Crepon La Herencia de Las Lenguas

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v Dossier “Biblia y filosofía política contemporánea”

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v DossierBiblia y losofa poltica contemporneaCrepon.indd 7 23/9/11 15:58:40Crepon.indd 8 23/9/11 15:58:409Acta Poetica 31-1ENERO-JUNIO2010 (9-30)La herencia de las lenguas1Marc CrponEl presente ensayo se pregunta sobre la herencia de las lenguas a partir de la correspondencia entre Gershom Scholem y Franz Rosenzweig a propsito delasecularizacindelhebreo.Elautorabordacentralmentelarelacin entre la lengua sagrada y las lenguas profanas, as como el problema de la traduccin, especcamente en el texto que Rosenzweig dedica a Lutero y su traduccin de la Biblia.PALABRAS CLAVE: secularizacin, traduccin, Scholem, Rosenzweig.Thisessayraisesthequestionoflanguageinheritance,basedonthecor-respondence between Gershom Scholem and Franz Rosenzweig regarding thesecularizationofHebrewlanguage. Theauthorfocusesmainlyonthe relationship between holy language and other, non-religious languages, as well as on the issue of translation, specically in the text that Rosenzweig dedicates to Luther and his translation of the Bible.KEY WORDS: secularization, translation, Scholem, Rosenzweig.Fecha de recepcin: 26 de diciembre de 2009Fecha de aceptacin: 20 de mayo de 20101 Este artculo fue publicado inicialmente como Lhritage des langues, en Les Etudes philosophiques, Nouvelles lectures de Rosenzweig, 2009-2 (avril), 229-240.Crepon.indd 9 23/9/11 15:58:41Crepon.indd 10 23/9/11 15:58:4111Acta Poetica 31-1ENERO-JUNIO2010 (9-30)Marc Crponcole Normale Suprieure Pars, FranciaLa herencia de las lenguasTraduccin del francs de Miriam JeradeNo existe reexin sobre las lenguas (cada una en su singula-ridad as como en su pluralidad) que no sea llamada a superar la prueba del nihilismo. Si bien es verdad que este ltimo rei-vindica y profetiza una equivalencia generalizada ya sea que asumaconjuntamenteladeclaracinylapraxis,tododis-curso, toda legislacin, toda institucin que tenga a las lenguas por objeto amenaza con destruirse ante semejante equivalencia. Dos formas, al menos, pueden ser identicadas. 1) La primera sometelaevaluacindelosusosalrgimendelacantidad. Todo se vale, sin duda, pero aquello que permite a la gran ma-yora comprenderse y comunicar vale an ms. Por el contrario, aquello que parece reservado a una minora (cualquiera que sea el nombre que le demos), en tanto se resiste por naturaleza a la comprensin y a la comunicacin inmediata, puede considerar-se cantidad desdeable. Todo se vale, porque nicamente tiene valor la extensin del uso. Del supuesto dogma conocemos al menostresconsecuencias.Laprimeraesquelaslenguas(la lengua llamada materna as como las llamadas extranjeras) deben ser enseadas en vista de su uso ms comunicativo y el ms contemporneo. Sometiendo su aprendizaje, a contrapelo Crepon.indd 11 23/9/11 15:58:4112de toda herencia, a los imperativos del presente y a un clcu-lo del porvenir que tienen en comn el deber de liberarse del pasado. La segunda es que estas mismas lenguas valen la pena de aprenderse (y ser enseadas) en proporcin al nmero de sus hablantes. La tercera nalmente impone que solo sean aproba-das y difundidas (volvindose visibles y audibles) a travs de los medios de difusin y comunicacin destinados al pblico, nicamente las prcticas de la lengua supuestamente accesibles a la mayora. 2) La segunda forma de equivalencia con la cual el espectro del nihilismo asedia toda reexin y toda prctica de las lenguas consiste en su apropiacin e instrumentalizacin nacionales. Puesto que la lengua vale como propiedad para todos los miembros de una misma comunidad en partes igua-les, esta constituye su patrimonio comn. nicamente vale, por lo tanto, aquello que se ha sedimentado en la lengua que cada uno puede visitar como se visita un museo, con esta forma de pasividad que cuanto ms se apega a la propiedad del pasado, ms se aparta del porvenir; dicho de otro modo: una lengua que no exige nada de nadie.IRosenzweig y Scholem no habran ignorado nada de esta doble equivalencia. Sin embargo, esta se complica, al menos para el primero(yenotramedidaparaelsegundo),apartirdeuna tercera que constituye uno de los anclajes de toda su reexin sobre el lenguaje: aquella que pone en un mismo plano al he-breo y a las otras lenguas. Si bien es cierto que el problema del nihilismo no les era menos extrao, ninguno de los dos en su dimensinlingsticamseruptiva,independientementedel problema que les planteaba la herencia diferencial de la len-gua sagrada y de las lenguas profanas abstraccin que ha- cen a partir de aquello que poda y de aquello que deba ser la Crepon.indd 12 23/9/11 15:58:4113relacintantorespectoalpasadocomoalfuturodecadauna de ellas, en un presente que haca (y an hace) de