Coseriu (1981)

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dialectologia

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  • Separata de LIN G ISTICA ESPAOLA ACTUAL'

    ED ICIO N ES CU LTU RA HISPANICA DEL

    CEN TRO IBEROAM ERICANO DE COOPERACION MADRID

  • LOS CONCEPTOS D E DIALECTO, NIVEL Y ESTILO D E LENGUA Y E L SENTIDO PROPIO D E LA DIALECTOLOGIA

    Eugenio C o ser iu

    I ntroduccin

    P.I. Me propongo examinar brevemente aqu y aclarar, en la medida de lo posible, el concepto de dialecto en relacin con los conceptos de nivel y estilo de lengua, para tratar de establecer el sentido propio de la dialectologa y su lugar entre las disciplinas lingsticas y para fundamentar una breve serie de principios metodolgicos que considero de indispensable aplicacin en los estudios dialectolgicos en general y en los hispanoamericanos en particular.

    1.2. E l problema que me propongo tratar es, evidentemente, un problema terico. Pero, en las ciencias del hombre, la teora, como hay que entenderla, aun no siendo mera generalizacin ulterior a la investigacin emprica de los hechos por ser conocimiento de lo universal, y no de lo simplemente g en era l1 , no es tampoco mera construccin convencional o hipottica independiente de los hechos, sino que es toma de conciencia, aclaracin conceptual del saber originario que el hombre tiene acerca de s mismo y de sus actividades, inclusive acerca de la actividad cientfica. E l cometido de la teora es el de dar cuenta del sentido esencial y del fundamento real de los hechos, y, en nuestro caso, los hechos son los estudios dialectolgicos mismos : por qu los hay, por qu debe haberlos y cul es su especificidad? En otros trminos, la .teora del dialecto y de la dialectologa es la dialectologa misma en su momento de reflexividad. No me propongo, pues,, la tarea

    1 Contrariamente a lo que explcita 0 implcitamente sostienen los estudiosos de orientacin positivista, la teora es anterior a la investigacin emprica o fctica y no es simple comprobacin de lo comn en una serie de hechos. Por otra parte, contrariamente a lo que piensan los constructores de teoras aprioristas, pretendidamente independientes de los hechos, el conocimiento terico no es anterior a la investigacin emprica en el sentido temporal (cronolgico), sino en el sentido lgico o racional: en el sentido de que es fundamento de cualquier investigacin de hechos (y, ello, aun cuando no se presente como fundamento declarado y explicitado).

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  • que considero ociosa de establecer un concepto convencional de dialecto para luego aplicarlo, sino la de explicitar aquel sentido que el concepto de dialecto ya tiene implcitamente en los estudios dialectolgicos y por el cual un estudio dialectolgico se reconoce como tal y se distingue de otros estudios, no dialectolgicos.

    1.3. Tal explicitacin es, sin duda, necesaria y debe por lo menos intentarse, pues, si es cierto que el concepto de dialecto se posee intuitivamente, y basta constituye la base de nuestros estudios, tambin es cierto que el concepto mismo se halla muy lejos de estar firmemente establecido desde el punto de vista terico, lo cual es motivo de frecuentes espejismos e incoherencias. En efecto, los dialectologos se han ocupado mucho y bien de la tcnica de la investigacin dialectal, pero muy poco, en cambio, del concepto de dialecto, que, sin embargo, es el concepto bsico de su disciplina. Hace unos aos, A. Martinet, al resear una importante obra sobre la dialectologa (W ord, VIH, pgs. 260-62), lamentaba, justamente, la ausencia en ella de una explicacin del concepto de dialecto y, por ende, de un criterio objetivo de deslinde de los estudios dialectolgicos. Por otra parte, es notorio que la dialectologa se halla como desorientada frente a algunas doctrinas que se han afirmado en la lingstica en las ltimas dcadas, en particular, frente al estructuralis- mo: por un lado, se piensa que la dialectologa, en cuanto disciplina descriptiva, tendra que adoptar el enfoque estructural y, por el otro, parece que la lengua como sistema de isoglosas espacialmente determinadas se halla en contradiccin con la lengua como estructura funcional. Es necesario, pues, verificar hasta qu punto esta contradiccin es real.

    1.4. En cuanto a los conceptos de nivel y estilo de lengua, stos, ciertamente, no son nuevos como tales. E l concepto de nivel es el concepto bsico de las discusiones viejas y nuevas acerca de la ejemplaridad idio- mtica y ha sido desarrollado por varios estudiosos norteamericanos, precisamente en relacin con el problema de la lengua estndar. Y el concepto de estilo de lengua se encuentra ya en la antigua retrica y no slo en el sentido normativo y circula, con mayor o menor conciencia de los investigadores, en la llamada estilstica de la lengua y en los estudios sobre la parole organise y sobre la Umgangssprache, aunque no siempre como concepto claramente distinguido del de nivel. Pero no parece que los dos conceptos hayan tenido suficiente repercusin en la dialectologa.

    1.5. Ciertamente, esta situacin se debe tambin al hecho de que el planteamiento de los problemas aludidos supera los lmites de los estudios pura- ihente dialectolgicos: como cualquier otra disciplina, la dialectologa; para percatarse (y dar cuenta) de sus fundamentos, debe, de algn modo, situarse fuera de su propio objeto. Por ello, no es de extraar que ciertas sugerencias

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  • importantes para una discusin sobre el sentido de la dialectologa puedan encontrarse, precisamente, fuera de la dialectologa propiamente dicha. A este respecto, me parece oportuno sealar tres contribuciones ms o menos recientes que tocan, por lo menos en parte, los problemas a los que esta comunicacin entiende referirse: el artculo de A. M artinet , Dialect, en R om ance Philology, V III, 1954, pgs. 1-11; las pginas introductivas del libro de H. L dtke, D ie stm kturelle Entwicklung d es roniatnischen Vokalismus, Bonn, 1956, y, sobre todo, el artculo de L. F lydal, Remarques sur certains rapports entre el style et ltat de langue, Norsk Tidsskrift fo r Sprogvidenskap, XVI, 1951, pgs. 240-57. A. Martinet, entre otras cosas, toca los problemas concernientes a las relaciones entre dialecto y nivel (aunque sin emplear este ltimo trmino), al sealar la situacin dialectal del ingls de Estados Unidos en el nivel mismo de la ejemplaridad idiomtica [art. cit., pg, 3) y al observar que los atlas lingsticos deberan indicar las situaciones de lo que podra llamarse bilingismo interno, es decir, de coexistencia de los dialectos con la lengua comn (pg. 6). H. Ldtke aclara un punto importante con respecto a la oposicin entre el estructuralismo y la dialectologa sealando certeramente que la mera descripcin estructural sincrnica hace abstraccin del espacio, mientras que la geografa lingstica es descripcin sincrnica eri el espacio (ob. cit., pgs. 15-16). Y L. Flydal, luego de indicar la variedad de dimensiones de las lenguas histricas, destaca, sobre todo, la funcionalidad sincrnica, en el plano llamado estilstico, de los elementos intraidiomticos pero extraestructurales (es decir, que pertenecen a la misma lengua histrica, pero son propios de una variedad idiomtica distinta de la variedad fundamental del discurso considerado), lo cual tambin hicimos, aunque ms brevemente, yo y mi colaborador W. Vsquez, en un trabajo escrito en 1952 y publicado en 1953: Para la unificacin d e las ciencias fnicas 2. De L. Flydal adopto los trminos sintpico y diatpico, sinstrtico y diastrtico, a los que, por razones que se vern ms adelante, agrego todava sinftico y diaftico.

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    E l concepto de d ia lecto

    2.1. Si el cometido de la teora es el de establecer el sentido esencial de los hechos, el cometido bsico de toda ciencia emprica o de hechos es el de ordenar los hechos mismos de un dominio determinado de la realidad. E l cometido bsico de la lingstica emprica a la que pertenece tambin la dialectologa en cuanto ciencia de hechos es, pues, el de ordenar la muir

    2 Cf. tambin mis libros Form a y sustancia en los sonidos d e l lenguaje, Montevideo, 1954, pgs. 27-28, y Sincrona, diacronia e historia, Montevideo, 1958, pgs. 31-33, 155.

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    tiplicidad, la variedad aparentemente infinita de los hechos de lenguaje. Pero, para que un orden introducido en los hechos sea efectivamente cientfico, este orden debe ser o b j e t i v o y r e a l , y no un orden a r b i t r a r i o y c o n v e n c i o n a l . Un orden es objetivo si se establece con criterios objetivos y es arbitrario si sus criterios son subjetivos. As, si clasifico, las palabras de una lengua en palabras que me agradan y palabras que me desagradan, introduzco, ciertamente, un orden en los hechos lingsticos, pero se trata de un orden arbitrario (aunque esto no significa que carezca de fundamento real). Por otra parte, un orden real es un orden que corresponde a un sentido real de los hechos ordenados; de otro modo, es un orden convencional. Por consiguiente, un orden puede ser objetivo y, sin embargo, no ser real, como suele suceder con las ordenaciones que se realizan con fines meramente prcticos. As, por ejemplo, si clasifico las palabras espaolas (escritas) segn el nmero de sus letras, establezco, sin duda, un orden objetivo; pero este orden no es real y, por consiguiente, no es cientfico, porque carece de sentido real, aunque pueda servir para fines prcticos, por ejemplo, para descifrar crucigramas. Lo mismo se puede decir del orden alfabtico que se emplea con finalidad prctica en los diccionarios. E l sentido real de los hechos lingsticos est determinado por su v a l o r o f u n c i n ; por ello, toda ordenacin lingstica cientfica debe fundarse en el valor, en la funcin de los hechos ordenados, puesto que slo por su funcin estos hechos son, precisamente, hechos lingsticos, y no meros acon- teceres materiales: contrariamente a lo que piensan los lingistas mecanicis- tas, no hay ciencia lingstica independiente del valor de las formas, si la ciencia se entiende an segn el concepto griego de i.izurzr\\ir\, es decir, como actividad que establece la verdad misma de las cosas, y no como simple organizacin prctica y convencional, carente de sentido real3.

    2.1.2. Por tanto, si la dialectologa es ciencia como lo es , nuestro problema es el siguiente: cul es el orden real peculiar que la dialectologa introduce o, mejor dicho, d e s c u b r e en los hechos lingsticos al organi- zarlos mediante el concepto de dialecto? Y si los dialectos pertenecen, por lo mismo, al orden real del lenguaje: cul es el lugar que ocupan en ese orden real?

    2.2. La palabra d ialecto procede del griego StLezTo^, que significa modo de hablar, y esta palabra griega es, a su vez, un derivado del verbo SiaLvopat, que significa hablar uno con otro. Por consiguiente, en el

    3 Pero, naturalmente, aun la clasificacin de las palabras de una lengua segn su dimensin tendra sentido y sera cientfica si, por ejemplo, todas las palabras de ms de tres slabas fueran, pongamos, palabras derivadas o fueran todas sustantivos.

