Contribuciones a la filosofía - Heidegger, Martin

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    Martin Heidegger

    Contribuciones a la filosofa(Del acontecimiento)

    Beitrge zur Philosophie(Vom Ereignis)

    I. Mirada Preliminar(Vorblick)

    Introduccin, traduccin y notas dePablo Oyarzun R.

    Santiago, 1996/97| CONTENIDO

    I. MIRADA PRELIMINAR

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    Martin Heidegger / Contribuciones a la filosofa II

    El ttulo pblico: Aportaciones a la filosofay el ttulo esencial: Del Acontecimiento 3

    1. Las "aportaciones" preguntan en una va... 42. El decir del Acontecimiento como la primera

    respuesta a la pregunta del ser 63 Del Acontecimiento 84. Del Acontecimiento 95. Para los pocos para los escogidos 106. El temple fundamental 187. Del Acontecimiento 208. Del Acontecimiento 249. Mirada de conjunto 25

    10. Del Acontecimiento 2611. El Acontecimiento el Dasein el hombre 2712. Acontecimiento e historia 2813. La reserva 29

    La reserva y la cura 30Reserva, silencio y lenguaje 31

    14. Filosofa y cosmovisin 3115. La filosofa como filosofa de un pueblo 3516. Filosofa 3717. La necesidad de la filosofa 3818. La impotencia del pensar 4019. Filosofa (acerca de la pregunta: quines somos

    nosotros? 4120. El inicio y el pensar inicial 46

    21. El pensar inicial (proyecto) 4722. El pensar inicial 48|23. El pensar inicial. Por qu el pensar a partir del

    inicio? 4824. La equivocada interpelacin al pensar inicial 5125. Historicidad y ser 5226. Filosofa como saber 5227. El pensar inicial (concepto) 5328. La inconmensurabilidad del pensar inicial como

    pensar finito 5529. El pensar inicial (la pregunta por la esencia) 55

    30. El pensar inicial (como meditacin) 5631. El estilo del pensar inicial 5832. El Acontecimiento. Una mirada de conjunto

    decisoria segn la ejecucin de acorde y alusin 5933. La pregunta del Ser 6134. El Acontecimiento y la pregunta del ser 6235. El Acontecimiento 65

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    Martin Heidegger / Contribuciones a la filosofa III

    36. El pensar el Ser y el lenguaje 6637. El Ser y su silenciamiento (la sigtica) 6638. El silenciamiento 6739. El Acontecimiento 6840. La obra pensante en la edad del trnsito 7041. Todo decir del Ser se mantiene en palabras y

    denominaciones 7042. De Ser y Tiempo al Acontecimiento 7143. El Ser y la decisin 7344. Las decisiones 7645. La decisin 8046. La decisin (concepto preliminar) 8447. La esencia de la decisin: ser o no-ser 85

    |48. En qu sentido pertenece la decisin al Ser mismo 8649. Por qu tienen que tomarse decisiones? 86

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    | Aqu, lo retenido en larga vacilacines mantenido firmemente

    como pauta de una configuracin

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    | I. MIRADA PRELIMINAR *

    El ttulo pblico: Contribuciones a la filosofa y

    el ttulo esencial: Del Acontecimiento1

    El ttulo pblico tiene que sonar ahora necesariamente plido y habitual y no decidor de nada,y despertar la impresin de que se trata de contribuciones cientficas al progreso de lafilosofa.

    La filosofa no puede ser anunciada pblicamente de otro modo, puesto que todos losttulos esenciales se han vuelto imposibles por el desgaste de todas las palabras fundamentales y la destruccin de la genuina relacin con la palabra.

    Pero el ttulo pblico corresponde tambin a la cosa, en la medida en que en la poca deltrnsito de la metafsica al pensar de la historia del Ser2 slo puede ser osada una tentativa depensar a partir de la ms originaria instalacin fundamental en la pregunta por la verdad delSer. Pero aun la tentativa lograda tiene que quedar lejos conforme al Acontecimientofundamental de aquello que est por pensar de toda falsa aspiracin a una obra en el estilohabido hasta ahora. El pensar verdadero es rumbode pensar (Gedanken-gang),3 por la cual eldominio del despliegue (Wesung)4 del Ser, hasta ahora sin ms oculto, es recorrido y, as,primeramente despejado (gelichtet)y alcanzado en su ms propio carcter de Acontecimiento.

    Ya no se trata ms de tratar sobre algo y exponer algo objetual, sino de ser transpropiado(bereignet)al Acontecimiento de propiacin (Er-eignis),lo cual equivale a un cambio de esenciadel hombre desde el animal racional (animal rationale)hacia el Dasein .5 El ttulo adecuado reza,

    por ello, Del Acontecimiento.Y esto no quiere decir que se den reportes informativos de ello y sobre ello, sino que significa: de(sde) el Acontecimiento a-prpiase (er-eignet)un pertenecerpensante-dicente al Ser y a la palabra del Ser.

    | 1. Las aportaciones preguntan en una va...

    Las aportaciones preguntan en una va que primeramente se hace viable por el trnsito(bergang)al otro inicio, en el cual entra ahora el pensar occidental. Esta va lleva el trnsito a loabierto de la historia y lo funda (begrndet)como una estada quiz muy larga, en cuya ejecucinel otro inicio del pensar permanece siempre slo como lo presentido (Geahnte)y, sin embargo,ya decidido.

    Por ello, las aportaciones, si bien hablan (sagen)ya y solamente del despliegue(Wesen)delSer, esto es, del acontecimiento de propiacin, no pueden ajustar (fgen)la libre articulacin(Fuge)de la verdad del Ser desde ste mismo. Si alguna vez se logra esto, aquel desplieguemismo del Ser, en su retemblar (Erzitterung),atemperar (wird... bestimmen)la ensambladura(Gefge)de la obra del pensar (des denkerischen Werkes).Ese temblor se fortalece(r) entonceshasta [llegar al] poder de la suelta mansedumbre de una intimidad (Innigkeit)de aquel diosamiento

    * cf. Reflexiones , II, IV y V, VI

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    (Gtterung)6 del dios de los dioses, desde la cual acontece propiativamente la asignacin del Da- sein al Ser en cuanto fundacin de la verdad para ste.

    Y sin embargo, tiene ya que intentarse aqu, como en un ejercicio preparatorio (Vorbung),ese decir pensante de la filosofa en el otro inicio. Acerca de l vale [lo siguiente]: aqu no sedescribe ni se explica, no se proclama ni se ensea; aqu no est el decir enfrentado a aquelloque est por decir, sino que es este mismo como el despliegue esencial del ser.

    Este decir recoge y rene (sammelt)al Ser sobre un primer acorde (Anklang)de su desplieguey, sin embargo, l mismo [re]suena slo desde este despliegue.

    En el ejercicio preparatorio, es dicho un preguntar que no es la actividad intencionada de unindividuo, ni el clculo restringido de una comunidad, sino, antes que todo eso, el sealar quesigue y prolonga (das Weiterwinken)una sea que viene de lo ms digno de pregunta y lepermanece asignado a ste.

    El desasimiento de toda hacedura personal slo puede resultar desde la intimidad de lasms tempranera pertenencia (Zugehren).No ser otorgada ninguna fundacin que no estacreditada en semejante desasimiento.| Pas el tiempo de los sistemas. El tiempo de la construccin de la figura de la esencia(Wesensgestalt)del ente desde la verdad del Ser todava no ha llegado. Entre tanto, la filosofatiene que haber rendido algo esencial en el trnsito hacia el otro inicio: el proyecto, es decir, lafundante apertura del espacio-de-juego-de-tiempo (Zeit-Spiel-Raum)7 de la verdad del Ser.Cmo ha de cumplirse este algo nico? Aqu nos quedamos sin predecesores y sin apoyo. Lassimples variaciones de lo habido, aunque se tuviese buen xito [en ellas] con ayuda de la mayormezcolanza posible de modos de pensar historiogrficamente conocidos, no [nos] sacan de laestacada. Y toda especie de escolstica cosmovisiva est enteramente fuera de la filosofa,porque slo puede subsistir sobre la base de la denegacin de la cuestionabilidad(Fragwrdigkeit)del Ser. En el reconocimiento de la dignidad de esta cuestionabilidad tiene lafilosofa su propia dignidad inderivable e indescontable. Desde la guarda (Wahrung)de estadignidad y comoguardas de esta dignidad se toman todas las decisiones sobre su actuar. Pero en

    el reino de lo ms digno de pregunta, el actuar (Handeln)slo puede ser un nico preguntar. Sien alguna de sus ocultas pocas, es en el trnsito al otro inicio que tiene que haberse decidido lafilosofa por su esencia desde la claridad de su saber.

    El otro inicio del pensar es llamado de este modo, no porque slo sea de distinta forma quecualesquiera otras filosofas habidas, sino porque tiene que ser el nico otro [inicio] a partir dela relacin con el nico y primer inicio. Desde esta recproca asignacin de uno y otro inicioest ya determinado tambin el modo de la meditacin (Besinnung )8 en el trnsito. El pensartransitivo da como su rendimiento el fundante proyecto de la verdad del Ser como meditacinhistrica . All la historia no es el objeto y recinto de una [cierta] consideracin, sino aquello queprimeramente despierta y efecta el preguntar pensante como la sede (Sttte)de sus decisiones.El pensar en trnsito pone en dilogo (Zwiesprache)lo sido primerizo del Ser de la verdad y lo

    venidero ms extremo de la | verdad del Ser, y trae en ella a palabra la esencia del Ser hastaahora no preguntada. En el saber del pensar transitivo, el primer inicio permanece decisivo encuanto primero y, sin embargo, es superado (berwunden)en cuanto inicio. Para este pensar, la

    veneracin (Ehrfurcht)ms clara ante el primer inicio, abridora de su ndole de nico, tiene queir junta a la irreverencia (Rcksichtslosigkeit)del apartamiento (Abkehr)[propio] de un otropreguntar y decir.

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    El alzado de esta aportaciones para la preparacin del trnsito est tomado del trazadofundamental, an no domeado, de la historicidad misma del trnsito:

    el acorde (der Anklang)la alusin (das Zuspiel)

    el salto (der Sprung)la fundacin (die Grndung)

    los venideros (die Zuknftigen)el ltimo Dios (der letzte Gott)

    Este alzado no entrega una ilacin de diversas consideraciones sobre objetos diversos;tampoco es un ascenso introductorio desde un aqu abajo hacia un all arriba. Es un pre-trazado del espacio-de-juego-de-tiempo que la historia del trnsito primeramente crea como sureino, para, desde su ley, decidir sobre los carentes de futuro, es decir, los que siempre [son]slo eternos, y sobre los venideros, es decir, los [que son] una [sola] vez (die Einmaligen).

