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  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

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    CONVERSION FILOSFIC

    Y CONVERSION CRISTI N

    [PHILOSOPHIC L CONVERSION N D CHRISTI N CONVE RSION]

    JU N LONSO

    S U M A R I O :

    1. I N T R O D U C C I N . 2 . U N A C O N S T A N T E A N T R O P O L G IC A . 3 . C O N V E R -

    SIN

    COMO

    VUELT H CI UNOMISMO.

    3 . 1 .

    Conversin

    religiosa.

    3.2.

    Conversin filo

    sfica. 3 .3 . Platn. 3.4. Helenismo. 4. LACONVERSIN CRISTIANA. 5. CONCLUSIN.

    Resumen:

    En los orgenes del cristianis-

    mo se observa una cierta prevencin

    de los cristianos hacia la prctica filo-

    sofa del mo m en to , pues Cristo , el ver-

    dadero Filsofo y el autntico Pastor,

    ofreca las respuestas adecuadas a las

    cuestiones fundamentales de la exis-

    tencia humana. Este artculo analiza la

    novedad radical de la cosmovision cris-

    tiana a partir del anlisis de la nocin

    de conversin.La comparacin entre

    conve rsin filosfica y conversin cris-

    tiana ofrece una explicacin sobre esa

    inicial desconfianza del cristianismo

    hacia la filosofa. Indirectamente, este

    estudio pone de manifiesto el alcance

    de la categora conversin c om o piedra

    de toque para el anlisis de las distintas

    Abstract: In the origins of Christianity

    we observe a certain wariness of Ch ris-

    tians toward the philosophical practice

    of that moment, because Chris t , the

    true Philosopher and authentic She-

    pherd, offers the right answers to fun-

    damental aspects of human existence.

    This article analyzes the radical no-

    velty of the Christian worldview from

    an analysis of the notion ofconversion.

    The comparison between philosophi-

    cal conversion and Christian conver-

    sion oflFers an explanation of the initial

    distrust of the first Christians towards

    philosophy. Indirectly, this research

    shows the importance of the category

    of conversion as a central issue when

    analyzing the different currents of

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    J U A N A LO N SO

    1. INTRODUCCIN

    El encuentro

    de la fe

    cristiana

    con el

    pensamiento griego

    no fue ni

    inmediato ni fcil. Como seala laencclica idesetratio (FR)despus

    de trazar

    un

    panorama sinttico

    de ese

    encuentro,

    la

    prctica

    de la

    filo-

    sofa y laasistenciaa sus escuelas eran para losprimeros cristianosms

    un inconveniente

    que una

    ayuda. Para ellos,

    la

    primera

    y

    ms urgente

    ta-

    rea era elanunciode Cristo resucitado medianteun encuentro personal

    capaz

    de

    llevar

    al

    interlocutor

    a la

    conversin

    del

    corazn

    y a la

    peticin

    del Bautismo (FR38).Esaprevencin, almenos inicial,delcristianis-

    mo primitivo hacia laeruditayprestigiosa sabidura griegano provena

    deuna renunciao de un rechazoa larazn comova de profundizacin

    en lasrazonesym otivaciones de la fe (cfr. 1 Pe 3,15) . La desconfianza

    hacialafilosofa provenamsbiendelhechode que lEvangelio ofre-

    ca una respuesta tan satisfactoria a la cuestin, hasta entonces no re-

    suelta, sobre elsentidode lavida,que elseguimientode losfilsofos les

    pareca como algo lejano

    y, en

    ciertos aspectos, superado

    (FR 38).

    Esta radical novedad de lareligin cristiana se manifiestaen la apa-

    ricin de una nueva idea de

    conversin

    muydistinta de la conversin

    filosfica presenteen la cultura antigua.Un examen comparativo entre

    estasdosnociones aunq uesea de unm odo sintticoygeneral apor-

    tar luces sobre esa inicial prevencin cristiana hacia lafilosofay per-

    mitir penetrar con mayor hondura en la novedad de la cbsmovisin

    cristiana. Indirectamente, este estudio podr revelarnos elalcancede la

    misma categoradeconversin como piedradetoque paraelanlisisde

    las corrientes depensamientoo de lasvisionesdelmundo.

    Realizamos nuestra exposicin en tres momentos. Primeramente

    nos interesa mostrar cmo la necesidad de conversin constituye una

    constante antropolgica universal ligada a la bsqueda de verdad y de

    sentido. Despus exponemos los rasgos caractersticosde la conversin

    como nocin clave

    de la

    filosofa antigua

    en sus

    diversas formas.

    Por l-

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    CO N V ERSI O N FI LO S FI CAYCO N V ERSI N CRI STIA N A

    2. UNA CONSTANTE ANTROPOLGICA

    La bsquedadelsentidode laexistenciaes unaexperiencia huma-

    na universal.Lahistoriade la humanidad atestigua un inconformismo

    generaldelhombrey de lamujer antelaignorancia,elerroro lamenti-

    ra, tantoen elorden terico comoen elprctico. Respectoalordente-

    rico seala idesetratio nadie puede permanecer sinceramentein-

    diferentea laverdadde susaber.Sidescubreque esfalso,lorechaza;en

    cambio,

    si

    puede confirmar

    su

    verdad,

    se

    siente satisfecho

    (FR

    25)

    El

    progreso efectivodelsaber tericoserealiza siempre segnunadinmi-

    cade continua renovacinyrectificacin delrumbo,ya sea en elmbi-

    to personal

    o en el

    amplio m undo

    de las

    ciencias.

    Pero tambinen laesfera prcticalaspersonas buscanque sulibre

    obrar ticoserija conformealos valores au tnticos.Elcontraste entreel

    escenario actualde laexistencia personaly lasituacin idealde unavida

    verdadera

    a la que el

    hombre

    se

    siente llamado, crea

    en l un

    constante

    deseodeperfeccionamiento. Laconversin,en susentidomsbsicoy

    general,seinscribeenesta tendencia interiordelsujeto hacialavidaper-

    fecta,ypuedeserdescrita comounmovimiento desdeunestado imper-

    fecto, deteriorado omalogradoaotromsperfecto, renovadoy purifi-

    cado.La

    tensin entre

    lo que soy y lo que

    debera

    ser es el

    detonante,

    desde

    el

    punto

    de

    vista antropo lgico,

    de la

    aspiracin constan te

    de con-

    versin

    y de

    mejora

    renovarse

    o

    morir

    del ser

    humano.

    La

    diferen-

    cia entreunavida verdaderay unavida superficial ofrivola sedirimeen

    funcinde laintensidaddeldeseodeconversin .Cabe hablar,por tan-

    2. Es la

    leccin

    de san

    Agustn cuando escribe:

    He

    encontrado muchos

    que que-

    ran engaar, pero ninguno

    que

    quisiera dejarse engaar

    {Confesiones X, 23,

    33:

    L

    27,

    173).

    Con

    razn

    se

    considera

    que una

    persona

    ha

    alcanzado

    la

    edad adulta cuan do

    pued e discernir,

    con los

    propios m edios, entre

    lo que es

    verdadero

    y lo que es

    falso,

    for-

    mndose

    un

    juicio propio sobre

    la

    realidad objetiva

    de las

    cosas. ste

    es el

    motivo

    de

    tantas investigaciones, particularmente

    en el

    campo

    de las

    ciencias,

    que han

    llevado

    en

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    J U A N A L O N S O

    to , de la co nversin co mo una co nstante antro po lgica universal ligada

    a la cuestin del sentido de la existencia *.

