Construcción de la linea base de información ambiental ...€¦ · administración y...

INSTITUTO DE HIDROLOGÍA, METEOROLOGÍA Y ESTUDIOS AMBIENTALES (IDEAM) INSTITUTO DE INVESTIGACIÓN DE RECURSOS BIOLÓGICOS ALEXANDER VON

HUMBOLDT (IAVH) INSTITUTO DE INVESTIGACIONES MARINAS Y COSTERAS JOSÉ BENITO VIVES

D´ANDREIS (INVEMAR) INSTITUTO AMAZÓNICO DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS SINCHI (SINCHI)

INSTITUTO DE INVESTIGACIONES AMBIENTALES DEL PACÍFICO (IIAP)

CONSTRUCCIÓN DE LA LÍNEA BASE DE INFORMACIÓN AMBIENTAL PARA COLOMBIA

Y ELABORACIÓN DEL DIAGNÓSTICO AMBIENTAL CON CORTE A 2001

LINEA BASE AMBIENTAL FASE I. BORRADOR INFORME FINAL

BOGOTA, D.C. 30 DE JUNIO DE 2003

Proyecto Construcción de la Línea Base de Información Ambiental para Colombia y Elaboración del Diagnóstico Ambiental con corte a 2001

Indicadores de Línea Base Ambiental para Colombia 2

COMITÉ TÉCNICO INTERINSTITUCIONAL Néstor Ortiz Sistema de Indicadores, Instituto Humboldt Juan Carlos Betancourth S. Sistema de Indicadores, Instituto Humboldt Nelly Rodríguez SIG, Instituto Humboldt Armando González INVEMAR Uriel Murcia Instituto Sinchi Gonzalo Arango IDEAM Jesús Eduardo Arroyo IIAP INTERVENTORÍA Diomedes Londoño Maturana Myriam Cecilia Dueñas Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial



CONTENIDO 1 ANTECEDENTES .......................................................................................... 10

1.1 Las iniciativas del Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC) 10 1.2 Iniciativas en el diseño de indicadores ....................................................... 13 1.3 El SIAC y la Línea Base de Información Ambiental para Colombia ............ 16 1.4 Línea Base ................................................................................................. 21

2 MARCO CONCEPTUAL DE LA LÍNEA BASE ............................................... 22 2.1 INDICADORES PARA EL SEGUIMIENTO DE LA POLÍTICA DE BIODIVERSIDAD ............................................................................................... 22

2.1.1 El Modelo de Presión – Estado – Respuesta ...................................... 22 2.1.2 Indicadores de presión ........................................................................ 23 2.1.3 Indicadores de estado del ambiente. ................................................... 23 2.1.4 Indicadores de respuesta. ................................................................... 23 2.1.5 Aspectos específicos de la línea base de la biodiversidad en Colombia 24

2.2 INDICADORES PARA EL MANEJO DE ZONAS MARINAS Y COSTERAS 26

2.2.1 Indicadores para el Ordenamiento Ambiental del Territorio ................ 28 2.2.2 Indicadores de desarrollo sostenible ................................................... 38

2.2.2.1 Gestión y planificación ambiental ................................................. 40 2.2.2.2 Ordenamiento geoecológico ........................................................ 41

2.3 INDICADORES DE LINEA BASE DE INFORMACION AMBIENTAL DE LA AMAZONIA COLOMBIANA ............................................................................... 43

2.3.1 Enfoque ecosistémico ......................................................................... 43 2.3.2 La línea base como apoyo a los procesos de desarrollo sostenible en la Amazonia colombiana. ................................................................................... 48 2.3.3 Una perspectiva moderna de la Gestión ambiental ............................. 50 2.3.4 Gestión ambiental y monitoreo ............................................................ 51 2.3.5 La Línea Base como parte del Monitoreo de la Amazonia .................. 51 2.3.6 Indicadores Ambientales en la Amazonia ............................................ 52

2.4 INDICADORES PARA LA REGION DEL PACIFICO COLOMBIANO ......... 53 2.4.1 Las estaciones ambientales. ............................................................... 56

2.4.1.1 Las estaciones ambientales antes que propiciar respuestas, debe ver las preguntas. ....................................................................................... 57 2.4.1.2 Las estaciones ambientales son dinámicas y pluralistas ............. 57

2.4.2 Indicadores ambientales o de desarrollo sostenible? .......................... 58 2.4.3 Sistema de indicadores ecosistémicos propuestos para la región del chocó biogeográfico. ...................................................................................... 59

2.4.3.1 Fundamentos para la formulación e innovación de indicadores ecosistémicos en la región ......................................................................... 59

3 INFORMACIÓN DEL PROCESO DE DISEÑO DE LA LÍNEA BASE ............. 63



3.1 LOS INDICADORES DE LA LÍNEA BASE AMBIENTAL PARA COLOMBIA 63

3.1.1 Conceptos básicos sobre indicadores ................................................. 63 3.2 EL SISTEMA DE INDICADORES DE LINEA BASE ................................... 64 3.3 PARA QUÉ UNA LÍNEA BASE DEL MEDIO AMBIENTE ........................... 65 3.4 QUIÉNES SON LOS PRINCIPALES USUARIOS DE LA LÍNEA BASE ..... 66 3.5 CRITERIOS DE PRIORIZACIÓN Y SELECCIÓN DE LOS INDICADORES DE LÍNEA BASE ................................................................................................ 66 3.6 ÁMBITO Y ALCANCE DE LOS INDICADORES DE LÍNEA BASE ............. 69 3.7 PROPUESTA DE INDICADORES DE LA LÍNEA BASE AMBIENTAL PARA COLOMBIA ........................................................................................................ 69

4 ESTRATEGIAS A FUTURO ........................................................................... 72 4.1 DE CORTO PLAZO .................................................................................... 72

4.1.1 Estrategia 1: Evaluar, concertar y proponer los ajustes necesarios para la actualización de la línea base de Información ambiental. .......................... 72 4.1.2 Estrategia 2: Nivelar la capacidad institucional para lograr la integración conceptual, técnica y operativa entre el MMA, los institutos de investigación y las CAR´s ....................................................................................................... 73 4.1.3 Estrategia 3: Establecer el marco funcional del SINA en el contexto de línea base (establecimiento de roles, pertinencias temáticas, complementariedades, sinergias y responsabilidades). ................................. 74 4.1.4 Estrategia 4: Generación de un marco conceptual y normativo unificado. ........................................................................................................ 75 4.1.5 Estrategia 5: Definición de políticas para el manejo y acceso a la información de línea base. ............................................................................. 76 4.1.6 Estrategia 6: Proponer un marco de articulación sectorial, intersectorial y regional entre los distintos actores para la construcción conjunta de un sistema de apoyo a la toma de decisiones ambientales. ............................... 77

4.2 DE MEDIANO PLAZO ................................................................................ 78 4.2.1 Estrategia 7: Continuar procesos de investigación e implementación de indicadores Ambientales ................................................................................ 78 4.2.2 Estrategia 8: Evaluar el potencial de los indicadores propuestos como herramienta para la toma de decisiones en el manejo de los recursos ambientales en Colombia ............................................................................... 78 4.2.3 Estrategia 9: Acordar estándares y métodos para la línea base. ....... 79

4.2.3.1.1 .................................................................................................. 79 4.2.4 Estrategia 10: Diseño y construcción colectiva de módulos y aplicativos temáticos. ....................................................................................................... 79

4.3 DE LARGO PLAZO .................................................................................... 81 4.3.1 Estrategia 11: Implementación del Sistema Nacional de Monitoreo Ambiental SNMA ............................................................................................ 81

5 BIBLIOGRAFÍA (Falta completar: INVEMAR, SINCHI, IAVH, IIAP) ............... 84



TABLAS Pag. Tabla 1. Potencialidades y conflictos regionales definidos en

Agenda Pacífico XXI

FIGURAS Pag. Figura 1. Estrategia para el manejo de información en el marco del

SIAC y la Línea Base de información ambiental para Colombia

Figura 2. Contexto general de Integración. Figura 3. Tendencias de la Biodiversidad Figura 4. Dimensión Ambiental en el Ordenamiento Territorial

(adaptado de IDEAM).

Figura 5. Óptica ambiental del desarrollo territorial (INVEMAR). Figura 3. Ciclo del MIZC aplicable al diseño, aplicación y

seguimiento de los indicadores ambientales para dicho territorio (tomado de UNESCO, 2003).

Figura 7. El modelo de anidación de los sistemas, bajo el enfoque ecosistémico.

Figura 8. Diagrama de relaciones entre los diferentes sistemas, para un solo nivel holárquico.

Figura 9. Estado del medio ambiente y su relación con la planeación y gestión.

ANEXOS Pag. Anexo 1. Listado de indicadores Anexo 2. Hojas metodológicas Anexo 3. Informes de los institutos “diseño de la línea base” Anexo 4. El SIAC 3 tomos



PROLOGO

Los desarrollos con que cuenta el país en el tema de sistemas de información e indicadores ambientales y de gestión, se constituyen en un acervo que posiciona al país en un lugar significativo en el ámbito Latinoamericano1; en éste escenario la consolidación del Sistema de Información Ambiental para Colombia SIAC y de la Línea Base Ambiental presentan ventajas comparativas ya que el desarrollo del tema avanza hacia la construcción de un proceso social que además de reflejar objetividad y rigurosidad teórica en la generación y administración de información ambiental, ofrecerá grandes posibilidades para su apropiación en los procesos de toma de decisiones y de participación social en la gestión. En este contexto es grato para el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial presentar el resultado de un proceso interinstitucional desarrollado conjuntamente con los Institutos de Investigación Ambiental2, con base en el cual se diseñó la Línea Base Ambiental para Colombia con información a diciembre de 2001. El desarrollo de este proyecto, que se constituye en elemento fundamental para despegar acciones específicas de consolidación del SIAC, fue posible con el apoyo financiero del Gobierno Holandés, el cual permitió contar durante un año y medio, con equipos especializados en el tema en cada uno en los Institutos de Investigación: IDEAM, HUMBOLDT, INVEMAR, SINCHI e IIAP. La construcción de la Línea Base Ambiental permitió a los Institutos de Investigación identificar y consolidar los enfoques conceptuales en los cuales se soportan los sistemas de información y avanzar en la aplicación de metodologías que dan valor agregado a la información de modo que pudiera ser presentada en forma de indicadores estratégicos. Por otra parte los institutos identificaron criterios unificados para la priorización de indicadores relevantes en el nivel nacional y en las regiones Amazónica y del Pacífico, las cuales se consideran como de representatividad nacional. A futuro el proyecto de Línea Base Ambiental se orienta a la armonización conceptual, metodológica y operativa de los procesos de generación, administración y socialización de la información ambiental; lo que permitirá, con base en la heterogeneidad temática y geográfica propia de las funciones y competencias de cada instituto, aportar a la creación y la consolidación de un sistema integrador que de una visión global de la información ambiental del país en las diferentes escalas (nacional, regional y local). Los indicadores y las definiciones conceptuales y metodológicas producto del proceso de diseño de la Línea Base Ambiental serán concertados con usuarios

1 Junto con los procesos adelantadas por Méjico, Brasil, Chile y Costa Rica representan los mayores desarrollos con que cuenta la región en el tema. 2 Entre enero de 2002 y junio de 2003.



estratégicos del Sistema Nacional Ambiental SINA; en primera instancia con las direcciones técnicas del Ministerio (incluida la Unidad de Parques), las Corporaciones Autónomas Regionales y las Unidades Ambientales Urbanas y en el mediano plazo la sociedad civil, especialmente sector educativo y sectores económicos. Por otra parte, se avanzará en la elaboración de la propuesta para la segunda fase del proyecto de Línea Base Ambiental, la cual tiene como finalidad diseñar y establecer el Programa Nacional de Monitoreo Ambiental y se desarrollará, con apoyo del Gobierno Holandés, a partir del 2004. Siendo la Línea Base Ambiental el proceso con mayor concreción con que cuentan actualmente las entidades del SINA, servirá de base para despegar un fuerte proceso de consolidación del SIAC a nivel nacional y regional. Para ello se capitalizará la capacidad conceptual, profesional y la calidad humana de parte del equipo que desarrolló el proyecto de Línea Base Ambiental, quienes se dedicarán tiempo completo durante el segundo semestre de 2003 a la identificación definitiva de la Línea Base Ambiental, incluyendo los indicadores ambientales, las hojas metodológicas unificadas, las protocolos y la propuesta de redes de monitoreo; actividades fundamentales del SIAC. Este proceso será articulado con otras entidades del nivel nacional y regional que cuentan con competencias en la generación, administración y normalización de la información ambiental y de las estadísticas oficiales en el país, como son el DANE, el IGAC, el INGEOMINAS, el DNP, la Contraloría General de la República, las CAR´s y las Unidades Ambientales Urbanas, buscando formalizar un Comité Nacional de Información Ambiental como espacio de concertación y definición de política en el tema de información ambiental. El MAVDT y los Institutos de Investigación, concientes del reto con que cuenta el país para la consolidación del SIAC y de la Línea Base Ambiental, entendida como una de las principales salidas de sistema, hace entrega del documento titulado “Línea Base Ambiental para Colombia” el cual consta de cuatro capítulos y cinco anexos. En el primero capítulo se presentan de manera general los antecedentes del proceso. En el segundo capítulo se describe el marco conceptual desarrollado por cada uno de los Institutos y las fortalezas para integración al SIAC. En el tercer capítulo se presentan los indicadores seleccionados y sus hojas metodológicas, los criterios de selección y un diagnóstico del estado actual de cada indicador. El capítulo cuarto contiene las estrategias a futuro. Los anexos contienen el informe presentado por cada uno de los cuatro institutos de investigación sobre el trabajo desarrollado durante el 2002 y el primer semestre de 2003.



RESUMEN Colombia una nación pionera en el ámbito latinoamericano en materia ambiental, adolece de persistentes debilidades en el campo de la información relativa a sus recursos naturales y ambientales; no tanto por su carencia o deficiencia, sino por su difícil acceso, la falta de estandarización, la ausencia de metadatos y la baja utilidad para la toma de decisiones. El país ha utilizado cuantiosos recursos económicos, humanos y tecnológicos en el desarrollo de “sistemas” de generación, administración y uso de información ambiental a lo largo y ancho del país y de sus instituciones. Esto se ha traducido en una copiosa información, pero inclasificable; en múltiples escalas, parcial, fragmentada, no verificable y, en general, dispersa y contradictoria; que no le ha permitido aportar valor agregado y utilitario en los ejercicios de planificación y desarrollo de políticas para los diferentes niveles. La evidencia de lo anterior es el hecho de que - aun hoy- los diferentes agentes tomadores de decisiones del nivel nacional y regional no cuentan con una herramienta de apoyo en materia de información ambiental sintética y relevante. Sin embargo, en el último año, fruto de la cooperación entre los Países Bajos y Colombia, se ha venido desarrollando el Proyecto “Diseño y operación del Sistema de Información Ambiental, la Línea Base y el Sistema Nacional de Monitoreo Ambiental para Colombia” donde se plantea por primera vez una alternativa de construcción colectiva y armonizada de instrumentos, herramientas, normas y acuerdos, que permitan al país contar con un Sistema Nacional de monitoreo Ambiental bajo el esquema de línea base. Este documento presenta los antecedentes e historia de este proceso, los desarrollos conceptuales y metodológicos logrados hasta ahora, en el marco del diseño de la línea base de información ambiental para Colombia, así como las expectativas de futuro en forma de estrategias que deben ser implementadas en el corto, mediano y largo plazo. Es interesante observar en el mismo, como, a pesar de las diferentes visiones, conceptos y expectativas establecidas desde el punto de vista institucional de acuerdo con la función y prioridades de cada una de las instituciones, al final de esta fase se logra un alto nivel de integración y acuerdo que se traduce en este documento “integrador” fruto de la realización de la primera fase de este proyecto. Se debe entender este documento como la culminación de una fase, que solo tiene sentido en el desarrollo continuo de las fases posteriores hasta lograr la implementación del Sistema Nacional de Monitoreo Ambiental, sin embargo es importante tener en cuenta, que a lo largo de este proceso los conceptos aquí establecidos pueden cambiar o evolucionar, de acuerdo con factores, tales como



las dinámicas institucionales, locales, regionales, nacionales y globales, así como los cambios tecnológicos.



1 ANTECEDENTES

1.1 Las iniciativas del Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC)

El Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC) es una herramienta diseñada por el Estado para garantizar: i) la generación de información ambiental oportuna y adecuada sobre el estado del medio ambiente y los recursos naturales; ii) precisar las presiones antrópicas ejercidas sobre el medio biofísico y, iii) servir al seguimiento y evaluación de la gestión desarrollada por las entidades del Sistema Nacional Ambiental (SINA) con el fin de contribuir a la definición y ajuste de políticas y la toma de decisiones en un marco participativo y de control ciudadano. En este sentido se puede definir al SIAC como “el conjunto integrado de elementos conceptuales, procesos, orientaciones, normas y tecnologías de información que articulan la información ambiental generada y manejada por las diferentes entidades en los ámbitos nacional, regional y local; que permiten enriquecer el conocimiento sobre el medio natural y la gestión ambiental desarrollada en el país, y que contribuyan a la orientación de la toma de decisiones y la participación social”3. Si bien las experiencias, iniciativas y ejercicios para concretar y desarrollar el SIAC han pretendido establecer los mecanismos adecuados para poder contar con información ambiental oportuna y confiable como soporte a la toma de decisiones, estos avances se han enfocado fundamentalmente hacia el fomento del aprendizaje, la identificación de actores, la concertación y la elaboración de inventarios preliminares de procesos de generación y uso de información. Se hace entonces indispensable -una vez superadas estas etapas- el darle continuidad a los procesos (y poner en marcha aquellos que se encuentran en etapas iniciales de planeación) para poder, formalizar, normalizar y oficializar la generación, administración y uso de la información ambiental relevante para la toma de decisiones nacionales y regionales en el contexto ambiental. 4 Para poder entender el estado en el que se encuentra el SIAC en la actualidad y su relación con la Línea Base (objeto central de este documento), es fundamental hacer un breve recuento cronológico de cada una de las experiencias realizadas hasta el momento. 3 Sistema de Información Ambiental para Colombia. Propuesta de Trabajo para su Desarrollo. República de Colombia. Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial. Dirección de Planeación, Información y Coordinación Regional. Bogotá, D.C., junio de 2003. Página 17. 4 Los avances hasta ahora alcanzados se describen en detalle en el tomo uno del Sistema de Información Ambiental de Colombia -SIAC-.



En 1984 una publicación titulada “La Información para el Desarrollo Colombiano” de Reveíz, Aldana y Slamecka, mencionaba como antecedentes para la construcción de un “Sistema de Información Nacional (SNI)” algunas acciones emprendidas hacia 1978 para la creación de un Subsistema Nacional de Información que abordaba los problemas relativos al medio ambiente y a los recursos naturales y recomendaba que “El SIN no se entienda como un instrumento tecnológico, sino también que tome en consideración la evolución de largo plazo del cambio económico, los cambios institucionales que origina la informatización y su influencia en la vida cotidiana, en voluntad de autonomía nacional y de vida democrática”.(falta la cita de este documento) En 1994 en convenio suscrito con el Banco Interamericano de Desarrollo –BID–y por el termino de cinco años, se contempló una partida para la construcción del Sistema de Información Ambiental de Colombia –SIAC–. Se conformó entonces un comité con el objeto de coordinar y orientar el proceso, el cual estaba presidido por el Ministerio del Medio Ambiente, con el apoyo operativo de la Unidad Coordinadora del Crédito y con la participación técnica del IDEAM y del Departamento Nacional de Planeación. El objetivo de dicho grupo interinstitucional era discutir conceptualmente el SIAC partiendo de múltiples abordajes y aproximaciones. El resultado de este proceso fue la definición de los términos de referencia para una de sus primeras iniciativas materializada mediante Resolución No. 140 del 30 de diciembre de 1996 del Ministerio del Medio Ambiente, la cual determinó la apertura del Concurso Público Internacional, con el objeto de contratar el análisis, diseño y la preparación del montaje del SIAC. En diciembre de 1997 se adjudicó el contrato al consorcio Unión Temporal SN Lavalin International Inc. Sistecom Ltda. Esta firma inició actividades a partir de 1998, presentándose desde un principio problemas de tipo conceptual respecto a cual era el punto de partida real para la implementación del Sistema. La discusión se centró sobre la validez de la infraestructura y avances tecnológicos con los cuales contaba el IDEAM para esa fecha. El proyecto terminó sin su ejecución a través de un proceso de conciliación con el Consorcio. Posteriormente, a partir de 1999 se dio inicio a un segundo proceso. El objetivo fue el de representar de manera sencilla la gran complejidad de los sistemas ambientales y la clase de información que sería necesario obtener, procesar, compartir y divulgar para desarrollar el SIAC. Debido a que el tema no era fácil de acordar en forma integral y sin perder de vista dicha complejidad, se propuso seleccionar y priorizar una aplicación del sistema e igualmente se buscó contar con experiencias aparentemente exitosas sobre el desarrollo de sistemas de información ambiental, incluyendo los casos regionales desarrollados por algunas entidades del SINA e inclusive con la vinculación de otras entidades que, pese a no pertenecer al SINA, se les reconoce su importancia no solo por ser generadoras de información básica, sino también por su amplia experiencia en el proceso de desarrollo de políticas, normas y estándares para la producción, comercialización y uso de la información (IGAC, COLCIENCIAS, INGEOMINAS y DANE).



