Costumbres Adolfo Castro

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  • COSTUMBRES PBLICAS Y ium

    DE LOS ESPAOLES EN EL SIGLO XVIL

  • DISCURSOacerca de las costumbres pblicas y privadas

    DE LOS ESPAOLES EN EL SIGLO XVIIFUNDADO EN EL ESTUDIO DE LAS COMEDIAS DE

    CALDERNPREMIADO

    POR LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MORALES Y POLTICAS

    Eq el concurso extraordinario abierto en 15 de Febrero de 1881

    ESCEITO POR

    EL EXCMO. SR. D. ADOLFO DE CASTRO Y ROSSl

    Acadmico correspondiente de las Reales Academias Espaola y de la Historia

    Ex moribus apparet animus.

    (D. AuG.: De Verb. AposlJ

    3^MADRID '" ^^^^ //r

    TIPOGRAFA GUTTENBERG ""^"^ (^

    Calle ele Villalar, lavun. o^

    X

    I

    1881

  • cAlt. 43 (le los Estatutos de la Real Acadeoiia de Ciencias Morales y Polticas.

    En las obras que la Academia autorice publique , cadaautor ser responsable de sus asertos y opiniones. El Cuerpo lo

    ser nicamente de que las obras sean merecedoras de la luz p-blica.

  • 1INTRODUCCIN

    El siglo XVII puede llamarse el siglo de Caldern eu Espaa.

    Naci el gran poeta en Febrero de 1600, y muri en Abril del''681.

    Todava, por espacio de unos once meses, pudo respirar el am^a

    de la vida del siglo de Carlos V y Felipe II , de Garcilaso y Her-rera, de Granada y de Len, de Don Juan de Austria y Melchor

    Cano , de Mariana y de Cervantes , por ms que las glorias mayoresde este ltimo se ostentaron en los primeros aos del siguiente.

    El superior podero de Espaa fu en el xvn, y muy difcil elmantener tantos territorios combatidos por la astucia poltica ylas armas de enemigos pertinaces de aquella monarqua, objeto

    de temor y blanco de las ambiciones de una gran parte de

    Europa.

    Oh, cuntos espectculos de aciertos y de errores, de casos

    extraos y slo vistos en su tiempo, de hechos terribles y de

    acciones de valor y de temeridad, de ingenio y de demencias, de

    maravilla y de desden, de dignidad y de incertidumbres presenci

    Caldern desde los primeros aos en que el nio comprende algo

  • COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    y conserva todo en la memoria hasta la cercana del sepulcro enlas horas de la ancianidad postrimeras.

    En los instantes en que Fehpe III y el duque de Lerma, su

    vado, conferan las opiniones y los medios de expulsar de Espaa

    los moriscos el 19 de Marzo de 1607 , llegan Almucar mo-ros y moras berberiscos para cristianarse. El arzobispo de Gra-

    nada D. Pedro de Castro bautiz ms de 50 hombres, mujeresy nios, y cas los ya casados en la ley de Mahoma, y todosdejaron sus trajes por los vestidos la espaola ( 1 ).

    Lanzronse los moriscos; y en tanto que los enemigos de la

    expulsin se lamentaban de los perjuicios que se les ocasionaban,

    en 26 de Febrero de 1610 fueron arrastrados dos cristianos por

    las calles de Granada y suspendidos de la horca, por haber dado

    muerte un morisco de los que salan de Espaa, guiados del in-

    centivo del robo ( 2 ).

    Y al propio tiempo que se prosegua la expulsin en odio alMahometismo y para seguridad de la patria, los libros apresadosal rey de Marruecos en dos navios suyos por el mar de Berbera

    se trajeron Espaa y depositaron en el Escorial. Francisco de

    Gurmendi, intrprete, tradujo del rabe dos de ellos, que tratabande filosofa moral, y los dedic al duque de Lerma, sacndolos

    luz el ao de 1615. Se arrojaba de Espaa los descendientesde los rabes, y se volvan la lengua castellana escritos notables

    de stos ( 3 ).

    Y aquellos crueles castigos que el Alcalde de Casa y Corte,Vaca, hizo dar dos pajes, escribientes del marqus de Siete Igle-sias, D. Rodrigo Caldern, por haber sustituido en un ttulo el

    nombre del que haba por el de su hermano? Qu ajeno estaba elvalido de que en su da sera llamado experimentar los mismosrigores que l haba provocado con la denuncia de aquel delito! (4

    )

    En Aranjuez cazaba Felipe IV, siendo Prncipe (5), con palomastorcaces y con garzas, enviadas por el prncipe de Gales, muchoantes de venir Espaa; se pescaba en los reales estanques (6).

  • EN EL SIGLO XTll

    La venalidad de los Procuradores en Cortes , era grande en aque-

    lla edad. Cuando ellas fueron despedidas en Abril de 1620, poco poco se vieron publicadas las mercedes con que la munificencia

    real recompensaba el haber concedido lo que pidi la Corona so-bre la moneda de velln. Slo el Procurador de Burgos, D. JuanRodrguez de Salamanca, logr una encomienda de 1.500 duca-

    dos de renta y el hbito de una de las Ordenes militares para un

    yerno (7).

    Triste fu im acontecimiento ocurrido en Sevilla el ao de 1621,

    y que tena todas las apariencias de una locura de muchachos,

    pero que se castig lo ms gravemente que ser poda. El da deSan Sebastian prendieron varios mancebos por haber tramado

    una conspiracin para aclamar rey uno de ellos y defenderlo

    por la via de las armas. Muchos buscaron su salvacin en la

    huida. Seis de unos veintids aos recibieron la muerte en horca,

    y otro de dieciocho, caballero cordobs, en cuchillo; y todo en

    la plaza de San Francisco de Sevilla, con gran compasin del

    pueblo, por la corta edad y considerarse que aquello no tena fun-

    damento importante. Djose que el perdn se otorg por Fehpe ni,mas que lleg cuando la sentencia estaba cumplida (8).Dos meses despus falleci el Monarca. Y aquel hecho

    ,

    que pa-

    reci como absurdo, fu una especie de anuncio de que dentro de

    Espaa haban de atreverse las ambiciones emular el podero

    del Rey, ya combatido. Los catalanes proclamaron Luis XIII deFrancia su Conde, contra Fehpe IV; el marqus de Ayamonteprocur alzar rey de Andaluca al duque de Medina-Sidonia , her-

    mano de Doa Luisa Francisca de Guzman, esposa del duque deBraganza, que se alz en oposicin de Espaa rey de Portugal;

    D. Carlos de Padilla conspir para proclamar rey de Aragn alduque de Hjar

    ,y hasta otro grande de Espaa fu acusado del

    intento de volar el palacio de Felipe.

    Fehpe IV entr remar, y poco, para satisfaccin de su amor

    propio, vio Uegar Espaa al prncipe de Gales (el desgraciado

  • 10 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    Carlos Stuart, luego Carlos I) en pretensin de casarse con la

    hermana del Monarca , habiendo inventado algn poeta malicioso

    esta copla, ficcin de dilogo entre Quevedo y Lope de Vega:

    QuEVEDO. Lope, qu os dice la chollade aqueste principe ingls?

    Lope. Que se comer la polla,y que nos dar despuscon los cascos de la olla (9).

    No sucedi tal. Desairado en sus propsitos , torn su nacin;

    y cuando en venganza acometi en 1625 una escuadra Cdiz,

    logr FeHpe IV que sus armas desagradasen el amor patrio en

    las inglesas ante los muros de la misma ciudad, que saquearonlos mismos en los ltimos aos de su abuelo, el segundo de losFelipes.

    La profeca puesta en boca de Lope fu falsa; de aquel Lope de

    Vega que , al rey de ms vasallos , deca en un soneto memorial,[)resumiendo de su facihdad portentosa en escribir

    :

    As tengas ms oro y ms diamantesque yo tengo vasallos consonantes.

    Lope de Vega transform la escena y la hizo verdaderamente

    espaola, abandonando la dbil imitacin de los trgicos y cmi-

    cos de Grecia y Roma. Aquella dulzura de versos y aquella gala-

    nsima riqueza de diccin y de armonas, semejantes las notasnmsicales de Rosini, con quien puede muy bien ser comparado,hicieron que se diese el nombre de Lojie, como el r^iayor encomio,

    cuanto era hermoso bueno.

    Gngora, por medio del artificio, alcanzaba igual admiracin yaplauso, y el mismo Lope, dedicndole su comedia Amm- secretohasta celos, lo Uamaba j)rncipe de los ingenios.

    Aquel siglo por doquiera ofreca ejemplos de talento propio;una gran serie de buenos poetas cmicos, cuyos escritos solan

    imitarse por celebrados autores extranjeros; de escultores como

  • EN EL SIGLO XVII 11

    Martnez Montaez , Roldan y Cano ; de pintores como Velazqnez,

    Murillo , el mismo Cano , Zurbarn y tantos y tantos,

    gloria de la

    nacin y favorecidos por los Reyes y Grandes.

    La crtica literaria entr en nuestras costumbres con ms vue-los que en el siglo anterior, si bien ms vehemente y vecesms apasionada. Quevedo cruelmente trat Montalvan; encambio Bernab de Vivanco , en su historia de Fehpe IV, al ha-blar de las stiras que corran contra el Conde-Duque , dice que

    ste trat de inquirir si Quevedo era no el autor,

    para lo cual

    lo llam, y que ste , creyndose arrebatado mejor fortuna , y

    que sacara de aqu otro pellizco de dinero como se lo sac al

    duque de Osuna, arm un hbrillo insolente en que satisfaca alConde responda las calumnias que le cargaban, indigno de

    juicio heroico ni aun plebeyo (10).Don Juan de Rada y Amezqueta escribi al Dr. Bartolom

    Leonardo de Argensola , en respuesta de la que ste envi Don

    Juan Briz Martnez , abad de San Juan de la Pea (ao de 1628),en que le dice que da pocas muestras de doctor y de sabio,

    slo s de maldiciente y mordaz , que de esto puede ser laureado

    mejor que de liistoriador sacro, y cafic su lenguaje de mallor-

    qun ( 11).

    Fray Hortensio Flix Para^cino mereci en su tiempo el aplau-

    so de primer orador sagrado. En su muerte se pubHcaron hbroscantndole las ms entusiastas alabanzas

    ; y sin embargo , el mar-

    qus de Alenquer , en un soneto , le dice , en atencin al estilo cul-

    tsimo y poco inteligible que usaba , que no se le entenda cuanto

    predicaba, y que eso de abrh' la boca para no decir nada equivala

    bostezar (12).

    El gran cardenal D. Antonio Zapata soUcit muchas veces ser

    exonerado del cargo de Inquisidor general; y cuando en 1632

    Felipe IV le manifest que haba atendido sus ruegos , respondi

    al Monarca que no poda significarle el consuelo y gozo interior

    que le haba causado esta nueva. Deseaba muchos das h el

  • 12 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    verme libre de esta ocupacin por algunas causas. Ahor^ deseo

    vivir para reconocer la merced que V. M. me ha hecho... porque

    entre las muchas que haba recibido , con ser tan grandes , aqullaera la mayor, que ms haba llenado su corazn (13).En cambio Anastasio Pantaleon de Ribera escriba en una

    Academia este epitafio jocoso un Comisario del Santo Oficio:

    Aqu un Comisario yacede la Santa Inquisicin

    :

    viene la muerte, y qu hace?quitarle la comisin.Muri: requiescat in pace (14).

