Conversaciones conanturo

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Conversaciones Con Antauro Humala Pedro Saldaña ludeña

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  1. 1. Conversaciones Con Antauro Humala Pedro Saldaa ludea
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  3. 3. 3 Pedro Saldaa Ludea (Lima, 1962) Es periodista, escritor y politlogo. Ha conducido y dirigido diversos programas radiales y ejerce el periodismo de opinin y crnicas en diferentes medios de circulacin nacional desde 1992. Entre 1980 y 1985, trabajo en Palacio de Gobierno al lado de la entonces primera dama de la nacin Violeta Correa de Belaunde en los programas que ella desarrollo, fue Director de Cooperacin Popular y se desempe tambin como dirigente nacional del Partido Accin Popular, del cual se alej en 1998 despus de 21 aos de militancia partidaria. De 1986 a 1990 radic en Madrid- Espaa, donde realiz un doctorado en Ciencias Polticas en la Universidad Complutense. Actualmente conduce el programa "Desde La Trinchera Del Honor" en radio Moderna -A nivel nacional-, es presidente fundador de la Asociacin Civil Legitimidad Democrtica -ALD-, constituida en el ao 2000. Y dirige el colectivo catlico religioso: "Reafirmacin Catlica Militante" -RCM-. A publicado tambin los siguientes ttulos: "Apuntes Periodsticos" "Conversaciones con Antauro Hmala" (primera edicin y edicin popular - 2008-),"EI derrocamiento de Belaunde: Cuarenta aos Despus", el poemario: "Poemas y Poemitas", y el libro de vivencias "El Manual del Taxista". Es miembro de la Federacin de Periodistas del Per -FPP-, y de la Asociacin Nacional de Periodistas - ANP-. FONDO EDITORIAL DE LA: Antauro Hmala, mi amigo, me anunci la preparacin del libro. Conocedor de mi aficin, no impune, por la lectura, me pidi leerla. He cumplido. Es un libro polmico, de entrevista, de un estilo poco comn que requiere habilidad del que pregunta y del que responde. ANTAURO responde con solvencia intelectual, sinceridad y amplio conocimiento de los hechos. Sus 44 aos de vida y sus 22 aos de haber egresado de la EMCH, no han transcurrido en vano, est preparado para cumplir sus propsitos. Para interpretar sus respuestas es necesario tener prensente la ideologa ETNOCACERISTA Y ETNONACIONALISTA que defiende y fomenta con lealtad. Sus conclusiones de la Realidad Nacional son resultado de la confrontacin crtica de su mundo interior y el mundo externo nacional y global. Podemos no estar de acuerdo con algunas de sus respuestas, pero como VOLTAIRE tendramos que decirle: "dara mi vida para que tengas el derecho de expresarlas". Las utopas de antao son las realidades de hoy; y los subversivos de ayer, son los polticos actuales. Gral. EP(r) J. Germn Parra H.
  4. 4. 4 "El libro de Pedro Saldaa, Conversaciones con Antauro Hmala, es una palpitante contribucin al estudio de los acontecimientos recientes del Per, en especial desde Locumba hasta el protagonismo actual que gira en torno al clan Hmala. Vale decir, es un aporte esencial para comprender la entrada de nuestro pas al XXI". Rafael Romero Vsquez Editor General de RBC Noticias y Conductor de Habla El Pueblo. Antauro es valiente, inteligente, audaz luchador de la causa del pueblo y la nacin. Antauro Humala es valiente, inteligente, audaz luchador de la causa del pueblo y la nacin peruana. Merece nuestra especial consideracin, respeto y aprecio poltico. Ha formulado tericamente genialidades brillantes, hermosas, dignas de ser recogidas y enarboladas por una vanguardia consecuente; pero tambin, a vuelta de pgina ha sostenido barbaridades polticas inaceptables, que tendremos que combatir sin tregua. Mi conclusin por ahora es: 1 El balance de las formulaciones tericas deja saldo positivo. 2 l debe acostumbrarse a actuar polticamente en base a la reflexin y los acuerdos de un pequeo y muy calificado Colectivo de Direccin, y ganar su liderazgo. 3 Un balance integral ms amplio, modestamente lo ofrezco para cuando cuente con espacio suficiente. Ricardo Letts Colmenares - Presidente del Comit Malpica Antauro es un hombre de ideas claras La historia del Per est jalonada de dos partidos: el civilismo histrico y el militarismo plebeyo y/o institucional. Personajes como Antauro Humala pertenecen a esta ultima vertiente, que viene de los legionarios de la Independencia, que luego quiso hacerse proyecto nacional pan-andino con ese gran visionario que fuera el general Andres de Santacruz, continuando con el Ejercito de la Brea que salv el honor nacional en la guerra del 79, y que en el siglo XX tuvo en Juan Velasco Alvarado su desarrollo moderno e institucional. Antauro es un hombre de ideas claras, con las que se puede discrepar o asentir.No es un delincuente ni un gamberro, como afirman los verdaderos gamberros. Y tiene predicamento porque quiere hacer en el Per ese interregno purificador reclamado por los oprimidos del ande. Por todo esto hay que leer este libro. Plinio EsquinarilaBellido - Editor General del Diario La Razn Palpitante contribucin El libro de Pedro Saldaa, Conversaciones con Antauro Humala, es una palpitante contribucin al estudio de los acontecimientos recientes del Per, en especial desde Locumba hasta el protagonismo actual que gira en torno al clan Humala. Vale decir, es un aporte esencial para comprender la entrada de nuestro pas al XXI. Rafael Romero Vsquez - Jefe de la pgina editorial y editor de opinin del Diario Expres
  5. 5. 5 Pedro Saldaa ludea Conversaciones con Antauro humala Lima, 2011
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  7. 7. 7 CONTENIDO Prlogo Por el Dr. Hernn Fuentes Guzmn Algunas precisiones Captulo I Desde el nombre... El hombre Captulo II Un Corpus Christi" en la guerra sucia Captulo III Locumba, el mito y el mitologizador Captulo IV Periodismo sin medias tintas: Un buen mensaje y un excelente mensajero? Captulo V Los fraudes del 2006 Captulo VI Andahuaylas Captulo VII Partidocracia, inseguridad ciudadana y terrorismo Captulo VIII El etnocacerismo Captulo IX El escritor, los generales y algo de indigenismo Captulo X Educacin, protenas y geopoltica de hambre Capitulo XI Chile, el chauvinismo como necesidad... y los mapuches Captulo XII Ecuador, "amazonitis y la Cordillera del Cndor Captulo XIII Homofobia poltica? Captulo XIV Fusilamientos y "escarmiento histrico Captulo XV La vladiconstitucin del libre saqueo Captulo XVI Amnista? Captulo XVII Militarismos, civilismos y utopas Captulo XVIII Seor cautivo, Iglesia tawantinsuyana, planificacin familiar y creced y multiplicaos" Captulo XIX Coca, Irak y algo ms Captulo XX Sobre filosofa inkaica. (Conversacin entre el My. Antauro y el Prof. Mario Mayhua Q.) Eplogo
  8. 8. 8 PROLOGO Votaraspor Antauro Humala?Fue la preguntaque se formula loselectoresde Apurmac,unade laszonas ms deprimidas del pas, la encuesta que fue de este ao 2011 y no divulgada, sealaba que si maana fueranlaseleccionesparael gobiernoregional de Apurmac,el otro Humala, si postulase ganara de manera aplastante. La prisin de Piedras Gordas busca resolver un problema penal, no resuelve la controversia de exclusin poltica. En 1931 el flamante PartidoComunistaPeruano, para anteponer a la candidatura de Haya de la Torre y Luis M. SnchezCerro,lanza lapresidenciaaJuanQuispe Quispe,quechuahablante yanalfabeto. Los iletrados no eranciudadanosyel quechuano tena reconocimiento oficial ni en el Cuzco. Este campesino ni siquiera pudo registrarse en el padrn electoral. Su postulacin era testimonio de la marginacin y exclusin que sufra la mayora de peruanos. No quera ganar votos, buscaba denunciar al sistema. As naci la candidatura anti-sistema. Medio siglo despus, un barbudo, Hugo Blanco, aquel del asalto al puestopolicial de Pucyura, en el valle de la Convencin en el Cuzco, donde muri un polica y otros dos en Mesacancha fue condenadoa25 aos de crcel durante el primer belaundismo y Velasco lo indult al cabo de ms o menosseisaosde prisin.Serahumanorecordarque las autoridades reemplazaron la ciudad de Arequipa, donde se realizaba el juicio, por la ciudad de Tacna con la finalidad de aplacar las simpatas que levantabanlosprocesadosenlaciudadBlanca.Juzgara Blancoy susseguidores enlaciudadmslevantiscay orgullosa de sus rebeliones a lo largo de la historia del Per, era peligroso, crean. Fue un juicio llevado a cabo, por un consejo de guerra, a varias decenas de harapientos y dbiles campesinos cuzqueos y su cabecillaHugo Blanco.Tacna le diomayor coberturameditica,ademsde lasolidaridaddelpueblotacneo con losprocesados.Barbudoque llamlaatencinde laprensainternacional enlossetenta,al sercandidato calzado con ojotas y que chacchaba coca, postulando a la Asamblea Constituyente (1978), contra un socialdemcrata como Haya de la Torre y un derechista cazurro como Luis Bedoya Reyes. En las encuestas, Hugo Blancono exista;noobstante,bastque apareciera10 minutos -fue sunicospot-,en el canal estatal controladoporel gobiernomilitar,conundiscurso simple: Ni patrones ni generales!, para crearse un mito electoral. Haba surgido el contestatario al status quo predominante; sac ms de 300 mil votos preferenciales. Diezaosdespus, ante la debacle del sistema partidario, un entusiasta comunicador se lanz a la alcalda de Lima, enfrentndose a una poderosa alianza de partidos tradicionales, el FREDEMO, Belmont fue martirizadopor los medios de comunicacin: improvisado, locutor de tmbolas, sin experiencia en la cosa pblica,irresponsable,etc.El hermannnoencarnabael radicalismo,sinoel hasticontralapartidocracia. La consecuenciade este remeznelectoral,fue Fujimori, quienexpresmejor el discurso de la anti-poltica. Belmont como el Chino eran outsiders que evidenciaban la crisis del sistema poltico. El anti-sistema no vena por la izquierda, sino por la derecha. El papel del colorado Belmont, en 1989, fue similar al rol del cobrizo Juan Quispe Quispe en 1931, demostrar que el sistema era democrtico con las fuerzas hegemnicas, pero excluyente con todo lo emergente. Los tericos del sistema proclamaron que con la cada de Fujimori, estas anomalas haban quedado superadas,que losoutsiderseran el insumo de las ideas autoritarias, en tanto los partidos polticos eran la mejorexpresinde los valoresdemocrticos.Abundaban,adems, que nuestro pas -conjuntamente con la Venezuela del respetado y temido Hugo Chvez- eran los ltimos reductos de los discursos anti-partido.