Las tareas estaban encaminadas a la ejecución de talleres regionales orientados a garantizar la participación de todas las autoridades ambientales nacionales (en ellos se escucharon y analizaron todos los planteamientos que contribuyeran a la construcción o implementación del SIAC). Como en todos los anteriores intentos se cortaron los procesos pactados o convenidos por falta de liderazgo y claridad propositiva. Como productos se alcanzaron a elaborar actas, donde se plantearon propuestas y se elaboraron cronogramas y presupuestos sin que se hubiesen alcanzado a desarrollar y a concretar productos o elementos que aportaran a la construcción o fortalecimiento del SIAC. Paralelamente a estas iniciativas, durante los años 1999 y 2000 se contrataron diferentes grupos de consultores para desarrollar aspectos particulares del proyecto SIAC tales como la creación del contexto institucional para la consolidación del sistema.5 Con base en los resultados de estas consultorías, el BID aprobó la propuesta para desarrollar una serie de actividades consideradas como la "Fase III", llevadas a cabo en aproximadamente ocho meses y cuyos resultados están contenidos en el documento “Consolidación y fortalecimiento del SIAC”.(falta la cita completa de este documento) De este estudio se destaca la identificación de metodologías para el modelamiento sistémico y el uso de nuevas tecnologías y su impacto en la gestión y el sistema de información como soporte al manejo del recurso hídrico.6 En enero de 2000 se suscribió un acta de acuerdo entre el Ministerio del Medio Ambiente y el IDEAM para reconocer a este último como nodo central del SIAC. Sin lugar a dudas este acuerdo permitió darle una cierta claridad al proceso a través de la identificación de un responsable único del mismo. Se contrataron profesionales para atender trabajos concretos en desarrollo informático tendientes a organizar y operativizar las bases de datos, los modelos y los aplicativos que permitieran estructurar el Sistema de Información al interior del Instituto. De manera complementaria, para noviembre de 2000 el Ministerio del Medio Ambiente elaboró unos términos de referencia con el fin de contratar una consultoría cuyo objetivo era crear el contexto organizativo para desarrollar el proceso de conceptualización, diseño y puesta en funcionamiento del SIAC, tendiente a mejorar el conocimiento del estado de los recursos naturales y del medio ambiente.

5 Parte de los logros alcanzados se resumen en el documento “Propuesta para la consolidación y fortalecimiento del Sistema de Información Ambiental para Colombia –SIAC–, (falta la cita completa de este documento) publicado por el Ministerio del Medio Ambiente en mayo de 1999. 6 Durante este proceso se presentaron desacuerdos entre los consultores y diferentes actores del SINA sobre i) la orientación conceptual y metodológica y ii) las fases y actividades a seguir, ya que no contaban con el aval de expertos del Ministerio del Medio Ambiente y del IDEAM.



Hacia finales del año 2000 el Ministerio contrató una consultoría especializada en procesos de concertación, con el propósito de lograr acuerdos entre los integrantes del SINA. Los resultados de esta consultoría quedaron plasmados en el “Acuerdo de Chinauta” mediante el cual se reconocieron los siguientes aspectos: i) la existencia de sistemas de información operativos, ii) los objetivos fundamentales del SIAC iii) la estrategia y plan de acción a seguir y iv) los procesos y esquemas de organización. En febrero de 2001 se presentó la propuesta de términos de referencia para el proyecto “Análisis, estructuración y fortalecimiento del Ministerio y del SINA”, con el ánimo de establecer: i) el marco institucional y la estructura organizacional del SINA con respecto al SIAC; ii) mantener una estrategia de comunicaciones que involucrara los actores institucionales y, iii) definir el marco de oferta y demanda de información ambiental. El propósito fue la implementación del SIAC y su ejecución se estimó en once meses. En Agosto de 2001 se presentó una nueva propuesta cuyos objetivos fueron consolidar el modelo organizacional y avanzar en un diagnóstico y en la generación de ajustes estructurales para garantizar el desarrollo de un contexto apropiado para la implantación de la estrategia de consolidación del SIAC. Se planteó una primera fase a desarrollar en seis meses (no ejecutada). Después haberse llevado a cabo todas estas iniciativas, uno de los últimos ejercicios que se ha tratado de hacer es el acople de los Sistemas de Información Ambiental del IDEAM con procesos de concertación regional con las autoridades ambientales (talleres) a fin de realizar ajustes a los mismos de acuerdo a las necesidades y requerimientos de las corporaciones (detallando en dos corporaciones piloto CRQ y Corantioquia y con la participación de al menos dos corporaciones por región de concertación SINA). Así mismo, parte de los resultados de esta iniciativa incluye la creación de un aplicativo de consulta de información IDEAM-MAVDT7 por medio de un canal dedicado y la definición y planeación de mecanismos tecnológicos y compromisos institucionales para el intercambio de información. Este trabajo ya fue entregado al Ministerio en el marco del convenio 201762 MMA-IDEAM-FONADE, y como ejercicio piloto es importante tenerlo en cuenta como instrumento exitoso en el marco del SIAC.

1.2 Iniciativas en el diseño de indicadores Motivado por las permanentes demandas de información ambiental a nivel nacional e internacional el Ministerio del Medio Ambiente lideró, durante el primer semestre del año 2000, la firma de un Convenio Interinstitucional orientado a “...aunar esfuerzos para el diseño, formulación y puesta en marcha de un sistema unificado de indicadores para la planeación y la gestión ambiental (SUIGA)”. Las entidades signatarias del convenio fueron el Ministerio del Medio Ambiente, el 7 MAVDT: Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial



Departamento Nacional de Planeación –DNP–, la Contraloría General de la República, la Auditoria General de la República, la Procuraduría General de la Nación y el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas –DANE–. (¿qué se obtuvo como resultado de este proceso?) En el segundo semestre del año 2000 se puso en evidencia -una vez más- el vacío de información oportuna y confiable que permitiera conocer el estado de los recursos naturales y el medio ambiente en Colombia. En respuesta a esta situación, el Ministerio del Medio Ambiente solicitó a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) cooperación técnica y económica para “...apoyar la implementación de indicadores ambientales y de desarrollo sostenible en el ámbito regional y nacional para la República de Colombia”. La cooperación se hizo efectiva mediante la designación de Rayén Quiroga como consultora permanente del proceso y contó con la participación de Gilberto Gallopín y Roberto Guimaraes, sendos consultores internacionales expertos en indicadores y planeación regional. Para poder operativizar la colaboración de la CEPAL, el MMA convocó a varias entidades del SINA (Institutos de Investigación, CAR's -Carder y Corantioquia como representantes-, Asocars, DAMA, UAESPNN) y a otras instituciones como la Contraloría General de la República (CGR), el DANE, el IGAC y el DNP para conformar el Comité Interinstitucional de Indicadores. Este Comité centró sus actividades en la construcción de indicadores de desarrollo sostenible que trascendieran los propiamente ambientales, e incorporaran dimensiones económicas, sociales e institucionales. Para ello se propuso seleccionar un número limitado de indicadores, que cumplieran básicamente con dos condiciones: i) que fueran lo suficientemente “dicientes” de los temas estudiados y ii) que contaran a nivel inmediato con información disponible para alimentarlos. Se realizaron revisiones de experiencias internacionales dirigidas hacia propósitos similares y se optó por seguir los lineamientos propuestos por la Comisión de Desarrollo Sostenible –CDS– y algunas autoridades ambientales de países como el Candá. Tomando como referente de organización lógica de los indicadores la estructura de temas y subtemas, se seleccionaron finalmente para esta primera fase treinta indicadores de sostenibilidad. Se agruparon en cuatro grandes áreas o temas: sostenibilidad del patrimonio natural, sostenibilidad de los procesos antrópicos, generación y manejo de residuos e institucionalidad para la sostenibilidad ambiental, y diez subtemas, dentro de los que se encuentran: aguas continentales, costas y mares, biodiversidad, coberturas y uso de tierras, residuos sólidos y agroquímicos. Cada una de las instituciones participantes en el Comité Interinstitucional de Indicadores propuso y participó con uno o varios indicadores en el conjunto seleccionado. De este grupo, doce se alimentan con información del IDEAM y el resto con información proveniente de otras instituciones participantes.



Paralelamente al desarrollo de los procesos tendientes a proporcionar las bases conceptuales y metodológicas para la estructuración del SIAC, en noviembre del 2001 el IDEAM, los institutos de apoyo científico del SINA (Instituto Alexander von Humboldt, INVEMAR, Instituto SINCHI e Instituto de Investigaciones Ambientales del Pacífico), conjuntamente con el Ministerio del Medio Ambiente acordaron ponerse en la tarea de estructurar una línea base ambiental para el país en el marco de un sistema de información y definir una estrategia de mediano y largo plazo. Como resultado de este proceso en julio de 2002 se publicó el documento “SISTEMA DE INFORMACION AMBIENTAL DE COLOMBIA –SIAC–”8, el cual está conformado por tres volúmenes diferentes en donde se muestran los avances logrados en el país y en el sector ambiental en los últimos diez años entorno a la construcción de indicadores como resultado de los esfuerzos por mejorar el conocimiento colectivo, la capacidad institucional y los requerimientos de profundización de la sinergia de los actores y las instituciones del Sistema Nacional Ambiental, por producir, analizar, compartir y utilizar la información sobre el estado y la condición de los recursos naturales y el medio ambiente. Los tres volúmenes de la publicación son los siguientes:

Tomo 1: “Conceptos, Definiciones e Instrumentos de la Información Ambiental de Colombia”. Tomo 2: “Primera Generación de Indicadores de la Línea Base de la Información Ambiental de Colombia”. Tomo 3: “Perfil Ambiental: Una Aproximación al Análisis de la Línea Base de la Información Ambiental de Colombia”.

Cabe resaltar que la Línea Base ha retomado algunos indicadores construidos por el Comité Interinstitucional de Indicadores para incorporarlos en su batería de primera fase. Posterior a esta publicación, periodo julio de 2002 a junio de 2003, se ha realizado un proceso cuyo objetivo fue el diseño final de la línea base. Esto permitió efectuar los ajustes necesarios a los indicadores publicados y también profundizar en la propuesta de enfoque conceptual desde cada uno de los Institutos de investigación del SINA. En la actualidad, como resultado del último año de trabajo en el marco del proyecto “Construcción de la Línea Base de Información Ambiental para Colombia", se cuenta con un desarrollo detallado de la estructura de hoja metodológica y su respectivo diligenciamiento no solo para cada uno de los 69 indicadores desarrollados durante la primera fase del proyecto sino también, para otros indicadores que quedaron pendientes para ser poblados en una segunda

8 Sistema de Información Ambiental de Colombia - SIAC- (tres tomos). Bogotá, D.C., julio de 2002



fase del proyecto. Adicionalmente, existe un balance detallado del estado de información para cada indicador, precisando la información disponible y sus vacíos, así como la factibilidad institucional para generar en el futuro la información necesaria para alimentarlos. Además de los indicadores construidos, como parte del trabajo adelantado durante este ultimo año en el contexto del diseño de la línea base de información ambiental para Colombia, se logró conformar un comité técnico Interinstitucional con la participación del Instituto Humboldt, el IIAP, el INVEMAR, el IDEAM y el SINCHI. Este comité ha alcanzado un buen nivel de consolidación demostrando gran capacidad para mantener el trabajo cooperado entre sus miembros y generando un contexto conceptual y metodológico que -muy posiblemente- permitirá la implementación de una Red Nacional de Monitoreo Ambiental y facilitará la consolidación del Sistema Nacional de Indicadores Ambientales. Muestra de la madurez lograda por el Comité es el entendimiento de la dinámica generada por la construcción de la Línea Base liderada por los institutos de investigación del SINA, a la cual no solo deberá aportársele como insumo los indicadores desarrollados sino también y sobre todo, apoyar con la capacidad organizativa y técnica adquirida en beneficio del país. En la misma dirección existe compromiso individual y colectivo para iniciar, en el menor tiempo posible, las actividades necesarias para fortalecer el desarrollo de los indicadores a nivel regional, orientados particularmente al diseño y evaluación de importantes procesos de planeación que en la actualidad se adelantan como son los Planes de Gestión Ambiental Regional, y contribuir de esa forma a la estructuración y fortalecimiento del Sistema de Información Ambiental para Colombia.

1.3 El SIAC y la Línea Base de Información Ambiental para Colombia

El montaje y desarrollo de un Sistema de Información Ambiental de Colombia y su Línea Base tiene que hacerse de una manera muy precisa. El sistema no puede ser de ninguna forma el agregado de todas las informaciones que hoy se generan al interior de las instituciones ambientales. Primero, porque esto sería imposible en términos del volumen de la información y, segundo, porque no se justifica desde ningún punto de vista practico ni institucional. El nivel de acceso a los datos no solamente conecta diferentes sistemas manejadores de bases de datos (SMBD) y sistemas de archivos sobre el mismo hardware, sino también a los fabricantes y protocolos de red. Una de las claves de una estrategia es el Data Warehousing o alguna otra solución de la tecnología informática (Integradores de Aplicaciones Empresariales, entre otros) que permita proveer a los usuarios finales con "acceso a datos universales" a través de otras herramientas tecnológicas como los portales de información (ver figura 1).



Figura 1. Estrategia para el manejo de información en el marco del SIAC y la Línea Base de información ambiental para Colombia

Sistema Nacionalde IndicadoresAmbientales

IGAC

INGEOMINAS

DANE

INVEMARSIAM

SINCHI

HUMBOLDTIIAP

CAR’S

CENTROSDE

INVESTIGACIÓN

MIN-AMBIENTE

CIOH/CCCP

MUNICIPIOSCOSTEROS

REDESINTERNACIONALES REDES

NACIONALES

ENTORNO INTEGRADO MEDIANTEPROTOCOLOS Y ESTANDARESCOMUNIDAD EN GENERAL

SIAC

SIAIDEAM

ClearingHousing & DataWareHousing

El Sistema de Información propuesto en esta primera etapa de desarrollo y que será implementado en la próxima década, tendrá como objetivos: i) poder atender y conocer en forma permanente el estado y la condición de los recursos naturales y del medio ambiente y, ii) permitir hacerle seguimiento a la gestión ambiental colombiana. Para ello, el sistema tendrá que poner en operación una Línea Base que permita el conocimiento sobre estos aspectos en dos frentes diferentes: i) el de los recursos naturales y el medio ambiente (coordinado por el IDEAM) y, ii) el de la gestión ambiental (coordinado por el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial). El primer frente tratará, conjuntamente con los Institutos de investigación, Corporaciones Autónomas Regionales y las Unidades Ambientales Urbanas, el estado de los recursos naturales y del medio ambiente con un enfoque integrador a través del procedimiento estado-presión y oferta-demanda-calidad. El segundo frente coordinará -con estas mismas instituciones- el estado de la gestión, las inversiones públicas, las políticas y la aplicación de las normas y el marco legal ambiental (respuesta).



Figura 2. Contexto general de Integración.

INFRAESTRUCTURANACIONAL DEINFORMACIÓN

INFRAESTRUCTURANACIONAL DE DATOS GEOGRÁFICOS

SIAC

SINA

Sistema Nacionalde IndicadoresAmbientales

En ambos casos, tanto el Sistema de Información Ambiental (SIA) como el sistema de Información de Planeación y Gestión Ambiental (SIPGA) deberán partir de un modelo y una arquitectura conceptual de tipo ecosistémico y operacional. Estas dos dimensiones deberán permitir ante todo una mejora en el conocimiento, un fortalecimiento en la planificación y ante todo una generación de datos que, a partir de su análisis, permita la modelación ambiental. Se establece entonces abrir el espacio para aclarar y poner en marcha el Sistema de Información Ambiental de Colombia, empezando por el diseño de la arquitectura del mismo partiendo inclusive de las propuestas de cada uno de los institutos de investigación, de las CAR´s y algunas otras entidades SINA. Tal como se ha explicado anteriormente, el sistema opera teniendo como columna vertebral la Línea Base y ésta depende de la información regular y permanente que se produzca a través de indicadores ambientales estructurados, definidos y concertados para que permitan una estandarización de la información independientemente de la institución del SINA núcleo que la genere. Por tal motivo la estructura del soporte informático de la Línea Base del Sistema de Información Ambiental depende de la definición de sus componentes y de la estandarización y acreditación de los datos que se generan para poblarla. En tal sentido, la arquitectura del sistema descansa sobre una serie de elementos constitutivos que van desde los atributos o características de interés de la



información, hasta la elaboración de los diagnósticos dinámicos que permiten conocer el estado, el funcionamiento y la capacidad del medio ambiente y la gestión ambiental, partiendo de los puntos de contraste de la Línea Base. Así pues, con respecto a las funciones básicas, los indicadores del sistema van a poder evaluar cinco aspectos diferenciados:

• Indicadores para evaluar condiciones y tendencias • Indicadores para comparar a través de lugares y situaciones • Indicadores para evaluar condiciones y tendencias en relación con

objetivos y metas • Indicadores para propiciar información temprana de alertas • Indicadores para anticipar condiciones y tendencias futuras

Desde la perspectiva tipológica de los indicadores, es necesario advertir que el sistema ha venido evaluando diferentes clases, entre los cuales se encuentran los indicadores estándar y de norma, que permiten establecerse como puntos de referencia o definir cualquier valor o estado establecido o deseable por parte de la autoridad ambiental o del consenso institucional y social. Generalmente se definen a partir de una regla de medida de cantidad, de peso, de escala, de valor o calidad. Igualmente se encuentran los indicadores de meta que permiten establecer la intención o un valor representativo o un grupo de valores a ser alcanzados, tal como puede ser el caso de las metas establecidas por los acuerdos de tasas retributivas en las cuencas hidrográficas o en los espejos de agua. Es decir, son indicadores que deben ser medibles y observables. Así mismo, están los indicadores de umbrales que permiten definir su naturaleza técnica con respecto a valores que miden rangos a partir de datos por encima de los cuales algo es real o por debajo de los cuales no lo es. Finalmente, están los indicadores de objetivos que son aquellos cualitativos que usualmente indican una dirección general de tendencia, más que un valor cuantitativo en sí. Los indicadores previstos actualmente por la Línea Base del SIAC son -ante todo-variables que permiten una aproximación por recursos, tales como los ciclos naturales, la oferta y la demanda, el agua, el suelo, el aire, la fauna, la flora etc. Así mismo, algunos permiten en la actualidad una aproximación por objetivos como es el caso de definir niveles de protección, conservación, aprovechamiento, incremento, etc., de acuerdo con un mandato legal y administrativo. Están también los indicadores de aproximación sectorial, que permiten establecer los parámetros de comportamiento por sectores económicos infraestructurales o sociales (energético, agua potable, agropecuario etc.).



Finalmente se encuentran aquellos que permiten una aproximación por procesos descriptivos, como el de estado-presión-respuesta, que se establece de acuerdo con los momentos y los procesos analizados. Por último, es necesario indicar que en el caso del desarrollo metodológico y conceptual del SIAC y su Línea Base, se ha tratado de avanzar en la identificación de variables e indicadores que permitan una interacción importante desde una perspectiva ecosistémica, es decir, establecer cómo los indicadores deben mostrar -en algún grado- el funcionamiento y la productividad de los ecosistemas y en particular su grado de afectación en la forma en que son utilizados y transformados por los asentamientos humanos. Por tal motivo es muy importante -como factor relevante del enfoque ecosistémico- el que se incluya a la gente y se establezcan los vínculos de aproximación a los ecosistemas a través de variables sociales y económicas con la información ambiental. El enfoque ecosistémico adopta un análisis integrado y una visión de largo plazo. Es así como se requiere que los indicadores se puedan trabajar en varias escalas y dimensiones de tiempo, de tal manera que en el análisis no se sacrifiquen los bienes y servicios en el entendimiento de que los ecosistemas funcionan como entidades completas y como tales requieren ser interpretados. Esto significa un análisis integrador (no por partes) y -posiblemente- un análisis que trascienda los limites políticos, administrativos y/o jurisdiccionales del territorio. Del mismo modo, la estructura de variables debe permitir visualizar las posibles alternativas de bienes y servicios así como poder optimizar -en su análisis- la mezcla de beneficios para ecosistemas particulares y entre ellos mismos. Esta óptica busca mantener el seguimiento sobre estas unidades en donde el manejo solo es acertado si preserva o aumenta la capacidad de un ecosistema para producir los beneficios deseados en el presente y en el futuro. Dentro de los arreglos establecidos con el usuario más importante en este momento del SIAC -El Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial- se identificaron y seleccionaron una serie de temas específicos que serán el referente de la Línea Base a partir de la definición especifica de indicadores para cada uno de ellos. Entre los temas generales solicitados por el Ministerio como referente definitivo están los aspectos de agua, atmósfera y clima, biodiversidad, bosques, energía y uso de recursos, población y asentamientos humanos y -finalmente- los referentes económicos básicos. Una evaluación general de los indicadores disponibles actualmente en el país y de otros por construir y reorientar, fueron motivo de extensas discusiones entre los Institutos de Investigación y el Ministerio para poder establecer el marco general de los atributos, los datos y los indicadores que sustenten la Línea Base. Se llegó así a identificar, en una etapa inicial, un conjunto de por lo menos 120 indicadores que puedan consolidar el estado y la condición de diferentes unidades de análisis, a través de los cuales el sistema podrá sacar la información (ventanas), tal como es el caso de unidades de clasificación por ecosistemas antrópicos o naturales, por unidades administrativo políticas (municipios y departamentos) y, por unidades



ecoestratégicas (ecorregiones y ecosistemas estratégicos), conformando así los elementos constitutivos de la estructura arquitectónica para el SIAC.

1.4 Línea Base Es importante en el contexto de las definiciones hasta ahora descritas para la construcción arquitectónica del SIAC, definir el sentido y el alcance de la Línea Base. Esta se entiende para el SIA y parte del SIAT (Sistema de Información Ambiental Territorial) y SIARL (Sistema de Información Ambiental Regional y Local) como la información básica para la caracterización del estado actual (uso-presión) en términos de cantidad, disponibilidad y calidad de los recursos naturales y del medio ambiente que permita, como punto de referencia, realizar las comparaciones y el seguimiento de los diferentes momentos de lugar y tiempo. De otra parte, se entenderá bajo la misma óptica para el SIPGA, pero haciendo énfasis en una caracterización de las respuestas y del desarrollo de la gestión y la política, basándose claramente en el estado y la condición previstos para el componente anterior. La Línea Base, por lo tanto, incorpora una gran cantidad de aspectos que tienen en cuenta, además de los datos construidos a partir de indicadores, otros aspectos de contexto más importantes de los cuales vale la pena mencionar, entre otros, los siguientes:

• Análisis multitemporales • La información de puntos de partida • Los indicadores de impacto y gestión • Los procesos • La información existente y materia disponible • Los bancos de registro • Los contenidos de los planes de acción y los planes de gestión

trianual de las Corporaciones • Los documentos de política y los planes de Gobierno • Las metodologías • El conocimiento actual • Aspectos relacionados con territorio y demografía • Los inventarios de estudios existentes • Los descriptores cualitativos y cuantitativos y, • Las escalas de niveles de resolución de las informaciones

Finalmente es importante señalar que la Línea Base para cualquiera de los componentes constitutivos del SIAC (SIA, SIAT, SIARL, SIPGA), deberá actuar como el articulador de los sistemas de información en cualquier tipo de escala y resolución territorial.



