Copia de 1931 Carmen Lyra - Bananos y Hombres

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  • 7/26/2019 Copia de 1931 Carmen Lyra - Bananos y Hombres

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    Carmen Lyra

    Relatos escogidos

    [Bananos y hombres, pp. 371-387]

    Prlogo, seleccin y notas de Alfonso Chase

    San Jos, Costa Rica

    Editorial Costa Rica

    1977

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    Yo volvi a la ciudad, y durante mucho tiempo pen2 al ano-

    checer

    -can

    una intensidad semejante a

    de este

    momento-

    en

    el

    hulero solitario

    y

    callado que vivia en el coru6n de la aelVl a dia

    y

    media de

    18

    habitaci6n

    proxima.

    junto

    al

    lugar

    en

    donde tenia

    enterrados a su mujer, a su mjo y a su Perro

    1930

    370

    N NOS Y HOM RES

    Pongo primero BANANOS que HOMBRES porque en las fincas

    de banano, la fruta ocupa el primer lugar, mb bien el mico. En

    realidad el HOMBRE es una entidad que en esas regiones tiene un

    valor minimo y no

    est

    en

    el segundo puesto, sino que en la punta de

    la cola de los valores que ali i se cuentan.

    I

    ESTEFANIA

    En

    la

    playa interminable y desierta que

    va

    desde Barra del

    Tortuguero 8

    del Colorado,

    encontnmos

    la cruz de madera tosea,

    pintada de negro en alguna ocasi6n, ya destenida casi toda. A

    10

    largo

    de los brazos, un nombre,

    y

    tal vtZ la primera letra del apellido

    den tro de poco completamente ilegible, Estefania R Quid. Rojas.

    quiz

    Ramiru

    0 Ramos.

    371

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    Muchas miUas se hab(an reeorrido sin encontrar nada que

    piera \a

    monotonia

    del paisaje; mar y cielo a la der echa ;

    1.

    arena de

    la playa al frente y a la i zquie rda

    1a

    vegetaci6n de icac( ls, almendros y

    coco tero s. Cafa la ta rd e dentJO de aqueUa soledad inmensa. De

    pronto \3

    cruz negruzca

    endavada

    en la arena, los br azos tend idos

    r n t ~

    :I

    \a inmensidad azul. E1 mar Ia habia Uevado hasta aUt

    Estefanl :I R

    ..C6mo habria s ido la mujer que llev6 este nombre?

    Y una fila de slluetas femeninas como las que uno encuentra

    par

    esas playas 0 en las ftncas de banana comenz6 a desma r po r la

    imag.inaciOn, figuras p:llidas, marchitas, tostadas

    por

    e sol, las fiebres

    y la sensual idad del hombre amorales e inocentes como los animales.

    Hay

    una que

    se des taca sobre el fr iso dol iente, i,se Uamarfa Este-

    rania? El nombre se

    ha

    borrado de la memoria . Un t ri ingulo oscuro

    el ru stro e nlrc el

    alboroto

    del ~ a b e l l o negro; la

    esder6tica

    y los

    dientcs

    muy

    blancos , los pies desnudos, fuertes y sarmentosos , los

    brazos muy largos.

    (,C6mo Ileg6 a las fincas de banano s de las vegas del Reven-

    ta70n y Parismina? La vida la trajo rodando desde el Guanacaste.

    Creo que en Santa Cruz., el juez que mas tarde lleg6 a ser un

    honorab le mag is tr ado de la Cor te de Jus tic ia . Ie hizo

    un

    chiquillo

    cuando

    ella apenas

    entraba

    en la adolescencia. Por supuesto que

    despues el e stin \abl e caball ero ni se acordaba de la insignificante

    aventura. Ella dej6 hijo en la primera casa propic ia y comenz.6 a

    radar. Luego

    OttO

    ella n recordaba bien el nombre, la dej6 emba-

    razada y sigui6 rodando, rodando. Naci6 una nU\a. Era

    como

    esos

    ped31.11S

    de palo

    que

    van en la corriente de los rios. La vida la

    d P O S I I ~ l ca n lodo y chiquil1a en una fUlca de bananos de la regi6n

    del II:inlin . Y asi sigui6 de fmca en flIlca, hoy con uno, mmana

    can olra

    si

    hasta

    co n un

    chino duei l.o de

    un

    comisariato tuvo que ver

    la pobre , y la chiquil la s iempre pegada de ella

    como

    un hongo de

    una

    ran1a desgajada.

    En una ocasi6n se met i6 a vivir can un hondurei l.o y se fue con

    el a una finca en donde 5610 admit an hombres solos . La muchacha

    era

    ( Rica

    mujer que aUf hab ia . Una noche se convinieron los

    peones y asaharon la casa del hondurei \o para qui tarle la mUjer. to

    apuna cJron ( hicieron 10 que gana les d io can

    eUa.

    No se sabe como

    37:

    no sal ieron de la chiquita que encontes tendrla unos tres mos En Ia

    fUlca en donde Ia conacf de cocinera era fiel at hijo del duen.o como

    un perro. El mozo era beUo y amable y por el se habda dejado ella

    matar. VeMa el mucha cho cada mes a Ia hacienda a inspeccionar el

    estado de los cultivos y a la muchacha est

    as

    visitas la hadan tan

    dichosa como a una santa las de un Angel que bajara de los cielos. Par

    el

    aguan taba que el admin is tr ador de la fmca en sus bor racher as la

    pateara 10 mismo que a su hija y a su perrillo; y pa r el, no permitia

    que se pe rdi er a un c inco en el comisar ia to ,

    n

    que se extraviara un

    huevo,

    no

    se Uevaran un palo de leila.