    2. El decir del Acontecimiento como la primera respuesta a la pregunta del ser

    La pregunta del ser es la pregunta por la verdad del Ser. Llevada a cabo y concebidahistricamente, llega a ser ella, frente a la hasta ahora habida pregunta de la filosofa por el ente([que es] la pregunta-gua [ die Leitfrage ]), la pregunta que va al fondo (die Grundfrage).9

    La pregunta por la verdad del Ser es ciertamente la incursin en algo resguardado; pues la verdad del Ser [que,] en cuanto | pensante, es el in-sistente (instndlich)saber de cmo sedespliega el Ser quiz no les incumbe ni siquiera a los dioses, sino que nicamente pertenecea lo abismtico (dem Abgrndigen)de aquella articulacin a que estn subordinados los diosesmismos.

    Y sin embargo: si [cuando] el ente es , tiene que desplegarse el Ser. Mas cmo se despliega elSer? Pero es el ente? De dnde ms [ha] de tomar decisin el pensar aqu, si no a partir de la

    verdad del Ser. Por eso, ste ya no puede ser pensado desde el ente, tiene que pensrselo apartir de l mismo.

    A veces, aquellos fundadores del abismo (Abgrund)10 tienen que ser devorados en el juego delo resguardado, para que al hombre le sea posible el Da-sein y, de ese modo, sale rescatada laresistencia (Bestndigkeit)en medio del ente, para que el ente mismo experimente la restitucinen lo abierto de la lid entre tierra y mundo.

    En consecuencia, el ente es [bruscamente] empujado (gerckt)a su constancia por el hundimiento(Untergang)de los fundadores de la verdad del ser. Lo exige el Ser mismo. Ha menester (braucht)de los que se hunden y, donde un ente aparece, ya los ha [acontecedoramente] a-propiado, se losha asignado. Este es el despliegue esencial del Ser mismo, nosotros lo llamamos el Acontecimiento de propiacin . Inconmensurable es la riqueza de la volvediza (kehrig)relacin del Seral Dasein que se le a-propia, incalculable la plenitud de la acontecedora a-propiacin(Ereignung)11. Y slo puede decirse algo escaso del Acontecimento en este pensar inicial. Loque es dicho, es preguntado y pensado en la alusin del primer inicio y del otro

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    recprocamente, a partir del acorde del Ser en la urgencia ( Not ) del abandono del ser(Seinsverlassenheit),para el salto en el Ser hacia la fundacin de su verdad como preparacinde los venideros el ltimo dios".

    Este decir pensante es una indicacin (Weisung).Muestra ella lo libre del albergamiento(Bergung)de la verdad del Ser en el ente como algo necesario, sin ser un mandato. Jams talpensar se deja convertir en una doctrina, se sustrae enteramente a la contingencia del opinar,pero da indicacin a los pocos y a su saber, cuando se trata de rescatar a los hombres de laconfusin (Wirrnis)de lo no-ente hacia el ajustamiento de la | reservada creacin del sitial queest destinado al paso (Vorbeigang)del ltimo Dios.

    Pero si el acontecimiento constituye el despliegue esencial del Ser, cun cerca est el peligrode que l rehse y tenga que rehusar la a-propiacin, porque el hombre ha devenido falto defuerza para el Dasein , puesto que la violencia desencadenada del furor en lo titnico (das Riesige)12 lo ha sobrepujado bajo la apariencia de la grandeza.

    Pero si el Acontecimiento se convierte en negativa y rehusamiento, es esto slo la retiradadel ser y la renunciacin del ente en lo no-ente, o puede el rehusamiento (lo nihiliforme [das

    Nichthafte ] del Ser) llegar a ser, en lo ms extremo, la ms remota a-propiacin, supuesto que elhombre conciba este Acontecimiento y el espanto del recato lo vuelva a poner en el templefundamental de la reserva y con ello lo ponga all fuera en elDasein ?

    Saber el despliegue del ser como Acontecimiento significa no slo conocer el peligro delrehusamiento, sino estar preparado para la superacin. Ante todo, con mucho, lo primero paraesto slo puede seguir siendo: poner al Ser en [la] cuestin.

    Nadie entiende lo que yo piensoaqu: dejar surgir de laverdad del Ser (y esto quiere decir: deldespliegue esencial de la verdad) elDasein , para fundar en l el ente en su totalidad y como tal,y en medio suyo al hombre.

    Nadie concibe esto, porque todos tratan de explicar mi intento slo historiogrficamente,e invocan lo pretrito, que creen poder concebir, porque aparentemente ya est detrs de ellos.

    Y aqul que alguna vez lo conciba no necesitar de mi intento; pues l mismo tiene quehaberse hecho camino hacia all. Tiene alguien que poder pensar lo intentado de tal suerte queconsidere que ello le viene de muy lejos y que es, sin embargo, lo suyo ms propio, a lo cualest l transpropiado (bereignet)como quien es necesitado para el menester, y no tiene, por eso,gana ni ocasin de considerarse a s mismo.

    De un simple impulso (Ruck)del pensar esencial tiene que ser desplazado ( versetzt ) elacontecer de la verdad del Ser desde el | primer inicio hacia el otro, para que en el coludioresuene la cancin enteramente otra del Ser.

    Y por eso aqu por doquier es efectiva la historia , que se rehusa a lo historiogrfico, porqueno deja que surja lo preterido, sino que es en todo la sobrepujanza de lo venidero.

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    3. Del Acontecimiento

    El acorde

    La alusin

    El salto

    La fundacin

    Los venideros

    El ltimo Dios

    El acorde del Ser como el del rehusamiento.La alusin del preguntar por el Ser. El alusin es primeramente alusin del primer inicio,

    para que ste traiga al juego al otro inicio y de esta recproca alusin crezca la preparacin delsalto.

    El saltoen el Ser. El salto salta el abismo del hendimiento (Zerklftung)y as, primeramente,la necesidad de la fundacin del Da-sein asignado desde el Ser.

    La fundacin de la verdad como verdad del Ser (el Da-sein ).

    | 4. Del Acontecimiento

    Aqu todo est puesto en la nica pregunta por la verdad del Ser: [todo est puesto] en el preguntar . A fin de que esta tentativa se convierta en un impulso ( Ansto ), tiene queexperimentarse en su realizacin el prodigiodel preguntar y hacrselo eficaz para despertar y fortalecer la fuerza interrogativa.

    El preguntar despierta inmediatamente la sospecha del vaco empedernimiento en loinseguro, lo indeciso y lo indecidible. Tiene el aspecto de una brusca devolucin del saber ala estancada cavilacin. Tiene la apariencia de lo estrechante, lo inhibidor, si ya no de lodenegador.

    Y sin embargo: en el preguntar est el embate impeledor del S a lo no domeado, laampliacin hacia lo que, an no sopesado, ha de ser ponderado. Prevalece aqu el ir ms all de

    s mismo hacia lo que, peraltado, nos sobrepasa. Preguntar es la liberacin para lo ocultamentecoercitivo.El preguntar es, as, en su esencia raramente experimentada, enteramente distinto al aspecto

    que ofrece su abuso, para quitarle a los desanimados, tan a menudo, su postrer nimo. Pero,entonces, sos no pertenecen al anillo invisible que abarca a aqullos a los que, en el preguntar,responde la sea del Ser.

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    El preguntar por la verdad del Ser no puede ser inferido a partir de lo habido hasta ahora. Y si debiese preparar el inicio de otra historia, la ejecucin tiene que ser originaria. Taninesquivable como permanece la confrontacin con el primer inicio de la historia, tanciertamente tiene que pensar el preguntar mismo slo su propia urgencia y olvidar todo lo quelo rodea.

    Slo en el salto inmediato por sobre lo historiado (Historischen)la historia llega aser .La pregunta por el sentido, es decir, de acuerdo a la elucidacin en Ser y Tiempo, la

    pregunta por la fundacin del dominio proyectivo, en breve, por la verdad del Ser , es y permanece mi pregunta, y es mi nica [pregunta], puesto que concierne a lo [absolutamente]nico (Einzigsten).En la edad de la total carencia de pregunta de todo basta con preguntar ante todola pregunta de todas las preguntas.| En la edad del requerimiento sin fin [que proviene] de la oculta urgencia de la falta de urgencia , esta pregunta tiene que aparecer necesariamente como la habladura ms intil, de lacual, por lo dems, ya se ha salido a tiempo.

    No obstante, permanece esta tarea: la recuperacin (Wiederbringung) del ente a partir de la verdad del Ser.

    La pregunta por el sentido del Ser es la pregunta de todas las preguntas. En la ejecucinde su despliegue se determina la esencia de aquello que all se denomina sentido, aquellodentro de lo cual se mantiene la pregunta como meditacin (Besinnung),lo que la abre comopregunta: la apertura para el ocultar-se, es decir, la verdad.

    La pregunta del ser es el salto al Ser, que el hombre ejecuta como buscador del Ser, en tantoque sea un creador pensante . Buscador del Ser es, en la ms propia excedencia, la fuerzabuscadora de los poetas, que funda el Ser.

    Pero nosotros, los de hogao, slo tenemos el nico deber de preparar a aquel pensadorpor medio de la fundacin largamente anticipatoria de un seguro aprontamiento para lo msdigno de pregunta.

    5. Para los pocos para los espordicos (Seltenen)

    Para los pocos que de tiempo en tiempo preguntan otra vez, es decir, ponen de nuevo eldespliegue esencial de la verdad en decisin.

    Para los pocos, que consigo traen el coraje (Mut)supremo para la soledad, a fin de pensar lanobleza (Adel)del Ser y hablar (sagen)de su ndole de nico.

    El pensar en el otro inicio es originariamente histrico de un nico modo: la ensambladadis-posicin del despliegue esencial del Ser que se articula a s misma(sich fgende Verfgung).

    Tiene que osarse un proyecto del despliegue esencial del Ser como el Acontecimiento depropiacin, porque no conocemos el encargo (Auftrag)de nuestra historia. Si slo pudisemos

    experimentar a fondo y desde el fundamento el despliegue esencial de esto desconocido en suocultarse.| Mas querramos desplegar, no obstante, este saber, de modo que lo que nos estencomendado y desconocido deje a la voluntad en la soledad y fuerce as el resistir(Bestehen)del Dasein para la ms alta reserva frente a lo-que-se-oculta.

    La cercana del ltimo Dios es el silenciamiento(Verschweigung).Este tiene que ser puesto enobra y palabra en el estilo de la reserva.

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    Ser en la cercana del Dios aunque esta cercana sea la lejana ms remota de laindecidibilidad sobre la huida o el advenir de los dioses, no puede ser contado a ttulo dedicha o desdicha. La resistencia (Bestndnis)del Ser mismo trae en s su medida, si es quesiquiera requiere todava de una medida.

    Pero a quin de nosotros de hogao le ha sido concedida esta consistencia? Apenas nosresulta el aprontamiento (Bereitschaft)para su necesidad, e incluso slo la indicacin de esteaprontamiento como el comienzo de una otra va de la historia.

    Las recadas en los modos de pensar y pretensiones estancadas de la metafsica van aestorbar todava por largo tiempo e impedir la claridad del camino y la determinacin del decir.Sin embargo, el instante histrico del trnsito tiene que ser cumplido a partir del saber de quetoda metafsica (fundada en la pregunta: qu es el ente?) qued inhabilitada para impulsar a loshombres a las relaciones fundamentales con el ente. Y, en verdad, cmo habra de poderlo?

