Cordones Industriales y Comandos Comunale1
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Cordones Industriales y Comandos Comunales, una falsa dicotomía.
En la década de los 70's, bajo el
gobierno de Salvador Allende, las
contradicciones de clase en Chile se
acentúan por sobre los cauces
demócrata burgueses de contención. La
lucha entre los poderes ejecutivo y
legislativo desborda a las calles,
asociado a severas condiciones
materiales que aquejaban a los sectores más precarizados de la sociedad y empieza a darse
un proceso de concientización de clase nacional sin precedentes. En general, habían dos
fracciones ideológicas marcadas en la izquierda, por un lado el partido comunista y el
sector más moderado del partido socialista daban rienda a un programa pacífico hacia el
socialismo "el polo gradualista", ambos enmarcados en el gobierno de la Unidad Popular.
El otro sector no concebía la vía pacífica, tenía plena consciencia del actuar represivo y
genocida de la burguesía en la defensa de sus intereses y agitaba la necesidad de la vía
armada hacia el socialismo, "el polo rupturista"1, entre dichos grupos destacaba el MIR
(Movimiento de Izquierda Revolucionaria) y el sector más radical del Partido Socialista
donde destacaba la presencia de Altamirano como agitador. Los sectores miristas
planteaban un apoyo crítico a la Unidad Popular, sin participar directamente en el gobierno,
salvo a través de organismos como el GAP (Grupo de Amigos del Presidente), fracción
armada mirista destinada al cuidado de Allende para sostener el supuesto "Gobierno de los
Trabajadores" que argumentaba el gobierno, pero por sobretodo realizaban un trabajo de
hormigas para levantar el poder de los trabajadores y popular y el socialismo.
Michael Lowy detalla "Apoyada por la izquierda del PS y el MIR, el ensayo de estos
actores de organizar los trabajadores en la base, en las empresas y los barrios populares,
con el objetivo de impulsar la revolución y enfrentar el complot fascista, habría tal vez
podido, si hubieran tenido tiempo de desarrollarse, cambiar el curso de la historia. Mejor
armados, mejor organizados, reforzados por otros sectores populares, los Cordones habrían
tal vez sido capaces, como los militantes obreros de Barcelona y Madrid, el 18 de julio de
1936, de romper el sublevamiento militar de Pinochet y sus cómplices."2 Claro, todos
conocemos el desarrollo histórico posterior y con suma razón los trabajadores de los
cordones industriales a días antes del golpe le escribirían a Allende sobre la responsabilidad
que tendría el gobierno en la destrucción y descabezamiento del potencial revolucionario
latinoamericano en manos de los golpistas de no confiar el poder a las masas.
¿Pero como surgen los organismos del poder popular y a que responden? Miguel Enríquez
en el Caupolicanazo (1973) planteaba "La clase obrera comienza a ejercer su papel de
vanguardia, gana fuerza, se independiza del orden burgués y del reformismo, y así
comienza a crear embrionariamente órganos de poder popular"3. En primer lugar hay que
definir el concepto de "poder popular" para posteriormente esclarecer el surgimiento de
Cordones Industriales, Comandos Comunales y Comités Coordinadores. Primero hay que
tener en consideración que "poder popular" no es un concepto estático en aquel periodo
histórico en Chile ya que responde a la dialéctica de la lucha de clases y que tanto el
gobierno como los sectores más radicales de izquierda aplican sus propias concepciones de
poder popular. De modo general, debemos concebir que en aquel periodo todas las
organizaciones políticas de izquierda tradicional se autoproclamaban marxistas leninistas y
en aquel contexto "la cuestión del poder popular se refería a la teoría del poder del Estado y
de las clases dominantes que este último representaba como a la creación de un control
obrero y popular (consejos trabajadores), que personificarían la nueva sociedad en
gestación4."