    Entretanto

    en

    Ia

    ciudad, las

    ganancias de la finca serv ian par a que e l padre y el hijo fueran socios

    del Club Uni6n , par a

    que

    la senora

    que

    tenia

    juanetes

    y callos

    no

    se

    baja ra de l autom6vi l y par a que 1a hija se vistiera muy ch ic y fuera

    cada MO a

    Europa

    y a los Estados Unidos y trajera uno s vestidos y

    una ropa in teri or que dejaban envidia e n el co raz6n de sus mejores

    amigas.

    Varios anos sirvi6 alii, pero

    cuando

    se puso

    muy

    mal del

    paludismo, nadie

    huo

    nada

    por

    ella. Tuvo que coger a su hija y sus

    chiquitas y venirse p ara el Hospital Sap Juan de Dios. Quien sabe

    c6mo haria con la muchachita porque

    no

    creo que en cadtativo

    establecimiento la admitieran con

    todo

    y criatura. Y el

    buen

    mozo

    hijo del duei l.o de la fmca

    n

    siquiera se a co rd6 en la ciudad de la

    pobre sirvienta enfeona. En cuanto a la sei lora de los ju an etcs y su

    dis tinguida mja ignoraban has ta la existencia de aqueUa mujer que se

    desvelaba porque en 1a fUlca no se les perdiera ni un huevo, ni un

    cinco, desvelos que contribuian humildemente a pagar el automovil ,

    los viajes al extranjero y Ia fina rapa interior de la sei lorita.

    La

    vi

    la

    ultima

    vel. a su regreso del hospita l,

    en

    uno

    de los

    trenes de los ramales que salen de Siquirres. en un carro lleno de

    negros que rdan a carcajadas, de negras vestidas de colo rines que

    chillaban

    como

    loras nicaraglienses de Val. suave. Siempre 1a nma

    pegada de ella, march it a ya como una per sona vieja, y t an seria, que

    uno

    se preguntaba

    si

    la risa nunca habria jugado sabre sus tabios.

    Daba congoja ver esta chiquil la cuyos ojos eran duros como guijarros

    y

    con

    una boca seca que hada pensa r en la t ie rra en donde nunca ha

    llovido. madre veni a vestida de celeste y la hija de amarillo , unas

    373

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    telas brillantes. ,Por que :Ie habrfan puesto estos trajes vistosos?

    Entre ellos la tristeza de su vida adquirfa una doliente ridiculez.

    ,Ouien

    hubiera dicho que e n mujer apenas

    si habna

    cumplido

    los veinticinco anos? Estaba tan flaca que

    pareda

    se estaba

    pando los canillos; en la piel de un negro verdoso, la escler6t ica

    brillabz con un amarillento suliestro y enlos

    p 6 ~ u o s en

    las clavi culas y

    en los codos, ya los huesos rompian

    el

    pellejo.

    I

    hablar hada una

    mueca que dejaba al descubierto las

    endas

    descoloridas

    de

    las cuales

    la debUidad habia ido arrancando aquellos sus dientes ta n blancos y

    tan bonitos con la misma indiferencia con que una mano deshoja una

    margarita.

    Al

    Ilegar al termino descendi6 penosamente apoyada en su hija

    y

    se

    confundi6 entre el

    grupo

    de gente que esperaba la Uegada del

    tren. De alii se fue a buscar acomodo con otTOS pasajeros en unes de

    los carros-platafonnas t irados por mulas que corren sobre la red de

    lineas que sorcan las fUlcas y sirven para el transporte de

    Ia

    fruta.

    que lugar

    se

    dirigia? Se sent6 con su hij ita entre un mont6n de sacos

    y cajones. Se vela que ten ia d if icu ltad para respirar. No es ext ratio

    que

    estuviera tuberculosa.

    mulero hizo restallar el latigo y Ia mula comenz6 a trotar

    arrastrando tras

    s el

    veh(cul0 sobre los rieles. En el fondo del

    callej6n por donde corria

    el

    tranvfa temblaba la mancha

    viva

    formada

    pa r

    los trajes

    de la

    madre y de

    la

    hija, que :Ie internaban de nuevo

    entre los bananales.

    que humilde cementerio

    de

    estos caserfos de la

    Unea,

    Ia

    avenida de

    un

    rio las olas del mar arrancaron la humildc cruz?

    Estefan a R

    Una de las tantas mujeres que han pasado por las

    fUlCas

    de

    banano.

    Tras de nosotros quedo

    la

    cruz sembrada en la arena, los brazos

    abiertos hacia

    la

    inmensidad del mar sobre el cual comenuba a caer

    el creposculo.

    En las flncas

    banana se

    e

    guardan s comideraciones a Un

    mata

    ban no qu a un

    374

    n

    NOCHEBUENA

    Haec tres dias llueve sin cesar. EI

    Divel

    del Reventaz6n sube y

    sube.

    La

    vispera

    ha

    Uegado a la finca la orden de corta:

    mil

    racimos

    slight heavy full.