  9. 9. 9 En mediode estosensueos,se produjolainsurreccinde Antauro Humala (Lima, 1963) en Andahuaylas, el 1 de enerode 2005, cuandoel pas despertaba de la tremenda francachela del ao nuevo. El, al mando de dos centenaresde lealesreservistas del ejrcito, recibi el 35% del respaldo ciudadano (Encuesta de RPP). Antauro tena un discurso a lo Hugo Blanco y poses militaristas a lo Chvez. En pocos das fue derrotado militarmente,perosuefectopolticofue descollante:Ollantagancategricolaprimera vueltapresidencial. En la segundavuelta:5de cada 10 votaron por el nacionalismo,habasembradoparael futuro,habaechado races; enlo inmediatoen Andahuaylas obtuvo ms del 76% de los votos y su hegemona fue aplastante en lossectoresC y D. Piensoque enlaactualidad, Antauroesel personajeque mejorencarnael inconformismo del Per profundo. La crisis de legitimidad del sistema poltico no es exclusivamente peruana. La democracia ms estable de Sudamrica, la chilena, ha sido impactada con la postulacin del joven Marco Enriquez-Ominami, hijo del mtico lder guerrillero del MIR Miguel Enrquez, ste rompe con su gobierno (la Concertacin), con hegemonagubernamental de dos dcadas,renunciaal partidode la Presidenta Bachelet y se postula como independiente, exigiendo radicalizar la democracia, modernizar el Estado, hacindolo transparente y prometiendo probidad. Slo le falta el honradez, tecnologa y trabajo, pero con acento Mapocho. Enrquez-Ominami, no es Fujimori, es una combinacin de Lula con discurso de Bill Gates que impugna el agotamientodel sistemarepresentativo,cuyoslmitesredistributivosyparticipativos son evidentes para los pobresy losjvenes, que exigen una mayor calidad de la democracia. Se deca que esto slo ocurra en los pasesandinos (Ecuador,BoliviayPer),congravesproblemas tnicosyde segregacin.Sinembargo,no, ya que esto acontece tambin en el pas con la ms potente renta per cpita y pas ms homogneo culturalmente de laregln. Hoylos mediosde comunicacin aquellos mismos que subestimaron a Quispe Quispe, Hugo Blanco, Ricardo Belmont, Alberto Fujimori y al propio Ollanta- proclaman que una condena severacancelarael problemaAntauro;el CdigoPenal resuelve latipicidadde los hechos sangrientos, no disipa las condiciones sociales inclumes que en siglos han provocado hechos como el andahuaylazo y el baguazo. Con AntauroHmalano tengoafinidadesideolgicas; no obstante, sera absurdo invisibilizarlo, sera necio soslayarlo, pues representa y es el achoramiento y la rabia arguediana (Conversaciones con Antauro Hmala, de Pedro Saldaa Ludea, Edicin de Lima, ao 2008, 2a edicin, p. 65), que segn la perspicacia de sus adversarios, puedeexpresarseenlascallesde maneracruentaopor las nforasde manera incruenta. Si a muchos les repugna siquiera or o leer a Antauro -menos sufragar por sus postulados- entonces estn obligados aradicalizarlademocraciasinningntipode exclusin partidocrticao tnica, para as evitar a los incmodosBelmont, AranaoPizango,quienesnosonlacausa de la crisisdel modelo institucional, sino slo su explosivaconsecuencia.A Antauro se le debe contradecir polticamente, no censurar o amordazar como hacen hoy sus "democrticos" carceleros. Hoy, al salir esta Edicin de Bolsillo a circulacin, la opinin pblica tiene una nueva gran oportunidad de analizary conocerrealmente el pensamientoAntauro.UnMega-Reportaje,don-de Saldaaconestiloygarra periodstica, encara al personaje sin tratar de ridiculizarlo o satanizarlo, como hacen los verdaderos periodistas que quierenllegaral fondodel personaje.Porltimo:Piensoque es un libro que, con el tiempo, acrecentar su valor. Dr. Ral Chanam Orbe Constitucionalista y Catedrtico principal de la UNMSM
  10. 10. 10 ALGUNAS PRECISIONES En la maana del 17 de febrero de este ao, encontrndome en el sur chico de Lima, me telefone mi entraable amigo,prominenteyjovenabogado,Ral NoblecillaOlaechea;lohaca para invitarme a cenar en su residencia de El Haras de la Molina, para conversar-como en la mayora de las veces- temas polticos; empero,le indiqu que me encontraba fuera de la ciudad y que lo dejramos para pasado maana, que ya estara yo enLima.Antesde concluirlallamada, le pregunt cul era su parecer sobre el comentario que le haba hecho hace algunas semanas; me pregunt: a qu te refieres?. Bueno, le dije, sobre el libro- entrevista que pienso hacerle a Antauro Humala; se qued callado unos segundos y me respondi de maneradeterminante:hzlo!,porquetodoloque oigode ese hombre enlaprensa son cosas tenebrosas y en el mejor de los casos contradictorias, entonces creo que a Antauro se le debe escuchar sin satanizarlo; deduzcoque tiene cosasinteresantesque decir. Le contest que le agradecasu comentario y rpidamente cortamos. Al rato continu haciendo labores de ocio donde me encontraba, que para eso estaba ah. En la noche, al salir a pasear y a comer con una guapa lugarea, no dejaba de pensar en la respuesta tan clara de Ral, me dije para mis adentros tambin: creo que estoy en lo correcto al intentar concretar este libro-entrevista,porque nada significativo tendra un material de esta naturaleza -gnero periodstico, por cierto,poco usado ennuestromedio- conalgn individuo de vida formal, pero con Antauro ser diferente, por tratarse de uncaso polmico y complicado". No obstante, lo que termin por convencerme de realizar este trabajo, fue la oposicin visceral que encontr en algunos familiares y amigos muy queridos, que al enterarse de mi propsito, reaccionaroncomo impulsadosporunresorte.A ningunode ellos respond, o en todocaso mi respuestafue el silencioyposteriormente,claro,la publicacinahorade este libro,tododentro de la mayor cordialidad. En cuanto al entrevistado,tengoalgunascosas que referir, comoque loconozcodesde hace muchos aos, si bien no lo he frecuentado. Empero, un lustro atrs he tenido desde ah en adelante con l encuentros intercalados. As mismo, quisiera mencionar que en el desenlace de este trabajo muchos me han preguntado:qu opinintengode l?,ymi respuestahasido para todos la misma, que es la siguiente: es un hombre definido,conideasclaras,yestoyconvencidoque susmanos no estn manchadas de sangre por losluctuosossucesosdel Andahuaylazo, ya que est explicado y demostrado hasta la saciedad quines son los responsables de ello, y es, pienso, la contra-figura de su hermano Ollanta. Asimismo, es pertinente subrayar que a lo largo de nuestra rocambolesca vida republicana, sus ms destacadosprotagonistasmayormente tambinpasaronporlasmazmorras,siempre por razones polticas. Y dentro de las ltimas ocho dcadas, por slo mencionar este ltimo tiempo histrico, muchos fueron considerados terroristas por insurgir contra el injusto y corrupto orden establecido que hasta hoy sigue increble ydescaradamente vigente.Yeneste tiempo,infortunadamente,se flamean los mismos conceptos econmicos y democrticos de hace sesenta aos, que no dieron resultados ni beneficios a las grandes mayoras y que llevaron al pas hacia ms confrontaciones. Siendo as, y por estos das, revisando antiguos libros estacionados en los anaqueles de una rica y vieja biblioteca, pude corroborar en un interesante compendiobajoel rtulode La RepblicaMilitar,Per1930-1980, obra del reconocidoperiodista Guillermo Thorndike,cmodistintospersonajesensumomento eran catalogados de terroristas por levantarse contra el oprobio, la desfachatez de las lites plutocrticas o contra la gangrena permanente de este pas: la corrupcin. De tal manera que Thorndike relata didcticamente que fueron, entre otros, considerados delincuentes terroristas personajes como: Haya de la Torre, Hugo Blanco, Genaro Ledesma, Armando Villanueva del Campo, Luis de la Puente Uceda, el poeta Javier Heraud, Alejandro Romualdo, Jos Mara Arguedas, Ciro Alegra, Antenor Orrego, los jvenes de la vanguardista revista Hora Zero"... todos ellos pasaronpor las crcelesdel Estadodecrpito, prepotente y corruptizado. Entre estos, el caso de Villanueva del Campoesmuy relevante:presovarias veces,definido como un vulgar delincuente prontuariado por las distintas administraciones reaccionarias, lo catapultan como un lder histrico de los ideales del aprismo primigenio. Suprimernmerode presidiario fue 32268, en tiempos en que constitua un delito agravado el solohechode estar afiliadoal APRA.Hoyenda, desafortunadamente el APRA se ha entregado otravez a los nuevosbaronesde laderecha. Y algoque espara nocreer,hasta losreaccionariosmismosmandabanpresos
  11. 11. 11 a sus dscolos compaerosreaccionarios,tal esel casoque hasta PedroBeitrnyPedroRosell,pasaron una temporada en El Frontn. Ahora bien, es evidente la motivacin poltica del acto de insurgencia encabezado por Antauro en la madrugada del 1 de enero del 2005 contra el inmoral Alejandro Toledo, incapaz siquiera de reconocer a su hijaZara (sinohastaque se encontrcontra lascuerdas),mintiendo al pas sobre este hecho antes de estar en el gobierno (y ya estndolo tambin), y que debi ser destituido por el Congreso declarndose su incapacidadmoral, lamentablemente nolo hicieron; sin embargo, se hizo todo lo contrario mantenindolo en el puesto. Lo correcto era, pues, declarar la vacancia del cargo de Presidente de la Repblica; pero para aferrarlo, incluso nuestro tercermundista Tribunal Constitucional de marras, el 2004, elev el nmero necesario de congresistas para declarar la vacancia del cargo de Presidente de la Repblica. No conforme con esto,Toledo,asu vez,se dedicadar respaldoaloscambios que se intentaban hacer mediante la falsa frmula de la Reforma Constitucional dentro del Parlamento, sin tener ste facultad de Poder Constituyente, ya que se trataba de un simple Congreso ordinario amn de fundamentalmente ser la Constitucin de 1993 espuria y no proceder dicho mecanismo. Y al validarel presidente Toledo la Constitucin fraudulenta del 93, como hasta ahora se sigue validando de forma miserable, ilegtima e inconstitucional, se puso fuera de la legalidad; Toledo, por lo tanto, ai no funcionar los mecanismos constitucionales, debi ser relevado del mando por las FFAA, para que reponindose laConstitucinde 1979, concomitantemente se convocase inmediatamente a una Asamblea Constituyente y nuevas elecciones generales. Hoy el Per contina subyugado y su voluntad popular obviada, enconsecuenciadebemosexigircuantoantesla convocatoriaa una AsambleaConstituyenteque le devuelvaal pueblosuvoluntadsoberana hoy en cautiverio, de lo contrario tendramos toda la razn, como lohizoAntauro,de invocary ejecutarel derechoa lainsurgencia,comoloseala la legtima Constitucin de 1979. Lo que afirmo no significaque necesariamenteconcuerdecon lasideasde Antauro Humala, empero s concuerdo con el caso de la legtima insurgencia del Andahuaylazo, y sigo afirmando y sosteniendo la defensa de dicha rebelin justsima contra el oprobio de la Constitucin de 1993. En consecuencia, las preguntas que todos debemos de formularnos son: Por qu Antauro contina preso? Por qu los reservistas que se levantaron contra Alejandro Toledo exigiendo su renuncia continan presos? En suma, por qu todos ellos continanpresossi tambin se levantaron contra la apcrifa Constitucin de 1993? De tal maneraque ha llegadolahorade exigir la libertad de todos ellos por haber salvado el honor de un pas. Esto implicaraque tambinhayresponsabilidad en quienes mantuvieron y mantienen an hoy la ilegtima Carta del 93. De otro lado, debo confesar que mis plticas con Antauro para concretar este material, que hoy el lector tiene frente al,se han realizadosorteandolasnormas impuestas por el INPE, algunas veces mintiendo de mi parte para superarlosinterrogatoriosque lesrealizan a los visitantes los encargados de la seguridad del penal de Piedras Gordas,y otras hastadejandoun sencillo para no tener ningn tipo de inconveniente en mi labor periodstica de entrevistador que me propuse cumplir, y la he cumplido toda vez que mi entrevistado de ordinario slo puede recibir exclusivamente visitas de sus familiares consanguneos. Finalmente, quisiera agradecer a todos aquellos que contribuyeron de distintas formas para que pueda terminar este proyecto que hoy sale a circulacin; entre otros, permtaseme mencionar a mi distinguido amigoWlderPiscoValverde,especialista grfico que sin su participacin creo que no hubiera sido posible producir este libro entrevista, al Dr. Gustavo Adolfo Mendoza Lpez por sus constantes sugerencias intelectuales y por cierto muy didcticas. De otro lado, quisiera agradecer al ing. Csar Montoya Araujo as como a todos los integrantes de la Organizacin Civil Legitimidad Democrtica (ALD) por su apoyo desinteresado para con el objetivo de concluir este trabajo. San Isidro, 17 de mayo del 2007 PedroSaldaa
  12. 12. 12 La historia de los pueblos prueba que toda idea nueva fue y es revolucionaria, y que no se mata la idea suprimiendo a sus defensores. El socialismo reconoce el hecho de que nadie socialmente es responsable de lo que es; de que los males socialessonel producto de la pobreza, y que todos debemos evitar y combatir el mal donde se encuentre. Yo creo que llegaruntiempoenque sobre las ruinasde la corrupcinse levantar la esplendorosa maana de un mundo emancipado, libre de todas las maldades, de todos los monstruos anacrnicos de nuestra poca y de nuestras caducas instituciones. Samuel Fielden, Hroe de la revuelta de Haymarket (Chicago, Estados Unidos) acaecida el 4 de mayo de 1866, por su defensa de la jornada laboral de las ocho horas. Pedro Saldaa
  13. 13. 13 I DESDE EL NOMBRE.. EL HOMBRE - Mayor Antauro, en principio muchas gracias por concedernos esta entrevista, que por cierto va a ser extensa, y darnos la oportunidad para esclarecer muchos aspectos de su accidentada y discutida vida poltica, para que as la opinin pblica pueda sacar sus propias conclusiones. Mi intencin es slo periodstica y las preguntas que le formular estarn sujetas al rigor periodstico que exige objetividad. Ser la ciudadana la que tenga la palabra final. -Estoyde acuerdo,no hay problemay le agradezco su inters por la causa etnocacerista. Slo le voy a pedir que no interprete mis palabras, sino que las coloque tal como las declaro. -Pierda cuidado, Mayor, cuntenos un poco de su infancia. - Soyel cuarto de siete hermanos,yel penltimo de los varones que somos cuatro. Nac un veintinueve de juniode 1963 enLima.Pertenezco, pues,alaprimerageneracinfamiliarde hijos de migrantes serranos de aquel xodoandino, acaecidodesde mediadosdel siglopasadohacialasurbes costeas,que de a pocos han ido cholificando una capital que le dio la espalda al pas profundo. Estudi primaria y secundaria en el Franco-Peruanohasta que me expulsaron en quinto de media, razn por la que mis padres me enviaron al Qosqo,endonde culmin en el Colegio Nacional de Ciencias. No se vaya a pensar que esa deportacin fue una especie de castigo.Quizporel contrario,puesportradicinfamiliar siempre el primognito -en el caso de mi familia, el mayor es Ulises- deba culminar sus estudios escolares en el Ciencias del Qosqo. Ah haban estudiadonuestrohermanomayor, mi padre,mi to-abueloGenaroyas ascendentemente desde nuestros ancestros, los curacas de Pumatampu (Pucar del Sara Sara - Ayacucho), tal como se nos haba entronizadodesde nios.Refirase que enlapocainkaicafuncionabaenel Qosqoel Yachayhuasi en donde se educaban los hijos de los curacas y que ya en la poca virreinal aquel centro de estudios pas a denominarse Colegiode Caciques;el cual,a suvez, -una vez instaurada la Repblica- pas a denominarse ColegioNacional de Cienciasy Artes,fundadoporBolvar,luegode labatalla de Ayacucho. Esa tradicin la guarda an mi familia; entonces,mi padre,pese anoseryo primognito,optporque me empapase de la mstica cusquea; adems mi expulsin se debi ms que todo a desavenencias entre l y la direccin del colegio (era presidente de la APAFA). El Qosqo me impacto de sobre manera y en especial el Colegio Nacional de Ciencias, proviniendo yo de un colegio exclusivo de Lima. Me pareci sensacional ver compaeros de clase ingresando con ojotas y cosas por el estilo. Tambin incursion en el mundo de la marihuana,entre el rock y el huayno, entre la rebelda y la pasin. Aquel 1980 fue decisivo en mi forma de pensary verlas cosas.Al ao siguiente, despus de tanto relajo y librepensamiento, ingres a la Escuela Militar de Chorrillos. - Por lo que veo, su padre es el patriarca de un clan poltico. Y corriendo por las venas de los Humala sangre regia de los curacas de Pumatampu, podemos explicarnos su carcter rebelde... - Creoque como buenpadre,tuvolavirtudde proyectarensushijossus ideales pendientes. Ideales que se encarg, conjuntamente con mi madre, de interiorizarnos pedaggicamente desde nios. La lectura individual como colectiva era casi un culto, en una bibliografa especialmente seleccionada. Por supuesto que haba quienes ms nos zambullamos (en la biblioteca casera) que otros, que de veras lo vean como penitencia. Si bien es cierto mi padre tuvo formacin marxista (contaba que aprendi a deletrear en el Amauta de Maritegui cuyos ejemplares llegaban hasta la recndita aldea de Oyolo - Pumatampu), jams dej de preservar en su esquema mental la etnicidad tawantinsuyana. Etnicidad que, combinada con el factor clasista,constituyel summumideolgico,si se quiere,de aquel clanfamiliar.Es necesarioreferirque mi padre estuvovinculadoensusetapaspreparatorias,al contingenteguerrilleroque a mediadosde los 60's se inmolara con De la Puente Uceda y Lobatn en Mesa Pelada y Pcuta. Incluso llegaron a reunirse en ciertas ocasiones en su oficina de abogado. Ah hubo discrepancias insalvables, empezando por el desconocimiento del kechua y su idiosincrasia por parte de un MIR que hasta en la barba imitaba estereotipos forneos. Adems no se pusieron de acuerdo en el reconocimiento de una potencialidad revolucionaria dentro de las mismas filas del Ejrcito. Por ltimo, entiendo que mi madre pudo haber influido decisivamente para que mi padre terminara por abstenerse de la accin guerrillera. Haba por
  14. 14. 14 entoncescuatrocros que mantener... De maneraque,deduzco,mi padre endos en nosotros, obviamente en quienes asumimos mejor el mensaje, aquella ansiedad etnorrevolucionaria. Haba, pues, un compromisogeneracional acumuladode siglos,enuna familiaserranaque de algunamaneralogrpreservar su memoria milenaria de forma explcita. - Es cierto que su padre -tal como lo dieron a conocer ciertos articulistas durante la efervescencia del proceso electoral del 2006- los educ a todos ustedes, los hermanos Humala-Tasso, para presidentes?, digamos al estilo de unos Kennedy cholos; lo cual tiene cierto asidero al haberse dado, quiz como caso nico enel mundo,que un par de hermanoscandidateasen en simultneo a la presidencia de la repblica, tal como acaeci con Ulises y Ollanta. - Mira, siempre se nos inculc el pensar en grande, en trminos macro. Incluso uno de los libros que eran de obligada lectura en el ambiente familiar, era precisamente la magia de pensar en grande y las biografasde personajeshistricos. Cadacual de loshermanos,subconscientemente,yaibaproyectando sus aspiraciones mximas en la carrera de su vocacin... - Que en el caso de los que escogieronla vida militar, Ud.y Ollanta, culminaba enpalacio de gobierno. No es as? - Pero en nuestro caso -tal como nos lo Inculc nuestro padre- no como un fin de vano poder, sino como medio de transformacin revolucionaria. - Sin embargo, en el caso de Uds., los hermanos militares, ninguno lleg a ser espada de honor, as que puedo entender que el objetivo se les complicaba... - Claro,ademsque enla familianohabatradicincastrense.No haba pedigree militar ni vnculo alguno con lasargollastradicionales. No obstante, pude percatarme que para mi generacin aquello de la clsica juntamilitarsudamericana,conformadantegramente por generalotes, ya no era viable; es decir que para nuestrosobjetivos polticosnoconstituaunrequisitoel generalato,sinounrangointermedio conmando de tropa y,obviamente,hartoscojones.Yestoes algo que se avizora actualmente en Latinoamrica, en donde tenemosloscasos del coronel GutirrezenEcuadorydel comandante ChvezenVenezuela, as como casi" el de nosotrosac. Y esque,la verdad,con la pentagonizacinde lasFFAA latinoamericanasel generalatoha colapsadomoralmente. Acasonose les ve poblandolascrcelesen Argentina,Chile, Per,Ecuadory Bolivia inclusive (caso Garca Meza -N. del A.)? - Me imagino que este instinto golpista contaba con el apoyo pleno del clan familiar. - Quieroaclararte, antes,que si bienesciertoel llamadogolpe de Estadopuede serilegtimoy antipopular enlas democraciasgenuinas,digamoscomolasdel mundodesarrollado,nosucede tal en el orbe de color subdesarrollado.Muchasveces son legtimos y producto del clamor popular, ante la traicin y colonialidad de las corruptas lites gobernantes. En cuanto al apoyo conspirativo del clan familiar, claro que se daba, pero en s misma la operacin era slo compartida entre los hombres de armas. -Es usted casado?, y si es as, cuntos hijos tiene? - Estoy casado con la compatriota Isabel Paiva, natural de Tumbes, con quien tengo dos bellos hijitos; Antaurito y Urpi, de 11 y 9 aos respectivamente. - Siendosus hijostan pequeos,los hechos que Ud. ha protagonizado, si para los adultos son fuertes, para ellos deben haber sido muy duros. - S que lo fueron;lo cual constituye para m una permanente espina en el corazn. Pero estoy seguro que, enel fondo,estostrancesles fortalecenel esprituadems que les tiemplan el carcter. Se les ha inculcado que deben sentirse orgullosos de lo efectuado y ya han superado con creces la intensidad de los primeros momentos.A sus cortas edades han asumido una actitud muy madura. En ese aspecto me causan orgullo y satisfaccin, pues tengo la certeza que continuarn por la senda generacional.