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  • sentido etimolgico, o sea, segn la visin griega de las cosas del lenguaje la que, por otra parte, no ha cambiado mucho en este caso, un dialecto es un modo interindividual de hablar, un genus loquendi 4 tradicional. Ahora bien, un modo comn y tradicional de hablar es un sistema de isoglosas realizable en el hablar mismo; y un sistema de isoglosas completo, o sea, realizable directa o indirectamente como actividad lingstica, es una lengua. En efecto, el concepto general de lengua es el de sistema de isoglosas comprobadas en una actividad lingstica completa, es decir, que consiente el hablar y el entender de varios individuos de acuerdo con una tradicin histricamente comn. Los lmites de la tradicin pueden ser diversos, segn los casos considerados, y hasta pueden establecerse convencional y ocasionalmente. As, podemos hablar de la lengua de una familia, de un barrio, de una ciudad, de una regin, de la lengua literaria espaola, de la lengua espaola del Siglo de Oro, etc.; todo sistema que pueda funcionar en el hablar (o se deduzca de su funcionamiento en la actividad lingstica) es una lengua 5 6. Ello significa que tambin el concepto de dialecto cae bajo el concepto general de lengua y que entre dialecto y lengua no hay diferencia de naturaleza o sustancial. Intrnsecamente, un dialdto es simplemente una j ec lengua; un sistema fnico, gramatical y lxico. Y, de hecho, ya los griegos empleaban en este sentido de manera indiferente sus trminos yXwcrcra y SlLE3C'reg.

    2.3.1. As, pues, en sentido objetivo (por lo que designa), el trmino dialecto contrariamente a una opinin, muy difundida no significa otra cosa que el trmino lengua. Pero, si todo dialecto es una lengua, no toda lengua es un dialecto. En efecto, tanto en el uso corriente como en la lingstica, hablamos de dialectos de una lengua, por ejemplo, de dialectos del espaol (de la lengua espaola), del italiano, del francs, etc., es decir que subordinamos los dialectos a determinadas lenguas. En tales casos empleamos un concepto particular de lengua, que tambin cae bajo el concepto general de lengua como sistema de isoglosas, pero no coincide con el d un sistema lingstico inmediatamente realizable en el hablar. Se

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    4 Es el trmino que emplea QuiNmjXNO, Inst. orat., I, 5, 29, al referirse, a los dialectos griegos.

    6 Hay, por supuesto, sistemas de isoglosas que no pueden funcionar. Asi, por ejemplo, las isoglosas que corresponden a la extensin mundial de las vocales cardinales constituyen, sin duda, un sistema, mas tal sistema no puede funcionar en el hablar: no puede realizarse bajo forma de actividad lingstica. Ante todo, debe tratarse de un sistema fnico, gramatical y lxico. Pero, por ejemplo, el sistema de isoglosas que representa la unidad de las lenguas romnicas es un sistema fnico, gramatical y lxico y, sin embargo, tampoco puede funcionar, ya que presenta demasiados huecos (en los numerosos puntos de diversidad entre esas lenguas). En cuanto al modo de realizarse en el hablar las lenguas y los dialectos, cf. 2.4.6.

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  • trata del concepto de lengua histrica o id iom a6, es decir, de lenguas cuyos lmites no se establecen a d hoc, para tal o cual propsito (como en el caso de la lengua de una familia, de una ciudad, de los estudiantes de Montevideo, etc.), sino que se hallan histricamente establecidos; en otros trminos; de lenguas ya reconocidas histricamente como tales por sus propios hablantes y por los hablantes de otras lenguas, lo cual suele manifestarse en el hecho de que tales lenguas tienen nombre (se designan mediante un adjetivo propio o identificador : lengua espaola, lengua portuguesa, lengua francesa, etc.). Es el concepto que se emplea tambin cuando se habla de las lenguas del mundo, cuando se dice que las lenguas romnicas son diez (u once), cuando se pregunta cuntas son las lenguas eslavas o si tal o cual sistema lingstico (por ejemplo, el gallego o el gascn) es una lengua o un dialecto, etc., es decir, en todos los casos en que, de algn modo, s e c u e n t a n lenguas o se oponen, explcita o implcitamente, las lenguas a los dialectos.

    En este sentido que es, precisamente, el sentido en que estos trminos se emplean en la dialectologa hay, entre lengua y dialecto, diferencia de estatus histrico (real o atribuido): un dialecto, sin dejar de ser intrnsecamente una lengua, se considera como subordinado a otra lengua, de orden superior. O, dicho de otro modo; el trmino dialecto, en cuanto opuesto a lengua, designa una lengua menor distinguida dentro de (o incluida en) una lengua mayor, que es, justamente, una lengua histrica (un idioma)7. Una lengua histrica salvo casos especiales no es un modo de hablar nico, sino una familia histrica de modos de hablar afines e interdependientes, y los dialectos son miembros de esta familia o constituyen familias menores dentro de la familia mayor.

    2.3.2. Tambin la idea de sistema lingstico menor incluido (o distinguido) dentro de un sistema mayor est implcita en el concepto griego de SOod.extos' y se halla, por lo dems, explicitada en la dialectologa helenstica y bizantina (desde Clemente Alejandrino), que, en este sentido, considera las StXsxTOt cmo variedades (X e^is-, Suipa-ra) de una yXwtrffa8. La existencia

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    6 E n espaol, la palabra id iom a tiene a menudo precisamente ese valor. As, la lengua de Cervantes puede ser una variedad del espaol (la modalidad particular del espaol empleada por Cervantes en sus obras), mientras que el idioma de Cervantes es el espaol como lengua histrica y se opone al idioma de Dante, al idioma de Camoens, al idioma de Shakespeare, que son, respectivamente, el italiano, el portugus, el ingls en cuanto lenguas histricas. Del mismo modo, se dice id iom a espaol, id iom a alem n, etc., pero no se dira, por ejemplo, id iom a d e una fam ilia , id iom a d e una c iu dad (salvo que se trate de o t r a s lenguas histricas).

    7 Pero claro est que, si un dialecto no se atribuye a ninguna lengua de orden superior, constituye l mismo una lengua histrica de por s.

    8 Sobre la dialectologa griega antigua y bizantina, cf. A. T humb y E . Kieck ebs, H an dbu ch d er griech ischen D ialekte, I2, Heidelberg, 1932, pgs. 20-27. 6

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  • LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    de la expresin xoivi) BiX y.to^, dialecto comn no es una contradiccin en los trminos, pues designa, por un lado, un modo de hablar que se opone a otros dentro de la misma lengua histrica y, por otro, la virtual coincidencia de este modo de hablar con la grecidad. En efecto, tambin la lengua comn, en cuanto se oponga a otras modalidades de la misma lengua histrica, es un dialecto.

    2.3.3. Una lengua histrica se constituye es decir.. que se delimita como tal y, por ende, como conjunto de dialectos ante todo (y de manera inequvoca) por la existencia de una lengua comn por encima de la variedad dialectal o, si no hay lengua comn, por la conciencia de los hablantes de que sus diversos modos de hablar corresponden a una tradicin nica (conciencia motivada a su vez, sobre todo, por la intercomprensin), como en el caso del griego antiguo antes de la constitucin de la koin. Las dificultades que a menudo se presentan en la delimitacin objetiva de las lenguas no son dificultades conceptuales, sino fcticas : significan que nos encontramos frente a casos en los que la delimitacin histrica real simplemente no se da (o no se da de forma cabal) y donde, por tanto, tenemos que emprea derla nosotros para los propsitos de la investigacin, como en el .caso de la mayora de las lenguas africanas y de las indgenas de Amrica. 'En tales casos, precisamente, se adoptan criterios como el de la conciencia de los hablantes o el de la intercomprensin, o aun el de la afinidad especfica objetiva (semejanza intrnseca entre los dialectos considerados y, al mismo tiempo, diversidad con respecto a otras lenguas histricas), y tambin varios criterios a la vez; y, como los resultados logrados sobre la base de tales criterios pueden ser divergentes y no hay un grado absolutamente decisivo de semejanza intrnseca, tambin las delimitaciones correspondientes pueden ser diversas, segn las pautas y los propsitos con que se efecten9. Si, en cambio, hay lengua comn constituida (incluso slo como lengua literaria), los modos de hablar (dialectos) que se relacionan con esta lengua ms que con ninguna otra del mismo tipo se atribuyen conjuntamente con la lengua comn (o literaria) y con el dialecto que constituye su base a una misma lengua histrica. En este sentido, justamente, las lenguas comunes son pautas constantes para la delimitacin de las lenguas histricas. As, sr en la Pennsula Ibrica hubiese surgido una sola lengua comn, hablaramos de una sola lengua histrica y los dialectos gallego-portugueses, espaoles y catalanes seran dialectos de la. misma lengua. Pero, como histricamente se han desarro-

    - 9 Por otra parte, un estatus histrico r e a l se alcanza en todo caso a travs cte_ un proceso histrico. Por ello la pregunta lengua o dialecto? puede, eventualmente, no tener contestacin objetiva tajante y unvoca, pues un dialecto puede hallarse en vas de independizarse y de constituirse en lengua histrica autnoma, as como una lengua histrica puede, en principio, hallarse en vas de perder su autonoma y de confluir en otra' lengua histrica.

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    liado tres lenguas comunes y literarias, tenemos tambin tres lenguas histricas; y el gallego, por ejemplo, no se atribuye al sistema dialectal espaol, sino, con la lengua comn a la que ms se parece, al sistema gallego-portugus (o simplemente portugus).

    2.4. La tpica relacin de inclusin entre lengua histrica y dialecto y la manera como se delimitan las lenguas histricas implican una serie de corolarios y consecuencias que es oportuno destacar.

    2.4.1. En primer lugar, en todos los casos en que el criterio de delimitacin es la existencia de una lengua comn, los criterios del grado de semejanza intrnseca y de la intercomprensin se suspenden y quedan inoperantes, tanto en sentido positivo como en sentido negativo. Por tanto, las diferencias entre dos lenguas histricas (por ejemplo, espaol-portugus o dans-noruego, noruego-sueco) pueden ser menores, y hasta mucho menores, que entre los dialectos de una tercera lengua histrica (como, por ejemplo, piamonts y siciliano, o calabrs, dentro de la lengua histrica italiana). Es deciir que puede haber intercomprensin aun tratndose de lenguas histricas diferentes y, al revs, aun no habiendo intercomprensin, puede tratarse de dialectos de la misma lengua histrica.

