Contexto para una conversacion sobre conocimiento global en equidad y desarrollo

4

Click here to load reader

description

El fenómeno de la globalización ha permitido que cualquier persona pueda medir y comparar los ingresos que se reciben en distintos contextos geográficos y sociales, llegándose así a la constatación de una marcada desigualdad. Esta conciencia puede provocar graves tensiones dentro de cada país y entre naciones. Esta misma tendencia ha comprometido al país en establecer una constante rutina de medición de sus indicadores de pobreza y desigualdad. Sin embargo los datos arrojados no respaldan en absoluto una gestión equitativa o justa en la distribución del ingreso y la eliminación de las desigualdades.

Transcript of Contexto para una conversacion sobre conocimiento global en equidad y desarrollo

Page 1: Contexto para una conversacion sobre conocimiento global en equidad y desarrollo

Página 1 de 4

DESSAROLLO Y EQUIDAD EN EL CONTEXTO DEL

CONOCIMIENTO GLOCAL? ELEMENTOS PARA CONVERSAR

SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTO GLOCAL COMO

UNA OPORTUNIDAD DE INCLUSIÓN Y EQUIDAD

Por: Julio Ernesto Rojas Mesa

PhD en Teoría de la Educación. Docente Investigador

En el contexto nacional (Colombia), es importante relacionar la política pública con los

problemas sociales y la manera como el sistema académico juega en dicha relación. Si se

observan los diferentes planes de desarrollo del país, se puede dimensionar el inmenso

protagonismo adjudicado a las Ciencias Sociales como escenario ideal para la resolución y

desarrollo de una política pública nacional justa y equitativa con toda su población. Más que

cualquier otro campo del conocimiento profesionalizado, las Ciencias Sociales han

terminado convertidas en el dispositivo requerido para aportar en la solución de la

inequidad, la brecha económica y social, y, la exclusión de diversos grupos de población

con características étnicas, sociales y culturales diferenciadas.

Un recorrido por los planes de desarrollo del país en las últimas dos décadas permite

corroborar lo anteriormente expuesto: “construcción de la paz y la democracia (1991);

propiciar una sociedad más incluyente y equitativa, respetuosa del medio ambiente (1998);

educar para una sociedad en transformación y con identidad (2002); promover la ciencia,

tecnología e innovación, al servicio del progreso y bienestar social (desde 1998 en

adelante); y servir de soporte para la internacionalización, la globalización y la

competitividad (2010). Elementos enunciativos que no han tenido un desarrollo efectivo en

el cumplimiento de las políticas públicas para el sector” (ASCUN, 2012. Pág. 31)

Para el país, ha sido intenso el debate por unas ciencias sociales críticas de los enfoques

de desarrollo, integradas a la administración gubernamental, dialogantes con el mundo

económico y político. Desde la década del noventa hasta la actualidad, los planteamientos

acerca de la manera como se gesta y se representan los discursos del desarrollo, del tercer

mundo, o del subdesarrollo, atravesó gran parte del análisis y orientación de los programas

universitarios que ofertan ciencias sociales, humanas y artísticas (Escobar 2013,

http://www.unc.edu/~aescobar/html/texts.htm).

Page 2: Contexto para una conversacion sobre conocimiento global en equidad y desarrollo

Página 2 de 4

Mucha de la producción académica en torno a estas preocupaciones sociales, permitió

consolidar distintas explicaciones de la manera como Colombia ha construido sus

representaciones sociales, su visión de progreso, del por qué en dicho camino se ha

convertido en uno de los países más inequitativos del continente y del mundo (DNP 2007,

MinProtección 2010, Galvis y Meisel 2010). Finalmente, “cómo lograr que los colombianos

tengan igualdad de oportunidades en el acceso y en la calidad a un conjunto básico de

servicios sociales” (DNP, 2005:19)

Mucho de ello, se ratifica en una serie de brechas (social, digital, biotecnológica) que aún

son bastante pronunciadas en la población colombiana y frente a las cuales la educación

juega un papel fundamental y diferenciador: Uno podría decir que la desigualdad tiene como

causa principal que la economía o la sociedad colombiana se está dividiendo en dos: un

sector moderno donde se emplea los trabajadores con educación superior y un sector

informal donde se refugian los trabajadores sin educación (Gaviria, 2011,

http://www.dinero.com/actualidad/economia/articulo/colombia-campeon-desigualdad-

america-latina/120728).

Junto a este debate madurado en torno a dos temas centrales: progreso y desarrollo,

alrededor de los cuales giró toda una serie de análisis de diferentes indicadores sociales:

economía, política, sociedad, cultura, territorio y otros, en los años noventa se unió el

enfoque de los estudios culturales. La teoría de la hibridización cultural en el mundo latino

como mecanismo de defensa y “resignificación” de sus representaciones culturales,

sociales, políticas, territoriales y económicas formó parte de los nuevos debates

universitarios en las facultades de Ciencias sociales, Humanas y Artìsticas . Canclini (1990)

y Barbero (1990) retomaron las propuestas del control cultural de Bonfil Batalla (1985), para

darles un giro y plantear una dialéctica en la construcción de las representaciones culturales

y sociales en América Latina.

El debate continúo de las ciencias sociales que precedió a toda esta producción de

discursos alrededor de los estudios culturales devino en diferentes posturas. Para muchos

este debate alrededor de la cultura permitió generar un “ambiente” pluralista, multicultural y

de reconocimiento a un dinamismo cultural en Latinoamérica. De hecho, aún existen

diferentes facultades de ciencias sociales con programas de pregrado y posgrado,

dedicados específicamente al análisis social y cultural desde la óptica de los estudios

culturales.