En el caso de las revoluciones ocurridas, la
bolchevique resolvería el poder popular en la
búsqueda de un doble poder, paralelo al
tradicional burgués, a través de la constitución de
soviets, consejos de trabajadores, que buscaban
redireccionar el poder del estado en manos de la
clase trabajadora. El resultado, con el tiempo, las
condiciones materiales y las presiones externas
fue la centralización del poder estatal en el partido bolchevique, la burocratización de la
unión soviética y la muerte de los soviets5. Esto es un punto fundamental poco analizado y
muchas organizaciones en Chile que se autoproclaman de izquierda revolucionaria
contemplan en su programa la centralización del poder estatal en el partido, de tal suerte
buscan emular el proceso de burocratización del poder en una cúpula partidista y trazan una
receta prefabricada para sostenerse en el poder, pero sustrayéndoselo a los trabajadores y al
pueblo, así esgrimen de un modo u otro la necesidad de sacar las lecciones históricas para
el socialismo y repetirían sin meditarlo dos veces los errores garrafales del pasado que
terminaron socavando el socialismo soviético.
Pero volviendo al "poder popular", como se ve, la concepción marxista leninista dota de
una hegemonía obrera a dicha definición, pero que en manos de la Unidad Popular se troca
en una definición extremadamente vaga e imprecisa, una suerte de frente popular en el cual
también se incluiría a sectores aburguesados de la sociedad, al entrar el Partido Radical y la
Democracia Cristiana en el bloque de la UP, rechazando estos sectores moderados la teoría
de la dualidad del poder esbozada en la concepción de la lucha de clases debido a que el
poder ejecutivo del estado estaba en bloque formado tanto por sectores de trabajadores
ligados al PC y al PS, como por sectores burgueses y presentando un programa con varias
reformas en favor de los trabajadores que hacían de la UP un gobierno progresista burgués
que argumentaba una vía pacífica hacia el socialismo y por etapas6.
Por otro lado los grupos más radicales de
izquierda, entre ellos el MIR, rechazan esta
concepción del "poder popular" por la
tradicional concepción leninista del poder dual
no pacifista ni por etapas y con una clara
hegemonía obrera, pero sin desmerecer el
carácter progresista de la UP. Es así que por
ejemplo Juan Olivares, presidente del comando
Comunal Estación Central, afirmaba la
necesidad de "convertir el poder de la clase en un poder autónomo, un poder independiente
del gobierno y un poder autónomo del estado. O sea, una dualidad de poderes... Entonces la
clase obrera se propone crear un Estado autónomo, un poder de la clase que va a
transformar el estado. El gobierno está dentro de un sistema burocrático y burgués. Es un
instrumento de la clase, pero no es parte de ella mientras no se plantee ponerse a su
servicio7."
Ahora, cómo describiría Franck Gaudichaud "Este debate sobre el rol del "poder popular"
frente al Estado burgués tomaba a veces la forma de debates sin fin entre algunos círculos
militantes (esencialmente PS, MIR y MAPU), discutiendo sobre la historia de la Rusia
revolucionaria y el concepto de doble poder en la teoría marxista. Esto, a menudo en
desconexión con las preocupaciones directas de los trabajadorxs, cada vez más absorbidos
por la resolución de sus dificultades diarias, vinculadas a los problemas de escasez y del
mercado negro8."
Y la concepción del "poder popular" según Gaudichaud pasa por tres etapas sucesivas, la
primera desde la elección de Allende hasta la huelga patronal de octubre de 1972, bajo la
concepción de participación bajo control estatal planteado por el gobierno que presenta
fricciones entre éste y los trabajadores que reclaman una extensión del sector
nacionalizado; la segunda desde la huelga de octubre hasta junio de 1973, caracterizado por
un desbordamiento amplio de los partidos de izquierda y la aparición de organizaciones
independientes al gobierno, como los Cordones Industriales y los Comandos Comunales; y
un tercer periodo posterior al golpe fallido (el tanquetazo), donde el debate sobre el carácter
del "poder popular" encuentra un apogeo y "donde el conjunto de las fuerzas políticas
reconocen el potencial de los organismos creados en la segunda etapa, ya sea para
condenarlos abiertamente o para intentar canalizar su fuerza. De este modo la concepción
de "poder popular" en Chile presenta una corta trayectoria y se emplea masivamente por los
militantes de izquierda, al final del periodo, para designar la autoorganización de las masas
y las capacidades de control de éstas sobre la gestión de la sociedad"9.