    Enmedio de la grande religiosidad de aquel siglo, tuvo queclamar contra cierto gnero de beatas Fray Juan Terrones, y de-

    cirles : Qu mucho que unas sierpes que, ms por ociosidad quepor devocin, se estn todo el da en la iglesia (que mejor estuvie-ran hilando), qu mucho que murmuren, piensen y digan mal delos ciue no son Dios (15)?

    El horror que caus en Europa la peste de Miln se aumentcon la creencia

    ,

    que del vulgo pas hasta los gobernantes , de que

    haba sido provocada por unos polvos que sembraron all varios

    enemigos del gnero humano. La corte de Espaa se alborot, yFelipe IV hubo de publicar una cdula anunciando que iban

    venir esos mismos nuestra patria , cuyos retratos y seas estaban

    ya en poder del Gobernador del Consejo Supremo. Ofrecironse20.000 ducados los que los descubriesen, y si algunos de los

    cmplices voluntariamente se presentasen hacer la declaracin,

    tendi'an igual suma y ademas la imnunidad y el perdn de ese

    delito y de otros cualesquiera que hubiesen cometido,^or graves yatroces que fuesen. Y porque haban entrado muchos extranjerosy se tena falta de pan y de otros mantenimientos , se orden que

    todos los que no se hallasen provistos de Ucencia Real del Con-

    sejo sahesen en breve plazo, so pena de la vida. Esto ocurri

    en 1630 (16).

  • EN EL SIGLO XVII 13

    El odio entre el cardenal de Richelieu (Cardenal de Francia ypostema de Espaa, segn dice Luis Velez de Guevara) con elconde-duque de Olivares, fu muy sangriento para Espaa; pro-vocronse guerras

    , y el encono se acrecentaba en ambos con lasvictorias las derrotas de las armas, con la prevencin delos ardides polticos de uno y otro, levantando contradicciones

    en los diferentes Estados de Em-opa en mucho dao y descon-cierto (17).

    Nuestras armas recorrieron los mares, casi siempre victoriosas

    en cuantos combates emprendieron contra los enemigos, y nuestros

    ejrcitos de tierra hubieron bastantes victorias en el reinado del

    cuarto de los Felipes.

    Cuando se encendi la guerra por la parte de Catalua contraFrancia, el conde-duque de Olivares advirti el gran peligro. Temique se fuesen adelantando por el Principado las tropas de Luis XIII,

    y al escribir al Virey, conde de Santa Coloma, impona notablessacrificios los mal sufridos catalanes. Su turbacin de nimo serevela en notas de su mano , escritas al pi de una carta ( Febrero

    1640). Conservar el ejrcito, es conservar la provincia y toda

    Espaa : sin esto todo es perdido sin humano remedio, y no hay

    razn ni inconveniente que no se haya de vencer por salvar el

    todo. Dios me asista, que en todo quiere que tenga yo trabajos ypesares grandes (18).

    Ya antes haba escrito tambin de su mano al conde de SantaColoma estas palabras

    ,

    que describen la mayor afliccin de nimopresintiendo peligros invencibles: Seor mio: Por un solo Dios

    que la gente se aloje muy bien,y no slo bien

    ,

    porque con esto

    habr ejrcito, y si es como lo pasado, todo se perder. De ro-dillas lo suplico V. S. (19)

    No poda ser ms tremendo el conflicto del valido cuando tanhumildemente se expresaba.

    Sublevse contra Fehpe IV Barcelona y una parte considera-

    ble de Catalua.

  • 14 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    El Rey dej la Corte, acercndose al Principado por Aragn.

    Cuentan de su galantera que , hallndose dos leguas de Ma-

    drid, recibi de su esposa Doa Isabel de Borbon un mensajepor medio del menino D. Vespasiano Gonzaga. Lo escuch conrisueo semblante y muestras de gratitud, preguntando por juegoqu hacan en Madrid las damas y si se acordaban de l. En

    Alcal de Henares entr caballo con dos pistolas en el arzn,

    enmedio de las alegres aclamaciones; y hallndose en la residen-

    cia real,

    pidi de beber,y asomado una ventana , vista del

    pueblo tom vino, arrojando la plaza la copa dorada en sealde contento, que fu recibida de las turbas con furiosa algazara

    por cogerla.

    Prosiguiendo su camino , detvose en Arganda , de donde , en-

    tendiendo que la Reina se hallaba un tanto enferma de melan-

    coha por su ausencia, de noche y de incgnito volvi galante-

    mente Madrid consolarla, regresando antes del dia (20).En tanto el Conde-Duque recompensaba los que le servan en

    los asimtos extraos revelndoles secretos de otros Gabinetes.

    A cierto abate itahano le concedi plaza en uno de los Consejos,dando motivo aquellos versos

    :

    Mirad si el Conde-Duque es gran artero

    ,

    que su sopln ha hecho consejero (21).

    Hubo de retirarse al fin de los pblicos negocios; y aunque la

    ojeriza de muchos Grandes, caballeros y pueblo era imponente,

    como enardecida contra un Ministro que tantos aos haba ejer-

    cido el absoluto poder, no habiendo podido contentar todos ys decidir asuntos y pretensiones , segn la justicia posibilidad

    de los tiempos y de los casos, Felipe IV respet al hombre que le

    haba ayudado conseguir victorias y gobernar tantos reinos

    hasta aquel punto sin conflictos gravsimos.

    El Rey aprendi en la escuela de los teatros mucho del mundo.

    Parece como que segua el sentir de aquel autor asctico, que

  • EN EL PIOLO XVII 15

    aseguraba que lo que dejaron los pasados es lo que los venideroshallan, porque as todo persevera y que el mundo se asemeja una comedia al revs. Los oyentes estn parados y slo se mue-

    ven los que salen y entran al representar. As pasa en los teatros,

    y la variedad est en las obras. En la vida humana no se mudanel teatro y sus cosas. Los montes, rboles y rios, valles y puertos,

    permanecen siempre en l, y lo que fu en la naturaleza sigue

    siendo. Los que se mudan son los que entran gozar de lasrepresentaciones. Felipe IV consigui verse cercado de grandes

    hombres en todos los ramos del humano saber.Redujo su obediencia Catalua, y tambin Siciha y a-

    ples; no pudo alcanzar lo mismo con Portugal, pero hasta lamuerte pugn por combatir su independencia. Coloc sus hijas: Mara Teresa en el trono de Francia con Luis XIV, y dej capi-tulada Margarita de Austria con el emperador Leopoldo I.

    Vio en su tiempo que el rey de Argel , de aquel Estado de pira-

    tas que tanto afligan los mares, trataba con el Virey de Siciha,

    envindole mensajeros y carta autgrafa, asegurndole que no sehara mal los padres de las limosnas de los esclavos, quedando

    satisfaccin de todo con razones mu}'^ corteses (22). Igualmente

    consigui ver entrar una embajada del Gran Turco con presentessuntuosos , cuatro leones con collares y cadenas de oro , esculpidos

    en ellos las armas espaolas, doce alfanjes damasquinos , cuchilloscon cabos de pedrera , veinticuatro alfombras

    , y en eUas tejidas

    las armas y batallas que el mismo Felipe IV haba tenido desdeque se ci la corona.

    Ofrecanle por la paz, ahanza y comercio la Casa Santa de

    Jerusalen,

    paso franco todos los cristianos que quisieren ir aU,

    y D. Juan de Austria una hermana para que con eUa casase,despus de volverse cristiana

    , y en dote la provincia que se esco-

    giese, y hbertad los cristianos esclavos en Berbera , al par que

    en Espaa se hiciese otro tanto con los cautivos moros.

    Lo ms grave de la pretensin se encerraba en que esta mo-

  • 16 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    narqua quedaba en la obligacin de favorecer al Sultn contra

    todos sus enemigos.

    Enmedio de ofertas tales , bastantes lisongear el propio amorde Felipe IV, como hechas por vez primera la corona de Espaa,

    hubo de negarse todas. Cmo poda hacer una hga ofensiva ydefensiva hasta contra Prncipes cristianos por mantener el pode-

    ro del Gran Turco en aquella edad, no vacilante, sino temible para

    Europa, cuando en la misma Hungra se hallaban sus avanzadasamenazando Viena, es decir , la misma casa de Austria?

    As Felipe y su corte estudiaron en las obras dramticas la ga-

    lantera y el placer, las empresas caballerescas y la poesa mito-

    lgica, que fu el encanto de las cortes de Luis XIV y Luis XVen Francia; igualmente en algunas de las obras de Caldern re-

    cibieron una enseanza acerca de la vida y de la muerte.

    Asunto digno de la pluma de D. Pedro hubiera sido ver Fe-

    hpe IV prevenir en el panten del Escorial la urna en que haba

    de darse sepultura su cadver y tomarse la medida del atad

    que haba de encerrarlo, como lo encerr.

    Para trazar las costumbres de aquella sociedad de tantas ytales contradicciones, puede seguirse con seguridad de acierto en

    cuanto la verdad, ya que no en el desempeo, que est sujeto

    la condicin de la persona y la inteligencia , el estudio de las

    obras de D. Pedro Caldern de la Barca.

    Ver su teatro, es ver las costumbres de su siglo. Pueden com-pararse con el efecto que ocasiona una pintura de Pablo Verons,

    comparacin nunca mejor aplicada que en el escrito presente, unade las pinturas que representa aquellos suntuossimos banquetes,

    retratos fieles de la animacin de la vida, variedad de aspecto enlos convidados, ya la expresin de la candidez del alma en la her-

    mosura de una mujer, ya del indiferentismo,

    ya de la liviandad

    ;

    en ste el semblante de la tranquila conciencia, en el otro de sen-

    suasmo , en el de ms all la glotonera , en esotro la envidia yel hasto

    , en el anfitrin el espritu de vanidad satisfecho en su

  • EN EL SIGLO XTII 17

    opulencia. Cuanto el capricho puede pedir, todo se ve represen-

    tado: vasos de plata y oro, manjares exquisitos, pajes vestidosgalanamente y de dorados cabellos, msicos que tocan variedad

    de instrumentos; otros que entonan canciones para desterrar la

    melancola, si en aquel sitio puede tener entrada. Por entre co-

    lumnas de mrmoles esplndidos se divisan unos floridos jardines

    y un cielo tan alegre como el festin ; un mendigo impetra , desde

    luego importunamente al parecer, ima limosna, como en recuerdo

    de las alternativas injusticias de la suerte, y uno dos tres

    perros aguardan cuidadosos y con no disimulada impaciencia la

    presa que les arroja la hartura de los convidados.

    En otras ocasiones nos ofrece el triunfo de un hroe de los msfamosos en su carro de marfil y oro y pedrera, tirado de briosos

    caballos blancos, mal sujetos al freno y ornados con jaeces de

    prpura; los esclavos en cadenas rodean al vencedor, sucios los

    trajes, barbas largas y deslucidas, desgreados los cabellos; la

    vergenza y la ira impotente en sus rostros. Unos taen las tubas,

    cmo si ensordecieran los aires. Los despojos de las armas de losvencidos y sus trofeos , son llevados por otros cautivos en seal de

    su mayor abatimiento; varones, mujeres y nios del pueblo apa-recen saludando en homenaje de gratitud y en seal de aplauso.El Csar, sentado en su sho y rodeado de lictores y guardias , es-

    pera impasible la llegada del hroe , con expresin indecisa entre

    el agradecimiento hacia el salvador de su corona y el recelo de la

    ambicin que pueda en l despertarse con el triunfo y el popular

    entusiasmo, y hasta la no creda envidia por no haber sido l

    quien alcanzase la victoria. Al pi de la estatua de la falsa deidad

    de mrmol arde un ara ornada de flores, y los sacerdotes, conblancas vestiduras y coronas de hojas de encina , esperan el mo-

    mento de sacrificar la vctima,

    que es un blanco toro con dora-

    dos cuernos y cubierto de guirnaldas de rosas. Uno de los arspi-

    ces tiene en la diestra el cuchillo que ha de dar muerte al animal,

    que va ser sacrificado la vanidad humana.