    La aspiracin a la felicidad y a la perfeccin es, en ltim o t rm ino ,

    una manifestacin del deseo y la nostalgia de Dio s que, co m o dice laFi-

    des e t ratio el ho m bre ha expresado de m ltiples m aneras a lo largo de la

    historia: la literatura, la msica, la pintura, la escultura, la arquitectura y

    cualquier o tro fruto de su inteligencia creado ra se co nvierten en cauces a

    travs de lo s cuales puede m anifestar su afn de bsqueda (FR 24 ).

    En los pueblos antiguos encontramos algunas de estas expresiones

    ligadas al hecho religioso. La fenomenologa religiosa y la antropologa

    cultural han descubierto en los ritos de expiacin una de las manifes-

    taciones ms remotas del deseo humano de purificacin y conversin.

    Estos ritos buscaban reparar las rupturas de la comunidad con los dioses

    que se supo nan ligadas a la aparicin de una det erm inada desgracia n a-

    tural. Esa fatalidad era considerada como una consecuencia del que-

    brant amien to del o rden establecido , bien po r la irrupcin de unas fuer-

    zas malignas tras la violacin de un tab, bien por el incumplimiento de

    algunas prescripciones de la tribu. La purgacin del mal causado, a tra-

    vs de diversos ritos de purificacin abluciones, sangras, confesin

    del pecado , et c. , vena a restablecer la separacin arm nica ent re lo

    profano y lo sagrado

    '.

    Por su parte, los ritos de iniciacin (de puber-

    tad, de investidura) expresaban la rupt ura co n la antigua vida y la ent ra-

    da en la nueva: el iniciado muere a lo natural y ordinario, para nacer a

    lo sobrenatural y extraordinario; abandona lo pasado, para introducirse

    en un futuro que es el lugar del misterio y el m bit o de lo sagrado ^

    Otra importante expresin cultural del deseo de conversin, como

    rasgo inherent e a la naturaleza hum ana , es la tragedia griega, a travs de su

    peculiar dimensin catrtica ^ Segn Aristteles, el significado de este g-

    4.

    So n muy sugerentes las ideas que ofrece Go nzalo Flrez so bre el fundam ento an-

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    CONV E RS IN F IL OSF ICA Y CONV E RS IN CRIST IANA

    ero teatral se halla ligado a los conceptos demimesis(mimesis, imitacin)

    y de

    katharsis

    (catarsis, purificacin) ^ El primero de ellos hace referencia

    a la simpata que provoca en el espectador la contemplacin de las pasio-

    nes y los sentimientos del hroe trgico, de manera que la deplorable si-

    tuacin representada aparece como posible en la propia existencia de

    quien la contem pla. El espectador se convierte de alguna m anera en el per-

    sonaje que el actor representa, reviviendo las virtudes y los defectos del h-

    roe. El proscenio

    proskenion)

    del teatro es un espejo para contrastar la pro -

    pia vida. El espectador ve proyectada su vida en la representacin de los

    actores: las propias pasiones salen a la luz sin tapujos y las propias culpas

    reclaman castigo. La impresin que la tragedia provoca en la vida personal

    del espectador hace nacer en l una mezcla de sentimientos de piedad y

    temor que impulsan a la catarsis, es decir, a la purificacin interior de las

    propias pasiones y, por tanto, a la toma de conciencia de la necesidad de

    conversin para alcanzar un renovado estado existencial.

    La participacin

    methexis)

    activa y vital en la tragedia griega era as

    una va privilegiada de retorno hacia los orgenes, encaminada a la rees-

    tructuracin de la unidad interior humana. Ms que un mero espectcu-

    lo, la tragedia posea un carcter cuasi religioso, no slo por su probable

    origen en ritos sagrados arcaicos o por su realizacin en un espacio con-

    sagrado en cuyo centro estaba el altar dedicado a Dioniso, sino so-

    bre todo por constituir un rito colectivo de la

    polis

    celebrado en determ i-

    nadas fiestas dedicadas a los dioses. La tragedia abre una importante va

    para la expresin cultural del deseo humano de conversin, al sintetizar

    la tensin entre el deseo de Dios inscrito en el corazn del hombre y la

    constatacin

    hic et nunc

    de un estado de existencia imperfecto.

    Los ejemplos mencionados apuntan a la misma cualidad antropo-

    lgica que estamos considerando: la bsqueda de sentido y el consi-

    guiente afn de transformacin hacia la plenitud de verdad y de bien .

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    J U A N A LO N SO

    3. CONVERSIN FILOSFICA COMO

    VUELTA HACIA

    UNOMISMO

    Todos

    los

    hombres desean saber ' , encontrar

    la

    verdad capaz

    de

    orientar la propia vida segn unos valores autnticos para alcanzar la

    felicidad

    y la

    perfeccin

    .

    Este movimiento de bsqueda se relaciona esencialmentecon la

    toma

    de

    conciencia

    del

    propio lugar

    en el

    m undo.

    La

    filosofa se

    lee

    enla ides

    et

    ratio

    haasumidodemanera peculiar este movimientoy

    ha expresado,

    con sus

    medios

    y

    segn

    sus

    propias m odalidades cientfi-

    cas, este deseo universaldelhombre(FR 24).

    Si

    en el

    apartado anterior

    se ha

    m ostrado

    el

    arraigo

    de un

    anhelo

    de conversin

    en la

    persona humana,

    se

    trata ahora

    de

    exponer

    la ma-

    neraen que esaidea estaba presenteen el contexto culturaldel Mundo

    Antiguo,queprecediyacogielnacimientode lareligin cristiana.

    3 . 1 .

    Conversin

    religiosa

    El fenmenode laconversinen elM un do A ntiguo aparece sobre

    todo

    en los

    mbitos po ltico

    y

    filosfico, pero escasamente

    en el

    religio-

    so.Laconversin religiosa,enefecto, apenasesconocida.Laausenciaen

    el griego clsico

    de un

    trmino para designar

    la

    religin,

    tal

    como

    la en-

    tendemoshoy, es un dato iluminador eneste sentido. Comoessabido,

    la palabra

    ensbela

    (piedad) apuntaba, sobre todo,

    a la

    realizacin

    co-

    rrectade losactosdel culto, conteniendo tambin un cierto sentimien-

    to

    de

    temor

    y

    respeto inspirados

    por la

    divinidad.

    Las religiones antiguas,aexcepcindelBudismo,son religionesde

    equilibrio(Van derLeeuw),en elsentidode que enellaslosritos estable-

    cenunareciprocidaddeprestaciones entrelosdiosesy loshombres'^.El

    lugar delafe es ocupadoporel m itoyelrito,yla actitud externa delhom-

    bre religioso prevalece

    en

    importancia sobre

    su

    conviccin personal. Todo

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    CO N V ERSI N FI LO S FI CA Y CO N V ERS I N CRI STIA N A

    cluyente de diversos cultos en la religiosidad griega, los cuales no exigen

    conversin

    sino slo una

    adhesin

    a sus frmulas rituales

    .

    Las religiones

    no reivindican para s universalismo y exclusividad, puesto que represen-

    tan casi nicamente un intercambio ritual entre Dios y el hombre en el

    que la experiencia inte rior del adepto es generalmente de escasa relevancia.