2 MARCO CONCEPTUAL DE LA LÍNEA BASE El proyecto Construcción de la Línea Base Ambiental para Colombia se constituyó en una oportunidad para iniciar un proceso de revisión de los marcos conceptuales para abordar la temática de los indicadores ambientales. Los institutos de investigación del SINA iniciaron un proceso de revisión de las diferentes alternativas conceptuales y metodológicas (siempre teniendo en cuenta que la metodología resultante a utilizar les fuera conveniente en relación con su temática particular). Posteriormente, a través de un proceso de discusión interinstitucional, se identificaron aspectos comunes que desde ya vislumbran acuerdos tanto de orden conceptual como de marcos ordenadores para unificar el proceso de línea base nacional. A continuación se presentará el marco conceptual y metodológico de la línea base correspondiente a los institutos de investigación, de acuerdo con sus temáticas particulares, teniendo como horizonte la búsqueda de un marco referencial unificado.

2.1 INDICADORES PARA EL SEGUIMIENTO DE LA POLÍTICA DE BIODIVERSIDAD

2.1.1 El Modelo de Presión – Estado – Respuesta9 Para el seguimiento de la política de biodiversidad se adoptó el Modelo de Presión – Estado – Respuesta (P-E-R). La metodología adoptada por el Instituto Humboldt para el desarrollo de la línea base ambiental nacional se sitúa dentro de la versión ampliada del modelo PER (presión-estado-respuesta), desarrollado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico –OCDE– e implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente –PNUMA– y la Comisión de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para la construcción de indicadores ambientales y de sostenibilidad (1996). La adaptación del modelo PER se realizó inicialmente en 1998, a través del convenio entre el Departamento Nacional de Planeación –DNP– y el Centro Internacional de Agricultura Tropical –CIAT– y según los desarrollos por los institutos, el enfoque PER se ajusta a las necesidades particulares de ellos con la visión de generar conocimiento sobre las relaciones hombre-sociedad-naturaleza,

9 Hay varias estructuras alrededor de las cuales se han desarrollado y organizado indicadores y no hay una única estructura que genere grupos de indicadores para cada uno de los propósitos que pueden resultar de interés en un momento y escenario específico; sin embargo, el enfoque del modelo aquí seleccionado ha demostrado múltiples ventajas que se han reflejado en su amplia utilización internacional.



que puede visualizarse como la interacción de diversas esferas: la atmósfera, la biosfera, la hidrosfera, la litosfera y la antroposfera, donde se ubican los procesos sociales, económicos y culturales. Esta interacción se realiza a través del conocimiento y de la tecnología. A continuación se muestra con mayor detalle algunas de las características de los indicadores clasificados en cada uno de los componentes del modelo P-E-R.

2.1.2 Indicadores de presión Estos indicadores describen “presiones” económicas, sociales, demográficas, políticas y productivas que ocasionan cambios negativos sobre el entorno natural. Las presiones pueden ser directas o indirectas10. Las directas afectan el estado y funcionamiento propio de los recursos naturales; son normalmente expresadas en términos de emisiones o consumo de recursos naturales (indicadores de presión próxima11). Las indirectas son aquellas que reflejan actividades humanas que hacen parte del “entorno” y que eventualmente “podrían” conducir a presiones directas; para conocer la magnitud de esta presión indirecta sobre el medio ambiente es necesario recurrir a una serie de supuestos. Ejemplos de estas presiones son algunos aspectos económicos tales como los niveles de ingreso, la producción, el empleo y las demandas de recursos naturales y servicios ambientales (indicadores de entorno12).

2.1.3 Indicadores de estado del ambiente. Miden las “condiciones” o el “estado” en que se encuentra los recursos naturales y ambientales en un momento determinado. Permiten hacer un seguimiento del estado ambiental, como producto de las presiones ejercidas sobre él y de las acciones de política. Algunos ejemplos de indicadores de estado son la extensión de los distintos ecosistemas naturales o intervenidos, las características y los niveles de conservación de cada uno de estos ecosistemas, el estado de los servicios ambientales que de ellos se puedan derivar y las condiciones de vida de la población asociada a cada ecosistema.

2.1.4 Indicadores de respuesta. Estos indicadores identifican las acciones y medidas de política del Estado que se van poniendo en práctica para lograr los escenarios ambientales deseados. 10 En el desarrollo del presente proyecto no se distinguen los indicadores de presión en directos e indirectos. 11 El término en inglés es: Indicators of proximate pressures, a los que también se les llama stress indicators. 12 El término en inglés es: Background indicators.



Reflejan de manera sintética las políticas de los diferentes niveles de gobierno (nacional, regional y local), tales como la declaración legal de áreas protegidas, los niveles de inversión de las organizaciones de carácter ambiental que trabajan en una área determinada, los incentivos económicos que se aplican en función de los objetivos de la política y las coberturas de acción que se le asignan a proyectos específicos, entre otras. De igual forma que en el caso de los indicadores anteriores, conviene asegurar que durante la ejecución de las intervenciones se analice la evolución de las acciones ejecutadas tanto por el Estado como por la sociedad civil13. Esto permite hacer un seguimiento a la implementación de acciones y a la aplicación de instrumentos en función de los objetivos de la política y del alcance de las metas preestablecidas.

2.1.5 Aspectos específicos de la línea base de la biodiversidad en Colombia

En sus diversas manifestaciones, la información sobre la biodiversidad se constituye en un elemento fundamental para la comprensión de los fenómenos actuales y pretéritos, para la predicción de comportamientos futuros y para el desarrollo de la capacidad de incidir de manera deliberada sobre dichos comportamientos. Dentro del amplio conjunto de usuarios de la información sobre la biodiversidad, resultan de especial interés los formuladores de las políticas y los gestores ambientales regionales, quienes requieren información ágil y oportuna orientada a tomar decisiones que incidan sobre los distintos factores naturales y antrópicos que afectan las tendencias de comportamiento de la biodiversidad. En consecuencia, el instrumento empleado para la construcción de la línea base ha utilizado como marco de referencia la biodiversidad y ha sido diseñado para suministrar información de apoyo a la toma de decisiones de los formuladores de la política nacional y de los gestores ambientales regionales presentándola en forma de indicadores de estado de la biodiversidad. A continuación se presenta el resumen de un modelo de la dinámica del estado del medio ambiente y de los recursos naturales, ajustado al análisis de la biodiversidad, que resalta la necesidad de construir una línea base para cumplir uno de los objetivos que se ha trazado el SIAC. 13 En el contexto original - el desarrollado por la OCDE - la palabra “respuesta” es usada de una forma muy integral, considerando como “respuesta” las acciones no sólo del Estado sino de toda la sociedad. Las respuestas de la sociedad se refieren a acciones individuales y/o colectivas para mitigar, adaptar o prevenir impactos negativos inducidos por el hombre sobre el medio ambiente y detener o reparar daños medioambientales. La respuesta de la sociedad también incluye acciones para la preservación y la conservación del medio ambiente y los recursos naturales.



En la figura de tendencias de la biodiversidad que se presenta a continuación, se muestran tres consideraciones que simplifican la dinámica del estado de la biodiversidad: 1. La existencia de una tendencia pretérita que ha conducido a la situación actual de la

biodiversidad, mediada por una alteración que se origina en la actividad humana14. 2. La factibilidad de que esta tendencia se proyecte en el futuro, inclusive en una situación

más crítica en la que persistan o se incrementen las presiones antrópicas. 3. La posibilidad de transitar por una senda nueva que nos conduzca a una situación

esperada, gracias a la aplicación de medidas correctivas, en función de un proceso de conservación y uso sostenible de la biodiversidad.

Figura 3. Tendencias de la Biodiversidad

Adaptado de SBSTTA, 1997

Teniendo en cuenta los componentes considerados en la Figura 3, para describir la situación actual de la biodiversidad se debe recurrir a información que refleje el estado tanto de la biodiversidad propiamente dicha, como de las presiones a que se ve sometida en el presente y que la pueden deteriorar aún más en el futuro. Para analizar los cambios acumulados que se han producido a lo largo de la trayectoria histórica, se requiere comparar la situación actual con la situación prevaleciente en el pasado. Para tal efecto se puede recurrir a identificar las condiciones existentes antes de cualquier intervención humana (situación original), o una situación más reciente y suficientemente conocida que pueda ser empleada como punto de referencia para identificar cambios posteriores (línea de base). Aplicando diversos procesos analíticos sobre los hechos cumplidos y sobre las características biológicas y de interacción entre los distintos componentes de un

14 Este comentario no pretende desconocer que los cambios observados en la biodiversidad son causados por otros factores además de los antrópicos, pero dados los objetivos del instrumento de medición diseñado, resulta especialmente importante resaltar la existencia de estos últimos.



ecosistema complejo, la investigación científica desarrolla el conocimiento acerca de las tendencias históricas que explican las transformaciones desde situaciones pretéritas hasta la situación actual de la biodiversidad. Con base en el conocimiento acumulado y aplicando modelos analíticos surgidos de la investigación científica, es posible proyectar la situación futura de la biodiversidad bajo distintos escenarios alternativos de presiones que sobre ella se ejerzan y de medidas tendientes a reparar daños anteriores y prevenir daños futuros. En este punto adquieren especial relevancia dos tipos de escenarios previstos: a) aquellos en donde prevalecen las tendencias actuales de intervención humana sobre la biodiversidad, manteniéndose las condiciones de desarrollo de todos los procesos que tienen impactos negativos sobre la misma y que pueden conducir a deterioros máximos de los ecosistemas (situación prevista); y aquellos escenarios en donde se introducen medidas de política socialmente deseables, tendientes a alcanzar objetivos de conservación y uso sostenible de la biodiversidad (situación esperada). Para que el sistema genere la información que los tomadores de decisiones requieren (principalmente indicadores flujo que surjan de la comparación de dos o más situaciones de estado de la biodiversidad medidas a diferentes tiempos), se requiere una línea de base apropiada que proporcione un punto de referencia con el cual comparar situaciones futuras, obtenidas con la intermediación de medidas de intervención o sin ellas.

2.2 INDICADORES PARA EL MANEJO DE ZONAS MARINAS Y COSTERAS

Los indicadores ambientales se constituyen en una herramienta eficiente en el seguimiento de las políticas públicas, que para el caso de las zonas marinas y costeras están representadas específicamente en la “Política Nacional Ambiental para el Desarrollo Sostenible de los Espacios Oceánicos y las Zonas Costeras e Insulares de Colombia –PNAOCI-“ y su documento CONPES 3164 de 2002, los cuales tienen una visión ecosistémica y se enmarcan en el concepto de Manejo Integrado de Zonas Costeras –MIZC15- y cuyo objetivo es el de propender por el desarrollo sostenible de los espacios oceánicos y zonas costeras e insulares, que contribuya al mejoramiento de la calidad de vida de las poblaciones costeras, el desarrollo armónico de las actividades productivas y la conservación de los

15 Es un proceso dinámico mediante el cual se toman decisiones para el empleo, desarrollo y protección de las áreas y los recursos costeros con vistas a alcanzar metas establecidas en cooperación con grupos de usuarios y autoridades nacionales, regionales y locales, a través de una estrategia coordinada para la asignación de recursos ambientales, socioculturales e institucionales. El MIZC reconoce el carácter distintivo de la zona costera - de por sí un recurso valioso - para las generaciones actuales y futuras. El MIZC tiene varios propósitos: analiza las implicaciones del desarrollo, los usos conflictivos y las interrelaciones entre los procesos físicos y las actividades humanas, y promueve los vínculos y la armonización entre las actividades costeras y oceánicas de los sectores. (Adaptado de Sorensen, 1993 y Knecht y Archer, 1993) [subrayado de los últimos autores].



ecosistemas y recursos marinos y costeros, incluyéndolos dentro del ordenamiento ambiental territorial de la Nación (MMA, 2001). La aproximación conceptual del MIZC ha sido reconocida desde 1992 con la Convención de Río de Janeiro y más recientemente por el Mandato de Yakarta dentro de la Convención de Diversidad Biológica (1995), las convenciones marinas regionales (1995 a la fecha) y la reunión de mares y costas para la Convención de Johannesburgo (2002), como la herramienta más apropiada para el desarrollo sostenible de las zonas marinas y costeras. Así mismo, el primer ejercicio internacional sobre indicadores específicamente para MIZC proviene del taller IOC-DFO-NOAA-CSMP (2002) realizado en Ottawa y que recoge lo que en la temática de indicadores se ha venido trabajando desde 1989 por la OCDE, aplicándolo específicamente a zonas marinas y costeras de acuerdo con sus particularidades. Con el propósito de desarrollar indicadores para el manejo integrado de zonas costeras, se han tenido en cuenta planteamientos internacionales generales, como los presentados por Cisin-Sain and Knecht (1998) y Bernal y Cisin-Sain (2001) (UNESCO, 2003):

Desarrollo sostenible de zonas marinas y costeras, Reducción de la vulnerabilidad de las zonas costeras y sus habitantes ante

amenazas naturales, Salud de los ecosistemas marinos y costeros, Mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades costeras y

reducción de la pobreza, y Mejoramiento de los procesos de gobernabilidad.

Los cuales pueden tener relevancia en el marco de la:

Planificación y ordenamiento de los usos actuales y futuros sobre las zonas costeras y espacios oceánicos con una visión de largo plazo,

Promoción del desarrollo económico apropiado, Protección de la base ecológica (estructura y funcionamiento), preservando

la diversidad biológica y su uso sostenible, Armonización y balance entre los usos existentes y los potenciales en el

marco de la resolución de conflictos, Protección de la seguridad pública ante eventos naturales o intervenciones

humanas, Consolidación de una estructura administrativa capaz de contemplar la

participación de los diferentes actores interesados y propender por un manejo de las áreas emergidas y sumergidas a favor del beneficio social.

A continuación se presenta el marco conceptual considerado en la búsqueda de indicadores para el ordenamiento ambiental y desarrollo sostenible de las zonas marinas y costeras, teniendo en cuenta tanto conceptos sobre ordenamiento territorial como de desarrollo sostenible aplicables a zonas costeras.



2.2.1 Indicadores para el Ordenamiento Ambiental del Territorio El modelo con enfoque ecosistémico cuyo origen estuvo enmarcado en investigaciones continentales y que recientemente se viene aplicando tanto a lo continental como a lo marino, se basa en la interrelación de los diferentes componentes de la dimensión ambiental (la atmósfera, la biosfera, la litosfera y la hidrosfera), cuyas interacciones son definitivas para entender el papel de los ecosistemas naturales y los transformados o antrópicos (figura 4). Este modelo permite establecer, de otra parte, las interrelaciones entre los bienes y servicios ambientales de la base natural y la demanda social y cultural de la transformación de los ecosistemas, a través del entendimiento de las variables sociales, políticas, económicas y culturales que, en últimas son las que determinan el grado de intervención sobre los ecosistemas. En este sentido, es claro entender que el territorio y sus ecosistemas se encuentran en bastante interacción afectándose mutuamente y, que es la demanda social y antrópica la que define, con base en las características propias de los ecosistemas, no solo el grado de transformación sino el grado de adaptabilidad de los grupos culturales al territorio.

Figura 4. Dimensión Ambiental en el Ordenamiento Territorial (adaptado de IDEAM).

Este entendimiento es el que permitirá definir en el futuro mediato la capacidad de soporte de los ecosistemas según los diferentes usos que se le dé a los espacios marinos y las zonas costeras e insulares. Para lograr un adecuado desarrollo de este entendimiento, tanto el Sistema de Información Ambiental como la Línea Base, deberán profundizar en la definición de indicadores y parámetros para



entender mejor la interrelación de los bienes y servicios de la base natural y la demanda social de los diferentes grupos humanos en el país. Esto solo será factible en la medida en que se pueda disponer de datos precisos y calificados sobre oferta y demanda de los ecosistemas y sus recursos naturales, y que estos datos sean traducidos en información que genere conocimiento de base para la planificación, toma de decisiones y gestión ambiental en general (figura 5). Es así como, mediante el enfoque ecosistémico, se realiza un análisis integrado. A manera de ejemplo, es común tender a manejar los ecosistemas para obtener un bien o servicio dominante, como por ejemplo la pesca, sin reconocer, en términos de balance, lo que se está perdiendo simultáneamente. Es posible entonces que se estén sacrificando bienes y servicios mucho más valiosos que los que se están obteniendo, por lo general con bienes y servicios no muy valorados como son la biodiversidad o el control de las inundaciones. Un enfoque ecosistémico pretende considerar las posibles alternativas de bienes y servicios e intenta optimizar la mezcla de beneficios para ecosistemas particulares y entre ellos. Así mismo, mediante el enfoque ecosistémico se adopta una visión de largo plazo, trabajando en varias escalas y dimensiones de tiempo. Se resalta además, que los ecosistemas funcionan como entidades completas y, como tales, requieren ser manejados, no por partes. Esto implica trascender los límites jurisdiccionales, dado que los ecosistemas por lo general los traspasan. Figura 5. Óptica ambiental del desarrollo territorial (INVEMAR).

En este sentido y, con el objeto de contextualizar, se puede partir del significado del término Ordenamiento que aparece en el diccionario, como la acción de disponer en orden, de encaminar hacia un fin específico, de coordinar, arreglar y



clasificar algo en grupos. Esta definición de entrada condiciona la acción en relación con fines específicos en una clasificación por grupos. Si al ordenamiento le sumamos el concepto de Territorio, el cual está definido como el espacio geográfico al que se le añade una dimensión política, social y cultural, dependiendo de la escala. A escala nacional o regional, el territorio es el espacio donde el Estado ejerce su soberanía y desarrolla sus planes y programas de desarrollo; a escala sub-regional y local, el territorio adquiere, aparte de la visión de Estado, una connotación de índole más cultural, al asociarse con el espacio geográfico que los grupos humanos y los individuos perciben como suyo y que los afecta directa o indirectamente (Poinsot, 1992). Así mismo, desde una perspectiva sistémica, el territorio es concebido como un espacio humanizado, concreto, asociado, resultado de la interacción de los procesos sociales, e incluida la base biofísica en los cuales éstos se desarrollan (Etter, 1991). Obviamente, el Ordenamiento Territorial –OT– no es la comprobación hipotética de que un territorio está “desordenado”, tal y como lo haría entender la acción de buscar su ordenamiento. En principio, todos los territorios están ordenados, en la medida en que reflejan de manera explícita o implícita una o varias divisiones, con elementos en ellas que cumplen determinadas funciones en relación con su totalidad. Más bien, su implicación se dirige hacia el entendimiento de cómo se genera un determinado ordenamiento del territorio y cuál es su congruencia con criterios y objetivos sociales. Son múltiples las definiciones que alrededor del OT se pueden citar. No obstante, se pueden destacar las siguientes:

La Carta Europea de Ordenación del Territorio de 1988, define el OT como “la proyección espacial de las políticas sociales, culturales, ambientales y económicas de una sociedad. Es a la vez una disciplina científica una técnica administrativa y una política concebida como actuación interdisciplinaria y global, cuyo objetivo es un desarrollo equilibrado de las regiones y la organización física del espacio según un concepto rector” (Andrade y Amaya, 1996).

En Colombia, la Constitución Política de 1991 creó, con el objeto de contar con una instancia que orientará el proceso de ordenamiento, la Comisión de Ordenamiento Territorial –COT–, la cual definió el OT, en 1992, como “un conjunto de acciones concertadas, para orientar la transformación, ocupación y utilización de los espacios geográficos, buscando su desarrollo socioeconómico, teniendo en cuenta las necesidades e intereses de la población, las potencialidades del territorio considerado y la armonía con el medio ambiente” (COT, 1992). Adicionalmente, el OT se ha asumido como “una política de Estado y un instrumento de planificación, encaminados a organizar la estructura político administrativa de la Nación y a proyectar espacialmente las políticas sociales, económicas, ambientales y culturales



de la sociedad, propendiendo por un nivel de vida adecuado para la población y la conservación del ambiente (Andrade, 1994).

Las Zonas Costeras dentro de lo anterior, son una franja del Territorio, entre la tierra y el mar que se extiende tierra adentro y hacia el mar con una extensión variable, y que como entidad geográfica debe ser incorporada en el OT, con el propósito de mantener estabilidad entre las actividades, los ecosistemas, sus recursos costeros y el suelo. La ausencia de una adecuada coordinación entre estos elementos contribuye a la degradación del medio ambiente y a conflictos en la utilización de los recursos (Steer et al., 1997). Las Zonas Costeras representan un papel especial en la articulación del OT del país y su planificación para el desarrollo nacional, pudiendo denominarse el OT que se lleva a cabo en este espacio del territorio como Ordenamiento Costero. Ellas se encuentran en un área privilegiada para intercambios de las diversas producciones de un espacio nacional hacia el exterior, y el enlace entre el ambiente terrestre y el ambiente marino, cuyos sistemas y recursos ocupan también un papel significativo en la transformación económica del país (Steer et al., 1997). Es claro, entonces, que el OT puede entenderse, como una política, como un instrumento, ya sea de la planificación o como instancia de participación social. Igualmente, el OT plantea una serie de características o principios esenciales:

• Democrático: debe tener en cuenta las conciencias regionales basadas en valores, culturas y proyectos colectivos, que traspasan a veces las fronteras. Debe tener presente, los principios constitucionales.

• Holístico y sistémico: debe dar un tratamiento del territorio como un todo integrado y funcional, entendiendo sus partes como subsistemas interrelacionados.

• Prospectivo y dinámico: debe analizar tendencias y posibilidades de desarrollo a largo y mediano plazo de los fenómenos y actuaciones económicas, ecológicas, sociales, culturales y políticas y, tenerlas en cuenta en su aplicación a cada modelo territorial.

• Articulador: establece armonía y coherencia entre las políticas de desarrollo sectorial y ambiental en todos los niveles territoriales.

• Participativo: aporta legitimidad y viabilidad al proceso. Depende de la participación de los actores sociales y busca garantizar el control ciudadano a las decisiones del gobierno.

• Distribuye competencias y responsabilidades: bajo los principios de complementariedad, subsidiariedad y concurrencia (Ley 152 de 1994), el OT incorpora los aspectos relacionados con las funciones territoriales y competencias de las entidades territoriales o administrativas.

• Brinda equilibrio territorial: busca reducir los desequilibrios territoriales y mejorar las condiciones de vida de su población, a través de la adecuada



distribución de actividades y servicios básicos, la mejor organización funcional del territorio y las posibilidades de su uso.

• Sostenibilidad ambiental: garantiza que el uso actual de los recursos naturales no impida a las próximas generaciones su utilización y calidad adecuadas.

Estos principios son coherentes y complementarios con los que han sido propuestos como principios generales para el MIZC, siendo algunos de estos (Clark, 1996; Barragán, 2003):

• Equidad Social: Busca mejorar las condiciones de vida de los habitantes a través de un reparto solidario de los beneficios que genera un recurso público como las zonas costeras.