esta relacin un enclave poltico decisivo. Por el asedio de la nada y de la nulidad (la nada y la nulidad del nihilismo), tenan conscien-cia, en efecto, de que siempre est en juego la posibilidad o la imposibilidad de una transmisin. Haber entrado en el tiempo delnihilismosignicabaparaellospertenecerauntiempo dondesehabavueltolegtimopreguntarsesianhabaalgo portransmitir,puestoquetodoeraequivalenteonadavala (loqueendenitivasignicalomismo).Deahlapregunta que intentaremos retomar y actualizar: Qu podra o debera transmitirse an a nosotros de la herencia de las lenguas? Qu signica en este caso transmitir y heredar? En qu reside ladiferenciasegnsetratedeunalenguasingular(sagrada) y/o de su pluralidad (profana)? Y por ltimo, qu designa ese nosotros concernido por esta diferencia? La fuerza de las reexiones de Rosenzweig sobre las lenguas se despliega entre los anlisis que les consagra en La estrella de la redencin los mltiples ensayos que acompaaron su traduccin de la Biblia, en colaboracin con Buber la organizacin de la enseanza del Lehrhaus, y nalmente su observacin crtica de los com-promisos intelectuales y polticos del sionismo la fuerza de sus reexiones reside, por lo tanto, en que ellas conjuntan cada una de las tres equivalencias anteriormente identicadas. A propsito del hebreo (ms adelante veremos qu pasa con las dems lenguas), este rechaza a su vez la reduccin al estado de lengua de uso corriente en la comunicacin, su nacionalizacin (que viene a ser lo mismo que una instrumentalizacin poltica) y al mismo tiempo su confusin con una lengua profana que no conservayanadadesusantidad.Esestomismoloquepone enperspectiva,conparticularagudeza,enuntextocortode 1925intituladoNeo-hebreo?(Neuhebrisch?)quesepre-senta como la crtica de una traduccin de la tica de Spinoza alhebreo. Todaladicultadprovienedelatensinentredos Crepon.indd 13 23/9/11 15:58:4114tesis contradictorias. La primera llama al hebreo a convertirse en la lengua hablada de un pueblo igual a los dems pueblos2 (Rosenzweig,Nohbreu?,26)yporestarazninvitaa losjudosdePalestinaaadoptarlacomounalenguanueva yaadaptarlaalasexigenciasmodernasdelacomunicacin, liberndola de toda deuda con respecto a su pasado. La segun-darecuerda,contrariamente,queelhebreoes(yaseaquese herede o se transmita) la lengua santa del pueblo santo (26).3 Frente a una oposicin tal, la estrategia de Rosenzweig consiste en mostrar tres aspectos que desplazan completamente las con-sideraciones del anlisis. La primera muestra que la oposicin entrelenguasantaylenguapopularesfacticiayarbitraria. No es necesario adaptar el hebreo a las necesidades expresi-vas del pueblo, puesto que la lengua santa lleva en s misma la memoria de un habla popular y nunca dej de ser una lengua viva. La fractura procede as, siempre de una construccin ima-ginaria lase poltica.Constantemente,ynosolamenteentiemposdeMoissyde Isaas, auyeron en ella, la lengua santa, la lengua de Dios, las fuerzas de renovacin provenientes de la lengua hablada, de las lenguas habladas por el hombre. En otros trminos: pese a su santidad, el hebreo nunca se j en alegora, es ms, siempre permaneci vivo (26).Sin embargo, esto no signica que la lengua sea la emana-cindeunpueblosingularynodebiramosconfundirla 2Rosenzweig,Nohbreu?,enLEcriture,leverbeetautresessais,trad.J. L.EvardParis,PressesUniversitairesdeFrance,1998;Neuhebrisch?,enDer menschundseinWerk,GesammelteSchriften.TomeIII.Zweistromland,kleinere SchriftenzuGlaubenundDenken,Dordrecht,MartinusNijhoffPublishers,1984, 725.NoseencontrarontraduccionesalespaoldeestetextodeRosenzweig,por consiguiente, hemos traducido los prrafos citados del francs [N. del T].3 Neuhebrisch?, 725. Las citas textuales en el cuerpo del artculo correspon-den a la versin en espaol seleccionada por la traductora. En las notas a pie guran las referencias correspondientes a las ediciones en francs y en alemn.Crepon.indd 14 23/9/11 15:58:4115naturalezadelarelacinentrelalenguasantayelpueblo eterno.Nosignicaquelaprimerasealaexpresinnatural del genio o del espritu del segundo. En su breve ensayo, Ro-senzweig no deja de recordar aquello que la lengua le debe a suhistoria,esdecir,alconjuntodeintercambiosquelapu-sieronencontactoconotraslenguas,comoporejemplo,se-gnloprecisa,lalenguadelosejrcitosydelostribunales romanosyaquelladelosamosysujetosdelnuevoimperio persa, aunados al rabe de los mdicos y lsofos del Islam, pero tambin las lenguas de Europa, en tanto se desarrollaron como organismos autnomos, bajo la sombra de la latinidad de la Iglesia universal (27).4 De modo que el hebreo no se deja reconducir hacia ni replegarse sobre ningn centro. Este es, a ndecuentas,elprincipalreprochequeRosenzweigdirige a su nacionalizacin. Pues es siempre de este modo que opera la instrumentalizacin nacionalista o apropiante de la len-gua, cualquiera que esta sea. Ella