Cre Cimiento

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Seminario Teológico Presbiteriano Rev. José Manuel Ibáñez Guzmán Monografía “Crecimiento” Exploración y crítica al fenómeno del crecimiento de las iglesias Profesor: Carlos Muñoz. Alumno: Alejandro Molina.

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Seminario Teológico Presbiteriano

Rev. José Manuel Ibáñez Guzmán

Monografía

“Crecimiento”Exploración y crítica al fenómeno del crecimiento de las iglesias

Profesor: Carlos Muñoz.

Alumno: Alejandro Molina.

Materia: Desarrollo Eclesial I.

Santiago de Chile, 25 de noviembre de 2014

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 3

ALCANZANDO A LA CIUDAD 5

Evangelismo y discipulado 5

Multiplicándose 6

Aprovechando oportunidades 7

Relaciones y comunión 7

Rompiendo paradigmas dañinos 8

Plantación de nuevas iglesias 9

CRECIENDO CON LA BENDICIÓN DE DIOS 10

Equilibrio entre calidad, cantidad y estructura 10

La madurez en la fe, en la espiritualidad y en la vida cristiana 10

Solidez y compromiso con la Palabra de Dios 11

CONCLUSIÓN 12

El crecimiento no siempre viene de Dios 12

Crecer debe ser desarrollo 12

La Palabra debe ser la base para el crecimiento 13

PLAN 14

BIBLIOGRAFÍA 15

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1. INTRODUCCIÓN

"Todo aquello que sucede dentro de una gran empresa sucede

también en la iglesia, excepto por el hecho de que, como producto

secundario, la iglesia enseña religión”1

[Michael Been]

El crecimiento de la iglesia ha sido un tema muy en boga, tanto en el medio teológico

como entre los laicos. Por ello, mucho se ha dicho sobre el asunto, pero probablemente

poco se ha comprendido al respecto. Poder hablar del fenómeno del crecimiento de las

iglesias nos exige necesariamente observar el tema de manera amplia para luego

encontrar los puntos de relación con la iglesia local en la que nos desarrollamos. De

hecho, probablemente no requerimos de un plan de revitalización para crecer, pero sí

necesitamos tener en cuenta cómo queremos que nuestra iglesia local crezca. No se trata

de los números, sino de las personas y sus vidas.

Es en este contexto que, por ejemplo, Gruner nos dice que “son pocos los ministros y

laicos que comprenden la verdadera dinámica del crecimiento de la iglesia”2

Este trabajo no busca agotar el asunto en cuestión. Busca, en primer lugar, conducir a un

entendimiento pleno, correcto e integral de los fundamentos inherentes a un crecimiento

sólido de la iglesia evangélica. Así esperamos obtener una comprensión correcta de lo

que es realmente crecer como cuerpo de Cristo.

La comprensión de lo que es crecer ha sido, en general, equivocada y desenfocada. Se

ha hablado mucho, pero poco se ha comprendido en plenitud. Han surgido varias líneas

de pensamiento, siendo difícil identificar claramente cuál de ellas es la correcta.

Algunos predican que lo correcto es copiar el modelo de las iglesias que crecen, otros

creen tener una visión correcta e incluso otros defienden la realización de pequeñas

adaptaciones, dando una pincelada local al proyecto. Incluso existen algunos que creen

que lo mejor es encontrar los principios por detrás de los modelos y aplicarlos a la iglesia.

Pero, ¿Cuál de estas posturas es la correcta? ¿Qué es realmente crecer? ¿Cómo

alcanzar un crecimiento integral? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos

responder a lo largo de esta monografía.

1 GUINNESS, Os. El fenômeno de lãs Megaiglesias. Editorial Clie. Barcelona, 2003, p.41 2 GRUNER, Leroy. Crescimento Contagioso da Igreja. CPAD. Rio de Janeiro, 1984, p.8

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Recuerdo haber leído a Rick Warren, en su libro “Iglesia con Propósito” que crecer es una

consecuencia y no un fin en sí mismo. Siendo así, el crecimiento es el resultado natural

de una iglesia sana y una iglesia sana es aquella que mantiene un mensaje bíblico y una

misión equilibrada. En ese mismo libro, Warren describe que el crecimiento no es fruto de

un único factor, sino de un conjunto de factores que cooperan entre sí.