    Ya la sola voluntad para ello no encontrar audiencia alguna, mientras la verdad del Ser y su ndole de nico no hayan llegado a ser una urgente necesidad . Pero cmo podra tener buen xitoel pensar en aquello que antes le qued vedado al poeta (Hlderlin)? O es que slo tenemosque arrancar a la sepultacin su va y su obra en direccin a la verdad del Ser? Estamosaparejados para ello?

    La verdad del Ser slo se hace urgencia a travs de los que preguntan. Ellos son los creyentes (Glaubenden)propiamente tales, porque se mantienen abriendo la esencia de la verdad endireccin al fundamento (cf. La fundacin , 237. La fe y la verdad ).

    Los que preguntan solitarios y sin los medios auxiliadores de un hechizo sitan el rangonuevo y supremo de la in-sis | tencia en el medio ( Mitte ) del Ser, en el despliegue esencial delSer (el acontecimiento) como el medio.

    Los que preguntan han resignado toda curiosidad; su buscar ama el abismo en cuanto quesaben el fundamento ms antiguo.

    Si otra vez ha de sernos otorgada una historia. la creadora exposicin (Ausgesetztheit)13 enmedio del ente a partir de la pertenencia al ser, entonces esta determinacin es inobviable:

    preparar el espacio-de-tiempo de la ltima decisin acerca de si y cmo experimentamos y fundamos esa pertenencia. Va implicado en ello fundar pensantemente el saber delacontecimiento de propiacin a travs de la fundacin de la esencia de la verdad como Da-sein .

    Como quiera que se d la decisin sobre historicidad y a-historicidad, los que preguntan, losque preparan esa decisin pensando, tienen que ser ; soporte cada cual la soledad en su horams grande.

    Qu decir logra el ms alto silenciamiento pensante? Qu proceder efecta mstempranamente la meditacin en el sentido del Ser? El decir de la verdad; pues sta es el Entre(Zwischen)para el despliegue esencial del Ser y la entidad del ente. Este Entre funda la entidaddel ente en el Ser.

    Pero el Ser no es algo anterior autosubsistente, en s consistente, sino que el

    acontecimiento de propiacin es la simultaneidad espacio-temporal para el Ser y el ente (cf.La alusin, 112. El a priori ). Jams pueden demostrarse proposiciones en la filosofa; y esto no slo porque no haya

    proposiciones supremas de las que otras puedan ser derivadas, sino porque aqu lasproposiciones no son en modo alguno lo verdadero y tampoco [lo es] simplemente aquelloacerca de lo cual ellas [son] enunciados. Todo demostrar supone que aqul que comprendepermanece tal como ha llegado ante el contenido proposicional, el mismo, inalterado, despus

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    de haber ejercitado el nexo representacional demostrativo. Y slo el resultado del cursodemostrativo puede requerir un cambio del modo de representar o, aun antes, larepresentacin de algo hasta ahora inadvertido.| Por el contrario, en el conocimiento filosfico, con el primer paso empieza unatransformacin del hombre que comprende, y no en un sentido moral-existencial, sino conarreglo al Da-sein . Esto quiere decir que la relacin al Ser y, previamente, siempre, a la verdaddel Ser, cambia en el modo del brusco desplazamiento (Verrckung)hacia el Da-sein mismo.Puesto que en el conocimiento filosfico todo el ser-hombre en su estar (Stehen)en la

    verdad, sta misma y, por lo tanto, la relacin al Ser, todo a la vez, y en cada caso, se poneen desplazamiento y, por tanto, jams es posible un representar inmediato de algo presente, elpensar de la filosofa resulta siempre extraante.

    Sobre todo en el otro inicio tiene que llevarse a cabo, al punto a consecuencia delpreguntar por la verdad del Ser, el salto al Entre. El Entre del Da-sein supera elcwrism$, no porque tienda un puente entre el ser (la entidad) y el ente como si dijramosriberas all dadas (vorhandenen),sino porque transforma al Ser y al ente, a la vez, en susimultaneidad (Gleichzeitigkeit).El salto al Entre salta primeramente al Da-sein y no ocupa unaestacin previamente emplazada.

    El temple fundamental del pensar en el otro iniciooscila en unos temples que slo de lejos se dejannombrar como

    el espanto (das Erschrecken) ella reserva (die Verhaltenheit)( cf. Mirada presentimiento

    preliminar, 13. La reserva) (die Ahnung)

    el recato (die Scheu) ( cf. Mirada preliminar,6. El temple fundamental).

    La relacin interna de stos slo es experimentada al recorrer con el pensamiento lasarticulaciones singulares en que la fundacin de la verdad del Ser y del despliegue esencial de la

    verdad tiene que articularse. Falta la palabra para la unidad de estos temples, y sin embargosera necesario hallar la palabra para prevenir la fcil mala interpretacin, como si aqu todo

    viniese a dar en una cobarde debilidad. As juzgar, acaso, el bullicioso herosmo.| El espanto: ante todo se lo ha de dilucidar por contraste con el temple fundamental delprimer inicio, el asombro. Pero la dilucidacin de un temple no da jams garanta de que ste seaatinadamente atemperado (stimmt),en vez de ser slo representado.

    El espanto es el regreso desde lo corriente del atenerse a lo acostumbrado, hacia la aperturade la pujanza de lo que se oculta, en cuya apertura lo hasta ahora corriente se muestra como loextraador y, a la vez, como la atadura aprisionante. Pero lo ms corriente y, por ello, lo ms

    desconocido es el abandono del ser (Seinsverlassenheit).El espanto hace retroceder al hombre vehementemente ante el [hecho de] que el ente es , mientras que antes el ente era para lprecisamente el ente: que el ente es y que ste el Ser ha abandonado a todo ente y [atodo] lo que pareca as, se le ha retirado.

    Pero este espanto no es un mero retroceder y tampoco la desconcertada renunciacin de lavoluntad, sino, porque en l se abre precisamente el ocultarse del Ser, y quieren ser

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    preservados el ente mismo y la relacin a ste, se asocia a este espanto, desde l mismo, lavoluntad suya que le es ms propia, y eso es lo que aqu se llama lareserva .

    La reserva (cf. Mirada preliminar, 13. La reserva ), la pre-atemperacin del aprontamiento para elrehusamiento como donacin ( Schenkung ). En la reserva prevalece, sin hacer a un lado aquel

    vehemente retroceso, la vuelta ( Zukehr ) hacia el reticente desdecirse como despliegue esencialdel Ser. La reserva es, para el espanto y el recato, el medio( die Mitte ) (cf. abajo). Estos slocaracterizan de modo ms expreso lo que pertenece originariamente a aqulla. Ella determina elestilo del pensar inicial en el otro inicio.

    Pero, de acuerdo a lo dicho, el recatono se confundir con la timidez, y ni siquiera se laentender en el sentido de esta ltima. Tan escasamente permitido est esto, que el recatomentado aqu acrecienta, incluso, la voluntad de la reserva, y esto desde la profundidad delfundamento del temple fundamental unitario. De ste, y especialmente del recato, surge lanecesidad del silenciamiento, y ste es el | dejar-esenciar al Ser como acontecimiento queatempera cabalmente todo portarse ( Haltung ) en medio del ente y todo comportarse( Verhaltung ) en relacin al ente.

    El recato es el modo de acercarse y del permanecer cerca de lo ms lejano como tal (cf. El ltimo Dios ), que, sin embargo, en su sear cuando se lo retiene en el recato deviene lo mscercano y rene en s todas las relaciones del Ser (cf. El salto, 115. El temple conductor del salto ).

    Mas quin puede entonar ( anzustimmen ) este temple fundamental de la reserva espantada y recatada en el hombre esencial? Y cuntos todava van a ponderar que este atemperamiento porel Ser no fundamenta ningn hacerse a un lado ante el ente, sino lo contrario: la apertura de susimpleza y grandor y la necesidad originariamente urgida de albergar en el ente la verdad delSer, para as volver a dar al hombre histrico, una vez ms, una meta: llegar a ser el fundador y guardin de la verdad del Ser, ser el Ah como aquel fundamento del que ha menester la esencia delSer: la cura , no como pequea tribulacin por algo cualquiera y no como denegacin del jbiloy de la fuerza, sino ms originariamente que todo esto, puesto que [es] nicamente en virtud (umwillen) del Ser , no del Ser del hombre, sino del Ser del ente en su totalidad.

    La indicacin ya a menudo repetida de que la cura slo ha de ser pensada en el mbitoinicial de la pregunta por el ser y no como una visin arbitraria, personalmente incidental,antropolgica cosmovisiva del hombre, va a seguir siendo ineficaz tambin en el futuro,mientras aqullos que slo escriben una crtica de la pregunta del ser no experimenten niquieran experimentar nada de la urgencia del abandono del ser. Pues en la edad de unoptimismo harto malamente ostentado, ya los vocablos cura y abandono del ser suenanpesimistas. Pero que precisamente los temples indicados por estos nombres, conjuntamentecon su oposicin en el mbito del preguntar inicial, hayan llegado a ser, desde su base,imposibles , porque tienen como supuesto el pensamiento del valor ( gaqn ) y las exgesis | delente habidas hasta ahora y la concepcin corriente del hombre, quin querra hacerse cargomeditativamente de esto, para permitir, al menos, que llegue a ser una pregunta?

    Sobre todo en el pensar inicial tienen que recorrerse mbitos de la verdad del Ser, parareingresar despus, cuando destelle el ente, nuevamente en la ocultacin. Este apartarsepertenece esencialmente a la mediatez de la eficacia de toda filosofa.

    En la filosofa, lo esencial, despus de que, casi abscndito, ha irrumpido de golpe, tiene quereingresar en lo inaccesible (para los ms), porque esto esencial es irrebasable, y por esotieneque retirarse en la posibilitacin del inicio. Pues con el Ser y su verdad tiene que empezarsesiempre de nuevo.

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    Todos los inicios son en s lo consumado irrebasable ( das unberholbar Vollendete ). Se sustraenal historiar ( Historie ), no porque sean supratemporales y eternos, sino porque son ms grandesque la eternidad: [son] los pulsos ( Ste ) del tiempo, que le espacan ( einrumen ) al Ser la apertura( Offenheit ) de su ocultarse. La fundacin propia de este espacio-tiempo se llama: Da-sein .

    En la reserva, la atemperante mitad del espanto y del recato, el rasgofundamental del templefudamental, se atempera el Da-sein en la queda ( Stille )14 del pasar del ltimo Dios. Creando eneste temple fundamental del Da-sein , llega a ser el hombre el vigilante ( Wchter ) de esta queda.

