CRITICA AL INDIGENISMO

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1 CRÍTICA AL INDIGENISMO Y AL COMUNITARISMO Respuesta de Comunistas Integralesa un miembro de El Chasqui Anarquista”, Quito, abril 2010 1 1. Creer que “las comunidades indígenas” (así, en abstracto) son una especie de “islotes comunistas” o de “autogestión” dentro del “mar” capitalista,... es algo absurdo e imposible, una burda ilusión socialdemócrata-gestionista 2 y hasta economicista [ver el punto 3 más abajo]. Y... cuando en la carta que nos escribes dices que tales comunidades realizan una “legítima demanda” (?!) de reivindicación de su culturao “su identidad, etc., estás diciendo implícitamente a) que están exigiendo “reconocimiento” y “respeto” de tal identidad o cultura ¡al estado burgués, a la sociedad burguesa!: típico juego democrático-liberal, ciudadano, interburgués (lo que se critica en nuestra volante 3 ); y, b) que siguen entrampadas en la esfera de la ideología (falsa conciencia, representación ficticia de la realidad, pensamiento alienado, [pero que actúa como fuerza material en la sociedad]) y, peor aún, en el mundo mercantil-capitalista que funciona precisamente (en todo campo o esfera social) en torno a la demanda y la oferta. [Aparte de esto, es hacer gala de no haber superado un eclecticismo entre indigenismo y clasismo, una confusión entre comunitarismo y comunismo (¡porque no son lo mismo!), un culturalismo casi posmoderno, una cierta fascinación y moda intelectual y activista por lo “marginal”, lo “subalterno” y lo “anticolonial” o “antioccidental”, un nacionalismo de ese mismo estilo, y una forma de parcializar y, por tanto, de confundir y debilitar- al proletariado y sus luchas.] Pero esta crítica no solo se debe al contenido implícito de tu pregunta, sino al contenido explícito del Chasqui “Anarquista” (Ch“A”) [las comillas no son en vano] (¡desde su primer hasta su último números!): un contenido idealista-culturalista-localista-reformista, que es totalmente ajeno y opuesto a la perspectiva histórica y mundial del proletariado revolucionario: la perspectiva clasista, materialista, comunista-anarquista e internacionalista. No nos sorprende, pues, que recientemente el Ch “A” haya elaborado y firmado una volante por el 1º de Mayo con esa bazofia anarco-“plataformista”-sindicalista-populista-reformista narcisista y reaccionaria que es “Hijos del Pueblo”...; y peor aún, no nos sorprende que al Ch“A” lo vaya a apoyar si no lo está haciendo ya- esa hedionda izquierda del capital o hez reformista-electoralista- contrarrevolucionaria que es el “Polo Democrático” (¡!). Esta crítica, valga decirlo, no es personalista ni grupalista, en lo absoluto...; es una crítica teórico- práctica, programática, pues, como materialistas y comunistas que somos, no criticamos a las 1 Esta carta ha sido editada, mediante incisos puestos dentro de corchetes, puntos suspensivos y notas al pie, para poder ser publicada. Pedimos disculpas anticipadas al lector por las dificultades de lectura que esto pudiera ocasionar. En una próxima ocasión esperamos poder editar mejor este texto. Por el momento, nos parece que publicar una crítica proletaria, comunista e internacionalista a la ideología indigenista puede tener cierto significado e interés en el contexto “ecuatoriano” y “latinoamericano”, nada más. [Nota del 2015.] 2 Gestionismo es la corriente o ideología que propone gestionar la economía y el poder de un modo supuestamente “revolucionario”: el control obrero, la autogestión, el poder popular, etc. Es decir, que propone no abolir o destrui r sino (auto)gestionar la economía mercantil y por lo tanto (auto)gestionar la explotación capitalista o la esclavitud y miseria asalariada, a la vez que seguir (auto)gestionando la división social del trabajo y por lo tanto la división de la sociedad en clases, en lugar de destruirla de cabo a rabo. Por eso el gestionismo es una de las variantes del programa socialdemócrata, reformista, contrarrevolucionario. Ver más abajo la nota al pie 5. [Nota del 2015.] 3 Se refiere a la volante Proletariado contra culturas juveniles” o “tribus urbanas” (también de abril del 2010) que se puede leer, con su respectiva Nota Aclaratoria, aquí: http://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/2010/04/proletariado-contra- culturas-juveniles.html [Nota del 2015.]

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una crítica contra la lucha espectacular del indigenismo

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CRÍTICA AL INDIGENISMO Y AL COMUNITARISMO

Respuesta de “Comunistas Integrales” a un miembro de “El Chasqui Anarquista”,

Quito, abril 20101

1. Creer que “las comunidades indígenas” (así, en abstracto) son una especie de “islotes comunistas” o

de “autogestión” dentro del “mar” capitalista,... es algo absurdo e imposible, una burda ilusión

socialdemócrata-gestionista2 y hasta economicista [ver el punto 3 más abajo].

Y... cuando en la carta que nos escribes dices que tales comunidades realizan una “legítima demanda”

(?!) de reivindicación de “su cultura” o “su identidad”, etc., estás diciendo implícitamente a) que están

exigiendo “reconocimiento” y “respeto” de tal identidad o cultura ¡al estado burgués, a la sociedad

burguesa!: típico juego democrático-liberal, ciudadano, interburgués (lo que se critica en nuestra

volante3); y, b) que siguen entrampadas en la esfera de la ideología (falsa conciencia, representación

ficticia de la realidad, pensamiento alienado, [pero que actúa como fuerza material en la sociedad]) y,

peor aún, en el mundo mercantil-capitalista que funciona precisamente (en todo campo o esfera

social) en torno a la demanda y la oferta.

[Aparte de esto, es hacer gala de no haber superado un eclecticismo entre indigenismo y clasismo, una

confusión entre comunitarismo y comunismo (¡porque no son lo mismo!), un culturalismo casi

posmoderno, una cierta fascinación y moda intelectual y activista por lo “marginal”, lo “subalterno” y

lo “anticolonial” o “antioccidental”, un nacionalismo de ese mismo estilo, y una forma de parcializar

–y, por tanto, de confundir y debilitar- al proletariado y sus luchas.]