• Compatibilidad ecológica: Busca asegurar que una actividad vinculada al desarrollo humano no deteriora dicho el recurso del que depende.

• Viabilidad Económica: Busca que las actividades se vinculen a una economía de mercado.

• Coherencia espacial: Busca evitar conflictos de intereses entre las escalas territoriales diferentes “piensa globalmente, actúa localmente”.

• Permanencia en el tiempo de los recursos naturales: Busca que las generaciones futuras hereden como mínimo las condiciones que hemos heredado de nuestros antepasados. En cualquier caso, siempre que haya oportunidad, resulta obligatorio acrecentar el patrimonio natural.

• Toma ordenada de decisiones: Agrupa principios de participación, coordinación y cooperación. Busca que antes de tomar una acción, se hayan tenido en cuenta lo que ocurre en el contexto, de forma que la iniciativa no duplique otras, que no sea incompatible, que refuerce acciones o proyectos en marcha.

• Actuación racional: Busca la prevención (preparar las actuaciones con anticipación) y la precaución (cuidado al actuar para evitar riesgos).

• Capacidad limitada: Busca generar conciencia sobre la condición de finito de los recursos naturales.

• Valoración: Implica que todos los recursos y servicios tienen un valor, y que al perderse alguno, la sociedad en su conjunto pierde.

• Responsabilidad compartida: Implica el derecho y deber de todos los ciudadanos en una sociedad democrática a participar e interesarse por el proceso de planificación y gestión de los recursos costeros.

• Recuperación patrimonial: Implica la necesidad de establecer pautas generales de planificación y gestión con las que se pueda recuperar parte del patrimonio costero y marino perdido.

Se pueden considerar entonces, como los principales objetivos del OT, los dos siguientes:

• Plasmar sobre el territorio las políticas económicas, sociales, ambientales y culturales y los objetivos de desarrollo como aporte para la construcción de un modelo de desarrollo integral con proyección espacial.



• Orientar el proceso de ocupación y transformación del territorio mediante la distribución y localización ordenada de las actividades y usos del espacio, en armonía con el medio ambiente y contribuyendo a la protección de la diversidad biológica y cultural de la Nación.

Complementariamente y como marco normativo, los siguientes son algunos alcances planteados en la Constitución Política del país y en sus desarrollos legislativos, así como en ciertas consideraciones adicionales:

• Contribuir a la reorganización político administrativa de la Nación dentro de un régimen unitario, como base para el logro de la autonomía de las entidades territoriales, la descentralización y el fortalecimiento de la participación democrática.

• Contribuir a la protección de la diversidad étnica y cultural de la Nación. • Proporcionar estrategias que propicien un desarrollo territorial equilibrado,

que se manifieste en una mejor distribución espacial y estructural del bienestar social.

• Propiciar la asignación eficiente de la inversión pública y privada, la distribución y dotación adecuada de servicios públicos y sociales, la implementación de infraestructura, la transferencia tecnológica y la capacitación de la comunidad.

• Fortalecer la coordinación administrativa e institucional para la planificación solidaria, coherente, eficiente y eficaz.

• Propender por la distribución y localización ordenada de las actividades y usos del territorio, en armonía con el medio ambiente.

• Orientar y regular los procesos de utilización y ocupación del espacio. La definición de alternativas de uso se basa en el concepto de “uso óptimo” (pesquero, acuícola, forestal, agropecuario, urbano, conservación, etc.). El uso óptimo que se proponga para las unidades territoriales deberá ser ecológicamente sostenible, viable y, social, cultural y políticamente aceptado.

Ahora bien, una vez ilustrado el entendimiento alrededor del Ordenamiento Territorial ¿Cuál es el papel que los recursos biofísicos tienen en el OT? Ya se mencionaba anteriormente cómo, alrededor del enfoque sistémico de territorio, su concepción incluye los soportes biofísicos del espacio geográfico en el que se desarrolla la sociedad. Con el objeto de responder adecuadamente el interrogante, es necesario considerar algunas aproximaciones a conceptos relacionados con el espacio geográfico y con los recursos naturales y del ambiente. El Espacio Geográfico ha sido definido desde diferentes ópticas, la que mejor aplica para este caso, lo define como el medio natural que proporciona al hombre una gama de posibilidades que él desarrolla de acuerdo con sus capacidades. Así mismo es de considerar la organización espacial como la composición, estructura y funcionamiento de los espacios sociales, en función de las condiciones biofísicas



del medio, del sistema de valores de la comunidad humana que lo ocupa y, necesariamente, resultado de un proceso histórico (Páramo y Londoño, 1992). Así, se puede entender, también desde una base conceptual ecosistémica, adicionándole las siguientes aclaraciones conceptuales:

• Naturaleza: Medio natural que hace referencia a todo el acoplamiento de cosas que existen, se mantienen, se desarrollan y se reproducen independientemente de la voluntad humana.

• Medio ambiente: Medio natural con la particularidad de que es una meta sistema (sistema complejo, compuesto de múltiples subsistemas, a su vez complejos), que engloba el sistema social con sus respectivas relaciones de organización.

• Patrimonio natural: Medio natural como resultante de procesos de acumulación o pérdida, que conforman una base transmisible de recursos indispensables para el desarrollo humano.

• Paisaje ecológico: Una porción de la superficie terrestre (continental o marina o la combinación de ambas) con patrones de homogeneidad, conformada por un conjunto complejo de sistemas, producto de la actividad del medio físico y biótico y las acciones humanas, que por su fisonomía es reconocible y diferenciable de otros (modificado de Zonneveld, citado por Etter, 1991).

• Ecosistema: Se entiende como un complejo dinámico de comunidades vegetales, animales y de microorganismo y su medio no viviente que interactúan como una unidad funcional (Minambiente, 2001). Concepto que por excelencia hace referencia a los bienes y servicios del medio natural y su interfase con las dinámicas sociales. Lo crítico desde el punto de vista del ordenamiento, es que tanto los ecosistemas “manejados” como los “naturales” son sistemas vivos, capaces de producir todo un abanico de beneficios y ambos son fundamentales para el desarrollo y supervivencia humana. En este sentido, los ecosistemas se constituyen en la variable dependiente para el desarrollo de las comunidades, es decir, de su capacidad de acogida, regulación y productiva dependen las posibilidades de desarrollo de una comunidad.

Dentro del concepto de espacio geográfico y los mencionados anteriormente, la Zona Costera se definen como una entidad geográfica del territorio nacional definida y separada con características naturales, demográficas, sociales, económicas y culturales propias y específicas. Está formada por una franja de anchura variable de tierra firme y espacio marítimo en donde se presentan procesos de interacción entre el mar y la tierra”. En ella se desarrollan actividades como la pesca, el turismo, la navegación, el desarrollo portuario, la explotación minera y donde se dan asentamientos urbanos e industriales, entre otros. Es un recurso natural único, frágil y limitado del país que exige un manejo adecuado para asegurar la conservación su desarrollo sostenible y la preservación de los



valores culturales de su población (Steer et al., 1997). Para la delimitación geográfica de la zona costera colombiana ver la PNAOCI (Minambiente, 2001). Así mismo, se han definido unidades especiales que podrían contribuir con el ordenamiento costero, que son aquellas que permitirán orientar la planeación del desarrollo integral de la zona costera. Se han definido tres categorías (Minambiente, 2001): • Unidades Integrales de Planificación y Ordenamiento Ambiental

Territorial en Zonas Costeras: Son unidades que permiten orientar la planeación del desarrollo integral de la zona costera. Hacen énfasis en la escala de las grandes regiones costeras para mostrar la necesidad de agrupar a todas las unidades administrativas de cada costa, con base en el argumento de que cada una de ellas tiene su propia base ecosistémica, problemática y diferentes diagnósticos (Minambiente, 2001). Se distinguen tres grandes regiones costeras que ofrecen elementos biofísicos, sociales, económicos y culturales que las hacen unidades geográficas sustancialmente diferentes entre sí, a pesar de los elementos comunes que comparten como identidad nacional, estas son: • Costa Pacífico: Abarca el corredor costero sobre el océano Pacífico hasta

el límite externo de la plataforma continental y las aguas sobre ella. Incluye las islas continentales de Gorgona Gorgonilla y Malpelo.

• Costa Caribe continental: Comprende la zona costera del continente, las aguas neríticas asociadas y la extensión de la plataforma continental hasta una profundidad de 200 metros.

• Costa Caribe Insular: Comprende el complejo de islas, cayos, atolones y arrecifes de San Andrés y Providencia, así como las aguas adyacentes asociadas hasta el límite exterior de la ZEE generada por el Archipiélago.

• Unidad Ambiental Costera (UAC): Corresponde a un conjunto de ecosistemas con una alta relación funcional, con características propias distintivas, con condiciones de homogeneidad ambiental en cuanto a su fisonomía estructural y funcional, fácilmente delimitables geográficamente dada su dinámica intrínseca.

• Unidad de Manejo Integrado (UMI): Corresponde a la mínima unidad de manejo, que permitirá implementar estrategias tangibles de MIZC a nivel local. Se caracterizan por la evidencia reconocida de la existencia de actividades competitivas que amenazan con entrar en pugna o en detrimento de los recursos costeros y la calidad de vida de sus habitantes.

Estas tres categorías, permitirán como instrumento de planificación, focalizado en sus ecosistemas constitutivos, aportar al proceso, enfoques, métodos y procedimientos que permitan acercar e integrar, las políticas de desarrollo nacional a la problemática específica de cada unidad. Convirtiéndose en elemento integrador y estructurador de los objetivos, políticas y acciones públicas y privadas sectoriales, encaminadas a mejora el bienestar social de la población.



De acuerdo con la secuencia conceptual hasta ahora desarrollada, es evidente la muy estrecha relación entre el medio natural y la sociedad, como elementos de partida en el análisis para el OT, al grado que ha surgido un término al que esta relación hace referencia, el Ordenamiento Ambiental Territorial –OAT– y el Ordenamiento Costero –OC–, los cuales, a pesar de tener alcances y niveles de análisis diferenciados, son procesos ineludibles e indisociables del OT (IGAC, DNP, Ingeominas, 1996; Steer, et al., 1997). Tal vez debido a la dificultad que implica marcar límites al alcance de la acción de uno y del otro, se ha considerado que el OAT y el OC son componentes o dimensiones de un proceso multidimensional del OT. Por su parte, el OAT ha sido definido como un conjunto de acciones estructuradas alrededor de las funciones ambientales específicas que cumple cada unidad del territorio, con el propósito de lograr que tales funciones estén en concordancia con la potencialidad natural de cada unidad, dentro de contextos locales, regionales y nacionales (Márquez, 1997). El OAT está dirigido hacia:

La promoción de una mejor relación con el medio natural El aprovechamiento e incremento del patrimonio natural La mitigación de efectos deteriorantes La resolución de conflictos generados entre la relación sociedad-naturaleza

En este orden de ideas, lo ambiental también tiene relación con el conjunto de valores, actitudes y motivaciones que enmarcan la relación sociedad-naturaleza. Esta relación se traduce en formas de apropiación de los recursos productivos y en sistemas de producción, así como en el manejo individual y colectivo de los recursos naturales, el equilibrio ecológico, la preservación ambiental y la calidad de vida. Los alcances más importantes a los que el OAT puede llegar, tanto para el OC y el OT, como para la implementación de políticas y estrategias de desarrollo, son (Adaptado de Andrade y Amaya, 1996; IGAC, 2000; INVEMAR-CRC-CORPONARIÑO-IIAP, 2001):

• Caracterización de ecosistemas, incluidos los ecosistemas naturales y los modificados, tales como los agro-ecosistemas y los ecosistemas urbanos, hasta llegar a niveles de una zonificación del territorio.

• Definición e identificación de ecosistemas estratégicos, término este último

que plantea, de entrada, una prioridad por razón de su valor en el desarrollo del territorio, ya sea por su biodiversidad o por su papel en el mantenimiento de los ciclos ecológicos de bienes y servicios naturales.

• Determinación de áreas críticas y de ecosistemas degradados por fuertes

impactos ambientales, que plantean una prioridad en la medida en que requieren algún nivel de conservación, estrategia de manejo o simplemente



ser protegidos y recuperados, dado su alto valor ecológico y ambiental y, obviamente, como reserva patrimonial natural del territorio.

• Determinación de áreas que, por sus características, puedan

eventualmente convertirse en sumideros de las diferentes actividades humanas.

• Definición de áreas de soporte potencial y sistemas ecológicos (naturales o

modificados) de importancia vital para el sostenimiento de las ciudades y centros poblados.

• Zonificación de áreas con restricciones de desarrollo por su susceptibilidad

de ocurrencia de riesgos por amenazas naturales.

• Diseño prospectivo y pronóstico de escenarios probables y deseados en lo que hace referencia a la conservación de ecosistemas, recursos naturales y patrimonio ambiental, lo cual incluye áreas de aprovechamiento sostenible potencial en relación con sus ventajas naturales comparativas, así como también zonas riesgosas por su susceptibilidad a los desastres naturales.

• En lo posible llegar a definiciones, cuantificaciones, calificación y valoración

del patrimonio natural.

• Desarrollo de áreas prioritarias y alternativas para la mitigación de impactos ambientales, aspecto que, consecuentemente, determinará restricciones de uso y aprovechamiento.

• Por último, diseño y ejecución de estrategias, planes y sistemas de gestión

y control ambiental para todos los niveles de planificación: local, regional y nacional.

Este enfoque debe considerarse como un elemento orientador y punto de partida de un proceso dinámico constituido por el conocimiento, la planificación y la generación de modelos para la toma de decisiones. Esto a su vez es comparable con el proceso dinámico del MIZC, que pretende seguir básicamente la siguiente secuencia: identificación y evaluación del problema, preparación de planes y programas, adopción de planes, implementación y toma de decisiones, seguimiento, evaluación y ajustes (adaptado de Olsen et al., 1999). Puesto en otros términos, el conocimiento en función de la información parte del dato como unidad básica, la cual, mediante ejercicios de agregación y de valor agregado analítico, se constituye en los indicadores dentro de los cuales se resalta toda la base cartográfica. Estos indicadores analizados por su capacidad descriptiva, su representatividad en relación con la identificación de debilidades y fortalezas y su viabilidad técnica, puestos de manera organizada, se constituyen en diagnóstico o en una Línea Base sí su función es fijar un parámetro de



referencia, o en ambos en un estudio de mediano y largo plazo que permita desarrollar estrategias de evaluación y seguimiento a las decisiones. Este conjunto de niveles de análisis de la información, que es la materialización del conocimiento del territorio, se constituye en el soporte científico y técnico para la planificación y para la definición de políticas y estrategias para el desarrollo de normatividad y legislación y, en general, para la gestión ambiental. En síntesis, el marco conceptual, incorpora a través de su enfoque ecosistémico, una caracterización de su medio natural y evaluar su historia y su ocupación. Así como las características y proyecciones de su desarrollo poblacional, se deberán interpretar algunas de sus más relevantes dinámicas económicas y las presiones por ellas ocasionadas, se identifican sus principales potencialidades naturales, y sus áreas críticas por su deterioro y disfunción ecosistémica, o su valor estratégico como patrimonio natural, entre otros muchos aspectos. En últimas, esto pretende abordarlo como un ejercicio de acompañamiento constante, que plantea una relación de mediano y largo plazo, en la búsqueda de un conocimiento progresivamente más profundo, más focalizado y más concreto que, a su vez, permita ir ordenando el territorio mediante la modelación de escenarios que pongan en evidencia tanto las oportunidades de desarrollo, como las restricciones a los usos y la ocupación actual del territorio y que, por ende, oriente las decisiones hacia los modelos de desarrollo más viables y sostenibles.

2.2.2 Indicadores de desarrollo sostenible El concepto de desarrollo sostenible fue discutido en las reuniones preparatorias de la conferencia sobre el medio ambiente humano celebrada en Estocolmo en 1972, y descrito por algunos autores durante los años setenta, como R. Dasmann, J. Milton y P. Freeman en su libro "Ecological Principles for Economic Development".

Después de la presentación del informe de la Comisión Mundial Sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, conocido como "Nuestro futuro común" o simplemente "Informe Brundtland (1987) y sobretodo después de la Cumbre de Río en 1992, el concepto se ha difundido ampliamente alcanzando amplias repercusiones políticas y promoviéndose a niveles altos de decisión.

Según la conocida definición de desarrollo sostenible planteada en el Informe Brundtland 1987, el crecimiento económico y el uso racional de los recursos naturales y el medio ambiente están vinculados.

Desde una perspectiva meramente ecológica, el desarrollo sostenible se percibe como la interrelación entre los sistemas económicos altamente dinámicos y los sistemas ecológicos menos cambiantes en la cual:

• La vida humana pueda continuar indefinidamente,

• Los seres humanos como individuos, puedan desarrollarse,



• Sobreviven las particularidades culturales de la sociedades, y

• Los efectos de las actividades humanas se mantengan dentro de unos límites que no permitan la destrucción de la diversidad, complejidad y funcionamiento de los sistemas ecológicos soportes de la vida (Constanza, R. 1991).

En síntesis, el desarrollo para ser sostenible debe ser concebido como un proceso multidimensional e intertemporal en el cual la trilogía equidad, competitividad y sostenibilidad, se sustentan en principios éticos, culturales, socioeconómicos, ecológicos, institucionales, políticos y técnico-productivos. Diversos especialistas mencionan cuatro dimensiones del desarrollo sostenible: socieconómica, institucional y política, productivo-tecnológica, y ecológica. A pesar del tiempo transcurrido y las publicaciones disponibles, aún no hay consenso respecto a lo que significa realmente el desarrollo sostenible y las numerosas interpretaciones varían según sea la disciplina, el paradigma o la ideología que sirva de base para definirlo.

• Un grupo de autores, principalmente economistas, lo consideran equivalente a crecimiento sostenible y aunque sin crecimiento no puede haber desarrollo, este es una concepción reducionista.

• Un segundo grupo de instituciones y expertos destacan al definir el concepto, la necesidad de satisfacer las necesidades actuales, sin comprometer la satisfacción de las necesidades de las generaciones futuras, e introducen el compromiso intergeneracional muy debatido y algo difuso. Aquí se incluyen las definiciones de desarrollo sostenible del Informe de Brundtland 1987, la UICN y la FAO entre otras. Plantean además, estas definiciones que este desarrollo debe ser adecuado desde el punto de vista tecnológico, viable desde el punto de vista económico, y socialmente aceptable.

• Un último grupo plantea que el desarrollo sostenible necesita cambios fundamentales en el paradigma del desarrollo dominante y señala la importancia del aspecto distributivo, es decir, la equidad, además aceptan que lo que se debe buscar es fomentar el desarrollo del hombre en su espacio y no sólo del espacio (Dourojeanni, A. 1996; World Resources Intitute; 1994).

Por otro lado, desde los años setenta, otros autores comenzaron a plantear que no se puede hablar de desarrollo de una sociedad si esta no controla los equilibrios físicos y biológicos de su propio ambiente (Casabianca, F. 1970, y Sachs, I. 1980) lo que dio lugar al segundo concepto ya mencionado. De acuerdo con la Ley 99 de 1993, en Colombia se entiende el desarrollo sostenible como “el que conduzca al crecimiento económico, a la elevación de la



calidad de vida y el bienestar social, sin agotar la base de los recursos naturales renovables en que se sustenta, ni deteriorar el medio ambiente o el derecho de las generaciones futuras a utilizarlos para la satisfacción de sus propias necesidades”.

2.2.2.1 Gestión y planificación ambiental La Gestión Ambiental se entiende como el manejo participativo de los elementos y problemas ambientales de una región determinada, por parte de los diversos actores sociales, mediante el uso selectivo y combinado de herramientas jurídicas, de planeación, técnicas, económicas, financieras y administrativas, para lograr el funcionamiento adecuado de los ecosistemas y el mejoramiento de la calidad de vida de la población dentro del marco de desarrollo sostenible (Guhl, et al., 1998). El concepto fundamental que apoya este modelo es el de considerar la gestión ambiental como un proceso de mejoramiento continuo, al que se puede acceder en cualquier punto, que se va desarrollando a lo largo del tiempo y que se va modificando de acuerdo con las circunstancias que se vayan encontrando y los resultados que se vayan alcanzando. No es simplemente la aplicación de un plan impuesto, sino que es un proceso flexible de construcción colectiva de un presente y un futuro mejor por parte de los diferentes actores interesados (Guhl, et al., 1998). La planificación como función técnica conocida como planificación modernista (con sesgo positivista y racionalista) ha fracasado y es muy difícil de contraponer al rápido desarrollo tecnológico y económico propuesto como "Modelo de Desarrollo" por la economía de libre mercado, lo que se agudiza además por el incremento de la entropía social del propio sistema. Esto establece la necesidad de un nuevo tipo de planificación: Sostenible o ambiental según unos, Ecológica, Espacial, Estratégica, etc., según otros. El nuevo modelo de planificación debe buscar acercar el conocimiento a la acción, es decir sin olvidarnos del futuro hacer énfasis en los procesos actuales. Este nuevo modelo debe ser entonces normativo, innovador, político, negociador y basado en el aprendizaje social (Friedmann, J. 1992). Los objetivos básicos de esta planificación son:

• Ayudar en la toma de decisiones en el uso del espacio,

• Servir como instrumento para asegurar las obligaciones ecológicas y/o asegurar la estabilidad ecológica y restauración de los ecosistemas.

Esta planificación a la que se ha llamado Planificación Ambiental puede ser concebida como: "El instrumento dirigido a planear y programar el uso del territorio, las actividades productivas, la organización de los asentamientos humanos y el desarrollo de la sociedad, en congruencia con el potencial natural de



la tierra, el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y humanos y la protección y calidad del medio ambiente" (Salinas, E. 1991, 1994 y 1997). La planificación ambiental busca organizar las actividades socio-económicas en el espacio, respetando sus funciones ecológicas de forma que se promueva la sostenibilidad ambiental y el desarrollo sostenible (Ibama, 1995). Esta planificación debe tener entonces dos dimensiones:

• La primera relacionada con las políticas y estudios principalmente encaminados a decidir qué actividades deben ser ubicadas y dónde (EL QUÉ y EL DONDE).

• La segunda referida al control en los cambios en el uso del espacio, analizando los posibles impactos de las diferentes actividades y los umbrales ambientales al desarrollo de las mismas (EL CÓMO y EL CUANTO).

