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37 C. AHUMADA Papel Político N” 14 septiembre de 2002 (37-58) E ntre finales de los aæos ochenta y comienzos de los noventa prÆcticamente todos los países latinoamericanos adoptaron los programas de estabilización y de ajuste estructural prescritos por el Fondo Monetario Internacional. Estos programas estÆn basados en el paquete de reformas económicas y políticas que caracterizan el modelo neoliberal: apertura completa de las economías a los mercados y al capital internacional, recorte del gasto pœblico y eliminación de los subsidios sociales, privatización de las empresas estatales y, en gene- ral, el establecimiento del clima mÆs propicio para la inversión extran- jera. El siguiente artículo analiza cuÆles son los fundamentos teóricos del modelo neoliberal, vigente en la mayor parte de los países del Tercer Mundo. El calificativo neoliberal ha sido colocado a diversos autores en una variedad de disciplinas, que han proclamado un retorno a los principios económicos liberales del siglo XVIII. Si bien sus plantea- mientos guardan importantes diferencias entre sí, coinciden en por lo menos dos factores: la reivindicación del poder del mercado y de su papel en el desarrollo económico y social, y la prevalencia del sector privado sobre el pœblico, con lo que abogan por la eliminación de la función del Estado en dicho desarrollo. Las fuentes principales del pensamiento neoliberal son el monetarismo de la Escuela de Chicago, LA IDEOLOG˝A NEOLIBERAL: UNA JUSTIFICACIÓN TEÓRICA DEL PREDOMINIO DE LOS PODEROSOS * Consuelo Ahumada 1 * Este artículo forma parte del libro El modelo neoliberal y su impacto en la sociedad colombiana, BogotÆ: El `ncora Editores, 1998. 1 La autora es profesora titular y coordinadora de la Maestría en Estudios Latinoamericanos, Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Pontificia Universidad Javeriana. E-mail: [email protected]

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Papel Político Nº 14 septiembre de 2002 (37-58)

Entre finales de los años ochenta y comienzos de los noventaprácticamente todos los países latinoamericanos adoptaron losprogramas de estabilización y de ajuste estructural prescritos

por el Fondo Monetario Internacional. Estos programas están basadosen el paquete de reformas económicas y políticas que caracterizan elmodelo neoliberal: apertura completa de las economías a los mercadosy al capital internacional, recorte del gasto público y eliminación de lossubsidios sociales, privatización de las empresas estatales y, en gene-ral, el establecimiento del clima más propicio para la inversión extran-jera. El siguiente artículo analiza cuáles son los fundamentos teóricosdel modelo neoliberal, vigente en la mayor parte de los países delTercer Mundo.

El calificativo �neoliberal� ha sido colocado a diversos autores enuna variedad de disciplinas, que han proclamado un retorno a losprincipios económicos liberales del siglo XVIII. Si bien sus plantea-mientos guardan importantes diferencias entre sí, coinciden en por lomenos dos factores: la reivindicación del poder del mercado y de supapel en el desarrollo económico y social, y la prevalencia del sectorprivado sobre el público, con lo que abogan por la eliminación de lafunción del Estado en dicho desarrollo. Las fuentes principales delpensamiento neoliberal son el monetarismo de la Escuela de Chicago,

LA IDEOLOGÍA NEOLIBERAL:UNA JUSTIFICACIÓN TEÓRICA DELPREDOMINIO DE LOS PODEROSOS*

Consuelo Ahumada1

* Este artículo forma parte del libro El modelo neoliberal y su impacto en la sociedad colombiana,Bogotá: El Áncora Editores, 1998.

1 La autora es profesora titular y coordinadora de la Maestría en Estudios Latinoamericanos,Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Pontificia Universidad Javeriana.

E-mail: [email protected]

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cuyo principal representante es Milton Friedman; la teoría de la Elec-ción Pública o Public Choice, formulada por James M. Buchanan yRobert D. Tollison; la Escuela de Austria, con Frederick A. Hayek yLudwing Von Mises como principales voceros; los llamados�minimalistas� o libertarios, defensores de la reducción del papel delEstado a su mínima expresión, y están representados por el estadouni-dense Robert Nozick; y por último, los anarco-libertarios, que propug-nan por el desmantelamiento completo del Estado y tienen comoprincipales voceros a otros dos estadounidenses, Murray Rothbard yDavid Friedman.

Los escritos de estos autores constituyen lo que comúnmente seconoce como el credo político de la nueva derecha. Ellos se ocupan de unavariedad de asuntos filosóficos, que van desde la interpretación de lahistoria hasta la explicación de fenómenos económicos muy específi-cos. En este artículo se examinarán sólo aquellos planteamientos que leproporcionan una base filosófica y política al modelo neoliberal y a susmedidas concretas. El estudio se centrará en las afirmaciones de lasescuelas de Chicago y de Austria, sin duda las de mayor influencia enla consolidación del modelo en los países latinoamericanos. Las políti-cas fundamentales que se desprenden de las premisas neoliberales sonla desregulación de la actividad económica2 , la privatización de lascompañías estatales, el recorte del gasto social y la liberación de losprecios, por un lado, y el control de los salarios, por el otro. Estasmedidas emergen de cuatro principios teóricos fundamentales: elpapel positivo de la desigualdad; la eliminación de la función económi-ca y social del Estado y por tanto, de cualquier acción redistributiva porparte de éste; la operación del mercado en todas las esferas de laactividad humana, y, finalmente, la validación del subjetivismo comocriterio de verdad y, por tanto, como explicación de los fenómenoseconómicos, políticos y sociales. A continuación se examinan detenida-mente estos principios.

1. EL PAPEL POSITIVO DE LA DESIGUALDAD

El dilema resultante de la supuesta oposición entre libertad e igualdadha sido preocupación fundamental de la tradición filosófica liberal. Enesta tradición se han desarrollado dos corrientes principales. La prime-ra, proveniente de John Locke y John Stuart Mill, defiende la preemi-

2 Diversos autores se han referido a la falacia de la desregulación. Según ellos, lo que haocurrido es el desarrollo de un nuevo régimen regulatorio, adaptado a la nueva situaciónglobal.

