del jefe Comunal.

09/09/05: Ibarra presenta por escrito su descargo, de 200 páginas. Pide la

recusación de seis de los 13 diputados de la Comisión Investigadora y que se

agreguen como prueba las declaraciones de más testigos.

16/09/05: la Sala Acusadora, por 35 sobre 40 votos, rechaza las recusaciones y

cita a testigos de los propuestos por Ibarra.

29/10/05: Seis legisladores presentan un dictamen de mayoría donde

recomiendan el enjuiciamiento de Ibarra por presunto mal desempeño de sus

funciones.

31/10/05: Cuatro dictámenes en minoría -tres de ellos absolutorios fimados en

total por cuatro integrantes, y uno acusatorio firmado por otros tres- son

presentados en la Sala Acusadora.

10/11/05: La Sala Acusadora no vota y pasa a cuarto intermedio.

14/11/05: Con 30 votos sobre 45 –las 2/3 partes previstas en la Constitución-,la

Sala Acusadora aprueba la apertura del juicio político y la suspensión de Ibarra

en sus funciones. El vicejefe, Jorge Telerman, asume interinamente la jefatura.

13/12/05: Comienza formalmente el juicio político a Ibarra y se presentan los

listados de testigos para la defensa y la acusación. Ibarra presenta su defensa y

la fiscalía eleva la acusación. Las partes piden al titular del Tribunal las

declaraciones de más de 100 testigos, incluido Chabán, que no fue citado.

18/01/06 al 21/02/06: la Sala Juzgadora toma declaraciones a los testigos.

22

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07/03/06: La Sala Juzgadora, presidida por Julio Maier, resuelve destituir a

Aníbal Ibarra por 10 votos condenatorios –2/3 que exige la Constitución-, 4

absolutorios y una abstención.

B.2) LA RESPONSABILIDAD DE IBARRA

Penas constitucionales

La responsabilidad de Aníbal Ibarra consistió en evaluar si las estructuras de

control que instituyó y las medidas tomadas durante su gestión como jefe de Gobierno

porteño respondieron eficazmente a la idoneidad que la Constitución de la Ciudad exige

para desempeñar ese cargo. También formó parte del estudio cómo se preparó el Jefe de

Gobierno para una eventual emergencia y cuál fue su respuesta ante la emergencia

concreta del 30 de diciembre de 2004.

La Constitución de la Ciudad de Buenos Aires41 establece que las atribuciones y

deberes del Jefe de Gobierno son:

ARTÍCULO 102.- El Jefe de Gobierno tiene a su cargo la administración de la

Ciudad, la planificación general de la gestión y la aplicación de las normas. (…)

9. Establece la estructura y organización funcional de los organismos de su

dependencia. Nombra a los funcionarios y agentes de la administración y ejerce

la supervisión de su gestión.10. Propone la creación de entes autárquicos o

descentralizados. 11. Ejerce el poder de policía, incluso sobre los

establecimientos de utilidad nacional que se encuentren en la Ciudad. 12. En

ejercicio del poder de policía, aplica y controla las normas que regulan las

relaciones individuales y colectivas del trabajo. Sin perjuicio de las

competencias y responsabilidades del Gobierno Nacional en la materia,

entiende en el seguimiento, medición e interpretación de la situación del empleo

en la Ciudad.13. Aplica las medidas que garantizan los derechos de los usuarios

y consumidores consagrados en la Constitución Nacional, en la presente

Constitución y en las leyes. 14. Establece la política de seguridad, conduce la

policía local e imparte las órdenes necesarias para resguardar la seguridad y el

orden público. 41 Argentina, Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, Buenos Aires, Boletín Oficial (BOCBA) N° 47, 1996

23

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ARTÍCULO 104.- Atribuciones y facultades del Jefe de Gobierno: 2. Formula y

dirige las políticas públicas y ejecuta las leyes. 9. Establece la estructura y

organización funcional de los organismos de su dependencia. Nombra a los

funcionarios y agentes de la administración y ejerce la supervisión de su

gestión. 11. Ejerce el poder de policía 14. Establece la política de seguridad,

conduce la policía local e imparte las órdenes necesarias para resguardar la

seguridad y el orden público. 21. Otorga permisos y habilitaciones para el

ejercicio de actividades comerciales 22. Crea un organismo con competencias

en ordenamiento territorial y ambiental, encargado de formular un Plan Urbano

y Ambiental

ARTÍCULO 105.- Son deberes del Jefe de Gobierno: 1. Arbitrar los medios

idóneos para poner a disposición de la ciudadanía toda la información y

documentación atinente a la gestión de gobierno de la Ciudad. 4. Proporcionar a

la Legislatura los antecedentes e informes que le sean requeridos.

El 14 de noviembre de 2005, los 30 legisladores de la Sala Acusadora de la

Legislatura porteña que aprobaron el inicio del juicio político, le imputaron a Ibarra mal

desempeño de sus funciones en el marco de la tragedia de Cromañón. Se basaron en el

artículo 92 de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, por el cual “la Legislatura

puede destituir por juicio político fundado en las causales de mal desempeño o comisión

de delito en el ejercicio de sus funciones o comisión de delitos comunes, al Gobernador, al

Vicegobernador o a quienes los reemplacen; a los ministros del Poder Ejecutivo, a los

miembros del Tribunal Superior de Justicia; del Consejo de la Magistratura; al Fiscal

General; al Defensor General; al Asesor General de Incapaces; al Defensor del Pueblo y a

los demás funcionarios que esta Constitución establece“.42

De los 13 diputados que integraban la comisión investigadora de la Sala Acusadora,

9 recomendaron la apertura del enjuiciamiento a través de dos dictámenes acusatorios. En

cambio, los otros cuatro emitieron 3 dictámenes absolutorios.

42 ibídem24

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El dictamen acusatorio de mayoría mantuvo los 12 cargos que habían sido

imputados por la comisión ad hoc creada en febrero de 2006. Este es un resumen de los

cargos:43

1. Ineficaz e ineficiente política de habilitación, verificación y control de las

actividades comerciales.

2. Insuficiente e ineficiente asignación de recursos materiales y humanos para el

desarrollo de actividades de control comunal.

3. Incumplimiento del deber de control e ineficiente ejercicio del control interno.

4. Designación de funcionarios sin cumplimiento del requisito de idoneidad en la

sindicatura General de la Ciudad de Buenos Aires.

5. Negligencia en la adopción de medidas adecuadas en respuesta a las alertas

institucionales de la Defensoría del Pueblo; de las resoluciones de la Legislatura, y

de las recomendaciones de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires.

6. Ineficiente e irregular ejercicio del poder de policía de habilitación y control

7. Omitir disponer las medidas necesarias para el cumplimiento de las normas de

higiene, seguridad y orden público (art 105, inc. 6 CCABA).

8. Incumplimiento de la obligación legal de instruir en tiempo y forma los sumarios

administrativos tendientes a deslindar responsabilidades respecto de las

irregularidades advertidas por el jefe de gobierno en el área de la Dirección General

de Verificaciones y Controles (noviembre de 2003) así como de radicar las

correspondientes denuncias penales.

9. Direccionamiento arbitrario de los operativos de control de las actividades

comerciales.

10. Incumplimiento manifiesto de resoluciones administrativas y judiciales,

principalmente en materia de habilitaciones.

11. Incumplimiento del Plan Maestro Metropolitano de Defensa Civil.

12. Ineficaz e ineficiente política de prevención, coordinación y respuesta ante la

emergencia.

43 “Folleto sobre el Juicio Político”, Los Pibes de Cromañón, 2 de diciembre de 2005. Disponible en

http://pibescromagnon.ourproject.org/spip.php?article24. Consultado el 11 de junio de 201525

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Dictámenes contra Ibarra

La durante la sesión del martes 7 de Marzo de 2006, que culminaba el proceso de

juicio político a Aníbal Ibarra, la Sala Juzgadora de la Legislatura de la Ciudad de Buenos

Aires, compuesta por 15 diputados porteños, decidía destituir a Ibarra de su cargo por mal

desempeño de sus funciones, asumiendo la jefatura de Gobierno su compañero de fórmula,

el vicejefe Telerman.

Las responsabilidades de Ibarra se fundamentaron en el mal desempeño en la

atención de la emergencia durante la noche del incendio, a la inobservancia de las alertas

institucionales de los distintos organismos de control de la Ciudad de Buenos Aires y,

sobre todo, por el ejercicio deficiente del poder de policía.

Dentro de los dictámenes presentados en la sesión por los legisladores que

condenaron a Ibarra44, merecen nuestra atención los siguientes, debido a su señalamiento

de las cuestiones que atañen a la responsabilidad del ex funcionario:

Fallo condenatorio de Héctor Pastor Bidonde, legislador por Bloque del Sur:

“Una de las cuestiones que claramente se ha probado durante este juicio político ha sido que la política de seguridad durante la gestión 2000-2004 ha sido claramente inadecuada, ineficiente, contradictoria, poco planificada y con probadas situaciones de corrupción. Esto se ha manifestado claramente en algunos de los cambios más significativos que tuvo el área durante este período. De un breve repaso enunciativo resulta llamativamente confusa la estructura de control y fiscalización que el señor Ibarra diseñó e implementó a través de decretos emitidos en su calidad de Jefe de Gobierno de la Ciudad anómala de Buenos Aires”.

“(…) Existió la decisión política de reformular una y otra vez la estructura administrativa de la ciudad. Entre agosto del año 2000 y el 30 de diciembre de 2004 se produjeron no menos de 20 modificaciones de diferentes magnitudes en el área de Seguridad. Se sabía que el área de Control funcionaba mal, pero hubo confusión. Había algo que bien podría llamarse ’gobernabilidad por tanteo’. Esto no es idoneidad; esto no es buen desempeño. Todos los habitantes de la ciudad eran potencialmente vulnerables frente a tamaño descontrol”.

“La defensa logró demostrar durante este juicio que los secretarios Giudici y López ejercían sus funciones con una alta autonomía. Ibarra los dejaba hacer; no les impartía directivas; no los controlaba; no se enteraba de lo que pasaba, qué rumbo y qué estado tenía cada área, a pesar de ser áreas de alto riesgo. Ése no es el rol de un Jefe de Gobierno. Ibarra, según la Constitución de

44 “La destitución”, Los Pibes de Cromañón, 6 de octubre de 2006. Disponible en

http://pibescromagnon.ourproject.org/spip.php?article30. Consultado el 10 de junio de 2005.26

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la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de acuerdo con los artículos 102 y 104, debió haber sido el estratega y planificador de las políticas llevadas adelante por sus secretarios; debió evaluar indicadores de gestión, análisis cualitativo; debió corregirlas; debió controlar y evaluar la gestión de sus funcionarios; impartirles las directivas centrales, etcétera. En un área tan sensible él debió haber tenido una actitud mucho más activa.”

Fallo condenatorio del Roberto Destéfano, legislador por el PRO:

“Podemos asegurar que falló el poder de policía de la Ciudad por mal diseño y dirección de las políticas de control. Hubo trece cambios en las estructuras de control en cuatro años. Desde que en agosto de 2000 el doctor Ibarra asumió nunca envió a esta Legislatura la Ley de Ministerios. Esto permitió realizar una fenomenal cantidad de cambios de estructura, pasando el área de control de una secretaría a otra”.

“Desarticuló el área de Verificación. Mediante el Decreto 2116 de noviembre de 2003, invocando un focazo de corrupción, echó a 300 inspectores y los reemplazó por sólo 40. Esta situación llevó a que mermara la cantidad de inspecciones y muchos locales no fueron inspeccionados por casi dos años, como es el caso de Cromañón (…)”

“Hubo discrecionalidad en la habilitación o clausura de locales bailables, ya que se desarmó un mecanismo corrupto de inspecciones para armar otro discrecional y arbitrario, que se conducía vía Handy”. (…)

“No clausuró locales bailables culpando a las leyes de vacíos y contradicciones, siendo que estas mismas leyes fueron las aplicadas en el 2005 para clausurar todos los locales que no cumplían con la normativa vigente”.

Fallo condenatorio de Silvia Majdalani, legisladora por el PRO:

“Es obvio que el doctor Ibarra no puede realizar personalmente una inspección, ni brindar asistencia médica; pero sí debe supervisar que estas tareas se efectúen correctamente. Fue el doctor Ibarra quien le comunicó a la sociedad que el área de Verificación y Control de la Ciudad no funcionaba correctamente y que personalmente se haría cargo de solucionar tan irregular y peligrosa situación. Cansado de recibir denuncias y reclamos de los vecinos, disolvió el área. Es aquí cuando comienza un sinfín de modificaciones, resoluciones y decretos con el objeto de ordenar el área y hacer que ésta cumpla con su misión” (…)

“Ha quedado claro que no se logró esa meta, pero lo que es aún peor es que muchos de los funcionarios y empleado siguieron prestando servicios en el Poder Ejecutivo de la Ciudad en otros cargos, sin evaluar nunca que cambiándoles el cargo no se cambiaría el fondo”. 

Fallo condenatorio de Marcelo Fernando Meis, legislador por el PRO:

“Vale la pena considerar la postura del constitucionalista Bielsa, quien entiende por mal desempeño la falta de idoneidad profesional o técnica o moral, ineptitud o insolvencia moral que determine un daño a la función o a la gestión de intereses generales de la Nación. (…) También en el mismo sentido, el doctor Badeni entiende que el mal desempeño comprende a toda conducta

27

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acreditable objetivamente, que revela la falta de idoneidad del funcionario para proseguir en el ejercicio del cargo ni ejercer el cargo sin la diligencia propia que impone, es causal de mal desempeño”.

Fallo condenatorio de María Florencia Polimeni Legisladora por Guardapolvos

Blancos, independiente:

“Nuestro deber es juzgar si hubo o no mal desempeño en el ejercicio de las funciones de Jefe de Gobierno. Cuando nos hacemos esta pregunta surge espontáneamente otra: ¿qué se entiende por mal desempeño?”

“Como decía hace un rato -si bien parece una obviedad-, el maestro constitucionalista Bidart Campos hablaba de mal desempeño como lo contrario al buen desempeño. El buen desempeño, entonces, no es otra cosa que hacer lo que se debe. Sea cual fuese el camino que adoptemos para revisar si se hizo lo que se debía hacer, llegaremos a la misma conclusión: las cosas se hicieron mal o directamente no se hicieron. Falta dilucidar quién es el responsable”.

“Empecemos señalando que quien tiene el poder y la legitimidad en cualquier organización para dar las órdenes es -según el teórico Claus Roxin- el llamado "hombre de arriba". Éste domina la organización, sin coacción ni engaño, pues puede cambiar a los ejecutores a su voluntad. Si el ejecutor no recibe esa legitimidad, es remplazado por otro, porque el hombre de arriba dispone de un aparato de poder organizado que maneja para actuar”.

“(…) En un sistema presidencial las decisiones las toma el titular del Poder Ejecutivo, que el cargo es unipersonal, que puede contar con un gabinete que lo asista en el ejercicio del gobierno, pero el único que de manera indelegable, por medio del voto popular, tiene la legitimidad necesaria para el ejercicio del gobierno es el Jefe de Gobierno. Se ubica en la cúspide de una estructura jerárquica, donde la línea de mando es absolutamente clara: del Jefe de Gobierno hacia abajo. Sus ministros obtienen esa competencia por su designación por parte del Jefe de Gobierno, que le concede capacidad para actuar; pero esa delegación de atribuciones nunca implica delegación de responsabilidades”.

Fallo condenatorio de Helio Rebot, legislador por el Frente para la Victoria.

(…) “En este juicio político no está en juego la aplicación del principio penal de culpabilidad, por el que se discute si el enjuiciado es culpable o inocente por acción o por omisión. En este juicio político está en juego, al igual que en todos los juicios políticos, la aplicación del principio de responsabilidad que implica determinar que una persona tiene o no responsabilidad política, con prescindencia de sus intenciones o de que haya cometido o no delito pena”.

Fallo condenatorio de Guillermo Smith, legislador por el ARI.

(…) “Que no puede dejar de merituarse que las referidas medidas de gobierno, fueron adoptadas en el área de poder de policía luego de numerosas otras, que implicaron marchas y contramarchas aparejadas en numerosas falencias, que deberían haber servido como experiencia para no cometer nuevos yerros”. (…)

28

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“Que si, por lo tanto, puede decirse que la política seguida en materia de poder de policía fue gravemente ineficaz para alcanzar sus específicos objetivos, también puede apreciarse que fue objetiva y estructuralmente inadecuada para la pretendida erradicación de la corrupción en esa área”. (…)

“Es deber constitucionalmente impuesto al Jefe de Gobierno disponer las medidas necesarias para el cumplimiento de las normas de Higiene, Seguridad y Orden Público, según el Artículo 105, inciso 6), de la Constitución local, y también es su atribución ejercer la supervisión de la gestión de los funcionarios y agentes de la administración que él nombra, según el inciso 9 del Artículo 104 de dicha Constitución. Tan mal desempeñó estos deberes y atribuciones el doctor Aníbal Ibarra que los funcionarios de las más altas jerarquías de su administración, que él designara para la aplicación de las normas de Higiene, Seguridad y Orden Público, se encuentran actualmente procesados en orden al delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público”.

“No se trata de responsabilizar al Jefe de Gobierno por los incumplimientos de los agentes inferiores de su administración, pero es indudable que debe responder por los funcionarios de alta jerarquía que designara en materia tan sensible y que, como ha quedado demostrado en este juicio, actuaron con una total falta de idoneidad, si es que algunos no llegaron a incurrir en faltas más graves”.

“Debe exigírsele a todo funcionario público la necesaria idoneidad, y ello en mayor grado cuando se ejercen las más altas responsabilidades de gobierno. El mal desempeño del doctor Ibarra se agrava cuando se considera que de modo alguno es aceptable que haya desconocido y desoído las alertas institucionales, especialmente las emitidas, en forma reiterada, por la Defensoría del Pueblo y la ampliamente publicitada por el Defensor Adjunto, arquitecto Alimena. Como bien dijera la diputada Polimeni, si se asumiera a título de hipótesis que esto fue así, ya no habría que hablar de mal desempeño, sino de otra cosa”.

Ibarra contesta

La respuesta del entonces Jefe de Gobierno porteño ocurrió en su interpelación de

enero de 2005, en una sesión extraordinaria que se realizó en la Legislatura porteña. Allí

eludió sus responsabilidades político – institucionales, esgrimiendo que el resultado de las

acciones realizadas previamente a la tragedia, durante y después eran consecuencia de un

sistema difuso que imposibilita aplicar correctamente las normas y ejercer acciones de

política pública eficiente.

Ibarra expresó: “la única forma es hacer controles en el momento en que se realiza

la actividad. Repito: la diferencia está en cómo se controlan los espectáculos que sí

29

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requieren habilitación y los que no. De haberse modificado el sistema, no le quepa ninguna

duda de que esto era evitable”.

En cuanto a la responsabilidad por la administración del sistema de control de

habilitaciones y verificaciones, es decir las inspecciones, para resguardar el cumplimiento

de las normas, el entonces funcionario señaló:

“Como Jefe de Gobierno de esta Ciudad de Buenos Aires, me hago cargo de que esa área de Seguridad, Justicia y Control Comunal adolecía de deficiencias estructurales, y más allá de los esfuerzos realizados, que he venido a relatar a esta Legislatura, a brindar explicaciones, a dar la documentación, a aportar los decretos –que, por supuesto, ustedes, señores legisladores, conocen porque fueron publicados todos en el Boletín Oficial–, repito, que el área no funcionaba ni de lejos correctamente, y como Jefe de Gobierno me hago cargo de ello. (…) Quiero ser más preciso en las fallas estructurales del área de Seguridad y Justicia. Esta área presenta la particularidad de adolecer de un sistema integral informatizado que permita la intercomunicación entre las diferentes áreas y la utilización de los tiempos de ejecución de las tareas y funciones inherentes a cada área. Este estado de situación conlleva a una gestión ineficiente y poco transparente, perjudicando al gobierno en general y también al ciudadano común al alentar los abusos, las especulaciones, la burocratización desmedida, la corrupción, la lentitud en la puesta en marcha de dispositivos de seguridad ante emergencias y situaciones de riesgo”.45

A su vez, admitió:

”Tenía y tiene –y me hago cargo como Jefe de Gobierno– las siguientes problemáticas: circuitos administrativos poco claros; falta de organización en las distintas áreas de la Secretaría de Justicia y Seguridad Urbana; falta de capacitación básica en informática del personal; falta de recursos humanos especializados en diversas temáticas; inercia del personal; resistencia al cambio; parque informático deficiente; sistemas en tecnologías heterogéneas; falta de integración con sistemas de las demás reparticiones del gobierno de la ciudad; duplicación de ingresos de datos en diferentes entornos operativos; falta de indicadores de gestión; falta de un sistema integral para la activación de dispositivos ante situaciones de emergencia; falta de un sistema para el control y seguimiento de habilitaciones y permisos de actividades comerciales; falta de un sistema para una visión integral de diversos fenómenos vinculados con la seguridad en la ciudad; falta de un sistema para el control, seguimiento y actualización de tareas vinculadas con la fiscalización de obras particulares y catastro.” 46

45 AA.VV., “Cromañón, Sobre las responsabilidades políticas e institucionales del Gobierno de la Ciudad”, Primer

Informe Del Diputados del Bloque Frente Compromiso para el Cambio, Buenos Aires, Febrero de 2005, p.28.46 Ibídem

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El andamiaje administrativo que pone en funcionamiento las políticas públicas,

según Ibarra, desvirtúa el mandato constitucional, en sus artículos 104 y 105,

especialmente en relación a la supervisión de los funcionarios. En aquella sesión afirmó:

“En cuanto a los artículos 104 y 105 de la Constitución, entre las funciones dice: “ejecuta las obras y presta servicios públicos”. No soy yo el que ejecuta las obras; para eso hay toda una organización del Gobierno de la Ciudad; para eso están todas las jerarquías dentro del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para hacerlas cumplir. Insisto: en algunos casos se hace bien, en otros mal y en otros, más o menos. Ésa es la estructura de un gobierno, y usted lo conoce bien. Pretender que el Jefe de Gobierno ejecute personalmente todo este tipo de cosas es incorrecto, y me extraña que lo diga”.47

Por otro lado, la “cuestión cultural” habría jugado para Ibarra un papel difusor en el

ejercicio de control de policía. En relación a la ley que pena la violación al Código

Contravencional, destacó:

“La Ley 451 (…) es una ley del Código de Edificación, de la década del ‘40. Y este concepto de ocupación era para locales como los que usted mencionó, del tipo Mau Mau, muy diferentes de los que son ahora. Incluso, en Europa el factor de ocupación es de dos personas y media por metro cuadrado, casi el triple de lo que es aquí. También es una norma obsoleta que, si se si se ajustara para que se la cumpla, hoy tornaría prácticamente inviable la mayoría de los emprendimientos. Es de las normas que yo dije que estaban hechas para que no se cumplieran y para que se infrinjan: entonces, infringir una, dos o tres, es lo mismo; se infringen. (…) Acá también debemos tener racionalidad para modificar con criterios más modernos y acordes con la seguridad. Porque acá también hay una cuestión cultural: si se va al lugar y no están todos apretujados, pareciera que es un fracaso. Entonces, también es una cuestión cultural”.48

La información desactualizada fue otra de las causales para la elusión de la

responsabilidad:

“Quiero hacer, primero, una relación vinculada con lo cuantitativo. En los padrones, en esta Ciudad de Buenos Aires, figuran 267.843 locales habilitados. Esto no quiere decir que todos ellos estén en funcionamiento, porque también una de las falencias que tiene el sistema es que quienes habilitan dejan la actividad y no dan de baja esa habilitación. Por ese motivo, esto es lo que figura en el padrón. Y, seguramente, este número es mayor que el que tiene la realidad de locales que están en funcionamiento. Podemos hablar de 200.000.”49

47 Ibídem, p.2948 Ibídem 49 Ibídem, p.30

31

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Corresponde también citar otras dos declaraciones de Ibarra para graficar cómo

pensaba su responsabilidad:

“En síntesis, el Jefe de Gobierno está acá no por lo que hizo, sino por lo que no hizo”.50

“En cuanto a la pregunta respecto de cuál es el grado de responsabilidad que se atribuye como Jefe de Gobierno. Lo he dicho en toda mi exposición y que cada uno lo extraiga de allí. Al principio dije que me hago cargo de lo que me corresponde y que no me voy a hacer cargo de lo que no me corresponda. Me he referido a las falencias del sistema. En toda esa intervención he hecho referencia respecto de las cosas de las que me hago cargo como Jefe de Gobierno en cuanto a las falencias del sistema. Termino como cuando empecé mi intervención: no eludo nada de lo que me corresponde y no voy a tomar nada que no me corresponda”. 51

En suma, los procesamientos y las condenas se hicieron bajo la figura de

incumplimiento de los deberes de funcionario público y sólo alcanzaron a quienes tenían

una responsabilidad inmediata sobre las inspecciones, vedando el camino que llevaba al

responsable último de la política en materia de control, Aníbal Ibarra. Desde un plano de

análisis marxista, esto tiene una explicación lógica. La Justicia burguesa basa su

investigación de responsabilidades individuales sobre hechos criminales puntuales. En

otras palabras, se puede encontrar culpables a una serie de funcionarios, pero nunca a un

Estado corrupto en sí mismo. No obstante, existían evidencias suficientes para inculpar a

Ibarra: estaba al tanto de las deficiencias de las inspecciones y no hizo nada para

remediarlo, y desmanteló el cuerpo de inspectores, existiendo fuertes presunciones de que

lo hizo en connivencia con empresarios locales.52

En los hechos, el 7 de agosto de 2006, la jueza de Instrucción María Angélica

Crotto, explicó que Aníbal Ibarra no tuvo, como jefe del Gobierno porteño, ninguna

responsabilidad en la tragedia de Cromañón. "Debe aplicarse el principio de confianza,

descartándose que Ibarra hubiera violado el deber de cuidado que le era exigido. Esto se

debe a que los funcionarios con competencia específica para la resolución de la

problemática planteada demostraron que se habían encargado de tomar medidas sobre el

alerta sobre los locales de baile y, por lo tanto, nada le indicó al ex jefe de gobierno que

50 Ibídem51 Ibídem52 Gonzalo Sanz Cerbino, op. cit., cap. IV

32

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Fiszbin, Torres y Fernández no estaban actuando diligentemente", expresó la jueza en el

fallo. Entre otros fundamentos, la magistrada marcó las diferencias entre el juicio político

que terminó con la destitución de Ibarra y el proceso penal. También se destacó que la

responsabilidad política no implicaba la existencia de una responsabilidad penal o

criminal.53

B.3) LA COBERTURA INFORMATIVA

Las primeras notas relacionadas con la responsabilidad de Ibarra hicieron eje en la

marcha de familiares. Siguiendo al relevamiento hecho por Diarios sobre diarios54, el

domingo 3 de enero de 2005 se produjo una marcha espontánea desde la sede del boliche

hasta la jefatura de Gobierno porteño. Página/12 colocó en tapa que la movilización pidió

la renuncia del jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Además, en la página 4 consignó el

reclamo de justicia de “Miles de personas”, al tiempo que le daba voz al entonces jefe de

Gobierno porteño para equilibrar las cosas: dijo que “la tragedia nos llevó a replantear todo

el sistema” y anunció más controles.55Por el contrario, Clarín dejó la noticia para la página

29, bajo el título “El fuerte y masivo reclamo de justicia para las víctimas terminó con

incidentes”, en el que se destaca la violencia de la marcha.56

Diarios sobre diarios (DsD) afirma que la construcción mediática en esos días para

presentar cotidianamente la tragedia de Cromañón tuvo varias aristas: la reconstrucción de

los hechos en sí mismos; los testimonios de los sobrevivientes; la historia de los deudos; la

vida de Chabán y la historia del grupo Callejeros. Fueron relatos “blandos” que se editaron

en las secciones de información general. Se sumaron también las implicancias en la

designación de Juan José Alvarez como secretario de Seguridad porteño. Ese relato, que

recién empezaba, se editó en la sección “El País”. En esa sección de “Política” – como en

la de cualquier diario del mundo – el discurso es más conceptual, es decir “duro”. La

53 La Nación, 8 de agosto de 2006.54 “El juicio político a Ibarra, según Clarín”, Diario sobre diarios, 16 de marzo de 2006. Disponible en

http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/notas/4/243-el-juicio-poltico-a-ibarra-segun-clarin.php#.VXRwwc9Viko.