  15. 15. 15 - Lo visitan ac en el penal? -Una prisinjamsdeja de ser un lugar inhumano. Por eso decid con mi esposa que las visitas de nuestros hijos sean en contadas ocasiones, solamente por nuestros onomsticos. Afortunadamente, son un par de nios muy inteligentes y valientes, que adems cuentan con el apoyo del resto de la familia. -Los nombresde ustedes,comoOllanta, Ulises,Imasmac, Kusicoyllor, Antauro y de sus dems hermanos, son muy emblemticos y atractivos; esto demuestra que desde la pila bautismal don Isaac ya se traa algo bajo la manga. - Simplementeaplic la coherencia nominativa para con sus hijos, en funcin de la identidad etnocultural. Ms bien creo que en un ambiente tan desidentificado con su ser colectivo, como es nuestro pas, lo que debera llamar la atencin es llamarse Juan, por ejemplo. Entonces, cuando noto que alguien se impresiona por los nombres de mis familiares, capto instantneamente la gran tarea de desintoxicacin cultural pendiente en nuestro medio: lo que debera ser la regla se ha revertido en la excepcin! Por supuesto que, tambin, me hace evocar-este mundo al revs- aquel prlogo de J.P. Sartre a Los condenados de la Tierra (Frantz Fann -N. del A.): ... no es imposible convertir a un hombre en bestia; empicese por despojarle de la identidad desde la falsificacin de su nombre, o sea, de su linaje. Por consiguiente, los nombres aplicados en mi familia, en verdad, debieran ser extensivos al grueso de la poblacin de color y de estirpe cobriza, lamentablemente en quincuacentenaria crisis de identidad. - Yo no me llamo Juan, me llamo Pedro, y con este nombre latino-castellano no creo, en lo absoluto, ser deficitario en cuanto a identidad se refiere. Recuerde, Mayor, que somos un pas mestizo. - Claroque lo somos;sin embargo,enlacuantificacinde ese mestizaje -posiblemente en tu caso particular no- el grueso poblacional resulta de mayoritaria estirpe nativa, independientemente del complejo que puedantenerono en asumirse blancos.Entonces,cuandoel cholo cree ser medio cholo y el medio cholo asume ser medio blanco y ste, a su vez, blanco... pues, no debe extraar la falacia del registro electoral mayoritariamente latino o la surrealista gua telefnica en la que constatamos que nuestros apellidos son casi en un 90% de estirpe euro-occidental, de tal manera que nos vinculamos ms con el Mo Cid que con el brbaro de Manko Qapaq. Por ende, en esa extensin poltica de aquella falacia nominativa o bautismal,nosparecercorrecto"que enun pas de colorcomo el nuestro,resulte que de los 98 jefes de estado habidos desde 1532, ya sean virreyes o presidentes, el monopolio blanco-criollo haya sido casi total. - No deja de ser valedero su enfoque; sin embargo, debe reconocer que ya est generalizada la nominacin castellano-latina, y en todo caso el nominativo de su familia es excepcional... - No lo niego; pero observo esta reversin del sentido comn como derivado de la dependencia cultural impuesta desde el siglo XVI va la invasin extra continental, con sus bautizadores de manadas subhumanas y sus leyes de Indias que a la postre nos han trastornado colectivamente el seso. Pues bien, una manera de sanearse es, justamente, reivindicando la memoria y, por ende, la personalidad histrica, empezando por el nombre propio. Mire noms, el caso homlogo de aquel afro-peruano comentarista deportivo,Philip Buthler, cuyo apellido resulta ser en verdad del amo blanco que compr a su tatarabuelo esclavo en algn muelle negrero del Callao o de Chincha... O sino a Teofilo Cubillas o a Lucha Fuentes, cuyas negrituras resienten el apellido postizo. - Nocree que exagera ensu radicalidad, puestoque despusde todo ya existe un estatu quo al respecto? - Al igual que exista antes de ser insertados, por los Pizarras y Almagras, como extremo Oc- cidente". En cuanto a lode radicalidad,efectivamente,esteacomplejamiento es tambin radicalmente vigente, razn por la que los nombres originarios "llaman la atencin", as como lo saludable en un ambiente enfermo. - Pero tambin entender que los Mamanis, Condors y Quispes no son tan mayoritaros como Ud. quisiera... - Craso error. Solamente en la falaz gua telefnica elaborada en funcin al acomplejado RENIEC o al inquisidor sacramento bautismal, somos oficializados como minora.
  16. 16. 16 - Me est diciendo -al igual que el caso de los afrodescendientes- que los Prez no son Prez y que los Juanes no son Juanes? - Eso.Y esque si revisaslascrnicasde la conquista,constatarsque -dentro del marco coactivo de la cruz y la espada- la cristianizacin de los infieles cobrizos, efectuada por millares de Ciprianis y Valverdes, implicaba el bautismo en manada, la censura del nombre y/o apellido nativo por los del bautizador hispano. Claro ejemplo se tiene en el cronista Felipe Huamn Poma de Ayala, en donde el de Ayala lo determinel apelativodelinvasor.De esamanera,losmillonesde Quispes y Mamanis se metamorfosearon enPrez y Snchez. Adems, era una manera de adaptarse al nuevo establishment etnoclasista. Toda esta fenomenologahadeterminadoque enlarepubliqueta peruana las minoras demogrficas (criollas) acten como mayoras oficiales y que, a su vez, las mayoras demogrficas acten como minoras oficiales. - Confrmeme si sus padres son abogados. -Ambos lo son; adems, mi madre fue maestra. - Si Ud. estudi en el Franco-Peruano, debe saber hablar y escribir francs con fluidez. - Leo, hablo y escribo en francs. Hasta he hecho de traductor. - Ahora bien, su ingreso a la carrera militar en qu se fundamenta, fue decisin suya o imposicin de sus padres? - Al salirdel colegio,msme inclinabaporla agronoma; pero fue mi vida adolescente, disipada y bohemia, que -desde el Qosqo- alarmamispadres.Creo que asumieronrespectoam el clsico esquema:"... mi hijo se est descarriando; nadamejorque meterloal Ejrcito para que se recomponga.... Es as, que al retornar a Lima lo primero que hall al ingresar a mi cuarto de la casa familiar fue el prospecto de Chorrillos, y me dije: Qu loco!. Por entonces, adems, mi otro hermano mayor -Ollanta- ya era cadete en la Escuela Militar,as que cuando salide francoloprimero que hice fue preguntarle qu tal era la Escuela, a lo que me respondipositivamente. Eso termin por animarme del todo. Tres meses despus estaba ingresando como cadete del primer ao, o sea, como perro, lo cual me choc bastante. Jams me gust Chorrillos y todos los aos me impulsaba a solicitar mi baja, siendo siempre disuadido por mis hermanos mayores. Fue as que, como quien dice sin querer queriendo o a regaadientes, egres como subteniente de infantera enenerode 1985. Es recincomooficial,enmi casoparticular-comoinfante que era- destacadoa zonas de emergencia como jefe de patrulla en operaciones contra Sendero Luminoso en los lares recnditos de nuestras serranas, que recin me enamor de la milicia, y asimismo volv a retomar el hilo del proyecto familiar. Adems, segn la tesis paterna, el ejrcito -tal como lo demostr Velasco- podasertambinunelementode cambio",conel aval que ahorrara harto costo social.Es enesos avataresde la guerra interna que, como contrapropuesta a la pentagonizacin de nuestra praxis y doctrina contrainsurgente, fund en 1989 la Logia Etnocacerista con un grupo de tenientes de mi promocin. - En ese ao (1985) de su egresoocurri la masacre de Accomarca, en la que el tambin subteniente Telmo Hurtado fue responsable de esta lamentable masacre a sesenta y nueve campesinos... Acaso ambos - Hurtado y Ud- son promocionales? - No,l esdos aosms antiguoque yo.Fue -en la Escuela Militar- mi aspirante (cadete de tercer ao -N. del A.) cuando yo era perro (cadete de primer ao -N. del A.) - Entonces, evidentemente se conocieron, adems -entiendo- ambos pertenecen al arma de infantera... -Claro que nos conocimos, as como con el actual padre Martn que perteneci a la promocin que me sigue.Enel Ejrcitotodosnos conocemos.Esuna caractersticade la institucin.Es ms,enel caso de Telmo Hurtado inclusollegamosaintegrar,conjuntamente conmi hermano Ollanta(cuyapromocinesintermedia entre la ma y la de Hurtado), el equipo de natacin de la Escuela Militar de Chorrillos. - Telmo fue -mayor Antauro- mi promocional en el Colegio Militar Leoncio Prado... y le digo que toda la promocin qued estupefacta ante aquella tragedia. Simplemente no lo podamos comprender. Es por esto que en mi labor periodsticahago esfuerzos por explicar -no justificar- aquel corto circuito ocurrido en la mente de un antiguo amigo. Dgame, entonces, qu tipo de transformacin tico- doctrinal
  17. 17. 17 castrense pudo tener, al extremo de cometer semejante barbaridad en la sierra ayacuchana? se no era el Telmo adolescente de Leoncio Prado. - En la EscuelaMilitarde Chorrillosfue uncadete,digamos, normalyhasta con cierto don de mando, pues fue designado al comando de una seccin de cadetes de menor rango: La ma. En cuanto a la matanza de Accomarca, bueno, ah l fue un simple ejecutor de la doctrina de guerra contrasubversivaimportadadel Pentgono,que -porcierto- esmonstruosa.Hurtado fue un mero cumplidor de rdenessindudasni murmuracionesenprode la democracia criolla, tal y conforme les enrrostr a los miembrosde laComisinInvestigadoradel Congreso(entre quienesestuvieron Javier Diez Canseco y Javier Valle-Riestra). - Esa comisin -recuerde mayor- conden aquel genocidio. - Nole quedabams opcin.Todoel mundo laconden...y con ello tambin se impugnaba hipcritamente el modusoperandi de laguerra sucia,puestoque impunemente lasmasacres yfosascomunescontinuaron por una dcada ms. Bien muertos, mal matados, fue -en resumen- la conclusin del Estado criollo. Y es que el establishmentglobocolonizadorrequierepornecesidadvitalde susAccomarcas,Cayaras, Frontones y Cantutas. Por consiguiente, son sus FFAA las que les sacan las castaas del fuego y tambin a quienes se condenar,encarcelndoseoproscribindoseasusparticularesejecutores. Al respecto, Telmo Hurtado fue contundente en la respuesta que le dio a la Comisin Investigadora, ms o menos con este tenor: "... Gracias a este accionar que les estremece, estn sentados 'democrticamente' donde estn. Sin embargo, lesdigoque estono esagradable, perolohacemospara que lossubversivosnolos dina- miten a Uds. Es por esto que me necesitan en la lnea, en el fondo Uds. me aman.... - Acaso no haba, o no hay, alternativa... o si no, cmo hizo Ud.? - Antes de ceirse a la obediencia debida, impugnar la orden indebida, lo cual -con el respectivo argumentoideolgico- inevitablemente derivaba,enesas circunstancias,en el etnocacerismo que, a su vez, desde el saque mandaal tacho todoslosmanualesyreglamentostraducidos del ingls provenientes del US Army en lo que respecta a contrainsurgencia y guerra de baja intensidad. Obviamente, para adoptar semejante actitud se debe tener un espritu hereje en medio de un ambiente en donde la duda y la murmuracinsonpenados...Ynuestroex camarada Telmonoera hereje,erasolamente un ladrillo ms en la pared, que,porlo tanto,ni dudaba ni murmuraba.Debihabersidocondecoradopor el AgregadoMilitar norteamericano y develdose un busto suyo en la plaza de Accomarca, bajo parecido criterio al que ha determinado que Pizarra lo haya tenido en la plaza mayor de Lima. II UN "CORPUS CHRISTI EN LA GUERRA SUCIA... - Ya que aborda el tema de Sendero Luminoso, le pregunto qu fue lo que sucedi para usted de 1980 al 2000: un asunto de represin policial o una guerra interna? - Si se visitael cenotafioexistente en la parte posterior del Patio de Armas del Cuartel General del Ejrcito (Pentagonito),se contabilizarn cercade tres millares de nombres correspondientes a los muertos de las FF.AA. en dicho periodo, entre oficiales, suboficiales y tropa; cifra que basta y sobra para evidenciar tcnicamente que se trat de una guerra. Nada menos que la ms cruenta del siglo XX en nuestro pas, tanto ensu estadsticaexternacomointerna.Refirase que los dos conflictos habidos con Colombia en 1911 y 1933 sumados a los tres acaecidos con Ecuador en 1941, 1981 y el 1995, en su totalidad no nos han inflingido ms de dos mil bajas entre muertos y heridos. Ha sido, pues, la insurgencia senderista, todo un asuntode guerra civil que hastaha determinadolaconformacinde una denominadaComisinde iaVerdad y Reconciliacin,lacual establecien69 mil muertosel saldo de bajas,fuerade heridosydamnificados, que tranquilamente pueden completar el cuarto de milln. Ha sido, la guerra interna de 1980/2000, la manifestacininsurgente mscontundente enversinclasistahabidaenel Per. Digo en versin clasista porque enversin etnoculturalmscontundenciahuboenlasinsurrecciones de Manko Inka que cerc en simultneo las urbes de Lima y Qosqo, o en las guerras tupacamaristas y pumacahuistas. Lo que queda evidenciado en la secuencia y magnitud de conflictos internos en nuestra patria, es que el resentir de