    2.4.2. Ms an: es, en rigor, posible que dos lenguas comunes se parezcan entre s ms que los correspondientes dialectos a cada una de ellas, pues lo importante y decisivo es slo que los dialectos de una lengua histrica se relacionen con la lengua comn correspondiente ms que con cualquier otra lengua comn. As, en una serie de dialectos A:, A2, As, A, A5, A6, A? (ordenados de acuerdo con sus semejanzas intrnsecas), dos dialectos contiguos y muy semejantes pongamos At y Ac podran constituirse en lenguas co- mnes y motivar, por consiguiente, la delimitacin de dos lenguas histricas. En tal caso, los dialectos A,, A* y As se atribuiran a la lengua histrica correspondiente a A, y los dialectos A6 y A7, a la correspondiente a A*:

    j Ai - Aa - Aj - A j j A5 - A - A7 | ,

    y entre A7 y As, por ejemplo, habra menos semejanza que entre A4 y A5, pero, precisamente, ms que entre A? y A.. Es decir, que dialectos muy afines (como Ai y A) perteneceran a lenguas histricas diferentes y dialectos bastante diversos (como Aj y A,, o A5 y A7), a una misma lengua histrica.

    2.4.3. Por lo mismo, dentro de una serie de dialectos, un grupo puede quedar negativamente, o sea, i n d i r e c t a m e n t e , delimitado como lengua histrica autnoma por la constitucin de o t r a s lenguas histricas. As, por ejemplo, si en una serie de dialectos histricamente afines Ai, A, A4, A*,

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    B B * Ca, Q , C3 se constituyen las lenguas histricas A y C, los dialectos Bi y B j quedan indirectamente delimitados como una tercera lengua histrica10.

    2.4.4. La relacin entre dialectos y lenguas (histricas) es, de hecho, anloga a la relacin entre stas y los grupos (o familias) de lenguas. Slo el punto de vista es diferente: se considera que las lenguas se renen en grupos histricos o familias, pero que se dividen en dialectos. Es decir, que en ambos casos se adopta el punto de vista de las lenguas como entidades autnomas, por lo cual los dialectos se presentan como variedades de las lenguas, mientras que no se considera, por ejemplo, que e l espaol, el italiano, el francs, etc., son simplemente variedades del romance (y, si as se hiciera, se consideraran, precisamente, como dialectos de una misma lengua).

    2.4.5. Una lengua histrica puede eventualmente abarcar un solo dialecto (cf. nota 7), pero ello no representa ninguna dificultad conceptual y no anula la distincin entre lengua y dialecto en el sentido que le es propio y que apunta slo a un estatus histrico, no a la sustancia de las lenguas y de los dialectos: se trata de lo que en la lgica se llama clase con un solo miembro, que es clase si se considera en el plano de las clases y se opone a otras clases. Del mismo modo, una familia puede estar constituida por un solo iridividuo o, para dar un ejemplo lingstico, un grupo de lenguas puede abarcar una sola lengua, como en el caso del albans o del griego entre las lenguas indoeuropeas.- el albans es una lengua si se opone, por ejemplo, al ingls, francs, alemn, etc., y es un grupo constituido por una sola lengua si se opone al grupo de las lenguas romnicas, al de las lenguas germnicas, etc. Pero precisamente este hecho muestra con toda evidencia que entre dialecto y lengua no hay diferencia de naturaleza o sustancial (pues en este sentido pueden simplemente coincidir).

    Tal es, por ejemplo, entre las lenguas romnicas, el caso del sardo, que queda delimitado como lengua histrica autnoma por no poder atribuirse con razn suficiente a ninguna de las restantes lenguas romnicas. D el mismo modo, aun cuando no existiera la lengua comn holandesa, que es una forma del bajo alemn, ste ltimo quedara delimitado indirectamente como lengua histrica, es decir, como sistema dialectal autnomo, precisamente por la existencia de las lenguas comunes alemn, dans, sueco, etc., y de las respectivas lenguas histricas, no pudiendo atribuirse a ninguna de stas con ms razn que a otra. Y los dialectos romnicos al sur del Danubio se incluyen dentro del sistema dialectal rumano por su semejanza intrnseca con el rumano en cuanto lengua comn; pero, aun' sin ello, su afinidad especfica con el daco-rumano es tal que de todos modos se atribuiran a la lengua histrica rumana en virtud de una delimitacin negativa con respecto a las dems lenguas romnicas. Mas claro est que, si hubiese surgido una lengua comn macedo-rumana, hablaramos de otra lengua histrica (aunque muy semejante al daco- rumano) y tendramos alguna dificultad con la atribucin del megleno-rumano a una de esas dos lenguas.

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  • 2.4.6. Si se dejan de lado las lenguas reducidas a un solo modo de hablar (cf. 3.2.2.), una lengua histrica, siendo, por lo comn, un conjunto de sistemas lingsticos interdependientes, no funciona, es decir,.que n o s e h a b l a , en rigor, como tal: no puede realizarse directa e inmediatamente en el hablar. En efecto, funciona (se realiza) slo a travs de sus variedades : de los sistemas autosuficientes que abarque. As, nadie habla el espaol ( t o d o el espaol, o sea, al mismo tiempo, castellano, asturiano-leons, navarro-aragons, etc.); lo que se habla es siempre alguna forma determinada del espaol.

    A este respecto se dice a veces que las lenguas no existen, que son abstracciones, y que slo existen los dialectos, que constituiran en este sentido la realidad primaria e inmediata del lenguaje; y se entiende que no existen como lenguas las lenguas histricas y que slo existen los sistemas lingsticos inmediatamente realizables n el hablar, que seran, precisamente, dialectos. Pero ello no es aceptable en esta form a11. Sin duda, las lenguas histricas no existen como lenguas si por lengua se entiende un sistema lingstico completo y autosuficiente (realizable de manera inmediata en la actividad de hablar), pues no existen de este modo. Pero, tratndose de sistemas lingsticos autosuficientes considerados como tales, no hay, en realidad, diferencia entre dialecto y lengua; y esos sistemas se llaman ms bien lenguas que dialectos. Por otra parte, un dialecto, en el sentido propio del trmino (que es el de lengua menor subordinada a una lengua mayor), p u e d e ser un sistema autosuficiente, pero no lo es necesariamente. Al contrario: como la nica condicin para un dialecto es que se trate de un sistema de isoglosas incluido en una lengua histrica (lo cual no implica ninguna exigencia absoluta acerca de su extensin ni acerca de su configuracin intema), tambin los dialectos pueden abarcar y normalmente abarcan toda una serie de variedades y, por tanto, como las lenguas histricas, las ms de las veces funcionan en el hablar slo de manera mediata (a travs de esas variedades). As, no se habla propiamente el asturiano- leons, y menos an l castellano, sino, en cada caso, una forma determinada de asturiano-leons o de castellano. Advirtase, asimismo, que, de acuerdo con la actitud aludida, se llegara a la conclusin paradjica de que no existen las lenguas cmo el espaol, el ingls, el italiano, etc., y slo existen las lenguas reducidas a un solo modo de hablar, que, normalmente, son lenguas que se hallan en vas de desaparecer (o son ya, en gran parte, lenguas muertas). En realidad, el espaol existe como conjunto de tradiciones, es decir, bajo muchas formas, y, al mismo tiempo, como unidad ideal de estas formas; unidad que; por lo dems, no deja de realizarse en la actividad lingstica, pues se presenta en todo hablar espaol.

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    . 1 1 Otra cosa es decir que las lenguas (y los dialectos) slo existen en la actividad lingistica y en la conciencia de los hablantes.

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  • 2.4.7. Las variedades identificadas dentro de un dialecto sern a su vez lenguas o dialectos (y, eventualmente, subdialectos y sub-subdialec- tos), segn el punto de vista que se adopte. Se llamarn lenguas, si se delimitan independientemente de su relacin con otros sistemas (por ejemplo, la lengua de Montevideo); se llamarn dialectos si se delimitan directamente dentro de una lengua histrica (por ejemplo, el dialecto del Valle de X), y se llamarn sub- y sub-subdialectos si se delimitan dentro de un dialecto. As, el andaluz de Sevilla, si se considera absolutamente (en virtud de una delimitacin ad hoc), ser la lengua popular de Sevilla. Y si se considera desde el punto de vista de su estatus histrico ser: el dialecto de Sevilla, si se deslinda directamente dentro de la lengua histrica espaola; el subdialecto de Sevilla, si se deslinda dentro del dialecto andaluz; y el sub-subdialecto de Sevilla, si se deslinda dentro del andaluz y ste se considera, a su vez, en relacin con el dialecto castellano, como subdialecto del mismo. Es decir, que, tratndose de la relacin lengua-dialecto y siendo el concepto mismo de dialecto un concepto relacional (concerniente a entidades determinadas como dialectos exclusivamente por su relacin de subordinacin a una lengua histrica y que, de otro modo, son simplemente modos de hablar o lenguas), tambin la aplicacin de la terminologa correspondiente ser relacional: los mismos trminos se aplicarn a entidades diferentes y las mismas entidades se designarn mediante trminos diferentes) segn la relacin que se considere en cada caso.

    2.5. A los rasgos definitorios del concepta de dialecto implcitos ya en el significado griego-de Si/.r/.-toc modo de hablar (lengua) y subordinacin a una lengua histrica se aade comnmente (aunque no siempre), en el uso terminolgico de la- lingstica y de la dialectologa (e inclusa en 1 empleo corriente del trmino), el rasgo delimitacin en el espado. Ello; tambin ya en la dialectologa griega: desde Clemente Alejandrino el dialecto se define como modo de hablar propio de un lugar y Gregorio de Corinto (siglos xh-x ii) habla explcitamente, a propsito de los dialectos, de subdivisiones espaciales (TOSiaiporic -romy.a: Es cierto que; precisamente

    con respecto al griego, hablamos tambin (fe un dialecto homrico, carente de localizadn precisa, pero lo hacemos oponiendo- (por lo menos implcitamente) este dialecto a otros dialectos (elico, drico, etc.) que s la tienen-: el criterio, aun- en este caso, es la extensin espada!, aunque tomada como rasgo negativo.

    En este sentido, un dialecto es, pues, una lengua subordinada a una lengua histrica como variedad espacial de sta. Y, desde este punto de vista, toda lengua considerada en el espacio geogrfico ser un sistema dialectal o un dialecto. Incluso las lenguas comunes sern dialectos cuyos lmites podrn cointdir con los de los sistemas dialectales correspondientes, que podrn superar la extensin de esos sistemas (como sucede con el espaol o

    LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

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  • con el francs en las regiones bilinges de Espaa y de Francia y en otros sitios) o que podrn no abarcarlos en toda su extensin (como sucede con el holands, que no se ha extendido a todo el territorio ocupado por el bajo alemn).