Consultado el 10 de junio de 201555 Página/12, 4 de enero de 2005 56 Clarín, 4 de enero de 2005

33

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decisión provisoria de los editores de Clarín de llevar determinados aspectos informativos

a la “blanda” sección “Sociedad” fue la primera edición editorial.57

A continuación, pasaremos a describir cómo fue analizado en los medios el papel

de Ibarra en Cromañón, su accionar en el desenvolvimiento de los distintos hechos que

llevaron a su suspensión y luego destitución, así como también todas aquellas cuestiones

que pueden derivar en un tratamiento sobre la imagen de Ibarra. Primero se realizará un

recorrido cronológico, seguido por un análisis de algunos subtemas donde se evidenció un

tratamiento favorable a la figura de Ibarra, para terminar en la observación de la línea

editorial de Clarín y Página/12.

Cronología de los hechos

Ibarra refuerza el control de los locales

A los pocos días de ocurrido Cromañón, la gestión de Ibarra desplegó una incesante

actividad de clausura de decenas de comercios, discotecas y espacios culturales y otros

lugares que incumplían normas de seguridad. Esta clausura masiva sirvió para atenuar el

efecto negativo en la imagen de la administración porteña, aunque ponía en evidencia

también que el gobierno a cargo de Aníbal Ibarra había sido poco eficaz en el ejercicio de

los controles hasta la tragedia del 30/12. Los medios se hicieron eco de esta iniciativa de

Ibarra e inundaron sus páginas con esta información.

El día 2, Página/12 anunciaba “quince días sin boliches”, luego de prohibir los

recitales en boliches bailables y decretar la suspensión, durante quince días, de toda

actividad en ese tipo de comercios.58 Al día siguiente Clarín daba la misma noticia y añadía

“Ibarra impuso nuevos controles y también apunta contra Chabán”, donde se señalaba que

los locales tendrían que validar las autorizaciones cada tres meses.59 El 4, una columna de

opinión, “El hábito de la gestión reactiva” destacaba que las medidas decididas por Ibarra

eran “indudablemente adecuadas”.60

57 “El juicio político a Ibarra, según Clarín”, 16/03/2006. Disponible en

http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/notas/4/243-el-juicio-poltico-a-ibarra-segun-clarin.php#.VXRwwc9Viko.

Consultado el 10 de junio de 2015.58 Página/12, 2 de enero de 200559 Clarín, 3 de enero de 200560 Clarín, 4 de enero de 2005

34

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Las iniciativas de seguridad se extendían por todo el país. El 6 de enero, Clarín

tituló “Ajustan los controles en discotecas, bailantas y shows de todo el país”, y nombraba

los reacondicionamientos de locales en Carlos Paz, Misiones y Rosario, entre otros. Aquel

mismo día, Verbitsky hablaba de “tierra de nadie”, un concepto que según el periodista se

suprimiría luego de presentado el proyecto de seguridad de Ibarra.61

Dos días más tarde, Clarín informaba la proyección de un único número para

emergencias, que abarcaba “desde las inspecciones en áreas críticas hasta el control de la

seguridad privada”.62

La seguidilla de noticias sobre la temática siguió en lo sucesivo en el matutino,

mientras que Página/12 recopilaba información más esporádicamente. Los pedidos de

renuncia del entonces flamante secretario de Seguridad porteño, Juan José Álvarez, de

todos los funcionarios de la cartera "hasta el nivel de director", iba en la misma línea. 63 El

10 se tomaban en la editorial las nuevas “Obras y reformas para la Ciudad” y se anunciaba

un nuevo plan de “inspecciones conjuntas en 18 boliches por día”: “Las harán inspectores

y bomberos en 108 discos. Crearán un registro fotográfico de todo lo aprobado. Exigirán

planes de evacuación y una brigada contra incendios en los recitales”, describía.64Al día

siguiente, al primer día de controles en la ciudad, se revisaron 20 locales y se detectaron

fallas de toda índole. Por supuesto, esto fue informado por Clarín.65 El 12, un operativo

clausuró en el centro comercial Plaza Liniers las salas de cine y el patio de juegos. Clarín

lo destacó como un “una inspección sorpresa que forma parte de los nuevos controles para

evitar desastres como el de Cromañón”.66 Una editorial de la edición siguiente llamaba a

“Prevenir, antes que lamentar”. “Los resultados muestran lo que ya se sabía: que las

violaciones a las normas de seguridad no eran la excepción sino un problema

generalizado”, concluía.67 El día 13 Ibarra y Álvarez anunciaban más controles y cambios

en cuanto a las normas de seguridad, se ordenaba la clausura en el Village Recoleta y 40

61 Clarín y Página/12, 6 de enero de 200562 Clarín, 8 de enero de 200563 Clarín, 8 de enero de 200564 Clarín, 10 de enero de 200565 Clarín, 11 de enero de 200566 Clarín, 12 de enero de 200567 Clarín, 13 de enero de 2005

35

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multas.68 "Bocharon otros dos boliches”, se afirmaba el 14, que agregaba que “los

inspectores siguieron ayer con las inspecciones en locales clase C (bailables)” y que

“también hubo controles en locales comerciales, gastronómicos y de entretenimiento”.69

El 18 Clarín destacaba que “Para la Ciudad, los boliches no pueden ser reabiertos”.

“Ninguno de los 108 boliches de la ciudad de Buenos Aires está en condiciones de abrir

hoy, cuando termina el plazo de clausuras preventivas de quince días dispuesto por el

Gobierno”, finalizaba.70

El 19 de enero, una columna de opinión consideraba que “No sirven los controles

espasmódicos”; allí se le daba el mismo papel al Estado y a la sociedad en el papel de las

tragedias como la de Cromañón. Pese a echar lastre de la responsabilidad del gobierno de

la ciudad, sólo hablaba del “funcionario corrupto” y no directamente de quién debía

controlarlo, en este caso el gobierno de Ibarra.71 Al día siguiente, Clarín anunciaba que “la

Secretaría de Seguridad porteña, a cargo de Juan José Alvarez, ya dio el primer paso para

armar un mapa de riesgo de la Ciudad”. Una "mesa de acción" con especialistas en

distintas áreas (ingeniería, arquitectura, estadísticas, seguridad) tendrían a su cargo la

recepción y el procesamiento de la información sobre todos los locales comerciales de

Capital Federal “para hacer más eficaces las inspecciones”.72

A 25 días de Cromañón, Clarín informaba sobre “una nueva etapa de controles en

los boliches”. “Esta semana el Gobierno de la Ciudad sumará un aliado en los controles

que estableció luego de la tragedia de Cromañón: a los bomberos se unirán ahora los

inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos”, explicaba.73 Al día

siguiente, una denuncia de Álvarez hablaba de “cuatro mil restoranes y bares no

registrados”, que "serán puestos en orden o clausurados".74 El mismo día se clausuraba el

hotel de Alan Faena en Puerto Madero porque no tenía habilitación y le faltaba el

certificado de material ignífugo. Las autoridades auguraban “otro fin de semana sin

68 Clarín, 13 de enero de 200569 Clarín, 14 de enero de 200570 Clarín, 18 de enero de 200571 Clarín, 19 de enero de 200572 Clarín, 20 de enero de 200573 Clarín, 24 de enero de 200574 Clarín, 25 de enero de 2005

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boliches” por falta de adaptación a los nuevos controles.75 El 30, Página/12 titulaba “Donde

hubo fuego, quedan controles”, en relación al reclamo del Gobierno porteño por nuevo

Código de Faltas, “con sanciones más severas para los que ponen en riesgo la seguridad de

la gente”. En la nota se alababa que 2005 fuera “el año de los controles”, pues “en total

hubo 22.300 verificaciones en locales con riesgo potencial para las personas, desde

discotecas a hoteles, pasando por shoppings, restaurantes, geriátricos y escuelas

privadas“.76

El 5 de febrero, este matutino  anunciaba que Ibarra iba a firmar “un decreto de

necesidad y urgencia con las nuevas exigencias”, que incluía un reempadronamiento de los

locales, que debían contar a partir de ese momento con un bombero y un médico de

guardia. Luego, en una nota central de dos páginas, un título rezaba “Haremos un mapa de

riesgo”, como se había anunciado un mes antes.77 Dos días después, Página/12 denunciaba

que “las empresas vinculadas con el boliche de Once son cáscaras vacías” y que “casi 16

mil edificios y construcciones de todo tipo siguen el mismo esquema: sus propietarios son

empresas extranjeras, la mayoría off shore, por lo que sus responsables se vuelven

inhallables ante un apuro”.78 El 8, “Todos los colegios, a control” comprendía la exigencia

del gobierno “a todas las escuelas, públicas y privadas”, para que “presenten un plan de

evacuación ante incendios”.79 El 9 de febrero, este diario reafirmaba las nuevas normas

para los boliches, que ahora entraban “en cuenta regresiva”. Otra nota destacaba

“Buscando la corrupción cero”, por la instrumentación de “cambios en el sistema de

habilitaciones y control”. 80

Al comenzar marzo, sólo el 10 por ciento de los 5 mil boliches que existían en

Buenos Aires antes de Cromañón volvían a abrir sus puertas. 

Interpelación y referéndum

75 ibídem76 Página/12, 30 de enero de 200577 Página/12, 5 de febrero de 200578 Página/12, 7 de febrero de 200579 Página/12, 8 de febrero de 200580 Página/12, 9 de febrero de 2005

37

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Febrero iba a empezar con la interpelación a Ibarra, citado para el primer día del

mes. Antes de ese evento, el entonces jefe de Gobierno tomó la iniciativa mediática y

anunció la realización de un referéndum para preguntarle a la ciudadanía si debía renunciar

o seguir en el cargo, a la vez que decidió denunciar a Mauricio Macri como responsable de

su encrucijada política.

El domingo 30 de enero Clarín abría su edición dándole espacio a la ofensiva del

jefe de Gobierno porteño contra su principal rival al colocar en la tapa “Ibarra: Macri hace

un show con la tragedia”.81 En la nota central, una entrevista al Jefe de Gobierno porteño,

Ibarra afirmaba que hubo presión de Macri a cada uno de los legisladores. Decía que Macri

"combinó con la izquierda" para que la sesión se aplace, dando a entender nuevamente la

alianza política contra Ibarra.82 Volvió a tapa el martes 1, al abrir con “Ibarra pone en juego

su gobierno”, recogiendo las opiniones (en su mayoría favorables) de todo el abanico

político acerca de la iniciativa, y un día después editó en la tapa – para compensar tanto

espacio al ibarrismo - “Referendo de Ibarra: crítica de la oposición”.83 Es decir, Clarín

editó con un signo favorable a Ibarra concediéndole espacio e iniciativa pero

contraponiendo en menor medida la opinión de la oposición.

Entrevistado en Clarín ese domingo, con acusaciones a Macri, con balances de su

interpelación y con diversos análisis sobre su futuro político, el entonces jefe de Gobierno

porteño lograba así estar en las portadas de los dos matutinos a un mes de la tragedia de

Cromañón. Como ya se apuntó Clarín presentó en su tapa “Ibarra: ‘Macri hace un show

con la tragedia’”.84 Su segundo título se lo brindó al aniversario de la tragedia, que fue el

“tema del domingo”, en donde consignó una historia de dos sobrevivientes de la tragedia,

titulado “Pelear por la vida”. 85

Cabe señalar que Ibarra nunca puso en juego su Gobierno, porque la Constitución

de la Ciudad requiere de una mayoría del 50% sobre los votantes inscriptos, esto es, cerca

del 70% de los votantes efectivos. Esto fue referido por Clarín en la edición del 2 de

febrero: “Las diez claves sobre el referendo revocatorio” señalaba, en su punto 8:

81 Clarín, 30 de enero de 200582 ibídem83 Clarín, 1 de febrero de 200584 Clarín, 30 de enero de 200585 ibídem

38

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“¿Qué tiene que suceder para que el mandato sea revocado? Dice el artículo 15 de la ley: "Si la opción por la revocatoria del mandato hubiere obtenido el apoyo del 50 por ciento de los electores inscriptos en el padrón (...), el funcionario quedará separado de su cargo". Es decir, hace falta el voto de la mitad de todos los habilitados para votar (1.298.996) y no de los que efectivamente votaron, que inevitablemente son menos”.86

De este modo, un punto central en la estratagema de Ibarra se ponía casi al final de

una nota y no se desarrollaba aparte. Además, debemos recalcar que el artículo 67 de la

Constitución de la Ciudad pide que sea el electorado el que reclame, con el 20 por ciento

de las firmas del padrón electoral, la revocatoria del mandato. Ibarra evitó también este

paso. De este modo, las falacias de la convocatoria de Ibarra a un referéndum apuntaban a

que pretende evitar la recolección de firmas, no pone en juego al conjunto de su gobierno,

o se ampara en un método que convierte a las abstenciones en un voto favorable a su

continuidad. Otra denuncia, de más alcance, señalaba la falacia de pedir una revocatoria

con la finalidad de impulsar lo contrario de ella, o sea la continuidad de Ibarra,

transformándola en un plebiscito para confirmarlo. Por último, como señalaba La Nación

en su editorial del 2 de febrero, la decisión de Ibarra era “contraría a todas luces el espíritu

de la Constitución de la ciudad, que ha concebido el referéndum (…) como un derecho de

los gobernados y no como un artilugio de los gobernantes para superar los efectos de una

crisis política que los afecta o los debilita”.87

A pesar de lo expuesto, la convocatoria a referéndum de Ibarra fue considerada en

Clarín como “valiente”. El 1 de febrero su editor general, Ricardo Kirschbaum escribía en

su columna “La única carta posible”: “Ibarra decidió someterse a la decisión de la gente y

anunció su voluntad de autopromover un referéndum de revocatoria de mandato, previsto

en la Constitución porteña. Es un paso riesgoso, realista y valiente”. Para enfatizar esta

crónica, decía que “se había desatado una ofensiva durísima, encabezada por el macrismo

y la izquierda dura, que iba restándole margen de acción”. Y concluía: “Ibarra no tiene

garantizado nada. Sencillamente no tenía futuro, si llegaba a concluir su período. Es un

acto de coraje, aun si pierde”.88 Ese mismo día, Clarín anunciaba que la jugada de Ibarra

era “sorpresiva, riesgosa y definitiva”.89

86 Clarín, 2 de febrero de 200587 La Nación, 2 de febrero de 200588 Clarín, 1 de febrero de 200589 ibídem

39

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Arrinconado por el macrismo y la izquierda, y sin una red política suficiente, Ibarra

habría optado por la salida más riesgosa. ”Si la mayoría de los porteños —con voto

obligatorio— decide que se vaya, no tendrá más remedio que marcharse a un costo del que

difícilmente pueda recuperarse”, afirmaba el matutino.90 Nada se decía en cambio de los

votos necesarios para que Ibarra dejara el cargo. Al día siguiente se repetía el concepto: el

referendo era una “una jugada audaz, en un escenario político dominado por las

carencias”.91 Allí se señalaba:

“Al jefe del Gobierno porteño le alcanzó para subsistir en el poder con el espaldarazo simultáneo del presidente Néstor Kirchner y de Eduardo Duhalde, y con una pizca de orden y coraje que había extraviado en las horas inmediatas posteriores al drama del boliche República Cromañón. (…)La oposición, representada por el macrismo, hizo el resto para ayudar a Ibarra, de modo involuntario, a salir de a poco de su laberinto. (…) Esa debilidad manifiesta fue, sin dudas, la que terminó por envalentonar a Ibarra. La convocatoria a un referendo podría valorarse como un gesto audaz, aunque tampoco pareció formularla con los pies en el aire”.92

En Página/12, sin embargo, también hubo espacio para una opinión contraria al

oficialismo. Verbitsky, en su editorial “Circunstancias” del 6 de febrero de 2005, decía:

“La revocatoria es una herramienta del ciudadano contra las autoridades. Es más que dudoso que el Superior Tribunal considere constitucional su uso por el gobierno en contra del interés de los electores. La misma desidia que abandonó a su suerte a los chicos en Cromañón se observa en el control del padrón electoral de la Ciudad (... ) Con un padrón de 2,6 millones, la revocatoria del mandato de Ibarra requeriría el voto de 1,3 millones. Esto es el total de quienes votaron por Macri en la segunda vuelta del año pasado y cerca de la mitad de quienes entonces prefirieron a Ibarra. Si votara la misma cantidad de personas que el año pasado (70 por ciento del padrón) haría falta más del 70 por ciento de los votos en contra para remover al gobernador. Bastaría que fuera a votar menos de la mitad del padrón para que la remoción resultara aritméticamente imposible, aun cuando el 100 por ciento de los concurrentes reclamara el alejamiento. Lenguaraces del gobierno de la Ciudad afirman que bastaría que hubiera un voto menos a favor que en contra para que Ibarra renunciara. Pero esto implica un gesto adicional de desprecio por la constitucionalidad de sus actos y otra manipulación de las normas que degrada la calidad institucional”.93

90 ibídem91 Clarín, 2 de febrero de 200592 Clarín, 2 de febrero de 200593 Página/12, 2 de febrero de 2005

40

Page 41: cromañon

Clarín editaba el 6 de febrero en su portada como título principal “Referendo:

Ibarra busca que se vote en mayo”. En su página 3 se encontraba desarrollado el tema. En

tanto, para tener información sobre la “estrategia” de los familiares de las víctimas de

Cromañón, el lector debió llegar hasta la página 40 del diario. 94

Finalmente, la presentación de Ibarra fue rechazada, tras lo cual algunas

agrupaciones oficialistas comenzaron a juntar las firmas para que la votación se pueda

llevar a cabo. Para abril, la intención de Ibarra por plebiscitar su mandato con una consulta

popular perdía lugares ante la apatía de la sociedad, hasta que finalmente fue cancelada.

El juicio a Ibarra

Desde entonces Clarín decidió editar con ese criterio: le otorgó páginas de “El País”

a los hechos políticos mayoritariamente protagonizados en positivo por Ibarra y dejó que

“Sociedad” o “Policiales” se hiciera cargo de la actividad de los familiares.

Hasta tal punto resultó confuso el desdoblamiento informativo que el 6 de febrero

se ganó el “No me gustó” en la sección “El juicio final” del lector Facundo Chaves,

estudiante jujeño de 29 años. En su crítica dijo que no le gustó “el desorden con que se

presentaron las noticias relacionadas con la tragedia de Cromañón, publicadas en dos

secciones distintas, El País y Sociedad”. Paralelamente, en la página de apertura de El País,

con “el plan” de Ibarra para el referendo, Fernando González firmó una columna donde

señaló que “la investigación de lo que ocurrió en Cromañón pasó a segundo plano. En la

vidriera del escenario se instaló el referendo”.95A esa instalación contribuyó Clarín.

En tanto, en el suplemento Ñ de Clarín, el urbanista y filósofo francés Paul Virilio

analizaba Cromañón y explicaba que, en la actualidad, los cambios de régimen o gobierno

ya no se logran a través de “guerras o revoluciones sino a partir de atentados y

catástrofes”.96 Ibarra quedaba a salvo así de una caída de su popularidad en caso de que lo

suspendieran.

El 13 de marzo, en tanto, Verbitsky volvía a criticar desde Página/12. En su

columna de ese domingo señaló que la hermana del jefe de Gobierno porteño, Vilma

94 Clarín, 6 de febrero de 200595 ibídem96 Clarín, 26 de marzo de 2005 

41

Page 42: cromañon

Ibarra, la ex subsecretaria de Control Comunal, Fabiana Fizbin, el también renunciante

Juan Carlos López, y el jefe de Gabinete, Raúl Fernández “manejaban en forma exclusiva

las cajas negras de la ciudad”. Señaló que “por eso antes de reunirse con los familiares de

las víctimas de Cromañón, Ibarra realizó un insólito encuentro con los propietarios de

boliches”.97

Abril y mayo de 2005 fueron meses donde la información sobre la temática cayó en

espacios y valoración periodística en todos los diarios. Los hechos más relevantes fueron el

8 de abril, cuando comenzó la labor de la Comisión Investigadora de la Legislatura, y el 13

de mayo, cuando la Sala V de la Cámara Nacional de Apelaciones de los Criminal y

Correccional dispuso la libertad de Chabán porque entendió que no había riesgos de que se

fugara ni de que pudiera entorpecer la causa.

El 19 de mayo Clarín excluyó de su cobertura periodística una presentación judicial

de los familiares de las víctimas para que el juez que instruía la causa llame a declarar a

Ibarra. Ese mismo día, diarios como La Nación advirtieron sobre una nueva acusación en

su contra relacionada con la investigación de la tragedia. “Hoy, abogados de algunos de los

familiares de las víctimas pedirán al juez de Instrucción Julio Lucini que acuse a Ibarra por

su presunta responsabilidad en 193 casos de homicidio simple con dolo eventual y que le

tome declaración indagatoria”, señalaba La Nación en la nota “Cromagnon: insisten en

acusar a Ibarra”.98 Es decir, en este punto Clarín ignoró una información generada por los

familiares de las víctimas de Cromañón.