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nencia del individuo y sus derechos por encima de cualquier otraentidad. La segunda, presente en los planteamientos de Rousseau,pone el énfasis en la función que tiene el Estado de corregir la desigual-dad social. La primera corriente ha sido la predominante. Como afirmaJohn F. Manley:

Desde la defensa de Thomas Jefferson de la aristocracia natural del talento, pasandopor la defensa de la supervivencia del más apto que hace el darwinismo social,hasta la exaltación que se hace hoy en día del individualismo y de la competencia,la democracia liberal ha venido defendiendo de manera consistente la igualdad deoportunidades y las desigualdades en la distribución de recompensas que fluyennaturalmente de aquélla3 .

Claramente, el pensamiento neoliberal se inscribe en la corrienteque le da prioridad a la defensa de la libertad individual sobre labúsqueda de la justicia social. En palabras de Friedman,

El liberal distingue tajantemente entre lo que significa igualdad de derechos eigualdad de oportunidad, de un lado, e igualdad material y de resultados, por elotro. Saludará el hecho de que una sociedad libre tienda más efectivamente haciauna mayor igualdad material que cualquier otra sociedad que se haya ensayadohasta ahora. Pero considerará esto sólo como el subproducto deseable de unasociedad libre y no como su principal razón de ser4 .

Sin embargo, Friedman deja en claro que la igualdad de oportuni-dades no debe interpretarse literalmente. En su concepto, ésta se refiereante todo a la igualdad frente a la ley, que, como todo ideal, es incapazde realizarse por completo. La igualdad en cuanto al resultado, por suparte, expresada en la idea de que �todos deben tener el mismo nivelde vida o de ingreso o deben terminar la carrera al mismo tiempo, seencuentra en claro conflicto con la libertad�5 . Lord Robbins, del influ-yente Instituto de Asuntos Económicos de Londres6 , presenta cuatrodiferentes alternativas para interpretar el término �igualdad�: igual-dad ante la ley, de oportunidades, de recompensa y de propiedad. Ensus palabras:

La igualdad frente a la ley no presenta ninguna dificultad. La igualdad deoportunidades tiene mérito como aspiración, en la medida en que se reconozca queno puede realizarse plenamente debido a las diferencias en los antecedentes

3 John F. Manley. �Neo-Pluralism: A Class Analysis of Pluralism I and Pluralism II�, TheAmerican Political Science Review, 77, junio de 1983, pág. 376.

4 Milton Friedman. Capitalism and Freedom, Chicago: University of Chicago Press, pág. 195.

5 Ibíd., pág. 128.

6 El Instituto de Asuntos Económicos de Londres (IEA) es considerado como uno de losprincipales �think - tanks� de la nueva derecha.

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personales (...) Pero la igualdad en cuanto a la recompensa es otra cosa. Ésta debeobjetarse casi por completo (...) No me parece que la desigualdad en la recompensa,que resulta del mercado, deba preocupar mucho a las personas de buen sentido (...)La igualdad en cuanto a la propiedad sería no sólo indeseable sino imposible7 .

Los principales ideólogos neoliberales dan un paso adelante en lasolución del viejo dilema de la libertad frente a la igualdad. No sóloaceptan la desigualdad como resultado ineludible de la preservaciónde la libertad individual, sino que también destacan abiertamente elpapel positivo que en lo económico y lo social ésta ha desempeñado ysigue haciéndolo. Friedman se refiere a la función de la desigualdad�como proveedor de un foco independiente para contrarrestar lacentralización del poder político�, ya su papel como promotora de lalibertad civil al �suministar empresarios (patrons) que financien ladiseminación de ideas impopulares o simplemente novedosas�8 .

Las formulaciones de Von Mises con respecto a la desigualdad sebasan en similares supuestos económicos y políticos. Su argumenta-ción descansa en dos planteamientos principales. El primero, que éstaes necesaria para el crecimiento económico y la eficiencia: �Los nuevosricos son los precursores del progreso económico�9 . La desigualdad enla riqueza y el ingreso es defendida entonces como uno de los rasgosesenciales de la economía de mercado: su función es suministrarincentivos al individuo para que obtenga lo mejor de sus habilidadesy oportunidades, cualesquiera que sean. De la misma manera, elpensador austríaco cree que el igualitarismo ha menoscabado cons-tantemente la función de la desigualdad como motor de acumula-ción de capital. También ha transferido el poder de los consumidoresal Estado.

En este sentido, piensa que incluso las grandes desigualdades sonpreferibles a una menor eficiencia económica. La segunda justificaciónde la desigualdad deriva de la anterior: el poder que el individuo ricoposee actúa siempre como un control para el poder político del Estado.

Si la desigualdad puede ser justificada en términos económicos ypolíticos, para estos pensadores el problema de la justicia social está porfuera de toda consideración. Como lo señala Hayek,

7 Citado por Nick Bosanquet. After the New Right, Heinemann, Londres, 1983, pág. 10.

8 Friedman, Capitalism, pág. 168.

9 Ludwing Von Mises. Human Action: A Treatise on Economics, Chicago: H. Regnery Co., 1966,pág. 808.

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Al igual que la mayoría de los intentos que se hacen para lograr un fin inalcanzable,la lucha por la justicia social traerá también consecuencias muy indeseables y, enparticular, llevará a la destrucción del ambiente indispensable en el que los valoresmorales, tales como la libertad personal, pueden florecer(...) Ello se debe a que enun sistema en el cual a cada uno se le permite utilizar su conocimiento para suspropios propósitos, el concepto de �justicia social� carece necesariamente designificado, puesto que en él la voluntad de nadie puede determinar los ingresosrelativos de las distintas personas, o impedir que ellos dependan en parte del azar10 .

En su opinión, el término mismo de �injusticia� implica que alguienha sido injusto, lo cual resulta por completo inconcebible. La distribu-ción de los bienes materiales en una sociedad libre es vista como elresultado lógico de la operación del mercado. Hayek piensa que si sele permite al mecanismo del �libre mercado� actuar por sí mismo, ésterecompensará a los individuos conforme a su contribución productiva,generándose así una distribución naturalmente justa. De acuerdo conNick Bosanquet, para Hayek la justicia tiene que ver con la fijación de�unas claras reglas generales dentro de las cuales el orden espontáneopuede evolucionar, y no con garantizarles justicia a las personasparticulares�11. O sea que, en la medida en que las reglas sean respeta-das, cualquier resultado podrá considerarse justo.