  • 18 COSTUMBRES DK LOS ESPAOLES

    Con la destreza de un Pablo Verons para presentar estos cua-

    dros,

    que tanto ensean al que con reflexin los mire,

    pint Cal-

    dern en sus comedias la sociedad de aquel siglo. De aquellos va-

    rios episodios se recogern los bastantes para formar una idea de

    la Espaa de Felipe IV.

    El ao de 1649 se celebraron en Espaa, con toda ostentacin,

    las segundas nupcias de Felipe IV. Era la desposada su jovensobrina Doa Mariana de Austria. Entre las estas hubo una detoros, en que tom parte la Grandeza. Caldern, en su comediaG^frdate del agua mansa, la describe:

    A tropasocupaban la palestrade los lucidos criadoslas adornadas catervas,como su triunfo trajeronlos grandes hroes que en ellala suerte han hecho precisa

    ,

    por quien ya el acaso dejade ser acaso, pues yano viene ser sino fuerzael que ha sacado al aciertodel nombre de contingencia.

    La fiesta fu en la Plaza Mayor de Madrid, en que se solan

    liacer estas festividades , asistiendo , segn costumbre , las RealesPersonas, y nobles, y caballeros y pueblo, unos en balcones y ven-

    tanas,otros en los andamios que se construian guisa de circo

  • EK EL SIGLO XVII 19

    romano. Grandes torearon en primer trmino con toda valenta

    y felicidad. Caldern prosigue diciendo

    :

    ninguno he de nombrarlo;y es justo, que no quisieraque habiendo ya tantas plumaspintado sus Excelencias

    ,

    los desluciesen ahora

    cortedades de mi lengua.Slo os dir que no hubobruto que, armada la testa,la piel manchada, arrugadoel ceo , hendida la huella

    ,

    dilatado el cuello , el pechocorto, la cerviz inhiesta,

    de una vez escriba osado

    caracteres en la arena,

    como quien dice : " Esta es

    vuestra huesa mi huesa;

    que no fuese triunfo fcdel primor y la destreza,de que el ms hidalgo bruto

    ,

    soberbio con la obediencia,

    dc con la lozana

    ,

    sus amenazas desprecia

    al tacto del acicate

    al aviso de la rienda;pues ya el asta y ya la espaia,en ambas acciones diestra,airosamente mezclabanla hermosura y la fiereza.

    Sabido es, y muy sabido, que en aquellos tiempos los Grandes

    y caballeros, en las ciudades y principales villas , se dedicaban al

    arte del toreo caballo con lanza y rejoncillos para combatii* al

    bruto, y con espada para darle muerte. A pi iban lacayos ata^da-dos con ricas libreas, como gala de la generosidad de sus seores.

    Tambin pi con espada en mano, y parapetndose con el ca-

    ballo cuando no montaba uno propio , iba otro caballero , el cual

    se llamaba padri'no, cuya obligacin se reduca socorrer en el

  • 20 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    mayor peligro al jinete, en caso de que el toro, hiriendo mala-

    mente al caballo, derribase al mismo caballero.

    Acerca de esta costumbre escribi Caldern un gracioso cuen-

    to,

    que sin duda tuvo origen en algn verdadero suceso , cuento

    que , aunque conocido , merece recordarse como oportuno en este

    lugar. Hllase en No hay hurlas con el amor, y ntese que el poeta

    llama toricantano al que sala por primera vez lidiar en plazas,

    como se dice misacantano al que canta, por primera vez igual-

    mente, la misa.

    En la plaza,im toricantano un diaentr dar una lanzada,de un su amigo apadrinado

    ;

    y airoso terci la capa,galn requiri el sombrero

    ,

    y osado tom la lanzaveinte pasos del toril.

    Sali un toro, y cara carahacia el caballo se vino.

    cay el caballero encimadel toro; sac la espadael tal padrino

    , y por daral toro una cuchillada,

    su ahijado se la dio;y siendo de buena marca,levantse el caballeropreguntando en voces altas:"Saben ustedes quineste hidalgo apadrinaba?A mi al toro?,, Y ningunole supo decir palabra.

    El origen cierto de las fiestas de toros hasta hoy no se conoce,

    si bien muy ingeniosamente se ha discm'rido por algunos doctos.En la antigua Roma no se lidiaban en circos , mas yo he notadoque cuando las plazas otros parajes pblicos se llevaban torosbravos, los ganaderos cuidaban de ponerles un manojo de heno

  • EX El, siin.o XVII 21

    en los cuernos entre los cuernos, y hasta con voz de pregonero

    se avisaba que todos se guardasen de l; lo cual pudiera indicar

    que algunas gentes acostumbraban irritar los ms mansos, paradivertirse con su enojo as inofensivo. Se cuenta de Higinio, tansatrico en sus dichos

    ,

    que slo Marco Craso dejaba libre de sumordacidad

    ; y preguntndole uno la causa de tan extrao privi-

    legio respeto, dcese cpe respondi: Foemim liabet in cornn. Heno tiene en el cuerno, aludiendo su riqueza y lo muchoque se hartaba de manjares y vinos , con lo que estaba tan sa-tisfecho

    ,orgulloso y beodo que deba huirse de l como de toro

    furioso.

    El martes 19 de Agosto de 1609 , hubo en la plaza de Bibar-

    rambla de Granada fiestas reales con Hbreas y juegos de caas.Jorquera , en sus Anales inditos , refiere los desastrosos sucesos

    de aquel da,

    que aterr por mucho tiempo la antigua corte ma-hometana.

    Fueron los toros (dice) tan bravos, que fueron asombro y es-

    panto de las gentes. Mataron treinta y seis personas ; \ caso lasti-

    moso! sin ms de sesenta heridos. Murieron los caballos y quedmuy maltratado D. Gaspar de Pernia. No fu la lanzada conside-rable por la gran ferocidad de los toros. El postrer toro estaba

    las nueve de la noche en la plaza, por no haber quien se atreviera

    desjarretarlo,

    porque no divisaba hombre que no lo cogiese.

    Aade : Fu necesario escandilallo con fuego; y no bastando, lo

    escopetearon hasta que muri. Mat este toro cinco hombres, sinlos heridos. Qued el nombre de estas fiestas la de los torosbravos.

    Esto se pareci lo acaecido en Roma , siendo pontfice Cahx-to in (1455-1458), natural de Jtiva, en el reino de Valencia, ydel hnaje de los Borjas. La juventud de la nobleza romana

    ,

    per-

    suadida sin duda por espaoles residentes en la capital del orbecatlico

    ,

    quiso obsequiar al Papa con una fiesta de toros uso de

    Espaa, y para ello se prepar del mejor modo posible el anfitea-

  • COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    tro Flavio. La braveza de los toros desconcert los caballeros

    en la hora del peligro, y mmieron muchos de ellos , y otros reci-

    bieron gravsimas heridas, quedando muy dolorosa memoria deaquellas fiestas. Y esto no impidi que siendo pontfice Alejan-dro VI ( 1492 - 1505 ) , espaol y del mismo linaje, olvidados delsuceso los romanos, resolviese la nobleza festejar al Papa en

    una de las bodas de su hija Doa Lucrecia Borja Borgia, comolos italianos dicen, con otras fiestas de toros en aquel famoso

    Coliseo, debido la magnificencia de Vespasiano, sin que hubiese

    que lamentar desgracias de la juventud caballeresca , tal vez por-que se buscasen brutos de poca braveza , escarmentados los aven-

    tureros con las anteriores catstrofes.

    En el tomo cxiv de varios in foho de la Biblioteca Colombina,

    se halla esta otra descripcin de una fiesta semejante en la PlazaMayor de Madrid el ao de 1622:

    A los 6 (de Juo) hubo toros en presencia de S. M. y A. Diodos lanzadas D. Cristbal de Gaviria, cpe sali bien; y despus,

    entrando en la plaza con lacayos y rejones, le derrib el toro l

    y al caballo, y le volvi pisar, dejndole por muerto. Levant-ronle entre cuatro hombres , sin acudir su socorro ninguno de

    los de caballo. Slo el alguacil Vergel se ape del suyo y se lo

    dio al dicho D. Cristbal, y casi sin volver en s subi en l, y Pe-

    dro Vergel pi con acicates su lado , fueron corriendo al toro

    y lo mataron cuchilladas. Estimse en mucho esta faccin dePedro de Vergel, y por tal el duque del Infantado, desde el balcnde S. M. , le dio las gracias

    , y lo mismo hicieron los dems Gran-des y seores desde sus ventanas. El caballo se le haba prestado

    Pedro Vergel el conde de Villamediana, y estim tanto el he-

    cho que se lo dio dado, enjaezado como estaba, y asimismo leofreci racin para l en su caballeriza

    ; y el Ahuirante y el mar-

    qus de Ajelada y otros seores le dieron cadenas y sortijas dediamantes de mucho valor. Muerto el toro , sali de la plaza DonCristbal

    , y con dos sangras estuvo luego bueno de su caida.

  • EN EL SIGLO XVII 23

    Este Vergel de que se trata aqu , alguacil de Corte , era aqul

    contra quien corrieron aquellos versos tan ofensivos su honor ytan sabidos adems.

    Qu galn que enti' Vergelcon cintillo de diamantes,diamantes que fueron antesde amantes de su mujer!

    Vergel, de quien se dijo en otra poesa satrica, quiz aludien-

    do aquella accin tan celebrada

    :

    Fiestas y toros y caashizo Madrid su Rey,

    y por justsima leyllena de ilustres hazaas.La suma de todas ellas,con ardimiento gentilengrandeci un alguacilcon mil cii'cunstancias bellas.En el caballo novel,ardiente, bravo y brioso,se ha presentado en el cosoflorido como un Vergel.

    Mir al toro con desdenVergel, y el toro se para,que ve con cuernos y varaun retrato de Moisn.Duda el toro en la batalla

    ;

    y no sabe en tanto aprietosi ha de perder el respetoal rey de la cornualla.

    pues mal puede l oponerdos cuernos contra un milln.

    Y lo raro del asunto es que en las poesas satricas de Villame-diana, de que hay inditos tantos ejemplares, se atribuyen l

    stos contra un hombre y por una accin que el Conde pbhca-

    mente recompens con la generosidad propia de un caballero

  • 24 COSTUMBRES DK LOS ESPAOLES

    espaol. Esto hace muy inverosniil que Yillamediana ftiese el

    autor de estos versos contra Vergel, persona muy aficionada las

    letras y tenida en estima, cuando se ve que con palabras de gran-

    de elogio Lope de Vega le dedic una de sus comedias.