Junio de 2005 no trajo noticias de relieve sobre la temática. De hecho Cromañón

prácticamente desapareció de las páginas de los matutinos. La excepción fue el 3 de junio

al conocerse el procesamiento sin prisión preventiva por homicidio culposo seguido de

sendos embargos por 10 millones de pesos contra el líder de Callejeros y los músicos que

tocaron en Cromañón.99

Por el contrario, en julio Cromañón volvería a ocupar espacios. El 5 de julio, La

Nación editaba “Obstruye Ibarra la investigación legislativa por el Caso Cromagnon”,

basado en la no autorización para que comparezca el secretario de Seguridad ante la

97 Página/12, 13 de marzo de 200598 La Nación, 19 de mayo de 200599 Clarín, 3 de junio de 2005

42

Page 43: cromañon

comisión parlamentaria.100Clarín no hizo ninguna referencia. En Infobae, Ibarra disparaba

con dureza sobre la Comisión investigadora: denunciaba "reuniones secretas" en la

Legislatura y que esta tenía “una parcialidad que sólo cuenta con motivaciones

políticas".101

El 28 de julio se publicó en algunos matutinos la primera solicitada en apoyo a

Ibarra. Bajo el lema “Por la justicia, contra la manipulación política”, sobrevivientes y

familiares de la tragedia de Cromañón, artistas, intelectuales, deportistas, Abuelas de Plaza

de Mayo, representantes de entidades religiosas, entre otros, manifestaban “su compromiso

irrenunciable con los valores democráticos y la plena vigencia de las instituciones de la

Ciudad de Buenos Aires”. En la solicitada, cerca de 200 firmantes, expresaron su

preocupación por la manipulación política de la tragedia. Entre los firmantes figuraron,

Estela Carloto, Ernesto Sábato, Javier Calamaro, Dolores Demonty y Rodolfo Suárez,

Adriana Varela, Amadeo Carrizo, Miguel Rep, Rosa Bru, Roberto “Tito” Cossa, Lito

Vitale, Leopoldo Federico, Raúl Portal, organizaciones sociales de la ciudad, de derechos

humanos y otros.102

El 29 de julio la Comisión Investigadora presentaba el dictamen para promover el

juicio a Ibarra por “Mal Desempeño”. El diario Clarín, al día siguiente, no incluyó ese

dictamen entre sus títulos de portada. Simplemente lo registró en los pequeños recuadros

de la parte superior de la tapa. Para acceder a la nota, los lectores debieron ir hasta la

página 41, de la sección Sociedad. Antes de esa nota, podía encontrarse una crítica de

Ibarra a la Comisión bajo el título “Hizo un simulacro de investigación”.103

Infobae se dedicó esos días a publicar comentarios de personas allegadas a Ibarra.

El que más veces apareció en el portal fue Fernández, quien consideró, por ejemplo, que no

había “elementos” para destituir a Ibarra.104

La confirmación de que Ibarra debería presentar su defensa ante la Comisión

Investigadora de la Legislatura fue omitida de las portadas.

100 La Nación, 5 de junio de 2005101 Infobae, 16/18 de julio de 2005102 Ver Clarín y Página/12, 28 de junio de 2005103 Clarín, 30 de julio de 2005104 Infobae, 3 de agosto de 2005

43

Page 44: cromañon

La primera semana de agosto, los principales diarios argentinos publicaron

editoriales para fijar posición con respecto al pedido de juicio político, lo que se analizará

más adelante.

La respuesta de Ibarra al dictamen de la Comisión Investigadora se demoraría hasta

septiembre. El viernes 9 de septiembre, Ibarra brindó una conferencia de prensa señalando

una serie de anomalías del documento de la Comisión y anunció que enjuiciaría

penalmente a algunos de sus integrantes.105 El día 10, Clarín editó su título principal

“Ibarra acusa a la comisión de falsificar pruebas”.106 La información fue publicada en la

página 3 del diario, abriendo la sección “El País”. Es decir, un método absolutamente

desbalanceado. Los lectores de Clarín no pudieron acceder a un tratamiento igualitario de

la información, tanto de quien acusa como de quien se defiende. Ergo: muchísimos lectores

de Clarín quedaron expuestos a la desinformación. Hasta Página/12 editó en igualdad a las

partes en pugna.107

Infobae volvió entonces con la catarata de declaraciones del entorno

gubernamental: “Ibarra calificó de "farsa" el informe Cromañón”, “Ibarra recusa a cinco

legisladores y habla de "parodia" , “Ibarra criticó por "vagas e imprecisas" las acusaciones

en su contra”. 108

El 10 de noviembre se reunió la Sala Acusadora pero al no sumar los 30 votos

necesarios para abrir el proceso de juicio político contra el Jefe de Gobierno, el cuerpo

presidido por el macrista Santiago de Estrada decidió pasar a un cuarto intermedio hasta el

lunes 14, en medio de una sesión cargada de tensiones.

El viernes 11 de noviembre, Clarín tituló “Impidieron votar si Ibarra va a Juicio” y

en la volanta apuntó “Inédita actitud de víctimas de Cromañón”109, en referencia a la

actitud de los familiares luego de que la oposición no alcanzara los 30 votos necesarios

para abrir el proceso contra el entonces jefe de Gobierno.

Por esos días, Infobae intentaba alejar la posibilidad del juicio político y adelantaba

que el legislador Roberto Vázquez votaría en contra del enjuiciamiento. Con este voto

105 Clarín, 9 de septiembre de 2005106 Clarín, 10 de septiembre107 Página/12, 10 de septiembre de 2005108 Infobae, 9 de septiembre de 2005109 Clarín, 11 de noviembre de 2005

44

Page 45: cromañon

negativo, se alejaba la chance de contar con los 30 votos necesarios para aprobar el

proceso. Esto, claro está, no sucedió finalmente.110 Esto no eximia al portal de levantar

declaraciones de Ibarra, como era usual. Primero acusaba a “varios legisladores” por llevar

a la ruptura de la votación y levantar la sesión. Denunció también “fuertes presiones” de

algunos sectores políticos. Luego, negó un pacto con el gobierno y denunció amenazas

contra sus hijos.111

Juicio y suspensión

El 14 de noviembre, la Sala Acusadora decidió que se inicie el juicio político contra

el Jefe de Gobierno porteño, quien quedó suspendido hasta el cierre del proceso por un

período de cuatro meses. El voto del músico y legislador “Chango” Farías Gómez (que en

la sesión anterior se había ausentado del recinto por “un pico de presión" ante un “apriete”

de sus compañeros kirchneristas de bancada) fue uno de los que permitió llegar a los 30

votos necesarios.

Aquel mismo día, Infobae revelaba que “hubo infiltrados en la sesión de la

Legislatura”. El vicepresidente del cuerpo, Santiago de Estrada dijo también que a

"algunas caras de Quebracho ya las conocemos".112 El 16, el mismo portal publicaba

declaraciones de Ibarra, que “defendió su gestión” y aclaró no estar "deprimido, ni

quebrado". Además, insistió con que hubo "revancha política" en la votación de la

Legislatura, volvió a acusar a Mauricio Macri y denunció que hubo presiones para aprobar

el proceso, y así  "lavar culpas".113

Confirmada el lunes siguiente la suspensión, Clarín dijo en su portada del martes

que la votación contraria al jefe de Gobierno se dio “después de la fuerte presión ejercida

por un sector de los familiares”.114 Días atrás, este mismo matutino hablaba de “las

presiones de todo tipo, con diputados en llanto, enfermos o internados”, pues “los

legisladores estuvieron acorralados por los familiares y el poder político”. Por supuesto,

señalaba que “la carga de los familiares de Cromañón en los pasillos de la Legislatura fue 110 Infobae, 13 de noviembre de 2005 111 Infobae, 12 y 13 de noviembre de 2005112 Infobae, 14 de noviembre de 2005113 Infobae, 16 de noviembre de 2005114 Clarín, 15 de noviembre de 2005

45

Page 46: cromañon

la más evidente”, pero no fue la única: “funcionarios del Gobierno nacional y porteño

también gastaron los teléfonos para asegurarse de que el juicio político (…) no

prosperaría”.115

En aquellos meses, el entonces tercer diputado nacional electo de Pro, Eduardo

Lorenzo Borocotó, anunció su pase a las filas kirchneristas, con obvias consecuencias en

relación a la votación en la Legislatura. Van der Kooy evaluó luego que el pase de

Borocotó -días antes de la votación en la Legislatura- había sido “un grueso error” que

precipitó tanto la furia de los familiares como la imposibilidad para que el pediatra votara

como hubiera pretendido el Gobierno nacional. “Ocurrieron demasiadas cosas anormales.

Las volteretas y la desaparición de legisladores. Los supuestos sobornos que denunciaron,

sin aportar una prueba, los familiares. La prepotencia. También las inoportunas apariciones

del Gobierno que, ahora mismo, reconoce como un grueso error. Sobre todo el traspaso de

Eduardo Lorenzo Borocotó a las huestes del oficialismo”, concluyó el periodista.116

El diario también editó una nota ese día titulada “Esta vez, los familiares liberaron

su bronca sin violencia”, en el que se relataba una reunión de un grupo de familiares que

finalizó con cánticos contra Ibarra.117 Nuevamente el eje pasaba a estar del lado de los

familiares, no del quid de la cuestión.

Horacio Verbitsky, en Página/12, afirmó que el pase de Borocotó al oficialismo “es

una conducta inescrupulosa, que contradice todas las afirmaciones contra la hipocresía y en

favor del sinceramiento de las posiciones políticas”.118 Sin embargo, ese mismo día una

nota de opinión de Nicolás Casullo hablaba nuevamente de la política golpista, al

considerar:

“Cromañón nos estaría diciendo: si mañana hay un choque de trenes donde, por diversas irresponsabilidades, mueren desgraciadamente 500 personas debe pasar a juicio político el presidente de la nación. Aunque parezca absurdo existe mucho de esta “política” golpista en esta trama nacional que cumplió un nuevo acto en sus secuencias. Hay algo que cada vez soporta menos el argentino, y Cromañón expuso: a sí mismo”.119

115 Clarín, 11 de noviembre de 2005116 Clarín, 15 de noviembre de 2005117 ibídem118 Página/12, 13 de noviembre de 2005119 Página/12, 16 de noviembre de 2005

46

Page 47: cromañon

Dos días después, Ibarra arrancaba en La Paternal la recorrida por distintos barrios

porteños en busca del apoyo de la sociedad para enfrentar el juicio político. “No vamos a

bajar los brazos, vamos a seguir adelante y a dar la pelea”, publicaba Página/12.120

El ataque a la Sala Juzgadora fue parte de la estrategia pro Ibarra de Página/12.

Primero, el matutino denunció los “entretelones” de los votos sobre el juicio político. “En

la Legislatura muchos se preguntan para quién juega cada uno y hasta qué punto cada cual

está jugando para aquel que dice jugar”, explicaba en la nota titulada “Entre negociaciones

y sospechas”.121 Las presiones a los miembros de la Sala Juzgadora “para que voten contra

el jefe de Gobierno” fueron denunciadas por Strassera antes de decidirse el juicio político a

Ibarra.122 “Con mucho ruido y pocas nueces” resumía que “la Sala Juzgadora no pudo

resolver nada, salvo que mañana harán una nueva reunión (…) en la que ni ellos mismos

saben muy bien qué tratarán”.123 “La Sala Juzgadora se constituyó para juzgar…a todos

menos a Aníbal Ibarra”, criticaba el matutino tras la constitución de la Sala Juzgadora “en

general” y “no de Ibarra”, pues se reunió la Sala Juzgadora sin su presidente, el juez Julio

Maier, y los legisladores interpretaron que se trataba de una reunión de la sala

“permanente” (y no la que “en particular juzga a Ibarra”). Se describía el episodio como

parte de “la comedia de enredos e intrigas del juicio político”.124

Finalmente, mientras en la Legislatura porteña se trataba el proyecto de “cableado”

que involucraba a Multicanal (ver más adelante), Clarín sacó 4 fotos consecutivas del

sábado 19 al martes 22 de noviembre en sus ediciones, mostrando al suspendido Ibarra en

plena actividad pública. 

Las audiencias por el juicio político

El primer aniversario de la tragedia de Cromañón no mereció fuertes despliegues

periodísticos de parte de Clarín, Página e Infobae. El viernes 30 de diciembre se podía ver

en Clarín apenas un pequeño título lateral, al pie de la tapa recordaba “A un año de

120 Página/12, 18 de noviembre de 2005121 Página/12, 13 de noviembre de 2005122 Página/12, 12 de enero de 2005123 Página/12, 14 de noviembre de 2005124 Página/12, 26 de noviembre de 2005

47

Page 48: cromañon

Cromañón”, con una nota color de los “objetos perdidos que nadie aún reclamó”. Fue

editada en la página 44.125

Eso sí, el “juicio a Ibarra” se editó en la Página/12, con otro título funcional al ex

jefe de Gobierno suspendido: “Un zamorista pide investigar a toda la Legislatura”. 126

El sábado 31 incluyó una foto de la marcha acompañado por el epígrafe “Una

multitud por el dolor de Cromañón”. Otra vez recurrió a una nota color para cubrir la

movilización en las páginas 52 y 53.

Ninguno de ellos publicó el documento de familiares y amigos de Cromañón del

lunes 2 de enero, en el que diversos grupos de deudos hacen responsable, en general, al

Gobierno nacional por “encubridor”. Para ellos Chabán e Ibarra son los principales

responsables. Y sostuvieron que había un “pacto de impunidad” para evitar que se haga

Justicia que abarcaba a Kirchner, Alberto Fernández, Ibarra, Telerman, Vilma Ibarra y

Raúl Fernández.

Clarín nunca publicó el documento de los familiares y las críticas quedaron

registradas en notas color donde precisó que hubo “cánticos muy duros contra Ibarra y

Chabán”.127 El lunes 2, no publicó ni una línea sobre Cromañón. Eso sí, ese día en la página

8, siguió publicando informaciones funcionales al jefe de Gobierno: “Movidas del

principal partido opositor porteño. El juicio político a Ibarra divide las aguas dentro del

macrismo”.128

En Página/12, en cambio, se destacaban los hechos violentos  en la Sala V de la

Cámara del Crimen, durante una serie de entrevistas con padres disconformes con un fallo.

“Para que sepan en carne propia lo que es perder un hijo” tenía un tono claramente

amenazador. Esta actitud contrastaba con la de un familiar que había perdido a su mujer y

a dos hijos, “y hoy está al frente de un comedor”, al igual de otros ejemplos de “padres que

pudieron superar el trance”.129

El 5 de enero de 2006 unas treinta personas supuestamente familiares de víctimas

de Cromañón realizaron una protesta frente a la casa del suspendido jefe de Gobierno 125 Clarín, 30 de diciembre de 2005126 ibídem127 Clarín, 31 de diciembre de 2005128 Clarín, 2 de enero de 2006129 Página/12, 2 de enero de 2006

48

Page 49: cromañon

porteño, en el barrio de Villa Ortúzar. Página/12 editó una declaración de Ibarra que

señalaba al hecho como “parte de la gravedad de la situación” y aprovechó para criticar a

la oposición “por su silencio ante las agresiones”. Otra vez se recurría a lo sentimental con

una foto de Ibarra recibiendo la solidaridad de vecinos y seguidores que se juntaron en la

puerta de su casa. Clarín hacía la propia destacando “el apoyo” recibido por los “vecinos”,

luego del escrache.130

Siguieron dos artículos imparciales de Clarín que publicó los domingos 8 y 15 de

enero. En ambos casos además de incluir las dificultades de Ibarra para juntar los votos que

necesitaba para mantenerse en su cargo, desde la edición de títulos, volantas y bajadas, el

tratamiento fue ecuánime. Junto al estudio de investigación sobre los chicos fallecidos

fueron los únicos tratamientos con tono positivo a las víctimas y familiares de Cromañón.

Incluso en el primer artículo se destacaba: “A nueve días del inicio de las audiencias del

juicio político contra el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, los integrantes de la Sala

Juzgadora ya comenzaron a sufrir fuertes presiones cruzadas para tratar de condicionar sus

votos”.131

El 17 de enero, Ibarra se presentó ante la Sala Juzgadora y pidió la nulidad del

juicio político aduciendo en un fuerte discurso que es “Es ilegal, contrario a la

Constitución y al reglamento”. Los tres pedidos de nulidad del juicio político formulados

por la defensa de Ibarra fueron rechazados por una mayoría de doce de los quince

legisladores que integran el cuerpo, aunque con disidencias entre ellos. Aún cuando la

mayoría de los diarios ubicaron su eje en los rechazos al planteo de Ibarra por parte de

legisladores de PRO, ARI y el Frente Para la Victoria, Clarín, en cambio, prefirió titular

“Ibarra hizo un fuerte alegato, pero no pudo evitar que siga el juicio” y calificó de

“previsible” el rechazo de la Sala.132

El miércoles 25 de enero, en el marco del juicio político, se conoció que más de un

testigo se había reunido con Ibarra y sus abogados antes de prestar declaración. Algunas

crónicas periodísticas precisaron que la revelación fue hecha por uno de los testigos

mientras era indagado por el legislador kirchnerista Helio Rebot quien se percató que todos

tenían instructivos escritos a los cuales - cada tanto - consultaban antes de responder. La

130 Clarín y Página/12, 7 de enero de 2006131 Clarín, 8 de enero de 2006132 Clarín, 18 de enero de 2006

49

Page 50: cromañon

confesión causó un revuelo político en la Legislatura. Clarín, en tanto, mantuvo su línea de

defensa del suspendido jefe de gobierno y tituló: “Juicio a Ibarra: defensores y fiscales

cruzaron denuncias por presiones”.133 En este caso, Clarín forzó la interpretación de los

hechos y encaró la noticia por algo que ya se venía dando, obviando la noticia más

relevante de la jornada.

El mismo día, Clarín aseguró que según Strassera, “los testigos tienen miedo de

declarar” y de esta manera, negó que el inspector César Suárez Campesano, quien había

admitido haber mantenido reuniones con Ibarra y sus abogados, hubiera sido presionado

para elaborar su declaración.134

El domingo 29 de enero, Clarín publicó declaraciones del entonces vicepresidente

Daniel Scioli, quien sostuvo que llevar al jefe de Gobierno al banquillo “es una

barbaridad”. Siguió el miércoles cuando editó una nota interior titulada “Fuerte cruce entre

familiares de Cromañón y el fiscal Strassera”. Ese día minimizó la declaración de un

inspector que comprometió al suspendido jefe de gobierno con sus dichos, llevando el eje

hacia la pelea. Sólo señaló que se trataba de Nicolás Walsoe, un ex inspector de la Ciudad

que denunció irregularidades en las habilitaciones de varios clubes de fútbol. Se centró en

cambio en que “Un grupo de familiares de las víctimas rodeó al ex fiscal con sus carteles y

lo trató de "mentiroso". Y éste les respondió que siempre actúan "presionando".135

Equilibró el viernes jerarquizando en su tapa una declaración de Felipe Solá, quien

dijo que “el juicio a Ibarra es una carnicería”, en lo que fue un respaldo al suspendido jefe

de Gobierno que se sumaba a los de Scioli y de Gil Lavedra. Ese día la nota de Clarín

sobre el juicio político comenzó diciendo que la testigo Alicia Oliveira, la ex defensora del

pueblo, no aportó “nada nuevo a lo que ya había escrito en sus informes”, ya que ratificaba

que había "desinterés" en el Gobierno porteño por controlar la situación de los boliches en

la Ciudad. Exactamente las mismas palabras que usó el defensor de Ibarra y que se podían

leer en la misma nota apenas cinco párrafos después: “Para el defensor de Ibarra, Julio

Golodny, su declaración fue "absolutamente inocua, no aportó nada nuevo ya que el propio

Ibarra se cansó de decir que había un área que no funcionaba".136

133 Clarín, 26 de enero de 2006134 ibídem135 Clarín, 1 de febrero de 2006 136 Clarín, 3 de febrero de 2006

50

Page 51: cromañon

El caso Romagnoli y la continuación del juicio

El jueves 16 de febrero presentó su renuncia a la Sala Juzgadora el legislador

opositor Gerardo Romagnoli, luego de denunciar que el juicio político a Ibarra se había

convertido en un “show”. El hecho repercutió en los diarios del viernes 18 de febrero.

Clarín tituló en tapa “Renunció uno de los juzgadores de Ibarra” con la volanta “más

polémica” dando a entender que todo lo que ocurría en esa instancia era “polémico”. Aquel

mismo día, el periódico sacó una declaración de Ibarra que decía que “El papel de los

fiscales es patético y morboso” y que la salida de este funcionario hería “de muerte” el

proceso en su contra.137 Página/12 también tituló “El juicio está herido de muerte”,

explicando que lo de Romagnoli “era lo que faltaba” para terminar de condenar el juicio.138

El miércoles 1 de marzo repercutió en las tapas de los diarios la sesión de la

Legislatura en la que se leyó la acusación contra Ibarra, tras la cual el suspendido jefe de

Gobierno ensayó su defensa. Los diarios volvieron a mostrar sus diferencias a la hora de

editar, como se detallará a continuación.

Clarín tituló en su portada “Pidieron destituir a Ibarra, pero él dice que es un

golpe”. Sin embargo en su página 3 el rotativo fue “Ibarra denunció un golpe y los fiscales

piden la pena máxima”. En su tapa, Clarín también editó la foto del padre de una chica

muerta en Cromañón haciendo el gesto de pasarse el dedo por la garganta y dedujo que fue

una “amenaza de muerte”. De este modo, se destacaba la violencia de los familiares, que

“estallaron en gritos e insultos, y fueron desalojados”.139 La secuencia de esa fotografía

también fue editada en la cobertura del hecho que hizo Página/12.

Por el lado de Infobae, las declaraciones de Ibarra tomaron un cauce mayor a las ya

abundantes en su web. Así se transformó en vocero del oficialismo durante el juicio. Los

dichos de Ibarra se centraron en críticas hacia la oposición y hacia la Sala Juzgadora de la

Legislatura porteña. En relación al primero, Ibarra habló de “estrategia en su contra”, y

acusó a la oposición de generar incidentes y de crear una estrategia en su contra, no de

buscar responsabilidad política. En cuanto al segundo, Ibarra usó términos como

137 Clarín, 18 de febrero de 2006138 Página/12, 18 de febrero de 2006139 Clarín, 1 de marzo de 2006

51

Page 52: cromañon

“carnicería política", “golpe institucional”, “farsa” y “show mediático”, al tiempo que

denunciaba infiltrados en las sesiones y de reuniones “secretas” en la legislatura. En cuanto

a sus argumentos de defensa, Infobae publicó en reiteradas veces declaraciones de Ibarra

sobre las marchas a su favor durante el juicio y las encuestas que rechazaban su

destitución.

La destitución

En la sesión del martes 7 de Marzo de 2006, culminaba el proceso de juicio político

a Aníbal Ibarra. La Sala Juzgadora de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires,

compuesta por 15 diputados porteños, decidía destituir a Ibarra de su cargo por mal

desempeño de sus funciones, asumiendo la jefatura de Gobierno su compañero de fórmula,

el vicejefe Telerman.

Los primeros movimientos del ex jefe de Gobierno porteño fueron seguidos de

cerca por los diarios.

Clarín titulaba: “Ibarra hace planes, busca alianzas y dice que va a rendir cuentas de

su gestión”. Manifestaba así que Ibarra no tenía ninguna intención de abandonar la

política.140 Clarín mostraba a Ibarra como un político enérgico y activo: ya hablaba del

2007 en su intención de fundar un nuevo partido político. “Ibarra hizo su reaparición en

escena desde una tarima montada en el céntrico Palacio San Miguel con un

semblante notablemente recuperado, en comparación con el gesto demacrado que mostró

cuando el 7 de marzo recibió el fallo desfavorable de la Legislatura en el juicio político”,

completaba.141 Lo mismo había sucedido al momento de la suspensión. En aquel momento,

Clarín sacó una nota titulada “Ibarra dijo que no va a renunciar y acusó a Macri de

revanchismo” en la que Ibarra anunciaba que no iba a renunciar y lo mostraba entero y

dispuesta salir del escollo.142

¿En qué otras cuestiones se favoreció a Ibarra?

140Clarín, 9 de marzo de 2006141 Clarín, 22 de marzo de 2006142 Clarín, 5 de noviembre de 2005

52

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Las marchas en el centro de la escena

Frente a las marchas de los primeros días, el oficialismo comenzó a difundir una

interpretación cuyo objetivo era deslegitimar y aislar el reclamo popular. La movilización

era, según los ibarristas, expresión de un intento del macrismo de concertar un “golpe

institucional”.143 La derecha aprovechaba el “dolor” de las victimas para derribar el

gobierno democrático de Ibarra. Los partidos de izquierda, con una presencia evidente en

cada marcha, impulsaban el reclamo de los familiares con el mismo objetivo

“antidemocrático”, que resultaba funcional a la derecha macrista que se alzaría con el

poder. La teoría del golpe institucional alcanzó una difusión masiva en los últimos meses

de 2005 a medida que se acercaba la posibilidad de que Ibarra fuera llevado a juicio

político.

La primera movilización por Cromañón se produjo casi sobre los hechos. Fue el

sábado 1 de enero de 2005, cuando todavía quedaban cientos de internados, una decena de

cadáveres sin identificar, personas buscadas y muchos padres que no habían enterrado aún

a sus hijos fallecidos . La concentración partió de lo que posteriormente se denominaría “el

santuario”, en la esquina de Bartolomé Mitre y Jean Jaures, en el barrio porteño de Once.