    Ciertam ente, en la poca que consideramos el caso del judaismo era

    una excepcin, pues reclamaba a quien deseaba ser proslito la renuncia

    total a lo viejo y la adopcin de una nueva vida; no meramente la acep-

    tacin de un rito, sino la adhesin a una fe y la incorporacin a un nue-

    vo pueblo. Y tambin en el mundo antiguo encontramos algunos ejem-

    plos de lo que se podra llamar conversin religiosa, como la conversin

    al bud ismo del rey indio Asolea (268 a. C .) , o la conversin de Lucio Ap u-

    leyo (t ca. 180 d.C. ) al culto de Isis. Sin em bargo, com o veremos, slo a

    partir de la expansin del cristianismo la nocin de conversin religiosa

    adquirir el sentido fuerte que actualmente se le atribuye '^

    3 .2 . Conversin filosfica

    Si los hechos de conversin religiosa son poco significativos en la

    Antigedad Clsica, no ocurre lo mismo en los rdenes poltico y filo-

    sfico. En este ltimo, la conversin llega a forjarse como un concepto

    clave para la interpretacin de la estructura del mundo y del hombre.

    En la Grecia Antigua la poltica tuvo entre sus actividades princi-

    pales la bsqueda de la conversin del adversario. Se trataba de ganarle

    para la propia causa m edian te la fuerza persuasiva del lenguaje. La socie-

    dad ateniense era un estado retrico hasta la mdula, segn ha seala-

    do W. Jaeger, al referirse a la retrica como a uno de los instrumentos

    esenciales de la cultura griega para la transformacin del ciudadano .

    Siendo esto cierto, es sin embargo en el terreno filosfico donde la

    nocin de conversin cobra mayor importancia. La filosofa asume el pro -

    tagonismo en el intento de comprender el universo y guiar la conducta de

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    los hombres, quedando las expresiones religiosas histricas relegadas a ser,

    como hemos visto, meros cultos rituales y no tanto caminos de salvacin

    y de otorgamiento de sentido. La autntica transformacin del hom bre no

    viene por el culto, que slo en cierta medida es capaz de cambiar el alma

    mediante una cierta respuesta emocional; la conversin real es actuada por

    la filosofa * . La literaturaprotrptica empleada por autores como Aris-

    tteles, Cicern y Jmblico tiene como finalidad la exhortacin a la

    conversin filosfica; de este gnero literario se servir tambin Clem ente

    de Alejandra para proponer la conversin al cristianismo.

    3 . 3 .

    Platn

    La inscripcin deifica concete a ti mismo

    ^

    est en la base de la

    refiexin filosfica de Platn. Este adagio expresa una condicin necesa-

    ria para que el sabio pueda com prend er su propia dign idad su relacin

    con lo d ivino y as vivir conforme a la verdad y al bien.

    En este contexto. Platn despliega el tema de la conversin a tra-

    vs de la nocin epistroph^^. Segn su pensamiento, la conversin es el

    resultado de un proceso con tres momentos necesarios. Convertirse

    epistrephein)consiste primeram ente en apartarsedelas

    apariencias,

    de lo

    perecedero. En segundo lugar, exige al hombre retomar a s mis mopara

    constatar la propia ignorancia y decidirse a ocuparse de s mismo. Final-

    mente, a partir del retorno a s, la conversin culmina con el

    regreso

    a la

    patria ontolgica, es decir, al lugar de las esencias, de la verdad, del ser,

    que es el lugar de lo divino.

    16 . Cfr. A .D . NoCK, Conversion, cit. , 185.

    17. PLATN,

    Protagoras, 3 4 3 b .

    18. El verbo griego epistrephein expresa en su acepcin ms comn la idea de volver

    hacia

    en el sentido de mov imiento fsico. Ms all de este sentido q ue ap unta a un cam-

    bio de orientacin fsica, puede significar un cambio de orientacin existencial cuando

    es em pleado en los contextos filosfico o religioso. En estos casos, el mo vim iento se rea-

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    CONV E RS IN F IL OSF ICA Y CONV E RS IN CRIST IANA

    La nocin platnica de conversin se rige por una oposicin fun-

    damental entre dos mundos, este mundo y el otro el mundo de las

    sombras y el mu nd o de las ideas, el m un do sensible y el m un do inteli-

    gible; al mismo tiempo, consiste en una liberacin del alma con res-

    pecto al cuerpo al que est encadenada; esa liberacin tiene lugar por

    medio del conocimiento y, ms concretamente, por medio de la remi-

    niscencia

    anamnesis)

    puesto que para Platn conocer es recordar.

    En un segundo momento. Platn desarrolla una importante ense-

    anza de la conversin filosfica ligada a una teora poltica y a u na teo-

    ra de la educacin . En un texto de la Repblica expresa grficamente

    esta doctrina:

    Cmo el ojo no puede volverse hacia la luz y dejar las tinieblas si

    no gira todo el cuerpo, del mismo modo hay que volverse desde lo que

    tiene gnesis con toda el alma, hasta que llegue a ser capaz de soportar la

    contemplacin de lo quees, ylo ms luminoso de lo quees [...]. La edu-

    cacin sera el arte de volver este rgano del alma del modo ms fcil y

    eficaz en que puede servu lto ''.

    La educacin entraa una forma de conversin. Se trata de cam-

    biar la orientacin de la mirada hacia la buena direccin, para que se

    produzca un cambio en el alma. El fiandador de la Academia de Atenas

    quiere transformar la ciudad a travs de la transformacin de los indivi-

    duos.Y slo el filsofo est en condiciones de convertir a las almas ha-

    cia el bien. Por eso, el filsofo es un converso que , habien do logrado sa-

    lir desde la caverna de sombras a la luz del da, asume la misin de

    gobernar la ciudad convirtiendo a su vez las almas de los ciudadanos.

    3.4. Helenismo

    El pensamiento filosfico posterior modific sustancialmente las

    caractersticas de la

    epistroph

    platnica. Una primera distincin est en

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    J U A N A LO N SO

    que la conversin en la cultura helenstica

    y

    romana no pivota sobre una

    oposicin entre dos m und os, hacia un o de los cuales hay que retornar li-

    berndose previamente del otro; en la poca helenstica la conversin se

    asienta al contrario en una liberacin que se realiza dentro del mismo eje

    de inmanencia del individuo, y que consiste en un desplazamiento desde

    lo que no depende de uno mismo hacia lo que depende de uno mismo,

    hasta obtener la plena adecuacin con uno mismo ^ . En la conversin he-

    lenstica se da una ruptura en el sujeto, pero no es una ruptura de uno

    mismo respecto al yo, sino respecto a lo que rodea al yo, es decir, respec-

    to a todos aquellos elementos que hacen a la persona esclava y depen-

    diente de lo externo. Para que el hombre pueda retornar al puerto donde

    enco ntrar refugio le es necesario volver la mirada hacia s mismo ^ .

    Ello significa desviar la mirada de los otros, rechazar la curiosidad,

    con el objeto no tanto de examinar los propios defectos o descifrarse in-

    teriorm ente, sino para concentrar el pensamiento en las propias acciones

    y en la propia meta: el individuo ha de adquirir una conciencia perma-

    nente del esfuerzo por alcanzar la meta. Para que el sujeto sea capaz de

    dominar la situacin, debe situarse en un mbito que le permita con-

    trolar su vida. Q uizs por este motivo la filosofa helenstica es ms prc-

    tica que terica, y se erige a s misma como un modo de vida, como un

    arte de vivir tekhne tou

    2 1 . Vid.

    al respecto, p. ej., el

    Manual t

    Epicteto o sus

    isertacionespor Arriano,

    especialmente I, 1 y III, 8.