    U ^ I I T , 1 9 8 1 ---------------------------- ----------------------------------------------------------------------- ;--------------------------

    D ia le c t o s , n iv el es , e s t il o s d e lengua

    8.1.1. Pero la variedad dialectal (espacial) no es toda la variedad de las lenguas histricas. Normalmente, en una lengua histrica pueden comprobarse tres tipos fundamentales de diferenciacin interna: a) diferencias en el espacio geogrfico o diferencias diatpica; b ) diferencias entre los distintos estratos socioculturales de la comunidad idiomtica, o diastrticas, y c) diferencias entre los tipos de modalidad expresiva, segn las circunstancias cons-, tantes, del hablar (hablante, oyente, situacin u ocasin del hablar y asunto del que se habla), o diferencias d ia f ticas12

    3.1.2. ; A estos .tres tipos de diferencias corresponden en. sentido contrario (es decir, en el sentido- de la convergencia y homogeneidad d la s tradiciones idiomticas) tres tipos de sistemas de isoglosas unitarios (o, por lo menos, ms o menos unitarios), precisamente : unidades sintpicas, que pueden seguir llamndose dialectos, pues son, en efecto, un tipo particular de dialectos13 *; unidades sinstrticas o niveles d e lengua (por ejemplo, lenguaje culto, lenguaje de la clase media, lenguaje popular, etc.); y unidades sinfticas H o estilos d e lengua (por ejemplo, lenguaje familiar, lenguaje solemne, e tc .)15. A los estilos de lengua pertenecen tambin los lenguajes de grupos que

    12 A los. tres tipos de .diferenciacin inferna de las lenguas histricas me refiero brevemente, .sin esta terminologa, en mi curso universitario E l llam ado lafin vulgar y las prim eras d iferen ciacion es rom ances, Montevideo, 1954, pgs. 8-9, 39. Tambin con otra terminologa seala explcitamente los mismos tipos de diferenciacin H. Meeer, Ensaios d e fH ologkc rom nica, Lisboa, 1948, pg. 10;

    ..15 Las 'unidades sintpicas' constituyen un tipo particular .de dialectos 'porque a los rasgos definitorios del Concepto general de 'dialecto (modo de hablar, subordinacin a una lengua histrica, delimitacin en el espacio) se aade en este caso la condicin de la homogeneidad espacial. Se trata, pues, de dialectos considerados, en cada cas, en un solo punto del' espacio o carentes de diversidad diatpica.

    W .fN ota agregada en 1978.] En el desarrollo ulterior de la misma teora (a partir de 1961), empleo, en lugar de sin f tico y d iaftico , los trminos sinfsico y d ia fsico , menos correctos desde el punto de vista etimolgico, pero ms inmediatamente relacionables con sinfasa y diafasa.

    15 Acerca de los estilos de lengua, cf. J. Sten zel , P h osophie d er Sp rach e , Munich y Berln, 1934, pgs. 46-47, y, sobre todo, V. P. Mukat, Oh osnovnych problem ach stilistB , Mosc, 1957, pgs. 7 y sigs, (donde se encontrar tambin un esbozo de la historia de este concepto).

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  • LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    puedan distinguirse en el mismo nivel sociocultural (o independientemente de los niveles): por un lado, los lenguajes de los grandes grupos biolgicos (lenguaje de los varones, lenguaje de las mujeres, muy diferentes en ciertas comunidades) y de las generaciones (lenguaje de los adultos, lenguaje de los nios); por el otro, los lenguajes de los grupos sociales y profesionales 16. Los tipos muy generales de estilos conexos, correspondientes a aspectos amplios de la vida y de la cultura y a tipos conexos de circunstancias (por ejemplo, lengua Labiada, lengua escrita, lengua literaria), pueden llamarse registros idiomticos.

    3.1.3. Hay que advertir, sin embargo, que todas esas unidades son homo- _ gneas, en cada caso, desde un solo punto} vista, es decir, que la homogenei- dad en un sentido no implica la homogeneidad en los otros dos sentidos: dentro de cada unidad sintpica suele haber diferencias diastrticas y diaf- ticas (de nivel y de estilo); en cada nivel podrn comprobarse diferencias diatpicas y diafticas, y en cada estilo de lengua, diferencias diatpicas y diastrticas. Por otra parte, no se trata, en la realidad de la lengua histrica, de unidades cerradas e incomunicantes, sino de unidades que interfieren unas con otras y que suelen presentar numerosos elementos comunes: entre los dialectos sintpicos hay comnmente numerosas isoglosas diatpicas ; entre los niveles, an ms numerosas isoglosas diastrticas, y entre los estilos, numerossimas isoglosas diafticas.

    Un sistema lingstico unitario desde los tres puntos de vista, o sea, una lengua sintpica, sinstrtica y sinftica (es decir, una unidad sintpica tomada en un solo nivel y en un solo estilo de lengua), puede llamarse lengua funcional. Tal nombre se justifica por tratarse, precisamente, del tipo de lengua que funciona de manera inmediata en el hablar; en cada punto de un discurso en espaol, no se realiza, cmo se ha apuntado anteriormente, el espaol en general, sino siempre una variedad enteramente determinada del mismo, una de las numerosas lenguas funcionales contenidas en la lengua histrica espaola 17 18 En este sentido, una lengua funcional es, dentro de una lengua histrica, un sistema autosuficiente mnimols.

    16 Cf. a este propsito lo observado (para el lxico) ya por F . de Ouveiha, G ram m atica d a lingoagem portuguesa, Lisboa, 1536, cap. 3 8 : esta particularidade... se faz atre offigios e tratos, como os cavaleiros que t hs vocabolos, e os lavradores outros, e os cortesos outros, e os religiosos outros, e os mecnicos outros, e os mercaderes outros.

    17 Pero, naturalmente, en varios puntos de un mismo discurso pueden realizarse varia.' lenguas funcionales.

    18 A este respecto, no es ni necesario ni oportuno llegar a la lengua individual (ni al llamado idiolecto de algunos lingistas norteamericanos). Por un lado, no hay propiamente lengua estrictamente individual, es decir, lengua no hablada con otros. Aun una lengua reducida a un nico individuo hablante, si se habla, se habla por lo menos c o m o s i se hablara con otros. Por otro lado, todo individuo hablante conoce en alguna medida

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  • 3.1.4. En lo que concierne en particular a los dialectos, cabe hacer todava una distincin ulterior, necesaria para la comprensin de las relaciones entre dialectos, niveles y estilos de lengua en las comunidades idiomticas en las que hay lengua comn.

    Los dialectos que se atribuyen a una lengua histrica en su delimitacin originaria (constitucin) en virtud de la existencia de una lengua comn no son, por supuesto, dialectos de esta ltima. Al contrario, es la lengua comn la que, ya por su base dialectal, es uno de esos dialectos. Pero, por la diferenciacin diatpica de la lengua comn, pueden surgir nuevos dialectos y stos, s, pueden considerarse como sus dialectos. As, el espaol de Amrica es, fundamentalmente, un dialecto (mejor dicho, un conjunto de dialectos) de la lengua espaola comn (es decir, del castellano en cuanto lengua comn); y lo mismo cabe decir del andaluz, del canario y hasta del judeo-espaol. Los dialectos ms antiguos que la lengua comn (incluido el dialecto del cual sta procede), as como los dialectos de las lenguas histricas carentes de forma comn, pueden llamarse dialectos primarios; los dialectos surgidos dentro de la lengua comn, dialectos secundarios. Y si, dentro de la lengua comn, se establece una modalidad ejem plar (lengua estndar), tambin sta puede diferenciarse en el espacio y presentar, por tanto, variedades regionales, que sern dialectos terciarios 19.

    Las diferencias diastrticas y diafticas se dan tanto en los dialectos primarios como en la lengua comn y en la lengua ejemplar, pero suelen ser ms apreciables en la lengua comn. Por otra parte, en las comunidades en que hay lengua comn y en que, al mismo tiempo, subsisten dialectos primarios, stos suelen corresponder a ciertos niveles y/o a ciertos estilos de lengua, mientras que en otros niveles y para otros estilos se emplea la lengua comn.

    3.2.1. En las lenguas europeas (y, probablemente, en general) las diferencias internas ms notables y, por ello, mejor conocidas son las diatpicas,

    L ^ T I I , . 1 9 8 1 . --------------------- --------- -------------- ------------------------- -------------------------------------- ---------------

    varias lenguas funcionales y puede emplearlas en sus discursos). Incluso los estilos de lengua (aun prescindiendo de los estilos que son lenguajes de grupos) no se distinguen como tales dentro de la llamada lengua individual. Pueden d a r s e en un mismo individuo hablante, en el sentido de que todo individuo puede conocer (y normalmente conoce) varios estilos; pero, en cuanto estilos d e l e n g u a , no son individuales; no son formas de la lengua individual (o idiolecto).

    19 Los dialectos primarios son los nicos que se llaman constantemente dialectos. En cambio y muy en particular si se trata de regiones en que persisten dialectos primarios , los dialectos secundarios y terciarios no suelen denominarse dialectos, sino .formas regionales de la lengua considerada: espaol regional, francs regional, etc. Ello, porque la lengua comn (sobre todo en cuanto lengua nacional) se identifica tcitamente con la lengua histrica. As, en Francia hasta las formas pertenecientes a otras lenguas histricas (occitano, cataln, italiano, vascuence, bretn, alemn) so presentan como

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  • LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    sobre todo en el plano de los dialectos primarios y en el nivel popular. De aqu que stas hayan constituido el objeto precipuo de la dialectologa, que,, hasta ahora, se ha entendido ante todo (y casi exclusivamente) como estudio de los dialectos populares. Pero hay lenguas en las que las diferencias dias- trticas son (o han sido) muy grandes (antiguo indio, persa, javans) y lenguas en las que las diferencias diafticas son igualmente importantes (javans, japons) 20. Y, naturalmente, las diferencias diastrticas y diafticas son notables (y pueden ser radicales) en los casos de bilingismo interno (dentro de la misma lengua histrica, incluso entre lengua comn y dialectos primarios) o externo (entre lenguas histricas diferentes), es decir, en las comunidades en las que entre ciertos niveles y/o entre ciertos estilos hay al mismo tiempo diferencia de dialecto primario o de lengua histrica.

    3.2.2. En efecto, una lengua histrica, adems de funcionar (o de haber funcionado) plenamente en su propia comunidad21, puede funcionar (en alguna de sus formas) en otras comunidades como nivel de lengua (as, por ejem- po, el francs en Inglaterra, en los siglos xn-xrv, y hoy en las comunidades del sur de Francia en que persisten el occitano y el franco-provenzal; el alemn y el ruso en los Pases Blticos hasta la primera guerra mundial, etc.) o, tambin, dentro de un nivel, como registro o como estilo(s) de lengua (as, el latn en una serie de pases de Europa en la Edad Media y, en parte, hasta mucho ms tarde; el paleoeslavo o eslavo eclesistico, durante muchos siglos, en varios pases eslavos; el espaol y el francs en las comunidades vascuences bilinges; el ruso en las muchas comunidades no rusas de la Unin Sovitica; y, en menor medida,' el francs en Prusia y en Rusia a fines del siglo xvm). Y, viceversa, hay lenguas histricas reducidas en sus propias comunidades a un solo nivel22 y hasta a un solo estilo de lengua (como el copto en la comunidad copta de Egipto).

    di lecte o patois y se oponen a

  • 3.3. De acuerdo con los dos primeros rasgos del concepto de dialecto (modo de hablar, subordinado a una lengua), todas las unidades menores que se distingan dentro de una lengua histrica (o sea, tambin los niveles, estilos, registros, etc.) podran llamarse dialectos. Y, en efecto, ya se ha hablado de dialectos sociales, por lo cual, por analoga, se podra hablar tambin de dialectos estilsticos (as como de dialectos de grupos, dialectos literarios, etc.). Sin embargo, conviene mantener distintos los dialectos espaciales y, por tanto, reservar slo para ellos el trmino dialecto, pues los modos de hablar distinguidos en el espacio son, efectivamente, diferentes de los dems modos de hablar intraidiomticos.