"Aumentando el caldero social que
comienza a partir de los años setenta,
impulsando una dinámica de reformas
que muestran hasta qué punto las
relaciones de producción podían
transformarse, basándose en un discurso
con determinación revolucionaria,
neutralizando una parte del aparato
represivo, el gobierno va a facilitar y
permitir un proceso que poco a poco va a
terminar por desbordarlo, mostrando claramente esto el número de empresas ocupadas o, en
el campo, la magnitud de las tierras expropiadas y el aumento del número de huelgas contra
los dictámenes del gobierno y la CUT. Heredera de una tradición de lucha autónoma e
impulsada por la radicalización del movimiento de pobladores y campesinos, una parte de
la clase obrera chilena va a dar nacimiento a un movimiento original, tanto por su amplitud
como por su carácter vanguardista de control de la producción, abastecimiento y vigilancia
de los barrios populares. En el transcurso de las confrontaciones de octubre de 1972 y las
grandes movilizaciones de 1973, las pretensiones de tipo puramente económicas se
articulan con solicitudes políticas de algunas fracciones trabajadoras radicalizadas: este
encuentro se traduce en la formación de los Cordones Industriales10
."
De este modo, la avanzada patronal organizada, que va a recurrir a la ayuda del
imperialismo, el cual va a financiar la huelga de camioneros, a imponer un bloqueo
económico, empezará a planear por debajo la necesidad de socavar las tentativas del
gobierno a través de diversos complots de carácter económicos, políticos y sociales. Esta
ofensiva sería a la vez la que impondría la necesidad a la clase trabajadora y al pueblo de
levantar organismos de autogestión y lucha.11
"Una de las mayores originalidades de esta respuesta del movimiento social fue la creación,
en las principales zonas industriales y barrios populares del país, de organismos unitarios y
transversales que funcionaran sobre una base territorial y permiten la conexión entre los
distintos sindicatos de un sector industrial determinado o las organizaciones de base de un
barrio. Según la amplitud de las fracciones sociales que llegan a reunir, su grado de poder
real y la orientación que les dan los militantes presentes, estas organizaciones van a tomar
el nombre de "Cordones Industriales", de "Comandos Comunales" o "Comités
Coordinadores". A nivel de la industria, estas coordinaciones trabajadoras de carácter
horizontal responden en masa contra el boicoteo patronal con una ola de ocupaciones de
fábricas que entra en relación con la movilización trabajadora en las principales empresas
del Área de Propiedad Social. Los asalariados de este sector llegan así a mantener
parcialmente la producción haciendo funcionar a las fábricas sin su propietario, la mayor
parte del tiempo con la ayuda de unos pocos técnicos y sobre nuevas bases de
funcionamiento, cuestionando la división del trabajo, la jerarquía de la fábrica y la
propiedad privada de los medios de producción. Organizan también formas paralelas de
abastecimiento; en particular, con la ayuda de las Juntas de Abastecimiento y control de los
Precios (JAP), multiplicando las brigadas de vigilancia y defensa de las fábricas... Este
momento crucial de la UP demuestra sobre todo las capacidades de la movilización
popular, la profunda descentralización de la actividad política y vuelve a poner
abiertamente en cuestión las relaciones de producción. Existe entonces una clara tendencia
a la ruptura con los esquemas tradicionales de "hacer la política": el término de "poder
popular" reivindicado por toda una parte de la izquierda chilena se personifica como una
realidad transitoria: "La democracia de "todo el pueblo" amenaza las formas representativas
y delegativas de hacer política. La dinámica de socialización de las luchas se difunde a lo
largo de todo el territorio y vuelve multiplicada al interior de las empresas. La
"participación popular" comienza a transformarse en "poder popular"...Es innegable que la
iniciativa de los cordones no fue espontanea sino el fruto de una acumulación de
experiencias de luchas y de hechos cotidianos: lo que el historiador inglés E.P. Thompson
llama "experiencia de clase""12
.
Ahora, habían sectores impulsando la creación
de estos organismos y actuando en su interior,
tal es el caso del MIR que influencia
ideológicamente ciertos ejes transversales a los
Cordones Industriales y a los Comandos
Comunales y que se esbozan en El Pliego de
Pueblo presentado en octubre de 1972, el cual
aglutina considerables reivindicaciones
populares como el control obrero de la
producción, la producción en función de las
necesidades del pueblo, el refuerzo de comités de autodefensa y vigilancia de industrias,
fundos, poblaciones... La construcción del "poder popular" y una asamblea del pueblo13
.
