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Conversaciones Con Antauro Humala Pedro Saldaña ludeña

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Conversaciones Con Antauro Humala

Pedro Saldaña ludeña

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Pedro Saldaña Ludeña

(Lima, 1962) Es periodista, escritor y politólogo. Ha conducido y dirigido diversos programas radiales y ejerce el periodismo de opinión y crónicas en diferentes medios de circulación nacional desde 1992. Entre

1980 y 1985, trabajo en Palacio de Gobierno al lado de la entonces primera dama de la nación Violeta Correa de Belaunde en los programas que ella desarrollo, fue Director de Cooperación

Popular y se desempeñó también como dirigente nacional del Partido Acción Popular, del cual se alejó en 1998 después de 21 años de militancia partidaria. De 1986 a 1990 radicó en Madrid-

España, donde realizó un doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense. Actualmente conduce el programa "Desde La Trinchera Del Honor" en radio Moderna -A nivel

nacional-, es presidente fundador de la Asociación Civil Legitimidad Democrática -ALD-, constituida en el año 2000. Y dirige el colectivo católico religioso: "Reafirmación Católica Militante" -RCM-. A publicado también los siguientes títulos: "Apuntes Periodísticos" "Conversaciones con Antauro Húmala" (primera edición y edición popular - 2008-),"EI derrocamiento de Belaunde: Cuarenta años Después", el poemario: "Poemas y Poemitas", y el libro de vivencias "El Manual del Taxista". Es miembro de la Federación de Periodistas del Perú -FPP-, y de la Asociación Nacional de Periodistas -ANP-. FONDO EDITORIAL DE LA:

Antauro Húmala, mi amigo, me anunció la preparación del libro. Conocedor de mi afición, no impune, por la lectura, me pidió leerla. He cumplido. Es un libro polémico, de entrevista, de un estilo poco común que requiere habilidad del que pregunta y del que responde. ANTAURO responde con solvencia intelectual, sinceridad y amplio conocimiento de los

hechos. Sus 44 años de vida y sus 22 años de haber egresado de la EMCH, no han transcurrido en vano, está preparado para cumplir sus propósitos. Para interpretar sus respuestas es necesario

tener prensente la ideología ETNOCACERISTA Y ETNONACIONALISTA que defiende y fomenta con lealtad.

Sus conclusiones de la Realidad Nacional son resultado de la confrontación crítica de su mundo interior y el mundo externo nacional y global. Podemos no estar de acuerdo con algunas de sus

respuestas, pero como VOLTAIRE tendríamos que decirle: "daría mi vida para que tengas el derecho de expresarlas". Las utopías de antaño son las realidades de hoy; y los subversivos de ayer, son los

políticos actuales.

Gral. EP(r) J. Germán Parra H.

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"El libro de Pedro Saldaña, Conversaciones con Antauro Húmala, es una palpitante contribución al estudio de los acontecimientos recientes del Perú, en especial desde Locumba hasta el protagonismo actual que gira en torno al clan Húmala. Vale decir, es un aporte esencial para comprender la entrada de nuestro país al XXI".

Rafael Romero Vásquez Editor General de RBC Noticias y Conductor de Habla El Pueblo.

Antauro es valiente, inteligente, audaz luchador de la causa del pueblo y la nación.

Antauro Humala es valiente, inteligente, audaz luchador de la causa del pueblo y la nación peruana. Merece nuestra especial consideración, respeto y aprecio político. Ha formulado

teóricamente genialidades brillantes, hermosas, dignas de ser recogidas y enarboladas por una vanguardia consecuente; pero también, a vuelta de página ha sostenido “barbaridades políticas”

inaceptables, que tendremos que combatir sin tregua. Mi conclusión por ahora es: 1º El balance de las formulaciones teóricas deja saldo positivo. 2º Él debe acostumbrarse a actuar políticamente en

base a la reflexión y los acuerdos de un pequeño y muy calificado Colectivo de Dirección, y ganar su liderazgo. 3º Un balance integral más amplio, modestamente lo ofrezco para cuando cuente con

espacio suficiente.

Ricardo Letts Colmenares - Presidente del Comité Malpica

Antauro es un hombre de ideas claras

La historia del Perú está jalonada de dos partidos: el civil ismo histórico y el militarismo plebeyo y/o institucional. Personajes como Antauro Humala pertenecen a esta ultima vertiente, que viene de los legionarios de la Independencia, que luego quiso hacerse proyecto nacional pan-andino con ese gran visionario que fuera el general Andres de Santacruz, continuando con el Ejercito de la Breña que salvó el honor nacional en la guerra del 79, y que en el siglo XX tuvo en Juan Velasco Alvarado su desarrollo moderno e institucional. Antauro es un hombre de ideas claras, con las que se puede

discrepar o asentir.No es un delincuente ni un gamberro, como afirman los verdaderos gamberros.

Y tiene predicamento porque quiere hacer en el Perú ese interregno purificador reclamado por los oprimidos del ande. Por todo esto hay que leer este libro.

Plinio Esquinarila Bellido - Editor General del Diario La Razón

Palpitante contribución

El libro de Pedro Saldaña, Conversaciones con Antauro Humala, es una palpitante contribución al

estudio de los acontecimientos recientes del Perú, en especial desde Locumba hasta el protagonismo actual que gira en torno al clan Humala. Vale decir, es un aporte esencial para

comprender la entrada de nuestro país al XXI.

Rafael Romero Vásquez - Jefe de la página editorial y editor de opinión del Diario Expres

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Pedro Saldaña ludeña

Conversaciones con

Antauro humala

Lima, 2011

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CONTENIDO Prólogo

Por el Dr. Hernán Fuentes Guzmán

Algunas precisiones

Capítulo I

Desde el nombre... El hombre

Capítulo II

Un “Corpus Christi" en la guerra sucia

Capítulo III

Locumba, el mito y el “mitologizador”

Capítulo IV…

Periodismo sin medias tintas:

¿Un buen mensaje y un excelente mensajero?

Capítulo V

“Los” fraudes del 2006

Capítulo VI

Andahuaylas

Capítulo VII

Partidocracia, inseguridad ciudadana y terrorismo

Capítulo VIII

El etnocacerismo

Capítulo IX

El escritor, los generales y algo de indigenismo

Capítulo X

Educación, proteínas y geopolítica de hambre

Capitulo XI

Chile, el chauvinismo como “necesidad”... y los mapuches

Capítulo XII

Ecuador, "amazonitis” y la Cordillera del Cóndor

Capítulo XIII

¿Homofobia política?

Capítulo XIV

Fusilamientos y "escarmiento histórico”

Capítulo XV

La vladiconstitución del “libre saqueo”

Capítulo XVI

¿Amnistía?

Capítulo XVII

Militarismos, civilismos y utopías

Capítulo XVIII

Señor cautivo, Iglesia tawantinsuyana, planificación familiar y “creced y multiplicaos"

Capítulo XIX

Coca, Irak y algo más

Capítulo XX

Sobre filosofía inkaica.

(Conversación entre el My. Antauro y el Prof. Mario Mayhua Q.)

Epílogo

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PROLOGO

¿Votarías por Antauro Humala? Fue la pregunta que se formuló a los electores de Apurímac, una de las zonas

más deprimidas del país, la encuesta que fue de este año 2011 y no divulgada, señalaba que si mañana

fueran las elecciones para el gobierno regional de Apurímac, el otro Humala, si postulase ganaría de manera

aplastante.

La prisión de Piedras Gordas busca resolver un problema penal, no resuelve la controversia de exclusión

política.

En 1931 el flamante Partido Comunista Peruano, para anteponer a la candidatura de Haya de la Torre y Luis

M. Sánchez Cerro, lanzó a la presidencia a Juan Quispe Quispe, quechua hablante y analfabeto. Los iletrados

no eran ciudadanos y el quechua no tenía reconocimiento oficial ni en el Cuzco. Este campesino ni siquiera

pudo registrarse en el padrón electoral. Su postulación era testimonio de la marginación y exclusión que

sufría la mayoría de peruanos. No quería ganar votos, buscaba denunciar al sistema.

Así nació la candidatura anti-sistema. Medio siglo después, un barbudo, Hugo Blanco, aquel del asal to al

puesto policial de Pucyura, en el valle de la Convención en el Cuzco, donde murió un policía y otros dos en

Mesacancha fue condenado a 25 años de cárcel durante el primer belaundismo y Velasco lo indultó al cabo

de más o menos seis años de prisión. Sería humano recordar que las autoridades reemplazaron la ciudad de

Arequipa, donde se realizaba el juicio, por la ciudad de Tacna con la finalidad de aplacar las simpatías que

levantaban los procesados en la ciudad Blanca. Juzgar a Blanco y sus seguidores en la ciudad más levantisca y

orgullosa de sus rebeliones a lo largo de la historia del Perú, era peligroso, creían. Fue un juicio llevado a

cabo, por un consejo de guerra, a varias decenas de harapientos y débiles campesinos cuzqueños y su

cabecilla Hugo Blanco. Tacna le dio mayor cobertura mediática, además de la solidaridad del pueblo tacneño

con los procesados. Barbudo que llamó la atención de la prensa internacional en los setenta, al ser candidato

calzado con ojotas y que chacchaba coca, postulando a la Asamblea Constituyente (1978), contra un

socialdemócrata como Haya de la Torre y un derechista cazurro como Luis Bedoya Reyes. En las encuestas,

Hugo Blanco no existía; no obstante, bastó que apareciera 10 minutos -fue su único spot-, en el canal estatal

controlado por el gobierno militar, con un discurso simple: ¡Ni patrones ni generales!, para crearse un mito

electoral. Había surgido el contestatario al status quo predominante; sacó más de 300 mil votos

preferenciales.

Diez años después, ante la debacle del sistema partidario, un entusiasta comunicador se lanzó a la alcaldía

de Lima, enfrentándose a una poderosa alianza de partidos tradicionales, el FREDEMO, Belmont fue

martirizado por los medios de comunicación: improvisado, locutor de tómbolas, sin ex periencia en la cosa

pública, irresponsable, etc. El “hermanón” no encarnaba el radicalismo, sino el hastió contra la partidocracia.

La consecuencia de este remezón electoral, fue Fujimori, quien expresó mejor el discurso de la anti-política.

Belmont como “el Chino” eran outsiders que evidenciaban la crisis del sistema político. El anti-sistema no

venía por la izquierda, sino por la derecha. El papel del colorado Belmont, en 1989, fue similar al rol del

cobrizo Juan Quispe Quispe en 1931, demostrar que el sistema era democrático con las fuerzas

hegemónicas, pero excluyente con todo lo emergente.

Los teóricos del sistema proclamaron que con la caída de Fujimori, estas “anomalías” habían quedado

superadas, que los outsiders eran el insumo de las ideas autoritarias, en tanto los partidos políticos eran la

mejor expresión de los valores democráticos. Abundaban, además, que nuestro país -conjuntamente con la

Venezuela del respetado y temido Hugo Chávez- eran los últimos reductos de los discursos anti-partido.

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En medio de estos ensueños, se produjo la insurrección de Antauro Humala (Lima, 1963) en Andahuaylas, el

1° de enero de 2005, cuando el país despertaba de la tremenda francachela del año nuevo. El, al mando de

dos centenares de leales reservistas del ejército, recibió el 35% del respaldo ciudadano (Encuesta de RPP).

Antauro tenía un discurso a lo Hugo Blanco y poses militaristas a lo Chávez. En pocos días fue derrotado

militarmente, pero su efecto político fue descollante: Ollanta ganó categórico la primera vuelta presidencial.

En la segunda vuelta: 5 de cada 10 votaron por el nacionalismo, había sembrado para el futuro, había echado

raíces; en lo inmediato en Andahuaylas obtuvo más del 76% de los votos y su hegemonía fue aplastante en

los sectores C y D. Pienso que en la actualidad, Antauro es el personaje que mejor encarna el inconformismo

del Perú profundo.

La crisis de legitimidad del sistema político no es exclusivamente peruana. La democracia más estable de

Sudamérica, la chilena, ha sido impactada con la postulación del joven Marco Enriquez-Ominami, hijo del

mítico líder guerrillero del MIR Miguel Enríquez, éste rompe con su gobierno (la Concertación), con

hegemonía gubernamental de dos décadas, renuncia al partido de la Presidenta Bachelet y se postula como

independiente, exigiendo radicalizar la democracia, modernizar el Estado, haciéndolo transparente y

prometiendo probidad. Sólo le falta el “honradez, tecnología y trabajo”, pero con acento Mapocho.

Enríquez-Ominami, no es Fujimori, es una combinación de Lula con discurso de Bill Gates que impugna el

agotamiento del sistema representativo, cuyos límites redistributivos y participativos son evidentes para los

pobres y los jóvenes, que exigen una mayor calidad de la democracia. Se decía que esto sólo ocurría en los

países andinos (Ecuador, Bolivia y Perú), con graves problemas étnicos y de segregación. Sin embargo, no, ya

que esto acontece también en el país con la más potente renta per cápita y país más homogéneo

culturalmente de la reglón. Hoy los medios de comunicación –aquellos mismos que subestimaron a Quispe

Quispe, Hugo Blanco, Ricardo Belmont, Alberto Fujimori y al propio Ollanta- proclaman que una condena

severa cancelaría el “problema Antauro”; el Código Penal resuelve la tipicidad de los hechos sangrientos, no

disipa las condiciones sociales incólumes que en siglos han provocado hechos como el andahuaylazo y el

baguazo.

Con Antauro Húmala no tengo afinidades ideológicas; no obstante, sería absurdo invisibilizarlo, sería necio soslayarlo, pues representa y es “el achoramiento y la rabia arguediana” (“Conversaciones con Antauro Húmala”, de Pedro Saldaña Ludeña, Edición de Lima, año 2008, 2a edición, p. 65), que según la perspicacia de sus adversarios, puede expresarse en las calles de manera cruenta o por las ánforas de manera incruenta. Si a muchos les repugna siquiera oír o leer a Antauro -menos sufragar por sus postulados- entonces están obligados a radicalizar la democracia sin ningún tipo de exclusión partidocrática o étnica, para así evitar a los incómodos Belmont, Arana o Pizango, quienes no son la causa de la crisis del modelo institucional, sino sólo su explosiva consecuencia. A Antauro se le debe contradecir políticamente, no censurar o amordazar como hacen hoy sus "democráticos" carceleros. Hoy, al salir esta Edición de Bolsillo a circulación, la opinión pública tiene una nueva gran oportunidad de analizar y conocer realmente el pensamiento Antauro. Un Mega-Reportaje, don-de Saldaña con estilo y garra periodística, encara al personaje sin tratar de ridiculizarlo o satanizarlo, como hacen los verdaderos periodistas que quieren llegar al fondo del personaje. Por último: Pienso que es un libro que, con el tiempo, acrecentará su valor.

Dr. Raúl Chanamé Orbe

Constitucionalista y Catedrático principal de la UNMSM

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ALGUNAS PRECISIONES En la mañana del 17 de febrero de este año, encontrándome en el sur chico de Lima, me telefoneó mi entrañable amigo, prominente y joven abogado, Raúl Noblecilla Olaechea; lo hacía para invitarme a cenar en su residencia de “El Haras” de la Molina, para conversar-como en la mayoría de las veces- temas políticos; empero, le indiqué que me encontraba fuera de la ciudad y que lo dejáramos para pasado mañana, que ya estaría yo en Lima. Antes de concluir la llamada, le pregunté cuál era su parecer sobre el comentario que le había hecho hace algunas semanas; me preguntó: “¿a qué te refieres?”. Bueno, le dije, “sobre el libro-entrevista que pienso hacerle a Antauro Humala”; se quedó callado unos segundos y me respondió de manera determinante: “¡házlo!, porque todo lo que oigo de ese hombre en la prensa son cosas tenebrosas y en el mejor de los casos contradictorias, entonces creo que a Antauro se le debe escuchar sin satanizarlo; deduzco que tiene cosas interesantes que decir”. Le contesté que le agradecía su comentario y rápidamente cortamos. Al rato continué haciendo labores de ocio donde me encontraba, que para eso estaba ahí. En la noche, al salir a pasear y a comer con una guapa lugareña, no dejaba de pensar en la respuesta tan clara de Raúl, me dije para mis adentros también: “creo que estoy en lo correcto al intentar concretar este libro-entrevista, porque nada significativo tendría un material de esta naturaleza -género periodístico, por cierto, poco usado en nuestro medio- con algún individuo de vida formal, pero con Antauro será diferente, por tratarse de un caso polémico y complicado". No obstante, lo que terminó por convencerme de realizar este trabajo, fue la oposición visceral que encontré en algunos familiares y amigos muy queridos, que al enterarse de mi propósito, reaccionaron como impulsados por un resorte. A ninguno de ellos respondí, o en todo caso mi respuesta fue el silencio y posteriormente, claro, la publicación ahora de este libro, todo dentro de la mayor cordialidad. En cuanto al entrevistado, tengo algunas cosas que referir, como que lo conozco desde hace muchos años, si bien no lo he frecuentado. Empero, un lustro atrás he tenido desde ahí en adelante con él encuentros intercalados. Así mismo, quisiera mencionar que en el desenlace de este trabajo muchos me han preguntado: ¿qué opinión tengo de él?, y mi respuesta ha sido para todos la misma, que es la siguiente: “es un hombre definido, con ideas claras, y estoy convencido que sus manos no están manchadas de sangre por los luctuosos sucesos del Andahuaylazo, ya que está explicado y demostrado hasta la saciedad quiénes son los responsables de ello, y es, pienso, la contra-figura de su hermano Ollanta”. Asimismo, es pertinente subrayar que a lo largo de nuestra rocambolesca vida republicana, sus más destacados protagonistas mayormente también pasaron por las mazmorras, siempre por razones políticas. Y dentro de las últimas ocho décadas, por sólo mencionar este último tiempo histórico, muchos fueron considerados terroristas por insurgir contra el injusto y corrupto orden establecido que hasta hoy sigue increíble y descaradamente vigente. Y en este tiempo, infortunadamente, se flamean los mismos conceptos económicos y “democráticos” de hace sesenta años, que no dieron resultados ni beneficios a las grandes mayorías y que llevaron al país hacia más confrontaciones. Siendo así, y por estos días, revisando antiguos libros estacionados en los anaqueles de una rica y vieja biblioteca, pude corroborar en un interesante compendio bajo el rótulo de La República Militar, Perú 1930-1980, obra del reconocido periodista Guillermo Thorndike, cómo distintos personajes en su momento eran catalogados de terroristas por levantarse contra el oprobio, la desfachatez de las élites plutocráticas o contra la gangrena permanente de este país: la corrupción. De tal manera que Thorndike relata didácticamente que fueron, entre otros, considerados “delincuentes terroristas” personajes como: Haya de la Torre, Hugo Blanco, Genaro Ledesma, Armando Villanueva del Campo, Luis de la Puente Uceda, el poeta Javier Heraud, Alejandro Romualdo, José María Arguedas, Ciro Alegría, Antenor Orrego, los jóvenes de la vanguardista revista “Hora Zero"... todos ellos pasaron por las cárceles del Estado decrépito, prepotente y corruptizado. Entre estos, el caso de Villanueva del Campo es muy relevante: preso varias veces, definido como un vulgar delincuente prontuariado por las distintas administraciones reaccionarias, lo catapultan como un líder histórico de los ideales del aprismo primigenio. Su primer número de presidiario fue 32268, en tiempos en que constituía un delito agravado el solo hecho de estar afiliado al APRA. Hoy en día, desafortunadamente el APRA se ha entregado otra vez a los nuevos barones de la derecha. Y algo que es para no creer, hasta los reaccionarios mismos mandaban presos

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a sus díscolos compañeros reaccionarios, tal es el caso que hasta Pedro Beitrán y Pedro Roselló, pasaron una temporada en El Frontón. Ahora bien, es evidente la motivación política del acto de insurgencia encabezado por Antauro en la madrugada del 1 de enero del 2005 contra el inmoral Alejandro Toledo, incapaz siquiera de reconocer a su hija Zaraí (sino hasta que se encontró contra las cuerdas), mintiendo al país sobre este hecho antes de estar en el gobierno (y ya estándolo también), y que debió ser destituido por el Congreso declarándose su incapacidad moral, lamentablemente no lo hicieron; sin embargo, se hizo todo lo contrario manteniéndolo en el puesto. Lo correcto era, pues, declarar la vacancia del cargo de Presidente de la República; pero para “aferrarlo”, incluso nuestro tercermundista Tribunal Constitucional de marras, el 2004, elevó el número necesario de congresistas para declarar la vacancia del cargo de Presidente de la República. No conforme con esto, Toledo, a su vez, se dedicó a dar respaldo a los cambios que se intentaban hacer mediante la falsa fórmula de la “Reforma Constitucional” dentro del Parlamento, sin tener éste facultad de Poder Constituyente, ya que se trataba de un simple Congreso ordinario amén de fundamentalmente ser la Constitución de 1993 espuria y no proceder dicho mecanismo. Y al validar el “presidente” Toledo la Constitución fraudulenta del 93, como hasta ahora se sigue validando de forma miserable, ilegítima e inconstitucional, se puso fuera de la legalidad; Toledo, por lo tanto, ai no funcionar los mecanismos constitucionales, debió ser relevado del mando por las FFAA, para que reponiéndose la Constitución de 1979, concomitantemente se convocase inmediatamente a una Asamblea Constituyente y nuevas elecciones generales. Hoy el Perú continúa subyugado y su voluntad popular obviada, en consecuencia debemos exigir cuanto antes la convocatoria a una Asamblea Constituyente que le devuelva al pueblo su voluntad soberana hoy en cautiverio, de lo contrario tendríamos toda la razón, como lo hizo Antauro, de invocar y ejecutar el derecho a la insurgencia, como lo señala la legítima Constitución de 1979. Lo que afirmo no significa que necesariamente concuerde con las ideas de Antauro Humala, empero sí concuerdo con el caso de la legítima insurgencia del Andahuaylazo, y sigo afirmando y sosteniendo la defensa de dicha rebelión justísima contra el oprobio de la Constitución de 1993. En consecuencia, las preguntas que todos debemos de formularnos son: ¿Por qué Antauro continúa preso? ¿Por qué los reservistas que se levantaron contra Alejandro Toledo exigiendo su renuncia continúan presos? En suma, ¿por qué todos ellos continúan presos si también se levantaron contra la apócrifa Constitución de 1993? De tal manera que ha llegado la hora de exigir la libertad de todos ellos por haber salvado el honor de un país. Esto implicaría que también hay responsabilidad en quienes mantuvieron y mantienen aún hoy la ilegítima “Carta” del 93. De otro lado, debo confesar que mis pláticas con Antauro para concretar este material, que hoy el lector tiene frente a él, se han realizado sorteando las normas impuestas por el INPE, algunas veces mintiendo de mi parte para superar los interrogatorios que les realizan a los visitantes los encargados de la seguridad del penal de “Piedras Gordas”, y otras hasta “dejando un sencillo” para no tener ningún tipo de inconveniente en mi labor periodística de entrevistador que me propuse cumplir, y la he cumplido toda vez que mi entrevistado de ordinario sólo puede recibir exclusivamente visitas de sus familiares consanguíneos. Finalmente, quisiera agradecer a todos aquellos que contribuyeron de distintas formas para que pueda terminar este proyecto que hoy sale a circulación; entre otros, permítaseme mencionar a mi distinguido amigo Wílder Pisco Valverde, especialista gráfico que sin su participación creo que no hubiera sido posible producir este libro entrevista, al Dr. Gustavo Adolfo Mendoza López por sus constantes sugerencias intelectuales y por cierto muy didácticas. De otro lado, quisiera agradecer al ing. César Montoya Araujo así como a todos los integrantes de la Organización Civil Legitimidad Democrática (ALD) por su apoyo desinteresado para con el objetivo de concluir este trabajo. San Isidro, 17 de mayo del 2007

Pedro Saldaña

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La historia de los pueblos prueba que toda idea nueva fue y es revolucionaria, y que no se mata la idea suprimiendo a sus defensores. El socialismo reconoce el hecho de que nadie socialmente es responsable de lo que es; de que los males sociales son el producto de la pobreza, y que todos debemos evitar y combatir el mal donde se encuentre. Yo creo que llegará un tiempo en que sobre las ruinas de la corrupción se levantará la esplendorosa mañana de un mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruos anacrónicos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones. Samuel Fielden, Héroe de la revuelta de Haymarket (Chicago, Estados Unidos) acaecida el 4 de mayo de 1866, por su defensa de la jornada laboral de las ocho horas. Pedro Saldaña

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I DESDE EL NOMBRE…..

EL HOMBRE - Mayor Antauro, en principio muchas gracias por concedernos esta entrevista, que por cierto va a ser extensa, y darnos la oportunidad para esclarecer muchos aspectos de su accidentada y discutida vida política, para que así la opinión pública pueda sacar sus propias conclusiones. Mi intención es sólo periodística y las preguntas que le formularé estarán sujetas al rigor periodístico que exige objetividad. Será la ciudadanía la que tenga la palabra final. -Estoy de acuerdo, no hay problema y le agradezco su interés por la causa etnocacerista. Sólo le voy a pedir que no interprete mis palabras, sino que las coloque tal como las declaro. -Pierda cuidado, Mayor, cuéntenos un poco de su infancia. - Soy el cuarto de siete hermanos, y el penúltimo de los varones que somos cuatro. Nací un veintinueve de junio de 1963 en Lima. Pertenezco, pues, a la primera generación familiar de hijos de migrantes serranos de aquel éxodo andino, acaecido desde mediados del siglo pasado hacia las urbes costeñas, que de a pocos han ido cholificando una capital que le dio la espalda al país profundo. Estudié primaria y secundaria en el Franco-Peruano hasta que me expulsaron en quinto de media, razón por la que mis padres me enviaron al Qosqo, en donde culminé en el Colegio Nacional de “Ciencias”. No se vaya a pensar que esa “deportación” fue una especie de castigo. Quizá por el contrario, pues por tradición familiar siempre el primogénito -en el caso de mi familia, el mayor es Ulises- debía culminar sus estudios escolares en el “Ciencias” del Qosqo. Ahí habían estudiado nuestro hermano mayor, mi padre, mi tío-abuelo Genaro y así ascendentemente desde nuestros ancestros, los curacas de Pumatampu (Páucar del Sara Sara - Ayacucho), tal como se nos había entronizado desde niños. Refiérase que en la época inkaica funcionaba en el Qosqo el Yachayhuasi en donde se educaban los hijos de los curacas y que ya en la época virreinal aquel centro de estudios pasó a denominarse “Colegio de Caciques”; el cual, a su vez, -una vez instaurada la República- pasó a denominarse “Colegio Nacional de Ciencias y Artes”, fundado por Bolívar, luego de la batalla de Ayacucho. Esa tradición la guarda aún mi familia; entonces, mi padre, pese a no ser yo “primogénito”, optó porque me empapase de la mística cusqueña; además mi expulsión se debió más que todo a desavenencias entre él y la dirección del colegio (era presidente de la APAFA). El Qosqo me impacto de sobre manera y en especial el Colegio Nacional de “Ciencias”, proviniendo yo de un colegio exclusivo de Lima. Me pareció “sensacional” ver compañeros de clase ingresando con ojotas y cosas por el estilo. También incursioné en el mundo de la marihuana, entre el rock y el huayno, entre la rebeldía y la pasión. Aquel 1980 fue decisivo en mi forma de pensar y ver las cosas. Al año siguiente, después de tanto “relajo y librepensamiento”, ingresé a la Escuela Militar de Chorrillos. - Por lo que veo, su padre es el patriarca de un clan político. Y corriendo por las venas de los Humala sangre “regia” de los curacas de Pumatampu, podemos explicarnos su carácter rebelde... - Creo que como buen padre, tuvo la virtud de proyectar en sus hijos sus ideales pendientes. Ideales que se encargó, conjuntamente con mi madre, de interiorizarnos pedagógicamente desde niños. La lectura individual como colectiva era casi un culto, en una bibliografía especialmente seleccionada. Por supuesto que había quienes más nos “zambullíamos” (en la biblioteca casera) que otros, que de veras lo veían como “penitencia”. Si bien es cierto mi padre tuvo formación marxista (contaba que aprendió a deletrear en el Amauta de Mariátegui cuyos ejemplares llegaban hasta la recóndita aldea de Oyolo - Pumatampu), jamás dejó de preservar en su esquema mental la etnicidad tawantinsuyana. Etnicidad que, combinada con el factor clasista, constituyó el summum ideológico, si se quiere, de aquel clan familiar. Es necesario referir que mi padre estuvo vinculado en sus etapas preparatorias, al contingente guerrillero que a mediados de los 60's se inmolara con De la Puente Uceda y Lobatón en Mesa Pelada y Púcuta. Incluso llegaron a reunirse en ciertas ocasiones en su oficina de abogado. Ahí hubo discrepancias insalvables, empezando por el desconocimiento del kechua y su idiosincrasia por parte de un MIR que hasta en la barba imitaba estereotipos foráneos. Además no se pusieron de acuerdo en el reconocimiento de una “potencialidad revolucionaria” dentro de las mismas filas del Ejército. Por último, entiendo que mi madre pudo haber influido decisivamente para que mi padre terminara por abstenerse de la acción guerrillera. Había por

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entonces cuatro críos que mantener... De manera que, deduzco, mi padre endosó en nosotros, obviamente en quienes asumimos mejor el mensaje, aquella “ansiedad etnorrevolucionaria”. Había, pues, un compromiso generacional acumulado de siglos, en una familia serrana que de alguna manera logró preservar su memoria milenaria de forma explícita. - ¿Es cierto que su padre -tal como lo dieron a conocer ciertos articulistas durante la efervescencia del proceso electoral del 2006- los educó a todos ustedes, los hermanos Humala-Tasso, “para presidentes’’?, digamos al estilo de unos “Kennedy cholos”; lo cual tiene cierto asidero al haberse dado, quizá como caso único en el mundo, que un par de hermanos candidateasen en simultáneo a la presidencia de la república, tal como acaeció con Ulises y Ollanta. - Mira, siempre se nos inculcó el “pensar en grande”, en términos “macro”. Incluso uno de los libros que eran de obligada lectura en el ambiente familiar, era precisamente la magia de pensar en grande y las biografías de personajes históricos. Cada cual de los hermanos, subconscientemente, ya iba proyectando sus aspiraciones máximas en la carrera de su vocación... - Que en el caso de los que escogieron la vida militar, Ud. y Ollanta, culminaba en palacio de gobierno. ¿No es así? - Pero en nuestro caso -tal como nos lo Inculcó nuestro padre- no como un fin de vano poder, sino como medio de transformación revolucionaria. - Sin embargo, en el caso de Uds., los hermanos militares, ninguno llegó a ser “espada de honor”, así que puedo entender que el objetivo se les complicaba... - Claro, además que en la familia no había tradición castrense. No había “pedigree militar” ni vínculo alguno con las argollas tradicionales. No obstante, pude percatarme que para mi generación aquello de la “clásica junta militar” sudamericana, conformada íntegramente por generalotes, ya no era viable; es decir que para nuestros objetivos políticos no constituía un requisito el generalato, sino un rango intermedio con mando de tropa y, obviamente, hartos cojones. Y esto es algo que se avizora actualmente en Latinoamérica, en donde tenemos los casos del coronel Gutiérrez en Ecuador y del comandante Chávez en Venezuela, así como “casi" el de nosotros acá. Y es que, la verdad, con la pentagonización de las FFAA latinoamericanas el generalato ha colapsado moralmente. ¿Acaso no se les ve poblando las cárceles en Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Bolivia inclusive (caso García Meza -N. del A.)? - Me imagino que este “instinto golpista” contaba con el apoyo pleno del clan familiar. - Quiero aclararte, antes, que si bien es cierto el llamado “golpe de Estado” puede ser ilegítimo y antipopular en las democracias genuinas, digamos como las del mundo desarrollado, no sucede tal en el orbe “de color” subdesarrollado. Muchas veces son legítimos y producto del clamor popular, ante la traición y colonialidad de las corruptas élites gobernantes. En cuanto al “apoyo conspirativo” del clan familiar, claro que se daba, pero en sí misma la operación era sólo compartida entre los “hombres de armas”. -¿Es usted casado?, y si es así, ¿cuántos hijos tiene? - Estoy casado con la compatriota Isabel Paiva, natural de Tumbes, con quien tengo dos bellos hijitos; Antaurito y Urpi, de 11 y 9 años respectivamente. - Siendo sus hijos tan pequeños, los hechos que Ud. ha protagonizado, si para los adultos son fuertes, para ellos deben haber sido muy duros. - Sí que lo fueron; lo cual constituye para mí una permanente espina en el corazón. Pero estoy seguro que, en el fondo, estos trances les fortalecen el espíritu además que les tiemplan el carácter. Se les ha inculcado que deben sentirse orgullosos de lo efectuado y ya han superado con creces la intensidad de los primeros momentos. A sus cortas edades han asumido una actitud muy madura. En ese aspecto me causan orgullo y satisfacción, pues tengo la certeza que continuarán por la senda generacional.

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- ¿Lo visitan acá en el penal? -Una prisión jamás deja de ser un lugar inhumano. Por eso decidí con mi esposa que las visitas de nuestros hijos sean en contadas ocasiones, solamente por nuestros onomásticos. Afortunadamente, son un par de niños muy inteligentes y valientes, que además cuentan con el apoyo del resto de la familia. -Los nombres de ustedes, como Ollanta, Ulises, Imasúmac, Kusicoyllor, Antauro y de sus demás hermanos, son muy emblemáticos y atractivos; esto demuestra que desde la pila bautismal don Isaac ya se traía algo bajo la manga. - Simplemente aplicó la coherencia nominativa para con sus hijos, en función de la identidad etnocultural. Más bien creo que en un ambiente tan desidentificado con su ser colectivo, como es nuestro país, lo que debería llamar la atención es llamarse “Juan”, por ejemplo. Entonces, cuando noto que alguien se impresiona por los nombres de mis familiares, capto instantáneamente la gran tarea de “desintoxicación cultural” pendiente en nuestro medio: ¡lo que debería ser la regla se ha revertido en la excepción! Por supuesto que, también, me hace evocar-este “mundo al revés”- aquel prólogo de J.P. Sartre a Los condenados de la Tierra (Frantz Fanón -N. del A.): “... no es imposible convertir a un hombre en bestia”; empiécese por despojarle de la identidad desde la falsificación de su nombre, o sea, de su linaje. Por consiguiente, los nombres aplicados en mi familia, en verdad, debieran ser extensivos al grueso de la población “de color” y de estirpe cobriza, lamentablemente en quincuacentenaria crisis de identidad. - Yo no me llamo “Juan”, me llamo “Pedro”, y con este nombre latino-castellano no creo, en lo absoluto, ser deficitario en cuanto a identidad se refiere. Recuerde, Mayor, que somos un país mestizo. - Claro que lo somos; sin embargo, en la cuantificación de ese mestizaje -posiblemente en tu caso particular no- el grueso poblacional resulta de mayoritaria estirpe nativa, independientemente del complejo que puedan tener o no en asumirse “blancos”. Entonces, cuando el cholo cree ser medio cholo y el medio cholo asume ser medio blanco y éste, a su vez, blanco... pues, no debe extrañar la falacia del registro electoral “mayoritariamente latino” o la surrealista guía telefónica en la que “constatamos” que nuestros apellidos son casi en un 90% de estirpe euro-occidental, de tal manera que nos vinculamos más con el Mío Cid que con el “bárbaro” de Manko Qapaq. Por ende, en esa extensión política de aquella falacia nominativa o bautismal, nos parecerá “correcto" que en un país “de color” como el nuestro, resulte que de los 98 jefes de estado habidos desde 1532, ya sean virreyes o presidentes, el “monopolio” blanco-criollo haya sido casi total. - No deja de ser valedero su enfoque; sin embargo, debe reconocer que ya está generalizada la nominación castellano-latina, y en todo caso el “nominativo” de su familia es excepcional... - No lo niego; pero observo esta reversión del sentido común como derivado de la dependencia cultural impuesta desde el siglo XVI vía la invasión extra continental, con sus bautizadores de “manadas subhumanas” y sus leyes de Indias que a la postre nos han trastornado colectivamente el seso. Pues bien, una manera de sanearse es, justamente, reivindicando la memoria y, por ende, la personalidad histórica, empezando por el “nombre propio”. Mire nomás, el caso homólogo de aquel afro-peruano comentarista deportivo, Philip Buthler, cuyo apellido resulta ser en verdad del amo blanco que compró a su tatarabuelo esclavo en algún muelle negrero del Callao o de Chincha... O sino a Teofilo “Cubillas” o a Lucha “Fuentes”, cuyas negrituras resienten el apellido postizo. - ¿No cree que exagera en su radicalidad, puesto que después de todo ya existe un estatu quo al respecto? - Al igual que existía antes de ser insertados, por los Pizarras y Almagras, como “extremo Oc- cidente". En cuanto a lo de “radicalidad”, efectivamente, este acomplejamiento es también radicalmente vigente, razón por la que los nombres originarios "llaman la atención", así como lo saludable en un ambiente enfermo. - Pero también entenderá que los Mamanis, Condorís y Quispes no son tan mayoritaríos como Ud. quisiera... - Craso error. Solamente en la falaz guía telefónica elaborada en función al acomplejado RENIEC o al inquisidor sacramento bautismal, somos “oficializados” como minoría.

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- ¿Me está diciendo -al igual que el caso de los afrodescendientes- que “los Pérez no son Pérez y que los Juanes no son Juanes”? - Eso. Y es que si revisas las crónicas de la conquista, constatarás que -dentro del marco coactivo de la cruz y la espada- la “cristianización” de los infieles cobrizos, efectuada por millares de Ciprianis y Valverdes, implicaba el bautismo “en manada”, la censura del nombre y/o apellido nativo por los del “bautizador” hispano. Claro ejemplo se tiene en el cronista Felipe Huamán Poma de Ayala, en donde el “de Ayala” lo determinó el apelativo del invasor. De esa manera, los millones de Quispes y Mamanis se metamorfosearon en Pérez y Sánchez. Además, era una manera de adaptarse al nuevo establishment etnoclasista. Toda esta fenomenología ha determinado que en la republiqueta peruana las minorías demográficas (criollas) actúen como mayorías oficiales y que, a su vez, las mayorías demográficas actúen como minorías oficiales. - Confírmeme si sus padres son abogados. -Ambos lo son; además, mi madre fue maestra. - Si Ud. estudió en el Franco-Peruano, debe saber hablar y escribir francés con fluidez. - Leo, hablo y escribo en francés. Hasta he hecho de traductor. - Ahora bien, su ingreso a la carrera militar ¿en qué se fundamenta, fue decisión suya o imposición de sus padres? - Al salir del colegio, más me inclinaba por la agronomía; pero fue mi vida adolescente, disipada y bohemia, que -desde el Qosqo- alarmó a mis padres. Creo que asumieron respecto a mí el clásico esquema:"... mi hijo se está descarriando; nada mejor que meterlo al Ejército para que se recomponga...”. Es así, que al retornar a Lima lo primero que hallé al ingresar a mi cuarto de la casa familiar fue el prospecto de Chorrillos, y me dije: “¡Qué loco!”. Por entonces, además, mi otro hermano mayor -Ollanta- ya era cadete en la Escuela Militar, así que cuando salió de franco lo primero que hice fue preguntarle “qué tal era la Escuela”, a lo que me respondió positivamente. Eso terminó por animarme del todo. Tres meses después estaba ingresando como cadete del primer año, o sea, como “perro”, lo cual me chocó bastante. Jamás me gustó Chorrillos y todos los años me impulsaba a solicitar mi baja, siendo siempre disuadido por mis hermanos mayores. Fue así que, como quien dice “sin querer queriendo” o a regañadientes, egresé como subteniente de infantería en enero de 1985. Es recién como oficial, en mi caso particular -como infante que era- destacado a zonas de emergencia como jefe de patrulla en operaciones contra Sendero Luminoso en los lares recónditos de nuestras serranías, que recién me enamoré de la milicia, y asimismo volví a retomar el hilo del proyecto familiar. Además, según la tesis paterna, el ejército -tal como lo demostró Velasco- podía ser también un “elemento de cambio", con el aval que ahorraría harto costo social. Es en esos avatares de la guerra interna que, como contrapropuesta a la pentagonización de nuestra praxis y doctrina contrainsurgente, fundé en 1989 la “Logia Etnocacerista” con un grupo de tenientes de mi promoción. - En ese año (1985) de su egreso ocurrió la masacre de Accomarca, en la que el también subteniente Telmo Hurtado fue responsable de esta lamentable masacre a sesenta y nueve campesinos... ¿Acaso ambos -Hurtado y Ud- son promocionales? - No, él es dos años más antiguo que yo. Fue -en la Escuela Militar- mi “aspirante” (cadete de tercer año -N. del A.) cuando yo era “perro” (cadete de primer año -N. del A.) - Entonces, evidentemente se conocieron, además -entiendo- ambos pertenecen al arma de infantería... -Claro que nos conocimos, así como con el actual “padre Martín” que perteneció a la promoción que me sigue. En el Ejército todos nos conocemos. Es una característica de la institución. Es más, en el caso de Telmo Hurtado incluso llegamos a integrar, conjuntamente con mi hermano Ollanta (cuya promoción es intermedia entre la mía y la de Hurtado), el equipo de natación de la Escuela Militar de Chorrillos. - Telmo fue -mayor Antauro- mi promocional en el Colegio Militar Leoncio Prado... y le digo que toda la promoción quedó estupefacta ante aquella tragedia. Simplemente no lo podíamos comprender. Es por esto que en mi labor periodística hago esfuerzos por explicar -no justificar- aquel “corto circuito” ocurrido en la mente de un antiguo amigo. Dígame, entonces, ¿qué tipo de “transformación” ético- doctrinal

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castrense pudo tener, al extremo de cometer semejante barbaridad en la sierra ayacuchana? Ése no era el Telmo adolescente de Leoncio Prado. - En la Escuela Militar de Chorrillos fue un cadete, digamos, “normal” y hasta con cierto don de mando, pues fue designado al comando de una sección de cadetes de menor rango: La mía. En cuanto a la matanza de Accomarca, bueno, ahí él fue un simple ejecutor de la doctrina de guerra contrasubversiva importada del Pentágono, que -por cierto- es monstruosa. Hurtado fue un mero cumplidor de órdenes “sin dudas ni murmuraciones” en pro de la democracia criolla, tal y conforme les enrrostró a los miembros de la Comisión Investigadora del Congreso (entre quienes estuvieron Javier Diez Canseco y Javier Valle-Riestra). - Esa comisión -recuerde mayor- condenó aquel genocidio. - No le quedaba más opción. Todo el mundo la condenó... y con ello también se impugnaba hipócritamente el modus operandi de la “guerra sucia”, puesto que impunemente las masacres y fosas comunes continuaron por una década más. “Bien muertos, mal matados”, fue -en resumen- la conclusión del Estado criollo. Y es que el establishment globocolonizador requiere por “necesidad vital” de sus Accomarcas, Cayaras, Frontones y Cantutas. Por consiguiente, son sus FFAA las que les sacan las castañas del fuego y también a quienes se condenará, encarcelándose o proscribiéndose a sus particulares ejecutores. Al respecto, Telmo Hurtado fue contundente en la respuesta que le dio a la Comisión Investigadora, más o menos con este tenor: "... Gracias a este accionar que les estremece, están sentados 'democráticamente' donde están. Sin embargo, les digo que esto no es agradable, pero lo hacemos para que los subversivos no los dina- miten a Uds. Es por esto que me necesitan en la línea, en el fondo Uds. me aman...”. - ¿Acaso no había, o no hay, alternativa... o si no, cómo hizo Ud.? - Antes de ceñirse a la “obediencia debida”, impugnar la “orden indebida”, lo cual -con el respectivo argumento ideológico- inevitablemente derivaba, en esas circunstancias, en el etnocacerismo que, a su vez, desde el saque manda al tacho todos los manuales y reglamentos traducidos del inglés provenientes del US Army en lo que respecta a contrainsurgencia y guerra de baja intensidad. Obviamente, para adoptar semejante actitud se debe tener un espíritu hereje en medio de un ambiente en donde la duda y la murmuración son penados... Y nuestro ex camarada Telmo no era hereje, era solamente “un ladrillo más en la pared”, que, por lo tanto, ni dudaba ni murmuraba. Debió haber sido condecorado por el Agregado Militar norteamericano y develádose un busto suyo en la plaza de Accomarca, bajo parecido criterio al que ha determinado que Pizarra lo haya tenido en la plaza mayor de Lima.

II UN "CORPUS CHRISTI” EN LA GUERRA SUCIA...

- Ya que aborda el tema de Sendero Luminoso, le pregunto ¿qué fue lo que sucedió para usted de 1980 al 2000: un asunto de represión policial o una guerra interna? - Si se visita el cenotafio existente en la parte posterior del Patio de Armas del Cuartel General del Ejército (“Pentagonito”), se contabilizarán cerca de tres millares de nombres correspondientes a los muertos de las FF.AA. en dicho periodo, entre oficiales, suboficiales y tropa; cifra que basta y sobra para evidenciar “técnicamente” que se trató de una guerra. Nada menos que la más cruenta del siglo XX en nuestro país, tanto en su estadística “externa’’ como “interna”. Refiérase que los dos conflictos habidos con Colombia en 1911 y 1933 sumados a los tres acaecidos con Ecuador en 1941, 1981 y el 1995, en su totalidad no nos han inflingido más de dos mil bajas entre muertos y heridos. Ha sido, pues, la insurgencia senderista, todo un asunto de guerra civil que hasta ha determinado la conformación de una denominada Comisión de ia Verdad y Reconciliación, la cual estableció en 69 mil muertos el saldo de bajas, fuera de heridos y damnificados, que tranquilamente pueden completar el cuarto de millón. Ha sido, la guerra interna de 1980/2000, la manifestación insurgente más contundente en versión clasista habida en el Perú. Digo en “versión clasista’’ porque en “versión etnocultural” más contundencia hubo en las insurrecciones de Manko Inka que cercó en simultáneo las urbes de Lima y Qosqo, o en las guerras tupacamaristas y pumacahuistas. Lo que queda evidenciado en la secuencia y magnitud de conflictos internos en nuestra patria, es que el resentir de

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Huamán Poma (“el mundo al revés”) como la rabia arguediana (“el país hirviente”), siguen vigentes desde 1532 y que, históricamente, un chispazo puede seguir encendiendo la pradera, tanto bajo consignas étnicas, clasistas o ambas yuxtapuestas. - Usted luchó como oficial del Ejército Peruano contra Sendero Luminoso bajo órdenes de dos gobiernos de turno; cuéntenos cómo fue esa experiencia. - Técnicamente, desde la perspectiva contrainsurgente, fue una “guerra de tenientes”, o sea, de patrullas de infantería infectadas mentalmente con las reglamentaciones traducidas del inglés del US Army. Vale decir, en función a un modus operandi inspirado en la “casuística" del Far West conjugada con la aplicada contra el Vietcong; lo cual, “ejecutado” por los tenientes mestizos en crisis de identidad contra una población “genéticamente sospechosa”, tenía inevitablemente que producir sus fosas comunes con ADN cobrizo. Precisamente, el etnocacerismo se genera en esas dramáticas circunstancias como natural reacción nativista ante aquella “pentagonización”. En cuanto a experiencia personal, hubieron dos casos que me impactaron de sobremanera, ambos producto de enfrentamientos armados con pelotones senderistas. El primero en las alturas de Tomaykichua (Huánuco), a fines de 1986, cuando luego de darle alcance a uno de esos pelotones en las orillas de la laguna Chinchobamba, se dio la inevitable balacera nocturna con el saldo de cuatro senderistas muertos y un soldado herido, además de una menuda jovencita -también combatiente senderista - impactada en el brazo y en el tórax, que casi agonizante imploraba agua; ante lo cual le brindé mi cantimplora ayudándola a sorber el líquido. Se bebió todo el contenido, y en medio de aquel anochecer serrano agonizaba tendida sobre la hierba, conmigo a su lado. Con voz tenue balbuceaba que cuidaran a su hijita que estaba en tal pueblo, cuyo nombre no capté. Y yo no sabía qué decirle, acaso pedirle perdón... Lo cierto era que no me sentía “orgulloso” en lo absoluto. Todo lo contrario; por lo menos reconocía para esa muchacha más respeto que a los pillos del Congreso que cacareaban sobre su repugnante “timocracia”. El otro caso que me impactó, ocurrió en marzo de 1990 en Jatun Huasi, hacienda abandonada en la circunscripción de la SAIS “Túpac Amaru” en Junín. Ahí, en medio de un enfrentamiento iniciado al medio día, fue que al avanzar con unos cuantos soldados hacia los cadáveres senderistas con intención de recoger sus fusiles y mochilas, aparecieron súbitamente desde las elevaciones, francotiradores que nos obligaron a “zambullirnos” en un riachuelo próximo, cuyo talud nos serviría de parapeto. Apenas podíamos movernos, pues el fuego arreciaba, no quedándonos más opción que sacar piedras del lecho para “elevar” el parapeto para estar más a seguro. El otro resto de la patrulla, como a 200 metros, tampoco podía acudir, pues se encontraba a raya por los francotiradores. Y a nosotros el agua gélida nos acalambraba constantemente. Y así comenzaron a pasar las horas de hostigamiento. Muchos de nosotros pensamos que de ahí ya no saldríamos. Fue entonces que me asoló una angustia, no por la posible muerte que veía muy cercana, sino por no haber siquiera intentado muchas cosas que pretendí... pero sin atreverme: decirle a tal chica que me gustaba o increparle a tal general que era un ladrón... pero que “ahora” ya era demasiado tarde. Fue recién la llegada de la noche lo que nos permitió salir del atol ladero y reunimos con el grueso. Desde entonces me volví “hereje”. Si se quiere, un “achorado” curado contra el susto. Pero más allá de mí casuística personal, creo que en aquella guerra interna se dieron dos tipos de conductas operativas en el Ejército: los combatientes y los sicarios. Los primeros -la gran mayoría- simplemente combatimos “fusil contra fusil” con las respectivas bajas de ambos lados, en “buena lid” (si así se puede describir una guerra entre compatriotas). Los segundos, a su vez, jamás combatieron “fusil contra fusil”, sino que ultimaron gente desarmada, ya sea rendida o ajena al conflicto; degenerándose en los Accomarcas, Cayaras, Ayahuancos, Barrios Altos, Cantutas, etc... en donde no hubo “enfrentamientos”, sino cobardes asesinatos contra gente desarmada y/o inerme. Estoy convencido, pues, que entre quienes combatimos como soldados, tanto subversivos como contrasubversivos , sí que puede haber “verdad y reconciliación”, mas no entre quienes actuaron como despreciables sicarios: cobardes que mancillaron aquel fratricida conflicto. Me parece, entonces, una distorsión mental que se pretenda generar “héroes” del tipo Giampietri, alias el “Grau del Frontón”, o del “Aníbal de Cayara” como el Gral. Valdivia... lo cual conllevaría a reconocerle calidad soldadesca a sicarios como Martín Rivas o Telmo Hurtado. Definitivamente, lo que más lamento de esa guerra es haber arriesgado el pellejo por una “democracia” tan envilecida como la de la Republiqueta Criolla, que por donde se le hinque el dedo sigue reventando pus.

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- Y en todas aquellas bajas que sus patrullas le infligieron a los pelotones senderistas, durante su estadía de varios años en las zonas de emergencia, podría referir -si no es indiscreción, por cierto- ¿cuántas le correspondieron específicamente a Ud.? -Claro que es una Indiscreción de parte suya. ¡Nos matamos entre compatriotas! Y no es que tema, de revelártelo, las “implicancias” de una investigación... Total, la Comisión de la Verdad ha sabido, si cabe la palabra, respetar los avatares de los enfrentamientos armados “fusil contra fusil”, ya que su labor se ciñó específicamente a las violaciones de los derechos humanos, cosa que en mi “modus operandi” jamás se dio, pese a las mañosas conjeturas que podrían tejerse. -Me acuerdo, en la revista Caretas, que se le tipificó como el “temible Corpus Christi”, acusándolo de “potencial genocida” en las serranías de Huánuco de a mediados de los 80’, ¿qué respondió al respecto? - Zileri (Director de Caretas -N. del A.) ha sido, más bien, estupendamente tipificado por César Hildebrandt como el “Pedro Navaja de la prensa peruana”. Y, pues, ese Pedro Navaja llegó a acusarme, o mejor dicho calumniarme, de abigeo, asesino, ladrón y que incluso “no me violé a una viejita porque le faltaba un diente” (risas)... -¡No le creo! - Fue textual. - ¿Y quién fue el autor de ese artículo? No creo que haya sido el mismo Zileri. - No; fue el animal de Enrique Chávez, que entonces fungía de “humalólogo”. - Pero, ciertamente, Ud. tuvo como seudónimo el de “Corpus Christi”; vaya, vaya, el cuerpo de Cristo, ¿Por qué? - Jamás lo he negado. Además nos fueron impuestos los apelativos. Así se estilaba. Por lo “normal” eran de índole guerrera o hasta mitológica, como parte de la guerra sicológica. Huelga referir que también los mandos subversivos y su militancia en general recurrieron a los apelativos o seudónimos, aunque de tipo común: “Artemio”, “Gonzalo", “Feliciano”, etc. En mi caso particular -en aquellos años 1985 y 1986- sucedió que los apelativos aplicados por el Mayor Jefe de Operaciones de mi batallón, o sea, el S-3, fueron originalmente de índole “feroz” para con los oficiales destacados a las bases contrasubversivas: Konan, Descuartizador, Hitler, Destripador, Therminator, Bestia, Destructor, etc., sucediendo que al enterarse el General de la División, que entonces tenía su sede en Huancayo (31ava. División de infantería), este exclamó: “¡Carajo, estos seudónimos parecen que fueran del pabellón más hamponezco de Lurigancho! Que no jodan: ahora se denominarán Juan, Lucas, Pedro, Pablo, Mateo, Simón...”, y a mí -como subteniente jefe de patrulla- ya no me alcanzaron los nombres apostólicos, que se agotaron con los capitanes jefes de base; me tocó el de “Corpus Christi”. Así de anecdótico. - Algo gracioso, sin duda. Bueno, entiendo su reserva en cuantificar sus bajas particulares, pero -perdóneme la insistencia- ¿cuál fue la sensación en el momento del enfrentamiento mismo, en que se le dispara y quita la vida al adversario, en esas circunstancias en que defendía al “Estado Criollo’’, tal como Ud. lo denomina? -Debo precisarte, no lo olvides, que soy militar, hombre de armas. Ésa es mi profesión; por consiguiente, he sido entrenado para eso. Te diré, entonces, que si bien es cierto es sumamente intenso el momento del enfrentamiento, o sea, de la “balacera”; en el caso, o los casos particulares que me tocó vivir, tuve la ventaja de iniciar el enfrentamiento antes que el adversario me lo inicie... - ¿Qué quiere decir? - Que yo los vi primero antes que ellos a mí; lo cual es decisivo. El denominador común de todos mis enfrentamientos fue que siempre, luego de días o semanas de caminata, lograba darles alcance a los pelotones senderistas y madrugados desde retaguardia, por supuesto, luego de haber dejado media patrulla rezagada y -cuando nos desplazábamos montados- con varios caballos reventados, o sea, muertos de cansancio; lo cual era natural en medio de esa guerra que también se caracterizó por ser eminentemente de movimientos.

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- ¿Acaso los emboscaba? - No, porque jamás tuve la oportunidad de anticipar sus itinerarios (de los pelotones subversivos) y poder “aguardarlos” para cogerlos de sorpresa. La verdad sea dicha, jamás me enteré de un solo caso en que el ejército emboscase a los subversivos. Lo que sucede es que la fuerza insurgente por lo normal es clandestina y, por ende, no se sabe dónde se ubica; lo contrario de la fuerza contrasubversiva, cuya ubicación (bases, cuarteles, etc.) es pública y, por consiguiente, más fácilmente “emboscable” en sus movimientos. En mi caso, sólo lograba darles alcance y avistarles por detrás, por lo que solía abrir con los soldados que me acompañaban en esos instantes -y sin esperar a los rezagados- los disparos en los primeros diez a veinte segundos... vale decir, los más que suficientes para hacerles las primeras dos o tres bajas, ya sean heridos o muertos... - Pero, se supone que la reacción senderista sería igual de letal... - No, por lo menos en aquel primer minuto de combate, ya que la reacción instintiva del adversario “sorprendido por detrás”, al ver al primer camarada acribillado “desde no sabe dónde”, consiste en escabullirse detrás de una cubierta o de un abrigo para salvar el pellejo. Puro instinto de conservación. Es decir, tenían que perder valiosos segundos en correr y “agachar cabeza”, sicológicamente alterados y angustiados en no saber “de dónde mierda les disparaban”. Ya hasta que lograsen reaccionar adecuadamente, vale decir, recobrando el contacto entre ellos, ya sea por la voz o por la vista, para adoptar determinada forma de acción, pues para entonces -pasados varios minutos- ya estaban arribando mis rezagos, incrementando nuestra potencia de fuegos, no quedándoles a los adversarios más opción que huir y a nosotros, luego de recoger las armas y demás pertrechos dejados por ellos, seguirles, pero ya con escasas posibilidades de retomar contacto, dado el agotamiento de la gente. Más bien, daba cuenta por radio a mi Puesto de Comando, indicando la ruta de huida a fin que los helicópteros sembrasen las patrullas convenientes, que por lo común, no lograban reubicarlos, o simplemente -dada la poca disponibilidad de estas naves- despegaban con días de tardanza, y si la orden se le daba a determinada base, por la lejanía en varios días de caminata a la zona del enfrentamiento, sus patrullas rara vez lograban encontrarse con el pelotón senderista. - ¿Qué procedimiento adoptaban con los heridos? - Era excepcional hallar, en ambos bandos, heridos. No por “maldad", te lo aseguro. - ¿Sino por qué? - Por “seguridad”. Lo cual es simple de explicar: Cuando queda alguien tendido en medio de la balacera, lo mejor, si está herido, es que logre cubrirse, de alcanzarle las fuerzas. Sino que rece mientras se hace el “muertito”, porque todos los combatientes adversarios le “aplicarán” definitivamente su respectivo “balazo de seguridad”, ya que el herido puede también disparar. O sea que al herido se le mata y al matado se le remata. - ¿Una especie de “repase" a la chilena? - No; el repase era un crimen de guerra, porque se efectuaba “post combate”, en cambio lo que te describo se efectuaba en pleno combate. A lo sumo, el herido lograba agonizar en el post combate. - ¿Y cuál era el procedimiento para con los muertos? - Identificarlos, para lo cual se nos “aconsejaba” portar un tampón y papel, para tomar las huellas dactilares, que por supuesto muy pocos hacían. - ¿Acaso, como se ve en las películas de Vietnam, se les “cortaba las manos”? - Escuché versiones al respecto, pero nunca fui testigo de eso. En mi caso, simplemente les enterraba o los dejaba en el sitio, encargando a los campesinos de las aldeas más cercanas que les dieran sepultura y hasta que les hicieran misa, tal como efectivamente sucedió en San José de Quero -en las inmediaciones de la SAIS Túpac Amaru- en Junín, creo que en marzo de1990.

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- ... Como un buen Corpus Christi. - ¡Era lo que indicaba el sentido común y no la estúpida reglamentación emanada del Pentágono y que se repetía como “chicheñó” en nuestra Escuela de Guerra!

III LOCUMBA, EL MITO

Y EL “MITOLOGIZADOR” - ¿Y cómo se da ese tránsito entre esa “Logia Etnocacerista” surgida de la guerra sucia (Como reacción ante la “pentagonización”) y la rebelión de Locumba? - En aquella logia siempre fuimos conscientes de la necesidad de una rebelión que rompiera la cadena de mando entre un generalato pentagonizado (y corrupto hasta la médula) y una joven oficialidad libre pensadora y por ende emancipada de los parámetros del establishment. Se puede decir que se trató de un conflicto generacional-castrense. Lo singular era que aquel “libre pensamiento", o herejía, se sustentaba en la etnicidad (factor etnocultural) antes que en la lucha de clases (factor clasista). Además esa “cadena de mando” que prescribe (jerárquica como moralmente) que el soldado obedezca al cabo, este al sargento, este al oficial subalterno y así sucesivamente hasta el mariscal, hacía mucho tiempo que había colapsado moralmente, tanto por cuestiones de corrupción como de “guerra sucia”... La institución había ingresado a una espiral de descomposición que llegaría a su clímax con la vladimirización del Alto Mando. Y es que la Fuerza Armada-“Ejército”, cada vez más, degeneraba en Fuerza Armada-“banda”. Había, pues, un catalizador insurgente dentro de los cuarteles ¡La rebelión etnocacerista era inexorable! Es así que cuando era destacado a cualquier guarnición lo primero que me planteaba, ni bien pisaba mi nuevo cuartel, era la “técnica” que debía aplicar para levantarme a la tropa y capturarme al (vladi)general. Lo cual, efectivamente, hice el 29 de Octubre del 2000 en Locumba, cuando tuve que ponerle una pistola en la sien al General Bardales, Jefe de la Sexta División Blindada... - Eso fue en Fuerte “Arica" el 2000... - Si, en Fuerte Arica, en la madrugada del 29 de Octubre. - Tengo parientes militares y ya me imagino la repercusión que debe haber causado entre los generales la “herejía” que un mayor someta a punta de pistola a un general y a un coronel delante de la tropa... Y bueno ¿cómo fue ese episodio? - El convoy rebelde, que ya había abandonado el Fuerte, sufrió un percance en la cuesta de Toquepala. Se había averiado un camión MAN, precisamente el que encabezaba la columna. El radiador humeaba. Fue entonces que en un jeep me interné por el desierto hasta encontrar un campamento en donde recogí agua para enseguida retornar. La ida y vuelta me tomó veinte minutos. Pero al retorno, me topé con el General, conjuntamente con el Coronel Jefe de Estado Mayor y una pequeña escolta, que habían dado alcance al convoy. La tropa estupefacta en las tolvas de los camiones y con los fusiles en ristre no sabía a quién obedecer: si al general o al comandante (mi hermano), los cuales no atinaban a nada, salvo mirarse las caras. Percibí que aquel que metiera el “primer carajo” se adueñaría de la situación, vale decir del mando de tropa. Fue entonces que sin siquiera terminar de bajar del Jeep, desenfundé mi arma y a medida que me aproximaba le apunté al general, a quien le “ordené” que levantara las manos y se las pusiera en la nuca, para a continuación despojarle de su arma y simultáneamente indicarle a Ollanta que desarmara al coronel. Así se les hizo prisioneros y la tropa terminó por subordinarse. - ¿Y cómo así lograron apoderarse de la mina Toquepala (Southern Perú Cooper Corporation); acaso fue una emulación a la captura de la refinería de Talara (Internacional Petroleum Company) por Velasco, acaecida 32 años antes? - En cierta manera, sí. Comprendimos (incluido mi padre, que nos “asesoró” en el planeamiento, particularmente a mí, cuando lo finiquitaba aún en Lima) que era necesario políticamente capturar el enclave cuprífero transnacional más importante del país, aunque sólo fuera por horas. Había que “mear” ahí. En cuanto al ingreso a la Mina, tuve que adelantar, ya no en el Jeep, sino en el propio “camionetón” del general (poniéndolo a él de chofer con un arma apuntándole), con dos sargentos al asiento trasero y tres

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reservistas en la tolva. Así nos presentamos en la garita de ingreso a la Mina, cuyo jefatura de seguridad -coincidencias de la vida- estaba a cargo de un ex oficial EP que había sido mi “técnico" en la Escuela Militar. Tuve que fingir que había sucedido una volcadura de un camión del Ejército y que requería de un vehículo similar para recoger a los heridos y trasbordar los pertrechos. Fue así que envié el reemplazo y el convoy pudo llegar -con Ollanta- a Toquepala, en donde permanecimos por ocho horas, tiempo en el que además de emitir el “Manifiesto Etnocacerista”, nos avituallamos para iniciar la “marcha de remembranza etnocacerista" (sic) internándonos por las serranías de Puno, Moquegua y Tacna. - ¿Y este General, al que Ud. había "degradado” a soldado raso, al ponerlo de chofer, que decía? - Definitivamente, el momento más crucial fue en los “eternos segundos” entre la conminación que le hice -mientras lo apuntaba con una pistola- para que levantara las manos y las pusiera en la nuca, y el acatamiento mismo; pues como que percibí, en nuestro cruce de miradas, cierto hálito de resistencia. Es evidente que si se hubiera negado resueltamente, y encima delante de la tropa, me hubiera puesto en un gran aprieto, pues no hubiera tenido más alternativa que dispararle a la pierna, dado lo imperativo de las circunstancias. Ya con el dominio pleno de la situación, una vez embarcado el vladigeneral y su empleo “como chofer", la tensión había disminuido parcialmente. Mientras conducía, esporádicamente desviaba la vista hacia mí como queriendo reconocerme entre la corporación de sus oficiales, por supuesto, inútilmente. Fue entonces que, con el fin de fijarme una idea de su personalidad, le pregunté si había servido en las zonas de emergencia, a lo que lo me respondió afirmativamente. Y esta indagación la hice porque -con mi experiencia de combate en aquellas zonas- podía “medir”, solo con las respuestas, el tipo de profesional que tenía ante mí. A continuación le pregunté si había tenido enfrentamientos con los grupos subversivos, a lo que también respondió afirmativamente. Hasta ahí, todo normal, pero cuando le repregunté “cuántos (enfrentamientos) habían sido”, se me reveló como un torpe fanfarrón: “sesentisiete”... ¡Ni Andrés Avelino Cáceres! Ahí terminó por ganarse mi desprecio. Evidentemente, no había pasado de ser un oficial de escritorio experto en “fabricarse” partes de combate y estar presto a colocarse entre las argollas de turno de los corrompidos altos mandos. Además, en aquella selección darwiniana “al revés” que rigió durante el vladimirismo castrense, el solo haber llegado a general ya era un signo de alta delincuencialidad. Fue entonces que le ordené que hiciera alto y se pasara, ahora con las manos atadas a la espalda, al asiento trasero, poniendo a uno de los sargentos al volante. Desde entonces se le trató como a cualquier prisionero, sin consideración especial a su alto rango. Ya en Toquepala, el hombre era un manojo de nervios que balbuceaba cuando le increpaba su deshonor implícito al acatar las órdenes de la tiranía. Durante el resto del trayecto, hasta el caserío de Muylaque, en donde se le liberó (al día siguiente), ya era un individuo destrozado anímicamente, humillado a consecuencia de su carencia de genuinos valores patrios. Evidentemente, con la captura de este general, habíamos pasado el “punto de no retorno”. - Pero también hay algo “nebuloso" en aquella primera rebelión etnocacerista; me refiero a la versión de la famosa “cortina de humo”, el “Karisma” y el subsecuente vínculo con Montesinos, de lo que mucho se ha hablado... habida cuenta de la “coincidencia sospechosa” que tanto la insurgencia de Locumba como la fuga del “Doc” se efectuaron un 29 de octubre, e incluso han salido a la luz varios registros de llamadas entre un celular asignado a Montesinos y Fuerte “Arica” aquel mismo día. ¿Qué puede decir al respecto? - Te aseguro que a lo sumo fue “casi” una coincidencia... - ¿“Casi”, cómo es eso? - Que en realidad la rebelión etnocacerista “del 29 de octubre" no fue el 29 sino el “28 de octubre” del 2000. Si se trata de ser exactos, seámoslo. El sábado 28 de octubre a las 9 PM un grupo de reservistas y yo estábamos en Camiara aguardando al convoy que -se suponía- saldría de Fuerte Arica (distante a 6 kms) para embarcarnos y enrumbar hacia Toquepala. Ei convoy no llegó a esa hora, sino tan solo mi hermano conduciendo un jeep, a eso de la 11:00 PM, para avisarme “que la oficialidad se había chupado" (no habían retornado de su salida de franco en la ciudad de Tacna), y asimismo me consultaba la posibilidad de “suspenderlo o postergarlo’’, a lo que le hice ver que de todas maneras, aún sin más oficiales que nosotros dos, debíamos seguir adelante, pues -con el servicio de soplonería que era el SIN- en cuestión de horas ya se sabría este intento y terminaríamos presos. Fue entonces que me “chimbé” conjuntamente con varios reservistas en el jeep y junto con mi hermano ingresamos al Fuerte. Eran aproximadamente las 11:30 PM del 28 de octubre. Nos demoramos hasta las 3 AM, ya de la madrugada del domingo 29 de octubre, para salir del

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cuartel con las tropas embarcadas y avituallados para la tarea. A las 6 AM de aquel domingo ingresábamos sorpresivamente a Toquepala y a las 10:00 AM emitíamos el Manifiesto Rebelde. Es decir, que cuando se efectúan aquellas llamadas del “Karisma”, nuestro convoy estaba a 80 kms de Fuerte “Arica”. Pero, además existe un dato inobjetable que termina por despejar toda duda: el Manifiesto Rebelde, tipeado por mi esposa en computadora, pero con la fecha en blanco, fue llenado a lapicero allá en Toquepala. ¿Por qué? porque lo confeccioné varios días antes, cuando el vladigeneral Villanueva Ruesta era el Comandante General del Ejército; sin embargo, no logré enterarme (durante mi trayecto de Lima a Tacna) que la tarde del 28 de octubre acababa de ser reemplazado por su colega Walther Chacón Málaga... ¡y en el Manifiesto aún figuraba el anterior! - Bueno, esto aclara el panorama y no deja dudas al respecto, que por cierto resurgieron como por arte de magia en la campaña electoral del 2006... sin embargo quisiera que me dé su interpretación sobre las llamadas del “Karisma” a Fuerte “Arica”. - Puedo imaginarme -poniéndome en los zapatos del prófugo Montesinos- que en altamar, al enterarse de “una rebelión militar” (considérese que el Gral. Bardales es capturado a las 3 AM del 29 de octubre y que el otro capturado, el coronel Chaparro, que había sido liberado en el mismo sitio en donde dieron alcance al convoy, avisó a más tardar a las 6 AM del hecho al cuartel general de la 3ra Región-Militar; determinando que la información ya corriese como reguero de pólvora por todos los cuarteles de país, y obviamente con más detalles en el SIN que seguía “fiel” a Montesinos), repito, entonces el “Doc” al ser informado por radio o celular, en el “Karisma”, obviamente tuvo como primera reacción indagar sobre el “quién, dónde y cuándo”. ¿Qué debió hacer entonces? Pues llamar al cuartel del Fuerte “Arica”, seguramente esperanzado en que el vladigeneral Bardales -colocado por él- se hubiera sublevado (a su favor) “contra el chino”. Esto era lógico en esas dramáticas circunstancias en las que -como ya se sabe- se acababa de frustrar un intento de golpe de la cúpula militar contra Fujimori (en la que se pretendió entronizar al “vice” Tudela). Pero, lamentablemente para Montesinos, la rebelión era por parte de un par de oficiales de mando medio que en su Manifiesto lo sindicaban, a él y a su socio, como “delincuentes y traidores a la patria”. - Entonces, aquella rebelión comenzaba a “revolucionarse”, ¿no lo cree? - Por supuesto; fui siempre consciente de eso: El desconocimiento de! Alto Mando determinaría también el desconocimiento de la presidencia de la República, mejor dicho de la “republiqueta". Es decir, de ninguna manera podía ser algo “instituclonal”, “doméstico” o “sindicalero”, tal como había sido la conspiración (pues no llegó a cristalizarse en rebelión) del Gral. Salinas el 13 de Noviembre de 1992, que ni siquiera tuvo un Manifiesto Político. - ¿Pero, todo este “alboroto”político-republicano, si así se le puede denominar, que ustedes los Humala han generado en el país, estaba planeado, sucediendo que después las cosas se les salieron de control? - Creo en la desencadenación histórica y –dentro de ella- en la incidencia del liderazgo. Ese “alboroto” que tú aludes, en realidad constituye una fase del gradual “cambio de frente” en un Perú cada día más desbordado por la inexorable cholificación. Y, bueno, nosotros (mi padre y yo, dentro del “clan familiar”) simplemente procuramos discernirle el rumbo ideológico y político, en base a la reivindicación de una identidad que lo proteja (a aquel proceso) de la voracidad desintegradora de la globocolonización. Entonces, al margen de un planteamiento ideológico tenía que haber una “ejecutividad” plasmada en un par de rebeliones armadas, un periódico, varios libros y -en fin- todo un aparato partidario etnocacerista... Por supuesto que de por medio fue decisivo el “factor cojones”. Fue, pues, en el aspecto de “fabricación del líder” que erramos. Ollanta -el menos lector de la familia- no estuvo a la altura de las circunstancias históricas y degeneró de mito (pre-fabricado) en caricatura precozmente acriollada, muy aparte de sus insalvables vacíos éticos. No obstante, este error es plenamente superable, puesto que la base social de ese “alboroto republicano” se mantiene prácticamente intacta. - ¿“Intacta”, pese a la “caída libre” electoral de Ollanta que en la primera vuelta de marzo 2006 obtuvo 31%, y que en las regionales de seis meses después (noviembre 2006) no llegó al 7%? - En tanto la “cholificación hirviente y legítimamente resentida” marque la pauta social en el país, aquel potencial -más allá de los vericuetos electorales- siempre estará ahí, a veces refugiado en el voto viciado, nulo o blanco (a manera de repudio político y sociológico), como también en la insurgencia armada, el achoramiento popular o en el éxodo al extranjero. Lo que a su vez suele “enchufarse” en el liderazgo con

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ejecutoria contestataria in situ, ya sea genuina o postiza (“prefabricada”). Así, podríamos explicarnos el “efecto cuatro suyos”, el "efecto Locumba" y el “efecto Andahuaylas”... con el “defecto” de haberse enironizado postizamente a Toledo e inclusive a Ollanta, que si bien es cierto -en el caso de este último- fue el comandante del batallón sublevado, a las veinticuatro horas ya no teníamos más que dos o tres soldados, terminando -él- por refugiarse en una Iglesia y luego en un apartamento citadino en Tacna, divorciado de los millares de reservistas que desde el segundo día subieron a las serranías moqueguanas y desalojaron al Ejército de la zona “liberada". Y ahí fue mi primera gran desavenencia con mi hermano. Yo quería hacer una revolución, mientras que él se limitaba al reformismo de tipo doméstico-“sindical“ o meramente “institucional”. Sin embargo, había que “guardar las apariencias”, y por ser el de más graduación, solo por éso, se le entronizó como el "líder” que suscribía el Manifiesto Etnocacerista ¡sin siquiera saber el significado de ese término! Sin embargo, había nacido el “mito” para unas masas sedientas de esperanza. - Detálleme, a ver, este aspecto del “nacimiento del mito”... ¿cómo fue? - Esta, digamos, “ansiedad mítico-social” de los sectores populares, la percibí en mis correrías por las serranías moqueguanas y tacneñas, al mando de los contingentes reservistas, ya en la etapa “no convencional" y más prolongada de aquella primera rebelión. Sucedía que en todo caserío o aldea en la que entrábamos, la gente se apiñaba, dejando sementeras y ganados, para recepcionar jubilosamente a sus “hermanos reservistas”, y viendo que el que comandaba era yo, se me aproximaban y abrazaban, llamándome “Ollantay” u “Ollanta”, a lo cual me agotaba en explicarles que no... que “yo no era Ollanta”, para inmediatamente ser auxiliado por uno que otro reservista que los calmaba diciéndoles “no, él es el My. Antauro, el hermano”. Por supuesto que la efervescencia no menguaba, pero quedaba un hálito de incertidumbre. Los campesinos, entonces, sin siquiera dejarme saborear los alimentos que nos brindaban, me asediaban a punta de preguntas: “¿Y dónde está el comandante?” (estaba -ya en ese entonces- refugiado en la Iglesia de Moquegua, a lo que piadosamente mentía: “¡está al mando de 400 reservistas, marchando por las alturas de Arequipa...!”); “Mayor, su hermano debe ser más alto que Ud., ¿no es así?" (Ollanta mide 1.71 y yo 1.77, pero tenía que seguir insuflando el “mito”, diciendo: “claro, él es mucho más alto que yo”); y como me veían todo hambriento, flaco, barbado y huesudo, por lo extenuante de la campaña, ellos proseguían: “Mayor, ¿acaso el comandante Ollanta es así, ‘tan flacuchento’ como Ud.?” (Ollanta es “guatón”, pero yo respondía inoculándoles optimismo, pensando con perspectiva sicosocial: “¡No! él es recontra-maceteadazo”)... Y es así que me iba percatando que mientras no lo vieran, tanto mejor, además esto contribuía a colorear de excitación rebelde la cotidianidad de nuestras sencillas gentes; de manera que, así, “imaginado”, Ollanta carecería de defectos y se endilgaría todas las virtudes. La idealización se mantendría, pues, en tanto menos visualización directa tuviera. Ese sería el secreto del mito. - ¿Y su hermano estuvo de acuerdo? - Su acuerdo o desacuerdo era irrelevante; estaba siempre ausente. Primero, en aquella primera rebellón etnocacerista, como ya es sabido, desde el segundo día ya estaba refugiado en la Catedral de Moquegua para después trasladarse a Tacna, en donde se escondió en la casa de una parienta en donde vio la rebelión por TV. Luego, una vez amnistiados y libres se mantendría “encapsulado” dentro de la institución castrense, a la que había sido reincorporado para después “recontra ausentarse” en las agregadurías de París y Seúl. - No causa menos que sorpresa el “escondite” en la iglesia de Moquegua, y la verdad, a él -Ollanta- casi ni se le vio en aquella gesta, más bien sí a Ud... Pero, dígame ¿acaso esto no le resta a la “heroicidad mítica” que Ud. propugnaba en su hermano? - Claro, motivo por lo que lo mantuve en reserva, pero que ahora ya no se justifica. La verdad, yo me enteré de su “escondite”, sino hasta la segunda o tercera semana de la rebelión aquella, cuando ingresé a Moquegua al mando de ochocientos reservistas. Es más, sería mi hermano Ulises quien -casi jocosamente- me confirmaría esto, con lo anecdótico que el propio Defensor del Pueblo (Santisteban de Noriega -N. del A), también lo supo y que inclusive lo llegó a encontrar. - Y no lo hizo público... - Sus razones tendría. Creo que también percibió que era más conveniente mantener la generación del mito; total, lo principal era que Fujimori cayera.