    De este modo, la meditativa concentracin inicial del pensar deviene necesariamente pensargenuino, y esto quiere decir: pensar que pone [una] meta. Y no es una meta cualquiera la que espuesta, ni la meta sin ms, sino la meta nica y, as, singular de nuestra historia. Esta meta es elbuscar mismo, el buscar del Ser. Acontece esto, y es, incluso, el hallazgo ms profundo, cuandoel hombre deviene el guarda ( Wahrer ) de la verdad ( Wahrheit ) del Ser, el vigilante de aquellaqueda, y est decidido en direccin a ella.

    Ser buscador, guarda, vigilante esto es lo que mienta la cura como rasgo fundamental delDasein . En su nombre se rene la | destinacin del hombre, en la medida que ste esconcebido a partir de su fundamento, es decir, desde el Da-sein , Da-sein que le est apropiado,conforme al giro ( kehrig ), al Acontecimiento de propiacin , y slo puede llegar a ser in-sistente( instndlich ) en virtud de este origen como fundacin del espacio-tiempo (temporalidad), a finde transformar la urgencia del abandono del ser en la necesidad del crear como [necesidad] dela restitucin ( Wiederbringung ) del ente.

    Y, articulantes en la articulacin del Ser, estamos a disposicin (Verfgung) de los dioses.El buscar mismo es la meta. Y esto significa que las metas son todava demasiado de

    primer plano y se (inter)ponen todava ante el Ser y sepultan lo necesario. A disposicin de los dioses qu quiere decir esto? Si los dioses son lo no decidido, porque

    ante todo permanece vedado an lo abierto del diosamiento? Aquella frase quiere decir: adisposicin para ser empleados en la apertura de esto abierto. Y son empleados de la manerams dura aqullos que ante todo tienen que pre-determinar la apertura de estoabierto y lograr el

    temple para ella, en tanto que piensan la esencia de la verdad y la alzan en pregunta. Adisposicin de los dioses esto quiere decir: estar ( stehen ) bien lejos y fuera afuera de lacorriente rutina del ente y de sus interpretaciones; pertenecer a los ms lejanos, aqullospara los cuales la huida de los dioses permanece, en su ms remoto retraimiento, lo mscercano.

    Nosotros nos movemos ya, si bien de manera transitiva primeramente, en una otra verdad(en la esencia ms originariamente transformada de verdadero y "correcto").

    La fundacin de esta esencia demanda ciertamente un esfuerzo del pensar como slo tuvoque ser cumplido en el primer inicio del pensar occidental. Este esfuerzo es extraador paranosotros, porque no barruntamos nada de lo que requiere el domeamiento de lo simple . Y losde hoy, que aun para apartarse de ellos apenas merecen ser mencionados, permanecen

    excluidos del saber acerca del camino pensante; se refugian en contenidos nuevos y dan y seprocuran, | con el alegato de lo poltico y de lo racial, un lustre hasta ahora desconocido alos viejos artilugios de la filosofa escolar.

    Se apela a las bajas charcas de las vivencias, en la incapacidad de medir la vastaensambladura del espacio pensante y de pensar en tal apertura la profundidad y altura del Ser.

    Y all donde uno se cree por sobre la vivencia, ello ocurre apelando a una vaca agudeza.

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    Pero de dnde debe venir el adiestramiento ( Erziehung ) para el pensar esencial? De un pre-meditar ( Vor-denken ) y andar las sendas decisivas.

    Quin, por ejemplo, camina la larga senda de la fundacin de la verdad del Ser? Quinbarrunta algo de la necesidad del pensar y el preguntar, aquella necesidad que no requiere lasmuletas del por qu y de los apoyos del para qu?

    Cuanto ms necesario el decir pensante del Ser, tanto ms inobviable se vuelve elcallamiento de la verdad del Ser por el rumbo( Gang ) del preguntar.

    Pero cmo alberga el pensador la verdad del Ser, si no es en la pesada lentitud de la marchade sus pasos inquisitivos y de su secuencia obligada? De manera inaparente, como en el camposolitario bajo el grande cielo el sembrador, con pesado tranco, interrumpido y a cada momentocontenido, anda los surcos y mide y configura en el sembrar de su brazo el oculto espacio detodo crecer y madurar. Quin todava puede cumplir esto en el pensar como lo ms inicial desu fuerza y como su futuro ms elevado?

    Si una pregunta pensante no es tan simple y tan descollante ( vor-ragend ) como paradeterminar [y destinar] la voluntad de pensar y el estilo de pensar de centurias, al imponerles latarea de pensar lo ms elevado, entonces es preferible que permanezca impreguntada. Pues ellaslo aumenta meramente recitada la incesante feria de los | variopintos y cambiantesproblemas, de aquellas objeciones que a nada atinan y por las cuales nadie es tocado.

    Qu pasa medido de este modo con la pregunta del Ser como pregunta por la verdaddel Ser, la cual pregunta a su vez, girando en s, el Ser de la verdad? Y ya slo: cun largo ha deser el camino sobre el cual pueda, ante todo, ser encontrada la pregunta por la verdad?

    Lo que sea lcito llamar en lo venidero y en verdad filosofa tiene que dar cumplimientocomo lo primero y lo nico a esto: hallar primeramente el lugar del preguntar originario de lapregunta otra vez inicial, es decir, fundarlo: el Da-sein (cf. El salto).

    La pregunta pensante por la verdad del Ser es el instante que trae y soporta el trnsito. Esteinstante no es nunca realmente constatable, menos aun calculable. Fija ( setzt ) ante todo eltiempo del Acontecimiento de propiacin. La simplicidad nica de este trnsito jams se podr

    aprehender historiogrficamente, porque la historia pblica habr pasado hace mucho a sulado cuando pueda llegar a serle mediatamente mostrado. As, le queda reservado a esteinstante un largo porvenir, suponiendo que otra vez vaya a ser quebrantado el abandono delser del ente.

    En el Da-sein y como Da-sein acontece propiativamente la verdad del Ser, la cual manifiesta aste como el rehusamiento, como aquel dominio de la sea ( Winkung ) y del retiro la queda , en el cual recin se decide el advenimiento y la huda del ltimo Dios. En vista de ellonadapuede rendir el hombre, y tanto menos si le est encomendada la preparacin de la fundacindel Da-sein , de tal modo que esta tarea determine y destine otra vez inicialmente la esencia delhombre.

    6. El temple fundamental

    En el primer inicio: el asombrar ( Er-staunen ).En el otro inicio: el presentir ( Er-ahnen ).| Todo se mal interpretara y fracasara si quisiramos preparar y traer a lo libre de su poderatemperante el temple fundamental con la ayuda de un anlisis e, incluso, de una definicin.

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    Slo porque lo denotado con la palabra temple ha sido solapado desde hace mucho por lapsicologa, slo porque hoy la mana por la vivencia ha venido finalmente a extraviar todolo que se dice sobre el temple, sin meditar en l, slo por eso tiene que decirse de vez encuando una palabra orientadora sobre el temple.

    Todo pensar esencial requiere que sus pensamientos y proposiciones sean esculpidossiempre de nuevo como bronce a partir del temple fundamental. Si falta el temple fundamental,todo, entonces, es un tableteo forzado de conceptos y cscaras verbales.

    Y si ya desde hace tiempo la opinin sobre la filosofa la gobierna un concepto nulo delpensar, entonces la representacin y el enjuiciamiento del temple slo puede ser, en total, un

    vstago de la mala interpretacin del pensar (temple es lo dbil, lo vagaroso, lo no claro y losordo, frente a la agudeza y la correccin y claridad y liviandad del pensamiento). A lo sumo,se lo puede tolerar como aderezo del pensar.

    Sin embargo, el temple fundamental entona al Da-sein y, con ello, al pensar como proyecto dela verdad del Ser en la palabra y el concepto.

    El temple es la cintilacin ( Versprhung ) del temblor del Ser como acontecimiento depropiacin en el Da-sein . Cintilacin: no como un mero desaparecer y extinguirse, sino al revs:como conservacin de la chispa en el sentido del claro del Ah conforme al pleno hendimientoabismal del Ser.

    El temple fundamental del otro inicio puede apenas llegar a ser denominado por unnombre, e incluso en el trnsito hacia l. Pero los muchos nombres no desmienten lasimplicidad de este temple fundamental y slo indican hacia lo inasible de todo lo simple. Altemple fundamental lo llamamos: el | espanto, la reserva, el recato, el presentimiento, elpresentir.

    El presentir abre la vastedad del ocultamiento de lo asignado y tal vez rehusado.El presentimiento entendido en trminos de temple fundamental no se abre slo,

    como el presentimiento habitual, concebido como clculo, a la temporalidad futura y que sloest por delante, sino que atraviesa y mide toda la temporalidad: el espacio-de-juego-de-tiempo

    del Ah.El presentir es en s el preservar del poder atemperador que vuelve en s fundndose, elalbergar del desocultamiento de lo oculto como tal, del rehusamiento; reticente albergar, que, sinembargo, ya descolla por encima de toda incerteza del mero opinar.

    El presentimiento deposita la inicial in-sistencia en elDa-sein . Es en s espanto y exaltacin ala vez siempre que se suponga que, como temple fundamental, entone y d el tono destinalal retemblar del Ser en el Da- sein como Da-sein .

    Toda denominacin del temple fundamental con una sola palabra est firmemente asentadasobre una opinin equivocada. Cada palabra, a cada vez, se toma de lo heredado. Que eltemple fundamental del otro inicio deba tener muchos nombres no contraviene su simplicidad,pero confirma su riqueza y su extraeza.

    Todo meditativo concentrarse en este temple fundamental es siempre, solamente, unpreparativo muy paulatino para la incidencia ( Einfall ) atemperadora del temple fundamental,que, desde la base, tiene que permanecer como un albur ( Zu-fall ). Desde luego, el preparativopara tal albur slo puede consistir, en conformidad con la esencia del temple, en la transitivaaccin pensante; y sta tiene que brotar del saber autntico (el resguardo de la verdad del ser).

    Pero si el ser se despliega como el rehusamiento y si ste mismo debe descollar dentro de su claro, entonces el aprontamiento para el rehusamiento slo puede subsistir como renuncia

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    ( Verzicht ). Pero aqu la renuncia no es el mero no querer tener ni el dejar de lado, sino queocurre como la forma ms alta de la posesin, cuya alteza | encuentra la decisin( Entschiedenheit ) en la franqueza de la exaltacin por el impensable regalo del rehusamiento.

    En esta decisin es aguantado y fundado lo abierto del trnsito el medio a medio abismaldel Entre en vista del No-ms del primer inicio y su historia y en vista del An-no delcumplimiento del otro inicio.

    En esta decisin tiene que haber hecho pie toda vigilancia del Da-sein , en tanto que elhombre, como fundador del Da-sein , tenga que llegar a ser vigilante de la queda del pasar delltimo Dios (cf. La fundacin ).

    Pero esta decisin slo es, en cuanto pre-sentiente,la sobriedad de la fuerza depadecimiento ( Leidenskraft ) del creador, aqu, del proyectador de la verdad del Ser, la cual leabre la queda al poderoso despliegue esencial del ente, desde el cual se vuelve perceptible el Ser(como Acontecimiento de propiacin).