Siguiendo con Gaudichaud "Los cordones industriales se forman sobre la base de una
coordinación territorial de varias decenas de fábricas y agrupan en su mayoría delegados
sindicales de las medianas empresas al lado de algunos representantes de las APS (área de
propiedad social). Los testimonios que pudimos recoger, el examen de la prensa y los
debates de la época demuestran que a pesar de una voluntad reafirmada de estructurarse
desde la base a través de la elección sistemática de delegados en asamblea y el rechazo de
nombramientos desde las cúpulas de los partidos, esta democratización total de los
cordones no logró alcanzarse, aunque efectivamente en varias fábricas se elegía a los
delegados a los cordones en asamblea. Eran esencialmente dirigentes sindicales y militantes
del PS y el MIR quienes participaban y bajaban la información en su fábrica, donde a
menudo encontraban el rechazo de los dirigentes sindicales comunistas... De manera
objetiva, el cinturón industrial de la capital concentraba varias decenas de millares de
trabajadores, pero los cordones industriales como organización tuvieron numerosas
dificultades para romper su aislamiento tanto político como social, es decir, para lograr una
inserción real en su medio: se puede pues plantear la idea de un "cordón en sí", existente
como una base objetiva de concentración industrial y trabajadora, y la de un "cordón para
sí", órgano de organización y poder popular que continuó siendo embrionario, y que
aparece como una respuesta política, impulsada desde "la base", por los obreros más
radicalizados de la izquierda chilena14
."
Ante este problema que presentaban los cordones industriales de falta de inserción social
sumado a la sectorización en algunos cordones de ramas de trabajadores fabriles específicas
surgen los Comandos Comunales. "A juicio del MIR, los Cordones Industriales tienen una
debilidad como órgano de poder popular. Agrupan sólo a un sector de los trabajadores y se
limitan a cumplir un papel que muy bien puede corresponder a una CUT provincial o
departamental, si su dirección no estuviera controlada por reformistas o demócrata
cristianos. Por ejemplo, asesorar y coordinar las luchas de los obreros industriales de un
sector, pero sin hacer participar a las demás capas del pueblo, como los campesinos,
pobladores, estudiantes. No negamos su importancia en las ofensivas de los patrones, en el
desenmascaramiento del reformismo cuando quería devolver industrias, y ha sido el MIR el
más activo dentro de los Cordones Industriales."
"Pero no debemos caer en lo que los patrones siempre han querido, en la división de los
trabajadores, para derrotarlos en mejor forma. Nosotros planteamos transformar los
Cordones Industriales en verdaderos organismos de poder de la clase obrera, donde
participen al lado de los trabajadores industriales, los campesinos, pobladores, estudiantes,
etc., con sus respectivas organizaciones de masas y con una plataforma común. Este papel
sólo le cabe y puede hacerlo el Comando Comunal de Trabajadores formado por la base15
. "
Estas son las palabras de Victor Toro, dirigente mirista, en una entrevista realizada en 1973
y publicada en la revista Punto Final n°1973 y son dos párrafos esclarecedores respecto a la
decisión del mirismo por levantar los Comandos Comunales en ciertos sectores de
Santiago.
Los Comandos Comunales "son organismos creados por una comuna o varias comunas y
que permitieron teóricamente la reunión, a nivel comunal, de delegaciones de obreros,
campesinos, estudiantes, dueñas de casa y de las JAP o Comités de Barrios. La formación
de los Comandos Comunales fue reivindicada por la propaganda del MIR, quien poseía la
dirección de Comandos como el de Estación Central o Barrancas. Con mayor precisión esta
organización hablaba de "Comando Comunal de Trabajadores", considerados como
"órganos embrionarios de un poder alternativo"..."(los comandos) permiten incorporar a la
lucha política a los sectores más pobres y más pospuestos, que permiten superar la
fragmentación social actual del pueblo, por unidad de producción o sector social"..."Esta
original forma de desarrollo de democracia directa se vio facilitada por la dinámica propia
del movimiento de pobladores, que desde
finales de los años sesenta logra una
importante autoorganización en las zonas de
periferia urbana por medio de la ocupación de
tierras con fines habitacionales: los
campamentos. Los Comandos Comunales son
herramientas embrionarias de expresión
popular, y sobretodo de gestión directa de los
problemas sociales a nivel local16
".