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- ¿A propósito... y donde se refugió Ud., pues trascendió que se quedó entre las serranías de Moquegua y Tacna? - Luego de llegar con todo el convoy motorizado hasta el pueblo de Calacoa, en el alto Moquegua, dado el agotamiento del combustible, decidimos -ambos hermanos- separarnos para reunimos en Muylaque. Ollanta iría en unos cuantos vehículos que aún tenían algo de petróleo, llevando media docena de soldados y al general prisionero; y yo, con el grueso de la tropa -una cincuentena- a pie, debería trepar la altura y bajar hasta Muylaque en ocho horas de marcha. La reunión jamás se logró, pues cuando coronábamos el "abra” aparecieron los helicópteros, provocando -luego de un breve intercambio de disparos- la dispersión de la tropa. Solo logramos pasar ese abra, quien habla, un suboficial (“Amilcar”) y dos soldados; siendo el resto capturados en el trascurso de las siguientes horas y días. Como avistamos que en Muylaque había aterrizado un helicóptero, decidí bajar a la quebrada, en donde pernoctamos en una cueva. En los siguientes días, “esquivando” las patrullas del Ejército, alternaríamos entre las chozas de los campesinos, los cuales no cesaban de apoyarnos, hasta que los contingentes reservistas, pasados tres o cuatro días, comenzaron a llegar a la zona. Fue entonces que pude tomar contacto con ellos e iniciar la segunda fase de la rebelión, de marchas y contramarchas en la cual, dada la magnitud de la movilización reservista, el ejército activo optó por desocupar la zona a fin de evitar el desprestigio de enfrentar a sus ex soldados. - Dígame, ¿a qué cantidad de efectivos llegaron los contingentes reservistas? - Su apogeo fue en la segunda semana de noviembre. Ahí, en la “lista de revista” que ordené efectuar en el caserío de Quinistaquillas (cerca de Ornate), se llegó a contabilizar casi dos mil reservistas, en su mayoría tacneños, moqueguanos, puneños y arequipeños. - ...Bueno, es claro que su hermano se caracterizó por su “mítica ausencia”, durante y después de aquella rebelión... quedando Ud. acá, como el Humala “de carne y hueso”, ¿o no? - Efectivamente, y así, una vez desvelado nuestro mensaje político-ideológico etnocacerista, concentraría hacia mi todos los ataques furibundos de la prensa y politicastros criollos, cual “puntero mentiroso” que atraería a toda la defensa enemiga para luego “centrar” hacia el mito que bajaría del avión, tan solo para meter la cabeza para el gol del triunfo... - Sin embargo falló, no obtuvo la presidencia. - El “torpe” le dio en el travesaño. - ¿Cómo lo explica? - Por algo “trascendentalmente simple”: Cuando se fabrica un mito mesiánico, se hace para el pueblo, para que así atice su “fe revolucionaria” en cuanto ansiedad colectiva. Es decir, consiste –ese mito- en la excitación de la esperanza popular... Pero el personaje en sí, o sea ese sujeto mitificado, no debe creerse -él- en si mismo “un mito”. ¡Y mucho menos cuando se lo han prefabricado! Y él (Ollanta) se lo creyó todo... en medio de una campaña electoral ¡en donde los defectos son acrecentados y explotados por los adversarios! - O porque no le costó nada, o casi nada, aquella empresa... - Claro, claro... uno no valora lo que no le cuesta. - Empresa que -reitero- de todas formas se les salió de control, ¿o no lo cree así? - No del todo, pues el proyecto social con su respectiva empresa política continúa imparablemente, más allá del desborde electoral, ahora más experimentado y, por qué no decirlo, “escarmentado”, pero también más sapiente. - Definitivamente, que hubo un trabajo titánico entre Locumba del 2000 y Andahuaylas del 2005; lo cual es un indiscutible mérito suyo y de los reservistas, ¿pero cree Ud., que esa, digamos, “batida de campo” en el aspecto político tuvo su correlato en el ámbito electoral, o sea en la “intención de voto” que el Andahuaylazo le endosó a Ollanta cuando el “mito” descendía de las escalinatas del avión proveniente de Seúl, estando Ud. ya cautivo en Piedras Gordas?

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- Me dediqué, en efecto, durante los cinco años subsiguientes a expandir el mito con su contenido político-ideológico... hasta el “Andahuaylazo" de enero del 2005. Y es que había que ser CONSECUENTE entre el dicho y el hecho. Agregando que eso serviría como formidable trampolín electoral para el “Mesías” que llegaba del “exilio”, por más dorado que fuese. Si bien es cierto que por lo de Andahuaylas tuvimos -los etnocaceristas- muertos, heridos y cientos de presos... aquel costo social se justificaba en la medida que proyectábamos, a quien suponíamos uno de los “nuestros”, a Palacio de Gobierno. Refiérase –y esto es un dato que jamás pudo “digerir" Ollanta las veces que discutíamos cuando me visitaba, acá mismo, en esta celda de Piedras Gordas que a las dos semanas del “Andahuaylazo”, cuando la TV y prensa criolla pasaban cada diez minutos (mañana, tarde y noche), la ultimación a sangre fría de un policía herido sobre el pavimento de un puente por el llamado “Centinela” (que resultó ser un miembro activo del Ejército, infiltrado)... pues en esa coyuntura la Universidad de Lima publicaba una encuesta circunscrita a Lima Metropolitana que otorgaba al etnocacerismo 34.9% de aceptación. ¡Y eso que siempre nuestra aceptación a “nivel nacional” duplica o triplicaba nuestros márgenes “urbano-limeños”!, Ollanta jamás logró superar en Lima el 18%. Con esto quiero evidenciar que el “endose” que le dimos electoralmente fue disminuido por él a causa del acriollamiento de su discurso y el subsecuente abandono de aquella radicalidad, que precisamente encarna el “achoramiento y rabia arguediana” que su postizo entorno -ya no el "clan Familiar" con el cual rompió- miraba y mira con pavor. Por lo tanto, fue él quien se divorció de aquella “potencialidad” genuina que, de todas formas -más allá de la decepción electorera- sigue ahí: explosiva y a la expectativa. Se puede decir, entonces, que lo que se “salió de control” fue solamente el envilecimiento de mi hermano y no la “adrenalina electoral” del país profundo. - Entiendo entonces que Ollanta nunca fue etnocacerista, a pesar de ser un proyecto político donde los dos eran los más importantes líderes, usted como lugarteniente “in situ” y él como máximo dirigente “extra situ”. Pero en definitiva: ¿en qué momento y en sí porqué se distanciaron específicamente? - Mi hermano jamás fue etnocacerista. No formó, por consiguiente, aquella “Logia” de tenientes fundada en 1989, ni tampoco llegó a ser “fichado”, tal como acaeció con nosotros, como “proto subversivo”, por el SIN. No tenía lo que se dice “inquietud social”. En 1990, una disposición interna del Ejército nos quitaba “mando de tropa” a los etnocacerlstas, por considerar- nos “oficiales no confiables”, más aún en medio de la coyuntura de la Guerra Interna. Y si no nos dieron de baja, fue porque en los hechos resultábamos ser -los etnocaceristas- elementos de destacada operatividad en la lucha contra los pelotones senderistas. En mi caso, yo tenía en mi haber siete enfrentamientos armados y una herida de bala; mis compatriotas de la Logia, también estaban por ahí y además varios de entre ellos ya habían muerto emboscados... Entonces, dentro del análisis del SIN, eso nos hacía “admisibles” dentro de la Institución aun- que sin lograr “descifrar” en qué consistía nuestra “proto subversión y poca confiabilidad”. En todo caso, a mi hermano lo endilgaron como “el hermano del subversivo”. Y ante tal “vigilancia”, que a la postre dificultaría nuestra carrera ascendente, es que optamos -los etnocaceristas- por un “perfil bajo” para estar aptos para los procesos de ascenso, así como de recuperar la “confianza” ante un Alto Mando cada vez más vladimirizado. No se pudo; para 1998, año en que fui pasado al retiro, ya no quedaría un solo etnocacerista en el Ejército. No quedaba otra alternativa que esperanzarse en el “hermano” para nuestros planes rebeldes. Además de alguna manera él también habría absorbido -a su manera- algo de la formación ideológica paterna. En ese entonces, si bien es cierto ya percibía su falta de solidez ideológica, entendí que podía compensarse en su proceso de maduración política así como por el vínculo filial. No imaginé que su posterior estadía en el extranjero le terminase “globocolonizando el seso”. En cuanto a lo de Locumba, debe recordarse que Ollanta era Teniente Coronel y yo Mayor, o sea que él -además de ser más antiguo- tenía mayor graduación y el mando efectivo de la tropa por estar en actividad y yo en retiro. Le correspondía “reglamentariamente” el mando técnico de la operación. Sólo eso; pues en el aspecto ideológico-político estaba “perdido”, lo cual se reflejó en el hecho que el respectivo Manifiesto Político -elaborado por mí- lo firma sin siquiera leerlo, allá en Toquepala. Es ahí en donde se darían los primeros distanciamientos... Como ya lo dije antes: revolución vs. reforma. A él le “espantaban” los contingentes reservistas que organicé en las alturas de Moquegua y Tacna, que a la postre sostuvieron en una secuencia de marchas y contramarchas aquella insurgencia. Debe entenderse previamente que aquella primera rebelión etnocacerista tuvo dos etapas. La primera “convencional”, con tropas regulares (cincuenta y nueve soldados) que apenas duró dos días en los que casi todos “desertaron”; a su vez, la segunda etapa “no convencional”, fue protagonizada por tropas irregulares (dos mil reservistas) que providencialmente -desde Tacna, Moquegua, Puno y Arequipa- convergieron hacia las serranías de

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Calacoa logrando hacer contacto conmigo, iniciándose así la “desocupación” de la zona por el Ejército; la cual duró (esa etapa “no convencional") cinco o seis semanas, hasta la fuga de Fujimori anunciada por radio en los momentos en que ya ingresaba a Tacna al mando de ochocientos licenciados. Ollanta estuvo ajeno, no solo operativamente sino también políticamente, a todo este avatar reservista. Resulta que el reservista, es decir el licenciado del Servicio Militar (o “mita castrense”), termina por lo general en la desocupación civil, vale decir en las fauces de aquel otro -más cruel- "ejército de desempleados”, resintiendo en mucho mayor grado que el soldado activo una crisis republicana en la que el Estado le trata como “entenado” en su propia tierra. Entonces, para esta gente, aquello de las “reformitas” para preservar el Sistema estaban fuera de lugar. ¡Había que “tirarse" al Sistema mismo! Por su parte, el soldado activo, “autista socio-políticamente”, a lo sumo que aspiraba era cobrar su propina de fin de mes y que su paila estuviera llena. Se puede decir que -efectivamente- esa fue la diferencia de perspectiva entre mi hermano y yo: Reforma Vs. Revolución. Diferencia que poco a poco iría agravándose hasta la ruptura tota!, obviamente acelerado por sus falencias éticas elementales. - ¿Por qué cree que su hermano actuó así; cuales fueron los factores o personas que influyeron en él para dejar el etnocacerismo (por lo menos teóricamente, ya que según usted él nunca fue etnocacerista) y terminar siendo “solo nacionalista”, construyendo tienda aparte? - Por falta de perspectiva histórica, principalmente, como ya lo dije al inicio, y lo repito ahora de la siguiente manera: porque está “catequizado" en función a los conceptos convencionales de la Izquierda caviar que es “el límite de su radicalidad”, si así se le pudiera llamar. Al respecto, el actual protagonismo de Carlos Tapia, nada menos que como “materia gris” del seudo nacionalismo, no puede ser más sintomático. Si a eso le agregamos la ansiedad monetaria que genera la “tía” Nadine (es prima de nuestra madre), nos explicaremos el acriollamiento precoz de esa agrupación que cada día se desintegra más. Existe una famosa máxima respecto del generalato latinoamericano, que afirma: “no hay un general que resista un cañonazo de un millón de dólares"; pues bien, tengo la convicción que el “monetarismo” tuvo un rol determinante en la prostitución electoral de aquella fase del proyecto que giró específicamente en torno al “Comandante”. Fue así como la meritocracia militante se sustituyó por la chequera oportunista, y es en ese nuevo escenario que, aprovechando mi cautiverio, se expulsó a los veteranos y aguerridos cuadros etnocaceristas para sustituirlos por los Martín Belaunde, Alvaro Gutiérrez, Torres Caro, Meckler y compañía, viciando el proyecto; a tal extremo, que hubo una temporada en que bastaba pronunciar mi nombre para que los “nuevos dirigentes” purgasen sin atenuantes al genuino militante fundador. Es decir, se toleraban simpatías hasta por Lourdes Flores, Toledo o Kuczinsky, pero en absoluto por el “monstruo de Piedras Gordas”. - ¿Cómo se podría explicar, entonces, la compra del “kit electoral”, en julio del 2005, por su hermano? ¿No indicaba, acaso, que era “etnocacerista”? - Reitero: jamás fue etnocacerista. Y compró el kit para evitar, aprovechando mi cautiverio, que alguien de mi entorno partidario por disposición mía lo hiciera. De esa manera, Ollanta, lograba anticiparse a cualquier campaña de recolección específica de firmas “etnocaceristas” que obviamente yo apoyaría resueltamente. Entiéndase que según las normas de la ONPE, basta con que cualquier particular adquiera un kit con determinado nombre, para que nadie -en el período que tiene ese kit de validez (dos años)- pueda adquirir otro con nombre similar o parecido. Es así que al hacerse poseedor del nombre “etnocacerista” mi hermano felonamente evitaba cualquier iniciativa de mi parte. Podía entonces concentrar el esfuerzo en la recolección para la agrupación partidaria denominada “Partido Nacionalista Peruano” cuyo kit también había adquirido. Debe tenerse en cuenta, que el nombre de una agrupación política es fundamental cuando de procesos electorales se trata. - ¿Pero, entonces porqué aguardó hasta después del Andahuaylazo para optar por la vía electoral? ¿Por qué no inscribió al etnocacerismo antes? - Es que todo era parte de un proceso. Como se dice vulgarmente, “uno no puede limpiarse y después hacer...”. Y hasta antes del Andahuaylazo se estaba en la etapa contestataria, antisistema, insurgente e incendiaria, en la que no cabía recolectar firmas, pues hubiera resultado un “corto circuito" en nuestro modus operandi expansivo. Y es que debíamos demostrar, antes, que éramos consecuentes entre nuestros dichos y nuestros hechos, a fin que nuestras palabras no cayeran ante el pueblo como un discurso hueco. Fue entonces, recién a partir de la rebelión en Apurímac, que adquiríamos -ante el pueblo- la suficiente

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solvencia moral para ingresar a la siguiente etapa de inscripción partidaria. Además, con la llegada del tan promocionado Ollanta, conjugada con el heroico cautiverio de los reservistas y la trascendencia épica de las barricadas andahuaylinas, se calculaba -tal como efectivamente acaeció- que en menos de seis meses se lograría la inscripción electoral. Lamentablemente, no se previó la felonía. - Es evidente que la inscripción del Partido Nacionalista se debió a la efervescencia popular generada por los etnocaceristas, pero entonces ¿por qué, si Ud. ya avizoraba la felonía, apoyó -pues fue público que los reservistas eran los principales recolectores de firmas- aquella inscripción? - No había más alternativa. Se suponía, además, que mi hermano era nuestra llave de libertad. Además, por entonces, aún no se definía del todo su posterior “deschave”. Créame que lo evalué desde mi celda de Piedras Gordas. No había más opción que apoyar, más aún cuando prácticamente se había impregnado en la mente popular una especie de “indisolubilidad” entre Antauro y Ollanta, que para gran parte del electorado era una sola persona, o, sino que aquella “pugna” no era más que una “estrategia”. Encima, la dramática intensidad de aquellos meses de persecución y cargamontón “oficial” contra los etnocaceristas, mi enclaustramiento y casi la total incomunicación con el exterior, definitivamente que me tenían mancornado. -¿Qué le dice el hecho que su hermano subraye el haber creado él el “Proyecto Nacionalista”? - Que, por miopía política, confunde la gestación de un niño con la partida de nacimiento. El parto de un niño requiere todo un proceso iniciado desde el romance precursor de los padres, la cópula, la gestación y el parto doloroso y sangriento de la madre. Lo que ya viene después, la partida de nacimiento, no pasa de ser un detalle administrativo o un mero formalismo. Análogamente, el proyecto (etnonacionalista) se engendra desde la memoria generacional “pumatampu”, gestándose luego en las enseñanzas paternas de la biblioteca familiar, con la fundación de la logia etnocacerista, para después plasmarse en el parto de Locumba y la cesárea de Andahuaylas, bajo las pautas ideológicas del periódico que fundé. Es decir, todo un proceso que hasta llega a contabilizar sus mártires ahogados en el río Ene (distribuyendo el evangelio etnocacerista) o inmolados en las barricadas de Apurímac, así como sus centenares de prisioneros en las cárceles criollas. Esto, por supuesto, es "inentendible” para mi hermano que cree que “todo empezó” por generación espontánea cuando se fue a la ONPE a comprar el kit electoral... o sea, que todo “costó” setenta u ochenta soles que era lo que valía ese kit. Por ahí uno se puede explicar un enanismo mental que, por supuesto, debe satisfacer a la embajada norteamericana que hace tiempo lo controla como oposición domesticada gracias a elementos como Tapia y Murrugarra, voceros del “neo-nacionalismo caviar”. - ¿Está tratando de decirme, entonces, que Ollanta no sólo cometió una felonía ideológica, sino una más grave: de sangre. Ya que usted, no era, no es, el amigo “equis”; era el hermanísimo, y el que lo catapultó hasta llegar donde llegó; quedándose en el umbral de la puerta grande de Palacio, y ahí por sus marchas y contra-marchas, increíblemente, hizo abortar el proyecto, o más precisamente su fase electoral? - Creo que incluso ello es parte de un proceso histórico. Me voy a explicar más claramente como no lo he hecho antes: una vez amnistiados por lo de Locumba, como es público mi hermano es reincorporado al activo, pero yo no. Y es que el haberme “llevado” a un vladigeneral con una pistola apuntándole a la sien delante de todo un contingente de tropa estupefacta, entre Fuerte “Arica” y Toquepala, sumados a mis antecedentes “etnocaceristas”, resultaba una herejía espantosa para el Alto Mando así como para un Ministro de Defensa como Ledesma (gobierno de Valentín Paniagua) que -como general que era- se solidarizaba con el enojo del generalato ante tal “afrenta”. Al respecto, mi hermano Ulises me comentó que el General Cano (Comandante General de la Región Militar del Sur durante la insurgencia en Locumba) le había expresado que "... lo de Ollanta era ‘pasable’, más no así la humillación que Antauro le había inferido al general Bardales, Jefe de Fuerte Arica...”. Por mi parte, consciente del potencial político de los reservistas, así como de la necesidad de un medio de expresión que llenara el vacío (etnonacionalista), es que fundé el periódico “Ollanta” cuyo nombre tuvo la anuencia de mi hermano. La verdad es que toda la familia pensaba que mi iniciativa sería un fracaso “que a lo sumo llegaría a su tercer o cuarto número”. Fue un éxito total, político como empresarial. En ocho meses ya se superaba el tiraje de ciento sesenta mil ejemplares y sin un centímetro cuadrado de publicidad, ¿Cuál fue el secreto? Pues el mensaje y el mensajero: tanto el discurso polémico (etno)nacionalista, como el reservista uniformado que -como si fuera en una patrulla desplazándose por los lugares más recónditos de las zonas de emergencia- distribuía aquel “Evangelio

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Liberador”. Se había cambiado la palabra por el fusil, pero sin alterar el modus operandi. Entonces recrudecieron las discrepancias de Locumba (reforma vs. revolución) entre Ollanta y yo. Él se asustaba de mis planteamientos y se persignaba ante los “titulares” de la prensa que llevaba su nombre. Sin embargo, jamás me lo expresó directamente o en persona, sino, mediante terceros, a quienes yo les respondía: “Si él (Ollanta) no está de acuerdo, pues que me lo diga directamente sin 'embajadores': yo no acepto aquello de jugar al ‘teléfono malogrado’...’’. Creo que Ollanta hizo de la ambivalencia su estilo, el cual se reflejó claramente con lo de Andahuaylas, en que inclusive se animó a redactar un manifiesto (que me abstuve de leer por considerarlo “reformistamente arrosquetado”) en consulta con un respetable jurista que ahora lo elude en todos los idiomas. Esa ambivalencia terminó por degenerar -efectivamente- en traición. Una felonía que si bien es cierto abortó en cuanto meta “revolucionaria-electoral”, felizmente no logró ni logrará impedir el inexorable triunfo del proyecto genuino. - ¿Pero, algún mérito tendrá su hermano, o por lo menos cuál le reconoce? - Por supuesto, como todo individuo, en escala particular tiene sus virtudes y defectos, al igual que yo. Pero eso es irrelevante cuando el individuo ha de ser juzgado bajo coordenadas público- políticas. Y ahí, francamente no le hallo virtud alguna, por lo menos como conceptúo ese significado.

IV PERIODISMO SIN

MEDIAS TINTAS: ¿UN BUEN MENSAJE Y UN EXELENTE

MENSAJERO? -Antes de pasar al tema del “Andahuaylazo”, quisiera ahondar en algo que me parece esencial: la prensa etnocacerista, fundada por Ud., primero bautizada como “Ollanta” –supongo que para expandir “el mito”- y luego rebautizada como “Antauro”; me asombra aquel “tiraje pico” de ciento sesenta mil ejemplares, ¿qué hizo? ¿cómo lo logró? ¿hubo financiamiento? ¿estudió Ud. periodismo? - Jamás en mi vida he pisado una facultad de periodismo. Como ya te dije, la fórmula fue la combinación de un buen mensaje (la etnicidad) con un excelente mensajero (el reservista). Y es que el soldado, la tropa, por representar a los sectores populares, es siempre muy bien recepcionado “etnoclasistamente” en su hábitat de origen: el país hirviente. Cosa que no sucede con los demás estamentos castrenses. Me percaté que el surgimiento de un vocero etnonacionalista era una “necesidad” pública, cada vez que en alguna esquina me detenía y observaba el “conjunto de exposición” de los kioscos: sobredosis de basura, hosannas al neoliberalismo, déficit de identidad, amariconamiento político y hartos sicosociales... Había, un vacío que llenar. Es así que decidí "invadir” una de las oficinas de un inmueble familiar, instalé un par de computadoras prestadas además de la mía, por ahí llamé a un amigo con “ciertos conocimientos” del procedimiento técnico (diagramación, impresión, distribución, etc.) y a un par de reservistas que supieran tipear y ¡ejecución! Me enclaustré una semana entera escribiendo como condenado sobre actualidad, política, historia, cultura, etc... todo en función a la etnicidad con temas engarzados a hechos coyunturales y con un lenguaje directo al seso del hombre de a pie, por supuesto, con un verbo arrebatado, incendiario e Insurgente. Y pegó estrepitosamente en los pueblos jóvenes urbanos y en las provincias, particularmente las del Gran Sur y de los valles cocaleros. - ¿Y cómo así surge la idea, obviamente original y por qué no decirlo, estupenda, de formar grupos de reservistas uniformados, con altoparlantes al hombro y recorriendo las ciudades y campos con sus mochilas repletas de periódicos? - De pura casualidad. Sucedió que cuando ya tenía en la oficina el primer tiraje (me acuerdo que fueron apenas tres mil ejemplares), se me ocurrió no destinarlo a los kioscos, tal como me lo sugería el “técnico” que me asesoraba, sino entregarlo a un grupo de reservistas que me habían acompañado en la insurgencia de Fuerte “Arica” y que se encontraban desempleados o subempleados en Lima, sobreviviendo apenas.

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Los reuní en la oficina y les expliqué su misión: concientizar al pueblo y, por supuesto, que les correspondía la mitad, el 50% del total de la venta (cuando lo que se acostumbra en el mundo periodístico es darle al vendedor el 33%). Fue entonces, cuando observé que uno de entre la veintena de reservistas convocados estaba vestido con uniforme de soldado (el resto estaban de paisano), que le inquerí el motivo. Respondió con una vaga explicación que no valía la pena profundizar. Y así, cada reservista abandonó la oficina con sus 200 ó 150 periódicos bajo el brazo a recorrer las calles del centro de Lima y de los conos... A las dos horas, el reservista vestido de soldado retornaba pidiendo otro lote más de periódicos. Se le habían agotado como pan caliente y se había hecho de cien soles limpiamente. Asombrado, le pregunté como lo había logrado... “no sé, mi mayor, al comienzo no sabía cómo empezar, entonces me senté en una banca de parque y me leí los artículos más bacanes, los de la guerra con Chile y de los vladigenerales. Luego me levanté y me subí a un micro en donde les enseñaba el periódico a los pasajeros explicándoles en voz alta lo leído. Todos me miraban, creo que más a mí que al periódico, y hasta el chofer me compró uno...”, fue su inobjetable respuesta. Por su parte, el resto de “civiles canillitas”, retornaron agotados sin haber podido vender siquiera la mitad de su “carga” en toda la jornada. Al día siguiente todos vinieron uniformados y poco a poco entre ellos mismos desarrollaron sus respectivas técnicas de “exposición-venta”. Se tornaron en “microconferencistas” de microbús urbano, ómnibus interprovinclal y plazoleta de aldea recóndita del interior. Comenzaron -en el trascurso de meses y años- a desplazarse por “patrullas”, entrando (pertrechados de “megáfonos-mochilas”) marchando por los arenales de los pueblos jóvenes, o navegando en canoas por el Ene, Apurímac y hasta por el Ucayali, Amazonas y el Manú. En ocasiones llegaron, inclusive, los reservistas que navegaban por el Ene, a “cruzarse" con pelotones senderistas; “cruce” en el que –luego de observarse mutuamente con curiosidad- se efectuaba la respectiva “transacción”; los senderistas compraban varios cientos de nuestra prensa... Era una “explosión periodística” de nuevo tipo. Es así que los “batallones” se multiplicaban pasándose la voz entre sus “promociones” tan desempleados como ellos al inicio. Asimismo, el tiraje se duplicaba en cada edición y a menudo debíamos sacar ediciones extraordinarias. El verbo, también, se hacía cada vez más achorado, en función a los temas que ellos me informaban que exigía nuestro público, humilde pero numeroso. A los seis meses ya estábamos raspando los cien mil ejemplares ¡y sin un solo centímetro de publicidad! Comenzó a generarse “economía”, la cual se empleó en alquilar locales a nivel nacional para en ellas fundar “escue las etnocaceristas” de captación y formación de militantes, los cuales eran “traídos” por los propios reservistas que ya comenzaban también a organizarse por “batallones”. Por ejemplo, el batallón de Arequipa, fuerte y numeroso, llegaba a “consumir” hasta 35 mil periódicos solamente en esa región. En los valles cocaleros, la consigna periodística ¡Haz patria, siembra coca! Causó una revolución periodística y política. En Tacna, nuestra campaña de antichilenización causaba sensación y aglutinación... Ni hablar del efecto producido por los titulares y contenidos del: ¡FUSILAMIENTOS YA! Lamentablemente también tuvimos nuestras bajas, varios reservistas murieron ahogados en las aguas del Apurímac, cuando en cierta ocasión se les volteó el bote; sin embargo, casi instantáneamente eran reemplazados por otros contingentes igual de empeñosos. ¡Era la fuerza del mito neo-tawantlnsuyano!, del resurgir de nuestra raza cobriza, del diluvio de la justicia, del nuevo tiempo heroico... y ellos eran la generación del sacrificio en pos de la nueva aurora de la también Nueva República, a la que continuamos, valgan verdades, encaminándonos resueltamente. Estos reservistas, eran pues, y lo continúan siendo, ante todo “evangelizadores” que transmitían la “buena nueva” revolucionaria y agitaban la mente de los sectores populares, o sea de las etnoclases dominadas en pos de revertido todo... Ya cuando superamos los 160 mil ejemplares de tiraje, repito, sin publicidad y sin financiamiento alguno, solamente a punta de ventas con “cero devolución”, fue que nos percatamos que ya “poníamos la agenda de discusión” en el país: coca, Chile, vladigenerales, Convención del Mar, nacionalizaciones, vladiconstituclón, fusilamientos, etc. Eramos, pues, una organización política y original que generaba doctrina e ideología propia. - Fascinante... ¿Pero qué pasa ahora, que la prensa etnocacerista no se ve como antes en la calle? o por lo menos con la misma intensidad. - Luego del “Andahuaylazo”, el periódico fue intervenido del todo y desde el director -yo- hasta el último “evangelizador”, incluyendo a los reservistas redactores y diagramadores, fuimos encarcelados... Sin embargo, a los dos meses volví a sacar la edición desde mi celda de “Piedras Gordas” a punta de lapicero y papel. Si bien es cierto nuestros experimentados “cuadros periodísticos-distribuidores” estaban cautivos,

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estos fueron reemplazados por una nueva generación que poco a poco va adquiriendo experiencia. Ya han salido cuarentaitantas ediciones “carcelarias” y el tiraje jamás baja de cincuenta mil ejemplares. - ¿O quizá el mensaje y el mensajero ya no calan como antes? - ¡No! En lo absoluto. El mensaje cala igual, sino que “técnicamente” nuestros mejores y más numerosos grupos de “distribuidores”, esto es, los vendedores, ¡están también presos! De aquel formidable batallón “Arequipa”, el 70% están presos, otro 20% con RQ (lo que significa, que prácticamente están fugitivos) y solo un 10% evangelizando, por supuesto, ahora, recién (luego de la felonía y sus secuelas) reimpulsándose con la “refundación" de las escuelas y con ello captando otra generación de cuadros. Es decir, nuevamente se comienza a elevar el tiraje hacia el pico acostumbrado, solo que ahora “escribiéndose” desde la prisión. - Definitivamente la prensa etnocacerista ha aperturado brecha dentro del público lector; basta sino recorrer el centro de Lima para percatarse que en los kioscos se exhiben una serie de periódicos o “pasquines”-sin ánimo de minimizar a este nuevo “género”- con un verbo de encendida retórica etnicista y nacionalista. Creo que, quizás sin proponérselo, ha dado inicio a una subterránea revolución de un periodismo informal de alto voltaje contestatario. - En cuanto a lo de “pasquín”, no me ofende el término, ya que éstos se han caracterizado históricamente por el verbo contestatario, tal como observas ahora. Con respecto al “género etnonacionalista”, efectivamente, el “Ollanta” de ayer y “Antauro” de hoy, abrió la trocha. Y es el único permanente, o sea, en todo el sentido de la palabra, “periódico”. Lo digo con satisfacción. - ¿Y los otros...? - Son fugaces y reemplazados por otros similares; aguantan a lo sumo tres meses y ahí quedan. No pueden soportar la sequía de avisaje y quiebran. Además -lo principal- no cuentan con reservistas en sus modus operandi de distribución, ni tampoco con el “historicismo etnicista” que sustancian cada uno de nuestros artículos. Inclusive, hasta nos “piratean" artículos, titulares y carátulas, al extremo de “disfrazarlos” -tal como ha ocurrido en Huamanga, Arequipa, Puno y Lima- con un logo muy similar al nuestro, por supuesto, infructuosamente. En todo caso la “maña” no les dura mucho. - Al hojear la prensa etnocacerista, observo que la mayor parte de los artículos son de autoría suya, ¿Qué pasa; nadie le colabora? - Colaboraciones en articulistas sobran, sino que no sintonizan con el estilo etnicista característico de nuestro mensaje; poco a poco, entre los jóvenes militantes ya van surgiendo articulistas con el estilo que propugno. Recuerde que estamos aperturando trocha; por lo tanto he de ser muy riguroso con la preservación del etnohistoricismo crítico característico de esta prensa de combate, cuya principal misión es agitar el seso del populorum: “Mens agitat molem” (la mente agita a la mole -N. del A.). - Soldado, pescador (he leído que por un tiempo se dedicó a la pesca del tiburón, se lo digo con mucho interés porque mi padre fue un experto submarinista por más de treinta años), rebelde, escritor, político, presidiario, periodista, traductor, ¿Qué le parece? El primero de la derecha (Antauro), en playas de Cabo Blanco cuando se dedicaba a la caza del tiburón. - Por lo que veo, en el Perú los mejores periodistas no son periodistas; César Hildebrandt, entiendo, no estudió periodismo. Lo mismo se puede decir de Herbert Mujica y Raúl Wiener, agudísimos con la pluma. Hasta los criollísimos Rosa María Palacios o Jaime de Althaus jamás pasaron por un cursillo de periodismo. No tiene, pues, porque asombrar mi caso. - ¿Y cómo fue su experiencia en la pesca del tiburón? - (Risas), el Perú es el único lugar en donde al tiburón se le denomina “toyo”. Bueno, eso era lo que pescaba... hasta que trunqué mi “carrera de marinero” en un naufragio. - ¿“Naufragio", dice? - Sí; en el segundo semestre de 1998, cuando ya estaba en el retiro. Con un socio nos hicimos de una lancha esplnelera, la cual debía abastecer a un camión frigorífico que previamente había comprado. Fue, así, que picado por la aventura de participar en la faena de pesca, me embarqué cierta vez. Navegamos una semana,

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zarpando del Callao. La “caza”, porque eso es, antes que pesca, me fascinó. Ahí le cogí respeto al hombre de mar: la dura faena, la manera como se “engancha” y sube al tiburón a bordo y se ejecuta al escualo en el momento cuyas enormes fauces dentadas asoman por el costado del barco, es simplemente espectacular. Fue en una mala maniobra del piloto, que el cable del espinel se atracó en la hélice, saliendo esta disparada. Nos quedamos al garete por una semana arrastrados por la corriente más allá de las 200 millas. Estábamos naufragando en una frágil embarcación de madera en medio del Océano... ¡y no tenía más libro que leer que “Moby Dick”! Comimos toyo durante todo ese periodo, hasta que un barco coreano nos rescató para entregarnos al día siguiente al BAP “Río Nepeña" que se cruzó en su ruta y que nos remolcó hasta el puerto de Supe. Fue la primera vez que salí en la prensa: como “náufrago”. - Interesante... vaya, pero retornando a la cuestión periodística; ¿por qué no mencionó a Bayly, que también tiene éxito; acaso porque es proxeneta de la homosexualidad? - No necesariamente por eso; sino porque lo ubico más cercano al farandulerismo trivial y frivolón del tipo “urraco con cuello y corbata” del magalysmo, en cuanto expresión degenerativa de un periodismo que conceptúa a Gisella Valcárcel y a la misma Magaly Medina, nada menos que como “divas”, así como la grosería de las vedettes del tipo Susy Díaz como “arte”... - ¿Es cierto que Raúl Wiener fue quien le sugirió el nombre del periódico etnocacerista? - Yo era un asiduo lector de Raúl Wiener y de Herbert Mujica, quienes eran los principales “caballitos de batalla" de aquel épico periódico “Liberación” que direccionó César Hildebrandt durante el Fujimorato. Y es ahí en donde hice -si corresponde decirlo- mis “pininos periodísticos”. Luego de la acción de Locumba y una vez amnistiado, comencé a remitir artículos a “Liberación”, los cuales a menudo se me publicaban. Pero luego, cuando César deja esa dirección, los artículos que enviaba poco a poco dejaron de publicarse. Fue entonces que comencé a madurar la idea de fundar un periódico. Y, pues, me pareció conveniente consultarle a un experto, como Wiener. Le consulté respecto al nombre, el cual inicialmente pretendí que fuera “El Etnonacionalista”, a lo que Raúl me explicó que no era conveniente “delatar” la línea periodística con el nombre del medio. Fue entonces que se me ocurrió “Ollanta”, tanto para mantener en la memoria colectiva el nombre de mi hermano y de la gesta de Moquegua, así como para explotar aquel significado inkaico que pegaría aún más en la sierra sur, o sea en medio de la idiosincrasia kechuaymara, base de nuestra etnicidad. Raúl, encapsulado en su formación marxista (que considera como tabú la etnicidad) no se dejó convencer por mis argumentos, empero, por último, no consideró desatinada mi decisión. Por supuesto, sería él uno de mis principales proveedores de materia gris vía sus sesudos artículos. - ¿Se podrá decir, entonces, que el periódico “Ollanta” de ayer y el “Antauro” de hoy, fue(ron) la base de la construcción partidaria? -Totalmente, y en aquel inicio “periodístico-partidario” hubo un episodio que terminó por convencerme... - Coméntemelo. - Más o menos en Octubre del 2001 un amigo me animó a visitar a don Armando Villanueva del Campo, último sobreviviente del liderazgo histórico del APRA de los años aurórales y revolucionarios. Para mi era una ocasión que no se debía dejar pasar, y así –aprovechando la “llegada” que tenía este amigo- el veterano político nos recibió en su casa de Monterrico. La entrevista duró 45 minutos y más que todo nosotros escuchábamos y él hablaba. ¡Me- dio siglo de historia ante Ud! Cosas del destino, me acuerdo que al referir el tema de la reciente insurgencia que había protagonizado en el Sur del país (Moquegua), exclamó que le había emocionado aquella gesta y que ”... de haber tenido 15 años hubiera tomado una comisaría...”. Cinco años después, cuando yo estaba nuevamente preso por la captura de la Comandancia Policial de Andahuaylas, el patriarca aprista publicaba un artículo en el que apoyaba la amnistía para mis huestes, por supuesto con sus respectivos “arrumacos democratoides” que, la verdad, siempre, siempre han caracterizado el doble cañón aprista. - Opinión “pro amnistía” que hasta ahora comparte Javier Valle-Riestra... - Muy cierto. Javier también es un jacobino, y pertenece a la última generación aprista que lactó el romanticismo revolucionario de la etapa auroral hayista... la cual lamentablemente -en su deformación alanista- se ha prostituido.

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- Un jacobino, que aparentemente se “desjacobinizó” por veintisiete días al ser Primer Ministro de Fujimori, durante esa brevedad... - Es muy difícil descifrar en profundidad la conducta de una persona de generación más antigua; sin embargo, en el caso de Javier Valle-Riestra su ejecutoria pública ayuda tremendamente en esta tarea. Al respecto, te puedo decir -pues además ha sido mi abogado defensor en varias ocasiones- que se trata de un empedernido espadachín que le entusiasma pelear en solitario y “ad honorem” por causas románticas que a menudo son también de contracorriente. Entiendo pues, y se lo he escuchado directamente, que su fugaz paso por el gabinete fujimorista se debió, justamente, a un samantano y hasta iluso fin de "honestizar” a un régimen en descomposición moral y política. Luego, a las pocas semanas se percató de lo inútil de pretender asear aquel asqueroso establo de Augías, y, pues, renunció en el acto. - Retornemos al episodio, no lo ha referido aún ... - Claro... Fue que en un momento le manifesté a Armando Villanueva mi intención de fundar un partido político, más precisamente un Frente, a lo que él me cortó, sosteniendo entre otras cosas que fundar un partido sin dar a conocer previamente la ideología respectiva era inútil, salvo que se pretendiera degenerar en un “club de amigos”, o en una “agencia de empleos”, que es a lo que degenera ineludiblemente la partidocracia criolla en un país de desempleados; precisamente el APRA-pese a todo su fariseísmo- ha sobrevivido tanto, por las elucubraciones mentales de Haya... Eso lo capté instantáneamente; debía sacar el medio periodístico antes de volcarme hacia la organización partidaria. Y no me equivoqué. Entrevi, que así como la revolución jacobina de la Francia de fines del siglo XIX tuvo su “Amigo del Pueblo” de Marat; así como la revolución bolchevique tuvo su “Iskra” y así como los barbados de la Sierra Maestra tuvieron su “Gramma”, pues la insurgencia etnonacionalista debía contar su vocero. ¡Había que irradiar el mensaje! y luego edificar el aparato. Es así que el etnocacerismo agregó a su función de capturar cuarteles, la de concientizar al pueblo. ¡Primero el mensaje y luego la organización! - O así, como en 1912, el Partido Socialista Italiano tenía el “L’Avanti” donde Benito Mussolini era redactor en jefe y después director. Incluso, cuando lo expulsaron del socialismo, funda II Popolo D’ Italia, que llegaría a ser el órgano oficial de prensa del fascismo. Como a su vez, la guerrilla salvadoreña del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), tenía enclavada en la selvita de su diminuto país, durante los ochentas, a la clandestina radio “Venceremos”. - También el APRA insurgente de sus primeros años tuvo su vocero “La Tribuna” (ahora atrozmente prostituida). Sin embargo, creo (pues no he hallado antecedentes al respecto) que la modalidad “reservista” de distribución, o sea de manera “nómada-agitadora”, no convencional, sí que es un aporte original nuestro, al punto que el aparato político llegó a ser “parte" del periódico, en vez que este sea “parte" del aparato. Nos percatamos que de la lectoría salía la militancia, y de la mllitancia surgía la dirigencia. Así crecía de manera natural el aparato partidario. En cuanto a la radioemisora “Venceremos”, perteneciente a la fuerzas rebeldes del FMLN, la historia de esta es mítica, al grado que le otorgó a los insurgentes (en el Salvador) el equilibrio estratégico necesario frente a las fuerzas regulares, logrando tomar las ciudades más importantes del país; país al que Gabriela Mistral llamó “el Pulgarcito de América”. Hoy, esta radio funciona como una empresa comercial privada, con el solo denominador de “RV”. - Definitivamente el rol de su periódico fue y es determinante, en verdad fundamental, en todo este proceso de resurgimiento del binomio etnicidad-nacionalismo... Y, claro, puedo entender que tiene Ud. un “instinto periodístico”, es decir algo innato, pese a haberse formado profesíonalmente como “hombre de armas” y no como “hombre de pluma”; no obstante, presumo que como lector ávido ha tenido ciertos referentes periodísticos en función a determinados personajes... - Jamás he negado ser un “profano” y quizás hasta un "informal” en el medio periodístico convencional. Créame que hasta me siento orgulloso. Por supuesto, los medios alineados y alienados con el establishment malintencionadamente tildan al “Antauro” de pasquín, libelo o mamotreto, pese a que son incapaces -ellos- de autosostenerse a punta exclusiva de ventas, es decir con nada de publicidad; la cual al final es la que los hipoteca a determinados intereses. Ese no es el caso de la prensa etnocacerista que -por su independencia genuina- está siempre en condiciones de decirle “zamba canuta” a todo el mundo. Creo que esto es lo esencial del espíritu periodístico: su independencia efectiva, vale decir económica y política.

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- La “libertad de prensa”, mayor... y le puedo decir que eso no es necesariamente incompatible con la publicidad. - Aunque relacionadas ambas, la libertad no es sinónimo de independencia. Por ejemplo: yo dependo del director de esta prisión, por ende en mi pabellón soy “libre” en el grado que él me lo permita. Se puede entender, entonces, el porqué Caretas, Correo, Perú 21, Expreso y El Comercio defienden a capa y espada el interés de las transnacionales: basta revisar la “dependencia” de metros cuadrados de avisaje pagado en sus páginas. Ahí la “libertad de prensa” no pasa de ser un eufemismo. Y es que en verdad tal cosa no existe, porque la “línea del periódico" la limita inexorablemente. ¿O acaso crees que un periodista de El Comercio que publicara un artículo contra la inversión chilena o a favor del “Andahuaylazo”, no sería despedido en el acto? No sólo le sería imposible publicarlo, sino que jamás hubiera podido ingresar a laborar en ese medio. - ¿Y acaso Ud. permitiría en el “Antauro” que un reservista publicara un artículo en pro de las transnacionales o contra el “Andahuaylazo”? - De ninguna manera. Ese tipo jamás podría pasar el umbral de la puerta del periódico etnocacerista. - ¿Y entonces? - Que, efectivamente, no existe libertad de prensa, sino independencia en función a la línea política, o sea -en el caso del “Antauro”- en función del interés etnoclasista. Así de claro. - Mayor, se habla mucho de la libertad de expresión como un concepto sagrado e intangible, lo cual nos viene de Occidente. Sin embargo sabemos muy bien que la libertad de expresión no es completamente tal como se dice; lo que existe fundamentalmente es una “libertad de empresa”, en donde los sectores de poder económico mayormente son los que tienen la posibilidad de “usufructuar” este concepto (libertad de expresión), y donde los sectores populares no pueden hacerse oír. Hoy por hoy, por ejemplo, estos medios de comunicación masiva, en nuestro país, tanto escritos, televisivos o radiales, están estandarizados en cuanto a su aprobación de la política económica neoliberal así como en un favorable “fundamentalismo” hacia las privatizaciones, y de una “prédica democrática” cuando los favorece. Pero cuando algo pudiera desfavorecerlos, ponen todo tipo de cortapisas con tal que el pueblo no haga uso del legítimo derecho de ejercitar su voluntad popular, como con respecto al TLC, por poner un ejemplo. Entonces le pregunto, ¿qué hacer para que exista una auténtica libertad de expresión? - Creo que hay que profundizar y desarrollar, aún más, aquel “plan Inka” velasquista que quedó trunco con la traición de Morales Bermúdez. Soy un convencido que los grandes medios de información (no digo comunicación porque implica participación de dos interlocutores, en el “co”, lo cual no se da, en la TV por lo menos, o en todo caso se da escasamente) no deben ser particulares en la medida que acaparen el “verbo social". No en vano, muchas religiones han establecido en su teología que “el verbo es Dios”... pues bien, ese Dios que trasmite la energía del mensaje, del lenguaje, del verbo que agita la materia, así como el impulso eléctrico entre las células, en su versión “masiva” no debe ser jamás monopolizado por el individuo sino por la colectividad, mucho menos aún cuando la sociedad está en crisis de identidad y su verbo es acaparado por extranjeros privados (“aunque con DNI”) como -en nuestro caso- Baruch Ivcher y compañía. Por eso creo que la Información masiva debe estar bajo el control de la verdadera “sociedad civil”: cocaleros, sindicatos, reservistas, universidades, etc. además del Estado. - Sus afirmaciones o conclusiones no dejan nunca de ser polémicas; por consiguiente revéleme los referentes que le orientaron en su “periodismo profano”. - Huamán Poma de Ayala, es -para mí- el patrono de la prensa (etno)nacional en estas tierras. Su clamor es cada día más vigente. Y es que con la globocolonización neoliberal aún vivimos en un “mundo al revés”. En él tenemos al más genuino cronista de la protesta que -de estar vivo- sería indudablemente satanizado como “retrógrado” y “arcaico” por Canal N, América Tv y la Ventana Indiscreta. Otros de mis referentes, casi tan hereje como el cronista del siglo XVI, son el “Tunante” Abelardo Gamarra -acérrimo cacerista- y Federico More por su “antitodismo” que, en una republiqueta de patio trasero, es plenamente coherente... - More tuvo una frase lapidaria: “a la hora de la hora el Perú se divide en dos bandos: los traidores y los patriotas”.

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- Exacto. Veo que ambos compartimos nuestra admiración por los herejes y las herejías. Por último, también refiero a César Hildebrandt como un continuador de la línea independentista del periodismo, pese a su incomprensión -dada su extracción criolla- del etnicismo.

V “LOS FRAUDES

DEL 2016 - ¿Cómo llevó desde prisión la campaña electoral del 2006; qué sentía en su fuero interno, habiendo sido Ud. el que había hecho la tarea de construcción entre las masas? - Como ya dije, el “Andahuaylazo" tuvo también entre sus funciones la de construir el “trampolín” para la campaña electoral que debía por lo menos hacerle disputar la segunda vuelta a mi hermano. Y así sucedió, por supuesto, con nosotros en cautiverio. Ollanta bajó del avión con la mesa servida, y a mi me tocaba “observar” con la posta entregada de manera candente y aluvional. Las mismas encuestas limeñas le otorgaban al Andahuaylazo no menos de 34% en Lima metropolitana y no menos de 50% a nivel nacional (en el sur andino llegaba a 85% y en el propio Andahuaylas, tal como lo reconoció la periodista Anuzca Buenaluque de “Hoy con Hildebrandt”, en reportaje efectuado a las pocas semanas de los sucesos, al “100% absoluto”), lo cual indicaba que la campaña electoral exigía RADICALIDAD ETNICISTA. Sin embargo, Ollanta, pésimamente asesorado y también por miopía propia, optó por reorientarse hacia los sectores B y A. De esa manera, por ganar un voto en San Isidro perdía 10 en Huaycán... Yo le aconsejaba, en las veces que me vino a visitar: “manda a la mierda a los sectores A y B; para nosotros no existen y ni te preocupes en ‘caerles bien’. A Nadine mándala a la cocina y viaja a Bolivia para que te tomes una foto con Evo (entonces aún era candidato presidencial) y luego a Venezuela para hacer lo mismo con Chávez". Me hizo caso solo en lo de los viajes al exterior. Ahí comenzaron nuestras divergencias en cuanto a la campaña electoral. Por supuesto, entendía perfectamente, más aún tratándose de él (que tiene dificultades para el debate, y por ende para lidiar ante cámaras en demostrar la legitimidad del “Andahuaylazo”), que no tenía más margen que “deslindar” con aquella insurgencia y sumarse a la alcahuetería criolla de “horrorizarse” ante esta acción de consecuencia revolucionaria. Además, se suponía, que era nuestro “salvavidas” carcelario. Sin embargo su pérdida de brújula se hacía cada vez más patente. Su derechlzación y acriollización me resultaban asqueantes y, por estar en prisión, aislado, incomunicado, maniatado, es decir impotente (yo que soy hiper activo), francamente me indignaba; lo cual a la larga me enseñó a adquirir una actitud filosófica y analítica. Vi la campaña como una película de guión de García Márquez: “Crónica de una frustración anunciada”, en donde los petimetres más ridículos se posesionaban de situaciones, cargos y candidaturas como en una subasta “a quien da más”... lo cual se volvió en la norma a medida que los aguerridos cuadros etnocaceristas eran purgados como si fueran una peste. - ¿Y qué sintió Ud. cuando ante César Hildebrandt su hermano manifestó que “Antauro no estaría en la lista parlamentaria”, algo que tanto horror causaba a la derecha? - No sentí en lo absoluto la cuestión esa del cargo, sino la ruindad filial. Ahí se deschavó la traición. Se impusieron, pues, Siomi Lerner y toda la sarta de empresarios que me veían y ven con terror. - Bueno, a decir verdad, trascendió, por esos días, que su hermano buscaba ansiosamente “empresarios”... - ¡Pero si -en ese entonces- con más de 20%, los empresarios venían “solitos”! Repito, fue su visión de topo lo que lo llevó al fracaso. - Al margen de su legítima indignación, ¿por qué cree que su hermano perdió en la segunda vuelta, frente a un candidato como García con un pasado lleno de deshonor y que dejó el Perú, en 1990, como una República desgraciada? - Por falta de cojones y de reacción histórica. Por supuesto falencias, aún más críticas cuando quienes le rodean no pasan de ser mercaderes de la política. Mire: en la primera vuelta ya se había definido la composición del Congreso, en el que UPP (oficialmente Ollanta fue candidato de UPP -N. del A.) obtuvo 45 curules; con lo cual finalizaba el esfuerzo de sus candidatos. Ya no tenían porqué "seguirse sacando la

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mierda”, pues habían COMPRADO el curul. Ya era “de ellos”, sin lealtad de por medio. Entiéndase: habían “pagado” y por consiguiente –en esa lógica mercantilista- una vez electos se cerraba el trato. ¿O Ud. cree que, por ejemplo, Juvenal Silva, el empresario de fútbol, escucha siquiera las “disposiciones” de Ollanta? ¡Ni le contesta el teléfono!, pues, como buen empresario sabe lo que es cerrar un negocio. Por eso no tenía porqué asombrar la casi instantánea escisión, jamás vista en la crónica congresal mundial: de 45 parlamentarios, reducido a 22 (de los cuales no más de diez “aún” lo acatan), en menos de seis meses. Las matemáticas son inobjetables. Con esto explico, que ya para la segunda vuelta, los “fondos de campaña” se redujeron a menos del 10% de los que hubo en la primera vuelta. - Sin embargo, llegó al 47.5% en la segunda vuelta... - Claro, a eso voy: en verdad, fue más. Pasó el 50%. Y es que independientemente del “recuteco monetario” tras bambalinas, ya se enfrentaban dos corrientes mundiales -(globo)neoliberalismo Vs. (etno)nacionalismo- en aquella segunda vuelta, personificadas en ambos finalistas. No obstante, estoy convencido que de no ser por su “acriollización”, Ollanta -como sucedió con Evo Morales y Rafael Correa- pudo haber ganado en primera vuelta ya que las condiciones estaban dadas. - ¿Está diciendo que hubo fraude? - Categóricamente. En “combina” entre las encuestadoras y la ONPE, que es la moderna modalidad fraudulenta del tiempo de la informática. Pero, ojo, reitero que aquel porcentaje sacado en segunda vuelta, igual lo hubiera sacado cualquiera que hubiera pasado como “finalista” ante la polarización múltiple: andino-occidental; cobrizo-criollo e inclusive izquierda-derecha, habida cuenta que la derecha se deschavó enteramente a favor de García (que, como buen criollazo, también es parte de ella). Por último, Lourdes fue la primera en denunciar un fraude, para al final acomodarse con el triunfo del “programa de derechas" que era lo que le interesaba; entonces, dejó de hacer bulla, paradójicamente al igual que Ollanta, aunque este último sin brújula. - Su afirmación, respecto al fraude, es grave. ¿Qué indicios o pruebas puede presentar? - La tardanza en una hora y cuarenta y cinco minutos por parte de la señora Chu, presidenta de la ONPE, en dar el primer anuncio oficial. Recuérdese que, acabada la votación, a las cinco de la tarde, se anunció para las siete -dos horas después- el primer conteo oficial. Este se dio casi a las nueve. Ahí, en ese lapso, se hizo el cambalache informático. Yo, desde “Piedras Gordas”, pude comunicarme con mi otro hermano, Alexis, que entonces estaba muy cercano a Ollanta, advirtiéndole aún a tiempo la “pendejada”, con lo cual concordó; a lo que le dije que debiera - Ollanta- anticiparse y convocar, tal como lo hiciera Toledo en el 2000 (ante el fraude de Fujimori), a una concentración popular en el Paseo de la República denunciando el dolo y proclamándose desde ya “presidente del Perú". Además, les indicaba que todos los congresistas electos debieran hacer lo mismo en sus respectivas regiones. - ¿Y qué pasó, por qué no le hicieron caso? - Lo reitero: por falta de cojones y carencia de reacción. Además, ningún congresista electo quería mover un dedo. Total, desde hacía un mes estaban celebrando su tinka del curul “comprado y propio”. Lo “otro” ya no era problema de ellos. Y, pues, se santurreonaron como “respetuosos de la democracia” por más fraudulenta que fuese. Mire, me di hasta la “iniciativa”, repito, desde la cárcel de “máxima seguridad", de telefonear por celular a las principales radios de Arequipa, salir al aire y -yo, con la habilísima colaboración de la compatriota Claudia Quequezana- convocar a la gente a la plaza de armas a un mitin “de defensa del triunfo (etno)nacionalista"... y la gente, bajo la efervescencia del contundente triunfo allá obtenido y con los reservistas recorriendo las calles, ¡comenzó a ingresar a la plaza! A los 25 minutos, por celular también, me informaban que la plaza estaba llenándose ya en un tercio y que pronto llegaría a la mitad... pero es entonces que aparecen por las esquinas unas camionetas “cuatro por cuatro’’ premunidas de equipos de sonido y altoparlantes, “desconvocando a la gente” e instándolas a “respetar los resultados de la ONPE” y que en todo caso se convocaría -por Ollanta “y no por Antauro”- al respectivo mitin dentro de un “par de días”. Las camionetas eran del ya congresista Alvaro Gutiérrez “vocero oficial del partido nacionalista”. La gente, confundida y rumiando su indignación se desmovilizó. La conclusión podría ser que en realidad hubieron dos fraudes en las elecciones del 2006, la de la ONPE y la de Ollanta. Hasta el inepto de Alejandro Toledo tuvo, en el 2000, una reacción que no llegó a tener el “nacionalistoide” del 2006.

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- Si pues, le faltó ponerse la vincha... - Para ser exactos, a Toledo se la pusieron. Se la coloca Eliane Karp y el hombre llega ya (borracho) a la plaza de armas. Ese gesto, fue indispensable para que Portillo Cambpell no se atreviera a declarar el triunfo de Fujimori. - ¿Ya Nadine, qué cree que le pasó? - Nada. Ella también estaba más que satisfecha; como “principal accionista” había también cerrado un estupendo negocio. Algo plenamente coherente desde una perspectiva mercantil. También se persignó por la “democracia”. - Obviamente la del “por Dios y por la Plata”. -En tanto el globoneoliberalismo siga vigente, así será por los siglos de los siglos, amén. Por eso hablo del “escarmiento histórico”. - ¿No le parece que Ollanta debió renunciar terminada la primera vuelta, en vista de la intromisión descarada de Alejandro Toledo para favorecer no solo a García, sino principalmente al programa derechista en ciernes que éste representaba? Toledo estaba prohibido de manera estricta, por ley, de entrometerse, y el JNE no hizo absolutamente nada al respecto. ¿Qué opina sobre esto? - Evidentemente ésta (la renuncia) fue una opción de implicancias tremendas, propias de un escenario aún más candente, que al final de cuentas -creo- hubiera neutralizado todo el “ajedrez” criollo, inclusive su estrategia de fraude informático. García con un dudoso 24% de los votos válidos, o sea el equivalente al 17% del universo electoral, no hubiera podido proclamarse “presidente de todos los peruanos”. Bueno, ya estamos ingresando al campo de las especulaciones, pero de todas formas, el desenlace, definitivamente, no hubiera desembocado en la actual continuidad del “tercer piso fuji-alanlsta”. Es decir, el globoneoliberalismo no hubiera podido avanzar más. - Claro, claro... como por ejemplo en las elecciones generales de 1962, pero donde Haya de la Torre ganó pulcramente aunque sin lle- gar al tercio electoral como lo exigía la Constitución de 1933 (aunque los perdedores de aquella jornada dicen injustificadamente lo contrario); Belaunde, desconoció el triunfo aprista y se fue a desadoquinar Arequipa. Es que sabía muy bien que tenía una carta inmejorable bajo la manga: el veto de los militares contra Víctor Raúl. Entonces, le pregunto: ¿Ollanta no se percató del descrédito de García como ex presidente y no supo hacer jugar esta ventaja a su favor? - A mi hermano le compete más responder esta pregunta. Sin embargo, estoy persuadido de que, efectivamente, sí tuvo conciencia de tal limitación... lo cual, en su caso no era “suficiente”, pues además había que tener capacidad de decisión en patear el tablero, y no la tenía. No hubo capacidad de reacción por déficit de coraje y liderazgo. ¡Cuán distinta fue, por ejemplo, la reacción de López Obrador allá en México en donde el fraude fue casi tan escandaloso como acá! López sacó un millón de compatriotas a la plaza y su potencial electoral, contrariamente a lo acaecido con mi hermano, no ha menguado un ápice, sino que se ha incrementado. Mire, estoy seguro que si él hubiera reaccionado corajudamente, no hubiera sufrido la hecatombe -siete meses después- de miniaturizarse de seis y medio de millones de votos a 650 mil, en las regionales en donde no logró una sola presidencia ¡hasta el “Avanza País” que ni pude apoyar desde mi enclaustramiento, logró -con Hernán Fuentes- ganar Puno! Y eso que ya entonces compitió Ollanta con su “O" y no con la olla de UPP. - ¿Por qué tomó Ud. la decisión de ser candidato al parlamento por Lima el 2006 y no en Andahuaylas, en un grupo político sin mayor trascendencia? -Ante todo quiero dar datos: de los 120 actuales congresistas, apenas treinta han obtenido más votación que la mía: cuarenta mil votos.... Y sin propaganda alguna, en mi calidad de preso sin acceso a los medios de comunicación y visitas muy restringidas. Y sin embargo, de no ser por la valla del 4%, tanto yo como el reservista César Copa (quien fue el segundo más votado por su natal Tacna y actualmente preso en Castro Castro), debiéramos estar sentados en el Parlamento. Fuimos solamente tres los etnocaceristas que postulamos en calidad de invitados –por Avanza País- en las elecciones congresales. Recuérdese que Ollanta, hipotecado a un entorno de comerciantes de UPP, así como influenciado “monetariamente” por Siomi Lerner, expulsó a los aguerridos cuadros etnocaceristas. Hubo un momento en que bastaba con ser tildado

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de “antaurista" para ser “erradicado” del partido, mas no si se provenía de alguna agrupación criolla. No cabía, entonces, dentro de aquella efervescencia electoral, sino aceptar la invitación de la que fuimos objeto, por más que las posibilidades fueran mínimas por aquello de la valla electoral y pese a estar encarcelado y prácticamente enmudecido por la prensa, es decir hartamente limitado para hacer propaganda o campaña. Por ahí también se explica que no haya postulado por Apurímac, en donde tampoco tenía residencia, lo cual me incapacitaba legalmente para eso. Sin embargo, aquella votación individual nos esclareció que existe “madera electoral”, más aún cuando aquel “huayco electoral" captado para Ollanta (y por entonces demasiado tarde para “reencauzarlo” hacia mi otro hermano Ulises) fue en buena cuenta producto del esfuerzo etnocacerista ante un público que hasta el mismo día de los comicios seguía confundiendo mi imagen con la de mi hermano o se engullía el cuento de que la bronca era solo una “estrategia electoral”. - ¿Y no cree que Ollanta debió marcar distancia del líder bolivariano Hugo Chávez, aunque después -desde su gobierno- hacerse aliado? - Chávez no es antipopular en el Perú, ni en Latinoamérica. Más bien es visto como la posta del veteranísimo Castro. Sin embargo, en cuestiones estrictamente electorales resulta contraproducente, más aún si se llega a la final, dejarse ceñir el sambenito de “pupilo de tal o cual personaje”, sea o no un “cuco”, pues entonces se presenta un flanco gratuito al adversario que encima maneja los medios de des(información) masivos. Inicialmente, cuando las encuestas le otorgaban entre 15 y 25 por ciento no había problema, pero cuando ya se trataba de la segunda vuelta y sobre márgenes de 40 a 50 por ciento, la cuestión se podía constituir en lastre, pues se trataba de captar el centro del electorado, que fue el que al final determino el resultado. Si a esto agregamos la carencia de capacidad polemista en mi hermano, el problema se complicaba. Recuerdo que el único candidato se valía de “voceros”, o que – como paso en el programa “dos dedos de frente” de Juan Tafur y Álvarez rodrich- tuvo que voltear en varias ocasiones y dejar que sus “voceros” asumieran la entrevista, quedando él como simple espectador. Estaba, pues incapacitado para “emanciparse” del padrinazgo chavista, que por más bien intencionado que fuese, al fina l le hizo un flaco favor. Y ya cuando el “ vocero” Carlos Tapia –por RPP- manda al carajo a Chávez, era demasiado tarde.