Esta concepción sistémica de la planificación ambiental plantea que no puede existir un equilibrio ecológico a largo plazo junto con situaciones socio-económicas críticas como son: la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, etc.; así como no es posible un desarrollo socio-económico sin que este se adecue a la disponibilidad y renovación de los recursos naturales por un lado (el llamado capital natural por algunos autores) y al desarrollo de las fuerzas productivas por el otro. La aplicación de los conceptos de gestión y planificación ambiental a las zonas marinas y costeras, se entiende desde el punto de vista en el que la ordenación se interpreta a partir de un proceso intelectual en el cual se diseña una herramienta de intervención (planificación costera) que facilita la ejecución de una serie de actuaciones (gestión costera) (Barragán, 1997).

2.2.2.2 Ordenamiento geoecológico Concebido como: "el nivel más amplio y abarcador de la planificación ambiental, está dirigido a determinar un modelo constituido por tipos funcionales, su régimen de utilización y el sistema de medidas, para cada parte del territorio, así como sus entidades de operación y los instrumentos administrativos, legales y sociales, que aseguren su aplicación" (Salinas, E. 1997; Gómez Orea, D. 1994; Mendez, E. 1992). Se basa en tres principios básicos que son:

• Maximizar el uso de los potenciales y recursos del territorio (oferta).



• Minimizar la degradación e impactos de las actividades socioeconómicas a desarrollar (demanda).

• Mantener el equilibrio geoecológico, es decir la configuracioón espacial (estructura) funcionamiento, dinámica y evolución de los geo-sistemas.

Diversos autores consideran al ordenamiento geoecológico o territorial como: "la expresión espacial de las políticas económica, social, cultural y ecológica de la sociedad, considerándolo como una disciplina científica una técnica administrativa y una política concebida como actuación interdisciplinaria y global con el objetivo central de lograr el desarrollo equilibrado de las diferentes regiones y la organización física del espacio según un concepto rector" (Gómez Orea, D. 1994; Barragán, J.M. 1994; MOPU, 1983; INE-SEMARNAP, 1996). El ordenamiento geoecológico como lo concebimos, busca alcanzar el desarrollo armónico del espacio y debe contribuir como base regional del desarrollo. siendo necesario como fundamento de la planificación ambiental ya que establece que el territorio es: el patrimonio del desarrollo, el portador de recursos naturales y humanos que son frágiles, vulnerables y finitos; un recurso económico ya que genera bienes y servicios y a su vez escenario para la vida. Por último es necesario apuntar que el ordenamiento geoecológico es también un proceso tecnológico del planeamiento y por tanto debe ser flexible, continuo y a largo plazo; siendo además holistico y sistémico ya que no sólo es ambiental, sino social, económico, político y administrativo, debiendo traducirse en una zonificación de las capacidades y potenciales del territorio (oferta u objeto de la planificación) para determinada actividad socio-económica (demanda o sujeto de la planificación). Hasta el momento en la mayoría de los países la planificación del espacio ha sido vista y estudiada usando límites políticos, cuencas hidrológicas o algunas otras unidades, lo que ha demostrado un desconocimiento del desarrollo teórico-metodológico y práctico alcanzado por la Geoecología o Ecología del Paisaje que proporciona una base sólida para el análisis holistico y sistémico del espacio permitiendo clasificar y delimitar unidades homogéneas por sus características que pueden ser estudiadas, evaluadas y gestionadas en el propio proceso de planificación del espacio. A manera de cierre del aparte sobre indicadores para el manejo de zonas marinas y costeras, se presenta la figura 6. Figura 6. Ciclo del MIZC aplicable al diseño, aplicación y seguimiento de los indicadores ambientales para dicho territorio (tomado de UNESCO, 2003).



2.3 INDICADORES DE LINEA BASE DE INFORMACION AMBIENTAL DE LA AMAZONIA COLOMBIANA

El eje principal de todo sistema de indicadores es su enfoque conceptual, sobre el cual se basa el diseño y construcción de los demás componentes, sin embargo, no existe un marco conceptual genérico que pueda aplicarse a todos los sistemas de indicadores, éste se define en respuesta a su propósito y objeto de estudio específicos (Minambiente, 2002). Para el desarrollo de un sistema de indicadores y como parte del enfoque conceptual, se debe dar respuestas a preguntas como: ¿Cuál es el propósito del sistema de indicadores?, ¿Para qué se utilizará la información que proveerá?, éstos cuestionamientos permiten orientar el adecuado diseño de los indicadores.

2.3.1 Enfoque ecosistémico La Teoría de Sistemas Complejos es el término colectivo para denominar una multitud de teorías y herramientas analíticas que son útiles para tratar la clase de sistemas denominados “Complejos”, aquellos sistemas que necesitan detalles pequeños para estar relacionados con grandes productos (Boyle, 1998). Esta teoría está basada en la Teoría General de Sistemas desarrollada por Bertalanffy en 1968, quien enfoca los problemas desde la perspectiva de los Sistemas. Un sistema puede ser definido como un complejo de elementos interactuantes (Bertalanffy, 1994) y es necesariamente subjetivo ya que es construido por personas que son una parte integral del mismo. Estos sistemas vivientes son altamente complejos, puesto que están basados principalmente sobre un modelo orgánico con propiedades tales como extremada sensibilidad a las condiciones iniciales, impredictibilidad inherente, habilidad para auto-organizarse y aún la capacidad para que nuevas propiedades se manifiesten espontáneamente (Boyle, 1998).

Planificación y Gestión Ambiental en zonas marinas y costeras

Implementación Resultado

Evaluación Seguimiento y Monitoreo



La Teoría de Sistemas Complejos proporciona para los ecosistemas una visión dinámica, de sistemas en constante evolución, los cuales no son determinísticos, sino que por el contrario poseen cierto grado de impredictibilidad. Los cambios en tales sistemas pueden ser suaves, o igualmente repentinos y sorpresivos (Kay, 1997, citado en Boyle, 1998). Los cambios catastróficos son normales y a veces necesarios para su funcionamiento normal. Los componentes principales de esta teoría que aplican a los ecosistemas, son los siguientes:

Teoría de jerarquías: Establece que los ecosistemas deben ser entendidos en términos de una anidación jerárquica de sistemas. El principio básico es que ningún sistema existe aislado y su comportamiento está determinado por las interacciones de las partes componentes del sistema y las influencias ejercidas por el ambiente (contexto) sobre él.

Teoría de catástrofes: En los ecosistemas ocurren cambios lentos, suaves y

continuos, al mismo tiempo que cambios repentinos y discontinuos, los cuales son necesarios para el funcionamiento normal de los ecosistemas (incendios naturales, erupciones volcánicas, latidos del corazón).

Atractores y gradientes: Cualquier región tiene el potencial de soportar más

de un ecosistema en buen funcionamiento, con la capacidad de auto-organizarse. El tipo de ecosistema predominante dependerá del contexto que lo rodea y de los flujos de energía, materiales e información dentro del sistema. Estos estados estables potenciales son denominados como atractores, en donde las fuerzas que actúan sobre el sistema están balanceadas. Por otra parte, la fuerza que mueve un sistema desde un punto inestable hacia un atractor es conocida como gradiente, o una descompensación de las fuerzas que actúan sobre el sistema.

Teoría de la auto-organización. Los sistemas complejos abiertos, con un flujo

de energía entrante, pueden organizarse espontáneamente hasta crear estructuras. Esta auto-organización automática ocurre cuando el sistema alcanza un umbral de catástrofe y salta hacia un nuevo estado organizado. Sin embargo, el surgimiento de estas estructuras es espontáneo y discontinuo, siguiendo los principios de la teoría de catástrofes.

Este marco conceptual sustenta el denominado Enfoque Ecosistémico, el cual es definido por el Convenio sobre la Diversidad Biológica como “Una estrategia para el manejo integrado de la tierra, el agua y los recursos bióticos que promueve la conservación y el uso sostenible de forma equitativa”. Este enfoque fue adoptado por la V Conferencia de las partes en Nairobi (CDB, 2000) como la estrategia que debería ser utilizada para el logro de los tres objetivos del Convenio como son: “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos”,



A través de este enfoque, se busca integrar la realidad humana en la gestión de los ecosistemas, al incluir al hombre y la sociedad dentro de un sistema ecológico y no fuera de él, o como lo plantea Odum (1986) “El hombre, sus máquinas, sus redes de comunicación y de dinero son parte del ecosistema”. Este enfoque proporciona una visión mas integradora y amplia de las realidades e interacciones que ocurren en el sistema ecológico, permite evidenciar tendencias, procesos, relaciones y estructuras. Busca un entendimiento integral del funcionamiento del sistema, en el que el sistema social no es visto como dominante del sistema ecológico sino que ambos son considerados como entidades coevolutivas (Boyle, 1998). En la figura 7, se ilustra el modelo de interrelaciones entre los sistemas ecológicos y los sistemas sociales. De esta forma, el enfoque ecosistémico plantea que los sistemas sociales son dependientes pero a la vez influencian los sistemas ecológicos. Los sistemas económicos se ilustran al interior de los sistemas sociales, ya que se considera que la economía financiera colapsaría si los sistemas sociales dejasen de existir, por el contrario, un sistema social podría existir sin un sistema económico (Boyle, 1998). Por otra parte, el Convenio reconoce que no existe una única vía para aplicar el enfoque ecosistémico, ya que esto depende de las condiciones locales, regionales, nacionales o globales (Decision V/6, COP5, 2000). Figura 7. El modelo de anidación de los sistemas, bajo el enfoque ecosistémico. Las relaciones e interacciones son las que conectan un sistema al otro en ambos sentidos (Adaptado de Boyle, 1998).



En la figura 8, se muestra el modelo de relaciones para un solo nivel holárquico horizontal. El sistema ecológico que lo rodea, es el contexto para las sociedades que viven dentro de él. Este contexto está formado por los influjos del sistema ecológico y del ambiente biofísico. Las comunidades ecológicas suministran energía, materiales e información (Schneider & Kay, 1994), que el sistema social requiere para sostenerse, por lo que este contexto limita las estructuras y procesos que son posibles en un sitio específico. Sin embargo, el sistema social puede afectar el contexto de su propio sistema (contaminación, calentamiento global, etc.), por lo que el funcionamiento del sistema ecológico puede ser alterado para beneficio o detrimento del sistema social. Figura 8. Diagrama de relaciones entre los diferentes sistemas, para un solo nivel holárquico. Las flechas naranja indican las influencias directas o indirectas del sistema social sobre las estructuras, procesos y contexto del sistema ecológico.

Sistema Ecológico

Sistema Social

SistemaEconómico

Relaciones

Relaciones

• Política• Aprovechamiento• Conservación• Residuos

Relaciones



En este modelo, los elementos de cada sistema (social y ecológico), son vistos como entidades auto-organizativas puestas en un contexto ambiental. Tales entidades son entendidas a través de sus procesos y estructuras constituyentes y las relaciones entre ellas. Un ejemplo de estructuras son las especies que conforman un bosque, mientras que un proceso sería el crecimiento de la biomasa de ese bosque. Por otra parte, una descripción de las relaciones entre estos procesos y estructuras, sería el ciclo de nacimiento o germinación, crecimiento, reproducción y muerte de las especies. Como lo plantea Boyle (1998), en general los procesos involucran flujos de materiales, energía e información. Las estructuras son objetos, los cuales vemos en el paisaje. Los procesos permiten la aparición y soporte de estructuras, las cuales a su vez permiten la aparición de nuevos procesos. El reconocimiento de esta relación iterativa entre procesos y estructuras diferencia este modelo conceptual de otros existentes. De allí se desprende que una descripción holárquica del sistema es auto-contextual, esto es, cada sistema forma el contexto para los sistemas en su interior.

Procesos

Estructuras

Procesos

Estructuras

SistemaSocial

Sistema Ecológico



Este enfoque sobre la estructura, procesos, funciones e interacciones, es consistente con la definición de ecosistema, provista en el artículo 2 del Convenio sobre la Diversidad Biológica:

“Ecosistema significa un complejo dinámico de comunidades vegetales, animales y microorganismos y su ambiente abiótico, interactuando como una unidad funcional”.

Esta definición implica que los ecosistemas no son específicos de ninguna unidad espacial o escala en particular, por lo que el término ecosistema debe usarse en sentido diferente al de Bioma, Zona ecológica o Hábitat, y puede referirse a cualquier unidad funcional a cualquier escala. De hecho, la escala de análisis y acción debe estar determinada por el problema que está siendo analizado (Likens, 1992, Boyle, 1998). Adicionalmente, la delimitación de los ecosistemas es usualmente determinada por la conveniencia del investigador, más que en el conocimiento de discontinuidades funcionales con un ecosistema adyacente. Esta delimitación artificial se justifica en la falta de conocimiento suficiente de las relaciones funcionales entre ecosistemas, sin embargo, se considera que esta arbitrariedad puede no representar un problema analítico serio, según los objetivos de estudio y el sistema en cuestión (Wiens et al, 1985; Likens, 1992) Los procesos ecosistémicos son frecuentemente no-lineares y las salidas de tales procesos pueden presentar vacíos temporales. El resultado son discontinuidades que conducen a incertidumbres y procesos repentinos, por lo que el manejo debe ser adaptativo, con el fin de posibilitar respuestas a tales incertidumbres, contando con elementos de auto-aprendizaje o retroalimentación (Boyle, 1998). Por lo tanto, el enfoque ecosistémico requiere de un manejo adaptativo para tratar con la naturaleza compleja y dinámica de los ecosistemas y la ausencia de un entendimiento completo de su funcionamiento.

2.3.2 La línea base como apoyo a los procesos de desarrollo sostenible en la Amazonia colombiana.

El concepto de desarrollo sostenible viene evolucionando y enriqueciéndose a partir de la década del 80, por las claras evidencias de que los recursos son finitos y por lo tanto no podrían resistir indefinidamente los modelos de desarrollo económico predatorios, que han caracterizado a la economía mundial desde la revolución industrial (Jacobs, 1995; Bossel, 1999). Según la perspectiva de análisis, ya sea económica, política o ambiental, es posible atribuirle diferentes significados al desarrollo sostenible, aunque



generalmente se cita la definición del informe Brundtland, “Nuestro Futuro Común” de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (WCED, 1987): "El desarrollo sostenible es el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas." En 1992, los líderes de la Cumbre de la Tierra plantearon acuerdos y convenciones con miras a minimizar problemas críticos como el cambio climático, la desertificación y la deforestación. También trazaron una estrategia amplia de acción, la Agenda 21, como el plan de trabajo para el ambiente y el desarrollo durante las próximas décadas. Durante el resto de la década de los '90, una gran variedad de grupos (desde el sector comercial, gobiernos locales hasta organizaciones internacionales como el Banco Mundial) han adoptado el concepto y le han dado sus propias interpretaciones particulares. Lamentablemente, los avances para llevar a cabo las propuestas en pro del desarrollo sostenible han sido lentos (IISD, 2003). Desde su definición inicial, el concepto de desarrollo sostenible ha sido objeto de cambios para incluir los principios de sostenibilidad ecológica, social, cultural y económica como “un proceso de mejoría económica y social, que permita satisfacer las necesidades y valores de todos los grupos interesados manteniendo las opciones futuras y conservando los recursos naturales y la diversidad” (Umaña, 1993). Por esto desde la perspectiva global de la sostenibilidad no solo se espera la generación de riqueza y la conservación de recursos, sino también la equidad y justicia en lo social y en la distribución de recursos (CPDCM, 1993; Jacobs, 1995; Gómez, 1998). Como plantea Dovers (1989), los recursos naturales están siendo utilizados o degradados a tasas que pueden comprometer significativamente a las generaciones futuras (combustibles fósiles, maderas, suelos, entre otros); los desechos urbanos se acumulan a una tasa que también compromete el uso futuro de la biosfera (contaminación oceánica, eutroficación de cursos de agua, efecto invernadero); la diversidad biológica está disminuyendo drásticamente, amenazando una gran proporción de vida no humana y el uso futuro de la biosfera (bosques tropicales, diversidad genética de los cultivos). Los modelos actuales de crecimiento y desarrollo, crean muchos bienes, servicios y situaciones que no son necesariamente social o humanamente deseables (estrés, drogas, sobreconsumo) y los actuales modelos de desarrollo son fundamentalmente inequitativos. Resulta imperativo entonces, conciliar la necesidad del cambio inherente al hombre, con la conservación de los recursos, imprescindible para el equilibrio de todo el sistema, en otras palabras, que sea ecológicamente sostenible y socialmente justo (Hodge & Hardi, 1997; Bossel, 1999). Para lograr el desarrollo sostenible es necesario adoptar medidas en cada una de las regiones del mundo, en tres esferas fundamentales: (i) crecimiento económico



y equidad, (ii) conservación de los recursos naturales y el medio ambiente y (iii) desarrollo social (ONU, 2002). La adopción de tales medidas corresponde a las entidades relacionadas con la gestión ambiental, especialmente las que tienen esa función como mandato, así como también a las instituciones de carácter sectorial y territorial y las comunidades que apoyan estas acciones, sustentando esta gestión en la investigación y la educación ambiental (Sepúlveda & Edwards, 1995; Vega, 2001). Para la Amazonia colombiana existen diferentes visiones del desarrollo sostenible, dependiendo de las características naturales y culturales de cada región, por lo que se hace necesario implementar políticas y marcos legales que promuevan dicho desarrollo, a partir de las perspectivas del ordenamiento territorial y los avances científicos y tecnológicos, incluyendo los elementos sociales, culturales y ambientales con un fuerte componente de participación ciudadana (Vieco, 2001; Wood, 2001), de esta manera, el Estado puede promover un desarrollo sostenible amazónico, acorde con la diversidad social y ambiental, con criterios de equidad en lo económico y lo social.

2.3.3 Una perspectiva moderna de la Gestión ambiental Según Boyle (1998), el término “gestión ambiental” se ha usado tradicionalmente para referirse a nuestras interacciones con los ecosistemas, lo cual implica el manejo de algo externo a los humanos, por lo que consideramos que podemos moldear su comportamiento para ajustarlo a nuestras necesidades. Aunque recientemente, se considera que la humanidad es parte del sistema y por lo tanto no puede controlarlo, nuestras capacidades tecnológicas han excedido el entendimiento de las consecuencias de nuestras actividades. Nuestra especie tiene ahora la capacidad de afectar las funciones del sistema en todos los niveles y la tarea de la gestión ambiental se convierte en manejar nuestras propias actividades para mejorar o al menos no afectar adversamente el contexto del cual dependemos. En consecuencia, para la gestión ambiental se ha identificado como una meta principal el entender mejor la dinámica de los sistemas globales y locales con el fin de prever los cambios, pero aún más importante, para aprender a adaptarnos a situaciones repentinas e impredecibles. La gestión ambiental tradicional tiende a enfocarse en las estructuras visibles y trata de controlar y preservar ecosistemas en un estado particular. Los ecosistemas, sin embargo son dinámicamente complejos, esto significa que continuamente están reorganizándose y evolucionando en respuesta a cambios internos y externos que son con frecuencia no determinísticos. Por lo tanto, tiene más sentido estudiar los factores de cambio que las estructuras resultantes.



2.3.4 Gestión ambiental y monitoreo Como parte integral de la gestión ambiental, se requiere establecer mecanismos para medir los efectos ambientales o impactos de las actividades de gestión desarrolladas. De esta manera, puede predecirse o darse una advertencia temprana de los problemas que pueden ser mitigados antes de que ocurran daños irreversibles. El monitoreo también puede realizarse por interés científico y para entender el comportamiento y la función de los ecosistemas, cuya información puede ayudar a anticipar y cuantificar los cambios, puede identificar o diagnosticar el problema y sus fuentes. El monitoreo de la salud integral de los ecosistemas (incluyendo aquellos dominados por el hombre, tales como las ciudades) nos proporciona una idea del bienestar general del sistema y de su capacidad para manejar las tensiones. Sin embargo, cualquiera que sea la razón, el objetivo último del monitoreo es la medición del avance hacia unas metas de la sociedad. Nos indica si estamos en la ruta adecuada y que tan rápido nos movemos en una dirección positiva.

2.3.5 La Línea Base como parte del Monitoreo de la Amazonia La construcción de la línea base, estructurada en un proceso de monitoreo de los recursos naturales de la Amazonia colombiana busca establecer el estado de los recursos naturales en los que se evidenciarán estructuras, procesos y relaciones al interior del sistema amazónico y hacia el sistema superior que lo incluye, denominado bajo el enfoque de sistemas como el contexto. La línea base se entiende entonces como el estado actual de los recursos naturales de la Amazonia, a partir de la cual se realizará el monitoreo y la gestión de los ecosistemas por medio de la utilización de indicadores adecuados que adviertan sobre la dirección, intensidad y efecto de las actividades antrópicas, con el objetivo final de mantener un desarrollo regional acorde con las características y funciones de los ecosistemas y el mantenimiento de la integridad del sistema amazónico. La propuesta de línea base resultado de este proyecto será el reflejo del nivel de conocimiento que el país ha construido sobre la Amazonia colombiana en aquellos temas relevantes incluidos. Por tanto, no todos los indicadores incluidos en la propuesta tendrán datos al año 2001, esto significa que para el caso de la Amazonia, los indicadores de estado de los recursos y del medio ambiente, tendrán información inicial en momentos diferenciados; para algunos, apenas se iniciará la obtención de datos el año próximo, pero se incluyen en esta propuesta por la importancia que representan para el seguimiento de los procesos de desarrollo sostenible en la región.



El desarrollo del sistema de indicadores para monitoreo, bajo el enfoque ecosistémico, debe estar orientado a evidenciar estructuras, procesos y relaciones entre los diferentes componentes del ecosistema, con el objeto de evaluar sus tendencias en el tiempo y analizar el progreso hacia los objetivos sociales planteados, en este caso, el ideal de sostenibilidad ambiental del desarrollo para la Amazonia colombiana. Estas estructuras, procesos y relaciones, deben ser monitoreados para los sistemas sociales y los ecológicos, teniendo en cuenta que entre estos dos sistemas se presentan interacciones que determinan el curso del sistema total que se esté analizando. Se asume entonces, que el mantenimiento de las estructuras, procesos y relaciones al interior del sistema, así como de sus relaciones con el contexto, permitirán el mantenimiento de las funciones e integridad de dicho sistema.