    Todavia oscuro se han levantado los peones. En

    la

    lcjanfa cl

    mugido

    de la

    barra de Parismina

    y

    en

    tomo

    a los ranchos

    el

    rumor

    del aguacero sobre los bananales. Se mueven los hombres a

    la

    luz de

    las lamparas y las sombras de sus cuerpos

    :Ie

    agitan sobre

    el

    esvacio

    i luminado, como jirones arrancados a la oscuridad desolada que los

    rodea.

    Las mujeres

    se

    han levantado a preparar el desayuno. Los

    hombres se toman a prisa y en sileneio su

    burn

    de arroz y de frijoles

    que bajan con cafe. Ya el agua del r lo comienza a lamer con taimada

    indiferencia

    el

    umbral de los ranchos.

    Salen del cuerlo c.hapaleando gua

    y se

    internan entre

    1a

    despiadada humedad de los bananales.

    Una malIana Iivida los sorprende

    en

    el

    coraz6n de las planta

    eiones, los cortadores

    ca n

    la larga chuza al hombro, los concheros

    con aquel su atavio de hojas secas

    de

    banano que les

    da el

    aspecto

    de

    baUarinas hawaianas. Sigue lloviendo. Hay partes en

    dcnde

    el agua

    lIega a la rodil la de los mt s altos.

    En su faena tienen que recorrer kil6metros, mirando hacia

    arriba en

    la

    busqueda de los raeimos que t ienen el grado requerido.

    Utovan

    guaro contrabando y beben. La propaganda antialcoh61i

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    Y ahora d pobre quiere tener las mismas fuerzas de antes. Va

    con uno de los cortadores mis hib iles y t iene que moverse mucho

    para

    da

    abasto. Da pena verlo

    con

    su eara febril bajo el viejo

    sombrero

    de

    f i ~ l t r o que chorrea agua.

    Las

    hojas

    secas

    penden de los

    tallos como harapos sucios y las chiras rojas hactn pensar en cora

    zones que cuelgan a la intemperie.

    Van

    y

    vienen los cortadores y los concheros; caen los tallos y

    el

    .-a uno es recibido con

    todo

    mimo

    y

    depositado con el mayor

    cuiJado

    en ordenados montones a 10 largo

    de

    la linea del tranvia, en

    Ius

    mCJores sit ios. Los peones que no tienen guaro y estan sedientos.,

    sc mdinan a

    la

    pasada y beben en los charcos. jQue cuento de

    parasitos intestinales Da risa pensar en el Ministro

    de

    Salubridad

    Publica que anda en un Congreso

    de

    cuest iones de higiene que

    se

    cclebra en los Estados Unidos. A saber

    si

    muchos de los senores que

    asislen a dicho Congreso

    titnen

    acciones

    de

    la United Banana

    Co.

    c Q u ~

    puede importal

    el

    lrabajador a los accionistas . Lo que

    importa

    es que cuando haya demanda, haya fruta y que suban las aeciones.

    L1ega

    el

    lumo a los carreros.

    SiF UC llovicndo. Bueno. cuando llegue la noche,

    sera

    Noche

    bU311il. Si.

    CSlamos

    a vcintieuatro de diciembre.

    Hay que cargar con

    tado

    primor la fruta para que no se

    maltratc. Les hat.::n lechos de hojas en las pequenas plataformas de

    madera montadas sobre ruedas. Restalla

    e

    Utigo, la mula endereza las

    orejas y parte a traods

    de

    los bananales intenninables con la preciosa

    carga.

    EI

    agua cubre los rides, pero como se saben

    de

    memoria los

    switches , eso no impor ta . En cada uno hay que bajarse para levantar

    y

    acomudilr

    cl

    carro en

    3

    via que debe tomar.

    En

    una de esas Pancho

    Urtcga sc ha dado un fuerte golpe en una rodilla. tan fuerte que ha

    tcmdu un ~ q u o desvanecimiemo.

    c.A

    que pensar en eso? Acaso

    vale

    mas

    su rudlUa que e)

    banana de

    la United Banana CO.

    K

    Cada W l

    al

    Ut'gar

    al

    comisariato del Carmen, beben. iQui

    borrachos

    e s t a n ~

    Alia kjos. en las ciudades. los mointropos pueden

    hdccr toda la propaganda anti-alcoh6lica que a bien tengan. La Com

    pa/Ha tendra Jo de tener

    en

    sus comisariatos siempre una buena

    PTU\1Si6n

    de aguardiente. Sin el guaro, que vida mas aburrida seria la

    de los peones.

    i t . \ c h ~ I.U

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    gatas celo sobre los t ~ j d o s Dan ganas de coger patadas el

    admirable invento, y tirarlo

    al

    rio.

    Todo el mundo esta borracho

    aUi

    hasta las mujeres y los ninos.

    Pancho Ortega no ha podido venir a l fiesta. Ha tertidu que

    permanecer en su rancho en el que vive con una negra. La radiOa se

    Ie

    ha puesto como una cabeza de temero y

    se

    ha echado as( con I.

    rop y el calzado empapados, porque no aguanta que

    10

    toquen. A

    ralos brama dolor. Lo que han hecho la negra y es ponerse a

    beber ron. BaJo 3 cama se desliza en silencio el agua del rio

    no deja de Uover

    El

    Reventaz6n corre entre It ~ o c h e con

    una qUietud aterradora.

    jNochebuena

    . Los altos empleados

    de

    la United Banana Co' que viven en

    Limbn. en

    10

    que

    Uaman

    la Zona.

    t a m b i ~ n

    celebran su Nochebuena.

