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CONSUMO MEDIÁTICO, REPRESENTACIONES Y MEMORIA SOCIO- CULTURAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS DEL BARRIO "LA FLORIDA" EN EL MUNICIPIO DE SOACHA PRESENTADO POR: ASTRID ZACIPA INFANTE TRABAJO DE TESIS PARA OPTAR AL TÍTULO DE: MAGISTER EN COMUNICACIÓN Y MEDIOS DIRECTOR: GERMÁN MUÑÓZ GONZÁLEZ UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS INSTITUTO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN Y CULTURA MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN Y MEDIOS COLOMBIA 2015

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CONSUMO MEDIÁTICO, REPRESENTACIONES Y MEMORIA SOCIO-

CULTURAL DE LOS NIÑOS Y NIÑAS DEL BARRIO "LA FLORIDA" EN EL

MUNICIPIO DE SOACHA

PRESENTADO POR:

ASTRID ZACIPA INFANTE

TRABAJO DE TESIS PARA OPTAR AL TÍTULO DE:

MAGISTER EN COMUNICACIÓN Y MEDIOS

DIRECTOR:

GERMÁN MUÑÓZ GONZÁLEZ

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS

INSTITUTO DE ESTUDIOS EN COMUNICACIÓN Y CULTURA

MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN Y MEDIOS

COLOMBIA

2015

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TABLA DE CONTENIDO

1. Información general…………………………………………………………… 3 1.1 Título……………………………………………………………………… 3

1.2 Líneas y sublíneas de investigación…………………………………….... 3 1.3 Lugar de ejecución………………………………………………………... 3

2. Resumen………………………………………………………………………… 4

3. Palabras clave………………………………………………………………….. 4

4. Introducción…………………………………………………………………….. 5

5. Presentación contexto y población ……………………………………………. 8

6. Contextualización de la investigación…………………………………….…… 10 6.1 Planteamiento del problema……………………………………………………… 10

6.2 Objetivos……………………………………………………………………….. 11 6.3 Justificación……………………………………………………………………… 12 6.4 Antecedentes…………………………………………………………………… 16 6.5. Estado del arte…………………………………………………………………. 16

7. Marco teórico…………………………………………………………………. 33

8. Marco metodológico…………………………………………………………... 69

9. Hallazgos……………………………………………………………………….. 77 9.1 Estudio de consumo mediático en niños y niñas

de La Florida, Soacha………………………………………………...………. 77

9.2 Identidades y representaciones mediales de los niños y niñas del barrio La Florida, asentamiento de población en desplazamiento…..……. 88 9.3 ¿Qué elementos les pueden permitir mantener o construir esa

memoria?................. 102

10. Conclusiones…………………………………………………………………… 109

11. Bibliografía……………………………………………………………………… 119

12. Anexos…………………………………………………………………………… 127

3

1. Información general

1.1 Título

Consumo mediático, representaciones y memoria socio-cultural de los niños y niñas del

barrio "La Florida" en el municipio de Soacha.

1.2 Líneas y sublíneas de investigación

Línea: Culturas mediáticas

Sublíneas: Infancia, representaciones y memoria

1.3 Lugar de Ejecución

Municipio de Soacha, barrio “La Florida”

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2. Resumen

Esta investigación propone determinar, primero si los medios que consumen los niños y niñas

del barrio La Florida en Soacha, y pertenecientes a familias desplazadas facilitan su representación

y su inserción al nuevo contexto de ciudad que los “acoge”; si estos medios ofrecen alguna forma

de representación de la realidad que dejaron atrás en sus veredas, en sus campos, en sus fincas, en

la ruralidad de este país. En segundo lugar, determinar igualmente, cuáles serían las formas

comunicativas, si las hay, que les posibilitan el mantenimiento o la recuperación y re-construcción

de la memoria socio-cultural desde sus hogares.

La población sujeto de mi investigación, niños y niñas de 9 a 11 años del barrio La Florida,

llegó a una ciudad donde, según los reportes de entidades gubernamentales y privadas, hay una

oferta amplia de actividades mediáticas para la población infantil. Oferta que les permitiría contar

con instrumentos tanto en la escuela como en su barrio, para ocupar sana, divertida y

educativamente su tiempo libre. Oferta de una ciudad como Bogotá, que se extiende hasta este

municipio vecino (Soacha), que incluye, según reportes gubernamentales, acceso a la televisión

pública, privada y por cable y el servicio de internet.

Se creería que esta oferta está abierta para todas las poblaciones incluida la de La Florida,

pero, ¿qué tanto ha llegado el acceso de estos medios a este tipo de poblaciones? ¿Hasta dónde

han alcanzado los medios, en especial los digitales, a los niños y niñas de La Florida?

Por otra parte, mucho se ha hablado de la necesidad de no olvidar nuestra historia porque de

ella aprendemos. Para esto, se han emprendido muchos proyectos que buscan re-construir la

memoria de las víctimas del conflicto y de los desplazados pero siempre desde la mirada del adulto.

¿Esta oferta cuenta con ellos como fuente de inspiración para el desarrollo de sus proyectos de

programación? Muy poco se le ha preguntado a los niños y niñas o se ha hecho algo por ellos al

respecto. De ahí que propongo determinar si los medios usados por los niños y niñas en los

diferentes espacios en los que se mueven, escuela y familia, cuentan con elementos referentes a la

historia vivida por ellos y sus familias.

3. Palabras clave

Infancia, consumo mediático, representaciones, memoria, identidad.

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4. Introducción

Antecedentes

La experiencia de trabajo durante un año con dos grupos de niños y niñas, uno en Bogotá y

otro en Montería, dio origen a la presente investigación. Ellos son niños, niñas, adolescentes y

jóvenes pertenecientes a barrios de sectores marginados y vulnerables que acudieron a la invitación

para formar parte de una prueba piloto de alfabetización digital patrocinada por Visión Mundial,

organización donde laboré por más de 15 años.

En esa oportunidad, 2008, desde la organización establecimos los contenidos por desarrollar

durante esta prueba piloto, que consistió en una serie de talleres que trataban temas desde redacción

hasta la edición de fotos y elaboración final de una presentación animada.

Una vez estuvieron los grupos organizados iniciamos los talleres los cuales revelaron, no sólo

la débil capacidad escritora de los niños, incluida su mala ortografía, como también el total

desconocimiento del uso de un computador y por consiguiente de las nuevas tecnologías. Haciendo

los ajustes pertinentes, el proyecto continuó con el programa propuesto el cual incluyó trabajos

colectivos de construcción audiovisual sobre su comunidad. Los resultados fueron gratos en la

medida que los participantes construyeron piezas comunicativas sobre algunas de las duras

realidades de barrio. Entre los temas que ellos mismo decidieron trabajar se encontraron la

construcción de una cancha de fútbol gracias a la gestión de una líder comunitaria, el colectivo de

jóvenes grafiteros e historias sobre cómo surgió Soacha. Estos talleres fueron incentivos que

despertaron en ellos un interés por seguir desarrollando habilidades en el manejo de la tecnología

que se puso a su alcance.

A partir de esa experiencia empezaron a surgir varias hipótesis que llevaron a plantear esta

propuesta de investigación.

Hipótesis como:

Si estas niñas y niños habían iniciado una recolección de información sobre las

prácticas y gestiones de algunas personas en su barrio, ¿por qué no llevarlas al interior de

sus familias para ellos construir su memoria familiar?

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Con la capacitación brindada por la institución en el uso de diferentes dispositivos

tecnológicos, ¿cómo estas niñas y niños podían utilizar su creatividad para realizar

productos que pudieran plasmar esa memoria familiar, considerando que sus familias se

encontraron, en un momento dado, en situación de desplazamiento?

¿Cómo esas historias sobre el desplazamiento con las que han llegado estos niños

pueden llegar a ser contadas y conocidas desde sus propias perspectivas a través de

diversas tecnologías de comunicación y ser incluidas en la memoria del país sobre el

tema?

Considerando que las niñas y los niños participantes, en esta prueba, son en su

mayoría, pertenecientes a familias que llegaron a Soacha en condición de

desplazamiento, ¿hasta dónde sus hábitos en el consumo de medios había cambiado?

¿Era la televisión el medio por excelencia en esta comunidad para la recreación,

esparcimiento e interacción con el mundo “exterior”?

¿Los medios que consumen, están contando las historias del desplazamiento, las

han contado? ¿Se ven ellos representados de alguna manera en los productos que

consumen en los diferentes medios a los cuales pueden tener acceso?

¿Cómo estas niñas y niños pueden desarrollar o mantener una identidad que aún

conserve vestigios de su lugar de procedencia y superar el desarraigo mediante la

narración de sus historias?

¿Hasta dónde las nuevas tecnologías han alcanzado a estas niñas y niños? Y en

este sentido, ¿hasta dónde las instituciones educativas están facilitando la alfabetización

digital a estos niños y el acceso a las nuevas tecnologías?

En principio, este proyecto se formuló orientado a elaborar una propuesta de construcción de

memoria con las niñas y niños de la Florida en Soacha utilizando diferentes tecnologías. Sin

embargo, durante el diseño y revisión del mismo, se fue descubriendo que, temas como el de la

identidad y la representación eran claves en este proceso de adaptación por el que ellos están

pasando. De ahí el giro que tomó la investigación. Determinar inicialmente el consumo de medios

por parte de estas niñas y niños; hasta dónde estos medios les ofrecen unas representaciones que

de alguna manera les permite verse representados como niñas y niños, y si en el contexto de familia

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existen formas comunicativas que les ubiquen como parte de la historia del desplazamiento sufrido

por millones de familias en el país.

La investigación fue planteada en respuesta a las problemáticas que se presentan en zonas

vulnerables de las ciudades colombianas que son punto de llegada de población desplazada por la

violencia, en las que se desfiguran las identidades de los niños y jóvenes.

En este orden de ideas, en su primera parte, la investigación incluye algunas de las

investigaciones relacionadas con los temas infancia, medios, identidad, representaciones y

memoria. Éstas nos dan una idea de la relación medios de comunicación masiva e infancia y las

repercusiones que tiene según variables como la situación económica, social y cultural.

Posteriormente, se incluyen los conceptos sobre estos temas desde diferentes autores tanto

latinoamericanos como universales.

Teniendo en cuenta lo anterior se presentan los resultados de esta investigación la cual parte

del análisis del consumo mediático que esta población realiza a fin de determinar inicialmente los

medios o productos a los que tienen acceso para conocer el resto del mundo o si la televisión sigue

siendo todavía el “medio masivo por excelencia de comunicación”, considerando que actualmente

se habla de una sociedad hiperconectada, hipermediatizada donde se mira, se habla, se tienen unas

prácticas y unas percepciones diferentes y ver hasta dónde éstas han permeado esta población

infantil.

También se presenta un análisis sobre el aporte de la industria cultural a la construcción de la

identidad y la representatividad de los niños y niñas colombianos que crecen en un asentamiento

de desplazados. Se estudia hasta dónde el contenido de la industria cultural está influyendo en la

construcción de la identidad de estos niños y niñas. Se indaga sobre la forma en la que se ven, en

cómo se quieren ver en el futuro y cómo se (re)-construyen en un país que los ha olvidado, que no

los ha tenido en cuenta para la superación de las secuelas que puede dejar el haber sido testigos de

unos hechos de violencia que los desarraigó. De igual forma se hace una observación que

contribuye a determinar si existen o no elementos que representan a esta población como víctima

del fenómeno del desplazamiento; y si a la hora de narrarnos como sociedad cuentan sus historias,

sus experiencias y sus vivencias.

Por último, se presentan los resultados de una serie de entrevistas a las familias de esta

población las cuales buscan determinar si a nivel familiar existen prácticas o elementos que

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permiten la conservación de la memoria del desplazamiento y si además hay indicios materiales

que contribuyan con el mantenimiento o construcción de la memoria de sus historias sobre el

mismo tema.

5. Presentación contexto y población

5.1 Contexto socio-económico de la población sujeto de esta investigación

El municipio de Soacha, ubicado al sur oriente de la ciudad de Bogotá, capital de Colombia,

cuenta con más de 454.000 habitantes. Según el censo 2005 del Dane, 51,26% de la población de

Soacha corresponde a mujeres y el 48,74% a hombres. Según la estructura etárea, la mayor

concentración poblacional se presenta en el rango de edades productivas (de 15 a 65 años). La

edad mediana de la población es de 26,97 años, superior en más de 10 años a la edad mediana en

el Censo de 1993, como producto de una reducción sensible de la población infantil.

En la actualidad el 86,9% de toda la población es menor a 50 años, mostrando una población

joven, pero no infantil, concentrada en las edades productivas. Ello implica que las demandas

sociales de la población se concentran en salud reproductiva y para el trabajo, capacitación para

mejoramiento laboral y espacios públicos para la movilidad y el descanso.

Allí, el desempleo ha alcanzado altas proporciones, generando lógicamente en la pérdida de

ingresos estables, para que las familias puedan hacer frente a sus diversas necesidades; la gente

sobrevive con actividades puntuales como el trabajo en una casa una vez a la semana, el

equivalente a un dólar diario, la línea de pobreza, de estos sectores es cada vez más baja y

podríamos atrevernos a decir que casi está en la línea de indigencia, o sea, solo consigue para

adquirir los alimentos (sin satisfacer las necesidades mínimas alimentarias de sus hijos y ellos

mismos).

La situación general de estas comunidades ha desmejorado, el desempleo y la carencia de

ingreso ha ocasionado la desintegración de algunas familias, donde los padres han tenido que salir

a otros lugares, buscando la forma de conseguir algún dinero. Los niños y niñas son los más

afectados por esta situación, ya que, muchas veces deben permanecer solos mientras sus padres

salen en busca de empleo, muchos de ellos tienen que trabajar para apoyar en la casa y dividen su

jornada entre ir a estudiar, trabajar como vendedores en los buses y algunos mendigar.

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Las mujeres cabeza de familia, son la situación más predominante en la comunidad, quienes

“sobreviven” de ventas ambulantes, empleos en casas de familias y algunos ocasionales; los

hombres se desenvuelven como vigilantes, vendedores ambulantes o en trabajos de construcción.

La mayoría de sus barrios, entre los cuales se encuentran Altos de Cazucá, Ciudadela Sucre,

Potosí, La Florida, se caracterizan por sobrellevar la crisis económica política y social por la que

atraviesa el país.

Algunas familias víctimas del conflicto armado, ven en barrios como Altos de Cazucá, y La

Florida el lugar donde pueden quedarse, ya sea para ocultarse, o porque han encontrado algún

apoyo en la gente del sector. Sin embargo hacen que la situación se vuelva más difícil, no solo

para ellos sino, también para quienes les han acogido, en medio de estas dificultades han logrado

acomodarse y empezar a organizar un nuevo espacio de vida.

Tomando como referencia el Censo 2005, el nivel educativo de la población en Soacha llega

a 6,53 años de educación recibidos, mostrando una situación preocupante en cuanto a la calidad

de los recursos humanos, cuando para el país tal indicador llega a más de 7,5 años y para países

desarrollados es de 14 años y más; un indicador así, muestra el atraso relativo del municipio

respecto a la formación necesaria de la fuerza de trabajo para enfrentar un proceso de

competitividad regional como el que se inicia en el país.

Un informe elaborado por el periódico el Tiempo, el domingo 4 de noviembre, refiriéndose a

Altos de Cazucá dice (algunos de sus apartes): “Chicos de Altos de Cazucá, La Isla y Ciudadela

Sucre iban a la escuela, esencialmente, para quitarse el hambre. Casi todos los niños, llegados de

las zonas de guerra de Colombia, han visto morir gente. Necesitan terapias para olvidarse de esos

muertos, pero su urgencia inmediata es deshacerse del vacío en el estómago. Para un niño que

padece hambre, lo único importante es comer”, dice el Programa Mundial de Alimentos, que sabe

de la desnutrición del casi 30 por ciento de los niños colombianos.

Algunos datos sobre el fenómeno del desplazamiento en Colombia

Niños desplazados en Colombia entre 1985 y 2000: 1’404.000

Porcentaje de niños desplazados que no regresan a la escuela: 57%

Niños colombianos que padecen desnutrición crónica en zonas rurales: 1 de cada

5

Niños colombianos que padecen desnutrición crónica en zonas urbanas: 1 de cada

8

10

Niños desplazados atendidos por el PMA: 33.150

Niños en edad preescolar atendidos por el PMA: 90001

Uno de los barrios que conforman el municipio de Soacha es el de La Florida. Éste lo

componen tres sectores: Altos de la Florida, Florida y Florida baja. Este barrio está conformado

en su mayoría por familias que llegaron desplazadas durante los últimos 15 años. De allí surge la

población sujeto de esta investigación. Niños y niñas entre 9 y 11 años, testigos directos o por

segunda generación del fenómeno del desplazamiento. Con ellos se desarrolló el tema de este

estudio. Sus rutinas, hábitos e inversión del tiempo libre nos guiarán hacia la respuesta a los

interrogantes planteados.

5.2 ¿Qué se entiende por desplazamiento forzado?

“Se refiere a la acción llevada a cabo por personas o grupos de personas que se han visto

forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o lugar de residencia habitual, en particular como

resultado o para evitar los efectos de un conflicto armado, de situaciones de violencia generalizada,

de violaciones de derechos humanos o catástrofes naturales o provocadas por el ser humano y que

no han cruzado una frontera estatal internacionalmente reconocida”. (Ley 387 de 1997).

Los niños participantes en esta investigación proceden en su mayoría de familias que se vieron

forzadas por los diferentes grupos armados, llámense guerrilla o paramilitares, a dejar sus tierras,

principalmente ubicadas en los departamentos de Tolima y Cesar. Llegaron a Bogotá buscando,

ante todo, seguridad para sus niños y nuevas oportunidades de generación de ingresos.

Esta población, sujeto actual de esta investigación, está conformada por niños y niñas entre 9

y 11 años de una comunidad que lo único que tiene en común es el desplazamiento. Sus pobladores

proceden de diferentes regiones del país, con costumbres y tradiciones diversas. Se podría decir

que su común denominador es el de ser familias con estructuras disfuncionales donde, en la gran

mayoría, el padre es el gran ausente.

5.3. Pervivencia de la memoria

1Fuentes: (PMA) Programa Mundial de Alimentos. (FAO) Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura

y la Alimentación; y Codhes.

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En las últimas décadas han adquirido importancia los movimientos de reconstrucción de la

memoria histórica de grupos sociales afectados por los procesos de invisibilización como las

mujeres, los afroamericanos, los indígenas, las culturas colonizadas, los trabajadores, los

perseguidos políticos, etc.

La reconstrucción de la memoria afectada por los procesos de invisibilización no constituye

un mero esfuerzo de investigación, sino que también y fundamentalmente requiere un activismo

social orientado a desmitificar estereotipos y verdades dadas, profundamente arraigadas en la

cultura dominante.

En muchas partes del mundo han surgido foros por la memoria como espacios, no sólo de

investigación sino también políticos y culturales, con el fin de servir de plataforma para la

construcción de identidades sociales.

¿Por qué es importante trabajar la memoria del desplazamiento con los niños y niñas de

familias que fueron víctimas de él?

Las siguientes son efectos reconocidos del Impacto Bio-psicosocial del niño desplazado:

Pérdida de identidad

Destrucción del tejido socio-cultural (situación de vulnerabilidad)

Cambios en las estructuras y composición familiar y social, (alteración del

rol en la sociedad), adquiriendo responsabilidades para las que no están

preparados física ni mentalmente.

Desarrollo sexual temprano que conlleva a embarazos tempranos.

Malas relaciones intrafamiliares (maltrato infantil)

Problemas de socialización (modelo familiar)

Trastornos psicoafectivos (paranoia)

Abuso sexual (4-10 años)

Depresión (Física, emocional y sexual)

Pérdida del derecho a “vivir”

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6. Contextualización de la investigación

6.1 Planteamiento del problema

Por los acontecimientos de los últimos 50 o tal vez más años, en Colombia hemos visto el

fenómeno del desplazamiento que ha hecho surgir sociedades emergentes especialmente en las

grandes ciudades2. Éstas están conformadas por desarraigados de diferentes puntos del país, como

antes mencioné, a La Florida llegaron familias especialmente de departamentos como Tolima,

Cesar y el mismo Cundinamarca, que se han asentado y llegado a confluir y crear nuevas

interacciones en esta urbe que ha rebasado los límites con los municipios vecinos. Son marginados

de las sociedades ya previamente establecidas. Este es el caso de comunidades que se han

establecido en la periferia de Bogotá, especialmente en la que colinda con en el municipio de

Soacha, comunidades conformadas en su mayoría por mujeres cabeza de hogar y sus hijos. Y son

precisamente estos niños, de 9 a 11 años mi sujeto de estudio. Niños y niñas del barrio La Florida.

Ellos y sus familias son vecinos de una populosa ciudad que se transforma día a día, que parece

envolverlos en su vertiginosa movilidad. Entonces, ¿cómo hacer para mantener esa naturalidad,

esa identidad con la que llegaron de sus regiones? Porque esta ciudad, les ofrece una gran variedad

de actividades y de medios que pueden llevarlos a fusionarse con las demás poblaciones y perder

su distingo, que les pueden hacer confundirse entre la masa de las audiencias y caer en el

anonimato, en la indiferencia, en el olvido; que pueda ser una generación que cuenta con elementos

que le permiten identificarse en la historia. Además de los medios tradicionales que consumen,

igualmente tienen una oferta de nuevos medios que podría serles útil para contar esas historias, sin

embargo, ¿están éstos a su alcance?

Las familias de estos niños y niñas viven en el barrio La Florida, caracterizado por ser una

zona a donde han confluido cientos de familias desplazadas. Es un barrio marginal. También es

una fuente importante de información para la construcción de la historia que está escribiendo el

país sobre la violencia y el conflicto. Muchos de los niños y niñas que se toman sus calles han sido

2 Según Felipe Vázquez Palacios (2002. Revista Transición, Debate y Propuesta en Veracruz No. 42). La construcción de

interacciones sociales en sociedades emergentes. Felipe Vázquez Palacios) “Llamo sociedad emergente a una estructura social que

genera un sistema de interacciones sociales donde los actores dan respuestas (populares, espontáneas y creativas), poniendo en

juego un conjunto de intercambios y mediaciones no sólo de bienes materiales (ayuda en especie, dinero; en servicios, el agua, la

luz, el baño), sino espirituales (las palabras de aliento, apoyo moral), culturales (información, las enseñanzas bíblicas, la enseñanza

de algún oficio), físicas (proporcionan alivio, alimento instantáneo) y, básicamente sociales (el contacto con los demás). Todas ellas

estructuradas, tanto por ellos mismos como por los demás, con la finalidad de satisfacer las aspiraciones y/o necesidades más

elementales.”

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testigos directos o han vivido las consecuencias del mismo. Sin embargo, ¿hasta dónde se sienten

partícipes de esa historia? Porque incluso las familias pareciera que quisieran olvidar esta

experiencia donde ellos también han sido los protagonistas.

De allí surge la pregunta central que pretendo responder en esta investigación: ¿Cómo

construyen sus representaciones y memoria social del desplazamiento las niñas y niños del

Barrio La Florida de Soacha, con las mediaciones comunicativas a las que tienen acceso?

Para resolver la pregunta central estaré atendiendo otros interrogantes que surgieron como

son: ¿cómo viven estos niños y niñas?, ¿qué consumen en cuanto a medios se refiere?, ¿cómo

invierten su tiempo libre? ¿Se ven representados en los medios que consumen?, ¿existen para los

medios como posibles protagonistas de sus historias? Y de otra parte, ¿qué formas comunicativas

encuentran en su contexto familiar que les ayude a mantener esa historia que los visibiliza, que los

hace parte de la historia de un país que ha perdido su memoria? En palabras de Barbero, cómo

comprender las ciudades desde las experiencias ciudadanas, cómo en las estéticas de los jóvenes

y el arte que movilizan los creadores se hallan claves de los nuevos relatos de país.

Según Bauman (2001), todos estamos en riesgo, vivimos sin derechos. “Riesgo de perderse

en la soledad y en la incomunicación. El problema es la incomunicación”. Determinar hasta donde

la comunicación o incomunicación sigue reduciendo o ampliando las brechas sociales y muros de

incomprensión entre ricos y pobres, jóvenes y viejos, los que se atiborran de tecnologías y los que

carecen de ellas de las que tanto se hablan.

6.2 Objetivos

6.2.1 Objetivo general

Comprender cómo los niños y niñas de 9 a 11 años del barrio La Florida, en el municipio de

Soacha, víctimas directas, o por segunda generación del desplazamiento, construyen sus

representaciones y memoria social del desplazamiento a partir de las mediaciones comunicativas

a las que tienen acceso.

6.1.2 Objetivos específicos

Identificar el consumo mediático que hacen los niños y niñas del sector de La

Florida en Soacha. Esto implica la identificación del acceso a los diferentes medios de

comunicación (Televisión, teléfono celular, internet, entro otros).

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Describir los usos y significados que los niños y niñas de La Florida otorgan a los

medios.

Determinar los avances de la incursión de las nuevas tecnologías en comunidades

marginadas habitadas por familias que fueron desplazadas por el conflicto armado vivido

en el país por más de cuarenta años.

Identificar cómo las interacciones mediáticas contribuyen o no a la representación

social de las historias del desplazamiento en una sociedad adultocéntrica.

Determinar las formas comunicativas que se encuentran en su contexto familiar

actual que pueden contribuir o contribuyen a la re-construcción de su memoria sobre el

desplazamiento.

6.3 Justificación

Desde mis inicios como docente en una escuela del distrito y durante mi trayectoria como tal

por diferentes instituciones educativas y la vinculación a proyectos de desarrollo con especial

énfasis en la niñez, he tenido un interés constante en promover los derechos de los niños y las

niñas, en especial, de los que se encuentran en condición de vulnerabilidad, como en este caso, en

condiciones de desplazados. Derechos como el de la participación en los diferentes espacios que

la sociedad les puede ofrecer. De igual manera, tengo la convicción de que trabajando en la

transformación de sus contextos se les puede ofrecer condiciones dignas de crecimiento y

desarrollo. Lo anterior me animó a realizar esta investigación como un aporte que pueda agregar

conocimiento sobre las condiciones actuales de esta población.

¿Por qué los niños?

Pensar y trabajar por los niños y las niñas ahora, puede asegurar un mañana diferente para las

sociedades, para las naciones. Trabajar para crear conciencia sobre los orígenes, las historias, las

nacionalidades puede permitir el surgimiento de una generación que busque hacer aportes y

contribuya al establecimiento de prácticas no violentas sino constructoras de ambientes de

tolerancia, respeto, inclusión entre otras.

El proceso de reconocimiento de la infancia ha tenido una expansión progresiva, visible, entre

otros aspectos, en la creación de organismos e instituciones que orientan sus acciones hacia el

mejoramiento de la calidad de vida de las niñas y los niños, entre ellas: la Organización Mundial

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de Educación Preescolar, Omep; la Organización de las Naciones Unidas, Unesco; la Organización

de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unicef.

De forma casi paralela se han realizado encuentros, en diferentes latitudes, con la perspectiva

de discutir y trazar derroteros para la atención y el desarrollo de las niñas y los niños, para su

defensa y reconocimiento como sujetos de derechos. La visibilización de la infancia ha llevado a

que se incremente la conciencia mundial de que invertir en su atención y desarrollo es una prioridad

para el alcance de los niveles de desarrollo humano y social de las naciones. Nuestro país no ha

estado al margen de esta aspiración; muestra de ello son los avances, por ejemplo, en la Ley de

Infancia y la Adolescencia y en la política pública por los niños y niñas desde la gestación hasta

los 6 años de edad.

A pesar de los logros, el panorama de la situación de la infancia no es del todo alentador, toda vez

que (…) los diagnósticos sobre la situación económica y social en América Latina muestran que, entre

todas las víctimas, las más vulnerables son los niños. En este contexto productor de desigualdades y

exclusión social, los niños están expuestos a riesgos y carencias tanto en su entorno familiar, como en

lo social y esta condición de precariedad pone en riesgo su desarrollo, su crecimiento y su futuro

(Unesco, 2004, citado en Mayol, 2009, p. 35).(García y Gallego, 2011).

Por otra parte En materia de legislación, desde la Constitución de 1991, se abrió un espacio

para definir, reglamentar y comenzar a ejecutar un plan de vinculación de los niños, las niñas y

adolescentes a los temas de ciencia y tecnología, desde la perspectiva de que la educación es un

derecho y un servicio público que garantiza el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica y

a los demás bienes y valores de la cultura.

En el 2009, el gobierno reglamentó el uso de las tecnologías e incrementó la inversión en el

sector de las tele-comunicaciones y la educación a fin de facilitar el “libre acceso y sin

discriminación de los habitantes del territorio nacional a la Sociedad de la Información.”

De esta forma se ha pretendido dar mayor inclusión a comunidades rurales y urbanas.

También, el gobierno ha implementado proyectos psico- sociales para responder directamente al

flagelo del desplazamiento, que en su gran mayoría atienden las necesidades de la población adulta

en la espera de que también así se mejoren las condiciones de la población infantil.

Al acercarnos a una de estas poblaciones, conformadas por familias en condición de

desplazamiento, encontramos que llegaron a una ciudad como Bogotá, donde el apoyo y

acompañamiento ha sido escaso. A donde llegaron a mezclarse con los ya pobres históricos y a

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luchar por la supervivencia. Una ciudad que además parece desconocer sus historias, en especial

las que pueden ser contadas por los niños y niñas que las conforman.

Son historias donde ellos y sus familias son los protagonistas, historias importantes para la

construcción de la historia colombiana, pero ¿cómo las pueden contar si las están olvidando o las

están desconociendo? ¿Qué elementos comunicativos les pueden permitir recordar y reconocer

quienes son y su rol en la historia del país? ¿Cómo sus familias han contribuido o no a que ésta

generación construya y conserve el recuerdo del desplazamiento como una experiencia vivida y

superada, qué elementos o prácticas conservan para que la memoria social perviva? ¿Cómo sus

voces pueden ser escuchadas por otros y éstas contribuir y participar en la construcción de la

historia de país?

Esta investigación busca que se sigan teniendo en cuenta las voces de estos niños y niñas en

la sensibilización de un país que ha sido muchas veces indiferente a sus situaciones y la inclusión

como participantes de esa historia de violencia vivida por el país y que hoy en día intenta superar.

Porque los estudios encontrados muestran especialmente el trabajo realizado con poblaciones

que sufrieron las consecuencias de un conflicto armado interno violento y que permanecieron en

sus lugares de residencia. Poblaciones, en especial, conformadas por un gran número de mujeres

que quedaron solas, velando por el bienestar y la protección de sus hijos. Con ellas es que

especialmente se han realizado investigaciones y ejercicios de reconstrucción de memoria. De

igual forma se han realizado pocos trabajos con la población infantil dentro del contexto rural o

semi-rural. Se encuentran más estudios realizados con la población de adolescentes y jóvenes que

con la del estudio que propongo, niños y niñas entre 9 y 11 años.

Todavía olvidamos que ellos, aunque cortos de edad, son seres pensantes, con capacidad

decisoria y para cuestionar sobre los acontecimientos de nuestra sociedad.

“Incluso cuando se indaga a los niños y a las niñas se advierten concepciones y reflexiones sobre

la infancia que develan su representación de lo social. Los niños y niñas manifiestan el querer cambiar

la pobreza, la violencia y el trabajo infantil; quieren igualdad de oportunidades para todas y todos, que

las niñas y los niños no trabajen, que puedan pasarla mejor, que tengan la posibilidad de jugar, que no

los abandonen que les presten más atención, que no los discriminen y que respeten su infancia”

(Camacho, 2009).

Interesante observar también qué tanto es cierta esta afirmación para los medios de

comunicación.

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Estos niños y niñas fueron testigos en su primera infancia de la movilización a una ciudad, un

espacio totalmente desconocido y diferente para ellos. Ya no encontraron allí, el verde de sus

anteriores pastos, el olor de la vegetación o de los animales vecinos o cercanos. Se encontraron en

las afueras de una ciudad que nunca se detiene; afueras caracterizadas geográficamente por lomas

erosionadas que han dificultado la construcción de acueductos y por supuesto, alcantarillados.

Territorios enmarcados por la escasez. Escasez de medios de transporte, de servicios públicos,

fuentes de ingreso; pero abundante en inseguridad y violencia. Tal vez traída o copiada de la gran

urbe que ya no la limita sino que la absorbe. Un territorio donde se vive una lucha permanente por

sobrevivir. Son también niños y niñas, primera generación de familias que llegaron a esta ciudad

a re-construir sus vidas.

Porque estos niños y niñas que viven en la pobreza, son parte de la “ciudad fragmentada”,

entendida como “la que hacen seres individuales (que pueden estar agrupados) generando cada

uno su utopía de ciudad construyéndola con base en retículas de retazos independientes que no se

han desarrollado como un todo, explicando la estructura urbana actual. “Los procesos de

fragmentación ocurrieron primero en la conducta de los ciudadanos que en el espacio de la ciudad”,

según Pérgolis3.

Es irrefutable que el niño o niña es visto hoy como un jugoso candidato del y para el marketing,

pero no están en la lente todos y todas, sino particularmente quienes pertenecen a las clases sociales

más favorecidas, esto es son potenciales consumidores y consumidoras (Brinkmannn, 1986). Sin

embargo, este potencial de consumidor pocas veces es tenido en cuenta para ser la inspiración de

productos mediáticos que hablen de y desde él; que cuente sus historias ya sean éstas optimistas o

realistas en la medida que se les relaciona con la historia de violencia del país vivida por más de

cuarenta años.

6.4 Estado del arte

Son verdaderamente pocos los años en que los colombianos hemos empezado a mirar, a tener

en cuenta a la niñez como parte de esa población de país. A pesar de haber adoptado la convención

de los derechos del niño en 1989, Colombia empezó a tenerlos en cuenta, tanto en su legislación

como en su práctica social, en 1996, cuando se les incluyó por primera vez en la consulta popular

sobre sus derechos.

3 PERGOLIS, Juan Carlos. Bogotá fragmentada. Bogota: Universidad Piloto, 1999, Pp XIII

18

Vemos esfuerzos desde la academia por visibilizar su participación como lo ha sido el

Observatorio de infancia integrado por diferentes instituciones públicas y privadas lideradas por

profesores e investigadores de la Universidad Nacional, quienes propusieron realizar una mirada

desde la ciudadanía social, que implica el ejercicio de los derechos económicos, sociales y

culturales de los niños y las niñas para mejorar su bienestar; la posibilidad de generar espacios de

participación, donde sus opiniones sean tenidas en cuenta; y la garantía de contextos democráticos

de equidad, respeto y convivencia.

El tema de esta investigación se enfoca en dos sentidos en cuanto al papel que los niños tienen

frente a los medios de comunicación. Por un lado como consumidores de una serie de productos

ofrecidos por la industria cultural; y en segundo lugar, como protagonistas de las historias

producidas por la misma, por las representaciones que pudieran darse en los medios que consumen.

Historias que les permitan incluirse en la historia del país que los ha visto como víctimas de un

conflicto y enfrentamiento armado.

6.4.a En cuanto a consumo de medios

Mirando el rol de los niños y niñas como consumidores encontramos diversos estudios a nivel

nacional, la mayoría de ellos enfocados especialmente en los efectos que produce el consumo,

especialmente de la televisión considerando este medio como el masivo por excelencia.

Existen otros estudios que abordan el tema de los medios pero más por su “contribución” o

elemento que no aporta a la educación y desarrollo integral de los niños y niñas sobre el “uso de

los medios de comunicación en la educación”, o estudios de recepción y consumo en Colombia

realizados por Jesús Martín Barbero, en especial recepción de telenovelas y noticieros por parte de

los adultos.

En la búsqueda de material investigativo se han tenido en cuenta especialmente

investigaciones realizadas en Colombia desde 1991, por ser el momento cuando se promulgó la

Constitución Política que marcó un nuevo horizonte en materia jurídica en la niñez en el país.