    2 2 . Por ejemp lo, Marco Aurelio em plea la expresin blepes e (mrate): Meditaciones,

    VII,

    55 y V III, 38. En Sneca se hallan expresiones como

    excute,observa te{Epistulae

    Morales

    ad Lucilium, L ib. II, XV I; XX ), .ff

    respicere

    {ibid Lib. X, LXXXIII). M. Fou-

    cault recoge cuatro familias de expresiones en torn o a la expresin can nica fund am en-

    tal

    epimeleisthai heautou

    (ocuparse de s m ism o, ten er in qu ietu d de s): las referidas a los

    actos de con ocim iento (prestar la atencin a s mismo , volver la m irada hacia s mism o,

    examinarse), las referidas a un movimiento global de la existencia (convertirse, volver

    hacia s, concentrarse en uno mismo como lugar de refugio); las que apuntan a activi-

    dades y conductas particulares con respecto a s mismo (curarse, reivindicarse, emanci-

    parse, honrarse, respetarse, tener vergenza ante s mismo); las que designan un tipo de

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    11/25

    CON VER SI N FI LOSFI CA Y CON VER SI N CRI STIANA

    La cuestin que se plantean las corrientes filosficas de estos siglos

    (epicureismo, estoicismo, neoplatonismo, etc.) es la siguiente: cmo

    debo transformar mi prop io yo para ser capaz de acceder a la verdad y de

    obrar el bien? La filosofa desarrolla entonces unas doctrinas dirigidas no

    tanto al menos prim ariamen te a la transformacin de la ciudad sino

    a la conversin del individuo. La utilidad prctica le lleva a ocuparse de

    las cuestiones relativas al logro de una vida buena y feliz. La va elegida

    consiste fundamentalm ente en ofrecer u n mtodo de ejercicio y progreso

    espiritual encaminado a la formacin

    paideia)^^

    de uno mismo, con ob-

    jeto de que el hom bre viva conforme a su naturaleza. Se trata de ensear

    a renunciar a los falsos valores riquezas, honores, placeres com o pa-

    so previo para alcanzar una sabidura, una vida autntica y dichosa que

    trae consigo la paz de espritu ataraxia, apatheia)^^, la libertad interior

    autarkeiay^ y la consciencia csmica ^^. Habr que entender la filosofa

    como un acontecimiento provocado en el espritu del oyente en virtud

    de la palabra del filsofo. Implica as una ruptura absoluta con la forma

    habitual de vida: cambio de vestimenta y a menudo de rgimen alimen-

    ticio,

    a veces acompaado de la renuncia a la participacin en asun tos po -

    lticos, constituyendo una total transformacin de la vida moral median-

    te la prctica asidua de numerosos ejercicios espirituales. De este modo el

    filsofo accede a la tranquilidad espiritual y a la libertad interior, en una

    palabra, a la bea titud . D esde esta perspectiva la enseanza filosfica tien-

    de a adoptar forma de predicacin, en la cual los recursos de la retrica o

    de la lgica son puestos al servicio de la conversin del alma^^ De este

    modo, la filosofa deviene una va de conversin.

    La ascesis

    asksis)

    ser el medio prctico que la filosofa helensti-

    ca promueva y ensee para la conversin del alma. Es ste un rasgo dis-

    tintivo de la conversin en la cultura helenstica respecto a la

    epistroph

    2 4 .

    Vid.

    W.

    JAEGER,

    Paideia: lo sIdealesde la Cul tura Griega,

    3 vols., Fondo de Cul-

    tura Econmica, Mxico-Buenos Aires (vol. I: 1942; vol. II: 1944; vol. 3: 1945).

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    12/25

    J U A N A LO N SO

    platnica en la que el elemento esencial era, como hemos sealado, el co-

    nocim iento a travs de la reminiscencia^'. Pierre H ad ot ha sistematizado

    en cuatro grupos o actitudes fundamentales las prcticas ascticas o espi-

    rituales desarrolladas en lafilosofaantigua, ms notab lemente por los es-

    toicos; la atencin prosoche), la meditacin

    melete)

    y la memorizacin

    mneme), los ejercicios intelectuales (lectura, escucha, estudio y examen)

    y aqullos encaminados a crear hbitos prcticos (indiferencia ante lo in-

    diferente, autodominio, cumplimiento de los deberes sociales, etc.).

    El ejercicio de estas prcticas ascticas implicaba una inversin de

    los valores comnmente admitidos: el rechazo de riquezas, honores y

    placeres, y la aceptacin de autnticos valores como la virtud, la con-

    templacin o la sencillez de vida. No es extrao que esta radical trans-

    formacin del orden establecido produjera reacciones enrgicas de los

    no-filsofos, como se observa en el tono jocoso de la obras de los cmi-

    cos, o en la hostilidad que llegara a provocar la muerte de Scrates' .

    Para sintetizar las ideas expuestas hasta aqu, nos preguntamos

    ahora: cules son los rasgos principales de la idea de conversin filos-

    fica en el contexto cultural de la poca en la que nace el cristianismo?

    1) Lo primero que interesa subrayar es que en este tiemp o las doc-

    trinas filosficas por su papel prim ordial en la respuesta a la cuestin

    del sentido ocupaban el lugar que hoy ostenta la religin, y no slo

    para las clases cultas sino tam bin para las grandes masas popu lares. Si es

    verdad que algunos antiguos buscaron en la astrologa un refugio seguro

    ante los cambios de fortuna en una poca problemtica y compleja^', es

    2 9 . Cfr. M . FOUCAULT, .C , 212. Bardy comparte esta misma opinin: En la poca

    imperial, casi todas ellas [lasfilosofas]concuerdan en las respuestas prcticas que han de

    darse a los problemas de la existencia. Se puede ser estoico, o epicreo, pitagrico o c-

    nico:

    de h echo , desde qu e se es filsofo, se sabe que hay que soportar el dolor, despreciar

    la muerte, tener paciencia en la enfermedad, no dejar que el alma se turbe, contentarse,

    para ser feliz, con la sola virtud. G.

    BARDY,

    La

    conversin

    al

    cristianismo

    durante los pri-

    meros

    siglos,

    D escle de Brouwer, Bilbao 1 9 61 , 82 [ttulo original:

    La

    conversion

    au chris-

    tianismedurant lespremierssicles.Aubier M ontaigne, Paris 19 47]. Estos cinco preceptos

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    13/25

    CONV E RS ION F IL OSF ICA Y CONV E RS IN CRIST IANA

    igualmente cierto que fue sobre todo en la filosofa donde sondearon las

    respuestas a sus inquietudes existenciales y don de hallaron una especie de

    salvacin

    soteria)

    de carcter casi religioso.

    De ah que en la tradicin filosfica griega, llegue a hablarse de una

    conversin

    a

    lafilosofiaen un sen tido similar en el que hoy en tendem os la

    conversin religiosa. Filsofos antiguos como Pitgoras, Scrates, Dioge-

    nes el Cn ico, Epicuro, Ep icteto, Marco Aurelio, Plotino y muchos otros,

    buscan reformar el m un do con sus doctrinas y convertir a los hombres de

    su tiempo. Ellos mismos se consideran muchas veces

    conversos

    y procu-

    ran que sus ideas manifiesten con obras lo que ensean en sus di scu rsos'I

    Aveces se sienten deudores de una misin universal encomendada por los

    dioses, y su mismo lenguaje cobra tonos profiindamente religiosos .