    Han adomado sus casas confortables con graciosas coronas

    de r r w ~ r

    dotgo y han p l ~ t ~ o arbolitos' de Navidad con muchas luces y frotas

    fantisticas

    de

    Vldno Para toda la gente bien de Limbn, los machos

    han preparado una fiesta en el Amusement Hall.

    EI

    que ha recibido y

    trasmitido Ia orden del rechazo de la fruta. es un buen hombre. un

    padre amante sus hijos que mira con indiferencia los cuemos que

    los machltos Ie pone su mujer. Ha jugado y cantado con

    sus

    nIDos en tomo at arbolito resplandeciente

    y

    mas tarde se ha emborra

    chado con los amiloS y amigas

    de

    su mujer en el Amusement Hall.

    Es

    en casa de un diputado de los que

    se

    empel'taron en que

    pasaran los cont ratos bananeros tal como 10 deseaba la Uni ted

    Banana Co.... contratos que casi han dejado

    el

    destino de Costa Rica

    en manos de esa compatiia.

    Dicen que

    Ie

    dieron unos pocos miles de colones como premio

    a su adhesi6n a la CompaiHa frulera.

    Esta r e c i ~ n casado. s610 un nino tiene. Con parte del dinero que

    as( se gan6. ha comprado para su hijo un autombvil de juguete en el

    que cabe Ia criatura, trenes, bolas y no se cuantas chucherfas mas y

    para su mujer un pendent if con un briUante y una refrigeradora.

    demb

    ha plantado t a m b i ~ n su arbolito de Navidad ante

    el

    cual se

    ha extasiado con su mujer y su hijito.

    378

    Ambos c6nyuges

    han

    invitado sus respectivas familias y affii

    gas. Han tenido chompipe relleno. champagne. tamales. etc. A media

    noche

    el

    nino

    se hi

    despertado

    y se ha

    puesto a jugar con sus regalos.

    y at padre y a la madre se les

    han

    salida lagrimas de emoci6n al

    contemplar el froto de su amor encantldo con aquellos juguetes

    comprados con

    el

    dinero que

    la

    Uni ted Banana Co. , diera como

    premio a su venalidad.

    (De

    c6mo pas6 aquella misma Nochebuena,

    Mr

    Sweentums. Asistant Manager de la United

    Banana Co

    en New York).

    Fue

    en

    el delicioso apartamento de Dolly Darling, chiquiJIa de

    quien

    Mr

    Sweentums estaba e n m o r ~ o

    DoUy

    Darling

    se

    dedicaba

    at

    vaudeville aun cuando tenia una

    voz insignificante. Adem s

    se

    habia ganado una copa en un concurso

    de baftistas en Riverside.

    Mr

    Sweentums pas6 una noche deliciosa entle las carantoi'las de

    su protegida y las ocurrencias de

    PoUy

    Flapper

    la

    hija dcl rey del

    papel h i g i ~ n i c o y

    de

    Conny Fletcher quien tuvo lugar preferente en

    la

    primera p ~ i n de los peri6dicos de la prensa escandalosa cuando 10

    del crimen

    de

    Tennessee.

    iDolly Darling parecia tan enamor.da de

    Mr

    Sweentums Y

    c6mo no,

    si

    Ie hab a lIevado esa noche como recuerdo de Navidad,

    aquel Rolls-Royce que seria la envidia de sus amigas. can carroceria

    disenada especialmente. calefaccion. luz eMctrica. orquideas y no se

    euanlas novedades mas; y aquella piel

    de

    lorro, de tremla } dos colas

    y un choker de brillantes de Tiffany

    Conny lIeg6 en su limousine y Polly en su Packard regala del

    padre. es decir comprado can las ganancias obtenidas en el comercio

    del papel h i g i ~ n i c o

    Pasaron una Nochebuena deliciosa. Tomaron cocktails exqui

    sitos preparados por

    Mr

    Sweentums can al alcohol que a pesar de ser

    un obediente ciudadano de las leyes de los Estados Unidos, sabia

    conseguir cuantas veces

    se

    Ie antojara: comieron almendras saladas y

    mil golosinas mis. EI radio les trasmitl6

    la

    mflsica de

    la

    orquesta que

    379

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    tocaba en cl Roxy y una onda les trajo la frase de los inge1es a los

    pastores de Belen, repetida con unci6n

    por

    el Reverendo Billy Jan-

    kins : G lo ri a a Dios en 1u alturas y paz en la ti er ra a los hombres de

    buena

    volundad .

    Dice unas grrmdes autoridades midicQS a quienes United Fruit Co.

    ha consultado

    con e/

    { II

    e ev

    propaganda a

    su

    articulo qu el

    banana s un gran alimento para los ninos

    (;ae

    la tarde . Comienza mayo y el canto de

    las

    chotchas y de los

    yigOirros pone

    una

    dulzura

    infwta

    en

    la

    paz rup6cri ta de

    cnos

    campos tropicales cubiertos de charcos en cuya mirada verdosa aeecha

    la f icbre. Carre

    cl

    Parismina

    sin

    ruido

    con

    su taimada mansedumbre

    que

    el sol poniente dora y toca de melancoHa. Pasan sabre agua las

    ganas blancas y grises con su vuelo rombltko y ent re las ondas se

    esconden tiburoncs y cocodrilos. Los zancudos del paludismo comien-

    zan a inquietar el.encanto de la tarde .