    El dia 22 del mes siguiente, las ocho en punto de la noche,

    yendo el conde de ViUamediana con D. Luis de Haro, hijo del

    marqus del Carpi y menino de la Reina, en un coche, al llegar

    la calle de los Boteros y callejuela angosta que se diriga San

    Gins , se acerc al estribo un hombre que con un arma blanca

    hiri al poeta satrico, rompindole dos costillas. Un brazo cuen-

    tan que poda caber por la herida. Cay muerto del estribo abajo

    sin decir Jess! ni dar muestras de contricin. Aunque hicieron

    todos los Alcaldes de Corte muchas averiguaciones , no pudieron

    descubrir al matador. Esto se lee en la carta antes citada. Jor-

    quera, en sus Anales granadinos , refiere que se dejaron de hacer

    las diligencias por orden de S. M. , con que se declararon las sos-

    pechas que se tuvieron que fu por orden del Rey.

    ste tena aficin extremada las fiestas de toros. Todo el mes

    de Junio, en su partida para Aragn, estuvo en Cuenca recren-

    dose en ellas y en caceras.

    Antes, el ao 1631, mat un toro con maravilloso acierto

    presencia de Grandes y pueblo, disparndole un tiro, hecho de

    que se public un hbro por D. Jos Pellicer de Ossau, Anfiteatro de

    Felipe el Ch-ande, en que constan los elogios de varones eminentes

    de Espaa, y entre eUos un panegrico en romance del mismo Pe-

    llicer, que alcanz tal celebridad que de l hizo otro panegrico

    en Lima D. Rodrigo de Carvajal y Robles , autor del poema de la

    Conquista de Antequefra (ao 1634).

    Lope de Vega Carpi, habindole remitido el Consejo Supremo

    de Castilla el libro para su censura, caUfic primero el suceso di-

    ciendo que era una accin de S. M.,

    que traslad su singular

    destreza del campo al anfiteatro y del monte slo al espectmlo nniver-

    sal, sin que se le debiese tan peregrino suceso la fortuna por

  • EN EL SIGLO XVII 25

    accidente, sino la ciencia por ejercicio y la gracia de que el

    cielo para toda obra militar ha dotado su real naturaleza. Aa-

    da que D. Jos Pellicer se deben,

    juntando todos los elogios alsuyo, que vean celebrada (la hazaa) con tanta elegancia y erudi-

    cin los que no la vieron ejecutada con tan airosa destreza, ytambin para que vean otras naciones qu amor tienen su Rey

    sus vasallos y qu bizarra disposicin su heroico Prncipe.

    Lope, en un soneto, alab el hecho con este pensamiento inge-

    nioso, como hablando con el toro:

    Dichosa y desdichada fu tu suerte

    ,

    que, como no te dio razn la vida,no sabes lo que debes tu muerte!

    Este acontecimiento tan notable de los divertimientos del Mo-

    narca de dos mundos en el siglo xvn, demuestra lo identificadoque estaba con la nobleza y la plebe en la diversin ms favoritade los espaoles , tomando en ella una vez la parte que le era per-mitido en su aficin, sin aventurar su persona al riesgo de la hdia

    con una fiera.

    De las costumbres de Felipe IV se puede deducir las de los

    Grandes y caballeros de su corte. Caldern, en La banda y la jiw,nos las disea admirablemente, y la primera de todas su pericia

    en el manejo del caballo.

    Permite que me detengaen pintarte de Filipola gala, el bro y destrezacon que iba puesto caballo.

    Era un alazn tostadode feroz naturaleza

    con tanto imperio en lo brutocomo en lo racional vieras,

    al Rey regir tanto monstruoal arbitrio de la rienda.

  • 26 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    Dir que galn bridn,calzadas botas y espuelas,

    la noticia en los estribos

    ,

    en los estribos la fuerza,

    airoso el brazo , la mano

    baja , ajustada la rienda

    ,

    terciada la capa, el cuerpo

    igual, y la vista atenta,pase galn las callesal estribo de la Reina.Si, porque slo al decirlo

    es la pintura ms cuerda.

    Caldern aqu nos trae la memoria la estatua ecuestre en

    bronce de Felipe IV, tan atrevida, pues demuestra su firmeza ysu inteligencia al propio tiempo , as como el retrato del mismo

    Rey caballo, obra admirable de Velazquez. El poeta dice del

    bruto

    :

    Cmo te sabr decircon el desprecio y la fuerzaque sin hacer de ellas caso

    iba quebrando las piedras

    ,

    sino con decirte slo

    que entonces conoc que era

    centro de fuego Madrid

    ,

    pues donde quiera que llegael pi la mano, levanta

    un abismo de centellas?Y como quien toca el fuegohuye la mano que acerca,asi el valiente caballo

    retira con tanta priesa

    el pi la mano del fuego

    que hecha gala del temorni el uno ni el otro asienta,

    detenindose en el airecon brincos y con corvetas.

    Entusiasmado Caldern con las habilidades de caballero que

    tanto tlistinguan al Monarca , concluye diciendo

    :

  • EN EL SIGLO XVII 27

    Y no tengas lisonjaque de bridn te encarezca rilipo

    ,

    que no hayagilidad ni destreza

    de buen caballero que lcon admiracin no tenga.A caballo en las dos sillas

    ,

    es en su rstica escuela

    el mejor que se conoce.Si las armas , seor, juega

    ,

    proporciona con la blancalas lecciones de la negra.Es tan gil en la caza,viva imagen de la guerra,que registra su arcabuz

    cuanto corre y cuanto vuela.Con un pincel, es segundoautor de naturaleza.Las clusulas ms suavesde la msica penetra.Con efecto, de las artes *

    no hay alguna que no sepa.

    Tal era el retrato de Felipe IV y sus costumbres , hecho por

    Caldern de la Barca. Entonces no haba lidiadores de profesin,

    como desde el siglo pasado los hubo y hay. Todo era regocijo yostentacin de la destreza de los caballeros , buscndose siempre

    motivo para celebrar estas fiestas,

    ya en las de los santos Patronos

    de ciudades y villas , ya en bodas de Reyes , ya en nacimientos de

    Prncipes Infantas,

    ya por sucesos prsperos de las armas espa-

    olas en aquel gran nmero de guerras en que por su propiagrandeza estaba empeada la Monarqua.Alguna vez

    ,

    por dar donaire al festejo , se vesta de gala un

    enano y se presentaba en el coso rejonear herir con lanza espada algn toro. Con Simn Bonam, bufn real, sucedi sto,como parece de una dcima de D. Luis de Gngora.

    En las aldeas viUas pequeas, el regocijo tena poco de caba-

    lleresco y algo de mogiganga ; porque , aparte de lo que en el torear

  • 28 COSTHMBUKS DE LOS ESPAOLES

    se acostumbraba en las ciudades , haba otro divertimiento , que

    nos ha conservado el P. Mtro. Fray Basilio Ponce de Len, so-

    brino del gran poeta Fray Luis , en sus Discursos para todos los

    evangelios de la Cuaresma:

    Ya habis visto, en algunas plazas donde se corren toros, hoyos

    en la tierra; no puede caber ms de un hombre. Va el toro enseguimiento suyo

    ,

    ya le da con el aUento,

    ya le rasga el capotejocon la punta del cuerno

    , y al hacer presa en l , cuando le tena

    ms seguro, ntrase en el hoyo y deja burlado al toro. Qu se-guro que est all ! Puede echarse dormir burlndose del toro

    , y

    para que rabie ms dale con una varilla en el hocico. Caldern, en Manos llancas no ofenden, nos da una noticia curiosa:

    que los toreadores pi no tenan obligacin de auxihar otros.

    Cmo, hidalgo! vos no vaisuno y otro socorrer? No me tocan los socorros,que soy toreador de pi.

    Segn se comprende , el ttulo de buen toreador se daba al queoportunamente acuda socorrer al caballero cualquier per-

    sona que en pehgro se hallase.

    Eso tienen las Estelas

    :

    valen para toreadoras

    cualquier cosa, porque hicieran...

    Dice el poeta en El conde Lucanor:

    Siempre tiempo los socorros.

    Donde la alusin es evidente.

  • EN EL SIGLO XVII 29

    II

    El ao 1615 el rey Felipe III, con su primer Ministro el duquede Lerma, fu acompaar la infanta doa Ana de Austriacuando sta se diriga Francia para desposarse con Luis XIII,rey de Francia. El mismo que tanto poder ejerca en Espaa,quiso obsequiar al Monarca y la que estaba llamada ocuparel solio de San Luis.

    En Lerma hosped la Corte, y all se celebraron fiestas porveinte dias consecutivos, en que invirti el Duque la suma de400.000 ducados. Fray Ignacio de la Purificacin , carmelita des-

    calzo,

    que fu testigo de vista de ellas , refiere en su libro de Lasilva de leccin varia lo siguiente : Por despedida de veinte dias

    de regocijo que all tuvieron , hicieron una comedia muy al natu-ral

    ,fingimiento compuesto y trazado por Lope de Vega

    ,

    que asis-

    ti ella , donde en la parte que el papel peda que saliese unPrncipe, sala no menos que el de Espaa en un lucido caballonatural metido entre nubes

    ,

    que abriendo la postrera sala en-

    medio del teatro decir el exordio con tan maravillosa gracia,donaire y bizarra, cual la tiene S. M. que hoy nos gobierna.

    (Esto se escribi en 1625.)

    Estaba al principio del tablado el Rey nuestro seor, sentadoen una silla, rodeado de muchos Grandes y Prncipes, que en aqulviaje le seguan; y porque la comedia requera que hubiese algnrio , se traz esta fiesta orilla de dos rios que pasan por Lerma,

    en un prado ameno, donde por ser invierno levantaron un tabla-do eminente sobre fortsimas vigas

    , y por temor de algunas aguas

    repentinas le entoldaron con velas de navios... Cuando era me-nester que saliese una Reina, all pareca luego la reina de Eran-

  • 30 COSTUMBRES DE LOS ESPAXOLES

    cia; y cuando un Infante , sala el infante Don Carlos rodeado de

    criados,

    que eran todos ttulos y caballeros. Si peda el papel que

    saliese una Infanta, no menos que la infanta Mara, hoy reina de

    Hungra, sala; y si otro Infante, aU pareca el infante Don Fer-

    nando. Trescientos soldados con sus alabardas guardal^an la

    puerta, y con entrar por contadero estaba Ueno el teatro. Sali

    entre otras una dama cantar en un instrumento un romance enel silencio de la noche

    ,

    que suspenda los vientos. Refiri la tra-

    gedia de aquella historia,

    que se intitulaba la comedia A Ja mayorhermosura de la Reina de Sevilla (23).

    Aqu se ve de qu manera por aquel tiempo se representabanlas comedias cuando queran ejecutarlas todo costo : utilizando

    la naturaleza, cuando haba necesidad de un bosque de una

    selva, un rio, el mar, etc. Con efecto, en la infancia de nuestro

    teatro slo se presentaban cortinas de lujo no lujo , segn los ha-

    beres del autor de la compaa ; es decir , el empresario-director,

    como hoy se Uama. Por eso , cuando debiera transformarse la es-

    cena, el poeta, falta de decoraciones, haca que los personajesdijesen el sitio en que estaban y hasta lo describiesen, cuando

    para mayor claridad se tena por preciso. Sin duda si se trataba

    de una torre la boca de una gruta de una fuente, se represen-

    taban estos objetos de la mejor manera posible. Las decoracionesimitronse de las de Italia

    , y Felipe IV , en los teatros que servan

    para sus fiestas en el palacio, contribuy especialmente que el

    aparato escnico con alguna verdad se fuese introduciendo en los

    de Madrid y en algunos de las principales ciudades.