VI ANDAHUAYLAS

- Mayor, nunca hemos escuchado su versión sobre el Andahuaylazo en sí, por lo que le formulo las dos siguientes preguntas en una sola: ¿cómo se gestó y desarrollaron los hechos de Andahuaylas, y por qué tomó la decisión de realizar esta operación militar específicamente ahí? - El Andahuaylazo se gestó de la necesidad de ser consecuentes entre el dicho y el hecho. Si revisas el Manifiesto político de aquella insurgencia, verificarás razones de plena vigencia hasta hoy: la impugnación a la “vladiconstitución”, a la chilenización, a la alta corrupción, a la privatización (extranjerización), etc., acusándose además el “pecado original” de los planillones falsificados. Todas estas impugnaciones que nosotros no cesábamos de señalar y acusar desde nuestra prensa, fue fermentando en nuestra militancia la necesidad de insurgir contra la tiranía. Más aún cuando como ex soldados asumíamos el deber de “fidelidad a la bandera (o sea la Nación)”, así como el de “volver a tomar las armas cuando la patria lo requiera”, ambas, juramentaciones efectuadas en el servicio militar ante el monumento a Bolognesi. Con esto quiero enfatizar que los reservistas estuvimos y estamos convencidos que simplemente cumplíamos con nuestro deber, vale decir defender la nación (“...juráis por Dios y por la Patria, seguir constantemente nuestra bandera, defenderla hasta perder la vida...”). ¿Y qué cosa involucra la nación?, pues a la población, al territorio, a la historia colectiva, el idioma ancestral, etc...Y lo que estaba (y está) sucediendo es que aquel gobierno de turno, además “vladiconstitucionalizado", traicionaba a la nación ante cuya representación (bandera) habíamos juramentado. Debe entenderse que todo soldado que se respete, debe defender al gobierno de turno SIEMPRE Y CUANDO ESTE DEFIENDA LOS INTERESES NACIONALES, mas no cuan- do los viola. De manera que nuestra “neutralidad (vladi)constitucionai”, tenía y tiene un límite. Y si ese gobierno traiciona a la nación, pues entonces ese soldado “respetable” TIENE EL DEBER DE GOLPEAR AL GOBIERNO VIOLADOR. ¡Nosotros juramentamos solemnemente ante la nación milenaria y no ante los efímeros gobiernos de Bustamante, Prado, Belaunde, Odría, García, Fujimori, Toledo o Perico de los Palotes! Teníamos que actuar. Por consiguiente, debíamos también “(re)tomar las armas” de donde sea: una armería, un

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cuartel, una comisaría o por último del departamento de seguridad de Ripley. Y se escogió Andahuaylas por varios motivos: desde ahí se organizó el último ejército breñero durante la resistencia etnocacerista antichilena al mando del Cáceres-'Tayta”; asimismo, la tierra chanca es históricamente el epicentro de la rebeldía en los Andes y, además, en homenaje a la memoria de J. M. Arguedas a quien los etnocaceristas consideramos un procer del etnonacionalismo. En cuanto a las acciones, que duraron cuatro días, estas consistieron en un desplazamiento, infiltración y concentración por parte de un segmento de la militancia reservista desde todas las regiones del país, particularmente de la sierra sur, hacia Andahuaylas; luego vino la captura (sin un solo tiro y sin ninguna baja) de las instalaciones de la Comandancia Policial (que resguardaba el arsenal represor policial); la implementación de barricadas en varias cuadras a la redonda de la Comandancia; el cerco militar y policial contra nosotros, que contabilizó a casi cuatro mil efectivos incluidos seis blindados que llegaron al tercer día (de los que “oportunamente” uno se volteó a causa de las lluvias y lo fangoso del terreno), y los subsiguientes combates y escaramuzas que dejaron 6 muertos y 23 heridos entre reservistas, soldados y policías, además de otra quincena de heridos de bala entre la población civil (todos por fuego de las denominadas “fuerzas del orden”). - ¿Y cómo es Ud. capturado? -Atraición: fue cuando me encontraba en plena negociación con los (vladi)generales de la Policía y del Ejército, que la “Comisión Mediadora”, de uno en uno, sus miembros van abandonando el recinto (la alcaldía de Andahuaylas, en donde se negociaba) hasta dejarme solo. Es así que se llega a un momento en que me hallo rodeado de generales y coroneles de las FFAA y FFPP, así como de suboficiales de las Fuerzas Especiales. Es entonces que el General Murazzo me comunica que “ya no podría retornar con mis reservistas porque por orden del presidente estaba desde esos momentos bajo arresto”; seguidamente a los pobladores civiles que aguardaban, aquella noche lluviosa, frente al Consejo Municipal, se les dispersó con ráfagas de ametralladora. Luego trascendió que fue el mismo premier Ferrero quien le ordenó telefónicamente al Gral. Murazzo (pues él no cesaba de salir del recinto para atender las llamadas del presidente y del premier), que mandara al tacho la negociación y me arrestara. Esa misma noche, “resguardado” por un exagerado convoy, fui trasladado hacia Ayacucho, siendo trasbordado en un helicóptero al amanecer, casi a las puertas de la ciudad. La aeronave aterrizó en el cuartel “Los Cabitos” en donde recibí muestras de simpatía de parte de la oficialidad presente, la cual me brindó un trato cordial y solidario. La brigada de Ayacucho estaba al mando del Gral. Edwin Donayre Bosh, actual Comandante General del Ejército, quien se mostró muy gentil, y, en su estilo acostumbrado, llegó inclusive a bromear y hablarme “como paisano” en kechua. Coincidentemente, en esos mismos momentos los reservistas, que ya habían hecho entrega de las armas en Andahuaylas, al ser internados al cuartel “Los Chancas”, en medio del fervor popular, eran igualmente objeto de un trato solidario de parte de sus “colegas” en actividad. De Ayacucho sería transportado por Antonov hasta Lima, en donde se armó un show mediático y, por supuesto, la “fagocitadora" consagración de la prensa criolla que un poquito más y exigía que me colocasen traje a rayas y cadena perpetua por todos los delitos existentes y que pudieran existir. - Acláreme una cosa, Mayor, ¿cuál fue el objetivo táctico principal: la captura del cuartel “Los Chancas” o la toma de la Comandancia Policial? - Se debía comenzar por el cuartel, luego las comisarías y después emprender la marcha hacía Abancay, con proyección al Qosqo y ahí proclamar la insurgencia general en pos de una Nueva República. Pero sucedió que cuando se descendía desde los cerros circundantes de Andahuaylas para la concentración que iniciase la marcha hacia el cuartel, se recibió un mensaje en el que se nos alertaba que contrainteligencia del Ejército ya estaba al tanto del plan y que en el cuartel “Los Chancas" se había triplicado el servicio de guardia y que además se habían colocado varias ametralladoras en puntos estratégicos “para esperarnos". Había, pues, que decidir, en contados minutos, si se abortaba o no la operación. Decidí continuar, aunque variando el destino. Desvié entonces el rumbo hacia la Comandancia Policial, la cual fue capturada Impecablemente. - “Fair Play”... (Juego limpio) - Exacto. Y lo más sustancioso: todo el arsenal policial entero: doscientos fusiles automáticos, sesenta pistolas y revólveres, así como un mínimo de granadas de mano y fusil y lo indispensable de munición...

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- Sin embargo, revisando las crónicas de entonces, también se informó que otros grupos etnocaceristas pretendieron capturar las comisarías de Talavera y San Jerónimo, así como la de Huancabamba, todo en simultáneo, ¿acaso hubieron “militantes espontáneos” o fueron parte de la operación? - En un país tan hirviente como el nuestro, particularmente en la sierra sur, cualquier chispazo enciende la pradera. Y eso sucedió en Andahuaylas. A eso súmese el espíritu “genéticamente rebelde” de aquel pueblo. Debe considerarse, también, que el etnocacerismo ya estaba expandido y asentado en esa región, la prensa nuestra no bajaba, ni siquiera durante nuestro posterior cautiverio (hasta hoy), de ocho mil ejemplares en la región apurimeña, de los cuales la mitad se lo consumía solo Andahuaylas. Nuestro mensaje halló tierra fértil. - Hubo heridos de bala en Huancabamba y San Jerónimo, es decir que hubo militancia... - De lo que me siento honrado y agradecido. Se evidencia, pues, que son pueblos valientes. - ¿Pero, entonces, por lo menos una parte de sus huestes entraron armados a Andahuaylas, o no? - Reitero: de los setecientos u ochocientos reservistas ahí concentrados, solo uno, un policía retirado proveniente del lejano Amazonas (Bagua), portaba una escopeta de caza con su respectiva licencia. Ingresamos DESARMADOS y recién nos armamos con los “fierros” hallados en la Comandancia Policial, que, por si acaso, no era una simple comisaría, sino la base principal de la policía en toda la región durante el tiempo en que fue declarada “zona de emergencia”. Su captura fue una acción, repito, impecable. - No obstante, se les acusa también de secuestro de policías, creo que de 20 ó 25, incluidos cuatro oficiales... - Eso es parte de lo absurdo del caso: ¡cómo puede “secuestrar” gente desarmada a soldados armados en su cuartel o a policías armados en su comisaría! El cargo es ridículo y vergonzoso para la misma institución policial, la cual debiera retirarlo en resguardo de lo poco que le debe quedar de dignidad. Más bien, debieran dar de baja a esos “secuestrados en su comisaría” por ineptos. - Entiendo que están siendo -los policías “secuestrados en su comisaría”- procesados por cargo de “cobardía” en el Consejo Supremo de Justicia Policial... - Entonces, tácitamente reconocen que los reservistas fueron valientes. - Dígame, ¿y entonces, con la guarnición policial capturada, por qué no se emprendió la marcha hacia Abancay? - Es que tampoco era cuestión de capturar, armarse y partir, pues eso hubiese olido a “huida”. No; había que aguardar (como el año 2000, en Toquepala) por lo menos 24 horas, demostrando que existía un equilibrio de poder regional, lo cual, efectivamente se dio, pues los dos cuarteles del Ejército ahí acantonados (Los Chancas, de infantería, y el de Ingeniería), solo atinaron a atrincherarse en sus respectivas instalaciones. Había que aguantar firmes. Por eso las barricadas y el izamiento de la unancha tawantinsuyana en el mástil de la Comandancia Policial. Lamentablemente, en la madrugada del siguiente día, luego de una sinfonía de balaceras durante toda la noche, se dio el enfrentamiento en el puente “Colonial”, próximo a una de las barricadas defendida por reservistas. Es ahí en donde se da el episodio del infiltrado “Centinela”, el cual, tal como ya quedó corroborado en su declaración y en la instructiva judicial, ERA ENTONCES MIEMBRO ACTIVO DEL EJERCITO PERUANO Y OPERATIVO DE LA SECCIÓN INTELIGENCIA (S-2) DEL CUARTEL “LOS CHANCAS”. No era ni reservista ni etnocacerista. Entonces, como aquel acto de ultimación despiadada efectuado por ese agente quedó registrado ante las cámaras de TV, las cuales no cesaban de pasarlo cada cinco minutos ante millones de televidentes achacándonos tendenciosamente la responsabilidad, pues decidí -también ante cámaras- demostrar que contábamos con el apoyo TOTAL del pueblo apurimeño, y en general de todo el país profundo, especialmente en la sierra sur. Por eso es que no emprendimos la marcha y por ende tampoco pretendimos romper el cerco. Más bien, aprovechando la propuesta de la llamada “Comisión Mediadora” para que se efectuase una entrevista entre mi persona y el Alto Mando militar/ policial, en la “tierra de nadie”, es que opté por no acudir (los generaletes acudieron a bordo de una ambulancia y mientras aguardaban en el sitio, el pueblo se percató de su presencia, rodeando la ambulancia a fin de “capturarlos” pero el vehículo logró escapar raudamente... ¡así de “popular” es el Estado Criollo!).

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Más bien, decidí marchar a pie y con un solo escolta, ambos con pistola, hacia la plaza de armas en donde se había instalado el “Estado Mayor" de la represión. Y sucedió algo formidable: ni bien crucé la barricada, los pobladores se me fueron juntando por centenares y a las pocas cuadras, ya por millares. Un mar humano me acompañaba por entre las calles dejando anonadados a los francotiradores apostados en las azoteas; no menos de veinte mil andahuaylinos colmaron la plaza, lo cual obligó a que el Alto Mando se apostase en el atrio de la catedral (los vladigenerales de la ambulancia acababan de retornar). Es entonces que me acerqué hasta el atrio, subí los peldaños y me cuadré a medio metro del vladigeneral Murazzo y las “autoridades” para plantearles una tregua “...en tanto se efectuaran las conversaciones...” (Mi objetivo era ganar horas valiosas porque tenía información que se alistaban contingentes reservistas desde casi todas las regiones del Sur y que, asimismo, se había convocado a los respectivos mítines de apoyo en Arequipa, Qosqo y Ayacucho; también la compatriota Elsa Malpartida me pedía que “aguantara”, pues las bases cocaleras se aprestarían a emprender una marcha de apoyo). Murazzo, por su parte, cohibido ante la multitud, el periodismo y las cámaras, a regañadientes aceptó -verbalmente- la tregua. - ¿Es entonces que se da aquel pasaje en el que la multitud le lleva en hombros hasta las barricadas? - Y ahí, en ese trayecto, comencé a “carburar” la idea de ordenar la marcha reservista, en con- junto con los millares de andahuaylinos que nos apoyaban; desde ahí mismo, aprovechando la torrentera humana que se identificaba con nuestros estandartes... - ¿Estandartes como aquel que sacó El Comercio en primera plana, a manera de analogía con el estandarte nazi? - Le recuerdo que no hubo ninguna svástica, sino nuestra milenaria Chakana. - Pero sí estuvo el águila germana... - ¡Por favor! Las águilas han figurado en los tótems de todos o casi todas las culturas primitivas; en los estandartes romanos, figuran en el escudo norteamericano, en el mexicano y en no sé cuántos más. Aguila en kechua es “killinchu”, al cual se le encuentra a menudo en la iconografía inka y pre-inka. Eso -lo del Comercio- fue una “desinterpretación” propia de la mala fe del criollaje, que se toca de nervios ante el etnocacerismo. - Bueno, retornemos al “Andahuaylazo’’; ¿y entonces por qué no se ejecutó la “marcha de remembranza etnocacerista”? - Porque, rompiendo la tregua, los francotiradores del vladigeneral Williams comenzaron a disparar contra los centinelas reservistas, matando a dos (Walter Merma y David Ortiz) e hiriendo a otros tres y hasta a algunos compatriotas andahuaylinos. Tuvo que tocarse, de nuevo, zafarrancho de combate, en el que la población misma se involucró con heroísmo y valentía. Se inició, entonces, una “cacería de francotiradores” por todos los cerros de Andahuaylas. Estudiantes, campesinos, “reservistas” de civil (pero armados con pistolas), pobladores en general, etc, “rastrillaban” las elevaciones más próximas y los atrapaban como conejos. A su vez, estos no osaban disparar, porque sabían que a lo sumo matarían a uno, dos o tres pobladores, pero que al final resultarían apabullados, y es así que varios de ellos fueron cogidos en su huida. A la media hora, me presentaron -los pobladores- a media docena de francotiradores capturados, ¡y hasta las armas de largo alcance con el traje especial del tipo “sniper”! Me trajeron también las cacerinas y la munición. Me quedé petrificado: Eran de tipo “dum-dum” y de tal calibre que podía atravesar una pared... ¡como para matar dinosaurios! Esos crímenes -porque realmente lo fueron- nos frustraron la evacuación. Y la situación se nos comenzaba a tornar crítica: con escasas municiones, que no nos aguantarían más de cinco o seis minutos de combate nutrido. Entre tanto comenzaban los Antonov a aterrizar en el aeropuerto (distante a 15 kilómetros), desembarcando los primeros blindados. Había que aguantar como sea y, de una forma u otra, alargar las “tratativas”... - ¿Fue por eso que en varias ocasiones, mencionaba y postergaba una posible entrega de armas? - Sí. Entienda que cada minuto era vital.. - ¿Cuántas horas sin pestañear?

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- ...Y sin probar bocado: 72 horas, al igual que la gran mayoría de reservistas, no porque faltasen alimentos -que en verdad sobraban dada la colaboración de la población- sino por la tensión. - Precíseme un dato: ¿El General Williams que Ud. alude como “Jefe del Centinela”, es el mismo que está involucrado en el caso Accomarca? - Si; en 1985, siendo capitán, fue el jefe inmediato de Telmo Hurtado, autor del genocidio de Accomarca. - ¿Es cierto que el Comandante del Cuartel “Los Chancas” fue a conferenciar con Ud., cuando ya tenía el dominio de la Comandancia policial? ¿Para qué fue? - El Teniente-Coronel Freddy Berrocal “no fue"; lo capturó, junto a uno de sus capitanes, una de las patrullas reservistas que recorrían la ciudad “recogiendo” policías y militares "sueltos” que deambulaban por los efectos del Año Nuevo. En su auto hallaron un FAL y a él como al capitán le despojaron -mis reservistas- de sus armas de dotación, las cuales dispuse les fueran devueltas. Insté al comandante para que se plegara, pero este aún no se reponía de su borrachera. Opté por liberarlo junto con su capitán. El FAL, más bien, sí que se quedó. - Fue impactante aquella fotografía de un reservista agonizando, haciendo la señal de la “V" de la victoria, ¿ese es el joven que fallece en las barricadas o abaleado por los francotiradores en el techo de la comisaría? - Fue asesinado por francotiradores, como ya referí, en plena tregua pactada. Se llamaba Walter Merma, oriundo de Arequipa y excelente militante. Comandaba, antes, un grupo reservista que distribuía la prensa etnocacerista por el norte, entre Tumbes, Piura y Cajamarca. Su agonía, evidentemente, fue de tipo espartana y testimonia la calidad heroica del militante etnocacerista. - ¿Hasta qué punto Ollanta estuvo comprometido con el Andahuaylazo o simplemente lo aprobó sin objeción? No olvide que el sostiene tajantemente que “no tuvo ninguna relación” con ese sonado acontecimiento. Es más, subraya que: “cómo iba a tener que ver con ese hecho, si él se encontraba en Corea del Sur” bajo órdenes del Gobierno de Alejandro Toledo. - No quiero abundar sobre esta cuestión por ser un tema delicado en el juicio que actualmente afronto conjuntamente con 161 reservistas prisioneros. Solo puedo aclarar que mi hermano no tiene capacidad de planeamiento ni de organización. En cuanto a lo que aduce que “estuvo en Corea”, pues hace décadas que existe el fax y hace casi ochenta años que se inventó el teléfono fijo y, también, hace dos décadas que salieron los celulares. Por último, considérese también su carencia de perspectiva histórica, y -para tener una noción de la verdad- su característica ambigüedad. - A propósito del fax, que entiendo es lo que la policía halló en la guantera del vehículo que los trasladó hasta Andahuaylas, ¿era en definitiva un “manifiesto” de su hermano para aquella insurgencia? - Ya lo he dicho en reiteradas ocasiones: yo parto a Andahuaylas con dos manifiestos; uno mío y otro de Ollanta (el que me llegó por fax). En la ruta es que, luego de analizarlos, decido por el mío descartando el de mi hermano, por las diferencias ya aludidas: revolucionario uno y reformista el otro. Es así que dejé el fax en la guantera y leí el mío sobre la tolva de un patrullero luego de la captura de la Comandancia... - Entenderá Ud. que según la ley peruana una “copia de fax” no constituye jurídicamente prueba alguna... - Lo cual me parece irrelevante. - ¿Por qué? - ¡Es que nadie hace una rebelión con un “notario al costado"! Mira, Ollanta si bien es cierto tuvo “conocimiento” previo del Andahuaylazo, digamos que fue un “comodín” que en todo caso se subió al tren cuando las cosas eran aún incruentas, hasta que se “palteó" con los muertos en el puente Colonial... - Pero si se animó a remitir un manifiesto por fax, definitivamente tuvo que tener efectiva “participación”, ¿no le parece? - Cierta información. Digamos al igual que con el periódico “Ollanta” en el que se autolimitó al rol de “promotor pasivo y vergonzante". Es decir, algo que calzaba con su acostumbrada ambivalencia. Por lo demás es de incumbencia suya si en su interior se identifica o no con el “Andahuaylazo", en el que -para mí-

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no le corresponde tal honor... Y que su alegato se aferre a algo tan trivial y leguleyo como que “un fax no constituye prueba”, no pasa de lo anecdótico. ¡Caramba, entonces con ese criterio tampoco tuvo participación en Locumba, cuyo manifiesto también fue en fax!; inclusive, con este argumento bribón podríase afirmar que Fujimori jamás renunció... pues también lo hizo por fax. - ¿No cree entonces que su hermano sería una especie de marioneta, o títere, que simplemente se cansó de ser titireteado... por Ud.? - Cada cual debía cumplir su función. El la de mito y yo la de “mitologizador”. El no cumplió; yo sí. Uno era el “generado”, otro el "generador”. Puedo entender, por supuesto, su incomodidad en sentirse “fabricado”, lo cual se le agudizó bajo la influencia de Nadine, que aparte de no comprender nada de la etnicidad ni lo del milenarismo, aunque sí lo que el caviarismo alienado entiende por “violentismo”, aceleró en Ollanta el abandono de lo poco que le quedaba del “espíritu de equipo”...lo cual no fue complicado, pues, como ya lo dije; ¡se “computó”, para sí mismo un “verdadero mito”! Y entonces se rodeó de una sarta de mequetrefes que lo terminaron de transformar en un conejo extraordinario: un conejo que rugía; es decir, que los que le veían sin conocerle le tomaban por un “león”. Pero que ahora, pasada ya la ansiedad electoral, se revela tal cual es: una caricatura más del espectro político. - Pero, entonces Ud. también tendría responsabilidad, pues podría ser visto como un “vendedor de ilusiones”, un “embaucador”... - Insisto; sin perspectiva histórica la política degenera inevitablemente en politiquería de poca monta. Y es que si en términos individuales, domásticos y cotidianos un vendedor de ilusiones es, efectivamente, un embaucador... pues en términos populares e históricos resulta ser un profeta, justamente por vía de la “ilusión colectiva” que hace avanzar a los pueblos. ¿Qué es, sino, el INKARRI? ¿Acaso la denominada “utopía andina” de “embaucadores” como Santos Atahualpa y José Gabriel Condorkanki, no es sino la gran esperanza o proyecto etnonacional del país profundo? Inclusive, aquel eslogan del “Reyno de los Cielos” de aquel gran “embaucador” nacido en Belén, es una ilusión colosal pese a los millares de “mártires embaucados” ante las fieras en el coliseo romano. Te digo, pues, que en todo caso, mi función fue la de profeta y no la de embaucador. - La verdad que si nos ponemos a pensar en la intensidad extraordinaria que tuvo –en términos etnicistas y culturales- la reciente lid electoral en la que el “humalismo” fue el principal protagonista, efectivamente, tuvo su fuerte dosis “milenarista” y por ende “inkarrista” que, así como en un momento se personificó bajo la forma del “buen salvaje” medieval en Toledo, en esta vez lo hizo, en ustedes, bajo la forma “insurgente y resentida”. - Resentir es “sentir dos veces”; ello denota alta sensibilidad, lo que es natural en toda insurgencia etnocultural milenarista y reivindicacionista. En cuanto al Inkarri, este es en realidad una “posta histórica" en tiempo y espacio andino-amazónico, que recae en el personaje o colectivo que mejor interprete, se identifique y conduzca -con el ejemplo de “ojo al guía” que arrastre a la masa- la lucha etnonacionalista de liberación político-cultural en pos de la Nueva República, ya sea por formas de acción convencional (electorales) como no convencional (insurgentes)... ambas -ahora- antigloboneoliberales por antonomasia. Y así como en el siglo XVI, en que “nos insertaron” a Occidente, recayó aquella posta en los inkas de Vilcabamba y en el Taki Onkoy; en el siglo XVII en los “huátucs” (remanentes del clero-cobrizo que aún resistían la “extirpación de idolatrías") y los pintores andinos en la “Escuela Cuzqueña”; en el siglo XVIII con Santos Atahualpa, los Túpac Amaru y Túpac Katari; en el siglo XIX con Pumacahua, las guerrillas cobrizas que apoyaron la emancipación criolla, la Confederación peruano-boliviana del mariscal mestizo Andrés de Santacruz Calahumana y la resistencia de los ejércitos campesinos del “Tayta” Cáceres; en el siglo XX con la corriente indigenista, el mensaje arguediano, el Koyllur Riti y el proyecto trunco velasquista; pues en el presente siglo XXI esa posta la viene recogiendo el etnocacerismo en cuanto versión ejecutiva del etnonacionalismo... Entenderás, por consiguiente, que todo este potencial formidablemente telúrico y ardiente rebasa cualquier “quiebre coyuntural” del elemento que por un instante haya sido erigido en la inmensa cresta, pues hay billones de átomos que cubrirán su lugar, en la inexorable y aplastante marcha de la historia.

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- ¿Pero en ese “relevo etnocacerista", acaso el quiebre de su hermano no les ha hecho perder el “ritmo histórico”? - Posiblemente. Y es que pueden darse -siempre- los respectivos “lapsus”, pero jamás se pierde el rumbo. ¡Toda historia tiene sus heroísmos y felonías!, en consecuencia, el “mito” simplemente recae en otro Mesías de turno, individual o colectivo. - ¿Un Juan Bautista, Ud., traicionado por su Mesías? - Creo que ahí cometí el grave error: un Mesías requiere de una personalidad extraordinaria para su función, también extraordinaria, y mi hermano solo se reveló como un hombre ordinario en una función extraordinaria. Pero, aún con todo este desbarajuste, puedo decir con certeza que se avanzó tremendamente. “Dos pasos adelante, uno atrás”, como dijo Lenin. Simplemente -ahora- toca reemplazar al Sancho Panza enquistado formalmente en la dirección de un proyecto quijotesco, como es el (etno)nacionalismo, por un verdadero Quijote. - ¿Acaso Ud.? Pues, si se observa panorámicamente todo el avatar humalista desde aquella fundación de la “logia”, Locumba, la “evangelización” con la prensa etnocacerista, las marchas “cocaleras-reservistas”, el Andahuaylazo, la llegada de Ollanta, la prisión de Antauro y cientos de reservistas, los libros publicados, etc... pues de veras que Ud. tiene muchos más pergaminos que el resto del Clan familiar. Además su cautiverio de “Piedras Gordas” le agrega una performance de martirologio muy “marketeable” electoralmente. ¿No le parece? - Lo que corresponda, en función a su ejecutoria, liderará la marcha en este trayecto histórico. Reitero: todo esto es un proyecto generacional, colectivo y popular, que siempre tendrá un átomo en la cresta. - Es inobjetable que el “Andahuaylazo” fue un acto de insurgencia popular, sin embargo llama la atención que ninguna agrupación partidaria de izquierda se manifestase públicamente a favor; por supuesto que -recordémoslo- medio país estaba aún bajo los efectos de la celebración del año nuevo, pero ningún dirigente izquierdista, que yo recuerde, se solidarizó con ustedes, ¿cómo explica eso? - Es justo decirlo: el Comité Malpica, en el que destacan Ricardo Letts, Delfina Paredes y otros, sí se solidarizó. También el PST que edita “Bandera Socialista”, pero como excepción a la alienada regla. Y es que así como existe colonialismo de derecha, también lo existe en una izquierda adicta a las fórmulas y pócimas extranjeras... a tal extremo que aquella consigna del “sin calco ni copia” la han degenerado en un ya desgastado cliché. No debe extrañar, por ende, que llegaran a lo inaudito de “solidarizarse” con la “santa puta democracia” malparida con el fujigolpe y la vladiconstitución que el pillo de Toledo mantenía vigente. Definitivamente, parafraseando a Raúl Porras Barrenechea, podríamos referir a la “boba izquierda peruana” cuyos cada vez más aislados dirigentes nos atacaban mientras nosotros enfrentábamos, en la barricadas de Andahuaylas, al Gobierno Criollo-Globoneoliberal... - ¿No sería porque, también, esos izquierdistas son “criollos”? - ¡Por supuesto!, la izquierda almagrista que la derecha pizarrista necesitaba para hacer frente a una insurgencia etnonacionalista, vale decir de la línea de Manko Inka. Y desde este enfoque, verificaremos, por ejemplo, que la posición de Javier Diez Canseco, Susana Villarán u otro caviar como... -¿Carlos Tapia, quizás? - Sí, como éste... eran idénticas a la de Kuczinsky, Ferrero o Lourdes Flores. - Ojo, que, no obstante, también esgrimieron argumentos; recuerde que lo tacharon como “fascista”, “racista”, etc.... - Por eso que reitero el parafraseo de Porras; la “boba izquierda...’’. Y es que esos personajillos -francamente unas bestias- son incapaces de distinguir que, en el fascismo surgido en Italia y Alemania en el interregno de las dos guerras mundiales, los “fascios” fueron organizaciones, si bien es cierto de raigambre popular, al servicio de las burguesías y del gran capital, así como opositores feroces a los sindicatos obreros y campesinos; en cambio, los batallones etnocaceristas son feroces enemigos de las transnacionales y apoyan hasta las últimas consecuencias a los gremios sindicales y agrarios, como por ejemplo a las centrales

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cocaleras. No quiero ahondar más, pues la verdad, resulta perder tiempo el tratar sobre la izquierda criolla, con la cual no nos interesa -a los etnocaceristas- establecer vínculo alguno, pues son tan despreciables como sus primos hermanos de la derecha. - ¿Qué condiciones tendrían que darse para que usted y su hermano se reconcilien políticamente? - Que pase, él, por el ojo de una aguja. - Está claro que la insurgencia que encabezó en Andahuaylas estuvo y está amparada en el artículo 82° de la legítima Constitución Política del Estado, vale decir, la de 1979 (e inclusive concordante con el Artículo 46° de la Constitución “legal” vigente): se enfrentó a un presidente que debió ser destituido por el Congreso, frente a ¡a inmoralidad del caso Zaraí por solo poner un ejemplo, y a un gobierno con gravísimos actos de corrupción; pero aún así, ¿cree que valió la pena después de tanta violencia que se desató? - Acostumbro, antes de emprender una acción de ese tipo, definir si se debe o no se debe hacer. Y en aquella coyuntura de enero del 2005, por supuesto que constituía la insurgencia un deber. Acordémonos, nomás, de lo repulsivo de la politiquería toledista corrompida y traidora hasta la médula: firmas falsas, "seudo constitución”, chilenización, juergas de Punta Sai, la impunidad de los generales comprometidos con Montesinos, bancarrota del agro nativo, etc.... contra lo cual había que insurgir, más aún desde una perspectiva "reservista" en la que se honra el juramento de fidelidad a la bandera -el ceremonial del 7 de junio- en que el soldado se compromete ante la nación y no ante el gobierno de turno (peor aún si está inscrito con firmas falsas), en “defenderla hasta perder la vida”. Entonces, lo reitero porque lo creo muy necesario: dentro de este planteamiento, si el gobierno traiciona a la nación, definitivamente había que cumplir aquel juramento -que tiene más solemnidad que el juramento hipocrático entre los médicos- y eso se hizo en Andahuaylas, tal cual se menciona en el respectivo manifiesto. Más aún cuando aquella juramentación se refuerza con aquella de la “ceremonia de licénciamiento” en la que los reservistas se comprometen, igualmente, ante la bandera, o sea la nación eterna, “a volver a tomar las armas cuando la patria lo requiera”.... ¿y qué es la patria? ¿acaso los ciento veinte mantenidos de ese circo de la plaza Bolívar?, ¿el poder judicial con jueces que se sobornan hasta por un cuarto de pollo?, ¿acaso Toledo, García o el japonés Fujimori? ¡la patria es todo el pueblo y el territorio! Entonces, desde esa perspectiva era un imperativo categórico rebelarse. Ahora, que si valió la pena independientemente o no, eso es secundario. ¡Sin embargo, también lo valió! Haber colocado a un fulano, independientemente de su calidad, ganando la primera vuelta presidencial y a la vez entronizando cuarenta y cinco felipillos (de la traición) en el recinto parlamentario, nos ha demostrado -a los etnocaceristas- nuestro formidable potencial, cuando hace apenas seis años nadie creía en nosotros. Y si algunos piensan que por estar actualmente encarcelados un par de centenares de reservistas, “no valió la pena”, les digo que están errados. Esto es pasajero y a fin de cuentas hasta remunerativo políticamente. Estoy convencido que seremos poder más temprano que tarde. - ¿Valdría decir, entonces, que usted no se siente responsable por los policías muertos, ni por sus partidarios caídos en dicho levantamiento? - Salvando las distancias, según la “Doctrina Túpac Amaru” en toda insurgencia no hay más que dos responsables, o -si se quiere- “culpables”: El que oprime y el que libera. En Andahuaylas hubieron 6 muertos y 48 heridos de bala entre civiles, reservistas y policías; habiendo yo comandado la fuerza insurgente y el vladigeneral Murazzo la fuerza represora. Técnicamente seríamos, pues, ambos los culpables... según José Gabriel Condorcanqui. Mire, yo lamento en el alma la muerte de todos los compatriotas, ya sean policías y reservistas, y no quiero entrar al detalle penal del “Centinela” en cuanto elemento militar infiltrado, sino que estos episodios a menudo son costos sociales inevitables. Créame que nosotros nos esforzamos en el “fair play” (la comandancia policial fue capturada sin un solo tiro y sin una sola baja; todas estas se dan en combates de los días siguientes cuando somos ATACADOS en nuestras barricadas, no quedándonos más opción que DEFENDERNOS). Lo más lamentable, para mí, es que desde 1532 el globocolonialismo sigue aplicándonos el “indios contra indios” que en este siglo se ha modernizado con el “cholos contra cholos”. Francamente me asombraría que algún familiar de esos desdichados policías caídos en el puente de Andahuaylas puedan sentir íntimamente orgullo que sus parientes “hayan muerto por Alejandro Toledo”, el cual se encontraba coqueado y borracho en Punta Sal; o que se crean el cuento que son “héroes de la (vladi)democracia”. Entonces, ante este preámbulo, que a mí se me pregunte sobre si me siento “culpable" me parece algo kafkiano.

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- Decía en la respuesta tras-anterior, que serán poder más temprano que tarde. Y si es así, ¿por qué medio lo serían en definitiva; con otra insurgencia (pero esta vez con éxito), por una guerra civil o por la vía de elecciones? - En momentos en que respondo a tus preguntas, se viene efectuando el Congreso Fundacional del Partido Etnocacerista en el Qosqo. Lo cual indica que a las dos funciones que hasta ahora tuvo el etnocacerismo (concientizar al pueblo y capturar cuarteles) le extendemos una tercera: ganar elecciones. Claro está, que, si se nos deniega la inscripción, por razonamiento puro no quedaría más opción que el monte. Ahora, si se nos admite la inscripción y por consiguiente quedáramos expeditos para competir el 2011, ahí sí estoy completamente seguro que el ingreso a la 2da. Vuelta lo tenemos asegurado, y por supuesto que no admitiríamos la mínima posibilidad del fraude, que, de efectuarse, obligaría al Partido a responder con sus batallones reservistas. - ¿Sus compañeros que participaron en el Andahuaylazo, lo siguen respaldando?, entiendo que están distribuidos por diferentes centros carcelarios, ¿mantiene algún tipo de comunicación con ellos? - Los presos políticos etnocaceristas estamos instalados en las prisiones de Cañete, Cachiche (lea), Chorrillos, Castro Castro y Piedras Gordas. El respaldo y convicción se mantienen inalterables. Ellos son conscientes que estos son los costos de forjar la historia y mantienen –en su mayor parte- inalterables pese al inevitable sufrimiento de las familias, la moral revolucionaria en alto, por supuesto, con uno que otro “arrepentido" o colaborador eficaz (“códigos”) que, por ahí, siempre se arrastra en todo movimiento revolucionario. Sin embargo, respecto al grueso, estoy convencido que cada uno de ellos está llamado a ejercer en sus provincias de origen el respectivo liderazgo regional. Saldrán de entre ellos gran cantidad de alcaldes, presidentes regionales y hasta congresistas “de nuevo tipo”. En cuanto a la comunicación, esta se hace por el clásico “carteo”, pues los medios de telefonía celular están por lo general vedados, y en mi caso particular, en que el INPE me ha restringido las visitas de amigos y correligionarios (solo me pueden visitar mis hijos, esposa, padres y hermanos), hemos tenido que desarrollar harto ingenio para suplir este aislamiento, como usted ahora mismo lo puede comprobar. No obstante, el periódico etnocacerista lo sigo redactando desde esta celda, el cual constituye mi primer medio de comunicación con el exterior, así como con nuestra militancia. Hemos, pues, soportado con éxito los tiempos más duros (felonía de Ollanta, satanización de los medios “privados” de comunicación, aislamiento carcelario, muertos y heridos del Andahuaylazo, muertos en la prisión, “RQ” de la militancia, acoso de la SUNAT al periódico, etc.) de un martirologio que en el fondo resulta “necesario” para que todo movimiento realmente revolucionario forje su personalidad histórica.

VII PARTIDOCRACIA,

INSEGURIDAD CIUDADANA Y TERRORISMO.

- Entiendo que el Partido Etnocacerista aún no está inscrito en la ONPE... - La inscripción, por supuesto importantísima, en el fondo constituye un formalismo burocrático, que -claro está- cumpliremos. Pero Independientemente a este trámite, el partido es real y no “virtual”. A decir verdad, solamente existen -en el verdadero sentido de la palabra- tres partidos políticos en el país: el APRA, Sendero Luminoso y el Etnocacerista. Todos cuentan con ideología, martirologio histórico y militancia cuajada. El aprismo es lo más elaborado del criollismo; Sendero -a su vez- lo más consecuente de la prédica y praxis clasista (el importado marxismo-leninismo-maoísmo); y en cuanto al etnocacerismo, este constituye la vanguardia del etnonacionalismo. Referente a sus respectivos ciclos de vida, el APRA ya no puede estar más putrefacto y García es su sepultero regio; a su vez el clasismo en la medida que se aplique como catecismo (vale decir “alérgico” a la etnia y a la raza) en este hemisferio “de color” subdesarrollado, seguirá colapsado y agónico; por su parte, el etnocacerismo reivindicador de la población originaria tiene vigencia para cien años; por lo menos el siglo XXI comienza a ser suyo.

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- Suponiendo que, efectivamente, esta descripción sea válida, ¿entonces qué cosa serían las ocho o diez agrupaciones políticas registradas en la ONPE, sobrevivientes a la “valla electoral del 4%”? ¿Acaso no son partidos políticos? - Una placa no equivale al carro. Esas agrupaciones -salvo el APRA- hayan superado o no la valla del 4%, en verdad sólo tienen una resolución con el sello de la ONPE, pero no un aparato militante. Están inscritos en el papel. Nada más. Le cuento un anécdota que me sucedió a mediados del 2004: Me llama por teléfono Luis Alberto Sánchez - hijo, para invitarme un café en el Haití; lo que acepté, más que todo por interés de conocer al vástago del legendario intelectual y líder político. Bueno, luego de charlar por casi una hora, llegamos al grano. Me planteaba que fuera su candidato presidencial para el 2006. Al requerirle -obviamente sorprendido- por cual agrupación política, me preciso: “Resurgimiento Peruano”. Más sorprendido aún, insistí: “Pero dígame, yo jamás he escuchado de tal partido, ¿acaso tienen militancia, locales, un medio periodístico, un liderazgo visible...?”, a lo que me cortó muy cortésmente: “absolutamente nada de eso, mayor; pero ya estamos inscritos. Tengo la resolución oleada y sacramentada”. Es decir, estaban ya en el partidor, por supuesto, con su placa nada más, y a mi me solicitaban (me enteré que también le plantearon lo mismo a Jaime Salinas) como “locomotora” de plancha presidencial para arrastrar los 120 vagoncitos de las candidaturas congresales. Había sido una inversión, pues habían gastado ya, Luis Alberto, un tal “Asto” y un par más de “socios”, cerca de doscientos mil dólares en contratar una Service que les recolectara firmas “a SI. 20.00 el planillón”; a su vez, todos sus “comités” eran de papel, y así por el estilo. Vendiendo a un promedio de cinco mil dólares cada puesto en la lista parlamentaria, recuperaban su inversión y generaban una “rentabilidad neta” de aproximadamente doscientos mil dólares. Negocio redondo. Por supuesto, a mi me ofrecían unos cinco cupos entre los quince primeros de la lista para que me ganara alguito también. He ahí, en términos generales, el “metabolismo” de la partidocracia criolla en general, propio de bandas empresariales con exclusivo fin de lucro. - ¿Incluido el partido nacionalista? - Claro. - Pero, por ejemplo, Unidad Nacional o el PPC, inclusive AP, que tienen raigambre en el clima político, ¿también cree que estén inmersos en este “metabolismo”? - ¡Por supuesto! En todos se paga cupo. Es algo tradicional desde la fundación del partido civilista en el siglo XIX, por lo menos. - Yo conozco de un candidato presidencial de uno de estos partidos, que en 1995 lo colocaron como tal, solo por ser muy adinerado... - Para que veas. - ¿Y acaso la ley de partidos, no prevé estos casos? Por lo menos, reconocerá Ud. que la valla del 4% arruinó a muchos de esos “empresarios”. - La ley de partidos, si la revisas detalladamente, pareciera que la legislaron personas que jamás hubieran forjado genuinamente una organización política, vale decir de abajo hacia arriba, previa irradiación ideológica y -por las características de nuestro país- de manera descentralizada y con harto componente provinciano, o sea de ámbito nacional y no “limeño intoxidentalizado”, del tipo neo-colonial del “Palais Concert” descrito por Valdelomar. - ¿Y el partido etnocacerista que viene “forjando su inscripción” en la vía electoral, no contradice así su carácter rebelde? - A diferencia del APRA que solo opta por la vía convencional (elecciones) para acceder al poder, así como de Sendero Luminoso que exclusiviza la vía no convencional (lucha armada), el etnocacerismo combina ambas formas de acción. Si hay que capturar cuarteles, minas o comisarías -como lo hicimos en el 2000 y el 2005- pues lo hacemos. Y si hay que competir en elecciones, también lo hacemos: le jugaremos en su cancha al criollismo, con su pelota, con su árbitro Chechelef, con sus reglas... ¡y pensamos golearles!

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- De manera que su lucha política continúa desde su celda, ¿piensa también continuarla ni bien salga de ella? - Desde prisión, he seguido direccionando la prensa etnonacionalista sin claudicar un ápice en la línea ideológica. Asimismo, he publicado un par de libros: “Yo estuve ahí y me siento orgulloso" (sobre el Andahuaylazo) y “Etnonacionalismo, Izquierda y Globalidad”. Además, el Etnocacerismo, que no participó en ninguno de los procesos electorales, acaba de realizar un Plenario en el cual se ha decidido inscribirlo ante la ONPE. Las escuelas etnocaceristas se siguen expandiendo y, en fin, luego de la persecución y los permanentes ataques de la prensa y TV criollas, el Movimiento ha logrado sobrevivir y fortalecerse. Ahora el objetivo es rescatar aquel caudal electoral con miras al 2010 y 2011, de lo cual soy optimista. Fíjese en el caso reciente del reservista Carlos Quispe, primer liberado del “caso Andahuaylas”, quien fue recibido en su natal Chalhuanca como “héroe”, apoteósicamente. Ese hombre será sin duda el próximo alcalde. Con esto le quiero enfatizar que cada uno de los 161 prisioneros etnocaceristas es un potencial alcalde, presidente regional o congresista. Y si a eso le agregamos que el promedio de edad de esa militancia, tanto la cautiva como la que está libre, no pasa de los 25 años, pues de veras que se sustenta mi optimismo. - ¿Cómo, en estos momentos solventa los gastos de su familia? - El periódico “Antauro", que es el medio de prensa oficial del Partido Etnocacerista, jamás cesó de salir, inclusive desde “Piedras Gordas”, por supuesto haciendo malabares para escribirlo acá, ya sea manuscrito o en máquina de escribir, y sorteando a menudo la censura del INPE. De eso, desde que lo fundé en enero del 2002, se sustenta básicamente mi familia con el, siempre vital, auxilio de mis padres. - A propósito de esa máquina de escribir sobre la mesa de cemento (el diálogo se realiza en la celda del My. Antauro -N. del A.), con la que supongo redacta sus artículos periodísticos y demás escritos, ¿es cierto -tal como me han comentado varios empleados del INPE- que fue un “obsequio a la causa” del prontuariado secuestrador “Cholo Jacinto”? - Sí, y me es de suma utilidad, de lo cual estoy agradecido. - Vaya, vaya... definitivamente que tiene “interesantes” relaciones públicas. - Estoy en Piedras Gordas, en donde indebidamente me ha internado el Estado Criollo... - ¿Indebidamente, dice? - Esta prisión de “máxima seguridad" y de régimen cerrado especial, según las propias normas penitenciarias corresponde para reos sentenciados y/o procesados reincidentes (con varios ingresos a la cárcel), pero no para reos procesados primarios (o sea acusados, sobre los que aún pesa la presunción de inocencia), tal como es el caso de los 161 reservistas y el mío propio. - Es obvio que, en todo caso, esto se debe a la trascendencia política de su caso. - No me quejo, simplemente observo cómo el llamado Estado Criollo no cumple sus propias normas y reglamentaciones. - Pero, dígame ¿qué impresión le ha causado el “Cholo Jacinto”? - Dentro de la prisión es uno de los pocos que tiene su biblioteca, en donde se puede hallar el “Plan Inka" de Velasco (de autoría de Augusto Zlmermmann -N. del A.), una que otra novela de Ciro Alegría y hasta el “Arte de la Guerra” de Sun Tzu. Y es un buen ajedrecista... - ¡Caramba! Un secuestrador aficionado a la lectura, que lamentablemente emplea para mal. - Bueno, si de “secuestradores” hablamos, empecemos por el fundador de la “peruanidad”: el analfabeto Francisco Pizarra, que luego de cobrar rescate asesinó a la víctima; es decir, un tipo más feroz que los retacos, Injertos y destructores del Perú del siglo XXI. - Evitemos ingresar a los laberintos de la historia, en donde Ud. es ducho; centrémonos en la delincuencia común, cuya, digamos, “flor y nata” comparte las instalaciones de esta prisión con Ud., por supuesto haciendo la salvedad que su pabellón es entre los diez con que cuenta Piedras Gordas- el único asignado a

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los políticos y extranjeros, así como a uno que otro “capo” como Fernando Zevallos... dígame: ¿cómo enfoca la situación penitenciaria y el problema de la inseguridad ciudadana tan crítico en nuestro país? - Una sociedad en donde la población penitenciaria crece a un ritmo de 10% anual, cuando el crecimiento demográfico del país es de 2%, evidencia que está enferma. ¡Y es que en este corral de patio trasero se construyen más prisiones que hospitales o universidades! Por su puesto que todo es una consecuencia, y no una causa, de un sistema económico propio del globocolonialismo. - Es pertinente hacer hincapié que el “desborde” de la criminalidad se inicia, acá, con la imposición del neoliberalismo... -A eso iba. Efectivamente, si observas las curvas estadísticas del INPE, hallarás que desde la década de los 90's, es decir con la imposición del libre saqueo transnacional amparado en la vladiconstitución, la explosión demográfica penitenciaria se constituye en una constante, comenzando a (in)surgir el (neo)bandolerismo de tipos como mi compañero Jacinto Bellido Aucayari (“Cholo Jacinto” -N. del A.). Entonces, si somos acuciosos y agudos, podríamos concluir que el principal responsable de la inseguridad ciudadana no es uno que otro asaltante o secuestrador de renombre alojado en Piedras Gordas o Castro Castro, sino la sarta de ministros de economía y finanzas, vale decir, esos Kuczinskys, Silva Ruete y compañía. - ¿No cree que exagera? - En lo absoluto, porque en aquel libre saqueo transnacional que dictaminan estos “agentes” de los organismos financieros internacionales, lo que se ha venido generando en preferencia -más allá de las estadísticas del “crecimiento económico” que nos mete gato por liebre al hacer pasar lo extranjero como lo “nacional”- es subempleo y desempleo... que vienen a ser la forma laboral del ocio. Y así como el ocio es la madre de todos los vicios, pues el desempleo es el padre de todos los delitos. Corolario: ¡inseguridad ciudadana y desborde penitenciario! Y encima los mamíferos congresales se empecinan en elevar aún más las penas, o sea que enfocan el problema con visión de carceleros y no con la que corresponde a un legislador político, que como tal deberia empezar por hacerse la siguiente pregunta de contenido social: ¿Cómo, sin delinquir, una persona puede sobrevivir con el “cachaciento” sueldo mínimo VITAL de quinientos soles? Algo complicado de responder cuando, si además de ser un “legislador” inculto, se está siempre con la barriga llena y la billetera rebosante. - Entiendo muy claramente lo “absurdamente cachaciento” del sueldo mínimo adjetivizado como “vital”... sin embargo ¿acaso eso justifica la delincuencia? - Por lo menos la explica, es decir le da una lógica, propia de un sistema corrupto y corruptor en si mismo. Es como si yo te dijera: “toma diez soles para que en este día desayunes, almuerces, te transportes, alojes y arropes a tu familia y a ti mismo”; lo cual NECESARIAMENTE implica que te involucres en sortear la legalidad, vale decir que por sobrevivencia evadas la SUNAT, adquieras productos piratas, te pases la luz roja (en tu afán de “ahorrar” combustible) y “cierres" al vecino con los veinte chivilines que te prestó. ¿Y es que cómo no puede haber corrupción, o sea delincuencia, en una sociedad en donde el sueldo mínimo es un imperativo hacia la informalidad y por ende hacia la ilegalidad? Es por esto que, en el actual “mundo al revés” huamanpomesco, la acción de delinquir tiene una base de legitimidad. - ¿Trata de decirme que la delincuencia en el Perú es “legítima”? - En cierta manera sí: una humilde señora que se birla un par de tarros de leche del club de madres, para alimentar a sus hijos ante la crisis económica impuesta por el FMI y el BM, no está demostrando ser una delincuente sino una buena madre... Igualmente un técnico del INPE, mal pagado con 700 soles al mes, al “manguear" un par de soles a un interno, no está demostrando “corrupción”, sino que es un buen padre que se preocupa... ¡porque esa “cutrita” en realidad es una “compensación” informal! El empleado público compensa su magro jornal, el Estado inepto es “subvencionado" por el interno, y éste ve aliviada -con el “favor” obtenido- la presión carcelaria del establishment neocolonial. Es decir, todos salimos “compensados”.

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- Por supuesto, pero no se puede decir lo mismo de los “injertos”, los “destructores” o del “Cholo Jacinto”, ¿no lo cree así? -Y mucho menos se puede “legitimar” el proceder de los pillos de saco y corbata del Ministerio de Economía y Finanzas, que en verdad no pasa de ser una mesa de partes del FMI, ni tampoco de los mamíferos que juramentan “por Dios y por la plata”. ¿Quién resulta más censurable, el ex banquero Picasso que hizo quebrar un banco tirándose decenas de millones de dólares que el erario público tuvo que reponer o Jacinto Bellido, quien por lo menos se juega el pellejo en uno que otro atraco cuyo botín no pasa de ser una “lágrima” de lo que libremente saquean las transnacionales y banqueros verdaderamente mafiosos? Al respecto, hay una frase que se le atribuye a Marx: “no asaltes un banco, funda uno”. Mira, lo que quiero enfatizar es que la inseguridad ciudadana es en suprema instancia un problema que corresponde a la agenda del MEF antes que a la del Ministerio del Interior en sus subdependencias policiales (DIRANDRO, DIRINCRI, DIROVE, etc.); sin embargo el Esta-do opta por ser cada día más draconiano en la legislación penal, creyendo estúpidamente que con más cárceles acabará con el delito, es decir, algo así como asumir que con más hospitales se terminará con la enfermedad. Entonces –en esta concepción estúpida-vemos, por ejemplo, a un alcalde limeño, creo que el gordo Andrade, contratando entre bombos y platillos (amén de la millonada “coimisión”) al llamado “superpolicía de Nueva York”, un tal Bratton, para que evaluara la situación de (in)seguridad ciudadana en Lima metropolitana, cuya recomendación, consistente en incrementar las cárceles, las detenciones y meter medio millón de cholos tras las rejas, es lo que en buena cuenta se ha convertido en consigna de nuestros “expertos”. Total, los delincuentes tienen cara de cholos y los cholos tienen cara de delincuentes. Y no pasa nada: son los perdedores del proceso de selección natural y cultural de la especie: “el ex-cedente poblacional nocivo”, tal como en su momento lo denominó aquel “Plan Verde” (de fines de los 80’s) del sector más reaccionario del Alto Mando de las FFAA, que apoyaba resueltamente la imposición del neoliberalismo, ya sea con el FREDEMO de Vargas Llosa o con la yuca de Fujimori. - Entenderá Ud. que el delito común persistirá siempre bajo todo régimen político. Las prisiones son parte del aparato de todo estado. En el Qosqo prehispánico quedaban en lo que es ahora Colcampata, en Cuba las hay y obviamente el Perú no puede ser la excepción, ¿o acaso cree Ud. que en un hipotético gobierno etnocacerista no habrían delincuentes? - Todo organismo expulsa sus excrecencias, sea etnonacionalista, socialista o capitalista. Lo que enfatizo es que cuando ese organismo es más excrecencia que organismo, pues evidentemente ya caducó y urge ser relevado por una nueva república propia de un reordenamiento social que genere la mínima exclusión laboral y por ende disuelva aquella carga de criminalidad. ¡El delito no es una patología! - ¿Sino, qué puede ser? - En un ambiente de alienación, subdesarrollo, desempleo y escasez, simplemente una “necesidad vital” que inexorablemente colisiona con la ley del tirano. Surge entonces un “corto circuito” entre legalidad y legitimidad. Y no puede ser de otro modo en el absurdo modus operandi de una sociedad en donde la esclavitud saldría más a cuenta -para el trabajador- que el sueldo mínimo “vital". - Sinceramente, me choca esta comparación... - El esclavista -ya sea “malo” como el amo del tío Tom, o “bueno” como el amo de Esopo- debía cubrir la manutención mínima del esclavo: alimentación, vestuario, techo, etc., a veces incluyendo al de la respectiva familia esclava. Pues bien, si eso se cuantificara al presente siglo XXI, con toda certeza que duplicaría por lo menos el sueldo mínimo normado por el Ministerio de Trabajo en función a lo que estima conveniente el Kuczinsky de turno en este corral. Por eso sostengo que, de no haber una revolución social o un Pachacuti, el Sindicato de Shougang (Marcona -N. del A.) debiera gestionar que se derriben las estatuas de Ramón Castilla y que Alan García emita un D.S. reinstaurando la esclavitud de todas las sangres “de color" no blanco, en pro de la modernidad criolla. - Es Ud. “recontra jodido” en sus argumentos, mayor... -Así de “jodidazo" es este mundo al revés diagnosticado hace cinco siglos por un tal Felipe Huamán Poma de Ayala, en donde la ley, no el legislado, es lo delincuencial.

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- Bueno, ya que tenemos el tema de la ley, ¿dígame quién es su abogado actualmente?, porque hemos visto que han salido varios en distintos momentos patrocinándolo. - El Dr. Edmundo Inga Garay es mi defensor jurídico. Sin embargo, por la naturaleza eminentemente política del “Andahuaylazo", es que esa defensa también abarca el aspecto constitucional, en donde, además del Dr. Inga, también me asesoro con especialistas como Javier Valle- Riestra y Fernán Altuve. - Unos “pesos pesados”, todos. - No solo en el campo del derecho. Valle-Riestra es además el mejor constitucionalista del país, y en cuanto a Fernán, es el teórico de la “océano-política” y quien más contundente y soberanamente esgrime la posición peruana frente a Chile; es decir, se trata de un elemento indispensable en cualquier gabinete genuinamente patriota, independientemente de su calidad como abogado. Y el Dr. Inga no es solo abogado, sino también sociólogo y uno de los pioneros del etnonacionalismo político en el país. Por supuesto, mis padres –también abogados- tienen la respectiva injerencia en el proceso. - Dígame, ¿quiénes son sus actuales compañeros de presidio, habida cuenta que no se le permite estar junto a sus reservistas? - Durante mis primeros dos años de cautiverio estuve conviviendo con tres testigos claves, o “códigos”, del caso Zevallos. Ya a partir del tercer año, el INPE decidió reubicarme en un pabellón en el que conviven presos políticos y narcotraficantes, ya sean “cabecillas” peruanos o extranjeros. Es decir, que en este pabellón se da una especie de “globalidad carcelaria” de mutuo respeto. - He podido notar (la conversación se da en el patio del pabellón N°. 7 de “Piedras Gordas”) la presencia de verdaderos personajes, acá... - Sí, claro. Tengo como compañeros, entre los senderistas, a Osmán Morote, Edmundo Cox y Carlitos Incháustegui... También están Fernando Zevallos, mexicanos, colombianos, ecuatorianos e israelitas por TID. - Qué curioso; comparte temporalmente su vida con personajes, con los cuales, de seguro, jamás se hubiera relacionado estando en libertad, ¿no le parece? - La cárcel es también “pedagógica". Tomo esta experiencia, incluyendo la oportunidad de alternar con estas personas, como algo sumamente enriquecedor. Me da una visión política distinta e invalorable. - ¿Qué opinión le merecen los senderistas, a quienes antes combatió y que ahora resultan ser sus “compañeros” de presidio? - Ellos entienden perfectamente las circunstancias de aquella guerra interna. Saben que mi conducta fue la del adversario leal que les combatió como soldado y no como sicario. En ese aspecto, hay plena y mutua consideración. Además son gente decente y hasta de vena artística, como es el caso de mi amigo Incháustegui. - Entiendo que Carlos Incháustegui, quien cayó con Abimael Guzmán en la llamada “captura del siglo”, es arquitecto... - Y egresado de la Ricardo Palma; pero sobre todo es un artista de calidad. Su celda la ha convertido en toda una galería que deja pasmados no solamente a los internos, sino también a los “externos”: ya sean visitantes o los mismos técnicos de! INPE. Como anécdota, te comento que en las “raquetas” (registros de celdas efectuada por la autoridad carcelaria -N. del A.) los registradores solo atinan a admirar sus cuadros, esculturas y artesanías. - ¿Es cierto -tal como comentan dentro del penal las mismas autoridades- que ese óleo del mariscal Cáceres, que se exhibe en el pasadizo central de este penal, lo pintó Incháustegui influenciado por los etnocaceristas? - El cuadro es de Carlos, respecto a lo de la “influencia”, me gustaría que así fuese, sin embargo te digo que, en general, Sendero siempre valoró el legado bélico “de guerra popular campesina” de la Campaña de La Breña. Yo, como bromeando le he dicho a Carlos que "algún día pintaré a Mao”. - ¿Y qué puede decir de Morote y Cox?

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- Son personajes correctos, estudiosos y que mantienen la dignidad del preso político, pese a la extensa penitenciaría que vienen atravesando. Podrán estar vencidos... pero definitivamente no rendidos, gracias al ideal que mantienen. - Son “terroristas”, por lo menos para un gran sector de la opinión pública... - Bueno, a mi hasta ahora no me han “aterrorizado”. Creo, más bien, que Sendero se preocupó muy poco en contrarrestar el bombardeo de “clichés” que le impusieron incesantemente los medios de (des)información masivos, que son los mismos que ahora vomitan todas las estupideces de Bush: “Eje del mal”, “estados forajidos”, “liberación de Irak”, etc. Me parece que hubo de parte de ellos (SL), una vez clausurado su “Diario”, creo que en 1988, un walk over respecto a la campaña psicosocial, pues erróneamente consideraron que “no había mejor propaganda que la acción armada”, corroborando así la calumnia del Establishment. Y es que no repararon que “psicosocial” no es lo mismo que “propaganda”. - ¿Acaso está insinuando que Sendero Luminoso no fue “terrorista”, pese a Tarata, Lucanamarca, las masacres ashaninkas en el Ene, etc? - Los vencedores escriben la historia; te aseguro que si se hubiera impuesto, vía la lucha armada (tal cual se impuso en Ayacucho y Junín la República Criolla), la llamada “República Popular de Nueva Democracia”, las cárceles estarían repletas de “terroristas uniformados” y cómplices civiles de “saco y corbata” que cometieron decenas de Accomarcas, Cantutas, Barrios Altos, Frontones, etc. Hagamos un poquitín de historia: ¿Simón Bolívar, en su “guerra a muerte”, acaso no mandó asesinar a sangre fría a toda la guarnición realista rendida en Puerto Cabello? ¿Y las bombas norteamericanas sobre Hiroshima y Nagasaki? Lo que pasa es que existe una “tensión semántica” cuando en la sociología criolla (globo- colonizada hasta el tuétano) se toca el tema de Sendero; pues se llega a un momento de la discusión -como este- en que tácitamente se debe deducir que “son terroristas” más que todo para ponerse a tono con la “moda” de clichés importados que por razonamiento soberano. - Pareciera que usted simpatizara de veras con los senderistas... - Simplemente exijo equidad de criterio. Por supuesto, no niego en lo absoluto la naturaleza de los casos efectivamente terroristas como Tarata, Lucanamarca... ¡pero son “específicos”! O sea, que así como se habla de los “excesos aislados de parte de la fuerzas del orden” como en Accomarca, La Cantuta, Cayara o Barrios Altos, pues también enfoquemos de esa manera los respectivos “excesos aislados de parte de las fuerzas del desorden”. Y te lo digo, quizás, hasta con cierta autoridad moral: luché contra ellos durante cuatro años en las zonas de emergencia, mis mejores amigos murieron en sus emboscadas, un primo hermano inclusive, tengo un “cariñoso balazo” en la pierna y les he infligido decenas de bajas en combate... No debemos, pues, confundir la guerra con su propaganda. - Bueno, le hago el siguiente comentario: el Derecho Internacional Humanitario (DIH), sostiene que la mayor parte de los actos cometidos en tiempo de guerra serían comúnmente considerados “terroristas”, si fuesen perpetrados en tiempos de paz. Asimismo, en el cuarto convenio de Ginebra de 1949 (Art.33), se estipula que están prohibidos los “castigos colectivos”, así como toda medida de intimidación o de “terrorismo”, y en el protocolo adicional II de 1977, se prohíben los “actos terroristas” contra personas que no participan directamente en las hostilidades o que hayan dejado de participar en ellas. El principal objetivo es subrayar que la población civil no puede ser objeto de castigos colectivos o aterrorizantes. Es un principio básico pues, del DIH, que las partes que participan en un conflicto armado deban distinguir, en toda circunstancia, entre civiles y combatientes y entre bienes de carácter civil y objetivos militares. Sucede que Sendero Luminoso ha VIOLADO TODAS ESTAS GARANTIAS, por eso está catalogado por la Unión Europea y las Naciones Unidas como una organización criminal- terrorista, ¿Ahora, qué me va decir? - Que el Departamento de Estado Norteamericano, que corre con el 80% del presupuesto de la ONU, ha efectuado una buena inversión. Si la OEA ha sido caracterizada como el “Ministerio de las colonias de Washington”, pues -desde el colapso de la URSS- la ONU ha jugado un rol, sino “alcahueteador” de la prepotencia reaganista o bushoniana, por lo menos sí ominosamente cómplice, particularmente en el caso de Irak. Por si acaso, es también “esa” ONU la que ha condenado como “tóxica" a la hoja de coca. En cuanto a lo de terrorismo, ¿sabes quién presidía la ONU cuando se “membretea” de esa manera a Sendero? El buen Pérez de Cuéllar, pusilánime a más no poder ante la mínima presión de la Casa Blanca. Y

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con esto no quiero exonerar a Sendero Luminoso de los excesos cometidos que, seguramente, encajan en el concepto "oficial” de terrorismo... simplemente enfatizo que si midiéramos con igual criterio los excesos de las fuerzas estatales, debiéramos aplicarles el mismo “sambenito”. Téngase en cuenta que, en verdad, el terrorismo no es una “doctrina” ni tampoco un “cliché”; es una técnica de guerra política tan antiquísima como el Viejo Testamento, por lo menos desde el asesinato masivo de los primogénitos de Egipto por comandos de aniquilamiento hebreos, o también tenemos la Destrucción de las Indias, la Santa Inquisición, los genocidios nucleares “made in USA” en Hiroshima y Nagasaki, etc. Y pues, se ha empleado en todas o casi todas las guerras, en mayor o menor intensidad, independientemente a la cucufatería hipocritona de quienes detentan el poder imperial. Por si acaso, acá, el más grande terrorista que ha pisado nuestras tierras, un tal Francisco Pizarro, hasta tiene su monumento. - Es respetable su posición, sin embargo las cifras no dejan de ser contundentes: 69 mil bajas según la Comisión de la Verdad y Reconciliación, de las cuales casi el 55% corresponden al accionar senderista; incluyendo a cientos de autoridades asesinadas... - Mira, si entramos al campo de la estadística, pues llamemos mejor a Farid Matuk para que nos hable sobre la metodología porcentual usada, que según me informé (cuando direccionaba mi periódico, en libertad), era la misma que se hace para calcular los cardúmenes de anchoveta. ¿Qué si hubieron millares de víctimas? eso es innegable, lo cual precisamente demuestra la esencia política del fenómeno: guerra civil. ¡Carajo, duró veinte años, e inclusive -ya en su tercera década- con remanentes en el Ene, Huallaga y Vizcatán!, sin embargo la clase política se empecina en criminalizar este drama social como si fuera autoría de millares de “Al Capones” que por generación espontánea aparecieron en el “Edén Globoneoliberal” llamado Perú. - De todas formas no deja de ser un fenómeno que enfrenta a la sociedad... - Justamente por eso la necesidad histórica de una amnistía política; única manera de lograr la genuina “reconciliación”, por supuesto, exclusiva para quienes lucharon -desde ambos bandos- como combatientes y no como sicarios. - O sea, excluyendo, efectivamente, a los terroristas ¿no es así? - ¡Pero PARTICULARIZANDO y no generalizando, en ambos bandos! - ¿Bueno, y entonces qué hacer con Abimael? -Aplicar la equidad. El fue la cabeza de la parte subversiva, así como Belaunde, García y Fujimori lo fueron en la parte contrasubversiva. Y, por supuesto, hubieron excesos terroristas en el uno, pero también lo hubieron en el otro. ¿O acaso no existe la expresión “terrorismo de Estado”? Si en esa lógica Abimael es efectivamente terrorista, pues también resultarían serlo FBT en cuyo período se dio la matanza de Accomarca por el subteniente Telmo Hurtado; García con su Cayara y las matanzas de los penales; y Fujimori con sus Barrios Altos y Cantutas. Es decir, tal es la tensión social que involucra esta situación, que el razonamiento puro solo admite dos posibilidades: o todos con traje a rayas o todos amnistiados en pro de la conciliación social, como terapia ante un trauma de raíces sociales e históricas. - Algo difícil de “captar” con un gobierno tan hipotecado a Washington: nada menos que una amnistía general que incluya a Abimael. - Mira; si hasta el feroz Areche otorgó una amnistía a los “terroristas tupacamaristas” en 1781. Efectivamente, así, textualmente, como “terro- ristas”, se lee en la sentencia aplicada por Areche, quien además les aplica el sobrenombre de “monstruos de la humanidad”. Por supuesto, al final el Virrey tampoco acató la propia amnistía decretada y termina asesinando a lo que quedaba de los clanes Túpac Amaru y Túpac Katari. Pero lo concreto es que aquel ultra feroz establishment aceptó, en un momento, aunque sea en “teoría”, la amnistía. Entonces, puedo colegir que en este siglo XXI de la globalidad y la “transición democrática”, Areche resultaría ser más “progresista y tolerante” que García y compañía.

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VIII EL ETNOCACERISMO

- ¿Mayor, con todo respeto, concretamente qué es lo que propugna el etnocacerismo como ideología?

- Reivindicar a las etnias de estirpe cobriza, en específico ai conglomerado poblacional de ascendencia

kechuaymara, tornándolas hegemónicas en el campo político-cultural, o sea “director” del país. Lo cual

implica concretar bajo pautas étnicas la edificación de una “II República” cuyo Estado en vez de representar

al país superficial o "postizo”, represente al país genuino o profundo... del que derivan todas aquellas

consignas políticas emanadas de la prensa “Antauro” por seis años consecutivos: “Renacionalizar todo lo

extranjerizado, empezando por todo lo chilenizado”; “Peruano: ¡Haz patria, siembra y consume más coca!’’;

“Pena de muerte por traición a la patria incluyendo, como extensión de esta figura, los casos de alta

corrupción”; “¡El libre mercado se subordina a la Nación y jamás la Nación se subordinará al libre mercado!”;

“No podrá haber en el Perú un extranjero con trabajo, en tanto exista un solo peruano desempleado”, e tc.

- Pero por esos enunciados, el etnocacerismo no va a tener la categoría de “edificio ideológico”, ¿no le

parece?

- Son objetivos políticos. En cuanto a lo ideológico, el etnocacerismo se enmarca dentro de una categoría

superior que denominamos “etnonacionaiismo”, en el cual se antepone el factor etnocultural al factor

clasista (lucha de clases): Manko Qapaq antes que Karl Marx y Adam Smith. Específicamente por haber

emanado de los cuarteles -durante lo más crudo de la Guerra Sucia- como respuesta a la “pentagonización”

castrense que aplicaba las fórmulas del Far West y Vietnam contra nuestros gruesos poblacionales, es que

surge este término “etnocacerismo”. Un binomio compuesto por “etnia” y “Cáceres" : el primero reivindica

la torrentera sanguínea principal del mestizaje habido y por ende eje rector cultural de “todas las sangres”

en su expresión como Estado Soberano; a su vez, el segundo término (“Cacerista”) porque en la crónica

republicana, la Campaña de La Breña -entre la veintena efectuada por las FFAA en dos siglos, desde Juníri

hasta Tiwinza-, resulta ser la única en la que mandamos al tacho doctrinas y reglamentaciones foráneas (que

nos han hecho perder tantas batallas), para empezar a regirnos por tácticas y estrategias originales, es decir

“sin calco ni copia”; lo que es mejor: es -La Breña liderada por el Cáceres “Tayta” (y no el “general”)- en todo

el sentido de la frase, la campaña genuinamente victoriosa de nuestra FFAA y, a la vez, la única “gloriosa” en

función al protagonismo del Perú Profundo, es decir de la vertiente de Manko Qapaq ante el aplastamiento

de la vertiente pizarrista entre San Francisco y los reductos. Es en seguimiento de aquella senda genuina,

que en Locumba como en Andahuaylas vuelve a insurgir una milicia reservista en contra del Estado Criollo

pro-extranjero, a manera de “militarismo tropero y popular” en contraparte al caduco militarismo de los

generales bananeros de ayer y vladigenerales corruptos de hoy. Todo eso, enmarcado dentro del macro -

concepto de “etnonacionalismo”, antineoliberal por antonomasia.

- Quisiera que me precise si en el etnocacerismo existe o se contempla el derecho a la propiedad privada,

consecuentemente, si creen en la inversión extranjera y si la respetarían en un hipotético gobierno.