Este “santuario”, donde familiares y amigos de las víctimas comenzaron a dejar objetos y

mensajes para recordar a sus seres queridos, se formó en la esquina del local incendiado,

protegido por las vallas policiales. En la concentración participaron, según informan los

cronistas, familiares y amigos de las víctimas, sobrevivientes y varias personas que no

estaban directamente implicadas en los sucesos. Sin embargo, “cientos” de personas se

acercaron y decidieron, en ese momento, marchar hacia la morgue judicial, en primer

lugar, y a la sede del gobierno porteño luego. La convocatoria no fue difundida

masivamente por los medios de comunicación. En Página/12 y Clarín, la información se

centró en la búsqueda de culpables, no así en la marcha, a la cual sólo se la mencionó de

pasada.

El 4 de enero, Página/12 editó en la tapa una marcha de los familiares de

Cromañón. Se destacaba: “Miles de personas marcharon desde plaza once a la jefatura de

gobierno en reclamo de Justicia. La jueza indaga hoy al empresario detenido. Kirchner

143 Ver más adelante en el acápite “Todos contra Macri” 53

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pidió que “la Justicia actúe rápido y eficazmente”. Ibarra dijo que “la tragedia nos llevó a

replantear todo el sistema” y anunció más controles”.144

La marcha del jueves 20 de enero, al cumplirse tres semanas del crimen, no fue

reseñada por Página/12. Clarín le dedicó una escueta crónica en la que no se menciona la

cantidad de asistentes.145 Evidentemente, la convocatoria seguía mermando. Sin embargo,

la marcha se mantuvo e hizo sentir su reclamo.

El 21 de noviembre fue la primera marcha de respaldo a Ibarra, en oposición al

juicio político que había ordenado instruirle la Legislatura. Clarín publicó en su tapa una

foto del acto sobre el título “Multitudinario acto en defensa de Ibarra”. Desde su portada,

señaló que acudieron “más de 12 mil personas” y destacó la asistencia de “oradores de

distintos sectores sociales y trabajadores de la cultura” y de “tres padres de víctimas de

Cromañón”. Eligió también centrarse en la heterogeneidad del público (“desde oficinistas y

matrimonios de clase media hasta familias enteras llegadas desde las zonas más pobres de

la ciudad”).146 En el centro de la pagina 9 se lo podía ver a Ibarra abrazado a un familiar de

una víctima. En Pagina 12 se destacó que “Ibarra obtuvo el respaldo que buscaba”. “La

convocatoria a la concentración en apoyo a Ibarra sorprendió a propios y extraños. Siete

mil personas auguraban en los días previos los hombres del jefe de Gobierno”, agregaba en

el cuerpo.  Destacaba que entre los oradores había familiares de víctimas y coincidía con

Clarín en el número de asistentes.147 Infobae fue el más optimista en este punto: dijo que

hubo “cerca de cinco cuadras completas” de manifestantes. Este medio prefirió acentuar el

discurso de Ibarra, quien destacó el “compromiso con la democracia" y que con ese acto

"empezó a hablar la sociedad". Al mismo tiempo, Infobae se refirió a la presencia de la

madre de una víctima de Cromañón en la marcha de apoyo a Ibarra. Gladys Coronel, tal el

nombre de la susodicha, dijo tener "ideales diferentes" al resto de los padres que estuvieron

de acuerdo con el inicio del juicio político a Ibarra.148

El lunes siguiente hubo un nuevo acto de apoyo a Ibarra. El miércoles 23 Página/12

tomaba las declaraciones de uno de los 40 padres que habrían estado allí. “Los culpables

144 Página/12, 4 de enero de 2005145 Página/12, 20 de enero de 2005146 Clarín, 22 de noviembre de 2005147 Página/12, 22 de noviembre de 2005148 Infobae, 18 de noviembre de 2005

54

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directos son otros, desde Omar Chabán a Callejeros” fue la frase elegida de titulo. “A mí

no me compró (Aníbal) Ibarra, ni estoy a favor de Ibarra. Si hubiera sido (Mauricio) Macri,

hubiera hecho lo mismo (…) Ibarra es utilizado como chivo expiatorio por cuestiones

políticas; una manipulación que a los padres no nos sirve para nada y no nos garantiza

justicia“, decía uno de los padres. Al mismo tiempo adelantaba la nota subsiguiente que

“Ibarra seguirá con sus apariciones públicas y su gente saldrá con mesas a la calle el

próximo fin de semana”.149

Al año siguiente, el 13 de enero Infobae hizo lugar a la convocatoria para un abrazo

a la legislatura que se haría el 17 de ese mes a favor de Ibarra, día en que también había

una marcha en su contra. “El dolor no es venganza” fue el título elegido para hacer

mención a sólo uno de los dos frentes opuestos.150 El 17, Infobae destacó nuevamente que

“entre los manifestantes hay familiares de víctimas de Cromañón”, mientras que en Clarín

y en Página/12 la noticia sólo fue informada dentro de otras notas.151

El acto planeado para el 2 de marzo comenzó a ser anunciado por Página/12 con

más de dos semanas de anticipación, desde el 13 de febrero. La manifestación de aquel

jueves a Plaza de Mayo era la tercera del ibarrismo desde que la Legislatura porteña

dispusiera la suspensión de su líder.

El 18 de febrero dedicaba una nota (“Todos para la plaza”) sobre la convocatoria de

Ibarra, mencionando las organizaciones y personalidades que la apoyaban:

“Ibarra multiplicó sus encuentros con distintos actores de la sociedad porteña. Su último contacto fue con dirigentes de más de 70 clubes de barrio, quienes se pronunciaron en contra del juicio político al que está siendo sometido y expresaron su “compromiso con la verdad, la búsqueda de la justicia y el respeto por las instituciones”.152

En las ediciones del 22 y 24 de febrero mostraron extensas crónicas a la futura

convocatoria. La nota de esta última fecha, titulada “Convocan a una marcha contra la

destitución de Aníbal Ibarra”, enfatizaba nuevamente la presencia de allegados de distintos

sectores al acto: “Dirigentes políticos, de organismos de derechos humanos, movimientos

sociales y personalidades de la cultura”. “Además, se hacía eco de las declaraciones de

149 Página/12, 23 de noviembre de 2005150 Infobae, 13 de enero de 2006151 Infobae, 17 de enero de 2006152 Página/12, 18 de febrero de 2006

55

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Ibarra como un símbolo de la ciudadanía: “Ibarra remarcó que en el juicio político “no

hubo ni un solo testimonio que justificara la destitución” y remató: “La convocatoria a esta

marcha no es por Ibarra, es por todos nosotros. Va a ser también una expresión a favor de

la investigación y el esclarecimiento total de la tragedia”.153 Clarín, por su parte, anunciaba

la marcha el 16 de febrero y hacía alusión a ella el 20 de febrero y el 2 de marzo.

El día de la marcha, el 2 de marzo, volvieron a sacar una nota sobre el tema: “La

carta que juega Ibarra”, en la que se mencionaba nuevamente la denuncia de un golpe

institucional y una crítica a los legisladores que promovieron el enjuiciamiento. Por otro

lado, ese mismo día se produjo una movilización de Familiares de víctimas de Cromañón a

catorce meses del incendio. “Un acto a catorce meses de la tragedia” fue el título elegido

para una breve nota en la sección El País.154

Al día siguiente, la cobertura de la marcha ocupó la tapa completa del diario y

varias páginas de su interior. Página/12 sacaba como nota de tapa “De contrataque”. El

titular central del diario rezaba: “Con el golpismo institucional como enemigo”. El primer

párrafo de la nota afirmaba que “la concentración de apoyo a Aníbal Ibarra comenzó a

prepararse con tiempo en torno de una idea clave: la defensa por la democracia”. Además

se hablaba de un ataque de la derecha y de que estaba en peligro la “institucionalidad”, a

pocos días de que la Sala Juzgadora decidiera sobre su destitución. También se destacaba

la heterogeneidad en la composición social del reclamo, entrevistando a algunas personas

aisladas de la marcha, con una breve reseña con la edad y a qué se dedicaba cada una de

ellas, como una manera de contraponer sus mensajes al de la mayoría de los familiares de

las víctimas de Cromañón.155 Clarín, por su parte, editaba la marcha en la tapa, que

mostraba a un Ibarra emocionado y luego la nota era editaba en las primeras páginas,

siendo la nota principal de esa edición.

En la edición del domingo 5 de marzo, Página/12 volvió a dedicar una página a la

marcha. Esta vez, el pretexto fue una entrevista a Estela de Carlotto, la principal oradora en

el acto: “Fuimos a defender a la democracia” fue el título elegido.156Para la marcha que

organizaron los familiares al cumplirse los 14 meses del crimen apenas si le dedicaron un

153 Página/12, 24 de febrero de 2006154 Página/12, 2 de marzo de 2006155 Página/12, 3 de marzo de 2006156 Página/12, 5 de marzo de 2006

56

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pequeño recuadro de un cuarto de página. A diferencia de la marcha ibarrista, la de los

padres no fue anunciada previamente y sólo se la reseñó una vez realizada.

Las encuestas como creadoras de imagen

Dos encuestas fueron difundidas el domingo 9 de enero y coincidieron en otorgar el

cuarto lugar en la cadena de responsabilidades por la tragedia de Cromañón a Aníbal

Ibarra, luego a Chabán, la persona que tiró la bengala y finalmente los inspectores de la

Ciudad. La primera encuesta, publicada por Clarín y elaborada por la consultora CEOP,

Centro de Estudios de la Opinión Pública, sobre 708 casos de Capital Federal y Gran

Buenos Aires, arrojaba también que casi el 70 por ciento de los interrogados no quería la

renuncia de Ibarra. Además, se dejaba entrever una cuestión que tomaría visibilidad más

adelante: los encuestados afirmaban que habían sectores que intentan sacar rédito político

de la tragedia, aunque la mayoría, el 35,4 por ciento, no sepa quiénes son.157 A su vez,

Página/12 presentó el mismo día un sondeo de OPSM de Zuleta Puceiro que otorgó el

principal lugar a los organismos de control, después a quien arrojó la bengala y luego a

Chabán. Indicó que el cuarto lugar sería para Ibarra. La encuesta afirmaba también que “la

abrumadora mayoría de los consultados cree que Ibarra debe quedarse en su puesto para

trabajar en la solución y no renunciar”. 158

Ese mismo día, Horacio Verbitsky en Página/12 anticipaba sus dudas sobre las

mediciones oficiales.159

El 28 de enero, una nueva encuesta de Clarín hecha por la Universidad Abierta

Interamericana afirmaba que “más de la mitad de los porteños le adjudican algún tipo de

responsabilidad al jefe de Gobierno”, pero “casi el mismo porcentaje cree que no debe

renunciar”.160 Así surgía de una encuesta elaborada por la Universidad Abierta

Interamericana sobre cuatrocientos casos de mayores de 18 años de ambos sexos. Otro

sondeo al día siguiente señalaba que “el 68% de los porteños considera que la Legislatura

157 Clarín, 9 de enero de 2005158 Página/12, 9 de enero de 2005159 Página/12, 9 de enero de 2005160 Clarín, 28 de enero de 2005

57

Page 58: cromañon

de la Ciudad es tan responsable como Aníbal Ibarra en la tragedia de Cromañón”, de

acuerdo a un sondeo de Jorge Giaccobe y Asociados. 161

En febrero, “No a la renuncia, sí a que se haga cargo” esbozaba en Página/12 que,

según un estudio de Zuleta Puceiro, la mayoría de los porteños consideraba que “Ibarra

tiene responsabilidad institucional en la tragedia, pero preferiría que siguiera gobernando,

rindiera cuentas, investigara y no eludiera las imputaciones”. “Paralelamente, el

cuestionamiento abarca a la totalidad del arco político, y una de las razones por las que se

reclama que Ibarra siga gobernando es porque no se ven alternativas claras en la

oposición”, concluía. 162

Días más tarde, en medio de la convocatoria del referéndum de Ibarra, Página/12

señalaba en “El teorema del voto” que los sondeos mostraban una mejora en la imagen de

Ibarra en relación a los primeros días luego de Cromañón. “La evolución de la imagen

negativa de Ibarra resulta similar a la positiva: después de Cromañón llegó al 37 por ciento

y hoy es del 26 por ciento. En diciembre pasado el 18 por ciento de los porteños decían

tener una mala imagen del jefe del distrito”, afirmaba. También destacaba que el entonces

jefe de Gobierno tenía casi el doble de imagen positiva que Macri.163

En agosto, bajo el titulo “Para que termine el mandato”, Página/12 consideraba que

“un 51 por ciento de los porteños no quiere que destituyan a Aníbal Ibarra”. La encuesta

perteneciente a Adrogué-Caruso, la consultora de cabecera del gobierno de la Ciudad,

expresó también que el 66 por ciento consideraba que debe seguir gobernando hasta

terminar su mandato. Sólo un 12 por ciento de los 400 consultados por la encuestadora dijo

evaluar en forma positiva la tarea de los legisladores que realizaron la investigación, contra

un 45 por ciento que hizo un balance negativo de su desempeño. Por otro lado, el 42

aprobaban lo hecho por la administración porteña el 42 por ciento y lo desaprueba el 50

por ciento.164

A mediados de noviembre, Página/12 publicaba una encuesta de OPSM en la que

el 71,6 por ciento consideraba que el inicio del juicio político se debía a “una decisión

161 Clarín, 29 de julio de 2005162 Página/12, 2 feb. 2005 163 Página/12, 20 feb. 2005164 Página/12, 8 de agosto de 2005

58

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inspirada en consideraciones políticas”, aunque el 75,3 creía que Ibarra tenía al menos

“alguna” responsabilidad institucional por Cromañón.165

Más tarde, suspendido y a punto de ir a juicio, una encuesta de la empresa Knack

“distribuida por el gobierno porteño” le daba el 48 por ciento de imagen buena o muy

buena, un 24 neutral y sólo un 25 mala o muy mala. “Al mismo tiempo, dos tercios de los

preguntados dice que los legisladores que votaron la suspensión lo hicieron bajo presión y

porcentajes similares creen que el juicio al que será sometido no brindará Justicia a las

víctimas de Cromañón y es en realidad una revancha política”, afirmaba el sondeo.166

Luego, Infobae señalaba a fines de 2005 que “Ibarra tuvo una sorprendente mejora en su

imagen pública”, ya que “pasó de registrar 19 puntos de percepción positiva en el público a

42”. El trabajo arrojaba además que 53% estuvo en desacuerdo de que se le iniciara juicio

político.167

A inicios de 2006, otras encuestas revelaban que más de la mitad de los porteños se

oponía a que Aníbal Ibarra sea destituido. Relevada por Ricardo Rouvier y Asociados una

de ellas arrojaba que el 50,2 % tenía una imagen positiva de Ibarra contra el 44,3 % que

declaraba su rechazo. Por otra parte, el estudio de Analogías reveló que el 67,3 %

consideraba al empresario Omar Chabán como responsable de la tragedia del boliche de

Once, el 49,7 % se la adjudica también a la gente que asistió y el 39,7 incluyó a Ibarra.

Para Analía del Franco, que enfocó su pregunta sobre la gestión, había un empate clavado

entre el 48,2% que se manifestó favorablemente y el que respondió en forma negativa. 168

Mientras tanto, en declaraciones a Infobae, Ibarra aseguraba que más del 70 por ciento de

la gente de la Capital no estaba de acuerdo con el juicio político, de acuerdo a datos que

manejaba su equipo de Gobierno. “Su problema no está con la sociedad sino con la

política”, agregaba el matutino.169

“En las encuestas, por paliza” titulaba en marzo Página/12 para ilustrar que dos de

cada tres porteños estaba en desacuerdo con la remoción de Aníbal Ibarra. Así lo indican

cinco encuestas consultoras Hugo Haime y Asociados, Analogías, OPSM, Knack y Lauzán

165 Página/12, 16 de noviembre de 2005166 Infobae, 11 de diciembre de 2005167 Infobae, 27 de diciembre de 2005168 Clarín, 28 de enero de 2006 169 Infobae, 20 de enero de 2006 

59

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y Asociados distintas realizadas esta semana. La mayoría cree que el proceso derivó en una

pelea política, más que en la búsqueda de responsabilidades en el caso Cromañón, hay

muchas críticas a los legisladores y a lo que consideran violencia de los familiares, al

mismo tiempo que sostienen que en el Gobierno de la Ciudad hubo problemas de

desempeño de Ibarra, pero no cómo para iniciarle un juicio político.170

Estas encuestas no son casos aislados. En la nota “Asfixia”, de Horacio Verbitsky,

publicada en Página/12, se aseguraba que “funcionarios del gobierno se dedicaron a

evaluar el impacto sobre la imagen de Ibarra y las posibilidades de que aumentara o

disminuyera la presión social en demanda de su renuncia”. “Este análisis puede tener

sentido en la intimidad de un político, pero su difusión a través de los medios con el

propósito de influir en la opinión pública profundiza la ruptura de un sector de la clase

política con las personas normales”, comentó.171

Los responsables

En la primera crónica completa de los hechos, el domingo 2 de enero de 2005,

Página/12 señalaba:

“La actitud irresponsable de un empresario que ignoró las más elementales normas de seguridad, la insensatez de quienes arrojaron bengalas en un lugar cerrado y las falencias en los controles por parte del Estado son las tres patas –con diversos grados de responsabilidad que habrá que establecer– en las que se asientan las causas de la mayor tragedia producida en el país por causas no naturales“.172

Aparecían así en un plano de igualdad las responsabilidades del Estado, los

empresarios y del público asistente al recital. Las victimas se convertían en victimarios:

“Nada exime de responsabilidad a los jóvenes que arrojaron las bengalas: estaban

largamente advertidos de que lo que hacían podía provocar un desastre, pero continuaron

con su ejercicio insensato”.173

El lunes 3 de enero Página/12 insistía en la “cultura rock” de los últimos años y sus

responsabilidades: la “celebratoria del rito, de los trapos y las bengalas”. La nota señalaba

170 Página/12, 5 de marzo de 2006 171 Página/12, 9 de enero de 2005172 Página/12, 2 de enero de 2005173 ibídem

60

Page 61: cromañon

la responsabilidad del público y de las bandas que toleraban estas conductas, pero también

hacía un mea culpa al referirse a los periodistas del rock, que festejaban los shows sin

llamar la atención sobre los peligros que implicaban. El artículo también citaba al

productor Daniel Grinbank, quien minimizó las culpas del jefe de Gobierno. “No nos

podemos quedar con la inconsciencia de Chabán y el pibe de la bengala. (…) y ojo, que

esta gestión de los inspectores del Gobierno de la Ciudad era radicalmente diferente de la

anterior, se manejó con transparencia y queriendo romper el viejo sistema de coimas a

mansalva”.174Las palabras del empresario no eran compartidas necesariamente por el

periódico, pero las responsabilidades del Estado siempre eran genéricas: la corrupción, los

gobiernos, pero nunca hablaban de la responsabilidad concreta de Aníbal Ibarra.

El martes 4 de enero comenzaba la demonización de Chabán, funcional a los

intereses de Ibarra. Aquel día, José Pablo Feinmann le dedicaba una columna:

“¡Cómo se habrán divertido Chabán y los suyos al encontrar el nombre del boliche! ¡Qué hallazgo, qué imaginación tiene esta gente! Habrán dicho (hasta es posible ¿verlos? en acción): ‘Hagamos un boliche para los pobres. Le sacamos los clientes a la bailanta y los juntamos en una república prehistórica”.175

Al día siguiente se destacaba en el diario que el abogado del empresario había dicho

que “Chabán tiene que estar preso porque algo hizo”. En torno a Ibarra, una nota expresaba

que había dicho estar en “el peor momento de su gestión pero que jamás pensó en

renunciar”. La misma línea interpretativa se repetía en un artículo: “Tres factores

confluyeron en la causalidad de la catástrofe: la desaprensión empresaria, la imprudencia

de quienes arrojaron las bengalas y la falta de capacidad de control de gobierno local. La

proporcionalidad de la respectivas culpas debe investigarse y sancionarse”.176 Se insistía así

en la cadena de responsables, pero al señalar la culpa en torno al Gobierno se hablaba de

“las fallas en los controles”, centrando la responsabilidad en los inspectores y en quienes

estarían involucrados más directamente con lo ocurrido. Esta insistencia del diario en no

nombrar a Ibarra se daba días después cuando desde su entorno cargaron contra los

bomberos, porque “en abril de 2004, la Superintendencia de Bomberos certificó que

Cromañón cumplía con las normas contra incendios”.177

174 Página/12, 3 de enero de 2005175 Página/12, 4 de enero de 2005176 Página/12, 5 de enero de 2005177 ibídem

61

Page 62: cromañon

Página/12 basó su estrategia en que Chabán y Callejeros se echaran mutuamente la

culpa. El 6 de enero, el empresario apuntaba al personal de seguridad contratado por el

grupo. ”Fueron tres jóvenes los que lanzaron las bengalas adrede”, aseguraba, lo cual luego

se demostró que era falso.178 Ese mismo día, la editorial, “Festival de bengalas”,

consideraba que “cuando la sociedad civil o una porción de la misma se siente afrentada,

su reclamo en términos políticos es muy duro: deben rodar cabezas, deben ir funcionarios a

la cárcel”. “Poco se cree en el castigo por vía del voto, en la depuración de los gobernantes

mediante la alternancia. Eso parece lejano y, sobre todo, parece poco. La crisis de las

instituciones, como la de la sociedad, como la del mercado, compelen a la producción de

un puro presente. Años de impunidad producen ciudadanos que reclaman penas catonianas,

cirugía mayor como único tratamiento.”, finalizaba, en clara defensa de las instituciones.179

El 7, Ibarra aparecía nuevamente en el centro de la escena, en orden de relatar el

encuentro con “los familiares de las víctimas de República Cromañón”. “Ibarra escuchó

sus relatos y demandas y prometió que colaborará con la Justicia. Luego de algunos

diálogos tensos, los visitantes se retiraron más tranquilos”, destacaba en el copete.180

Al día siguiente le tocaba el turno nuevamente a Chabán. Página/12 denunciaba “la

trama oscura de las sociedades” que lo rodeaban, haciendo mención a que según la AFIP y

el Banco Central, “Chabán no figuró nunca en sociedades comerciales”. Señalaba también:

“En los papeles, no lleva las riendas de ninguno de sus negocios, ni siquiera en las tres

sociedades vinculadas a Cromañón que investiga la Justicia. A los entendidos, la trama

empresaria les llama la atención: no está su nombre y entre los accionistas hay jubilados y

otras personas de las que se dispara un abanico de otras 15 sociedades”.181

El domingo 9, Página/12 publicaba una nota que recogía la opinión de cuatro

terapeutas, especialistas en adolescencia, que analizaban lo sucedido. Para Susana Quiroga,

psicoanalista, investigadora y docente de la UBA, Cromañón era una expresión de la

178 Página/12, 6 de enero de 2005. Más tarde, el 26 de enero, Página/12 publicaba un escrito donde Callejeros pedía ser

querellante. Allí dos integrantes del grupo acusaron al empresario y a su jefe de seguridad por cerrar la puerta de

emergencia que provocó la masacre. El 23 de febrero, por su parte, el matutino publicaba que el manager de Callejeros

responsabilizaba a Chabán.179 ibídem180 Página/12, 7 de enero de 2005181 Página/12, 8 de enero de 2005

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“omnipotencia de los adolescentes “que incluye entre otros el mecanismo de negación de

la realidad”. Proseguía:

“Es como si uno se volviera sordo ante ciertas evidencias que atañen a la conservación de la vida. Los adolescentes se caracterizan por la omnipotencia de sus acciones, de sus ideas, de sus hazañas, e identificados con la figura del héroe creen que todo lo pueden. (…) en ese boliche se quebró la omnipotencia heroica de los adolescentes. (…) por otra parte, sin querer abordar el nivel sociocultural de los fenómenos de masas, lo que se quebró también esa noche fue la omnipotencia de los grupos de rock que, en ocasiones, se permiten desestimar ciertos hechos que los ponen al límite de la muerte”.182

A la hora de culpar a las víctimas, Ricardo Rodulfo, también profesor de la UBA,

hizo un análisis más amplio. Señalaba el problema con los signos de las reglas de toda

colectividad y las complicidades habidas, más allá de las responsabilidades políticas y

empresariales. En esta interpretación, por acción u omisión, todos tenemos responsabilidad

por lo sucedido. El profesor Rodolfo Uribarri prefirió hablar de la responsabilidad de los

padres:

“Existe una especie de renuncia al lugar de los padres. Ha habido un falso entendimiento de que comprender a los jóvenes es darles el gusto en todo. Pero la verdadera función de los padres en la adolescencia es orientar y la orientación implica limitaciones, hay cosas que no se pueden permitir. Permitir el acceso a un lugar con poca seguridad es una parte de la responsabilidad de los padres(...) Hay una mal entendida psicología de creer que los padres deben ser amiguitos de los hijos y esto es muy nocivo para la organización psíquica de los jóvenes”.183