    En cuanto la comedia de Lope de Vega, representada por per-sonas reales, qu ajenos estaban los que all se divertan de estamanera de los importantes hechos que los ms eran llamados, yde los trastornos que de las dos bodas (la de Luis XIII con Ana

    y la de Felipe IV con Isabel de Borbon) iban surgir para Espaa

    y una gran parte de Europa. Felipe IV, sin viva sucesin varonil

    de su esposa, en nuevo matrimonio tiene un hijo en quien espira

  • EN EL SIGLO XVIl 31

    el podero de la casa de Austria en nuestra nacin. En Felipe em-pieza la decadencia de Espaa y en su nieto Luis XIV el predomi-nio de Francia : una de las Infantas llega obtener por un matri-

    monio la corona de Hungra: el infante Don Carlos, poeta y muyamado del pueblo, muere en la flor de sus dias, y D. Fernando,Cardenal Arzobispo de Toledo y general, dio por mucho tiempomuestra de su valor y pericia en las campaas de Flandes.

    Las dos bodas , celebradas en Espaa con tanto regocijo y os-

    tentacin de riqueza, obligaron al prncipe de Melito, duque de

    Pastrana , embajador de Espaa , ir cubierto de piedras y perlasen su vestido, ungiendo stas primorosos bordados; y al doblar

    la rodilla en el palacio de Pars ante Isabel de Borbon,

    por medio

    de un artificio oculto soltarlas todas sobre las alfombras por via

    de gala en obsequio de las damas y cortesanos, sin cuidarse derecogerlas ni consentir que para l se recogiesen (24).

    Y tornando al estado de nuestros teatros del siglo de Caldern,viene el recuerdo de la frase de Mete -muerto y saca -sillas, aplicada

    los que salan slo la escena para los fines que las palabras

    indican.

    Quin creerque, hombre como yo, ser vengahoy en esta compaamete -muertos de la legua?

    dice Caldern en Agradecer y no amar.

    Los teatros se conocan entonces por corrales. Primitivamente,

    Lope de Rueda y otros de los poetas 3^ comediantes , que lo eranal par, armaban los tablados con cortinas en plazas pblicas. Des-pus

    ,

    para hacer las fiestas de farsa en sitio ms recogido , se ha-can en grandes corrales de casas y aun en patios, que as se lla-

    maban por estar terrizos y porque servan para ventilacin deaquellas en que haba multitud de vecinos , de que han quedado

    todava algunas en Sevilla, En estos corrales empezaron labrarseen tomo aposentos jaulas de madera, unos sobre otros, con bal-

  • 32 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    cones antepechos,

    quedando la parte del centro para bancos

    sillas, y en lo alto, para las mujeres que podan pagar poco, cier-tas gradas que dieron el nombre de cazuelas, como Zabaleta

    indica en su libro El da de fiesta. El nombre de cazuela se dara

    porque las ms de las concurrentes seran cocineras fregonas.Sobre desrdenes en nuestros corrales

    , y como una muestra de

    las costumbres en aquel siglo , se copiar aqu una noticia no co-

    nocida, y que se refiere nada menos que al gran duque de Osuna,

    el famoso virey de aples, el protector de D. Francisco de Que-

    vedo Villegas, y que sufri tantas persecuciones por el conde-duque

    de Olivares. Hllase en una correspondencia M. S. que se conserva

    en la Biblioteca Colombina (cdice A, doble nm. 7); la carta,fecha en Madrid el 16 de Febrero de 1621, dice as:

    Slo dir N . md. lo que ha pasado esta semana con el duquede Osuna y por su respeto con otras personas. Envi pedir un

    da de los festivos vm aposento en uno de los dos corrales de co-

    medias, y por estar todos dados le enviaron decir que no le haba,

    con lo cual envi los capitanes que aqu tiene que se apoderasen

    de todos y no dejasen ocupar ninguno , como lo hicieron; y paradar calor ello se fu all en comiendo

    ,y los fu ocupando con

    diversas mujeres y otras gentes como quiso. Uno de los que tenanaposento era el Secretario Jorge de Tobar ( que pudiendo excusarlo,

    y aun siendo bien hacerlo), le habl para que se le dejara , diciendoque le tena ocupado con mujeres principales y que las tena yaall ; que respondi que si no eran p..., no haban de entrar otras

    en l, porque no sera bien que estuviesen mezcladas ni oyesen las

    plticas dlas que lo eran; y estndole sobre eUo, le llam viejo

    loco caduco, segn dicen, de que, agravindose, dicen que le

    dijo que le suplicaba le tratase bien , si no por su persona, por su

    oficio; y aqul le dijo que se fuese noramala; y, en fin , en mala

    en buena, se hubo de ir. Aquella tarde dicen que sali muy bravauna farsanta que llaman Amarilis, quien dicen que festejaba el

    Duque, y que en muy pocos das le haba dado muchos dineros

  • EX EL Sl'il.O XVI 1 '33

    y vestidos , hacer un paso caballo, y que llevaba un jaez que

    el Gran Turco haba enviado al Duque, y que en la comedia haba

    de todo. Ha habido gran grita y bulla, cj[ue, junto con lo de losaposentos , dio campanada. Echaron otro da de aqu la tal far-santa y otras cuatro seis seoras destas, y una casada , en cuyacasa se hacan muchas juntas , comedias y fiestas honor de estassantas. Tambin han echado de aqu D. Francisco de Quevedo, quien envi de aples por Embajador con un presente

    ,

    porque

    le dieron el hbito de Santiago; y queriendo hacer lo mismo deD. Francisco de Sols, del hbito de Alcntara, que es de la Cofra-

    da y le asiste todo, se ha escondido. Ha parecido en toda laCorte muy mal sto, en ocasin que le estn calumniando, y paral fuera bien cpe volviera por s diferentemente, para acreditarse

    con su proceder. Entindese que saldr presto de aqu, y sus

    capitanes les han mandado salir servir sus plazas , que se lasdarn por vacas.

    En el teatro no se guardaba por autor alguno fidelidad en lapintura de las costmnbres del siglo en que supona la accin de

    su obra dramtica.

    En Duelos de amor y lealtad, que pasa en tiempos de AlejandroMagno, se tocan cajas y clarines.

    En La hija del aire (primera parte), describe el gracioso unadama de la corte de Nio y Semramis llevando

    por los hombros un manteo

    ,

    y en chapines ir andando,

    calzado de grandsimos tacones usado por las damas del siglo xvn.Los ms altos que hubo en Espaa llegaron tener once dedos,como testifica Montalvan en El palmerin de Oliva:

    Y al fin los chapines sonlas gradas de las mujeres.,>

    Quedo y no te desatines,porque yo he visto chapines

  • 34 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    ea bolsas de terciopelo,

    y con virillas de oroadornadas de diamantes.

    Mas quera que supiesesque soy chapn sin enredos

    ,

    que el ms alto es de once dedos.

    En La vida es sueo, cuyo argumento se fingi por Caldern en

    la corte de Polonia, los personajes vestan la espaola, como seprueba de aquellos versos:

    Pues andando tan severo,en hablar con entereza,quiz no hallareis cabeza

    en que se os tenga el sombrero.

    Hace Moreto, en El valimte justiciero y rico-honibre de Alcal, salir

    ste con sombrero y guantes , guisa de un caballero del tiempo

    de Felipe IV, siendo la accin en el de Don Pedro I de Castilla.

    Estas incongruencias teatrales eran comunes , no slo en Espaa,

    sino en la culta Europa. Antiguos personajes griegos y romanosvestanse al uso corriente , con la diferencia del lujo mayor menor,

    segn la categora. Claro es que si requera el papel que saliese

    la escena un ermitao fraile , el actor se vesta en la forma con-

    veniente, como se acostumbraba cuando proceda que se presen-

    tase un pastor un guerrero armado.

    En cuanto errores geogrficos histricos, tampoco se cuidaban

    los poetas. El argumento , el dilogo y lo animado de la accin,

    eran los preferentes objetos de su fantasa.

    He visto crticos censurar Caldern porque en La vida es stieo

    dice el prncipe Segismundo , despus de arrojar por un balcn de

    palacio cierto criado que lo enojaba:

    Cay del balcn al mar;vive Dios que pudo ser!

    Y fundbanse en la consideracin de que en Polonia no habapuerto de mar.

  • EN EL SIGLO XTII 35

    Otros , disculpando la frase , decan que el poeta quiso expresar

    que el hombre fti lanzado desde el balcn de palacio un granestanque que haba al pi de l , en el jardin

    ,

    porque en Espaa

    estas lagunas se soba conocer por el nombre de mar. Y ciertamentees un hebrasmo dar este nombre cualquier congregacin deaguas.

    Pero tal como Polonia estaba constituida en vida de D. Pedro

    Caldern de la Barca , la extensin era de las orillas del Bltico

    al Mar Negro. La Samogicia, la Libatnia, la Curlandia y la Po-

    merania tenan poblaciones martimas. Y sin apelar hebrasmos,Caldern pudo fingir que en un palacio -fortaleza, con torren

    muros baados por las aguas del mar, hubiese un balcn sobre

    ellas por donde Segismundo arrojase en su fm'or tremendo un

    desgraciado importuno.

    Llambanse desde Cervantes comedias de capa y espada aquellas que representaban determinadamente las costumbres del

    da,

    porque no necesitaban los actores de otra cosa para ejecu-

    tarlas que vestirse de calle , llevando su capa y su espada ; lo que,

    al tratarse de obras modernas en iguales condiciones, decimos

    drama comedia de frac levita.Las muestras de desagrado en el pblico en la representacin

    de una obra, ya con respecto al demrito de ella al descuido

    inhabidad de los actores , se reducan silbidos ; costumbre que

    debi tomarse de las fiestas taminas , en que se daba grita vaya

    quien quienes el capricho la inteligencia del pueblo quera.

    Qu imaginas? Imaginoque haces alguna comedia

    ,

    y vas del miedo del silbodescartando borradores.

    En Para vencer amor querer vencerle, dice esto Caldern alu-

    diendo esa costumbre. El gran Lope de Vega , autor que tanto

    y tan bueno escribi para el teatro y que tan querido fu del p-

    blico,se conoce que llevaba muy mal eso de las silbas las

  • 36 COSTITMBRES DE LOS ESPAOLES

    comedias y comediantes , puesto que en labios de un romano deca:

    Porque , en competencia igual,silba cualquier animal:

    pero slo el hombre escribe.

    Habiendo escrito D. Juan de Zabaleta una comedia muy malacon el ttulo de An vive la honra en los muertos, fu silbada; yaludiendo ella y la fealdad personal de \i autor, dijo Cncer

    en su famoso Vejamen:

    Al suceder la tragediadel silbo, si se repara,

    ver su comedia era cara,ver su cara era comedia.

    No hay que extraar que Lope de Vega tratase con tanta fami-

    liaridad al pblico en los versos antes citados. Caldern de la

    Barca, en La cruz en la sepultura, pone un dilogo entre un vi-

    llano y una villana. Esta dice aqul:

    Que nunca valen dos cuartostus cuentos.

    A lo que l replica: Menga, yo siento

    que haya un animal hambrientodonde hay animales hartos.

    Jugando as del vocablo Jmrtos por satisfecJios y por muchos , yaludiendo en animales hartos los de ninguna inteligencia en el

    pblico.

    Llamaban entonces mosq_neteros los que en el patio centro

    de los corrales teatros tenan asientos ; pero preferentemente se

    conoca por este nombre masculino femenino la gente msinquieta y descontentadiza , y por consecuencia silbadora. La me-

    tfora se tom de los soldados que, por usar mosquetes, llambansemosqueteros. Y como al disparar sus armas silbaban las balas,como en todas las de fuego , de ah darles aquel nombre

    ,

    por el

    sonido con que manifestaban su disgusto los espectadores.