Pero esta crítica no solo se debe al contenido implícito de tu pregunta, sino al contenido explícito del

Chasqui “Anarquista” (Ch“A”) [las comillas no son en vano] (¡desde su primer hasta su último

números!): un contenido idealista-culturalista-localista-reformista, que es totalmente ajeno y opuesto

a la perspectiva histórica y mundial del proletariado revolucionario: la perspectiva clasista,

materialista, comunista-anarquista e internacionalista.

No nos sorprende, pues, que recientemente el Ch “A” haya elaborado y firmado una volante por el 1º

de Mayo con esa bazofia anarco-“plataformista”-sindicalista-populista-reformista narcisista y

reaccionaria que es “Hijos del Pueblo”...; y peor aún, no nos sorprende que al Ch“A” lo vaya a apoyar

–si no lo está haciendo ya- esa hedionda izquierda del capital o hez reformista-electoralista-

contrarrevolucionaria que es el “Polo Democrático” (¡!).

Esta crítica, valga decirlo, no es personalista ni grupalista, en lo absoluto...; es una crítica teórico-

práctica, programática, pues, como materialistas y comunistas que somos, no criticamos a las

1 Esta carta ha sido editada, mediante incisos puestos dentro de corchetes, puntos suspensivos y notas al pie, para poder ser

publicada. Pedimos disculpas anticipadas al lector por las dificultades de lectura que esto pudiera ocasionar. En una próxima

ocasión esperamos poder editar mejor este texto. Por el momento, nos parece que publicar una crítica proletaria, comunista e

internacionalista a la ideología indigenista puede tener cierto significado e interés en el contexto “ecuatoriano” y

“latinoamericano”, nada más. [Nota del 2015.] 2 Gestionismo es la corriente o ideología que propone gestionar la economía y el poder de un modo supuestamente

“revolucionario”: el control obrero, la autogestión, el poder popular, etc. Es decir, que propone no abolir o destruir sino

(auto)gestionar la economía mercantil y por lo tanto (auto)gestionar la explotación capitalista o la esclavitud y miseria

asalariada, a la vez que seguir (auto)gestionando la división social del trabajo y por lo tanto la división de la sociedad en clases,

en lugar de destruirla de cabo a rabo. Por eso el gestionismo es una de las variantes del programa socialdemócrata, reformista,

contrarrevolucionario. Ver más abajo la nota al pie 5. [Nota del 2015.] 3 Se refiere a la volante Proletariado contra “culturas juveniles” o “tribus urbanas” (también de abril del 2010) que se puede

leer, con su respectiva Nota Aclaratoria, aquí: http://proletariosrevolucionarios.blogspot.com/2010/04/proletariado-contra-

culturas-juveniles.html [Nota del 2015.]

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organizaciones y a las personas por lo que creen o lo que dicen, sino por lo que hacen en la lucha de

clases. A continuación, los argumentos o los porqués de nuestra crítica.

2. La crítica proletaria anti-ideológica y anti-identitaria [es decir, criticar a las ideologías y a las

identidades como comunidades ficticias de/dentro del capitalismo para alienarnos, separarnos o

dividirnos entre proletarios e impedir que nos asumamos como tales] no solo se aplica al culturalismo

juvenilista [es decir, a las “subculturas juveniles” o “tribus urbanas”, ej: lxs punks], sino también [a

todas las demás ideologías parcializadoras de la lucha del proletariado:] al ciudadanismo, al

ecologismo, al feminismo y (ojo) al indigenismo, lo que también explicitamos en la volante.

Por lo tanto, habría que leer o interpretar una de las consignas finales de nuestra volante así: ¡contra

toda patria, nacionalidad, raza, cultura, identidad o ideología! ¡Contra toda forma de misticismo

culturalista y de patriotismo identitario (nacional, regional, racial, cultural, ideológico, grupal,

individual, etc.)!

[Y en cambio: asumirnos y luchar como una sola clase social –que contiene a todas las razas, sexos,

edades, culturas, etc.-, como proletariado, contra todo el sistema capitalista y sus separaciones o

parcializaciones, pero NO como otra identidad ni otra etiqueta ni mucho menos como motivo de

orgullo, sino por el contrario para negar, criticar y abolir nuestra condición de esclavxs asalariadxs,

de proletarixs, de humanidad proletarizada y, con ello, abolir toda la sociedad de clases y toda forma

de explotación y opresión entre los seres humanos e instaurar la comunidad humana real... El

proletariado se afirma como humanidad en su negación y en su autosupresión revolucionaria.4]

3. Por sus mistificaciones, limitaciones y sobre todo por su participación “alternativa y crítica” como

izquierda del capital,5 es que hay que criticar radical y despiadadamente al comunitarismo y al

indigenismo. [He aquí un par de argumentos de fondo.]

1) Desde que existe la Formación Social Capitalista como tal,6 y más aún en estos tiempos de

“globalización” y “multiculturalismo”, las comunidades indígenas –en lo concreto- están subsumidas

(alienadas, enajenadas) formal y realmente al Modo de Producción Capitalista, a través del mercado

–siempre capitalista- de tierras, de productos [ej: artesanías] y de fuerza de trabajo, ya que por esta vía

4 Ver nuevamente la Nota Aclaratoria a la volante contra las culturas juveniles del 2010. [Nota del 2015.]

5 Por izquierda del capital o socialdemocracia –de cualquier color o bandera, incluidos ciertos sectores “anarquistas”- hay que

entender toda organización, práctica, ideología o posición que, pretendiendo representar o guiar a nuestra clase, actúa dentro

de las instituciones y lógicas del capitalismo (de allí lo de izquierda del capital), por lo que solo pretende reformarlo y que

máximo puede alcanzar un Capitalismo de Estado, haciéndose ilusiones de que eso es “revolución” y “socialismo” [¡e incluso

“comunismo”, cuando es todo lo contrario!], adopte el nombre, etiqueta o pretexto que adopte (desde la “toma del poder” y la