    Los nii'los

    p ~ i d o s

    y los perrillos Oacos y

    urnosos

    deambuJan

    por

    el caser(o. unos diez ranchos 10 mis.

    Son verdosos, muy morenos,

    con

    las pancillas repletas

    de m-

    brices, amebas, ankilostomas y de sabe Dios cwntos monstruos. No

    gri tan ni sal lan,

    se

    mueven

    can

    len ti tud y

    cuando

    sonrien dejan ver

    unas endas exangiies,

    10

    cual da

    un

    fondo doloroso a esta sonrisa.

    Descansan su vagabundeo en el bote tumbado en la ribera a la

    sombra pladosa de

    un

    sotacabal1o.

    Ram6n y Juliin acho y dace ailos, respectivamente. nevan el

    tronco dcsnudo. Son hermanos, hijos de la Rosa, cada uno de padre

    d iferen te ; Ram6n de

    un Rica, Juliin

    de

    un

    chino . Basta verle los

    ojitos, los p6mulos y el peto

    como

    agujas. Ahora la Rosa vive

    can

    Luis, un negro.

    EI

    negro de Luis se emborracha y

    yo

    creo

    que

    t amb ien la Rosa. Dicen que en las par randas

    que

    arman haeen beber

    tambicn a los chiquillos.

    380

    Anselmo es hijo de

    la

    Mariana. el

    mayor

    de

    Wla

    marimba

    de

    cinco criaturas. Pero ni Anselmo ni el que Ie sigue son hijos de D u.

    el padre de los tres

    Caltimos,

    a los cuales ha chineado

    pobre

    Anselmo: siempre anda

    con

    el 61timo cn o que la Mariana ha terudo a

    bien traer a este mundo.

    . Qui:ds sea el oficio 10

    que ha

    dado

    aI

    nii'lo esa cara

    de

    tonto 0

    de besl ia de caIga que t iene .

    Lidia, siete alios, debilucha.

    105

    parpados hinchadoll, precoz y

    perfcctamente instruida en todo

    10 que

    se relaciona

    can

    el pecado

    que

    en las tablas de

    Moish

    ocupa

    e

    sex to lugar. Esc s i, ni ella

    oj 1a

    madre.

    ninguna de esas gentes cree

    que

    e so sea pecado. (Yo me

    pregunto

    que piensan los cat61icos

    que

    hace su Dios

    can

    las almas

    de estas criaturas). La madre de Lidia es la cocinera del administrador

    de la fmea, una mujer joven y guapa de Cartago,

    con perm

    de

    medal1a ramana,

    wlo

    que

    cuando

    rCe

    deja ver unas cncCas pobladas de

    ruinas negruzcas que deben oler mal.

    j

    cuanto ha rodado esta pobre

    EloCsa

    con

    su chiquilla Algo

    asi como

    EsteCan(a can la suya.

    Cuando van al Carmen 0 salen a Siquirres Lidia se empolva y se

    encoloretea como su madre y se les guinda y pide pla ta a los hombres

    con

    quienes la otea tiene

    que

    ver.

    MartCn, \'nos

    ocho

    aftos, es hijo de Felipe Quesada el mejor

    cortador de la fmea y tambiin el mAs borracho.

    Dicenquetieneuna

    saca de guaro y

    que

    el chiquillo Ie

    ayuda

    en tales andanzas.

    Un dCa, cuando

    MarICn contaba

    un ano, su madre se fue

    can

    otro

    y as(

    u

    tenido

    que

    vivir

    can

    tOOas

    las

    mujeres que su padre

    se

    ha

    amaneebado;

    can

    la Petrona que

    Ie

    pegaba

    sin

    misericordia,

    con

    la Carmela

    que no Ie

    haeCa casa y

    que 10

    dej6 cundirse de niguas y

    piojos,

    ca n

    la Socorro que se pasaba bo rracha y ahora con Eva que

    tiene

    dos

    hijas

    mts

    grandes que Mar tin. Est a ha s ido la mejor

    ~ p o c

    del nino porque la Eva y las chiquillas son buenas can e l Eva no

    quiere que oj sus mjas ni MartCn se queden burros como ella, que oj

    leer sabe. y as( lava la ropa a Cayetano Espinoza, un pe6n, sin

    cobratle nada can tal que los

    ensei l.e

    a leer

    y

    a escribir

    y

    alga de

    n6meros.

    Natalia, una muchacha de edad indcfmible, con su hermanito en

    los brazos. grupo mAs triste, Sef\or

    381

  • 7/26/2019 Copia de 1931 Carmen Lyra - Bananos y Hombres

    8/10

    Ella, verdosa, hinchada por la anemia, revejida con unas mechas

    negras, _en.n:dadas y vida y ~ n d o l e de la

    cabeu

    abaUda por una

    mana

    lOVlslble.