  • EN' EL SIGLO XVI I 37

    Empezaban los espectculos comunmente con una loa del au-tor de la comedia, ajena, especie de prlogo preludio, segnCovarrubias : pequea accin dramtica las ms veces con perso-najes alegricos. El entrems (intromesso en Italia) era una cortarepresentacin burlesca de costumbres

    ,

    que serva para divertir al

    pblico entre jornada y jornada , y al fin de la comedia el sanete,nombre que se daba al bocadito de gusto , como el mayor regalo delicado complemento de la comida, accin jocosa tambin yparecida, por no decir igual, al entrems.

    En la comedia de El castillo de Lindahridis de Caldern, no huboentremeses, puesto que el autor, al principio de la segunda jorna-da, dice por boca del gracioso:

    Despus de la salpicadamil instrumentos o:si fuera comedia, aquacabara mi jornada.Mas puesto que no lo es,

    y que prosiguiendo va,la msica suplirausencias del entrems.Por lo menos extraezaser de ingenio, saber,que hoy todo cuanto hay que veres cortado de una pieza.

    Al terminar la jornada segunda, se encuentra esta nota de Cal-dern: Puso el autor aqu este sarao para que, dilatndose en las

    mudanzas lo que pareciese , sirva de sanete en lugar del que seestila hacer entre las dos jornadas ; lo que prueba que sahiete

    .

    equivala entrems; es decir, sanete entremetido, callando la pri-

    mera voz y reservando para llamar sanete slo al representado

    despus de terminarse la comedia.

    El gracioso era una figura precisa en toda comedia, aunque

    su desenlace tuviese el carcter de trgico. Rojas y Zorrilla nose content con uno : casi siempre pone dos. Caldern sigui la

    costumbre general de su siglo, llevndola hasta el extremo de

  • 38 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    introducir su obra en los momentos ms sublimes y patticoslas chanzas del gracioso , como sucede en El mayor monstruo los

    celos. En La vida es sueo hace que de un tiro muera el gi-acioso,

    profiriendo una grave sentencia moral de desengaos de la vida

    casi al lanzar el ltimo suspiro.

    Muchas veces el buen criterio se nota en el gracioso al discurrir

    sobre las acciones de los personajes, esas desacertadas acciones

    tan comunes en los que se hallan dominados por cualquier pa-

    sin. Mira de Mescua escribi sin gracioso la comedia La rueda de

    la fortuna, de quien dijo Lope de Vega en Virtud, pobreza y mujer:

    Y dnde, en efecto, vais?A la comedia famosaque representa Morales.Famosa! Cmo se nombra?La rueda de la fortuna.Tenis razn, escribilael doctor Mescua. Bebitodo el cristal de Helicona.

    Caldern , cuando compuso En esta vida todo es verdad y todo es

    mentira, con argumento semejante al del Dr. Mira d Mescua, noomiti el gracioso, antes bien puso dos; y asimismo en La exalta-

    cin de la Cruz, cuyo asunto es igualmente sobre el emperador

    Heraclio, tampoco quiso omitir el gracioso, para no disgustar al

    pblico con la falta de esa figura escnica. No es el caso de La

    rueda de la fortuna el solo;porque hay varios, y entre ellos la co-

    media El cerco de Boma por el rey Desiderio, que corre impresa

    como de Luis Velez de Guevara, aunque tiene pasajes muy delestilo del citado Mira de Mescua.

    Caldern se divierte en sus comedias con los crticos vulgares

    que llenan los teatros y que se apresuran censurar cosas trivia-

    les para alardear de grandes talentos. El gracioso Patacn, en

    Manos llancas no ofenden, as se burla de ellos:

    Porque, en esta parte,

    esconderte boy y taparte

  • EN EL SIGLO XVII 39

    tiene un grande inconveniente.Y qu es? Que algn entendido,que est de puntillas puesto,no murmiu'e que entra prestolo tapado y lo escondido.

    Y antes de ver en qu para

    ,

    diga de s satisfechoque este paso est ya hecho.

    La dama responde:

    Tpate y vete esconder,y di t ese bachiller

    ,

    pues que yo no s qiiin sea,

    que si tapada y cubiertaes fcil haga otro tanto,que yo le dar este mknto.

    Algunos crticos dieron en esta censura cuando Caldern,

    pre-

    viniendo ellos en No hay hurlas con el amor, dice asi

    :

    Fuerza el esconderos es. Es comedia de Don PedroCaldern, donde ha de haberpor fuerza amante escondido

    rebozada mujer?

    En La desdicha de la voz, Caldern habla de sus propias obras

    en esta forma

    :

    Qu es eso? Que debe ser comediasin duda sta de Don PedroCaldern, que hermano padre,siempre vienen mal tiempo,

    y ahora vienen ambos juntos.

    En la comedia de caballeras Auristela y Lisidante, dice el gra-

    cioso:I

    Es lo que llaman las dueas,

    de una via dos mandados,

    y mandaba la que fueraal Retiro y se pasarapor la puerta de la Vega.

  • 40 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    Como esto no pasaba eu Madi'id ni en el siglo de Caldern , el

    poeta se burla de los censores de esta manera

    :

    Seor crtico , chiton

    ,

    que nadie quita que en Grecia

    haya Vegas y Retiros.

    El mismo poeta comprenda muy bien algunas de las inverosi-

    militudes de las comedias,

    pero inverosimilitudes autorizadas por

    el uso. En Maaims de Abril y Mayo se expresa as una dama ta-

    pada, respondiendo la pregunta : Cmo te han de conocer?

    Si le respondo, en el habla;

    que persuadirse que puedeestar segura una damasolamente con taparse,

    es bueno para la farsa,mas no para sucedido.

    Por boca de otro gracioso , el feo pescador rstico , grande-

    mente Caldern se burla del estilo potico usado en su siglo , yhasta por l mismo en otras obras y aun en esa. Dice el rstico,

    que est enojado

    :

    Con todos cuantos poetasdicen que rie la aurora,

    y si llora, llora perlas;con cuantos dicen que el mar

    de plata la orilla argenta,en cuyo regazo son

    catres de flores las selvas,

    loa arroyos instrumentosde cristal, ctaras bellas,

    los rboles de esmeraldas,

    las aves capilla diestra

    de la cmara del sol...

    El buen juicio encontrbase en estos chistes de esas figm-as

    cmicas , segn he dicho antes de ampficarlo , con tan repetidos

    y notables ejemplos.Nada haba ms aplaudido ni ms vituperado en aquel siglo

  • EK EL SIGLO XVII 41

    que las comedias. El gusto popular y el de cierta clase de la buena

    y alegre sociedad, las acoga como la diversin rns grata.

    Rgidos escritores religiosos , tomando textos de Santos Padres

    que censuraban enrgicamente las comedias impdicas de la Roma

    gentlica y las que su imitacin se hacan en los siglos primeros

    del Cristianismo, y que nada tenan que ver con las espaolas , los

    aplicaban inoportuna y errneamente stas. Sin duda en el

    siglo xvn hubiera llegado prevalecer la opinin de aquellos auto-

    res,tan repetida en pulpitos y libros , sobre que peligraban las

    a^mas de los que vean comedias y que pecaban mortalmente en

    ello , no obstante que otros la contradecan,

    pero con razones mstmidas

    ,

    procurando conciliar los pareceres. Mas las aficiones po-

    ticas de Felipe IV ; su ejemplo , teniendo en sus palacios teatros yhasta asistiendo con su familia los corrales ; la Orden rehgiosa

    de los hermanos de San Juan de Dios edificando algunos para

    sustentar con las rentas de ellos los hospitales ; sacerdotes como

    Lope de Vega, el Dr. Fehpe Godinez, Fray Gabriel Tellez

    (Tirso de Molina), D. Agustn Moreto, el Dr. Mh-a de Mescua,

    D. Antonio de Sols y Rivadeneira, escribiendo tantas y tantas

    comedias, debihtaban los argumentos de los contrarios sus re-

    presentaciones.

    El valor de las comedias entonces no era, en verdad, mucho.

    Caldern , en Nadie fe &u secreto, nos lo declara.

    Que son como las comedias:sin saber si es buena mala,ochocientos reales cuesta

    la primera vez ; mas luegodan por un real ochocientas.Djala imprimir primero;que comedias y doncellas

    ,

    como estn dadas al molde,las hallars por docenas.

    Caldern , como autor, no tena gran confianza en lo mismo quedaba al teatro. As se ve el abandono que hizo de sus comedias.

  • 42 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    Las impriman y reimpriman sin su permiso , llenndolas de tan

    graves errores que Caldern no las conoca veces por suyas. Y

    qu se puede extraar en ello? Lope de Vega, en el prlogo de

    La Arcadia, hablando del abuso con que de un modo insolente serobaban los poetas sus obras, deca que en los teatros hay

    unos hombres que viven , se sustentan y visten de hurtar los

    autores las comedias , diciendo que las toman de memoria de slooiras

    , y que ste no es hurto , respecto de que el representante las

    vende al pueblo y se puede valer de su memoria; que es lo mismoque decir que un ladrn no lo es porque se vale de su entendi-

    miento dando trazas , haciendo llaves , rompiendo rejas, fingiendo

    personas, cartas, firmas y. diferentes hbitos. Esto no slo es en

    dao de los autores,

    quienes andan perdidos y empeados , perolo que es ms de sentir, de los ingenios de los que las escriben;porque yo he hecho diligencia para saber de uno de stos , lla-

    mado el de la gran memoria , si era verdad que la tena, y he ha-

    llado,leyendo sus traslados

    ,

    que para un verso mi hay infinitossuyos, llenos de locuras, disparates ignorancias, bastantes

    quitar la honra y opinin al mayor ingenio en nuestra nacin ylas extranjeras, donde ya se leen con tanto gusto.

    Si eso pas con Lope mucho ms con Caldern , de quien sepuede decir que rara ser la comedia que de l se conserve est

    tal como la compuso, si bien la de El niayor monstruo los celos

    termina diciendo que es

    Como la escribi su autor,no como la imprimi el hxirto,de quien es su estudio echar

    perder otros estudios.

    No s si cansado de esto, porque crea imposible que las co-

    medias fuesen de general, ya que no unnime, aceptacin, no

    quiso enmendarlas, como ejecut en sus autos sacramentales en

    edad anciana. Aquel sentencioso y verdadero epigrama que en su

    juventud puso en La cruz en la sepultura, revela lo arriesgado

  • EX El. Slfil.O XVI! 43

    que es componer obras dramticas para un tan vario criterio

    como es de inteligentes y no inteligentes, sujetos todos al capri-

    cho y al error.

    De la comedia es dudosoel fin que, indeterminada,lo que al ignorante agrada,

    cansa al fin al ingenioso.

    Busca, Lisardo, otros modossi fama quieres ganar

    ;

    que es difcil de cortarvestido que venga todos.

    Y esto deca un autor tan admirable,

    qvie en tantas obras hizo

    ostentacin de su genio profundsimo.

    Felipe IV fu el gran protector de las comedias, y hasta hay

    tradicin, y no ms que tradicin , de que las escribi llamndoseUn ingenio de esta corte. Algunos crticos han inferido, sin prueba

    alguna, que Bar la vida por sii dama El conde Essex es obra del

    Rey, si bien se ha impreso alguna vez como de D. Antonio Coello.

    Sin que sea inverosmil el hecho , era comn eso de ocultarse losautores ocultarlos los libreros impresores con la frase de Uningenio, dos ingenios y tres ingenios.

