Cosmología y antinomia - inif.ucr.ac.cr de Filosofía UCR/Vol... · la posición crítica de Kant,...

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ADa Lucía Fonseca R. Cosmología y antinomia (Consideraciones sobre la primera antinomia kantiana) "[... } la creencia en la realidad del mundo puede acompañamos en el más ilusorio de todos los mundos. El mundo como ilusión y el mundo como realidad son igualmente indemostrables. No es, pues, aquí lo malo la consciencia de una antinomía en que tesis y antítesis pueden ser probadas y cuya inania decreta, a fin de cuentas, el principio de contradicción. En este pleito no actúa el tribunal de la lógica, sino el de la sospecha. Lo inquietante no es pensar lo uno o lo otro, merced a un empleo inmoderado de la razón, sino agitarse entre creencias con- tradictorias ". Abstraen This is the first of a series of arti- cles about cosmological topics. The First KantianAntinomy -ls the world finite or infinite in time and space?-, is considered here, as the fundation for a critique of a rational cosmology. Both thesis and antithesis are analysed in this antinomy within the context of discussions among rationalists, empiricists and physicists during the XV/l and XV/ll Centuries. At the end, the kantian solution to the conflict, by means of establishment of the indefinite series and the transcendental ideality of phenomena, is analysed. Resumen: Este artículo es el primero de una serie sobre temas cosmológicos. Ep él se considera la Primera Antinomia kantiana: ¿ es el mundofinito o infinito en el espacio y el tiempo?, como base para una crítica de la cosmología ra- cional. Se analizarán tanto la tesis como la antí- tesis de esa antinomia en el contexto de las dis- cusiones entre racionalistas, empiristas y físicos durante los siglos XV/l y XV/ll. Al final se estu- Antonio Machado: Juan de Mairena dia la "solución" que Kant da al conflicto con su planteamiento de las series indefinidas y la idea- lidad trascendental de los fenómenos. l. Introducción En la exposición de las antinomias Kant examina las bases de una supuesta cosmología racional para mostrar que está inspirada en ideas que sobrepasan el marco de los fenómenos. Primeramente expone el conflicto acerca de los límites del mundo, donde la tesis se empeña- rá en demostrar el acabamiento de las series de causas, mientras la antítesis -que recuerda el argu- mento de Arquitas en la Antigüedadt- responde que si suponemos el mundo como totalidad finita, esto equivale a negar la totalidad (¡se niega la to- talidad al afirmarla!) pues fuera de ella es dable es- perar algo más, en vista de que se supone un tiem- po y un espacio vacíos como límites del mundo. En las observaciones sobre la antítesis se califica de "imposible" la otra versión de la tesis: que tan- to el tiempo como el espacio comenzaran con el Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XXXIX (98), 141-152, Julio-Diciembre 2001

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ADa Lucía Fonseca R.

Cosmología y antinomia(Consideraciones sobre la primera antinomia kantiana)

"[... } la creencia en la realidad del mundo puede acompañamos en el másilusorio de todos los mundos. El mundo como ilusión y el mundo como realidadson igualmente indemostrables. No es, pues, aquí lo malo la consciencia de unaantinomía en que tesis y antítesis pueden ser probadas y cuya inania decreta, afin de cuentas, el principio de contradicción. En este pleito no actúa el tribunalde la lógica, sino el de la sospecha. Lo inquietante no es pensar lo uno o lo otro,merced a un empleo inmoderado de la razón, sino agitarse entre creencias con-tradictorias ".

Abstraen This is the first of a series of arti-cles about cosmological topics. The FirstKantianAntinomy -ls the world finite or infinitein time and space?-, is considered here, as thefundation for a critique of a rational cosmology.Both thesis and antithesis are analysed in thisantinomy within the context of discussionsamong rationalists, empiricists and physicistsduring the XV/l and XV/ll Centuries. At the end,the kantian solution to the conflict, by means ofestablishment of the indefinite series and thetranscendental ideality of phenomena, isanalysed.

Resumen: Este artículo es el primero deuna serie sobre temas cosmológicos. Ep él seconsidera la Primera Antinomia kantiana: ¿es elmundofinito o infinito en el espacio y el tiempo?,como base para una crítica de la cosmología ra-cional. Se analizarán tanto la tesis como la antí-tesis de esa antinomia en el contexto de las dis-cusiones entre racionalistas, empiristas y físicosdurante los siglos XV/l y XV/ll. Al final se estu-

Antonio Machado: Juan de Mairena

dia la "solución" que Kant da al conflicto con suplanteamiento de las series indefinidas y la idea-lidad trascendental de los fenómenos.

l. Introducción

En la exposición de las antinomias Kantexamina las bases de una supuesta cosmologíaracional para mostrar que está inspirada en ideasque sobrepasan el marco de los fenómenos.

Primeramente expone el conflicto acerca delos límites del mundo, donde la tesis se empeña-rá en demostrar el acabamiento de las series decausas, mientras la antítesis -que recuerda el argu-mento de Arquitas en la Antigüedadt- respondeque si suponemos el mundo como totalidad finita,esto equivale a negar la totalidad (¡se niega la to-talidad al afirmarla!) pues fuera de ella es dable es-perar algo más, en vista de que se supone un tiem-po y un espacio vacíos como límites del mundo.En las observaciones sobre la antítesis se calificade "imposible" la otra versión de la tesis: que tan-to el tiempo como el espacio comenzaran con el

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mundo; así, Kant insistió siempre en exponer lasconsecuencias antitéticas de afirmar un mundofinito en un espacio y un tiempo infinitos. ¿Porqué de cierta forma se desestima la otra posibili-dad? - Hay que decir, sobre todo, que la tenden-cia a llevar el curso del tiempo y la extensión es-pacial más allá de la "hora cero" o la "última es-fera cristalina", ha sido mucho más tenaz que lade ofrecer a la imaginación un mundo cerrado enun tiempo y un espacio finitos. Los "Arquitas"de todas las épocas se han resistido a considerarcomo definitivo cualquier límite, por lo menos siéste se establece en el espacio euclídeo '. Kant,profundamente influido por la física infinitista deNewton, sólo mencionará esta segunda versiónde la tesis para dejarla inmediatamente de lado.M. Capek explica así esta actitud filosófica:

Con el advenimiento de la física newtoniana, la idea dela infinidad se hizo tan natural que, cuando Kant dis-cutió su Primera Antinomia, abordó el dilema de si eluniverso material es finito o infinito, no el de si tieneo no límites el espacio que lo contiene. [...] lo irresis-tible de nuestra creencia en el espacio infinito es, en elfondo, una negativa de nuestra mente a aceptar unaproposición evidentemente contradictoria de que de-trás de ciertas regiones del espacio no existe ningunaotra región, ningún 'más allá,.3

De esta forma Kant enfrentará en las antino-mias a finitistas e infinitistas, presentando losconflictos entre la tradición racionalista leibni-ziana, el escepticismo de corte empirista y algu-nos elementos de la concepción del mundo deNewton. Su propósito es, entonces, mostrar lasinconsecuencias de lo que él considera dos for-mas de dogmatismo: el racionalista y el ernpiris-té. Antes bien, Kant quiere sacar sus pruebas"aus der Natur der Sache", de la misma natura-leza del asunto, del seno de una oposición másprofunda que la que exhiben el racionalismo leib-niziano y las concepciones de empiristas y físi-cos; quiere alejarse por igual de planteamientosunilaterales, para expresar las tesis y las antítesiscon toda la fuerza que puedan tener. Esto lo obli-ga, sin duda, a introducir elementos de su filoso-fía crítica, no sólo en la refutación de los argu-mentos antinómicos (lo cual es esperable) sino enla formulación misma de éstos. Algunos consi-

deran que tal "adelanto" de elementos críticos es-tá fuera de lugar en tanto se trata solamente deexponer la oposición entre finitistas e infinitistaspara luego solucionar críticamente el problema.Ciertamente así sería si Kant sólo se hubiera en-frentado históricamente a las dificultades que enel siglo XVII surgen entre los racionalistas, losempiristas y la escuela newtoniana. Polémicas delas que incluso se conservan escritos de alto va-lor filosófico, como la Correspondencia Leibniz.Clarke, donde aparecen ya delineados, de ciertaforma, algunos de los elementos que Kant consi-derará antitéticos en la Dialéctica Trascendental.En ésta se quiere ahora calar más hondo, conser-vando, sí, los enfrentamientos, pero refonnulán-dolos desde el nivel de la filosofía crítica, que tie-ne que ver más directamente, según Kant, con elfondo del asunto. La crítica kantiana se situaráasí entre dos tendencias: la de "intelectualizar"los fenómenos (como en el racionalismo de Leib-niz) y la de "sensificar" todos los conceptos delentendimiento (como en el empirismo de Lockey Hume)". Con el planteamiento de la antinomiase agudizará al máximo el conflicto para reafir-mar, una vez más, aquella sentencia medular dela Crítica:

[...] sin sensibilidad ningún objeto nos sería dado y,sin entendimiento ninguno sería pensado. Los pensa-mientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sinconceptos son ciegas.P

Por eso, al intentar resolver la antinomia,Kant es fiel a la convicción de que el conoci-miento sólo puede surgir de la unión del entendi-miento y la sensibilidad, por lo que podría decir-se que con la antinomia se ratifica plenamente elprincipio de la idealidad trascendental de los fe-nómenos:

Lo que sean las cosas en sí mismas no lo sé, ni necesi-to saberlo, ya que no se me puede presentar una cosamás que en el fenómeno."

Ciertamente tal solución va a limitar las pre-tensiones racionales de alcanzar un todo absolu-to, pero de ninguna manera va a suprimir este an-helo de la naturaleza humana. Si bien pasará atener un carácter problemático, no se le resta su

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capacidad orientadora. Hay que tener en cuentaque, según la concepción de Kant acerca de laciencia, ésta sigue una dirección unívoca deacuerdocon la pauta que le da la experiencia po-sible; este es el motivo por el que la matemáticay la física transitan por el "camino seguro", porla "vía grande" del conocimiento. Sin embargo,no es en la dimensión propiamente científicadonde pueden encontrarse saciadas las más carasaspiraciones de la razón:

Porestecamino [el de la ciencia] obtendremos un con-juntode diversos métodos encaminados a la detenni-nacióndel objeto, pero sin que ninguno de ellos nosconduzcade hecho a la meta hacia la que todos porigualapuntan.t

Esta pretendida meta será, desde luego, elconocimiento del Cosmos en su totalidad, pues lanaturaleza humana, aunque finita, quiere conce-bir el objeto no sólo dentro de los límites de sudeterminación por la experiencia, sino antepo-niendo a estos límites el concepto de un universocomo totalidad. En lo que sigue trataré de expli-car el enfrentamiento antitético que en tomo aesa totalidad expone Kant en su crítica.

11.Condiciones de las series cósmicas

Los argumentos antitéticos en tomo al pro-blema de cómo es "en realidad" el Cosmos (pro-blema de las series de causas hasta lo incondi-cionado) pueden resumirse en esta pregunta: ¿ esel mundo finito o infinito en el espacio y el tiem-po?

Kant plantea el problema tomando en cuen-ta los siguientes aspectos: el mundo sensible, elespacio y el tiempo. Este mundo sensible será fi-nito o infinito en un espacio y un tiempo siempreinfinitos. Si finito, tendrá que admitirse tambiénla necesidad de un espacio y un tiempo vacíosque determinen tal mundo. Esta es, desde luego,una consecuencia del argumento de la tesis, no dela posición crítica de Kant, quien más adelante,como veremos, combatirá esta idea del vacío in-finito. Ya en su momento Leibniz había dado susrazones para no admitir el vacío, pero éstas, a jui-cio de Kant, no resuelven la dificultad pues:

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[...] en vez de un mundo sensible se piensa no se sabequé mundo inteligible; en lugar del primer comienzo(una existencia precedida por un tiempo de no-ser), sepiensa una existencia que no presupone ninguna otracondición en el mundo; en vez de límites de la exten-sión, límites del universo, con todo lo cual se desem-baraza del tiempo y del espacio.?

Por otra parte, si se considera más bien la in-finitud del mundo sensible, la razón se enfrentacon el gran inconveniente del infinito actual (se-ries infinitas ya transcurridas). Los partidarios dela tesis de la finitud, entre los que podríamos con-tar a Newton y por ende a Clarke, defenderán suposición tratando de demostrar la imposibilidadde tal infinito "en acto". Aquí hay que decir que,en última instancia, basan el argumento en razo-nes de tipo teológico pues si Dios creó el mundo,éste debe ser, por consiguiente, finito. La contra-partida (la antítesis) está llena de matices leibni-zianos al invocar claramente, como Leibniz en supolémica con Clarke, el principio de razón sufi-ciente: no hay una buena razón para suponer queel mundo empezara en un tiempo y no en otro, enun espacio y no en otro cualquiera, sobre todo te-niendo presente que las "partes" del espacio y eltiempo son indiscemibles.