Por último, a inicios de 2006, Página/12 publicaba como nota central sobre el caso

Cromañón una entrevista a Strassera, defensor de Ibarra, en la que atacaba al macrismo y a

los familiares, y ubicaba como título uno de sus dichos: “Culpables son los que tiraron las

bengalas”.184

Por el lado de Clarín, la culpabilidad se centró en la cultura de los jóvenes y en

Chabán. El 3 de enero Clarín publicó toda una edición dedicada a eso. Primero eligió para

titular un análisis de especialistas de ”cómo funciona en los chicos el juego con la muerte”,

una declaración de Chabán de diciembre de 2003: “La mentalidad Chabán: "Cada tanto

tienen que reventar muchos jóvenes". De este modo se equiparaba las culpas entre ambos

182 Página/12, 9 de enero de 2005183 Página/12, 9 de enero 2005184 Página/12, 15 de enero de 2005

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actores, dejando de lado las responsabilidades políticas. Algunas frases de los especialistas

hablaban de que “El adolescente siempre está queriendo ir más allá y contraponerse al

sistema adulto”, de “riesgo contra uno mismo y riesgo contra terceros”, entre otras. 185 Ese

mismo día, “la cultura de la pirotecnia” era la justificación para acusar al “ambiente del

rock” de provocar el desenlace de Cromañón. "Somos parte de esa inconsciencia”, dijo uno

de los rockeros entrevistados.186 No podía faltar también la carga contra el “nene que lanzó

la bengala”. Fue el sonidista de Cromañón el testigo que mostró el lugar donde había

estado el chico y donde casualmente se había encontrado una bengala usada. 187 Insistió el 4

al señalar que “Otro testigo dice que vio al nene con la bengala fatal”.188 En esa edición,

una nota claramente desbalanceada a favor de Ibarra trataba “la falla en los controles de

seguridad”, poniendo en el primer lugar de la responsabilidad a los inspectores, que “no

son expertos en dispositivos contra incendios y que ellos sólo chequean que los

certificados estén en regla”.189 El 4, una nota de opinión reflexionaba acerca de “la relación

de la sociedad con las normas” para señalar que el incumplimiento de las mismas “se repite

permanentemente” en situaciones diversas, apuntando a que el problema era social.190

Las declaraciones de un técnico y de SADAIC, por su parte, oficiaron de

testimonios contra Chabán. Una nota de Clarín destacaba que el empresario quedaba “un

poco más complicado”, luego de que un técnico dijera que le había “advertido los

riesgos”.191

Al igual que Página/12, en los primeros días tras la tragedia, una nota de opinión,

“La responsabilidad de la sociedad ante el Estado”, repartía culpas:

“En la Argentina, existen desde antiguo y son valoradas, conductas dirigidas a desconocer o desafiar las regulaciones o coerciones estatales. La "viveza criolla" se denomina, precisamente, la aplicación de la inteligencia o la picardía a la violación de las normas, a operar de acuerdo al más inmediato interés individual sin tener en cuenta los intereses ajenos”.192

185 Clarín, 3 de enero de 2005186 Clarín, 3 de enero de 2005187 ibídem188 Clarín, 4 de enero de 2005189 ibídem190 Clarín, 4 de enero de 2005191 Clarín, 8 de enero de 2005192 Clarín, 9 de enero de 2005

64

Page 65: cromañon

Clarín también dedicó espacio al expediente Cromañón. Consideraba que “todas las

pruebas arrinconan a Chabán”, admitiendo que “la responsabilidad de quien tiró la

bengala” no estaba “en el centro de la investigación”. Las entonces 1200 fojas de la causa

tenían “evidencias de que la tragedia fue evitable”. “Por eso se le imputa a Omar Chabán,

responsable del boliche, la figura de homicidio por dolo eventual: conocía el riesgo, debió

prever las consecuencias y no hizo nada”. Recién en el cuerpo de la nota, casi al final,

señalaba: “La otra línea de investigación tiene que ver con quienes cerraron los ojos y

dejaron que estas negligencias se produjeran. Aquí entrarían, en principio, funcionarios del

Gobierno porteño y de Bomberos de la Policía Federal”.193

Recién el día siguiente llegan las culpas al ámbito gubernamental. Pero se habla

sólo de las inspecciones, como “una tarea que siempre estuvo bajo sospecha”, y de los

inspectores como “un cuerpo todavía indomable para Ibarra”.194

El 17 de enero Clarín titulaba “Surgen reproches por las bengalas entre los

seguidores de Callejeros”. Allí varios jóvenes opinaban acerca de su culpabilidad por el

uso de pirotecnia en los recitales.195 En otra nota posterior, se informaba sobre un decreto

del Gobierno de la Ciudad para indemnizar por $300 mil a los familiares de las víctimas

fatales de Cromañón. La condición, según informa el medio, era renunciar a los juicios

civiles contra la Ciudad, “pero podrán enjuiciar a los responsables”, eludiendo

directamente la responsabilidad del Gobierno en la tragedia.196

El 26 de enero, Clarín publicaba acusaciones de Callejeros a Chabán, a quien lanzó

el explosivo, y el jefe de seguridad de Cromañón. Nunca aparecía Ibarra entre los

culpables, cuando era sindicado así por el grueso de los familiares.197 Al día siguiente, Raúl

Villareal, mano de recha de Chabán seguía la misma línea anterior, pero ahora cruzando a

Callejeros porque “toda la seguridad y el control” corría por cuenta de ellos. Esa misma

edición insistía en la idea de que la banda era “parte clave en la organización del recital del

desastre”, al tiempo que anunciaba una cautelar para inhibir sus bienes.198 Más adelante,

193 Clarín, 10 de enero de 2005194 Clarín, 11 de enero de 2005195 Clarín, 17 de enero de 2005196 Clarín, 20 de enero de 2005197 Clarín, 26 de enero de 2005198 Clarín, 27 de enero 2005

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Page 66: cromañon

Ibarra presentó un informe ante la Legislatura. En aquel momento Clarín tildó de

polémicas las declaraciones del funcionario y se centró en las críticas del macrismo.199

Meses más tarde, Clarín publicaba una edición especial del Suplemento Sí para

conmemorar sus 60 años. Hubo espacio para Cromañón: allí, la filósofa Diana Maffia

volvía a colocar a la culpabilidad un sentido abstracto. Una “sociedad filicida y amnésica”

había provocado un “ritual juvenil del rock and roll”, en el que la “transgresión

adolescente” desafiaba las reglas de los padres para convertir el “aguante" en un “ritual

sacrificial”. Lo peor de esta opinión llega hacia el final, con un anacronismo digno de

mención: “Los hijos de la generación que también ofreció y exigió cuerpos y vidas como

ofrenda de pertenencia a una identidad, entonces política. Los hijos del "nunca más".

Cromañón era signo de una cultura malograda, por eso el suplemento también resaltaba en

otra nota la “lamentable politización de la tragedia”. 200

Por el lado de Infobae, las cosas fueron aun más enfáticas en torno a las

culpabilidades. El periódico, parte del multimedio dirigido por Daniel Hadad que incluía

canal 9 y radio 10, compartió a grandes rasgos la misma línea de interpretación que los

medios que ya analizamos. En las notas publicadas allí durante la primera semana, se

destaca la particular persecución a quien había encendido la bengala que originó el

siniestro. El 3 de enero, bajo el título “Joven afirma que vio al que prendió la bengala”, se

hacía una descripción de este sujeto. El tono policial de la crónica, que asumía sin matices

que los culpables eran quienes habían encendido las bengalas, también informaba que la

policía estaba elaborando los identikits de los culpables.201 En otra nota que apareció el

mismo día, se señalaba que la policía había secuestrado bengalas dentro del local, sin

aclarar que se trataba de la pirotecnia confiscada en los cacheos de la noche del 30. 202 El 4

de enero, siguiendo la misma línea de investigación, aparecía una crónica titulada “Más

testimonios insisten en que la bengala la tenía un niño”. 203 El 6 de enero anunciaban: “Ya

tienen el identikit de quien tiró la bengala y causó la tragedia”. Ampliando la lista de

culpables, punteaban en otro titular que Callejeros invitaba a un ”festival de bengalas en

199 Clarín, 31 de enero de 2005200 Suplemento Sí, Clarín, 28 de agosto de 2005201 Infobae, 3 de enero 2005202 ibídem203 Infobae, 4 de enero de 2005

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Page 67: cromañon

Cromañón”, en referencia a una crónica periodística que publicitaba el recital.204 De esta

manera comenzaba una campaña sobre Callejeros que, además de correr el eje de

responsabilidad de Ibarra, sembraba la semilla que dividiría a los grupos de padres.

Esta línea editorial se mantendría en Infobae. El 4 de enero otro titular apuntaba

hacia la demonización de Chabán: “Un testigo asegura que vio a chavan huir como una

rata”. Y otro apuntaba hacia el público del recital: “Enfrentamientos entre policías y fans

demoró el rescate”.205 El día siguiente se transcribían declaraciones del abogado de

Chabán, en el que aseguraba que cliente debía estar preso pero no debía ser el único

detenido por el caso. Por otro lado, señalaba: “Una testigo dice que vio a un joven y no a

un niño con la bengala”.206 De este modo, se fabricaba un chivo expiatorio servía para

tranquilizar a los familiares que reclamaban justicia y desviar las miradas impacientes que

se posaban sobre Ibarra.

El 6 de enero, Infobae entrevistaba a un profesional para indagar las causas del

“descontrol de los más jóvenes”. “La sociedad no sabe cómo controlar a los adolescentes”,

fue el sugestivo título que usó. “La tragedia de República Cromañón dejó al desnudo un

comportamiento social preocupante”, seguía la bajada.207

En la misma línea que Página/12, repartía la culpa entre los jóvenes y sus padres:

“La tragedia de Once dejó al descubierto el descontrol de los más jóvenes (…), si se tiene en cuenta que antes del show fueron varias las advertencias sobre el riesgo de incendio, y la reacción del público fue aun peor. Los especialistas ven en la reacción de los adolescentes “una cuestión ambivalente”. Los chicos se convierten en víctimas y victimarios, según define el doctor Enrique de Rosa Alabaster, psiquiatra especialista en estrés post traumático”. 208

Por supuesto, los padres no serían ajenos a esta situación: ”Los desbordes que

caracterizan a los jóvenes de hoy se corresponden con un mensaje surgido de la misma

familia, donde la falta de normas parece una constante”.209 El mismo día, titulaba “Ibarra

204 Infobae, 6 de enero de 2005205 Infobae, 4 de enero de 2005206 Infobae, 5 de enero de 2005207 Infobae, 6 de enero de 2005208 ibídem209 ibídem

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Page 68: cromañon

convocó a los familiares y cuestionó a opositores”, donde este criticaba “a quienes buscan

sacar réditos con la tragedia”, a la vez que cargaba nuevamente contra Chabán.210

La “cruzada contra las bengalas” llegó al extremo de elevar el rango de noticia

rumores que luego se demostrarían falsos. El 9 de enero, bajo el titulo “Denuncia: vendían

pirotecnia dentro de Cromañón”, Infobae levantaba las declaraciones de un vecino del

barrio que aseguraba que dentro del boliche se vendía pirotecnia y que funcionaba una

guardería en el baño, en la que los asistentes podían dejar a sus hijos. La noticia

demonizaba a Chabán pero también ser vía para culpabilizar a las víctimas y a la banda.211

Esta obsesión por la posibilidad de un nuevo Cromanón fue usual en el portal. En

diciembre de 2005 publicó “Bengalas en recital en Mendoza hacen temer un nuevo

Cromañón”, en referencia a una presentación del ex guitarrista de Los Redondos con su

banda, Skay, en el estadio cerrado de Andes Talleres. El músico había amenazado con

suspender el show pero igual continuó. “El fantasma de Cromañón se hizo presente”,

aseveraba. Y concluía: “El dato, que puede resultar anecdótico ante la ausencia de

incidentes, demuestra que las bengalas, a pesar de esa tragedia de Cromañón, pertenecen

de manera casi indeleble a la cultura del rock”. 212

La agresión a Carlotto

El apoyo que ciertos organismos de derechos humanos brindaban a Ibarra le daba

sustento a la teoría conspirativa de Macri y cía. y generaba, a su vez, oportunidades para su

difusión. El lunes 1 de agosto, cuando salía de un encuentro con Cristina Kirchner y el juez

Garzón -donde se reivindicó la política de derechos humanos del gobierno y se defendió a

Ibarra- Estela Carlotto fue recibida con huevos e insultos por un pequeño grupo de padres

de Cromañón. En la charla, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo defendió

veladamente a Ibarra, haciendo referencia a la defensa de las instituciones.213

La agresión fue utilizada por los medios e Ibarra para desacreditar a los familiares y

su lucha, y le terminó haciendo el juego a la campaña de desestabilización de la derecha. El

210 ibídem211 Infobae, 9 de enero de 2005212 Infobae, 18 de diciembre de 2005213 “El voto popular da mandato y hay que respetarlo”, Página/12, 2 de agosto de 2005

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Page 69: cromañon

hecho contra la prestigiosa dirigente fue portada de todos los matutinos, quienes

coincidieron en repudiar – mediante editoriales y opiniones firmadas – la agresión. El

incidente, que podríamos considerar menor, dio lugar a una extensa cobertura por parte de

los medios llamados “progresistas”, en particular de Página/12. La línea la marcó el

gobierno nacional, que recibió a Carlotto al día siguiente en la Casa Rosada. En esa

oportunidad, la primera dama declaró que no había que minimizar el episodio.214 Ese día la

noticia de último momento aparecía en un recuadro de la tapa del matutino.215 El día

siguiente el episodio ocupó toda la tapa del diario y sus dos primeras páginas. La cobertura

reseñaba una conferencia de prensa en donde Carlotto y, como contrapartida, demonizaba

y deslegitimaba a los padres de Cromañón. Una entrevista a la presidente de las Abuelas

que se publicó en esa edición se titulaba ”Estoy de duelo pero no voy a bajar los brazos”.

El intento de agigantar el episodio era evidente.216 El 4 de agosto, el hecho volvió a ocupar

una página del diario. Esta vez se reseñaba un intercambio de opiniones entre “Chiche”

Duhalde y Cristina Kirchner sobre lo sucedido, y unas declaraciones de Carlotto en donde

exigía que los padres que la escracharon se retracten públicamente.217 En su edición del

domingo 7 de agosto, Página/12 volvía sobre el incidente en un balance de la semana

política.218Por su parte, Clarín resumía su posición en una editorial del 4 de agosto, llamada

“La agresión como método de protesta”, en la que sostenía:

“La agresión a Estela Carlotto es un signo más de la degradación de las costumbres políticas y sociales y un nuevo signo de alerta, destinado a todos los sectores, sobre la necesidad de reencauzarlas por los caminos de la ley (...) La apelación a la agresión y la violencia debe ser rechazada en cualquier circunstancia, para que las actividades políticas y sociales se desarrollen en un clima civilizado y el disenso se procese dentro del respeto a los demás y de las instituciones”.219

Las amenazas

214 “El que tira huevos, puede muy bien tirar con un arma de fuego”, Página/12, 4 de agosto de 2005215 “Los familiares de las víctimas de Cromañón agreden a Estela Carlotto”, Página/12, 4 de agosto de 2005216 Página/12, 3 de agosto de 2005217 Página/12, 4 de agosto de 2005218 Página/12, 7 de agosto de 2005219 Clarín, 4 de agosto de 2005

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Page 70: cromañon

Durante el juicio político a Ibarra, la cobertura tendenciosa de los hechos se

intensificó. Un ejemplo de ello es lo publicado por Página/12 en esos meses. Uno de los

ejes de la cobertura periodística fue el detallado seguimiento de las “amenazas” de algunos

padres, que encajaban perfectamente en la interpretación de Página/12. Los “intolerantes”

que “amenazan” y “presionan” sobre las “instituciones democráticas “son un componente

imprescindible de la teoría del “golpe institucional”. El periódico llegó a dedicar páginas

enteras a hechos realmente insignificantes. En su edición del 2 de enero, bajo el titulo “Un

pequeño grupo de padres de víctimas amenazó a los camaristas”, dedicaba una página

completa a reseñar un pequeño altercado protagonizado por los ‘padres. El incidente se

produjo durante una audiencia con los jueces de la Sala V de la Cámara del Crimen, en

donde un grupo de padres desencajados insultaron a los jueces y amenazaron con matar a

sus hijos. Para el cronista (nuevamente Raul Kollman), el hecho era grave porque

registraba antecedentes:

“(…) El estilo de las amenazas y la agresión están circunscriptas a un pequeño núcleo que ya fue protagonista de hechos de violencia e intimidación. Al propio Aníbal Ibarra lo amenazaron de muerte; lo mismo hicieron respecto de sus hijos. El legislador chango Farías Gómez denunció igualmente intimidaciones y hasta hubo llamados amenazantes contra los padres de la actual pareja de Ibarra”.220

El 3 de enero, el matutino dedicó una nueva página al episodio. En esa oportunidad

reseñaron declaraciones radiales de uno de los padres acusados, en donde, luego de intentar

minimizar el episodio, terminó reiterando las amenazas: “Si voy preso por las amenazas,

cuando salgo entonces sí lo voy a matar al juez”.221 Evidentemente se trataba de un grupo

de padres con desequilibrios propios de la situación que estaban viviendo, a lo que no se

los puede tomar seriamente. Sin embargo, para Página/12, las amenazas no debían ser

subestimadas. El sábado 7 de enero dedicaban otra nota a las declaraciones de kirchneristas

e ibarristas que rechazaban las amenazas sufridas por Ibarra en un escrache en su

domicilio. Gustavo López, ex secretario de cultura porteño, reclamó allí “una actitud de

defensa de las instituciones” y manifestó su temor a que “esto no se pueda frenar y que

alguien cometa algún delito”.222 Defensor de Ibarra, Julio César Strassera, puso cada pieza

en su lugar al explicar el rol que cumplían las amenazas. Según sus dichos, los familiares

220 Página/12, 2 de enero de 2006221 Página/12, 3 de enero de 2006222 Página/12, 7 de enero de 2006

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Page 71: cromañon

de las victimas de Cromañón amenazaban a los legisladores para que votaran contra Ibarra,

como sucedió con Farías Gómez en la Sala Acusadora.223 En los días siguientes, varios

operadores ibarristas reiteraron lo dicho por Strassera: Ibarra no contaba con garantías para

defenderse porque los familiares amenazaban a los legisladores.224

Algunas semanas después, cuando se acercaba el momento de la votación

definitiva, Página/12 volvió a la carga para denunciar “las amenazas de los intolerantes”.

En la crónica del alegato de Ibarra ante la sala juzgadora, el periódico señaló que en medio

de la sesión, varios familiares “reaccionaron y profirieron amenazas”. El episodio sucedió

luego de que Ibarra se quejara porque se había amenazado a sus dos hijos menores. Los

padres no pudieron contener su bronca y comenzaron a gritarle “asesino, te vamos a

matar”. Además de la crónica, Página/12 reflejó el incidente en un recuadro titulado

“Amenazas”, con una foto de los padres acompañada por el siguiente epígrafe: “En medio

del escándalo, uno de los familiares hace el clásico gesto de degüello dirigido a los

legisladores”. 225 La campaña de Página/12 preparó el terreno para impugnar los métodos

de los padres en el momento de la votación. Como en los momentos previos de la sesión de

la Sala Acusadora de noviembre, en la que se resolvió la suspensión de Ibarra y la apertura

de su juicio político, los legisladores no sólo habrían recibido para el matutino presiones de

todos lados, sino también amenazas: “Anoche un grupo de padres de Cromañón realizó un

escrache en la casa en la que Beatriz Baltroc aparece registrada en la guía telefónica, donde

pintaron leyendas en su contra con aerosol y rompieron un par de vidrios”.226 El escrache

fue la respuesta de los padres al cambio de voto de la legisladora, luego de una reunión con

el ex vicepresidente “chacho” Álvarez. Sin embargo, para Página/12, los que ponían en

riesgo las instituciones eran los padres.

Otro abono a la teoría golpista: ¿Quién tiró la bengala?

Entre el miércoles 23 y el jueves 24 de noviembre de 2005, Clarín le otorgó mucho

espacio a la denuncia de una joven que dijo que el hijo del abogado Iglesias era quien

223 Página/12, 12 de enero de 2006224 Página/12, 13/15 de enero de 2006225 Página/12, 8 de febrero de 2006226 Página/12, 7 de marzo de 2006

71

Page 72: cromañon

había tirado una de las bengalas que incendiaron Cromañón. La elección de este chico no

fue azarosa. El protagonismo adquirido por José Iglesias, abogado de la causa, con sólidos

vínculos con la iglesia católica y un pasado polémico, lo hacía blanco fácil de los medios

progresistas. Desde el inicio del proceso, ciertos medios se ocuparon de hacer público el

pasado de iglesias, con el objeto de deslegitimar su reclamo, y por elevación, el del

conjunto de los padres. Luego de la suspensión de Ibarra, esta campaña se intensificó. Se

intentó vincular a Iglesias con el macrismo, como prueba de que lo sucedido constituía un

intento golpista. Luego, se ventilo el pasado de Iglesias como abogado de Rubén Bereja en

la quiebra del Banco Macro y las sospechas de haber participado en supuestas maniobras

de lavado de dinero. La presencia de otros padres en los medios se fue desdibujando,

paralelamente al excesivo protagonismo que adquiría la figura de Iglesias.

“La chica, de 17 años, declaró ante la Justicia. Y habría identificado a quien

provocó el fuego como el hijo muerto del abogado Iglesias. Este acusó a Ibarra de realizar

una maniobra política”, decía el matutino.227 En sintonía con la sospechosa crónica,

reproducía declaraciones de Ibarra, que se preguntaba por qué nadie se ocupaba de las

responsabilidades de quien arrojó la bengala. Clarín daba bastante espacio a las objeciones

de los familiares y dejaba abierta la puerta a que todo se tratara de una maniobra con un

pequeño comentario publicado bajo el titulo “Fotógrafos misteriosos”. Allí señalaba que el

día anterior habría sido visto un grupo sospechoso en el santuario, que se encontraba

fotografiando la imagen de Pedro Iglesias, y que se alejaron al notar la presencia de los

periodistas de Clarín.228Pero al ir a declarar ante el juez, la chica fue desmentida por sus

amigos presentes en el recital y reconoció que tenía una bengala pero no sabía si había sido

Iglesias quien originó el fuego. Clarín entendió el jueves que “El relato de la chica y sus

amigos puso en duda quién tiró la bengala”. “La joven ratificó que vio al hijo del abogado

Iglesias cuando la arrojaba, pero no pudo asegurar si causó el incendio. Otros tres testigos

directamente la contradijeron”, señalaba. Sembraba también sospechas sobre la Justicia,

donde podría haberse iniciado la maniobra: es que la testigo declaró cuatro veces en seis

días, algo inédito en relación a las decenas de testimonios en donde se describía al

sospechoso de arrojar la bengala.229 Por ello, Clarín sobredimensionó una información

227 Clarín, 23 de noviembre de 2005 228 Clarín, 23 de noviembre de 2005229 Clarín, 24 de noviembre de 2005

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Page 73: cromañon

contra uno de los representantes de los familiares, en este caso Iglesias, y luego desinformó

cuando la pista fue descartada por vía judicial.

Este hecho mereció un tratamiento análogo en el diario Página/12, que sacó la

noticia en tapa. En una nota firmada por Raúl Kollman se precisaban una serie de hechos

absolutamente falaces, desmentidos en sede judicial con carácter inmediato, por contar con

un fotokit confeccionado mediante las declaraciones de cientos de sobrevivientes, que ya

habían hecho descartar que entre las víctimas fatales de Cromañón estuviera el que tiró la

bengala. “Más allá de la polémica, lo cierto es que en el juzgado le dan importancia a la

identificación y al menos por ahora consideran que el testimonio de la joven es sólido.”,

afirmaba. 230 También se hicieron eco de las denuncias de los familiares, que señalaron que

todo se trataba de una operación, y que resultaba muy sospechosa una identificación

ocurrida a 11 meses de los sucesos, justo en medio del juicio a Ibarra. El cronista también

dedicó un lugar, no muy destacado, a reseñar la opinión de “varios criminalistas”, que

marcaron lo improbable que resultaba la identificación, teniendo en cuenta que el local se

encontraba casi a oscuras y que esa noche se arrojaron decenas de bengalas.231

A diferencia de Clarín, la noticia no se diluyó al día siguiente en Página/12. Sus

fuentes seguían insistiendo en la solidez del testimonio que denunciaba a Pedro Iglesias, a

pesar de que los amigos de la testigo “no reforzaron” sus dichos. Además, recalcaba que,

claramente, “no hubo una historia artificialmente armada”.232 El 25 de noviembre la noticia

ya había desaparecido de los diarios.