En el desarrollo de un estatuto plurietnico y multicultural en Colombia, que a la postre

desembocó en la redacción de una nueva Constitución Política de Colombia (C.P.C. 1991),

Page 3: Contexto para una conversacion sobre conocimiento global en equidad y desarrollo

Página 3 de 4

el aporte de los análisis desde la óptica de los estudios culturales fue fundamental para

entender el cambio en el que se adentraba el país y del emergió con fuerza una batería

conceptual que desplazó de manera la univocidad de un discurso sobre el progreso y el

desarrollo, dando paso a la noción de bienestar, determinada en gran medida por la

pluralidad del pensamiento regional y local. Las comunidades debían tener la autonomía

para trazar, en asocio con actores más especializados como las universidades, su propia

cosmogonía del bienestar (Ramón M, 2005).

En la década del 2000, aparece la teoría postcolonial para volver a alimentar el debate

sobre las poblaciones latinoamericanas y sus problemas sociales. Los postcolonialistas dan

un giro al debate ontólógico, filosófico y antropológico del estatuto social y cultural

latinoamericano para volver a indagar por su condición y sus problemas sociales. En

palabras de Castro, ello significa volver a ubicar el punto de discusión en una genealogía

que indague por el punto cero y desnude el eurocentrismo epistemológico así como su

pretendida objetividad:

“Me refiero a una forma de conocimiento humano que eleva pretensiones de objetividad y

cientificidad partiendo del presupuesto de que el observador no forma parte de lo

observado. Esta pretensión puede ser comparada con el pecado de la hybris, del cual

hablaban los griegos, cuando los hombres querían, con arrogancia, elevarse al estatuto de

dioses. Ubicarse en el punto cero equivale a tener el poder de un Deus absconditus que

puede ver sin ser visto, es decir que puede observar el mundo sin tener que dar cuenta a

nadie, ni siquiera a sí mismo, de la legitimidad de tal observación. Equivale, por tanto, a

instituir una visión del mundo reconocida como válida, universal, legítima y avalada por el

Estado. Por ello, el punto cero es el del comienzo epistemológico absoluto, pero también el

del control económico y social sobre el mundo” (2005:36).

Los debates postcoloniales han insertado en el panorama de las ciencias sociales un

elemento diferenciador fundamental en la manera como ahora se concibe el estatuto social

y cultural de la nación colombiana. Desborda un debate acerca de la diferencia cultural

centrado en criterios eminentemente étnicos, tal y como se planteó en los noventas a partir

de los estudios culturales y los debates jurídicos (Convenio 169 de 1989 de la OIT, Kimlicka,

2010). Confronta el escenario de las relaciones de poder construidas sobre una subjetividad

ontológica y genealógica europea y se lanza en la apuesta por recuperar una alteridad que

Europa jamás reconoció a las Américas (Mignolo, 2000:57).

Producto de ello y como beneficio de este debate soportado en gran medida en el discurso

foucaultiano, surge en las universidades una gran transformación del discurso de la

Page 4: Contexto para una conversacion sobre conocimiento global en equidad y desarrollo

Página 4 de 4

diferencia étnica y cultural como sinónimos para convertirse en conceptos diferenciadores

efectivamente en un sujeto que habita la nación, la emergencia de subjetividades que de

alguna manera disputan el poder hegemónico a esa subjetividad ontológica y genealógica

marcada en el giro bautismal dado por occidente a sus colonias. El surgimiento de los

estudios de género en los programas de psicología, de los estudios sobre culturas juveniles

en los programas de comunicación, marcan estos nuevos aportes que las ciencias sociales

generan en la producción de un discurso a los problemas sociales en el país.

En los últimos años, el proceso de internacionalización de la educación se ha convertido

en un objetivo de las políticas públicas. Desde esta perspectiva, las Ciencias Sociales

continúan apareciendo como el dispositivo más eficaz para construir un conocimiento con

sentido social y humano, adecuado a las necesidades, contexto y prospectiva del país. Ello

se puede evidenciar plan sectorial del MEN en relación con la educación superior:

“promover la preparación e inclusión de los ciudadanos en las dinámicas internacionales

del conocimiento, la ciencia, la innovación, la técnica y el trabajo; generar conocimiento e

innovación a partir del desarrollo de las ciencias naturales, exactas, sociales y humanas, la

filosofía, la técnica, la tecnología y la creación artística; y propiciar su divulgación y

transferencia a través del trabajo comunitario, la responsabilidad social, la reflexión

académica de los problemas nacionales y la extensión solidaria” (MEN, 2010 Pág. 38).

Sin embargo, no es fácil enfrentarse a la relación entre lo local y lo global dentro de un

fenómeno de internacionalización y apertura de fronteras en el país. Lo anterior se ha

venido perfilando de manera pertinaz en expresiones desiguales, fuera del control de la

sociedad nacional y en tiempos altamente apresurados. Algunas de esas materializaciones

son los acuerdos de libre comercio, la configuración de megaproyectos de explotación de

recursos naturales y minerales sin respeto por el medio ambiente, transferencia de

tecnológica como mecanismo para la recuperación económica de los países desarrollados

y no para el crecimiento de actores locales o regionales.

Todo ello aboca al país y a sus instituciones educativas a repensar la manera como la

sociedad se tiene que parar frente a ese tsunami. La educación y su comprensión como

gestión de conocimiento local para la transformación social, el fortalecimiento de las

subjetividades, las comunidades y sus redes sociales en los ámbitos locales y regionales

con perspectiva global a escala, vuelve a ser el reto central sobre el cual las facultades y

escuelas de ciencias sociales en las universidades tienen que pensar. La Escuela de

Ciencias Sociales Artes y Humanidades está comprometida en ello.