Sin embargo, en Colombia, los estudios de recepción-audiencias se vienen realizando con

anterioridad. En reciente publicación titulada “De las audiencias contemplativas a los productores

conectados”, los autores Jorge Bonilla, Mónica Cataño, Omar Rincón y Jimena Zuluaga dedican

dos capítulos a la presentación de las investigaciones sobre recepción y audiencias realizadas en

Colombia como son las de:

19

• María Josefa Domínguez. Los niños y los medios de comunicación social

realizado en 1985.

• Jesús Martín Barbero. La telenovela en Colombia: televisión, melodrama y

vida cotidiana en 1987.

• Sonia Muñoz. El ojo, el libro y la pantalla. Consumo Cultural en Cali en

1995.

• Maritza López de la Roche. Los niños como audiencias, investigación sobre

recepción de medios en 2000.

• Luis Fernando Barón, Enrique Rodríguez, Santiago Wiesner y Maria

Consuelo Ramírez. Internet, guerra y paz en Colombia en 2002.

• Omar Rincón y Natalia Calle. Televisión infantil: voces de los niños y de la

industria televisiva en 2002.

• Tomás Vásquez, Alexis Pinilla, Guillermo Cárdenas, Edgar Robayo y

Alejandro Martínez. La televisión en la familia la familia en la televisión en 2004.

• Germán Muñoz. La comunicación en los mundos de vida juveniles. Hacia

una ciudadanía comunicativa en 2006.

• Julián González y Rocio Gómez. Cultura política, ciudad y ciberciudadanos

en 2008; y

• Antanas Mockus y Corporación Visionarios por Colombia. Cambio cultural

en los televidentes de Colombia: formando televidentes críticos, responsables y

activos en 2008.

A continuación incluyo apartes de esta publicación sobre las investigaciones que guardan

relación con el tema de mi investigación como son el de consumo mediático, audiencias infantiles,

recepción y representaciones.

La investigación de María Josefa Domínguez, “Los niños y los medios de comunicación

social”, pionera en el estudio de recepción infantil en Colombia, se fundamenta conceptualmente

en la teoría de los efectos al establecer una relación directa entre los medios de comunicación

(televisión, prensa, radio, cine) y la influencia que ejercen en el comportamiento humano, en

especial, en las conductas de los niños. Bases de esta investigación de las que también Domínguez

hace referencia, fueron dos estudios anteriores realizados en Bucaramanga por la UIS (Universidad

Industrial de Santander) uno sobre el papel que desempeña la radio en esta ciudad y el otro sobre

20

los niños trabajadores. En Los niños y los medios de comunicación social se tomó una muestra

conformada por niños, padres de familia y maestros. Los resultados, además de corroborar las

hipótesis, señalan que el medio preferido por los niños es la televisión y que les gusta porque los

entretiene y por la facilidad para la comprensión de los programas.

Como epílogo de la investigación, el estudio extrapola los resultados a la infancia

latinoamericana, y la investigadora señala sus preocupaciones por la formación de la identidad

cultural de los niños quienes prefieren modelos foráneos de personajes y superhéroes que “luchan

por la verdad y la justicia.

En el trabajo de Sonia Muñoz, El ojo, el libro y la pantalla: consumo cultural en Cali, el

objetivo fue describir, comparar y analizar las prácticas de consumo de bienes culturales entre

diferentes clases y grupos sociales en Cali, y ofrece información sobre las prácticas de consumo,

los procesos de apropiación de bienes culturales realizados en la ciudad, aunque el análisis se

centra en los consumos realizados en el ámbito privado-doméstico: consumo de libros, periódicos,

radio y televisión.

El estudio señala que una práctica de consumo cultural no se limita al tipo de bien al que se

accede o al tiempo destinado para el consumo; la práctica se inscribe en una comunidad, bien sea

familiar, vecinal, y se modela de acuerdo con los modos de comunicación que produce.

La metodología de la investigación consistió en el diseño de la encuesta: ”hábitos de lectura,

consumo de libros y otros bienes culturales”, aplicada, en un muestreo polietápico, a 320 personas

residentes en la ciudad de Cali, con una edad igual o superior a 15 años, pertenecientes a los

sectores alto, medio y bajo, según el estrato socioeconómico.

“Los niños como audiencias” de Maritza López fue reconocido como “Proyecto de

comunicación para la infancia”. Este trabajo constituye un importante referente en las

investigaciones sobre audiencias porque se distancia del análisis de efectos y se ubica en el tema

de recepción. Se asume la recepción como el espacio de las interacciones y negociación de

sentidos, en el cual el sujeto receptor interactúa con otros actores e instituciones sociales tales

como la familia, el barrio, la escuela, los grupos étnicos y las “comunidades de apropiación”, y la

reflexión se origina a partir de la relación entre los medios, las audiencias y los contextos sociales

y culturales.

Este estudio estuvo encaminado a determinar cómo es la relación de los niños y niñas con los

géneros informativos”, investigación que examina la influencia de los medios masivos y

21

principalmente de la TV (noticieros), en las construcciones de la realidad que hacen los niños y las

niñas; las “otras mediaciones” que intervienen en las “representaciones sociales”; el interés por la

socialización política de las nuevas generaciones; cómo ocurren los procesos de distribución del

conocimiento social a través de los medios; y aportar elementos de las representaciones sociales

entre ellas la de la guerra, desplazados y gobernantes; y la recepción en niños de comunidades

rurales (Zaragoza-Valle; Guambía-Cauca) y urbanos (Cali, Bogotá y Puerto Tejada).

El objeto de la investigación se centra en los niños como grupo objetivo de las industrias

culturales, el cual ha sido segmentado desde los realizadores culturales para la creación,

circulación y consumo de sus productos; pero son también objeto de estas investigaciones las

relaciones que se tejen en los procesos de televidencia, y la interacción del público infantil con

otras personas que acompañan o inciden en el proceso de recepción.

La metodología de la investigación está centrada en el enfoque cualitativo; sin embargo, se

utiliza como soporte de la investigación una herramienta cuantitativa consistente en el diseño de

dos encuestas aplicadas a 1015 niños y niñas entre 8 y 10 años de cinco ciudades colombianas y

clasificados según la estratificación social; y a 60 profesores, distribuidos en 10 zonas del país.

Para el análisis cualitativo, la investigadora seleccionó una muestra de 80 niños y niñas

residentes en zonas urbanas y una zona rural. La etnografía, la discusión grupal, los relatos,

psicodramas, los talleres y las encuestas fueron los métodos usados en la investigación.

La investigación realiza una indagación a educadores de la escuela primaria, sobre la relación

de ellos con los medios, formas de interlocución con los alumnos frente al consumo de programas

y de medios y la incidencia de las nuevas tecnologías en el proceso de aprendizaje, y si ello les ha

implicado asumir transformaciones en los modos de enseñar. Analiza el universo de los

imaginarios infantiles desde dos ámbitos sociales: uno, el que implica las relaciones de

proximidad, de identificación y de pertenencia en la realidad cotidiana que los niños configuran,

y otro, hace parte del nivel de ensoñaciones, como proyección más que como vivencias,

conformado por la ciudad, el país y el mundo.

Omar Rincón y Natalia Calle (2012), en su documento titulado “Televisión infantil: voces de

los niños y de la industria televisiva” publicado en “De las audiencias contemplativas a los

productores conectados” recogen los resultados de cuatro estudios sobre televisión infantil en

Colombia: el primero presenta un balance sobre los trabajos de investigación sobre televisión; el

segundo analiza las parrillas de la programación de televisión infantil; el tercero se centra en el

22

análisis del mensaje de los programas más vistos por los niños; y el cuarto explora por el lugar de

la recepción, es decir por la opinión de los niños.

El trabajo en conjunto permite identificar no sólo los estudios del campo televisión-niños, sino

que se ocupa de investigar el ciclo producción, emisión, circulación y recepción de televisión,

teniendo a los niños como eje central.

Ésta es una compilación de estudios sobre la televisión dirigida a niños, el discurso educativo

de la televisión, los procesos de recepción infantil, la programación infantil, los mensajes y la

recepción a través de sus preferencias y gustos.

La investigación sobre La televisión en la familia y la familia en la televisión, ubica a la familia

como audiencia y como escenario donde se realiza la recepción de la televisión. El trabajo indaga

por los usos que la familia hace de la televisión desde los contextos culturales del hogar, por el

tipo de relaciones que se tejen en torno al uso de la televisión entre los diferentes miembros de la

familia, y por las representaciones de familia que propone la televisión. Este trabajo se realizó en

la zona 12 de Bogotá.

El diseño metodológico se realiza desde el enfoque cualitativo con herramientas etnográficas

pero incluye como complemento un componente cuantitativo. Las categorías de análisis que

plantea el estudio comprende: entorno del hogar, actividades hogareñas y usos de la televisión,

actores familiares y procesos de socialización, representaciones de la familia en la televisión,

tiempos/espacios familiares y televisión; televisión, familia y educación.

Los resultados del trabajo señalan a la familia como unidad básica de audiencia, porque ella

representa para las mayorías la situación primordial de reconocimiento.

El estudio liderado por el profesor-político Antanas Mockus y realizado por la Corporación

Visionarios por Colombia, es único por el punto de entrada: la cultura ciudadana; por la propuesta

de intervención: el cambio cultural a través de la formación en emociones; por la idea de vincular

a todos los actores de la industria y no sólo a los televidentes; o por el sujeto investigador:

Corporación Visionarios por Colombia. A partir de la encuesta realizada por Napoleón Franco en

2008 sobre los “usos y consumo de la televisión” e información secundaria recolectada

inicialmente, se estableció un diagnóstico sobre las oportunidades para hacer un cambio cultural

en los televidentes. Igualmente, este estudio analiza las diversas figuras de defensa de las

audiencias que existen en el país, como son las defensorías del televidente y el manejo que se le

da a las quejas de los televidentes; con base en el análisis, surge la necesidad de un proyecto de

23

educación para quejarse mejor haciendo uso de los mecanismos institucionalizados a fin de

reclamar la protección de los derechos, como la acción de tutela, la acción popular, la acción de

cumplimiento.

Las conclusiones más destacadas del diagnóstico fueron: las emociones que los televidentes

aprecian del ver televisión son el relajarse y el entretenerse; que la televisión, por su cobertura y

lenguaje, llega a todas las edades, regiones y condiciones socioeconómicas.

La conclusión más singular dice que “hay simetría en la atribución de efectos de la televisión”

ya que “la percepción sobre los efectos de la televisión en el comportamiento de los individuos

varía según se pregunte a los televidentes por los efectos sobre sí mismos” (Bonilla, 2012:138).

Otras conclusiones son: “los niños están desprotegidos al ver televisión”, “la actual forma de

competencia entre canales conduce al uso de técnicas que dificultan la televidencia responsable y

reflexiva”, “los televidentes demandan regulación de contenidos, y la CNTV (actual ANTV)

cuenta con las herramientas para hacerlo”, “la industria se mueve con datos de cantidad, pero

necesita ser complementada con datos de calidad” (Bonilla, 2012:138).

En conclusión de los trabajos anteriores, “si bien el trabajo de Domínguez se considera

importante y pionero en los estudios de recepción en Colombia su análisis está ligado a los

desarrollos conceptuales de la teoría de efectos y deja de lado las reflexiones que sobre la

recepción, en especial sobre los usos sociales de los medios, se estaban realizando en el país y en

otros lugares de América Latina. Su enfoque centrado en la causa-efecto, estímulo-respuesta,

impide analizar otros elementos que subyacen a los procesos de recepción y que son sugeridos en

las respuestas de los encuestados” (Bonilla, 2012:138).

El estudio de Sonia Muñoz (1995) es significativo en la medida que abre pistas para

comprender los sentidos de las experiencias de consumo, que aparentemente podrían estar en

oposición como lo son la lectura del libro y la recepción de televisión. También sugiere que hay

una relación entre la escuela, el capital cultural y el discurso racional, y a este grupo pertenecen

aquellos que poseen las mejores disposiciones escolares, mientras que los grupos desprovistos de

capital cultural son los que despliegan sus opiniones en comunidades barriales y de amigos. Los

criterios de selección frente a los consumos de bienes culturales son similares, no importa si se

ofrecen en forma de libro, radial o televisiva; para los sectores medios y altos no es la técnica la

que media en sus opciones de consumo, lo narrativo es mucho más relevante.

24

La importancia de la investigación sobre Televisión infantil, reside en que analiza la televisión

en sus distintas dimensiones: investigaciones realizadas, formas de producción, programación

infantil y recepción teniendo en cuenta a investigadores, productores y las voces de los niños.

En el estudio sobre la televisión y la familia y la familia en la televisión, de Tomás Vásquez

y otros (2004) se afirma que la televisión se ha constituido en un dispositivo cultural de singular

importancia para la creación, promoción y distribución de imaginarios, representaciones, capitales

simbólicos y culturales. El ingreso de la televisión al hogar ha modificado, en diferentes

direcciones y sentidos, la estructura familiar, las relaciones que se tejen entre sus integrantes e,

incluso, los espacios y tiempos que regulan la vida en familia. La televisión, antes que transmitir

ideas, conforma ambientes mediante sus multiusos ya que la mayoría de las personas ven televisión

mientras realizan otras múltiples actividades.

Sólo se puede lograr una televisión crítica cuando la industria y su regulador provean al

televidente las condiciones necesarias para que este escoja apropiadamente los programas que

quiere ver y la cantidad de televisión que quiere ver. Por eso, la estrategia planteada en el trabajo

de Mockus, formula recomendaciones donde “todos ponen” para alcanzar una televidencia crítica

y responsable entre canales, productores, anunciantes, CNTV y los televidentes mismos” (Bonilla

y otros. 2012).

Los estudios encontrados sobre el tema están primero dirigidos a reconocerlos como sujetos

de derechos y a partir de allí se amplió el ámbito de estudios que han correspondido, por lo menos

en el área de investigación que he desarrollado, en su gran mayoría al consumo y uso de los medios

de comunicación y sus correspondientes efectos.

En Latinoamérica se encuentran estudios de consumo de medios como el realizado por el

profesor Alvaro Elgueta Ruiz (2013), “Televisión y niños: Análisis del consumo y preferencias

televisivas en escolares de entre 8 y 10 años de la Provincia de Concepción, Chile. También,

estudios de recepción de televisión entre ellos los encaminados a determinar el potencial

socializador del medio. Entre estos estudios se encuentra el de Yolanda Montero Rivero,

“Televisión, valores y adolescencia”, el cual pretende verificar y refutar los alcances de estudios

anteriores sobre la televisión y su impacto en los adolescentes.

Investigaciones realizadas respecto de la forma en que el niño construye la realidad social y

la implicancia que en ello tiene la televisión, demuestran que los medios de comunicación social

influyen en la forma en que cada persona “organiza su propia imagen del ambiente”, por lo cual

25

es importante considerar el contexto en el que se emplean los medios de comunicación social en

el “universo cotidiano” (Berra y Fernández, 1999: 2)

Las investigaciones relevantes sobre televisión y niños han estado centradas en el estudio de

las relaciones entre la familia y la televisión y presididas por toda clase de contradicciones. Desde

su masificación, a mediados de la década del 50 del siglo XX, primero en los Estados Unidos e

Inglaterra y luego en el resto del mundo, ha sido constante y creciente la preocupación social por

las relaciones existentes entre la televisión y los niños.

En el caso inglés, algunos de los resultados de estas investigaciones mostraron que los niños

pasan, en promedio, 147 minutos al día viendo televisión, 30 jugando computador, 12 utilizando

el PC para otros fines y sólo 16 minutos leyendo libros (Livingstone, 1998).

En el caso español, sobre el mismo asunto, existen otras investigaciones encabezadas por

Carmelo Garitaonandia y otros (1998). Una de ellas, también del 99, junto a Patxi Juaristi, José

Oleaga y Fátima Pastor, llamada “Las relaciones de los niños y los jóvenes con las viejas y las

nuevas tecnologías de la información”, publicada en la Revista ZER de la Universidad del País

Vasco (UPV) trata casi los mismos temas de los estudios de Livingstone. Más específicamente,

entre sus resultados arrojó que el 54,5% de los hogares españoles poseen al menos 2 televisores;

que el 63% de las familias poseen un equipo de video y que el 19,3% de los hogares poseen un

computador (Cfr. Garitaonandia y otros, 1998: 131-161).

A la fecha de hoy, evidentemente, estos datos han cambiado positivamente, dado el

abaratamiento de los electrodomésticos (televisores de plasma, computadores y DVD’s) y la

popularización de juegos como la play station u otros similares. El mismo estudio de Garitaonandia

y otros señaló, además, que los niños de entre 6 y 13 años ven televisión todos los días, solos o en

compañía de sus padres, hermanos u otros familiares. Mientras que los jóvenes mayores de 15 ven

televisión más frecuentemente con sus amigos. Del mismo modo, los investigadores vascos

concluyeron que los niños y jóvenes establecen una relación normal y cotidiana con estos

equipamientos y no parece haber evidencias de que éstos deterioren las relaciones familiares o con

sus pares. De hecho, enfatizan que niños y jóvenes ponen por delante a sus amigos antes que a las

máquinas o las nuevas tecnologías.

Asimismo, los resultados de Garitaonandia y otros en relación al uso del tiempo libre son

similares en niños de entre 6 y 13 años, pudiendo caracterizarse su rutina de la siguiente forma:

salen del colegio y van a una actividad extra-programática (que en la mayoría de los casos es en el

26

mismo establecimiento, obligatoria y complementaria con la formación curricular formal: ya sea

deporte, gimnasia, actividades artísticas, etc). Luego van a sus casas, comen algo y realizan sus

tareas. Posteriormente, ven televisión en rangos que van desde media hasta cuatro horas. Otras

actividades que realizan es salir con amigos o ir a casa de alguno de ellos (Ibid).Otra investigación

española, cuyos resultados también fueron publicados en la Revista ZER de la UPV, fue la

encabezada por José Ramón Pérez Ornia y Luis Nuñez Ladevéze.

Aquí, entre 2001 y 2005, mediante análisis de contenido, se trató de establecer las señas de

identidad del producto infantil y sus características retórico-formales, así como los rasgos de los

actores esenciales del relato, prestando especial atención a tres variables que preocupan: violencia,

sexo y discriminación. Así mismo, se ocuparon de abordar la disonancia entre los criterios

normativos de los padres y su conducta efectiva en relación a la cantidad de televisión que deben

ver sus hijos, a los contenidos y a sus hábitos de consumo (Cfr. Pérez y Nuñez, 2006: 133-177).

En el ámbito internacional, también referente obligado son los resultados de los proyectos

encabezados por la investigadora inglesa Sonia Livingstone (1995, 1997, 1998 y 2001). Uno de

ellos, del año 98, aplicado en varios países europeos, buscó dilucidar los patrones de uso, el

impacto en el tiempo libre y las formas de relación que tienen niños y jóvenes con los distintos

medios. En este caso, se comprobó que existe una relación negativa entre el nivel socioeconómico

y la posesión de televisión en el dormitorio de los niños. En otras palabras, a mayor nivel

socioeconómico, menor es la cantidad de niños ingleses que tiene televisión en sus dormitorios.

Cuestión que no sucedió en los otros países europeos participantes del estudio. En cuanto a los

tiempos de uso, los resultados son similares en las distintas naciones involucradas.

Por otro lado, respecto de otros tópicos de la investigación sobre televisión y niños, hay

investigaciones que abordan la comprensión que tienen los niños de los contenidos y formatos

televisivos, así como también su capacidad para distinguir fantasía de realidad. En este sentido, la

mayor parte de las investigaciones sobre la comprensión que tienen los niños de la televisión se ha

focalizado en los cambios evolutivos en el nivel de comprensión de éstos. No obstante, la edad no

es la única variable a considerar, sino que también se deben incluir otros factores tales como el

formato y el contenido de los programas o el cómo éstos afectan su comprensión. Frente a la

distinción entre realidad y fantasía que hacen los menores, distintos estudios se han esforzado en

establecer la frontera entre un área y la otra. La investigación ha demostrado que los efectos de la

televisión dependen significativamente de la percepción de realismo de las acciones vistas. En

27

general, los eventos más reales (o percibidos como tales) tienen efectos más duraderos y profundos

en las personas.

Se han considerado varias de las más recientes e importantes investigaciones a nivel

internacional, así como también los distintos conocimientos que se tienen del caso chileno,

provenientes principalmente del Consejo Nacional de Televisión (CNTV) y de las distintas

universidades e instituciones que se han interesado en investigar el tema. Los exámenes hasta ahora

realizados se han ocupado de indagar aspectos tales como la cantidad de televisión que consumen

los niños, los niveles de comprensión que pueden lograr, los 8 procesos cognitivos y afectivos

involucrados en la visualización, las percepciones que tienen los menores acerca del medio, las

potencialidades educativas de la televisión, el rol de la regulación parental y los posibles efectos

de la televisión sobre ellos.

De igual forma, también se han ocupado de describir y analizar el equipamiento tecnológico

del hogar y la relación que establecen los niños con éste. Así como el papel que juega la televisión

en el tiempo libre de los menores y lo que se sabe acerca de los hábitos infantiles de consumo

televisivo, entre otros tópicos. En el caso chileno, sobre estos puntos destacan las sucesivas

investigaciones que ha venido desarrollando el CNTV desde mediados de los 90 a la fecha

(www.cntv.cl). Entre las más destacadas se cuenta el estudio del Consejo en conjunto con la

Pontificia Universidad Católica (PUC) del año 99. Aquí se demostró que los niños de diversos

tipos de establecimientos educacionales (municipalizados, particulares subvencionados y

particulares privados) y de los distintos niveles socioeconómicos asociados, tienen como

actividades preferidas jugar y ver televisión.

También consulté sobre estudios realizados en cuanto a los “usos pedagógicos de las TICs”.

Así mismo encontré un estudio sobre el consumo de video-juegos por parte de niños, niñas y

jóvenes en Bogotá titulado “Pegados a la pantalla”, de Gabriel Alba (2010). Allí se presentan los

resultados del uso y efectos de los video juegos en la vida cotidiana de los niños, niñas y jóvenes

de Bogotá. En éste, se habla de los “nativos digitales”, de los “conectados a la pantalla”, a la web

3.0. “Los que no están en la redes sociales, sino las que son las redes anti-sociales”.

Un estudio realizado por las organizaciones Joan Ganz Cooney Center y Sesame Workshop

(2011) titulado Internet en las cunas: niños menores de 5 años ya utilizan la red, concluyó que un

80% de los niños menores de 5 años utiliza Internet por lo menos una vez a la semana.

28

El informe resalta el hecho de que los padres, académicos, políticos y profesionales

actualmente se preocupan más por no quedarse atrás de la rápida expansión que logran los medios

de comunicación, especialmente en contenidos que van dirigidos hacia los niños y jóvenes.

El trabajo se realizó con base en 7 estudios que señalan, entre otras cosas, que los más

pequeños consumen cada vez más los contenidos de los medios digitales. En muchos casos, más

de un tipo de medio a la vez. Cerca de 2 tercios de las familias estadounidenses con hijos menores

de 11 años de edad tienen computadores, y prácticamente cada familia posee al menos 1 con

conexión a Internet. Además, más de la mitad de ellas tiene algún tipo de videojuego.

Otro dato curioso es que hay diferencias entre los niños blancos y sus compañeros hispanos y

negros. “Entre 5 a 9 años de edad, más del 75% de los niños blancos tiene acceso a Internet en

casa, en comparación con alrededor del 62% de los menores hispanos y negros”, señala el informe.

Por otra parte, concluye que 3 cuartas partes de las familias que ganan más de 50.000 dólares

tienen computadores con acceso a Internet, con poca distinción entre los niveles medios y los de

más altos ingresos.

El estudio concluye afirmando que la mayoría de los padres actualmente cree en el valor

positivo de la tecnología y en el uso que los niños le dan. “También es probable que muchos padres

eligen los medios de comunicación como una forma de ocupar a sus hijos, incluso aquellos que

son muy jóvenes, mientras que se dedican a las tareas del hogar”, dice.

Sin embargo, los investigadores reconocen que el uso de los medios de comunicación por

parte de los niños en edad preescolar y escolar no es necesariamente algo malo, pero no tiene que

ser desequilibrado. La recomendación es combinarlo con otras experiencias ricas de aprendizaje

como el juego y la lectura.

Las 2 instituciones evaluaron otros aspectos relacionados con los medios de comunicación

actuales. Por ejemplo, concluyeron que durante una semana, un buen porcentaje (mayor al 50%)

de los niños en Estados Unidos pasan por lo menos 3 horas del día viendo televisión (que sigue

siendo, según el estudio, ‘la tecnología universal’), el uso de ella es mayor entre los niños que

están en edad preescolar.

“Cuando son fines de semana, los niños pueden pasar hasta 4 horas diarias frente al televisor.

A pesar de la amplia gama de edades cubiertas por el estudio, los hábitos que tienen los más

pequeños para ver televisión son muy similares”, dice el informe.

29

Contrario a las preferencias por la TV en Estados Unidos, el estudio ‘La generación interactiva

en Iberoamérica: niños y adolescentes frente a las pantallas‘ de la Universidad de Navarra,

Fundación Telefónica y la Organización Universitaria Interamericana, dentro del Foro

Generaciones Interactivas, concluyó que el uso de la Red ya superó a la televisión y el teléfono

móvil en las preferencias de los niños y adolescentes en el país ibérico y en Latinoamérica.

Según el estudio, que contó con la participación de más de 25.000 escolares de la región, los

niños y adolescentes entre los 6 y los 18 años se caracterizan por ser una generación que hace un

uso intensivo de las nuevas tecnologías. El 95% de los pequeños (entre 6 y 9 años) y el 97% de los

adolescentes (de 10 a 18 años) asegura que en su casa hay un computador, mientras que antes de

cumplir los 10 años, el 59% de ellos tiene o utiliza un teléfono móvil, y el 71% afirma tener

conexión a Internet.

Además, concluye entre otras cosas que a la generación actual de niños y jóvenes está

equipada para resolver sus necesidades interactivas; tiene usos definidos para cada tipo de pantalla

(computador, televisor, celular, etc.), y es una generación multitarea y a la vez, móvil.

Por otro lado, en países como Colombia el uso de las redes sociales se ha convertido en el

talón de Aquiles para muchos padres en los hogares. Pese a que el país ya entró en la onda de

Internet responsable, los más de 23 millones de usuarios que tiene no están aprovechando el

potencial que tiene la Red, y los niños no solo siguen siendo vulnerables frente a las amenazas que

rondan en ella, sino que ignoran muchos de los beneficios que les puede brindar Internet para su

educación y desarrollo personal.

Un estudio realizado por Arena, empresa perteneciente a la multinacional Havas Media Group

(2011), analizó los hábitos en internet de los niños colombianos en dos rangos de edad: 7-9 años

y 10-11 años, descubriendo notables diferencias en su nivel de involucramiento. ¿Cómo serán los

hábitos de estas nuevas generaciones de consumidores?

Más allá de los peligros que puede esconder la red para los más jóvenes y las medidas que

deben tomar padres y autoridades para prevenirlos, lo cierto es que internet se ha vuelto algo tan

cotidiano en la vida de los niños colombianos de todos los estratos, que está modificando por

completo sus preferencias y su forma de relacionarse con el mundo.

El estudio de Arena reveló que el primer contacto con internet cada vez se hace a edades más

tempranas y que navegar es una actividad ligada a la casa. El 35% de los niños entre 7 y 9 años

empezó a navegar entre los 3 y 5 años; mientras que en el grupo de 10 y 11, solo un 20 por ciento

30

empezó a esa edad. Para los niños colombianos, navegar es una actividad típica de las tardes (76%)

y prefieren hacerlo en su propio hogar (76% ), seguido por la casa de un amigo (24% ) y el colegio

(21% ).

Otro dato a tener en cuenta es cómo navegan los niños. Aunque la mayoría se conecta desde

PC o portátil, el estudio destaca que la mitad de los niños de estratos 4 al 6 ya se conecta desde

aparatos móviles como celulares, Ipod, Xbox y playstation, lo que les da una mayor independencia

a la hora de navegar.

La televisión sigue siendo la reina, pero navegar por la red le está robando un tiempo precioso

que podría llevar a su destronamiento en los próximos años, pues un 24% de los niños deja de ver

TV por estar en intenet.

Los intereses de los dos grupos de edades son también diferentes. Mientras los más pequeños

buscan entretenimiento con juegos online (84%) e información para realizar sus tareas (62%); los

niños de 10-11 años empiezan a comunicarse más.

Un 64% de niños mayores chatea, frente al 49% en menores. El uso de redes sociales también

les resulta más atractivo a un 48% de los mayores, frente al 35% en menores. Es lo que en la

conferencia anual sobre El futuro de la Publicidad, celebrada en Madrid, España, se llamó

consumidores Mega activos y nativos digitales: aquellos que nacen con las redes sociales y que

quieren sentir a la marca más cercana, comprometida con su mundo y con la capacidad para ofrecer

alternativas nuevas y firmes.

Para ellos la innovación es vital; las marcas de productos y servicios deben atreverse a innovar,

a ser diferentes y a llegar a este futuro consumidor de una forma renovada, utilizando la creatividad

como una herramienta fundamental, no sólo en su mensaje, sino en los medios de comunicación

que utilizará para expresarlos.

Según el estudio antes mencionado:

• Para el 90%, Internet es un punto de entretenimiento: el 87% comparte con

amigos y un 82% puede hablar en simultánea con varias personas.

• Aún así, un 79% quisieran que sus padres conocieran más sobre Internet, lo

que muestra una brecha tecnológica de generaciones, pero además se sienten

vigilados: un 65% aseguran que sus padres están atentos frente a lo que navegan.

• Son abiertos al mundo y el 59% quiere conocerlo a través de Internet.

• Les ahorra tiempo y les permite ampliar fácilmente información.

31

• Se muestran apasionados por internet

De igual forma, existen otras investigaciones sobre cómo los medios masivos hacen referencia

a los niños y las niñas en sus contenidos. Estas han demostrado “una recurrente falta de perspectiva

de derechos en el tratamiento noticioso que los medios masivos (radio, prensa y televisión) dan a

las infancias” (Pedraza, 2012).

Por otro lado, en su mayoría, los estudios sobre el consumo de medios los realiza el sector de

publicidad para diseñar e implementar campañas que favorezcan la compra de sus productos.

Al hablar de los contenidos ya sea de los programas de televisión o de los temas ofrecidos en

los videojuegos o la misma internet, es poca la referencia que se hace a la historia del

desplazamiento. Es verdad que se habla y se desarrolla un contenido sobre la violencia, el conflicto

pero no en sí de sus consecuencias en la población rural y en especial, en la infantil. Son

innumerables los programas de televisión y los contenidos en internet y video juegos que se

fundamentan en la “guerra” mas no así en una de sus consecuencias como lo es el desplazamiento.

En ese sentido, son algunos esfuerzos los realizados por proyectos independientes que buscan

construir o reconstruir algo de la memoria de esa situación. Es así como se encuentran fundaciones

como la Fundación Disparando Cámaras para la Paz la cual construye procesos y espacios de

comunicación y expresión que les permiten a los niños descubrir oportunidades para compartir su

visión de la realidad, conocer otros puntos de vista y enriquecer su proyecto de vida.

6.4.b Representaciones

Las principales fuentes de las Representaciones Sociales se han visto reflejadas en los

supuestos elementales que articulan esta teoría. En sentido amplio se encuentra la experiencia

acumulada por la humanidad a lo largo de la historia, escenario donde cristaliza la cultura, que va

a asumir sus particularidades en cada contexto socioeconómico concreto. Luego, por medio de

tradiciones, creencias, normas, valores, llega a cada hombre con expresiones de la memoria

colectiva y es a través del lenguaje que se transmite todo este arsenal cultural que es determinante

en la formación de las representaciones sociales.

De tal modo, cuando nos referimos al contexto sociocultural que determina una

representación, debemos tener en cuenta las condiciones históricas, económicas e ideológicas en

que surgen, se desarrollan y desenvuelven los grupos y objetos de representación que estudiamos.

Son importantes además, las instituciones u organizaciones con las que interactúan los sujetos y

32

grupos, así como la inserción social de los individuos en términos de pertenencia a determinados

grupos y las prácticas sociales en los que estos participan.

Otras de las fuentes esenciales de las representaciones es la comunicación social en sus

diferentes formas, dentro de la que se puede mencionar los medios de comunicación como

transmisores de conocimientos, valores, modelos, informaciones y la comunicación interpersonal.

Dentro de esta última podemos destacar las conversaciones cotidianas en las cuales recibimos y

ofrecemos todo un cúmulo de informaciones el cual es imprescindible en la estructuración de la

representación social.

Durante estas interacciones comunicativas se origina el llamado “trasfondo comunicacional”

que sirve de escenario permanente a las representaciones, y a su vez, es fuente inagotable de

contenidos para estos, de ahí su relevancia en la construcción de identidad.

Son los Estudios de la sicología que observan cómo se construye la identidad desde la infancia.

La construcción de identidad es, un proceso complejo debido a la multiplicidad de interacciones

de los elementos, las personas y los medios ambientes con el individuo a lo largo de su vida. Así,

las interacciones entre el niño y sus entornos familiares desempeñan un papel primordial, pero las

que se establecen en el periodo adulto de la persona tiene también un impacto no despreciable

sobre la identidad del individuo.

En trabajos como el de Infancia, desarrollo y conocimiento: los niños y niñas y su

socialización por Carolina Duek (2010), Docente Universidad de Buenos Aires, Argentina,

propone que la socialización y los marcos en los que crecen los niños y las niñas no pueden

entenderse por fuera de los discursos que circulan en el ecosistema comunicativo en el que están

inmersos. La educación, los medios de comunicación, la relación con pares y los discursos que

circulan en torno de ellos, son los ejes para analizar el desarrollo y la constitución subjetiva de los

niños y niñas de clase media habitantes de grandes ciudades y con acceso a determinados

consumos culturales

Los medios establecen, en gran medida, el régimen de visibilidad y reconocimiento público de las

identidades colectivas. Llamamos identidades mediáticas aquellas que son objeto de producción y

difusión por parte de los medios de comunicación. A partir de ese discurso, las comunidades y los

individuos elaboran identificaciones mediatizadas; es decir, procesos de reconocimiento o

extrañamiento; (re)articulando los marcadores identitarios que ofrecen los medios con otras fuentes

cognitivas y emocionales. La generación y apropiación de las identidades están sometidas a una

jerarquización mediática que influye en su normalización o marginación. Son normalizadas las

33

identidades presentadas por los medios y asumidas por la audiencia como parte del discurso oficial y

hegemónico. Por el contrario, las identidades y las identificaciones formuladas en términos populares

y minoritarios resultan marginadas, (Sampedro, 2004)

Entre los estudios encontrados en este sentido fueron realmente muy pocos. Está el de Infancia

y adolescencia en las noticias: representación y tratamiento informativo de los menores de edad

en la prensa diaria vasca, realizado por Miguel Ángel Casado del Río, Estefanía Jiménez Iglesias

y María Antonia Moreno en 2012. Esta investigación analiza las piezas informativas y de opinión

que aluden a niños, niñas y adolescentes aparecidas a lo largo de 2010 en la prensa diaria vasca, e

identifica las áreas temáticas y el enfoque mayoritariamente empleado para informar al respecto.

Entre las principales conclusiones del estudio, se encuentra que la mayoría de las cuestiones

negativas, fundamentalmente relacionadas con conductas violentas, pero también la pasividad o

falta de iniciativa están ligadas a menores de entre 12 y 15 años, y a adolescentes en general. Y

por el contrario, las informaciones relacionadas con niños o niñas más pequeños, o incluso con la

maternidad, aparecen vinculadas a aspectos positivos.

De igual forma, varios artículos publicados en la revista virtual Red Infancia y Comunicación,

dan cuenta de los resultados arrojados por diversos estudios en el tema. Es así como se encuentra

el artículo titulado Opiniones de niños y adolescentes sobre la TV y representaciones juveniles,

realizado por el departamento de Estudios Consejo Nacional de Televisión de Chile, el cual analiza

comparativamente las opiniones y hábitos de niños y adolescentes respecto a la televisión. Dentro

de sus principales conclusiones se destaca que la pantalla ya no es única y se ha multiplicado con

la convergencia de las tecnologías y el consumo se ha individualizado.