El domingo 27 de noviembre, Horacio Verbitsky, el único periodista de Página/12

que no defendía implícita o explícitamente a Ibarra, denunció:

“La difusión en el diario de Daniel Hadad de que un imprevisto testimonio judicial sindicaba al hijo del abogado José Iglesias como lanzador de la bengala que prendió fuego al revestimiento de Cromañón, corrió por cuenta de Alejandra Raful, de la Consultora AR. Bordó y Raful eran las dos patas de la construcción mediática con la que Ibarra imaginaba la carrera política nacional que se hizo humo tóxico el 30 de diciembre pasado. El lanzamiento se había realizado pocos días antes, en el teatro Coliseo. Ahora ese aparato estaba dedicado a planear el rescate del jefe de Gobierno”.233

230 Página/12, 23 de noviembre de 2005231 ibídem232 Página/12, 24 de noviembre de 2005233 Página/12, 27 de noviembre de 2005

73

Page 74: cromañon

Según el periodista, la consultora AR era experta en operaciones de prensa:

“Además de trabajos de creación y destrucción de imagen, Rafuls vende contactos con

periodistas de distintos medios y mantiene una relación especial con aquellos que giran en

la órbita de Daniel Hadad y el escribano Raúl Juan Pedro Moneta”. El periodista que

publicó los artículos sobre el tema en Página/12, Raúl Kollman, era además columnista en

los noticieros de canal 9.

En una denuncia presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos

Humanos, el abogado de Victimas de Cromañón, Sergio Bergenfeld, se refirió al caso. El

escrito se ocupaba de denunciar las campañas de prensa orquestadas desde el ibarrismo

contra los familiares de víctimas de Cromañón, y hacía referencia particularmente al

multimedios dirigido por Hadad. El escrito calificaba a las denuncias sobre el hijo de

Iglesias como una operación que formaba parte de una “campaña de desacreditación”. El

documento denunciaba, además, una campaña previa promovida por los medios de Daniel

Hadad. La campaña tenía como objetivo desprestigiar a Bergenfeld, mediante afirmaciones

sin fundamentos que lo sindicaban como un “cuestionado abogado” con un “pasado

oscuro”. El ataque contra Bergenfeld tenía como eje la amistad del abogado con el juez de

la causa Cromañón. El supuesto objetivo era obligar al juez Lucini, que en ese momento

procesaba a los funcionarios de inspecciones, a renunciar a la causa. La campaña coincidió

con un pedido de recusación contra el juez de los funcionarios procesados. Según

Bergenfeld, la maniobra que lo obligó a renunciar a la causa Cromañón fue orquestada por

Ibarra y perpetrada por la consultora de Alejandra Rafuls, en complicidad con los medios

manejados por Hadad”.234

Por último, cabe destacar que la denunciante “elegida” era inimputable por su edad

y fue desmentida por sus propios familiares y amigos en forma inmediata, además de

probarse la mendacidad de sus dichos, entre otros aspectos, al señalar que había reconocido

al que tiró la bengala al pasar por primera vez por la Plaza de la Memoria y ver la foto.

Además, la acusadora no sólo no pudo ubicar al chico en el lugar correcto, sino que esta

foto no coincidía con la faz de Pedro Iglesias la noche de la tragedia, por haber sido

tomada mucho antes. 235

234 Gonzalo Sanz Cerbino, op.cit.235 Ibídem

74

Page 75: cromañon

La gravedad de la cuestión fue percibida por los legisladores, ya que algunos de

ellos solicitaron al Jefe interino de gobierno, adopte las medidas necesarias para evitar que

futuros testigos se reúnan con el suspendido Ibarra. Como resultas de ello, a los empleados

del área de Control Comunal, César Carpenzano y Virginia Brizuela, que se reunieron con

el abogado defensor de Aníbal Ibarra y con éste mismo antes de dar sus testimonios, el 25

de enero, se les inició un sumario administrativo.236

El apoyo de las figuras políticas

Desde el inicio del proceso no hubo dirigentes de primera línea que se mostraran a

favor de la destitución. Sólo la izquierda la reclamó en público. En cambio, una buena

parte del arco político, desde Alfonsín a Scioli, de Solá a Binner, salió a apoyarlo.

Varias figuras de la segunda línea del kirchnerismo se pronunciaron a favor de

Ibarra. Sus declaraciones ocuparon un lugar central en los medios que estudiamos. El

primero en salir a respaldarlo fue Diego Kravetz, titular del bloque kirchnerista en la

Legislatura porteña. A poco de comenzado el juicio se plegó a la línea de defensa ibarrista,

que señalaba la existencia de un golpe institucional: “Cuando se junta la izquierda y la

derecha, seguro que un gobierno democrático se cae”.237 Dos semanas después, el entonces

gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, calificó el juicio de “carnicería

política”.238 A los dos días llegó el respaldo de una funcionaria del Gobierno nacional,

Graciela Ocaña, entonces titular del PAMI, que descalificó el proceso y criticó a Macri y a

Carrió.239 Pocos días después, el que se pronunció fue Scioli quien sostuvo que el juicio

“sentaría un precedente peligroso”.240 Finalmente se pronunció el entonces diputado

oficialista Miguel Bonasso, quien consideró que el juicio, “lejos de buscar la justicia para

las víctimas”, era un instrumento utilizado por quienes perseguían ”objetivos que fueron

negados por el voto popular”.241

236 “Ibarra y Cromañon”, Que no se repita, s.f. Disponible en

www.quenoserepita.com.ar/ibarra_y_cromanon. Consultado el 11 de junio de 2015237 Página/12, 19 de enero de 2006238 Página/12, 3 de febrero de 2006239 Página/12, 5 de febrero de 2006240 Página/12, 9 de febrero de 2006241 Página/12, 26 de febrero de 2006

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Page 76: cromañon

Al acercarse a la fecha del veredicto el respaldo del ex primer mandatario, Néstor

Kichner, fue claro y directo. Recibió a Ibarra suspendido en un acto en la Casa Rosada y lo

saludó con un cordial “amigo Aníbal”, que no dejaba lugar a dudas.242 Reforzando el

apoyo, el kirchnerismo porteño convocó al acto organizado por Ibarra para el 2 de marzo.

A la marcha adhirieron el PJ porteño, presidido por Alberto Fernández, la Corriente

Nacional y Popular, liderada por el kirchnerista Ricardo Velazco, el Frente Nacional

Popular y Transversal y el Partido de la Victoria. No se privaron de asistir, tampoco, varios

funcionarios nacionales que se mostraron públicamente apoyando a Ibarra.243

El periódico también dedicó bastante espacio durante los meses del proceso a los

dirigentes políticos y a los intelectuales que opinaron sobre el juicio. El jueves 5 de enero

levantaron las opiniones de los intendentes Luis Juez y Hermes Binner, el 11 de enero la

del constitucionalista Danial Sabsay, el 24 de enero las de la senadora Vilma Ibarra, el 27

de enero la del ex presidente Raúl Alfonsín y el 3 de febrero la del gobernador de Buenos

Aires, Felipe Solá. Todos cuestionaron el proceso y defendieron a Ibarra. En el mismo

sentido se expresaron Graciela Ocaña, titular del PAMI, el vicepresidente Daniel Scioli, el

Premio Nobel Adolfo Perez Esquivel, el actor Horacio Fontova, el banquero Carlos Héller,

el ex presidente Duhalde, Estela Carlotto, y el gobernador tucumano Jorge Alperovich.244

Todos ellos pudieron expresar su apoyo a Ibarra de diferentes formas: en columnas de

opinión, reportajes o en notas especificas que levantaban sus declaraciones públicas. Como

contrapartida, en el mismo período (enero a marzo de 2006) sólo una persona ajena al

proceso tuvo un espacio en Página/12 para criticar a Ibarra: Horacio Rodríguez Larreta,

dirigente del partido de Macri.245

Todos contra Macri

Un relato que logró instalarse mucho fue el de Ibarra como una víctima de la

derecha, de un complot para desestabilizarlo. A Ibarra se lo acusaba de ser un tipo poco

sensible, frío, que no había estado en el lugar de los hechos. Los medios jugaron un papel

central en este sentido. De este modo, “sensibilizaron” el rol de Ibarra, desapareciendo de 242 Página/12, 22 de febrero de 2006243 Página/12, 2 de marzo de 2006244 Página/12, 5/1,11/1, 24/1, 27/1, 3/2, 5/2, 9/2, 21/2, 22/2, 26/2, 5/3, 7/3, todos 2006245 Página/12, 31 de enero de 2006

76

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la opinión pública la imagen de poca sensibilidad que daba en un principio. A Macri le fue

dado, en cambio, un papel atacante como una rabiosa campaña política para posicionarlo

como próximo jefe de Gobierno.246 Paralelamente se inició una campaña mediática para

deslegitimar las intervenciones de la oposición liderada por el espacio de Macri. Los

funcionarios de Ibarra y del kirchnerismo, junto a organismos como Abuelas de Plaza de

Mayo, comenzaron a hablar también de un “intento de golpe“.

Los cruces entre Ibarra y Macri tuvieron dos momentos fundamentales. Primero, en

la inicial presentación de Ibarra en la Legislatura porteña para responder las preguntas por

Cromañón y segundo, durante el juicio político. En ambos casos se trató de presentar la

disputa como una “presión” y una “ofensiva” hacia Ibarra.

En cuanto al primer caso, la presión al principio era tal que el 24 de enero de 2005

Ibarra dictó un decreto convocando a sesión extraordinaria de la Legislatura, a fin de

brindar explicaciones. Este mecanismo le permitió eludir la interpelación y condicionar el

desarrollo del acto. El 30 de enero Clarín colocaba en la tapa “Ibarra: Macri hace un show

con la tragedia” y titulaba en la nota central: “Presión para que Ibarra siga respondiendo”,

y explicaba que el PRO había salido a “meter presión” para que se presentara a responder

“el resto de las preguntas por Cromañón”.247 Además, Ibarra denunciaba en Clarín que

"hubo presión de Macri a cada uno de los legisladores". Dijo entonces que Macri "combinó

con la izquierda" para que la sesión continúe otro día. Y que pretendía “hacer un show con

la tragedia". Días más tarde, la convocatoria a referéndum de Ibarra fue considerada en

Clarín como “valiente”. Para enfatizar esta crónica, consideraba que “se había desatado

una ofensiva durísima, encabezada por el macrismo y la izquierda dura, que iba restándole

margen de acción” (ver “La línea editorial de Clarín y Página/12”).248 Página/12, por su

parte, manifestaba que quienes reclamaban la interpelación de Ibarra querían “afectar la

gobernabilidad y prácticamente ir por un cambio de gobierno”.249 Paralelamente, este

matutino organizó su defensa motorizando el acceso a los medios de una serie de

subsidiadas Organizaciones No Gubernamentales. Así, 166 organizaciones sociales y de

derechos humanos advirtieron que “la derecha apela a mecanismos miserables y

246 “Una movida política en la que también juegan la Rosada y Macri”, Clarín, 29 de julio de 2005247 Clarín, 30 de enero de 2005248 ibídem249 Página/12, 23 de enero de 2005

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antidemocráticos” en torno de Cromañón. En sucesivos actos, junto a Carlotto se

expresaron Mónica Carranza y Margarita Barrientos, dos viejas dirigentes del movimiento

villero, siempre refiriendo el golpe institucional de la derecha: “El intento de golpe

institucional que una vez más quiere llevar adelante la derecha apela a mecanismos

miserables y antidemocráticos, montándose sobre el dolor de la tragedia”.250

El segundo momento de ataques contra Macri, menos importante, ocurrió previo al

dictamen de la Comisión Legislativa que investigó la tragedia de Cromañón. "Manipularon

políticamente la tragedia”, tituló Clarín, al tiempo que analizaba el impacto político de

Cromañón en otra nota, donde tildaba al dictamen sobre el caso Cromañón “teñido por la

campaña” y criticaba el “uso electoralista” de la tragedia.251 Página/12, en tanto, publicaba

las declaraciones de jefe de Gabinete de Ibarra, Raúl Fernández. “Lamentablemente es un

panfleto. (…)Se trata de una maniobra política orquestada por la oposición”,

sentenciaba.252

Por otro lado, la pretendida neutralidad en las notas muchas veces fue sutilmente

desproporcionada a favor de Ibarra a través de un mayor espacio cedido o a través de fotos

que ubicaban mejor a Ibarra.253 El primer caso fue el predominante en el caso de Infobae,

que decidió darle más entidad a aquellas declaraciones de Ibarra o vinculadas a su entorno.

La línea editorial de Clarín y Página/12

El 3 de enero de 2005, Clarín, en su primera editorial dedicada al tema, “Un

tragedia con responsables”, señalaba, por un lado, la responsabilidad del Gobierno de la

Ciudad por los controles insuficientes ”que daban lugar a conductas inescrupulosas de los

empresarios”. Como ya hemos visto anteriormente, en el mismo nivel de responsabilidad

se encontraban los asistentes al recital: “conductas habituales como disparar bengalas en

los recitales que se hacen en lugares cerrados y concurrir a los mismos con chicos”. “Acá

se unen la irresponsabilidad de los participantes con la de los organizadores y empresarios

que han tolerado prácticas peligrosas para propios y extraños”, resumía. 254

250 Página/12, 28 de enero de 2005251 Clarín, 29 de julio de 2005252 Página/12, 30 de julio de 2005253 Ver, por ejemplo, “Día de cruces Ibarra-Macri“, Página/12, 4 de marzo de 2006 254 Clarín, 3 de enero de 2005

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Page 79: cromañon

En “Leyes y responsabilidades”, Kirschbaum negaba que aplicar la ley fuera el

problema central en Cromañón. “El derecho, es decir el marco legal, las normas, es

impotente por sí solo para cambiar la sociedad”, decía en este sentido.255

En otra nota de opinión de la misma edición se sostenía que “el incendio del Once

obliga a pensar con seriedad la relación de la sociedad con las normas”.256 El

incumplimiento de la ley era responsabilidad de la sociedad, no de la gestión de Gobierno

o el Estado. Dos días después, Clarín hablaba de la responsabilidad política como un

asunto atado al sentimentalismo:

“Y hubiéramos querido ver a los dirigentes políticos que votamos no hace tanto con la voz quebrada, abrazando a los padres de las víctimas en los entierros, prestos a repartir agua mineral y bancos en las puertas de la morgue (...) Hubiéramos querido que los dirigentes tuvieran el coraje y la gallardía de apretar las manos de las madres en un gesto de reconocimiento, de confortación, en un mensaje de "no están solas".

Por otro lado, consideraba que “la muerte naturalizada de los jóvenes se arrastra por

el país diluyendo culpas y responsabilidades (…). Se culpabiliza a las madres adolescentes

que allí los dejaron, ocultando bajo esta acusación de negligencia que las llevó

supuestamente a escoger el placer contra el deber materno, la responsabilidad moral que

impone la asimetría de quien tiene a su cargo la organización del evento para dar las

garantías necesarias para la protección de la vida de quienes en él participan”. 257

Finalmente concluía:

“Y la pretensión de diluir la responsabilidad en la culpabilidad colectiva —que en nuestro país se desplazó de los llamados a la reconciliación nacional más allá de la aplicación de la Justicia hasta la asunción melancólica de una supuesta culpabilidad colectiva frente al saqueo realizado en la década del 90, del cual no han quedado establecidos judicialmente los responsables políticos ni económicos— conduce a que las cuestiones civiles se diriman en términos intersubjetivos, como si se tratara de una serie que va de la culpa a la buena voluntad culminando en la exculpación, pero al margen de responsabilidades jurídicas firmemente establecida”.258

Al día siguiente, “Responsabilidad compartida y cultura del riesgo” destacaba que

“las responsabilidades por la tragedia de Once no se limitan a autoridades y empresarios, y

a la desaprensión existente en relación al cumplimiento de normas y leyes, sino que ha sido 255 Clarín, 4 de enero de 2005256 ibídem257 ibídem258 Ibídem

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Page 80: cromañon

producto de una cultura del riesgo, tolerada pasivamente por quienes deben enfrentarla”.

La culpa no era solamente del Gobierno, de los empresarios y de los jóvenes, sino que era

producto de un peligro que atravesaba el conjunto de la sociedad. Un ejemplo eran los

hábitos de “conductores, ciclistas y peatones”, que son causantes de la enorme cantidad de

víctimas de accidentes de tránsito. 259

La protesta de los medios en cuestión radicó en apelar a los valores de la civilidad

por sobre la barbarie, escandalizándose por la violencia que conducía la indignación. En

“Violencias de Cromañón”, el médico y psicoanalista Juan Carlos Volnovich, consideraba:

“Así, en una sociedad dominada por un proyecto de exterminio que tiene a los jóvenes por destinatarios, en una sociedad como la nuestra, el discurso del "Otro" absoluto se inscribe en el inconsciente como deseo de muerte y frecuentemente se expresa a través de acciones destructivas hacia los demás y hacia sí mismos. Violencia ejercida, violencia padecida: da lo mismo, porque en ellos se borra el límite entre víctimas y victimarios. Ese gran "Otro" incorporado en el seno de lo propio explica la destructividad pero, sobre todo, la autodestructividad que los habita. La indefensión original los predispone a quedar subordinados al poder, y éste exige sacrificios humanos”.260

“Lo formal y lo gestual” buscaba desviar la atención de la palabras y gestos

políticos ante la tragedia para concluir que “estas indignaciones dirigidas hacia lo

simbólico, estas iras desatadas contra lo gestual resultan efectivas para desviar la atención

del foco principal: las responsabilidades individuales y colectivas de la calamidad, la

cultura —por así designar a ese conjunto de hábitos, ritos, creencias y conductas— que

profundamente la posibilitó”.261

Similar análisis se hace con la llamativa analogía entre Cromañón y el hombre

primitivo que se representa en “Cromagnon, Estado sin república”. “En el Estado

Cromagnon no se juzga a los victimarios, sencillamente (si la relación de fuerzas las

ayuda) las víctimas los linchan; porque no hay autoridad que haga de árbitro en el respeto a

los derechos de cada uno. No hay reglas, es todos contra todos (…) Idealmente, el Estado

Republicano no permite llegar a esos extremos. Pero para que así ocurra, todos los

habitantes tienen que ser ciudadanos; y los jóvenes que concurren a ése y a otros recitales

están lejos de serlo".262

259 Clarín, 5 de enero de 2005260 Clarín, 7 de enero de 2005  261 Clarín, 9 de enero de 2005262 Clarín, 11 de enero de 2005

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Page 81: cromañon

“La seguridad se construye entre todos” buscaba desviar la atención de los

controles que debía realizar el Gobierno y fallaron, y en cambio consideraba:

“(…) Se debe entender también que el castigo de los culpables no alcanza. Es necesario construir organización que dé sustentabilidad y extensión real a la energía controladora que liberó el desastre. La seguridad se construye todos los días y entre todos”. Aníbal Ibarra logró escapar del pedido de interpelación. Pero sus opositores, por sentido de la responsabilidad, o por simple impericia y desorientación, lo están ayudando. Un amplio espectro que fue desde Mauricio Macri hasta la izquierda empujó en caliente para interpelarlo. Al fracasar el intento, esa alianza de oportunidad se deshizo en un suspiro. Desde entonces hay inacción y silencio. Ibarra necesita ese espacio manso para recomponerse”. 263

En “Desterrar impunidad y corrupción” la carga vuelve hacia el sector empresarial,

destacando que “se construyó un despiadado sistema lucrativo, caracterizado por una

vehemente voracidad empresarial que derivó en el desprecio del valor de la vida”. Y

vuelve hacia el tema de la culpa de todos: “Las responsabilidades emergentes sólo debe

determinarlas la Justicia. Como sociedad, el mejor tributo que podemos brindar a quienes

cayeron o fueron marcados con la tragedia es no sólo hacer valer nuestros derechos, sino

también cumplir con nuestras obligaciones ciudadanas”.264

“Una jugada audaz, en un escenario político dominado por las carencias” fue el

título elegido por Clarín para celebrar la asistencia de Ibarra a la Legislatura porteña para

brindar explicaciones por Cromañon. “El balance indicaría que la distensión habría

respondido antes a rusticidades de la oposición que a una lúcida estrategia desarrollada por

Ibarra”, afirma el matutino, al tiempo que caracteriza el accionar de Ibarra como “una

pizca de orden y coraje”.265

El 4 de agosto publicó “La agresión como método de protesta”. Allí sostuvo que

“El lunes pasado, la presidenta de las Abuelas de la Plaza de Mayo sufrió la agresión de un

grupo de familiares de víctimas de Cromañón, por lo que consideran su alineamiento con

el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra, en la cuestión abierta por el pedido de juicio político a

este último”. Agregó que “Los familiares de las víctimas de la tragedia de Once tienen

todos los motivos para sentirse heridos y todo el derecho de opinar y tomar posiciones

sobre los temas vinculados con el hecho o sobre cualquier otro”. “Pero nada justifica que

263 Clarín, 12 de enero de 2005264 Clarín, 22 de enero de 2005265 Clarín, 2 de febrero de 2005

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ellos, ni nadie, canalicen sus ideas o emociones a través de la violencia, en abierta

violación de las leyes”, añadió. 266

El 13 de noviembre el editorial se titulaba “Dos inquietantes signos de la política y

de la sociedad”. El texto apuntaba a rechazar tanto el pase del diputado Borocotó a las filas

del oficialismo como también algunas actitudes de los “familiares de las víctimas de

Cromañón”. Para Clarín ambos hechos “revelan una degradación de la vida política y de

los comportamientos sociales, que afecta la salud y la confiabilidad de las instituciones”.

Con respecto al primer punto explicaba que “hay límites que no deberían traspasarse en

honor de la ética - o la apariencia de la misma - y del respeto a los ciudadanos que no

gobiernan sino a través de sus representantes”. Decía también que “Operaciones como las

que se comentan no enaltecen ni otorgan credibilidad a quienes las protagonizan o las

propician, y sólo contribuyen a difundir la desconfianza de la ciudadanía en el sistema

político”. Al referirse a la segunda instancia señalaba que “en los últimos tiempos algunos

familiares profirieron amenazas contra funcionarios y jueces y, la semana pasada,

irrumpieron en la Legislatura con el propósito de no permitir que sesionara, salvo en el

caso que el balance de votos fuera favorable a su propósito de promover el juicio político a

Ibarra”.267

El editorial más explícito sobre este último punto fue publicado el 16 de noviembre.

Se titulaba “Responsabilidades del Estado y de la política”. Clarín aseguraba que “el

juzgamiento político es un instrumento previsto en la Constitución de la Ciudad, por lo

cual su utilización es perfectamente legítima”. Pero a la vez indicaba:

“La decisión de un grupo de legisladores de segmentos contrapuestos, de apelar a esa instancia estuvo revestida, desde el comienzo, de un fuerte y cuestionable sentido político. Todo indica que su intención básica no era contribuir al esclarecimiento de los hechos que desencadenaron la tragedia de Cromañón ni de las responsabilidades involucradas en los mismos, sino crear un vacío institucional para obtener réditos políticos”.268

El 19 de noviembre, otro editorial equiparaba la violencia ocurrida en una

formación ferroviaria de la localidad bonaerense de Haedo, con algunas actitudes de

familiares de víctimas de Cromañón. “La violencia de hoy en la sociedad” fue el título

elegido. Para trazar un paralelo -entre hechos de naturaleza bien distintas- el texto 266 Clarín, 4 de agosto de 2005267 Clarín, 13 de noviembre de 2005268 Clarín, 16 de noviembre de 2005

82

Page 83: cromañon

publicado sostenía que “la amenaza y la violencia se están convirtiendo en recurso habitual

de los reclamos y protestas, aun los más legítimos, lo que habla de una inquietante

degradación de las conductas personales y de las relaciones en el seno de la sociedad”.