- Desde 1532 la política económica imperante aquí se ha basado en dos pilares: el libre saqueo extranjero y

el cholo barato. Ese “libre saqueo”, desde las reparticiones y encomiendas que “privatizaron y

extranjerizaron” las tierras estatales inkaicas (del Sol y del Inka) incluyendo mitas mineras como las del

Potosí y Huancavelica, simplemente ha ido modernizando aquella consigna de la Isla del Gallo: “Al Sur... a ser

ricos”. Lo cual, en este siglo XXI se verifica en aquel hampa extranjera, alias “inversionistas”, que amparados

en los contratos de estabilidad jurídica de la viadiconstitución vigente, mantienen impune -en complicidad

con el Estado Criollo- aquel saqueo. Con esto quiero indicar que la inversión extranjera deberá subordinarse

a las nuevas reglas de juego del Estado Soberano. Un nuevo Estado que procurará implementar la “economía

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física” descrita por pensadores como Lyndon Larouche y paralelamente estimular las MYPES, para que -por

ejemplo- Ripley y Larcomar sean “tomadas" por el empresariado cholo del Cono Norte. Por consiguiente la

propiedad privada, por supuesto, será respetada salvo en áreas y actividades de carácter estratégico, como

telecomunicaciones (TV) de ámbito nacional y la gran minería, así como en hidrocarburos, gas natural y

transporte marítimo. Y es que cuando escucho aquel catecismo que propugna creer en la “inversión

extranjera pura y sacrosanta” como fórmula única para el desarrollo, inmediatamente recuerdo el curso

elemental de economía política que antes se llevaba en la secundaria: “el trabajo es el que genera el capital y

no el capital el que genera el trabajo". Es decir, se nos ha hecho creer que somos un pueblo de inútiles que

sin la inversión gringa moriríamos de inanición, tal como los pollos de una granja dependientes del granjero.

Sin embargo, acá se produjo Sacsayhuamán y Machupicchu a punta exclusiva de “economía directa"

etnonacional. Será, pues, nuestro trabajo (obviamente multiplicado con la tecnología que se pueda rescatar

de Occidente) el que generará el genuino capital y por ende la respectiva “modalidad propietaria”, tanto

estatal como privada, en versiones colectiva e individual; todas “originarias".

- ¿Se entiende que estatizarán toda la gran industria?

- En la medida que sea -esa gran industria- extranjera, deberá ser (etno)nacionalizada, aunque no

necesariamente estatizada...

- ¿“Nacionalizada pero no estatizada”...? A ver, explíqueme la diferencia.

- Lo haré con un par de ejemplos: Si el gobierno inglés decidiera nacionalizar el agua potable proveniente del

río Támesis en Londres (suponiendo que esté en poder de un consorcio extranjero, digamos, tibetano), no

necesariamente puede estatizar aquella empresa, sino que puede transferirla a otro consorcio

“etnonacional”, vale decir anglosajón, con capital y gerencia nativos, o sea de gringos de pura cepa. Es decir,

aquel (etno)nacionalismo se puede manifestar tanto en versión privada, como estatal. En cambio acá, lo

reconozco, al ser casi imposible que un cholo -salvo que sean los Añaños o un “informal” como Fernando

Zevallos o los Sánchez Paredes- tenga cuenta corriente con varios cientos de millones de dólares (puesto que

el capital sigue siendo, desde hace varios siglos, extranjero), prevalecerá en esa Nueva República el

etnonacionalismo en versión estatal. Obviamente que aquel nuevo Estado procurará estimular el capital

privado nativo, pero principalmente en su modalidad colectiva y/o cooperativa antes que estrictamente

individual. Por ejemplo, sería -desde esta perspectiva- sensacional que la SAIS Túpac Amaru administrase el

agua potable de La Oroya, o que un consorcio de ingenieros egresados de la UNI administrara Antamina o

Yanacocha, o que el Lima Air Port Partner (ex aeropuerto nacional “Jorge Chávez” -N. del A.) pase a ser

concesionado a la Asociación de Pilotos Peruanos egresados de Collique o integrados por oficiales FAP en

retiro... Bueno, en tanto estos entes locales no tengan en el bolsillo el millonario capital respectivo, deberá

entrar a tallar provisionalmente el Estado etnonacional.

- Durante el período velasquista, en que la estatización fue contundente, la principal crítica que se le

aplicó fue que la empresa estatal “resultaba mucho menos eficiente” (o sea que bajaba la rentabilidad) en

comparación a la empresa privada, que entonces era en su mayoría extranjera, ¿no cree que esto sería un

lastre para el proyecto etnocacerista? ¿Se volvería a cometer el mismo error?

- No lo creo, porque la filosofía de la empresa estatal es muy diferente a la de la empresa privada. Son

opuestas: la primera con fines de servicio social; la segunda con exclusivo afán de lucro. Es decir, bajo una

gobernación etnonacionalista si se detectase que el gerente de –por ejemplo- SEDAPAL ha cerrado el mes

con un sol de ganancia, pues ese sol se lo está robando al pueblo y por consiguiente deberá ser procesado,

¡porque la empresa estatal-nacional, si de veras es eficiente, ha de cerrar siempre en “cero renta”!, ya que

su ganancia es el servicio social: el mejor servicio lo más abaratado posible, lógicamente contemplando los

costos de planilla, mantenimiento, expansión de red, etc... En cambio, la “eficiencia” en el medio empresarial

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“privado” tiene como objetivo el lucro explícito, vale decir lograr la máxima ganancia monetaria en función a

lo máximo que se le pueda exprimir o explotar al usuario, o sea al pueblo. Te repito, son dos enfoques de

“eficiencia” totalmente diferentes… Opuestos.

- Ud. llega a una conclusión muy fundamentalista, por supuesto -lo reconozco- con su respectiva “lógica”...

-Y así será en tanto -en nuestro país- privatizar sea sinónimo de extranjerizar, y estatizar lo sea de

(etno)nacionalizar.

- ¿Pero entonces el etnocacerismo, en cuanto medio “ejecutante” del etnonacionalismo, podría también

ser “pro capitalista cholo”?

- Te cuadro el panorama: nosotros arrancamos de la premisa que el país -Perú-ya sea “republiqueta” o “patio

trasero” es, o mejor dicho, sigue siendo una (neo)colonia; o sea que NO ES NACION. Y es que si arrancas de

la premisa que el Perú es “colonia”... ¡resulta todo “coherente"! Empezando por un Estado antipatriota y

echado al extranjero, hasta el premeditado arrasamiento de la memoria colectiva y el subsecuente colapso

de la identidad. Urge, por consiguiente, convertir ese corral de humanoides en (etno)nación de ciudadanos

mediante un Frente de Liberación que propugne aquel revolucionario tránsito en epopeya generacional.

Recién, entonces, regenerados en nación, se darán las condiciones indispensables para definirse en función a

un socialismo en kechua o un capitalismo en aymara. Es decir, que aquel “Frente” se partirá en sus

respectivas “partes”, o sea en “partidos" de derecha o izquierda genuinos, lo que más convenga o nos

favorezca, inclusive en potencial “mixtura”... pero -todas esas alternativas- ante todo “nuestras”. Esa es la

función del etnocacerismo; el cual ya no tendrá razón de ser una vez ¡ogrado aquel escenario, pues habrá

cumplido su rol histórico. Por lo demás, todo indica que hacia ello nos encaminamos. Ahora bien, el viejo

orden, hasta el último día en que tenga la "legalidad” en sus manos, seguirá satanizándonos, y sus

personajillos desde sus exilios dorados, cuando se instale el etnonacionalismo en el poder, escupirán odio

contra la Nueva República, al estilo de la mafiosa Fundación Cubano-Americana de Florida contra la Cuba

socialista, o como los exiliados monarquistas franchutes contra el jacobinismo republicano. En suma, en

aquel nuevo tiempo histórico, la mayoría de los dirigentes, desde lo más alto del poder, serán cobrizos de

cuerpo, pero principalmente de alma, porque esa es su correspondencia demográfica en el Perú. Al igual que

en Europa, por ejemplo, donde gobiernan los representantes de su mayoría etnodemográfica: los blancos.

Por supuesto que podrá haber uno que otro afro, nisei o criollo en el gobierno, pero en función a su

porcentaje en cuanto “minoría nacional”, tal como se estila allá, en sus países de origen.

- Se acusa -por estos inusuales enfoques-ai etnocacerismo de “cavernícola”... ¿acaso, por ejemplo, de

llegar al poder prohibirían toda manifestación artística de origen extranjero, o no andino, como por decir

el rock o el cine, tal como ha ocurrido en otras latitudes, como en el Camboya del Kmer Rojo, en la Libia de

Kadafi, en el Irán del Ayatollah y en el Afganistán de los talibanes?

- Ese descalificativo de “cavernícola” va inmerso en la arcaización que nos endilga el buen Vargas Llosa en

sus frecuentes ataques de nervios, confundiendo la ficción con la realidad. En cuanto al arte, te recuerdo que

los procesos revolucionarios constituyen francos impulsores del arte popular. Por ejemplo el “muralismo”

imponente de Siqueiros, Diego Rivera y Orozco, así como el cine azteca clásico, de talla mundial, se generan

desde la revolución mexicana, que plasma en el séptimo arte su llamada “época de oro” y cuya principal

artista -María Félix- resultó un bellísimo ejemplar de la hembra mestiza, con aire imperial azteca. Hasta

antes, el estereotipo cinematográfico cobrizo era el de estricta servidumbre. Con esto quiero referir que el

etnonacionalismo, en la medida que su conglomerado poblacional sea hegemónicamente mestizo, o sea

cholo, no tiene porqué descartar la técnica artística externa siempre y cuando contribuya en la edificación de

la nueva república, propia del nuevo hombre. Entonces, cuando pones como ejemplo de “cavernícolas” a los

ayathollas, a los kmer’s o a los taliban... da la impresión que has visto demasiadas películas de Rambo o de

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productoras hollywoodenses como la Paramount o la Twenty Century Fox, que por medio del “apartheid”

del celuloide nos contaminan el sentido común con su respectiva versión de parte. Es así que –por ejemplo-

en aquel film “los gritos del silencio”, que creo que tiene su Oscar, se “verifica” la arcaicidad de los

seguidores de Polpot que llegaban a prohibir hasta los relojes de pulsera o las máquinas de escribir por ser

“parte de la opresión occidental”. Es decir, se nos hace tragar el sapo de un guión digno de la revista Caretas

o de El Comercio, y que inclusive podría publicitarse en las idiotas “Selecciones” del Reader’s Digest.

- ¿Pero acaso Ud. -que habla con tanta convicción- ha estado siquiera allá, en Camboya o Afganistán?

- No, al igual que tú y todos los criticones de los procesos de liberación etnonacional de los pueblos “de

color” subdesarrollado.

- Y suponiendo, que -efectivamente- soy un “criticón más” con el seso “globocolonizado”, bueno, pues,

¿dígame en qué basa específicamente su opinión?

- No creo que seas un globocolonizado “pleno”, disculpa si te ofendí; pero en cierta manera todos los

habitantes de este país de “desconcertadas gentes”, de una manera u otra, debemos lidiar cotidianamente

contra la estupidización globocolonizadora. Es decir, que toda revolución es también un proceso de

desestupidización colectiva.

- Acepto su disculpa dado que ambos nos incluimos en esa “desestupidización colectiva”. No obstante,

insisto en que revele la base de su certeza al soslayar la “versión de parte” que arcaiza a los talibanes, los

ayatollahs y los Kmers...

- El sentido común y la referencia histórica: ¿Sabías tú que el Imperio Kme r fue de una exquisitez cultural-

artística sin parangón en el sudeste asiático y de talla similar a sus homologas hindú y china en todo aquel

continente? El templo de Angkor maravilla tanto como la muralla china, Machupicchu o las pirámides. Y

pues, el “Kmer Rojo” simplemente pretendió conjugar aquel factor etnocultural (“Kmer”) con el factor

clasista (“rojo”)... digamos al igual que cuando -acá- el profeta Luis Valcárcel clamaba por el “Yawar Inti" o

por el "Lenin indígena”; o así como cuando en Bolivia Felipe Quispe funda los “ayllus rojos”.

- Le recuerdo que Polpot es considerado un genocida por arrastrar a la muerte a casi tres millones de

camboyanos...

- Bonaparte arrastró a decenas de millones de europeos y es considerado un héroe sin par, en su natal

Francia, en Europa y el mundo entero. Lo que pasa es que él era blanco-occidental y “lamentablemente”

Polpot era asiático-amarillo. ¿Acaso no te percatas que Occidente sólo se muestra “cariñoso” con los líderes

“de color" que descartando la vía armada y “violentista”, opten por el pacifismo como modus operandi de su

praxis antiglobocolonizadora? Así tenemos al hindú Ghandi, al afro-americano Luther King o a la cobriza

Rigoberta Menchú, cuyas concepciones insurgentes se resumen a dar incesantemente la otra mejilla hasta

que la “repre” occidental u occidentalizada se canse de golpearles.

- Pero a menudo resultan ser procedimientos más eficaces que los “violentistas”...

- Luther King fracasó, Rigoberta Menchú jamás ha llegado al poder y Ghandi, bueno, él sí fue la excepción,

puesto que logró independizar su patria apelando a la “misericordia y conmiseración” del verdugo, algo

idiosincrásicamente propio del “jainismo” o ley del sufrimiento hindú. Sin embargo, creo que los modus

operandi de Ho Chi Minh, Fidel Castro, Mao, Sukarno y otros líderes combatientes del mundo “de color”

subdesarrollado, resultan más sólidos y por ende más eficaces.

- Bueno, Ud. acaba de enumerar los nombres de personajes cuyos países se caracterizan, precisamente,

por no destacar en cuanto a expresiones globales de arte como -digamos- el rock o de deporte como el

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fútbol, supongo explicable en parte por el enclaustramiento derivado de su “animadversión

revolucionaria” anti-occidental; ¿a eso se orienta también el etnocacerismo? ¿Proscribirían el rock bajo el

sambenito de “alienante y depravado”?

- De ninguna manera; porque si bien es cierto el método de ejecución musical mediante guitarras

“electrónicamente distorsionadas” es heredad de una cultura foránea, eso no implica que el rock loca l haga

necesariamente “hosannas” a lo extranjero, mucho menos en menoscabo de lo nuestro. Mira el caso de la

guitarra ayacuchana de tanto nivel como la flamenca; pues la nuestra se genera desde el siglo XVI con los

instrumentos importados de Europa, sin embargo a nadie se le ocurriría que García Zarate, Julio Humala o

Manuelcha Prado, no expresan el arte nativo. El huayno mismo, ¿acaso no se canta a menudo en el

castellano de los invasores y con mayor parte de instrumental foráneo “aclimatado" por siglos? A demás -en

cuanto al rock- incluso tiene un origen insurgente que muy bien armoniza con todo proceso revolucionario,

dada la pasión y rebeldía que estimula en la juventud. No olvidemos que este género deriva en cierta

manera del “blue" de los lamentos “de color” esclavo en el Mississipi del siglo XVIII y XIX; es decir, que hasta

tiene cierto ingrediente etnicista-contestatario. Por supuesto, como en el rock también hay de todo, por ahí

no faltarán ciertos grupos que despotriquen de toda autenticidad local y se adhieran, aún más, a los cánones

de afuera. Sin embargo, ya es notoria la corriente “emancipadora” que de a pocos se va haciendo de un

espacio propio: los Mojarras, el grupo “Del pueblo” e incluso aquel hereje de Daniel F... en todos ellos, me

parece, se encarna el incipiente rock etnonacionalista.

- Existe un grupo de rock “en kechua”, llamado Uchpa, cuyo creador es un ex policía que sirvió en la zona

de emergencia...

- Lo he escuchado, tocan bien y con ímpetu, pero me ha dado la impresión que “traduce n” mecánicamente

composiciones foráneas o que solamente le ponen letra nativa a sones injertados sin “telurismo” suficiente.

En todo caso no dejan de ser “precursores” del etnorock. Bueno, no soy un especialista en música; soy

apenas un oyente...

- Habrá escuchado “Avenida Larco” de aquel primigenio grupo de rock peruano, “Frágil”.

- Me acuerdo y no me entusiasmó para nada. El mismo título “Av. Larco” desde ya me parecía alienado, o

sea propio de la idiosincracia de barrios rhodesianos como San Isidro o el Miraflores de los 70’s. Es decir,

“impopular”, lo cual le castra su esencia en cuanto género de masas, que en nuestro habitat son de piel

humilde. ¡Qué diferencia, por ejemplo, con el clásico “Triciclo Perú” de mi amigo Hernán “Cachuca” Condori,

principal vocalista de “Los Mojarras”...

- ¿Conoce a... “Cachuca”?

- Claro, somos amigos; incluso hasta ha sido ponente en una que otra conferencia etnocacerista en los

suburbios de Lima.

- ¡No le creo!

- Pues, sí...

- ¿Y con respecto a esa otra gran expresión “de masas” de tiempos de la globalización, como es el fútbol,

cuál es el planteamiento etnocacerista?

- Mira, cuando Roma “la heroica” dejó de serlo, el mejor indicador de su degeneración, fue el "rating" de

taquilla, vicio y crueldad de los "juegos” esceni ficados en el Coliseo. Los patricios no encontraron mejor

medio que tener a la “plebe” satisfecha y adormecida de los verdaderos problemas del país, que el

embrutecimiento dosificado vía el Coliseo. “Pan y circo” fue el eslogan que permitió la hegemonía de siglos

del Imperium: Los plebeyos desocupados, haraganes y casi lumpen, solo eran “estimados" como ciudadanos

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en épocas “electorales”, vale decir cuando había que sustituir a algún tribuno, cónsul o césar; homosexual

como Calígula, drogadicto como Nerón o idiota como Claudio... Era una necesidad política que la ciudadanía

pasara por alto la putrefacción gubernamental: He ahí la importancia del Circo o Estadio que aglomera(ba)

multitudes. Ahora -siglos después- ya no existen Césares y el Coliseo es solo ruina... Pero existe el fútbol, el

Imperium del “Grupo de los 8” y las masa de humanoides en un proceso de globo -idiotización en donde el

“deporte rey" cumple un rol primordial muy cercano al de los Talk Show. ¿Te imaginas qué pasaría si todas

las micro-energías que cada uno de los millares de bañistas “bravos”, se canalizaran para fines sociales?

¡Pues, semanalmente habría una Toma de la Bastilla! Pero, no; la “bravura” de estos mamíferos es inútil

para reponer a los despedidos o pelear por sus abuelos jubil ados... Ni pensar que arriesguen el pellejo en

una guerrilla justiciera: ¡No! ¡Los muy “machos”...! Nada mejor que idiotizar a este ganado humano con un

fútbol cuya calidad se subordina al rol de subyugación que cumple.

- Lo tengo claro, ¿pero, en términos generales, dentro de qué corriente ideológica universal se enmarca el

etnocacerismo?

- Para empezar, el etnocacerismo no es más que la versión “ejecutiva” del etnonacionalismo.

Forma parte de éste. A su vez, ese etnonacionalismo enfatiza la identidad étnica en cuanto vínculo genético

y memético de la nación; algo fundamental en sociedades “de color” subdesarrolladas y en crisis de

identidad, para poder revolucionar airosamente de colonia a nación. Por consiguiente, resulta

eminentemente antiimperialista, vale decir “antiglobocolonialista”. No puede, entonces (el

etnocacerismo/etnonacionalismo), ser encasillado entre las márgenes del comunismo y del capitalismo, que

en todo caso podrían describir su “forma”, mas no su “fondo”, puesto que está involucrado en lo que Huntin

tong denomina “Choque de Civilizaciones”. Ese es su fondo: garantizar la supervivencia soberana de la

nación genuina en el proceso global de selección natural y cultural de una especie cuyas cuatro

manifestaciones raciales (blanca, negra, amarilla y cobriza) ya van simplificándose en una “dualidad" que

contempla la confrontación entre la súper humanidad desarrollada de base étnica blanca versus la

subhumanidad subdesarrollada de base étnica de “color” no blanco. Los primeros miden 20 cms. más , pesan

30 Kg. más, viven 40 años más y ganan 50 veces más que los segundos. Esto explica el porqué el

etnonacionalismo es ante todo reivindicador y liberador en el hemisferio sur, vale decir en el mundo “de

color subdesarrollado”, así como lo contrario en el hemisferio globocolonizador del norte desarrollado.

- “Ni socialista ni capitalista’’, dice Ud., por supuesto con fundamento ideológico, a diferencia de la

fórmula “ni - ni” del proceso velasquista frustrado...

- En los 70’s, acuérdate, la URSS era la otra gran superpotencia. Era aún el tiempo de la “guerra fría” y

Velasco hizo lo que corajuda y humanamente pudo al liderar “cachacamente” el más grande proyecto

revolucionario -que también se impregnó de etnicismo-del siglo XX en el país...

- Recuerdo haber leído, en “Las furias y las penas”, de Pablo Macera, cierta desdeñosa crítica al ambiguo

“ni-ni” velasquista, lo cual lo conllevó a definirse demagógicamente como “humanista”; concepto que en

el etnocacerismo muy rara vez hallo...

- Velasco fue un tipo muy práctico pero muy escasamente teórico. Además, si hemos de ser rigorosos en los

términos, era el único revolucionario en un gabinete de tembleques y contrarrevol ucionarios... De ahí su

mérito. En cuanto al “recurso humanista", está claro que su COAP no se dio la molestia de convertirlo en algo

más que un cliché; cosa que los etnocaceristas sí nos hemos dado el tiempo de desarrollar: El

etnonacionalismo desde el momento que contempla el rescate cultural y repotenciación racial de

determinada etnia, de por sí involucra un contenido altamente humanista. Pero, en cuanto a “humanismos”

se refiere, hay que tener cuidado; considérese que entre los primeros efectos “extra -europeos” de aquel

humanismo renacentista del siglo XV, tenemos la reanudación del tráfico de esclavos (negros) y la

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“Destrucción de las Indias” (cobrizos). Sucedía que el humanismo de entonces -inmerso en el colonialismo-

se refería solamente en función a la “blanquitud”, por consiguíente, inaplicable fuera de Europa. Y, “afuera”,

con sus prescripciones sucedía -como con las Leyes de Indias- que “se acataban pero no se cumplían”. Se

trató, independiente a su enunciado moral, de un “humanismo restringido” que a las colonias arribó como

“apartheid ideológico”, es decir, mutilado para nosotros y, por consiguiente, afianzador del racismo.

- ¿Y cuál sería la diferencia del, digamos, “humanismo etno-velasquista”?

- Que aquel neohumanismo etnonacionalista no tiene por qué incurrir en similar aberración (apartheid -N.

del A.), ya que es ante todo reivindicados o sea, “nivelador” y, por ende, genuina y soberanamente

globalista, en la medida que propugna condiciones elementales de equidad para una mayoritaria humanidad

subvaluada.

- Si tiene tanta consideración por el General Velasco, ¿cómo cree que hubiera sido el devenir de este país

si él no hubiera irrumpido en la política peruana?

- El septenio velasquista -proyecto (etno)nacionalista frustrado con la traición de Morales Bermúdez-

desfogó parcialmente la gran olla de presión social de un país hirviente. Al respecto, era frecuente escuchar

a los viejos coroneles de los 80’, cuando comentaban el fenómeno de Sendero Luminoso -durante sus

conversaciones con oficiales de menor graduación- que"... de no ser por las transformaciones de Velasco,

probablemente Sendero hubiera capturado el poder...”. Huelga referir que estos coroneles habían sido los

capitanes de los 70’. Y, ahora, que el hervor social se ha reacumulado, pues el referente de “solución” más

próximo, inobjetablemente lo constituye, más allá de sus aciertos y desaciertos, el intento velasquista.

- Es inobjetable que el Perú de “después de Velasco’’ es otro que el de “antes de Velasco”, sin embargo la

derecha no cesa de endilgarle la generación de la “inacabable crisis”, e inclusive la misma izquierda opta

por tomar su “distancia”, apenas reconociéndole ciertos logros, ¿no cree, por consiguiente, que el

septenio velasquista no pasa de ser otra frustración más en nuestra crónica republicana?

- Coincido en que el período Perú post Velasco es muy distinto al pre Velasco. Por ende, no con- sidero que

se trató de una frustración más, puesto que hubo “un despertar popular”; eso sí; reconozco que quedó

truncado, es decir manteniendo pendiente su “ansiedad colectiva” en cuanto necesidad social, lo cual es

distinto a lo que resignadamente se entiende por “frustrado”. Es así que aparte de por la polémica reforma

agraria, la derecha criolla jamás le perdonará a Velasco la creación de las comunidades industriales, el auge

de los sindicatos y centrales campesinas, el surgimiento del Estado empresario vía sus Centromín Perú,

Hierro Perú, Pesca Perú, Petroperú, Moraveco, la Compañía Peruana de Vapores, etc., así como el uniforme

único que rompió el atroz elitismo que desde la infancia se imponía en las escuelas del país, el auge del

folklore e inclusive del deporte vía la “generación histórica” en fútbol y vóley que clasificaba a mundiales y

arrasaba en los sudamericanos... Es decir, siete años en los que la sociedad peruana avanzó más que en siglo

y medio.

- Sin embargo, las estadísticas que esgrimen los “tecnócratas” de la oligarquía, como por ejemplo el ex

canonizador de Fujimori, Jaime de Althaus, en su reciente libro, “La revolución capitalista en el Perú”,

refieren aquel septenio como un franco retroceso...

- ¡Por favor! Althaus no es más que un narrador de noticias, un “locutor" de un canal de cable, que ahora

funge de “tecnócrata”. Respecto a su reciente mamarracho, cuya presentación en el Jockey Plaza estuvo a

cargo de un par de “rankeados” de la intelectualidad criolla, Hernando de Soto y Julio Cottler, este último –

en su comentario- manifestó su discrepancia con respecto al título de “revolución capitalista”, pues -

afirmaba- no acaecía eso acá, a menos que se conceptualizara como tal el hecho que la dif erencia entre

pobres y ricos se haya agudizado. Y en lo referente a su “velascofobia”, lo consensualmente estadístico,

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inclusive admitido por el propio Althaus en su introducción, es que el PBI per cápita -según fuentes del BCR y

del MEF-jamás alcanzó un pico tan elevado como en el periodo 1968-1975, o sea con el “monstruoso”

Velasco...

- He visto ese cuadro tan contundente, pero también -ahí mismo- se demuestra que aquel pico de los 70’s,

vuelve a recuperarse en el 2006-2007, lo cual ¿acaso no le da cierta validez a aquello de “revolución

capitalista” en el Perú?

- Sí y solamente si el concepto económico de “crecimiento” equivalga al de “libre saqueo”, por - que la

diferencia entre el pico (etno)nacionalista y el pico (globo)neoliberal es que en el primero el PBI referido es

“nuestro” y en el segundo es “ajeno”: de las transnacionales. Más exactamente el llamado “pico neoli beral”

resulta ser un “abismo”. Es decir ya no en función, por ejemplo, de Sider Perú o Centromín Perú, sino de Doe

Rum o de Newmont. He ahí la razón por la que el proceso revolucionario -trunco- de Velasco es tan odiado

por el criollismo, tanto en su versión pizarrista de derecha como en su versión almagrista de izquierda...

- “Reformista burgués” lo denominó la ultra izquierda...

- Por lo menos le reconocieron alguito... lo cual corrobora aquello del “desfogue social del país hirviente”.

Debe entenderse que al haberse efectuado aquella transformación sin más organización “política” que el

Ejército (ni siquiera el conjunto de las FFAA), es decir por un “partido armado” que es el que más tiempo ha

gobernado durante el período republicano, pues ello “ahorró” un gran costo social y de sangre al país. Por

ejemplo, la reforma agraria velasquista, tan radical como su homologa zapatista que la antecedió en medio

siglo, no costó un solo muerto entre la masa campesina, ni tampoco un solo “linchamiento” entre los

terratenientes expropiados. En cambio, las “capturas de haciendas” en el México de inicios del siglo XX

tuvieron el costo social de decenas de miles de muertos, incluido Emiliano Zapata. Y esto es un mérito de

Velasco, reconocido inclusive por ciertos intelectuales de la derecha, como el oligarca de pura cepa, Javier

Ortiz de Zevallos, en su obra “Progreso en democracia”, en la que reconoció ¡en 1971! lo siguiente: "...

¿Cómo suponemos entonces que en el Perú podía instrumentarse una reforma agraria profunda sin

provocar conmociones que arrasarían a sus propios autores? Sólo un régimen militar, a cubierto de toda

amenaza de fuerza, podía llevarla a cabo sin sobresaltos y sin peligro...”.

- ¿Y las invasiones de haciendas, por decenas de miles de campesinos durante las décadas de los 50’ y 60’,

acaso no convulsionaron al país?

- Definitivamente; lo cual contribuyó a desencadenar el golpe revolucionario de Velasco. Aquellas invasiones

campesinas constituyeron un fenómeno que inclusive fue rescatado en la literatura de Manuel Scorza bajo

las epopeyas de luchadores sociales como Agapito Robles. Es más, estuvo -la reforma agraria- dentro de los

puntos principales del programa máximo de la guerrilla de Luis de La Puente Uceda y de la movilización en

Chaupimayo. Y aquí hemos de observar, para evaluar el significado del proyecto velasquista, un hecho

inobjetable que lo revela como revolucionario antes que reformista: Seis de los siete puntos de ese

“programa máximo” de la guerrilla mirista (MIR) de De la Puente fueron cumplidos por Velasco: reforma

agraria, nacionalización del petróleo, amnistía para los presos políticos, disolución del parlamento,

recuperación de la soberanía nacional e instauración del salario mínimo vital. Se puede decir, que tras medio

siglo de debate y demagogias sazonadas de invasiones campesinas y guerrillas castristas, la irrupción de

Velasco simplemente se limitó a ejecutar incruentamente lo esencial del hayismo y mariateguismo

primigenios. Pero que -posteriormente- esa ejecutividad haya sido saboteada, calumniada,

“contrarrevolucionada”, traicionada e incomprendida hasta reducirla a una ruina, no le resta mérito a aquel

Septenio, más aún si además generó un “arrebatamiento histórico” en el cholo peruano.

Te digo con franqueza, que si te das el tiempo de revisar el “Plan Inka” de Velasco, hallarás que no pierde

vigencia, ni por su fondo reivindicacionista, ni por su forma arrebatada. ..

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- “Arrebato”, que de alguna manera recoge, cuarenta años después, el etnocacerismo, en la medida que

“reactiva” las nacionalizaciones ¿Y no es por eso que también podría ser catalogado, este “rescate”, como

retrógrado y propio del “idiotismo latinoamericano” referido por el clan Vargas Llosa en contra de los

populistas, nacionalistas y etnicistas en la medida que atentan contra el neoliberalismo del siglo XXI?

- Todo esto es parte de un proceso. Estamos en ese tránsito de país subdesarrollado hacia algo mejor y

genuino de nuestras mayorías; proceso en el que Velasco tiene, ya, el sitial indiscutible de “precursor” en la

cabal imposición del etnonacionalismo sobre el globoc-olonialismo, luego de resistirle por cinco siglos en

este continente. Y es que si simplificas todo el cacareo vargasllosiano, lo que exige es la preservación de la

occidentalización modelada desde afuera, ya sea del Madrid de ayer o del Washington de hoy. Sin embargo,

se olvida que aquello (la “inserción” a Occidente) no es, sino, la continuidad de la vieja “fórmula” impuesta

por Pizarro, Almagro y Luque, lo cual, incluso con su reformismo criollo de 1821, ha devenido en un círculo

vicioso e histórico de huachafería, dependencia y subdesarrollo. Resulta, entonces, esa viciosa

“globocolonialidad", algo ciertamente arcaico en nuestro escenario.

- ¿Y qué puede responder ante el calificativo de “idiota latinoamericano” en el que, con nombre propio, lo

incluye a Ud., Alvaro Vargas Llosa en su último libro de tri-autoría con Carlos Alberto Montaner y Plinio

Apuleyo?

- Me siento honrado, francamente, de estar incluido entre pe rsonajes de la talla de Castro, Morales,

Chávez... ¡qué honor! Más aún de ser “sub-calificado” como un subespécimen de la “izquierda carnívora” en

función a la etnicidad. Mira, en cuanto a este tipo de “piropos”, solo puedo decir que constituyen un

reconocimiento de la rectitud de la línea ideológica del etnocacerismo.

- ¿Entonces, todo el rosario de “piropos” que le han lanzado Correo y Caretas son para Ud. “positivos”?

- Psicópata, demente, lunático, terrorista, asesino, sumados a los cargos que me imputan de “secuestrador”

y “homicida”, asociador ilícito, rebelde... los tomo como condecoraciones bajo la lógica que el patriotismo en

medio de la apatridad, así como la honestidad en medio del dolo, siempre serán insurgentes al igual que el

etnonacionalismo en medio del globoneoliberalismo. Por lo demás, me resulta simpático ver al viejo Vargas

Llosa (que escribe el prólogo o presentación del libro de su retoño, “Alvarito”), v ieja gloria frustrada (pues

jamás alcanzó ni alcanzará su ansiado Nobel) de la literatura castellana, apelar al insulto ante una situación

exasperante que ya le neutralizó todo su bagaje de exquisiteces literarias, en un idioma del que se supone es

erudito. Vargas Llosa, hijo y padre, ya no hablan. Ladran.

- Sin embargo, Mario Vargas Llosa, en su obra “La utopía arcaica”, rebate con argumentos coherentes la

“etnicidad” impresa en J. M. Arguedas, quien también podría ser considerado “precursor” de un

etnonacionalismo cuyo “telurismo” resulta indigerible para la “modernidad”. Con todo, MVLL resulta ser

un portaestandarte del globo-neoliberalismo, en la misma talla que, por ejemplo, Hernando de Soto (HdS).

¿Qué me dice?

- Hernando de Soto... ¿no?, que lo llamó “hijo de puta", por si acaso.

- Sí, lo recuerdo, fue en la efervescencia electoral del 90, del Fredemo y del ILD. Pero más allá de las

rivalidades, ¿no cree que tanto MVLL como HdS, este último argumentando sociológicamente desde “El

Otro Sendero”, ambos, han fijado las bases doctrinales del neoliberalismo en el Perú, las cuales hasta la

fecha siguen vigentes?

- El liberalismo, ya sea “neo” o “clásico” se resume sencillamente en el “laissez faire” preconizado por Adam

Smith, derivado en los eslóganes del “libre mercado”, la “mano invisible", etc., de lo que se han valido las

potencias occidentales para expandir sus imperios comerciales. Y este discurso de la “economía libre

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saqueadora" siempre ha tenido su quinta columna en los países colonizados. Al respecto, si uno revisa, en la

obra de Flora Tristán (“Peregrinaciones de una paria”) el diálogo entre ella y el general San Román,

constatará la pugna entre (globo) neoliberalismo y (etno)nacionalismo, con las mismas argumentaciones que

ahora, por supuesto, en aquel entonces con formas “menos modernizadas”. Con esto te quiero decir que el

parloteo de MVLL y HdS, en el fondo no tienen nada novedoso, salvo en la forma. Mira nomás las

cuatrocientas páginas con que MVLL -en su “Utopía Arcaica”- despotrica contra Arguedas, veinte años

después de su muerte, con los mismos argumentos de fondo (aunque bajo formas “bellamente literarias”)

con las que crudamente sentenció Areche a Túpac Amaru. Fíjate nomás en aquella “Comisión Vargas Llosa”

que Belaunde nombró para que averiguara, cual “comisión de la verdad”, la matanza de los periodistas en

Uchuraccay, en donde concluyó que los indios iquichanos “...no diferenciaban el bien del mal...” y que por

ende eran inimputables (por supuesto, para justificar el sicosocial de la “bandera roja” y así evitar inculpar al

Ejército); es decir, la “modernización” de la tesis más reaccionaria y racista del siglo XVI, que sostenía que los

indios eran unos “sub humanos sujetos a tutela" (del hombre blanco) e incapaces de diferenciar el bien del

mal. Pero para pesar del criollismo, ahí radica, en la insubordinación de esos supuestos humanoides que

preservan su integridad espiritual y física, aquel “telurismo", “milenarismo” y “fundamentalismo” que tanto

aterran a los MVLL y HdS de hoy, como a los Areche de ayer y Sepúlvedas de anteayer.

- Pero, sin embargo, ha de reconocer que el aporte de Hernando de Soto respecto al “capitalismo de

barriada”, impreso en “El Otro Sendero”, si que es un aporte original...

- ¡Tampoco! Amén, de ser “aporte” -también- de unos jóvenes neoliberalitos, como el tal Ghersi y de otro

cuyo nombre no recuerdo ahora (Mario Gibellini -N. del A.). El criollazo de HdS, sí que se pasó al

“piratearles” sus estudios. Esto le hubiera costado carísimo en Inglaterra o Estados Unidos. Esos son

“nuestros neoliberales”. Pero en fin, ¿acaso no te has percatado que todo el rollo de “El Otro Sendero” está

anticipado, en veinte años, en la descripción “etnosocial” del capitalismo informal de arenal y estera

enfocado por Arguedas en “El Zorro de Arriba y el Zorro de Abajo”, referido a la migración serrana al

Chimbóte de los 60’? En todo caso, más allá de la descripción de aquel “desborde”, también referido por

Matos Mar, el “novedoso” agregado de Hernando de Soto y sus ex acólitos co -autores, es lo de la

“simplificación burocrática” para efectos de titulación y, asimismo, inocularle al cholo proletario la ansiedad

por la propiedad privada, el individualismo y el lucro, para lo cual ha de despercudirse de todas aquellas

“taras comunitarias” de las que despotrica MVLL en la “Utopía Arcaica”. En síntesis, la modernidad como

equivalencia del calco y copia de tipologías foráneas, vale decir el huachafeo de la moda político -económica

extranjera. Por último, “El otro sendero”, es un libro sobrevalorado, con un sospechoso trabajo de campo. Es

el resultado de una poderosa “promoción comercial”, dando como corolario un libro comprado por inercia.

No debería pasar la aduana académica, según los sílabus de cualquier universidad que en verdad se resp ete

y no tenga auspicio de la COFOPRI; otra cosa es que por lo “sonado” del mamotreto, le otorguen -al autor-

doctorados honoris causa por doquier, más que todo por interés en el flash periodístico para la página de

“sociales”. Pero sabemos cómo funcionan esas cosas; no sería la primera vez que se otorgan títulos a la

ignorancia.

- De todas formas, aún con esas limitaciones, no deja de ser un proyecto, por supuesto, enfrentado con el

etnonacionalismo que Ud. enarbola, ¿no lo cree así?

- Claro, ya que en todo caso sería, antes que un “proyecto nacional alterno”, un confrontacional PROYECTO

NEO-COLONIAL, en la medida que conlleva un absolutismo intolerante hacia toda manifestación extra-

occidental, y que además tiene el desparpajo de reclamar como suyo todo l o “bello y virtuoso”. Este

proyecto (globo)colonial ha contado siempre de favorables condiciones externas, pero son las condiciones

internas (o sea el BENDITO “problema del indio o del cholo”) lo que le sigue impidiendo su consecución, que

pese a los nuevos “discursantes” (MVLL, HdS, Fujimori, Toledo o el “renegado” Alan) que pugnan por esa tan

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absurda “modernidad a la inversa”, no tiene posibilidad de éxito... ¡gracias al etnonacionalismo, para el cual

jamás hubo “problema del indio”, sino SOLUCION DEL INDIO! Y es que el discurso (neo) liberal -pues no

interesa el discursante- es viejo y autodesahuciado: Así como de “La Lima que se fue", ya podemos hablar

del “Perú que se va”... Sí; ese Perú que en quinientos años se ha mostrado incapaz, siquiera, de manten er

sus fronteras originales; que eleva estatuas a francos antihéroes y que solamente le queda identificarse con

el exterior, ya que hacerlo con “su interior” equivaldría a su suicidio. ¡Hasta su nombre es producto de una

equivocación! Fenómeno del que deriva una imposible “comunidad de intereses” bajo hegemonía criolla,

solo existente en la imaginación de quienes, lamentando haber nacido muy lejos de Miami y “en” o

“tan” cerca de los Andes, encaran estoicamente su desdicha: esta subliminal resignación u orgullo fingido se

denomina “peruanidad”.

- ¿Debe entenderse, entonces, la imposibilidad de materializar el proyecto nacional, en nuestro país, bajo

toda pauta capitalista?

- Lo que quiero enfatizar es que lo sustancial y verdaderamente relevante en un escenario globocolonial, no

es el pronóstico especulativo capitalista o socialista, sino el diagnóstico de ruptura etnonacionalista: la

dependencia externa. Por eso la necesidad de un Frente de Liberación, que -como ya dije antes- convierta a

una colonia de humanoides en (etno)nación de ciudadanos. Recién entonces, ese fabuloso frente se

“partirá” en sus respectivos partidos de derecha en kechua o de izquierda en aymara.

- ¿Entonces, descarta Ud. la posibilidad de una nacionalidad mestiza en función del capital ismo

“importado” o subdesarrollado, en tanto sea “primera etapa del imperialismo”, aludiendo de cierta

manera el enfoque primigenio y antiimperialista de Haya?

- En la versión del capitalismo subdesarrollado la posibilidad de una nacionalidad mestizo- acriollada, solo

puede asumir el proyecto nacional mediante su autoenajenación. Es decir, una nacionalidad falsificada, que

no logra alcanzar la condición base que permita un sincretismo que, antes que en la forma, ha de darse en el

fondo. Y es eso, el fondo, la esencia, lo que no puede compartir el absolutismo criollo-occidental ya sea en

versión capitalista o socialista, e inclusive aprista (que en verdad no pasa de ser un abortado y corrompido

intento de “tercera vía”)... obligando a la contraparte andina a re-sentir de sobremanera, sensibilizándose en

extremo. Tal “re-sentimiento” es lo que determina el camuflaje de la esencia andina en las diversas

manifestaciones culturales provocando una sed social y política muy difícil de aplacar, y quizás hasta

“implacable”.

- ¿Implacablemente hacia el “etnonacionalismo andino”?

- El “Neo-Tawantinsuyo", que solamente es cuestión de pelearlo. En esta cada vez más vigorosa

probabilidad, la comunidad cultural resultaría - efectivamente- de un franco sincretismo debidamente

compensado en cuanto demografía racial e idiosincrasia local. Solo así tendrá efectos de conciliación inter-

cultural. Es decir, moderna en el real sentido de la palabra, por supuesto, desde perspectiva nativista y ya no

foránea. Se ha visto que la llamada “peruanidad" puede ser cualquier cosa menos una síntesis/sincretismo,

para pesar del ya difunto pizarrista Antonio del Busto... porque mientras un sector, o “etnoclase”, concentre

en su poder las riquezas materiales, concentrará también la actitud social predominante; que ésta sea la

alienación huachafienta de calcar y copiar, no coloca en un plano superior “nacional” aquella colectividad,

sino que -por el contrario- la interioriza, vale decir que la eterniza en cuanto “corral de atrás”, o sea como

colonia. A su vez, la etnonacionalidad andino-amazónica cuya ideo-fuerza proviene de su ancestro cobrizo,

es en sí una propuesta contestataria: el renacimiento e imposición de lo cobrizo en el mestizo. Se puede

decir que esta gran tarea histórica, cuyo potencial alcanzó su mayor intensidad en la Confederación

peruano-boliviana del mariscal mestizo Andrés de Santacruz Calahumana (el “cholo jetón”), se complicó

cuando el pobre Gonzalo Pizarra desoye, en plena rebelión, los consejos de Francisco de Carvajal: “...Tome

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por mujer y esposa la infanta que entre los inkas se hallare más pronspicua al árbol real, y envíe sus

embajadores a las montañas donde está resistiendo el inka heredero,

Manko Inka, pidiéndole salga para restituirle en su majestad y grandeza, y que de su mano dé a esa señoría

la hija o hermana que tuviese, para así ganar el amor universal de los indios con la restitución de su inka...”.

Por supuesto, hoy -pasados cinco siglos de globocolonialidad- ya es demasiado tarde. No basta con un Inka;

se tiene que restituir a un pueblo.

- Ud. habla de la raza cobriza en el Perú, como si fuese el equivalente, por ejemplo, de la raza blanca en los

EEUU. Allá, efectivamente, es evidente la hegemonía blanca al frente de los asuntos económicos,

científicos, sociales, políticos, pero dando cabida respetuosa a las minorías. Constituye, pues, una cultura

que se ha puesto de acuerdo por lo menos en lo fundamental, de lo que resulta una clase dirigente

verdadera; sin embargo, aquí la raza cobriza está fragmentada en muchas “dirigencias” que ven cada una

a su manera el Perú. Entiendo el “espíritu” de lo que Ud. siempre trata de transmitir, como que en Japón

gobierna un amarillo, en la India un hindú, en Suecia un blanco, en Camerún un negro, o sea que gobierne

un representante salido de la mayoría demográfica. ¿Cómo piensa entonces que la raza chola-mestiza o

cobriza, que es mayoritaria en el Perú, pueda lograr un estatus de clase dirigente en el país?

- No “tan equivalente” es tu comparación entre los casos étnicos en EEUU y el Perú. La raza blanca no es el

“pueblo originario” en este continente, a diferencia de su similar cobriza. Eso sí: ambas son mayorías

demográficas en sus respectivos territorios: pero una como dominante, la otra como dominada. En lo

concerniente al “cómo" la ETNOCLASE de estirpe cobriza puede -en el Perú- tornarse en “dirigente” (y por

ende dominante), primeramente recuperando la identidad en cuanto requisito elemental del proyecto

nacional, para así acelerar (y también ordenar) el “desborde popular” del que hace décadas habló Matos

Mar, ya sea mediante formas de acción convencionales (en función a las “reglas de juego” del Estado de

Derecho Criollo) como no convencionales (insurgencia armada o desarmada)... propias de un país

“hirviente”, en donde se conjuga la lucha de clases del Factor Clasista con el choque de civi lizaciones del

Factor Etnocultural. Por ende, ahí radica la importancia de la constitución de una agrupación política de

carácter ETNONACIONALISTA basada en el Jus Sanguinis y no simplonamente de carácter “nacionalista”

basada en el Jus Solis, o sea en el código de barras del DNI plastificado, que inauditamente -por ejemplo-

permite falazmente (pero “legalmente”) que un Fujimori, un Kuczinsky, Ivcher o un Meckier y una Karp, sean

nuestros “compatriotas” postizos.

- No comparto necesariamente su opinión, pero lo entiendo; no obstante, se dará cuenta que esto tiene

un tinte racista.

- ¡Es que el racismo existe porque existen razas! Debemos dejarnos de cucufaterías conceptuales a fin de

desmenuzar sin miedo los “tabúes”. ¿Acaso el nudo gordiano de nuestra historia –la invasión

extracontinental del siglo XVI- no fue una guerra racial entre cobrizos versus blancos? ¿Acaso, desde una

perspectiva militar esa guerra no se configuró como el choque entre la infantería cobriza versus la caballería

y artillería blancas? ¿Acaso la emancipación o separatismo criollo del siglo XIX no involucró la libertad blanca

a expensas del tributo cobrizo y la esclavitud negra? ¿Acaso el catolicismo implantado coactivamente desde

hace cinco siglos no ha generado sino dos “santidades” (la criolla Santa Rosa y el afro Martín de Porres),

dejándonos a los cholos la sola posibilidad del “amén"’? ¿Acaso en el llamado “deporte rey” -el fútbol- el

respectivo clásico no estereotipa a los amos blancos (“U”) y a los esclavos negros (“Alianza”), dej ando a la

cholada la sola alternativa de la barra brava? E inclusive, en sus manifestaciones desarrolladas ese racismo se

constata “imperialistamente’’ con el sionismo hebreo, el “destino manifiesto” de la Norteamérica

anglosajona o, por último, con el “apartheid” pre-Mandela de Sudáfrica... cuyo modus operandi se emula

hipocritonamente en “nuestras" discotecas sanisidrinas o en las playas “rhodesianas” del sur chico. Por eso,

a los tontuelos que repiten como loritos “que no existen las razas” (haciéndole e l juego a las élites

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occidentales a las que no conviene que en el mundo “de color” subdesarrollado se tome conciencia de la

etnicidad), les recuerdo que en el curso elemental de biología se contempla, dentro de la clasificación

taxonómica, la “raza” como determinada categoría: Reino-tipo-clase- orden-familia-género-especie-RAZA-

variedad, de manera decreciente. Es decir el concepto de raza es ante todo de índole científico. Se puede

afirmar que es, también, la base biológica del “ser social”. Por consiguiente, el etnonacionalismo (y su

derivado etnocacerista) sí que tiene categoría de edificio ideológico.

¿Sabe Ud. que en el genoma humano la diferenciación racial es imperceptible?

A micro-escala molecular, por supuesto, mas no en la macro-escala “de fachada” corporal entre

determinados biotipos colectivos, o sea raciales. Esa “imperceptibilidad de micro-escala” es lo que

precisamente explota el colonialismo euro-blanco para “excusar” su praxis sobre las etnias “de color”...

- La diferencia genética entre un hombre blanco y otro negro, amarillo o cobrizo, es de 0.1 %...

- Lo sé; como que también sé que la diferencia genética entre cualquier homo sapiens y cualquier chimpancé

es de apenas 1.2%, es decir, una “nimiedad”... en donde justamente radica la diferenci a cualitativa entre

especies emparentadas y, dentro de cada cual, entre sus respectivas variedades. A niveles microscópicos, las

diferencias -por ejemplo- entre la composición atómica de una roca terrestre y otra roca marciana son

seguramente escasas, mas no en el “total planetario” de escala telescópica. O así como en la construcción,

seguramente que los ladrillos de un rascacielos son idénticos al de un chalet, sin embargo la diferenciación

de “fachada” es evidentísima... quiero decir, pues, que no es ati nado confundir las “escalas” cuando de

comparaciones se trata.

- Observo que Ud. emplea tanto el concepto de raza como el de etnia... ¿qué los diferencia?

- La etnia es como una medalla cuyas caras son la raza y la cultura, o si se quiere, un tallo que vincula la raíz

biológica del individuo con su flor cultural.

- ¿Podría ser más específico?

- Razas existen no solo entre los hombres, sino también entre el resto de animales e inclusive entre las

especies del reino vegetal, pero las etnias son exclusivas del homo sapiens. Debemos, entonces, saber

diferenciar entre estas tres categorías para ubicarnos acertadamente como etnonacionalistas:

• Si estudiamos las pirámides de Egipto desde una perspectiva estrictamente cultural, nos interesará su

significación religiosa y astronómica, su diseño arquitectónico, la ingeniería respectiva y trigonometría

requerida en el cálculo de ángulos y derivas, el acopio y traslado de material, etc... pero sin tener por qué

referir si los constructores eran negros, blancos, amaril los, cobrizos o azul marinos.

• Si enfocamos las andenerías de Písac desde una perspectiva étnica, pues no solamente deberá

interesarnos la cuestión meramente cultural, sino que ADEMÁS deberemos inquirir por el constructor:

¿quién era ese hombre?, ¿cómo era aquel pueblo?, ¿quiénes son sus actuales descendientes?... Es decir,

involucramos al individuo histórico. Pero, como su nombre indica, la palabra “individuo” proviene de

“individir” cuerpo y alma (o pensamiento).

Por consiguiente, también contemplamos (en la etnia) un ingrediente racial en cuanto raíz biológica de esa

individualidad. Entonces identificaremos las andenerías de Písac, Machu Picchu, Sacsayhuamán y las Líneas

de Nazca, con la estirpe andinoamericana de índole tawantinsuyana a lo largo de una conexión sanguínea de

siglos, plasmada hoy en el biotipo cholo-mestizo.

• A su vez, si enfocamos las pirámides o las andenerías desde una perspectiva racial, nos bloquearíamos

absolutamente,en la medida que la raza constituye una categoría específicamente biológica, limitada a la

animalidad del homo sapiens.

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Podríamos establecer, entonces, que la cultura es una categoría artificial propia de un ser racional y creador;

que la raza es una categoría biológica que trasciende a la especie humana e incluso al re ino animal (también

existen razas entre las especies vegetales); y que -por último- la etnia es una categoría mixta racial-cultural

propia del homo sapiens “individualizado". Un hecho que apuntala la vigencia de la “concepción etnicista” es

que -como observa Fernando Silva (en su obra “El primate responsable” - N. de R.)- ha sido del campo de la

biología, antes que del de la antropología, en donde se generó el renacimiento del interés por una evolución

humana en la que interactúan “genes” (o memoria “celular") y “memes” (o memoria “cerebral”). En tanto

que los genes y memes se conjugan en la etnia, la cultura se circunscribe a lo “memético” y la raza a lo

“genético".

- Aceptando que, efectivamente, el racismo es objetivo y por ende que las razas son innegables, ¿entonces

cuáles serían “inferiores” y cuáles “superiores”

- Ninguna. Me explico: el potencial del homo sapiens es el mismo en cualquiera de sus versiones raciales. Lo

que altera en verdad sus respectivos “rendimientos” es el medio natural, su hábitat ; lo cual como parte de la

particular “ecuación cultural” recién determina que unas culturas sean “superiores” y otras “inferiores”.

Entiéndase que la cultura es producto de la interrelación entre el hombre y el medio, y que en esa ecuación

el hombre es la “constante” y el medio es la “variable”. Por ende, no pueden haber razas inferiores ni razas

superiores, sino culturas inferiores y culturas superiores. Lo que pasa es que aquel “racismo colonialista”,

generado del criterio blanco respecto a las etnias colonizadas, distorsionó la ecuación cultural al confundir la

“variable” (el medio natural) como constante, y -a su vez- la “constante” (el elemento humano) como

variable. En el siglo XVI, cuando Colón desembarcó en Guanahaní (en vez que Moctezuma o Atahualp a

desembarcasen en Cádiz), las etnias europeas estaban en un nivel cultural semi -industrial y científico (armas

de fuego, imprenta, “renacimiento”, etc.); a su vez las etnias cobrizas (solo los inkas y aztecas) en una “edad

del bronce” similar a la de los aqueos en el sitio de Troya, pero “a pie”; y las etnias negras y australianas

prácticamente como bosquimanos o nómadas del paleolítico. ¿Por qué? Porque el medio natural de la gran

isla australiana, aislada de las masas continentales y huérfana de animales de tiro o de carga, así como

desprovista de todos los cereales (maíz, trigo, cebada, arroz, fríjol, centeno, garbanzo, etc.), no podía

compararse al medio natural eurasiático conteniendo todas o casi todas las bestias de tiro, carga y monta:

camellos, equinos, asnos, elefantes, etc, además de casi todos los animales “de corral’’ como los ovinos,

bovinos, caprinos, etc... Se puede decir, que la América cobriza estuvo casi tan desprovista como el hábitat

australiano, solo que con el agregado del auquénido y el cuy en ciertas partes del Ande. Es así que mientras

el hombre blanco transita por la historia montado a caballo y arreando diversidad de ganado, el hombre

cobrizo y australiano lo hacían a pie, con la carga a la espalda y sin nada o casi nada que “arrear”. Por

supuesto que este enfoque es olímpicamente ignorado por la sociología y etnología eurocentrista y sus

imitadores de las élites subdesarrolladas, incapaces de percatarse que el “racismo” al cual aluden,

simplemente es producto de la distorsión colonialista de explicar cojudamente que la “superioridad” blanca

sobre las etnoculturas “no blancas” se debe exclusivamente al factor humano, en vez que al medio natural

primigenio. Es por esto que los etnocaceristas abordamos el problema con actitud resueltam ente

“contrarracista”, es decir que no eludimos el “tema” o “tabú” (negando la existencia de las razas), sino que lo

afrontamos ideológica y políticamente.

- ¿Y el etnocacerismo, con qué grupo político podría, por ejemplo, realizar en la actualidad una al ianza

política?

- Como etnonacionalistas neo-tawantinsuyanos no tenemos ninguna afinidad con la partidocracia criolla

tradicional. En cambio, sí con ciertos sectores izquierdistas que hayan entendido que en nuestro país el

Factor Clasista ha de subordinarse al Factor Etnocultural en pos de un “Socialismo Cholo”. Por ahí tenemos

afinidad con el Comité Malpica, Hernán Fuentes y otros. Asimismo, tenemos coincidencias con CONACAMI

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en la cuestión de impugnar a las Mineras Transnacionales en función a la preservación de la Pachamama y

por ende rescatando la identidad. En el ámbito internacional, las coincidencias con Hugo Chávez y Evo

Morales son abundantes.

- De ser ustedes gobierno, ¿qué harían o cuál sería el plan de acción inmediato y mediato?

- Lo inmediato:

a) Restitución de la Constitución de 1979.

b) Renacionalización de todas las empresas estatales privatizadas (mejor dicho “extranjerizadas")

empezando por todo lo chilenizado.

c) Giro de 180 grados en la política económica neoliberal.

d) Efectuar un escarmiento histórico a la corrupción y traición a la Patria, aplicando las siguientes medidas:

• Restitución del Decreto Bolivariano de 1823 que sancionaba con pena capital el robo al Erario Estatal y de

bienes públicos, en montos de mayor cuantía a establecerse previamente.

• Razzia en los altos mandos de las FFAA y FFPP con respecto a quienes firmaron el Acta de Sujeción a

Fujimori y Montesinos.

• Degradación, como exige el Código de Justicia Militar, para aquellos militares que estando en actividad

hayan delinquido gravemente.

• Pena capital al Alto Mando civil y militar que incurrió en traición a la patria durante el conflicto del Cenepa.

• Procesamiento de todos los presidentes y parlamentarios que mantuvieron la ilegítima vigencia de la

seudoconstitución del 1993

e) Establecimiento de una nueva Escala de Remuneraciones del sector público en base al Sueldo

Mínimo Vital, de tal manera que el primer servidor (el Presidente de la República) perciba no más de 15 SMV

y así decrecientemente a ministros, congresistas, etc., de tal modo que si pretenden elevarse el sueldo (lo

cual se procurará) deberá PREVIAMENTE elevarse el SMV

f) Decretar que en el Perú ningún extranjero podrá tener derecho al trabajo en tanto exista un solo peruano

desempleado.

g) Reivindicación de la bandera tawantinsuyana como símbolo patrio genuino, así como la

etnonacionalización del Himno.

h) Colectivización de todos los medios de información masivos que -de ámbito nacional-empleen para su

difusión el espacio aéreo de la nación (ondas electromagnéticas), como la Radio y TV, los cuales serán

reconcesionados a la verdadera sociedad civil: sindicatos, colegios profesionales, reservistas, frentes de

defensa, organizaciones agrarias, etc.

i) Amnistía general para todos los presos políticos.

j) Reorganización de la Reserva Nacional.

k) Eliminación de todo tipo de tasas judiciales.

Lo mediato:

a) Cese de toda importación que compita con la producción nativa.

b) Soberanía alimentaría, proyectada a la autarquía plena.

c) Legalización del libre cultivo de la planta de Coca.

d) Reivindicación del kechua y el aymara, elevándolos como requisitos para acceder a la carrera pública (su

dominio, así como de cualquier lengua amazónica).

e) Instauración del Servicio Militar Universal y Obligatorio lo cual será e l primer requisito para postular a las

escuelas de oficiales.

f) Federalizar el Estado: REPUBLICA FEDERAL.

g) Restablecer la capital del Estado Federal en el Cuzco.

h) Todos los abogados con un mínimo de requisitos y en libre competencia, podrán acceder a la función

notarial bajo control de los municipios.

I) Convocatoria a una Asamblea Constituyente,

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69

j) Revisión de la deuda externa y condicionar su pago en función al 10% de las divisas por exportaciones,

salvo en el caso de la exportación de hoja de coca, en donde el monto asignado sería el 100% de las divisas,

k) Propiciar la Confederación con Solivia y Ecuador.

I) Estatización de la Banca privada transnacional.

II) Impulso del Sector Educación/instrucción, destinándosele no menos del 15% del presupuesto

General de la República.

- Esto jamás será aceptado por el establishment, que más bien lo calificará como propio del “eje del mal”...

- Depende donde te coloques y cómo te identifiques. Ten presente que lo que era bueno para Carlos V, era

malo para Moctezuma y viceversa.

Además el programa etnocacerista es de ruptura y no de connivencia, propio de un Pachacuti... O sea una

Nueva República.

IX

EL ESCRITOR, LOS

GENERALES Y ALGO DE

INDEGINISMO

- Entiendo que usted ha escrito dos libros, el primero “Ejército Peruano: milenarismo, nacionalismo y

etnocacerismo”y el segundo “Etnonacionalismo, izquierda y globalidad”; dígame ¿en cuál de ambos se

interpreta mejor su mensaje político?

- El primero data del 2001 y el segundo de este 2007, obviamente en seis años cualquiera evoluciona en su

pensamiento. Es pues, en el “Etnonacionalismo...’’ que plasmo más claramente mi propuesta, sin perjuicio

de sostener que en el primer libro fui más específico en la “perspectiva castrense". El público objetivo, en

aquella primera obra, era el reservista en particular, y en la segunda, la civilidad en general. En el “Ejército

Peruano: nacionalismo, milenarismo y etnocacerismo”, mi afán fue llenar el vacío doctrinal de nuestra

crónica castrense, mediante el “factor etnocultural”, vale decir analizando el apartheid cuartelero entre el

mando criollo-occidental y la subordinación “de color” no blanca, en cuanto modus operandi de la

institucionalidad militar subdesarrollada a lo largo de cinco siglos.

- ¿Llenar el vacío... ?

- Sí, porque desde perspectiva clasista, la labor de estudio la hizo, en la segunda mitad del siglo XX, el Mayor

Víctor Villanueva, particularmente en su obra “Cien años del ejército peruano: frustraciones y traumas”, que

considero de lectura obligatoria. Asimismo, desde perspectiva convencional, vale decir historiográfico-

criollo, tenemos a los generales de La Barra, Dellepiani y otros. Quedaba pendiente, entonces, el enfoque

etnicista.

¿Entre esos “otros” podría estar el general Germán Parra Herrera? Entiendo que estuvo en la presentación

de su última obra, en la Feria Internacional del Libro, en el Jockey Plaza...

- De lo que me siento honrado. Pero no; en los escritos del general Parra -hubo uno, brillante, sobre la guerra

con Chile, que leí de cadete- ya se percibe una esencia etnonacionalista, nativista y por consiguiente no

podría clasificarse en el esquema del “oficialismo criollo” cuya crónica no pasa de ser una sucesión de

biografías y un “calendario cívico” de batallas en las que las derrotas “siempre son culpa de los civiles” sin

considerar en lo absoluto la contradicción étnica.

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70

- Me extraña que no haya mencionado al comandante Julio C. Guerrero, que compiló las Memorias del

mariscal Cáceres y que tiene una gran bibliografía escrita.

- Guerrero fue secretario del mariscal en el Perú como en el extranjero, y posteriormente, en la década de

1930, fue destacado por el Comando del Ejército Peruano como asesor del Estado Mayor boliviano en la

guerra del Chaco, contra el Paraguay. Efectivamente, escribió hartísimo y con talento, particularmente sus

obras: “Guerra de guerrillas” en la que tecnifica reglamentariamente el modus operandi no convencional “de

montaña andina” efectuado durante la resistencia de la Breña; en su otra obra, “Belicología", hace una

exposición de las doctrinas bélicas ejecutadas en la primera guerra mundial; también tenemos “Ciudadanos

y soldados” y otra obra, de carácter histórico y muy bien documentada: “La guerra de las ocasiones

perdidas”, que refiere todas aquellas circunstancias en las que el Perú pudo haber volteado el resultado de la

guerra con Chile, que -como ahí se demuestra- más perdimos por errores propios que por aciertos ajenos.

Sin embargo, te puedo decir que Guerrero fue ante todo un escritor militar “tecnicista”; un regl amentarista

que por supuesto tuvo el gran acierto “pionero” de pretender emancipar doctrinalmente al Ejército Peruano

de la dependencia foránea. Lamentablemente, no lo relacionó con lo ideológico.

- Sin embargo, Guerrero estuvo vinculado al APRA primigenio, o sea que tuvo vena insurgente...

- No lo niego, pero específicamente, en cuanto a su obra escrita, te lo reitero: fue un tecnicista en primera

instancia, obviamente de cabal patriotismo. Además, en aquella década de 1930, e inclusive hasta en la de

1940, hubieron muchos oficiales vinculados al APRA de las catacumbas, siendo el más destacado el “Zorro

Jiménez”, valiente comandante que siempre le hizo sombra a Sánchez Cerro, y que terminó suicidándose en

plena rebelión, al saberla perdida, o mejor dicho traicionada, en el trayecto de Cajamarca a Lambayeque, en

que al mando de un convoy militar rebelde venía a reunirse con los “compañeros” de la costa norte, cuyos

mandos terminaron defeccionando ante la indiferencia del mismo Haya, el cual en el fondo siemp re se

aterró de la vena insurgente de su militancia de base. Bueno, con esto te quiero decir, que en cierta época la

militancia rebelde pro-aprista fue casi una "moda” en el Ejército, paralela al también “de moda” antiaprismo,

mucho más “promocionado”. Guerrero estuvo entre los primeros, lo cual le costaría su baja.

- Hablando de los militares rebeldes “proapristas” y sin soslayar el levantamiento de la marinería en el

Callao, también tenemos al Mayor Víctor Villanueva -que Ud. ya aludió- vinculado, efectivamente, al APRA

rebelde...

- Cierto; un APRA rebelde que fue el último intento de reivindicar aquella traicionada consigna

antiimperialista de 1930, y que al ser “deslindado” por su propia dirigencia tuvo que transformarse en el

Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), que recogiendo la praxis armada impresa en la captura del

cuartel O’Donovan de Trujillo, en esta vez -o sea tres décadas después, en la década de 1960- ingresaría de

lleno a la lucha guerrillera. Es en esa metamorfosis de APRA Rebelde a MIR, que el My. Villanueva, así como

la propia esposa del Che (Elsa Gadea) e inclusive Javier Valle-Riesta, declinarían.

-Y ya que hemos tocado el tema de las guerrillas de los 60’, ¿qué visión tiene de este “foquismo a la

cubana” que no solamente abarcó al Perú, sino también a Bolivia y Colombia?

- Evidentemente, marcaron época. Eran los tiempos del zenit de la fogosidad “revolucionaria-exportadora”

de Fidel, cuyo principal lugarteniente era más vehemente que él; me refiero al Che, quien inclusive había

lanzado la consigna de “crear varios Vietnam” en medio de una coyuntura mundial desfavorable para los

EEUU de NA, atollado en sudeste asiático y soportando a un “vecino comunista” a menos de 60 millas de

Florida.

- Ha causado polémica dentro de las FFAA bolivianas, por no decir “malestar”, que un Jefe de Estado -Evo

Morales- efectúe (y presida) un homenaje oficial a alguien (el Che) que vino a invadir el país...” según cita

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textual del general retirado Gary Prado, aquel que -siendo teniente- comandó la patrulla contrasubversiva

que combatió y capturó al Che en la quebrada Higueras, en las yungas bolivianas.

- Técnicamente no le falta razón a ese general. En cualquier manual castrense, inclusive en el cubano,

aquella guerrilla “intemacionalista”, in- dependientemente de sus fines revolucionarios, altruistas o lo que

sea, era eso: invasora. Entonces, que además el propio Jefe de Estado le rinda homenaje oficial, obviamente

que ha provocado un “corto circuito” en las mentes de la oficialidad del ejército convencional boliviano.

- Pero han de tener en consideración que Evo Morales pertenece al Movimiento al Socialismo (MAS)...

- Sin duda que lo han hecho, pero también han debido considerar que, ante todo, se supone que es el

presidente de “todos los bolivianos”.

- ¿Acaso Evo Morales, en este aspecto, estaría en un callejón sin salida?

- En tanto no refunde la República, claro que sí: su accionar revolucionario no encajará en los criterios

criollos y globoneoliberales. Y así como está, empantanado en una Asambl ea Constituyente que en un año

de existencia ni siquiera ha redactado el primer artículo de la nueva constitución, se supone de índole

“etnosocialista”, creo que verá incrementados sus problemas.

- Bueno, retornando a las guerrillas castristas de los 60’, ¿a qué atribuye su derrota?

- Al desconsideramiento del Factor Etnocultural, particularmente las que actuaron en el Perú y Bolivia,

incluida la del Che. Para empezar, no había ningún kechua-hablante o aymara- hablante en aquellos

contingentes, que a decir verdad -ya sea por lo barbado, la tez blanca o la idiosincrasia criolla- tenían para el

grueso poblacional “por liberar”, más semejanza con Almagro que con TúpacAmaru. Al respecto, Pacho

O’Donnel, en su obra “El Che”, muy documentada por cierto, transmite explícitamente este impasse en la

entrevista al “camarada aymara” de nombre Eusebio, conformante de aquella guerrilla, quien llega a decir

que el Che no entendió al indio...”. Evidentemente que lanzarse a la lucha guerrillera en los Andes

tahuantinsuyanos en medio de una demografía de estirpe kechuaymara, desconociendo el idioma nativo y

siendo ajeno a la idiosincrasia local, resulta una limitación fundamental; algo que quince añosdespués de

alguna manera “corrigió" Sendero Luminoso, cuyo grueso de cuadros , básicamente provincianos (y ya no

capitalinos), en buena parte dominaron el idioma e idiosincrasia genuina del “teatro de operaciones”. En

aquellas guerrillas peruanas de los 60’, ya sean la de Javier Heraud en la selva de Madre de Dios, o las del

MIR en los Andes orientales, la limitación fue la misma que la del Che en Bolivia. Recuerdo haber leído -hace

bastante tiempo- cierta declaración de Gallegos Venero, uno de los coroneles que elaboró el “Plan Inka” y

que había combatido a esas guerrillas en Mesa Pelada, refiriendo que al campesino la presencia de aquellos

“barbudos castellanos”, con los cuales la comunicación era casi imposible, le provocaba harta “desconfianza

etnocultural”... cosa que no se percibía para con los “soldaditos” del Ejército y hasta con la oficialidad

subalterna mestiza y conocedora del idioma. Por si acaso, ese coronel Gallegos, hablaba fluidamente el

kechua. Mire nomás, por ejemplo, al ya “clásico izquierdista” Javier Diez Canseco; ¿acaso

(independientemente de su discurso) no asemeja a Francisco Pizarra? Y es que por más mariateguista que se

asuma, lo cierto es que para Mariátegui el indio jamás dejó de ser un “problema” (más que sea circunscrito a

la tenencia de la tierra). De ahí la miopía de la izquierda caviar como de la zurda chanfainita en nuestro país.

- ¿Olvida acaso que el “indigenismo” ha sido prácticamente monopolio de esa izquierda?