Además, la crítica a la imagen de niñez y juventud que propicia la televisión abierta, habla de

una demanda aspiracional de verse retratados en temáticas propias de su vida cotidiana y en

personajes o figuras inteligentes, más complejas y algo mayores a su edad cronológica, lo que

podría indicar que es así como ellos se ven a sí mismos.

6.4.c Memoria

Los estudios encontrados muestran especialmente el trabajo realizado con poblaciones que

sufrieron las consecuencias de un conflicto armado interno violento y que permanecieron en sus

lugares de residencia. Poblaciones, en especial, conformadas por un gran número de mujeres que

quedaron solas, velando por el bienestar y la protección de sus hijos. Con ellas es que

especialmente se han realizado investigaciones y ejercicios de reconstrucción de memoria. De

34

igual forma se han realizado pocos trabajos con la población infantil dentro del contexto rural o

semi-rural.

6.4.d Conclusiones

No son muchas las investigaciones que se hayan enfocado en esta población, y en especial se

les haya relacionado con el tema de la memoria, unido al de los medios y sus representaciones.

Además, se encuentran más estudios realizados con la población de adolescentes y jóvenes

que con la del estudio que propongo, niños y niñas entre 9 y 11 años de una comunidad de familias

desplazadas.

Las investigaciones relacionadas anteriormente dan cuenta de estudios realizados sobre

audiencias y recepción, las cuales me han brindado un aporte valioso para el análisis de los

resultados de la primera parte de mi investigación la cual está enfocada en determinar el consumo

de medios y las representaciones que de estos niños y niñas pudieran encontrarse en el mismo.

Sin embargo, sólo en la investigación dirigida por Maritza López de la Roche hay una

aproximación al tema de mi investigación la cual toca el tema de la guerra visto por los niños más

no así sobre el fenómeno del desplazamiento.

Es esta categoría, desplazamiento, como la de la memoria las que se añaden a mi investigación.

Además de determinar el uso de los medios, qué medios consumen y cuáles son las

representaciones que hacen los niños y las niñas de lo que consumen en los medios a su alcance,

busco determinar si éstos están contribuyendo al mantenimiento de la memoria histórica y si no es

así, qué instrumentos pueden estar siendo utilizados por las familias para ayudar a mantenerla.

7. Marco teórico

Como ya lo había mencionado, la presente investigación trata de los medios, las

representaciones del sujeto en ellos y la memoria. A continuación presento la sustentación teórica

que fundamentó este estudio en cada uno de estos temas.

7.1 De los medios

Considerando que el primer paso en la investigación fue realizar un diagnóstico del consumo

de medios que realizan los niños y niñas sujetos de esta investigación, incluyo a continuación

algunos de los enfoques relacionados con el tema de los medios.

35

7.1.1 Uso y consumo

Para hablar de uso y consumo de medios, es necesario entender inicialmente estos términos.

El estudio de conceptos de uso ha sido concebido de diferentes maneras en el marco de tradiciones

también distintas como son, por ejemplo, la del enfoque Usos y Gratificaciones, y la de la

perspectiva de los Estudios Culturales.

En el primer caso, ese uso se entiende en relación con un sujeto que establece el proceso de

comunicación frente a algún medio de acuerdo con sus motivaciones y necesidades a las cuales se

considera por ser propias, individuales y conscientes. Desde ese punto de vista, la audiencia es

concebida como activa, es decir, una parte importante del uso de los medios masivos está dirigida

a una finalidad (Katz- Blumler- Gurevitch, 1974). Esto implica que en el proceso de comunicación

de masas gran parte de la iniciativa de conexión de las necesidades y la elección de los medios

depende del destinatario. Desde esta perspectiva, el abordaje representa un intento para explicar

algunos de los modos en que se producen ciertos usos “individuales” de los medios de

comunicación, entre otras fuentes y su entorno. Usos que realizan los sujetos para satisfacer sus

necesidades y para alcanzar sus metas y por el simple hecho de planteárselo.

En el enfoque de los Estudios Culturales se incorpora la consideración de los

condicionamientos culturales con los cuales el sujeto aborda las prácticas de recepción, o, como

en el caso de la preocupación de J. Martin Barbero vinculada con el uso de los medios, se trata de

verificar el uso que los receptores hacen de los contenidos masivos en relación con sus prácticas

cotidianas.

Cantú y G. Cimadevilla (1998) proponen los conceptos de consumo, recepción, uso y

orientación referidos a los medios de comunicación. Según esa definición los sujetos inmersos en

una situación sociocultural dada, reelaboran y resignifican los contenidos conforme a su

experiencia cultural. Pero como no todo lo que se recepta tiene una atribución de sentido, el uso

no coincide con la recepción, sino que este último concepto lo abarca. Pero los usuarios de las

tecnologías interactivas, pueden también realizar otro tipo de operaciones que viabilizan el

establecimiento de relaciones de intercambio entre diferentes agentes y, con ellas, la actualización

de diversos tipos de prácticas comunicativas. De esta forma, un análisis de los juegos en red

implica considerar los aspectos que hacen a la selección y recepción de los contenidos de los juegos

36

pero también aspectos vinculados con el establecimiento de relaciones a través del dispositivo de

los juegos en red.

Otro concepto que ha estado relacionado con el uso de los medios es el de consumo,

La especificidad del bien cultural supone un vínculo de coproducción de significado entre el autor

y su público que no se agota en la reproducción física de este último ni aniquila necesariamente la obra

en su conjunto. También, ciertas manifestaciones culturales perviven en el tiempo en un permanente

proceso de recreación histórica y de nuevos usos y disfrutes de las mismas, (Oscar Landi ,1990).

Nestor García Canclini (1992) sostiene que consumo es el término más útil para abarcar

también dimensiones no económicas, en comparación con algunas nociones análogas como

recepción, apropiación, usos, entre otras. Respecto de este concepto cabe señalar en primer lugar

que cuando se habla de consumo no se está haciendo referencia a sujetos aislados y consumidores

de medios en el sentido de personas expuestas ante ellos. Consumo, asignación de sentido o

refuncionalización de los mensajes. “Conjunto de procesos socioculturales en que se realizan la

apropiación y los usos de los productos”, Canclini, (1992:10). Todos los actos de consumo – y no

sólo las relaciones con el arte o el saber- son hechos culturales”; propone de todos modos una

definición específica de consumo cultural al que considera como “el conjunto de procesos de

apropiación y usos de productos en los que el valor simbólico prevalece sobre los valores de uso

y de cambio, o donde al menos estos últimos se configuran subordinados a la dimensión

simbólica”, ( Canclini, 1992: J 2).

(Hoy) tenemos que pensar lo que se hace con la TV y con los medios y con el internet y con el

celular…, el adolescente que juega videojuegos también ve la TV pero de otra manera; la clave está

en que los medios no pelean entre sí, porque tienen en común el relato; y los medios, los videojuegos,

llevan hasta la escuela los relatos, es decir, estamos otra vez en el terreno del ‘reconocimiento’ (…)

Lo que hay que rastrear y mapear son las prácticas cotidianas mediante las cuales las gentes de todas

las edades y clases sociales usan el celular, el internet, la prensa, la radio, la TV para comprender sus

necesidades básicas y expectativas de sentido.

Cuando se videojuega o ‘internet-juega’ no solo se está operando una maquinita, los videojuegos

son una cosa menos simplona de lo que los académicos están pensando y diciendo (…) Los medios

cambian pero no su comprensión: se repite la imagen primera de unos medios que le organizan a la

gente la temporalidad y le decían como pensar. Y la gente está en otra experiencia, en otra parte

(Barbero. 2012.p. 33-35).

37

7.1.2 Audiencias

¿Qué tipo de consumidor es el niño y la niña que habitan el barrio de La Florida y que proceden

de familias que fueron desplazadas por el conflicto interno experimentado por el país a lo largo de

más de cuarenta años?

Con esta investigación se quiere determinar el tipo de audiencia o audiencias al que pertenecen

estos niños y niñas.

Las siguientes son algunas de las posturas de los teóricos respecto al tema de audiencias.

El público de los medios de comunicación y los efectos que los medios de comunicación tienen

sobre él, son dos aspectos que siempre han estado en el centro del estudio sobre la comunicación de

masas, unidos con frecuencia por una relación que, según la teoría predominante en un determinado

periodo o contexto cultural, ha visto a los medios de comunicación introducirse lentamente, como una

aguja hipodérmica, en una masa informe e indistinta de individuos, manipulando sus comportamientos

y decisiones; o bien como un agente de propaganda y de persuasión, cuyo efecto está, tal vez, ‘limitado’

por la intervención de líderes de opinión, que intervienen en el proceso comunicativo- estrictamente

unidireccional- entre los medios de comunicación y el público de ciudadanos/consumidores/electores.

Dependiendo de que el poder de los medios de comunicación esté considerado fuerte, débil o

‘negociado’, y dependiendo del contexto sociocultural en el que las instituciones mediáticas se

inserten, el público será considerado una masa, y será por tanto heterogéneo, anónimo, disperso, un

grupo social, preexistente a los medios de comunicación, caracterizado por unos vínculos sociales y

por una red de relaciones de interacción entre sus miembros, o bien un mercado de (potenciales)

consumidores cuyos límites se basan la mayoría de las veces en criterios económicos, y cuyos

miembros no tienen en líneas generales relación entre sí, ( McQuail, 1997;trad. It. 2001).

De igual forma encontramos el término ‘público’ el cual según Moores,

Representa un concepto ambiguo y ambivalente: por una parte, se puede entender en el sentido

cuantitativo de audiencia, es decir, el conjunto de los consumidores de un determinado medio de

comunicación o de un determinado contenido mediático; por otra parte, podemos entenderlo en el

sentido cualitativo de un conjunto de grupos sociales interesados en actividades diarias que

comprenden el consumo de los medios de comunicación… son personas las que consumen los medios

de comunicación y que estas personas ejercen sus prácticas de consumo cotidiano dentro de

determinados contextos sociales, (Moores 1993;trad. It. 1998:8).

De los actos de consumo pasamos a unas “prácticas comunicativas que generan hábitos y

promueven regularidades que los actores sociales desarrollan, a veces hasta de manera

automatizada, en la medida en que han interiorizado comportamientos y modelos o patrones de

38

reacción frente a los referentes comunicativos. A veces lo más difícil de modificar son esas

costumbres colectivas e individuales frente a los referentes informativos, mediáticos y no

mediáticos, que son los que sustentan lo que aquí entiendo como la ritualidad comunicativa”

(Orozco, 2007:100, 105,106).

Y, ¿quiénes son esos actores sociales? Depende del interés de los diferentes estudiosos y el

punto de vista que se mire se les da nombre; según Bonilla, pueden ser la “opinión pública para

los estudiosos de la política, las audiencias o los consumidores para los medios de comunicación

interesados en la oferta, la industria y la cultura”, (Bonilla, 2012).

Esas audiencias parecen evolucionar.

Ser audiencia hoy- y empezar a ser red o llegar a ser red mañana- significa para los actores

sociales por lo menos tres cosas. En primer lugar significa una transformación sustancial de su

estructuración. Definidas antes como género, edad, clase social y etnia, tipo y nivel de trabajo… se

definen cada vez más dentro de una espiral de mediaciones que hacen estallar sus límites privilegiando

el criterio transversal de segmentación mediática y luego el de segmentación tecnológica, que a la vez

que también enfatizan el juego de la subjetividades y de modos de percepción y reconocimiento,

ubicados en el ámbito de lo simbólico.

En segundo lugar, ser audiencia también modifica el vínculo fundamental entre los actores

sociales con su entorno y con los acontecimientos y fuentes tradicionales de información: barrio,

amigos, familia, compañeros de trabajo, por una parte. Por otra, con las fuentes institucionalizadas…

las ventanas de las casas van siendo suplantadas por las pantallas de los televisores y los ordenadores,

y las plazas públicas y calles,.. Van siendo cambiadas por los “chats” y las incursiones en los sitios en

la red.

En tercer lugar, el estar siendo audiencia trastoca también los límites espacio-temporales del

intercambio societal y deslocaliza a su vez la participación real de los actores. Sin un claro sentido de

lugar (Meyrowitz, 1985) las audiencias no solo se encuentran a la deriva, sino que sus anclajes en lo

real se vuelven difusos, movedizos, bastante impredecibles, lo que provoca un proceso inflacionario

de dispersión-reencuentros con ataduras momentáneas a “no lugares” que deslocalizan y

“adestiempan” su reinserción en el devenir cotidiano. Las diásporas y los nomadismos de las

audiencias encuentran sosiegos precarios en las gratificaciones mediáticas y tecnológicas, pueden

resultar reconfortantes y conciliatorias con sus ímpetus legítimos por manifestarse más allá del cuarto

donde se ve la televisión o del cuarto donde se usa el ordenador, (De Moraes 2007:108-111).

¿Qué tipo de consumidores podemos ser? ¿Cómo nos vemos frente a los medios?

39

Somos sujetos llamados ciudadanos que experimentamos diversos modos de estar en los medios:

muchas veces somos sólo receptores (cuando entramos a los medios para relajarnos, pasar el

tiempo…); cuando nos juntamos estadísticamente nos convertimos en masas y nos llaman audiencias;

cuando dejamos de ser estadísticas y nos convertimos en sujetos con voz propia devenimos

reintérpretes de los que consumimos, productores de sentidos localizados culturalmente o simplemente

somos fans que participamos con voces e imágenes; cuando ganamos la producción de mensajes nos

convertimos en productores que intervienen en las visibilidades públicas; cuando no solo producimos,

sino que actuamos en la defensa de derechos y como activistas sociales nos convertimos en netizens o

ciudadanos en red…estamos pasando de la mudez colectiva a la expresividad masiva …no solo somos

una forma de habitar los medios”, (Bonilla, 2012:14).

Según Castells, “Todo cambia cuando se deja de ser masa estadística de recepción y se pasa

a ser flujo expresivo; todo se transforma cuando ya no tenemos audiencias que ven, sino sujetos

que intervienen los medios, o comunidades que se expresan en sus propias pantallas”. Por su parte

Rodrigo Argüello (2010) concluye que los medios tienen una forma de saber el cual es transmitido

y recibido por los sujetos quienes a su vez lo transforman en conocimiento. “Un sujeto, que no ya

es de información, almacenamiento y conocimiento, sino de procesos; un sujeto que se transforma

y transforma el dato, el registro y el informe dictado por una realidad implacable”, (Argüello,

2010).

7.2 La Comunicación y sus tecnologías

Parafraseando a John Thompson en Los medios y la modernidad (1998), se entiende por

comunicación como un tipo diferenciado de actividad social que implica la producción,

transmisión y recepción de formas simbólicas, y que comprende la materialización de recursos de

varios tipos. Entre ellos un medio Técnico (palabras escritas en un papel o imágenes capturadas

en una película), los medios técnicos son el sustrato material de las formas simbólicas, esto es,

los elementos materiales con los que, y a través de los cuales, la información o contenido simbólico

se fija y se transmite de un emisor a un receptor.

Cuando definimos la comunicación mediada estamos poniendo de relieve el papel

mediador que tiene la tecnología en la comunicación. Desde la invención de la imprenta, en el

siglo XV, hasta el desarrollo de nuevas tecnologías como las redes informáticas, la comunicación

mediática ha experimentado un crecimiento interrumpido.

40

Los medios masivos de comunicación tienen algunas características comunes: todos

requieren de algún dispositivo tecnológico e instalan una relación impersonal entre emisor y

receptor. Por otro lado, se denominan masivos porque permiten emitir mensajes que llegan

simultáneamente a gran cantidad de receptores que no se conocen entre sí y que, tal vez, viven en

lugares muy distantes unos de otros. Los lenguajes de la comunicación mediada pueden ser

verbales (textos, frases, etc.) o no verbales (visuales, gráficos, sonoros, etc.)

Con el paso de los años hemos visto cómo el desarrollo de las técnicas y las tecnologías

contribuyen a la expresión del individuo tanto como a su interacción con las realidades del mundo

ofrecido por las mismas. Es así como no solo ellas se valen del hombre y el hombre se vale de

ellas.

El libro, la fotografía, la televisión, la radio son medios de reproducción. Ahora están los

Nuevos medios, nuevas tecnologías de la información que utilizan convergencias como el

computador, esa herramienta por donde pasa todo (la tv, la radio,…). Los medios de comunicación

se producen desde la lógica del entretenimiento, la industria y las culturas populares mediatizadas.

Retomando el estudio de Federico Boni, “Teorías de los medios de Comunicación” (2008),

presento a continuación algunas de las posturas tomadas frente a los medios de comunicación de

masas y su papel en la sociedad. Inicialmente se definen los términos medios de comunicación de

masas o mass media. El término medio viene del latín “médium” traducible como medio o

instrumento. “Los media serían por lo tanto los medios, concretamente, medios de comunicación

y comprenderían cualquier medio en su especificidad. {Por orden de aparición}, la prensa, el cine,

la radio, la televisión, el ordenador – y también los demás medios de comunicación tenidos en

menor consideración por los estudios de comunicación, como el teléfono o los video-juegos.

La expresión mass media, que yuxtapone un término latino y uno anglosajón, indica

precisamente los medios de comunicación de masas, o mejor dicho, el conjunto de los medios de

divulgación de la industria cultural, que son precisamente los que se han enumerado más arriba.

En cualquier caso, hablar de medios y no de medios de comunicación de masas, nos permite no

sólo evitar el presuponer la presencia del concepto de “masa”, sino también llevar nuestra mirada

a la producción teórica acerca de instrumentos de la comunicación normalmente poco

considerados, como el teléfono (y hoy, con mayor razón, el teléfono móvil)”, (2008:21).

Según Boni, el modelo comunicativo que hace referencia a los medios de comunicación de

masas a diferencia del modelo de comunicación normal cara a cara y la comunicación que permiten

41

medios como el teléfono, distingue tres niveles de interacción comunicativa: la “interacción cara

a cara”, la “interacción mediada”, y la “interacción cuasi mediada”. La interacción cara a cara es

aquella a la que nos vemos obligados todos los días, donde los interlocutores están presentes y

participan compartiendo las mismas referencias espacio-temporales; es además dialógica, permite

un flujo bidireccional entre emisor y receptor; y permite el uso de múltiples códigos

comunicativos, desde los posturales a los corporales, además, naturalmente, de los verbales. La

interacción “mediada” es la que tiene lugar por medio de instrumentos de comunicación como las

cartas, el teléfono y el correo electrónico: a diferencia de la primera, aquí los participantes se

encuentran en ambientes distintos en el espacio y/o en el tiempo, y, además, los códigos de los que

disponen son decididamente más limitados. Finalmente la “interacción cuasi mediada” hace

referencia a la modalidad de comunicación establecida por los medios de comunicación de masas

(prensa, radio, televisión, etc.), que con respecto a las dos anteriores presenta, al menos, un par de

diferencias: por un lado, mientras que los participantes en los dos primero tipos de comunicación

se dirigen a interlocutores bien definidos y determinados, en ésta los mensajes generados por los

diversos canales mediáticos se dirigen a un conjunto de receptores potencialmente infinito; por

otro lado la “interacción cuasi mediada” es una suerte de monólogo que sustituye la

bidireccionalidad de las primeras por una sustancial unidereccionalidad, (Boni,2008:21).

Existe la presencia de preocupaciones e intereses políticos y sociales diversos. Estos han

marcado históricamente tendencias de desarrollo de los medios de comunicación y las tecnologías

en general, al menos desde el siglo XIX en adelante. Preocupación entre la comunicación y el

individuo siempre presente en cuanto a dos temas: por un lado el crecimiento de la autonomía

individual, y por el otro la preocupación por la manipulación de las mentes (el “apocalíptico”

tendería a preocuparse por el poder de los medios; el más “integrado”, por usar la tecnología para

su desarrollo personal excluyente). (Vizer 2007:58-59).

7.2.a La prensa

Después de la invención de la escritura, la primera verdadera revolución que ha marcado un

primer estadio e la masificación de los medios de comunicación, está la prensa de caracteres

móviles, inventada hacia 1456 por el alemán Johann Gutenbert. Con la invención de la imprenta y

la publicación de los primeros libros de gran tirada se acentúan las características de intimidad y

42

de individualidad de la lectura, sobre las cuales se puede decir que se ha edificado el

individualismo moderno.

Según Benedict Anderson (2008: 23) (1983;trad. It. 1996) “la invención de la imprenta y la

consiguiente difusión de libros y periódicos favoreció el nacimiento de las “comunidades

imaginadas” nacionales”. Según Anderson, la nación es imaginada puesto que las personas que

son invitadas a formar parte de ella no conocerán nunca a la mayor parte de los propios paisanos,

ni tendrán de ningún modo noticias suyas; en cualquier caso, tendrán interiormente la imagen y el

significado de su participación en esa comunidad. La nación es imaginada como una comunidad

puesto que, a pesar de las desigualdades, la explotación y las injusticias que existen en su interior,

está siempre encuadrada en un marco de sustancial camaradería y fraternidad.

Para Anderson, el papel de la imprenta y la prensa dentro del proceso de imaginación de la

comunidad, sobre todo, de la difusión de los libros y periódicos lo que “proporcionó los

instrumentos técnicos para representar el tipo de comunidad imaginada que es la nación”

(Anderson, 1996:40).

“El papel que juegan los medios de comunicación de masas y las tecnologías de la comunicación

es hoy, naturalmente, aún más invasivo. Vemos el papel impreso flanqueado por los medios

electrónicos como la televisión y las tecnologías para la comunicación interpersonal: los progresos

tecnológicos en las comunicaciones, sobre todo radio y televisión, proporcionan a la prensa aliados

impensables hace un siglo. La emisión en lenguas distintas puede evocar la idea de una comunidad

imaginaria incluso entre analfabetos y entre poblaciones con lenguas madre diferentes” (Anderson,

1996:138-139).

7.2.b El cine

Nacido a finales del siglo XIX como una novedad tecnológica y que rápidamente se acreditó

como una nueva forma de difusión de antiguas formas de entretenimiento popular, “el cine se ha

introducido perfectamente en el núcleo de la que ha sido definida la “invención” del tiempo libre,

permitiendo a una masa de espectadores un tipo de espectáculo que era antes prerrogativa de un

público élite. El cine se impuso pronto como una auténtica industria del entretenimiento (sobre

todo en los Estados Unidos, donde emergió al poco tiempo el denominado star system, basado en

la creación del divismo de actrices y actores), si bien en otros lugares se ha recuperado su

dimensión más vinculada al arte y a la creación artística. El cine se ha vinculado además al

desarrollo de los instrumentos de propaganda, tanto en occidente como en otros lugares, gracias,

43

sobre todo, al presunto efecto realista de sus imágenes y a la notable difusión en los amplios

estratos de la población.

7.2.c La radio

Otro medio de comunicación de masas es la radio. Desde su primera aparición, la radio

permitía transmitir no sólo los contenidos, sino también la expresividad, el carisma y en parte

también el encanto de quien hablaba, sin eliminar con esto el halo de misterio que envolvía las

voces, casi siempre privadas de un rostro. La imposibilidad de ver a quien pudiese pertenecer la

voz transmitida determinaba un sentido de desasimiento de la realidad y de particulares

veneraciones por los que se convirtieron, al poco tiempo, en auténticos oráculos para los oyentes.

Los gobiernos invirtieron generosamente en el nuevo medio de comunicación, incentivando la

producción de aparatos receptores de bajo coste e instalando algunos en lugares públicos como

plazas, escuelas y hospitales.

“La red radiofónica llegó pronto a cubrir la casi totalidad de los países europeos, favoreciendo un

clima de intercambio cultural, creando en algunos casos dificultades a determinados regímenes

políticos. A pesar de que con la aparición de la tv se haya hablado de una crisis irreversible, parece

realmente que el medio goza, por el contrario, de una salud óptima: se trata de uno de los medios de

comunicación más populares y difundidos entre los jóvenes, y la posibilidad de escucharla mientras se

hace otra cosa la convierte en un recurso muy apreciado, por ejemplo, en sectores de audiencia como

los representados por las amas de casa o la población anciana”, (Boni. 2008:27).

Bertolt Brecht, importante figura intelectual y gran dramaturgo de la Alemania de la primera

mitad del siglo xx, encuentra una función social y educativa en la radio la cual fusiona con el

carácter didáctico del teatro y el papel activo del escuchar. “En el análisis de la radio por parte de

Brecht permanece intacta no sólo la instancia educativa y didáctica hacia un público capaz de

acceder a las diversas formas de arte y espectáculo, sino también una crítica feroz hacia el mundo

burgués”, (Grandi, 1995:40).

La radio es para Brecht un medio potencialmente útil para derribar el capitalismo a través de una

transformación revolucionaria, junto con otros medios como el teatro, la poesía lírica y el cine”,(Boni,

2008:28). “Aplicando al medio radiofónico la ley marxista de la contradicción entre el desarrollo de

las fuerzas productivas y las relaciones de producción, Brecht afirmaba que este medio era hijo de una

técnica más avanzada respecto a la sociedad que lo acogía. Como consecuencia, la radio desarrollaba

únicamente la función de instrumento de difusión y no de medio de comunicación.

44

Las potencialidades revolucionarias de la radio están muy presentes también en otro pensador de

aquellos años, Walter Benjamin, uno de los grandes teóricos de la modernidad. Al igual que para

Brecht, también para Benjamin la radio es un medio dotado de características capaces de ‘despertar

las conciencias’ y volver al público activo, sobre todo en su participación en la producción de saber y

conocimiento”, (Boni, 2008). “La esperanza de Benjamin es conseguir poner en marcha en la

programación radiofónica un mecanismo de producción capaz de tomar en consideración seriamente

la creatividad – que, a su parecer, se halla inscrita en la esfera íntima de los intereses populares- para

lograr tener efecto sobre la ciencia” (Grandi y Machiavelli, 1995: 13).

Continuando el segundo periodo de la posguerra, la radio se considera un instrumento

eminentemente democrático por el autor Carlo Emilio Gada; la intimidad permitida por la radio

democratizaría la relación entre el colaborador radiofónico y el radioyente, sin que el primero

debiera asumir tonos didascálicos que condujeran a un desequilibrio en la relación comunicativa

entre emisor y receptor. Este ‘equilibrio democrático’ es también auspiciado con fuerza por Hans

Magnus Enzensberger, según el cual la radio tendría la potencialidad de pasar de lo que él

considera un uso represor de los media a un uso emancipador.

Por otro lado Baudrillard afirma que la radio, y con ella todos los otros medios de

comunicación, no responden directamente a sus públicos si no es mediante simulacros de

respuesta. “Se trata de un fenómeno que podemos constatar dentro de nuestra experiencia cotidiana

como usuarios de los medios de comunicación: en radio y televisión las intervenciones del público

son, en el mejor de los casos, filtradas por el emisor”, (Boni; 2008:29-30).

7.2.d La televisión

La televisión, junto con la prensa, han sido los medios de comunicación más estudiados e

investigados. Diversos son los estudios que se han realizado en torno a este medio de

comunicación. Uno de ellos tiene que ver con las modalidades con las que la programación

televisiva se presenta al público en casa, de manera cotidiana, esto es como un flujo ininterrumpido

de sonidos e imágenes. Raymond Williams, sociólogo de la cultura y crítico literario, después de

su experiencia como telespectador a finales de los años setenta afirmó que la programación era un

flujo sin solución de continuidad, sin segmentación. Estas posturas llevaron a generar cambios en

la programación que se ven hasta el día de hoy.

Posteriormente, Umberto Eco (1983) empezó a hablar de la Neotelevisión la cual se

caracteriza por elementos como la autoreflexividad, unida a la evidencia de enunciación: la

45

televisión habla cada vez menos de lo que es externo y más de sí misma, exhibiendo el contacto

que tiene con su propio público; la no transparencia entre información y ficción: los

acontecimientos ‘reales’ son presentados y narrados según lógicas televisivas que poco tienen que

ver con una presunta objetividad. Se trata de un deslizamiento entre espectáculo e información que

ha tenido en las últimas décadas un notable desarrollo, llegando, por ejemplo, a etiquetas con

similitudes extravagantes como el famoso – y acreditado – infontainment:; y la recuperación del

‘folk’ local: la Neotelevisión muestra continuamente la provincia en sus aspectos más de ‘corral’

y – podríamos hoy añadir – más desconsideradamente basura…la aldea de la Neotelevisión, en

definitiva, es bien poco global; con más verosimilitud se trata de un pequeño pueblo local donde

se ponen en la vitrina los asuntos vuestros y naturalmente los asuntos tuyos.

“Las características de la Neotelevisión indicadas por Eco han sido retomadas algunos años

más tarde por Franceso Casetti y Roger Odin (1990). Los dos autores parten de la ‘Paleotelevision’

indicando sus características, para ver después cómo éstas cambian con la Neotelevisión. Las

características de la Paleotelevisión, pues, son las siguientes:

La televisión se dirige al público de un modo pedagógico, por el cual el emisor está

resuelto a cumplir un papel de ‘educador’ con respecto al espectador – y por tanto el tono

de la comunicación será el del ‘experto’ que se dirige al ‘alumno’, con una notable

asimetría entre los dos papeles.

El flujo está rígidamente programado, es decir, no estamos todavía en el ‘flujo’ de

Williams, aquí los textos están aún separados y definidos, discretos. La parrilla que

contiene la oferta televisiva mantiene un papel fuertemente estructurante y define con

precisión las citas horarias con este o con aquel programa.

Por el contrario, la Neotelevisión se caracteriza por:

La vecindad y proximidad entre el emisor y el espectador unidas al consiguiente

sentido de despreocupada camaradería festiva en la relación entre los personajes de los

programas, el presentador y el público;

El flujo continuo: se trata en efecto del flujo de Williams, con todo lo que esto

conlleva en términos de lenguaje televisivo.

La Neotelevisión se caracteriza en definitiva por dos aspectos: por una parte la relación

cercana, festiva y despreocupada entre emisor y espectador, que está implícita en la ‘conversación’

televisiva; por otra parte, por la hipertrofia de los formatos de programación, en los que conviven

46

bloques narrativos sumamente largos e indiferenciados con textos fragmentados y parcelados en

extremo. Esta hipertrofia del flujo televisivo, activo las 24 horas del día, hace que se llegue a un

‘palimpsesto barroco’ que machaca textos y supertextos en un continuum que no tiene principio

ni final”, (Boni, 2008:32-34).

El papel de la TV en la cultura contemporánea y de ésta en los procesos de recepción y en la

generación de significados está vigente.

• Los fenómenos de mundialización de la cultura

• Privatización de las industrias culturales

• Videologización

La imbricación cultura-televisión provoca que cambios televisivos conduzcan a

modificaciones en la creación cotidiana de la cultura. La TV es un referente del intercambio social

y la significación de la vida diaria.

La TV ya no es sólo TV sino muchas visiones a la vez:

• Diferentes referentes

• Diferentes propuestas de sentido

• Diferentes tipos de interpelación de las audiencias

• Muchas mediaciones

La tv es el súper medio porque se puede ver: cine, radio, periódicos, revistas, libros. La TV

es la gran industria cultural del milenio.

7.2.e La telefonía

El teléfono es un medio un poco más particular de los mencionados anteriormente. No es un

medio de comunicación de masas, más bien es un medio personal que permite una comunicación

individual e interactiva de uno en uno. “Desde este punto de vista, el teléfono puede ser

considerado con todo el derecho el ‘abuelo’ de los nuevos medios de comunicación (el ordenador,

internet), que permiten precisamente este tipo de comunicación interactiva. Y esto es

particularmente curioso si pensamos que el teléfono nace con anterioridad a la aparición de los

medios de comunicación de masas tradicionales, como el cine, la radio y la televisión,

caracterizados por el contrario, por una modalidad comunicativa completamente distinta, de uno a

muchos.

Gracias al teléfono, por primera vez en la historia, dos personas podían comunicarse en el

mismo momento aunque estuviesen en lugares distintos. Esto había sido posible por medio de las

47

cartas, pero no era simultáneo como ahora con el teléfono. Otra característica importante del

teléfono es que representa una tecnología en conjunto simple y ‘a la medida del hombre’. Su uso

no requiere competencias especiales y es inmediato e intuitivo por completo; además, su

introducción ha apoyado un apremio y una necesidad típicos de las personas, permanecer en

contacto con amigos y conocidos.

La historia del teléfono no deja de ser curiosa, si pensamos que fue concebido preferentemente

como un instrumento para uso profesional pero, una vez introducido al mercado, conoció una

extraordinaria difusión como medio de comunicación familiar, prerrogativa sobre todo del ama de

cas que podía de este modo crearse su propio espacio de relaciones sin abandonar las paredes de

su casa. Es así como Claude Fisher (1992) lo llama “la tecnología de la sociabilidad” por

excelencia. Otra histórica de la época en la que “las viejas tecnologías eran nuevas”, Carolyn

Marvin (1988), afirma por su parte que el teléfono ha sido de hecho la primera tecnología de la

comunicación en entrar en las casas y subvertir los criterios tradicionales de demarcación entre la

esfera privada, es decir, el ambiente familiar, y la esfera pública, la de la comunidad Ithiel Sola

(1977) redefiniendo los espacios públicos y privados de la interacción y de la vida social, habla

del teléfono como de “un medio polimorfo”, cuyo “impacto social” actúa simultáneamente en

direcciones opuestas: por una parte, el teléfono invade nuestra privacidad entrando a nuestras

casas, por otra, nos permite despachar muchos asuntos desde casa; por una parte nos permite vivir

más apartados respecto a los centros de autoridad y de poder, por otra, permite un control una

supervisión del centro a la periferia completamente inéditos. En suma, el teléfono es un agente de

influencia cuyo impacto, lejos de ser monodireccional, actúa en múltiples direcciones.

Sin embargo, a pesar de la importancia de este medio de comunicación, el teléfono ha sido

tradicionalmente descuidado por las teorías de la comunicación. Mientras que, durante mucho

tiempo, el teléfono ha sido el único medio personal en un ambiente dominado por los medios de

comunicación de masas, hoy se trata del medio de comunicación que representa quizá el más

importante punto de unión entre “viejos” y “nuevos” medios de comunicación, en una época en la

cual también los medios de comunicación de masas tienden a ser cada vez más personales.

Además, la telefonía es hoy cada vez más objeto de estudio de los investigadores de la

comunicación gracias a la aparición del móvil, que ha revolucionado muchas de las modalidades

de empleo de las tecnologías de la telefonía y ha requerido, por tanto, la actualización de teorías e

investigaciones sobre la comunicación interpersonal basada en el teléfono. El teléfono celular

48

representa en muchos aspectos el enésimo episodio, en la historia de las tecnologías comunicativas,

de una tendencia de larga duración hacia la miniaturización y la personalización… con las nuevas

tecnologías de la comunicación móvil los participantes en la conversación telefónica no deben

encontrarse en ningún sitio en particular, sino que son libres de colocarse donde quiera que lo

deseen, con el único límite de la cobertura ofrecida por los correspondientes operadores. Esto tiene

interesantes repercusiones en lo que podríamos definir la “textura de la red de las relaciones

sociales.

En la época de la telefonía móvil existe un flujo hecho de llamadas, mensajes SMS, tonos, que

hacen que los encuentros, las iniciativas, las fiestas, se transformen continuamente; largas cadenas

de pregunta-respuesta, de “¿dónde estás?”, “te llamo cuando llegue”… y tantas otras alocuciones

parecidas estructuran ya las relaciones de jóvenes, y no tan jóvenes, modificando las tradicionales

nociones de encuentro, de reencuentro y también el concepto mismo de “plantón”, puesto que

ahora estamos en disposición de renegociarlo en cualquier momento del día. Siempre en relación

con este aspecto, el teléfono móvil, al menos en manos de los más jóvenes, está transformando los

primeros pasos en la vida cotidiana y en el consumo del tiempo libre.

“Las tecnologías de comunicación móvil en definitiva, actúan de extraordinarios ‘conectores

sociales’ que, al igual que otras tecnologías y existentes, contribuyen a construir una sintaxis de

nuestro modo cotidiano de actuar: puntean y marcan el ritmo de las ocasiones, intervienen e

irrumpen, con frecuencia desacertadamente, rompiendo uniendo los diversos momentos de las

situaciones sociales. Y esto no se produce sólo a nivel oral. Las nuevas tecnologías de la

comunicación móvil permiten un cierto grado de multimediabilidad, que en nuestro caso se

expresa, por ejemplo, en la posibilidad de utilizar canales no exclusivamente de audio, sino

también de video, junto con la escritura y, hoy, con las imágenes (con los SMS y los MMS)”,

(Boni:2008: 44-47).