“socialización” hasta el “poder popular” y la “autogestión”). En otras palabras, la izquierda del capital o la socialdemocracia

no es más que el partido histórico del capital (y de la burguesía –grande, mediana o pequeña-) para el proletariado, o sea para

encuadrar o encasillar a nuestra clase en la lucha por demandas e ilusiones que nunca cuestionan ni atacan los fundamentos

mismos de la sociedad burguesa [, es decir en la lucha intermediada por reformas, para así desviar y anular la lucha directa del

proletariado por sus propias reivindicaciones, para desviarnos y anularnos como clase autónoma y antagonista al capital y al

estado, como proletariado.] Por eso toda izquierda del capital no solo es reformista per se sino que es contrarrevolucionaria, y

por eso no es un “adversario” sino un enemigo. 6 Tal vez no sea necesario, pero les recordamos que la importante categoría de formación social significa articulación orgánica

concreta y compleja de varios y diferentes modos y formas de producción (ej.: la forma de producción comunitaria, en unos

casos, y pequeña mercantil simple, en otros, de las comunidades indígenas) bajo la hegemonía y sobredeterminación de uno de

ellos, en este caso del modo de producción capitalista. Obviamente que esto ocurre tanto a nivel “estructural” [económico]

como a nivel “superestructural” [social, cultural, político, ideológico], conformando así una sociedad o totalidad histórico-

social capitalista.

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se introducen en su seno, parcial o totalmente, las relaciones sociales de producción e intercambio

capitalistas [, incluido el trabajo asalariado].7

[Más aún: ya no se puede hablar en rigor de la existencia de comunidades indígenas porque, como

afirmaba Marx, “donde existe el dinero, no existe la comunidad”.8 Por lo tanto, para recuperar la

comunidad humana real hay que abolir el dinero: el comunismo será “un mundo sin dinero”.]

Esto explica porqué (tanto en la Sierra como en la Amazonía ecuatorianas) existen clases sociales y,

por consiguiente, lucha de clases al interior del “indigenado” y, por extensión, al interior del

“movimiento indígena” –hoy muy venido a menos por [sus contradicciones internas y por] peso

muerto propio-.

Esto explica también porqué no existen ni pueden existir “islotes” o “grietas” de “autogestión”

[mejor dicho, de comunismo o anarquía] dentro del sistema capitalista o mientras éste siga en pie.

[La dictadura social de la mercancía, por tanto del capital, la ganancia y la explotación, siempre

terminará imponiéndose mientras el proletariado no suprima por la fuerza la mercancía y el mercado,

social e históricamente.]

Por su parte, la diferencia básica o sustancial entre comunitarismo y comunismo9 es que el primero es

alternativo mientras que el segundo es antagonista; el primero puede coexistir con el capitalismo,

mientras que el segundo solo puede realizarse plenamente o vivir en contra y más allá del capital, a

partir de su negación o abolición práctica y total. [Más claro: para construir y vivir la sociedad

comunista, hay que destruir la sociedad capitalista.] Por eso, el comunismo es revolucionario, y el

comunitarismo no. Mistificar o romantizar al comunitarismo indígena es entonces idealista y anti-

revolucionario.

Ahora bien, si existen gérmenes o tendencias comunistas dentro de tales o cuales “comunidades

indígenas”, los mismos solo pueden poner a punto [y realizar] su potencia subversiva, anti-capitalista

y post-capitalista, como parte del proletariado revolucionario –de todos los colores, lugares, sexos y

edades-, como parte del movimiento comunista histórico y mundial. [Cabe agregar que esto es

objetivamente así porque, por un lado, todos aquellos indígenas “campesinos pobres” (que trabajan su

7 La “acumulación originaria” de capital (separación de los productores de los medios de producción, p. ej. la expropiación de

tierras comunales por parte de terratenientes-capitalistas o de grandes empresas agrícolas) no fue un hecho histórico y

geográfico único, particular y aislado [Europa central durante los siglos XVI, XVII y XVIII], sino que es una tendencia

permanente o constante del capitalismo histórico-mundial [: actualmente en esta región, de hecho, las expropiaciones de

tierras comunales campesinas a favor de la agroindustria y de la industria petrolera, minera, maderera, etc., es un claro ejemplo

concreto de ello]. En consecuencia, en países como el Ecuador, así no haya proletarización o asalarización directa y total de los

“campesinos” indígenas, la subsunción formal y real de las “comunidades indígenas” al capital ha sido y es permanente o

constante [tanto porque todos sus productos son mercancías y por tanto valorizan al capital, como por su inclusión al trabajo

asalariado –insistimos-, el que en algunas “comunidades indígenas” de la Sierra ha servido para reproducir la pequeña

producción campesina mercantil simple, es decir para reproducir la propia condición de clase trabajadora y explotada].

[La llamada “resistencia indígena” desde hace más de 500 años hasta la actualidad debería entenderse en realidad como la

resistencia a la acumulación originaria de capital y a la proletarización, a la desposesión y a la explotación capitalistas, en

defensa de las necesidades de la vida, humanas y de la Tierra, y por lo tanto como parte de la lucha del proletariado de todas

las épocas y todas las partes, del comunismo, del movimiento real histórico-mundial de negación y supresión del orden

capitalista.] 8 Un claro ejemplo local de esta afirmación es la relación clientelar-asistencialista (de la cual forman parte el chantaje y la

violencia) que hace décadas llevan las empresas petroleras y muchas de las “comunidades indígenas” amazónicas en este país.

[Nota del 2015.] 9 Al igual que lo han hecho lxs revolucionarixs de siempre, tanto marxistas como anarquistas, nosotros concebimos al

comunismo (sin adjetivos) como el movimiento real proletario de lucha que anula y supera el actual orden social y, a la vez,

como la futura sociedad sin explotación ni opresión, sin clases y sin estado [, es decir, la anarquía]. No existe separación en

esta concepción “doble”, porque el primero (el comunismo como movimiento) prefigura en la lucha a la segunda (el

comunismo como sociedad), mientras que la segunda realiza en la historia al primero.