2.3.6 Indicadores Ambientales en la Amazonia Los modelos conceptuales tradicionales que buscan describir el funcionamiento del sistema se basan principalmente en el modelo presión-respuesta, el cual está basado en el principio de que para cada presión, el sistema responderá en una determinada forma. Se asume entonces que dado un conjunto de entradas, el sistema producirá consistentemente resultados similares. El problema con estos modelos es que se adhieren a los principios generales de la ciencia clásica, en la cual hay relaciones lineares entre causa, efecto y cambio continuo. Por el contrario, la teoría de sistemas complejos muestra que los ecosistemas tienen dinámicas más variadas que las asumidas por modelos de equilibrio linear, así la relación causa – efecto es siempre de muchos a muchos El modelo presión-respuesta y sus variaciones tratan de identificar factores que presionan un sistema y determinar posibles respuestas del sistema. Uno de los problemas con esta perspectiva, sin embargo, es que el estado de un sistema en un punto determinado depende de su contexto, así pues, si una presión es aplicada a un sistema, podemos observar cierta respuesta, pero si exactamente la misma presión es aplicada en un tiempo diferente, la respuesta del sistema puede ser completamente diferente, esto se debe a que el contexto está siempre cambiando y el sistema está continuamente reorganizándose (Boyle, 1998). En consecuencia y dada la alta complejidad de la Amazonia y de las múltiples interacciones e interrelaciones entre los componentes de los sistemas sociales y ecológicos de esta región, el Instituto Sinchi ha seleccionado al Enfoque ecosistémico como marco ordenador de los indicadores para el monitoreo, con base en las tres características fundamentales identificadas para el monitoreo de los ecosistemas: Estructuras, entendidas como los componentes físicos del sistema (bosques, árboles, peces, hombres), Procesos, entendidos como las



dinámicas por las cuales las estructuras se organizan y Relaciones, como aquellas interacciones entre las diferentes estructuras del sistema y de los sistemas entre sí. Teniendo en cuenta los anteriores aspectos conceptuales, la propuesta de indicadores busca evidenciar la situación ambiental de la Amazonia colombiana en los ámbitos regional, nacional y transnacional (en el contexto de la gran Amazonia), permitiendo el seguimiento de los aspectos más relevantes de los sistemas ambientales, entendido el ambiente como un sistema complejo integrado por los subsistemas ecológico, social y económico. En el anexo 2. Informes de los Institutos, se presentan con mayor detalle la propuesta conceptual, metodológica y los indicadores diseñados para la línea base de información ambiental de la Amazonia colombiana.

2.4 INDICADORES PARA LA REGION DEL PACIFICO COLOMBIANO

En un “país de regiones” como Colombia, nuestra responsabilidad para orientar un trabajo de construcción de Línea Base del Sistema Ambiental -con sus respectivos indicadores que será base fundamental para la toma de decisiones, debe llevarnos a sostener la posibilidad de que los sujetos de las diferentes culturas interactúen y se interpreten recíprocamente, aunque tengan diferentes concepciones del mundo y estándares de evaluación. Por ello el IIAP considera que un proceso como este debe ser no sólo de construcción colectiva sino que debe tener en cuenta su diversidad étnica y cultural. Así mismo tiene el reto de garantizar la participación efectiva de la sociedad civil como forma de integrarla a la gestión ambiental. Como hacer, entonces, para que este ejercicio de construcción colectiva legitime la diversidad?. Una primera aproximación a la solución del problema es el asumir unos principios elementales, que en la media en que sean “originarios” de allí se deriven los demás. Para el caso la Región Pacífico, el proceso de construcción de región y de un modelo de desarrollo apropiado y pertinente (Agenda Pacífico XXI), definió estos principios elementales que se subsumen en los siguientes: Respeto a la Diversidad Cultural y Respeto a la Diversidad Ecosistémica. Los anteriores principios “traducidos” al ejercicio colectivo que nos ocupa (Línea Base y Diagnóstico ambiental), tendrían como consecuencia lógica los siguientes reconocimientos: • Reconocimiento de la pluralidad de fines epistémicos y de formas y criterios de

racionalidad. Esto es, el reconocimiento y respeto de la diversidad de marcos conceptuales, creencias, prácticas y criterios de racionalidad (epistémica, ética y estética).

• Reconocimiento de un pluralismo ontológico frente a la idea de un único universo. No podemos afirmar la existencia de un universo como sistema total y único. El mismo estado actual de las ciencias lejos de sustentar la idea de un



único universo apunta hacia la tesis de un pluralismo ontológico de universos distintos.

• El reconocimiento a que la diversidad existente de estructuras conceptuales da lugar a controversias y cambios teóricos, a través de procesos de interpretación y aprendizaje de estructuras alternativas, que conducen a la innovación conceptual.

Los anteriores reconocimientos son condición necesaria de la racionalidad crítica y dialógica, gracias a la cual es posible comprender otras culturas, tradiciones o paradigmas, aprender de ellos para cuestionar y mejorar nuestras propias creencias. El objetivo más importante en esta interacción es la cooperación y la realización de acciones coordinadas, más que el acuerdo total sobre todo lo que debe contener el resultado final. Para ello requerimos de acuerdos mínimos, sobre plataformas de interés común, los cuales pueden ser posibles a pesar de que existan creencias, normas, valores y procedimientos diferentes en cada región o comunidad y para los distintos individuos. En últimas, la Línea Base y el Diagnóstico Ambiental Nacional necesariamente se construye desde lo regional. Si aceptamos el pluralismo, debemos rechazar la idea de que existen estándares y normas universales aunque necesariamente deben darse acuerdos mínimos sobre plataformas de interés común. De otra parte, dos elementos fundamentales se deben tener en cuenta para definir cual método emplear en nuestro arduo trabajo, a pesar de los pocos recursos disponibles y en corto tiempo para entregar resultados: 1) El concepto de ambiente ha variado, de una visión estática de ser “ todo lo que nos rodea”, a ver al ambiente como un complejo sistema de interrelaciones, muy activo, entre el espacio físico y el sociocultural, en medio del cual está el hombre, como elemento biótico, creador de cultura que le imprime un alto grado de complejidad a este proceso, ya que sus capacidades de transformación y creación le han permitido trascender algunas de las leyes naturales y convertir el sistema natural en sociocultural, cuyos procesos están determinados por intereses políticos y económicos. 2) Es necesario entender que los resultados de la Línea Base deben proveer a las entidades gubernamentales (Ministerio del Medio Ambiente, Corporaciones Autónomas Regionales, Alcaldías, etc.) y a los actores sociales (grupos étnicos) elementos que les permitan modificar los criterios de lo que se entiende por desarrollo.



El ejercicio se debe construir teniendo en cuenta las herramientas que nos da la prospectiva para visualizar el futuro. En ese sentido consideramos que nuestro país se mueve dentro de cinco posibles escenarios. El primer escenario posible es de la gobernabilidad pluralista (respeto por la diversidad étnica y cultural) , en donde Colombia sea una país en paz, ordenado territorialmente, en proceso de articulación en el ámbito local, regional, nacional e internacional, artífice de sus propias decisiones, en el contexto de un modelo de desarrollo concertado, apropiado y pertinente, teniendo en cuenta sus particularidades políticas, económicas, étnicas y ambientales, que propenda por la consolidación de una sociedad equitativa, justa y pluralista. El segundo escenario posible se orienta hacia la búsqueda de la sostenibilidad (modelo ecosistémico), es el escenario donde mejora la economía, la educación, la paz, se avanza en la construcción de una sociedad democrática representativa, etc. El tercer escenario posible es el de los desequilibrios, aunque mejorar la situación de orden público, es el país donde una pequeña minoría vive cada vez mejor y una gran mayoría mucho peor, existe concentración excesiva de la riqueza, la sociedad aparece como una gran pirámide. El cuarto escenario posible es el reino de la medianía, nos mantenemos a flote pero sin expectativas de mejorar, florece el populismo y las promesas. El quinto escenario posible es una pesadilla hecha realidad, el país va de crisis en crisis, es el escenario de la exclusión, de los grandes desplazamientos de poblaciones, de la pobreza, desempleo, contaminación y hambruna nacionales. Estos cinco escenarios representan futuros posibles para nuestro país, ¿de qué depende que vivamos en alguno de ellos?, básicamente de las acciones que hoy tomemos para reorientar el rumbo del desarrollo, pero especialmente del tipo de educación y de la orientación de nuestras investigaciones hacia la búsqueda de un nuevo esquema interpretativo de la realidad para profundizar el problema de cómo hacer nuestras las nuevas visiones del mundo: sostenibilidad, globalización, ecoeducación, holismo, comunidades de aprendizaje, ciudadanía global, ecología, investigación de frontera, incertidumbre, pluralismo, diversidad, etc. Estas transformaciones han originado una revolución en el conocimiento que obligan a adoptar estrategias eficaces y estructuras flexibles capaces de asimilar la rapidez de los cambios en el conocimiento y por sobre todo los dilemas globales a que nos enfrentamos, que se podrían sintetizar en: * Destrucción de los sistemas ecológicos del planeta * Explosión demográfica, recursos limitados y agotados * Profunda desigualdad económica entre grupos sociales * Genocidios, racismo, xenofobia



* Incapacidad para una acción política a nivel global en beneficio de todos * Vulnerabilidad de los sistemas tecnológicos. * Visiones del mundo obsoletas Ante estos dilemas, la revolución en el conocimiento ha originado el desarrollo de una visión que deja en el pasado los mitos que formaron nuestra cultura: el mito del antropocentrismo; el mito del individuo autónomo y dirigido por sí mismo; el mito del progreso; el mito de una economía siempre creciente; el mito de unos recursos ilimitados y una tecnología fija; el mito de un individuo sin autoridad y el mito del proceso democrático. Con esa redefinición de valores se promueve un cambio profundo de la racionalidad. Va de un pensamiento fragmentado, lineal, mecánico a uno integrado, holístico y orgánico, caracterizado por: * Pensar en términos de totalidades más que en fragmentos * Pensar en términos de relaciones más que en objetos * Pensar en términos de procesos más que en estructuras * Pensar en términos de redes más que en jerarquías * Pensar en términos de calidad mas que en cantidad * Pensar en términos de conservación mas que en explotación * Pensar en términos de suficiencia mas que en escasez * Pensar en términos de conocimiento contextual, creativo y orientado a las culturas más que un conocimiento objetivo y final.

Este cambio en el proceso del pensar es crucial para poder enfrentar los dilemas regionales/globales a los cuales nos enfrentamos. Más que aprender a pensar “ecosistémicamente”, es aprender a pensar “territorialmente”. Más que aprender a trabajar multi, inter o transdisciplinariamente, es aprender a trabajar en forma pluralista.

2.4.1 Las estaciones ambientales. Se han definido dos tareas fundamentales y prioritarias del IIAP, por lo menos para este periodo: Discusión sobre el modelo de desarrollo (Plan Operativo de Agenda Pacífico XXI) y la implementación de las Estaciones Ambientales. La primero que hay que determinar es que no en vano el equipo del Instituto ha definido estas dos tareas fundamentales: Ninguna tiene sentido sin la otra. A través de las estaciones ambientales podríamos hacer un gran esfuerzo por “analizar” “conjuntamente” la realidad y contribuir con ello a “encontrar” nuevos caminos de desarrollo. Para encontrar nuevos caminos de desarrollo, es necesario que las estaciones ambientales provean a los actores sociales (grupos étnicos) elementos que les permitan modificar los criterios de lo que se entiende por desarrollo (por ejemplo, para el Pacífico, los indicadores de progreso basados en el aumento cuantitativo del numerario, en la rentabilidad del capital, sin tener en cuenta los costos ambientales y la satisfacción real de las necesidades básicas de



la población, deberían ser reemplazados por una selección acertada de satisfactores sociales que estimulen la participación, la simbiosis social y el mejoramiento de la calidad de vida de toda la población.

2.4.1.1 Las estaciones ambientales antes que propiciar respuestas, deben ver las preguntas.

No hay ningún enunciado que se pueda entender únicamente por el contenido que propone, si se quiere comprenderlo en su verdad. Cada enunciado tiene su motivación. Cada enunciado tiene enunciados que el no enuncia. La última forma lógica de esa motivación de todo enunciado es la pregunta. Lo decisivo, el núcleo del investigador, consiste en ver las preguntas. Lo que constituye al investigador como tal es la capacidad de apertura para ver nuevas preguntas y posibilitar nuevas respuestas. Si analizamos un enunciado que parece verdadero, hay que cotejarlo con la pregunta a la que el enunciado pretende dar respuesta. Al posibilitar nuevas respuestas, nos estaremos dando cuenta que el modo de ser de una cosa se nos revela hablando de ella. Lo que queremos expresar con la verdad, además, posee su propia temporalidad e historicidad. Esos dos términos debemos desarrollarlos, pero ya será en otra ocasión.

2.4.1.2 Las estaciones ambientales son dinámicas y pluralistas De acuerdo a lo que hemos concluido colectivamente, las estaciones ambientales nos llevarán a construir esquemas interpretativos de la realidad, que nos permitan “entender las cosas”. Esta interpretación, que ante todo es un producto cultural, se debe concebir dentro de dos parámetros: Primero, que las estructuras conceptuales son complejas, cuyas unidades (estructuras elementales) son modelos (aplicaciones) y Segundo, que se construirán a través de una Red Dinámica (que tiene en cuenta lo sincrónico y lo diacrónico). El trabajo investigativo en las estaciones ambientales debe aceptar que existen varias diferentes maneras de conocer esos varios y diferentes universos o mundos, que a su vez (las diferentes maneras de conocer y los diferentes mundos) tienen varias y diferentes maneras de abordar las variaciones de las diferentes significaciones y varias y diferentes maneras de resolver el problema de la verdad confrontándola o comparándola con su utilidad, su finalidad, su acción y su práctica misma. Esta concepción supera las anteriores formas metodológicas de ver el trabajo investigativo ambiental desde lo inter, trans o multidiscplinario. En últimas, aunque el término parezca demasiado complejo, estamos apostándole a la construcción de un pluralismo onto-epistemo-semántico-pragmático.



2.4.2 Indicadores ambientales o de desarrollo sostenible? Todas las iniciativas orientadas a contribuir a la construcción de nuevos modelos de desarrollo, incluyendo el sostenible, tienen como elemento común la utilización de indicadores ambientales que se postulan para evaluar e interpretar las condiciones y tendencias en las características registradas en el entorno geográfico desde el que son propuestas. Los indicadores ambientales contribuyen a evaluar el estado del medio ambiente y los avances logrados hasta el momento en los diversos programas y políticas implementadas para tal efecto. Si tenemos en cuenta que los indicadores presuponen un esquema interpretativo de la realidad (modelo), los convierte en un constructo, una creación intelectual, cuya precisión dependerá del contexto en el cual es formulado. De allí se deriva el hecho de su gran nivel de complejidad derivada de los grandes niveles de incertidumbre implícitos en cada uno de ellos y en su relación con otros. Unido a las dos características anteriores, un hecho notable en la construcción de indicadores es la creciente sensibilización por parte de las fuentes que los formulan por cambiar el enfoque tradicional ,dominante, sectorial, por una visión más holística, integral. Existen varios modelos de razonamiento para abordar el tema de formulación de indicadores, pero para efectos de la realidad ambiental del País y del Pacífico . La línea de pensamiento predominante es la de un enfoque sectorial, adoptando una lógica vectorial (origen, dirección destino), que limita el resultado a un diagnóstico puntual, y no permite establecer relaciones intersectoriales. No permite por tanto su utilización en políticas preventivas. Sólo contribuye al diagnóstico de la situación. Este es el denominado modelo PER( Presión-Estado Respuesta), formulado por primera vez por la Organización para el Comercio y Desarrollo Económico, en 1994. En este esquema, los indicadores ambientales pueden ser considerados un aporte de la época posmoderna a la demanda creciente por disponer de información confiable, continua y comparable respecto al estado de la relación entre la sociedad y su entorno natural. Sin embargo, tal y como están formulados sólo contribuyen a aportar mucha información respecto a determinados aspectos de variables que integran alguna de las tres dimensiones reconocidas como integrantes del Desarrollo Sostenible; la dimension Medio Ambiental, la dimension Social y la Dimensión Económica, pero aún están alejados de lograr el objetivo genérico para el cual han sido formulados; contribuir a evaluar y efectuar un seguimiento de la Sostenibilidad, si es que ese modelo es el apropiado y pertinente para regiones como la nuestra. Es preciso explorar nuevas formas de relacionar la información existente, reconocer las relaciones funcionales significativas y estructurales que permiten obtener una aproximación verdadera a la realidad, por definición ,compleja, multidimensional, multiescalar y en últimas, plural. Esta perspectiva aboga por reconocer aquellas relaciones funcionales significativas que nos permitan diseñar indicadores ambientales que sean



integrados, con aproximaciones sistémicas, con una perspectiva holística, para evaluar efectivamente los esfuerzos desplegados en el camino hacia un modelo de desarrollo propio, efectuar un seguimiento, establecer líneas prioritarias y postular aquellos necesarios ajustes que de manera permanente se van necesitando en un proceso. Por lo menos, para el Pacífico Colombiano, es el deber ser. El debate sobre los Indicadores de Desarrollo Sostenible, tiene su origen precisamente en el mismo concepto de desarrollo sostenible, el cual se encuentra enmarcado en la discusión sobre el modelo de interpretación ambiental. Esta entonces es, la primera premisa fundamental de la construcción de un sistema de indicadores. Si asumimos entonces, que el indicador es un constructor, presupone un modelo. Para nosotros, como lo explicaremos más adelante ese “esquema interpretativo de la realidad” no es el modelo ecosistémico, sino el modelo territorial. Lógicamente todo modelo, siendo un esquema interpretativo, crea sus dudas, pero el modelo que nos aplica, por lo menos a una Región como la nuestra, eminentemente pluralista, debe alejarse tanto del ecologicismo como del antropologicismo ambiental, debe tener en cuenta los principios fundamentales de donde partió la Agenda Pacífico XXI: El respeto a la diversidad natural y cultural. Ese modelo no es más que el territorial” que desarrollaremos más adelante.

2.4.3 Sistema de indicadores ecosistémicos propuestos para la región del chocó biogeográfico.

2.4.3.1 Fundamentos para la formulación e innovación de indicadores ecosistémicos en la región

Considerando que los estudios realizados hasta la fecha, sobre los escenarios de investigación en el Chocó biogeográfico y que han definido criterios para la priorización de áreas de conservación y manejo de la biodiversidad, se fundamentan en experiencias cuya propuesta metodológica en la mayoría de los casos no articula con suficiente sustento, las dinámicas socio-ambientales de la región; se define como de notable validez y desde la perspectivas de la visión y misión que posee el IIAP, redefinir y formular nuevos criterios y acciones hacia el conocimiento, valoración y sostenibilidad de los ecosistemas del Pacífico. Tal es el caso de los Inventarios, las Colecciones y la Información biótica, en donde la definición de prioridades de los mismos en el Pacífico colombiano, han estado basados con mayor tendencia en aspectos meramente biológicos (v. gr., relictos de hábitats, procesos de fragmentación, áreas con poca intensidad de muestreo o especies amenazadas etc.). Ello amerita un revisionismo que permita involucrar ejercicios y procedimientos cognitivos, que sean consecuentes con las



expectativas de las comunidades y que incidan en el reconocimiento valorativo que de los recursos y de sus saberes tradicionales, se hace por parte de los investigadores. Un análisis a los proyectos regionales BIOPACIFICO (PBP-GEF-MMA), Zonificación Ecológica de la Región Pacífica Colombiana “ZERPC” (MMA-IGAC), Síntesis de Conservación para el Complejo Ecorregional Chocó (WWF-Colombia) y locales (planes de manejo comunidades étnicas, corporaciones regionales, etc) sobre biodiversidad y ecosistemas desarrollados en la región evidencia la gran heterogeneidad existente en cuanto a enfoques metodológicos y conceptuales para definir y contextualizar la región. Concretamente se han implantado análisis fundamentados en teórias como la Biogeografía de Islas, dando sustento a los distritos biogeográficos (Hernández-Camacho et. al., 1992 y Walschburger et. al., 1997), hasta avanzar en el enfoque de las Unidades ecológicas de paisaje (IGAC-MMA, 2000). De igual manera, la región ha sido caracterizada con base en sus geoformas y fisiografía, en sus coberturas vegetales y en los tipos de bosque a partir del sistema de Holdridge (1979). Situación similar ocurre con la definición escalar de la cartografía base para la región, las fuentes y procesos técnicos para la obtención de la misma y la secuencia cronológica aplicadas. Finalmente, para al análisis de la biodiversidad, encontramos una variedad de estudios que poseen enfoques variados, lo que induce a la dificultad de procesos comparativos válidos y consecuentes. Ello no implica el reconocimiento acumulativo a la información decantada hasta el momento para la región. Estos elementos junto con la dispersión de la información reflejada en la ausencia de una base de datos georreferenciada regional, falta de rigurosidad y continuidad en el seguimiento y evaluación de los procesos de investigación y poca coordinación y consensos interinstitucionales al respecto, hacen que la tarea de diseñar e implantar un sistema regional de evaluación ambiental, sea más compleja pero igualmente prioritaria y pertinente. En este sentido, el diseño y formulación de lineamientos básicos para el sistema de indicadores ambientales de la región Pacífico colombiana, busca conocer, interpretar y convalidar las particularidades ecosistémicas y de biodiversidad, teniendo como fundamento orientador las potencialidades y conflictos expresadas y consensuadas con las comunidades étnicas de la región y explicitadas en la Agenda Pacífico XXI (IIAP, 2001) (ver tabla 1) Tabla 1. Potencialidades y conflictos regionales definidos en Agenda Pacífico XXI



El proceso de “Agenda Pacífico siglo XXI: Una propuesta para la acción regional del pacífico biodiverso en el presente milenio”, en su calidad de Foro de interpretación de las realidades históricas, sociales y ecosistémicas a permitido avanzar en el consenso de aspiraciones de sus pobladores (con énfasis en grupos étnicos) y definir marcos referenciales fundamentales en la caracterización, espacialización y temporalidad de las estrategias que han de consolidar un Modelo de desarrollo apropiado y pertinente para la misma. En dicho sentido, el “territorio” es percibido como el escenario natural producto de las dinámicas histórico evolutivas, en donde la acción antrópica modelada por los códigos implícitos y explícitos de cada comunidad y entendidos en la dimensión de la cultura, han desarrollado sus alternativas adaptativas al entorno. Desde esta perspectiva, es evidente que un porcentaje significativo de las relaciones entre los pobladores de la región y su entorno natural, cualesquiera que sea el enfoque y metodología de análisis hasta el momento implantados, no refleja y estima la magnitud, impacto e impronta de esta interacción sobre las posibilidades reales de sostenibilidad de la biodiversidad y las culturas que allí perviven. Vale mencionar por ejemplo, que el ámbito territorial definido en el contexto del proceso Agenda Pacífico XXI, es diferente en concepción y delimitación al establecido por otros estudios, con ello se modifican los estimativos de biodiversidad, los porcentajes de paisajes y la zonificación predeterminada. De igual manera, el diagnóstico y expectativas de un novedoso Modelo de desarrollo regional, hace evidente la ausencia de investigación consecuente con dicho horizonte y por ende aflora la falta de indicadores básicos para el conocimiento, interpretación, seguimiento, validación y evaluación tanto de las potencialidades como de los conflictos. Teniendo en cuenta el marco conceptual anterior, en el siguiente capítulo, se hace referencia al proceso de diseño de los indicadores desarrollados por los 5



institutos de investigación del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial –MAVDT-, los cuales son la primera aproximación a la línea base de información ambiental del país y se constituyen en el punto de partida para fortalecer los procesos de desarrollo teórico-práctico relacionados con el diseño y ajustes de los indicadores ambientales de Colombia.