    La aficin al teatro y los comediantes dio lugar los amores

    del Rey con la llamada Calderona, de quien dice Vittorio Siri, en

    su Mercurio Vera storia de correnti tempi, que era de mediana

    belleza, mas con gracia singularsima. En ella hubo al segundo

    Don Juan de Austria, que, siendo joven, posea varonil hermosura,

    y quien se celebraba por de gran ingenio. Cuando naci el nio

    pidi al Rey permiso para retirarse un claustro , donde vivi en

    traje de seglar, dando las monjas ejemplos de virtud austersimala Calderona.

    Cuando Felipe IV, en vista del mal estado en que prosegua la

    rebehon de Catalua, favorecida por la corte de Francia, deter-

    min acercarse la guerra pasando Aragn, el Conde-Duque,su valido, en vez de procurar que el Rey tuviese cerca de s

  • 44 OOSTUMBlilCS DE I.OS ESPAOLES

    personajes de belicoso espritu , orden que para entretenerlo por

    el viaje fuese en su comitiva una buena compaa de comedian-

    tes. El pueblo murmuraba de esto, y corra por el vulgo, segn el

    citado Siri,

    que mientras el rey de Espaa escuchaba en su cami-

    no comedias por su gusto, el rey de Francia, en su viaje, com-

    pona tragedias en dao de otros.

    III

    La aficin las comedias de sucesos contemporneos, era grande

    en el pblico espaol. Tena evidentemente cierto agrado ver en

    accin lo que acababa de pasar y serva de objeto las conversa-

    ciones.

    Lope de Vega , entre otras , compuso El asalto de Mastrique , en

    cuya representacin graciosamente le sobrevino una exigencia por

    parte de un pariente de los que se hallaron en el asedio. Con este

    aticismo refiere el gran poeta el hecho: Habiendo yo escrito El

    asalto de Mastrique, dio el autor que representaba esta comedia el

    papel de un alfrez un representante de ruin persona; y sahendo

    yo de oira , me apart un hidalgo y dijo muy descolorido que nohaba sido buen trmino de dar aquel papel un hombre demalas facciones y que pareca cobarde, siendo su hermano muyvaliente y gentil hombre ; que se mudase el papel que me espe-rara en lo alto del Prado desde las dos de la tarde las nueve de

    la noche. Yo,

    que no he tenido deudo con los hijos de Arias Gon-zalo

    ,consol al referido D. Diego Ordoez

    , y dando el papel

  • EN EL SIGLO XVII 45

    otro , le dije que hiciese muchas demostraciones de bravo, cou queel hidalgo, que lo era tanto, me envi un presente (25).

    Don Rodrigo de Herrera escribi la comedia La fe no li menes-

    ter armas y Venida del ingls Cdiz, poco de haber sido recha-

    zada la invasin de 1625 , suceso que Eugenio Caxs ha inmorta-hzado con el buen cuadro que se admira en el Real Museo de

    Madrid.

    El Dr. D. Juan Prez de Montalvan compuso la comedia de La

    Monja Alfrez, cuando Doa Catalina de Erasso lleg Espaadespus de su expedicin Amrica, y atrajo s la curiosidad

    pblica con su persona y la noticia de sus aventuras.

    Caldern traz en El sitio de Breda la descripcin de esta victo-

    ria en los instantes del mayor regocijo de la Corte.Qu admira-

    blemente pinta el carcter del soldado espaol en todas las guerras,

    y con especialidad en las campaas de Flandes

    !

    Estos son espaoles ; ahora pviedohablar encareciendo estos soldados,

    y sin temor, pues sufren pi quedocon un semblante, bien mal pagados.Nunca la sombra vil vieron del miedo

    ,

    y aunque soberbios son, son reportados.Todo lo sufren en cualquier asalto;slo no sufren que les hablen alto.

    El odio al enemigo hereje que tanto animaba los soldados en

    los combates de Flandes , se retrata por Caldern con exactitud yenerga. Se quiere ver lo que era el espaol en aquellas campa-

    as que tanta fama le dieron por lo dems de Europa? Un caba-llero, antes del asalto de Mastrique, donde muri, hizo dos cosas:

    recibir la comunin y escribir su madre una carta que termi-

    naba as : Cerrando sta, tocan apriesa al arma para que se d el

    asalto. A m me cabe lugar de que es casi imposible escapar conla vida

    , y as hago cuenta que sta es mi testamento , en que

    vuestra merced dejo por albacea. Consulese vuestra merced; que

    aunque muero con sola la cruz de mi espada en la mano , muero

  • 46 COSTUMBUES DE LOS ESPAOLES

    por la cruz de Nuestro Seor Jesucristo, y espero tener ms hon-

    rado entierro en el foso de Mastrique que en el sepulcro de mis

    padres y abuelos. Muero castigando herejes y vasallos de mi

    Rey rebelados. Y as, confio en que me dar Dios su gloria (26).Por eso Caldern , en El sitio de Breda, hace aquella fiel pintura

    del soldado espaol de su siglo , todo abnegacin , todo religiosi-

    dad , todo entusiasmo por el triunfo de su fe y de su Rey , y todo

    heroico valor y desprendimiento.

    La entrega de las llaves de Breda en una fuente, hecha por Jus-

    tino de Nassau al marqus de Espinla en el campamento, seexpresa en este brevsimo coloquio:

    Aquestas las llaves sonde la fuerza, y librementehago protesta en tus manosque no hay temor que me fuerce entregarlas, pues tuviera

    por menos dolor la muerte.

    Aquesto no ha sido trato

    ,

    sino fortuna,

    que vuelveen polvo las monarquasms altivas y excelentes. Justino, yo las recibo,

    y conozo que valientesois, qiae el valor del vencidohace famoso al que vence.

    Esta escena qued perpetuada por el pincel de Velazquez en elfamoso cuadro llamado de las lanms.

    En El gran wincipe de Fez, D. Baltasar de Loyola, present Cal-dern de la Barca la vida y principales hechos de Meuley-Maho-

    met - et - tasi - Xerife,

    que,

    yendo hacia la Meca , fu apresado por

    las galeras de Malta, mandadas por el bailo D. Baltasar Mndez.Cautivo en Malta el prncipe de Fez y de Marruecos , sin conocer-

    se su calidad verdadera, fu cuantiosamente rescatado. Detvose

    por una formalidad el da de la partida, y con el trato de cinco

    aos que haba tenido con principales cristianos, y alumbrado

  • KN Eli SIGLO XVU 47

    por una buena inspii*acion , abandon la doctrina de Mahoma,patria y categora, y recibi el bautismo con la proteccin del

    Gran Maestre de la Orden, y apadrinado por el bailo tom elnombre de D. Baltasar de Loyola Mndez. Al cabo de algntiempo entr en la Compaa de Jess, y vino morir el 15 deSetiembre de 1667 en el Colegio Imperial de Madrid, donde cele-

    braron honras regias, que asisti toda la grandeza de Espaa,

    convidada por el duque de Sessa; honras regias, s, porque, comodijo un historiador de aquel siglo, ya que l, siendo Rey, haba

    querido ser tratado como rehgioso cuando vivo, le trataron los re-

    ligiosos como Rey cuando muerto.

    El suceso fu notable para Espaa por la vecindad con Mar-

    ruecos y por el justo odio con que se miraba aquella nacin,

    causa de las crueldades que sufran en su territorio los mseros

    cautivos cristianos. La muerte del convertido Prncipe tanto con-

    movi la Corte espaola,

    que quiso presenciar un animado tra-

    sunto de la vida maravillosa de aquel personaje.

    Esta aficin ver en la escena hechos contemporneos de los

    que despertaban la curiosidad pblica, llev los poetas dram-

    ticos escribirlos , como ms tarde se vio en la Restauracin deBuda, comedia de D. Francisco de Banzes Cndamo, cuandoaquella clebre ciudad de Hungra fu gloriosamente recuperada

    del poder de los turcos , merced la constancia y al esfuerzo de la

    Casa de Austria , habiendo tomado honorfica parte en la empresa

    gran nmero de espaoles. Pero lo mismo entonces que ahora,estos poemas , ms que dramas , no tuvieron inspiracin bastantepara hacerse perennemente populares en el teatro, y muchos ni

    aun en la lectura. El entusiasmo del momento los escriba y les

    daba aplausos y no ms: pasado aqul, como los autores slo

    se propusieran componer obras para un da , slo para ese da

    fueron.

    En Setiembre de 1657 se pidi permiso al Consejo Supremo de

    Castilla para imprimir una comedia alegrica. Pasada la censura

  • 48 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    de varones doctos , dos la aprobaron , si bien otro manifest con-

    trario sentir. El erudito escritor D, Lorenzo Ramirez de Prado,

    que en el Consejo tena esta comisin, remiti la obra D. JosPellicer y Tovar, poniendo en su juicio la resolucin favorable

    adversa del asunto.

    ste dice en su Biblioteca (Valencia, 1671): El autor de estacomedia era uno de los primeros que han ilustrado los teatros de

    Espaa (ntese que antes llama D. Pedro Caldern tino de los

    mayores varones que vio el teatro), y dese D. Jos que no perdiese

    su fama en esta ocasin. Pero era tan alegrico lo escrito y tan

    hacia las materias pblicas de entonces,que le cost mucho estu-

    dio y trabajo el reformar algunas escenas y equvocos de su con-tenido. Finalinente se logr su cuidado, y la comedia se represent

    muchos das con aplauso, y su autor dio las gracias D. Jos Pe-

    llicer. Pdose en esto aludirse Caldern por las palabras sea-ladas. Y, sin duda, si l se refiere Pellicer, la comedia alegrica

    debi ser Las fortuna de Andrmeda y Verseo , en cuyo fin se aludetambin D. Juan de Austria, el hijo natural de Felipe IV.

    Viva ! viva la gala

    del granPerseo,que de Jpiter lujomerece serlo!

    Cuando padi'e tan grandeponen sus celoscon dos monstruos vencidosen paz dos reinos.

    A Felipe IV se apellidaba el Grande. Los monstruos vencidoseran las rebehones de Catalua y aples. En Danae se ve lacomedianta Caldern la Calderona. Sale un personaje ms ale-grico, la Discordia, y en labios de sta debironse poner frases

    contra los revoltosos, inoportunas para no excitar nuevos enconos

    en esos pases.

    Enmedio de la libertad excesiva que haba, es decir, libertad enel teatro, merece anotarse esta prudencia poltica.

  • EN EL SIGLO XVII 49

    IV

    Haban introducido en el teatro la moda de representar come-dias

    ,al parecer , de disparates

    ,

    porque en realidad, y primera

    vista , todo sonaba palabras de locos y toda la accin locuras.

    Pero examinado bien, eran sazonadas crticas del lenguaje y delas costumbres , de la historia , del romancero , de los libros de ca-

    balleras y de las comedias mitolgicas. Por de Caldern se tiene

    una con el ttulo de Cfalo y Prcris, fiesta que se represent los

    Reyes en el saln de Palacio uno de los dias de Carnaval.

    All el autor se divierte en ir trovando romances clebres con

    disparatados conceptos, y especialmente aquellos de los ms deli-

    cados de Gngora , quien en lo bueno segua en mucho Calde-rn

    , y en tal manera que demuestra que saba de memoria todassus obras.

    En Cfalo y Prcris juega de los vocablos de este modo

    :

    Picaros, idos de mi casa.A dnde?A espulgar un galgo. No espulgo bien galgos. Si no espulgis galgos bien,id buscar la gandaya,idos buscar la vida,idos Turra Jauja.Harto os doy en qu escoger;y si no , idos noramala.