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pequeña parcela y comercializan sus productos) en realidad son asalariados (a destajo) encubiertos

para el capital social global –para la “fábrica social” capitalista entera-, son parte del proletariado; y,

por otro lado, todos aquellos indígenas que, tanto en el campo como en la ciudad, tienen que vender

su fuerza de trabajo (informal o formal) a cambio de un salario (a destajo, por jornada –o por jornal-)

son proletarios indígenas. Pero sobre todo son proletariado cuando luchan contra la explotación y la

opresión capitalistas que padecen y, por lo tanto, cuando luchan contra las condiciones que hacen

posible su explotación y opresión... cuando luchan contra su condición misma de clase explotada y

oprimida. El proletariado –insistimos: de todas las razas, lugares, sexos y edades- se afirma en su

negación.

Al contrario, todos aquellos indígenas que son propietarios de medios de producción y circulación

(tierras, textiles, comercios) y que explotan trabajo ajeno (de indígenas y de no indígenas), son

burguesía indígena, son parte de la clase capitalista y, por lo tanto, de nuestro enemigo de clase...

¡Lucha de clases, compañerxs, lucha de clases!]

2) Por otro lado, las “comunidades indígenas” –en lo concreto- también están subsumidas en lo

político. La trayectoria del indigenismo ecuatoriano como movimiento social y político, de hecho, ha

transcurrido “de la comunidad al partido” –en palabras de un tal antropólogo-, lo que significa de la

subsunción mercantil [a través de mercados y empresas] a la subsunción estatal, pasando por el

sindicato (“rojo” o no, eso es secundario), la iglesia (“de la liberación” o no, eso es secundario), la

ong (“de izquierda” o no, eso es secundario10

), las elecciones, los “poderes locales”, los ministerios,

las pugnas interburguesas por migajas del poder o de la plusvalía social, etc. Es decir, han sido

subsumidas por toda una serie de instituciones y prácticas sociopolíticas capitalistas[, democráticas.]

De allí que no haya porqué sorprenderse de que el “movimiento indígena” de aquí solo pugne por

ciertas reformas de la economía, la cultura y el estado capitalistas (p. ej. leyes sobre tierras, aguas,

plurinacionalidad, interculturalidad, etc.11

).

Esto, de por sí, ya explica el reformismo teórico-práctico inherente al indigenismo, a todo

indigenismo (aparte del de aquí [representado por la CONAIE y su brazo político-electoral

Pachakutik], el evista, katarista, mariateguista, zapatista, “anarquista”, etc.).

Por lo expuesto, el comunitarismo y el indigenismo son ideologías reformistas locales o “andinas”;

tan solo son o pueden ser la fracción “nacional-popular” o “plurinacional” (¡!) de la izquierda del

capital, de la contrarrevolución burguesa reformista en curso.

Por eso mismo es que no hay cabida para las amalgamas o eclecticismos entre la perspectiva

proletaria comunista internacionalista y el comunitarismo-indigenismo (al igual que tampoco con el

cotidianismo, el hippismo o el anarco-primitivismo, p. ej.). Para lxs revolucionarixs [comunistas y

anarquistas], hoy como siempre, no hay lugar para las medias tintas, siempre socialdemócratas –y,

en este caso, posmodernas y académicas, o populistas-, por más “complejidad” y “particularidad” con

que se disfracen. Integral o total de cabo a rabo, tanto en los fines como en los medios, la revolución

social será proletaria, comunista, anárquica y mundial o no será, duela a quien le duela y “marche”

quien tenga que “marchar”.12

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Se dice que es secundario porque izquierda y derecha no son contrarias sino complementarias, ambas son fracciones

políticas del capital-estado para administrar a éste bajo uno u otro “modelo”, pero sobre todo y siempre para controlar, dominar

y explotar al proletariado. “Izquierda o derecha: la misma mierda”. “Ni izquierda ni derecha: ambas son enemigas del

proletariado”. [Nota del 2015.] 11

O, como en estos precisos momentos, porque el gobierno no le quite su sede o “la casa de la CONAIE”. Y esto, sin embargo

de que el gobierno de Correa sea –porque lo es- capitalista y, por lo tanto, racista o colonial. [Nota del 2015.] 12

“Las revoluciones son totalitarias o son derrotadas” es una de las lecciones históricas y reales que “La Agrupación de Los

Amigos de Durruti” (anarquistas) aprendieron en carne propia y pudieron expresarla –y legárnosla- mediante la palabra escrita,

después de la derrota de la revolución proletaria de 1936-37 en España. Dicho en otras palabras: lo que estos compañeros

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[Finalmente, lo dicho es inseparable de la actitud y la práctica de los proletarios revolucionarios al

respecto: denunciar, criticar, combatir y superar el indigenismo –y el comunitarismo- como una

debilidad en contra en el seno de nuestra clase y sus luchas, ya que se trata de una ideología

parcializadora, reformista y capitalista: socialdemócrata; en especial, en los países donde exista

población “indígena”, movimiento “indígena” e indigenismo.]

4. Desde sus orígenes y por naturaleza, el capitalismo histórico-mundial es jerárquica o

piramidalmente racista o colonial, tanto en el “centro” [Europa, EE.UU.] como y principalmente en

la “periferia” [África, América Latina...]. Se trata de lo que Quijano con mucho acierto llama

“sistemática división racista del trabajo” –y por tanto de la sociedad toda- de y para el sistema-

mundo capitalista. Si esta sociedad es racista es porque el fundamento del racismo es el capitalismo,

no viceversa (en esto se equivocan garrafalmente Wallerstein, Mignolo y todos esos sofisticados

académicos-socialdemócratas-alternativos).

[Por lo tanto, a pesar de que haya luchas de clases que parecen o adoptan formas “raciales”,] la

lucha “antirracista” no es necesariamente anticapitalista o revolucionaria (de hecho, más bien ha

sido el complemento reformista necesario del racismo capitalista [ej: Sudáfrica y Bolivia]); por el

contrario, la lucha proletaria anticapitalista del proletariado de todos los colores y lugares, del

proletariado asimismo histórico y mundial, es implícitamente o también una lucha contra el racismo,

en tanto lucha real contra toda forma de explotación y opresión capitalistas (véase p. ej. algunos

episodios de la lucha histórica y global de lxs proletarixs revolucionarixs internacionalistas

“migrantes” y “exiliadxs”. [Y hoy en día, inicios del 2015, la lucha del proletariado “negro” en

Ferguson-EE.UU.]).