Crecer es, por sobre todas las cosas, trabajar en lo referente al cumplimiento de la Gran

Comisión. Siendo así, crecer es involucrar a toda la iglesia en el cumplimiento de la orden

del Señor: “hagan discípulos” (Mateo 28.19)

Uno de los grandes problemas del crecimiento de las iglesias radica en el hecho de que

muchos sobrevaloran los modelos de iglesias que crecen. De esta forma, algunos líderes

de las iglesias repasan sus “modelos de crecimiento”, como si fuesen un principio

universalmente válido para cualquier iglesia o institución. No obstante, algunas iglesias

simplemente copian estos modelos sin preocuparse en identificar hasta qué punto su

realidad se asemeja a la realidad de la iglesia modelo. Schwarz nos conduce hacia la

visión de que lo que importa no son los modelos de las iglesias que crecen, sino los

principios bíblicos que están por detrás. En su libro “El desarrollo natural de la Iglesia”

dice que:

Aprender de iglesias que crecen significa observar de cerca su práctica del punto

de vista de principios universales. No significa aceptar y adoptar

incondicionalmente los modelos explicativos que los líderes de esas iglesias

quieren transmitirnos como ‘el secreto del éxito.3

Sea cual fuere la actitud ante los principios o los métodos, en esta monografía

intentaremos mostrar cómo el fenómeno ha impactado a nuestro país y cómo podemos

encontrar principios bíblicos sobre el tema en cuestión.

2. ALCANZANDO LA CIUDAD

3 SCHWARZ, Christian. O desenvolvimento natural da Igreja. Editora Evangélica Esperança. Curitiba, 1996, p.17

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Para crecer, la iglesia necesita salir de las cuatro paredes. Necesita estrategias que

viabilicen efectivamente el crecimiento y el desarrollo, alcanzando nuevas vidas para

Cristo. Sin embargo, no basta alcanzar nuevas vidas; es necesario trabajar con ellas,

instruyéndolas y fortaleciéndolas en las enseñanzas y principios bíblicos. Es necesario

crear oportunidades para que los nuevos convertidos no solamente integren el cuerpo,

sino que trabajen en él, creciendo y madurando en Espíritu y en Verdad.

Evangelismo y discipulado

La Gran Comisión descrita en Mateo 28.18-20 sintetiza la esencia de la misión de la

Iglesia de Cristo. Para Miranda, “en la misión de la Iglesia, la evangelización tiene

prioridad”4. Sin embargo, Moore hace hincapié en que no basta evangelizar, sino que

debe haber enseñanza e instrucción por medio del discipulado. Para él, “el discipulado es

la forma más rápida de multiplicar líderes”5.

Discipular debe ser visto como una tarea de todos, y no de una pequeña parte del todo. El

ejercicio de discipulado no es obligación sólo de los pastores y líderes, sino de toda la

iglesia, por cuanto es el cuerpo de Cristo. De esta manera, los resultados serán sólidos y

el ejercicio del sacerdocio universal una realidad.

Existe, sin dudas, una estrecha relación entre evangelismo, discipulado y crecimiento. El

evangelismo trae nuevas personas al cuerpo, mientras que es por medio del discipulado

que ellas son efectivamente integradas, conduciéndolas a la madurez y desarrollo. Esto

queda claro, por ejemplo, en lo dicho por Rosa cuando dice que “discipular no consiste

solamente en el acto de comunicar las buenas nuevas de salvación, sino también en la

integración del convertido a la Iglesia local”6.