7.2.f El videojuego

El videojuego es un texto de los nuevos medios de comunicación especialmente interesante,

sobre todo porque, con las nuevas generaciones de videogames, es posible jugar en red, haciendo

de un contenido particular de las nuevas TIC un auténtico medio de comunicación, que conecta a

jugadores de cualquier parte del mundo en una relación lúdica, es cierto, pero en la cual es posible

49

establecer vínculos y en la que se crean identidades ficticias desarrolladas para dar vida a los

personajes que se ‘interpretan’, sobre todo en los juegos de rol “on line.

El videojuego ha sido abordado teóricamente sobre todo en dos aspectos. El primero es el del

videojuego como ‘nuevo medio’, el segundo es el del videojuego como texto. Como nuevo medio, el

videojuego ha atraído hacia sí las tradicionales preocupaciones suscitadas por cualquier nuevo medio

de comunicación que asome a la sociedad, desde el cine hasta llegar a la radio y la televisión. Por lo

que respecta a los efectos, está claro que un dispositivo lúdico como el videojuego ha suscitado desde

su aparición las preocupaciones y el desconcierto de quienes han visto en él un nuevo medio de

alienación y un peligro potencial para quienes lo usan (Boni. 2008:261).

Según algunos autores el videojuego no es sólo una forma mediática emergente, sino también,

en cuanto tal, un agente de socialización y de agregación social, tanto en un nivel local-familiar,

como en un nivel global (Wark, 1994).

Como ‘texto’ de los nuevos medios de comunicación, el videojuego puede ser leído e

interpretado según las tradicionales estructuras narrativas, teniendo en cuenta las posibilidades que

tiene el jugador de seguir diferentes desarrollos narrativos, pero que están en todo caso vinculados

a lo que es la arquitectura textual en su globalidad, en relación tanto a la historia y la trama, como

a la ambientación espacial. “En definitiva, para el videojuego entendido en sentido narrativo-

espacial valen fundamentalmente muchas de las consideraciones para el hipertexto donde el

jugador tiene el control de la historia y de sus desarrollos narrativos” (Landow, 1992).

7.2.g Los nuevos medios de comunicación

Con los nuevos medios de comunicación, los llamados también ‘personales’ se ha producido

una sustancial presencia conjunta con los medios de comunicación de masas, “unida a una eventual

integración entre distintas tecnologías y a extrañas relaciones de ‘cohabitación’, desde la ‘tregua

armada’ al ‘matrimonio de interés’” (Boni:2008: 251). La televisión se alimenta de los nuevos

medios, caso twiter, y ésta a su vez de la televisión. Los nuevos medios están alimentados de

sinergias y sinestesias (una imagen te lleva a otra).

“Con los llamados ‘nuevos medios de comunicación’ la situación es bastante similar, con la

diferencia de que el nexo con los medios de comunicación de masas se decanta hacia una relación más

parecida a la convergencia que a la simple presencia conjunta. El paso de los medios de comunicación

tradicionales mass media a los new media se ha producido bajo la égida de una revolución tecnológica:

el paso de la era analógica a la digital. Hablar de digital significa, en resumen, que la producción y la

50

traducción de cualquier tipo de información se produce en lenguaje binario, es decir, constituido por

secuencias de ceros y unos. La digitalización de la información va acompañada de la comprensión,

que ‘se basa, en general, en el principio de la ‘reducción de redundancia’, o sea, en la posibilidad de

considerar sólo una parte de los bits utilizados para el mensaje eliminándose otros repetitivos” (Betteni

et al., 2001:78-79).

La digitalización y la comprensión se asocian fácilmente con todos los medios de comunicación

tradicionales, comenzando por el libro, los periódicos, para llegar al cine, la radio y, naturalmente, la

televisión. La digitalización hace posible una comunicación individualizada, en dos direcciones, y

permite, además, dejar atrás la mediación de los grandes aparatos mediáticos a través de sistemas peer

to peer en los que, además de descargarse datos desde un servidor central, se producen intercambios

entre los ordenadores de varios usuarios conectados a la red.

Pero, principalmente los personal media se sitúan dentro de determinados espacios sociales y

prácticas efectivas por parte de usuarios que, a pesar de la soledad en la utilización de sistemas de

comunicación que son individuales, entran en contacto con otros usuarios, estableciendo interacciones

comunicativas que tienen sus propios códigos y múltiples expresiones lingüísticas y rituales. Las

formas comunicativas que permiten los new media no se producen necesariamente en tiempo real, es

más, las más difundidas entre ellas son asíncronas, es decir, los usuarios no están presentes

simultáneamente ni en sentido espacial ni temporal. Existen sin embargo, otras formas de la

comunicación mediada por el computer que se llaman sincrónicas, es decir, que se producen en el

mismo momento.

Uno de los aspectos que hacen interesantes las formas comunicativas posibles en el ordenador es

la falta de todos los códigos de la comunicación no verbal que vuelen tan significativas las

interacciones comunicativas entre hablantes presenciales (los gestos, la voz, eventuales muecas, etc.).

Para suplir esta falta, el computador prevé la utilización de algunos artilugios gráfico-lingüísticos, entre

los cuales el más notorio es el de los emoticones o smileys, esto es, las ‘caritas’ con las que se

complementan a menudo las frases que se envían que tienen la finalidad de indicar el humor o el

estado de ánimo del interlocutor.

Los ritos que tienen lugar dentro de la comunicación mediada por ordenador definen una especia

de vida comunitaria que ha llevado a muchos observadores a hablar de una ‘comunidad virtual’ ”

(Boni, 2008: 252-253).

Los grupos que conversan dentro de la red en raras ocasiones ponen realmente en cuestión su

objeto principal: más bien lo ‘cultivan (Lievrouw, 1998). Desde ese punto de vista, los ritos de la

red pueden también ser ritos de inclusión y/o exclusión, puesto que el que está ‘dentro’ forma parte

de una ‘comunidad’ privilegiada, protegida y segura.

51

Hablar de los nuevos medios de comunicación muchas veces es igual a hablar de nuevas

tecnologías de información y comunicación, una expresión que se resume en el acrónimo de TIC.

Es precisamente en las tecnologías de la información y la comunicación (tics), en donde existe la

posibilidad de brindar un tipo de libertad para la expresión, la autoexpresión, la configuración de

sujetos en intercambio comunicativo, para expresar las diferentes formas de satisfacción e

insatisfacción, teniendo cuenta que desde el punto de vista de la economía política, la satisfacción

es una categoría fundamental.

“Hoy el ciudadano este ante la posibilidad de actuar en una nueva dimensión espacio temporal:

la del espacio virtual, pero al mismo tiempo está compelido a hacerlo bajo una nueva tensión: la

que se da entre el territorio presencial, donde persisten las lógicas propias de la modernidad,

centralmente las del Estado-Nación y el territorio virtual, espacio sin fronteras donde los modos

de regulación están aún por definirse,” (Shciavo, 2000:65).

Y las audiencias cuentan con tecnologías para mejor relacionarse en esos territorios

presenciales o virtuales. Como lo dice Vizer, “Las prácticas sociales no son “meramente” políticas,

económicas, educativas o comunicativas, sino que tienden a una creciente incorporación de las

tecnologías en tanto “trans-formaciones que articulan a las relaciones humanas como relaciones

eminentemente articuladas a través de la asociación con tecnologías sobre las que se sustentan por

medio de dispositivos sociotécnicos” (Vizer: 2011:40).

“Las tecnologías de la comunicación se presentan como procesos fundantes para la estructuración

de las sociedades futuras y la supervivencia de las actuales. Se está produciendo una estructuración

global y local marcadas por modelos y (trans)formaciones eminentemente sociotécnicas, en que las

relaciones sociales se hallan condicionadas y contextualizadas por mediaciones tecnológicas (desde

el teléfono a internet.). Las TIC ya no pueden ser pensadas como meras mediaciones (en el sentido

atribuido a los medios de comunicación de masas). Las tic efectivamente construyen y constituyen

nuevas formas, espacios y tiempos de relación social, nuevas formas institucionales, nuevas categorías

de aprehensión de la experiencia personal y social, nuevas dimensiones de la cultura” (Vizer:

2011:42;52).

Así, estamos en la era de la información, en un periodo histórico caracterizado por una

revolución tecnológica centrada en las tecnologías digitales de información y comunicación,

concomitante, pero no causante, con la emergencia de una estructura social en red, en todos los

ámbitos de la actividad humana, y con la interdependencia global de dicha actividad.” Es un

proceso de transformación multidimensional que es a la vez incluyente y excluyente en función de

52

los valores e intereses dominantes en cada proceso, en cada país y en cada organización social”

(Castells, 2007:175).

Para Castells (1999) “Las tecnologías expresan su mayor utilidad en tanto que tecnologías

“socializadas” o “socializables” y como productoras de valor social y valor cultural: a través de

los usos, los medios, los contextos y las consecuencias de las Nuevas Tecnologías. En la práctica

estamos hablando de la construcción de nuevas realidades sociales. En conclusión, precisamos

interpretar y construir sentido a partir de nuevas metáforas. Nuevas formas de pensar cómo se

destruyen y cómo se (re)construyen cada vez más aceleradamente las relaciones, los vínculos y

las nuevas formas de organización y complejización de la vida social y cultural, rearticuladas o

mediatizadas por las nuevas tecnologías.

“La información es poder, la comunicación contrapoder. Y la capacidad de cambiar el flujo de

información a partir de la capacidad autónoma de comunicación, reforzada mediante las tecnologías

digitales de comunicación, realza sustancialmente la autonomía de la sociedad con respecto a los

poderes establecidos. … la reapropiación por parte de la sociedad del fruto de su creatividad cuenta

ahora con medios poderosos: Internet, redes globales de comunicación, acceso a información en código

abierto, procesos de cooperación múltiple, comunicación móvil, multimodal y ubicua. Y todo ello al

servicio de intereses y valores que se debaten, modifican y deciden con autonomía creciente por parte

de los actores sociales. Los creadores, los oprimidos, los emprendedores, los que sienten la vida,

pueden compartir sus sueños y sus prácticas. En otras palabras, convergen en el mismo movimiento la

tecnología cool, la política cool, y la sociedad cool” (Castells. 2007:p. 181-182).

Cabe recalcar que la sociabilidad es lo que más se está trastocando en comunicación a partir

de las nuevas determinaciones que en ella suponen los cambios tecnológicos ya que, como afirma

Echeverría (1999), la provisión de los nuevos servicios telemáticos on-line que el cambio

tecnológico permite supone nuevas dependencias de los usuarios, quienes para ejercer con libertad

sus diversas “interactividades” tienen que conectarse a las grandes redes e infraestructuras las

cuales ni gobiernan no controlan ni tampoco han creado.

“Así la simetría que ya caracterizaba las anteriores dependencias entre usuarios de los viejos

medios, como la televisión y los dueños de la industria de la televisión ahora cambia de color y estilo,

pero no desaparece. Por el contrario, se amplía disolviéndose en innumerables actos que aparentemente

reflejan total libertad…hoy, se podría decir que los medios de comunicación sustituyen a las

mediaciones institucionales” (Orozco. 2007:108).

53

7.2.h. La oralidad en la comunicación

Para el tema de memoria también estoy teniendo en cuenta esa comunicación oral entre

los seres humanos en la que se transmiten tradiciones, valores, historias. En contraste con la

comunicación mediada tecnológicamente, está entonces la oralidad. El término "oralidad" se

refiere a la comunicación hablada. Walter Ong (1996), propone distinguir la oralidad primaria

de la secundaria; una es la que se produce en la presencia real de los hablantes y la otra la que

se presenta en los medios de comunicación, facilitada por la tecnología mediante el teléfono,

la radio, la televisión y otros aparatos electrónicos que para su existencia y funcionamiento

dependen de la escritura y la impresión, en los cuales se da una nueva oralidad.

Volviendo a la oralidad primaria, ésta permite que la memoria se active y la consulta de

un archivo no escrito pero permanente, de conocimientos, hábitos, tradiciones,

representaciones, simbolismos, significaciones y lengua en un grupo social determinado. Para

Cassany et al (1994) es importante también destacar que la oralidad se toma como un código

mediante el cual se ponen en relación un emisor y un receptor, es un acto dinámico y su éxito

depende de las posibilidades de comprensión y expresión. La oralidad es, entonces, fugacidad

y permanencia. Es la conjunción entre lo inmediato y lo mediato, entre la memoria ancestral

y la no memoria. Este fenómeno doble ha permitido a la oralidad debatirse entre el mundo de

la cultura escrita y transformarse. Se piensa que estando en los libros o en otros medios, la

memoria no se pierde, sin embargo, la oralidad permite, no solo a las culturas orales como

también a las culturas en general, conservar sus valores, su historia común, su cultura.

Volviendo a Ong (1996), la oralidad tiene varias características entre las cuales destaco

primero, la empatía y participación donde la cultura oral se identifica con lo sabido, la escritura

separa, objetiva. En segundo lugar, la cercanía con el mundo humano vital. La cultura oral debe

conceptuar y expresar de forma verbal el conocimiento. Al carecer de escritura no puede tomar

distancia de él. Algunos conocimientos se incrustan en la narración otros se aprenden en la

práctica. Tercero, conservadurismo y tradicionalismo. Se debe almacenar lo aprendido,

conservar en la mente el tesoro del pasado. Por esta razón la figura de los ancianos es muy

importante. Cuarto, situacional antes que abstracta. Las culturas orales tienden a usar los

conceptos en marcos de referencia situacionales en el sentido de que se mantienen cerca del

mundo humano vital. Además la comunicación es espontánea, es inmediata en el tiempo y en

el espacio, es más ágil, hay interacción, el mensaje es fugaz.

54

El diálogo, las conversaciones familiares o en grupo, los relatos, son algunas de las

expresiones de la oralidad que estaré teniendo en cuenta para ser contrastadas con la

comunicación mediada por algunas de las tecnologías desarrolladas hasta hoy por el hombre.

7.3 De las representaciones sociales y su aporte a la construcción de identidad

“La noción de identidad no se sitúa en una sola encrucijada,

sino en más de una. Interesa a todas las disciplinas

e interesa también a todas las sociedades”

Claude Lévi-Strauss

Para hablar de las representaciones en cuanto a cómo los medios están contribuyendo a la

definición de la identidad de los niños y niñas y a su vez cuáles son las representaciones sociales

que los medios incorporan de estos niños y niñas particularmente, tomaremos en cuenta las

siguientes definiciones y teorías sobre estos temas.

Iniciaré por incluir algunos conceptos sobre identidad.

7.3.a. Identidad

La identidad es la fuente de sentido y experiencia para la gente. Como escribe Calhoun:

No conocemos gente sin nombre, ni lenguas o culturas en las que no se establezcan de alguna

manera distinciones entre yo y el otro, nosotros y ellos. […] el conocimiento de uno mismo – siempre

una construcción pese a que se considere un descubrimiento- nunca es completamente separable de las

exigencias de ser conocido por los otros de modos específicos (2000).

“La identidad humana no se consagra, de una vez para siempre, al nacer: se construye en la

infancia y, en lo sucesivo, debe reconstruirse a lo largo de la vida” (Dubar, 2000:15). “La identidad

se afirma, evoluciona, se reordena por crisis y por estadios sucesivos” (Dortier, 1999:54).

Alfonso García Martínez (2008), en su trabajo sobre “Identidades y representaciones sociales:

la construcción de las minorías”, nos dice que la identidad es una opción paradójica que implica a

la vez unidad y unicidad, que la identidad es unicidad cuando se trata de lo que nos distingue de

otros, cuando se trata de tener su propia identidad. Es lo que nos hace existir como ser único. La

identidad es también lo que se relaciona con la pertenencia a un grupo que comparte valores y

características comunes. Hay una unidad entre los miembros. El reconocimiento de unos por otros

se produce alrededor de esta identidad común. Observemos que esta dimensión de unidad no niega

de ninguna manera la dimensión de unicidad. “Esta ambigüedad semántica sugiere que la identidad

55

oscila entre la similitud y la diferencia, lo que hace de nosotros una individualidad singular y lo

que al mismo tiempo nos hace semejantes a otros” (Lipiansky. 1999:22). “Hoy la cuestión de las

interacciones sociales y de los criterios que permiten establecer relaciones domina el debate de la

identidad” (García. 2008:2).

El entorno contribuye a formar la identidad individual. Las relaciones con otros van

influyendo también en la construcción de esta identidad. Esta relación es reflexiva. Edgar Morin

(2001) hablaría de “rizo recursivo” en el sentido de que, a su vez, la relación con el mundo y la

existencia permite al individuo tomar conciencia de sí mismo y definir así su identidad. “

La cuestión de “¿quién soy yo?” sólo puede entenderse acompañada por otras dos cuestiones:

“¿Cuáles son mis relaciones con los otros?, y ¿Cómo me sitúo en el mundo?”. Estas tres cuestiones

remiten a aspectos identitarios diferentes. Cuando la persona se interroga sobre el “¿quién soy?”, se

trata más de la identidad personal, del individuo. Mientras que, respectivamente, las otras cuestiones

reenvían a las identidades sociales, a la pertenencia a grupos, por un lado, y a la identidad cultural, la

sociedad y la humanidad, por el otro” (García. 2008).

Desde los primeros aprendizajes vamos tomando conciencia de una identidad cultural que se

perfila sobre la base del reconocimiento o discriminación que proviene de los otros, ya sea a nivel

individual o grupal. “Las trayectorias individuales enmarcadas en una sociedad determinada van

perfilando la construcción de la identidad, fenómeno que surge de la dialéctica entre el individuo

y la sociedad” (Berger & Luckman, 2003).

Así las interacciones entre el niño y su entorno familiar desempeñan un papel primordial, pero

las que se establecen en el período adulto de la persona tienen también un impacto no despreciable

sobre la identidad del individuo, “así la naturaleza de las relaciones favorece o no la identificación,

proceso esencial en la formación de la personalidad. Si las identificaciones de la infancia son

capitales para la formación de la personalidad adulta, no son las únicas que contribuyen a la

construcción de la persona. Ciertos modelos aparecen al individuo a lo largo de su vida”,

(Mucchieli, 2002:63).

La familia es el primer escenario donde empieza esta construcción identitaria en el niño. Allí,

la imagen de sí mismo empieza a construirse sobre la base de las sensaciones, gustos y bajo la

mirada de su madre como espejo. A medida que se relaciona con otros se va estructurando cultural

y socialmente.

Después de la familia están la escuela y los amigos que enriquecen las identificaciones

posibles. Se van ampliando las interacciones sociales a medida que se amplían los espacios de

56

socialización. Y en esa medida se van encontrando identificaciones con otros. “Así, mediante este

proceso de socialización, cada individuo reajustará, de manera continua, su identidad y aportará

las correcciones necesarias con el fin de que su identidad personal sea lo más consciente posible

con la del grupo al cual pertenece. “La socialización es un proceso de identificación, de

construcción de identidad, es decir de pertenencia y de relación” (Dubar, 2000:32). Pero dada la

multiplicidad de los grupos de pertenencia o de referencia, no es una identidad social sino varias

identidades sociales lo que cada individuo posee” (García, 2003). “La consecuencia es que todos

devenimos “seres compuestos, bajo influencia de varios grupos de afiliación, ninguno de los cuales

bastaría para definirnos de modo exclusivo” (Mucchieli, 2002:53).

Como ser social, el niño y la niña se van afiliando naturalmente a grupos en su barrio, en su

colegio. Estos grupos a su vez tienen su propia identidad que los diferencia de otros pero no los

excluye. E. M. Lipiansky (1999) considera que, para el individuo, la identidad no aparece como la

yuxtaposición simple de roles y de las pertenencias sociales. La identidad debe ser concebida como

una totalidad dinámica, donde estos diferentes elementos interactúan en la complementariedad o

el conflicto. De ahí se derivan unas estrategias identitarias mediante las cuales el sujeto tiende a

defender su existencia y su visibilidad social, su integración en la comunidad, al mismo tiempo

que se valora positivamente y busca su propia coherencia.

“En otros términos, somos más o menos lo que los otros “hacen” de nosotros. Somos también lo

que nuestra historia nos hizo, lo que extraemos de nuestra “historia familiar. La identidad, pues, es

siempre plural por el mismo hecho de que siempre implica a actores siempre diferentes de contexto

social que tienen siempre su propia lectura de su identidad y de la identidad de otros según las

situaciones, sus aspiraciones y sus proyectos” (Mucchielli, 2002: 12).

Al tomar conciencia de la existencia de los otros seres humanos y de nuestra participación en

el núcleo familiar y comunitario, empiezan a construirse lazos que unen filial y fraternalmente a

los unos con los otros, generando un tejido social que contribuye al bienestar y gratificación de

quienes se sienten incluidos. Las dificultades se hacen presentes si desde los primeros años se

carece por alguna razón de esa red de relaciones filiales e interpersonales positivas, cuando se ha

estado sometido a malos tratos, a la soledad, la indiferencia o la exclusión. En estos casos se

deforma o deteriora no solo la propia imagen o auto concepto, sino también la idea de familia,

comunidad o sociedad, produciendo sentimientos negativos que pueden cambiar por completo la

trayectoria de vida de una persona. En este sentido, Vigotsky (1974) plantea que el desarrollo

humano no puede ser concebido como una característica del individuo independiente del contexto

57

en el que este piensa y actúa; por el contrario, se ve determinado por el entorno sociocultural en

dos niveles: por una parte, la interacción social proporciona al niño información y herramientas

útiles para desenvolverse en el mundo; por otra parte, el contexto histórico y sociocultural controla

el proceso a través del cual los miembros de un grupo social acceden a unas herramientas o a otras.

Es indudable que a medida que los seres humanos nos incorporamos a un grupo social

determinado, no solamente aprendemos los valores, normas y formas de relación y producción de

ese grupo, sino que también empezamos a participar en formas más amplias y complejas de

organización social.

Al respecto, Bronfenbrenner (1979) plantea que el desarrollo humano es producto de la

interacción reciproca entre un sujeto activo, proposicional, y el ambiente que le rodea. El ser de la

persona entonces es influido continuamente por los ambientes y valores presentes en un conjunto

de estructuras seriadas o niveles incluyentes como son: el microsistema (actividades e

interacciones en los alrededores inmediatos de la persona), el meso sistema (conexiones o

interrelaciones entre microsistemas como los hogares, las escuelas y grupos de pares), el

ecosistema (fenómenos sociales, económicos, que ocurren en el entorno e influyen sobre el

desarrollo de la persona), y el macro sistema (contexto cultural o subcultural o de clase social,

ideologías o creencias en el que están inmersos todos los sistemas).

Esto nos lleva a hablar de la socialización la cual es un proceso de interacción social a través

del cual la persona aprende e interioriza los elementos socioculturales de su medio ambiente, y los

integra en la estructura de su personalidad, bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales

significativos del entorno social en cuyo seno debe vivir (Abad, 1993). Igualmente, la socialización

es concebida como el proceso que permite el desarrollo de la identidad personal, así como la

transmisión y aprendizaje de una cultura.

Además de los espacios físicos que se llegan a compartir, están los momentos específicos en

los que se toma parte con otros en la construcción de la identidad, como también desde qué, cómo

por quien y para qué. Hablamos entonces de los materiales culturales, históricos, sociales y

económicos, la geografía, la biología, las instituciones productivas y reproductivas, la memoria

colectiva, los aparatos de poder y las revelaciones religiosas. Pero los individuos, los grupos

sociales y las sociedades procesan todos esos materiales y los reordenan en su sentido, según las

determinaciones sociales y los proyectos culturales implantados en su estructura social y en su

marco espacial/temporal.

58

Multitud de las identidades a las que nos acogemos (o que, combatimos) encuentran en los

medios su principal plataforma de expresión e interacción. Ahí, en el discurso mediático, se

presentan sin que los representados ni los interpelados hayan jamás entrado en contacto entre sí.

Según Víctor Sampedro, (2004), los verdaderos gestores de las identidades públicas

contemporáneas son los medios de comunicación. La identidad pública se proyecta hacia fuera,

interpelando a los demás miembros de la comunidad. Y los medios presentan a los colectivos

sociales en términos de igualdad o diferencia, exhibiendo marcas identitarias incluyentes (para los

miembros de la comunidad) y excluyentes (para el extranjero, considerado como “ajeno”). La

trascendencia política de esta “función identitaria” de los medios es enorme, ya que sólo una

identidad colectiva reconocida públicamente puede presentar demandas ante las instituciones.

Toda identidad necesita, por una parte, diferenciarse y, por otra, equipararse con el cuerpo social.

Es en los medios donde se forman las identidades públicas, que lo son por haber sido

publicitadas. La fuerza de las identidades mediáticas se condensa en la frase de “Quien no sale en

los medios, no existe”. Ahora bien, no todos tenemos la misma fuerza para aparecer representados

en los medios y controlar la identidad mediática que se proyecta de nosotros. Y tampoco tenemos

los mismos recursos para consumir o acceder a distintos medios, alimentando así procesos de

identificación mediatizada que resulten fructíferos. Fructíferos en cuanto a la autoestima, las

relaciones sociales, los trabajos o sitios de residencia en los que nos podamos establecer.

En suma, las identidades mediáticas son las formas de representación pública presentes en el

contenido y los mensajes de los medios de comunicación. Se las detecta, por tanto, con

metodologías que analizan el contenido y el discurso de los mensajes dominantes en la esfera

pública. Las identificaciones mediatizadas, en cambio, pertenecen al orden del consumo, la

recepción y la reapropiación de las marcas mediáticas de identidad.

“Ya no nos referimos al plano de la enunciación, sino de la recontextualización que diferentes

segmentos del público realizan de las identidades mediáticas dominantes. Para ello se basan en su

experiencia propia, en fuentes alternativas que van de la conversación cotidiana a la comunicación

“antagonista” o “contrainformativa. Casi todo proceso de identificación identitaria ya está

mediatizado, porque en mayor o menor medida depende de su difusión por distintos canales de

comunicación” (Sampedro, 2004:136).

7.3.b Identidades en crisis

59

Hoy día, gracias al fenómeno de la globalización, las sociedades contemporáneas

experimentan grandes cambios que en cierta forma, amenazan la preservación de la cultura de

origen de comunidades, grupos y familias. Grandes migraciones por diversas causas hacen que

surjan nuevos retos como lo refiere García y otros:

Las dinámicas culturales de socialización y formación de identidad de los sujetos más jóvenes, y

al rol de la familias en la crianza de sus hijos e hijas. Las comunidades receptoras deben aprender a

convivir con los nuevos habitantes, y las comunidades migrantes deben aprender a vivir en sus nuevas

condiciones enfrentadas con frecuencia a costumbres y valores diferentes a los propios (2011).

Estos cambios implican nuevos retos para la crianza y los procesos formativos de los niños y

las niñas y pueden ser generadoras de conflictos al interior de la familia y entre grupos sociales,

pero pueden también ofrecer oportunidades —no en ausencia de dificultades y conflictos— para

procesos de socialización, más complejos pero más diversos e incluyentes para la construcción de

nuevas identidades y nuevas formas de asumir la ciudadanía.

Por ello se afirma que la socialización en las sociedades que conservan más genuinamente sus

tradiciones puede crear unas identidades socialmente más definidas de antemano; es el caso de las

comunidades indígenas, afrocolombianas o campesinas, poco influenciadas por culturas foráneas;

por el contrario, en las sociedades complejas, los procesos de socialización convierten en un

laberinto las trayectorias individuales mediante las que se pretende aprehender la realidad social y

donde la ecuación “un grupo social igual a cultura” no funciona (Pujadas, citado por Marin, 2005,

p. 33). Son ejemplo de esta situación los grupos humanos donde confluyen diversas culturas en

espacios reducidos, circunstancia muy propia de las grandes ciudades y de los lugares que se han

convertido en receptores de sujetos desplazados o inmigrantes.

Abordar los procesos de socialización de la primera infancia al interior del núcleo familiar,

social y cultural desde una perspectiva multicultural, implica el reconocimiento de que la

constitución paulatina como seres humanos y la construcción de la propia identidad, se definen en

contraste con los otros, con los diferentes. Como actores sociales nos ubicamos frente a nosotros

mismos y frente a los otros desde el nacimiento. Es así como vamos construyendo y aprendiendo;

en palabras de Berger y Luckman (2003): La noción del yo a partir de la adquisición del otro

generalizado lo cual implica que el individuo se identifica no solo con los otros concretos, sino

con una generalidad de los otros, con una sociedad. La formación dentro de la conciencia del otro

60

generalizado señala una fase decisiva en la socialización, que nos permite comprender que no solo

vivimos en el mundo, sino que participamos cada uno del ser del otro (p. 167).

Cabe señalar que en sociedades como la nuestra, altamente fragmentadas, con presencia de

conflictos y violencia que rayan en la deshumanización, los fundamentos sociales sobre los cuales

se produce la incorporación de las nuevas generaciones generan una dificultad mayor a los padres

y madres, cuidadores y cuidadoras o encargados de la crianza y la educación, considerando que

día a día los referentes vividos o destacados por los medios de comunicación son, en muchos casos,

extremadamente negativos y atentan contra la idea de grupo social consciente de sus

responsabilidades y comprometido con el bienestar y la felicidad de cada uno de sus integrantes.

En el caso de familias desplazadas y familias migrantes, que por diversas razones han

abandonado sus lugares de origen para buscar nuevas opciones en otros territorios, los choques

entre la cultura hogareña y la cultura de la sociedad pueden ser desestabilizantes debido a los

conflictos que generan al interior de la familia las concepciones del mundo, las pautas y prácticas

de crianza, los valores culturales y las formas de comportamiento diferentes y en algunos casos

contradictorias entre el contexto familiar y el contexto social más amplio. De la misma manera, en

un corto tiempo los padres y madres deben hacer adaptaciones para acomodarse al nuevo entorno

sociocultural en el que predominan valores, comportamientos, actitudes, que pueden no compartir,

pero que en ocasiones se ven forzados a aceptar y a permitir a sus hijos e hijas. Estos nuevos

aprendizajes presentan alguna complejidad, teniendo en cuenta que la cultura se aprende

básicamente a través de la convivencia y requiere un tiempo de asimilación, acomodación e

interiorización. El viaje que el niño o niña emprende desde su nacimiento representa la

construcción incesante de una identidad personal y social única, que se caracteriza por una

creciente toma de conciencia sobre sus rasgos distintivos tales como el género, la pertenencia a un

grupo étnico, la edad y la condición de la comunidad con la cual está en estrecho contacto. A partir

de la primera infancia, muchos pequeños y pequeñas manifiestan una comprensión e identificación

con su rol y condición dentro de la familia y en la comunidad. Esta situación es más frecuente en

grupos que mantienen formas tradicionales de incorporación de las nuevas generaciones y ocupan

históricamente territorios específicos; por el contrario, en grupos humanos abiertos a diversas

influencias la construcción de identidad se hace mucho más compleja. Estas complejas identidades

tempranas son cambiantes a lo largo del ciclo de vida y se reconstruyen a medida que los niños y

niñas viven experiencias en nuevos ambientes, actividades, relaciones y responsabilidades.

61

Durante este proceso, tal como lo hemos señalado, los niños y niñas pueden experimentar

sentimientos positivos, negativos o ambivalentes relacionados con aspectos de su propia identidad

y de su pertenencia a determinados grupos socioculturales.

En los casos de las familias migrantes o desplazadas, estas dos vertientes de la identidad deben

enfrentarse a la situación novedosa de ser diferentes a los grupos de la cultura receptora dominante,

lo cual representa nuevos retos de adaptación y de diferenciación que pueden ser vividos como

amenazantes a la propia identidad, dependiendo de las situaciones y experiencias vividas en los

nuevos contextos donde deben asumir estos inesperados procesos de socialización.

En nuestro país, con aproximadamente tres millones de sujetos desplazados y refugiados, la

construcción de identidad cultural y los procesos de socialización se han visto seriamente

afectados, sobre todo en las familias campesinas, indígenas y afro descendientes, que de manera

significativa han sufrido el desplazamiento forzado a manos de grupos armados con objetivos

económicos, estratégicos o bélicos. “Al tener que dejar sus territorios y ubicarse en ciudades o

poblaciones distintas a su lugar de origen, se han visto expuestos a abandonar también parte de sus

costumbres, cosmovisiones, lengua y otros elementos propios de su cultura, dificultando la

conservación de su acervo cultural y afectando la valoración de sí mismos y de su grupo social.

Esta experiencia de desarraigo que ha truncado proyectos de vida, dejado secuelas psicosociales

en los niños, niñas y sujetos adultos que han vivido la vulneración de sus derechos e incidido en

la pérdida del tejido social y los símbolos que daban sentido a su vida cotidiana, constituye una

gran afrenta a la dignidad humana y produce un enorme vacío en la memoria histórica y en la

cultura colectiva del territorio, cuyas consecuencias aún no podemos dilucidar” García:2008).

7.3.c Representaciones sociales

Un grupo como tal cuenta con sus propios valores, normas, reglas, características que son

compartidos por cada uno de sus miembros. Se da un reconocimiento implícito y explicito entre

ellos. “A través de estos valores compartidos, por una parte, el grupo y sus miembros se reconocen

y, por otra, son identificados. La identidad social que emana de esa situación para cada uno de los

individuos tiende a agregarse a su identidad personal. No se superpone sino que busca enriquecer,

modificar o reordenar la identidad personal. Según Claude Abric (1994:27), es una de cuatro

funciones de las representaciones sociales: “Las representaciones sociales le permiten a un grupo

definirse con relación a otro y estimarse positivamente o negativamente respecto a él”.

62

El concepto de representaciones sociales, desarrollado por S. Moscovici en los años 1960, ha

sido adaptado desde hace una veintena de años por diferentes autores. “La representación es

generalmente definida en sicología como un conjunto de conocimientos o de creencias codificadas

en la memoria y que podemos extraer y manipular mentalmente” (Dortierm 2002:25). Para Ch.

Guimelli (1994:12) “se trata del conjunto de los conocimientos, las creencias, las opiniones

compartidas por un grupo con respecto a un objeto social dado”. Pero también las utilizamos para

comunicar a otros y para orientar las conductas. Ayudan a reconocernos, a situarnos, a aforarnos,

a estimarnos con relación a otros. Tienen numerosas especificidades, que apuntan al hecho de que

las representaciones tienen anclajes profundos, lo que explica su estabilidad relativa.

Estas se arraigan desde la infancia vinculadas a la formación de los esquemas de percepción

y de comportamiento, llamados imprinting cultural por E. Morin :

Hay un imprinting cultural que marca a los humanos, desde el nacimiento, con el sello de la

cultura, la familiar primero, escolar luego, y se prosigue en la universidad o la profesión”. Las

representaciones sociales crean el lazo entre el individuo y su medio ambiente, participan en la

construcción de su identidad y la reordenan. Se aseguran así cierta estabilidad. Según Claude

Abric, poseen cuatro funciones: una función cognoscitiva, una función de orientación de la acción,

una función de justificación de las prácticas y una función identitaria (Citado por.García. 2008:6).

Otro factor de estabilidad de las representaciones se encuentra en que vehiculizan instituciones

tales como la escuela, el Estado, la religión, los partidos políticos y medios de comunicación. La

estructuración de las representaciones permite identificar, clasificar y reagrupar. Identificamos los

objetos, los animales, las personas, las situaciones, etc, no gracias a una lista más o menos larga

de propiedades, sino por semejanza y asociación con un prototipo. “La referencia a

representaciones que definen la identidad de un grupo va por otra parte a desempeñar un papel

importante en el control social ejercido por la colectividad sobre cada uno de sus miembros, en

particular en los procesos de socialización” (Abric, 1994:16).

Las representaciones son, pues, unas guías para la acción: construyen nuestros gustos y

nuestros disgustos con respecto a nuestro medio ambiente y nos induce a rechazar o aceptar

determinadas cosas. Nuestras representaciones van a permitir el primer paso para aproximarnos a

tal o cual grupo… la voluntad de insertarse en un grupo, así como la aceptación de insertar al

solicitante o de excluirlo depende de las representaciones de los diferentes actores.