Por su parte, para Nozick, una distribución justa es cualquiera queresulte del proceso de libre intercambio12. Como líder de los libertarios,considera que la libertad individual debe ser la preocupación funda-mental, y la única legítima, de cualquier sociedad justa; por supuestoque ésta debe ser también la más importante consideración en losasuntos políticos13. Parafraseando a Marx, señala lo siguiente: �De cadaquien según lo que elija hacer, a cada quien según lo que haga por símismo y lo que otros hagan por él y elijan darle de lo que antes les hasido dado�. En la misma medida, se pregunta por qué razón alguiendebe creer que tiene derecho a un ingreso para subsistir simplementeporque lo necesita, si para proveérselo es preciso coartar la libertad deotros14.

Milton y Rose Friedman aducen que la desigualdad es no sólo elresultado de la operación del mercado, sino también el producto de una

10 Frederick Hayek. The Mirage of Social Justice, Chicago: University of Chicago Press, 1976,págs. 67-69.

11 Bosanquet, After, pág. 9.

12 Citado en Paul Jeffrey, Reading Nozick: Essays on Anarchy, State and Utopia, New Jersey:Rowman & Littlefield, 1981, pág. 325.

13 Ver Jan Naverson, The Libertarian Idea, Philadelphia: Temple University Press, 1988, pág. 7.

14 Ibíd., pág. 160.

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escogencia personal. Su menosprecio de las condiciones económicas ysociales que restringen las posibilidades de elección y las oportunida-des para la gran mayoría de las personas es muy claro en el siguienteaparte:

Nuestras decisiones acerca de cómo usar nuestros recursos, de si trabajamos duroo no, si nos inclinamos por una ocupación o la otra, si nos dedicamos a una empresao a otra, si ahorramos o gastamos, determinan si nosotros dilapidamos nuestrosrecursos o los mejoramos e incrementamos (...) Un hombre bien puede preferir untrabajo rutinario, con mucho tiempo libre para descansar al sol, en lugar de untrabajo más estricto, que pague un mejor salario; otro hombre puede preferir locontrario (...) Los individuos escogen sus ocupaciones, inversiones y demás, enparte de acuerdo a su gusto por la incertidumbre15.

Estas afirmaciones representan un desarrollo de la vieja tradiciónliberal que ha intentado explicar problemas sociales tales como lapobreza y el desempleo con base en actitudes personales, culturales ypsicológicas. Los pensadores neoliberales han resucitado esta viejaconcepción, que pasa por autores como Malthus y Max Weber. Su rasgoesencial consiste en hacer a los pobres responsables de sus penuriaseconómicas, lo que es tanto como culpar a las víctimas de un delito quese cometa contra ellas. En su crítica a la Escuela de Chicago, Robert A.Solo se refiere en los siguientes términos a la reutilización del viejoargumento malthusiano por parte de los teóricos del neoliberalismo:

La miseria de las clases bajas era una necesidad social, por cuanto de otra maneralos pobres se reproducirían hasta el punto de llevar a toda la sociedad al borde dela hambruna. Ese mismísimo argumento sería utilizado una y otra vez para explicarel fracaso de los regímenes coloniales y de los programas de desarrollo económicoen la India, Latinoamérica y en cualquier otro lugar16.

Un resultado lógico de los argumentos neoliberales en favor de ladesigualdad es la defensa de la concentración del ingreso. Entre lasmedidas prácticas que recomiendan sus propagadores están la aboli-ción del impuesto a las grandes compañías, así como del impuestoprogresivo. Milton y Rose Friedman sostienen que la exención tributariaa los sectores más ricos refuerza los mercados de capital, estimula eldesarrollo de las empresas y promueve una efectiva competencia. Ensus propias palabras, los funcionarios de las compañías no debenaceptar una responsabilidad social diferente a la de producir tanto

15 Milton y Rose Friedman. Free to Choose: A Personal Statement, New York: Harcourt BraceJovanovich, pág. 162.

16 Robert A. Solo. �Neoclasical Economics in Perspective�, en Warren J. Samuels, (comp.), TheChicago School of Political Economy, Chicago: Association for Evolutionary Economics andDivision of Research, Graduate School of Business Administration, 1976, pág. 43.

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dinero para sus accionistas como sea posible17. Por su parte, VonMises sostiene que los grandes ingresos obtenidos por los �empre-sarios más eficientes� son el resultado de su respuesta a la demandapública18.

Tales planteamientos han servido de inspiración a las políticasneoliberales. Diversas reformas puestas en práctica en todaLatinoamérica, como la reforma laboral y las de salud y seguridadsocial, han representado enormes beneficios para los grandes conglo-merados financieros, que han disfrutado de exenciones tributarias y demuchos otros incentivos.

2. LA ELIMINACIÓN DE LA FUNCIÓN SOCIALDEL ESTADO Y LA OPOSICIÓN ASUS POLÍTICAS REDISTRIBUTIVAS

En forma paralela a la reducción de la actividad económica del Estado,el credo neoliberal pregona la supresión de su función social. Esta ideaestá profundamente arraigada en la noción del liberalismo clásico deun Estado �guardián� mínimo, cuya única función sea la protección delos individuos y de su propiedad, dejándolos en libertad para realizarsus proyectos privados. De acuerdo con los esposos Friedman, elgobierno es esencial para la realización de dos funciones: �como foroque determine las reglas del juego y como árbitro que interprete yaplique las reglas que se acuerden�19. Estas son funciones que elmercado no puede desempeñar por sí mismo. Hayek, a su turno,concibe el Estado como un departamento de mantenimiento en unafábrica. Su objetivo no es producir ningún servicio o producto enparticular para que lo consuman los ciudadanos, sino más bien �vigilarque el mecanismo que regula la producción de esos bienes y serviciossea preservado en funcionamiento y orden�20. Con argumentos simila-res, Paul Nozick sostiene que el Estado mínimo es el más extenso cuyaexistencia podría justificarse; así, cualquier Estado más grande repre-senta una violación de los derechos de la gente. Para Buchanan, elEstado esencial es también un Estado mínimo, �restringido enorme-mente, si no por completo, a la protección de los derechos individuales

17 Friedman y Friedman, op. cit., pág. 132.

18 Von Mises, op. cit., pág. 287.

19 Friedman y Friedman, op. cit., pág. 15.

20 Frederick Hayek. The Political Order of a Free People, Londres: Routledge and Kegan Paul,1973, pág. 47.

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de las personas y de la propiedad, así como a hacer cumplir contratosprivados voluntariamente negociados�21.