centraliza erige el centro comonormayreferenciasiendoquelavidamismadelas lenguas procede de la periferia.Para que el hebreo sea una lengua viva no es necesario ima-ginarunEstadoenelcualsehagadeellalalenguanacio-nal, y con mayor razn si esto implica arrancar a la lengua aquello que constituye su propia vida, puricndola de lo que sera errneamente considerado como intiles vestigios del pa-sado. Heredar del hebreo signica, por el contrario, ocupar-se de un patrimonio necesariamente descentrado o ex-cntrico perifrico y diseminado pues solo as la enseanza de la lengua es el a su pasado heterogneo y mltiple. La ilusin, por decirlo as, es querer hacer de las ltimas manifestaciones deunhablapopularodeunaoralidadpretendidamentere-descubiertaelsignodistintivoyexclusivodelcarctervivo. Enrealidad,nosdiceRosenzweig,lavida,siexiste,esten 4 Neuhebrisch?, 725.Crepon.indd 15 23/9/11 15:58:4116otra parte. Ella reside en la eternidad de un legado no de una lengua depurada, puricada o selectiva, sino de una lengua en laquenadadeaquelloquealgunavezfueadquirido,puede perderse (27).5De ah el sentido abierto de la herencia de la lengua hebrea. Ella es a la medida de esta eternidad este No poder morir, no-querer morir, no tener el derecho a morir (27),6 que la dis-tingue, a los ojos de Rosenzweig, de las lenguas profanas, las cualesnuncalogranescapartotalmentedelaleydesuauto-puricacinpermanente,deestasecuenciademuertesyde resurrecciones (27)7 que traduce, en el plano del lenguaje, la historicidad(ylamortalidad)delospueblosquehanentrado en la historia. Sin duda, la distincin parece aqu irreductible, conforme a los desarrollos de La estrella de la redencin. Ms adelante veremos que, por ende, lo que aqu se dice de la len-gua santa, de su adquisicin y de su enriquecimiento de y por la periferia, no deja de tener consecuencias sobre aquello que podra signicar, bajo reservas, heredar de las lenguas profa-nas.IIA este texto hace eco, al menos de manera implcita, una carta que Scholem dirige a Rosenzweig al nal de 1926 (por consi-guiente, solo algunos meses posterior a la publicacin de Neo- hebreo?), a propsito de la secularizacin de la lengua hebrea. Esta carta, como es bien sabido, ha sido objeto de dos comen-tariosmagistrales:eldeStphaneMoss(quienporciertola tradujo) en El ngel de la historia8 y el de Derrida en un texto 5 Neuhebrisch?, 726.6 Neuhebrisch?, 726.7 Neuhebrisch?, 726.8 La traduccin y el comentario de Moss aparecieron inicialmente en: Archives de sciences sociales et religieuses, 1985, nm. 60-61. Fueron retomados en LAnge de lhistoire, chapitre 9, 239-259.Crepon.indd 16 23/9/11 15:58:4117intitulado Les yeux de la langue9 [Los ojos de la lengua]. Afaltadepoderrestituirtodalariqueza,noscentraremosen dos puntos, prolongando los anlisis que preceden. El primero concierne al nihilismo; el segundo a la transmisin o al paso de lalenguadeunageneracinaotra.Habiendoapuntadoante-riormente las diferentes formas de equivalencia que, desde el punto de vista de las lenguas, denen al nihilismo, hemos sub-rayado que la primera de ellas consiste en igualar o uniformar todas las formas de expresin, la neutralizacin de todo aquello que, en la lengua, escapa a su adaptacin a las necesidades ms usuales de la comunicacin. El nihilismo termina siempre por considerar,deunauotramanera,quelaspalabrasnosirven msqueparacomunicar.Ensuanlisisdramticosobrela secularizacin del hebreo, el espectro de esta nivelacin (que siempre es un fantasma) le sirve a Scholem de hilo conductor. Ella implica, en efecto, de la manera ms voluntaria, que las pa - labras de la lengua pueden ser retomadas independientemente de la carga de sentido que les conere su pasado, es decir, de latradicin.Estaabstraccin,estedejardelado,estapuesta entre parntesis de todo lo que se ha sedimentado en la lengua y que permanece vivo, es lo que signica la palabra actualiza-cin. Actualizar la lengua, a ttulo de su renacimiento nacio-nal (que siempre es una instrumentalizacin poltica), es hacer como si se pudiera pasar de (y pasar sobre) su historia es de- cidir, una distincin arbitraria y siempre violenta entre lo muer-toylovivo.Todamodernizacin,todaadaptacinconllevan entonces, en el sentido ms dinmico y ms poltico del trmi-no,intervencionistaydecisivo,supartedeenterramiento,de sepulcro, e incluso de represin. 