    De la pregunta: Dnde vas? da esta respuesta otro, jugandoigualmente del vocablo : Voy irme.

    En otro lugar canta uno

    :

    Hija de Antstenes, que hoytiene del Rey la privanza;

    y pues l es el privado,su hija ser la privada.

  • 50 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    Hay algunas comedias que han sobrevivido ese siglo, puesan se leen por los aficionados. Las mocedades del Cid, de D. Jer-nimo Cncer, y Don Alfonso el de la mano horadada, de D. Antonio

    Mira de Mescua , son parodias de algunos de los hechos del Cid yde los que se leen en el poema , crnica y romancero. El caballero

    de Olmedo, de D. Francisco Antonio de Meonteser, es burla de las

    comedias de capa y espada con intervencin de Reyes.

    Cada cual con su cada cual, de un ingenio complutense, parodia

    de lo mismo, as como Pagarse en la misma flor y boda entre dos

    maridos, de D. Flix Moreno y Posvonel , en que se hallan los re-

    petidos versos

    :

    A las espaldas de un monte,porque el monte tiene espaldas

    ;

    que si espaldas no tuviera,

    fuera un monte sin espaldas.

    Y, por ltimo. Durante y Belerma, impresa como de Mr. Gui-

    llen Fierres (Mira de Mescua?), y La nmerte de Baldovinos, deCncer, como otras menos conocidas , forman la coleccin de las

    comedias de crtica y aparentes disparates , siendo estas ltimas

    citadas en burla de los hbros y obras poticas de las caballeras

    andantes.

    La de El rey Don Alfonso empieza as

    :

    Si sabes lo que son celos,

    Zoraida, no me respondas;

    piensas t que son mochuelos,

    algunas cosas redondas manera de buuelos ?

    Al fin sale una mora parodiando el reto famoso del caballero

    zamorano

    :

    Rette el pan y la carne,el aceite, el agua y vino,el repollo y berengenas,con los nabos y el tocino.

  • EN EL SIGLO XVII 51

    Rette el cuerpo y el alma,el redao y entresijo,las rodillas y las corvas,con los renes intestinos.

    El Cid su vez, al aceptar el duelo, graciosamente desreta todo

    lo que el otro ha nombrado,y algo ms

    :

    Desreto el cuerpo y el alma,el entresijo y las telas,las barbas y las narices

    ,

    los oidos y las cejas.Desreto el pan y la carne,el repollo y berengenas,agua, nabos y tocino,las coles y la manteca.

    Desreto, en fin, todo cuanto

    retaste con falsa lengua,

    y todo cuanto retaressi dos mil aos vivieras.

    Estos eran juegos de ingenio para espectadores con noticias li-terarias y acostumbrados ejercicios de imaginacin. Pblico del

    todo ignorante, ni entendera siquiera la mitad de la mitad de lo

    que en estos juguetes se deca. Si por algunos momentos lo oii'ancon risa, como si se tratase de palabras proferidas acciones eje-

    cutadas por insensatos no furiosos , sino con gracejo enmedio de

    su demencia , al cabo cansara , considerando estas obras como

    ajenas de la ligereza y claridad propias de las composiciones fes-

    tivas.

  • 52 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    El ao de 1629, en uu teatro que los Reyes tenan en el sitio de

    la Zarzuela, se vio el Jardn de Falerina, representacin en dos

    jornadas, escrita por D. Pedro Caldern de la Barca. Para esemismo teatro compuso el poeta El golfo de las sirenas , El laurel deApolo y La prpura de la rosa, siendo de igual gnero sus obras

    Eco y Narciso y Celos, aun del aire, matan.

    Eran por mitad para ser representadas y la otra para cantarse.

    Caldern confiesa en El laurel de Apolo el origen de estas repre-

    sentaciones, personificando aquel sitio Real y diciendo:

    La Zarzuela,humilde, pobre alquera,tan despoblada y desierta,que no hay pai^a m da clarosi el Pardo no me lo presta.De sus alimentos vivo;pero tan rica y tan llenade su favor, que merezco

    tal vez en la breve esferade mis cotos ver la aurorade montes y valles reina.

    En esta aurora alude el poeta la Beina, as como despus, enel alba y flores, las Infantas y luego Felipe IV en el cuarto

    planeta. Hablase de representacin y se define de esta manera:

    No es comedia, sino slouna fbula pequea

    ,

    en que , imitacin de Italia

    ,

    se canta y se representa.

    En el siglo xvi las tragedias espaolas solan tener coros, guisa

    de las de griegos y latinos , con que los actos finalizaban. Despus

  • EN EL SIGLO XVII 53

    se introdujo en las comedias que dentro de las jornadas hubieseun coro corto , donde se entonase, con msica escrita expresamen-te para cada uno de los casos, alguna algunas coplas de las msbellas y populares del cancionero , alguna algunas estrofas de

    los ms sabidos romances letrillas de afamados autores, salvocuando el de la obra dramtica prefera algo suyo

    ,

    que esto acon-

    teca pocas veces.

    A ejemplo de esas composiciones italianas de canto y msica yrepresentacin, exornadas con decoraciones coloridas al temple yvariadsimo y rico aparato , con igual gala escribi Caldern las

    citadas para recreo de la Familia Real de Espaa en el sitio llama-

    do de la Zarzuela.

    Prefiri nuestro poeta los asuntos pastoriles y mitolgicos , ydando forma ms escnica sus obras , sigui Magdalena Cam-piglia en la Flori, favola hoscliereccia (1588), con Guicciardi en II

    sogno (1601), Ongaro en LAlceo,favola pescatoria (1582), con (jli

    intramezzi, gi invenzione di Batista Guarini (1614), Villafranchi

    en LAmaranta (1610), Manzano en LAci, favola marina, y otros.Por la descripcin que del aparato hace Caldern mismo en sus

    obras , se conoce que , al representarse en el real sitio de la Zarzue-

    la,

    quiso Fehpe IV que igualase todo en magnificencia las que

    se vean en los teatros de Italia, costeadas por la aficin las artes

    que tenan los Grandes Duques de algunos de los Estados.

    De tiempos cercanos Caldern se leen descripciones de la pom-

    pa de estas fiestas, especialmente las escritas por el MonigHa, como

    Vercole in Fehe, La presa d'Argo e degli amori di Linceo con Iper-

    niestra. lAamhansefiestas acciones teatrales, y no peras, como enms modernos das.De haberse primitivamente escrito para el sitio de la Zarzuela

    esas obras estilo itahano por Caldern , dise el nombre de zar-zuelas las que su imitacin se fueron escribiendo luego para

    recitado y canto.

    Con el ttulo, ya no de zarzuela, sino de zarcicomedia de msica y

  • 54 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    teatro, compuso Jos Vzquez de Villasante, barba de la compa-a de Se^'illa, Lo que previno l destino se logra contra la ciencia, yEncantos de Rosimunda.

    A mediados del siglo ltimo empez prevalecer la aficin las tragedias del gusto clsico. Por eso el autor de la zarzuela

    Premios son venganzas de amor, que lo era D. Narciso Agustn So-

    lano y Lobo , deca

    :

    No obstante que los asuntosmitolgicos se veantotalmente abandonadoshoy de sus plumas modernas.

    En cuanto es capaz mi ingenio

    ,

    escrita tengo la fiesta

    (sin temer critica, pues

    quien obedece no yerra )

    ,

    en la que representado

    y recitativo alternan

    ,

    ideas que estilo antiguoentendemos por zarzuelas.

    Y, sin embargo , desde fines del siglo x^in hasta por los aos

    de 20 23 del presente, se traducan del italiano peras de Cimar-

    rosa, Paer, Paisiello, etc., y se cantaban en nuestros teatros con el

    ttulo de zarzuelas, y hasta Cendrillon, de Alejandro Mat, perafrancesa con el argumento de la Cenerentola, de Rossini, y el^ar-

    hero de Sevilla, del mismo cisne de Pesaro.En El laurel de Axtolo, de Caldern, pregunta Rstico Berta

    cmo hablan los dioses disfrazados, y ella le responde para sig-

    nificarle que lo hacen cantando

    :

    Con tan dulce meloda

    ,

    tan suave consonancia,

    que siempre suena su vozcomo msica en el alma;y as, en oyndole que hacegorgoritos de garganta,

    ctale dios.

  • EN EL SUILO XVU 55

    En El golfo de las sirenas, del mismo Caldern, el gracioso

    pregunta igualmente sobre la novedad de estas composiciones.

    Ya que ustedes me responden,sean quien fueren, con tanta

    melanoche meloda,

    qu tierra es que como en zarzasen ella estoy? La Zarzuela.La Zarzuela! Qu te espantas?No he de espantarme si en esteinstante en Trinacria estaba?

    Pues quin le quita que seala zarzuela de Trinacria?

    Algn critico que pongaen razn las mojigangas.

    Aqu alude D. Pedro Caldern una comedia de D. Diego

    de Crdoba y Figueroa , que se represent con el ttulo de La si-

    rena de Trinacria, en la cual hay varias piezas de canto, como en

    La estatua de Prometeo, y en otras de Caldern mismo, sin por

    eso haberse representado en la Zarzuela, porque en el siglo x\Ta:

    la poesa y la msica unidas eran del agrado de los espectadores

    en los teatros.

    No fu Caldern el autor nicamente privilegiado para escribir

    obras que se haban de representar en la Zarzuela. Hubo otros,

    y entre ellos D. Juan Bautista Diamante, que compuso el Triunfo

    de la paz y l tiempo, Jpiter y Semle, y Lides de amo)- y desden.

    Y con el ttulo de fiesta de zarzuela traz su Alfeo y Aretusa,no para el Palacio , sino para celebrar las bodas del Condestable

    de Castilla con Doa Mara de Benavides , hecho que prueba lo

    prontamente que pas del teatro de aquel sitio los de los Gran-

    des de Espaa y caballeros particulares este gnero de obras l-

    rico-dramticas.

  • 56 COSTUMBRES DE LOS ESPAOLES

    VI

    Auto era una representacin sagrada ; en los primitivos la ac-

    cin se sacaba de hechos bblicos, ehgiendo con preferencia los

    del nacimiento y muerte de Jesucristo. Pero luego fueron alcan-

    zando ms perfeccin, y sobre sucesos sacros se formaban argu-mentos con personajes alegricos. Este gnero de poesa tom el

    carcter de teolgico, hablando los actores, que representaban la

    Fe, la Incredulidad, el Pecado, la Inocencia, etc., segn deberan

    hablar si verdaderamente fueran tales personas. La accin era

    corta y lo ms dilogos de controversias, en donde se permita,por ejemplo, que la Hereja profiriese cuantos argumentos contra-

    rios la religin convena presentar al poeta, para luego refutar-

    los victoriosamente otra de las figuras alegricas. Representban-

    se en templos en las puertas de los templos con ocasin de

    ciertas y determinadas solemnidades , en especialidad el da del

    Santsimo Corpus Christi. En los colegios de la Compaa de Je-

    ss se hacan con mayor frecuencia estos autos por los estudian-

    tes que concurran las enseanzas, y hasta se convidaba para

    pompa de la fiesta personas muy notables y los que ejercan

    cargos de dignidad pblica. Otras veces los autos se representa-

    ban en carros lujosamente adornados, que recorran las calles, pa-

    rndose en plazas para que faesen con toda comodidad vistos por

    numerosa concurren