Resumiendo tenemos entonces que Kantquiso reformular los argumentos, que ya apare-cían en la polémica entre Leibniz y Clarke, paraque cobraran así toda la fuerza de una antinomia:en la tesis utilizará algunas de las ideas newto-nianas sobre la imposibilidad del infinito actual,en la antítesis seguirá de cerca la disquisición deLeibniz a favor de la infinitud apoyado sobre todoen el principio de razón suficiente.

Nótese cómo, en el replanteamiento kantia-no, ya no son Leibniz y Newton los que polemi-zan, sino que se utilizan algunos elementos de lasdoctrinas de ambos para dar forma a una polémi-ca más significativa. Ya desde el principio Kantnos advierte que en las antinomias no se tratarádel mundo inteligible de Leibniz, sino del "mun-dus phaenornenon" y de su magnitud y, aunqueno lo dice explícitamente, tampoco se partirá deuna forma de divinización del espacio como enNewton, sino simplemente de su infinitud frentea la disyuntiva de si el mundo es finito o infinitoen él.

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Teniendo presentes las aclaraciones anterio-res, el detalle de los argumentos es el siguiente:

l. La tesis afirma: "El mundo tiene un co-mienzo en el tiempo y, con respecto al espacio,está igualmente encerrado entre límites".

La prueba de esta aseveración se estructurapor "reducción al absurdo" de su contraria (dichosea de paso, éste será el recurso para probar todaslas afirmaciones en las antinomias matemáticas).

a. Supongamos que el mundo no tenga uncomienzo en el tiempo.

Habría transcurrido entonces una eternidadhasta cada instante dado, es decir, nos enfrenta-ríamos con una serie infinita de estados sucesi-vos, donde para llegar al momento actual o a otroanterior fue necesario atravesar un infinito núme-ro de instantes, ¡remontar un infinito para alcan-zar el hoyo el ayer de la serie temporal! Y comoes imposible tal serie infinita pasada, también esindispensable para la existencia del mundo queéste haya tenido un comienzo ... lO

Pero, ¿por qué es imposible una infinita se-rie cósmica pasada? Claramente se presenta unaobjeción contra la idea de un infinito actual. Pa-ra combatirla se puede decir que es imposibleuna magnitud infinita dada, pues, si hablamos demagnitud infinita es porque no es posible otra su-perior y, en cambio, si nos referimos a una mag-nitud dada hay que tener presente que ningunacantidad es la mayor, en tanto siempre puede serañadida otra unidad:

El verdadero concepto (trascendental) de la infinitud in-dica lo siguiente: que la síntesis sucesiva de unidadescon que medimos un quantum [entiéndase un conjuntoo todo cuantificable] nunca puede ser completa.'!

b. Supongamos que el mundo no tenga lími-tes en el espacio.

Nuevamente se recurre a la afirmación contra-ria a la de la tesis (prueba por reducción al absurdo):supongamos que el mundo es un todo infinito dadode cosas coexistentes, es decir, que respecto del es-pacio el mundo es infinito, carece de límites.

En una nota muy aclaradora, Kant plantea losiguiente:

Un quantum indeterminado puede ser intuido comountodo si está confinado entre límites, de modo que nonecesitemos construir su totalidad con una medición,es decir, mediante una sucesiva síntesis de sus partes.En efecto, los límites señalan por sí mismos su com-pletud al trazar una división entre él y todo lo demás.12

Ahora bien, a pesar de que la diversidad delmundo por su extensión viene dada simultánea-mente, a la hora de concebir la totalidad de esadiversidad que supusimos infinita, no podemospasar del todo sin límites a las partes que lo con-forman. Así, no queda más que exponer la posi-bilidad de un todo mediante la sucesiva síntesisde sus partes. ¿Y qué sucede con esta síntesis?Que, por un lado, tendría que ser completa envista de que el mundo ocuparía todos los espa-cios (extensión infinita), pero por esto mismo re-sultaría siempre una serie imposible de comple-tar: la totalidad del mundo en el espacio no pue-de pensarse antes de semejante síntesis, perotampoco por medio de ella. De esta manera la to-talidad sería:

...la representación de una síntesis completa de laspar-tes, completud que es imposible, como lo es, por ellomismo su concepto. 13

Habiendo desembocado entonces en este gé-nero de imposibilidad no queda más que admitirque el mundo no puede ser infinito en su exten-sión espacial, que necesariamente debe encua-drarse dentro de límites. 14

A pesar de que Kant señala que aquí no nosenfrentamos con la dificultad de una serie infini-ta y a la vez ya transcurrida, la objeción a la infi-nitud del mundo en el espacio encontraría su fun-damento en lo dicho anteriormente acerca de laimposibilidad de un infinito actual: si suponemosuna totalidad ilimitada, ésta debe ser construida apartir de la enumeración o síntesis de todas las co-sas coexistentes, lo que obligaría a acudir a untiempo infinito pasado, el cual es imposible.

2. La antítesis afirma: "El mundo no tienecomienzo, así como tampoco límites en el espa-cio. Es infinito tanto respecto del tiempo comodel espacio".

La prueba de tal afirmación se divide, comola de la tesis, en dos partes, una respecto del

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tiempo y otra respecto del espacio. En ambasKant argumenta por reducción al absurdo.

a. Supongamos que el mundo tiene un co-mienzo en el tiempo. Esto implica que antes deque el mundo comenzara debió existir un tiempovacío. Ahora bien, en un tiempo vacío ¿habrá al-guna parte que sea necesaria, una parte que poseauna cóndición que la distinga de las otras? Cier-tamente no podríamos señalar partes privilegia-das y por lo tanto es imposible que en un tiempovacío se produzca alguna cosa;

[...] pueden comenzar algunas series de cosas en elmundo,pero el mundo mismo no puede tener un co-mienzo, siendo, consiguientemente, infinito respectodel tiempo pasado. 15

b. Supongamos que el mundo es finito y limi-tado en el espacio. Esto equivale a decir que elmundo se encuentra en un espacio vacío e ilimi-tado. Así, fuera del mundo como un todo noexistiría un correlato con el cual pudiera relacio-narse, pues, la relación mundo - espacio vacíosería nula. ¿Cómo poder relacionar el todo exis-tente con la nada? Considerando que las cosas nosólo se relacionan en el espacio sino con el espa-cio, se hace necesario concluir que el mundo esinfinito respecto de la extensión."