  18. 18. 18 Huamn Poma (el mundo al revs) como la rabia arguediana (el pas hirviente), siguen vigentes desde 1532 y que,histricamente,unchispazopuedeseguirencendiendolapradera,tantobajo consignas tnicas, clasistas o ambas yuxtapuestas. - Usted luch como oficial del Ejrcito Peruano contra Sendero Luminoso bajo rdenes de dos gobiernos de turno; cuntenos cmo fue esa experiencia. - Tcnicamente,desde laperspectivacontrainsurgente,fue unaguerrade tenientes,o sea, de patrullas de infanterainfectadasmentalmente con las reglamentaciones traducidas del ingls del US Army. Vale decir, enfuncin a un modusoperandi inspiradoenlacasustica"del Far Westconjugadacon la aplicada contra el Vietcong; lo cual, ejecutado por los tenientes mestizos en crisis de identidad contra una poblacin genticamente sospechosa, tena inevitablemente que producir sus fosas comunes con ADN cobrizo. Precisamente,el etnocacerismose generaenesasdramticascircunstancias comonatural reaccin nativista ante aquellapentagonizacin. En cuanto a experiencia personal, hubieron dos casos que me impactaron de sobremanera, ambosproductode enfrentamientosarmados conpelotonessenderistas.El primero en las alturasde Tomaykichua(Hunuco),afinesde 1986, cuando luego de darle alcance a uno de esos pelotones en las orillas de la laguna Chinchobamba, se dio la inevitable balacera nocturna con el saldo de cuatro senderistas muertos y un soldado herido, adems de una menuda jovencita -tambin combatiente senderista- impactadaen el brazo y en el trax, que casi agonizante imploraba agua; ante lo cual le brind mi cantimploraayudndolaa sorberel lquido. Se bebi todo el contenido, y en medio de aquel anochecer serranoagonizabatendidasobre la hierba, conmigo a su lado. Con voz tenue balbuceaba que cuidaran a su hijitaque estabaental pueblo,cuyo nombre no capt. Y yo no saba qu decirle, acaso pedirle perdn... Lo ciertoera que no me sentaorgullosoen lo absoluto. Todo lo contrario; por lo menos reconoca para esa muchacha ms respeto que a los pillos del Congreso que cacareaban sobre su repugnante timocracia. El otro caso que me impact, ocurri en marzo de 1990 en Jatun Huasi, hacienda abandonada en la circunscripcin de la SAIS Tpac Amaru en Junn. Ah, en medio de un enfrentamiento iniciado al medio da, fue que al avanzarcon unoscuantos soldados hacia los cadveres senderistas con intencin de recoger sus fusilesymochilas,aparecieron sbitamente desde las elevaciones, francotiradores que nos obligaron a zambullirnosen unriachuelo prximo, cuyo talud nos servira de parapeto. Apenas podamos movernos, puesel fuegoarreciaba,noquedndonosms opcin que sacar piedras del lecho para elevar el parapeto para estar ms a seguro. El otro resto de la patrulla, como a 200 metros, tampoco poda acudir, pues se encontraba a raya por los francotiradores. Y a nosotros el agua glida nos acalambraba constantemente. Y as comenzaron a pasar las horas de hostigamiento. Muchos de nosotros pensamos que de ah ya no saldramos. Fue entonces que me asol una angustia, no por la posible muerte que vea muy cercana, sino por no habersiquieraintentadomuchascosas que pretend...perosinatreverme: decirle a tal chica que me gustabao increparle atal general que eraun ladrn... pero que ahora ya era demasiado tarde. Fue recin la llegadade lanoche loque nos permitisalirdel atolladeroy reunimos con el grueso. Desde entonces me volv hereje. Si se quiere, un achorado curado contra el susto. Pero ms all de m casustica personal, creo que en aquella guerra interna se dieron dos tipos de conductas operativas en el Ejrcito: los combatientesy lossicarios. Losprimeros -lagranmayora- simplemente combatimos fusil contra fusil con las respectivas bajas de ambos lados, en buena lid (si as se puede describir una guerra entre compatriotas). Los segundos, a su vez, jams combatieron fusil contra fusil, sino que ultimaron gente desarmada, ya sea rendida o ajena al conflicto; degenerndose en los Accomarcas, Cayaras, Ayahuancos, BarriosAltos,Cantutas,etc...en donde no hubo enfrentamientos, sino cobardes asesinatos contra gente desarmada y/o inerme. Estoy convencido, pues, que entre quienes combatimos como soldados, tanto subversivoscomo contrasubversivos , s que puede haber verdad y reconciliacin, mas no entre quienes actuaron como despreciables sicarios: cobardes que mancillaron aquel fratricida conflicto. Me parece, entonces, una distorsin mental que se pretenda generar hroes del tipo Giampietri, alias el Grau del Frontn, o del Anbal de Cayara como el Gral. Valdivia... lo cual conllevara a reconocerle calidad soldadesca a sicarios como Martn Rivas o Telmo Hurtado. Definitivamente, lo que ms lamento de esa guerraes haberarriesgadoel pellejo porunademocraciatan envilecidacomola de laRepubliquetaCriolla, que por donde se le hinque el dedo sigue reventando pus.
  19. 19. 19 - Y en todas aquellas bajas que sus patrullas le infligieron a los pelotones senderistas, durante su estada de varios aos en las zonas de emergencia, podra referir -si no es indiscrecin, por cierto- cuntas le correspondieron especficamente a Ud.? -Claro que es una Indiscrecin de parte suya. Nos matamos entre compatriotas! Y no es que tema, de revelrtelo, las implicancias de una investigacin... Total, la Comisin de la Verdad ha sabido, si cabe la palabra, respetar los avatares de los enfrentamientos armados fusil contra fusil, ya que su labor se ci especficamente alasviolacionesde losderechoshumanos,cosaque en mi modus operandi jams se dio, pese a las maosas conjeturas que podran tejerse. -Me acuerdo, en la revista Caretas, que se le tipific como el temible Corpus Christi, acusndolo de potencial genocida en las serranas de Hunuco de a mediados de los 80, qu respondi al respecto? - Zileri (Directorde Caretas -N.del A.) ha sido, ms bien, estupendamente tipificado por Csar Hildebrandt como el Pedro Navaja de la prensa peruana. Y, pues, ese Pedro Navaja lleg a acusarme, o mejor dicho calumniarme,de abigeo,asesino,ladrnyque inclusonome viol a unaviejitaporque le faltabaundiente (risas)... -No le creo! - Fue textual. - Y quin fue el autor de ese artculo? No creo que haya sido el mismo Zileri. - No; fue el animal de Enrique Chvez, que entonces funga de humallogo. - Pero,ciertamente,Ud.tuvo como seudnimoel de Corpus Christi; vaya, vaya, el cuerpo de Cristo, Por qu? - Jamslo he negado. Ademsnosfueronimpuestos los apelativos. As se estilaba. Por lo normal eran de ndole guerrera o hasta mitolgica, como parte de la guerra sicolgica. Huelga referir que tambin los mandos subversivos y su militancia en general recurrieron a los apelativos o seudnimos, aunque de tipo comn: Artemio, Gonzalo", Feliciano, etc. En mi caso particular-enaquellos aos 1985 y 1986- sucedi que los apelativos aplicados por el Mayor Jefe de Operaciones de mi batalln, o sea, el S-3, fueron originalmente de ndole feroz para con los oficiales destacadosa las bases contrasubversivas: Konan, Descuartizador, Hitler, Destripador, Therminator, Bestia, Destructor, etc., sucediendo que al enterarse el General de la Divisin, que entonces tena su sede en Huancayo (31ava. Divisinde infantera),esteexclam:Carajo,estos seudnimos parecen que fueran del pabellnms hamponezco de Lurigancho! Que no jodan: ahora se denominarn Juan, Lucas, Pedro, Pablo, Mateo, Simn...,yam -comosubteniente jefe de patrulla- ya no me alcanzaron los nombres apostlicos, que se agotaron con los capitanes jefes de base; me toc el de Corpus Christi. As de anecdtico. - Algo gracioso, sin duda. Bueno, entiendo su reserva en cuantificar sus bajas particulares, pero - perdneme la insistencia- cul fue la sensacin en el momento del enfrentamiento mismo, en que se le dispara y quita la vida al adversario, en esas circunstancias en que defenda al Estado Criollo, tal como Ud. lo denomina? -Deboprecisarte,nolo olvides,que soymilitar,hombrede armas.sa es mi profesin; por consiguiente, he sido entrenado para eso. Te dir, entonces, que si bien es cierto es sumamente intenso el momento del enfrentamiento, osea,de labalacera; enel caso, o loscasos particularesque me tocvivir,tuve la ventaja de iniciar el enfrentamiento antes que el adversario me lo inicie... - Qu quiere decir? - Que yo los vi primero antes que ellos a m; lo cual es decisivo. El denominador comn de todos mis enfrentamientos fue que siempre, luego de das o semanas de caminata, lograba darles alcance a los pelotonessenderistasy madrugadosdesde retaguardia,porsupuesto, luegode haberdejadomedia patrulla rezagada y -cuando nos desplazbamos montados- con varios caballos reventados, o sea, muertos de cansancio;locual era natural enmediode esa guerra que tambinse caracterizporser eminentemente de movimientos.
  20. 20. 20 - Acaso los emboscaba? - No, porque jams tuve la oportunidad de anticipar sus itinerarios (de los pelotones subversivos) y poder aguardarlos para cogerlos de sorpresa. La verdad sea dicha, jams me enter de un solo caso en que el ejrcitoemboscase alossubversivos.Loque sucede es que lafuerzainsurgente porlonormal esclandestina y, por ende, no se sabe dnde se ubica; lo contrario de la fuerza contrasubversiva, cuya ubicacin (bases, cuarteles,etc.) espblicay, porconsiguiente,msfcilmenteemboscableensusmovimientos.Enmi caso, slo lograba darles alcance y avistarles por detrs, por lo que sola abrir con los soldados que me acompaaban en esos instantes -y sin esperar a los rezagados- los disparos en los primeros diez a veinte segundos...vale decir,losmsque suficientespara hacerles las primeras dos o tres bajas, ya sean heridos o muertos... - Pero, se supone que la reaccin senderista sera igual de letal... - No, por lo menos en aquel primer minuto de combate, ya que la reaccin instintiva del adversario sorprendido por detrs, al ver al primer camarada acribillado desde no sabe dnde, consiste en escabullirse detrs de una cubierta o de un abrigo para salvar el pellejo. Puro instinto de conservacin. Es decir, tenan que perder valiosos segundos en correr y agachar cabeza, sicolgicamente alterados y angustiados en no saber de dnde mierda les disparaban. Ya hasta que lograsenreaccionaradecuadamente,vale decir,recobrando el contactoentre ellos,yaseapor la voz o por la vista,para adoptar determinada forma de accin, pues para entonces -pasados varios minutos- ya estaban arribando mis rezagos, incrementando nuestra potencia de fuegos, no quedndoles a los adversarios ms opcin que huir y a nosotros, luego de recoger las armas y dems pertrechos dejados por ellos, seguirles, pero ya con escasas posibilidades de retomar contacto, dado el agotamiento de la gente. Ms bien, daba cuenta por radio a mi Puesto de Comando, indicando la ruta de huida a fin que los helicpteros sembrasen las patrullas convenientes, que por lo comn, no lograban reubicarlos, o simplemente-dadalapocadisponibilidad de estas naves- despegaban con das de tardanza, y si la orden se le daba a determinada base, por la lejana en varios das de caminata a la zona del enfrentamiento, sus patrullas rara vez lograban encontrarse con el pelotn senderista. - Qu procedimiento adoptaban con los heridos? - Era excepcional hallar, en ambos bandos, heridos. No por maldad", te lo aseguro. - Sino por qu? - Por seguridad. Locual es simple de explicar: Cuando queda alguien tendido en medio de la balacera, lo mejor, si est herido, es que logre cubrirse, de alcanzarle las fuerzas. Sino que rece mientras se hace el muertito,porque todosloscombatientesadversariosle aplicarndefinitivamente su respectivo balazo de seguridad, ya que el herido puede tambin disparar. O sea que al herido se le mata y al matado se le remata. - Una especie de repase" a la chilena? - No;el repase era uncrimende guerra,porque se efectuaba post combate, en cambio lo que te describo se efectuaba en pleno combate. A lo sumo, el herido lograba agonizar en el post combate. - Y cul era el procedimiento para con los muertos? - Identificarlos,paralocual se nos aconsejabaportarun tampny papel,paratomar las huellas dactilares, que por supuesto muy pocos hacan. - Acaso, como se ve en las pelculas de Vietnam, se les cortaba las manos? - Escuch versionesal respecto,peronunca fui testigo de eso. En mi caso, simplemente les enterraba o los dejabaenel sitio,encargando aloscampesinos de las aldeas ms cercanas que les dieran sepultura y hasta que leshicieranmisa,tal comoefectivamente sucedien SanJos de Quero -enlasinmediacionesde la SAIS Tpac Amaru- en Junn, creo que en marzo de1990.