La eliminación de la función social del Estado va en contra de la tarea�redistributiva� que le ha asignado la corriente rousseauniana dentrode la tradición liberal. La primera manifestación concreta de estacorriente fue el surgimiento del Estado del bienestar en la Alemania deBismarck durante la década de 1880. Su objetivo fue frenar el ascensodel movimiento obrero y del socialismo en Alemania, mediante lallamada reforma social: la aprobación de algunas leyes de seguro porenfermedad y accidente para los trabajadores, que si bien introdujeronalgunas mejoras a la situación de éstos, en manera alguna representa-ron un cambio sustancial en las condiciones de explotación capitalista.Posteriormente, este modelo fue adoptado en forma generalizada porlos países capitalistas avanzados a partir de la tercera década de estesiglo. Correspondió a la puesta en práctica de las políticas keynesianas,encaminadas a fortalecer la función económica y social del Estadocomo una forma de superar la aguda crisis en que se encontraba elcapitalismo. En Latinoamérica esta tendencia se expresó en el modelode la CEPAL y en lo que algunos estudiosos de la región han catalogadocon no mucha precisión como �períodos incorporadores�22.

Si dentro de la lógica neoliberal debe abolirse el papel social delEstado, entonces, ¿qué queda para atenuar las penurias económicas delos sectores sociales más necesitados y así preservar el �orden social�?De acuerdo con Von Mises, el capitalismo trabaja de dos maneras paraaliviar la miseria:

Primero, mediante su indudable capacidad para generar riqueza, eleva el nivel devida de todos, excepto en el improbable caso de que todo el incremento en la riqueza quedeen poder de la minoría de los más ricos; segundo, el aumento de la riqueza hace posibleque el altruismo alcance su mayor efectividad, mediante lo cual se podrá dar alivioa la pobreza23.

21 James M. Buchanan, Robert D. Tollison y Gordon Tullock, (comps.), Toward a Theory of theRent-Seeking Society. College Station, TX: Texas A & M University Press, 1980, pág. 9. Unaposición extrema dentro del pensamiento neoliberal es la defendida por los llamadosanarco-libertarios, partidarios de otorgarle al sector privado incluso el desempeño defunciones tan importantes como la administración de justicia y la vigilancia. Pregonan laabolición total de los impuestos, por considerarlos un robo. Ver David G. Green, The NewRight: The Counter - Revolution in Political, Economic and Social Thought. Londres: WheatsheafBooks, 1987, pág. 34.

22 Ruth Berins Collier y David Collier. Shaping the Political Agenda: Critical Junctures, The LaborMovement, and Regime Dynamics in Latin America, Princeton, N.J.: Princeton University Press,1991.

23 Von Mises, op. cit., pág. 96 (la cursiva es mía).

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El empresario exitoso, explica Hayek, es conducido por la �manoinvisible� del mercado para que traiga el alivio de las comodidadesmodernas a los hogares más pobres que él mismo ni siquiera conoce.Así, atendiendo a su propio interés, puede beneficiar a más personasque si concentrase sus esfuerzos en mejorar la suerte de personasconocidas.

Sin embargo, los pensadores neoliberales se ven forzados a recono-cer que el mercado, por sí mismo, no mitiga las difíciles condiciones delos más pobres. La caridad aparece como el mecanismo para lograrloy, de hecho, como el recurso más deseable. Pero de ninguna manera elEstado puede forzar a los individuos a practicarla. Según Nozick, �unaredistribución de los ingresos que no sea voluntaria es inaceptable, porcuanto viola los derechos de aquellos individuos cuyos ingresos sonredistribuidos�24. Ello queda entonces al libre albedrío de los opulen-tos, como lo afirma también Peter Singer:

Los ricos están en su derecho de conservar todo lo que tienen y de botar lo que nopuedan usar al alcantarillado; pero también tienen derecho a repartirlo todo, porlo que es indudable que los generosos y caritativos regalarán algo25.

La aceptación por parte del credo neoliberal de la necesidad dealiviar la miseria de los sectores más pobres se expresa en los diversosprogramas de asistencia y en los fondos de emergencia social impulsa-dos por los regímenes latinoamericanos actuales. Pero estos programasno responden a una iniciativa de los mandatarios de la región. Lacreciente preocupación de las instituciones financieras internacionalesy de los países poderosos ante los posibles efectos sociales de unasituación social cada vez más explosiva los ha llevado a establecercomo prioridad la necesidad de mitigar la penuria de los sectores másempobrecidos.

De otro lado, el argumento en favor de la eliminación de la funcióneconómica y social del Estado se basa en el supuesto de su ineficiencia.Hayek considera que la acción pública producirá resultados nega-tivos la mayoría de las veces, mientras que la actividad privada casisiempre servirá los intereses del �orden espontáneo�. En sus pro-pias palabras:

24 Samuel Scheffler. �Natural Rights, Equality, and the Minimal State�, en Paul Jeffrey, ReadingNozick, pág. 43.

25 Peter Singer. �The Right to be Rich or Poor�, en Paul Jeffrey, op. cit., pág. 43.

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Si bien es cierto que cuando el individuo busca sus propios intereses por lo generalle sirve al interés general, cuando los grupos organizados emprenden accionescolectivas, éstas se oponen casi sin excepción al interés general26.

Los Friedman se refieren también a la necesidad de reducir eltamaño y el papel del Estado y del gobierno como una forma de servirlemejor al �interés general�. Creen ellos que entre más pequeño sea elgobierno y menores las funciones que se le asignen, hay menor posibi-lidad de que sus acciones reflejen �intereses especiales en lugar delinterés general�. Por el contrario, �en la medida en que el papel delgobierno aumenta, la conexión entre la gente que gobierna y la que esgobernada se atenúa�27. Así, el progreso se produce sólo cuando sealcanza y conserva la libertad económica de los individuos. Si ello nose logra, las demás libertades civiles y políticas se desvanecen.

Una formulación más reciente de los argumentos en contra delpapel económico y social del Estado es la de Robert Lucas, a quien seconsidera heredero de la Escuela de Chicago. Obtuvo el Premio Nobelde Economía en 1995 con la teoría de las expectativas racionales. Deacuerdo con esta teoría, el gobierno no logra sorprender a las personascuando adopta medidas de política económica. La gente, mejor infor-mada de lo que se cree, anticipa las acciones y efectos de las políticas delEstado y las hace inefectivas28.