Al comentar las razones de los infinitistas,Kant trata de escudriñar en qué se basa la demos-tración de la infinitud de la serie cósmica y delmundo en su conjunto. Una afirmación entoncessale a relucir: si las series y el mundo fueran fi-nitos, los límites serían el tiempo y el espacio va-cíos... Al igual que los primeros atomistas ad-mitían la existencia del vacío para poder explicarel movimiento y así librarse de las paradojas a lasque conducía el ser pleno y absoluto de Parméni-des, la física clásica se cuidaba también de lacontradicción que resulta de afirmar la realidaddel movimiento y negar el espacio vacío. Al res-pecto es de sobra conocida la oposición entreNewtun y Leibniz, pues, mientras la explicaciónnewtoniana del universo echaba mano de la teo-ría de los átomos ("corpúsculos") y el vacío,Leibniz, por el contrario, pensaba en un continuoinfinitamente divisible. El vacío sería algo realpara Newton, apoyado en las evidencias empíri-

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cas desprendidas de los experimentos de vonGuerike y Torricelli; el vacío sería lógicamenteimposible para Leibniz en virtud de sus conoci-das aseveraciones sobre el "mejor mundo posi-ble", el "principio de razón suficiente" y el de la"identidad de los indiscemibles" P

Kant, en principio, está de acuerdo conLeibniz en que el espacio y el tiempo no son nicosas reales, ni correlato de los fenómenos, sinomás bien la forma de éstos. Pero se aleja de laposición leibniziana cuando ésta sostiene, ade-más, que más allá de las condiciones espacio-temporales, es necesario acudir a las condicionesinteligibles que dan cuenta del orden y la armo-nía universales. Esto equivale a darle vía al pen-samiento prescindiendo de la sensibilidad y sesoslayaría, según Kant, una parte fundamentaldel problema:

[...] aquí tratamos únicamente del mundus phaenome-non y de su magnitud, mundo en el que no se puedeprescindir de las mencionadas condiciones de la sensi-bilidad sin anular su esencia. 18

Sabemos ya por la Estética Trascendentalque no podemos poner el espacio y el tiempo fue-ra de los fenómenos, pues esto iría en contra dela posibilidad de nuestra experiencia, pero estono significa que debamos refugiamos en un mun-do de "realidades metafísicas", como el de la mo-nadología de Leibniz, para dar sentido y unidad alo sensible ... 19

La posición crítica de Kant al respecto esclara: afirmar un tiempo y un espacio vacíos fue-ra del mundo sólo conduce:

...a toda suerte de vacías determinaciones de la intui-ción externa, pero que no constituyen percepciones po-sibles. Por ejemplo, el movimiento y el reposo delmundo en el infinito espacio vacío, lo cual es una de-terminación de la relación que mundo y espacio guar-dan entre sí, relación que jamás podemos percibir yque no constituye, consiguientemente, más que el pre-dicado de un mero producto mental.20

Si se insiste en admitir la determinación delmundo por el vacío (espacial y temporal) infini-to, es porque se yerra una y otra vez al confundirla magnitud del mundo fenoménico con un

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pretendido límite del universo en sí mismo (co-mo cosa en sí).

La razón recae precisamente cuando olvidalas condiciones sensibles, llegando hasta unaidea de mundo que, o bien es demasiado grande,o bien demasiado pequeña, en relación con cual-quier concepto del entendimiento. Por eso hastaahora, dice Kant, la antinomia parece inevitable.En el caso de la primera antinomia, si admitimosque el mundo tiene un comienzo en el tiempo, talconcepto de mundo resultaría demasiado peque-ño en relación con la idea que se hace la razón:en tanto el comienzo supone un tiempo anterior,podemos preguntar por otra condición temporalsuperior. Pero si afirmamos que el mundo no tie-ne comienzo, la razón sobrepasaría los alcancesde la experiencia posible pues no podría darcuenta de toda la eternidad pasada (negación delinfinito en acto).

La misma desproporción aparece cuandonos referimos al espacio: si el mundo fuera finitoy limitado espacialmente, subsistiría la preguntapor la determinación del límite y tal mundo seríaexcesivamente pequeño para la razón; si por elcontrario, partimos de que el mundo es infinito eilimitado en el espacio, cualquier concepto posi-ble estaría lejos de cubrir tal inmensidad.é!

Con el fin de ir conformando lo que Kantconsidera una síntesis crítica, que supere esos an-tagonismos entre la razón y la experiencia, apare-ce muy temprano, en el capítulo sobre la antino-mia de la razón pura, una distinción muy signifi-cativa respecto del concepto de lo incondiciona-do, distinción que debemos tomar en cuenta paradilucidar no sólo el enfrentamiento propuesto, si-no además, cuál es el camino que sigue la solu-ción kantiana del conflicto.

Lo incondicionado -afirma Kant- puede serentendido de dos maneras: como un primermiembro incondicionado en la serie que sea elfundamento de los demás: causa primera, Dios ...,o como la totalidad de la serie de condicionesdonde todos los miembros son subordinados ysólo la totalidad de éstos es incondicionada. Enel primer caso, punto de apoyo de las tesis, la se-rie tiene un elemento privilegiado y excepcionalporque no tiene condiciones, llámese éste co-mienzo o límite del mundo (primera antinomia),

simplicidad de la materia (segunda antinomia), li-bertad (tercera antinomia) o ser necesario (cuartaantinomia). En esta forma de entender lo incondi-cionado el regreso en la serie de las condicionessiempre será finito, limitado, pues llegará hasta elelemento que da sentido a todos los demás.

En cambio, cuando lo incondicionado seidentifica con la totalidad de la serie, nos topa-mos con el punto de partida para las antítesis: elregreso siempre será infinito, ilimitado, y, deacuerdo con quienes sostienen el infinitismo, po-demos dar cuenta de ese regreso.