  21. 21. 21 - ... Como un buen Corpus Christi. - Era lo que indicaba el sentido comn y no la estpida reglamentacin emanada del Pentgono y que se repeta como chiche en nuestra Escuela de Guerra! III LOCUMBA, EL MITO Y EL MITOLOGIZADOR - Y cmo se da ese trnsito entre esa Logia Etnocacerista surgida de la guerra sucia (Como reaccin ante la pentagonizacin) y la rebelin de Locumba? - En aquella logia siempre fuimos conscientes de la necesidad de una rebelin que rompiera la cadena de mando entre un generalato pentagonizado (y corrupto hasta la mdula) y una joven oficialidad libre pensadoraypor ende emancipadade los parmetros del establishment. Se puede decir que se trat de un conflictogeneracional-castrense.Losingulareraque aquel libre pensamiento", o hereja, se sustentaba en la etnicidad (factor etnocultural) antes que en la lucha de clases (factor clasista). Adems esa cadena de mandoque prescribe (jerrquica comomoralmente) que el soldadoobedezcaal cabo,este al sargento,este al oficial subalterno y as sucesivamente hasta el mariscal, haca mucho tiempo que haba colapsado moralmente,tanto por cuestiones de corrupcin como de guerra sucia... La institucin haba ingresado a una espiral de descomposicin que llegara a su clmax con la vladimirizacin del Alto Mando. Y es que la FuerzaArmada-Ejrcito,cadavez ms,degenerabaenFuerzaArmada-banda. Haba,pues,un catalizador insurgente dentro de los cuarteles La rebelin etnocacerista era inexorable! Es as que cuando era destacado a cualquier guarnicin lo primero que me planteaba, ni bien pisaba mi nuevo cuartel, era la tcnicaque deba aplicarpara levantarme ala tropay capturarme al (vladi)general.Locual, efectivamente, hice el 29 de Octubre del 2000 en Locumba, cuando tuve que ponerle una pistola en la sien al General Bardales, Jefe de la Sexta Divisin Blindada... - Eso fue en Fuerte Arica" el 2000... - Si, en Fuerte Arica, en la madrugada del 29 de Octubre. - Tengo parientes militares y ya me imagino la repercusin que debe haber causado entre los generales la hereja que un mayor someta a punta de pistola a un general y a un coronel delante de la tropa... Y bueno cmo fue ese episodio? - El convoy rebelde, que ya haba abandonado el Fuerte, sufri un percance en la cuesta de Toquepala. Se haba averiado un camin MAN, precisamente el que encabezaba la columna. El radiador humeaba. Fue entonces que en un jeep me intern por el desierto hasta encontrar un campamentoendonde recogagua para enseguidaretornar. Laiday vueltame tomveinte minutos.Peroal retorno, me top con el General, conjuntamente con el Coronel Jefe de Estado Mayor y una pequea escolta, que haban dado alcance al convoy. La tropa estupefacta en las tolvas de los camiones y con los fusiles en ristre no saba a quin obedecer: si al general o al comandante (mi hermano), los cuales no atinabana nada, salvomirarse lascaras. Percibque aquel que metierael primer carajo se adueara de la situacin, vale decir del mando de tropa. Fue entonces que sin siquiera terminar de bajar del Jeep, desenfund mi armay a medidaque me aproximabale apunt al general,aquienle orden que levantara lasmanos y se laspusieraenla nuca,para a continuacindespojarle de su armay simultneamente indicarle a Ollanta que desarmara al coronel. As se les hizo prisioneros y la tropa termin por subordinarse. - Y cmo as lograron apoderarse de la mina Toquepala (Southern Per Cooper Corporation); acaso fue una emulacin a la captura de la refinera de Talara (Internacional Petroleum Company) por Velasco, acaecida 32 aos antes? - En cierta manera, s. Comprendimos (incluido mi padre, que nos asesor en el planeamiento, particularmente a m, cuando lo finiquitaba an en Lima) que era necesario polticamente capturar el enclave cuprferotransnacional ms importante delpas,aunque slofueraporhoras.Haba que mear ah. En cuanto al ingreso a la Mina, tuve que adelantar, ya no en el Jeep, sino en el propio camionetn del general (ponindolo a l de chofer con un arma apuntndole), con dos sargentos al asiento trasero y tres
  22. 22. 22 reservistas en la tolva. As nos presentamos en la garita de ingreso a la Mina, cuyo jefatura de seguridad - coincidenciasde lavida- estabaacargo de un ex oficial EP que haba sido mi tcnico" en la Escuela Militar. Tuve que fingir que haba sucedido una volcadura de un camin del Ejrcito y que requera de un vehculo similar para recoger a los heridos y trasbordar los pertrechos. Fue as que envi el reemplazo y el convoy pudollegar-conOllanta- aToquepala,endonde permanecimosporochohoras, tiempoenel que ademsde emitir el Manifiesto Etnocacerista, nos avituallamos para iniciar la marcha de remembranza etnocacerista" (sic) internndonos por las serranas de Puno, Moquegua y Tacna. - Y este General, al que Ud. haba "degradado a soldado raso, al ponerlo de chofer, que deca? - Definitivamente,el momentomscrucial fue enloseternos segundosentre la conminacin que le hice - mientras lo apuntaba con una pistola- para que levantara las manos y las pusiera en la nuca, y el acatamiento mismo; pues como que percib, en nuestro cruce de miradas, cierto hlito de resistencia. Es evidente que si se hubiera negado resueltamente, y encima delante de la tropa, me hubiera puesto en un gran aprieto, pues no hubiera tenido ms alternativa que dispararle a la pierna, dado lo imperativo de las circunstancias. Ya con el dominio pleno de la situacin, una vez embarcado el vladigeneral y su empleo como chofer",latensinhabadisminuidoparcialmente. Mientras conduca, espordicamente desviaba la vistahacia m como queriendoreconocerme entre lacorporacinde susoficiales,porsupuesto,intilmente. Fue entoncesque,conel finde fijarme unaideade su personalidad,le pregunt si habaservidoenlas zonas de emergencia, a lo que lo me respondi afirmativamente. Y esta indagacin la hice porque -con mi experienciade combate enaquellas zonas- podamedir,soloconlasrespuestas,el tipode profesional que tena ante m. A continuacin le pregunt si haba tenido enfrentamientos con los grupos subversivos, a lo que tambin respondi afirmativamente. Hasta ah, todo normal, pero cuando le repregunt cuntos (enfrentamientos)habansido,se me revelcomountorpe fanfarrn: sesentisiete... Ni Andrs Avelino Cceres! Ah termin por ganarse mi desprecio. Evidentemente, no haba pasado de ser un oficial de escritorioexpertoenfabricarsepartesde combate yestarprestoa colocarse entre lasargollasde turno de los corrompidos altos mandos. Adems, en aquella seleccin darwiniana al revs que rigi durante el vladimirismo castrense, el solo haber llegado a general ya era un signo de alta delincuencialidad. Fue entonces que le orden que hiciera alto y se pasara, ahora con las manos atadas a la espalda, al asiento trasero,poniendoaunode los sargentosal volante. Desde entoncesse le tratcomoa cualquier prisionero, sin consideracin especial a su alto rango. Ya en Toquepala, el hombre era un manojo de nervios que balbuceabacuandole increpabasudeshonorimplcitoal acatarlas rdenesde latirana.Durante el resto del trayecto, hasta el casero de Muylaque, en donde se le liber (al da siguiente), ya era un individuo destrozado anmicamente, humillado a consecuencia de su carencia de genuinos valores patrios. Evidentemente, con la captura de este general, habamos pasado el punto de no retorno. - Pero tambin hay algo nebuloso" en aquella primera rebelin etnocacerista; me refiero a la versin de la famosa cortina de humo, el Karisma y el subsecuente vnculo con Montesinos, de lo que mucho se ha hablado... habida cuenta de la coincidencia sospechosa que tanto la insurgencia de Locumba como la fuga del Doc se efectuaron un 29 de octubre, e incluso han salido a la luz varios registros de llamadas entre un celular asignado a Montesinos y Fuerte Arica aquel mismo da. Qu puede decir al respecto? - Te aseguro que a lo sumo fue casi una coincidencia... - Casi, cmo es eso? - Que enrealidad larebelinetnocaceristadel 29 de octubre"no fue el 29 sino el 28 de octubre del 2000. Si se trata de ser exactos, semoslo. El sbado 28 de octubre a las 9 PM un grupo de reservistas y yo estbamos en Camiara aguardando al convoy que -se supona- saldra de Fuerte Arica (distante a 6 kms) para embarcarnos y enrumbar hacia Toquepala. Ei convoy no lleg a esa hora, sino tan solo mi hermano conduciendoun jeep, a eso de la 11:00 PM, para avisarme que la oficialidad se haba chupado" (no haban retornado de su salida de franco en la ciudad de Tacna), y asimismo me consultaba la posibilidad de suspenderloo postergarlo,aloque le hice ver que de todas maneras, an sin ms oficiales que nosotros dos,debamosseguiradelante, pues-conel serviciode soploneraque erael SIN- en cuestin de horas ya se sabra este intento y terminaramos presos. Fue entonces que me chimb conjuntamente con varios reservistasenel jeepy juntoconmi hermanoingresamos al Fuerte.Eranaproximadamente las 11:30 PM del 28 de octubre.Nosdemoramoshastalas3 AM, ya de la madrugadadel domingo29 de octubre,para salirdel
  23. 23. 23 cuartel con las tropas embarcadas y avituallados para la tarea. A las 6 AMde aquel domingo ingresbamos sorpresivamente a Toquepala y a las 10:00 AM emitamos el Manifiesto Rebelde. Es decir, que cuando se efectan aquellasllamadasdel Karisma, nuestro convoy estaba a 80 kms de Fuerte Arica. Pero, adems existe un dato inobjetable que termina por despejar toda duda: el Manifiesto Rebelde, tipeado por mi esposa en computadora, pero con la fecha en blanco, fue llenado a lapicero all en Toquepala. Por qu? porque lo confeccion varios das antes, cuando el vladigeneral Villanueva Ruesta era el Comandante General del Ejrcito;sinembargo,nologr enterarme (durante mi trayecto de Limaa Tacna) que latarde del 28 de octubre acababa de ser reemplazado por su colega Walther Chacn Mlaga... y en el Manifiesto an figuraba el anterior! - Bueno, esto aclara el panorama y no deja dudas al respecto, que por cierto resurgieron como por arte de magia en la campaa electoral del 2006... sin embargo quisiera que me d su interpretacin sobre las llamadas del Karisma a Fuerte Arica. - Puedoimaginarme -ponindome en los zapatos del prfugo Montesinos- que en altamar, al enterarse de una rebelinmilitar(considrese que el Gral. Bardales es capturado a las 3 AM del 29 de octubre y que el otro capturado, el coronel Chaparro, que haba sido liberado en el mismo sitio en donde dieron alcance al convoy, avis a ms tardar a las 6 AMdel hecho al cuartel general de la 3ra Regin-Militar; determinando que la informacinyacorriese como reguero de plvora por todos los cuarteles de pas, y obviamente con ms detallesenel SIN que segua fielaMontesinos),repito,entoncesel Docal ser informadopor radio o celular,enel Karisma,obviamente tuvocomoprimerareaccin indagarsobre el quin, dnde y cundo. Qu debihacerentonces?Puesllamaral cuartel del Fuerte Arica, seguramente esperanzado en que el vladigeneral Bardales -colocadoporl- se hubierasublevado(asufavor) contra el chino.Esto era lgicoen esasdramticascircunstancias enlasque -como ya se sabe- se acababa de frustrar