    El nino

    tendr ca n

    trabajos

    un

    aIlo: la cabc:cita

    coronada por unQS

    riatos

    negros, la cosa m b linda y bljo

    eDos

    un

    rostra

    t r i s t ~

    tan

    p u ~ d o

    de una

    ~ a l i d e z

    casi transparente,

    abob-

    gado, seno, seno como

    no conociera

    la Onrisa;

    los ojitos hinchados

    ca n la esclerotica casi Iivida que hacc pensar en la muerte. La madre

    cuent.a que se qued6 asi como tontico desde una cafda en

    la

    que

    se

    Ie

    hundl6 la moDera, y que d e s p u ~ s Antonia la vieja curandera que vive

    en

    la

    Barra de Parismina

    se

    la

    sac6 con la boca asi: primero

    se

    ech6

    una buchada de ron

    y

    luego una bocanada de humo de puro, aplic6

    la boca a

    Ia

    moDera hundida y absorbi6 para sacalla. Engracia, la

    madre de Natalia, quiere que

    la

    muchachi ta y otros dos ninos suyos

    p r e n d ~ a leer con Cayetano, pero no van a poder, pues

    se

    van a ir a

    constrUJr

    un

    rancho a unos seis siete kil6metros de aUf. Hay que

    labrar montana para sembrar mas banano y los chiquil los

    se

    tendrAn

    que quedar animales como ella que no sabe ni una letra; si, animales

    entre esas soledades.

    De la otra ribera grilan. Es que han pescado un t ibur6n. Hace

    paco un t ibur6n aserr6 la pierna a una muchachita que se

    b naba

    a

    la

    orilla del rio. iY estas cnaturas que

    se

    pasan chapuceando entre el

    agua ,

    La

    m6sica de las chorchas y de los yigiiirros

    es

    ya 5610 un

    recuerelo melodioso en

    Ia

    memoria del tiempo. Hacia el oriente, sobre

    el azul t ierno del cielo comienzan a brillar con inaceneia y timidez las

    estrellas. A saber si en muchas de eDas hay paludismo, culebras

    venenosas, tiburones y rmcas de banano.

    Los congos ladran en la lejanfa y en

    el higuer6n vecino las

    r o ~ n d o l s annan su algarabfa

    de

    comadres oficiosas, antes de entre-

    garse al descanso. En los

    ucatales de

    las riberas se encienden y

    apagan millones de candelillas. Los nillos las contemplan can sus ojos

    sin alegria.

    A

    t r v ~ s

    del encanizado de las paredes de los ranchos comienza

    a brillar el fuego del hogar. Es como si los ranchos se pusieran a

    sonreir.

    iEI

    hogar en estas regiones que producen banana y estos

    ninos ,

    382

    Los

    que conocen el valor de los alimentos, han descubierto que

    el banana es una

    gr n

    cosa, que cuando una persona

    se

    come un

    banana se mete entre el cuecpo no si cuintas calorias

    y

    vitaminas.

    Pero las gentes que (rabajan

    en

    las rmcas de banana dicen que

    es malo. Bueno, hacen ironia sin saberto

    En cambia enlos Estados Unidos, en donde casi todo el mundo

    es

    pragmatista y por 10 tanto sabe aprovechar honradamente

    10

    que a

    los

    demb

    ha costado sudor y fatiga, todos las bananas que les

    ofrece

    la

    United Fruit Co. Dicen

    la

    United Fruit Co. y los medicos a

    quienes ha consultado, que esa fruta es excelente subre todo para los

    nil\os cuando esU.n credendo. iQue car teles m b sugestivos presen-

    tan EI yanqui que

    se

    quede sin comerla, es purque

    es

    un tonto

    redondo.

    j u n

    sugestiva

    la

    propaganda que esa compajHa hace a su

    artCculo Unos carteles arltstico y unos

    anundos

    irresistibles en las

    revistas Si hasta logran interesar a

    la

    Pedagogia

    En

    revistas para

    maestros pintan a los tr6picos, las tierras en donde

    se

    cult

    iva el

    banana, como el parafso terrena y dedican p g inas enteras a los

    bananas de

    la

    United Fruit Co., grabados de ninos sondentes y sanos

    que esperan con mirada golo51 el plato que una madre encantadora

    Ies esU preparando, a de graciosos chiqui llos que comen banana. Y

    luego lectura habla de maestros interesados en

    la

    salud y vitalidad

    de sus alumnos, quienes saben, por experientia, que no hay nada

    mejor para

    htos

    como unbanano maduro y un vasa de leche, y de

    autoridades medicas que han encont rado en el banana e lementos

    indispensables para los huesos y los m6seulos.

    For growing children bananas anu milk

    are

    a nourishing lun-

    cheon.

    Una merienda nutritiva para los niflos que crecen: leche y

    bananas.

    n

    hu

    zonas bananeras o mas valor un racimo de banallos que un

    hombre

    383

  • 7/26/2019 Copia de 1931 Carmen Lyra - Bananos y Hombres

    9/10

    V

    RIO

    ARRIBA

    La

    lancha

    E1 P.ri minl

    remont. el rio en IU vi'je I.mana . H,

    salida media d , con todo .1 sol.

    Ttl.

    un c.rp.mento

    de CICIO

    y

    unos cuantos pasajeros, entre los cuales vieoe una familia que emign

    a 011'2 rmca; cl

    hombre

    de edad indermible. sceo,

    alto,

    cocorvado; el

    c1ima

    ardieOlC.

    e1

    paludismo y el alcohol 10 han rctorcido como

    rcluette

    e fuego una rama verde.

    La

    mujer y

    los

    chiquillos, seres

    a n ~ m i c o s

    raquiticos. hinchados; estos nmos que no han probado

    mb

    leche

    que

    la

    materna.