La llamada Escuela Virginiana de Elección Pública (Public Choice),inspirada en la obra del economista neoclásico Knut Wicksell sobre lasfinanzas públicas, desarrolla un intento similar de aplicar la �eficienciadel mercado� a la actividad política y a la relación entre la esfera públicay la privada. El resultado, según Buchanan, su máximo representante,es una comprensión crucial de las causas de los fracasos gubernamen-tales. De acuerdo con este autor, las acciones del Estado reflejan losintereses de políticos individuales y no los intereses colectivos de lasociedad. Los actores políticos son agentes tan interesados como lo sonlos actores en el mercado. La política es concebida así como �unescenario en el que los intereses compiten por persuadir (o inclusoforzar) a aquellos que ejercen el poder político, para que legislen oadministren reglas en su favor�29.

26 Hayek, op. cit., pág. 38.

27 Friedman y Friedman, op. cit., pág. 294.

28 Luis Eduardo Rosas. �¿Por qué Chicago? Porque no hay almuerzo gratis�, Portafolio, Bogotá,23 de octubre de 1995, pág. 20.

29 James M. Buchanan, Robert D. Tollison y Gordon tullock, Toward a Theory, 1980, pág. 204.

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Como lo expresa el mismo Buchanan,

La pregunta que nos interesa formular con respecto a cualquier orden socialparticular es si las reglas que rigen las acciones individuales son concebidas de talmanera que puedan transformar las acciones que emprenden las personas eninterés propio en resultados que le sirvan a los intereses de otros. Sabemos que estacuriosa alquimia es una función del mercado, activado por la mano invisible: bajociertas condiciones más o menos definidas, el interés privado se convierte en interéspúblico30.

La Teoría de la Elección Pública parte del supuesto de que losfuncionarios públicos son maximizadores racionales. La relación deintercambio entre estos funcionarios y quienes los apoyan es presenta-da como la esencia del Estado. Los primeros pueden distribuir recursosdirectamente a los segundos (subsidios, préstamos baratos, empleos,contratos, servicios públicos), al tiempo que pueden utilizar su autori-dad para generar rentas, restringiendo la habilidad de las fuerzas delmercado para operar31. De esta manera, en la medida en que el podereconómico y las prerrogativas del Estado puedan ser disminuidos, selogrará más eficiencia en sus funciones. Por lo tanto, la esfera de accióndel Estado debe reducirse a un mínimo y su control burocrático deberemplazarse por los mecanismos del mercado donde sea posible. Laidea de que el sector público es ineficiente per se, en tanto que el sectorprivado es exactamente lo contrario, constituye uno de los elementoscentrales del credo neoliberal. Esta noción, tan promocionada, le haservido de justificación teórica a la política de privatizaciones y a lallamada desregulación de la actividad económica, que están teniendolugar en el mundo entero, pero en especial en los países subdesarrolla-dos.

Lo cierto es que en los eventos que tienen lugar en la economíaglobal, el Estado de los países poderosos sigue desempeñando unafunción preponderante en la búsqueda de mercados para las com-pañías del respectivo país. Evidentemente, una tarea tan importan-te no puede ser encomendada a las fuerzas del mercado. Al respecto,Callinicos señala que si bien es cierto que los resultados de losgobiernos de Reagan y Thatcher han sido presentados como pro-ducto de la función central asignada al sector privado, en realidadfueron lo contrario. En ambos casos el Estado intervino decidida-mente para favorecer a los grandes conglomerados del respectivo

30 Buchanan. The Economics of Politics, Londres: Institute of Economic affairs, 1972, pág. 388.

31 Peter Evans. �Predatory, Developmental, and Other Apparatuses: A comparative PoliticalEconomy Perspective�, Sociological Forum, 4:4, 1989, pág. 138.

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país32. Ello contradice el clamor neoliberal sobre el fin del papel delEstado en el plano económico y social y lo pone en su justa medida: esel Estado de los países del Tercer Mundo el que se debilita para facilitarel desplazamiento a nivel mundial de las grandes multinacionales delos países poderosos y la intervención de las potencias en los asuntosinternos de las naciones subdesarrolladas.

Tanto la defensa de la desigualdad como la oposición a cualquierintento redistributivo por parte del Estado, que identifican al pensa-miento neoliberal, han sido cuestionados por otras corrientes de pen-samiento. El marxismo concibe las relaciones sociales de producción deuna sociedad dada como la base de su estructura de clases. La propie-dad privada de los medios de producción es entendida como la causafundamental de desigualdad dentro de la sociedad capitalista. Por ello,la desigualdad es inherente al capitalismo mismo. La contradicciónentre producción social y apropiación privada es la fundamental en lasociedad capitalista33.

En la concepción marxista, ningún tipo de reforma o de políticaredistributiva puede alterar la desigualdad fundamental del capitalis-mo: los dueños de los medios de producción explotan a quienes no losposeen. En la misma medida, no existe contradicción alguna entre losconceptos de libertad e igualdad. Una verdadera libertad no puedeejercerse sin una igualdad real. Para ser verdaderamente libre, losindividuos en la sociedad deben poseer por igual los medios necesariospara ejercitar esta facultad. Lejos de oponerse a la libertad, la igualdades su condición necesaria34.

El estructuralismo y el neoestructuralismo, en sus versiones latinoa-mericanas, cuestionan también los supuestos neoliberales sobre lafunción de la desigualdad y la negación del papel redistributivo delEstado. Aunque el pensamiento estructuralista comprende una gran

32 Alex Callinicos. Contra el Posmodernismo: una crítica marxista, Bogotá: El Áncora Editores,1990, pág. 268.

33 Como lo afirma Marx, �Decir que los intereses del capital y los intereses de los obreros son losmismos equivale simplemente a decir que el capital y el trabajo asalariado son dos aspectos de unamisma relación. El uno se halla condicionado por el otro, como el usurero por el derrochador yviceversa (...) incluso la situación más favorable para la clase obrera, el incremento más rápido posibledel capital, por mucho que mejora la vida material del obrero, no suprime el antagonismoentre sus intereses y los intereses del burgués, los intereses del capitalista. Ganancia y salarioseguirán hallándose, exactamente lo mismo que antes, en razón inversa �Trabajo asalariadoy capital� en C. Marx y F. Engels, Obras Escogidas, Moscú: Progreso, 1973, págs. 81-86.