Y esto es así no por “identidad”, “cultura” ni ideología o conciencia artificial alguna, sino por

[satisfacer o incluso por ya solo defender nuestras necesidades humanas reales de los ataques del

capital y contra las necesidades de éste; lucha] encarnada en nuestra clase proletaria en tanto que

clase explotada y revolucionaria a la vez... cuya comunidad real y mundial de lucha tiende [y es la

única prefiguración] hacia la comunidad humana real mundial sin clases, sin estado y sin fronteras...

[hacia] el comunismo o la anarquía.13

históricos anarquistas revolucionarios están afirmando es la necesidad de la dictadura revolucionaria del proletariado, la

dictadura social de las necesidades humanas para abolir la dictadura social del capital y su estado, para suprimir por la fuerza

esta sociedad mercantil generalizada y así poder instaurar la comunidad humana real mundial: sin clases ni razas, sin estados

ni naciones ni fronteras. [Nota del 2015.] 13

En otra ocasión, asimismo en persona, podemos explicar hasta la saciedad el porqué de esta equivalencia o sinonimia entre

comunismo y anarquía, cuya falsa dicotomía nosotrxs logramos superar gracias a la formación, el debate y, sobre todo, gracias

a la misma praxis crítico-revolucionaria de clase ó, en estos momentos de reflujo y minorías, gracias al proceso de apropiación

del programa (teórico-práctico e histórico-mundial) de lucha de nuestra clase: el programa comunista. Proceso que consiste

precisamente en reivindicar la naturaleza invariante de la lucha histórica y mundial del proletariado revolucionario (lucha para

abolir la propiedad privada, el trabajo, la mercancía, el estado, las patrias, etc.) y en hacer una serie de rupturas sucesivas con

la realidad y la ideología dominantes, incluida la izquierda del capital o socialdemocracia (que hoy comprende, en todas sus

variantes y combinaciones, desde el reformismo clásico y el “socialismo del siglo XXI” hasta el marxismo-leninismo y el

anarquismo oficial… Así pues, por ejemplo, la teoría revolucionaria del proletariado o la perspectiva proletaria comunista-

anarquista no tiene nada que ver con esa sub-ideología anarquista llamada “anarco-comunismo” o “comunismo libertario”).

La superación de la falsa dicotomía marxismo/anarquismo o comunismo/anarquía no es inventar el “agua tibia” ni el “agua

cruda”: es una parte y hasta un síntoma de toda la apropiación programática necesaria como proletarixs revolucionarixs, y por

eso es que la han superado también otras minorías proletarias revolucionarias en otros tiempos y en otros países. Disponemos

de un par de excelentes textos –de unos compañeros internacionales- que ayudan mucho para el efecto [: ¿Comunismo?

¿Anarquía? en Cuadernos de Negación nro. 2, y Marxismo y teoría revolucionaria. La superación situacionista de la falsa

dicotomía marxismo/anarquismo de RAP/MASA.]

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5 ejemplos concretos relevantes se nos vienen a la cabeza para sustentar esta tesis: las luchas

aparentemente “indígenas” en tiempos de la revolución proletaria “mexicana”;14

la histórica y actual

“lucha mapuche” en Chile15

; las “guerras del agua y del gas” [2000 y 2003, respectivamente] en

Bolivia [verdaderas guerras de clases abiertas]; los violentos acontecimientos del año anterior en

Bagua-Perú16

; [y en nuestro caso, más cercano aún, el llamado “levantamiento indígena” en Ecuador

de fines de 1999 e inicios del 2000.17

] Hagamos memoria y reflexionemos un poco sobre ellas.

A pesar y más allá de sus particularidades, limitaciones y contradicciones [en primer lugar, el lastre

ideológico del indigenismo], lo que todas estas luchas tienen en común es que, en la práctica histórica

de la lucha de clases, no son luchas “indígenas” y “democráticas” –“por la liberación nacional”, “por

los recursos naturales”, “por los derechos culturales”, etc.-, sino luchas proletarias contra el capital-

estado –luchas concientes o no, elementales o no, contra todo éste o contra ciertos aspectos de éste-;

luchas de lxs explotadxs/oprimidxs del campo contra la fracción oligárquica del capital-estado

nacional e internacional, si uds. prefieren, pero luchas proletarias antisistémicas al fin y al cabo. [Pero

ante todo, son luchas que responden a los ataques del Capital y del Estado, que reivindican las

necesidades de la vida (tanto humanas como de la naturaleza o de la Tierra) contra las necesidades

del capital (extracción de petróleo, minerales y metales preciosos, madera, superexplotación laboral,

opresión racial, terrorismo estatal, etc.). En fin, son luchas del proletariado contra el capitalismo y,

por lo tanto, contra la burguesía y el Estado; luchas de la humanidad proletarizada contra la

dictadura democrática de la economía, del valor, del Capital.]

Y esto no es una cuestión “hermenéutica” o de interpretación, sino una cuestión histórico-concreta, de

lucha de clases real. Lxs proletarixs revolucionarixs, tanto en el análisis como en la propaganda y en

la acción, siempre han reivindicado este carácter [o esencia proletaria, anticapitalista y universal] de

tales luchas. Aquí y ahora hay que hacer lo mismo.

5. [Sin embargo, la perspectiva comunista no es “occidentalista” ni “antropocentrista”, sino que abarca

la totalidad de la vida, lo cual incluye a la naturaleza, mejor dicho la relación humanidad-naturaleza.

Y en esto tal vez “coincida” con cierto pensamiento “comunitario” como el pensamiento “andino” ,

pero desde un punto de vista, un interés y horizonte diferentes, por ejemplo a propósito de la crisis

ecológica global actual, y sobre todo los temas en general.]