-Al hablar del indigenismo, primero debemos precisar que esa corriente se genera en la Campaña de la

Breña; es decir, implicó el reconocimiento criollo al heroísmo indio de los ejércitos campesinos del “Tayta”

Cáceres. Inclusive Basadre llega a decir: "... los harapos de sus soldados indios brillaban como una bandera al

sol, parecían llevar la patria en brazos en medio del holocausto...”. Fue Clorinda Matto -acérrima cacerista-

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quien en su obra “Aves sin nido” inicia aquel ciclo que llegaría a su apogeo, sesenta años después, con las

gestas del sargento Benito Castro (El mundo es ancho y ajeno - Ciro Alegría), del reservista Rendón Huilca

(“Todas las sangres” - Arguedas), del licenciado Aparicio Pomares (“El hombre de la bandera” - E. López

Albújar), en el campo literario, así como con Sabogal en el arte pictórico y con Alomía Robles en la música

(“El cóndor pasa”)... Con lo que te quiero decir que no es exacto aquello del “monopolio izquierdista” y

mucho menos marxista. En todo caso, tuvo -el indigenismo- mucho mayor inspiración “tropera", vale decir

de un militarismo genuinamente popular y cobrizo. Por supuesto que también hubo cierta

“yuxtaposición”momentánea entre indigenismo y marxismo, llegando a su máxima expresión con Luis

Valcárcel en “Tempestad en los Andes”, cuando hace alusión “... al proletariado indígena buscando su

Lenin...”: Pero definitivamente fue la resistencia breñera el catalizador de aquel ciclo indigenista.

- Muy interesante conjugación, indigenista-marxista, diríase hasta “aterradora” para las clases oligárquicas

de pedigree hispanista, ¿no le parece?

- Totalmente. Sin embargo debe precisarse que esa conjugación no tenía viabilidad...

- ¿Pero, por qué?

- En la medida que aquel indigenismo no evolucionase en etnonacionalismo, o sea en tanto el indio cholo no

pasara de objeto a sujeto histórico. Debe especificarse que en el indigenismo el indígena es siempre referido

en “tercera persona”. “Ellos”... los indios. Por más buenas intenciones que se tenga, altruistas,

misericordiosas o lo que sea, siempre se terceriza para “esos” pobrecitos desvalidos, casi al estilo de

Bartolomé de las Casas que los consideraba (a los indios) como “sujetos a tutela”. Digamos que es -el

indigenismo- un reconocimiento ajeno a la valía del indio o del cholo; no es pues, un reconocimiento propio,

vale decir en primera persona. Y no es propio por el quincuacentenario déficit de identidad que nos dislo ca

el cerebro. Indigenistas pueden ser las ONG’s extranjeras o hasta ciertas malandrínas como Eliane Karp que

se apiadan dolarizantemente del “buen salvaje”... ¡pero no pueden serlo ese buen o mal salvaje! Ese

“salvaje" sólo tiene la opción liberadoramente genuina del etnonacionalismo, vale decir en la convicción

propia y por consiguiente tortísima en identidad, algo inalcanzable para las izquierdas que no antepongan el

factor etnocultural al factor clasista. Esta miopía identitaria es lo que ha limitado a los sectores pensantes de

la civilidad, como de la milicia, a evolucionar ese indigenismo en etnonacionalismo, lo cual involucra dejar de

enfocar al indio/cholo como “problema”, sino como “solución”... Algo que vía el etnocacerismo, a manera de

catarsis institucional, recién se plasma en el Ejército como “crisis generacional” inmersa en la guerra sucia,

en contra de la pentagonizada voluntad del vladigeneralato.

- A propósito de los generales; pese a que Ud. es feroz con los “vladigenerales”, al grado de haber

“capturado” a uno, en la rebelión de Locumba; también es cierto que siempre se le ve, digámoslo,

“respaldado” por cierto sector del Alto Mando: El Gral. Essenwanger, nada menos que ex jefe del SIN

durante el segundo período de Belaunde, escribe la presentación de su primer libro, a su vez, en la

presentación del segundo vemos al Gral. Germán Parra, de intachable prestigio, como también al General

Armando Chávez Valenzuela quien fue presidente del Centro de Estudios Históríco Militares del Perú, sin

dejar de mencionar al Gral. Bobbio, ex jefe del Instituto Geográfico Nacional... ¿cómo lo puede explicar?

- Estoy convencido que en mayor o menor grado esos generales llevaron en su momento la posta del

etnonacionalismo castrense, o sea del etnocacerismo o como ellos le hayan denominado; y puedo entender

que habrían visualizado en los mencionados libros la plasmación doctrinal de aquel sentimiento. Además,

todos ellos tienen el común denominador de ser pensadores. De alguna manera serían la continuidad de la

posta nativista del “escalafón atahualpista”.

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- Mi padre fue abogado, pero tengo varios tíos militares, los cuales me comentaron algo que se me grabó:

“los generales recién se vuelven revolucionarios en el retiro”... ¿acaso no les calzaría este dicho a sus

generales?

- Puede ser, pero te aseguro que cada cual, a su manera, contribuyó en el activo a la maduración del

pensamiento que yo denomino “etnocacerista”. Lo evidente, lo inobjetable, lo objetivo, es que el

vladigeneralato es la antítesis de ellos, que representan la vena honorable de nuestro alto mando.

- No sea tan “purista” Mayor Antauro... ¿Acaso ignora -por estar Ud. preso- que el general Bobbio no sólo

es consuegro con el inefable Huamán Azcurra, sino que además está denunciado con toda la mancha de

“vladimilitares” por estafar el Estado?

- Que sea “suegro” no depende de él; en cuanto a lo otro, sinceramente lo ignoraba. En todo caso, puedo

suponer que aún no se le demuestra culpabilidad. Sólo te digo, con certeza, que Bobbio fue el único general

que no firmó el Acta de Sujeción.

- ¡Ah, caramba!

- ...Estaba en el extranjero, de agregado militar en Brasil (risas).

- Dígame, ¿este General es de veras hermano del filósofo Femando Bobbio, actualmente preso por

acompañarlo a Ud. en Andahuaylas?

- Son hermanos. El filósofo, de temple espartano, se desempeñó hasta antes del “Andahuaylazo” como

director de la Escuela Política Etnocacerista. Un tipo admirable en todo sentido de la palabra y de nivel muy

superior a su hermano. Analizando la performance de este viejo filósofo en las barricadas de Andahuaylas,

me percaté que así como existen casos de “militares que no son soldados”, también existen civiles que son

“más soldados” que los militares...

- Me ha llamado la atención, en lo referente al libro sobre “etnonacionalismo”, la nota editorial que

refiere la cuasi censura, o censura plena, por parte del rectorado de la Universidad Nacional Mayor de San

Marcos, que intempestivamente suspendió la primera presentación a efectuarse en la Casona, algo aún

más inexplicable, habida cuenta que el director de la Casona es Federico García, cineasta de temas

“étnicos” y de una orientación más que progresista.

-A mí también me extrañó. Y más aún en el caso de Federico García, quien no solo fue director del

estupendo film “Túpac Amaru”, sino también de “Kuntur Wachana” que, siendo yo casi adolescente, pude

expectar, acompañando a mi padre, en el cine Metro, creo que en las postrimerías del régimen velasquista.

Fue la primera vez que vi al público ponerse de pie y aplaudir al término de la película. Años después, creo

que ya en el segundo gobierno de Belaunde, nuevamente vi esa ovación en otra sala de cine: el Pacífico, y

con otro film de Federico García: Túpac Amaru. Creo, más bien, que -en lo referente a la presentación de mi

libro- él no tuvo más alternativa que “acatar" la disposición del timorato rectorado sanmarquino, que

obviamente recibió presión gubernamental.

- ¿Cómo así?

- La fecha de la presentación coincidía con el sexto aniversario de una marcha hacia la frontera sur efectuada

con cientos de reservistas etnocaceristas en Tacna, a fin de hacer retirar aquella famosa caseta chilena

enclavada en ciento y pico de metros en nuestro territorio, que a la postre determinó el retiro respectivo por

parte de los chilenos... en Abril del 2001, pero que lamentablemente, con Toledo, se reinstaló impunemente

hasta hoy.

- Está bien, pero ese hecho databa de seis años atrás...

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-Efectivamente, pero se acababa de reactualizar con la nueva marcha, al mismo lugar, convocada por mi

hermano Ollanta allá en Tacna, por esa misma cuestión...

- ¡Claro! Entonces el gobierno lo interpretó, como un “complot” de ambos hermanos.

- Posiblemente, pero no fue, en realidad, más que una mera coincidencia. Es más, yo hice hincapié -en carta

remitida a las radioemisoras de Tacna (en especial a Radio Uno) - que aquella “segunda marcha” de mi

hermano, era más que todo un cacareo seudo-nacionalista en la medida que proponía, no el rearme

unilateral peruano, sino el “lloriqueo más elevado” ante la Corte de La Haya... Además, no se iba a la

frontera -como se hizo en nuestro caso- a “tirarse abajo la caseta”, sino a cantar “para las cámaras”

cojudamente el himno criollo -el “somos libres”- seguramente ante las risas del par de soldados chi lenos que

hacían de centinelas. Por último, ni siquiera llegaron los congresistas convocantes a la frontera, pues

desistieron a medio trayecto, asustados de que los reservistas etnocaceristas los “desbordaran" y

nuevamente se “tirasen” la caseta, suscitando un problema internacional que ellos -los congresistas

“nacionalistas”- miran con pavor, más aún tratándose de su “cuco Chile”. Además, no estaban dispuestos

por nada del mundo a arriesgar sus mensualidades.

- Bueno, retornando a la cuestión esta de los libros, dígame ¿por cuál tipo de lecturas y autores tiene

afición, obviamente descontando las de tipo político y militar?

- Me encantan los ensayos científicos en “lenguaje popular”, las biografías, los temas de historia, por

supuesto, también las novelas de García Márquez y Saramago entre los extranjeros; entre los nacionales,

indiscutiblemente me inclino por Scorza, Arguedas y Alegría... Últimamente he estado leyendo a este

muchacho Santiago Roncagliolo, cuya prosa y temática me han agradado e interesado.

- Discúlpeme que le corte, ¿y Mario Vargas Llosa? Por si acaso, no se lo digo “cachacientamente”...

- Aunque no lo creas, también lo “frecuento”; pero no por novelista, que -la verdad- no me parece gran cosa,

pues muy superiores veo a los que ya te nombré. Leo a Vargas con interés político. Y es que más allá del

trasfondo (también político) de sus novelas propiamente tales, también tiene francos “ensayos políticos”,

lúcidos por cierto, como son “La utopía arcaica” y “El hablador", en los que se exhibe la visión elaborada del

discurso globocolonial “anti-telúrico”; o sea anti-etnonacionalista. Por eso es que necesariamente debo leer

a este señor, que además es el engreído de los Bush, Tahtcher, Blair, Aznar y compañía. Reitero: MVLL antes

que novelista es político. ¡Ha sido hasta candidato a la presidencia!

X

EDUCACIÓN, PROTEÍNAS, Y

GEOPOLÍTICA DEL HAMBRE

- Mayor, sabemos que en el Perú existe una desmesurada cantidad de abogados, ingenieros y demás

profesionales de otras carreras liberales. La revolución cultural china suspendió las preparatorias y las

universidades durante diez años, comprendidos entre 1966 a 1976, con el fin de relanzar la revolución así

como de eliminar el burocratismo, lo cual tuvo éxito, ¿no cree usted que en el Perú, y sin copiar la

ideología maoísta, deberían recesarse por unas dos décadas estas carreras liberales y orientar a la

juventud hacia otros estudios fundamentalmente de investigación científica?

- No existe un solo premio Nobel sobre ciencias en todo el mundo subdesarrollado, salvo en el caso hindú. Y

así seguirá en tanto la globocolonización siga vigente. O sea, en tanto persista el “libre saqueo” pro

extranjero, de lo único que podemos tener superávit es de curas, tinterillos, politiqueros y militares... y por

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supuesto: del elemental resentimiento social. Esto ha sido la norma en el Perú desde 1532. Basta con revisar

los conceptos de Humboldt, Darwin y Raymondi respecto a nuestro país para constatarlo. Todos coinciden

en que la endémica convulsión social de esta (neo)colonia dificul ta el desarrollo propio, enquistando a una

burocracia inútil y corrupta. Humboldt es incisivo en la ruindad y frivolidad de la clase criolla “ajena” al país

real. Darwin tuvo que frustrar sus planes de estudio del Perú por la guerra entre Salaverry y Santacruz; a su

vez Raymondi muere, sin dejar sucesor, clamando en su lecho de muerte -en San Pedro de Lloc- que la

juventud peruana se dedicase a las ciencias en vez que a la política fratricida. Entiéndase que en tanto no

regeneremos este corral de “humanoides” en (etno)nación de ciudadanos, las republiquetas

latinoamericanas seguirán siendo las primeras productoras de inseguridad ciudadana, guerrillas y dictaduras.

Entonces, cuando tú me das el ejemplo de la revolución cultural china, debemos enfatizar que ah í se dio

previamente una guerra de liberación nacional (contra el Japón y antes contra las potencias occidentales) y

que, efectivamente, su "maoísmo” fue sin calco ni copia. Entonces estuvieron aptos “etnonacionalmente”

para iniciar una “Nueva Era” con el respectivo e inevitable costo social. Desde entonces, China lograría

obtener sus premios Nobel en Ciencias y subsecuentemente se convertiría en potencia nuclear y espacial. Es

decir, en nuestro caso, la respectiva “masa crítica” de investigadores y científ icos que requerirá la nación,

solo podrá desarrollarse con la instauración de una Nueva República que reemplace a la actual Republiqueta.

Mientras tanto, toda iniciativa no será más que una vana ilusión en la que nuestros potenciales amautas y

yachachik’s, en su mayoría desempleados o subempleados, tendrán que optar por taxear, el burrierismo, la

quema de llantas, o en el mejor de los casos, por la piratería de lo inventado en el extranjero.

- ¿Está insinuando que la revolución cultural implicaría una “modernidad” consistente en cerrarnos al

extranjero?

- Bueno, eso fue lo que -en cierta manera- se dio en la China de Mao e, inclusive, la “modernización Meiji” en

el Japón hubiera sido imposible si es que previamente no hubiera habido el respectivo “enclaustramiento”

afianzador de su personalidad colectivo-etnocultural, lo cual le generó las “defensas” que le permitirían salir

imdenme de la apertura a Occidente efectuada desde el segundo tercio del siglo XIX. Evitaron, así, que la

integración a Occidente (o globocolonización) los “desintegrase”.

- Olvida Ud. que precisamente con esa apertura a Occidente, Japón llegó a convertirse en potencia

industrial, innovadora e “inventora”, y por ende moderna en el verdadero significado del término.

- En lo que respecta a lo de “potencia industrial” concuerdo contigo; pero no hay que olvidar que Japón ya

era una “potencia innovadora" mucho antes de la Primera Guerra Mundial, y que la “visita” de las cañoneras

del comodoro Perry, en el siglo XIX, fue exclusivamente para que Japón se abra a Occidente definitivamente.

Pero en lo otro (que Japón se convirtió en “inventor” gracias a Occidente) no concordaré contigo. ¿Sabes tú

que diez años después que se efectuase la emboscada pizarrista contra Atahualpa en Cajamarca de 1532, a

las costas del Japón arribaba la primera flota europea, más exactamente holandesa, cargada de mercancías?

Pues bien, entre dicha carga habían media docena de arcabuces que el Shogún Leyasu adquirió en el acto.

Pocos años después, en los subsiguientes y muy esporádicos arribos de barcos europeos, en aquel Cipango

(tal como Marco Polo había denominado a Japón) ya se fabricaban arcabuces para asombro de los marinos

occidentales. Para entonces, mediados del siglo XVI, el Japón optaría por cohesionarse a si mismo, evitando

el contacto con los “bárbaros globocolonizadores” de tez carapálida. Akira Kurosawa, el máximo director del

cine clásico japonés, cuando en el film “Los siete samurais”, ambientada en el siglo XVIII, muestra las guerras

civiles niponas con tropas “fusileras"... refiere al armamento de fuego “made in Japan” de aquella autarquía

cultural. Por supuesto que con la apertura Meiji la industrialización plena lograría después plasmarse; sin

embargo -y esto es lo importante- la capacidad tecnológica e innovadora, vale decir de “fabricar

autónomamente su modernidad genuina” la lograron preservar gracias a aquella sabia decisión de aquel

Shogún del siglo XVI.

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- ¿Y no piensa que aplicar aquel “enclaustramiento” en pleno siglo XXI, sería algo ya anacrónico? Total,

aquí como en Japón el empleo del celular y el Window está ya masificado.

- Efectivamente, pero ellos como “modernizadores” y nosotros como “modernizados”. Lamentablemente, en

nuestro país la llamada “modernidad” tiene como requisito la “importación” del último grito de la moda, de

la tecnología o de la ideología elaborada desde otras latitudes, afianzándonos la dependencia externa. Y es

que desde que -por 1532- el último amauta elucubró, antes de ser asesinado por el arcabuzazo de algún

Almagro o Pizarra, las dimensiones del último complejo de andenerías en algún recóndito lugar del

Tawantinsuyo... desde entonces nos volvimos calcadores y copiadores; degenerando en meros usuarios, casi

como los chimpancés de circo que maniobran en la bicicleta que jamás podrán entender y mucho menos

inventar. En todo caso, a lo sumo que llegamos en la globocolonialidad es a “piratear” lo importado.

- Convengo en el diagnóstico que describe, ¿pero de veras cree en la autarquía o “enclaustramiento” como

requisito de los países subdesarrollados para acceder a la genuina modernidad, y por ende al desarrollo?

- Autarquía no es sinónimo de enclaustramiento. Además la intensidad globocolonizadora de este siglo XXI,

vía el neoliberalismo, no es comparable a lo que hubo en los siglos anteriores. Por otra parte, el Japón fue

contactado por comerciantes y no por soldados, a diferencia del Tawantinsuyo. En el Japón, la integridad

etnocultural no fue quebrantada como acá... y mientras que los inkas gobernantes eran decapitados o se

replegaban a Vilcabamba, allá el emperador se mantenía en la cúspide de la pirámide social. Esto fue y es de

suma importancia, porque garantizó la supervivencia de la inventiva e innovación propia, vale decir, “su”

ciencia y “su” tecnología. Por supuesto que ahora la ciencia se ha unlversalizado, sin embargo la tecnología

aún se mantiene como “apartheid cultural” propio del hemisferio norte: chip, window, celular, Daewoo,

IBM, Philips, etc. Entonces, cuando hablo de autarquía, simplemente hago ver lanecesidad de “re-invención”

por parte de nuestra materia gris, desperdiciada en el desempleo o subempleo. ¿Acaso nuestros egresados

de la UNI, obviamente con apoyo de un Estado soberano, no podrían recrear su celular, digamos, marca

“Quispicanchis”, en vez de estar quemando llantas o arriesgándose como “burriers” o taxeando? Me parece

que sí, más aún captando todo lo que se pueda de lo avanzado por los occidentales y los japoneses. Claro, es

muy posible que nos resulte un celular del porte de un ladrillo y que “estalle” en la tercera o cuarta rineada,

pero serán nuestros errores y también nuestros aciertos. Eso se llama independencia tecnológica, única

forma de romper el apartheid. Así empieza el desarrollo propio. Al margen que con el ingenio de nuestros

“piratas” de las Malviñas, creo que todo es posible. ¡Machupicchu es “made in kechuaymara”!

- Por lo que entiendo, Ud. no deja nunca de vincular la biología racial con la cultura, y en eso tengo mis

reparos, ¡Microsoft no solamente pudo haber sido generado en el cerebro del gringo Bill Gates, sino en el

de un negro, amarillo o cobrizo!

- Claro, pero el hecho histórico es que resulta un monopolio informático de un homínido de determinada

etnia. Y, como ya te dije, el concepto “étnico” es una medalla cuyas caras son, efectivamente, la raza y la

cultura. Al respecto de este vínculo indisoluble, Darwin fue enfático al sostener que cuando una raza llega al

máximo de su desarrollo físico, se eleva al mismo tiempo a su más alto grado de intelectualidad y cultura. Es

por esto que las potencias que arrasan con los premios Nobel son las mismas que arrasan en el medailero

olímpico.

- Es cierto, pues en lo deportivo también los países subdesarrollados tenemos muy pocas medallas...

- Lo cual es lógico, ya que la competencia física implica -en esos certámenes- la respectiva acumulación

generacional de calorías; algo ciertamente deficitario en las zonas colonizadas vía la imposición de la

geopolítica del hambre; lo cual se agravará -aquí- con el TLC con EEUU que a la postre liquidará, vía el

latifundio extranjero, lo poco que queda de la agricultura nativa. Es decir, habrán más esparragueras “agro

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exportadores”, implicando menor área de cultivos convencionales abastecedores del menú pop ular, y

asimismo más “libre importación” de harinillas o nicovitas (para humanoides) comercializadas por grupos

como Alicorp del banquero Dionisio Romero. Todo este círculo vicioso, inexorablemente implicará más

desbalance dietético, con “debiluchos inflados y gordos desnutridos” a punta de menucillos chatarra, que a

la postre acarrearán más ridículos de la “blanquirroja” en todo tipo de olimpiadas, salvo -repito- en las

“competencias especiales”, vale decir de subhumanos (por algo somos subdesarrollados), en que somos

inobjetablemente una “potencia mundial”. Entiéndase que un país en donde los comedores públicos son tan

“pujantes”, jamás va a colocar un púgil peso pesado en el ranking mundial de la AMB, sino a las justas uno

que otro famélico “peso pluma”, a lo sumo como esparring nockeado en los cuadriláteros extranjeros. Mira

nomás el básket, en donde la talla promedio de las selecciones olímpicas es de 2.10 metros, mientras que la

de los países subdesarrollados no llega al 1.85. ¡Veinticinco centímetros de diferencia entro dos

humanidades: los “súper” Vs. los “sub"!

- Ojo que las representaciones de, por ejemplo, Cuba y Brasil, sí que son potencias en muchas disciplinas

olímpicas...

- Definitivamente, pero Cuba es un país “emancipado” del colonialismo y por ende no está sujeto a esa

geopolítica del hambre. Es por eso, que en varias ocasiones -en los Panamericanos- ha superado incluso, con

sus apenas 11 millones de habitantes, a los EEUU de NA cuya población “sobrenutrida” bordea ios 300

millones. A mi entender, Cuba ya no es subdesarrollada, por lo menos en términos deportivos, educativos y

de salud... que creo, son aspectos fundamentales. Allá no habrán tarjetas Visa para acceder a lujos suntuosos

e inútiles propios del “american way of life” del tipo globoidiotizado de mequetrefes como Homero Simpson,

pero sí que hay soberanía en cuanto a musculatura y neuronas eficientes. Y las estadísticas olímpicas son

contundentes: Solo Cuba saca más medallas que toda la sumatoria de países centro y sudamericanos,

exceptuando al Brasil...

- ¿Y cómo explica el caso brasilero, que –por cierto- no pertenece a la órbita de los “estados forajidos”?

-Brasil tiene doscientos millones de habitantes...

- Indonesia también, y en cuanto país subdesarrollado, sus “humanoides”, tal como Ud. los llama, no son

la excepción en cuanto al ridículo olímpico de la “sub-humanidad”; con lo que le quiero decir que aludir la

masa poblacional del Brasil no es suficiente para explicar del todo su potencialidad olímpica y también

futbolística...

- En Brasil el 50% de la población es de origen afro-esclava...

- ¿Eso que indica?

-Que hubo, al igual que en Cuba, una “selección artificial”, por parte de los amos blancos, para con el

“ganado negro” que adquirían. Sepa Ud. que durante el neoesclavismo impuesto por la colonización en el

submundo “de color” (el anterior, hacía siglos que había sido suprimido en Europa), el interés del amo, o sea

del blanco, era contar con bestias de trabajo vigorosas, sean muías o sean (sub)hombres. Y es así que, por lo

común, se seleccionaban padrillos mandingas para preñar a las hembras y con ello mejorar físicamente a la

siguiente generación. Revise Ud. la crónica de Vargas Llosa en su novela “La guerra del fin del mundo", en

que refiere esto en el noreste brasileño. Y aquí nomás, en Aucallama, entre Pasamayo y Huaral, aún se ven

los restos de una “hacienda de crianza de negros esclavos”, con los galpones “para hembras” y las “celdas de

padrillos”, así como los corrales de negros “del común” no preseleccionados para el apareamiento y

destinados a la misérrima y engrilletada “castidad laboral”. Esa fue la normatividad y moralidad de entonces,

así de cruda e histórica. Entonces, esos millones de afroamericanos brasileños, son producto de este proceso

potenciador en lo físico estrictamente, y por ende, la representación deportiva del Brasil, resulta casi

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enteramente “de color” negra: fútbol, básquet, voley... menos en Fórmula 1, en donde un archimillonario

“cara pálida”, Airton Senna, solo se limitaba a conducir un coche de cuatro millones de dólares. Y en nuestro

caso, estoy seguro que cuando en el extranjero ven a nuestra selección de fútbol -casi acaparada por “afros”-

muchos pensarán que nuestro país está ubicado entre Mozambique, Kenia y Tanzania, más aún cuando

previamente -en el “himno nacional”- cantan aquello de la “humillada cerviz” y la “ominosa cadena

arrastró”...

- ¿Qué hacer, entonces... no competir en olimpiadas?

- Tampoco, simplemente instaurar el etnonacionalismo como escenario indispensable para recuperar

soberanía alimentaría, política y cultural. Considérese, al respecto, que las olimpiadas-tal como lo leí de Fidel

Castro- son una institucionalidad típica del colonialismo, en la que las potencias desarrolladas, además de

apabullarnos inmisericordemente, cada cuatro años, nos exhiben “a manera de feria” su buena

alimentación, su buen entrenamiento y en fin, su superioridad cultural, y por ende, lo “natural justo” que

ellos nos globalicen y nosotros seamos “sus” globalizados.

- ¿Y qué le dice que el español durante la larga etapa del “caudillo” (Franco), creció cinco centímetros?

- Si te das el tiempo de visitar el Museo de Oro que queda en Monterrico, y que más apropiadamente

debería llamarse “Museo de Armas Antiguas” por tan inmensa cantidad del arsenal empleado acá entre los

siglos XVI, XVII y XVIII, no dejarán de llamarte la atención las “tallas” -digámoslo así- de la gran mayoría de

armaduras hispanas de la invasión extracontinental: oscilan entre el 1.60 m y el 1.65... Lo cual corrobora

aquella versión garcilasiana, o no me acuerdo de qué otro cronista, en el sentido que Pizarra “le llegaba en la

oreja a Atahualpa” y que en los enfrentamientos bélicos entre españoles a pie con indios (por supuesto)

también a pie, “... al español se le tenía en nada...”, puesto que sin más trámite era presa fácil del indio, que

le superaba en fortaleza física. Entonces, inmediatamente deberemos relacionar esto con aquel “superávit”

de reservas alimenticias (en kollcas y tambos) de todo un sistema colectivo-agropecuario que dio estupendos

resultados en una sociedad soberana y autárquica que sin tanta alcahuetería “moderna", como los

préstamos del BID, las cartas del FMI, la “Alianza para el Progreso”, “sierra exportadora”, etc. mantuvo una

población calculada entre doce y veinte millones (es decir, casi similar a la actual) con un superior consumo

de calorías y, por ende, de belleza física y subsecuentemente de eficiencia intelectual. Algo tan venido a

menos desde hace cinco siglos de “inserción a Occidente”. Retornando a las armaduras “enanas” del Museo

de Oro, pues te digo que ahora los tataranietos criollos de quienes las emplearon, no podrían caber, con

toda seguridad. No en vano han libre saqueado, a expensas del quincuacentenariamente explotado “cholo

barato”, estas tierras. Por el contrario, puedo entender que los tataranietos de la generación cobriza que se

enfrentó a los invasores, son de menor talla, a consecuencia de la “geopolítica del hambre” de la que siguen

siendo víctimas. Lo cual, hasta lo podemos observar de manera “reglamentada” en las FFAA, cuando para el

ingreso a las escuelas de oficiales se exige determinada “talla y peso mínimos”, creo que en promedio de

1.70 para varones y de 1.62 para mujeres... cuando la talla promedio del pueblo peruano es de cinco

centímetros menos, tanto en varones como en hembras, consolidándose de esa manera el “apartheid

etnotáctico” que orienta a la cholada hacia los estamentos de tropa y a la etnoclase más occidentalizada

hacia la oficialidad: los primeros obedecen, los segundos ordenan. Subordinación andina y mando

occidental. Por supuesto que por ahí, como excepción a la regla, se podría filtrar algún “resentido” Velasco o

“renegado” etnocacerista, pero sin dejar de ser “excepciones”. Se llega así, en este “fenómeno de la

dependencia globocolonial” que involucra geopolítica del hambre, apartheid etnotáctico y otras atrocidades,

hasta extremos tan extravagantes como, por ejemplo, que un Napoleón jamás hubiera podido ingresar a la

Escuela Militar de Chorrillos como cadete: medía 1.58 cms. En síntesis, te puedo decir que los pueblos se

embellecen físicamente y destacan intelectualmente cuando, más allá de derechas e izquierdas, gobiernan

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regímenes (etno)nacionalistas que, sin avergonzarse de su “folklorismo político -ideológico”, anteponen lo

genuinamente local a lo extranjero; lo cual se aprecia -como tú aludes- en la España franquista, en la China

maoísta, en el Chile de Pinochet, en la Cuba de Fidel y, muy pronto -te lo aseguro- en la Venezuela de

Chávez. Y aquí, en el Perú, te aseguro también que solamente en un régimen etnonacionalista lograremos un

superávit de proteínas que robustecerán las apetecibles nalgas de nuestras supercholas facultándolas para

competir de “igual a igual" en las pasarelas de Christian Dior con las supermodelos del primer mundo; recién,

también tendremos exponentes cobrizos en el ranking mundial de la AMB, y recién podremos contar -

también- con nuestro Primer Nobel de Ciencias.

- Ya que hemos tocado el tema de las “armaduras de la conquista’’, ¿no cree que pese a la diferencia de

calidad armamentística, constituye un baldón para el “etnonacionalismo cobrizo” la aplastante derrota en

Cajamarca inflingida por un puñado de europeos a millares de tropas nativas?

- Existe la expresión “parte de guerra’’, que -como su nombre indica- es la versión de cada una de “las

PARTES". Hasta ahora, la historia oficial registra la “parte criolla” y desconsidera la (contra) parte andina. Así

de simple. Y es que el denominado “comunicado oficial”, sólo pensado y escrito en caste llano, sigue

constituyendo la esencia calumniosa de la historiografía curricular de Ministerio de Educación.

- Puede ser cierto...

- ¿“Puede”? ¡“Es” cierto!

- Al parecer Ud. reivindica la llamada “visión de los vencidos”, ¿no es así?

-Vencidos quizás, pero definitivamente no rendidos; de ahí la actitud pugnante y reivindicacionista en pro de

la recuperación de una hegemonía en quincuacentenaria pugna, inmersa en el choque de civilizaciones y en

función a la selección natural y cultural de la especie.

- Si Ud. es contundente, yo también puedo serlo: Explique, pues, en su “versión de (contra) parte”, el

vergonzante desastre militar de tropas cobrizas ante un puñado de blancos en Cajamarca de 1532.

- La primera víctima de toda guerra es la verdad.

Para empezar, es común que cada parte disminuya sus efectivos y aumente los del adversario.

Por ejemplo, según el parte chileno en Arica se enfrentaron 3,400 de sus soldados contra 2,400 peruanos,

pero según el (contra) parte peruano fueron 1,500 de los nuestros que enfrentaron a 6,800 chilenos... En el

caso cajamarquino del 16 de noviembre de 1532 pasa algo similar.

- ¡Por favor! Está registrado que tan sólo fueron cientosesentitantos los españoles que participaron en la

masacre aquella de Cajamarca...

- ¿Has leído el “Amadís de Gaula”?

- Lamento decirle que no.

- Ese clásico de la caballería andante del Medievo europeo, empieza describiendo una lid entre tres

caballeros, pero solamente al final del lance -con la muerte de dos de estos- el autor (anónimo) deja

entrever que en realidad habían, no tres, sino seis combatientes: tres caballeros y tres escuderos. Siempre se

habla del caballero y jamás del escudero, no obstante que era imposible la existencia del primero sin la

asistencia del segundo. Lo cual era lógico, puesto que tanto el jinete como el caballo no podían soportar

permanentemente la incómoda armadura. Ahí entraba a tallar el (o los) escudero(s), cuya labor consistía en

transportar el armamento y medios para el combate tanto del caballero como del caball o, así como las

vituallas para las marchas y estacionamientos. El caso corriente era que cada “noble” caballero (de acuerdo a

su estatus) llevaba consigo uno, dos, tres e incluso más “plebeyos” escuderos. Para el caso del combatiente a

pie con armadura, la situación variaba poco; el escudero pasaba a llamarse “asistente”. Por consiguiente,

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cuando se anuncia un ejército de “300 caballeros” la cifra correcta de efectivos resultaba de multiplicar 300

por 3 ó por 4. Algo análogo sucedería acá en el modus operandi de los ejércitos hispanos, en donde cada

combatiente europeo -a pie o montado- adquiría, ante la masa cobriza, el estatus de “caballero” (o

wiracocha). Asimismo la función logística de los escuderos o asistentes sería cumplida por una abundante

disponibilidad de individuos “de color” -negros e indios a pie- con los cuales no era necesario guardar las

consideraciones que - allá en Europa- se tenía al “camarada escudero" (blanco-occidental) que, por

supuesto, también marchaba montado.

Por otra parte, dado que los equinos traídos a América fueron, por lo menos hasta el siglo XVII, de uso

exclusivo de la caballería, el transporte de cada pieza de artillería (con su dotación de granadas, pólvora,

etc.) que en Europa se tractaba con 18 muías y varias carretas, debió realizarse - aquí-sobre hombros de

indios, tal como describe Garcilaso, que cuando niño presenció la entrada al Qosqo del ejército real tras la

debelación de la rebelión de Hernández de Girón:

"...Cada pieza iba atada a una viga de más de cuarenta pies. A la viga atravesaban otros palos gruesos

como el brazo, iban espaciados a dos pies unos de otros y sobresalían a media braza a cada lado de la

viga. Debajo de cada palo entraban dos indios, uno a cada lado. Recibían la carga sobre la cerviz, donde

llevaban puesta una defensa para que los palos con el peso de la carga no los lastimasen tanto; y a cada

200 pasos se remudaban los indios, porque no podían sufrir la carga más trecho del camino. Es de

considerar con cuanto afán y trabajo caminarían los indios con cargas tan grandes y pesadas, y por

caminos tan ásperos y dificultosos como los que hay en mi tierra, que hay cuestas de tres leguas de

subida y de bajada; que muchos españoles por no fatigar tanto a sus cabalgaduras se apeaban de ella...”

(Comentarios Reales).

Dado que cada turno sería de aproximadamente 70 cargadores, y que técnicamente debían contemplarse

por lo menos tres turnos para una marcha constante, de semanas e incluso meses, como lo eran en aquellos

tiempos, entonces se deduce que cada “culebrina”, cuyo peso era de 3 TN -además de afustes, granadas,

pólvora y demás accesorios que llegaban a casi 2 TN-, requería (para cargar esas 5 TN) entre 500 a 600

hombres por pieza. Resultan, pues, coherentes los efectivos consignados por Garcilaso:

“...y con más de veinte mil indios de servicio, que sólo para llevar la artillería fueron menester doce mil

indios, salió Gonzalo Pizarro del Qosqo para la ciudad de los Reyes...” (Ejército de Gonzalo Pizarro en su

marcha, con 22 piezas de artillería, del Qosqo a Lima - 1547). Agustín de Zarate, en relación a los 22

cañones de Gonzalo Pizarro narra que no obstante emplear doce mil indios en el transporte, solamente

disponía de “...cincuenta artilleros...”

(hispanos), por lo que se deduce que el elemento cobrizo necesariamente tuvo que cumplir funciones

técnicas de artillero (apuntador, municionero, cargador, etc) bajo el comando directo del oficial español. La

administración de 22 cañones con su respectiva logística y personal de tropa, requería actualmente de por lo

menos cuarenta oficiales. Si se considera que mientras menos tecnificado el armamento, este requiere de

mayor personal; podremos convenir que el elemento europeo solamente pudo dirigir los comandos de tiro,

y que el elemento que los efectuó, fue el combatiente “auxiliar” indio.

Con respecto al combatiente negro, dicho elemento sería empleado como asistente de su amo blanco, sin

dejar de lado -negros asistentes e indios escuderos- sus funciones eminentemente combatientes. En las

crónicas se aprecia todo un surtido de casos en que se constata la función militar de estos individuos. Es

más, la única baja “pizarrista” en Cajamarca, fue un esclavo negro.

- Debo reconocer que su explicación “técnico-militar” es didáctica y brillante, sin embargo reitero, en

Cajamarca la diferencia numérica fue abismal...

- Precisamente esa “abismalidad" es una falacia. Y es que considerando la información técnica, podemos

deducir que el 16 de abril de 1532, la multirracial fuerza armada comandada por Pizarro no podía ser menor

de 3,000 individuos en razón a lo siguiente:

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- Infantería; 104 infantes blancos c/u con 2 ó 3 asistentes “de color” negro y/o cobrizo (104 x

4) o sea; 416 individuos.

- Caballería; 64 jinetes blancos c/u con 2 ó 3 escuderos-asistentes “de color” negro y/o cobrizo (6x4) o sea;

256 individuos.

- Artillería (al mando del griego Pedro de Candía); 4 piezas, para cuyo transporte desde Tumbes -según lo

explicado- a lo menos se tuvieron que emplear 2,400 cargadores indios, además de indios “artilleros”

propiamente dichos.

Es decir, no se trató -en absoluto- “de un puñado de superhéroes blancos” del tipo Indiana Jones o Rambo. Y

eso que ni siquiera hemos contabilizado las decenas o centenas de barberos-sangradores (que hacían de

“servicio de sanidad castrense”), los herreros, intendentes, etc... que precedían al grueso combatiente, tal

cual se estilaba allá en la vieja Europa y que se copió acá, de lo cual hay tantísimas alusiones en las mismas

crónicas hispanas.

- Sinceramente, sorprende este enfoque, que -creo- obliga a los estudiosos de aquel episodio histórico a

replantear esquemas...

- Esta composición étnica de los ejércitos hispanos en América, impregnados de un racismo que obviaba la

participación del combatiente “de color" y que exclusivamente contabilizaba al “wiracocha” occidental, nos

permite visualizar que para tener un concepto real de los efectivos de aquella época, debemos multiplicar la

cantidad “registrada oficialmente" por un promedio de 5 ó 6, lo cual de arranque erosionaría aquel eslogan

de los “Trece de la Fama”. Es decir, nos percataremos que el ejército de Pizarro y Almagro que marchó de

Cajamarca al Qosqo, fue conformado no solamente por los 409 individuos de raza blanca (168 con Pizarro y

241 con Almagro) “registrados oficialmente”, sino además con por lo menos 3,000 individuos “extraoficiales”

de las razas negra y cobriza; en una fuerza armada cuyo efectivo completo no podía ser técnicamente menor

de 4,000 combatientes. Tal falsificación -derivada de un racismo histórico- tiende a diluirse a medida que el

mestizaje homogeniza la demografía nacional, pero que aún se ve registrada (por la historia oficial) en la

omisión de la participación de las fuerzas irregulares o guerrilleras en la independencia criolla, en la

Campaña de la Breña y-aún ahora- en el soslayamiento del rol de las rondas campesinas y asháninkas en la

debelación de los movimientos subversivos. Al respecto, vemos reflejada esta “tendencia” durante los

patrullajes contrasubversivos, en los que por lo común se emplean campes inos como guías o para que

carguen el equipo de radio u otro material. Sin embargo, pese a que dichos “sujetos” sufren tanto como los

soldados (caminando igual y comiendo de lo que buenamente le “convide” la tropa) y muchas veces hasta

suelen estar presentes en los enfrentamientos, muy excepcionalmente son registrados en el parte de

operaciones: Oficialmente no existen.

- Creo que reminiscencias de esto, pero con sus ingredientes étnicos, se observa en el cómic del “Llanero

Solitario”... que no obstante tener un asistente indio (“Toro” ) no tiene pues -en verdad- nada de

“solitario”.

- Felicitaciones: ya estás enfocando las cosas etnonacionalistamente...

- Ahora, dígame, usted, que es un hombre joven y que influye en muchos sectores de juventud, ¿qué

piensa de la educación primaria, secundaria y universitaria en el Perú?

- Ni aun poniendo a Jesucristo o David Copperfield como ministros, se logrará una educación de calidad en

tanto no impongamos el ETNONACIONALISMO en el país; lo cual implica un giro de 180 grados en política

económica y la respectiva revolución cultural. Me explico: Aquí se confunde educación con instrucción. La

educación viene de casa, o sea del entorno familiar. Se instruye en la escuela y la universidad. ¿Pero qué

pasa cuando por efectos del desempleo y subempleo la célula de la sociedad –vale decir, la familia- colapsa?

Surgen hijos pirañitas o barristas bravos, las hijas masajistas o burrier y hasta la subsecuente dosis conyugal

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de cuernos en un “hogar” donde no puede generarse la míni ma base afectiva como educativa; peor aún

cuando la creciente dependencia alimentaria (producto de un agro en bancarrota por la “libre importación”)

ha determinado que el 53% de nuestra infancia esté con desnutrición crónica según datos de la UNESCO

corroborados por el mismo ministro de salud. Entonces, en ese escenario, con un material humano

erosionado en demasía, no debe extrañar que seamos los coleros en matemáticas a nivel continental, codo a

codo con Haití, y que en educación física seamos una “potencia" en olimpiadas de minusválidos. Y es que

solo puede darse aquí, con reformitas y demás masturbaciones, una “educación para humanoides”,

subdesarrollados en cuerpo y alma. Y si encima agregamos la privatización de la educación, pues apenas se

generará una minúscula élite que, bajo lo que se conoce como “fuga de cerebros”, se disolverá en la

autoexpatriación, quedando solamente las manadas de desempleados y subempleados con hartas llantas

que quemar y carreteras que bloquear. Por supuesto, que desde la perspectiva globocolonizadora esto es

perfectamente “normal”. Entiéndase que en los corrales del sur se requiere exclusivamente de cientos de

miles de lamperos y no de premios Nobel. En conclusión: la problemática educativa en el Perú no solo es una

cuestión de salarios y currículas, sino ante todo una cuestión de PROTEÍNAS. Es imposible pretender una

educación de calidad en tanto estemos plagados de comederos públicos y atiborrados de PRONAA, CARITAS

y demás ONG’s que nos aplican la geopolítica del hambre.

- Concuerdo en aquello de las proteínas y de los salarios como problemáticas de la “instrucción” en el

país... ¿pero también las currículas han de ser cambiadas?

- Por supuesto. Lo que pasa es que -me parece no tienes hijos en edad escolar, y si los tuvieras, puedo

deducir que no les revisas sus libretas. Ahí hallarás que desde hace varios años los cursos de “Historia del

Perú” y “Geografía del Perú” no existen. Lo más lamentable es que en ninguna plata- forma de los SUTEP’s

(el de Patria Roja como el de mi amigo Robert Huaynaiaya) se impugna este atentado. Por si acaso, tampoco

existe el curso de “Historia Universal’’...

- No soy un despistado al respecto; sepa Ud. que en lugar de todo éso existe el curso de “Personal

Social”...

-Que es una “huevadilla”, ya que ahí se compresionan una serie de “minicursos” como educación cívica,

alguito de historia, una pizca de geografía, etc., de tal manera que aquellos “señores cursos” que nuestra

generación y las anteriores –incluso muchas promociones qué nos preceden- llevamos, se han miniaturizado

a menos del 10%, como parte de la política globocolonizadora de descerebrar mediante la amnesia colectiva

a los humanoides del libre mercado “de color” subdesarrollado. Les urge, pues, arrasarles lo poco que

restaba de identidad. Nada mejor, entonces, que iniciar aquel proceso desde la niñez. La verdad, es que en la

actualidad lo que se enseña en la universidad es lo que hasta dos o tres décadas atrás se enseñaba en la

secundaria. Lo irónico de todo es que se puede, ahora, deci r que “en los colegios del Perú no se enseña

historia del Perú”, y que -más bien- esto se enseña, con toda seguridad, en la Escuela Militar “Bernardo

O’Higguins” de Chile.

- Coincido en que se trata de una situación anómala que debe rectificarse cuanto antes, pero no me parece

que sea para “dramatizar’’...

- En un país en crisis de identidad, definitivamente que aquel cercenamiento de la memoria colectiva, y por

ende del sentimiento de soberanía -peor aún desde la infancia- constituye un atentado gravísimo, a menos

que admitamos que en vez de ser nación somos colonia. ¡Entonces, por supuesto, sería plenamente

coherente y lógico! En ese caso, efectivamente estaría “dramatizando”. Mira: este proceso traicionero se

viene dando no sólo en la forma, sino también en el fondo de esa microcurrícula de “Personal Social”: la

guerra con Chile, por ejemplo, cuya versión “de acá” cada vez más se viene modificando en función a la

versión “de allá”, desde que el ministro Alian Wagner -siendo miembro del gabinete de Toledo- suscribió un

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convenio con Chile para conformar una “Comisión Mixta” que unificara la crónica de aquel conflicto, a fin de

erradicar toda semilla de legítimo sentimiento revanchista en la sociedad peruana. Se ha llegado al extremo,

en la Escuela Naval de La Punta, de develarse un busto de Arturo Pratt -héroe máximo de la armada chilena-

en el patio de honor: es decir, vemos cómo aquel atentado contra la historia, entre otras vulnerabilidades,

degenera en un “amariconamiento” institucional de la Armada Peruana ante sus vencedores históricos.

- Quizá habría que enfocarle como un “gesto” que, entiendo, es recíproco entre ambas armadas, dado que

en la Escuela Naval de Valparaíso simultáneamente se habría develado un busto de Grau. ..¿No cree

francamente que exagera con su “chauvinismo”, mayor?

- O yo exagero o tú minimizas; por lo que creo conveniente separar hechos de opiniones: ¿en estos

momentos en que conversamos, existen o no 37 mil kilómetros cuadrados de nuestro mar territorial

ocupados por la marina de guerra chilena a cuyo héroe máximo se le rinde pleitesía en “nuestra” escuela

naval? ¿Esta situación es anómala o normal? Respondamos esto, para verificar quién pone el dedo en la llaga

y quién es cómplice o parte de la llaga. ¡Caramba, en vez de estar devel ando efigies adversarias, debiérase -

en todo caso- rendir culto en el patio de honor de la Escuela Naval de La Punta al más grande marino del

continente: Túpac Yupanki, el inka navegante que en el siglo XV descubrió Oceanía, vale decir Polinesia y

Melanesia, así como la isla de Rapa Nui (Pascua -N. del A.)!, lo cual está referido por los cronistas hispanos,

mestizos e indios, e inclusive estudiado por eminencias como Thor Heyerdhal y Antonio del Busto, este

último confeso “pizarrista”. Pero a ver, pregúntele a algún almirantillo criollo sobre esto, y reaccionará como

si le mentaran la madre... puesto que etnoculturalmente preferirán siempre al chileno Pratt que al indio

Yupanki. ¡Imagínese un inka desplazando a Grau como patrono de la Armada y venerado por cadetes y

almirantes criollos de estirpe italiana e hispana!

- Oiga mayor, Miguel Grau tiene todo el mérito como héroe máximo de la marina peruana, claro sin

desmerecer al inka Túpac Yupanki...

- Te recuerdo que Nicolás de Piérola le otorgó póstumamente la medalla “de segunda”...

- Eso fue una mezquindad histórica de Piérola en medio de una politiquería ruin, como acaeció en 1879...

-Algo que, por cierto, muy poco ha variado hasta hoy. Pero, creo, deberás reconocer que lo efectuado por el

Inka del siglo XV, nada menos que descubrir otro continente -como lo es Oceanía- resulta mucho más

meritorio que ser derrotado heroicamente en determinada batalla naval. Por supuesto, también sin

desmerecer a Grau.

- Puedo entender por qué le invitaron al retiro, mayor, pues sus herejías deben sacar “conejos" en el

cerebro de sus generales y almirantes.

- En un ambiente globo-idiotizado, la verdad es subversiva.

XI

CHILE, EL CHAUVISMO

COMO “NECESIDAD”… Y LOS

MAPUCHES

- En cuanto a Chile, por ejemplo, se presenta Ud. como un feroz enemigo; ha señalado incluso que para

que exista paz verdadera con ellos deben devolvernos Arica y Tarapacá. Dijo también: que si los franceses

tuvieron paz con los alemanes al término de la primera guerra mundial, fue porque Alsacia-Lorena volvió a

dominio francés, y que más adelante, anexionada por Hitler, fue nuevamente devuelta a Francia en 1945,

y que así se pudo establecer entre ellos una paz segura. Pero Chile no va a devolver nada, porque -se

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olvida mayor Antauro- que ya hay acuerdos establecidos con la anuencia del Perú en su momento. ¿Sino,

cómo sería el mundo; Estados Unidos tendría que devolverle Texas a México y así por el estilo?

- En cuanto a tratados y acuerdos, también, luego de la amputación de Alsacia-Lorena hubo un tratado

Franco-Prusiano suscrito en Versalles en 1871. Y es que en cuestiones geopolíticas los tratados subordinan

su vigencia a los vaivenes del potencial militar de los estados que los suscriben. Por consiguiente,

efectivamente Chile no devolverá nada en tanto el equilibrio estratégico le sea favorable en proporción de 3

a 1 respecto al Perú. Igualmente EE.UU. jamás les retornará Texas, California, Nuevo México y Arizona a los

mejicanos en tanto estos no superen en potencial militar a sus vecinos del norte (al pare cer nunca).

Una oportunidad que a México se le presentó fue durante la 1ra. Guerra Mundial, cuando Alemania le

plantea incorporarse a la Triple Alianza, y que -abastecida con pertrechos germanos- harían la guerra y la paz

“juntos”, en pos de la recuperación de sus territorios arrebatados. La propuesta salió a la luz con la

divulgación del “telegrama Zimmerman” que a la postre aceleró el ingreso de EE.UU. a la guerra. En el caso

del Perú y Bolivia, ambos amputados por Chile, hemos de reconocer que la actual territoriedad fronteriza

tripartita es el único punto de tensión geopolítica que subsiste en el subcontinente desde el siglo XIX, incluso

más allá de la época de la Guerra Fría, ahora, reactivándose en plena Globalización. Entonces, mi posición no

es “caprichosa”. No propongo necesariamente la guerra de reivindicación territorial, PERO TAMPOCO LA

ELUDO, y mucho menos cuando el denominador común de la actitud de los gobiernos criollos que se han

sucedido -exceptuando a Cáceres y Velasco- ha sido la de un franco “amariconamiento” ante Chile. Por

último, los tratados se “reacomodan” o se “modifican” en función a las nuevas realidades.

- No obstante, por lo menos, el principio básico de todos los tratados es que deben ser cumplidos por

ambas partes...

- En teoría; pero la realidad es crudamente distinta. Y te digo que todo lo “tratado” con Chile ha sido y es

INEJECUTABLE, paradójicamente no por parte peruana, sino por ellos:

• El Tratado de Ancón, suscrito en 1883 y ratificado por ambos Congresos en 1884, estipulaba un “plebiscito”

a los diez años para definir la situación de Tacna (incluida Arica que jamás fue provincia; era y es el puerto

natural de Tacna, así como lo es el Callao para Lima).

Chile se negó; más bien financió a Piérola, quien embarcado en Valparaíso llega a Pisco en 1895 para dar

inicio a una rebelión anticacerista.Es así que el cautiverio tacneño dura medio siglo.

• El Tratado de 1929, luego del frustrado plebiscito (que no llegó a efectuarse por la presión chilena,

convencida que le sería adversa la voluntad de la población, pese a la feroz campaña de chilenización),

contempló el “libre tránsito” de personas mercaderías y armamentos entre el puerto de Arica y la urbe

tacneña, que hasta ahora incumplen los chilenos. Ni hablar del también “teórico" malecón de atraque.

En conclusión, la inejecutabilidad es una realidad.

- ¿Y en el tema puntual del diferendo marítimo peruano-chileno (los 37 mil km2 de mar peruano

actualmente bajo soberanía chilena), no cree Ud. que el procedimiento de solución hallado -la Corte

Internacional de La Haya- constituye una demostración que el diálogo y la diplomacia aún son

herramientas eficaces?; además esta fórmula de La Haya fue propuesta por el Partido Nacionalista, a la

cual ha convergido el gobierno aprista...

- Si somos acuciosos, verificaremos que la “fórmula” de la Corte Internacional de La Haya para resolver ese

diferendo marítimo, provino del toledismo entreguista. Fue el Canciller Rodríguez Cuadros quien propuso

aquello en el 2004. Pero en sí, ¿no significa acaso un “lloriqueo” a una instancia más elevada, la de esta

propuesta, propia del “amariconamiento criollo”, ante Chile? De ahí, solo sigue encomendarse a la Beatita

de Humay o a Sarita Colonia...

- ...Bueno, es que aquella guerra fue hace bastante tiempo.

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- El actual diferendo peruano-chileno, elevado a la instancia supranacional de La Haya, viene a ser la más

reciente consecuencia de la hecatombe del Huáscar en Angamos. Desde entonces quedó amputado el cada

vez más reducido “mar de Grau” y -salvo en el período velasquista- consensuado el desequilibrio

estratégico/militar favorable a Chile. Al Perú solo le quedaría rumiar el legítimo desquite, tal como los

franceses respecto a sus cautivas Alsacia y Lorena. Y es que nuestro país fue vencido...pero no rendido . Es

precisamente de ahí, de esa “inrendición”, que deriva no solamente nuestro legítimo derecho al

“revanchismo", sino también el aún existente hilo de soberanía peruana sobre Arica, estipulado en el tratado

de 1929.

- Parecería que Ud. no confía en el Derecho Internacional ni en la capacidad de Torre Tagle.

- Con este “elevamiento” a La Haya el Estado criollo “tira la toalla” formalmente con respecto a una solución

“manu militari”, vale decir “a lo Alsacia y Lorena”, análogas a las aún cautivas Arica y Tarapacá, respecto a las

cuales -no obstante el desequilibrio estratégico- teníamos derecho a “resentir” justamente por nuestra

histórica inrendición. Y dado que las resoluciones de La Haya son inapelables, resulta ser Torre Tagle -la

cancillería más inepta del continente (un millón de kilómetros cuadrados perdidos “a sola firma” en 187 años

de república)- la que sellará el epílogo de Angamos. De esta manera asistirá la delegación “casi peruana” (4

de sus 11 miembros son extranjeros) al funeral histórico de Manuel González Prada -el apóstol de la

revancha heroica- a efectuarse en La Haya. Bueno, desde que se desveló el busto del patrono (Pratts) de la

Armada que nos usurpa el patrimonio marítimo (por lo cual se acaba de presentar la demanda), ya podemos

imaginar el “calibre patriota” de tal delegación. ¡Sopésese que el mismo canciller, José Antonio García

Belaunde, resulta ser el sobrino-nieto del traidor de Arica, el coronel Agustín Belaunde (el único que propuso

la rendición de la plaza y que huyó en la antevíspera de la batalla)! No obstante, ya sea por ignorancia o por

amariconamiento, la clase política (incluidos los seudo “nacionalistas”) vienen respaldando unánimemente el

lloriqueo criollo ante los jueces extranjeros, sin sopesar que de ser adverso el v eredicto (pues Chile

presentará más de un documento en el que “nuestros” cancilleres criollos aceptan el paralelo como “límite

marítimo", tal como efectivamente se reconoce en los tratados de pesca de 1952 y 1954), aquella situación

usurpadora “de hecho” evolucionará en “derecho” reconocido globalmente.

- Le hago recordar que el jefe del equipo recuperador peruano, es Allan Wagner, un personaje respetado

por toda la clase política y cuya experiencia y capacidad está fuera de duda.

- “¡Un peso pesado como Allan Wagner!", sostienen estos (cómplices) feligreses de la Corte globocolonialista

de La Haya y de la beatita de Humay, que obviamente no han reparado en las primeras palabras de ese

mangazón: “No iremos a pelear"... (¿Entonces a qué va?). Al árbol se conoce por sus frutos. Efectivamente,

por eso sostengo que los atorrantes de la selección de fútbol tienen más posibilidades de clasificar a un

mundial, a que el “equipo Wagner" logre la más mínima victoria en La Haya (ojo, que el hecho que la

demanda sea admitida, como seguramente ocurrirá, no constituye “victoria” alguna, tal como se empieza ya

a cacarear). Para empezar, el ministro de defensa que autorizó la instauración de aquel monumento chileno

en el patio de honor de la Escuela Naval, fue ese mismo Allan Wagner Tizón. Pero la cosa no queda ahí, su

prontuario entreguista y pro-chileno es “muy destacable”. Fue nada menos que Alfonso Benavides Correa,

embajador de intachable patriotismo y de producción intelectual respetabilísima, quien lo acusó, durante e l

primer periodo de García (del cual Wagner fue canciller), por su “déficit de sentimiento soberano”

demostrado en las tratativas peruano-chilenas del 29 de Octubre de 1985 respecto a la ejecución de las

cláusulas pendientes del tratado de Lima de 1929, en el que Wagner acepta que el malecón de atraque “P”

en Arica “...esté sujeto a la autoridad chilena...", así como la “...revisión de los textos de historia...” con miras

de suprimir todo (re)sentimiento legítimamente revanchista de los etnonacionaiistas pe ruanos. Agréguese a

esto su “escolta de asesores”, empezando por el “solapa” agente pro-chileno, Fabián Novak, enquistado en

el MINDEF.

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En realidad, todo esto es parte de un proceso que logra destacarse desde la imposición del neoliberalismo en

el Perú, vale decir, con la orgía privatizadora-extranjerizadora que en gran proporción fue “chilenizadora”. Y

es que así como el entreguista y antisoberano TLC es una posta fujimorista-toledista-alanista, pues la

chilenización es análoga: con Fujimori se suscribe la inefable “Convención de Lima”, aún más entreguista que

el Acta suscrita por Wagner en 1985, que ponía en remate el “Chinchorro” entre otras traiciones; luego con

Toledo llegarían los “asesores/espías” chilenos, entre ellos

Esteban Silva, co-autor del libro “blanco" de la Defensa Militar chilena y, asimismo, se iniciaría la

“costarreñización” o desarme unilateral peruano simultáneo al rearme unilateral chileno, y -ahora- con el

alanismo el amariconamiento trasciende las instancias internacionales.

- ...¿Yentonces?

- Que muy pocos se percatan que en verdad más conviene mantener el estatus quo así, “explosivo” como

está, pues eso nos permitirá mantener la “inrendicion" y su potencial desquite... cosa que ahora el criollismo

propugna enterrar definitivamente en la historia, porque aún en el supuesto de que La Haya falle a favor de

Perú, ¿a ver entonces, acaso una fuerza “casco azul” hará replegarse a los destroyers y submarinos chilenos?

Y nuevamente a fojas cero. No se debe llorar como hembras lo que no se sabe defender como varones, reza

un refrán. Mejor, manténgase uno callado, sea el tiempo que sea, pero siempre aspirando al desquite y no

apelando al lloriqueo global. Y esto último es lo que viene haciendo el criollismo.

- ¿Cuál sería entonces la alternativa, habida cuenta del desequilibrio armamentístico con Chile?

- El rearme unilateral peruano. Así de simple. Entiéndase que una nación que enarbola como lema oficial (tal

como figura en su escudo) “por la razón o por la fuerza” -agotadas las razones- solamente puede entender la

fuerza. Y hace demasiado tiempo que se agotaron...

Estoy seguro que recién cuando tengamos el doble de submarinos, blindados y cazas que ellos, o sea cuando

recuperemos la “cualidad disuasiva”, verá Ud. cómo la Armada Chilena sólita se retira, también

“unilateralmente”, del Mar de Grau. Así entiende Chile. Con Velasco, que revirtió aquel “desequilibrio

estratégico” a nuestro favor en una proporción de 3 a 1, por vez primera desde Tarapacá, Chile confeccionó

planes defensivos ante Perú. De entonces (1975) data el minado “defensivo” de su frontera norte.

- De todas formas mucho se le critica su “antichilenismo”; ¿no le parece que esto ofrece un flanco

descubierto por el que le criticarán sus rivales políticos?

- Los etnocaceristas guardamos simpatía para todos los pueblos del mundo, pero resulta concretamente que

no es el país llamado Madagascar, Nepal o Tailandia el que nos usurpa nuestro mar territorial y las tierras

irredentas como Arica, ni tampoco nos tienen como cuasi colonia económica. No, no son esos países...

Es un país que se llama Chile. Considérese que el patriotismo (y su versión política: el etnonacionalismo)

tiene también su “sentido común”; algo inexistente en la politiquería criolla. Afortunadamente, el pueblo

peruano es valiente y patriota, y por más que el criollismo se “eche” ante Chile, el país profundo sigue

rumiando la legítima revancha.

- ¿Conoce Ud. Arica?

- He tenido muchas oportunidades para hacerlo, en mis años de subteniente en que laboré en la frontera

sur, pero siempre lo evité.

- ¿Se puede saber por qué?

- Porque soy soldado. Si voy a Arica, es en un tanque.

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- Acaba de mencionar que sirvió en la frontera sur, en donde seguramente pudo observar el flujo

comercial Arica-Tacna; ¿no le parece que alterar el estatus quo geopolítico descolocaría toda aquella

actividad establecida, a la larga perjudicando a los pueblos de ambos lados de la frontera?

- El tripartito peruano-chileno-boliviano es una zona “altamente sísmica” geopolíticamente hablando. Es el

único foco de tensión que se ha mantenido hasta este “tiempo de la globalización”, en Sudamérica. Y es que

en este tripartito se concentran y conjugan una serie de problemáticas “de choque": el mar peruano

usurpado por la Armada “CH”; la mediterraneidad boliviana y la salida de su gas; la soberanía “P” frustrada

en Arica (Malecón de atraque, el libre tránsito de mercaderías, armamentos y personas, etc., tal como lo

establece el tratado de 1929) y el etnonacionalismo aymara que desciende hasta las urbes costeñas del su r

peruano y norte chileno, en un informal desborde demográfico. A la larga la colisión armada es inevitable,

salvo que el Estado Chileno de motu proprio devuelva lo usurpado, por supuesto, con la condición previa

que en Bolivia y Perú el etnonacionalismo hegemonice el aparato estatal, incluyendo el Alto Mando de sus

FFAA-en el caso peruano- particularmente en una Marina de Guerra en donde los apellidos italianos deberán

ser sustituidos por los apellidos kechuaymaras. Eso ya se viene dando en la Bolivia de Evo Morales. A la larga,

Arica y Tarapacá retornarán al seno patrio ancestral, por ley de la gravedad y por más que la partidocracia

criolla se defeque en los pantalones.

- ¿Se puede entender, o avizorar entonces, que en un escenario etnonacionalista en el Perú, más aún con

su correlato en Bolivia, el conflicto es inevitable?

- El conflicto existe desde ya. Te hago recordar que Bolivia oficialmente no tiene relaciones diplomáticas con

Chile y que la amputación del mar peruano en su sector sur es una realidad, incluido el respectivo espacio

aéreo. Ahora, que esta situación anómala se haya tornado en “estatus quo” por el amariconamiento del

criollaje peruano- boliviano, es diferente. Pero los etnocaceristas no entramos en vainas: nos inspiramos en

el Cáceres “tayta”, el héroe de la resistencia y la dignidad. Por eso, reitero, que el rearme unilateral peruano

deberá ser una de las prioridades del futuro régimen etnonacionalista, en la medida de lo posible aspirando

a la disuasión antes que al conflicto en sí.

- ¿Pueden ser, y de hecho son, “radicalmente coherentes” sus enfoques, pero no cree que peca de

chauvinismo en el caso específico de su posición con Chile?

- En el caso nuestro, al etnocacerismo se le moteja de chauvinista por triple factura: la reiv indicación de la

etnicidad cobriza, por su feroz oposición al libre saqueo de las empresas transnacionales y por la empecinada

“no renuncia” (o “legítimo” revanchismo) a la recuperación de los territorios y mares arrebatados por Chile

en 1879, ante lo cual el criollismo ya se echó “por convicción”. Sin embargo, si de ser razonables se trata,

debiéramos percatarnos que verdaderamente aquel “chauvinismo” no es nada negativo, con mayor razón en

sociedades tan carentes de identidad’ y con una tradición de traición tan ingloriosa, como lo es el caso

peruano... Y es que para nosotros ser chauvinistas es una NECESIDAD aquí y ahora.

- ¿El Chauvinismo... una “NECESIDAD”? ¿Cómo se digiere eso?

- En el diccionario castellano de la Real Academia, la palabra CHAUVINISMO se explica así:

“Patriotería; exaltación exagerada de los sentimientos patrióticos” (sic). Pero ya que el patriotismo es la

manifestación sentimental del nacionalismo y dado que en el mundo “de color” subdesarrollado urge

acentuar la etnicidad para preservar la identidad colectiva que nos proteja del efecto desintegrador propio

de la globalización... se explica que ese concepto (chauvinista) sea aplicado de manera “insultante” o

“criticable” al etnonacionalismo emancipador de los pueblos con gran demografía nativa (vale decir con

“problemas” del cholo, del negro o del indio). Baste prender la TV de cualquier programa “político” para

percatarse que uno de tos estigmas que los locutores rentados (Valenzuela, Althaus, Tafur, etc.) nos endilgan

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a los etnocaceristas, es la de “chauvinistas xenofóbicos”, “patrioteros ignorantes”, “etc.” Sin embargo,

ninguno de esos fulanos sabe quién fue NICOLAS CHAUVIN.

- ¿Bueno, y quién fue?

- Nicolás Chauvin (de cuyo apellido deriva el concepto de “chauvinismo”) nació en Roche fort, Francia, en

1790; se enlistó a los 17 años en la “Grande Armée” de Napoleón, a cuyas órdenes sirvió “exportando las

ideas de la revolución francesa” a toda la Europa continental. Veterano de las campañas de Polonia, España,

Rusia, así como de los “cien días” que culminaron en Waterloo, fue resaltado entre sus camaradas por haber

sido herido 17 veces en batalla, resultando con una severa desfiguración del rostro y mutilación de la mano.

Por su lealtad y heroísmo, recibió del mismo Bonaparte -en el campo de batalla- el “Sable de Honor". Con la

restauración borbónica, todo el legado napoleónico (que rescataba y “exportaba” el ideal nacional y

revolucionario) pasó a ser satanizado; proceso en el cual se recogió la “personalidad” de Chauvin como

objeto de mofa no solamente por el “republicanismo" que implicaba, sino también por su origen campesino

(a Chauvin también se le denominaba “el soldado labrador”) y “arribista", según visualizaba la oligarquía a

ese gran sector popular que mediante el fragor revolucionario y el batallar napoleónico había escalado

posiciones sociales, desplazando inclusive a ellos (los monárquicos), obligándolos a expatriarse. En 1831

sería estrenada –en París- la comedia “La cocarde tricolore", tomando como personajillo al “ridículo soldado-

labrador”. Se sobre entiende que la “cocarde tricolore” aludía a aquel símbolo jacobino tan odiado por los

realistas (la escarapela tricolor) que les hacía recordar el decapitamiento de Luis XVI. Pero no obstante que

Chauvin para la segunda mitad de l siglo XIX había ya fallecido, la promoción del término “chauvinismo”

(erróneamente escrito a veces como “chovinismo” a causa que la “au” en el francés se pronuncia también

como “o”) se reimpulsaría a partir de 1870, a raíz de la guerra franco-prusiana que determinó la amputación

de Alsacia-Lorena; provincias galas que serían cautivas de Alemania hasta la primera guerra mundial. Lo

cierto fue que el chauvinismo jamás dejó de ser visto con recelo por los oligarcas en la medida que

expresaba ya no exclusivamente el sentimiento patriótico, sino el “ansia plebeya” por el (etno)nacionalismo

popular, que más allá de las críticas y contracríticas, le permitió a la Francia mutilada mantener

indesmayablemente el compromiso de recuperar sus “cautivas”, ante lo cual ya había capitulado su

oligarquía.

- Sin embargo, pese a esta brillante explicación, el chauvinismo tiene algo de xenofóbico...

- No; el chauvinismo no es sinónimo de xenofobia (odio a lo extranjero) sino que simplemente coloca las

cosas en su debido lugar: si determinado país nos amputa determinado territorio, no puede haber

“confraternidad” si es que no se da la recuperación respectiva... sea cual sea el país o “entidad

transnacional” agresora. Muy posteriormente a la muerte de Nicolás Chauvin (1849), dicho término fue

nuevamente criticado a raíz del “caso Dreyffus”, en el que un capitán del Ejército Francés (Alfred Dreyfuss),

de estirpe hebrea, fue acusado injustamente de espionaje a favor de Alemania por el Estado Mayor

Francés; caso inmortalizado por Emite Zola (“Yo Acuso”) en 1894 y que de manera particular denostó de

aquel “antisemitismo evidente” del generalato galo, adjuntándole el de “chauvinismo", pero -en lo que

respecta a este último- agregándole injustamente el ingrediente de “xenofobia”, más por interés periodístico

que por rigor conceptual. Sin embargo, así fue cómo se “relanzó”, entrando el siglo XX, este término. Pero

sería con el (etno)nacionalismo impreso por el Gral. de Gaulle (héroe de la resistencia antinazi) para evitar

que Francia fuera degradada al sub nivel de "potencia de segunda” por Roosevelt, Churchill y Stalin, que la

recientemente bautizada “izquierda caviar" (el “caviarismo” tiene su partida de nacimiento allá y acá

simplemente ha sido “importada” conceptualmente), rebuscando entre su “archivo” de clichés, adjetivizó

esa Quinta República como “chauvinista”, pese a que de Gaulle reconoció la independencia de Argelia. Lo

que pasaba era que aquel “internacionalismo marxista”, del cual se nutría también la izquierda caviar

francesa, veía con enojo a un gobierno (etno)nacionalista cuya savia popular provenía de los “maquis -

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labradores” de la resistencia guerrillera en conjugación con el estrellato de un general de estirpe

aristocrática, pero “sin lealtad a su clase de origen”, y que ponía a raya el hegemonismo norteamericano

sobre la “vieja Europa”, dejando a la izquierda de salón sin discurso y sin piso.

- Bueno, entonces el chauvinismo vendría a tener algo de “militarismo” ¿no es así?

- Se puede decir que el chauvinismo encarna, además del etnonacionalismo popular, un “militarismo

tropero-campesino” con su respectiva potencialidad revolucionaria que incomoda definitivamente a las

oligarquías, más aún cuando éstas se identifican generacionalmente con lo foráneo. En el caso de la América

cobriza vendría a ser la antípoda del denominado “malinchismo” (la Malinche: cacica náhualt que se alió con

Hernán Cortés, de quien tuvo un hijo, y que simbolizó en la guerra de conquista del reino azteca, el

colaboracionismo al extranjero y traición a lo nativo -N. del A.) o “felipillismo” en el caso particular peruano.