34 Manley. �Neo-Pluralism...�, págs. 376-377.

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variedad de teorías y enfoques, su versión más importante en la regiónes el pensamiento cepalino. El neoestructuralismo, proveniente delestructuralismo, pretendió inicialmente mostrarse como una alternati-va a la generalización del modelo de economía de mercado en todaLatinoamérica. Para tal fin, sus defensores concibieron los llamadosprogramas heterodoxos de estabilización, tendientes a minimizar loscostos sociales y el daño a los aparatos productivos, resultantes de losprogramas de corte ortodoxo. Ante el fracaso económico de aquellosplanes, se fueron plegando cada vez más a los principios neoliberales,aunque cuidándose de no admitirlo y de enfatizar en las diferenciasteóricas entre los dos modelos. Han intentado formular políticas ten-dientes a amainar el enorme impacto social y económico de las medidasneoliberales sobre la población. En este sentido, se han mostradopartidarios de que el Estado asuma limitadas funciones redistributivas.Sin embargo, para efectos prácticos, no existen diferencias fundamen-tales entre los programas económicos ortodoxos y los heterodoxos.Ante la carencia de una alternativa al modelo neoliberal, los defensoresdel neoestructuralismo se han acomodado al movimiento generaliza-do hacia las economías de mercado y la privatización35. Es claro,entonces, que el cuestionamiento del neoliberalismo por parte delneoestructuralismo es más formal que de contenido.

3. LA DEIFICACIÓN DEL MERCADO

En la perspectiva de los pensadores neoliberales, la �mano invisible�del mercado desempeña el papel fundamental en el desarrollo econó-mico y social. Los miembros de la Escuela de Austria parecen otorgarleuna función más amplia al mercado que sus colegas de la Escuela deChicago, a quienes por lo general se les atribuye una preocupación másrelacionada con los asuntos económicos. Alexander H. Shand señalaque una de las diferencias fundamentales entre Friedman y Hayek esque el primero no le confiere una atención suficiente al mercado comoprocedimiento descubridor. Shand menciona igualmente la idea deHayek de que en un mercado competitivo, �no sólo es cierto que losproductores compiten para satisfacer la demanda del público, sino que

35 Como lo afirma Patricio Meller, �La mayoría de los economistas latinoamericanos, incluidoslos de la CEPAL, están convencidos ahora de que la llamada orientación hacia fuera debe serla estrategia de desarrollo. La única diferencia real de criterio se refiere al conjunto demedidas económicas que se requieren para poner en práctica tal estrategia�. Meller, �IMFand World Bank Roles in the Latin American Foreign Debt Problem�, en Patricio Meller(comp.). The Latin American Development Debate: Neostructuralism, Neomonetarism andAdjustment Process, Boulder: Westview Press, 1991, pág. 191.

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también lo hacen para persuadir a los individuos de la existencia de untipo de valores que son nuevos y diferentes�36.

En el pensamiento neoliberal hay una clara mistificación del papeldel mercado. Como lo afirma Hayek, �las fuerzas del mercado sonimpersonales y los hombres con frecuencia no pueden entenderlas. Elprogreso depende de que los hombres le otorguen al mercado unadeferencia incuestionada�37. Esta noción del mercado como una fuerzaimpersonal, neutral y misteriosa resulta muy útil para comprender elpapel fundamental desempeñado por los tecnócratas en la puesta enpráctica del modelo neoliberal en Latinoamérica.

Hayek sostiene que la operación del mercado debe considerarsecomo un juego creador de riqueza, que él denomina �catalaxia�. En suspropias palabras:

�Catalaxia� es un término utilizado para describir el orden resultante del ajustemutuo de varias economías particulares en el mercado (...) Catalaxia es un tipoespecial de orden espontáneo producido por el mercado, por el conducto depersonas que actúan de acuerdo a las reglas de propiedad y contrato38.

El orden espontáneo de la �catalaxia� depende de reglas abstractas,que nos ayudan a enfrentarnos a circunstancias desconocidas. Lamente humana puede, en realidad, funcionar exclusivamente dentrode estas reglas abstractas, por cuanto para ella no es posible generalizarcon base en muchos casos particulares. Hayek presenta el mercadocomo un sistema de información sin paralelo: los precios, los salarios ylos beneficios son mecanismos que distribuyen entre los agentes econó-micos información que de otra manera no pueden conocer, por cuantola totalidad de los hechos económicamente significativos es inabarcablepor la mente humana. La intervención estatal es nociva porque haceque la red de información del sistema de precios emita señales engaño-sas. Sin embargo, Hayek piensa que no es claro por qué, en formaconstante, algunos siguen siendo más afortunados que otros al adivi-

36 Ver Alexander H. Shand. Free Market Morality: The Political Economy of The Austrian School,Londres: Routledge, 1990 pág. 153. refiriéndose al mismo pensador, en su análisis sobre elexperimento neoliberal en Chile, Patricio Silva afirma: �Su libro El camino de la servidumbrele proporcionó a los Chicago Boys las bases teóricas y doctrinarias para expandir elpensamiento neoliberal de la esfera económica a la política y social�. (P. Silva, �Technocratsand Politics in Chile: from the Chicago Boys to the CIEPLAN Monks�, en Latin AmericanStudies 23, Londres, 1991, pág. 395.

37 Hayek. The Sensory Order: An Inquiry into the Foundations of Theoretical Psychology, Londres:Routledge & Paul, 1952, pág. 7.

38 Hayek. The Mirage, págs. 108-109.

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nar el decurso de ese orden espontáneo. De todas maneras, piensa quepor el interés general debe asumirse que el éxito pasado de algunaspersonas aumentará la posibilidad de que en el futuro ese éxitocontinúe, por lo que vale la pena inducirlos a que sigan asegurándolo.

Los pensadores neoliberales sostienen que la mano invisible de lasinteracciones del mercado generará resultados que tienden a reprodu-cirse a sí mismos. Como las personas escogen conforme a sus preferen-cias, y como es poco probable que estas preferencias cambien muyrápidamente, entonces los resultados económicos mismos permanece-rán relativamente estables. Este análisis se aplica a los efectos deltrabajo y por ende, a la condición económica y social de las personas.Así, por ejemplo, si las diferencias en salarios persisten, ello se debe ala acción del mercado y a la escogencia de las personas.