    Emigran con t odo su habet;

    unas

    ollas negras y

    unos trapos dentro

    de

    sacos de gangoche. Vieoe

    t a m b i ~ n

    e jefe

    del

    Resguardo a quieo aeaban de nombrar, sabrina

    de

    una amiga

    de

    la

    mujer con quieo

    vive

    uno de

    10

    ministros de .stado;

    cs

    un joven

    de

    San Jose con can. de comemaiz.. crialura inlitil que

    10

    unico que ha

    aprcndido

    es

    a bailar muy bien y a beber. Su zapata baja,

    sus

    medias

    de seda rayadas, su charla inswtanciaJ y su pel0 peinado para atds

    como los intelectuaJes cursis, desentonan entre aquella gente silen

    ciosa que

    10

    mira como se pueden mirar unos aretes, un collar 0

    cualquier o tr o adomo de joyeria barata en las umas de los comisa

    riatos.

    EI gris del cicio es para l a m irada una l mina dura de metal

    caliente. Oijl rase que los imbolos y las v tlvu las del viejo motor de la

    lancha, han a patadas el silentio espeso

    que

    oprime el paisaje

    como una pesada

    capa de

    huJe caliente.

    Sube len ta

    la

    lancha

    sobre el lomo del rlo

    amodorrado.

    En las

    riberas,

    cai\udas,

    palmas,

    marana

    insolente, bananales y cacao tales.

    Los cacaotales ponen

    sabre

    la monoton a del verde la nota de sus

    h O j ~ s

    rosadas: sus

    frutos amarillentos penden

    como

    s e ~ o s

    alargados de

    m U J ~ r

    que

    amamantado

    mucho. Esta vegetaci6n lujunosa embriaga

    la

    ~ I s l a

    BaJo la t ie rr a l as simientes se abren para dar a luz: se adivina

    su mqulCtud fecunda. Los

    brotes

    asoman a f lo r de t ie rr a, d ispues to s a

    luchar para abr irse paso; tratan de ahogarse

    mutuamente

    se arn.stran

    I

    se

    en azan, suben estrangwindose. Los mb fuertes se

    empinan

    y

    aplast,an a l os

    o t r o ~

    y cuando logran subir, el fuego del sol a la

    tenaCldad de la hUVla s alen aJ encuentro de su

    tnunfo

    y 10 adonne.

    cen.

    384

    De cuando

    en

    c ua nd o u n lagarto que domuta

    al

    sol

    un

    rancho cuyo techo de pa lma par ece abnunado pa r el calor. A me

    nuda, frente a estu habitaciones hay cuerdas tendldas con tasajos de

    came

    de chancho de monte q ue

    se

    secan l sol. De los suru

    de

    tronoo blanco y e levado penden mechones de una vegetaciOn negruz..

    ca, fibrosa y vaga

    que

    se

    convierten

    dentro

    del

    cerebra adonnilado,

    en los jirones del silencio de esas soledades desgarrado por los golpes

    del

    motor

    de la Iancha.

    l Parismina es

    una

    lancha vieja que anda

    can

    las entrai\as

    l

    lire. Las entrafl.as

    son

    este motor viejo de c inco caballos que

    produce

    un ruido infernal, de piezas cubiertas de

    un

    humedo siniestro y cuyos

    movimientos hacen temblar la carne de l os p asaj eros ; las mejiUas

    sonrosadas del

    jeCe

    del Resguardo se agi tan de

    un

    modo que da risa.

    Debajo del motor

    asoman

    las costiDas negruzcas de la embarcaci6n

    entre

    una qu a

    verdosa. t

    pilato

    que es

    un

    negro y el maquinista,

    hacen j uego can este motor viejo, cuyo briUo y vanidad han quedado

    perdidos

    en

    las

    aguas del

    Reventaz6n

    y de los Cai\os.

    maquinista

    Pancho Sandino ,

    hace cinco anos

    trabaja

    en

    e sta l ancha

    y

    como

    veinte anos de vivir

    pa r

    estas remotidades.

    Es

    de Puntarenas.

    La

    mismo

    que

    a la

    Esteranla,

    l a vida 10 arrastr6 hacia

    estos

    ladas, como

    la corr iente de los

    rlos

    arrastra esos palos que uno ve pasar flotando.

    Cuent a que por

    todas partes

    por donde ha pasado, ha dejado hijos.

    dice que hay que se.mbnr

    La

    scmilla. Vitae sentado

    en

    e l pis o de

    la

    embarcaci6n,

    junto a motor Coma y Cuma en su pipa negra y tosca.

    u i

    no quita la vista

    de)

    motor . Can los ojos cerrados podrla deeir el

    lugar

    de

    cada tornillo, llave, cUindro, tuerea. Si no fuera porque de

    cuando

    en

    cuando parpadea sus oj iUos verdes se

    Ie podrla tamar

    como

    Wl

    utensilio indispensable

    para

    la

    mareha

    del mot or como

    1a

    aceitera

    que

    se

    encuentra

    a so- l ado.

    Cuando

    l leva turistas por los

    Cailos del Tortuguero,

    ni

    siquiera Ievanta

    la c ez

    a oi r

    l s

    exclama

    ciones

    de

    l stos ante

    1a

    maravilla del espeetjeulo. Hace veinte

    anos

    estj

    viendo la misma cosa

    Hay

    que

    reeoger pasajeros en la

    hacienda

    Santa Marla. La

    lancha Se acerca a

    pequeno

    puerto protegido por un grupo de

    cativos.