63

Las ideas que nos sirven para pensar el mundo pasan, pues, por representaciones que son

orientadas por nuestros deseos y nuestros proyectos.

La estructura de las representaciones más comúnmente retenida es la que considera que están

formadas por un sistema central (o núcleo central) y por un sistema periférico. El núcleo central

está estrechamente vinculado a las condiciones históricas, sociológicas e ideológicas del grupo o

del individuo, y aparece asociado con los valores y con las normas, proporcionando las bases de

la homogeneidad del grupo, al que aporta estabilidad y coherencia en sus representaciones. El

sistema periférico por su parte, parece más asociado con las características individuales, de modo

que estando más sometido al impacto del contexto inmediato, asegura una cierta protección del

núcleo central. Por su adaptabilidad permite “modulaciones personales que generan

representaciones sociales individualizadas” (Abric, 1994:28).

Las prácticas sociales, definidas como la interfaz entre circunstancias externas y prescriptores

internos de la representación social, son, según Jodelet y Moscovici (1990:287), “sistemas de

acciones socialmente estructuradas e instituidas en relaciones con roles”. En otros términos, son

los comportamientos que tenemos para adaptarnos a las contingencias externas, ya que aseguran

una cierta homeostasis al individuo, a saber, el equilibrio que buscamos entre nuestras

representaciones y la situación vivida o nuestra relación con el objeto de se trate en ese momento.

Este lazo explica la adaptación de las prácticas en un contexto nuevo con arreglo a las

representaciones, pero ilumina también las transformaciones que sufren las representaciones.

En resumen, todo sujeto posee representaciones, entendidas como el conjunto de sus

conocimientos, creencias u opiniones que posee y comparte en el seno de sus grupos de

pertenencia. Se establecieron tanto por la construcción de la identidad de la persona como por

compartir los valores de los grupos a los que cada persona pertenece. Al ser necesarias para situarse

y para orientarse, guían nuestras acciones, es decir, nuestras prácticas sociales. Aunque tienen una

cierta estabilidad, pueden sin embargo transformarse bajo el efecto de las prácticas sociales

vinculadas al contexto inmediato, que así mismo puede modificarse. Así, resulta posible modificar

las representaciones por acciones sobre las prácticas sociales. El contexto, el medio ambiente,

obliga a todo individuo a actuar por medio de prácticas (sociales o profesionales) en función sobre

todo de sus representaciones.

A partir de ahí, a través del conocimiento de las representaciones y de las prácticas sociales, unido

a la acción sobre el medio ambiente, podrá producirse una modificación de las prácticas sociales y

64

podrá suponer un cambio del estado de las representaciones sociales. Este trabajo de transformación

de las representaciones parece tanto más necesario cuanto que, en ciertas situaciones, el impacto de las

representaciones sobre las prácticas sociales tiene efectos deletéreos sobre ciertos actores sociales. Así,

un hándicap físico, una alteración del comportamiento, una posición social particular, un rasgo

fenotípico, una determinada opción sexual o cultural, etc., pueden ser objeto por parte de las

representaciones, de una segregación, de un rechazo del individuo portador de esta característica, de

esta marca. El individuo, entonces, es objeto de una estigmatización (García, 2003).

7.3.d Representaciones en los medios

Los medios de comunicación extraen de la realidad modelos y estilos de vida, los reinterpretan

y después los vuelven a proponer a sus públicos, ofreciéndolos como posibles lecturas de lo social,

pero también como un depósito para el imaginario colectivo.

Los contenidos de los medios de comunicación nos ofrecen continuamente, en las imágenes del

cine y de la televisión, en los relatos de la prensa, en los sonidos y las voces de la radio,

representaciones de nuestro mundo, de las cosas que nos ocurren, de las personas que las protagonizan.

Nos representan a nosotros mismos y a los otros, el ambiente en que vivimos y el ambiente en que

viven otros pueblos, acontecimientos y situaciones tal vez lejanas de nuestra experiencia cotidiana.

Uno de los aspectos más interesantes de los contenidos de los medios de comunicación es el de

constituir una fuente de representaciones de las identidades en distintos niveles. Desde muchos puntos

de vista se enseña hoy que las identidades son producciones en gran parte discursivas, es decir, que

dependen no solo de los discursos de la vida cotidiana, sino también de modalidades lingüísticas que

son socialmente compartidas y reguladas (Boni, 2008:172).

De esta manera las identidades están más allá de las construcciones narrativas; dependen como

lo mencioné anteriormente, de las interacciones con los otros y de las representaciones culturales

de nuestra sociedad, incluyendo a los medios de comunicación. “En definitiva, si las identidades

se constituyen dentro de- y mediante- una serie de representaciones culturales con las que

terminamos por identificarnos, significará también que el sistema de los medios de comunicación

juega un papel que no es indiferente hacia la producción y reproducción de estas representaciones,

y por tanto, las identidades que producimos” (Boni, 2008:173).

Por su parte, los públicos también juegan un papel diverso, imprevisible, activo y protagónico

a la hora de consumir diariamente los productos de la industria cultural.

Los públicos no son ya vistos como ‘drogados culturales’ que almacenan sin espíritu

crítico todos los mensajes que les envían los medios de comunicación; por el contrario, es ya

65

una opinión extendida que los medios de comunicación constituyen un recurso al que

accedemos para construir nuestras identidades, de muy diversas maneras. Estas

construcciones de producen mediante una continua serie de definiciones y redefiniciones de

significados, negociados y elaborados dentro de los más diversos contextos de la vida

cotidiana de cada uno de nosotros(Boni, 2008:173).

De alguna manera los medios de comunicación “nos permiten a todos ser viajeros en el sillón

y de experimentar algo de las vidas y de las identidades culturales de otros, si bien en la comodidad

de nuestras casas” (Barker, 1999:7). De esta forma, entre más globalizado resulta el medio de

comunicación, más propicio es para la construcción de la identidad cultural.

Es decir, estamos frente a múltiples públicos-consumidores locales de productos a menudo

globales- que se apropian de manera activa de los contenidos ofrecidos por los medios de

comunicación para construir significados. Al contrario de lo que afirman los observadores alarmistas

de la sociedad, los medios de comunicación no ‘constituyen identidades como una aguja hipodérmica,

sino que proporcionan materiales con los que trabajar (Baker, 1999).

Los medios de comunicación, en la época de la globalización, constituyen, en efecto, uno de los

recursos más vitales para la construcción de identidades y pertenencias identitarias, sobre todo gracias

al hecho de que permiten con cierta facilidad la circulación de toda una serie de representaciones, muy

distintas entre sí y a menudo a la edad, a la sexualidad, con las cuales nos podemos comparar,

identificándonos con ellas, o, por el contrario, rechazándolas y combatiéndolas (Boni, 2008:174).

De manera general, los medios de comunicación constituyen recursos porque según Caseggi

y di Chio,

Ofrecen imágenes de realidad que confirman, integra, corrigen, los mapas cognitivos de los

individuos. Ponen a disposición esquemas de explicación de los eventos diarios […] proporcionan

repertorios de expresiones, símbolos, figuras retóricas, etc. Para ser empleados en más ocasiones,

incluidas nuestras conversaciones cotidianas. Activan cuadros comunicativos que confirman o

desmienten las jerarquías sociales reconocidas (1998:253).

En relación con los procesos de construcción de identidad, Boni (2008) propone tres funciones

de los medios de comunicación. Una es la función fabuladora, que considera la identidad como

una narración; la segunda es la función ritualizante, importante para la comprensión de muchos de

los ritos cotidianos, que modelan los contenidos de los medios de comunicación, y que a partir de

ellos, a su vez, son definidos, están en el origen de la producción de nuestra identidad individual

y de grupo; y finalmente, la función modeladora, que se articula “a través de la construcción de

66

representaciones simplificadas y canónicas de la realidad, de las cuales los medios de

comunicación toman prestados valores, rituales, símbolos, formas de interacción, lugares tiempos,

para después restituirlos en forma de modelos para imitar” (Casentti y di Chio, 1998:266-267).

“Los media contribuyen a la representación de la identidad nacional con los eventos mediáticos,

las grandes ceremonias mediáticas y que con frecuencia son la celebración de la nación y de sus

instituciones. “De esta manera, los medios de comunicación de masas están entre los principales

agentes de producción y reproducción de la identidad nacional, desde los pequeños rituales hasta los

grandes eventos mediáticos donde lo que se celebra es el sentido de pertenencia a una ‘comunidad’,

sea ésta local, nacional o, en algunos casos, supranacional” (Boni, 2008).

Las representaciones mediáticas de la identidad no se limitan, a la identidad nacional. También

se han realizado innumerables estudios sobre la representación de la identidad individual, de las

identidades colectivas, al igual que de las identidades de género o las étnicas comprobando que los

contenidos de los medios de comunicación contribuyen a producir y reproducir estereotipos sobre

grupos sociales específicos como por ejemplo el procedente de determinadas áreas geográficas.

7.4 Memoria en los medios

El tercer tema que compete a esta investigación tiene que ver con la memoria y cómo los

medios han contribuido y contribuyen en su (re)construcción.

Los griegos tenían dos palabras: “mneme” y “anamnesis” para designar, por una parte, el

recuerdo como algo que aparece, algo pasivo, en definitiva, hasta el punto de caracterizar como

afección – pathos- su llegada a la mente, y por otra parte, el recuerdo como objeto de una búsqueda

llamada, de ordinario, rememoración, recolección. Acordarse es tener un recuerdo o ir en su

búsqueda.

En las últimas décadas han adquirido importancia los movimientos de reconstrucción de la

memoria histórica de grupos sociales afectados por los procesos de invisibilización como las

mujeres, los afroamericanos, los indígenas, las culturas colonizadas, los trabajadores, los

perseguidos políticos, etc.

La reconstrucción de la memoria afectada por los procesos de invisibilización no constituye

un mero esfuerzo de investigación, sino que también y fundamentalmente requiere un activismo

social orientado a desmitificar estereotipos y verdades dadas, profundamente arraigadas en la

cultura dominante.

67

Generalmente, cuando se habla de memoria se habla de transmisión hacia las generaciones

futuras de un cierto contenido, de ciertos sentidos más o menos estables que se hacen llegar a partir

de la enseñanza y el aprendizaje. Como explica Candau, “la transmisión continua de los

conocimientos entre generaciones, sexos, grupos, etc., le permite [al hombre] aprender todo a lo

largo de su vida, al mismo tiempo que viene a satisfacer su instinto epistémico” (Candau, 2001:

104).

7.5 Relación entre medio y memoria

La representación del pasado en una imagen audiovisual o auditiva. La memoria, reducida a

la rememoración, opera siguiendo las huellas de la imaginación.

Según Astrid Erll, el carácter social del recuerdo individual (la memoria en cuanto a fenómeno

de la cultura) se funda en gran medida en fenómenos mediales que inician con las interacciones

entre madre e hijo, luego las conversaciones familiares, las fotos que utilizan los medios para la

(re)construcción de los hechos pasados, la influencia de los medios masivos en la formación de los

esquemas y modelos de narración con los cuales se codifica la experiencia vital, etcétera. La

formación y transmisión del saber y de las versiones de un pasado común en los contextos sociales

y culturales sólo son posibles gracias a los medios, gracias a la oralidad y a la escritura en cuanto

medios tradicionales fundamentales que guardan los mitos fundacionales para las generaciones

venideras, gracias a la impresión de libros, a la radio, la televisión y el internet, medios que se

utilizan para la transmisión de versiones del pasado común en círculos amplios de la sociedad, y

finalmente, gracias a medios como los monumentos, los cuales portan un significado simbólico en

cuanto ocasiones para el recordar colectivo que a menudo se convierte en ritual.

Los medios no sólo son relevantes para la dimensión individual y la dimensión sociocultural

de la memoria colectiva; también representan el punto de encuentro entre ambos ámbitos. Los

medios deben ser vistos, según Halbwachs, como instancias de mediación entre la dimensión

individual y la dimensión colectiva del recordar, y como transformadores de éstas. De esta manera,

los recuerdos personales pueden adquirir relevancia colectiva sólo a través de la representación y

la distribución medial. Dado que el recuerdo no reproduce simplemente una realidad pasada, sino

que es una forma de construcción de la realidad y de creación activa del mundo, surge la pregunta

por el papel que desempeñan los medios en tales procesos de construcción (colectiva). Los medios

no son portadores neutrales de información pasada que resulta relevante para la memoria: ellos

68

crean una u otra vez lo que parecen codificar – las versiones de la realidad y del pasado, los valores

y las normas, los conceptos de identidad - .

El poder que los medios tienen para formar la realidad se hace evidente en la investigación de

éstos. Sybille Krämer (1998b;14 y ss) explica el significado cultural que tienen los medios, con

una claridad insuperable:

Los medios no sólo transmiten mensajes sin más, sino que poseen una fuerza que determina

el modo como pensamos, percibimos, recordamos y comunicamos. La medialidad manifiesta que

nuestra relación con el mundo, así como todas nuestras actividades y experiencias en torno a

colonizar el mundo se caracterizan por las posibilidades de diferenciación que los medios crean y

por las limitaciones que les imponen a esas actividades y experiencias a través de tales

diferenciaciones.

El medio determina el mensaje- así o de manera similar reza el credo de la ciencia de los

medios. Para Aleida y Jan Assmann: “Todo lo que se puede saber, pensar y decir del mundo, sólo

se puede saber, pensar y decir en dependencia de los medios que transmiten ese saber” (Assmann

y Assman, 1990:2).

Los pasados significativos que tienen efecto desde el punto de vista cultural del recuerdo no

se pueden separar, por consiguiente, de los medios. Son constructos mediales. Por eso, no son ni

falsos ni irreales; la medialidad representa, más bien, la condición de posibilidad de la relación de

un colectivo con los procesos temporales.

De la construcción medial de la realidad hay que hablar en dos sentidos. Sybille Krämer

(1998c) expresó la dualidad en el concepto de medio como huella y aparato. Krämer analiza los

conceptos de medios de Niklas Luhmann y Marshall McLuhan – conceptos que han tenido gran

influencia y que no obstante son muy diferentes entre sí – y concibe el medio como huella en lo

que hace a la neutralidad aparente del portador material de los signos, tal y como aparece en

Luhmann, y como simple ampliación artificial del cuerpo humano, esto es, como aparato en lo

que hace a su instrumentalidad.

En las historias particulares de los medios de la memoria puede variar el método de

periodización. Las transiciones más significativas para la historia de la memoria parecen ser, no

obstante, el paso de la oralidad a la escritura, el paso de la escritura a la imprenta, y el paso de la

imprenta al internet. Además, los procesos mnemoculturales están estrechamente relacionados

entre sí. Las revoluciones de los medios pueden cambiar las formas del recordar colectivo, pero

69

determinadas situaciones de desafía, que son propias de la cultura del recuerdo, pueden llevar

también al surgimiento y sobre todo a la aceptación y difusión de nuevas tecnologías mediales.

¿Qué es un medio de la memoria colectiva? Al analizar las culturas de recuerdo se encuentra

que los fenómenos mediales surgen en los diversos niveles de formación de la memoria, que sus

formas de manifestación y sus funciones varían fuertemente y, finalmente, que los procesos

sociales complejos hacen parte de la codificación cultural de un medio como medio de la memoria

colectiva.

El instrumento de comunicación, la tecnología y la objetivación se definen como posibles

componentes materiales del medio de la memoria. La lengua oral, la escritura, la imagen o el

sonido, son instrumentos que ante todo hacen posible las externalizaciones – estos son la condición

para la formación de la memoria colectiva.

Por otra parte, las tecnologías mediales hacen posible la propagación, desde el punto de vista

espacial y la transmisión, desde el punto de vista temporal, de contenidos de la memoria colectiva.

Los instrumentos de comunicación, como la escritura hecha en piedra, la escritura impresa en papel

o la que aparece en internet, alanzan a grandes círculos de las comunidades del recuerdo y se

muestran como almacenables de manera diferente. Las tecnologías mediales no son, sin embargo,

depósitos neutrales de semiosis que resultan relevantes para la memoria (procesos semióticos). Su

materialidad específica, su capacidad y sus límites contribuyen, por su parte, al tipo de mensaje

que se transmite.

Así como la Ilíada de Homero, los manuscritos de la Edad Media, el monumento leipzigiano

a la batalla de los pueblos, la Guernica de Picasso, las fotos que están en un álbum familiar son

objetivaciones culturales que se convierten en elementos con cretos del repertorio medial de la

memoria colectiva y que pueden desplegar un efecto en el ámbito de sus subsistemas. Actúan como

oferta medial de la memoria cultural funcional para el recuerdo fundacional, esperan que se los

actualice en cuanto componentes de la memoria de almacenamiento, transmiten la experiencia

específica de la cotidianidad de un pasado cercano en el ámbito de la memoria comunicativa o

motivan la comunicación entre generaciones en cuanto al repertorio medial de la memoria social

(Harald Welzer, 2005).

La dimensión social de la memoria colectiva ha sido el centro de la investigación de la

memoria que se realiza en el ámbito de los estudios culturales desde Maurice Halbwachs. La

memoria colectiva se (re)construye en contextos sociales y sus portadores sociales deciden allí –

70

ya sea de manera consciente o inconsciente- de qué medios se sirven para realizar dicho trabajo de

construcción.

Ya sea en el ámbito de una memoria cultural o de una memoria familiar que surge por azar,

ya sea en la relación religiosa, la relación política o la relación cotidiana con el pasado, siempre se

trata en últimas de un medio de la memoria colectiva que cumple la función correspondiente en la

cultura del recuerdo. Los usos no sólo contribuyen de manera decisiva al efecto de los medios de

la memoria, sino que incluso determinan su definición: también los abuelos y los amigos, las

formas estéticas y los textos literarios, las piedras y los ríos pueden convertirse, dentro de la praxis

de la cultura del recuerdo, en medios de la memoria colectiva si se les da ese estatus.

También los productores y receptores de un medio de la memoria realizan un trabajo activo

de construcción – en la decisión acerca de a qué fenómenos se les atribuye cualidades

mnemodeidales así como en la elección, codificación o en la decodificación e interpretación de

aquello que se debe recordar -. Los medios y sus usuarios producen memoria colectiva y la

enmarcan dentro de una perspectiva determinada, pero siempre hacen esto en contestos culturales

e históricos muy específicos.

Dentro de las funciones de los medios de la memoria colectiva encontradas está la de

almacenamiento, circulación y evocación. Sin embargo, sólo en muy pocas ocasiones se le puede

atribuir claramente una determinada función a un determinado medio de la memoria. Los medios

que han tenido más éxito en una cultura del recuerdo muestran de manera simultánea elementos

de estas tres funciones. La función de almacenamiento, o depósito, se refiere a la tarea que cumplen

los medios de almacenar contenidos (o bien, objetos) de la memoria colectiva y permitir que se

pueda disponer de ellos a través del tiempo. Ésta es, por así decirlo, la función clásica de los medios

de la memoria colectiva como los textos narrativos o gráficos. La función de circulación de los

contenidos de la memoria es la segunda función. Los medios hacen posible la comunicación

cultural no sólo a través del tiempo, sino también de vastos espacios. Sincronizan grandes

comunidades del recuerdo en las cuales ya no es posible la comunicación cara a cara entre sus

integrantes. La imprenta cumplió una función de este tipo en la modernidad temprana. Luego le

siguieron las revistas, la televisión y el internet que la cumplen en la época de globalización. Por

tanto, los medios de circulación son medios masivos de comunicación (cf, Luhmann, 1995). Los

procesos del recuerdo se ponen en marcha a través de índices de evocación que pueden ser de

naturaleza intrapsíquica, pero con frecuencia también son imágenes, textos o discursos los que

71

funcionan como motivaciones del recuerdo. En el plano colectivo, también puede hablarse de

índices mediales de la memoria colectiva. Ciertos paisajes y lugares especiales también cumplen

la función de evocación en la comunidad del recuerdo, la cual asocia ciertas versiones del pasado

con tales lugares y paisajes. Los índices mediales quizás más importantes para la memoria

comunicativa que existen en el seno de la familia son las fotos. Marianne Hirsh (1997) ha señalado

que las fotos sólo se convierten en medios de la memoria gracias a las narraciones. Una foto

familiar vieja de la cual se conoce su historia se puede convertir en un índice medial y crear

recuerdos mucho más variados de tiempos pasados basándose en ella. Las fotos familiares se

convierten sólo en índices mediales a través del relato.

Las funciones anteriormente mencionadas hacen parte de la institucionalización de los medios

en la cultura del recuerdo, hacen parte del ámbito de la cultura como fenómeno de la memoria.

Los medios de circulación y almacenamiento que nos rodean, así como los índices mediales

producen mundos mediales (de la memoria)(Schmidt, 1996), éstos tienen una gran influencia sobre

nuestra percepción y recuerdo.

Halbwachs (1991) cita ejemplos donde la arquitectura, la conversación, el texto escrito, la

imagen – tienen en común que son medios a través de los cuales el extranjero visitante crea un

vínculo con determinados grupos sociales. Los medios le permiten apropiarse momentáneamente

de una determinada manera colectiva de pensar. A través de los medios, el individuo tiene acceso

al saber específico del grupo, como lo son los datos o los hechos, al igual que a “corrientes sociales

del pensamiento y de experiencia”.

Los ámbitos mediales del recordar hacen posible y determinan el recuerdo, así como la

interpretación que se hace de la experiencia propia y ajena. Las representaciones mediales preforman

nuestra percepción y determinan cómo evocamos nuestros recuerdos. En la vida normal, se percibe la

existencia de esos marcos mediales sólo cuando se [les] opone resistencia. Justamente en esto se

fundamenta el poder que tienen los medios para crear memoria. Ellos forman un horizonte de

versiones sobre el modo como el pasado, presente y el futuro se relacionan entre sí (Halbwachs,

1991:19).

7.6. Oralidad, memoria, desplazamiento, identidad

Retomando a Maurice Halbwachs (1996), cuando se refiere a la memoria colectiva, la

define,

“como aquella compartida por un mismo grupo social que conjuga en el pasado un conjunto

de representaciones que tienen una continuidad social, así ella, como reconstrucción parcial y

72

selectiva de ese pasado tiene puntos que son percibidos por dicha sociedad, de esto modo el

fenómeno de la memoria existe por medio de las relaciones sociales, cuyas referencias principales

son el lenguaje, como palabra; el espacio, como lugar que hace posible el acontecimiento; y el

tiempo, como delimitación”(101).

Estas relaciones sociales donde la palabra es la referencia construye historias, mitos,

leyendas, relatos, cuentos populares son elementos que aportan y han aportado a la

construcción cultural de los pueblos. Estos pasan de generación en generación y se van fijando

en la mente y en los discursos de quienes las escuchan y las reciben. La mayoría de los

colombianos tenemos historias que contar al respecto, porque el fenómeno del desplazamiento

empezó desde la lucha misma de los partidos políticos en las regiones lo que trajo violencia y

conflicto entre los habitantes de pueblos vecinos pero con diferencias en el pensamiento

político. La historia nos habla de los macro eventos, sin embargo, las historias de las familias

que tuvieron que huir y dejar sus parcelas las conocemos pocos y por referencia de los

ancestros que las compartieron. Historias que han sido transmitidas oralmente, que se

comparten o compartían durante las reuniones familiares o cuando se elaboraban los árboles

genealógicos tratando de construir o re-construir los lazos con los otros y la tierra. De esta

forma también es que se hacen esfuerzos para mantener una identidad con y el espacio anterior

que se imbrica con el espacio actual. La importancia en la narración de las historias radica en

la preservación de la identidad misma, y la valoración que ella pueda dar a sus protagonistas.

8. Marco metodológico

8.1 Público Objetivo

Como lo mencioné anteriormente, en el desarrollo de un proyecto de comunicación

implementado por la organización donde trabajaba con niños y niñas del municipio de Soacha, se

facilitaron espacios para que estos niños contaran las historias de su barrio. Pensando en la

problemática del desplazamiento y en sus historias no contadas, empecé a determinar los sectores

del municipio a dónde habían llegado mayormente las familias desplazadas llegando así al barrio

La Florida. Mi trabajo en el área de Comunicaciones de la empresa me permitía llegar con facilidad

a este sector donde conté con el apoyo de los líderes comunitarios y juveniles para identificar a los

niños y niñas que podrían participar en esta investigación.

73

¿Por qué determiné que fueran niños y niñas entre 9 y 11 años? Hoy día, múltiples factores

contribuyen a que los niños y niñas tengan un desarrollo físico, intelectual, emocional mucho más

acelerado. Durante la etapa comprendida entre los 9 y los 11 años, los niños ya están afianzando

su pensamiento operacional donde pueden efectuar, con mayor seguridad, actividades motoras y

mentales con mayor facilidad, tienen ideas mucho más claras de su contexto. Están en la transición

hacia la pubertad y en el final de la niñez. “Se desarrolla la actitud crítica, con la que se analiza a

sí mismo y a los demás, incluyendo en éstos a padres y maestros, a los que compara con la imagen

del "ideal". A esta edad, los niños han internalizado en parte los estándares de las figuras de

autoridad, padres y maestros especialmente, y actúan de acuerdo a las normas para agradar a los

adultos que les son significativos. Aunque no tienen mayores dificultades para aceptar órdenes y

prohibiciones, la actitud crítica se extiende a éstas, las que compara con el comportamiento de

quienes las emiten y exigen que las situaciones se resuelvan de forma justa, entendida la justicia

como un trato rigurosamente igualitario, sin considerar las diferencias circunstanciales. Los

intereses particulares que en edades anteriores se habían mostrado incipientemente, ahora se

fortalecen y determinan algunas de las actividades habituales de los niños y pueden ser el motivo

de ciertas amistades. En este contexto aparece en algunos de ellos el afán de coleccionar

determinados objetos.

Las interacciones con los pares son de especial importancia para el ejercicio y desarrollo de

las habilidades sociales y su calidad positiva o negativa incide en su autoestima. Al respecto puede

señalarse que los mismos niños reconocen como fundamental en la formación del autoconcepto,

el respeto que ellos sienten que les tienen las personas que les son más significativas: padres y

compañeros, seguidos de profesores y amigos. Como complemento a esto, se puede señalar que

adquisición de habilidades sociales se relaciona fuertemente con el ajuste emocional y social

posterior. En esta etapa las amistades, que aún son inestables, ya se entienden como una relación

en que se da y se recibe, se dan de preferencia entre niños del mismo sexo, que se sienten cómodos

juntos y que tienen algo en común”4

Otro de los factores que impulsó la selección de esta población fue el hecho de encontrar

información que indicaba el avance en el uso de los nuevos medios y tecnologías por parte de

niños y niñas menores de 5 años en Colombia. Considerando que en poblaciones marginadas no

4 http://www.colombiaaprende.edu.co/html/familia/1597/printer-71192.html

74

había observado el acceso en los hogares a los nuevos medios para que esta situación se pudiera

dar también allí, amplié el margen de edad hasta los 11 años para determinar si esta afirmación los

incluía a ellos también y de qué forma estaban accediendo a ellos.

Se hizo un muestreo no probabilístico incidental teniendo los siguientes parámetros para la

selección

• Niños y niñas que vivieran en el barrio La Florida, barrio al cual han llegado

familias en situación de desplazamiento procedentes de diferentes partes del país.

• Niños y niñas entre 9 y 11 años.

• No se discriminó el lugar de nacimiento considerando que este barrio

alberga población desplazada que ha venido llegando desde los últimos 15 años.

8.2. Metodología

Considerando las categorías propuestas a investigar, como son consumo mediático,

representaciones y memoria, establecí tres diferentes momentos y formas de aproximación al

público sujeto de esta investigación.

Para el desarrollo de esta investigación consideré tres fases:

• Una primera que me permitiría tener un diagnóstico en el consumo de

medios por parte de los niños y niñas de 9 a 11 años y pertenecientes a familias

desplazadas asentadas en el barrio La Florida de Soacha.

• Una segunda fase desarrollada con un grupo de niños y niñas segmentado

del que participó en la primera fase con el propósito de trabajar con ellos el tema de

identidad y representación,

• Y una tercera y última fase en la cual se trabajó con las familias de cinco de

los niños y niñas participantes en las fases anteriores. Mediante entrevistas a

profundidad se buscó determinar la existencia de materiales comunicativos o prácticas

que pudieran contribuir a la pervivencia de la memoria familiar del desplazamiento.

8.2.a Primera fase: Diagnóstico de consumo de medios.

Análisis cuantitativo:

A fin de responder al primer objetivo específico de esta investigación, “Identificar el consumo

mediático que hacen los niños y niñas del sector de La Florida en Soacha. Esto implica la

75

identificación del acceso a los diferentes medios de comunicación (Televisión, teléfono celular,

internet, entro otros)”, seleccioné la encuesta como técnica de esta fase de la investigación

considerando que ésta me facilitaría obtener gran cantidad de datos cuantitativos sobre los medios

al que los niños y niñas de La Florida tienen acceso primordialmente y en segundo lugar

información sobre los usos que hacen de estos medios. Para la implementación de la encuesta

diseñé dos cuestionarios como herramienta de recolección. El primero (Anexo 1) me facilitó

obtener datos personales de los niños y mantener un registro con información para poder

contactarlos más fácilmente en el futuro; y el segundo (Anexo 2), dirigido al tema de consumo de

medios.

El colegio público de la localidad (Eduardo Santos) nos facilitó sus instalaciones ya que a

esta institución asisten la mayoría de niños del barrio La Florida y ésta fue una oportunidad que

me permitió contar con la población centralizada y poder aplicar la encuesta para obtener el

diagnóstico de medios a un número representativo de niños y niñas. Fueron durante tres jornadas

que estuve recolectando la información considerando que en una ocasión no se alcanzó a completar

la muestra porque los profesores del colegio recibieron llamado del Sindicato para reunirse sin

previo aviso.

Allí se encuestaron 90 niños y niñas con las características especificadas anteriormente, a

quienes se les aplicó el cuestionario (Anexo No. 2). Esta fase de la investigación partió del sondeo

sobre consumo y uso de medios de comunicación. Las categorías que se tuvieron en cuenta fueron

la televisión, radio, prensa, cine, internet, celular y videojuegos. Para cada una de estas categorías

se incluyeron otras que tuvieron que ver con: frecuencia, duración, tipo de programas,

conocimiento, lugar y compañía.

Con esta información tabulada se realizó un análisis cuantitativo del cual se incluyen los

resultados en esta investigación.

8.2.b Segunda fase: Identidad y representaciones

Análisis Cualitativo. Implementación de Focus-Group como técnica para la recolección de

esta información. Para el desarrollo de esta fase se diseñaron varios talleres a manera de focus

groups (Anexo 3) los cuales permitieran un mayor acercamiento a los niños y ganar su confianza

y atención. Los siguientes fueron los objetivos de estos talleres:

76

1. Identificar cómo los niños y las niñas participantes en el taller se ven a sí mismos,

cómo se identifican en su entorno.

2. Determinar qué tipo de representación hacen de sí mismos a partir de los personajes

de dos episodios de dos de los programas de televisión favoritos: Kick Buttowski y Phineas

y Ferb.

3. Conocer su imaginario de personaje que los representaría y determinar si éste refleja

indicios de su condición como desplazados.

Para esta fase de la investigación, y considerando que la sensibilidad de la población infantil

exige unas dinámicas especiales, tomamos el dibujo como herramienta central para desarrollar los

temas de representaciones e identidad.

¿Por qué el dibujo?

Como explica Federico de Tavira el lenguaje visual es el más profundo, además de preceder

al lenguaje verbal, se presenta como el lenguaje del cuerpo y el lenguaje no verbal. Incluso el

lenguaje no verbal es más utilizado por las personas que tienen problemas en su desarrollo mental.

El dibujo infantil permite expresar al niño sus emociones, y a su vez esta actividad se vuelve un

medio de análisis para determinar aspectos de la actitud y personalidad del niño. Aunque se

considera que es un instrumento colaborador que va de la mano con otros que lo complementan,

como es la entrevista con el niño y su familia, así como el análisis del comportamiento del niño.

La observación del niño mientras dibuja es también un indicador para su diagnóstico, con detalles

como el titubeo del niño al dibujar, la presión que ejerce sobre el papel, los borrones o distracción

mientras se realiza esta actividad. La personalidad del niño se ve reflejada, como dice Ricardo

Regidori, en aspectos sutiles que muestran los sentimientos y actitudes del niño, por ejemplo, la

presión sobre el papel o un trazado fino, ligero, que se borre continuamente da indicios de

inseguridad o inestabilidad emocional.

Rudolf Arnheim (1981) dice que más allá de la percepción entra en juego otro elemento en la

elaboración del dibujo infantil, se trata del conocimiento previo en los niños, que según la teoría

intelectualista proviene de un elemento no visual, se refiere a los conceptos abstractos. En este

sentido, explica Arnheim que a través de la percepción el niño tiene influencias visuales, que

interpreta y asimila, para posteriormente plasmarlo en el dibujo.

La primera categoría que se analizó del resultado de este taller fue el de la Identidad. En ella

se contemplaron las referencias de autoconcepto que tienen los niños, es decir, cómo se definen a

77

sí mismos, tanto desde su propia percepción como desde la intervención analítica externa de

personas que estudiaron la información y realizaron talleres. Comprendió 4 dimensiones:

Identidad Personal: La manera más bien general en la que se reconocen y

caracterizan los niños a sí mismos, sobre todo en un nivel no físico (sentimientos,

actitudes, aptitudes, etc.)

Identidad dentro del entorno: Referencias a las maneras de “ser y estar”

de los niños en ciertos contextos específicos como la escuela y el hogar.

Dimensión Cognitiva-Emocional-Cultural: Este código enmarca el

análisis que se hace de la identidad de los niños y su dimensión “no física” es decir,

recoge las percepciones y las relaciones que pueden establecerse de sus

intervenciones orales, escritas, sobre sí mismos, pero vistas desde la óptica de la

persona que analizó la información, quién acompañó y guío los talleres.

Dimensión Físico-Estética: Recolección de las percepciones que tienen

los niños sobre su identidad física, cómo se diferencian desde las características

de su corporalidad de otros individuos.

Una segunda categoría fue la de Representaciones. En esta categoría se agruparon las

narrativas con las que los niños desarrollan caracterizaciones y construcciones identitarias que no

recaen sobre sí mismos, sino sobre alguien más, ficcional o no. Puede entenderse como las

potencialidades que estos niños reconocen también sobre si mismos a futuro.

Representación Emocional-Cognitiva: Este código hace alusión a las

narraciones construidas desde los niños sobre alguien más, un personaje ficcional

o no, y la caracterización de su dimensión “no física” (sus habilidades,

sentimientos, actitudes, aptitudes).

Representación Física-Estética: Este código recoge las percepciones y

creaciones de los niños con relación a una dimensión “no física” (característica y

habilidades físicas, corporales así como estilo estético) de un personaje ficcional,

con el que logran identificarse de algún modo, tal vez más aspiracional, que

concreto.

8.2.c Tercera fase. Memoria.

78

Como técnica para este momento de la investigación utilicé el Cine-Foro (Anexo 5): En un

primer momento, se desarrolló un cine-foro con los niños y niñas para lo cual se siguió una guía

(Anexo 4). Éste además de conocer sus percepciones sobre el conflicto mostró el acercamiento

que tienen ellos a la historia del país.

Dentro de las sesiones realizadas para desarrollar el taller con los niños se incluyeron

actividades que buscaron trabajar el tema de la memoria los cuales tuvieron como objetivos:

1. Identificar elementos que los hacen representativos en la cultura del país.

2. Determinar los vestigios de la memoria (histórica y emocional) sobre el

desplazamiento forzado vivenciado por los niños y las niñas de La Florida a través de la

película “Pequeñas Voces”5.

3. Identificar qué nivel de representación individual, familiar o comunitaria

encuentran en la historia de la película “Pequeñas Voces”.

4. Determinar los vestigios de la memoria (histórica y emocional) sobre el

desplazamiento forzado vivenciado por los niños y las niñas de La Florida a través del

documental “Te cuento mi cuento”6.

5. Identificar qué nivel de representación individual, familiar o comunitaria

encuentran en la historia del documental.