Pero también, dado su origen tropero y revolucionario, tiene mucho en común, Chauvin, con los reservistas

etnocaceristas (in)surgidos de los cuarteles del país profundo como antípodas del generalato y oligarquías

corruptas y traidoras. Por consiguiente: aquí y ahora es plenamente coherente ser chauvinista y por ende

“rescatar” el significado popular del término, despercudiéndolo del estigma “ultraderechista” que se le suele

aplicar en Europa, enfatizando que si el etnonacionalismo (en donde se incluye el chauvinismo) puede llegar

a ser negativo en el norte desarrollado (imperialista), pues en el sur “de color” subdesarrollo y

globocolonizado... ¡resulta POSITIVO porque es LIBERADOR! Recuérdese que nuestra praxis revolucionaria se

debe valer, siempre, de la conquista de conceptos para triunfar en el combate ideológico sobre el criollismo

cavernario.

- Creo que de todas formas le hubiera sido, a Ud., conveniente conocer Chile; es más, el agudo y elocuente

González Prada, el “hombre de la revancha histórica” y que además influyó en Mariátegui y Haya, vivió en

Chile, y-parafraseando a Martí- “conoció la entraña del monstruo”...

- Por si acaso; he estado en Chile.

- Pero ¿cómo? ¿No acaba de decirme que no quiso conocer Arica?

- Pero incursioné por otra zona...

- ¿“Incursionó”?

- Sí. Fue en Abril de 1988, en que conjuntamente con un grupo selecto de oficiales, bajo el mando del

entonces comandante Oswaldo Castillo - quien era mi jefe de batallón- en la 10rna. División de Montaña

“Santa Rosa” (prov. de Chucuito-Puno), en cumplimiento de disposiciones superiores se nos misionó hacer

un reconocimiento a la frontera “de altura” con Chile y además fotografiar la vía férrea del ferrocarril Arica -

La Paz ¡y al tren mismo! Sépase que la vía discurre en forma paralela a la línea de la Concordia, a diez

kilómetros dentro del territorio chileno. Tuvimos que adentrarnos, el que habla y un capitán (Marco Jiménez

Rocha) para luego aguardar agazapados entre el ichu y el gélido frío de madrugada, hasta que el tren pasara.

Cumplimos la misión y fue el retorno lo que me enervó: ¡teníamos que abandonar algo que fue nuestro!

- Interesante. ..¿Y sigue ahí esa División de montaña?

- No; Fujimori y Montesinos la desactivaron, y ahora solo queda una doceava parte de los tres mil efectivos

de antes. Los cuarteles fueron transformados en prisiones. El penal de Challapalca queda allá. Y es que

paralelo al rearme unilateral chileno se ha venido dando el desarme unilate ral peruano, en función a las

prescripciones del Pentágono que contemplan en Chile el rol de “gendarme regional” para mantener a raya a

las choladas peruano-bolivianas cada vez más involucradas en el etnonacionalismo.

- ¿El “fundamentalismo andino” aludido por Alan García en su primera visita a Bush?

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- Así es. Recuérdese que García ahora disputa con el colombiano Uribe en "quién se echa más a Bush”; debe

saberse, además, que en el Departamento de Estado el “peligro indio” o etnonacionalismo es

conceptualizado, ya, como “amenaza”.

- Con cierto aire de “Far West”... ¿no le parece?

- Es que en el fondo tienen como raíz el mismo factor étnico, en función al “choque de civilizaciones”. Por

eso es que en el tripartito peruano- boliviano-chileno colisionan dos capas tectónicas etnoculturales:

invasores e invadidos. América vs. Abya Yala. Es decir, que más allá del mero “problema de coordenadas

criollas” peruano-boliviano-chileno, resulta una confrontación occidental-andina.

- ¿Y dónde “encajarían” los araucanos chilenos?

- De nuestra parte, por supuesto. Algo que los etnocaceristas apreciamos en estos compatriotas que

actualmente vienen luchando por la reivindicación de sus derechos ante el Estado Criollo chileno (al igual

que nosotros respecto al Estado Criollo peruano), es que hasta 1881 continuaron resistiendo a las FFAA

occidentales- criollas. Es decir que mientras el Tayta Cáceres despejaba, al mando de los ejércitos

kechuaymaras, la sierra central peruana, a cinco mil kms más al sur las tribus mapuches enfre ntaban a varios

batallones chilenos, con lo cual de alguna manera “descompresionaban” el frente del Mantara. Y es que

aquel cacique Panchulef (jefe de la resistencia mapuche), sin darse cuenta, le prestó colaboración al ejército

etnocacerista de la Breña ante el enemigo común. Razón por la que los etnonacionalistas peruanos debemos

considerar como compatriotas y hermanos de lucha a los mapuches; al igual que ellos para con los

kechuaymaras, cuya quincuacentenaria resistencia, particularmente en la Breña, impidió que en el sur

chileno se culminase el genocidio del tipo “Far West” que exterminó al piel roja de la Norteamérica

anglosajona.

- ¿Mapuches o araucanos?

- A decir verdad, el gentilicio “araucano”, aplicado primero por españoles y luego por criollos y mestizos, no

es del agrado de los oriundos, que se autodenominan “mapuches”. No obstante, respecto a la resistencia

que opusieron a la conquista española, las “entradas" de Pedro Valdivia inspiraron a Ercilla la crónica “el

Arauco domado”. Si bien es cierto Túpac Yupanki los había hecho retroceder hasta la margen izquierda del

Maulé, fue en la expedición de Almagro y Paullo Inka que se les hizo retroceder 80 kms. más al sur: hasta el

Bío Bío. Y ahí quedaría sentada la “frontera” entre el hispano reyno de Chile y las tribus mapuches que,

acaudilladas por Lautaro y Caupolicán, imprimirían una página heroica en la resistencia etnonacionalista de

los pueblos originarios de Abya Yala, desde las mismas trincheras de Manko Inka, Cahuide, Santos Atahualpa,

Túpac Amaru, Túpac Katari, Pumacahua, Cochis, Toro Sentado, Caballo Loco y Gerónimo...

- Francamente, impresiona que un “etnocacerista” como Ud. llame “compatriotas” a los indios chilenos...

- Es que son “tan chilenos” como Gerónimo “estadounidense” o como Cahui de “peruano”... Sí, los

mapuches, como los indios de las reservaciones norteamericanas, son “compatriotas” en función al

indisoluble vínculo sanguíneo que es el eje ancestral de la gran y telúrica (etno) nacionalidad indoamericana.

Compatriotas mapuches que actualmente vienen presentando batalla a las mineras y forestales extranjeras,

así como al propio Estado Criollo que ha encarcelado bajo el cargo de “terrorista” a la principal dirigente de

aquel pueblo, la activista Patricia Troncoso (“La Chepa”) que ya viene purgando carcelería de diez años.

Huelga referir que ante la defensa de sus tierras (por parte de los mapuches) el Estado chileno, ya sea en las

versiones criollas de “derecha” (Pinochet) o de “izquierda” (Bachelet), viene manteniendo idéntica “política

de Estado” de total intransigencia.

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- Sin embargo, pese a toda su argumentación, interesante por cierto, Chile es considerado el único país

“exitoso” en Latinoamérica, precisamente por su hegemonía blanca, entre otros factores... ¿Podría

concluirse, entonces, que en Chile también existe el “problema del indio”?

- En cuanto al supuesto “exitismo” chileno, habría previamente que especificar: ¿exitoso en cuanto

latinoamericano o en cuanto indoamericano?; urge, pues, una definición en función al metabolis mo

etnocultural que por lo menos en Perú, Bolivia, Ecuador y Guatemala, ya se inclina hacia la vertiente

originaria en perjuicio de la postiza. Reitero: etnonacionalmente el indio es “solución” y no “problema”. Y el

supuesto “éxito chileno” es del tipo Far West: genocida; o sea extirpando, descerebrando y sinrimiendo lo

indio. Vale decir, “sin nosotros”.

No obstante, los mapuches “siguen existiendo”: en el último censo llegaron ai 8% de la población total de

Chile, concentrados en las regiones de Araucania, Los Ríos y Los Lagos,en el extremo sur... y sus “ayllus”

tienen una plataforma unitaria de tres puntos:

1-Restitución de la propiedad de los territorios que les fueron despojados por el Estado chile - no desde

1810.

2-Respeto al derecho de autodeterminación (plantean un “Estado Federado”).

3-Expulsión de las transnacionales de su territorio ancestral.

Es evidente que el metabolismo poblacional chileno se diferencia del peruano, en que aquí la mayoría

demográfica cobriza (chola) tiene cercados a los apátridas y minoritarios sectores criollos y/o extranjeros en

las “burbujas residenciales” de una horrible Lima... mientras que en Chile el sector criollo y extranjero, al ser

mayoritario demográfica y culturalmente, somete como minorías “de color" a los cobrizos mapuches por el

sur y a los cobrizos aymaras en las regiones del norte usurpadas a Bolivia y Perú. Se estima que de los 14.5

millones de habitantes de Chile, 1.2 son mapuches y otro 1.2 aymaras... vale decir que son nuestras

“avanzadas étnicas” en dicho territorio por reivindicar, cuyo nombre inclusive es de origen kechua: “Chiric”

(frío). De ahí, la potencialidad geopolítica de una “Internacional Inkaica” que cohesione y refunde en una

sola Gran Nación los gruesos poblacionales cobrizos, diseminados desde Tierra de Fuego y la Patagonia hasta

las tierras Inuits de Alaska... en forma análoga a la “Commonwealth británica” (que reúne a las etnias

anglosajonas establecidas estatalmente en Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Bélice, Irlanda,

Gales, Escocia e Inglaterra), al “sionismo” (que unifica a los setenta millones de hebreos dispersos por todo

el mundo, con su capital oficial en Tel Aviv e histórica en Jerusalén), o a la “Iberoámerica” cuyos

descendientes criollos (o mestizos que “creen” serlo) cl aman por la “madre patria” del otro lado del

Atlántico, mientras que maldicen a los “runas” oriundos de Abya Yala.

-Aceptando que, efectivamente, Chile contiene cierto “factor étnico” dentro de su metabolismo social... le

reitero que lo objetivo es que en casi dos siglos de existencia republicana bajo hegemonía criollo-blanca,

ha tenido determinado “éxito nacional” que no lo han tenido Bolivia ni Perú.

- No lo niego; además, también yo he reiterado que el criollismo peruano (como boliviano) no tienen

viabilidad alguna y siempre serán presa fácil del proyecto geopolítico de Diego Portales. Desde Yungay de

1839 hasta los reductos de 1881 y de estos hasta la actual usurpación del mar territorial adyacente al litoral

sur, la hegemonía chilena sobre un criollismo peruano-boliviano (más temeroso de sus respectivas

“indiadas” que de sus vecinos del sur) es una constante histórica.

Ya están pisados en cuerpo y alma. Sin embargo, subsiste el “bendito problema del indio”: el

etnonacionalismo de estirpe kechuaymara que no cesa en su resistencia. Por consiguiente, en tanto no se

erija un régimen etnocacerista, la subordinación y fracaso persistirán -empezando por el caso del pisco-

como “constante” del criollismo peruano, a manera de contracara natural del “exitismo chileno”.

- ¿De veras lo cree?

- Estoy absolutamente seguro. Hasta existen antecedentes históricos: El Perú criollo siempre ha sido vencido

o invadido por Chile:

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• Los almagristas "de Chile” que efectuaron el primer golpe de Estado, acabando con Pizarra y degollándolo

en su misma casa.

• La expedición sanmartiniana, que inclusive impone un primer escudo peruano en donde destaca el

pabellón chileno y el cóndor de su escudo.

• La expedición Bulnes (1838) contra Santacruz, que culmina en la batalla de Yungay.

• La guerra de 1879, en su etapa convencional entre Angamos y los reductos.

En cambio, el Perú cobrizo, no solo le ha resistido siempre a Chile, sino que incluso hasta lo ha vencido e

invadido:

• La expedición civilizadora de Túpac Yupanki, en el siglo XV .

• La derrota chileno-argentina en Paucarpata (Arequipa), Iruya. Humahuaca y Montenegro (norte argentino)

por los ejércitos de la confederación peruano-boliviana, en 1835.

• La derrota chilena en la sierra central, desde Ayacucho hasta el valle del Mantara, por los etnocaceristas

breñeros entre 1882-1883.

Inclusive es con el régimen (etno)nacionalista de Velasco, que Chile (Pinochet) se ve obligado a colocarse “en

defensiva”, minando su frontera norte y confeccionando -por vez primera desde Tarapacá- “planos

operativos defensivos”.

Como ya te dije, existe una crujiente “tectónica etnocultural” en el cono sur: Occidente Vs. Abya Yala, cuyas

coordenadas raciales también han sido referidas por la misma contraparte criolla. Allá en Chile, el libro “La

Raza Chilena", de Nicolás Palacios, escrito en la posguerra (aún con Tacna ocupada) fue un bestseller para la

clase política de Santiago que asumía la superioridad del “roto" sobre el “cholo", así como la del criollo de

estirpe anglosajona (mayoritario en Chile) sobre su similar de estirpe hispana (minoritario en Perú). Por

supuesto, en colaboración con quinta-columnistas como Ricardo Palma que explicaba la debacle de 1879

culpando a la “raza abyecta y degradada”, refiriendo al indio; asimismo en Bolivia, el crioll o Alcides

Arguedas, sostendría similar tesis en su obra “Pueblo Enfermo”... en una ofensiva intelectual anti -andina que

tendría su respuesta etnonacionalista en el amauta Luis Valcárcel, vía su obra “Tempestad en los Andes”.

- Parecieran ser, la del “etnonacionalismo” peruano y la del “occidentalismo” chileno, posiciones

irreconciliables...

- Jamás estuvieron “concilladas”. Y es que el desembarco invasor y extracontinental de Colón, la rebelión de

Manko Inka y el genocidio del Far West... configuran un “choque de civilizaciones” por la selección natural y

cultural de la especie. La muerte del uno implica la vida del otro y viceversa. Por eso la Importancia del

mestizaje no solamente biológico, sino principalmente cultural... pero “mientras tanto”, o sea en tanto en el

Perú no se compense la demografía nativa con la respectiva hegemonía político-económica, y que por su

parte Chile no devuelva de motu proprio los territorios usurpados y asimismo no otorgue autonomía política

a nuestros compatriotas mapuches, el estallido persistirá latente.

- Este inusual enfoque geopolítico apela en demasía a la etnicidad -algo indigerible para las élites europeas

y norteamericanas (y también chilenas)- y me parece que el “etnonacionalismo" que Ud. enarbola,

fundamentalista de cabo a rabo, tiene un largo trecho histórico por recorrer aún...

- Definitivamente, el etnonacionalismo tawantinsuyano constituye la llave geopolítica del genuino desarrollo

de nuestro pueblo, del cual los mapuches son parte. Ni ellos son “chilenos”, ni nosotros “peruanos". Nos

cagamos en el rojiblanco como en la estrella solitaria.

¡Veneramos el arco iris de la wifala andina!

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XII

ECUADOR, “AMAZONITIS”

Y LA CORDILLERA DEL

CÓNDOR - Sé que Ud. también sirvió en la Cordillera del Cóndor, dígame entonces su opinión sobre el conflicto

peruano- ecuatoriano que ya por segunda vez (1981 y 1995) estalla en esa recóndita región.

- En el verano de 1981, en que estalló el conflicto en el Alto Comainas (falso Paquisha), yo era un simple

postulante a la Escuela Militar de Chorrillos. Mi promoción tuvo, sí, como instructores a los tenientes

veteranos de aquel hecho de armas. Para el año 1995, en que el conflicto estalla 40 Kms. más al norte, en la

misma Cordillera del Cóndor, en el sector del Alto Cenepa, ya era capitán y me tocó servir en el teatro de

operaciones del Norte, en un batallón de infantería blindada de la Novena División que se desplazó hasta la

orilla misma del río Zarumilla.

Permanecimos cuatro meses vivaqueando en el monte. Al frente de nosotros, a su vez, estaban desplazadas

las unidades blindadas ecuatorianas. Fue en ese acantonamiento que se concentró la mayor densidad de

pertrechos y tropas, mientras que en el otro teatro de operaciones, del Nor-Oriente, se empeñaban las

infanterías ligeras de ambos ejércitos en los sucesivos combates que se dieron en Cueva de los Tayos y

Tiwinza...

- ¿Me quiere decir que mientras las infanterías se enfrentaban en la selva alta, los blindados se

observaban imperturbablemente entre si, solamente separados por el río fronterizo?

- “Imperturbablemente” no, pero sí, efectivamente “a tiro de piedra”. Debe entenderse que ambos altos

mandos (a los cuales sus presidentes les hicieron caso en ese aspecto) eran muy conscientes que si aquella

guerra “focalizada" (a la Cordillera del Cóndor) se extendía a lo que en argot castrense se conoce como el

“corredor de la costa”, vale decir las densísimas zonas de Tumbes (Perú) y Machala (Ecuador), que en su

conjunto sobrepasan el medio millón de habitantes... convirtiéndolas en campos de batalla, pues hubiera

acaecido una carnicería. Es que si en la Cordillera del Cóndor la densidad poblacional binacional es de apenas

0.1 hab. /km2, en el área de Tumbes- Machala es de 96 hab./km2... soportando los embates -de darse esa

hipótesis de guerra- ya no de unas cuantas patrullas aisladas de infantería o de uno que otro helicóptero

artillado, sino de divisiones blindadas, artillería pesada y misilera, infantería motorizada, así como de lo más

potenciado de la Armada y la Fuerza Aérea. Dentro de esa hipótesis, ambos estados mayores calculaban que

en solamente medio día de combate el índice de mortandad equivaldría al de un trimestre en la Cordillera

del Cóndor, en donde, a decir verdad, las bajas totales de ambos ejércitos, no pasaron de 250 muertos y 600

heridos en los dos meses que duraron las operaciones de aquel conflicto “limitado”.

- Sin embargo, esas “consideraciones” que los estados mayores tuvieron en 1981 y 1995, de focalizar el

conflicto al área de 78 kms. No delimitados de la Cordillera, no la contemplaron en 1941, en donde el

teatro de operaciones principal fue la costa (donde inclusive se dio la batalla de Zarumilla) con el

respectivo empleo de blindados, aviación y hasta de paracaidistas que descendieron en Puerto Bolívar...

- Hace dos tercios de siglo la densidad poblacional de aquel área costeña era diferente a la actual. Era tenue;

por supuesto que esto no fue el motivo principal que animó al generalato ecuatoriano a atacar por la costa

preferentemente, en detrimento del teatro de operaciones selvático (en donde, no obstante, hubieron

escaramuzas entre los PV fronterizos). Lo cierto es que en 1941 la Segunda Guerra mundial protagonizada

por las potencias del hemisferio norte, de alguna manera había “excitado” la belicología entre las

republiquetas del hemisferio sur. Y si además agregamos aquel “objetivo geopolítico” ecuatoriano -

incentivado por Chile- del acceso al Amazonas, pues por ahí otearemos lo que motivó aquella “iniciativa”.

Sépase que durante la primera mitad del siglo XX las misiones militares chilenas prácticamente reformaron

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las FFAA del Ecuador (hasta le fundaron su Escuela de Guerra) logrando posesionarse del pensamiento

castrense de ese país, en donde la historia militar que se enseña a sus cadetes incluye las campañas chilenas

en el Perú de 1879, bajo “versión de parte”, vale decir en la que se muestra al Perú como el país

“imperialista" al que los “valerosísimos” soldados chilenos le propinaron una merecida paliza. Como ve, con

aquellos “súper héroes” de instructores, que a la vez les estimulaban el “ego bélico”, pues el Ejército

Ecuatoriano se lanzó... empotrándose en Zarumilla, por el lapso de tres días, contra un Ejército Peruano que

luego penetraría hasta 120 kms dentro de territorio “E”.

- Un gran mérito del Estado Mayor peruano, ¿no lo cree así?

- No. El gran mérito fue del “hereje" comandante José del Carmen Marín Arista, el cual, contradiciendo la

opinión “reglamentaria” del generalato (que consistía en dar la batalla a las puertas de la ciudad de Tumbes),

impuso su planeamiento de plantarse en la misma cortadura del río Zarumilla, lo cual evitó que las tropas

ecuatorianas incursionaran prácticamente sin resistencia en una profundidad 25 kms. Esta “herejía”, le costó

previamente el arresto, siendo el propio presidente -Prado- quien tuvo que interceder y, luego de

escucharle, imponer su criterio en medio de la animadversión del Alto Mando. Existe bibliografía al respecto,

amén de anécdotas alusivas dentro de la cultura cuartelera.

- ¿Pero, cómo pudo haber llegado aquel Estado Mayor peruano a la apreciación obtusa de presentar

batalla a 25 kms. de la frontera, desamparando Zarumilla? ¿Acaso me está diciendo que la batalla debiera

haber sido en Puyango?

- Es que “reglamentariamente”, vale decir en función a los manuales foráneos y vigentes en la cabecitas del

Estado Mayor, efectivamente, desde un planteamiento defensivo, la batalla debió haber sido en Puyango y

no en Zarumilla. Así lo contemplaba la doctrina de entonces, interpretada al “pie de la letra" de acuerdo a las

prescripciones de teatros de operaciones muy diferentes a los nuestros, así como para ejércitos -europeos o

norteamericanos- con colosales logísticas y efectivos. De tal manera que se dejaba una distancia de decenas

de kilómetros entre la línea de contacto y los dispositivos defensivos propiamente dichos. Puro colonialismo-

castrense, que el “hereje" Marín tiró soberanamente por la borda, recurriendo al sentido común local.

- Lo cual le valió su proyección al generalato y su subsecuente labor pionera en el CAEM que

posteriormente fundó.

-Fueron dos los comandantes que se proyectaron por la batalla de Zarumilla: Odría y Marín, ambos

promocionales. El primero, ya de presidente, impondría la dependencia doctrinal made in USA en relev o de

la anterior proveniente de Francia. Es así que comenzarían a transitar por este corral, como Pedro por su

casa, las misiones militares del US Army. La “pentagonización”.

Sin embargo, aquel “descerebramiento” tuvo su resistencia precisamente con el CAEM de Marín, cuyo

eslogan “las ideas no se imponen; se exponen”, fue lo que permitió que el (etno)nacionalismo castrense

lograra un espacio de refugio en aquella coyuntura mundial de “Guerra Fría”, en la que el Perú degeneraba

aceleradamente en corral de patio trasero. Entre el alumnado de Marín

-el único general ante el cual la prepotencia pro yanki no surtía efecto- estuvo un tal Juan Velasco Alvarado...

- Relevante este Marín, quien además, en su etapa de soldado raso, conformó el piquete de tropa que

hacía servicio en la residencia de retiro, en Ancón, de! ya anciano mariscal Andrés Avelino Cáceres...

- Definitivamente existió un hilo conductor entre Cáceres, Marín y Velasco. El tercero fue pupilo del segundo,

y este ordenanza del primero. A su vez, los etnocaceristas nos asumimos como continuadores del proyecto

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trunco de Velasco. Como verás, no somos descubridores de la pólvora, sino que simplemente somos el

reciente relevo de una posta antigua.

- Bueno, retomando el tema del Ecuador, quisiera que me precisara la posición etnocacerísta respecto a la

pretensión amazónica de dicho país, dado que en una declaración Ud. afirmó que en un eventual gobierno

etnonacionalista eran “inminentes una guerra con Chile e inclusive con Ecuador, salvo que allá gobernase

la CONAIE (Consejo de Nacionalidades Indígenas del Ecuador)”.

- Enfocamos la “amazonitis” ecuatoriana -independientemente que haya sido estimulada por Chile para

obligar al Perú a empeñar parte de su potencial militar en el norte - como una problemática de índole

estrictamente criolla y (neo)colonial. La misma “argumentación madre" es delatora: el “descubrimiento” del

Amazonas... Es decir, con la tara del verbo colonial “descubrir”: descubrimiento de América por Colón,

descubrimiento del Pacífico por Balboa, descubrimiento del Perú por Pizarro, descubrimiento del Amazonas

por Orellana, descubrimiento de Machupicchu por Bingham y hasta de Chokekirao por Eliane Karp. ¿Te das

cuenta? Y es que nuestras republiquetas o corrales traseros están parcelados por fronteras absurdas, en las

que algún Sucre o Almagro de turno, luego de trazar una raya declaraba: “de aquí para la derecha es Perú y

para la izquierda Bolivia” o “para allá Colombia y para acá Ecuador”, lo cual, en términos nativistas es

absurdo. Por eso es que las guerras o escaramuzas peruano-ecuatorianas han sido todas estúpidas: digitadas

en función exclusiva a los intereses criollos de ambos lados de la “frontera", enfrentando mutuamente a un

solo y único pueblo de estirpe cobriza. Se deduce, entonces, que entre gobernaciones etnonacionalistas a

ambos lados de la “raya”, ya sea el etnocacerismo y la CONAIE, aquel conflicto se diluiría instantáneamente,

pues la tendencia apuntaría, por ley de la gravedad, a la reunificación o confederación, a la cual tambié n de

manera natural convergería el Kollasuyo boliviano de Evo Morales, en una especie de “Internacional Inkaica”

o neo Tawantinsuyo.

- Actualmente, Rafael Correa gobierna Ecuador con un estilo que emula algo del bolivarianismo de Hugo

Chávez como del etnicismo de Evo Morales; además, contó y cuenta con el apoyo de la CONAIE, ¿puede

entenderse que aquel proyecto confederativo de las ‘‘repúblicas inkaicas”, propugnada por el

etnonacíonalísmo, sería no solamente viable con la Bolivia de Evo sino también con el Ecuador de Correa?

- Por ahí me ha llegado cierta información que Correa también habla kechua; sea cierto o no, es evidente

que está decidido a efectuar transformaciones revolucionarias, las cuales -en un hábitat social tan similar al

nuestro y al de Bolivia- de ser francamente revolucionarias, inexorablemente derivarán hacia el

etnonacionalismo, o sea hacia la “Internacional Inkaica”.

- No obstante, en el actual impasse por la cuestión de la frontera marítima peruano-chilena, Correa ha

apoyado la tesis del “paralelo geográfico” esgrimida por los chilenos...

- Eso es parte de la “inercia” de un siglo de chilenización en la clase política ecuatoriana. No exijamos tanto.

Se trata de un proceso de “gradual desahuevamiento”. Algo que será lento en tanto acá s iga gobernando un

criollismo que mira con pavor al etnonacionalismo; ante el cual, Chile se le presenta como un “protector”, tal

como efectivamente acaeció en la coyuntura “intercultural” de la resistencia de la Breña, en donde los

criollos peruanos combaten codo a codo con sus “hermanos chilenos” contra las indiadas

neotawantinsuyanas. Por eso es que se prefiere, en la Escuela Naval, tener un busto de Arturo Pratt antes

que de Túpac Yupanki.

- Es muy arraigada la “chilenización” en el aparato estatal ecuatoriano, particularmente en sus FFAA, tal

como Ud. ya lo ha referido. Pinochet, siendo mayor, conforma la misión que le funda su Escuela de Guerra.

Honestamente, será muy difícil “captar” al Ecuador, aún bajo pautas etnonacionalistas.

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- Ni tanto; existe el antecedente histórico de la Confederación peruano-boliviana fundada por el mariscal

Santacruz, que obtuvo la simpatía del entonces presidente ecuatoriano Flores, en pleno conflicto entre los

ejércitos confederados peruano-bolivianos versus las fuerzas aliadas de Chile y Argentina, entre 1835 y 1839.

Inclusive, Santacruz, luego del desastre de Yungay, logra -luego de embarcarse en una nave británica-

obtener asilo allá, en Ecuador.

- Santacruz era veterano de Pichincha, por consiguiente era muy bien visto en Ecuador...

- Claro; pero también su proyecto geopolítico “neo-tawantinsuyano” de alguna manera también lo era. Un

proyecto que colisionaba con el de la contraparte chilena elucubrado por Diego Portales, de “hegemonía

chilena en el Pacífico Sur”, desarticulador de todo conato reunificador de las repúblicas de estirpe inkaica.

Entonces, con los ascensos de Correa y Evo, este proceso de transformación “etno -geopolítica” vuelve a

replantearse solo con diferencias de forma, inmerso en el llamado “socialismo del siglo XXI”...

Es decir, la conjugación del sueño bolivariano de una Latinoamérica unida, claro está, en los Andes bajo

milenaria base inkaica. Por ahí va la senda del desarrollo genuino de un único pueblo dividido por absurdas

fronteras. Y es que mantenerse geopolíticamente en función al Uti Possidetis de 1810, nos eternizará como

"corral trasero” de EEUU bajo vigilancia del gendarme chileno. Por eso sostengo que la “amazonitis”

ecuatoriana no pasa de ser un lío de coordenadas criollas digitado en úl tima instancia desde Santiago.

-Aceptando que esa “amazonitis”, tal como Ud. la denomina, fuese -efectivamente- una cuestión de

“coordenadas criollas”, entonces ¿cómo explica aquel antecedente de la pugna huascarista-atahualpista ?

- Ese antecedente es ajeno a los conflictos peruano-ecuatorianos. Recuerde que Ecuador, como

republiqueta, recién aparece en 1830 como una desmembración de la Gran Colombia, casi al mismo estilo

que Panamá (que también se le desmembra seis décadas después). Y su nombre es de índ ole cartográfico y

en lo absoluto histórico. Es decir, imaginado en un gabinete con mapamundi y no generado en el fragor de la

revolución o de la guerra. Entonces “anexarle” un prólogo inkaico y milenario a una coyuntura caricaturesca,

como lo es el conflicto de la Cordillera del Cóndor, no pasa de ser una mañosería mediante la cual se

enfrentan las desmemoriadas choladas de ambos lados de esta fronterilla.

- ¿Pero, acaso le parecen “caricaturescos” tres conflictos en sesentaiséis años? ¿O un par en la Cordillera

del Cóndor en menos de quince años?

- En términos “técnico-castrenses”, ambos conflictos en esa Cordillera, específicamente, no pasan de ser

“escaramuzas”, si hemos de cuantificar los efectivos y pertrechos empeñados. Por ejemplo, hace

cientoveintitantos años, o sea cuando el país tenía apenas 2.5 millones de habitantes, una batalla en el Alto

de la Alianza (Tacna) dejaba tendidos en el campo quince mil bajas en ambos bandos; a su vez, en los

enfrentamientos en las puertas de Lima (San Juan y Miraflores), se empeñan un total de sesenta mil

efectivos, dejando un saldo, entre muertos y heridos, o sea “bajas”, de veinte mil... ¡Cuándo Lima tenía 140

mil habitantes! Es decir, algo equivalente a que en este siglo XXI, en un país de veintiséis millones de

habitantes y con una capital de siete millones, se enfrentasen en los arenales de Pasamayo o de Chilca,

fuerzas contendientes con efectivos de un millón o millón y medio. ¿Y sabes cuántas bajas ocurrieron en el

conflicto del Cenepa? No más de trescientos del lado peruano y algo similar en el ecuatoriano. ¿Y en el Alto

Comainas del verano de 1981? incluso hasta menos. Como ya te dije, esos conflictos fueron tremendamente

limitados, por supuesto, en función a lo agreste del medio y -principalmente- debido a la dependencia

material de ambos ejércitos respecto al avituallamiento foráneo. No obstante, estoy convencido que en la

Cordillera del Cóndor el verdadero móvil de los conflictos ni siquiera fue la “amazonitis”, que tan solo fue un

pretexto, sino el oro.

- ¿“Oro”, dice? Francamente, me sorprende esta respuesta: primera vez que la oigo....

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- Existe, por coincidencia, un gran potencial aurífero en las cumbres de la Cordillera del Cóndor, o sea, en las

nacientes de los afluentes del Comainas y del Cenepa...

- ¿Cómo sabe Ud. eso; acaso no sirvió en la frontera de Tumbes durante el último conflicto?

- Pero, antes, en 1991, fui cambiado de colocación de la zona de emergencia al Batallón de Infantería de

Selva N° 69, “Chávez Valdivia”, cuyo Puesto de Comando se halla en la conjunción del Comainas con el

Cenepa, teniendo sus puestos de vigilancia (PPVV) a orillas de los afluentes del primero, es decir, ai pie de los

contrafuertes de dicha Cordillera. Por el grado que tenía (teniente) fui destacado al “PV 4 Antiguo”, vale

decir en lo que fue la zona de operaciones del conflicto de Falso Paquisha. Ahí se me encomendó la misión

de ubicar todos los hitos de nuestro sector de responsabilidad, cuyas trochas se habían “perdido”.

Bueno, la verdad era que jamás las hubieron...

- Entonces, ¿cómo así lograron llegar hasta ahí los que instalaron esos hitos, luego de la guerra de 1941?

- Buena pregunta. Aunque no lo crea, aquella “Comisión Mixta” peruano-ecuatoriana encargada de colocar

los hitos en el sector aquel, no “subió” por el lado peruano, sino por el ecuatoriano. Entienda que aquella

Cordillera tiene bastante similitud con las cumbres del tipo de las que rodean Machupicchu, con la diferencia

que allá no hay vía férrea, carreteras, ni caminos de herraduras. Solamente se apertura trocha a machete

limpio. ¿Se imagina lo laborioso de transportar cemento y fierro hasta las mismas cumbres que conforman el

“divortium aquarum” determinado como frontera? Más complicado aún: por capricho de la geografía,

resulta que en esa área el río Comainas (que recoge las aguas de una serie de afluentes que descienden de

los contrafuertes orientales) aún no es navegable; en cambio -para el lado de la vertiente ecuatoriana- el

equivalente del Comainas, el río Nangaritza, sí que lo es. Y siéndolo, les facilita tremendamente (a los

ecuatorianos) el transporte y avituallamiento. Por eso se explica que mientras que en el lado ecuatoriano

existen hasta carreteras que llegan al pie de los contrafuertes e incluso hasta las medias laderas, en el lado

peruano apenas hay trochas. Te lo digo con conocimiento y experiencia de causa, porque al mando de

soldados aguarunas me dediqué durante todo ese año a aperturar las trochas para ubicar los hitos Cunhuime

Sur, Nayumbe Teisha y Achuime Numbatkaime... a punta de brújula y machete, puesto que por entonces aún

no se había inventado el GPS. Peor aún, los escasos mapas provenientes de la cartografía del Instituto

Geográfico Nacional (IGN), confeccionados en base a fotografías aéreas, no nos servían de mucho; la mayo r

parte de la cumbre cordillerana figuraba en blanco, bajo la leyenda “espacio sin recubrimiento

aerofotográfico” o sea “nube”. Precisamente se trata, la Cordillera del Cóndor, de una selva alta o

“ruparupa” recubierta de neblina, en lo que se denomina “bosque húmedo tropical”. Recorrí todo el

divortium aquarum o “línea de fe” de esa cordillera, comprendida entre los hitos Cunhuime y Achuime, y te

confirmo lo que escuchaste: el motivo velado de los conflictos en el Comainas y en el Cenepa no fue la

“amazonitis”, sino el oro de las cumbres.

- ¿Pero, acaso el Ministerio de Energía y Minas no tiene injerencia; acaso no ha sido registrado como

yacimiento aurífero...?

- Por supuesto, pero “más injerencia” -a ambos lados de la frontera- la tienen, de hecho, los respectivos

Estados Mayores, como una especie de “secreto militar”. Y es que los PPVV limítrofes, de ambos lados,

“extraoficialmente” tienen como función controlar aquella explotación cada vez menos artesanal, puesto

que en el lado ecuatoriano hasta se llega a emplear maquinaria. Es más, las faldas occidentales de la

cordillera parecen un inmenso “queso roquefort” por la cantidad de socavones, en los que se trabaja a punta

de TNT y hasta con grupo electrógeno en la noche, es decir, las veinticuatro horas. Es una verdadera “fiebre

del oro” lo que sucede allá.

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- Me parece increíble que esta cuestión aurífera no haya sido de conocimiento público, aunque -ahora que

recuerdo- es sabido que en la cabecera del río Chinchipe, en la zona de San Ignacio contigua a la de

Comainas, la explotación del oro inclusive ha sido concesionada por el Estado...

- El Chinchipe se origina también en la Cordillera del Cóndor, en su sector más sureño.

- Insisto; de todas formas me parece inaudito que ambos conflictos hayan tenido causales tan ruines y

secretas, prácticamente como un conflicto particular de intereses entre los altos mandos castrenses,

arrastrando a sus respectivos gobiernos.

- “La primera baja de toda guerra es la verdad”, dice un refrán castrense. Por lo demás, si rev isas las

motivaciones de las guerras en general, hallarás el afán de rapiña: salitre, petróleo, tierras, etc., en lo cual el

oro es quizás el causal más “clásico”. En todo caso, la singularidad de la motivación bélica en esa Cordillera,

es que –como ya lo has captado- consistió en la ruptura de un estatus quo entre generales “gambusinos”

(ex-plotadores de oro -N. del A.) de ejércitos vecinos, bajo el camuflaje del “secreto militar” que sendos

gobiernos civiles jamás osaron fiscalizar.

- ¿Y cómo así era aquella explotación en los PPW fronterizos? ¿Acaso eran los mismos soldados quienes

hacían la labor de ‘‘mineros artesanales” con oficiales “capataces” y generales “empresarios”?

- No, no se degeneró a tanto, aunque sí en cuanto a lo de “generales empresarios”. La extracción - por lo

menos en la zona del Alto Comainas, en sus afluentes Sabinza, Canampa y Teisha- la efectuaban

compatriotas nativos de las tribus ashuar en el lado ecuatoriano, y aguarunas y huambisas en el lado

peruano, todos pertenecientes a la etnia jíbara, que es la que puebla ambas vertientes de la cordillera. Como

el lado ecuatoriano está densamente explotado, sus “empresarios” disponen la excavación de socavones en

el casi virgen lado peruano; es así que el PV peruano fronterizo simplemente se dedica, aparte de “vigilar la

soberanía territorial”, a ejercer el rol de “peaje” por cada saco de tierra que sobre las espaldas de los ashuar

(a quienes se les apoda “mulos”) cruza la línea. Y se labora las veinticuatro horas del día, los siete días de la

semana... cuya “regalía” predeterminada en oro, va casi sin intermediarios hasta el “Puesto de Comando” en

El Milagro (Bagua Grande -N. del A.), ya sea por helicóptero u otra vía combinada fluvial -terrestre.

- Prácticamente, me acaba de revelar un “se- creto militar binacional’’...

- Ni tanto. En verdad no tiene nada de “militar”, sino todo de “empresarial -doloso”. ¡Por lo menos hubiera

redundado en el mejoramiento de la infraestructura castrense en la zona o en el bienestar de la tropa! Pero

nada...

- Bueno, y Ud. ¿qué hizo?

- Aperturar las trochas en pos de reubicar los hitos extraviados, como ya te referí; es decir, me dediqué a una

labor totalmente profesional y apasionante: reconocer con soldados aguarunas la zona, pernoctar en sus

aldeas, luego iniciar la marcha de campaña aperturando la trocha, al atardecer preparar el “tambo" y

proceder a la cocción de alimentos, de vez en cuando cazar algún anima! de monte, efectuar los cálculos de

rumbos, distancias y altitudes para determinar la ubicación de l hito, etc... algo bellamente agotador y

sacrificado.

- En todo aquel año que vivió entre aldeas y tropas aguarunas, seguramente aprendió su idioma.

- Lamentablemente, no; además, la mayoría son bilingües. Hablan también castellano. No obstante, aprendí

lo indispensablemente elemental, como por ejemplo a contar, lo cual fue anecdótico y hasta de contenido

antropológico. Sucedió que tuve bastante confianza con un cabo aguaruna, Ramón Akuts, que siempre me

acompañaba como asistente en las expediciones trocheras en pos de los hitos, el cual al enterarse que yo

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hablaba francés, me pidió que le enseñara a contar en ese idioma, a lo que accedí a cambio que él me lo

enseñara en aguaruna. Todo normal iba, hasta que llegamos al número “11”. Me parecía anormal, por su

extensión exagerada, la fonética de aquel número, que en comparación con los monosílabos, bisílabos o

trisílabos que caracterizan la secuencia del uno al diez (makichik/1; jiman/2; kampatum/3; paksumay/4;

uwejamua/5; etc...), constituía una verdadera oración para el once: “makichik dawe ijun amua”, que

literalmente se traduce: “los dedos de mis manos se acabaron y empiezo con el primer dedo del pie”...

- ...¿ Y cómo dicen, por ejemplo “2,835”?

- Créeme que le hice, a mi amigo Akuts, una pregunta parecida; a lo que me respondió: “mi teniente, jamás

vamos a encontrar tantas sachavacas”. Es decir la matemática práctica y elemental de un pueblo

bosquímano y cazador.

- ¿Qué concepto tiene de la tropa aguaruna y de esa etnia en general?

- Estoy convencido que si los tres batallones, acantonados en Pinglo, Ampama y Chávez Valdivia -que

resguardan aquella zona- estuvieran integrados en un cien por ciento por personal de tropa, suboficiales y

oficiales... hasta el mismo comandante, todos aguarunas o huamblsas, nadie osaría incursionar siquiera un

centímetro en aquel territorio, ya sea por “amazonitis”, oro u otro causal. Son los “yachis” (nativos -N. del A.)

insuperables en su zona, dadas sus características tan ad hoc para la milicia, como el ser cazadores natos,

“caminantes de monte” habilísimos e infalibles, así como por su natural conocimiento del terreno, la flora y

la fauna. Lamentablemente, el porcentaje de “tropa yachi” en esos batallones no pasa del 10%, y en la

oficialidad, dado el apartheid que aún impera, son el 0%. Constituyen, los aguarunas (pues no logré contar

con soldados huambisas), una etnia distribuida en pequeñas aldeas a las orillas del Comainas, Cenepa y sus

afluentes, que tienen como máxima autoridad al “apu”. El nombre genuino es “Ahuajún”; aguaruna es una

deformación lingüística castellano-kechua. Asimismo, en su idioma no existe la vocal “o”. Por lo menos en las

aldeas que frecuenté -Teisha, Cusú y Sheimia poligamia era vigente, la pesca con barbasco era colectiva y el

primer causal de mortalidad, me pareció, era la mordedura de víbora y la hepatitis. Refiérase que la

provincia de Condorkanki (en la región Amazonas -N. del A.) es una zona altamente endémica, a tal punto

que los PPW cuentan con su respectivo cementerio y hasta hace pocas décadas el avituallamiento mensual

también incluía su “dotación de ataúdes”.

- ¡Macabro! Esa zona del país está aún en el Medioevo en lo que a salubridad se refiere.

- Por eso lo heroico de esas guarniciones y lo singular de nuestros compatriotas aguarunas y huambisas. ¡Y

esto sí que es un “secreto social” ante el cual el Estado criollo no hace nada! Yo llegué a esa región en 1991;

los cementerios cuarteleros aún seguían “operativos” y el suero antiofídico -escasísimo- era hartamente

demandado en las aldeas cuando por ahí pasaba una patrulla. Tres años antes, en 1988, había sucedido una

peste que masacró casi un centenar de soldados, incluidos algunos suboficiales y oficiales, prácticamente

diezmando a las guarniciones con la llamada “hepatitis fulminante”, en la que se vomitaba “de color negro”.

Algunos le llamaba así, “vómito negro”, que en verdad hasta es “histórico” en la crónica selvática de nuestra

infantería, pues si se revisa el historial del conflicto con Colombia de 1912, en La Pedrera, se hallará que

luego de desalojar del Caquetá a las fuerzas colombianas, la guarnición peruana fue atacada por esa peste

que le “fulminó” al 80% de sus efectivos. Aquel campamento se convirtió en un cementerio. Todo esto nos

puede brindar cierta idea de la sacrificadísima labor de nuestras guarniciones en las fronteras selváticas, en

donde el tiempo pareciera estancado.

- Me imagino, ante realidad tan dramática, que le debe enojar aquella otra imagen que brinda Vargas

Llosa, frívola y chabacana, respecto a la labor del Ejército en la Amazonia, tal como se muestra en

“Pantaleón y las Visitadoras” que inclusive se ha llevado al cine...

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- Claro, no solamente porque -para quien realmente conoce- demuestra MVLL una ignorancia supina de esos

aspectos descritos (y otros de similar gravedad), que lo conlleva a exaltar temas menores, como el de las

visitadoras. Por supuesto, podrá decirse que solamente se trata de una novela... y así es, pero en ella hasta

se banaliza la labor sacrificada y hasta heroica de esas humildes mujeres, l as cuales, en buena parte, llegan a

identificarse en un común sentimiento patrio, más merecedor de respeto que de burla. En general, el

“limeñismo intoxidentalizado” ha distorsionado la genuina imagen de la Amazonia, tanto en lo que respecta

a su gente como a su idiosincrasia. Y eso no solo se percibe en aquella novela de MVLL, sino también en el

estereotipo amariconado que, por ejemplo, petimetres de la TV como Beto Ortíz atribuyen o “promocionan”

como si fuera algo instintivo o natural en el “charapa”...

XIII

¿HOMOFOBIA POLÍTICA?

- Mayor, se habló con mucha confusión en la prensa de que los Humala eran “homofóbicos”, por lo mismo

le pregunto: ¿qué piensa de los homosexuales?

- Antes que todo, quiero precisar que “fobia”, palabra extraída del latín, significa “miedo” y no “odio”. Y el

etnocacerismo no tiene porqué ser, digamos “homofóbico”. ¿Miedo? ¡Por favor!...

- Bueno, entendámoslo como lo hace la mayoría: como “repulsión u odio” a los homosexuales; ¿ Qué

piensa, pues, de ellos, de esa opción? ¿Acaso no manifestó usted su deseo de fusilarlos? O en todo caso,

su madre sí lo dijo por TV...

- Yo siempre he sostenido, y me ratifico, que en el país existe un "amariconamiento político”, en el sentido

que se evita abordar con entereza y valentía los asuntos principales de la coyuntura tanto nacional como

internacional, particularmente en lo referente a Chile y a las transnacionales mineras. A decir verdad, el

término “amariconamiento” no lo empleé en su sentido literal referente a la homosexualidad. Pero,

tampoco eludo fijar respecto a éso una posición.

- ¿Cuál?

-Aversión. Lo considero una anormalidad que involucra no solamente una “inversión" física, sino también

psíquica, que quizás puede ser tolerada siempre y cuando se reserve en la intimidad, pero no cuando -por

ejemplo en el Perú- se dan situaciones “surrealistas", como ver que la animación televisiva está casi

acaparada por maricones cuyos incesantes y “orgullosos" deschaves frente a millones de espectadores, se

tornan en agresiones anti-heterosexuales que si bien es cierto la población adulta puede neutralizar en su

fuero interno, no sucede del todo con los niños. Si se hace memoria, hasta hace poco hubo una temporada

en la que el horario “punta” de 8 PM a 10 PM, fue monopolizado por “líderes(as) de opi nión” todos maricas

(y no lo digo con sentido ofensivo, sino realista): Ortiz, Chabuca, Bayly, Cacho, Jacinta, etc., a tal extremo que

muy bien se podía pensar, en función a la proporción de proyección demográfica de aquel “monopolio gay”

de la TV criolla, que el público “nacional” sería mayoritariamente homosexual; ya que los heterosexuales

(que tampoco tienen porqué “proclamarlo”) eran desproporcionadamente minoría en esa TV. Es decir, hubo

un periodo -que por si acaso aún no culmina del todo- en que para que un individuo común tuviera un

programa en la televisión, debía ser imbécil o maricón, con la sola excepción de un César Hildebrandt que

era el “Bolognesi de la decencia” en el hábitat de una TV basura impuesta con la globoneoliberalización de la

década (1990-2000) más infame de nuestra historia.

- ¿Pero, finalmente, es usted tolerante o intolerante con este minoritario grupo social?

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101

- Te respondo con una “contra pregunta” que en tiempos en donde ya se dan los matrimonios gay’s,

comienzan a ingresar en la agenda: ¿Estarías orgulloso de tener un yerno como marido de tu hijo? Puede ser

que esa respuesta más le atañera al hijo en su libertad de opción sexual, pero la pregunta sí que atañe a la

sociedad. En todo caso, que se comporten como -tú lo has reconocido- “minoritario grupo social”. No es,

pues, gratuito que las religiones clasifiquen la homosexualidad (“sodomía") como una aberración

abominable, a un peldaño del “bestialismo” (sexo con animales). Por lo menos así lo enfoca el Antiguo

Testamento y el Corán. También la ley inkaica, según refieren los Comentarios Reales de Garcilaso y la Nueva

Crónica de Huamán Poma. Y tienen fundamento: ¿Cuál es la función del acto sexual? El placer y la

procreación en estrecha ligazón. Entiéndase que si el placer no exi stiera en aquel acto, ninguna especie

duraría más de una generación. Pues bien, en la especie humana, ya en su estado civilizado, ese binomio

“placer-procreación” se legitima socialmente en el esquema matrimonial en sus más diversas versiones:

monogamia, poligamia, poliandria, punalúa, etc., todas en función del núcleo familiar padre(s) - madre(s)

que aseguren el “relevo generacional”, o sea, el futuro biológico de la especie. Lo cual es imposible (por lo

menos hasta que la ciencia logre que un varón, por más “ella” que se asuma, logre parir) en aquella

aberración occidental denominada “matrimonio gay”. No le faltó, pues, razón al Ayatholla Khomeini cuando

-hace un par de décadas- aludió a ese Occidente como “cultura depravada”. En nuestro caso, dado que las

élites criollas se especializan en calcar y copiar, particularmente las taras europeas y norteamericanas, pues

el amariconamiento les equivale a “modernidad”. Ante lo cual, puesto que implica la fractura del binomio

“placer-procreación” (sumiéndose exclusivamente en un placer “contranatura”), solo queda contrarrestar

“sexoculturalmente” dicha distorsión rescatando lo “puro e intocado” -referido por Arguedas- para

“desmariconizar todo lo mariconizado" del proceso contaminador de una sociedad enferma. Lo cua l es parte

de lo que hace un siglo lamentaba Oswald Spengler (“La Decadencia de Occidente”), que en el aspecto de la

homosexualidad desarrolla Desmond Morris en su obra, el “Zoológico Humano”, cuando refiere que el

incremento de la homosexualidad, así como del suicidio, son síntomas propios de “super tribus (sociedades)

enfermas”; y no estoy proclamando la intolerancia ante los homosexuales, sino la necesidad de mantenerlos

en la decencia e intimidad del closet y, por ende, que su “orgullo” (de competir con las hembras en la

“demanda del falo”) lo subordinen a la tolerancia socio-heterosexual. Y encima, como “movimiento” tienen

la desfachatez agresiva de pretender usurpar la bandera del Arco Iris, ¡propia de nuestra milenaria wifala

tawantlnsuyanal La tolerancia tiene su límite.

- A propósito de éso, trascendió en las noticias que el consejo municipal del Qosqo ha convocado a una

mesa redonda para examinar la posibilidad de cambiar su bandera regional -la del “arco iris”- por motivo

de confusión como símbolo gay...

- Son unos reverendos tarados quienes conforman ese consejo municipal. ¿Y si -por ejemplo- ios zoofíiicos o

los pedófilos, de la noche a la mañana se sienten orgullosos de su modus operandi sexual y adoptan una

bandera, digamos, “rojiblanca” entonces los peruanos y canadienses debemos debatir el cambio del símbolo

patrio?

- Sería, por supuesto, algo propio de “tarados”. Pero hay un detalle: la bandera del Qosqo fue recién

establecida en 1972, en cambio el llamado “movimiento gay” data de una década anterior, en el San

Francisco (EE.UU.) de 1965, en donde y cuando se “oficializó” dicho símbolo.

- Que bien informado estás...

- Sin ironías, mayor, simplemente es mi deber estar informado por mi profesión periodística, más aún por

tratarse de un “tema de moda”.

- Sí, pues, la intoxidentalización es tal, que hasta el arrosquetamiento es símbolo de “modernidad”. Bueno,

con respecto a la bandera del arco iris o "Wifala” tawantinsuyana, adoptada como bandera cusqueña, te

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aseguro que su oficialización en 1972 fue un mero formalismo. En realidad es una bandera milenaria

adoptada por inkas y seguramente por pre-inkas. Te lo digo porque sé. Este ha sido un tema recurrido y

desarrollado en los primeros años de la prensa etnocacerista, hallando que las wifalas son referidas en los

keros inkaicos y huacos, que si eres acucioso, hallarás en el museo de antropología de Pueblo Libre. También

puedes hallar sus representaciones en ciertos cuadros de la “escuela cusqueña” de los siglos XVII y XVIII. Ni

hablar de las crónicas del siglo XVI que re-conocen que los ejércitos inkaicos usaron sus respectivos

estandartes y banderas. Entonces, ante todo este historial, la enseña que debiera ser retirada sería la de los

orgullosos gays. ¡Hasta resulta absurdo que una opción sexual tenga su abanderamiento!...¿Cuál sería

entonces su escudo, acaso un “poto”?

- Me parece que su criterio no deja de ser irónico y coherente, aunque implacable... dando la impresión de

cierta intolerancia, insisto; lo cual, conjugado con aquellas declaraciones de su madre durante la campaña

electoral, y que fueron explotadas por la TV y demás medios alineados con el establishment, le pueden

restar cierto caudal de votación, en caso opte -tal como se prevé- por la vía electoral, digamos a la

presidencia de la república. ¿No le parece que debiera ser más diplomático respecto al tema de la

homosexualidad?

- Respondo lo que me preguntan; y cuando opino no me inquieta “caerle bien” a la gente, sino decir la

verdad. En cuanto a las declaraciones de mi madre (“vea, señor, le apuesto que si se fusila un par de

homosexuales, de esos tan escandalosos que hay en las calles, verá como se moraliza la vía pública en un

santiamén” -sic /N.del A.), creo que un “aún más alto caudal de votantes” estarían de acuerdo; y si de

cuantificaciones electorales se trata, pues quizás -dentro de este absurdo tema del orgullo gay- habría que

efectuar encuestas y referendums con supervisión de la ONPE y observadores de la ONU... Lo que pasó -en

cuanto a las declaraciones de mi madre- fue que ella efectuó un parafraseo no muy afortunado de otra

declaración mía referente a los vladigenerales; y que Caretas “promocionó” en una entrevista efectuada,

creo, en el 2002: “...Hay dos formas de acción (F/A) para solucionar el problema de la operatividad de las

fuerzas armadas; la F/A “A” y la F/A“B”. La “A” costará cuatro mil o cinco mil millones de dólares: estudios

comparativos, adquisición de material, entrenamiento de oficiales en el extranjero, misiones, etc. A su vez la

“B” costará a lo sumo sesenta u ochenta soles: lo que cuesta un par de cacerinas; así me fusilo un par de

vladigenerales y en tres días tengo al Ejército operativo al 100%...”.

- Definitivamente, que esta declaración tiene la contundencia de una declaratoria de guerra, y me parece

que el recurso de los “fusilamientos” ya sea contra militares corruptos y, en fin, contra la corrupción en

general -en la cual gran parte del público encasilla el tema gay (“aberración”)- de alguna manera “pegó”

en el imaginario social.

- Así fue y así es.

XIV

FUSILAMIENTO Y

“ESCARMIENTO HISTÓRICO”

- Mayor Antauro, alguna vez declaró que ciertos personajes de la política peruana deberían ser “fusilados

por traición a la patria”; y que con ese acto solo se estarían cumpliendo las leyes ya establecidas. Le

pediría, si no le importa, que me mencione una lista en específico, de quienes según Ud. deberían ser

pasados por las armas.

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- Creo que el anuncio de los “fusilamientos”, proclamados por la prensa etnocacerista del “pre -

Andahuaylazo”, fue un eslogan que causó sensación en los sectores populares ante la incesante traición y

corrupción de las etnoclases dominantes. Si hace un siglo González Prada denunciaba que donde se hincaba

el dedo saltaba la pus, pues ahora hasta el dedo está infectado. La propuesta de los fusilamientos o “pena

capital”, no solamente la especificamos por el causal de traición a la patria, sino también por el de “alta

corrupción”. Ese fue nuestro aporte, habida cuenta que lo primero ya está contemplado en todas las

constituciones desde 1822: “pena de muerte por traición en tiempo de guerra externa” (sic). Fue ahí que

explicamos al público que en 1995 hubo una guerra extema en la frontera de la Cordillera del Cóndor, y que

mientras nuestras tropas se batían, los vladigenerales lucraban, llegando al colmo de involucrarse en tráfico

de armas. Así tenemos al “general victorioso” Hermoza y sus secuaces de entonces, y por supuesto a los

otros dos socios de aquel triunvirato traidor: Montesinos y Fujimori. Y aquí el etnocacerismo incorpora al

concepto “horizontal” de territorio patrio (norte-sur desde Tumbes a Tacna y este-oeste desde el Pacífico

hasta la frontera con Brasil), la otra “dimensión vertical”; vale decir que tan territorio como Tiwinza o la

cautiva Arica, lo son, “de arriba hacia abajo”, el espacio aéreo (por donde discurren las líneas de aviación y

las ondas de radio y TV), el suelo (agricultura), el subsuelo (minerales, gas y petróleo), el mar y el lecho

marino. Entonces, haber entregado -mediante el “constitucionalicidio” del 5 de abril- el gas y el mineral a

extranjeros, inclusive mediante procedimientos mañosos como la “cesión” de Yanacocha a la Newmont en la

salita del SIN, involucra también traición a la patria. Entiéndase, que haber cedido la jungla de Tiwinza al

Ecuador es tan grave como haber entregado los “cielos abiertos” a LAN Chile.

- Por lo tanto, la “lista de fusilamientos” involucraría también a civiles, como ministros y empresarios...

¿acaso no le parece francamente exagerado?

- ¿Y acaso la traición y la alta corrupción no son también “francamente” exageradas? Mira, la republiqueta

criolla hiede y está en proceso terminal de agonía, ad portas al (in)surgimiento de una Nueva República de

índole etnonacionalista, o sea neo-tawantinsuyana. Ese tránsito implica una revolución o Pachacuti.

Por consiguiente, involucra un escarmiento histórico. En la Inglaterra de Cromwell fue el hacha del verdugo,

en la Francia jacobina se tecnificó en la guillotina; a su vez, el paredón procesó a los traidores y corruptos en

los “pachacutis” ruso, chino y cubano. Inclusive en el Irán Chiíta, la horca ejercitó aquel escarmiento

histórico. Y es que la “Alta Corrupción” es también una forma de traición a la patria, pues ésta -o sea la

nación- no solo contiene el vínculo territorial, sino también el vínculo poblacional... y cuando se traiciona a la

población, al pueblo, incumpliendo el compromiso electoral por ejemplo, de alguna manera se está

incurriendo en traición a la nación, o sea a la patria. Esto no tiene nada de exagerado, sino que es

crudamente coherente. Y la coherencia en un escenario en donde la desnutrición infantil es de más de 50%,

definitivamente tiene que ser radical, o sea, “coherentemente exagerada”.

- Pero... suélteme algunos nombres de quiénes deberían ser puestos frente al potencial pelotón de

fusilamiento

-¡Cómo les encanta el morbo necrofílico a los periodistas! Pareciera que el solo anuncio de “fusilamientos”

les excita, pues -te lo digo con franqueza- son muy raras las entrevistas en las que, al mencionar esto del

“escarmiento histórico”, no dejen de pedir nombres y apellidos sin más ánimo que el sensacionalismo.

- Bueno, Ud. mismo ha reconocido que aquel eslogan causó “sensación” en el público; entenderá, por

consiguiente, que de ello deriva un legítimo interés periodístico...

- Lo entiendo perfectamente, sin embargo no dejo de observar que la “pegada” que ha tenido y sigue

teniendo este eslogan, vale decir su receptividad popular, pinta de cuerpo entero la ineptitud de todo un

vergonzante sistema republicano. Y cuando se trata del desahucio o impugnación de un “establishment",

pues hablamos de una potencial revolución, en donde por lo normal los ajusticiados ante la santa ira popular

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son las cabezas representativas del régimen agonizante, ya sea un Luis francés, un Carlos inglés o un Zar

ruso...

- ¿Y acá en esta “republiqueta”-tal como Ud. la denomina- del siglo XXI, de quiénes serán esas “cabezas

representativas”, es decir los ajusticiados?

- Tú lo sabes tanto como yo: para empezar los “padres" del esperpento que Instau ró el “libre saqueo”

globoneollberal, la dupla Fuji-Vladi y, desde luego, sus continuadores, vale decir los “discípulos"

detentadores de ese poder putrefacto.

- ¿Está refiriendo a los sucesivos presidentes, Paniagua, Toledo y García?

- Por puro razonamiento lógico, dado que son continuadores de la traición. Les correspondería, claro que sí;

implicando esa responsabilidad a sus respectivos ministros de economía, como por ejemplo el “peruano”

Kuczinsky. La recuperación de la fe popular tan defraudada y casi exánime, requiere señales contundentes y

estimulantes. “¡Ah, carajo, ésto va en serio, me aúno!” pensará el poblador de a pie, ante dichas medidas

escarmentadoras; única manera -dada la putrefacción generalizada- de lograr la credibilidad indispensable

para emprender un proceso plenamente revolucionario: “¡Fusilaron a Kuczinsky, García, Montesinos, Toledo

y Silva Ruete!”. He ahí el punto de no retorno entre degeneración y liberación.

- ¿Y no le parece que también pueden ser conceptualizados (el “escarmiento histórico” y estos

“fusilamientos”) como recursos antidemocráticos?

- Pero, mire, nomás, el génesis del “arquetipo democrático norteamericano”... ¿acaso no se sustentó en un

modus operandi radical y escarmentador? Allá, el “ciudadano armado”, vale decir los cowboys que tanto

promocionan los western con sus Wyatt Earp, Django, Way Bill Hickocks y Clint Eastwood, son en el fondo los

“democratizadores” del populorum carapállda que se asienta en la “tierra prometida” del Far West (por

supuesto, luego del genocidio piel roja). Al igual que el pastel de cereza, el patíbulo es parte de! “folklore”

gringo. Si uno revisa la crónica estadounidense de hasta mediados del siglo XIX, verificará una esencia

altamente democratizante y contundente cuando, en cada una de los millares de “city’s” o pueblos jóvenes

del "lejano oeste”, la comunidad se veía obligada a recurrir al linchamiento y la horca contra el bandidaje y el

abuso. Linchamientos populares, que ante la inexistencia de instituciones idóneas o colapsadas de tant a

putrefacción (como - en nuestro caso- el poder judicial), obligan a los sectores populares a ejercer justicia de

manera directa y con propia mano, ya sea con el sheriff, contra el sherifF o a pesar del sheriff.

Análogamente, ¿acaso en nuestros arenales suburbanos los pobladores no “ajustician” a los malandrines,

atándolos a un poste para ser azotados, enterrados o quemados? ¿Acaso en las punas ayacuchanas y

apurimeñas no se dan casos de decapitamiento de abigeos? ¿Acaso no son cada vez menos “raros” los

cercos de comisarías “'...que amparan a los violadores...” ante la ira popular”? ¡El mismo caso Huayanay o

llave son muestra patética de eso: de la “fuenteovejuna, todos a una” como consagración de la ira popular

en su ansiedad de justicia y democracia! Estoy dando hechos, no opiniones. Visualizo, pues, en este

desborde popular una gesta democrática en toda su implacable explosión. Y para aquellos cucufatos que se

estremecen con tal contundencia, les respondo con la frase de González Prada: “¿La inundación d e los

bárbaros? ¡No; el diluvio de la justicia!”. Por supuesto, desde perspectiva etnocacerista, nosotros apuntamos

más alto, o sea en el punto neurálgico: la cabeza. Propugnamos, por ende, la radicalicidad y el escarmiento

histórico entre los delincuentes de saco y corbata que gobiernan y no entre los desdichados “sin zapatos”

que cumplen condenas por hurtar un par de gallinas.

- No soy un cucufato, mayor; entiendo aquello de la “violencia como partera de la historia”... no obstante,

Cirilo Robles -alcalde asesinado de llave- era una autoridad electa democráticamente, ¿o no?

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- llave es la punta de un inmenso iceberg etnonacionalista que empieza a destrozar un Titanic Criollo, cuyas

bandas tocan la sinfonía vladiconstitucional del Estado “quebrado ’ de Dere cho, con más ahínco a medida

que la nave se hunde. Y esque ahí, en llave, colapso la “pendejada” del mecanismo electorero que al

populorum se le hace confundir como sinónimo de “democracia”, insinuándole que los problemas del país se

solucionarán por medio de una oficina llamada ONPE, jefaturada por un pillo como Tuesta, Portillo (“papelito

manda”) o la Chu, y en donde se admiten cambalaches que ungen a los “partidos ganadores” vía comités

fantasmas y planillones falsos para un festín de pandillas sin más ideología que el “por Dios y por la plata”.

Entonces, nada más coherente que se les linche democráticamente.

- ¿De veras conceptúa Ud. como “gesta democrática” la muerte de un alcalde, a manos de una turba? ¿No

se acuerda, acaso, que dicha salvajada fué censurada por la opinión pública?...

Discrepo con tu “recuerdo”. Los medios de comunicación, peor aún la TV de mafiosos extranjeros como

Baruch Ivcher o de traidores genéticos como los dueños del chilenizado Comercio, no equivalen a la “opinión

pública”. Más bien, en lo concerniente al “caso llave”, percibo que aquella fuenteovejuna tuvo la

conformidad del pueblo.

Pero también, en llave, esa punta de iceberg tuvo mucho de “Choque de Civilizaciones”. Ahí el Código del

Derecho Consuetudinario Inkaico se impuso al Código Romano-Criollo-Contrasubversivo. Efectivamente, a

Cirilo Robles se le aplicó, una a una, las cuatro medidas con las que en Rondos se liquidó a Cunee Maylle,

referidas por López Albújar en sus Cuentos Andinos (“Los tres Jircas”):

1. Jasikum jampi (te aconsejamos), y si no haces caso...

2. Aymi Asikum (te reconciliamos), y si no haces caso...

3. Jitarisum (te expulsamos), y si -por último- no haces caso...

4. Usanam Jampi (te ajusticiamos).

Cunee Maylle, como Cirilo Roblelas tres primeras disposiciones, osando regresar, ahí, donde el pueblo los

había expulsado y, pues, les aplicaron el ancestral y sabio Usanam Jampi; lo cual es actualísimo,

políticamente: Toledo burló las dos primeras, hizo caso omiso a la tercera (que le exigía su salida del Poder

por su condición de ilegitimidad y traición). Sólo quedó, ante su negativa, aplicarle la cuarta; y, pues, los

reservistas le hicieron el “Andahuaylazo”.

- ¿Y con Alan...?

- Bueno, los gremios populares y cierta intelectualidad ya le “aconsejaron” en demasía; sin embargo, con su

teoría del “(mata)perro del hortelano” está claro que no acepta reconciliarse con su electorado traicionado,

ni con el pueblo... queda entonces democráticamente pendiente la expulsión y/o el Usanan Jampi.

- ¿La democracia parlamentaria es válida en un país como el nuestro o sirve -como dicen algunos

izquierdistas e incluso derechistas- para mantener privilegios de reducidos sectores sociales?

- En tanto no esté representado ahí un movimiento con genuina vena revolucionaria, seguirá siendo un

“Congrezoo”, tal cual lo describe o -como ironizaba González Prada- la “cloaca máxima de Tarquino”; de lo

que se explica su exhausto porcentaje encuestal en aceptación popular, así como su precoz desprestigio

inmerso en la putrefacción de lo que yo llamo “Establo de Derecho Criollo”. El solo hecho que entre 1822 y

1992 hayan existido catorce “constituciones” es fidedigno de un caricaturesco parlamentarismo injertado,

vale decir sin raíces genuinas. Impostor. Acá el “contrato social” republicano sigue siendo una estafa para los

sectores populares desde aquella "emancipación criolla” efectuada por ejércitos ajenos que impusieron, es

cierto, la importada “libertad-igualdad-fraternidad" blanca, pero a expensas de la continuidad de la

esclavitud negra y la servidumbre cobriza. O sea, un estatus quo altamente volátil. Es así que los tres poderes

del Estado en verdad serían “tres Joderes” contra el populorum. Ergo: a menos Estado, menos saqueo,

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menos corrupción, menos extranjerización, menos traición. Por ende, la anarquía y la insurgencia adquieren

una dosis de legitimidad ante el "joder oficial” de la democracia criolla.

- La trilogía de la libertad-igualdad-fraternidad, efectivamente es importada de la Francia jacobina,

surgiendo de ahí los “derechos del ciudadano”... algo que casi paralelamente ya se venía imponiendo con

la revolución norteamericana; entonces le pregunto ¿a qué atribuye que -allá- Jefferson y Washington

hayan formulado una Carta Magna duradera hasta la fecha y que solo ha tenido 27 enmiendas (o sea

“agregados) en 220 años, cuando acá el promedio de vida de las catorce constituciones es de 13 años?

- Al “problema del indio”, que etnonacionalistamente equivale a “solución". Depende de donde te ubiques, o

mejor dicho cómo te identifiques.

En la Norteamérica rebelde, mientras ios colonos patriotas de Washington vencían a los ingleses en

Saratoga, simultáneamente las milicias “allende la frontera” incursionaban contra las tribus iroquesas, pese a

que en ciertas coyunturas éstas les habían servido como aliados. En síntesis, la democracia norteamericana

que tanto se adula, históricamente se ha edificado, entre otros factores, sobre el genocidio piel roja,

minoritario demográficamente. En cambio, acá, la situación demográfica y cultural es inversa. No debe

extrañar, por consiguiente, la sucesión criolla de catorce "cartas magnas” sin más valor que el papel

higiénico. Está visto que la constitución imperecedera y genuina, recién surgirá con el parto de la

Nueva República etnonacionalista. ¿No vemos, acaso, cómo en la Venezuela del zambo Chávez, en la Bolivia

del indio Morales o en el Ecuador del mestizo Correa, lo primero que se aspira políticamente es reemplazar

las constituciones criollas vía nuevas asambleas constituyentes de, también, nuevo tipo?

-¿Quizás como “estados generales” de un jacobinismo etnicista anti-occidental? ¿Acaso con el paredón

reemplazando a la guillotina?

- ...La marcha inexorable de la historia, cuya rueda aplasta a quien se le interponga. Más bien, debería

destacarse que estos procesos revolucionarios se vienen efectuando relativamente de manera pacífica, pese

a la hostilidad norteamericana y el sabotaje de las oligarquías locales.

- ¿Qué es, entonces, democracia para usted?