Multiplicándose a través de Grupos Pequeños

4 MIRANDA, Juan. Manual de Crescimento da Igreja. Edições Vida Nova. São Paulo, 1989, p.46 5 MOORE, Waylon. Multiplicando discípulos. JUERP. Rio de Janeiro, 1983, p.326 ROSA, P., DAY, J. Os desafios de uma grande cidade: fundamentos bíblicos e métodos práticos para evangelismo urbano. Faculdade Teológica Batista de Brasilia. Brasilia, 1998, p.7

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Hoy no se puede hablar de crecimiento de la Iglesia sin que se hable también de Grupos

Pequeños, sea cual sea el nombre que se les quiera dar. Existen diversas metodologías y

nomenclaturas, sin embargo, el principio es el mismo: la Iglesia no se reúne solamente en

el templo, sino también en las casas. En general la estrategia es buena y edificante,

especialmente por permitir la construcción de vínculos y relaciones de amistad,

fomentando la comunión y la unidad.

Sobre comunión, Kornfield y Araújo dicen que “a través de los Grupos Pequeños las

personas se aproximan más. Hay oportunidad para un conocimiento más íntimo de los

hermanos, nacen lazos de amistad; la comunión se fortalece”7. Así, en la visión de

Kornfieldy Araújo, a través de estos grupos la evangelización y el discipulado son más

efectivos y completos.

Según Hechos 2.42-47 vemos que la Iglesia Primitiva era una iglesia que se reunía en los

templos y en las casas. Según Neumann, debería ser así en nuestros días. “Uno de los

criterios para la existencia de una célula es que esté integralmente relacionada con una

Iglesia local”8. Podemos entonces decir que las células o grupos pequeños o grupos en

casa son importantes, pero en ningún momento deben substituir a la Iglesia. Ambas

deben estar unidas, contribuyendo y convergiendo para el crecimiento integral del cuerpo.

Schwarz, en su investigación sobre iglesias que crecen, concluye que “la multiplicación

constante de los grupos familiares es un principio universal de crecimiento de la Iglesia”9.

Agrega que la característica distintiva de estos grupos es la producción frecuente de

nuevos líderes. En los grupos pequeños o células, los cristianos pueden ejercitar y

desarrollar sus dones, aprendiendo a través del servicio a los demás participantes del

grupo.

Aprovechando oportunidades y potencialidades

7 KORNFIELD, David. & ARAUJO, Gedimar. Implantando grupos familiares. Editora Sepal. São Paulo, 2000, p.578 NEUMANN, Mikel. Alcançar a Cidade: As Células na Evangelização Urbana. Edições Vida Nova. São Paulo, 1993, p.199 SCHWARZ, Christian. O desenvolvimento natural da Igreja. Editora Evangélica Esperança. Curitiba, 1996, p.32

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Vimos anteriormente que crecer de forma integral envuelve la participación de todos y no

solamente de los pastores y líderes. Siendo así, todos deben ser entrenados para ejercer

su función en el cuerpo.

El cuerpo humano es compuesto de varios miembros, donde cada uno ejerce una función

específica a la cual fue destinado. Lo mismo sucede con la Iglesia, como cuerpo de

Cristo, pues cada miembro posee una función específica a desempeñar. Sin embargo,

muchas veces no existen oportunidades reales en la Iglesia para el ejercicio pleno del

sacerdocio universal. De esta manera, muchos han sido conducidos a una mortificación

de sus dones y potencialidades dadas por Dios, por el simple hecho de nunca haber

tenido la oportunidad de ejercerlos efectivamente. A la Iglesia le compete no solamente

identificar los dones, sino también crear oportunidades para que haya un crecimiento

efectivo del cuerpo, con la contribución y el desarrollo de todos.

Relaciones y comunión

Schwarz apunta que una de las marcas inherentes a las iglesias que crecen es el ejercicio

público del amor fraternal. De acuerdo con su visión, existe una “correspondencia

significativa entre la risa y el crecimiento cualitativo y numérico de la iglesia”10.

El asunto de la unidad es uno de los puntos clave para la obtención de un crecimiento

integral. Sin unidad no puede haber crecimiento, pues la unidad está asociada no

solamente a la intimidad y comunión, sino especialmente a la convergencia y búsqueda

de un propósito único. Sin unidad, el alcance pleno del propósito u objetivo establecido

por la iglesia se perjudica, de manera tal que toda planificación termina viniéndose a

tierra.