Pero estos pensadores ponen mucho énfasis en la armonía y mutua-lidad de intereses, resultantes ambas de la economía de mercado. Lasdos partes, en ambos lados del intercambio, se benefician mutuamente.Ganamos de acuerdo a lo que valemos en el mercado y lo que valemosdepende principalmente de lo que hayamos invertido en nosotrosmismos. Los pobres han escogido libremente invertir muy poco en supropia capacitación. Por eso, ellos merecen lo que ganan y ganan lo quemerecen.

Basados en los aportes de Adam Smith, Milton y Rose Friedmanafirman que el �sistema de precios� es el mecanismo que permiteintercambios voluntarios entre las partes, �sin pedirle a las personasque se hablen entre sí o que simpaticen unas con otras�39. Este sistemadesempeña tres funciones en la organización de la actividad económi-ca: primero, los precios transmiten información; segundo, proporcio-nan el incentivo para hacer el mejor uso posible de los recursosdisponibles; y tercero, determinan la distribución del ingreso. Paraacentuar aún más el carácter misterioso del mercado, afirman que elsistema de precios trabaja tan eficientemente, que la mayor parte deltiempo no somos conscientes de ello. �Nunca nos damos cuenta decómo funciona de bien hasta cuando se impide su funcionamiento, eincluso entonces, rara vez reconocemos dónde se origina el proble-ma�40. Es claro que al deificar el mercado y exagerar la importancia desu funcionamiento, los ideólogos neoliberales intentan proporcionar

39 Friedman y Friedman. Free to Choose, pág. 13.

40 Ibíd., pág. 13.

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una justificación �técnica� y �neutral� a la existencia de la desigualdadeconómica y social.

La presunción de que a nivel global opera el libre mercado descono-ce el rasgo fundamental de la moderna sociedad capitalista: el predo-minio de monopolios que controlan el comercio, y por tanto, lainexistencia de la libre concurrencia. Para Friedman, la presencia de lasgrandes corporaciones no cambia la situación. En ello se identificaclaramente con el enfoque pluralista, tan defendido por Max Weber ypor autores como Robert Dahl, en el caso de la ciencia política. Esteúltimo sostiene que los propietarios ejercen un control tan escaso sobrelas grandes corporaciones, que es virtualmente un factor sin importan-cia41. Por su parte, Friedman afirma que los monopolios de la industriason poco importantes desde el punto de vista de la economía como untodo. En el siguiente aparte, es claro el intento de minimizar suimportancia:

Nos referimos vagamente a las �ganancias de las corporaciones� o de los negocios.Ello es lenguaje figurativo. Las corporaciones son sólo intermediarias entre lospropietarios, los dueños de las acciones, y los recursos diferentes al capital de losaccionistas, que son comprados por el capital.

Simplemente, las ganancias no son lo suficientemente grandes (...) Las ganancias delas corporaciones, que es lo que los dirigentes sindicales siempre atacan, represen-tan menos del 10 por ciento de los ingresos nacionales y ese porcentaje es antes depagar impuestos. Después de pagarlos, las ganancias de las corporaciones equiva-len al 6 por ciento de los ingresos nacionales42.

Friedman cree que cuando las �condiciones técnicas� hacen que elmonopolio sea el resultado lógico de la competencia de las fuerzas delmercado, un monopolio privado es siempre preferible a uno público oa uno sindical. ¡No hay duda de que los teóricos neoliberales sonbastante selectivos en su visión sobre la naturaleza y el impacto de losmonopolios.

Tanta fascinación con las grandes corporaciones, expresada en ladefensa entusiasta de su papel también está presente en otros ideólogosneoliberales. Hayek, por su parte, afirma que los verdaderos explota-dores de la sociedad contemporánea no son capitalistas o empresariosegoístas, sino las organizaciones que derivan su poder del apoyo moralque les brinda la acción colectiva y el sentimiento de lealtad de grupo

41 Manley. �Neo-Pluralism�, pág. 373.

42 Friedman y Friedman. Free to Choose, pág. 234.

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(léase los sindicatos y organizaciones populares)43. Otro pensador,defensor de los principios libertarios, clasifica los monopolios en dosgrupos principales: los primeros son los impuestos o artificiales, en losque existen proveedores únicos de bienes y servicios porque el gobier-no no permite que otros los suministren. Los segundos son los mono-polios naturales, que resultan cuando una empresa privada, en virtudde que sus productos son superiores, sus operaciones más eficientes, suposición más favorable para aprovisionarse de recursos, o de la negli-gencia de los competidores potenciales, termina apoderándose de todoel negocio. Este tipo de monopolio debe ser apoyado44.

Por último, en su aguda crítica a la Escuela de Chicago, Warren I.Samuels hace las siguientes afirmaciones, que ilustran muy bien lafalacia de los supuestos de la libre competencia:

Doscientos años de cambios en el mundo económico resultan ser completamenteirrelevantes para la teoría económica de la Escuela de Chicago. No existen losRockefeller, las multinacionales, el imperialismo; la destrucción ambiental; sóloexisten muchos pequeños compradores y vendedores, que hacen intercambiosentre sí, maximizando su libertad y bienestar económico. Esta visión del mundopuede ser hermosa, pero es sólo una visión (...) El poder es necesario para llevar almercado nuevos productos, obtener los favores del gobierno y competirinternacionalmente. La General Motors, la ITT y la IBM tipifican la firma represen-tativa de hoy en día y no el vendedor de periódicos de la esquina45.