- Definitivamente que no es -como se confunde aquí- “sinónimo de elecciones”, que, por cierto, ni Jesucristo

practicó para designar a sus apóstoles, ni tampoco se ejercitó para expulsar a los españoles en Junín y

Ayacucho. Entiendo la “democracia” como un concepto socrático muy contundentemente descr ito por

Platón en su clásico, La República: “...La democracia se origina cuando los pobres, después de vencer a los

ricos, a unos les dan muerte, a otros los destierran y a los demás les reservan equitativamente cargos que en

este sistema suelen otorgarse por sorteo. De esta manera se produce el establecimiento de la democracia;

unas veces HACIENDO USO DE LAS ARMAS, otras por el temor que se apodera de los demás ricachones y les

obliga a retirarse para complotar desde el extranjero. Es muy probable que sea el más hermoso de todos los

regímenes políticos...”. Es en función a esta definición que podremos catalogar como “democráticas”, en

todo el sentido de la palabra, la captura de La Bastilla y el decapitamiento de Luis XVI; la guillotina jacobina,

la purga bolchevique y el paredón cubano, o sea, el cristalizamiento de la legítima “violencia revolucionaria”

en cuanto partera de la historia. Entonces, para tanto anacoreta tonteado con la pusilanimería

globocolonizadora, habría que definirle si el ahorcamiento del corregidor Arriaga por orden del subversivo

Túpac Amaru ¿fue un acto democrático o antidemocrático? Es que con el concepto de “democracia”, sucede

lo mismo que con el concepto de “cristianismo”: se han prostituido hasta su falsificación y negación

histórica. Si Cristo retornase hoy, estoy seguro que demolería el Vaticano y agarraría a latigazos a todos los

monseñores con Papa incluido. Igual haría Sócrates en el Congrezoo peruano o en el Capitolio

norteamericano. Y es que se ha falsificado la Democracia por la Timocracia, ésta última también descrita por

Sócrates: "... Ahí decide la tasación de la fortuna sin que a los pobres quepa participación. Viene la miseria

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generalizada y no hay quien ponga coto a eso. Surgen por doquier desempleados y zánganos humanos con

aguijón (salteadores) y sin aguijón (pobres). Poco faltará para que sea mendigo todo ciudadano. En una

ciudad donde veas indigentes, habrá cortadores de bolsa y saqueadores de templos. Los ricachones

amurallarán sus casas en las que prodigarán dinero a manos llenas; cuanto más odiosos sean, mayor será la

guardia armada que necesiten y acudirán a ella siempre que asigne más dinero...’’. Pues bien, esa es la

descripción de la asqueante gobernabilidad imperante en el Perú.

- ¿El “pueblo armado” es compatible con la democracia?

- Totalmente; me parece que el pueblo armado es mejor base para la genuina democracia que el pueblo

desarmado. Solamente un gobierno antipatriota y echado al extranjero puede tener pánico a sus

conciudadanos armados. ¿Sabe por qué? ¡Porque así se les bloquearía toda posibilidad de traición! ¿Ud. cree

que Montesinos hubiera hecho lo que hizo en un escenario popular armado? La misma revolución francesa,

altamente democrática-popular-radical, consagra como eslogan central de su himno, La Marsellesa: “¡a las

armas ciudadanos; formad sus batallones!”. Y lo que digo no es nada utópico: se da en Suiza, Israel y hasta

en Cuba. En Estados Unidos, por si acaso, cualquier ciudadano, si lo desea y tiene el dinero, puede comprar

un tanque...

- Claro, y después se dan las matanzas escolares, como la ocurrida en el Estado de Virginia

recientemente...

- En aquella matanza universitaria lo que se evidenció, más que todo, fue que la sociedad norteamericana

está enferma, en decadencia, y no que aquel la enmienda que ampara al ciudadano en su derecho a

autoarmarse sea nociva. Además, una simple pistola es simplísimamente accesible bajo cualquier

regimentación. Lo que refiero, en el caso del “ciudadano armado norteamericano” como base de la

democracia y la justicia popular y directa, es alusiva a su fase inicial, emergente, del siglo XVIII y XIX, cuando

de veras podía ser un modelo para los pueblos oprimidos; no ahora, cuando EEUU constituye una hipócrita

negación de aquel arquetipo.

- Independientemente a toda su argumentación, lo cierto es que “los fusilamientos" serían algo inédito,

por los menos en los siglos XX y XXI en el país, pues este “recurso” aún tuvo usanza en el siglo XIX, por

ejemplo, con el fusilamiento de Salaverry por orden de Santacruz. ¿No le parece, por consiguiente, que

reactualizar como recurso político los fusilamientos sería antihistórico?

- El fusilamiento, la cámara de gas, la horca, la guillotina o la inyección letal, no son más que procedimientos

de la pena de muerte y ésta no es antihistórica, por lo menos en veintiséis estados de la Unión

Norteamericana en donde tiene vigencia, así como en muchos otros países, incluido el nuestro -como ya te

referí- contemplado en la constitución y bajo la “modalidad” del fusilamiento. Al respecto, el último fusilado

oficialmente por el Estado (porque “extraoficialmente”, lo fueron los cientos de subversivos ultimados en el

Frontón de junio de 1986, en la matanza de los penales), fue el suboficial FAP Vargas Garayar en 1979 por el

asunto del espionaje chileno...

- En 1979 había un régimen de facto, una dictadura (Morales Bermúdez); a su vez, la matanza de los

penales se enmarca dentro del concepto de “guerra sucia” que ya discutimos.

- Lo que quieras, pero no dejaron de ser “fusilamientos políti cos” aplicados en el siglo XX. Es más, ¿sabías

que en la junta de ministros que discutió el fusilamiento del infortunado suboficial Vargas, fue nada menos

que Javier Silva Ruete -uno de los dos civiles del gabinete, entonces ministro de economía- quien exigió el

fusilamiento ante la perplejidad de los uniformados que estaban divididos respecto a esa decisión?

Fue el “democrático” Silva Ruete quien sentenció; “que muera”, así de textual, tal como está registrado en la

respectiva Acta del Consejo de Ministros.

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- En verdad, aquel caso de espionaje jamás fue esclarecido del todo; muchos visualizaron que Vargas

Garayar fue un chivo expiatorio y que simplemente la pita se rompió por el lado más débil.

- Coincido con éso. Pero, quizás lo más nebuloso e indignante fue que mientras se fusilaba a un supuesto

traidor, el gobierno “devolvía” a un par de espías chilenos pescados infraganti tomando fotografías a la base

aérea “El Pato”, en Chiclayo. Bueno, ésto es ya parte del “amariconamiento criollo” ante Chile ...

- Retornando al tema de la pena de muerte y de los fusilamientos; ¿no le parece, en todo caso, que estas

medidas colisionan con el genuino humanismo y hasta con el sentimiento piadoso propio de la religión? Es

más, uno de los mandamientos bíblicos es, precisamente, el “no matarás”.

- Corrección; aquel séptimo mandamiento del decálogo de Moisés, no dice “no matarás”, sino “no

asesinarás”, que es distinto. Y no puede entenderse de otra forma, porque si sigues leyendo aquel pasaje del

“Exodo”, hallarás que casi a continuación hay una serie de prescripciones que contemplan el “anatema”, via

la pena de muer- te, contra violadores, asesinos, homosexuales, adúlteros, etc., casi al igual que en la

“Sharia” islámica, así como en la penalogía inkaica, tal como re fieren los cronistas indios, mestizos y

europeos.

- Me sorprende, francamente, lo que acaba de afirmar respecto a que el “no matarás” bíblico, en realidad

es “no asesinarás”...

- Es que en su traducción al español, la versión original de la Vulgata Latina ha sufrido una serie de

distorsiones, siendo la más reciente aquella que falsifica en el “padrenuestro”, el pasaje aquel del “perdona

nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores” por el de “perdona nuestras ofensas

así como nosotros perdonamos a nuestros ofensores”, previo acuerdo entre el Vaticano y el FMI por aquello

de la deuda externa...

- Definitivamente, hablar con Ud., mayor, es pasar por constantes “emboscadas” que no dejan de

sorprender; al parecer, los fusilamientos serán inexorables en una eventual gobernación etnocacerísta.

-A mí también me parece, como parte de la también inexorable marcha de la historia.

XV

LA VLADICONSTITUCIÓN

DEL “LIBRE SAQUEO”

- Mayor, usted es un duro crítico del ex Presidente Alberto Fujimori, pero aún así le pregunto: ¿Cuándo

estuvimos mejor en términos generales, en la década de los 90’s o en la presente década del 2000? Es

decir, con el “Fujivladimirato” que aplicó al caballazo el neoliberalismo, o con la llamada “transición

democrática” que hasta ahora no se sabe cuándo acabará.

- El periodo que aludes, 1990-2000, constituye la “década infame”, tal como la denomina el General Ludwing

Essenwanger en la presentación que hace de mi libro “Ejército Peruano: Milenarismo, Nacionalismo y

Etnocacerismo”. Y es infame porque implanta el globoneoliberalismo vía el Fujigolpe y la Vladiconstitución

estrangulando a una población que, desde ya, estaba maniatada por la coyuntura de guerra interna que se

vivía. Se instauró, así, un “neoliberalismo de guerra” que, como tal, tuvo mucho en común con el

pinochetismo vecino en cuanto pisoteo de los derechos humanos y remate de las empresas públicas, con la

diferencia que allá el proceso lo dirigía un hijo de perra “patriota” (Pinochet) y acá un hijo de perra apátrida

(Fujimori). Entonces discernir cuál de las décadas es peor; si la “infame” del 90, o la “no menos infame” del

2000 (en la medida que sigue acatando, cómplicemente el constitucionalicidio), ya sea en su “segundo piso

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109

toledista” o en su actual “tercer piso alanista”, equivaldría a algo así como que a una damnificada de

violación le inquirieran “qué fase de la violación fue peor”. Pero, ojo, que para el violador, o sea el sector

criollo pro-extranjero, esa “violación libre saqueadora" es lo mejor que le ha podido pasar al país... Baste,

sino, leer los artículos dominicales de Peter Paul Kuczinski en el Correo del “bestial mermelero” Aldo

Mariátegui (viaja al extranjero con guita de las transnacionales y después dice que hace periodismo

"independiente”), o el “mamarracho” de Jaime de Althaus, en los que se anuncia que aquí ya llegamos al “fin

de la historia”: que esto es “ya” el Edén neoliberal y que el crecimiento sostenido al 8% (que en realidad es el

porcentaje del libre saqueo extranjero) constituye todo un “milagro peruano” del tipo (trasnochado, por

supuesto) “tigre asiático de Sudamérica".

- Al parecer aquel “+8% abstracto” para las mayorías puede tomarse políticamente en una espada de

Damocles...

- ¿"Puede”? ¡Ya es un espada...! hace poco el humorista Yerovi, en una de sus cartas remitidas, creo que a la

República, me provocó un ataque de risa: sostenía tener certeza que “alguien se había quedado con su 8%” y

que todos los estafados debíamos presentar una denuncia ante la DININCRI... Mira, cuando al establishment

lo “cochinean” tanto, es porque agoniza de putrefacción. Acuérdate de las sátiras de Voltaire contra la

realeza franchute o las de Aristófanes contra las tiranías atenienses. Y aquí no es casual que absolutamente

todos los humoristas y caricaturistas, desde el Monos y Monadas de 1930 hasta los geniales Carlín y Chillico

del presente siglo XXI, ironicen desde la oposición.

- Usted no es aficionado a distinguir entre los políticos “criollos”, pero de todas maneras le pediría que

haga una cirugía intelectual y defina: ¿cuándo estábamos mejor, si a mediados del año 1990 cuando García

dejó un país en escombros con el estigma de “perro-muerteros”, o en noviembre del 2000 cuando Fujimori

dejó el Perú en el fondo de la corrupción?

- Para responder hemos de tener una visión panorámica del último tercio del siglo XX, es decir la irrupción

del proyecto (etno)nacional velasquista (1968-1975) y su traición, desmantelamiento y saqueo (1976-2000, e

inclusive hastala actualidad). Si bien es cierto la orgía privatizadora, o más precisamente “extranjerizadora”

(y singularmente “chilenizadora”) se implanta “constitucionalmente” con la dupla Fuji -Vladi, recuérdese que

ya con Belaunde y García la marina mercante comenzaba a desaparecer de los mares, Petroperú cesaba en

su labor de exploración y empezaban a “incursionar” las primeras transnacionales como la Belco y la Oxi de

Armand Hammer; si a eso agregamos la macrocorrupción, en especial la de los “compañeros”, pues

deberemos admitir que el “libre saqueo”, constitucionalizado o no, por ley de la gravedad era inevitable ante

las condiciones externas derivadas del colapso de la URSS, la caída del Muro de Berlín y el discurso

fukuyamista.

Comenzó la orgía globoneoliberal que ya Stiglitz -nada menos que un “ex-vice” del Banco Mundial-

denunciaría: “en el mundo subdesarrollado la privatización equivale a sobornización”. Y el Perú, que no es

más que un corral trasero de poca monta, no podía ser la excepción. Francamente me he quedado

sorprendido, la última vez que me visitó mi cuñado, un biólogo francés que tiene un fundo en Bolivia,

cuando me refirió que “allá también se habla de la década infame”, aludiendo a la

privatización/extranjerización efectuadas “por decreto” por Bánzer y Sánchez de Losada. Este último, al igual

que Fujimori, también salió prófugo. En Ecuador el paisaje es análogo: cerca de cinco presidentes en menos

de catorce meses... entre prófugos, “locos” y presos. Ni hablar de la Argentina, con el defenestrado de La

Rúa y Alfonsín que no pudo terminar su período. ¿Y Venezuela? Pues ahí tenemos varios cuartelazos

frustrados y la posterior ascensión, a manera de “reacción revolucionaria", del actual chavismo que tanto

incomoda a los calígulas de la Casa Blanca. Con este bosquejo, hablamos, con respecto a Morales Bermúdez

(el “traidor de Velasco”), Belaunde (el “Borbón de la restauración”), García (el “caballo loco” que tuvo uno

que otro chispoteo nostálgico del Antiimperialismo y el APRA, pero que terminó capitulando entre la

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corrupción partidaria y la sobornización), Fujimori (el “a mí qué chucha” del globoneoliberalismo libre

saqueador), Paniagua (Q.E.P.D. con su complicidad al haber respetado la “Carta Magna” de Vladimiro),

Toledo (el Felipillo del hampa extranjera, alias “inversionistas”) y nuevamente García (ya todo un adicto al

libre saqueo)... repito, hablamos de un solo y único proceso antihistórico de recolonización o si se quiere de

"modernización” de aquel eslogan de los Trece del Gallo: “Al sur, a ser ricos”, por parte de las

transnacionales a expensas del cholo barato. Discernir, entonces, o buscar “matices”, es pues, en el fondo

intrascendente. Todos son unas reverendas mierdas.

- De todas maneras hay algo sustancial: que para la partidocracia tradicional y el poder judicial del “Estado

criollo” (como usted lo denomina), Fujimori fue un dictador. Por supuesto, ellos cínicamente “diferencian”

donde no hay diferencia, confundiendo la forma legal o ilegal de aplicación del neoliberalismo con el

fondo mismo, que Ud. llama “libre saqueador”; pero lo cierto es que los casos del Frontón, La Cantuta y

Barrios Altos son hechos criminales de lesa humanidad con o sin “vladiconstitución

- Antes la violación era con capucha, ahora lo es con “rostro humano”... Mira: me he rebelado contra

Fujimori y contra Toledo por el mismo motivo: impugnar ese mismo libre saqueo vladiconstitucional que es

el principal generador de corrupción y traición. Ahora, si uno fue dictador y el otro, o mejor dicho “los otros”

(Paniagua, Toledo y García) son “copiadores”, te digo que es irrelevante. En el fondo todos no pasan de ser

capataces, unos “groseros” y otros “gentiles” de un mismo crimen continuado, en función a las órdenes de

las instituciones financieras internacionales cuyas siglas conocemos a la saciedad: FMI, BM, Club de París,

etc. Sin embargo, he de hacer una observación, y me acuerdo perfectamente porque fue parte de mi labor

de análisis y seguimiento antes de levantarme en armas en Locumba del 2000: A Fujimori, hasta el momento

de su huida, nadie, o “demasiados pocos”, le tildaron de “dictador”; lo más que le decían los politiqueros

criollos era “autoritario”. Recién le motejan como dictador cuando el régimen cae. Es decir, la gran mayoría

fueron machazos a posteriori; y en el campo periodístico, los únicos que se enfrentaron en esos términos

fueron el solitario Hildebrandt y la República del viejo Mohme... Y no estoy sosteniendo una defensa del pillo

Fujimori, simplemente te hago un recordaris.

- ¿Qué me dice de la extradición concretada en Fujimori?

- Extraditado ya, o no habiéndolo sido, constituye un caso “de Ripley” en cuanto al grado del ridículo a que

puede llegar una república, o mejor dicho “republiqueta": Nada menos que un “presidente peruan o que no

es peruano", que además de dar un autogolpe imponiendo una constitución delincuencial (que ni siquiera

firma), se hace reelegir fraudulentamente, “libre saquea” al país y renuncia por fax... Entonces, pese a los

hipocritones golpes de pecho que ahora se dan los que le avalaron ayer, lo cierto es que - en esa

republiqueta- su “fraude” sigue vigente y rigiendo los destinos del país. Caben, por ende, las siguientes

preguntas: ¿No es acaso aún más ridículo extraditar a un pillo cuya no menos pilla “carta magna” no se osa

tocar ni con el pétalo de una rosa?; ¿extraditando a Fujimori la clase política es acaso “menos” despreciable?

- ¿Está sugiriendo -independientemente de la “anomalía constitucional”- que resulta irrelevante su

extradición?

- Simplemente, observo que el país seguirá batiendo el récord mundial del ridículo, tanto de ser extraditado

y condenado aquí, como de haber sido juzgado y condenado (y peor aún absuelto) en cualquier otro lugar

del extranjero. Efectivamente, por angas o por mangas resulta irrelevante para revertir la imagen de un

Estado “tarado”.

- Sin embargo, podría provocar la movilización de las “masas fujimoristas”...

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- En lo absoluto. Fujimori solo “moviliza” regalando polos, kilos de arroz, colocando flotas de ómnibus y

contratando teknocumbieras semicalatas. En otras palabras, “mercenarizando” al sector más lumpenesco de

las masas.

- Creo que está cometiendo un grave error al ningunear y minimizar de tal manera a Fujimori; con todo, el

tipo tiene su gente...

- No lo niego: el lumpen político y el lumpen electorero que se mercenariza por media lenteja. Pero, ahora

que las lentejas las administra el APRA, mira nomás al “chino” en la DIROES: ¿aparte del inepto de Kenyi

pintando una pared y sus trece congresistas que deben su curu l a la “inercia” de esa década de

mercenarismo de masas, acaso -ahora que ya no tienen la sartén por el mango- logran movilizar siquiera a

dos centenares de ayayeros si es que no les ponen pasajes y viáticos? Según veo, el fujimorismo está en

franca extinción.

- ¿Pero, qué hacer, entonces, ante aquel “ridículo” al que Ud. aludía hace un momento?

- Recuperar la dignidad.

- ¿Cómo cree que la debemos recuperar?

¡Erradíquese primero la “fujiconstltución”! ¿Acaso no nos percatamos que conjuntamente con Montesinos

son al final de cuentas -el Chino y el Doc- los “padres fundadores del neoliberalismo” en este corral? Vale

decir, del sistema libre saqueador por décadas vigente. ¡Merecen -en esa lógica- sus respectivos

monumentos!

- Le hago recordar los delitos de lesa humanidad, los cuales “desbordan”lo estrictamente constitucional....

- Por supuesto que los crímenes de la Cantuta o Barrios Altos durante el fujimorato “desbordan”... tanto

como los crímenes de Uchuraccay y Accomarca durante el belaundato, o los del Frontón y Cayara durante el

alanato. Con esto no quiero sugerir la “exoneración” del japonés; recuerde que inclusive me he rebelado

contra él, sino -por el contrario- considero que debiera ser fusilado sin miramiento, no obstante, agrego, que

ello no implicará el cercenamiento de la “impunidad”, que es lo que se pretende, en tanto lo “impunificante”

siga vigente. Y lograr esto último solo es posible bajo una gobernación etnocacerista, pues el criollismo

político está envuelto en la inmundicia y el deshonor desde antes, durante y después que el pillo de la yuca.

- Pero, también, cuando Uds. se rebelaron en Locumba, ese “impunificador” ya estaba en sus estertores.

- Falso de toda falsedad. Memorex compatriota: acuérdate de la misión de la OEA presidida por el

guatemalteco Stein, que acababa de instalar una “mesa de concertación” entre Fujimori y la llamada

oposición (que abarcaba toda la partidocracia representada en el congreso, incluidos Perú Posible y el APRA,

representados por Solari y del Castillo respectivamente), en la que se había acordado que el pillo se quedara

un año más en el gobierno, es decir hasta el 28 de Julio del 2001. ¡Y YA LA CLASE POLÍTICA SE HABIA

ECHADO! Fue por eso, en el plano estrictamente político, que se decidió esa primera insurg encia

etnocacerista; causal que consta en el respectivo Manifiesto que redacté y que se proclamó en cadena

nacional desde Toquepala.

- Aceptado que, efectivamente, Fujimori, Paniagua, Toledo y García, sean las fases de un mismo “crimen”,

¿entonces se trataría de “criminales” que debieran ser sancionados?

- Por supuesto. Fujimori está preso y García esperó que prescribieran sus delitos, sin embargo, en un

escenario etnonacionalista –como ya te dije- han de ser procesados por traición a la patria, en lo

concerniente a alta corrupción. El único que se salvaría sería el difunto Paniagua. Y es que el “libre saqueo”

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del que ellos son cómplices “vladiconstitucionalicidas", de por sí involucra la “sobornizacion” que Joseph

Stiglitz ya señaló, o sea la macrocorrupción. Y eso es lo que vemos cada vez más crecientemente en esta

“santa puta democracia”, o más exactamente timocracia.

- Traición a la patria... ¿entonces, fusilados, efectivamente?

- Lo que corresponda; que no creo que sea un par de palmadas en las posaderas.

- No, por traición, la Constitución legítima, la de 1979, es clarísima: pena de muerte...

- Sabes leer: fusilamiento. Yo lo hablo, otros lo escriben, lo cual es parte del “escarmiento histórico” que

clama la población. ¿Sabes por qué? Porque sino la niñita de pueblo joven y arenal, va a pensar que es

“bueno" ser como Laura Bozzo, o el campesinito apurimeño va a crecer con la creencia que Fujimori fue un

“heroico exiliado”. Y es que si se analiza fríamente, el verdadero padre de la actual “democracia” e stá de

inquilino en la Base Naval. Es más, tal como en los EEUU los padres de la república tienen sus rostros tallados

en el monte Rushmont de las rocallosas: Washington, Jefferson, Franklin, etc... pues de haber “coherencia”

aquí, los rostros de “Vladi” y de “Fuji” debieran esculpirse en los roquedales del cerro San Cristóbal para que

sean admirados por toda una ciudad globoidiotizada.

- ¡Ud. sí que es bravo Mayor!

- Soy coherente... Y en el Perú la coherencia es radical, o sea necesariamente “brava".

- Al respecto, resulta patético que pese a que en el programa de gobierno aprista, difundido en pleno

proceso electoral, se contempla "... restituir la constitución de 1979...”, García se ha hecho el

desentendido y se empecina en mantener “la de Vladimiro”

- Es que, en su sobornización y traición, ya dejó de ser hayista por ser “vladimirista”, en un franco

transfuguismo moral e ideológico que entierra todo aquello del “Antiimperialismo y el APRA”.

- Se puede decir, entonces, que Javier Valle Riestra, que juramentó en el actual Congreso “por la

Constitución de Haya de La Torre”, salvó el honor del APRA...

- No exactamente. Recuerda que don Javier no tiene carné. “Técnicamente no es aprista”, además él mismo

dice que es “hayista”. Y ya sabes, es considerado casi un “exiliado” por la célula parlamentaria. Un hereje,

que, por supuesto, se los lleva a todos de encuentro en calidad intelectual y lealtad ideológica... En todo

caso, sería el único “legítima y genuinamente aprista” en el parlamento.

- “Apro-caceristamente”, así es como se despide de Ud. en una misiva que la TV hizo pública a raíz de la

visita que le hizo a “Piedras Gordas”; ¿acaso existen coincidencias entre el etnocacerismo y el aprismo

primigenio?

- Valle-Riestra es sapientísimo y -algo que yo valoro- leal a sus ideas, por ende hombre de principios. En

cuanto a las “coincidencias" entre el etnocacerismo y el aprismo primigenio, tenemos la naturaleza

insurgente, por lo menos en cuanto a captura de cuarteles se refiere, asimismo el encarcelamiento masivo,

la persecución de la militancia...

- ¿Y en lo ideológico?

- Creo que lo más elemental: el rechazo al “eurocentrismo” y la referencia del “espacio -tiempo- histórico”,

sin embargo -y aquí radica la gran diferencia- nosotros reivindicamos como eje del proyecto (etno)nacional

el legado tawantinsuyano y no el criollaje, tal como lo hace el hayismo, pese a su cliché “indoamericano” que

no pasa de eso: de cliché. Debo precisar que esta comparación corresponde al etnocacerismo actual ante el

aprismo de hasta 1930, pues después se prostituyó hasta degenerar en la antítesis farisea de hoy.

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- ¿No piensa que sus ideas son demasiado radicales?; ya sé que me va decir que el Perú necesita cambios

de esa naturaleza, pero aún así, lo veo más teórico que práctico; me parece difícil que logren en el

momento crítico la suficiente clientela electoral, como para acceder al gobierno o al poder ¿no lo cree así?

- Por lo común, toda revolución tiene una preapreciación de tipo “utópica”, “irreal”, “soñadora”, etc. Sin

embargo, suelen cristalizarse en la historia “real". Más aún cuando la coherencia se convierte en sinónimo

de radicalidad. En cuanto a lo de “práctico”, bueno, esto se esclarece - fuera de especulaciones- si se accede

o no al Poder. Y en ese "detalle”, el etnocacerismo ha demostrado que posee el potencial para hacerle ganar

a un fulano, por ejemplo, una 1ra. Vuelta Presidencial o colocar 45 “espermatozoides” de probeta envilecida,

aunque sea en vientre de alquiler (UPP-PNP), en el Congreso. Simplemente, la próxima vez, con una

militancia más templada y cuajada, corregiremos el otro “detalle” de la traición, empezando por tener una

agrupación debidamente inscrita para la lid electoral, vale decir, navegar con barco y tripulación propios en

la vía convencional. De esta manera extendemos al etnocacerismo una función más a las dos anteriores

(concientizar al pueblo y capturar cuarteles): ganar elecciones sin intermediarios. Tenemos la “masa crítica"

(militancia cuajada) para activar la respectiva “carga electoral” en pos de una revolución social.

XVI

¿AMNISTÍA?

- Asumo, por su postura general, que es usted un auténtico preso político. Por lo que le formulo la

siguiente interrogante: ¿cómo cree que debe resolverse su problema judicial: debería ser amnistiado, se le

debería declarar inocente o que se ordene el archivamiento de su caso?

- El “Andahuaylazo” no debe ser olvidado (amnistía viene de "amnesia”). Considero que, por lo menos,

deberíamos ser declarados inocentes. En cuanto al archivamiento... bueno, si el APRA hace remembranza de

su etapa auroral cuando su militancia primigenia capturaba cuarteles o buques de la Armada, pues podría

optar por esta alternativa para salvar las apariencias dado que ya se deschavó, del todo, como “partido de

derecha”. Al respecto, debo recalcar que dos prominentes líderes apristas de la aún sobreviviente “Vieja

Guardia” -Armando Villanueva y Javier Valle-Riestra- propusieron la amnistía de los reservistas presos por el

“Andahuaylazo”, en sendos artículos publicados en enero del 2005, es decir a las pocas semanas del suceso.

- ¿A qué atribuye el estremezón causado, cuando el congresista Gustavo Espinoza planteó la amnistía para

los que insurgieron en el “Andahuaylazo ”?

- Ante todo se debe especificar "quiénes” son los alborotados, los “estremecidos”. ¿El pueblo de

Andahuaylas? No; estarían felices con nuestra liberación, al igual que no menos del 90% del Gran Sur y de los

valles cocaleros; además –tal como se percibe en las recientes encuestas publicadas en Expreso y La Razón

(agosto del 2007 -N. del A.)- algo del cincuentaitantos por ciento de la población de Lima Metropolitana,

deduciéndose que la gran mayoría a nivel nacional, apoya la amnistía.

- Me refiero a la clase política, a los grandes medios de comunicación

- ¡Pero, por supuesto! ¡Si están divorciados del sentir popular! Es por eso que el inservible Congreso no llega

ni al 10% en aceptación, y los medios, particularmente la TV, tienen una credibilidad que apenas raspa el

20%. No lo digo yo, sino sus propias encuestadoras.

- ¿Que los voceros de las principales bancadas congresales hayan adelantado su oposición, no le merece

ninguna reflexión?

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- Claro: que las banderas del “Andahuaylazo” son cada día más vigentes. Y es que la actitud de este Congreso

es tan similar como la del anterior, ambos uncidos a la constitucionalidad impuesta por Montesinos; lo cual

es lo que en primera instancia se impugnaba en el Manifiesto Político de Andahuaylas. Lo más irónico es que

las dos agrupaciones que cuentan con más congresistas (APRA y PNP-UPP) en sus respectivos planes de

gobierno contemplan la “restitución de la Constitución del 79”, sin embargo acatan la del 93.

- Pero, también, cierto “funcionario burocrático”, Roberto Pereyra, adjunto para asuntos constitucionales

de la Defensoría del Pueblo, ya se manifestó en contra, sosteniendo que al ser la amnistía un “perdón de

los hechos”, pues se estaría perdonando el homicidio calificado, el atentar contra el derecho a la vida, etc.

- Francamente, es muy difícil lidiar contra la ignorancia: La amnistía no es un "perdón”, sino un “olvido”

(amnesia) que la sociedad requiere ante hechos de gran trance político y que la coyuntura confrontacional

exige atenuar en pro de la conciliación. Este “alcahuete defensor" del Estado Criollo, enfoca la amnistía tal

como lo haría un carcelero del INPE. Es decir, sin la capacidad de diferenciar el delito común del delito

político.

- Pero, como enfatiza cierta prensa y ciertos personajes políticos, hubo “delitos penales", ¿qué podría

decir al respecto? ¿Acaso esto no invalida la posibilidad de una amnistía?

- En 1780 un tal Condorkanki, con ventaja, premeditación y alevosía hizo prender a una alta autoridad estatal

-el corregidor Arriaga- a quien seguidamente mandó ahorcar públicamente eh la plaza de Tungasuca. Es

decir, todo un “homicidio calificado” según cualquier código penal. Sin embargo, nadie lo registra así, sino

como un “hecho social”. Y es que el móvil no era de índole penal sino de índole política. El ajusticiamiento de

Arriaga fue, pues, un “punto de quiebre” histórico entre legalidad contrainsurgente Vs. legitimidad

insurgente. Nueve años después, a veinte mil kilómetros de Tungasuca, en París se iniciaba un “violentismo”

que implicaría el decapitamiento alevoso de un Rey por la banda “Los Jacobinos”. ¿Qué diferencia entonces

al violentismo de Condorkanki y los jacobinos, del que ejercen los “retacos” o los “injertos” cuando asaltan

un banco o secuestran a un empresario? ¡El móvil! Es, pues, en función al móvil que se distingue el delito

político del delito común; esto es a Túpac Amaru de Al Capone. Es por eso, también, que los delitos políticos,

dado que entrañan una polémica trascendencia social, son los únicos circunscritos a la potencial amnistía.

Amnistía que no implica “perdón”, “castigo” ni tampoco “premio”, sino un “olvido” (amnesia) oficial de

acontecimientos políticos que, más allá de lo cruento o incruento, generan una ansiedad popular cuyo

carácter impugnador dificulta la “gobernabilidad”. Tiene, por eso -la amnistía- una esencia conciliadora. Por

supuesto que este razonamiento lógico es imposible de entender por la “boba derecha peruana”, tal como

hace medio siglo Raúl Porras Barrenechea denominó a lo que hoy los etnocaceristas llamamos “sector

criollo”, incluyendo la izquierda almagrista.

- Entenderá Ud., que las imágenes cruentas que la TV pasó incesantemente, impactaron en la psiquis

pública, soslayando el esclarecimiento del móvil, por más justificado que fuese...

- Salvando las distancias, en el caso del “Andahuaylazo” hasta los hechos cruentos son de tipo “defensivos"

(ante el ataque a las barricadas por parte de la policía y el ejército) o son efectuados por elementos de las

propias fuerzas “del orden” (el famoso “centinela’-Frecuencia Latina dixit). Se puede observar, por

consiguiente, cierta analogía entre los muertos del Banco de la Nación que le chantaron a Alejandro Toledo

en la “Marcha de los Cuatro Suyos” y los que a mi me chantaron en el puente de Andahuaylas. Asimismo, no

está demás observar que en su analfabetismo político la reacción instintiva del criollaje periodístico ha sido

reducir todo el “Andahuaylazo” a la psicología de la “Gran Sangre”, sin siquiera aludir al Manifiesto Político o

móvil de aquel hecho: impugnar la vladiconstitución, la chilenizacion, la macrocorrupción y la ineptitud del

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entonces dipsómano y toxicómano presidente Toledo gobernando desde Punta Sal... No: eso es tabú. ¿Y

sabes por qué? ¡Porque esas impugnaciones socio-políticas siguen vigentes! Por último, todos o casi todos

los voceros de la partidocracia criolla (incluyendo, con honrosas excepciones, a los mentecatos del seudo

Partido Nacionalista) se vienen manifestando “naturalmente” en contra, corroborando una vez más el

divorcio con la población...

- A decir verdad, existe una especie de polémica respecto a la amnistía por el ‘‘Andahuaylazo”...

- ¡Pero ni a los reservistas ni a mí nos han preguntado nuestro parecer! Particularmente, no soy partidario

que la gesta del “Andahuaylazo” deba olvidarse oficialmente; sin embargo, en pro de la conciliación social,

puedo estar dispuesto a aceptarla en la medida que robustezca la fe revolucionaria del pueblo, convencido

que jamás se olvidará en el imaginario “extraoficial”, o sea popular.

- Una eventual amnistía escandalizaría a ciertos líderes políticos.

- Particularmente, a los broadcaster de la TV limeña y extranjerizada hasta la médula, que en Andahuaylas no

visualizan más allá de un “Centinela” ultimando a un herido, y desconsiderando olímpicamente el “hervor

social” que, inclusive, en el “post andahuaylazo” ya lleva dos o tres levantamientos campesinos.

- A parte de los dueños de los canales, que son empresarios, me refería -en esa “escandalización”- a los

políticos como García, Lourdes, Andrade, su hermano...

- ¡Pero si los broadcaster o “empresarios de TV” son además los principales políticos del país! ¿Quién tiene

más "poder político”, Baruch Ivcher o el partido Unidad Nacional de Lourdes?; ¿Quién influye políticamente

más en el “populorum”, Panamericana Tv de Delgado Parker o Somos Perú de Andrade o Restauración

Nacional de Lay? El “periodismo empresarial”, independientemente que tenga afán de lucro o no, está

inmerso en el campo político, pues desde el momento que un “locutor” rentado como Jaime de Althaus,

Jessica Tapia o la doméstica de Baruch (Cecilia Valenzuela) parlotean ante millones de televidentes, ipso

facto se constituyen, por más bestialidades que digan, en “líderes de opinión”, por supuesto, encasillados (lo

cual siempre negarán, obviamente) a un “telepronter” cuya conexión suprema está en la chequera del

respectivo broadcaster... dueño de aquel Partido Empresarial bajo el logo de “canal”.

- ¿Qué puede decir de la acusación fiscal que pide para Ud. 35 años de carcelería y expatriación?

- Me hace sentir honrado. ¡Expatriación! Lo cual certifica que nuestra línea etnocacerista es totalmente

correcta. Le estoy agradecido, en el alma, al imbécil del fiscal.

- ¿Y a qué atribuye que el Gobierno esté tan empeñado en criminalizar toda protesta social?

-Al instinto de conservación, ya no en cuanto gobierno sino en cuanto sistema, lo cual explica -además- que

casi todas las bancadas congresales cierren filas para rechazar la amnistía. Y es que con ésto se abriría el

dique de contención a una protesta social en toda su formidable plenitud. Mire, yo estoy convencido que

más pronto que tarde la liberación, con o sin amnistía, es inexorable. El criollismo hace tiempo que perdió la

batalla de las ideas y ya casi está impotente para la contención física, o sea represiva, del país hirviente, por

más que inaugure más prisiones que universidades, o que dicte leyes draconianas que amenacen con

encarcelar a medio país, empezando por los presidentes regionales identificados con sus pueblos.

- El Comercio ha editorializado que no puede permitirse la impunidad contenida en el proyecto de

amnistía presentado por el congresista Espinoza, y mucho menos cuando incluye a los corruptos del

fujimorismo, ¿acaso no tiene razón?

- Ese diario está desinformado. El proyecto en sí está inspirado en la "Doctrina Valle-Riestra”, estrictamente

jurídico-constitucional-histórica. Sépase que este personaje es el generador de los Habeas Corpus y

amnistías dadas a quienes insurgimos militarmente contra el fujigolpe del 5 de abril que malparió la

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vladiconstitución: los del 13 de Noviembre (92) y los del 29 de Octubre (2000); y puesto que esos mismos

causales son los del 1ro. de Enero del 2005 en Andahuaylas (por que la impunidad del “constitucionalicidio”

sigue vigente), es que consecuentemente (Valle-Riestra) elaboró, también, el proyecto de este último.

Proyecto en el cual, en lo absoluto, se toca el tema de los fujimoristas presos por corrupción. Algo que ni don

Javier, ni yo, admitiríamos. ¡Recuerde que me he sublevado, también, contra Fujimori!

- A propósito de Gustavo Espinoza, hagamos un paréntesis, ¿por qué es tan allegado a su persona, al grado

que es prácticamente su “abanderado” en el Congreso? ¿Acaso él no es un allegado de última hora al que

inclusive -conjuntamente con Rocío González y Torres Caro- su hermano los llama “traidores”?

- En cuanto a Torres Caro, yo coincido plenamente con el calificativo de “piojo” que le dio mi padre. Por

supuesto un “piojo” de la política -típico tránsfuga- qué el, efectivamente, felón de Andahuaylas colocó en su

plancha presidencial, nada menos. En buena cuenta un traidor que traiciona a otro traidor. Pero, el caso de

Gustavo es totalmente diferente, al igual que el de Rocío. El primero es mi gran amigo desde el año 2000,

vale decir a raíz de los sucesos de Locumba y que me ayudó oportunamente en las “emergencias

económicas” que algunas veces tuvo la prensa etnocacerista, particularmente ante el acoso de la SUNAT. No

es, pues, de “última hora”, sino, en todo caso, uno de los “iniciadores”, a d iferencia del grueso de

mercachifles colocados por mi hermano en el listado de la “olla”. ¿O puedes creer, acaso, que el delegado de

la comunidad hebrea -Isaac Meckler- o su análogo de la comunidad palestina -Abugattás- sean, localmente,

“nacionalistas”? Lo que pasó fue que ante la purga de militantes etnocaceristas efectuada por Ollanta y

Nadine (en ese entonces asesorados estrechamente por el “piojo” Torres Caro), no me quedó más opción

que “filtrar" amigos leales sin “antecedentes públicos” etnocaceristas: es así que Gustavo logra mantenerse

en el listado, disimulando toda relación conmigo. En realidad es, en el Congreso, leal a mi persona o por lo

menos el único que le reprochó en su cara –una vez electo- la felonía cometida al buen Ollanta.

Se explica, así, que también sea, conjuntamente con Valle Riestra, el abanderado de la amnistía que tanto

aterra a la dupla Nadine-Ollanta que lamentan que no haya habido, por allí, un balazo que me “enfriase” en

Andahuaylas.

- Ud. no murió... de veras, grave problema para algunos. Bueno, retomando este tema de la amnistía,

acuérdese que el “Grupo Colina” también fue amnistiado conjuntamente con los seguidores del Gral.

Salinas, y por ende la posición de El Comercio respecto a la impunidad no es desacertada ¿o sí?

- Los “colinas” fueron inclusive ascendidos; ¿pero quién los amnistió? ¿Acaso no fueron los mismos

fujimontesinistas con mayoría fraudulenta en un Congrezoo de tránsfugas monitoreados desde el SIN? Sólo

así pudo darse aquel "sancochado" de mezclar el delito político (Salinas Sedó) con el delito común (Martín

Rivas). Pero, en el caso etnocacerista, en nuestra primera insurrección fuimos aministiados en el período de

Paniagua, en lo que se denominó la “transición democrática”, que lamentablemente fracasó al perm itirse la

impunidad del “constitucionalicidio” del 5 de abril.

- Es muy relevante observar el hecho, o “los hechos”, que esta Constitución -como dice Ud. “malparida”

del vladifujimorismo, y vigente ahora con la complicidad aprista- haya sido, en catorce años de existencia

“golpeada” hasta en tres ocasiones por sendas rebeliones militares: 13 de noviembre del 93, con el Gral.

Salinas; 29 de octubre del 2000 con los hermanos Humala y el 1 de enero del 2005 por Antauro Humala...

habiendo tenido que darse un par de amnistías en los dos primeros casos, quedando pendiente el tercero.

- Corrección: golpeada “dos veces y media”. Lo del Gral. Salinas fue más un bluff conspirativo que una

insurgencia castrense propiamente dicha.

- ¿Me está diciendo que lo del Gral. Salinas no fue una rebelión militar?

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- Eso no pasó de ser un conato conspirativo. Repito: no hubo siquiera un “Manifiesto” porque NO FUE UNA

REBELIÓN SINO UNA CONSPIRACIÓN. Peor aún: “pre-conspiración”, tal como se esgrime jurídicamente en la

propia defensa planteada por su abogado Alberto Borea. Y como se sabe, se conspira hasta en las cantinas...

- “Del dicho al hecho hay mucho trecho”... Pero, por lo menos, ha de reconocer que en el 13 de noviembre

hubo más convocatoria de oficiales: cerca de cincuenta individuos entre generales, coroneles,

comandantes y mayores...

- ¿Y para qué sirvieron “concretamente”? Pues solo para generar a un par de soplones que hicieron abortar

la operación: el actual vladigeneral Otto Guibovich, nada menos que Jefe de la Región Militar del Centro

(entonces era teniente coronel) y el entonces comandante Elias Moyano. Y no lo digo yo, sino que el

mismísimo Gral. Salinas lo declaró (la verdad es que ya era vox pópuli en los cuarteles). En concreto, aquel

“parto de los montes” no pasó del episodio de la “pata de cabra”. En cambio, nosotros -en verdad mi

hermano, mi promocional Marco Vizcarra (también fundador de la Logia Etnocacerista) y yo- optamos por

cerrar ahí nomás el círculo conspirador, pues ya contabamos con lo principal, como lo era el contingente

indispensable de tropa: el batallón de mi hermano (por más reducido que estuviera), al cual yo reforzaría

con los contingentes reservistas que terminaron hegemonizando el movimiento, ascendiendo de fuerza

auxiliar (de las tropas activas) a fuerza principal (pues los activos terminaron desertando, tanto en Locumba

como en Andahuaylas).

- Bueno, gran parte de peruanos -ahora- censura el “fujigolpe” del 5 de abril, particularmente yo no, ya

que fue una medida excepcional necesaria en ese momento, pero de ahí a parir una seudoconstitución,

eso sí no lo apruebo. Con todo, los autores de aquel 5 de abril vienen siendo procesados y están presos,

con comparecencia o prófugos.

- ¡Pero, lo principal, la malparida vladiconstitución, sigue vigente!

- Fíjese, respecto de lo de Andahuaylas cuyo manifiesto impugna esa vladiconstitución, tampoco el partido

nacionalista apoya la amnistía, ¿no le parece paradójico?

- Es que no basta decir “soy nacionalista” para serlo. Es claro que esos mentecatos son de la opinión que los

reservistas, gracias a quienes están sentados donde están, se queden, si es posible, de por vida, cautivos.

Definitivamente, el “Andahuaylazo’’ es el Rubicón entre revolución y reforma. Y estos pobres mamíferos

congresales no miran más allá que sus cobros el día treinta.

Son despreciables.

- ¿Incluido su hermano?

- No me haga gastar saliva...

- Lo dice con cierto pesar

- Lo digo con realismo. Y esto indica que en términos históricos estamos en estupenda posición los

etnocaceristas. Con o sin amnistía, la liberación -repito- es inevitable, y entonces un Gobierno Popular estará

a la vuelta de la esquina.

- ¿Y cuáles son sus “indicios visuales”que le proyectan ese escenario?

- Mire, la actual “legislación antiinsurgente” ya ni siquiera puede ser aplicada por el propio gobierno (DL

982). Es más, pese a que el gobierno se esfuerza por legalizar la “inimputabilización” de las FFAA en casos de

represión que vulneren los DDHH de las “manadas” de cholos resentidos, el hecho es que el mismo

Comandante General del Ejército -Edwin Donayre- ya declaró su negativa a enfrentar al pueblo, pues sabe

perfectamente que a la larga terminarán otros cientos de oficiales encarcelados y procesados, tal cual se ve,

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actualmente, luego de las conclusiones de la Comisión de la Verdad que -quiérase o no- resultaron

vinculantes. Además, aparte de los centenares de presos políticos rebelados en Andahuaylas, e inclusive los

primeros que se alzaron en armas en los tiempos de la guerra interna; tenemos -ahora- también a

centenares, quizá no de presos políticos pero sí de “judicializados sociales” {cerca al millar) procesados por

protestas en contra de las mineras, particularmente en Majaz, Yanacocha y Marcona. ¡Hasta un alcalde

electo, creo que en Parcona (La Libertad), está preso por “insurgencia”!

-A su vez los presidentes regionales están en la mira del Gobierno Central...

- Particularmente un trío de patriotas: Hernán Fuentes de Puno, Iván Vásquez de Loreto y César Alvarez de

Ancash, que en el fondo –quizás sin proponérselo- están abriendo la trocha de un País Federal.

- Además, Hernán Fuentes ha exhortado a la bancada nacionalista para que apoye su amnistía diciéndoles

que le “deben el cargo al Andahuaylazo”.

- Pues, tiene toda la razón.

XVII

MILITARISMOS,

CIVILISMOS Y UTOPÍAS.

- Usted ha señalado en más de una oportunidad, que los militares han sido los que realizaron los pocos

pero grandes cambios efectuados en el Perú, en lo cual coincido; no obstante, de todas maneras, le

inquiero: ¿y los civiles, qué han hecho?

- Eso lo digo siempre en el contexto de discusión cuando al frente tengo a alguien enfermo de

antimilitarismo “a ciegas". O sea, portador de aquel “civilismo criollo” del siglo XIX incapaz de diferenciar a

un patriota Cáceres de un traidor como Iglesias y que -ahora- en pleno siglo XXI, tampoco puede distinguir

las performances, totalmente opuestas, de un Velasco respecto de un Morales Bermúdez, englobándolos

bajo el mismo cliché de “gorilas”, “dictadores”, etc., sin sopesar el carácter progresis ta de unos y retrógrado

de otros. Me parece torpe enmarcarse como “civilista” o en su defecto como “militarista”. De lo primero

tiene mucho la llamada “izquierda caviar”; de lo segundo, los sectores más involucrados con el terrorismo de

Estado durante el auge de la Guerra Sucia: estos últimos, paradójicamente con el “visto bueno” de ciertos

sectores civiles de la extrema derecha (y además mafiosa) parapetada en la TV limeña, La Razón y Expreso.

Creo, más allá de estas taras “antimilitares” y “anticivilistas”, que una Fuerza Armada es fiel reflejo de la

“Fuerza Desarmada” o civilidad de la cual emana. Un cuartel no es un ente “extraterrestre” y por

consiguiente reúne las mismas taras y virtudes de su sociedad. Si tenemos una sociedad acomplejada, pues

su Ejército será de idénticas características. Y así como tuvimos “vladigenerales”, también tuvimos

“vladiciviles” que igualmente desfilaban por la salita del SIN: empresarios, broadcasters, animadores de TV,

cantantes, periodistas, congresistas y hasta Chumpitaz... Ahora, con respecto a aquello de los “grandes

cambios sociales”, prefiero separar hechos históricos de opiniones domésticas, y preguntar: ¿Las aboliciones

de la esclavitud negra y del tributo indio, emanaron de los congresos criollos o de los cuartelaz os de aigún

caudillo de turno, como por ejemplo, Castilla? ¿Acaso esas dos aboliciones, productos de golpe de Estado, no

son los mayores acontecimientos sociales del siglo XIX en esta Republiqueta? Y en el siglo XX: ¿La Reforma

Agraria, la Comunidad Laboral y el voto a los analfabetos, acaso emanaron de alguna pintoresca Constitución

de las muchas que hemos tenido o de un cuartelazo “monstruoso” como, por ejemplo, el de Velasco a quien

la derecha lo considera su “bestia negra”? Y, ahora, en el siglo XXI, ¿e l etnonacionalismo, satanizado por el

criollismo de patio trasero, ha emanado de las globoidiotizadas aulas de La Católica, de la San Ignacio de

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Loyola o de los achorados y plebeyos contingentes reservistas? Todo esto me lo explico por el “Walk Over”

en soberanía con que la clase política ha caracterizado su modus operandi, ante lo cual -dado que Involucra

un alto grado de traición- ha tenido que darse una reacción desde ciertos sectores cuarteleros, por supuesto,

dentro de una intensa pugna interna con otros sectores traidores (que, por cierto, también abundan dentro

del generalato y almirantazgo).

- Un dato abolicionista más: se olvidó de la “eliminación del pasaporte interno”, acto también concretado

por Ramón Castilla.

- ¡Ah!, gracias por mencionármelo, porque viene al caso. Sin embargo, hay que recordar que en 1946 hubo

dos congresistas -Salomón Sánchez y Manuel Faura -que pretendieron restaurarlo (el “pasaporte

provinciano”) para impedir la migración serrana a Lima.

- Continuando, entonces, insisto: ¿pero qué han hecho los civiles?

- Bastante, sin duda. ¿Túpac Amaru acaso no era “civil”? ¿Y Juan Santos Atahualpa y los laycas del Taki Onkoy

no lo eran? Pues también eran civiles de tanto o más mérito que los cachacos revolucionarios de la

República. Pero además tenemos a los grandes pensadores que “agitaron” las mentes insurgentes: Huamán

Poma, Mariátegui, Valcárcel, Arguedas, Scorza, etc. Sin embargo, a propósito de esa “dicotomía” civil -militar,

me parece que esto se da por la razón principal que en el Perú jamás el Servicio Militar ha sido, lo que se

dice, verdaderamente “obligatorio” (o sea universal), sino una especie de “apartheid castrense” exclusivo

para el cholaje al cual se le cierran las posibi- lidades de acceso a las escuelas de oficiales (“¡los cholos a

tropa, a obedecer, jamás para mandar!”). Esto ha determinado que la clase política peruana se caracterice

por ser OMISA a la milicia, y que por ende asqueen de los “plebeyos cuarteles”. Le aseguro que ninguno de

los ciento veinte mamíferos congresales o del Gabinete saben si un FAL se abastece por avancarga o por

retrocarga... Es decir, que carecen de la mínima “cultura militar”. Algo que no se da, por ejemplo, en

Alemania, en donde los 700 u 800 parlamentarios del Bundestag han pasado por el Se rvicio Militar de tropa,

así como toda la clase política israelí o cubana...

¡y hasta en Suiza! (en donde todo ciudadano guarda su fusil y mochila “en casa”). Esos gringos turistas

“mochileros” saben -todos- tiro de mortero, de fusil, lanzamiento de granada o paracaidismo; son, pues,

¡también “militares”! ¡Reservistas! Y es por éso que allá no puede existir aquel “resentimiento” entre

absurdos civilismos o militarismos. Eso solo se da en republiquetas de patio trasero, y no en naciones

genuinas.

- ¿Por cuáles líderes políticos guarda un reconocimiento por su trayectoria política?

-A escala internacional, admiro a Mandela, Fidel, Felipe Quispe “Mallku”, Evo Morales, Hugo Chávez,

Khomeini y Arafat, es decir a puros “forajidos”; y a escala nacional, francamen te es difícil hallar alguien

respetable : en todo caso -desde la prisión- me merecen más reconocimiento los presos políticos, que por lo

menos fueron y son consecuentes entre su pensar, decir y hacer (en lo que consideran una causa justa), que

todo los “liderazgos de pacotilla” de la actual partidocracia criolla, en la que, no obstante, reconozco ciertas

figuras “herejes” como Javier Valle Riestra.

- ¿Y el veterano aprista Armando Villanueva del Campo?

- Hasta ahora no puedo explicarme en él, cómo siendo incendiario de joven se ha tornado “tan” bombero de

viejo, y cómo diantre puede en su cerebro conjugar el antiimperialismo hayista con el neoliberalismo

alanista.

- Entiendo que Ud. le reconoce su performance histórica de lucha en los años aurórales y heroicos del

aprismo de hace más de medio siglo...

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- Por supuesto, pero si no se es consecuente de viejo con el pasivo heroico de joven, pues solo se es un ídolo

de barro. Precisamente, los grandes hombres se caracterizan por su constancia de lucha hasta la mi sma

tumba, lo cual no es el caso de Armando Villanueva. Mira, nomás su posición de pelele del neoliberalismo

fujimontesinista en su “tercer piso” alanista. Al veterano lo tienen de “adorno” en Alfonso Ligarte, como

para hacer recordar -en los “coloquios con el pueblo”- que el viejo fariseo en algún tiempo fue un novicio

rebelde. Inclusive, Villanueva, prologa el libro de Polay Campos, afirmando categóricamente que,

efectivamente, se trata de un guerrillero y no de un terrorista; sin embargo García ni lo escucha, o si lo hace,

es con la actitud del “sigue hablando, viejo cojudo”. Ni siquiera, en consideración a su veteranía histórica, el

actual APRA ultra reaccionario, tiene el gesto de sacar a Polay de la base naval.

- Existe, ciertamente, un sector progresista en el APRA, obviamente minoritario y quizás en extinción,

posiblemente claudicante, sin embargo algo debe quedar aún. Fíjese nomás, mayor, en la actitud del

presidente regional de la Libertad -un aprista militante- rindiendo homenaje oficial a la memoria de Luis

de la Puente Uceda, guerrillero fallecido en combate y proveniente de las canteras del “APRA Rebelde”...

- Pero, acuérdate, también; inmediatamente saltó el Secretario General del APRA, o sea la máxima autoridad

partidaria, Mauricio Mülder, desautorizando a su presidente regional. Entiende: el APRA es una organización

de derecha plena, y además totalmente corrupta.

- Hablando de “corrupción aprista”, ¿cree que después de la reelección de García Pérez para el período

2006-2011, la lucha contra la corrupción en el Perú ha fracasado? Recuerde que se trata de un presidente

que esperó que prescribieran sus penas para los delitos que cometió entre 1985 y 1990, y así poder volver

a incursionar en política.

- Enfocar el tema de la corrupción con un criterio “coyuntural”, es decir como si fuera algo novedoso o

“relativamente reciente” y sin el mínimo planteamiento histórico, es tremendamente limitante. Un país en

donde el eslogan tradicional es “vale un Perú” y cuya consigna de conquista lanzada por un secuestrador -

santo patrono de los “Destructores” o los “Retacos”- llamado Francisco Pizarra, fue “¡al sur, a ser ricos!”,

debe contener necesariamente el pecado original de la corrupción y del saqueo. González Prada, con su

sentencia “donde se hinca el dedo salta la pus”, simplemente lo reactualizó al siglo XX; por su parte,

Vladimiro lo “modernizó” al siglo XXI con la tecnología audiovisual del “vladivideo”; algo que sin duda ha

hecho madurar al pueblo peruano con tanta contundencia como los “siete ensayos” de Mariátegui.

Entonces, dentro de todo este “macro-contexto”, la mañosería jurídica de García no pasa de ser tan

anecdótica como las “firmas falsas" de Toledo o la “renuncia por fax” de Fujimori. Son, claro que sí, burlas

inauditas en cualquier país... Pero plenamente “coherente” en un corral.

- ¿Qué le dice la frase de un ex congresista: “el pueblo indultó a los corruptos”?

- Cierta vez le pregunté a un General, amigo mío, ¿cuál era la principal virtud y la principal tara del soldado

peruano? a lo que me respondió, para ambas, “la obediencia". Efectivamente, si les pones a nuestros

batallones al frente a un Cáceres, te recuperan el Morro de Arica; pero si les pones a un Montesinos,

entonces terminan vendiendo droga en los colegios. Algo análogo se puede decir de nuestro pueblo. Por

consiguiente, no es que se “indultó a los corruptos”, sino que en el menú electoral no había más opciones

que Guatemala y guatepeor. ¿Acaso existe diferencia substancia!, digamos “genuinamente antisistema”,

entre la bancada aprista, la fujimorista, UPP y los “ollantoides” en el Congrezoo? Entiéndase que la base de

moralidad de un pueblo no se halla -como vulgarmente se piensa- en la escuela o en la familia, sino

principalmente en el EJEMPLO DE LOS GOBERNANTES, y en tanto aquel “ejemplo” siga siendo el del “mundo

al revés” denunciado por el arrebatado Huamán Poma, pues el “por Dios y por la Plata” persistirá como una

consigna de necesidad vital.

- ¿La impunidad venció en el Perú?

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- En tanto el actual marco constitucional sea el instaurado por Vladimiro Montesinos mediante la

“fujiconstitución” que implantó el “libre saqueo transnacional”, pues sí, efectivamente, la impunidad seguirá

imperando como necesidad vital de aquel estatus quo... a menos que suceda un “Pachacuti" -lo reitero- con

su respectivo escarmiento histórico: fusilamientos por alta corrupción, entendida como una extensión de la

figura de traición a la patria. Algo que, por lo demás, tiene “precedentes" como cuando Bolívar lo decreta

“para todo funcionario que haya robado al Erario un equivalente de 10 pesos para arriba”. Los resultados

fueron milagrosos: Junín y Ayacucho. Pero eso -en la actual coyuntura- sólo lo puede hacer el etnocacerismo,

en medio de tantísima cobardía política.

- ¿Por qué cree que pese a que los organismos internacionales señalan el periodo de 1985-1990, como el

peor económicamente de nuestra historia republicana, se le atribuya, principalmente por parte del APRA,

tal estigma al periodo de Velasco?

- No es ninguna novedad decir que la historia del Perú está falsificada. He ahí la explicación. Y es que en un

ambiente entreguista el (etno)nacionalismo resulta una herejía. Visto así, es “coherente” que la derecha

criolla aún resienta la “insolencia” velasquista, puesto que lo que era “positivo” para Pizarra tenía que ser

“negativo” para Atahualpa y viceversa. Entonces especiamos una contradicción político -ideológico-cultural

en todo su esplendor, en la medida que esa “herejía velasquista” propugnaba la extremaunción de la vieja

republiqueta y el (in)surgir de una, digamos, “Segunda República”. ¡Y vaya que casi lo logra, de no ser por la

traición de Morales Bermúdezl Ahí –con Velasco- tuvimos el único proyecto (etno)nacional del siglo XX como

excepción a una regla de continuidad colonial. Se puede de cir que en dos siglos de republicanismo

dependiente, sólo han surgido -en medio del “continuismo criollo”- un par de herejías o proyectos

instintivamente (etno) nacionales: en el siglo XIX, con la Confederación Peruano-Boliviana de Santacruz en

función a un programa “neo-tawantinsuyano” que terminó por desatar las iras criollas locales, así como de

Chile y Argentina, quedando frustrado en la batalla de Yungay (y de lo que la posterior guerra de 1879 fue su

consecuencia lógica); a su vez, en el siglo XX, tenemos el proyecto de Velasco que le quiebra el espinazo a la

oligarquía feudal, traumatizando a aquel sector que lamenta haber nacido tan lejos de Miami y tan cerca de

los Andes; y en este siglo XXI, el proyecto que viene generándose gira en torno a un etnonacionalismo al que

gradualmente van convergiendo distintos segmentos de la verdadera sociedad civil: cocaleros, reservistas,

los sectores afectados por la contaminación de las Mineras, sindicatos, etc.

- Me está describiendo lo que exaspera a Mario Vargas Llosa: la “utopía arcaica”...

- Habría que especificar "cuál” utopía arcaica; porque el criollismo globocolonizado mantiene vigente la del

enriquecimiento libre saqueador del siglo XVI, del tipo “El Dorado", en función al eslogan economicista de los

Trece del Gallo: “¡Al sur a ser ricos!” Por supuesto, ante tal agresión histórica, la respuesta de los pueblos

originarios ha sido y es el etnonacionalismo reivindicacionista como parte del “choque de civilizaciones” que,

evidentemente no tiene nada de arcaico, en la medida que preserve -en la etnia cobriza- su espíritu de lucha

y competencia por la selección natura! y cultural dentro de la especie humana. En fin, todo aquel hirviente e

insurgente país informal y profundo que para la mentalidad pro-extranjera no pasa de ser “arcaico” y/o

“idiota”, tal cual lo moteja el clan Vargas Llosa, lo resumen ellos al “problema del indio”. Y es que el

“telurismo” o utopía, dizque “arcaica”, constituye una franca espada de Damocles sobre la yugular del

criollismo, el cual obviamente reaccionará por puro instinto de conservación y también por puro pánico ante

aquel “telurismo milenarista”. Entonces, no hay nada que transar ni dialogar: la muerte del

globoneoliberalismo implica la vida del etnonacionalismo y viceversa. Por eso -en esa inversión de

perspectivas- cuando García, Toledo o Fujimori se vanaglorian que “estamos” creciendo económicamente,

resulta algo así como que determinado Virrey les exigiera a los pongos mitayos de un socavón del Potosí que

celebrasen que aquella mina sea la “primera exportadora de lingotes de plata para Carlos V”, cuando lo

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genuinamente patriótico sería el cierre de la mina hasta que por ahí algún resentido Condorcanki o renegado

Pumacahua capture el poder, cuelgue al hampón (a) “inversionista” e i ncendie el “palacio de Pizarra”.

- Mayor, la coyuntura política se va poniendo tensa al paso de los meses, ya este gobierno ha cumplido

más de un año, hay un gran descontento popular y por lo mismo grandes movilizaciones. La reciclada

administración aprista se sale del marco de lo ofrecido en la campaña electoral, y se ve que la intención es

reprimir cualquier foco de protesta, por legítima que sea. Se habla de bombardear los cocales, de

“endurecer aún más” la mano dura, continuándose la misma política económica neoliberal diseñada por

Fujimori, seguida por Toledo y sostenida por García, ¿qué piensa de todo ésto; reforzará al gobierno o lo

debilitará hasta que le sea imposible concluir su periodo?

- García ya perdió todo aquello del “espacio- tiempo-histórico” que se supone ha leído en el

'‘Antiimperialismo y el APRA”. Mucho litio. Y es que cuando en su primer periodo el péndulo histórico

comenzaba a inclinarse mundialmente hacia el incipiente neoliberalismo, él adoptaba medidas de corte

“progresistas” (restricciones al pago de la deuda con el 10% de las exportaciones, intento de estatización de

la banca, etc.) fracasando a la postre; y ahora -en su segundo periodo- cuando el péndulo retorna a

posiciones etnicistas y socialistas, lo vemos identificándose como más bushoniano que Bush... Un Bush que

está de capa caída en su propio país, batiendo el récord de impopularidad. Por consiguiente, no hay que

esforzarse para prever un acelerado debilitamiento gubernamental que, desde ya, se está dando, no

solamente por la resistencia de gremios y sindicatos, sino también desde el mismo aparato de estado: los

gobiernos regionales, en donde Ancash (César Álvarez), Loreto (Iván Vásquez) y Puno (Hernán Fuentes) le

vienen “parando el macho”. Es que pese a la terquedad en mantener un sistema cada día más

autodesahuciado (por más que se le maquille mortuoriamente mediante las encuestadoras), la erosión sigue

inexorablemente. Ahora, con respecto a si culminará o no su periodo... cualquier catalizador social puede

presentarse en un país hirviente en donde tenemos presidentes prófugos, encarcelados, reos contumaces o

inscritos con firmas falsas. Eso sí: de sobrevivir y llegar al final de su periodo con respiración artificial (como

sucedió con Toledo), definitivamente la lid electoral del 2011 será mucho más confrontacional que la del

2006.

- ¿Acaso con visos de guerra civil?

- Es cuestión de lógica pura.

XVIII

SEÑOR CAUTIVO, IGLESIA

TAWANTINSUYANA,

PLANIFICACIÓN

FAMILIAR Y “CRECED Y

MULTIPLICAOS”

- ¿Es usted católico?

- No. Me niego, por dignidad personal y razonamiento lógico, a rendir culto a la divinidad de los invasores, y

mucho más cuando aquella imagen personificada corresponde a la de una etnia que practicó el más grande

genocidio -“La Destrucción de Las Indias”- en la historia de la humanidad, más terrible, aún, que el genocidio

hebreo acaecido en la Segunda Guerra Mundial. Preferiría, en todo caso, el ateísmo o rescatar el culto a

nuestro ancestral Pachakámaq. No debemos olvidar que el “pueblo elegido”, según el testamento antiguo de

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aquel libro sacro importado e impuesto aquí, no es el pueblo quechuaymara ni el palestino, sino el de Ariel

Sharon.

- ¿Acaso está sugiriendo la abolición de cinco siglos de cristianismo en el Perú?

- “Bambeado” por si acaso... ¿O acaso crees que un criminal como Valverde, primer obispo del Perú, y que

aconsejaba a las hordas pizarristas que “hiriesen de tajo y revés para no quebrar las espadas” o un fariseo

como Cipriani que sostenía en el Ayacucho de la guerra sucia que “los derechos humanos son una cojudez”,

representan al genuino cristianismo?

- Pero, vamos, por lo menos reconoce que en su autenticidad el cristianismo no deja de ser un factor

positivo en el país, más allá del “fariseísmo” evidente de personajes como los que Ud. alude. Y es que,

también, al lado de Ginés de Sepúlveda que sostenía que los indios del Nuevo Mundo carecían de alma,

había siempre un Bartolomé de Las Casas contrarrestando ese tipo de exabruptos.

Desde esta perspectiva evaluadora de cinco siglos de evangelización, ¿no cree que en términos generales

el cristianismo ha jugado un rol benéfico en estas tierras?

- En el Perú, y en general en todo el subcontinente, se confunden muchas cosas: alfabetizar con castellanizar,

timocracia con democracia, libre mercado con libre saqueo y, en este caso, cristiandad como monopolio de

religiosidad. Es decir, tácitamente se sugiere que antes de la invasión extracontinental del siglo XVL o sea,

antes de la globocolonización, la sociedad local era “infernal” y que, por ende, el Pachakámaq no pasaba de

ser un demonio o Satán “de color”. Sin embargo, cuando uno lee las crónicas de Huamán Poma, verificará

una alta moral en el pueblo tawantinsuyano cuyos preceptos del ayni, la minga y los tres “amas" no tenían

nada de incompatibilidad ni inferioridad con respecto al decálogo judaico, al sermón de la montaña cristiano

y la sharia islámica. Entonces, no solamente por mi posición etnonacionalista, sino porque tampoco creo que

la religión sea “siempre” el opio del pueblo, es que veo la necesidad de reivindicar la religiosidad ancestral,

por supuesto, bajo un esquema sincrético, digamos como una “Iglesia Tawantinsuyana” que conjugue lo

rescatable, en pro de la “opción por los pobres”, del cristianismo contestatario y liberador de su etap a

auroral con la moral solidario- laboral del Inkario.

- ¿Acaso propugnaría Ud. algo así como un “pachakamismo”? ¿No vendría a ser, “éso”, una auténtica

utopía?

- La denominación es secundaria. Sin embargo, ese -digamos- “pachakamismo”, desde siglos que viene

(in)surgiendo. Tenemos al Señor de Pachacamilla que, como observa María Rostworowski, no es otro que el

Pachakámaq vestido de cristiano, o también, entre el norte peruano y sur ecuatoriano, la devoción popular

al “Señor Cautivo” de Ayabaca, que en verdad refiere al “Inka Cautivo”, cuyo aspecto: (cobrizo, coronado en

oro y con los brazos cruzados al “estilo Kotosh”), nos lo asemeja más al Señor de Sipán que a la segunda

persona de la Trinidad. Y así, con expresiones como la del Koyllur Riti, los danzaq’s, las diabladas del Kollao y

lo que quede del panteísmo ancestral andino, sí que podemos hablar del cada vez menos clan - destino

insurgir de una “Nueva Iglesia" tawantinsuyana, que al igual que la Iglesia Copta de hace mil doscientos años

o la Iglesia Anglicana de hace apenas quinientos años, deberá separarse de la corrompida matriz del

Vaticano.

- De veras que es la primera vez que escucho que el “Señor Cautivo” no es Jesucristo sino Atahualpa o

Pachakámaq...

- En principio, ¿qué entendemos por “cautivo”? En el diccionario castellano se lee “prisionero de guerra”. No

hay lugar a dudas, el cautivo al que se alude no puede ser de ninguna manera Cristo, quien jamás guerreó y

específicamente (tal como se describe en el Nuevo Testamento) fue detenido en el hue rto Getsemaní,

conducido a los sacerdotes judíos y luego “pasado” a Poncio Pilatos, quien después del episodio de la

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“lavada de manos” lo entrega a la muchedumbre en un final ya conocido. Es decir, Jesús jamás fue -

técnicamente- “prisionero de guerra”, o sea que no fue cautivo de nadie; sólo fue un “preso político”

ejecutado sumariamente.

- Cristo “preso político”... estamos de acuerdo.

- En aquel tiempo la crucifixión era aplicada a quienes incurrían en delitos políticos como, por ejemplo,

sedición, motín o rebelión: hacía relativamente poco de la rebelión de esclavos liderada por Espartaco y

Crixo en la península itálica, en cuya debelación se “adornó” la Vía Apia con cinco mil insurrectos

crucificados. El mismo Barrabás -“colega” de Cristo en la crucifixión- fue un militante zelote (especie de

grupo etnonacionalista judío) apresado por motín y no por “hurto agravado”...

- Retomando lo de la “cautividad”, insisto: ¿si Jesucristo mayor -tal como Ud. lo acaba de referir- fue un

“detenido”, acaso no estuvo cautivo?