La Iglesia Primitiva, por ejemplo, es un referente de crecimiento y desarrollo. Dios

aumentaba día tras día a aquellos que iban siendo salvos. Gran parte de este crecimiento

iba de la mano del alto grado de compromiso, comunión y amor entre los hermanos que la

formaban. Debemos tenerla como un ejemplo a seguir para predicar y propagar las

buenas nuevas de Cristo.

10 SCHWARZ, Christian. O desenvolvimento natural da Igreja. Editora Evangélica Esperança. Curitiba, 1996, p.36

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Para Neumann, “la comunión bíblica ocurre cuando las personas se relacionan de tal

forma que se sirven unas a otras, alegrándose y llorando unas con otras”11. Refuerza

diciendo que las células son ideales para el cumplimiento y el alcance pleno de este

propósito.

Rompiendo paradigmas dañinos

Para Kivitz, los paradigmas pueden “establecer límites y referencias de seguridad, y

transformarse en impedimentos para buenos proyectos”12. Siendo así, podemos decir que

los paradigmas, junto con trazan límites de seguridad, pueden también transformarse en

barreras que retardan y bloquean el crecimiento y el desarrollo.

Schwarz dice que “el obstáculo más grande para un desarrollo de la iglesia estratégico no

es la falta de un ‘saber cómo’ metodológico, sino algunos bloqueos teológicos

hondamente enraizados.”13. Para él, un desarrollo integral de la Iglesia solamente puede

ser obtenido a través de cambios aún más radicales que las de la Reforma Protestante.

Es necesario aplicar lo que Pablo dice en Romanos 12, cuando nos insta a una

renovación de la mente.

En la búsqueda de un crecimiento pleno, verdadero e integral, la Iglesia debe suplantar

las barreras inherentes a los falsos paradigmas. Según Kivitz, la Iglesia debe reflejarse en

la Iglesia Primitiva descrita en Hechos, “saliendo de los límites de culto-clero-domingo-

templo”14. Esta estructura (culto-clero-domingo-templo) cumple un papel importante para

la vida cristiana. No por eso podemos decir que estos límites son suficientes, porque no lo

son.

Schwarz presenta otros dos paradigmas: el tecnocrático y el de la espiritualización. El

primero valoriza externamente el tema institucional, dejando totalmente de lado lo

espiritual. Lo segundo enfatiza lo espiritual, teniendo totalmente sin importancia lo

institucional. Debe haber un cambio de paradigma, donde no exista la división entre

tecnócratas y espiritualizantes, sino que una visión donde ambos puedan existir en

harmonía. De esta forma el cuerpo estará creciendo y desarrollándose de una manera

integral y totalmente sana.

11 NEUMANN, Mikel. Alcançar a Cidade: As Células na Evangelização Urbana. Edições Vida Nova. São Paulo, 1993, p.3012 KIVITZ, Ed R. Quebrando Paradigmas. Abba Press. São Paulo, 1995, p.1313 SCHWARZ, Christian. Cambio de paradigma en la Iglesia. Editorial Clie. Barcelona, 2001, p.7 14 KIVITZ, Ed R. Op.Cit p.97

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La plantación de nuevas iglesias

Schwarz no califica la plantación de nuevas iglesias como una marca inherente a las

iglesias que crecen. Dice que la plantación de iglesias es el resultado de la existencia de

las marcas que identifican la iglesias que crecen. Siendo así, podemos decir que en la

visión de Schwarz, las iglesias realmente sanas tienden a reproducirse en otras iglesias,

en un proceso continuo y creciente. Miranda, por su parte, asevera que “la iglesia no

necesita solamente de crecimiento en número de personas, sino también en número de

congragaciones o iglesias nuevas”15. Partiendo de este presupuesto, él dice que la

voluntad de Dios es que ocurra la plantación de nuevas iglesias y no que la iglesia crezca

infinitamente sin expandirse.