9 El ensayo de Derrida fue publicado en los Cahiers de lHerne, num. 83 Jacques Derrida, bajo la direccin de Marie-Louise Mallet y Ginette Michaud, Paris, 2004, 473-493. El texto est dividido en dos partes intituladas respectivamente: El abis-mo y el volcn y Secularizar la lengua. El volcn, el fuego, las Luces.Crepon.indd 17 23/9/11 15:58:4118Es este gesto lo que, para el autor de la confesin, es ilu-sorio y peligroso. Ya que no se puede decretar indebidamente ladepuracindelsentidodelaspalabras,salvosiseolvida precisamente(osepretendeolvidar)aquelloqueconstituye laesenciaylafuncindellenguajeyenparticulardelos nombres.ComolomuestraStphaneMossensunotable comentario,lascrticasqueformulaScholemencontradela instrumentalizacin de la lengua son inseparables de la teora del lenguaje de la Cbala, que sostiene un poder mgico de la lengua hebrea en tanto que sagrada. Este poder, sin embargo, no se ve suprimido por la supuesta secularizacin de la lengua. Poco importa lo que se quiera hacer con ella o decir con ella, es imposible vaciar su carga de palabras llenas de sentido, a menos que se sacrique a la propia lengua10 (Scholem, A pro- psito, 203).11 La operacin poltica que pretende lo contrario (y ocurre lo mismo con toda intervencin poltica sobre las len-guas, con toda tentativa de depuracin, de renacimiento, de res-tauracin u otra) hace solamente como si fuera posible, como silaslenguasfueranmanipulables,apropiables,ajustables al servicio identitario o identicatorio que les exigimos res-tituir. En realidad, ella no hace ms que desviar el poder mi-lagroso de la lengua avasallndola en nombre de una causa (poltico-nacional) que da derecho de otro modo a la potencia del lenguaje.Este de otro modo es amenazante y explosivo pues per- mite anticipar el despertar de la lengua, su inversin catastr-ca contra aquellos que la hablan. Nada de lo que yace en-terradodesapareceydeningnmodolohacelacargade sentido de los nombres que aporta su fuerza (y a veces su vio-lencia)allenguaje,aunquepretendamosolvidarla.Afalta 10 Hemos alterado la traduccin al espaol, que dice a menos que sacrique el propiolenguaje.StphaneMossnoutilizalapalabraenfrancslangagesino langue [N. del T].11 Scholem, A propos de notre langue, 239.Crepon.indd 18 23/9/11 15:58:4119de ser enseada y asumida, la magia de los nombres puede ser recuperada en benecio de las fuerzas desencadenadas (extre-mistas, fanticas, asesinas, etc.). Tal es el carcter temible de la lengua sagrada, que resiste a toda visin simplista de su se-cularizacin. En cuanto al nihilismo, habr entonces que medir todas las consecuencias. Ellas conciernen en realidad menos a la lengua (que permanece tal como es) que a los que la retoman, los que la hablan ciegamente y que, en un extravo compar-tido, no saben nada de ella, es decir, no heredan nada de ella. A estos ltimos nada les impide que se conviertan de otro modo en cautivos de la magia de los nombres, por poco que aquella fuerza(religiosa,polticauotra)decidaapoderarsedeellos.Es entonces cuando el problema del nihilismo encuentra al de la transmisin y la transferencia de las generaciones. En el texto de Scholem, la inquietud por saber lo que suceder con los hijos condenados a una lengua de la cual la magia se les escapa, pero que podra atraparlos, no sin destruccin, determi-na y alarma la reexin:Estalenguasagradaconlaquealimentamosanuestroshijos no constituye un abismo que no dejar de abrirse un da? []Sitransmitimosanuestroshijoslalenguatalycomonosha sido transmitida, si nosotros, generacin de transicin, resucita-mos para ellos el lenguaje de los libros antiguos para que pueda revelarlesdenuevosusentido,noesposiblequelafuerza religiosadeestelenguajesevuelvaviolentamentecontralos que lo hablan? Y el da en que se produzca esta explosin, cul ser la generacin que sufra sus efectos? []En realidad, son nuestros hijos, ellos, que ya no conocen otro idioma, ellos y slo ellos, los que debern pagar el precio de este encuentro que les hemos preparado, sin habrselo preguntado, sin habrnoslo preguntado a nosotros mismos (203-204).1212 Scholem, A propos de notre langue, 239-240.Crepon.indd 19 23/9/11 15:58:4220Cmo se transmite una lengua? Con qu aseguramos la trans- misin de ella o con ella? Y sobre todo, cmo inuye todo esto sobre el porvenir de nuestros hijos, de qu somos deudores y responsables? Toda la fuerza de la inquietud de Scholem su rechazo a suscribir cualquier forma de auto-satisfaccin resi-de en estas preguntas. Si bien es cierto que toda herencia supone laposibilidaddeunaprdida,qunosarriesgamosaperder legandola(nuestra)lenguaanuestroshijos?Larespuestaes inapelable: nos arriesgamos a abandonarlos a las palabras que sern para ellos (pero solamente para ellos) vacas (provisional-mente) de su sentido y que se prestarn a todo tipo de reapropia-cin. Puesto que los nombres existen (y estn llenos de sentido yrondannuestrasfrases),nopuedenabandonarseamerced de aquellos que se imaginan, a la ligera, que es fcil y no tiene consecuencias hacerlos hablar. IIITodo estovaleenelhebreo y para el hebreo. Los riesgos son an mayores cuando los nombres son los de una lengua, recuer-da Scholem, en el corazn en el que no dejamos de evocar a Dios de mil formas hacindolo volver as, en cierta forma, a larealidaddenuestrasvidas(Scholem,Apropsito,205). En el texto de Scholem, aquello que se reere a la venganza de