3. VALIDACIÓN DEL SUBJETIVISMOCOMO CRITERIO DE VERDAD

En términos generales, el subjetivismo sostiene que la experienciaprivada del individuo es el único fundamento para conocer el mundo.En el campo de la economía, este enfoque fue planteado por primeravez en la teoría marginalista del valor, desarrollada por Jevons, Mengery Walras en la década de 1870. Ellos sostuvieron que el valor de losbienes y servicios no podía ser calculado objetivamente porque depen-día de las necesidades e intereses de los individuos particulares. Así,éstos adoptan sus decisiones económicas de manera subjetiva. Dichanoción se opone a la teoría del valor, formulada por primera vez porDavid Ricardo y John Locke. Al determinar que el valor de los bienesdepende de la cantidad de trabajo utilizada en su producción, estateoría establece una forma objetiva de fijar dicho valor. La teoría del

43 Hayek. The Political Order, pág. 93.

44 Naverson. The Libertarian Idea, pág. 202.

45 Warren J. Samuels. The Chicago School, pág. 89.

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valor fue perfeccionada posteriormente por Marx, con el fin de propor-cionarle una base científica al análisis del funcionamiento de la socie-dad capitalista. Lo que resulta más paradójico es que los que aboganpor el neoliberalismo en sus diferentes versiones proclamen el regresoa los principios defendidos por los pensadores del liberalismo clásico,al tiempo que rechazan su teoría del valor.

El subjetivismo es también uno de los rasgos esenciales de la Escuelade Austria. Para Von Mises, nuestra clasificación del mundo se basa enciertos conjuntos de percepciones mentales, un orden de cualidadessensoriales que no corresponden al mundo exterior. En la mismaforma, la acción social es guiada por la opinión, que a su turno, es fijadapor los pensadores e intelectuales. En lo que respecta al papel prepon-derante que desempeña el subjetivismo en la actividad económica ysocial, estos pensadores van incluso más lejos que sus colegas de laEscuela de Chicago. Milton Friedman sugiere que no es necesarioverificar los supuestos iniciales de los que se parte, en la medida en quelas deducciones que se desprendan de ellos puedan ser demostradassatisfactoriamente. Von Mises, por su parte, descarta por completo laverificación empírica de los supuestos, señalando que su corrección ono corrección puede establecerse sólo mediante la razón.

En la validación del subjetivismo como criterio de verdad, lospensadores neoliberales coinciden plenamente con los teóricos delposmodernismo. Para estos últimos, no existe un patrón general sobreel cual fundamentar la concepción de una teoría verdadera o de unasociedad justa: fragmentación, indeterminación, irracionalismo y unaintensa desconfianza hacia todos los discursos universalizadores ototalizadores, aparecen como sus rasgos fundamentales46. En palabrasde Portes y Kincaid,

El posmodernismo se aplica a un diverso cuerpo de crítica cultural y socialunificado por un sentimiento compartido de oposición a los significados estableci-dos y a las teorías relacionadas con la modernidad o con el modernismo47.

Para Jean Francois Lyotard, considerado su principal exponente, loposmoderno es �la incredulidad con respecto a los metarrelatos�.Foucault y Derridá, conocidos como los posestructuralistas, niegantoda coherencia e iniciativa al sujeto humano, sostienen que el discurso

46 Ver David Harvey. The Condition of Postmodernity, Oxford: Basil Blachwell Inc., 1988, pág. 9.

47 Alejandro Portes y Douglas Kincaid. �Sociología en los años 90: desafíos críticos y tendenciasempíricas�, en Portes y Kincaid (comp.), Teorías del desarrollo nacional, San José: EDUCA,1990, págs. 20-21.

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carece de objetividad, y que no es posible articular la oposición alpoder. Es cierto que el poder suscita una oposición, una resistencia,pero ésta es fragmentaria y descentralizada, señala Foucault48. Elposmodernismo retorna a los análisis de tipo cultural, proporcionán-dole una mayor importancia a los signos y manifestaciones culturalesque a la producción material. Así, pregona que la realidad social debeser interpretada exclusivamente desde el análisis del discurso o de lacomunicación.

Desde una perspectiva crítica a la posmodernidad, Jürgen Habermasinsiste en que todavía es posible construir una teoría de la racionalidad.Ésta debe obtenerse a partir de la estructura de la intersubjetividad ymás específicamente, a partir de los supuestos de todo acto de habla, dela aspiración inherente del lenguaje cotidiano hacia un acuerdo racio-nalmente motivado49. La comunicación se inicia sobre la base delreconocimiento del otro como interlocutor válido y se fundamenta enla tolerancia: hay que abrirse a todas las perspectivas. Así, es posiblealcanzar el consenso y llegar a la verdad, entendida como consensoideal. La verdad es, entonces, el resultado del acuerdo y de la coinciden-cia entre quienes participan en el acto de habla, y no el producto de unascondiciones objetivas del mundo. Es decir, la intersubjetividad aparececomo criterio de verdad.

Las connotaciones prácticas de este enfoque subjetivista para elanálisis de los asuntos económicos y sociales son muy importantes. Losdefensores del neoliberalismo justifican las políticas concretas queresultan del modelo con la existencia de principios que supuestamenteson �evidentes por sí mismos�, sin siquiera hacer el menor intento dedemostrarlos. Este desprecio por el rigor científico y el principio deverificación contrasta claramente con el aura de tecnicalidad ycientificidad que se atribuye corrientemente a los tecnócratasneoliberales. Como lo afirma Warren J. Samuels en su crítica a laEscuela de Chicago,

Un mito, el referente a la realidad del sistema del mercado, es en realidad unaabstracción, multifacética y caleidoscópica (...) otros mitos son el supuesto deracionalidad, la doctrina de la soberanía consumidor, la doctrina de la ubicuidady automaticidad de los mercados, el individualismo metodológico, la doctrina dela autonomía del individuo, la premisa sobre la existencia de unos gustos y

48 Citado por Callinicos, Contra, págs. 23 y 28; ver Michel Foucault, Vigilar y castigar: Nacimientode la prisión, México D.F.: Siglo XIX, 1976.

49 Ver Callinicos, op. cit., pág. 200.

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preferencias determinados, la inocencia de los negocios, la idea de un mundo quees fundamentalmente armónico, y así por el estilo50.

Por último, con respecto a estos mismos principios, Wilber y Wismanafirman que cuando la teoría se coloca más allá de cualquier debate, seconvierte en tipo ideal, y cuando ello ocurre, la teoría funciona máscomo un instrumento de prescripción que de descripción de la reali-dad51. No hay duda de que el pensamiento neoliberal tiene fundamen-talmente este propósito prescriptivo. Cuando las institucionesfinancieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional yel Banco Mundial, imponen programas de ajuste basados en estosprincipios a los países del Tercer Mundo, buscan en lo fundamental elafianzamiento y legitimación de un �nuevo orden mundial�, basadosen la expoliación de éstos por parte de las nuevas y viejas potenciaseconómicas del orbe.

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