    7. Del Acontecimiento

    Cun alejado de nosotros est el Dios, aqul que nos nombra ( ernennt ) como fundadores y creadores, porque su esencia ha menester de tales?

    Tan alejado est, que no podemos decidir si l se mueve hacia nosotros o de nosotros seaparta.

    Y pensar plenamente esta lejana misma en el despliegue de su esencia como el espacio-tiempo de la decisin ms elevada, eso significa preguntar por la verdad del Ser, por elacontecimiento de propiacin mismo, del cual surge originariamente toda historia venidera, sian ha de haber historia.

    Esta lejana de la indecidibilidad de lo ms extremo y primero es lo despejado para elocultarse, es el despliegue de la esencia de la verdad misma como verdad del Ser.

    Pues lo se-ocultante de este claro, la lejana de la indecidibilidad, no es una mera vacuidadall presente e indiferente, sino el despliegue mismo del Acontecimiento de propiacin comoesencia | del Acontecimiento de propiacin, del reticente desdecimiento ( zgernde Versagung ),que ya se a-propia acontecedoramente, en cuanto [a l] pertinente, al Da-sein , la suspensin( Innehalten ) del instante y del sitial de la primera decisin.

    En el despliegue de la verdad del Acontecimiento de propiacin se decide y se funda almismo tiempo todo lo verdadero, el ente deviene ente, deslzase lo no-ente hacia la apariencia( Anschein ) del Ser. Esta lejana es, sobre todo, la ms vasta y, para nosotros, primera cercana alDios, pero tambin la urgencia del abandono del ser, encubierta por la falta de urgencia( Notlosigkeit ), que se atestigua a travs del rehur ante la meditacin. En el despliegue esencial dela verdad del Ser, en el Acontecimiento de propiacin y comoAcontecimiento de propiacin,

    ocltase el ltimo Dios.La prolongada cristianizacin del Dios y la creciente publicidad ( Verffentlichung ) de todaatemperada relacin al ente han sepultado, de manera igualmente tenaz y recndita, lascondiciones previas, en virtud de las cuales est algo en la lejana de la indecidibilidad sobre lahuida o el advenimiento del Dios, cuyo despliegue esencial arriba, no obstante, a la experienciade la manera ms ntima, ciertamente que para un saber que slo est en la verdad en cuanto

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    creador. Crear entendido aqu en sentido amplio significa todo albergamiento de la verdaden el ente.

    Si se habla de Dios y de los dioses, pensamos, en conformidad con un largo hbito delrepresentar, en aquella forma indicada por el nombre trascendencia ( Transzendenz ), queciertamente es ya multvoco. Se mienta algo que trasciende ( bersteigt ) a los entes all presentesy, entre stos, sobre todo, al hombre. Tambin all donde se niega modos particulares de lotrascendente y del trascender, no se deja negar este modo mismo de pensar. Segn ste,incluso, puede obtenerse fcilmente un panorama de las cosmovisiones de hoy:

    1. Lo trascendente (llamado tambin, inexactamente, la trascendencia) es el Dios delcristianismo.

    2. Esta trascendencia es negada y el pueblo mismo harto indeterminado en suesencia es puesto como meta y finalidad de toda historia. Esta cosmovisin anticristiana esslo aparentemente no cristiana; pues coincide en | lo esencial con aquel modo de pensar quecaracteriza al liberalismo.

    3. Lo trascendente es aqu una idea o un valor o un sentido, algo por lo cual no sepuede vivir ni morir, pero que debe ser realizado a travs de la cultura.

    4. Cada pareja de estas trascendencias ideas del pueblo ( vlkische )15 y cristianismo, o ideasdel pueblo y poltica cultural, o cristianismo y cultura o las tres juntas, son mezcladas engrados diversos de determinacin. Y este hbrido es la comovisin hoy medianera y predominante, en la cual todo junto est implicado y ya nada puede llegar a ser decidido.

    Por muy diferentes que sean estas cosmovisiones y por mucha vehemencia con que secombatan abierta u ocultamente si el intrigante afanarse en lo indeciso puede llamarse luchatodava, todas ellas coinciden, ante todo, y sin saberlo ni pensarlo, en que el hombre espuesto como aquello que ya se conoce en su esencia, como el ente con respecto al cual y desdeel cual se determina toda trascendencia, y precisamente como aquello mismo queprimeramente debe determinar al hombre. Pero esto se ha hecho fundamentalmente imposible,porque el hombre ya est firmemente establecido en su determinabilidad, en lugar de

    determinarlo para aquello que tiene que ser dis-locado ( ver-rckt ) fuera del establecimientohabido hasta ahora, para ser, as, primeramente, atemperado en una determinabilidad.Pero cmo ha de ser dislocado el hombre fuera de su estagnacin, a la cual pertenece ante

    todo el predominio de aquellas trascendencias y de sus mezcolanzas? Si tiene que llevarlo acabo por s mismo, no es entonces [aqu] la pretensin de dar la medida mayor aun que alldonde l segua simplemente asentado como la medida?

    O hay la posibilidad de que esta dislocacin le sobrevenga al hombre? Absolutamente. Y sa es la urgencia del abandono del ser. Esta urgencia no requiere en primera instancia deauxilio, sino que ella misma tiene que llegar a ser, ante todo, lo auxiliador. Pero esta urgencia |tiene que ser experimentada. Y si el hombre est endurecido para ella y, segn parece, conms empedernimiento que nunca antes? Entonces tienen que venir los despertadores, que

    finalmente piensen que han descubierto la urgencia porque saben que padecen la urgencia.El despertar de esta urgencia es la primera dislocacin del hombre hacia ese Entre ( Zwischen ),en que, simtricamente, el extravo apremia y permanece el Dios en huda. Pero este Entreno es ninguna trascendencia en relacin al hombre, sino que es, al contrario, aquello abiertoa lo cual pertenece el hombre como guarda, en tanto que es a-propiado como Da-sein por el Sermismo, que no se despliega de ningn otro modo que como acontecimiento de propiacin.

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    Si el hombre llega a estar, por esta dislocacin, en el acontecimiento de propiacin, y sipermanece insistente en la verdad del Ser, entonces recin est, y todava, slo en el salto haciala experiencia decisiva, [la experiencia que decide] si en el Acontecimiento de propiacin laausencia ( Ausbleib ) o la abrupta incidencia ( Anfall ) del Dios se decide en favor de ste o contraste.

    Slo cuando midamos cun nicamente necesario es el ser y cmo, sin embargo, no sedespliega como el Dios mismo, slo cuando hayamos atemperado nuestra esencia en estosabismos entre el hombre y el Ser y el Ser y los dioses, slo entonces empezarn a ser efectivosotra vez los supuestos para una historia. Por eso, la meditacin slo concierne, pensadora,al acontecimiento de propiacin.

    Por ltimo y primeramente, el Acontecimiento de propiacin slo puede ser pensado ( er- dacht ) (forzado [a comparecer] ante el pensar inicial),16 si el Ser mismo es concebido como elEntre para el paso del ltimo Dios y para el Da-sein .

    El Acontecimiento de propiacin transpropia el Dios al hombre, en cuanto que apropia aste al Dios. Esta apropiacin transpropiadora es Acontecimiento de propiacin, en el cual esfundada la verdad del ser como Da-sein (transformado el hombre, impulsado a la decisin delDa-sein y del ser-ido [ Weg-sein ]) y la historia toma del Ser su otro inicio. Pero la verdad del sercomo apertura del ocultarse es a la vez el brusco | desplazamiento ( Entrckung ) a la decisinsobre lejana y cercana de los dioses, y as, el aprontamiento para el paso del ltimo Dios.

    El Acontecimiento de propiacin es el Entre en relacin al paso del Dios y a la historia delhombre. Pero no [es] el campo intermedio indiferente, sino que la relacin al paso es laapertura del hendimiento abismal que el Dios ha menester (cf. El salto, 157.y 158. El hendimiento abismal y las modalidades ), y la relacin al hombre es el acontecedero-y-propiativodejar surgir originariamente la fundacin del Da-sein y, con ello, de la necesidad delalbergamiento de la verdad del Ser en el ente como una restitucin del ente.

    Paso no es historia, e historia no es Acontecimiento de propiacin, y Acontecimiento depropiacin no es paso, y sin embargo los tres juntos (si en absoluto es lcito que los rebajemos

    a lo numrico) slo pueden ser experimentados y pensados ( er-dacht ) en sus relaciones, es decir,a partir del acontecimiento de propiacin.La lejana de la indecidibilidad no es, por cierto, algo de allende, sino loms cercanodel

    todava no fundado Ah del Da-sein , que ha devenido insistente en el aprontamiento para elrehusamiento como despliegue esencial del Ser.

    Esto cercansimo es tan cercano, que toda inobviable gestin de la hacedura( Machenschaft )17 y de la vivencia ha tenido necesariamente que pasar ya a su lado, y, por eso,jams puede ser retrotrada inmediatamente a l. El Acontecimiento de propiacin permanececomo lo ms extraador.

    8. Del acontecimiento*La huda de los dioses tiene que ser experimentada y resistida ( ausgestanden ).Esta resistencia ( Bestndnis ) funda la ms lejana cercana al Acontecimiento de propiacin.Este Acontecimiento es la verdad del Ser.

    * cf. Mirada preliminar, 16. Filosofa

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    En esta verdad se abre primeramente la urgencia del abandono del ser.| Desde esta urgencia se vuelve necesaria la fundacin de la verdad del ser, la fundacin delDa-sein .

    Esta necesidad se lleva a cabo en la decisin constante, que rige a travs de todo ser-hombrehistrico: acerca de si el hombre es, en lo venidero, un perteneciente a la verdad del ser y, as,desde esta pertenencia y para ella, alberga la verdad como lo verdadero en el ente, o si elcomienzo del ltimo hombre arrastra a ste a la desfigurada animalidad y le rehsa ( versagt ) elltimo Dios al hombre histrico.

    Qu, si la lucha por las medidas muere, si el mismo querer ya no quiere ms grandeza, esdecir, si no aflora ya ninguna voluntad de mxima diversidad de los caminos?

    Si an se prepara el otro inicio, entonces est oculto esto como un gran cambio, y tanto msoculto, cuanto ms grande el acontecer ( Geschehnis ).18 Desde luego, el error consiste en [creer]que una inversin ( Umschlag ) esencial, que todo lo coge desde el fundamento, tendra que serconocida y concebida al punto por todos, absolutamente, y ocurrir en el mbito pblico.Siempre son pocos lo que estn en el claror de este relmpago.

    La mayora tiene la suerte de hallarse en algo dado ( Vorhandenem ), y de impulsar de esta manera lo suyo en la persecucin de la utilidad para un conjunto.

    En el otro inicio se piensa anticipadamente ( vorausgedacht ) aquello que fue llamado eldominio de decisin, en el cual se gana o se pierde el Ser histrico autntico de los pueblos.