la lengua, a su inversin contra aquellos que la profanan habln-dola, se debe a que se trata de la lengua sagrada. Sin embargo, acaso aquello que hemos dicho sobre la transmisin y la heren-cia no puede retenerse a propsito de las lenguas profanas? La hiptesis que intentaremos desarrollar, en lo que sigue, sostiene que, al menos para Rosenzweig, esto no es posible. Sin duda to- dosepara,enLaestrelladelaredencin,alaprimera(eter-naeinapropiable)delassegundas(mortalesyrivales).13Mas 13 Vanseaesterespectolospasajes(ellossolosameritaranunlargoestudio) que Rosenzweig ah consagra a la lengua sagrada, en el primer libro (El fuego o Crepon.indd 20 23/9/11 15:58:4221la respuesta no es unvoca. Esta no podra pensarse, en efecto, independientemente de un libro (la Biblia) y del destino de sus traducciones. La pregunta que nos gua es en efecto: cmo heredamos de las lenguas? no de una lengua en particular, ya sea sagrada, sinodesupluralidad,esdecir,deaquelloqueaconteceentre ellas y ocurre entre una y otra. Es por ello que el problema de la herencia (o de la transmisin) es tambin y al mismo tiem-po(indisociablemente)eldelatraduccin.Deesteentrecru-zamiento podemos decir que pocos pensadores en el siglo XX comprendieron la gravedad de lo que aqu est en juego tanto como Rosenzweig. No solo porque, como sabemos, tradujo la Biblia al alemn junto con Buber, as como los himnos y poe-mas de Jehuda Halevi; sino tambin porque toda su concepcin del lenguaje est guiada por una reexin sobre la traduccin. Quien habla traduce su pensamiento a eso que espera sea com-prendido por otro, y por cierto no otro genrico y virtual, sino eso otro bien denido, el que tiene ante s y cuyos ojos se abri-rnocerrarnsegnelcaso.Quienoyetraducepalabrasque resuenan en su odo, en su intelecto, o dicho concretamente: en el lenguaje de su boca. Cada uno tiene su propio idioma. O ms bien, si todo hablar no fuera ya dialgico, si hubiera en verdad unhablarmonolgico(comoalquesecreenconderecholos lgicos,esosmonolgicosenpotencia),cadaunotendrasu propio idioma (Rosenzweig, La Biblia y Lutero, 343).14Todapalabraestraduccindeaquelquehablahaciaaquel que lo escucha, y de aquel que escucha en respuesta a su llama-do como lo recordar Derrida, mucho tiempo despus de Ro-senzweig, subrayando a su vez (mas la cita que precede no dice la vida eterna) de la tercera parte de La estrella de la redencin (LEtoile de la R-demption, 420-422). Vase igualmente el comentario que sobre ellos hace Derrida en Le monolinguisme, 92-100.14 Lcriture et Luther, 55-56; Die Schrift und Luther, 74.Crepon.indd 21 23/9/11 15:58:4222otra cosa) que el monolingismo es siempre monolingismo del otro.15 Ella no vincula jams, solo debera vincular, aunque se dirija a muchos, nicamente singularidades. La esencia del lenguaje reside en su esfuerzo asinttico hacia la singularidad. Recibir una lengua como herencia y hablarla es (y debera ser siempre), contra toda imitacin, recitacin o reproduccin me-cnicas, disponer de un innito conjunto de posibilidades para inventarse en este esfuerzo de traduccin proveniente del otro y en direccin al otro. Uno no hereda de una lengua para bal-bucear indenidamente frases hechas. Y sin embargo, sabemos que esta invencin puede estar comprometida y que sucede, en todos lados y en todo tiempo, que hablamos sin que nada sea traducido que no hablemos (ms), o dicho de otro modo, que hablemos por nada. Esta nada, esta nulidad de la traduccin, es la propensin usual de todos los usos comunicativos y con-vencionales del lenguaje y es otra forma de nihilismo.El punto que vincula la herencia y la traduccin es aquel de lascondicionesdeposibilidaddelaexistenciaydelcompar- tir las singularidades como singularidades. En la cita anterior se acenta la atencin que pone Rosenzweig en el lugar de aquel que habla y del que escucha, con los ojos hacia arriba o hacia abajo, en lo propio de la boca y en lo propio de la escucha. Ella inscribealpensamientodeRosenzweigenelcorazndeuna constelacindondeserenenlosnombresdeBuber,Kafka, Celan, Levinas y Derrida. Hablar, traducir, es hacer posible lo imposible;porqueesnecesario.Sibienellenguajesolotrata degeneralidades,cadaactodepalabranossometealadoble pruebadeunasingularidadirreductible:aquella(s)deaquel (aquellos) que habla(n) y aquella(s) de aquel (aquellos) a quien (quienes)l(ellos)sedirige(n)contratodaequivalencia generalizada.15 Cfr. Derrida, El monolingismo del otro (Le monolinguisme de lautre).Crepon.indd 22 23/9/11 15:58:4223Si todo hablar es traducir, entonces la conocida y aceptada im-posibilidad terica de la traduccin slo puede signicar para nosotroslomismoqueloquetodaslasimposibilidadeste-ricasquesereconocenantelavidaydesdeunaperspectiva muy infantil signican luego en la vida misma: en los compro-misos imposibles y necesarios [unmglichen und notwen-digen Kompromissen], cuyo transcurrir llamamos vida, habrn de darnos el valor de la modestia que exige para s no aquello consabidamenteimposible,sinoaquelloqueseimponecomo necesario (343).16Mas, en qu consiste esta exigencia de compartir las sin-gularidades (que sera la condicin longitudinal de una salida delnihilismo)queradica,porunaparteenlaherenciayla transmisin de la pluralidad de las lenguas, y por otra parte en la traduccin de la Biblia en lenguas profanas? La respuesta a estapreguntasuponequecomprendamosdoscosas:primero, aquello que advino (y an adviene) a cada una de ellas en y por la traduccin (comenzando por la de la Biblia), luego los recursos especcos que la invencin de la singularidad extrae de estas mismas lenguas. 