Negar la contradicción que se presenta entre ambos organismos (cordones industriales y
comandos comunales) en dicho periodo histórico es imposible, ya sea por una falta de
voluntad en ese sentido, la necesidad de dirigir la conducción del movimiento de masas en
ascenso, la diversidad de concepciones tácticas en la izquierda, como por una falta de
resolución unificadora, las zancadillas de los sectores antagonistas a dichos organismos
(entre ellos el PC) y la ausencia de un organismo coordinador entre sectores en lucha. Los
Comandos comunales, que agrupaban a sectores precarizados de la sociedad bastante
heterogéneos, nunca llegaron al nivel de organización de los Cordones industriales y la
propaganda del MIR tendió a sobredimensionar su carácter. "La unión entre los Cordones
Industriales y algunos Comandos Comunales se efectuó de manera transitoria durante las
coyunturas de la crisis de octubre de 1972 y de junio de 1973. El resto del tiempo, el
movimiento social que se proclamaba del "poder popular" permaneció ampliamente
dividido; por una parte la clase obrera industrial que luchaba por la extensión del APS y la
formación de los cordones industriales, y del otro, el combate por el abastecimiento llevada
por los sectores de pobladores más politizados. Esta falta de unificación del movimiento
popular, sobre bases autónomas, explica que la idea del Comando Comunal, como órgano
del poder agrupando a un "frente" de los distintos sectores populares, nunca haya podido
tomar cuerpo de manera sustantiva17
".
El sector socialista, que apoyaba con más resolución a los Cordones industriales traza un
plan donde en primer lugar busca organizar "la vanguardia de la clase obrera" para
posteriormente, emprender la coordinación con los Comandos comunales, hegemonizando
de este modo a las otras clases revolucionarias del país al actuar sobre la organización que
agrupa a estos sectores de clase, el Comando comunal. De este modo, la gran diversidad de
tendencias de izquierda ve la necesidad de unificar los diversos sectores de clase, acción
defendida por la idea del Comando Comunal, pero que no tuvo tiempo de desarrollarse y
que estuvo en el centro del debate por un tiempo no muy prolongado.
El otro problema que se esbozaba era el articular a los cordones industriales con la CUT.
Sectores del PC esgrimen que los cordones hacían correr al movimiento sindical el riesgo
del advenimiento de organismos paralelos que debilitarían la CUT18
, eso mientras el MIR
toma una posición divergente a través de un comunicado de Miguel Enríquez: "La CUT
debe impulsar independientemente la transformación y democratización de la actual
estructura sindical, organizando los Cordones Industriales como órganos territoriales de
base19
", de esta forma el mirismo busca integrar los Cordones a la CUT para transformarla
y democratizarla.
Al respecto los Cordones responden "En ningún caso se plantean paralelos a la CUT, sino
que la reconocen como la máxima organización de los trabajadores chilenos a nivel
nacional... Los cordones se plantean el problema del Poder y la constitución de las
organizaciones gérmenes del Poder Popular (Comandos comunales de Trabajadores), por lo
que requieren de la autonomía necesaria para cumplir el papel de conductor de los
diferentes sectores sociales aliados del proletariado en la lucha por el socialismo20
". Y el
sector a izquierda del PS plantea "Los Cordones no se incorporan a la legalidad burguesa a
diferencia de la CUT, la cual da una imagen de subordinación al Gobierno que los cordones
no poseen21
". En dicho momento, como casi siempre, la CUT funciona más bien como una
instancia superestructural y burocrática, distante de la concepción territorial del Cordón
Industrial.
Ante esta oscilación de la pertenencia o no al
gobierno, los cordones no se deciden por la ruptura
con la concepción pacifista y conciliadora de la UP
debido a que muchos de sus dirigentes respondían a
la militancia en partidos de izquierda en el bloque
UP, de este modo las vacilaciones en el interior de
los cordones después del tancazo no le permiten
impulsar el quiebre con el gobierno y se arrojan al
torrente represivo y genocida del golpe de estado
militar. Hay que destacar que la articulación de los
Cordones y de los Comandos fue sustancial en
repeler el golpe de estado fallido (tancazo) en junio de 1973 y de sostener el gobierno de la
UP por 3 meses hasta su caída definitiva.
