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Stephannnie Rioseco Cristian Opazo LET107H 11 de junio de 2012 Seducción femenina: La predica de conquista del Señor Mackinney en El coordinador de Benjamín Galemiri En el texto La prédica de Milton Friedman: un ajuste cultural de Luis Ernesto Cárcamo, se plantea que el economista al exponer ante la sociedad su visión de mundo se configura como un ente productor de sentido. Dicha producción de sentido se origina a través de la acción discursiva de la predica, que es definida como “un sermón o discurso vehemente que remite a una intervención retórica de carácter general y, al mismo tiempo, guarda estrecha relación con la práctica discursiva religiosa” (Cárcamo 73). En este sentido, el economista se configura como un predicador encargado de prescribir a través del discurso cómo debe actuar una sociedad. En la obra El coordinador de Benjamín Galemiri, el Señor Mackinney (economista), dicta una predica sobre cómo se debe conquistar a una mujer basándose en el discurso de los P.H.D. James Friedberg de la Universidad de Berckeley, sustentando el discurso hegemónico de que la mujer es un ser inferior que debe someterse al hombre. La situación se desarrolla cuando el Señor Mackinney (con una identidad falsa) se encuentra con Milan, un hombre de 47 años cesante y virgen que busca encontrar a

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Stephannnie RiosecoCristian OpazoLET107H11 de junio de 2012

Seducción femenina: La predica de conquista del Señor Mackinney en El coordinador

de Benjamín Galemiri

En el texto La prédica de Milton Friedman: un ajuste cultural de Luis Ernesto

Cárcamo, se plantea que el economista al exponer ante la sociedad su visión de mundo

se configura como un ente productor de sentido. Dicha producción de sentido se origina

a través de la acción discursiva de la predica, que es definida como “un sermón o

discurso vehemente que remite a una intervención retórica de carácter general y, al

mismo tiempo, guarda estrecha relación con la práctica discursiva religiosa” (Cárcamo

73). En este sentido, el economista se configura como un predicador encargado de

prescribir a través del discurso cómo debe actuar una sociedad. En la obra El

coordinador de Benjamín Galemiri, el Señor Mackinney (economista), dicta una

predica sobre cómo se debe conquistar a una mujer basándose en el discurso de los

P.H.D. James Friedberg de la Universidad de Berckeley, sustentando el discurso

hegemónico de que la mujer es un ser inferior que debe someterse al hombre.

La situación se desarrolla cuando el Señor Mackinney (con una identidad falsa)

se encuentra con Milan, un hombre de 47 años cesante y virgen que busca encontrar a

una mujer buena que lo ame, en el ascensor del edificio cuando este acude a una reunión

con él mismo para conseguir trabajo y este le relata la manera en que trata de

conquistar a las mujeres: “A cada negativa, más me aferraba a ella. La acosé, la cerqué,

la llene de regalos y ella seguía despreciándome” (Cárcamo 8). En esta cita se puede

apreciar que Milan trata de conquistar a las mujeres demostrando todo el interés que

siente hacia ellas. Con ello, obtiene el rechazo femenino porque convierte a la mujer en

un objeto al que se puede “acosar” y no respeta la decisión de ellas de no aceptarlo.

Por el contrario, Marlón (el Señor Mackinney) utiliza la estrategia opuesta, es

decir, la indiferencia. Por ello, le dicta la siguiente predica a Milan sobre como

conquistar a una mujer: “Yo nunca cortejo a las mujeres (…) Dejo que ellas se

desesperen solas (…). Las provoco, fíjese amigo, qué simple. Apenas si les dirijo la

palabra, luego las degrado (…) A una mujer nunca hay que hacerle el amor, luego lo

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desprecian a uno (…) ¿Conclusión? Someter a las mujeres a la presión máxima, pero

jamás llevarlas al orgasmo” (Cárcamo 8-9). En la cita se puede apreciar que el

economista utiliza la estrategia de la indiferencia para conquistar a las mujeres. Además,

manifiesta que las mujeres son las esclavas de los hombres reproduciendo el discurso

masculino hegemónico, en el cual la mujer era vista como un ser de segunda categoría

al cual se puede esclavizar y dominar. También en su discurso demuestra cierto temor a

demostrar afecto hacia ellas, por lo cual no “les hace el amor” y prefiere “fornicar en los

burdeles”, pues teme que al llevar a una mujer al orgasmo esta lo rechace. Es interesante

la diferencia que hace entre “hacer el amor” y “fornicar” porque con ello se manifiesta

la idea de la mujer para amar (la esposa que no tiene derecho a sentir un orgasmo

porque sólo sirve para reproducir) y la mujer para fornicar (la prostituta).

Lo anterior, se puede ver expresado cuando Briggite, una mujer joven y bella,

sube al ascensor para concretar una entrevista de trabajo con el Señor Mackinney e

inmediatamente se siente acosada por las miradas de Marlón y Milan.Luego de un rato

de conversación con Milan y Marlón, la mujer le ofrece a Marlón tener relaciones

sexuales con él y este la rechaza aduciendo que es una “prostituta” y la humilla

contándole a Milán y Amiel que ella se le ha ofrecido. Luego, la mujer se transforma

inmediatamente en un objeto sexual y comienza la disputa de los tres hombres por

penetrar a Brigitte. Primero, Amiel, un viejo militar intenta violarla y Marlón lo detiene,

para ofrecerle a Milan la posibilidad de abusar de la mujer y el tarta de hacerlo y no

puede ante la negativa de este él mismo comienza a violar a la mujer sin que nadie lo

detenga: “Marlón se lanza sobre Brigitte y comienza a demostrarle como se hace. Sin

darse cuenta comienza él a hacerle el amor a ella, lo que Brigitte rechaza tratando de

sacárselo de encima pero no puede. Marlón continúa adelante con brutalidad y

violencia. Brigitte grita pidiendo auxilio” (Cárcamo 34).

Finalmente, a través del análisis de la obra se ha podido comprobar que Marlón

reproduce una predica que se corresponde con el discurso hegemónico de dominación

del hombre hacia la mujer, donde esta es considerada un objeto. Esto queda evidenciado

al final de la obra, pues en el encierro del ascensor los tres hombres trataron de abusar

de Briggite sexualmente a penas quedo evidenciado que ella era una mujer fácil cuando

se ofreció a Marlón. Por último, en la obra se puede apreciar que ni Marlòn ni Milan

tienen la más mínima idea de cómo conquistar a la mujer, pues ambos las ven como

objeto. Milan al acosarlas y Marlón al humillarlas por miedo al rechazo. En mi opinión

el discurso dominante no funciona porque hoy en día las mujeres estamos en igualdad

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de condiciones frente a los hombres y no creo que una mujer normal acepte menos que

ser amada y obtener satisfacción sexual.

Bibliografía

-Cárcamo, Luis Ernesto. Capítulo 1. La prédica de Milton Friedman: un ajuste cultural.

Las tramas del mercado. Santiago: Cuarto Propio, 2007.

-Galemiri, Benjamín. El coordinador. Santiago: Revista Teatral Chilena, 1994.