    Este ser la historicidad no es el mismo en cada poca. Est ahora ante un cambioesencial, en tanto que le sea encomendada la tarea de fundar ese dominio de decisin, esecontexto de Acontecer ( Ereigniszusammenhang ), en virtud del cual el ente humano histrico vieneante todo a estar en s mismo ( sich zu sich selbst bringt ). La fundacin de este dominio requiereuna exteriorizacin que es lo contrario de la renuncia a s. Ella slo puede ser cumplida a partirdel coraje ( Mut ) para el des-fondamiento. Este dominio, si tal caracterizacin es en absolutosuficiente, es el Da-sein , cuyo Entre, | que, fundndose primeramente a s mismo, separa y confronta y establece en reciprocidad y apropia mutuamente al hombre y al Dios. Lo que se

    abre en la fundacin del Da-sein es el Acontecimiento de propiacin. Con ello no se mientaalgo all enfrente, algo intuible y una idea, sino las seas desde all hechas y el mantenersehacia all en lo abierto del Ah, que es precisamente el punto de cambio clareante y ocultanteen este giro.

    Este giro gana su verdad solamente en cuanto que es disputado como lid entre tierra y mundo, y lo verdadero es albergado, as, en el ente. Slo la historia que se funda en el Da-sein tiene la garanta de una pertenencia a la verdad del ser.

    9. Mirada de conjunto

    El Ser como Acontecimiento de propiacin reticente desdecimiento como (rehusamiento).Madurez: frutoy obsequiacin ( Verschenkung ). Lo nuliforme ( das Nichthafte ) en el Ser y la contrariaoscilacin: en litigio(Ser y No-ser).

    El Ser se despliega en la verdad: claro para el ocultarse.La verdad como esencia del fundamento: fundamento el dentro, fundado (no el desde-dnde

    como causa).

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    El fundamento funda como des-fondamiento( Ab-grund ): la urgencia como lo abierto delocultarse (no el vaco, sino des-fondada inexhaustibilidad).

    El des-fondamiento como el espacio-tiempo.El espacio-tiempo, el sitial del instante ( Augenblicks-sttte ) de la lid (Ser o No-ser).La lid como lid de tierra y mundo, porque la verdad del Ser slo [se da] en el albergamiento, y

    ste como el fundante Entre en el ente. Separacin de tierra y mundo.Las vas y modos del albergamiento el ente .

    | 10. Del Acontecimiento

    El Ser se despliega como el Acontecimiento.El despliegue tiene su mitad y amplitud en el giro. El soportar de lid y confrontacin.El despliegue es acreditado y albergado en la verdad.La verdad acontece como el clareante albergamiento.La ensambladura fundamental de este acontecer es el espacio-tiempo que surge

    originariamente de l.El espacio-tiempo es lo descollante para las mediciones del hendimiento abismal del Ser.El espacio-tiempo, como articulacin de la verdad, es originariamente el sitial del instante

    del Acontecimiento de propiacin.El sitial del instante se despliega a partir de ste como la lid de tierra y mundo.La disputa de la lid es elDa-sein .El Da -sein acontece en los modos del albergamiento de la verdad a partir de la acreditacin

    del Acontecimiento de propiacin clareado y oculto.El albergamiento de la verdad deja advenir a lo verdadero como ente en lo abierto y

    desfigurado.Slo as est el ente en el Ser.

    El ente es. El Ser se despliega.El Ser (como Acontecimiento de propiacin) ha menester del ente, para que l, el Ser, sedespliegue. No as requiere el ente del Ser. El ente puede ser aun en el abandono del ser,bajo cuyo predominio la inmediata aferrabilidad y utilidad y servicialidad de cualquier especie(todo tiene que servir al pueblo, por ejemplo) constituyen, obviamente, lo que es ente y lo queno es.

    Pero esta aparente autonoma ( Eigenstndigkeit ) del ente frente al Ser, tal como si ste slofuese un agregado del pensar representacional abstracto, no es una preeminencia, sinosolamente el signo del privilegio para la cada cegadora.

    Este ente real ( wirkliche ), concebido a partir de la verdad del Ser, es lo no-ente bajo elpredominio de la falsa entidad ( Unwesen ) de la apariencia, cuyo origen permanece, entre tanto,

    encubierto.| El Da- sein como fundacin de la disputa de la lid en lo abierto por ella es humanamentetenaceado ( erharrt ) y soportado en la insistencia, pertinente al Acontecimiento de propiacin,que aguanta ( ausstehend ) el Ah.

    El pensar del Ser como Acontecimiento de propiacin es el pensar inicial, que, comoconfrontacin con el primer inicio, prepara el otro.

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    El primer inicio piensa el Ser como presencia ( Anwesenheit ) a partir del despliegue presencial( Anwesung ), que ofrece el primer destello de un despliegue esencial del Ser.

    11. El Acontecimiento el Dasein el hombre *

    1. Acontecimiento de propiacin : la segura luz del despliegue esencial del Ser en el crculo msextremo de visin de la ntima urgencia del hombre histrico.

    2. El Dasein : el Entre en medio y abierto y, as, ocultante, entre la llegada y la huda de losdioses y del hombre que est en ellos arraigado.

    3. El Dasein tiene su origen en el Acontecimiento de propiacin y en su giro.4. Por eso slo ha de fundrselocomo la verdad del Ser y en ella.5. La fundacin no la creacin es dejar-ser-fundamento por parte del hombre (cf. Los

    singulares, pocos... ), que con ello vuelve recin a s mismo y recupera el ser-s-mismo ( Selbst- sein ).

    6. El fundamento fundado es a la vez desfondamiento para el hendimiento abismal del Ser y fundamento nuliforme ( Ungrund ) para el abandono del ser del ente.

    7. El temple fundamental de la fundacin es la reserva (cf. all).8. La reserva es la relacin sealada, instantnea, al acontecimiento de propiacin en el ser

    llamado por su llamada.|9. El Dasein es el acontecimiento fundamental de la historia futura. Este acontecimiento surge

    originariamente del Acontecimiento de propiacin y deviene el posible sitial del instantepara la decisin acerca del hombre su historia o no-historia como su trnsito hacia elocaso.

    10. El Acontecimiento de propiacin y el Dasein estn todava, en su esencia, es decir, en su[mutua] pertenencia como fundamento de la historia, completamente ocultos y son, porlargo tiempo, extraantes. Faltan los puentes; los saltos no han sido consumados an.

    Todava falta la profundidad de la experiencia de la verdad y la meditacin que lossatisficiera: la fuerza de la altadecisin (cf. all). Por el contrario, slo las ocasiones y mediosde la mala interpretacin son numerosas, porque tambin falta el saber de aquello que ha deocurrir en el primer inicio.

    12. Acontecimiento e historia

    La historia, concebida aqu, no como un dominio del ente entre otros, sino nicamente en vistadel despliegue esencial del Ser mismo. As, ya enSer y Tiempola historicidad del Da-sein ha deser entendida solamente a partir del propsito ontolgico-fundamental, y no como una

    contribucin a la vigente filosofa de la historia.El Acontecimiento de propiacin es la historia originaria misma, con lo cual podra estaraludindose a que el despliegue esencial del Ser es concebido aqu, sin ms, histricamente.Histricamente, s, pero no echando mano de un concepto de historia, sino histricamente ,porque ahora el despliegue esencial del Ser ya no significa solamente la presencialidad, sino el

    * cf. La fundacin

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    pleno despliegue del des-fondamiento tmporo-espacial y, por tanto, de la verdad. Juntamentecon ello se da el saber acerca de la ndole nica ( Einzigkeit ) del Ser. Y no es que a travs de estosea, acaso, relegada a segundo plano la naturaleza, sino que es transformada con igualoriginariedad. En este originario concepto de historia se gana primeramente el | dominio enque se muestra por qu y cmo la historia es ms que hazaa y voluntad. Tambin eldestino pertenece a la historia y no agota su esencia.

    El camino hacia la esencia de la historia, concebido a partir del despliegue esencial del Sermismo, es preparado ontolgico-fundamentalmente a travs de la fundacin de lahistoricidad en la temporalidad. Esto quiere decir, en el sentido de la pregunta nica que gua aSer y Tiempo, que el tiempo, como espacio-tiemporecoge en s la esencia de la historia; pero en lamedida en que el espacio-tiempo es el abismo del fundamento, es decir, de la verdad del ser,hay, en su interpretacin de la historicidad, la remisin hacia la esencia del ser mismo,preguntar por la cual es all el nico afn, y no una teora de la historia ni una filosofa de lahistoria.

    13. La reserva *

    Ella es el estilo del pensar inicial slo porque tiene que llegar a ser el estilo del ser-hombre venidero, de aqul fundado en el Da-sein , es decir, que atempera cabalmente y sostiene estafundacin.

    La reserva como estilo [es] la certeza de s de la medida fundante y de la enconadapersistencia del Dasein . Determina el estilo, porque es el temple fundamental.

    Temple (cf. la conferencia sobre Hlderlin** ) es entendido aqu en el sentido de la in-sistencia: la unidad del aguante de todo rapto ( Berckung )19 y del proyecto y registro de todadislocacin y perseverancia y cumplimiento de la verdad del ser . Toda otra representacin extrnseca y psicolgica de temple tiene que ser mantenida a raya aqu. Por eso, el temple no es nuncaexclusivamente el cmo que acompaa e ilumina y sombrea todo hacer y omitir del hombreque ya estuviese establecido, sino que | primeramente por el temple es medida la dimensin dela dislocacin del Dasein y le es atribuida ( zugemessen ) la simplicidad del rapto, en tanto que setrate de la reserva como temple fundamental.

    Ella es el temple fundamental, porque atempera la excavacin ( Ergrndung ) del fundamentodel Da-sein , del Acontecimiento de propiacin, y, con ello, la fundacin del Da-sein .

    La reserva es el aprontamiento ms fuerte y, a la vez, ms delicado del Da-sein para la a-propiacin ( Er-eignung ), el ser yectado en el autntico estar-dentro ( Innestehen ) de la verdad del giro en el Acontecimiento de propiacin (cf. El ltimo Dios ). El predominio del ltimo Dios concierneslo a la reserva; la reserva le procura a ese predominio y al ltimo Dios la grande queda .

    La reserva atenpera el instante, cada vez fundante, de un albergamiento de la verdad en el

    Dasein venidero del hombre. Esta historia fundada en el Da-sein es la oculta historia de lagrande queda. Unicamente en ella puede un pueblo ser .Unicamente esta reserva puede recoger al ser humano y a la reunin humana sobre s

    misma, es decir, en la determinacin de su misin: el soportar perseverante del ltimo Dios.

    * cf., arriba, 5. Para los pocos Para los escogidos , p. ss.; cf., abajo,La fundacin, 193. El Da-sein y el hombre ** Semestre de invierno 1934/35, Los himnos Germania y El Rin , de Hlderlin ( Gesamtausgabe , vol. 39)

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    Nos est deparada ( bestimmt ) an, venideramente, una historia, lo totalmente otro respectode lo que hoy parece ser tenido por tal: la turbia persecucin de sucesos que se devoran a smismos, que slo pueden mantenerse fugazmente en virtud del barullo ms fuerte?