3 INFORMACIÓN DEL PROCESO DE DISEÑO DE LA LÍNEA BASE

Dada la necesidad de oficializar, formalizar y normalizar la generación, administración y uso de la información ambiental relevante, adecuada, apropiada y oficial para la toma de decisiones nacionales y regionales en esta materia, los institutos de investigación del SINA (Ideam, IAvH, Invemar, Instituto Sinchi e Instituto de Investigaciones del Pacífico) asumieron el reto -desde noviembre del 2001- de estructurar una línea base ambiental para el país. El Ministerio del Medio Ambiente, conjuntamente con el Gobierno de los Países Bajos, aportó los recursos necesarios para iniciar el proceso, el cual generó sus primeros resultados en los tres volúmenes publicados: Tomo 1 “Conceptos, Definiciones e Instrumentos de la Información Ambiental de Colombia, Tomo 2 “Primera Generación de Indicadores de Línea Base de la Información Ambiental de Colombia”, y Tomo 3 “Perfil Ambiental: Una aproximación al Análisis de la Línea Base de la Información Ambiental de Colombia”. Una vez publicados estos documentos, los institutos de investigación del SINA –continuando con el desarrollo del proyecto, fomentaron un espacio de discusión técnica en torno de los indicadores que configuran la línea base ambiental para Colombia. Los resultados finales de este proceso condujeron, entre otros aspectos, a una propuesta de los indicadores de línea base, los criterios de selección y priorización y las hojas metodológicas correspondientes16.

3.1 LOS INDICADORES DE LA LÍNEA BASE AMBIENTAL PARA COLOMBIA

3.1.1 Conceptos básicos sobre indicadores En términos genéricos, un indicador puede ser definido como una variable o un valor resultante de un grupo de variables que proveen información sobre una realidad no medible directamente. Su significado trasciende la información directa de las variables asociadas, permitiendo aproximarse a fenómenos complejos (OCDE, 1994) y su medición posibilita análisis tanto intertemporales como interespaciales, dentro de un contexto de aplicación pertinente17.

16 Cabe aclarar que los tres volúmenes del SIAC recopilaron los avances del proyecto línea base ambiental para Colombia a junio de 2002. Sin embargo, el proyecto estaba previsto a concluir en mayo de 2003, cuyos resultados finales se presentan en este informe. 17 Por ejemplo, la tasa de pérdida de suelo (IISD) es un importante indicador de la estabilidad medioambiental, entre otros ambientes, de las praderas Norteamericanas, pero que es probablemente menos importante o aún posiblemente inútil si es usado al norte del círculo ártico.



Los indicadores permiten minimizar la cantidad de variables y medidas necesarias para identificar una realidad. Por una parte, un gran número de variables y mediciones implicaría mayores costos frente a la información adicional que aporta; por otra parte, un reducido número de variables y mediciones conllevaría una información insuficiente para el fenómeno que se desea medir. De esta forma, los indicadores simplifican la comprensión de una realidad para el usuario. Ahora bien, los indicadores dan cuenta de una realidad, mas no explican sus factores causales. Ofrecen alertas que señalan la existencia de una realidad, pero no su causa. La búsqueda de la explicación a los fenómenos identificados por los indicadores corresponde a un nivel ulterior que debe ser emprendido por la investigación científica. Conceptos asociados a los indicadores son los de índice y variable. Esta última es una propiedad que es medida u observada. El índice es el producto de un conjunto de indicadores para manifestar un fenómeno más complejo. Los indicadores se pueden agregar de manera ponderada para formar índices.

3.2 EL SISTEMA DE INDICADORES DE LINEA BASE En esta primera fase de línea base del diagnóstico sobre el estado del medio ambiente en Colombia, los institutos de investigación del SINA –de acuerdo con la información y experiencia disponibles- formularon y calcularon una serie de indicadores, los cuales se desarrollaron en los informes finales presentados por cada institución. La discusión conceptual y metodológica al interior del Comité Técnico Interinstitucional de Línea Base18, llevó a la armonización de criterios y de un listado de los indicadores que deben formar parte de la línea base ambiental para Colombia. Este listado no es definitivo, sino dinámico, de tal manera que debe evolucionar y adaptarse a diferentes circunstancias como los avances en la tecnología o la información, entre otros. Se identificó la relevancia de establecer potencialidades y limitaciones, así como definir los roles y responsabilidades en la generación de los indicadores, con el objetivo de obtener un sistema de indicadores que no sólo pueda responder al estado del medio ambiente, sino también pueda ser incorporado a esquemas más amplios o macro-indicadores como los de sostenibilidad y/o de gestión, en un contexto de monitoreo. A continuación, se presentan los criterios de priorización y selección de los indicadores de línea base y se formula un listado de indicadores de la línea base ambiental para Colombia, con sus respectivas hojas metodológicas.

18 Conformada por investigadores de los institutos de investigación del SINA.



3.3 PARA QUÉ UNA LÍNEA BASE DEL MEDIO AMBIENTE Los indicadores de línea base pretenden los siguientes objetivos:

dar alertas sobre el estado de los recursos naturales; apoyar la toma de decisiones en materia económica, política, social y

ambiental; servir como herramienta para la formulación y seguimiento de políticas; identificar prioridades a nivel regional que pueden ser útiles para procesos

de gestión (prioridades de acción y de inversión); hacer tangible una realidad (saber qué hay, cuanto hay y cómo fluctúa en el

tiempo), y permitir la identificación de cambios espaciales y/o temporales en el estado

de un determinado recurso (analizar cambios en el tiempo). Las diversas interrelaciones entre estos objetivos pueden visualizarse en la figura 9. Figura 9. Estado del medio ambiente y su relación con la planeación y gestión

Fuente: SIAC, 2002, Tomo 1, página 84. Una vez definidos y medidos los indicadores es posible el desarrollo de diagnósticos dinámicos (ver figura 5). Dicha esquematización deberá generar “las condiciones de jerarquía y de reracionamiento taxonómico de la información desde los elementos más simples hasta los más complejos, que requiera el análisis y el modelamiento de la información y que son, en su conjunto, los que permiten al sistema dar las definiciones de conocimiento, planificación y generación de modelos, bien para reorientar, fortalecer o establecer políticas, normas o



instrumentos de gestión ambiental, bien para apoyar el ordenamiento ambiental del territorio y, por ende, el modelo de desarrollo sostenible”19.

3.4 QUIÉNES SON LOS PRINCIPALES USUARIOS DE LA LÍNEA BASE

En concordancia con los objetivos establecidos, el principal usuario es el gobierno (nacional y departamental, en sus niveles central y descentralizado. A nivel nacional central se destacan usuarios como los ministerios, el Departamento Nacional de Planeación, la presidencia de la Republica, el DANE, etc.; dentro del nivel nacional descentralizado se destacan las CAR; en el nivel departamental central las gobernaciones y en el departamental descentralizado algunas universidades. Estas instituciones dispondrán de los indicadores como insumo para sus labores de planificación o gestión ambiental. Son también usuarios principales los institutos de investigación del SINA, para el cumplimiento de sus funciones misionales, y algunos organismos y entes internacionales, como punto de referencia para hacer análisis comparativos con otros países. Finalmente, se encuentran otros usuarios como el sector privado (industrias, empresas y universidades privadas), y en general la sociedad civil.

3.5 CRITERIOS DE PRIORIZACIÓN Y SELECCIÓN DE LOS INDICADORES DE LÍNEA BASE

Previo al proceso de formulación y selección de indicadores, es necesario definir los criterios que guían dicho proceso y asegurar que los indicadores finalmente elegidos respondan adecuadamente en su conjunto, a las preguntas que motivaron la creación del sistema. Los criterios que se consideran para la formulación y selección de los indicadores, se agrupan en cuatro categorías que son en su orden de importancia20:

Relevancia política Económica Institucional

19 IDEAM, IAvH, Sinchi, Invemar, IIAP, 2002. Sistema de Información Ambiental para Colombia. Tomo 1: Conceptos, Definiciones e Instrumentos de la Información Ambiental de Colombia. Bogotá. Página 113. 20 Estos criterios se establecieron según: “Taller de Selección y Priorización de Indicadores de la Línea Base Nacional”, realizado el 20 de marzo de 2003, en la sede de proyectos Instituto Humboldt, Bogotá; que contó con la participación de investigadores de los institutos de investigación ambiental.



Técnica En la categoría de relevancia política, se incluyeron los siguientes criterios: 1) Nivel de utilidad para los usuarios (gobierno nacional, institutos, organismos internacionales, etc.): es decir que brinde información oportuna y pertinente que sirva de insumo para los propósitos de los diferentes usuarios. 2) Útil como insumo para la toma de decisiones con respecto a problemas relevantes: los indicadores deben contribuir a la selección de prioridades a nivel espacial y/o temporal, así como detectar cambios en el estado de la biodiversidad y/o presiones que se ejercen sobre esta, para de esta forma servir para la toma de decisiones. 3) Facilidad de integración intersectorial: los indicadores deben posibilitar su uso entre diferentes sectores, como por ejemplo el sector forestal, agrícola, pecuario, comercial, industrial, público. En la categoría económica, se consideraron tres criterios básicamente, a saber: 1) Sostenibilidad financiera en el tiempo: que sea posible mantener su proceso de cálculo en un futuro, dado los costos asociados a su mantenimiento 2) Relación costo-beneficio: se debe tener en cuenta la comparación entre costos y beneficios de formular y mantener un indicador, es decir el beneficio neto que puede ofrecer un indicador. 3) Relación costo-efectividad: dado que es posible que varios indicadores puedan llegar ofrecer una misma información y/o utilidad se debe seleccionar el indicador que brinde la misma información y/o utilidad al mínimo costo. Dentro de la categoría técnica se determinaron varios criterios: 1) Potencia: un indicador debe permitir describir y analizar el estado de la biodiversidad y la presión que se ejerce sobre ella 2) Validez técnica y científica: un indicador debe tener un desarrollo metodológico coherente con un marco conceptual, lo cual garantiza sus resultados y permite su divulgación. 3) Técnicamente viable: el cálculo del indicador implica, la existencia de una metodología y sus respectivos supuestos, la disponibilidad de información y que sea interpretable en el contexto de la biodiversidad. 4) Sensibilidad a los cambios: se refiere a que pueda permitir la detección de cambios para las áreas de interés o de estudio, al comparar dos momentos de cálculo



5) Rigor estadístico: al definir un indicador se debe hacer referencia a los siguientes aspectos: (i) método(s) de recolección de la información, (ii) crítica y calidad de la información, (iii) método(s) de estimación21 y (iv) métodos estadísticos de análisis de datos o modelos estadísticos con sus respectivos supuestos. 6) Capacidad de síntesis: se refiere a que el indicador debe ser concreto de tal forma que permita transmitir la información objetivo de una forma clara y sencilla. 7) Comparabilidad: un indicador debe poder ser calculado para diferentes áreas de interés o para diferentes periodos, pudiendo ser comparado espacial y temporalmente. 8) No redundancia: dos o más indicadores pueden tener un grado de asociación en la medida que estén describiendo un mismo fenómeno referente al estado de la biodiversidad o presión ejercida sobre esta, utilizando diferentes metodologías, por lo tanto se excluirán aquellos que estén brindando el mismo tipo de información para no duplicar esfuerzos. 9) Capacidad para analizar la covariabilidad de fenómenos: este criterio se refiere a que los indicadores pueden contribuir a establecer posibles asociaciones o interdependencias entre ellos. El propósito de este criterio es darle relevancia a indicadores que puedan contribuir a establecer o analizar dichas asociaciones, por ejemplo, un indicador de estado puede estar relacionado con un indicador de presión, por lo tanto es necesaria la inclusión de los dos, dada su significativa relación. 10) Jerarquía espacial (explicar realidades locales en función de realidades regionales): este criterio tiene como objetivo identificar indicadores que puedan servir como marco de referencia a nivel regional y que requieren ser relacionados con indicadores a nivel subregional. De lo anterior surge la necesidad de identificar e incluir indicadores que se acoplen en diferentes escalas espaciales asociadas a biodiversidad (un indicador regional y su necesidad de un indicador local). Desde el punto de vista institucional se tuvieron en cuenta: 1) Congruencia institucional: de acuerdo a la visión, misión y objetivos institucionales, los indicadores deben ser pertinentes y justifican su inclusión en el estudio de la Biodiversidad. 2) Aprovechamiento de fortalezas institucionales: fortalezas institucionales se refieren a la capacidad y recursos: humanos, técnicos, logísticos, experiencia

21 Estimación significa que se ha empleado un método estadístico para aproximarse a un parámetro de interés. A esta estimación se le puede asociar un nivel de confianza y precisión. Este proceso precisamente esta ligado a la definición y descripción metodológica de un indicador.



operativa e investigativa como también la disponibilidad de información referente a la biodiversidad. 3) Apoyo al fortalecimiento de procesos interinstitucionales: algunos indicadores relacionados con la biodiversidad requieren complementarse y analizarse conjuntamente con otros con el fin de fortalecer sus resultados, mejorar el conocimiento y analizar el estado y la presión asociada a la biodiversidad a nivel regional, esta integración y complementariedad también permitirá fortalecer la capacidad intrainstitucional.

3.6 ÁMBITO Y ALCANCE DE LOS INDICADORES DE LÍNEA BASE La línea base ambiental abordará en primera instancia los indicadores ambientales (biofísico, social, económico y cultural), mas no desarrollará un sistema de indicadores de desarrollo sostenible, el cual tendría un alcance más amplio y su responsabilidad estaría en cabeza de una entidad como el Departamento Nacional de Planeación DNP. Ahora bien, los avances de la línea base ambiental formará parte del conjunto general de indicadores de desarrollo sostenible. Adicionalmente, la línea base ambiental para Colombia se concentrará inicialmente en los de alcance nacional y regional, entendiendo estos últimos como aplicables a las Corporaciones Regionales en su conjunto, sin entrar a desarrollar especificidades de una determinada jurisdicción, y los pertinentes a las grandes regiones del país, como Amazonia y Chocó Biogeográfico. Lo anterior no impide que estos indicadores puedan usarse a nivel departamental y municipal, lo cual se dejará explícito en las hojas metodológicas sobre los necesarios ajustes en los casos que fuere pertinente, ya sea por problemas de escalabilidad o de información.

3.7 PROPUESTA DE INDICADORES DE LA LÍNEA BASE AMBIENTAL PARA COLOMBIA

El listado de indicadores propuestos para conformar la línea base de información ambiental para Colombia, de acuerdo con los anteriores criterios y la experiencia acumulada de los institutos de investigación, pueden observarse en Anexo 1. En total fueron seleccionados sesenta y nueve indicadores, agrupados en ocho temas, de la siguiente manera: Atmósfera (4); Agua (12); Amenaza, vulnerabilidad y riesgo por fenómenos naturales y antrópicos (9); Biodiversidad (14); Cambio Climático (12); Clima (4); Sostenibilidad de procesos antrópicos (18) y tierras y Suelos (6). Estas categorías corresponden a una aproximación por recursos y la manera como son utilizados y transformados por las actividades humanas. En esta selección de indicadores para la línea base de información ambiental nacional, la participación de los cinco institutos de investigación es la siguiente:



IDEAM (42), Alexander von Humboldt (8), INVEMAR (9), SINCHI (9) e IIAP (1). Es necesario destacar que la propuesta inicial de indicadores identificados desde cada Instituto es mayor al número de indicadores seleccionados para la línea base nacional. Se entiende que aquellos indicadores que no han sido seleccionados en esta primera aproximación, pueden continuar conformando el conjunto de indicadores al interior de cada instituto como parte de sus funciones misionales. La propuesta completa de los indicadores desde cada Instituto se presenta en el anexo 3, informes finales de los institutos (Humboldt, Invemar, Sinchi e IIAP), el informe del IDEAM esta contenido en el documento publicado en julio de 2002, “IDEAM, IAvH, Sinchi, Invemar, IIAP, 2002. Sistema de Información Ambiental para Colombia. 3 Tomos. Bogotá” junto con los primeros avances presentados por los otros cuatro Institutos, este documento se presenta en el anexo 4. Como resultado de un primer análisis de diagnostico para cada uno de los sesenta y nueve indicadores, se establece que el 100% de los mismos cuenta con hoja metodológica. En cuanto al ámbito o escala de estos indicadores se entiende que es nacional, no obstante que existan indicadores propuestos desde lo regional; en este sentido, un indicador nacional tendrá esta categoría dada su aproximación espacial o también a la importancia que reviste el tema referido. Los aspectos que se han identificado para profundizar en las siguientes etapas de este proceso, sobre los indicadores propuestos, se relacionan con la generación de datos para efectuar el poblamiento, diseño de los protocolos faltantes y diseño de la red de monitoreo. Queda faltando la información de nueve indicadores, en cuanto a series históricas, protocolos y red; el IDEAM hará entrega de esos aspectos en el corto plazo. De otro lado, se entiende que la línea base de información ambiental de Colombia, como uno de los componentes básicos del Sistema de Información Ambiental para Colombina -SIAC-, y contendrá indicadores que permitan, entre otras cosas, establecer el estado de los recursos naturales y el ambiente, y en ese sentido, la propuesta de indicadores, necesariamente debe incluir temáticas relacionadas con aspectos demográficos, sociales y económicos que hacen parte o están relacionados con el ambiente. Sin embargo para esta propuesta desde los cinco institutos se acordó, en el comité interinstitucional por indicación del representante del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, no incluir indicadores que denoten temáticas de clara responsabilidad en otras entidades como DANE, INGEOMINAS e IGAC entre otras. Pero se planteo que dichas temáticas deben ser incluidas en una aproximación en el corto plazo, una vez se integren al proceso las instituciones mencionadas. En cuanto a las hojas metodológicas de cada indicador, se presentan en el anexo 2, y están relacionadas en el mismo orden del listado en el anexo 1. El formato seguido para el diseño de las hojas metodológicas es el propuesto desde el comité interinstitucional de indicadores de sostenibilidad. Esta propuesta que se presenta debe ser vista como la primera versión integrada desde los institutos de investigación del MAVDT y en este sentido es necesario



adelantar los procesos de ajuste de los indicadores actuales y fortalecer la capacidad institucional en cuanto al diseño de nuevos indicadores, y sobretodo evaluar el potencial que debe tener la información de línea base para los procesos de gestión ambiental, diseño de políticas y toma de decisiones en lo nacional y lo regional en relación con el estado de los ecosistemas y los recursos naturales. Para adelantar estas temáticas y otras relacionadas con el sistema de Información Ambiental de Colombia, desde el componente de la línea base, se han identificado una serie de estrategias a corto, mediano y largo plazo, las cuales se presentan en el siguiente numeral.



4 ESTRATEGIAS A FUTURO

4.1 DE CORTO PLAZO

4.1.1 Estrategia 1: Evaluar, concertar y proponer los ajustes necesarios para la actualización de la línea base de Información ambiental.

• Revisión del marco conceptual y metodológico de la línea base. Es necesario unificar los conceptos y el marco metodológico en el cual van a ser articulados e integrados los indicadores de línea base, para que puedan ser utilizados por los diferentes actores y usuarios del SINA. Como se presenta en el marco conceptual son tantas las corrientes y filosofías acerca de los sistemas de indicadores, que se hace necesario una revisión más juiciosa y colectiva del tema, no solo entre los actores generadores de la información, sino de los posibles usuarios, en los diferentes niveles de análisis. El sistema debe ser lo suficientemente flexible que permita incorporarse en diferentes esquemas, debe ser capaz de responder no-solo al sistema de monitoreo, sino también a procesos de gestión y manejo del territorio. Se hace necesario entonces, definir una serie de talleres de trabajo entre los diferentes expertos temáticos que permitan esta unificación, y formalizar una serie de indicadores ambientales que sirvan en los diferentes niveles (nacional-regional-local) y para los fines propuestos (sistema de monitoreo, gestión ambiental, etc.) • Revisión, actualización e integración de los indicadores de línea base

2001. Es de vital importancia unificar los indicadores en las diferentes temáticas, que permitan la integración y comparación dentro de un contexto nacional. Definir los roles y responsabilidades en la generación de los indicadores, así como las potencialidades y limitaciones de los mismos. Finalmente se obtendrá un sistema de indicadores que puedan responder no solo al estado de los recursos naturales, sino también ser incorporados en esquemas más amplios o macro-indicadores como los de sostenibilidad y/o de gestión. Para tal fin se hace necesario, realizar una serie de ejercicios de integración de indicadores entre los diferentes usuarios (MMA, CAR´s, etc.) que den respuesta a preguntas claves y/o estratégicas que el país necesite resolver, tanto en el contexto local, regional , nacional como en el internacional. • Incorporación de nuevos indicadores. Dentro de la dinámica del sistema de Indicadores, y en la medida que la propuesta actual vaya siendo implementada, se establece la necesidad de ir incorporando al



sistema una serie de nuevos indicadores que por diversas razones no se proponen ahora, pero que en la medida del avance será necesario revisar e incorporar. Esto con el objetivo de enriquecer y fortalecer la capacidad del sistema y de irlo ajustando a las necesidades e expectativas de los actores y usuarios del SINA. Para tal fin se deben establecer los mecanismos de formulación e integración de nuevas propuestas de indicadores que permitan la integración de estos al sistema nacional. • Transferencias horizontales de experiencias, metodologías y protocolos

entre los institutos de investigación, CARs, otros entes sectoriales (DANE, IGAC, INGEOMINAS, etc.) .