1) En cuanto a la traduccin interlingstica, debemos decir en principio que ella constituye una parte ine- ludibledesupasado.Enlaslenguasqueheredamossiempre hubo algo ya traducido. Es por ello que nada es ms ilusorio que querer ajustarlas a una identidad nacional cerrada en ella mis-ma, hermtica a toda proveniencia exterior. Solamente un loco egosmo podra pretenderlo, recuerda Rosenzweig. Sin embar-go, no por ello todas las cosas traducidas se valen. Nada sera ms reductor y simplista, contrario a la vida de las lenguas, que suponersuequivalencia.Porelcontrario,lahistoriadecada una de ellas est hecha de esos momentos de excepcin, cuan-do por el sesgo de una obra singular, dos lenguas (y dos pue- blos) se encuentran. Se produce entonces un matrimonio sa-16 Lcriture et Luther, 56, Die Schrift und Luther, 749.Crepon.indd 23 23/9/11 15:58:4224grado, explica el autor de La Biblia y Lutero. No siempre es cuestin de la primera traduccin (y sin duda tampoco de la ltima) de la obra en cuestin, sino de aquella gracias a la cual una generacin, apropindose del libro, logra dar el paso que la hace salir de s misma, y cuya huella podr transmitir a las ge-neraciones venideras. He aqu lo esencial que descompone toda apropiacin nacional (o nacionalista) de la lengua: cuando he-redamos de una lengua, lo hacemos tambin de la memoria de ese momento histrico absolutamente nico que nos es trans- mitido,inclusosinotenemosconscienciadel.Asimismo, aquelloqueconsideramos(ycelebramos)comolaexpresin ms clsica por ejemplo la de Goethe, para el alemn es tributaria (como todo clasicismo) de un momento especco.17Un da ocurre el milagro del matrimonio entre los espritus de ambaslenguas.Ocurrenosinpreparacin.Recincuandoel puebloreceptor,porsupropiodeseoyensuspropiasexpre-siones, se acomoda al pulso de la obra extraa, o cuando la re-cepcin no ocurre por curiosidad, inters, exigencias de la edu- cacin,inclusoporplaceresttico,sinoenlaamplituddeun movimientohistrico,recinentonceshallegadoeltiempo para un tal hiers gams, para un matrimonio sagrado se-mejante (350-351).Pero entonces, si tal es el lazo entre la herencia de la plurali-dad de las lenguas y la traduccin, en qu radica la singulari-dad de la Biblia? Cmo pudo la Biblia de Lutero constituir (y permanecer an en la memoria del pueblo) este momento his-trico absolutamente nico? Esto radica, explica Rosenzweig, enlamaneraenqueLuterotradujo.Porreglageneral,seso-17 Cfr. Rosenzweig, Comment la Bible hbraque, 83-86; Unmittelbare Einwi-rkung der hebraischen Bibel, 773-775: Seule la Bible de Luther rendit possible la renaissance de notre langue dans la seconde moiti du XVIIIme sicle [nicamente laBibliadeLuterohizoposibleelrenacimientodenuestralenguaenlasegunda mitad del siglo XVIII].Crepon.indd 24 23/9/11 15:58:4225meti a la lengua de sus lectores, privilegi el movimiento que vuelve al original disponible para aquellos a quienes la traduc-cin se destina. No tuvo otro objetivo que hacer el libro sagra-doaccesiblealamayoraenotralengua,omejoran,enla lengua de los otros. Y sin embargo, como toda regla, esta tuvo sus excepciones y estas son las que cuentan y tienen todo el peso en la historia, espiritual y afectiva, de la lengua. Suce- di,heaquloquesenostransmite,queLuteroexperiment la necesidad de dar cabida a la lengua hebrea en alemn (346).18 En los textos del autor de La estrella de la redencin, consagra-dos a la relacin entre las dos lenguas (la sagrada y la profana), la expresin, que es de Lutero, es recurrente. Ella expresa que si esta traduccin de la Biblia (y ninguna otra) pudo constituir un momento absolutamente nico, es primero y antes que nada en virtud de las fulguraciones de este libre juego.2)Todalacuestinradicaentoncesensabercundoypor qu razones su necesidad se impona. Este es, sin duda, el pun-to ms decisivo del ensayo de Rosenzweig aquel que da a sus reexiones sobre la traduccin de la Biblia una dimensin que pocos textos consagrados al lenguaje han logrado. Se trata, en efecto, de aquello que pliega la lengua a una peticin (una ple-garia), siempre singular, de enseanza y de consolacin. Todo lo que hemos dicho