    Si an ha de sernos otorgada una historia, es decir, un estilo del Da-sein , sa slo puede ser laoculta historia de la grande queda , en la cual y como la cual el predominio del ltimo Dios abre y configura al ente.

    Entonces tiene que venir primeramente la grande queda sobre el mundo para la tierra. Estaqueda surge originariamente slo del callar. Y este silenciamiento crece slo a partir de lareserva. Esta atempera de cabo a cabo la intimidad de la lid entre mundo y tierra y, con ello, ladisputa del asalto ( Anfall ) de la a-propiacin.| El Da-sein como disputa de esta lid tiene su esencia en el albergamiento de la verdad del Ser,es decir, del ltimo Dios en el ente (cf. La fundacin ).

    La reserva y la cura

    La reserva es el fundamento de la cura. La reserva del Da-sein funda primeramente la curacomo la in-sistencia que resiste el Ah. Pero la cura siempre hay que volver a decirlo nosignifica melancola y opresin y tribulacin atormentada por esto o aquello. Todo esto essolamente la desfiguracin de la cura, en la medida en que, adems, se la trae a otro malentendido, esto es, que sera un temple y una actitud en muchas otras.

    En la expresin: se curar del orden cargarse de cura algo de la esencia de la curasale a luz: el estar decidido por anticipado. Pero, a la vez, la cura no es una simple actitud de la

    voluntad, no se la puede en absoluto inferir a partir del concurso de facultades del alma.La cura es, como resistencia del Da-sein,la anticipatoria decisin por la verdad del Ser y,

    cuanto ms ( zumal ), la raigambre ( austragende Verhaftung ) en el Ah, que sobrelleva lo asignado; elfundamento de este cuanto ms es la reserva del Dasein . Esta atempera solamente en cuanto

    pertenencia a-propiada a la verdad del ser.Reserva como el origen de la queda y como ley del recogimiento. El recogimiento en laqueda y el albergamiento de la verdad. El albergamiento de la verdad y sudespliegue ( Ausfaltung ) en el procurar y el trato.

    Reserva como apertura para la silenciada cercana del despliegue esencial del Ser,atemperndose sobre el lejansimo retemblar de seas propiativamenteacontecientes desde la lejana de lo indecidible.

    Reserva y bsqueda; el hallazgo ms alto en la bsqueda misma [es] la cercana a la decisin.|Reserva: el previo salto, que se atiene a s mismo, en el giro del Acontecimiento de

    propiacin (por eso, ni una evasin romntica ni un reposo bonachn).

    Reserva, silencio y lenguaje

    Se le atasca ( verschlgt ) a uno la palabra; y esto no como un suceso ocasional, a propsito delcual se interrumpe un discurso y un enunciado que podra ser llevado a cabo, en el cual slo nose cumple el expresar y repetir de lo ya dicho y decible; sino originariamente. La palabra no

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    llega an, en absoluto, a la palabra, aunque justamente, por el atascamiento, llegue sta a estar aflor de labios. Lo que atasca es el Acontecimiento de propiacin como sea y asalto del Ser.

    El atascamiento es la condicin inicial para la posibilidad, que se despliega a s misma, deuna nominacin ( Nennung ) originaria poetizante del Ser.

    El lenguaje y la gran queda, la simple cercana de la esencia y la difana lejana del ente,cuando ante todo vuelve la palabra a ser eficaz. Cundo llegar ese tiempo? (cf. elpensamiento inicial en cuanto inconceptual).

    La reserva: la perseverancia creadora en el des-fondamiento (cf. La fundacin. 238. 242. El espacio-tiempo ).

    14. Filosofa y cosmovisin

    Filosofa es el saber intil, y sin embargo dominante.Filosofa es el tremendo pero raro preguntar por la verdad del Ser.Filosofa es la fundacin de la verdad en simultnea prescindencia de lo verdadero.Filosofa es el querer volver al inicio de la historia y, as, el querer ir ms all de s mismo.

    Por eso, la filosofa, vista desde afuera, es slo un aderezo, tal vez un pieza doctrinaria y exhibible de la cultura, tal | vez una herencia cuyo fundamento se ha perdido. As tienen quetomar los muchos a la filosofa, y justamente donde y cuando ella es, para nosotros, unaurgencia.

    La cosmovisin ordena la experiencia en una va determinada y en su crculo, mientrasella no sea puesta en cuestin; la cosmovisin estrecha e inhibe, por eso, la experienciaautntica. Esta es su fortaleza, mirada desde ella misma.

    La filosofa abre la experiencia, pero por eso, precisamente, no puede fundar historiainmediatamente .

    La cosmovisin es siempre un trmino, la mayora de las veces largamente extendido y,

    como tal, no sabido.La filosofa es siempre un inicio y exige la superacin de ella misma.La cosmovisin tiene que vedarse nuevas posibilidades para poder seguir siendo ella misma.la filosofa puede estar largamente marginada y desaparecer, aparentemente.

    Ambas tienen sus tiempos diversos y se mantienen, dentro de la historia, en grados muy diferentes del Da-sein . La distincin de filosofa cientfica y filosofa cosmovisiva es elltimo retoo del desconcierto filosfico del s. XIX, en cuyo curso la ciencia lleg alcanzuna significacin cultural tcnica peculiar, y, por otra parte, la cosmovisin del individuo,como sucedneo del desaparecido suelo, harto falta de fuerzas, deba mantener todavacohesionados los valores y los ideales.

    Lo que est escondido como ltimo resto genuino en el pensamiento de la filosofa

    cientfica (cf. la concepcin ms profunda en Fichte y Hegel) es esto: fundamentar y construir lo que puede ser sabido ( das Wibare ) de manera unitariamente sistemtica(matemtica), sobre la base y por consecuencia de la idea del saber como certeza (autocerteza).

    Vive an en el propsito de la filosofa cientfica un mpetu de la filosofa misma por salvarsu cosa ms | propia , frente al capricho del opinar cosmovisivo que se va haciendo arbitrario y del modo necesariamente restrictivo e imperioso de la cosmovisin en general. Pues incluso enla cosmovisin liberal est escondido este afn de tener razn ( dieses Rechthaberische ), en el

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    sentido de que ella exige dejar a cada cual con su opinin. Pero el capricho es la esclavitud delo casual.

    Pero la cosa ms propia de la filosofa est olvidada, mal interpretada por la teora delconocimiento; y donde la ontologa an es comprendida (Lotze), 20 queda, sin embargo,

    como una disciplina entre otras. Que y cmo la antigua pregunta conductora ( t t n

    ;) seha salvado a lo largo de la filosofa de la poca moderna y, no obstante, se ha transformado, nollega al claro saber, porque a la filosofa le falta ya la necesidad y debe su cultivo a su carcterde patrominio cultural.

    La cosmovisin es, lo mismo que el predominio de imgenes de mundo, un productode la poca moderna, una secuela de la metafsica moderna. Aqu tambin reside la razn de quela cosmovisin trate en lo sucesivo de ponerse por encima de la filosofa. Pues con laemergencia de las cosmovisiones desparece la posibilidad de una voluntad de filosofa hastael punto de que la cosmovisin tiene finalmente que liberarse de la filosofa. En esto tiene xitotanto ms pronto, cuanto ms hubo de sumirse, entre tanto, la filosofa misma, hasta no poderser otra cosa que erudicin escolar. Este notable fenmeno del predominio de lascosmovisiones ha tratado y no por casualidad de poner a su servicio incluso a la ltimagran filosofa: la filosofa de Nietzsche. Esto result tanto ms fcil, cuanto que Nietzschemismo neg la filosofa como erudicin y con ello se puso aparentemente del lado de lacosmovisin (como filsofo-poeta!).

    La cosmovisin es siempre hacedura por respecto a lo transmitido, con vistas a susuperacin y domeacin con los medios que son propios de ste y que ste ha preparados,pero que no han sido trados a explicitacin y todo ello traducido a vivencia.| La filosofa , como fundacin de la verdad del Ser, tiene su origen en s misma; tieneretrotraerse a aquello que ella misma funda y construirse nicamente desde all.

    Filosofa y cosmovisin son tan incomparables, que no hay ninguna imagen posible desensibilizacin para esta diferencia. Toda imagen las traera, una respecto de otra, demasiadocerca.

    El recndito, pero fenecido predominio de las iglesias, lo corriente y accesible de lascosmovisiones para las masas (como sustituto del espritu, del que se ha prescindido desdehace tiempo, y de la relacin con las ideas), la prosecucin indiferente del ejercicio de lafilosofa como erudicin escolar y, a la vez, mediata e inmediatamente, como escolsticaeclesial y cosmosiva, todo esto va a mantener por largo tiempo apartada a la filosofa como co-fundacin creadora del Da-sein del todosaber corriente y cambiante. Esto, desde luego, no esnada que hubiese que lamentar, sino solamente el indicio de que la filosofa camina hacia undestino genuino de su esencia. Y todo estriba en que no estorbemos este destino ni tampoco lodespreciemos mediante una apologtica en pro de la filosofa, una hacedura quenecesariamente queda por debajo de su rango.

    No obstante, es urgente la meditacin sobre el acercarse de este destino de la filosofa, el

    saber acerca de aquello que estorba y desfigura y podra poner en vigencia una entidadaparencial de la filosofa. Pero, en todo caso, este saber se mal interpretara a s mismo si sedejara seducir a hacer de esa contrariedad objeto de refutacin y de confrontacin. El saber dela falsa entidad ( Unwesens ) tiene que ser aqu siempre un pasar de largo.

    La esencia, con ndole de hacedura y de vivencia, de la cosmovisin obliga a que laconformacin de las cosmovisiones de uno y otro caso oscilen de un lado a otro entre lasoposiciones ms amplias, y, por eso, a consolidarse de vez en vez en compromisos. Que la

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    cosmovisin pueda ser, precisamente, el asunto ms propio | del individuo y de su puntualexperiencia de vida y su forja ms peculiar de opinin, que, por contraparte, la cosmovisinpueda presentarse como total, borrando toda opinin propia, pertenece a la misma esencia dela cosmovisin en general. Tan ilimitada es aqulla en su capricho, tan rgida es sta en sucarcter definitivo. Pero es fcil aprehender aqu lo opuesto y lo idntico: lo definitivo no esms que lo nico ampliado a la integridad de la validez general, y el capricho es laindividuacin, posible para cada cual, de algo que es definitivo slo para l. Falta por doquier lanecesidad de lo brotado, pero con ello, tambin, lo abismal de lo creador.

    En cada caso, la suspicacia y el recelo hacia la filosofa son tan grandes como diversos. Toda actitud que, como total, aspire a la determinacin y regulacin de cualquier especie

    del actuar y del pensar, tiene inevitablemente que contabilizar entre lo hostil e incluso lodespreciable todo lo que, por encima de aquello, pudiese comparecer an como necesidad.Pues de qu otro modo podra conseguir una cosmovisin total que pudiera ser siquieraposible, para no decir esencial, lo que ella misma rebaja y al mismo tiempo enaltece, eincorpora a otras necesidades, que ms bien que poder serle anexadas desde fuera, surgenoriginariamente desde su oculto suelo (por ejemplo, desde la esencia del pueblo).