Se hace necesario aprovechar en el contexto de un sistema nacional de información las fortalezas y capacidades de los actores involucrados en el proceso de implementación del sistema, para que se haga una transferencia tecnológica y metodológica de los temas que son propios de cada institución. Se deben establecer los roles y liderazgos temático para que se definan unas referencias claras de cual es la metodología y el protocolo que garantice una estandarización con los requerimientos de calidad y exactitud que el sistema requiere y que sea aceptado nacionalmente. Después de llegar a un acuerdo, los responsables temáticos deben estudiar las diferentes propuestas de indicadores propuestos dentro de cada temática y unificar y formalizar los protocolos y estándares para cada temática.

4.1.2 Estrategia 2: Nivelar la capacidad institucional para lograr la integración conceptual, técnica y operativa entre el MMA, los institutos de investigación y las CAR´s

• Evaluación conjunta de la capacidad conceptual, técnica y operativo

actual de los Institutos, CAR´s y MMA. Con el fín de lograr la articulación de los diferentes actores del proyecto (MMA, Instituos, CAR´s) se hace necesario realizar una encuesta para medir la capcidad institucional en los siguiente niveles: Capacidad conceptual: para medir la capacidad de la institución para liderar o apoyar la implementación del sistema de indicadores de acuerdo a su rol y función dentro del sistema. De esta evaluación saldrá una propuesta de transferencias horizontales entre los actores del SINA. Capacidad Técnica: para medir la capacidad de la institución para implementar o apoyar la implementación del sistema de indicadores de acuerdo a su rol y función



dentro del sistema. De esta evaluación saldrá una propuesta de capacitación y fortalecimiento institucional. Capacidad Operativa: para medir la infraestructura de la institución para implementar o apoyar la implementación del sistema de indicadores de acuerdo a su rol y función dentro del sistema. De esta evaluación saldrá la propuesta de nivelación informática y operativa institucional con un plan de fortalecimiento de la infraestructura con miras a permitir la integración física del sistema.

4.1.3 Estrategia 3: Establecer el marco funcional del SINA en el contexto de línea base (establecimiento de roles, pertinencias temáticas, complementariedades, sinergias y responsabilidades).

Uno de los objetivos fundamentales del CTILB será establecer y formalizar un marco funcional del SINA en el contexto de la línea base y el Sistema Nacional de Indicadores Ambientales que permita establecer los roles, responsabilidades, sinergias y complementariedades entre los actores y usuarios del proyecto. El resultado a obtener, será un documento conceptual y los acuerdos y convenios institucionales que lo soporten, que permitan la implementación y sostenibilidad operativa en el tiempo del sistema nacional de indicadores ambientales. • Desarrollar los instrumentos que faciliten el acceso y flujo a la

información. • Identificar los agentes que participan en el SINA directa o indirectamente y

sus roles en términos de información ambiental.

• Identificar las ofertas y demandas de información ambiental de los agentes actuales y potenciales, en especial las entidades del Estado que son responsables de la política y la acción ambiental, las unidades ambientales urbanas, las organizaciones comunitarias y no gubernamentales relacionadas con la problemática ambiental y las entidades públicas, privadas o mixtas que realizan actividades de producción de Información, investigación científica y desarrollo tecnológico en el campo ambiental. Se valorará esta información individualmente y se establecerán tarifas viables para su uso.

• Identificar, revisar y evaluar la oferta actual y potencial de información

ambiental y de recursos naturales renovables en el país, procedente de los sectores público y privado. En particular, revisar y evaluar las metodologías y redes de monitoreo utilizadas para la captura, procesamiento, análisis de las variables y parámetros del medio ambiente y recursos naturales, así como identificar y evaluar las investigaciones realizadas al respecto. Igualmente, se dejará en evidencia, si efectivamente se da el caso, la heterogeneidad de conceptos y definiciones utilizados en el sector



ambiental, así como la diversidad de metodologías aplicadas para la captura y el procesamiento de los datos asociados a una misma variable. La anterior revisión y evaluación debe precisar y detallar los procesos y mecanismos mediante los cuales deben desarrollarse a nivel regional y local cada una de las áreas temáticas definidas para el Sistema de Información Ambiental en el nivel nacional y aquellos mediante los cuales éste debe articular y sintetizar tanto las áreas temáticas comunes, como aquellos campos y variables propios de las especificidades naturales regionales y locales, y de funciones de gestión e investigación de dichos niveles.

• Identificar las fortalezas y debilidades en los procesos de manejo de

información de los distintos agentes del sector ambiental, cuyas funciones forman parte del SIAC.

• Identificar y evaluar los recursos humanos y físicos disponibles

(aplicaciones actuales, equipos, proyectos en desarrollo), que tienen los agentes que recolectan, procesan y difunden información sobre medio ambiente y recursos naturales renovables. Se efectuará una evaluación cualitativa, física, lógica y de equipos y software.

• Identificar y evaluar las diversas interacciones con otros sistemas

nacionales, en términos del impacto causado por ellos en el funcionamiento normal de este sistema y viceversa.

• Identificar y evaluar la información científica, legal, bibliográfica, técnica y

administrativa disponible o que se genere a futuro, que sea relevante para la operación del Sistema de Información Ambiental.

• Identificar los temas y las variables ó indicadores para operar una línea

base que mantenga en operación un Sistema de Información Ambiental, especialmente orientado al análisis del estado y la calidad de los recursos naturales y el medio ambiente para Colombia y que permita apoyar la dimensión territorial y el modelo de desarrollo en el contexto de la sostenibilidad.

4.1.4 Estrategia 4: Generación de un marco conceptual y normativo unificado.

Es Objetivo fundamental del GNEP es generar un marco conceptual y normativo unificado que permita la integración y articulación del sistema nacional de indicadores ambientales. Para ello el GNEP debe formular e implementar este marco conceptual y normativo dentro de la vigencia del proyecto y presentar una propuesta que debe ser validada en un taller nacional de amplia representatividad



del sector ambiental. Igualmente debe generar el documento base conceptual y normativo de la línea base y el sistema nacional de indicadores ambientales SNIA. • Formalización del comité técnico interinstitucional de línea base. Se hace necesario la creación y formalización del Comité Técnico Interinstitucional de Línea Base CTILB, que será el encargado de la coordinación técnica institucional del proyecto, así como de la unificación y articulación conceptual y metodológica del mismo. Este grupo deberá tener unas funciones establecidas formalmente, una agenda de trabajo y unos objetivos a cumplir dentro del marco del proyecto. Deberá tener una partida de recursos que garanticen la ejecución de sus tareas.

4.1.5 Estrategia 5: Definición de políticas para el manejo y acceso a la información de línea base.

La meta de una política de datos es asegurar que el proceso de obtención, gestión, distribución de datos e información no sólo que se conduzca eficientemente, de manera coordinada y de acuerdo a los objetivos de los miembros, sino que también mejore la capacidad de atender temas prioritarios a diferentes niveles. La política es alcanzada a través del establecimiento de infraestructuras y procedimientos basados en estándares y lineamientos desarrollados a través de un proceso de consulta y que toma en cuenta los objetivos más amplios posibles. La infraestructura comprende las entidades que capturan y administran datos y sus redes, incluyendo los custodios de los datos y aquellas agencias que procesan datos y elaboran servicios y productos de valor agregado. Los estándares y procedimientos cubren la obtención de los datos, su procesamiento incluyendo el aseguramiento de la calidad, la gestión y difusión, y lo más importante, la documentación asociada con cada una de éstas actividades. Ellos incluyen acuerdos sobre acceso a los datos y licenciamiento que especifican derechos, responsabilidades y obligaciones de los diferentes actores en el proceso de transformar datos crudos en información de valor agregado. La política está dirigida a proporcionar los datos y la información necesaria para obtener una perspectiva balanceada de los requerimientos a menudo conflictivos de los proveedores y usuarios de los datos. La meta en política es obtener "una capacidad integrada y tecnológicamente avanzada de adquisición, procesamiento, gestión y difusión de datos e información que apoye las necesidades de la organización, de los usuarios y de los tomadores de decisiones para desarrollar e implementar políticas de desarrollo sostenible a todos los niveles".



El objetivo político se alcanza a través de la formulación de la infraestructura, la definición de lineamientos, estándares y procedimientos para soportar la gestión y procesamiento de los datos y la generación y distribución de datos y productos de información. Este proceso debe ser implementado por un grupo distribuido de custodios de los datos y de otras entidades relacionadas. El proceso de gestión de los datos debe integrarse con otras redes e iniciativas similares. Estrategias: Una política de datos debe apoyarse en las siguientes estrategias para cumplir su objetivo:

• Crear una red de datos distribuida, fácilmente accesible, par administrar y diseminar los datos que se recolecten como parte de los proyectos y actividades que apoyen los objetivos de la red.

• Desarrollar conjuntos de datos fundamentales que sirvan de base para actividades de conservación de la biodiversidad.

• Proporcionar las mejores prácticas en términos de mecanismos y procedimientos de aseguramiento de la calidad para crear conjuntos de datos bien documentados y validados que satisfagan las necesidades prioritarias de información.

• Almacenar donde sea más apropiado todos los datos recolectados para asegurar la disponibilidad de ellos para uso múltiple y para salvaguardarlos para las generaciones futuras.

• Mejorar la relación costo beneficio de las actividades de producción e datos a través de la coordinación de actividades.

• Proporcionar oportuna y operacionalmente, datos y productos de información relevantes para los proyectos de desarrollo económico sostenible.

• Hacer que los datos de los miembros estén disponibles a un rango amplio de usuarios, con la mayor calidad y oportunidad posibles.

• Proporcionar servicios y productos de información de interés público.

4.1.6 Estrategia 6: Proponer un marco de articulación sectorial, intersectorial y regional entre los distintos actores para la construcción conjunta de un sistema de apoyo a la toma de decisiones ambientales.

• Esquema de integración funcional y técnica de línea base con el SIAT,

SIPGA y otros subsistemas del SIAC. Se establecerán las sinergias y articulaciones entre los diferentes subsistemas del SIAC que garanticen el fortalecimiento de la infraestructura de información ambiental del país, la mejora en los procesos de toma de decisiones y la gestión ambiental.



• Implementación de un plan de armonización conceptual, técnica y operativa que garantice la gestión y administración de los indicadores de la línea base.

Con la evaluación de la capacidad conceptual, técnica y operativa de los actores del proyecto se implementará un plan de armonización interinstitucional que garantice la implementación del proyecto dentro de un esquema sistémico integrado.

4.2 DE MEDIANO PLAZO

4.2.1 Estrategia 7: Continuar procesos de investigación e implementación de indicadores Ambientales

• Experiencias piloto en la aplicación y ajuste de los indicadores

ambientales propuestos Se hace necesario el realizar pruebas que permitan la implementación del sistema de indicadores propuestos, con miras al montaje de la Red Nacional de Monitoreo RNM, de acuerdo con las hojas metodológicas, los protocolos y los acuerdos interinstitucionales para el levantamiento y poblamiento de la información necesaria. • Revisión e intercambio de experiencias internacionales en diseño e

implementación de indicadores ambientales. Es necesario realizar una serie de talleres y seminarios del orden internacional que sirvan de medio para validar en un contexto más amplio el sistema de indicadores propuestos y validar las experiencias nacionales con otras realizadas en otros países. • Investigación y desarrollo conceptual de metodologías y procesos

actualizados para la adquisición y análisis de información. Es necesario fortalecer la capacidad institucional en temas como Geoinformática, Geoestadística, modelación, análisis y procesamiento de sensores remotos, etc. Que permitan optimizar y mejorar la adquisición y análisis de información.

4.2.2 Estrategia 8: Evaluar el potencial de los indicadores propuestos como herramienta para la toma de decisiones en el manejo de los recursos ambientales en Colombia

• Experiencias piloto conjuntas para evaluar el potencial del sistema de

indicadores propuestos para establecer tendencias y prioridades de acción, en el marco de diferentes escenarios.

Entendiendo los indicadores como un sistema de información, se hace necesario el desarrollar e implementar una serie de herramientas que permitan extender la funcionalidad de los indicadores hacia la gestión de los recursos naturales por



medio de instrumentos, como los escenarios tendenciales, escenarios deseados, soporte de decisiones, etc. Para tal fin es necesario desarrollar aplicativos y experiencias piloto de prueba que permitan afinar y ajustar el sistema de indicadores con fines de gestión.

4.2.3 Estrategia 9: Acordar estándares y métodos para la línea base. • Creación del grupo de normas y estándares para la adquisición y

proceso de información ambiental. Se hace necesario la creación y formalización del Grupo de Normalización y Estandarización de Procesos del SINA GNEP, que será el encargado de formalizar las normas y protocolos, así como de coordinar la estandarización de los procesos para adquisición y análisis de información en el marco del SIAC y demas sistemas de información del SINA. Este grupo deberá tener unas funciones establecidas formalmente, una agenda de trabajo y unos objetivos a cumplir dentro del marco del proyecto. Deberá tener una partida de recursos que garanticen la ejecución de sus tareas. • Articulación de este grupo con iniciativas semejantes en el país

(INCONTEC comité 034). El GNEP será el representante del sector ambiental dentro las iniciativas nacionales de normalización y estandarización como el comité INCONTEC 0034. Para ello se deberá garantizar los recursos y tiempos de desplazamiento de los miembros del comité a las reuniones de dichos comités. • Generación de las normas, estándares y protocolos de la línea base y el

sistema de monitoreo. Un segundo objetivo del GNEP es establecer las normas, estándares y protocolos para la adquisición y análisis de información del sistema nacional de indicadores ambientales, para tal fin se debe formalizar el documento de normas, estándares y protocolos del sistema que sirva de base y referencia a los usuarios del sistema.

4.2.4 Estrategia 10: Diseño y construcción colectiva de módulos y aplicativos temáticos.

Con base en la definición formal del listado de indicadores, se desarrollará colectivamente una serie de aplicativos temáticos que apoyen la toma y análisis de información para la generación de los indicadores. Adicionalmente se desarrollaran otra serie de aplicativos, basados en las normas y protocolos que sirvan de apoyo a la gestión y administración de los recursos naturales, toma de decisiones, etc.



• Diseño e implementación de herramientas informáticas comunes, para el

manejo y divulgación de información. (infraestructuras de información y aplicativos) • Validar los métodos existentes de identificación, recolección, recopilación,

procesamiento, análisis y difusión de la información ambiental y generar un estándar conceptual de definiciones y de procedimientos a ser aplicados en el proceso de generación de información. Para ello, deberá buscarse un consenso entre los agentes del SINA alrededor de las metodologías que se presenten como estándares, de tal manera que se logre una aceptación general en el sector ambiental del país.

• Identificar las variables relevantes para el Sistema con sus principales

características (fuente generadora, coberturas temporal y geográfica, frecuencias de recolección, consulta o adquisición, forma de difusión, oportunidad y agentes que intervienen en su manejo), que las hará llegar al servidor o servidores y se encargará de retornar las respuestas. Los clientes tendrán interfaces gráficas amigables.

• Diseñar los programas que utilizarán los usuarios del sistema en general,

los cuales atenderán las solicitudes de información a través de redes como Internet. Estos serán equivalentes en sus capacidades a aquellos existentes en servidores textuales y gráficos como World Wide Web y Gopher. También se diseñarán los mecanismos de conexión del Sistema a la misma Red.

• Proponer todos los demás elementos de software necesarios para lograr la

funcionalidad completa del SIAC.

• Especificar una metodología para implementar con éxito la etapa de desarrollo del Sistema, de acuerdo con todos los prerrequisitos encontrados, con el criterio de gradualidad de desarrollo del proyecto y con la premisa de que varios desarrolladores de software pueden adelantar distintas etapas del proyecto, incluso en forma simultánea. Se contemplará en el diseño del SIAC los Sistemas de Información Ambiental actualmente existentes o que están en proceso.

• Diseño colectivo del portal para el SIAC, modulo línea base. Se propone diseñar y poner en marcha el desarrollo del Portal de información y comunicación del SIAC, con el fin de crear un espacio de encuentro de todas las instituciones del SINA y las ONGs ambientalistas, para que divulguen y permitan el acceso al público en general de sus publicaciones, noticias, información, desarrollo de proyectos, cursos, eventos, etc., para crear comunidad alrededor del tema.



En otras palabras se requiere:

• Albergar a los actores del Sistema Nacional Ambiental dentro del portal, determinando estrategias claras y cuantificables de tráfico e información que permitan la alianza efectiva entre estos.

• Desarrollar una plataforma automática y autónoma que permita la comunicación, consulta de información y el desarrollo de comunidades virtuales de usuarios en todos los lugares del país.

• Desarrollar el portal como un sistema de gestión del conocimiento alineado con las estrategias ambientales del país, permitiendo un manejo efectivo de la información interna y externa vía herramientas de clearingHouse, en función de resolver problemas, generar conocimiento y tomar decisiones oportunas.

• Articular estrategias comerciales tendientes a la creación de negocios derivados de un proceso de Green Marketing, que permita el desarrollo del portal y la autofinanciación del mismo.

• Diseñar el sincronismo de la cadena de valor real con la cadena de valor virtual para garantizar la sostenibilidad del sistema de Gestión del conocimiento.

• Dar acceso a los Indicadores Ambientales y a la línea base.

4.3 DE LARGO PLAZO

4.3.1 Estrategia 11: Implementación del Sistema Nacional de Monitoreo Ambiental SNMA

• Montaje de un Programa Nacional de Monitoreo Ambiental y un Centro de

Vigilancia y Control de los parámetros y variables ambientales Es indispensable que el Sistema de Información cuente con un esquema explícito para el seguimiento de todos los parámetros y los indicadores ambientales que son la columna vertebral del SIAC. Es igualmente importante que esta tarea esté repartida entre la institucionalidad del SINA y se cuente con un centro de acopio que permita el flujo y circulación de la información entre las diferentes instituciones y los diferentes usuarios. Así mismo es imprescindible contar con esquemas de organización de la información ambiental acopiada, pues esto es en últimas lo que justifica la operación y el manejo de un sistema para el sector ambiental. Para lograr esto, se requiere el diseño de un Programa Nacional de Monitoreo, que incorpore los indicadores, los actores responsables del acopio de la información en unidades específicas de tipo ecosistémico y jurisdiccional, así como el diseño de un sistema de acreditación y certificación de los datos que lo alimentarán. Finalmente, es imprescindible contar con una red de estaciones de medición y control de variables, tanto manuales como automáticas, en parámetros



específicos, así como también con otro tipo de equipamientos para análisis de campo y procedimientos de investigaciones a largo plazo. • Sistema de comunicaciones y telecomunicaciones Línea Base. Se sugerirá el mecanismo físico de comunicación que permitirá a los equipos existentes y a los que se recomiendan para la operación del SIAC en el ámbito nacional, regional y local, interconectarse en una forma suficientemente eficaz para el intercambio de todos los tipos de información requeridos, es decir, la red de comunicaciones nacional que servirá de mecanismo físico de enlace del Sistema de Información. Para el efecto se utilizará, en la mayor medida posible, la infraestructura pública existente en el país, por supuesto teniendo en cuenta que se debe garantizar un diseño que provea una confiabilidad máxima al Sistema. Se diseñará un plan de implantación gradual de este sistema, de acuerdo con las prioridades establecidas para el SIAC.

• Sugerir el lenguaje de interacción del Sistema a través de la Red, el cual será utilizado para actualización y para consulta entre las entidades del SINA, Este será de tipo transaccional, asegurará una utilización óptima del tiempo en la Red de Comunicaciones, será de tipo abierto y reflejará las reglas. Su objetivo específico es resolver el problema de manejar reglas complicadas de actualización. Se asegurará una ruta de crecimiento viable para el sistema a lo largo del tiempo, resolviendo así los problemas de obsolescencia tecnológica e incompatibilidad entre equipos, que son naturales en un sistema de esta magnitud.

• Definir la forma y los contenidos de los documentos y manuales, técnicos y

de usuarios, que sean necesarios para el mantenimiento, operación, respaldo y entrenamiento sobre el sistema.

• Diseñar el plan de difusión de la información en función de los usuarios

actuales y potenciales del sistema y de las modalidades de divulgación a ser implementadas (boletines, revistas, anuario, teléfono, télex, radioteléfono, correo, vía módem, entre otras). Se establecerán los responsables, la periodicidad, los posibles contenidos, las formas de distribución, las normas sobre derechos de autor, las metodologías para establecer los costos de la información, etc.

• Preparar un diccionario conceptual y práctico relacionado con elementos

tales como datos, información, variables, procedimientos del sistema, etc., que estará disponible para todos los usuarios del sistema en varias formas, incluyendo la electrónica.



• Identificar, cuantificar y recomendar la infraestructura nacional / regional requerida para el montaje operación del sistema en red, teniendo en cuenta los requerimientos de todas las partes del sistema y los criterios de simplicidad, continuidad, gradualidad y compatibilidad con los sistemas computacionales del Ministerio del Medio Ambiente, de los institutos de investigación y demás entidades, públicas y privadas que harán parte del Sistema. Estas acciones se aplicarán a equipos, sistemas de computación, comunicación y logística, a recursos físicos como oficinas, instalaciones y otros y, a recursos humanos en cuanto a perfiles y planes de capacitación permanente para la operación y uso del Sistema e incluso la interacción permanente con el Sistema Nacional de Prevención y Atención de Emergencias y otros esquemas nacionales.



5 BIBLIOGRAFÍA (Falta completar: INVEMAR, SINCHI, IAVH, IIAP) IAvH - Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, 2003. Construcción de la Línea Base de Información Ambiental para Colombia y Elaboración del Diagnóstico Ambiental con Corte a 2001. Informe Final de Resultados. Bogotá. 254 p. IDEAM – Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, 1998. El medio ambiente en Colombia. Santa Fe de Bogotá, Colombia. IDEAM, IAvH, Sinchi, Invemar, IIAP, 2002. Sistema de Información Ambiental para Colombia. Tomo 1: Conceptos, Definiciones e Instrumentos de la Información Ambiental de Colombia. Bogotá. IDEAM, IAvH, Sinchi, Invemar, IIAP, 2002. Sistema de Información Ambiental para Colombia. Tomo 2: Primera Generación de Indicadores de Línea Base de la Información Ambiental de Colombia. Bogotá. IDEAM, IAvH, Sinchi, Invemar, IIAP, 2002. Sistema de Información Ambiental para Colombia. Tomo 3. Perfil del Estado de los Recursos Naturales y del Medio Ambiente en Colombia 2001. Bogotá. OCDE – Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (1993). Cuerpo de indicadores para revisiones de desempeño medioambiental de la OCDE. Environment Monographs No. 83. París. OCDE – Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (1994).



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