El comunismo siempre ha planteado no sólo abolir la división entre la ciudad y el campo (entre

industria y agricultura) como parte de la abolición de la división del trabajo, sino que siempre ha

propuesto, en palabras de Marx, reconciliar a la humanidad con la naturaleza a la par de reconciliar a

la humanidad consigo misma. Solamente sobre la base histórica y real de la abolición de la división

campo/ciudad o agricultura/industria y solamente con una humanidad reconciliada consigo misma,

esto es una humanidad sin clases ni antagonismos de clases [ni de razas ni de sexos], es posible una

humanidad reconciliada con la naturaleza. Dicho de otro modo, solamente eliminando con la

14

Respecto a las cuales, dicho sea de paso, el compañero histórico Ricardo Flores Magón siempre reivindicó su carácter

proletario, revolucionario e internacionalista, teniendo que enfrentarse contra los anarco-reformistas tanto eurocentristas

[principalmente contra Jean Grave, para quien dichas luchas eran “campesinas” y “entre caudillos políticos”] como

indigenistas de la época. 15

Ver “Sobre la lucha mapuche y su esencia como parte de la guerra de clases”:

http://hommodolars.org/web/spip.php?article5277, y “Tesis provisionales sobre la guerra en Wallmapu”:

http://hommodolars.org/web/spip.php?article4497 [Nota del 2015.] 16

Ver “Imponente desarrollo de las luchas proletarias en Perú” en la revista Comunismo nro. 60: http://gci-

icg.org/spanish/Co60_4.htm [Nota del 2015.] 17

Ver “América: ¡Arriba los que luchan contra el Capital y el Estado!” en Comunismo nro. 45: http://gci-

icg.org/spanish/comunismo45.htm#subrayamos_america [Nota del 2015.]

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revolución social proletaria al capitalismo “volveremos” a obtener la unidad y la mayor armonía

posible (no un idilio o un paraíso, ojo) de los seres humanos entre sí y por ende de los seres humanos

con la naturaleza.

Tal es, en pocas palabras, la solución comunista radical e integral a la actual crisis ecológica global

y a toda la crisis general e histórica del capitalismo. Y este es, además, otro argumento de peso para

no pensar, criticar, vivir ni revolucionar el mundo como si fuese un rompecabezas de partes separadas

[tal como lo hacen las ideologías parcializadoras], sino como una unidad o totalidad viva.18

Si esta propuesta parece “coincidir” [lejos de cualquier eclecticismo] con lo más rescatable del

llamado “pensamiento andino” en torno a la unidad entre el ser humano y la naturaleza y en torno al

“buen vivir” o “sumak kausay”, concebido éste al margen y en contra (ojo) del discurso de las

organizaciones indigenistas y proindigenistas al respecto, [así como también, y sobre todo, al margen

y en contra del discurso oficial o del gobierno de la contra-“revolución ciudadana” al respecto]; es

porque el comunismo no sólo se plantea ser el mundo de la igualdad, la solidaridad y la libertad

absolutas [y reales], sino también un mundo de abundancia y placer generalizados en condiciones

materiales y espirituales de comunidad real humana y humana-natural. Tal “coincidencia” ocurre

simplemente porque tanto el comunismo teórico como el “pensamiento andino” remiten a dos formas

[históricas19

] distintas pero convergentes de comunidad humana real o de comunismo.20

18

Vale reflexionar seriamente en las consecuencias de esta deriva posmoderna, fragmentaria y reformista en las luchas sociales

actuales: p. ej. en lo perjudicial que es para un proceso revolucionario –y beneficioso en cambio para el capital y su estado-

separar los sectores y las luchas proletarias del campo y de la ciudad, de los indígenas y de los no-indígenas, de las mujeres y

de los hombres, etc. Asimismo hay que criticar el mito posmoderno, pequeñoburgués y reaccionario de renegar de la lucha de

clases y de dedicarse a hacer dizque “revoluciones” “micro” y encerrarse en guetos que más parecen burbujas (como pasa

también con las “culturas juveniles” o “tribus urbanas”). El sistema capitalista siempre nos restregará su carcajada y sus

colmillos mientras nos mantengamos divididos y embobados por él de esa manera. 19

Reiteramos que bajo el capitalismo las comunidades indígenas ya no son tales, no son comunidades reales, sino que están

intervenidas y subsumidas por el capital, la mercancía, el dinero, el trabajo asalariado, las relaciones de clase, otros elementos

de la sociedad capitalista. Las comunidades indígenas sólo fueron comunidades reales en tiempos precapitalistas, no sólo

precolombinos sino preincásicos; es decir, en tiempos de comunismo primitivo. Mientras que la disolución histórica de ésta fue

el motivo de la llamada “resistencia indígena” de siglos, a la cual nosotros la entendemos como parte del movimiento real,

histórico y mundial de los desposeídos y explotados por el capital que niega y suprime el orden social de éste; es decir, la

entendemos como parte del comunismo. Así pues, los comunistas vemos y vamos más allá, esto significa del comunismo

primitivo al comunismo futuro, “arco histórico” tendido, mantenido y proyectado precisamente por el comunismo en tanto

movimiento histórico, mundial y revolucionario del proletariado. [Nota del 2015] 20

No vamos a discutir aquí la diferencia cualitativa entre comunismo y comunitarismo [diferenciación parcialmente hecha en

el punto nº 3 de esta carta], ni si lo uno es “occidental” y lo otro no lo es, ni la economía política y la sociología de las

comunidades indígenas en la actualidad, así como tampoco los garrafales errores y limitaciones del indigenismo, etc. Debate