La expansión a través de la abertura de nuevos frentes es de verdad importante. Primero

por permitir el alcance de vidas que no tenían acceso a la iglesia madre. En segundo

lugar, por propiciar la apertura de campo donde otros puedan contribuir de forma más

efectiva y directa, para con la obra del Señor. De esta forma el crecimiento será más

efectivo e integral en su plenitud.

3. CRECIENDO CON LA BENDICIÓN DE DIOS

15 MIRANDA, Juan. Manual de Crescimento da Igreja. Edições Vida Nova. São Paulo, 1989, p.181

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El crecimiento para ser integral debe ser bendecido por Dios. Sin la bendición de Dios el

crecimiento no es real, pues estará sustentado únicamente en el hombre, que es débil y

pecador por naturaleza.

Cuando Dios no está al frente, no hay unidad, compromiso ni involucramiento. Sin Dios,

aquello que el hombre construye es pasajero e inconsistente. Pero cuando Dios está

dirigiendo, las puertas se abren, los propósitos son alcanzados y el enemigo es

plenamente derrotado.

Equilibrio entre calidad, cantidad y estructura

Se presupone por crecimiento integral un crecimiento pleno en todas las áreas. De nada

sirve presentar un crecimiento numérico o cuantitativo, si el crecimiento cualitativo está en

el olvido. De la misma forma, no sirve de nada usarse de subterfugio de la calidad para

explicar la falta de crecimiento numérico. No sirve tampoco desarrollar el lado espiritual,

olvidándose de invertir lo institucional. Es equivocado también valorizar lo institucional u

organizacional, olvidando el trabajo espiritual.

Según Aguilera, “cuando una iglesia es saludable, ella crece de tres formas: cantidad,

calidad y estructura”16. Entiéndase por cualidad el crecimiento espiritual o la madurez

obtenida por los miembros de la iglesia. Por estructura, Aguilera identifica no solamente al

liderazgo de la iglesia, sino también las instalaciones en sí. Con relación al liderazgo, dice

que debe ser entrenado y capacitado para soportar y administrar el crecimiento, además

de que la estructura esté acorde con ese crecimiento numérico.

El crecimiento, para ser integral, debe ser en todos los sentidos. La iglesia debe buscar

crecer numéricamente, junto con propiciar el desarrollo de la calidad y madurez de sus

miembros. No puede dejar de lado las estructuras eclesiológicas e institucionales, ya que

siempre deberá dar apoyo al crecimiento numérico y espiritual.

La madurez en la fe, en la espiritualidad y en la vida cristiana

Conforme vimos, crecer de forma cualitativa significa madurar espiritualmente. Sin

embargo, madurar no implica solamente crecer espiritualmente, sino también en fomentar

y buscar el crecimiento en la fe. Madurar significa también mejorar las relaciones en la

16 AGUILERA, José M. Dinamizando a igreja para cumprir a grande comissão. Abba Press. São Paulo, 1995, p.65

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vida cristiana, buscando transformar a sí mismo y a los demás, por medio de la práctica

del amor y de la acción del Espíritu Santo.

Solidez y compromiso con la Palabra de Dios

McGavran demuestra que “el crecimiento de la Iglesia ocurre siempre que existe fidelidad

de los cristianos por alcanzar a los perdidos”17. Según su forma de encarar el crecimiento

de la iglesia, establece que “quien desea entender el crecimiento de la Iglesia, necesita

encararlo como fidelidad a Dios”18 Siendo así, la voluntad de Dios es que la Iglesia crezca,

y fomentar o buscar este crecimiento es ser fiel a la voluntad del propio Dios.

Tanto Moore como Aguilera enfatizan que crecer debe ser visto como cumplir

íntegramente la Gran Comisión. Crecer es, entonces, cumplir la Palabra de Dios en lo

referente a la orden de hacer discípulos.

La iglesia descrita en Hechos era una iglesia donde era prioridad el cumplimiento de la

Gran Comisión, en especial el hacer discípulos de todas partes. Es en este sentido que la

Iglesia Primitiva debe transformarse en nuestro ejemplo de crecimiento. Miranda dice, por

ejemplo, que “tenemos evidencia escritural de que la iglesia del siglo primero funcionaba

en estricto cumplimiento de la Gran Comisión”19.