"Si se quiere hacer un primer balance objetivo, es necesario destacar que las distintas
formas de poder popular, a pesar de un inicio de dualización de poder, del control de la
producción, de la circulación abastecimiento, vigilancia de los barrios, tuvieron un carácter
limitado, en ausencia de una dirección política unificada, combatiente sobre la base de una
alternativa al modelo (en crisis) aplicado por el gobierno. Todo indica que estas
organizaciones trabajadoras y populares se encontraron desarmadas tanto a nivel
organizativo como político ante los llamados a la moderación y las pruebas de control
aplicadas por parte del Ejecutivo. Sus acciones, su potenciación se efectuaron
esencialmente de manera defensiva y momentánea, ante la iniciativa de los ataques
provenientes de la oposición... Su coordinación sigue siendo, fuera de estos periodos, una
simple superestructura, sirviendo mas de lugar de reunión a los distintos dirigentes
sindicales y políticos establecidos en los Cordones que de órgano de expresión masivo de
movimiento popular. Su evolución no fue en absoluto lineal sino que conoció importantes
reflujos, dependientes de las reacciones del gobierno, de las cuales la mayoría de los
militantes permanecieron sujetos, tanto por su militancia partidaria como por sus
concepciones políticas. Tras cada crisis, a pesar de una mejora significativa de su capacidad
de movilización, se les pide respetar los compromisos contraídos con la UP en 1970. Por lo
tanto, se asiste cada vez a un retorno al aislamiento y la atomización política de los
trabajadores en sus fábricas respectivas. El MIR, salido de la clandestinidad desde hace
apenas cuatro años, permanece incapaz de hacer cambiar este modelo, oscilante entre un
voluntarismo revolucionario y las críticas oportunistas a la Unidad Popular. A pesar del
éxito innegable de la difusión de sus ideas, prueba de una verdadera capacidad de análisis
de la situación política, los miristas mantendrán la estructura militarista y cerrada de su
organización, los "frentes de masas" que no se integran en absoluto a estos22
."
Pero ¿qué rol jugaba el MIR en los Cordones
Industriales? Recordemos que se suscitaba un
"pseudoantagonismo" entre los organismos del
poder popular (cordones industriales y
comandos comunales). Pues si bien el MIR
impulsaba los Comandos Comunales de
Trabajadores, también participaba en el interior
de los Cordones Industriales, como el de
Cerrillos-Maipu, Vicuña Mackena y otros,
presentando dirigentes y militantes como
Javier Bertín, Guillermo Rodríguez, Mario Olivares, Cecilia Castro, Juan Carlos
Rodríguez,...
Es importante antes destacar la formación del Cordón Industrial Cerrillos-Maipú. Este
cordón comienza siendo un Comando de coordinación de las luchas de los trabajadores del
Cordón Cerrillos-Maipu y era la articulación mixta de la izquierda revolucionaria, donde se
concentraban militantes del MIR, de la izquierda del PS, del PCR (maoista), trotskistas y
dirigentes sindicales que realizan un cabildo tras la organización de pobladores y
campesinos y una serie de huelgas industriales en que los trabajadores exigían su derecho
de pertenecer al sector estatal. Tras una serie de acciones de carácter mas radical y el
conflicto entre los dirigentes y la ministra del trabajo debuta el Cordón Cerrillos-Maipú que
aglutina varias industrias al encontrarse en un sector con una de las mayores
concentraciones industriales a nivel nacional, con un movimiento importante de
campesinos por la ocupación de tierras y un importante número de pobladores en
movilización, además de coordinarse con las comunas vecinas de Barrancas y Melipilla. De
este modo, el Cordón Cerrillos-Maipú es uno de los primeros en sostener un proceso de
ruptura (con el gobierno) e insurrección (muy incipiente). Es así que el 30 de junio de 1972
el Cordón llama al "control obrero de la producción a través de consejos de delegados
revocables en cualquier momento, en todas las industrias, minas y fundos... A la
instauración de una asamblea popular en sustitución del parlamento burgués, pero dispuesto
a apoyar al gobierno y al presidente Allende en la medida en que éste interpretara las luchas
y movilizaciones de los trabajadores23
".
La razón por la cual el MIR participa como miembro activo en estos cordones, sin buscar el
desarrollo de los Comandos comunales es que éstos, debido a la alianza que se producía en
su interior entre trabajadores, pobladores y campesinos, no tienen la necesidad de
transformarse en Comandos, al presentar en sí el germen funcional de dichos organismos,
no sin considerar el rol de la burocracia sindical del PS concentrada en Hernán Ortega24
. En
estos casos dichos cordones cumplen la condición particular de articularse e integrar a los
diversos sectores de la clase en su interior y no aislarse respecto a su ubicación territorial.