    Se embarcan: un

    preso

    custodiado por

    dos

    guardas, unas muje

    res j6venes con palud ismo y s fi li s,

    que

    van para el hospi ta l de San

    385

  • 7/26/2019 Copia de 1931 Carmen Lyra - Bananos y Hombres

    10/10

    Juan de Dios en San y un hombre que Ileva el mismo rumba,

    acompaftado

    por

    una mujer menuda can cara de honniga . Este hom-

    bre

    se

    ha golpeado ter riblemente el pecha y una piem at cargar

    bananos en un l anch6n de la finca. Casi

    no

    puede respirar ni endere.

    zane y tiene la p iema t err ib lemen te h inchada y amora tada . Cuando

    se golpe6 nadie

    Ie

    hizo caso, precisaba

    cllgar

    la fruta, y despues el

    duel to de la fmca no tuvo tiempo de ocuparte del 31unto. i .Acaso los

    hombres enfennos cuentan en las fmcas de banana?

    l Hospita l de San Juan de Dios en San Jose es un desaguadero

    de

    toda

    esa gente palud ica, tube rcu losa y sifd rt ica que sale de las

    fincas en donde

    se

    produce el banana que

    es

    segun los yanquis al

    servicio de la Uni ted Fru it Co., versados en

    dietetic

    una nutritiva

    [l olosina.

    En

    el Hospi ta l, la hermanHa de la car idad encargada de las

    enfermedades venerelS inyectani

    Salvardn a

    las pobres muchachas de

    pie mas lIagadas que ent ran en la embarcaci6n. Y la Virgen del Sel\or

    les echar1 en cara su liviandad al ver mueca de dolor de las miseras

    at

    sent ir la aguja h ipodenni ca in troducir se con piadosa sana en la

    came pecadora. Eso s(,

    no

    las curari los domingos ni diu de fiesta

    religiosa por tratarse de enfermedades relacionadas con el pecado.

    EL PEON QUE PARECIA UN SANTO

    Un d(a lIeg6 a la fUlca Santa Mar ia Ignacio Parrales, un pe6n

    ori undo del Guaaacas te . Unos t re in ta y c inco anos 10 mls regular

    estatura, delgado, cenceno, ojos oscuros que

    se

    quedaban mirando

    can tan apacible serenidad, que

    uno

    sent{a como si por el espiritu

    pasaran una cinta de seda y cuando sonrela y ent reabrla los labias,

    Ia

    blancura de sus dientes ponia como

    un

    leve temblor de luna sabre el

    rostra oscuro y castigado pa r las intempenes.

    De todo sabla y entendia; era excelente cortador, excelente

    conchero y excelente mulero. Sabra const ruir ranchos y bates. Pocos

    d(as despues de Ilegado a la fmca comenz6 a ensenar a los ninos de

    los peones y de los duenos a leer y a escribir. A unos y otros les

    nar raba cuentos , les ensenaba a fabricar t rampas para coger

    p ~ j r o s

    y

    bes tczuelas de los bosques y les t ra(a de sus excursiones , chanchi tos

    de monte r e i ~ n nacidos. Cog a los avisperos y panales as no mis sin

    tamar precauciones y Jos insec tos nada Ie haebn Contaban que

    386

    \

    dormla las culebras y varias veces lleg6 a Ia tinca con una coral

    arroUada en el brazu. y dedan tambien que te nia secretos p ara

    dormir a los mordidos par serpientes venenoslS.

    Todo

    el mundo en la tinea. 10 queria y Ie tenia confianza y en

    los cinco meses que pas6 alH nadie 10 via borracho ni pelear

    con

    ninguno.

    Pero un dia Hegaron los guard.,. y \ hicieron preso ~ s t tTa d

    fulano que hacia cinco meses degoUara aI agente

    de

    pol\l ;la de San

    Alberto. Parece que primero le dio un golpe en la cabcLa para

    ata ranta rlo y en seguida con todo cuidado y como slgullmdo una

    Hnea trazada de antemano

    Ie

    cort6 e pescueLo.

    Bien es verdad

    que

    este agente de policia de San Alb erto er a

    una

    buena

    pieza: ganaba

    un

    sueldito cualquiera, pero hubo meses qu c

    Ie sali6 pot ochocientos colones. Para

    todo

    se .necesita mai la.

    Sc

    teOia

    un negro a quien llama el Criador , que Ie servia de t rampa en los

    de pago. En cvanto los peones comenzaban a t oma r, les echaba. al

    Cri ador para que les busca ra camona; Y apenas los o ~ r o s Ie hac Ian

    frente los Uevaban aI

    cepo

    (porque

    ha

    de saberse que aun cuando los

    cepos son prohib idos por la Icy, todavi a sc usan cn los pob lados de

    esas regiones bananeras), del que pod ian salir pagando una oml ta

    Con eSlas multi tas se ayudaba el agente de policia. qUlen tanto

    rimor degoJlara aquel peon

    con

    ca ra de sa nto que se embarc.o en

    EI

    ~ r i s m i n

    al mismo tiernpo que las dos pobres muchachas paludlcas

    sinJiticas y el hombre golpeado en el pecho

    por un

    lanch6n al carga

    bananas.

    1931

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