“Uno de ellos fue la ola de violencia desatada en Haedo, motorizada en parte por activistas,

pero que tuvo la adhesión espontánea de muchas personas, mayormente jóvenes. Casi

paralelamente, una solicitada y declaraciones a los medios de difusión de miembros del

Consejo de la Magistratura dieron cuenta de que algunos de sus miembros recibieron

amenazas, incluso de muerte, por parte de familiares de víctimas de la tragedia de

Cromañón”, proseguía.269

A principios de 2006, en medio del juicio, Kirschbaum defendía en “La política y el

juicio a Ibarra” su “capacidad de pelea”, el “carácter político” de la intervención de sus

acusadores, y atacaba a Macri y a la izquierda por ocultar ser parte de una "manipulación

política de la tragedia”. También elogiaba la intervención de Ibarra en la Sala Juzgadora:

“Ibarra ha castigado duro el flanco más débil del juicio en su contra”. 270

En “Mejor clima político, con final incierto”, Van der Koy defendía, en relación al

juicio a Ibarra, lo que decían las encuestas, porque “la gente no parece convencida que esa

justicia se salde haciendo rodar la cabeza de Ibarra”. En cuanto a las culpabilidades,

nombraba sólo a “los funcionarios municipales (tres hasta ahora) involucrados en un

proceso penal”, en el entorno del gobierno de Ibarra, y le daba preponderancia a “la cultura

de la pirotecnia suicida”. Por otra parte, también se centraba en otro puntal de Ibarra: las

marchas. “Las expectativas descansan ahora en las nuevas adhesiones que Ibarra pueda

cosechar y en las marchas callejeras para intentar condicionar el fallo de la Sala. Está claro

que en las últimas semanas algo cambió: Ibarra no es el hombre que está sólo y

simplemente espera”.271

“Otro trauma institucional“ decía que en el juicio “apareció menos el genuino

interés de sancionar a los responsables que un indisimulable intento de cobrar cuentas

políticas pendientes”. Volvía luego a las encuestas: “Frente a Cromañón la opinión pública

se conmovió y exigió probar responsabilidades pero no la remoción de Ibarra (…) La

Justicia sólo es Justicia si coincide con lo que un sector quiere. De lo contrario, se utiliza

269 Clarín, 19 de noviembre de 2005270 Clarín, 18 de enero de 2006271 Clarín, 1 de marzo de 2006

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Page 84: cromañon

cualquier fórmula —en este proceso la intimidación y la amenaza fueron algunas de las

armas más efectivas— para forzar la realidad”. Ibarra aparecía aislado, como preso de

fuerzas externas: “Si algo estuvo claro desde el vamos, luego de Cromañón, que la suerte

de Ibarra dependía de otros y que eso sólo prometía agonía y especulación”. Y finalizaba

haciendo un reproche a los juzgadores: ”Que hayan echado a Ibarra es una decisión

política, una sanción, una venganza, según como se vea. Hay algo incontrastable: añade

otra herida a un sistema que aún no digirió una tragedia y sus transgresiones cotidianas, a

las que justifica en silencio pero critica en público”.272 

La idea del aislamiento de Ibarra se hacía constante. “Otra vez la soledad política

condenó a Ibarra en el momento culminante” era el título de una nota firmada por Van der

Kooy para marcar que la destitución no era suficiente para hablar de Justicia, porque los

responsables también eran otros:

“No hay antecedentes en el mundo, que se sepan, de un gobernador destituido por una tragedia en una discoteca. Ni siquiera cuando en Boston fallecieron 491 personas en 1942. Los legisladores atribuyeron a Ibarra responsabilidad política: pero resta saber, entre tantas cosas, qué ocurrirá con Omar Chabán, con los policías que recibían prebendas y con el grupo Callejeros que fomentaba el fuego suicida y amaga con volver a tocar (…)Resta también una mirada introspectiva de muchos padres que toleran hábitos o conductas sociales que demasiadas veces derivan en desgracias. Quizás no sea momento de perdírselo a aquellos sumergidos en el dolor irreparable”.

Para terminar, se descargaba con la Sala Juzgadora:

“El espectáculo político de la Capital no fue diferente al que pudieran haber brindado Catamarca o Santiago del Estero —por dar sólo un par de ejemplos— cuyas prácticas acostumbran a ser vapuleadas con desdén. Hubo en la Legislatura durante el trámite intrigas, violencia y desfachatez”. 273

Ahora pasemos al análisis de Página/12. A 3 días de la tragedia, el matutino

nombraba las causas del incendio: “la actitud irresponsable de un empresario que ignoró

las más elementales normas de seguridad, la insensatez de quienes arrojaron bengalas en

un lugar cerrado y las falencias en los controles por parte del Estado”. Esta aparente

neutralidad se caía con el correr de los párrafos para concluir que “Ibarra cargó las tintas en

la irresponsabilidad empresaria y en quienes arrojaron pirotecnia dentro del local, pero no

eludió el papel que le cabe a su gobierno”. Luego, destacaba el anuncio de la suspensión de

272 ibídem273 Clarín, 8 de marzo de 2006

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Page 85: cromañon

la actividad en locales bailables durante 15 días, en lugar de considerarla una medida

oportunista.274

Al igual que en Clarín, el problema cultural era recurrente. En “Prevenir es hacer

justicia” se hablaba de “una cultura incompleta que (…) no llega a la prevención”. Y

seguía: “Una cultura de la responsabilidad social está ausente todavía entre nosotros. Se

trata de una cultura que haciendo carne en el funcionario le permita tomar conciencia de

que su omisión o negligencia puede ser –y ha sido en este caso– causante de muchas

muertes (….) Falta entre nosotros una cultura de la responsabilidad social que nos

involucre a todos y que nos haga comprender que prevenir también es hacer justicia”.275

En “La miga del pan de la muerte”, Sandra Russo consideraba que “los

adolescentes están tomados de rehenes por el dolor de la pérdida, y exigen justicia”. Se

refería así a una supuesta cooptación política de parte de los jóvenes. “Como existe desidia

en las inspecciones y así como existen empresarios ratas como Omar Chabán, también

existen muchos que tratarán de sacar migas del pan de la muerte”, sintetizaba. No

mencionaba a Ibarra.276

En “Crueldad y cinismo”, José Pablo Feinmann apuntaba específicamente contra

Chabán. “Uno puede imaginar a Chabán y sus socios muy divertidos con la idea: “Ya que

les robamos los clientes a la bailanta pongámosle al boliche un nombre adecuado a nuestra

nueva clientela”, comentaba en una analogía entre el hombre primitivo y el nombre del

boliche. En este sentido, criticaba también a los “rockeros jóvenes”, que según Feinmann

“fueron a engrosar los números de los marginados, de los desclasados”. “Chabán y los

suyos deciden bajar el nivel y llegar hasta donde el “público” ha llegado: a las cavernas”,

continuaba. “Ciudadanos y no simios. Responsables también, sin duda. Pero alejados de la

inmundicia moral de quienes le pusieron ese nombre a ese boliche, cuya “historicidad”,

hoy, nos sobrepasa”, finalizaba.277

Una defensa velada de Ibarra se produjo el 15 de abril:

“Cuando la sociedad civil o una porción de la misma se siente afrentada, su reclamo en términos políticos es muy duro: deben rodar cabezas,

274 Página/12, 2 de enero de 2005275 Página/12, 2 de enero de 2005276 Página/12, 5 de enero de 2005277 Página/12, 12 de abril de 2005

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Page 86: cromañon

deben ir funcionarios a la cárcel. Poco se cree en el castigo por vía del voto, en la depuración de los gobernantes mediante la alternancia. (…) Años de impunidad producen ciudadanos que reclaman penas catonianas, cirugía mayor como único tratamiento”.

Luego, esta misma nota sacaba a relucir, en defensa de Ibarra, los sondeos: “Dos

diarios nacionales proponen la misma encuesta on line, el prorrateo de las

responsabilidades en la tragedia. Aníbal Ibarra, en ambas, le gana a Omar Chabán con

holgura”.278 En línea con lo anterior, Página/12 llamaba a una “nueva forma de hacer

política”, complicada de formular por “las carencias de los empresarios y las

contradicciones de la sociedad civil”. Al mismo tiempo, decía que “Ibarra y el gobierno

nacional coinciden en que el pedido de renuncia es una flagrante injusticia y una

desmesura”, pero que una movida política en un contexto así podía ser “peligrosa”.279

 En “Política golpista”, el ensayista  Nicolás Casullo consideraba que el caso

Cromañón estuvo violentado por las partes intervinientes desde un principio, y que luego

esta violencia devino en “política golpista”:

“Todo va siendo violencia retenida, pendenciera, rencorosa, bravucona, resentida, patologizada, más allá de los disfraces que adquiera. Cromañón nos estaría diciendo: si mañana hay un choque de trenes donde, por diversas irresponsabilidades, mueren desgraciadamente 500 personas debe pasar a juicio político el presidente de la nación. Aunque parezca absurdo existe mucho de esta “política” golpista en esta trama nacional que cumplió un nuevo acto en sus secuencias. Hay algo que cada vez soporta menos el argentino, y Cromañón expuso: a sí mismo”. 280

Mario Wainfeld volvía a reprochar a la oposición, principalmente a los familiares,

en la nota “Sin impunidad pero con deudas”:

“Emblocados contra Ibarra, los opositores están cerca de provocar su destitución en un procedimiento que sigue siendo de final abierto. (…) Los familiares son un factor de poder en lo tocante a la esfera de sus reivindicaciones, usualmente muy poco abiertas a la negociación como suele ocurrir con los movimientos que persiguen un objetivo único. Por un cúmulo de circunstancias (incluida la de haber ocurrido la tragedia en la ciudad del que “se vayan todos” a apenas tres años de su clímax) ese objetivo abarcó desde el vamos la destitución de Ibarra. Una medida extrema, desproporcionada a la (eventual) responsabilidad mediata de Ibarra, perseguida con ahínco impar por un grupo de enorme determinación que blande la legitimidad de su dolor y que obtiene magna repercusión de sus argumentos y sus acciones”.

278 Página/12, 15 de abril de 2005279 ibídem280 Página/12, 16 de noviembre de 2005

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Page 87: cromañon

Y como ya vimos en otros artículos, tenía por exagerada la condena a Ibarra:

“Víctimas y otros ciudadanos de a pie exigen para los acusados de delitos de gran impacto penas siderales. Si no hay cadena perpetua o prisión muy prolongada, preconizan, no hay justicia. Seguramente dirían lo mismo si Ibarra, más allá de haber pagado ya siderales precios políticos, fuera absuelto. (…) Es como si quisieran compensar en el cuerpo de los acusados, todo lo que zafaron otros”.281

Para finalizar, advertía que la principal falla del Gobierno se debía a no promover la

participación cultural en los jóvenes, obviando la responsabilidad de Ibarra en lo sucedido

en Cromañón: “A un año de la tragedia no hay impunidad pero sí muchas deudas del poder

político. Tal vez la central es haberse restringido al rol playing del juicio a Ibarra y no

haber producido movidas culturales, acciones colectivas, discusiones legales (las normas

penales se revelan vetustas, la Constitución porteña es un mar de lagunas, el juicio político

no está reglamentado”.282

En “Justicia, sin venganza ni odio, para Cromañón”, Adolfo Pérez Esquivel

lamentaba el juicio político a Ibarra, relegando de cualquier tipo de acusación aquella que

involucraba a la política:

“Lamentablemente un grupo de familiares de las víctimas ha condenado al jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra, acusándolo de ser responsable de la tragedia y de “asesino, corrupto, etcétera”. Todas las broncas contenidas se descargan sobre el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. (…) Las fuertes presiones de algunos familiares y la decisión de los legisladores de diversos partidos políticos han logrado que fuera suspendido en sus funciones para ser llevado a juicio político. (…) La intolerancia marca las acciones generadas por el miedo. En este cuadro de situación no faltan las especulaciones de sectores políticos con el dolor de las familias de las víctimas y de los sobrevivientes. (…) Si bien Ibarra tiene la responsabilidad general por ser jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, la misma deriva en otras instancias y responsabilidades tanto de funcionarios como de instituciones, inspectores, los bomberos, la policía”.

Finalmente, concluía que “el juicio político a Ibarra está marcado por serias

contradicciones e intereses políticos, en particular del macrismo”. 283

Mario Wainfeld, en “Una sorpresa que se veía venir”, justificaba la salida de Ibarra

por la debilidad parlamentaria: “Es real que las faltas achacadas a Ibarra no pueden

homologarse a delitos de lesa humanidad o dolosos cometidos por otros gobernantes. Y, ya

281 Página/12, 3 de diciembre de 2005282 Ibídem283 Página/12, 22 de febrero de 2006

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Page 88: cromañon

se subrayó, es factible que el castigo que se le propinó haya sido un infausto precedente.

Precedente, valga matizar, sólo reiterable en un improbable contexto de debilidad

parlamentaria similar a la que tenía el gobierno porteño”. La culpa del juicio era del

excepcional sistema político argentino, pues “los planteos suelen ser de máxima, su

capacidad de veto muy grande, lo que suma al sistema político en un nivel de crispación,

de intransigencia y de impredecibilidad muy alto”.284

En “Un juicio bochornoso”, Eduardo Aliverti defendía deliberadamente al entonces

jefe de Gobierno porteño, incluso señalando que sólo en Argentina podía ocurrir que se

llevara a cabo un juicio político:

“Quienes voltearon a Ibarra lo eligieron con exclusividad; (…) sólo en la Argentina ocurre que un hecho de estas características haga rodar la cabeza de un jefe de Gobierno; que una lógica implacable debería llevar a que entonces renunciara o fuese enjuiciado el ministro del Interior, como responsable de la policía y los bomberos coimeros, y que por carácter transitivo le pasara otro tanto al Presidente de la Nación. (…) Ibarra es un mediocre inexpresivo que no estuvo a la altura del tiempo y las circunstancias que le tocaron vivir. Igual que el grueso de esta sociedad. No había derecho a destruirlo así. Y justo ellos, esos juzgadores que han vivido para cambiarse de un postor a otro. Es llamativo que algunos no lo adviertan y crean, en cambio, que hemos gozado un fortalecimiento de las instituciones y un límite a la impunidad del poder”.285

Sin embargo, debemos señalar la presencia de notas específicas donde se atacó a

Ibarra, publicadas por Horacio Verbitsky, Beatriz Sarlo, Tomás Abraham y Jorge Lanata,

entre otros.

El primero de ellos, por ejemplo, lanzaba a poco del hecho: “Ibarra corrió a tontas y

a locas en defensa de su imagen, con lo que terminó de hundirla. Un estilo político

asfixiante en crisis”.286 En “Obscenidades” criticaba nuevamente la imagen pública del ex

jefe de Gobierno, al resaltar que ”hizo falta una gestión presidencial para que Ibarra hiciera

lo mínimo esperable de un gobernante después de un episodio tan tremendo, que es

reunirse con sobrevivientes y con familiares de los muertos por asfixia”.287 Luego,

evaluaba el impacto sobre la imagen de Ibarra y las posibilidades de que aumentara o

284 Página/12, 8 de marzo de 2006285 Página/12, 13 de marzo de 2006286 Página/12, 9 de enero de 2005287 ibídem

88

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disminuyera la presión social en demanda de su renuncia, cerrando así un análisis con

datos objetivos acerca de cómo se construía una figura en torno al poder.288

Como estas, otras notas también reflejaron un costado opositor a la línea principal

del diario, aunque huelga señalar que ocuparon un rol secundario en la propia estructura

del diario o, en su defecto, fueron muchos menores en cuanto a cantidad en relación a las

que sí respetaron la idea de una defensa a Ibarra.

Los medios como agentes activos de la política

La propaganda oficial

El tratamiento de la prensa comercial hacia el caso Cromañón no puede analizarse

sin considerar la influencia que el Gobierno tiene sobre los medios a través del reparto de

la pauta de publicidad oficial. Las partidas presupuestarias destinadas a la colocación de

avisos del gobierno en los medios se incrementaron notablemente a lo largo del gobierno

de Néstor Kirchner. Como veremos, esta es una de las principales herramientas con las que

cuenta el Gobierno para controlar los contenidos difundidos por dichos medios. Entre el

2003 y el 2006, la Secretaría de Medios de la Nación, el principal órgano de asignación de

publicidad oficial, multiplicó el presupuesto ejecutado. La cifra paso de 46 millones en

2003 a 212.684.834 en 2006.289

Esto es relevante porque el respaldo de Kirchner a Ibarra fue claro y contundente.

Luego de un inicio dubitativo, recibió cordialmente a Ibarra en la Casa Rosada a principios

de 2006.290 El kirchnerismo porteño también convocó al acto organizado por Ibarra para el

2 de marzo de ese año. A la marcha adhirieron el PJ porteño, la Corriente Nacional y

Popular 25 de mayo, el Frente Popular Nacional y Transversal y el Partido de la Victoria,

además de otros funcionarios nacionales.291 El acto fue apoyado por una solicitada firmada

por diputados y senadores K que señalaban que el juicio ponía en riesgo la estabilidad

institucional.292 Este respaldo tenía como finalidad convencer a los legisladores reacios que

288 ibídem289 María O'Donnell, Propaganda K. Una maquinaria de promoción con el dinero del Estado (periodístico). Buenos

Aires, Planeta, 2007, p.79-81290Página/12, 22 de febrero de 2006291 Página/12, 2 y 3 de marzo de 2006292 Página/12, 2 de marzo de 2006 pagi

89

Page 90: cromañon

votaban en la Sala Juzgadora, en especial a Helio Rebot. En la semana previa al dictamen

definitivo, el presidente recibió a Jorge Arguello, jefe político de Rebot, en un claro gesto

de convencerlo para asegurarse el apoyo a Ibarra.293

Sin embargo, la asignación de publicidad oficial no está completamente

centralizada en la Secretaría de Medios. Cada provincia, cada municipio, cada organismo

descentralizado, los bancos provinciales y el Banco Nación cuentan con sus propias

partidas de publicidad que no son nada despreciables. Durante el 2005, la Ciudad de

Buenos Aires destinó casi 60 millones de pesos a publicidad y el Banco Ciudad casi 20

millones. En la Provincia de Buenos Aires, la suma de los presupuestos de publicidad de la

gobernación, el Banco Provincia y la lotería provincial ascendió a 120 millones en 2006.

Considerando estos agregados y sin tener en cuenta los presupuestos de publicidad del

resto de las provincias y municipios, el peso de la pauta oficial representa un 10 por ciento

de la inversión total en publicidad del país.294

El libro de la periodista María O´Donnell, Propaganda K, nos permite acercarnos a

las relaciones entre el Gobierno y los medios, cuya expresión material última son las cifras

destinadas a la publicidad oficial. Un buen ejemplo es la relación entre el “progresista”

Aníbal Ibarra, jaqueado por la “derecha” y los medios de Daniel Hadad. Según relata O

´Donnell, en el verano de 2001, Ibarra intentó un acercamiento a Daniel Hadad, para tratar

de revertir el mal trato que recibía de Radio 10, propiedad del empresario. La persona

elegida para iniciar las tratativas fue la mencionada operadora Alejandra Rafuls, de

inmejorable relación con hadad. Para esa época, el empresario también estaba buscando un

acercamiento a Ibarra, interesado en el negocio de las maquinas tragamonedas. De esta

manera, Rafuls se convirtió en la interlocutora entre Ibarra y Hadad. Su consultora nunca

trabajó formalmente para el gobierno porteño, pero, según consigna O'Donnell, parte del

equipo de prensa de Ibarra de aquella época renunció disconforme con la relación con

Rafuls. El vinculo entre Ibarra y Hadad se puso a prueba luego de Cromañón, cuando sus

medios mostraron una evidente benevolencia hacia el jefe de Gobierno, razón por la cual,

fueron denunciados por abogados y familiares. Entre el 2004 y el 2005, los medios del

grupo Hadad duplicaron la pauta publicitaria recibida del gobierno de la Ciudad, que pasó

293 Página 12, 7 de marzo de 2006294 Gonzalo Sanz Cerbino, op.cit.

90

Page 91: cromañon

de 4.301.767 pesos a 7.954.079. El dinero destinado a Hadad pasó de representar un 11.1

del total del gasto publicitario de Ibarra a un 14.5.295

A poco de asumir la presidencia, Kirchner también tuvo un encuentro con Hadad en

donde se habría gestado una duradera alianza entre ambos. El empresario se encontraba en

problemas porque canal 9, que adquirió junto al empresario menemista Raúl Moneta, no

despegaba. El pasado de Hadad no coincidía con el discurso del presidente, pero “le ofrecía

al gobierno la posibilidad de subordinar a un multimedios que en teoría se encontraba

ideológicamente en la vereda de enfrente y que podía tomar un rumbo impredecible de la

mano de Moneta”.296

Según O' Donnell, a cambio de un giro radical del grupo, la Secretaria de Medios

multiplicó por 10 el monto de publicidad que le asignaba. Canal 9 pasó de recibir 656.007

pesos en 2003, a facturar 6.258.248 en publicidad oficial en 2004. Algo similar ocurrió con

América TV, que pasó de 2.550.970 en 2003 a 8.720.458 en 2004. Según la autora, el

aumento de las asignaciones se debió a una estrategia de cooptación de los dos canales más

débiles, tanto en términos de audiencia como en términos financieros, ya que ambos

canales se encontraban en convocatoria de acreedores y no podían afrontar sus deudas. La

modificación de los ingresos tuvo su contrapartida en el cambio de la línea editorial. La

modificación de los ingresos tuvo su contrapartida en el cambio de la línea editorial de los

canales. El cambio en la línea editorial en los medios de Hadad se verificó, según O´

Donnell, en el trato “más cordial” que recibieron el presidente y sus funcionarios. Además,

la abierta defensa a los militares torturadores desapareció para adecuarse al discurso del

nuevo presidente.297

Dentro del grupo de medios que analizamos, la pauta oficial ascendió

vertiginosamente en el caso de Página/12, que pasó de 1.718.573 en 2003 a 9.218.737 en

2005. Ese año recibió casi el doble que la Nación, y apenas un 25 % menos que Clarín, dos

diarios que lo superan ampliamente en tirada. Según el Instituto Verificador de

Circulaciones, los domingos Clarín vendía más de 800.000 ejemplares y La Nación más de

250.000. Página/12 no declaraba su circulación a la entidad, pero su tirada oscilaba entre

los 160.000 que denunciaba su departamento comercial y sus 80.000 de las estimaciones

295 María O'Donnell, op.cit.296 ibídem297 María O'Donnell, op.cit., p. 87

91

Page 92: cromañon

de Poder Ciudadano. Según un informe de la Asociación por los Derechos Civiles y el

Open Society Institute, la publicidad oficial que percibe Página/12 representa un 29 por

ciento del total de ingresos de publicidad de diario, cuando en Clarín y La Nación esa cifra

apenas alcanza un 5. 298

Por otra parte, queríamos citar in extenso un testimonio que nos muestra que el

encubrimiento mediático para evitar la destitución de Ibarra existió y fue concebida de esa

forma por sus impulsores. La cobertura de la prensa no fue un producto del azar. En el

acápite que sigue veremos qué intereses unían a estos medios de comunicación con Aníbal

Ibarra y Néstor Kirchner. Sin embargo, existe un testimonio importante que muestra que la

cobertura que se hizo en los medios sobre el tema fue producto de una estrategia

comunicacional ideada por el círculo de colaboradores más cercanos al ex jefe de

Gobierno. De esta forma fue descrita por Daniel Rosso, subsecretario de Comunicación

Social del gobierno de Ibarra a la revista Imagen:

“Cuando se produjo la tragedia estábamos muy bien en términos de imagen. Pero la noche misma de la tragedia se produjo una situación que, en realidad, pasa en toda crisis, y es la pérdida de control de la agenda por parte del gobierno. En una situación de crisis, la dimensión que toma es el diámetro de la pantalla televisiva: todo está ahí. En el caso de Cromañón, lo que ocurrió fue que se multiplicaron los puntos de emisión, los móviles siguieron el desarrollo frenético de los familiares buscando a sus hijos y, además, se sumó el “vivo”: la emisión fue continua (…) Lo primero que hicimos fue recuperar un poco la tranquilidad. Es decir, estar en los hechos, pero intentar quedarse un poquito afuera: pensar qué hago con esto que está totalmente desbordado…Muchos criticaron esta frialdad ante lo que estaba ocurriendo, porque en realidad se había generalizado la idea de que todos los actores debían estar en el interior de la crisis emocional que vivían los familiares. (…)Nuestra responsabilidad como operadores de la comunicación, era estar fuera de la crisis (…) No se podía exponer a un funcionario porque los periodistas iban a preguntar otras cosas, por ejemplo por la falta de controles, y en ese momento lo que había que hacer era dar información de servicio: “Si quieren discutir los controles, lo hacemos mañana, hoy hay que dar la información”(…) Después de la tragedia aparecieron familiares muy activos que buscaban instalar una serie de relatos en los medios. Nuestro trabajo fue desmantelar esos relatos, porque cuando lográs que se instale el tuyo, salís de la crisis. (…) El primer relato que José Iglesias, padre de una de las víctimas y abogado que lleva la causa, quería instalar era que Chabán e Ibarra eran socios. Si ese relato se instalaba, nosotros no controlábamos nada e Ibarra salía con una imagen positiva del 10 %. El segundo relato era la falta de gestión , que también se cayó porque no pudieron poner en relación ese argumento global con lo que

298 María O'Donnell, op.cit., p.96-9792

Page 93: cromañon

había pasado en Cromañón: la habilitación la había hecho una gestión anterior, había otros actores involucrados como la policía, los bomberos, etc. (…) Finalmente terminó instalándose un relato muy similar al nuestro y era que Ibarra no puede saber qué pasa en los niveles inferiores; acá hubo multicausalidad; hubo un conjunto de factores que tuvieron que ver con la tragedia y la responsabilidad estaba ahí”.299