    No parece que el pitagorismo ganase muchos conversos. Caso muy

    distinto fue el de Scrates quien, por las calles de Atenas, no cej en su

    empeo de convertir a sus conciudadanos. Mostrndose muy orgulloso

    de esa actitud'^ lleg a persuadir con su doctrina a jvenes atenienses

    como Apolodoro o a hombres m und ano s com o Alcibades, e infiuy de-

    32 . Muchos de ellos se creen llamados a ensear, a conver tir a los dems y ejercen

    un verdadero apostolado. Scrates predica su Evangelio en la plaza pblica y en las calles

    de Atenas. Los cnicos recorren el mundo, sucios, desarrapados, orgullosamente cubier-

    tos con los andrajos de una vieja capa. Sneca se convierte en el director de conciencia

    escuchado por la nobleza romana. Plotino cuida con esmero de todas las necesidades de

    sus discpulos, velando sobre la gestin de sus bienes y sobre su salud, recogiendo des-

    pus de su muerte a sus hurfanos, para criarlos, al mismo tiempo que se esfuerza por

    conducirlos a la vida divina. Una palabra, la filosofa (...), para gran nmero de los

    antiguos es una regla y un mtodo de vida y ocupa a sus ojos el lugar que hoy en da

    tiene la religin. G.

    BARDY,

    o.e. 55-56.

    33 . En este sentido dice Epicteto: He aqu que yo os he sido enviado por la divini-

    dad como ejemplo no ya sin hacienda ni casa ni mujer ni hijos, sino incluso sin techo

    ni ropa ni ajuar. EPICTETO,D isertaciones por Arriano IV, VIII, 31 (Biblioteca Clsica

    Gredos, 185; traduccin, introduccin y notas de Paloma Ortiz Garca, Editorial Gre-

    dos,

    Madrid 1993).

    34.

    Si, com o digo, fuerais a absolverme con esta condicin , os tend ra que hab lar

    asi:

    yo,atenienses, os aprecio y os quiero bien, pero he de obedecer antes al Dios que a vo-

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    14/25

    J U A N A LO N SO

    cisivamente en la vida de otros muchos como Platn o Diogenes el C-

    nico .

    Es interesante en este sentido considerar los testimonios en los

    que la decisin de adoptar una vida filosfica evoca una experiencia psi-

    colgica de conversin similar a la de la conversin religiosa: la com pos-

    tura de Lucrecio hacia el epicureismo, la impresin que el Hortensio de

    Cicern provoca en san Agustn, as como otros ejemplos hallados en

    crculos filosficos prximos al hermetismo o al neopitagorismo ,

    muestran cmo la filosofa era un medio de respuesta a las aspiraciones

    espirituales e intelectuales de los hombres'^

    2) Una segunda idea es que la filosofa helenstica indepen-

    dientemente de la expresin filosfica concreta que pueda tomar se

    presenta como u n acto y un instrum ento para la conversin del hombre

    a travs de un volverse hacia si mismo epistrephein pros heauton, converte-

    re

    ad

    se), es decir, de la reconquista de s mismo por medio del retorno

    hacia la esencia original y la ruptura con el modo anterior de vida. Te-

    nemos aqu un aspecto esencial de la conciencia occidental, un factor

    que ha marcado e impulsado desde entonces a la misma filosofa ^l Sin

    embargo, como apunta Foucault, el nico problema gran problema

    sin resolver en el pensamiento helenstico es saber si elyohacia el que

    se retorna en la conversin filosfica es algo dado previamente o ms

    bien una meta que uno debe proponerse para intentar despus alcan-

    zar''. sta es la incertidumbre fundamental que plantea la conversin

    entendida como una prctica del yo.

    3) Finalm ente y sta es la cuestin que ms nos interesa, nos

    hallamos en ltima instancia ante un hecho inquietante: la incapacidad

    de la filosofa para alcanzar la verdad en su plenitud y, por tanto, para

    ensear al hombre el autntico arte de vivir. Tras muchos siglos de in-

    ten tos, en los albores del cristianismo la filosofa no pareca haber logra-

    do responder a las preguntas esenciales; es ms, incluso las respuestas de

    las diversas escuelas se oponan entre s con relativa frecuencia.

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    15/25

    CONVER SION FILOSFICA Y CONVERSIN CRISTIANA

    La incertidumbre escondida

    en las

    palabras

    de

    Cicern

    al

    final

    del

    De natura deorum

    (IH,

    95)

    puede resumir

    el

    panorama desalentador

    de

    una cultura ansiosa

    de

    sabidura

    cfr.

    1

    Cor 1,22)

    que,

    con una

    larga ex-

    perienciade tentativasyescasos xitos parciales,no haba logradosin

    embargo resolver

    la

    cuestin fundamental. Festugire

    ha

    resumido

    esa

    cruda situacinde lasiguiente manera:

    (...) se trata de saber si hayunDiosysi este Dios se interesapor

    los hombres,sihayunvnculo entre l ynosotros.Se trata de saber qu

    es

    el almahumana si guarda alguna conexin con Dios, si procede de l,

    sia lvuelve.En unapalabra,setratadenuestra felicidad,denuestro

    todo.

    Esto

    es lo que los

    mejores preguntan

    a

    los filsofos.

    Las

    negacio-

    nes las dudas, las sonrisas,

    el

    ruido de palabras

    no

    bastan.Sequiere

    una

    certeza,

    una luz que

    irradie, convenza, sostenga, consuele. Pero

    los

    fil-

    sofos se devuelven

    la

    pelota' '.

    4. LA

    CONVERSIN CRISTIANA

    Eneltranscursode lostres primeros siglosdenuestraeratuvolu-

    gar

    un

    proceso

    de

    transformacin cultural

    sin

    precedentes.

    El

    factor

    ms

    significativo

    de ese

    cambio

    ue el

    progresivo desarrollo

    de la

    nueva reli-

    gin cristiana, hasta

    la

    definitiva conversin

    del

    Imperio romano

    al

    cris-

    tianismo.

    La

    proporcin

    de

    elementos

    de la

    civilizacin grecorromana

    que fueron integrados, transformados

    o

    rechazados

    por el

    cristianismo

    sigue siendo

    hoy

    objeto

    de

    investigacin desde

    muy

    diversas ciencias .

    40. A.J. FESTUGIRE,L idal

    religieux

    desGrecs,

    Paris

    1932, 99; cit. en G. BARDY,o.e.,

    81-82.

    4 1. Vid.algunos estudiosyaclsicos:W.J AEGER

    Early Christianity

    and

    Greek

    pai-

    deia

    Oxford University Press, London

    1962; A.D.

    NOGK,

    Early Gentile Christianity

    and its Hellenistic Background, cit.; J. DAN1LOU, Teologa del judeocristianismo. Cris-

    tiandad, Madrid 2004 [original francs: 1958]; IDEM,Mensaje

    evanglico

    ycultura hele-

    nstica: siglos

    Lly

    IL I

    Cristiandad, Madrid 2002 [original francs: 1961]; DEM,

    L os

    or-

    genesdelcristianismo latino.

    Cristiandad, Madrid 2006 [original francs: 1978];

    H.