La dialéctica trascendental quiere ofreceruna síntesis considerando que, de una u otra ma-nera, la idea de totalidad o completitud se hallasiempre en la razón,

...sea o no posible ligar a ella conceptos empíricos demodo adecuado. Así, pues, dado que la absoluta totali-dad de la síntesis regresiva de la diversidad en la esfe-ra del fenómeno [...] contiene necesariamente lo in-condicionado, pudiéndose dejar sin decidir si y cómoes posible producir esa totalidad, la razón adopta aquícomo purito de partida la idea de totalidad, si bien es loincondicionado -sea de toda la serie, sea de una partede ella- lo que persigue como objetivo final.22

En realidad la "solución" de Kant consistirá,como veremos, en una modificación del plantea-miento de la antítesis: nunca admitirá, en la Crí-tica de la Razón Pura, un primer miembro in-condicionado, antes bien, afirmará el carácter in-condicionado de la totalidad de la serie (no que-dan fuera de ella otras condiciones) como se sos-tiene en la antítesis, pero, y aquí reside la diferen-cia, tal totalidad absoluta sólo será una idea, un"concepto problemático" que nunca será objetode ciencia, un ideal de la razón que no garantizala completitud del regreso en la serie de condi-ciones. Por eso la totalidad a la que alude Kantsólo puede llamarse potencialmente infinita, in-definida.

III. Regreso "In indefinitum"

La "solución" kan tiana a las antinomias ma-temáticas, en este caso a la de la composición,atiende a la diferencia entre la "totalidad racio-nal" y el "mundo fenoménico": la razón pretende

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determinar las cosas en sí mismas mediante lascondiciones del fenómeno y a éste como si pu-diera regirse por los caracteres de lo absoluto.Pero no se trata simplemente de decir, comoacertadamente señala J. Maréchal23, que el argu-mento de la cosmología racional no genera nin-guna conclusión por tratarse de una falacia deequívoco, de un silogismo de cuatro términos:mientras la premisa mayor apunta hacia la totali-dad absoluta de las condiciones (en sí), la menorafirma la realidad fenoménica del condicionado(el condicionado se da en la experiencia). Una crí-tica ligera y desapercibida anularía la pretensiónde la cosmología alegando entonces que, como laspremisas se consideran en planos distintos, noexiste propiamente hablando un razonamiento ypor ende, ningún problema para la razón. Sin em-bargo, si la solución es tan simple ¿por qué la ra-zón humana no ha podido evitar este tropiezo? Ladificultad es más profunda pues no nos enfrenta-mos con una sencilla incorrección lógica sino contoda una incertidumbre trascendental.

Antes que considerar las premisas aislada-mente, nuestra razón insiste en reducirlas al mis-mo plano proyectando la existencia de lo condi-cionado en el orden de las exigencias racionalesdonde se sitúa la premisa mayor:

[...] trata al fenómeno como una cosa en sí, o, por lomenos, como una realidad desvinculada de ciertas res-tricciones esenciales al orden fenoménico. Mayor ymenor son así reducidas al mismo plano, y la conse-cuencia del silogismo es correcta.i"

Tengamos presente que desde la perspectivadel criticismo kantiano no se está desestimandoen ningún momento la legitimidad de la preten-sión racional de dar una respuesta unitaria acercadel origen y la disposición del Cosmos; pero aun-que Kant reafirma este afán, esto no quiere decirque no discuta sus consecuencias: éstas, lo sabe-mos, bifurcan sin remedio el camino de la razón.Mientras las tesis se arriesgan dogmáticamentemás allá del fenómeno, las antítesis prefieren re-troceder con escepticismo, y es tal la fuerza y laclaridad de los dos argumentos que aún cuandohan recibido del "tribunal de la razón" la ordende guardar la paz, mantienen la contienda.

Si se quiere, pues, poner fin al conflicto de modo defi-nitivo y a gusto de ambas partes, no queda otro reme-dio que éste: puesto que ambas saben refutarse tanbien, convencerlas a las dos de que luchan por nada, deque cierta ilusión trascendental les ha hecho creer quehay una realidad donde no existe ninguna.25

La vía para superar las antinomias matemá-ticas será entonces mostrar que más que una con-tradicción en los juicios, el conflicto no pasa deser una simple contraposición donde ambos jui-cios pueden ser falsos/"; se trata así de lo queKant llama una "oposición dialéctica", de la ilu-sión racional resultante de aplicar la idea de tota-lidad absoluta propia de las cosas en sí al "mun-dus phaenornenon", que sólo existe en la repre-sentación.

La razón, hasta ahora, ha inferido la magni-tud del regreso a partir de la magnitud del con-cepto del todo cósmico sin detenerse a considerarsi este todo se da en la sensibilidad; el camino,asegura Kant, debe invertirse: la magnitud del re-greso empírico será la condición para producir elconcepto de la magnitud cósmica:

La cuestión no es hasta dónde se extiende en sí mismaesa serie de condiciones, si es finita o infinita, ya queno es nada en sí misma. La cuestión es cómo debemosdisponer el regreso empírico y hasta dónde debemosproseguirlo. 27

Kant critica el paso inevitable hacia las ideascosmológicas, pues éste se basa en que si se daun condicionado, se da también la suma total desus condiciones y por lo tanto, es posible dar conun incondicionado absoluto. Ahora, desde elpunto de vista crítico, ¿cómo deberíamos formu-lar ese razonamiento fundamental de la cosmolo-gía? Primero hay que considerar -dice Kant- quela antinomia puede prestamos un gran servicio,ciertamente no dogmático pero sí crítico: si al-guien no ha quedado satisfecho con la demostra-ción ofrecida en la "Estética Trascendental", laantinomia conduce a demostrar la idealidad tras-cendental de los fenómenos. Si se identifica el fe-nómeno con la cosa en sí, las pruebas aducidas enesta antinomia y en las otras tres, antes que merasilusiones, se convierten en demostraciones riguro-sas que llevan a la razón a caminos sin salida, al

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entresijo de la aporía. Sin embargo, y en esto meparece que reside un aspecto sumamente intere-sante del planteamiento, este límite aporético co-bra sentido precisamente al marcar la dimensiónsubjetiva del problema cosmológico: el ansia detotalidad sigue poseyendo validez, ahora no co-mo axioma a partir del cual pensamos la realidaddel todo, sino como problema que insta una yotra vez a la razón humana para que, guiada porlas exigencias del ideal, emprenda y continúe elregreso en la serie de las condiciones; se trata asíde transformar la idea que escapa a la experien-cia posible, en ideal que inspira el rumbo y el pa-so de la razón finita ...