un intentode golpe de la cpulamilitarcontraFujimori (enla que se pretendi entronizar al vice Tudela). Pero, lamentablemente para Montesinos,la rebelin era por parte de un par de oficiales de mando medio que en su Manifiesto lo sindicaban, a l y a su socio, como delincuentes y traidores a la patria. - Entonces, aquella rebelin comenzaba a revolucionarse, no lo cree? - Por supuesto; fui siempre consciente de eso: El desconocimiento de! Alto Mando determinara tambin el desconocimiento de la presidencia de la Repblica, mejor dicho de la republiqueta". Es decir, de ninguna manera poda ser algo instituclonal, domsticoosindicalero,tal como haba sidolaconspiracin(puesnollegacristalizarse enrebelin)del Gral. Salinas el 13 de Noviembre de 1992, que ni siquiera tuvo un Manifiesto Poltico. - Pero, todo este alborotopoltico-republicano, si as se le puede denominar, que ustedes los Humala han generado en el pas, estaba planeado, sucediendo que despus las cosas se les salieron de control? - Creoenla desencadenacinhistricay dentrode ella- enlaincidenciadel liderazgo.Ese alborotoque t aludes, enrealidadconstituye unafase del gradual cambio de frente en un Per cada da ms desbordado por la inexorable cholificacin. Y, bueno, nosotros (mi padre y yo, dentro del clan familiar) simplemente procuramos discernirle el rumbo ideolgico y poltico, en base a la reivindicacin de una identidad que lo proteja(aaquel proceso) de lavoracidaddesintegradorade laglobocolonizacin.Entonces,al margen de un planteamientoideolgicotenaque haberunaejecutividadplasmadaenunpar de rebelionesarmadas, un peridico,varioslibrosy -enfin- todounaparato partidarioetnocacerista... Por supuesto que de por medio fue decisivoel factorcojones.Fue,pues, en el aspecto de fabricacin del lder que erramos. Ollanta -el menos lector de la familia- no estuvo a la altura de las circunstancias histricas y degener de mito (pre- fabricado) en caricatura precozmente acriollada, muy aparte de sus insalvables vacos ticos. No obstante, este errores plenamente superable, puesto que la base social de ese alboroto republicano se mantiene prcticamente intacta. - Intacta, pese a la cada libre electoral de Ollanta que en la primera vuelta de marzo 2006 obtuvo 31%, y que en las regionales de seis meses despus (noviembre 2006) no lleg al 7%? - En tanto la cholificacin hirviente y legtimamente resentida marque la pauta social en el pas, aquel potencial -ms all de los vericuetos electorales- siempre estar ah, a veces refugiado en el voto viciado, nulo o blanco (a manera de repudio poltico y sociolgico), como tambin en la insurgencia armada, el achoramiento popular o en el xodo al extranjero. Lo que a su vez suele enchufarse en el liderazgo con
  24. 24. 24 ejecutoria contestataria in situ, ya sea genuina o postiza (prefabricada). As, podramos explicarnos el efecto cuatro suyos, el "efecto Locumba" y el efecto Andahuaylas... con el defecto de haberse enironizadopostizamenteaToledoe inclusiveaOllanta,que si bienescierto-en el caso de este ltimo- fue el comandante del batallnsublevado,alasveinticuatrohorasya no tenamos ms que dos o tres soldados, terminando -l- porrefugiarse enunaIglesiayluegoenunapartamentocitadinoenTacna,divorciado de los millares de reservistas que desde el segundo da subieron a las serranas moqueguanas y desalojaron al Ejrcitode la zonaliberada".Yah fue mi primera gran desavenencia con mi hermano. Yo quera hacer una revolucin, mientras que l se limitaba al reformismo de tipo domstico-sindical o meramente institucional. Sin embargo, haba que guardar las apariencias, y por ser el de ms graduacin, solo por so,se le entronizcomoel "lderque suscribael ManifiestoEtnocaceristasinsiquierasaberel significado de ese trmino! Sin embargo, haba nacido el mito para unas masas sedientas de esperanza. - Detlleme, a ver, este aspecto del nacimiento del mito... cmo fue? - Esta, digamos, ansiedad mtico-social de los sectores populares, la percib en mis correras por las serranas moqueguanas y tacneas, al mando de los contingentes reservistas, ya en la etapa no convencional"ymsprolongadade aquellaprimerarebelin.Suceda que en todo casero o aldea en la que entrbamos, la gente se apiaba, dejando sementeras y ganados, para recepcionar jubilosamente a sus hermanos reservistas, y viendo que el que comandaba era yo, se me aproximaban y abrazaban, llamndome Ollantay u Ollanta, a lo cual me agotaba en explicarles que no... que yo no era Ollanta, para inmediatamente serauxiliadopor unoque otroreservistaque loscalmabadicindoles no, l es el My. Antauro, el hermano. Por supuesto que la efervescencia no menguaba, pero quedaba un hlito de incertidumbre.Los campesinos, entonces, sin siquiera dejarme saborear los alimentos que nos brindaban, me asediaban a puntade preguntas:Y dnde estel comandante?(estaba-yaenese entonces- refugiado en la Iglesia de Moquegua, a lo que piadosamente menta: est al mando de 400 reservistas, marchando por lasalturas de Arequipa...!);Mayor,su hermano debe ser ms alto que Ud., no es as?" (Ollanta mide 1.71 y yo 1.77, perotena que seguirinsuflandoel mito,diciendo: claro, l es mucho ms alto que yo); y como me vean todo hambriento, flaco, barbado y huesudo, por lo extenuante de la campaa, ellos proseguan: Mayor, acaso el comandante Ollanta es as, tan flacuchento como Ud.? (Ollanta es guatn, pero yo responda inoculndoles optimismo, pensando con perspectiva sicosocial: No! l es recontra-maceteadazo)... Y es as que me iba percatando que mientras no lo vieran, tanto mejor, adems estocontribuaa colorearde excitacinrebeldelacotidianidadde nuestrassencillasgentes;de manera que, as, imaginado, Ollanta carecera de defectos y se endilgara todas las virtudes. La idealizacin se mantendra, pues, en tanto menos visualizacin directa tuviera. Ese sera el secreto del mito. - Y su hermano estuvo de acuerdo? - Su acuerdo o desacuerdo era irrelevante; estaba siempre ausente. Primero, en aquella primera rebelln etnocacerista, como ya es sabido, desde el segundo da ya estaba refugiado en la Catedral de Moquegua para despustrasladarse aTacna, endonde se escondienlacasa de una parienta en donde vio la rebelin por TV.Luego,una vez amnistiadosylibresse mantendraencapsuladodentrode la institucin castrense, a la que haba sido reincorporado para despus recontra ausentarse en las agregaduras de Pars y Sel. - No causa menos que sorpresa el escondite en la iglesia de Moquegua, y la verdad, a l -Ollanta- casi ni se le vio en aquella gesta, ms bien s a Ud... Pero, dgame acaso esto no le resta a la heroicidad mtica que Ud. propugnaba en su hermano? - Claro,motivo porlo que lomantuve enreserva,peroque ahora ya no se justifica. La verdad, yo me enter de su escondite, sino hasta la segunda o tercera semana de la rebelin aquella, cuando ingres a Moqueguaal mandode ochocientos reservistas. Es ms, sera mi hermano Ulises quien -casi jocosamente- me confirmara esto,conlo anecdticoque el propioDefensordel Pueblo (Santistebande Noriega-N.del A), tambin lo supo y que inclusive lo lleg a encontrar. - Y no lo hizo pblico... - Susrazonestendra.Creo que tambinpercibique eramsconvenientemantenerlageneracin del mito; total, lo principal era que Fujimori cayera.
  25. 25. 25 - A propsito... y donde se refugi Ud., pues trascendi que se qued entre las serranas de Moquegua y Tacna? - Luego de llegar con todo el convoy motorizado hasta el pueblo de Calacoa, en el alto Moquegua, dado el agotamiento del combustible, decidimos -amboshermanos- separarnosparareunimos en Muylaque. Ollanta ira en unos cuantos vehculos que an tenanalgo de petrleo,llevando mediadocenade soldadosyal general prisionero;yyo, con el grueso de la tropa -una cincuentena- a pie, debera trepar la altura y bajar hasta Muylaque en ocho horas de marcha. La reunin jams se logr, pues cuando coronbamos el "abra aparecieron los helicpteros, provocando -luegode unbreve intercambio de disparos- la dispersin de la tropa. Solo logramos pasar ese abra, quien habla,un suboficial (Amilcar) y dos soldados; siendo el resto capturados en el trascurso de las siguientes horas y das.Como avistamosque enMuylaque haba aterrizado un helicptero, decid bajar a la quebrada, en donde pernoctamos en una cueva. En los siguientes das, esquivando las patrullas del Ejrcito, alternaramos entre las chozas de los campesinos, los cuales no cesaban de apoyarnos, hasta que los contingentesreservistas,pasados tres o cuatro das, comenzaron a llegar a la zona. Fue entonces que pude tomar contacto con ellos e iniciar la segunda fase de la rebelin, de marchas y contramarchas en la cual, dada la magnitudde lamovilizacinreservista,el ejrcitoactivooptpordesocuparlazona a fin de evitar el desprestigio de enfrentar a sus ex soldados. - Dgame, a qu cantidad de efectivos llegaron los contingentes reservistas? - Su apogeo fue enlasegundasemanade noviembre. Ah, en la lista de revista que orden efectuar en el casero de Quinistaquillas (cerca de Ornate), se lleg a contabilizar casi dos mil reservistas, en su mayora tacneos, moqueguanos, puneos y arequipeos. - ...Bueno, es claro que su hermano se caracteriz por su mtica ausencia, durante y despus de aquella rebelin... quedando Ud. ac, como el Humala de carne y hueso, o no? - Efectivamente, y as, una vez desvelado nuestro mensaje poltico-ideolgico etnocacerista, concentrara hacia mi todos los ataques furibundos de la prensa y politicastros criollos, cual puntero mentiroso que atraera a toda la defensa enemiga para luego centrar hacia el mito que bajara del avin, tan solo para meter la cabeza para el gol del triunfo... - Sin embargo fall, no obtuvo la presidencia. - El torpe le dio en el travesao. - Cmo lo explica? - Por algotrascendentalmentesimple:Cuando se fabrica un mito mesinico, se hace para el pueblo, para que as atice su fe revolucionaria en cuanto ansiedad colectiva. Es decir, consiste ese mito- en la excitacinde laesperanzapopular... Peroel personaje en s,osea ese sujetomitificado,nodebe creerse -l- ensi mismounmito.Y mucho menos cuando se lo han prefabricado! Y l (Ollanta) se lo crey todo... en mediode unacampaa electoral endonde losdefectossonacrecentadosyexplotados por los adversarios! - O porque no le cost nada, o casi nada, aquella empresa... - Claro, claro... uno no valora lo que no le cuesta. - Empresa que -reitero- de todas formas se les sali de control, o no lo cree as? - Nodel todo,pues el proyectosocial consu respectivaempresapolticacontinaimparablemente, ms all del desborde electoral,ahorams experimentadoy, porqu nodecirlo,escarmentado,pero tambin ms sapiente. - Definitivamente,que hubo un trabajo titnico entre Locumba del 2000 y Andahuaylas del 2005; lo cual es un indiscutible mritosuyo y de los reservistas,perocree Ud., que esa, digamos,batida de campo en el aspecto poltico tuvo su correlato en el mbito electoral, o sea en la intencin de voto que el Andahuaylazo le endosa Ollanta cuando el mito descenda de las escalinatas del avin proveniente de Sel, estando Ud. ya cautivo en Piedras Gordas?