En cuanto a la categoría Memoria, en esta categoría se reconocieron las referencias o

aproximaciones que tienen los niños con relación a su línea biográfica, pero sobre todo a su

experiencia con el conflicto, la violencia y el desplazamiento. Comprende 3 dimensiones:

Referencia a hechos concretos: En este código se recogen las expresiones

de los niños que hacen alusión a episodios concretos, conectados con su experiencia

directa en medios de estas problemáticas de la guerra.

Referencias objetivas: En este código se enlazan las intervenciones en las

que los niños reconocen y recuerdan episodios de violencia, pero no se toman a sí

5 Pequeñas Voces es una película basada en entrevistas y dibujos de una generación de niños desplazados (8 a 13 años

de edad) que crecieron en medio de la violencia y el caos en Colombia. Los cuatro protagonistas, a través de sus

testimonios, nos revelan cómo perciben su realidad. Las historias de ellos cuatro han sido ilustradas y animadas

teniendo como base sus dibujos originales, donde compartieron su viaje, sus sueños y esperanzas. Película producida

y dirigida por Jairo Eduardo Carrillo, Cinecolor Films (2011) 6 Te Cuento, Mi Cuento" es un proyecto inspirado y desarrollado para la comunidad infantil víctima del conflicto

armado colombiano, las historias de los niños colombianos victimas del flagelo del desplazamiento dan pie para la

construcción del corto animado cuyo fin es llevar un mensaje de apoyo emocional y psicosocial para enfrentar su

situación actual de desplazamiento. Video producido por la Universidad de Nariño (2011)

79

mismos como protagonistas de esas experiencias.

Sublimación u omisión: Desde el psicoanálisis la sublimación es definida

como un mecanismo de defensa en la que el individuo se niega a recordar, verbalizar o

exponer un episodio que le haya causado una alteración significativa. El código hace

referencia a esas omisiones de recuerdo cuando se pregunta los niños por su cercanía o

percepciones acerca de la violencia y el desplazamiento.

Una segunda categoría en este análisis tiene que ver con las Referencias al conflicto: En esta

categoría se enmarcan las percepciones y opiniones más aisladas que tienen los niños sobre la

violencia en nuestro país y las diversas dimensiones contenidas en ella.

Conocimiento del conflicto: Este código contempla el reconocimiento y las

referencias más estructuradas que hacen los niños con relación al conflicto nacional

y sus aristas.

Percepciones frente al material mostrado: Este código registra las

opiniones de los niños con relación al material sobre todo de la película y su enlace

con la situación de guerra en el país.

A fin de complementar la información obtenida de los niños, implementé un Dialogo de

saberes. Además del desarrollo de los talleres adicionales sobre este tema con los niños sujeto de

esta investigación, realicé entrevistas a cinco de sus familias con el propósito de determinar

también qué elementos o prácticas familiares, si existen, contribuyen al mantenimiento de la

memoria del desplazamiento y a la representación social en el mismo (Anexo 5).

Mediante varias visitas se mantuvo una conversación con las familias sobre el tema del

desplazamiento y sus costumbres familiares.

Con el fin de incentivar el hecho de la conservación de la memoria familiar sobre el

desplazamiento, se solicitó a las familias elaborar un árbol genealógico, cartografía, que pudiera

mostrar los miembros de la familia hasta donde ellos pudieran recordar ubicando los nombres,

edades y lugares de nacimiento de cada uno de los miembros.

Teniendo en cuenta que el proceso de codificación tenía como objetivo la identificación de

las manifestaciones de la memoria ancestral, sobre el conflicto, el desplazamiento y la relación

que eso tiene con los medios y algunos formatos comunicativos, las categorías o códigos creados

para analizar la información se enfocaron en estos conceptos. A continuación se relaciona cada

categoría y los lineamientos que la definen.

80

Motivo de Desplazamiento: Todas las situaciones enunciadas por los entrevistados

en las que se identifican las motivaciones o razones de su desplazamiento y posterior

llegada a Bogotá.

Consciencia niños del desplazamiento: Se identifica si los niños conocen o no el

acontecimiento de su desplazamiento y el de sus familias.

Memoria de la llegada a Bogotá: Relaciona las impresiones, sentimientos,

memorias de la llegada de las familias a la capital después de su desplazamiento.

Referencia al lugar de origen: Identifica las menciones o recuerdos específicos de

las familias sobre sus antiguos hogares, antes de llegar a Bogotá.

Referencia a familia o ancestros: Identifica qué lazos y recuerdos se mantienen

en las vidas de las familias y sus pasados.

Memoria del conflicto o violencia: Relaciona los recuerdos o referencias al

conflicto y situaciones de violencia que las familias han atravesado.

Mención Medios de Comunicación: Referencias a medios de comunicación con

los que las familias tienen contacto y en algunos casos, ven reflejadas parte de sus

experiencias.

Formas de registro y conservación de memoria: Identifica los formatos y hábitos

culturales que las familias usan para conservar su identidad regional o familiar.

9. Hallazgos

9.1 Estudio de consumo mediático en niños y niñas de La Florida, Soacha

¿Cuáles son los medios preferidos por los niños y las niñas de La Florida y cómo se relacionan

con ellos?

La población infantil ha sido considerada pocas veces en el trabajo de investigación sobre

medios. Se ha considerado en el estudio de los efectos y el contraste del consumo de poblaciones

infantiles rurales y urbanas. En la mayoría de los casos sobre el efecto de éste en este tipo de

población incluyendo las de adolescentes y jóvenes.

Queriendo ahondar en este tema, es que surge la inquietud de identificar como primer aspecto

de esta investigación, el consumo por parte de niños y niñas de una población vulnerable como la

de la Florida en Soacha.

81

Uno de los propósitos iniciales es establecer si el consumo actual de medios que hacen estos

niños alcanza las nuevas tecnologías, considerando en este caso el uso del celular, los videojuegos

y el internet. De igual forma, determinar si existen cambios en cuanto a los medios utilizados en

su nueva condición de comunidades desplazadas frente a los que solían usar en sus antiguos lugares

de vivienda sea éste un sector rural o una pequeña población. El interés es ver qué disfruta esta

población que es audiencia y qué re-significa de los medios que utiliza.

Ya con anterioridad he descrito la población sujeto de esta investigación. Niños y niñas que

llegaron a una ciudad donde, según los reportes de entidades gubernamentales y privadas, hay una

oferta amplia de actividades mediáticas para la población infantil. Oferta que les permite contar

con instrumentos tanto en la escuela como en su barrio, para ocupar sana, divertida y

educativamente su tiempo libre. Oferta de una ciudad como Bogotá donde la cobertura en cuanto

al acceso a la televisión pública, privada y por cable y el servicio de internet ha aumentado

considerablemente en los últimos cinco años es amplia gracias a la propuesta del Ministerio de las

Tic y la Comunicación en Colombia.

Tomando una muestra de 96 niños y niñas de

esta comunidad entre 9 y 11 años que comparten

muchos de ellos su espacio escolar o hacen parte

de un proceso de formación promovido por la

organización donde laboraba que busca fortalecer

su rol como ciudadanos y co-constructores de

procesos hacia la paz y la reconciliación, realicé

un sondeo sobre el consumo de medios que

incluyó televisión, radio, cine, periódico, internet, celular y video juegos (Encuesta Anexo 2).

Las primeras observaciones demuestran que estas comunidades, inmersas en la marginalidad,

se han aproximado pero no apropiado de medios que les podría facilitar construirse, identificarse

y acercarse a esa sociedad que los discrimina y que los aísla. Comunidades que no dejan de ser

oyentes y especialmente televidentes. Porque las nuevas tecnologías aún son para ellos

inalcanzables.

En primera instancia se realizó una observación que permitió la identificación de algunas

características familiares de los niños y niñas sujetos de esta investigación. La información

recolectada mediante las entrevistas indicó que 14,3% no nacieron en Soacha o Bogotá; el 54%

Foto 1. Niños respondiendo la encuesta.

Fotografía tomada por Astrid Zacipa

82

de estos niños y niñas vive con ambos padres, los hermanos y algún familiar (abuelos, tíos); el

25% (7) vive con la mamá y hermanos (2 de ellos, 7% vive además con el padrastro); 10.3% vive

con el papá y en dos casos con hermanos; y otro 10.7% (3) vive con los abuelos y los tíos. Este

último dato muestra un indicador a tener en cuenta ya que el entendimiento sobre el uso de las

tecnologías por parte de los abuelos puede no facilitarles a los niños el acceso a éstas.

Los resultados en cuanto al acceso y uso de los medios mostraron a rasgos generales:

• Que la televisión sigue siendo el medio por excelencia de distracción,

recreación e inversión del tiempo libre de los niños. Todos respondieron

afirmativamente a la pregunta de ¿ves televisión? Y además, esto lo hacen todos los

días. Una vez más confirmamos cómo los niños son arrastrados por las tendencias del

mercado “cultural” vendido por la televisión. La televisión sigue siendo decisiva en la

formación cultural desplazando la escuela. Investigaciones anteriores determinaron que

los niños del campo prefieren la radio, sin embargo esta costumbre parece haber

cambiado al llegar a la ciudad. Al ser escaso el acceso a la web, estos niños ocupan su

tiempo libre frente al televisor. Los niños encuestados no supieron responder a la

pregunta si sus familias pagaban por el servicio de televisión por cable las respuestas

sobre los programas dejan ver que si tienen acceso a canales regionales e

internacionales. 78% cuentan con servicio de televisión por cable, la cual puede no ser

legal. Aunque algunos manifestaron no tener TV por cable, este es un concepto que no

manejan todavía.

• De igual forma, la mayoría de los niños entrevistados confunden la pregunta

sobre los programas favoritos respondiendo a los canales que sintonizan. Al

preguntárseles por los programas responden Disney Channel, o Disney XD o RCN.

• La mayoría de los niños, 75%, está sentado frente a la pantalla un máximo

de tres horas diarias, 14% está entre 4 y 6 horas; 5% más de 6 horas; y sólo el 4% está

menos de una hora. 63% de ellos ven televisión todos los días, 8% lo ven 5 días a la

semana, 16% 3 días a la semana; y 5% un día a la semana.

• 34,7% de los niños ven la televisión sin ninguna compañía; 40% la ve en

compañía de un adulto: y 30.3% la ve con los hermanos.

• 32% manifestó ver televisión en la habitación de los padres; 36% respondió

que tienen más de un televisor en casa, uno ubicado en su habitación en donde pueden

83

disfrutar de ella y es éste el único lugar donde lo hacen; un 25% ven televisión parte

del tiempo en su habitación y otra parte en la habitación de sus padres; el 7% sólo tiene

un televisor y está ubicado en la sala a donde se concentra la actividad familiar. Cabe

anotar que el 32% que manifestó ver televisión en la habitación de los padres se

refirieron en general al lugar donde se concentran los lugares de la casa; es decir que

estas viviendas sólo cuentan con una habitación, muchas veces improvisada y

construida con materiales reciclados, donde se han dispuesto las camas de sus

habitantes y la cocina.

• La mayoría están solos cuando están en su casa por lo que pueden ver

programas de dibujos animados, aunque los que ellos mencionan no son los

recomendados para niños y niñas de la edad en la que ellos se encuentran, son

programas para adultos. La preferencia en cuanto a programas de televisión sigue

siendo los programas de dibujos animados y las series infantiles y juveniles como

“Violeta”(76%). Sin embargo cuando están acompañados, observan programación que

es considerada para adultos. 48% ven novelas nacionales o internacionales, de las

cuales su audiencia son las amas de casa; y seriados; 28% noticieros; y 42% ven

programas deportivos. La programación seleccionada por los niños les parece divertida,

entretenida. Un porcentaje muy bajo (5 de 50) indicó que éstos programas son

constructivos, que les enseñan sobre la amistad, los valores en general y de los cuales

pueden aprender.

• Los que no cuentan con servicio de cable, 16%, ven los programas seguidos

de un mismo canal, el cual, como ya lo mencioné, no siempre está presentando

programación para este grupo etáreo. No hay evidencias de que los niños y las niñas

conozcan los canales nacionales los cuales cuentan con programación vespertina más

apropiada para ellos. Sólo un niño señaló ver programación de Señal Colombia. Entre

los canales favoritos están Cartoon Network (36%), Caracol TV (35%), RCN (33%),

Disney Channel (33%), Disney XD (32%), City TV (13%), Fox (8%), Discover kids

(5%), Señal Colombia (4%), Infinito (3%), TNT (3%), Animal Planet (2%), Fox Sports

(2%), Speed (2%), Gourmet (1%), Space (1%), Universal (1%).

84

• 44% manifestó no escuchar radio; quienes lo hacen todavía, escuchan

música o los programas matutinos sintonizados por sus padres. Entre las emisoras

favoritas están Oxígeno y Tropicana.

• La encuesta comprobó una vez más la falencia en los hábitos de lectura de

impresos en nuestra población infantil. 52% respondieron leer algún impreso. Sin

embargo, sólo el 6% lee el periódico o algún tipo de comic, 46,4% lee algún tipo de

revista de catálogo de diferentes productos o la que llega con la programación de

televisión. Aquí sería interesante determinar las causas de esta pobreza lectora

considerando que durante una de las sesiones de investigación realizadas se premió a

los niños con cuentos infantiles los cuales fueron “devorados” por los niños

inmediatamente después de recibirlos. Llamó la atención el interés que pusieron a la

lectura de estos cuentos.

• 54% no han ido nunca a una sala de cine dada su condición social; quienes

han asistido, lo han hecho gracias a la afiliación que tienen con organizaciones que

buscan promover la recreación y el bienestar por medio de actividades como ésta. 58%

fue a cine en los últimos 6 meses y en su mayoría porque el colegio o alguna de las

fundaciones que trabaja en esta comunidad los llevó.

• 80% de los niños de este grupo usa internet y dicen saber usarlo. De éstos,

el 63% de ellos tiene servicio de internet en sus hogares; 20,2% va a un café internet;

9% va a la casa de un familiar; 6% lo usa en el colegio; 6.6% va a donde un amigo, 1%

en el lugar de trabajo de los padres; y 1% en una de las fundaciones que tiene presencia

en el barrio.

• 27% de los que usa internet lo aprendieron a usar en el colegio; 39% les

enseñó un familiar (hermano, hermana, padre, madre); 18% lo aprendió por sus propios

medios; y 9.2% le enseñó un amigo.

• El 10% de quienes usan internet, lo consultan desde hace más de tres años,

44% entre uno y tres años; el 7% entre seis meses y un año; 5% entre tres y seis meses;

y 13% entre uno y tres meses

• En promedio lo utilizan entre una y tres horas diarias. 42% lo utiliza entre

uno y tres días a la semana; y el 24% lo utiliza todos los días.

85

• 54% respondió que no usan internet porque no tienen computador o recursos

para ir a un café internet y que sus tareas las hacían usando libros.

• En cuanto al uso de la red de los pocos que han tenido acceso a ella, está

limitado a youtube (38%) y facebook (33%). Aunque respondieron no tener cuenta de

correo electrónico, al preguntarles sobre el uso que hacen de las redes sociales,

manifestaron en su mayoría contar con cuenta en Facebook, mostrando de esta manera

su preferencia por esta plataforma para visibilizarse, “conectarse” con el otro y de

expresarse, dejando el uso del correo electrónico totalmente a un lado. De igual forma,

a través del facebook tienen acceso a los juegos que es realmente en lo que más

invierten tiempo cuando “están conectados”. Otras de las páginas más consultadas

después del facebook es la de Juegos Friv, seguida por Club Penguin y Juegos para

Chicas (42%).

• Hacer tareas (73%), jugar (75%), chatear (35.8%), ver videos (49,3%); y

bajar música (8%) son los usos que dan los niños que tienen acceso a la internet.

• 42% de los niños encuestados cuenta con celular. Algunos de los que no

tienen aludieron que se los habían robado, que no les gusta, que los papás no le

permiten tener uno o que no tienen recursos para mantenerlo. Hablar con los padres y

amigos (15%), escuchar música (29%), tomar fotos (22%) y jugar (30%) son los usos

dados a este medio.

• 78% de los niños ha jugado por lo menos una vez video juegos y esto no

hace más de un año. Cuando tienen la oportunidad de jugar, ellos no lo hacen por más

de una hora a la vez y no sobrepasan las tres horas a la semana. Los juegos favoritos

son Mario Bross, Dragon BalZ, Crash y fútbol. 34% usa el computador; 38% en un X-

box; 14% en Play Station; 4% en un Nintendo; 4% en una tablet; 2,6% en Atari. 44%

tiene alguno de estos juegos en casa; 18% hace uso de video juegos de un café internet

o algún otro lugar en el barrio; los restantes van a casa de un amigo o un familiar.

• Lo que acontece con el uso de la internet, no deja de ser muy diferente en

cuanto al uso de los video juegos. Ya sea a favor o en contra del desarrollo mental,

físico, social que éstos puedan aportar a sus usuarios, es innegable que para esta

población también sigue siendo “un lujo” el acceso a ellos.

86

• En el tiempo libre, la mayoría de las niñas ve televisión, luego hacen tareas

y ayudan con el oficio de la casa; por su parte los niños ven la televisión y juegan con

los amigos. Un bajo porcentaje (29%) practica algún deporte. Entre los mencionados

están fútbol, basquetbol, ping-pong, lazo y gimnasia.

Sin lugar a dudas, los medios masivos de comunicación como la televisión y la radio, no faltan

en los hogares de estos niños. Aquí, los canales privados nacionales también cuentan con ellos

como una audiencia importante; incluso, servicios como la televisión por subscripción les lleva los

canales internacionales pretendiéndoles acercar a ese otro mundo que parece irreal para ellos. Si

tenemos en cuenta que las respuestas en cuanto a lo que ven en la televisión, sus preferencias

corresponden a producciones extranjeras popularmente llamadas “enlatados” y son muy pocos los

que ven programación de los canales culturales o nacionales. Casi no hay referencia por parte de

esta audiencia a programas nacionales dejando entrever su gusto por programas que cuentan

historias de culturas que son ajenas a ellos.

Esta audiencia, de la cual el medio favorito y a su alcance es la televisión, se adhiere a ella

llevándola a tener una casi adicción a la misma. Ésta afición le ha posibilitado encerrarse y al

mismo tiempo, buscar igualarse como audiencia citadina, consumidora de imágenes que antes no

estaban a su alcance y que en muchas ocasiones los aíslaba del contacto con el otro y esta práctica

llega a ser casi un ritual. Llegar del colegio, almorzar, cuando tienen con qué, hacer las tareas, ver

televisión o ver primero televisión y luego hacer las tareas.

Como lo mencioné anteriormente en los resultados de la encuesta, medios como la radio, el

periódico, el cine parece haber quedado a un lado. Incluso la opción de escuchar música o algún

programa radial por medio del celular o un mp3 no es un gusto o una preferencia fuerte ya que

está supeditada al consumo de los adultos de la casa. La lectura del periódico o artículos de revistas

es mínima. El acceso a este medio es costoso para ellos por lo que se quedan sólo con la literatura

gratuita que les llega por los vínculos que tienen sus familiares con las empresas que las

distribuyen. De igual forma, y además, posiblemente por la misma razón que se está dejando de

frecuentar el cine en formato estándar (35 mm), estos niños y niñas no frecuentan las salas de cine

por el costo de las entradas y porque pueden encontrar las películas que les gusta en versiones de

venta clandestina; sin embargo, ellos no manifestaron ésta como una opción para acceder a ellas.

87

Encontré sin embargo, que un porcentaje bajo de estos niños y niñas, todavía dedican gran

parte de su tiempo libre, especialmente los fines de semana, a desarrollar actividades familiares o

que contribuyen al bienestar familiar más que al desarrollo de las suya propias.

Por su parte, el uso de internet es reducido en la población infantil de esta comunidad lo que

aparentemente la hace ver aislada y en desigualdad de condiciones y oportunidades con respecto

a los niños y niñas que cuentan con acceso más permanente a este medio. Durante la realización

de las encuestas, se observó la falta de claridad que tienen los niños en cuanto a los conceptos de

“páginas de internet”, “buscadores”, “redes sociales” y “correo electrónico”. A pesar de que

internet se caracteriza por una fluidez de información que ha posibilitado la existencia de sitios en

los cuales es posible plasmar plataformas que canalizan inquietudes y propician la participación

de ciertos grupos sociales que difícilmente se pueden hacer escuchar por otro medio y para poderse

organizar. El ciberespacio vuelve a hacer evidentes las diferencias sociales que existen en “el

mundo real”.

Las tecnologías de la comunicación, en la medida en que son fuentes de información,

herramientas de aprendizaje, y además, generadoras de necesidades básicas, en la canasta familiar

de las clases medias y altas, son indicadoras de la exclusión social a la que son sometidos vastos

sectores de la población en Colombia.

En “Los Niños como Audiencias”, investigación dirigida por Maritza López de la Roche

(2005), las tecnologías de la comunicación y la información gozan de prestigio simbólico entre los

adultos y entre la población infantil, y su disponibilidad de ellas es hoy tanto un insumo para las

competencias que la escuela y el mercado laboral exigen como otro elemento de distinción social.

Y esto no deja de ser cierto en poblaciones como la de Florida. Esta marginalidad se ve palpable

en los niños que pertenecen a comunidades vulnerables como la de La Florida y Altos de la Florida

quienes evidencian las consecuencias de la exclusión social y la discriminación a las que han sido

sometidos.

En Colombia, las desigualdades sociales extremas no dejan de ser limitantes para el desarrollo

de las clases sociales llamadas “menos favorecidas”. Aunque sus culturas han incorporado las

tecnologías, todavía encontramos poblaciones infantiles y juveniles que no ha tenido acceso a

medios tecnológicos por ende no han empezado a formar parte de las “redes” sociales, las cuales

hoy en día validan en gran parte, la ciudadanía. Por otra parte, considerando que el acceso a medios

como la internet lo pueden hacer más ampliamente una vez han alcanzado el grado noveno en la

88

escuela, lo que correspondería a llegar a los 15 o 16 años, ya llegarían con un gran atraso en el

conocimiento y uso de la misma a fin de contar con ella como una herramienta de aprendizaje y

socialización real. Porque es en este momento, cuando estos niños tendrían mayor posibilidad y

disponibilidad de equipos tecnológicos en la escuela u otras organizaciones gubernamentales

donde pueden realizar las exploraciones que niños de sectores favorecidos y menos vulnerables ya

hacen desde su primera infancia (desde los cinco años en adelante).

En la frenética actualidad, la cual ciudades como Bogotá también experimenta, “las relaciones

humanas tienden a virtualizarse o telerrealizarse en el escenario de la mediatización, caracterizado

por mediaciones e interacciones basada en dispositivos teleinformacionales” (Sodré, 2002:21-25),

se establecen relaciones que trascienden la ciudad, incluso el país, como también las posibilidades

de pensarse y construirse de otras maneras, de hacerse visible con las historias por contar y por

escribir. Es notable la segregación pues en la que se encuentra esta comunidad de La Florida y en

especial su niñez quienes aún no cuentan como esos netizens de las redes que trascienden lo local

y que les puede llevar a encontrar nuevas maneras de relacionarse.

Como se observó en los resultados, los video-juegos, después de la televisión, es la actividad

que prefieren, especialmente los niños. Las niñas no consumen este medio. Ellos encuentran la

manera de acceder a ellos. Los que normalmente juegan, en su mayoría son juegos de competencia

basados en la guerra y la violencia.

El uso del teléfono móvil es limitado, en especial, por el costo que les representa a las familias

mantenerles este medio a los niños.

Gráficos

89

90

91

0,00%

10,00%

20,00%

30,00%

40,00%

50,00%

60,00%

70,00%

80,00%

90,00%

100,00%

VE TV ConsumoRadio

ConsumoImpresos

Vas a cine Sabes usarinternet

Consumo de medios en general

Series1

92

9.2 Identidades y representaciones mediales de los niños y niñas del barrio La Florida,

asentamiento de población en desplazamiento

9.2.a De su identidad

La siguiente inquietud generada del diagnóstico tuvo que ver con la identidad y la

representación medial, ¿Cómo se ven estos niños en este nuevo contexto de ciudad, de país? ¿Ven,

en alguno de los medios que consumen, algún reflejo de ellos, de su familia y su comunidad?

¿Cómo se representan a partir de los contenidos mediáticos que consumen?

Posterior al sondeo de medios, realicé una serie de talleres, de los cuales sus guías se

encuentran anexos a este documento, a fin de determinar la representatividad e identificación de

los niños y niñas con los personajes de sus programas favoritos. De igual forma, para conocer qué

tanto se han “acomodado” a las costumbres de la ciudad en cuanto a sus hábitos de consumo

mediático y si de alguna forma todavía se ven como miembros de familias desarraigadas.

Con la implementación del taller sobre identidad en el que participaron siete (7) niños y niñas

del barrio La Florida. Dentro de las actividades desarrolladas inicialmente estuvieron la de un

ejercicio de auto-descripción, en seguida vieron dos capítulos de las series de dibujos animados

preferidas por ellos, Kick Buttowsky y Phineas and Ferb; se hizo una serie de preguntas

relacionadas con los episodios vistos y luego se les pidió dibujar una representación de ellos como

héroes y protagonistas de una serie de televisión.

En el ejercicio sobre la identidad en la cual

dibujaron su mano y describieron las características

de su personalidad que creían reflejar, los niños

mostraron tener claridad de su identidad a nivel

cognoscitivo, físico, identificación sexual y de

algunos roles que juegan socialmente como en la

familia, están en proceso de formación y el ambiente

familiar y de hogar es el elemento básico en esta

identificación, al igual que la escuela tiene parte

importante en este proceso. Conocen sus áreas débiles y fuertes.

Un grupo de tres niños, que llegaron juntos, decían sentirse orgullosos de sus defectos. Para

ellos el ser malos, desobedientes, dijeron: “no soy ningún angelito”, ser groseros y peleones, es

motivo de orgullo. Ellos terminaron más rápido la actividad, tenían muy claros sus defectos.

Foto No. 2 Sesión 2 Taller Identidad. Niña de 10 años. Fotografía tomada por Astrid Zacipa

93

Para estos niños tener ese tipo de características es garantía de reconocimiento y admiración

social. En estos entornos, ser malo pasa de ser defecto a cualidad. Esta actitud también se vio

reflejada durante la realización de los talleres. Los juegos entre los niños especialmente eran

bruscos, cuasi violentos, como si de alguna forma quisieran reflejar la ingenuidad y levedad de sus

juegos.

“Molestón – Pelión”, están entre los calificativos que usan para sí mismos. Aquí podemos

identificar una relación de comportamientos que pueden ser disruptivos en diferentes espacios que

terminan en situaciones de amenazas y peleas, como también momentos de buscar

intencionalmente esas peleas. Podemos identificar que son conscientes de comportamientos claves

que no realizan dentro de su contexto y que pueden estar afectando sus relaciones en casa y en el

colegio como aspecto básicos para preservar las relaciones con otros.

Los dibujos de las niñas por su parte, reflejaron una educación donde la mujer es la sensible,

la sumisa, la servicial, la laboriosa. Las niñas quieren ser personas de buen genio y buenas con los

niños cuando tengan más edad. Quieren ser reconocidas como alegres y amistosas. Se ven como

niñas juiciosas, ordenadas y obedientes. Sólo una niña, proveniente de familia desplazada y testigo

del desplazamiento, manifestó verse como una niña problemática “quisquillosa”.

Los niños en la pre-adolescencia manifestaron intención de protección hacia las personas que

aman, le preocupa la seguridad, la posibilidad de ser víctimas de robo y ésta necesidad la amplía a

todo el mundo. En general, se ven como personas inteligentes, dinámicas, alegres y compañeristas.

Dibujos taller sobre Identidad realizados por niños participantes de 9 y 10 años

94

Durante el ejercicio de descripción, a la mayoría, sobre todo a las niñas, se les facilitó mucho

escribir las cualidades, más no así los defectos los cuales relacionaron más con la descripción

física: “nosotros somos bajitos y de pelo negro”, dijo una de las niñas.

9.2.b Identidad dentro del entorno

Los análisis de los dibujos relacionados con este

aspecto cuatro de los siete niños que hicieron el ejercicio

indicaron que conocen el contexto actual. Realizan una

adecuada relación de asociación de los elementos

primeros con un elemento emocional y/o de conocimiento

y experiencia que le permiten ubicarse en el entorno

donde viven. Esto indica algo de seguridad y motivación

para explorar su ambiente.

T

Foto No. 3. Sesión 2 Taller Identidad. Niño de 11 años Fotografía tomada por Astrid Zacipa

Sesión 3 taller representaciones e identidad. Dibujos realizados por niños de La Florida de 9 y 10 años

95

Tres de ellos indiciaron desconocimiento y falta de motivación para explorar el contexto

actual, tienen poco apego al lugar donde viven, incluso demuestran agresividad hacia éste, poca

motivación y refuerzo; inseguridad y timidez en relación con ese contexto; tristeza y temor. Se

evidencia que estas emociones de tristeza están cubiertas por un manto débil de alegría, bienestar

y agresividad, no hay elementos alrededor que generen paz o confort para ellos. No parece

interesarles el contexto, no se identifica con nada de su entorno, indican que no les agrada el lugar

donde viven. No sienten libertad, por el contrario, temor.

A pesar de esto, son solidarios y respetuosos directamente con personas diferentes a su núcleo

primario (familia). Están en proceso de formación y el ambiente familiar y de hogar es el elemento

básico en esta identificación, al igual que la escuela.

9.2.c Dimensión cognitiva- emocional y cultural

En general, no saben qué es ser colombiano. No identifican las regiones. Parecen muy aislados

de los acontecimientos nacionales y por ende mundiales. Identidad cultural débil. Los niños

muestran mucho desconocimiento de su ubicación en el mundo.

No dieron muestras de conocer características generales que identifican a los Colombianos.

Sólo un niño dijo que lo que diferencia a los colombianos de otros es “la felicidad”. Otros niños

se refirieron a las diferencias de idioma, y que los “gringos son monos, de ojos azules o verdes y

son altos; en cambio nosotros somos bajitos y de pelo negro”, con tono de tristeza y sentimiento

de ser aparentemente inferiores.

Los niños muestran mucho desconocimiento de su ubicación en el mundo. Los niños que

respondieron donde era Brasil lo hicieron por el mundial y fueron ante todo niños. No se ven como

ciudadanos de un país que los ha “maltratado”¸ por el contrario, se han aislado asimilando

tendencias y culturas ajenas a ellos, las que observan y ofrecen los medios a su alcance, por un

lado; y por otra parte, ofrecidas por la misma ciudad que los rodea.

En cuanto a las diferencias entre las regiones del país se refirieron más que todo a la ropa. Una

niña proveniente de Neiva dijo” allá uno se viste con pantalón corto, los shorts, y con camiseta,

aquí a uno le toca andar todo abrigado”. “En otras partes hablan de otras maneras”.

Reconocen que en su barrio hay gente de muchas partes del país y que a veces “algunos hablan

raro, no se les entiende”.

96

El análisis de los resultados muestra que estos niños y niñas se han adaptado a una nueva

sociedad donde crecen y se desarrollan como niños citadinos. No se ven como niños desterrados,

se han adaptado al contexto y siguen la tendencia, en cuanto al consumo de medios, de los niños

de la ciudad. Los niños que fueron testigos directos del desplazamiento recuerdan con cierta

ingenuidad esta situación; sin embargo, en los diálogos sostenidos al respecto, algunos lo

mencionan con amargura además de la normal tristeza por la pérdida sufrida de su territorio, de

familiares y sus pertenencias.

Estos niños son conscientes de sus características constitutivas, miembros de una familia, de

un barrio; no obstante, en una actividad anterior, donde se les solicitó que se caracterizaran como

colombianos, inicialmente no se ubicaron geográficamente al lado de otros países. Los niños

demostraron confusión, falta de precisión, duda, desconocimiento.

Identidad en reconstrucción: La cuestión entonces con la construcción de la identidad social

de este grupo de niños está supeditada a su nuevo contexto. Es una identidad prestada ya que su

identidad social original se perdió cuando abandonaron sus parcelas. Es una identidad que se va

diluyendo y confundiendo con la de los citadinos, mejor, con la de las poblaciones marginadas las

cuales luchan hoy día para ser reconocidas.

Esta nueva identidad construida al llegar a este nuevo espacio de ciudad casi que anula la

primera identidad desarrollada en sus primeros años de vida en un ambiente totalmente diferente

al actual. “El individuo se socializa y construye su identidad por etapas, en el curso de un proceso

largo que se expresa de manera especialmente intensa del nacimiento a la adolescencia y se

prosigue a lo largo de la vida de adulto” (García, 2008).

De esta forma, es que los niños y niñas de La Florida se reconfiguran y asumen incluso nuevas

prácticas imitadas de los compañeros de escuela especialmente y luego de sus amigos o vecinos,

en las prácticas de sus hobbies o deportes, entre otros. Es así como ellos se han ajustado y se

diluyen en este nuevo espacio.

9.2.d De sus representaciones

Ahora, ¿cómo se ven éstos niños? ¿Cómo se representan?

De los resultados extraídos de los dibujos elaborados por los niños podemos decir sobre la

dimensión físico estética, la cual corresponde a la recolección de las percepciones que tienen los

niños sobre su identidad física, se observó cómo se diferencian desde las características de su

97

corporalidad de otros individuos y cómo se representan en una imagen. Para esto, se les pidió

distinguir uno de los personajes de las series vistas que más se acercara a su personalidad. Los

siguientes fueron los resultados:

Cómo se ven identificados en las pantallas.

Basados en los capítulos observados de sus series

favoritas, Kick Buttowski7 y Phineas and Ferb8, los

niños no manifestaron identificación solo proyección

con kick Buttowski. Las niñgvcas si mostraron

identificación con el personaje de Candace (Phineas

y Ferb) porque el personaje es protector y dice la

verdad. Todos coinciden en su rechazo a los

personajes malos, no tanto por ser malvados sino más

porque son personajes amargados. “Yo sería Gokú y

mataría a todos los malos”, manifestó uno de ellos.

Ninguno de los niños o de las niñas encontró un personaje que se identificara totalmente con

él o ella, como niños y niñas en proceso de adaptación o “re-adaptados” a una ciudad, provenientes

del campo o de lo rural. Ya esa identidad aparentemente quedó atrás, se desvanece en el compartir

en un nuevo contexto. De igual manera, no están interesados en encontrarse reflejados en la

pantalla. Sus preferencias no son los programas culturales o educativos.

7 Kick Buttowski: Suburban Daredevil (literalmente Kick Buttowski: Temerario suburbano; llamado en

Latinoamérica Kick Buttowski: Medio doble de riesgo y en España Kick Buttowski) es una serie original de Disney

XD creada por Sandro Corsaro, acerca de un chico joven llamado Clarence «Kick» Buttowski (Charlie Schlatter)

que aspira, junto a su mejor amigo Gunther Magnuson (Matt L. Jones), en convertirse en el mayor deportista

extremo de todo el mundo. Siempre utiliza un casco blanco con una franja roja, un traje blanco con rayas rojas, unos

guantes amarillos y nunca muestra su cabello. La serie tuvo su estreno el 13 de febrero de 2010. 8Phineas y Ferb es una serie original de Disney Channel creada por Dan Povenmire y Jeff "Swampy" Marsh, quienes

han trabajado en las primeras temporadas de Los Simpson y La vida moderna de Rocko. Se estrenó mundialmente el

2 de febrero de 2008, al mismo tiempo en los Disney Channel Internacionales. En Estados Unidos la serie se estrenó

el 1 de septiembre del 2008 La serie sigue las aventuras de los medio hermanos Phineas Flynn y Ferb Fletcher,

junto con sus amigos Isabella García-Shapiro, Buford Van Stomm y Baljeet Rai, quienes viven en un pueblo ficticio

llamado Danville dentro del «Área de los Tres Estados» (no se sabe cuál es esa área ni dónde se encuentra, pero

viven en el Condado de Jefferson), en Latinoamérica se llama «Área Limítrofe». Su hermana mayor, Candace

Flynn, se obsesiona por dos cosas a lo largo de la serie, la primera es atrapar a sus hermanos, normalmente llamando

a su madre para decirle lo que los chicos están haciendo, en un esfuerzo por meterlos en problemas, lo que nunca

tiene éxito debido a los eventos que trascurren en otro plano dentro de la historia (cuya consecuencia es que

cualquier evidencia de lo que hacen los chicos desaparece de la vista de su madre), y la segunda es casarse con su

novio Jeremy Johnson.