antes sobre la imposible necesidad para la lengua de responder a una doble singularidad, adquiere el sentido de una conminacin. No heredamos de las lenguas para satisfa-cer las necesidades de la comunicacin (al menos no esencial-mente ni primeramente), sino para ser enseadas o ensearlas nosotros mismos y para ser consolados o consolar cuando sea nuestro turno. Todo aquello que se reere a las necesidades ms comunes de la existencia, la lengua alemana poda proveerlo. Pero cuando era cuestin de aquello que toca lo esencial es 18CommentlaBiblehbraque,63;UnmittelbareEinwirkungderhebrais-chen Bibel, 755-756.Crepon.indd 25 23/9/11 15:58:4226decir, a la necesidad de saber y al desamparo el movimien- to de la traduccin deba invertirse y era la otra lengua (la lengua de origen, la lengua sagrada, esta lengua cargada de nombres llenos de sentido, como Scholem dira) la que deba preceder.Dnde empieza ahora, en opinin de Lutero, la necesidad de dar cabida a la lengua hebrea? Cuando lo dicho es importan-te y ha sido enunciado para nosotros, para nuestra conciencia, cuando en suma las Sagradas Escrituras son para el cristianis-mo de hoy expresin clida y viva de la palabra de Dios, de su enseanza, de su consuelo (346).19Sin duda! Comprendemos fcilmente cmo esta herencia se impone como evidencia a los ojos, a los odos y a la boca de los creyentes. Pero, qu es de los otros qu ocurre con aque-llosquenocreen(oyanocreenms)?Enqupodracon-cernirlesunatransmisintal?Acasonoesprecisamentelo contrariodeaquelloquelasecularizacindelhebreointenta acreditar:ladepuracindelalenguadestinadaigualmentea aquellos que tienen fe como a aquellos que no la tienen? Que-rr decir entonces que estos ltimos no precisan ni de ensean-za ni de consolacin, o que la encuentran en otra parte? Qu signican para ellos la Biblia y los efectos de su traduccin en y sobre la lengua? Nada? Desde el inicio de estas reexiones alrededor y a partir de los textos de Rosenzweig consagrados a las lenguas, el nihilismo, del cual Nietzsche ya haba identi-cado los sntomas ms convincentes con respecto a las lenguas (y especialmente en cuanto a sus apropiaciones nacionales) es el horizonte. Estamos a la bsqueda de aquello que podra abrir laposibilidaddeunsentidoparanuestrarelacinconlalen-gua. Este llamado del sentido se hace escuchar an ms, puesto que el Libro sagrado no se impone con el auxilio de su Iglesia 19CommentlaBiblehbraque,59;UnmittelbareEinwirkungderhebrais-chen Bibel, 752.Crepon.indd 26 23/9/11 15:58:4227CmonoshablalaBibliaenestascondiciones?Unodelos puntosmssignicativosdeLaBibliayLuteroesquein-tenta aportar una respuesta a esta pregunta, apoyndose en el poder mgico de los nombres: la magia que irrumpe en su en-seanzaysuconsolacinentiemposdedesolacin.Loque est en juego, por decirlo as, es la posibilidad para esta magia desernuevamentehablante,acontrapelodetodareveren-cia convenida a una traduccin de las Escrituras, convertida en patrimonionacionalculturaldesuertequeellanosedeja encerrar ni en la insignia consagrada de una iglesia ni en el santuario que es la lengua de un pueblo, escapando as a la satisfaccin de sus pretendidos propietarios. As es como se hace escuchar el llamado de una nueva traduccin:No queda claro que sobre la base de tales creencias las Escri-turas deben ser ledas de otra manera y por tanto tambin trans-mitidas de otra manera que como Lutero las ley y transmiti? No debe aquel fundamento que Lutero propuso, el de a veces darcabidaalalenguahebreayampliarlaalemanahastaque se familiarice con las palabras hebreas, ah donde se trata de la enseanzayelconsuelodenuestraconsciencia,nodebe ese fundamento postrarnos con renovada reverencia ante la pa-labra, a nosotros, que no sabemos a partir de qu palabra uirn la enseanza y el consuelo, y que creemos que algn da podrn abrirse las fuentes ocultas de la enseanza y el consuelo desde cada palabra de este libro? Una reverencia que necesariamente renovarnuestralectura,nuestracomprensin,yporlotanto nuestra traduccin (357).20Todolenguajeestraduccinmastraducirtambinquie-re decir retomar y continuar la tarea que consiste en mantener (como se mantiene una llama) el poder mgico de los nombres. Al igual que Benjamin, cuyos anlisis son a menudo cercanos 20CommentlaBiblehbraque,69;UnmittelbareEinwirkungderhebrais-chen Bibel, 761.Crepon.indd 27 23/9/11 15:58:4228a los suyos, es en los escritos que acompaan o prologan su tra- bajodetraductordondeRosenzweigexponelateora.Yase trate de la Biblia o de los escritos de Yehuda Halevi, estos tie-nen como hilo conductor comn rechazar toda reexin y toda prctica de la traduccin que sea comprendida como asimila-cin y adaptacin. Asimilar o adaptar signica necesariamente nivelar, reducir aquello que distingue a las lenguas (pero tam-bin aquello que las une, aquello que vincula a unas con otras) a nada adecuar su