  26. 26. 26 - Me dediqu,en efecto,durante loscincoaos subsiguientes a expandir el mito con su contenido poltico- ideolgico... hasta el Andahuaylazo" de enero del 2005. Y es que haba que ser CONSECUENTE entre el dicho y el hecho. Agregando que eso servira como formidable trampoln electoral para el Mesas que llegaba del exilio, por ms dorado que fuese. Si bien es cierto que por lo de Andahuaylas tuvimos -los etnocaceristas- muertos, heridos y cientos de presos... aquel costo social se justificaba en la medida que proyectbamos, a quien suponamos uno de los nuestros, a Palacio de Gobierno. Refirase y esto es un dato que jams pudo digerir" Ollanta las veces que discutamoscuandome visitaba, ac mismo,enestacelda de Piedras Gordas que a las dos semanas del Andahuaylazo, cuando la TV y prensa criolla pasaban cada diez minutos (maana, tarde y noche), la ultimacin a sangre fra de un polica herido sobre el pavimento de un puente por el llamado Centinela (que resultserunmiembroactivo del Ejrcito, infiltrado)... pues en esa coyuntura la Universidad de Lima publicaba una encuesta circunscrita a Lima Metropolitana que otorgaba al etnocacerismo 34.9% de aceptacin.Yeso que siempre nuestraaceptacinanivel nacionalduplicao triplicabanuestros mrgenes urbano-limeos!,OllantajamslogrsuperarenLimael 18%. Conestoquiero evidenciar que el endose que le dimoselectoralmentefue disminuidoporl a causa del acriollamientode sudiscursoyel subsecuente abandono de aquella radicalidad, que precisamente encarna el achoramiento y rabia arguediana que su postizo entorno -ya no el "clan Familiar" con el cual rompi- miraba y mira con pavor. Por lo tanto, fue l quien se divorci de aquella potencialidad genuina que, de todas formas -ms all de la decepcin electorera- sigue ah:explosivaya laexpectativa.Se puede decir,entonces, que lo que se sali de control fue solamente el envilecimiento de mi hermano y no la adrenalina electoral del pas profundo. - Entiendoentoncesque Ollanta nunca fue etnocacerista, a pesar de ser un proyectopolticodonde losdos eran los ms importantes lderes, usted como lugarteniente in situ y l como mximo dirigente extra situ. Pero en definitiva: en qu momento y en s porqu se distanciaron especficamente? - Mi hermanojamsfue etnocacerista.Noform,porconsiguiente,aquellaLogiade tenientes fundada en 1989, ni tampocollega serfichado,tal como acaeci con nosotros, como proto subversivo, por el SIN. No tenalo que se dice inquietudsocial.En1990, una disposicininterna del Ejrcito nos quitaba mando de tropa a los etnocacerlstas, por considerar- nos oficiales no confiables, ms an en medio de la coyuntura de la Guerra Interna. Y si no nos dieron de baja, fue porque en los hechos resultbamos ser -los etnocaceristas- elementos de destacada operatividad en la lucha contra los pelotones senderistas. En mi caso, yo tena en mi haber siete enfrentamientos armados y una herida de bala; mis compatriotas de la Logia, tambin estaban por ah y adems varios de entre ellos ya haban muerto emboscados... Entonces, dentrodel anlisisdel SIN,esonoshacaadmisiblesdentrode laInstitucinaun- que sin lograr descifrar enqu consistanuestraproto subversinypoca confiabilidad. En todo caso, a mi hermano lo endilgaron como el hermano del subversivo. Y ante tal vigilancia, que a la postre dificultara nuestra carrera ascendente,es que optamos -los etnocaceristas- por un perfil bajo para estar aptos para los procesos de ascenso,as como de recuperarla confianzaante un Alto Mando cada vez ms vladimirizado. No se pudo; para 1998, ao enque fui pasado al retiro, ya no quedara un solo etnocacerista en el Ejrcito. No quedaba otra alternativa que esperanzarse en el hermano para nuestros planes rebeldes. Adems de alguna maneral tambinhabra absorbido -asumanera- algode laformacinideolgicapaterna.Enese entonces, si bienesciertoya percibasu faltade solidezideolgica, entend que poda compensarse en su proceso de maduracin poltica as como por el vnculo filial. No imagin que su posterior estada en el extranjero le terminase globocolonizandoel seso.En cuantoa lo de Locumba,debe recordarse que OllantaeraTeniente Coronel yyo Mayor, o sea que l -adems de ser ms antiguo- tena mayor graduacin y el mando efectivo de la tropa por estarenactividady yoen retiro.Le correspondareglamentariamenteel mando tcnico de la operacin.Sloeso;puesenel aspecto ideolgico-polticoestabaperdido,locual se reflej en el hecho que el respectivoManifiesto Poltico-elaboradoporm- lofirmasinsiquieraleerlo, all en Toquepala. Es ah en donde se daran los primeros distanciamientos... Como ya lo dije antes: revolucin vs. reforma. A l le espantabanloscontingentesreservistasque organic enlasalturas de Moquegua y Tacna, que a la postre sostuvieron en una secuencia de marchas y contramarchas aquella insurgencia. Debe entenderse previamente que aquella primera rebelin etnocacerista tuvo dos etapas. La primera convencional, con tropas regulares (cincuentay nueve soldados) que apenasdur dos das en los que casi todos desertaron; a su vez,la segundaetapanoconvencional,fue protagonizadapor tropas irregulares (dos mil reservistas) que providencialmente -desde Tacna, Moquegua, Puno y Arequipa- convergieron hacia las serranas de
  27. 27. 27 Calacoa logrando hacer contacto conmigo, inicindose as la desocupacin de la zona por el Ejrcito; la cual dur(esaetapano convencional") cincooseissemanas, hasta la fuga de Fujimori anunciada por radio enlosmomentosenque ya ingresabaaTacna al mando de ochocientoslicenciados.Ollantaestuvoajeno,no solooperativamente sinotambin polticamente,atodoeste avatarreservista. Resulta que el reservista, es decirel licenciadodel Servicio Militar (o mita castrense), termina por lo general en la desocupacin civil, vale deciren lasfaucesde aquel otro-mscruel- "ejrcitode desempleados, resintiendo en mucho mayor grado que el soldadoactivounacrisisrepublicanaenlaque el Estadole trata como entenado en su propia tierra. Entonces, para esta gente, aquello de las reformitas para preservar el Sistema estaban fuera de lugar.Haba que tirarse"al Sistemamismo!Porsuparte,el soldadoactivo,autistasocio-polticamente, a losumo que aspirabaeracobrar supropinade fin de mesy que su pailaestuvierallena.Se puede decirque - efectivamente- esa fue la diferencia de perspectiva entre mi hermano y yo: Reforma Vs. Revolucin. Diferenciaque pocoa poco ira agravndose hasta la ruptura tota!, obviamente acelerado por sus falencias ticas elementales. - Por qu cree que su hermano actu as; cuales fueron los factores o personas que influyeron en l para dejar el etnocacerismo (por lo menos tericamente, ya que segn usted l nunca fue etnocacerista) y terminar siendo solo nacionalista, construyendo tienda aparte? - Por faltade perspectivahistrica,principalmente,comoyalodije al inicio,y lo repito ahora de la siguiente manera:porque estcatequizado"en funcinalosconceptosconvencionales de la Izquierda caviar que es el lmite de su radicalidad, si asse le pudiera llamar. Al respecto, el actual protagonismo de Carlos Tapia, nada menos que como materia gris del seudo nacionalismo, no puede ser ms sintomtico. Si a eso le agregamosla ansiedadmonetariaque generalata Nadine (esprimade nuestramadre),nosexplicaremos el acriollamiento precoz de esa agrupacin que cada da se desintegra ms. Existe una famosa mxima respecto del generalato latinoamericano, que afirma: no hay un general que resista un caonazo de un milln de dlares"; pues bien, tengo la conviccin que el monetarismo tuvo un rol determinante en la prostitucinelectoral de aquellafase del proyectoque girespecficamente en torno al Comandante. Fue as como la meritocraciamilitantese sustituyporlachequeraoportunista,yesenese nuevoescenarioque, aprovechandomi cautiverio,se expuls alosveteranos yaguerridoscuadrosetnocaceristasparasustituirlos por los Martn Belaunde, Alvaro Gutirrez, Torres Caro, Meckler y compaa, viciando el proyecto; a tal extremo,que hubo unatemporadaenque bastabapronunciar mi nombre para que los nuevos dirigentes purgasen sin atenuantes al genuino militante fundador. Es decir, se toleraban simpatas hasta por Lourdes Flores, Toledo o Kuczinsky, pero en absoluto por el monstruo de Piedras Gordas. - Cmose podra explicar,entonces,la compra del kit electoral,en julio del 2005, por su hermano? No indicaba, acaso, que era etnocacerista? - Reitero:jams fue etnocacerista. Y compr el kit para evitar, aprovechando mi cautiverio, que alguien de mi entornopartidariopordisposicin malohiciera. De esamanera, Ollanta, lograba anticiparse a cualquier campaa de recoleccin especficade firmas etnocaceristas que obviamente yo apoyara resueltamente. Entindase que segn las normas de la ONPE, basta con que cualquier particular adquiera un kit con determinadonombre,paraque nadie -enel perodoque tiene ese kit de validez (dos aos)- pueda adquirir otro con nombre similaroparecido.Esas que al hacerse poseedordel nombre etnocacerista mi hermano felonamente evitabacualquieriniciativade mi parte.Podaentoncesconcentrar el esfuerzoenlarecoleccin para la agrupacin partidariadenominadaPartidoNacionalistaPeruanocuyo kit tambin haba adquirido. Debe tenerse en cuenta, que el nombre de una agrupacin poltica es fundamental cuando de procesos electorales se trata. - Pero, entonces porqu aguard hasta despus del Andahuaylazo para optar por la va electoral? Por qu no inscribi al etnocacerismo antes? - Es que todo era parte de un proceso. Como se dice vulgarmente, uno no puede limpiarse y despus hacer.... Y hasta antes del Andahuaylazo se estaba en la etapa contestataria, antisistema, insurgente e incendiaria, en la que no caba recolectar firmas, pues hubiera resultado un corto circuito" en nuestro modusoperandi expansivo.Yesque debamosdemostrar, antes, que ramos consecuentes entre nuestros dichos y nuestros hechos, a fin que nuestras palabras no cayeran ante el pueblo como un discurso hueco. Fue entonces, recin a partir de la rebelin en Apurmac, que adquiramos -ante el pueblo- la suficiente
  28. 28. 28 solvenciamoral para ingresar a la siguiente etapa de inscripcin partidaria. Adems, con la llegada del tan promocionadoOllanta,conjugadaconel heroicocautiveriode losreservistas y la trascendencia pica de las barricadas andahuaylinas, se calculaba -tal como efectivamente acaeci- que en menos de seis meses se lograra la inscripcin electoral. Lamentablemente, no se previ la felona. - Es evidente que la inscripcin del Partido Nacionalista se debi a la efervescencia popular generada por los etnocaceristas, pero entonces por qu, si Ud. ya avizoraba la felona, apoy -pues fue pblico que los reservistas eran los principales recolectores de firmas- aquella inscripcin? - No haba ms alternativa. Se supona, adems, que mi hermano era nuestra llave de libertad. Adems,porentonces,annose definadel todo su posterior deschave. Crame que lo evalu desde mi celda de Piedras Gordas. No haba ms opcin que apoyar, ms an cuando prcticamente se haba impregnado en la mente popular una especie de indisolubilidad entre Antauro y Ollanta, que para gran parte del electorado era una sola persona, o, sino que aquella pugna no era ms que una estrategia. Encima, la dramtica intensidad de aquellos meses de persecucin y cargamontn oficial contra los etnocaceristas, mi enclaustramientoycasi la total incomunicacin con