Foto No. 4 Sesión 3 taller representaciones. Cine-foro Fotografía tomada por Astrid Zacipa

98

Cómo se representaron en los dibujos sobre sí mismos. Cómo y quién les gustaría ser

Con el fin de determinar cómo ellos se representan, se les solicitó realizar un dibujo del

personaje que a ellos les gustaría ser. Los niños se identificaron con personajes de las cuales sus

características están relacionadas con la fuerza, emociones fuertes y extremas, que tiene poderes

sobrenaturales y son súper dotados para la defensa y la territorialidad y la defensa de los otros.

Éste también demuestra supremacía sobre las cosas, poder sobre otros, además con actitudes que

indican ira, emociones fuertes, disposición para atacar e intimidar.

Otro de los personajes con el que se representó uno de los niños tiene características

relacionadas con una habilidad de alto riesgo como es ser domador de cocodrilos, que implica alta

experiencia y haber sufrido accidentes. Muestra una persona sencilla, natural, no citadino sino

más bien del campo o rural.

La mayoría de los niños realizó los dibujos con colores. Sólo un niño lo hizo a lápiz sin colores.

En cuanto a las figuras realizadas, sólo en los más pequeños se observaron desproporciones

entre los brazos y la cabeza pero igualmente, mostraron diferentes características simbólicas que

llevan en si objetivos específicos, aparentemente de defensa, personajes en posición física que

indica estar listo al ataque o la defensa. Incluyeron además del personaje, elementos que muestran

la vulnerabilidad “del otro”.

Algunas de las niñas dibujaron un personaje pequeño indicando de esta manera cierta

condición de mayor vulnerabilidad.

La mayoría de las niñas dibujaron personajes relacionados con la ayuda a los demás como

enfermeras o médicas, con actitudes alegres, cordiales y consideradas. Entre los comentarios que

incluyeron al dibujo incluyeron expresiones como “salvar al todo el mundo que está enfermo” es

decir que puede seguramente tiene contacto con muchas personas que están en condición de

enfermedad, características relacionadas con la ayuda a otros, más pequeños, de manera natural y

con lo que tiene a mano.

Uno de los niños mayores que se dibujó como el cazador de cocodrilos y escribió que le

gustaría ser como él y además ser un chef. Una de las niñas, Traicy, se dibujó como una doctora,

anteriormente había dicho que quería ser doctora porque una pediatra había salvado su vida cuando

estaba muy enferma

99

Los niños a pesar de querer parecer

malos dibujaron a personajes que salvan

al mundo, y dicen que cuando sean

grandes quieren ser soldados, policías y

similares para ayudar a las personas y

evitar que las roben.

Los niños hicieron sus dibujos

basándose en las proyecciones que

tienen con los dibujos animados y las

niñas en personajes de la vida real, lo

cual fue observado y desaprobado por

los niños, hicieron preguntas como: “¿Y

la doctora qué poderes tiene?”.

Se observa la influencia de las pantallas en cuanto a la construcción del imaginario en el perfil

deseado por estos niños y niñas. Imaginarios que los llevan a ser aún más ajenos a su historia y a

la historia misma del país en el que viven. Aunque se les solicitó representarse en un personaje

para un programa de televisión, la mayoría de los niños se dibujó como un súper héroe. Las

representaciones construidas basadas en los modelos provistos por los productos mediáticos que

consumen hacen que en su mayoría sean ajenas a su contexto y establecidas sobre los fundamentos

que traen ya los productos “enlatados” que consumen como son la lucha entre el bien y el mal, los

que quieren surgir sobre los demás haciendo lo malo por lo que se ven como los héroes y no como

personajes sencillos que viven vidas sencillas.

9.2.e Memoria mediática

Un ejercicio inicial para determinar la recordación de sus lugares de origen consistió en pedir

a los niños y niñas que hicieran un dibujo del lugar donde vivían antes de llegar a Soacha, frente a

otro dibujo que describía el lugar actual de residencia.

Lo encontrado en un 40% de los dibujos es que los niños usan trazos sencillos, dibujos sin

muchos detalles, usan colores llamativos, el contexto contiene características naturales del espacio

que los rodeaba como los árboles, el sol, los animales son bastante coloridos. Dos de los niños

Sesión 3 taller representaciones. Dibujos realizados por niños y niñas de La Florida

100

dibujaron el paisaje actual de color negro y sombrío, enmarcado por cruces. Son dibujos lineales

donde no se ven figuras circulares. En baja medida expresan libertad.

Las conexiones que hay entre los dibujos es que antes había más cosas que les pertenecían,

ahora hay menos pero se conforman. Se manifiestan sentimientos de indefensión, de fragilidad,

inseguridad. No conoce o no tiene motivación para explorar su entorno, expresa sus sentimientos

pero no le agrada hacerlo. Uno no realizó el dibujo completamente lo que puede dar indicios de

alguna situación no deseada o que no quiere recordar o que tiene elementos negativos desesperanza

e incertidumbre. No le gusta donde vive.

Como mencioné anteriormente, los productos mediáticos que consumen estos niños no les

refiere de ninguna manera su historia ni como colombianos, ni como pertenecientes a comunidades

que lo perdieron en el desplazamiento a raíz del conflicto. Al parecer, estos temas están vetados o

no son lo suficientemente “comerciales” como para incluirlos en las producciones de las diferentes

pantallas.

Por lo anterior y a fin de determinar la

representación del tema del desplazamiento en la

vida de los niños y niñas sujetos de la investigación

y en la de sus familias, realicé un cine-foro con la

presentación de la película animada “Pequeñas

Voces”, la cual narra la historia de niños desplazados,

entre los 8 y los 13 años que a través de dibujos

cuentan sus sueños y miedos. El cuestionario básico

de guía se adjunta como Anexo 4.

Es de anotar que durante la película, los rostros de algunos demostraron tristeza por las

historias vistas, otros estuvieron nerviosos, inquietos, ansiosos.

¿Qué fue lo que más les gustó de la película “Pequeñas voces”?

Niña que experimentó directamente el desplazamiento, 11 años: “A mi más o menos, me gustó

que a lo último todos vivieron felices, lo que no me gustó fue que el niño tuvo que dejar a los

perritos, lo que no me gustó fue que también se llevaron al papá de la niña, lo que no me gustó fue

que el niño perdió su brazo y su pierna…entonces feo”.

Foto No. 5 niños y niñas de La Florida en taller de representaciones. Fotografía tomada por Astrid Zacipa

101

Niño de 8 años que experimentó el desplazamiento: “nada, bueno si me gustó cuando pelearon

con la guerrilla, eso estuvo bacano. Lo que no me gustó fue cuando bombardearon los pueblos”.

Niña de 9 años testigo del desplazamiento: “me gustó porque trata de lo que a veces pasa en

la vida”.

Niño de 11 años, segunda generación de desplazados: “A mí me gustó que el niño a pesar que

no tuviera ni piernas ni manos siguió adelante”.

Niña de los boy scouts, 11 años, proveniente de Neiva: “pobrecitos los niños porque venía la

guerrilla y esas cosas y las tres niñas quedaron sin su papá pobrecitas”.

¿Conoces a alguien cercano que le haya pasado lo mismo que a los niños de la película?

Los niños que han vivido en la ciudad o en el municipio de Soacha toda su vida, no reconocen

este conflicto, no saben nada de él, únicamente aquellos que lo han vivido y quienes lo han vivido,

no quieren hablar de él. La mayoría manifestó no saber que eso le pasa a otros niños en Colombia.

Niña de 11 y niño de 8, ellos han vivido el conflicto pero prefieren compartir sus opiniones

acerca del mismo a contar su historia de vida.

Uno de los niños que no ha vivido el conflicto, pero sabe que existe, tiene opiniones y

perspectivas al respecto llenas de esperanza.

¿Qué tanto saben de lo que le pasa a otros niños colombianos como ustedes? ¿Cómo esos que

vieron? ¿Pensaron que fuera así de terrible?

Niña que vivió el conflicto: “Yo si sabía que… primero que si uno está aquí en la ciudad uno

no se tiene que preocupar sobre eso, porque como aquí en la ciudad no hacen nada de eso o bueno

puede pasar pero no pasa tan seguido como en los pueblos y que pues la gente de los pueblos es la

más afectada ¿sí?, cuando por lo menos aquí en Bogotá, un ejemplo, cuando pasa algo así a la

gente que más sacan es a la gente importante y a nosotros nos dejan acá y si nos morimos nos

morimos pero pues normal, pero allá en los pueblos no es así, allá importante o no importante se

muere le guste a quien le guste”.

Si ustedes conocieran un niño al que le ha pasado algo así, ¿qué le dirían?

Niño de 9 que vivió el desplazamiento: “Que se cuidara”

Niña de 11 que vivió el desplazamiento: “que siga adelante”.

Niño de 11 que no vivió el desplazamiento: “Que uno nunca debe rendirse”

102

Algunos tienen claro de dónde son sus papás, pero no tienen claras las razones por las que

ellos viven ahora en Bogotá. No saben a ciencia cierta qué es el desplazamiento ni cómo los afectó

a ellos y sus familias.

¿Cuál fue el personaje que más les gustó?

Niña de 9 que vivió el desplazamiento: “El papá porque le decía a las niñas que fueran a

jugar”.

Niña de 11 desplazada: “los perritos, pobrecitos se quedaron solitos, qué tristeza”.

Niña de 10 desplazada: “A mí me gustó la niña, porque ella quería muchísimo al papá”.

¿Qué es la guerrilla?

Niña de los boys scout: “La guerrilla es una gente que parece soldados pero son malos”.

Niño de 9, desplazado: “que matan”.

Todos coinciden en su rechazo a los personajes que consideran malos, no tanto por los malos

que puedan ser sino por lo “amargados”.

A esta pregunta sólo respondieron los niños más grandes. Los más pequeños callaron por

temor o por desconocimiento.

9.3 Qué elementos les pueden permitir mantener o construir esa memoria?

Pensando en poder rescatar esa memoria que forma parte de nuestra historia, y considerando

que los medios no ofrecen ninguna oportunidad que contribuya a construirla o conservarla

entonces surge la pregunta ¿existe algún elemento material o inmaterial conservado por las

familias que permitan la recuperación y construcción de la memoria ancestral de estos niños y

niñas y sus familias víctimas directas, o por segunda generación del exilio y verse en ello

representado?

Para tratar de responder a esta pregunta realicé visitas y entrevistas a cinco familias de los

niños que participaron en el focus group previo. Entre las preguntas realizadas estaban las

siguientes:

1) Sobre la familia: integrantes, edades, nombres, oficios, sueños, aspiraciones, metas.

alegrías, sobre el patrocinio a través de VM.

2) Sobre su desplazamiento: ¿de dónde salieron, porqué, qué piensa del

desplazamiento? ¿Ha encontrado personas desplazadas en el barrio? ¿De qué regiones?

103

3) Sobre el uso de los medios de comunicación: ¿Qué medios de comunicación

utilizaban más anteriormente? Radio, tv, ¿qué programas escuchaban o veían?

4) Costumbres: ¿cuáles tenían y cuáles tienen ahora relacionadas con las dinámicas

del hogar? Ejemplo: Donde hacen mercado ahora? ¿Qué cosas consumen? ¿Cómo van al

colegio? ¿Sobre la seguridad? ¿El modo de verter? ¿Actividades de ocio? ¿Diversión?

5) Sobre su lugar de origen: ¿han vuelto a visitar el lugar de donde salieron?

6) Sobre la identidad: ¿qué piensan de ser colombianos? ¿Les cuentan historias a los

niños sobre su origen, sobre el pasado? ¿La familia habla sobre sus ancestros?

Terminando la entrevista en una segunda visita, se solicitó a los padres realizar un árbol

genealógico (cartografía) con sus hijos para determinar la procedencia de la familia.

9.3.a Las familias

Cabe resaltar, que de las cinco familias entrevistadas tres proceden del departamento del

Tolima, una de Cundinamarca y una del departamento de Boyacá.

Familia Deyanira*, niña de 9 años desplazada: Deyanira vive con su madre, Diana quien es

madre soltera de seis hijos. Las dos mayores nacieron en Puerto Boyacá. Llegó a Soacha hace 10

años. Vive en arriendo en una casa de una habitación donde se encuentra un camarote y una cama

doble donde duermen ella y los niños. No tiene trabajo fijo porque no tiene con quien dejar a los

niños más pequeños. La distracción de esta familia es ver televisión la cual tiene mala señal y la

imagen no es nítida. Sin embargo, permanece prendida todo el tiempo.

Familia de Martha, madre de Nicole, 11, niña desplazada: Familia conformada por Martha, su

tercer marido y sus seis hijos. Llegó a Soacha de Ibagué, Tolima con sus dos hijas mayores hace

8 años. Vive en arriendo en una habitación donde duermen todas las personas que conforman la

familia. El esposo trabaja mientras ella cuida de los niños más pequeños y esporádicamente trabaja

en casas de familia. Cuentan con televisor y un teléfono celular como medio de comunicación.

104

Familia de Tatiana, niña de 11 años,

proveniente de Planadas, Tolima. Vive con

los padres, una hermana, un hermano y el

primo. Quien nos respondió a la entrevista

fue la hermana, Ana, madre también de

Miguel, niño de 9 años que experimentó

directamente el desplazamiento. Ellos viven

en uno de los apartamentos que construyó el

gobierno para familias desplazadas en Soacha. Son radio-escuchas y televidentes.

Família de Alejandro de 9 y Sofia de 8. Conformada por los padres y tres hermanos. Se

entrevistó a la abuela materna, Sra. Dora, quien prácticamente cuida de los niños quienes viven

con ella ya que los padres viajan por trabajo.

Familia de Camila, niña de 11 años que no experimentó el desplazamiento. Se entrevistó a la

mamá. Viven en casa propia en Floridabaja, cuentan con acceso a internet y son fervientes

televidentes y radio-escuchas.

9.3.b Sobre el desplazamiento.

Cuatro de las cinco familias hablan sin temor sobre el cómo fueron desplazados de su lugar

de origen.

Diana, de 30 años, creció prácticamente sola, abandonada por los padres y criada por la abuela

en Puerto Boyacá. Por temor a ser entregada por su tío a la guerrilla se escapó de la casa y fue

recogida por una señora que la vio durmiendo en el parque del pueblo cuando ella tenía 12 años.

“Cuando niña si se veían hartas cosas, horrorosas. Que cogían personas y las amarraban les

pegaban, les hacían mejor dicho. En el barrio, por lo menos donde yo vivía, en la parcela, y eso

quedaba así al frente en la otra casa. Si un tío mío era amigo de uno de ellos y eso yo escuchaba

cundo venía ese señor y yo salía corriendo, como volador sin freno, me iba para otro lado, me

desaparecía de ahí, yo sabía que me iban a pegar pero yo me iba, yo me escondía, me iba con mi

hermano, yo tenía como nueve u once años cuando eso.”

Tuvo su primera hija a los 15 años. Tuvo una segunda relación con al parecer un guerrillero

porque no da muchos detalles de él. Lo que sí enfatizó es que tuvo que salir de su pueblo porque

él tenía muchos enemigos. “me tocó salir de allá porque había muchas personas que buscaban al

Foto No. 6 Familia de “Tatiana” durante entrevista. Fotografía tomada por Astrid Zacipa

105

padre de mi hija mayor…entonces él estaba metido en muchas cosas entonces cuando yo me alejé

de él se querían desquitar era conmigo entonces por eso me tocó venirme de allá”, cuenta. Y al

salir del pueblo, dejó a su hija mayor con la familia del padre de la niña. Y de allí salió con su

segunda hija, Deyanira y vinieron a “aguantar frio”, como ella misma lo dice. Incluso recién

llegadas “me robaron el bolso con todo lo que tenía”. Estando en Soacha, buscó a una señora que

le ayudó. “Yo llegué con mi hija a donde una tía de la otra niña, ahí estuve unos días buscando

trabajo, me tocó dejarla a ella donde una señora que me la cuidara porque yo trabajaba en una

cafetería y yo me quedé sin trabajo y estuve en esa cosa haciendo…para que me dieran unas ayudas

de desplazados igual no, nos dijeron que tocaba esperar y esperar y así nos tuvieron y nunca”

añadió.

Diana no es persona que comparta mucho con los vecinos y no le interesa compartir con otras

familias que pudieron haber pasado por su misma situación o que llegaron a Soacha en condición

de desplazamiento. Por el contrario, trata de pasar desapercibida y hace que sus hijos no hablen

con los vecinos, de quienes supe, también la mayoría llegaron como desplazados.

Martha también contó su historia: “hubo un combate y acabaron hasta con el puesto de policía

de Llanaditas y a mi esposo se lo iban a llevar, y a mi mamá le dijeron, como somos cuatro mujeres

y esas cuatro mujeres estábamos ahí, a ella le dijeron que si nosotras no nos íbamos pues reclutaban

a una de las dos chinas que habían ahí, entonces mi hermana estaba acá y yo me vine, yo le dije

yo me voy donde usted porque no tengo para dónde recurrir más.

La llegada a Soacha fue dura, demasiado dura porque casi dos tres meses nos tocó pasar

hambre, de todo, una situación que digo yo no me gustaría volverla a pasar. Pues llegamos donde

mi hermana y usted sabe que uno siempre donde va a llegar arrimado siempre le van a molestar

que por los niños, que una cosa… yo cuando llegué aquí estaba en embarazo del menorcito, pero

para mí fue una situación muy dura. Dejar a mis padres fue muy duro. ..Nicole (hija mayor) lo

vivió en carne propia. Ella lloraba mucho porque era la consentida de mi mamá. Además es ver a

mi mamá en pintura”.

La familia de Ana tuvo que dejar todo. Algunos de sus familiares volvieron un tiempo después

a sus casas: “Llegó la guerrilla a la una o dos de la mañana, tiene que hacerlo quiera o no quiera,

entonces llegaron allá y le allanaron el taller donde mi papá estaba y le quitaron la herramienta,

supuestamente lo estaban catalogando de guerrillero, entonces le dieron 24 horas para que saliera

del pueblo y pues salimos todos, salió el, después sacaron a mi hermano y por último salimos

106

nosotras. Llegamos a Soacha a pagar arriendo, arriba en Altos de la Florida a donde un amigo de

una familiar de mi papá y nos consiguió una piecita allá y llegamos allá, estuvimos dos años y ya

después nos bajamos a acá a vivir al barrio El Bosque y ya como que todo cambió. Nosotros

llegamos aquí, mi papi que a conseguir trabajo, mi mami se nos enfermó, a ella si le dio muy duro

pues obviamente el cambio, la casa, dejar la otra hija allá, todo, cosas duras, pero pues no, yo creo

que ya estamos mucho mejor. Mi papi es mecánico, él todavía está en eso, ahorita está trabajando

ahí en los patios de la policía, él está ahí, ahorita le salió por diítas, nosotras trabajamos por diitas

mientras yo no tengo trabajo fijo y si le sale a la una va y así mientras nos cuadramos”.

Igualmente sucedió con el papá de Sofia quien fue sacado bajo amenazas de su finca ubicada

en Chaparral, Tolima junto con toda su familia conformada por sus padres y sus hermanos. Todos

se asentaron en Soacha. Quien responde a la entrevista es Dora, la abuela materna. “Ellos son

desplazados, ellos son de Rio Blanco, por el lado de Chaparral, Tolima. El viaja le ayuda al papá

le ayuda a los hermanos, él se la pasa con la mamá, y la mamá ella si más que todo…todos ellos

son un núcleo familiar reunido, o sea, cómo le dijera yo, unidos hacia allá, el que está más acá es

el joven no más, el papá de los niños y el viene por ahí en la semana dos o una vez en la semana o

cada 15 días que él se la pasa es por allá rebuscándose la vida y más que todo la que trabaja acá es

la chica, mi hija, la mamá de Sofía. A ellos disque los sacaron fue a machete y todo y tuvieron que

dejar mucho las cosas, ellos sufrieron mucho, eso fue hace como 15 años. Con la que si hablaba

era con la señora Yolanda (abuela paterna de Sofia), que eso si fue muy triste la vez que les tocó

venirse, que eso dice ella que pilló a un conocido, no sé si en el tiempo en que ellos se habían

venido de ahí para Soacha, porque ellos vivieron un poco de tiempo acá en la tercera casa, en el

primer piso, ella vende fruta, verdura, lo que sea, ella vive en la 15 y el abuelito de ella también.

Ella me comentaba que eso era muy triste ser uno desplazado, dije Dios mío, pues yo nunca, yo

pues no sé, nunca en lo que viví en la finca donde mis abuelos y todo, eso nunca pasó”.

9.3.c Ritos y tradiciones

¿Es la familia una fuente de información y un recurso que les permita conservar la memoria

de ese desplazamiento vivido por sus padres y ancestros?

Pregunté a las familias sobre las formas como ellos manejaban el tema del desplazamiento

con los niños y sobre las herramientas o formas cómo ayudaban a mantener el recuerdo sobre el

lugar de procedencia de las mismas y las siguientes fueron las respuestas.

107

Los ritos y las tradiciones contribuyen a conservar la memoria social y colectiva. Por esto es

que también pregunté a las personas entrevistadas, representantes de cada familia, sobre las

costumbres que aún todavía conservan que les permite a la vez identificarse con las regiones de

donde proceden.

Diana: “Pues en realidad, yo hago lo que puedo para que no les falte nada. No hacemos nada

para los días especiales o de pronto los fines de semana. Pues a veces los llevo al parque que hay

por aquí cerca, pero nada más. Nos acostamos a ver televisión juntos”.

Martha añora volver a compartir con su familia pero el temor puede más. “Hace ocho años

que no sé qué es reunirme con mi familia. En Año Nuevo cocinábamos, hacíamos ‘el año viejo’,

nos reuníamos la familia de mi esposo y la mía. Era una tradición familiar. El 24 comíamos

tamales. No podía faltar el muñeco de Año Viejo. Digamos que eso tiene digamos una enseñanza

de que mi abuelito antes de que muriera nos decía: ‘todos los años vistan el año viejo así no hagan

nada’. Lo que cayera (risas), eso sí es una tradición familiar y comer uvas, en año nuevo, siempre

Allá en Semana Santa íbamos siempre nos íbamos para misa y de misa veníamos y hacíamos

el almuerzo de familia por parte de mi papá, entonces eso era lo que hacíamos. ¡La pasábamos

chévere!. ”, cuenta. “Mis padres siguen allá. Ellos me hacen mucha falta. Desde mi salida no he

sabido lo que es tener una familia completa. No he vuelto aunque mi padre me dice que ya todo

está tranquilo por allá”. Nicole, recuerda los momentos del desplazamiento con mucho temor.

Responde asentando o negando con la cabeza pero no dice nada.

No tiene muchas relaciones con los vecinos considerando que muchos provienen de la misma

región que ella. “La verdad no sé mucho de ellos, porque digamos yo soy muy de mi casa, muy

poco que no me encuentren en la casa, porque yo he tenido, ya me han pasado muchas y… he

tenido muchos problemas, entonces por eso yo evito problemas”.

El compartir con los vecinos, que era otra costumbre de la región, se ha ido perdiendo.

Ana, la mamá de Miguel y hermana de Tatiana recordó con alegría y a la vez con nostalgia,

el nombre de cada uno de los miembros de su familia, de sus abuelos, tíos e incluso primos.

Afirmaba una y otra vez, que se esfuerzan por mantener las tradiciones familiares. Como cuando

vivía en Planadas, escucha la radio a alto volumen. Dice no haber cambiado de gusto musical, el

vallenato es su ritmo favorito. Parece no tener todavía consciencia de estar viviendo en un

apartamento donde ahora existen otras normas de convivencia. Sin embargo, los vecinos no se han

quejado aún. “No, nosotros nos no hemos cambiado porque seguimos siendo iguales, las mismas

108

costumbres de allá que rumberos, que la comida, que démosle un bocado a la vecina así no la

conozcamos, en diciembre si hay plata que los tamales, que los buñuelos, que la natilla, se reparte.

En Semana Santa, igual que en el pueblo la pasamos todos en la casa, nadie trabaja, todos en la

casa, los días que son las vigilias que salen a las caminatas, tal cual… pues obviamente aquí no se

pagan penitencias como allá en el pueblo que un filo y que todos al filo no, por aquí es un poquito

más relajado pero pues igual nosotros siempre guardamos la Semana Santa igual que allá”.

Los niños de la familia de Tatiana, y ella misma, conocen y practican sus tradiciones. “Sí,

Tatiana sabe mucho, por lo menos mi papi… eso si no ha perdido la tradición de que así los fines

de semana se sentaba y nos cantaba llanero, porque a él le encantan los llaneros a cantar los llaneros

a contar esas historias… eso si no se ha perdido, eso en el núcleo de nosotros, los poquitos que

somos, tratamos como de… ya no se nos pierden las tradiciones que tenemos”.

Dora, la abuela de Sofía nos contó que suelen reunirse las dos familias. “Como ellos viven

más o menos cerca, nos reunimos en alguna de las casas y compartimos la comida, celebramos

todos. Pero eso algunas veces en Navidad o Año Nuevo. Nada más”.

9.3.d Sobre el lugar de origen. ¿Usted ha vuelto a su tierra? ¿Conocen los niños la tierra

de sus ancestros? ¿Qué posibilidades tienen los niños y niñas de La Florida para mantener,

a nivel familiar, el recuerdo del desplazamiento, de los ancestros?

Diana: “Vivía por una vereda que se llama “La Balastrera” allá vivía yo y de allá me trajeron,

nos fuimos a Puerto Boyacá y de allá nos tocó venirnos… pal pueblo, de ahí como hasta los trece

años estuve con mi familia y de ahí ya me tocó irme de donde ellos. Hace como cinco años que

volví a visitar a mis familiares. No hay posibilidad de que vuelva. Duraba ocho días y me tocaba

venirme otra vez. No sé, la verdad es que con mi familia no, me hicieron a un lado y hasta ahí”.

Dayana, la hija de Diana, mantiene el recuerdo de su lugar de nacimiento, Puerto Boyacá,

porque su hermana mayor se encuentra allí. Aunque no mantiene mucha comunicación con ella,

anhela cuando puede encontrarse con ella.

Martha le habla a sus hijos sobre cómo es a donde ella vivía pero no los ha llevado aún a

conocerla ni a que los más pequeños conozcan a los abuelos: “Si, como es el tierra mía, como es

el trato allá, todo eso y ellos se quieren ir, ya la verdad ellos no quieren seguir más aquí, ellos

quieren decir…uy ellos dicen “mamá lleguen a ahorrar y cómprense una casa, cómprese una finca,

pero en Ibagué, entonces ellos sí, ellos si tienen la mentalidad de irse”.

109

Ana: “Sí, yo sí, mi papi si nunca jamás volvió, él si no, es preferible, porque uno nunca sabe

que cosas pueden pasar, incluso yo estuve con Migue y estuvimos viviendo como año y medio

¿Cierto Migue? Nos fuimos de acá y yo me fui a trabajar, él también iba bebecito y después

volvimos acá otra vez y por ahí así a visitar a mi hermana que es a la que más tenemos allá. Yo

extraño todo, el trato, el ambiente, la gente, las amistades, todo es muy…incluso hasta el empleo,

yo allá comencé a trabajar de 12 años…todo, yo por lo menos extraño todo. Yo le digo a mi mamá

la demora es que vuela a trabajar y vuelvo y arranco para allá, sino que nosotros estábamos allá y

nos vinimos fue por eso, porque mi mamá se nos enfermó mucho, mi papi se me enfermó porque

mi papi se me apegó mucho a Migue, entonces no.

Le preguntamos a Tatiana si se siente diferente por ser de otra región del país a lo que ella

asiente. Ella, en relación con la percepción de ser fuera de Soacha y de haber llegado como parte

de una familia desplazada dice sentir: “Pues a veces felicidad y a veces… pues si o sea a veces se

siente que lo rechazan a uno, porque preguntan que uno de dónde es y… Interrumpe la hermana

– Que son desplazados del Tolima, Ay! ¿Son guerrilleros? No nos somos guerrilleros, muchas

veces nos han hecho ese comentario, pero pues igual yo creo que uno tiene que sentirse orgulloso

de donde sea que sea y el pueblo de nosotros para mí es lo más hermoso que puede haber, ella es

mi hermana (señala el álbum)”.

La familia de la niña Sofía, mantiene comunicación permanente con sus familiares que están

en Chaparral de donde salieron sus padres hace cinco años. Esporádicamente visitan a los abuelos

maternos. Sus tíos también fueron desplazados y viven cerca de ellos por lo que aprovechan el

tiempo que les queda libre para encontrarse y compartir. “Al niño, hermanito de Sofía, si, al niño

Gonzalo (el padre) lo ha llevado cuando era más pequeñito lo llevaba, porque él trabaja llevando

cargas o mensajería que llevan así en un furgón con un patrón que tiene, va al Tolima, va a un lado

y a otro. Cuando era pequeñito, ahorita no los saca, eso si no los saca, como ellos están estudiando,

entonces no hay posibilidad de estar viajando. Si, él sabe que es desplazado porque dice “mi papá

es desplazado” y así le habla cositas a uno así refiriéndose a que, por qué la gente es tan mala, que

por qué los sacaron así”.

Dora cuenta cómo el papá de Sofia les dice a los niños cuando se portan mal: “el papá le dice

a veces a los niños y los amenaza: usted quiere que de pronto lo lleven allá donde sufrimos tanto

de donde yo vivía? ¿de dónde mi papá y mi mamá nos sacaron?, a ellos les tocó sacarnos porque

nos corrieron fue a machete” y que no sé qué… y lo decía con una nostalgia, pero no más así no

110

le he escuchado, porque a veces le he dicho que no le diga tanto eso a los niños porque ellos se

graban muchas cosas.. y tampoco…”.

9.3.e Evidencias de la memoria familiar

Los retratos, las fotografías, los libros, entre otros son medios que transmiten la historia y

conservan la memoria de generación en generación, sin embargo, parece que en la mayoría de las

familias que sufrieron el desplazamiento, no quisieran recordar esta situación. Son realmente pocas

las que conservan este tipo de materiales tangibles como muestra de una historia que añoran.

Diana: “Pues antes, en Puerto Boyacá tenía uno más posibilidades de trabajar pero acá pues

por lo menos yo me siento ya… no me siento con las mismas posibilidades que tenía allá no son

las mismas que tengo acá”. Diana no siente arraigo por su tierra natal. No conserva ningún material

que le recuerde o acerque a los niños con ese lugar ni con quienes allí viven de su familia.

Diana prefiere no ver noticas porque dice que todo es malo y que las referencias de Puerto

Boyacá tampoco eran buenas. No siente arraigo por su tierra natal. No conserva ningún material

que le recuerde sus orígenes o que acerque a los niños con éste.

Tres de las cinco familias mantienen un “archivo” fotográfico que revela los integrantes de

las familias y en actividades que demuestran sus costumbres. El relato es más bien el medio por el

cual se mantiene la memoria del desplazamiento y de la historia familiar.

Sobre recuerdos materiales que tenga de la familia, Martha contó que la familia no era de

acostumbrar tomarse fotos. Las únicas fotos que tiene de la familia se las mandó recientemente la

hermana por celular. “No trajimos nada de allá, sólo mis dos hijos. No acostumbrábamos tomarnos

fotos, ni teníamos fotos de los abuelos tampoco. Mis hijos hablan frecuentemente por celular con

mi papá. Él nos llama. Los cuatro menores no lo conocen, no se han visto nunca”, afirma. Ella

también recuerda que su papá le contaba que a los abuelos también les tocaba esconderse y

esconder a los niños cuando pasaban hombres armados por la finca.

Por lo que Martha les comparte a los niños de cómo es la tierra donde viven los abuelos, los

niños han empezado a manifestarle el deseo de irse para allá, para a donde los abuelos,

especialmente Nicole anhela volver. “Todos quieren irse y no vivir más aquí. Ellos tienen la

mentalidad de irse”, concluye.

Ana, mamá de Miguel: “Pues muchas, muchas, aquí tenemos como cuatro álbumes. Álbumes

y fotos eso sí, incluso allá hay una cuando… esa chiquitica, eso fue cuando yo cumplí los 14 años

111

que me los celebré cuando estaba trabajando, la otra de la primera comunión, las del lado de allá

son de mi hermana la mayor, que son los cuadros de honor que le dieron en el colegio, esa foto

chiquis es de cuando Tatiana ya estaba acá, esa de cuando cumplió los nueve años…La ropa, nos

trajimos la ropa, teníamos una estufa y una nevera, eso era todo lo que trajimos, no trajimos nada

más ya después no volver por nada porque no se pudo y acá pues hemos conseguido lo poquito

que tenemos. Ahh claro, los álbumes, porque, si, las fotos son sagradas”.

Tatiana nos dice conocer muy bien la historia de la familia. “Si, Pues los conozco más por las

fotos, mi papi tiene la mamá pero pues no la conocí. –interviene la hermana “¿cómo que no la

conoció? Pues claro no se acuerda que le celebramos el día de la madre”- Ay si, si – La abuelita

Alicia, es la única que está ya el resto, mis abuelos ya todos fallecieron, esta es mi hermana (señala

el álbum)”.

Nuevamente, Ana, al mostrarnos el álbum nos confirma cómo ellos mantienen sus tradiciones.

“Si, nosotros no, esas ya son…es como verraco cambiar. Hay personas que si cambian, se adaptan,

se acomodan al contexto. No, nosotros no, hasta el momento no, bendito sea Dios. Esta es Tatiana

(señala el álbum) ya estábamos viviendo acá, habíamos llegado y estamos viviendo arriba en El

Bosque en la casa de los padrinos de Migue porque nosotros llegamos y pagamos arriendo ahí y

duramos dos años arriba en la loma y diez años ahí hasta ahora, hasta mayo que nos entregaron.

Pero pues no se ve así toda, esto fue para mis quince y se alcanza a ver un pedacito ahí (señala

el álbum) porque a mí si mi papi me celebró los 15 y como a los tres meses nos tocó salir allá del

pueblo, todo fue de la noche a la mañana, nos acorralaron feo y nos tocó salir”.

Dora, abuela de Sofia: “De pronto tengo fotos de cuando los 15 de la hermanita de Gonzalo,

de la tía de ellos (Alejandro y Sofía) por allá, como ve sumercé (señala las fotos) y cuando se

inundó yo boté muchas fotos, a mí se me perdieron muchas, a mí me ha gustado sacarle fotos a

ellos desde pequeñitos”.

9.3.f Sobre la identidad y las representaciones

Al terminar cada entrevista a las familias, se solicitó al adulto elaborar, junto con los niños,

un árbol genealógico para recordar con ellos su procedencia.

En el caso de Diana, madre de seis niños, Dayana entre ellas y quien nació en Puerto Boyacá,

fue difícil para ella elaborar el árbol genealógico considerando que dejó su hogar a muy temprana

edad y pasó de casa en casa en su pueblo de Puerto Nare y luego al llegar a Puerto Boyacá, incluso

112

llegó a dormir en el parque. Hizo esfuerzos para recordar el nombre de sus abuelos por lo que el

árbol se convirtió además en un paisaje decorado por los niños con las referencias que hizo ella de

cómo era su pueblo. A duras penas, el árbol muestra el nombre de los padres y los abuelos. Ella

dejó que fueran los niños los que realizaran el dibujo y les iba indicando los pocos nombres que

recordaba o quería recordar. Fue muy indiferente al tema, más bien, evasiva.

Martha recordó junto con sus hijos los nombres de los abuelos y los bisabuelos. A medida que

realizaban el dibujo ella iba describiendo cómo era el sitio a donde vivía, las actividades que

realizaban entre las cuales estaba cuidar de los animales que tuvieron luego que abandonar.

Demostró interés en que sus hijos supieran los nombres de los familiares como también del lugar

de procedencia de cada uno.