4. CONCLUSIÓN

17 McGAVRAN, Donald. Compreendendo o Crescimento da Igreja. Editora Sepal. São Paulo, 2001, p.2918 Íbid. P.2819 MIRANDA, Juan. Manual de Crescimento da Igreja. Edições Vida Nova. São Paulo, 1989, p.17

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Para concluir, me gustaría utilizar algunas palabras de Donald McGavran: “El crecimiento

de la iglesia es mucho más que la ampliación del rol de miembros”20. Según vimos en la

introducción, uno de los grandes problemas del crecimiento de la iglesia reside en la falta

de comprensión para con el asunto, tanto de pastores y líderes, como de laicos.

Buscamos sintetizar ideas y presupuestos sobre el asunto, logrando demostrar que lo que

importa son los principios que nos guían al crecimiento, más que los programas en sí;

también logramos colaborar en la comprensión de que, para crecer, debe existir un

involucramiento de todos, en una edificación mutua, harmoniosa y conjunta; también se

logró verificar que, para crecer de forma integral, se hace necesaria la bendición de Dios,

ya que hacerlo de esta manera es cumplir con la Palabra de Dios, siguiendo su dirección.

El crecimiento no siempre viene de Dios

Puede haber crecimiento sin que este sea realmente integral. Presupone aquí que el

crecimiento integral es aquel que viene de Dios, siendo esencialmente equilibrado en la

Palabra de Dios y en la unción del Espíritu. Cuando decimos que puede haber crecimiento

sin que este sea integral, estamos diciendo que muchas veces el crecimiento está

sustentado únicamente en el hombre y sus ideas.

Schwarz, por ejemplo, asevera que no necesariamente las iglesias grandes son sanas.

Muchas de las mega iglesias investigadas por él estaban enfermas en buena parte de los

factores de calidad. Estas iglesias crecen en número, sin embargo sin crecimiento

espiritual… o casi nada. De la misma manera que muchas personas entran, así mismo

salen, porque no encuentran un propósito o diferencial que les invite a quedarse.

Warren, por su parte, nos muestra que algunas iglesias crecen sólo por transferencia de

miembros y no por nuevas conversiones. La Gran Comisión no consiste en buscar

creyentes de otras iglesias, sino en evangelizar y discipular a no creyentes.

Crecer debe ser desarrollo

Crecimiento no puede ser visto solamente como numérico. Crecer, en primer lugar, es

desarrollar el carácter cristiano, a través de una renovación de la mente y de la

santificación diaria, buscando aproximarse a Dios. Crecer es desarrollar la práctica del

amor fraternal para con el prójimo, donde ocurre la edificación y la ayuda mutua. Crecer

20 McGAVRAN, Donald. Compreendendo o Crescimento da Igreja. Editora Sepal. São Paulo, 2001, p.16

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es desarrollar las estructuras eclesiásticas fomentando el entrenamiento, la capacitación y

el involucramiento de todos.

La Palabra debe ser la base para el crecimiento

Conforme dice la carta de Santiago, la Palabra no solamente debe ser oída o leída, sino

que debe ser vivida y practicada, como un testimonio vivo de la acción de Cristo en la vida

de las personas.

El principio reformado de Sola Scriptura nos dice que “las Sagradas Escrituras deben ser

la única regla de fe y de práctica”. La Palabra de Dios es la única regla infalible. Las

personas, líderes, pastores, somos falibles y pasajeros, pero la Palabra de Dios

permanece.

Sin la Palabra de Dios, no puede haber real crecimiento ni desarrollo.

Esta monografía, que usa gran parte de su bibliografía en portugués, es a propósito. Por

una parte fue providencial el haber estado estudiando desde estos libros para una

capacitación sobre el tema en Brasil por medio de un ministerio de misiones urbanas en el

que nos desenvolvemos, como también porque en español hay disponibles muchos libros

sobre estrategias para hacer crecer a las iglesias, iglecrecimiento, prosperidad ministerial,

pero poco sobre cuál es el verdadero sentido del crecimiento de la Iglesia… un

crecimiento más orgánico, entendiendo que la iglesia es un organismo vivo y que

depende 100% de su cabeza, que es Cristo.