    3.3.1. En primer lugar, en nuestras comunidades (y aun en general), los dialectos espaciales en la medida en que son homogneos suelen ser sistemas completos desde el punto de vista fnico, gramatical y lxico, mientras, que los niveles y estilos de lengua (si no son al mismo tiempo dialectos diferentes: cf. 3.3.2.) son, por lo comn, sistemas incompletos: en lo que los caracteriza y distingue como tales, son, en cada caso, slo formas parcialmente divergentes de un mismo dialecto. En otros trminos: lo dialectal caracteriza ntegramente un modo de hablar, mientras que los hechos carac- terizadores de los niveles y estilos de lengua conciernen comnmente slo a aspectos parciales (aunque, a veces, de validez intrnseca muy amplia).

    3.3.2. Por otra parte, dentro de una lengua histrica (o de una comunidad idiomtica), la relacin entre dialectos, niveles y estilos de lengua es una relacin orientada, precisamente en este sentido: dialecto nivel > estilo de lengua. Es decir, que un dialecto, al igual que un idioma, puede funcionar en una comunidad como nivel de lengua (por ejemplo, como nivel popular, si en los dems niveles se habla la lengua comn, otro dialecto u otra lengua), y un nivel puede, a su vez, funcionar como estilo de lengua (as, el nivel popular puede ser al mismo tiempo estilo familiar en otros niveles); lo cual implica que un dialecto puede incluso funcionar como estilo de lengua (constituir, por ejemplo, ese mismo estilo familiar)23 *. E n cambio, lo contrario no es cierto: un estilo de lengua no puede funcionar como nivel y un nivel no puede funcionar como dialecto

    L & j I I I , 1 9 8 1 --------------------------------------- ------- :--------------------------- :----------------------------------------------------

    23 Muy tpico en este sentido es el caso del griego antiguo, donde, como es sabido, varios dialectos aunque, en parte, en formas especiales funcionaban en el mbito de la literatura, precisamente, como estilos de lengua (as, el dialecto homrico, como lengua de la poesa pica y, en general, de las composiciones en hexmetros; el elico, como lengua de la lrica mondica; el drico, como lengua de la lrica coral). Anlogo s el caso del gallego empleado en la lrica medieval castellana (en particular, por Alfonso el Sabio).

    2* Salvo que los dems niveles o estilos de lengua desaparezcan en la regin (o comunidad) considerada. Pero, en tal caso, el nivel o estilo que persista ser al mismo tiempo un dialecto (no habiendo otros niveles o estilos que se le opongan).

    16

  • 3.3.3. Por lo mismo, entre los sistemas de isoglosas que pueden distinguirse dentro de una lengua histrica, los dialectos son lo ms cercano a esta ltima: en efecto, pueden independizarse y volverse lenguas histricas autnomas, mientras que los niveles y estilos de lengua (con la salvedad indicada en la nota 24) no tienen tal posibilidad25.

    ............................... LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    D ialectologa y lin g stica sincrnica

    4.1. La variedad diatpica, diastrtica y diaftica, as como las correspondientes tradiciones comunes u homogneas (unidades sintpicas, sinstrti- cas y sinfticas) se presentan en su actualidad en lo que se llama estado de lengua, o sea, en la sincrona de la lengua histrica. Por tanto, la comprobacin y el estudio de los relativos sistemas de isoglosas actuales en sus tres formas fundamentales: estudio de los dialectos, o dialectologa; estudio de los niveles, o sociolingstica; y estudio de los estilos de lengua, o estilstica idiomtica pertenecen a la lingstica sincrnica o descriptiva. En cambio, en la perspectiva diacrnica que puede aplicarse a un solo dialecto, un solo nivel, un solo estilo, o a varios a la vez (en cuanto diacrona comparada) se comprobarn y estudiarn la constitucin y el desarrollo de esos sistemas de isoglosas; se establecer, por ejemplo, que ciertas isoglosas actuales son antiguas en tales y cuales dialectos (niveles, estilos) y recientes en otros, que se han extendido de ciertos dialectos (niveles, estilos) a otros sistemas del mismo tipo, o tambin de un dialecto a un nivel o a un estilo de otro dialecto (o al revs), etc.

    4.2.1. Se tratar, entonces, en la dialectologa sincrnica, de dividir una lengua histrica en varias porciones espaciales (unidades sintpicas) y describir por separado cada una de esas unidades desde el punto de vista fnico, morfosintctico y lxico? Pues, precisamente no. Por un lado, tal tarea no tendra mucho sentido (y sera en gran parte ociosa) desde el punto de vista prctico, ya que las (normalmente numerossimas) unidades sintpicas dentro de una lengua histrica coinciden en muchos aspectos unas con otras y, por tanto, la descripcin debera repetirse para los mismos hechos tantas veces como unidades sintpicas se hayan distinguido26. Por otro lado y es

    25 Todo esto, claro est, vale en primer lugar para los dialectos primarios. Pero los dialectos secundarios pueden volverse primarios, si los dialectos anteriores a la lengua comn desaparecen; y los dialectos terciarios pueden, en principio, volverse secundarios (y luego primarios). As, los dialectos actualmente primarios del griego moderno proceden casi ntegramente de la xoiv) helenstica (y no de los dialectos primarios del griego antiguo).

    26 Y, en rigor, aun dos unidades sintpicas que se distinguieran por un nico elemento seran, por lo mismo, unidades diferentes.

    17

  • 1 ^ 1 1 1 , 1 9 8 3 ------------------------------ -------- ----------------------------------;-----------------------------------------

    lo ms importante, se tratara de una empresa incongruente desde el punto de vista terico: de una empresa que, aun presentndose como dialectologa, ignorara precisamente aquello que constituye lo especfico de los dialectos. Lo propio y esencial de un dialecto en cuanto tal es el constituir una forma de la variedad idomtica, el ser delimitado espacialmente (con respecto a otros dialectos) dentro de la lengua histrica, por lo cual no se lo estudia propiamente como dialecto (y, por ende, no se hac propiamente dialectologa) si slo se lo describe en su homogeneidad y se descuida su aspecto de variedad: la delimitacin dada por las relaciones interdialectales. Se llega, por tanto, a la conclusin aparentemente pero slo aparentemente paradjica de que la dialectologa sincrnica (o descriptiva), precisamente por atender a los dialectos en cuanto tales, no puede ser descripcin de los dialectos: en efecto, debe ser descripcin de la variedad dialectal (o da- tpica) y, por consiguiente, de las relaciones interdialectales27.

    4.2.2. La disciplina que describe sistemas lingsticos por separado es la gramtica (en sentido amplio: incluyendo la fonologa y la lexicologa). Ahora bien, la gramtica puede, sin duda, ser gramtica de un dialecto; pero la gramtica de un dialecto no es menos gramtica que la de una lengua, pues en lo que concierne al objeto propio de la descripcin gramatical no hay diferencia entre lengua y dialecto : puesto que, como se ha visto, el concepto mismo de dialecto es un concepto relacional, los dialectos no se estudian como tales si se prescinde de sus relaciones con otros dialectos. Por ello, las descripciones gramaticales adquieren valor y sentido dialectolgco slo cuando, reunidas, logran mostrar la variedad diatpica de un idioma. La relacin entre gramtica y dialectologa es anloga a aquella otra entre gramtica y gramtica comparada. Una serie de gramticas de varias lenguas puede servir para la gramtica comparada (sincrnica y diacrnica), mas no es de por s gramtica comparada: los hechos pueden ser los mismos, pero el enfoque es diferente. Del mismo modo, las descripciones puntuales (gramticas) de una serie de dialectos pueden proporcionar m a t e r i a l e s para la dialectologa, pero no constituyen dialectologa. Dicho de otra forma, la dialectologa no es simplemente gramtica, sino, precisamente, g r a m t i c a c o m p a r a d a hecha en el plano de los dialectos: comnmente, dentro de la misma lengua histrica, pero virtualmente tambin ms all de los lmites de sta (por ejemplo, dentro de un grupo histrico de lenguas, como el de las lenguas romnicas) 28. Por ello, el nico mtodo enteramente adecuado para la dialectologa

    1 27 Anlogamente, la sociolingstica debera ser estudio de la variedad diastrtica/ (sociocultural) y la estilstica de la lengua; estudio de la variedad diaftica.

    28 A este respecto se ha hablado de dialectologa comparada (romnica); pero, en realidad, la dialectologa propiamente tal es siempre comparada, aun dentro de una misma lengua histrica.

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  • LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    es la geografa lingstica, que encara directa e inmediatamente la variedad idiomtica.

    Por otra parte, el estudio de la variedad pone de manifiesto tambin la homogeneidad idiomtica (al establecer en cada caso sus lmites), mientras que el estudio puntual de las unidades sintpicas (u otras) no puede, por supuesto, atender al mismo tiempo a la variedad del idioma considerado (cf. 4.3.3.).

    4.3.1. A este propsito se plantea el problema de la relacin entre dialectologa y estructuralismo. Se ha afirmado que la dialectologa, siendo disciplina descriptiva, no slo podra, sino que debera ser estructural. Pues bien, en nuestra opinin, la dialectologa, en lo que la caracteriza y determina como disciplina autnoma, no puede ser propiamente estructural; y la propia expresin dialectologa estructural, o es una contradiccin en los trminos, o se aplica a una disciplina slo extrnsecamente estructural y que, por otra,, parte, no puede corresponder a toda la dialectologa. Ms an : en cierto sentido, la dialectologa es exactamente lo contrario de la lingstica estructural. Una disciplina propia e intrnsecamente estructural es una disciplina que estudia las relaciones internas entre los elementos constitutivos de un sistema, que establece por s misma las oposiciones funcionales entre esos elementos y las estructuras que tales oposiciones implican y configuran. Y en este sentido la disciplina lingstica por excelencia estructural es la gramtica (como morfosintaxis, fonologa y lexicologa descriptiva), que, en efecto, en el sentido que le es propio, establece y describe las oposiciones y estructuras funcionales internas de un sistema lingstico. No as, en cambio, la dialectologa, cuyo objeto especfico es muy diferente.