    Emerge aqu, de este modo, una dificultad irremontable, que no puede ser apartada porningn compromiso y con ningn acuerdo. La cosmovisin total tiene que cerrarse a la apertura de fundamento y a la exploracin en lo profundo del reino de su crear, porque con ello la costendra que ponerse en cuestin a s misma . La consecuencia es sta: el crear es reemplazado deantemano por la diligencia ( Betrieb ). Los caminos y osadas del crear de otrora ( einstmaligen ) sonorganizadas en lo titnico de la hacedura, y esto | hacedural es la apariencia de la vivacidad delo creativo.

    A la cosmovisin slo se le puede oponer el preguntar y la decisin por lacuestionabilidad. Todo intento de mediacin de cualquier lado que pueda venir debilita lasposiciones y deja de lado la posibilidad del dominio para la lucha genuina.

    Pero no debe sorprender que la fe poltica total y la fe cristiana igualmente total, a pesar de

    ser irreconciliables, entren en compromisos y se den a la tctica. Pues son de la misma esencia.Como actitudes totales reside en el fondo de ellas la renuncia a las decisiones esenciales. Sulucha no es una lucha creadora, sino propaganda y apologtica.

    Pero no tiene la filosofa, y ella antes que todas, la pretensin de lo total, sobre todo si ladeterminamos como el saber del ente como tal en su totalidad ? As es de hecho, mientras lapensemos en la forma de la filosofa habida hasta ahora (la metafsica) y tomemos a sta en suacuacin cristiana (en la sistemtica del idealismo alemn). Pero aqu, precisamente, lafilosofa (moderna) est ya en camino a la cosmovisin (no es casual que la palabra gane en

    vigencia ms y ms en el crculo de este pensar).Slo que en la medida en que la filosofa vuelva a encontrarse en su esencia inicial (en el

    otro inicio), y tan pronto [lo haga], y la pregunta por la verdad del Ser llegue a ser el centro

    fundante, se pondr al descubierto lo abismtico de la filosofa, que tiene que volver a lo inicial,para traer a lo libre de su meditacin el hendimiento abismal y el ir ms all de s mismo, loextraador y constantemente inhabitual.

    | 15. La filosofa como filosofa de un pueblo

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    Quin querra negar que la filosofa es esto? Y acaso no se puede traer un testimonio de elloque sofocara toda opinin en contrario: el grande inicio de la filosofa occidental? No es l lafilosofa del pueblo griego? Y el gran final de la filosofa occidental, el idealismo alemn y Nietzsche, no es la filosofa del pueblo alemn ?

    Pero qu se dice con tales constataciones evidentes? Nada sobre la esencia de la filosofamisma. Al contrario, as slo se aplana a la filosofa en lo indiferente de un logro, de unarealizacin, de una forma de comportamiento, a ttulo de los cuales pueden valer tambin,ilustrativamente, el modo de vestirse y la preparacin de los alimentos y otras cosas semejantes.Esta evidente pertenencia al pueblo conduce erradamente a suponer que, con susealamiento, se dira tambin algo esencial sobre la filosofa o, incluso, sobre la creacin deuna futura.

    El giro filosofa de un pueblo se muestra, asimismo, muy equvoco y oscuro. Ello, dejandoenteramente de lado la indeterminacin del discurso sobre el pueblo.

    A travs de qu llega a ser pueblo un pueblo? Llega a ser slo aquello que les ? De ser as,qu es , entonces? Cmo se puede saber esto? 1. Qu es un pueblo en general? 2. ,Qu es steo aquel pueblo? 3. Qu somos nosotros mismos?

    Aqu fracasa todo modo de pensar platonizante, que le ante-pone al cuerpo de un pueblouna idea, un sentido y valores, de acuerdo a los cuales debe llegar a ser. De dnde viene, y cmo, este supuesto?

    La meditacin en el sentido ( Besinnung ) de lo popular ( Volkhafte ) es un paso esencial. Tantomenos cabe que deconozcamos esto, tanto ms debe saberse que un rango supremo del Sertiene que ser conquistado, si un principio popular ( vlkisch ) ha de ser puesto en juego, condominio, como normativo para el Da-sein histrico.| El pueblo slo llega a ser pueblo cuando vienen los suyos ms nicos, y cuando stosempiezan a presentir. As llega el pueblo primeramente a ser libre para la ley que tiene queganarse luchando, como aqulla de la ltima necesidad de su instante supremo. La filosofa deun pueblo es aquello que hace al pueblo un pueblo de la filosofa, que funda histricamente al

    pueblo en su Da-sein y lo determina destinalmente a la vigilancia en pro de la verdad del Ser.Por eso, la filosofa de un pueblo no puede ser inferida ni prescrita a partir de unasdisposiciones y unas capacidades, cualesquiera que ellas sean; al contrario, aqu el pensar sobrela filosofa slo es popular ( volkhaft ) cuando concibe que sta misma tiene que hacer brotar( erspringen ) su origen ms propio, y que esto slo pueden lograrse cuando la filosofa, pertenecean, sin ms, a su primer inicio esencial. Slo as puede ella empujar al pueblo a la verdad delSer, en lugar de ser, a la inversa, abusada por un pueblo que supuestamente es tal.

    16. Filosofa *

    es el saber inmediatamente intil, y sin embargo dominante, surgido de la meditacin.Meditacin es preguntar por el sentido, es decir (cf. Ser y Tiempo ), por la verdad del Ser.El preguntar por la verdad es el salto en su despliegue esencial y, por tanto, en el Ser mismo

    (cf. La fundacin, 227. De la esencia de la verdad ).

    * cf. Mirada preliminar, 7. Del acontecimiento, pp. ; Reflexiones IV, p. 85 ss. [Ref. Reflexiones. N. de. T. ]

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    La pregunta reza: si somos y cundo y cmo somos pertenecientes al ser (comoacontecimiento de propiacin).| Esta pregunta tiene que preguntarse por causa del despliegue del ser, que ha menester de nosot, y no, precisamente, como los que estamos all, meramente dados y presentes, sino de nosotros,en tanto que resistimos el Da- sein in-sistente y extticamente ( ausstehend instndlich bestehen ) y lofundamos como la verdad del Ser. De ah que la meditacin el salto en la verdad del ser esnecesariamente meditativo parar mientes en s mismo ( Selbst-besinnung ). Esto no significa (cf. La fundacin ) una consideracin retrospectiva a partir de nosotros como dados, sino fundacinde la verdad del ser-s-mismo a partir de la propiedad ( Eigentum ) del Da-sein .

    La pregunta de si somos pertenecientes al ser tambin es en s, de acuerdo a lo dicho, lapregunta por el despliegue del Ser. Esta pregunta por la pertenencia es una cuestin dedecisin entre la pertenencia, que primeramente ha de ser determinada, y el abandono del sercomo enrigidecimiento en lo no-ente en cuanto apariencia ( Anschein ) del ente.

    Debido a que la filosofa es tal meditacin, salta anticipadamente a la decisin ms extremaposible, y domina de antemano, con su apertura, todo albergamiento de la verdad en el ente y en cuanto ente. Por eso es ella el saber dominante por excelencia, aunque no saber absoluto almodo de la filosofa del idealismo alemn.

    Pero porque la meditacin es el meditativo parar mientes en s mismo y, en consecuencia,nosotros entramos tambin en la pregunta, acerca de quines somos nosotros, y porquenuestro ser es histrico y ste es, por lo pronto, [un ser] que ha sido y sigue siendo heredado( berkommenes gewesendes ), la meditacin se convierte necesariamente en pregunta por la verdadde la historia de la filosofa, meditacin sobre ese primer inicio suyo que a todo se adelanta y sobre su despliegue hasta el final.

    Una meditacin en lo de hogao siempre se queda corta. Esencial es aqulla sobre el inicio,que incluye tambin, con trazado anticipatorio, su final y lo de hogao como curso terminaldel fin, y esto de manera tal, que slo a partir del inicio deviene manifiesto lo de hogao entrminos de historia del ser (cf. El acorde, 57. La historia del Ser y el abandono del ser ).

    Y ms corta se queda la alineacin de filosofa con las ciencias, que no porcasualidad se ha vuelto usual desde el comienzo | de la poca moderna. A esta direccininquisitiva no slo la de la especie expresamente terico-cientfica tiene que renunciarsecompletamente.

    La filosofa no construye jams inmediatamente en el ente, ella prepara la verdad del ser y est pronta con las direcciones de la mirada y los horizontes ( Gesichtskreisen ) que con tal ocasinse abren.

    La filosofa es una articulacin en el ente como la dis-posicin sobre la verdad del Ser que se a

    17. La necesidad de la filosofa

    Toda necesidad arraiga en una urgencia. La filosofa, como la primera y ms extremameditacin en la verdad del Ser y el Ser de la verdad, tiene su necesidad en la primera y msextrema urgencia.

    Esta urgencia es aquello que involucra ( umtreibt ) al hombre en el ente y lo trae,primeramente, ante el ente en su totalidad y al medio del ente y, as, lo trae hacia s mismo, y,con ello, eventualmente ( jeweils ), a iniciar historia o a dejarla perecer.

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    Esto enredador es el estar yecto( Geworfenheit ) el hombre en el ente, que lo determinadestinalmente como yector del ser (de la verdad del Ser).

    El yecto yector cumple la primera yeccin, es decir, la fundadora, como proyecto(cf. La fundacin, 203. El proyecto y el Da-sein ) del ente sobre el Ser. En el primer inicio, al venir, engeneral, el hombre a estar ( stehen ) ante el ente, el proyecto mismo y su modo y su necesidad sontodava oscuros y estn encubiertos y son, sin embargos, poderosos: fsi$ lqeia n

    pn lgo$ no$ plemo$ m n dkh dika.La necesidad de la filosofa consiste en que ella, como meditacin, no tiene que hacer a un

    lado aquella urgencia, sino aguantarla y fundarla, hacer de ella el fundamento de la historia delhombre.| No obstante, aquella urgencia es diversa en los inicios y trnsitos esenciales de la historia delhombre. Pero jams ser lcito considerarla, sacando cuentas extrnsecas y de corto alcance,como una carencia, una penuria y cosas por el estilo. Est al margen de toda valuabilidadpesimista u optimista. Segn cul sea la experiencia inicial de esta urgencia, es el templefundamental que atempera para la urgencia.

    El temple fundamental del primer inicio es el asombrode que sea el ente, de que el hombre,siendo, l mismo, sea ente en aquello que l no es.

    El temple fundamental del otro inicio es el espanto. El espanto en el abandono del ser (cf. El acorde ) y la reserva que se funda en tal espanto en cuanto creador.

    La urgencia, como aquello involucrador,