5. PROYECTO

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“Amad a esta Iglesia, permaneced en esta Iglesia, sed

vosotros esta Iglesia." 

 [Agustín de Hipona]

Como mencionáramos al comienzo, la idea de crecimiento debe estar asociada a la vida

espiritual de las personas. Cualquier proyecto de revitalización debe partir sobre la base

de que hemos sido llamados y capacitados por el Espíritu Santo para conducir a las

personas hacia Cristo. Al esbozar un proyecto, creemos que debe estar compuesto por, al

menos, los siguientes puntos:

1. Centralidad de la Escritura. Parece obvio, pero no podemos dejar de mencionar

que la predicación constante y permanente del evangelio bíblico es ya una

herramienta con la cual podremos hacer discípulos. A veces pensamos que

predicar constantemente el evangelio puede aburrir, pero la misma Escritura dice

que el evangelio es el poder de Dios. Por lo tanto, debemos empoderar a las

personas para que cumplan con la Gran Comisión.

2. Nuestro objetivo es hacer discípulos. Nuestro objetivo no es que más personas

vayan a los cultos, aumente la membrecía o asistan a los grupos pequeños. El

objetivo principal es hacer discípulos que hagan discípulos para la gloria de Dios.

Para ello es fundamental la Escritura, con estudios que les capaciten en

conocimiento, santidad y habilidades.

3. Los hacedores de discípulos necesitan ser capacitados y equipados con

convicción, carácter y competencias. Si esta visión de hacer discípulos es

correcta, entonces parte integral de este proceso es la enseñanza y capacitación.

No se trata simplemente de impartir habilidades, sino de cuidar y enseñar a la

persona respecto de sus convicciones, su carácter y sus competencias. Este tipo

de capacitación es más bien del tipo mentoría y no tanto de aula.

4. Objetivo de las reuniones. Si la meta de la totalidad de los esfuerzos de nuestra

comunidad local es hacer discípulos, entonces las reuniones deben apuntar al

mismo objetivo, aprovechando cada instancia para hacer discípulos y capacitarlos.

5. Desafiar a la formación de nuevos líderes. Ya sean pastores, maestros o

evangelistas, la comunidad debe ser capaz de generar nuevos líderes.

6. BIBLIOGRAFÍA

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AGUILERA, José M. Dinamizando a igreja para cumprir a grande comissão. Abba Press. São Paulo,

1995

GRUNER, Leroy. Crescimento Contagioso da Igreja. CPAD. Rio de Janeiro, 1984.

GUINNESS, Os. El fenomeno de las Megaiglesias. Editorial Clie. Barcelona, 2003.

KORNFIELD, David. & ARAUJO, Gedimar. Implantando grupos familiares. Editora Sepal. São Paulo,

2000

KIVITZ, Ed R. Quebrando Paradigmas. Abba Press. São Paulo, 1995

McGAVRAN, Donald. Compreendendo o Crescimento da Igreja. Editora Sepal. São Paulo, 2001

MIRANDA, Juan. Manual de Crescimento da Igreja. Edições Vida Nova. São Paulo, 1989

MOORE, Waylon. Multiplicando discípulos. JUERP. Rio de Janeiro, 1983

NEUMANN, Mikel. Alcançar a Cidade: As Células na Evangelização Urbana. Edições Vida Nova. São

Paulo, 1993

ROSA, P., DAY, J. Os desafios de uma grande cidade: fundamentos bíblicos e métodos práticos para

evangelismo urbano. Faculdade Teológica Batista de Brasilia. Brasilia, 1998, p.7

SCHWARZ, Christian. O desenvolvimento natural da Igreja. Editora Evangélica Esperança. Curitiba,

1996

SCHWARZ, Christian. Cambio de paradigma en la Iglesia. Editorial Clie. Barcelona, 2001

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