    4.3.2. La teora lingstica, como teora de las lenguas, se ha concentrado en las ltimas dcadas sobre todo y casi exclusivamente en las relaciones internas o de estructura de los sistemas idiomticos y, con ello, en el objeto y en el fundamento real de la gramtica, que, tomada en sentido amplio (como descripcin global de un sistema lingstico), coincide con la lingstica estructural29. De aqu que tambin en otras disciplinas se busquen unidades (sistemas) 'que puedan tratarse de acuerdo con los planteamientos propios de la gramtica, es decir, la tendencia a tomar la gramtica como modelo para todas las disciplinas lingsticas, as como la tendencia a subordinar e incluso a reducir a la gramtica esas otras disciplinas y a identificar la

    29 Advirtase que la gramtica, en el sentido comente del trmino (morfosintaxis), ha sido siempre estructural, por lo menos implcitamente, y que el estructuralismo moderno no es, en el fondo, sino explicitacin fundada del punto de vista gramatical y extensin coherente de este punto de vista a los restantes dominios de la lengua (sistema fnico y sistema lxico).

    19

  • lingstica descriptiva o sincrnica con la descripcin gramatical (estructural). Pero, en realidad, es emprica y racionalmente imposible subordinar (o reducir) a la gramtica t o d a s las disciplinas lingsticas y es un error tomar la gramtica como modelo para disciplinas que tienen o t r o s e n t i d o , por atender a o t r a s d i m e n s i o n e s del lenguaje. Y, si es lcito identificar la gramtica con la descripcin estructural, no es lcito identificar a sta con toda la lingstica sincrnica o descriptiva. La lingstica estructural representa un enfoque, sin duda, muy importante y hasta esencial para la comprensin del funcionar de los sistemas lingsticos, pero, al mismo tiempo, representa una visin necesariamente parcializadora, pues, por su misma ndole, se concentra en la homogeneidad idiomtica, mientras que en las lenguas histricas la dimensin de la variedad no es menos importante, ni menos real, que la de la homogeneidad.

    4.3.3. E n efecto, el supuesto o postulado fundamental de la descripcin estructural es el de la unidad del sistema que se describe, pues las oposiciones y estructuras funcionales slo pueden establecerse en un sistema nico y unitario, y no en varios sistemas a la vez. Slo lo que es estructura funcional en la lengua misma puede y debe describirse estructuralmente, y no tambin lo que no lo es; y estructura funcional significa, justamente, estructura comprobada en un sistema, en un modo de hablar enteramente determinado 30. De aqu que la distincin entre sincrona y diacrona no sea suficiente para delimitar el objeto propio de la descripcin estructural: de hecho, dentro de la sincrona, hay que distinguir ulteriormente entre unidad y diversidad, es decir, entre sintopa, sinstrata y sinfasta, por un lado, y diaiopa, diastrata y diafasa, por el otro. En rigor, objeto de una descripcin estructural puede ser nicamente una lengua, no slo sincrnica, sino tambin sintpica, sinstrtica y sinftica: un dialecto puntual (u homogneo) considerado en un solo nivel y en un solo estilo de lengua, o sea, una lengua funcional (cf. 3.1.3.). Es lo que, en el fondo, se admite en todo tipo de estructuralismo, por lo menos intuitiva y tcitamente.

    Por ello, la descripcin estructural (gramtica), considerada en s misma, no es, nunca dialectologa, ya que, al concentrarse en un solo sistema lingstico, ignora (hace abstraccin de) las diferencias diatpicas, as como, por otra parte, tambin ignora las diferencias diastrticas y diafticas31. Mejor

    L ^ l l i , 1 9 8 1 ------------------------------- :----------------------------------------------------------------------------------------- ------------

    30 As como no tendra sentido tratar de establecer oposiciones comunes para espaol largo, burro, e italiano largo, burro , que no significan lo mismo en ambas lenguas, tampoco tiene sentido el tratar de establecerlas para castellano vereda y rioplatcnse vereda, que tambin tienen significados diferentes sendero-acera).

    31 E l hecho de que tambin en este caso los materiales puedan reunirse mediante investigaciones de campo no es motivo para identificar la gramtica con la dialectologa, pues las disciplinas lingsticas no se distinguen por la tcnica empleada en la recoleccin de sus materiales.

    20.

  • dicho, para tal descripcin esas diferencias simplemente no existen en el plano de las oposiciones lingsticas: si se trata de hechos funcionalmente idnticos, tales hechos son variantes, y no unidades funcionales; y si se trata de hechos funcionalmente diferentes, pertenecen a o t r o s sistemas, que debern describirse por su cuenta.

    La diatopa, diastrata y diafasa, no consideradas como tales por la lingstica estructural, constituyen, en cambio, el objeto propio de la dialectologa, la sociolingstica y la estilstica idiomtica (o de la lengua). En este sentido, precisamente, la dialectologa es lo contrario de la lingstica estructural: la lingstica estructural (gramtica) atiende a la homogeneidad, la dialectologa, en lo que tiene de especfico, atiende conjuntamente con las disciplinas de su grupo a la variedad interna de las. lenguas. Y, con respecto a la realidad de stas, la lingstica estructural, por un lado, y la dialectologa, la sociolingstica y la estilstica idiomtica, por el otro, son disciplinas - complementarias. Por lo mismo, la lingstica sincrnica o descriptiva no coincide con la lingstica sincrnica estructural; en efecto, abarca ( d e b e r a , - abarcar) cuatro disciplinas diferentes: lingstica estructural o. gramtica, dialectologa, sociolingstica y estilstica de la lengua..

    4.4.1. Las diferencias diatpicas, diastrticas y diafticas- pertenecen a lo que a veces (y en un sentido no tcnico) tambin se llama estructura de la lengua, pero, precisamente, no a la estructura interna (relaciones diferenciales entre hechos del mismo sistema), sino a la estructura externa (configuracin o arquitectura 32): a las relaciones entre sistemas (modos de hablar) diferentes dentro de la lengua histrica. En la estructura interna se trata de o p o s i c i o n e s f u n c i o n a l e s del tipo llama-rama, es decir, en principio, de formas distintas para valores distintos: . ,

    F, ' F , "

    ..... ......LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    . V i - , -------------------Y * ,-.

    En la estructura externa, en cambio, se trata de c o r r e s p o n d e n c i a s o e q u i v a l e n c i a s del tipo de cast. vereda, sendero nrriopl. vereda, acera, o de \_lama']-[zama', cast. acera-opl. vereda, es decir, de formas idnticas

    32 Para este trmino, cf. L. F lydal, art. cit., pg. 244:21

  • i (o anlogas) para valores distintos y, al revs (y ms a menudo), de formas

    distintas para valores idnticos (o anlogos):

    F F , F

    o bien:

    v x V, V

    Puesto que se trata de relaciones entre modos de hablar diferentes, esas correspondencias son exactamente del mismo tipo que las que se comprueban entre lenguas distintas, por ejemplo, en la traduccin de una lengua a otra; y, en efecto, como en la traduccin, tambin en la estructura externa de una lengua histrica encontramos incluso correspondencias entre algo y cero (por ejemplo, en el caso de las palabras que designan objetos propios, del mbito de un determinado dialecto). Asimismo, las correspondencias dentro de la estructura extema son enteramente anlogas a las que se dan en- la diacrona, donde, adems de los cambios del tipo V i-> V 2 (con respecto- a la misma forma) o F i - F a (para el mismo valor), tambin se comprueban correspondencias del tipo x > 0 0 > x (en el caso de la desaparicin o del primer surgir de un elemento cualquiera).

    4.4.2. Claro est que todas esas diferencias (intemas y externas) podran llamarse oposiciones. Slo que, entonces, habra que distinguir entre oposiciones de sustitucin, o diacrnicas (como flam m a > llama), y oposiciones sincrnicas; y, dentro de stas, entre oposiciones distintivas, funcionales, intemas o de estructura (como llama-rama) y oposiciones de diversidad, extemas o de arquitectura (como [lam a]-[zam a]). Sin embargo, para mayor claridad, conviene reservar- el trmino oposicin slo para las oposiciones funcionales y hablar en los dems casos de correspondencias. Asimismo, conviene hablar de estructura slo con referencia a la estructura interna y emplear para la estructura externa el trmino arquitectura. En est sentido, la estructura se da en la lengua funcional; la arquitectura, en cambio, en la lengua histrica.

    4.5.1. Se entender ahora mejor por qu, en un sentido (si por estructural se entiende: que establece y describe estructuras), la. expresin dialectologa estructural es una contradiccin en los trminos: puesto que las estructuras se establecen en la lengua funcional, que, por definicin, no presenta variedad diatpica, hablar de dialectologa estructural es como decir dialectologa no dialectolgica o ciencia de la variedad que estudia la homogeneidad.

    L^III , 1981---- ----------------------------------------------------------------------------------------------

    22

  • 4.5.2. Otra cosa es advertir que tampoco en la dialectologa hay que olvidar que los hechos lingsticos, adems de registrarse en determinadas relaciones espaciales, f u n c i o n a n y funcionan precisamente en oposiciones funcionales internas, en los sistemas correspondientes y que hechos materialmente idnticos pueden ser diferentes desde el punto de vista funcional, por funcionar en oposiciones distintas. As, puede comprobarse que cast. casa, sierra y riopl. casa, sierra son formas prcticamente33 34 idnticas, pero son funcionalmente diferentes, pues en rioplatense no se oponen a caza, cierra, que tambin se realizan como [kasa] y [s jera ]; o que ciertos dialectos espaoles distinguen entre /j/ y /!/ (X), en casos como poyo-pollo, cay-call, mientras que otros dialectos no hacen esta distincin y tienen, frente a la misma, un nico fonema (realizado, por ejemplo, como [z]).

    A este respecto la dialectologa puede ser estructural, en el sentido de que puede hacerse t a m b i n n e l plano de las oposiciones y estructuras (sistema funcional de la lengua). Ms an: debe hacerse tambin en este plano. Pero las estructuras mismas no las establece, tampoco en este caso, la dialectologa en cuanto tal, Sino la gramtica. As, que [s] y [0], [ j ] y [X] corresponden a fonemas distintos, o que [s ] y [z ] representan fonemas nicos, en tales y cuales dialectos, no lo sabemos por la dialectologa y por las correspondencias que ella establece las que slo revelan la diversidad de las formas equivalentes consideradas ([ka0a]-[kasa], [p o j]-[p zo ], etc.) , sino, en realidad, por la descripcin estructural: por la fonologa de esos dialectos. Es decir,, que tambin en este caso la gramtica colabora con la dialectologa: esta vez, proporcionndole descripciones estructurales; o que el dialectlogo mismo, antes de hacer dialectologa, hace gramtica. Y el adjetivo estructural, aplicado a dialectologa, no significa tampoco en este caso que establece y describe estructuras, sino slo: que opera con estructuras (establecidas por otra disciplina), por lo cual, precisamente, aun este tipo de dialectologa es slo e x t r n s e c a m e n t e estructural 3i.

    LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    33 E s decir, s se prescinde de la realizacin diferente de /s/ (que, adems, no tiene el mismo origen histrico en castellano y en rioplatense). Por castellano entendemos aqu el castellano en sentido estricto (regional), no el castellano como lengua comn (que abarcatambin el andaluz, el rioplatense, etc.).

    34 Es cierto que, comparando entre s (o sobreponiendo unos a otros) varios mapas dialectales, se puede comprobar que tal dialecto determinado hace distincin, por ejemplo, entre /j/ y /X/ (que distingue, por ejemplo, cay de call). Es lo que, en el fondo, se ha hecho en los intentos de desarrollar una dialectologa estructural. Pero ello slo significa hacer lingstica estructural sobre la base de materiales dialectolgicos (cosa, en s, perfectamente posible y muy razonable). Tambin es posible, mediante cuestionarios adecuados (por ejemplo, utilizando frases que contengan formas en oposicin) apuntar directamente a la existencia o inexistencia de ciertas oposiciones y consignar en mapas los resultados obtenidos al respecto. Pero, en tal caso, las oposiciones mismas deben conocerse ya como

    23

  • fPor otra parte, no todas las diferencias diatpicas son diferencias en el plano de las estructuras. Al contrario, la mayora no suelen serlo. As, tambin la diferencia entre riopktense [z ] y chileno [ j] (por ejemplo, en [pozo]-[pojo], pollo y poyo) es una diferencia diatpica, pero no en el plano de las oposiciones funcionales, pues esos sonidos representan un mismo fonema. Y, desde el punto de vista puramente dialectolgico, esta diferencia es exactamente la misma que entre rioplatense [z ] y la [ j] de otros dialectos espaoles, que, en cambio, representa un fonema /j/ opuesto a /!/. Ms an: para la dialectologa se trata en todo caso de correspondencias, no de oposiciones; incluso J/j-z es, desde el punto de vista dialectolgico, simplemente una correspondencia. Por ello, justamente, la dialectologa estructural slo puede ser una parte de nuestra disciplina: la dialectologa, en cuanto estudio de t o d a la variedad diatpica, no puede hacerse slo en el plano del sistema, sino que debe hacerse tambin y en primer lugar en el plano de la norma de realizacin 35, que tambin constituye tradicin idiomtica, y, precisamente, una tradicin ms rica en rasgos que el sistema funcional y, al mismo tiempo, una tradicin inmediatamente comprobable con mtodos propiamente dialectolgicos36.

    4.5.3. Hay que sealar, finalmente, que la colaboracin entre gramtica y dialectologa no se da (o no debera darse) en una sola direccin. Tambin la dialectologa puede aportar su contribucin a la gramtica, en particular a una gramtica ideal, que no se limite a la funcin distintiva y a una sola lengua funcional y aspire a dar cuenta de un saber idiomtico completo (aun de un solo hablante) y de su posible utilizacin en los discursos (o textos).

    En efecto, si no se considera slo la funcin distintiva y el significado objetivo, sino el valor global de los hechos lingsticos, se comprueba que tal valor no est dado slo por las oposiciones, sino tambin por las correspondencias, pues todo hecho lingstico est determinado tambin por su pertenencia a un dialecto, a un nivel, a un estilo (o a varios a la vez). Por otra parte, una correspondencia puede volverse oposicin en el discurso, con respecto al sentido de ste, como ocurre cuando una forma o un contenido de un dialecto, nivel o estilo se emplea en un discurso realizado funda-

    L^I JL 198.1------------------------ -------------------------------------------------------- :-----------------

    tales de otros dialectos; 5% por otra parte, la dialectologa no nos revela su estatus efectivo en los respectivos sistemas. Esto slo puede establecerse mediante descripciones puntuales completas de esos sistemas.

    35 Acerca de estos planos de la lengua, cf. mi estudio Sistema, norm a y habla , Montevideo, 1952.

    36 Pero no es necesario ('ni oportuno) llegar, en la fontica, hasta la pronunciacin individual y ocasional de tal o cual informante. Contrariamente a lo que a menudo se pretende, la encuesta dialectal no debe ser fotografa del hablar. Los dialectos son lenguas, no modos de realizacin de una lengua en el hablar, y la encuesta debe revelar lo dialectal como hecho de lengua, no como hecho de habla.

    2 4

  • LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    mentalmente en otro dialecto, m'vel o estilo. As, si en un discurso (texto) en la lengua espaola comn empleo intencionalmente una forma dialectal, por ejemplo, la forma aragonesa pojaros (en lugar de pjaros), esta forma funciona simultneamente en dos oposiciones distintas: por un lado, como hecho de lengua y con respecto al significado, en la oposicin ave- pjaro; por el otro, como hecho de discurso y con respecto al sentido (es decir, a la intencin expresiva del discurso mismo), en la oposicin pajaro- pjaro, en cuanto forma marcada como aragonesa 37.

    Ahora bien, la posibilidad de utilizar no slo formas de varios estilos, sino tambin formas de varios niveles y de varios dialectos, est dada por el hecho de que el saber idiomtico de todo hablante se extiende, por lo comn, ms all de su propio dialecto y de su propio nivel de lengua (cf. nota 18). De hecho, abarca un acervo activo, un acervo disponible y un acervo pasivo: lo que los hablantes saben y emplean comnmente, lo que emplean ocasionalmente y lo que conocen de algn modo, aunque no lo empleen nunca. Por ello, una descripcin completa de un saber idiomtico real, aun adoptando el punto de vista de un dialecto, un nivel y un estilo de lengua, debera, en rigor, incluir tambin los dems estilos empleados por los hablantes considerados, as como su acervo idiomtico disponible y pasivo.

    E l sntido pro pio de la dialectologa

    5.1. Las disquisiciones contenidas en los prrafos 4.1.-4.5.3. conciernen, en gran parte, tanto al estudio de los dialectos como, mutatis mutandis, al estudio de los niveles y de los estilos de lengua y pretenden aclarar el sentido comn de las correspondientes disciplinas en el marco de la lingstica sincrnica. Por lo que atae en particular al sentido propio de la dialectologa, hay que tener en cuenta, fundamentalmente, dos hechos: a) que la dialectologa es estudio de la configuracin espacial de las lenguas, o sea, de la variedad diatpica y de las relaciones interdalectals, y b) que es esencialmente gramtica comparada. Lo primero implica que la investigacin dialectal debe establecer la extensin (las reas) y, por ende, los lmites de los hechos que registre. Lo segundo, que tal investigacin debe registrar materiales espa-

    37 E s interesante observar que tambin a este respecto hay analoga entre la variedad sincrnica y la diacrona. En lo esencial, las formas d otros dialectos, niveles o estilos funcionan en los discursos del mismo modo como funcionaran, en un texto en espaol actual, formas arcaicas como fin iestra (por ventana) o h e espeso (por he gastado). Advirtase, asimismo, que, en lo concerniente a las funciones de discurso, poco importa que los hechos utilizados sean o no sean unidades funcionales en los sistemas respectivos: una variante como [x '] , de la pronunciacin chilena de je fe , puede tener en un discurso una funcin enteramente -anloga a la de una unidad funcional.

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  • ddlm ente com parables. Lo dicho hasta aqu nos permite tratar estos puntos en forma muy sucinta.

    5.2.1. Las nociones de configuracin (o arquitectura) y variedad implican, en cada caso, una diferencia entre hechos de otro modo equivalentes (o entre un hecho y cero); y una diferencia en el espacio se manifiesta como lm ite: como isoglosa espacial, opuesta a otras isoglosas, tambin espaciales M. Por ello, una investigacin tiene sentido propiamente dialectologa) slo si establece lmites dialectales, y no tiene tal sentido si prescinde de la diversidad espacial o si, por la naturaleza misma de su objeto, no puede comprobar tal diversidad. As, no tendra sentido estudiar en el espacio una lengua uniforme (carente de configuracin espacial), como lo es, o aspira a serlo, la lengua ejemplar i d e a l . Se entiende tcitamente que el latn clsico o el francs estndar son sintpicos : que no presentan, en cuanto lenguas, variedad diatpica. Pero, si la lengua ejemplar r e a l presenta diferencias regionales, tambin tal lengua pertenece al objeto de la dialectologa.

    5.2.2. Los lmites dialectales no son de antemano lmites entre dialectos. Acerca de estos ltimos se ha observado que no existen, pues los hechos lingsticos presentan reas y lmites diferentes y el paso de un dialecto a otro es gradual. En efecto, salvo casos especiales (lmites geogrficos naturales, fronteras polticas estables), no existen como fronteras entre modos de hablar uniformes. Pero ello no constituye ninguna dificultad para la dialectologa; al contrario, en cierto sentido, es la condicin que la justifica como tal. Desde el punto de vista de los dialectos, la no coincidencia entre los varios lmites dialectales significa slo que tienen muchas fronteras posibles, o sea, que entre los sistemas dialectales hay interferencias y que entre los dialectos mejor caracterizados suele haber dialectos intermedios o de transicin 3S. Y dos dialectos pueden compararse con respecto a lo que tienen en comn y a lo que tienen de diferente en sus centros, aunque entre sus lmites haya interferencia. En cuanto a la dialectologa, su tarea primera no es la de establecer fronteras entre los dialectos, sino la de comprobar la configuracin diatpica real de la lengua histrica: los lmites efectivos de la uniformidad idiomtica, que, naturalmente, pueden ser diferentes para los dis-

    I I I , 1981____________________________ ;__________________________ __

    3 Las isoglosas espaciales han sido puestas en evidencia por la geografa lingstica, pero la idea de 'lmite estaba implcita ya en las investigaciones puntuales, en las que, la ms de las veces, se entenda que los hechos comprobados en un dialecto le eran al mismo tiempo especficos: que constituan hechos diferenciales con respecto a otros dialectos. Pero, por un lado, esto ltimo no poda asegurarse y, por otro lado, s trataba slo de una diversidad genrica, no especificada en cada caso.

    Acerca del problema terico de los lmites dialectales, cf. E. Cosebiu, La geografa lingstica, Montevideo, 1956, pgs. 29-30.

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  • LOS conceptos de dialecto, nivel y estilo de lengua

    tintos fenmenos considerados. Las fronteras, si se necesitan (por ejemplo, para finalidades prcticas o para estudios gramaticales), podrn resultar de la coincidencia entre muchas isoglosas particulares o fijarse convencionalmente (por ejemplo, hacindolas coincidir con ciertas isoglosas consideradas como particularmente significativas).