extraeza para las necesidades supercia-les de la comunicacin. Sin embargo, es exactamente todo lo contrario lo que precisamos. Nuestra demanda de enseanza y consolacin se alimenta en la medida en que encontramos en las palabras el auxilio que esta necesidad consume. Es preciso que atravesemos la diferencia de las lenguas, porque es el nico medio que tenemos para arrancar a las palabras de sus super-cies y volverlas a dotar de poder. Lo que entonces descubrimos no es ni ms ni menos que la unidad de todo lenguaje humano descubrimosquelaslenguasvalenmsquelosinteresesy los clculos para los cuales las utilizamos. Qu valen ellas? Qu vale su diferencia? Antes que todo esto, sumergindose en el estrato de las races lxicas, las supercies que mencio-namoscomoseparadasseencuentranjuntas,yenunestrato msprofundo,eldelsentidoraz,eldelasensualidadraz (366)21aquelloquetodatraduccinexigeesmaniesto quetodasparticipan(enesoradicasuunidad)enunmismo dilogo que se retransmite de una a otra: el dilogo de la hu-manidad con ella misma. Por qu heredamos de las lenguas, por qu leer y por qu escribir? Porque no existe invencin ni manera de compartir la singularidad, fuera de este dilogo in-nito. Con la Biblia, escribe Rosenzweig, el dilogo humano surgi (lo que no quiere decir que sepamos en qu momento 21CommentlaBiblehbraque,79;UnmittelbareEinwirkungderhebrais-chen Bibel, 771.Crepon.indd 28 23/9/11 15:58:4229comenz todo esto) dilogos que se prosiguen puntuados de traducciones.Sabemosquenadaesmsfrgilynadaest msexpuesto;nopodemosignorar(ahoramenosquenunca) quelasfuerzas(polticas,religiosas,industriales,entreotras) quetrabajanparasuinterrupcinsonindenidamenterepro-ducibles pero sabemos, tambin, (es nuestra fe, dira Rosen-zweig) que de generacin en generacin no nos inventamos en el tiempo de otro modo y que no tenemos nada mejor para transmitirnos los unos a los otros, de una lengua a otra:Dije al comienzo que todo hablar es traducir. Y el dilogo hu-manosurgiconestelibro.Enestedilogohay,entredichos ycontradichos,mediosmilenios,mileniosenteros[]Ante los nuevos enunciados del dilogo siempre hay una traduccin: la traduccin a la lengua de la tragedia, la traduccin a la lengua del corpus juris, la traduccin a la lengua de la fenomenologa del espritu. Cundo llegar ese dilogo a su n, no lo sabe persona alguna;tampoconadiesupocmosurgi.Demodoquenila indignacin ni la sabihondez de nadie pueden ponerle n, sino slo la dignidad y la sabidura de aquello que origin el dilogo (369).22REFERENCIASDERRIDA,Jacques,Elmonolingismodelotroolaprtesisdelori-gen, trad. Horacio Pons, Buenos Aires, Manantial, 1997 [Le mo-nolinguisme de lautre, Paris, Galile, 1996]., Les yeux de la langue, en Cahiers de lHerne, 83 Jacques Derrida, Marie-Louise Mallet y Ginette Michaud (dir.), Paris, Cahiers de lHerne, 2004, 473-493.MOSS,Stphane,Elngeldelahistoria:Rosenzweig,Benjamin, Scholem,Madrid,Ctedra,1997[Langedelhistoire:Rosen-zweig, Benjamin, Scholem, Paris, Seuil, 1992].22 Comment la Bible hbraque, 81-82; Unmittelbare Einwirkung der hebrais-chen Bibel, 771-772.Crepon.indd 29 23/9/11 15:58:4230ROSENZWEIG, Franz, La estrella de la redencin, introd. Miguel Gar-ca-Bar, Salamanca, Sgueme, 2a edicin, 1997 [LEtoile de la rdemption,trad. A.DerczanskiyJ.L.Schlegel,prfaceSt-phane Moss, Seuil, Paris, 2003]., Comment la Bible hbraque a directement inuenc la lan-gue de Gthe, en LEcriture, le verbe et autres essais, trad. J. L. Evard, Paris, Presses Universitaires de France, 1998 [Unmit-telbare Einwirkung der hebraischen Bibel auf Goethes, en Der mensch und sein Werk, Gesammelte Schriften. Tome III. Zweis-tromland, kleinere Schriften zu Glauben und Denken, Dordrecht, Martinus Nijhoff Publishers, 1984]., Nohbreu?, en LEcriture, le verbe et autres essais, trad. J. L.Evard,Paris,PressesUniversitairesdeFrance,1998[Neu-hebrisch?, en Der mensch und sein Werk, Gesammelte Schrif-ten. Tome III. Zweistromland, kleinere Schriften zu Glauben und Denken, Dordrecht, Martinus Nijhoff Publishers, 1984]., La Biblia y Lutero, en Lo humano, lo divino y lo mundano. Escritos de Franz Rosenzweig, trad. Marcelo G. Burello, Buenos Aires,Lilmod,2007[LcritureetLuther,enLEcriture,le verbe et autres essais, trad. J. L. Evard, Paris, Presses Universi-taires de France, 1998; Die Schrift und Luther en Der mensch und sein Werk, Gesammelte Schriften. Tome III. Zweistromland, kleinere Schriften zu Glauben und Denken, Dordrecht, Martinus Nijhoff Publishers, 1984].SCHOLEM,Gershom,Apropsitodenuestralengua.Unaconfe-sin. Para Franz Rosenzweig, en ocasin del 26 de diciembre de 1926, en Stphane Moss, El ngel de la historia, trad. Alicia Martorell, Madrid, Ctedra, 1992, 203-220 [A propos de notre langue.Uneconfession.PourFranzRosenzweig. Aloccasion du 26 dcembre 1926, en Stphane Moss, LAnge de lhistoi-re..., Paris, Seuil, 1992]. Crepon.indd 30 23/9/11 15:58:42