Si no se parte, entonces, de la idealidad tras-cendental de los fenómenos, la razón cae en con-tradicciones insuperables. Por eso, al formular unrazonamiento cosmológico acorde con tal ideali-dad, si bien se debe afirmar la posibilidad de laserie entera de condiciones para un condicionadodado, de ninguna manera hay que olvidar que di-cha serie se da únicamente en el plano y medidade la realidad del condicionado mismo, es decir,dentro de la realidad fenoménica.

Pero, ¿cómo determinar con exactitud la sín-tesis de una serie si ésta nunca es completa? Connuestra sensibilidad sólo alcanzamos, en la expo-sición de los fenómenos, condiciones que están asu vez condicionadas en el espacio y en el tiem-po, por eso el afán racional de encontrar un in-condicionado absoluto nunca será un principioconstitutivo que amplíe el concepto de mundosensible más allá de la experiencia, más bien setrata tan sólo de una regla que indica la manerade efectuar el regreso empírico que va de lo con-dicionado hasta las condiciones: es la búsquedasiempre anhelante del origen, del primero de laserie al que están subordinados todos los demásmiembros en relación con el espacio y el tiempo,con la materia, con la causalidad y con la necesi-dad. Sólo que nunca podremos encontrar, en elregreso empírico, la experiencia de ningún límiteabsoluto. De esta manera Kant es claro cuandoestablece el punto de partida para la resoluciónde la primera antinomia:

Para resolver el primer problema cosmológico sólo ne-cesitamos, pues, decidir si éste nunca limitado aseen-

der en el regreso hacia la magnitud incondicionada deluniverso (en el tiempo y en el espacio) puede llamarseregreso al infinito o sólo regreso proseguido indefini-damente (in indefinitum). 28

Considerando que la realidad fenoménica nose da más que sucesivamente, que hay un encade-namiento temporal de antecedentes y consecuen-cias, ¿qué sentido tiene la "totalidad" de seme-jante serie indefinida? La totalidad de las condi-ciones del fenómeno no puede ser buscada fueradel tiempo y del espacio, justamente porque nun-ca puede completarse en nosotros: la síntesis dela serie de los fenómenos realizada por el enten-dimiento es inseparable de nuestra intuición sen-sible. Por eso, lejos de afirmar una totalidad enacto, el idealismo trascendental apuntará haciauna totalidad potencial, indefinida e ilimitada.Antes que intentar vanamente fundamentar unatotalidad incondicionada, dará su lugar a una re-gresión ilimitada en el orden de los fenómenos. Ycomo el mundo no puede "darse por completo",así como tampoco la serie de las condiciones cós-micas, por muy lejos que avancemos, la pregun-ta por un miembro superior siempre estará pre-sente. Esto equivale a decir que hay que avanzarsiempre desde cada miembro condicionado haciaotro más lejano, extender indefinidamente el usoempírico del entendimiento. El regreso, por tan-to, se extiende in indefinitum, no alcanza un infi-nito dado y ofrece a la experiencia una magni-tud que sólo se convierte en real a través de estemismo regreso.29

He aquí una afirmación de capital importan-cia dentro de las concepciones kantianas y quenos pone de lleno en el problema de la percep-ción real y la experiencia posible.

Es cierto que el regreso in indefinitum sóloprescribe pasar de fenómenos a fenómenos, peroéstos pertenecen siempre a una experiencia posi-ble aún cuando no formen parte de percepciónreal alguna. Nótese que se dice "experiencia po-sible", lo que es muy distinto de la suma de per-cepciones particulares pues, si se considera la ex-periencia no como un conjunto de reglas, sino co-mo la simple agrupación de percepciones indivi-duales de cada sujeto, la referencia posible delconcepto a la intuición y viceversa, careceríacompletamente de sentido. Dicho en otra forma,

COSMOLoofA y ANTINOMIA

las limitaciones de nuestra percepción empíricano son óbice para que se cumplan, según Kant,las leyes de la sensibilidad y del entendimiento.Al respecto pone el ejemplo de la materia mag-nética y cómo, debido a nuestra constitución sen-sorial, no podemos conocerla directamente si noes partiendo de la atracción de las limaduras dehierro, a la vez aclara:

Enefecto,simplemente con que nuestros sentidos fue-ranmásfinos, llegaríamos también en una experiencia,segúnleyesde la sensibilidad y el contexto de nuestraspercepciones,a la intuición empírica inmediata de esamateriamagnética. Pero la tosquedad de nuestros sen-tidos no afecta en absoluto a la forma de la experien-cia posible. 30

Es muy importante advertir esto pues Kantno está proponiendo, en ningún momento, ciertaforma de relativismo, ni es partidario de aquellasentencia "todo es según el color del cristal conque se mira". Hay leyes que rigen el conoci-miento, a pesar de las limitaciones propias denuestros sentidos!'. La percepción real, en mu-chos casos, sólo llega a grados demasiado débi-les para convertirse en experiencia pero, inde-pendientemente de ello, como ya se dijo, los fe-nómenos pertenecen siempre a una experienciaposible. Al respecto plantea Kant que aunque al-go no haya sido percibido, su posibilidad debeser admitida en la medida en que el entendimien-to puede anticiparse a la percepcián+, dejandoabierto el camino para que en un posible avancede la experiencia pueda determinarse empírica-mente ese algo. Pero ¡atención!, no se trata deque el entendimiento aisladamente pueda darforma a la experiencia sin la participación de lasensibilidad; si así fuera, los resultados seríanmeras combinaciones arbitrarias de pensamien-tos que, aunque no atentaran contra el principiode no contradicción, carecerían de todo funda-mento objetivo. Por eso, la conclusión a la quese llega en la "Analítica Trascendental", válidatambién en este momento, es que

.. .10 más que puede hacer a priori el entendimiento esanticipar la forma de la experiencia posible; nuncapuede sobrepasar los límites de la sensibilidad -es enel terreno demarcado por esos límites donde se nos dan

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los objetos-o ya que aquello que no es fenómeno nopuede ser objeto de la experiencia.P

Valga decir, que las creaciones puramenteconceptuales no logran ser más que una ficciónen tanto ignoren, contradigan o sobrepasen lascondiciones espacio-temporales propias del pen-samiento finito.