Ana, ayudó a Tatiana y a Miguel a elaborar el

árbol genealógico procurando detalles de nombres y

procedencia. A medida que los mencionaba hacía

referencia a alguna característica. Con nostalgia

habla de su hermano menor: “Si, (mi hermano) el

salió de allá de nueve años, si él estaba como Miguel

un poquito más grandecito”. En medio de la

conversación nos cuenta que él trabaja y estudia y

que a pocos días de haberse trasladado para su nueva

vivienda fue atracado y apuñaleado. Ahora tiene

deficiencias respiratorias a raíz de las heridas.

Ni Sofia ni Alejandro pudieron elaborar el árbol genealógico considerando que fue la abuela

materna quien respondió la entrevista y ella no conoce a todos los integrantes de las familias.

Lo anterior muestra cómo esta historia, la del desplazamiento, cuenta con pocos aliados para

ser conservada, y en especial deja de lado a otros de sus protagonistas, los niños y niñas que

también fueron sus víctimas.

Por otra parte, están las miradas de los que desconocen esa realidad latente vivida por cientos

de niños y niñas pertenecientes a familias víctimas del fenómeno del desplazamiento en nuestro

país y asentadas en la marginalidad de nuestras ciudades. Niños y niñas que se han visto forzados

a vivir una nueva vida. Retados a adaptarse al ritmo de la ciudad que los limita, que los absorbe,

que les ofrece nuevas alternativas de “esparcimiento”, como también de olvido.

Foto No. 7. Tatiana y Miguel elaboran el árbol genealógico durante sesión final taller de memoria. Fotografía tomada por Astrid Zacipa

113

Porque, además de que ellos han tenido que olvidar para seguir viviendo, también han sido

expuestos al olvido, a la invisibilización. Están excluidos de procesos como el que vivimos en el

momento donde se busca la paz para el país, procesos que supuestamente buscan su reivindicación

o hasta su “repatriación” a las tierras que tuvieron que dejar; están en el olvido de los millones de

colombianos que no hemos sido víctimas directas de este conflicto; excluidos de los contenidos

mediáticos aunque en Colombia los medios de comunicación estén jugado un rol importante dentro

del actual proceso de Justicia y Paz, todavía es evidente que podrían contribuir mucho más

contando, por ejemplo, esas historias de los sin tierra. Realidad que ha sido ignorada, silenciada,

incluso borrada de los contenidos de las producciones de los medios de comunicación durante las

últimas décadas.

Porque los medios nos recuerdan sesgadamente, una muy pequeña parte de esa historia y casi

siempre el lado de quienes provocaron parte de este exilio pero no ha revelado aún la otra historia,

la de quienes tuvieron que vivirla y huir para encontrarse con otro conflicto, el de la supervivencia.

Esas miradas desconocen una realidad latente y que han vivido cientos de niños y niñas

pertenecientes a familias víctimas del flagelo del desplazamiento en nuestro país.

Se observa cómo esta población niños y niñas “vivencian” sus vidas y su realidad, y como

construyen sentidos y valores a partir de la propia existencia y la experiencia de vida en un contexto

que para muchos de ellos es ajeno aún. Han sido absorbidos por la agitada vida citadina, que los

motiva a un desprendimiento de lo ancestral, a vaciar de sentido y de valores la propia “realidad”.

Es difícil encontrar el sentido de estas nuevas experiencias que se produce en la vida social, en la

sociedad, en las relaciones que emergen. Este sentido está en crisis. Lo que se comparte

actualmente es la desesperanza, la constante incertidumbre. Un sentido que choca con todo, con la

pobreza, la incertidumbre, con la enfermedad, características de comunidades como las de Altos

de la Florida y La Florida.

10. Conclusiones

Los resultados de esta investigación muestran en primer lugar, en cuanto al consumo, uso y

sus representaciones en los medios de los niños y niñas de La Florida en Soacha, poblada tanto por

familias desplazadas como por los llamados “históricamente pobres”, que ellos encuentran en la

televisión un medio para “estar conectados” con el mundo “exterior”. Aunque proceden de familias

que solían disfrutar de la radio en sus parcelas, fincas o pueblos, éste ya no es el medio de

114

comunicación por excelencia. De igual forma se ve cómo más que la internet, los videojuegos

tienen en ellos mayor número de seguidores a pesar del costo que les pueda representar.

Al igual que en países latinoamericanos como Chile y Bolivia, según las investigaciones

referenciadas, los niños y niñas de La Florida pasan gran parte de su tiempo libre frente al televisor.

Estos niños siguen consumiendo los medios dirigidos a las masas. Aun no tienen oportunidad de

contar con los nuevos medios donde hay diversificación de mensajes y contenidos y con mayor

opción de participación.

Porque como lo muestran los resultados de este estudio, los productos mediáticos consumidos

por estos niños y niñas siguen los ya consagrados como productos meramente comerciales. En

Sociedad Mediatizada ya De Moraes lo manifestaba, “la prevalencia de las lógicas comerciales se

manifiesta en la poca diversidad de fuentes informativas; en el reducido mosaico interpretativo de

los fenómenos sociales; en la escasa pluralidad argumentativa, siempre en función de enfoques

que reiteran temas y ángulos de abordaje; en la supremacía de géneros sustentados por altos índices

de audiencia y patrocinio; en la poca intervención pública en las líneas de programación; en el

desprecio que muestran las pautas mediáticas hacia los movimientos sociales; y en la ineludible

disparidad entre el volumen de productos “enlatados” adquiridos en Estados Unidos y la

producción audiovisual nacional. Los sentidos de pertenencia son desarraigados de la lealtad

nacional y delineados por centros gestores del consumo” (De Moraes, 2007:29).

Como se observa en los hallazgos, un gran porcentaje de niñas y niños de La Florida,

consumen los productos ofrecidos por los medios a su alcance, en especial por la televisión. Son

productos pensados y elaborados para las masas. Donde no se ha pensado en la localización de sus

audiencias. Es de resaltar, que se encontraron tres casos, dos niñas y un niño, quienes consumen

los programas del canal estatal como es Señal Colombia. Ellos manifestaron que disfrutan los

programas animados que ofrece este canal y porque además aprenden muchas cosas. Este consumo

lo combinan con el de los productos ofrecidos por los canales privados. En este sentido, los

esfuerzos realizados para ofrecer desde lo público productos que puedan ser atractivos para los

niños, adaptados al contexto nacional y además que les aporte a su conocimiento y desarrollo

pueden encontrar primero que todo, audiencias fieles en estos niños y niñas, en segundo lugar, crea

esperanza en que con una mayor inversión en este tipo de producciones que se haga, incluso

teniendo en cuenta el tema de la memoria que en este trabajo compete, y donde se pueda privilegiar

la participación infantil, puede redundar en la construcción y mejoramiento de la cultura del país.

115

Como ya lo anoté anteriormente, según Castells (2007), de esta forma se puede llegar a hacer

cambios significativos cuando se deja de ser audiencia y se pasa a ser sujetos que intervienen los

medios o comunidades que se expresan en sus propias pantallas.

En cuanto al consumo de medios como la radio, se observó que el esfuerzo por aprovechar la

radio, comunidades ubicadas en municipios como el de Soacha han hecho inversiones en el

desarrollo de emisoras comunitarias; sin embargo, el público objetivo de esta investigación no son

precisamente los niños o adolescentes. Prueba de esto es que en ningún momento los niños

encuestados hicieron mención de la emisora del municipio la cual es utilizada para mantener a la

población informada sobre los procesos locales del mismo.

En un mundo globalizado, estos niños y niñas se encuentran en una gran desventaja, en

especial, cuando se cree en el valor de lo positivo de la tecnología y en su uso como una forma de

ocupar a los niños y las niñas, la internet sigue siendo esquiva para ellos. Se refleja un gran retraso

en el acceso a estos nuevos medios. De acuerdo a las rutinas establecidas por los niños y niñas de

La Florida en las encuestas, éstas se asemejan a las de los niños españoles encuestados en el año

1998. Son niños que no saben responder a necesidades interactivas en la medida que su

conocimiento sobre el uso de la web es limitado. Esto los hace estar distantes de llegar a ser los

Netizens, ciudadanos participantes colaborativos, donde se privilegia el activismo digital como

modo de pensar, participar y hacer política, donde los oprimidos, los que sienten la vida, pueden

compartir sus sueños y sus prácticas.

Al indagar por las prácticas familiares donde las formas comunicativas orales sirven de

interacción entre unos y otros, encontré que éstas son cada vez menos. Los tiempos de interacción,

de diálogo entre los miembros adultos de las familias y los niños son escasos. La rutina de la ciudad

ha abrazado a las familias y les impide tener mayores espacios familiares de encuentro.

En segundo lugar, hablando del aporte de los medios a la construcción cultural, dentro del

sondeo de medios realizado, se observa un somero conocimiento sobre lo que éstos están

aportando a la construcción de una nueva ciudadanía de los niños y niñas sujeto de estudio, en la

ciudad a la que llegaron como víctimas de un conflicto sin sentido. Excluidos de las ciudades

globales y quienes han creado sus propias realidades con pinceladas de esas ficciones que asumen

de los medios que consumen. Retomando a Vizer (2004:1), “Los hombres y las sociedades viven

y construyen sus realidades mediatizándolas por las creencias, los imaginarios instituidos por la

cultura, el lenguaje, la observación, la subjetividad y la propia acción sobre lo real”

116

Estos niños están inmersos en esa sociedad que los desconoce, que los aísla, que los absorbe.

Llegaron de lo rural y éste parece haberse mimetizado como buscando esconderse de ese pasado

que los marcó. La identidad local es así conducida a convertirse en una representación de la

diferencia que la haga comercializable, es decir sometida a los maquillajes que refuerzan su

exotismo y a las hibridaciones que neutralicen sus rangos más conflictivos.

Por eso sus identidades se confunden, mejor, se transforman en esa interfaz de los medios y

este nuevo contexto. Su identidad los hace sentirse extraños consigo mismos. El reconocimiento

debería permitirles “existir para el otro”, existir con su orgullo, su dignidad y su amor propio,

muchas veces rechazado, maltratado e ignorado. “En las relaciones sociales actuales lo que debe

importar es el sentido. Sentido que se produce en formas eminentemente humanas, que se produce

en la vida social, en la sociedad, en las relaciones que emergen. Este sentido está en crisis. Lo que

se comparte actualmente es la desesperanza, la constante incertidumbre. El sentido de futuro no es

claro. La salud, el trabajo no están asegurados” (Vizer:2003;13,19). Un sentido que choca con

todo, con la pobreza, la incertidumbre, con la enfermedad, características de comunidades como

la de La Florida.

Comprobamos aún más con este estudio que la jerarquía de la visibilidad y el reconocimiento

en los medios va de la normalización a la marginación en el sentido que se privilegian las

identidades “oficiales” sobre las populares a las que pertenecen estos sujetos; y se jerarquiza desde

las identidades hegemónicas a las minoritarias según las prácticas sociales más extendidas, de allí

que se estigmaticen como una identidad minoritaria, donde confluyen poblaciones de diferentes

etnias, creencias y tradiciones en una misma zona geográfica como la de Soacha.

Se supone que los medios combinan enunciadores oficiales y populares, precisamente porque

son instituciones que están relacionadas con otras instituciones; pero que, ante todo, deben

conectar con un público que ha de reconocerse en sus mensajes, como sujeto representado e

interpelado.

Los medios confieren una identidad marginal a quienes sitúa fuera de los márgenes de

representación que dictan las instituciones (identidad oficial) y en contra de las costumbres sociales

(identidad hegemónica). Serán identidades opositoras las que se presentan contestando la etiqueta

de marginación que se les impone, forzando los márgenes de la normalidad legal y la estima social.

El nivel de control sobre dicha visibilidad se establece según el grado de cobertura y acceso

mediáticos. La cobertura garantiza a los promotores que los medios, al menos, se harán eco de sus

117

palabras e iniciativas, y las traducirán según ciertas convenciones profesionales. El acceso permite

a los promotores definir ellos mismos su identidad y disponer de más autonomía para obtener una

imagen normalizada.

La visibilidad pública de las identidades se ajusta a una estructura de oportunidad mediática que

tiende a aumentar la desigualdad acumulativa en el nivel simbólico. Si los medios establecen las

representaciones identitarias basándose en el conflicto, si privilegian las que tienen más valor

económico y político, y si borran su pasado; parecen inevitables los procesos de glocalización y

segmentación del espacio público. Como elemento cohesionador, los medios convencionales intentan

proyectar las identidades lucrativas y de consumo de la McTele, donde prima la búsqueda de beneficio

y la corrección política. De ahí, la creciente dificultad de establecer un diálogo intercultural en los

medios de comunicación convencionales; al menos, en lo que respecta a los masivos. Los medios

privilegian, macdonalizan y glocalizan las identidades rentables en términos económicos y políticos.

Por su parte, los públicos elaboran identificaciones mediatizadas con una autonomía que, ante todo,

depende de sus recursos materiales, biográficos y comunicativos. Esto es, las dificultades para auto-

representarse se solapan con las dificultades para reconocerse. Las dificultades para comunicar una

identidad colectiva en términos de igualdad se suman a las dificultades para debatir y contestar las

identidades etiquetadas por los medios convencionales. De ahí los problemas del diálogo intercultural

y, en cambio, la hegemonía del “choque de las civilizaciones (Sampedro, 2003).

La conclusión obvia apunta a que sólo cambiando la lógica de la producción de las identidades

mediáticas o dotando de recursos comunicativos a los sectores más marginados (populares,

minoritarios, y opositores) puede plantearse un régimen de visibilidad indentitaria más plural y

abierta. No necesariamente “más real”, pero sí “más dialogante”.

Estos niños y niñas además construyen sus identidades sobre los imaginarios ofrecidos por los

medios a su alcance como la televisión y algunos videojuegos los cuales se fundamentan en otras

historias universales mas no locales. Afortunada o desafortunadamente, para los niños y niñas de

La Florida las pantallas siguen limitadas a la televisión. Sus percepciones del mundo exterior

quedan limitadas a lo que ésta les ofrece. Y esta “limitación” los margina aún más, incluso

limitando sus competencias frente a otros niños con mayor posibilidad de acceso a otros medios

tecnológicos y de comunicación.

Autores como Taylor (1998) han enfatizado la importancia del reconocimiento intersubjetivo

de la identidad cultural como parte integrante del desarrollo de la autoconciencia moral de los

individuos en las sociedades actuales. Consecuencia de este hecho es que el reconocimiento no

118

puede constituir un bien ni accesorio ni indiferente a la identidad de las personas, dado que su

ausencia, o simplemente el desconocimiento, incide negativamente sobre la auto representación

de las personas. Además, el rechazo del reconocimiento o el simple desconocimiento, pueden

transformarse en formas de opresión. “Un reconocimiento adecuado no es tan solo una cortesía

que debemos a nuestros prójimos: es una necesidad humana vital”. Bajo la perspectiva de Taylor,

la formación de la identidad individual es una construcción social y ésta se define esencialmente

a través del diálogo. “Mi identidad depende en modo crucial de mis relaciones dialógicas con

otros”.

Nuestras sociedades son, al mismo tiempo, “sociedades del desconocimiento”, esto es, del no

reconocimiento de la pluralidad de saberes y competencias culturales que, siendo compartida por las

mayorías populares o las minorías indígenas o regionales, no están siendo incorporadas como tales ni

a los mapas de la sociedad ni siquiera a los de sus sistemas educativo (Barbero, 2003)

Como instrumentos que ayuden a la construcción de cultura, aquí los medios que estos niños

consumen están llevándolos a una aculturación, al olvido de sus raíces y a construir unos

imaginarios basados en los contenidos que ven, llevados a la dicotomía de lo bueno y lo malo y a

pensarse como héroes y no como seres normales con otra historia que contar. Los vestigios de la

memoria del desplazamiento son vagos, hay poca posibilidad para que éstos niños se reconozcan

y sean reconocidos como parte de esa historia que por más de 40 años ensombreció al país.

Es preciso tener en cuenta como se planteó, que el resultado de la construcción de identidad

depende en buena medida de cuánto y cómo los contextos sociales y culturales en los que viven

los niños y niñas, en el seno de la familia, o en las instituciones educativas o en la sociedad en

general, se respete la diversidad y se creen las condiciones para que los grupos étnicos y

comunidades en desventaja socioeconómica puedan tener condiciones de vida digna. Del mismo

modo son importantes el cuidado, la orientación y la formación ofrecidos por los padres y madres,

cuidadores y cuidadoras, maestros y maestras o demás adultos significativos, quienes constituyen

el soporte principal mediante el cual los niños y niñas desarrollan su identidad, en interacción

permanente con la individualidad, las características personales y la autonomía creciente, que

juegan un papel decisivo en el curso que tomaran sus vidas.

En cuanto al tema de las representaciones, se observó que los niños y niñas de este estudio no

se entienden como parte de esta población del país que protagonizó y aún protagoniza la historia

reciente del desplazamiento. No se ven referenciados en los medios como tampoco la mayoría de

119

ellos encuentran referentes socio-culturales de sus historias familiares asociadas con el

desplazamiento. Como lo anota Castells (1999), las tecnologías de la comunicación son útiles en

la medida en que son productoras de valor social y valor cultural, cuando construyen nuevas

realidades sociales, cuando tienen en cuenta esas realidades sociales excluidas.

En tercer lugar, pensar el tema de la memoria, cuando hoy día, se habla tanto de ella, parecería

una redundancia; sin embargo, pensarlo desde la percepción de los niños y niñas, como un

contenido fuera del aula de clase y tratarlo en forma diferente a un estudio de la historia donde

más bien fuera escrito desde y por parte de aquellos mismos infantes que lo han vivido, es cuestión

de justicia y reparación de un país que lucha por superar el tema de la violencia que ha formado

parte de nuestra última historia.

Vemos como los niños y niñas del barrio La Florida, adolecen de contenidos mediáticos que

los acerquen a esa historia que para muchos parece ajena y que encontramos sólo en breves

espacios noticiosos, historia de la violencia y el conflicto interno que ha dejado como una de sus

consecuencias el desplazamiento. Las familias por su parte, de hecho sólo dos de las cinco

entrevistadas, conservan vestigios de la memoria familiar representada en elementos como fotos o

prácticas tradicionales que aún conservan.

Como observado en la investigación, el porcentaje de familias que se esfuerzan por conservar

sus creencias y tradiciones es bajo. La necesidad de salir a buscar el sustento fuera de sus hogares

les está “robando” el tiempo que antes tenían para sus hijos en sus parcelas y conservar los valores

acostumbrados del campo.

Las familias de estos niños no cuentan con fuertes referentes sobre el papel que han jugado en

la historia del desplazamiento. Desde allí, lo que se puede estar queriendo hacer es negar esta

situación, muchas veces por temo, por querer esconder ese pasado, dejarlo atrás, y olvidar. Porque

además existe en ellos la creencia de la estigmatización como “complices” de sus propios

perseguidores. Se piensan que pueden ser rechazados por que pueden pensar en eso, en que fueron

aliados de quienes los desterraron. De esta forma se sigue fomentando la cultura del olvido. Se

dice que América tiene una cultura del olvido, y eso no es ajeno a Colombia. No existe memoria

sino olvido en los medios y en la vida familiar, de la historia del desplazamiento en el país. En los

procesos que se realizan actualmente en el país, sería necesario superar este olvido, porque la

recuperación del pasado es indispensable para darle el uso que se debe. Como lo dijo el español

120

Reyes Mate (2012), “ la memoria abre heridas pero es necesaria… “la memoria es sólo el inicio

de un proceso que tiene que acabar en la reconciliación”

Es necesario considerar a estas poblaciones y la riqueza histórica que viene con ellas

posibilitando las manifestaciones mediáticas y recreando las tradiciones familiares que

contribuyan a que tengan vidas dignas con garantías precisas como sujetos víctimas de migraciones

forzadas, garantías de inclusión social respetuosa de sus culturas, facilitarles el conservar sus

valores culturales y sociales de tal forma que se favorezca la convivencia y la relación armoniosa

con sus semejantes en este nuevo contexto.

Estos niños y niñas adolecen de procesos creativos que les aporten desde la misma familia, la

escuela o la institución local a la construcción de capital social y cultural. El capital cultural

(concepto también vinculado a Bourdieu) es el stock de tradiciones, mitos, creencias, lenguaje,

relaciones sociales, modos de producción, prácticas y bienes materiales e inmateriales (literatura,

pintura, música, danzas, etc.) asociados a una determinada comunidad, cuya elaboración está

inserta en una memoria colectiva de una manera tan fuerte que sólo quien es miembro de esa

comunidad puede producirlos.

El capital social, también según Bourdieu, es lo que permite a los miembros de una

comunidad, confiar el uno en el otro y cooperar en la formación de nuevos grupos o en realizar

acciones en común. Se basa en la reciprocidad difusa. Una comunidad con elevado capital social

alcanza mayores logros con recursos dados. Se reconoce la existencia de capital social en la

densidad del tejido social. Es un bien público y por tanto hay una tendencia a sub-invertir en él. El

capital social es productivo. Teniendo en cuenta los resultados de las entrevistas con las familias,

en cuanto al hecho de compartir con otras familias que vivieron experiencias similares a ellos, sólo

una de cinco, manifestó buscar la integración con otros. Las demás se han aislado, no buscan crear

lazos que bien pudieran construir tejido social. Algunas manifestaron que por temor o por pensar

y sentir aún que su desplazamiento no ha terminado.

A pesar de las contingencias señaladas, el papel formador de la familia, cualquiera sea su tipo,

sigue siendo decisivo en la socialización de los nuevos miembros, en la transmisión de los valores,

actitudes y creencias que forman parte del acervo cultural en la que se halla inmersa. La familia,

como primer contexto social, acoge al sujeto recién nacido y provoca su inmersión en el tejido

sociocultural.

121

Es pertinente seguir dando la opción a los niños, niñas y adolescentes para expresar sus ideas

en los distintos grupos y situaciones, a ser informados convenientemente sobre una variedad de

temas, pero tomando en consideración su lenguaje y capacidades; a ser escuchados por los adultos

con respeto; a acceder a contenidos educativos y culturales que sean presentados de manera

divertida, creativa y adaptada a sus posibilidades; y co-creadas con ellos mismos, a que presenten

todos sus puntos de vista y que lleguen a sus propias conclusiones.

Ya Vizer también lo ratificaba. Al promover mecanismos e instituciones para el acceso social

al capital simbólico y cultural –por medio de sus “objetos”, o bien a través de rastros de la memoria

que permanecen del pasado-, una sociedad puede “activarlos como recursos” utilizados para

construir y reconstruir tanto las prácticas del presente como la interpretación de la historia, de sus

tiempos, de su memoria, y de sus modelos de identidad. La cultura en este sentido puede concebirse

como el proceso y la estructura a través de las cuales se construyen y regulan los usos de los

espacios y los tiempos públicos y privados, colectivos, físicos y también imaginarios.

Se trastocan los tiempos, los valores y las necesidades de grandes masas de población que

tienden a ser marginadas de todo control sobre los cambios de sus entornos y sobre sus propias

vidas. Lo que llama la antropología, aculturación, y que el antropólogo francés, Marc Augé (1993),

denomina pérdida de identidad y de significado de los espacios públicos, como un “no-lugar”, un

vacío de espacio significativo, la pérdida de una marca de identidad. Con respecto a la formación

y la pertenencia de los individuos a colectivos y a identidades sociales, el sociólogo R. Castel

(1999) describe el proceso de pérdida de sentido de pertenencia social en los inmigrantes, como

“desafiliación social” (Vizer, 2007:61-62).

La cultura, los valores que se quieren fomentar para esa nueva construcción de un país en paz

debe pensar también en incluir especial atención a los niños y niñas que experimentaron las

consecuencias de esa violencia y que han tenido que superarlas por sí solos. Pensar en proyectos

que a su vez les permitan ser parte de la construcción de una historia de la cual ellos fueron testigos.

Una historia donde los medios también hagan su parte y contribuyan a contarla, no desde el

sensacionalismo de quienes fueron muchas veces sus victimarios, sino desde el otro lado, desde

quienes fueron los desterrados, los desarraigados, los “siervos sin tierra”.

Una industria cultural que vea a estos niños no sólo como audiencias sino como referencias

para sus productos. Porque cuando se habla de audiencias pocas veces se incluye a los niños. En

la mayoría de los casos se les tiene en cuenta como una referencia únicamente para el mercadeo;

122

sin embargo, se necesita seguir reconociendo su capacidad receptora, interpretativa y creadora de

mensajes construidos sobre su experiencia, creencia y conocimiento.

Son niños y niñas que comparten experiencias similares, que ahora tienen una nueva historia

que escribir y contar. “Son parte de una nueva sociedad, en la medida en que han constituido

nuevas relaciones de experiencia”. Y esas relaciones contribuyen en la formación de estos sujetos

que no están interconectados, que probablemente no forman parte de esas redes sociales

construidas por “el navegar” en la web, porque “esas redes están hechas para un tipo de sociedad

capitalista, para este mundo histórico, para una sociedad que pierde su memoria” (Castells:1999)

y el mundo en que viven los niños y niñas, sujetos de mi investigación y constituidos por esas

formas de comunicación oral tradicional, no pertenecen a él, pertenecen a un país específico, y

aún evocan su historia.

Pues lo que en últimas está en juego en la comunicación es, según Vizer, la construcción del

sentido de la vida social, las “relaciones de sentido” construidas en la vida cotidiana de la gente,

en los relatos de los que se sirve para reconocerse a sí mismo, en la conversación de las costumbres

con los medios masivos” (Vizer: 2003: 3)

Estas realidades revelan la necesidad de trabajar por una sociedad más incluyente de la

población infantil. Porque ellos también forman parte de la sociedad civil, “entendida ésta como

el conjunto de iniciativas, asociaciones y redes voluntarias, que no son parte del Estado pero

ejercen alguna forma de poder social” (Faulks:1999). Ésta también tiene un lugar central en

cualquier proyecto de desarrollo que busque su participación y la movilización de todos los

sectores de la ciudadanía.

Considerando que los niños de hoy serán los adultos del mañana es necesario buscar y crear

propuestas para que ellos se animen a participar en la construcción de sus propias realidades. Niños

y niñas como los de La Florida y Altos de la Florida, llenos de carencias, se ven limitados para ser

promotores de esos cambios de sus contextos. Son niños y niñas provenientes de comunidades

desplazadas, pero perseguidos aún por sus temores. “Es fundamental, entonces, que en los procesos

de socialización se piense y actúe sobre los prejuicios, comportamientos y actitudes que excluyen

a las personas y comunidades dentro de un contexto multicultural, para construir comunidad a

partir de la inclusión, el respeto y la valoración de la pluralidad”, (Equidad para la infancia, 2007).

Siempre se ha hablado de una gran inequidad, diferencia y desigualdad entre lo rural y lo

urbano, pero cuando uno mira al interior de las ciudades, porque lo que en realidad estamos

123

mirando son promedios de las ciudades, los ricos, los clase media y los pobres, y los sectores más

pobres y marginados, cuando uno empieza a mirar las desigualdades, ve que las brechas son más

amplias para los niños, niñas y adolescentes en las ciudades, que en la relación urbano-rural. Esto

no quita que hay que mirar seriamente la pobreza rural, pero que hay que hacer investigaciones

especificas apuntando hacia las ciudades y hacia las necesidades de inclusión en particular de los

niños, las niñas y los y las adolescentes.

Porque además, estos niños y niñas de familias que no estaban preparados para las exigencias

del mundo global, de la economía global, la cual los lleva de la pobreza a la miseria, los margina

aún más, como diría Castells, los lleva “a formar parte del cuarto mundo, de la sociedad

desconectada, periférica” donde por ejemplo, la tecnología no es una determinante de esta

sociedad. Sin embargo, esta marginalidad no les inhibe del contacto con el “mundo exterior” del

cual sus influencias los alcanza y, en cierta medida, los transforma. Todo cambia cuando las

audiencias se ven como sujetos que intervienen los medios o comunidades que se expresan en sus

propias pantallas”, y esto es la expresión que hace falta donde los creadores sean estos niños y

niñas de la marginalidad.

“En nuestra sociedad afectada por graves conflictos de violencia y descomposición social, donde

es común el desplazamiento y la migración, los procesos de socialización primaria de los niños y niñas,

al igual que la secundaria de los sujetos adultos, se ven seriamente afectados por profundos

desequilibrios sociales y culturales que alteran la construcción del tejido social y la preservación de la

memoria histórica.

Estas tareas implican trabajar desde la pedagogía de la equidad y de la inclusión, que supone un

cambio en la concepción del valor de la solidaridad, animando a descubrir que “la causa del otro es

también mi propia causa”, por lo que se está dispuesto a actuar en su favor, defendiendo sus problemas

como propios y encontrando valores comunes por defender” (Bartolomé [Coord.], Cabrera, Del

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124

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132

12. Anexos

Anexo uno.

Información Personal

1. Nombre completo: _________________________________

2. Edad: 9 ___ 10 _____ 11 ____ 3. Sexo: M ___ F _____

4. Lugar de nacimiento: ___________________________________________________

5. Si no eres de Soacha o Bogotá, ¿cuánto tiempo llevas viviendo en Soacha?

________________________________

6. ¿Con quien vives?: _______________________________________________________

7. ¿En qué barrio vives?: __________________________________________________

8. ¿Cuál es tu número de teléfono?: __________________________

9. ¿Eres afiliado a Visión Mundial?: SI ____ NO ______

133

Anexo dos

134

135

136

137

138

139

140

Anexo 3

FOCUS GROUP Sesión No.2

Fecha: 4 de febrero de 2014.

Tema: Representaciones e Identidad

Objetivos:

1. Identificar cómo los niños y las niñas participantes en el taller se ven a sí mismos,

cómo se identifican en su entorno.

2. Determinar qué tipo de representación hacen de sí mismos a partir de los personajes

de dos episodios de dos de los programas de televisión favoritos

3. Conocer su imaginario de personaje que los representaría y determinar si éste refleja

indicios de su condición como desplazados.

Actividades sugeridas

Ejercicio de Identidad:

Quien soy yo?

Cómo me veo?

Cómo me narro?

1. Introducción: “¿Te conoces como a la palma de tu mano?”

Cada participante dibuja la silueta de su mano. Luego, en cada dedo colocar una cualidad y

por fuera de los dedos un defecto y en el centro que ellos se describan como se ven.

a. A quien te pareces? Te gusta parecerte a esa persona?

b. A quien admiran de la casa?

c. A quien te quieres parecer?

2. Ver un capítulo de los programas que ellos más frecuentan: Kick Buttowski y

Phineas y Ferb.

Analizar

Porqué les gusta este programa?

Con cuál de los personajes se identifica. Porqué?

Si fuera ese personaje, qué hubiera hecho que no lo hizo el personaje en el

programa?

Qué crees que haría tu personaje si viviera en donde tu vives?

141

Qué sabes del personaje con el que te sientes identificado? (elabora una pequeño

perfil)

Si tuvieras la oportunidad de escribir un capítulo de la historia tú mismo de uno de

los personajes de Kick, cómo la contarías? Donde vivías antes o donde vives ahora?

3. Incluir algunas preguntas sobre otros programas que ven en Televisión: (novelas)

Qué programas ven?

Las ven solos?

Porqué? Les gusta?

Qué personajes les llama la atención? Porqué?

Alguno de esos personajes se parece a ti? Porqué?

4. Creación de un avatar:

a. Explicar el término Avatar.

b. Pedirles que creen un avatar que los represente en un juego sobre sus vidas y qué

haría este avatar en el juego. Qué fortalezas tendría y cuáles sus debilidades?. Cuál sería el

sentido del juego que vas a jugar.

142

Anexo 4

FOCUS GROUP. Sesión No. 3

Fecha: 1 de marzo de 2014.

Tema: Identidad y Memoria

Objetivo:

1. Identificar elementos que los hacen representativos en la cultura del país.

2. Determinar los vestigios de la memoria (histórica y emocional) sobre el

desplazamiento forzado vivenciado por los niños y las niñas de La Florida a través de la

película “Pequeñas Voces”.

3. Identificar qué nivel de representación individual, familiar o comunitaria

encuentran en la historia de la película “Pequeñas Voces”.

Actividades

1. Actividad de “Identificación cultural”

a. Introducción por medio de las siguientes preguntas:

i. De dónde son ustedes? De qué país?

ii. Les gusta ser colombianos? Porqué? Qué es lo más bonito de

Colombia para ustedes? Qué nos hace diferentes de otros países?

iii. De qué región?

iv. Qué los hace diferentes de otras regiones?

v. De dónde es su familia?

vi. Hay familias de otras regiones en el vecindario?

vii. Qué diferencias tienen//qué cosas tienen en común?

b. Si tuvieras que representarte como Colombiano cómo lo harías? Dibújalo

2. Explicación del Cine-Foro qué es, establecimiento de reglas.

3. Presentación de la película.

4. Lluvia de ideas:

a. ¿Cómo les pareció la película? ¿Les gustó, no les gustó, porqué?

b. ¿Qué cosas te llamaron más la atención de la película?

c. ¿Qué cosas vieron en el paisaje donde viven estos niños, qué colores tiene,

qué color tiene el paisaje donde vives ahora?

d. ¿Qué relaciones de amistad identifican en la película?

e. ¿Qué personaje te llamó más la atención de la película?

f. ¿Qué actividades de tu vida diaria y de tu familia identificas en la película?

g. ¿Conoces a alguien cercano que le ha pasado algo de lo que cuenta la

película?

143

5. Ejercicio de Narración

a. Identificación de palabras claves que hayan encontrado en la película

b. Usar las palabras claves en un párrafo para contar una historia con final

feliz.

6. Ejercicio de catarsis

Inflar por grupos bombas y que luego las exploten como forma de destruir cualquier

temor que las haya generado la película. Controlar el tiempo y premio al grupo que más

bombas infle y explote en el tiempo fijado.

144

Anexo 5

TRABAJO DE RECONSTRUCCION DE MEMORIA (ETNOGRAFIA)

1. Entrevista de acercamiento y conocimiento para crear confianza

a. Sobre la familia: integrantes, edades, nombres, oficios, sueños,

aspiraciones, metas. alegrías, sobre el patrocinio a través de VM.

b. Sobre su desplazamiento: de dónde salieron, porqué. Qué piensa del

desplazamiento? Ha encontrado personas desplazadas en el barrio? De qué regiones?

c. Sobre el uso de los medios de comunicación: Qué medios de comunicación

utilizaban más anteriormente? Radio, tv, qué programas escuchaban o veían

d. Costumbres: cuáles tenían y cuáles tienen ahora relacionadas con las

dinámicas del hogar? Ejemplo: Donde hacen mercado ahora? Qué cosas consumen?

Cómo van al colegio? Sobre la seguridad? El modo de verter? Actividades de ocio?

Diversión?

e. Sobre su lugar de origen: han vuelto a visitar el lugar de donde salieron?

f. Sobre la identidad: qué piensan de ser colombianos? Les cuentan historias

a los niños sobre su origen, sobre el pasado? Les hablan sobre sus ancestros?

2. Sesión:

Observación periférica

QUE COMO CONTENIDO

Lugar Filmar

Toma de fotografías

Todo el espacio, el

contexto, identificar si tienen

fotos, si tienen álbumes

Actitudes de las

personas

Que sentimientos se

manifiestan al retomar el

tema del desplazamiento

Las relaciones entre los

miembros de la familia

Álbum familiar Vestigios de la vida

antes del desplazamiento

Las relaciones con los

vecinos

Cuestionario ¿Tienen encuentros con

otros de su misma región?

¿Con quién habla, con

quien comparten más y se

sienten afines a ellos?

Elaboración de árbol genealógico

145

- memoria histórica: cómo vivían, con quien vivían.

Con el niño aparte:

¿Qué querías hacer cuando fueras grande antes de venir a la ciudad? Han

cambiado tus sueños para el futuro?

Qué actividades hacías que ya no haces? Han cambiado tus hábitos?

Cómo te veías antes? Cómo te ves ahora?

Como construir entonces una cultura del “arraigo” desde la casa? Es importante para los

padres el mantener el recuerdo y la identidad de su origen?

Objetivos:

Construir las biografías de los miembros de la familia.

Determinar cómo surge la memoria familiar por la relación religiosa, la relación

política o la relación cotidiana con el pasado, siempre se trata en últimas de un medio de

la memoria colectiva que cumple la función correspondiente en la cultura del recuerdo.