éste que muchas veces es un simple pasatiempo intelectual para la izquierda del capital ligth o socialdemocracia académica y

posmoderna de este país, pero en lo que lamentablemente a veces también caen algunxs compañerxs cuando creen de manera

ecléctica, ilusa y hasta folklórica en un “comunismo indígena”, un “anarquismo andino”, etc. Nosotrxs solo podemos afirmar

breve o concisamente –apoyadxs, p. ej., en los trabajos teóricos de A. Quijano [y, sobre todo, en la historia de la lucha de

clases real]- que, en la formación social capitalista latinoamericana, bajo la matriz del capitalismo colonial/moderno o de la

sistemática división racista del trabajo, el poder y la identidad (en América Latina hablar de clase sin referirse a su

componente “racial” es una ficción eurocéntrica-colonial); en este contexto, clase y “raza” son inseparables, con todo lo que

esto implica para la crítica y la praxis revolucionarias: proletarios-no blancos (“choletarios”) vs. burgueses blanco-mestizos,

pero también proletarios-indígenas vs. burgueses-indígenas, etc.... ¡Lucha de clases, compañerxs, lucha de clases! La lucha

contra el racismo capitalista, por tanto, solo es realmente revolucionaria cuando es una lucha a muerte de lxs proletarixs de

todxs los colores -y de todos los lugares, sexos y edades- por destruir y superar el capitalismo –fundamento del racismo- en su

totalidad. [De lo contrario, la “lucha antirracista” –léase indigenista- en realidad pasa a formar parte del espectro

reformista, de la izquierda del capital y del estado contra el proletariado, pasa a formar parte de la contrarrevolución.]

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[Al mismo tiempo, hemos de aclarar y de demarcar que, a diferencia radical del “pensamiento

andino”, los comunistas sostenemos que dentro del capitalismo o –como dicen unos compañeros-

“bajo el yugo del capital otro mundo NO es posible”: el comunismo o la anarquía sólo será posible

sobre la base de la destrucción total y radical del capitalismo, es decir mediante la revolución

proletaria, comunista y anárquica mundial. Así como también que la verdadera vida, la verdadera

comunidad humana-natural, sólo se conquistará, no con la lucha política y democrática por un

“estado plurinacional” ni tampoco con experimentos comunitarios o de “autogestión” local, sino por

el contrario con la lucha proletaria autónoma, violenta, antidemocrática e internacionalista contra el

capital, el estado y todos sus agentes de izquierda y de derecha por igual; mediante la autonomía

proletaria, la acción directa, la guerra de clases, la insurrección y la revolución mundial.

Finalmente, que para nosotros vivir es luchar y, por lo tanto, sólo en la comunidad de lucha real,

internacional e histórica, del proletariado contra el Capital se prefigura la comunidad humana real

mundial o el comunismo.

Decimos todo esto para remarcar no sólo la diferencia sino la contraposición entre un clasismo

revolucionario integral y el indigenismo, y entre el comunismo y el comunitarismo.]

6. Por todo lo hasta aquí afirmado, aunque con las respectivas analogías o extrapolaciones para este caso

(el indigenismo y el comunitarismo), asumimos y defendemos como propias las siguientes tesis

programáticas de los compañeros del Grupo Comunista Internacionalista:

“Tesis 39.

Opresión racial, opresión sexual, destrucción del medio ambiente,... existieron en todas las

sociedades de clases, pero nunca llegaron a un nivel tan sistemático y tan gigantesco como con el

capitalismo y especialmente con el progreso de la civilización capitalista en la fase actual. Solo una

lucha global [total] puede destruir la base misma que produce tanto la enajenación del hombre

como el conjunto de manifestaciones inhumanas y atrocidades propias a las relaciones sociales

capitalistas. Solo una clase social -el proletariado- contiene en su ser dicho proyecto y su

realización -la revolución comunista-. Por el contrario, la liquidación de la lucha mediante su

parcialización y la creación de movimientos específicos tendientes a disminuir o resolver uno de

esos problemas separados, sin poder por lo tanto atacar su causa común y profunda (feminismo,

antiracismo, ecologismo,...) son irremediablemente tentativas adicionales de adaptación, de

mejoramiento, de reparación del sistema y por lo tanto de reforzamiento de la dictadura del capital.

Prácticamente esos movimientos han servido y solo pueden servir para desviar la energía

revolucionaria del proletariado, para mejorar los mecanismos de dominación y de opresión e

incluso para aumentar la tasa de explotación del proletariado.

“Tesis 39a.

En la explotación universal de una clase que contiene todas las razas, todas sus combinaciones

posibles y que por primera vez adquiere todo el sentido el hablar de una especie humana, en los

intereses únicos de esa clase y en la lucha que la misma está forzada a desarrollar hasta imponer

su revolución social y universal, se encuentra la única solución humana y definitiva a la opresión

racial y al racismo. Del otro lado de la barricada, se encuentran por el sistema social de producción

que defienden y representan, todos los explotadores aunque los mismos sean de todos colores y

actúen unificados por un discurso racista o antiracista. Pero el racismo (o el antiracismo) es mucho

más que un problema ideológico. El hecho de que el capital compra más barata la fuerza de trabajo

de una raza [ej: indígenas y negros] que la de otra [ej: blancos y mestizos], de que las condiciones de

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explotación y de vida de una parte del proletariado son aún peores que las de otra, refleja que en la

realidad del capital la producción de un ser humano, en tanto que esclavo asalariado, no interesa en

absoluto como ser humano, sino por el trabajo social que el mismo tiene incorporado (como sucede

con cualquier otra mercancía). Dicha realidad racista del capital determina que (de la misma

manera que el valor de la fuerza de trabajo de un obrero calificado sea mayor al de un obrero

simple) el valor de la fuerza de trabajo, por ejemplo de un obrero "nacional", sea mayor de la de un

"obrero inmigrado" (se presupone que el primero tiene más trabajo de integración, socialización,

nacionalización, sindicalización que el otro). En la organización internacional de la dominación

burguesa mundial, el racismo solo puede presentarse muy marginalmente como lo que es (discurso

abiertamente racista de tal o tal gobierno, de tal o tal partido burgués) y en la mayoría de los casos

se desarrolla en base al antiracismo. El antiracismo constituye, pues, una fuerza ideológica cada

vez más decisiva de reproducción de la explotación y de esta sociedad racista. Toda lucha contra el

racismo de esta sociedad que no ataque a la sociedad capitalista que es su fundamento, es decir que

no sea una lucha del proletariado internacional contra la burguesía mundial, se transforma así en

un elemento ideológico adicional del Estado y de la opresión burguesa. La expresión más acabada

de dicho antiracismo la encontramos en la burguesía triunfadora en la segunda guerra mundial y

constituye un elemento ideológico decisivo de todas las grandes potencias mundiales actuales. El

antiracismo es así la forma más refinada de reproducción de la sociedad racista. El Estado de

Israel, constituido sobre la comunidad ficticia de la lucha antiracista judía, es un ejemplo

particularmente ilustrativo del antiracismo sirviendo a la explotación capitalista racista llevada a su

máxima expresión en los campos de explotación del proletariado de esa región. [...]