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    16/25

    J U A N A LO N SO

    En todo caso, llamalaatencin elsorprendente crecimientodelcristia-

    nismo

    en

    este periodo:

    El mundo greco-romano

    no

    se convirti

    a

    ninguna de las religio-

    nes orientales que,

    una

    tras otra

    o

    simultneamente, solicitaron

    su

    adhe-

    sin;no seconvirtia lafilosofa apesarde lapredicaciny losejem-

    plosde losestoicosy de loscnicos;no seconvirtialjudaismo, como

    quieraquehaya sidolapropagandade la leymosaica; sinoque se con-

    virti al cristianismo (...). La rapidez, la profundidad incluso de esta con-

    versin, plantean graves problemas

    y,

    ante todo, el siguiente: Por qu

    ha

    tenido xito

    el

    cristianismo donde todas

    las

    dems tentativas

    de

    trans-

    formacin

    o de

    conquista

    han

    fracasado?''^

    La nueva religin satisfaca plenamente tantolosanhelos religiosos

    de

    la

    poca com o

    las

    cuestiones fundam entales planteadas

    por el

    pensa-

    miento fdosfico' . Enefecto,por unlado,elanhelode unareligiosidad

    ms personal

    y

    espiritual presente sobre todo

    en las

    religiones

    de los

    misterios, caracterizadas

    por su

    universalidad,

    su

    llamada

    a la

    conversin

    y

    por una

    determinada orientacin moral, vena colmado

    a

    travs

    de

    un culto perfecto que inclua tambin laexperienciadecomunin fra-

    ternal entre los hombres religiosos''^ Las tendencias msticas

    de

    ese tiem -

    po tambin pudieron encontraren la fecristianaunpue rto seguroen el

    que alcanzar

    un

    conocimiento superior gnosis),

    una

    iluminacin divina

    que, para mayor satisfaccin, estaba mediadapor el encuentrocon un

    Dios personal,

    con

    frecuencia ausente

    en los

    cultos helensticos*'.

    Por otro lado,laBuena Nueva alum brabaconclaridadlasrealida-

    des indagadas

    por los

    filsofos: Dios,

    el

    mundo

    y el

    hombre. Pero

    no

    slo eso:elacontecimiento salvadordeJesucristo implicabaen elbauti-

    zado

    una

    transformacin

    tan

    profunda

    y

    novedosa

    que

    poda llegar

    a

    yL.M.

    W H I T E

    (eds.).

    Early Christianity

    andclassicalculture:comparative studiesin ho-

    nor ofAbraham J. M alherbe,Brill, Le iden-Boston, 2003 ;J.J.FERNANDEZ SANGRADOR

    (ed.).DeBabiloniaaN icea: metodologa para elestudiodeorgenesdelCristianismo y p a-

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    17/25

    CONV E RS IN F ILOS F ICA Y CON VE RS IN CRIST IANA

    presentar com o superfluos e intiles los intento s filosficos de salvacin

    del hombre. Las antiguas filosofas, que haban sido hasta entonces las

    vas privilegiadas del aprendizaje del arte de vivir

    (tekhne tou biou)

    y de

    liberacin de la ignorancia y de la debilidad, parecan retroceder ante

    una nueva filosofa, la verdadera filosofa, que ofreca la ms genu ina for-

    ma de vida, el autntico arte de vivir' ^.

    Cmo afect la aparicin del cristianismo a la idea de conversin

    existente en la poca? De qu manera contribuy la cosmovision cris-

    tiana al nacimiento de un nuevo paradigma de conversin? Qu rasgos

    caracterizan la nueva idea de conversin cristiana?

    4 6 .

    Para San Jus tino , el cristianism o es la nica filosofa, pues as com o los filsofos

    griegos han participado tan slo de algunas parcelas del Logos, los cristianos poseen al

    mismo Logos encarnado en Jesucristo. El cristiano es un filsofo pues lleva una vida

    conforme al Logos, a la razn divina QusTlNO, Apologa, I, 46, 1-4). Clemente de Ale-

    jandra se refiere al cristianismo como a la verdadera filosofa encargada de la educacin

    paideia)

    de la humanidad

    {Strom.,

    I, 13, 57, 1-58; I, 5, 28, 1-32, 4). Otros ejemplos

    en A.-M. MALINGREY, Philosophia: tude d ungrouped emotsdans lalittraturegrecque,

    Klincksieck, Paris 1961.

    4 7.

    La respuesta a estas cuestiones requ iere un anlisis del vocah ulario bblico sobre

    la conversin, as como de la literatura cristiana de los prime ros siglos. Respecto a lo pri-

    mero, vid.H.-J. FABRYyA. G RAUPNER, sb, en

    Theological Dictionary

    of the Old Tes-

    tament,vol. XIV, W illiam B . Eerdmans P ublishing Co ., G rand R apids, Michigan-C am-

    bridge U K 1998, 4 6 1-522; A.

    GRAUPNER,

    Shb, en

    Theologisches Wrterbuchzum

    Alten Testament, W. Kohlhammer, Stuttgart 1993, 1118-1176; J.

    BEHM,

    metano,

    metnoia, en GLNT,VII, 1183

    ss.;

    J. GiBLET, Pnitence, en Dictionn aire de la Bible.

    Supplment,

    VII, Letouze & An diteurs, Paris 1966, 628-687; M. CiMOSA, La con-

    versione nell'Antico Testamento, en Dizionario di Spiritualit Biblico-Patristica, 9:

    Conversione,

    ritorno,

    riconciliazione. Borla, Roma 1995,

    V7-6A;

    S.A.

    PANIMOLLE,

    La

    conversione - penitenza negli scritti del Nuovo Testamento, en

    Dizionario di Spiritua-

    lit Biblico-Patristica, 9: Conversione, ritorno,riconciliazione. Borla, Roma 1995, 124-

    131;

    M .E . B OISMARD, Conversion et vie nouvelle dans Saint Paul, en Lumire et vie,

    4 7 ( I960 ) , 71 -94 ; H .U . VON BALTHASAR, Conversion in the New Testament, en

    Communio,

    1 (1/1974 ), 47-59; W.

    TRILLING,

    Metnoia como exigencia fundamental

    de la doctrina neotestamentaria de la vida, en

    Catequesis ypastoral

    (Hom enaje a Kle-

    mens Tilmann), Estella 1968; J. PlERRON, La conversin, retorno a Dios, en M.E.

    BoiSMARD ET AL.,

    Grandes

    temas bblicos.

    Ediciones Fax, Madrid 1970, 195-198; R.

    SCHULTE, La conversin (Metnoia), inicio y forma de la vida cristiana, en J. FEINER

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    18/25

    J U A N A LO N SO

    Un acercamiento bblico muestra primeramente unaevolucin

    significativa entre las nociones de conversin en el Antiguo y en el Nue-

    vo Testamento.Si esverdadque lostrminos

    epistrephein epistroph

    y

    metnoein metnoia dela literatura cristianadelos primeros siglospo-

    seen significados prximosalos atribuidosaesos mismos vocablospor

    el judaismo helenstico en la versin griega de los LXX, tambin es cier-

    to que el acontecim iento revelador de Dios Padre en Jesucristo po r el Es-

    pritu Santo les imp rime un significado radicalmente novedoso, como se

    confirma tambin

    a

    travs

    de

    otros trminos

    y

    expresiones neotesta-

    mentarias que expresan

    la

    idea de conversin.