Un análisis completo del manejo publicitario lo hizo Verbitsky, que publicó el 27

de noviembre en Página/12 una nota enunciando detalladamente el manejo publicitario y

personajes corruptos del gobierno de Ibarra, sin embargo fue editada en la página 14 del

diario, cuando suele ser una de las primeras; no fue anunciada en tapa (algo que es

habitual) y fue presentada como nota de “opinión”.300

El artículo se centró en el presupuesto de publicidad de Ibarra y en las consultoras

contratadas por él para su imagen y comunicación: Bordó Comunicación, cuyo “principal

accionista, Eduardo Pinheiro, a quien llaman Pino, es el esposo de Mónica Desperbasques,

jefa de asesores del Jefe de Gabinete, Raúl Fernández” y AR, que pertenece “a una

histórica operadora de Enrique Nosiglia y el menemismo”. Se trata de la Consultora AR,

de Alejandra Raful que planeó “la difusión en el diario de Hadad de que un imprevisto

testimonio judicial sindicaba al hijo del abogado Iglesias como lanzador de la bengala que

prendió fuego Cromañón”. En la nota se aseguraba:

“Mientras la mayor parte de las partidas son subejecutadas, la de propaganda se sobreejecuta. En 2003 se gastaron en publicidad y propaganda menos de diez millones de pesos. En 2004 se presupuestaron veinte millones pero se ejecutó el doble. Este año se presupuestaron cuarenta y cinco millones y cuando se conozca el resultado final de 2005 es improbable que sea menor a noventa millones. El proyecto de presupuesto para 2006 contempla cincuenta y siete millones y si el hábito se repite pasará de cien (…) Pero a partir de este año, el gobierno incluyó dificultades adicionales para quien intente saber cuánto se gastará en esas actividades. De ahora en adelante las partidas no se asignarán por jurisdicción sino por programa, lo cual hará mucho más difícil seguir la pista. (…) Otra de las ideas que esa maquinaria comunicacional puso en circulación es que el juicio político contra el jefe de Gobierno constituye un golpe institucional y un intento de torcer la voluntad popular, del que acusa al hombre de negocios con el Estado Mauricio Macri”.301

Leyes a favor de los medios

299 ídem300 Página/12, 27 de noviembre de 2005301 Ibídem

93

Page 94: cromañon

Entre el 19 y el 22 de noviembre de 2005, mientras Clarín mostraba a Ibarra en

plena actividad política, en la Legislatura porteña se decidía el proyecto de “cableado” que

involucraba a las principales empresas de video cable, entre ellas al grupo Clarín. La

Legislatura aprobó el 6 de diciembre la ley que permitía que las empresas de TV por cable

no tengan que soterrar el cableado. Hay que aclarar que el proyecto fue avalado por

algunos ibarristas y algunos macristas.302

El grupo Clarín, que controlaba Cablevisión y Multicanal, había incumplido las

normas que obligaban a invertir en esta área. Según DsD, la ley “no sólo blanqueaba años

de incumplimientos graves, sanciones no adoptadas, decomisos no ejecutados; sino que

además, liberaba a los obligados de todas las prestaciones que debían con arreglo a la

Ordenanza 48.899”.303 En efecto, el proyecto del Poder Ejecutivo “eliminaba la obligación

de enterrar (soterrar) el cableado aéreo; posibilitaba mantener todo el cableado aéreo,

reemplazando progresivamente los postes por columnas metálicas ignoraba los

vencimientos ya ocurridos y, nuevamente, daba un plazo larguísimo para reemplazar

postes de madera por columnas de metal (lo incumplido hasta allí era eliminar los postes y

enterrar): las redes instaladas sobre postes de madera deberán realizar la reconversión al

sistema de columna metálica en una proporción del cinco por ciento (5%) anual”. Estos

cambios le significaban a las empresas de cable, además de la ventaja de borrar 10 años de

incumplimientos y de las consecuencias inherentes a ellos, un ahorro de más de U$S

200.000.000. 304

Esto significa que el grupo Clarín obtuvo “favores” de los poderes públicos. La

marcha atrás con la ordenanza del ´95 implicó para las empresas, según la denuncia, un

ahorro de más de 200 millones de dólares. Cabe destacar que el principal beneficiario de

dicha ley era el grupo Clarín, que controlaba las empresas cablevisión y multicanal. En la

Legislatura el trámite no pasó así nomás. El ex diputado Rubén Devoto señaló que “esta

ley es un escándalo (…) un espléndido regalo”. El ex diputado Héctor Bidonde señaló que

302 “El juicio político a Ibarra, según Clarín”, Diario sobre diarios, 16 de marzo de 2006. Disponible en

http://www.diariosobrediarios.com.ar/dsd/notas/4/243-el-juicio-poltico-a-ibarra-segun-clarin.php#.VXRwwc9Viko.

Consultado el 10 de junio de 2015.303 La Nación, 20 de mayo de 2005304“Otro caso de corrupción enterrado: el soterramiento de cables de las operadoras de video cable”, s.f.. Disponible en

http://www.quenoserepita.com.ar/otro_caso_de_corrupcion_enterrado_el_soterramiento_de_cables_de_las_operadoras_d

e_video_cable. Consultado el 10 de junio de 2015.94

Page 95: cromañon

era “una de las leyes más bochornosas”, que obligaba a preguntarse “qué hay detrás de este

proyecto que obviamente induce a las sospechas más profundas”. Y así se respondía a sí

mismo: “Acá hay plata, acá hay negocios, y hay justamente un monopolio de la

información. Hay un grupo concentrado que abarca Radio Mitre, Diario Clarín, Multicanal,

Cablevisión, Supercanal. Todo es de este grupo. Tenían que hacer una inversión y no la

hacen(…)”.305

Ese mismo año, el Gobierno nacional extendió a Clarín la licencia para explotar

canal 13 hasta el año 2025. De este modo, suspendió los plazos en curso por ese lapso.

Según La Nación, “la prórroga permite que se incremente el valor de las compañías (o los

activos) al gozar de mayor estabilidad, lo que mejora las posibilidades de negociación de

las empresas con abultadas deudas. E incluso, de los grupos extranjeros que tienen que

desprenderse de sus activos”.306

Fue el Gobierno de Kirchner el que permitió también la fusión de Cablevisión y

Multicanal el 7 de diciembre de 2007, con la resolución 257, que permitió que el Grupo

Clarín controlara casi el 70 por ciento del mercado de cable argentino. Eran tiempos en que

Kirchner concedía y Clarín llenaba sus páginas con noticias positivas sobre la gestión del

Gobierno.

B.4) ALGUNAS CONCLUSIONES PRELIMINARES

La investigación de este caso nos permite hacer (o animarnos a hacerlo al menos)

algunas generalizaciones de índole comunicacional y política que volcaremos a

continuación, en pos de no confundirlas con las conclusiones particulares del caso

Cromañón. Sin embargo, estas aseveraciones deben ser tomadas no sólo como una síntesis

de este trabajo, sino también como reflexiones de índole personal a partir del mismo.

¿La prensa hace periodismo?

La democracia se asienta no sólo en la libertad de prensa, sino en su correcto

ejercicio, informando a los lectores de los hechos por sí mismos. En el libro de Bob

Woodward, sobre el escándalo de Watergate, o Ezeiza, de Rodolfo Walsh, sobre la

305 “Otro caso de corrupción enterrado: el soterramiento de cables de las operadoras de video cable”, op.cit.306 La Nación, 21 de mayo de 2005

95

Page 96: cromañon

masacre ocurrida durante el gobierno de Perón, no hacen falta opiniones; el lector extrae

sus conclusiones dejando que hechos hablen, igual que hablarían en el caso Cromañón si

hubieran sido comunicados de forma ecuánime a la población. Si a esta omisión, se une la

búsqueda de la desinformación mediante el manejo de titulares, sesgos en la presentación

de los hechos, omisiones y tendencias editoriales, estamos ante una situación de

tergiversación, que no es más que otra muestra de lisa y llana corrupción.

Como señala Sanz Cerbino, en su libro Culpables:

“La influencia del Gobierno sobre la cobertura que la prensa comercial le dio al caso Cromañón es clara. Esto no significa que la prensa goce de cierta “libertad”. Los medios tienen intereses propios, ajenos a los de los gobiernos. Mantener cierta credibilidad de cara a la población, para poder seguir vendiendo, es uno de ellos. Los medios tienen intereses comerciales, son empresas capitalistas, y en función de esos intereses actúan. La demanda del público es una de las bases de su negocio, pero no dejan de ser importantes los intereses de los gobiernos y de otras empresas, que tienen en sus manos el financiamiento de un porcentaje importante de la actividad, amén de otros favores. No es extraño que la prensa comercial trace alianzas o se enfrente a los gobiernos de turno en función de sus intereses propios, de los de las fracciones de la burguesía que la sostienen o de los virajes de la opinión pública. Todo ello influyó en la cobertura que hicieron los medios del caso Cromañón. Además, como empresas capitalistas que son, no cabe en su lógica poner en cuestionamiento el conjunto de las relaciones sociales. Y eso es lo que pone sobre la mesa el caso Cromañón”.307

Por otra parte, los medios trazan una operatoria similar cuando se encuentran con

otros hechos de la agenda política. Sanz Cerbino destaca, en este sentido, el tratamiento de

los accidentes de trenes en el último tiempo. “Desde algún sector político se tira algo a

rodar y como bola de nieve se repite durante días y queda la idea instalada. Por ejemplo, el

ministro que dice enseguida por cualquier hecho de accidente de trenes que es

responsabilidad del maquinista, que es una especie de complot de los sindicatos

ferroviarios para tumbar al gobierno”, explica. Otro ejemplo es el caso de Nisman,

el fiscal que alcanzó notoriedad por tener a su cargo la causa del atentado contra el edificio

de la AMIA y que fue encontrado muerto en su casa,  según el autor, puede analizarse

desde una óptica parecida:

“Es una operación bastante más complicada que tirar algo, pero hubo una preparación de los servicios, previa al caso, que cuando sale ya hay una lista de cosas para desprestigiar al tipo. El tipo aparece con mujeres, gastándose la plata (...) A esto se suma la declaración de Aníbal Fernández. Nisman se

307 Gonzalo Sanz Cerbino, op. cit., p. 31696

Page 97: cromañon

convierte en alguien indefendible para la opinión pública -aunque ya lo era antes-, y la noticia se diluye. Así se ve cómo se construye una noticia y cómo la intervención de la prensa puede modificar la realidad”.308

Una de las particularidades del caso Cromañón es que se dio en una coyuntura

distinta a la actual en relación al vínculo Gobierno-medios. “Si todos los medios hubiesen

estado detrás del Gobierno, como en 2004, no habría sido necesario hablar del supuesto

asesinato a Nisman. Porque hoy hay un sector de la burguesía en los medios que está

contra el Gobierno y que tiene una expresión dentro de ellos, y la noticia tiene un vuelo

diferente”, finaliza.

Hacia una comunicación de masas verazLos “medios de masas” tienden a relegar a las masas de su control, a darles un

papel pasivo. Ella son sólo receptoras de los bombardeos de noticias e ideas que fueron

elaboradas sin su mínima intervención y sin tener en cuenta sus intereses. La clase

controladora de estos medios no sólo domina a las masas en la comunicación, sino también

en la realidad misma, siendo la prensa un reflejo deformado de las relaciones sociales de

producción actuales, es decir, del capitalismo. Al estar inseparablemente unida a la

existencia material de la sociedad, la comunicación reproduce en el terreno de la ideología

las características de la base productiva y de las relaciones de base que se dan en ella. Por

lo mismo la información periodística, que es parte de la ideología, tiene un carácter de

clase, y no puede dejar de tenerlo. Por ellos, como señala Taufic, “sólo con el triunfo

definitivo del socialismo, la abolición de las clases y el paso a la propiedad social —de

todo el pueblo— de los principales medios de expresión, la información volverá a ser un

bien común, y sus beneficios, compartidos con las grandes masas”.309

Siguiendo a este autor, “en el socialismo, en cambio, no sólo las innovaciones

tecnológicas en los medios de comunicación deben significar un progreso que se acople

sobre la marcha al desarrollo de toda la sociedad, sino que incluso los medios de

comunicación más tradicionales pueden adquirir una nueva proyección, usados en forma

creadora y masiva por el pueblo”.310

308 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de

2015. Entrevista personal309 C. Taufic, op.cit.310 ibídem

97

Page 98: cromañon

Qué distinto sería el caso en el que, “invirtiendo los términos autoritaristas, que

suelen disfrazarse de un cariz paternalista, y restableciendo la relación base-

superestructura”, los medios de comunicación de masas se transformaran para que el

mensaje ya no se imponga desde arriba, sino que el pueblo mismo sea el generador y el

actor de los mensajes que le son destinados. Por consecuencia, “si su noción de libertad de

expresión y de prensa se despoja de su abstraccionismo y cobra cuerpo, (…) la noción de

libertad de expresión deja de ser una utopía clasista”, afirma Mattelart.311 Hasta ahora, la

clase dominante establece el criterio para jerarquizar las noticias y los temas que deben

circular y lo que en última instancia debe preocupar a la opinión pública (agenda setting).

De este modo, la democratización de los medios iría unida a la expulsión de la clase

dominante de la dinámica de la información y, en un sentido más global, de la cultura, y a

que las clases trabajadoras elaboren sus noticias y las discutan. Eso significa que pueda ser

el emisor directo de sus propias noticias, de su comunicación.

Queda por ver qué lugar ocupa el periodista en esta transición. ¿Puede modificar el

cariz de una noticia, o, más aún, la mirada de un medio sobre la realidad? Sanz Cerbino

nos acerca una respuesta:

“El problema de los medios de comunicación es que el periodista tiene más en común con el que hace el piquete que con el dueño del medio, en el sentido de su relación con los medios de producción. Eso no significa que los periodistas, por el hecho de ser obreros, no vayan a reproducir las ideas de la clase dominante. Pero sí implica que a esos periodistas se los puede ganar para otras ideas. (…) Los medios tienen muchas formas de disciplinar a sus trabajadores, pero hay resquicios donde uno se puede colar. (…). El tema es si uno tiene la voluntad de aprovecharlos”.312

C) CONCLUSIONES La enorme mayoría de los argentinos recibieron información sobre el juicio político

a Ibarra y su destitución final a través de los medios de comunicación. Es decir, se

formaron opinión de los hechos a través de la construcción de la realidad mediática que día

a día – como los capítulos de una novela – fueron armando y desarmando los grandes

medios de comunicación. En Argentina, los diarios nacionales que se editan en Capital

Federal tienen la capacidad de formar la agenda de cada día, que luego las emisoras

311 Armando Mattelart, “El medio de comunicación de masas en la lucha de clases”, op.cit.312 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de

2015. Entrevista personal98

Page 99: cromañon

radiales replican desde la mañana temprano y la TV le otorga “vida” mostrando imágenes.

Agencias de noticias y portales amplían la información, ingresan temas durante la jornada

siguiente. Y así nuevamente los matutinos “marcan agenda” al día siguiente.

Pero ¿fueron los diarios equilibrados a la hora de editar? ¿Dieron a conocer todos

los puntos de vista? ¿Contemplaron todas las lecturas de los principales actores a lo largo

de los catorce meses de cobertura? O por el contrario ¿fueron parciales? El presente trabajo

demuestra que Página/12 y Clarín fueron “ibarristas” por decisión editorial. Fueron

coherentes desde las editoriales, las coberturas informativas, hasta las portadas.

Como señala la conclusión de un informe titulado “El juicio político a Ibarra según

Clarín”, del 16 de marzo de 2006, en la web Diarios sobre diarios, en quince meses, sólo

unas pocas notas contemplaron a todos los actores: oficialismo y oposición, familiares, etc.

En general, la temática fue dividida favoreciendo siempre a Ibarra por los espacios y

secciones que le dedicó relegando a otros actores opositores, y así forzó interpretaciones de

los hechos y mostró desprolijidades periodísticas de diversa índole. Así, por ejemplo,

minimizó las marchas de los familiares; usó las encuestas para crear una gradación de

culpabilidades; le otorgó protagonismo al entonces funcionario y nunca a la Comisión

Investigadora; instaló reiteradamente a la “violencia” asociada a los familiares; obvió

presentaciones judiciales de los abogados de familiares a la Sala Acusadora o a los

Familiares; apoyó el referéndum impulsado por Ibarra; sobrevaloró una falsa denuncia

contra Iglesias; e instaló a la “violencia” en relación a los familiares. 313

No puede dejar de mencionarse que otros medios como el diario Infobae también

fue “ibarrista” sobre la base de omitir información y recargar el portal con declaraciones de

Ibarra y sus allegados, más que por accionar a favor como hizo Clarín. El dueño de Infobae

Daniel Hadad puso a disposición de Ibarra Radio 10, cuestión que luego se traslució en el

portal de noticias. Por ello, el abogado de un grupo de familiares de Cromañón, Fabián

Bergenfeld, denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a Hadad y a

Eduardo Feinmann, por la cobertura informativa realizada por Canal 9 y Radio 10 de la

tragedia del boliche de Once. 314

313 “El juicio político a Ibarra según Clarín”, op.cit314 “Hadad, Feinmann y dos consultores, acusados ante la OEA”, Radiodifusión Data, 13 de marzo de 2006

99

Page 100: cromañon

¿Cuál es el discurso de los medios?

A su vez, los discursos asumieron una forma determinada según el enunciador. Esto

significa que los medios ubicaron los discursos según las pasiones, sobredimensionando las

formas por sobre el contenido informativo mismo. En el caso de la oposición, se encorseto

su mensaje al ataque directo al ibarrismo para tener así una cuota de poder mayor, y así

tomó el lugar de “golpistas” que buscaban generar una crisis institucional para luego ser

Gobierno, ocultando los hechos objetivos que, como sujetos críticos de una situación,

dieron a conocer muchas veces. En segundo lugar, la representación prediscursiva tuvo al

conflicto como característica del comportamiento del público la noche del 30 de diciembre

de 2004.

Se atacó, de este modo, a la demanda de los padres como también se tendió a

responsabilizar al público de Callejeros. Otra manera empleada por los medios como para

focalizar la noticia en el conflicto político fue destacar la defensa de Ibarra, la cual se

redujo a frases políticamente correctas dedicadas al general de la sociedad, pero desatentas

para con los padres, de los cuales no quiso defenderse. Por otro lado, más allá de las

encuestas, los medios se dedicaron a repartir las responsabilidades de Cromañón entre

Chabán, Callejeros, los jóvenes y la cultura en general, y no tanto en Ibarra. Para aportar a

esta idea, Sanz Cerbino agrega:

“En los primeros meses Página/12, Clarín, Infobae y otros medios presentaron la información de tal manera que la responsabilidad de Ibarra se diluía siempre en responsabilidades más generales. Uno leía una suerte de tríada: el responsable era el Gobierno que no controló, el empresario que no realizó las reformas de seguridad y el público. Callejeros aparecía al lado del empresario; los padres y el que tiró la bengala, al lado del público. Detrás de esa línea se manipuló mucho en esas primeras semanas, cuando Ibarra estaba en la picota porque había movilización en su contra, se lo invitaba a comparecer en la legislatura, estaba a punto de ser destituido. Entonces se empezó a sembrar información de que la responsabilidad era del público”.315

El tratamiento que le dio la prensa comercial al tema abarcó desde datos falsos –el

chico de la bengala, el plebiscito como jugada real de Ibarra, etc., hasta interpretaciones

que apuntaban a culpabilizar a las víctimas en lugar de ir hacia Ibarra. En este sentido,

fueron comunes argumentos que en general fueron utilizados para desviar las culpas de los

victimarios a las víctimas, como ser la violencia de los familiares o la cultura del rock.

315 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de

2015. Entrevista personal100

Page 101: cromañon

Además, la culpabilización de Callejeros sirvió muchas veces para culpar al público que

concurría a sus espectáculos.

¿Cómo se presentó la desinformación?

Esto demuestra que los 3 actores que analizamos recurrieron a la desinformación y

a la manipulación informativa. Ahora bien, ¿bajo qué formas apareció en el trabajo?316

En primer lugar, influyó en el lugar y el espacio que ocuparon las noticias sobre

Ibarra y la tragedia de Cromañón en general. En el caso que analizamos, tuvo importancia

la sección en que aparecieron las notas de la tragedia. En este sentido, la adjudicación de

un hecho a una u otra sección suele tener importantes efectos sobre la relevancia y difusión

que alcance la noticia y sobre su interpretación. El caso más claro fue el usado por Clarín,

que relegó el caso de la sección “El País” a la sección “Sociedad”.

En segundo lugar, la amplitud de la noticia, es decir, la cantidad de páginas que se

le dedicó y el de días en que se mantiene, hace al interés de un periódico sobre

determinado tema. Esto pudo verse en la divulgación que se le dio a la noticia del supuesto

chico que había tirado la bengala, que se mantuvo varios días en los diarios analizados, la

violencia de los familiares y los manejos de la Sala Juzgadora y las encuestas a favor de

Ibarra, principalmente.

En tercer lugar, la sobreinformación, que constituye lo contrario a las carencias

informativas. Ambos, como caras de una misma moneda, constituyen una forma de

desinformar. El personalismo de Ibarra en Infobae, es decir, la atención casi absoluta en su

figura, llenó el portal, con declaraciones del funcionario mayoritariamente, no siendo

ecuánimes con sus contrapartes: los familiares y la oposición.

En cuarto lugar, la información insuficiente. Ningún medio de comunicación

gráfico, salvo unos pocos periodistas, hablaron de los hechos que involucraban la

responsabilidad política y penal de Ibarra. Las acciones de los familiares tampoco fueron

puestas de relieve.

316 La división se basó en AA.VV., “Técnicas de Desinformación. Manual para una Lectura Crítica de la Prensa”, G.A.C.

(Grupo de Aprendizaje Colectivo) de Comunicación Popular, s.l., s.f.. Disponible en

http://omegalfa.es/downloadfile.php?file=libros/tecnicas-de-desinformacion.pdf. Consultado el 25 de julio de 2014101

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En quinto lugar, en los titulares se resaltan aspectos específicos de la noticia. Esto

es importante porque, junto a la fotografía, suelen ser los elementos más llamativos de una

noticia. Muchas veces los titulares no se corresponden con el contenido de la noticia o

incluso pueden dar pistas falsas sobre la información. Esto lleva a una lectura tan

superficial puede resultar deformada. Ejemplos de Página/12 son: “Una decisión inspirada

en consideraciones políticas”, en relación a encuestas sobre la culpabilidad de Ibarra y

“Los culpables directos son otros desde Omar Chabán a Callejeros”, sobre una de las

marchas a favor de este funcionario. Por parte de Clarín: “La mentalidad Chabán: ´Cada

tanto tienen que reventar muchos jóvenes´, sobre la culpabilidad de Chabán e “Ibarra pone

en juego su gobierno”, en relación a un plebiscito que no ponía en juego en realidad la

gobernabilidad.

En sexto lugar, las fotos son otro elemento de una noticia que atrae la atención.

Pese a no haber tratado la cuestión en este trabajo, la inclusión de una foto, así como su

tamaño, influye en destacar o marginar el acontecimiento. La tapa de Página/12 del 14 de

noviembre de 2005 tiene una imagen de Ibarra con reveses religiosos, en medio del juicio

político. En Clarín fue usual el uso de fotos de Ibarra abrazando a familiares en las notas

sobre las marchas a favor y aquellas post suspensión. Por otro lado, este matutino hizo uso

de viñetas para ilustrar las notas. El dibujante Landrú sugiere la idea de una “maniobra

política” en la decisión de la Legislatura de suspender a Ibarra.317 En un dibujo de una

edición anterior se ve a una “mano mecánica” que parece llevar a un muñeco de Ibarra al

abismo, haciéndolo parecer una marioneta, en alusión a la suspensión.318

Como síntesis de este punto, es importante señalar la visión de Sanz Cerbino sobre

cómo se brindó la información: “Los medios se manejan en una sociedad contradictoria:

tienen que vender los ejemplares en esta sociedad. Lo que digan también influye en a quién

venden”. En relación a los actores menos favorecidos, dice el historiador que “no pueden

no sacar nada de los padres, tienen que tener una apariencia equilibrada”. “La trampa está

en que lo que dice Ibarra es la tapa y las primeras páginas y los columnistas, y que cuando

tenés que reseñar algo de los padres aparecen como violentos desde los copetes, títulos,

317 Clarín, 17 de noviembre de 2005318 Clarín, 15 de noviembre de 2005

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bajadas, etc y, de esa manera, llevan al lector a que haga cierta lectura de esa info”,

prosigue.319

El autor también recalca la relevancia de la información falsa para desinformar:

“Desde el poder político se baja una línea, aunque parezca disparatada. Y en los hechos de Cromañón esto se vio claramente en las lecturas que se reprodujeron en la mayoría de los medios. Esto representaba un sentido común por el cual la culpa era de la sociedad en su conjunto. (…)La idea es sacar cualquier cosa y después que todos lo agarren. Si uno no se toma el trabajo de analizar críticamente a los medios -quién lo dice, por qué, con quién está alineado-, pasa. Es la famosa frase de Goebbels: “Miente, miente, que algo quedará”.320

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319 Gonzalo Sanz Cerbino, La tragedia de Cromañón. Entrevistado por Martín Hermida Buenos Aires, 10 de junio de

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