Es así como la solución kantiana a la prime-ra antinomia se abre paso no sólo replanteandoen términos críticos el argumento de la cosmolo-gía al destacar que la premisa mayor del razona-miento (la afirmación de una totalidad incondi-cionada) desestima el orden temporal que liga locondicionado con su condición, sino que se abrepaso también enfrentándose con los dos conten-dientes en la antinomia y declarando falsas susrespectivas "pruebas". Kant prefiere situarse másacá de la totalidad racional, conservándola sólocomo un ideal-límite para el conocimiento, y unpoco más allá de los meros fenómenos, retenien-do desde luego todas las condiciones empíricas,pero tomando a la vez cierta distancia de ellas pa-ra poder afianzar las bases de la epistemología.La experiencia no es ni una serie de ilusiones niun simple agregado de datos sin concierto.Cuando Kant procura fundamentar la objetivi-dad posible de los fenómenos, quiere alejarsepor igual de los dogmatismos racionalistas y delo que considera una cortedad de miras de losempiristas. Unos, sin reparar en la distinción en-tre cosas en sí y fenómenos, creen ampliar el co-nocimiento sobrepasando desprevenidamentecualquier frontera; los otros, limitando el cono-cimiento sólo a los datos de los sentidos, no pue-den fundamentar ciencia alguna que se caracte-rice por la universalidad y la necesidad de sus le-yes. La solución crítica quiere ser entonces el"justo medio" entre los excesos del racionalismoy los defectos del empirismo.

IV. Conclusión

Para replantear, desde la filosofía crítica, elenfrentamiento entre finitistas e infinitistas cuandoresponden por las condiciones del Universo, Kantconsidera las limitaciones propias de nuestro

ANA LUCÍA FONSECA R.150

entendimiento; lo que lo lleva a declarar la faltade consistencia en los argumentos de ambos ban-dos, pues pretenden algo imposible para nuestrarazón: alcanzar lo incondicionado. La tesis seaventura en pos de un primer miembro qu~ ya notenga condiciones, la antítesis asume la totalidadde una serie infinita. Kant, por su parte, quieremostrar, no sólo las inconsecuencias de la tesis yla antítesis, sino lo que considera más importan-te y urgente: poner en evidencia la falta de méri-to del conflicto pues, más que de una contradic-ción en los juicios, se trata de una simple contra-posición donde ambos pueden resultar falsos. Enesta "solución" a la antinomia Kant ve la confir-mación de la idealidad trascendental de los fenó-menos: no podemos ciertamente alcanzar unapretendida estructura del mundo en sí, pero sihay algo que queda claro con el conocimiento delfenómeno, es que este conocimiento (el únicoposible) sólo puede nacer de la unión del enten-dimiento y la sensibilidad, troncos separados ensu origen, pero unificables en su despliegue.

Sin embargo, enmarcar el conocimiento conlas condiciones de la experiencia no impide lossueños de totalidad de la razón, antes bien, les daun sentido distinto, ya no como elementos cons-titutivos antepuestos a los límites de la razón, si-no como elementos reguladores que pongan demanifiesto los límites ignorados, tanto por la"ciencia ingenua", como por los vuelos desaper-cibidos de la metafísica.

El problema con la cosmología es que nodiscierne, como supone Kant que sí lo hace la fí-sica, entre líneas constitutivas y líneas regulado-ras: la idea del mundo en su conjunto, ¡un sueñode la razón!, es a la vez el pretendido objeto deconocimiento. Por eso Kant consideró vanos losesfuerzos por hacer ciencia partiendo de la unifi-cación de aquellas líneas, no obstante la perma-nencia inquebrantable de las preocupaciones cos-mológicas. Kant cree descubrir en la cosmologíaracional el vano intento de la razón por conocerla "cosa en sí", acerca de la que sólo nos es dableel pensamiento: sobrepasar esta advertencia encuanto al conocimiento del Universo es caer en laantinomia.

¿Será válida esta crítica para la cosmologíaactual? ¿Estarán libres de antinomias los mode-

los cosmológicos recientes? ¿Es la cosmologíauna ciencia? Y lo que es más importante; ¿estarála ciencia, como pensaba Kant, desprovista deparadojas? Estas interrogantes serán tratadas enun próximo artículo sobre estos temas.

Notas

l. "Arquitas, como dice Eudemo, argumentaba así:Si hubiese llegado a la extrema esfera celeste, esdecir, a la esfera de las estrellas fijas, ¿podría ex-tender la mano o el bastón más allá o no? [Nopoder hacerlo sería absurdo]; pero si pudiese ex-tenderlo significaría que [existe] espacio y mate-ria más allá ... y de esta manera [se avanzaría ha-cia cada nuevo límite fijado y [se argumentaráde la misma forma ...[". Eudem.Phys.fr.30. Cit.por. Mondolfo, Rodolfo: El pensamiento anti-guo. Editorial Losada, Buenos Aires, 1974. p.70.(Tomo 1).

2. Preguntar por lo que está más allá del límite tienesentido en el contexto de la geometría euclideana,pues tanto el segundo como el tercer postulado deEuclides, implican la posibilidad de un espacioinfinito y un tiempo también infinito si lo imagi-namos como una línea recta que puede ser exten-dida en ambas direcciones. Pero la misma pre-gunta deja de tener sentido si se acepta, por ejem-plo, otro tipo de geometría para el Universo y, portanto, otra concepción del espacio, por ejemplo,la geometría de Riemann, de la que se deriva unUniverso esférico, finito, pero ilimitado.

3. Capek, Milic: El impacto filos6fico de la físicacontemporánea. Tecnos, Madrid, 1973. p.38.

4. El empirismo, dice Kant, bien podría solucionarla antinomia si sólo se limitara a ponerle freno alas pretensiones racionales, pero se vuelve tam-bién dogmático al negar radicalmente todo lo quedesborde el marco de los sentidos: "Hemos deja-do a un lado la ventaja que pudieran concedemoslas conclusiones erróneas efectuadas por los dog-máticos de una y otra parte". CRP. A 430 B 458.