- “Detenido” no equivale a “cautivo”. Son categorías distintas en tiempo, rigor y circunstancias. Cristo fue

arrestado apenas por unos cuantos días, los que salen como feriados en la llamada “Semana Santa”, pero -

reitero- no fue prisionero de guerra de nadie, o sea, efectivamente “cautivo” como los Inkas Huáscar (por el

ejército atahualpista) y Atahualpa (por el ejército hispano). Y en el caso de este último, por el transcurso de

ocho meses (noviembre 1532 - julio 1533). Un larguísimo cautiverio en el epicentro de las sierras del norte

peruano y sur ecuatoriano, como lo es la ciudad de Cajamarca. En cuanto al “recorrido del Señor”,

verificaremos que el referido al “Cautivo de Ayabaca” se sustenta en la crónica local andina y no en el

itinerario jalonado en Palestina. Es que comparando -en el Nuevo Testamento y en los Comentarios Reales-

la entrada de Cristo a Jerusalén entre vítores y hosannas (“bendito sea el advenimiento del reino’’), con el

apoteósico recorrido del Inka Sayri Túpaq a su salida de Vilcabamba para su entrevista, en Lima, con el virrey

Hurtado de Mendoza (“por el camino salían los caciques e indios de las provincias por donde pasaba a

recibirle y festejarle”-Comentarios Reales), podemos percatarnos de un paralelismo que, en un ambiente

coercitivo, refieren en ambos casos una esperanza popular de justicia social. En el primero, con el

advenimiento del “Reino de los Cielos” para los miserables del Imperio Romano y, en el segundo, con el

advenimiento del “Reino del Inka” para la castigada (sub)humanidad cobriza.

-Aceptando ciertas analogías entre Jesucristo y el Inka... Sin embargo, sólo en Cristo se da una agonía de

harto simbolismo (incluso analizada magistralmente por Miguel de Unamuno) y asimismo una pasión de

sufrimiento, ¿no lo cree así?

-Siento contradecirte. En el Inka hallarás -si revisas bien las crónicas- una pasión-agonía de tanto “calibre”

como la de Cristo. En todo caso, continuamos encontrando similitudes de fondo doctrinal. Por una parte,

antes de ser crucificado (por “traidor” al sionismo y al César, al asumirse hijo de Dios y por ende “rey de los

judíos”) Jesucristo invoca a su deidad superior: “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”; percibiéndose un

sentimiento de injusticia, desamparo y de tácita censura en el “no saben lo que hacen”. Pero también, por la

parte del Inka, percibirnos en la narración de la ejecución de Túpac Amaru I, análoga estructuración:

“...Sacaron al Inka en una muía, con soga al cuello y un pregonero que iba anunciando su muerte y la

causa de ella, que era ‘tirano traidor contra la Corona Católica’. El príncipe, no entendiendo el lenguaje

español, preguntó a los religiosos que con él iban qué era lo que aquel hombre decía. Declaráronle que le

mataban porque era auca (traidor) contra el Rey. Entonces mandó que le llamasen a aquel hombre, y

cuando le tuvo cerca le dijo: ‘No digas eso, pues sabes que es mentira. Di que me matan porque el Virrey

lo quiere y no por mis delitos, que no he cometido ninguno. Yo invoco al Pachakámaq que sabe que es

verdad lo que digo’...” (Garcilaso).

Ambos, el Inka y Cristo, mueren atormentados y en olor a multitud, pero con una diferencia substancial:

mientras que Jesús es en esos instantes aborrecido y casi linchado por una multitud que prefería “absolver a

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Barrabás”, en el caso del Inka la multitud está consternada y acompaña en el sufrimiento a su genuino Señor

Cautivo, hasta levantar un estruendoso griterío de protesta que atemoriza a los mismos verdugos, debiendo

ser el propio Inka quien -con una sola señal de su brazo- hace callar al pueblo, hasta el silencio total, en que

perece.

En cuanto a la “pasión” propiamente dicha o “sufrimiento del Señor”, supuestamente de un Jesucristo que

jamás cargó la cruz...

- Disculpe que le interrumpa... ¿Dice Ud. que “Cristo no cargó la cruz”?

- Solamente en uno (Mateo) de los cuatro evangelios, figura que Jesús carga personalmente la cruz. En los

otros, ni siquiera se insinúa la cargada. Más bien, en su caminata al Gólgota, quien “se la carga” es Simón de

Cirene, tal como lo refieren -con nombre propio- Juan, Lucas y Marcos.

- (Carajo)... Bueno, continúe con aquello de la “pasión del señor”.

- En realidad, mimetizándose en el Evangelio de los apóstoles, la memoria popular evoca el trato cruel que

recibió el Inka cautivo Huáscar en su trayecto de Huanaco Pampa (Apurímac), lugar en donde se dio la última

batalla de la guerra civil inkaica, hasta Andamarca (Ayacucho):

“...los dos capitanes de Atahualpa volviéronse para su señor, llevando preso a Huáscar, y tratábanle tan

mal que le daban a beber orines por el camino, y a comer cosas muy sucias y sabandijas.(Cieza).

“.. .Luego le maltrató [a Huáscar] y le dió a comer chuño podrido, y por coca, hojas de chilca, y por llipta le

dio estiércol, por mujer una piedra larga...” (Huamán Poma).

Con respecto a la figura del Señor Cautivo (“Señor”, tanto por Inka - hijo del Sol, como por Cristo - hijo del

Dios Padre), aparte de la “dualidad sincrética” entre la tez cobriza y la barba foránea, resulta llamativa su

representación: mientras que normalmente se representa al Cristo en agonía, torturado, semidesnudo,

crucificado y coronado con espinas o, de no ser así, con una vestimenta austera, inmaculadamente blanca o

de cualquier otro color tenue y con una aureola divina sobre la testa... Sucede -por el contrario- con el Señor

Cautivo la particularidad que pese a no estar crucificado ni presentar aspecto lastimero, ni estar vestido con

el color inmaculado de la túnica o manto, se le representa con una vestimenta originalmente "vellorí”1,

ricamente ataviado, adornado en púrpura, con una diadema de oro sobre su testa, los brazos cruzados con

los dedos separados y extendidos -tal como ya te referí- al estilo de las “manos cruzadas” (que según

demuestra Carlos Milla, constituye la simbología ancestral de la reciprocidad andina, propia del Ayni), de tal

forma que presenta no sólo una pose, sino además una expresividad y talante distintos a los de los “otros”

Cristos.

Se puede entender, por consiguiente, que el (re) sentimiento popular ha elucubrado, desde los

acontecimientos de hace cinco siglos y en lo re- 1 En su Nueva Crónica, Huamán Poma refiere que el “vellorí"

era considerado por los inkas como ‘un color sagrado y restringido al culto”. (N. de R.) cóndilo de un

subconsciente aún atemorizado, una amalgama de elementos nativos y foráneos en la que se concatenan los

pasajes del Nuevo Testamento con el recuerdo colectivo-popular de la vida, pasión y muerte de nuestros

amados Inkas.

- Pero, más allá de lo didáctico de su exposición, deberá reconocer que -independientemente de la “buena

o mala política cristiana”- el precepto moral de “amor al prójimo”, inadmisible entre pueblos bárbaros,

constituye un grado superior, inclusive de trascendencia filosófica, en el sentimiento religioso de la

humanidad toda...

- Si consideramos que el Tawantinsuyo fue antes que todo una teocracia cuya cabeza era el propio Inka, pues

entonces tenemos las enseñanzas de su primer pontífice, Manko Qápaq en su lecho de muerte:

“...En sus últimas palabras mandó que guardaran sus leyes y mandatos, en las que ante todo debían

respetar y amar a Dios como tal y como padre [refiriéndose al Pachakámaq - N. del autor], y que ellos -los

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Inkas- fuesen los primeros en guardarlas para dar EJEMPLO a los vasallos; y que fuesen PIADOSOS

convenciendo a los indios por el AMOR, y que recordasen que el sobrenombre de los Inkas era el de

‘HUACCHACÚYAQ’, que quiere decir ‘amador de pobres’...” (Garcilaso).

Enseñanzas en las que, efectivamente, puede verificarse una confluencia con el mensaje original del Cristo

genuino (contrario al del fastuoso Vaticano). Aquel mensaje de amor y piedad que se trasluce en la vida y

pasión de Jesús, comulgaba con el de Manko Qápaq... ambos superando piadosamente aquel código

anterior de la Ley del Talión, “ojo por ojo, diente por diente”.

Es más, si se analiza el modus operandi de la expansión tawantinsuyana, en que se observa - quizá como

caso único en el mundo- la “seducción” (mediante la construcción de irrigaciones, repartición de tierras,

almacenamiento de reservas alimenticias en las qollkas, asimismo la legislación colectivista al servicio del

pueblo, etc.) en cuanto “técnica de conquista”, se constatará casi como normatividad -ante la resistencia de

ciertas tribus- que esa “seducción” tenía políticamente cierta característica de aquello de “la otra mejilla”,

ante las afrentas de tribus reacias (lupacas, soras, chinchas y de los chimús inclusive)... algo impensable -por

ejemplo- en el “posesionamiento” hebreo, a sangre, espada y genocidio, de la denominada “tierra

prometida”, así como en la “Yihad” musulmana en la expansión de su fe.

Además, debemos entender que aquel mensaje moral en el que convergen el cristianismo original y el

“pachakamismo” andino, tienen un precedente filosófico en las enseñanzas socráticas, transcritas por

Platón:

“Así, pues, no se debe devolver injusticia por injusticia ni hacer daño a hombre alguno, ni aún en el caso

de que recibamos de ellos un mal, sea cual fuere".

He ahí el antecedente de la principal norma cristiana: el “amar al prójimo como a uno mi smo”. Incluso,

aquella bellísima frase, “el Reino de los Cielos está en el interior de cada uno de ustedes”, no es otra cosa

que el “conócete a ti mismo” del clásico socrático propugnador -además- de un “bien común” y una

“República Comunitaria” que en el Tawantinsuyo hallaron su mayor plenitud histórica.

- ¿Acaso sostiene Ud. que aquel mensaje de Cristo (“amar al prójimo como a uno mismo”) no le es

genuino...?

- No existe nada nuevo bajo el Sol, dice un refrán. Con esto no pretendo cuestionar la admirable

performance del Cristo consecuente y sufriente. No... pero también es evidente la “relación trasmisora”

entre Sócrates y Cristo, desde el momento en que la lengua original de transcripción del Nuevo Testamento

fue el griego. Esto nos conlleva a referir el código religioso inkaico como una original senda moral cuyo

“independiente” contenido filosófico llegó a coincidir con las enseñanzas socráticas. “Coincidencia”, puesto

que no existió nexo alguno entre la etnocultura helénica y su similar andina. Muy posteriormente, con siglos

de mestizaje encima, vemos en aquella oración y a la vez poema-protesta de Arguedas, A nuestro padre

creador Túpaq Amaru, una consigna para la reivindicación, resurrección e insurrección de la “resultante”

Iglesia Tawantinsuyana, que por circunstancias históricas de opresión y globo- colonialismo, deberá asumir el

rol no sólo de autenticador nativista, sino también de “res- cate” del Cristo de hace dos mil años,

despercudiéndolo de todo fariseísmo impreso por un inmoral Papado; lo cual involucra, en el sub -

desarrollado orbe de los desventurados descamisados del siglo XXI, revalorar la trascendencia del mensaje

revolucionario del Cristo de la Montaña:

“...No penséis que he venido para traer paz a la tierra, sino para traer la espada. Porque he venido para

poner en disensión al hijo contra el padre...”.

Todo esto en el sentido de que la ideología liberadora o “Buena Nueva” (que es lo que quiere decir

“Evangelio”), corno en todo proceso revolucionario, enfrenta viejas y caducas ideas contra otras, nuevas e

insurgentes: “Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra”, en el decir de González Prada, que -a su manera-

también fue un apóstol de nuestra auténtica liberación terrenal.

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- No sé... Pero, muchos, al escucharlo, se figurarán que Ud. podría ser un “orate”; aparte, ¿de cuando acá

el factor religioso resulta un elemento revolucionario, que -se supone- es lo que implica su

etnonacionalismo-etnocacerísmo?

- Por si acaso, ya existe acá una Iglesia de naturaleza “neo-tawantinsuyana”: la fundada por Ezequiel

Ataucusi, “del nuevo pacto universal”, y que tiene casi medio millón de fieles. En ella, su denominada “Ley

Real” conjuga los tres “amas” del Inkario (ama sua, ama Hulla y ama quella), la minga y el ayni, con los diez

mandamientos del Antiguo Testamento... ¡e incluso han logrado tener parlamentarios en el segundo poder

del Estado criollo! Entonces, te estoy refiriendo hechos concretos que de por s í van erosionando las bases de

una institución eclesiástica “occidental, católica, apostólica, romana, blanca y contrasubversiva’’... o sea,

antinacional. ¿Sabes acaso que desde Valverde hasta Cipriani, jamás ha habido un primado “no blanco” en la

Iglesia Criolla? Asimismo, ya hemos referido aquel aspecto de las “santidades de apartheid” (la criolla Isabel

Flores de Oliva o Santa Rosa y el mulato Martín de Porres, en medio de una grey cobriza) que pinta de

cuerpo entero toda esta institucionalidad en cuanto tentáculo de la transnacional más poderosa del planeta:

el Estado Vaticano. Por consiguiente, en estas circunstancias emancipatorias, por supuesto que el factor

religioso deja de ser “opio popular” para erigirse en un medio de lucha, o si se quiere “guerra santa de

liberación'', como parte del choque de civilizaciones.

Asimismo, sin esta dínamo “etnorreligiosa” sería incomprensible la resistencia antinorteamericana por parte

de los pueblos árabes y persas. Incluso en los mismos EEUU, el génesis republicano tiene su base en aquellos

fundamentalistas cuáqueros, calvinistas y luteranos exiliados de la vieja Europa medieval. Hasta en cierto

grado el Sionismo, en cuanto eje aglutinador del pueblo hebreo, es un caso fidedigno. Ni hablar de las

cruzadas europeas para liberar Jerusalén o -acá- el mesianismo milenarista e insurgente de Juan Santos

Atahualpa, que llegó a autotitularse “Inka de la Trinidad”.

- ¿No le parece que aludir la “guerra santa” en el Perú es una exageración?

- No quiero pensar que jamás has visitado el Museo de Arte, en el Paseo Colón. Hallarás ahí una serie de

cuadros de arcángeles de raza blanca armados hasta los dientes que refieren el tiempo de la conquista. El

“Santiago mata indios” es, creo, la figura más estereotipada. La invasión extracontinental del siglo XVI fue en

todo el sentido de la palabra una “guerra santa”, o mejor dicho “etnosanta”, para ambas partes, y -en

verdad- hubo mucho de “cruzada anti infiel” desde el desembarco hispano en los esteros de Tumbes, el

episodio de Cajamarca, los cercos de Qosqo y Lima y el repliegue a Vilcabamba. Un par de siglos después,

vemos al Obispo Moscoso, del Qosqo, excomulgar a los tupacamaristas y ex - hortar a la guerra de razas y de

dioses. Incluso, “recientito nomás”, ¿no se vio a aquel monseñor Vargas Alzamora -de quien se dice murió

envenenado- sacar atemporalmente al Señor de los Milagros para apoyar al candidato presidencial del

FREDEMO (MVLL - N.del A.) ante lo que entonces se creía -la candidatura de Fujimori- un peligro para el viejo

orden “Occidental, cristiano y blanco”?

- Ud. no cesa de impugnar las bases cristianas de Indoamérica, sin sopesar que (el cristianismo) es una

institución milenaria... ¿En todo caso su “alternativa pachakamista” sobre qué bases institucionales y

doctrínales se asentaría?

- En Europa, es cierto, el cristianismo es milenario y genuino, más no acá, en donde es impuesto, racista,

prostituido y contrarrevolucionario. De ahí la necesidad histórica de reivindicar nuestro culto originario y

milenario. En esa perspectiva hemos de considerar que toda religión se basa en el siguiente trípode

doctrinal:

• Creación y/o concepción del mundo y destino final del hombre (escatología).

• Trama histórica (referida como “historia sagrada”).

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•Código moral (mandamientos, ritos y sacramentos).

A esos tres campos debe, por consiguiente, apuntar el proceso de “pachakamización”. Entonces deberemos,

quizá para empezar, considerar el cuarteto andino del Hanan Pachac, Kay Pachac, Uku Pachac y Hawa Pachac

como conceptos alternativos a la trilogía occidental de Paraíso, Terreno e Infierno, en cuanto concepción del

mundo. Asimismo, consagrar la diáspora de las tribus “Ayar” desde el Tampu Toqo hasta el Qosqo o el éxodo

de Manko Qápaq y Mama Oqllo desde el lago sagrado (Tltiqaqa) hasta el cerro Huanacaure (lugar de

fundación de la teocracia inkaica)... como historiales -para nosotros- “mucho más sacros” que la marcha de

las tribus hebreas -guiadas por Abraham y Lot- desde Ur (sur de Irak) hasta Sodoma, Gomorra, Egipto y

Palestina. Y respecto al “código moral”, puespodremos explotar la gran similitud entre el Decálogo de

Moisés con los “tres amas” tawantinsuyanos y sus derivados descritos por nuestros cronistas indios y

mestizos.

- Hipotéticamente hablando, ¿cuál sería, entonces, la política religiosa en un eventual gobierno

etnocacerista? ¿Habría tolerancia religiosa?

- Absoluta libertad de cultos. Valdría decir que, por ejemplo, el curso de religión que se da en los colegios ya

no sería monopolio del catolicismo oficial de Cipriani, sino una exposición “informativa” para que el alumno

discierna sobre el conflicto entre ciencia y creencia, en donde el ateísmo sea también una opción válida y en

que -además- se explique la esencia de todas las doctrinas religiosas de carácter mundial: hinduísmo,

taoísmo, islam, también el cristianismo y definitivamente el “pachakamismo”, impreso en una Nueva Iglesia

Tawantinsuyana que, en la medida que se conjugue con los postulados de la Teología de la Liberación,

deberá, entiendo yo, tener el apoyo del Estado etnonacionalista, análogamente del que ahora goza,

mediante el Concordato, la Iglesia de Cipriani, Valverde y Areche.

- ¿Se respetará el Concordato con la Santa Sede del Vaticano, así como el Te Deum en la Catedral con el

cardenal Cipriani?

- El Concordato, por ley de la gravedad y por dignidad nacional deberá ser desconocido, con lo cual también

se le haría un favor moral a la “Santa Mafia transnacional” enquistada en la plaza San Pedro para que se

reencuentre con el mensaje primigenio de su crucificado ideólogo.

En cuanto al Te Deum, en un escenario etnonacionalista, desde ya dejaría de efectuarse el 28 de Julio, sino -

quizá- en el aniversario de la revolución tupacamarista bajo la santa elegía del “Canto Coral a Túpac Amaru”

estrenada en Cieneguilla de la sede ataucusista...

- De veras, reitero que al oírlo imagino el sueño de un loco, lo reconozco, sazonado de cierta “lógica

histórica”; diríase la utopía arcaica...

-O sea, el Inkarri materializado. Pero tampoco es como para dramatizar. ¿Acaso en Inglaterra o en

Japón, vale decir en las teocracias más antiguas del planeta (en donde el Rey y el Emperador son a la vez

cabezas de sendas iglesias y templos), éstas son catalogadas de “arcaicas”? ¡Caramba, la catedral de Notre

Dame, en París, es cuatro siglos más antigua que Machupicchu y el Qoricancha! Lo que pasa es que nos han

colonizado el seso y mancornado el sentido común.

- No tanto; así como le comenté que al lado de un Ginés de Sepúlveda siempre hay un Bartolomé de Las

Casas, pues aquí tenemos a un Bambarén, “obispo de los pobres”, como contrapeso del Cipriani de la

“guerra sucia”...

- Te recuerdo que si bien es cierto de Las Casas tuvo una actitud de “sociedad protectora de animales” para

con los indios, también fue -por otra parte- impulsor del tráfico de esclavos. Y en lo que respecta al

Monseñor Bambarén, prefiero al cura aquel de Villa El Salvador de los 70, que se la jugaba por los pobres, a

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la “santa res” actual que no hace otra cosa que alcahuetear al Estado criollo por una “piadosa y caritativa”

política gioboneoliberal de libre saqueo. Fíjate nomás su actitud en el reciente desalojo del Mercado Santa

Anita o en la consulta popular respecto a la Minera Transnacional en la serranía piurana (caso Majaz - N.del

A.): siempre de espaldas a los humildes y alcahueteando a los poderosos.

- Y dentro de estos temas, tan abordados por obispos y cardenales, ¿cuál es su parecer sobre los métodos

anticonceptivos para controlar la explosión demográfica?

- Estos son de entera decisión de las personas, y en donde el rol del Estado debe ceñirse a estimular (pero no

a imponer) el concepto de planificación familiar, claro está, en función a nuestros objetivos geopolíticos.

- ¿“Objetivos geopolíticos” en los cuales se encuadraba aquel acápite del Plan de Gobierno del entonces

MNP (Movimiento Nacionalista Peruano) de esencia etnocacerista, que contemplaba “...alcanzar una

población de cien millones de habitantes...” como una de las condiciones para el desarrollo endógeno?

¿Acaso cien millones de “santos hambrientos”?

- Debe entenderse que en el actual escenario globocolonizado, los estados subdesarrollados no tienen más

opción que reducir sus tasas de natalidad, más que todo presionados por la “geopolítica del hambre” (o

dependencia alimentaria) y por el índice de desempleo y subempleo que les acarrea el neoliberalismo.

Y es que en este escenario la importación de un celular aumenta el PBI, pero el nacimiento de un niño lo

disminuye. A este absurdo se ha l legado. No queda, pues, más alternativa que “esterilizar masivamente a las

indiadas”, tal como lo hizo Fujimori, lo cual está explícito en aquel llamado “Plan Verde” denunciado por el

periodista Paco Igartua en 1992. De manera que, en términos globocolonizadores de “libre saqueo”, el

ganado humanoide ha de ser “racionalizado” en función a los requerimientos de la súper humanidad

desarrollada de Occidente. Y nada mejor si además se les concentra en monstruosas mega-urbes, es decir

en inmensos corrales útilísimos para degenerarlos en la adicción consumista del libre mercado. Por

consiguiente, aparte de “racionalizarnos” demográficamente y concentrarnos mercado-técnicamente, logran

“despejar” grandes espacios vacíos, ad hoc para la administración o recolonización por parte de las colosales

transnacionales succionadoras de recursos energéticos en yuxtaposición con legiones de ONG’s -también

extranjeras- de índole “conservacionista”, dependientes de aquella macro-ONG denominada WWF (siglas en

inglés del "Fondo Mundial por la Naturaleza” -N. del A.) regentadas por la Corona Británica en dupla con el

Departamento de Estado Norteamericano. Corolario: extensas planicies amazónicas semidespobladas de

nativos y repobladas por “unidades de conservación” administradas por especímenes gringos dedicados a

transformar nuestra jungla en una cadena de “Serenguetis”, altruistamente para beneficio de la

humanidad... blanca.

Con el agregado que de pasadita pueden "experimentar” ciertas vacunas en esos pobrecitos nativos, a los

cuales, aparte de hacerles bailar la danza de la lluvia y pintarrajearlos para gusto de Discovery Channel o de

la CONAPA de Eliane Karp, también se les puede otorgar un simbólico “canon energético” baipaseando a los

corruptos estados locales...

- Su extensión argumenta! no deja de ser llamativa... ¿Pero, qué alternativa se ofrece

“etnocaceristamente” con aquello de elevar la población a cien millones de habitantes?

- Un escenario superior: el etnonacionalista, en el cual un nacimiento nuevo se proyecte, ya no como un

inminente desocupado, sino como un productor-reproductor nuevo. Lo cual, a su vez, implica una revolución

demográfica y, por ende, geopolítica: deberá desurbanizarse la costa peruana. Lima no deberá contar con

más de un par de millones de habitantes, principalmente en función a la demanda laboral ad hoc para la

capacidad industrial instalada: única manera de recuperar los valles agrícolas de los deltas colapsados, “por

tanto cemento”, como los del Chillón, Rímac, Lurín, Mala... ¡Cuatro valles de de cenas de miles de hectáreas

sepultados y contaminados por la carencia de planificación soberana, dada la adicción al interés extranjero!

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Y es que ha habido tanta estupidez saqueadora desde 1532, que aquellos veintitantos oasis del arenal

costero, como son los veintitantos ríos que descienden de los Andes hacia el Pacífico, han sido

prácticamente “cementados" en sus deltas... Es decir, en vez de construir sobre el desierto se ha hecho

sobre el oasis. Y encima -en lo poco que queda del diezmado oasis- ¡se instala una inmensa cancha de golf,

como la de San Isidro, en donde los cholos sólo son admitidos como guachimanes o domésticos!

- ...¿Pero, acaso una cancha de golf no es un “pulmón” para la urbe, además de seguir siendo área verde?

- Claro, pero no de uso popular, sino de tipo “rhodesiano", vale decir, en función al apartheid blanco. En todo

caso, si esa minoría desea su golf, ¡pues que irriguen el arenal de “Piedras Gordas" o de Pasamayo y

siembren grass para su exclusividad! Mira, las tres canchas pitucazas de golf en Lima metropolitana llegan a

los varios centenares de hectáreas agrícolas, en los que muy bien podrían instalarse “parques zonales” como

el Huayna Qapáq del cono sur...

- ...Le hago recordar que ahora existen las irrigaciones y la tecnología.

- Irrigaciones las hay, en estas tierras, desde el Inkario: La Achirana del Inka, construida en el período de

Pachacútek en el desierto de lea, ha incorporado miles de hectáreas y perdura hasta hoy. Es más, Marc

Dourojeanni, ecologista de primera línea, sostiene que el país recien está alcanzando -en este siglo XXI- el

área agrícola que existió en la época de Atahualpa. Y es que lo que ha habido gubernamentalmente acá,

desde 1532, es -parafraseando a González Prada- “estupidez en acción”, incluso con tanto préstamo del BID,

Alianza para el progreso, “sierra exportadora” y demás alcahuetería dependiente...

- ¿Cuál sería, entonces, la alternativa?

- Deberá, pues, reinstaurarse el enfoque conservacionista y economicista-agrario del Inkario, como parte del

renacimiento cultural. Entonces, en este nuevo escenario etnonacionalista, la tarea será redistribuir la

desbalanceada demografía, en lo cual nos encontraremos con la problemática de la bajísima densidad

amazónica que en promedio apenas alcanza el 0.4% en contraposición a la región Lima, de 300 hab. /Km2.

Esta revolución geopolítica-demográfica es una condicionante técnica para cualquier régimen que,

independientemente de su ideología, pretenda genuinamente desarrollar el país, pues lo único que se ha

hecho desde 1531 ha sido “desarrollar el subdesarrollo”.

- ¿Me está diciendo que para desarrollarnos realmente hemos de impulsar el crecimiento demográfico, en

contra de la tendencia mundial?

- Sí; porque solamente bajo pautas etnonacionalistas lograremos metabolizar nuestro recurso humano.

EEUU de NA, cuya estatua de la libertad tiene la inscripción: "... ¡Dadme vuestras cansadas, pobres,

oprimidas y apiñadas masas que anhelan aires de libertad!...”, constituye un ejemplo de desarrollo conexo al

crecimiento demográfico, ya sea por inmigración. Te aseguro que si los sioux o apaches, en vez de ser varias

decenas de miliares hubieran sido varias decenas de millones -como los tawantinsuyanos- no estarían a la

fecha en “reservas” o campos de concentración. Incluso tenemos al supuestamente “pequeño Israel”, que si

bien es cierto tiene seis millones en el Medio Oriente, pues cuenta con cincuenta millones en el extranjero

(solo en EEUU existen dieciocho millones de hebreos). Fue Benjamín Franklin quién resumió muy claramente

el vínculo desarrollo-demografía, cuando exhortaba así a sus conciudadanos jóvenes: “Enriqueceos; cásense

con una viuda que tenga ocho hijos!”. Coincidentemente, en el Tawantinsuyo, tal como refieren Huamán

Poma y Garcilaso, se consideraban “hombres ricos” a quienes tenían familias numerosas, vale decir, gran

“fuerza de trabajo” en base a una economía directa y soberana, y no dependiente de tal o cual bolsa de los

especuladores de Nueva York o de Londres. Entonces, en este nuevo escenario, será otra vez efectivo

aquello del “creced y multiplicaos”.

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131

- Antes de pasar a otro tema, dígame Mayor -pues me ha chocado francamente la posición religiosa del

etnocacerismo-, ¿la navidad sería suprimida en un hipotético régimen etnocacerista?... ¿qué piensa Ud. de

la navidad?

- No está demás considerar que el cristianismo de los primeros siglos desconocía la celebración de la

Navidad. Fue recién con el emperador Constantino (que se ve obligado a oficializar el cristianismo para darle

unificación espiritual al heterogéneo Imperium) que el flamante papado coincidió en la necesidad de

celebrar “el nacimiento de Cristo", para lo cual era elemental “inventarle” una fecha; algo urgente, porque

desde el Oriente también venía introduciéndose, a manera de “competencia”, el culto a Mitra, cuya

festividad principal se hacía el 25 de diciembre en función al solsticio de invierno. Había, pues, que

anticiparse y la Iglesia -habilísima en esas cosas- lo hizo. Siglos después dicha festividad siguió incorporando

elementos “gentiles”, tales como el buey del establo (del “Nacimiento"), que rememora al sagrado Apis de la

religiosidad egipcia y, por supuesto, al “esquimal” Papá Noel propio de las tribus bárbaras escand inavas que

influenciaron sobre los germanos, los que a su vez lo hicieron sobre los romanos, a quienes a menudo les

exterminaban legiones enteras. Así, descendentemente por la escala globocolonialista, tenemos en el Perú al

cara pálida y obeso Noel distribuyendo regalos a un pueblo de desnutridos hombrecillos “de color”,

subdesarrollados y desmemoriados desde hace siglos, o sea, eficazmente cristianizados y desubicados.

Debe tenerse en cuenta que cuando veranea en el Perú, inverna en Europa. Así es la fluctuación del clima

según la rotación de la Tierra en sus hemisferios norte y sur a lo largo del año solar. El Perú pertenece a la

llamada “zona tórrida”, entre los trópicos de Capricornio y Cáncer, con la línea ecuatorial al medio. Todo ese

sector terráqueo se conoce, más popularmente, como “Trópico”. Más allá de los límites tropicales de

Capricornio y Cáncer, empiezan las llamadas “zonas templadas”: ártica por el Norte y antártica por el Sur,

cada cual con su respectiva “cúspide” en los polos Norte y Sur. As imismo, la fauna y flora, tropical como

templada, se adaptan a sus respectivas geografías y climas. La cultura también. Es por eso que el buen “Papá

Noel”, nativo de la zona templada ártica (más específicamente de los países escandinavos), se viste según e l

clima frígido de su tierra: con pieles, al estilo “esquimal” o “lapón”. Y claro, se transporta en trineo provisto

de “eskíes” para el hielo y la nieve, jalado por unos animales jamás llegados al Tawantinsuyo de ayer ni al

Perú de hoy: los renos (que en algunos wawawasis se les desinforma a los infantes cobrizos, con que son

“cabras”).

Además, como el “euro” Noel se desplaza en medio de “su” selva de coniferas, es que vemos los pinos -

nativos de allá- como clásicos arbolitos de navidad. Noel es patriota. Por supuesto que si Noel hubiera sido

mochica o huari, sin duda hubiera optado por el huarango o el molle... Pero no; es extranjero y, por

consiguiente -como buen patriota que es-, nos impone sus costumbres y cultos foráneos (así como el

Halloween o el estúpido “día de la canción criolla”); la verdad es que resulta un buen agente del Imperium

en su modalidad pasiva. Está, pues, más cercano a Cipriani que al grupo Colina. Lamentablemente, los

avergonzados cholos feligreses, descendientes de gloriosos ancestros inkas, estamos descerebrados: Y por

ello cada cálido diciembre (a veces hasta con el calor infernal del “fenómeno del niño”) se desesperan por

“su arbolito", “su pino”... clamando -apretujados y sudorosos- en Polvos Rosados o Mesa Redonda. Y como

no hay nieve (¿quién va a subir hasta Ticlio?), ¡pues la escarcha y las pelotitas! Y también el panetón con su

“chocolate caliente”... ¡En pleno verano tropical, casi caribeño, chocolate caliente!, que toman sudando

como condenados en un sauna, con su italiano panetón Motta. Pobres... Y después preguntan por qué

somos subdesarrollados.

¡Caramba! El diciembre cholo, desde Tumbes hasta Tacna, o desde Gueppi hasta Inambari, es para pasarlo

semicalato con su chicha de jora, o si quieren hasta con su “chela” helada. P ero ahí está el esquimal

extranjero y barbado, como Pizarra, vigilándonos: “¡Mamani!, ¡Quispe!, ¡Chero!, ¡Amasifuén!: ¡Carajo, los

quiero ver con pinos, renos, trineo, chocolate, panetón e IGV! Además, celebran el nacimiento del Dios de

Almagro, Valverde, Areche y Cipriani...

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132

Así los doman desde wawas, imperceptiblemente desde 1532. Al esclavo hay que interiorizarle la (santa)

identificación con su amo. Así hago yo con mi perro, que me es fiel hasta la muerte.

XIX

COCA, IRAK Y ALGO MÁS…

- ¿Cuál es la postura del etnocacerismo, con relación al problema de la hoja de coca y los cocaleros en

nuestro país?

- Desde perspectiva etnonacionalista la coca no es “problema” sino “SOLUCION”; ya que así como jamás

hubo “problema del indio” (salvo para el criollismo) tampoco lo hay de la coca. Entiéndase que LA COCA ES

EL PRIMER CULTIVO ALTERNATIVO ANTE LA BANCARROTA DEL AGRO NATIVO POR EFECTOS DE LA “LIBRE

IMPORTACION” de productos agroalimentarios que han arruinado la producción local. Por consiguiente, para

nosotros el llamado “libre mercado” debe subordinarse a la nación y jamás al revés (tal como efectivamente

lo contemplan EEUU y la Unión Europea que subvencionan a sus productores para que masacren a los

nuestros en complicidad con un Estado apátrida). En síntesis, el cultivo de coca debe ser legalizado bajo la

siguiente fórmula, propia de un escenario etnonacionalista:

- Empadronamiento general por ENACO.

- Adquisición por el Estado (ENACO) de toda la producción cocalera.

- Transferencia de esa operación al Estado Norteamericano (de gobierno a gobierno), al precio del “libre

mercado”, que tanto les fascina, o sea tal como lo paga(ba) el colombiano.

- ¿Y qué haría EEUU con toda aquella producción de hoja de coca?

- Pues, quemarla, industrializarla o -si quieren- convertirla en cocaína para que la inhalen en sus colegios. Por

supuesto, todo aquel ingreso económico sería destinado al pago de la deuda en gesto de buena voluntad del

Estado Etnonacionalista. Simultáneamente a este proceder ante Washington, el Estado Etnonacionalista

reactivaría el agro nativo mediante una POLÍTICA PROTECCIONISTA en pos de lograr la soberanía-autarquía

alimentaria, lo cual involucrará la elevación ostensible de aranceles a toda importación que pretenda

competir con la producción nativa, de tal manera de devolver una rentabilidad, también ostensible, a los

cultivos convencionales, a fin que tienten y animen al cocalero a retomar a sus cultivos primigenios

quebrados por el neoliberalismo.

- Pero, también, al abordar el álgido tema de la coca, concordará Ud. que necesariamente deberemos

ingresar al, aún más álgido, tema del narcotráfico. ¿Cuál es, pues, su posición respecto a este flagelo?

-Ante todo debemos tener como premisa que así como la cerveza no es cebada, que el vino no es uva, ni el

ron es caña, pues tampoco la cocaína es coca. Sin embargo, es la única que se erradica...

- ... Por cultivos alternativos, dado que las estadísticas indican que casi un 90% de la producción de hoja va

a parar a las pozas de maceración; precisamente, lo que se pretende “alternar”.

- ¡Pero si, como ya te dije, el primer cultivo alternativo ante la bancarrota que le impone el neoliberalismo al

agro convencional nativo, es justamente la coca! Por si acaso, las estadísticas también refieren que el 90%

del campesinado cocalero es “ex” papero, “ex” triguero, “ex” maicero, es decir “ex todo”, ante tanta libre

importación y dependencia agro-alimentaria permitida por el “walk over” estatal criollo en cuanto a

soberanía agraria. Esta geopolítica del hambre que se nos viene aplicando mediante l os recetarios de los

organismos financieros internacionales, bajo el cliché del “libre mercado” (en verdad, como “libre traición”),

al provocar el colapso de la rentabilidad de los cultivos convencionales, solo deja un par de alternativas para

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el campesino quebrado: o emigrar a las urbes costeñas para plantar una estera en el arenal, o emigrar a la

selva para plantar un cocal; a los primeros los bombardean con lacrimógenas, por “invasores”, mientras que

a los segundos se les bombardea con gas speake made in DEA, acusándolos de “narcos". Corolario: miles de

comederos públicos urbanos en los que millares de campesinos sin tierras hacen sus colas para consumir

raciones elaboradas en base a productos importados que ellos

-en un Estado patriota- deberían haber producido, y además -por el lado del Oriente- decenas de millares de

campesinos que hallan en el semiclandestino sembrío cocalero la última trinchera ante la traición estatal. Se

puede decir, entonces, que el tema cocalero constituye la primera gran grieta d e fricción entre

globoneoliberalismo y etnonacionalismo.

- Su enfoque, definitivamente confrontacional, si bien es cierto no deja de ser válido, da la impresión de

ser contemplativo con el narcotráfico, en la medida que justifica aquel “libre sembrío”, ¿no le parece?

- Mira: a mí también me parece que el narcotráfico es censurable... tanto como el libre saqueo. ¿Sabías que

prácticamente el mismo monto de miles de millones de dólares que nos libre saquean formalmente las

mineras, es lo que informalmente -como ley de la compensación- chorrea el narcotráfico en la economía

local? Y si por ahí me dices que los insumos químicos que requieren las pozas de maceración dejan daños

irreversibles en la ecología, pues te respondo con la macrocontamínación ambiental que impunemente nos

dejan los relaves transnacionales...

- Entienda que las mineras, independientemente de toda polémica, cumplen una actividad legal, lo cual no

es el caso de los cocales ilegales, ni mucho menos del narcotráfico.

- Totalmente “de acuerdo”: el libre saqueo neoliberal, en el que se incluyen los “contratos de estabilidad

jurídica” de esas mineras, están plasmados en la mafiosa vladiconstitución producto del fujigolpe del 5 de

abril del 92. Ergo: son “legales”. Ahora, que sea eso legal no indica necesariamente que sea legítimo. En el

siglo XIX la esclavitud también era “legal”, por si acaso.

- Ante su peculiar argumentación, no faltarán quienes sostengan técnicamente lo “antieconómico” que le

resultaría al Estado, ya sea peruano o norteamericano, “adquirir el 100% de la producción de hoja”, cuya

productividad se incrementaría al tener “clientela segura” y que “paga precio”, ¿no le parece?

¿"Antieconómico”?, ¡Por favor!... Para empezar, ¿cuánto crees que “presupuesta” toda la denominada

“guerra contra las drogas” aplicada aquí?: vuelos de interdicción, radares, bases antinarcóticos, DEVIDA, etc;

ni hablar del “costo social” de tantas familias destrozadas...

¿acaso no te percatas del auge de los centros de rehabilitación, tipo CEDRO? Ni hablar de la bancarrota del

agro nativo. Estoy segurísimo que la adquisición de la producción total de hoja, le sale -a fin de cuentas- más

barato a Washington que mantener toda su política antidrogas “made in DEA”.

- ¿Y por qué EEUU no adopta esta decisión?

Porque hay intereses creados: demasiada plata ingresa a su economía, que ya se volvió adicta al narcodólar.

Además, en sus más altos escalones la DEA y la CIA son lo mismo.

- Insisto: ¿puede ser que, por convivir, en este pabellón de “Piedras Gordas”, con los más notables

“capos”, se ha vuelto Ud. indulgente con el narcotráfico?

- También conviven, aquí, los “históricos” de Sendero, y no por eso me he vuelto “indulgente” en el tema

subversivo. Siempre he mantenido -tanto con respecto al narcotráfico como a la subversión- la misma

posición, lo cual podrás constatar si revisas la pagina web de la prensa etnocacerista en sus primeras

ediciones. Lo que sucede es que simplemente me resisto a ser un chicheñó de los eslóganes “de la guerra

contra las drogas” proclamados por el bribón de Bush, el perfecto “estúpido hombre blanco” descrito por

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Michael Moore. Para empezar, me parece inmoral que una nación, por más superpotencia que sea, se

arrogue la facultad de exigir y presionar por la erradicación de cultivos cocaleros al lende sus fronteras,

cuando dentro de ellas es “incapaz” de erradicar sus cultivos de canabis. Refiérase que EEUU es, después de

México, el segundo productor mundial de marihuana. Entonces, no es que sea “indulgente”, sino que

observo que de no ser por el narcotráfico -en un país de desempleados y subempleados- cientos de miles de

familias “de color” humilde, particularmente diseminadas en la ceja de selva, estarían en subniveles

nutricionales similares a las famélicas “manadas de humanoides” del África subsahariana. Por con- siguiente,

independientemente de la polémica, lo concreto es que mal que bien (o bien que mal, mejor dicho), aquel

narcotráfico cumple un “rol social” informal y subterráneo que explica o revela el acertijo del “cómo” la

población peruana ha podido compensar, mitigar y neutralizar el azote de la crisis neoliberalizadora... ¡en un

habitat en donde el llamado “salario mínimo VITAL” no llega a los 160 dólares!, es decir ni la tercera parte de

la canasta familiar.

- Usted está justificando la inmoralidad...

- ¡Por favor! La moral es algo relativo en función al poder y el espacio tiempo-histórico.

Hace siglo y medio, la superpotencia de entonces -Inglaterra- era un franco Narco-Estado que bombardeaba

todo puerto chino que se negase a dejarle traficar droga. Eso fue la “Guerra del Opio”. Es más, la reina

Victoria nombraba como “Sires” a los más destacados narcotraficantes que envilecían a las poblaciones

asiáticas. Eran los tiempos del “Cartel de Buckinham”. Con todo, yo no justifico la “inmoralidad”; la explico:

Es obvio que la droga es tóxica y por ende un flagelo, sin embargo, si a mí -como etnonacionalista- me ponen

en la disyuntiva de identificarme con los gringos drogadictos o con los cholos agrococaleros, definitivamente

lo haré con mis compatriotas, no sólo por la cuestión aquella que la coca no es cocaína, sino porque ante

todo constituye un tema agrario que debe estar en la agenda del Ministerio de Agricultura y no en la del

Ministerio del Interior que lo encasilla como “tema policíaco y criminalístico”. Mientras haya más traición al

agro nativo vía el libre mercado globoneoliberalizador, no habrá más salvavidas que la ¡legalidad, en legítima

necesidad de sobrevivencia, y -como tú concordarás- la necesidad tiene “instinto hereje” y no reconoce ley.

Necesidad que se agudizará con el TLC, que a la postre estimulará, aún más, el expansionismo agrococalero y

por urgencia vital el narcotráfico.

- Ahora que acaba de tocar el tema del TLC, ¿en qué fundamenta sus críticas al Tratado de Libre Comercio

(TLC), que el actual gobierno peruano imploró para que el Congreso norteamericano lo apruebe?

- En la “Geopolítica del Hambre” que involucra... a manera de moderna versión agrocomercial de la Doctrina

Monroe. Simplemente, habrá que desconocerlo.

- ¿No cree que este Tratado debió ser sometido a un referéndum, y que el pueblo peruano sea el que

decida finalmente?

- Por lo menos. Además, eso es lo que prescribe el reglamento interno del Congreso, el cual fue violado

aquel 27 de julio del 2006 en que entre gallos y media noche se aprobó, sin siquiera contar con la mayoría

reglamentaria de dos tercios (81 votos), sino con una sobornada mayoría simple. Condición esta (la mayoría

simple) que para convalidarse ha de involucrar el respectivo referéndum, lo cual no se hizo ni se hará, por

puro pánico hacia la inconformidad del pueblo. Es decir, se trata de un TLC tan infame y, por qué no decirlo,

mafioso como la seudo Constitución vigente. Es que nuestros politiqueros son “demócratas” cuando les

conviene y amnésicos cuando no. ¿Sino para qué existe el mecanismo del referéndum? Justamente para

evaluar pública y popularmente tratados, acuerdos o protocolos de esta naturaleza.

- Puedo deducir, entonces, que Ud. simpatiza con el ALBA chavista...

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- Es una alternativa -de ahí su nombre- dentro de la lógica de sobrevivencia y desarrollo de los pueblos

centro y sudamericanos, si de veras quieren desarrollarse soberanamente.

- ¿Cuál es su parecer sobre los procesos de cambio que se vienen dando en Venezuela, Bolivia, Ecuador y

de alguna manera en Brasil?

- Ya hablé del “péndulo histórico”; pero, esta vez se observa con más profundidad que hace cuarenta años,

con aquella oleada progresista de los Perón, Velasco, Allende, Juan José Torres, Torrijos..., que al final fueron

barridos por una CIA que los relevó por sus antípodas: Videla, Morales Bermúdez, Pinochet, Bánzer,

etc. Sin embargo, pese al fin de la bipolaridad (guerra fría EEUU-URSS), actualmente el poder

norteamericano está más erosionado y tácitamente “a la defensiva”, con tan sólo un par de ayayeros

regionales: García y Uribe, quienes con el inminente advenimiento del próximo Ejecutivo demócrata en la

Casa Blanca, perderán algo de la solidez del piso en que creen estar bien parados. Dentro de este

reposicionamiento latinoamericano, definitivamente que Venezuela es el ariete en la medida que enarbola

un bolivananismo que desde perspectiva geo-estratégica colisiona frontalmente con el “monroenismo”

gringo aplicado por dos siglos a sus cada vez menos “corrales traseros”. A ese bolivarianismo agréguese la

performance de un personaje tan apasionado como un Chávez, que emula a Fidel Castro, salvo que ya no en

una ínsula pequeña a “tiro de piedra” de Miami, sino en TIERRA FIRME CONTINENTAL. Otro país donde se

viene dando un proceso muy interesante -más que todo por la etnicidad que involucra- es Bolivia, cuyo

“efecto dominó” ya se hace sentir en Puno (y en buena hora) con la presidencia regional del “sacha

etnocacerista” Hernán Fuentes. Definitivamente, el Perú, para pesar de García, no podrá mantenerse ajeno a

la oleada revolucionaria del subcontinente.

- ¿El regreso de Daniel Ortega al poder en Nicaragua, de qué modo favorece el renacimiento de las ideas

izquierdistas en la América Latina?, ¿cree que se presente como una contrapropuesta ideológica seria,

frente al neoliberalismo que tratan de imponer hoy los Estados Unidos en nuestra región y el mundo?

- Hace poco leí un artículo de Ernesto Cardenal denunciando a Daniel Ortega de “falsificador del

sandinismo”. Así que tengo mis reparos respecto a este personaje; sin embargo, hay que reconocer que -en

todo caso- Ortega retorna con hartísima experiencia (además de “más sufrida” que la de Hugo Chávez en la

defenestración- secuestro que lo alejó por tres días del poder).

Retorna, después de casi treinta años. ¡Y ya se incorporó al ALBA!, al igual que la Bolivia de Evo Morales.

Definitivamente, el regreso -tímido o resuelto- de Nicaragua a la senda progresista latinoamericana es otro

trago amargo para Washington que -ahora- ya no cuenta ni con los “contras” ni tampoco con condiciones

favorables en el ámbito internacional. Más que un “efecto dominó”, lo que existe es un hartazgo de los

pueblos muy a pesar de sus gobiernos. En este proceso, Ortega es sólo un elemento del conjunto qu e

comienza a vislumbrarse: Rigoberta Menchú mantiene un expectante caudal electoral en Guatemala y jamás

deja de ser “presidenciable”. López Obrador, víctima de fraude, es fijo en la sucesión del actual Felipe

Calderón. En Panamá gobierna el hijo de Ornar Torrijos, quizás no con el ímpetu del padre, pero

independiente a toda influencia norteamericana, por lo menos no se “alinea” en la animadversión contra

Cuba, Nicaragua y Venezuela. En cuanto a Sudamérica, el panorama es tan esperanzador como en

Centroamérica. Definitivamente, García, en su afán de tornarse “socio estratégico de Bush” como paladín

(en dupla con Uribe) contra lo que él denomina “fundamentalismo andino” y “peligro chavista", no hace más

que empecinarse inútilmente en aguantar la marcha de los pueblos, que en el caso peruano simplemente

acumula más y más presión y (re)sentimiento para el inexorable desfogue.

- Ya que estamos abordando temas internacionales, ¿cree usted, como militar en situación de retiro, que

los Estados Unidos terminarán en Irak como terminaron en Vietnam?

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- Totalmente. Si bien es cierto sus cinco mil muertos (incluyendo las bajas británicas, italianas y españolas) y

veinte mil heridos, aún son distantes de los cincuenta y cinco mil muertos y trescientos mil mutilados que le

dejó Vietnam; lo inminente es la inexorable retirada con sabor a derrota, además del respectivo “síndrome”.

- No obstante, recuerde que Bush logró la reelección...

- Al igual que -acá- Fujimori con el fiasco de Tiwinza. Pero, la infección pútrida no se puede tapar con “curita”

por más que prácticamente monopolice la (des)información masiva, pues siempre la realidad se filtra. Ya es

imposible que -por ejemplo- se niegue que el US Army es una fuerza esencialmente mercenaria en donde el

grueso tropero es “de color”, ya sean negros o mestizos de estirpe cobriza (eufemísticamente denominados

“hispanos”), en pos de obtener la ciudadanía “romana”, o mejor dicho, norteamericana. Es decir, vemos

repetido en el tiempo la debacle del Imperium, marcada cuando sus legiones poco a poco fueron copadas

por “barbaros mercenarios”, que al final colocaban y descolocaban a calígulas y nerones depravados como

Bush o Reagan. “Bárbaros del Hemisferio sur” que no pueden ser contenidos ni siquiera por el

amurallamiento de tres mil kilómetros de frontera gringo-mexicana... Se trata, pues, el US Army, de un

ejército sin más ideal que la hamburguesa o la tarjeta VISA, por ende incapaz de vencer y convencer a los

pueblos hambrientos de dignidad y proteínas, que –como diría Marx- no tienen más que perder sus cadenas,

a cambio de un mundo por ganar. ¿Qué le queda, entonces, al US Army como “modus operandi”? pues

recurrir a la llamada estrategia “cero bajas”; es decir el heroísmo por computadora, el valor por Internet y el

fragor por cable. Y es que sus generales saben perfectamente que los mercenarios tienen que cobrar el día

30 y de ninguna manera arriesgarán el pellejo, tal como lo hacían los campesinos rebeldes que seguían a

George Washington hace tantísimo tiempo...

Ese genuino heroísmo ahora es monopolio de los “resentidos” talibán, fedayines y demás especímenes “de

color” humilde. Además, la opinión pública norteamericana no soportaría una intensa hemorragia de

féretros y bolsas negras apabullando las imágenes de TV de manera cotidiana, porque ello delataría la

ilegitimidad y falsificación de su dolarizada causa. La verdad que están “jodidos” allá en Irak y Afganistán.

Creo que hasta el más inepto de nuestros vladigenerales los podría asesorar.

-¿Qué le sugieren gobiernos como Irán, Libia y Corea del Norte, que desean poseer capacidad de disuasión

nuclear?

- Que tienen todo el derecho de hacerlo; tal como también “ya" lo posee Israel. Si no debe haber “apartheid

tecnológico", tampoco debiera haber “apartheid nuclear". Ahora, que los expe rtos occidentales sostengan

que admitir la posibilidad de un Irán con poderío nuclear sería equivalente a tener un mono con metralleta,

tiene mucho de racismo colonialista, como cuando -por ejemplo- en el virreynato se prohibía a los indios

montar a caballo o fabricar pólvora... Francamente, es irónico que las potencias occidentales encabezadas

por EEUU “exijan” a estas naciones el abandono de sus programas nucleares, según dicen porque

“constituirían un peligro para la humanidad”, cuando el único país que ha empleado las bombas nucleares

contra la especie humana ha sido EEUU de NA en Hiroshima y Nagasaki. Por supuesto, lo deseable sería que

el Tratado de No proliferación Nuclear (con fines armamentistas) sea suscrito por todas las naciones del

planeta, pero resulta que las únicas potencias que se niegan a suscribirlo (aunque si lo exigen para todo el

resto) son EE.UU. e Israel.

- ¿Cómo se imagina el Perú de acá a cien años?

- Para empezar, veo con suma preocupación el futuro del planeta. El hueco en la capa de ozono, el cambio

climático, su repercusión biológica, etc; todo ello hace dudar, inclusive, si nuestros nietos o biznietos

nacerán en medio de los escombros de un hábitat humeante y erosionado a causa del modelo económico

globoneoliberal, cuyo insaciable consumismo succiona la entraña energética de la Pachamama, devora

selvas y derrite glaciares. Y claro, aún se dice que el “modelo no está agotado” porque, efectivamente, aún

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no estalla el planeta. Entonces, no me puedo imaginar al país dentro de un sigl o, de no darse cambios

radicales en el sistema, sino como un caos. Por eso considero que el etnonacionalismo urge también

manifestarse como alternativa ecológica y por ende alérgica al “american way of life” de sanchopancescas

marabuntas del tipo Homero Simpson. Debe, pues, meditarse aquella frase de Oswaldo de Rivera: “el

planeta no aguanta seis mil millones de tarjetas de crédito". Pero si desde perspectiva ambientalista un siglo

de proyección al futuro es angustiante, pues desde perspectiva política globocolonizada preveo que el Perú

no tiene posibilidad de subsistir como tal: republiqueta de patio trasero. Esperanzadoramente el país

atraviesa actualmente por una situación pre-revolucionaria impugnadora de todo el sistema, lo cual tendrá

una repercusión social, política y cultural cuyo calibre etnicista impondrá un nuevo Pachacuti, por

consiguiente una Nueva República que involucrará modificaciones geopolíticas, en comunión y reunificación

con los gruesos poblacionales y corraciales del Ecuador y Bolivia.

Esta nueva “fisonomía etnonacional” definitivamente alterará el estatus quo sudamericano, debiendo

enfrentar dos peligros principales: la anarquía climatológica y la presión de las masas sedientas de justicia

social, que al final de cuentas tienen el común denominador de ser generados -la crisis ambiental y la presión

social- porel mismo “modelo económico” que deshumaniza al hombre como si fuese un verdadero “virus”

planetario. Entonces, ese país nuestro que me imagino de acá a un siglo, deberá haberse desarrollado, si es

que queremos un futuro “vivible y bello” para nuestros nietos, en un etnonacionalismo que muy bien puede

tener concordancia con el “socialismo del siglo XXI”, por supuesto, repotenciado con un neo -humanismo

universal que reemplace aquel “humanismo de apartheid” esgrimido hipócritamente por Occidente durante

siglos.

XX

SOBRE FILOSOFIA

INKAIKA… (Conversación entre el My. Antauro y el Prof. Mario Mayhua Q.)

- Actualmente, en los predios filosóficos se maneja la noción postmoderna de que “toda cultura tendría

una esencia filosófica propia que la consolida como nacional”. Por ejemplo, si hablamos de cultura

occidental, ésta tiene su basamento en la inspiración grecolatina, que a su vez constituye el summun de

las nacionalidades europeas. Pero acá los académicos europeizados, sostienen que al no haber existido

filosofía en los Andes, pues no pudo consolidarse una nacionalidad...

¿Qué piensa de ésto?

-Así como al hablar de religión andina tenemos que recurrir a la antropología e incluso a la arqueología,

también al hablar de filosofía andina hay que recurrir a esas ciencias porque se trata de una cultura en

proceso de destrucción desde hace siglos. En esas áreas hay grandes avances; yo recomiendo la lectura de

“Génesis de la Cultura Andina”, del arquitecto Carlos Milla, en que resalta cómo en el hemisferio sur se

refiere ese eje austral del firmamento que es la Cruz del Sur, reforzándose así, aquel colectivismo andi no en

cuanto necesidad vital de supervivencia humana en un hábitat cuya flora, fauna y geografía, tornaban la

evolución humana incompatible con el individualismo. Y ese "ser social -comunitario” se ve afianzado con

una “conciencia social”, también colectivizada precisamente por lo que observa Milla. De ese escenario

deriva una filosofía comunitaria que es cuestión de rescatarla y lógicamente desarrollarla.

- Numerosos académicos, como Augusto Salazar Bondy, David Sobrevilla y otros representantes de la

tradición filosófica occidental en el Perú, niegan severa y tajantemente la existencia de filosofía andina.

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- Bueno, si también enfocamos “severamente” la piedra angular del andamiaje filosófico occidental, como lo

son los diálogos socráticos, pues diríamos que no pasan de ser “engaña muchachos” que no concluyen nada

en medio de sofismas y galimatías en las que a menudo uno que otro despistado no hace más que responder

“...¡Por Zeus, es cierto lo que dices!...”. Lo que sucede -en el enfoque hacia “todo lo que sea andino"- es que

el criollismo está impregnado de una animadversión ancestral “a priori” que muy raramente logra superar.

Por ende, carece de objetividad.

- ...Hablábamos de Salazar y Sobrevilla...

Por supuesto, reconozco que Salazar Bondy y Sobrevilla son eminencias... criollas. Además tiene mucha valía

el honesto aporte de Salazar, padre de la reforma educativa de Velasco; tiene méritos, pero también

defectos; y así como se dice que los inkas “no tuvieron escritura”, por consiguiente -ya que según el criterio

occidental una cultura ágrafa permanece en la prehistoria (la historia empieza con la escritura) - Mayta

Qapaq y Pachacútec serían “prehistóricos” o sea más cercanos al Cromagnon y los dinosaurios que al

caballero Almagro.

No se toma en cuenta los tokapos o los kipus, que simplemente no se han descifrado. Es más, han salido

nuevos indicios de que hubo una escritura, inclusive “pallariforme”, lo cual ni siquiera es materia de análisis

por lo menos en las universidades estatales. Pues bien, análogo problema también atañe al “desciframiento”

de la filosofía andina, que obviamente la alienación criolla impide efectuar. Según los descendientes de los

Almagras y Ciprianis, acá éramos una tira de bestias que no teníamos noción de filosofía; pero eso es

absurdo, en la medida que tenemos una cultura que ha parido Machu Picchu, las líneas de Nazca y la

construcción de Sacsayhuamán; para lo cual ha tenido que haber no sólo alta trigonometría, sino

esencialmente alta filosofía... puesto que para tener esos estados mayores de ingenieros y arquitectos, así

como esas legiones de obreros edificando tales grandiosidades, ha tenido que haber un Proyecto

Etnonacional, lo cual es inviable sin filosofía autóctona.

- Sin embargo, se dice que tampoco existieron filósofos, ya que no se conoce el nombre de ningún

pensador tawantinsuyano.

- Bueno, también ciertos tontuelos dicen que las Líneas de Nazca son obra de “extraterrestres”... Es decir

“autoría de cualquiera menos del indio”, en afán discriminatorio y racista que abarca también el campo

filosófico. No obstante, sabemos que los amautas eran los filósofos, aparte de que administraban los

yachayhuasis (casas del saber -N. del A.). Yo me he quedado asombrado al revisar los escritos de Huamán

Poma en donde refiere a un filósofo inkaico; da el nombre que ahora no recuerdo, pero lo da, sería cuestión

que tú lo averigües. Creo que “Yumpa”. Además en el “Génesis de la Cultura Andina”, Milla rescata el

nombre de otro gran pensador: Tunupa, el primer filósofo de la América cobriza. P or lo tanto, ha habido

filosofía, porque ésta, siendo la madre de las ciencias, le fija el rumbo histórico al razonamiento científico; y

una cultura como la nuestra, que ha hecho lo que ha hecho, es inconcebible que lo haya logrado sin aquel

rumbo previo. Yo podría creer que no hubo filosofía si en el Ande no existieran esos monumentos ni esa

agricultura escalar que son factores objetivos. ¡Inclusive hubo un jardín botánico en el Qosqo inkaico, detrás

de lo que es ahora la catedral! Pretender que no hubo fi losofía en el Tawantinsuyo es como pretender que

no hubo filosofía en los romanos o en los chinos, algo así.

- Pero, mire...

- Supongamos que los romanos desaparecieron por una pandemia, supongamos que fueron arrasados y

borrados del mapa. Pero, ahí encontramos los acueductos, el coliseo, todas esas edificaciones. Pero, por el

hecho de desconocer el nombre de los filósofos romanos no podemos pretender tan cándida o

maliciosamente que “no hubo filosofía”.

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- No olvide que se han hecho estudios supuestamente serios y rigurosos, especialmente en instituciones

de corte académico y ahí arriban, casi siempre, a la “brillante” conclusión de que el pensamiento

tawantinsuyano a lo sumo fue una cosmovisión, una prefilosofía, un pensamiento mítico, y que de ningún

modo puede ser calificado como “filosofía”.

- Es que esos “académicos” están amariconados con prejuicios del tipo Vargas Llosa, con eso de la "utopía

arcaica”. Según dicho enfoque, todo lo andino hay que pasarlo al museo y los que quedan, los restantes q ue

aún sobrevivimos, debemos asimilarnos al Kentucky Fried Chicken y a Disney World. Las universidades

criollas consideran vacas sagradas a todas las sociologías extranjeras y mientras más extranjeras, más

sagradas; por ejemplo, respecto a la escritura ni siquiera se dan el trabajo de estudiar los kipus; sin embargo,

hay dibujos y escritos de Huamán Poma que orientan en cómo funcionaba eso. Es más, por ahí he leído que

un gringo de apellido Burns ya los decifró... Pero, lo que hay, es un desprecio que en el fondo es miedo

histórico a lo autóctono, y nosotros no podemos tan dulce e ingenuamente hacernos cómplices de ello, sino

que debemos protestar y buscar nuestras raíces.

- En todo caso, si esa cultura ha sido arrasada, desarticulada, casi desaparecida durante 500 años, ¿cómo

puede estar Ud. tan convencido sobre la vigencia de una filosofía que no ha sido demostrada?

- Por deducción. Si yo veo (como soy militar voy hacer una comparación de ese tipo) el cadáver de un

soldado con el fusil al costado y el cañón humeante, simplemente deduzco que ese soldado disparó, que

tuvo municiones y si tuvo municiones quiere decir que fue adiestrado técnicamente. Entonces es igual. Yo

estoy viendo los restos de una cultura aún humeante, y ese indicio, sugiere un producto previo, así como el

tizón aún en rojo vivo insinúa la flama anterior. O sea, que esas edificaciones, ese folklore, ese idioma, que

todavía queda, es resultado de una preparación previa, es decir un adiestramiento milenario; y ese

adiestramiento tiene su esencia en la filosofía. Por lo tanto, por deducción llego a la afirmación categórica

que hubo un rumbo filosófico autóctono. Simplemente, urge “soplar” el tizón, es decir estimularlo, para

recuperar la flama: El fuego del desarrollo científico, filosófico, soberano y milenario.

- Hay un cabo suelto, y es el caso de que el pensamiento andino y su correspondiente concepción

filosófica, supuestamente no son racionales, ni críticos; más al contrario, son religiosos y mitológicos.

- En ese aspecto, filosofía y ciencia van de la mano. Justamente la filosofía griega tiene su auge paralelo con

científicos como Arquímedes, Tales, Demócrito, Pitágoras, etc... es decir, con las ciencias. Hay una

declinación de la filosofía occidental cuando la ciencia se debilita durante el oscurantismo medieval y otra

vez resurge después de mil años con el Renacimiento cultural de Erasmo de Rotterdam, Da Vinci, Copérnico,

Tomás Moro, Galileo, etc.

Constatamos así un renacimiento cultural que implica ciencia y filosofía. Entonces, viendo las líneas de Nazca

o Machu Picchu en donde obviamente hay una sofisticada arquitectura, una alta matemática... o ¿usted se

imagina la edificación de Sacsayhuamán y Machu Picchu sin topografía ni ingeniería? Ahí hubo alta

trigonometría, o sea hubo conocimiento de la cifra Pi (3.14). Según sugiere Platón, la sociedad que conoce

“Pi” (que expresa la relación entre el diámetro y la circunferencia) ya deja de ser manada y se convierte en

cultura, entonces es obvio que esa ciencia tuvo que acompañarse de filosofía. Pero, este tipo de conclusión

constituye una herejía en “nuestras" universidades criollas. Ahí nuestros universitarios en vez de estar

acojudándose, buscando pautas extrañas, deberían involucrarse en su kechua-ymara ancestral. La solución

no está en buscar alternativas filosóficas afuera, sino alternativas filosóficas adentro. Filosofía es “amor al

saber”, etimológicamente; y ese amor tiene que ser esencialmente nativista en circunstancias de opresión,

tal cual lo implica la globalización.

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- Consiguientemente, ¿cuál debería ser la atalaya básica para los potenciales filósofos peruanos?

- Ver el barco desde tierra firme y no tierra firme desde el barco. O sea, primero una autocrítica de

identidad. ¿Nos creemos extranjeros o nos creemos autóctonos? Si nos creemos extranjeros, pues entonces

no hay nada que hacer, somos una tira de bestias. Si nos creemos autóctonos veremos que hay mucho por

hacer, averiguar y rescatar. Para empezar (re)aprender el kechua o el aymara a fin de dominar la etimología,

o sea la “biología de la palabra”, del lenguaje en su expresión filosófica oriunda. Simplemente, reubicarse en

el tiempo y en el espacio. Entiéndase que la filosofía es reflejo de la realidad, y aquí esa realidad está siendo

quíncuacentenariamente calumniada.

- También se podría rescatar el principio filosófico de la “reciprocidad”, que a juicio de algunos entendidos

es un principio categóricamente superior a cualquier otro similar del Occidente.

- Obviamente, la reciprocidad es un aporte netamente andino, eso no se encuentra ni en el Decálogo de

Moisés ni en la República de Platón. Me explico mejor con un ejemplo: Según el criterio occidental, los inkas

eran unos bestias “porque no descubrieron la rueda”; pero, lógicamente, los “eruditos” no se dan cuenta

que en los Andes la rueda es inútil porque al rodar unos tres metros, el objeto cae al abismo; y en la

enmarañada jungla amazónica la rueda también es inútil; además una rueda sin ani males de tiro no tiene

sentido. En nuestra América no hubo ningún animal de tiro, todos son monopolio de Eurasia: el buey, el

caballo, el burro, el dromedario, el yak... todos eurasiafricanos. Por tanto, el hombre andino entra en la

historia a pie y por una accidentadísima geografía, la más difícil del mundo. El hombre eurasiático entra a la

historia montado en caballo, arreando ovinos, bovinos y caprinos (inexistentes en Abya Yala) y hasta con

camello. Entonces, la única manera que podía surgir cultura en este medio desfavorable del Ande era por

medio de la reciprocidad: vale decir el Ayni. En cambio, allá no; allá el hombre individualmente, podía

generar cultura. Por ahí surge el individualismo occidental y aquí el colectivismo andino; esto es desarrollado

por el hombre andino, filosóficamente, teniendo que concluir en la reciproci dad del ayllu; por ahí se explica

el colectivismo como parte de su filosofía. Es imposible la construcción de Sacsayhuamán sin colectivismo y

sin esa filosofía que ampare y sostenga ese rumbo. El colectivismo en ese entonces era lo único que podía

hacer salir al hombre andino de la cueva del Lauricocha hasta el áureo K’oricancha.

- Ahora bien, toda filosofía se circunscribe dentro de un “Proyecto Colectivo”, por lo que de algún modo

estaríamos hablando en términos de lo que Ud. tipifica como “nacionalismo”... ¿pero de qué tipo para la

eventual filosofía andina?

- Por eso hablamos acá de ETNONACIONALISMO. Me explico: El nacionalismo de potencias desarrolladas al

“exportarse a las colonias” se convierte en imperialismo; pero el nacionalismo en las impotencias

subdesarrolladas, globocolonizadas y con “problema” étnico es revolucionario porque es liberador. Por eso

es que previamente hay que diferenciar entre Nacionalismo y Etnonacionalismo. Hablar aquí de

nacionalismo es reivindicar la palabra “Perú”. Hablar de etnonacionalismo es reivindicar el concepto

“Tawantinsuyo”. Como etnonacionalista, yo no puedo respetar las fronteras criollas, porque al reivindicar el

Tawantinsuyo, mi patria ancestral abarca desde Tucumán hasta Pasto. Somos un solo pueblo diseminado en

varios estados criollos. En cambio, si soy nacionalista “a secas" simplemente me ciño a la chollada peruana,

debiendo rendir pleitesía a la palabra “descubrimiento”: desde América por Colón hasta Machu Picchu por

Bingham... y seguramente algún día hallarán en la esquina de nuestra casa algunas ruinas y tendrá que venir

siempre un gringo para que nos sigan “descubriendo”, lo cual es estúpido, absurdo y traicionero. Por eso soy

etnonacionalista, y la manera ejecutiva de hacerlo -en el Perú- arranca por ser etnocacerista.

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EPÍLOGO

He llegado al término de esta larga conversación con Antauro, y continúan brotando de mi pensamiento más

preguntas para el líder etnocacerista, pero ya se terminó con ello; y hoy al estrecharle la mano al

despedirme, merodean por la puerta de la celda del mayor, sindicada con el número 224, una cantidad

inusual de carceleros, como queriendo indagar muchas cosas, y con gestos adustos y huraños apuran mi

partida, sé que me espera todavía una serie de pasadizos que recorrer y pasar portentosas puertas que se

abren electrónicamente, cuando muestre al vigilante de cada control, innumerable cantidad de sellos y

números a mano que me han colocado en el antebrazo para mi identificación, para finalmente llegar a la

puerta última de salida. Antes había sonado un timbre en forma tosca y rudimentaria, indicando el término

de las visitas. Conmigo entró una muchedumbre y conmigo sale otra mu-chedumbre; la misma prisión está

en una colina, poco antes de llegar al balneario de Ancón, hacia el lado este, supongo que el nombre de

“Piedras Gordas" se debe a que en dicho lugar hay piedras y rocas muy grandes en sus alrededores y zonas

aledañas. Desde la entrada misma de esta prisión, hasta la carretera de la Panamericana Norte, hay como

dos kilómetros de distancia en bajada, por lo que suben de manera constante una variedad pintoresca y

variopinta de mototaxis para trasladar a los visitantes a un precio muy cómodo; también se puede llegar en

el carro de uno. Hoy abordaré un mototaxi y de la carretera tomaré una cúster de esas que pasan de forma

continua hasta el centro de Lima. Al retirarme de la celda del mayor, le pregunto inevitablemente lo

siguiente: ¿en caso sus objetivos no se concreten, qué va ser de usted y, claro, de sus seguidores? Me

contesta: “Se concretarán’’. Le confieso que para mí ha sido muy aleccionador el diálogo que hemos

sostenido; e inmediatamente le digo lo último: “Espero volverlo a ver una próxima vez, no sé si en el

gobierno según sus planes, pero por lo menos en libertad, fuera de estas lúgubres paredes carcelarias.

Gracias por haberme permitido abusar de su paciencia”. El agrega: “Ya verás" y sonríe. Presiento la sonrisa

de un ganador.

No sé si me equivoque.