    En lneas generales cabra sealar tres grandes novedades.Enpri-

    mer lugar,en laperspectiva cristianalallamadaa laconversin se hace

    ms universal (H ch 26,20 ) aplicable a los judos, a los paganos y a los

    mismos cristianos, pues todos los hombres forman una nica huma-

    nidad salvadaporCristoen el misterio pascual.En segundo lugar,la

    conversin

    se

    relaciona directamente con

    la

    respuesta del hombre

    y de

    la mujer al anuncio de Jess sobre la llegada del reino y, por tan to, conla

    feen elmensaje de salvacin (cfr.Me1,14-15 .Noes ya slo una pre-

    paracino una condicin parala fecomo ocurraenel Antiguo Testa-

    m en to, incluso en el mensaje de Juan el Bautista; se trata ms bien dela

    reaccin lgica y gozosa del hom bre ante la accin amorosa y salvfica de

    Dios. As pues,la conversin neotestamentaria serealizaen la fe, y la

    misma

    fe es ya

    conversin como obediencia plena

    a

    Dios que

    se

    hace

    presente en Cristo''^ Adems, al estar tan ligadaala fe,laconversinse

    presenta como un proceso dinmico de proyeccin escatolgicaque

    afecta a todas las dimensiones humanas: moral y religiosa, personal y co-

    lectiva' . Einalmente,elorigenyel dinamismo delaconversin cristia-

    na es msunfruto de lagraciadeDios que del arranquey elesfuerzo

    humanos. La conversin resulta ser,endefinitiva,elconcepto central

    de la postura exigida po r ess

    ' .

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    19/25

    CONV E RS ION F IL OSF ICA Y CONV E RS IN CRIST IANA

    Pero lo que ms nos interesa ahora es la comparacin entre el uso

    filosfico y el uso cristiano de los trminos que designan la conversin,

    para extraer as los rasgos distintivos de la conversin cristiana respecto

    a la filosfica. Cules son esas principales diferencias?''

    a) La conversin cristiana es

    conversin h ci elSeor.

    Es muy sig-

    nificativo que en la literatura cristiana apenas aparezca la expresin con-

    versin hacia un o mismo, al contrario de lo que sucede en el m bito fi-

    losfico donde es empleada muy frecuentemente. Esto no significa que

    los primeros escritores cristianos descuiden la dimensin interior huma-

    na en el proceso de conversin; lo que ocurre es que ese aspecto es des-

    crito ahora con formulaciones ms apropiadas que tienen a su disposi-

    cin como, por ejemplo, la idea de imagen de Dios en el hombre. La

    conversin cristiana es hacia el Seor, y los Padres subrayan la necesi-

    dad de que el hom bre no pierda de vista que ha de volver con tinuam ente

    su mirada hacia Aqul de quien es imagen.

    b) La conversin cristiana es coinienzo de una vida nuevaen el

    hombre, a travs de la participacin por la fe en el Misterio pascual de

    Cristo. La seal eficaz de esta participac in es el bautismo,

    met noi

    cris-

    tiana fundam ental . La teologa de la imagen desarrollada po r san Pa-

    blo est en el ncleo de esta conversin fundamental, sintetizada de al-

    guna manera en los primeros captulos de su Carta a los Colosenses (Col

    1-3) y articulada en tres pasos: Cristo como Imagen de Dios; la trans-

    formacin del hombre segn la imagen de Cristo por el bautismo; y la

    vida cristiana como identificacin con Cristo. La transformacin del

    hombre en hijo de Dios por el bautismo configura as la entraa teol-

    gica de la conversin neotestamentaria: el hombre viejo, por medio del

    Espritu Santo, se convierte en una nueva criatura, y se hace capaz com o

    Cristo de llamarAbba Dios

    adre

    .

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    20/25

    J U A N A LO N SO

    La

    metnoia^

    cristiana implica un cambio radical e bistrico en el

    ser del sujeto, un paso de la muerte a la vida. Su rasgo ms caracterstico

    es la ruptura producida en el creyente: El yo que se convierte es un yo que

    ba renunciado a s mismo. Renunciar a s mismo, m orir a s mismo, rena-

    cer en otro yo y con una nueva forma, que en cierto m odo no tiene nada

    que ver, ni en su ser, ni en su m odo de ser, ni en sus bbitos, ni en su ethos,

    con el que lo precedi, constituye uno de los elementos centrales de la

    conversin cristiana . Por el contra rio, en la literatura griega de la poca

    belenstica el sentido ms frecuente del trmino

    metnoia

    es el de cambio

    de opinin, au nque tambin se emplea para indicar un sentimiento de dis-

    gusto o de remordimiento. En cualquier caso, la

    metnoia

    filosfica posee

    siempre un sentido negativo, a diferencia de la

    metnoia

    cristiana que va-

    lora positivamente la renuncia de s en el interior del sujeto como va de

    renovacin y renacimiento de s mismo. Slo ms adelante, en la literatu-

    ra de los siglos III y IV, aparecer en el mbito filosfico con un sentido

    positivo, com o modificacin del sujeto a travs de la huida de toda accin

    y discurso irracionales, y como punto de partida para una vida nueva '.

    c) La conversin cristiana posee una dimensin de reciprocidad tnut

    Dios y el hombre, que repugna a la filosofa antigua. En efecto, una de las

    particularidades del verbo

    epistrephein

    en el contex to bblico es que a veces

    tiene a Dios por sujeto, es decir, no slo se relaciona con el movimiento de

    retorno del bombre hacia Dios

    conversio hominisad

    Deum),sino tambin

    con el volverse de Dios bacia el hombre

    conversioDei ad hominem).

    El

    Dios bblico es un Dios que se vuelve una y otra vez hacia su pueblo. En el

    origen de esta actitud estn la misericordia y el amor divinos, rasgos distin-

    tivos del Dios de Israel. En continuidad con el Antiguo Testamento, la'

    conversin cristiana es tambin recproca,llegando a su mxima manifesta-

    cin con el acontecimiento de la Encarnacin del Verbo de Dios.

    54.

    Como es sabido, la metnoiacristiana tiene dos principales se ntidos: el de u n

    cam bio radical de pensam iento y espritu, y el de penitencia. El prime ro es ms acorde

  • 7/24/2019 Conversin filosfica y conversin cristiana

    21/25

    CON VE RS IO N F ILOS F ICA Y CONV E RS ION CRIS TIANA

    Este hecho resulta ser extremadamente escandaloso e inadmisible

    para la mentalidad griega. En el campo filosfico, en efecto, no cabe de

    ningn modo referirse a una conversin de Dios hacia el hombre, pues

    pon dra en tela de juicio la soberana e independencia de la divinidad. Ni

    siquiera los autores que otorgan un especial lugar a la nocin de

    provi-

    denci

    (estoicismo, Ep icteto, Celso) mencionan esa idea. La explicacin

    es clara: desde la razn filosfica toda conversin hacia lo inferior

    ad in-

    ferior

    supone una imperfeccin: lo superior nunca puede volverse hacia

    lo inferior. La posibilidad de que Dios se torne hacia los hombres tiene

    evidentes consecuencias en las relaciones religiosas, pues cambia esencial-

    mente el itinerario espiritual de unin con Dios. Nociones como la de

    oracin, la de pecado o la de mal, pueden mudar drsticamente de senti-

    do en funcin de que D ios pueda o no tornarse hacia el hom bre que reza,

    que se arrepiente o que sufre. El carcter de reciprocidad

    es,

    por tanto, un

    rasgo inherente a la teologa cristiana de la conversin, de m odo que si se

    lo suprime, se perturba y distorsiona todo el clima espiritual.