Tesis 39c.

La importancia de estas ideologías parcializadoras del capitalismo mundial como el antiracismo o

el feminismo, cuyo objetivo es el combatir la unificación del proletariado internacional, puede

comprenderse teniendo en cuenta que cada uno de esos movimientos de movilización estatal se

dirige a atraer a la mayoría de la población proletaria del planeta y desviarla de sus objetivos

clasistas y revolucionarios. Los/las feministas más radicales no dejan nunca de mencionar que sus

reivindicaciones conciernen la mayoría de la población del planeta que son mujeres. El antiracismo

radical por su parte tiene las mismas pretensiones, dado que el proletariado cuyo color de la piel, o

cuyo carácter de inmigrado o hijo de inmigrado, le determina formas particularmente atroces de

explotación por parte del capital, es de lejos la gran mayoría del proletariado mundial. De ahí

también la importancia de la crítica revolucionaria de tales ideologías, que serán barridas por la

lucha unificadora del proletariado de todos los colores, de todos los sexos, de todas las edades,

migrantes de todos lados hacia todos lados, contra el capital mundial. Es ya hoy en esa comunidad

de lucha real y en su desarrollo que se destruye y se destruirán el racismo y el antiracismo, el

llamado "problema de la mujer" y el feminismo, etc.”

(Puedes leer –y lo recomendamos seriamente- todas las Tesis de Orientación Programática del GCI

pinchando aquí: http://www.gci-icg.org/spanish/tesis_orientacion_programatica.htm)

7. Queremos finalizar diciendo que con esta carta –y con todos nuestros materiales e intervenciones en

general- no nos interesa “tirar línea” ni “convencer” a nadie de nada para ganar más “adeptos”

(¡grosero atavismo vanguardista, populista y cuantitativista de toda organización leninista, así no sea o

no confiese su leninismo tácito u oculto!). [No nos interesa ni afecta ser “impopulares” y estar a

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contracorriente de todo y de todos –como les ha tocado a los comunistas y anarquistas

revolucionarios de siempre y de todos lados del mundo-. Lo que nos interesa es criticar y romper con

el sistema, sus defensores y sus falsos críticos. Y sobre todo: “No tenemos nada que venderle a

nuestros hermanos de clase, nada con qué seducirlos. No somos un grupúsculo compitiendo en

prestigio e influencia con los demás grupúsculos y partidos que dicen representar a la clase obrera, y

que pretenden gobernarla. Somos proletarios que luchan por auto-emanciparse con los medios que

tienen a su alcance, y nada más.” – Cuadernos de Negación/Ex Núcleo de IRA. ]

Lxs proletarixs revolucionarixs [–de diferentes vertientes y tendencias-] nos encontramos y

asociamos autónomamente y entre iguales en, por y para la lucha misma, en la “militancia por la

vida” como diría el poeta o, como diría la canción...: “las piedras rodando se encuentran”. [Nos

encontramos en las calles, luchando de múltiples formas contra nuestro enemigo en común y por

reapropiarnos de nuestras vidas.]

No nos interesa tampoco debatir con posiciones culturalistas y reformistas, ni mucho menos con

posiciones personalistas o grupalistas.

Por lo tanto, no queremos estar repitiendo a cada rato nuestras ideas y argumentos a los necios o

malos entendedores –por decir lo menos- ni, mucho menos, estar dizque “demostrando en la

práctica” o “predicando con los hechos” nada a nadie: ¡miserable show y farándula del medio

pseudorevolucionario local actual! ¡Miserable competencia izquierdista de quién habla “más chévere

o más bacán” y quién “hace más” o “camella más” para “llegar a las masas” o “al pueblo”! [Miserable

espectáculo en el cual “Vientos del Pueblo” se lleva el trofeo dorado, seguido quizá por el “FEL”.]

Más claro: insistimos en lo dicho en el primer punto de esta carta, a sabiendas que ello puede ser

motivo de no diálogo, distanciamiento y ruptura definitiva con el Ch“A”, lo cual... ya lo veíamos

venir; es más, resulta ya inevitable, pero es lo más sano, sensato y atinado, al menos de nuestra parte,

y no por purismo ni sectarismo (uds. bien saben que somos anti-moralistas y anti-dogmáticxs en

todo), sino como parte de romper con la realidad e ideología tanto dominantes como “alternativas”,

como parte de continuar firmes nuestro proceso de apropiación y profundización del programa

revolucionario, comunista y/o anarquista, en tanto minoría proletaria revolucionaria. [Y esto, a su

vez, como parte imprescindible del proceso que lleva el proletariado internacional (e

internacionalista) por reconstituirse en clase, sujeto o fuerza revolucionaria mundial e histórica para

luchar por la revolución social mundial.]

En ese caso, nada peor que perder el tiempo en un “diálogo de sordos” [y peor aún, en peleítas entre

grupos e individuos: ¡algo patético y rechazable!].

“La revolución sabe escoger a lxs suyxs”, decía con razón un compañero histórico, y estamos segurxs

que ese tipo de posiciones [ideológicas, parcializadoras y reformistas] que aquí criticamos y

rechazamos obviamente no tienen nada que ver con la revolución, sino lo contrario.

Ya que consideramos a esta carta como necesaria y suficiente con respecto a nuestras posiciones

alrededor de tu pregunta y de la ideología del Ch“A” en general, no tenemos nada más que agregar.

[....] Al menos de nuestra parte, con esto damos por terminado este capítulo con uds., y no nos

interesa, no queremos y no vamos a reabrirlo.

Saludos comunistas-anarquistas.