5. Ibid. "Anfibología de los conceptos de reflexión",especialmente pp. 282-288.

6. Ibid. A 51 B 73 p.937. Ibid. A 277 B 333 p. 2868. Cassirer, Ernest: Kant, vida y doctrina. FCE. Mé-

xico, 1978. p. 240.9. Kant: op.cit. A 433 B 461 p.39910. Esta argumentación sobre la imposibilidad del in-

finito en acto es, en esencia, la misma que aparece

COSMOLOGÍA y ANTINOMIA

en la famosa "Aporía de Aquiles y la Tortuga." Elconocido argumento dice lo siguiente: si el corre-dor más veloz (Aquiles), se enfrenta en una carre-ra al más lento (la tortuga), y si se le concede cier-ta ventaja a la tortuga, entonces ¡Aquiles nuncapodrá superar al más lento! ¿Cómo? Aquí es don-de debemos entender qué es lo que el argumentoquiere probar; su interés es probar la imposibili-dad matemática del movimiento pues, para queAquiles logre rebasar a la tortuga deberá atrave-sar la serie infinita de puntos que lo separan de latortuga, que sigue tenazmente avanzando. Pormucho que Aquiles se acerque, la tortuga seguiráteniendo una ventaja, aunque cada vez menor,tanto, que llegará el momento en que resulte infi-nitesimal. La situación no variará: la ventaja de latortuga será cada vez menor, pero nunca desapa-recerá hasta anularse. Antonio Machado dicecon agudeza al respecto: " ...el sofisma eléaticopuede enunciarse en la forma más lógica y extra-vagante: Aquiles puede adelantar a la tortuga sinel menor esfuerzo; alcanzarla, nunca." (Machado,Antonio: Juan de Mairena. Clásicos Castalia,Madrid, 1985. p.234.)

11. Kant: loc. cit.12. Ibid. A 428 B456 p.395n. Aquí Kant se adelan-

ta a lo que será el conflicto acerca de la divisibi-lidad de la materia.

13. Ibid. A 433 B 461 pp. 399-400.14. Nótese que para llegar a esta conclusión sobre la

finitud del mundo en el espacio, vale lo dicho an-teriormente respecto de la finitud del tiempo: enambos casos se parte de un quantum (espacial otemporal) infinito. El mundo estaría limitado en-tonces por el espacio y el tiempo vacíos.

15. Ibid. A 428 B 456 p. 395.16. Este argumento, como el anterior acerca de la im-

posibilidad de determinación del tiempo vacío, esuna clara invocación al principio de razón sufi-ciente, tan caro a la filosofía de Leibniz. Si elmundo tuvo un comienzo en el tiempo y en el es-pacio, debería poder explicarse, según la antítesis,por qué empezó cuando lo hizo en vez de en cual-quier otro momento o lugar.

17. Cfr. Polémica Leibniz-Clarke. Taurus Ediciones,Madrid, 1980. Especialmente Carta III (5-6) deLeibniz y la Cuarta Respuesta de Clarke.

18. Kant: op.cit. A 433 B 461 p. 399.19. Recordemos sólo de paso que, según Leibniz, aún

cuando las mónadas son infinitas, esto no condu-ce a afirmar una multiplicidad infinitamente hete-rogénea del ser, pues no sólo cada mónada refle-ja como un espejo la totalidad del mundo, sino

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que, merced a las condiciones inteligibles, se uni-fica armoniosamente el todo. Toda la filosofíaleibniziana está orientada por .la búsqueda de la"characteristica universalis".

20. Kant: op.cit. A 429 B 457 p. 396n. En vista deesta consideración, no resulta contradictorio ad-mitir el espacio vacío en el mundo, es decir, quebien puede haber un vacío, pero limitado por losfenómenos; nunca un espacio vacío que limite losfenómenos fuera de ellos mismos. Tal espacio va-cío en el mundo no contradice los principios tras-cendentales "aunque no por ello se afirma inme-diatamente su posibilidad". (Cfr. [bid A 432 B461 p.398n).

21. Cfr. Ibid. "Sección quinta" de la "Antinomia de laRazón Pura". passim

22. Ibid. A 417 B 445 p.389.23. Marechal, Joseph: El punto de partida de la me-

tafísica. Gredos, Madrid, 1958.24. Ibid. p. 273.25. Kant: op.cit. A 501 B 529 p.44426. Kant toma en cuenta para esta distinción el "Cua-

dro de las Oposiciones" de la lógica tradicional.En éste se destacan los diferentes tipos de rela-ción que pueden establecerse entre las proposi-ciones. De esta manera, dos proposiciones pue-den estar en una relación de oposición radicalcuando no pueden ser ambas verdaderas o ambasfalsas, si una es verdadera la otra es falsa y si unaes falsa, la otra es verdadera. Dos proposicionestambién podrían estar en una relación donde sólosean contrarias, es decir, que no pueden ser ambasverdaderas, pero pueden ser ambas falsas: la fal-sedad de una de ellas no implica la verdad de sucontraria. Puede ser falso que "toda ley sea jus-ta", sin que sea verdadero que "ninguna leyesjusta". En el caso de la crítica kantiana a la prime-ra antinomia, se parte de que tesis y antítesis tie-nen esa forma de relación: si resulta falso que elUniverso tenga límites en el espacio y el tiempo,no podemos por ello afirmar que sea verdaderoque el Universo es infinito, y si esto último resul-ta falso, no podemos afirmar como verdadera lafinitud del Universo.

27. Ibid. A 514 B 542 p.452.28. !bid. A 518 B 546 p.452.29. !bid. A 523 B 551 p.557.30. !bid. A 226 B 273 p. 246. El subrayado es mío.31. Esta idea cobra sentido de nuevo en nuestros días

cuando, a propósito de algunas consecuencias dela física de la relatividad de Einstein, L.Bamettseñala: "El damos cuenta de que todo nuestro co-nocimiento del universo no es más que un residuo

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de impresiones oscurecidas por nuestros sentidosimperfectos, parece convertir a la pregunta por larealidad en algo totalmente desesperanzado: sinada tiene existencia, excepto en la forma de serpercibido, el mundo se disolverá en una anarquíade percepciones individuales. Sin embargo, unorden extraño rige nuestras percepciones como sirealmente existiese un fundamento de realidadobjetiva que nuestros sentidos traducen. A pesarde que nadie puede saber si su sensación de rojoo de la nota do es la misma que la de otro, es po-sible, sin embargo, obrar suponiendo que todo elmundo ve colores y oye notas más o menos de lamisma forma." (Barnett, Lincoln: El Universo yel Dr. Einstein. FCE, México, 1957. pp. 17,18)

32. Cfr. en la Crítica de la Razón Pura el apartado so-bre las "Anticipaciones de la percepción".

33. Kant: op.cit. A 246-7 B 303 p. 206.

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