    5.2.3. Por otra parte y es lo ms importante , si los lmites dialectales fueran fronteras entre dialectos uniformes (es decir, si hubiese en todo caso coincidencia total entre esos lmites), no habra, propiamente, v a r i e d a d e s p a c i a l de las lenguas, sino slo d i s p o s i c i n e s p a c i a l de los dialectos, y la dialectologa no tendra objeto autnomo, pues coincidira con la gramtica contrastiva sintpica de stos. La dialectologa es gramtica comparada, pero no es comparacin entre sistemas (gramtica contrastiva), sino cotejo de hechos lingsticos considerados en el espacio. No encara la homogeneidad estructural como primaria y las analogas o diferencias de arquitectura como secundarias: no parte de modos de hablar unitarios para comprobar sus semejanzas y su diversidad, sino que, al revs, considera esos modos unitarios desde el punto de vista de la uniformidad y diversidad comprobadas en la arquitectura de la lengua40.

    L a dialectologa registra y estudia la variedad idiom tica com o tal (no reducindola a la hom ogeneidad), y trata d e sacar d e la variedad mima in ferencias acerca del m odo com o funcionan, se constituyen y se m odifican las tradiciones idiomticas.

    5.3.1. Para establecer lmites efectivos y proporcionar materiales diatpi- camente comparables, la investigacin dialectal de una regin cualquiera debe realizarse, en cada punto considerado, en el mismo nivel y con respecto al mismo estilo de lengua. De otro modo, se corre el riesgo de interpretar como diatpicas diferencias que no lo son (o que no son slo diatpicas) y, al revs, de ignorar otras diferencias, efectivamente diatpicas. Vemoslo con un ejemplo (algo simplificado)41. En el espaol de la zona de Madrid se hace, en el nivel culto, la distincin entre /j / y X/ , por lo menos en ciertos estilos; en el nivel medio, no se hace tal distincin y esos dos fonemas quedan re

    40 Por ello, todo intento de reducir la dialectologa a la comparacin entre dialectos tomados como sistemas autnomos e incomunicantes implica, en rigor, la disolucin de la dialectologa misma. Y, contrariamente a lo que a veces se ha pretendido, la gramtica contrastiva no engloba a la geografa lingstica. La gramtica contrastiva es comparacin entre sistemas lingsticos (lenguas), no entre hechos lingsticos en el espacio, y es, por tanto, esencialmente sintpica.. E l que esos sistemas puedan ser, desde otro punto de vista, dialectos, y se den en el espacio, no afecta de ningn modo al punto de vista propio de esta disciplina.

    41 Y en el que consideramos como si fueran contiguos dialectos que en realidad no lo son.

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  • ducidos a un fonema nico, que se realiza como [ j] , y en el nivel ms bajo este mismo fonema nico se realiza como una fricativa que, para nuestros propsitos, puede considerarse como [z]. En cambio, en Santiago de Chile se registra [ j ] , y en Montevideo [z ] , en todos los niveles42. Es deciiy. que, en este caso, los lmites dialectales son, en cada nivel, otros:

    l-4j III, 1981______________________________ ;___________________________________

    Santiago Madrid MontevideoI j A z

    II j 3 zIII i z z

    5.3.2. Pero una investigacin dialectal completa de una regin debera considerar espacialmente (y por separado) todos los niveles y todos los estilos de lengua. Esto es importante ya para el conocimiento de las relaciones idiom- ticas en cada uno de los puntos investigados (muy en particular si en los distintos niveles se hablan dialectos o lenguas diferentes). Y es muy importante para la comparacin entre varios puntos. As, en el ejemplo que se acaba de aducir, la diferencia entre Montevideo y Santiago de Chile es la misma en los varios niveles; en cambio, las diferencias entre Montevideo y Madrid se desvirtuaran por completo si para Montevideo se considerara el nivel I II y para Madrid el nivel I. Slo por razones prcticas y con conocimiento de determinadas situaciones (por ejemplo, en caso de uniformidad dialectal en tal o cual nivel), el estudioso podr fijar su atencin en cierto nivel o en cierto estilo de lengua. Pero en todo caso debera indicarse explcitamente qu nivel y qu estilo se investiga, as como si, en cada uno de los puntos investigados, se dan otros niveles adems del considerado; y, si los hay, qu lenguas, qu dialectos o qu formas de la misma lengua se presentan en estos otros niveles (y en los varios estilos). Y, de todos modos, los resultados de dos investigaciones realizadas en niveles y para estilos diversos no sern inmediatamente comparables. Tampoco sern comparables y, en parte, sern simplemente inutili- zables los resultados de investigaciones que ignoren las diferencias de nivel y estilo de lengua.

    T areas y caracteres de la dialectologa en Amrica

    6.1. Tambin en lo que concierne al sentido propio de la dialectologa hispanoamericana, frente a la dialectologa en general y en comparacin con la dialectologa europea, nos limitaremos a destacar brevemente algunos pun

    42 Salvo en ciertos estilos de empleo limitado y ocasional (imitacin intencional del espaol de Espaa, dictado escolar).

    28

  • tos que nos parecen esenciales. E l criterio bsico que cabe adoptar a este respecto es el de que las tareas especficas y los caracteres peculiares de la dialectologa hispnica en Amrica han de corresponder a la situacin particular del espaol americano.

    6.2.1. En primer lugar, aunque presentan algn que otro elemento procedente de dialectos espaoles primarios, todos los dialectos del espaol americano son sustancialmente formas de la lengua espaola comn, es decir, que son dialectos secundarios (cf. 3.1.4.); y, desde este pimto de vista, las diferencias de nivel (diastrticas) son aqu, precisamente, slo diferencias de nivel, y no son al mismo tiempo diferencias de dialecto, como lo son a menudo en Europa. Ello significa que, en Amrica, la dialectologa concierne al plano de la lengua comn y corresponde a lo que en Europa sera investigacin de las formas regionales de sta. Por otra parte, en Amrica hay diferencias diatpicas bastante significativas tambin en el plano de la lengua ejemplar, es decir.,, que hay tambin dialectos terciarios. En efecto, por l existencia de varios estados independientes, con sus propios centros polticos y culturales, y por el influjo ejercido a travs de los medios modernos de comunicacin (prensa, radio, cine) y de la difusin del libro por algunos grandes centros econmicos y culturales de trascendencia continental, han surgido aqu (o se estn constituyendo y afirmando), por lo menos para ciertos dominios parciales de la lengua, nuevas normas de ejemplaridad idiomtica; normas que, en parte, quedan limitadas a cada uno de los estados, pero, en parte, se extienden a regiones mucho ms amplias, Y, en este sentido, puede haber y normalmente hay entre los niveles de lengua diferencia de dialecto, pues la extensin de los dialectos terciarios no suele coincidir con la de los dialectos secundarios. Por ello, la dialectologa en Amrica debera hacerse tambin en el plano de la lengua ejemplar y con respecto a los dialectos terciarios, y debera prestar especial atencin a los niveles socio- culturales.

    6.2.2. Esto ya ha sido entrevisto de algn modo por la dialectologa hispanoamericana tradicional, que, explcita o implcitamente, confronta el espaol de Amrica, precisamente, con el espaol ejemplar de Espaa43. Pero la manera como tal confrontacin se hace es, las ms de las veces, inaceptable, pues se confunden (o no se distinguen) los niveles y se compara con lo ejemplar de Espaa la lengua popular de Amrica, como si se tratara de diferencias slo verticales, entre una norma ubicua y tales y cuales desviaciones con respecto a la misma. Por otra parte, la dialectologa tradicional

    ------ LO S CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    43 O, por lo menos, con aquella forma del espaol ejemplar que se halla consignada en la Gramtica y en el Diccionario de la Academia.

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  • no suele atenerse al principio de los lmites dialectales, por lo cual a menudo se presentan como uruguayismos, argentinismos, chilenismos, etc., hechos que, en realidad y adems de darse eventualmente tambin en Espaa, en ciertos niveles o estilos, tienen, en el mismo espaol americano, extensin mucho ms amplia, o simplemente diferente de la que esos nombres dejaran suponer44.

    En rigor, con lo ejemplar de Espaa slo puede compararse de manera inmediata lo ejemplar de (cada regin de) Amrica; y lo popular de Amrica delimitado, en cada caso, en su extensin slo puede oponerse a lo popular de Espaa45.

    6.2.3. Es cierto que tambin en Europa se comprueban diferencias regionales en las lenguas comunes. Pero en los pases europeos, sobre todo ah donde subsisten dialectos primarios, la distancia entre lo ejemplar y la lengua comn corriente es, en general, menor; y, la mayora de las veces, lo regional de la lengua comn no constituye norma regional constante y propia de esta lengua, sino que representa el aflorar en la lengua comn de hechos propios de otros dialectos (e incluso de otras lenguas histricas) que se hablan en las mismas regiones. Se trata, pues, ms bien de r e a l i z a c i o n e s diferentes de la misma lengua. As, en Npoles se hablar la lengua comn italiana con fontica napolitana y con palabras y construcciones napolitanas, pero no siempre en la misma medida y en los mismos casos. En cuanto a lo ejemplar, se entiende que es una lengua hablada sans accent, o sea, que no revela la procedencia regional del hablante. E n Amrica, en cambio, no hay prcticamente un espaol sin matiz regional constante. E l espaol de Mxico es en alguna medida distinto del espaol peruano, chileno o rioplatense; y, precisamente, lo es tambin en el plano de la lengua ejemplar. Incluso el espaol ejemplar de Espaa tiene aqu matiz regional: es espaol de Espaa 46.

    I I I , 1 9 8 1 ---------------------------------------------------------------------------------------------- ;-------------------------------

    44 De esto (y de otros espejismos comentes en las investigaciones dialectales hispanoamericanas) trata ampliamente mi alumno J . P. Roa, A spectos m etodolg icos d e la d ia lectologa hispanoam ericana, Montevideo, 1958.

    45 Asi, los llamados vulgarismos como m ijor, refalar, pa , gHeno, por m ejor, resbalar, para, bueno son en gran parte los mismos en las varias regiones hispnicas y, naturalmente, tampoco en Amrica pertenecen al nivel culto y a la lengua ejemplar.

    46 Sin duda, situaciones parcialmente anlogas se encuentran tambin en Europa. As, el francs ejemplar de Blgica o el de Suiza son, en parte, diferentes del francs ejemplar de Francia. Pero las diferencias son, en conjunto, menores que las que se registran en Amrica, y el influjo que ejerce el francs ejemplar de Pars es en todas partes notable. E n muy pocos casos una forma propia del francs de Pars resulta afectada. En cambio, en Amrica el influjo de Madrid es minimo y las formas reconocidas como tpicamente madrileas (si no las dice un espaol) resultan afectadas en la mayora de los casos y de las situaciones: Madrid es la capital de Espaa, pero no es la capital del espaol.

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  • LOS CONCEPTOS DE DIALECTO, NIVEL Y ESTILO DE LENGUA

    6.3. En segundo lugar, los dialectos del espaol americano ocupan regiones muy extensas. Por ello, en Amrica, las investigaciones puntuales prcticamente no pueden tener valor propiamente dialectolgico, pues no pueden casi nunca establecer por s solas lmites dialectales significativos. En Europa, en particular en las regiones