    d) La conversin cristiana es un retorno a la

    Nueva Alianza

    en la

    lnea de la conversin bblica, cuya base es la Alianza. Poco relacionada

    con una cosmogona al estilo de la conversin plotiniana, la conversin

    cristiana se ancla en la historia y se vincula a los eventos histricos esta-

    blecidos entre el hombre y Dios. No es extrao que esta idea de conver-

    sin repugne al pensamiento griego, para el que apuntara a una imper-

    feccin de Dios a causa de su condescendencia y su abajamiento. En la

    perspectiva b blica las cosas se ven d e dis tinto m od o: el volverse de Dios

    hacia el hombre no le supone prdida ni manifiesta debilidad o imper-

    feccin en Dios, sino que expresa su amorosa condescendencia y su in-

    finito poder. En el cristianismo, se subraya ms todava la benevolencia

    divina: Dios enva a su propio Hijo para establecer una nueva Alianza

    que deja atrs a la Antigua. La conversin cristiana es la entrada en esa

    Alianza renovada; es el enlace esponsal de Jesucristo con su Iglesia y del

    Seor con el alma cristiana'^

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    JUAN AL ONS O

    e) La conversin cristiana recorreen l esper nz un c m ino rectilneo

    h ci

    un

    met

    determinada. Si tanto para los cristianos como para los fi-

    lsofos la conversin es un movimiento de sabidura, de cohesin, de in-

    teligencia que conduce al reposo y a la uni n con Dios, sin embargo ese

    camino se recorre de modo muy diverso desde cada una de esas perspecti-

    vas.Los filsofos establecen a menudo una relacin entre la conversin y

    el movim iento circular, lo cual tiene poco espacio desde la cosmovision b -

    blica. La conversin bblica es siempre un camino rectilneo de retorno a

    Dios,

    que no se pierde en lo indefinido sino que p arte del pu nto concre-

    to y llega hasta una meta precisa: la unin personal con Dios.

    Algunos autores cristianos com o C lemente de Alejandra u O rgenes

    consideran la conversin como un estado permanente del alma, pero no

    como un eterno retorno al estilo de algunas corrientes

    filosficas

    La con-

    versin cristiana va unida indisociablemente a la esperanza en un encuen-

    tro efectivo y definitivo con Dios en el ms all. El movimiento de la con-

    versin bblica y cristiana

    s

    de carcter rectilneo hacia un eterno

    r poso

    .

    5 . C O N C L U S I N

    Un primer resultado de alcance general se deduce de este estudio:

    la validez de la categora de conversin por sus mltiples implicacio-

    nes antropolgicas, filosficas, teolgicas, etc. como piedra de toque

    para el examen de los sistemas o corrientes de pensamiento.

    Refirindonos ya ms concretamente al tema que nos ocupa, he-

    mos comprobado que la comparacin de la idea de conversin en la fi-

    losofa antigua y en el cristianismo supone una confrontacin entre dos

    visiones del mundo y dos actitudes existenciales.

    Ciertamente, en ambas perspectivas la idea de conversin compar-

    te unos rasgos comunes. 1) Desde el punto de vista antropolgico, con-

    vertirse es siempre, en efecto, apartarse del mundo de las apariencias, de

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    23/25

    CONVERSIN FILOSFIC

    Y

    CONVERSION CRISTI N

    entonces, un principio elocuente para la descripcin del dinamismo

    existencial del hombre: es necesario convertirse, alcanzar la plenitud de

    verdad y de sentido. 2) Tambin desde el punto de vista tico, tanto los

    filsofos paganos com o los autores cristianos en tiende n

    y

    alaban la con-

    versin como una va de mejora; convertirse es un volverse hacia lo bue-

    no ,

    hacia lo que es superior en el plano tico ^.

    Sin embargo, el nuevo orden establecido a partir de la plenitud de

    la revelacin en Jesucristo ha transformado radicalmen te el con cepto de

    conversin que alcanza un sentido totalmente original, prolongando y

    superando el de la perspectiva filosfica.

    a) En la perspectiva cristiana, la conversin no es en prim er trm i-

    no fidelidad a un o m ismo , sino fidelidad a D ios; no es conversin hacia

    uno mismo, sino conversin hacia Dios, hacia el Seor; no es encuentro

    con un o m ism o, sino encuen tro co n Aqul que es la fuente de la Verdad

    y del Bien. Si hasta el comienzo de la era cristiana la filosofa pon a al su-

    jeto frente a la grave responsabilidad de convertirse a s mismo para rea-

    lizarse plenamente, a partir de entonces el cristianismo ensear que slo

    a travs del retorno a Dios puede alcanzarse en plenitud la realizacin

    existencial, resolviendo de ese modo el problema del sentido.

    b) El ideal de la conversin en la filosofa antigua ap un ta a la conse-

    cucin de una mayor autenticidad del ser personal. Se trata de un movi-

    miento tendencialmente autorreferencial, cuyo trmino a

    quo

    coincide con

    el trmino ad

    quem.

    El motor de este movimiento es el mismo sujeto que

    intuye su perfeccin en la vuelta a sus orgenes existenciales, a su ser pri-

    mitivo una vez liberado de las adherencias contingen tes y limitadoras. Por

    el contrario, la dinmica de la conversin cristiana consiste en una salida

    desde s mismo para ir hacia el Seor. El punto de partida del proceso de

    conversin es la llamada g ratuita del Dios viviente al ho m bre .Yesto es algo

    sorprenden te y novedoso: la

    conversio

    hominis adDeum viene precedida en

    cierto sentido por una conversioD ei ad

    homines.

    Q ue D ios, tom ando la ini-

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    J U A N A LO N SO

    c) Si tanto la conversin filosfica como la conversin cristiana se

    presentan como una tarea ardua y exigente renuncia a uno mismo,

    prcticas ascticas, ejercicio de la virtud, etc., la perspectiva cristiana

    abre un panorama de verdad y de esperanza. La teologa de la Cruz ilu-

    mina la skesiscon una claridad nueva, le otorga su verdadero sen tido y la

    libra de las huellas de resignacin o pesimismo que posee en el estoicismo.

    La conversin cristiana sobrepasa y eclipsa a la conversin filosfi-

    ca. Aun coincidiendo con ella en algunos aspectos, se distingue sobre

    todo en el hecho de su referencia esencial a Cristo: la conversin es un

    encu entro con l y una respuesta a su llamamiento^'. El cambio de pers-

    pectivas ha sido grande: la conversin ya no consiste en un proceso ha-

    cia una perfeccin que a fin de cuentas sera precaria, insegura y proble-

    mtica, sino en un cambio radical en el sujeto, en un nuevo nacimiento

    obrado por Dios, que resuelve en su raz la cuestin del sentido y ofrece

    una respuesta satisfactoria a las preguntas fundamentales de la existencia

    humana . Se entiend e as el entusiasmo de las primeras comunidades cris-

    tianas al ver satisfechos sus anhelos ms hondos, aun en medio de difi-

    cultades y persecuciones.

    La actitud de los primeros cristianos ante la prctica filosfica de su

    tiempo no fiie de simple rechazo hacia la filosofa en s misma com o bs-

    queda del sentido la verdad y el arte de vivir, sino ms bien una des-

    confianza hacia las explicaciones de la realidad ofrecidas por la sabidura

    greco-romana; no una suspicacia hacia las preguntas que planteaban los

    filsofos, sino hacia las soluciones que ofrecan. Cristo era el verdadero

    Filsofo y el autntico Pastor que enseaba el arte esencial: el arte de ser

    hombre de manera recta, el arte de vivir y morir . La revelacin cristia-

    na era la verdadera estrella (cfr. FR 15 b) que orientaba a la razn sobre

    las cuestiones filosficas fundamentales, y ofreca una salvacin creble,

    capaz de llenar de esperanza las ansias del corazn humano.

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