Entonces, como es posible estudiar, el Comando Comunal no disuelve al sujeto
revolucionario en el pueblo como tanto acusa el oportunismo, sino que trata de encauzar la
hegemonía obrera en el resto de los sectores precarizados; "poder popular" no es una
definición de carácter estático y con una significación especifica; plantear que el mirismo,
al ceñirse a las tácticas guevaristas de guerra de guerrillas, claudica al liquidacionismo es
sostener una arrogancia sin límites, como si la revolución fuese una mera receta escrita
hasta el socialismo. A quienes sostengan posturas o acusaciones semejantes se les aconseja
dejar de ser tan reduccionistas en su visión, estudiar bien las distintas aristas de los procesos
dialécticos en curso en la lucha de clases y renunciar a cualquier estrategia sesgada,
oportunista y que trace una vía sin cambios abruptos, porque así -estimados lectores- no
funciona la realidad.
Para terminar este pequeño ensayo debemos vislumbrar
la complementariedad absoluta que existe entre
Cordones Industriales y Comandos Comunales y
sobreponernos a la falsa dicotomía que nos presenta el
oportunismo a elegir entre uno u otro. Estos organismos
son el poder a impulsar, el embrión de una nueva
sociedad y fue su construcción la principal razón que generó el programa golpista de la
derecha y del imperialismo, temiendo el desarrollo revolucionario que pudieron haber
impreso en nuestra sociedad, trascendiendo en una ruptura abierta con la concepción de una
vía pacífica hacia el socialismo y en consecuencia, con el gobierno de la UP. Demuestran
estos párrafos además, como el Comando comunal y el Cordón industrial son levantados
como organismos del poder popular y además, como ambos organismos no carecen de la
hegemonía de los trabajadores, sino todo lo contrario, pero buscando la inclusión de todos
los sectores oprimidos y precarizados en su interior.
Ignacio Indignado
Referencias
1Franck Gaudichaud. 2003. La Central Única de Trabajadores, las luchas obreras y los
Cordones Industriales en el periodo de la Unidad Popular en Chile (1970-1973).
2Michael Löwy. 2003. Los actores olvidados de la Unidad Popular. Prefacio a Poder
Popular y Cordones Industriales.
3Miguel Enríquez. 1973. Discurso en el Teatro Caupolicán.
4Franck Gaudichaud. 2004. Poder Popular y Cordones Industriales. Testimonios sobre el
movimiento populaar urbano, 1970-1973. LOM Ediciones.
5P. Kropotkin. 1920. Cartas a VI. Lenin; Leon Trotsky. 1929. Stalin, el gran organizador de
derrotas.
6Antenor Alexandre. Chile: El fin de la vía pacífica. LIT-CI.
7Sebastian Leiva. 2003. El MIR y su inserción en el mundo obrero: el Frente de
Trabajadores Revolucionario (FTR) y su relación con los cordones industriales.
8Idem
4
9Idem
4
10Idem
4
11Franck Gaudichaud. 2013. 1970-1973: Dialéctica del poder popular chileno. Entrevista de
Jan Malewski (26 septiembre de 2013).
12Idem
4
13El pliego del pueblo. Octubre de 1972.
14Idem
4
15Victor Toro. 1973. Poder popular: unión y lucha de un pueblo.
16Idem
4
17Idem
4
18F.Zerán. 1973. Los comunistas y los cordones.
19Miguel Enríquez. 1973. Un diálogo que desarma.
20Coordinadora provincial de Cordones Industriales de Santiago. 1973. Declaración.
21Habla Hernán Ortega. 1973. Chile Hoy.
22Idem
4
23Cordero, C., Sader, E., Threlfall, M. 1972. Consejo comunal de trabajadores y cordón
Cerrillos-Maipú. Balance y perspectivas de un embrión de poder popular.
24Guillermo Rodríguez. Poder popular en Chile: La autodefensa del cordón industrial
Cerrillos. Entrevista de Marcelo Cornejo a un miembro de la Comisión Militar del Cordón
Industrial Cerrillos en los años 1972 y 1973.